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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA.

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL


BOLIVARIANA.

NÚCLEO SUCRE – SEDE CUMANÁ.

LIC. ECONOMÍA SOCIAL (VI)

CÁTEDRA: DEFENSA INTEGRAL DE LA NACIÓN (VI).

ESTADO Y SEGURIDAD.

DOCENTE: JOSÉ CAMPOS T. REALIZADO POR: CASTILLO, PAOLA V.

C.I: 22.921.595

CUMANÁ, EDO. SUCRE.

15-11-2020
Cualquier nación tiene la obligación de protegerse dentro y fuera de sus límites territoriales.
Aunque de forma común se crea que es solo deber de los cuerpos de seguridad financiados por
un gobierno tal misión, es todo lo contrario; cada habitante, civil y militar, debe ser consciente
de que es su deber y a la vez derecho, ser partícipe de su protección y seguridad, la de su
familia, y la del país donde ha hecho vida.

Las políticas fiscales de un país propician el recaudo de ingresos públicos que son destinados
para el mantenimiento, desarrollo y crecimiento del mismo, a través de servicios públicos
básicos, como la salud, las infraestructuras, la educación, la seguridad, entre otros aspectos
importantes. Es por ello que la defensa nacional se ve otorgada generalmente al gobierno y a
los cuerpos de seguridad existentes.

Sin embargo, está demostrado que la coexistencia y ayuda mutua entre ciudadanos civiles y
militares propician una mejoría notable en el Estado.

Anteriormente, la seguridad nacional se entendía como la defensa y/o el ataque a amenazas


externas militarmente, pero con el pasar del tiempo y su modernidad, los ataques no son solo
físicos y externos; se ha vuelto vulnerable el ciudadano común dentro de su propia comunidad
por robos masivos, el internet y la red en general se ha vuelto un arma poderosa externa e
interna, las migraciones a gran escala siempre han estado presente y también representan un
factor amenazante para la estabilidad, y en la actualidad (hace más de 30 años) se han
declarado las condiciones ambientales dentro de esta lista. Y es por estas razones que el cuerpo
de seguridad nacional debe ser una alianza con los civiles, porque a través de distintos canales,
no solo el militar en los campos y academias, se llega a poder controlarlas o erradicarlas para la
preservación de la paz o a la ausencia de presiones que desestabilicen a la sociedad
plenamente, y sin dejar de lado la constante previsión, ya que los ataques a la seguridad
nacional y ciudadana siempre están latentes.

Tanto es esto cierto que la Organización de Estados Americanos (O.E.A.) en su Declaración


Sobre Seguridad en las Américas, en octubre de 2003, creó un nuevo concepto de seguridad
hemisférica que amplía la definición tradicional de defensa de la seguridad de los Estados a
partir de la incorporación de nuevas amenazas, preocupaciones y desafíos, que incluyen
aspectos políticos, económicos, sociales, de salud y ambientales. O sea, casi todos los
problemas pueden ser considerados ahora una potencial amenaza a la seguridad.

En Venezuela, en el Plan de Desarrollo de la Nación, fue tomado esto en cuenta, así que para
el fortalecimiento de la Soberanía Nacional a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana se le
incluyo el desarrollo integral de la misma para que a través de este concepto esté en plena
armonía con las otras articulaciones del Estado.

En el ART. 4 de La Ley Orgánica de Seguridad de la Nación se define el desarrollo integral


como “… a los fines de este Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica, consiste en la
ejecución de planes, programas, proyectos y procesos continuos de actividades y labores que
acordes, con la política general del Estado y en concordancia con el ordenamiento jurídico
vigente, se realicen con la finalidad de satisfacer las necesidades individuales y colectivas de la
población, en los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar.”,
mientras que en su Art. 7, Ámbito de Aplicación, explica “las disposiciones del presente Decreto
con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica, serán de obligatorio cumplimiento para las
personas naturales o jurídicas venezolanas, bien sean de derecho público o privado, cualquiera
sea el lugar donde se encuentren, y para las personas naturales o jurídicas extranjeras,
residentes o transeúntes en el espacio geográfico nacional con las excepciones que determinen
las leyes respectivas.” Por lo que podemos entender que solo de forma dual podemos llevar a
cabo la seguridad nacional y ciudadana que tanto buscamos día a día. De hecho en los
conceptos de la guerra armada que podemos encontrar, en la mayoría recalca de importancia
“favorecer el acercamiento entre militares y civiles”, no solo en Venezuela, sino a nivel mundial,
y esto es para combatir la guerra no armada, que son los nuevas modalidades de desestabilidad
mencionados con anterioridad (aunque el concepto no sea nuevo, ya que se conoce por varias
operaciones hechas durante la Segunda Guerra Mundial).

En el modelo de la defensa integral de la nación se busca que los militares no solo sean fuera
campal, sino que procuren el apoyo necesario a la nación en todos sus ámbitos, siendo
participes de mejores caminos para el desarrollo del país, como las nuevas estructuras sociales,
apoyar sistemas económicos eficientes, respetar la constitucionalidad, estar prevenidos antes
catástrofes que afecten la ciudadanía, profundizar y acelerar la formación de una nueva
estrategia militar nacional (unidad cívico-militar e incorporación del pueblo a la defensa
nacional); por su parte, los ciudadanos civiles, cada uno en su área específica, es el motor de la
nación y deben trabajar en pro de la misma, los educadores, los economistas, ingenieros, etc.

Es decir, la defensa integra de la nación en conjunto con los ciudadanos funcionan como un
embudo, es un amplio caudal que se vuelve chico en busca de lo mismo: el fortalecimiento de
su país.

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