ENERO 2021 | AYUNO#2
FRUTOS DEL ESPIRITU
Galatas 5
Día 2: El desarrollo del Fruto
Cuando empieza cada año solemos ponernos metas, terminar
la universidad, poner un negocio, perder peso, comprarme un
carro etc. etc. Alguna vez han notado que rara vez o casi nunca
en las metas del año se encuentra lo siguiente: mejorar mis
relaciones interpersonales, ser más paciente, perdonar a
fulano, visitar a mis familiares, ser menos enojado.
Rara vez colocamos como meta mejorar nuestro carácter y
nuestros frutos como personas. Lo curioso es que los primeros
que mencioné según la Biblia son consecuencias del fruto, lo
vemos en Juan 15:16. Jesús le habla a sus discípulos y les dice:
Los escogí para que lleven fruto que permanezca así el Padre les
dará todo lo que le pidan en mi nombre.
Hay una sola condición para que el Padre nos de todo lo que
pedimos en su nombre y es dar fruto. ¿Te has puesto a
pensar si has dado fruto? ¿Qué clases de fruto estoy
dando?
Ahora bien, para dar un fruto hay todo un proceso: Seleccionar
la Semilla, sembrarla en buena tierra, abonarla, regarla y
podarla constantemente y muchas especies de frutos tardan
años de constantes cuidados, el clima correcto antes de dar
fruto. Te invito a que medites en esto: ¿Qué semillas hay en tu
corazón? ¿Eres buena tierra? ¿Qué frutos ya van creciendo en
tí? ¿Eres intencional en cultivar esos frutos?
Ustedes no me escogieron a mí, sino
que yo los escogí a ustedes, y los he
mandado para que vayan y den fruto,
un fruto que dure para siempre. Así
el Padre les dará todo lo que le pidan
en mi nombre..
JUAN 15:16
Padre celestial el día de hoy te pido que
me muestres, que tipos de semillas hay
en mi corazón, si hay frutos buenos o
malos dentro de mí, si soy buena tierra
o necesito trabajo para que todas las
cosas buenas que Tú y otros siembren
en mí den fruto.
Padre muéstrame también cuando
cosas que tu no sembraste en mí como
semillas de rencor, odio, falta de
perdón, tristeza, baja autoestima,
idolatría, codependencia han dado
fruto o están echando raíces en mí.
Ayúdame a identificarlas y arrancarlas
de mi corazón y de mi mente. Ayúdame
a dar buenos frutos, frutos que
permanezcan.
En el nombre de Jesús, Amén.
ORACIÓN