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EL HUMANISMO UNIVERSALISTA

MARIO LUIS RODRÍGUEZ COBOS

El Nuevo Humanismo

Explica que el ser humano, antes de ponerse a pensar respecto a sus


orígenes, o su destino, etc., se encuentra en una determinada
situación vital. Situación que no ha elegido. Así, nace sumergido en un
mundo natural y también social, plagado de agresiones físicas y
mentales, que registra como dolor y sufrimiento.

Y se moviliza contra los factores agresivos, tratando de superar el


dolor y el sufrimiento. Así es que, en su accionar contra los factores
dolorosos, produce objetos y signos que se incorporan a la sociedad y
que se transmiten históricamente.

La producción organiza a la sociedad y, en continua realimentación, la


sociedad organiza a la producción.

Éste es un mundo social que modifica el estado natural y animal del


ser humano. En este mundo, nace cada ser humano. Un mundo en
que su propio cuerpo es parte de la naturaleza y un mundo no natural,
sino social e histórico.

Es decir, un mundo de producción (de objetos, de signos), netamente


humano. Un mundo humano en el que todo lo producido está
“cargado” de significación, de intención, de para qué.

Y esa intención está lanzada, en última instancia, a superar el dolor y


el sufrimiento.

Con su característica ampliación del horizonte temporal, el ser humano


puede diferir respuestas, elegir entre situaciones y planificar su futuro.
Y es esta libertad la que le permite negarse a sí mismo, negar
aspectos de su cuerpo, negarlo completamente como en el suicidio, o
negar a otros.

Esta libertad ha permitido que algunos seres humanos se apropien


ilegítimamente del todo social.
Es decir, que nieguen la libertad y la intencionalidad a otros seres
humanos, reduciéndolos a prótesis, a instrumentos de sus propias
intenciones.

Allí está la esencia de la discriminación, siendo su metodología la


violencia física, económica, racial y religiosa.

Necesariamente, aquellos que han reducido la humanidad de otros


seres humanos, han provocado con esto nuevo dolor y sufrimiento,
reiniciando en el seno de la sociedad la antigua lucha contra la
naturaleza, pero ahora contra otros seres humanos convertidos en
objetos naturales.

En la concepción del Humanismo, “el hombre es el ser histórico, cuyo


modo de acción social transforma a su propia naturaleza”.

Si admitimos esta definición, tendremos que aceptar que puede


transformar también su propia constitución física... Y así está
sucediendo; comenzó con prótesis externas y hoy las está
introduciendo en su propio cuerpo. Está cambiando sus órganos.

Reconociendo las condiciones de opresión que algunos seres


humanos han establecido en el mundo, al apropiarse del todo social,
se desprende una ética social de la libertad, un compromiso querido
de lucha no sólo contra las condiciones que me producen dolor y
sufrimiento, sino que lo provocan a otros. Porque la opresión a
cualquier ser humano es también mi opresión.

Porque la opresión a cualquier ser humano es también mi opresión. Su


sufrimiento es el mío y mi lucha es contra el sufrimiento y aquello que
lo provoca.

Pero al opresor no le basta con encadenar al cuerpo. Le es necesario


llegar más lejos, apropiarse de toda libertad y de todo sentido. Por
tanto, apropiarse de la subjetividad.

Por lo anterior, las ideas y el pensar deben ser cosificadas por el


Sistema. Las ideas ‘peligrosas’ o ‘sospechosas’ deben ser aisladas,
encerradas y destruidas como si se tratara de gérmenes
contaminantes.
Vistas así las cosas, el ser humano debe reclamar también su derecho
a la subjetividad: a preguntarse por el sentido de su vida y a practicar y
predicar públicamente sus ideas y su religiosidad o irreligiosidad.

Y cualquier pretexto que trabe el ejercicio, la investigación, la prédica y


el desarrollo de la subjetividad... que lo trabe o lo postergue, muestra
el signo de la opresión que detentan los enemigos de la humanidad...»
«Las dos ideas básicas expuestas anteriormente, en primer lugar la de
la condición humana sometida al dolor con su impulso por superarlo y,
en segundo término, la definición del ser humano histórico y social,
centran el estado de la cuestión para los humanistas de hoy.»

«En el Documento fundacional del Movimiento Humanista, se declara


que ha de pasarse de la prehistoria a la verdadera historia humana
recién cuando se elimine la violenta apropiación animal de unos seres
humanos por otros. Entre tanto, no se podrá partir de otro valor
central que el del ser humano pleno en sus realizaciones y en su
libertad.

La proclama

"Nada por encima del ser humano y ningún ser humano por debajo de
otro", sintetiza todo esto.

Si se pone como valor central a Dios, al Estado, al Dinero o a


cualquier otra entidad, se subordina al ser humano creando
condiciones para su ulterior control o sacrificio.

Los humanistas tenemos claro este punto. Los humanistas somos


ateos o creyentes, pero no partimos del ateísmo o de la fe para
fundamentar nuestra visión del mundo y nuestra acción; partimos del
ser humano y de sus necesidades inmediatas.» «Los humanistas
planteamos el problema de fondo: saber si queremos vivir y decidir en
qué condiciones hacerlo.

Todas las formas de violencia física, económica, racial, religiosa,


sexual e ideológica, merced a las cuales se ha trabado el progreso
humano, repugnan a los humanistas. Toda forma de discriminación,
manifiesta o larvada, es motivo de denuncia para los humanistas.»
«Así está trazada la línea divisoria entre el Humanismo y el
Antihumanismo.

El Humanismo pone por delante la cuestión del trabajo frente al gran


capital; la cuestión de la Democracia real frente a la Democracia
formal; la cuestión de la descentralización frente a la centralización; la
cuestión de la antidiscriminación frente a la discriminación; la cuestión
de la libertad frente a la opresión; la cuestión del sentido de la vida
frente a la resignación, la complicidad y el absurdo.»
«De este modo, los humanistas fijamos posiciones. No nos sentimos
salidos de la nada sino tributarios de un largo proceso y esfuerzo
colectivo. Nos comprometemos con el momento actual y planteamos
una larga lucha hacia el futuro.

Afirmamos la diversidad en franca oposición a la regimentación que


hasta ahora ha sido impuesta y apoyada con explicaciones de que lo
diverso pone en dialéctica a los elementos de un sistema, de manera
que al respetarse toda particularidad se da vía libre a fuerzas
centrífugas y desintegradoras.

«En el Documento, los humanistas reconocemos los antecedentes del


Humanismo histórico y nos inspiramos en los aportes de las distintas
culturas, no solamente de aquellas que en este momento ocupan un
lugar central; pensamos en el porvenir tratando de superar la crisis
presente; somos optimistas: creemos en la libertad y el progreso
social.»

«Los humanistas somos internacionalistas, aspiramos a una nación


humana universal. Comprendemos globalmente al mundo en que
vivimos y actuamos en nuestro medio inmediato. No deseamos un
mundo uniforme sino múltiple: múltiple en las etnias, lenguas y
costumbres; múltiple en las localidades, regiones y autonomías;
múltiple en las ideas y las aspiraciones; múltiple en las creencias, el
ateísmo y la religiosidad; múltiple en el trabajo; múltiple en la
creatividad.»

«Los humanistas no queremos amos; no queremos dirigentes, ni jefes,


ni nos sentimos dirigentes, jefes, ni representantes de nadie. Los
humanistas no queremos un Estado centralizado ni un Paraestado que
lo reemplace. Los humanistas no queremos ejércitos policíacos, ni
bandas armadas que los sustituyan...» «Inmediatamente, el
Humanismo entra en la discusión de las condiciones económicas.

Sostiene que en el momento actual no se trata de aclarar detalles


sobre las economías feudales, las industrias nacionales o los grupos
regionales. Se trata de que aquellos supervivientes históricos
acomodan su parcela a los dictados del capital financiero
internacional.

Un capital especulador que se va concentrando mundialmente. De


esta suerte, hasta el Estado nacional requiere para sobrevivir del
crédito y el préstamo.

Todos mendigan la inversión y dan garantías para que la banca se


haga cargo de las decisiones finales. Está llegando el tiempo en que
las mismas compañías, así como los campos y las ciudades serán
propiedad indiscutible de la banca.

En definitiva, se trata de la desintegración del tejido social y del


advenimiento de millones de seres humanos desconectados e
indiferentes entre sí a pesar de las penurias generales.

El gran capital domina no solo la objetividad, gracias al control de los


medios de producción sino la subjetividad gracias al control de los
medios de comunicación e información.

En estas condiciones puede disponer a gusto de los recursos


materiales y sociales convirtiendo en irrecuperable a la naturaleza y
descartando progresivamente al ser humano. Para ello cuenta con
tecnología suficiente. Y así como ha vaciado a las empresas y a los
estados, ha vaciado a la Ciencia de sentido convirtiéndola en
tecnología para la miseria, la destrucción y la desocupación.

EL NUEVO HUMANISMO HOY

El Nuevo Humanismo (N.H.) propone una acción revolucionaria y no


violenta. Se dice revolucionaria en su acepción de que las
transformaciones pueden ser realizadas de una manera más
acelerada e intensa que las que se producirían por la simple evolución
mecánica:
La historia del hombre muestra un continuo progreso, el N.H. trata de
intensificarlo.

Es no-violenta porque plantea los cambios no por medio de la fuerza o


de la imposición de unos sobre otros, si no trabajando en base al
consenso, el diálogo y el acuerdo.

Se actúa buscando el respaldo mayoritario de la gente, reforzando y


profundizando la democracia y llevando adelante las propuestas de
la no-violencia activa.

El NH anuncia la llegada de un hombre nuevo y una nueva


civilización planetaria. Pero indica que esto no es algo que vendrá
desde fuera sino que irá surgiendo en el interior de cada ser humano.

No habrá que buscar modelos afuera si no que será desde el interior


del ser humano que surgirán ese hombre nuevo y las bases de esa
nueva civilización.

Los pioneros en este trabajo son aquellos que comprenden la


necesidad de su cambio personal y simultáneamente la urgencia de
trabajar en la transformación de la sociedad.

La transformación.

La transformación es el eje central del humanismo. La propuesta es


llevar adelante un cambio en distintos niveles y de forma simultánea.
Hay un plano personal donde el tema será la transformación del
individuo, pero también existe un medio social al que el humanismo
aplica su acción transformadora para mejorar las condiciones de vida
de los pueblos.

La propuesta es llevar estos dos niveles de transformación de


manera simultánea. Me voy transformando a la vez que ayudo a
mejorar mi medio y esa acción que llevo adelante en el medio en el
que vivo, a su vez, revierte positivamente sobre mí, lo cual refuerza
el ir mejorando yo mismo. Es un tipo de acción que se retroalimenta.
El término transformación se entiende en un sentido amplio y en la
dirección indicada por Silo cuando propone llevar adelante la idea de:
“humanizar la tierra”, y la define como “superar el dolor y el
sufrimiento en el ser humano” y crear condiciones sociales aptas
para su desarrollo. “… el dolor se superará por el avance de la
ciencia y la justicia, y el sufrimiento por el avance de la mente y del
sentido de la existencia”.

El Nuevo Humanismo es entonces una herramienta de


transformación, de transformación personal y social. Tiene una
dirección precisa, esta es: cambiar, transformar al individuo y al
mundo.

El ser humano como valor central

Los desarrollos del Nuevo Humanismo parten de la persona, de la


experiencia de “ser humano”. El NH trata de colocar al ser humano
como eje central en la sociedad y de considerarlo efectivamente
como su valor máximo.

Se observa que hoy la situación es muy distinta, es más bien la


contraria. Hoy por encima del ser humano están la política, el dinero,
las multinacionales, los estados, las religiones, los ejércitos, los
grupos de poder, etc. Hoy son los seres humanos los que deben
servir a esas instituciones y estamentos sociales. El NH entiende que
debería ser al revés. El estado debería estar al servicio de la gente,
la religión debería ser útil a los creyentes ayudándoles a la
convivencia y no enfrentarlos a otros por sus creencias, las
empresas deberían mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y no
ser herramientas de opresión y explotación.

LA CONCEPCIÓN DEL SER HUMANO

Existen diversas concepciones del “ser humano”. Dependiendo de la


que se adopte se tendrán distintas visiones del mundo, de la historia
y del sentido del hombre, y será también diferente lo que a cada ser
humano le conviene o lo que no le es útil.

Si se lo concibe, p. ej. Como un engranaje de la maquinaria social,


los partidarios de esta concepción dirán cosas como ésta: “la gente
tiene que encontrar su sitio en la sociedad donde pueda encajar para
cumplir su papel”. Una vez conseguido el “lugar” ya no habrá nada
más que hacer. Tampoco hay que preocuparse por los que no hayan
encontrado su lugar por inadaptados, pues su sitio estará dentro del
grupo de los marginados.

Si se considera al ser humano como algo acabado, con capacidades


innatas “naturales”, entonces no hace falta desarrollar nada, sólo
poner esas supuestas aptitudes en práctica. Entonces surgirán todos
los naturalismos que justificarán que unos tienen que dirigir y otros
someterse a aquellos, los aptos y no aptos, las clases y los niveles
sociales.

Si por el contrario, como propone el humanismo, se concibe al ser


humano como incompleto y en desarrollo, todo el enfoque desde la
educación hasta el armado social, así como su escala de valores,
será muy distinto. No vamos a entrar en detalle de estas diferentes
posturas sobre el hombre, vamos a exponer la concepción que tiene
el Nuevo Humanismo, desde la que arrancan desarrollos posteriores.

Se parte de la concepción del ser humano como: “ser histórico cuyo


modo de acción social transforma a su propia naturaleza” Entonces
se entiende al ser humano en proceso de cambio, de aprendizaje,
con enormes posibilidades de transformación, siendo su parte
constitutiva esencial esa capacidad de transformar el mundo y de
transformarse a sí mismo.

LA INTENCIÓN COMO ELEMENTO TRANSFORMADOR

El ser humano ha desarrollado su capacidad de transformación por


medio de la intención. Es la intención la que empuja toda
transformación. Es la que caracteriza a este “ser” más nítidamente
como humano: la intención, con su proyección transformadora.

Si hace frío, al animal, al cabo de muchos años de adaptación, le


crece el pelo. El hombre construye una casa, fabrica ropa. La
intención es una compleja interacción de diferentes procesos que
determinan cierta conducta.

La intención es la integración de:


1. Organizar intuitiva o racionalmente la aspiración de un objetivo
que mejore la situación que se tiene;
2. Formular para sí y para los demás el sentido de ese objetivo;
3. Elegir los medios para su consecución;
4. Realizar la acción práctica para su consecución.

Sin intención no hay existencia.

Es la intención, que mejora el presente proyectándose a futuro,


resultando un elemento indispensable para la transformación. Esa
proyección a futuro se formaliza en imágenes que tienen la función de
ser trazadoras de dirección para modificar la realidad. Estas imágenes
llegan a convertirse en objetivos a los que apunta la intención.

LA ACTITUD HUMANISTA

En cuanto a la actitud, es posición común de los humanistas de las


distintas culturas:

1. La ubicación del ser humano como valor y preocupación central;


2. La afirmación de la igualdad de todos los seres humanos;
3. El reconocimiento de la diversidad personal y cultural;
4. La tendencia al desarrollo del conocimiento por encima de lo
aceptado o impuesto como verdad absoluta
5. La afirmación de la libertad de ideas y creencias y
6. El repudio de la violencia

La actitud humanista puede ser comprendida como una “sensibilidad”,


como una ubicación frente al mundo humano en el que se reconoce la
intención y la libertad de otros, y en el que se asumen compromisos de
lucha no violenta contra la discriminación y la violencia”

En oposición se coloca la actitud anti-humanista la cual se define


como la imagen invertida de la anterior, en la que prima un modo de
emplazarse, un comportamiento y un modo de relación en el mundo
en el que se considera a las demás personas como objetos, negando
la intención y la libertad a otros seres humanos.
La actitud humanista está cada vez más presente en el paisaje
humano y la sensibilidad de esta época.

La no-violencia activa

El nuevo humanismo define a la no-violencia activa como su


metodología de acción.
Hace una primera diferencia entre pacifismo y no-violencia,
considerando al primero como una actitud de negación de la guerra y
el armamentismo, en la que se tiene como principio moral o político a
la vida humana como valor supremo.

En el pacifismo hay una sensibilidad de rechazo a la violencia, al odio


y la desconfianza, buscando la comprensión y el acercamiento entre
diferentes culturas y generaciones. Pero el eje central es la denuncia
constante contra el armamentismo. La no-violencia es una actitud, un
estilo de vida y un método de acción, de rechazo a toda forma de
violencia. No sólo a la violencia física. La no-violencia activa es la
estrategia de lucha del Nuevo Humanismo, que consiste en una
permanente denuncia de todas las formas de violencia (física, racial,
religiosa, económica, de género, generacional, moral, sicológica, etc.)
que ejerce el Sistema.

LOS DOS NIVELES DE ACCIÓN DEL MOVIMIENTO HUMANISTA

En el MH se definen, desde el comienzo, actividades de manera


simultánea en dos niveles: el individual y el del medio inmediato.

a) La transformación personal

La posibilidad de la transformación personal es una experiencia


comprobable para aquellos que ponen en práctica las herramientas de
trabajo personal del MH. El nivel personal es, en general, el campo
donde el individuo puede tener más libertad de acción y, si se aplica,
conseguir resultados más directos.

Pero también puede ocurrir que la transformación personal sea la más


difícil de llevar a cabo por la falta de experiencia y/o ámbito adecuado.
La experiencia se adquiere con la práctica, el ámbito se construye con
otros. Sin un ámbito adecuado el avance personal es casi imposible.
La situación de la que se parte en lo personal es la siguiente (según lo
observado en diferentes culturas, generaciones, posiciones sociales,
etc.), se puede afirmar sin equívoco alguno que:

Hoy hay un aumento de contradicción entre lo que se piensa, se siente


y se hace; aumenta la insatisfacción, el nihilismo, la falta de fe en sí
mismo y en los otros; también aumentan en la gente la soledad, el
aislamiento, el sentimiento de no vivir la propia vida, la frustración, etc.

Aumenta la sensación de que el futuro se cierra con su correlativo


aumento de la violencia interna. Éstos son algunos de los registros del
sin-sentido. Un sin-sentido que avanza en los motivos, en los
quehaceres y en los fines.

La transformación personal que propone el NH trata de: Avanzar en


comprender la raíz del sufrimiento y entender la propia vida.

Ir creando un centro de gravedad interno para ganar fe en nosotros


mismos y en los demás.

Conocer y despejar falsas esperanzas que nos producen


desorientación en la vida; ir convirtiéndonos en orientadores de
nuestro propio desarrollo; superar limitaciones, inhibiciones, miedos,
desorientación, etc.

Aprender a conectar con la Fuerza Interior y saber manejarla; avanzar


en la comunicación y en el trabajo conjunto con otros; conocer qué es
y cómo desarrollar una conducta no violenta; entre otras muchas
cosas y con todo esto ir avanzando en ser uno el artífice de su propia
vida, siendo la actitud humanista la mejor aliada en este proceso de
transformación.

B) Adecuación Del Medio Inmediato.

El medio inmediato donde vivimos nos influye directamente y si no


tiene características adecuadas para nuestro desarrollo se convierte
en un freno.
En ese caso puede ser conveniente modificarlo. En la situación actual
se produce un deterioro progresivo de nuestro medio social inmediato.
Aumenta la desestructuración de las relaciones entre la gente tanto de
los ámbitos cercanos más íntimos (pareja o la familia), como en el
medio humano (amigos, compañeros, vecinos, conocidos).

Las relaciones se fracturan y se incrementa el aislamiento.


Por otro lado las condiciones de vida del medio social en cuanto a
trabajo, salud, educación, calidad de vida, hábitat, acceso a
comunicaciones e información, se van deteriorando progresivamente.
También la violencia social se generaliza en todos los campos. En
muchos casos se vive en condiciones infrahumanas, con serias
carencias de elementos básicos para tener una vida digna.

El eje desde donde producir este cambio es la puesta en práctica el


principio: “trata a los demás como quieres que te traten a ti”. Con lo
cual mejoraremos y daremos otro sentido a las relaciones humanas, al
organizarnos con otros para modificar el medio no adecuado. Esto
facilita reconocer en los demás la actitud humanista que nos interesa
activar.

Una de las herramientas a desarrollar es producir efectos


demostración que contrarresten el deterioro de las condiciones de
vida.

El efecto demostración es aquel que tiene este perfil:

1. Cubrir necesidades concretas de la gente;


2. Que se planifique con la gente del lugar;
3. Que se contemple la creación de una estructura humana capaz
de llevarlo adelante;
4. Que se realice en un corto espacio de tiempo;
5. Que se planifique con las características de poder auto-
reproducirse.

¿A QUÉ APUNTA EL MOVIMIENTO HUMANISTA?

El MH apunta hacia la construcción de “la nación humana universal”.


En este campo propone avanzar en la dirección de:
 La eliminación de las fronteras,
 La profundización de las democracias,
 Implementación de la metodología no-violenta en los
gobiernos,
 El desarrollo de una verdadera participación ciudadana,
 El respeto a la diversidad cultural y
 La solidaridad entre los pueblos.
 El armado social habrá que hacerlo desde abajo hacia arriba y
no como hoy se pretende desde arriba hacia abajo.
Comenzando por el barrio y el municipio, y sobre esa base,
organizando el resto de las instituciones.

Las herramientas para llevar adelante esta acción son: ideológicas,


organizativas y de frentes de acción. Las ideológicas basadas en la
no-violencia activa y con la propuesta de la triple revolución:
Sicológica, cambio de nivel de conciencia, una nueva manera de
mirar y de pensar la realidad, lejos de oscurantismos. Social
Transformación radical del conjunto de las relaciones e interacciones
sociales cotidianas de un grupo humano dentro de un espacio
territorial liberado, sea una ciudad, país, etc. Cultural; aquellas
innovaciones que han marcado una modificación muy importante en
el sistema de creencias, valores, tradiciones, lengua o arte de los
pueblos de la humanidad.

Las organizativas creando organismos y frentes de acción que


cubran todos los quehaceres sociales del ser humano, realizando
desde acciones locales hasta campañas internacionales para crear
una fuerza moral en marcha que, coordinada internacionalmente,
vaya dando nuevas referencias sociales y reorientado el sentido de
los acontecimientos en una dirección constructiva.

El MH propone avanzar para tener un medio inmediato cada vez más


apto para el desarrollo. Para ello hay que construir un medio
personal adecuado en los ámbitos de pareja y de familia y ampliarlo
a las relaciones (amigos, conocidos, compañeros y vecinos)
aumentando el nivel de comunicación, de intercambio y de ayuda.
Por otro lado, crear condiciones dignas de vida donde se tengan
cubiertos los temas básicos vitales como: trabajo, salud, educación,
calidad de vida, vivienda, acceso a medios de comunicación y
participación social.

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