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Escrito por:
Noemí Latorre Ramírez
Paola Carrillo Molina
Camila Pérez Muñoz
Juan Contreras Matamala.
Luego de la Guerra del Pacífico, Alto Hospicio era una desolada estación del
tren salitrero (específicamente en el sector de Alto Molle), donde no vivían más de 100
personas. Ya llegada la década del fines del 50 y principios de los años 60, a raíz del
cierre de las salitreras, comienzan a situarse los primeros aimaras, caracterizándose
por sus parcelas y la venta de productos agrícolas.
A raíz del auge económico que provoco la década del 90 en la ciudad de Iquique, dio
paso a que Alto Hospicio tuviera una expansión demográfica pasando a tener de 2 mil
habitantes a 10 mil habitantes ya en el 2004, donde es declarada comuna. En el año
2017, la comuna se convertía en comuna Multicultural. En la actualidad, Alto Hospicio
concentra 72.758 habitantes.[ CITATION Sub \l 13322 ]
La idea de centrar el estudio en esta población, surge principalmente por ser una
población segregada física y socialmente, es decir los pobladores del sector Santa
Rosa se ven afectados por las precarias condiciones de vida que presenta la población;
precariedad en condiciones de vivienda donde las casas no cuentan con las
condiciones mínimas de habitabilidad, existe hacinamiento y materiales de construcción
de baja calidad, existiendo problemas de salud e higiene para muchas de las familias
del sector. Carencias de espacios públicos y déficit en infraestructura urbana; al
ingresar a esta población, se deja entre ver la falta de preocupación por mejorar los
espacios públicos del sector, donde la falta de iluminaria, el déficit de calidad en
pavimentación y la deficiente calidad de juegos y plazas públicas, deja de manifiesto la
falta de preocupación por el gobierno local en invertir por mejoras espacios de
recreación y esparcimiento, los cuales se pierden con los altos focos de micro-
basurales que cuenta el sector Santa Rosa.
No es legítimo que a los habitantes no sean consultados sobre qué es lo que desean y
cómo piensan sus espacios, su territorio, sobre la construcción de sus viviendas hasta
la plaza de su barrio, bancas, juegos de niños o si desean un supermercado, que en
ocasiones más acercar la ciudad, termina incluso vulnerando la economía barrial.
Por su parte María Elena Ducci, señala una sistemática y hasta parece inalcanzable,
lucha, sobre el valor de la vivienda, efecto no sólo de un sistema económico, sino de la
centralidad del país:
“La vivienda es, sin lugar a dudas, uno de los elementos más
importantes a la hora de definir las condiciones de vida de la población y
ha sido, desde los años sesenta, uno de los temas centrales de las
luchas sociales urbanas. El problema de la vivienda, que alguna vez se
centró en la lucha por la tierra y por un techo, ha cambiado su eje y
ahora nuestras ciudades alojan a millones de pobres que, aun siendo
propietarios de su terreno y/o vivienda, viven en condiciones muchas
veces deplorable”. [ CITATION Duc09 \l 13322 ]
A) Habitantes del sector Santa Rosa, comuna de Alto Hospicio a través de:
V. Conclusiones
Si bien Alto Hospicio está caracterizada por ser una comuna con altos índices de
pobreza y drogadicción, ha surgido bastante desde sus inicios, no obstante, las
variables mencionadas dan cuenta de un problema latente difícil de superar y mejorar si
es que no se toma en consideración todos los sectores de mayor vulnerabilidad social.
Es por lo anterior, que surge una crítica hacia la administración municipal por la
deficiente distribución de recursos públicos y la falta de preocupación por mejorar y
recuperar espacios públicos y de esparcimiento para que familias, niños, niñas y
adolescentes puedan manifestar su sentido de pertenencia hacia su comunidad.
Al reconocer las potencialidades de las personas, con sus propios recursos, para que
desde ahí se pueda habilitar el capital social, de esta forma comenzar a incorporar
espacios de construcción colectiva y de un buen vivir en comunidad.
El respeto y la valoración por las personas es de las primeras cosas que debemos tener
en cuenta cuando accionamos desde problemas y necesidades que les acomplejan,
pues debemos saber respetar sus diferentes estilos y formas de vida, desde ahí
generar cambios y transformaciones, las cuales deben formar parte de un proceso de
corresponsabilidad entre las comunidades y/o localidades, la ciudadanía, profesionales
y Gobiernos Locales.
Referencias
Alvarez, M. I. (s.f.). Derecho Ambiental.
Anexo N°1
Observaciones: Buen uso de anexos y material fotográfico. Revisar uso de citas y de fuentes de
información (párrafo con link a wikipedia)