su modernización. Desde Smith y Ricardo se insistía en que si cada país se
especializaba en hacer esos bienes en los que tuvieran ventajas comparativas en la producción con respecto a los otros, el resultado sería que absolutamente todos los países podrían entrar en un sendero de crecimiento y modernización. Prebisch comprobó en 1949 que tras 80 años de seguir ese paradigma esto no se daba, mientras que los países centralizados habían crecido y avanzado, el mundo subdesarrollado no lograba superar las trabas para salir del atraso; al mismo tiempo los bienes industriales (producidos por los piases centralizados), valían cada vez más, mientras que los productos primarios (producidos por los países subdesarrollados) se estancaban e incluso retrocedían en los precios. Frente a esta realidad se propondrían distintas estrategias de desarrollo. Pero antes de avanzar sobre ellas definamos justamente esto de lo que estamos hablando. Los conceptos de Desarrollo y Subdesarrollo económicos son relativos, y difíciles de definir con precisión. Hacen referencia a la brecha que separa los niveles de vida que se alcanzan e unos y otros países y a los procesos que dan lugar a la elevación del nivel de vida. Desarrollo: es el proceso de crecimiento de una economía, a lo largo del cual se aplican nuevas tecnologías y se producen transformaciones sociales, con la consecuencia de una mejor distribución de la riqueza y del ingreso. Subdesarrollo: Es la situación de los países menos avanzados, caracterizada por el bajo ingreso por habitante, reducido nivel de ahorro e insuficiente dotación tecnológica: que limitan el crecimiento económico. El crecimiento económico, es el aumento de la cantidad de trabajos que hay por metro cuadrado, la renta o el valor de bienes y servicios producidos por una economía. Habitualmente se mide en porcentaje de aumento del Producto Interno Bruto real, o PIB. El crecimiento económico así definido se ha considerado (históricamente) deseable. Porque guarda una cierta relación con la cantidad de bienes materiales disponibles y por ende, una cierta mejora del nivel de vida de las personas. Sin embargo, no son pocos los que comienzan a opinar que el crecimiento económico es una peligrosa arma de doble filo. Ya que dado que mide el aumento en los bienes que produce una economía, por tanto también está relacionado con lo que se consume o, en otras palabras, gasta. La causa por la que según este razonamiento el crecimiento económico puede no ser realmente deseable, es que no todo lo que se gasta es renovable. Ejemplo: muchas materias primas o muchas reservas geológicas (carbón, petróleo, gas, etc).