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Pese a la génesis altruista, humanitaria y profundamente necesaria de los

derechos humanos luego de dos de las guerras más grandes de la historia que
pusieron en perspectiva la fragilidad de la humanidad, el delicado equilibrio que
supone la diplomacia o nuestro fin como especie, sigue siendo incompleta la
discusión, no de la legitimidad de los Derechos Humanos, sino de su praxis en la
totalidad de la humanidad como reza su manifiesto evocado por tantas naciones.

Es un deseo prospero pero al mismo tiempo irresoluto tomando en cuenta que los DDHH
emergen de una perspectiva eurocéntrica, positivista y moderna de los ganadores de
la II Guerra Mundial, no Estados Unidos como nación, sino occidente como
representación de la potencia, y por tanto del único pensamiento legitimado,
perspectiva que logró que los DDHH fueran universales pero que desconoció en la
práctica la multiculturalidad, la interculturalidad, invisibilizando las perspectivas no
hegemónicas, lo que consideramos el Sur Global.
¿Y qué podemos hacer para que los DDHH sean para todos y todas? ¿será que es
necesario comenzar de cero? Para varios investigadores esto no es necesario, los
DDHH han sido una herramienta de lucha por muchos años, que aunque incompleta
permite generar una perspectiva de dignidad a quienes habitan un territorio; en
cambio se hace necesario replantear los DDHH desde su fundamento teórico,
epistémico y metodológico con nociones que no sean importadas de occidente,
nuevos colonialismos que perpetúan la opresión sobre los pueblos del sur. Si
queremos que los DDHH reconozcan el sur global debe partir desde el Sur, es por ello
que varias perspectivas han surgido como pedagogías del sur, una de ellas la filosofía
de la liberación.

La filosofía de la liberación reconoce dos praxis actuales, por un lado desde el occidente
dominante praxis alienantes de control económico, político, cultural, e incluso del
cuerpo como mercancía; y por otro lado una praxis liberadora que surge de
Latinoamerica, de los oprimidos, aquella que reconoce las subjetividades de los
pueblos, la diversidad y la necesidad de crear para transformar, rompiendo las
cadenas de la opresión.

En el contexto de la intervención y la necesidad de hacer una restructuración de los


derechos humanos, en los que se reconocen dos corrientes que marcaron el
entendimiento y posterior aplicación de los DD.HH. Gestadas dos discusiones
filosóficas de la filosofía euro central: Ius naturalismo e Ius positivismo. Ius naturalismo
declara que los DD HH son para todos, solo por el hecho de ser persona, y por el
lado del Ius positivismo, se rige en un modelo abstracto, donde las objetividades
pasan a ser consideradas como modelo único y universal, haciendo que las otras
subjetividades sean vulneradas , también refiriéndose a un sujeto dependiente del
estado y de las instituciones Realizando un análisis sobre las características que han
emergido de estas corrientes: se pueden reconocer dos resultados inmediatos, el de
la totalidad y el de la exterioridad , en el que las principales características de cada
uno, viene categorizando de la siguiente manera; siendo la categoría de la totalidad
una visión parcial y simplista, donde los datos no coinciden con una visión general de
la realidad si no que se sesga una visión parcial que solo considera algunos aspectos
y no del plano en general, uno de los mayores rasgos que se pueden identificar de la
categoría es la negación de la subjetividad del otro sujeto, por otro lado encontramos
la categoría de la exterioridad que es donde vienen a ser todos los seres que han sido
excluidos de los sistemas, vienen siendo identificados como los oprimidos. Las
estructuras de los estados modernos han generado que se proyecte el sistema
capitalista a nivel subjetivo, abstracto y universal. Se consideró que cuando se realizó
la declaración de los derechos humanos donde se establecieron los pactos de
derechos económicos, sociales y culturales y el pacto de los derechos políticos y
civiles, se hacía referencia a un punto histórico donde se databa el fin de la primera
filosofía del derecho.

Se considera que en América Latina se hace necesario la re fundamentación de los


DDHH para poder repensarlos y reconstruirlos. Se habla de las praxis como un factor
determinante de los comportamientos de las praxis de la liberación de los oprimidos
en los que se resaltan en los ámbitos de histórico social, geopolítico y sexual. Siendo
las praxis el instrumento estratégico de la liberación filosófica que da correspondencia
a la formación ideológica, siendo así un arma a favor de los oprimidos, ya que piensa
y aclara los temas urgentes, organizando la racionalidad, trasformando la lucha
ideológica contra el discurso dominante para converger la exterioridad sobre la
totalidad para lograr un equilibrio y que el sistema de garantías sea funcional

La filosofía de la liberación fundamenta los derechos humanos de una manera abierta a la


reconstrucción de las realidades, reconociendo que con la declaración de los DDHH
se puso fin a la filosofía del derecho, siendo necesario otra conceptualización para
superar la subjetividad del sujeto individualista que está establecido como fundamento
del sistema moderno, gestiona en la que se busca generar una re comprensión de
estos para recuperar al sujeto y prevenir no caer en las estructuras antiguas que no
hacen el reconocimiento subjetivo de las individualidades si no para esto se
desarrollan 3 principios a tener en c

El primero, la alteridad busca que seamos críticos en todas y cada una de las
pretensiones que buscan negar las alteridades, porque es importante que no se sigan
repitiendo las subjetividades individualistas si no que se genere una subjetividad
intersubjetiva, para conseguir redimir al sujeto oprimido y excluido.

El segundo busca resaltar como siendo las praxis la estructura total de acciones y como
esta influye en la realidad, así que se generan nuevas prácticas a través de la
tenencia primordial del sistema de capacidades y posibilidades sin recaer en la
idolatría de los elementos, si no en el valor que se da al orden que surgen de las
praxis en el sistema de capacidades y posibilidades.

El tercero reafirma como es indispensable recuperar al sujeto corporal vivo y necesitado,


conociendo sus reales necesidades, re considerando que no se basa en una
especulación si no en una identificación asertiva e incluyente.

La filosofía de la liberación no es un fin último, así como también no lo es ningún prócer,


ningún líder, ni un caudillo, todos estos son temporales, pero completamente
necesarios para hacernos caer en cuenta que siempre hay algo que pensar, que
defender y una vida de opresión la cual erradicar, nos invita a cuestionar que nuestro
único camino sea dirigido por la vida y la defensa de ella.

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