El proceso de investigación de accidentes de trabajo se divide en las fases de
recogida de información, análisis documental y de información, determinación de las causas y definición de medidas preventivas. La gestión de riesgos laborales ha de contemplarlas. Recogida de información La recogida de información incluye testimonios, huellas, indicios y evidencias para la descripción del accidente y el análisis de las causas que lo han originado. Implica: Realizar la investigación del accidente siempre “in situ”. Evitar la búsqueda de responsabilidades. Aceptar solamente hechos probados. Recoger hechos concretos y objetivos. No hacer interpretaciones personales. No hacer juicios de valor. En esta etapa, los testimonios que se han de recoger son principalmente los de: El accidentado. Los testigos presenciales del accidente. Personas que aún no siendo testigo puedan dar datos que expliquen los hechos que se produjeron: trabajadores que realicen la misma tarea, delegados de prevención, otros. Esta recogida de información se realiza por entrevista personal, preferentemente individual. Debe haber una presentación del investigador e indicación de los objetivos de la entrevista. El investigador ha de intentar crear un clima de confianza. Debe ser claro y respetuoso en todo momento y hablar pausado, con gestos amables. No debe culpabilizar, ni engañar. Hay que ser consciente de las condiciones del entrevistado, sea o no el accidentado. Puede estar afectado emocionalmente por lo sucedido e implicar consecuencias para su futuro o el de su familia. También, puede mostrar temor a sanciones o represalias para el accidentado y otros compañeros. Análisis documental Durante el análisis documental hay que prestar atención a la evaluación de riesgos, formación e información del trabajador, vigilancia de salud. Determinación de las causas Normalmente, un accidente se debe a varias causas concatenadas. Existe una necesidad de identificar las causas principales. Solamente se aceptan las que proceden de hechos probados. En la determinación hay que contemplar: Factores personales/individuales. Materiales y agentes. Medios técnicos. Organización del trabajo. Gestión de la prevención. Definición de medidas preventivas Las medidas preventivas han de ser concretas, ordenadas por prioridad y secuencia lógica. El informe de investigación de accidentes debe ser sencillo, concreto y claro. Este documento ha de contener la identificación del accidentado, lugar donde se produjo el accidente, agente material causante, descripción del proceso productivo relativo al accidente, descripción del accidente, lista de causas y propuesta de medidas correctoras. DAÑOS PERSONALES DERIVADOS DE LOS ACCIDENTES DE TRABAJO El artículo 4.3 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales dice: «Se considerarán como daños derivados del trabajo las enfermedades patologías o lesiones sufridas con motivo u ocasión del trabajo. Dentro de los efectos negativos que el trabajo puede tener para la salud, los accidentes de trabajo son los indicadores inmediatos y más evidentes de unas malas Condiciones de Trabajo y, dada su gravedad, la lucha contra los accidentes es siempre el primer pasó en toda actividad preventiva. También tienen la consideración de accidentes de trabajo: Los que sufra el trabajador con ocasión o como consecuencia del desempeño de cargos de representación, así como los ocurridos al ir o al volver del lugar en que se ejerciten las funciones propias de dichos cargos. Los ocurridos con ocasión o por consecuencia de las tareas que, aun siendo distintas a las de su categoría profesional, ejecute el trabajador en cumplimiento de las órdenes del empresario o espontáneamente en interés del buen funcionamiento de la empresa; así como los ocurridos en actos de salvamento y en otros de naturaleza análoga, cuando unos y otros tengan conexión con el trabajo. Las enfermedades no incluidas en el concepto de enfermedad profesional y que contraiga el trabajador con motivo de la realización de su trabajo, siempre que se pruebe que la enfermedad tuvo por causa exclusiva la ejecución del mismo. Las enfermedades o defectos, padecidos con anterioridad por el trabajador, que se agraven como consecuencia de la lesión constitutiva del accidente. Las consecuencias del accidente que resultan modificadas en su naturaleza, gravedad o terminación por enfermedades intercurrentes, que constituyan complicaciones del proceso patológico determinado por el accidente mismo o tengan su origen en afecciones adquiridas en el nuevo medio en que se haya situado el paciente en su curación. Desde un punto de vista preventivo, la lesión física no necesariamente debe ir asociada al accidente de trabajo, produciéndose en muchas ocasiones accidentes llamados blancos, que no generan daños físicos y que conviene también controlar. Por ello, desde el punto de vista técnico, se amplía el concepto de accidente de trabajo como «todo suceso anormal, no querido ni deseado, que se presenta de forma brusca e inesperada, aunque normalmente es evitable, que interrumpe la normal continuidad del trabajo y puede causar lesiones a las personas». Diferentes tipos de accidentes. Incidentes: Cualquier suceso no esperado ni deseado que no dando lugar a pérdidas de salud o lesiones a las personas, puede ocasionar daños a la propiedad, a los equipos, etc. Los incidentes materiales pueden transformarse en accidentes de trabajo en un momento determinado. Son «reveladores de riesgos». Por ello es muy importante conocerlos y analizarlos. 1. Accidentes sin baja Pinchazos, cortes, golpes, etc., que no tienen gran importancia, pero que es preciso cuidar. Es aconsejable hacerse las curas en el servicio médico (si existe) o en el botiquín de la empresa y registrarlos de algún modo. Así, si evoluciona la lesión, existe constancia de los hechos. 2. Accidentes con baja Son aquellos accidentes de trabajo o recaídas que conllevan la ausencia del accidentado del lugar de trabajo de al menos un día -salvedad hecha del día en que ocurrió el accidente previa baja médica. 3. Accidentes graves Son aquellos accidentes que causan: Incapacidad permanente parcial. Incapacidad permanente total. La muerte. El coste de los accidentes. Es necesario conocer el coste de los accidentes en la medida en que es posible justificar a menudo la rentabilidad de las inversiones hechas para prevenirlos. El coste total de los accidentes se compone de un coste directo y de un coste indirecto. El coste directo de los accidentes comprende los gastos cubiertos por la Seguridad Social para reparar los daños sufridos por el accidente reembolsados a la empresa por cotización obligatoria de los accidentes de trabajo. El coste indirecto de los accidentes de trabajo comprende los gastos y cargos consecutivos al accidente, soportados por la empresa y no cubiertos por un seguro. Como vemos no es muy difícil evaluar los gastos cubiertos por la Seguridad Social para reparar los daños sufridos por el accidentado (costes directos). Sin embargo, nos encontramos con que es relativamente difícil evaluar los costes indirectos con precisión. Las enfermedades profesionales. Se dice que una enfermedad es profesional si resulta de la exposición más o menos prolongada de un trabajador a determinados agentes físicos, químicos o biológicos, presentes en el lugar de trabajo, o más ampliamente, si resulta de las condiciones en las que el trabajador ejerce su actividad profesional. La gama de estas enfermedades así definidas es amplia. Por ello, los legisladores establecen determinadas condiciones para calificar a una enfermedad de profesional. Las enfermedades del trabajo. Se denomina enfermedad del trabajo o derivada del trabajo a aquel deterioro lento y paulatino de la salud del trabajador, producido por una exposición crónica a situaciones adversas, sean éstas producidas por el ambiente en que se desarrolla el trabajo o por la forma en que está organizado, Sólo los médicos, cualquiera que sea su especialidad, están habilitados para declarar estas enfermedades. Cuanto mayor sea el número de síntomas y de enfermedades relacionadas con un producto tóxico o con unas condiciones de trabajo determinadas, mayor será la probabilidad de que dicha enfermedad sea reconocida, en un período de tiempo no muy largo, como enfermedad profesional.