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TEMA 8:
© CSN-2013
Curso de SUPERVISORES de instalaciones radiactivas (IR) MÓDULO BÁSICO
ÍNDICE
© CSN-2013
Curso de SUPERVISORES de instalaciones radiactivas (IR) MÓDULO BÁSICO
1.- INTRODUCCIÓN
El Comité Científico de las Naciones Unidas para el estudio de los efectos de la Radiación
Atómica (UNSCEAR), estima regularmente las dosis individuales medias en la población
mundial debidas a las distintas fuentes (naturales y artificiales). Según se puede observar en
la figura adjunta, la contribución de mayor entidad corresponde al fondo natural (2,4 mSv a -
1
) y dentro de éste la mitad es debida al Radón, gas noble procedente de la desintegración
del radio y este a su vez del uranio, los cuales forman parte de la composición natural de los
suelos y las aguas terrestres.
Las dosis que reciben las personas a causa de las radiaciones artificiales son, sin considerar
los accidentes, mucho más pequeñas que las dosis que tienen su origen en la radiación
natural, siendo el diagnóstico médico, el principal contribuyente.
Figura 1. Contribución de las diferentes fuentes radiactivas naturales y artificiales en la dosis efectiva por persona y año
Como ya se ha mencionado, poco después del descubrimiento de los rayos X, aparecieron las
primeras evidencias clínicas, sobre todo debidas a los efectos en la piel, que indicaban que
las radiaciones ionizantes eran perjudiciales para los tejidos humanos. Además,
posteriormente se observó que la exposición del tejido germinal (órganos reproductores) en
animales y plantas se traducía en efectos sobre los descendientes.
La magnitud de los efectos provocados por el ataque a tejidos y órganos, depende de una
serie de variables físicas (dosis recibida, tipo de exposición, calidad de la radiación), y de una
serie de variables biológicas (características del tejido y de su capacidad para compensar y
reparar los daños causados). La capacidad de reparar los daños está en función de la edad, el
estado de salud, el sexo y la predisposición genética del individuo. Todas estas variables
condicionan la respuesta entre los individuos de una población expuesta.
Hay distintas posibilidades para clasificar los efectos de las radiaciones, aquí vamos a
referirnos a aquellas que más frecuentemente se utilizan en Protección Radiológica, que
hacen referencia a la transmisión generacional de los efectos y a su relación con la dosis.
E. ESTOCÁSTICOS E. DETERMINISTAS
Efectos tardíos:
- Tiempo variable de latencia
DEPENDENCIA TEMPORAL Efectos Inmediatos
para cánceres (10-40 años)
- Sobre futuras generaciones
La ICRP considera “práctica” a todas las actividades humanas que incrementan la exposición
o la probabilidad de exposición de los individuos a las radiaciones ionizantes. Este
incremento puede originarse porque:
b) Instalaciones:
Instalaciones de irradiación
Minas y plantas de tratamiento de minerales radiactivos
Instalaciones nucleares
Instalaciones dedicadas a la gestión de residuos radiactivos
Las acciones que se aplican en las intervenciones se conocen como acciones de remedio y de
protección.
Por otra parte, la Comisión ha establecido una clara diferencia entre las denominadas
“exposiciones normales”, aquellas que sí existe certeza de que se produzcan a causa de las
actividades que se desarrollan en una práctica o intervención y las “exposiciones
potenciales”, que sólo se producirán en caso de fallo o accidente de los sistemas de
seguridad y protección. Una exposición potencial puede llegar a convertirse en una
exposición real y requerir por tanto una intervención.
Las medidas de protección necesarias para restringir la exposición de los individuos, tanto
respecto al control de las prácticas como al de las intervenciones, podrán aplicarse tanto a la
fuente, como al medio ambiente (vías de exposición), o a los individuos.
Las medidas de control sobre la fuente son menos perturbadoras, mientras que las medidas
aplicables al medio ambiente o a los individuos introducen más dificultades en la
operatividad de las instalaciones, y podrían dar lugar a inconvenientes sociales que no
siempre son previsibles. En general y donde sea posible, se recomienda aplicar sobre la
fuente las medidas de protección y control de la exposición.
Para el control de la exposición médica se aplican también medidas de protección en los tres
componentes, principalmente como parte de la actividad de diagnóstico o el tratamiento.
Los principales objetivos del Sistema de Protección Radiológica relacionados con los efectos
biológicos son:
Siguiendo las recomendaciones de la ICRP en su publicación nº 60, el Sistema de P.R. para las
prácticas en curso y las previstas se basa en los siguientes criterios o principios básicos de
carácter general:
Justificación
Optimización
Limitación de dosis y de riesgo.
JUSTIFICACIÓN de una práctica: “NO se deberá adoptar ninguna práctica con radiaciones
ionizantes, que no produzca un beneficio neto positivo para los individuos expuestos o para
la sociedad”.
El conjunto de perjuicios que constituye el detrimento total, comprende todos los costes y
aspectos negativos de la actividad propuesta que, por ejemplo, para el caso de producción
de energía eléctrica, incluiría:
B = V – (P+ X+ Y)
dónde:
El coste para la sociedad del detrimento radiológico, que es proporcional a la dosis efectiva
colectiva, SE, se calcula multiplicando ésta por un factor ( ), que es el valor monetario de la
unidad de dosis efectiva colectiva, se expresa en unidades monetarias por Sv persona y
representa el coste que una sociedad está dispuesta a pagar por aceptar un determinado
incremento en el índice de riesgo a que está expuesto por otras causas.
Y= . SE
El valor monetario de la unidad de dosis colectiva ( ), debe ser fijado por las autoridades y
puede variar en los diferentes países y las distintas circunstancias El OIEA ha recomendado
un valor mínimo de 3.000 dólares por Sievert-persona, en las aplicaciones que cualquier país
realice respecto a una determinada actividad nuclear o radiactiva que pueda originar
exposición a las radiaciones en personas de otros países limítrofes o no. En determinados
países desarrollados se han adoptado valores superiores a 20.000 dólares por Sievert-
persona.
Una vez que una práctica ha sido justificada y adoptada, es necesario considerar cómo
utilizar mejor los recursos disponibles para reducir el riesgo de las radiaciones para los
individuos y la población. El objetivo principal debería ser asegurar que tanto la magnitud de
las dosis individuales, el número de personas expuestas y la probabilidad de recibir
exposiciones, cuando no haya certeza de ser recibida, se mantengan tan bajas como
razonablemente sea alcanzable, teniendo en cuenta factores económicos y sociales. Habrá
que considerar las interacciones que pudiera haber entre estas magnitudes. Si el siguiente
paso en la reducción del detrimento se puede conseguir sólo mediante un despliegue de
recursos evidentemente desproporcionado respecto a la reducción a conseguir, dicho paso
no será de interés para la sociedad, siempre que se haya asegurado la protección adecuada
de los individuos. En este caso, la protección se podrá considerar optimizada y las
exposiciones serán tan bajas como razonablemente sea alcanzable, teniendo en cuenta
factores económicos y sociales. Este principio también se debería de aplicar a la hora de
revisar prácticas ya existentes.
La determinación del nivel más bajo de exposición que puede alcanzarse razonablemente
puede realizarse por distintas técnicas como son el análisis diferencial de coste-beneficio o la
técnica de análisis multiatributo. En líneas generales puede decirse que la Protección
Radiológica podrá estar optimizada cuando la suma del coste de la protección (X) y del
detrimento radiológico para la salud (Y), sea mínima.
COSTO DEL
DETRIMENTO
DE LA SALUD Y = S
COSTO DE LA PROTECCIÓN X
La restricción de dosis se debe aplicar a la dosis media que recibiría el “grupo crítico”
correspondiente a la fuente para la cual se está optimizando la protección, entendiendo por
“grupo crítico” a aquel que recibiría de forma homogénea la dosis más alta por exposición a
dicha fuente.
La optimización debe realizarse para cada una de las fuentes que pueden incidir en la
exposición a los individuos, por ello, y ante la posibilidad de que las mismas personas
puedan estar expuestas a varias fuentes de radiación, la aplicación del proceso de
optimización debe realizarse para que no solamente no se sobrepasen los límites de dosis, si
no para que no se sobrepasen los denominados niveles de “restricción de dosis".
En el caso de que se trate de exposiciones potenciales, que son las que se producirán con
una cierta probabilidad, se establecen “restricciones del riesgo”
Es importante tener en cuenta que los límites de dosis no deben ser considerados como la
línea divisoria entre la seguridad y el peligro y que han de ser realmente considerados como
la exposición a un riesgo aceptable.
La ICRP considera un riesgo INACEPTABLE el que corresponde a una dosis que no sería
admisible en circunstancias normales, un riesgo TOLERABLE el que corresponde a una dosis
que puede aceptarse si se ha optimizado el grado de protección y un riesgo ACEPTABLE
correspondería a una dosis que ya no hay que reducir.
LÍMITE DE DOSIS
REGIÓN ALARA
NIVEL POR DEBAJO DEL CUAL LA POSTERIOR
REDUCCION DE LA DOSIS NO VALE LA PENA POR
EL COSTO Y ESFUERZO QUE SUPONE EN VISTA DE
LAS MEJORAS ADICIONALES QUE INTRODUCE.
1º.- Evitar que se produzcan efectos deterministas, impidiendo que las personas reciban
dosis superiores a las umbrales, por medio del establecimiento de dosis equivalentes
suficientemente bajas.
La ICPR 60 (1990), establece las siguientes recomendaciones con respecto a los límites de
dosis para los trabajadores y para el público
*En circunstancias especiales, el Consejo de Seguridad Nuclear podrá autorizar un valor más
elevado en un único año oficial, siempre que el promedio durante cinco años oficiales
consecutivos no sobrepase 1 mSv por año oficial.
Y que como los límites de dosis han de ser entendidos como la exposición a un riesgo
aceptable, se aplican a la suma de todas las dosis debidas a la exposición externa durante los
periodos de tiempo especificados y a las dosis comprometidas por incorporación durante
estos mismos periodos.
Los límites de dosis aplican sobre las exposiciones normales, ya sean ocupacionales o al
público en general. No aplican en el caso de exposiciones accidentales porque si se produce
un accidente y es necesario intervenir se establecen niveles de intervención. Tampoco
aplican a las exposiciones médicas porque generalmente el beneficio de un diagnóstico
precoz o de un tratamiento en un cáncer justifica que se puedan sobrepasar los límites. Y
tampoco aplican a las exposiciones debidas a la radiación natural a no ser que ésta se vea
incrementada por actividades humanas (minería, vuelos a gran altura).
La ICPR 103 (2007), establece las siguientes recomendaciones con respecto a los límites de
dosis para los trabajadores y para el público
Restricciones y Niveles de
referencia
Ejemplos Exigencias que se deben cumplir
(Dosis efectiva mSv/a o
aguda)
c) Los límites de dosis descritos para el caso de las prácticas, no aplicarán en caso de
intervención; no obstante, en los casos de exposición perdurable, los límites de dosis
establecidos para el caso de las prácticas serán de aplicación a los trabajadores que
realicen las intervenciones.
Justificación: Cualquier decisión que altere o modifique una situación que implique la
exposición a radiaciones ionizantes debe conducir a mayores beneficios que
perjuicios.
Se refuerza el principio de optimización, que ahora aplica de manera similar a todas las
situaciones que pasan a llamarse planificadas, existentes y de emergencias, en lugar de
prácticas e intervenciones.
En la ICRP- 60 se definían unos valores de dosis para las prácticas por debajo de las cuales
hay que OPTIMIZAR y unos niveles de acción para intervención por encima de los cuales se
debe actuar. En la ICRP- 103 se aplica el primer modelo a todas las situaciones. Por tanto, las
restricciones de dosis juegan un papel mucho más relevante. Representan el elemento
básico y fundamental del sistema de protección, constituyendo una parte esencial del
principio de optimización. Se proporcionan, además, orientaciones sobre las bandas de
valores entre los que se deben situar las restricciones de dosis, para las distintas situaciones
de exposición.
Es claro que se ha de procurar que las dosis recibidas, tanto por los trabajadores en el
desempeño de su trabajo como por la población en general, deben ser lo más bajas posible.
Para ello es necesario saber que la disminución de la dosis recibida durante la permanencia
en las proximidades de una fuente radiactiva va a depender de tres factores:
- La distancia: Debe ser la máxima posible respecto de la fuente emisora de radiación. Hay
que recordar que la dosis disminuye con la distancia de acuerdo con la ley del inverso del
cuadrado de la distancia.
Para minimizar los riesgos de las radiaciones hay que controlar y limitar el acceso y
permanencia en las zonas donde se encuentran las fuentes. Para que el control sea
adecuado es necesario clasificar convenientemente las zonas atendiendo a los niveles de
radiación o posibilidad de contaminación de las personas que accedan a estas.
El Comité Científico de las Naciones Unidas para el estudio de los Efectos de la Radiación
Atómica (UNSCEAR), fue creado en 1955 con la misión de estimar e informar sobre los
niveles y efectos de la exposición a la radiación ionizante en la población humana y en el
medio ambiente. Gobiernos y organizaciones en todo el mundo se apoyan en estas
evaluaciones como base científica para establecer criterios y normas de seguridad. UNSCEAR
está encargado de reunir, revisar y organizar toda la información aportada por los países
miembros de Naciones Unidas, interpretando la información referente a los niveles de
radiación ionizante y a los radionucleidos procedentes tanto de fuentes naturales como
artificiales.
Así mismo la Unión Europea (UE), por el tratado EURATOM, establece las Normas Básicas
Europeas (Directiva 2013/59 EURATOM). Esta directiva es de obligado cumplimiento para los
Estados Miembros de la UE, los cuales posteriormente, realizan la transposición de la misma
a sus respectivas legislaciones. En el caso de España es la anterior Directiva (Directiva 96/29
EURATOM) la que se recoge en el Reglamento sobre Protección Sanitaria contra Radiaciones
Ionizantes (Real Decreto 783/2001, de 6 de Julio) y está pendiente la trasposición de la
última publicada para lo que tiene un máximo de cuatro años para realizarlo.