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NHC

Nueva
I listona
de Colombia

PLANETA
NHC
Nueva
Historia
de Colombia

Director Científico y Académico


ALVARO TIRADO MEJÍA

Asesores
JORGE ORLANDO MELO
JESÚS ANTONIO BEJARANO
Plan de la obra

1 Colombia Indígena - Conquista y Colonia

2 Era Republicana

I Historia Política 1886-1946

II Historia Política 1946-1986

III Relaciones Internacionales, Movimientos Sociales

IV Educación y Ciencias, Luchas de la Mujer, Vida Diaria

V Economía, Café, Industria

VI Literatura y Pensamiento, Artes, Recreación


NHC
Nueva
Historia
de Colombia

V Economía,
Café, Industria

PLANETA
Dirección del proyecto: Gloria Zea
Gerencia general: Enrique González Villa
Coordinación editorial: Camilo Calderón Schrader

Material gráfico: Museo de Arte Moderno de Bogotá, Museo Nacional Museo 20


de Julio Museo de Desarrollo Urbano, Biblioteca Nacional, Biblioteca de la Cancillería
en el Palacio de San Carlos, Archivo de la Cancillería, Hemeroteca Luis López de
Mesa Academia Colombiana de Historia, Federación Nacional de Cafeteros, Museo
Numismático del Banco de la República, Fondo Cultural Cafetero, Biblioteca de la
Universidad de Antioquia, Biblioteca Pública Piloto de Medellin, Archivo FAES,
Archivo Nacional de Colombia, Sala de la Constitución de la Casa de Narino, Centro
Jorge Eliécer Gaitán, UTC, CTC, CGT, CSTC, Centro Cultural Leopoldo López
Alvarez de Pasto, Cromos, El Tiempo, El Espectador, El Siglo, Revista Proa, Patronato
de Artes y Ciencias, Centro de Documentación Musical (Colcultura), Conferencia
Episcopal Latinoamericana, Archivo de la Catedral de Bogotá, C1NEP, Cinemateca
Colombiana, Compañía de Fomento Cinematográfico Focine, Corporación Nacional
de Teatro, Teatro Popular de Bogotá, Corporación de Teatro La Candelaria, Fundación
Teatro Libre de Bogotá, Escuela Militar de Cadetes José María Córdova, Archivo
Melitón Rodríguez, Colección Pilar Moreno de Ángel, Colección Carlos Vélez, Ar­
chivo Planeta Colombiana.

Diseño: RBA, Proyectos Editoriales, S.A. Barcelona (España)


Investigación gráfica: Juan David Giraldo
Asistente: Ignacio Gómez Gómez
Fotografía: Jorge Ernesto Bautista, Luis Gaitán (Lunga), Arturo Jaramillo, Guillermo
Melo, Oscar Monsalve, Jorge Mario Muñera, Vicky Ospina, Carlos Rodríguez, Fer­
nando Urbina.
Producción: Oscar Flórez Herreño
Impreso y Encuadernado por: Editorial Printer Colombiana Ltda.

©PLANETA COLOMBIANA EDITORIAL S.A., 1989


Calle 31, No. 6-41, Piso 18, Bogotá, D.E. Colombia

ISBN (obra completa) 958-614-251-5


ISBN (este volumen) 958-614-258-2

La responsabilidad sobre las opiniones expresadas en los diferentes capítulos de esta


obra corresponde a sus respectivos autores.
Nueva historia de Colombia / director Alvaro Tirado Mejía. — Bogotá: Planeta Colombiana Editorial,
1989.
8v.: ils., mapas; 24 cm.
Contenido: v.l: Colombia indígena, conquista y colonia / Gerardo Reichel-Dolmatoff... [et
al.] - v.2: Era republicana / Javier Ocampo López... [et al.] — v.l: Historia política 1886-1946 /
Jorge Orlando Meló... [et al.] - v.II: Historia política 1946-1986 / Catalina Reyes Cárdenas...
[et al.] - v. III: Relaciones internacionales, movimientos sociales / Femando Cepeda UUoa [et al.]
- v.IV: Educación y ciencia, luchas de la mujer, vida diaria / Magdala Velásquez Toro... [et al.]
- v.V: Economía, café, industria / Bernardo Továr Zambjano... [et al.] - v.Vl: Literatura y
pensamiento, artes y recreación / Andrés Holguín... [et al.]—
v. 1-2 corresponde al Manual de Historia de Colombia editado por Colcultura.
(SBN 958-614-251-5 Obra completa
1. COLOMBIA - HISTORIA - HASTA 1986. 2. COLOMBIA - CONDICIONES ECONÓ­
MICAS Y SOCIALES. 3. COLOMBIA POLÍTICA Y GOBIERNO, 1886-1986. I. Tirado Mejía,
Alvaro, 1940-

CDD 986.1
N83

Nueva historia de Colombia: economía, café, industria / director académico Alvaro Tirado Mejía.
Bogotá: Planeta Colombiana Editorial, 1989.
v.V: 400 p., ils., gráficos, cuadros, mapas; 24 cm.
Contenido: v.V. La economía colombiana. 1886-1922 / Bernardo Tovar Zambrano. La
economía colombiana entre 1922 y 1929 / Jesús Antonio Bejarano Avila. La gran crisis en
Colombia: el período 1928-1933 / Carlos Esteban Posada Posada. Aspectos internacionales de la
crisis de los años treinta / Juan José Echavarría Soto. La economía colombiana entre 1930 y 1945 /
Jesús Antonio Bejarano Avila. La economía colombiana entre 1946 y 1958 / Jesús Antonio
Bejarano Avila. La economía en Colombia 1958-1970/Juan Felipe Gaviria Gutiérrez. La economía
colombiana desde 1970 hasta nuestros días / Guillermo Perry Rubio. Los orígenes de la industria
cafetera, 1830-1929 / José Antonio Ocampo Gaviria. La consolidación de la industria cafetera,
1930-1958 / José Antonio Ocampo Gaviria. El café desde el Frente Nacional / Juan Manuel
Santos Calderón. Luchas del campesinado cafetero, 1930-1946 / Charles Bergquist. Historia de
la industria colombiana, 1886-1930 / Alberto Mayor Mora. Historia de la industria colombiana,
1930-1968 / Alberto Mayor Mora. Historia de industria colombiana, 1930-1968 / Alberto Mayor
Mora. Historia de la población de Colombia: 1880-2000 / José Olinto Rueda Plata.
ISBN 958-614-258-2 tomo V
1 . ECONOMÍA - COLOMBIA - HISTORIA, 1886-1989. 2. COLOMBIA - CONDICIONES
ECONÓMICAS, 1886-1970. 3. COLOMBIA -INDUSTRIAS. 4. CAFÉ - COLOMBIA - HISTO­
RIA, 1830-1946. 5. COLOMBIA - POBLACIÓN - HISTORIA, 1880-2000. I. Economía, café,
industria.

CDD 986.1
N83
Sumario

Sumario
Introducción
Jesús Antonio Bejarano Avila 5

La economía colombiana, 1886 - 1922


Bernardo Tovar Zambrano 9

2 La economía colombiana entre 1922 y 1929


Jesús Antonio Bejarano Avila 51

3 La gran crisis en Colombia: el período 1928-1933


Carlos Esteban Posada Posada 77

4 Aspectos internacionales de la crisis de los años treinta


Juan José Echavarría Soto 103

5 La economía colombiana entre 1930 y 1945


Jesús Antonio Bejarano Avila 115

6 La economía colombiana entre 1946 y 1958


Jesús Antonio Bejarano Avila 149

7 La economía colombiana. 1958-1970


Juan Felipe Gaviria Gutiérrez 167

8 La economía colombiana desde 1970 hasta nuestros días


Guillermo Eduardo Perry Rubio 189
4 Nueva Historia de Colombia, Vol V

9 Los orígenes de la industria cafetera, 1830-1929


José Antonio Ocampo Gaviria 213

10 La consolidación de la industria cafetera. 1930-1958


José Antonio Ocampo Gaviria 233

11 El café desde el Frente Nacional


Juan Manuel Santos Calderón 263

12 Luchas del campesinado cafetero. 1930-1946


Charles Bergquist 295

13 Historia de la industria colombiana. 1886-1930


Alberto Mayor Mora 313

14 Historia de la industria colombiana. 1930-1968


Alberto Mayor Mora 333

15 Historia de la población de Colombia: 1880-2000


José Olinto Rueda Plata 357

Glosario de economía 397


Introducción 5

Introducción
Jesús Antonio Bejarano mente críticas pero que, una vez supe­
radas, propician de muchos modos el
tránsito hacia una economía más moder­
na. La periodización adoptada aquí re­
Cien años de economía colombiana coge las grandes etapas en las que puede
subdividirse el comportamiento econó­
a historiografía económica sobre mico del país en una perspectiva histó­
L Colombia suele aceptar el decenio rica.
1880-1890 como el período en el cual Así, los años que transcurren entre
empezaron a establecerse las condicio­ mediados del decenio de 1880 y aproxi­
nes para un desarrollo sostenido del madamente 1922 no son más que la ma­
país. Este "punto de inflexión", como duración lenta, y en ocasiones interrum­
acostumbran llamarlo los economistas, pida, de los impulsos propiciados por
tiene su explicación en el incipiente sur­ el café El decenio que comienza en
gimiento de la economía cafetera, en la 1920 es, por el contrario, un período
conformación aún precaria de un sis­ de aceleradas transformaciones en el or­
tema de transportes que vinculaba al den económico, impulsadas en buena
país con el exterior, en una organización parte al amparo de los acontecimientos
política que se fraguó al amparo de la externos favorables que logran catalizar
Constitución de 1886 y en un contexto las fuerzas económicas y sociales inter­
internacional favorable que se prolongó nas con una rapidez que hasta entonces
durante los primeros decenios del presente el país no había experimentado. La
siglo. "prosperidad al debe", como se llamó
Durante los cien años transcurridos al auge de estos años, se vio abrupta­
desde entonces, la economía colom­ mente interrumpida por la gran crisis de
biana ha experimentado la trayectoria 1929-1930, la cual, si bien en lo inme­
cíclica propia de los procesos económi­ diato se tradujo en una paralización del
cos globales: largos períodos de creci­ aparato productivo y en una marcada
miento lento a los que siguen períodos inestabilidad, acabó a la postre transfor­
de aceleración de este crecimiento y las mando el escenario económico, social
consiguientes contracciones de la activi­ y político, e impulsando un proceso de
dad económica en ocasiones extremada­ modernización económica cuyo resul-
6 Nueva historia de Colombia, Vol. V

tado más visible fue sin duda la indus­ ampliación de la frontera agrícola; per­
trialización. Hasta la segunda Guerra mitió el establecimiento de una red de
Mundial, el país avanzará fundamental­ transportes, especialmente de ferroca­
mente sobre este sector y al mismo rriles, que no sólo abrió el país a las
tiempo irá estableciendo un conjunto de corrientes del comercio externo, sino
instituciones económicas que permitirán que comunicó internamente las regio­
la ampliación de la órbita de interven­ nes, ampliando con ello el mercado na­
ción del Estado. Además del capítulo cional; provocó, en fin, múltiples efec­
sobre la evolución de la economía entre tos económicos de innegable importan­
1930 y 1945, hemos incluido en relación cia para el progreso nacional a lo largo
con la política económica apartes de un del siglo XX. No fue menor su signifi­
ensayo escrito por el doctor Carlos Lle­ cación en cuanto al ordenamiento social
ras Restrepo en 1946, quien gentilmente y político del país. Los historiadores
ha autorizado su publicación. Al igual del tema han destacado suficientemente
que durante los años veintes, en el pe­ cómo la consolidación de la economía
ríodo de postguerra el país experimen­ cafetera en los primeros decenios del
tará un rápido crecimiento y una no me­ siglo XX, que generó una extensa capa
nos rápida transformación de su estruc­ de pequeños propietarios en la región
tura económica. De la postguerra emer­ occidental, logró atenuar sensiblemente
gerá una agricultura sensiblemente mo­ las rivalidades partidistas al provocar la
dernizada, un entable industrial mucho confluencia de intereses de diversos gru­
más diversificado que en los años ante­ pos sociales alrededor del desarrollo ca­
riores, y se vislumbrará desde entonces fetero, además de que los ingresos pro­
la transición hacia una sociedad funda­ venientes del café permitieron el forta­
mentalmente urbana, con todo lo que lecimiento de los ingresos estatales, dis­
ello significa en términos de las dimen­ minuyendo así las recurrentes crisis fis­
siones sociales del desarrollo. cales que a lo largo del siglo XIX acen­
Los últimos quince años en buena me­ tuaron la inestabilidad política. Las
dida resumen las vicisitudes del com­ etapas del desarrollo cafetero, por otra
portamiento cíclico de la economía co­ parte, han significado cambios en la
lombiana, caracterizada en su trayecto­ conformación regional del país, en las
ria histórica, según se anotó, por perío­ formas de utilización de la mano de
dos bien definidos de crecimiento lento, obra, en los sistemas de comercializa­
aceleraciones y crisis de las que, inde­ ción interna y externa y, por supuesto,
pendientemente de sus causas, emerge en la estructura misma de las unidades
un país distinto y en todo caso más vi­ productivas, elementos estos que permi­
goroso. Quizás la enseñanza de los cien ten configurar períodos más o menos
años de historia examinados en estas precisos en la evolución de la economía
páginas sea la de que, por tortuosos que cafetera, períodos que se han adoptado
sean los caminos, siempre queda la es­ aquí para la subdivisión cronológica del
peranza de una alternativa para las épo­ tema.
cas de crisis. De hecho, en sus comienzos en las
últimas décadas del siglo XIX, la expan­
Café e Industria sión cafetera se asentó sobre un régimen
de haciendas, principalmente en el occi­
Sin duda, el surgimiento de la economía dente de Cundinamarca, los Santande-
cafetera en los últimos decenios del res, Antioquia y en menor medida el
siglo XIX es uno de los hechos esencia­ Valle del Cauca. Sin embargo, desde
les en la historia económica colombia­ comienzos del siglo XX, se insinuaba
na. El café vinculó al país de manera ya el avance cafetero en el sur de Antio-
estable y definitiva a la economía inter­ quia, viejo Caldas, norte del Valle y
nacional; contribuyó a crear las condi­ Tolima, en gran medida como resultado
ciones para el desarrollo de la región de la colonización del occidente del
oriental; propició la ocupación de nue­ país, conformándose de modo predomi­
vas áreas del territorio, y con ello la nante un régimen productivo de peque-
Introducción 7

ñas y medianas unidades que iría a cons­ En los capítulos sobre la historia in­
tituir el rasgo característico de la econo­ dustrial se ha optado por subrayar más
mía cafetera durante el siglo XX. Por las dimensiones sociológicas que las
otra parte, las haciendas cafeteras de propiamente económicas, ya que la in­
Cundinamarca y Tolima fueron el esce­ dustria en tanto que sector de la econo­
nario de las luchas agrarias en los años mía ha sido convenientemente tratada
veinte y treinta; aquellas, al descompo­ en los capítulos correspondientes a la
nerse, acentuaron aún más los cambios evolución económica general del país.
en la localización regional del desarrollo
cafetero. En rigor, el malestar campe­ Se complementa este volumen con un
sino de aquellos años lo fue fundamen­ capítulo relativo a la historia de la pobla­
talmente del campesinado cafetero, lo ción colombiana durante los últimos
cual marcó, según se observa en estas cien años, capítulo que, por lo demás,
páginas, los límites y características de presenta de manera novedosa las dimen­
las luchas agrarias de ese período. siones de la dinámica demográfica en
Paralelamente a la expansión cafete­ sus relaciones con el desarrollo econó­
ra, y en parte como su consecuencia mico y social, superando con mucho las
más inmediata, se fue constituyendo en limitaciones habitualmente descriptivas
el occidente colombiano, especialmente de los estudios demográficos.
en Antioquia, un entable industrial que Recoge este volumen, pues, la histo­
aprovechó la experiencia empresarial ria de tres grandes procesos que articu­
ganada en el comercio cafetero, los ca­ lan el curso general de la economía co­
pitales acumulados en este y, por su­ lombiana durante el siglo XX: el desa­
puesto, el mercado que poco a poco el rrollo de la economía cafetera, la evolu­
café iba creando mediante los múltiples ción de la industria y la dinámica demo­
efectos aludidos antes. gráfica.
Capítulo 1 9

La economía colombiana
(1886-1922)
Bernardo Tovar Zambrano

1886-1992: un período
de transición
n el contexto de la historia nacio­
E nal, el período comprendido en­
tre 1886 y 1922 se inscribe en la fase
de transición durante la cual tomaron
cuerpo las condiciones económicas,
sociales y político-institucionales que
encauzaron el país por el derrotero de
la modernización capitalista. Tales
condiciones eran resultado de la con­
fluencia, tanto en el escenario interior
como en el ámbito de las relaciones
externas, de una serie de factores cuyo
desenvolvimiento, a la vez que era ex­
presión de los nuevos desarrollos, con­
tribuía, por sus efectos, a cimentar y
ampliar la tendencia de la moderni­ 1887 y 1896 se vivió un nuevo auge ca­ Recuas de mulas
zación. Entre dichos factores se des­ fetero, hasta llegar en este último año cargadas con café,
taca, ante todo, la producción cafetera a representar el 56.3 % del valor total en la calle 5a. de
de exportación, la cual comenzó a ex­ de las exportaciones. Nuevamente de­ Bucaramanga,
a comienzos de siglo.
pandirse desde los años setenta del si­ cayó la exportación a fines del siglo
glo pasado. En 1872-73 se exportaron XIX y comienzos del siglo XX; en 1905
7.364 toneladas de café por valor de se exportaron 30.486 toneladas por
$ 1.9 millones, lo que significaba el valor de $ 4.8 millones, el 39.2 % de
18.4 % del valor total de las exporta­ las exportaciones. La exportación se
ciones; a partir de estos años la ex­ mantuvo baja hasta 1911 en que se co­
portación de café descendió. Entre menzó a presentar un nuevo auge; en
10 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

par que estabilizaba relativamente la


vinculación de Colombia al mercado
mundial (lo que contrastaba, excep­
tuando al oro, con el carácter transi­
torio de los otros ensayos exportado­
res: tabaco, quina, añil, etc.), llevaba
consigo la creación de condiciones que
contribuían a generar nuevas perspec­
tivas para la economía nacional. En
este orden, ha sido común subrayar las
siguientes consecuencias derivadas de
la producción cafetera de exportación:
a) La economía cafetera condujo a la
acumulación de capital dinero en gru­
pos de empresarios nacionales, lo cual
constituyó una condición de la indus­
trialización, en la medida en que esa
Mina de oro de 1912 se exportaron 55.993 toneladas acumulación aportaba capital para la
La Cascada, Manizales, por valor de $ 16.8 millones, lo que inversión en los primeros estableci­
hacia 1900. significaba nuevamente más de la mi­ mientos industriales a fines del siglo
Durante los 30 últimos tad del valor total de las exportacio­ XIX y durante los primeros decenios
años del siglo pasado,
nes, un 52.1 %, y para 1919, la parti­ del XX. b) La economía cafetera, en
el oro llegó a cuanto sector clave de la producción
representar una cipación había ascendido al 68.7 %.
cuarta parte de las En el cuadro 1 se puede apreciar la nacional vinculado al mercado mun­
exportaciones del país. creciente participación del café en el dial, conllevó de hecho la formación
contexto de las exportaciones colom­ de un mercado monetizado, al cual se
bianas. El ostensible crecimiento de la integró un amplio sector de la pobla­
economía cafetera de exportación fue ción campesina (según McGreevey,
decisivo para el desarrollo del país. En un 20-25 % entre 1870 y 1930) que se
efecto, el ascenso exportador del café desplazó de actividades agrícolas de
convertía su producción en el sector subsistencia hacia dicha economía mo­
dinámico de la economía, el cual, a la netaria; la formación y ampliación de

Cultivadores de tabaco
en Santander,
hacia 1910.
Importante renglón
en las exportaciones
colombianas, con un
21% en 1870-75.
el tabaco fue perdiendo
significación hasta
llegar a un exiguo
1% en 1915.
11
Composición porcentual de las exportaciones colombianas. Principales artículos Cuadro 1

Años Total Oro Café Tabaco Quina Cueros Algodón Añil Caucho Tagua Banano Otros(1)

1870/1-74/5 100 22.2 16.4 21.2 14.7 4.6 2.5 3.3 2.8 1.0 11.4
1875/6-77/8 100 24.0 22.3 13.3 17.5 5.7 1.4 0.4 1.9 3.1 10.4
1878/9-80/1 100 19.1 21.4 7.5 25.4 7.0 0.5 0.1 2.3 2.7 14.0
1881/2-82/3 100 18.7 16.9 1.2 30.9 7.8 0.2 3.2 1.1 20.0
1888-91 100 26.9 34.3 6.9 0.3 7.1 1.1 2.7 2.2 18.5
1894-7 100 55.1
1898 100 17.4 49.0 8.3 5.5 0.4 2.3 1.1 0.4 15.6
1905 100 14.1 39.5 3.3 0.1 11.7 0.1 1.8 0.9 1.4 27.1
1906-10 100 20.4 37.2 3.0 9.0 0.1 3.3 2.4 6.3 18.3
1911 100 16.8 42.4 1.6 8.0 4.0 3.4 9.8 14.0
1912 100 20.6 52.2 1.4 8.3 2.3 2.4 6.2 6.6
1913 100 12.0 53.6 2.7 9.3 1.2 2.4 8.9 9.9
1914 100 14.6 49.4 1,2 8.3 0.6 1.0 9.2 15.7
1915 100 17.3 51.5 1.1 11.7 0.8 1.2 6.3 10.1
1916 100 14.9 53.8 1.1 11.2 1.3 1.3 4.5 11.9
1917 100 12.6 42.8 1.7 16.8 0.4 2.1 0.9 7.3 15.4
1918 100 6.8 55.3 2.8 8.0 2.0 1.1 6.6 17.4
1919 100 0.5 68.7 3.5 11.0 0.3 0.9 2.8 12.3
1922 100 10.0 68.8 0.5 4.7 0.2 0.2 0.4 6.8 8.4

(1). Incluye principalmente plata, cacao, sombreros, dividivi, maderas, azúcar, platino, palo brasil, palo mora.

Fuente: 1870-1910, José Antonio Ocampo (1984).


210911-12-10932. 2, Banco de la República. XXXVIIJ y XXXIX informe anual del gerente de la junta directiva, 1 ° jul. de 1960-31 dic. de 1962, 2.a parte, págs.
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
12

Locomotora
"Jorge Holguín",
que estuvo de servicio
en la prolongación
del Ferrocarril del
Norte, a comienzos
de los años 20.
Entre 1904 y 1922
la red ferroviaria
se duplicó, llegando
a 1 481 kms.

ese mercado constituyeron otras con­ más acentuada que para la importa­
diciones propicias para el surgimiento ción de manufacturas terminadas,
de la industria, c) Asociada a la eco­ d) Impulsadas por la producción, pro­
nomía cafetera se produjo la implan­ cesamiento, transporte y comerciali­
tación de una red ferroviaria, que a su zación del café, se desarrollaron las
turno contribuyó a las expansiones de ciudades, que atrajeron un conjunto
la producción cafetera, del mercado y diverso de actividades, oficios y pro­
de la industrialización: entre 1885 y fesiones, captaron un flujo poblacio-
1922 la red ferroviaria en uso pasó de nal, se constituyeron en centros de
203 km a 1.166 km (véase cuadro 2). mercados de bienes y fuerza de tra­
Específicamente, los ferrocarriles fa­ bajo y de este modo coadyuvaron a la
Publicidad del vorecieron el desarrollo industrial, complejidad de la vida económica y
Ferrocarril de Ocaña particularmente la industria textil de social, e) La economía cafetera per­
al Magdalena, mitió la formación de nuevos grupos
publicada por la
Medellín, al reducir los costos de
"Revista Mercantil" transporte para la importación de ma­ sociales que tuvieron incidencia nota­
en 1890. quinarias y materias primas en forma ble en los conflictos y la vida política
Capítulo 1 13

Cuadro 2
Crecimiento de la red ferroviaria: kilómetros en uso para años
seleccionados. 1885-1922
Ferrocarriles 1885 1890 1904 1909 1914 1922
Grupo I (Zonas cafeteras) 176 215 279 549 783 992
FC de Antioquia 38 48 66 102 205 242
FC de Cúcuta 54 55 71 77 71 72
FC de La Dorada 15 29 33 119 111 111
FC de Girardot 31 31 49 132 132 132
FC del Pacífico 33 52 43 94 234 341
FC del Tolima 17 25 30 94
Grupo II 40 114 122 176
87
FC de Ambalema-Ibagué
FC de La Sabana 40 40 40 55
/in
40
Central del Norte la. 12 20 20
Central del Norte 2a. 62 62 62
FC del Nordeste 47
FC de Caldas 39
FC de Nariño
Otros Ferrocarriles 27 27 119 238 261 313
FC de Bolívar 27 27 27 27 28 28
FC de Cartagena 105 117 105 105
FC de Santa Marta 67 94 128 180
Aviso publicitario del
Otros Ferrocarril de la
Sabana, inserto en el
Total, todas las líneas 203 282 565 901 1.166 1.481 "Directorio General de
Bogotá", de 1888.
Fuente: William P. McGreevey (1975, pág. 262). con la nómina
de sus directivos.

del país, f) Finalmente, la economía


cafetera determinó prácticamente los
ingresos ordinarios del Estado; en
efecto, como quiera que éste derivaba
sus ingresos principales de los impues­
tos de aduana que se cobraban a la im­
portación de mercancías, la exporta­
ción cafetera, al otorgar la capacidad
de compra al exterior, determinaba el q-4 —En Büuota: Cnircra 9.\ Cuadra 11, Númaroa 228 y 230, En Fa*
flujo de las importaciones y, con ello, catativa. Maihuo y Musqvkra : Esluviunca de I» CompatHa.

el monto de los derechos aduaneros. ■Tin -T7 -Era. Directiva. -h-wm e»nl Joim,
dor del Departamento ; XI ten luios piuxcwaM»
Uobw»»-
sefiores Dctnelno Paredoa, Juan n rt>0BOa
Además, la exportación cafetera pa­ y Ricardo Gaitón
gaba una serie de derechos, tales Tkimkiio. «riloi <'lirio. T«w: Si'.t mki. .c-Dor IfcmMrio

como los de canalización, peaje y to­ Qr-t-ri-i -i «-i rtii clt=> Inapeood ÓXX. *<»r '■■■"PoW" H“k“
nelaje; los impuestos sobre la carne, la
Nueva Historia de Colombia Vol. V
14

miel, y otros productos que se consu­ derechos de aduana, se reflejan en el


mían en las plantaciones, y los dere­ comportamiento de las finanzas del
chos sobre la importación de sacos Estado y, naturalmente, en la marcha
para empacar el grano. de la economía nacional.
En cuanto mercado de consumo Además del café, otro factor de la
para mercancías extranjeras, la eco­ modernización capitalista del país lo
nomía cafetera soportaba los efectos constituía el proceso de industrializa­
de la exacción aduanera, y en cuanto ción. Al surgimiento y desarrollo de la
producción dinamizadora de la eco­ industria concurrían en primera ins­
nomía interior, ya directamente como tancia las condiciones creadas preci­
mercado de consumo para productos samente por la economía cafetera de
nacionales, ya indirectamente a través exportación, tales como la acumula­
de sus efectos multiplicadores y acti­ ción de capital dinero, la apertura de
vidades complementarias que amplia­ un mercado de consumo de bienes ma­
ban el mercado, contribuía al flujo de nufacturados, el desarrollo del trans­
una actividad económica que incidía porte, la formación de un grupo em­
sobre ciertos impuestos como los de presarial, la urbanización, etc. Así
timbre, papel sellado y consumo, y mismo, la industrialización contaba
animaba también algunos impuestos con el mercado libre de fuerza de tra­
departamentales como los de peaje, bajo que se formaba en las ciudades,
degüello, tabaco y licores. Dada la im­ el cual se veía favorecido por la mi­
portancia de la economía cafetera de gración de trabajadores rurales hacia
exportación para los ingresos del Es­ los centros urbanos. También incidía
tado, y según el modelo de estos in­ en la industrialización la política eco­
gresos que descansaban en los im­ nómica del Estado a través de los me­
puestos de aduana (cuadro 3), se es­ canismos del arancel aduanero, del
tablece una relación de dependencia manejo monetario, del gasto público
en la cual el Estado se hizo particular­ (obras de infraestructura, transporte,
mente sensible a los ritmos de produc­ etc.), de los incentivos y apoyos direc­
Almacén de géneros ción cafetera y del mercado mundial. tos. De igual manera, la modificación
de Alejandro Echavarría, Los períodos de bonanza y de crisis de en la división internacional del trabajo
en Medellín, la exportación del grano, a través del que traía el paso de la hegemonía in­
fotografía de Benjamín mecanismo de las importaciones y los glesa a la norteamericana, y que abría
de la Calle, 1911.
la posibilidad de la industrialización
de áreas periféricas en la perspectiva
de la industria liviana, incidía en la in­
dustrialización del país, así como las
coyunturas del mercado mundial crea­
das por las crisis y la primera guerra
mundial. La industrialización presenta
la forma de un desarrollo lento y evo­
lutivo. Las primeras unidades del sec­
tor industrial aparecieron a fines del
siglo XIX y fueron aumentando en los
primeros decenios del XX. Según el
censo industrial de 1945 y teniendo en
cuenta las fechas de fundación de los
establecimientos existentes en dicho
año, puede relacionarse un total de
289 establecimientos fundados hasta
1910, cifra que ascendió a 442 durante
el siguiente período hasta 1920. Los
establecimientos que surgían se dedi­
caban principalmente a la producción
15

Capítulo 1

Cuadro 3

Composición porcentual de los ingresos públicos nacionales


presupuestados. 1880-1922
Total Bienes' Servicios2 Renta de2
Años Otros
ingresos nacionales nacionales aduanas
1880 100 26.7 10.3 61.1 1.9
1881 100 26.4 9.6 60.5 3.4
1882 100 18.4 9.4 67.6 4.5
1883 100 19.9 12.5 63.2 4.3
1884 100 21.5 10.1 68.2 0.2
1885 100 15.0 7.7 59.7 17.5
1886 100 17.9 5.5 47.6 29.0
1887-88 100 14.1 4.3 46.9 35.0
1889-90 100 19.9 5.1 51.9 23.1
1891-92 100 15.9 9.2 62.1 12.8
1893-94 100 10.8 3.0 65.4 20.8
1895-96 100 16.7 3.4 61.0 18.9
1897-98 100 11.9 2.7 69.1 16.2
99-1900 100 11.2 2.6 71.7 14.5
1901-02 100 12.8 2.3 74.0 10.9
1903-04 100 13.4 2.0 60.0 24.6
1905-06 100 14.8 1.6 40.4 43.1
1907 100 8.9 3.2 47.4 40.4
1908 100 12.2 3.6 40.7 43.6
1909 100 13.6 2.7 42.3 41.5
1910 100 15.3 5.6 64.7 14.3
1911 100 14.6 4.9 63.9 16.6
1912 100 11.4 4.7 69.5 14.4
1913 100 9.6 4.6 71.04 14.3
1914 100 9.0 7.5 68.9 14.5
1915 100 9.6 8.0 57.5 24.9
1916 100 9.6 6.5 53.8 30.1
1917 100 9.6 6.5 53.7 30.2
1918 100 8.1 5.7 58.9 27.1
1919 100 9.2 11.1 40.9 38.7
1920 100 10.7 7.6 50.3 31.3
1921 100 10.7 12.1 45.3 31.9
1922 100 12.5 13.8 41.3 32.4
1. Incluye: minas, salinas, lastre, arrendamiento de bosques nacionales.
2. Incluye: ferrocarriles, correos, telégrafos, alumbrados, foros, muebles.
3. Incluye: bienes desamortizados (1880-1888), impuesto fluvial, timbre y papel sellado,
amonedación, derecho de degüello, derechos consulares, renta de cigarrillos, fósforos,
tabaco, lazaretos, vigencias anteriores, tonelaje, impuesto de consumo (1918), de renta
(1918) y otros.

Fuente: Con base en DAÑE. Boletín mensual de estadística, nos. 257-258.


Diciembre 1972-enero 1973.
16 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

de textiles, calzado, fósforos, cigarri­ sector, su respuesta fue débil, y una


llos, alimentos, bebidas, etc., y se lo­ gran parte de tales abastecimientos
calizaban de un modo predominante tuvo que seguir importándose. No
en Medellín, Bogotá, Barranquilla, obstante, con la apertura del mercado
Cartagena y más tardíamente en Cali. de consumo de la industria se empe­
El paulatino desarrollo del sector zaba a plantear la necesidad de la mo­
industrial produjo importantes reper­ dernización del sector agrario, b) Las
cusiones, entre las cuales se pueden industrias, dada su localización urba­
destacar las siguientes: a) La apertura na, se convertían en un factor de de­
de un mercado de bienes de capital, sarrollo de las ciudades, tanto por sí
materias primas y medios de vida que mismas como por la anexión de acti­
comenzó a presionar las importacio­ vidades complementarias y de perso­
nes y también la producción interna. nas que se veían atraídas por el dina­
De una parte, como resultado de estas mismo industrial. Así, las ciudades
demandas, empezó a cambiar la fun­ atrás mencionadas comenzaron a re­
ción del sector externo, en el sentido cibir el impulso de la industrialización,
de que las exportaciones colombianas fenómeno que las fue diferenciando
debían permitir ahora la adquisición, del conjunto urbano del país, c) La
al lado de otras mercancías, de los bie­ creación de un nuevo escenario eco­
nes de producción demandados por la nómico, social y político, en que hicie­
industrialización. Al variar la compo­ ron su aparición nuevas clases socia­
sición de las importaciones colombia­ les: la burguesía y el proletariado in­
nas se llegó a una dependencia de los dustriales; en consecuencia, irrumpie­
países que producían aquellos bienes. ron nuevos conflictos entre el capital
De otra parte, internamente la indus­ y el trabajo, con sus respectivas inci­
tria comenzaba a plantearle exigencias dencias en el juego de la política y el
al sector agropecuario para el sumi­ Estado. Estos conflictos cobraron una
nistro de materias primas y alimentos. importante fuerza a fines de la segun­
Sin embargo, dado el atraso de este da década del presente siglo.

Sección de empacadoras
de la Compañía Unida
de Fósforos, de
Barranquilla, 1921.
Entre 1910 y 1920.
se duplicó el número
de establecimientos
industriales en el país,
llegando a 442,
localizados
principalmente
en Medellín, Bogotá,
Barranquilla, Cartagena
v más tarde en Cali.
Capítulo 1 17

El café y la industria, con sus res­ Propaganda


pectivos efectos multiplicadores, cons­ de la fábrica
tituían los principales factores econó­ de calzado de
Domingo Fabre & Cía.,
micos que le planteaban al país la Bogotá, 1893.
perspectiva de la modernización. Em­ A’C*1
Camama RCi
pero, ésta iba acompañada de un cre­
cimiento de la población y del sector I / &/^>- v* z ”•’
M477
urbano. El crecimiento de la pobla­
ción fue lento durante los decenios fi­
nales del siglo XIX; entre 1870 y 1905,
la población pasó de 2.916.073 a
4.143.632 habitantes, con una tasa de [Mooxcod
expansión demográfica de tan sólo el
1.2 % por año; sin embargo, a partir
de 1905 se hizo notable el aumento de
la población: durante el período inter­
censal de 1905-1912, la tasa de creci­
& sé¿¿
>r\^V
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\7^ --'^<2±X0ERA CLASiJ

miento se elevó al 2.9 % por año, para


situarse luego en el 2.4 % durante el
período 1912-1918; hacia 1928, la po­
blación había ascendido a 7.212.200 /XV“ |L£S^
de habitantes. El crecimiento de po­ □UFREN® \-5
blación que se observa durante los pri­
meros decenios del presente siglo,
combinado con los desplazamientos
DPSP£lkW
demográficos internos hacia los espa­
cios de mayores oportunidades eco­
nómicas, ofrecía un recurso humano
para la expansión de las actividades in­
dustriales y de exportación que jalo­
naban el desarrollo del país, e inclu­ Propaganda de la
sive para la ampliación de la frontera pre un cierto grado de hegemonía re­ Fábrica de Chocolates
agraria a través de la colonización. El gional en cuanto centros de las acti­ La Equitativa,
crecimiento y los desplazamientos in­ vidades administrativas, políticas, cul­ de Bogotá,
turales y religiosas; de igual modo, fundada en 1889,
ternos de la población coincidieron tal como fue publicada
también con el desarrollo del sector comprendían un conjunto variado de en el "Directorio
urbano, el cual se hizo ostensible du­ labores económicas y eran el centro de General de Bogotá",
rante las primeras décadas del si­ mercados locales y regionales, todo lo de 1893.
glo XX. Este desarrollo fue apreciable
principalmente en las capitales de de­
partamento, y dentro de éstas, de ma­
nera especial, en las capitales de los
departamentos que se hallaban arti­
culados a los sectores dinámicos de la
economía. Indicadores de tal desarro­
llo son el crecimiento poblacional de
las ciudades capitales de departamen­
to (véase cuadro 4) y el aumento de la
participación de éstas en el total de
población de sus respectivos departa­
mentos (véase cuadro 5). En el desa­
rrollo urbano intervenían diversos fac­
tores: las capitales de departamento,
por ejemplo, habían conservado siem-
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
18

Población de las capitales de departamento. 1870-1928 Cuadro 4


% Creci­
miento.
Capitales 1870 1905 1912 1918 1928 Promedio
anual
(1905-1928)
Barranquilla (11.595) 40.115 48.907 64.543 139.974 5.6
Bogotá 40.833 100.000 121.257 143.994 285.421 3.8
Cali 12.743 30.740 27.747 45.526 122.847 6.2
Medellín 29.765 54.946 71.004 79.146 120.044 3.5
Ibagué 10.346 24.566 24.693 30.255 56.333 3.7
Bucaramanga 11.255 20.314 19.735 21.010 44.083 3.4
Manizales 10.562 24.656 34.720 43.203 81.091 5.3
Cúcuta 9.266 15.312 20.364 29.490 49.279 5.2
Tunja 5.471 8.407 8.971 10.680 19.664 3.6
Santa Marta 4.300 9.835 8.348 18.040 30.942 5.2
Pasto 8.136 30.835 27.760 29.035 43.162 1.5
Cartagena 9.396 9.681 36.632 51.382 92.494 10.3
Popayán 7.010 28.448 18.724 20.235 31.829 0.5
Neiva 7.719 18.333 21.852 25.185 29.938 2.2
Fuente: Censos nacionales.

Participación porcentual de las capitales de departamento Cuadro 5


en el total de población del respectivo departamento. 1905-1928

Capitales 1905 1912 1918 1928


Barranquilla 35.7 42.6 47.5 57.6
Bogotá 15.9 16.9 17.8 22.3
Cali 14.3 12.8 16.8 24.3
Cúcuta 1.3 10.0 12.3 15.0
Neiva 11.9 15.9 13.7 14.5
Medellín 8.3 10.0 9.6 11.9
Manizales 10.0 10.2 10.1 13.0
Ibagué 11.3 8.7 9.2 12.7
Cartagena N.D. 8.8 11.2 14.4
Pasto 12.4 9.5 8.6 10.5
Santa Marta 7.6 5.6 8.6 10.2
Popayán 12.8 813 8.5 10.0
Bucaramanga 5.2 4.9 5.7 7.4
Tunja 1.7 1.5 1.6 2.0
Fuente: 1905-1918: Jesús A. Bejarano (1979, pág. 71.) 1928: Anuario general de estadística, 1934.
Capítulo 1 19

cual les otorgaba un poder de atrac­ vaba importantes consecuencias: co­


ción poblacional y localizador de nue­ mo centros de mercado le plantea­
vas actividades; pero, indudablemen­ ban inmediatas demandas a la produc­
te, el mayor impulso a la urbanización ción agraria, en cuanto al suministro
provenía de la economía exportadora de alimentos para la población y de al­
y de la industrialización, sólo que es­ gunas materias primas para la indus­
tos beneficios tendían a ser captados tria urbana. De este modo, algunos
por las capitales de los departamentos productos como el trigo, la caña de
que se situaban en los circuitos de azúcar, el algodón, el arroz, el cacao,
aquellas economías. En esta forma, el tabaco, la carne y otros, adquirieron
las ciudades de las regiones cafeteras un cierto incremento, al recibir el es­
y los puertos fluviales y marítimos se tímulo del mercado urbano-industrial;
veían animados por la exportación del pero ante esta demanda, como atrás se
grano; estos puertos recibían también observó, la respuesta del sector agra­
el impulso del comercio de exporta­ rio fue precaria. La discordancia entre
ción. Los establecimientos industriales el aumento de la demanda urbano-in­
eran atraídos para su localización por dustrial y la rigidez de la oferta agraria
el dinamismo de los centros urbanos planteaba, por supuesto, la necesidad
estimulados por todo aquel circuito de de desarrollar la agricultura de mer­
la economía exportadora o con impor­ cado interno, que debía sustentar el
tantes recursos humanos y potenciali­ proceso de modernización. Las ciu­
dades de mercado y, a su vez, con di­ dades generaban igualmente otra serie
cha localización, estos centros urbanos de requerimientos, tales como la cons­
comenzaban a recibir los efectos ex­ trucción de calles, viviendas, edificios
pansivos de la industrialización, que públicos, escuelas, parques, plazas de
atraía nuevas actividades. La moder­ mercado; el suministro de los servicios
nización económica tendía entonces a de acueducto, alcantarillado, electri­
asumir una expresión urbana, en la cidad, transporte, etc. Estos requeri­
cual eran los centros industriales (Me- mientos hacían que buena parte del
dellín, Bogotá, Barranquilla y Cali) gasto público debiera realizarse en las
los que tenían el mayor dinamismo. El ciudades, lo que a su turno contribuía
desarrollo del sector humano conlle­ a la expansión de las actividades ur-

Escena campesina,
hacia 1910.
El mayor dinamismo
de los centros
industriales
produjo demandas
inmediatas a la
producción agraria,
tanto en el
suministro de
alimentos
como en la producción
de materias primas.
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
20

Colombia. Caminos de herradura en 1890 Mapa 1

Santa Marta
BarranquillaQ—

Cartagena!

OCEANO / 7
l V_
ATLANTICO / |
/ ¿
Sincelejo

X
\
\
X/
\
/
\ /
\ y^Cúcuta
i x •

Bucaramanga,

Medellin]

OCEANO
PACIFICO

Ibagué iBogota

Buenaventura

Neiva
Popayán

Fuente: Alberto Pardo Pardo. Geografía Económica y Humana


de Colombia. Bogotá. Ed. Tercer Mundo 1972.
Capítulo 1 21

banas y a la mayor captación de po­ vía por parte del Estado. Por medio de
blación. los contratos de construcción a precio
Junto con el desenvolvimiento de fijo el Estado pagaba al contratista
los factores económicos descritos, es una suma determinada por kilómetro
necesario observar la política del Es­ de construcción, suma que, por regla
tado. En general, para la marcha de la general, se fijaba arbitrariamente por
economía durante el período 1886 a encima del costo efectivo de construc­
1922, la acción del Estado revistió ción, lo que resultaba muy oneroso
considerable importancia. Uno de los para el Estado. Posteriormente, el Es­
campos de preocupación del Estado tado emprendió la construcción de fe­
fue la construcción de vías de trans­ rrocarriles por administración directa,
porte: caminos de herradura, algunas y en estas condiciones marchaba con
carreteras y sobre todo ferrocarriles. éxito en 1920 la construcción de los fe­
En cuanto a los caminos de herradura, rrocarriles del Pacífico, Tolima y la
el país contaba hacia 1890 con una ex­ prolongación del ferrocarril del Norte.
tensa red que unía entre sí a todas las La construcción de ferrocarriles
regiones (mapa 1); los caminos habían obedecía a los requerimientos de la
mejorado y ya no existían los atroces economía exportadora, de ahí que
y azarosos que se describían a media­ asumiera una orientación centrífuga:
dos de siglo. Estos caminos tenían im­ se buscaba la vinculación de las regio­
portancia para los mercados locales y nes al mar o al río Magdalena para la
regionales y, de manera especial, cum­ exportación principalmente de café.
plían una función vital en las regiones Hacia 1920 (véase mapa 2), se consi­
cafeteras, para la movilización entre deraba que las regiones, bien que mal,
las plantaciones y las vías carreteables. ya habían resuelto el problema de sus
En cuanto a la construcción de ferro­ comunicaciones con el exterior, y de
carriles, el Estado adoptó inicialmente lo que se trataba entonces era de unir­
una política de contratos con empresas las entre sí. La construcción de ferro­
privadas, extranjeras y algunas nacio­ carriles durante los años veinte obe­
nales, bajo dos modalidades: contra­ decería no solamente a las exigencias
tos de privilegio y contratos por precio del comercio exterior, sino también
fijo. Por medio del primero el conce­ a los requerimientos del mercado
sionario suministraba el capital y lue­ interior.
go se reembolsaba con el usufructo del
ferrocarril por un largo tiempo, y tam­ A través del fomento a la construc­
bién con subvenciones estatales o con ción de ferrocarriles el Estado tuvo un
la garantía de un interés por los fondos impacto fundamental en el desarrollo
invertidos. Este sistema resultó lesivo de la economía exportadora. Pero la
para el país, puesto que por lo general acción del Estado no se limitaba al fo­
el concesionario construía la parte fá­ mento de las vías de comunicación, o
cil del ferrocarril, que le proporcio­ a las obras de infraestructura (las lla­
naba grandes rendimientos, y dejaba madas obras públicas), sino que tam­
sin construir la parte más difícil y cos­ bién incidía en el desarrollo econó­
tosa, y con cualquier pretexto recla­ mico, como veremos más adelante,
maba la indemnización; con frecuen­ por intermedio de la política fiscal y
cia también se modificaba el contrato del manejo del sistema monetario; de
inicial obteniendo el concesionario igual manera, a través de la elevación
grandes ventajas que resultaban one­ del arancel aduanero (proteccionis­
rosas para el Estado; así mismo, el mo) generaba efectos para la indus­
concesionario, con miras a obtener el tria; el Estado, además, en ciertos mo­
mayor lucro posible, imponía altas ta­ mentos estableció incentivos y subven­
rifas y, además, los términos extre­ ciones para el desarrollo de determi­
madamente largos del privilegio ha­ nadas industrias y de algunos produc­
cían interminable la adquisición de la tos agrarios de mercado interno y de
exportación.
22 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Q Puerto Villamizar
+ '•
t- z
+z
& Cúcuta
i

Medellin ®

OCEANO
PACIFICO
Amaga

1
La Dorada
Hondar
Chiquinquirá

pTunia

Mariquitas
C$ Zipaquirá
AmbalemaÓ * K
©Bogotá
O Sibaté
Capítulo 1 23

No obstante lo expresado anterior­ período de paz y se produjo un me­


mente, la política de fomento econó­ joramiento de la escena política, lo
mico del Estado no se desplegó de cual creó un ambiente favorable para
modo intenso y sostenido durante el desarrollo económico y la acción del
todo el largo período comprendido en­ Estado. La superación, sobre todo, de
tre 1886 y 1922. Presenta, por el con­ la recurrencia al conflicto bélico co­
trario, una forma irregular. En efecto, locó al Estado en condiciones de po­
con las reformas de la Regeneración ner en práctica una política efectiva de
se reconstituyó el Estado central y éste fomento, la cual comenzó a ser nota­
adquirió importantes instrumentos ble desde el Quinquenio de Reyes.
para la promoción del desarrollo eco­ Desde el punto de vista de los gastos
nómico, lo cual tuvo una cierta efica­ del Estado (cuadro 6 y gráfico 1), los
cia inicial; sin embargo, las guerras ci­ aumentos más notables se presentaron
viles de 1895 y 1899-1902 embargaron en los gastos de administración y fun­
la atención del Estado: resulta obvio cionamiento y en los de guerra y jus­
que en estas condiciones el Estado no ticia. El aumento de los primeros se
podía aplicar una política real de fo­ hizo aún más importante a partir de
mento, pues, por ejemplo, las tareas 1886, lo que correspondía al proceso
de la guerra le imprimían una direc­ de centralización y fortalecimiento del
ción al gasto público hacia los gastos Estado; el incremento de los segundos
militares. Esta situación cambió radi­ obedeció, naturalmente, a las tres úl­
calmente en los primeros decenios del timas guerras del siglo XIX. Los gastos
siglo XX. A partir de la terminación de de inversión presentaron un incremen­
la guerra de los Mil Días, se abrió un to entre 1886 y 1894, también durante
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
24

Cuadro 6
Composición porcentual de los gastos nacionales presupuestados.
1880-1922
Administración Guerra Inversión
Año Total Sociales
y funcionamiento y justicia y fomento
1880 100 49.6 11.7 35.0 3.6
1881 100 44.4 17.0 32.5 6.0
1882 100 50.5 19.5 24.1 5.9
1883 100 61.5 19.4 12.7 7.2
1884 100 54.4 18.1 21.2 6.4
1885 100 47.6 29.4 9.7 13.3
1886 100 55.0 31.7 9.1 4.3
1887-88 100 55.8 32.1 8.7 3.4
1889-90 100 59.6 17.9 16.7 5.9
1891-92 100 51.8 21.0 17.3 9.9
1893-94 100 59.5 15.0 9.7 5.8
1895-96 100 53.5 32.3 6.4 7.8
1897-98 100 56.8 30.7 5.4 7.1
99-1900 100 45.1 37.4 10.3 7.3
1901-02 100 28.6 57.9 8.6 5.0
1903-04 100 34.1 55.7 6.8 3.4
1905-06 100 28.9 63.7 5.4 2.0
1907 100 32.1 59.2 6.9 1.8
1908 100 32.9 58.3 7.1 1.7
1909 100 35.0 56.5 6.1 2.4
1910 100 32.7 61.3 3.3 2.6
1911 100 70.2 20.0 3.6 6.2
1912 100 63.8 22.3 6.9 7.0
1913 100 59.2 24.0 9.2 7.6
1914 100 55.0 19.7 18.7 5.6
1915 100 60.6 17.1 14.8 7.5
1916 100 69.7 13.8 9.6 6.8
1917 100 68.9 13.0 10.9 7.1
1918 100 67.8 13.7 11.5 7.0
1919 100 66.4 13.1 9.5 11.0
1920 100 54.6 14.0 21.1 10.3
1921 100 53.6 12.2 29.1 5.1
1922 100 65.9 10.8 19.1 4.1
Fuente: Con base en DANE. Boletín mensual de estadística, págs. 257-258. Bogotá, dic. 1972-
enero 1973.
Capítulo 1 25

el Quinquenio, y los lapsos anterior y ficante; la exportación de caucho tam­


posterior de la primera guerra mun­ bién decaía; el añil, que a comienzos
dial. Estos gastos, no obstante, tenían de los años setenta alcanzó notorie­
una participación secundaria en el dad, podía darse por terminado; la
cuadro total del gasto público. De me­ quina se hallaba seriamente amena­
nor significación eran los gastos socia­ zada por la competencia internacional
les, lo cual demostraba la relativa au­ y, efectivamente, comenzó a presentar
sencia del Estado en el ámbito social. un descenso pronunciado en su precio
Si se fortalecía institucional y militar­ a partir de 1882; la exportación de
mente, si inclusive intervenía de al­ café, que había obtenido cierta rele­
guna manera en la promoción del de­ vancia, también comenzó a descender
sarrollo económico, su presencia en desde 1876. La situación que presen­
cambio era muy precaria entre los re­ taba el sector exportador a fines de los
querimientos de la cuestión social años setenta era resultado no sólo de
planteada principalmente por las cla­ la competencia extranjera, de la defla­
ses sociales menos favorecidas. Desde ción y depresión internacional, sino
entonces, esta desigualdad acompa­ también de las condiciones internas de
ñará al desarrollo del Estado. producción, pero su análisis rebasa los
Hasta ahora nos hemos referido a objetivos del presente trabajo. Mien­
los elementos y a las condiciones que tras descendían las exportaciones el
de modo estructural se desenvolvían y nivel de las importaciones se mantuvo
articulaban marcándole la ruta del de­ estable (gráfico 2), circunstancia que
sarrollo económico al país. Veamos generaba un déficit de la balanza co­
ahora las condiciones coyunturales y mercial que debía ser cubierto con di­
concretas que presenta la marcha de la nero metálico. La afluencia de dinero
economía durante el período aquí es­ hacia el exterior para pagar el exceso Billete de cinco
de importaciones traía como efecto pesos del Banco
tudiado. una reducción del medio circulante in­ Republicano,
de Medellín,
terno, creando una escasez de dinero que circuló en los
La economía que provocaba una tendencia alcista años 80 del siglo
durante la Regeneración en la tasa de interés. A estos hechos pasado.
se unía el fenómeno de la huida del Fundadores de este
Al comenzar la década de 1880, el país oro como resultado de la depreciación banco fueron
se debatía en una profunda crisis que M. A. Santa María
internacional de la plata, que comenzó & Lalinde, Lisandro
se venía gestando desde años anterio­ a presentarse progresivamente a partir M. Uribe, Mariano
res como resultado de una compleja de 1873: mientras en el país se man­ Uribe e Hijos,
situación económica y política. La cri­ tenía la tasa tradicional de cambio en- Eduardo y Julián
sis se relacionaba con el descenso de Vásquez J.
las exportaciones que se inició en
1876, la cual se acentuó a partir de
1882 con la catastrófica caída de las
exportaciones de quina (gráfico 2 y
cuadro 1). Para estos años, la situa­
ción del sector exportador era lamen­
table: los productos que en años an­
teriores habían constituido el grueso
de las exportaciones habían perdido
prácticamente toda importancia; el ta­
baco, que había representado el brillo
de las exportaciones desde mediados
del siglo XIX, solamente significaba el
1.2 % del valor total a comienzos de
los años ochenta; el algodón, cuya ex­
portación adquirió cierta importancia
entre 1863 y 1873, era ahora insigni-
26 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Gráfico 2

Colombia: Importaciones y exportaciones. 1875-1922


(en millones de dólares corrientes)

150 -

100 -

IR
Importaciones II
(/)
I
Exportaciones
u
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I
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1875 1880 1885 1890 1895 1900 1905 1910 1915 1920
Guerra Guerra Regeneración Guerra Guerra Quinquenio 1a. Guerra Auge-Criáis
Civil Civil Civil Mil Días Mundial

Fuente: Miguel Urrutia y Mario Arrubla: Compendio de estadísticas históricas de Colombia.


U.N. Bogotá, 1970.

tre el oro y la plata de 1 a 15 a nivel tor bancario (cuyas limitadas emisio­


internacional dicha tasa cambiaba por nes no lograban contener la caída in­
la desmonetización de la plata, resul­ terna de la oferta monetaria ocasio­
tando entonces rentable convertir la nada por el déficit de la balanza co­
plata en oro a la tasa interna y luego mercial), creaba, en cambio, trauma­
exportar oro y comprar, plata a la tasa tismos para el flujo comercial y la
internacional. Como consecuencia de producción del país.
ello, el circulante interno quedó re­ Con las crisis del sector exportador
ducido básicamente a plata en proceso y monetario se relacionaba la crisis fis­
de depreciación. cal del Estado. Esta crisis se expresaba
La escasez de dinero que imponía en un voluminoso déficit fiscal que se
altas tasas de interés, si bien favorecía había ocasionado por un incremento
a los prestamistas y usureros y al sec­ en los gastos mientras los ingresos ha-
Capítulo 1 27

bían permanecido estacionarios (grá­ avances, lo cual sustentaba las expor­


fico 3). Los gastos habían crecido no taciones de cueros, que tenían alguna
sólo por las subvenciones y auxilios di­ significación (cuadro 1). Como con­
rectos a través de los Estados y mu­ secuencia de la baja oferta agraria, los
nicipios para diversas obras, sino tam­ precios tendían a subir. Para la época
bién por la irresponsabilidad general, se aducían como causas del atraso de
el aumento de sueldos y pensiones y la agricultura las siguientes: la concen­
por la inestabilidad política: aún no se tración de la propiedad del suelo en
habían terminado de pagar los costes pocas manos, el ausentismo, la inse­
de la guerra de 1876-1878. guridad en la vida campestre (por las
Completaba el panorama de crisis la guerras civiles, las expropiaciones y
situación de la producción interna: to­ confiscaciones de precios, etc.), la fal­
davía no surgían en forma los elemen­ ta de desarrollo científico y técnico, la
tos industriales modernos, y la pro­ ausencia de crédito, la competencia
ducción artesanal tradicional había su­ extranjera, las plagas, y las economías
frido los efectos de la libre importa­ cerradas.
ción de manufacturas extranjeras (li­ Durante el primer gobierno de Ra­
brecambio); la agricultura de consumo fael Núñez (1880-1882) se tomaron al­
interno se hallaba en un estado lasti­ gunas medidas para detener la crisis
moso de atraso: la producción de trigo económica y fiscal: se dio un primer
no había progresado desde finales de paso hacia el proteccionismo, estable­
la Colonia; las cosechas de maíz y ciéndose un recargo para ciertos ar­
papa eran también precarias; sólo en tículos cuya producción interna se
la ganadería se habían logrado algunos quería fomentar (ropa, muebles, ce-
28 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

de las importaciones (gráfico 2), lo


cual redujo las rentas de aduana y los
ingresos del Estado. Se incrementó el
déficit de la balanza comercial y la cri­
sis fiscal se tornó intolerable; se pro­
dujo un atraso de varios meses en el
pago de los empleados, de los pensio­
nados, de los contratos y de todos los
servicios; la administración se hallaba
anarquizada; las obras públicas esta­
ban paralizadas o disminuidas; la crisis
monetaria se agudizaba por la crecien­
te escasez de dinero y la tasa de interés
era usuraria; la situación del gobierno
rillas), al mismo tiempo que se reba­ era desesperada por la carencia de re­
Billete de cien pesos
del Banco Nacional, jaban los gravámenes para algunas cursos económicos e institucionales;
emisión de octubre materias primas y herramientas; se es­ mientras tanto, crecía la inestabilidad
de 1899, siendo tablecieron subvenciones y estímulos política y el país desembocaba en la
ministro del Tesoro
para algunas industrias; se fomentaron guerra civil de 1885.
Rafael Ortiz.
El Banco Nacional, algunas obras públicas (ferrocarril de De inmediato, para financiar los
creado por ley 839 Girardot) y se creó el Banco Nacional. gastos de guerra, el gobierno de Nú-
de 1880, gracias a Éste se fundó con el objetivo de fo­ ñez apeló a las emisiones de papel mo­
la iniciativa de mentar el crédito público y de auxiliar neda de curso forzoso. Ante la crisis
Rafael Núñez,
significó la
al gobierno en operaciones fiscales. La económica, fiscal y política, el gobier­
restricción ley que creaba el banco (ley 839 de no debía tomar decisiones fundamen­
de la libertad 1880) limitó la libertad de emisión y le tales. Se requería la acción de un go­
de emisión. otorgó este derecho al Banco Nacio­ bierno central fuerte que movilizara
nal; sólo los bancos que aceptaron a la amplios recursos y que introdujera
par los billetes de éste continuarían cambios fundamentales en las institu­
con la posibilidad de hacer sus propias ciones para afrontar la postración eco­
emisiones. Con la fundación del Ban­ nómica y la secular inestabilidad po­
co, que se convirtió en una especie de lítica que con frecuencia se expresa­
tesorería de la nación, se afectaba la ban en la guerra civil. A estos objeti­
banca privada, al perder ésta los pri­ vos del gobierno respondían el esta­
vilegios que se derivaban de la libertad blecimiento del papel moneda y la
Billete de diez pesos de emisión, de la recepción de fondos Constitución de 1886, que implicó la
del Banco de la Unión, del gobierno y de las operaciones fis­ configuración del Estado central fuer­
creado en 1880 cales. te. La política de la Regeneración se
por Emigdio Paláu, orientaba entonces hacia el fortaleci­
Corrales & Cía. La crisis, sin embargo, no se detu­
La emisión es de vo. En 1883 se produjo un nuevo des­ miento institucional y económico del
enero 1° de 1883. censo de las exportaciones y también Estado central, reforzándole las fun­
ciones de garantizar la paz y el orden
y de promover el desarrollo econó­
mico. Con las emisiones de papel mo­
neda el gobierno se encontró en con­
diciones de hacerle frente a la crisis
fiscal, mitigó la escasez de dinero, y
atendió los gastos extraordinarios cau­
sados por la guerra. El Estado conti­
nuará recurriendo en forma insistente
a las emisiones de papel moneda como
una de las principales fuentes de fi­
nanciación, hasta la guerra de los Mil
Días, y sobre todo en ella."
Capítulo I 29

De este modo, el Estado encontró


en el régimen de papel moneda una
fuente propia de financiamiento que
lo independizó de los fondos privados,
le otorgó autonomía en sus finanzas y
le confirió una preeminencia sobre los
sectores privados de la economía. El
establecimiento del régimen de papel
moneda, que obedecía ante todo a los
objetivos políticos de centralización y
fortalecimiento del Estado, llevaba
consigo una transformación completa
del sistema monetario. Antes de la im­
plantación de dicho régimen, la base
del sistema eran el oro y la plata. El
numerario metálico estaba monopoli­
zado por los comerciantes, prestamis­
tas y banqueros, circunstancia que les
otorgaba un control sobre la liquidez
y el crédito; en esta forma las activi­
dades que requerían de crédito y el go­
bierno dependían de ellos. Los bancos
contaban además con la libertad de
emisión y eran los agentes fiscales del
gobierno. Este sistema favorecía por
lo tanto a quienes controlaban el nu­
merario metálico. Ello contribuyó no­
tablemente a la fundación de bancos:
si en 1875 existían solamente dos ban­
cos, para 1885 habían aumentado a 42.
El establecimiento del régimen de pa­
pel moneda entrañaba la eliminación
del oro y de la plata como base del sis­
tema monetario, y con ello la oclusión
del poder y del privilegio de quienes
monopolizaban el dinero metálico.
Como resultado, el control de la cir­
culación monetaria y del crédito pasó
de los particulares a manos del Esta­
do. No era de extrañar entonces que cedió a los departamentos la renta de Edificio del Banco de
esos cambios suscitaran una gran opo­ registro y el 25 % de las rentas de Colombia, en Bogotá,
aduanas y los autorizó para establecer grabado de Eustasio
sición del sector financiero al Banco Barreto para el
Nacional y especialmente al régimen impuestos sobre bienes inmuebles y la "Papel Periódico
del papel moneda de curso forzoso. producción de aguardiante de caña. Ilustrado". El banco
Pese a esto último, la centralización fue fundado en
Correspondiendo también a los ob­ fiscal implicaba una transferencia de diciembre de 1874.
jetivos del régimen de centralización y mayores ingresos al Estado central,
fortalecimiento del Estado se efectuó con lo cual se debilitaban los ingresos
en 1887 la reforma de la centralización de los departamentos y el Estado
fiscal, por medio de la cual se trasla­ adquiría una mayor injerencia y un
daron algunas rentas departamentales mayor control sobre ellos, hecho que
(impuesto de degüello de ganado ma­ consolidaba su poder centralizados
yor, salinas marítimas, impuestos de Obedeciendo igualmente a los pro­
roinas, timbre nacional y papel sella­ pósitos proteccionistas y al fortaleci­
do) al Estado central. La misma ley miento fiscal del Estado, se elevaron
30 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

pacidad de gasto. El gasto público se


efectuó obedeciendo a los objetivos po­
líticos de mantener la paz y el orden pú­
blico, lo que suponía, entre otras cosas,
el fortalecimiento del sistema militar;
de igual manera, fueron importantes los
gastos de inversión que buscaban el fo­
mento de las obras públicas y la aper­
tura del empleo y los gastos para la
amortización de la deuda pública inter­
na (el servicio de la deuda externa es­
taba suspendido). Estos gastos fueron
importantes entre 1886 y 1890. En re­
lación con el problema del empleo, ha­
cía 1885 los testimonios hablan de la
existencia de una «población obrera
que se encuentra sin trabajo y sin pan».
Esta población desocupada era el re­
sultado de una serie de condiciones que
venían actuando desde tiempos anterio­
res: el colapso de las exportaciones de
los derechos de importación en 1885 y tabaco y añil y la decadencia de la ex­
Edificio,
de estilo neoclásico, se introdujeron recargos posteriores plotación de quina habían dejado ocio­
del Banco Comercial en 1886 y en 1887, lo cual tuvo un cier­ sos a «millares de brazos»; las guerras
de Barranquilla, to efecto en el aumento de los ingresos civiles arruinaron a muchos campesinos
el más antiguo estatales. y habían arrojado gente a las ciudades;
de la ciudad. la concentración de la propiedad rural,
Las emisiones de papel moneda, la
transferencia de algunas rentas de los la postración de la agricultura, la falta
departamentos al gobierno central y el de crédito, el reclutamiento militar,
aumento de los impuestos de aduana, etc., actuaban en el mismo sentido;
incrementaron los ingresos del Estado también muchos artesanos se habían
central, permitiéndole una mayor ca­ arruinado como producto del librecam-

Tugurio en las ajueras


de la ciudad de
Barranquilla,
a comienzos de siglo,
"La masa de brazos
ociosos se consideraba
la base de la
perturbación social,
pero también constituía
una oferta de fuerza
de trabajo que
favoreció las
actividades urbanas
y las obras públicas
a partir de 1886."
Capítulo 1 31

Vista panorámica de
Bogotá en 1895. con
las fábricas de Tívoli
y Fenicia (envases
de vidrio) en
primer plano.
El primer decenio
de la Regeneración
comportó una
reactivación
económica.

bio y de la decadencia económica ge­ El primer decenio de la Regenera­


neral que se había iniciado a mediados ción (1886-1896) coincidió con un de­
de los años setenta. Esta masa de bra­ sarrollo del sector exportador y con
zos ociosos se consideraba la base de algunos avances de la economía
la perturbación social, pero también interior.
constituía una oferta de fuerza de tra­ A partir de 1886 se comenzó a re­
bajo que debió favorecer la amplia­ gistrar un alza en las exportaciones
ción de las actividades urbanas y de las (gráfico 2) debida fundamentalmente
obras públicas que se ensancharon a a la expansión de la producción cafe­
partir de 1886, y probablemente debió tera, que se acentuaba en las regio­
contribuir a la expansión cafetera. La nes santandereanas, cunditolimense y
construcción de obras públicas no sólo antioqueña, expansión que se veía fa­
buscaba el fomento económico sino vorecida con el alza espectacular de
también aliviar la presión social de los precios internacionales del café.
aquella masa desempleada. El gasto Este desarrollo del café coincidía con
público de fomento se realizó princi­ la Regeneración, pero no era el resul­
palmente en ferrocarriles (entre 1885 tado de ella. En efecto, los posibles re­
y 1898 los kilómetros de carrilera pa­ sultados estimulantes que para las ex­
saron de 300 a 650, incluyendo el de portaciones podían derivarse de la de­
Panamá), en construcciones urbanas, valuación que se originaba a propósito
líneas telegráficas, auxilios a la ferre- de las emisiones, se veían anulados
ría de la Pradera y al acueducto de Bo­ precisamente por el proceso inflacio­
gotá, etc. En cuanto a la deuda públi­ nario que las mismas emisiones de pa­
ca interna, se amortizaron $ 15 millo­ pel moneda generaban. En los hechos,
nes entre 1885 y 1891. las emisiones y en general la política
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
32

de la Regeneración no obedecían pro­ en los bienes raíces y en la ganadería;


piamente a un plan coherente de de­ ello también debió contribuir a las in­
sarrollo económico, sino, ante todo, a versiones en café y posiblemente en la
los objetivos políticos de centraliza­ actividad industrial. En relación con
ción y fortalecimiento del Estado, a esta última, comenzaron a aparecer
las exigencias de la paz y el orden pú­ los primeros establecimientos de tex­
blico y a los problemas fiscales del go­ tiles, loza, cerveza, maquinaria livia­
bierno. La participación del Estado en na, cerillas y vidriería, principalmente
el desarrollo de la exportación cafe­ en las regiones antioqueña (Medellín)
tera hay que situarla mejor en el cam­ y cundinamarquesa (Bogotá).
po de las obras públicas, fundamen­ A esta fase (1886-1896) incipiente y
talmente en las vías de transporte: ca­ premonitoria de la industrialización
minos, navegación y ferrocarriles. contribuían entre otros factores la acu­
En estas condiciones, la expansión mulación que se generaba en el sector
cafetera se debía, entre otras razones, exportador, la apertura del mercado
al alza de los precios, a la disponibi­ cafetero en las regiones señaladas, la
lidad de la mano de obra, a las con­ oferta de fuerza de trabajo a la que
diciones ecológicas de las regiones nos referimos anteriormente y las vías
mencionadas, a los bajos requerimien­ de transporte.
tos económicos del cultivo y al desa­ Pese a los instrumentos intervencio­
rrollo de las vías de transporte cuya nistas adquiridos por el Estado, su ac­
configuración se había iniciado desde ción respecto a la promoción del de­
la época precedente al café, en lo cual sarrollo económico no había sido muy
el Estado había desempeñado un pa­ notable, con excepción de lo realizado
pel importante. en el campo de las obras públicas. La
También se presentaron desarrollos actuación económica del Estado no
principalmente en la ganadería y en la sólo obedecía a los determinantes pro­
exportación de caucho y se dieron los piamente políticos y fiscales, sino que
primeros pasos precursores de la in­ en los hechos se suscitaron nuevos
dustrialización. La explotación del conflictos que desviaron la acción del
caucho se comenzaba a realizar en las Estado hacia objetivos diferentes a la
selvas del sur del país, lo que motivaba promoción del desarrollo. Precisa­
la colonización de regiones como el mente las reformas de la Regenera­
Caquetá y Putumayo. La expansión ción dieron lugar a una agria oposición
ganadera venía desde los decenios an­ de comerciantes exportadores e im­
teriores, favorecida, entre otros aspec­ portadores y del sector financiero,
tos, por la introducción de pastos arti­ quienes en el plano económico pro­
ficiales, del alambre de púas, del con­ ponían, en contraposición a aquellas
sumo de sal y de la mejora de razas. reformas, la reducción de los arance­
Correspondiendo a la expansión ga­ les aduaneros, la descentralización de
nadera, buena parte de los territorios los ingresos estatales, la prohibición
selváticos y de cultivos se convirtieron de emitir papel moneda, el regreso al
en pastos. Si a mediados del siglo XIX patrón oro, el desmonte del Banco
existían aproximadamente 1.5 millo­ Nacional (lo que se hizo en 1896), la
nes de cabezas, para fines de siglo libertad de creación de bancos y de
el hato nacional bordeaba los emisión de moneda, atención a la deu­
4.5 millones, lo que permitía exportar da externa y la abolición de los mo­
cueros y ganado en pie. Durante la nopolios fiscales que el Estado había
Regeneración, es posible que la intro­ establecido en 1893 sobre la manufac­
ducción de papel moneda, con el con­ tura y venta de tabaco y de aguardien­
secuente desplazamiento del oro y la te (este último para algunos depar­
plata y la inseguridad que creaba, pro­ tamentos). El candente conflicto po­
dujese una reorientación de los activos lítico que acompañaba a la Regene­
hacia inversiones más seguras, como ración, sobre el fondo de una comple-
Capítulo 1 33

ja realidad económica y social, donde de los precios colocaba en crisis al sec­


estaban presentes, entre otros, los tor cafetero; la producción de las re­
problemas de integración nacional y giones se afectaba, y dado que el café
los intereses de las regiones, las pug­ se había convertido en el eje del co­
nas religiosas, las controversias sobre mercio, su depresión se transmitía a
la organización del Estado, la partici­ las otras actividades económicas, pro­
pación del partido liberal excluido del duciendo un estancamiento generali­
gobierno, las críticas a las medidas de zado. Al declive de las exportaciones
la Regeneración, la lucha partidista y siguió rápidamente el descenso de las
los intereses de los grupos económi­ importaciones (gráfico 2). Este des­
cos, condujo al país a nuevas situacio­ censo lesionaba a los comerciantes im­
nes de inestabilidad política, que fi­ portadores, quienes, además de las
nalmente desembocaron en las gue­ bruscas fluctuaciones de la tasa de
rras civiles de 1895 y de 1899-1902. cambio, enfrentaban la disminución
del consumo de bienes importados,
La política económica ocasionado por la baja en el ingreso
cafetero. La declinación de las impor­
durante las guerras civiles taciones se reflejaba por supuesto en
La irrupción del conflicto bélico de la renta de aduanas, con la consecuen­
1895, no obstante su corta duración, te mengua de los ingresos del Estado
implicó para el Estado la derogación (gráficos 3 y 1). A la reducción de los
de gastos extraordinarios que des­ ingresos estatales se agregaba el défi­
equilibraron sus finanzas. Para afron­ cit presupuestal que venía de los años
tar el incremento de gastos, el gobier­ anteriores. Ante esta situación, el go­
no de Miguel Antonio Caro apeló a bierno de Caro trató de incrementar
procedimientos fiscales y a la emisión los ingresos por medio del monopolio
de papel moneda. Con la guerra de 1895 de los cigarrillos y fósforos, medida
se acentuó la tendencia a las emisio­ impopular que suscitó agudas críticas.
nes, las cuales asumieron magnitudes Hacia mediados de 1898, el Estado en­
monstruosas durante la guerra de los traba en plena crisis fiscal: el tesoro se
Mil Días. En cuanto a las medidas fis­ hallaba vacío, los ingresos de aduana
cales, éstas consistieron principalmen­ estaban embargados por $ 600.000, y
te en el establecimiento del impuesto la deuda exigible ascendía a unos
a las exportaciones de café, y en la ele­ $ 7 millones. Las obras públicas se ha­
vación de los derechos de importación llaban paralizadas, los ingresos no al­
y de degüello. El impuesto a la expor­ canzaban para cubrir los gastos de fun­
tación de café ocasionó un encendido cionamiento, se producía el atraso en
debate y una decidida impugnación el pago a los empleados públicos, lo
por parte de los exportadores cafete­ que resultaba muy grave en el caso de
ros, quienes, al lado de los importa­ los telegrafistas y del personal militar,
dores y financistas, incrementaron la y el déficit era aterrador. El camino
oposición a la política económica de la expedito fue entonces el de las emisio­
Regeneración. El descenso gradual de nes de papel moneda. No obstante la
los precios internacionales que se ini­ emisión de los $ 10 millones aprobada
ció en 1896 hizo aún más intolerable por el Senado en 1898, las crisis eco­
el impuesto a la exportación de café, nómica y fiscal asumieron proporcio­
de tal manera que el gobierno se vio nes catastróficas en 1899. A la sazón,
obligado a suspenderlo en 1897, y a se tornaba evidente la incapacidad del
suprimirlo totalmente en 1898. Estado para manejar la crisis econó­
mica y para mantener el orden. Mien­
La caída de los precios del café, que tras tanto, crecían las críticas a las po­
se agudizó en 1897, lanzó al país a una líticas fiscales y monetarias de la Re­
profunda crisis económica y fiscal que generación, y la pugna política se agu­
constituyó el escenario precedente a la dizaba.
guerra de los Mil Días. El desplome
34 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

papel moneda las que financiaron los


gastos de guerra, que se elevaron ver­
tiginosamente (gráfico 1): entre 1899 y
1903 se emitió una gigantesca suma,
superior a los $ 870 millones (cuadro
7); hubo oportunidades en que se im­
primió hasta un millón de pesos dia­
rios. Estas emisiones produjeron una
variación desordenada de la tasa de
cambio, lo cual entorpecía enorme­
mente las transacciones comerciales.
La tasa de cambio fluctuaba en curvas
de cinco y seis mil puntos por mes, lle­
Billete de 50 pesos La guerra de los Mil Días se pro­ gando inclusive hasta el 25.000 %, su­
del Banco Hipotecario, dujo entonces en un escenario en el ceso que no tenía precedentes en la
que fue habilitado que se articulaban tres crisis: la eco­ historia mundial de las depreciaciones
por el banco emisor del papel moneda.
con el siguiente
nómica, la fiscal y la política. A su tur­
resello: no, el conflicto bélico llevaba consigo La guerra afligía la producción y
"Este billete circula sus propias consecuencias para la eco­ empeoraba la crisis económica. El sec­
provisionalmente como nomía y las finanzas del Estado. De tor agrario se vio profundamente de­
billete del Banco hecho, la guerra significaba para el Es­ teriorado por la sustracción de traba­
Nacional de acuerdo
con el decreto número
tado, obviamente, la erogación de jadores para enrolarlos en los ejérci­
517 del 30 de octubre enormes gastos (gráfico 3), lo que tos; por la ruina de haciendas, la pér­
de 1899." Lo firma agravaba la crisis fiscal. Inicialmente, dida de cosechas, las expropiaciones,
Rafael Ortiz, como para reunir ingresos, el gobierno es­ confiscaciones y depredaciones, todo
ministro del Tesoro. tableció un impuesto nacional al de­ lo cual menoscabó la producción ca­
güello y alzó el precio de la sal, cuya fetera de exportación y la agricultura
venta era monopolio oficial. Los de­ de consumo interno. La ganadería fue
partamentos también elevaron sus im­ diezmada por el consumo de los ejér­
puestos. Pero fueron las emisiones de citos del gobierno y las fuerzas guerri-

Ejército conservador
reunido en Pamplona,
en 1901, durante la
guerra de los Mil Días.
Este conflicto se
articuló sobre la base
de una triple crisis:
económica, fiscal y
política, y afligió
tanto al sector de la
producción como al
sector agrario.
Capítulo 1 35

Fachada del Banco


de Boyacá, en Tunja,
según publicación en
el "Libro azul de
Colombia", de 1918.
El establecimiento
fue fundado el
22 de noviembre
de 1903, cuando se
inició la recuperación
luego de la guerra
de los Mil Días.

lleras. Las vías de transporte y comu­ por lo menos cien mil vidas, la desor­
nicación sufrieron quebrantos con la ganización del panorama laboral, la
devastación del sistema telegráfico, el postración de la agricultura, el entor­
daño de algunas vías férreas, el hun­ pecimiento de los transportes y de las
dimiento de muchos barcos, el dete­ comunicaciones, el desquiciamiento
rioro de los caminos de herradura, etc. del sistema monetario y financiero, el
El movimiento de las mercancías de drama de una gran miseria social, la
exportación e importación se redujo carga de un enorme déficit fiscal, y, fi­
sustancialmente, se desalentaron las nalmente, la pérdida de Panamá. Se
inversiones productivas y se produjo trataba de una economía deprimida y
el éxodo de capitales. Sin embargo, de un Estado profundamente desequi­
muchas cuantiosas fortunas se hicie­ librado en sus finanzas y golpeado en
ron de la noche a la mañana al ritmo su integridad territorial. Los gobier­
de la especulación, el contrabando y la nos de los períodos siguientes tenían
usura que la guerra y la inflación des­ que afrontar entonces las consecuen­
bocada generaban. El abastecimiento cias dejadas por la guerra; concreta­
de los ejércitos del gobierno y de los mente, debían ocuparse de equilibrar
grupos revolucionarios constituía el el presupuesto del Estado, aumentan­
negocio para que los comerciantes do los ingresos y reduciendo los gas­
proveedores y los contrabandistas ob­ tos; de organizar el sistema moneta­
tuvieran copiosas ganancias. Esto con­ rio, suprimiendo las emisiones, amor­
dujo a la formación de un grupo de tizando el papel moneda que pasaba
nuevos ricos que comenzó a tener una de los mil millones (cuadro 7) y retor­
figuración de primer orden en las altas nando al patrón oro; de estabilizar la
finanzas del país. Así mismo, se fun­ tasa de cambio; de restaurar el crédi­
daron bancos que prontamente adqui­ to; de impulsar los transportes y el de­
rieron un éxito halagador. sarrollo de la producción. Éstos eran
Concluido el conflicto militar, la si­ las tareas y los problemas del Estado
tuación era desastrosa: la guerra le ha­ desde la administración Marroquín has­
bía significado al país la pérdida de ta el Quinquenio de Reyes.
36 Nueva Historia de Colombia. Vol. V
Capítulo 1 37

El Quinquenio de Reyes
y la recuperación
El primer paso en firme que se dio
para afrontar la situación de posguerra
lo constituyó la expedición de la ley 33
de 1903, por medio de la cual se de­
terminaba la adopción del patrón oro
para fijar el valor de la moneda; la es­
tipulación de oro en los contratos; y la
creación de la Junta de Amortización
que debía fijar la tasa de cambio de
papel por oro y amortizar el papel mo­
neda. No obstante, los mayores es­
fuerzos para solucionar los problemas
políticos, fiscales y económicos de garle una relativa estabilidad al tipo de Billete por valor de
posguerra los efectuó el gobierno de cambio, acabar con la especulación 25 pesos, del Banco
Rafael Reyes. En lo político, la inicia­ desbordada de posguerra, fortalecer la Central, con la
tiva del gobierno se relacionaba, entre moneda y rescatar la confianza en ella. efigie del presidente
otros aspectos, con la búsqueda del Rafael Reyes, su fundador.
Con el objeto de contar con una ins­ La emisión, del 23
equilibrio político institucionalizando titución que fuera el centro de la po­ de agosto de 1903,
la representación liberal en el gobier­ lítica monetaria y crediticia del país, lleva las firmas de
no; con la profesionalización del ejér­ que permitiera el fomento de las ac­ Luis Cuervo Márquez,
cito y el apaciguamiento del bandole­ tividades económicas y constituyera como presidente de
rismo que quedó de la guerra; con el la Junta, y de
sobre todo un apoyo financiero al go­ Nemesio Camocho,
desmonte de los poderes locales, ins­ bierno, Reyes fundó el Banco Central como gerente
talados en las regiones, y el refuerzo de Colombia, para lo cual invocó el del banco.
del centralismo estatal (a esto respon­ concurso de los empresarios privados.
día en parte la reorganización político- Si bien el gobierno se abstuvo de sus­
administrativa, que implicó el fraccio­ cribir acciones en el Banco —no cons­
namiento de los departamentos tradi­ tituyendo en este sentido una institu­
cionales). ción estatal, aunque por sus funciones
Para afrontar el problema moneta­ podía considerarse como tal—, le
rio, Reyes estabilizó el tipo de cambio otorgó, en cambio, un conjunto de
al 10.000 %, frenando así las fluctua­ privilegios entre los cuales se desta­
ciones bruscas y diarias del valor de la caban los siguientes: el privilegio ex­
moneda que entorpecían las transac­ clusivo por treinta años para emitir bi­
ciones internas, inflaban la tasa de in­ lletes respaldados en oro; franquicia
terés y fomentaban la inseguridad eco­ postal y telegráfica; exención de de­
nómica. Determinó así mismo la rechos de aduana y de derechos de re­
adopción del peso oro como unidad gistro para escrituras. Así mismo, el
monetaria y de cuenta; en los presu­ gobierno le encargó efectuar la con­
puestos nacionales, departamentales y versión de los billetes del Banco Na­
municipales, así como en el pago de cional por moneda metálica, para lo
los gastos públicos y en la contabilidad cual destinaba unas rentas. Al banco
oficial, debía emplearse el peso oro se le recomendó también la supervi­
como unidad monetaria; conservó la sión del sistema monetario nacional y
libre estipulación en los contratos ci­ se le entregó la administración de las
viles y en las transacciones comercia­ rentas de licores, pieles, tabaco, ciga­
les; finalmente, consagró la conver­ rrillos y fósforos; además, devengaría
sión de papel moneda por moneda el 10 % de los ingresos brutos que co­
metálica en la proporción de $ 100 en brara por concepto de impuestos. El
papel moneda por $ 1 en oro. Con ello Banco Central podía efectuar las ope­
se buscaba, entre otros aspectos, otor- raciones corrientes de cualquier banco
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
38

zación de los sistemas de cobro, la in­


troducción de nuevos impuestos y el
aumento de los tradicionales; la nacio­
nalización de rentas departamentales
y el establecimiento de monopolios
fiscales sobre productos de consumo
popular. En cuanto a la nacionaliza­
ción de ingresos, fueron transferidas
de los departamentos al gobierno cen­
tral las rentas de licores, degüello y ta­
baco, quedando la nación compro­
metida a reconocerles a los departa­
mentos una participación de lo recau­
dado por concepto de tales rentas.
Esta circunstancia debilitó los ingresos
departamentales y colocó las regiones
comercial. Como contraprestación, se en el orden de mayor dependencia ad­
Billete por valor de
1 peso, del Banco obligó al banco a efectuar préstamos ministrativa y política del Estado cen­
Central, con el retrato al gobierno. El Banco Central financió tral. Dados los problemas que ello re­
del presidente la administración Reyes, recogió el presentaba, en 1908 fueron devueltas
Rafael Reyes.
déficit de tesorería, atendió el servicio las rentas a los departamentos.
Los billetes de este
banco suscitaron de la deuda externa y les hizo présta­ Entre el aumento de los impuestos
desconfianza y por ello mos a los departamentos. Empero, los tradicionales se destacó el incremento
tuvieron poca billetes emitidos por el Banco Central de los derechos de aduana. El aumen­
circulación. no gozaron de la confianza pública y
Al caer el régimen to de tales derechos, que fue del orden
de Reyes, el banco solamente circularon en pequeñas de un 70 %, a la vez que buscaba un
perdió sus contratos cantidades. Tampoco el banco adelan­ gran incremento en los ingresos del
con el Estado y sus tó la amortización del papel moneda Estado, creaba una protección para el
privilegios de emisión, de curso forzoso y fue objeto de ás­ desarrollo de la industria y de la agri­
franquicia postal y peras críticas de economistas liberales
telegráfica, cultura. La nueva tarifa gravaba la im­
exenciones de aduana que lo consideraban como una insti­ portación de productos agrícolas y ma­
y de registro, tución que representaba el carácter ar­ nufacturados, y reducía los derechos
administración de bitrario y monopolista de la adminis­ para la importación de maquinaria,
rentas estatales tración. Caído el régimen de Reyes, se materias primas industriales y fertili­
y supervisión del despojó al Banco en 1909 de sus con­
sistema monetario. zantes.
tratos con el gobierno y de sus privi­
legios, quedando en la situación de un En general, las reformas de Reyes
banco comercial cualquiera, hasta su encaminadas a obtener recursos tra­
liquidación, años más tarde. Con ello jeron como consecuencia el que los in­
fracasaba un mecanismo clave de la in­ gresos del Estado se incrementaran
tervención económica del Estado, si­ significativamente, pasando de 5 a 10
tuación que solamente llegaría a su­ millones de pesos oro inicialmente, y
perarse con la fundación del Banco de ascendiendo luego, al final del Quin­
la República en 1923. En materia fis­ quenio, a 16 millones. Este aumento
cal, y con el propósito de incrementar se debió a la reforma fiscal, pues tanto
los ingresos del Estado para cubrir el las exportaciones como las importa­
déficit fiscal y realizar o fomentar las ciones no presentaron notables au­
empresas que el gobierno se había fi­ mentos entre 1905 y 1910; permane­
jado, la administración Reyes puso en cieron más o menos estables, de tal
práctica un conjunto de medidas para manera que el aumento, por ejemplo,
reorganizar el sistema de rentas. Entre de las rentas de aduana provenía del
tales medidas se destacaban la racio­ alza de los aranceles más que del in­
nalización de la contabilidad y de los cremento de las importaciones. Los
procedimientos de pagos; la centrali­ mayores ingresos le permitieron a Re­
yes adelantar un vasto plan encarm-
Capítulo 1 39

nado al aumento de las vías de trans­ crédito del país en el exterior, obtener
porte, que se consideraban la clave del nuevos empréstitos y lograr la afluen­
desarrollo económico nacional. En cia de capital extranjero, que se con­
esta forma, la red ferroviaria se incre­ sideraba como primordial para el de­
mentó en un 50 %, se amplió la cons­ sarrollo de las exportaciones de mi­
trucción de carreteras y caminos de nerales (petróleo) y de productos agrí­
herradura y se mejoró la navegación colas (banano). En cuanto a la acción
por el río Magdalena. Para la cons­ del Estado sobre la economía, resulta
trucción de ferrocarriles, Reyes optó también ostensible el fomento de la in­
por otorgar a las compañías subven­ dustria y de la agricultura. Entre las
ciones y concesiones demasiado am­ medidas para el fomento de la indus­
plias, lo cual recargaba extremada­ tria se destacaba el aumento de las ta­
mente los costos, con un resultado rifas arancelarias, las subvenciones di­
problemático y lesivo para el país y las rectas, los privilegios comerciales y los
finanzas del Estado. Él ferrocarril del incentivos tributarios, lo cual tendió a
Pacífico Cali-Buenaventura avanzó favorecer la industrial textil y el esta­
notablemente; el de Honda-La Dora­ blecimiento de algunas industrias para
da llegó a Ambalema y el de Girardot procesar alimentos, ácidos, vidrio y
a Ibagué; el ferrocarril de Antioquia papel, sin que en estos últimos renglo­
se prolongó en 36 km y también el de nes se hubiesen obtenido resultados
Santa Marta-Fundación, que llegó a positivos. En cuanto a la agricultura,
95 km del puerto. Pero la mayor rea­ se destacó el apoyo al cultivo del al­
lización fue el empalme del ferrocarril godón, al cultivo y procesamiento de
de Girardot con el de la Sabana en Fa- la caña de azúcar y a la agricultura de
catativá: así, por primera vez, la ca­ exportación: café, tabaco y caucho.
pital de la República quedaba unida En cuanto al café, el gobierno deter­
por ferrocarril al río Magdalena, y por minó conceder una subvención de
éste, en vapor, con el mundo exterior, un peso oro por cada quintal expor­
circunstancia que favoreció sustancial­ tado. Este subsidio fue posteriormen­
mente a la región. Así mismo, se pro­ te cambiado por una subvención a las
longó el ferrocarril de Bogotá al Salto compañías de navegación, con el ob­
del Tequendama, y el de Bogotá a Zi- jeto de obtener una reducción en los
paquirá y se inició el de Puerto Wil- fletes, lo cual, sin embargo, no trajo
ches a Bucaramanga. En cuanto a ca­ el efecto esperado: los fletes más bien
rreteras, la realización más notable subieron.
fue la prolongación de la carretera
Central del Norte, que llegó a Santa Resulta claro entonces que durante
Rosa de Viterbo, en una extensión su­ el Quinquenio el Estado desplegó una
perior a los 200 km, uniendo a Cun- importante acción económica orien­
dinamarca y Boyacá; esta vía fue inau­ tada a afrontar la crisis de posguerra,
gurada por Reyes en el primer auto­ a promover el desarrollo y a dotar al
móvil que llegó a Bogotá. mismo Estado de instrumentos inter­
vencionistas. La reforma monetaria,
Con el desarrollo de aquellas vías, el Banco Central, la reforma fiscal, la
el Estado le otorgaba un impulso sus­ política de transporte y comunicacio­
tancial al desarrollo económico en ge­ nes, los subsidios, las concesiones, el
neral, pero de modo especial a la eco­ manejo de la deuda externa y la polí­
nomía exportadora, dada la orienta­ tica arancelaria, si bien se dirigían a
ción predominantemente centrífuga allanar obstáculos y estimular el de­
de dichas vías, lo que también favo­ sarrollo, algunas de esas medidas sus­
recía el comercio de importación. citaron diversos y graves problemas
Los mayores ingresos permitieron a que contribuyeron a determinar la
Reyes atender puntualmente el servi­ oposición a la dictadura de Reyes.
cio de la deuda externa, lo cual se ha­ Además de afectar algunos intereses,
cía con el propósito de restablecer el como el de los importadores con el
Nueva Historia de Colombia, Vol. V
40

Quema de 16 millones
de pesos en billetes,
durante una de las
incineraciones
semanales que se
realizaban en la Casa
de la Moneda, en
Bogotá, ante miembros
de la Junta de
Conversión
y representantes de
la Cámara de Comercio.
Agosto de 1916.

arancel proteccionista, el de las regio­ ción Restrepo, se emitieron los pri­


nes con la centralización fiscal, etc., se meros billetes representativos de oro;
decía, por ejemplo, que el Banco Cen­ también en ese año se estableció un
tral y los sistemas de monopolios, sub­ nuevo arancel aduanero que rebajaba
sidios y concesiones, se prestaban al las tarifas, buscando conciliar los in­
abuso y a la corrupción. Caído el ré­ tereses del capital, del consumidor y
gimen de Reyes en 1909, se procedió del fisco nacional, conservando una
a ejecutar algunas medidas correctivas protección especial como en el caso de
de lo que había dejado el Quinquenio. la industria textil.
Después, y hasta 1914, se introduje­ Durante la administración Restrepo
ron importantes reformas, siendo las se repusieron los precios del café, lo
más notables las siguientes: en 1909 se que se reflejó en un mejoramiento de
creó la Junta de Conversión encargada la economía, los ingresos del Estado
de la amortización del papel moneda, se incrementaron y ello posibilitó la
lo cual no se había ejecutado durante reforma arancelaria mencionada y el
la administración Reyes, y se elevó a adelanto de las obras públicas (ferro­
norma constitucional la prohibición carriles, carreteras, puentes, etc.).
absoluta de emitir papel moneda de
curso forzoso (acto legislativo de El ambiente de paz y estabilidad po­
1910); se efectuaron las ya citadas re­ lítica que se inició a partir de la ter­
formas encaminadas a desmontar el minación de la guerra de los Mil Días,
Banco Central; se retornó, por el con­ la reforma monetaria, el mejoramien­
greso de 1909, la autonomía fiscal y to en el manejo de la cuestión fiscal,
administrativa a los departamentos y los subsidios y el desarrollo de las vías
los municipios; en 1912 se expidió un de transporte y comunicación, todo
nuevo código fiscal que contenía nor­ ello, impulsado por el Estado, tuvo un
mas sobre preparación, expedición, sustancial efecto para la recuperación
fuerza restrictiva, liquidación y eje­ y el avance de la economía. Este avan­
cución del presupuesto (algunas de es­ ce, por lo tanto, no era exclusivamen­
tas normas serán modificadas en te el resultado de condiciones y de fac­
1923); en 1913, durante la administra­ tores autónomos, sino también de la
incidencia del Estado.
Capítulo 1 41

Los adelantos correspondían, en Carlos E. Restrepo


primer lugar, a la difusión geográfica en la finca cafetera
del cultivo cafetero, principalmente en de "Las Palmas",
en Fusagasugá, 1916.
las regiones de la cordillera Central Durante su presidencia,
(Antioquia, norte del Tolima y nor­ se emitieron los
deste del Cauca), con lo cual se con­ primeros billetes
solidaba el traslado del eje de produc­ representativos de oro,
ción cafetera de la cordillera Oriental y un nuevo arancel de
aduanas. Las obras
(Santander, Boyacá y Cundinamarca) públicas se adelantaron
hacia aquellas regiones (cuadro 8). con nuevo impulso,
Esta expansión era favorecida, entre y la economía,
otros factores, por las diferencias re­ en general, se recuperó.
gionales en los precios, la presencia de
tierras adecuadas, la disponibilidad de
fuerza de trabajo, las vías de trans­
porte y los subsidios a la exportación.
También se desarrollaba la produc­
ción de banano para la exportación,
pero ésta no representaba beneficios
significativos para el país, puesto que
constituía una economía de enclave
controlada por la United Fruit Com-
pany. Asimismo, otros renglones de la
producción agraria presentaban avan­
ces; el cultivo de la caña de azúcar se
expandía y aumentaba la producción
de panela, miel y azúcar; la industria
azucarera era próspera en el Valle con

Cuadro 8

Colombia: Distribución porcentual de la producción cafetera por


regiones. Años seleccionados: 1874-1932

Región 1874 1913 1932

1. Bolívar, Atlántico 0.2 2.4 0.6


2. Antioquia y Caldas 2.2 35.4 46.9
3. Cauca, Nariño y Valle 1.7 7.8 12.4
4. Huila y Tolima 0.9 5.5 14.4
5. Cundinamarca y Boyacá 7.5 18.7 12.4
6. Santander 87.6 30.2 12.2
7. Resto del país — — 1.0
Total 100.0 100.0 100.0

Miles de sacos de 60 kilos 114 1.085.0 3.453.0

Fuente: Miguel Urrutia y Mario Arrubla: Compendio de estadísticas hitóricas d e Colombia.


U.N. Bogotá, 1970.
42 Nueva Historia de Colombia. Vol, V

Ingenio La Manuelita,
en el Valle del Cauca,
inaugurado en 1901.
Junto con el ingenio
de Sincerín, Bolívar,
fundado en 1906,
estos establecimientos
marcaron en los años
10 la expansión de la
producción azucarera

el ingenio La Manuelita y en Bolívar nificativos. La ganadería, después del


con el ingenio Sincerín (fundado en café, constituía quizás la actividad más
1906). Estos ingenios eran favorecidos importante del conjunto agrario.
con subvenciones y exenciones tribu­ El desarrollo de las vías de comu­
tarias, y el último con la rebaja de fle­ nicación, de la agricultura de expor­
tes en el río Magdalena. El cultivo del tación y de mercado interno y la ga­
algodón progresaba, al impulso de la nadería posibilitaron la expansión de
industria textil y del subsidio del Es­ la frontera agraria con base en la co­
tado (un peso por quintal empacado, lonización de las tierras baldías. Este
establecido en 1907), en la Costa At­ era un proceso que venía desde el siglo
lántica, Boyacá y Santander, y se em­ XIX y continuaba en el presente. La
pezaba a cultivar en el Tolima y Cun- ocupación de las tierras públicas se ha­
dinamarca. La producción de arroz cía en primer lugar por colonos inde­
era importante en el Tolima, Valle y pendientes, muchos de los cuales eran
Cundinamarca; sin embargo, debía luego objeto de expropiación por par­
competir con las importaciones de te de empresarios agrícolas, que utili­
Alemania y Estados Unidos. El trigo zaban diversos métodos legales e ile­
había prosperado en Cundinamarca y gales para ello. Como resultado, se
Boyacá, favorecido por los altos fletes producía la concentración de las tie­
y la protección arancelaria. Si bien no rras en las haciendas y la transforma­
lograba reponerse la exportación de ción de los colonos en arrendatarios
tabaco, se aumentaba en cambio la de las mismas. Este proceso de colo­
producción interna para la fabricación nización y privatización de las tierras
de cigarros y cigarrillos. El cacao au­ públicas era, por lo tanto, marco de
mentaba su produción interna para la luchas sociales entre colonos y empre­
fabricación de chocolate, lo mismo sarios agrícolas, luchas que constitu­
que el fique para la fabricación de cos­ yen parte radical de los conflictos en­
tales destinados al empaque de café. tre arrendatarios y hacendados que se
Las producciones de maíz, plátano y suscitaron en los años veinte y treinta
papa alcanzaban también valores sig­ del presente siglo.
Capítulo 1 43

Aquellos avances de la agricultura virtualmente, el incentivo del mercado


tendían a corresponder principalmen­ interno en la medida en que descendía
te a las demandas que generaban los la oferta externa de manufacturas, y,
establecimientos industriales y las ciu­ dadas estas circunstancias, permitía
dades, cuyo progreso se acentuaba. también que algunos de los capitales
Sin embargo, dado el ritmo de expan­ que se movían en la órbita del comer­
sión de los mercados urbano-indus­ cio exterior —ahora deprimido— se
triales, algunas de aquellas produccio­ orientaran algunos de ellos a la inver­
nes no lograban cubrir totalmente la sión industrial.
demanda interna, teniendo que recu- De igual manera, la agricultura re­
rrirse a la importación, como en el cibía el estímulo del mercado interno
caso del algodón para la industria tex­ en la proporción en que disminuía la
til. Esta discordancia sería aún mayor, importación de los productos que
con el fuerte impulso que las obras pú­ competían con los nativos. De este
blicas y la reindustrialización irían a modo, el descenso de las importacio­
recibir durante los años veinte. Por lo nes de arroz fue cubierto por la pro­
tanto, aquellos avances no pueden ducción interna, la cual, inclusive,
ocultar el lento desarrollo que de to­ dejó un remanente que se exportó a
das maneras presentaba la agricultura, Panamá, Puerto Rico y Cuba; ante la
la cual afrontaba grandes problemas, expansión del comercio interno, en
tales como la ausencia de tecnifica- 1917 se dejó de exportar cacao para
ción, la falta de vías de transporte efi­ destinarlo a dicho consumo; el tabaco
caces y baratas y la carencia de cré­ duplicó su producción entre 1915 y
dito. 1919; incrementos apreciables se pre­
A partir de 1910 se comenzó a pre­ sentaron en el trigo y en el algodón,
sentar, con el alza de los precios in­ pero este último no lograba copar la
ternacionales del café, un período de demanda interna. No obstante estos
auge, el cual se vio afectado poste­ incrementos, la producción agrícola
riormente con el conflicto de la pri­ no respondía plenamente a la llamada
mera guerra mundial. del mercado interno, lo que traía
como consecuencia un alza en los pre­
La coyuntura de la cios. Ello ponía de manifiesto la baja
capacidad productiva del sector agra­
primera guerra mundial rio del mercado interno, y reactuali­
La perturbación del comercio mundial zaba los problemas tradicionales de di­
ocasionada por la guerra implicó para cho sector.
el país un descenso pronunciado tanto Pese a aquellos efectos de mercado,
de las exportaciones como de las im­ la guerra agudizaba un problema que
portaciones. De una parte, el descen­ venía presentándose con anterioridad:
so de las exportaciones afectó de he­ la escasez de dinero circulante. A esta
cho a la economía cafetera, lo cual escasez había contribuido la amorti­
tendía a producir un efecto depresivo zación del papel moneda, en virtud de
sobre las actividades que venían pro­ la cual el medio circulante quedó re­
gresando al impulso cafetero. De otra ducido a 10 millones de pesos oro, lo
parte, la caída de las importaciones, si que resultaba insuficiente para el mo­
bien perjudicaba a los comerciantes vimiento económico nacional. La co­
importadores y al Estado a través del yuntura de guerra agravaba la escasez
descenso de los ingresos aduaneros, de dinero convirtiéndola en una es­
creaba, sin embargo, condiciones que pecie de crisis monetaria. La órbita in­
tendían a estimular el desarrollo de la terna de la circulación monetaria se
industria y de la agricultura. Esto úl­ contraía por el flujo de dinero al ex­
timo se planteaba como posible en el terior. Tal flujo era causado por la re­
sentido de que la crisis permitía que el ducción de las exportaciones (ello im­
incipiente sector industrial recibiera, plicaba la no afluencia de oro amo-
Nueva Historia de Colombia. Vol V
44

Esteban Jaramillo, Concomitantemente con el declive


ministro del Tesoro de las importaciones se producía la
y de Obras Públicas disminución de los ingresos aduane­
de Marco Fidel Suárez ros, lo cual abocaba al Estado a la cri­
y luego ministro de sis fiscal. Estos ingresos descendieron
Hacienda de Abadía
Méndez y de Olaya
tan pronto se inició la guerra, pero en
Herrera. En 1918 el año 1916 volvieron a presentar un
creó el impuesto a la notable aumento. Este aumento se ex­
renta, gravando con el plica por el hecho de que, ante el cie­
3% a la renta de rre de los mercados europeos, se con­
capital, con el 2%
a la de capital
solidó en el año citado la apertura del
combinado con la mercado norteamericano (cuadros 9 y
industria, y con el 10), lo que trajo un alivio a la crisis del
1% las rentas de país; pero tan pronto como Estados
industria y de Unidos entró en la guerra (6 de abril
trabajo.
de 1917), retornó de nuevo la crisis al
país. Este segundo período de la crisis
se presentó como el más dramático
para los ingresos del Estado y en ge­
neral para el país. La guerra disminuía
los ingresos estatales por la doble vía
de la caída de las rentas y del cierre
del crédito exterior. De paso, este fe­
nedado al país), que hacía que los nómeno ponía de manifiesto la vul­
compromisos adquiridos con el ex­
tranjero tuvieran que cubrirse con la nerabilidad del régimen de rentas del
moneda de oro existente; el comercio, Estado, estructurado en torno a los
para saldar sus créditos en el exterior, impuestos de aduanas, lo que hacía
tenía entonces que remesar el oro que dependiese de las condiciones ex­
amonedado; además, a esto se unía la ternas incontrolables.
Billete de 1 peso actividad especulativa de exportar oro La respuesta inicial del Estado ante
del Banco del Sur,
convertido mediante
aprovechando las diferencias del cam­ la caída de los ingresos y la presencia
resello del 1 de mayo bio. Todo ello demostraba la estruc­ de un enorme déficit fiscal fue la re­
de 1919 en cédula tura inadecuada del régimen moneta­ ducción de gastos, que afectaba a to­
hipotecaria. rio colombiano para el desarrollo ca­ dos los ministerios. Como consecuen­
Al circular como dinero, pitalista de la economía, problema
las cédulas aliviaron
cia de ello, se paralizaron las obras pú­
la escasez circulante que solamente se solucionaría a partir blicas, se suprimieron empleos, se
y animaron la del año 1923 con la fundación del Ban­ redujeron los salarios y las subven­
actividad comercial. co de la República. ciones, se recortaron los gastos en
educación, se aplazó el pago de las
pensiones, etc., lo que generaba de­
sempleo y un tremendo malestar so­
cial. A través de aquellas reducciones,
el gobierno trasladaba el costo de la
crisis a sectores sociales como el de sus
propios empleados, y la contracción
del gasto público tenía un efecto de­
presivo sobre la economía, que agra­
vaba aún más la crisis.
Así mismo, el Estado apeló a me­
didas fiscales que consistían en la crea­
ción de nuevos impuestos y en el au­
mento de los existentes. Ante la difi­
cultad de decretar un aumento gene­
ralizado de los impuestos, éste se li-
Capítulo 1 45

Caricatura de
"Bogotá Cómico
(1919) contra la
emisión de cédulas
de Tesorería.
No obstante el
pesimismo del
caricaturista,
estas cédulas fueron
aceptadas para los
pagos de renta en
los departamentos
y municipios,
por los acreedores
del Estado y por los
establecimientos
comerciales, bancarios
e industriales, con
notable éxito.

mitó a un incremento de los derechos notablemente limitada y en algunos


de timbre y papel sellado. El estable­ casos nula, y había necesidad de im­
cimiento de nuevas exacciones fiscales primirle sustanciales cambios. La re­
consistió en la implantación de los im­ forma fiscal, pese a lo que significaba
puestos de consumo y la creación del en cuanto a una relativa y promisoria
impuesto a la renta. Los primeros re­ modificación de la estructura fiscal del
caían sobre los artículos importados Estado, encaminada a captar recursos
de consumo suntuario, tales como li­ internos, era insuficiente como medi­
cores, naipes, cigarrillos, perfumería, da de urgencia para enfrentar la crisis,
etc., y sobre la cerveza nacional, fós­ puesto que sus rendimientos resulta­
foros y específicos medicinales. El se­ ban precarios. Ante esta situación, el
gundo, propuesto por Esteban Jara- Estado apeló a los recursos del crédi­
millo, se estableció en 1918, y gravaba to. Sin embargo, en este campo, tam­
las rentas según los siguientes crite­ poco obtuvo resultados positivos, ya
rios: la renta proveniente únicamente que el crédito externo se hallaba ce­
del capital quedaba gravada con el rrado por la guerra; y el interno, por
3 %; la proveniente del capital com­ la escasez de dinero. Entonces el go­
binado con la industria, en un 2 %; y bierno ensayó operaciones de crédito
las rentas, ya de la industria o ya del público. El primer intento consistió en
trabajo, con el 1 % anual. la emisión del Bono Colombiano de
No obstante el significativo avance deuda interna, operación que fracasó
que entrañaba la creación institucional por la escasa acogida que tuvieron los
del impuesto a la renta, todavía en los bonos. El segundo consistió en la emi­
años veinte no había rendido los frutos sión de cédulas de Tesorería, esta vez
que se esperaban; su eficacia resultaba con notable éxito. Las cédulas fueron
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
46

aceptadas para los pagos de renta en da. La guerra había puesto de mani­
los departamentos y municipios, por fiesto los graves problemas que afron­
los acreedores del Estado y por los es­ taba el desarrollo del país. Éstos ha­
tablecimientos comerciales, bancarios cían referencia principalmente a la red
e industriales y, de este modo, aque­ de transportes, a la estructura básica
llos documentos circularon como di­ del régimen monetario y financiero y
nero a la par con la moneda nacional. al régimen fiscal del Estado. Los avan­
Con este recurso se lograron pagar las ces en la solución de los dos primeros
deudas más urgentes (lazaretos, cár­ problemas vendrían en los años vein­
celes, policía, ejército, poder judicial, te; y del último, en los años treinta.
pensiones) y se pudo dar algún impul­ En cuanto a la cuestión de los trans­
so a las obras públicas. Al circular portes, se buscaba mejorar las vías
como dinero, las cédulas aliviaron la para el comercio exterior y crear una
escasez circulante, contribuyeron a la red interna que sirviera de base para
animación de la actividad comercial, la articulación del mercado interior.
mitigaron la penuria monetaria del El Estado debía así mismo regular las
sector cafetero y también evitaron el tarifas y emprender la construcción de
descenso del cambio sobre el exterior. las vías. Sin embargo, esta empresa
La emisión de las cédulas resultó en­ chocaba con la baja capacidad finan­
tonces eficaz para contrarrestar y so­ ciera del Estado, lo que llevaba a fin­
brellevar la crisis en su etapa más agu­ car las esperanzas en el capital extran-

Cuadro 9

Composición porcentual de las exportaciones colombianas por países de destino

Años Total Gran Bretaña Francia Alemania EE. UU. Otros(1)

1885/86-87 100 26.5 12.4 8.9 26.1 26.0


1888-91 100 31.5 9.1 11.0 29.8 18.6
1892 100 37.1 9.5 9.0 30.2 14.1
1897 100 24.1 14.6 11.9 28.0 21.4
1905 100 13.9 4.8 11.4 45.2 24.7
1908-10 100 21.2 3.6 10.4 55.7 9.1
1913 100 16.9 2.6 9.0 55.6 15.9
1914 100 17.3 1.6 6.5 66.0 8.6
1915 100 12.2 7.4 71.3 9.1
1916 100 2.1 1.3 86.2 10.4
1917 100 1.5 1.7 84.6 12.2
1918 100 0.7 2.0 82.4 14.9
1919 100 3.4 3.0 0.3 72.8 20.5
1922 100 7.6 1.3 0.7 77.8 12.6

(1) Incluye principalmente España, Ecuador, Perú, Venezuela, Antillas, Italia y otros países de Europa y América.
Fuente: 1885-1910, José Antonio Ocampo (1984).
1913-1922, Anuario de comercio exterior.
Capítulo 1 47

Cuadro 10

Composición porcentual de las importaciones colombianas por países de procedencia

Años Total Gran Bretaña Francia Alemania EE. UU. Otros(1)

1885-99 100 47.1 22.2 11.7 12.0 7.0


1890-92 100 42.2 23.3 13.3 13.5 7.7
1897/8 100 34.1 18.9 19.9 17.7 9.4
1910/1 100 34.1 10.1 17.1 28.6 10.1
1913 100 21.5 15.2 14.8 27.1 20.1
1914 100 33.0 6.5 13.4 32.8 14.3
1915 100 30.0 2.8 — 55.6 11.6
1916 100 31.5 3.6 — 55.9 9.0
1917 100 25.7 3.5 — 59.6 11.2
1918 100 29.5 1.3 — 58.8 10.4
1919 100 17.6 1.8 — 72.4 8.2
1922 100 24.1 4.5 6.4 52.1 12.9

(1) Incluye principalmente España, Antillas, Venezuela, Ecuador, Perú, Italia y otros países de Europa y América.

Fuente: 1885-1911, José Antonio Ocampo (1984).


1913-1922, Anuario de comercio exterior.

jero. Como quiera que la guerra había Las relaciones entre Colombia y Es­
reforzado el viraje del país hacia la ór­ tados Unidos pasaban previamente
bita norteamericana, las miradas se di­ por la aprobación del tratado que zan­
rigían entonces hacia esta nación. De jaba las diferencias surgidas a raíz de
hecho, se producía la conjunción entre la cuestión de Panamá, tratado por
el comercio exterior de Colombia y el el cual Colombia buscaba el recono­
mercado norteamericano (cuadros 9 y cimiento de 25 millones de dólares
10), y al mismo tiempo, entre la bús­ como indemnización. En 1914 se sus­
queda colombiana de capital extran­ cribió el tratado Urrutia-Thomson, su­
jero y la avalancha del capital nortea­ jeto a posterior aprobación de los par­
mericano que a su vez buscaba am­ lamentos de ambos países. Por parte
pliar sus órbitas de inversión y el ase­ de Estados Unidos, la aprobación del
guramiento de materias primas, tales tratado estuvo vinculada estrechamen­
como el petróleo, además de los be­ te a la presión sobre los petróleos co­
neficios de intercambio. Las inversio­ lombianos para que fueran entregados
nes norteamericanas oscilaban entre 2 a los consorcios de ese país. Sólo hasta
y 4 millones de pesos en 1913. 1922, casi dos decenios después de la
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
48

Durante una fiesta


caritativa en el viejo
panóptico de Bogotá,
Ciro Mendía recita
desde la galería
la "Balada del
presidiario", 24 de
septiembre de 1922.
Las deudas del Estado
más urgentes, como
las de los lazaretos,
cárceles, policía,
ejército, pensiones
y poder judicial
fueron canceladas
con cédulas de
Tesorería.

pérdida de Panamá y a cambio de los promisos e impulsó la construcción de


vías, etc. Ante la perspectiva de altos
petróleos, el país comenzó a recibir los
25 millones de dólares, suma que ingresos, los gastos se presupuestaron
constituiría el prólogo anunciado de lacon largueza, lo que haría más difícil
subsiguiente afluencia de capital co­ la situación fiscal al momento de la cri­
nocida como la «danza de los millo­ sis que comenzó a presentarse en el se­
nes». gundo semestre de 1920.
Una vez restablecida la paz, comen­ El apogeo de la exportación cafe­
zaron a mostrar animación los factores tera, que implicaba la afluencia de im­
económicos mundiales y nacionales. portantes sumas de dinero, estimulaba
Empero, esta situación de prosperidad la prosperidad de los negocios inter­
que se iniciaba en la posguerra no du­ nos e incrementaba la capacidad efec­
raría mucho tiempo, pues pronto es­ tiva de compra de la población vin­
culada en diversas formas al circuito
tallaría otra crisis mundial y surgirían
de nuevo los problemas. de la economía cafetera de exporta­
ción. Como consecuencia de tales ex­
Del efímero auge de posguerra pansiones, se ampliaron las demandas
tanto de importaciones como de pro­
a la crisis de 1920-1921 ductos de origen interno. El aumento
Al finalizar la guerra, se produjo un de las exportaciones y de las impor­
rápido aumento de las exportaciones, taciones ocasionó una fenomenal crisis
de las importaciones y de los ingresos en los transportes, que consistía en la
aduaneros, lo que le permitió al Es­ congestión de las cargas que apuntaba
tado mitigar las consecuencias de la a deteriorar las mercancías. Todo se
crisis e iniciar algunos desarrollos. resumía entonces, y en forma para­
Con el aumento de los ingresos, el Es­ dójica, en el problema de los trans­
tado puso al día el pago de los servi­ portes: si se había dicho que el atraso
cios públicos, atendió la deuda inte­ de la producción se debía en buena
rior y exterior, adquirió nuevos com­ parte a la falta de transportes, ahora,
Capítulo 1 49

cuando se producía el auge, aquél se Caricatura de Pepe


veía igualmente bloqueado por la Gómez en "Bogotá
incapacidad transportadora. Parecía Cómico" (1919) contra
como si el progreso resultase un hués­ los bonos estatales.
ped imposible de atender. Dice el comentario:
"Aun cuando es axioma
En el cuadro de la economía inte­ eterno / aquí viene de
rior se producían también importantes remache / a probar de
consecuencias: el incremento de la de­ fuero interno / que
manda de productos internos ocasio­ hasta hoy ha sido el
naba —entre otros efectos y al lado de Gobierno / únicamente
el apache. / Pues en
los estímulos de mercado para la pro­ tanto que juraba /
ducción industrial y agraria— una ma­ buena fe en todos los
yor elevación del costo de vida. El alza tonos, / de los Bancos
en los precios de la subsistencia que retiraba / la suma
venía registrándose desde la crisis de que respaldaba / el
interés de los bonos."
guerra afectaba de manera especial a
la población asalariada (obreros de los
puertos, de los transportes, de las in­
dustrias, etc.) y a los grupos de ingre­
sos monetarios de menor cuantía,
como los artesanos, sectores sociales
que durante 1918, 1919 y 1920 reali­
zaron protestas y manifestaciones con­
tra la carestía de la vida, y se lanzaron
a la lucha por el alza de salarios y me­
jores condiciones de vida y de trabajo
(reducción de la jornada de trabajo a se puso en juego el mecanismo tradi­
ocho horas, que por lo general era de cional de la crisis con sus respectivas
once, etc.). El auge huelguístico de consecuencias económicas y sociales:
aquellos años ponía de manifiesto la caída del comercio exterior (gráfico 2),
presencia novedosa de las relaciones crisis fiscal, etc. Como se ha visto, este
conflictivas entre el capital y el tra­ mecanismo venía actuando desde el si­
bajo, la irrupción de una nueva reali­ glo XIX. Sin embargo, un avance se ha­
dad social que escapaba a los marcos bía producido: si en aquel siglo se da­
del Estado tradicional. Se trataba, en ba la asociación de la crisis económica,
consecuencia, de crear el universo ju­ fiscal y política en una confluencia que
rídico para el encauzamiento y la in­ a menudo conducía a la guerra civil,
tegración de aquellas relaciones, y durante las crisis iniciales del siglo XX
para la regulación de los conflictos, lo la relativa estabilidad política permitía
cual se comenzó a hacer con las leyes manejar en mejores condiciones la cri­
78 de 1919 y 21 de 1920, cuyo objetivo sis económica y fiscal, sin que se de­
general era precisamente la reglamen­ sembocara en la guerra civil. En cierta
tación de la huelga. forma, el país había aprendido la trá­
gica lección de la última guerra civil.
El auge que en el país había comen­ Afortunadamente para Colombia,
zado al terminarse la guerra mundial la crisis internacional fue muy breve.
fue abruptamente interrumpido por la Ello determinó así mismo una corta
crisis internacional 1920-1921. La nue­ duración de sus efectos para el país.
va crisis mundial sorprendió al país en La superación definitiva de la crisis se­
el momento en que se debatía con la ría permitida con la reanimación de la
congestión en los transportes, de tal economía mundial en 1923, año que
manera que esta «crisis de crecimien­ representa para nosotros la prepara­
to» empalmaba ahora con la crisis de ción y antesala del subsiguiente perío­
depresión internacional. Los precios do de crecimiento febril conocido
del café descendieron, y nuevamente como la «prosperidad a debe».
50 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

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TOVAR ZAMBRANO, BERNARDO. La intervención económica del Estado en Colombia, 1914-1936,
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Capítulo 2
51

La economía colombiana
entre 1922 y 1929
Jesús Antonio Bejarano Ávila

La prosperidad a debe

D urante el corto lapso que trans­


curre entre 1922 y 1929, el vie­
jo orden económico heredado
siglo XIX, y que muy poco se había mo­
del
dificado en los dos primeros decenios
del siglo XX, comenzará a resquebra­
jarse al impulso de un crecimiento
económico tan rápido que el país qui­
zás no había experimentado durante el
siglo anterior: y «El progreso, 'ola'
avasalladora y generalmente solícita
— escribía Fabio Lozano Torrijos en esto ha pasado y ha concluido para Recolección y
1927, en un texto, por lo demás, ci­ siempre y el empuje de un nuevo con­ transporte de banano
tado en innumerables ocasiones —, ha cepto de la vida arrollará en corto en Ciénaga, Magdalena,
arribado a Colombia: sin saludarnos tiempo, definitivamente, inexorable­ según fotografía del
"Anuario Colombiano",
casi, ha traspasado la puerta, ha pe­ mente, todos los viejos obstáculos in­ 1921. Un cultivo
netrado en los salones de recibo y pa­ ternos y externos.» floreciente en la
rece firmemente resuelto a irse hasta Descripción, sin duda, entusiasta época, aunque dominado
el fondo de la habitación. Nos halaga pero no por ello menos precisa. Des­ por la United Fruit.
aquel arribo [...] Colombia —agrega­ pués del auge de estos años, nada vol­
ba— es un gigante que ha estado en­ vería a ser igual: ni la vida política su­
tumecido. Le ataba la incipiencia, le mida en una cómoda quietud durante
devoraban las posiciones políticas cua­ los veinte años anteriores, ni el orden
si selváticas..., un raro acomodo a la social tradicional, sustentado hasta en­
quietud y a la pobreza, le daba la ex­ tonces en un régimen de haciendas
traña fisonomía de un inmenso campo técnicamente atrasado y socialmente
de cartujos o trapenses [...] Pero todo opresivo en relación con la mano de
52 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

obra, ni la industria, de la que sólo el Por otra parte, la conclusión de las


sector textil podía testimoniar algún negociaciones con los Estados Unidos
avance, ni el prolongado aislamiento sobre la cuestión de Panamá conlleva
entre las regiones que iría a ser sacudido una indemnización por 25 millones de
por el empuje de las obras públicas. dólares que el país comenzará a recibir
Atrás quedaba, después de los procesos así: 10 millones de dólares en 1923,
que el crecimiento de estos años iría a 5 millones anuales entre 1924 y 1926.
provocar, lo que con exactitud deno­ Los dos factores anteriores, la me­
minaba Antonio García «la República jora en la capacidad exportadora del
señorial». El auge de este período ser­ país y los 25 millones de dólares de la
viría, en efecto, como catalizador de indemnización de Panamá, generaron
una serie de procesos que comenzarían tal holgura fiscal que la imagen de Co­
a manifestarse con toda intensidad ya a lombia mejoró en los mercados finan­
mediados del decenio y que adquirirían cieros internacionales, los que a su vez
su más cabal manifestación durante la estaban experimentando una acelera­
crisis de los años treinta. da expansión. Poca duda cabe de que
Desde comienzos de los años vein­ en el rápido proceso de endeudamien­
te, y por primera vez en la historia del to que vivió el país en estos años y par­
país, se vería una afortunada con­ ticularmente entre 1925 y 1928, de­
fluencia de factores que permitirían sempeñaron un papel importante la
superar, al menos durante algunos capacidad exportadora del país, la in­
años —pocos pero suficientes para de­ demnización de Panamá y los concep­
sencadenar el auge—, la tradicional tos y realizaciones de la misión enca­
escasez de recursos externos que ha­ bezada por Edwin Walter Kemmerer
rían posible la financiación de un pro­ en 1923, encargada de reorganizar las
grama masivo de obras públicas. «De finanzas nacionales. A ello se sumó,
un día para otro — escribía Alfonso como un factor menos importante, el
López Pumarejo en 1926 —, Colom­ auge financiero norteamericano que
bia ha pasado de la economía del dé­ amplió el crédito internacional, reo­
ficit, en que vivió durante un siglo, a rientándolo durante los años veinte en
la economía del superávit, que hoy lle­ buena medida hacia América Latina.
na de promesas de prosperidad a las La participación latinoamericana en el
gentes bien informadas.» En efecto, total de nuevos préstamos norteame­
habían coincidido una expansión ex­ ricanos pasó de 1/3 a 1/6 entre 1920­
portadora y el mejoramiento de la re­ 1925 y 1926-1928 con una tasa de cre­
lación de precios de intercambio, una cimiento entre ambos períodos diez
ampliación notable del financiamiento veces mayor que la que tuvo lugar en
externo y la llegada de los recursos los préstamos al resto del mundo.
provenientes de la indemnización de
Panamá, para dar lugar a una mayor Conviene detenerse en este proceso
capacidad de gasto público y de im­ de endeudamiento, no sólo porque él
portaciones que estarán en la base de explica lo que entonces se llamó «la
la expansión económica. prosperidad a debe» sino porque,
como se verá luego, sus efectos sobre
En efecto, el valor total de las ex­ la estabilidad económica del país fue­
portaciones pasó de 44.5 millones de ron igualmente pronunciados.
dólares en el período de 1915-1919 a En rigor, a lo largo del siglo XIX,
63.9 millones entre 1922-1924, y a Colombia fue uno de los países lati­
112.2 millones entre 1925 y 1929. El noamericanos cerrados al crédito in­
precio del café pasó de 15.4 centavos ternacional, en parte por su precario
la libra en 1922 a 26.3 en 1928, mien­ desarrollo exportador y en parte por el
tras la capacidad de compra de pro­ crónico incumplimiento con los acree­
ductos importados por cada libra de dores internacionales. Sin embargo,
café aumentó algo más de dos veces desde comienzos de los años veinte,
entre 1921 y 1928. mejora la imagen del país como deu-
Capítulo 2 53

dora, al tiempo que se acrecientan las


condiciones y posibilidades para la in­
versión extranjera. Por otra parte, era
tal el interés de los banqueros nortea­
mericanos por conceder créditos y tal
el deseo colombiano de recibirlos, que
en 1926 había 29 representantes de ca­
sas financieras norteamericanas en
Colombia tratando de colocar présta­
mos a la nación, los departamentos y
los municipios.
Entre 1923 y 1928 los empréstitos
externos a largo plazo se aumentaron
de 24.1 millones de dólares a
203.1 millones en 1928 (nótese que la
indemnización por Panamá representó
apenas poco más del 10 % total de
préstamos externos), contabilizando
los préstamos nacionales, departa­
mentales, municipales y bancarios.
Siendo especialmente importantes
los años 1926 a 1928, en los que el
saldo de la deuda externa pasó de
63.4 millones de dólares a 203.1 millo­ su deuda algo más de veinte veces, Llegada de la misión
nes (véase cuadro 1). mientras los segundos la multiplicaron económica encabezada
Por otra parte, el proceso de endeu­ por ocho. Igualmente, fue importante por Edwin W. Kemmerer
el endeudamiento del sistema banca- a la estación de la
damiento abarcó en forma importante Sabana, Bogotá,
no sólo al gobierno nacional, cuya rio, que quintuplicó su deuda durante en marzo de 1923.
deuda pasó de 21 a 71 millones de dó­ estos años, yendo gran parte de ella a Su objetivo: reorganizar
lares entre 1923 y 1928, sino funda­ financiar las actividades del recién las finanzas del país.
mentalmente a los departamentos y creado (1924) Banco Agrícola Hipo­
municipios. Los primeros aumentaron tecario.

Cuadro 1

Empréstitos externos a largo plazo, saldos en circulación. 1923-100 (en miles de dólares)

Fin de Nacionales Departamentale Municipales Bancarios Totales índice

1923 21.085 3.000 24.085 100


1924 18.530 8.970 27.500 114
1925 17.273 2.963 9.725 29.961 124
1926 14.501 27.132 12.939 8.922 63.494 264
1927 37.252 40.938 17.303 31.449 126.942 527
1928 71.125 63.497 24.008 44.484 203.114 843

Fuente: I. Diot: «Colombia Económica 1923-1929», DANE: Boletín Nacional de Estadística, n.° 300, julio de 1976, cua­
dro VI-10.
54 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

ingresos fiscales del país, y para el pe­


ríodo 1929-1933 las proporciones con
respecto a estas mismas variables eran
en su orden el 36.8 %, el 277 %, el
1.264 % y el 642.8 %, lo que por su­
puesto iba mucho más allá de cual­
quier límite razonable de endeuda­
miento (que la propia misión de Kem-
merer estimaba en no más de
17.5 millones por año) y de la posibi­
lidad de conservar una economía es­
table, y más aún, de que la economía
pudiese absorber semejantes magni­
tudes de financiamiento sin desbordar
los precios.
El endeudamiento, como es obvio,
suscitó debates de todo orden. «Pros­
Aristóbulo Archila, De hecho, los coeficientes de en­ peridad a debe» clamaba Alfonso Ló­
ministro de Hacienda deudamiento fueron de tal magnitud, pez Pumarejo en el Congreso, «la
de Pedro Nel Ospina, que entre 1925 y 1928 la deuda total prosperidad, la que vale la pena lla­
y miembros de la misión representaba el 12.9 % del Producto marse tal, es y ha sido y será una pros­
Kemmerer al llegar
a la capital.
Interno Bruto, el 99.4 % de las ex­ peridad a debe» respondía Esteban Ja-
portaciones, el 226.1 % de las reser­ ramillo, ministro de Finanzas, «el bai­
vas internacionales y el 244.2 % de los le de 1926 a 1929» según expresión
que Alejandro López acuñaría unos
años más tarde. El hecho es que, gra­
Esteban Jaramillo, cias a ello, las finanzas nacionales, de­
gran economista
colombiano de la partamentales y municipales gozaron
primera mitad del de un amplio margen para emprender
siglo XX. En su o continuar las inversiones públicas
concepción, que la economía venía demandando
el endeudamiento
de los años 20,
de tiempo atrás. El gasto público se
dirigido a financiar triplicó entre 1926 y 1929, de tal modo
las obras públicas, que los gastos públicos per cápita pa­
logró desbloquear saron de 5.5 dólares a 13.7 dólares en
"el movimiento este período. La inversión pública,
pausado y de
extraordinaria por otra parte, llegó a representar en­
lentitud que trajimos tre 1925 y 1929 el 29.4 % de la inver­
hasta muy avanzado el sión total nacional, especialmente en
presente siglo transporte, donde este porcentaje as­
y que fue como una
prolongación de la
cendió a 74.9 % en este mismo perío­
época colonial." do. Sin duda, la contribución de las in­
versiones del sector público al creci­
miento de aquellos años sólo podía
apoyarse en el financiamiento exter­
no. Resultaba poco factible, dado el
bajo nivel de ingresos por habitante,
recurrir a la tributación indirecta, al
tiempo que los gravámenes a la pro­
piedad o a la renta tenían como pre­
supuesto modificaciones instituciona­
les y políticas para las cuales el país
aún no estaba preparado. En cuanto al
sector privado, la mayor parte de los
Capítulo 2 55

recursos disponibles para inversión, de el punto de vista del capital por


de por sí precarios dado el bajo ritmo persona ocupada.»
de crecimiento de la economía hasta
comienzos de los años veinte, se con­
centraba en el sector exportador, en El auge de las obras públicas
magnitudes que apenas permitían la Aquella situación que describía la CE-
expansión de este sector que absorbió PAL comenzó a transformarse. Ya se
gran parte de la acumulación de ca­ ha dicho que el impulso al crecimiento
pital producida por el café. de este período provino sobre todo del
Así pues, aun con todas las dificul­ incremento en las inversiones públicas
tades que sobrevendrían al final del orientadas particularmente hacia el
decenio, el endeudamiento dirigido desarrollo de la infraestructura de
principalmente a financiar las obras transportes, así como de la sustancial
públicas logró desbloquear lo que con mejora en la capacidad para importar,
exactitud denominó Esteban Jaramillo que era obviamente el resultado de las
«el movimiento pausado y de extraor­ favorables condiciones del sector ex­
dinaria lentitud que trajimos hasta terno, de las exportaciones y de los
muy avanzado el presente siglo y que términos de intercambio.
fue como una prolongación de la épo­ Tanto el endeudamiento como los
ca colonial». En efecto, entre 1925 y ingresos adicionales por concepto de
1929, la tasa de crecimiento anual del impuestos aduaneros, llevaron los in­
producto bruto por habitante alcanzó gresos del gobierno central de
la cifra de 5.2 %, la más alta de la his­ 15.7 millones en 1921 a 107.5 millones
toria del país, mientras el producto to­ en 1928, de los cuales, en este último
tal creció al 7.7 % anual, también uno año, los empréstitos representaron el
de los más rápidos crecimientos a lo 30.2 %. Igualmente, entre 1923 y
largo del siglo XX. 1928-29 los ingresos departamentales
Estas magnitudes no eran desdeña­ se incrementaron en un 150 % y los
bles en una economía que hacia 1925 municipales en un 112 %, apoyados
alcanzaba en promedio 115 dólares de en parte en los empréstitos, pero tam­
ingreso por habitante, uno de los más bién en mejores condiciones tributa­
bajos en América Latina y en un país rias asociadas a la propia expansión
que ocupaba más de las tres cuartas económica, como quiera que los in­
partes de los 6.7 millones de habitan­ gresos ordinarios de la nación, de los
tes en actividades agrícolas. «Al bajo departamentos y de los municipios se
nivel de ingreso nacional —se señala incrementaron. Lo que ocurrió enton­
en el informe de la Comisión Econó­ ces fue que un factor autónomo básico
mica para América Latina (CEPAL) como los empréstitos y la indemniza­
describiendo la aceleración del creci­ ción de Panamá, al permitir una ex­
miento alrededor de 1925— se asocia­ pansión de la inversión pública y en
ba una exigua afluencia de capital ex­ general de la actividad económica, aca­
tranjero limitada principalmente a al­ baron alimentando los ingresos ordi­
gunas inversiones en petróleo. El pro­ narios del sector público que entre
ducto por unidad de capital era ex­ 1924 y 1928 se incrementaron de 33.4
tremadamente bajo tanto por la com­ millones a 75 millones en el nivel cen­
posición misma del capital existente tral, ocurriendo lo propio en los ni­
—que consistía sobre todo en mejoras veles departamentales y municipales.
agrícolas, viviendas y servicios muni­ Ante esta holgura fiscal, se incremen­
cipales— como por las rudimentarias tó enormemente la capacidad de gasto
técnicas de producción empleadas y del sector público (véase gráfico 1)
también por. las limitaciones que im­ que pasó de 38.9 millones en 1923 a
ponía el reducido nivel de ingreso y 115 millones en 1928, lo que represen­
demanda por habitante. Además, se tó el nada desdeñable incremento del
registraba una relación muy baja des­ 195 % en sólo cinco años.
56 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Primer automóvil Según se anotó, gran parte de esta


que cruza el
Puente de Occidente nueva capacidad de gasto se orientó
sobre el río Cauca, hacia las obras públicas, en las cuales
en Santafé de el gasto se aumentó de 6.3 millones en
Antioquia. 1923 a 62 millones en 1928, pasando
En los años 20 estos gastos de representar del 16.2 %
se produce un auge
de las obras
del gasto público nacional total en
públicas, hacia 1923 al 53.9 % en 1928 (véase cua­
las cuales se dro 2). A su vez, aquellos gastos se
orientó orientaron básicamente hacia los fe­
el gasto público. rrocarriles, que entre 1926 y 1929 ob­
tuvieron más del 60 % del total de in­
versiones públicas del país.
Sería precisamente el desarrollo de
las vías de comunicación lo que pre­
cipitaría los cambios más significativos
de este período. Desde comienzos de
los años veinte, se indicaba de manera
persistente por los observadores de la
época cómo la principal limitación de
la economía nacional era la carencia
de un sistema articulado de medios de
Capítulo 2
57

Cuadro 2
Distribución porcentual de los gastos públicos nacionales por ministerios. 1923-1936
Ministerios
Hacienda y
Relaciones

Educación
Exteriores
Gobierno

Correos y
y Trabajo

Asistencia
Telégrafos

Higiene y
Industria

Dpto. de
Públicas
Público
Crédito

Guerra

Pública
Obras
Años

Otros
1923 15.8 2.3 40.0 8.3 1.3 6.4 9.2 16.2 0.1
1924 14.4 1.9 28.1 7.4 0.6 6.5 9.4 30.8 — 0.8
1925 14.6 1.5 23.3 7.2 0.6 6.4 9.1 36.2 — 1.0
1926 11.1 1.3 15.7 6.8 0.8 6.0 7.6 49.8 — 0.9
1927 10.1 1.2 16.0 8.3 1.4 6.8 7.5 47.9 — 0.7
1928 10.1 1.1 13.4 6.5 1.6 6.3 6.1 53.9 — 0.7
1929 11.9 1.6 21.3 8.8 3.1 8.6 8.5 35.0 — 1.1
1930 14.4 1.6 33.6 6.8 2.8 7.1 9.2 22.6 — 1.4
1931 16.7 1.8 38.9 7.6 2.4 2.8 8.3 15.4 4.8 1.2
1932 14.7 1.7 37.7 8.1 2.3 2.6 7.9 19.7 4.3 0.8
1933 11.1 2.1 23.0 27.2 2.0 2.0 6.4 22.0 3.4 0.5
1934 10.3 1.8 31.3 32.3 1.7 2.1 5.3 10.4 3.0 1.6
1935 14.4 3.1 24.3 23.8 1.9 4.0 7.0 16.1 4.0 2.3
1936 15.3 2.6 26.1 19.6 1.0 6.7 5.6 16.4 3.9 2.8
Fuente: B. Tovar, La intervención económica del Estado en Colombia 1914-1936. Banco Popular, 1984.

transporte para los productos que per­ y sólo 76 kilómetros conectaban con
mitiera superar la dispersión y la frag­ regiones no vinculadas al comercio ex­
mentación de los mercados. Hasta en­ terior. La red de carreteras (si así po­
tonces, la función de las vías de co­ dían llamarse los caminos a veces cu­
municación, de los ferrocarriles en biertos por triturados de piedra o por
particular, había sido la de integrar las grava y arena), por otra parte, apenas
áreas cafeteras a los puertos de em­ ascendía a 3.437 kilómetros, de los
barque para el exterior, lo que confi­ cuales el 5 % se encontraba en Cun-
guraba un sistema centrífugo de la in­ dinamarca.
fraestructura de transportes que ape­ La carestía de los fletes, que según
nas vinculaba marginalmente los mer­ los observadores de la época era el
cados internos. Aún para 1920, del va­ principal obstáculo al comercio inter­
lor total transportado por los ferro­ no, las dificultades para la importa­
carriles, sólo el 17.5 % correspon­ ción de maquinaria, el estrecho ám­
día a comercio interno y el resto es­ bito local de la mayor parte de los pro­
taba representado por productos pa­ ductos, las dificultades para vincular
ra la exportación. En efecto, de los tierras incultas a la frontera producti­
1.481 kilómetros de vías férreas exis­ va, el aislamiento, en fin, del país y de
tentes en 1922, 992 kilómetros esta­ las regiones entre sí, eran apenas una
ban localizados en las regiones típica­ lista parcial del entrabe que suponía la
mente cafeteras, 313 kilómetros se carencia de ferrocarriles, y que Ale­
orientaban a los puertos de embarque jandro López precisaba en una fór­
58 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

mula: «sin. cambios [o comercio], sin fugas que habían predominado hasta
caminos, sin demandas, de nada vale entonces.
el esfuerzo humano». Luis Eduardo Así, el desarrollo ferrocarrilero de
Nieto Caballero, por su parte, seña­ los años veinte se orientaría hacia la
laba el propósito de la expansión fe­ integración de la economía nacional y
rrocarrilera: «Dos han sido los pro­ sólo de modo secundario a completar
pósitos de los constructores de los fe­ las vías de comunicación orientadas
rrocarriles: En Europa, facilitar y aba­ hacia el mercado mundial. De hecho,
ratar un tráfico existente. En los Es­ entre 1925 y 1930 se construyó la mi­
tados Unidos, crear y abaratar este tad de la red ferrocarrilera total del
tráfico. Construido el ferrocarril, el país existente en 1930. Por otra parte,
tráfico se intensifica a lado y lado de entre 1922 y 1934 se duplicó la canti­
la vía, los campos ubérrimos entran en dad de kilómetros de ferrocarriles
plena producción porque ya sus due­ construidos y en explotación. Sin em­
ños encuentran salida para sus pro­ bargo, los ferrocarriles de las zonas ca­
ductos. Aumentados éstos, aumenta feteras aumentaron durante este lapso
la carga, aumentada la carga, bajan las en un 65 % (sobre todo por la amplia­
tarifas. Y no es argumento el que pri­ ción de los ferrocarriles de Antioquia,
mero hay que crear el tráfico y luego Girardot y Tolima, que de algún modo
el ferrocarril para que una vez cons­ vinculaban zonas internas), mientras
truido halle carga abundante. Con in­ que los ferrocarriles de las zonas cén­
tenso tráfico creado, la construcción tricas aumentaron en un 550 %. Por
del ferrocarril es mucho más costosa, otro lado, entre 1922 y 1934 la inver­
porque las tierras que se expropien sión en ferrocarriles del grupo de re­
han de valer más dinero.» Se trataba, giones cafeteras apenas se duplicó,
pues, de construir los ferrocarriles mientras que la de las zonas céntricas
para crear en unos casos, para facilitar aumentó en más del 1.000 % en el
en otros, el comercio interno, el mer­ mismo período. En doce años la cons­
cado nacional, con todo lo que ello trucción de ferrocarriles céntricos había
significaba para el desarrollo de la igualado las cifras de kilómetros en uso,
economía, creando una red de tenden­ de equipo rodante y de inversión con
cias centrípetas en vez de las centrí­ los ferrocarriles cafeteros desarrollados

Estación del
ferrocarril de Amagá
en Medellín, años 20.
Entre 1925 y 1930
se construyó la mitad
de la red ferroviaria
existente en el país
hasta ese último año;
de hecho, entre 1922
y 1930 se duplicaron
los kilómetros
tendidos, pero más en
las zonas céntricas
que en las cafeteras.
Capítulo 2
59

durante las cinco décadas anteriores


(véanse cuadro 3 y mapa 1). Cuadro 3
Por otra parte, la extensión en ki­ Crecimiento de la red ferroviaria, kilómetros en uso
lómetros de los ferrocarriles naciona­ para años seleccionados: 1914-1922-1929-1934
les aumentó, entre 1923 y 1929, en
76 %, la de los departamentales en 1914 1922 1929 1934
41 % y la de los ferrocarriles particu­ GRUPO I
lares en 44 %, incrementándose la (zonas cafeteras)
carga de mercancías y el transporte de
pasajeros en más del doble durante Total 783 992 1.402 1.642
este período. Ferrocarril de
Antioquia 205 242 307 439
El desarrollo interno Ferrocarril de
Cúcuta 71 72 102 83
Los impactos del endeudamiento, de Ferrocarril de
las inversiones públicas y de la inicia­ La Dorada 111 111 111 111
ción de las obras en ferrocarriles co­ Ferrocarril de
menzaron a manifestarse, hacia 1925, Girardot 132 132 132 132
en múltiples aspectos de la vida nacio­ Ferrocarril del
nal; entre 1925 y 1929, el coeficiente Pacífico 234 341 578 678
de inversión se mantuvo en un pro­ Ferrocarril del
medio de 26 % y en la industria alcan­ Tolima 30 94 '172 199
zó el 48 % en contraste con la agri­
cultura, que sólo alcanzó un coeficien­ GRUPO II
te de 13.4 %; entre 1925 y 1930, el ca­ Total 122 176 674 1.134
pital representado en maquinaria y
equipo creció en un 50 %, muy por Ferrocarril de
encima de la tasa de crecimiento del Ambalema-Ibagué 20 65
producto, lo que se resolvió en un ex­ Ferrocarril de
ceso de capacidad instalada que con­ La Sabana 40 55 124 238
tribuiría a la expansión industrial en Central del Norte la. 20 20 95 109
los primeros años del decenio siguien­ Central del Norte 2a. 62 62 172 256
te. El crecimiento de la producción, si Ferrocarril del
bien no correspondió en términos de Nordeste 116 252
magnitud con las tasas de inversión, Ferrocarril de
experimentó en todo caso aumentos Caldas 39 117 117
de significación. Entre 1925 y 1929, el Ferrocarril de
producto bruto del sector agropecua­ Nariño 30 97
rio se incrementó en un 20.2 %, el del OTROS
sector manufacturero en un 19.2 %, el FERROCARRILES 486
de la minería en 334.3 %, el de la
construcción en un 146 %, y en 76 % Total 261 313 358 486
el de transportes. Por otro lado, la Ferrocarril de 28 28
propia bonanza de divisas había me­ Bolívar 28
jorado sustancialmente la capacidad Ferrocarril de 105 105
para importar que tradicionalmente se Cartagena 105
había convertido en un límite para la Ferrocarril de 189
compra de maquinaria y equipos en el Santa Marta 128 180 164
exterior. El crecimiento verdadera­ Otros
mente espectacular de las importacio­
nes se concentró entre 1924 y 1928, Total
durante los cuales las importaciones 1.163 1.481 2.434 3.262
todas las líneas
reales se incrementaron entre un Fuente: McGreevey, W.P.: Historia económica de Colombia, 1845-
150 % y un 170 %, representadas so- 1930. Editorial Tercer Mundo, 1975.
60 Nueva Historia de Colombia. Vol. V
Capítulo 2 61

bre todo en maquinaria, pero también 49, y en la industria pesada (metalúr­


en bienes intermedios, particularmen­ gica y metalmecánica) de 20 a 32, lo
te para la construcción de ferrocarri­ que de algún modo demuestra un li­
les; las importaciones de víveres con gero grado de diversificación que co­
las cuales el gobierno quería prevenir menzó a insinuarse desde entonces.
los efectos inflacionarios de la bonan­ Aunque el sector agropecuario no
za y por supuesto la maquinaria textil, se vio directamente favorecido por el
igualmente se acrecentaron. De he­ auge de las inversiones públicas (la
cho, del crecimiento total de las im­ participación del sector pasó de
portaciones entre 1924 y 1928, un 0.42 % a 1.63 % en el total de gastos
43.3 % es atribuible a mayores impor­ públicos de inversión entre 1926 y
taciones de metales y bienes de capi­ 1929), hay cuando menos dos hechos
tal, un 22.1 % a textiles, un 15.5 % a a destacar: de un lado, desde 1926 y General Diógenes A.
alimentos, para una participación de gracias a la creación del Banco Agrí­ Reyes, primer ministro
estos rubros de 80.9 % del total de im­ cola Hipotecario y del Ministerio de de Industrias,
portaciones de estos años. El compo­ Industria y Agricultura, creados en nombrado el 2 de enero
nente importado de la inversión bruta, 1924, el sector pudo disponer de al­ de 1924.
por otra parte, llegó al 23.6 %, lo que gunos recursos de crédito (no debe ol­
muestra el efecto de la favorable si­ vidarse que el Banco Agrícola absor­
tuación del sector externo sobre la in­ bió 13.8 millones de pesos de endeu­
versión y consiguientemente sobre el damiento en 1927 y 1928), además de
crecimiento económico. una política encaminada a estimular el Sala de falcas
desarrollo técnico de la agricultura por para cocimiento de
En cuanto al desarrollo industrial, cervezas en la vieja
el país hasta los años veinte se había la vía del suministro de maquinaria, fábrica de Bavaria,
caracterizado por un retraso relativo semillas mejoradas e insumos. en Bogotá, 1924.
con respecto a los países grandes de De otro lado, el impulso de las in­ A mediados de la
América Latina. Todavía para 1925, la década, la industria
versiones públicas y la demanda ge­ sólo representaba
industria sólo representaba el 10 % nerada por ellas, además de las me­ un 10% del
del producto nacional; este retraso es­ jores condiciones del transporte inter- producto nacional.
taba asociado en buena parte a la es­
casez de recursos en moneda extran­
jera que impedía la dotación de ma­
quinaria y equipo. La superación, al
menos transitoria, de esta limitación
permitió la realización de apreciables
inversiones en el sector manufacture­
ro, que aumentaron la capacidad pro­
ductiva de la industria en más de un
50 %. Si bien esto no se reflejó de in­
mediato en la producción (la que cre­
ció un poco por debajo del 3 % anual
entre 1925 y 1930), se fortaleció en
todo caso el equipo básico que en los
años siguientes contribuiría al aumen­
to de la producción; entre 1920 y 1929,
por otra parte, el número de estable­
cimientos industriales pasa de 377 a
434, siendo especialmente importan­
tes los sectores de bebidas y tabaco, en
los cuales el número de establecimien­
tos pasó de 25 a 39 y de 9 a 16 res­
pectivamente.
En la industria de transformación,
los establecimientos pasaron de 29 a
62 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Ilustración con el Cundinamarca, Cauca, Santanderes y


mapa de las zonas el Huila. De hecho, ya para estos años
cafeteras, del libro sería visible el desplazamiento del eje
"Colombia cafetera", de la producción cafetera hacia Antio-
de Diego Monsalve,
1926. La producción quia, Tolima y Caldas, que aportaron
del grano aumentó el 5.6 % del total de expansión del
en un 53% área cultivada en café y el 51.8 % del
entre 1922 y 1929. total de explotaciones incorporadas a
la producción cafetera.
Hasta aquí, hemos puesto el acento
en aquellos factores que propiciaron el
acelerado crecimiento económico de
este período y la dinámica que adqui­
rió en los diversos frentes de la acti­
vidad económica. En breve síntesis,
el entrelazamiento de estos factores
debe partir del reconocimiento de
que, en las circunstancias de la eco­
nomía a comienzos de los años veinte,
sólo un factor autónomo como el en­
deudamiento podría producir el des­
bloqueo de las fuerzas económicas in­
ternas, y el aumento de los ingresos
estatales, departamentales y munici­
pales. Ello a su vez posibilitó la ex­
no, provocaron un estímulo a la pro­ pansión de las inversiones públicas
ducción agrícola, que en estos años que juntamente con la mejora en el
parece haber crecido en algunos cul­ sector exportador, produjeron un im­
tivos más rápido que la población. Fue pacto importante en la demanda in­
especialmente acentuado el impacto terna, al tiempo que facilitaban las im­
en aquellos cultivos de consumo direc­ portaciones de equipo básico para los
to que no resultaron afectados por la diversos sectores y mejoraban las con­
libre importación de víveres de 1927. diciones del comercio interno, impul­
Así, entre 1925 y 1928, la producción sando la producción y por tanto el cre­
de plátano se triplicó y la de maíz se cimiento.
multiplicó por veinte, mientras la de
los cultivos como trigo, cebada, cacao El Estado
o arroz retrocedió, notablemente afec­
tada por las importaciones de víveres. Para la historia del país, sin embargo,
Con todo, el aspecto más importante la significación de este período va más
del crecimiento agrícola durante el de­ allá de haber sido uno de los de más
cenio se refiere a la producción cafe­ rápidos crecimientos o de haber pre­
tera, que aumentó en un 53 % entre parado las bases de la industrialización
1922 y 1929. posterior. Darío Mesa, refiriéndose al
Por otra parte, entre 1927 y 1932, la alcance del proceso desatado por la
superficie cultivada pasó de 220.972 a «prosperidad a debe», señala que ella
443.979 hectáreas, lo que representó «empezó a destrozar la organización
un incremento total de 223.007 hec­ colegial que tuvimos hasta entonces.
táreas en sólo cinco años. La mayor Las viejas formas culturales quedaron
parte de estos incrementos se locali­ convertidas en cenizas en los hornos
zaron en Tolima (23.4 % del incre­ de las fábricas y en las oficinas de los
mento total), en Caldas (18.6 %), Va­ organismos financieros».
lle (15 %) y Antioquia (13.6 %), con Lo que primero empezó a modifi­
algunos aumentos significativos en carse fue el Estado, si no en su natu­
Capítulo 2 63

raleza, al menos sí en sus alcances res­


pecto de la economía, adecuando sus
instrumentos para la administración
de la prosperidad y para la conducción
de un proceso de modernización para
el cual hasta entonces no estaba ca­
balmente preparado.
Desde el comienzo mismo de la ad­
ministración de Pedro Nel Ospina, ini­
ciada el 7 de agosto de 1922, se insi­
nuará un estilo de administración pú­
blica que el propio presidente Ospina
definía en una fórmula precisa: «Co­
lombia necesita un gerente» que se en­
cargara de reorganizar las finanzas pú­
blicas, en franco deterioro, el sistema
monetario y bancario, y, por sobre
todo, la promoción del desarrollo eco­
nómico desde el Estado.
En julio de 1923 se expidió la ley 5,
que creaba el Banco de la República,
el que se encargaría inicialmente del distintos sectores. Por otra parte, la El presidente
reordenamiento del caótico sistema misión formuló una serie de recomen­ Pedro Nel Ospina
y el canciller
monetario, en el cual la más variada daciones que se reflejaron en la or­ Jorge Vélez
cantidad de documentos hacía las fun­ ganización fiscal del Estado, en tér­ (4° y 5° de la
ciones de medios de pago sin que, por minos del manejo presupuestal y la izquierda)
otra parte, hubiese un mecanismo que administración, y recomendación de durante un banquete
mediara en la regulación de los cam­ rentas, de los impuestos, la organiza­ a la misión Kemmerer
bios exteriores, ni en la cantidad de di­ en el Jockey Club,
ción de la contabilidad nacional y la agosto, 1923.
nero en circulación, ni en la regulación
del crédito. La creación del Banco de
la República representó el tránsito de
la incertidumbre financiera tradicional
a una organización monetaria y cre­
diticia de perfiles estables mediante la
cual se pudo adoptar una moneda úni­
ca, el billete convertible, reglamentar
el crédito y la circulación monetaria,
vigilar el mercado cambiario, centra­
lizar las reservas de oro de la nación,
en fin, todo lo pertinente a las funcio­
nes de un Banco Central.
Además, en la creación del banco se
tuvieron en cuenta las recomendacio­ Eduardo Santos
nes de la misión financiera encabezada y Edwin Kemmerer.
La misión que presidió
por Edwin Walter Kemmerer contra­ recomendó la fundación
tada por el gobierno en 1923, la cual del Banco de la
propuso una reforma bancada en la República,
que se reglamentaba el funcionamien­ que significó
"el tránsito de la
to de los bancos comerciales, hipote­ incertidumbre
carios, agrícolas, ganaderos, prenda­ financiera tradicional
rios, especializando a la banca en dis­ a una organización
tintas funciones con las cuales se lo­ monetaria y crediticia
de perfiles estables."
graba una mejor financiación para los
64 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

creación del Departamento de Con­ crecimiento económico sobre las es­


trataría. tructuras agrarias que empezaron a
Por otra parte, en 1924 se creó el resquebrajarse por la apertura de los
Banco Agrícola Hipotecario con el ob­ mercados y la valorización de las tie­
jeto de impulsar la agricultura y servir rras, hechos éstos que comenzaron a
como instrumento de canalización de despertar un malestar rural que el país
crédito para este sector. Se creó ade­ no había experimentado antes.
más el Departamento Nacional de Si bien la creación del Banco de la
Provisiones y se iniciaron las gestiones República había logrado regular la cir­
para el establecimiento de los Alma­ culación monetaria, cuando se empe­
cenes Generales de depósito de café zaron a recibir masivamente los prés­
encargados de regularizar lo concer­ tamos externos, naturalmente se au­
José Ignacio Pérez, niente a compras, ventas y comercia­ mentaron las reservas del banco emi­
primer gerente del lización externa del grano. sor y el medio circulante comenzó a
Banco de la República, Adicionalmente, se reorganizó el crecer en forma desmedida. Entre
creado por la ley 5
de julio de 1923. Ministerio de Industria y Agricultura, 1923 y 1928 el dinero en circulación
y en 1926 se formularon las bases de aumentó en 114 %, elevándose la ca­
un programa de fomento agrícola, pacidad de compra de los consumi­
como resultado del cual se establecie­ dores, que presionaron por una mayor
ron algunas estaciones y granjas ex­ demanda.
perimentales cuya actividad en inves­ Por otro lado, el alza de los salarios
tigación y difusión mostraría su im­ provocada en buena parte por el en­
portancia pocos años más tarde en di­ ganche de trabajadores para las obras
versos cultivos cuyo desarrollo fue públicas, así como las migraciones ma­
ampliamente estimulado por los resul­ sivas del campo jalonadas también por
tados de estas investigaciones. las obras públicas, provocaron una
Del mismo modo, se amplió la in­ mayor demanda por vivienda que va­
tervención del Estado en el ámbito so­ lorizó las rentas urbanas al punto de
cial y laboral mediante la creación en que en Cundinamarca, entre 1923 y
1924 de la Oficina General del Tra­ 1928, el valor de la propiedad raíz se
bajo, encargada de regular las relacio­ aumentó en un 45.7 %. El aumento
nes entre el capital y el trabajo, y se de la demanda por víveres más la va­
expidieron varios decretos y leyes para lorización de la propiedad acabaron
ordenar los procesos de ocupación de desatando un aumento generalizado
tierras, de colonización y de baldíos, de precios cuyo punto máximo se al­
con lo cual se crearía un instrumento canzó en 1926-1927. Los costos de los
que, al menos parcialmente, serviría bienes de subsistencia en las princi­
para afrontar los conflictos sociales pales ciudades del país se incremen­
que sobrevendrían como resultado de taron, en el lapso de dos años, entre
la expansión económica. 1924 y 1926, en un 30 %, magnitud
No se trataba, pues, solamente de inusual para la época, lo que se atri­
una mayor presencia del Estado en la buyó por parte de los observadores de
economía del gasto público, sino de entonces a una incapacidad de la agri­
los comienzos de un orden institucio­ cultura para responder al súbito au­
nal en el campo económico mediante mento de la demanda. Mientras unos
el cual el Estado asumía nuevas fun­ atribuían esta incapacidad al régimen
ciones en el proceso de modernización territorial prevaleciente, caracterizado
del país. por el predominio del latifundio, el
ausentismo de los propietarios y la
La inestabilidad baja productividad, otros la atribuye­
y las transformaciones sociales ron a la «escasez de brazos» que ha­
bían provocado las obras públicas al
Pero quizás el proceso más importante sustraer fuerza de trabajo de las acti­
de estos años sea el impacto del propio vidades agrícolas provocando el au-
Capítulo 2
65

Anverso y reverso de
los primeros billetes
de 1,2 y 5 pesos
emitidos por el
Banco de la República
el 20 de julio de
1923, convertibles,
a su presentación,
en oro amonedado
o en giro sobre
el exterior.

mento, según ellos, desmedido, de los Entre 1923 y 1925, los trece frentes de
salarios. trabajo ferrocarrileros hasta entonces
En todo caso, el hecho visible es abiertos absorbieron cerca de veinte
que la oferta de productos agropecua­ mil trabajadores. Alejandro López,
rios se había rezagado respecto de la por su parte, estima que hasta 1926 las
demanda, haciendo subir los precios obras públicas habían absorbido cerca
de los bienes de subsistencia, lo que de treinta y seis mil obreros, lo que re­
obligó al gobierno a promulgar la lla­ presentaba cerca del 2 % del total de
mada «ley de emergencia», mediante población activa del país. Hugo Ló­
la cual se rebajaban los aranceles de pez, por su parte, estima que de las
aduanas sobre la importación de ar­ 140.000 personas en que aumentó la
tículos alimenticios. Las importacio­ fuerza de trabajo entre 1925 y 1928, el
nes, en efecto, se incrementaron no­ sector agropecuario absorbió el
tablemente, afectando a buena parte 42.4 %, la minería el 7.8 %, la ma­
de la producción agrícola nacional. nufactura el 10.8 %, la construcción el
Con todo, lo verdaderamente signifi­ 12.2 % y el resto de los sectores (go­
cativo es que el debate sobre la ley de bierno, comercio, transporte, etc.) el
emergencia y la escasez de brazos po­ 26.4 %.
nía al descubierto la estructura de un Así, aunque la expansión del em­
régimen agrario incapaz de responder pleo urbano no debió tener directa­
a las exigencias de la ampliación de los mente un impacto decisivo sobre la
mercados. oferta de trabajo en la agricultura,
Es cierto que las obras públicas ha­ produjo en todo caso un mercado al­
bían logrado absorber una parte no ternativo de empleo suficientemente
desdeñable de la mano de obra, pero importante como para diferenciar los
también la notable expansión cafetera salarios urbano-rurales induciendo
y el desarrollo manufacturero habían una presión alcista sobre estos últimos
contribuido a la absorción de empleo. y desestabilizando, como se verá, las
66 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Diferencias de salarios por regiones y actividades Cuadro 4


Región Agricultura Obras Públicas
Antioquia $ 0.30 - $ 0.40 $ 0.70 - $ 0.80
Bolívar 0.80 - 1.00 1.50 2.25
Bucaramanga 0.60 0.80
Cúcuta 0.40 - 0.60 0.90 1.00
Santa Marta 1.50 1.50
Cauca(*) 0.50 0.80 1.00
Valle 0.60 (Cali) 0.72
(*) Se promediaron los datos de 32 municipios.

Fuente: Revista Nacional de Agricultura, abril de 1930, págs. 75, 76 y 77.


Bejarano, El régimen agrario..., pág. 206.

relaciones de trabajo en el campo. masas de gente pobre a quienes em­


Desde mediados del decenio anterior, pleaban, ocasional y únicamente, en
los salarios urbanos se venían incre­ tiempos de recolección, lo que signi­
mentando de manera sostenida. Entre fica que esas gentes han hallado un
1914 y 1923, los salarios de los obreros empleo permanente y lucrativo en
de la construcción en Bogotá, por otras labores. ¿Es esto acaso un mal
ejemplo, se duplican, y entre 1923 y para la sociedad? ¿O es que la socie­
1929 aumentan en un 75 %. En la in­ dad ha de subordinar sus intereses a
dustria de transformación, los salarios los de los empresarios?».
de las obreras en Medellín experimen­ En rigor, la creación de un mercado
tan, en el mismo período, un incre­ de trabajo alternativo había propicia­
mento del 60 %. Igual ocurre en los do la movilización de los trabajadores
demás sectores de la economía, sin ex­ hasta entonces atados a las haciendas
cluir, por supuesto, el sector agrícola. mediante las más variadas formas de
Por otra parte, las diferencias de sa­ sujeción y explotación, desde el recur­
larios entre los sectores urbanos y ru­ so a la policía para obligar a los tra­
rales eran notorias. Aún para 1930, bajadores a cumplir los contratos de
cuando ya se habían empezado a sus­ enganche, hasta la retención forzosa
pender algunas obras públicas y el des­ por las deudas a través de anticipos en
empleo se hacía manifiesto, la Revista dinero o en especie que los trabaja­
Nacional de Agricultura anotaba las dores contraían con los hacendados, o
diferencias regionales y sectoriales en por la vía de las relaciones que el tra­
el salario diario (promedio) que se bajador, en calidad de aparcero, agre­
consignan en el cuadro 4. gado o arrendatario y aun en calidad
Los propietarios territoriales hicie­ de asalariado, mantenía con la hacien­
ron diversas propuestas encaminadas da y que lo ataban a ella. Tales eran
a limitar el alza y la diferenciación de los métodos de radicación forzosa de
los salarios, desde nivelar por lo bajo los trabajadores, que en 1927 se pre­
los de las obras públicas con los de la sentó al Congreso un proyecto de ley
agricultura, hasta abrir las compuertas «sobre libre circulación de mano de
de la inmigración, pero el hecho es obra» encaminado a garantizar la «ab­
que, tal como lo planteaba Alejandro soluta libertad para el tránsito del tra­
López, «los empresarios cafeteros ya bajador que busca más altos salarios y
no tienen a su disposición las grandes mejores condiciones de vida», según
Capítulo 2
67

Cuadro 5
Tierras cultivadas y tierras de pastos como porcentaje
del área total, 1934
(Área total en miles de hectáreas)
Departamento Cultivos Pastos Área total
Antioquia 2.98 54.00 6.559.5
Caldas 10.12 76.20 1.403.5
Cundinamarca 9.10 60.40 2.230.0
Valle 4.83 62.40 2.110.0
Bolívar 2.04 68.60 6.045.0
Tolima 3.92 62.50 2.356.0
Santander 3.46 34.40 3.174.0
Boyacá 2.32 72.00 7.000.0
Magdalena 0.87 30.00 5.634.0
Norte de Santander 2.54 35.00 2.320.0
Nariño 3.28 34.00 3.123.0
Cauca 1.79 55.00 2.806.5
Huila 1.65 56.30 2.092.5
Atlántico 7.32 92.00 370.0
Meta 0.05 4.46 8.404.0
Chocó 0.11 0.72 4.700.0
Total 2.42 43.17 60.260.5
José Escorcia: Historia de Colombia, siglo XX, Bogotá, Editorial Presencia, 1978, pág. 105.

se expresaba en la exposición de mo­ los precios internacionales del grano,


tivos del mencionado proyecto. lo que pondría la cuestión de la utili­
El régimen de haciendas que se sus­ zación económica del suelo en el cen­
tentaba en la sujeción de la fuerza de tro de las discusiones sobre el proble­
trabajo por medio de relaciones opre­ ma agrario. En efecto, de aquellas va­
sivas con muy bajos niveles de remu­ lorizaciones de tierras y productos
neración en dinero o en especie, co­ muy poco se beneficiaban las masas
menzó a debilitarse bajo el empuje de rurales, que ni se consideraban pro­
la mayor movilidad del trabajo. A ello pietarias legítimas de la tierra, ni en la
se sumó un hecho aún más fundamen­ mayor parte de los casos podían sem­
tal. El desarrollo de las obras públicas, brar en las parcelas el café, debiendo
la apertura de nuevos mercados, el contentarse con productos de subsis­
sustancial incremento de la demanda tencia. El régimen de haciendas, pues,
de productos agrícolas y, por supues­ excluía a los trabajadores de los be­
to, la vinculación de las tierras a los neficios del auge, lo que habría de
centros de consumo, propiciaron un provocar, por supuesto, la respuesta
importante proceso de valorización de conflictiva de aquéllos.
las tierras especialmente en áreas que, Es cierto que la mayor parte de las
como Cundinamarca y Tolima, habían tierras del país estaban dedicadas a la
sido beneficiadas por los ferrocarriles. ganadería extensiva. Todavía en 1934,
A ello se sumó la valorización de la co­ el área dedicada a la cría de ganados
secha cafetera gracias al aumento de era veinte veces mayor que la dedi-
68 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

cada a la agricultura y el 43.17 % del do estos conflictos adquieren caracte­


área total se utilizaba en pastos frente rísticas violentas, poniendo en cues­
al 2.42 % que se dedicaba a cultivos tión la legitimidad de los títulos sobre
(véase cuadro 5). la propiedad, desde 1924 comienzan a
Con todo, Cundinamarca, según al­ extenderse, sobre todo en Cundina-
gunos cálculos, participaba con el marca, conflictos en los que intervie­
49.3 % del valor total de la produc­ nen los arrendatarios buscando una
ción agrícola para el mercado, y el mayor precisión en los contratos de
39.4 % del total del área dedicada a arrendamiento, o la mejora de las con­
cultivos, siguiendo en orden de im­ diciones de trabajo de las haciendas;
portancia, aunque de lejos, Antioquia pero lo que caracterizó estos conflictos
y el Valle del Cauca. Por otra parte, después de 1925 fue la solicitud de los
aunque Cundinamarca apenas parti­ arrendatarios para sembrar café en sus
cipaba, en 1927, con el 14.7 % del propias parcelas. Entre 1925 y 1930
área cultivada en café y el 7.2 % de veinte haciendas de las más grandes de
número de fincas dedicadas a su cul­ Cundinamarca debieron afrontar esta
tivo, éste se había desarrollado en el petición. Los propietarios, en efecto,
departamento sobre la base de la gran habían establecido la prohibición a los
hacienda en la que predominaban los arrendatarios de sembrar café, en ra­
colonos a arrendatarios, a diferencia zón, según ellos, de que, si lo permi­
de lo que ocurrió en las zonas de co­ tían, se acrecentaría el valor de las me­
lonización antioqueña, en las que pre­ joras que debían pagar a los arrenda­
dominaba la pequeña propiedad ca­ tarios, dado el carácter permanente
fetera. del cultivo del café.
Gran parte de aquellas haciendas, Pero el hecho real era más bien que,
por otra parte, se habían levantado una vez establecido el cultivo en la
después de 1870 sobre la posesión de parcela, el arrendatario comenzaba a
tierras baldías, desmontando el área reclamar propiedad sobre ella, rehu­
mediante la utilización de colonos o sándose a entregar su trabajo al ha­
arrendatarios, los cuales, una vez cendado. El arrendatario, por su par­
abierto el cultivo, ocupaban una pe­ te, buscaba con estas peticiones no
queña parcela para cultivar café o pro­ sólo participar en el proceso de valo­
ductos para su propia supervivencia y rización del café, bien cultivándolo o
la de la hacienda. Estas formas de bien pagando el arrendamiento en di­
constitución de las haciendas implica­ nero y no en especie, sino vincularse
ban que los límites entre la propiedad a la expansión general del mercado
privada y las tierras baldías pero ocu­ mediante la libertad de vender los pro­
padas (la frontera jurídica y la fron­ ductos de la parcela. Esta solicitud, en
tera productiva, para utilizar los tér­ apariencia trivial, en realidad debili­
minos vigentes en este período) fueran taba en gran medida a la hacienda,
extremadamente imprecisos, dando pues ésta perdía control sobre una
lugar a conflictos entre presuntos pro­ fuerza de trabajo que constituía pre­
pietarios y colonos o arrendatarios, los cisamente el núcleo de la organización
cuales eran usualmente resueltos a fa­ del régimen de haciendas: en efecto,
vor de los hacendados, al amparo de el hecho de que la hacienda dependie­
una legislación que los favorecía por ra por entero de la fuerza de trabajo
completo, o simplemente por la vía de de los arrendatarios, admitiéndolos en
la fuerza o ayudada por los códigos de calidad de tales como una manera de
policía. Sin embargo, la valorización proveerse de trabajo permanente para
de tierras y cultivos acentuó de ma­ las plantaciones de café, hacía inacep­
nera notoria aquellos conflictos, que table para los hacendados una petición
hasta comienzos de los años veinte que reduciría la fuerza de trabajo dis­
eran más esporádicos. ponible, «pues el trabajador en las
Aunque será después de 1929 cuan­ mismas épocas estaría desyerbando,
Capítulo 2 69

podando su propio cafetal» alegaban las obligaciones contraídas con la ha­


los propietarios, y en las épocas de co­ cienda, alegando la propiedad de las
secha la situación sería aún más críti­ parcelas. Este sería apenas el inicio
ca, pues «los arrendatarios mismos se­ del amplio malestar rural que se acen­
rían entonces competidores en la con­ tuaría desde 1929 y los años siguien­
secución de trabajadores y se llevarían tes, obligando la expedición de la ley
a trabajar a sus parcelas a los pocos 200 de 1936 y rompiendo, en las re­
que hoy, sin tener el carácter de arren­ giones donde predominaba la hacien­
datarios, sirven en las haciendas como da cafetera, el orden de la sociedad ru­
voluntarios, los que, evidentemente, ral tradicional.
con jornal igual, prefieran trabajar Visto ello en perspectiva, la emer­
para sus amigos, los arrendatarios, gencia de las nuevas condiciones eco­
que no para la hacienda». nómicas propiciadas en buena parte
Habría que esperar el desenvolvi­ por la «prosperidad a debe», al tiempo
miento de la gran crisis de 1930 para que fue creando un conjunto de de­
que estos conflictos tomaran una mandas sociales (rurales y urbanas,
orientación más generalizada y radi­ que se expresaron en el malestar rural
cal. Pero al menos durante este perío­ pero también en la agitación obrera
do y hasta 1928 estos conflictos obli­ que tuvo su punto culminante en la
garon a revisar la legislación sobre tie­ huelga contra la United Fruit Com-
rras y ampliar algunos de los derechos pany en la zona bananera en 1928),
de los cultivadores. que para ser satisfechas requerían de
En 1923 se había presentado un pro­ cambios en la estructura política del
yecto de ley «sobre protección de los Estado, fueron debilitando las bases
derechos de los cultivadores de tie­ políticas de la República Conserva­
rras» y otro «sobre régimen agrario y dora, renuente a asimilar los cambios.
colonización interior» que fueron in­ El proletariado urbano empezó ma­
suficientes para regular los conflictos. nifestando su presencia en la vida po­
El punto crítico de la legislación agra­ lítica del país. Los diversos enfoques
ria surgió en 1926 mediante una sen­ para responder al problema agrario y
tencia dictada por la Corte Suprema, en particular las posturas frente a las
en virtud de la cual, toda persona que reivindicaciones campesinas, comen­
reclamara propiedad sobre un terreno zaron a producir deslindes entre los
estaba obligada, en caso de litigio, a partidos, que poco a poco fueron pre­
exhibir el título original de traspaso de parando el advenimiento de la Repú­
propiedad sobre un baldío nacional. blica Liberal.
«Prueba diabólica» se llamó a esta La crisis que comienza a sentirse en
obligación, puesto que era práctica­ toda su magnitud desde 1929, no hará
mente imposible para muchos propie­ más que acelerar y precipitar aquellos
tarios presentarla. «Estas sentencias procesos económicos, sociales y polí­
—indica Albert Hirschman— hicieron ticos que el decenio del veinte había
temblar los cimientos del orden esta­ venido incubando. De la crisis emer­
blecido. Acuciados por las necesida­ gería un orden económico orientado
des, los arrendatarios no fueron nada hacia la industrialización, un Estado
remisos para aprovechar la ventaja políticamente más abierto y moderni­
que esta providencia judicial les brin­ zado en sus instituciones, pero sobre
daba.» En Sumapaz, comenzaron a todo un orden social mucho más con­
producirse invasiones de latifundios flictivo que exigía la presencia de nue­
por colonos sin tierras. En otras regio­ vas fuerzas políticas capaces de encau­
nes de Cundinamarca, la zona del nor­ zar el clima de reformas que acomo­
te del Valle del Cauca y en el Tolima daban al país a las nuevas circunstan­
se produjeron también invasiones y en cias; serían estos elementos los que ca­
muchos casos los arrendatarios y co­ racterizarían la vida nacional en el
lonos comenzaron a negarse a pagar decenio siguiente.
70 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

La práctica del despilfarro


Conferencia del Dr. Alfonso López Pumarejo, pronunciada en el
Teatro Municipal de Bogotá, el 9 de octubre de 1928

Con vuestro permiso, dedico esta Benjamín Herrera en los primeros


conferencia al presidente de la Re­ tres aniversarios de su muerte. La
pública y a los ministros del Des­ minoría del congreso colabora go­
pacho Ejecutivo que, bajo las ór­ zosamente con la mayoría en el de­
denes de él, están comprometiendo rroche de los caudales públicos, sea
alegremente la estabilidad econó­ que éstos provengan de impuestos o
mica y fiscal del país. de empréstitos extranjeros. Las cá­
Vivimos una hora de imprevisto maras legislativas comparten con el
progreso económico, el cual creen poder ejecutivo la responsabilidad
nuestros gobernantes posible y con­ de iniciar o decretar gastos con un
veniente dirigir con el criterio polí­ manifiesto criterio de conveniencia
tico de épocas ya entregadas al ol­ política, regionalista o personal,
vido. Aunque han cambiado favo­ que ignora deliberadamente el in­
rablemente las condiciones genera­ terés colectivo. Y el país no piensa,
les de la vida nacional, perduran en no siente todavía, la urgencia de
la administración pública las prác­ sustraerse a la acción destructora de
ticas dañadas que inició Núñez. Al sus legisladores y gobernantes, an­
fin y al cabo, el régimen actual no tes de que sobrevenga aquí una de
es sino la continuación del sistema aquellas catástrofes que determinan
y de los métodos que él impuso al la disolución de una nacionalidad o
país en 1886; y la autoridad política la dejan sometida a la servidumbre
del presidente Abadía, el producto económica o política de un poder
de cuarenta años de continuo ejer­ extraño [...].
cicio burocrático. Ignoro si alguna Veo venir un colapso que no será
vez el interés común estuvo tan au­ capaz de evitar ninguna presión que
sente como ahora de la mente de éste ejerza para contener el desor­
nuestros mandatarios; pero me pa­
rece indiscutible que durante los den del gobierno. El presidente
días más oscuros de la Regenera­ Abadía Méndez parece condenado
ción jamás se buscó el pequeño pro­ a abandonar el mando, de grado o
vecho personal de los representan­ por fuerza, como Reyes y Suárez.
tes del Estado a un mayor costo Cabe decir que la historia se repite.
para el tesoro o con un mayor que­ Otro movimiento de opinión, seme­
branto para las fuerzas vitales de jante al del 13 de marzo o al del año
nuestra democracia. La abundancia 21, hase hecho indispensable, en de­
de recursos en que el gobierno se fensa de los intereses sociales; y ven­
mueve, hale ofrecido múltiples drá, seguramente, a despecho del
oportunidades para refinar sus vi­ ejército del doctor Rengifo, como se
cios tradicionales. Han surgido nue­ desarrolló otra vez, indiferente a la
vas maneras de distribuir el favor amenaza de los fusiles de don Jorge
oficial sin merecer la censura del li­ Roa; y triunfará, del propio modo
beralismo militante, del mismo que como alcanzó la victoria en 1909,
declaró en Ibagué la oposición fran­ después de que el general Vásquez
ca, enérgica y constante a los go­ Cobo hizo salir las ametralladoras de
biernos conservadores y llevó siem­ los cuarteles de San Agustín a inti­
previvas a la tumba del general midar a los habitantes de Bogotá. La
República necesita protegerse contra
Capítulo 2 71

el gobierno. No puede dejarse arrui­ las casillas del presupuesto. Sobre to­
nar impasible [...] dos los errores en que el presidente
Durante la administración Ospi- Ospina y sus últimos ministros hayan
na los gastos eran inferiores a las podido incurrir, se destaca el propó­
rentas: se cerraban los ejercicios fis­ sito de trabajar con eficacia y deci­
cales con superávit. Ahora, bajo la sión, sin pereza ni contemporizacio­
presidencia del doctor Abadía Mén­ nes, por el bien común.
dez, los gastos son, a la inversa, su­ No estaríamos esta tarde avizo­
periores a las rentas: hemos vuelto rando un grave y cercano trastorno
a ver aparecer el déficit, a pesar de en la marcha económica y fiscal del
que los impuestos y contribuciones país, si el presidente Abadía Mén­
nacionales traen un movimiento as­ dez no hubiese abandonado el ca­
cendente continuo, en exceso de las mino por donde lo conducía su an­
previsiones presupuestales. Ospina tecesor para entronizar nuevamente
tenía la preocupación de impulsar el el desorden administrativo en pro­
progreso material del país; el afán vecho exclusivo de los servidores y
de construir ferrocarriles, carrete­ amigos de la casa. Dijérase que al
ras y puentes para poner en movi­ ser elegido presidente de la Repú­
miento la riqueza pública y privada; blica anunció el advenimiento, no el
el interés patriótico de sentar las ba­ fin, de un régimen de trapacería. El
ses de nuestra grandeza económica, gobierno actual se resiente de este
y con estos fines en mira puso orden régimen. No tiene inspiraciones na­
en la administración y restableció el cionales. Es un conglomerado de
equilibrio fiscal. El crédito público, empleados de alta y baja categoría
interno y externo, tuvo en él el más en quienes no alienta ningún deseo
celoso guardián oficial de los últi­ de más de seis pies de altura. No te­
mos cuarenta años. Le faltó tiempo, nemos ahora una administración
colaboración y entusiasmo para pública, propiamente entendida,
acometer la reforma instruccionis- sino un sistema para distribuir los
ta, como emprendió la financiera, fondos de la tesorería con pretextos
con ánimo resuelto para llevarla a más o menos legales. Gastar, gas­
cabo, a despecho de las resistencias tar, gastar, es la consigna del poder
del medio. O acaso aparecieron in­ ejecutivo [...] A mediados del año
vencibles ante su imaginación los pasado, y todavía más, al inaugu­
obstáculos de la autoridad eclesiás­ rarse la presente administración
tica y de los prejuicios político-re­ ejecutiva, el 7 de agosto de 1926,
ligiosos de su propio partido a la ex­ sobraban motivos para ser optimis­
tensión y modernización de la en­ ta. Tanto la situación económica y
señanza popular. No hay duda de fiscal como sus perspectivas eran
que pudo tener una visión más com­ claramente favorables, fundamen­
prensiva de las necesidades del país talmente seguras. Nada parecía
y no careció, como otros gobernan­ ocasionado a turbar la tranquilidad
tes conservadores, de recursos ade­ política. El país despertaba a una
cuados para satisfacerlas. Pero ni vida mejor. Todo el mundo tenía
sus más enconados enemigos han confianza en el porvenir. Las obras
pretendido encontrar en él o en públicas nacionales se adelantaban
los colaboradores inmediatos que sin que el gobierno contrajera nue­
aprestigiaron la segunda época de vas deudas.
su administración, el pequeño in­ Las rentas subían constantemen­
terés burocrático que sacrifica o te, sin que se crearan nuevos im­
pospone el interés colectivo para puestos o se elevara la tarifa de los
acomodar al pariente o al amigo en existentes. El desarrollo de nuestras
72 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

riquezas naturales atraía fuerte­ hierro y del acero manufacturado


mente al capital extranjero. Se creía en los Estados Unidos, Inglaterra,
mucho más que ahora en la serie­ Bélgica, Francia y Alemania. Y así
dad del gobierno. La incompeten­ como los empleados del Ministerio
cia, el derroche, la abulia de los al­ de Obras Públicas se autosugestio-
tos personajes no eran extensivos, naron en 1924 de que por gracia de
contagiosos, endémicos, como en la su talento y diligencia las grandes
actualidad. La opinión pública no naciones industriales habíanse visto
se sentía sistemáticamente desaira­ obligadas a vender aquí sus produc­
da. En las esferas oficiales existía tos en condiciones excepcionales,
más respeto por la masa contribu­ los ministros, gobernadores y alcal­
yente. des que negociaron empréstitos en
Nadie hubiera sido osado a pro­ los Estados Unidos el año pasado
fetizar como probables, o posibles llegaron a persuadirse de que, mer­
siquiera, los cambios tan perjudicia­ ced a la habilidad personal de ellos,
les como rápidos que hemos visto el crédito exterior de las entidades
cumplirse en los veinticuatro meses que tenían la fortuna de aprovechar
pasados, bajo la activísima acción sus servicios, había alcanzado un ni­
destructora del presidente Abadía vel extraordinariamente alto. A
Méndez y sus ministros. El pano­ unos y a otros temo troncharles ilu­
rama nacional está ahora cargado siones muy caras consignando el he­
de sombras. Digan lo que quieran cho umversalmente conocido del
los usufructurarios de la prosperi­ abaratamiento del hierro y del ace­
dad a debe que nos han proporcio­ ro en 1923 y 1924, y del dinero en
nado los empréstitos americanos, la 1926 y 1927. Rieles que vahan antes
República marcha con sus pasos alrededor de $ 50 la tonelada en
contados a una crisis de intensidad el puerto de embarque, bajaron a
sin precedentes en su historia; y es $ 35, sin distinción de países de des­
muy llegada la hora de desengañar tino; y bonos que se colocaban en
a los ciudadanos que tienen por Nueva York sobre una base de ren­
ciertas las informaciones oficiales dimiento de 8 por 100 o más, al ini­
acerca de nuestra situación econó­ ciarse el movimiento de exporta­
mica y fiscal [...]. ción de capitales norteamericanos
En 1927 se sintieron en Colombia al sur de Panamá, encontraron
con mucha intensidad, como en to­ compradores después sobre una
dos los países de Sur América, los base de rendimiento de 7 por 100
efectos de la expansión financiera anual, o menos. Detrás de la pro­
de los Estados Unidos. Los grandes cesión de fabricantes vino la de los
bancos y banqueros de Nueva York banqueros; pero ni la primera ni la
entraron en competencia abierta segunda fueron provocadas u orga­
para la compra de bonos de la na­ nizadas por nuestro genio adminis­
ción, los departamentos, los muni­ trativo: ambas fueron exterioriza-
cipios importantes y los bancos hi­ ciones naturales del enorme desa­
potecarios. Vino la época de las li­ rrollo económico y político del pue­
citaciones públicas para vender bo­ blo yanqui. Y, naturalmente, a la
nos, como para comprar rieles, lo­ hora de invadir estos mercados, los
comotoras y cemento. Se ofrecía empresarios y financistas del Norte
dinero a largo plazo en condiciones han preferido los países que ocupan
cada vez mejores, como en otro mejor posición geográfica y tienen
tiempo se reducían las cotizaciones mayores riquezas que explotar.
de los materiales de construcción, a Dondequiera que han encontrado
medida que bajaba el precio del facilidades para desenvolver su ac-
Capítulo 2 73

tividad, han acudido con su dinero gue la hora de la primera crisis, la


en condiciones menos y menos one­ cual perjudicará por parejo a los
rosas y en cantidades más y más amigos y enemigos del régimen, las
considerables, sin preocuparse de­ autoridades quieren estar investidas
masiado por el espíritu más o me­ de facultades legales extraordina­
nos democrático o dictatorial de los rias para reducir a prisión a María
gobiernos. No parecen simpatizar Cano e Ignacio Torres Giraldo y
menos con el general Juan Vicente proclamar a todos los vientos que la
Gómez que con el doctor Miguel propaganda comunista, apoyada di­
Abadía Méndez [...] rectamente por el gobierno de Mos­
Ha surgido para los hombres que cú, está socavando las bases de
rondan en derredor de las cajas de nuestra dichosa organización social.
la tesorería general de la República Entre tanto el presidente Abadía
la necesidad apremiante de declarar piensa que pueden ser insuficientes
identificados sus intereses persona­ los cañones y el ejército del doctor
les y de círculo con los intereses co­ Rengifo para garantizar la estabili­
munes. La prosperidad a debe está dad del desenfadado nepotismo con
creándole al país múltiples y com­ que ha sorprendido a la nación en­
plejos problemas que no saben tera, y por conducto de él solicita
cómo deben resolver nuestros go­ todos los años mayores apropiacio­
bernantes actuales. Durante tres o nes para el Ministerio de Guerra,
cuatro años creyeron que habiendo sin descuidar nunca el bienestar
abundancia en las cajas oficiales se­ personal de sus familiares [...]
ría facilísimo manejar bien los ne­ La llamada teoría del despilfarro
gocios públicos y conquistar para no fue enunciada por mí capricho­
los mismos usufructuarios del poder samente, como lo pensaron algunos
la admiración del pueblo. Los em­ escritores liberales, para desconcer­
préstitos americanos prometían a tar la opinión en un momento cual­
nuestros burócratas profesionales la quiera. Fue enunciada cuando esos
oportunidad de verse elevados de­ mismos escritores y los demás par­
finitivamente a la categoría de es­ tidarios de la obra única pretendían
tadistas. Bello sueño de una noche por última vez que el esfuerzo del
de verano. La realidad principia a Estado debía concretarse a la cons­
reclamar sus fueros con una rapidez trucción de las dos grandes líneas
imprevista y desconcertante. La in­ troncales del oriente y el occidente
competencia administrativa ha lle­ colombiano, por falta de capacida­
gado a ser axiomática. Crece por des fiscales para acometer y adelan­
momentos el desprestigio del poder tar la construcción de varios ferro­
ejecutivo. Se malgastan los emprés­ carriles y carreteras simultánea­
titos y las contribuciones públicas mente. A esta múltiple actividad
en el afán de complacer a las sec­ iba unida entonces la idea del des­
ciones, con la misma liberalidad con pilfarro en las obras públicas. Se
que se favorecen los allegados del creía que al agotarse la indemniza­
presidente de la República y sus mi­ ción americana, el gobierno volve­
nistros; pero cunde, sin embargo, el ría a verse en la situación desespe­
descontento por todos los ámbitos rada de tiempos anteriores, en los
del país. Ninguna inquietud inspira que no pudo conseguir empréstitos
al gobierno el liberalismo oficial; extranjeros ni dispuso de rentas su­
pero se siente inseguro, amenazado ficientes para atender al desarrollo
por la revolución económica que de nuestras vías de comunicación.
está precipitando aquí el abuso del Era oportuno explicar que el país
crédito exterior; y para cuando lle­ marchaba ya dentro de nuevas con-
74 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

diciones económicas, más favora­ tamente la colaboración liberal,


bles, y que el cambio de circunstan­ ofrecida directa e indiscretamente
cias exigía un cambio de criterio por los jefes oficiales y soldados del
para dirigirlo. Habíamos pasado de disperso comando del general He­
la economía del déficit a la del su­ rrera. Con Ospina volvió a sentirse
perávit con tan extraordinaria ra­ seguro y fuerte, totalmente repues­
pidez, que todo el mundo se resistía to de los descalabros que sufriera
a abandonar sus ideas tradicionales, por causa del mal gobierno de Suá-
insistiendo en ver por todas partes rez; y con Abadía Méndez creyó lle­
los peligros de una inmediata rein­ gar, y llegó en los primeros meses
cidencia en las dificultades que en­ de la presente administración eje­
torpecieron la marcha de nuestra cutiva, a un nuevo apogeo. Por fin
administración pública durante un había quedado lleno de elementos,
siglo de estrecheces. Los que veía­ bajo la dirección del más prestigio­
mos adelante días seguros de pros­ so de sus directores intelectuales y
peridad, pasábamos por ilusos, ca­ el más experimentado de sus esta­
paces de comprometer al país en distas. Si Laureano Gómez había
una loca aventura. Yo recuerdo to­ inducido a Ospina a ser algo impru­
davía que al reducidísimo grupo de dente, aquí estaba el hombre que
liberales civilistas que anunció la habría de corregir sus extravíos. No
transformación que hemos presen­ había que temer más improvisacio­
ciado desde 1921 y pidió que la po­ nes. El método, el orden, la serie­
lítica del partido liberal se orientase dad, la sabiduría volvían a la direc­
de acuerdo con las nuevas perspec­ ción de los destinos nacionales [...]
tivas nacionales, fue tachado de mil Que habría, desde luego, cierto
modos, atribuyéndole siempre mó­ derroche, inevitable en las empre­
viles egoístas, interesados, inno­ sas de gran magnitud, agravado en
bles. Jamás fue más densa la incom­ este caso por nuestra deficientísima
prensión de un momento histórico. preparación para construir, admi­
Golpeaba el progreso a nuestras nistrar y ejercer una fiscalización
puertas con insistencia y nos em­ eficaz sobre las que tenía a su cargo
peñábamos en darles la espalda a el gobierno; pero, que cinco, ocho
todas sus promesas. La actitud pe­ o doce millones que llegara a repre­
simista, arrogante y desconfiada, se sentar por esta causa el mayor valor
erguía sobre la ignorancia y las ins­ de las obras públicas quedaría am­
piraciones pasionales para escuchar pliamente compensado por la ven­
con desdén o con desprecio el men­ taja de robustecer más pronto la
saje de la nueva época. Los profetas unidad nacional, incorporando has­
de Ibagué habían esperado inútil­ ta las más apartadas regiones en la
mente durante cuatro años a que vi­ corriente del progreso económico
niera el colapso de los gobiernos que se extendía ya por las más po­
conservadores, por falta de fondos, bladas.
y ahora era evidente que detrás de Yo no aconsejé el derroche como
los dineros de la indemnización una de las bellas artes administra­
americana vendrían los emprésti­ tivas. No supuse que el despilfarro
tos. Habían tenido cabal cumpli­ sistemático de los fondos comunes
miento las predicciones de Villegas pudiera llegar a constituir una nor­
Restrepo cuando dijo que la rein­ ma única de gobierno. No hubiera
tegración liberal iniciada en 1921 creído posible que a ciencia y pa­
sería el más estrepitoso fracaso po­ ciencia de una numerosa y distin­
lítico de los últimos tiempos. El par­ guida representación liberal en el
tido conservador rechazaba discre­ Congreso el afán de Ospina para
Capítulo 2 75

promover el desarrollo de los trans­ macopea administrativa, yo distri­


portes quedase sustituido, a la vuel­ buiría pastillas de idoneidad a todos
ta de pocos meses, por el vehemen­ los altos funcionarios públicos.
te empeño de su sucesor en gastar Tengo que limitarme a recorda­
locamente, sin ninguna solicitud ros, señoras y señores que estáis es­
aparente por el bien colectivo, las perando en vano que salga de mis
rentas ordinarias y extraordinarias. labios una nueva prescripción para
No pasó por mi imaginación que el vigorizar las fuerzas económicas,
incremento de todas éstas estuviera políticas y sociales de nuestra de­
destinado a satisfacer los apetitos mocracia, que hacen parte de vues­
burocráticos de una familia y de un tro conocimiento todas las reformas
círculo político. No sospeché que la capitales que dividen la opinión de
imprevisión y el desgreño oficiales las agrupaciones políticas que ejer­
asumieran en este cuatrienio pro­ cen el monopolio de legislar en Co­
porciones sin precedentes en la his­ lombia.
toria de la Regeneración. Pero con­ Os sabrá a pan viejo que yo men­
fieso que al enunciar la teoría del cione aquí en primer término la re­
despilfarro comprendí que señalaba forma electoral para establecer la
un camino de perdición para este verdad del sufragio popular, que es
régimen funesto, si en vez de apro­ la verdad democrática, incorporan­
vechar el enorme cúmulo de ele­ do a la actividad política del país las
mentos de que disponíamos a prin­ nuevas corrientes que deseen bus­
cipios de 1927 para asegurar el bie­ car por las vías constitucionales una
nestar colectivo, nuestros gober­ nueva distribución del poder eco­
nantes actuales trataban de acapa­ nómico y político: llámense repu­
rarlos en provecho de sus amigos y blicanas o socialistas.
de su partido. Mi intención fue re­ Ya habéis oído decir muchas ve­
volucionaria: imponer una idea útil ces que la abolición de las aduanas
para el engrandecimiento patrio y interiores, ya sea nacionalizando las
que encerraba el castigo para el go­ rentas departamentales de licores y
bierno que de ella abusara. tabaco, o uniformando las tarifas de
Ahora se me pregunta: ¿Cómo los impuestos, es el primer requisi­
puede enderezarse el rumbo del to, requisito indispensable, de nues­
país? ¿Cuáles son los remedios que tra unidad económica.
usted aconseja para los males que Si algo os habrán enseñado las ci­
aquejan a la administración públi­ fras estadísticas [...] es, seguramen­
ca? te, la urgencia de restablecer pronto
Debo contestar, desde luego, que y bien la instrucción primaria obli­
no traigo ninguna fórmula capaz de gatoria, y dar un vigoroso impulso
producir el apetecible resultado de a la secundaria. Hay que decidir a
disipar como por encanto todas las nuestros gobernantes y legisladores
sombras que mi visión atribulada a reservar para escuelas, textos de
descubre en el panorama de la vida enseñanzas y bibliotecas, los fondos
colombiana. Ni creo que exista tal que están malgastando en nuevos
fórmula. Es una perogrullada que cuarteles y nuevos uniformes de pa­
debe repetirse hasta el cansancio, rada.
que los desarreglos de un organis­ Otro acto legislativo que recla­
mo nacional no se corrigen como man con ahínco los intereses gene­
ciertas alteraciones físicas del cuer­ rales, a fin de que la libertad po­
po humano, con productos farma­ pular no pueda ser sistemáticamen­
céuticos, tomados en limonada o te ignorada o desatendida por el po­
agua de azúcar. Si existiera una far­ der ejecutivo, es la derogación del
76 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

precepto constitucional que prohibe imperio del terror. Las necesita


a las cámaras dar votos de aplauso para cambiar el régimen pacífica­
o censura respecto de actos oficia­ mente, sin violencia; y los requiere
les. para reemplazar a los hombres
Para moralizar y dar mayor efi­ que han demostrado ya tantas ve­
cacia a las labores legislativas se ha ces la incapacidad definitiva para
hecho indispensable un nuevo pre­ regir con acierto los destinos nacio­
cepto constitucional que restrinja nales.
las funciones administrativas y ju­ Yo creo ingenuamente que el
diciales para las cuales pueden ele­ partido conservador caerá pronto,
gir las cámaras y sus miembros, y li­ víctima de su incomprensión de las
mite los emolumentos que éstos necesidades actuales de la Repúbli­
puedan recibir del erario a cual­ ca, y a despecho de las leyes que
quier título [...] para su seguridad han ideado los ca­
El país necesita leyes y hombres balleros de Colón.
heroicos, mas no para que los mis­ Como espectador interesado de
mos gobernantes que están destru­ esta estrategia, hago mil votos por
yéndole sus fuerzas económicas y que llegue a su término, sin com­
chupándose sus recursos fiscales es­ prometer ninguno de los intereses
trangulen las libertades públicas y permanentes de la patria.
establezcan con mano fuerte el He dicho.

Bibliografía
La mejor fuente de estadísticas para este período es JOELLE DIOT: «Colombia económica»,
DANE, Boletín Nacional de Estadística, n.° 300, julio de 1976. Sobre el endeudamiento, véase
JUAN JOSÉ ECHEVARRÍA: «La deuda externa colombiana entre los veintes y los treintas: algunas
enseñanzas para el presente», revista Coyuntura económica, FEDESARROLLO, julio 1982. Para
las inversiones públicas y el papel del Estado, BERNARDO TOVAR: La intervención económica
del Estado en Colombia, 1914-1936, Banco Popular, 1984. En cuanto a los ferrocarriles, Wi-
LLIAM P. Mc GREEVY: Historia económica de Colombia, 1845-1930, Bogotá, Ed. Tercer Mundo,
1975. El crecimiento económico, la inflación, etc., son examinados adecuadamente por HUGO
LÓPEZ: «La inflación en Colombia en la década de los años veintes», en Cuadernos colombia­
nos, n.° 5, Bogotá, 1975. Una buena síntesis del problema agrario en DARÍO FAJARDO: Ha­
ciendas, campesinos y políticas agrarias en Colombia, 1920-1980, Bogotá, Ed. La Oveja Negra,
1984. Para penetrantes opiniones de un observador de la época, ALEJANDRO LÓPEZ: Escritos
escogidos, Bogotá, Colcultura, 1978. También, JESÚS ANTONIO BEJARANO: El régimen agrario
de la economía exportadora a la economía industrial, Bogotá, Ed. La Carreta, 1979.
Capítulo 3 77

La gran crisis en Colombia:


el período 1928-1933
Carlos Esteban Posada 1928, gracias a dos factores que juga­
ron el papel de motores y condiciones
de auge: el aumento en los precios ex­
l período comprendido entre me­ ternos del café, principal producto de
E diados de 1928 y mediados de exportación, y un creciente flujo de
1933 (fin del gobierno conservadorcrédito externo al sector público y a la
de Miguel Abadía Méndez y primeros banca (gráfico 1 y cuadros 1 y 2).
tres años del gobierno liberal de En­ En aquellos años, el grado de «aper­
rique Olaya Herrera) enmarcó la crisis tura» de nuestra economía, medido
económica más grave y, por ende, más por el peso de las importaciones en la
trascendental de Colombia en lo que oferta global, era relativamente alto
va corrido del presente siglo. (25 % aproximadamente), en tanto
Durante esos cinco años el país pa­ que las ventas de café conformaban la
deció la secuencia de una recesión se­ parte fundamental de las exportacio­
guida por la crisis mundial. En efecto, nes (alrededor del 70 %) y, en con­
desde mediados de 1928 y hasta sep­ secuencia, eran un factor básico de la
tiembre de 1929 la economía acusó capacidad para importar. Los precios
una recesión, a pesar del auge eco­ del grano en Nueva York, su principal
nómico que se experimentaba, en tér­ mercado, habían alcanzado niveles al­
minos generales, en la economía in­ tos a principios de 1928 tras un ascen­
ternacional. Y a continuación, entre so iniciado a mediados de 1921 y sólo
octubre de 1929 y mediados de 1933, interrumpido entre la última mitad de
el país soportó de manera intensa la 1926 y los primeros meses de 1927.
crisis mundial desatada en los Estados Así pues, el país dependía en alto
Unidos, ya en aquel entonces la pri­ grado de las ventas externas de café,
mera potencia económica del orbe. y a comienzos de 1928 éste alcanzó la
cotización máxima, 28 centavos de dó­
La recesión inicial lar la libra para la calidad Manizales,
luego de haber «tocado fondo» en 14
Como ya se sabe, la economía colom­ centavos de dólar a fines de 1929.
biana gozó de una fase de expansión Conviene, además, tener presente
notable entre 1922 y mediados de que en aquellos tiempos, y hasta 1931,
78 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Precios del café. 1923-1940 Gráfico 1

1923 1925 1927 1929 1931 1933 1935 1937 1939

□ IND. PRECIO INTERNO + IND. PRECIO EXTERNO

Fuente: José Antonio Ocampo y Santiago Montenegro

el precio interno del café, lo pagado al Un factor más importante que el an­
productor por unidad vendida, era un terior en la génesis de la recesión ini­
reflejo bastante fiel del precio exter­ cial fue la significativa reducción del
no, descontando obviamente los már­ crédito externo a lo largo de 1928.
genes de trilla, transporte, almacena­ Este crédito se conseguía de manera
miento y comercialización y el impuesto relativamente fácil mediante la emi­
a la exportación del grano (gráfico 1). sión y colocación de bonos del sector
Posteriormente, a lo largo de 1928 público o de bancos colombianos en la
y hasta septiembre de 1929, el precio bolsa de Nueva York, principalmente,
externo del café colombiano inició una gracias al auge del mercado financiero
declinación lenta, en consonancia con norteamericano. De esta manera, en­
el acentuado desajuste entre la capa­ tre 1925 y 1928 el país recibió un poco
cidad productiva y la demanda de café más de ciento sesenta millones de dó­
en el contexto mundial, pero su nivel lares en préstamos de largo plazo, y
medio se mantuvo en una cifra relati­ con ellos financió diversos programas
vamente alta, 25 centavos de dólar la de obras públicas en los órdenes na­
libra. De todas maneras, dicha decli­ cional, departamental y municipal,
nación contribuyó a poner fin al perío­ respaldó el otorgamiento de crédito
do de auge de los años veinte. bancario doméstico y logró hacer im-
Capítulo 3 79

Cuadro 1

Comercio exterior y flujos de capital. 1925-1939


(Cifras anuales promedio en millones de dólares corrientes)

Flujo neto de ca­


pitales (incluyen­
Período Valor total do la variación en
de las Ingresos Valor de las reservas moneta­
exportaciones efectivos por ex­ importaciones rias internacio­
(F.O.B.) portaciones (C.I.F.) nales)
(1) (2) (3) (4)
1925-9 112.2 93.6 129.9 39.1
1930-4 80.6 64.2 50.0 -18.9
1935-9 94.2 76.5 86.7 12.3

(1) Incluyendo el valor de la producción de oro.


(2) Excluye el 80 % de las exportaciones de petróleo, 60 % de las de oro y platino y 50 % de
las de banano.

Fuente: José Antonio Ocampo y Santiago Montenegro.

La deuda externa colombiana. 1923-1928 Cuadro 2


(Millones de dólares corrientes)

Aumento
Año Nacional Departamental Municipal Bancaria Total* anual

1923 _ 3.0 — 24.0


21.0
— 8.9 — 27.4 3.5
1924 18.5
2.9 9.7 — 29.9 2.4
1925 17.3
27.1 12.9 8.9 63.8 33.6
1926 14.5
40.9 17.3 31.4 126.9 63.4
1927 37.3
63.5 24.0 44.5 203.1 76.2
1928 71.1

* Saldos en circulación de empréstitos externos a largo plazo.

Fuente : José Alberto Pérez.


80 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

portaciones de bienes y servicios en lítica del gobierno colombiano en ma­


magnitudes muy superiores a las de teria de obras públicas, crédito exter­
sus exportaciones (cuadro 1). no para financiarlas y, según lo sugirió
Ahora bien, desde mediados de Alfonso Patiño Rosselli, las posiciones
1928 dos elementos se conjugaron «nacionalistas» de la administración
El capitán Flanagan,
director de la Andian para reducir drásticamente el crédito Abadía Méndez y del Parlamento re­
National Corporation, externo al país: de una parte, las au­ flejadas en la declaratoria de caduci­
cruzando el río toridades monetarias de Estados Uni­ dad y en el debate sobre la inconsti-
Magdalena en 1927. dos intentaron refrenar el ímpetu es­ tucionalidad de las concesiones petro­
Este personaje estuvo peculativo del mercado financiero de leras Barco y De Mares, respectiva­
implicado en
sobornos y escándalos Nueva York mediante alzas en las ta­ mente.
del sector petrolero sas de descuento de los bancos de la Esos dos elementos impusieron re­
en momentos en que el Reserva Federal (que conforman un ducciones bruscas y significativas en la
gobierno Abadía Méndez sistema con características de banco cotización de los títulos de deuda co­
y el Congreso central); de otra parte, en los círculos lombianos en Nueva York (gráfico 2)
declaraban la
caducidad de las financieros de Wall Street comenzaba y, en consecuencia, obligaron a sus­
concesiones. a mirarse con inquietud y recelo la po­ pender nuevas colocaciones de los
mismos allí, como fue el caso de la sus­
pensión de la oferta de cédulas del
Banco Agrícola Hipotecario, en julio
del año 1928.
El resultado fue claro: el crédito ex­
terno comenzó a declinar. El monto
recibido en 1929 fue muy inferior al
obtenido en 1928 y prácticamente des­
apareció durante la crisis, en tanto
que las erogaciones para servir la deu­
da externa continuaron ejecutándose
hasta septiembre de 1931.
Al reducirse progresivamente el flu­
jo de crédito externo, la economía co­
lombiana se adentró paulatinamente
en la recesión por dos vías iniciales: la
declinación del crédito bancario do­
méstico (como fue inmediato en el
caso del Banco Agrícola Hipotecario)
y el estancamiento de los mercados
bursátiles de Bogotá y Medellín (cua­
dro 3 y gráfico 3).
Más aún, la reducción del crédito
externo generó la caída de las reservas
monetarias internacionales del Banco
de la República (cuadro 4), puesto
que el país tuvo, hasta el fin del auge
precedente y durante la recesión ini­
cial, un déficit apreciable en su saldo
entre exportaciones (descontando el
grueso de las petroleras y buena parte
de las bananeras y de las de oro y pla­
tino, que no daban lugar a compras de
divisas por el Banco de la República,
por ser de propiedad de compañías ex­
tranjeras) e importaciones de bienes y
servicios, como es frecuente cuando el
Capítulo 3
81

motor principal del crecimiento eco­ lletes del Banco de la República a su


nómico de un país no es la exporta­ compra-venta de oro o de monedas so­
ción, o cuando sus importaciones tie­ metidas sin restricción al patrón oro,
nen una alta sensibilidad ante el cre­ como era el caso del dólar. Por lo de­
cimiento de su ingreso. Y ése era el más, la reducción en los montos tota­
caso colombiano. les emitidos en billetes del Banco de
A su turno, la caída de las reservas la República, ya en aquel entonces el
monetarias internacionales del Banco principal componente de las especies
de la República, que posteriormente monetarias de curso legal en el país,
fue acelerada por el hundimiento de tenía un efecto negativo sobre la ac­
los precios externos del café y que sólo tividad económica: reducía la «base»
se suspendió a fines de 1931, impuso del crédito bancario, esto es, la capa­
una disminución de la capacidad cre­ cidad de otorgamiento de crédito de la
diticia del Emisor y una contracción banca comercial.
neta de moneda local en poder del pú­ Lo anterior permite comprender,
blico (cuadro 4), dada la existencia, entonces, las razones que condujeron
hasta bien entrada la crisis, de un ré­ a transformar la «prosperidad a debe»
gimen monetario que ataba inexora­ en la recesión que antecedió a la crisis;
blemente la emisión y el rescate de bi­ una situación que en aquel entonces,
82 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

fines de 1928 y principios de 1929, de­ nombre de crisis. De todas maneras,


nominaban en la prensa y en la Revista sí puede señalarse el mes de octubre
del Banco de la República «pesadez de de 1929 como un momento de inicia­
los negocios», «quietud rayana en de­ ción de ésta, habida cuenta de algunos
presión» y «baja general de valores». elementos acaecidos al iniciarse el úl­
timo trimestre de ese año.
La primera fase de la crisis A principios de octubre, el precio
externo del café aceleró su caída ante
Establecer con precisión una fecha los nuevos síntomas de una sobrepro­
para la iniciación de la crisis es tarea ducción creciente y la acentuada des­
imposible, y sería inocua. La recesión confianza sobre la capacidad del Ins­
del país fue agravándose a lo largo de tituto de Defensa del Café de Brasil
1929 hasta tal punto que diversos co­ para defender las cotizaciones me­
mentaristas de la época comenzaron a diante su política de almacenamiento
designar la coyuntura del país con el del grano. De otra parte, el derrumbe

Cuadro 3
Cartera y depósitos de la banca comercial. Junio de 1928-junio de 1933
(Miles de pesos corrientes)

Depósitos
Saldo de préstamos (exigibilidades y
comerciales* depósitos de ahorro)

Fecha (fin de) Valor índice Valor índice

Junio 1928 80.336 211 86.806 248


Diciembre 1928 95.427 250 101.308 289
Junio 1929 90.413 237 99.997 286
Diciembre 1929 83.498 219 91.147 260
Junio 1930 74.957 197 82.449 236
Diciembre 1930 74.623 196 81.232 232
Junio 1931 66.341 174 75.277 215
Diciembre 1931 55.354 145 61.259 175
Junio 1932 53.668 141 67.174 192
Diciembre 1932 48.125 126 67.812 194
Junio 1933 47.737 125 72.643 208

* Cartera descontable y no descontable en el Banco de la República. índices: 1924 : 100.

Fuente: Carlos Esteban Posad a La crisis del capitalismo mundial...», pág. 251.
Capítulo 3 83

Cotización de acciones en el país. 1927-1938 Gráfico 3

1927 - 1938

1927 1928 1929 1930 1931 1932 1933 1934 1935 1936 1937 1938
AÑOS
□ BOGOTA + MEDELLIN

Fuente: Alfonso Patino, La prosperidad a debe.... pág. 722

de la bolsa de Nueva York en la se­ cios al productor reflejaron el movi­


gunda quincena de octubre (cuyos dos miento depresivo externo, cayendo el
momentos más dramáticos se vivieron precio de la carga (125 kilogramos) de
el jueves 24 y el martes 29) obligó a café «Pergamino» en Girardot hasta
postergar las negociaciones que dicho $ 21 en diciembre de 1929, en tanto
instituto venía adelantando para ob­ que un año atrás en diciembre de 1928
tener un crédito externo con el pro­ se cotizaba en $ 45.
pósito de continuar financiando su po­ Las repercusiones del hundimiento
lítica de «valorización» del grano. Por del mercado financiero de Nueva
supuesto, este último incidente tam­ York sobre la economía colombiana
bién reforzó la declinación de las co­ no se limitaron al ámbito cafetero. Se
tizaciones, y ya para diciembre de acentuó aún más la baja de las coti­
1929 la calidad «Manizales» se tran­ zaciones de los bonos y cédulas colom­
saba en Nueva York en 16.59 centavos bianos que se habían colocado en mo­
de dólar por libra, tras una reducción mentos más propicios, ante lo cual
de 33 % en su precio con respecto al tuvo que suspenderse la captación, ya
nivel alcanzado en diciembre del año de por sí magra y declinante, de cré­
anterior (24.65 centavos de dólar por ditos para los sectores público y ban-
libra). En el interior del país, los pre­ cario del país.
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
84

Cuadro 4

Reservas de oro del Banco de la República y medios de pago. 1924-1935


(Miles de pesos corrientes)

Reservas Medios de pago*

Fecha (fin de) Valor Variación (%) Valor Variación (%)

1924 23.173 — 57.574 —

1925 36.272 56.5 73.268 27.3


1926 42.973 18.5 89.929 22.7
1927 44.222 2.9 94.503 5.1
1928 64.658 46.2 110.557 17.0
1929 37.748 - 41.6 80.936 -26.8
1930 27.416 -27.4 64.213 -20.7
1931 13.778 - 49.7 56.860 -11.5
1932 17.171 24.6 68.164 19.9
1933 16.762 -2.4 84.606 24.1
1934 16.143 -3.7 100.673 19.0
1935 32.222 99.6 103.191 2.5

* Especies monetarias fuera de bancos y depósitos de particulares en cuentas corrientes.

Fuente: Alfonso Patiño, La properidad a debe..., págs. 691-692.

Los sucesos anteriores bastaron to la causada directamente por la de­


para generar un «giro brusco» y una saparición de los préstamos extranje­
depresión cargada de incertidumbre y ros como la generada por la reducción
desconfianza, es decir, una crisis, en de las reservas internacionales y de los
las actividades financieras, bursátiles y billetes emitidos del Banco de la Re­
de compra-venta de propiedad raíz en pública, se hizo más aguda y todo ello
las principales ciudades de Colombia produjo nuevas oleadas de disminu­
(gráficos 3 y 4). Las obras públicas se ción de la demanda monetaria global
suspendieron en su casi totalidad ante (cuadro 5).
el agotamiento de su financiación ex­ Las primeras manifestaciones de des­
terna; aquella parte de la demanda in­ empleo urbano importante y crecien­
terna por bienes y servicios mercanti­ te se conocieron a fines de 1929 y el
les que dependía de los ingresos mo­ mismo fenómeno contribuyó en algu­
netarios de los cafeteros se deprimió na medida a la declinación del mer­
aún más; la contracción crediticia, tan­ cado interno.
Capítulo 3 85

Así como la recesión previa a la cri­ continua de las expectativas sobre el


sis dio fin a la inflación de la fase de futuro ritmo de la deflación. No obs­
prosperidad, la contracción de la de­ tante, sí parece indudable que las exi­
manda monetaria y la caída del precio gencias de precios y remuneraciones
del café terminaron por desatar una nominales de quienes ofrecían bienes
reducción generalizada y continua de y servicios en el mercado interno se
los precios nominales de los bienes y «ablandaron» ante las caídas de la de­
servicios (incluyendo alquileres de vi­ manda y del empleo, o, para decirlo
viendas) y de la propiedad raíz, de los en términos de los economistas, los
salarios nominales y de la cotización precios exigidos por los «oferentes» se
de las acciones, es decir, una deflación mostraron sensibles y, entonces, ba­
total que perduró hasta fines de 1932 jaron ante la reducción de las deman­
(cuadros 6 y 7). das por los distintos bienes y servicios.
Por supuesto, la deflación tuvo Desgraciadamente, la disminución
otras causas, tales como la reducción de los precios no atenuó la baja de la
de los precios internacionales de las demanda efectiva por bienes y servi­
importaciones (cuadro 8) o la revisión cios y, por ende, la caída de la activi-

Transacciones inmobiliarias en Bogotá. 1928-1933 Gráfico 4

1928 1929 1930 1931 1932 1933


AÑOS
□ IND. TRANSACCIONES (1) + IND. VALOR MEDIO (2)

(1) índices promedio de cada año, 1923 — 100; compraventas de propiedad raíz de $ 1.000
o más pesos en Bogotá.
(2) índices de valor por unidad transada, 1923 = 100.
Fuente: Carlos Esteban Posada, «La crisis del capitalismo mundial...», pag. zjo._________
86 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Cuadro 5

La crisis en la economía monetaria (período e intensidad). 1928-1933

Canje de cheques
Valor
nominal Valor real índice del valor real
Período (1) (2)

Primer semestre 1928 336.983,8 930.894,5 100.0


Segundo semestre 1928 366.612,8 1.012.742,5 108.8
Primer semestre 1929 334.576,2 1.029.465,2 110.6
Segundo semestre 1929 266.351,6 819.543,4 88.0
Primer semestre 1930 187.531,4 726.865,9 78.1
Segundo semestre 1930 163.196,2 632.543,4 68.0
Primer semestre 1931 154.849,5 744.468,8 80.0
Segundo semestre 1931 129.361,4 621.929,8 66.8
Primer semestre 1932 127.314,4 727.519,9 78.2
Segundo semestre 1932 139.508,3 797.190,3 85.6
Primer semestre 1933 155.691,0 864.950,0 92.9
Segundo semestre 1933 207.065,1 1.150.361,6 123.6

(1) Miles de pesos corrientes; canje en las oficinas del Banco de la República de Bogotá, Ba-
rranquilla, Bucaramanga, Cali, Cartagena, Cúcuta, Manizales y Medellín.
Fuente: Carlos Esteban Posada.
(2) Miles de pesos de 1950; valor nominal deflactado por el deflactor implícito del PIB del año
correspondiente, estimado por la CEPAL (1950: 100.0).
Fuente: CEPAL.
Nota: El valor real del canje de cheques es un indicador aproximado del ejercicio del poder de
compra real en la esfera monetaria de la economía. Incluye, sin embargo, el valor de las
transacciones financieras y transferencias de ingreso. De todas maneras este indicador
da una mejor idea de la secuencia auge-crisis-recuperación en la economía monetaria que
las cifras estimadas por la CEPAL del PIB, pues éstas no permiten apreciar, a nuestro
juicio, la gravedad de la crisis en las ciudades y en las actividades agrícolas y mineras
monetizadas.

dad económica y del empleo, habida La creciente incertidumbre sobre la


cuenta de un importante efecto nega­ situación económica, los temores de
tivo que produjo la misma deflación iliquidez y el avance de las insolven­
sobre la demanda monetaria, a saber: cias y de la cartera morosa de los ban­
el agravamiento drástico de las deudas cos condujeron a que los banqueros
interna y externa desde fines de 1929 adoptaran actitudes sumamente pru­
y hasta fines de 1931, cuando el país dentes (excesivamente prudentes, a
inició el proceso de la «moratoria» de juicio de Esteban Jaramillo, un lúcido
deudas que culminó en 1933 para la ministro de Hacienda de la época) en
externa, y en 1935 para las internas. lo que hacía referencia a sus reservas
Capítulo 3
87

Manifestación de la
crisis: marcha de
obreros desempleados
en Bogotá, enero 1932.

y préstamos. En consecuencia, el cré­


dito bancario se redujo hasta media­
dos de 1932 más de lo que hubiese exi­
gido la contracción de la capacidad
bancada para otorgarlo (cuadro 3),
con la consecuencia de agravar aún
más la iliquidez de los particulares, la
caída de la demanda por bienes y ser­
vicios, la disminución de los precios y
remuneraciones nominales y la con­
tracción del dinero local en poder del
público.
El estancamiento de la actividad
económica y del ingreso real y su pos­
terior caída fueron las principales cau­
sas de la depresión de las importacio­
nes reales de bienes y servicios a lo lar­
go del cuatrienio 1929-1932. No bastó,
pues, con la caída general de los pre­
cios de los bienes importados, así que 1930 y hasta el fin de la crisis, un ex­ "Tan solo espectadora",
ceso en el valor de las exportaciones caricatura de Colombia
las cantidades importadas de bienes de a propósito de la
consumo, insumos y bienes de capital sobre las importaciones (cuadro 1); Conferencia
se redujeron, pero, en promedio, con empero, este superávit fue demasiado Latinoamericana
una intensidad mayor que la soporta­ pequeño para neutralizar el drenaje sobre empréstitos
da por el ingreso real del país. de reservas internacionales del Banco de externos y crisis
económica en 1929.
Al caer de manera drástica el valor la República por cuenta del servicio
de las importaciones se generó, desde de la deuda externa y de las remesas de
88 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Inflación y deflación. 1923-1940 Cuadro 6

Precios de alimentos Precios de la producción final


Año (1) (2)

índice Tasa de variación (%) índice Tasa de variación (%)

1923 102.5
1924 110.8 8.1
1925 113.5 2.4 29.8
1926 133.5 17.6 33.7 13.1
1927 125.1 -6.3 32.5 -3.6
1928 125.6 0.4 36.2 11.4
1929 125.1 -20.7 32.5 -10.2
1930 99.2 -13.5 25.8 -20.6
1931 85.8 -23.3 20.8 -19.4
1932 65.8 5.0 17.5 -15.9
1933 69.1 38.8 18.0 2.9
1934 95.9 4.3 25.0 38.9
1935 100.0 6.0 25.9 3.6
1936 106.0 3.3 27.4 5.8
1937 109.5 12.5 28.2 2.9
1938 123.2 7.1 31.7 12.4
1939 132.0 -5.6 32.8 3.5
1940 124.6 33.3 1.5

(1) Precios al por mayor, cuatro grandes ciudades; 1935: 100.0.


Fuente: Ocampo y Montenegro.
(2) Deflactor implícito del PIB, estimado por la CEPAL; 1950: 100.0.
Fuente: CEPAL.

utilidades y transferencias de capi­ De la defensa de la moneda sana


tales. Sólo a partir de 1932, y como re­ a la nueva política económica
sultado de las medidas de control de
cambios y deuda externa y, secundaria­ Desde antes de la recesión final y has­
mente, del aumento de la producción ta fines de 1930, ya bien avanzada la
de oro, pudo lograrse que el superávit crisis, la política económica, en sus
de la balanza comercial compensase tres esferas básicas: fiscal, monetaria y
las ya restringidas salidas de capital y aduanera o de comercio exterior, es­
suspenderse, en consecuencia, la caída tuvo dominada por un esquema libre­
continua de las reservas del Emisor. cambista que no contribuyó en ma-
Capítulo 3
89

Mina de oro en
Antioquia, durante
los años 20.

nera alguna a evitar lo peor. Más aún, men librecambista. Un examen gene­
durante el primer semestre de 1931 las ral del «ciclo» de la política económica
primeras medidas que el Estado adop­ que se vivió entonces permitirá veri­
tó en materia económica se alejaron ficar las afirmaciones y entender la di­
tan poco del mencionado esquema námica de la gran crisis.
que no podríamos intentar una expli­ El viejo esquema ortodoxo, libre­
cación de la vigencia de éste hasta fi­ cambista, se resumía en un principio
nes de 1930 o principios de 1931, en central: la política de laissez faire o la
términos de una concepción ideológi­ ausencia de intervención del Estado
ca del gobierno conservador de Mi­ en el campo económico. Por supuesto,
guel Abadía Méndez (7 de agosto de jamás el país ha vivido épocas de total
1926 - 7 de agosto de 1930) sobre lo «leseferismo». Empero, el cuatrienio
económico, diferente de aquella que 1927-1930 fue una época de acerca­
exhibió el gobierno liberal de Enrique miento a semejante ideal, que podría­
Olaya Herrera (7 de agosto de 1930 - mos denominar ortodoxa sin cometer
7 de agosto de 1934) durante el primer un grave error.
año de su gestión. Más bien podría de­ En efecto, en la esfera del comercio
cirse que el abandono del viejo esque­ exterior, dicho cuatrienio se inauguró
ma en el gobierno de Olaya Herrera con la llamada «Ley de Emergencia»
fue motivado por las circunstancias, o, mejor dicho, con un decreto guber­
sin la orientación previa de una nueva namental expedido en junio de 1927,
forma de concebir las funciones y res­ al amparo de una ley de 1926, en vir­
ponsabilidades del Estado en el ám­ tud del cual se estableció una reduc­
bito económico. Por el contrario, las ción del arancel para la importación
transformaciones de la ideología eco­ de alimentos con el fin de contrarres­
nómica del grupo gobernante y la in­ tar el aumento del «costo de vida».
fluencia ascendente de los heterodo­ Con posterioridad a esa fecha y hasta
xos sobre aquellos que sostenían las el fin de 1930, puede afirmarse que no
riendas de la política económica fue hubo modificaciones significativas en
un fruto rezagado de la expedición rei­ el grado de libertad (relativa, por su­
terada y cada vez más frecuente de puesto) que el Estado permitió al sec­
medidas gubernamentales y actos le­ tor privado, mediante la fijación de
gislativos contrarios al antiguo régi­ aranceles, para realizar el comercio de
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
90

Esteban Jaramillo,
oferta local y frenar la pérdida de di­
ministro de Hacienda, visas del Banco de la República.
y Francisco J. Chaux, Meses después el Congreso, consi­
ministro de Industrias derando insuficientes las medidas an­
y Trabajo: ellos teriores, aprobó la ley 99 (septiembre
enfrentaron la crisis de 1931) de espíritu marcadamente
en la transición
entre la hegemonía proteccionista. En virtud de ésta, el
conservadora gobierno adoptó tres decretos de ele­
v la liberal, en 1930. vación sustancial de los aranceles. Con
ellos el país se adentró en una etapa
de proteccionismo radical.
La política fiscal, esto es, el conjun­
to de medidas sobre ingresos y gastos
públicos, no se ajustó al «ideal orto­
doxo» de las «finanzas sanas» durante

Cuadro 7

El salario nominal. 1923-1933

Año Salario nominal*

1923 100.0
1924 109.0
1925 114.0
1926 123.0
1927 151.0
1928 173.0
1929 165.0
1930 146.0

importaciones. En cuanto a exporta­ 1931 115.0


ciones, sobra decir que el laissez faire 98.0
reinó a plenitud durante el cuatrienio 1932
ortodoxo. 1933 111.0
Las primeras medidas que iniciaron
el alejamiento de la etapa ortodoxa,
en materia de importaciones, fueron (*) índice de salarios promedios de
obreras en fábricas de textiles,
tímidas. Las leyes 4 del 8 de enero y cigarrillos, tabacos y trilladoras de cate
62 del 14 de mayo de 1931 elevaron de Medellín; 1923: 100.
ligeramente, con más vigor la segunda
que la primera, el grado de protección
arancelaria a las producciones agrícola Fuente: Urrutia, Miguel, y Mario Arrubla:
Compendio de estadísticas históri­
e industrial. Con ello se buscaba un cas de Colombia; Universidad Na­
doble fin: amortiguar los efectos de la cional, Bogotá, 1970.
depresión de la demanda sobre la
Capítulo 3
91

Cuadro 8 sión, sin incluir el servicio de la deuda, "Se acabaron los


fue, sin duda, creciente hasta finales corderos", caricatura
de 1928 y actuó como uno de los mo­ de Gómez Leal-,
Precios externos de las tores de la prosperidad de los años septiembre de 1931,
importaciones colombianas 1922-1928 (cuadro 9). con Enrique Olaya
Herrera y el ministro
1923-1940 El retorno a la ortodoxia en materia de Hacienda Jesús M..
(índice de precios de hacienda pública lo vivió el país en­ Marulanda como
1925-9: 100) tre principios de 1929 y fines de 1931. personajes,
Al agotarse el crédito externo, el go­ en la que se pide
bierno nacional y aquellos gobiernos una moratoria de la
Año índice Tasa de variación deuda externa
(%) departamentales y municipales depen­ ante la crisis.
dientes del crédito externo, tanto en la
segunda mitad de la administración
1923 108.9 -2.6
1924 106.1 0.6
1925 106.7 -5.9
1926 100.4 -3.3
1927 97.1 1.4
1928 98.5 -0.9
1929 97.6 -10.8
1930 87.1 -17.3
1931 72.0 -11.4
1932 63.8 9.1
1933 69.6 11.6
1934 77.7 2.1
1935 79.3 1.1
1936 80.2 8.4
1937 86.9 -6.2
1938 81.5 -1.3
1939 80.4 3.2
1940 83.0

Fuente Ocampo y Montenegro.

el período de expansión económica


corrido entre 1923 y 1928 por una ra­
zón simple: el creciente flujo de cré­
dito externo al sector público permitió
el desarrollo notable de la «inversión»
pública (en los bancos de la República
y Agrícola Hipotecario, en ferrocarri­
les, carreteras y obras urbanas) en los
niveles nacional, departamental y mu­
nicipal. El déficit fiscal conjunto del
sector público, entendido como la di­
ferencia entre sus ingresos corrientes y
los gastos de funcionamiento e inver­
92 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

reprodujo el déficit en las finanzas pú­


Las finanzas de la nación. 1926-1936 Cuadro 9 blicas en 1929 y 1930, a pesar de que
(miles de pesos corrientes) la política fiscal, tanto en los hechos
como en los discursos y escritos, había
girado hacia la ortodoxia. Pero el dé­
Ingresos Gastos excluyendo Superávit o ficit se había transformado. Ya no era
corrientes servicio deuda déficit (—) fiscal un déficit fiscal autónomo, «de pleno
Año (1) (2) (3) = (1) - (2) empleo», sino un déficit de tesorería
inducido por la depresión. Más aún, la
política de las «finanzas sanas» logró
1926 60.648,9 61.110,4 -461,5 generar, para empeoramiento de la si­
1927 63.392,5 78.362,8 -14.970,3 tuación del país, un superávit fiscal en
1931 y 1932.
1928 75.514,3 107.370,0 -31.855,7 A finales de 1931 el gobierno nacio­
1929 75.238,9 73.307,9 1.931,0 nal inició un viraje tímido hacia la he­
terodoxia en materia de hacienda pú­
1930 49.358,0 51.259,1 -1.901,1 blica. El viraje consistió, básicamente,
en reanimar, aunque en escala peque­
1931 43.694,1 42.464,5 1.229,6 ña, la inversión pública (aportes de ca­
1932 41.467,2 34.407,2 7.060,0 pital de la nación para la creación de
la Caja Agraria y la Caja Colombiana
1933 49.662,8 55.986,1 -6.323,3 de Ahorros y realización de un «mo­
1.980,1 desto plan de obras públicas») con
1934 63.563,8 61.583,7 base en el crédito otorgado por el
1935 72.259,5 57.725,3 14.534,2 Banco de la República y con el fin de
estimular la actividad económica. Di­
1936 85.075,2 66.210,7 18.864,5 versos sectores de la opinión pública y
el mismo Congreso ya venían hacien­
Fuente: Ocampo y Montenegro. do eco, y con fuerza creciente, de las
voces que exigían una acción estatal
antidepresiva; por lo demás, el giro
dado en materia de política monetaria
Abadía Méndez como en el primer en el segundo semestre de 1931 facilitó
año del gobierno de Olaya Herrera, la consecución del crédito del Emisor
redujeron abruptamente o suspendie­ para el gobierno. De todas maneras,
ron los programas de obras públicas y el gasto público nominal decreció has­
lograron alguna disminución de los ta fines de 1932 y su posterior reani­
gastos de funcionamiento (cuadro 9). mación no parece haber sido tan in­
Un factor adicional que condujo a la tensa, ni siquiera con ocasión del con­
reducción del gasto público, aunque flicto colombo-peruano (septiembre
de importancia relativamente menor a
la que tuvo el agotamiento del crédito 1932 - junio 1934) como para darle el
externo, fue la disminución de los in­ mérito de la recuperación económica
gresos ordinarios públicos. En aque­ iniciada entre la segunda mitad de
llos tiempos la participación de la ren­ 1932 y la primera de 1933.
ta de aduanas en los recursos ordina­ El eje de la política económica del
rios de la nación era bastante alta, más quinquenio que transcurrió entre la
del 40 %. Con la crisis, la contracción segunda mitad de 1928 y la primera de
de las actividades de importación y ex­ 1933 fue el manejo monetario. Ma­
portación fue especialmente intensa y, nejo monetario en la acepción amplia
como consecuencia, dicha renta sufrió del término: manejo bancario, reserva
un verdadero colapso. Adicionalmen­ de oro y divisas, tipo de cambio, car­
te, los demás rubros del recaudo pú­ tera y depósitos bancarios, compra­
blico se redujeron en sus magnitudes. venta de oro y divisas, emisión, y re­
La caída de los ingresos ordinarios dención de billetes del banco central.
Capítulo 3
93

Como asunto que ahora parece ana­


crónico, pero de alguna importancia
en aquellos tiempos, la política mo­
netaria no era definida por el Estado.
La junta directiva del Banco de la Re­
pública era el organismo rector de la
moneda, salvo en lo que se refería a
transformaciones sustanciales del or­
den monetario, que exigían cambios
en las leyes y decretos de la Repúbli­
ca. Y dicha junta estuvo integrada
hasta 1931 por representantes de los
accionistas privados (bancos privados
nacionales y extranjeros, principal­
mente), quienes conformaban el gru­
po mayoritario en ella, y por repre­
sentantes del gobierno, gracias a la
propiedad estatal de parte de las ac­
ciones del banco. En 1931 se reformó
la junta, pero para dar cabida a dos
representantes más del sector privado:
uno de la Federación Nacional de Ca­
feteros y otro de las cámaras de co­
mercio y la Sociedad de Agricultores.
Desde el comienzo del funciona­
miento del Banco de la República, en
julio de 1923, y hasta fines de 1930, la
política monetaria fue estrictamente
de corte clásico: aplicación impecable
de la ortodoxia y sujeción estricta al
patrón oro.
Lo anterior consistía, en lo esencial,
en hacer cosas muy simples: operar
con reglas mecánicas, mediante un
tipo de cambio único y fijo, para la
creación y destrucción de billetes no­
minados en moneda local; otorgar cré­
dito del Banco de la República al go­
bierno y a los bancos accionistas (prác­
ticamente todos los bancos comercia­ peso/dólar al comienzo de la crisis) Cartel depropaganda
les) en sumas limitadas por el princi­ cuando la necesidad de remitir oro de los Bonos de
desde o hacia el exterior generaba cos­ Empréstito
pio del respaldo en oro de los pasivos Patriótico,
monetarios del Emisor; establecer las tos de transporte que había de trasla­ emitidospara ayudar
tasas de interés cobradas por éste a los dar el banco a los compradores o a los a financiar la
bancos comerciales (la tasa de redes­ vendedores de oro y divisas. guerra con el Perú.
cuento) y al gobierno en función de las Esas cosas simples garantizaban la
tasas externas para defender sus exis­ defensa de la «moneda sana», la exis­
tencias de oro y divisas y, finalmente, tencia de un peso «tan bueno como el
modificar de manera leve y esporádica oro», al menos así se suponía. El ré­
el tipo de cambio en el entorno de la gimen no impidió, obviamente, la in­
«tasa de paridad intrínseca» (la rela­ flación del período 1923-1928, aunque
ción entre el peso y el dólar, que se debe reconocerse que no fue alta (cua­
deducía de las equivalencias en oro de dro 6), máxime si se tiene en cuenta
ambas monedas, y que era de 1.0275 que la tasa de crecimiento anual del
94 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

"Colombia y los ción de oro monetario que debía efec­


empréstitos", tuar el banco.
caricatura de Roa Posteriormente, en el mes de octu­
publicada por bre del año 1929, tras un breve retor­
"Fantoches".
no de la tasa de redescuento al 7 %,
se reanudó el intento de evitar la dis­
minución de las reservas monetarias
internacionales del Emisor mediante
el aumento de su tasa de descuento a
los bancos accionistas al 8 % y luego,
en noviembre del mismo ano, al 9 %;
esta tasa fue la máxima alcanzada para
este tipo de operaciones y perduró
hasta mayo de 1930.
La consecuencia inmediata de tal
política para el país fue obvia: se re­
forzó la «escasez y carestía» del cré­
dito bancario y extra-bancario. Así, en
el primer semestre de 1930 las tasas de
interés nominales para préstamos en­
tre particulares llegaron a ubicarse en
un rango comprendido entre el 15 %
y el 24 % anual; con una tasa de de­
flación de aproximadamente 20 %
anual para dicho período, aquellos
créditos equivalían a tasas de interés
reales que oscilaban entre 35 % y
44 % anual; cifras que, sin duda, han
batido cualquier otro registro de la
historia colombiana del siglo actual y
que contribuyen a explicar el colapso
de la actividad constructora entre 1929
producto de esa etapa de prosperidad y 1932 (cuadro 10).
fue una de las mayores del país en este A partir de mayo de 1930 y durante
siglo. Ni tampoco impidió, todo lo la primera mitad de 1931, la política
contrario, la deflación siguiente. Pero monetaria se suavizó ligeramente,
el recuerdo de las hiperinflaciones de pero sin salirse del esquema clásico,
las épocas del «papel moneda de curso dadas la gravedad de la crisis interna
forzoso» y los intereses creados alre­ y la pérdida de velocidad que se ob­
dedor del funcionamiento del sistema servó en la caída, de las reservas inter­
monetario bajo los preceptos clásicos, nacionales del banco central; así, en
bastaron para sostenerlo en pie hasta mayo de 1930 la tasa de redescuento
bien avanzada la depresión. ordinario cayó al 8 % y en septiembre
Así pues, en marzo de 1929 la junta del mismo año al 7 %, y la aplicada a
directiva del Banco de la República operaciones de descuento de bonos
elevó su tasa de redescuento al 8 % con prenda agraria (emitidos por los
anual (que estaba en 7 % desde me­ Almacenes de Depósito de la Fede­
diados de 1924) y elevó a 1.0350 pesos ración Nacional de Cafeteros, creados
por dólar el tipo de cambio para venta en noviembre de 1929) cayó en esos
de divisas (estando el promedio en dos meses al 7 %, primero, y al 6 %
1928 en 1.0212 pesos/dólar) con el fin después. De todas maneras, las tasas
de defender las reservas metálicas del externas estaban cayendo también.
Emisor y trasladar a los compradores Adicionalmente, en diciembre de
de divisas el gold point de la exporta­ 1930 la junta directiva del Emisor lo
Capítulo 3 95

autorizó a realizar préstamos a los


bancos comerciales y al público con Actividad constructora. 1923-1936 Cuadro 10
prenda en bonos del gobierno y a com­ Construcción de
prar (y vender) estos bonos en ope­ Edificaciones en Bogotá
edificios según licencias
raciones de mercado abierto, todo ello en el país
hasta por una suma equivalente al
15 % de su capital pagado y reservas, Área índice del número
e independientemente del cupo de Valor real (m2) de licencias
crédito asignado al gobierno. Año (1) índice (2) (3)
La medida anterior fue posible gra­
cias a la aprobación por el Congreso 1923 N.D. 28.021 100
de la ley 73 de 1930, mediante la cual 1924
se amplió la capacidad global de cré­ N.D. 36.763 110
dito del banco central al rebajar su en­ 1925 39.6 100.0 60.273 113
caje legal (exigencia jurídica de con­ 1926 62.8 158.6 95.158 259
servar oro en bóvedas y en depósitos 1927 72.7 183.6 137.137 336
a la vista en el exterior) del 60 % al 1928 115.2 290.9 220.630 734
50 % de sus billetes «en circulación» y
depósitos monetarios. 1929 126.1 318.4 233.115 862
Durante el primer semestre de 1931 1930 65.0 164.1 139.028 521
el Congreso aprobó, en sesiones ex­ 1931 49.2 124.2 84.807 325
tras, dos leyes que se constituyeron en 1932 47.8 120.7 77.245 301
nuevos aportes al ablandamiento de la 1933 67.8 171.2 268.000 545
otrora férrea y depresiva política mo­ 1934 90.1 227.5 279.964 457
netaria, a saber: la 57, sobre la crea­
ción de la Caja Agraria, por iniciativa 1935 92.1 232.6 292.309 542
de la Federación Nacional de Cafete­ 1936 107.6 271.7 291.278 699
ros y a través del representante y pre­
sidente de la federación, Mariano Os- (1) Valor en millones de pesos de 1950. Construcción de
pina Pérez; y la 82, sobre reducción habitaciones, oficinas, locales comerciales, fábricas y talleres.
del encaje legal de los bancos, por ini­ Fuente: CEPAL.
(2) y (3) Fuente: Alfonso Patiño.
ciativa del gobierno. La importancia
de la ley 57 sólo pudo apreciarse cuan­
do las nuevas circunstancias del segun­
do semestre de 1931 permitieron que el camino de las devaluaciones de sus
el gobierno recibiese un crédito del monedas frente al oro y al dólar, como
Emisor destinado a la fundación de la reacción ante el agotamiento de sus
Caja Agraria. Esta inició operaciones reservas monetarias internacionales.
en noviembre de ese año. Entre esas naciones la más importante
En la segunda mitad de 1931, el 24 y la que agudizó y generalizó este pro­
de septiembre para ser exactos, el Es­ ceso fue Inglaterra, cuyo gobierno sus­
tado abandonó, de manera intempes­ pendió la libre convertibilidad en
tiva e involuntaria, y para fortuna del oro de la libra esterlina el 21 de sep­
país, como se reconoció más tarde, el tiembre.
modelo monetario clásico en su ver­ Una crisis financiera internacional,
dadera sustancia económica: el patrón con súbitos aumentos de la demanda
oro con libre cambio. Colombia fue internacional de oro por una oleada
uno entre muchos países del mundo, de incertidumbre, quedó manifiesta
entre ellos los latinoamericanos, que cuando se tuvo conocimiento de las
se sumaron a la serie (iniciada por medidas cambiarías de gobierno in­
Alemania en julio de 1931) de nacio­ glés. En Colombia se produjo un «ase­
nes que se vieron forzadas a suspender dio» del público sobre la banca co­
la libertad de cambios, esto es, aban­ mercial y el Banco de la República
donar el patrón oro y adentrarse por para convertir sus depósitos en oro, en
96 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Congreso el día 22 mediante la apro­


bación de la ley 99. Esta ley facultaba
al gobierno para adoptar medidas de
defensa de las reservas metálicas del
país y conjurar la crisis fiscal de la na­
ción, pero, como cosa peculiar, sólo
autorizaba a tomar medidas aduane­
ros y tributarias. El fin del patrón oro
no fue, pues, previsto, ni deseado, ni
conforme a las exigencias jurídicas.
Fue, simplemente, necesario.
La abolición de la libre convertibi­
lidad en oro o, en la práctica, en dó­
lares, del peso y el consecuente esta­
blecimiento del control de cambios y
del monopolio del comercio y expor­
tación de oro y divisas en cabeza del
Emisor, en medio de una coyuntura
de desconfianza financiera, no podía
tener efectos inmediatos favorables
sobre la economía, mientras que el re­
crudecimiento de la incertidumbre
propinaba un nuevo golpe a la ya di­
fícil situación de crédito.
Empero, en las semanas y meses si­
guientes, se inició un proceso que re­
sultó a la postre favorable para la eco­
nomía nacional. Gracias al abandono
del modelo clásico, la política mone­
taria se transformó en un factor de im­
pulso económico, aunque de manera
tímida al principio. En efecto, se rei­
nició y acrecentó el crédito del Emisor
al gobierno, ya sin la traba de la con­
vertibilidad del peso en oro o en dó­
lares; se redujo el encaje legal en me­
tálico para los billetes y depósitos en
el banco central; se bajaron, a lo largo
de 1932 y 1933, las tasas de descuento
del Banco de la República y se deva­
Portada del tercer tanto que los acreedores externos de luó el peso con relación al oro y al dó­
número de la los bancos colombianos «cancelaban lar en varias ocasiones, en términos
"Revista del Banco repentinamente los descubiertos que reales, a lo largo de 1932 y 1933 (grá­
de la República"
(1928) con la primera les habían concedido, y exigían con fico 5), de tal manera que se restauró
sede que el emisor apremio, de manera brusca y sin con­ la rentabilidad de exportadores y ca-
ocupó en la capital. sideraciones de ninguna clase, el pago ficultores, mineros del oro, etc.
de los saldos a su favor», para citar
una frase de Esteban Jaramillo al re­ La moratoria
ferirse a tales sucesos.
Tres días después de Inglaterra, el Un efecto lateral importante del es­
24 de septiembre, el gobierno colom­ tablecimiento del control de cambios
biano abolió el patrón oro por decreto fue el referente a reactivar la discusión
(el 1683), apelando a los poderes ex­ sobre la necesidad de suspender (tem­
traordinarios que le había otorgado el poralmente, por supuesto) el servicio
Capítulo 3 97

Tasas de cambio del peso 1923-1940 Gráfico 5

110

1923 1925 1927 1929 1931 1933 1936 1937 1939


AÑOS
□ IND. TASA NOMINAL + IND. TASA REAL

Fuente y metodología (para el cálculo de la tasa real): Ocampo V Montenegro

de la deuda externa. Esta discusión Agrícola Hipotecario a principios de


dio inicio, desde diciembre de 1931, a 1932, y tuvo que encabezar la presen­
un proceso de diseño y examen de tación de fórmulas de renegociación
propuestas para los pagos de deudas del servicio de las deudas públicas a
externas de municipios y departamen­ los acreedores externos.
tos. Rápidamente este proceso se A todo lo largo de 1932 y 1933 se
transformó en una cadena de exigen­ generalizó el incumplimiento del ser­
cias al respecto, en las exigencias mu­ vicio de las deudas públicas externas,
nicipales y departamentales. El go­ y el Estado, mediante decretos guber­
bierno nacional, a regañadientes y namentales y la aprobación por el
contrariando sus tesis iniciales, termi­ Congreso de la ley de Presupuesto
nó por aceptar el aplazamiento de los para 1934, legitimó a posteriori la mo­
pagos periódicos de amortización e in­ ratoria de estas deudas, sin contar, en
tereses de las deudas externas muni­ ocasiones, con la aceptación previa de
cipales y departamentales. Más aún, él los acreedores extranjeros a las fór­
mismo dio ejemplo de moratoria al mulas que el gobierno nacional pre­
suspender las amortizaciones, todavía sentó a su consideración. El proceso
no los pagos de intereses, de la deuda de la moratoria de la deuda externa
externa de la Nación y del Banco duró, pues, dos años, desde sus de-
98 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Alumnas del Colegio


Leguizamo hacen cola
para entregar sus
donativos y suscribir
bonos de empréstito
de la defensa nacional,
Bogotá, septiembre 1932.

bates iniciales hasta su legitimación to­ mente a deudas a favor de los bancos.
tal a fines de 1933. Entre ellos hay que mencionar el 234,
En conexión inmediata con el asun­ que autorizó la creación de la Corpo­
to de la moratoria de la deuda externa ración Colombiana de Crédito con el
surgieron el debate y las presiones so­ fin de que esta entidad, cuyos accio­
bre medidas para solucionar el proble­ nistas habrían de ser los bancos, reci­
ma de las deudas privadas internas, biese la cartera morosa de ellos a cam­
con los bancos y entre particulares, ya bio de bonos emitidos por ésta y des­
desde principios de 1931. contables por el Emisor y, simultánea­
La razón de lo anterior fue obvia y mente, entrase en arreglos individua­
ya mencionada. El desarrollo de la de­ les con los deudores morosos. La idea,
flación y la caída de los ingresos reales claro está, descansaba en el supuesto
convirtieron la existencia y el servicio de que los bancos aceptarían asumir el
de las deudas en un problema cada vez costo del descuento de los bonos a re­
más álgido, puesto que implicaban la cibir, a cambio de desprenderse de
valorización real de los compromisos una cartera congelada y de liquidación
adquiridos, en tanto se registraba la incierta. Y la liberación del crédito del
desvalorización de los activos no mo­ Banco de la República permitida por
netarios. Y, por supuesto, crecían el el abandono del patrón oro hacía fac­
tamaño y la proporción de la cartera tible la idea.
vencida y dudosa de la banca. A la medida anterior, a todas luces
A principios de 1932, las presiones insuficiente, siguieron otros decretos y
desatadas por diferentes grupos de una ley (37, de noviembre 26) a lo lar­
deudores obligaron al gobierno a in­ go de 1932 y durante el primer semes­
tervenir en este asunto, convocando a tre de 1933, que fueron configurando
conversaciones entre los representan­ una política de reducción del peso y
tes de los deudores de los bancos y és­ premura de las deudas con bancos y
tos. Como fruto de tales discusiones, entre particulares, y que puede resu­
el gobierno expidió, en febrero de mirse en los siguientes aspectos: ca­
1932, dos decretos referidos principal­ pitalización de cuotas atrasadas, am­
Capítulo 3 99

pliación de plazos o reducción del va­ indirecta y rezagada, a reanimar la de­


lor nominal de las deudas y aplaza­ manda monetaria global, la formación
miento de remates judiciales (tres ele­ interna de capital y la confianza en los
mentos de la «moratoria» en su circuitos crediticios. Con esta política
sentido estricto); reducción de intere­ el país evitó una profundización y alar­
ses; autorizaciones a los bancos para gamiento mucho mayores de la depre­
convertir las deudas comerciales a su sión y una bancarrota del sistema fi­
favor en deudas hipotecarias de largo nanciero. Prueba de esto último es lo
plazo; redescuento por el Emisor de siguiente: en diciembre de 1928 el país
deudas hipotecarias a favor de bancos; contaba con 15 bancos afiliados al
autorización para cancelar deudas a Banco de la República. De éstos, sólo
los bancos con bonos de la nación y dos, el Hipotecario de Bogotá y el Hi­
con cédulas de los bancos hipotecarios potecario de Colombia, se liquidaron
y préstamos del Banco de la República a raíz de la crisis en agosto de 1933.
a aquéllos con la garantía de tales bo­
nos y cédulas; creación del Banco El final de la crisis: el tránsito
Central Hipotecario con la función ex­
presa de otorgar crédito con hipoteca de la depresión a la recuperación
en bienes raíces a particulares para Ya antes se hizo alusión a la imposi­
cancelar deudas a los bancos comer­ bilidad y futilidad de precisar con
ciales, al menos durante sus tres pri­ exactitud el comienzo de la crisis. Lo
meros años de funcionamiento. mismo es aplicable a su terminación.
Si bien la política de deudas no ge­ De una parte, ciertos elementos que
neró un efecto instantáneo de recu­ gestaron la recuperación, ya mencio­
peración económica, es indudable que nados atrás, se hicieron presentes des­
sí contribuyó en alto grado a sanear las de 1931, en medio del ambiente ge­
bases del crédito interno y, de manera neral de empeoramiento de la econo-

Un agasajo a soldados
colombianos en la
guerra con el Perú,
hacia 1930. Una de
las consecuencias
del conflicto fue.
paradójicamente.
su contribución
a la recuperación
de la economía
nacional.
100 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

del problema de las deudas internas


durante la deflación generaron mul­
titud de problemas que sólo fueron des­
apareciendo paulatinamente a lo lar­
go del período 1934-1940. Finalmente,
la calidad y cantidad de las estadísticas
disponibles impiden hacer cortes finos
entre períodos para definir exacta­
mente cuándo terminó un fenómeno
tan complejo como el que nos ocupa.
Siendo así las cosas y debiendo dar­
le privilegio a un examen macroeco-
nómico de la crisis y no a sus aspectos
parciales, sectoriales o de determina­
dos grupos sociales, que ameritan es­
tudios que cobijen un período largo,
nos bastará considerar que la crisis, en
términos generales, terminó entre me­
diados de 1932 y la primera mitad de
1933.
Opiniones autorizadas de la época y
las estadísticas de que disponemos
permiten apreciar el cambio en la di­
rección de la actividad económica ge­
neral en dicho período (cuadro 5), sin
que con ello se quiera decir que la
prosperidad retornó al país a partir de
julio de 1933. Por el contrario, la re­
cuperación fue, en sus primeros mo­
mentos, lenta y vacilante, e ilustres
observadores de la época continuaron
preocupados por el tema de la crisis a
lo largo de los años siguientes. Es sig­
nificativo, al respecto, que en su dis­
curso de posesión, el 7 de agosto de
1934, Alfonso López Pumarejo habla­
Uno de los carros mía. De otra parte, varios problemas se de «la asoladora crisis que todavía
empleados para la surgidos o agravados en la crisis per­ no ha concluido».
distribución y duraron hasta el decenio de 1940, y
propaganda del ¿Por qué terminó la crisis? Tal vez
café colombiano algo de razón tienen quienes se refie­ la respuesta más simple, a nuestro jui­
en París, según ren a la gran crisis como una crisis se­ cio correcta a pesar de lo resumida, es
dice esta portada cular, de larga duración. Basta men­ la siguiente: el Estado y la «sociedad
del órgano oficial cionar al respecto que los precios ex­ civil» lograron reacccionar adecuada­
de la Federación ternos nominales del café no se recu­
Nacional de Cafeteros mente, de manera tardía y un poco
de 1930. peraron en el decenio del treinta (sólo burda, es cierto, ante el desarrollo de
se limitaron a permanecer, con ligeras las fuerzas depresivas. No fueron fac­
oscilaciones como es obvio, en el fon­ tores externos al país los que jalona­
do tocado en 1932); que la entrada de ron la recuperación. Ni hubo pertur­
capitales extranjeros, nula entre 1930 baciones extraeconómicas de impor­
y 1933 como ya se anotó, fue muy pe­ tancia tal que pudiesen bastar para
queña entre 1934 y 1938, si se compara reactivar el aparato productivo, aun­
su promedio anual con el alcanzado que el conflicto colombo-peruano pro­
entre 1925 y 1928; y que la contracción bablemente contribuyó a la recupera­
del crédito bancario y el agravamiento ción, no tanto acrecentando directa-
Capítulo 3
101

mente el gasto sobre bienes nacionales


(el grueso del gasto bélico se orientó
hacia productos extranjeros), sino es­
timulando las compras especulativas
de valores bursátiles y propiedad raíz
gracias a las expectativas de inflación
que generó.
La crisis culminó y dio paso a la re­
cuperación porque el Estado le dio un
vuelco a su política económica, presio­
nado por las circunstancias y por los
«damnificados» que creó la misma cri­
sis. La nueva política económica con­
dujo, con rezagos ciertamente, a rea­
nimar las ventas de productos locales
y las exportaciones de café y a mejorar
las condiciones y los montos del cré­
dito doméstico, tal como se expuso an­
teriormente. Y la economía respondió
a este estímulo, unos sectores más rá­
pida o más intensamente que otros, así
algunas actividades se hubiesen liqui­
dado o hubiesen permanecido pos­
tradas a lo largo del decenio de los
treinta.

Lo coyuntural y lo estructural:
un comentario final
Dos grandes sectores productivos, el
agrícola y el industrial, deben desta­
carse cuando se hace referencia a las dades productivas, por ende, hizo par­ "La tabla de
reacciones favorables ante los eventos te también de la recuperación y le dio salvación",
que acompañaron la crisis. bases firmes al «nuevo modelo» de de­ Esteban Jaramillo
sarrollo que emergió de la crisis: cre­ y su máquina de
En efecto, estos sectores (así como hacer dinero,
uno de menor tamaño: el minero) se cimiento económico e industrializa­ caricatura de Gómez
vieron entre los más favorecidos por la ción basados en las exportaciones (en Leal, "Fantoches",
nueva política económica y desde muy volumen) de café y en la sustitución de diciembre de I931.
temprano reiniciaron la expansión de importaciones.
su producción. Claro está que en el Una breve conclusión puede ex­ "Parado",
caso de la producción agrícola existió traerse de todo lo previamente ex­ ilustración del libro
"Colombia S.A.",
un factor adicional y previo al giro de puesto. La naturaleza y la gravedad de de Antonio García,
la política económica: el retorno a los la coyuntura 1928-1933 y las reaccio­ Manizales, 1934.
campos de los trabajadores cesantes al nes de los diferentes grupos sociales,
suspenderse las obras públicas en el del gobierno y del Congreso ante las
comienzo de la crisis. circunstancias necesariamente impre­
La recuperación de los sectores más vistas del momento impulsaron la
dinámicos de la economía, entre los transformación profunda del país en­
cuales sobresalió el industrial, fue tre 1930 y 1940: se modificaron el tipo
también una fase de reanimación de y la intensidad del Estado en lo eco­
las ganancias y del optimismo empre­ nómico y se aceleró el cambio de la es­
sarial acerca del futuro de las activi­ tructura productiva. En ese entonces
dades allí localizadas. La inversión en lo «coyuntural» fue, como tantas otras
ampliaciones y mejoras de las capaci- veces, causa de lo estructural.
102 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Bibliografía
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TORRES, GUILLERMO. Historia de la moneda en Colombia. Banco de la República, 1945.

Las «Memorias» de los ministros de Hacienda, Industria y Agricultura de la época, los informes
anuales del gerente a la junta directiva del Banco de la República y las «Notas Editoriales»
de ésta conforman una parte esencial de la bibliografía de los estudios extensos sobre la «gran
crisis».
Capítulo 4 103

Aspectos internacionales
de la crisis de los años treinta
Juan José Echavarría Soto

Acumulación, ciclos y crisis


en los países centrales___________

L os años que transcurren entre


1913 y 1940 conforman uno de los
más terribles períodos en la historia
moderna de los países capitalistas. No
solamente la tasa de crecimiento de la
riqueza fue prácticamente nula, y el
desempleo en las ciudades adquirió
magnitudes desconocidas en el pasado,
(particularmente entre 1929 y 1940),-
sino que, quizá más importante, los in­
tegrantes de cada sociedad sintieron
que el sistema capitalista no funcio­ nueve veces mayor en 1913 que en Una panorámica de
naba como supuestamente «debería» 1870, y cada ciudadano tres veces más Manhattan (Nueva
York), desde
hacerlo. El libre juego de las fuerzas rico en el último año que en el pri­ Governors Island,
de mercado no garantizaba la riqueza mero. De hecho, entre 1870 y 1913 en publicada en 1931
de las naciones en la forma descrita los Estados Unidos las tasas de creci­ por "El Gráfico",
por Adam Smith siglo y medio atrás, miento promedio anuales fueron de de Bogotá. Como
y las políticas adoptadas por los dife­ 5.27 % para la economía en conjunto, centro financiero
internacional,
rentes gobiernos fueron completa­ y 2.41 % para el producto per cápita. Nueva York es el
mente ineficaces para contrarrestar las También mostraron gran dinamismo epicentro
tendencias nocivas presentes en cada las economías japonesa y alemana, y de la crisis.
momento. en menor grado Inglaterra y Francia.
Fue un período de rápida acumulación
Qué contraste con épocas anterio­ y de intensa integración de la econo­
res, y principalmente con la «edad do­ mía mundial, y los flujos comerciales
rada» que transcurrió entre 1870 y entre los diferentes países crecieron
1913. El mercado norteamericano fue
104 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

cían estancamientos relativos en el pa­


sado, pero ahora, en el período de en­
treguerras, se presenta por primera
vez una disminución absoluta.
La década de los años veinte.
Diferentes experiencias en distintos
países
La experiencia de acumulación fue di­
ferente en los distintos países capita­
listas antes de 1913. La tasa de creci­
miento de la economía norteamerica­
na triplicó a la de Francia, y superó
ampliamente a la del Japón, Alemania
y el Reino Unido. Las diferencias en
materia de acumulación se harían aún
La depresión en los aún más rápido que la producción más pronunciadas si se incluyesen los
Estados Unidos: global. años siguientes a 1913, por el simple
marcha del hambre, Por supuesto, la depresión de los hecho de que la primera guerra no
bajo la lluvia, años treinta no fue la primera que vi­ afectó a los Estados Unidos.
en la Union Square
de Nueva York, vió el sistema capitalista durante su También fue un disímil la experien­
marzo de 1932. historia. El término «gran depresión» cia durante los años veinte. Fue una
ya era utilizado por los historiadores década de crecimiento significativo en
para determinar el período que vivió Estados Unidos, Canadá y Australia,
el sistema capitalista entre 1873 y y en menor medida en Francia e Italia,
1896; y antes que éste, se llamó «los pero no así en Europa en conjunto.
cuarenta años de hambre» a otro largo Tras la reconstrucción de la primera
período de inseguridad y estancamien­ postguerra, con múltiples fricciones
to. Durante el siglo XIX se presentaron políticas entre vencedores y vencidos,
caídas en las tasas de crecimiento en se presenta la crisis de 1920-21 —corta
las décadas de 1820, 1830, 1870 y pero intensa—, y dos años más tarde
1880, y movimientos cíclicos en pre­ la hiperinflación en Alemania, Aus­
cios y tasas de interés en los ciclos que tria, Hungría, Polonia y Rusia. Ale­
terminaron en 1818, 1846, 1865, 1899 mania no comienza su proceso de re­
y 1920. Sobre las características cícli­ cuperación hasta mediados de 1926, y
cas de la economía capitalista, y a un la situación fue aún más traumática
nivel más general, se considera incluso para el Reino Unido. En Gran Bre­
que tienden a presentarse simultánea­ taña las dificultades comienzan real­
mente ciclos de corta duración, de alta mente desde 1870, con tasas de creci­
homogeneidad y regularidad, ciclos de miento decepcionantes en términos
mediana duración (de ocho años) y ci­ relativos, ante la pérdida de dinamis­
clos largos asociados con las «grandes» mo del sector externo.
depresiones, que tienen lugar cada 17­ Los Estados Unidos, por el contra­
20 años aproximadamente. rio, vivieron una rápida y continua ex­
Pero el período de entreguerras fue pansión durante los años posteriores a
realmente más desfavorable que cual­ 1922, caracterizada por altos índices
quier otro mal período del siglo XIX. de crecimiento en construcción, y por
La tasa de crecimiento de la produc­ innovaciones técnicas desconocidas en
ción industrial había descendido de un el pasado en las ramas de motores y
ciclo a otro en el pasado, pero nunca automóviles, petróleo, caucho, acero
antes había sido negativa, con una pro­ y estaño, construcción, transporte y
ducción industrial promedio menor en electricidad. Ya en 1929 la producción
un ciclo que en el anterior; se cono­ industrial norteamericana representa-
Capítulo 4 105

ba cerca del 46 % de la producción


conjunta de los 24 mayores produc­
tores del mundo y absorbía el 39 %
del consumo mundial de materias pri­
mas. Esta dinámica del sector real se
vio acompañada, al menos desde
1925, por una «orgía» especulativa de
magnitudes desconocidas en el pasa­
do. Se olvidó por completo, y en par­
ticular desde 1928, la idea simple pero
correcta de que la riqueza depende del
esfuerzo productivo y del crecimiento
del sector real. El aumento en el pre­
cio de los papeles bursátiles y del in­
terés devengado garantizaría el enri­
quecimiento, una forma simple y agra­
dable de acumular dinero, y el precio observado un mejor porvenir que el La tercera avenida
de los papeles aumentaba año tras actual; tranquilidad y alegría en de Nueva York,
año. Cualquier intento del gobierno el frente interno, paz en el externo»; en la época de crisis.
por frenar la «orgía» especulativa era y el futuro presidente Herbert Hoo-
condenado en los términos más vio­ ver, ante un comité del Congreso nor­
lentos: si comprar y vender papeles teamericano: «En materia económica
fuese ilícito, el gobierno debería ce­ se prevén desarrollos sin límite; nue­
rrar el mercado financiero; en caso vos bienes que satisfarán nuevas de­
contrario, no debería entrometerse. mandas. ..; apenas hemos tocado el co­
Los discursos de políticos y las predic­ mienzo de nuestro potencial.»
ciones de economistas alentaban aún En octubre de 1929 comenzó la ma­
más lo sucedido. Meses antes del «oc­ yor crisis financiera que recuerde el
tubre negro» en Wall Street (1929), mundo capitalista en toda su historia.
afirmaba el presidente Calvin Coolid- El precio de los papeles descendió
ge ante las cámaras: «Ningún Congre­ abruptamente durante más de tres
so anterior en los Estados Unidos ha años y no volvería a recuperarse en

Aseadores del
Empire State Building,
Nueva York,
símbolo del poder
económico.
106 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Indicadores del impacto de la depresión en seis países desarrollados Cuadro 1

Reino Francia Alemania Canadá Estados Japón


Unido Unidos

Año en que se alcanzó el menor nivel, y a cuánto cayó con respecto a 1929.

Producción industrial 1931: 86% 1932: 84% 1932: 58% 1932: 68% 1932: 55% 1931: 92%

Ingreso nacional 1932: 93% 1934: 83% 1932: 80% 1933: 76% 1933: 68% Sin datos

Año en que se recupera el nivel de 1929.

Producción industrial 1934 1950 1936 1936 1937 1933

Ingreso nacional 1934 1946 1934 1938. 1937 Sin datos

décadas; según las anécdotas de la a 1929; adicionalmente se observa el


época, cuando un banquero reservaba año en que se recupera el nivel de
habitación en un hotel, se le pregun­ 1929. El impacto de la depresión en
taba si lo hacía para dormir, o para los Estados Unidos fue mucho más
saltar. fuerte que en los demás países, la pro­
ducción industrial se redujo a la mitad
Los efectos económicos de la (55 %) de la de 1929, y el ingreso na­
depresión cional disminuyó el 32 %. Algo simi­
Cola de desempleados lar sucedió en Alemania con la pro­
durante la crisis En el cuadro 1 aparece la evolución de ducción industrial, aun cuando el in­
económica, delante la producción industrial y el ingreso greso nacional se comportó un poco
de una valla mejor que en Estados Unidos. Francia
publicitaria que nacional en seis países desarrollados,
elogia el estilo indicando cuánto se redujeron ambas y Canadá presentan una situación in­
de vida norteamericano. variables en el peor año con respecto termedia, y el Reino Unido y el Japón
fueron levemente afectados en térmi­
nos relativos.
De acuerdo con la segunda forma
de medir el impacto de la depresión
(recuperación al nivel de 1929), el país
más afectado fue Francia, donde se
perdieron cerca de dos décadas en tér­
minos de acumulación, puesto que los
niveles de 1929 apenas se recuperarían
luego de la segunda guerra mundial;
los Estados Unidos, Canadá y Ale­
mania sólo recuperarían su nivel de in­
greso y producción en 1935-37, mien­
tras que el impacto fue sustancialmen­
te menor en el Japón y Reino Unido.
Pero los Estados Unidos viven una
nueva recesión en 1937, y por ello se
afirma que la recuperación apenas se
Capítulo 4 107

presentó con la guerra. Adicionalmen­ Represión sobre un


te, mientras que en el Reino Unido se manifestante obrero
mantiene el estancamiento vivido du­ durante una
rante los años veinte —realmente des­ manifestación de
de 1870—, en el Japón sí se obser­ trabajadores del
sector automotor
va un proceso de acumulación im­ en Detroit,
portante. diciembre, 1931.
En cuanto al impacto de la depre­
sión sobre los diferentes sectores de la
sociedad pueden hacerse las siguientes
consideraciones. Al nivel más general,
puesto que la participación en el in­
greso nacional de los grupos de ma­
yores y menores ingresos no se modi­
ficó significativamente durante la dé­
cada de los años treinta, la recesión
castigó a todos los estratos de la socie­
dad en cada país; la riqueza global no
aumentó durante la década y dismi­
nuyó en términos per cápita. A otro
nivel, en los Estados Unidos la parti­
cipación de los salarios en el ingreso
total creció desde 50 % en 1929 hasta
57.8 % en 1933, para luego descender
ligeramente. Algo similar sucedió en desde 1895—, con la excepción de
Inglaterra y otros países europeos. 1970 (cerca de mil novecientas adqui­
Los salarios nominales cayeron fuer­ ridas). Ello permitió que las grandes
temente, pero más lo hicieron los pre­ firmas aún vivas no padeciesen una
cios, y en particular los productos ali­ disminución tan drástica en su tasa de
menticios, con incrementos relativa­ ganancia.
mente importantes en el salario real Los costos del «ajuste» fueron asu­ Mineros de Inglaterra
desde el comienzo de la recesión. midos principalmente por los desem­ declarados en huelga,
pleados en la ciudad, y por el sector junio de 1926.
No se cuenta con estudios precisos La fotografía fue
sobre lo sucedido a los propietarios de agrícola en general. El récord en tér­ publicada por
capital y de los asalariados. Sin em­ minos de desempleo fue verdadera­ "El Gráfico",
bargo, algunos estudios sobre los de­ mente aterrador, y, con la excepción en Bogotá.
sarrollos en Francia podrían ilustrar lo
sucedido en otros países. Allí, entre
1930 y 1935, se beneficiaron enorme­
mente los pensionados, los empleados
oficiales y en menor medida los tra­
bajadores aún empleados, y principal­
mente los trabajadores de la industria
del carbón.
Entre los propietarios del capital se
presentaron diferencias importantes.
La competencia disminuyó drástica­
mente, principalmente en los Estados
Unidos y Alemania, y las grandes fir­
mas absorbieron a las pequeñas. El
número de firmas adquiridas en los
Estados Unidos en 1930 (cerca de mil
trescientas) no tiene precedentes en la
historia norteamericana —al menos
108 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

en los demás países europeos durante


la década, pero es significativo que en
casi todo gobierno del momento fue­
sen cesados los ministros socialistas.
La reacción de los trabajadores ante
la depresión podría caracterizarse so­
meramente en los siguientes términos.
Un número considerable y relativa­
mente estable de obreros se desafilia
de las asociaciones sindicales entre
1929 y 1932, pero las huelgas y con­
flictos laborales ganan intensidad —la
excepción la constituye el Reino Uni­
do—; posteriormente, luego de 1934 y
especialmente en 1935, se tiende a re­
cuperar las tasas de sindicalización an­
teriores a las crisis, y el nivel de vio­
lencia en los conflictos permanece. En
resumen, cuando los niveles de de­
sempleo se hacen intolerables y duran
más allá del «corto plazo», surgen
La prensa colombiana de 1937, en los Estados Unidos no múltiples y violentas huelgas. En 1933
transmitió a los hubo un solo año de la década en que
lectores las imágenes el número de desempleados bajase de el número de trabajadores afiliados a
de la crisis. 8 millones. Uno de cada cuatro tra­ sindicatos descendió al nivel de 1915
Esta fotografía de
bajadores se encontraba desempleado en el Reino Unido y de 1914 en los Es­
disturbios obreros tados Unidos, siendo el más bajo des­
en Londres fue en 1933 (13 millones) y uno de cada
publicada por "Cromos" cinco todavía en 1938. En Alemania de 1919 en Alemania. Esta descrip­
en octubre de 1931. existían 2.800.000 desempleados en ción exageradamente superficial deja
1929, y 6 millones en 1932 (la mitad de completamente de lado otros aspectos
la fuerza de trabajo antes sindicalizada importantes, como los efectos de la
estaba desempleada en 1932) y en In­ Revolución rusa o la evolución de los
glaterra cayó en 2.8 millones el empleo partidos comunistas y socialdemócra-
global entre 1929 y 1931; en 1933 más tas en los diferentes países.
del 25 % de los obreros antes sin- A otro nivel, debe anotarse que si
dicalizados se encontraban desem­ al comienzo de la depresión existían
pleados. regímenes parlamentarios en los Es­
tados Unidos, el Japón, el Reino Uni­
Conflictos sociales y desarrollos do, Francia y Alemania, pocos años
políticos más tarde Alemania y el Japón se con­
vertirían en Estados fascistas; algo si­
Por supuesto, la lucha obrera y la for­ milar había sucedido en Italia desde
ma en que ésta se manifestó depen­ 1923. No es casual que fuese en los
dieron de acontecimientos importan­ primeros dos países (y principalmente
tes durante los años veinte. La emer­ en Alemania) donde se aplicaran co­
gencia del fachismo en Italia en 1923 rrectivos «keynesianos» antes de Key-
produjo la abolición de los sindicatos nes, primero con programas masivos
tradicionales y su reemplazo por gru­ en construcción de obras públicas, y
pos obreros que apoyaban al nuevo ré­ años más tarde con programas masi­
gimen, con la abolición definitiva del vos de producción de armamentos.
derecho de huelga en 1929, y en In­ Como caracterización general, y con
glaterra el militante grupo laborista el fin de explicar lo sucedido en ma­
fue desplazado por un gobierno con­ teria política durante el período, Mi-
servador tras el fracaso de la huelga chael Kalecky afirma que los «líderes
general de 1926. Nada similar sucedió industriales» que finalmente moldean
Capítulo 4 109

Comedores para
desocupados en la
ciudad de San Francisco,
California,
instalados por el
millonario Luis Cabrale,
octubre, 1931.

las políticas estatales, se oponen sis­ 1) Veintidós países abandonaron el


temáticamente a la intervención ma­ patrón oro.
siva del Estado, a menos que previa­ 2) Veintiséis países adoptaron con­
mente se garantice un alto control de troles de cambio.
la clase trabajadora, como en efecto se 3) Dos países adoptaron subsidios a
logró en países como Alemania. A los las exportaciones.
«líderes industriales» les disgusta la in­ 4) Veintiún países aumentaron los
tervención del Estado tendiente a aranceles a las importaciones.
crear empleos; les disgusta la orien­ 5) Veintidós países implementaron
tación del gasto público y el consumo cuotas (restricciones cuantitativas) al
subsidiado; y más que nada les disgus­ comercio.
tan aquellos cambios sociales y políti­ 6) Siete países crearon monopolios
cos que resultan de mantener políticas importadores.
medidas conducentes al pleno empleo. 7) Siete países prohibieron ciertas
Les disgusta, pero todo ello lo toleran importaciones.
en períodos de depresión masiva, 8) Nueve países declararon morato­
siempre y cuando se controle a la clase ria sobre el pago de su deuda externa
trabajadora. pública.
9) Cinco países declararon morato­
Desarrollos en el centro ria sobre su deuda externa comercial
que afectaron directamente (privada).
Adicionalmente y como desarrollos
a la periferia importantes que afectarían profun­
damente a la periferia deben mencio­
Protección y comercio narse:
10) Los precios internacionales de
La revista inglesa The Economist pro­ los productos agrícolas se deterioraron
dujo el siguiente recuento de la situa­ enormemente, y no sólo en términos
ción internacional en 1932, refirién­ absolutos; se presenta un deterioro
dose principalmente a países indus­ masivo de los «términos de intercam­
trializados: bio» agricultura-industria.
110
Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Gráfico 1

Importaciones mundiales de 75 países


Enero, 1929-marzo, 1933
(Cifras mensuales, millones de US$)
Abril

Octubre

Fuente: Kindleberger

11) Desaparecen los flujos financie­ cesariamente para el grupo, y el efecto


ros a nivel mundial. neto fue la reducción drástica en el co­
Los desarrollos descritos no son in­ mercio mundial; las importaciones
dependientes entre sí, y en ocasiones mundiales de 75 países se redujeron
son causa o efecto de los demás. Los mes a mes en espiral, y en enero de
siete primeros puntos señalados por 1933 apenas llegaban a 992 millones
The Economist, relacionados con «po­ de dólares, la tercera parte de las de
líticas proteccionistas», indican clara­ enero de 1929 (gráfico 1). Apenas un
mente la filosofía que respaldó las me­ país adopta políticas tendientes a ex­
didas implementadas por los gobier­ portar el desempleo, le siguen auto­
nos de turno en cada país, consistente máticamente los demás. Así ocurrió
en «mendigar al vecino» o exportar el tras la devaluación del Reino Unido.
desempleo (mediante mayores expor­ The Economist menciona 22 casos de
taciones y menores importaciones) devaluación, pero son más de 35 al in­
con un fracaso conjunto rotundo. Lo cluir los países subdesarrollados. En
que es sano para un país no lo es ne­ abril de 1929 devalúa Uruguay, y la
Capítulo 4
111

El consulado de
Colombia en Hamburgo
anuncia facilidades
para la inmigración
(1924).

lista que sigue parece interminable. En cuanto a los aspectos enumera­


En el mismo año devalúan Argentina dos en (10) y (11), cabe señalar que en
(noviembre) y Brasil (diciembre). En 1929 los Estados Unidos «otorgaron»
1930: Australia (marzo), Nueva Ze­ al mundo un poder de compra (im­
landa (abril) y Venezuela (septiem­ portaciones más inversiones, princi­
bre). En 1931: México (agosto), Rei­ palmente préstamos) de US$ 7.400
no Unido, Canadá, India, Suecia, Di­ millones, financiando así cerca del
namarca, Noruega, Egipto, Irlanda, 20 % de las importaciones mundiales
Malasia y Palestina (septiembre), de ese año. Dicha suma descendió en
Austria, Portugal, Finlandia, Bolivia, 1932 al 32 % del año anterior, y este
El Salvador (octubre) y el Japón (di­ solo hecho bastaría para explicar la re­
ciembre). En 1932: Colombia, Nica­ cesión en el resto del mundo. No es
ragua y Costa Rica (enero), Grecia y coincidencia que el principal país pres­
Chile (abril), Perú (mayo), Ecuador, tamista de los años veinte, Alemania,
Siam (junio) y Yugoslavia (julio). En fuese también el más afectado por la
1933, República Sudafricana (enero), depresión, después de los Estados
Honduras y Estados Unidos (abril). Unidos. Los principales países endeu­
Por otra parte, y refiriéndonos nue­ dados a nivel mundial no fueron los la­
vamente al artículo de The Economist, tinoamericanos (sólo Argentina figura
los desarrollos enumerados en (1), entre los cinco mayores del mundo),
(8), (9), (10) y (11) se encuentran ín­ pero en relación al tamaño de sus eco­
timamente relacionados. La devalua­ nomías sí fueron golpeados conside­
ción encareció el pago de la deuda ex­ rablemente, tanto por el flujo inicial
terna (en términos de la moneda na­ de capital financiero como por su
cional), y la situación se agudizó al de­ desaparición una vez comienza la
saparecer los flujos financieros, pues depresión.
no hubo crédito «fresco» para pagar En períodos de «orgía especulativa»
intereses y capital sobre préstamos mundial como la de los años veinte en
viejos. Finalmente, el deterioro de los Wall Street, los países del Tercer
términos de intercambio complicó aún Mundo tienden a endeudarse alegre­
más la situación en los países de la pe­ mente, pues es más sencillo recurrir al
riferia: las divisas disminuyeron más. capital financiero internacional que
112 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

ción de crédito a corto plazo para pa­


gar deuda a largo plazo— y se otor­
garán costosos favores a los inversio­
nistas (directos) extranjeros con el fin
de conseguir el capital financiero. Lo
que es peor, este último no llega fi­
nalmente.
Pero el endeudamiento no se pro­
dujo únicamente porque así lo desea­
ron los países del Tercer Mundo, y fue
más determinante la actitud del go­
bierno norteamericano y de los «aho­
rradores» en Wall Street. No se ha
analizado suficientemente este fenó­
meno, pero la oferta de fondos pres-
tables es altamente inestable, pasando
con enorme facilidad de sobreoferta
Llegada de la misión crear nuevos impuestos al ingreso. en períodos de «orgía» especulativa a
comercial francesa al Pero una vez llega la crisis —y para­ estancamiento total. En resumen, no
aeropuerto de Madrid, dójicamente siempre tiende a olvidar­ basta con que exista demanda para
Cundinamarca, se que ésta es inevitable, con diferen­ que se produzcan los préstamos inter­
procedente de
Barranquilla, agosto cias obvias en su magnitud—, se es­ nacionales, y, dadas las condiciones
de 1929. Ayudante tancan abruptamente los flujos finan­ políticas internas en nuestros países,
Guerin, embajador cieros, generando deflación automá­ siempre existirá demanda «excesiva»
Neton, jefe de misión tica. Cada grupo trata de desplazar el por recursos financieros frescos. Más
Colin, secretario
del Ministerio de costo del ajuste hacia los demás en bien, son las condiciones de oferta las
Guerra general Reyes cada país, y serán aquellos sectores que finalmente determinan lo sucedi­
Luna y piloto jefe Jean. más débiles los que finalmente asu­ do. De hecho, han sido pocos los mo­
man las consecuencias. Se tomarán mentos históricos de sobreoferta in­
medidas desesperadas sumamente ternacional: los años veinte, cincuenta
gravosas —por ejemplo, la contrata­ y noventa durante el siglo XIX, y nue-

Llegada de Enrique
Olaya Herrera y de
su hija María Olaya
Londoño al muelle
de Nueva York,
enero de 1930,
donde fueron
recibidos por
H. Freeman Mathews,
general Hanson E. Ely,
George F. Habb Hand,
Richard Southgate
(representante del
presidente Herbert
Hóover), almirante
R. de Steinger.
Capítulo 4 113

vamente los veinte durante el presente


siglo; también la década de los setenta, Cuadro 2
cuyas consecuencias hoy padecemos.
La década de los veinte fue uno de Clasificación de diferentes países latinoamericanos
esos raros períodos de sobreoferta, y
conviene analizar mejor lo sucedido según la caída del valor exportado
con el lado de la oferta: el mercado fi­ (1932/33 con respecto a 1928/29)
nanciero en Wall Street. Hubo prés­
tamos de todo tipo con propósitos tan Caída
extravagantes como pudiese imaginar­ porcentual
en las Países
se. Préstamos para construcción de
apartamentos suntuarios, para orga­ exportaciones
nizaciones eclesiásticas, etc. Los go­
biernos latinoamericanos —y de otros Más de 80% Chile.
países— emitían bonos en el mercado
internacional, y éstos eran ávidamente 70%-75% Bolivia, Cuba, Perú y El Salvador.
adquiridos por los ciudadanos ingleses
o norteamericanos. Ya se indicó en las 65%-70% Argentina, Guatemala y México.
secciones iniciales del trabajo la lógica Brasil, República Dominicana, Haití
que guiaba las decisiones de compra, 60%-65%
no importando para nada el desem­ y Nicaragua.
peño del sector real de la economía; 55%-60% Ecuador y Honduras.
los bonos se adquirían, pues su precio
futuro sería mayor. El gobierno de los 50%-55% Colombia, Costa Rica, Panamá
Estados Unidos también se mostró in­ y Paraguay.
teresado en que los fondos fluyesen,
pues financiaban las exportaciones del 30%-45% Venezuela.
mismo país. Difícilmente podría haber
evitado lo sucedido, de todas formas.
Si el público combatía las acciones
preventivas para las compras internas, La moratoria es excesivamente cos­
¿por qué intervenir los flujos financie­ tosa cuando la adopta un solo país, o
ros internacionales? El descontrol fue unos pocos, y la experiencia histórica
total. Jamás se pensó en enviar misio­ en el Tercer Mundo indica que un país
nes evaluadoras como aquellas nom­ que incumple, sólo vuelve a tener ac­
bradas por gobiernos más cautos —el ceso al mercado internacional de
inglés, por ejemplo— en épocas an­ capitales hasta veinte o treinta años
teriores, y los negocios con nuestros después.
países se manejaban a través de inter­ Adicionalmente, todo país que in­
mediarios desconocidos por quienes cumpla se expone a fuertes medidas
desembolsaban su capital. Era tal el retalatorias, en otros campos de la
deseo por prestar dinero, que en de­ economía, máxime cuando su nivel de
terminado momento existieron 29 re­ dependencia económica es alto. Pero
presentantes de casas financieras en por el hecho de ser generalizada, la
Colombia tratando de «vender» prés­ moratoria facilitó que después de 1931
tamos a la Nación, departamentos y los diferentes países latinoamericanos
municipios; la situación no fue dife­ comenzaran a incumplir; en 1934 sólo
rente para los demás países. Argentina, Haití y la República Do­
Afortunadamente para Latinoamé­ minicana continuaban pagando el ser­
rica, pudo incurrirse en moratorias ge­ vicio de la deuda. Ciertos aconteci­
neralizadas desde 1931, lo cual se fa­ mientos adicionales facilitaron aún
cilitó por la decisión del presidente más el ajuste de pagos al exterior. El
Hoover de conceder la moratoria a descenso drástico en el precio de los
Alemania, sin retaliación posterior. bonos que acompañó la crisis de Wall
114 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Street permitió que varios países lati­ La capacidad para importar cayó
noamericanos recomprasen sus com­ significativamente como se aprecia en
promisos a precios irrisorios. el cuadro 2, aun cuando el aumento
sustancial en el quantum exportado,
Términos de intercambio y excepción hecha de Cuba y Chile, per­
mitió que la capacidad para importar
productos agrícolas no cayese tan drásticamente; el país
En cuanto a los términos de inter­ más golpeado en Latinoamérica —y
cambio, toda recesión ha conllevado en el mundo entero— fue Chile, pero
históricamente disminuciones drásti­ en ninguno de los países latinoameri­
cas en el precio relativo de los pro­ canos cayeron las exportaciones me­
ductos primarios, y la enorme inten­ nos del 30 %; Colombia fue poco
sidad de la depresión de los treinta afectada en términos relativos. Otro
condujo a que en 1932 los términos de factor que contribuyó a disminuir el
intercambio fuesen los peores en cien impacto externo a través del tiempo
años de historia (1870-1970), realmen­ fue la alta inversión extranjera en el
te los peores que jamás haya enfren­ sector primario de la economía lati­
tado el Tercer Mundo. Para un país la­ noamericana. Al caer utilidades, dis­
tinoamericano «típico», con exporta­ minuyen los flujos de remesas hacia el
ciones altas en término de la produc­ exterior.
ción nacional —por ejemplo 30 %—, Estos dos últimos efectos, la para­
un deterioro del 30 % en los términos lización de los flujos de capital y la caí­
de intercambio, como el que en efecto da en los términos de intercambio, co­
se presentó en promedio, conduce au­ menzaron a presentarse en la econo­
tomáticamente a una caída del 10 % mía colombiana desde 1928, precipi­
en el ingreso nacional, a menos que tando al país a una depresión que, si
existan cambios importantes en la pro­ bien no fue tan severa como en otros
ducción y en el quantum exportado; países de América Latina, cambiaría
ello explica la importancia del estudio el curso de la economía en los años
de la evolución de dicha variable. posteriores.

Bibliografía

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THORP R. (ed.) Latín America in the 1930s. The role of the periphery in world crisis. London,
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Capítulo 5 115

La economía entre 1930 y 1945


Jesús Antonio Bejarano Ávila

Introducción________________

D urante los años que transcurren


entre la gran crisis y el final de
la segunda guerra mundial, el com­
portamiento de la economía colombia­
na puede subdividirse en dos períodos
más o menos definidos: el que cubre
el decenio 1930-1939, años en los cua­
les el país experimenta no sólo un cre­
cimiento exitoso impulsado en buena
parte por el dinamismo de la industria,
sino que concentra las transformacio­
nes sociales e institucionales que se
gestan —tímidamente por cierto—
desde los comienzos del gobierno de
Enrique Olaya Herrera y que se acen­ el cuatrienio anterior, sino también en El presidente
Enrique Olaya Herrera
túan y consolidan durante el cuatrie­ el dinamismo de las transformaciones y el banquero
nio del gobierno de Alfonso López económicas precipitadas por la gran norteamericano
Pumarejo. Por el contrario, en los depresión. Thomas T. Lee,
años que corren entre 1939 y 1945, La crisis, por otra parte, permitió el en Bogotá,
asediado por las vicisitudes de la se­ diseño de instrumentos de política marzo de 1931.
gunda guerra mundial, el país se es­ económica especialmente en los as­
tanca en lo económico, al tiempo que pectos arancelarios, monetarios y de
las transformaciones sociales parecen gasto público, que siguieron utilizán­
dar marcha atrás. La «pausa» del go­ dose con alguna eficacia en los años si­
bierno de Eduardo Santos es en rigor guientes para promover el desarrollo
no sólo una pausa de los avances po­ económico dentro del marco de una
líticos y sociales conseguidos durante más amplia intervención del Estado,
116 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

estimulada sin duda por la gran depre­ y sostenida. De un lado, la severidad


sión, pero también por las transfor­ misma de la crisis fue mucho menor
maciones políticas que caracterizaron que en otros países del continente; en­
la «República Liberal», como se de­ tre 1929 y 1933 el Producto Interno
nominó a la hegemonía política de Bruto real creció en total 9.9 %, en
este período. Si intentásemos seleccio­ contraste con Argentina (—9.7 %)
nar los procesos más importantes ocu­ México (-10.3 %), Chile (-36.9 %)
rridos en lo económico durante estos o Brasil (2.6 %), en estos mismos
años, habría que señalar, de una par­ años. De otro lado, la duración del pe­
te, la consolidación de la industria ríodo crítico no parece haber sido tan
como el sector dinámico del conjunto acentuada, como sí ocurrió en otros
de la economía; de otra, la ampliación países.
del ámbito de intervención del Estado De hecho, si bien el producto cayó
y el diseño y aplicación de instrumen­ en 2.4 % entre 1929 y 1931, aun así
tos de política económica de mayor al­ logró mantenerse por encima de los
cance que los disponibles en los años niveles alcanzados en 1928, gracias al
anteriores a la crisis y, finalmente, los buen desempeño del sector agrícola,
empeños —a la postre infructuosos— al crecimiento de las exportaciones de
por acomodar la sociedad rural a las café y oro, y al impacto de la reforma
nuevas realidades de una economía en arancelaria expedida en 1931, que no
tránsito hacia la industrialización, em­ sólo protegió algunos sectores manu­
peños que se cristalizaron jurídica­ factureros, sino que estimuló la pro­
mente en la ley 200 de 1936. ducción de alimentos sustitutivos de
importaciones como azúcar, arroz o
El crecimiento económico cacao.
A partir de 1931, la demanda inter­
A diferencia de la mayoría de los paí­ na comenzará a recuperarse en forma
ses latinoamericanos, la recuperación rápida, alcanzando un ritmo anual del
de la economía colombiana durante 8.2 % y un crecimiento del PIB del
los años inmediatamente posteriores a 6.2 % entre 1931 y 1934. Durante el
la gran crisis fue relativamente rápida resto de la década, el crecimiento eco-

Llegada a Bogotá
de la misión financiera
norteamericana,
o misión Kemmerer,
agosto de 1931:
William E. Dunn,
Joseph T. Byrne,
W. E. Logerquist,
V. W. Renwicz,
J. G. Schaefer,
K. M. Williamson.
Capítulo 5
117

Crecimiento económico de algunos países de América Latina. 1929-1939 Cuadro 1


Producto Producto Producto Interno Producción
doméstico manufacturero Bruto real al costo de manufacturera real al
Bruto real al real al costo factores (cambios costo de factores
costo de de factores porcentuales totales) (cambios totales en
Países factores (porcentaje de porcentajes)
(porcentaje cambio
promedio promedio
anual de anual)
cambio)
1929-1939 1929-1933 1929-1933 1933-1939 1929-1933 1933-1939

Argentina 1.6 3.1 -9.7 29.2 -6.5 44.7


Brasil 3.0 5.0 2.6 31.6 1.3 60.4
Chile 0 3.3 -36.9 -50.6 -6.4 37.7
Colombia 3.8 8.8 9.9 31.6 24.8 86.0
Honduras -1.0 1.4 -8.6 -2.0 -13.2 32.5

México 2.1 4.3 -10.3 37.2 -7.9 65.3

Paraguay n.a n.a n.a n.a n.a n.a

Ecuador n.a n.a n.a n.a n.a n.a

Uruguay 1.0 5.2 n.a n.a n.a n.a

Venezuela n.a n.a n.a n.a n.a n.a


n.a = Sin dato

Fuente: CARLOS F. DÍAZ-ALEJANDRO, Notas sobre la historia económica de América Latina, 1929-1950 (Cuadros II, IV,
III, V). En Ensayos sobre historia económica colombiana, Fedesarrollo, s.f.

nómico tendrá mayor lentitud y se Por el contrario, entre 1939 y 1944


apoyará sobre todo en la expansión el ingreso bruto por habitante crecerá
del sector industrial que saldrá forta­ apenas al 1.2 % promedio anual y, si
lecido de la crisis. en 1939 el producto per cápita se si­
Mirando en conjunto, el desarrollo tuaba en 332 dólares (de 1970), para
colombiano durante los años treinta 1944 había bajado a 330 dólares y
será sin duda uno de los más exitosos en 1945 apenas si llegaba a 338 dóla­
de América Latina (cuadro 1). Entre res. La guerra, sin duda, tuvo efectos
1929 y 1939, el país creció a una tasa gravosos sobre el ritmo general de la
promedio anual de 3.8 %; la produc­ economía, haciendo bajar la tasa de
ción manufacturera al 8.8 % en el mis­ crecimiento anual de 2.2 % en 1940 a
mo período (una de las más rápidas de 1.7 %, 0.2 % y 0.4 % en 1941,1942 y
América Latina), y el ingreso bruto 1943 respectivamente, comenzándose
por habitante al 2 % anual en 1930-38.
el inicio de la recuperación en 1944,
118 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

cual el producto apenas se aumentó en


Cuadro 2 un 36.9 %. La agricultura en su con­
junto, por el contrario, experimentó
en ambos períodos aumentos realmen­
te modestos.
Por otra parte, para 1930 la contri­
Crecimiento de los principales sectores de la bución de este último sector al pro­
economía. 1930-1945 ducto bruto total representaba el
(Incremento porcentual total del producto) 71.3 %, descendiendo en 1939 al
48.1 % y en 1945 al 47 % mientras la
industria pasaba a representar el
8.4 %, 11.4 % y 13.4 % respectiva­
1930-1939 1939-1945 1930-1945 mente en esos mismos años. Lo que
significa un acelerado cambio en la es­
tructura económica en un período re­
lativamente corto.
Total 84.2 16.8 115.2 De igual importancia resultan los
cambios en la localización poblacio-
Agricultura 24.5 14.0 41.9 nal. Es cierto que es entre 1920 y 1930
cuando se experimentan los mayores
Industria 149.5 36.9 241.7 ritmos de urbanización y de incremen­
to poblacional en actividades urbanas.
Comercio, Entre 1930 y 1945 estos ritmos conti­
finanzas núan aunque menos acentuados. Du­
y servicios 110.0 -4.4 101.6 rante este período la población urbana
pasó del 26 % a 34 % del total y la ru­
Construcción 166.6 59.0 228.6 ral del 74 % a 66 %. Por otra parte,
la población asentada en las cuatro
Transporte 102.9 44.4 192.9 principales ciudades pasó de 528.000
habitantes en 1930 a 1.016.000 en
1945, lo que representa un incremento
del 92 % durante el período. Pero qui­
Fuente: Con base en CEP AL, El desarrollo económico de Colombia zás el hecho más destacado es que,
(Anexo estadístico), Análisis y Proyecciones del Desarrollo
Económico, Cuadro 1, sin fecha. mientras la población activa total del
país aumentó en este lapso un 33 %,
la empleada en manufacturas lo hizo
en un 65 % en tanto que en la agri­
cultura el incremento fue sólo de
abriéndose paso, a partir de este año, 20.5 %; así, la manufactura pasó de
un acelerado crecimiento que se man­
tendría durante el decenio de posgue­ absorber el 4.2 % de la población ac­
rra. El dinamismo de los sectores eco­ tiva total en 1930 al 5.2 % en 1945,
nómicos no fue por supuesto unifor­ mientras en la agricultura el cambio
me. Como se observa en el cuadro 2, fue de 66.1 % a 60 % en este mismo
entre 1930 y 1945 el producto bruto to­ período. Las modificaciones en la es­
tal se incrementó en un 115.2 %, sien­ tructura económica, expresadas en un
do especialmente significativo el au­ aumento de la participación industrial
mento en el sector industrial (241.7 %) y de la población localizada en activi­
y en sectores como transporte y cons­ dades urbanas conllevaba, es obvio,
trucción; en contraste, la agricultura demandas sociales y políticas que de­
apenas aumentó su producto en un bían ser satisfechas por un Estado que
41.9 %. Por supuesto, este crecimien­ hasta entonces escasamente iniciaba
to del sector industrial fue mucho más su modernización y que debía encarar
pronunciado (149.5 %) entre 1930-1939 tanto la transición hacia una economía
que en el quinquenio siguiente, en el industrial, cuya necesidad había sido
Capítulo 5
119

evidenciada por la crisis, como las pro­ dustrial durante este período se tradu­
pias instituciones estatales y el papel jeran en un crecimiento aún más ace­
que competía al Estado en el ordena­ lerado y circunscribió los aumentos a
miento económico y social exigido por producciones ya iniciadas en el país, sin
el nuevo entorno de las demandas ur­ registrarse la aparición de nuevas líneas
banas y rurales. importantes de producción».
En rigor, los sectores industriales
La industrialización que más rápidamente expandieron su
producción fueron los de consumo co­ "El hombre sin miedo",
Poca duda cabe sobre que el impulso rriente (alimentos, bebidas, tabaco, caricatura de
al crecimiento económico provino fun­ Alfredo Díaz en la
textiles, entre otros) mientras que los portada de "Fantoches",
damentalmente de la expansión indus­ sectores de bienes intermedios aumen­ agosto 22 de 1931.
trial, especialmente vigorosa durante taron mucho más lentamente. Este El ministro de
los años 1933-1939, período en el cual comportamiento se explica, de un Hacienda y Crédito
la producción industrial logró casi du­ lado, por el hecho de que en gran me­ Público, Jesús M.
plicarse, sosteniendo un ritmo de cre­ Marulanda, sobre el
dida la industria apoyó su expansión dragón del monopolio,
cimiento promedio anual de 10.8 %, sobre los mercados ampliados consi- ataca al pueblo.
ritmo sin duda excepcional no sólo
respecto de las tendencias anteriores
(3 % entre 1925 y 1930) sino respecto
del contexto latinoamericano. Por el
contrario, entre 1939 y 1945 la tasa de
crecimiento industrial fue sólo de
6 %, no sólo sensiblemente inferior a
la del período precedente, sino a la
mostrada por otros países latinoame­
ricanos en esos mismos años.
Será necesario, sin embargo, pon­
derar la significación de aquellas ci­
fras. Refiriéndose al crecimiento in­
dustrial de los años que siguieron a la
gran depresión, la CEPAL anota que
«aunque este ritmo de aumento es im­
presionante en sí mismo, debe tenerse
en cuenta el bajo nivel inicial y la con­
siderable influencia que podían así
ejercer expansiones que en términos
absolutos no aparecerían tan exage­
radas. Por otra parte, la diversifica­
ción de la producción industrial era
muy reducida, con alto predominio de
las industrias alimenticias —represen­
tadas por transformaciones muy ele­
mentales de productos agropecua­
rios— y del tabaco, y escasa signifi­
cación de las industrias textiles, de
bebidas, cuero y sus manufacturas
y cemento, mientras las industrias quí­
micas —con excepción de jabón, velas
y fósforos— y las mecánicas y meta­
lúrgicas no existían prácticamente. Esta
poca diversificación de la capacidad
productiva de la industria impidió que
los incentivos ofrecidos al desarrollo in­
120 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

un 16.38 %, los textiles con un


25.55 % y confecciones y calzado con
un 13.26 % de modo que estos cuatro
subsectores aportaron un 68.4 % del
total del crecimiento en estos años;
por supuesto, además de la expansión
de la demanda interna, contribuyó
también la política económica a esti­
mular el desarrollo de estos sectores.
La reforma arancelaria de 1931 buscó
en forma explícita, no ya aumentar los
ingresos fiscales (propósito principal
de las reformas anteriores), sino au­
mentar la competitividad de la indus­
tria nacional frente a los productos im­
portados; aun cuando, como se verá,
la efectividad proteccionista del aran­
cel fue temporal, representó en todo
casó un estímulo, especialmente para
la expansión del sector textil. Por otra
parte, en 1932 y 1935 se efectuaron de­
valuaciones sustanciales, las que, jun­
tamente con el control directo a las
importaciones, constituyeron barreras
proteccionistas que crearon un am­
biente favorable para la industria.
Además, como advierte José Antonio
Ocampo, en términos de la capacidad
del país para importar, ciertamente la
situación mejoró a partir de 1933:
«Las importaciones recuperaron a fi­
nes de la década de los treinta los ni­
veles excepcionales de 1925-1929.
Después de 1933 la política económica
reversó las escasas divisas disponibles
para la importación de bienes en vez
del pago de los servicios de capital y
logró además un cambio importante
Cartel publicitario derablemente en la década anterior a en la política de importaciones. En
de la Compañía través de las inversiones en obras pú­ efecto, la participación de los alimen­
Colombiana de Tabaco. blicas y del notable desarrollo cafete­
De las 4 467 empresas tos y los textiles —dos de los ejes cen­
manufactureras que ro. De otro lado, también durante los trales de la política de sustitución—
existían en 1939 años veinte se había acentuado, en disminuyó de 41.7 % en 1925-29 a
en el país, 1 181 forma por cierto excepcional, la ur­ 25.8 % en 1935-39 y a 16.9 % en 1940­
estaban dedicadas banización, lo que por supuesto crea­
a producir 44. De esta manera, los sectores ca­
bienes de consumo.
ba significativas fuentes de demanda pital-intensivos dispusieron de sufi­
por los bienes de consumo corriente. cientes divisas para financiar la expan­
En cierto modo, la industria continuó sión de la capacidad productiva y las
un patrón de desarrollo iniciado a me­ importaciones de bienes intermedios
diados de los años veinte y cuyo so­ necesarios para su producción.»
porte fue la expansión de la demanda
interna. En efecto, entre 1930 y 1945, Ciertamente, aunque la eficiencia
el subsector de alimentos contribuyó de la política proteccionista en los
con un 13.22 % al crecimiento indus­ años que siguieron a la crisis es ma­
trial total del período, las bebidas con teria de controversia entre los histo-
Capítulo 5 121

Planta de ácido
sulfúrico de la
compañía Química
Industrial Quin S.A.
de Cali.
En la década de los
años 30 se produjo
un resurgimiento
industrial:
un 62.8 % de las
empresas existentes
en 1939 fueron
creadas en ese
decenio.

riadores de la economía, poca duda menos, y sólo 66 de más de cien per­


cabe que ella creó, juntamente con la sonas ocupadas. Además, entre 1930 y
expansión de la demanda, un ambien­ 1939 el capital de las empresas ma­
te favorable para las actividades em­ nufactureras aumentó en sólo 134 mi­
presariales en el sector industrial, es­ llones de pesos, lo que representa un
pecialmente en los pequeños estable­ 43.1 % de aumento, mientras que
cimientos. Hacia 1939 existían en el el número de empresas creció en
país 4.467 empresas manufactureras, 168.7 %, lo que sugiere que los esta­
128 creadas antes de 1900, 725 entre blecimientos fundados durante el de­
1900 y 1920, 809 entre 1920 y 1930, y cenio debieron ser, en promedio, pe­
2.805 entre 1930 y 1939, lo que equi­ queños, mientras que las empresas
vale a que el 62.8 % de las empresas mayores, o bien intensificaban la uti­
existentes en 1939 fueron creadas en lización de capacidad instalada adqui­
esta década, especialmente entre 1935 rida antes de la crisis, o bien la am­
y 1939, período en el cual se fundaron pliaban gracias a la holgura en la dis­
1.764 empresas manufactureras. ponibilidad de divisas y a un mayor rit­
Por supuesto, el sector más favore­ mo de capitalización interna.
cido fue el de los bienes de consumo. No puede desdeñarse, por otra par­
Del total de empresas creadas en esta te, el papel desempeñado por la cons­
década, 1.861 correspondían a bienes titución de sociedades anónimas des­
de consumo, 681 a materias primas, pués de 1931-32 en el resurgimiento
200 a bienes de capital (metal-mecá­ industrial de ese decenio. Gabriel Po-
nicas) y 63 eran industrias diversas. Ya veda Ramos anota a este respecto
se ha señalado que la diversificación que, para comienzos de los años trein­
industrial fue pequeña, como peque­ ta, «esta forma empresarial era muy
ños debieron ser los establecimientos. poco conocida y, a pesar de que había
En 1937, un estudio de la Contraloría ya entonces algunas normas legales
General de la República informaba para su funcionamiento, no existían en
Que existían 839 establecimientos in­ escala apreciable en ninguno de los
dustriales de alguna importancia, de sectores de nuestra incipiente organi­
los cuales 434 eran de diez personas y zación económica. Gracias a la socie-
122 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

dad anónima, se pudo acopiar los


cuantiosos recursos financieros reque­
ridos para industrializar al país en mo­
mentos en que aún se hacían sentir los
efectos de la gran depresión y cuando
el número de ahorradores era extre­
madamente pequeño. Esta institución
popularizó la inversión industrial y asi­
miló el ahorro atrayendo hacia la in­
dustria multitud de pequeñas sumas
que consolidaron el crecimiento in­
dustrial. De no haber sido por este es­
fuerzo, el sector fabril no hubiera po­
dido recuperarse de los duros reveses
financieros que lo descapitalizaron en­
tre 1930 y 1933».
De hecho, la inversión en la indus­
tria, que en 1932 alcanzaba apenas los
20 millones de pesos (a precios de
1950), llegaba a 109 millones en 1938.
De igual modo, el capital existente en
la industria, que en 1932 alcanzaba los
1.132 millones de pesos (de 1950), as­
cendió a 1.368 millones en 1940, per­
maneciendo alrededor de esta cifra
durante la guerra. Una gran parte de
estos esfuerzos de financiamiento se
cumplieron a través de las sociedades
anónimas, como lo indica el desarrollo
de la actividad del mercado de accio­
nes en la Bolsa. Medido en precios
constantes de 1950, el valor de las
transacciones, que en 1932 fue tan
Darío Echandía sólo de 4.6 millones de pesos, se vi­
y el presidente gorizó hasta llegar a un valor de 55.5
Alfonso López millones en 1939, es decir, aumentan­
Pumarejo en la do más de diez veces en términos rea­
inauguración de la
Bolsa de Bogotá,
les en tan sólo siete años.
enero de 1935. Habría que destacar también el no­
table empeño de la industria textil, sin
duda el sector más dinámico y que en
buena parte explica los ritmos de cre­
cimiento industrial durante los años
treinta. Es cierto que la mayoría de las
empresas textiles estaban ya estable­
cidas a fines del decenio de los años
veinte. Sin embargo, y como conse­
cuencia de la crisis de 1930, el lideraz­
go de la industria textil se concentró
en Antioquia, y empresas como Col-
Edificio de la
Bolsa de Bogotá tejer y Fabricato emprendieron desde
en la avenida 1932-33 importantes ensanches, alcan­
Jiménez, dibujo zando tasas de crecimiento excepcio­
de 1945. nales. La producción de tejidos de al-
Capítulo 5
123

El ministro de
gobierno Darío
Echandía con el
embajador de Alemania
y miembros de la
misión comercial
de ese país,
que visitó a
Colombia en
enero de 1935.

godón creció al 20 % anual entre 1932 la guerra y hasta 1944 el ritmo general
y 1939 y al 16.7 % anual entre 1939 y de crecimiento de la economía y del
1947, es decir, a un ritmo dos veces sector manufacturero se resienten y
mayor que el conjunto de la industria aun el del propio sector textil, el cual,
manufacturera; según David Chu, la no obstante, sostiene el crecimiento
expansión de la industria textil contri­ global de la economía y de la manu­
buyó en un 56 % al crecimiento ma­ factura. En efecto, las privaciones im­
nufacturero total entre 1927 y 1939, y puestas por la guerra obligaron a la in­
a un 67 % de ese crecimiento entre dustria, hacia 1940, a restringir sustan­
1939 y 1945. cialmente su actividad, especialmente
Los efectos de la expansión textil en los sectores altamente dependien­
sobre la vida económica nacional son, tes de los insumos importados.
por lo demás, evidentes. Luis Eduar­ Aunque la capacidad para importar
do Nieto Arteta estimaba que hacia se mantuvo en niveles apenas ligera­
1938 el valor de la producción en esa mente inferiores a los de los años
industria representaba un 18.66 % del treinta, las importaciones efectivas se
total de la producción nacional, el per­ redujeron incluso por debajo de los
sonal ocupado representaba el 35 % coeficientes de 1930. De hecho, en
del proletariado nacional, los salarios este último año las importaciones de
pagados el 27.66 % del valor total de bienes llegaron a 327,2 millones de pe­
salarios, el capital variable y constante sos (de 1950), mientras que en 1942
invertido en la producción textil re­ apenas fueron de 249,8 millones.
presentaba el 22 % del capital total Por otra parte, si para 1930 las im­
aplicado a las industrias nacionales, de portaciones totales eran el 18.2 % del
modo que, parafraseando la opinión producto, para 1942 eran el 8.7 %, co­
de don Luis Ospina Vásquez, por bijando este descenso a todos los ru­
aquellos años hablar de la industria bros de bienes. Así, sobre el total de
nacional era, en rigor, hablar de la in­ bienes de consumo disponibles, las im­
dustria textil. portaciones pasaron de 8.4 % en 1930
Pese a la disminución del crecimien­ a 2.2 % en 1942; en maquinaria y
to industrial en el quinquenio siguien­ equipo las importaciones representa­
te, los logros en la diversificación de ban en 1930 el 14.5 % de la inversión
la industria no son despreciables. Ya bruta y en 1942 apenas el 4.9 %; así,
se ha señalado que durante los años de más que una contracción de la capa­
124 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

cidad para importar, la guerra provo­ en bienes intermedios y de capital. De


có un severo traumatismo en los trans­ hecho, en 1945 existían 1.940 empre­
portes, que impidió gastar las divisas sas productoras de materias primas,
en importaciones, produciéndose así de las cuales 853 (el 44 %) fueron
la paradoja de un freno a la actividad creadas durante los años de la guerra
económica provocado por las dificul­ y 546 en el sector productor de bienes
tades para importar y una notable acu­ de capital, de las cuales 248 (el
mulación de divisas gracias a las cuales 45.4 %) fueron creadas en esos mis­
el país iniciaría su acelerada expansión mos años. Se instalaron así las pri­
una vez finalizada la contienda bélica. meras fábricas de rayón, de ácido sul­
Paradójicamente también, las difi­ fúrico, de manufacturas de aluminio,
cultades provocadas por la guerra para de curtientes, de ácido clorhídrico, de
proveerse de bienes de capital y ma­ hilazas de lana, de productos de as­
terias primas crearon, según Poveda besto, cemento, llantas, etc.
Ramos, «las condiciones para empren­ Visto en conjunto, entre 1930 y
der otra fase de desarrollo orientada 1945 la industrialización del país logró
principalmente a sustituir importacio­ avances de importancia en cuanto a la
nes esenciales, fase que se cumplió du­ ampliación de su base productiva y,
rante los años del conflicto, iniciando aunque todavía con poca diversifica­
ya la incorporación de capitales ex­ ción, consiguió cubrir una más amplia
tranjeros, aunque todavía en muy pe­ gama de bienes que antes se satisfa­
queña escala». En efecto, entre 1940 cían con importaciones. Apoyada en
y 1945 se crearon 3.445 empresas (que el crecimiento de la demanda interna,
representan un poco más de la mitad en una política encaminada a sustituir
de las empresas existentes en 1945, las importaciones, en una mayor capita­
cuales, según el censo de ese año, as­ lización y en condiciones más favora­
cendían a 7.843) concentradas espe­ bles para importar bienes de equipo y
cialmente en bienes de consumo productos intermedios, en el decenio
(2.246), pero con un avance notable posterior a la crisis la industria colom-

Instalaciones de
Cementos del Caribe,
en Barranquilla,
a fines de los años 40.
En 1945 existían en
el país 7 843 empresas,
de las cuales 3 445
habían sido creadas
en los últimos 5 años.
Capítulo 5
125

biana fue capaz de desplazar en buena


medida los productos importados y de
satisfacer con producción nacional
gran parte de la demanda de manu­
facturas. Con el fortalecimiento del
entable industrial de estos años y la
acumulación forzosa de divisas propi­
ciada por la guerra, el país quedaba
preparado para emprender, en escala
más amplia y vigorosa, un crecimiento
industrial que se prolongaría durante
todo el período de posguerra.

El desarrollo agropecuario
Si se mira desde el punto de vista de
los volúmenes de producción, el de­
sempeño del sector agropecuario fue
apenas aceptable durante los años que
siguieron a la gran depresión. La pro­
pia crisis había provocado efectos be­
néficos sobre la agricultura, como
quiera que había obligado la revoca­
toria en 1931 de la ley de Emergencia
mediante la cual se permitió, desde
1927, la importación de alimentos; de
otro lado, el aumento de precios agrí­
colas y los efectos retardados de la po­
lítica de obras públicas en los años an­
teriores, así como condiciones clima­
tológicas favorables, contribuyeron a
que la agricultura fuera quizás el sec­
tor menos afectado durante los años
de crisis. Según la CEPAL, entre
1925-1929 y 1930-1934 la producción
agropecuaria se incrementó en un
15.1 %. Los mayores incrementos se
observaron en aumentos (44.1 %), el
café (28.4 %) y el ganado porcino
(23.7 %). Sin embargo, entre 1932 y cultivos de entonces (exceptuando ob­ Propaganda de
viamente el café) tuvieron incremen­ los cementos
1939 el PIB agrícola apenas aumentó tos de escasa significación, aunque co­ nacionales
al 2.9 % anual (frente al 10.6 % de la menzaba a ampliarse con rapidez el Titán y
manufactura y el 4.4 % del PIB total) cultivo de arroz y la caña de azúcar,
Diamante,
y entre 1939 y 1947 al 2.8 % anual años 40.
así como la producción de algodón.
(frente al 6.9 % de la manufactura y Por lo que hace a la producción pe­
el 3.5 % del total). cuaria, el crecimiento no parece haber
Por supuesto, el café tuvo un buen sido excepcional. El ganado vacuno
desempeño durante este período. En­ apenas aumentó un total de 19.8 %
tre 1930 y 1944 la producción cafetera entre 1930-34 y 1940-44, mientras el
aumentó en un 47 % y las hectáreas porcino lo hizo en 21.7 % durante el
cultivadas pasaron de 356.000 en 1935 mismo período. De una revisión de ci­
a 626.000 en 1946, es decir, en sólo fras sobre la evolución de diversos
once años el área plantada se expan­ productos, el informe de la CEPAL
dió en un 76 %; los más importantes concluía que si «se divide el período
126 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

predominantemente de pequeña pro­


piedad, mientras en las áreas donde
predominaba la hacienda lo hizo ape­
nas al 1.8 % (2.3 % entre 1936 y
1946), lentitud ésta que se asocia a la
crisis del sistema hacendarlo precipi­
tada por las luchas agrarias durante el
período 1925-1936 y que se concentran
fundamentalmente en aquellas zonas
donde predominaba el sistema de ha­
ciendas.
Por otra parte, comenzaba a ser evi­
dente una especialización regional de
la producción que se consolidaría du­
rante la posguerra. Así, para 1937­
1938 el Valle del Cauca producía más
del 80 % del azúcar nacional (las otras
regiones productoras eran Bolívar y
Cundinamarca), Bolívar producía jun­
Propaganda del Banco histórico en etapas parciales, se ve que to con el Valle más del 50 % del arroz
Cafetero con su sede en el decenio 1925-1934 la producción (el cual, por otra parte, comenzó a
del edificio creció más rápidamente que la pobla­ cultivarse desde 1935 en el Tolima en
Pedro A. López ción [...] En los dos quinquenios si­ la región de Armero), al tiempo que
en Bogotá. Aunque los departamentos de la Costa Atlán­
la expansión guientes (1935-1944), la producción
cafetera conservó agropecuaria crece prácticamente al tica concentraban más del 80 % de la
en esencia las mismo ritmo que la población, man­ producción de algodón (que empezó
características teniéndose estables las disponibilida­ por estos años a cultivarse también en
de los años 20, des por habitante». el Tolima y en la olla del río Suárez).
los aumentos de
producción se Pero si el desempeño agregado de la Pero quizás el hecho más destacable
efectuaron más producción fue precario, lo mismo que en el desarrollo agropecuario entre
en las parcelas el de los principales cultivos, en la es­ 1930 y 1945 se refiere a las innovacio­
(8.1 % entre 1936 tructura misma de la producción agrí­ nes que comenzaron a introducirse
y 1946) que en las
haciendas (2.3 % cola se estaban experimentando cam­ por primera vez con alguna amplitud
en el mismo bios que, aunque imperceptibles y len­ en la agricultura y la ganadería, las
período). tos, serían en todo caso de alguna im­ que prácticamente no habían experi­
portancia para la evolución de la agri­ mentado transformaciones técnicas
cultura, especialmente durante el hasta entonces. En cuanto a la gana­
período de posguerra. De hecho, en­ dería, hacia 1938 y después de una ab­
tre 1932 y 1944 se produjeron modi­ surda prohibición del gobierno de
ficaciones que, si bien no alteraron Olaya Herrera para importar ganado
sustantivamente el régimen producti­ cebú, comenzó a traerse esta raza di­
vo, constituyen un avance, al menos fundiéndose rápidamente en lo que
respecto de la situación prevaleciente Alirio Gómez Picón denominó la «re­
en los años anteriores a la crisis. volución del cebú». Fue igualmente
De una parte, aunque la expansión rápida después de 1928, pero espe­
cafetera conservó en esencia las mis­ cialmente después de 1932, la difusión
mas características de los años veinte, de otros tipos de ganado vacuno como
los aumentos de producción corrieron el holstein y el normando en las tierras
por cuenta de la producción parcelaria frías, especialmente la Sabana de Bo­
aun en aquellas regiones como Cun- gotá, constatándose ya para comien­
dinamarca, Tolima y los Santanderes. zos de los años cincuenta la notable
De hecho, la producción cafetera cre­ expansión de estas razas. Se introdu­
ció a un 6 % anual entre 1932 y 1943 jeron igualmente algunos pastos, pero
(8.1 % entre 1936 y 1946) en las áreas especialmente el kikuyo, cuya implan-
Capítulo 5
127

tación a fines de los años veinte, y su estímulo de la producción agrícola; los


rápida difusión durante los treinta, es propósitos del consejo, creado en di­
sin duda uno de los hechos más im­ ciembre de 1931, eran, entre otros,
portantes en materia ganadera. promover la investigación, la enseñan­
En cuanto a las técnicas agrícolas, si za y la extensión agrícolas, crear ins­
bien los niveles de mecanización no se titutos de agricultura en las principales
alteraron sustantivamente, se registra­ regiones del país y adquirir maquina­
ron algunos avances de importancia ria que sería alquilada a los agricul­
sobre todo en el Valle, Tolima y Cun- tores a bajos precios. Nuevamente en
dinamarca (de los 3.821 tractores exis­ 1938 se estableció un programa de ex­
tentes en 1938 la mitad se hallaba en pansión agrícola y conservación de los
esos departamentos). En los cultivos recursos, programa que buscaba la au­
de la caña de azúcar, en el algodón y tosuficiencia agrícola en alimentos,
aun en algunos cultivos de trigo de la principalmente maíz, arroz, azúcar,
Sabana de Bogotá se introdujo la me­ papa y ganado vacuno y el estímulo a
canización en forma amplia. los cultivos tropicales a través de la
La política agrícola, por otra parte, asistencia técnica provista por el go­
comienza a apuntar al estímulo directo bierno. En 1940 se inician, a través de
de los cultivos. Sin duda, hasta fines la Caja de Crédito Agrario Industrial
de los años veinte los esfuerzos por y Minero, esfuerzos por capitalizar el
promover la agricultura se habían campo mediante nuevas formas de
identificado con el manejo de las ta­ crédito y participación de la banca co­
rifas y con una débil política de cré­ mercial, crédito hipotecario y progra­
dito, por lo demás iniciada sólo hasta mas de inversión pública. Como re­
1924; sin embargo, desde 1931 co­ sultado de estas políticas, se crean las
mienzan a desarrollarse a través de la granjas experimentales, se amplía no­
creación del Consejo Nacional de toriamente el crédito rural, se inician
Agricultura planes para la expansión y algunos proyectos de irrigación y de-

El ministro de
Agricultura Jorge
Gartner inspecciona
una granja agrícola
estatal, en 1935.
En la época,
ya comenzaba a
ser evidente
una especialización
regional de la
producción agrícola,
que se consolidaría
en la posguerra.
128 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

secación de tierras, en fin, diversos es­ tal de importaciones agropecuarias al


tímulos para la incorporación de nue­ 52.7 % entre 1937 y 1944, mientras las
vas técnicas a la actividad agrícola. de alimentos pasaron del 63.3 % al
De igual modo, la protección a la 37.3 % en el mismo período.
agricultura se fortaleció desde 1931 En rigor, el desfase entre la produc­
con la reforma arancelaria de ese año. ción agrícola y los requerimientos del
A lo largo de la década de los treinta, consumo interno crecientemente am­
los aranceles de alimentos y materias pliado por la expansión industrial y
permanecieron relativamente altos, por la urbanización, desfase que se ex­
especialmente el arroz y el trigo, no presó en un sensible crecimiento de
obstante lo cual las importaciones de los precios desde 1934, testimoniaban
algunos productos siguieron siendo a su turno la decadencia de la inver­
elevadas. De hecho, para 1938 se im­ sión agrícola, que se prolongó prácti­
portaba el 43.5 % del total de algodón camente hasta fines de los años cua­
consumido, el 83.4 % de la copra, el renta. De acuerdo con la información
14.2 % del arroz, el 21.8 % del azúcar de la CEPAL, el capital existente en
refinado y el 22.1 % del cacao, lo cual maquinaria y equipo en la agricultura,
mostraba el grado de insensibilidad de que había venido aumentando siste­
la agricultura no sólo para responder máticamente desde 1925 hasta colo­
a las crecientes demandas industriales carse en 131 millones de pesos (de
sino a las demandas alimenticias de los 1950) en 1930, comenzó a descender
sectores urbanos. De hecho, entre en forma severa. Para 1939 llegaba a
1937 y 1945 las importaciones de ori­ 110 millones de pesos y en 1945 ape­
gen agropecuario se duplicaron, pero nas llegaba a 92 millones. La inversión
mientras que las de alimentos pasaron bruta (fija) en maquinaria y equipo
de 34 millones (de 1953) en 1937 a pasó de 21 millones de pesos en 1930
40.9 millones en 1945-49, las de ma­ a 8 millones (de 1950) en 1942, y en
terias primas (algodón, caucho, taba­ 1945 apenas había logrado llegar a la
co) pasaron de 12.2 millones a 43.6 mitad del nivel de 1930 situándose en
millones en el mismo lapso. Por otra 13 millones de pesos en 1945. La in­
parte, estas últimas importaciones pa­ versión pública buscó compensar a
saron de representar el 22.8 % del to­ través de obras de mejoramiento agrí-

El presidente
López Pumarejo
v su ministro de
Hacienda Jorge Soto
del Corral visitan
la Federación
Nacional de
Cafeteros, 1935.
Capítulo 5 129

Embarque de café de
exportación en el
puerto de Barranquilla,
1935. En este momento,
Colombia participaba
con un 20 % en las
exportaciones
mundiales del grano.

cola la caída en la inversión, de suerte de capital en zonas geográficas que


que la participación de la inversión pú­ contribuían en forma importante al to­
blica en la inversión total agrícola pasó tal de la producción agrícola y en las
de representar el 1 % en 1930 al 41 % cuales se evidenciaban los mayores ín­
en 1942, descendiendo luego hasta el dices de modernización. De hecho,
9.9 % en 1944 y a 4.6 % en 1945. Aun Cundinamarca y Tolima, escenario
así, la relación producto bruto-capital principal de los conflictos, contribuían
existente ni siquiera se modificó en la en 1937-38 con el 23.3 % del área cul­
agricultura, colocándose en 0.34 % en tivada (12 cultivos principales) del
1930 y en 0.33 % en 1945, mientras país, lo que de por sí da cuenta del im­
esa misma relación en la industria pa­ pacto de la agitación rural sobre el de­
saba de 0.21 a 0.56. Si bien durante la sempeño de la producción y la inver­
guerra las dificultades para importar sión en la agricultura.
bienes de capital pudieron afectar el Así pues, entre 1931 y 1945, si bien
equipamiento agrícola, entre 1930 y desde el Estado se buscaba impulsar la
1939 tales dificultades fueron meno­ modernización agrícola a través no
res, no obstante lo cual la caída en sólo del incremento en las inversiones
las inversiones fue igualmente pronun­ públicas y del diseño de políticas de
ciada. estímulo a la producción que iban des­
No debe olvidarse que desde co­ de la protección arancelaria hasta la
mienzos de los años treinta se recru­ difusión de la técnica, y si bien estos
dece el malestar campesino (iniciado a esfuerzos acabaron generando algunos
mediados de los años veinte), espe­ resultados parciales tanto técnicos
cialmente en Cundinamarca y Tolima, como en la introducción de nuevos
malestar que acabó movilizando con­ cultivos, el hecho es que, en conjunto,
tingentes apreciables de fuerza de tra­ al menos entre 1934 y 1944, la agri­
bajo, invadiendo propiedades y disol­ cultura colombiana evidenció una ri­
viendo el régimen de haciendas que gidez en nada compatible con los
predominaba en estas regiones, lo cual esfuerzos que se hacían por desarro­
sin duda debió afectar las inversiones llarla.
130 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

El lento desempeño de la produc­ aparcerías, como quiera que los tra­


ción y el deterioro de las inversiones y bajadores en esta situación se hacían
del capital físico no son, por supuesto, pasar por colonos para amenazar las
ajenos al curso de la legislación agra­ propiedades. No menos frecuente fue
ria que —desde los debates que ante­ la reducción del área bajo cultivo para
cedieron a la ley 200 de 1936 hasta la eludir conflictos con los arrendatarios.
expedición de la ley 100 de 1944— Todo ello debió afectar fundamental­
apuntó a adecuar la utilización pro­ mente la oferta de productos agrope­
ductiva del suelo a los requerimientos cuarios, especialmente alimentos, los
del desarrollo industrial y urbano so­ que debieron importarse en forma cre­
metidos a un crónico desfase respecto ciente desde 1937, situación que se
del suministro de materias primas y de hizo más crítica aún durante la guerra.
bienes alimenticios. Como respuesta a esta situación defi­
En realidad, la ley 200 buscaba no citaria, pero también como reconoci­
sólo atenuar el clima de conflictos ru­ miento de la marcha atrás en los al­
rales que se venían extendiendo desde cances de la ley 200, se expidió la ley
mediados de los años veinte y que se 100 de 1944 o ley de aparcería, la cual,
recrudecieron después de la crisis, al tiempo que buscaba reanimar esta
proporcionando al Estado un argu­ forma de trabajo, acababa protegien­
mento jurídico para mediar en los con­ do a las haciendas de posibles extin­
flictos por la tierra, sino también cla­ ciones de dominio.
rificar los ambiguos derechos de pro­ De hecho, la ley 100 consagró las
piedad que subsistían en varias regio­ aparcerías como «de utilidad pública»,
nes del país, y además forzar a los pro­ lo que, además de que reanimaba la
pietarios latifundistas, a través de la producción alimenticia dentro del ám­
presunción de que eran baldíos los te­ bito de formas atrasadas de explota­
rrenos no explotados económicamen­ ción del trabajo en el interés de las ha­
te, a convertirse en empresarios capi­ ciendas, acababa protegiendo la pro­
talistas. La ambigüedad de la titula­ piedad al ampliar el plazo de extinción
ción, por otra parte, además de que de dominios incultos establecido por
propiciaba los conflictos, obstaculiza­ la ley 200, extendiéndolo, según la ley
ba de muchos modos la mejora de las 100, a quince años, siempre y cuando
explotaciones agropecuarias, princi­ se cubriera al menos una tercera parte
palmente por el hecho de que la in­ del predio en explotaciones en apar­
existencia o precariedad de los títulos cería. Con ello se cancelaban defini­
impedía el acceso a los recursos de tivamente las amenazas que por la vía
crédito a través de los cuales el Estado jurídica se ejercían sobre la propie­
buscaba la modernización agrícola. dad, mejorando el clima para la in­
Cualquiera sea la opinión sobre los versión que empezaría a crecer sensi­
propósitos y alcances de la ley, el he­ blemente desde 1945.
cho es que ésta provocó no sólo una
beligerante oposición por parte de los El Estado
propietarios, sino un clima de incerti­
dumbre para las inversiones. Además, y la política económica_________ _
las reacciones de los terratenientes No deja de ser sorprendente para el
para eludir la ley, a la postre condu­ historiador el que la actividad del Es­
jeron a la expulsión de los colonos, tado en este período haya provocado
arrendatarios y aparceros en las zonas juicios tan apasionados en favor y en
donde los conflictos habían sido más contra —juicios en los que las consi­
intensos. Desde 1937, se registran lan­ deraciones ideológicas y políticas a
zamientos masivos en Cauca, Caldas, menudo se superponen a la objetivi­
Cundinamarca, Tolima, Antioquia y dad con que han de considerarse los
Bolívar. La ley, además, comenzó a hechos históricos— y que, sin embar­
reflejarse en una disminución de las go, sea tan insuficientemente estudia-
Capítulo 5
131

da en sus alcances reales y no sólo en


sus enunciados políticos o legislativos.
La evaluación del sentido de la polí­
tica económica y de las reformas im­
pone sin duda un distanciamiento de
las posturas puramente partidistas
—críticas o apologéticas— que han ca­
racterizado los análisis sobre este pe­
ríodo, ateniéndose a los hechos y a
las cifras más que a los entusiasmos
siempre fáciles pero a menudo
deleznables.
Los mecanismos diseñados para en­
frentar la depresión de 1930 anuncia­
ban ya una ampliación de las faculta­
des intervencionistas del Estado y un
mayor alcance de los instrumentos de
política económica que se irían pro­
gresivamente ensanchando en el trans­
curso de la República Liberal, al am­
paro no sólo de nuevas concepciones
sobre la función del Estado en la vida
económica y que se plasmaron en la
Reforma Constitucional de 1936, sino
de las presiones casi ininterrumpi­
das de las circunstancias externas y
que prácticamente forzaron lo que con
exactitud denominó Carlos Lleras
Restrepo como «gobiernos de defen­
sa». En efecto, el gobierno de Olaya Hacia 1934, don Esteban Jaramillo Banquete de lo Cámara
enunciaba así las justificaciones del in­ de Comercio
debió hacer frente a la crisis, la ad­ tervencionismo: «... El antiguo con­ Anglo-Colombiana
ministración de Alfonso López Pu- cepto económico se ha modificado en honor de Eduardo
marejo se inició todavía bajo los efec­ profundamente. El capitalismo de hoy Santos y Luis Tamayo
tos de la gran depresión, Eduardo (su futuro ministro
Santos vio sobrevenir la guerra euro­ en adelante continuará creciendo, de Gobierno y luego
pea cuando apenas había transcurrido
pero ya dentro de límites y conceptos ministro de Hacienda
que hasta ahora no había tenido. La de la segunda
un año de su gestión administrativa y tendencia intervencionista del Estado administración López),
la segunda administración de López se es ya un hecho indiscutible que se ha ofrecido en Londres
desarrolló por entero durante el con­ por Sir Hugh O'Neill,
flicto bélico. impuesto en el mundo, al mismo tiem­ febrero de. 1938.
po que la convicción de que el Estado Tamayo era entonces
No menos importante fue el contex­ tiene una misión social que cumplir. ministro de Colombia
Yo creo que el régimen capitalista en Gran Bretaña.
to de turbulencia social en el campo y
en la ciudad, que situaba las relaciones continuará pero con modificaciones
entre el capital y el trabajo en un clima que los tiempos mismos irán impo­
de conflicto y reclamaba por lo tanto niendo como ahora se han impuesto.»
respuestas del Estado colocado ahora Refiriéndose específicamente a la in­
en el papel de mediador de aquéllas tervención del Estado en Colombia
relaciones. De esta manera, las moti­ agregaba: «Creo muy difícil e incon­
vaciones del esquema político, la res­ veniente, después de iniciada esa ten­
puesta a las demandas sociales y las re­ dencia, abandonarla. No sé si ella de­
currentes presiones externas confor­ termina un nuevo régimen económico,
maron el marco en el cual habría de pero lo cierto es que se han demostra­
desenvolverse en esa época la inter­ do los beneficios del control y la vigi­
vención estatal. lancia del Estado sobre muchos cam-
132 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Cuadro 3

Colombia: Gastos e ingresos por habitante. 1930-1945.


(pesos de 1950)

Gastos Gastos Ingreso Ahorro


públicos públicos Inversión público
Años público
Totales Corrientes pública (2) (3) = (2) - (1)
(1)

1930 70.3 51.1 19.1 61.1 10.0


1931 73.2 56.7 16.5 63.2 6.5
1932 77.4 60.6 16.8 63.5 2.9
1933 78.8 59.2 19.6 60.5 1.3
1934 64.8 51.5 13.2 51.5 —

1935 58.8 42.5 16.3 55.9 13.4


1936 61.8 45.9 15.9 59.2 13.3
1937 64.9 45.6 19.3 62.6 17.0
1938 64.7 42.5 22.2 56.4 13.9
1939 70.1 44.6 25.5 59.4 14.8
1940 76.8 43.6 33.2 51.8 8.2
1941 70.5 43.2 27.4 61.3 18.1
1942 78.3 46.3 32.0 58.9 12.6
1943 71.0 40.8 30.3 57.8 17.0
1944 63.0 43.4 19.6 52.1 8.7
1945 61.1 43.7 17.4 53.4 9.7

Fuente: CEPAL, El desarrollo económico de Colombia Anexo estadís ico, Cuadro 58.

pos en que antes no se ejercía. Esa ac­ por todos los medios posibles, para
ción intervencionista será en unos ca­ cumplir su misión social, la elevación
sos de simple supervigilancia y en de los salarios del trabajador hasta ni­
otros buscará la reorganización del sis­ veles equitativos, la baja de los precios
tema que la exige. No puede desco­ y la reducción de las horas de trabajo
nocerse, por ejemplo, que hay indus­ al mismo tiempo que el mayor rendi­
trias que necesitan de una reglamen­ miento de la riqueza en explotación y
tación estricta, en forma parecida a la el aprovechamiento racional de lo que
adoptada por el presidente Roosevelt aún está intacto. La intervención del
con sus códigos de la NIRA. El Es­ Estado para conseguir esos reajustes
tado moderno está obligado a buscar se ejerce por los más diversos conduc-
Capítulo 5 133

tos. Este mismo movimiento de refla- mentar desde 1937 para detenerse du­
ción monetaria que estamos presen­ rante la guerra, mientras que —contra
ciando en Colombia, que ha contri­ lo que suele creerse— los gastos socia­
buido a la elevación de los precios y a les por habitante (salud y educación
la mayor elasticidad del crédito, cons­ particularmente) apenas si se modifi­
tituye una franca intervención del Es­ caron a lo largo del período, con un
tado para reanimar la economía.» crecimiento del 0.1 % anual entre
El intervencionismo, por lo pronto, 1930 y 1944. Por otra parte, los gastos
significaba dos cosas: una mayor pre­ de fomento económico, que habían
sencia en la regulación de la actividad llegado a su más alta participación
económica ejercida a través de la le­ dentro del gasto total en 1926
gislación y una más amplia participa­ (56.6 %) para descender luego (mer­
ción en la transferencia de recur­ ced a la contracción de la inversión pú­
sos para fomentar el desarrollo eco­ blica durante la crisis) hasta un 20.4 %
nómico. en 1934, comenzaron nuevamente a
Habrá de señalarse, de antemano, ascender a partir de este año hasta si­
que si bien el Estado desempeñó un tuarse en un 42.5 % en 1943. Por el
papel de creciente importancia en la contrario, los gastos en salud conser­
movilización de los recursos, su ta­ varon su participación alrededor del
maño no aumentó respecto de las di­ 6 % en el gasto total, mientras los gas­
mensiones de la economía, hecho éste tos en educación, si bien aumentaron
que por cierto caracterizó la evolución su participación entre 1936 y 1939,
del Estado intervencionista en la eco­ volvieron a situarse en 1943, en los
nomía occidental después de 1930. El mismos niveles de 1932 (cuadro 6).
criterio, será obvio, no es el del au­ Habría que insistir en que las con­
mento absoluto de los ingresos y los sideraciones precedentes ilustran dos
gastos —tendencia en la que los his­ cosas a menudo mal interpretadas por
toriadores han querido ver una am­ los historiadores de la Repúbüca Li­
pliación de las dimensiones del Estado beral; de un lado, la ampliación del in­
y que es apenas el resultado natural tervencionismo no implicó un aumen­
del crecimiento económico— sino la to en el tamaño del Estado; y de otro,
proporción en que el sector público no se evidencia ninguna reorientación
absorbe recursos del sistema econó­ distributiva del gasto y, antes por el
mico. contrario, éste se orienta en lo esen­
Como se observa en el cuadro 3, los cial hacia el fomento económico.
gastos y los ingresos públicos por ha­ En realidad, tal comportamiento no
bitante, si bien son fluctuantes, no re­ es más que el resultado de las severas
gistran una tendencia sistemáticamente restricciones financieras en que debió
creciente, entre 1930 y 1945. Igual ocu­ desenvolverse la actividad estatal du­
rre con la proporción entre los gastos, rante estos años, asociadas por su­
los ingresos y las principales variables puesto a la lentitud del crecimiento
macroeconómicas (ingreso bruto, pro­ económico y a la precariedad de re­
ducto total, consumo total e inversión cursos financieros externos para el de­
total), indicadores con los que suele sarrollo. De hecho, entre 1925-29 y
medirse el tamaño del Estado respecto durante el período de posguerra, eta­
de la economía (cuadro 4). pas de rápido crecimiento, los gastos
De hecho, entre 1925 y 1929 los gas­ públicos por habitante, y en general la
tos públicos crecieron a una tasa pro­ oferta de bienes y servicios guberna­
medio anual del 12.1 %, mientras en­ mentales, lograron ampliarse signifi­
tre 1930 y 1944 lo hicieron al -0.8 %; cativamente gracias en parte a la
por el contrario, cuando se examina la afluencia de recursos externos y a los
composición del gasto (cuadro 5), se efectos del propio crecimiento sobre
observa que aquellos de fomento eco­ los ingresos públicos. Por el contrario,
nómico por habitante comienzan a au­ entre 1930 y 1939, como herencia del
134 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Cuadro 4

Colombia: coeficientes de gastos e ingresos públicos en relación con el


ingreso bruto, consumo e inversión. 1930-1945
Gastos Ingresos
públicos públicos Gastos públicos en bienes y servicios
Total en Consumo del
porciento sector Inversión
Totales en porciento del total de público en pública en
Años del ingreso bruto bienes porcientos porcientos
de la
y servicios del consumo inversión total
disponibles total
1930 20.5 17.7 18.4 16.0 29.5
1931 21.4 18.4 18.8 16.6 31.5
1932 22.0 17.9 18.2 17.5 27.6
1933 21.8 16.6 18.1 15.6 33.6
1934 16.6 13.0 13.3 11.9 22.7
1935 15.7 14.6 13.1 11.0 25.0
1936 15.9 15.0 13.5 11.8 22.6
1937 16.7 15.8 13.6 11.3 24.0
1938 16.2 13.9 13.9 10.9 27.6
1939 16.4 13.6 13.2 9.8 28.4
1940 19.0 12.6 15.7 10.0 39.3
1941 16.4 14.1 13.4 9.2 34.6
1942 18.9 14.0 16.7 11.1 47.2
1943 18.3 14.7 15.6 10.2 42.9
1944 15.4 12.6 13.4 10.4 26.1
1945 14.5 12.6 12.0 10.8 19.0

Fuente: CEPAL, El desarrollo económico de Colombia, Anexo estadístico.

endeudamiento anterior, se produce descender en más del 11 % anual las


una transferencia neta de recursos al posibilidades de financiamiento de las
exterior de 35.6 millones de pesos (de inversiones totales, recayendo este
1950) que restringieron el ahorro pú­ 11 % por entero sobre el ahorro in­
blico. Aunque después de 1940 se vol­ terno. La CEPAL anota, refiriéndose
vió a adquirir recursos externos, entre a estas cifras, que este movimiento ne­
1930 y 1944 las transferencias al exte­ gativo en el flujo de recursos se finan­
rior representaron 84 millones de pe­ ció mediante el esfuerzo interno del
sos (de 1950) anuales, que hicieron país. «En esta fase del desarrollo de la
135

Capítulo 5

Cuadro 5

Colombia: cuenta consolidada de gastos del gobierno nacional y de los


gobiernos departamentales y municipales. 1930-1945.
Gastos corrientes Inversión
Años Salud y Educación fomento Total
previsión y cultura Defensa Total económico

1930 3.6 7.4 2.2 51.1 19.2 70.3


1931 3.7 6.1 2.5 56.7 16.5 73.2
1932 4.1 6.1 2.7 60.6 16.8 77.4
1933 5.3 5.9 12.0 59.2 19.6 78.8
1934 3.1 4.4 11.8 51.6 13.2 64.8
1935 3.6 5.1 6.6 42.5 16.3 58.8
1936 3.7 6.9 6.1 45.9 15.9 61.8
1937 4.4 7.4 4.8 45.6 19.3 64.9
1938 3.9 7.6 5.2 42.6 22.1 64.7
1939 4.4 7.5 5.5 44.6 25.5 70.1
1940 4.4 6.3 4.1 43.6 33.2 76.8
1941 4.3 6.7 4.6 43.2 27.3 70.5
1942 4.2 6.1 4.6 46.2 32.1 78.3
1943 4.0 5.6 3.5 40.8 30.2 71.0
1944 4.5 6.6 4.3 43.4 19.6 63.0
1945 5.3 5.5 4.5 43.7 17.4 61.1

Fuente: CEPAL, El desarrollo económico de Colombia, Cuadro 41.

economía colombiana, los factores ex­ queñas fluctuaciones, prácticamente


teriores provocaron una destrucción inalterados hasta 1945, pese al aumen­
de recursos invertibles al transferir to de la carga tributaria propiciada por
fuera del país una parte del mejora­ la reforma impositiva de 1935, a lo que
miento de la productividad experi­ nos referiremos después. De hecho,
mentada por la economía en su con­ entre 1930 y 1945 los ingresos totales
junto.» pasan de 453.973.000 a 542.385.000
Los ingresos públicos por habitante, (pesos de 1950), lo que representa un
por otra parte, se mantienen, con pe­ incremento total de apenas 19.5 % en
136 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

un lapso de tres quinquenios, cierta­ tas circunstancias de crónica restric­


mente muy poco en relación con la ex­ ción del financiamiento público, no re­
periencia anterior y posterior. Es cier­ sulta sorprendente ni el comporta­
to que los ingresos tributarios, espe­ miento de los gastos públicos que se
cialmente la tributación directa, ex­ señaló atrás ni el conjunto de políti­
perimentaron expansiones considera­ cas, por cierto algunas de ellas auda­
bles, pero paralelamente otras fuentes ces para la época, que se diseñaron
de ingresos o se estancaron o se de­ para sostener los ingresos públicos en
bilitaron durante estos años. Bajo es­ estos años, en particular la reforma

Cuadro 6
Colombia: cuenta consolidada de gastos del gobierno nacional y de los
gobiernos departamentales y municipales. 1925-1945.
(Distribución porcentual)
Gastos corrientes Inversió n
Años Salud y Educación Deuda Gobierno Total fomento Total
previsión y cultura Defensa pública y varios económi o

1925 5.9 52.5 47.5 100.0


1926 9.1 43.4 56.6 100.0
1927 2.4 49.4 50.6 100.0
1928 2.0 49.7 50.3 100.0
1929 2.7 10.9 4.6 9.4 31.3 58.9 41.1 100.0
1930 5.1 10.5 3.1 10.4 43.6 72.7 27.3 100.0
1931 5.1 8.4 3.4 15.7 44.9 77.5 22.5 100.0
1932 5.3 7.9 3.5 18.4 43.2 78.3 21.7 100.0
1933 6.7 7.5 15.2 13.8 32.0 75.2 24.8 100.0
1934 4.8 6.8 18.3 18.4 31.3 79.6 20.4 100.0
1935 6.1 8.6 11.3 12.5 33.8 72.3 27.7 100.0
1936 6.1 11.2 9.9 11.1 35.9 74.2 25.8 100.0
1937 6.8 11.4 7.4 11.7 33.0 70.3 29.7 100.0
1938 6.0 11.7 8.0 7.8 32.3 65.8 34.2 100.0
1939 6.3 10.8 7.8 11.1 27.6 63.6 36.4 100.0
1940 5.7 8.2 5.3 12.1 25.5 56.8 43.2 100.0
1941 6.1 9.5 6.5 12.0 27.2 61.3 38.7 100.0
1942 5.4 7.8 5.9 12.2 27.8 59.1 40.9 100.0
1943 5.6 7.9 5.0 13.1 25.9 57.5 42.5 100.0
1944 7.1 10.4 6.9 13.5 31.2 68.9 31.1 100.0
1945 8.6 9.1 7.4 14.4 32.0 71.5 28.5 100.0
Fuente: CEPAL, Id. Cuadro 40.
Capítulo 5
137

arancelaria y la reforma tributaria (sin


duda los hechos de mayor entidad en
materia de política económica durante
este período), ni la movilización, me­
diante las instituciones de crédito, de
recursos financieros para los diferen­
tes sectores que permitiera compensar
las dificultades del ahorro privado.
Es cierto que el proteccionismo se
impuso como una defensa a la crisis,
pero también como la puesta en prác­
tica de una concepción nueva respecto
de la defensa de la economía nacional.
La ley 62 de 1931 puso en vigor un
arancel aduanero de carácter protec­
cionista y no ya con carácter fiscal. A
ello se adicionó un régimen estricto de
Ucencias de importación y exporta­
ción, una devaluación que llegó al
75 % entre 1932 y 1938; y luego, en
1940, los problemas de la guerra de­
terminaron la adopción de otras me­
didas como las tasas de cambio pre-
ferenciales para favorecer las impor­
taciones necesarias y reprimir las sun­
tuarias.
Todo ello, además de proteger al­
gunos sectores nacionales, especial­
mente los alimentos, las industrias de
tejidos, la producción de cemento y
cerveza, ayudó a sostener los ingresos
provenientes de las exportaciones ca­
feteras contribuyendo a evitar la caída
de la demanda interna; además, el
control de cambios, establecido en
1931, desempeñó un papel positivo
para detener la caída de las reservas
internacionales durante estos años de
dificultades externas.
Con todo, la eficacia del arancel control cuantitativo de las importacio­ Taller en la Escuela
como elemento de protección se de­ nes pudo compensar la pérdida de efi­ Industrial de Bogotá,
cacia del arancel, contribuyendo en al­ hacia 1940.
terioró rápidamente. Al establecerse,
en 1931, el nivel de protección fue del guna medida a impulsar la sustitución
30 %, en 1935 había descendido al de importaciones.
20 % y ya para 1948 era sólo del 8 %. Aunque pueda ser discutible la efi­
Este deterioro se debió, por una par­ cacia de los aranceles para impulsar a
te, al aumento en el precio de las im­ través de la protección el proceso in­
portaciones frente a una tarifa de na­ dustrial del país, poca duda cabe que
turaleza específica; por otra parte, a la desde el punto de vista fiscal contri­
paulatina modificación de las impor­ buyeron a aumentar los ingresos pú­
taciones en las que ganaban importan­ blicos al menos durante la década de
los treinta. En efecto, la tributación
cia las materias primas y los bienes de proveniente del sector externo (adua­
capital sometidos a derechos arance­ nas, exportación y otros) llegaban en
larios más reducidos. Sin embargo, el
138 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

1930 a 89 millones de pesos (de 1950). acentuaban aún más la necesidad de


Para 1939 habían ascendido a 140.9 movilizar los recursos internos para
millones, descendiendo luego como atender los gastos públicos cambiando
resultado de las dificultades en el co­ las fuentes de tributación; Bernardo
mercio exterior provocadas por el con­ Tovar ha señalado en forma por de­
flicto bélico, hasta llegar a 74.8 millo­ más precisa, los dilemas con que se en­
nes en 1944. frentaba la reforma tributaria: «Tam­
La otra reforma de importancia fue poco el Estado intervencionista, que
la tributaria, cuya ley fue expedida en debía entonces movilizar los recursos
1935 (ley 78) y que básicamente se ca­ internos del país para sus necesidades
racteriza por el establecimiento del fiscales, el equilibrio presupuestal y el
impuesto sobre la renta como base del incremento de los gastos, podía con­
sistema tributario, modificando radi­ tinuar fundamentando sus finanzas en
calmente las tarifas para las rentas al­ un régimen tributario de carácter re­
tas, haciendo pasar del 8 % al 17 % la gresivo, en donde los impuestos indi­
tarifa mayor y estableciendo una pro- rectos (de aduanas y consumo) repre­
gresividad impositiva que cambiaba sentaban la mayor proporción, reca­
fundamentalmente el espíritu de la tri­ yendo la carga tributaria principal­
butación en el país. Carlos Lleras Res­ mente sobre el universo poblacional
trepo define con estas palabras los de los bajos ingresos mientras las altas
otros contenidos de la reforma: «Se rentas, los grandes patrimonios y el
modificaron además, de manera sus­ exceso de utilidades se veían exentos
tancial, las disposiciones sobre exen­ de tributación. Se planteaba entonces
ciones y deducciones, poniéndole fin una contradicción entre las necesida­
al sinnúmero de abusos a través de los des financieras del Estado intervencio­
cuales se evaporaba, ante los propios nista y la estrechez y el desequilibrio
ojos de los recaudadores, la renta gra- del régimen tributario. Se imponía, en
vable. Se incorporó en la legislación el consecuencia, la reforma tributaria.
criterio de que la renta consolidada Ahora bien, como se sustentaba en la
por la posesión de un capital debe gra­ exposición de motivos del proyecto de
varse más fuertemente que lo que se ley, el régimen tributario que requería
origina en el simple trabajo y para tal el Estado intervencionista debía des­
efecto se creó el impuesto adicional cansar ante todo en la tributación di­
calculado sobre el valor del patrimo­ recta, la cual representaba una míni­
nio. Por último, se estableció el im­ ma proporción en el régimen vigente,
puesto sobre el exceso de utilidades pese a que en 1918 se había introdu­
también como adicional al de la renta. cido el impuesto a la renta y a que ha­
Una serie de disposiciones procedi- bía sido objeto de sucesivas reformas.
mentales y penales complementaron La reforma tributaria de 1935 buscaba
el sistema para poner fin al sinnúmero precisamente instalar la tributación di­
de fraudes y evasiones que se venían recta y personal en la base del Estado
registrando intervencionista.
Sin duda, la pieza clave para la am­ Carlos Lleras Restrepo, a su turno,
pliación del intervencionismo estatal anota que, además, la reforma tribu­
estaba en la reforma tributaria. Hasta taria apuntaba a compensar los efectos
entonces, los ingresos estatales depen­ sobre la equidad presupuestal ocasio­
dían en lo esencial del comercio ex­ nados por la política de protección.
terior (aún en 1935 el sector externo Dice Lleras: « [...] ¿cómo habría po­
era responsable de 45 % de los recau­ dido adelantarse la política de protec-
dos totales por impuestos), lo que por ción aduanera a las industrias sin la
supuesto conllevaba la fragilidad pro­ modificación en los impuestos direc­
pia del comportamiento cíclico del co­ tos? La protección no sólo había sido
mercio exterior. Las restricciones fi­ imposible desde el punto de vista de la
nancieras externas, por otra parte, estabilidad presupuestal, sino que ha-
Capítulo 5 139

bía también constituido el más mons­


truoso e injusto de los privilegios.» En
rigor, el proteccionismo, en cuanto
apuntaba a restringir las importacio­
nes, debilitaba los ingresos provenien­
tes de las aduanas (que para el año
1932 todavía representaban el 36 %
de los ingresos corrientes del Estado)
arrastrando de esta manera el grueso
de la tributación indirecta, lo que obli­
gaba a recurrir a tributos directos.
Además, la protección implicaba unas
sobreganancias para el sector indus­
trial, el cual debía en adelante sopor­
tar la mayor parte de la tributación di­
recta.
Pese a que la reforma fue, sin duda
alguna, audaz para su época, habría
que evaluar sus resultados con extre­
ma cautela, tanto en sus efectos sobre
el monto y composición de los ingre­
sos públicos, como en su impacto re­
distributivo. Como ya se anotó, a lo
largo del período los ingresos totales
del sector público aumentaron muy
lentamente y en términos per cápita
apenas si se modificaron. A su vez, los
ingresos tributarios pasaron de repre­
sentar el 62 % en 1934 al 69 % en
1937, manteniéndose alrededor de
esta cifra hasta 1945. La tributación
directa, que en 1935 representaba ape­
nas el 5.1 % de los ingresos totales,
pasó a representar el 11.7 % en 1937,
el 17.2 % en 1940 y el 24 % en 1944, Carlos Lleras Restrepo,
lo que de suyo da cuenta del impacto Cuadro 7 Miguel López Pumarejo
de la reforma sobre la composición de y Antonio Puerto,
los ingresos públicos. A su vez, los re­ Carga impositiva 1934-1945 delegados a la
(Impuestos como % del PIB) Conferencia Monetaria
caudos por tributación directa en tér­ Panamericana en 1944.
minos per cápita pasaron de 1.7 pesos
(de 1950) en 1934 a 7.3 en 1937, a 8.9 Año Tributa­ Directa Renta
en 1940 y a 12.5 en 1944, mientras la ción total
tributación indirecta pasaba de 30.4
pesos (de 1950) a 21.9 pesos en 1944,
lo que por supuesto confirma que la 1934 7.5 0.3 0.2
carga impositiva recayó básicamente
sobre la tributación directa. 1936 9.0 1.4 1.2
Para el conjunto de la economía, sin 1940 7.7 1.8 1.5
embargo, si bien la reforma de 1935
implicó un aumento de la carga im­ 1945 7.6 2.5 2.4
positiva (total de impuestos directos e
indirectos como proporción del pro­ Fuente: Con base en CEPAL, Anexo
ducto bruto) que se reflejó en los dos estadístico.
años siguientes, después de 1937 vol-
140 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

vió a los niveles de 1934. No obstante,


los cambios introducidos en el sistema
tributario conllevaron una redistribu­
ción de la incidencia de los impuestos,
en el sentido de un incremento de la
carga tributaria para los grupos de al­
tos ingresos y para las empresas.
Como se observa en el cuadro 7, la
carga impositiva pasó de 7.59 % en
1934 a 9 % en 1936, descendiendo a
7.75 % en 1940. La carga de la tribu­
tación directa, por el contrario, au­
mentó sensiblemente y en forma con­
tinua al igual que la tributación sobre
la renta, lo cual deja pocas dudas so­
bre los impactos distributivos de la re­
forma.
Por otra parte, en buena medida,
esta modificación de la carga tributa­
ria recayó sobre la industria manufac­
turera y las industrias extractivas. En
efecto, para 1936 el impuesto a las so­
ciedades representaba el 70.9 % del
total de ingresos por impuestos direc­
tos, mientras el impuesto a las perso­
nas alcanzaba apenas el 29.1 %.
Como se observa en el cuadro 8, hasta
1940 aquella fuente de tributación
proporcionó más del 60 % del total de
ingresos por impuestos directos, re­
presentados especialmente en los que
pagaban la manufactura y las indus­
trias extractivas (básicamente, en és­
tas últimas, las empresas petroleras).

Fuentes de tributación directa. 1936-1944 Cuadro 8

Pagados por so­ Contribución de los principales sectores al


Impuestos ciedades (renta, total de impuestos directos Impuestos a
Año patrimonio
directos Industria Otros las personas
y exceso de Manufactura extractiva Agricultura
utilidades) sectores

1936 100 70.90 14.58 39.28 2.60 14.44 29.1


1938 100 64.35 14.81 37.17 0.696 11.68 35.65
1940 100 62.45 17.94 30.98 1.47 12.06 37.55
1944 100 31.85 17.18 5.84 0.70 8.1 68.15
Fuente: Con base en CEPAL, Anexo estadístico.
Capítulo 5
141

Mientras, la agricultura apenas si tri­


butaba. Expresado en otra forma, en­ Cuadro 9
tre 1936 y 1940, el 45.3 % del aumen­
to en los recaudos por impuestos di­
rectos provino de los impuestos a las Carga tributaria de la agricultura
sociedades, el 24.7 % se derivó de la y la manufactura
manufactura y el 14.19 % de las in­ 1936-1944.
dustrias extractivas. Entre 1940 y (Impuestos pagados como
1944, las dificultades de la guerra so­ proporción del producto)
bre la actividad empresarial acabaron
resintiendo esta fuente de ingresos, es­
pecialmente los de las industrias ex­ Año Agropecuario Manufacturero
tractivas, mientras que la manufactura
aumentó su participación en el total de
impuestos directos pagados por el Es­ 1936 0.074 2.43
tado.
1938 0.024 2.69 El auge del
Así, lo que ocurrió en realidad con petróleo:
la reforma tributaria de 1935 fue que 3.24 estampilla de
en la práctica acabó compensando los 1940 0.057 correos de 1935.
efectos de la protección y absorbiendo En la página
1944 0.039 3.37 anterior,
gran parte del aumento en la produc­ el oleoducto
tividad del sector manufacturero (por Fuente: Con base en CEPAL, Anexo de la Andian
lo demás, el de mayor dinamismo en estadístico. pasa, en
este período) más que afectando las primer plano,
rentas personales de los grupos de ma­ por la selva.
yores ingresos. La CEPAL describe
en los siguientes términos las conse­
cuencias de este esquema de tributa­
ción: «Es evidente que la política fiscal
y tributaria colombiana en los años
que siguieron a la crisis tuvo bastante
eficacia desde el punto de vista de ha­
cer compatible el incremento de la
carga tributaria a aquellos sectores de
altos ingresos con los incentivos a in­
vertir. Podría afirmarse, por un lado,
que la política económica del gobierno
a través de los gastos públicos, el me­
canismo del crédito y, principalmente,
los controles cambiarios, crearon los
estímulos necesarios para el incremen­
to de la productividad, reflejada en
parte en una mayor utilización de los
equipos (principalmente del sector
manufacturero que en buena medida
se orientó hacia la sustitución de im­
portaciones). Este mayor nivel de
aprovechamiento de los recursos se re­
fleja en la mejora sustancial que ex­
perimentó en la etapa 1935-45 la re­
lación producto-capital de esta rama
de la economía. De otro lado, a través
del mecanismo impositivo la política
fiscal absorbió una porción de esta
142 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

El ministro de Economía
Nacional, Jorge Gartner,
durante un agasajo a
la Comisión de
Agricultura de los
Estados Unidos,
en la Granja
Experimental de
La Picota, en Bogotá,
enero de 1940.

mayor eficiencia alcanzada por el sis­ de crédito y fomento creadas durante


tema económico, la cual fue movili­ este período.
zada por el presupuesto hacia la for­ En rigor, a lo largo de la República
mación de capital a través del supe­ Liberal, pero especialmente entre
rávit en cuenta corriente.» 1934 y 1944, la movilización de recur­
Esto puede observarse claramente sos a través de la política fiscal apuntó
en el cuadro 9. De cada cien pesos en buena parte a sostener el ritmo de
producidos por la manufactura, ésta inversiones en la agricultura, que la
transfería, en 1936, 2.4 pesos al go­ propia legislación agraria había sido
bierno a través de impuestos, ascen­ incapaz de modificar, transfiriendo en
diendo a 3.37 pesos en 1944, mientras parte las ganancias de productividad
que la agricultura apenas transfería 7 del sector industrial, y evidenciando
centavos en 1934 y 3 centavos en 1944 con ello, quizás, la real correlación de
de cada cien pesos producidos. fuerzas políticas que, pese a todo, la
Paradójicamente, mientras la agri­ misma República Liberal no pudo
cultura apenas si tributaba, recibía la transformar. Si bien la ampliación del
mayor parte de los beneficios de la campo de intervención del Estado fue
transferencia de recursos movilizados un vigoroso avance respecto de los de­
a través de la política fiscal. Así, mien­ cenios anteriores, no es menos cierto
tras en 1934 la inversión pública hecha que aquella intervención en sus di­
en la agricultura era el 3 % de la in­ mensiones prácticas estuvo lejos de
versión pública total, para 1938 llega­ asemejarse al «Estado de bienestar»
ba al 15 %, en 1940 al 23.3 % y en que se consolidaba en otros países de
1943 al 30.1 %. Además, si para 1934 occidente y aun de América Latina, y
el 1.6 % de la inversión total en agri­ se restringió más bien al control legal
cultura provenía de las inversiones pú­ de las actividades económicas y al fo­
blicas, para 1938 este porcentaje se mento del desarrollo dentro de un es­
elevaba al 12.4 %, para 1940 al quema de utilización de los instrumen­
27.1 % y para 1942 el 29.6 %. Igual­ tos fiscales que, por lo demás, con
mente, entre 1937 y 1945 el sector muy pocos períodos de excepción, ha
agropecuario absorbió regularmente predominado en la orientación del
más del 75 % del crédito oficial total gasto público en Colombia a lo largo
movilizado a través de las instituciones del siglo XX.
Capítulo 5
143

Las consecuencias fiscales


y económicas del 9 de abril.

(Del mensaje presidencial


al Congreso de 1949)

Mariano Ospina Pérez

E
l país no puede olvidar que el 9 de abril estuvieron a gastos en la vigencia de 1948 por una suma total de
punto de zozobrar nuestra estructura democrática y $ 23.937.528.66 o sea un aumento de $ 5.707.739.26.
el vigor de nuestras instituciones jurídicas, y que para de­
También en el Ministerio de Justicia fue necesario de­
fender y conservar aquellos valores, tan arraigados como cretar apropiaciones adicionales por un valor total de
vitales en la conciencia republicana de nuestra Nación, y $ 1.758.504.31. Esto da un aumento total de los gastos
para restañar las profundas heridas causadas por el saqueo, directos de sólo estos tres Ministerios de $ 21.596.673.27.
la demolición y el incendio, fue necesario acometer un es­ Debo recordar que el solo licenciamiento de la Policía,
fuerzo en todos los campos y particularmente en el orden cuya conducta en aquellas dolorosas circunstancias fue
público, que, como es lógico, tenía que superar las posibles oportunamente calificada por el país, costó la suma de
entradas del Erario Nacional. Basta considerar el tremendo $ 5.012.394.86.
impacto sufrido por la economía privada con motivo de ta­ Si a lo anterior se suma la disminución de algunas rentas
les acontecimientos, para medir hasta qué punto el Fisco ordinarias, originada en los mismos nefandos aconteci­
Nacional no podía evitar un daño de igual magnitud y aun mientos, como el impuesto sobre la masa global heredita­
de mayores proporciones, ya que correspondió al Estado ria, con una merma de $ 1.511.799.51, el impuesto de tim­
atender no sólo a la recuperación económica de los sectores bre y papel sellado con una disminución de $ 1.143.235.70,
privados y públicos, sino también y en forma muy directa las rebajas y exenciones de impuestos a los damnificados,
al cumplimiento de los deberes que con motivo de tal emer­ cuya cuantía hoy aún no se conoce pero que alcanza apro­
gencia surgieron para él. ximadamente a $ 3.000.000, el servicio de los préstamos a
Las pérdidas en comercio e industrias alcanzaron a una los damnificados que durante los dos años en los cuales co­
cuantía de $ 79.371.483.10 y las ocurridas en propiedad raíz rren a cargo del Estado los intereses respectivos, sube a
privada a un valor total de $ 9.644.017.06, lo cual arroja $ 3.840.000, cifras que dan un total de $ 10.000.000 en nú­
para los patrimonios privados un perjuicio directo de meros redondos, tenemos en estos renglones un aumento
$ 89.015.500.16. A lo anterior hay que agregar varios mi­ de gastos y una disminución de entradas por más de
llones en pérdidas de edificios públicos, dotaciones de ofi­ $ 30.000.000.
cinas, vehículos, etc., de propiedad del Gobierno Nacional Al mismo tiempo la destrucción de los edificios públicos
y Departamental, lo que sumado a las pérdidas de los par­ y privados aumentó necesariamente en forma muy apre­
ticulares, representa en total una destrucción de riqueza ciable la partida destinada a los arrendamientos para las
nacional por valor de no menos de $ 100.000.000. dependencias oficiales en la capital de la República.
Si fue ése el daño material, el cual apenas si guarda re­ Los impuestos creados por el Gobierno en dicho año
lación con la índole y magnitud de los sucesos ocurridos en produjeron una suma muy inferior a la cuantía de los des­
la primera quincena de abril, ¿por qué entonces se presenta favorables efectos fiscales ocasionados por los sucesos del
como escandalosa o excesiva la cifra del déficit fiscal del 9 de abril.
año de 1948, resultante necesaria de los acontecimientos Simultáneamente, y para contribuir a solucionar la si­
que vengo comentando? Considero que un déficit de tuación social creada por dichos sucesos, el Gobierno, me­
$ 14.000.000 en números redondos, representa un pasivo diante decretos extraordinarios, llevó a cabo iniciativas tan
mínimo, un precio excepción al mente bajo, en comparación trascendentales como la creación del Instituto de Parcela­
con la inmensa tarea que para lograr el restablecimiento ciones, Colonización y Defensa Forestal, y la organización
del orden público y el regreso a la normalidad, tuvo que del Instituto Colombiano de Seguros Sociales, a los que
realizar el Gobierno. destinó la suma de cuatro millones de pesos.
La apropiación inicial del Ministerio de Guerra que para De lo expuesto lógicamente se deduce que el déficit de
el año 1948 era de $ 44.650.544.52, hubo de elevarse a 1948 ni siquiera llega a la mitad de la suma en que fue afec­
$ 58.770.974.22 o sea que registró un aumento de tado desfavorablemente el Presupuesto por el mayor au­
$ 14.130.429.70. A su turno, el Ministerio de Gobierno, mento de los gastos, de un lado, y la disminución de los
cuya apropiación inicial era de $ 18.229.789.40 registró ingresos, del otro.
Nueva Historia de Colombia, Vol. V
144

La obra económica y fiscal del liberalismo


Carlos Lleras Retrepo
que en la pasada década abrieron mercados a nuestros pro­
Consideraciones sobre la política económica ductos en Europa, y mediante él fue posible el estableci­
del liberalismo miento y cobro de impuestos que han rendido y siguen rin­
l terminar la administración Olaya Herrera, el Mi­ diendo al fisco entradas de mucha consideración.
A nistro de Hacienda, en su Memoria a las Cámaras, gestión
llamó a aquel gobierno un «Gobierno de Defensa» y crisis
Al lado del control de los cambios merece destacarse la
sin­ derelacionada
tetizó, para justificar ese título, el cúmulo de inmensas di­ damente 1929
con la estabilización de la moneda. La
rompió el patrón de oro y nos llevó obliga­
a la ¡convertibilidad del billete. Fue forzoso, a la
ficultades a que se tuvo que hacer frente en esos primeros postre, que el peso colombiano se depreciara con relación
cuatro años de régimen liberal. En realidad, podría afir­
marse que los gobiernos de nuestro partido tuvieron que al dólar. Pero el mecanismo del control de los cambios per­
ser casi constantemente «Gobiernos de Defensa», porque mitió mantener una relativa estabilidad que poco a poco se
les tocó afrontar una época singularmente crítica en la his­ fue consolidando hasta que en el año de 1938 fue posible
toria del mundo, llena de alternativas, desórdenes y cala­ fijar el nuevo contenido de oro del peso colombiano y es­
midades. tabilizar un cambio del 175 % con relación al dólar, cambio
que se mantiene estable en los límites de los «Gold Points»
El Presidente Olaya Herrera llegó al poder en medio de por la intervención del Banco de la República.
la crisis económica más tremenda que registra la historia.
Se habían cerrado las fuentes de crédito exterior; el precio La ley sobre estabilización monetaria creó el Fondo de
del café había descendido a casi una tercera parte del que Estabilización de la Moneda y de la Deuda Pública, que ha
primó en los años de 1927 a 1929; la balanza de pagos pre­ prestado también ingentes servicios a la economía nacional
sentaba un tremendo desequilibrio; las rentas públicas ha­ y a las finanzas públicas. En él tiene también nuestra es­
bían descendido vertiginosamente; la deflación conducía a tructura financiera un instrumento de primer orden que
la ruina a los hombres de trabajo en todo el país. Como si vino a llenar un vacío notorio en el manejo de la política
estas calamidades no fueran suficientes, sobrevino el con­ monetaria y en la administración de la deuda nacional.
flicto con el Perú, que impuso nuevos gastos y esfuerzos. La reforma constitucional de 1936 fijó la posición del Es­
La primera administración López se inició todavía en tado en frente de la economía privada al consagrar que «el
medio de la «gran depresión», pero pudo gozar, induda­ Estado puede intervenir por medio de leyes en el funcio­
blemente, de un período de resurgimiento que estuvo a namiento de las industrias para racionalizar la producción,
punto de cortarse dramáticamente cuando en 1937 cambió distribución y consumo de las riquezas y para dar al tra­
la política cafetera del Brasil. bajador la justa protección a que tiene derecho».
La administración Santos vio sobrevenir la guerra eu­ Esta concepción resume el criterio doctrinario del libe­
ropea cuando apenas había transcurrido un año de su ges­ ralismo. Para nuestro partido el Estado es un organismo
tión administrativa. Volvió a bajar el café y las alteraciones representante de los intereses públicos, y personero, en pri­
del comercio internacional crearon tremenda escasez y de­ mer término, de las clases económicamente más débiles.
rrumbaron materialmente la renta de aduanas. Sus poderes deben utilizarse para corregir las desigualda­
La segunda administración López se desarrolló total­ des sociales y buscar un equilibrio económico equitativo y
mente durante el conflicto bélico mundial y tuvo que sufrir estable. Con ese espíritu se desarrolló la labor guberna­
los impactos de esa horrenda conflagración. mental y el recuento, forzosamente incompleto, que aca­
No ha sido, pues, fácil la gestión administrativa que le bamos de hacer así lo demuestra. Los errores que inevi­
tocó regir a los gobiernos liberales. Por ello, al lado de la tablemente se cometieron, las fallas y debilidades que po­
obra positiva que cumplieron hay que destacar la inmensa drían señalarse, en nada amenguan la importancia de la la­
labor de defensa que tuvieron que realizar para salvar de bor cumplida ni deslustran el brillo de su conjunto.
la bancarrota a la economía y también al tesoro público. Y para abrir el campo a la futura acción del Estado, la
Ya hemos tenido ocasión de aludir a ciertas medidas reforma constitucional de 1945 introdujo por primera vez
como las referentes al problema de los deudores y a la res­ en nuestra estructura jurídica el concepto de planificación
tauración del crédito hipotecario. Igualmente llamamos la sobre el cual habrá de fundarse sin lugar a duda la política
atención acerca de la modificación de la tarifa de aduanas del futuro.
que defendió el equilibrio de la balanza de pagos. Ahora
debemos mencionar la organización y manejo del control La obra económica y fiscal del liberalismo
de los cambios internacionales.
Iniciada en 1931, esa organización ha prestado al país El análisis de la obra económica y fiscal realizada por el
servicios de una magnitud imponderable. Contribuyó a liberalismo en diez y seis años de gobierno debe hacerse
contener la deflación en los primeros años y luego res­ con espíritu imparcial, ajeno a los mentirosos empeños de
guardó el equilibrio de la balanza de pagos en las diferentes la propaganda. Esa obra no necesita para consagrarse
ocasiones en que tal equilibrio se vio amenazado por el in­ como buena en la historia de la República ni de las exa­
flujo de acontecimientos externos. Tal aconteció en el caso geraciones que deforman, ni de las simulaciones engaño­
de la crisis cafetera de 1937 y también en la crisis de 1940, sas. Como no necesita negar los méritos ajenos para poder
cuando por efectos de la guerra el café descendió a coti­ destacar mejor los propios, ni siquiera ocultar las fallas ine­
zaciones nunca antes registradas. Al través de ese meca­ vitables en toda labor de hombres.
nismo funcionaron también los acuerdos de compensación Casi sobra advertir que la obra del régimen liberal no es
Capítulo 5 145

sólo obra de liberales. A ella prestaron su colaboración, en de las autoridades fiscales, al cobro de honorarios de pe­
muchos casos decisiva, miembros de otros partidos, en el ritos y a las donaciones entre vivos. Por último se creó el
Gobierno y en el Congreso, desde las directivas de ciertas impuesto progresivo sobre la masa global hereditaria.
entidades semipúblicas. ¿Quién podría, por ejemplo, des­ La reforma en el impuesto de herencias, asignaciones y
conocer la eficaz labor de Esteban Jaramillo en el Minis­ donaciones no era menos necesaria que la que se llevó a
terio de Hacienda de la administración Olaya y en el Co­ cabo para el impuesto sobre la renta.
mité Nacional de Cafeteros; las intervenciones de Félix Decretos y leyes posteriores vinieron a complementar la
García Ramírez con respecto al problema de los deudores; reforma tributaria. El Decreto 1361 de 1942 estableció un
lo que Mariano Ospina Pérez hizo por el crédito agrario y recargo del 20 % en el impuesto adicional sobre exceso de
por la organización de los Almacenes de Depósito; la parte utilidades. En 1942 se votó un recargo del 35 % en las ta­
que corresponde a Aquilino Villegas en las leyes de pro­ rifas de los impuestos sobre la renta, patrimonio y exceso
tección aduanera; la ordenada gestión fiscal de Francisco de utilidades. Y en 1945 se modificaron de nuevo las tari­
de Paula Pérez en lo más duro de la crisis; la ayuda y el fas, elevándolas apreciablemente. Hoy el renglón más alto
consejo insuperables de Luis Ángel Arango; el trabajo me­ de la tarifa del impuesto sobre la renta es del 22 %.
tódico y eficaz de Julio Caro y de Alfredo García Cadena? La transformación no puede ser más radical. ¿Qué ha­
El justo reconocimiento de lo mucho que a estos ilustres bría sido de la vida fiscal del país sin las reformas instau­
colombianos corresponde en la gran empresa de nuestro radas? ¿Y cómo habría podido adelantarse la política de
progreso económico en nada amengua el mérito que cabe protección aduanera a las industrias sin la modificación en
al partido que llevó la responsabilidad del Gobierno. Por los impuestos directos? La protección no sólo habría sido
el contrario, lo enaltece aún más y constituye la mejor res­ imposible desde el punto de vista de la estabilidad presu-
puesta a los injustos cargos de exclusivismo y de intoleran­ puestal, sino que habría también constituido el más mons­
cia sectaria que se pretenden formular al régimen que aho­ truoso e injusto de los privilegios.
ra termina. Debemos recordar, en efecto, que antes de las reformas
liberales los impuestos directos representaban un mínimo
porcentaje en el conjunto de los ingresos del tesoro nacio­
La política fiscal nal. Todavía en 1934, las aduanas representaban el 50.4 %
de los ingresos comunes, mientras que los impuestos di­
Corresponde al régimen liberal el mérito insigne de haber rectos equivalían tan sólo a un porcentaje insignificante.
transformado radicalmente nuestro sistema de ingresos pú­ En tales condiciones, el peso principal de la carga tributaria
blicos, haciéndolo a la vez más equitativo y más técnico. quedaba repartido inequitativamente, gravando de manera
La reforma tributaria implantada por el liberalismo co­ principal a las clases pobres. Hoy el panorama ha cambiado
menzó desde la administración Olaya Herrera. La Ley 81 de manera fundamental y se necesita estar ciego para des­
de 1931 modificó parcialmente la tarifa y sobre todo el sis­ conocer lo que como obra de justicia social y de transfor­
tema de establecer el gravamen, que antes estaba confiado mación económica ha significado la reforma tributaria del
a juntas locales, en forma deficiente y peligrosa. Durante liberalismo.
la misma administración se estableció por vez primera La equidad que caracteriza nuestra revolución tributaria
la tarifa progresiva en el impuesto de asignaciones y dona­ resalta aún más cuando se considera que los aumentos de
ciones. tarifas se han llevado a cabo únicamente en los renglones
Pero la transformación radical vino a efectuarse en los más elevados, es decir, que ellos han recaído sobre las per­
anos de 1935 y 1936. La Ley 78 de 1935 modificó radical­ sonas que disponen de una renta relativamente conside­
mente las tarifas para las rentas altas, haciendo pasar del rable, en tanto que se han aumentado las exenciones ini­
8 al 17 % la tarifa mayor. Se modificaron además, de ma­ ciales disminuyendo o librando totalmente del impuesto a
nera substancial las disposiciones sobre exenciones y de­ quienes tan sólo disponen de rentas pequeñas.
ducciones, poniéndole fin al sinnúmero de abusos al través El sistema fiscal de la nación está hoy fundado esencial­
de los cuales se evaporaba, ante los propios ojos de los re­ mente sobre los impuestos directos, tal como los organizó
caudadores, la renta gravable. Se incorporó en la legisla­ el régimen liberal. De esta parte de la obra cumplida en
ción el criterio de que la renta consolidada por la posesión los últimos diez y seis años de gobierno no puede prescindir
de un capital debe gravarse más fuertemente que la que se ya la nación, y sin ella las finanzas públicas colombianas
origina en el simple trabajo, y para tal efecto se creó el tendrían, al tiempo que una fisonomía primitiva, una ines­
impuesto adicional calculado sobre el valor del patrimonio. tabilidad y una debilidad imponderables.
Por último, se estableció el impuesto sobre exceso de uti­
lidades, también como adicional al de la renta. Una serie
de disposiciones procedimentales y penales complementa­ La política proteccionista
ron el sistema para poner fin al sinnúmero de fraudes y
evasiones que se venían registrando. Antes de 1930 las viejas controversias entre proteccionismo
La Constitución Nacional se reformó para permitir a las y libre cambio no habían inclinado, de manera definida en
autoridades la inspección de las cartas y papeles privados, uno u otro sentido ni la opinión pública colombiana ni la
con fines tributarios. política de Congresos y Gobiernos. La misión Kemmerer
En el año de 1936 se reformó totalmente la legislación que vino al país en 1923, nos dio sobre este punto consejos
relativa al impuesto de asignaciones y donaciones. Se ele­ de una ingenuidad inefable, que de haber sido seguidos
varon las tarifas progresivas, se estableció una serie de pre­ fielmente habrían hecho imposible el desarrollo de la eco­
sunciones y de procedimientos investigativos para evitar nomía colombiana sobre bases medianamente sólidas.
que se defraudara el impuesto por medio de contratos si­ La política que adoptó el régimen liberal, y que con raras
mulados. Se reglamentó de la manera más adecuada todo excepciones ha sido compartida por todos los sectores de
lo concerniente al inventario de bienes, a la intervención la opinión pública y ha merecido la colaboración muy un-
146 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

portante de distinguidas personalidades conservadoras, se Puede apreciarse cómo, al través de los diez y seis años
funda en una concepción más realista y humana. Natural­ del gobierno liberal, ha constituido una preocupación cons­
mente difiere del punto de vista de los técnicos extranjeros tante del Congreso y del Ejecutivo la protección a la pro­
que ayer, como hoy, están dominados por conceptos be­ ducción nacional, tanto en el renglón agrícola como en el
néficos ante todo para las grandes naciones industriales. manufacturero. Los productores nacionales deben a esa
Los colombianos adquirimos ya un concepto de lo que protección buena parte de su prosperidad, y así lo reco­
es la «economía nacional». Sabemos que tenemos que con­ nocen. Y debe tenerse en cuenta que dicha política pro­
siderarla en su conjunto y tender al máximo aprovecha­ teccionista no se adelantó dejando de lado las convenien­
miento de nuestros recursos naturales y humanos. Sabemos cias de los consumidores. Primero, porque, en cierta ma­
también que no podemos conseguir una elevación aprecia­ nera, cuando se protege la producción agrícola nacional,
ble del nivel de vida ni etapas más avanzadas de moralidad dando una mayor capacidad de compra, a los campesinos,
y cultura para las clases populares si dejamos que el país se está protegiendo la gran masa consumidora del país. Se­
se estanque en la posición de ser un exportador de los pro­ gundo, porque las leyes sociales que acompañaron a las
ductos de la industria extractiva, mal remunerados en los medidas proteccionistas contribuyeron a hacer a los obre­
mercados exteriores, viéndonos obligados al mismo tiempo ros partícipes en el crecimiento de la prosperidad general.
a comprar artículos manufacturados de alto precio, pro­ Y, por último, porque al través de las reformas tributarias
ducidos con salarios seis y siete veces superiores a los de el Estado proveyó a una redistribución de la renta nacional,
nuestros campesinos. Sabemos que nuestra economía de utilizando en beneficio de las clases económicamente más
cambio es muy frágil y que, en la imposibilidad de forta­ débiles una parte creciente de las utilidades de las indus­
lecerla de manera sólida y estable con nuevos renglones de trias protegidas.
exportación, debemos procurar producir aquí mucho de lo Naturalmente subsisten aún desequilibrios sociales; pero
que necesitamos para nuestro consumo doméstico, desti­ las líneas generales de la política seguida, si se insiste en
nando nuestros escasos recursos de cambio exterior a la aplicarlas, encierran en sí mismas la solución y abren el ca­
adquisición de equipo económico, de maquinaria, de ma­ mino hacia un régimen de mayor equidad y de prosperidad
terial de transporte. Y esta concepción, que primó desde para todos: Ensanche de la producción nacional al amparo
los primeros meses del régimen liberal, se ha ido fortale­
ciendo y consolidando cada vez más, y teniendo manifes­ de la protección del crédito barato, de la racionalización de
taciones externas a las cuales habremos de referirnos, si­ la distribución; un buen sistema de impuestos y una apli­
quiera sea brevemente, en el presente capítulo. cación de los recursos así recaudados al mejoramiento del
nivel de vida de las clases pobres; las leyes sociales y de
Pero en 1930 tales ideas no eran en manera alguna claras seguros colectivos que garanticen a los trabajadores una
ni representaban un pensamiento generalizado en todos los participación adecuada. La política de protección aduanera
sectores gubernamentales. Los tremendos efectos de la cri­ no puede practicarse aisladamente sin llevar a tremendas
sis económica iban a contribuir en abrirnos los ojos y a injusticias. Pero combinada con una sana política fiscal que
orientarnos firmemente por los caminos de un necesario cobije tanto el sistema impositivo como la aplicación de los
proteccionismo. fondos públicos, y con una política social en progresivo de­
La Ley 62 de 1931 puso en vigor un nuevo arancel adua­ sarrollo, puede abarcar con sus beneficios a la mayor parte
nero inspirado ya en un espíritu proteccionista, tras de ha­ de la población colombiana. Así la entendió el régimen li­
berse derogado la ley de emergencia. Pero el nuevo arancel beral y con ese alcance la sigue defendiendo el liberalismo.
no era todavía suficiente ni para proteger nuestro desarro­
llo ni para remediar el tremendo desequilibrio de nuestra
balanza de pagos. El Decreto número 1706 de 1931 esta­ Las instituciones de crédito
bleció un régimen mucho más drástico, en verdad excesivo,
puesto que se llegó a la prohibición de muchas importacio­ La ley de emergencia que redujo, hasta casi eliminarlos,
nes. Más tarde, tras un estudio a fondo, se dictó el Decreto los derechos de aduana que gravaban la introducción de
2194 de 31 de diciembre de 1931, que regularizó la situa­ productos agrícolas, la ruina general de la agricultura en­
ción y sobre cuyas bases empezó a moverse la vida eco­ gendrada a la vez por este hecho y por la desordenada subs­
nómica del país en la nueva etapa. tracción de brazos que se desviaron hacia la realización de
Es casi inútil ponderar los resultados favorables que la obras públicas adelantadas sin plan y sin método, creaban
política proteccionista ha tenido para el país. Su necesidad una grave situación de escasez que, además, el estado la­
queda demostrada por el hecho de que aún con gravámenes mentable de nuestra balanza de pagos no permitía reme­
relativamente altos tuvimos desde 1932 a 1942 una situa­ diar por medio de compras en el extranjero. Era indispen­
ción de balanza de pagos sobremanera precaria que nos sable volver a impulsar la producción doméstica, y el cré­
forzó a aplicar restricciones en forma casi permanente por dito agrícola se presentaba como la primera y más urgente
medio del mecanismo del control de los cambios. de las necesidades. A desarrollarlo sobre bases nuevas, más
Debemos llamar la atención sobre el hecho de que la técnicas y más equitativas, se aplicó la administración Ola­
protección aduanera no cobijó tan sólo a la industria ma­ ya Herrera, a cuyos primeros pasos en este campo se sumó
nufacturera, que estaba en estado muy incipiente cuando luego el esfuerzo perseverante de las otras administracio­
dicha protección se inició, sino ante todo a nuestras indus­ nes liberales.
trias agrícolas. Así, por ejemplo, se estableció un derecho La Caja de Crédito Agrario fue creada por la Ley 67 de
de importación de ocho centavos para el arroz, de ocho 1931 como dependencia del Banco Agrícola. Luego, el De­
para el trigo, de diez y seis centavos para el azúcar centri­ creto 553, de 23 de marzo de 1932, le dio vida indepen­
fugado, de seis centavos para las papas, de treinta centavos diente. Su capital inicial fue de dos millones de pesos.
para la manteca de cerdo, etc. En realidad, la protección El estudio de las estadísticas relacionadas con el otor­
vino a cobijar a la mayor parte de las clases productoras gamiento de préstamos muestra cuál ha sido la ampliación
del país. continua de los servicios de la Caja. Pero antes de referir­
Capítulo 5
147

nos a ello, conviene llamar la atención acerca del nuevo El Decreto 711 de 1932 proveyó a la creación del Banco
criterio con que ese Instituto se ocupó del crédito agrícola. Central Hipotecario que, nacido en medio de las conmo­
En primer término, se reformaron las disposiciones sobre ciones de la crisis, es hoy una de las instituciones más só-
prenda agraria para facilitar el otorgamiento de los prés­ hdas y respetables de que pueda ufanarse la organización
tamos. En segundo lugar, se puso un límite máximo a la financiera de país alguno.
cuantía de cada uno con el objeto de que los limitados re­
Hace algunos meses resumíamos así las características de
cursos de que podía disponerse beneficiaran al mayor nú­ la labor cumplida por el Banco y enumerábamos las in­
mero posible de pequeños agricultores. A esto se agregó el novaciones de que éste se valió:
sistema de crear pequeñas seccionales de crédito agrario
En primer lugar, la de crear y organizar debidamente el
dependientes de la Caja, y agencias en número creciente, mercado de cédulas hipotecarias. El Banco no entrega sus
para poner el crédito al alcance de la población rural, aho­ cédulas a quien recibe el préstamo, sino que él mismo se
rrando al campesino los crecidos gastos de movilización en encarga de colocarlas, evitando así que una oferta desor­
que tenía que incurrir cuando acudía a las agencias ban- denada rebaje las cotizaciones con perjuicio de los pres­
carias establecidas en las ciudades importantes. Por último, tatarios. De otro lado, una política inteligentemente lle­
se modificaron las disposiciones reglamentarias del Banco vada, por años enteros, dio a los referidos documentos una
de la República, para facilitar, por medio del redescuento estabilidad envidiable, convirtiéndolos en el papel de in­
de obligaciones con prenda agraria, o por los préstamos versión más adecuada para quienes deseen tener una renta
sobre bonos agrarios, el ensanche de las actividades de la segura y no quieren sufrir los peligros de la especulación.
Caja. Todo ello implicó un cambio fundamental en el cri­ La intervención en el mercado para el logro de la estabi­
terio con que se venía procediendo y en los procedimientos lidad en las cotizaciones ha sido un modelo en operaciones
bancarios que hoy nos parece natural, pero que tropezó en de tal clase. Es así como se han podido colocar más de tres
sus orígenes con singulares dificultades. De todas maneras decenas de millones en cédulas hipotecarias, consiguiendo
es claro que el pensamiento nuevo hacía su aparición en la poco a poco un menor tipo de interés. Hoy las cotizaciones
vida económica nacional: La organización del Banco Cen­ están por encima de la par nominal, y hay una constante
tral y los recursos del erario entraban al servicio de las cla­ demanda de inversionistas, que el Banco no siempre puede
ses económicas más necesitadas, con el doble objetivo de satisfacer, porque, naturalmente, gradúa sus ventas de cé­
desarrollar la producción del país y de poner término a la dulas de conformidad con la colocación de créditos hipo­
explotación ejercida por los intermediarios y los capitalistas tecarios. La introducción del sistema de cédulas de capi­
sobre el campesino pobre. talización, calcado sobre el mecanismo de las Sociedades
de Capitalización que funcionan en otros países, ha sido
Los Almacenes de Depósito nacieron y se desarrollaron sobremanera afortunada. El número de personas que están
también durante el régimen liberal. Aun cuando las pri­ inscritas en los distintos grupos de cédulas de capitalización
meras leyes sobre el particular fueron anteriores a 1930, pasa hoy de 26.000.
esas instituciones sólo vinieron a tener después de esa fecha
un efectivo funcionamiento. Todavía en 1932 únicamente Sin hipérbole alguna, puede decirse que no se concibe la
existían los almacenes de depósito de Medellín. De ese año organización económica y financiera colombiana sin la exis­
en adelante la Federación de Cafeteros comienza a crear tencia del Banco Central Hipotecario, como no se la con­
nuevos almacenes, y para 1934 el número de éstos asciende cibe sin la Caja de Crédito Agrario, Industrial y Minero,
ya a 36. Posteriormente este servicio se ha ensanchado no­ los Almacenes de Depósito, la Federación Nacional de Ca­
tablemente y han mejorado tanto su organización financie­ feteros en su forma presente, el Instituto de Fomento In­
ra como los elementos materiales de que dispone. La cons­ dustrial, el Fondo de Fomento Municipal, instituciones to­
trucción de las magníficas bodegas hecha por el Fondo Na­ das que el liberalismo creó durante diez y seis años de go­
cional del Café por una parte, y los dineros de este fondo bierno y que están incorporadas hoy a la esencia misma de
que permiten a la Federación hacer las financiaciones en nuestra vida económica.
los almacenes con sus propios recursos, caracterizan la nue­ El Decreto 1157 de 1940 creó el Instituto de Fomento
va situación. Hoy día los Almacenes de Depósito de la Fe­ Industrial, otra de las instituciones fundamentales para el
deración Nacional de Cafeteros constituyen un instrumento progreso de nuestra economía que el régimen liberal le
utilísimo e irreemplazable dentro de la organización eco­ deja al país. Las razones que se tuvieron en cuenta para
nómica nacional. establecer esta nueva entidad pueden resumirse así:
A este respecto conviene hacer resaltar lo que la finan­ Para el establecimiento de industrias nuevas, no siempre
ciación por medio de los almacenes de depósito significa en es posible hacer un llamamiento directo al público para que
el sentido de redimir a los productores de la explotación suministre el capital por medio de la suscripción de accio­
del capitalista y del intermediario. Un agricultor sin fuerte nes. Aquí, como en todas partes, es necesario el apoyo de
respaldo económico se vería ordinariamente obligado a los Bancos que, colaborando en el empuje inicial, den
vender su cosecha tan pronto como la recolectaba y a veces tiempo a que la empresa se consolide en el ánimo público.
antes de recolectarla. Si en ese momento las condiciones Pero, además, es bien sabido que ninguna empresa indus­
del mercado eran desfavorables, el agricultor recibía cre­ trial podría aspirar a desarrollarse tomando prestado todo
cidos perjuicios. Sobre todo en lo que respecta al café es el capital que debe inmovilizar en su instalación y utilaje;
la carga del servicio de intereses y amortización de la deuda
bien conocida la precaria posición del productor frente al sería demasiado gravosa. Entonces, surge la conveniencia
intermediario o al agente en las casas extranjeras compra­ de que haya entidades capaces de suscribir acciones para
doras. La posibilidad de consignar el producto en los al­ la iniciación de la empresa, no propiamente con el objeto
macenes de depósito, recibiendo un préstamo a bajo in­ de conservarlas, sino con el de venderlas más tarde, cuan­
terés, completa la obra redentora de la Caja de Crédito do asegurada ya la marcha normal de la industria, esos
Agrario, y es un paso más en el sentido de independizar a papeles empiecen a cotizarse en el mercado y a convertirse
nuestras clases campesinas de la dictadura en otra hora om­ en inversión atractiva para el ahorro creador.
nipotente del capitalismo.
148 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

El Instituto, según el Decreto 1157 de 1940, tiene como plementó las disposiciones del decreto y dispuso que el Es­
fin promover la fundación de empresas que se dediquen a tado pagara una subvención a los campesinos pobres que
la explotación de industrias básicas y de primera transfor­ contrataron la construcción de su vivienda, subvención que
mación de materias primas nacionales, que la iniciativa y equivale a una parte de los intereses y al monto de seguro
el capital particular no hayan podido por sí solos desarro­ de vida correspondiente. De esta manera pudieron esta­
llar satisfactoriamente. El Decreto 1419 de 1940 aclaró las blecerse condiciones en extremo favorables para el cam­
finalidades de la Institución y las complementó al señalar pesino, ya que éste queda obligado únicamente a pagar un
también las de colaborar en el establecimiento de las em­ interés del 3 % anual y dispone de un plazo hasta de 30
presas de iniciativa particular y contribuir al desarrollo y años para la amortización. Leyes y decretos posteriores
organización de las ya existentes. ampliaron el capital del Instituto. Pero desgraciadamente
Por medio del Decreto extraordinario número 200 de el aporte de recursos oficiales a la organización no ha po­
1939 se creó el Instituto de Crédito Territorial, señalándole dido ser lo suficientemente grande para dar a la campaña
como operación propia la de otorgar préstamos hipoteca­ toda la intensidad que debe tener. De otro lado, un sector
rios de amortización gradual, con plazo hasta de 30 años, del conservatismo trabajó de manera incansable, en los pri­
destinados a la construcción de habitaciones para los tra­ meros años, por dificultar el adelanto de esta benéfica ini­
bajadores del campo. La Ley 46 de ese mismo año com­ ciativa.

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Capítulo 6
149

La economía colombiana
entre 1946 y 1958
Jesús Antonio Bejarano Ávila

El crecimiento y los cambios


en la estructura económica

U n año antes de terminar la se­


gunda guerra mundial, un obser­
vador, Abdón Espinosa, anotaba el
hecho paradójico de que el país con­
taba con saldos favorables de la balan­
za de pagos, aumento en las reservas
de oro y divisas del banco Emisor (y
consiguientemente una expansión del
medio circulante) y al mismo tiempo
una severa dificultad para importar y
un dislocamiento casi generalizado de
la producción que se traducía en un
muy lento ritmo de crecimiento. En ministro de maquinaria y equipo para Esta fotografía de
efecto, entre 1939 y 1943, el ingreso el país, acentuándose esta situación 1945 representa una
por habitante pasó de 332 dólares (de todavía más al ingresar Estados Uni­ realidad económica
1970) a 317 y en 1944 apenas llegaba dos en las hostilidades en 1941. del país en su momento:
la importación
a 300 dólares. El crecimiento de la El país, por otra parte, respondió a forzosa de equipos
economía había pasado del 2.2 % en estos traumatismos mediante una de transporte
1940 a 0.4 % en 1943, al tiempo que «economía de emergencia» forjada a y la progresiva
los principales sectores escasamente través de decretos extraordinarios in­ mecanización
agrícola.
alcanzaban, en 1944, niveles de pro­ terviniendo la industria cafetera, es­
ducción equivalentes a los de 1939. La tableciendo mecanismos de coordina­
guerra había transformado los canales ción y control de transportes, organi­
de comercio y transporte internacio­ zando el comercio exterior y fortale­
nal, la colocación del café en el mer­ ciendo los sistemas de regulación de
cado norteamericano y europeo, el su- importaciones, en fin, adoptando los
150 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

criterios propios de una economía de Bajo estas nuevas circunstancias, el


guerra que quizás fue más el fruto de crecimiento económico se acelera es­
las circunstancias que de nuevas con­ pecialmente entre 1946 y 1953. Para el
cepciones sobre el papel del Estado en primero de estos años, la producción
la economía, pero que en todo caso total crece al excepcional ritmo de
acabaron ampliando y fortaleciendo el 9.1 %, sosteniéndose en promedio al
radio de intervención gubernamental. 5.9 % entre 1945 y 1953. El producto
Esta herencia de la guerra se expre­ por habitante (medido en dólares de
saría a cabalidad y positivamente des­ 1970) que en 1944 se situaba en 330
de la finalización misma de las hosti­ dólares, había ascendido en 1946 a
lidades. A las divisas acumuladas por 359, para situarse en 1954 en 405 dó­
fuerza en años anteriores, se sumó el lares, cifra nada desdeñable si se con­
incremento de los precios de las ex­ sidera que representa un 21 % más del
portaciones de café, mejorando nota­ nivel existente en 1939. Por otra parte,
blemente la capacidad de importación el ingreso total por habitante (y gra­
del país. Además, la industria, que ha­ cias, en buena medida, a la mejora en
bía aplazado sus necesidades y repo­ los términos de intercambio) aumentó
sición y ampliación de equipo durante a la tasa de 5.8 % anual entre 1945 y
el conflicto, comenzó a demandar im­ 1954, cifra que por cierto es calificada
portaciones, ayudada por reformas de «espectacular» por el Informe de
cambiarías y monetarias que evitaban Naciones Unidas de 1957. De igual
que las divisas se gastaran en bienes de modo, el nivel de consumo por habi­
consumo para orientarlas a los bienes tante, que casi no había variado entre
intermedios y de capital. Éstos, que en 1929 y 1945, aumentó durante este pe­
1940-45 representaban el 33.1 % del ríodo en forma acelerada, pasando de
total de importaciones, pasaron a una cifra de 308 pesos en 1945 a 499
43.6 % en 1949-1951 y en el curso de pesos en 1953, lo que representó un
un año, de 1944 a 1945, la importación incremento total del 65 % y una tasa
de maquinaria pasó de 18 millones de media anual de 6.2 %, durante el pe­
dólares a 41 millones, y la de equipo ríodo.
de transporte de 6.6 millones a 12.2
millones. Por supuesto, este rápido creci­
miento económico fue el resultado de
A la superación de las dificultades muchos factores que se conjugaron,
internas provocadas por la guerra se añadiéndose a la mejora de la situa­
añadió una actividad del Estado que, ción exterior. El coeficiente de inver­
abandonando el clima de reformas del siones se acrecentó notablemente,
decenio anterior, optó por un forta­ como resultado de las mejores condi­
lecimiento de los sectores empresaria­ ciones de pagos del exterior, pero
les y por una política de fomento in­ también de la política de inversiones
dustrial y agrícola, visible sobre todo del sector público y de su actividad en
desde 1946 y apoyada en buena parte relación con la movilización del aho­
sobre el refuerzo de los ingresos es­ rro nacional y la orientación del cré­
tatales por la vía de la tributación dito; de igual modo el acelerado cre­
directa y de los impuestos al comer­ cimiento de la industria y el no menos
cio exterior, así como del endeuda­ rápido proceso de urbanización, con­
miento externo y los estímulos a la in­ tribuyeron a sostener las inversiones
versión extranjera. En el período privadas, lo mismo que a diversificar
comprendido entré 1946 y 1950, los re­ la estructura industrial.
caudos por concepto de impuesto de Durante los años que van desde
rentas pasaron de 30.5 millones de pe­ 1953 a 1958, si bien el crecimiento si­
sos a 72 millones y las de aduana de gue siendo significativo, no logrará al­
49 a 65 millones, al tiempo que el sal­ canzar los niveles de los años anterio­
do de la deuda externa contabilizaba res. De nuevo, la caída de los precios
155 millones de dólares en 1950. del café provocará la contracción de la
Capítulo 6
151

capacidad para importar, lo que se re­


ducirá sistemáticamente desde 1954,
para lograr su punto mínimo en 1961,
pero ello será parcialmente compen­
sado por la deuda externa que entre
1950 y 1960 aumenta en 153 %, pa­
sando de 155 millones a 393 millones
de dólares durante estos años, al igual
que por el ingreso de inversiones ex­
tranjeras que comienzan a acrecentar­
se desde 1950. De hecho, desde 1950
será clara la tendencia de la inversión
extranjera a localizarse en el sector
manufacturero, desplazando la impor­
tancia de los sectores extractivos, es­
pecialmente el petróleo. Las inversio­
nes en este sector último representa­
ban en 1929 el 45.2 % y en las ma­
nufacturas el 2.4 %; para 1956, estos
porcentajes serán 35.7 % y 24.2 %
respectivamente; en todo caso, el cre­
cimiento de la producción total, que se
situaba en 6.6 % en 1954, pasa a
4.1 % en 1955 y 1956, para descender
al 2.5 % en 1958. De igual modo, el
producto por habitante apenas si se
modifica, al pasar de 405 dólares a 407
dólares entre 1954 y 1958.
Lo que antecede permite ya señalar
algunos rasgos de lo que sería la evo­
lución de la economía colombiana du­ exportaciones y los requerimientos de Transporte de
rante la posguerra. De una parte, en importación, induciendo un proceso combustible
la medida en que el propio crecimien­ no menos creciente de inversiones ex­ por el río Magdalena,
1955.
to económico supone el suministro tranjeras en los sectores más dinámi­ "Desde 1950 será
acrecentado de bienes de equipo, cos de la economía, en particular la in­ clara la tendencia
aquel crecimiento se verá limitado por dustria, la banca y el comercio. de la inversión
la capacidad para importar, y consi­ Por otra parte, el crecimiento global extranjera
guientemente dependerá de la evolu­ se apoyará fundamentalmente en los a localizarse en el
sector manufacturero,
ción de las exportaciones y del finan- impulsos del sector industrial (sin desplazando la
ciamiento externo. La inversión, es­ duda el sector más dinámico de la eco­ importancia de los
pecialmente en el sector industrial, se nomía durante la posguerra), el que a sectores extractivos,
moverá al ritmo de las posibilidades su vez, en cuanto se orienta, al menos especialmente
efectivas de importar los equipos y durante estos años, a la sustitución de el petróleo."
materias primas no producidas inter­ importaciones (particularmente de
namente y ello a su vez hará en extre­ bienes de consumo corriente que a su
mo sensible la marcha de la economía vez estimulará la producción de bienes
a las fluctuaciones del sector externo, intermedios), verá depender su expan­
el que desde entonces regulará los ci­ sión no sólo del suministro de bienes
clos de auge y receso de la economía de equipo, sino del margen de susti­
nacional. Al mismo tiempo, tal sensi­ tución que le proporciona la demanda
bilidad obligará a recurrir de manera interna de bienes de consumo previa­
creciente al financiamiento externo mente satisfecha por importaciones, y
(inversiones y endeudamiento) para muy acentuadamente, de la amplia­
cubrir la brecha entre el valor de las ción autónoma de la demanda interna
152 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Cuadro 1
Colombia: producto interno bruto al costo de los factores por clase de
actividad económica e incrementos porcentuales totales. 1945-1958
(millones de pesos constantes de 1970)

Clase de actividad 1945-53 1953-1958 % Total


1945 1953 1958
económica % % 1945-58

Agricultura, silvicultura,
caza y pesca 16.037.7 18.895.4 17.818 22.521.7 19.19 40.42

Minas y canteras 837.1 1.309.3 56.409 1.598.6 22.09 90.96

Industrias
manufactureras 3.875.8 7.509.9 93.763 10.216.6 36.04 163.6

Construcción 2.119.5 2.324.1 9.653 3.091.6 33.02 45.9

Transporte
y comunicaciones 1.202.4 3.437.7 185.84 3.970.7 15.50 230.2

Comercio y finanzas 5.196.4 8.512.4 63.813 9.355.2 9.900 80.0

Administración pública
y defensa 2.272.2 3.981.5 75.22 4.488.5 12.73 97.53

Otros servicios 3.085.8 4.321.7 40,05 5.372.9 24.32 74.11

Resto* 2.788.6 3.702.7 32.8


Total** 36.790.0 53.535.4 45.516 64.853.8 21.141 76.281

Incluye electricidad, gas, agua, servicios sanitarios y proyecto de vivienda.


** Nota: La suma de las actividades no corresponde al total, debido a que el método general
aplicado en el cálculo consistió en extrapolar independientemente cada actividad y el
total.

Fuente: «Series históricas del crecimiento de América Latina», Cuadernos estadísticos de la CE-
PAL, Cuadro 15, Santiago de Chile, 1978.

asociada a la evolución de los salarios en un 73.3 % entre 1945 y 1958, mien­


y del empleo. tras el de la industria se incrementó en
De hecho, el crecimiento económi­ 163.6 % y el de transporte y comuni­
co de posguerra no se distribuye por caciones en 230 %. Obsérvese, por
igual en todos los sectores. Si bien to­ otra parte, que mientras en el período
das las actividades económicas expe­ 1945-53 es donde se concentra el im­
rimentan incrementos sustanciales del pulso de estos dos sectores, al igual
producto, será especialmente la indus­ que los de administración pública y co­
tria la que en el lapso de sólo ocho mercio y finanzas, en el segundo pe­
años casi duplica sus niveles de pro­ ríodo será particularmente notable el
ducción. Como se observa en el cua­ incremento del sector agropecuario y
dro 1, el producto total se incrementó la construcción, mostrando ya, como
Capítulo 6 153

veremos, el impacto de la industriali­ que prevalecía al iniciarse las hostili­


zación sobre la agricultura y sobre los dades. Bastaría contrastar, para situar
procesos de urbanización, que se ace­ la magnitud de los cambios, las obser­
leran desde comienzos del decenio del vaciones de una misión de expertos
cincuenta. que visitó el país hacia 1943, con las
Al crecimiento global de los años de condiciones económicas de fines de los
posguerra van, por supuesto, apare­ años cincuenta. Señalaban Ben B. Le-
jados varios cambios acaso de mayor wis y Henry Beitseher, en 1943, que
significación que el propio crecimien­ «de los 4.500.000 habitantes econó­
to. La estructura económica, por una micamente activos (la población total
parte, se modifica sensiblemente en es de unos 9.500.000 habitantes) más
estos años. El país dejará de ser fun­ de 3.000.000 (es decir, un poco más
damentalmente agrario para orientar­ del 66 %) están ocupados en la agri­
se hacia las actividades urbanas, lo cultura y la ganadería. Otras formas
que, como es obvio, se traduce en una de producción primaria sólo absor­
localización creciente de la población ben menos de cien mil participantes
en las áreas urbanas, en las que des­ activos».
cansará esencialmente la responsabi­ Las industrias de transformación
lidad de la absorción del empleo. No emplean los servicios de muy poco
menos importante es la modificación más de 500.000 (alrededor del 11 %)
interna de cada uno de los sectores. La y las industrias de servicios incluyen
industria, reducida hasta entonces a otros 400.000 más. El grueso de la po­
unos pocos productos de consumo co­ blación habita en zonas rurales. Sola­
rriente, se diversifica y avanza sobre la mente cuatro ciudades —Bogotá, Me-
rama de bienes intermedios y una pe­ dellín, Barranquilla y Cali— tienen
queña franja de bienes de capital que una población que pasa de 100.000 ha­
induce algún grado de complementa- bitantes: Bogotá, la capital y centro
riedad en el sector industrial. La agri­ político del país, tiene una población
cultura, por su parte, comenzará des­ de unos 350.000 habitantes; Medellín,
de 1950 un rápido proceso de moder­ el centro industrial más grande, unos
nización en las regiones centrales del 175.000, y Barranquilla, el principal
país, desplazando la ganadería por los puerto en tiempos de paz, alrededor
cultivos comerciales y acentuando cre­ de 150.000.
cientemente la diferenciación interna Las condiciones de vida de la ma­
entre la agricultura comercial y la agri­ yoría de la población están muy lejos
cultura tradicional, que acabará re­
ducida a las tierras de vertiente sin de ser buenas. Los ingresos de una
mayores posibilidades de moderniza­ parte bastante mayor de la mitad de la
ción. El sistema de transportes, hasta población empleada, son apenas su­
entonces orientado fundamentalmen­ periores al nivel estricto de subsisten­
te hacia los ferrocarriles, consolidará cia. Las autoridades colombianas no
una infraestructura de carreteras cu­ tienen inconveniente en admitir que la
yos impactos sobre la ampliación del situación de las clases populares de­
mercado no pueden desestimarse. bería constituir para la opinión pública
Más modestos, pero no menos signi­ un motivo de vergüenza y alarma. El
ficativos, son los avances en el sistema censo de construcciones de 1938 mos­
financiero y bancario, que no sólo di­ traba que el 81 % de los edificios de
versificará sus funciones, sino que Colombia carecía de luz eléctrica,
orientará sus recursos hacia los crédi­ agua y alcantarillado. Solamente el
tos de largo plazo apuntalando así el 0.5 % de la población llenaba boletas
desarrollo de la economía. del impuesto sobre la renta en 1939 y
de ellos el 71 % contribuía por razón
Sin duda, un decenio después de de ingresos de 2.000 pesos o menos.
terminada la segunda guerra mundial, Hacia el final de la guerra, esta situa­
el país es bien distinto de la situación ción había cambiado en realidad muy
154 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Cuadro 2

Participación porcentual de los sectores en el Producto Interno Bruto.


1939-1958
Clase de actividad 1939 1945 1953 1958

Agricultura, silvicultura, caza, pesca 44.67% 43.59% 35.29% 34.72%


Minas y canteras 2.71% 2.27% 2.44% 2.46%
Industrias manufactureras 9.13% 10.53% 14.02% 15.75%
Construcción 4.23% 5.76% 4.34% 4.76%
Transporte y comunicaciones 2.64% 3.26% 6.42% 6.12%
Comercio y finanzas 14.12% 15.90% 14.42%
Administración pública y defensa 7.13% 6.17% 7.43% 6.92%
Otros servicios 8.38% 8.07% 8.28%
Resto 5.20% 5.71%
Total 100% 100% 100%
Nota: La suma de las actividades no corresponde al total, debido a que el método general
aplicado en el cálculo consistió en extrapolar independientemente cada actividad y el
total.
Fuente: Con base en Cuadernos estadísticos de la CEPAL «Series históricas del crecimiento de
América Latina», Cuadro 15, Santiago de Chile, 1978.

poco. En el cuadro 2 pueden verse los 1951, la agricultura ocupa el 53.9 %


cambios en la composición de la es­ de la población activa y en 1964 el
tructura económica, que se modifica 47.3 % mientras que las actividades
sensiblemente entre 1946 y 1953, es­ no agrícolas pasan a ocupar el 46.1 %
pecialmente en lo que toca con los y el 52.7 % en 1951 y 1964 respecti­
cambios en la participación de la agri­ vamente, siendo especialmente nota­
cultura en el producto total pasando ble el aumento de la población activa
de 43.6 % a 35.3 %, la industria que en el sector de servicios, que pasa de
pasa de 10.5 % a 14 % y transportes ocupar el 24.9 % de la población en
que pasó de 3.3 % a 6.4 % en el mis­ 1951 (recuérdese que en 1938 ocupaba
mo período. Aun cuando entre 1953 y alrededor del 10 %) al 30.1 % en
1958 estas mismas tendencias de cam­ 1964. De hecho, entre 1951 y 1964 la
bio continúan, son en todo caso mu­ agricultura apenas absorbió el 29.3 %
cho menos acentuadas. del aumento de la población, mientras
Por lo que hace a la localización de que las actividades no agrícolas absor­
la población, ésta crece, entre 1938 y bieron el 70.7 %, correspondiendo un
1951, en las áreas urbanas al 4.5 %, 44 % sólo al sector servicios. Este he­
mientras que la población rural apenas cho indicará un rasgo característico de
lo hace al 1.04 %. En Bogotá, Me- la acelerada urbanización de estos
dellín y Barranquilla la población se años, ya que si bien la agricultura ex­
duplica mientras que en Cali casi se pulsaba población, las áreas urbanas
triplica durante este período. Ya para no eran capaces de absorberla en los
Capítulo 6
155

El presidente Alberto
Lleras Camargo preside
el acto de constitución
de la Flota Mercante
Grancolombiana,
con el ministro de
Obras Alvaro Díaz S.,
el de Guerra
Luis Tamayo
y representantes de
Venezuela y Ecuador.
ante el notario
Julio C. Gaitán,
en la Quinta de
Bolívar, junio 8
de 1946.

sectores productivos, localizándose ción de la población activa ocupada en


entonces en actividades de muy baja este sector apenas si se modificó al pa­
productividad, bajo la forma de sub­ sar de 12.3 % a 12.8 % en este perío­
empleo o desempleo disfrazado. En do, contrastando claramente con lo
efecto, mientras la productividad de la ocurrido en el sector servicios.
fuerza de trabajo en conjunto crece al Ya habíamos anotado cómo el im­
2.3 % anual entre 1951 y 1964, la de pulso básico del crecimiento econó­
la manufactura al 4.1 % y la de los ser­ mico de estos años proviene del sector
vicios básicos (transporte y electrici­ industrial, que alcanza en este período
dad) al 3.2 %, la de los servicios ape­ una expansión excepcional situándose
nas lo hace al 1 %, al tiempo que el por encima del 10 % anual entre 1945
servicio doméstico absorbe en 1964 el y 1950 para conservar una tasa relati­
9.5 % del total de la población activa vamente alta de 7.4 % entre 1950 y
del país, es decir, cerca del 30 % de la 1958. Igualmente, habíamos advertido
población ocupada en el sector de ser­ que parte de este crecimiento se apoyó
vicios. Esta incapacidad de la econo­ en el margen de sustitución de impor­
mía para absorber productivamente la taciones provocado por la protección,
población, se revelará con toda su pero muy esencialmente en los au­
fuerza a fines de los años cincuenta y mentos de la demanda interior. Éstos,
comienzos de los sesenta, cuando el a su vez, se sustentaron en parte en los
fenómeno del desempleo adquiere su mejores ingresos del sector externo,
mayor crudeza. que se trasladan al sector cafetero, en
parte en la diversificación del consu­
mo propiciada por el crecimiento de la
El desarrollo industrial población urbana que obviamente de­
mandaba en mayor proporción au­
Gran parte de este fenómeno radica mentos elaborados y otros bienes de la
en las características mismas de la in­ población rural, en parte en el despla­
dustrialización. De hecho, entre 1951 zamiento de los productos de los sec­
y 1964, pese al rápido crecimiento in­ tores artesanales por los de la indus­
dustrial, el sector manufacturero cap­ tria fabril (como ocurrió en la
tó el 14.2 % del aumento total de la industria textil y de bebidas), en el cre­
población (del cual 16.8 % correspon­ cimiento del empleo y en el excepcio-
dió al sector artesanal) y la participa­
156 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Cuadro 3

Comienzo y estructura del sector industrial colombiano. 1945-1958


Tasa de Contribución Participación
crecimiento (%) al (%) en el
anual crecimiento total del valor
total agregado
industrial industrial

1945-50 1950-58 1950-1958 1950 1958

Alimentos 7.5 6.0 13.7 17.8 16.0


Bebidas 12.3 4.4 10.0 18.6 14.8
Tabaco 10.4 3.1 3.4 9.7 7.0
Textiles 19.3 7.1 16.0 16.9 16.5
Confecciones y calzado 5.4 6.8 5.1 5.7 5.4
Madera y muebles 3.7 8.2 2.2 1.9 2.0
Papel 12.4 11.4 1.9 1.1 1.4
Editoriales e imprentas 16.2 9.3 3.4 2.5 2.9
Cuero 4.9 4.4 1.0 1.8 1.5
Caucho 36.9 12.5 3.3 1.6 2.3
Químicas 15.8 9.9 10.9 7.5 8.9
Derivados del petróleo 15.7 13.0 4.8 2.2 3.4
Minerales no metálicos 11.6 5.7 4.6 6.4 5.6
Metálicos básicos 17.1 34.2 4.6 0.5 2.2
Mecánicos y metalurgia 17.1 17.3 13.3 3.9 8.0
Diversos 7.1 1.8 1.9 3.6
Total 10.2 7.4 100% 100% 100%

Fuente: Alberto Corchuelo y Gabriel Misas, «El proceso de industrialización colombiano 1945­
1958» en Uno en dos, n.° 4, Medellín, marzo 1975.

nal crecimiento del consumo por ha­ de consumo y de bienes intermedios,


bitante, expresión del crecimiento de se generaban efectos multiplicadores
la economía en su conjunto. La loca­ resultantes de las mutuas demandas de
lización de la inversión extranjera, por ambos sectores, que acabaron esti­
su parte, proporcionó un gran impulso mulando aún más su crecimiento. Al­
a los bienes intermedios (papel, cau­ berto Corchuelo y Gabriel Misas des­
cho, llantas, productos químicos) am­ criben así estos efectos de complemen-
parados por políticas arancelarias que tación: «Esto otorgó, no sólo al sector
buscaban estimular la producción na­ industrial sino al sistema económico
cional, logrando aquellos bienes tasas en su conjunto, un mayor grado de in­
realmente significativas de expansión, tegración que redundaría en el logro
como se puede observar en el cuadro 3. de mayores tasas de productividad
Ahora bien, al confluir la expansión como consecuencia de la mayor divi-
Capítulo 6
157

sión del trabajo y, por ende, de los turas de artículos plásticos, el rayón y
mayores mercados ya no sólo basados numerosas manufacturas metálicas li­
en el consumo individual sino en el vianas, con lo cual el país comenzó a
consumo productivo. Al mismo tiem­ entrar en el campo de la sustitución de
po, la creación de estas unidades pro­ bienes intermedios. En igual forma, se
ductivas involucraba mayores efectos introdujeron nuevos procesos técnicos
ingreso y, por sobre todo, mayores de­ en las industrias tradicionales y por su­
mandas derivadas, generando mayo­ puesto en las nuevas ramas. Así por
res mercados potenciales, lo que con­ ejemplo, la acería integrada de alto
ducía continuamente a una mayor in­ horno en Paz de Río (1948 a 1954), la
terdependencia entre las distintas ra­ fabricación de sosa cáustica y carbo­
mas productivas en la generación de nato de sodio por el proceso Solvay
sus propios mercados.» (1947-1951), el lavado de carbón a es­
En el cuadro 3 se ilustra claramente cala industrial (1950), la producción
este proceso. Los sectores que más rá­ petroquímica de amoníaco y fertilizan­
pidamente crecieron fueron los de bie­ tes nitrogenados (1955-1959), la ins­
nes intermedios; sin embargo, su baja talación de instrumentación y contro­
participación en el conjunto de la in­ les electrónicos en varias industrias
dustria (a excepción de la industria (hacia 1950-53) son, entre otras, in­
química) impidió que contribuyeran novaciones de importancia en el sector
sustancialmente a jalonar el creci­ industrial.
miento industrial, el cual se apoyó en Además, ello permitió que paulati­
los bienes de consumo corriente, los namente las nuevas inversiones se fue­
que si bien no experimentaron tasas ran concentrando en los sectores in­
equivalentes a las del primer tipo de termedios y de capital que ya para
bienes, contribuyeron mucho más a la 1958 representaban respectivamente
expansión global por su alta partici­ el 35.5 % y el 15.4 % de la inversión
pación en la industria. neta fija del sector industrial.
Por otra parte, no es menos notable El perfil de la estructura industrial,
la diversificación industrial que acom­ pues, comenzó a modificarse. Para
paña el crecimiento del sector en este 1950, los bienes de consumo corriente
período. Sólo entre 1945 y 1953, se participaban con el 73.9 % al valor
crean 3.390 establecimientos indus­ agregado industrial, los bienes inter­
triales y, si bien 1.986 de ellos corres­ medios con el 21.1 % y los de capital
ponden a las ramas tradicionales de con el 4.9 % y para 1958 estas pro­
alimentos, vestidos y calzado, se crea­ porciones representaban el 64.8 %, el
rán 13 industrias productoras de papel 25.3 % y el 19.9 %, evidenciando en
e industrias de papel, 50 editoriales e efecto que la industrialización avan­
imprentas, 30 industrias procesadoras zaba sobre los bienes intermedios y de
de caucho, 101 establecimientos de capital, y sin duda permitiendo ma­
sustancias y productos químicos, 11 in­ yores alcances en la modernización.
dustrias dedicadas a productos deri­ De hecho, entre 1953-1958, la mo­
vados del petróleo, el carbón, en fin, dernización industrial fue relativa­
internamente, la industria de bienes mente rápida. La mecanización (me­
intermedios se diversifica. dida en caballos de fuerza por traba­
Entre 1950 y 1954 se inician en el jador) aumentó en un 40 %, especial­
país rubros tan importantes como el mente en la rama de bienes de con­
del cartón y el de los álcalis sódicos sumo corrientes e intermedios cuyos
que fueron las primeras bases de las incrementos son de 22 % y 66 % res­
industrias de papel y químicos básicos. pectivamente.
Por otra parte, la creación de nuevas Por otra parte, los sectores que más
empresas y la construcción de nue­ rápidamente aumentaron la absorción
vas fábricas, permitieron avances im­ de empleo fueron precisamente los de
portantes en líneas como las manufac­ bienes intermedios y de capital. El
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
158

empleo de los primeros creció a la tasa tre 1951 y 1964, la población rural cre­
de 6.9 % anual y el segundo 14.4 %, ció a sólo 1 % anual, reflejando la
mientras en los bienes de consumo co­ acentuación de las migraciones.
rriente el empleo creció sólo al 0.6 %
anual entre 1953 y 1958, tal como se El desarrollo agrario
observa en el cuadro 4.
Si bien era en este último sector Durante la posguerra, pero especial­
donde se concentraban las mayores mente desde los primeros años del de­
magnitudes del empleo dada su alta cenio del cincuenta, la agricultura ex­
participación en el conjunto indus­ perimentará un desarrollo sin prece­
trial, en todo caso era en los primeros dentes no sólo en términos de la
donde descansaba la generación de velocidad de expansión de algunos
nuevos empleos. La razón es fácilmen­ cultivos, sino de la rapidez de la mo­
te comprensible: los sectores de bienes dernización en las áreas planas del
de consumo corriente expandían su país. Entre 1945 y 1958, el producto
producción a un ritmo bastante infe­ total agropecuario se incrementa en
rior al de su modernización y meca­ un 40.4 %, pero mientras entre 1945
nización, lo que implicaba un creci­ y 1953 este incremento es de 17.8 %,
miento casi nulo del empleo. Por el entre 1953 y 1958 será de 19.2 %. De
contrario, las industrias nuevas, aun a hecho, entre 1945 y 1953, el creci­
pesar de su elevado ritmo de mecani­ miento promedio anual de la produc­
zación, elevan su producción todavía ción agropecuaria fue de 1.57 % (y si
más, lo que compensa los efectos so­ se excluye el café, que apenas creció
bre la absorción de empleo. Aunque al 0.31 % acosado por la violencia ru­
en este período no se configura del ral en las áreas cafeteras, el crecimien­
todo la implicación de estas caracte­ to fue de 2.56 %), tasa sensiblemente
rísticas de generación de puestos de inferior a la de los años siguientes, en
trabajo en el sector industrial, tan los que el crecimiento se situó alre­
pronto se desacelera el crecimiento de dedor del 3.3 %. Sin embargo, ya des­
los bienes intermedios, a comienzos de comienzos de la posguerra se insi­
de los años sesenta, el problema del núa lo que será la característica del de­
desempleo adquirirá dimensiones sarrollo agrario de estos años. Mien­
realmente dramáticas. tras el total agrícola para consumo in­
De cualquier forma, desde el dece­ terno crece al 3.39 % entre 1945 y
nio de los cincuenta, la localización 1953, los cultivos alimenticios lo hacen
del empleo urbano en el sector servi­ al 2.08 % y los no alimenticios (ma­
cios, con bajos niveles de remunera­ terias primas industriales) al 7.5 %.
ción y productividad, apenas ocultará La ganadería, por otra parte, que
la contradicción esencial de estos había venido creciendo al 2.87 % en­
años, entre la agricultura que se mo­ tre 1940 y 1950, reduce su incremento
derniza con rapidez, generando un al 1.48 % entre 1945 y 1953, mante­
cuantioso ejército de reserva y un cre­ niéndose a ritmos menores durante el
cimiento industrial que aun siendo ele­ resto de la década. Por otra parte, el
vado se revela incapaz de absorber el área cosechada crece al 3.28 % anual
excedente de mano de obra que va entre 1950 y 1960, de modo que las
creando la modernización agraria. En­ hectáreas cultivadas por persona ocu­
tre 1938 y 1951, se estima que el total pada pasan del 1.3 a 1.4 % en este
de crecimiento urbano se debió en un mismo lapso.
68 % a las migraciones y en un 32 % Lo que había empezado a ocurrir
al crecimiento natural de las áreas ur­ era que la ganadería, que antes se
banas, lo que da cuenta del acelerado asentaba en las tierras planas y férti­
proceso de expulsión de población ru­ les, era desplazada por los cultivos co­
ral hacia las áreas urbanas que iría a merciales, mientras los cultivos ali­
acomodarse en el sector servicios. En­ menticios se concentraban en las áreas
Capítulo 6
159

Cuadro 4

Estructura del empleo fabril 1953, 58, 63


(en porcientos del personal ocupado total)
1953 1958 1963

Alimentos 20.8 15.6 14 4


Bebidas 5.5 5.7 59
Tabaco 3.3 1.9 1.4
Textiles 18.4 16.6 16.1
Vestido y calzado 14.4 13.0 11.5
Madera 2.1 2.4 7 7
Muebles 2.9 2.3 1.8
Papel 1.0 1.4 2.0
Imprenta 3.9 4.1 4.1
Cuero 2.0 2.1 1.6
Caucho 1.4 2.1 2.5
Química 5.0 6.0 6.5
Petróleo 0.8 1.0 0.7
Minerales no metálicos 9.0 8.7 9.0
Metálicas básicas 0.7 2.3 1.3
Productos metálicos 2.6 4.3 6.6
Maquinaria no eléctrica 0.8 1.4 1.6
Equipo eléctrico 0.9 2.0 3.1
Material de transporte 2.8 4.9 5.0
Diversas 1.7 2.2 2.8
Grupos industriales
Grupo A 0.71 0.62 0.57
Grupo B 0.20 0.24 0.24
Grupo C 0.09 0.15 0.19
Total 1.00 1.00 1.00
Empleo total (miles) 199.1 236.7 280.5

Tasas de crecimiento del empleo fabril


Grupos industriales 1953-58 1958-63
Grupo A 0.6% 2.0%
Grupo B 6.9% 3.6%
Grupo C 14.4% 8.7%
Total 3.5% 3.5%

Grupo A: Típicamente de consumo corriente.


Grupo B: Típicamente intermedios.
Grupo C: Típicamente durables y de «capital».

Fuente: CIE-DANE, Contribución al estudio del desempleo en Colombia. DAÑE 1971, Cuadros
10 y 15.
160 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

de ladera con bajos niveles de produc­ suficiente en la mayoría de los pro­


tividad. ductos, a excepción de trigo, algodón
Entre 1945 y 1953, el algodón creció y cacao, y por supuesto en el resto de
a una tasa anual de 15.7 %, la caña de cultivos la agricultura era capaz de sa­
azúcar al 10.2 %, la cebada al 17.8 % tisfacer completamente la demanda
y en menor medida la copra (7.89 %), interna.
el cacao (7.03 %) y el ajonjolí Un segundo factor que impulsó la
(4.51 %); por el contrario, algunos agricultura, se refiere al apoyo deci­
alimentos de consumo directo, impor­ dido que a través de diversos meca­
tantes por su participación en el pro­ nismos ofreció la política agropecuaria
ducto y el área sembrada, crecieron para el sector. Desde 1944 se había he­
muy lentamente, como en el caso del cho visible el abandono del reformis-
maíz (3.33 % anual), la papa (1.88 %) mo social agrario encaminado, más
y la yuca (2.31 %). En todo caso, en­ bien infructuosamente, a lograr una
tre 1951 y 1964 los cultivos comercia­ más equitativa distribución de la pro­
les pasaron de representar el 10.1 % piedad que estimulara el desarrollo de
del producto agrícola, el 6.1 % del la agricultura, para orientar estos es­
empleo y el 10 % de la superficie cul­ tímulos por la vía del fomento a la in­
tivada al 19 %, 13.5 % y 18.7 % res­ versión y la modernización y, por su­
pectivamente. Por el contrario, los puesto, la defensa de la propiedad.
cultivos tradicionales que en 1951 re­ Desde 1946, se definieron los ejes
presentaban el 22.2 % de la produc­ de la política agraria encaminada a la
ción, el 29.1 % del empleo de la su­ introducción acelerada de maquina­
perficie, vieron descender, para 1961, rias, herramientas, abonos, fungici­
estos porcentajes a 20.9 %, 25.9 % y das, mejoramiento de semillas y un
19.5 % respectivamente. ambicioso plan de difusión tecnológica
Varios factores cuya importancia re­ que se plasmó en la ley 5a de 1945, que
lativa es difícil de precisar, confluye­ daba cuerpo jurídico al plan quinque­
ron para dar lugar a este crecimiento nal de fomento agropecuario, el cual
de la agricultura comercial; por otra a su vez concentraba esfuerzos en los
parte, el propio desarrollo industrial cultivos comerciales que brindaban
en la rama de bienes de consumo co­ posibilidades de exportación. Al mis­
rriente generó una demanda por ma­ mo tiempo, se levantaron barreras
terias primas de origen agrícola que proteccionistas para estos cultivos y se
impulsó la producción, la cual a su vez diseñó un sistema de precios remune­
fue protegida por medio de aranceles rativos para los agricultores. Al mismo
para evitar la competencia externa. tiempo, se consolidó una política de
Hasta 1950, las importaciones agro­ transferencia de recursos de crédito a
pecuarias vinieron creciendo conti­ través de la Caja Agraria e igualmente
nuamente en especial en los rubros de se consolidó el marco institucional a
alimentos, materias primas no alimen­ través de la creación entre otros del
ticias para la industria, bebidas y ta­ Ministerio de Agricultura y Ganadería
baco, de modo que hacia 1950-53 los (1947), el Instituto de Parcelaciones y
alimentos representaban el 51.9 % de Colonización (1948) y el Instituto Na­
las importaciones agropecuarias (tri­ cional de Abastecimientos (INA)
go, cacao, arroz, copra y cebada), las creado algunos años antes. Desde
materias primas el 38.9 % y las bebi­ 1950, como resultado de las recomen­
das y tabaco el 9.2 %. Sin embargo, daciones de la misión dirigida por
ya para estos años, las importaciones Lauchlin Currie, se fortalecieron aún
de arroz, azúcar, algodón, etc., repre­ más estos mecanismos de estímulo a
sentaban proporciones realmente muy través del otorgamiento de facilidades
bajas en el consumo total nacional de para la importación de maquinaria y
estos productos. Para el período 1950­ equipo, abonos, insecticidas, crédito,
1954, el país era prácticamente auto- inversiones públicas en infraestructu-
Capítulo 6 161

ra, almacenamiento y comercializa­ El economista


ción, asesoría técnica para los culti­ Lauchlin Currie.
vadores, etc., todo ello amparado por Como consecuencia
la defensa abierta e irrestricta desde el de las recomendaciones
gobierno a los grandes propietarios, y de la misión asesora
por él presidida.
por el empleo de armas fiscales para a partir de 1950
obligarlos a elevar la productividad. se intensificaron
No menos importante fue el hecho las facilidades para
de que el país dispusiera de una mayor importación de
capacidad de importación, lo que se maquinaria, equipo,
abonos e insecticidas,
reflejó en la ampliación de posibili­ la concesión de crédito
dades para la modernización agrícola. y asesoría técnica
Tanto la creciente demanda indus­ a los cultivadores.
trial por materias primas, como los es­
tímulos gubernamentales y la dispo­
nibilidad de recursos externos, aca­
baron impulsando notablemente la
modernización. Entre 1949-1953 y
1961, el consumo de fertilizantes (ki­
logramos) por hectárea cosechada,
pasó de 5.6 a 32.7, el parque de trac­
tores se incrementó en un 300 % en
sólo una década mientras que las hec­
táreas cosechadas por tractor pasaron
de 201 en 1950 a 112.7 en 1960, lo que
por supuesto indicaba el enorme avan­ ción se seguían generando enormes ex­
ce de la mecanización. Incluso, para cedentes de fuerza de trabajo rural que
1953, el 7 % del área mecanizable no hallaban acomodo completamente
en el país estaba efectivamente meca­ en la agricultura, a pesar del aumento
nizada, pero este porcentaje se ele­ de la producción y del área cultivada.
vaba al 6.4 % en el Cauca, 38.8 % en Aunque la productividad agrícola
el Huila, 23.7 % en el Magdalena, en promedio aumentó al 1.4 % anual
28.9 % en el Tolima y 62.6 % en el entre 1951 y 1964, ritmo ciertamente
Valle, regiones que disponían de un bajo si se lo compara con el del con­
tractor por cada 101 a 147 hectáreas. junto de la economía (2.3 %), la ma­
Por otra parte, en el decenio del cin­ nufactura (4.1 %), o los servicios bá­
cuenta, la disponibilidad de caballos sicos (3.2 %), lo que ocurrió fue que
de fuerza en la agricultura creció a una los aumentos en productividad se con­
tasa del 11.5 % y la intensidad de me­ centraron en los cultivos comerciales,
canización (potencia por hectárea cul­ algunos de los cuales aumentaron su
tivada) lo hizo al 7 %, ritmos que no productividad en forma espectacular.
se conseguirían en el decenio pos­ Por ejemplo, entre 1950 y 1960, el ren­
terior. Naturalmente, la densidad de dimiento físico por hectárea en algo­
empleo por hectárea en la agricultura dón fibra aumentó en 105 %, en se­
comercial se redujo en casi un 50 % milla de algodón en 85 %, la cebada
como resultado de la mecanización, en 65 %, el cacao en 42 %, el ajonjolí
pero ello fue compensado por aumen­ en 41 % y la caña en 3.8 %. Por el
tos en la producción y la superficie, de contrario, la productividad en arroz
modo que la respuesta del empleo a la solo se incrementó en 8 %, en papa en
producción fue positiva durante este 7 %, y fue mucho más baja, o nula, en
período, logrando aumentarse el em­ el resto de los cultivos.
pleo agrícola en cerca de cuatrocientas Ya habíamos observado cómo esta
treinta mil personas durante la década característica de crecimiento diferen­
del cincuenta; no obstante esta absor- cial de la productividad entre los cul-
162 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

tivos comerciales y tradicionales (o di­ las formas más atrasadas de utilización


cho de otro modo, entre las materias de la mano de obra retrocedieron en
primas y los alimentos de consumo di­ su importancia relativa dentro del con­
recto), será el hecho clave del desa­ junto de la fuerza de trabajo rural
rrollo agrario desde la posguerra y produciéndose un agudo proceso de
marcará, cada vez más acentuadamen­ descomposición campesina y proleta-
te, la penetración del capitalismo en el rización en el campo. Sabemos igual­
campo colombiano. En el cuadro 5 mente que el número de explotaciones
puede verse esta diferenciación para aumentó entre 1950 y 1960 (primer
los principales cultivos. año para el cual disponemos de infor­
mación sobre la estructura de la pro­
La propiedad rural piedad); no existe evidencia conclu­
yente de que las propiedades media­
Poco sabemos de la evolución de la nas y grandes aumentaron su partici­
propiedad durante estos años. Sabe­ pación en el número y superficie, aun­
mos sí que la población asalariada ru­ que hay quienes han sugerido que la
ral aumentó notablemente, en espe­ expansión de la frontera agrícola se
cial entre 1938 y 1951, al tiempo que apoyó, en alguna medida, en este tipo
de explotaciones.
Aunque para 1960, el censo agro­
Cuadro 5 pecuario mostraba una elevada con­
centración de la propiedad, en reali­
Productividad por hectárea (kg/Ha.) dad no sabemos si durante el decenio
anterior la propiedad se concentró
(Promedios) más o si este resultado es apenas la ex­
presión de la crónica inequidad de la
Cambio distribución de la tierra en el país. Con
Producto 1950-1954 1955-1959 porcentual todo, no son pocos los analistas que
afirman un agudo proceso de concen­
Arroz 1.900 1.870 (-) 1.6 tración durante la década del cincuen­
Yuca 5.560 5.140 (-) 7.6 ta, asociada a la expansión de la agri­
Plátano 7.810 6.730 (-) 13.8 cultura comercial y la violencia rural
Papa 10.070 11.760 16.8 que vivió el país en aquellos años.
Maíz 1.080 1.050 (-) 2.8 En el cuadro 6 puede verse la dis­
Caña-panela 2.857 2.597 (-) 9.1 tribución de la propiedad en 1951 y
Fríjol común 520 480 (-) 7.7 1960. Aunque las cifras provienen de
Trigo 750 800 6.7 fuentes distintas (la de 1951 es una
Ajonjolí 440 620 muestra y la de 1960 proviene del cen­
40.9 so y sería preciso tomarlas con extre­
Semilla de algodón 400 600 50.0 ma cautela), parece evidenciarse una
Algodón fibra 220 370 68.2 modificación en los extremos de la dis­
Cacao 310 360 16.1 tribución (menos de una hectárea y
Cebada 1.180 1.470 24.6 más de mil), lo que por supuesto no es
Tabaco 1.160 1.720 48.3 en absoluto concluyente respecto de
Soya una mayor concentración que, de ha­
Sorgo berse producido, habría modificado
Café 510 550 sensiblemente la participación relativa
Banano 9.450 7.8 a los tamaños intermedios. Más bien
10.980
Caña de azúcar 4.200 16.2 parece sugerirse una disminución en el
4.852
15.5 número de predios y superficies de 10
a 500 hectáreas, más acorde con la ló­
Fuente: Departamento Nacional de Planificación. Diagnóstico del gica de expansión de la agricultura co­
Sector Agropecuario (Informe Preliminar) Documento UEA-
DPA. Abril de 1977. mercial y la consolidación de la eco­
nomía campesina cafetera.
Capítulo 6
163

Distribución de la propiedad. 1951-1960 Cuadro 6


Número Superficie
Tamaño de las explotaciones en hectáreas
1951 1960 1951 1960
% % % %
Menos de 1 13.66 24.6 0.25 0.4
de 1 a menos de 2 19.0 15.8 1.03 1.0
de 2 a menos de 3 8.46 9.7 0.76 1.0
de 3 a menos de 5 14.85 12.4 2.14 2.0
de 5 a menos de 10 16.63 14.0 4.51 4.2
de 10 a menos de 50 20.16 16.7 17.24 15.5
de 50 a menos de 100 3.65 3.3 9.9 9.8
de 100 a menos de 500 3.05 3.0 33.15 25.6
de 500 a menos de 1000 0.35 0.3 9.59 10.0
más de 1000 0.19 0.2 21.43 30.2
100 99.8 100 100
Nota: Los datos no son directamente comparables y sirven sólo como término de referencia.
La información para 1951 proviene de una muestra tomada del censo de población.
Fuentes: 1951 con base en CEPAL, El desarrollo económico de Colombia. Anexo estadístico,
cuadro 73.
1960. Censo agropecuario de 1960.

Por lo que hace al aumento de su­ siva de campesinos y muchas veces


perficie de los predios de más de mil mediante el desalojo por la fuerza, de­
hectáreas, ello es compatible, por su­ bió reflejarse en una concentración de
puesto, con procesos de expansión de la propiedad bastante acentuada. Qui­
la frontera agrícola en áreas de colo­ zás ello ocurrió así en algunas regio­
nización, pero francamente incon­ nes; se ha estimado que durante la
gruente con la valorización de tierras Violencia se abandonaron 393.648
en las áreas centrales, que debió con­ parcelas, la mayoría de ellas en el Va­
ducir más bien a una subdivisión de las lle (98.400), Tolima (54.900), Norte
propiedades medias y grandes. Si bien de Santander (38.400), Huila (50.000)
la concentración de la propiedad pudo y Antioquia y Caldas (36.800), lo que
haber aumentado en el conjunto del sin duda exagera la magnitud del fe­
país, habría que tener cautela respecto nómeno, pues en 1951 se estimaban
de que el desarrollo de la agricultura 1.370.382 fincas rurales de todo ta­
comercial estuvo acompañado de una maño excluyendo los Territorios Na­
mayor concentración precisamente en cionales, lo que representaría que las
las áreas en que aquella agricultura se parcelas abandonadas fueron el
desarrolló. 28.72 % del total de fincas existentes
Habría de ser, en todo caso, en es- en el país, a todas luces una desme­
tremo cuidadosos respecto de cual­ sura.
quier inferencia sobre la concentra­ En las zonas cafeteras, por otra par­
ción de la propiedad. De hecho, hay te, al tiempo que se fragmentaban las
también quienes han sugerido que la grandes haciendas por procesos de
Violencia, a través de la expulsión ma­ parcelación o por la Violencia, aquella
164 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

fragmentación dio lugar en muchos ca­ que la existente en las décadas ante­
sos al fortalecimiento de la economía riores y, más aún, es muy difícil preci­
campesina cafetera mediante confor­ sar hasta qué punto la Violencia y el de­
mación de pequeñas explotaciones o sarrollo de la agricultura comercial
de tamaño mediano (entre 10 y 50 hec­ se estimularon mutuamente. De cual­
táreas) que aumentaron sustancial­ quier modo, el hecho es que a nivel de
mente en número y superficie entre la vida rural el período de posguerra
1950 y 1960 (aunque no en el conjunto provocará cambios en la estructura
del país), lo que debió afectar los re­ agraria, en su papel frente al desarro­
sultados globales de la concentración llo global del país y, sobre todo, en las
de propiedad, puesto que pudo haber­ condiciones de penetración del capital
se compensado la presunta mayor con­ al campo. Después de estos años, Co­
centración en aquellas áreas donde se lombia dejará de ser un país rural, y
desarrolló la agricultura comercial. en los dos decenios siguientes deberá
Sin embargo, como observa adecua­ afrontar los problemas propios de un
damente Daniel Pecaut, «es cierto que país fundamentalmente urbano.
la agricultura comercial conoce apre­
ciables progresos a partir de 1950. Por
esta época, además de la caña de azú­ El papel del Estado
car, ya sólidamente implantada en el Durante la posguerra, la actividad del
cuadro de las grandes explotaciones Estado en cuanto a sus alcances no es
capitalistas, el algodón, el arroz, etc., por cierto desdeñable. Del régimen de
se desarrollan bajo la forma de gran­ emergencia con que enfrentó la situa­
des plantaciones. No se debe, sin em­ ción bélica, había heredado instru­
bargo, exagerar la rapidez de ese de­ mentos de intervención que ampliarán
sarrollo, lo que será mucho más sen­ su radio de actividad. Desde entonces,
sible después de 1955, o sea durante la el Estado aumentó considerablemente
segunda ola de Violencia. Además, las inversiones públicas en servicios
estos cultivos van a extenderse la ma­ básicos y en sectores fundamentales
yor parte de las veces sobre tierras ga­ como la siderurgia y la refinación del
naderas, no hay entonces razón para petróleo. Contribuyó mediante nue­
suponer que ellas hacen necesaria la vas formas de financiamiento, a la for­
expulsión de un gran número de pe­ mación de capital, y en buena medida
queños propietarios o arrendatarios. logró reorientar los recursos de la
Si ello proviene de una mayor oferta economía en función de la indus­
de tierras que resulta de la Violencia trialización.
o eventualmente —el hecho no parece Entre 1945 y 1953, los gastos públi­
estar demostrado— de la disminución cos por habitante aumentaron al
de la tasa de las rentas territoriales, se 6.9 % anual, cifra sólo superada du­
trata de un proceso que no afecta rante el período 1925-1929, los gastos
directamente a los pequeños pro­ en salud, previsión social y educación
pietarios». lo hicieron al 4.3 % y ya para 1953 el
Quizás lo que pudo ocurrir, al me­ Estado generaba empleos que absor­
nos en las áreas cafeteras, fue un bían el 3 % de la población activa to­
cambio en el origen social de los pro­ tal y 6.6 % de la población activa no
pietarios mediante traspasos de agrícola y tenía un nivel de gasto equi­
propiedad a comerciantes urbanos, valente, en 1945-53, al 10.6 % del
funcionarios, etc., que pudieron com­ consumo total y del 15 % del ingreso
prar fincas a bajo precio, pero, en to­ total del país, y del 15 % del ahorro
do caso, la información disponible es bruto, lo que ilustra bien las dimensio­
claramente insuficiente para argüir que nes que había adquirido el Estado.
la Violencia y el desarrollo de la agricul­ Por otra parte, el ahorro público en
tura comercial dieron origen a una este mismo lapso contribuyó en un
mayor concentración de la propiedad 17.5 % al financiamiento global de la
Capítulo 6 165

formación de capital, cifra con mucho co Cafetero, el Fondo Nacional del


superior a la de 1925-29, en gran parte Café, etc.; la mayoría de ellas creadas
como resultado de la política tributa­ después de 1940) proveyeron medios
ria que acentuó los gravámenes direc­ financieros para movilizar los recursos
tos y la reforma arancelaria de 1951 internos de la economía hacia sectores
que dio mayor flexibilidad a los ingre­ específicos. La mayor parte de los re­
sos públicos. Éstos pasaron de repre­ cursos del crédito oficial fueron, du­
sentar el 13.4 % en 1940-44, al 14.2 % rante estos años, a financiar al sector
del ingreso total del país en 1945-53. agropecuario. En 1940 la agricultura y
No menos importante fue la refor­ la ganadería recibían el 85.8 % del
ma arancelaria de 1950 sobre la evo­ crédito oficial y en 1950 esta propor­
lución de la economía. Si bien la re­ ción se mantenía en 86.3 %; para
forma tenía entre sus finalidades una 1954, el 49.4 % de las inversiones for­
de carácter fiscal, también tenía pro­ zosas de los bancos estaba represen­
pósitos proteccionistas en cuanto a es­ tado en bonos agrarios. En 1955 se au­
timular el proceso de sustitución de torizó a las secciones fiduciarias de los
importaciones. De hecho, el arancel bancos para colocar bonos industriales
establecido en 1931 había venido des­ y financiar proyectos específicos obli­
cendiendo en sus niveles de protec­ gándolos a adquirir bonos en lo que se
ción, y ya para 1948 era cuatro veces llamó cartera de fomento; lo cual se
menor que su nivel original, de modo refleja en el cambio de composición
que la reforma buscaba compensar esa de la cartera bancaria; la cartera de
situación. De igual importancia fue el largo plazo del sistema bancario pasa
establecimiento del control de cam­ del 14 % al 21.2 % entre 1955 y 1960,
bios, el establecimiento de depósitos estimulándose esta orientación de re­
previos sobre importaciones y control cursos de largo plazo todavía más me­
selectivo de éstas, que permitían ra­ diante la creación en 1957 de las cor­
cionar las divisas y regular las impor­ poraciones financieras y de los fondos
taciones independientemente de la efi­ de inversión en 1959.
cacia del arancel. En 1959, se expidió Con todo, la medida más adecuada
otra reforma arancelaria extendién­ de la importancia del Estado en la eco­
dola a otros bienes intermedios bási­ nomía se refiere a su participación en
cos no incluidos en la de 1951, con el algunas variables agregadas, esencia­
objeto de ampliar el proceso de sus­ les para el desarrollo. Medida así, es
titución de importaciones. innegable el sustantivo aumento de re­
De excepcional importancia fue el cursos manejados por el Estado a
papel del Estado en la orientación de través de sus diversos niveles, para el
recursos para financiar las diversas ac­ período 1950-1960. En efecto, entre
tividades económicas a través de cré­ estos años, los porcentajes del gasto
dito del sistema bancario. En efecto, público total con relación al producto
desde 1940 se ensayaron diversos pro­ interno bruto pasaron del 12.3 % al
cedimientos (exenciones tributarias, 16 %, las inversiones públicas del
inversiones obligatorias, etc.) para in­ 4.8 % al 5.4 %, los gastos departa­
centivar las inversiones en industrias mentales en inversión (con relación al
consideradas básicas. En 1948, se uti­ PIB) del 0.6 % al 0.9 % y los muni­
lizaron nuevamente estos procedi­ cipales del 0.8 % al 1.1 %, lo que sig­
mientos para canalizar recursos hacia nificó sin duda un enorme esfuerzo de
la siderurgia y en 1953 hacia las em­ captación de recursos por parte del go­
presas oficiales de energía eléctrica, al bierno, que se dedicaron en buena
tiempo que las instituciones oficiales parte al fomento económico (29.1 %
de crédito y fomento (Caja Agraria, en 1950 y 30.2 % en 1958-60), a la
Instituto de Fomento Industrial, Ins­ educación (8 % y 10.6 %), a la salud
tituto de Fomento Algodonero, el Ins­ (11.3 % y 8.4 %) y por supuesto al
tituto de Fomento Municipal, el Ban­ funcionamiento y defensa del Estado.
166 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Si se mira en perspectiva el desarro­ 13.0, el analfabetismo del 43.1 % al


llo económico alcanzado por el país en 37.7 %, el número de habitantes por
estos años, en términos de nivel de médico de 6.919 a 3.789, mientras que
vida de la población, que es como en el número de establecimientos educa­
últimas se miden los resultados de la tivos aumentó de 13.000 a 23.600 en­
economía, puede inferirse que, aun­ tre 1951 y 1964. El número de, abo­
que el ingreso per cápita se desaceleró nados al acueducto pasó de 123.3 (por
en la segunda mitad de los cincuenta mil) a 132.5 entre 1953 y 1960 y la dis­
(-0.83 % anual entre 1955 y 1960 ponibilidad de energía por habitante
contra 1.56 % anual entre 1950 y aumentó en un 36.9 %. En fin, los
1955) y su aumento absoluto no fue gastos per cápita en salud pasaron de
mayor (3.6 % en toda la década), los 13.7 pesos (de 1970) a 16.9 y los de
indicadores del nivel de vida, en todo educación de 19.2 a 38.4.
caso, mejoraron. Quizás hacia 1960, las condiciones
Entre 1950 y 1960 la expectativa de de vida no eran aceptables para la ma­
vida aumentó de 42 años a 48.1, la yoría de la población, pero eran en
mortalidad infantil se redujo de 135.8 todo caso mejores que quince años
(por mil) a 118.9 y la global de 14.2 a atrás.

Bibliografía
La mejor fuente de cifras generales para este período es CEPAL, Series históricas del creci­
miento de América Latina, Cuadernos Estadísticos de la CEPAL, Santiago de Chile, 1978. El
período 1946-1953 es tratado en detalle en CEPAL, Análisis y proyecciones del desarrollo eco­
nómico de Colombia; México, 1957, y para el período 1950-1958 se puede ver Contribución al
estudio del desempleo en Colombia, CIE, DANE, 1971, donde además se detallan cifras sobre
el empleo. La industrialización es minuciosamente tratada en ALBERTO CORCHUELO y GABRIEL
MISAS: «El proceso de industrialización colombiano 1945-1958», en Uno en Dos, n.° 4, Me-
dellín, marzo de 1975. El desarrollo global en relación con el contexto socio-político se estudia
convenientemente en Rocío LONDOÑO y FABIO VELÁSQUEZ: Proceso económico y jurídico-po-
lítico de Colombia, Bogotá, Ediciones Camilo, 1974. La agricultura en SALOMÓN KALMANOVTTZ:
El desarrollo de la agricultura en Colombia, Ed. La Carreta, 1979. Las relaciones entre el
desarrollo económico y la violencia se examinan en DANIEL PECAUT: «Reflexiones sobre el
fenómeno de la violencia», revista Ideología y Sociedad n.° 19, octubre de 1976, y para las
áreas cafeteras ABSALÓN MACHADO: «La economía cafetera en la década de 1950», Cuadernos
de economía, n.° 2, Universidad Nacional, 1980.
Capítulo 7 167

La economía colombiana.
1958-1970
Juan Felipe Gaviria G.

Introducción

S i fuera necesario definir de alguna


manera la característica funda­
mental de la economía colombiana du­
rante el período 1958-1970, expresada
a través del modelo de desarrollo vi­
gente explícita o implícitamente, no
cabría duda de que es en este período
donde más claramente el desarrollo
industrial, basado en la sustitución de
importaciones, orienta la totalidad de
la política económica.
En ninguna otra etapa del desarro­
llo reciente es tan clara la preeminen­
cia del sector industrial como sector lí­
der de la economía, con razón ade­
más. Las altas tasas de desarrollo mos­
tradas por el sector, que inducían un pleo urbano, otros modelos de desa­ Planta de la Esso
proceso de industrialización todavía rrollo empiezan a ganar terreno y se­ en Cali, a finales de
los años 50. En el
dinámico, parecían darles la razón a rán otros sectores los que entren período del Frente
todos aquellos que sostenían, a fe cie­ a desempeñar el papel de conductores Nacional la política
ga, la validez del modelo sustitutivo. de la economía, papel que la industria económica se orienta
Tan sólo a finales del período, alre­ debe entregar, consciente de su propia al desarrollo industrial
para sustitución
dedor de 1967, cuando la industria co­ debilidad, fruto de un proceso que de importaciones.
mienza a dar síntomas de agotamiento cargaba en sí mismo la semilla de su
y de incapacidad para liderar la eco­ terminación.
nomía, visibles en una drástica reduc­ No hay que olvidar que en lo polí­
ción en los niveles de creación de em- tico este período se inaugura simultá-
168 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

En otros términos, la designación


—consciente o no— de la industria
como sector de punta, parece definir
muy claramente la política económica
del período, que sólo se cuestiona a fi­
nes de la década de los sesenta, cuan­
do la coyuntura internacional reorde­
na las cosas, cuando las limitaciones
internas, las únicas que en el fondo
importaban, desaparecen frente a las
perspectivas de un mercado mundial
en expansión, que hace de forzosa
aceptación un modelo exportador
que además ofrece casi milagrosa­
mente una nueva salida a los ya vie­
jos escollos, cada vez más difíciles de
superar.
Vistas las cosas hoy, con una pers­
El presidente Carlos neamente con la consolidación pectiva lo suficientemente lejana para
Lleras Restrepo del Frente Nacional, que marca el fi­ que las distorsiones de la coyuntura
visita las instalaciones nal de la Violencia, con todo lo que desaparezcan, el panorama parece
de Ecopetrol en tuvo de contienda agraria. No es, bastante claro. Un modelo de desarro­
Barrancabermeja,
guiado por su gerente pues, aventurado afirmar que el inicio llo hacia adentro, asumido casi en for­
general Mario de este proceso político no marcó el ma unánime en un país cada día más
Galán Gómez. triunfo de una fracción de clase, en el integrado, más urbano, requiere, y
sentido de la persistencia de un grupo con urgencia, de un Estado moderno,
minoritario derrotado, sino más bien con herramientas básicas que le per­
la unificación de intereses alrededor mitan adecuarse —y en lo posible anti­
de una fracción de clase con una con­ cipar la política económica— al cam­
centración tal del poder político y eco­ bio en la coyuntura. Así, este período
nómico, que reducía al mínimo la po­ es rico en actos de gobierno que me­
sibilidad de expresión y de lucha de los recen puesto en la historiografía eco­
demás sectores. El reflejo en lo eco­ nómica, por su efecto real sobre la ca­
nómico es claro: la persistencia en to­ pacidad de manejo del Estado. Quizás
dos los órdenes de un modelo indus- nunca como en este período la evolu­
trializador que condiciona la política ción de los diagnósticos oficiales coin­
económica en todos los campos y que cidió tan de cerca con la evolución real
acepta, a regañadientes, la presencia de la economía, en buena medida gra­
de otras inquietudes sólo en la medida cias a la persistencia de un modelo cla­
de sus relaciones con el sector indus­ ro de desarrollo que, equivocado o no,
trial. Así el reformismo agrario es más orientaba la política y la hacía cohe­
una política urbana que la respuesta rente.
clara a la opción que debe jugar la Todavía hoy mantienen su vigencia
agricultura en el desarrollo; él déficit en el bagaje económico del Estado, o
crónico de divisas es tan sólo una res­ marcaron de verdad su influjo en el
tricción más a las posibilidades de cre­ período, la ley 135 de Reforma Agra­
cimiento del sector industrial; el mer­ ria, de 1961, la creación de la Junta
cado de capitales se ve únicamente Monetaria en 1963, la consolidación
como precondicíón indispensable para del poder del Estado en el Banco de
el surgimiento de una industria fuerte; la República, la institucionalización de
los recursos naturales —energía, pe­ Planeación Nacional en 1961, la crea­
tróleo— son sólo materias primas bá­ ción de las Corporaciones Financieras
sicas para la consolidación de la in­ y los Fondos de Inversión en 1960, el
dustria moderna (petroquímica, etc.). Estatuto Cambiario de 1967, la refor-
Capítulo 7 169

Cuadro 1

Algunos indicadores globales de los cambios ocurridos en el período

Tasa
Descripción 1958 1970 anual 58-70

Población total (millones) 14.3 21.0 3.3 %


Porcentaje población urbana 46 % 60% 5.6 % (1)
Población en centros mayores de 200.000 millones 3.5 6.2 4.9
Tasa bruta de natalidad (por 100) 42 32 (2.3)
Tasa bruta de mortalidad (por 100) 13 7.5 (4.7)
Índice salario real promedio construcción 100 124 1.8
Índice salario real promedio agrícola 100 113 1.0
Índice salario real promedio obrero-industrial 100 169 4.5
Índice salario real promedio empleado-industrial 100 191 5.5
Desempleo urbano abierto 7.9 (2) 8.2
Participación remuneración al trabajo en el P.B.I. (%) 35.3 41.2 5.9 (3)
Participación remuneración al trabajo en el P.B.I.
industrial 34.8 41.8 7.9 (4)
Participación gastos salud y educación en los gastos del
gobierno central 12.3 20.8 9.9 (5)
Energía generada por uso industrial y residual
(KWH/Hab.) 64 (6) 131 (7) 6.2

Alumnos matriculados en el SENA (miles) 5 268 39.3

Ingreso nacional per cápita (miles de pesos de 1970) 4.0 5.1 2.0

(1) Se refiere a la tasa de crecimiento anual de la población en las cabeceras municipales.


(2) Cifra para 1963.
(3) Tasa promedio anual de incremento en la masa salarial total.
(4) Tasa promedio anual de incremento en la remuneración al trabajo industrial.
(5) Tasa anual real de crecimiento en los gastos de educación y salud.
(6) Promedio anual para el período 1956-1960.
(7) Promedio anual período 1966-1970.

Fuente: Planeación y Desarrollo, Volumen IX, N.° 3, oct.-dic. 1977.


Nueva Historia de Colombia. Vol. V
170

ma constitucional de 1968 que deja en extranjero no es más que el reflejo al


manos del ejecutivo una parte impor­ interior de la división internacional del
tante de los instrumentos de interven­ trabajo, impuesta por el imperialismo
ción del Estado, la creación de fondos que determina un desarrollo depen­
especiales de redescuento en el Banco diente, cuyo resultado no puede ser
de la República reforzando su carácter otro distinto a un capitalismo defor­
de Banca de Fomento (Fondo Finan­ mado, sin cabeza. Así, tanto para la
ciero Agropecuario en 1966, Fondo de burguesía como para la izquierda, la
Inversiones Privadas en 1963), la ley 1 economía interna se mueve al ritmo
de 1959, primer estatuto básico de que le imprime la capacidad para im­
cambios y comercio exterior, el esta­ portar: se expande en las bonanzas del
blecimiento del impuesto a las ventas sector externo y entra en recesión en
en 1963, son una buena muestra de ac­ los ciclos de baja de nuestras expor­
ciones tendientes a reforzar el margen taciones. Internamente hay muy poco
de manejo del Estado en una econo­ por hacer, distinto a lo ya hecho: re­
mía donde las limitaciones internas se forzar la capacidad del Estado para
entendían como dominantes. adecuar las herramientas a los cam­
Dentro de este esquema general, bios menores exigidos en cada mo­
vale la pena investigar cuáles eran las mento, sin necesidad alguna de cues­
preocupaciones generales de la bur­ tionar el modelo, entre otras cosas
guesía sobre el desarrollo de la eco­ porque parece no existir alternativa.
nomía colombiana, hacia dónde apun­ El otro gran tema de la época, la
taban y cómo se integraban a la preo­ cuestión agraria, aparece vinculado,
cupación central: el modelo industria- no a lo que de problemático presen­
lizador y sus efectos en el desarrollo. taba el sector, sino más bien a la ne­
Parece claro que fue alrededor de las cesidad de retener la población cam­
limitaciones impuestas por la estre­ pesina en el campo. En este sentido,
chez crónica de divisas y del problema fue más un plan de economía urbana,
agrario, que giraron los grandes temas que un plan agrario. Unas palabras del
de discusión, por lo menos hasta me­ doctor Carlos Lleras Restrepo, prin­
diados de la década del sesenta, cuan­ cipal impulsor de la reforma agraria,
do el problema de desempleo urbano muestran muy claramente que ello era
empieza a dominar el panorama. Por así: «En tales condiciones [oferta la­
una parte, la limitación de divisas se boral campesina superior a la deman­
enmarca sin mayores dificultades den­ da] , lo que tienda a vincular a la tierra
tro de la concepción corriente en ese la población campesina, puede consi­
entonces; los problemas centrales del derarse como social y económicamen­
desarrollo residían en deficiencias te útil...»
del lado de la oferta: baja capacidad Cuando el modelo vigente empieza
de ahorro y divisas, recursos naturales a mostrar los primeros síntomas de
escasos, etc., y por tanto la acción del agotamiento, el desempleo urbano
Estado debía orientarse a cerrar la irrumpe como la gran preocupación
brecha entre unas necesidades cre­ nacional. Una década atrás el proble­
cientes y una oferta restringida de re­ ma no existía, y de pronto, sin saber de
cursos. No existe, pues, cuestiona- dónde, aparece y en magnitudes alar­
miento alguno al modelo; su inefica­ mantes. Surgen entonces presagios
cia, si existiere, sería causada por fac­ apocalípticos que ven muy cerca el de­
tores exógenos que es necesario mo­ rrumbe total de la economía, la que
dificar para garantizar un correcto inexorablemente sufrirá tasas de des­
funcionamiento del sistema. Pero hay empleo urbano del orden del 33 %
todavía una ventaja adicional, que pa­ según los pronósticos de entonces, con
radójicamente juega también a favor sus claras consecuencias políticas y so­
de los diagnósticos realizados por la iz­ ciales. Ante tan dramáticas perspecti­
quierda; el déficit crónico de cambio vas y en medio de un nuevo ambiente
Capítulo 7
171

En Roma,
Carlos Lleras Restrepo
se entrevista,
en el marco de una
reunión de la FAO
(Organización para la
Alimentación y
Agricultura), con el
ministro de Agricultura
de la República Árabe
Unida, Sayed Marei,
con el fin de integrar
un comité especial de
reforma agraria.
En ese momento, 1971,
Lleras ocupa la
presidencia de una
comisión especial de
la FAO sobre
reforma agraria.

creado por la inusitada apertura al co­ El país que se asoma a la década de


mercio mundial, se cuestiona por pri­ los sesenta es todavía un país rural.
mera vez en forma implacable el ana­ Con cerca de 14.3 millones de habi­
crónico modelo cepalino, se pone en tantes, más del 54 % viven fuera de
duda la bondad de la industria como las cabeceras municipales; sólo una
sector de punta; en fin, se respiran ciudad, Bogotá, sobrepasa el millón
nuevos vientos que ven en el sector ex­ de personas; y el mercado netamente
portador y en la vivienda los nuevos urbano, aquel que habita en poblados
líderes del desarrollo. Cuando todos con más de 200.000 habitantes, llega
parecen estar nuevamente de acuerdo, sólo a 3.500.000 personas, asentadas
la economía vuelve y les juega una de en cuatro grandes capitales. Doce
sus acostumbradas malas pasadas: los años más tarde la situación es bien di­
jinetes del apocalipsis no llegan y el ferente: Colombia es ya un país ur­
sector industrial expande su empleo a bano con un desarrollo acelerado de
tasas sólo vistas quince años atrás: sus ciudades. Con 21 millones de ha­
5.6 % promedio anual para el período bitantes, tan sólo un poco más del
1971-1974, con sectores creciendo a 40 % viven en el campo; en cabeceras
tasas anuales superiores al 10 %. Se con más de un millón de personas, cer­
diseña toda una estrategia de reorde­ ca de 3.300.000; y en ciudades con más
namiento de la demanda interna, con de 200.000 viven ya 6.200.000, casi un
la vivienda como eje central, pero es 80 % más que en 1958. En el breve
el sector exportador el que lleva todo lapso de doce años, el país modificó
el peso del crecimiento, apoyado en la sustancialmente su distribución espa­
nueva coyuntura externa y en las he­ cial, consolidando un mercado urbano
rramientas creadas por el decreto ley muy importante, no sólo debido a los
444 de 1967. cambios demográficos, sino además a
Antes de entrar al análisis particular incrementos importantes en los ingre­
de los diferentes sectores de la eco­ sos percibidos por la población urba­
nomía, demos una rápida ojeada so­ na. Algunos estimativos muestran
bre los cambios generales producidos cómo el ingreso total urbano de las
por el desarrollo durante estos doce ciudades con más de 200.000 personas
años. se multiplicó por tres entre 1958 y
172 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

1970, para situarse en cerca de 42.000 pacidad instalada en energía pasa de


millones de pesos de 1970, unos 580 MW a 2.078; el consumo per cá-
$ 6.800 per cápita. pita de energía se incrementa de 65
Es que realmente las cosas ocurren KWH a cerca de 150 KWH; el parque
así: el desarrollo sostenido de la eco­ automotor total del país se ve adicio­
nomía durante el período —incremen­ nado durante el período en 190.000
to medio anual del PIB (Producto In­ vehículos; en fin, el país al final del pe­
terno Bruto) del 5.2 % y tasas de in­ ríodo es un país urbano con un mer­
cremento industrial promedios supe­ cado de clase media importante, que
riores al 6.5 %— estuvo acompañado elimina las restricciones de tamaño,
por una mejor redistribución del in­ vigentes diez años atrás. Los retos que
greso. Así el porcentaje de participa­ plantea su desarrollo son los típicos de
ción de la remuneración al trabajo en una sociedad urbana en rápido creci­
el Producto Interno Bruto se elevó miento, que ve crecer su fuerza labo­
sostenidamente entre 1958 y 1970, al ral urbana a tasas muy elevadas, fruto
pasar de un 35.3 % a un 41.2 %, la ci­ de los altos índices de natalidad vigen­
fra más alta jamás lograda, lo que im­ tes en el pasado, de la mejora en la
plica doblar la masa salarial total. En atención de salud y de un proceso mi­
la industria ocurría algo similar: la re­ gratorio interno campo-ciudad cre­
muneración al trabajo en moneda ciente y selectivo.
constante se multiplica por 2.5 en los Ante esta realidad innegable, se en­
doce años. Además, el salario anual frenta una industria que sufre los efec­
promedio en la industria manufactu­ tos de su propia debilidad —ausencia
rera crece, en términos reales, a un del sector de bienes de capital—, un
5.4 % anual, a la vez que los salarios sector agrícola que se debate entre el
agrícolas lo hacen solamente al 1 %, reformismo impulsado por la Alianza
menos de la mitad del crecimiento del para el Progreso y los planes tipo
salario urbano en la construcción, la «Operación Colombia», presentado
que a su vez expande la proporción de por Lauchlin Currie en 1960, y un sec­
la remuneración al trabajo en el pro­ tor externo en franco proceso de aper­
ducto del sector desde un 72 % a un tura a partir de la segunda mitad de la
81 %. década de los sesenta. Los problemas
Efectivamente, el país mejora en la son ahora otros y las soluciones dife­
casi totalidad de los índices, moder­ rentes: se abandona totalmente el re-
nizándose a la vez que da paso a un formismo agrario, en tanto que el sec­
Estado más intervencionista. La dé­ tor exportador y la construcción de vi­
cada de los setenta encuentra, pues, vienda toman el liderazgo que les cede
una Colombia diferente, con un mer­ la industria, sin mayores traumatis­
cado urbano inimaginable diez años mos, pues el cambio en la coyuntura
atrás, con mejoras sustanciales en la así lo exige.
calidad de vida de sus gentes. Las ci­ Lo que vale la pena resaltar aquí es
fras son más que elocuentes: la expec­ el hecho de que el cambio de concep­
tativa de vida pasa de cuarenta y ocho ción se presenta frente a una realidad
años a cincuenta y ocho; la mortalidad económica completamente diferente,
para menores de un año se reduce del que supera por sí misma lo que en el
120 por mil al 70 por mil; la situación pasado fueron importantes escollos
relativa del país, según el índice físico aparentemente insalvables. Así, por
de calidad de vida, se eleva del 64 al ejemplo, el acceso a la exportación de
71, una mejora sustancial en términos manufacturas, permitido ahora y en
relativos a otros países; el gasto pú­ magnitud apreciable, deja sin piso la
blico per cápita en educación y salud, aparente imposibilidad de hacerlo, im­
medido en moneda constante, crece al plícita en el modelo anterior de desa­
12 % anual, promedio para multipli­ rrollo hacia adentro que negaba de
carse por 3.8 % en el período; la ca­ plano esa posibilidad. Además, los
Capítulo 7 173

problemas de economía de escala que contradicción con lo planteado atrás.


impedían dentro de la racionalidad ca­ El modelo industrializador tuvo su vi­
pitalista el desarrollo de un buen nú­ gencia, su preeminencia, gracias a que
mero de proyectos industriales, desa­ su operabilidad era, con altibajos,
parecen ahora gracias al importante aceptable, y sólo requería de ajustes
crecimiento del mercado urbano. No en la capacidad de manejo del Estado.
se trata, pues, de modificaciones en la En el fondo, la unanimidad de clase
política económica y en la concepción era tal, las alternativas tan traumáticas
del desarrollo que aparecen en el am­ y los escollos tan ajenos al manejo in­
biente como rayo en cielo sereno: son terno (las divisas, siempre las divisas),
quizás más bien la respuesta a una que sólo un cambio en las condiciones
nueva estructura del aparato produc­ externas (o una revolución imposible)
tivo y a cambios en la coyuntura mun­ obligarían a una modificación en el
dial, que obligan a un reacomodo en rumbo. El país (su clase dirigente)
la dirección económica del Estado, a pregona con Lampedusa: «que todo
un cambio en el énfasis puesto sobre cambie para que todo quede igual».
las diferentes herramientas de control
y manejo. Es que, en el fondo, así han La industria
sido las cosas en la dirección econó­
mica del Estado: la falta de un pro­ El proceso de industrialización colom­
pósito nacional que enrumbe el desa­ biano y las formas que ha adoptado
rrollo capitalista, produce un manejo presentan características muy simila­
coyuntural, una política de tira y aflo­ res a la mayoría de los países latinoa­
ja, destinada a adecuar los mecanis­ mericanos. Desde su nacimiento
mos de intervención del Estado a lo —casi unánimemente fijado alrededor
que la coyuntura le indique. El lide­ de 1930, con ocasión de la gran crisis
razgo reside, pues, en aquel sector del capitalismo occidental— se asume
para el cual el momento sea más pro­ un proceso sustitutivo, que se mantie­
picio. Es la coyuntura la dominante y ne, casi sin modificaciones, hasta fines
no el modelo, se acomoda la política de la década de los sesenta. A partir
a las exigencias de aquella y no a la de 1967, se abandona el modelo in-
persistencia del esquema. Y no existe dustrializador para basar el desarrollo

Lauchlin Currie
(segundo de la
derecha) durante una
cena ofrecida a
funcionarios de la
FAO y de la ONU,
en el Gran Vatel,
Bogotá, 1960.
Con él aparecen:
Anthony Boliasry,
Mario Bertossi,
Norberto Sánchez,
Gabriel Echeverri
y Virgilio Mariavelli.
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
174

fabril y en las altas tasas de crecimien­


Cuadro 2 to industrial. Así, por ejemplo, la par­
ticipación de los bienes intermedios y
de capital en la importación de ma­
Tasas de crecimiento anual promedio por sectores nufacturas asciende de un 61 % hacia
de la industria fabril 1940, hasta un 78 % alrededor de
1950, y a un 91 % al inicio del período
comentado, reduciendo de paso la
1958-62 1963-66 1967-70 oferta importada de bienes de consu­
mo. En la misma medida se va modi­
ficando la estructura del sector indus­
Grupo 1 11.0 3.0 5.6 trial: los sectores típicamente produc­
tores de bienes de consumo corriente
Grupo 2 16.0 9.2 8.0 empiezan a perder participación a par­
tir de 1958 (terminaba ya su papel de
Grupo 3 20.0 6.5 6.5 impulsores de la industria), pasando
de representar el 65 % del valor agre­
Total 13.2 4.6 6.5 gado industrial en ese año, a participar
con sólo un poco más del 50 % a fines
de 1970. Los ritmos de crecimiento fa­
Grupo 1 Típicamente productores de bienes de consumo.
Grupo 2 Típicamente productores de bienes intermedios. bril son también diferentes: entre 1950
Grupo 3 Típicamente productores de bienes de capital. y 1958 el valor agregado fabril se ex­
pande a una tasa media del 7.3 %
anual, un 70 % superior a la del pro­
Fuente: Boletín del DANE, varios números. Cálculos del autor. medio de la economía; para el período
1958-1970, la tasa media industrial se
reduce al 6.2 % anual, tan sólo un
20 % por encima de la mostrada por
en el sector externo. La industria será el Producto Interno Bruto. En otras
ya solamente un sector de apoyo, y su
mayor o menor presencia en la eco­ palabras, el proceso de industrializa­
nomía dependerá de lo que la coyun­ ción reduce su ritmo al entrar en áreas
tura indique como necesario y de su más complejas, de mayores requeri­
capacidad para participar en los nuevos mientos técnicos y de menor dinamis­
mercados de exportación. Importa, mo a corto plazo.
pues, ahora su capacidad de exportar, Estas dos etapas del proceso de sus­
más que su característica de industria. titución de importaciones, si bien se
Dentro del modelo sustitutivo pue­
den distinguirse claramente dos eta­
pas. La primera, la etapa propiamente
sustitutiva en la cual se lleva a cabo la Cuadro 3
sustitución de bienes de consumo co­
rriente y, en alguna medida, la de bie­ Estructura del sector industrial
nes de consumo durable, se desarrolla (porcentajes)
hasta más o menos 1958, para iniciar,
a partir de allí, la sustitución de bienes 1958 1970
intermedios y de capital, dentro de los
límites que le imponen la magnitud y
la estructura del mercado interno. Grupo 1 64.2 54.1
Las cifras que convalidan estas ase­ Grupo 2 30.6 38.2
veraciones son bien claras y marcan de
forma más que visible los cambios ra­ Grupo 3 5.2 7.7
dicales que se presentan en la com­
posición de la oferta industrial impor­ Fuente: Planeación y Desarrollo. Volumen
tada, en la estructura misma del sector IX, n.° 3. Óct.-dic. 1977.
Capítulo 7
175

apoyan sobre una misma política, lle­


van dentro de sí, profundamente mar­
Personal ocupado en la Industria Cuadro 4
cadas, contradicciones específicas.
Los efectos que tienen sobre el pro­
ceso mismo, y, por ende, sobre las po­ Tasa Tasa Tasa
sibilidades reales de desarrollo, los 1958 1962 58-62 1966 62-66 1970 66-70
cambios en la disponibilidad de divisas
o en los desarrollos del mercado in­
terno, son totalmente diferentes. En
la etapa propiamente sustitutiva las Grupo 1 144.130 159.900 2.6 167.750 1.2 199.080 4.4
cosas parecen marchar muy bien: se
aprovecha un mercado ya creado, los Grupo 2 82.750 100.450 5.0 111.940 2.7 129.580 3.7
requerimientos tecnológicos y de su­
ministro de materiales son menores o, Grupo 3 21.620 27.660 6.4 32.100 3.8 33.300 0.9
por lo menos, susceptibles de manejo
por el Estado (por ejemplo: algodón y Total 248.500 288.010 3.8 311.790 2.0 361.960 3.8
otras materias primas de origen agrí­
cola). El paso a la etapa siguiente (sus­
titución de bienes intermedios) no es Fuente: Planeación y Desarrollo, Volumen IX, n.° 3. Oct-Dic. 1977.
el fruto de un simple proceso de cre­ Boletín del DANE. Clasificación del autor.
cimiento lineal; es necesario dar un
salto cualitativo, pues las nuevas for­
mas de articulación así lo exigen.
El crecimiento bajo el esquema sus- yándose fundamentalmente en el mer­
titutivo, no solamente no libera a la in­ cado interno existente en el país y
dustria de sus ataduras con el sector abandonado por la manufactura ex­
externo, como parece sugerirlo la ex­ tranjera, debido a los períodos de «cri­
presión, sino que, por el contrario, las sis» que siguieron a la gran depresión
endurece, haciendo más nocivos los (guerra mundial, conflicto de Corea).
efectos de una restricción en divisas. Por otra parte, el efecto multiplicador
A medida que se avanza en el desa­ que significó un proceso industrial
rrollo industrial, sustituyendo oferta esencialmente dinámico, logró man­
importada por oferta de producción tener más allá de la simple sustitución
nacional, los requerimientos en divisas una importante ampliación en el mer­
para la operación y expansión de la cado interno, acompañado de cambios
base industrial son mayores, no sólo sustanciales en la composición del
en magnitud sino también en las ca­ consumo global a favor de una mayor
racterísticas de los problemas que ge­ demanda —en términos relativos—
nera su deficiencia. Todavía hoy, me­ por alimentos manufacturados y otros
dio siglo después de iniciado el pro­ productos fabriles. El escollo a este
ceso, las materias primas de origen ex­ proceso no parecía estar próximo y el
terno consumidas por la industria re­ país se modernizó, urbanizándose y
presentan cerca de la cuarta parte del creando un proletariado industrial,
consumo total de materias y materia­ base de un mercado no sólo más am­
les, idéntica proporción a la vigente en plio sino más exigente por productos
1958, aun cuando de mayor volumen manufacturados, más urbano.
monetario y de mucha más alta com­ Este proceso de modernización mo­
plejidad técnica. difica sustancialmente la forma de
Volvamos un poco atrás para des­ articulación del aparato productivo
cribir someramente los cambios que nacional con el sector externo. Duran­
produjo en la economía el proceso te la segunda mitad del siglo XIX y las
sustitutivo. tres primeras décadas del presente, la
La sustitución de bienes de consu­ disponibilidad de divisas, si bien mo­
mo corriente logró afianzarse, apo- dificaba los ritmos de expansión de la
176 Nueva Historia de Colombia, Vol. V

economía, reducía su efecto a impedir rrollo a la existencia de divisas. De


las importaciones de bienes corrientes esta manera, el curso de la industria­
y en muy escasa medida influía sobre lización colombiana estará determi­
el aparato productivo en forma direc­ nado por el ciclo propio de la capaci­
ta. A partir de la industrialización, las dad para importar, restrictiva de la in­
fluctuaciones en la capacidad para im­ versión, dejando a las variaciones en
portar recaerán, ya no sobre la esfera las condiciones internas, un papel se­
del consumo, sino sobre la de las in­ cundario. Además de esta relación
versiones y sobre las posibilidades di­ esencial, el sector externo se vincula
rectas de producir. Anteriormente, la con el aparato económico en otros
escasez de divisas limitaba el consu­ campos, con resultados que van en el
mo; ahora impide la expansión y en al­ mismo sentido en que lo hace su efec­
gunos casos hasta la producción. Se es to primario: acentúan el ciclo, en lugar
más dependiente a pesar de la mayor de operar anticíclicamente. Así por
participación nacional en la oferta de ejemplo, el efecto sobre la ampliación
manufacturas, y más en 1970 que en de la demanda interna vía redistribu­
1958, a pesar de los progresos indus­ ción de los dineros obtenidos en ex­
triales. portación, es menor precisamente en
Es así, entonces, como nuestro de­ aquellos momentos de estrechez, que
sarrollo económico sigue muy de cerca impiden también la realización de la
las fluctuaciones en la disponibilidad acumulación.
de divisas y, por ende, la política eco­ Veamos ahora, con mayor deteni­
nómica se mece al son que le toque el miento, qué ocurre con la industria
sector externo. Precisando un poco, si durante el período; para ello tratemos
bien la capacidad para importar no de­ de hacer el análisis en tres fases más o
termina en forma directa los niveles de menos homogéneas en lo que al sector
acumulación, sí les pone, por decirlo externo se refiere: 1958-1962, período
así, una cota máxima a las posibilida­ de recuperación de la crisis anterior
des reales de invertir, en la medida en (1955) y estabilidad relativa en el sec­
que éstas dependen de la capacidad tor externo; 1963-1966, grandes fluc­
para convertir en divisas las ganancias, tuaciones con manejo muy variable; y
y posteriormente en maquinaria y 1967-1970, abundante crédito externo,
equipo importado, ante la ausencia vigencia del decreto ley 444 e inicio de
clara (y fundamental) de producción la fase exportadora.
nacional.
Como el proceso sustitutivo es ne­ Período 1958-1962
cesariamente selectivo, debido a las li­
mitaciones que le impone el tamaño Este período, que en lo externo se ca­
del mercado, la base industrial así racteriza por una relativa estabilidad
creada se desarrolla desbalanceada- dentro de la aguda estrechez de me­
mente. A finales del período sustitu- dios de cambio internacional, muestra
tivo (1967), nuestra industria se ase­ un excelente comportamiento del sec­
meja más a un enano contrahecho, tor industrial, que no deja entrever
que al joven vigoroso al que sólo le por ningún lado la posibilidad de una
falta desarrollarse. Esta diferencia tan crisis.
marcada en la imagen que asume la in­ El valor agregado bruto fabril crece
dustria nacional estriba en la ausencia a tasas promedio anual del 13.2 % en
casi total de la rama productora de términos reales, lo que permite expan­
bienes de producción, lo cual obliga a dir su volumen en un 65 % en sólo
importar lo fundamental en bienes de cuatro años. El sector típicamente
capital y materias primas, limitando productor de bienes de capital mues­
no sólo los efectos interindustriales de tra tasas cercanas al 20 % anual (do­
las ampliaciones en el mercado inter­ blando su aporte a la economía en el
no, sino supeditando además el desa­ período), a la vez que el sector de bie-
Capítulo 7 177

Embarque de café
en el puerto
de Barranquilla.
hacia 1960.

nes de consumo crece a niveles del de integración vertical. Este hecho se


11 % y el de bienes intermedios lo convertiría más tarde en la base para
hace al 16 % anual. La bonanza in­ el establecimiento de fábricas de pro­
dustrial expande sus beneficios por to­ ductos químicos, sobre los que recae­
das partes, se crean nuevas industrias, ría en buena parte la responsabilidad
la modernización y expansión de las ya de mantener un desarrollo adecuado
existentes son vigorosas, la inversión de la industria. Por otra parte, secto­
industrial no se queda atrás y, por el res como el de papel y carbón, caucho,
contrario, logra cifras espectaculares, productos metálicos y maquinaria y
que en teoría hacen ver un futuro cre­ artículos eléctricos irrumpen de ver­
ciente y halagador, basado en la nueva dad en la industria y logran todos ellos
capacidad productiva; los escollos del duplicar en exceso sus volúmenes de
mercado —hoy tan fáciles de consta­ generación de riqueza.
tar— no enturbian el panorama. El Durante este período se montan fá­
crecimiento en los precios es mode­ bricas de fibras poliestéricas, se inte­
rado (5 % anual para los precios al gra verticalmente el sector lanero con
por mayor de bienes manufacturados plantas de lavado y de fabricación de
y el 6.6 % para consumidor obrero), «tops», el sector textil de algodón in­
lo que permite un incremento real en crementa su capacidad productiva en
la capacidad de compra de los colom­ un 33 %, entran en producción nuevas
bianos. plantas para la fabricación de pulpa,
El sector textil, que logra autoabas- de resinas vinílicas, de papel y cartón,
tecerse de algodón a partir de 1960, de cemento y de trefilación; en fin, el
expande su producción a tasas cerca­ auge en nuevos desarrollos y en en­
nas al 11 % anual, diversificándose en sanches era muestra innegable de que
su interior y creando mercados a tra­ el esquema sustitutivo funcionaba.
vés de sus necesidades crecientes de El empleo fabril crece, aun cuando
materiales, abriendo así la posibilidad más lentamente de lo que era dado es-
178 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

perar con los volúmenes de incremen­ bien diferente a la predominante en


to en la producción, lo que sugiere una Colombia. Así, los tamaños de escala
elevación de los niveles de producti­ y la intensidad del capital requeridos
vidad del trabajo, compatibles además se traducían generalmente en unida­
con la mejora en la remuneración real. des de producción sobrediseñadas en
Efectivamente, la producción bruta relación al mercado local.
real por trabajador ocupado en la in­ Estas dos características se reforza­
dustria creció al 5.3 % anual, cifra in­ ban entre sí, haciendo cada día más
ferior al aumento anual en la remu­ monopolizada la producción y más
neración per cápita al trabajo (7.2 %). «moderno» el proceso tecnológico in­
Durante el período, la industria lo­ corporado a los nuevos desarrollos in­
gra crear cerca de cuarenta mil nuevos dustriales. No es difícil entender cómo
puestos, unos diez mil por año, lo que frente a una estrechez crónica de di­
significó un crecimiento promedio visas y a su natural racionamiento o
anual del 3.9 %, cifra ya por debajo asignación de cupos y a una industria
de la tasa anual de incremento en la con capacidad productiva ociosa, se
fuerza laboral de las principales ciu­ conformen elevadas barreras al ingre­
dades del país. Se empezaba, pues, a so de la competencia, tanto por el ni­
gestar el gran pecado del modelo in- vel menor de costos implícito en la
dustrializador: a la vez que propiciaba modernización, como por los tamaños
y necesitaba un desarrollo urbano ace­ mínimos económicos de planta y por
lerado, era incapaz de ofrecer las la dificultad en el acceso a las divisas,
oportunidades de trabajo remunerati­ cuya expansión «racional» impide la
vo que requería el país. Sin embargo, presencia de la competencia en sec­
el desarrollo industrial aún era diná­ tores con capacidad excedente.
mico, el mercado no parecía todavía Este proceso de monopolización,
agotado, el freno al desarrollo indus­ como es natural, se acentúa precisa­
trial que conlleva el modelo sustitutivo mente a partir de la sustitución de bie­
como una de sus características esen­ nes intermedios y de capital, donde los
ciales apenas empieza a sentirse, vía la requerimientos tecnológicos son más
reducción en la dinámica de la crea­ exigentes y los tamaños mínimos de
ción de empleo industrial.
planta y la magnitud del mercado de­
Existen dos fenómenos bastante dis­ terminan un reducido número de uni­
cutidos por los analistas del desarrollo dades viables, generalmente una o
industrial colombiano, cuyo origen re­ dos. Vistas así las cosas, tanto la con­
side sin duda en la doble determina­ centración como la alta intensidad de
ción que le imponen un mercado in­ capital o su equivalente, moderniza­
terno estrecho y sin posibilidades de ción tecnológica, son prácticamente
expansión sostenida y un sector exter­ inevitables. No se trata, pues, de una
no inestable y limitante: alto grado de dirección económica errada y, por lo
concentración industrial y un nivel ele­ tanto, susceptible de ser enderezada,
vado de mecanización respecto a la sino más bien de condiciones insalva­
oferta interna de factores productivos. bles que conducían a un desarrollo in­
En otras palabras, nuestra industria dustrial desequilibrado, con una es­
adquiere muy tempranamente una di­ tructura que más tarde hará sentir sus
versificación horizontal muy extensa, efectos sobre sus posibilidades de ex­
única vía de salida a las limitaciones pansión.
del mercado, de por sí fragmentado en Durante el período se presentan
pequeños volúmenes, lo cual impide la cambios relativamente importantes en
especialización productiva. Simultá­ la estructura productiva del sector fa­
neamente, la sustitución de la oferta bril. Así, el grado de disparidad entre
externa por producción nacional obli­ la distribución porcentual del valor
ga a incorporar tecnología cuyo diseño agregado fabril para los años extremos
obedece a una estructura de recursos del período es significativo, un buen
Capitulo 7 179

índice de que la estructura fabril se


está modificando. La velocidad de esa
modificación es además elevada: el
número de puntos porcentuales gana­
dos por aquellos sectores que incre­
mentan su participación (igual a los
pedidos por los que la reducen) fue,
en el período, de 1.6 % por año, fren­
te a 1.3 % anuales para el lapso 1950­
1958; una velocidad en el cambio ma­
yor en un 23 %. Una prueba más de
que el proceso sustitutivo más comple­
jo está en completa operación, modi­
ficando además la estructura indus­
trial.
La inversión extranjera no podía
quedar ajena a este proceso de indus­
trialización, que entre otras cosas es­
taba aprovechándose de mercados
creados por firmas del exterior, que,
ante la perspectiva de perderlos, pre­
firieron correr los riesgos de iniciar su
producción en el país. Además, es cla­ terna en la industria. Así, entre 1959 Alberto Lleras habla
ro que en un proceso de industriali­ y 1962, el flujo anual de la inversión en Georgetown
zación que implica una complejidad privada extranjera asciende a US $ 12 University sobre la
tecnológica creciente, el papel de la millones, un 25 % superior al prome­ crisis y el futuro
inversión extranjera, como vehículo de la Alianza para
dio registrado entre 1950 y 1957. A fi­ el Progreso,
obligado de transferencia de conoci­ nes de 1962, la inversión directa de Es­ Washington,
mientos técnicos, sea cada día mayor. tados Unidos en Colombia en el sector mayo de 1964.
En verdad, los incrementos en los flu­ de manufactura ascendía a US $ 102
jos de inversión extranjera en la in­ millones, cerca de la cuarta parte de
dustria están directamente ligados a la inversión privada total de origen
las necesidades tecnológicas de los estadounidense, vinculada con segu­
nuevos desarrollos industriales. Es ridad a la transferencia de tecnolo­
precisamente hacia los sectores más gía.
dinámicos, que coinciden con aquellos Las cifras globales parecen realmen­
de mayor complejidad técnica, hacia te insignificantes, vistas con ojos de
donde se dirige la inversión extranjera hoy. En el año con mayor flujo de in­
(química, papel, caucho, productos versión privada extranjera en el perío­
eléctricos y mecánicos, etc.) No se tra­ do (1961), ésta alcanzó a representar
ta, pues, como era corriente justificar cerca del 30 % de la inversión neta fija
la inversión extranjera en la época, de en la industria para el mismo año, me­
un aporte positivo a la escasa y «li­ didas ambas en pesos constantes de
mitante» capacidad de ahorro del país, 1958. La incidencia no es, pues, des­
sino de la necesaria vinculación del ca­ preciable, y menos si se tienen en
pital extranjero, único capaz de apor­ cuenta los niveles de penetración por
tar los conocimientos técnicos reque­ sector, la diferencia tecnológica con
ridos por la nueva industria. todo lo que de ventaja en costos de
A pesar de las dificultades estadís­ producción implica, la estructura oli-
ticas inherentes a la falta de control y gopolística que genera, en fin, la es­
a la obligatoriedad del registro interno tructura productiva de dominación
de la inversión, las cifras muestran una que va generando. Más tarde, en épo­
importante tendencia al incremento cas de crisis cambiaría más aguda, el
en la participación de la inversión ex- Estado tomará como propios los ar-
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
180

gumentos que antes eran de uso exclu­ Esta gran inestabilidad del sector
sivo de la izquierda, llegando a pro­ externo se refleja internamente en una
poner como esquema óptimo de vin­ brusca reducción en los ritmos de cre­
culación del capital extranjero, el en­ cimiento. El Producto Interno Bruto
deudamiento, contrapuesto a la inver­ reduce su crecimiento al 4.6 % anual,
sión. Esta última vinculaba sin límite y la industria, que había llevado bajo
temporal el aparato económico con el su peso la responsabilidad del desarro­
capital extranjero, sus mecanismos ex- llo, se enfrenta a su primera crisis, más
poliativos eran incontrolables y sus allá de una simple reducción de carác­
efectos de dominación mucho más ter coyuntural. Las tasas de crecimien­
agudos. Pero resulta que el capital ex­ to del período anterior se contraen
tranjero se vincula al país como inver­ abruptamente: el valor agregado bru­
sión por razones bien diferentes a to fabril crece a sólo 4.6 % anual, una
aquellas que movilizan el capital prés­ tercera parte de la tasa del período an­
tamo; éste se mueve con criterios cor- terior. La crisis entra, pues, en toda su
toplacistas, y aquel lo hace impulsado vigencia y se refleja con musitada du­
fundamentalmente por su relación di­ reza en la casi totalidad de los sectores
recta a la tecnología. En último tér­ industriales; tan sólo la química, el pa­
mino, es la técnica lo que requieren pel y los equipos eléctricos logran
los mercados nacionales y no el capi­ mantener niveles de desarrollo ade­
tal, el cual es finalmente accesorio. cuados: 16.2 %, 12.4 % y 11.9 % anual
promedio, respectivamente.
Período 1963-1966 Los efectos benéficos de la sustitu­
ción de bienes intermedios están to­
En lo externo, este cuatrienio se ca­ davía presentes y continúan dinami-
racteriza por gran variabilidad de la zando el desarrollo de los sectores in­
política cambiaría, la cual ensaya to­ dustriales típicamente productores de
dos los mecanismos imaginables para materias primas y productos de uso in­
conciliar objetivos «liberalizantes» de dustrial. Sin embargo, las cosas no son
comercio exterior, con tasas de cam­ ya del nivel logrado en el pasado: el
bio estables. Así se inicia este período sector de bienes de capital se expande
con los serios trastornos heredados de al 6.5 % anual, menos de la tercera
la singular devaluación de noviembre parte de la tasa media del período an­
de 1962, que elevó el certificado de terior, y sólo el sector de bienes inter­
cambio aplicable a la mayoría de las medios logra mantener una tasa por
importaciones de $ 6.70 a $ 9.00 por encima de la mitad de la del quinque­
dólar. El control selectivo a las im­ nio pasado.
portaciones aparece y desaparece sin Durante este período se presentan
ninguna planeación: partiendo de una por primera vez reducciones en el va­
prohibición casi total establecida a fi­ lor agregado de algunos sectores in­
nes de 1962, se comienza a liberar dustriales; en 1963, cuatro ramas de la
paulatinamente durante 1963, para re­ industria reducen su aporte al produc­
versar en 1964, frente a serias presio­ to nacional, en 1964 son ya seis los sec­
nes por una nueva devaluación. En tores que presentan tasas negativas, y
1965 se inicia un nuevo proceso de li­ en 1966 serán ocho. La industria textil
beración que continuará hasta fines de
1966, cuando la situación de presión vive la primera de sus crisis en 1964,
externa sobre la urgencia de devaluar de la cual sólo se recuperará cuando la
nuevamente, resulta en un enfrenta­ apertura internacional le permita el
miento con el Fondo Monetario Inter­ acceso al mercado externo.
nacional que, en lo interno, dará lugar La crisis del modelo industrializador
a la expedición del Estatuto Cambia- por sustitución comienza, pues, a ges­
rio plasmado en el decreto ley 444 de tarse y todos los síntomas que le son
marzo de 1967. propios están presentes en el panora­
ma industrial en este período: un mer­
Capítulo 7 181

cado interno estrecho que reduce nue­ eléctricos, los cuales generaron cerca
vamente la posibilidad de desarrollo, del 50 % de los empleos industriales
como expresión última de los altos ni­ creados durante el período.
veles de desempleo y subempleo ur­ Empieza, pues, a ser visible la ma­
bano y rural; una estructura industrial nifestación más dramática de la ino-
deformada en donde no hay lugar a un perabilidad del modelo sustitutivo: el
crecimiento inducido por los efectos desempleo urbano creciente, que do­
interindustriales; un proceso sustituti- minará la preocupación y el análisis
vo que toca a su fin, simplemente por­ económico a partir de 1967. En efecto,
que en lo fundamental ya no hay qué la velocidad de absorción de mano de
sustituir dentro de la racionalidad ca­ obra está determinada, no sólo por el
pitalista. Ya no existe, pues, el sopor­ ritmo de expansión de la producción,
te al desarrollo industrial, y la indus­ sino, además, por la naturaleza de la
tria creada al empuje de la sustitución tecnología utilizada y por la magnitud
es incapaz de generar un nuevo im­ de los efectos multiplicadores de la es­
pulso que la mantenga a la vanguardia tructura industrial. Y ya sabemos qué
del crecimiento. pensar de los niveles tecnológicos que
El empleo generado por la industria la industria se ve obligada a utilizar en
es ya bastante bajo: unos cinco mil sus nuevos desarrollos, cuál es la es­
ochocientos puestos de trabajo por tructura industrial resultante del pro­
año, lo que representa una tasa del ceso y cuán lánguidos son ya los ritmos
2 % anual promedio. Además, esto es de expansión en la industria. A fines
posible sólo gracias a los efectos di- de 1966, el desempleo abierto en las
namizadores de algunos sectores como cuatro principales ciudades del país as­
el químico, el papel y los artículos ciende al 10 % de la fuerza laboral.

Complejo de Mamonal
en Cartagena.
El empleo generado
por la industria
en 1963-66 es
bastante bajo,
apenas una tasa del
2% anual
(unos 5 800 puestos
de trabajo por año).
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
182

Nuestra deformación en la estruc­ mo, la base industrial estará ya con­


tura industrial no es una característica formada y se moverá al ritmo que le
particular del país. Si se mira la es­ imprima, o bien el sector externo (en
tructura «normal» de países con grado sus períodos de expansión), o bien los
de industrialización similar al nuestro ciclos de bonanza interna. Las relacio­
y con ingresos per cápita de nivel se­ nes con la economía mundial son di­
mejante al colombiano, se encuentra ferentes y hacen a la industria más vul­
que las desviaciones no son significa­ nerable a las coyunturas depresivas
tivas. Lo «normal», es decir, la estruc­ del comercio exterior colombiano. La
tura media de los países similares al pérdida de liderazgo industrial, de su
nuestro en población y nivel de ingre­ condición de sector punta, está ya en
so, es un sector de bienes de capital ciernes y sólo bastará que la apertura
con una participación del 17 % en el del mercado mundial de alimentos y
valor agregado fabril, frente a un manufacturas de baja complejidad
14 % para Colombia, y un sector de técnica (textiles por ejemplo) se pre­
bienes de consumo con un 56 % «nor­ sente, para que tome realidad. La CE-
mal», no muy lejano del 58 % vigen­ PAL ya no será la moda, cederá su
te en el país. Una muestra más de que puesto primero a Currie y luego al lla­
el proceso de sustitución no va más mado modelo oriental de crecimiento
allá de lo que le es posible, indepen­ hacia afuera.
dientemente de los ajustes de la polí­
tica económica local.
Período 1967-1970
La inversión industrial muestra tam­
bién sus peculiaridades durante este A fines de noviembre de 1966, en una
período: cae bruscamente durante memorable conferencia televisada, el
1963 como resultado sin duda de las presidente Carlos Lleras Restrepo
dificultades del sector externo y la anunció al país el rechazo de su go­
aguda inflación del año, que originó la bierno a las exigencias de los acree­
devaluación de fines de 1962, para re­ dores internacionales para devaluar
cuperarse en los tres años siguientes, nuevamente la moneda y expresó ade­
gracias a los desarrollos en los sectores más la terminación del programa de li­
químico y petroquímico. En el trienio beración de importaciones y de las
1964-1966, estos dos renglones indus­ operaciones del mercado libre de di­
triales aportan el 50 % de la inversión visas. Por el contrario, se anunciaron
fabril. Sin embargo, el esfuerzo en la rígidos controles sobre el mercado
inversión es indudablemente mayor: cambiario. Son estas nuevas políticas
durante 1965 y 1966 la industria in­ las que enmarcan definitivamente el
vierte el 22 % de su excedente eco­ cuatrienio siguiente.
nómico, medido como valor agregado Después de las serias divergencias
menos remuneración al trabajo, bien que tuvo el gobierno sobre la direc­
por encima del promedio mostrado en ción de los ajustes con las autoridades
el período anterior (17 %). del Fondo Monetario y los acreedores
El impacto sobre la remuneración al privados del exterior, el país logra la
trabajo no se hizo esperar. La crisis re­ aceptación unánime a su política,
partió sus efectos recesivos sobre los aceptación que se vería reflejada en
trabajadores industriales, así como lo un elevado flujo de crédito hacia el
hizo con los beneficios entre 1958 y país. El promedio de créditos contra­
1962. La remuneración media por per­ tados en el cuatrienio 1967-1970 fue de
sona crece sólo al 1.5 % anual y en US $ 267 millones anuales, frente a
dos años del período decae (1964­ sólo US $ 116 millones del período an­
1966). terior. La crisis cambiaría se alejaba,
En resumen, el cuatrienio 1963­ pues, del panorama, en parte gracias
1966 es uno de los peores para la in­ a la cuenta de capitales: en promedio,
dustria nacional. Al término del mis­ nuestras reservas internacionales cre-
Capítulo 7 183

cían en US $ 62 millones por año, biándolo por un sistema que favorecía


cuando en el período 1963-1966 en forma permanente la exportación.
disminuyeron a ritmo promedio de Lo que parece dudoso es que todo este
US $ 4 millones por año. Hoy en día engranaje obedeciera a una nueva
es bastante frecuente hacer coincidir orientación que se anticipaba a los
la expedición del estatuto cambiario cambios que ocurrirían tres años más
con el inicio de la fase exportadora de tarde en el comercio mundial, y que
la industria, asignándole al decreto ley posibilitaban que la nueva estructura
444 la responsabilidad total en el di­ operara adecuadamente. Así, sólo a
seño de toda una política de largo pla­ partir de 1970, las exportaciones co­
zo basada en el sector exportador y lombianas de manufacturas se expan­
reorientadora del proceso de desarro­ den a tasas medias anuales del 100 %
llo industrial. Parece mucho más rea­ y llegan a representar cerca de las dos
lista pensar que, ante las presiones de terceras partes de las exportaciones
acreedores internacionales para deva­ nuevas. Durante el período 1967­
luar o volver al sistema de tipos de 1970, la industria continúa su creci­
cambio múltiples, se optara por un sis­ miento basada en la expansión del
tema ágil de modificación gradual en mercado interno y en los últimos de­
el valor de la divisa, a la vez que se sarrollos sustitutivos que le quedan
reglamentaban las transacciones en por hacer.
moneda extranjera y se instauraban Bien pudiera afirmarse que éste es
nuevos mecanismos de promoción de un período de transición en que el mo­
exportaciones. delo sustitutivo recibe las más agudas
Lo que ocurre de nuevo en Colom­ críticas, donde el desempleo urbano
bia es el cambio en la estructura de las creciente es el mejor de los argumen­
exportaciones, con una menor depen­ tos para señalar las fallas —para mu­
dencia del café, cuyo volumen de di­ chos insalvables— de un desarrollo ca­
visas pasa de representar cerca del pitalista basado en la industria. Sin
80 % en promedio para los años 1963­ embargo, no es en este lapso donde la
1966, a cerca del 60 % de las expor­
taciones totales para 1970. Sin embar­
go, en lo esencial, la proporción de la
oferta interna destinada a la exporta­ Deuda externa Cuadro 5
ción continuaba siendo insignificante (Cifras en millones de dólares)
frente a la destinada al mercado inter­
no. No era, pues, el sector manufac­ Promedio Promedio Promedio
turero exportador el nuevo sector de 1950-195 21959-19611969-1971
punta de la acumulación industrial.
No cabe duda de que las medidas Deuda externa 79.9 420.2 2.116.7
del Estatuto Cambiario desplazaron
las políticas del Estado hacia el sector Servicio deuda 13.7 96.2 124.2
exportador, al modificar positivamen­
te la tasa de ganancia mediante be­ Servicio deuda/saldo
deuda (%) 17.1 22.9 5.9
neficios fiscales y de crédito subsidia­
do. El Certificado de Abono Tribu­ Exportación bienes
tario (CAT) significó un subsidio neto y servicios 478.0 593.6 960.0
a la exportación de cerca del 17 %, la
ampliación del «plan Vallejo» creó la P.B.I. 3.867.3 4.094.0 7.312.8
posibilidad de incorporar nuevos pro­ 28.9
ductos industriales a la exportación, la Deuda/P.B.I. (%) 2.0 10.3
devaluación gradual suprimió el sub­ Servicio/deuda/export. 2.8 16.2 12.9
sidio temporal a las importaciones que
producía el retraso cambiario entre Fuente: Planeación y Desarrollo, Volumen IX, n.° 3. Oct.-Dic. 1977.
una devaluación y la siguiente, cam­
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
184

manufactura muestra más agudamen­ nuevos elementos: el salario será,


te sus debilidades: el valor agregado cada día más, un elemento de costo
industrial vuelve a crecer a tasas acep­ —la competitividad internacional así
tables del orden del 6.5 % anual, el lo exige— y menos un determinante
empleo fabril continúa creciendo a ta­ de la demanda global interna. Sólo la
sas del 3.8 %, incorporando unas doce ampliación de la masa salarial total,
mil personas por año, la inversión obtenida mediante importantes au­
mantiene su nivel promedio con una mentos en los volúmenes de creación
proporción media a invertir del orden de empleo, impide que la nueva vía de
del 13 % medida en pesos constantes. desarrollo encuentre rápidamente
El crecimiento sectorial es bastante obstáculos importantes: la pérdida del
parejo y no se detectan variaciones tan poder de compra individual se com­
pronunciadas como en el pasado; la pensará con mayor número de asala­
dispersión de las tasas sectoriales de riados.
crecimiento alrededor de la media fa­
bril es casi la tercera parte de la mos­ El sector agropecuario
trada en el período anterior.
La reglamentación formal de la in­ Ya lo hemos dicho en todas las formas
versión extranjera se inicia con el Es­ a lo largo del texto: el sector industrial
tatuto Cambiario, el cual fijó, además domina totalmente durante este perío­
de incentivos fiscales al capital extran­ do la política económica, dejando es­
jero vinculado a la exportación, un pacio para la discusión de otros temas
control especial en función de los efec­ sólo en la medida en que se relacio­
tos esperados sobre el aparato eco­ nen, o en que se prefiera mirar la otra
nómico, regulando de paso la remesa cara de un único problema. En este
de utilidades y los flujos de divisas por sentido el problema agrario aparece
regalías, marcas, asistencia técnica, en la escena sólo como el reverso dra­
etc. A pesar de esta reglamentación mático de la preocupación fundamen­
que suscitó no pocos debates, el flujo tal: la insuficiencia en la creación de
de capital privado vinculado a la in­ empleo urbano. Así, en lugar de ver
dustria durante los años 1967-1970 se el desempleo como la manifestación
elevó a US $ 42 millones, un 75 % su­ más aguda de la incapacidad del mo­
perior al total del cuatrienio anterior. delo sustitutivo, se reconoce más bien
Más tarde será evidente que la indus­ en la agricultura en trance de moder­
tria con aporte de capital extranjero nizarse, expulsadora de campesinos,
dominará el sector exportador manu­ la causa primera del problema. La
facturero, especialmente en los secto­ preocupación no residía, pues, en el
res de bienes intermedios: alrededor desarrollo agrícola como tal, sino en la
de 1972 las empresas extranjeras par­ relación de éste con la economía ur­
ticipan en el 75 % de las exportacio­ bana. Vistas así las cosas, las solucio­
nes totales de productos químicos. nes no iban encaminadas a elevar la
Todo el andamiaje institucional crea­ producción agraria, a mejorar su efi­
do, los incentivos y la consecuente am­ ciencia, a dotar de recursos el campo,
pliación en la tasa de ganancia, serán pues estos problemas no amenazaban
aprovechados por una inversión ex­ ni impedían la producción industrial.
tranjera ávida de nuevos mercados y Sólo era necesario modificar la estruc­
dispuesta a utilizarlos. tura de propiedad en el campo, para
En 1970 termina, pues, todo un pro­ lograr la retención campesina e im­
ceso industrial y de desarrollo que ha­ pedir los problemas sociales que ge­
bía logrado mantener un ritmo de acu­ nera una oferta laboral urbana en rá­
mulación dinámico, juntamente con pido crecimiento.
un incremento en los salarios reales. A Si bien a fines de la década del cin­
partir de ese año, y no antes, los pa­ cuenta la agricultura no presentaba es­
trones de acumulación incorporan collos para el desarrollo industrial,
Capítulo 7 185

esto no fue así en el pasado. La insu­ dificultades, la burguesía acoge la tesis


ficiencia en la oferta de materias pri­ de la reforma agraria, impulsada por
mas industriales y en bienes de con­ el gobierno norteamericano y asumida
sumo para la población urbana fue de como compromiso franco por la ma­
verdad una barrera, en la medida en yoría de los países latinoamericanos,
que obligaba a desviar recursos esca­ en la reunión de Punta del Este. El
sos para su importación y presionaba fantasma de la revolución cubana no
los precios, elevando costos y redu­ es ajeno a esta determinación.
ciendo la tasa de ganancia en la in­ Al iniciarse la década de los sesenta,
dustria. Los importantes desarrollos los conflictos agrarios —en el sentido
de la agricultura comercial durante los de lucha por la tierra— habían casi de­
años cincuenta eliminan estas restric­ saparecido. Lo que parecía impulsar el
ciones a la vez que plantean nuevos reformismo agrario era una visión
problemas. Lauchlin Currie afirmaba muy especial de la relación campo-ciu­
en 1960: «En un período relativamen­ dad, agricultura-industria.
te corto de diez años, un cultivo tras Por una parte, se quiso ver en el
otro dejó las colinas por las tierras pla­ campesinado la oportunidad única de
nas, no sólo en las zonas más antiguas ensanchar el mercado interno para las
de la Sabana de Bogotá, el Tolima y manufacturas, cuya estrechez prove­
el Valle del Cauca, sino también en las nía en buena medida de los bajos in­
zonas más o menos cercanas a Mon­ gresos campesinos, determinados a su
tería, Villavicencio, Codazzi y el Mag­ vez por la desigual distribución de la
dalena Medio.» El hecho, pues, ver­ propiedad rural. No se entendía que
daderamente protuberante, fue que producir una expansión de la produc­
las tierras más fértiles del país empe­ ción agrícola —indispensable para la
zaron a ser disputadas a la ganadería mejora de los ingresos rurales— sin
por la agricultura comercial, la cual que le hubiesen antecedido cambios
expande su producción a tasas medias importantes en otros sectores, condu­
anuales del 15 % entre 1955 y 1959. Se cía tan sólo a una descomposición más
produce, pues, una verdadera revolu­ acelerada del campesinado ligado a la
ción agrícola cuyos efectos y su ame­ agricultura tradicional, o a la quiebra
naza sobre el campo no estuvieron le­ misma del sector moderno. Muy di­
janos a la Violencia. En 1959, Alberto ferente es el efecto que se obtiene
Lleras Camargo contaba cómo «un ex­ cuando aumentos en la productividad
tranjero estudioso de nuestra econo­ agrícola, acompañados de una alta
mía me señaló una vez en un cuadro movilidad de la mano de obra, logran
impresionante cómo coincidían las lí­ una disminución permanente en el
neas de prosperidad de la República precio de los alimentos. En este caso
en la última década con las de la Vio­ no es el incremento en la demanda por
lencia y cómo a más muertos, ruina y alimentos lo que produce el impulso al
desolación de las zonas azotadas por la desarrollo, sino más bien el aumento
barbarie, correspondía el ascenso de en la demanda por otros productos
todos los índices de riqueza, actividad que resulta de la disminución en los
y desarrollo». El hecho no era tan precios relativos de los primeros.
coincidencial: se había dado de verdad Por otra parte, la Reforma Agraria
la lucha por la tierra. debería compensar los efectos migra­
El Frente Nacional se inaugura, torios producidos por la vinculación
pues, con la Violencia derrotada, un del capital al campo. Sin embargo, las
sector agrícola que ha conquistado zonas exportadoras netas de mano de
para la vía capitalista las mejores tie­ obra coincidían con la región andina,
rras y que no le plantea a la industria en donde predominan la agricultura
problemas serios de abastecimiento. de ladera y el café, y donde era casi
Sin embargo, de manera bien extraña, imposible pensar en una reforma en la
frente a un sector agrícola sin mayores propiedad agrícola, por la sencilla ra-
186 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

zón de que, en lo fundamental, ya es­ capitalista en el campo. Según esti­


taba hecha. mativos, alrededor de 1970, aproxi­
Fueron, pues, estos esquemas, do­ madamente el 60 % del valor total de
minantes en la forma de concebir el la producción agrícola era generado
desarrollo, los que ganaron la discu­ por una agricultura de tipo capitalista
sión. En el otro extremo del debate, moderno, dejando un 40 % para la
estaba el profesor Currie con sus pla­ agricultura campesina parcelaria.
nes tipo «Operación Colombia», que Los cultivos de carácter comercial,
veían en la descomposición del cam­ responsables en parte de los cambios
pesinado un proceso doloroso pero ocurridos durante los años cincuenta,
inevitable, que era mejor alentar que continúan su crecimiento acelerado.
impedir, propiciando además cambios El algodón duplica el tonelaje entre
en la economía urbana —mayor mo­ 1960 y 1970, el sorgo y la soya, que
vilidad de mano de obra y apoyo a sec­ prácticamente inician su producción
tores intensivos en trabajo como la en 1960, expanden su producción nue­
construcción— que posibilitaban la ve veces durante la década; los incre­
absorción de la mano de obra exce­ mentos en la productividad son tam­
dente. bién significativos, todo ello en bene­
El reformismo agrario se constitu­ ficio de un sector industrial que logra
yó, pues, en la primera y única política su abastecimiento a precios adecua­
agraria del Frente Nacional, que mar­ dos. Son precisamente estos productos
có las grandes discusiones durante los los que logran mantener un equilibrio
primeros años, para ir perdiendo pau­ en los precios relativos agricultura-in­
latinamente importancia, en la medida dustria durante la década.
en que el sector jugaba adecuadamen­ El desarrollo de la agricultura co­
te su papel, sin inducir grandes cam­ lombiana se enrutaba, pues, en con­
bios en sí mismo. La reforma agraria, travía a lo establecido como política
o más bien la política agraria impul­ oficial —un país de pequeños propie­
sada bajo su tutela, fue más una po­ tarios— hacia el fortalecimiento de la
lítica de fomento que un instrumento gran propiedad capitalista. La política
para modificar la estructura de propie­ financiera y crediticia marcaba clara­
dad en el campo. Durante la primera mente el camino: a partir de la ley 26
década de operación del INCORA, se de 1959, se destina gran parte del en­
adquirieron cerca de 2.300.000 hectá­ caje sobre depósitos a la vista y a tér­
reas, de las cuales sólo 3.400 corres­ mino al fomento del sector agropecua­
pondieron a expropiaciones, y el resto rio, trasladando recursos globales al fi-
provino de compras, programas de apar­ nanciamiento agrario. En el período
ceros, extinción de dominio y cesión de comprendido entre 1958 y 1970 el cré­
tierras. La afectación directa a la pro­ dito agrícola en términos reales se
piedad fue sencillamente ridicula y no multiplica por 4.3 %, pasando de re­
justificaba la sistemática oposición presentar el 10 % del valor de la pro­
de los más caracterizados representan­ ducción en 1958 a significar casi la ter­
tes de los terratenientes. cera parte al final del período.
Entre 1960 y 1970 (fechas corres­ La tesis, que paradójicamente nun­
pondientes a censos agropecuarios), ca analizó el país, tiene que ver con las
las cosas no parecen modificarse en posibilidades de incentivar una agri­
extremo: se presenta un aumento en el cultura de ladera, favorecida por una
grado de concentración de la propie­ distribución adecuada de la tierra, cer­
dad, se reducen significativamente los cana a la masa mayor de nuestra po­
contratos de arriendo y aparcería, so­ blación, a los principales núcleos
bre todo en predios menores, a la vez urbanos y por tanto los mercados
que se impulsa el arriendo en gran es­ más importantes, con posibilidades de
cala; en suma, se profundizan las ten­ competir en algunos productos con la
dencias características del desarrollo agricultura comercial de tierras pla­
Capítulo 7 187

nas. Quizás la necesidad de plantea­


mientos revolucionarios, el querer ser Cuadro 6
la vitrina reformadora de América,
con beneficios claros de otro orden, Cifras generales de comercio exterior
impidió la discusión de un nuevo en­
foque, que no por su apariencia trivial (Valores en millones de dólares corrientes)
dejaba de tener alguna validez. Para
muchos tal vez era cierto que sólo lo Tasa
extraordinario es posible. Promedio Promedio Promedio Promedio
1950-1952 1959-1961 1969-1971 1960-1970
Conclusión
Reservas internas
Parece necesario hacer alguna men­ netas (17.4) 222.4 0
ción a ciertos aspectos cuya ausencia 169.2
pueda llamar la atención a muchos,
sobre todo cuando éstos están presen­ Tipo de cambio
tes en todos los análisis de la coyun­ promedio (Peso x US) 2.29 6.71 20.15 11.6
tura nacional, hoy y en el pasado. Y
Exportaciones de café 348.5 333.8 402.0 1.9
empecemos por el primero: la infla­
ción. Ésta, en efecto, no fue demasido Exportaciones de
severa, si se la compara con la de otros petróleo 69.8 73.8 53.7 (3.2)
países de América Latina, y no tuvo
efectos regresivos sobre la capacidad Exportaciones
de compra de los asalariados. Sólo du­ distintas de café y
rante cuatro años del período superó petróleo 35.1 49.7 222.1 16.2
el 10 % y la tasa promedio anual fue 774.2 4.5
Importaciones 460.0* 496.8
del 10.2 %, con una dispersión escasa
sobre todo a partir de 1967. Por otra Balanza comercial 73.0 9.0 (51.0) 0
parte, la historia indica que, en perío­
dos más o menos largos, la inflación *Promedio 1951-1953.
no produce efectos concentradores del Fuente: Planeación y Desarrollo, Volumen IX, n.° 3. 1977.
ingreso, ni cambios agudos en los rit­
mos de crecimiento. Las fluctuaciones
de corto y medio plazo en la tasa de
inflación, causa o efecto de procesos do 1963-1966 y el estatuto cambiario
que modifican la distribución social y de 1967 son algunos de los hechos que
sectorial del producto, tarde o tem­ no sólo marcaron la coyuntura de la
prano son modificadas por movimien­ época, sino que dejaron huella en la
tos a la inversa, lo que a la postre se política económica del Estado. Quizás
traduce en la independencia econó­ sólo sea necesario resaltar aquí el pa­
mica en las «oleadas» inflaciona­ pel que jugó la ayuda externa en la so­
rias, en el período típicamente co- lución de los problemas de la balanza
yunturales. de pagos. La deuda externa desem­
bolsada se incrementó entre 1957 y
Sobre el sector externo, hemos di­ 1970 en US $ 762 millones, incremen­
cho lo que fue relevante; más aún, so­ to que tuvo lugar precisamente en los
mos de los que admitimos una sobre­ años de la crisis, como resultado de
determinación de la política econó­ créditos de balanza de pagos y aportes
mica (o más bien de la realidad eco­ bilaterales de gobiernos. Fueron éstos
nómica, a veces en contravía de las los años del Fondo Monetario, cuya
preocupaciones oficiales) por parte de sombra desaparecerá desde fines de
las fluctuaciones del sector externo. los sesenta hasta nuestros días.
La crisis cambiaría de 1957, repetida Una simple muestra de la magnitud
casi en forma de comedia en 1962, los del problema: la ayuda externa com­
bruscos cambios del rumbo del perío-
188 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

prometida entre 1961 y 1969 ascendió te, la estructura fiscal se modificaba en


a US $ 1.717 millones, casi el doble del el sentido de hacer cada vez mayor la
volumen de nuestras exportaciones, participación de los impuestos indirec­
distintas a café, en el período. tos, reduciendo de paso los cargos im­
Ya lo dijimos, éste es el período de positivos directos. Este hecho, que tie­
fortalecimiento del Estado. En 1970 ne que ver en la capacidad redistri­
las instituciones son otras, las herra­ butiva de los impuestos —que no de
mientas para el manejo de la política, los gastos del Estado—, fue gran tema
también. Todos estos cambios se re­ de discusión en la época, hoy prácti­
flejaron en los gastos del Estado y en camente abandonado.
su estructura fiscal. Entre 1958 y 1970 Esperamos haber sido capaces de
los desembolsos del gobierno central mirar con ojos diferentes esa realidad
por habitante, en pesos constantes, se no vivida, sólo pensada. Sabemos
incrementaron en un 18 % anual: qui­ cuan difícil es tomar la distancia sufi­
zás no existe variable representativa ciente para ver, con la óptica de hoy,
con crecimiento tan agudo. Por su par­ una realidad ya lejana.

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Capitulo 8 189

La economía colombiana,
desde 1970 hasta nuestros días
Gilberto Solazar R.,
Guillermo Perry presidente de la
Cámara de
Representantes,
felicita al presidente
Introducción Misael Pastrana Borrero
luego de su posesión,
l presente trabajo se divide en
E dos partes. La primera describe y
analiza la evolución de los agregados
macroeconómicos desde 1970, identi­
agosto 7 de 1970.

ficando sus interrelaciones y los prin­


cipales determinantes del ciclo eco­
nómico de corto plazo. Los aconteci­
mientos externos, la dinámica del sec­
tor público y el comportamiento de los
precios de los alimentos emergen
como los actores centrales de un va­ nominar como estructurales, en el de­
riado elenco que, en una trama com­ sarrollo de los sectores productivos.
pleja, condujeron a la economía co­ La crisis alimentaria, el debilitamiento
lombiana durante este período a tra­ del proceso de industrialización, el
vés de momentos de auge y de receso, fortalecimiento del sector minero y de
de presiones inflacionarias y deflacio- hidrocarburos y el accidentado desa­
narias, de fortalecimiento y de crisis. rrollo del sector financiero, constitu­
La política gubernamental, por acción yen los temas a resaltar en este aparte.
u omisión, desempeñó en todo instan­
te un papel importante, aunque no El ciclo económico:
siempre afortunado, en esta historia
tan reciente que resulta aún difícil de del auge a la crisis
comprender en todos sus alcances. La economía colombiana describió un
La segunda parte intenta una tarea ciclo completo en los últimos veinte
aún más compleja en esta perspectiva: años. Después de una aguda crisis
la de señalar algunas de las tendencias cambiaría y una grave recesión a me­
de más largo plazo, que se podrían de- diados de la década de los sesenta, se
190 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

inauguró en 1967 un período de auge 1970-1974, 5.8 % en 1975 y 4.3 % en


en el sector externo y de crecimiento 1975-1979. La política económica re­
casi continuo —con una ligera inte­ forzó el impacto recesivo durante la
rrupción en 1975— para caer desde mayor parte de este subperíodo, con
1980 en un período de deterioro del excepción del año comprendido entre
sector externo y de recesión econó­ julio de 1983 y julio de 1984.
mica prolongada. La revisión de las ci­ A continuación se analiza con ma­
fras de crecimiento económico per­ yor detalle el comportamiento de las
mite diferenciar cuatro subperíodos: variables económicas agregadas en
1) 1970-1974: caracterizado por un cada uno de estos subperíodos.
gran dinamismo de la actividad eco­
nómica y, en particular, de la industria El período 1970-1974.
(el crecimiento anual promedio del Crecimiento acelerado
Producto Interno Bruto —PIB— es
del 6.1 % y el de la industria alcanza El gran crecimiento de la actividad
el 9 %). El crecimiento fue impulsado económica en este período se debió a
por la respuesta de las exportaciones impulsos de demanda externa e inter­
menores al auge del comercio mundial na. El país contó con una mejoría sus­
y al paquete de políticas cambiarías y tancial en sus términos de intercam­
comercial adoptado desde 1967; así bio, y las exportaciones menores res­
como por una considerable dinámica pondieron vigorosamente ante el es­
de la inversión pública y privada. tímulo combinado de alzas en sus pre­
2) 1975: una pausa recesiva mode­ cios en dólares, el dinamismo del
rada, causada por la conjunción del comercio mundial y la aplicación con­
impacto de la recesión internacional tinuada de la política cambiaría y de
de 1974-1975, y los efectos depresivos subsidios implantada en 1967, lo que
de la reforma tributaria de 1974 y permitió aprovechar el favorable en­
otras medidas adoptadas para frenar torno internacional. Otro elemento de
el proceso inflacionario que se había demanda contribuyó decisivamente al
acelerado en el subperíodo anterior. clima expansivo del período: un rápi­
El PIB creció apenas en 2.3 % y la in­ do crecimiento de la inversión y el gas­
dustria en 1.2 %. to público. La inversión privada y, en
3) 1976-1980: la economía, y en particular, la actividad constructora,
particular la industria, crecieron a un respondieron a los estímulos de de­
ritmo más moderado que en el perío­ manda del sector externo y del gasto
do 1970-1974 (5.4 % y 4.6 % en pro­ público y a una amplia disponibilidad
medio anual, respectivamente) El im­ de crédito —en particular en el caso
pacto positivo de la bonanza cafetera de la construcción de vivienda gra­
sobre el nivel de actividad económica cias al establecimiento del sistema
fue contrarrestado, en parte, por los UPAC—, para completar un cuadro
efectos depresivos de una política fis­ general caracterizado por un gran di­
cal compensatoria y de la caída de las namismo de la demanda agregada.
exportaciones menores. La situación de balanza de pagos se
4) 1981-1985: el deterioro del sec­ fortaleció considerablemente entre
tor externo indujo un prolongado pro­ 1971 y 1973. El balance comercial fue
ceso recesivo, que se agudizó por pro­ positivo en 1972 y 1973, por cuanto no
blemas de oferta agrícola. El PIB cre­ sólo hubo un aumento importante
ció apenas a 1.8 % en promedio anual en el valor de las exportaciones, sino
y la industria a 0.6 %, entre 1980 y que el valor de las importaciones no
1984, con decrecimientos netos en creció en términos reales entre 1971 y
1981 y 1982. La producción agrope­ 1973. Así, el gobierno pudo incremen­
cuaria aumentó apenas a una tasa del tar las reservas internacionales brutas
1.3 % anual promedio, en ese lapso, hasta 524 millones de dólares, equi­
en comparación con una del 4.1 % en valente a 3.8 meses de importaciones
Capítulo 8 191

Arturo Gómez
Jaramillo
presidente de la
Federación Nacional de
Cafeteros, con el
presidente Misael
Pastrana durante la
celebración del 30"
aniversario de la
institución,
marzo 22 de 1974.

de bienes y servicios, con un flujo neto 25.2 % en 1974 (y a un equivalente


de capitales moderado que permitió anual del 30 % a mediados de ese año).
reducir los indicadores macroeconó- Esta aceleración del proceso inflacio­
micos de endeudamiento externo. El nario fue causada por una combinación
endeudamiento neto de estos dos años de factores de oferta y demanda.
fue el resultado de un incremento con­ Por el lado de los costos incidió la
siderable en desembolsos para el sec­ denominada «inflación importada» y,
tor público —para ejecutar altos ni­ especialmente, el ascenso vertiginoso
veles de inversión pública— y una re­ de los precios de los alimentos. El
ducción en la deuda privada, como «boom» de las exportaciones agrope­
consecuencia de las mayores restric­ cuarias tuvo una consecuencia inde­
ciones adoptadas al respecto. En 1974, seable: en parte ocurrió a expensas de
sin embargo, reapareció el déficit co­ la producción de aumentos para el
mercial en virtud de un aumento cuan­ mercado interno, en un período de rá­
tioso en el valor de las importaciones. pido crecimiento de la demanda y pre­
Éste se debió tanto al alza que se pre­ siones de costos en sus insumos, con
sentó en los precios internacionales, lo que los precios de los alimentos di­
como a la aparición de una demanda rigieron la aceleración del proceso in­
especulativa ante la liberación puesta flacionario.
en práctica por el gobierno con obje­ A estas presiones de costos se sumó
tivos anti-inflacionarios. Así, aun el efecto del exceso de gasto debido a
cuando el balance neto de capitales la rápida expansión de la demanda y
aumentó, descendieron moderada­ los saldos monetarios reales. La polí­
mente las reservas brutas. tica expansiva contribuyó así al rápido
Hubo, sin embargo, un lunar en el ritmo de crecimiento, pero también a
comportamiento de la economía en la generación de un desequilibrio ma-
este subperíodo. La tasa de inflación, croeconómico que contribuyó a acen­
que se había mantenido alrededor del tuar el proceso inflacionario. En efec­
7 % entre 1966 y 1970 y cerca del 8 % to, el crecimiento desmesurado del dé­
en un promedio histórico, se ele­ ficit fiscal no era compatible con el re­
vó continuamente hasta llegar a un torno al equilibrio externo (el déficit
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
192

en cuenta corriente se redujo del se hizo más estricta la política mone­


3.9 % del PIB en 1970 y 6.1 % en taria. Así, la tasa de crecimiento de los
1971 a prácticamente cero en 1973) y medios de pago se redujo en 1974 y
por ello se crearon presiones inflacio­ 1975, y en este último año se contrajo
narias de demanda. El financiamiento en forma drástica el crédito primario
del déficit fiscal, principalmente me­ al sector privado y se elevaron las ta­
diante aumentos en el crédito externo, sas de interés pasivas y activas.
contribuyó en forma creciente a la ex­ Como resultado de lo anterior, se
pansión de la base monetaria; al re­ pasó bruscamente de una situación ex­
ducirse el efecto contraccionista del pansiva a una clásica deflación de de­
déficit externo en cuenta corriente, el manda. El crecimiento del PIB bajó a
gobierno tuvo que acudir a limitacio­ 2.3 % (a pesar de un crecimiento es­
nes del endeudamiento externo pri­ pectacular del sector agropecuario,
vado y a la emisión primaria a favor del 5.8 %) y, en especial, los sectores
del sector privado, así como a mayores más dependientes del nivel de deman­
restricciones de encaje con el fin de da efectiva —la industria y la cons­
evitar un crecimiento desmedido de trucción— sufrieron un fuerte impacto
los medios de pago, que en todo caso recesivo. El crecimiento industrial
fue alto aun en términos reales. La bajó al 1.2 % (de 9.0 % promedio du­
restricción al crédito primario del sec­ rante los cuatro años anteriores) y la
tor privado fue especialmente fuerte actividad constructora se redujo en
en 1972 y 1973, a tiempo que el nuevo casi un 10 %. La adecuada oferta de
sistema UPAC absorbía proporciones alimentos y la brusca deflación de de­
crecientes del ahorro transferible, de manda redujeron la tasa de inflación
modo que se crearon limitaciones im­ del 26.1 % en 1974 al 17.7 % en 1975,
portantes al financiamiento de la ac­ con un crecimiento de los precios de
tividad industrial. los alimentos de apenas 19.5 % frente
al 30-31 % de los dos años anteriores.
La pausa recesiva de 1975 El valor de las importaciones, aun­
que muy superior al del período 1970­
La evolución descrita se interrumpió 1973, se redujo frente al de 1974
abruptamente en 1975 por la coinci­ —afectado, como se dijo, por factores
dencia de los efectos de la recesión in­ especulativos—, de modo que el ba­
ternacional y el alza en los precios del lance comercial y en cuenta corriente
petróleo (los términos de intercambio mejoró en comparación con los de ese
del país y la capacidad de compra año, pese al efecto del deterioro en los
de las exportaciones se reducen en términos de intercambio. Así, aun con
casi un 10 %) con la aplicación de una reducción del flujo neto de capi­
drásticas medidas contraccionistas tales, debida a la contracción de la fi­
adoptadas desde finales de 1974 por el nanciación de importaciones, se recu­
nuevo gobierno, con el objeto de fre­ peraron las reservas internacionales a
nar el proceso inflacionario. En el un nivel en dólares superior al alcan­
frente fiscal, se frenó el crecimiento de zado en 1973, aunque menor en rela­
la inversión pública en 1974 y se adop­ ción con el valor de las importaciones.
tó una ambiciosa reforma tributaria Los índices de endeudamiento externo
que incrementó los recaudos en más continuaron decreciendo.
de un 20 % en términos reales en
1975. Como consecuencia, el déficit Crecimiento moderado
fiscal se redujo rápidamente del 3.4 %
del PIB en 1973 a 0.2 % en 1975. Adi­ y bonanza cafetera: 1976-1980
cionalmente, a finales de 1974, se La helada brasilera, al superponerse al
adoptó una reforma financiera orien­ ciclo cafetero el alza, elevó la cotiza­
tada a reducir la dependencia del cré­ ción del grano en los mercados inter­
dito privado en la emisión primaria y nacionales a niveles aun superiores a
Capítulo 8 193

los de la bonanza de 1950-1954, en tér­ rió a partir de 1979, con el objeto de


minos reales. Los términos de inter­ financiar el plan de inversiones públi­
cambio del país mejoraron en un cas del nuevo gobierno y de acumular
40 %, tanto en 1976 como en 1977, y reservas que permitieran enfrentar el
se mantuvieron entre 1978 y 1980 previsible descenso de los precios del
aproximadamente al nivel de 1976. El café. Así, en 1979 y 1980, la suma de
valor de las exportaciones y su capa­ superávit en cuenta corriente y un flu­
cidad de compra aumentaron espec­ jo neto de capitales cercano a los 900
tacularmente; además, las cantidades millones de dólares produjeron un in­
exportadas de café crecieron desde cremento de más de 1.600 millones de
1978, al coincidir estímulos de precios dólares en 1979 y de 1.300 en 1980 so­
con la disponibilidad de una nueva va­ bre el ya muy alto nivel de reservas in­
riedad más productiva: el caturra. Así, ternacionales, al tiempo que revirtió la
a pesar de un crecimiento muy signi­ tendencia de los años anteriores a re­
ficativo de las importaciones desde ducir los índices de endeudamiento
1978, se obtuvieron superávits comer­ del país.
ciales sustanciales hasta 1979 (del or­ La bonanza del sector externo ge­
den de 590 millones de dólares en 1976 neró un nuevo ciclo expansivo después
y 1977, y más de 700 millones en 1977 de la interrupción de 1975. Sin em­
y 1978). En 1980 el superávit se redujo bargo, las tasas de crecimiento eco­
drásticamente por un aumento espec­ nómico, y en particular las de la in­
tacular en las importaciones, princi­ dustria, resultaron inferiores a las ob­
palmente en las oficiales. servadas en 1970-1974 y a las de los úl­
Sólo hasta 1978 se decidió reducir el timos cuatro años de la década de los
endeudamiento externo y, aun así, se setenta. La explicación de esta para­
obtuvieron aumentos considerables en doja requiere un análisis cuidadoso
el nivel de las reservas internaciona­ del comportamiento de la demanda en
les, que alcanzaron, a finales de ese el período. En primer lugar, la eleva­
año, la cifra de 2.493 millones de dó­ ción del precio interno del café en
lares, equivalente a 7.8 meses de im­ 1976 y el aumento continuo de la co­
portaciones. En todo este período se secha cafetera, condujeron ciertamen­
dio, además, un mejoramiento impor­ te a un crecimiento sustancial del po­
tante en la cuenta de servicios, que se der de compra de los productores; sin
atribuye tanto al producto de expor­ embargo, conviene observar que este
taciones ilegales como a un flujo dis­ aumento en los ingresos de los pro­
frazado de capitales hacia adentro, es­ ductores fue muy inferior en el perío­
timulado por los diferenciales de tasas do al crecimiento del valor de las ex­
de interés interna y externa que apa­ portaciones de café. Por el contrario,
recieron como consecuencia del freno las variaciones en el valor de las ex­
en la tasa de devaluación, y pese a portaciones menores se trasladan ín­
drásticas medidas de restricción al en­ tegras a los ingresos de los producto­
deudamiento privado. Ese estímulo res. Además, la demanda de éstos se
parece haber inducido, además, a la orienta en mayor proporción hacia los
sobrefacturación en las exportaciones mercados urbanos que la de los pro­
y subfacturación en las importaciones, ductores de café, ya que esta última
de modo que las altas cifras de supe­ contiene un elevado componente de
rávits comerciales pueden esconder al­ gastos en aumentos, porcentaje que se
gunos flujos ilegales de capital. Los ín­ acrecienta en épocas de bonanza,
dices de endeudamiento externo de­ cuando se reduce la oferta de alimen­
crecieron dramáticamente en un pe­ tos en las zonas cafeteras. En otras pa­
ríodo en que el resto de América La­ labras, un aumento en el valor de las
tina prestaba masivamente de la banca exportaciones de café produce un in­
privada extranjera en auge. Esta po­ cremento en la demanda por bienes
lítica de endeudamiento externo se va­ urbanos muy inferior al que genera un
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
194

incremento igual en el valor de las ex­ precios en pesos de los productos e in­
portaciones menores o en el nivel de sumos importados —y también se li­
la inversión pública. Así, en el período beraron en alguna cuantía las impor­
1976-1979, el efecto expansivo sobre taciones con el mismo fin— y de re­
la demanda de bienes urbanos que ducir la presión monetaria de la acu­
provino de la bonanza cafetera alcan­ mulación neta de reservas internacio­
zó a ser compensado en muy buena nales. El resultado fue, por supuesto,
parte por la drástica reducción que una pérdida progresiva de competiti-
tuvo lugar durante ese período tanto vidad de las exportaciones menores y
en los niveles de inversión pública un incremento significativo de las im­
como en la capacidad de compra in­ portaciones desde 1978 y en particular
terna de las exportaciones menores. desde 1980, derivado en buena parte
Entre 1970 y 1974, como se señaló del aumento de inversiones públicas
atrás, fue precisamente la dinámica de intensivas en importaciones, como ve­
estos dos componentes lo que condujo remos más adelante. Con el mismo
a una muy rápida expansión de la de­ propósito se introdujeron en 1977 los
manda de bienes urbanos y, en con­ certificados de cambio con vencimien­
secuencia, a un alto ritmo de creci­ to diferido para las exportaciones de
miento económico, en particular de la café y servicios. Con ello se abandonó
industria y la construcción. por un tiempo la adhesión al sistema
Las exportaciones menores crecie­ de tasa única de cambio, implantado
ron muy poco en el período 1976­ desde fines de los sesenta, para mo­
1980, tanto en cantidad como en su va­ derar el efecto nocivo sobre las expor­
lor en dólares constantes, cuando se taciones menores del nuevo manejo
las compara con su espectacular au­ cambiario con fines anti-inflaciona-
mento entre 1970 y 1974. Dos factores rios. Este sistema dual se abolió en oc­
incidieron en este resultado: la menor tubre de 1980 para las exportaciones
dinámica del comercio internacional de café y definitivamente a principios
después de 1975 y la sobrevaluación de 1983.
del peso a partir de 1976. Este segun­ La política fiscal se supeditó tam­
do factor, además, condujo a que el bién a los objetivos anti-inflaciona-
valor de las exportaciones menores en rios. La inversión pública se redujo en
pesos constantes (como proporción 1976 a menos de la mitad de su valor
del PIB) se redujera considerablemen­ en pesos constantes en 1975 y se man­
te y, por tanto, a que ejerciera un tuvo a niveles bajos hasta 1978. A par­
efecto depresivo sobre la demanda tir de 1979, como ya se ha indicado, se
agregada, como ya se señaló. comenzó a elevar de nuevo por los re­
El atraso cambiario se gestó por un quisitos del ambicioso plan de inver­
viraje en la política aplicada desde siones públicas del plan de desarrollo
1967, ante las presiones inflacionarias del gobierno de Turbay Ayala. Así, el
que se desataron desde el inicio de la déficit fiscal, que en 1975 se había re­
bonanza cafetera. Hasta 1975, la tasa ducido ya como consecuencia de la re­
de devaluación buscó conservar, y aun forma tributaria de 1974, y pese a un
aumentar, el nivel real de la tasa de considerable aumento en la inversión
cambio y, en particular, la competiti- pública real en ese año, descendió casi
vidad de las exportaciones menores. a cero en 1976 y se mantuvo en niveles
Así, a finales de 1975 la tasa efectiva bajos en 1977 y 1978, en un intento
real para las exportaciones menores por compensar el efecto expansivo de
alcanzó el nivel más alto en las últimas los superávits en cuenta corriente con
décadas. Desde finales de 1976, sin el exterior.
embargo, la tasa de cambio se manejó El arsenal de medidas anti-inflacio-
con un criterio anti-inflacionario. Se narias incluyó también el regreso a
redujo el ritmo de devaluación con el controles directos a los arriendos y las
doble objeto de frenar el alza en los tasas activas de interés, la aplicación
Capítulo 8 195

Yacimientos de
ferroníquel en
Cerromatoso,
departamento de
Córdoba.
La producción de
mineral de níquel
alcanzó las 683 mil
toneladas en 1984.

de una estricta política monetaria y de al débil comportamiento de la oferta


represión financiera —que revirtió los de alimentos para producir la acele­
efectos de la reforma financiera de ración de la tasa de inflación en 1976;
1974, estimulando las innovaciones y de ahí en adelante, el vaivén del pro­
conduciendo a cierta desintermedia­ ceso inflacionario estuvo determinado
ción— y controles aún más estrictos al casi exclusivamente por el comporta­
endeudamiento externo privado hasta miento de la oferta alimentaria. La es­
1979, cuando se invirtió esta última tricta política fiscal y monetaria, más
política, como ya se indicó. el recurso a una abundancia de con­
Pese al esfuerzo descrito, y al costo troles y el manejo anti-inflacionario de
que tuvo al limitar considerablemente la tasa de cambio, limitaron el creci­
el crecimiento económico y la inver­ miento económico, y sobre todo el in­
sión industrial, la tasa de inflación se dustrial, consiguiendo apenas mante­
elevó de nuevo del 17.7 % logrado en ner la tasa de inflación a su nuevo ni­
1975 al 25.7 % en 1976 y 28.4 % en vel. En 1978, el comportamiento de la
1977. En 1978 descendió de nuevo al oferta alimentaria redujo la tasa de in­
18.7 %, en 1979 fue del 28.8 % y en flación y, al mismo tiempo, determinó
1980 del 25.9 %. En este comporta­ un aumento en la demanda efectiva
miento influyeron factores de deman­ por bienes urbanos; en consecuencia,
da, pero sobre todo de oferta. Al ob­ fue ése el único año del período en
servar las cifras desagregadas se en­ que se obtuvo una tasa de crecimiento
cuentra, en efecto, que los precios de económico y de inversión acordes con
los alimentos lideraron el proceso in­ las posibilidades que brindaba el fa­
vorable comportamiento del sector ex­
flacionario en todos los años en que la terno.
tasa de inflación aumentó y, en cam­
bio, explican, casi en su totalidad, el Como comentario final, debe obser­
descenso en esa tasa en 1978. De otra varse que los recursos generados du­
parte, el crecimiento real de los me­ rante este período se invirtieron prin­
dios de pago fue alto apenas en 1976. cipalmente en incrementar la capa­
En otras palabras, la presión mone­ cidad de producción de café y en
taria y de demanda —en 1976 tuvo lu­ acumular existencias y reservas inter­
gar el drástico aumento en el precio nacionales. El gran aumento en la ca­
interno de compra del café— se sumó pacidad de producción cafetera se de-
196 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

bió a la conjunción de la disponibili­ por la baja en el precio como por la


dad de un nuevo paquete tecnológico limitación cuantitativa de las cuotas
con alzas en los precios internos, en del pacto internacional del café, y el
particular en 1976, y la amplia dispo­ país tuvo que incurrir en elevados cos­
nibilidad de crédito. La acumulación tos para mantener inventarios crecien­
de existencias y reservas, y el nivel re­ tes del grano. Las exportaciones me­
lativamente bajo de inversión en equi­ nores se redujeron, tanto en cantidad
pamiento y construcción, son dos ca­ como en su valor real en dólares, al
ras de la misma moneda: el resultado sumarse el impacto de la nueva rece­
de una drástica política compensatoria sión internacional al progresivo atraso
que limitó severamente el potencial cambiario. Si bien desde 1980 se buscó
expansivo de la bonanza. En 1980 se mantener la paridad real del peso
sumó a este efecto el impacto de la li­ frente al dólar, la revaluación de esta
beración de las tasas de interés, y la moneda en los mercados internacio­
actividad industrial entró en receso. nales arrastró consigo a la del peso.
Pese a la drástica caída en el valor
La recesión prolongada: de las exportaciones y en su capacidad
1981-1985 de compra, las importaciones conti­
nuaron creciendo con rapidez hasta
El año de 1981 marca un quiebre en 1982, debido al efecto conjunto de la
las tendencias de crecimiento del país sobrevaluación creciente de la mone­
para inaugurar un largo período de da, las medidas de liberación y un in­
estancamiento y deterioro cambiario. cremento espectacular en las compras
El viraje está asociado con la caída oficiales de maquinaria y equipo que
en el precio internacional del café des­ trajo consigo el plan de inversiones
de el último trimestre de 1980 y con públicas del gobierno Turbay. En con­
los efectos de la nueva recesión inter­ secuencia, de los amplios superávits
nacional a partir de ese año. Los tér­ comerciales que caracterizaron el pe­
minos de intercambio cayeron seve­ ríodo 1976 a 1979 se pasó, en apenas
ramente en 1981 y no se recuperaron dos años, a déficits de 1.304 millones
durante este período. El valor de las de dólares en 1981 y de 1.776 en 1982.
exportaciones de café se redujo tanto La cuenta de servicios también se de-

Los presidentes
Julio César Turbay
Ayala y Joao Baptista
Figueiredo firman un
tratado de comercio
entre Colombia y
Brasil, en Bogotá,
marzo 13 de 1981.
A la izquierda,
el canciller
Carlos Lemos
Simmonds.
Capítulo 8 197

terioró, en razón del alto endeuda­ Torre petrolera


miento externo en 1979 y 1980 y el en los nuevos
alza en las tasas internacionales de in­ y promisorios
terés. No obstante, un flujo inigualado yacimientos
de endeudamiento externo público y de Arauca (1984),
privado (el alto balance neto de capi­
tales en 1979 y 1980 se duplicó en 1981
y 1982) permitió aun una acumulación
modesta de reservas internacionales
en 1981 (213 millones de dólares) y li­
mitó su caída a 740 millones en 1982.
A principios de 1983, el comercio
exterior colombiano sufrió un nuevo
golpe: el cierre de los mercados veci­
nos (Venezuela y Ecuador) y la de­
valuación de sus monedas: de manera
que las exportaciones menores caye­
ron aún más, pese a incrementos su­
cesivos en el ritmo de devaluación, en
noviembre de 1982 y marzo de 1983.
Esta situación y el virtual cierre del
crédito bancario internacional después
de la crisis mexicana en octubre de
1982, obligaron finalmente al gobier­
no a adoptar medidas efectivas de con­ 1984. El deterioro de estas cuentas
trol de importaciones a partir de abril obedeció a varios hechos. El ingreso
de 1983 y especialmente desde marzo por intereses cayó al bajar el nivel de
de 1984, ciertamente con un conside­ reservas, a tiempo que continuó el au­
rable retraso. Estos controles, auna­ mento del pago de intereses de la deu­
dos al efecto acumulativo de la rece­ da. Sin embargo, la mayor incidencia
sión, de la reducción en la inversión se observó en una drástica reducción
pública y del aumento en la produc­ en el endeudamiento privado, en la
ción petrolera, permitieron disminuir caída vertical de los ingresos por ser­
las importaciones en más de 700 millo­ vicios no financieros y en el aumento
nes de dólares en 1983 y en cerca de en los correspondientes egresos. En
500 en 1984. Por su parte, el ingreso alguna medida, estos fenómenos se
por exportaciones se elevó de nuevo explican por la disminución de las im­
desde 1984, como consecuencia de portaciones —que necesariamente re­
una leve mejoría en el mercado cafe­ dujo el monto de su financiámiento—
tero así como en las exportaciones me­ y la pérdida de ingresos por turismo.
nores, gracias a la mayor devaluación Las nuevas restricciones en la oferta
real, a la recuperación de la economía de crédito bancario también jugaron
norteamericana y a las nuevas expor­ un papel en este resultado. Pero, sin
taciones de carbón. Así, el déficit co­ duda, su tamaño sería inexplicable sin
mercial se redujo a 1.317 millones de tomar en cuenta un cambio drástico en
dólares en 1983 y a 332 en 1984, al­ la actitud del sector privado, y aun del
canzándose incluso el equilibrio en el sector público descentralizado, que
último trimestre de ese año y segura­ buscaron afanosamente reducir sus
mente un superávit en 1985. pasivos externos. A ello los impulsó
No obstante, las cuentas de servi­ una combinación de factores: la falta
cios y de capitales se deterioraron gra­ de oportunidades de inversión real de­
vemente en 1983 y 1984, con lo cual se bida a la recesión prolongada, la pér­
perdieron 1.723 millones de dólares de dida de confianza en el sector finan­
reservas brutas en 1983 y 1.285 en ciero después de la crisis de finales de
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
198

1982, el colapso del mercado de bienes nos reales por el efecto del deterioro
raíces y el diferencial de tasas de in­ del sector externo y luego de la propia
terés internas y externas (que se abrió recesión, mientras que se aumentó el
con el mayor ritmo de devaluación) y gasto. Este hecho, sin embargo, no al­
la nueva alza en las tasas de interés in­ canzó a compensar el impacto recesivo
ternacionales en 1983. La velocidad de del cambio en la demanda externa.
este proceso estuvo regulada por la Así, se indujo una deflación de de­
disponibilidad de liquidez; fue más manda que provocó en la economía,
alta a principios de 1983, cuando el go­ que ya mostraba signos de debilita­
bierno intentó sin éxito reactivar con miento, una profunda recesión. El
mayor crédito, y con crédito menor crecimiento del PIB descendió al
posteriormente, cuando se aplicó una 2.3 % en 1981, 0.9 % en 1982 y 1 %
política monetaria más estricta y se es­ en 1983; el de la industria se volvió ne­
trecharon los controles cambiarios. gativo en 1981 y 1982 (-2.6 % y
La cancelación acelerada de pasivos —1.4 % respectivamente) y alcanzó
externos y la «fuga de capitales» se apenas el 0.5 % en 1983, creándose
manifestaron, en varios momentos, en una situación generalizada de subuti­
alzas en la cotización del dólar negro, lización de la capacidad instalada que
y trajeron, como una de sus conse­ las empresas atribuyeron inequívoca­
cuencias, el desvío de ingresos de ser­ mente a deficiencias de demanda.
vicios no financieros hacia ese merca­ El punto más bajo de la recesión se
do. Aparecieron también síntomas, obtuvo a mediados de 1983, debido a
por la misma razón, de subfacturación que el nuevo gobierno aplicó entre
de exportaciones y sobrefacturación agosto de 1982 y julio de 1983 una po­
de importaciones, por lo cual es posi­ lítica de restricción del gasto y la in­
ble que la magnitud de los flujos de versión pública, con el objeto de re­
capitales hacia afuera no se refleje ducir la tasa de inflación. Entre julio
bien en las cifras de balanza de pagos. de 1983 y julio de 1984, se invirtió esta
En el segundo semestre de 1984 se política: el gobierno aumentó la inver­
estrecharon los controles cambiarios y sión y el gasto público con base en
se frenó un tanto el deterioro de la nuevos recursos de emisión y de cré­
cuenta de servicios no financieros. dito público y, posteriormente, tam­
Más efectiva resultó la disposición de bién con el producto de dos reformas
exigir un plazo mínimo de financia- tributarias expedidas en el segundo se­
miento de las importaciones, el mayor mestre de 1983. El efecto combinado
control sobre las cuentas externas del de esta política fiscal expansiva con la
Fondo Nacional del Café y de la Fe­ mayor protección, el moderado me­
deración de Cafeteros y los incentivos joramiento en la situación externa y el
al endeudamiento de empresas públi­ descenso en la tasa de inflación (gra­
cas como Ecopetrol, todo lo cual, en cias a una baja pronunciada en el rit­
conjunto con las negociaciones del go­ mo de alza de precios de los alimentos
bierno con el sistema financiero in­ y de los arriendos) fue el de provocar
ternacional, mejoró notoriamente la una reactivación sustancial de la acti­
cuenta de capitales en 1985. vidad económica, y en particular de la
Una caída tan drástica de los ingre­ industria, durante ese breve lapso.
sos de exportación y un deterioro en A partir de julio de 1984, sin em­
la cuenta corriente de la balanza de bargo, se otorgó absoluta primacía a la
pagos como el que ocurrió en 1981, no reducción acelerada del déficit fiscal
podían dejar de tener efectos en el ni­ como consecuencia de las negociacio­
vel de actividad económica. Los im­ nes con el sistema financiero interna­
pulsos expansivos del sector externo cional. El gobierno aceptó el diagnós­
se tornaron súbitamente depresivos tico del Fondo Monetario Internacio­
En 1981 y 1982 el déficit fiscal creció, nal, que atribuyó el deterioro del sec­
ya que los ingresos cayeron en térmi­ tor externo a un exceso de demanda
Capítulo 8 199
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
200

interna—en abierta contradicción con parte de este período, lo hicieron, sin


la evidencia disponible— e imprimió embargo, más lentamente que los cos­
de nuevo un viraje de 180° a su polí­ tos de producción y la inversión. A su
tica económica. Redujo el gasto y la turno, la agricultura tradicional pade­
inversión pública, en términos reales, ció limitaciones de oferta ante la lenta
a tiempo que aumentó la carga tribu­ expansión de la frontera agrícola, los
taria y eliminó subsidios; además, en problemas de seguridad en zonas de
el primer semestre de 1985 elevó la colonización reciente y el lento cam­
tasa de devaluación a niveles cercanos bio técnico; este tema, sin embargo, se
a un equivalente anual del 70 %. El encuentra escasamente estudiado y
déficit fiscal se cerró con mayor velo­ documentado.
cidad que el externo en cuenta co­ Este período de recesión prolonga­
rriente, y la caída de la inversión y el da trajo, como una de sus consecuen­
gasto público no encontró factores cias más graves, un marcado deterioro
compensatorios en el corto plazo por en los mercados laborales y los ingre­
el lado de las exportaciones; en con­ sos urbanos. La manifestación más vi­
secuencia, se indujo otra vez una de­ sible del problema estriba en el creci­
flación de demanda y la actividad eco­ miento de las tasas de desempleo
nómica se sumió de nuevo en la re­ abierto en las grandes ciudades. Estas
cesión. A su turno, la aceleración de tasas habían venido descendiendo
la tasa de devaluación se sumó a una continuamente desde 1970 hasta ubi­
nueva alza en el ritmo de crecimiento carse en niveles muy manejables, del
de los precios de los alimentos, y la 8.3 %, en 1981. A partir de entonces
tasa de inflación se elevó una vez más se elevaron de nuevo con rapidez has­
a niveles del orden del 25 %. ta un 12.4 % en marzo de 1985; pero,
La estrecha relación de la evolución además, se presentó un deterioro no­
de la actividad económica urbana con table en las ocupaciones de los traba­
el nivel de demanda agregada y el pre­ jadores y en sus ingresos.
cio de los alimentos durante este pe­ El empleo total en la industria y en
ríodo, pueden ser observados en el el sector secundario en las grandes ciu­
gráfico 1. La recesión prolongada de dades disminuyó desde 1980 y creció
la industria y el comercio se explica así únicamente en el sector terciario. Des­
básicamente por razones de demanda de otro punto de vista, el número total
efectiva, si bien en el último año las de asalariados, obreros y empleados
restricciones de importaciones han co­ en las grandes ciudades ha disminuido
menzado a crear problemas de abas­ progresivamente desde 1981, a tiempo
tecimiento. que han aumentado los trabajadores
Durante estos años se observa tam­ por cuenta propia. En síntesis, en los
bién un estancamiento en la actividad últimos cuatro años, la absorción de
agropecuaria, que contrasta con su empleo en el sector urbano ha estado
comportamiento dinámico entre 1970 exclusivamente a cargo del denomi­
y 1980. Este fenómeno parece vincu­ nado sector informal, que ha llegado
lado tanto con problemas de demanda a ocupar un 55.5 % (a junio de 1984)
como de oferta. La agricultura comer­ de los trabajadores activos de las ciu­
cial sufrió el efecto combinado de la dades. La entrada forzada de estos
recesión de los mercados externos, la nuevos contingentes a este sector, en
baja demanda interna y el alza en cos­ una situación de recesión económica,
tos de insumos importados asociada ha conducido a un deterioro de más de
con la nueva elevación de los precios un 20 % en los ingresos promedio rea­
del petróleo en 1979 y la aceleración les de los trabajadores por cuenta pro­
de la tasa de devaluación desde 1982. pia (entre junio de 1982 y septiembre
Pese a que los precios de sus produc­ de 1984) y a un descenso continuo de
tos se elevaron más rápidamente que la productividad en actividades como
el índice de precios, durante la mayor el comercio desde el año 1980.
Capítulo 8 201

Además de lo anterior, el sector carecieron aproximadamente 2.5 ve­


moderno ha disminuido considerable­ ces en comparación con el deflactor
mente el número de empleados per­ implícito del PIB agropecuario en
manentes; su lugar lo ocupa personal cuentas nacionales, como resultado de
subcontratado con estabilidad laboral la elevación sustancial de los precios
y prestaciones sociales más precarias. del petróleo y sus derivados que tuvo
Finalmente, en los últimos cinco años, lugar entre 1971 y 1974 y luego en
con la excepción de 1983, se ha pre­ 1979 en la economía internacional. La
sentado un deterioro, aunque modes­ maquinaria agrícola se encareció tam­
to, de los niveles reales de remunera­ bién casi en un 50 % con relación a los
ción de los empleados permanentes. precios promedio de los productos
agropecuarios.
Tendencias estructurales En segundo lugar, hubo un creci­
miento promedio de los rendimientos
Lo inmediato del período bajo análisis por hectárea muy inferior al de las dé­
impide tener aún una visión clara de cadas anteriores (y a los promedios
las transformaciones estructurales que internacionales) que varios analistas
pudieron ocurrir en la economía y es­ asocian con la drástica disminución de
pecialmente de sus causas. Por lo tan­ la inversión pública en investigación y
to, esta sección se ocupa apenas de es­ extensión tecnológica y en adecuación
bozar algunas tendencias que se ma­ de tierras que tuvo lugar desde prin­
nifiestan con claridad en el transcurso cipios de los setenta. En efecto, los
de estos años y de ofrecer, con carác­ gastos en investigación, en pesos cons­
ter tentativo, ciertas hipótesis plausi­ tantes, se redujeron a menos de la mi­
bles al respecto. tad entre 1972 y finales de la década,
y los gastos públicos en adecuación de
La crisis alimentaria tierras bajaron a una quinta parte en
la década de los setenta en compara­
y el problema agrario ción con los últimos años de los sesen­
Los estimativos de producción de los ta. En términos globales, los aportes
principales grupos de alimentos sugie­ del presupuesto nacional al sector
ren un crecimiento sumamente mo­ agropecuario se redujeron a aproxi­
desto durante los últimos quince años. madamente la mitad, en pesos cons­
El escaso dinamismo de la producción tantes, al comparar la década de los
se manifiesta en el hecho ya observado setenta con los años finales de los se­
de que los precios de los alimentos au­ senta. Esta situación se debió, en bue­
mentaron con mayor rapidez que el na parte, a la considerable dependen­
resto de los precios durante casi todo cia del monto y composición de la in­
el período y, al mismo tiempo, se in­ versión pública respecto del crédito
crementaron considerablemente las externo multilateral y de fomento, y al
importaciones. Estas últimas, inclu­ hecho de que la principal fuente de fi-
yendo las de productos pesqueros y nanciamiento externo de la inversión
pecuarios, pasaron de menos de cin­ en el sector agropecuario en los sesen­
cuenta millones de dólares en 1970 a ta, los recursos de la AID, se suspen­
más de quinientos a principios de los dieron a principios de los setenta.
ochenta, según cifras de OPSA. El encarecimiento relativo de los in­
Al examinar las cifras disponibles, sumos y el estancamiento en la pro­
se encuentran varias explicaciones po­ ductividad condujeron a que, en pro­
sibles de estos fenómenos. En primer medio, los costos crecieran más rápi­
lugar, se dio un crecimiento de los pre­ damente que el valor de la producción
cios de los insumos muy superior a los por hectárea, reduciendo gradualmen­
de los productos. En particular, los te la rentabilidad en muchas activida­
abonos, plaguicidas, herbicidas y otros des agropecuarias. Este fenómeno fue
insumos de origen petroquímico se en­ particularmente crítico en el caso de la
202 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

agricultura comercial, dado que en gunda mitad de la década de los se­


ella, de una parte, los insumos repre­ tenta, al interrumpirse el ciclo normal
sentan entre 36 % y 50 % de los cos­ de retención de hembras; y posterior­
tos totales; y de otra, los precios de sus mente padeció el cierre de los merca­
productos crecieron menos que los de dos de los países vecinos.
la agricultura tradicional a partir de Desafortunadamente, la penuria de
1975. Este último fenómeno se vincula las cifras en el sector agropecuario y la
con el hecho de que la agricultura co­ relativa escasez de estudios económi­
mercial está más integrada con la eco­ cos, en especial en lo que se refiere a
nomía internacional, y en la última dé­ la agricultura tradicional, impiden
cada, los precios internacionales de los precisar más las tendencias estructu­
productos agrícolas han descendido en rales y sus causas, de manera que las
términos relativos, debido al efecto de explicaciones anteriores no pasan de
los períodos recesivos. Ello, sumado ser hipótesis plausibles.
al atraso cambiario que se gestó desde
1976, condujo a comprimir la renta­ El debilitamiento
bilidad, ante el espectacular encareci­ del proceso de industrialización
miento en los precios de los insumos,
y afectó la producción por la mayor Como se vio atrás, a partir de 1975 se
competencia de las importaciones y la redujo sustancialmente el ritmo de
pérdida de mercados de exportación. crecimiento industrial, y éste se estan­
A partir de 1980 se sumó a lo anterior có casi completamente a partir de
el efecto de la recesión interna sobre 1980. La inversión industrial en 1982­
la demanda doméstica por estos pro­ 1983 no superó los niveles de una dé­
ductos. cada atrás y el nivel de empleo en el
La agricultura tradicional padeció sector moderno ha descendido por de­
también el alza de costos de insumos, bajo de las cifras alcanzadas en 1970.
aunque éstos pesan menos en su es­ Un análisis detallado de este fenó­
tructura de costos totales. Sin embar­ meno demuestra que su causa domi­
go, el estancamiento de la producti­ nante se ubica en la insuficiencia de la
vidad parece haber sido allí más se­ demanda efectiva, debida a diversas
vero por el fraccionamiento que ha ve­ razones que se han explicado en de­
nido ocurriendo en la propiedad cam­ talle en la primera sección. No obstan­
pesina. Adicionalmente, la bonanza te, algunos de los sectores que han pa­
cafetera y la sustitución de plantacio­ decido con mayor severidad la crisis
nes de café arábigo por caturra redu­ acusan problemas específicos de ma­
jeron la oferta de alimentos en las zo­ yor cuantía. Éste es el caso, en parti­
nas cafeteras del país, sin que hubiese cular, del sector textil, que incurrió en
un incremento compensatorio en zo­ un grave proceso de obsolescencia tec­
nas de colonización, aparentemente nológica. Más importante aún, el sec­
por los problemas de violencia que tor metalomecánico y, en particular,
afectan a muchas de estas áreas. Fi­ la producción doméstica de maquina­
nalmente, el crédito para este subsec­ ria y equipo redujeron su nivel de ac­
tor se redujo y se encareció ante el tividad como consecuencia de un in­
lento crecimiento de los recursos or­ tenso proceso de sustitución de im­
dinarios de la Caja Agraria, la eleva­ portaciones que se produjo en los úl­
ción de sus tasas y el escaso acceso de timos años de la década pasada y los
la agricultura tradicional al Fondo Fi­ primeros de la actual. Tal fenómeno
nanciero Agropecuario, que absorbió se debió en parte a la liberación de im­
la totalidad del aumento de recursos portaciones de este tipo de bienes y a
financieros para el sector desde 1973. la desgravación arancelaria a través
Finalmente, la ganadería, además del mecanismo de licencia global, que
de los problemas anteriores, sufrió un produjeron un rápido crecimiento de
proceso de descapitalización en la se­ las compras en el exterior de este tipo
Capítulo 8 203

de productos por parte de los inversio­ dustriales, especialmente notoria en la


nistas privados. Pero, en mayor pro­ producción de maquinaria y equipo.
porción, se debió al ascenso vertigi­ Desafortunadamente, las ramas so­
noso de las importaciones de este tipo bre-expandidas tienen un potencial de
de bienes por parte del sector público. crecimiento muy precario, puesto que
El aumento en la inversión pública tanto la demanda interna como la in­
en esos años se financió en su mayor ternacional por ese tipo de productos
parte con crédito externo de proyec­ de consumo final crecen inevitable­
tos, utilizable casi exclusivamente en mente muy despacio y el proceso de
adquisiciones en el exterior, lo que au­ sustitución de importaciones en ellas
nado a una política de compras oficia­ se había completado virtualmente des­
les que dio prelación a las contratacio­ de finales de los sesenta. Por el con­
nes «llave en mano», a la persistencia trario, las otras ramas, y en particular
de exenciones arancelarias para el sec­ la de maquinaria y equipo, presentan
tor oficial, al escaso desarrollo de me­ un gran potencial de crecimiento: la
canismo de financiamiento para las demanda doméstica e internacional ha
compras de bienes de capital domés­ tenido una gran dinámica y continúa
tico y al proceso presupuestal que pri­ con esas perspectivas y, además, exis­
vilegia los proyectos financiados ex­ te un vasto campo para la sustitución
ternamente, condujo a este resultado. de importaciones en el país. En otras
Si se va más a fondo, se encuentra palabras, la estructura industrial del
un problema en la estructura de la país no evolucionó en la última década
producción industrial colombiana. Al en correspondencia con la dinámica
compararla con la de países con un ni­ relativa del comercio internacional, ni
vel de desarrollo similar —y con la que con la demanda interna, ni con las po­
tenían otros países cuando atravesa­ sibilidades de sustitución de importa­
ron una etapa de desarrollo similar a ciones. Por ello no es sorprendente la
la actual del país— se advierte una baja tasa de crecimiento global del
«sobre-expansión» en ramas como Ja sector desde 1975.
textil, bebidas y tabaco, y una defi­ El modelo de sustitución de impor­
ciencia relativa en las demás ramas in­ taciones de bienes de consumo final y

Instalaciones de
Puerto Bolívar,
en las minas de
carbón del
Cerrejón Norte
en la Guajira.
Su yacimiento
carbonífero se calcula
en 2 400 millones
de toneladas.
A partir de 1989.
la producción anual
será de 15 millones
de toneladas.
204 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

de promoción de exportaciones de crecimiento económico. Así, en 1972,


manufacturas ligeras agotó, así, sus la administración Pastrana creó el sis­
posibilidades desde mediados de los tema de ahorro en valor constante
setenta y la política no ha variado su (UPAC) y las corporaciones de ahorro
curso. La estructura arancelaria (en y vivienda con el objeto de irrigar cré­
sus tarifas y exenciones), la política de dito abundante de largo plazo a la
compras oficiales, el financiamiento construcción de vivienda, sector es­
externo de la inversión pública, la de­ cogido en su plan de desarrollo para
ficiencia de los mecanismos financie­ jalonar el crecimiento de toda la eco­
ros para la producción de bienes de ca­ nomía. En 1974, el gobierno de López
pital, la carencia de programas públi­ Michelsen llevó a cabo una reforma fi­
cos de desarrollo tecnológico y, más nanciera que liberó las tasas activas de
en general, la ausencia de una política interés, creó los certificados de depó­
industrial planificada, han contribuido sito a término (CDT), restringió y en­
decisivamente, en conjunto con fac­ careció el acceso a los fondos del emi­
tores coyunturales, al debilitamiento sor, redujo la gran dispersión existen­
del proceso de industrialización en el te en las tasas pasivas y el tratamiento
país. En los últimos quince años no ha tributario a los activos financieros.
aparecido ninguna rama industrial Con todo ello, posibilitó y de hecho
nueva de importancia y los sectores forzó a los intermediarios financieros
tradicionales no han tenido y no tie­ a competir por captaciones de ahorro.
nen posibilidades satisfactorias de cre­ Finalmente, después de un nuevo pe­
cimiento. ríodo de represión financiera desde
1977, que intentó controlar la creación
de crédito ante la presión monetaria
El desarrollo traumático originada en la acumulación de reser­
del sector financiero vas y que fue desbordado por la pro­
La década de los setenta se caracterizó liferación de «innovaciones» financie­
por el rápido crecimiento y diversifi­ ras, el gobierno Turbay optó por li­
cación del sector financiero. A finales berar las tasas pasivas y acudir a las
de los setenta había apenas 23 bancos operaciones de mercado abierto.
y 9 corporaciones financieras, y el de­ Este proceso, sin embargo, por falta
nominado «ahorro transferible» a tra­ de una regulación adecuada condujo a
vés del mercado financiero institucio­ un incremento excesivo en las tasas
nal representaba apenas el 7 % del reales de interés, a una desviación sus­
PIB. A principios de los ochenta se tancial del crédito hacia actividades
contaba ya con una variedad de nue­ especulativas, a la concentración del
vos intermediarios especializados poder económico en los grupos finan­
(corporaciones de ahorro y vivienda; cieros y a una exposición de riesgo
compañías de financiamiento comer­ muy alta por parte de muchos inter­
cial, empresas de «leasing» y «facto- mediarios; todo lo cual hizo crisis con
ring», autofinancieras, etc. y con una el advenimiento de la recesión a partir
abundancia de nuevos activos finan­ de 1980 y, de hecho, contribuyó a su
cieros que habían permitido elevar el desarrollo de manera no despreciable.
ahorro transferible institucional a un Al mismo tiempo, no se consiguió el
25 % del PIB en 1984). objetivo buscado de desarrollar un
Este desarrollo se debió a varios mercado de capitales de largo plazo y
factores. En primer lugar, ante la es­ los bajos niveles de capitalización
tabilidad cambiaría que se vivió desde mantuvieron al sector con una capa­
1967, en contraste con las dos décadas cidad crediticia muy inferior a las ne­
anteriores, las autoridades económi­ cesidades del desarrollo económico
cas concentraron su esfuerzo en la mo­ del país.
vilización del ahorro interno que se La crisis financiera estalló a finales
constituía en la nueva limitante del de 1982. El gobierno Betancur le dio
Capítulo 8 205

un tratamiento diferente a cada pro­


blema que se fue presentando, con lo
que, si bien evitó la propagación de la
crisis, no impidió que tuviera efectos
nocivos en la confianza de los ahorra­
dores ni logró superarla del todo. La
«crisis» de confianza fomentó la fuga
de capitales hacia el exterior y creó un
desplazamiento de fondos hacia pa­
peles del gobierno y los bancos oficia­
les que precipitaron problemas de li­
quidez en el resto del sistema finan­
ciero. Estos desarrollos contribuyeron
a agravar la recesión y la pérdida de
reservas internacionales.
La prolongada recesión terminó por
crear una grave acumulación en la car­
tera morosa y de dudoso recaudo del
sistema financiero. Esta situación, en
conjunto con la aceleración de la tasa mente desde ese año, después de dé­ El presidente
de devaluación, impidió reducir las ta­ cada y media de estancamiento. Si­ Belisario Betancur
sas reales de interés y reforzó en con­ multáneamente se otorgaron estímu­ firma con el presidente
del Banco Mundial,
secuencia el proceso recesivo, consti­ los de precios para producciones A. W. Clauson,
tuyendo un círculo vicioso pese a con­ «incrementales» en las concesiones vi­ un empréstito por
tinuos esfuerzos del gobierno por fa­ gentes, y Ecopetrol acometió esfuer­ valor de 129 millones
cilitar la capitalización y mejorar la li­ zos en el mismo sentido en los campos de dólares.
quidez del sistema. productivos bajo su administración. Washington,
octubre 8 de 1983.
Como resultado de este viraje en la Observa el
El desarrollo política, desde 1979 se revirtió la ten­ ex canciller
del sector minero y energético dencia declinante que traía la produc­ Rodrigo Lloredo
ción de petróleo desde principios de Caicedo, embajador
La crisis petrolera internacional en­ los sesenta y se mantuvieron bajo con­ en Estados Unidos.
contró al país en 1974 en un tránsito trol las importaciones de crudo y ga­
de país exportador a importador neto solina, sin que llegaran a superar los
de hidrocarburos y ante perspectivas 500 millones de dólares al año. Más
cambiarías inciertas. La administra­ importante aún, la intensificación del
ción López procedió a facilitar la ex­ nivel exploratorio condujo a hallazgos
plotación de los yacimientos de gas re­ cuantiosos en Arauca y Meta en 1984
cientemente descubiertos en la Gua­ que permitirán al país convertirse de
jira, lo que permitió sustituir parte del nuevo en exportador neto a partir
consumo de derivados de petróleo en de 1987. Se estima que la contribu­
la Costa Atlántica. Al mismo tiempo, ción de estos nuevos yacimientos a la
eliminó el régimen de concesiones ha­ balanza de pagos del país podrá alcan­
cia adelante, liberando grandes áreas zar cifras del orden de 1.800 millones
que se hallaban congeladas por soli­ de dólares en los años de mayor pro­
citudes de concesión y estimulando la ducción, lo que desde el punto de vista
suscripción de contratos de asocia­ cambiario equivale casi al efecto de
ción. Esta medida, y una posterior en una bonanza cafetera.
1976 que ligó el precio de compra en De otra parte, en 1976, con base en
estos contratos al internacional, des­ un concurso internacional, se suscribió
pejando la incertidumbre al respecto un contrato de asociación para explo­
que había venido limitando la inver­ rar y explotar el yacimiento carboní­
sión, condujeron a que el nivel de ex­ fero de Cerrejón Norte. Las exporta­
ploración se recuperara significativa- ciones del proyecto se iniciaron en
206 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

1985 y llegarán hasta los 15.000.000 de puede verse así como un intento por
toneladas anuales, bajo los acuerdos incrementar la participación del Esta­
vigentes, lo que contribuirá a reforzar do en el ingreso nacional, con el fin de
la balanza de pagos a partir de 1988, atender las demandas crecientes por
una vez que los ingresos operacionales servicios sociales de la población, y por
netos que corresponden al país supe­ crear una base de impuestos internos
ren el elevado servicio de la deuda con que permita estabilizar los recaudos, y
que se financió la mayor parte de la en consecuencia la prestación de servi­
inversión de Carbocol en el proyecto. cios y la inversión pública, frente a los
Adicionalmente, se inició la explota­ ciclos del sector externo.
ción del yacimiento carbonífero de En esta perspectiva, en los últimos
Cerrejón Centro y del níquel de Ce- años se fortaleció considerablemente
rromatoso en 1982. Estos proyectos, la base fiscal del país mediante las re­
sin embargo, han arrojado pérdidas formas tributarias de 1974 y 1983­
como consecuencia de la depresión de 1984. La reforma de 1974 reestructuró
los precios internacionales y altos cos­ íntegramente los impuestos naciona­
tos de transporte interno. les. En el impuesto a la renta eliminó
Las nuevas exportaciones de hidro­ un gran número de exenciones y de­
carburos y minerales, aunadas al in­ ducciones especiales que favorecían a
cremento de casi un 50 % en el volu­ las rentas de capital; gravó todas las
men exportado de café que dejó la dé­ ganancias de capital y otras ganancias
cada de los setenta, auguran un pa­ ocasionales; estableció un sistema uni­
norama cambiario despejado para la versal de presunción de renta mínima
próxima década. Sin embargo, impon­ para limitar la evasión, aumentó la
drán nuevas exigencias a la política progresividad de las tarifas nominales
económica. En efecto, de una parte se y efectivas para las personas naturales;
corre el riesgo de contraer la deno­ unificó y simplificó el régimen para las
minada «enfermedad holandesa» que sociedades; introdujo una corrección
han padecido la mayoría de los países parcial por inflación en los costos de
exportadores de materias primas; a sa­ activos y las tablas de tarifas; etc. En
ber, que han descuidado su manejo el impuesto a las ventas perfeccionó la
cambiario y de comercio exterior con técnica del valor agregado y estableció
graves perjuicios para el desarrollo de el sistema de devoluciones, introdujo
su industria y el resto de la actividad mayores controles a la evasión, elevó
agropecuaria. Además, se requiere la tarifa media y su dispersión para
crear canales apropiados que permitan contrarrestar los efectos regresivos del
transferir los excedentes de ahorro ge­ tributo e incorporó varios servicios a
nerados en estos sectores hacia la in­ la base del impuesto. Además, simpli­
versión industrial y agrícola. Por últi­ ficó y redujo el impuesto de timbre y
mo, estos sectores nuevos no generan a las sucesiones, haciendo este último
impulsos de demanda, lo que exigirá más progresivo. El impacto fiscal y re­
mantener un ritmo adecuado de in­ distributivo de la reforma en su primer
versión pública y crecimiento de las año de operación fue sustancial.
exportaciones menores. No obstante, posteriormente estos
efectos se erosionaron, en particular
Las finanzas públicas con respecto al impuesto a la renta.
Ello se debió a una serie de factores:
Los ingresos tributarios de la Nación el impacto de la aceleración del pro­
muestran, en una perspectiva de largo ceso inflacionario desde 1976, en es­
plazo, oscilaciones que se asocian ín­ pecial sobre la efectividad de los nue­
timamente con el comportamiento de vos mecanismos de presunción; un re­
las exportaciones e importaciones. El lajamiento del control administrativo
proceso de reformas tributarias, que y el aumento de índices de evasión; y,
se inició en la década de los treinta, lo más importante, el efecto de mo-
Capítulo 8 207

El economista
Lauchlin Currie
es condecorado
con la Cruz de
Boyacá por el
presidente
Belisario Betancur.

dificaciones legales de «alivio» en 1977 mera necesidad. El impacto sobre los


y 1979, que redujeron la efectividad recaudos de la nación ha sido consi­
de los gravámenes a las ganancias oca­ derable, si bien su incidencia neta po­
sionales y los sistemas de presunción, siblemente ha sido regresiva.
restauraron varias exenciones y com­ Pero las reformas de 1983 y 1984 se
pletaron la corrección inflacionaria en orientaron también a fortalecer los im­
las tablas de tarifas. Este debilitamien­ puestos departamentales y municipa­
to quedó encubierto por el efecto so­ les, que venían de un largo proceso de
bre los recaudos totales del auge del deterioro, aplicando las recomenda­
sector externo en esos años y el uso de ciones principales al respecto de la Mi­
recursos de emisión disfrazados a tra­ sión de Finanzas Intergubernamenta­
vés de la denominada Cuenta Especial les que rindió informe en 1981. El
de Cambios. No obstante, se hizo pa­ efecto de estas modificaciones, que
tente cuando a partir de 1980 se de­ cubrieron casi la totalidad de los im­
terioraron las cuentas externas, lo que puestos de estos entes territoriales, ha
condujo a la adopción de las reformas sido sustancial para los departamentos
de 1983 y 1984. y municipios más ricos, pero ha me­
Estas reformas reforzaron los ins­ jorado muy poco la de los más pobres
trumentos creados en 1974 en el que siguen dependiendo esencialmen­
impuesto a la renta; en particular, te de las transferencias de la nación.
ampliaron considerablemente los me­ Por último, en 1985, siguiendo tam­
canismos de presunción y limitaron bién una recomendación de la misión,
varias exenciones. Además, generali­ se inició un proceso gradual y parcial
zaron los sistemas de retención y anti­ de desmonte de muchas rentas de des­
cipos. De otra parte, extendieron el tinación específica que limitaban la
impuesto a las ventas hasta el comer­ posibilidad de distribuir los ingresos
cio al detal, eliminaron buena parte de fiscales entre distintas entidades y ac­
sus exenciones y elevaron la tarifa pre- tividades públicas según sus necesida­
ferencial aplicable a productos de pri­ des y las prioridades del gobierno.
208 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

El plan colombiano de las cuatro estrategias. 1971-1974

n forma general puede decirse que en Colombia ha a Colombia como asesor de la Oficina de Planeación. (Por
E habido tres períodos de intensa actividad en planifi­ ese entonces y desde 1967 yo había estado dedicado a la
cación macroeconómica y asesoría y en cada uno de ellos docencia en Canadá y Gran Bretaña, y había salido de Co­
me correspondió representar algún papel. El primero abar­ lombia porque creía que mis días de asesoría habían lle­
có de 1949 a 1953; el segundo de 1960 a 1961; y el tercero gado a su fin). La solicitud inicial consistió en que diera mi
se inició con la década de los años setenta. Puesto que este asesoría con relación a las recomendaciones de la OIT,
trabajo no es en sentido alguno una historia general, me cosa que no acepté. La solicitud fue modificada entonces
propongo comenzar con un análisis del tercer período, du­ en el sentido de que asesorara la preparación de un nuevo
rante el cual se adoptó el Plan de las Cuatro Estrategias. plan general, algo demasiado atrayente como para recha­
Este período ilustra, quizás mejor que otros, el posible pa­ zarlo. Llegué a Bogotá en junio de 1971.
pel que una oficina de planificación puede tener en el cam­ A comienzos de 1970, el país había estado expuesto a los
po de la macroeconomía. informes de tres misiones completas, además de las suge­
Quiero, a manera de introducción a la discusión sobre la rencias de una Misión de Harvard —residente en Colom­
adopción del plan, relatar una historia que complementa bia— y de un nuevo plan global preparado por la Oficina
el tratamiento teórico. Lo cual equivale a suministrar un de Planificación. El representante residente del Banco
necesario antídoto contra la impresión de inevitabilidad Mundial tenía su oficina en el Departamento Nacional de
que queda después de analizar los sucesos del pasado, Planeación. Hacia mediados de 1971, con la excepción de
e ilustra el papel jugado por el azar y por las personalida­ unos pocos miembros sobrevivientes de la Misión de Har­
des [...] vard, yo era el asesor macroeconómico de la Planificación
El Presidente Carlos Lleras, cuyo periodo había expi­ y estaba en condiciones de preparar el borrador de un plan
rado en 1970, había tomado medidas tendientes a un cre­ y de intentar su adopción cuando quedaban aún tres años
cimiento continuado. Había fortalecido la Oficina Nacional del período presidencial.
de Planificación y le había dado facultades independientes; Durante junio y julio redacté los lincamientos de un nue­
en 1969 designó como su director a Jorge Ruiz Lara, un vo plan, cuyos elementos principales habían sido aceptados
economista con título de doctor, y participó en la elabo­ por el presidente y por el director de la Oficina de Planea-
ración de un plan conocido como el Plan 1969-1972 (pos­ ción y fueron incorporados en el Mensaje presidencial al
teriormente denominado Plan 1970-1973); había invitado a Congreso, con ocasión del inicio anual de sesiones el 20 de
Richard Musgrave, de Harvard, para que hiciera sus re­ julio de 1971. Después de muchas conferencias dentro del
comendaciones sobre una reforma tributaria; invitó tam­ Departamento Nacional de Planeación y con el presidente
bién a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y los ministros responsables de los asuntos económicos se
para que enviara una misión que estudiara el problema del escribió un borrador final bajo el título de Plan de las Cua­
empleo y había negociado créditos externos y preparado el tro Estrategias. En la primera semana de diciembre de
presupuesto nacional para 1970-1971. 1971, el presidente hizo entrega del borrador a los líderes
Casi que durante la primera sesión del Consejo Nacional del Congreso como el Plan Nacional de Desarrollo del go­
de Política Económica y Social, en agosto de 1970, el di­ bierno, junto con el detalle de los programas en marcha y
rector de la Oficina de Planificación (Departamento Na­ con los presupuestos de cada ministerio y agencia descen­
cional de Planeación, DNP) presentó al presidente entran­ tralizada. El director de la Oficina de Planeación actuó
te, Misael Pastrana, el Plan para el período 1970-1973. El como líder, en su papel de conseguir aceptación para el
Plan enfatizó la inversión pública (principalmente los pro­ plan; entretanto, dediqué la mayor parte de mi tiempo a
gramas de varios ministerios y agencias descentralizadas) y suministrarle munición para esa lucha y a estudiar lo que
fue aceptado por el presidente luego de un muy breve aná­ se necesitaba para su ejecución.
lisis. El presidente no contaba con mayoría en el Congreso Mientras que el plan en sí mismo fue bastante bien re­
(que anteriormente había rechazado las recomendaciones cibido, la oposición a su ejecución fue intensa y vociferante
sobre impuestos de Musgrave) y sentía cierta obligación tanto dentro como fuera del gobierno. Si no hubiera sido
para con el ex-presidente, ya que éste lo había apoyado. por el feliz descubrimiento de una facultad presidencial
Todo hacía suponer, por lo tanto, que con la excepción de —hasta entonces no usada— en la Constitución, no se ha­
cambios de menor importancia, el período 1970-1974 sería brían podido efectuar los cambios institucionales requeri­
testigo de una continuación de las políticas de la anterior dos. Luego de muchas reuniones, el presidente se decidió
administración. por las medidas sugeridas y firmó los decretos necesarios
Fue en este momento cuando el azar y las interrelaciones el 2 de mayo de 1972, aunque el sistema financiero que se
personales jugaron su papel (como frecuentemente sucede) creaba no comenzó a operar sino en septiembre de ese año.
y surgió un cambio inesperado en el curso de los eventos. Adoptar un curso antes no ensayado y además impopular
Algunas fricciones que se habían presentado entre el pre­ requería una alta dosis de coraje por parte suya [...]
sidente y el director de la Oficina de Planificación salieron En breve, la idea consistió en identificar sectores poten­
a la luz pública en diciembre de 1970; el director y la mayor cialmente grandes, donde la demanda insatisfecha fuera
parte de los jefes de las principales divisiones de Planeación alta y cuyos productos contaran con una alta y sostenida
renunciaron. El presidente aceptó las renuncias y nombró elasticidad ingreso de demanda, o donde un aumento en la
como nuevo director a Roberto Arenas. Arenas, quien ha­ oferta no se tradujera en forma notoria en un cambio en
bía quedado favorablemente impresionado con mi ense­ los precios o en la elasticidad precio de demanda. La in­
ñanza y con quien yo mantenía cordiales relaciones, pron­ tervención gubernamental para estimular esos sectores «lí­
tamente le sugirió al presidente que me invitara de regreso deres» podría ser entonces selectiva y estratégica. Esto, a
209
Capítulo 8

Lauchlin Currie

su vez, afectaría los sectores «seguidores», que variarían de política, compuesto por jóvenes profesionales y les ayudé
acuerdo con las distintas elasticidades ingreso de demanda a muchos a conseguir becas en el exterior. Sin embargo,
de sus productos y le ayudaría al mecanismo de la movili­ mi influencia dependía totalmente de mis relaciones con
dad. El ingreso per cápita se elevaría aún más por razón dos sucesivos jefes de la oficina de Planeación y de su re­
de la consiguiente urbanización, el desplazamiento hacia lación, a la vez, con el presidente.
ingresos más altos y la tasa de natalidad en disminución. En un país donde el gobierno cambia cada cuatro años
Una mirada a la composición de las cuentas nacionales es muy difícil garantizar la permanencia de los cambios de
puede ayudar a visualizar el proceso. Las diferentes tasas política. Un presidente o un ministro (o aun el jefe de la
de crecimiento de los sectores reflejan tanto los obstáculos oficina de planeación) creen que no ganarán crédito alguno
a la mayor producción cómo las distintas elasticidades in­ si continúan con la misma política y que se espera de ellos
greso de demanda. El aumento global en la demanda (pro­ algo nuevo y diferente. El número de políticas diferentes
ducto) es un determinante principal del crecimiento de la pero efectivas no es, desafortunadamente, muy grande.
demanda en cada sector. Pero la tasa global de crecimiento El sesgo puede ser anulado o neutralizado en varias for­
es la suma de las tasas (ponderadas) de crecimiento de los mas. Una es el uso de la semántica. La mayor parte de los
sectores individuales. La tasa global depende de las tasas elementos del Plan de las Cuatro Estrategias eran familia­
sectoriales; las tasas sectoriales dependen, en buena parte, res, pero el título era fresco y nuevo. Otra técnica consiste
de la tasa global. El proceso tiende a ser autoperpetuante en hacer que algún número de personas identifiquen sus
(rendimientos crecientes), pero a una tasa constante, a me­ propios intereses con la nueva política. En un año de fun­
nos que algún impulso —exógeno al proceso continuo— cionamiento del sistema de corporaciones de ahorro se ha­
intervenga. Si hay una subutilización generalizada de hom­ bían creado mil empleos y sesenta mil depositantes y, un
bres y de máquinas, como en la Gran Depresión, un au­ año más tarde, las corporaciones habían creado su propia
mento keynesiano en la simple demanda monetaria puede asociación. La industria de la construcción dependía de un
ser suficiente. Si los factores están plena, aunque pobre­ flujo de dinero hipotecario a través del sistema y detrás de
mente empleados, el factor exógeno posiblemente tenga dicha industria estaba la de materiales de construcción. La
que tomar la forma de un incentivo al desplazamiento de antigua institución hipotecaria, que había combatido el sis­
factores, de tal modo que el aumento en la demanda mo­ tema, dependía ahora —para su futuro crecimiento— de
netaria agregada refleje y surja de un aumento en el pro­ los depósitos indizados en lugar de los anteriores que es­
ducto real. taban exentos de impuestos y tenían un interés fijo. La
En Colombia, en 1971, parecía que dos sectores califi­ oposición de los poderosos intereses financieros (bancos y
caban como sectores «líderes»: las exportaciones y la edi­ compañías de seguros) se había moderado por razón de su
ficación; las exportaciones, porque existía una buena base propia participación en las acciones del nuevo sistema. Fue
en la industria y en un sector moderno dentro de la agri­ este complejo de intereses creados el que salvó al sistema
cultura (el aumento de exportaciones no cafeteras sería sig­ de ser desmantelado por el nuevo gobierno.
nificativo para Colombia, pero lo suficientemente pequeño Aunque una de las razones que explica el éxito del plan
como para no afectar los precios mundiales); y la edifica­ fue su concentración de esfuerzos en una actividad selec­
ción, porque había razones para creer que existía una cionada dentro de los otros programas competitivos del go­
demanda grande y latente de vivienda en las ciudades de bierno, hubo un área de serio conflicto que merecía la aten­
alto crecimiento. Aunque las cifras se obtienen sola­ ción de la oficina de Planeación: la política monetaria, fis­
mente de los permisos de construcción, parecían sugerir cal y cambiaría. Aunque el empleo de la indización buscaba
que la edificación urbana alcanzaba únicamente al 1.4, anular los efectos nocivos de la inflación en un área sen­
1.3 y 1.2 por ciento del PIB durante 1970, 1971 y 1972, sible, fueron el crecimiento de la inflación y el aumento en
respectivamente [...] la tasa de corrección monetaria los que por poco destruyen
Resulta estimulante demostrar que, aun bajo condicio­ el sistema en sus etapas iniciales. La falla en garantizar una
nes legislativas no favorables, es posible con cierta suerte, mayor estabilidad hizo que el plan fuera objeto de fuertes
con ingenio y con el apoyo del jefe del poder ejecutivo, dar ataques.
un golpe. Las dificultades y los obstáculos son tan formi­ El episodio sugiere el posible papel de una oficina de
dables que hacen parecer tales ocasiones como si fueran la planificación como asesora del jefe del Ejecutivo en asun­
excepción y no la regla. tos macroeconómicos. Es poco probable que un ministro
Uno de los factores que contribuyeron al éxito fue que, de Hacienda, con exceso de responsabilidades y con mu­
en su mayor parte, el campo en que yo trabajaba no usur­ chas funciones ejecutivas, pueda dedicarle el tiempo ne­
paba funciones a otras secciones del Departamento Nacio­ cesario a estudiar una iniciativa como la del plan colom­
nal de Planeación, con la excepción de la política urbana biano; ni parece posible patrocinar un movimiento tan
donde encontré alguna oposición. Nunca atendí las reunio­ combatido por los intereses financieros. Sin embargo, el
nes semanales de los Jefes de Unidad ni del CONPES, de episodio en forma alguna fue atípico y a medida que el con­
tal modo que las actividades regulares de la planificación trol del sistema pasó a través de sucesivos ministros de Ha­
no se afectaban en forma visible por mi presencia. Mi pre­ cienda, otras consideraciones tuvieron prelación y el po­
sencia poco conspicua se benefició por el hecho de que las tencial del sistema tan sólo se aprovechó parcialmente.
oficinas del Departamento de Planeación estaban física­
mente dispersas y de que mis reuniones con el grupo asesor CURRIE, LAUCHLIN. Evolución de la asesoría económica a
se celebraban a horas distintas a las de trabajo. Dirigí un los países en desarrollo. El caso colombiano. Bogotá,
grupo voluntario de discusión sobre teoría económica, no CEREC, 1984, pp. 73-87.
210 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Crecimiento del Producto Interno Bruto (%) Cuadro 1

¡970-74 1975 1976-80 ¡981-84 1981 1982 1983 1984

Sector agropecuario 4.1 5.8 4.27 1.26 3.2 -1.9 1.8 0.7
Minería -5.0 3.8 -0.81 8.52 5.4 1.8 12.9 14.8
Industria manufacturera 9.0 1.2 4.57 0.62 -2.6 - 1.4 0.5 6.2
Electricidad, gas y agua 12.1 6.9 6.47 4.12 3.3 3.2 4.3 5.3
Construcción 9.0 -9.9 5.43 5.21 7.1 4.0 5.1 4.5
Comercio 8.2 2.2 4.39 1.00 1.2 1.6 -1.9 7.5
Transportes y comunicaciones 9.0 1.4 7.48 2.61 2.8 5.2 -1.1 2.0
Establecimientos financieros 7.5 6.1 5.36 3.96 9.1 3.1 3.2 2.0
Servicios del gobierno 7.3 0.5 7.61 3.8 5.8 2.4 3.9 3.7
Otros servicios 5.4 4.1 5.09 2.71 4.2 4.3 2.8 2.7
PIB 6.5 2.3 5.35 1.80 2.3 0.9 1.0 3.0

Indicadores del sector externo Cuadro 2


1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984
índice de términos de
intercambio1 97.7 91.7 98.3 105.6 109.9 100.0 141.2 198.8 147.1 131.7 133.3 112.5 108.8 111.5
Déficit en cuenta
corriente1 (4.7) (6.6) (2.7) (0.6) (3.0) (0.8) 1.4 2.8 1.7 2.2 (0.6) (6.5) (9.6) (8.8) (7.1)
Reservas (meses de
importaciones!1 2.3 2.2 3.3 3.8 2.2 2.8 5.2 7.1 7.8 11.1 10.5 9.5 6.8 5.2 3.4
Deuda externa1
(% exportación de
bienes y servicios) 175.9 210.8 197.8 172.5 166.0 158.4 129.5 109.5 98.2 107.6 107.5 157.3 187.9 240.3 247.4
índice de la tasa
real de cambio2
(exportaciones menores) 112.0 116.5 120.4 119.3 116.2 123.6 120.7 103.8 103.2 101.9 103.1 98.5 92.8 90.2 94.5
Fuentes: 1 Fedesarrollo.
2 Fedesarrollo (ponderado con 22 países).

Tasas de inflación, devaluación e intereses Cuadro 3


1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 ¡984

Tasa de inflación1 6.7 13.7 14.0 23.6 26.1 17.7 25.7 28.4 18.7 28.8 25.9 26.4 24.0 16.6 18.28
Tasa de inflación de
los alimentos 4.3 16.1 16.1 31.0 30.5 19.5 27.9 34.7 13.0 32.0 25.8 28.5 24.4 17.2 19.64
Tasa de interés
doméstica2 13.6 13.6 13.6 26.2 25.6 25.6 25.6 24.4 25.6 35.1 38.2 35.8 34.2 34.4
Tasa de devaluación 6.9 9.5 9.0 8.8 15.5 15.1 10.2 4.5 8.0 7.3 15.7 16.0 19.0 26.3 28.3
Tasa de interés externo
en dólares (prime) 6.75 5.25 5.88 10.00 10.00 7.00 6.25 7.75 11.75 15.25 21.50 15.75 11.25 11.00 10.75
Tasa de interés externo
en pesos 14.12 15.25 15.41 19.68 27.05 23.16 17.09 12.60 20.69 23.66 40.58 34.27 32.39 40.19 42.09
, Variación % del índice nacional de precios al consumidor,
lasa de interés efectiva CDT a noventa días de los bancos comerciales.
211

Balanza de pagos de Colombia (1970-1984) Cuadro 4


(Millones de dólares)
1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984

Exportaciones (F.O.B.) 788 752 979 1262 1494 1747 2255 2727 3270 3581 4372 3458 3399 3147 3658
Importaciones (F.O.B.) -802 -900 -849 -982 -1510 -1425 -1665 -1979 -2564 -2996 -4300 -4763 -5175 -4464 -3980
Balance comercial -14 -148 130 280 -16 322 590 748 706 585 72 -1304 -1776 -1317 -322
Servicios de capital (neto) -180 -176 -196 -215 -192 -263 -313 -272 -301 -255 -211 -427 -701 -918 -1204
Otros servicios (neto) -135 -163 -159 -156 -198 -187 -106 -67 -92 134 111 -167 11 -755 -549
Balance de servicios) -315 -339 -355 -371 -390 -450 -419 -339 -393 -121 -100 -594 -690 -1673 -1753
Transferencias (netas) 36 34 35 35 55 48 51 46 73 101 164 242 248 164 205
Balance en cuenta corriente -293 -453 -190 -56 -351 -80 222 455 386 565 137 -1657 -2218 -2826 -1870
Capital privado (neto) 39 40 17 23 36 32 14 43 67 104 52 228 268 510 405
Inversión directa 63 19 7 -15 -9 -8 -39 -6 -32 104 57 402 329 73 47
Crédito largo plazo 115 161 -48 -108 28 -133 64 -252 21 209 75 283 237 -311 -629
Crédito corto plazo*

Total 217 220 -24 -100 55 -109 39 -215 56 417 184 913 834 272 -177

Capital oficial (neto) 124 120 215 277 191 249 118 172 25 465 676 971 774 853 1120
Balance de capitales 341 340 191 177 246 140 157 -43 81 882 860 1884 1608 1127 946
Errores y omisiones -18 90 113 26 -15 37 217 225 131 113 243 -113 -193 43 -355
Variación en reservas netas 30 -23 114 147 -120 97 596 637 598 1560 1239 114 -803 -1856 -1279
Saldo reservas brutas 257.5 265.3 392.8 523.8 436 552.6 1171.5 1835.6 2492.6 4112.9 5419.7 5632.9 4892.6 3175.8 1887.5
* Incluye operaciones de los bancos comerciales.
Fuentes: Fondo Monetario Internacional.
Banco de la República.
212

Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Balance financiero del gobierno central Cuadro 5

1971 1972 1973 1974 1975 7.976 1977 797$ 1979 1980 1981 1982 1983 1984

Ingresos corrientes 9.4 9.2 9.0 8.6 10.1 9.5 8.7 9.1 8.8 8.8 8.3 8.0 8.4 8.5

Origen doméstico 6.9 6.8 6.5 6.2 7.7 6.3 5.7 5.9 5.7 5.4 5.4 5.3 5.9 6.4

Origen sector externo 2.5 2.4 2.6 2.4 2.4 3.2 3.0 3.2 3.2 3.4 2.9 2.7 2.2 2.1

Gastos corrientes 7.0 6.7 7.4 6.6 4.8 5.8 5.9 6.7 7.4 7.5 8.4 8.7 9.4 9.6

Ahorro 2.4 2.5 1.6 2.0 5.3 3.7 2.8 2.4 1.4 1.3 (0.1) (0.7) (1.1) (1.1)

Inversión 8.8 5.9 6.2 6.1 5.8 2.8 2.8 2.6 3.1 4.1 3.6 3.8 3.2 2.9

Superávit (déficit) (6.4) (3.4) (4.6) (4.1) (0.5) (0.9) 0.1 0.2 (1.7) (2.8) (3.7) (4.5) (4.3) (4.0)

Financiación neta 6.4 3.4 4.6 4.1 0.5 (-0.1) 0.2 0.4 1.4 0.6 1.0 1.4 0.1 1.9
Crédito externo 2.2 1.9 1.7 0.5 0.6 0.1 (-0.1) 0.3 1.3 1.1 1.2 0.8 (0.2) 0.7
Crédito interno 1.4 0.4 0.5 0.3 (-0.1) (-0.2) 0.3 0.1 0.1 (-0.5) (0.2) 0.6 0.3 1.2
Monetario 0.6 0.6 0.1 0.3 0.7 0.4 0.3 0.6 1.2 2.0 2.4 3.4 3.1 2.1
Causación no financiada 1.1 0.1 1.6 0.4 1.1 -0.2 0.1 -0.3 0.3 1.3 1.3 1.1 0.4

Bibliografía
CABALLERO ARGÁEZ, CARLOS. «Economía, sistema financiero y confianza pública». Coyuntura
Económica, Fedesarrollo, diciembre 1984.
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de Agricultura, diciembre 1968.
PERRY, GUILLERMO, Y ROBERTO JUNGUITO. «Política económica y endeudamiento externo de
Colombia, 1970-1980». Desarrollo y Sociedad, N.° 6, julio 1981.
SARMIENTO, EDUARDO. Inflación, producción y comercio internacional. Bogotá, Procultura,
1982. Funcionamiento y control de una economía en desequilibrio. Bogotá, CEREC, 1984.
WIESNER, EDUARDO. «Política monetaria y cambiaría en Colombia». Asociación Bancaria de
Colombia, Bogotá, agosto 1978.
Capítulo 9 213

Los orígenes de la industria


cafetera, 1830-1929
Café arábigo.
José Antonio Ocampo lámina botánica
francesa
del siglo XIX.
El auge de la hacienda
La expansión de la producción
en el siglo XIX
a historia más conocida sobre los
L orígenes del café en América in­
dica que los franceses trajeron las pri­
meras semillas a sus colonias en la
Guayana y las Antillas a fines del siglo
XVII. A partir de ese núcleo inicial, el
cultivo se esparció por el continente
en la primera mitad del siglo XVIII. En
nuestro territorio la diseminación co­
rrió por cuenta de la Compañía de Je­
sús, que lo introdujo en las haciendas
que poseía en los Llanos, el Valle del
Cauca y otras regiones.
No obstante, el café continuó sien­
do un cultivo marginal, no sólo en
nuestro territorio sino en el mundo en­
tero. En los países europeos su con­
sumo estaba restringido a unos pocos
sectores de la aristocracia, que podían
sufragar los altos costos de una bebida lidad. Sin embargo, a raíz de la revo­
exótica. En 1790, por ejemplo, el total lución industrial y de la lenta popula­
del comercio mundial del grano era de rización de su consumo en Europa y
1.2 millones de sacos de 60 kg de café los Estados Unidos a lo largo del siglo
verde, equivalente a la producción co­ XIX, comenzó la historia real de la in­
lombiana de un solo mes en la actua- dustria cafetera.
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
214

En el caso colombiano, la primera mero hacia Pamplona y Ocaña, tam­


expansión de la industria fue un sub­ bién en Norte de Santander, y poste­
producto del auge cafetero que expe­ riormente hacia Santander, Cundina-
rimentaron los Andes venezolanos marca y el Occidente colombiano.
después de la Independencia. En efec­ Durante los primeros años es difícil
to, los primeros cultivos en escala saber la magnitud real de las expor­
apreciable se hicieron en la región de taciones colombianas, ya que en gran
Cúcuta en la década de 1830. De esta parte lo que se registraba como tales
región el cultivo se extendería, pri­ en la aduana de Cúcuta eran en rea­
lidad reexportaciones de café venezo­
lano. Aunque existen estimativos más
elevados, no parecería exagerado afir­
Cuadro 1 mar que la producción total de café de
Colombia en 1860 era de unos 30.000
a 40.000 sacos. Para ese entonces las
exportaciones registradas, incluyendo
Producción por departamentos (1874-1932) el café venezolano, habían llegado a
(Miles de sacos de 60 kg de café verde) 55.000 sacos. El café era todavía un
artículo marginal dentro del conjunto
de nuestro comercio exterior, repre­
Departamentos 1874 1890 1900 1913 1932 sentando tan solo un 4 % de las ex­
portaciones.
A partir de entonces, la producción
Antioquia 1 6 90 185 618 del grano experimentó tres auges di­
ferentes, que generaron un desplaza­
Caldas a1 a1 a1
199 1.004 miento significativo de la frontera ca­
fetera al interior del país. La primera
Cundinamarca 3 40 230 200 406 de dichas expansiones tuvo lugar en la
década de 1860. Durante este período
Norte de Santander 95 120 150 200 270 las exportaciones se elevaron a unos
100.000 sacos, pero la producción se­
Santander 10 60 120 105 150 guía concentrada en Norte de Santan­
der. Cuando en 1874 la Oficina de Es­
Tolima b2 b2 b2
60 448 tadística hizo el primer intento por es­
timar en forma confiable la produc­
Valle 1 4 20 50 354 ción cafetera del país, esta ascendía a
unos 110.000 sacos, de los cuales
Otros — — — 70 204 95.000 provenían de esa región (véase
el cuadro 1).
Total A partir de 1870, existen datos más
110 230 610 1.069 3.454 confiables sobre el monto de las ex­
portaciones colombianas y la evolu­
ción de los precios de nuestro café
a1. Incluido en Antioquia.
b2. Incluido en Cundinamarca. (gráficos 1 y 2), que permiten recons­
truir en forma más cuidadosa los ciclos
cafeteros. Como se puede apreciar, la
bonanza de precios de la década de
Fuentes: 1874-1900: Datos aproximados, basados en José Antonio 1870 permitió incrementar las expor­
Ocampo, Colombia y la Economía Mundial, 1830-1910, Bo­
gotá: Siglo XXI-Fedesarrollo, 1985, cap. VII. taciones del grano de unos 100.000 a
1913: P. L.Bell, «Coffee, The Mainstay of Colombia», The unos 220.000 sacos. Este último volu­
Tea and Coffee Trade Journal, feb. 1922, p. 166. men era considerable para la época.
1932: Censo cafetero, Revista Cafetera de Colombia, núms
34-35, enero-febrero 1932, pág. 1.546. En efecto, durante estos años el café
dejó de ser un renglón marginal den­
tro de nuestro comercio exterior. Ya
Capítulo 9
215

a fines de la década del setenta repre­ zó así su dominio económico sobre


sentaba más del 20 % de nuestras ven­ esta región del país a costa de los cen­
tas externas y era tan importante tros históricos al sur del actual depar­
como el oro y la quina; las exportacio­ tamento. La expansión de esta región
nes de tabaco se encontraban entonces había comenzado desde los primeros
en plena decadencia. años de la década, pero se interrumpió
La expansión de los años setenta re­ poco después, debido a la competen­
presentó un desplazamiento importan­ cia por la mano de obra que se pre­
te de la frontera de producción. Aun­ sentó durante los años de la bonanza
que Norte de Santander continuó in­ quinera que tuvo lugar a fines de los
crementando las siembras, hasta llegar años setenta y comienzos de los
en estos anos a producir unos 120.000 ochenta. En Cundinamarca, la expan­
sacos, la mayor parte de la nueva pro­ sión de las siembras comenzó un poco
ducción se concentró en Santander y más tarde, pero fue interrumpida con
Cundinamarca, que para mediados de la caída de los precios internacionales
la década siguiente producían 60.000 y a comienzos de la década del ochenta.
40.000 sacos, respectivamente. En el Poco después de restablecido el or­
primer caso, el centro de la expansión den político en la Regeneración, se
cafetera fue Bucaramanga, que afian­ inició la principal bonanza cafetera del
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
216

siglo pasado. La producción del país evolución de los otros precios en el


se amplió considerablemente en la dé­ mercado internacional), la bonanza
cada del noventa, hasta representar fue mucho más espectacular. Los pre­
unos 600.000 sacos en el momento en cios reales del café eran a comienzos
que estalló la guerra de los Mil Días y de los años noventa un 40 % más altos
cerca de la mitad de las exportaciones que en la década de 1870, unas tres ve­
colombianas. La expansión coincidió ces los de mediados del siglo XIX y me­
con los mejores precios que obtuvo el jores que los de las bonanzas que ex­
grano a nivel internacional durante la perimentaría la economía cafetera
segunda mitad del siglo XIX. Este he­ mundial en el siglo XX.
cho sólo se aprecia en parte al obser­ Otros factores incidieron, sin duda,
var las cotizaciones nominales del gra­ en el auge cafetero. Con la crisis ge­
no, que llegaron a un máximo de 18.8 neral que experimentó el comercio ex­
centavos de dólar por libra en 1893 terior de Colombia a comienzos de los
(gráfico 2). Al respecto debe tenerse años ochenta y la depreciación de la
en cuenta que esta alza en las cotiza­ plata (la base real de la circulación in­
ciones del café coincidió con un perío­ terna en la época), los costos de pro­
do de deflación mundial. En términos ducción del café tendieron a reducirse
reales (es decir, teniendo en cuenta la en términos de oro (la unidad mone-
Capítulo 9 217

taria internacional). Durante los años años setenta en las cercanías de Me-
de inflación que acompañaron las emi­ dellín. La expansión de fines del siglo
siones masivas a comienzos de la Re­ se concentró, sin embargo, en el su­
generación, los jornales se rezagaron deste antioqueño, especialmente en el
inicialmente, abaratando adicional­ distrito de Fredonia. En el Valle, por
mente los costos. No menos importan­ otra parte, la mayor parte de la ex­
te fue el acceso de los hacendados al pansión tuvo como epicentro el valle
crédito que les concedieron las casas geográfico, en las cercanías de Cali y
comerciales del exterior, en condicio­ Palmira.
nes que eran atractivas para la época:
6 % de interés anual (con 1.5 o 2 %
de comisión adicional), dos años de La organización de la producción
plazo y pago en café. Las formas de organización de la pro­
En términos regionales, la expan­ ducción cafetera en los Santanderes
sión de la década del noventa fue la fueron diversas y carecieron en gene­
más diversificada del siglo XIX. El eje ral de los elementos «semi-serviles»
de la expansión fue el occidente de que caracterizaron a las haciendas ca­
Cundinamarca (y las zonas aledañas feteras de Cundinamarca. Este desa­
del Tolima), que aumentó su produc­ rrollo divergente reflejaba el pasado
ción de 40.000 a 230.000 sacos durante de cada una de estas regiones. En
estos años. Fuera de ello, la produc­ Cundinamarca, la evolución de las re­
ción comenzó a expandirse en escala laciones sociales estuvo marcada por
apreciable en Antioquia, que ya a fi­ tres siglos de dominación de la pobla­
nes del siglo producía unos 90.000 sa­ ción indígena. En los Santanderes, por
cos. Santander duplicó su cosecha, el contrario, se había desarrollado
hasta llegar a unos 120.000 sacos. Nor­ desde la Colonia una economía donde
te de Santander y el Valle del Cauca los pequeños propietarios rurales y los
participaron también, aunque en es­ artesanos, descendientes de inmigran­
cala más modesta, en el auge. tes blancos pobres, tenían una gran
En el occidente de Cundinamarca, importancia. Según la descripción de
la expansión siguió tres líneas diferen­ Manuel Ancízar en su Peregrinación
tes. La primera de ellas seguía la ruta de Alpha, a mediados del siglo pasa­
de Bogotá a Honda; esta región in­ do, los Santanderes estaban «habita­
cluía, entre otros, los distritos de Sa- dos casi en total por la raza blanca, in­
saima y Guaduas. La segunda acom­ teligente y trabajadora, propietaria
pañaba al río Bogotá en su descenso del suelo felizmente dividido en pe­
al Magdalena. En esta región, cono­ queños predios que afianzan la inde­
cida como la provincia del Tequen- pendencia de los moradores». Aunque
dama, se desarrollaron distritos cafe­ indudablemente la concentración de la
teros importantes en La Mesa y Viotá, propiedad territorial avanzó allí en la
entre otros. La tercera, la región del segunda mitad del siglo pasado, en
Sumapaz, seguía la ruta de descenso parte apoyada por el poder político lo­
de la Sabana de Bogotá hacia Girar- cal, no se desarrolló la fuerte desi­
dot. Desafortunadamente, no existen gualdad de fortunas característica de
datos que permitan apreciar separa­ otras regiones del país.
damente la producción de estas zonas Es muy probable que en una región
afines del siglo. Parece claro, sin em­ como la de Santander, donde la pro­
bargo, que el desarrollo cafetero co­ piedad de la tierra estaba relativamen­
menzó en la primera región en la dé­ te extendida, la producción campesina
cada del setenta, y se desplazó hacia de café haya sido importante. En el
el Tequendama y, en menor medida, distrito de Salazar, uno de los más im­
hacía el Sumapaz a fines del siglo. portantes de Norte de Santander, la
En el caso de Antioquia, el café ha­ producción parcelaria era en efecto la
bía comenzado a desarrollarse en los más importante desde los años treinta.
218 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Lo mismo debió ser cierto en otros de negocios e importantes contactos


municipios de la región. Según vere­ políticos. Muchos de aquellos que par­
mos más adelante, en 1923, con una ticiparon en la expansión cafetera de
producción que era apenas ligeramen­ fines del siglo habían estado involu­
te superior a la de fines del siglo XIX, crados anteriormente en los ensayos
la proveniente de fincas de menos de de exportación de tabaco y añil en el
12 hectáreas representaba el 56 % de valle del Magdalena y de quinas en Su-
la cosecha de Norte de Santander y un mapaz, o se habían establecido en la
36 % de la producción de Santander. región para instalar trapiches o ha­
La hacienda también tuvo en esta ciendas ganaderas, cuyos productos
región una expansión importante. Ya estaban destinados al creciente mer­
a mediados del siglo XIX, los capitalis­ cado bogotano. Estas actividades
tas de Cúcuta y Pamplona habían co­ complementarias subsistieron durante
menzado a fundar haciendas cafeteras los años de bonanza; las propias ha­
en Norte de Santander, mientras los ciendas cafeteras combinaban los cul­
inmigrantes alemanes y los capitalistas tivos del grano con trapiches, la pro­
locales fundaban haciendas en Santan­ ducción de algunos alimentos, pastos
der del Sur. La importancia relativa de y bosques. Aunque el propietario
estas unidades de producción y su for­ adoptaba todas las decisiones funda­
ma específica de organización no son mentales de la hacienda y cumplía con
enteramente claras. Lo más probable otras funciones económicas básicas
es que la aparcería haya hecho una (información y contactos comerciales
aparición temprana en la región, tanto y crediticios), el manejo diario de la
en las haciendas propiamente dichas hacienda estaba a cargo de un admi­
como en la explotación de propieda­ nistrador o mayordomo. Las funcio­
des medianas. En esta forma de or­ nes de éstos (que a veces recaían sobre
ganización de la producción, el apar­ una misma persona) incluían la ins­
cero se encargaba por sus propios me­ pección general, la contabilidad, la re­
dios (o con ayuda de unos pocos tra­ solución de conflictos y la determina­
bajadores) de explotar un terreno es­ ción de salarios en épocas de cosecha,
pecial (una parte de una hacienda), en el primer caso; y la organización
guardando una parte de la cosecha, concreta del trabajo, en el segundo.
generalmente el 50 %, y entregando el En esta última labor colaboraban al­
resto al dueño de la tierra. Este último gunos capataces en las haciendas más
podía hacer algunos avances en dine­ grandes.
ro, que se cancelaban posteriormente Los arrendatarios constituían el nú­
con café. Existe evidencia, sin embar­ cleo fundamental de la hacienda. A
go, de que algunas haciendas de la re­ cambio de habitación y un lote para
gión se desarrollaron sobre la base de cultivar sus alimentos, tenían la obli­
un sistema de arrendamiento similar al gación de trabajar un cierto tiempo
de Cundinamarca e incluso con base (generalmente dos semanas al mes) en
en jornaleros permanentes. Este últi­ las labores de la hacienda, o de con­
mo tipo de organización debió ser, sin seguir alguien que lo hiciera. Este tra­
embargo, escasa, ya que elevaba con­ bajo era generalmente remunerado a
siderablemente los costos monetarios la mitad del jornal ordinario. Aunque
con relación a formas alternativas de en las parcelas se les prohibía sembrar
producción. café y otros cultivos permanentes, los
En Cundinamarca, aunque no es­ productos de pan coger podían ser
tuvo ausente la pequeña producción, vendidos en los pueblos vecinos y en
la forma dominante fue la hacienda ocasiones eran adquiridos por la pro­
explotada por arrendatarios. En este pia hacienda. La movilidad de estos
tipo de haciendas, el propietario au­ productos al interior de la hacienda es­
sentista era generalmente un comer­ taba, sin embargo, restringida y se exi­
ciante urbano con una gran diversidad gía el pago de peajes o derechos si-
Capítulo 9 219

milares. Para las labores estacionales generalizando lentamente en las par­


de la cosecha, la hacienda dependía de celas a pesar de las prohibiciones. Así
jornaleros temporales que, al igual las condiciones no eran particularmen­
que los arrendatarios, provenían fun­ te favorables para el recrudecimiento
damentalmente del altiplano. Ambos del feudalismo, sino más bien para el
tipos de trabajadores migraban a ve­ surgimiento de un espíritu de indepen­
ces por sus propios medios, pero en dencia en los arrendatarios. Esto es
otros casos eran contratados por agen­ precisamente lo que parece haber ocu­
tes de las haciendas en su lugar de re­ rrido. Marco Palacios ha mostrado
sidencia. En 1906 se calculaba que se que la tendencia fundamental en el oc­
necesitaban unos 12.000 trabajadores cidente de Cundinamarca fue hacia el
residentes en las haciendas de Cundi- fortalecimiento de una economía cam­
namarca y unos 100.000 trabajadores pesina al interior de las haciendas. El
estacionales. Ambas cifras, en parti­ desarrollo de los movimientos guerri­
cular la segunda, pueden estar exage­ lleros en las zonas cafeteras durante la
radas. En cualquier caso, el esfuerzo guerra de los Mil Días y la receptivi­
de movilización temporal de la fuerza dad a las ideas liberales y socialistas en
de trabajo debió ser sustancial en una los años veinte parecen ser indicios del
época en que la población conjunta de grado de independencia alcanzado por Detalles de un
Cundinamarca y Boyacá era de algo los trabajadores de las haciendas, que grabado publicitario
sobre el café,
más de un millón de habitantes y los les permitía visualizar nuevas formas publicado por la
medios de transporte moderno no ha­ de lucha política. "Revista Cafetera"
bían alcanzado pleno desarrollo'. en 1929.
Para reducir el período que trans­
Aunque este tipo de organización curría entre la inversión en la siembra
social tuvo elementos «semiserviles» y de café y los primeros ingresos mo­
se apoyó en mecanismos de coerción netarios asociados a dicha inversión,
de la fuerza de trabajo, utilizando los en algunas zonas de Cundinamarca se
poderes políticos locales, no puede ca­ desarrolló una forma de contrato de
racterizarse simple y llanamente como siembra. En este caso, el trabajador
un sistema «feudal» e incluso como un vendía los árboles de café en edad de
retroceso con respecto a las formas de producir al hacendado y tenía el de­
trabajo de las haciendas del altiplano, recho a usufructuar la tierra para pro­
como lo han sugerido algunos autores. ducir artículos de pan coger durante el
Las condiciones en medio de las cuales período del contrato. Este tipo de re­
se desarrollaron las haciendas cafete­ laciones se desarrolló especialmente
ras no fueron particularmente propi­ en el Sumapaz, pero no hay evidencia
cias para ello. Durante el acelerado de que hayan existido en el Tequen-
desarrollo del occidente de Cundina- dama o en Antioquia.
marca a fines del siglo XIX, las hacien­ Las haciendas antioqueñas desarro­
das se caracterizaron por una penuria llaron una modalidad intermedia entre
de mano de obra. Esto generó un am­ la hacienda cundinamarquesa y san-
biente de indisciplina casi permanente tandereana. En este caso, la relación
de los arrendatarios y una gran difi­ entre el trabajador permanente (agre­
cultad para hacerles cumplir sus obli­ gado) y la hacienda, aunque no tan te­
gaciones. Esto era especialmente cier­ ñida de elementos semi-serviles, tenía
to durante la época de cosecha, cuan­ características muy similares a las del
do la escasez de mano de obra se agu­ arrendatario cundinamarqués. La di­
dizaba. Además, con el aumento en la ferencia más importante fue la con­
población de la región, la venta de los centración del sitio de residencia de
productos de las parcelas parece haber los agregados y, como consecuencia
sido una actividad muy remunerativa, de esto, la separación entre la habi­
a la cual el arrendatario trataba de de­ tación y la parcela. Esta separación
dicar el mayor tiempo posible. A ello parece haber sido decisiva para evitar
se agregó el cultivo del café, que se fue que se dieran los procesos de fortale-
220 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

cimiento de la economía campesina tí­ para el procesamiento del grano ape­


picos de Cundinamarca. Los proble­ nas constituía un 10 % de su valor. De
mas asociados a la consecución de la esta manera, las inversiones propia­
mano de obra estacional parecen ha­ mente cafeteras eran apenas un tercio
ber sido similares. del valor total de las haciendas.
Las labores de procesamiento (des­ La rentabilidad de estas inversiones
pulpado, lavado, secado y trilla) per­ durante los años de la bonanza fue re­
manecieron en general atrasadas, aun­ lativamente buena. Con los precios de
que en las últimas dos décadas del si­ la época, el café se vendía en el exte­
glo XIX se adoptaron algunas mejoras rior por unos 22-24 pesos oro por saco
en las haciendas más grandes. Este de 60 kg, que le dejaban al propietario
proceso avanzó en mayor medida en entre 12 y 15 pesos. Incluso si se su­
Cundinamarca, donde se llegó a adop­ pone que el capital circulante necesa­
tar el secado artificial de café, pero rio era igual al costo de producir y
hay también evidencia de innovacio­ transportar todo el café del país en un
nes en las haciendas de Antioquia y año (unos 10 millones de pesos) y se
Santander. Cundinamarca siguió sien­ toma como base el valor total de las
do el líder en técnicas de procesa­ haciendas a fines del siglo (15 millo­
Proceso de lavado miento, al menos hasta 1920. Los San- nes), la rentabilidad que se obtiene es
del café, según
foto del Álbum de tanderes, por el contrario, tendieron a relativamente alta: de un 30 % a un
Medellin publicado quedarse relativamente rezagados. La 40 %. Cálculos basados en datos de
por la Sociedad de trilla fue la actividad de menor avance haciendas dan estimativos muy simi­
Mejoras Públicas, en el país y donde subsistieron en ma­ lares. Marco Palacios considera, sin
1922. yor escala las técnicas primitivas. A fi­ embargo, que la rentabilidad fue mu­
nes del siglo, Camacho Roldán esti­ cho más baja y no superó en el perío­
maba que todavía un 90 % del café del do 1880-1900 como un todo un 16 %
país se exportaba sin trillar. anual, que era, en cualquier caso, su­
El valor de las haciendas cafeteras a perior a la que se obtenía en inversio­
fines del siglo era de unos 15 millones nes alternativas.
de pesos oro. No obstante, este valor Cuando los precios bajaron a fines
incluía las revalorizaciones de la tierra del siglo, esta rentabilidad se esfumó
y de los cafetales en una época de bo­ rápidamente. A comienzos del siglo
nanza. Las inversiones que se hicieron XX, se estimaba que el costo de pro­
Sacos de café para en ellas fueron menores, quizás de ducir y transportar un saco de café a
la exportación, unos 10 millones de pesos. Era una
Hacienda Berlín, Nueva York era de 11 pesos por saco.
Santander, 1922. suma elevada para la época. Los in­ Los costos eran similares a los de fines
gresos anuales del gobierno nacional del siglo XIX, pero los precios medios
en la década del noventa eran de unos de exportación de la época no dejaban
7 millones y el valor de las exportacio­ ya ganancias significativas. En el caso
nes totales unos 16 millones. Del valor de los Santanderes, el problema era
total de las inversiones, sin embargo, aún peor, ya que debido al mal pro­
sólo una parte era atribuible a la pro­ cesamiento del grano y a la inferiori­
ducción del café. El solo costo de la dad de las tierras, los precios a los cua­
tierra constituía un 37 % del valor de les se vendían sus cafés en el exterior
una hacienda. Fuera de ello, ésta tenía eran entre un 20 % y un 30 % más ba­
inversiones en caña, ganado, pastos, jos que los del resto del país. Fuera de
algunos productos de pan coger, ha­ lo anterior, la imposibilidad de cose­
bitaciones y trapiches. Los costos de char todo el café y de mantener las
siembra eran aproximadamente de 5 a plantaciones en buenas condiciones
6 centavos-oro por árbol, lo que equi­ durante la guerra de los Mil Días ha­
valía a unos 4 millones para un total bía generado en muchos casos daños
de 72 millones de árboles a nivel na­ irreparables. Todas las haciendas del
cional. El valor de todas las construc­ país sufrieron además por las dificul­
ciones, maquinaria y herramientas tades para exportar café durante los
Capítulo 9 221

Maquinaria para
beneficio del café
importada de Alemania.
Aviso de "Revista
Cafetera", 1930.

Maquinaria para
beneficiar calé
DESPULPADORAS, SECADORAS,
DESCASCARADORAS,
PULIDORAS, LIMPIADORAS,
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años de la guerra, mientras el grano se la bonanza tabacalera algunos desa­


almacenaba en condiciones subópti­ rrollos importantes del sistema de
mas. Finalmente, los hacendados que transportes internos, en especial la na­
se habían endeudado en el exterior vegación a vapor por el río Magdale­
para desarrollar sus plantaciones se na. A fines del siglo se hicieron algu­
vieron enfrentados durante estos años nos avances importantes en materia
al peso creciente de las deudas adqui­ ferroviaria. En particular, se inaugu­
ridas: a medida que los precios del raron el ferrocarril entre Cúcuta y el
café bajaban, el tipo de cambio subía río Zulia, gran parte del de Antioquia
y era imposible exportar el grano. Mu­ (Medellín a Puerto Berrío) y el de
chos de ellos perdieron sus plantacio­ Honda a La Dorada. Las comunica­
nes durante la guerra. ciones entre el río Magdalena y los
A comienzos del siglo era evidente puertos también mejoraron. Ya desde
que, incluso si la hacienda cafetera no 1871 estaba en servicio la vía Barran-
recibía un entierro similar al de otras quilla-Sabanilla (Puerto Colombia) y
experiencias exportadoras del siglo en la década del noventa se inauguró
pasado, estaba condenada a una vejez el ferrocarril entre Calamar y Carta­
prolongada. El futuro cafetero exigía gena. Además, la infraestructura por­
nuevas formas de producción, que ha­ tuaria, particularmente de Barranqui-
brían de encontrar terreno propicio en 11a (Sabanilla), mejoró sustancialmen­
las zonas de colonización antioqueña. te a fines del siglo y el transporte ma­
rítimo se modernizó, con el conse­
cuente impacto sobre los fletes.
Transporte y comercialización
La modernización del sistema de
El transporte constituyó un gran obs­ transportes sólo abarcaba, sin embar­
táculo al desarrollo cafetero en el siglo go, una parte del trayecto que debía
XIX. La expansión cafetera heredó de recorrer el grano: el que comprendía
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
222

desde algún punto en el interior del el suroeste antioqueño hasta Sabanilla


país hasta los mercados de destino. El representaba en 1896 el 13 % del pre­
transporte de la hacienda o la finca cio del grano. Se trataba, sin embargo,
hasta el primer punto se siguió hacien­ de un año en el cual las cotizaciones
do hasta bien entrado el siglo XX a lo­ del café eran elevadas; con la reduc­
mos de mulas. Las recuas de estos ani­ ción de los precios internacionales,
males eran así un elemento esencial esta proporción se elevó al 32 % en
del sistema de transportes. De hecho, 1904 y al 25 % en 1908. Desde Sasai-
hacían parte significativa de las inver­ ma hasta Sabanilla, la proporción
siones en las haciendas cafeteras, que equivalente era de 9-11 % en 1890­
debían destinar pastos abundantes a 1895, pero con la baja en los precios
su mantenimiento. se incrementó a un 14 % en 1899 y
La incidencia de un sistema de 22 % en 1905. En la hacienda Santa
transportes deficiente era mucho más Bárbara, localizada en este distrito de
importante en el caso del café que en Cundinamarca, las erogaciones cau­
otros productos de exportación del si­ sadas por transportes, seguros y co­
glo pasado. La razón era muy simple: misiones representaban un poco más
una tonelada de café valía en puertos del 17 % de los costos monetarios to­
colombianos (o en los mercados de tales entre 1886 y 1894. Con el alza en
destino) mucho menos que una canti­ los fletes y las grandes cantidades ex­
dad equivalente de tabaco, quina y, portadas durante los años de bonanza,
obviamente, de metales preciosos, los estos costos se elevaron entre 1895 y
principales productos alternativos de 1898 a un 34 % del total.
exportación. Un mismo flete incidía En el siglo pasado, la comercializa­
así mucho más en los costos finales del ción de café no era una actividad es­
café. En el momento de auge en las pecializada. Los casos comerciales
décadas de 1850 y 1860, por ejemplo, operaban con un conjunto diverso de
una tonelada de tabaco valía entre tres negocios exportación-importación,
y cuatro veces lo que costaba una can­ utilizando para ello comisionistas en
tidad equivalente de café en puertos los puertos extranjeros. Los comer­
colombianos; en el caso de la quina, la ciantes colombianos (o extranjeros re­
diferencia era de un 150 % a un 200 %. sidentes en el país) enviaban a estos
Avisó con los
En la época de decadencia del ta­ últimos las mercancías para que se
agentes de la baco en los años setenta, la diferencia vendieran en los sitios de destino.
firma Londoño Hermanos de precios se redujo a 3Q-40 %, pero Después de remitidas, podían girar le­
de Medellín, la mayoría de las hojas exportadas tras de cambio sobre sus comisionistas
comerciantes provenían entonces de la Costa atlán­ por parte del valor de las exportacio­
y exportadores tica (Carmen de Bolívar), mientras el
de café, nes o por el monto del crédito previa­
"Directorio Comercial café debía ser transportado desde el mente acordado. Las cuentas se sal­
de Medellín", 1906. interior del país. En aquella época, la daban en el momento de venta del
tonelada de quina seguía valiendo en­ café en el exterior, después de deducir
tre dos y tres veces lo que costaba la una comisión del 2 % al 3 %. Cuando
misma cantidad de café. el comerciante también estaba invo­
Los costos de transportar y comer­ lucrado en negocios de importación,
cializar el café representaron así pro­ era común que solicitara al comisio­
porciones importantes del precio del nista la remisión de algunos artículos
grano, especialmente en los primeros para vender en el país.
años. Para 1867, por ejemplo, el flete Los hacendados más grandes actua­
de Cúcuta a Maracaibo representaba ban al mismo tiempo como exporta­
el 15 % del precio del café en Nueva dores. Los cafés se conocían en estos
York. Para 1878, la proporción que casos con el nombre de la hacienda
absorbía el costo de transportar el gra­ respectiva. Este hecho respondía a la
no de Bucaramanga a Barranquilla era diversificación de las actividades de
mucho mayor: 24 %. El acarreo desde los empresarios de la época que in-
Capítulo 9 223

cluía, según hemos visto, actividades común a muchos productos. Las pri­
comerciales, la producción de café y meras exportaciones se destinaron a
otros negocios en el país. Los produc­ Gran Bretaña, pero posteriormente
tores más pequeños y los campesinos fueron adquiriendo una importancia
dependían obviamente de otros para creciente las ventas a Alemania y
la comercialización de sus productos. Francia. Tanto Gran Bretaña como
En el caso de estos últimos, era común Francia destinaban una parte impor­
que se vendiera el café en cereza para tante de sus compras para reexportar
su total procesamiento en las hacien­ a otros países europeos.
das vecinas. Sólo con la generalización La importancia de Norte de Santan­
de la despulpadora manual en el siglo der en la producción de café se reflejó
xx comenzó a revertirse esta práctica, en el peso de Cúcuta como puerto ca­
que reducía obviamente los ingresos fetero de Colombia. Las exportacio­
de los pequeños productores. nes por la frontera venezolana in­
La mayor parte del café que expor­ cluían café santandereano y alguna
taba Colombia en el siglo pasado se reexportación de café venezolano,
destinó a los mercados europeos. pero excluían el grano producido en la
Aunque el mercado norteamericano región de Ocaña. Todavía a fines del
fue uno de los primeros en desarro­ siglo un 30 % del café colombiano se­
llarse, la proporción de las exportacio­ guía siendo exportado por la ruta Cú-
nes del grano destinadas a los Estados cuta-Maracaibo. Con la expansión
Unidos tendió a estabilizarse en las santandereana y, especialmente, con
tres últimas décadas del siglo en torno la diseminación del cultivo en Cundi-
a un 30 % (véase el gráfico 3). En el namarca y Antioquia, Barranquilla
caso de Europa, se siguió un patrón pasó a ser el principal puerto cafetero
224 Nueva Historia de Colombia, Vol. V

de Colombia en las dos últimas déca­ Caldas, el sur del departamento de


das del siglo. Cartagena también par­ Antioquia y el norte del Tolima y el
ticipó en el auge de fines del siglo, gra­ Valle del Cauca. Esta región había
cias a las mejores conexiones con el sido poblada desde fines de la Colonia
río Magdalena. y ya para comienzos del siglo XX había
adquirido una masa de población im­
La expansión campesina portante. En efecto, de acuerdo con
los censos, la población del viejo Cal­
La gran bonanza das había aumentado de 12.667 habi­
La primera década del siglo XX no pa­ tantes en 1835 a 34.240 en 1851
recía particularmente propicia para 71.749 en 1870 y 341.198 en 1912. Los
iniciar una gran expansión cafetera. A colonizadores desarrollaron inicial­
pesar de los enormes esfuerzos que mente una agricultura de roza y que­
hacía el gobierno de Sao Paulo en Bra­ ma, similar a la que se practicaba en
sil por restringir las siembras y defen­ otras regiones del país, y algunas ac­
der los precios del grano, éstos se tividades comerciales suplementarias
mantenían en niveles sumamente de­ (engorde de cerdos, guaquería, etc.).
primidos desde 1899. La hacienda ca­ El café no hizo parte importante de
fetera, improductiva y afectada por el este proceso, incluso en las regiones
mayor conflicto civil de la historia co­ de poblamiento tardío (el Quindío),
lombiana, la guerra de los Mil Días, ya que su largo período de gestación
era incapaz de liderar una nueva ex­ no se adaptaba a los requerimientos
pansión. Solo la férrea disciplina im­ del proceso de colonización. No obs­
puesta por el general Rafael Reyes y tante, a comienzos del siglo XX el cul­
sus intentos por promover nuevas em­ tivo del grano se expandió rápidamen­
presas económicas constituían ele­ te en las pequeñas y medianas propie­
mentos favorables para un nuevo auge dades que se habían desarrollado en la
exportador. región, gracias a un largo proceso de
A pesar de los elementos desfavo­ lucha por la tierra de los colonizadores
rables, la economía cafetera tomó una contra los adjudicatarios de baldíos,
fuerza inusitada en Colombia desde la que contó con el apoyo de las élites co­
primera década del siglo XX. Las siem­ merciales de Medellín y, posterior­
bras que se comenzaron a realizar en­ mente, de Manizales. Este proceso de
tonces repercutieron sobre las expor­ difusión de las unidades campesinas
taciones del grano a partir de 1910. no fue, sin embargo, independiente de
Dos décadas más tarde, la producción una apreciable concentración de la
cafetera se había quintuplicado, su­ propiedad en las zonas de coloniza­
perando los tres millones de sacos. El ción. De acuerdo con las estimaciones
café no sólo se consolidó como el prin­ de Marco Palacios, solamente un 20 %
cipal producto de exportación de Co­ de las adjudicaciones de tierras en
lombia, sino que nuestro país se con­ Antioquia y Caldas entre los años
virtió en el segundo productor mun­ 1823 y 1931 (unas 250.000 hectáreas)
dial de grano y el primero de cafés favorecieron a colonizadores o a pro­
suaves. A comienzos del siglo, Colom­ pietarios pequeños y medianos (me­
bia producía un 3.5 % del café del nos de 50 hectáreas).
mundo. Para fines de la década del El avance del café en esta región en
veinte esta participación había llegado las tres primeras décadas del siglo XX
a un 10 % y continuaría al alza, según fue espectacular. Antioquia y Caldas
veremos más adelante. pasaron de producir 90.000 sacos en
Esta expansión significó un cambio 1900 (un 15 % de la producción nacio­
radical en la frontera y en las formas nal) a 384.000 en 1913 (36 %) y
de explotación. El crecimiento de la 1.622.000 en 1932 (47 %). La produc­
producción se concentró en las áreas ción de Tolima y Valle era de unos
de colonización antioqueña en el viejo 110.000 sacos en 1913 (10 % del total
Capítulo 9 225

nacional), pero estaba representada


en gran medida por la cosecha de las Cuadro 2
haciendas del oriente del Tolima y el
sur del Valle. Para 1932, la producción
de estos dos departamentos era de Concentración de la producción de café, 1923 y 1932
802.000 sacos (un 23 % de la produc­ (Clasificación según tamaño de los cafetales adultos)
ción nacional) y estaba concentrada ya
en la cordillera central. Además, la
producción cafetera comenzó a dise­ Número de fincas % Producción
minarse en nuevas regiones del país,
especialmente en Cauca, Nariño, Hui- 1923 1932 1923 1932
la, Boyacá y Magdalena. Las viejas
zonas de producción en Norte de San­
tander, Santander y Cundinamarca Hasta 3 ha. 34.841 113.950 24.4% 26.1 %
controlaban el 82 % de la producción 3.1 - 12 ha. 8.544 31.178 32.0 % 33.4 %
12.1 - 35 ha. 1.544 3.255 20.1 % 22.3 %
nacional a la vuelta del siglo (500.000 Más de 35 ha. 560 823 23.5 % 18.2%
sacos), pero ya en 1932 esta propor­
ción se había reducido a sólo un 24 % Total 45.489 149.206 100.0 100.0
(820.000 sacos).
Si la hacienda cafetera fue el eje de Fuente: Machado, Absalón. El Café: de la aparcería al capitalismo,
la expansión en el siglo XIX, la nueva Bogotá, Punta de Lanza, 1977. Cuadros 11 y 12, págs. 124­
producción provino fundamentalmen­ 125.
te de pequeñas y medianas unidades.
Estas fincas eran ya dominantes en
1923, cuando aquellas con cafetales haciendas (unidades con más de 35
adultos de menos de 12 hectáreas hectáreas de café adulto o 50.000 ca­
(unos 20.000 cafetos con la densidades fetos aproximadamente) sólo repre­
promedio típicas de la época) contro­ sentaba entonces un 23.5 % de la pro­
laban el 56.4 % de la producción na­ ducción. Para 1932 este proceso de
cional (cuadro 2). Este tipo de fincas «democratización» de la producción
era administrado fundamentalmente cafetera se había acentuado aún más.
por sus propietarios, señalando así su La producción en fincas con cafetales
carácter de unidades campesinas pe­ de menos de 12 hectáreas y de más de
queñas y medianas. La producción en 35 se había incrementado en el primer

La hacienda cafetera
Berlín, en Santander,
hacia 1922.
Si en el pasado
la expansión cafetera
fue determinada por
las grandes haciendas,
en el XX la producción
proviene de las
fincas medianas
y pequeñas.
En 1923, estas
unidades originan
un 56.4% de la
producción nacional.
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
226

Caldas y Valle se fortalecían las fincas


Cuadro 3 medianas. Para 1932, las unidades
productivas con cafetales de menos de
12 hectáreas representaban el 40 %
Concentración de la producción en los principales más de la producción en todos los de­
departamentos (1923 y 1932) partamentos del país. Como se puede
(Clasificación según tamaño de los cafetales adultos) apreciar, la producción campesina de
café, irradiando desde el núcleo antio-
Hasta 12 ha. 12.1 a 35 ha. Más de 35 ha. queño, se había ido apoderando gra­
Departamentos dualmente de otras regiones del país.
1923 1932 1923 1932 1923 1932 Este proceso se acentuaría en la dé­
cada del treinta.
La apreciación sobre el creciente ca­
Antioquia 57.4 % 56.6 % 23.0 % 26.1 % 19.6 % 17.3 % rácter «democrático» de la producción
cafetera no debe ser exagerada. En
Caldas 69.2 64.1 20.4 25.2 10.4 10.7 primer término, el grueso de los pro­
ductores (76 % en 1932) tenían cafe­
Cundinamarca 29.0 47.2 16.0 14.9 55.0 37.9 tales de menos de 3 hectáreas, pero
participaban en forma reducida en la
Norte de Santander 56.3 70.4 25.0 14.1 18.7 15.5 producción (26 %, según el cuadro 2).
La diferenciación social al interior de
Santander 35.6 39.7 16.4 23.5 48.0 36.8 la economía campesina era un hecho
tan importante como el crecimiento en
Tolima 41.7 46.0 19.8 26.4 38.5 27.6 el número de pequeños productores,
según se refleja en la creciente impor­
Valle 80.7 72.8 12.1 22.8 7.2 4.4 tancia de las fincas medianas. Además,
poco más de 4.000 fincas (un 2.7 %
Fuente: Machado, Absalón. El café: de la aparcería al capitalismo, Bo­ del total) representaban en 1932 más
gotá, Punta de Lanza, 1977. Cuadros 14 y 15, págs. 131-132. del 40 % de la producción nacional.
Fuera de lo anterior, la concentración
de las actividades comerciales e indus­
caso al 59.5 % y se había reducido en triales asociadas al café representaba
el segundo a un 18.2 %. un drenaje importante en los ingresos
Entre los principales departamentos de los pequeños productores, según
productores, la importancia de las uni­ veremos más adelante.
dades pequeñas y medianas era mayor
en 1923 en el Valle y Caldas (véase el La organización de la
cuadro 3). Antioquia, Norte de San­
tander y Tolima estaban en una situa­
producción y la comercialización
ción intermedia, indicando que com­ En las unidades productivas más pe­
binaban grandes y pequeñas unidades, queñas, la fuerza de trabajo era exclu­
en proporciones diferentes dependien­ sivamente familiar. El uso de esta
do de los distintos municipios en cada mano de obra no era muy intenso, ex­
uno de estos departamentos. La ma­ cepto en épocas de cosecha. En efec­
yor concentración de la producción to, los cuidados del cultivo se reducían
era característica de Cundinamarca y a la desyerba del cafetal (generalmen­
Santander. No obstante, incluso en es­ te dos veces al año), a la poda de los
tos departamentos una proporción im­ chupones o tallos superiores y al des-
portante de la cosecha provenía de fin­ musgado de los árboles. La fertiliza­
cas pequeñas y medianas. Más aún, ción de los cafetales (incluso con de­
fue precisamente en Cundinamarca sechos orgánicos), el control contra la
donde se dio el mayor proceso de de­ erosión y otras prácticas agrícolas eran
mocratización de la producción en la prácticamente desconocidos. Los re­
década del veinte, al tiempo que en plantes se hacían con arbolitos de
Capítulo 9 227

poco desarrollo, nacidos en las plan­ no) se trasladaran de las haciendas y


taciones adultas, sin utilizar germina- centros de beneficio a las fincas pe­
dores o almácigos. La producción se queñas, permitiendo así un contacto
hacía generalmente con sombrío de directo de los campesinos con los co­
plátano, lo cual proporcionaba un su­ merciantes urbanos.
plemento alimenticio necesario. Era La relación entre el campesino y la
también común intercalar otros culti­ fonda sustituyó así en las zonas de co­
vos, especialmente en los cafetales lonización antioqueña aquella entre el
más jóvenes, y se reservaba parte de arrendatario y la hacienda típica del
la finca para cultivos de subsistencia oriente del país. El fondero adelanta­
(maíz, fríjol, etc.). La cría de cerdos y ba al campesino el crédito necesario
gallinas complementaba la producción para sus compras a lo largo del año,
de alimentos. La finca disponía ade­ recibiendo el café con un descuento
más de pastos para mantener el prin­ significativo en la época de la cosecha.
cipal medio de transporte de la época: Los intereses explícitos o implícitos en
la mula. estas transacciones alcanzaban tasas
En las fincas más grandes se utili­ de usura y fueron uno de los grandes
zaba obviamente mano de obra extra­ temas de debate hasta que la acción de
familiar, especialmente en época de la Caja Agraria y la Federación Na­
cosecha. Las formas de contratación cional de Cafeteros en los años treinta
en Caldas incluían tanto el pago a jor­ comenzaron a poner coto a estas tran­
nal como sistemas de «compañías». sacciones desiguales. Debido al per­
Estos sistemas no eran muy diferentes manente endeudamiento del campe­
a las aparcerías del oriente del país. El sino, éste se apresuraba a entregar el
trabajador recibía el 50 % del café co­ café al fondero sin el secado necesa­
sechado con una deducción adicional rio. Este último debía así encargarse
si lo entregaba sin procesar al dueño de terminar esta fase del procesamien­
de la tierra. Al igual que en el oriente to. Aparentemente esta labor no se
del país, también existía un sistema de cumplía a cabalidad, ya que el secado
«compañías» para la siembra. En este insuficiente del grano en el occidente
caso, el trabajador hacía uso de la tie­ del país y el consecuente deterioro de
rra durante los años del contrato (ge­ su calidad continuaron siendo una
neralmente cuatro) y vendía al propie­ preocupación constante hasta los años
tario los árboles en edad de producir. treinta.
Una de las grandes innovaciones de El fondero era apenas la primera
la economía cafetera fue la generali­ pieza en la red comercial del café. El
zación de la despulpadora manual. Es­ grano pasaba a manos de los agentes
tas máquinas se convirtieron en el de las casas exportadoras, localizadas
principal producto de la Ferrería de en los pueblos más importantes, que
Amagá y en un utensilio necesario en debían remitir el grano a los centros
todas las fincas cafeteras. En 1915 el comerciales, donde se trillaba antes de
70 % de las fincas antioqueñas dispo­ remitirlo a los mercados de destino.
nían de esta máquina; para 1922 esta Las casas exportadoras a veces actua­
proporción se había elevado al 97 %. ban en forma concertada a través de
En Caldas, la proporción era de un sus agentes para disminuir los precios
80 % en 1926. Para esa época, las des- de compra, controlar los fletes de las
pulpadoras se habían difundido en muías y otras actividades similares. A
gran escala en Cundinamarca y Toli- fines de la primera década del siglo xx
ma, en menor medida en el Valle y hubo un cuasi-monopolio de este tipo
muy poco en las viejas regiones cafe­ en Antioquia, llamado «Negocio de X
teras de los Santanderes. Esta inno­ y Y» (X por café y Y por cueros), que
vación permitió que las principales la­ llegó a controlar el 65 % de las ex­
bores de beneficio diferentes a la trilla portaciones de café de la región. En
(despulpado, lavado y secado del gra­ cualquier caso, los primitivos sistemas
228 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

de comunicación de la época permi­ fetero dependió decisivamente de la


tían disparidades importantes en los mejora en los sistemas de transporte.
precios de adquisición del grano a ni­ Medellín tuvo la primacía hasta la se­
vel local y grandes márgenes comer­ gunda década del siglo, gracias al de­
ciales. Para fines de los años veinte y sarrollo temprano del ferrocarril de
comienzos del treinta, Mariano Aran- Antioquia y su prolongación hacia el
go ha estimado que los productores de sur a través del ferrocarril de Amagá.
Caldas sólo recibían un 50 % del pre­ Manizales intentó competir con Me-
cio de venta del café en el exterior, dellín estableciendo un cable aéreo
contra 70 % en Medellín y Girardot. con Mariquita, que permitiera expor­
Solamente las acciones de la Federa­ tar directamente el grano. Este cable
ción Nacional de Cafeteros en los años se inició en 1913 pero sólo se completó
treinta, dirigidas a mantener un siste­ en 1921. Con la apertura del canal de
ma de información en las localidades Panamá en 1914 y la terminación del
sobre las cotizaciones corrientes del ferrocarril entre Buenaventura y Cali
café y a adquirir el grano en los mer­ en 1915, esta última ciudad pudo en­
cados deprimidos, vinieron a romper trar a competir con Medellín y Mani-
estas imperfecciones. zales en la comercialización del café
El transporte hasta los principales del viejo Caldas, estableciendo con
centros comerciales del país se siguió esta región un servicio de navegación
haciendo en recuas de muías hasta a vapor por el río Cauca. Con la pos­
bien entrado el siglo XX. La cría de es­ terior extensión del ferrocarril del Pa­
tos animales constituyó así la base de cífico hacia el norte y su conexión con
las «empresas de transporte» de la re­ el de Caldas en la década del veinte,
gión. Sólo la penetración de los ferro­ las ventajas comerciales se inclinaron
carriles y carreteras fue desplazando definitivamente en favor de Cali. Ya a
lentamente este medio rudimentario fines de la década del veinte, Cali ex­
de comunicación. portaba por la vía de Buenaventura el
Interior de una
Otra de las grandes innovaciones 30 % del café colombiano. A fines de
trilladora de café, la década siguiente, esta proporción se
Medellín, 1922. del siglo XX fue la introducción en gran
Para esta época, escala de la trilla de café. Esta activi­ elevó a la mitad.
la trilla empleaba dad se convirtió en una de las princi­ Hasta la crisis cafetera de 1920-21,
en esa ciudad
1 823 trabajadores, pales actividades industriales en Me- la comercialización externa de café se
un 32 % de los dellín y Cali y, en menor medida, en siguió haciendo por el sistema de con­
obreros y empleados otras ciudades del occidente del país. signación típico del siglo XIX. Los cam­
industriales En Medellín en 1923 la trilla de café bios operados en la comercialización
locales.
empleaba 1.823 trabajadores, un 32 % externa durante las dos primeras dé­
de los 5.702 empleados y obreros in­ cadas del siglo fueron de dos tipos. En
dustriales de la ciudad. En Cali, en primer término, las exportaciones se
1925, los tres principales estableci­ concentraron crecientemente en los
mientos industriales eran trilladoras Estados Unidos. Este hecho se hizo
de café. Las siete trilladoras que exis­ evidente desde los primeros años del
tían entonces empleaban 615 obreros, siglo. Ya entre 1905 y 1909, la pro­
un 41 % de los 1.504 trabajadores fa­ porción de las exportaciones colom­
briles de la ciudad. En ambos casos, la bianas destinadas a dicho país se ha­
fuerza de trabajo era fundamental­ bían elevado a más del 60 % y antes
mente femenina. Aunque algunos de de la primera guerra mundial a casi un
estos establecimientos eran propiedad 70 %. Con el cierre del mercado eu­
de los grandes comerciantes, en otros ropeo durante la guerra, esta partici­
se trataba de empresas independientes pación se elevó a más del 90 %. El de­
que prestaban sus servicios a los ex­ sarrollo de este importante intercam­
portadores más pequeños. bio tuvo como origen el interés de los
La pugna entre Medellín, Manizales comerciantes del grano en los Estados
y Cali por el control del comercio ca­ Unidos en promover fuentes de pro-
Capítulo 9 229

ducción diferentes a Brasil, que a co­


mienzos del siglo controlaba tres cuar­
tas partes de la producción mundial y
había comenzado a regular el mercado
a través de programas de «valoriza­
ción» que rompían las reglas de juego
que habían imperado hasta entonces.
Esta concentración de las exportacio­
nes fue a la postre ventajosa para Co­
lombia, porque suavizó los impactos
de las guerras mundiales sobre las ex­
portaciones del país y concentró ade­
más las ventas en el mercado más di­
námico a nivel mundial. Solamente en
las décadas del cincuenta y el sesenta
habría de desarrollarse un proceso es­
table de desconcentración de las ven­
tas, dirigido por la Federación Nacio­
nal de Cafeteros, que respondía a un
cambio radical en la dinámica de con­
sumo norteamericano. rante la crisis de 1920. El fin de la pri­ Patios de secado
El segundo cambio que se operó en mera guerra mundial había generado del grano en la
una ola de especulación sin preceden­ hacienda cafetera
las primeras décadas del siglo fue el in­ de San Nicolás,
cremento apreciable en la escala de las tes en los mercados de materias pri­ Lebrija, Santander,
operaciones comerciales. Esto permi­ mas. En el caso del café, la oleada se de propiedad de
tió que las casas comerciales más gran­ agravó a raíz de la helada brasileña de Elíseo Serrano
des del país se establecieran en Nueva 1918. Las cotizaciones del café colom­ Camargo ("Libro
York, el principal centro de comercia­ biano se elevaron de 14 centavos de azul de Colombia",
1918).
lización del café colombiano. Una de dólar por libra a mediados de 1918 a
las primeras en localizarse en dicha más de 30 centavos un año más tarde.
ciudad fue la casa Sáenz Hermanos, Los altos precios se mantuvieron hasta
en 1902. Entre 1912 y 1914 se estable­ mediados de 1920, pero la crisis mun­
cieron además Vásquez y Correa, dial que se inició entonces arrastró las
Londoño Hermanos, Alejandro Án­ cotizaciones del grano, que ya para fi­
gel y Compañía y Pedro A. López y nes de dicho año habían retornado a
Compañía, entre otros. El proceso se los niveles anteriores a la helada. Esta
aceleró durante la primera guerra crisis generó pérdidas cuantiosas a
mundial, gracias a las restricciones las firmas exportadoras, que habían
que impuso el gobierno norteameri­ adquirido grandes volúmenes del gra­
cano a algunos grandes comisionistas no durante los meses de bonanza, que
establecidos en Nueva York, alema­ se encontraban todavía en tránsito a
nes en su mayoría. La escala creciente mediados de 1920. Para hacer las co­
de las operaciones y el consecuente ac­ sas aún peores, una sequía había re­
ceso a créditos comerciales en Estados ducido el caudal del río Magdalena
Unidos permitió que algunas casas co­ complicando enormemente la remi­
merciales iniciaran además operacio­ sión de las mercancías. Para fines del
nes bancarias. El caso más importante año, muchas firmas habían quebrado.
fue el Banco López, que llegó a ser la El Banco López logró subsistir gracias
principal entidad financiera del país, a la inyección de recursos provenien­
canalizando líneas de crédito conce­ tes del exterior. A mediados de 1923
didas por bancos norteamericanos y desaparecería, en medio de un episo­
europeos. dio confuso, que algunos analistas han
La mayoría de las principales casas asociado con acciones del gobierno de
comisionistas del país quebraron du- Pedro Nel Ospina dirigidas a crear una
230 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

crisis financiera propicia para la fun­ del comercio exterior, sino también un
dación del Banco de la República. cambio cualitativo en el proceso de de­
La quiebra de las casas comisionis­ sarrollo colombiano. La inestabilidad
tas permitió la penetración del capital de nuestro comercio de exportación,
extranjero en el negocio del café y la dependiente a lo largo del siglo XIX de
creación de nuevas firmas domésticas coyunturas excepcionales en los mer­
especializadas en la comercialización cados internacionales, dio paso a un
del grano. La primera casa extranjera sector exportador estable y competi­
en establecerse fue la American Cof- tivo. Lo que es más importante, la di­
fee Corporation, subsidiaria de la námica de la economía cafetera rom­
Atlantic and Pacific Tea Company, la pió definitivamente las barreras que se
firma tostadora más grande de los Es­ interponían para el desarrollo capita­
tados Unidos, dueña de la cadena de lista moderno en el país.
supermercados A&P. Muy pronto La base campesina de la expansión
llegaron otras, en especial W.R. no fue indiferente a este proceso de
Grace & Company, propietaria de la modernización. En efecto, la econo­
empresa naviera del mismo nombre,' mía parcelaria representaba al menos
Hard and Rand Inc., y Steinwender, tres ventajas importantes con relación
Stroffregen and Company. Estas com­ a la hacienda cafetera. En primer tér­
pañías contaban entre las más grandes mino, permitía eliminar o reducir sus­
que operaban en el mercado nortea­ tancialmente la inversión de capital en
mericano de la época. la producción del grano. La amplia­
Entre las empresas colombianas que ción de las siembras dependía ahora
surgieron después de la crisis de 1920 de los propios campesinos, que capi­
se destaca, en primer término, Adolfo talizaban su fuerza de trabajo, y no de
Aristizábal y Compañía, cuyo destino inversiones monetarias por parte de
estuvo íntimamente ligado al ascenso los empresarios del sector. El escaso
comercial de Cali. Establecido en la capital dinero disponible en el país po­
ciudad en 1915, tenía originalmente día concentrarse así en el comercio y
un negocio modesto de importación. otras actividades complementarias del
A raíz de la crisis de 1920 amplió con­ negocio, que no exigían inmovilizar
siderablemente sus operaciones, pro­ los patrimonios por períodos largos de
porcionando crédito o mercancías im­ tiempo.
portadas a los productores del grano. La producción del café permitía
Para mediados de la década del treinta además explotar en forma permanente
se había convertido en el líder indis­ e intensiva tierras que de otra manera
cutible del negocio del café, posición hubieran permanecido subutilizadas
que conservaría hasta comienzos de en la agricultura tradicional. En este
los años cincuenta. La otra firma de sentido, la introducción del café debe
exportaciones nacionales que surgió considerarse como una forma elemen­
en la época fue Jesús M. López y tal de cambio técnico, ya que hizo po­
Compañía. Su propietario había par­ sible un mejor uso económico de los
ticipado en la empresa Ángel, López suelos. En particular, el sistema de
y Compañía que quebró durante la cri­ roza y quema típico de las zonas de co­
sis de 1920. La nueva firma se orga­ lonización, en el cual la tierra perma­
nizó en 1923, estableciendo su centro necía inactiva durante largos períodos,
de operaciones en Medellín. mientras recuperaba su fertilidad na­
tural, dio paso a un uso estable de los
El significado suelos. Además, a diferencia de la
de la economía cafetera otra forma de empleo permanente de
la tierra en la región antioqueña y en
La gran expansión cafetera de comien­ la mayor parte del país, la ganadería,
zos del siglo XX no sólo representó un el café hacía un uso intensivo de los
incremento apreciable en el volumen suelos, permitiendo incrementar así la
Capítulo 9 231

densidad de población. El contraste Y '


entre una y otra forma de explotación .11 X £
fue enfatizado brillantemente por Ale­
jandro López:
«El moméntum comunicado al país
en el sentido del cultivo extensivo tie­
ne relación con la mayor parte de los
problemas nacionales, estorbando, a
mi modo de ver, el desarrollo econó­
mico y suscitando nuevos problemas.
Tiende a producir la 'abundancia de
brazos' en unas regiones y la migra­
ción de la población en otras; plantea
problemas agrarios; impide la concen­
tración de la población en el área ya
conquistada, adaptada y con mercados
disponibles, y dificulta por eso la crea­
ción de nuevas industrias, cuya viabi­
lidad depende de una buena demanda;
con ello se agrava el problema
fundamental de los transportes y se
acentúa la carestía de los mante­
nimientos.»
La expansión del café era posible,
finalmente, sin sacrificar la produc­
ción de alimentos necesaria para la re­
producción de la fuerza de trabajo de
los campesinos. Este hecho le daba a
la caficultura colombiana una gran ca­
pacidad de competencia en el mercado
W.R.CRACEECO.
NEW YORK. N£W O«L£ANS SAN FRANCISCO
internacional. Mariano Ospina Pérez
destacó este hecho, como gerente de GRACE SERVICE •
IINK.IN C
la Federación Nacional de Cafeteros,
a comienzos de los años treinta:
«Colombia, debido a la enorme par­
C O F£ FIMPOítTEFl,
E E.
PLANTEA.
celación de sus propiedades cafeteras
BUYINC OFFICES IN ALU PROOUCING COUNTflitb
y a la multiplicidad de los cultivos que
hay dentro de cada plantación de café,
está en una situación muy favorable
para resistir una lucha de precios [...] han destacado diversos autores. Vea­ Propaganda de la
aun suponiendo que se perdiera gran mos, por ejemplo, lo que afirmó Luis línea de buques
Eduardo Nieto Arteta: W. R. Crace & Co.,
parte de la cosecha de café o que el uno de los principales
precio de éste baje considerablemen­ «Se le debe también (al café) otra transportadores de
te, la población cafetera contará con transformación histórica: el desarrollo café colombiano
parte apreciable de los productos que y la formación del mercado interno. de la época
necesita para su subsistencia.» Hay una peculiaridad colombiana: no ("Libro azul
de Colombia', 1918).
Los ingresos reales de los campesi­ hemos tenido que realizar una especial
nos se incrementaban, ya que mante­ reforma agraria para la creación o am­
nían sus productos de pan coger, al pliación de ese mercado. En otras na­
tiempo que el mejor uso del suelo per­ ciones americanas fue necesario eli­
mitía aumentar la producción comer- minar el feudalismo mediante refor­
cializable. Estos ingresos fueron fun­ mas agrarias leves o fundamentales.
damentales en la formación del mer­ La realidad colombiana ha sido distin­
cado interno en Colombia, según lo ta. Mediante el cultivo del café se ob­
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
232

tuvo una mayor capacidad de consu­ mercado no se restringía a la mayor


mo, hecho que fue posible debido a las demanda campesina. De igual impor­
condiciones sociales de la producción tancia fue el desarrollo de actividades
de café.» complementarias: el transporte, la co­
La expansión del ingreso real de los mercialización, la trilla, la producción
campesinos se dio paralelamente con de sacos de fique (también de base
procesos de concentración del ingreso, campesina), la cría de mulas, el co­
que permitían extraer un margen co­ mercio de importación, la creciente
mercial muy elevado en las zonas cam­ producción industrial en las ciudades,
pesinas, según hemos visto. Los cam­ el crecimiento en los ingresos fiscales,
bios tecnológicos en el uso del suelo y con la consecuente ampliación de las
aquellos que se dieron paralelamente actividades del Estado, etc. El café ha­
en otras actividades (la modernización bía creado por fin el conjunto de ac­
del transporte, las mejores prácticas tividades que resquebrajarían defini­
comerciales y la industrialización de la tivamente la economía precapitalista
trilla, entre otras) permitían que se que habíamos heredado de la Colonia
dieran simultáneamente ambos pro­ y que la expansión exportadora del si­
cesos. Finalmente, la ampliación del glo XIX apenas había rasguñado.

Bibliografía

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URRUTIA, MIGUEL. 50 años de desarrollo económico colombiano, Bogotá: La Carreta, 1979.
Capítulo 10 233

La consolidación de la industria
cafetera. 1930-1958
José Antonio Ocampo Las tendencias anteriores se refle­
jaron en forma notoria en la partici­
pación del país en la producción y el
comercio mundial del grano (gráfico 2).
La dinámica decreciente Ya a comienzos de la década del trein­
ta, Colombia controlaba el 10 % de la
de la producción cafetera producción exportable y el 12.4 % del
comercio mundial del grano. Estas
L a gran bonanza que experimentó
la economía cafetera hasta la gran
crisis mundial del año 1929 no se
terrumpió bruscamente. Por el contra­
participaciones siguieron aumentando,
inhasta
­ alcanzar un máximo del 20 %
durante los años de la segunda gue­
rio, la producción del grano siguió cre­ rra mundial. Con la pérdida de dina­
ciendo en las décadas posteriores. A mismo, estas participaciones comen­
comienzos de los sesenta, la cosecha zaron a descender en la posguerra,
era de unos 7.8 millones de sacos de hasta estabilizarse en los años sesenta
60 kg de café verde (gráfico 1), cerca en un 13 % y 12 % respectivamente.
del triple de la producción en la se­ Respecto de la evolución regional,
gunda mitad de la década del veinte el lento crecimiento de la producción
(2.9 millones). en Cundinamarca y en los Santanderes
No obstante, el dinamismo fue cada era ya notorio desde comienzos del si­
vez menor. En efecto, el crecimiento glo. Esta tendencia se mantuvo des­
de la producción y de las exportacio­ pués de 1932. Entre estos años y me­
nes fue muy rápido en las primeras dé­ diados de la década del cincuenta, la
cadas del siglo XX (entre el 6 % y el participación de estos tres departa­
8 % anual). Todavía en la década de mentos en la producción nacional se
los años treinta, la cosecha siguió cre­ redujo de un 23.9 % a sólo un 14.4 %;
ciendo a un ritmo del 5 % anual. Des­ los Santanderes mostraron incluso un
pués de una clara desaceleración en retroceso absoluto durante estos años
los años cuarenta, el crecimiento del (cuadro 2). El dinamismo de la pro­
sector se redujo, sin embargo, a me­ ducción dependió, en las primeras dé­
nos del 2 % en los años cincuenta y cadas del siglo, de la amplia zona de
sesenta (cuadro 1). colonización antioqueña en el viejo
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
234

Gráfico 1

Producción y exportaciones de café (1925-1964)


(Miles de sacos de 60 kg de café verde)
7 760

Fuentes: Exportaciones: Anuarios de comercio exterior v Federación Nacional de Cafeteros.


Producción: 1925/6-29/30 a 1940/1-44/5: FAÓ. 1945/6-49/50-1960/1-64/5: Departamento de Agricultura
de EE.UU.

Caldas, el sur del departamento de


Cuadro 1 Antioquia y el norte del Valle y el To-
lima. En estos cuatro departamentos,
La dinámica decreciente de la producción cafetera la producción creció a un ritmo anual
del 8.1 % entre 1913 y 1932. La pro­
Exportaciones Producción ducción antioqueña mostró ya un es­
caso dinamismo en la década del trein­
Miles de Tasa de Millones de Tasa de ta. Valle, Caldas y Tolima siguieron
Años creciendo, sin embargo, a un ritmo rá­
sacos crecimiento sacos crecimiento
pido entre 1932 y 1945 (4.4 % anual),
1900-09 573 aumentando su participación en la pro­
ducción nacional del 52.3 % al 62.2 %.
1910-19 1.041 6.2% La desaceleración de la expansión ca­
1920-29 2.178 7.7 fetera en los años posteriores fue par­
1930-39 3.561 5.0 3.9 ticularmente notoria en estos depar­
1940-49 4.900 3.2 5.6 tamentos. Entre 1945 y mediados de
3.7% los años cincuenta, el crecimiento de
1950-59 5.430 1.0 6.7 1.8 la producción se redujo en estas regio­
1960-69 6.107 1.2 7.9 1.7 nes al 1.2 % anual y su participación
en la producción nacional a un poco
Capítulo 10 235

menos del 60 %. Aunque la frontera acuerdos internacionales desde los


cafetera se desplazó hacia nuevas re­ años treinta, las restricciones que im­
giones del país (Cauca, Nariño, Huila pusieron a la producción del país fue­
y Boyacá), estas zonas fueron inca­ ron insignificantes. Finalmente, aun­
paces de sustituir el menor dinamismo que el país siguió dependiendo muy
de la producción en las comarcas de estrechamente del mercado nortea­
colonización antioqueña. mericano hasta los anos cincuenta, el
Muy poco de este proceso tuvo que menor dinamismo de las compras de
ver con desarrollos propios de la eco­ los Estados Unidos tampoco fue una
nomía mundial. Por el contrario, los limitante fundamental. Por el contra­
precios internacionales del café tuvie­ rio, a través de las acciones de la Fe­
ron un ascenso notorio en la posguerra deración Nacional de Cafeteros, el
(gráfico 3), reflejándose en las coti­ país fue capaz de reorientar sus ex­
zaciones internas del grano, según ve­ portaciones hacia el mercado euro­
remos más adelante. Por otra parte, peo, donde existían amplios segmen­
aunque la mayor participación en el tos que no estaban sujetos a preferen­
mercado internacional exigía una co­ cias coloniales y neo-coloniales (Ale­
laboración creciente en la regulación mania y los países escandinavos, por
de los precios, este hecho sólo se hizo ejemplo).
notorio al final de nuestro período La desaceleración del crecimiento
de estudio. De hecho, aunque Colom­ cafetero en la posguerra debe buscarse
bia había comenzado a participar en así en factores domésticos. El primero
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
236

Cuadro 2

Producción por regiones (1932-1956)


(Miles de sacos de 60 kg de café verde)
Producción % de producción nacional
Regiones
1932 1944 - 4 5 1953-56 1932 1944-45 1953-56

Antioquia 618 710 1.003 17.9 % 14.0% 16.9 %


Caldas 1.004 1.694 1.922 29.1 33.4 32.3
Cauca 56 153 148 1.6 3.0 2.5
Cundinamarca 406 427 554 11.8 8.4 9.3
Huila 51 77 220 1.5 1.5 3.7
Norte de Santander 270 330 169 7.8 6.5 2.8
Santander 150 158 137 4.3 3.1 2.3
Tolima 448 740 843 13.0 14.6 14.2
Valle 354 724 790 10.3 14.3 13.3
Otras 98 66 158 2.8 1.3 2.7

Total 3.453 5.079 5.944 100.0 100.0 100.0

Fuentes: 1932: Censo cafetero, Revista Cafetera de Colombia, núms. 34-35, enero-febrero 1932,
pág. 1.546.
1944/5: Mariano Arango, El café en Colombia, 1930-1958: producción, circulación y
política, Bogotá: Carlos Valencia Editores, 1982, pág. 91. Datos originales en perga­
mino convertidos a café verde a razón de 1 saco pergamino = 0,8 sacos verde.
1953/4-55/6: CEPAL/FAO, El café en América Latina, Vol. I, Colombia y El Salvador,
México, 1958, Cuadro 13, pág. 26.

de ellos es la violencia política que, iba a llegar pronto a un límite. La nue­


como se sabe, afectó duramente las va tecnología, asociada al caturra, sólo
zonas cafeteras de Caldas, Valle y To- estuvo disponible, sin embargo, en los
lima, donde la desaceleración de las años sesenta. Finalmente, el enveje­
siembras fue más notoria. El segundo cimiento de los cafetales afectó des­
es el agotamiento de la tecnología ca­ favorablemente la productividad en la
fetera tradicional. El crecimiento de la posguerra. En la tecnología tradicio­
producción sólo era posible con la mis­ nal, los árboles alcanzan su máximo
ma tecnología mediante la incorpora­ rendimiento entre los 10 y los 12 años,
ción masiva de nuevas tierras al culti­ a partir de los cuales la productividad
vo. Aunque este proceso continuó en comienza a disminuir, primero rápida
la posguerra (el área sembrada con y después más lentamente. A media­
café aumentó de unas 586.000 hectá­ dos de la década del cincuenta, ya el
reas en 1945 a 969.000 en 1970), era 56 % de las plantaciones de café del
cada vez más evidente que, sin una in­ país tenían más de quince años; la pro­
tensificación del cultivo, la producción porción era aún más alta en Cundi-
Capítulo 10 237

namarca, Norte de Santander, Antio- Para fines de nuestro período de es­


quia, Caldas y Tolima. El porcentaje tudio, el sector cafetero parecía haber
de árboles con más de quince años lle­ agotado todas sus fuerzas. Aunque el
gó al 60 % en 1961 y a más del 70 % país seguía dependiendo de los ingre­
a fines de la década del sesenta. Como sos en moneda extranjera que gene­
resultado de lo anterior, la producción raban las exportaciones del grano, la
creció en un 32 % entre 1945- 49 y producción de café no era ya uno de
1960-64, a pesar de un incremento del los motores del crecimiento económi­
65 % en el área sembrada. El descen­ co y se comenzaba a buscar desespe­
so de la productividad (de un 1.5 % radamente fuentes alternativas de di­
anual) es un poco más alto del que se visas. Las autoridades cafeteras ma­
puede explicar con base en la edad de nifestaban repetidamente su preocu­
los cafetos, indicando así que el des­ pación por el envejecimiento de las
cuido de las plantaciones durante los plantaciones. Ya no se elogiaba, como
años de la Violencia pudo afectar tam­ en los años treinta, la capacidad com­
bién los rendimientos. petitiva de la caficultura colombiana o
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
238

al campesino cafetero como un héroe ríos llegaron a desconocer la propie­


nacional. El proceso de renovación, dad de la tierra, declarándose colonos.
basado en los cultivos de caturra, se Incluso cuando las reivindicaciones
iniciaría en los años sesenta, tomando no eran tan radicales, las exigencias de
un gran impulso en la década del se­ los arrendatarios equivalían a desman­
tenta. telar la estructura hacendataria. En
efecto, según vimos en el capítulo an­
Cambios en la estructura terior, la concesión de parcelas a los
arrendatarios no tenía como objetivo
de la producción la obtención de una renta en especie o
Las haciendas cafeteras de Cundina- en dinero, sino garantizar un flujo de
marca y Tolima fueron uno de los epi­ mano de obra para los cultivos de la
centros de las luchas agrarias en los hacienda, que era remunerada a me­
años veinte y treinta. Las principales nos del jornal ordinario. Se trataba a
reivindicaciones de los arrendatarios través de esta forma de organización de
en estos movimientos fueron la posi­ garantizar la fuerza de trabajo de la
bilidad de sembrar café en sus parce­ gran explotación, reduciendo simul­
las, la libre movilidad de sus productos táneamente los costos monetarios de la
y el cambio de la obligación de tra­ producción del grano. Las reivindi­
bajar en la hacienda por una renta en caciones de los movimientos agrarios
dinero o en especie. Fuera de ello, so­ equivalían así a exigir la conversión
licitaban reducir las obligaciones y las de las parcelas en unidades indepen­
multas, fijar las condiciones para el dientes de producción, ya fueran pro­
desalojo y el pago de las mejoras en pias o arrendadas, dando así paso defi­
esa eventualidad. En la región cafe­ nitivo a la economía campesina que se
tera de Sumapaz, en Cundinamarca, venía consolidando al interior de las
donde los títulos de propiedad más re­ haciendas. Ésta quedaba así sujeta al
cientes provenían de adjudicaciones mercado de trabajo asalariado si que­
de baldíos desde fines de la Colonia o rían continuar sus explotaciones.
del siglo XIX, y donde la evidencia de A pesar de la aparente radicalidad
expansión de los dominios a costa del y extensión de los conflictos (sobre lo
Estado era más clara, los arrendata- cual existe, por lo demás, una amplia

Una bodega del muelle


de Nueva York con
café colombiano,
a comienzos de los
años 20.
Capítulo 10 239

discusión en la literatura histórica del inseguros ante un Estado que daba


país), los movimientos agrarios de la muestras de querer aplicar las normas
época estuvieron muy lejos de des­ de defensa de los ocupantes, los con­
mantelar el régimen agrario prevale­ tratos de aparcería y otros que no im­
ciente, incluso en las zonas donde se plicaban la administración directa del
desarrollaron los conflictos. La admi­ propietario tendieron a desaparecer.
nistración Olaya Herrera promovió En algunas regiones, en Santander en
una solución pragmática, que equiva­ particular, las haciendas cafeteras pa­
lía a emprender una reforma agraria recen haber sido afectadas en gran es­
limitada a las zonas en pugna y con cala por este proceso. Las presiones
compensación adecuada para los pro­ de la Sociedad de Agricultores de Co­
pietarios de la tierra. El Banco Agrí­ lombia y de la Federación Nacional de
cola Hipotecario y los gobiernos de­ Cafeteros dieron paso a la Ley 100 de
partamentales (Cundinamarca en par­ 1944 —la «contrarreforma agraria» a
ticular) y nacional compraban la tierra juicio de algunos—, que fomentó la
a los dueños y la parcelaban, vendién­ aparcería, al ampliar considerable­
dola a crédito a los antiguos arrenda­ mente los derechos de los propietarios
tarios. Los propietarios colaboraron cuando se diera este tipo de relación
en muchos casos, ya que este proceso contractual.
permitía una salida a los conflictos
vendiendo la tierra a precios comer­ Los conflictos de los años veinte y
ciales e incluso conservando una pro­ treinta y la reforma agraria debilitaron
piedad más reducida, que podía utili­ la hacienda cafetera y aumentaron el
zar la mano de obra que suministraban número de pequeñas explotaciones.
los núcleos campesinos creados en el El impacto de estos procesos no debe
proceso de parcelación. Ya en 1936 se ser, sin embargo, exagerado. Todas
habían dividido unas 28 haciendas ca­ las parcelaciones que se hicieron en el
feteras, con un total de 17.000 hectá­ país hasta 1940 habían favorecido a
reas. El proceso avanzó más aún a poco más de 20.000 propietarios, equi­
partir de la expedición de la ley de re­ valentes apenas al 2 % del total de
forma agraria (Ley 200 de 1936). propiedades agrarias de la época y al
13 % del número de explotaciones ca­
Mientras los conflictos agrarios de feteras; la proporción real era inferior
Cundinamarca y Tolima encontraban en este último caso, ya que no todas
una solución a través de una reforma las parcelaciones se realizaron en zo­
agraria limitada, en otras regiones del nas cafeteras. El número de haciendas
país la Ley 200 generó nuevos conflic­ productoras del grano (definidas como
tos. El artículo 12 había establecido la el número de propiedades con más de
prescripción de dominio a los cinco 100.000 cafetos en producción) per­
años a quien explotara de buena fe tie­ maneció además inalterado en Cun-
rras de propiedad privada. La ley ha­ dinamarca y Tolima. De hecho, las ha­
bía reiterado además el derecho del ciendas cafeteras venían perdiendo te­
colono al pago de las mejoras, en caso rreno desde comienzos del siglo xx y
de que se decretara el desalojo. La re­ la producción campesina del grano es­
forma abría así la posibilidad de que taba en ascenso desde los años veinte,
arrendatarios y aparceros se declara­ incluso en los departamentos donde
ran propietarios de la tierra, recla­ predominaban los grandes producto­
mando que nunca habían reconocido res de café (Cundinamarca, Tolima y
dominio ajeno, o que reclamaran me­ Santander). El proceso de parcelacio­
joras anteriores a la ocupación, basán­ nes y la crisis generada por la reforma
dose en la ausencia de contratos es­ agraria de 1936 no hicieron más que
critos. Ya fuera porque estos procesos afianzar una tendencia que tenía una
de reclamación se dieran en gran es­ base mucho más profunda.
cala (lo que no parece haber ocurrido) Los datos existentes confirman el
o porque los propietarios se sintieron avance de la pequeña y mediana ex-
240 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Cuadro 3

Concentración de la producción y características de las parcelas


(Clasificación según tamaño de los cafetales adultos)

Hasta Más de Total


1-10 ha. 1-50 ha. 50 ha.
1 ha.

Número de fincas 77.245 123.719 11.429 577 212.970

% Producción nacional 5.3 % 47.9 % 30.3 % 6.5 % 100.0 %

Productividad
kg/ha 483 534 546 394 523
horas/100 kg: cultivo 192 157 147 152 151
beneficio y transporte 45 26 11 7 18

Forma de administración:
Propietario 85.5 % 74.3 % 52.0 % 8.4 % 56.0 %
Aparcero 11.7 20.9 25.0 14.7 20.9
Administrador 2.8 4.8 23.0 76.9 23.1

Fuente: CEPAL/FAO, op. cit., Cuadros 18, 22, 23 y 72.

plotación cafetera hasta la década del festado ya en la década del veinte


cincuenta. En efecto, en 1955-56, el (cuadro 4). En Antioquia y Norte de
63.2 % de la producción provenía de Santander parece haberse dado un
cafetales de menos de 10 hectáreas; en proceso similar. Finalmente, en los
1932 la proporción de propiedades con dos departamentos que habían ingre­
cultivos menores de 12 hectáreas ha­ sado a mediados de los años cincuenta
bía sido inferior, de un 59.5 %. Las como productores importantes del
propiedades grandes representaban grano (Huila y Cauca), la base cam­
una proporción muy reducida de la pesina de la producción se venía afir­
producción a mediados de los años mando con fuerza creciente.
cincuenta. Para ese entonces, este tipo El proceso de democratización de la
de unidades había prácticamente de­ producción se mantenía todavía en
saparecido en Santander y había per­ 1955-56. En efecto, en dicho año, la
dido terreno en Cundinamarca y To- proporción de plantaciones de menos
lima. En estos tres departamentos, el de tres años con relación al área cul­
proceso de «democratización» de la tivada existente era mucho mayor en
producción había avanzado así a gran­ las propiedades pequeñas: del 30 % en
des pasos. Por el contrario, en los de­ aquellas con cafetales de menos de
partamentos con base campesina ini­ una hectárea, del 10 % en las de 1 a
cial (Caldas y Valle, en particular), se 10 hectáreas, del 1 % en aquellas con
habían ido fortaleciendo gradualmen­ cafetales adultos de 10 a 50 hectáreas
te las propiedades medianas, siguien­ y de sólo el 3 % en las propiedades
do una tendencia que se había mani­ más grandes.
Capítulo 10 241

Comercialización y transporte
Cuadro 4
A partir de la crisis de 1920 habían
surgido seis grandes empresas comer- Concentración de la producción por departamentos
cializadoras de café, dos de ellas na­ (1955-1956)
cionales (Adolfo Aristizábal y Com­ (Según tamaño de los cafetales adultos)
pañía y J. M. López y Compañía) y
cuatro extranjeras (American Coffee Departamentos Hasta 10 10 a 50 ha. Más de 50
Corporation, W. R. Grace y Compa­ ha. ha.
ñía, Hard & Rand, y Steinwinder
Stoffregen Corporation). Estas em­ Antioquia 54 % 40%
presas controlaban la mitad del ne­ 6%
gocio cafetero en los años treinta Boyacá 86 14 —
(cuadro 5); el resto estaba distribui­ Caldas 61 32 7
do entre unas 160 empresas, muchas
de ellas con negocios relativamente Cauca 92 8 —
marginales. Cundinamarca 55 16 29
A comienzos de la década del trein­ Huila 88 12 —
ta, el dominio de las casas extranjeras
era evidente: las dos empresas comer- Magdalena 28 44 28
cializadoras más grandes eran nortea­ Nariño 60 13 27
mericanas (Grace y American Coffee)
y las cuatro firmas extranjeras más Norte de Santander 60 31 9
grandes controlaban la tercera parte Santander 57 43 —
de las exportaciones del país. Fuera de Tolima 67 29 4
ello, existían otras firmas foráneas
más pequeñas, en especial la Compa­ Valle 65 32 3
ñía Cafetera de Manizales, que habría Fuente: CEPAL/FAO, op. cit., Cuadro 20, pág. 31.
de convertirse con el tiempo en una de

Paseras móviles
para secado del café
en un beneficiadero
de Caldas, años 40.
Durante los cuatro
primeros años de esa
década, la exportación
cafetera a Estados
Unidos llegó a
representar un 95.8 %.
242 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Estructura de la comercialización de café (1930-1959) Cuadro 5

1930-34 1935-39 1940-44 1945-49 1950-54 1955-59

Destino de las
exportaciones
(% del volumen
exportado)
Estados Unidos 87.5 % 77.0 % 95.8 % 92.3 % 88.2 % 80.4 %
Canadá 1.0 3.3 2.2 3.6 2.6 2.0
Alemania 4.1 14.9 — 0.2 4.5 7.6
Resto de Europa 7.1 4.3 1.4 3.6 4.6 9.5
Otros países 0.3 0.5 0.6 0.3 0.1 0.4

Participación de la
Federación en las
exportaciones 1.1 %a 2.5 % 4.9 % 3.7 % 7.2% 14.4 %

Concentración de
las exportaciones
privadas
la. firmab 11.1 %a 16.9 % 24.2 % 16.6 % 11.8 % 10.3 %
2a. a 6a. firmasb 37.8 a 35.8 39.7 38.8 34.4 35.9
6 firmas más
grandesb 48.9 a 52.7 63.9 55.4 46.2 46.2
4 principales firmas
extranjerasc 32.9 a 28.1 31.1 25.0 23.9 20.1

a. 1933-34.
b. Principales firmas de cada período.
c. W.R. Grace, American Coffee Corp., Hard & Rand, Steinwinder Stoffregen Corp, hasta
1935-9), Cía. Cafetera de Manizales (desde 1945-9) y Schaeffer Klaussmann Inc. (en 1940-4).

Fuente: Boletín de Información Estadística sobre Café, n.° 48, 1978.

las principales casas exportadoras del controlaban casi dos terceras partes de
país. Aunque las empresas extranjeras las exportaciones privadas del grano.
siguieron controlando un volumen La comercialización externa de café
considerable del negocio hasta la se­ experimentó cambios apreciables en la
gunda guerra mundial, la firma Adol­ posguerra. El más importante fue el
fo Aristizábal y Compañía se convirtió ascenso de la Federación Nacional de
en la principal empresa exportadora Cafeteros como la principal entidad
de café en 1935. Esta casa continuó en exportadora del país. Como se puede
ascenso hasta los años de la guerra, apreciar en el cuadro 6, la Federación
cuando llegó a controlar la cuarta par­ había comenzado a exportar cantida­
te del negocio cafetero del país. En des modestas del grano desde los años
ese momento, la estructura de comer­ treinta a través de los Almacenes Ge­
cialización era similar a la de comien­ nerales de Depósito. Durante la gue­
zos de los años treinta, pero la con­ rra había aumentado considerable­
centración del negocio se había acen­ mente su participación en las compras
tuado: las seis firmas más importantes internas del grano, pero siguió parti-
Capítulo 10 243

cipando en forma modesta en las ex­ teriormente se iniciaría una nueva fase
portaciones. Sólo en los años cincuen­ de concentración, más allá de nuestro
ta y sesenta aumentaría apreciable­ período de estudio.
mente su participación en las ventas En el desarrollo del sistema de
externas. Esta participación estuvo ín­ transportes, conviene resaltar tres he­
timamente ligada a la reapertura del chos importantes. El primero fue el
mercado europeo y a la pérdida de di­ vuelco en la política estatal en los años
namismo del consumo norteamerica­ treinta hacia el fomento de las carre­
no, donde los exportadores privados teras. Este cambio permitió el acceso
habían concentrado sus operaciones. de un mayor número de localidades al
De esta manera, en los años cincuenta transporte moderno, sin los costos ele­
comenzó a delinearse la estructura ac­ vados que representaba en Colombia
tual de comercialización del grano, en la extensión de la red ferroviaria. Las
la cual la Federación concentra la ma­ recuas de muías fueron sustituidas así
yor parte de las ventas a Europa y a por los camiones en el transporte del
nuevos mercados, y las firmas priva­ grano entre las localidades y los prin­
das mantienen el predominio en el cipales centros comerciales. Este cam­
mercado de los Estados Unidos. bio operó mucho más lentamente en el
El cambio más importante en la co­ acarreo entre la finca y la localidad,
mercialización privada fue la pérdida que se siguió haciendo a lomo de
en la participación de las empresas ex­ mula, especialmente entre los produc­
tranjeras en el negocio. Ya en la se­ tores más pequeños.
gunda mitad de la década del cincuen­ La consolidación de Buenaventura
ta sólo la Compañía Cafetera de Ma- como el puerto cafetero de Colombia
nizales figuraba entre las seis empre­ fue también un hecho sobresaliente.
sas exportadoras más grandes del país. Para fines de los años cincuenta, dicho
Las principales casas extranjeras sólo puerto movilizaba más del 80 % del
exportaban entonces un 17 % del café café colombiano. El acceso a Buena­
colombiano (20 % de las exportacio­ ventura, primero por ferrocarril y des­
nes privadas), la mitad de su partici­ pués por carretera, permitió desplazar
pación de 1933-34. Fuera de ello, gran parte del transporte a través del
Adolfo Aristizábal y Compañía fue re­ río Magdalena, sujeto a grandes difi­
duciendo su participación en el co­ cultades de navegación desde la dé­
mercio del grano y en la segunda mi­ cada del cuarenta, a los altos costos de
tad de la década del cincuenta perdió transbordo y seguro (debido en este
el predominio sobre el negocio. La fir­ último caso al manejo descuidado y al
ma Rafael Espinoza Hermanos, des­ saqueo de las mercancías) y la ausen­
pués de un período de rápido creci­ cia de una buena vía alternativa a la
miento, tomó el liderazgo que conser­ Costa atlántica.
va hasta hoy. La posguerra permitió, Por último, conviene destacar la
además, el surgimiento y consolida­ creación de la Flota Mercante Gran-
ción de nuevas empresas nacionales. colombiana en 1946. La discrimina­
Fuera de Rafael Espinoza, ya mencio­ ción en los fletes marítimos por parte
nado, conviene destacar a Leonidas de las empresas navieras fue uno de
Lara e Hijos, que había llegado a ser los focos de conflicto entre la Fede­
la tercera empresa exportadora de ración y los grandes exportadores pri­
café del país en los años cincuenta; Es- vados en los años treinta, y una de las
pinoza adquirió precisamente su ex­ bases del predominio en el negocio de
periencia en el negocio cafetero como exportación de las casas extranjeras y
empleado de esta firma. Finalmente, de algunas nacionales con amplios
la concentración de las exportaciones contactos en el exterior (Adolfo Aris-
privadas de café se había reducido en tizábal en particular). Por este motivo,
forma apreciable entre los años de la la Federación apoyó constantemente
guerra y la década del cincuenta. Pos­ la creación de una flota mercante na-
244 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

cional y aportó finalmente gran parte (cuadro 3). La aparcería tenía una
de los recursos necesarios, según ve­ presencia importante, especialmente
remos más adelante. en las fincas medianas. Las más gran­
des estaban manejadas generalmente
Radiografía de la economía por un administrador asalariado. En
total se estimaba que un 56 % del área
cafetera en 1955-56 sembrada estaba administrada por su
Durante el año cafetero 1955-56, la dueño, un 21 % por aparceros y 23 %
Comisión Económica para América por administradores.
Latina (CEPAL) y la Organización de La caficultura mostraba entonces
las Naciones Unidas para la Agricul­ claros síntomas de envejecimiento de
tura y la Alimentación (FAO) reali­ las plantaciones, especialmente en las
Estampilla de correos zaron uno de los diagnósticos más propiedades más grandes. Además,
con la imagen de completos sobre la economía cafetera desde el punto de vista técnico, la ac­
Javier Pereira, quien de Colombia y de otros países latinoa­ tividad estaba muy atrasada. Según lo
alcanzó los 167 años expresó el informe, «el café colombia­
de edad y pasó por ser
mericanos, que nos permite hacer una
el hombre más viejo radiografía detallada de la economía no —con las excepciones del caso— es
del mundo. El decía cafetera a finales de nuestro período producto casi exclusivo de los factores
en esta pieza de estudio. tierra y trabajo». Esto indicaba, no
publicitaria: sólo la ausencia de inversiones de ca­
"No se preocupe,
Para dicho año, la CEPAL y la
tome mucho café, FAO estimaron que había 1.156.000 pital en gran escala —que se reducían
fume un buen cigarro." personas en las fincas cafeteras, equi­ al «trabajo capitalizado en las fincas
valentes al 9.1 % de la población del mismas»—, sino también de prácticas
país. Entre 1951 y 1955, la producción agronómicas modernas. Los germina-
del grano había generado el 13.1 % dores y almácigos, el uso de abono, in­
del ingreso nacional y un poco más de secticidas y maquinaria agrícola, el
la tercera parte del ingreso agropecua­ control de la erosión y otras prácticas
rio. La comparación entre la partici­ eran casi desconocidos. Como a co­
pación en el ingreso y la proporción de mienzos del siglo, los cuidados de cul­
la población en las fincas indica que el tivo se reducían así al deshierbe, des-
ingreso por habitante en actividades musgado y deschuponado —o corte de
cafeteras era superior al del promedio los tallos verticales— para controlar el
Propaganda de la del país, incluso si se excluyen las ac­ crecimiento. La estructura de costos
máquina despulpadora tividades agropecuarias complemen­ de las fincas reflejaba esta tecnología:
Gallo, producida tarias que se realizaban en las mismas el 83.3 % estaba representado por
por Greiffenstein, mano de obra y sólo 3.6 % por insu­
Angel & Cía., unidades de producción. Se trataba,
de Medellín, en 1931. sin embargo, de años de buenos pre­ mos o implementos. El resto lo cons­
Todavía hacia 1955 cios del grano. En cualquier caso, las tituían los costos de transporte, im­
el despulpado se condiciones de vida eran relativamen­ puestos, crédito y arreglo de vías.
realizaba con este te bajas, según se refleja en las carac­
tipo de maquinaria La mayoría de las fincas (89 %) ha­
manual en un 89 % terísticas de las viviendas. Estas care­ cían directamente el despulpado, casi
de las fincas. cían en su mayoría de agua y sanitario, todas con la vieja máquina manual
especialmente en las parcelas más pe­ para tal labor. Posteriormente, se la­
queñas, de piso de cemento o madera vaba el café en pila, se secaba al sol y
en un 35 % (53 % en las fincas pe­ se hacía un primer proceso de clasifi­
queñas) y de paredes de ladrillo o ma­ cación de los granos. Estas labores
dera en un 84 %. eran muy intensivas en mano de obra.
La producción estaba dominada por El informe estimó, por ejemplo, que
pequeñas y medianas propiedades, se­ exigían más del doble de mano de
gún hemos visto en las páginas ante­ obra por una misma cantidad de café
riores. Este tipo de unidades de pro­ que en El Salvador. El café se trillaba
ducción eran administradas general­ casi en su totalidad en establecimien­
mente por su propietario, indicando tos modernos en los centros urbanos.
así su carácter de unidades campesinas Una proporción mínima del grano,
Capítulo 10 245

proveniente de los Santanderes, se se­


guía trillando en las fincas con proce­
dimientos primitivos intensivos en
mano de obra.
La tecnología tradicional permitía,
sin embargo, diferencias apreciables
de rendimientos, no sólo debido a la
edad de los cafetales sino también a la
intensidad en el uso de la mano de
obra en las labores culturales y, en
mucho menor grado, al uso de fertili­
zantes. Aumentando la cantidad de
mano de obra se podían obtener pro­
ductividades hasta de 1.049 kg de café
verde por hectárea, el doble del ren­
dimiento promedio del país (523 kg) y
tres veces el de las fincas más inefi­
cientes.
En promedio, las mayores produc­
tividades se obtenían en las fincas me­
dianas (véase el cuadro 3). Los ren­
dimientos por unidad de tierra de las
fincas con cafetales adultos en 10 y 50
hectáreas superaban en un 13 % los de
las fincas pequeñas y en un 39 % los
de las más grandes; en este último que las grandes ventajas de las uni­ Asistentes al primer
caso estaban seguramente afectadas dades campesinas eran de tipo tecno­ Congreso Cafetero,
por la edad de los cafetales. La pro­ lógico. Por el contrario, estas ventajas reunido en Bogotá en
ductividad de la mano de obra era recaían sobre las fincas medianas en agosto de 1920,
también más alta en las fincas de 10 a convocado por la
administración o en aparcería. El gran Sociedad de Agricultores
50 hectáreas y muy bajas en las uni­ dinamismo de las unidades campesi­ de Colombia:
dades pequeñas. nas debe buscarse por lo tanto en otro Ramón González
Las diferencias en los rendimientos tipo de ventajas económicas, en es­ Valencia,
de la mano de obra en las labores de pecial en su capacidad para reducir a Alfredo Vásquez Cobo,
José Jota Solazar
beneficio y transporte eran aún más un mínimo los costos monetarios aso­ y Luis Montoya;
marcadas. En estos casos las econo­ ciados a la producción de café y para también estuvieron
mías de escala resultaban evidentes, usar con mayor intensidad la mano de presentes Gabriel
ya que la productividad aumentaba obra familiar o el trabajo excedente Ortiz Williamson
sistemáticamente con el tamaño de la del jefe del hogar, ambas sin posibili­ y Antonio Samper
dades alternativas de utilización co­ Uribe. Esta reunión,
plantación. La enorme cantidad de de carácter nacional,
mano de obra involucrada en trans­ mercial. analizó la situación
portar el grano a lomo de mula en las creada por la drástica
propiedades más pequeñas era res­ Los orígenes de la reducción de precios
ponsable en gran medida de este re­ internacionales que
Federación Nacional de Cafeteros ocurrió a mediados
sultado. de ese año.
El estudio encontró, finalmente, Aun antes de la creación de la Fede­
que el mayor rendimiento de la mano ración, el sector cafetero estuvo in­
de obra en las labores de cultivo se ob­ volucrado en polémicas con el Estado
tenía en las fincas en administración y que hoy se denominarían «gremiales».
el mayor rendimiento por hectárea en En 1896 Rafael Uribe Uribe promovió
Jas tierras bajo contratos de aparcería. un amplio debate en el Congreso con­
Esta conclusión y las menores produc­ tra el impuesto a las exportaciones de
tividades de las pequeñas explotacio­ café creado por la administración
nes desvirtúan abiertamente la idea de Caro durante la guerra civil del año
246 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

anterior. Este debate permitió reducir tura. En 1917, Aquilino Villegas pro­
el impuesto a la tercera parte de su puso además la constitución de «Unio­
monto original. Posteriormente, ante nes Cafeteras». Estas organizaciones
la baja en las cotizaciones internacio­ se crearon en Antioquia y Manizales
nales, los principales exportadores del pero funcionaron poco tiempo y no se
país pidieron en 1897 al presidente de difundieron al resto del país.
la República la supresión del grava­ El antecedente inmediato más im­
men. Estas presiones resultaron efec­ portante de la Federación fue el Pri­
tivas, ya que el tributo fue elimina­ mer Congreso Cafetero, convocado
do temporalmente en julio de dicho por la SAC en agosto de 1920 para
año y en forma definitiva a finales de analizar la situación creada por la vio­
1898. lenta reducción de las cotizaciones del
En la primera década del siglo XX, grano que se experimentó a mediados
la Sociedad de Productores de Café, de dicho año. Este congreso discutió
fundada en 1904 y transformada en los problemas que implicaba la baja de
1906 en la Sociedad de Agricultores de los precios internacionales y la con­
Colombia, SAC, emprendió una cam­ gestión del transporte por el río Mag­
paña en favor del sector, presionando dalena y pidió al gobierno reducir los
por la reducción de los fletes fluviales, fletes internos, crear un banco emisor
marítimos y férreos, la disminución de y desarrollar la legislación sobre pren­
los derechos consulares y la libre en­ da agraria en el país. Además, el con­
trada al país de herramientas y ma­ greso propuso crear un Comité Cafe­
quinaria agrícola. Los orígenes de esta tero Nacional y convocar una Confe­
entidad se remontan a la sociedad del rencia Internacional para estudiar una
mismo nombre fundada en 1871, cu­ política de retención del grano en los
yos objetivos incluían la información países productores. Estas últimas ini­
sobre cultivos tropicales, sobre el es­ ciativas no se llevaron a cabo.
tado de los mercados internacionales La Federación fue creada durante el
de materias primas y la difusión de los Segundo Congreso Nacional de Cafe­
principios económicos liberales a tra­ teros, convocado por el gobierno de­
vés de la Revista Nacional de Agricul­ partamental y la Sociedad de Agricul­

Segundo Congreso
Nacional Cafetero,
reunido en Medellín
en junio de ¡927,
durante el cual se
creó la Federación
Nacional de Cafeteros
y el Comité Nacional
de Cafeteros, que
entró a actuar
inmediatamente,
aunque con precarios
medios.
Capítulo 10 247

tores de Antioquia en Medellín en ju­ Alfredo Cortázar


nio de 1927. Aunque el Comité Nacio­ Toledo, primer
nal de Cafeteros comenzó a operar a gerente de la
partir de ese momento y el primer ge­ Federación Nacional
de Cafeteros.
rente de la Federación (Alfredo Cor­ Elegido en noviembre
tázar Toledo) fue nombrado a fines de 1927, ejerció su
del mismo año, la existencia de la en­ cargo hasta
tidad fue inicialmente precaria. El enero de 1930.
problema esencial era la falta de re­
cursos económicos. El Comité pidió al
gobierno nacional que se otorgara un
subsidio de 50.000 pesos para el fun­
cionamiento de la Federación, pero el
gobierno se negó a hacerlo, sugiriendo
en cambio que la entidad gremial se
financiara con un impuesto a las ex­
portaciones de grano de 10 centavos
por saco de 60 kg. Aunque la idea del
impuesto controvertía los principios
aprobados en el Congreso Nacional de
Cafeteros, el Comité terminó aceptán­
dola como única posibilidad real de
existencia de la Federación. La ley 76 de este asesor se estaba estudiando
de 1927 creó el gravamen, pero su cuando sobrevino la crisis de la bolsa
aplicación quedó pendiente de la ce­ de valores de Nueva York en octubre
lebración de un contrato entre el go­ de 1929. Ante la presión de los comi­
bierno y la entidad-gremial. El primer tés departamentales, los primeros al­
contrato fue firmado el 15 de octubre macenes fueron organizados como
de 1928. Aun después, las finanzas de medida de emergencia. A fines del
la Federación fueron muy endebles, mismo año ya estaba en operación el
ya que el producto del impuesto no se de Manizales y estaban por abrirse
transfirió inicialmente al gremio. So­ nuevos almacenes en Medellín, Girar-
lamente en septiembre de 1930 el go­ dot, Cali y Honda.
bierno Olaya Herrera comenzó a pa­ Incluso la intervención en pequeña
gar el impuesto en forma retroactiva. escala que realizó la Federación en los
El resultado más importante de es­ primeros años exigía recursos finan­
tos primeros años fue la puesta en cieros con los cuales no contaba. Éstos
marcha de los Almacenes Generales se obtuvieron a través del redescuento
de Depósito. Como resultado del Pri­ en el Banco de la República de los bo­
mer Congreso Nacional de Cafeteros, nos de prenda que emitían los alma­
el gobierno había promovido la crea­ cenes. La operación se realizó inicial­
ción de los almacenes mediante las Le­ mente a través de los bancos comer­
yes 20 de 1921 y 115 de 1923. Sin em­ ciales, pero, por presión de la Fede­
bargo, estas leyes estaban sin regla­ ración, el Banco de la República acep­
mentar a fines de los años veinte. El tó realizar estas transacciones en
contrato entre el gobierno y la Fede­ forma directa desde octubre de 1930,
ración había establecido el compro­ aunque a una tasa más alta a la que se
miso de esta última institución de or­ aplicaba en los redescuentos ordina­
ganizar los primeros almacenes. La rios. La presión de la Federación tam­
entidad gremial, en asocio con el Ban­ bién fue esencial para que este tipo de
co de la República, la firma Lazard créditos del emisor obtuvieran una
Brothers y los bancos locales habían tasa de interés preferencial desde no­
contratado un asesor extranjero para viembre de 1931; aunque la tasa más
que ayudara en esta labor. El informe baja se aplicó únicamente a las ope­
raciones que se realizaban a través de
248 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

los bancos, en septiembre del año si­ nuevo gerente involucraron a la Fe­
guiente se obtuvo el mismo privilegio deración en las principales polémicas
para los redescuentos directos de los de la época: el problema crediticio, la
Portada de la almacenes. determinación del tipo de cambio y los
"Cartilla cafetera", tratados comerciales del país.
editada por la La Federación como grupo Las operaciones de los Almacenes
Federación Nacional Generales de Depósito resultaron be­
de Cafeteros, de presión en los años treinta
Bogotá, 1934.
neficiadas con la baja en la tasa de re­
Aparte de la La nominación de Mariano Ospina descuento de los bonos de prenda y
capacitación a Pérez como gerente de la Federación con las preferencias que otorgó el
pequeños y medianos en diciembre de 1930 coincidió con Banco de la República a dichas ope­
productores, una ampliación considerable de las ac­ raciones desde 1931, según vimos ya
la Federación anteriormente. La Federación, facul­
inicialmente dio ciones de la entidad gremial. El nú­
la mayor importancia mero de federados se incrementó de tada por la ley, entró a regular además
a la solución de 4.000 a 50.000 entre 1930 y 1934. La las calidades del grano en 1931 y la in­
los problemas de intervención en el mercado interno del dustria de café tostado en 1932. Las
comercialización grano se acrecentó, con considerables acciones más importantes se concen­
interna que afectaban traron, sin embargo, en tratar de co­
a las zonas de beneficios para los pequeños produc­
pequeña producción. tores. Además, las actividades del rregir algunos problemas de comercia­
lización interna que afectaban espe­
cialmente a las zonas de pequeña pro­
ducción. Como se puede apreciar en el
cuadro 6, a fines de los años veinte y
comienzos de los treinta, los produc­
tores del viejo Caldas recibían apenas
la mitad del precio de venta final del
grano en los mercados de destino,
contra un 70 % en Antioquia y Cun-
dinamarca. Esta disparidad reflejaba
las características de la comercializa­
ción del café en las zonas campesinas.
Según vimos anteriormente, los prin­
cipales problemas eran los descuentos
apreciables con los cuales los fonderos
adquirían el café a los pequeños pro­
ductores, la falta de información en
los mercados locales sobre las cotiza­
ciones corrientes del grano, los mo­
nopolios comerciales y finalmente las
disparidades de los precios en las di­
ferentes localidades.
En los primeros años, la Federación
concentró su intervención en las zonas
campesinas, adquiriendo directamen­
te el grano en los mercados deprimi­
dos, informando regularmente (dos
veces a la semana) en las localidades
las cotizaciones del café y controlando
las calidades, pesas y medidas, entre
otros. Estas acciones fueron muy efec­
tivas: el descuento con el cual se co­
tizaban los cafés en el viejo Caldas co­
menzó a reducirse sustancialmente
desde 1932-33 y ya para 1936-37 se ha-
Capítulo 10 249

bía igualado con los de Antioquia y Indicadores de los ingresos Cuadro 6


Cundinamarca (cuadro 6).
La intervención en el mercado in­ de los productores (1926-1958)
terno y las exportaciones realizadas
Proporción del precio externo, Impuesto
por la Federación fueron objeto de
Precio interno neto de impuestos, como
una ardua polémica con la Asociación
Años real (1938- recibido por los productores proporción del
Nacional de Exportadores de Café. A
39=100) precio externo
juicio de esta entidad, las compras de Manizales Medellín Girardot (Manizales)
la Federación habían ido mucho más
lejos que el objetivo de intervenir en
los mercados deprimidos. Fuera de 1926-27 146
ello, la Asociación se oponía a la re­ 1928-29 148 50% 72 % 74%
gulación de las calidades y a las ex­ 1930-31 124 48 68 69
portaciones directas de la Federación, 1932-33 130 62 73 76 0.6 %
excepto cuando el objetivo de estas úl­ 1934-35 137 69 76 76 6.5
timas era hacer conocer el café de Co­ 1936-37 126 73 73 74 4.5
lombia en el exterior. Las pugnas tam­ 1938-39 100 71 71 73 3.1
bién se manifestaron en torno a los fle­ 1940-41 95 74 75 77 13.9
tes preferenciales que obtenían los 1942-43 109 77 76 78 20.9
principales comerciantes del grano en 1944-45 105 83 82 84 2.9
sus exportaciones a los Estados Uni­ 1946-47 135 83 82 84 1.3
dos, en detrimento de los exportado­ 1948-49 146 83 83 83 0.9
res más pequeños y de la propia Fe­ 1950-51 201 80 80 82 . 0.5
deración. 1952-53 240 89 88 89 8.6
1954-55 267 88 89 89 3.4
En el frente crediticio, existían dos
1956-57 289 82 84 84 4.8
problemas diferentes. El primero, que
1958 279 81 81 81 20.2
podríamos llamar estructural, eran las
tasas de usura a que estaban sujetos
los campesinos, básicamente a través Fuente: Precio interno real: 1926-27-1938-39: calculado con base en el
de los créditos que concedían los fon­ precio interno del café de Girardot y el índice de precios al
deros. El segundo era un problema co- por mayor de alimentos. Desde 1938-39: precio de café tipo
yuntural: la violenta deflación (reduc­ Federación deflactado por índice de precios al consumidor na­
cional.
ción de precios) que caracterizó la cri­ Otros datos: Arango, op. cit., pp. 124-6.
sis de fines de los años veinte y co­
mienzos de los treinta, hizo inso­
portable el peso de las deudas hipo­
tecarias, cuyo valor nominal perma­ de la República, la Federación contri­
neció inalterado. En el caso del café, buyó con 400.000 pesos al patrimonio
por ejemplo, los precios internos se inicial de la entidad, una suma bastan­
redujeron en un 60 % aproximada­ te sustancial teniendo en cuenta los re­
mente entre 1928 y 1932. Una misma cursos financieros con que contaba en
deuda valía así dos veces y media más aquella época.
en términos de café en 1932 en com­ El problema de las deudas hipote­
paración con los años de bonanza de carias hizo parte de una estrategia más
la década del veinte. general de saneamiento de los porta­
Para atacar el primero de estos pro­ folios de los bancos comerciales e hi­
blemas se fundó la Caja Agraria en potecarios, que incluyó la creación de
1931. El proyecto de ley correspon­ dos entidades para adquirir la cartera
diente había sido presentado desde el mala de las entidades financieras (la
año anterior por Mariano Ospina Pé­ Corporación Colombiana de Crédito y
rez en su calidad de parlamentario. el Banco Central Hipotecario), la re­
Aunque la mayor parte del capital ini­ ducción y regulación de las tasas de in­
cial (10 millones de pesos) lo suscribió terés y ciertas facilidades para los pa­
el gobierno con un crédito del Banco gos de las deudas. Tanto en términos
250 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

del costo del crédito como de estas fa­ cambio. No obstante, el 15 de marzo
cilidades, las deudas hipotecarias re­ de 1932 otorgó una prima del 10 % a
sultaron favorecidas. Gracias a la pre­ los exportadores del grano, que se fi­
sión que ejerció la Federación de Ca­ nanció con un bono cafetero a cargo
feteros, a comienzos de 1932 se esta­ de la nación, que compró en su ma­
bleció una tasa máxima del 7 % para yoría el Banco de la República. Un
estos créditos, con un 2 % adicional en año más tarde, cuando los cafeteros
caso de mora. Además, se permitió comenzaron a negociar la renovación
que el 50 % de los pagos se pudiera de la prima, el gobierno decidió esta­
hacer con cédulas hipotecarias. Estos blecer por un año un sistema de tasa
papeles se cotizaban en ese momento de cambio diferencial: 1.13 pesos para
a la mitad de su valor nominal y, aun­ los exportadores, 1.16 para los impor­
que su precio aumentó, su utilización tadores y 1.05 para el gobierno. El sis­
redujo en un 20 % el valor efectivo de tema implantado generalizaba los be­
todos los pagos. La medida más drás­ neficios de la prima a todos los expor­
tica fue la reducción del 40 % del ca­ tadores y hacía que los costos corres­
pital de las deudas hipotecarias a me­ pondientes fueran sufragados por
diados de 1933. El beneficio fue aún los importadores y no por el fisco
más sustancial, porque la inflación que nacional.
comenzó poco después erosionó el va­ En septiembre de 1933 la presión de
lor real de las deudas. los cafeteros y la acumulación de so­
La crisis de los años treinta abrió licitudes de giros en la oficina de con­
también un capítulo que habría de re­ trol de cambios obligó al gobierno a
petirse varias veces después en la his­ devaluar primero a 1.23 pesos para ex­
toria cafetera del país: la lucha de la portaciones y a liberar poco después el
Federación por obtener ventajas cam­ tipo de cambio. En contra de lo que
biarías o, alternativamente, por eli­ deseaban los cafeteros, sin embargo,
minar los diferenciales cambiarios que se obligó a los exportadores a vender
discriminaban contra el sector cafete­ el 15 % de las divisas a la vieja tasa de
ro. La tasa de cambio del peso había cambio (1.13 pesos) para poder finan­
sido fijada desde comienzos del siglo ciar los costos en moneda extranjera
y se mantuvo constante hasta 1931, al­ del gobierno; este porcentaje se elevó
terándose solamente dentro de los lí­ temporalmente al 20 % entre el 26 de
mites estrechos de las paridades me­ marzo y el 19 de junio de 1934. La
tálicas. Siguiendo este principio, a co­ atención de la Federación de Cafete­
mienzos de 1932 el Banco de la Re­ ros se concentró a partir de septiem­
pública había establecido una tasa de bre de 1933 en esta proporción de las
1.05 pesos por dólar, la máxima per­ divisas que debían ser vendidas al
misible dentro del patrón oro. Banco de la República a un precio
El establecimiento del control de bajo, que se vino a conocer con el
cambios en septiembre de 1931 había nombre de «impuesto de giros».
generado, sin embargo, una cotización Como se puede apreciar en el cua­
paralela (la tasa de cambio negra), dro 6, el impuesto fue moderado (un
que sirvió para que los cafeteros pre­ máximo de 6.5 % en 1934-35) y, gra­
sionaran por una devaluación. El ar­ cias a la devaluación, fue compatible
gumento fundamental era que el sec­ con un aumento en el precio interno
tor estaba siendo discriminado, al ver­ real del café por encima de los niveles
se obligado a vender sus divisas al deprimidos de 1930-31. Aun así, la
Banco de la República al tipo de cam­ presión de los cafeteros para que se
bio oficial, cuando existía la posibili­ eliminara el tributo fue frontal. En el
dad de venderlas a una tasa más alta VI Congreso Cafetero, en julio de
en el mercado libre. El gobierno tardó 1934, se aprobó una resolución exi­
mucho en ceder a las pretensiones de giendo su abolición inmediata, y el
los cafeteros por liberar el tipo de VII Congreso, reunido en septiembre
Capítulo 10 251

y octubre de 1935, llegó a solicitar al


gerente de la Federación y al Comité
Nacional de Cafeteros que gestiona­
ran una reforma constitucional prohi­
biendo gravar a las industrias agrícolas
de exportación. Como resultado de la
presión gremial y de la nueva baja en
el precio internacional que se inició a
fines de 1934, el gobierno presentó un
proyecto de ley para reducirlo y entre­
garle una proporción a la Federación.
La Ley 21 de 1935 redujo el impuesto
al 12 % para todos los productos de
exportación, excepto oro y platino,
destinó el 10 % de su recaudo a la Fe­
deración, facultó al gobierno para re­
ducirlo gradualmente y decretó su
abolición a partir del 1 de enero de
1938. Sin embargo, debido a la nece­
sidad de financiar la compra de café
por parte de la Federación, la Ley 41
de 1937 conservó el impuesto durante
dos años adicionales, aunque lo re­ Unidos conservara el café libre de Luis de Faro Jr.,
dujo al 10 %, elevó el tipo de cambio todo derecho arancelario. cónsul general del
de compra de las divisas correspon­ La generalización de restricciones Brasil, Miguel López
dientes a 1.25 pesos y destinó la tota­ Pumarejo, ministro
comerciales a nivel mundial permitió de Colombia en
lidad de su recaudo a la Federación. también que la Federación presionara Washington, y Herbert
El impuesto se redujo así en el perío­ por el establecimiento de tratados de Delafield, presidente
do 1938-39 a un 3.1 %, la mitad de su compensación con aquellos países con de Associated Coffee
valor en los primeros años. Por otra los cuales Colombia tenía un déficit Industrie of America,
parte, su utilización para la compra de comercial apreciable. El acuerdo con beben una taza de
la cosecha cafetera lo asimiló más a lo café durante la
Alemania, que se realizó en el marco Conferencia Cafetera
que después se denominó la «reten­ de esta práctica, fue particularmente de Chicago, en julio
ción cafetera» que a un impuesto en el fructífero para el sector, ya que per­ de 1935. Allí se
sentido estricto. mitió diversificar considerablemente llegó a un acuerdo
el destino de las exportaciones de café comercial cafetero con
Las tendencias proteccionistas y la los Estados Unidos.
fragmentación del comercio mundial del país. Ya en la segunda mitad de la
en los años treinta abrieron, finalmen­ década del treinta, este país adquiría
te, la posibilidad de intervención de la el 15 % de las exportaciones colom­
Federación en la regulación del co­ bianas (cuadro 5). A comienzos de la
mercio exterior del país. El gremio segunda guerra mundial, la fragmen­
tomó por primera vez interés en estos tación del comercio mundial se acen­
asuntos ante la amenaza de los Esta­ tuó aún más. El gobierno intentó en­
dos Unidos en 1931 de establecer un tonces establecer tratados de compen­
arancel a las importaciones del grano. sación con países europeos, mediante
Un representante de la Federación los cuales las importaciones no esen­
participó en las negociaciones con di­ ciales del país se pagaban con café,
cho país, que culminaron con el acuer­ pero el sistema no funcionó bien en
medio de la agudización del conflicto
do comercial de 1935. Colombia con­ bélico. Según veremos más adelante,
cedió ventajas arancelarias importan­ la reconstrucción del mercado euro­
tes a los Estados Unidos y el compro­ peo a lo largo de la posguerra permi­
miso de no alterar otras tarifas mien­ tiría nuevas acciones de la Federación
tras estuviera vigente el acuerdo, a en este frente.
cambio, básicamente, de que Estados
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
252

Los vaivenes del primer acuerdo sobre Brasil. La fuerte expansión del
área sembrada en este país en los años
internacional del café veinte generó un problema cuyas di­
Aunque en 1901 se reunió en Nueva mensiones eran desconocidas. La pro­
York la primera Conferencia Inter­ ducción brasileña entre los años cafe­
nacional de Café, poco se avanzó en­ teros 1929-30 y 1933-34 fue de 119.2
tonces en el diseño de acciones con­ millones de sacos, de los cuales se ven­
juntas de los países productores para dieron sólo 76.7; de esta manera, que­
defender las cotizaciones internacio­ dó un exceso de 42.5 millones de sa­
nales del grano. En realidad, Brasil cos, a los cuales hay que añadir 10.3
controlaba en aquella época el 80 % acumulados en el interior de Brasil a
de la producción mundial; de esta ma­ mediados de 1929, como resultado de
nera, cualquier intervención en el las políticas de defensa anteriores. A
mercado debía provenir fundamental­ este hecho hay que agregar que, al
mente de este país suramericano. Esto menos en las primeras cosechas excep­
fue en efecto lo que aconteció. Brasil cionales, no se había manifestado
comenzó a regular el mercado cafete­ completamente la expansión de la ca­
ro desde comienzos del siglo, estable­ pacidad productiva de fines de la dé­
ciendo restricciones a nuevas siembras cada del veinte, que actuaba así como
en 1902 y emprendiendo una política una amenaza de superproducción
activa de retener parte de la produc­ mundial aún mayor en un futuro cer­
ción en el país para defender los pre­ cano. La única manera de disponer de
cios internacionales. Las primeras in­ estos excedentes en el mercado hu­
tervenciones de esta naturaleza se de­ biera sido dejar caer los precios a ni­
nominaron «valorizaciones» y fueron veles irrisorios, para disminuir la ca­
emprendidas por el gobierno del Es­ pacidad productiva de un golpe y lo­
tado de Sao Paulo en 1905 y 1917 y, grar que los especuladores compraran
posteriormente, por el gobierno fe­ parte de los inventarios. Esta medida
deral en 1921. Desde fines de 1924 es­ no tenía, por supuesto, ninguna via­
tas intervenciones esporádicas dieron bilidad política. El gobierno brasileño
lugar a una nueva política del gobier­ decidió así destruir el café excedente,
no de Sao Paulo, que se denominó de empezando a mediados de 1931 y ace­
«defensa permanente». Esta política leradamente desde fines de dicho año.
permitió mantener precios muy ele­ La operación se financió básicamente
vados en los años veinte (gráfico 3), con un impuesto a la exportación, al
que ampliaron considerablemente las cual se le añadió desde la cosecha de
siembras en Brasil y en otros países 1933-34 una «cuota de sacrificio» que
productores, entre ellos Colombia. el gobierno compraba a un precio
Ante la falta de apoyo del gobierno fe­ bajo.
deral y la crisis financiera internacio­
nal, esta política se derrumbó en oc­ Con esa medida drástica, Brasil im­
tubre de 1929. Los precios mundiales pidió una catástrofe en el mercado ca­
del café, que venían cayendo lenta­ fetero. Ciertamente, estaba corrigien­
mente desde comienzos del año ante­ do los errores de la política de «defen­
rior, se precipitaron a fines de 1929. sa permanente» en la década del vein­
te, pero los otros países productores,
El comportamiento del mercado entre ellos Colombia, salieron doble­
mundial en los años treinta estuvo de­ mente beneficiados. En los años vein­
terminado por dos hechos básicos. En te, la política brasileña permitió a Co­
primer término, el consumo mundial lombia expandir su capacidad, y en los
se siguió desplazando hacia los cafés treinta disponer del incremento resul­
suaves, tal como venía aconteciendo tante en la producción a precios que,
desde los años veinte. De esta mane­ al menos inicialmente, no fueron de­
ra, el peso del manejo de la superpro­ sastrosos. Era una situación que Brasil
ducción mundial recayó nuevamente no podía aceptar sin reservas. Intentó
Capítulo 10 253

por lo tanto, llegar a un acuerdo de


productores desde muy temprano. En
mayo de 1931, por iniciativa del mi­
nistro de Agricultura brasileño, se
reunió un Congreso Internacional en
Sao Paulo para discutir la posibilidad
de dicho acuerdo. Colombia no envió
representante inicialmente, aunque a
solicitud de los asistentes y del gobier­
no nacional, el gerente de la Federa­
ción, Mariano Ospina Pérez, participó
en dichas deliberaciones más tarde.
No se logró acuerdo de ninguna na­
turaleza, incluso porque existía bas­
tante escepticismo sobre el éxito de un
acuerdo internacional en varios sec­
tores brasileños. Dos años más tarde,
Brasil presentó en la Conferencia Mo­
netaria y Económica de Londres una
propuesta en el mismo sentido. En
este caso, tuvo una recepción favora­
ble por parte del delegado colombia­
no, Alfonso López Pumarejo, quien
veía no sólo razones económicas para
un acuerdo internacional (asociadas a
la complementariedad entre los cafés
colombianos y brasileños), sino tam­
bién un motivo político: el apoyo bra­
sileño a los puntos de vista colombia­
nos en el conflicto territorial con el
Perú. La oposición de la Federación
fue, sin embargo, violenta contra esta
propuesta. De acuerdo con Ospina
Pérez, el país no tenía ningún proble­
ma para colocar la totalidad de su pro­
ducción en el mercado a precios su­
periores a los brasileños y no tenía así
por qué participar en un acuerdo de el VII Congreso Nacional de Cafete­ Congreso Internacional
retención de la cosecha. Fuera de ello, ros, reunido a fines de 1935, López lo­ Cafetero, Sao Paulo,
debido al carácter democrático de la gró imponer un cambio en la compo­ Brasil, 1931.
El delegado brasileño
caficultura colombiana, era conve­ sición del Comité Nacional de Cafe­ Augusto Ramos
niente fomentar la producción del gra­ teros, que le daba al gobierno una re­ (primer plano),
no. Finalmente, la base campesina le presentación paritaria y al presidente acompañado por
daba al país una gran capacidad de re­ de la República la capacidad para di­ Mariano Ospina Pérez,
sistencia en caso de una guerra de pre­ rimir los conflictos que surgieran entre delegado colombiano,
Carlos Uribe Echeverri,
cios, ya que los productores contaban los representantes privados y del go­ embajador de Colombia,
con los productos de subsistencia que bierno. Además, el presidente quedó y Arturo Robledo,
cultivaban en sus parcelas y no depen­ investido con la facultad de elegir el secretario de la
dían así del café para tal fin. gerente de la Federación entre una embajada en Rio
terna presentada por el Congreso Ca­ de Janeiro.
Con la llegada a la presidencia de la fetero. En ese carácter, nombró a Ale­
República de López Pumarejo, el ba­ jandro López en octubre de 1935.
lance de fuerzas se inclinó temporal­ Bajo el nuevo gerente, la política de
mente hacia un acuerdo. A pesar de la intervención de la Federación en el co­
oposición de un sector importante, en mercio del grano se amplió conside-
254 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

rablemente. En octubre de 1936, la descuento de los bonos de prenda de


Federación auspició la Primera Con­ los Almacenes Generales de Depósi­
ferencia Panamericana de Café en Bo­ to. La junta directiva del Banco co­
gotá. En ella se llegó a un acuerdo de menzó a oponerse crecientemente a
principio entre Brasil y Colombia para las operaciones de la Federación por
regular el mercado mundial. Este considerarlas inflacionarias. Fuera de
acuerdo se concretó en Nueva York, ello, en febrero, los precios del café
en diciembre, cuando se estableció Santos 4 llegaron a 11.8 centavos, muy
que estos dos países defenderían unos por encima del precio mínimo pacta­
precios mínimos de 10.5 centavos de do. La Federación consideró que bajo
dólar por libra para el café Santos 4 y estas circunstancias no tenía por qué
de 12 centavos para el Manizales, y mantener la diferencia mínima de pre­
una diferencia mínima entre ambas ca­ cios, que se redujo así a 0.9 centavos.
lidades de 1.5 centavos. La Federa­ Más aún, sin el apoyo del Banco de la
ción comenzó a intervenir en gran es­ República, no tuvo cómo defender el
cala en el mercado desde poco antes precio del café cuando se presentó una
de la Conferencia Panamericana y ya coyuntura bajista y se vio obligada así
para abril de 1937 había adquirido a suspender las compras el 19 de mar­
354.000 sacos (un 8 % de la produc­ zo de 1937.
ción del país), comprometiendo 6 mi­ El debate que se suscitó entonces
llones de pesos en la operación. Las condujo a la renuncia de Alejandro
dificultades financieras frenaron en­ López a la Federación en abril y a la
tonces la política de intervención. Los dificultad para encontrar un nuevo ge­
ingresos que recibía la Federación por rente; Manuel Mejía aceptó finalmen­
concepto del impuesto a las exporta­ te dicha posición cuatro meses más
ciones de café y de su participación en tarde, iniciando un período de conti­
el impuesto de giros eran en 1936 de nuidad en la entidad que sólo se in­
menos de 1 miñón de pesos. La ca­ terrumpió con su muerte en febrero de
pacidad de intervención dependía así 1958. Entretanto, la oposición a la Fe­
del apoyo del Banco de la República deración, encabezada por Ospina Pé­
a través de créditos directos y del re­ rez, quien actuaba además como líder

El presidente
Alfonso López Pumarejo
y delegados a la
Primera Conferencia
Panamericana del Café,
reunida en Bogotá,
en octubre de 1936.
En ella se llegó a
un acuerdo de
principio entre
Colombia y Brasil
para la regulación
del mercado mundial
del grano, que se
concretó en el
siguiente mes de
diciembre, en Nueva
York, cuando se
fijaron precios
mínimos para las
variedades de
los dos países.
Capítulo 10 255

del partido conservador contra el go­


bierno de Alfonso López Pumarejo,
acusó a la entidad de contraer com­
promisos sin un respaldo adecuado y
de involucrarse en operaciones espe­
culativas. Aunque el Banco de la Re­
pública concedió nuevos créditos a la
Federación en abril y la ley 41 elevó
en mayo el impuesto a las exportacio­
nes de café y entregó el impuesto de
giros a la Federación a partir de 1938,
la situación de crisis se mantuvo. El
Congreso Cafetero aplazó sus reunio­
nes hasta agosto, para que coincidie­
ran con la Conferencia Panamericana
de La Habana, atando las manos de
los negociadores colombianos, quie­
nes debieron consultar todos los
acuerdos al Congreso Cafetero. rreno la hipótesis de que, con una gue­ Los dirigentes de la
Las deliberaciones de la Conferen­ rra de precios, dicho país volvería a re­ Federación Nacional de
cia de La Habana fueron muy comple­ cuperar la participación que había per­ Cafeteros durante el
jas, no sólo por el escaso poder de ne­ dido en el mercado mundial. Final­ Congreso Cafetero
gociación de los delegados colombia­ mente, después de siete años de sos­ de agosto de 1938,
que tuvo influencia
nos y la ausencia de consenso sobre la tener el mercado cafetero, muchos decisiva en las
conveniencia de un nuevo acuerdo en sectores en Brasil no aceptaban la po­ resoluciones
el país, sino además por la evolución sibilidad de seguir defendiendo unila­ de la Conferencia
de los precios del café desde que la Fe­ teralmente el precio del café. Panamericana de
deración suspendió su intervención en Así las cosas, las posiciones de am­ La Habana, en la cual
se rompió el común
marzo de 1937. Las cotizaciones de bos países eran lo suficientemente dis­ acuerdo entre
Santos 4 en Nueva York se mantuvie­ tantes como para impedir la prolon­ Brasil y Colombia;
ron relativamente elevadas, alrededor gación del pacto. La ruptura definitiva son ellos: Pedro
de 11.5 centavos de dólar por libra, no ocurrió, sin embargo, en La Ha­ Uribe Mejía,
pero el precio del café Manizales se si­ vicepresidente,
bana, sino dos meses después en Nue­ Mariano Ospina Pérez,
tuó por debajo de 12 centavos, de tal va York, donde continuaron las ne­ presidente,
forma que el diferencial entre los dos gociaciones entre los dos países. A co­ y Alberto Camilo Suárez,
tipos de café prácticamente desapare­ mienzos de noviembre de 1937, Brasil segundo vicepresidente.
ció; en el interior del país, los precios anunció su nueva política de libre co­
reaccionaron en abril y junio, después mercialización del café, reduciendo
del pánico generado por la suspensión los impuestos de exportación, aunque
de compras de la Federación. La de­ continuando con la política de destruir
saparición del diferencial entre los ca­ parte de los excedentes.
fés colombianos y brasileños fue inter­
pretada en formas completamente di­ El Acuerdo Interamericano
ferentes en ambos países. En Colom­ y el Fondo Nacional del Café
bia se argumentó que la presión bajis­
ta de los precios en el mercado La «guerra del café», como se deno­
mundial se concentró en los cafés co­ minó a la nueva política brasileña, no
lombianos, ya que los compradores no tuvo grandes repercusiones en Colom­
creían que la Federación sostendría bia. Después de una caída inicial de
los precios. En Brasil, por el contra­ unos seis meses, los precios del café
no, se creyó que una situación de esta colombiano se recuperaron y, en con­
naturaleza conduciría al desplaza­ tra del objetivo brasileño, la partici­
miento gradual de los cafés brasileños pación de nuestro país en las impor­
del mercado. Fue además ganando te- taciones norteamericanas no sufrió
256 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

cambios apreciables. Brasil logró con­ de los primeros años de la crisis (cua­
quistar una mayor proporción del dro 6).
mercado de Estados Unidos a costa de La segunda guerra mundial generó
los países centroamericanos, pero sa­ poco después un pánico en el merca­
crificando significativamente los pre­ do. Los precios del café colombiano se
cios de su grano. No obstante, la gue­ redujeron de 12.3 centavos de dólar
rra de precios demostró que la sobre­ por libra en mayo-septiembre de 1939
producción continuaba dominando el a 7.5 centavos en agosto de 1940. Esta
panorama cafetero mundial a fines de última cotización era la más baja des­
los años treinta. Por este motivo, no de comienzos del siglo. En el frente in­
es sorprendente que los precios del terno, la crisis cafetera generó una se­
café no hayan participado en la recu­ rie de medidas de defensa de los pro­
peración de los precios internacionales ductores. Como había acontecido en
de materias primas en la segunda mi­ 1932, el gobierno decretó una bonifi­
tad de la década del treinta. De hecho, cación cambiaría a cargo del gobierno
los términos de intercambio cafeteros durante ocho meses a partir de mayo
(es decir, la relación entre las cotiza­ de 1940, que era equivalente a un
ciones internacionales del grano y los 12 % del precio interno del grano.
precios de las importaciones de Co­ Fuera de ello, redujo las tasas de in­
lombia) se redujeron en 1935-39 en un terés de la Caja Agraria, el Banco
14 % con relación a los niveles ya de­ Agrícola Hipotecario y las tasas de re­
primidos de 1930-34. Internamente, la descuento del Banco de la República,
situación era aún peor, ya que la ero­ refinanció todas las deudas de los ca­
sión de la devaluación de 1933-35 re­ feteros e inició una nueva oleada de
forzó la evolución de las cotizaciones compra de los excedentes de produc­
internacionales para producir una ción, que acrecentó las existencias en
fuerte caída de los precios reales del poder de los Almacenes Generales de
grano. En 1938-39 dichos precios Depósitos en unos 200.000 sacos entre
eran, no sólo un 27 % más bajos que septiembre de 1939 y octubre de 1940.
en 1934-35, sino 19 % inferiores a los En el frente externo, a pesar de la

Firmantes del acuerdo


cafetero entre Brasil
y Colombia, Nueva York,
diciembre de 1936:
Alfredo García Cadena,
Eurico Penteado,
E. Scholtz y, de pie,
Miguel Samper,
E. J. Nolan, Raoul
Arnolds, José Balcells,
Jaime J. Garzón
y Alberto Ortega.
Capítulo 10 257

oposición de Mariano Ospina Pérez y Sede de la oficina


otros sectores, el gobierno y la Fede­ cafetera de Colombia
ración apoyaron la firma del Acuerdo en Washington, 1935.
Interamericano de Café en 1940.
El impacto de la guerra sobre las ex­
portaciones de café era, sin duda, me­
nor en Colombia que en otros países
latinoamericanos, debido a la gran de­
pendencia de nuestro país del merca­
do norteamericano. En efecto, mien­
tras en Colombia el 19 % de las ex­
portaciones del grano se destinaban al
mercado europeo (cuadro 5), para el
conjunto de América Latina esta pro­
porción era el doble. No obstante, la
tendencia depresiva de los precios in­
ternacionales se extendió al café co­
lombiano, según hemos visto. En ra­
zón de esta situación y del evidente
contenido político de un tratado de su
naturaleza a comienzos de la guerra,
Colombia apoyó las negociaciones
para constituir un Acuerdo Interame­
ricano, que se iniciaron en junio de
1940 en Nueva York en el marco de la indefinidamente la cuota en caso de
Tercera Conferencia Panamericana de escasez del grano, pero por otra parte
Café y terminaron el 28 de noviembre una reducción de las cuotas básicas su­
del mismo año. perior al 5 % requería de un voto uná­
nime de Estados Unidos y los países
A diferencia del pacto de 1936, el productores.
nuevo acuerdo estableció un sistema Los precios internacionales del café
de cuotas para los países exportadores comenzaron a recuperarse en octubre
y no precios mínimos para los diferen­ de 1940, anticipando que un acuerdo
tes granos. Fuera de ello, incorporó al exitoso sería firmado próximamente, y
principal país consumidor (Estados ya a mediados del año siguiente ha­
Unidos) como parte integral del con­ bían llegado a 15.9 centavos de dólar
venio. Esta participación garantizaba por libra para el café colombiano, más
la colaboración de los países produc­ del doble del nivel alcanzado durante
tores, que de otra forma quedaban ex­ los meses críticos (agosto y septiembre
cluidos del único mercado importante de 1940). Esta situación condujo a
mientras perdurara el conflicto bélico. protestas severas por parte de los con­
Las cuotas no se fijaron con base en la sumidores y de la Oficina de Admi­
producción del país o en su reciente nistración de Precios del gobierno de
participación en el mercado nortea­ los Estados Unidos. Las sucesivas am­
mericano, sino con base en un com­ pliaciones de las cuotas finalmente es­
plejo proceso de negociación. En el tabilizaron los precios en junio de di­
caso colombiano, la cuota (3.150.000 cho año.
sacos) representaba cerca del 80 % de La entrada de los Estados Unidos a
las exportaciones promedio de los cin­ la guerra el 7 de diciembre de 1941 ge­
co años anteriores. La cuota global neró nuevos problemas. Para evitar
para el primer año cafetero (octubre que este evento produjera una nueva
de 1940 a septiembre de 1941) fue de ola alcista, el 11 de diciembre el go­
15.9 millones de sacos. Debido al sis­ bierno norteamericano fijó unos pre­
tema de votación establecido, Estados cios máximos tentativos para las com­
Unidos tenía la facultad de aumentar pras de café. El 29 de diciembre se es-
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
258

tablecieron los precios definitivos, que República de 5 centavos por dólar


en el caso del café Manizales eran de que a la tasa de cambio de la época era
15.9 centavos de dólar por libra, un ni­ de un poco menos del 3 %, y (c) un
vel similar al de mediados del año. impuesto propiamente cafetero, que
La campaña submarina alemana en la- consistía en la obligación de vender a
costa atlántica norteamericana y en 1 peso las divisas que se obtuvieran
el Caribe generó severos problemas por aquellas ventas del grano que su­
de abastecimiento desde comienzos de peraran un precio básico de 9 centavos
1942, que afectaron especialmente a de dólar por libra; a la tasa de cambio
las exportaciones brasileñas. Aunque corriente (1.75 pesos), el impuesto era
este problema comenzó a disminuir a del 43 % sobre los ingresos correspon­
finales de 1942, sólo desapareció a me­ dientes. Aunque tenía la forma de un
diados del año siguiente. Gracias a su diferencial cambiado, este impuesto
mejor acceso al mercado norteameri­ se parecía más a lo que más tarde se
cano, Colombia y los países centroa­ denominó la retención cafetera, ya
mericanos se beneficiaron de estos que éste era precisamente su propó­
acontecimientos, ya que los subem­ sito. Como los precios internacionales
barques brasileños obligaron a decre­ superaron rápidamente este precio bá­
tar varios aumentos de las cuotas glo­ sico, el impuesto pronto se tornó
bales. En compensación, la Corpora­ cuantioso. Según se aprecia en el cua­
ción de Crédito Comercial de los Es­ dro 6, durante los años en que estuvo
tados Unidos compró aquellas partes en plena vigencia (1942-43) representó
de las cuotas brasileñas de los años ca­ el 20.9 % de los precios externos del
feteros 1941-42 y 1942-43 que no pu­ grano.
dieron transportarse. Fuera de ello,
desde agosto de 1942 se establecieron La creación del Fondo Nacional del
precios máximos para la venta interna Café exigió otras medidas paralelas.
de café en los Estados Unidos y se es­ En primer término, fue necesario am­
tableció el racionamiento del grano pliar sustancialmente la capacidad de
entre fines de noviembre de dicho año los Almacenes Generales de Depósi­
y julio de 1943. Los años siguientes to. A fines de la guerra, dicha capa­
fueron menos agitados. El problema cidad había llegado a 3.4 millones de
de abastecimiento desapareció gra­ sacos de café pergamino (es decir, sin
dualmente y, a pesar de la presión de trillar, ya que el café se almacena en
los países productores, los precios re­ ese estado), equivalente casi a la mi­
gulados se mantuvieron invariables tad de la producción del país en un
hasta después de terminado el conflic­ año. La red de agentes de la Federa­
to bélico. ción en los mercados locales se amplió
paralelamente con las compras inter­
La implementación del Acuerdo In­ nas de la Federación. Por otra parte,
teramericano exigió internamente un se estableció el registro de los contra­
esfuerzo de retención de la cosecha tos de venta, un plazo máximo de 30
muy superior al del pacto con Brasil días para hacer uso de las licencias de
en 1936, una de cuyas debilidades ha­ exportación y precios mínimos para
bía sido la falta de recursos financie­ las ventas al exterior, para controlar la
ros, según hemos visto. Para garanti­ comercialización externa, garantizar
zar los ingresos necesarios, en noviem­ el reintegro de divisas y evitar que se
bre de 1940 se creó el Fondo Nacional evadiera el impuesto a las exportacio­
del Café, de cuya administración se nes del grano. Finalmente, en 1941, se
encargó a la Federación Nacional de estableció el impuesto de pasilla, que
Cafeteros. Los ingresos del Fondo tu­ obligaba a los exportadores a vender
vieron inicialmente tres orígenes: (a) a la Federación a un precio bajo gra­
una emisión de bonos por 10 millones nos de poca calidad (pasillas y ripios)
de pesos; (b) un impuesto sobre todos por el equivalente al 6 % de la canti­
los giros emitidos por el Banco de la dad exportada. Esta medida buscaba
Capítulo 10 259

mejorar la calidad de los granos ex­ gran escala de la Federación en el


portados y contribuir a financiar las mercado interno redujo el margen de
campañas de sanidad rural de la Fe­ comercialización, trasladando así a los
deración. productores una mayor proporción del
Los recursos y la magnitud de la in­ precio externo neto de impuestos
tervención de la Federación en el mer­ (cuadro 6). La reducción y elimina­
cado se ampliaron considerablemente. ción del impuesto a las exportaciones
Los ingresos del Fondo fueron de 18.9 de café en 1943 y comienzos de 1944
millones de pesos en 1941, 32.9 en permitieron aumentar aún más el pre­
1942 y 28 en 1943, montos considera­ cio interno del grano. No obstante, la
blemente superiores al escaso millón elevación de los precios fue sólo lige­
de pesos anuales con que contó para ramente superior a la elevada infla­
la intervención en 1936-37. Gracias a ción que experimentó la economía co­ Manuel Mejía
la red de almacenes y agentes, la Fe­ lombiana durante los años de la gue­ Jaramillo,
deración pudo adquirir en 1941 y 1942 rra. Por este motivo, los precios reales, gerente general
unos 2 millones de sacos de café per­ de la Federación
del café permanecieron muy deprimi­ Nacional de
gamino cada año (1.6 millones de sa­ dos, a niveles apenas superiores a los Cafeteros
cos de café verde), es decir, el 30 % de los años críticos 1938-41. entre 1937 y 1958
de la producción nacional. Aunque (año de su muerte),
gran parte de este café se logró ex­ y figura destacada
portar, entre octubre de 1940 y sep­ La posguerra del sector
tiembre de 1942 se almacenaron exis­ cafetero durante
Como es típico en el mercado cafete­ dos décadas.
tencias de 2 millones de sacos. ro, después del ciclo de sobreproduc­
Los precios del grano fueron, sin ción de los años treinta y comienzos de
embargo, superiores a los previstos los cuarenta sobrevino una fase en la
inicialmente y la magnitud de la acu­ cual la producción tendió a quedarse
mulación de existencias inferior, gra­ rezagada con respecto al consumo. La
cias a las dificultades de transporte reducción del área sembrada en Brasil
que tuvo el Brasil en 1942 y 1943. Esto y los enormes esfuerzos de este país
permitió que las compras de la Fede­ por destruir sus excedentes en los años
ración se redujeran y que la entidad treinta generaron, en efecto, una re­
gremial comenzara a disminuir sus in­ ducción de la producción mundial en­
ventarios desde 1943. El impuesto a tre los años treinta (unos 34 millones
las exportaciones de café se redujo en de sacos) y la primera década de la
junio y noviembre de 1943 y en febre­ posguerra (30 millones). A pesar de
ro de 1944 desapareció el gravamen. que el consumo europeo sólo se re­
Durante estos años, el Fondo Nacio­ puso lentamente (únicamente en la se­
nal del Café acumuló el nada despre­ gunda mitad de la década del cincuen­
ciable patrimonio de 88 millones de ta se lograron de nuevo los niveles ab­
pesos, es decir, lo equivalente a más solutos de consumo anteriores a la
de la mitad de los ingresos del gobier­ guerra) y las importaciones nortea­
no en la época. Fuera de ello, el grano mericanas comenzaron a flaquear, los
almacenado se revalorizó considera­ precios internacionales aumentaron
blemente con los eventos posteriores. rápidamente, hasta quintuplicar en
Esto le permitió a la Federación ini­ 1954 los niveles de la segunda guerra
ciar la posguerra con una gran capa­ mundial (gráfico 3). Este proceso se
cidad financiera, según veremos más reflejó en el país en aumento de los
adelante. precios internos reales del grano
La elevación de las cotizaciones in­ de más de 150 % entre los años de la
ternacionales permitió aumentar los guerra y la bonanza de 1954-55
precios internos del grano desde fines (cuadro 6).
de 1940 por encima de los montos muy El alza en los precios dependió de
deprimidos en que se encontraban en­ una secuencia de coyunturas favora­
tonces. Más aún, la intervención en bles. En el año cafetero 1945-46 los
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
260

aumentos fueron negociados entre Es­ incrementó al 80 % al retirarse Ve­


tados Unidos y los países productores nezuela en 1953) y la creación del
en el marco del Acuerdo Interameri­ Banco Cafetero en este último año. La
cano. Después de la liberación de los creación de la flota satisfacía la vieja
precios en octubre de 1946, las coti­ aspiración de los cafeteros de romper
zaciones internacionales se elevaron el control del transporte del grano a
rápidamente. Lo mismo aconteció los mercados de consumo, que cons­
como consecuencia de los problemas tituía la base de la dominación extran­
climáticos que experimentaron varios jera sobre el negocio de exportación,
países productores a fines de 1949 y de según hemos visto.
la acumulación precautelativa de in­ La intervención en el mercado in­
ventarios que se presentó en junio de terno se redujo sensiblemente en los
1950 a raíz de la ruptura de hostilida­ primeros años de la posguerra, como
des en Corea. El fin de la bonanza es­ era de esperarse en un mercado de
tuvo marcado por la especulación que vendedores. No obstante, las cortas
sucedió a la helada brasileña de me­ crisis que se presentaron durante 1947
diados de 1953. y 1952 obligaron a la Federación a
Ya a fines de 1954 comenzaron a acrecentar sus compras internas y acu­
flaquear los precios internacionales. mular inventarios del grano. Mucho
Después de un fortalecimiento tem­ más decisiva fue la creciente partici­
poral durante 1956, los precios conti­ pación de la Federación en la comer­
nuarían su tendencia a la baja, inician­ cialización externa del grano en la pos­
do así un nuevo ciclo de sobreproduc­ guerra, según vimos en una sección
ción. A comienzos de la década del se­ anterior. Siguiendo un patrón que se
senta, los precios internacionales ha­ había iniciado en los años treinta, la
bían descendido a la mitad de su nivel Federación suscribió a fines de los
de bonanza (gráfico 3). Los países la­ años cuarenta y comienzos de los cin­
tinoamericanos comenzaron a suscri­ cuenta convenios de compensación
bir una serie de acuerdos de corta du­ con Alemania Occidental, Holanda,
ración desde fines de 1954, que no lo­ Finlandia, Italia, Suecia, Francia, Di­
graron frenar esta tendencia. Estos namarca, España y Argentina, entre
pactos dieron paso a los convenios otros países. La mayoría de estos con­
más amplios de 1958 y 1959, suscritos venios desapareció a mediados de los
por el mismo grupo de países, y al cincuenta o poco después, cuando los
Acuerdo Internacional de 1962. países europeos retornaron al multi-
lateralismo y a la Ubre convertibilidad
En el frente interno, el hecho más de sus monedas (España fue una ex­
importante fue, sin duda, el surgi­ cepción notable, sin embargo). No
miento de la Federación como grupo obstante, la Federación debió inten­
financiero, gracias a los excedentes ge­ sificar sus acciones de comercializa­
nerados durante la guerra. Estos re­ ción desde fines de la década de los
cursos se utilizaron para ampliar las años cincuenta, para superar los lími­
inversiones cafeteras en la Caja Agra­ tes que representaba un mercado nor­
ria, para aportar el 50 % del capital teamericano cada vez menos dinámi­
del Instituto Nacional de Abasteci­ co. Al mismo tiempo, se iniciaron una
mientos (el antecesor del IDEMA), nueva serie de convenios de trueque y
para establecer la empresa fluvial Na- compensación con los países socialis­
venal en 1944 y la Compañía Agrícola tas.
de Seguros en 1952 y para adquirir bo­
nos de los gobiernos nacional y depar­ Conviene anotar, finalmente, que
tamentales. Los pasos más significati­ los agitados eventos cambiarios de la
vos fueron la creación de la Flota Mer­ posguerra generaron nuevas protestas
cante Grancolombiana en 1946, en la de los cafeteros contra la discrimina­
cual el Fondo Nacional del Café apor­ ción a la que en todos los casos estu­
tó el 45 % del capital inicial (que se vieron sujetos. La creación de un tipo
Capitulo 10 261

Mapa cafetero de
Colombia, editado
por la Federación
en 1933, como
complemento del
censo cafetero
realizado el año
anterior.

de cambio libre a mediados de 1948, del mismo año se elevó la proporción


que se aplicó a la mayor parte de las que se compraba al tipo de cambio
exportaciones no cafeteras, generó las más alto hasta un 40 %, y se deter­
primeras protestas. Éstas continuaron minó que este porcentaje se elevaría
durante el año siguiente, a pesar de en 1.5 puntos mensuales, hasta alcan­
que la devaluación de diciembre de zar el 100 %.
1948 (de 1.75 a 1.95 pesos) favoreció La controversia se acrecentó duran­
a los cafeteros. Los reclamos fueron te los años de bonanza, ya que el go­
aún más enérgicos después de la de­ bierno del general Rojas Pinilla deci­
valuación de marzo de 1951 que esta­ dió suspender en enero de 1954 el
bleció el primer diferencial cafetero de ajuste gradual del tipo de cambio ca­
la posguerra, al determinar que sólo fetero y estableció en marzo del mis­
un 25 % de las exportaciones del gra­ mo año un impuesto a las exportacio­
no se beneficiaría con la nueva tasa nes del grano, equivalente al 50 % de
de cambio (2.50 pesos). Debido a la los ingresos que superaran un precio
presión de los cafeteros, en octubre básico de 68 centavos de dólar por li-
262 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

bra; estos recursos se destinaron ini­ que la devaluación de este último año
cialmente al fomento eléctrico y side­ permitió mantener los precios internos
rúrgico. De nuevo por presión del gre­ del grano a niveles reales comparables
mio, el precio básico se elevó en mayo a los del período de bonanza (cuadro
de 1954 a 74.5 centavos y sus recursos 6). En los años posteriores, la polé­
se destinaron a capitalizar el Banco mica entre el gremio y el gobierno se
Cafetero. Sin embargo, con la baja en tornó aún más ardua, ya que la baja
las cotizaciones a fines de 1954 desa­ en los precios externos y los sucesivos
parecieron tanto el impuesto como el diferenciales cambiarlos ya no tuvie­
diferencial cafetero. ron como contrapartida una devalua­
El reestablecimiento del cambio li­ ción real de la moneda. Los precios in­
bre desde 1955 y el impuesto del 15 % ternos del grano comenzaron así a re­
a las exportaciones establecido por la zagarse en el proceso inflacionario que
Junta Militar en 1957 dieron nuevas experimentó el país en la década del
oportunidades de protesta, a pesar de sesenta.

Bibliografía
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PALACIOS, MARCO. El café en Colombia, 1850-1970: Una historia económica, social y política,
2.a ed., México-Bogotá: El Colegio de México-El Áncora Editores, 1983.
Capítulo 11 263

El café desde el Frente Nacional


Juan Manuel Santos Calderón

L a restauración de la democracia
en Colombia, después de la caída
del general Rojas Pinilla, coincidió
con un relevo en la gerencia de la Fe­
deración Nacional de Cafeteros. Lue­
go de la muerte de Manuel Mejía
—quien durante veintiún años ocupó
la gerencia de la Federación— pasó a
dirigir los destinos cafeteros del país
Arturo Gómez Jaramillo. Al nuevo
gerente, oriundo también de Maniza-
les y formado en la escuela del célebre
don Manuel (había sido su funcionario
durante doce años), le correspondió
introducir una serie de cambios en la
política cafetera que habrían de tener
hondas repercusiones en el manejo del
principal producto de exportación y
mayor generador de empleo de la eco­
nomía colombiana, y, por ende, el de como bien se sabe, representa el se­ El presidente Guillermo
mayor incidencia en el desarrollo eco­ gundo renglón más importante (des­ León Valencia con
nómico del país. pués del petróleo) en el comercio in­ Arturo Gómez Jaramillo,
gerente general de la
El aspecto más sobresaliente de la ternacional de productos básicos. La Federación Nacional de
política cafetera después de la llegada política cafetera en este período tam­ Cafeteros (1958-1983),
del doctor Gómez Jaramillo a la ge­ bién se caracterizó —en parte como Hernán Jaramillo
rencia de la Federación, es el que se consecuencia de los acuerdos interna­ Ocampo
refiere a los Acuerdos Internaciona­ cionales— por cambios en la produc­ y Gilberto Arango
Londoño.
les. Estos acuerdos buscan ordenar el ción de café y la modernización de
comercio mundial del grano que, buena parte de las áreas sembradas,
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
264

Primera Conferencia
Internacional sobre
Producción y Comercio
del Café, reunida en
Nueva York, en 1901,
a la cual no asistió
Colombia por causa de
la guerra de los
Mil Días. Se intentó
allí racionalizar
y ordenar el mercado
internacional
del grano.

así como por la introducción en la Al sembrar una planta es necesario es­


práctica de la diversificación cafetera perar de dos a tres años para que co­
y por el fortalecimiento no sólo de los mience a producir. La inversión en
instrumentos de manejo que tienen a términos de tiempo y de dinero es por
su disposición las autoridades cafete­ consiguiente relativamente alta, lo
ras para regular el comercio del grano, cual determina que cualquier produc­
sino de la Federación misma como or­ tor piense dos veces antes de proceder
ganismo encargado de velar por los in­ a sustituir su cafetal por otro cultivo
tereses y el bienestar de los cafeteros. que parezca más rentable. En las épo­
cas de precios bajos el cafetero prefie­
La política re más bien reducir sus costos (lo cual
cafetera internacional. consigue al disminuir insumos y ferti­
lizantes) con la esperanza de que en
Teoría de los acuerdos un futuro los precios vuelvan a ser más
El café, como la mayoría de los pro­ atractivos. Con un mínimo de cuidado
ductos básicos, afronta el problema de y un menor costo el cafetal, de todas
la inestabilidad de sus precios. La eco­ formas, algo produce, particularmente
nomía cafetera mundial se ha carac­ en el caso de los cultivos tradicionales.
terizado por sus ciclos variables: a pe­ La consecuencia de esta situación
ríodos de precios relativamente altos sui generis de la producción cafetera es
siguen épocas —generalmente más una oferta potencial lista a reaccionar
largas— de precios deprimidos, hasta apenas se sienta motivada por precios
que la oferta y la demanda vuelven a más atractivos. La demanda, por el
equilibrarse. A partir de ese momen­ contrario, crece muy lentamente. El
to, cualquier fenómeno —como serían café se consume primordialmente en
una helada, una sequía o inclusive una los países industrializados; es una be­
guerra— produce nuevamente un alza bida tradicional que no responde a la
en los precios del grano, y así sucesi­ fluctuación de los precios (a menos
vamente. que se presenten alzas o bajas dema­
Los períodos de precios bajos tien­ siado bruscas) y sus adictos aumentan
den a ser más prolongados que las muy poco año tras año. Por esta razón
épocas de bonanza, por las caracterís­ se ha dicho siempre que el café sufre
ticas mismas de la producción de café. de un problema estructural de sobre­
Capítudo 11 265

producción que sólo corrige esporá­ sido causada por los altos precios de
dicamente por fenómenos como el de finales del siglo pasado. En ese mo­
las heladas. mento el comercio mundial no llegaba
Los problemas de sobreproducción a 14 millones de sacos, mientras que
y de inestabilidad en los precios les la oferta (producción más inventarios)
acarrean tremendas dificultades a los superaba los 50 millones de sacos de
países exportadores. No sólo tienen 60 kilos. De esa reunión no salió nada
que vivir de la venta de un producto y Colombia ni siquiera pudo asistir por
cuyo precio tiende a ser cada vez más los problemas de la guerra civil que
bajo frente al de los bienes que tiene entonces libraban conservadores y li­
que importar (lo que los economistas berales.
llaman términos de intercambio ne­ Durante los años treinta se congre­
gativos), sino que no se puede hacer garon varias veces los principales pro­
ningún tipo de planificación de su eco­ ductores latinoamericanos, con Brasil
nomía, porque nunca se sabe cuál va a la cabeza, siempre con el mismo ob­
a ser el ingreso por concepto de sus ex­ jetivo: ordenar el mercado. Se logra­
portaciones. Los planes de desarrollo ron inclusive algunos acuerdos que du­ III Conferencia
se convierten, entonces, casi en un raron poco, pero que sentaron las ba­ Panamericana del Café,
juego de azar. ses de los convenios futuros. En esa Hotel Waldorf,
época ya se hablaba de los problemas de Nueva York,
que hoy siguen siendo motivo de dis­ julio de 1940.
Medio siglo de antecedentes Sentados: Rafael A.
cusión: cuotas, calidades, políticas de Espaillat (República
Estas dificultades han sido el principal producción, paridades de precios en­ Dominicana),
motivo para que los países exporta­ tre los diferentes tipos de café, pro­ Manuel Mesa
dores traten de ponerse de acuerdo a paganda para aumentar el consumo, (México), Guillermo
fin de racionalizar y ordenar el mer­ etc. Colombia participó activamente Tunnermann
(Nicaragua),
cado internacional del café. Fueron en todas las reuniones. Manuel Mejía Jaramillo
muchísimos los intentos que se hicie­ Al estallar la segunda guerra mun­ (Colombia), Roberto
ron antes de 1958. El primero de ellos dial, se cerraron los mercados euro­ Aguilar (El Salvador),
data de 1901, cuando se reunió en peos, que compraban el 40 % de las Eurico Penteado (Brasil),
Nueva York la Primera Conferencia exportaciones de café de América La­ Abel La Croix (Haití).
Detrás de Mejía aparecen
Internacional sobre Producción y Co­ tina. Esto produjo una baja vertigi­ Leonidas Londoño,
mercio del Café para estudiar la situa­ nosa en el precio del grano (llegó a 5 Sinforoso Ocampo
ción de sobreproducción que había centavos de dólar por libra) al concen- y Rafael Parga Cortés.
266 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

trarse la oferta en el único mercado que los acuerdos se pudieran cumplir.


accesible, que era el de Norteamérica. Muchos de los exportadores ni siquie­
La crisis creó un sentimiento de soli­ ra tenían la infraestructura interna
daridad hemisférica y la administra­ para hacer cumplir los compromisos
ción Roosevelt promovió la firma del que sus gobiernos asumían. Los pactos
Convenio Interamericano del Café en­ entre productores —por falta de au­
tre catorce países latinoamericanos y todisciplina— estaban destinados a
Estados Unidos. Fue el primer pacto fracasar, como en efecto fracasaron
de cuotas con la participación de un los que hasta ese momento se habían
país importador. El convenio funcionó suscrito.
bien hasta el final de la guerra y es in­
teresante anotar que para poder cum­ 1958: año crucial
plirlo se creó en 1940, bajo la admi­
nistración Santos, el Fondo Nacional El año 1958 fue clave en la evolución
del Café, que constituyó —y consti­ hacia un verdadero Acuerdo Interna­
tuye todavía— instrumento funda­ cional del Café. En octubre del año
mental de la política cafetera colom­ anterior se había suscrito el llamado
biana. Acuerdo de México, en donde por pri­
La posguerra trajo una época de mera vez se trató de coordinar las po­
prosperidad. Se reabrieron los mer­ líticas de comercialización y se sondeó
cados europeos, y el consumo en los el mecanismo de retención cafetera
Estados Unidos se incrementó consi­ entre un grupo importante de países.
derablemente. Los precios reacciona­ Otro objetivo del Convenio de México
ron y al presentarse una helada en el fue el de tratar de acelerar las gestio­
Brasil, en 1953, las cotizaciones se dis­ nes para convocar una Conferencia
pararon hasta alcanzar 1 dólar por li­ Mundial que estudiara la creación de
bra, nivel en ese entonces sin prece­ un organismo a nivel internacional.
dentes. Fue así como en enero de 1958 se creó
Durante dicho período y en los años la Organización Internacional del
subsiguientes se realizaron varias ac­ Café. En las discusiones participaron
ciones de mercado entre los principa­ no sólo las áreas caficultoras de África
les países latinoamericanos. Al prin­ y Asia (colonias todavía en su mayoría
cipio se trataba simplemente de man­ y por consiguiente representadas por
tener los precios a niveles remunera­ países europeos), sino que enviaron
tivos; pero después de 1957, y en vista observadores naciones consumidoras
del rápido incremento de la produc­ de gran importancia como Estados
ción mundial —motivada por los altos Unidos, Alemania Occidental, Norue­
precios— los exportadores se reunie­ ga, Italia y Gran Bretaña. Poco a poco
ron con otra preocupación en mente: la toma de conciencia sobre la nece­
encontrar fórmulas que evitaran el co­ sidad de disciplinar el mercado cafe­
lapso del mercado y otro largo ciclo de tero se extendía a otros hemisferios di­
precios deprimidos. ferentes de América Latina.
En esta serie de reuniones y de pac­ En esa ocasión se creó toda una or­
tos que comenzó con la Quinta Con­ ganización institucional que incluía
ferencia Panamericana del Café —rea­ hasta la financiación de sus gastos me­
lizada en enero de 1954 en Curitiba, diante contribuciones obligatorias de
Brasil— y terminó con el Convenio 25 centavos de dólar por cada saco de
Latinoamericano del Café «Pacto de café exportado. Infortunadamente,
Retención», suscrito en Washington aunque se logró diseñar una estructura
en septiembre de 1958, los países pro­ muy completa, no se llevaron a cabo
ductores de café tomaron conciencia acciones concretas para manejar el
de que por sí solos no podían discipli­ mercado, que en ese momento corría
nar el mercado. Necesitaban la cola­ gran peligro. La cosecha mundial en
boración de los consumidores para 1958 alcanzaba los 52 millones de sa-
Capítulo 11 267

cos, mientras que el consumo se esti­ Los países africanos defendían un sis­
maba en sólo 38 millones. Era nece­ tema de cuotas fijas que se le asigna­
sario, por consiguiente, acordar un sis­ rían a cada país exportador. Las me­
tema capaz de prevenir el colapso de trópolis de las colonias africanas res­
las cotizaciones. Surgió como conse­ paldaban este sistema, pero querían
cuencia el Pacto de Retención, que que su consumo no quedara restrin­
suscribieron sólo los latinoamericanos gido por las cuotas. Los latinoameri­
por diferencias con el sector africano. canos preferían un sistema de reten­
Las negociaciones que concluyeron ción, es decir, que cada país guardara
en el Pacto de Retención se llevaron a un porcentaje determinado de su co­
cabo en Washington, y el foro que se secha. No se logró un acuerdo y los
utilizó fue el llamado Grupo de Estu­ países latinoamericanos decidieron
dio de Café, creado por instancias de que ellos solos harían el esfuerzo,
Brasil y Colombia y con el auspicio de por un año, de retener parte de sus
los Estados Unidos. Las discusiones cosechas.
estuvieron presididas por el subsecre­ El Grupo de Estudio de Café con­
tario de Asuntos Económicos del De­ tinuó en forma simultánea sus discu­
partamento de Estado y en ellas par­ siones. Se necesitaba no sólo otro con­
ticiparon la gran mayoría de los países venio que reemplazara el Pacto de Re­
exportadores e importadores de café. tención, sino que los esfuerzos para
La principal discrepancia se presentó disciplinar el mercado se extendieran
en torno a los mecanismos para res­ a todas las áreas productoras. Este ob­
tringir la oferta del grano al mercado. jetivo se logró finalmente en septiem-

Cuadro 1

Renovaciones y nuevas siembras del área cafetera colombiana.


Años cafeteros (1959/60-83/84)
Renovaciones Nuevas siembras Total tecnificado
Años
ha. % ha. % ha. %

59/60-63/64 12.2 74 4.2 26 16.4 100


64/65-68/69 26.8 74 9.6 26 36.4 100
59/60-68/69 39.0 74 13.8 26 52.8 100
69/70-73/74 76.9 78 21.9 22 98.8 100
74/75-78/79 123.6 58 90.6 42 214.2 100
69/70-78/79 200.5 64 112.5 36 313.0 100
79/80-83/84 101.4 76 32.0 24 133.4 100
59/60-83/84* 340.9 68 158.3 32 499.2 100
*83/84: Octubre/83-Julio/84
Fuente: Subgerencia General Técnica. Federación Nacional de Cafeteros.
Estudios Económicos. Septiembre 28 de 1984.
268 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

bre de 1959, cuando diecisiete países


de África y América Latina, que re­
presentaban más del 85 % de la pro­
ducción mundial, llegaron a un arreglo
en torno a tres puntos concretos: fijar
cuotas de exportación (la tesis africa­
na), dividir la oferta por trimestres y
hacer propaganda para aumentar el
consumo de café. Este acuerdo se de­
nominó Convenio Internacional a
Corto Plazo.
Faltaba la participación de los paí­
ses consumidores para cerrar el círculo
y lograr, por fin, un control efectivo
del mercado cafetero. Hasta ese mo­
mento los países consumidores, y en
especial Estados Unidos, se habían
mostrado reticentes a ingresar formal­
mente en un convenio que interfiriera
con la libre oferta y demanda y elevara
artificialmente los precios del café. Se
requirió un cambio de mentalidad en
las autoridades norteamericanas y fue
el presidente Kennedy, dentro del es­
píritu de la Alianza para el Progreso,
quien le dio luz verde a la participa­
ción de los Estados Unidos en las ne­
gociaciones del Primer Convenio In­
ternacional del Café.
El Grupo de Estudio había sido co­
misionado para fijar las bases de un

Mariano Ospina Péreí


y el presidente Cuadro 2
Misael Pastrana
durante un homenaje
a Arturo Gómez
Jaramillo en el Colombia-Área sembrada con café
Banco Cafetero, Años cafeteros (1955/56,70/71, 80/81 y 83/84)
marzo de 1974.

55/56 70/71 80/81 81/82 83/84

Técnica Miles ha. % Miles ha. % Miles ha. % Miles ha. % Miles ha. %

Tradicional 769 100 1.049 98 666 66 651 64 614 60


Moderna 21 2 344 34. 363 36 404 40
Total 769 100 1.070 100 1.010 100 1.014 100 1.018 100

Fuentes: CEPAL-FAO, El café en América Latina, Colombia-El Salvador, 1958.


Censo Cafetero, 1970; Censo Cafetero, 1980-81.
Subgerencia General Técnica, Federación Nacional de Cafeteros.
Estudios Económicos, Septiembre 28 de 1984.
Capítulo 11___________________________________________________________________________________ 269

Cuadro 3

Consumo per cápita de café de los 15 principales países consumidores


Años cafeteros (1963/64 y 1983/84)
(kilogramos)

63/63 83/84*

Finlandia 11.27 12.89


Suecia 12.12 12.00
Noruega 9.03 11.44
Dinamarca 11.68 11.32
Holanda 5.98 9.03
Bélgica/Luxemburgo 6.79 8.37
Austria 2.48 7.80
República Federal de Alemania 4.43 7.11
Suiza 5.83 5.82
Francia 4.65 5.61
Estados Unidos 7.02 4.73
Canadá 4.07 4.20
Italia 2.20 3.91
Grecia 1.11 2.91
España 1.38 2.82
Estimado
Nota: El orden de los países corresponde al consumo per cápita de 1983/84.

Fuentes: O.I.C. Documentos EB-1305/74 y QSB 31 (enero 2/85); Cálculos: Federacafé Estudios
Económicos. Junio 19/85.

acuerdo a largo plazo. Se creó un co­ Unidas. Los órganos legislativos de


mité de dieciséis países, y bajo la pre­ cada país, por ejemplo, tendrían que
sidencia del jefe de la delegación co­ ratificar los acuerdos mediante una
lombiana, Arturo Gómez Jaramillo, ley. Luego de intensas negociaciones,
se adelantaron las deliberaciones en la treinta y dos países exportadores y
sede de las Naciones Unidas. El acuer­ veintidós países importadores, que re­
do debería tener el carácter de un ver­ presentaban el 95 % del comercio
dadero tratado con todas las implica­ mundial de café, firmaron en septiem­
ciones jurídicas que revisten ordina­ bre de 1962 en la ciudad de Nueva
riamente este tipo de instrumentos ne­ York el Primer Convenio Internacio­
gociados bajo la égida de Naciones nal del Café.
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
270

Convenio de 1962: del convenio. Por otra parte, la im­


portancia misma del comercio cafete­
un acuerdo modelo ro en el ámbito mundial y la depen­
En los diversos acuerdos de productos dencia tan marcada de numerosos paí­
básicos que se han negociado a través ses productores en las exportaciones
de la historia, el del café siempre fue del grano han coadyuvado a mantener
considerado como modelo. No sólo es un espíritu de compromiso y concilia­
el convenio que más ha durado, sino ción. Poco a poco se ha tomado con­
también el de mejores resultados. Las ciencia de lo costoso que resultaría
razones son diversas. Para que un con­ romper el pacto.
venio que busca regular el mercado in­ El convenio tiene como objetivo,
ternacional de un producto básico fundamentalmente, la estabilización
pueda funcionar con efectividad, es de los precios a niveles remunerativos
necesario que controle un porcentaje para los productores y aceptables para
muy alto de su comercio. En el caso los consumidores. Los primeros, sin
del café, los participantes tanto del embargo, buscan que un acuerdo de
sector productor como del consumidor este tipo haga más equitativos los tér­
representaban más del 90 % del mer­ minos de intercambio en su comercio
cado mundial. Además de la peculia­ con los países industrializados. Y es
ridad de ser producido casi en su to­ indudable que los exportadores se be­
talidad por los países del llamado Ter­ nefician con un precio más alto del
cer Mundo, el café tiene también la que podrían obtener en un mercado li­
característica de ser consumido por los bre. La contraprestación para los im­
países industrializados. Esto significa portadores es la garantía del suminis­
que tanto productores como consu­ tro regular de una materia prima que
midores tienen intereses comunes fá­ en otras condiciones podría tener di­
cilmente identificables y no se presen­ ficultades.
tan los problemas y las contradiccio­ Es evidente, desde otro punto de
nes que ocurren cuando se es expor­ vista, que los consumidores hacen par­
tador y consumidor al mismo tiempo. te de este convenio primordialmente
Esto sucede, por ejemplo, en el con­ por razones de tipo político. Desde un
venio del azúcar, donde los Estados ángulo puramente económico, no ha­
Unidos y el Mercado Común Europeo bría razón para que los importadores
son a la vez productores e importa­ participaran en un convenio de esta
dores de azúcar y por consiguiente en­ naturaleza. Otra justificación que se
tran en conflicto los intereses de los menciona con frecuencia es que los
productores nacionales con los del precios relativamente altos represen­
país como miembro importador. tan para los consumidores la creación
Otro aspecto fundamental en el de una demanda externa que favore­
buen desarrollo del Convenio Inter­ cería la exportación de sus propios
nacional del Café ha sido la decisión productos. Un país productor de café
tácita de sus miembros de mantener el que no cuenta con divisas no podrá ser
Pacto Cafetero por fuera de las dis­ cliente de ningún país industrializado.
cusiones de tipo político que con fre­ Es, pues, un acuerdo político y co­
cuencia se promueven en otros orga­ mercial a la vez. Y el hecho de que así
nismos internacionales. La Organiza­ lo interpretan sus miembros ha sido
ción Internacional del Café se dedica fundamental para su buen funciona­
en forma exclusiva a solucionar los miento.
problemas específicos del mercado ca­
fetero. El no haber permitido que se Operación básica
trasladaran las discusiones de política
cafetera a foros como la UNCTAD, es Existen varios tipos de mecanismos
una norma de conducta que también para tratar de estabilizar los precios.
ha contribuido sobremanera al éxito Uno puede ser la intervención directa
271

Cuadro 4

Volumen, valor y valor unitario de las exportaciones de café de los países exportadores miembros de la OIC
Valor en términos
Exportaciones a todo destino constantes Índice 1964 = 100 #
Base 1984
Volumen Valor en Valor Valor de Valor Volumen Valor Valor Índice
Año millones términos unitario en las export. unitario términos unitario de N. Y.
de sacos corrientes términos millones de centavos de constantes términos 1980=100
millones de corrientes dólares dólar libra constantes
dólares centavos de
dólar libra

1964 46.2 2.306 37.7 7.685 125.7 100 100 100 30


1965 43.2 2.114 37.0 7.047 123.2 94 92 98 30
1966 49.4 2.308 35.3 7.445 113.9 107 97 91 31
1967 50.7 2.191 32.7 7.068 105.5 110 92 84 31
1968 54.1 2.368 33.1 7.637 106.7 117 99 85 31
1969 54.9 2.404 33.1 7.512 103.5 119 98 82 32
1970 52.7 3.015 43.2 8.868 127.1 114 115 101 34
1971 53.6 1.675 37.8 7.229 102.0 116 94 81 37
1972 57.9 3.208 41.9 8.227 107.4 125 107 85 39
1973 62.6 4.279 51.6 9.301 112.3 135 121 89 46
1974 54.8 4.184 57.7 7.472 103.0 119 97 82 56
1975 58.0 4.190 54.6 6.651 86.7 125 87 69 63
1976 58.9 8.191 105.2 12.798 164.4 127 167 131 64
1977 47.2 12.229 195.9 17.722 283.8 102 231 226 69
1978 56.2 10.989 147.8 13.910 187.1 122 181 149 79
1979 62.7 12.072 145.5 13.413. 161.6 136 175 129 80
1980 59.5 11.625 147.8 11.625 147.8 129 151 118 100
1981 60.1 8.026 101.0 8.538 107.4 130 111 85 94
1982 64.1 8.947 105.5 9.725 114.7 139 127 91 92
1983 65.9 9.197 105.5 10.451 119.9 143 136 95 88
1984 (En.-jul.) 35.0 5.550 119.7 6.379 137.8
Fuente : OIC
272 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

en las bolsas de café. Otra modalidad en Londres expide unas estampillas a


consiste en la creación de unas exis­ los países consumidores miembros del
tencias reguladoras mediante un fon­ pacto. Ningún despacho destinado a
do que absorbe los excedentes o libera estos países podrá ser importado si no
la materia prima de acuerdo a las cir­ viene acompañado de las estampillas.
cunstancias del mercado. El Convenio La aduana de cada país importador
del Café funciona solamente con base verifica que el número de sacos de
en un sistema de cuotas para ofrecerle café corresponda al número de sacos
al mercado una cantidad suficiente del que aparecen en las estampillas, y,
grano que mantenga los precios den­ posteriormente, después de permitir
tro de una franja previamente estable­ la importación del café, envía las es­
cida. tampillas acompañadas de certificados
Concretamente, el Convenio cafe­ a la Organización Internacional del
tero opera de la siguiente forma: Al Café, para verificar el volumen de ex­
final de cada año cafetero (el año ca­ portaciones de cada país. Las estam­
fetero comienza el 1 de octubre y ter­ pillas son en realidad una especie de
mina el 30 de septiembre) se hace un licencia para exportar y por consi­
estimativo de la demanda para el año guiente tienen un gran valor. Sin ellas
siguiente y se establece la llamada el café tendría que ser vendido a pre­
cuota global, que determina la canti­ cios mucho más bajos en los mercados
dad total de café que será exportado que no están controlados por las cuo­
por los países productores a los países tas o ser retenidos en bodegas de los
consumidores. Esa cuota global se dis­ países exportadores. Este fenómeno
tribuye entre los países exportadores ha dado lugar a que a veces se presen­
de acuerdo a sus respectivas partici­ te un comercio irregular de estampi­
paciones y se le asigna a cada uno un llas —no permitido por el convenio,
volumen específico de café para que por supuesto— y en algunas ocasiones
exporte durante el año. Simultánea­ se han detectado hasta falsificaciones
mente se establece una franja de pre­ de las mismas. Pero la realidad es que
cios. El objetivo es tratar de mantener estos dos fenómenos han sido margi­
los precios dentro de la franja. Si los nales y el sistema de estampillas ha
precios se colocan por debajo del piso funcionado en forma satisfactoria.
de la franja, se disminuye la cuota glo­ Uno de los problemas del mercado
bal y en consecuencia las cuotas indi­ cafetero es que la oferta se concentra
viduales de cada país en la proporción en ciertos períodos del año debido a la
que les corresponda. Si por el contra­ falta de capacidad de muchos países
rio los precios se colocan por encima de regular y distribuir sus ventas a tra­
del techo de la franja, se aumenta la vés del año. Se dispuso como conse­
oferta mediante un incremento de la cuencia que la cuota de cada país se
cuota global con el consiguiente incre­ dividiera por trimestres. La Organi­
mento de las cuotas individuales. zación solamente libera las estampillas
La operación de este sistema —apa­ para cada trimestre y evita así que la
rentemente sencillo— requiere una se­ oferta se concentre en un trimestre de­
rie de medidas adicionales que forman terminado. Si un país no alcanza a ex­
también parte esencial del articulado portar la totalidad de su cuota en un
del convenio. Se necesita, por ejem­ trimestre puede acumular el faltante
plo, un sistema de controles para ga­ para el siguiente, pero si ese país al fi­
rantizar que efectivamente se cumplan nal del año no ha logrado exportar la
las cuotas, y la necesidad de este tipo totalidad de su cuota anual, no puede
de controles es lo que mejor explica la acumular el faltante para el año si­
presencia de los consumidores en el guiente.
pacto. Para tal efecto se diseñó un me­ Los precios de referencia del con­
canismo mediante el cual la Organi­ venio cafetero no son los precios de las
zación Internacional del Café con sede bolsas sino los llamados precios indi­
Capítulo 11 273

cadores. Los exportadores están divi­


didos en cuatro grupos: Los Suaves
Colombianos, Los Otros Suaves (que
en su mayoría son los países Centroa­
mericanos), los Arábigos No-Lavados
(Brasil y Etiopía) y los Robustas, que
comprenden la mayoría de los países
de África y Asia. Cada grupo de café
tiene su propio precio y éste lo deter­
mina la misma organización mediante
una encuesta diaria realizada en los
distintos centros de compra. De los di­
ferentes precios se saca un promedio
para obtener el llamado precio indi­
cador compuesto, que es el que se uti­
liza como referencia para el aumento
o el recorte de las cuotas. Es tan im­
portante la elaboración de esos pre­
cios, que dentro de la Organización
existe un comité especial encargado de del Café (OIC), con sede en Londres. Estampilla de correos
mantener una constante vigilancia de Las decisiones más importantes se to­ de las Naciones Unidas
éstos y de la forma como se obtienen man a nivel del consejo de la organi­ para celebrar
para que, en la medida de lo posible, zación, al que pertenecen todos los el Convenio Cafetero
reflejen diariamente la real situación de 1962.
miembros. Cada uno de éstos tiene un
del mercado. número de votos que corresponde a su
importancia como exportador o como
La Organización importador. Para cierto tipo de deci­
siones se requiere mayoría simple y
Internacional del Café para otras mayoría calificada. Buena
Para administrar el convenio cafetero parte de las funciones del consejo se
se creó la Organización Internacional delegan en una junta ejecutiva que en

Una escena en el
mercado mundial del
café, controlado por
la Organización
Internacional del Café,
OIC, en Londres.
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
274

Celebración de los la actualidad se compone de ocho paí­ la organización y elaborar anualmente


50 años de la ses consumidores y ocho países pro­ el presupuesto. Los funcionarios de la
Federación Nacional ductores. Los miembros de esa junta OIC y las delegaciones que asisten a
de Cafeteros, son elegidos anualmente por el con­ las reuniones gozan de una serie de
en Medellín, junio
24 de 1977: Alvaro sejo. Colombia, con su número ele­ privilegios e inmunidades que fueron
Araújo Noguera, vado de votos, tiene asegurado un negociados oportunamente con el Rei­
ministro de puesto permanente. La junta ejecuti­ no Unido. Los idiomas oficiales en el
Agricultura; Sofía va es la que en realidad se encarga de convenio cafetero son el inglés, el es­
Medina de López V.,
alcaldesa de Medellín; la administración del convenio, y es pañol, el francés y el portugués. Todos
Arturo Gómez Jaramillo, aquí donde se llevan a cabo los gran­ los documentos de la OIC se elaboran
el presidente Alfonso des debates y se toman la mayoría de en estos cuatro idiomas y todas las
López Michelsen y las decisiones importantes. reuniones oficiales tienen traducción
Cecilia Caballero
de López; Silvia La organización tiene un director simultánea.
Pinzón de Gómez ejecutivo y una serie de funcionarios
Jaramillo, Jaime que se encargan de toda la parte ope­ Convenio de 1968
Sierra, gobernador de rativa del convenio, como la elabora­
Antioquia, y Diego
Moreno Jaramillo,
ción de las estadísticas, el seguimiento El convenio de 1962 se renegoció en
ministro de Desarrollo. al sistema de controles, la elaboración 1968 con algunas modificaciones. Se
de los diferentes documentos, etc. La aumentó el número de miembros de la
OIC se financia mediante contribucio­ junta ejecutiva; se modificaron algu­
nes de todos los miembros, que pagan nos porcentajes de las cuotas básicas
en proporción con el número de sacos de exportación; se introdujo un siste­
exportados o importados. Existe un ma de ajuste de cuotas por grupo de
comité especial, designado por la jun­ café —llamada selectividad— en el
ta ejecutiva, que se encarga de vigilar cual se podía dar el caso de que a cier­
todo lo concerniente a las finanzas de tos países se les aumentara su cuota si
Capítulo 11 275

el precio indicador de ese grupo subía denar el mercado por su cuenta, y,


por encima de un nivel determinado, aunque al principio tuvieron algún éxi­
mientras que el resto de los países ex­ to, eventualmente este esfuerzo se
portadores no usufructuarían de ese desvaneció.
aumento porque el comportamiento El convenio de 1968 expiraba en
de su propio indicador no lo determi­ septiembre de 1973. Como no existía
naba. Se introdujo también un sistema ningún ambiente por parte de los con­
de sanciones para aquellos países que sumidores para reintroducir las cuo­
incumplieran las cuotas trimestrales. tas, se optó por prorrogar el acuerdo
Tal vez el paso más importante del por dos años sin las cláusulas econó­
convenio de 1968 fue la creación de un micas. Durante este tiempo la OIC se
fondo de diversificación a nivel mun­ convirtió en un simple foro para re­
dial, como resultado del ensayo que se coger estadísticas y discutir los proble­
hizo para poner en práctica una polí­ mas del café. Entretanto los países ex­
tica de producción. Un convenio de portadores continuaron sus esfuerzos
cuotas que restringe la oferta tiene su para defender los precios. Los cuatro
propio germen de destrucción en la principales productores (Brasil, Co­
medida en que unos precios artificial­ lombia, Costa de Marfil y Angola) lle­
mente altos estimulan la producción y garon inclusive a crear una sociedad
los excedentes aumentan hasta llegar comercial para tal efecto, que se de­
a un punto en que el costo de mante­ nominó Café Mundial. Pero nueva­
nerlos se vuelve intolerable. Se diseñó mente el incumplimiento de muchos
un plan con metas de producción para países no permitió que se alcanzaran
cada país. Se trataba de que a través los objetivos propuestos.
del fondo de diversificación se finan­ Una caída fuerte de los precios en
ciara la siembra de productos alter­ 1974 y comienzos del 1975 despertó
nativos. Infortunadamente, el modus una vez más el interés en darle vida al
operandi del fondo fue impuesto por pacto. Los países consumidores final­ Indalecio Liévano
Estados Unidos, y muchos países mente se mostraron receptivos y en Aguirre, Leonidas
—entre ellos Colombia— lo conside­ Londoño y Londoño,
septiembre de 1975 se logró negociar y Arturo Gómez
raron poco práctico, ya que se preten­ un nuevo convenio que comenzaría a Jaramillo, durante
día ejercer desde Londres un control operar en septiembre de 1976 por un la Conferencia
absoluto de los planes de diversifica­ período de seis años. Cafetera Nacional,
ción en cada país. Esta discrepancia La experiencia de los dos últimos Bogotá, octubre
fue lo que al final de cuentas hizo fra­ de 1975. En ella se
convenios señalaba que había que in­ acordó el tercer
casar la iniciativa, que en su idea ori­ troducirle cierto grado de flexibilidad Convenio del Café.
ginal tenía toda la razón de ser. Desde
entonces Colombia ha abogado por la
necesidad de reemprender una nueva
política de producción.
En diciembre de 1971 Estados Uni­
dos devaluó el dólar. Como las tran­
sacciones de café se expresan en dó­
lares, los países productores solicita­
ron un aumento correspondiente a los
precios de la OIC. Los consumidores
no sólo se negaron, sino que en una
reunión del consejo en agosto de 1972
señalaron que, dada la mejor situación
de demanda frente a la oferta, no se
justificaban las cuotas. Este enfrenta­
miento produjo la suspensión del sis­
tema de cuotas. Los principales pro­
ductores volvieron al recurso de or­
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
276

al marco jurídico y hacer más diná­ venio, se presentó la gran helada en el


mico el manejo del acuerdo. Así mis­ Brasil y casi se va todo al traste. Sin
mo, se fue abriendo paso la tesis de embargo, y a pesar de los precios tan
que el convenio no podía ser visto so­ altos que tenía el café en ese momen­
lamente como un instrumento de ayu­ to, se aceptó la tesis de mantener vi­
da a los países en vía de desarrollo, gentes las cláusulas económicas del
sino que debería beneficiar a las dos convenio —aunque con las cuotas sus­
partes. Estas novedades fueron lo pendidas—, pues dentro del nuevo es­
más sobresaliente de la negociación del píritu de que el convenio también les
Tercer Acuerdo Internacional del Café: sirviera a los países consumidores, se
un reconocimiento explícito de los pensaba que éste pudiese contribuir a
objetivos del convenio en el senti­ solucionar los problemas del mercado
do de que éste debería servir tanto a los no sólo en situaciones de sobrepro­
países desarrollados como a aquellos ducción sino en coyunturas de escasez.
en vía de desarrollo; y un articula­ Otros de los aspectos importantes
do que le daba mucha más flexibili­ para destacar en este convenio fueron
dad al convenio y que le delegaba más la introducción del criterio de infla­
poderes al consejo que en los acuerdos ción mundial para tenerse en cuenta
internacionales. en las negociaciones de precios y la
Dentro del espíritu de darle mayor creación de un Fondo de Promoción,
flexibilidad al convenio se introdujo el administrado exclusivamente por los
concepto de cuotas variables que le productores, para hacer campañas en
permitía al consejo asignar cada año favor del consumo del café en los paí­
hasta el 30 % de la cuota global a los ses desarrollados, bajo la condición de
países exportadores en función de la que la industria tostadora de dichos
cantidad de existencias que cada uno países participara con un mínimo del
tuviera al final del año cafetero. Se 50 % del costo de las campañas.
trataba con esto de repartir más equi­
tativamente la carga de mantener in­ La helada brasileña de 1975
ventarios y de asignarles una mayor
cuota a los países que realmente la ne­ y sus consecuencias
cesitaran. Ésta norma nunca ha podi­ La helada de julio de 1975 en el Brasil,
do aplicarse, entre otras cosas porque que afectó principalmente los cafeta­
no se estableció un mínimo, y como les del estado de Paraná, cambió ra­
hay muchos países que no retienen dicalmente el panorama cafetero y el
existencias no ha sido posible ponerse mundo comenzó a vivir un nuevo ciclo
de acuerdo en un porcentaje. Así mis­ de precios altos. Fue este el período
mo, se eliminó el concepto de merca­ que se ha llamado de Bonanza Cafe­
dos nuevos que existía en los conve­ tera y que tanto debate ha suscitado a
nios anteriores y se introdujo la no­ nivel nacional e internacional. Colom­
ción de mercados no miembros de la bia quiso que no se incrementaran de­
organización. Las cuotas básicas se de­ masiado los precios, no sólo por res­
terminaron a priori de acuerdo con el petar el nuevo espíritu del convenio
comportamiento de las exportaciones dirigido a proteger también a los con­
hacia los países consumidores miem­ sumidores, sino porque temía que pre­
bros de la organización en los años ve­ cios demasiado altos pudieran tener
nideros, lo que estimularía las ventas repercusiones nefastas para el consu­
a estos países y suprimiría la tradicio­ mo o para el estímulo a la producción.
nal saturación de los mercados de paí­ Las autoridades colombianas les insi­
ses no miembros, que son general­ nuaron al Brasil y a los demás países
mente mercados de dumping. productores que no permitieran un
Es preciso resaltar que entre el mo­ alza demasiado brusca, pero esta su­
mento en que se terminó la negocia­ gerencia no encontró eco. El proble­
ción y la entrada en vigencia del con­ ma de divisas por la crisis petrolera y
Capítulo 11 277

la perspectiva de mayores ingresos en


dólares en un futuro inmediato por
concepto de las ventas de café, fueron
factores que prevalecieron sobre la vi­
sión colombiana de más largo plazo.
Después de dos años de bonanza co­
menzó a vislumbrarse nuevamente el
ciclo de sobreproducción. Los países
productores empezaron a buscar una
revisión de los niveles de precios ne­
gociados en 1975 para determinar la
introducción de las cuotas. Este nivel
del llamado precio disparador se ha­
llaba en 77 centavos de dólar por libra
y los productores lo consideraban, por
supuesto, obsoleto. Colombia buscó
insistentemente algún acuerdo con los
consumidores, quienes prefirieron es­ nes de café durante ese período justi­ Cultivadores
perar plácidamente la baja de los ficó plenamente la inversión. Al final brasileños observan
precios y negociar en mejores con­ la perspectiva de sobreproducción di­ un cafeto afectado
diciones. ficultó sobremanera la operación de por las heladas
de agosto de 1975,
Una vez más los productores deci­ Pancafé y a buena hora Brasil y Co­ que arruinaron el
dieron defender el mercado por cuen­ lombia obligaron a los productores a 73 % de los 2 100
ta propia y en esta ocasión optaron negociar su liquidación como contra­ millones de plantas
por recurrir no sólo a una política de prestación para poner nuevamente en con que contaba
restricción de la oferta, que tan pocos funcionamiento el Acuerdo Interna­ Brasil en ese
cional del Café, en septiembre de momento.
resultados positivos había tenido en el
pasado, sino a una intervención direc­ 1980.
ta en las bolsas de café. En este es­ Después de ocho años de un régi­
quema sólo participó el llamado Gru­ men de libertad de mercado, se res­
po de Bogotá integrado por Brasil, tablecieron las cuotas el 1 de octubre
Colombia, Costa Rica, El Salvador, de 1980. Se optó por una fórmula ad
Guatemala, Honduras, México y Ve­ hoc por fuera de lo estipulado en el
nezuela. Se inició con un fondo de 150 convenio para lograr el suficiente res­
millones de dólares, el cual ascendió paldo de la mayoría de los producto­
luego a 500 millones, y le permitió al res. A Colombia le correspondió una
grupo intervenir pasivamente en los participación de 16.7 % que represen­
mercados de futuros de Nueva York y taba un aumento muy significativo
Londres. Los demás países producto­ frente al 11.5 % que era su cuota an­
res prefirieron hacerse «de la vista terior. La franja de precios se estable­
gorda» y, sin arriesgar un peso, disfru­ ció entre 1.20 y 1.40 dólares por libra
tar de los esfuerzos de sus colegas. En y se acordó una cuota global de 58.2
junio de 1980 se decidió formalizar el millones de sacos. Esta cuota resultó
Grupo de Bogotá en la empresa co­ demasiado amplia y fue necesario re­
mercial Pancafé, con sede en Panamá, cortarla en 4 millones para que los
desde donde se hacían todas las ope­ precios se mantuvieran dentro de la
raciones. franja.
Bien se podría decir que durante el A partir de ese momento las cuotas
lapso comprendido entre 1978 y 1980 han funcionado sin interrupción y en
Pancafé evitó un colapso en los pre­ forma más o menos satisfactoria. Cada
cios, y, aunque perdió su capital in­ año se negocia un nuevo «paquete» a
vertido, el beneficio para los países la luz de las circunstancias del merca­
productores en términos de mayores do. No se han presentado variaciones
ingresos de divisas por sus exportacio- substanciales en la operación básica
278 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

del convenio ni en las variables más jetivos del convenio se prohibió ex­
importantes. Las cuotas han sufrido presamente realizar acciones multila­
modificaciones marginales y en el caso terales de intervención en el mercado
de Colombia su participación se en­ mientras esté vigente el convenio, nor­
cuentra en 16.13 %. La cuota global ma que fue impuesta por los consu­
para el año cafetero 1984/1985 se esta­ midores para defenderse de operacio­
bleció en 61 millones de sacos y la fran­ nes de mercado como las efectuadas
ja de precios entre 1.15 y 1.45 dólares. por Pancafé.
Los principales problemas con que
Cuarto Convenio ha tropezado el actual convenio han
sido los referentes a las exportaciones
Internacional del Café hacia los países no miembros. A me­
La experiencia de veinte años de apli­ dida que se acumulan los inventarios,
cación del Acuerdo Internacional del los países productores los han ido des­
Café y el convencimiento por parte de cargando en los países no miembros
todos los miembros de la organización de la organización, principalmente los
sobre la necesidad de mantener este de la órbita socialista, a precios muy
instrumento, los llevaron a negociar el por debajo de los que rigen en el mer­
Cuarto Convenio Internacional que cado sujeto a cuotas. Este procedi­
entró en vigencia el 1 de octubre de miento ha motivado la protesta de los
1983. La principal dificultad de esta consumidores, quienes, con razón, se
negociación giró en torno a la distri­ sienten discriminados por pertenecer
bución de las cuotas. Se presentó in­ al convenio. A pesar de haber desple­
clusive un enfrentamiento entre las gado esfuerzos entre los productores
delegaciones de Brasil y de Colombia, para tratar de disciplinar estas ventas,
diferencia que puso en peligro la ne­ poco se ha logrado al respecto, y éste
gociación; pero después de una inten­ es uno de los puntos que más debates
sa labor diplomática, la crisis fue su­ ha suscitado últimamente en las reu­
perada. El compromiso consistió en niones de la OIC. El otro problema
mantener un sistema de cuotas ad hoc que ha sido motivo de discusión se re­
y facultar al consejo para que deter­ fiere a los llamados subembarques,
minara el reparto de cuotas básicas en­ que se presentan cuando un productor
tre los productores. Éste fue tal vez el no cumple con exportar la totalidad de
aspecto más relevante de la negocia­ sus cuotas de exportación. Los con­
ción y el único cambio sustancial en el sumidores han querido sancionar a los
contexto de este convenio respecto a productores que no embarquen hasta
los anteriores. El resto del articulado el último saco de sus cuotas, con el fin
sufrió algunas modificaciones que no sólo de garantizar el suministro del
perfeccionaban los mecanismos del café, sino de obligar a los productores
acuerdo. a mantener existencias en los centros
de consumo; pero éstos se han negado
Se planteó la posibilidad de intro­ en forma categórica, porque aducen
ducir nuevamente el sistema de selec­ que si no existe garantía de compra no
tividad (variación de las cuotas en fun­ puede existir garantía de venta. Así
ción de los precios de cada grupo de mismo, se aduce que un país puede no
café); se precisaron algunos criterios cumplir con la totalidad de su cuota
sobre la suspensión y el restableci­ por otro tipo de problemas como se­
miento de las cuotas; se mantuvo el rían congestiones en los puertos, re­
sistema de cuotas fijas y cuotas varia­ traso en la cosecha, etc. El hecho, sin
bles en los mismos porcentajes del embargo, de que los problemas de la
convenio anterior (70 % y 30 % res­ organización se concentren en temas
pectivamente), pero, como bien se como los dos anteriores, demuestra
anotó en el párrafo anterior, la cuota
básica quedó sujeta a la que sea de­ que ya se ha dado un paso muy grande
terminada por el consejo. En los ob­ en las discusiones en torno a la forma
Capítulo 11 279

de organizar el mercado internacional aspectos que tienen que ver con la in­
del café y al reconocimiento de que el dustria cafetera, y ha adquirido una
acuerdo es el sistema más adecuado. gran experiencia en el análisis y tra­
Existen todavía varios frentes donde tamiento de sus problemas. La OIC ha
se podría mejorar aún más este instru­ tenido la ventaja también de no man­
mento, como serían la introducción de tenerse estática sino en permanente
una política verdadera de producción, dinámica para ir modificando los es­ Juan Valdés,
una política de manejo de las existen­ quemas que la rigen a la luz de las cir­ personaje
cias, y un mayor esfuerzo por parte de publicitario
cunstancias y situaciones nuevas que representativo
todos los miembros de la organización se han ido presentando. Su éxito o fra­ del café colombiano
para aumentar el consumo de café en caso en el futuro dependerá también desde los años 60,
el mundo. de su habilidad para ajustarse en for­ fotografiado
ma rápida y práctica a las realidades aquí con su traje
de arriero
Balance de dos cambiantes y complejas del mercado en las calles
cafetero, pero sobre todo dependerá de Nueva York.
décadas de convenio
Al hacer el balance de los más de vein­
te años que tiene la Organización In­
ternacional del Café y de los cuatro
acuerdos que la han regido, son muy
pocos los que señalan un saldo nega­
tivo. Los setenta y cinco miembros de
la organización del café, cincuenta ex­
portadores y veinticinco importado­
res, representan el 99 % de las expor­
taciones y el 90 % del consumo mun­
dial, cubrimiento que no ha alcanzado
ningún otro convenio de productos bá­
sicos.
De los primeros veintiún años de
vida de la organización, catorce ha
operado el sistema de cuotas. Desde el
primer acuerdo, las exportaciones de
café han ascendido de cuarenta y seis
millones de sacos a sesenta y seis mi­
llones, lo que en términos de ingresos
para los países productores representa
un aumento cercano a los tres mil mi­
llones de dólares, al pasar de dos mil
trescientos millones a diez mil millo­
nes. Este aumento representa en tér­
minos reales un incremento de tres
mil millones de dólares, si se toma
como base el año 1980. Y en térmi­
nos generales se podría decir que el
precio del grano se ha mantenido a
duras penas constante con la inflación
mundial.
La OIC, por otro lado, puede recla­
mar cierto grado de éxito en el obje­
tivo fundamental de estabilizar el co­
mercio mundial del grano. Ha logrado
también recoger una cantidad impor­
tante de información sobre todos los
280 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

de la voluntad política de los consu­ Desde la instauración del Frente


midores para mantener vigente el ins­ Nacional hasta el principio de la dé­
trumento que ha demostrado su efi­ cada de los setenta, se vivió un ciclo
ciencia para ambos sectores a lo largo de sobreproducción de café en el mun­
de estas dos décadas. do, inducido por los altos precios de
los años cincuenta, y —como ya se
La producción nacional dijo— fueron muchos los esfuerzos en
el plano internacional para tratar de
No es sino recorrer las zonas cafeteras corregir este desequilibrio. Los acuer­
para darse cuenta de la profunda dos y compromisos a nivel internacio­
transformación que éstas han tenido nal tuvieron, por supuesto, efectos di­
durante los últimos veinticinco años y rectos en la producción nacional.
muy particularmente a partir de la dé­
cada de los setenta. La discusión entre Década de los años sesenta
dos escuelas tradicionales de pensa­
miento respecto a qué hacer con la El ciclo de sobreproducción y la exis­
producción de café en Colombia ha tencia misma de los acuerdos inter­
sido una constante de la polémica na­ nacionales llenaron de argumentos a
cional. Por un lado están quienes con­ los exponentes de la tesis de limitar la
sideran que Colombia tiene una ven­ producción nacional. Fue así como du­
taja comparativa con el resto del mun­ rante toda esta década la política con­
do para producir café, ventaja consis­ sistió en mantener la producción en ni­
tente en una calidad que le asegura el veles cercanos a los ocho millones de
permanente acceso a los mercados y sacos. Para conseguir esta meta, las
unas condiciones físicas y de mano de autoridades cafeteras acudieron a los
obra que no sólo son óptimas sino que siguientes procedimientos:
en buena parte de las zonas cafeteras, 1. Precio interno: ésta es la variable
por las vertientes tan inclinadas donde que más determina el nivel de produc­
se siembra el grano, no tienen alter­ ción: a mayor precio, mayor es el in­
nativa. centivo para aumentar siembras o uti­
Por otro lado, están los que consi­ lizar técnicas que mejoren la produc­
deran que la producción de café debe tividad. Con el fin de que el precio in­
regularse de acuerdo a la demanda y terno no incentivara la producción, se
advierten que no tiene sentido pro­ introdujo un régimen de impuestos y
ducir café que no pueda colocarse en contribuciones que limitaran la canti­
los mercados, pues esto obliga a las dad de dinero que cada productor re­
autoridades cafeteras a una acumula­ cibía por carga de café.
ción innecesaria de inventarios. Los El mecanismo más importante para
defensores de graduar la producción no trasladarle la totalidad del precio
argumentan que éste de la sobrepro­ externo al productor es la llamada
ducción es un fenómeno mundial que Cuota de Retención Cafetera. Fue es­
el país tiene que tomar en cuenta. Y tablecida inicialmente en 1958 como
agregan que los propios productores fuente de recursos del Fondo Nacional
de café están interesados en que la del Café para financiar los excedentes,
producción y la demanda mantengan pero luego se convirtió también en un
cierto equilibrio, por cuanto los inven­ amortiguador anticíclico que le ha per­
tarios demasiado altos van no sólo en mitido al sector cafetero mantener
detrimento de la economía nacional, cierta estabilidad en los precios inter­
sino del propio bienestar de los cafe­ nos. La cuota de retención consiste en
teros: los inventarios acumulados son una cantidad predeterminada de café
a la larga dineros congelados que po­ físico que cada exportador debe entre­
drían ir a parar por la vía de un mayor gar al Fondo sin compensación algu­
precio interno a los bolsillos de los ca- na. Muy excepcionalmente esta cuota
ficultores. se ha entregado en dinero. Cuando el
Capítulo 11 281

exportador es el Fondo mismo, la cuo­


ta de retención se genera mediante los
ingresos netos que resultan de las ex­ REVISTA CAFETERA DE COLOMBIA
portaciones después de descontados
los gastos de cada exportación.
2. Crédito: la suspensión de prácti­
camente todo el crédito cafetero en
1958 también tuvo como objetivo li­
mitar la producción. Más tarde se rea­ vol xxn ABRIL ■ SEPTIEMBRE 1973 No. )5S

brió, pero sólo para financiar los cos­


tos de recolección del grano y su be­
neficio. No se otorgaron préstamos
para nuevas siembras.
3. Extensión agrícola: las campañas
de extensión agrícola que hacen los
Comités Departamentales de Cafete­
ros para divulgar nuevos métodos de
cultivo se concentraron en los peque­
ños productores para garantizarles un
ingreso razonable, pero sin incidir sig­
nificativamente en la producción na­
cional de café.
4. Diversificación: en 1963 se inicia­
ron los programas de diversificación y
sustitución de la producción cafetera.
Este tema se tratará más adelante.
La política de mantener estable la
producción alrededor de ocho millo­
nes de sacos a través de los mecanis­
mos arriba descritos resultó bastante
efectiva. El promedio de producción
entre 1959 y 1970 fue de 7.8 millones FEDERACION NACIONAL DE CAFETEROS DE COLOMBIA
de sacos. La producción más alta fue
de 8.3 millones en 1965 y la más baja
de 7.5 millones en 1962 y 1966. En
este mismo período los productores heladas en el Brasil (particularmente Portada de la
recibieron un promedio de 382 pesos la de 1975) y la suspensión de las cláu­ "Revista Cafetera
por carga de café. En 1970 había 1.07 sulas económicas del Convenio Inter­ de Colombia", editada
por la Federación;
millones de hectáreas sembradas en nacional, le dieron un giro de 180 gra­ la panorámica
café, de las cuales menos del 2 % es­ dos a la política de limitar la produc­ corresponde al Centro
taban tecnificadas, es decir, en nuevas ción de café en Colombia. Se impuso de Enseñanza
siembras con prácticas intensivas de la teoría que abogaba por un aumento Agrícola de la
cultivos como el caso de café «catu- en la producción y las autoridades ini­ Fundación Manuel Mejía
ciaron un vasto plan para modernizar en Chinchiná
rra». Durante esta década, Brasil erra­ (Caldas).
dicó cerca de un millón de hectáreas la caficultura colombiana, con resul­
de cafetales (equivalente a la totalidad tados bastante satisfactorios.
del área cafetera colombiana) para ali­ El censo de 1970 no sólo estableció
viar los excedentes y tecnificar el mer­ que el 98 % de los cafetos estaban
cado internacional. bajo tecnología tradicional con rendi­
mientos muy por debajo de los otros
Década de los setenta países (444 kilos de café verde por
hectárea contra 1.200 kilos en Costa
El censo cafetero de 1970, los planes Rica y 670 kilos en Guatemala), sino
de erradicación y luego las sucesivas que más del 50 % del área tradicional
282 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

sobrepasaba los veinticinco años de


Cuadro 5 sembrada, lo cual hacía presumir una
pronta disminución en los rendimien­
Producción y precios internos del café colombiano tos. Y si la producción bajaba dema­
(1959/60-83/84)* siado, el país podría perder participa­
ción en el mercado internacional.
Producción Precios constantes El censo puso de presente también
de 1959/60 la necesidad de mejorar las técnicas de
cultivo para proteger a los productores
Años Variaciónl Variación contra problemas como el de la ero­
sión, los peligros fitosanitarios y muy
Mills. S/s respecto Slcarga respecto especialmente la eventual e inexorable
60 kg año año llegada de la roya al país. Fue así
anter. anter. como en los primeros cuatro años de
% % la década de los setenta se tecnificaron
98.800 hectáreas (casi un 10 % de toda
59/60 7.6 417 el área cafetera), mediante un progra­
60/61 7.5 -1.3 421 1.0 ma de renovación de los cultivos
61/62 8.0 6.7 422 0.2 —principalmente de pequeños y me­
62/63 7.5 -6.3 388 -8.1 dianos propietarios— en zonas que
63/64 7.8 4.0 399 2.8 utilizaron como estímulo el crédito y
64/65 7.9 1.3 400 0.3 la asistencia técnica.
65/66 8.3 5.1 356 -11.0
66/67 7.5 -9.6 323 -9.3 La bonanza cafetera
67/68 8.0 6.7 348 7.7
68/69 7.6 -5.0 347 0.3 La fuerte helada ocurrida en el Brasil
Promedio 59/69 7.8 0.18 382 1.9 en julio de 1975 le dio todavía más im­
pulso al proceso de tecnificación ini­
69/70 8.5 449 ciado a principios de la década. Los al­
70/71 7.8 -8.2 407 -9.4 tos precios hicieron que los produc­
71/72 6.5 -16.7 398 tores asimilaran con más facilidad la
-2.2 nueva tecnología. La helada, por otra
72/73 8.3 27.7 439 10.3 parte, fue de tal intensidad que mu­
73/74 7.3 -12.0 402 -8.4 chos creyeron que Brasil nunca se re­
74/75 8.0 9.6 381 -5.2 cuperaría como país productor y pen­
75/76 8.0 0 594 55.9 saron que Colombia podría llenar fá­
76/77 9.5 18.8 673 13.3 cilmente ese vacío. Y en efecto, en
77/78 10.5 10.5 583 -13.4 1976, la producción brasileña fue in­
78/79 12.3 17.1 464 20.4 ferior a la colombiana por primera vez
Promedio 69/79 8.7 5.2 479 2.3 en la historia. Todos estos factores
contribuyeron a que se acelerara el au­
79/80 12.1 434 mento en la producción y no sólo por
80/81 13.0 7.4 366 -15.7 el proceso de tecnificación sino tam­
81/82 12.9 -0.8 342 -6.6 bién por nuevas siembras.
82/83 12.2 -5.4 329 -3.8 En la segunda mitad de la década se
83/84* 13.0 4.1 340 3.3 tecnificaron en el país, entre renova­
Promedio 79/84 12.6 1.3 -5.7 ciones y nuevas siembras, 227.000 hec­
táreas, que representaban más del
Estimado. 21 % del área total sembrada en café.
De esta cantidad modernizada, alre­
Fuentes: Federacafé. dedor de dos terceras partes fueron re­
DANE. novaciones y la tercera parte restante
Estudios Económicos, septiembre 28 de 1984. correspondió a nuevas siembras. Se
estima que, en pesos de 1970, la in-
Capítulo 11 283

Un helicóptero de la
Federación y tanques
de oxicloruro de cobre
para fumigación de
los cafetos, durante
un operativo contra
la roya en el
departamento de Caldas
en 1984.

versión realizada fue del orden de los frió cambios sustanciales, y, si bien en
20.000 millones, que en su gran ma­ algunas zonas se pudo presentar al­
yoría provino del propio sector cafe­ guna concentración en términos ge­
tero y del plan de asignación de re­ nerales, ésta fue apenas marginal. Mu­
cursos del Fondo Nacional del Café. chas fincas cafeteras cambiaron de
La mayor parte del proceso de tecni- manos, pero fueron muy escasas las
ficación se cumplió entre los años de compras importantes de cafetales por
1976 y 1978, que fueron los de mayor parte de los otros productores que
auge en los precios internacionales del querían aumentar su área cultivada.
grano. En efecto, en 1976 se autorizó La década de los setenta fue enton­
por primera vez y solamente por un ces la época de las grandes transfor­
año créditos para nuevas siembras y maciones en la producción de café en
renovaciones dirigidas a empresarios el país. La producción creció a una
hasta de treinta hectáreas cada uno. tasa promedio del 8.7 % por año de
El valor de la tierra cafetera durante ocho a trece millones de sacos, lo que
la época de bonanza tuvo aumentos en términos absolutos representó un
muy considerables. La cuadra de café, aumento del 67 %. Es interesante
que valía en 1974 alrededor de setenta anotar que durante este período los
mil pesos, llegó a venderse durante las precios internos en términos reales
épocas de mayor auge a precios cer­ crecieron a una tasa de 2.3 % por año,
canos a los trescientos cincuenta mil a pesar de que se duplicaron los im­
pesos. Ingresaron al negocio de pro­ puestos y los gravámenes a las expor­
ducir café gentes que nunca habían es­ taciones del grano para no permitir
tado vinculadas al sector; muchos pro­ que el productor participara de la to­
fesionales, comerciantes e industriales talidad del alza de los precios internos.
que incluso vivían en las ciudades, se Es importante anotar también que
dedicaron a invertir sus ahorros en más de la mitad de los precios tecni-
comprar cafetales. Pero, contraria­ ficados correspondió a explotaciones
mente a lo que se ha querido hacer de 1.5 hectáreas y el avance tecnoló­
creer, la distribución de la tierra no su­ gico se distribuyó por todos los depar-
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
284

Cuadro 6

Distribución de la exportación mundial de café a todo destino


según los grupos establecidos por la OIC
Años cafeteros (1979/80-1983/84)*
En milis. S/s 60 kg

79/80 80/81 81/82 82/83 83/84*

Grupos y países S /s % S /s % S /s % S /s % S /s %

Total 60.3 100.0 52.9 100.0 63.4 100.0 65.4 100.0 69.6 100.0

Suaves colombianos 13.6 22.6 11.3 19.1 11.7 18.5 11.5 17.6 12.3 17.7
Colombia 11.5 19.1 9.1 15.4 9.0 14.2 9.2 14.1 9.9 14.2
Kenia 1.4 2.3 1.2 2.0 1.7 2.7 1.4 2.1 1.5 2.2
Tanzania 0.7 1.2 1.0 1.7 1.0 1.6 0.9 1.4 0.9 1.3

Otros suaves 16.3 27.0 15.6 26.4 16.1 25.4 18.3 28.0 18.2 26.1
Costa Rica 1.2 2.0 1.6 2.7 1.6 2.5 1.7 2.6 1.7 2.4
Ecuador 1.0 1.7 1.2 2.0 1.4 2.2 1.5 2.3 1.4 2.0
El Salvador 2.9 4.8 2.0 3.4 2.2 3.5 2.7 4.1 2.9 4.2
Guatemala 2.0 3.3 1.9 3.2 2.4 3.8 2.0 3.1 2.0 2.9
Honduras 1.0 1.7 1.0 1.7 0.9 1.4 1.2 1.8 1.1 1.6
India 1.2 2.0 1.7 2.9 1.5 2.4 1.1 1.7 1.1 1.6
México 2.3 3.8 2.0 3.4 1.8 2.8 3.1 4.7 2.9 4.1
Nicaragua 0.8 1.3 0.8 1.4 0.8 1.3 1.1 1.7 0.8 1.1
Otros 3.9 6.4 3.4 5.7 3.5 5.5 3.9 6.0 4.3 6.2
Brasileros
y otros arábigos 15.6 25.9 17.6 29.7 18.4 29.0 19.3 29.5 22.1 31.8
Brasil 14.2 23.5 15.9 26.9 16.8 26.5 17.5 26.8 20.1 28.9
Etiopía 1.3 2.2 1.5 2.5 1.3 2.0 1.5 2.3 1.7 2.5
Otros 0.1 0.2 0.2 0.3 0.3 0.5 0.3 0.4 0.3 0.4
Robustas 14.8 24.5 14.7 24.8 17.2 27.1 16.3 24.9 17.0 24.4
Angola 0.9 1.5 0.7 1.2 0.8 1.3 0.5 0.8 0.4 0.5
Indonesia 3.7 6.1 3.5 5.9 3.5 5.5 3.9 5.9 4.4 6.3
OAMCAF** 6.3 10.4 6.8 11.5 7.9 12.5 7.3 11.1 7.5 10.8
Uganda 2.2 3.7 2.0 3.3 2.8 4.4 2.2 3.4 2.5 3.6
Zaire 0.9 1.5 1.0 1.7 1.1 1.7 1.1 1.7 1.1 1.6
Otros 0.8 1.3 0.7 1.2 1.1 1.7 1.3 2.0 1.1 1.6
* Estimado.
** Benin, Camerún, República Centroafricana, Congo, Gabón, Costa de Marfil, Madagascar y Togo.
Fuentes: OIC
Federacafé - Gerencia Comercial. División de Investigaciones Económicas.
Capítulo 11 285

tamentos. El proceso de moderniza­ de inventarios tiene efectos negativos


ción que se efectuó en esta década ge­ no sólo en la economía del país sino
neró 1.7 millones de jornales adicio­ directamente sobre el bienestar de to­
nales que equivalían a 201.000 nuevos dos los cafeteros, al tener que finan­
empleos. ciar —como ya se dijo—, de su propio
bolsillo, los cuantiosos excedentes.
Década de los ochenta Por tal motivo el Congreso Nacional
de Cafeteros que se reunió en diciem­
En 1980 se inicia un nuevo ciclo de so­ bre de 1983 expidió una declaración
breproducción mundial y se introdu­ formal en donde se señalaba una nue­
cen nuevamente las cuotas de expor­ va orientación en la producción de
tación del Acuerdo Internacional del café en Colombia, y se reconocía la
Café. Sin embargo, el incremento tan necesidad de darle un gran impulso a
importante que obtuvo Colombia en la diversificación para mejorar el abas­
su cuota y que le permitió aumentar tecimiento de alimentos y moderar las
sus exportaciones de 6.5 millones de variaciones estacionales del empleo de
sacos a 9 millones, es decir, un au­ las zonas cafeteras.
mento del 40 %, no fue suficiente para En este mismo congreso se estudió
acomodar todo el volumen de la pro­ el problema de la roya, recién detec­
ducción interna. Por ese motivo a Co­ tada, y dentro del nuevo plan de reo­
lombia le tocó incrementar en forma rientación de la producción se puso de
considerable sus inventarios, que pa­ presente la necesidad de ayudar a los
saron de un promedio que mantenía el cafeteros, particularmente a los pe­
país cercano a los 5 millones de sacos queños, para que a través de mecanis­
a 12.6 millones en agosto de 1984. mos de crédito y asistencia pudiesen
Este aumento se realizó primordial­ mejorar la productividad de sus cafe­
mente a partir del momento en que se tos y combatir la roya. Así mismo, se
introdujeron las cuotas de 1981, a ra­ empezó a distribuir la variedad de café
zón de 2 millones de sacos anuales. tipo «Colombia», que es resistente a la
Esta situación de exceso de produc­ roya y que coincidencialmente estuvo
ción interna indujo nuevamente a las lista para esta época, después de vein­
autoridades cafeteras a seguir una po­ te años de ensayos en el Centro de In­
lítica para racionalizar la producción vestigaciones de la Federación de Ca­
de café en Colombia. La acumulación feteros en Chinchiná. Simultáneamen­

42" Congreso Nacional


de Cafeteros,
reunido en Bogotá,
diciembre de 1983.
Pascual Correa,
presidente del
Comité Nacional lee
su discurso ante el
presidente Belisario
Betancur, acompañado
por Jorge Cárdenas
Gutiérrez, gerente
general de la
Federación desde
enero de ese mismo año,
Rodrigo Marín Bernal
y Rodolfo González.
286 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

te, se estableció un programa de so­ todos tradicionales de cultivo cubre el


queo, ya que una parte de los cafetos 60 % del total y genera el 40 % de la
que se encontraban tecnificados te­ producción con rendimiento por hec­
nían más de diez años de sembrados y tárea cercano a los 500 kilos. Existe
si no se soqueaba comenzaría a dis­ pues, un verdadero «dualismo tecno­
minuir en forma vertiginosa su pro­ lógico» que las autoridades del grano
ductividad. El plan de soqueo buscaba deben tener en cuenta en todas sus de­
también reducir transitoriamente la cisiones. La tecnificación del 40 % del
producción de 13 a 12 millones de sa­ área cafetera produjo un aumento de
cos, lo que representaría un ahorro casi 67 % en los niveles de producción
cercano a los 10 millones de pesos al (al pasar de 8 a 13.5 millones de sacos)
Fondo Nacional del Café por adqui­ y le permitió a Colombia aumentar su
sición, mantenimiento y financiación participación mundial de 12 a 16 %. El
de ese excedente. Este plan de soqueo incremento en la producción fue sin
se ha cumplido en forma parcial; ade­ embargo demasiado grande y en los
más, por regiones climatológicas, la últimos años el país se vio obligado a
producción ha disminuido a niveles acumular un volumen de existencia
compatibles con las capacidades del equivalente a la producción total de
país para colocar su café o consumirlo un año.
internamente reduciendo por conse­
cuencia los esfuerzos de retención. Los programas de diversificación

Resumen de la producción Desde 1940, la diversificación ha sido


parte integral de la política cafetera,
La política de producción de café en pero su aplicación efectiva sólo co­
Colombia durante los últimos veinti­ menzó a principios de la década de los
cinco años la determinaron principal­ años sesenta y como respuesta a la cri­
mente los ciclos de sobreproducción y sis que en ese momento afrontaba la
escasez del grano a nivel mundial y la economía cafetera nacional e interna­
aplicación de las cláusulas económicas cional. El principio de la diversifica­
del Convenio Internacional. La déca­ ción se basa en varios preceptos, entre
da de los años sesenta se caracterizó los cuales se destacan: 1) La necesidad
por un exceso de oferta mundial y la de romper con la dependencia del mo­
puesta en vigor de las cuotas de ex­ nocultivo, como le sucede a Colombia
portación, lo que motivó una política con el café. 2) La conveniencia de bus­
interna encaminada a limitar la pro­ car ingresos adicionales para los pro­
ducción y estimular la diversificación. ductores de café con el fin de amorti­
En los años setenta se invirtieron los guar los efectos cíclicos que sufren los
papeles y se presentó un aumento con­ precios del grano y poder así mantener
siderable de la producción colombia­ un ingreso relativamente estable. 3) El
na. A principio de los ochenta, la eco­ beneficio que trae no sólo a las zonas
nomía cafetera mundial retornó a su cafeteras sino al país, la producción
estado natural de sobreproducción y adicional de alimentos y demás pro­
las autoridades cafeteras colombianas ductos para el mercado nacional e in­
decidieron reorientar nuevamente la ternacional. 4) La necesidad de ofre­
producción para hacerla compatible cer a los caficultores una alternativa
con las posibilidades de exportación y para que sustituyan las plantaciones
de consumo interno. de café, habida cuenta de la creciente
acumulación de inventarios y del costo
Durante estos cinco lustros se mo­ social y económico que representa al
dernizó el 40 % del área cultivada país y a los cafeteros mismos un ex­
que, con rendimientos superiores a los ceso de producción.
1.300 kilos por hectárea, es responsa­
ble del 60 % de la producción total. El Al igual que otros fenómenos im­
área que todavía se mantiene con mé­ portantes en la política cafetera a nivel
Capítulo 11 287

Cuadro 7

Exportaciones mundiales y colombianas de café a miembros y no miembros de la OIC


Años cafeteros (1979/80-1983/84)
Mundial Colombia Participación de Colombia
Años Mills. S/s 60 kg Mills. S/s 60 kg %
cafeteros
A A no Total A A no A A no
miembros miembros miembros miembros Total miembros miembros Total

79/80 54.3 6.0 60.3 10.7 0.8 11.5 19.7 13.3 19.1
80/81 51.5 7.6 59.1 8.3 0.7 9.0 16.1 9.2 15.2
81/82 54.4 9.0 63.4 8.0 1.0 9.0 14.7 11.1 14.2
82/83 55.1 10.5 65.6 8.5 0.7 9.2 15.4 6.7 14.0
83/84* 59.7 9.9 69.6 9.1 0.8 9.9 15.2 8.1 14.2

* Estimado.
En el año 1979/80 no operó el sistema de cuotas ni los mecanismos de control.

Fuentes: OIC
Federacafé - Gerencia Comercial.

nacional, la diversificación coincidió y El Programa de Desarrollo y Diver­


en cierta manera fue producto de la sificación de Fedecafé, la entidad en­
política de los acuerdos internaciona­ cargada de ejecutar la diversificación,
les. La diversificación que comenzó en ha acudido a casi todos los instrumen­
1963 se produjo principalmente a cau­ tos con que cuenta cualquier autori­
sa de la depresión que sufrían los pre­ dad para fomentar la producción agrí­
cios en esos momentos y también por cola. No sólo se han utilizado el cré­
la necesidad de buscar otra fuente de dito y la asistencia técnica, sino que se
ingreso para los caficultores, bien por han adelantado estudios de mercados,
la venta de las cosechas alternativas se han creado sistemas de información
como por el empleo adicional que és­ y pronósticos de precios y se han pro­
tas generan. movido y puesto en marcha grandes
La diversificación que inició la Fe­ proyectos agroindustriales en los de­
deración Nacional de Cafeteros en partamentos cafeteros. Todo esto ha
1963 se ha desarrollado a través de significado una inversión superior a
cuatro planes quinquenales, que han los 6.400 millones de pesos.
tenido como regla general el mayor Colombia y Brasil fueron líderes en
cubrimiento posible para que sirvan la creación a nivel internacional de un
de efecto demostrativo y un estímulo gran Fondo de Diversificación que
a la producción de alimentos básicos buscaba precisamente aprobar, finan­
que representan un aporte sustancial ciar e incluso hasta asesorar a veces los
al abastecimiento nacional. planes individuales de cada país pro-
288 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

ductor para darle coherencia a la po­ ción. El cacao, por obvias razones, es
lítica de producción que se quería es­ ideal dentro de estos programas; el
tablecer a nivel mundial; el Fondo de azúcar, los cítricos, otros productos de
Diversificación Colombiano (hoy Pro­ pan coger, desarrollos forestales, e in­
grama) tuvo vínculos con el interna­ clusive se importaron gusanos de seda
cional, pero manejó sus planes de pro­ del Japón para producir seda natural
ducción y de diversificación frente a en las zonas cafeteras. Después de una
las pretensiones de la Organización experiencia de más de veinte años, el
Internacional del Café y particular­ balance de los programas de diversi­
mente de los Estados Unidos, que ficación de las zonas cafeteras en el
quería que desde Londres se impartie­ país no es el más halagador, si bien se
ran las instrucciones; fue una batalla cuenta ahora con una metodología,
que libraron Brasil y Colombia y que una experiencia, y se dispone de una
a la postre resultó en la liquidación del organización para continuar esta im­
Fondo Internacional de Diversifica­ portante labor.
ción. A partir de ese momento, Co­ En este período y con la inversión
lombia ha seguido insistiendo en la ne­ de 6.400 millones de pesos se han lo­
cesidad de una política de producción grado producciones cercanas a los
de café acompañada del importante 19.000 millones, se han generado ex­
complemento de la diversificación, portaciones por 64 millones de dólares
pero ha hecho manifiesta también su y un total de 229.000 empleos rurales
creencia de que estos planes tienen y se han comercializado 166.500 to­
que ser ejecutados por los propios paí­ neladas de productos. Sin embargo, al
ses y no desde el exterior. comparar la producción de alimentos
Son muchos los productos que se fo­ en la mitad de la década de los años
mentan en los planes de diversifica­ ochenta con lo que se producía en las
dos décadas anteriores, es evidente
que los resultados no son los más sig­
El buque nificativos, aun teniendo en cuenta
"Arturo Gómez J." que la diversificación se ha tenido
de la Flota como una actividad complementaria.
Mercante
Grancolombiana Entre los factores que en mayor me­
(1984), dida han limitado la diversificación y
homenaje a quien deben ser resueltos para que su efecto
gerenciara la
Federación tenga el alcance esperado por el go­
Nacional de bierno y las autoridades cafeteras, y
Cafeteros que el desarrollo del país requiere, es­
durante tán los siguientes: la falta de un siste­
25 años. ma eficiente de comercialización que
La Flota es una
filial de la permita a los productores colocar sus
Federación, cosechas en los mercados a precios re­
junto con el munerativos. Han sido muchas las ex­
Banco Cafetero, periencias que se han tenido con re­
la Agrícola de lativo éxito para que los productores
Seguros, Almacafé
y Café Colombia. siembren otros renglones, pero, en el
momento final, no han encontrado
mecanismos adecuados para su mer­
cado y en muchas ocasiones han per­
dido buena parte de sus cosechas.
Otra dificultad ha sido la mentalidad
misma de los cafeteros, que no consi­
deran los cultivos diferentes al café
como importante elemento anticíclico
y prefieren dedicarle su tiempo a lo
Capítulo 11 289

Exportaciones de café colombiano por países destino Cuadro 8


Años cafeteros (1979/80-1983/84*) Miles S/s 60 kg
79/80 80/81 81/82 82/83 83/84
Países
S/s % S/s % S/s % S/s % S/s %

TOTAL 11.540 100.0 9.031 100.0 8.990 100.0 9.174 100.0 9.966 100.0
Miembros de la OIC 10.678 92.5 8.294 91.8 8.047 89.5 8.465 92.3 9.130 91.6
Norteamérica 3.432 29.7 2.126 23.5 1.769 19.7 1.941 21.2 2.406 24.1
Canadá 266 2.3 133 1.5 147 1.6 178 2.0 183 1.8
Estados Unidos 3.166 27.4 1.993 22.0 1.622 18.1 1.763 19.2 2.223 22.3

Comunidad Económica
Europea 4.619 40.0 4.273 47.3 4.407 49.0 4.610 50.2 4.616 46.3
Bélgica 132 1.1 87 1.0 126 1.4 277 3.0 341 3.4
Dinamarca 145 1.3 158 1.7 139 1.6 122 1.3 111 1.1
Francia 191 1.7 167 1.8 194 2.2 207 2.3 170 1.7
Grecia 2 1
Holanda 1.032 8.9 768 8.5 721 8.0 656 7.2 665 6.7
Italia 162 1.4 95 1.1 129 1.4 156 1.7 141 1.4
Reino Unido 18 0.2 36 0.4 84 0.9 142 1.5 243 2.4
R. Federal Alemana 2.937 25.4 1.961 32.8 3.014 33.5 3.050 33.2 2.945 29.6

Asociación Europea
de Libre Comercio 1.419 12.3 1.087 12.0 1.030 11.5 1.056 11.5 1.093 11.0
Austria 126 1.1 141 1.5 103 1.2 107 1.1 81 0.8
Finlandia 432 3.8 304 3.4 310 3.5 301 3.3 314 3.2
Noruega 171 1.5 152 1.7 118 1.3 145 1.6 166 1.7
Suecia 628 5.4 452 5.0 450 5.0 432 4.7 490 4.9
Suiza 62 0.5 38 0.4 49 0.5 71 0.8 42 0.4

Otros miembros OIC 1.208 10.5 808 8.9 841 9.3 858 9.4 1.015 10.2
Australia 7 0.1 2 4 4 0.1 5 0.1
España 692 6.0 289 3.2 399 4.4 363 4.0 377 3.8
Japón 452 .3.9 408 4.5 437 4.9 490 5.3 631 6.3
Yugoslavia 56 0.5 103 1.1
Otros1 1 6 0.1 1 1 2

No miembros
de la OIC 862 7.5 737 8.2 943 10.5 709 7.7 836 8.4

COMECON 366 3.2 285 3.2 592 6.6 446 4.8 176 1.8
Checoslovaquia 22 0.2 34 0.4 47 0.5 52 0.6 44 0.4
Hungría 3 5 12 0.1 15 0.2 65 0.7
Polonia 143 1.2 34 0.4 177 2.0 1
Rep. Dem. Alemana 148 1.3 178 2.0 190 2.1 167 1.8
Rumania 33 0.3 17 0.2 133 1.5 178 1.8
U.R.S.S. 17 0.2 17 0.2 33 0.4 33 0.4 67 0.7

Otros no miembros
de la OIC 496 4.3 452 5.0 351 3.9 263 2.9 660 6.6
Antillas Menores 7 0.1 7 0.1 4 7 0.1 4
Argentina 223 1.9 224 2.5 206 2.3 181 2.0 304 3.1
Argelia 228 2.0 175 1.9 88 1.0 50 0.6 283 2.8
Corea del Sur 16 0.1 9 0.1 31 0.4 17 0.2 58 0.6
Chile 3 7 0.1 2 8 2 3
Israel 12 0.1 16 0.2 8 0.1 2 1
República Sudafricana 2 4 3 2 2
Otros2 5 0.1 10 0.1 9 0.1 2 5 0.1

Nota: A las exportaciones a Estados Unidos se les restaron aquellas que tocando puertos de este país tenían como destino el Canadá.
Así mismo, a las exportaciones a la República Federal de Alemania se les restaron aquellas que tocando puertos de este país
* tenían como destino Austria.
Preliminar.
1. Principalmente: Panamá y Nueva Zelanda.
2. Principalmente: Islandia, Honduras Británica, China Popular y China Nacionalista.
Fuentes: Federacafé - Gerencia Comercial y División de Investigaciones Económicas.
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
290

Cuadro 9
Volumen y valor de las exportaciones colombianas de café
Años cafeteros (1979/80-1983/84)1
Volumen (miles S/s) Reintegro (millones de dólares)

Federación Particulares Total Federación Particulares Total


Años
S/s Índice* S/s Índice* S/s Índice* Dólares Índice* Dólares índice* Dólares índice*

1979/80 11.357 100.0 .183 .100.0 11.540 100.0 2.047 100.0 48 .100.0 2.095 100.0

80/81 6.106 53.8 2.925 1.598.4 9.031 78.3 1.072 52.4 481 1.002.1 1.553 74.1

81/82 5.241 46.1 3.749 2.048.6 8.990 77.9 .863 42.2 665 1.385.4 1.528 72.9

82/83 5.110 45.0 4.064 2.220.8 9.174 79.5 .800 39.1 742 1.454.8 1.542 73.6

83/841 5.750 50.6 4.216 2.303.8 9.966 86.4 .792 38.7 744 1.550.0 1.536 73.3

* Base 79/80 = 100


1. Preliminar.
Fuentes: Federacafé - Gerencia Comercial - Gerencia Financiera - División de Investigaciones Económicas.
Banco de la República.

que están acostumbrados, que es cui­ tantes del gremio y siete funcionarios
dar de sus cafetales. Así mismo, la for­ del gobierno nacional. La forma de
ma como se reparten los presupuestos administrar la problemática cafetera
de la Federación Nacional de Cafete­ ha sido un verdadero ejemplo de con-
ros entre los diferentes Comités De­ certación, y en los últimos veinticinco
partamentales basados en el volumen años se han mejorado y refinado los
de producción de café por departa­ instrumentos de manejo a disposición
mento, ha significado que los propios de la Federación para facilitar el al­
comités no estén muy interesados en cance de sus objetivos.
fomentar y estimular la diversifica­ La política cafetera colombiana ha
ción, por cuanto consideran que si la estado dirigida primordialmente a la
siembra de otros productos se hace a consecución del mayor ingreso posible
expensas del café, su presupuesto y su de divisas, no sólo para lograr un ade­
poder relativo en la Federación po­ cuado crecimiento de la economía na­
drían verse disminuidos. cional, sino para obtener en el interior
del país un creciente apoyo al produc­
Fedecafé y sus políticas tor cafetero. Este último objetivo se
alcanza mediante la comercialización
La Federación Nacional de Cafeteros, de la cosecha a un precio mínimo ga­
como bien se sabe, es la entidad en­ rantizado y a través de programas
cargada de ejecutar la política cafetera complementarios de mejoramiento so­
del país, por delegación bajo contrato cial. La decisión de apoyar los acuer­
del gobierno. En el seno de la junta dos internacionales obedece precisa­
directiva (Comité Nacional de Cafe­ mente a la firme convicción de que a
teros) tienen asiento ocho represen­ la larga se obtiene mayor y más esta­
Capítulo 11 291

ble ingreso de divisas si se regula el partamentos cafeteros; cooperativas


mercado externo. La bondad de esta de caficultores: que procuran defender
política ha sido demostrada por la ex­ los intereses de sus asociados (recien­
periencia de los últimos cinco lustros. temente se les dio permiso para expor­
Para ejecutar sus políticas internas y tar café); y las corporaciones forestales:
externas, la Federación y el gobierno que han tenido como objetivo la pro­
tienen a su disposición los siguientes tección de las aguas y recursos esencia­
instrumentos: les para la producción del grano.
- Reintegro mínimo cafetero
- Impuesto mínimo cafetero
- Impuesto ad valorem Cuadro 10
- Impuesto de pasilla y ripio
- Cuota de Retención Cafetera Cambios en el reintegro mínimo, el impuesto
- Precio interno de sustentación
- Precio para consumo interno ad valorem y la cuota de retención cafetera
- Convenios de comercialización in­ Años civiles (1980-1984)
terna Reintegro Impuesto
- Capacidad financiera del Fondo na­ Cuota de
Fecha de vigencia mínimo Ad retención
cional del Café Dólares/70 kg valorem %
- Crédito y Asistencia Técnica Excelso %
- Programas de Diversificación
- Programas de infraestructura física y 1980
social de las zonas cafeteras. Mayo 9 287.32 62
Algunos de estos instrumentos fue­ Octubre 3 201.00 25
ron adoptados después del Frente Na­ Diciembre 9 13
cional. Otros se han perfeccionado Diciembre 10 181.95
para tener un mayor control de la eco­ Diciembre 11 15
nomía cafetera. Y a tal punto esos me­ 1981
canismos han demostrado su eficacia, Abril 24 186.55 20
que la Federación se ha convertido en Septiembre 1 12
modelo para muchos otros países. Septiembre 18 25
Así mismo, durante los últimos vein­ Noviembre 6 201.90 30
ticinco años, se han fortalecido prác­ Diciembre 14 206.50 35
ticamente todas las empresas creadas
por la Federación para ayudar al gremio 1982
y complementar el logro de sus objeti­ Marzo 13 217.25 39
vos. Entre éstas están: La Flota Mercan­ Mayo 24 206.50 35
te Grancolombiana, el Banco Cafetero, Octubre 1 9
la Compañía Agrícola de Seguros, 1983
y Almacafé S.A., que se encarga de Febrero 19 191.00
administrar la política interna de co­ Septiembre 12 6.5 45
mercialización, la compra de café, su Octubre 14 195.50 50
almacenamiento y su beneficio para el Octubre 31 200.00
mercado interno y externo. Noviembre 30 204.50
También se han creado otras em­ Diciembre 9 58
presas como Café Colombia, S.A.:
empresa industrial para la torrefacción 1984
Febrero 1 62
y comercialización del café colombia­
Marzo 23 206.00
no en Argentina; Concasa: corpora­ 66
Marzo 26
ción de ahorro y vivienda para finan­ 209.00
Mayo 11
ciar la construcción en las zonas cafe­ Mayo 12 68
teras; Corporaciones Financieras Re­
gionales: promovidas para impulsar la Fuente: Federacafe - División Investigaciones Económicas.
diversificación económica de los de-
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
292

Cuadro 11

Las contribuciones internas de la industria cafetera y su distribución


(1980-1984)
Impuestos y gravámenes (millones de pesos)
En especie En dinero Distribución %

Años Cuota de Pasilla Descuento Impuesto Fondo Comités Gobierno


retención y ripio certificado ad Total Nacional deptales. nacional Total
cambio valorem del Café

1980 31.116 4 4.068 15.025 50.213 68 2 30 100


1981 9.597 4 11.468 21.069 59 3 38 100
1982 23.531 5 10.607 34.143 84 2 14 100
1983 29.263 18 8.471 37.752 87 2 11 100
1983 (en.-jun.) 11.093 7 4.173 15.273 82 3 15 100
1984 (en.-jun.) 29.370 8 4.085 33.463 94 2 4 100

Fuente: Federacafé - Gerencia financiera y División Investigaciones Económicas.

No todas estas inversiones que ha para asimilar las circunstancias cam­


hecho la Federación han alcanzado los biantes de la economía cafetera mun­
objetivos previstos. Concasa, por dial. Por igual los países productores
ejemplo, ha financiado relativamente y consumidores de café han reconoci­
pocas construcciones en las zonas ca­ do que no existe instrumento más idó­
feteras. Otras inversiones han sido ob­ neo que el de los acuerdos para ma­
jeto de cuestionamiento. Pero, en tér­ nejar el mercado; y prueba de ello es
minos generales, no puede dudarse que en el convenio actualmente en vi­
que la Federación ha logrado durante gencia participan setenta y cinco paí­
estos últimos veinticinco años una no­ ses que representan el 99 % de la pro­
table mejoría en el bienestar de los ca­ ducción mundial y el 90 % del con­
feteros. Logro éste, que, al fin y al sumo. La activa participación de Co­
cabo, es su razón de ser. lombia en estos acuerdos, como el se­
gundo exportador después de Brasil,
Conclusión ha determinado la política cafetera na­
cional. Las variaciones de la política
La historia de la política cafetera co­ de producción interna, y particular­
lombiana se divide en dos: antes y des­ mente la tecnificación del 40 % del
pués de los Acuerdos Internacionales. área cultivada, fueron consecuencia
El restablecimiento de la democracia directa de la coyuntura internacional.
en el país con el Frente Nacional y la Así mismo, los programas de diversi­
llegada de Arturo Gómez Jaramillo a ficación de las zonas cafeteras nacie­
la gerencia de Federacafé coincidieron ron y se desarrollaron en función de lo
y en cierta forma propiciaron la crea­ que se acordaba en la Organización
ción de los Pactos Mundiales. Desde Internacional del Café en Londres,
1962, cuando se negoció el primer aunque el país mantuvo siempre com­
convenio, el mercado internacional pleta autonomía en sus planes de pro­
del café ha estado regulado en mayor ducción y diversificación.
o menor escala por estos acuerdos, La Federación Nacional de Cafete­
que se han renegociado y modificado ros, durante el período en cuestión,
Capítulo 11___________________________________________________________________________________ 293

fortaleció las empresas bajo su con­ presupuesto de los Comités Departa­


trol, creó otras y perfeccionó los ins­ mentales que se multiplicó por 364 al
trumentos de manejo a su disposición pasar de 13.4 a 4.009 millones de pe­
para poder controlar mejor el creci­ sos; o el incremento registrado de 196 %
miento y la sofisticación de la econo­ en los sitios de compra del café (22
mía cafetera colombiana. No de otra en 1958 contra 658 en 1984); o la ex­
forma se hubiera podido administrar pansión de unas exportaciones que pa­
la compra de una cosecha que creció saron de 3.5 a 12.2 millones de sacos;
de 7.5 millones a 13.5 millones de sa­ o el porcentaje de la cosecha que ma­
cos y que en pesos pasó de 2.306 a nejó directamente la Federación, que
118.823 millones; o unas exportacio­ se elevó de 6.8 % a 53 % y que sig­
nes que aumentaron 88.6 % (de 3.5 a nificó que, en lugar de comprar
10 millones de sacos) y que en térmi­ 320.000 cargas, hubiera tenido que
nos de dólares crecieron 336 % (de comprar 4.276.000 cargas el año ca­
351 a 1.529 millones de dólares); o un fetero de 1984.

Colombia-Distribución del precio externo


Años cafeteros (1970/71-1980/81)

PRECIO
EXTERNO
294 Nueva Historia de Colombia. Vol V

Bibliografía
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SANTOS, JUAN MANUEL. International coffee agreement. Harvard University, 1981.
Capítulo 12 295

Luchas del campesinado cafetero.


1930 -1946
Charles Bergquist mismos acontecimientos políticos y el
período de hegemonía política liberal
que ellos definen. Durante este perío­
Introducción do perdió su radicalismo y su poder in­
dependiente un movimiento laboral
os años que definen el período anticapitalista; mientras tanto, sus or­
L comprendido entre 1930 y 1946, ganizaciones entraron a formar parte
objeto de este análisis, se cuentan ennormal
tre los más decisivos de la historia po­
­
la
de la vida política y jurídica de
nación.
lítica colombiana. En 1930, una divi­ ¿Cuál es la relación entre estos
sión en el seno del partido conserva­ acontecimientos políticos decisivos y
dor llevó a la presidencia al partido li­ la historia del movimiento laboral en
beral, poniendo fin así a medio siglo Colombia? ¿Cómo se relacionan am­
de hegemonía política conservadora bos con la Violencia, un fenómeno
para dar paso a un sorprendente pe­ que, a diferencia de la Revolución me­
ríodo de dieciséis anos de control y re­ xicana o de la lucha contemporánea en
forma liberales. En 1946 los papeles Centroamérica, se resiste a ser enten­
cambiaron; el partido liberal dividió dido como una revolución social y
sus votos entre dos candidatos presi­ antiimperialista? En otras palabras,
denciales y el partido conservador lo­ ¿qué tiene que ver la historia del mo­
gró el control del poder ejecutivo. vimiento laboral colombiano durante
Toda esta serie de acontecimientos los años 30 y 40 con los aspectos cen­
políticos, según la opinión de la ma­ trales de la historia moderna del país?
yoría, contribuyó al desencadena­ Los interrogantes acerca del movi­
miento de la Violencia, la conmoción miento laboral colombiano por lo ge­
civil más sangrienta y prolongada que neral no se plantean de esta forma. En
afectara a una nación latinoamericana las interpretaciones comunes sobre
durante el período que va de la Re­ este período crucial tiende a restársele
volución mexicana de 1910 hasta la ac­ importancia al movimiento laboral en
tual crisis centroamericana. lo que hace a su relación con los re­
No fueron menos decisivos para el sultados de los acontecimientos polí­
movimiento laboral colombiano estos ticos de la nación. Ésta es una cuestión
296 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

en extremo peculiar, por dos motivos. Pero también ese enfoque deja de
El primero es el hecho de que en los lado la lucha de los trabajadores co­
escritos históricos sobre este período lombianos como parte de la explica­
(al igual que en los referentes a todos ción e interpretación del proceso que
los acontecimientos del siglo XX en culminó en la Violencia. Incluso los
Colombia) ha predominado la inves­ estudiosos del movimiento laboral
tigación liberal y de izquierda. En lo propiamente dicho no han logrado dar
que hace a la teoría y la inclinación po­ en general una interpretación muy di­
lítica, es de esperarse que esas inter­ ferente a los acontecimientos políticos
pretaciones, más que las conservado­ de la nación. Aunque sus simpatías es­
ras, hagan hincapié en los intereses y tán con los trabajadores, estos escri­
la función de la clase trabajadora. El tores también tienden a ver el fracaso
segundo es el hecho de que estas in­ de la izquierda y de las fuerzas popu­
terpretaciones, aunque vagamente, lares como un problema de liderazgo,
perciben el período en cuestión como del supuesto oportunismo del partido
algún tipo de revolución social fallida. comunista y de liberales disidentes
Según estas opiniones, a medida que como Gaitán, o de las astutas mani­
avanzaron los años 30 y 40, los diri­ pulaciones de la «oligarquía» liberal o
gentes liberales reformistas «traicio­ conservadora que ejerciera el control
naron» a las masas, frustrando sus as­ de los partidos tradicionales y del Es­
piraciones de alcanzar un orden polí­ tado.
tico y social más justo. Entre tanto, la
élite política conservadora, en alianza Este énfasis en el éxito de las cons­
con la Iglesia, engendraba la reacción piraciones de la clase dominante o en
política que erosionó la hegemonía el fracaso del liderazgo popular dis­
política liberal y culminó en el esta­ torsiona significativamente la eviden­
blecimiento de los regímenes conser­ cia histórica. Es mi intención demos­
vadores represivos de finales de los trar que el estudio de la dinámica de
años 40 y principios de los 50. El re­ los acontecimientos políticos naciona­
sultado fue la tragedia de la Violencia, les que culminaron en la Violencia se
durante la cual el pueblo colombiano hace más comprensible si es vista a la
se volvió contra sí mismo, mientras la luz de la lucha de los trabajadores co­
élite bipartidista quedaba libre para lombianos. Para colocar la lucha de
forjar el orden capitalista dependiente los trabajadores en el centro de este
y nominalmente democrático que ha análisis histórico hay que empezar por
prevalecido, sin cuestionamiento efec­ redefinir ante todo el tema de la his­
tivo, hasta el día de hoy. toria laboral.

Por lo tanto, la mayoría de los es­ Conceptualización


tudios vigentes se han basado princi­ de la historia laboral colombiana
palmente en la acción de la élite po­
lítica como la clave para entender este La historia laboral en Colombia
período. Se concentran en las inicia­ (como en otras sociedades capitalistas
tivas y errores de dirigentes liberales periféricas) ha sido definida, por tra­
reformistas como Alfonso López y dición y siguiendo los modelos libe­
Jorge Eliécer Gaitán, o en las maqui­ rales y marxistas construidos en las so­
naciones de los reaccionarios conser­ ciedades capitalistas desarrolladas,
vadores, en especial de Laureano Gó­ como la historia de los trabajadores
mez. Algunos expertos en ciencias so­ urbanos, artesanos y proletarios en la
ciales que escriben dentro de esta tra­ industria manufacturera. Los trabaja­
dición han ampliado este estudio de la dores rurales —campesinos y agricul­
acción política de la élite al relacio­ tores del sector agrícola— fueron se­
narla con la dinámica del clientelismo gregados del movimiento laboral, por
y el exclusivismo político del sistema considerar que su lucha entrañaba una
tradicional bipartidista colombiano. problemática diferente y obedecía a
Capítulo 12 297

una lógica distinta. Esta historia tra­


dicional del movimiento laboral co­
lombiano comienza en el siglo XIX y
principios del XX con el estudio de las
sociedades de ayuda mutua y los sin­
dicatos y partidos incipientes de los ar­
tesanos urbanos y los trabajadores
manufactureros. Abarca, a medida
que avanza el siglo XX, la historia de
los trabajadores del transporte (prin­
cipalmente ferroviario, fluvial y por­
tuario) y de los de los enclaves bana­
neros y petrolíferos, cuyas luchas al­
canzaron dimensiones explosivas a fi­
nales de los años 20. De allí en ade­
lante, a medida que la sociedad
capitalista y dependiente de Colombia de los procesos sociales objetivos (mo­ Beneficiadero de café
adquiere madurez durante el medio si­ dernización para los liberales, prole- de la hacienda
glo transcurrido desde 1930, la historia tarización para los marxistas). Las dos La Esperanza,
laboral tradicional de la nación gira tratan de explicar la historia moderna en Caldas, en una
de las fotografías
cada vez más alrededor de los traba­ a través de categorías de análisis (un más antiguas
jadores de los sectores de servicio y sector moderno o un proletariado) realizadas en Colombia
manufactura de la economía nacional. que permiten pronosticar cambios en sobre el tema
Por otra parte, ajena a esta historia la conciencia humana y la acción po­ cafetero.
de los trabajadores urbanos e indus­ lítica. Muy aparte de los problemas
triales, se desenvuelve la historia del que han encontrado en esta empresa
capitalismo agrario y las luchas cam­ analítica y pronosticadora, cada uno
pesinas. Ésta incorpora la historia de de estos modelos teóricos enfrenta un
la tierra y el trabajo en las zonas ru­ serio obstáculo al considerar la reali­
rales desde la época de la Colonia y, dad de la historia laboral de las socie­
en este siglo, registra el levantamiento dades capitalistas periféricas. Porque,
de las ligas campesinas durante los a diferencia de los países capitalistas
años 20, analiza la historia cada vez centrales, donde el eje del crecimiento
más violenta de la lucha de clases en económico y el desarrollo ha sido du­
las grandes haciendas cafeteras duran­ rante dos siglos el sector industrial, en
te los años 30, especula sobre el im­ las sociedades periféricas, por lo me­
pacto de la violencia sobre los patro­ nos hasta mediados del siglo XX, la ac­
nes de tenencia de la tierra durante los tividad económica giró alrededor de la
años 40 y 50, y hace énfasis en el pro­ exportación de los productos agrícolas
ceso de proletarización rural y orga­ y mineros. ¿No debería entonces la
historia de los trabajadores en el sec­
nización laboral durante el cuarto de tor de exportación ser el tema central
siglo posterior a 1960. Sólo reciente­ de la historia laboral en dichas socie­
mente, cuando se ha alcanzado una dades? Éste parece ser claramente el
proletarización sustancial del sector caso si consideramos la importancia
agrícola, estas dos historias de los tra­ económica de estos trabajadores. No
bajadores rurales y urbanos hasta aho­ obstante, los historiadores y los ex­
ra separadas han comenzado a fundirse pertos en ciencias sociales han insisti­
y a recibir un tratamiento simultáneo. do en ignorar esta realidad fundamen­
La conceptualización y el tratamien­ tal. Durante estas últimas décadas se
to independientes de la historia de los han apresurado a revisar las teorías li­
trabajadores urbanos y rurales tienen berales y marxistas ortodoxas sobre el
sentido en términos de las teorías mar- desarrollo económico para incorporar
xista y liberal ortodoxas. En las dos se las realidades del capitalismo perifé-
parte de una teoría bien desarrollada
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
298

rico (la teoría del desarrollo «depen­ contra la acumulación por parte de la
diente» tanto en la versión neomarxis- clase dominante nacional y foránea.
ta como en la de la CEPAL). Y han Las huelgas del sector de exportación
adaptado las categorías de la descrip­ afectaron muy seriamente la condición
ción de las clases gobernantes para dar económica y fiscal del país. Por con­
cabida a la realidad del desarrollo po­ siguiente, los trabajadores del sector
lítico periférico donde el poder ha sido de las exportaciones tuvieron en sus
detentado históricamente, no por una manos el mayor poder objetivo y sim­
burguesía industrial, sino por quienes bólico para afectar los acontecimien­
han ejercido el control sobre los me­ tos laborales y políticos de la nación.
dios de la producción y el intercambio Sus luchas dicen mucho acerca del
de las exportaciones. Pero, curiosa­ destino y la trayectoria de los distintos
mente, se han mostrado renuentes a movimientos laborales de América
modificar sus categorías de análisis Latina. Su historia revela claramente
para la clase trabajadora. El por qué los patrones a través de los cuales el
esto ha sido así es, en sí, un interro­ trabajo organizado fue incorporado a
gante que vale la pena investigar. ¿Re­ la vida jurídica e institucional de los
fleja acaso un elitismo paternalista y distintos estados-naciones de América
autoritario, aunque subconsciente, in­ Latina durante las décadas anteriores
cluso en la ciencia social más «progre­ a los mediados de siglo.
sista», aun aquella concebida dentro
de la tradición marxista? En Colombia, la mayoría de estos
trabajadores se encuentran en el sec­
Sea cual fuere la causa, el hecho es tor cafetero, el eje de la economía na­
que los trabajadores del sector de pro­ cional durante la mayor parte de este
ducción y procesamiento de los pro­ siglo. Se calcula que el número de per­
ductos de exportación pertenecientes sonas empleadas total o parcialmente
a las sociedades capitalistas periféricas en el sector cafetero a finales de los
como las de América Latina, se re­ años veinte oscilaba entre quinientos
húsan a encajar dentro de las catego­ mil y un millón, cifra esta última que
rías conceptuales de las teorías liberal representa una abrumadora octava
y marxista ortodoxas. ¿Cómo clasifi­ parte de la población nacional. El tra­
car, por ejemplo, a los trabajadores de bajo reciente de los historiadores y ex­
los enormes complejos azucareros que pertos en ciencias sociales nos ha per­
han formado el núcleo de la economía mitido comprender mucho mejor las
cubana desde el siglo XIX? ¿O a los mi­ condiciones variadas y cambiantes en
neros del alto Perú, que continuamen­ las cuales laboraban y vivían los tra­
te abandonan la agricultura de subsis­ bajadores cafeteros. También ha con­
tencia para luego regresar a ella? Es­ tribuido a un mejor conocimiento de
tos trabajadores en ocasiones son más la naturaleza de su lucha colectiva, ini­
rurales que urbanos, a veces más agrí­ ciada durante la década de los años
colas que industriales, a veces traba­ veinte, por el control de la tierra y el
jadores con salario libre, a veces no. producto de su trabajo. Sin embargo,
Sin embargo, fueron estos trabajado­ debido a los impedimentos conceptua­
res del sector de producción y proce­ les descritos anteriormente, la historia
samiento de productos para la expor­ de los trabajadores cafeteros no se ha
tación, y aquellos ligados a ellos por integrado bien, en términos generales,
su trabajo en los complejos modernos dentro de la historia del movimiento
de transporte exigidos por la econo­ laboral o de la política de la nación.
mía de exportación, quienes influye­ El énfasis en la lucha de los traba­
ron más fundamentalmente en el de­
sarrollo de las sociedades capitalistas jadores del sector cafetero genera una
periféricas durante la primera mitad interpretación diferente, más persua­
del siglo XX. Durante dicho período siva, y decididamente más democráti­
constituyeron la amenaza más directa ca del período eje de la historia colom­
biana marcado por la República Li-
Capítulo 12 299

beral de 1930 a 1946. Los elementos sión de dirigentes como Alfonso Ló­
de esta nueva interpretación depen­ pez, o en la ineptitud de unos dirigen­
den de cuatro argumentos consecuti­ tes conservadores confundidos por la
vos presentados en lo que resta de este jerarquía eclesiástica, la cual se mos­
ensayo. Cada uno de los argumentos tró a favor de uno y luego de otro de
se basa en una evaluación de lo que los candidatos conservadores a la pre­
significa para la política nacional la lu­ sidencia. Los estudios recientes nos
cha de clases dentro de un sistema ca­ han permitido comprender mejor es­
pitalista mundial. El primero ofrece tos acontecimientos al analizar los re­
una interpretación de la transferencia veses de fortuna de la hegemonía con­
trascendental del poder de manos del servadora en términos de la incapaci­
partido conservador al liberal en 1930, dad del gobierno para controlar, me­
basada en dos consideraciones. Por un diante la represión, un movimiento la­
lado, la amenaza que representaba boral anticapitalista insurgente, y su
para los intereses de la clase dominan­ incapacidad, llegado el año de 1929,
te el floreciente movimiento laboral para garantizar el flujo de inversión
anticapitalista de los años veinte. Por extranjera a la economía. La masacre
otro, el desafío que plantea para esa de cerca de mil trabajadores y miem­
clase el advenimiento de la crisis mun­ bros de sus familias en las plantaciones
dial del orden capitalista a finales de bananeras de la United Fruit cerca de
ese decenio. El segundo argumento se Santa Marta, perpetrada por las tro­
relaciona con la República Liberal pas oficiales, acontecimiento infame
misma. Arguye que las crecientes vic­ que sirvió de plataforma de lanza­
torias de los trabajadores cafeteros en miento para la carrera política del di­
su lucha por el control de la tierra son sidente liberal Jorge E. Gaitán, fue el
la mayor explicación para la lógica re­ ejemplo más evidente del problema
formista del período comprendido en­ social a que hubo de enfrentarse el ré­
tre 1930 y 1946. El tercero es un aná­ gimen conservador.
lisis de la crisis del liberalismo y la El segundo problema no fue menos
transferencia del poder al partido con­ serio. Durante los veinte años trans­
servador en 1946. Hace hincapié en la curridos después de 1910, el creci­
vulnerabilidad del movimiento laboral miento y el desarrollo de la economía
colombiano ante las iniciativas de la colombiana, y la estabilidad y legiti­
clase dominante durante el resurgi­ midad del régimen, habían descansa­
miento y la reorganización del capi­ do sobre los principios de una econo­
talismo mundial al terminar la segun­ mía política liberal clásica. Estos prin­
da guerra mundial. El cuarto argu­ cipios habían sido consolidados jurí­
mento plantea un análisis que rela­ dica y políticamente por la élite bipar­
ciona todo este proceso social con tidista al terminar la guerra de los Mil
el fenómeno de la Violencia. Las ob­ Días. Bajo dichas políticas, el desarro­
servaciones finales se refieren a las im­ llo de Colombia dependía en gran me­
plicaciones políticas contemporáneas dida de la ampliación del sector cafe­
de una interpretación que coloca la lu­ tero de exportación y de la infusión a
cha de los trabajadores colombianos gran escala de capital extranjero. En
en el centro del análisis de todo el pe­ 1927, un informe del gobierno de los
ríodo fundamental que comenzó en Estados Unidos cuestionó la capaci­
1930 y terminó en 1946. dad crediticia de Colombia y desen­
cadenó una crisis de todo este sistema.
Advenimiento Condujo a la virtual suspensión del
crédito norteamericano a Colombia
de la República Liberal__________ durante los dos años siguientes, y con­
Las interpretaciones tradicionales so­ tribuyó a la decisión de dirigentes de
bre la victoria del Partido Liberal en los dos partidos tradicionales de lanzar
1930 tienden a basarse, bien en la vi­ la candidatura presidencial de Enrique
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
300

nuevo gobierno liberal y las de sus su­


cesores tuvieron un mayor éxito ini­
cial. A través de la ley laboral de 1931,
el gobierno promovió la organización
laboral «responsable», en un intento
por canalizar el movimiento de los tra­
bajadores hacia sindicatos legales y
moderados orientados por el partido
liberal. Como consecuencia, el nú­
mero de sindicatos legales proliferó a
principios de los años 30 y, eventual­
mente, algunas de las organizaciones
más militantes, incluyendo los dirigi­
dos por el recién formado partido co­
munista, decidieron cooperar o for­
mar alianzas con las autoridades le­
gales y el partido liberal.

Los trabajadores cafeteros


y la lógica de la reforma liberal
Enrique Olaya Herrera, Olaya Herrera en 1930. Olaya Herre­
embajador en ra, liberal al servicio del país como Las políticas e intenciones de estos re­
Washington, con sus embajador en los Estados Unidos, te­ gímenes liberales reformistas, espe­
asistentes. Gracias nía relaciones estrechas con los círcu­ cialmente el primer gobierno de Al­
a sus buenas fonso López (1934-1938), han sido
relaciones con
los bancarios estadounidenses en Nue­
los circulas va York. Durante su exitosa campaña consideradas tradicionalmente como
bancarios de se comprometió a restablecer el flujo reformistas y democráticas por parte
Nueva York, Olaya de la inversión extranjera requerida de los académicos liberales y de iz­
se propuso atraer la para promover el crecimiento conti­ quierda. Algunos han visto en la Re­
inversión extranjera volución en Marcha de López la mano
para fortalecer la
nuo de la economía colombiana ba­
economía nacional, sada en las exportaciones de café. de una «burguesía nacional», un seg­
sustentada a su vez Una vez en el poder, el gobierno bi­ mento de la élite comprometido con
en la economía partidista de Olaya Herrera se pro­ los objetivos de aumentar el alcance y
cafetera.
puso enfrentar los problemas sociales la eficiencia de la agricultura capitalis­
y económicos que habían destruido la ta y de promover, con el respaldo de
legitimidad del gobierno anterior. En los trabajadores e industriales de las
un comienzo no tuvo éxito en el frente ciudades, la industrialización de la
económico. Con la acentuación de la economía nacional.
depresión mundial, le fue imposible El análisis de las principales refor­
restablecer el flujo de inversiones ex­ mas sociales de este período —las le­
tranjeras a la economía colombiana. yes de reforma agraria y laboral a co­
Al igual que otros regímenes liberales mienzos y mediados de los años 30—
de América Latina durante la crisis revela una interpretación diferente de
mundial, se vio obligado a abandonar los motivos que llevaron a dichas po­
gradualmente los principios del libe­ líticas. También arroja nueva luz so­
ralismo clásico sobre los cuales había bre las razones del rápido abandono
descansado el desarrollo de orienta­ de estas reformas por parte de los di­
ción exportadora de la nación. Aban­ rigentes del partido liberal durante el
donó con renuencia el patrón oro, in­ gobierno de Eduardo Santos (1938­
currió en incumplimiento del pago de 42), el segundo y desafortunado go­
la deuda externa y adoptó políticas bierno de Alfonso López (1942-45), y
cambiarías que favorecieron el proce­ el breve gobierno de transición de Al­
so de industrialización. berto Lleras (1945-46), el cual abrió el
En el frente laboral, las políticas del camino para la restauración y reacción
Capítulo 12 301

conservadora en 1946. En términos tras serias de amenazar su posición.


generales, estas iniciativas de reforma Una vez vencido el poder indepen­
laboral y agraria son consideradas diente del movimiento laboral y una
como políticas independientes de los vez que sus organizaciones fueron ca­
modernizadores liberales, o como una nalizadas hacia la cooperación con el
función de los objetivos económicos Estado y la alianza con el partido li­
de una burguesía nacional. No obstan­ beral, estas políticas reformistas fue­
te, ninguno de estos enfoques aporta ron abandonadas y luego reemplaza­
una explicación convincente sobre el das por otras de signo contrario.
abandono de esas políticas y la adop­ La amenaza constituida por el mo­
ción posterior de iniciativas totalmen­ vimiento laboral colombiano durante
te opuestas por parte de los gobiernos los años 30 giró alrededor de los tra­
liberales de finales del período. bajadores rurales y no de los trabaja­
Sin embargo, desde el punto de vis­ dores urbanos. Con el advenimiento
ta de la clase trabajadora, la natura­ de la depresión, la fuerza y la militan-
leza y la unidad de estas iniciativas la­ cia de los trabajadores de la industria,
borales y agrarias, codificadas en la y de los proletarios de las zonas petro­
Reforma Constitucional de 1936, líferas y bananeras de propiedad ex­
adoptan un cariz diferente que per­ tranjera, declinaron rápidamente. La
mite comprender mejor la rapidez con disminución de la demanda de mano
que fueron abandonadas y reempla­ de obra que acompañó al advenimien­
zadas posteriormente. Las dos series to de la crisis mundial dejó a las or­
de reformas fueron, ante todo, una ganizaciones militantes de estos tra­
reacción ante la supuesta amenaza de bajadores en una situación de extre­
un movimiento laboral insurgente mas vulnerabilidad y debilidad. No
contra la hegemonía política y social fue así en el importante sector cafe­
de la clase gobernante. Las concesio­ tero. Los trabajadores pertenecientes
nes que implicaban para los trabaja­ a ese sector trabajaban bajo toda suer­
dores urbanos y rurales fueron apro­ te de condiciones. Algunos eran jor­
badas y toleradas por elementos im­ naleros, otros trabajaban bajo distin­
portantes de la clase dominante mien­ tos sistemas de aparcería, otros pro­
tras el movimiento laboral dio mues­ ducían en pequeña escala como arren-

Casa de una hacienda


cafetera de Antioquia,
con su mirador
(a la derecha)
para vigilancia
del trabajo
(Álbum de la
Sociedad de Mejoras
Públicas de Medellín,
1922).
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
302

datados o como dueños de una par­ rales y hacer de ellos una fuerza polí­
cela. Durante el auge de la economía tica capaz de desafiar el monopolio
cafetera que alcanzó su apogeo duran­ electoral de los dos partidos tradicio­
te los años 20, la mayoría de estos tra­ nales.
bajadores, sean cuales fueren sus con­ Una parte menos conocida pero al­
diciones de trabajo, lograron mejorar tamente significativa de esta lucha co­
su posición con respecto a los grandes lectiva fueron las fallidas huelgas ca­
terratenientes y productores capitalis­ feteras nacionales, organizadas por el
tas. Los jornaleros conquistaron jor­ partido comunista en 1934 y 1935. Los
nales más elevados, los arrendatarios organizadores de estas huelgas reco­
lograron reducir sus obligaciones per­ nocieron con mucha mayor claridad
sonales de trabajo para con los gran­ que sus sucesores izquierdistas la im­
des hacendados (o empezaron a con­ portancia central de la fuerza laboral
tratar a otros para cumplirlas), y am­ cafetera para el futuro del movimiento
bos, igual que los colonos y pequeños laboral colombiano. Su intención era
terratenientes, lograron aumentar la organizar a los productores rurales, la
producción de café y alimentos en las fuerza laboral femenina en las trilla­
tierras propias o arrendadas, o en doras de café, y los trabajadores del
aquellas a las cuales habían ganado ac­ transporte (arrieros, ferrocarrileros y
ceso. Con la caída de los precios del trabajadores portuarios) para formar
café y la llegada de la depresión, estos una gran alianza en el propio corazón
trabajadores que tenían el acceso a la de la economía colombiana. Pese a la
tierra rehusaron rendirse ante los es­ lucha heroica y las victorias significa­
fuerzos de los grandes hacendados tivas aunque aisladas, estas huelgas no
para salvar sus menguadas utilidades lograron paralizar el sector cafetero u
obligando a sus trabajadores a regre­ organizar a los trabajadores en sindi­
sar a su antigua posición de mayor de­ catos efectivos y duraderos. Este fra­
pendencia. Ante los tiempos difíciles, caso, combinado con los esfuerzos im­
a diferencia de los trabajadores pro­ productivos de la UNIR y el partido
letarizados de los sectores capitalistas comunista para debilitar el monopolio
de la economía, estos trabajadores del electoral de los partidos tradicionales,
campo, que tenían control efectivo de llevaron a los dirigentes de ambos par­
sus medios de producción, se fortale­ tidos a desistir de la lucha por orga­
cieron en su determinación y se tor­ nizar a los trabajadores en el núcleo
naron más radicales en sus exigencias.
La dimensión colectiva de esta lu­ de la economía colombiana. Llegado
cha de los trabajadores cafeteros ha el año 1936, tanto los comunistas
sido objeto de numerosos estudios en como los disidentes liberales optaron
los últimos años, que se han concen­ por perseguir objetivos reformistas
trado en la formación de las ligas cam­ menos ambiciosos a través de una
pesinas a finales de los años 20, es­ alianza con el partido liberal.
pecialmente en Cundinamarca y Toli- El fracaso de estos esfuerzos colec­
ma; en las luchas explosivas de los tivos fue el resultado de muchos fac­
arrendatarios, jornaleros y colonos de tores, el más importante de los cuales
los latifundios cafeteros del suroriente fue la lucha individual y cada vez más
de Cundinamarca que comenzaron a fructífera de decenas de miles de tra­
finales de los años 20 y cobraron fuer­ bajadores cafeteros por el control de
za a comienzos de los años 30; y en los la tierra. En la mayoría de los estudios
esfuerzos políticos desplegados antes izquierdistas este proceso se niega o se
del año 1935 por liberales disidentes ignora, y aún está por estudiarse muy
encabezados por Gaitán y su Unión a fondo la dinámica de su desarrollo a
Nacional Izquierdista Revolucionaria través del tiempo. No obstante, no
(UNIR) y por el partido comunista cabe duda de que este proceso fue
para organizar a los trabajadores ru­ real, y sus características generales es­
tán claras. Ya para los años 20 el pro-
Capítulo 12 303

Cuadro 1
Propiedades cafeteras clasificadas por número de arbustos en los principales departamentos
cafeteros de Colombia (1932)
Número de
fincas
Departamento con menos de De 5.001 a De 20.001 a De 60.001 a Más de Número total
20.000 60.000 100.000 100.000 de
5.000 propiedades
arbustos
Antioquia 24.434 3.531 518 65 41 28.589
Caldas 36.475 3.411 260 23 5 40.174
Cauca 12.194 283 12.477
Cundinamarca 12.474 922 257 68 91 13.812
Norte de Santander 5.128 2.416 352 38 38 7.972
Santander 1.500 1.128 303 51 63 3.045
Tolima 9.610 2.670 369 62 60 12.771
Valle 18.477 1.514 71 3 4 20.069
Otros departamentos 9.264 1.046 96 14 19 10.439
Totales 129.556 16.921 2.226 324 321 149.348
Porcentaje
de fincas 86.75 11.33 1.49 0.22 0.21
Porcentaje
de arbustos 48.79 24.67 12.57 5.51 8.46

Fuente: Censo cafetero, Boletín de Estadística, 1: 5 (feb. 1933): 22.

ceso estaba bastante avanzado, pare­ lamente en dos departamentos cafe­


ció cobrar fuerza durante los años 30 teros, Cundinamarca y Tolima, de­
y 40, y posiblemente llegó a su fin du­ muestra la sorprendente expansión de
rante la década de los 50. las pequeñas fincas cafeteras (las que
Una comparación de los censos ca­ contenían menos de 20.000 arbustos)
feteros de 1932, 1939 y 1955 revela la durante la depresión mundial. Tam­
dirección y naturaleza de este proceso bién revela el virtual estancamiento
social fundamental. En los cuadros 1 del número de grandes haciendas ca­
a 3 aparece información sobre el nú­ feteras (las de más de 60.000 arbustos)
mero y el tamaño de las fincas cafe­ en estos departamentos durante este
teras en Colombia durante todo este mismo período. El cuadro 3, basado
período. El cuadro 4 proporciona la en los datos del censo de 1955, indica
única información sobre tenencia de la que las fincas cafeteras pequeñas, las
tierra disponible en estos censos. que contenían entre 2.500 y 25.000 ar­
El cuadro 1 indica que, para 1932, bustos, siguieron siendo la unidad más
las fincas pequeñas con 5.000 o menos importante de la producción de café
arbustos ya estaban produciendo cerca en Colombia a mediados del siglo. A
de la mitad del café de Colombia. Las diferencia de los censos anteriores,
fincas pequeñas de mayor tamaño, efectuados por la Federación Nacional
con 5.000 a 20.000 arbustos, produ­ de Cafeteros, este censo realizado por
cían una cuarta parte adicional; las organismos técnicos de las Naciones
grandes haciendas producían la cuarta Unidas, contiene información crucial
parte restante. El cuadro 2, basado en acerca de la tenencia de la tierra. Esta
el censo parcial de 1939, realizado so­ información aparece resumida en el
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
304

Cuadro 2

Propiedades cafeteras clasificadas por número de arbustos en Cundinamarca y Tolima


(1932 y 1939)
Número de
Departamento fincas con De 60.001 a Más de Número
De 5.001 a De 20.001 a total de
y menos de 60.000 100.000 100.000 propiedades
5.000 20.000
año censal
arbustos
Cundinamarca
1932 12.474 922 257 68 91 13.812
1939 25.826 3.874 406 76 88 30.270

Tolima
1932 9.610 2.670 369 62 60 12.771
1939 22.555 5.021 511 68 62 28.217

Fuente: Cuadro 1 y «Censo cafetero en los departamentos de Cundinamarca y Tolima», Boletín de estadística, n.° 24
(abril, 1943): 62.

cuadro 4. Revela que dentro de la ca­


Cuadro 3 tegoría de las fincas pequeñas con
2.500 a 25.000 arbustos, más de las
Número y producción de las fincas cafeteras tres cuartas partes de las fincas eran
colombianas según tamaño (1955) trabajadas y administradas por sus
dueños. Los estimativos del tamaño
N.° de fincas Producción
Fincas por ha. necesario para una finca cafetera via­
y arbustos Toneladas ble manejada por la familia propieta­
Número % % ria durante este período van desde los
métricas
5.000 hasta los 20.000 arbustos. Esto
Hasta 1 ha. significa que la mayor parte de las uni­
(menos de 2.500 arbustos) 77.245 36.3 19.129 5.3 dades productivas dentro de la cate­
1.1 a 10 ha. goría de tamaño de 1 a 10 hectáreas,
(2.500 a 25.000 arbustos) 123.719 58.1 207.639 57.9 77.9 % de las cuales eran manejadas
10.1 a 50 ha. por sus propietarios, probablemente
(25.000 a 125.000 eran fundos familiares viables. El cua­
arbustos) 11.429 5.4 108.637 30.3 dro 3 sugiere que el número de tales
50.1 a 100 ha. fincas en 1955 era del orden de las de­
(125.000 a 250.000 cenas de miles.
arbustos) 447 0.2 13.734 3.9 Claro está que resulta arriesgado
100.1 a 200 ha. proyectar esta información acerca de
(250.000 a 500.000 la importancia de los pequeños terra­
arbustos) 79 4.426 1.2 tenientes sobre los censos anteriores
Más de 200 ha. de 1932 y 1939. Es muy probable que
(más de 500.000 arbustos) 51 4.996 1.4 la propiedad de la tierra fuese mucho
Totales 212.970 100.0 358.561 100.0 menos generalizada en 1932 y que el
sistema de aparcería, todavía impor­
Fuente: Comisión Económica para América Latina y la Organización tante en 1955, fuese más común du­
de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. rante dicho período anterior. Pero el
El café en América Latina. Problemas de la productividad y censo de 1955 demostró lo que se ha­
perspectivas. I. Colombia y El Salvador (México, 1958) Cua­ bía vislumbrado a partir de los censos
dro 18, pág. 30. anteriores. Demostró que la propie-
Capítulo 12 305

dad de la tierra era muy generalizada lucha que un observador acertada­


en el sector cafetero colombiano y que mente denominó del hacha contra el
las pequeñas fincas familiares repre­ papel sellado, generalmente vencían
sentaban la unidad más numerosa e los terratenientes, comerciantes, abo­
importante de la producción cafetera gados y otros profesionales. La par­
en Colombia. Parece probable que du­ celación de las grandes haciendas ca­
rante la totalidad del período, 1932 a feteras como consecuencia de la lucha
1955, la propiedad de la tierra en el colectiva de los trabajadores depen­
sector cafetero también era bastante dientes, la cual se mencionó anterior­
generalizada, que las fincas familiares mente, afectó a algunas decenas de
pequeñas representaban la unidad haciendas y a unos cuantos miles de
más numerosa e importante de la pro­ trabajadores cafeteros y sus familias
ducción y que existía una cantidad cre­ en regiones importantes de Cundina-
ciente y considerable de fincas familia­ marca y Tolima. Sin embargo, ningu­
res viables. En todo caso, la trayec­ no de estos procesos puede explicar la
toria histórica de la producción cafe­ fragmentación generalizada de la po­
tera en Colombia durante esos tres de­ sesión de la tierra en todas las zonas
cenios condujo a estos resultados en cafeteras revelada en los datos de los
1955. censos y las estadísticas sobre tenencia
La clave de la creciente preponde­ de la tierra durante los años 50.
rancia de las pequeñas fincas cafeteras El deseo de poseer una parcela
familiares durante este período radi­ comprometió a las familias de los tra­
caba en la naturaleza del proceso de bajadores cafeteros en una lucha pe­
producción, el cual no exigía ni gran­ renne en la cual tuvieron lugar el in­
des inversiones de capital ni el uso de genio, el trabajo incansable y algo de
una tecnología sofisticada. A cambio, suerte. El ingenio incluía cultivar con
exigía un gran aporte de mano de obra éxito una amplia gama de relaciones
durante todas las fases del cultivo y el
procesamiento del café. En su exitosa
competencia en contra de los grandes
productores cafeteros, los pequeños Cuadro 4
agricultores dependían de herramien­
tas y máquinas rudimentarias, el uso Porcentaje de fincas cafeteras productoras en
ingenioso de los recursos naturales y Colombia según tipo de administración y tamaño
las fuentes de energía, y del empleo de (1955)
todos los miembros de la familia para
proporcionar la mano de obra. Hasta 1 ha. 1.1 a 10 10.1 a 50 Más de 50
Los trabajadores cafeteros que ca­ Tipo de (menos d ha. ha. ha.
recían de tierra y dependían de otros administración 2.500 (2.500 a (25.000 a (más de
podían adquirir, aumentar y sostener arbustos 25.000) 125.000) 125.000)
una parcela propia de distintas mane­
ras. Podían colonizar tierras nuevas y Administración
ganarse el derecho a ellas a través de por el propietario 87.7 77.9 57.1 14.3
procedimientos oficiales. Podían or­
ganizarse para obligar a los grandes te­
rratenientes a parcelar sus tierras y Administrador 2.0 4.6 17.2 71.4
vender. O podían adquirir la tierra por
el sencillo mecanismo del mercado. Aparcero 6.3 16.8 24.3 14.3
Parece que esta última estrategia era
la más común. La política de distri­
bución oficial de los terrenos baldíos Administración
por contrato 3.9 0.7 1.4 —
en la zona cafetera, incluso en la cor­
dillera central, favorecía a los latifun­ Fuente: El café en América Latina, cuadro 23, pág. 33.
distas y, durante muchos años, en la
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
306

interpersonales, desde la escogencia graba el control sobre la política na­


de la pareja y los padrinos para los hi­ cional y los asuntos locales.
jos, hasta la capacidad para ganarse En su lucha por sobrevivir y contro­
las simpatías de los parientes, amigos, lar suficiente tierra para garantizar su
comerciantes, agricultores vecinos, je­ independencia, las familias cafeteras
fes políticos locales y funcionarios ofi­ se trababan en una competencia cons­
ciales. Los miembros de las familias tante y en ocasiones violenta contra
aspirantes a una movilidad social de­ sus vecinos, grandes o pequeños cafi-
bían equilibrar los gastos en regalos cultores. La razón de esto radicaba en
materiales y una cierta liberalidad en parte en la estructura de la producción
las atenciones a los individuos de im­ en la zona cafetera. Muchos pequeños
portancia estratégica, con la acuciante productores dependían del acceso al
necesidad de ahorrar para poder acu­ agua, los trapiches, los potreros, las
mular. Ese dilema los comprometía en tierras marginales y los bosques aje­
un cálculo social complejo y siempre nos. En cambio, los terratenientes
cambiante que se convertía en la preo­ más grandes dependían del trabajo de
cupación eterna de las familias cafe­ quienes no poseían un feudo familiar
teras y, en especial, del jefe del hogar. viable. El incumplimiento de una obli­
Todos los miembros de la familia te­ gación, o el desacuerdo sobre el valor
nían que cooperar y trabajar ardua­ de las mejoras (especialmente la siem­
mente para cumplir con la multitud de bra de cultivos nuevos) realizadas en
labores agrícolas, artesanales y de tierras arrendadas o bajo aparcería,
construcción requeridas para adelan­ podía llevar a enemistades y litigios
tar con éxito la operación de una finca prolongados entre vecinos. Muchos
pequeña. Las familias bendecidas con pequeños caficultores, precisamente
hijos, que tomaban en arriendo o bajo debido al estrecho margen entre el
el sistema de aparcería en tierra pro­ éxito o el fracaso de su lucha, denun­
picia para el cultivo del café en un mo­ ciaban constantemente a sus vecinos
mento en que los precios internacio­ por supuestas violaciones de contratos
nales del grano eran bajos, y luego se verbales, o alegaban sobre daños su­
beneficiaban de un alza en los precios puestamente causados por la incursión
cuando los arbustos sembrados entra­ de cerdos, muías o ganado en los te­
ban en plena producción, gozaban de rrenos cultivados. Muchos caficultores
las condiciones óptimas para el éxito eran estimulados por la estructura de
en la lucha por acumular capital y su situación a dejarse llevar por la ten­
comprar tierra. Las familias que su­
frían la pérdida o la incapacidad de tación de utilizar su astucia para apro­
uno o los dos progenitores, o que ca­ vecharse de sus rivales siempre que
recían de hijos, o que invertían en la fuese posible. Algunos robaban a
producción cafetera en un momento otros, si pensaban que sus actos po­
inoportuno del ciclo impredecible de dían pasar inadvertidos. Muchos tra­
los precios internacionales del café, taban de engañar a los terratenientes
estaban destinadas a fracasar en la con respecto a la parte que les corres­
búsqueda de su propia tierra. Una fa­ pondía según los convenios de apar­
milia afiliada a una de las facciones de cería. Otros trataban de cambiar los
los dos partidos políticos tradicionales linderos de unas tierras usualmente no
en un municipio donde fuese mayoría alinderadas y vagamente delimitadas
el otro partido o la facción rival, podía en las escrituras mediante referencia a
verse abocada a la persecución por señales tales como árboles, piedras y
parte de los vecinos, comerciantes el curso de las quebradas. En esta lu­
y funcionarios locales durante un cier­ cha constante contra sus vecinos, el
to momento histórico, sólo para ver éxito de un pequeño caficultor depen­
que su suerte cambiaba radicalmente día en gran medida de su hombría y
cuando su propio partido o facción lo­ tacto. En los sitios donde no llegaba el
control de las autoridades civiles y
Capítulo 12 307

eclesiásticas, quienes podían intimidar


a sus compañeros o ganarse su respe­
to, quienes podían amenazar a sus ve­
cinos o impresionarlos por su ecuani­
midad y valentía, tenían la mejor
oportunidad de sobrevivir y llegar a
viejos y, además, la mejor oportuni­
dad de adquirir, ampliar y mantener
su propio feudo.
En esa forma, quienes trabajaban
en la producción cafetera veían repre­
sentados ante sus ojos y en una escala
íntima a lo largo de su vida, los mitos
centrales de la ideología capitalista y
cristiana. Si tenían éxito, atribuían su
suerte al trabajo, la inteligencia, la
frugalidad y las virtudes morales de su
familia. Si fracasaban, se culpaban a sí
mismos o atribuían su mala suerte a la
acción de sus rivales o al destino. En de los posibles vencedores de la lucha Moderna finca
su calidad de pequeños propietarios se política que ser neutral y encontrarse cafetera de un
identificaban con los valores capitalis­ expuesto en un mundo hobbesiano sin pequeño productor,
tas y cristianos defendidos y disemi­ la ayuda de aliados políticos. La vic­ en el departamento
nados por los partidos liberal y con­ toria del partido o de una de sus fac­ de Caldas.
servador. Sin embargo, su lealtad ha­ ciones podía significar mucho, desde
cia los dos partidos tradicionales no la exoneración del servicio militar
era simplemente una consecuencia de para un hijo adolescente hasta la pro­
la coincidencia entre la ideología de la tección policial efectiva en contra de
clase dominante y la visión de la so­ vecinos beligerantes, e incluso la so­
ciedad derivada de su experiencia co­ lución favorable de las controversias
tidiana. La estructura clientelista de la legales sobre bienes y tierras. En el
política de partido y la lucha compe­ caso de un pequeño caficultor adine­
titiva entre los partidos por el control rado, podía significar acceso a los
sobre los asuntos locales eran incor­ puestos del gobierno, o educación su­
poradas por los pequeños terratenien­ perior para sus hijos, una decisión fa­
tes en sus esfuerzos por crear un cam­ vorable respecto a la ubicación de un
po social de relaciones interpersonales camino veredal, o cualquier otro de
jerárquicas favorable para sus intere­ toda una gama de favores políticos o
ses. A través de la lealtad hacia uno legales.
de los partidos principales o alguna de
sus facciones, los trabajadores cafete­ Por ende, las implicaciones del sor­
ros aseguraban un gran número de prendente proceso social que dejó a
aliados estratégicos en su lucha por muchos pequeños caficultores prácti­
acumular capital y controlar una por­ camente victoriosos en su lucha por la
ción de la tierra. El hecho de que tal tierra, fueron muchas y profundas. La
afiliación también representara para capacidad y voluntad de los pequeños
ellos un conflicto con un gran número caficultores para aumentar la produc­
de rivales y competidores de distinta ción de café durante la depresión
bandera política no debilitaba en nada mundial no solamente les permitieron
su lealtad hacia el partido. En una es­ una expansión a costa de sus ineficien­
tructura local de poder que se encon­ tes rivales, los grandes capitalistas del
traba totalmente a merced de la polí­ sector cafetero. También contribuye­
tica partidista, era potencialmente me­ ron a generar las divisas y el mercado
jor (y no peor) ser partidario de uno nacional cruciales para la recupera­
ción económica del país después de la
308 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

depresión y para el éxito de la indus­ dad rural en Colombia nunca fue muy
trialización destinada a sustituir las grande, y el monopolio de los partidos
importaciones durante los años 30 y tradicionales permaneció inmune.
principios de los 40. Durante este pe­ Además, los partidos de la izquier­
ríodo, en parte debido a esta lucha, el da, en especial el partido comunista,
sector industrial de la economía co­ que trató valientemente de organizar
lombiana creció más rápidamente que a los productores de café y unirlos con
el de cualquiera de las otras naciones los trabajadores proletarizados de las
latinoamericanas grandes. Los resul­ ciudades cafeteras y los del transporte
tados sociales, políticos e ideológicos en el sector cafetero, nunca lograron
de esta favorable respuesta económica apreciar plenamente las dimensiones
ante la crisis mundial del capitalismo democráticas de la lucha de los tra­
no fueron menos importantes. Por pri­ bajadores cafeteros por el control de
mera vez en la historia colombiana, la tierra y el dominio sobre el proceso
los trabajadores de la industria llega­ de trabajo. Incluso en el municipio de
ron a ser parte importante de la fuerza Viotá, al suroccidente de Cundina-
laboral. La migración del campo a las marca, donde el partido logró armar
ciudades liberó a los emigrantes del una base popular, comenzó tratando
control político ejercido por los jefes de organizar a los jornaleros en contra
locales de los dos partidos y contri­ de sus antiguos patronos arrendatarios
buyó a hacer posible el surgimiento de y pequeños terratenientes. Solamente
la política urbana populista de Gaitán cuando fallaron estos esfuerzos y se lo­
durante la década de los 40. El éxito gró la unidad de jornaleros, arrenda­
de los pequeños productores del sec­ tarios y pequeños productores a través
tor cafetero, y de los capitalistas in­ de la lucha contra los grandes terra­
dustriales en el sector de manufactu­ tenientes, decidió el partido acceder a
ras, junto con el crecimiento general y esa realidad y respaldar tal alianza.
el desarrollo de la economía colom­ Pero el partido nunca supo expresar el
biana, ayudaron a consolidar en las significado democrático de esta alian­
mentes de los individuos de todas las za en términos teóricos, y no logró o
clases la viabilidad fundamental de un no quiso aplicar esta fórmula positiva
sistema económico basado en los prin­ de organización en otras partes. Las
cipios del capitalismo. lecciones y el potencial político de la
Tal como hemos visto, el éxito de lucha cooperativa por la tenencia in­
los trabajadores cafeteros en su lucha dividual de la tierra fueron amplia­
por el control de la tierra también con­ mente ignorados. No se pensó en la
tribuyó a fortalecer el atractivo de los importancia del control de los traba­
dos partidos tradicionales, y asegurar jadores sobre el proceso laboral con
su monopolio político. Los trabaja­ respecto a los problemas de la pro­
dores cafeteros no solamente encon­ ductividad económica y la alienación
traron que algunas de sus más profun­ del ser humano. No se analizaron ple­
das aspiraciones y creencias estaban namente las implicaciones de la explo­
expresadas en el dogma de los parti­ tación del trabajo por el capital a tra­
dos tradicionales. Se valieron y llega­ vés del control de los medios de cam­
ron a depender de las relaciones pa- bio, una relación que fue dejada de
trono-clientelistas incorporadas en los lado en la lucha de los trabajadores
partidos a efectos de obtener protec­ por la tenencia de la tierra.
ción y recursos en su lucha por evitar La victoria progresista y en muchos
la proletarización y asegurar su acceso sentidos democrática de los trabaja­
a tierra propia. Por consiguiente, el dores del sector cafetero en el eje de
atractivo de algún tercer partido (es­ la economía colombiana contribuyó
pecialmente si estaba basado en con­ entonces a fortalecer, no a la izquier­
ceptos de clase) en las zonas cafeteras da, sino a los partidos tradicionales.
que formaban el corazón de la socie­ La victoria de los trabajadores rurales
Capítulo 12 309

del sector cafetero llevó a una situa­ de los grandes latifundios no utilizados
ción de aislamiento y vulnerabilidad a o deficientemente desarrollados den­
las organizaciones sindicales en otros tro de diez años, la ley agraria dictada
sectores de la economía colombiana. durante su segunda administración
También puso fin a la amenaza social (Ley 100 de 1944) no solamente ig­
para la clase gobernante. Dicha clase, noró completamente tal promesa, sino
pese a haber perdido la batalla por el que buscó fortalecer el poder de los
control de los medios de producción grandes terratenientes en sus relacio­
cafetera, pudo valerse de su control nes con los arrendatarios y moradores
sobre el Estado, garantizado por el de sus tierras. La ley laboral dictada al
monopolio de los partidos tradiciona­ año siguiente (Ley 100 de 1945) no fue
les, para explotar a los productores ca­ tan abiertamente reaccionaria. Sus ca­
feteros a través de un monopolio cre­ racterísticas ambiguas sin duda fueron
ciente sobre el cambio y el crédito ca­ reflejo de la creciente cantidad e im­
fetero. Este objetivo se cumplió sobre portancia de los trabajadores del sec­
todo gracias a la expansión del poder tor industrial, la fuerza de los sindi­
y las actividades de la Federación Na­ catos del sector del transporte, y los
cional de Cafeteros durante las déca­ vínculos políticos de muchos de estos
das posteriores a su creación en 1927. trabajadores con el partido liberal.
Además, la prosperidad inducida por
la guerra creó una gran demanda de
La crisis del liberalismo mano de obra, lo cual seguramente
y los albores de la reacción contribuyó a fortalecer la posición de
Tal como lo hemos visto, la victoria pí- negociación de estos trabajadores pro­
rrica de los trabajadores cafeteros im­ letarizados. Algunas partes de esta
plicó un proceso político e ideológico ley, tal como la prohibición de des­
paradójico que debilitó a sus aliados pedir a los dirigentes sindicales, favo­
de la izquierda y fortaleció a los opre­ recían la organización y el poder de los
sores de la clase trabajadora. El eclip­ trabajadores; otras partes, especial­
se de un movimiento laboral y la re­ mente las que fortalecían los sindica­
cuperación de la economía nacional y tos de las empresas individuales a cos­
mundial a finales de los años 30 per­ ta de las federaciones industriales, y
mitieron a la clase bipartidista domi­ las que ampliaban la definición de los
nante revertir gradualmente las polí­ empleados del sector público y prohi­
ticas de reforma social que había im­ bían su derecho a huelga, contribu­
plantado ante la amenaza de los tra­ yeron a debilitar considerablemente al
bajadores y la crisis del capitalismo movimiento obrero.
mundial durante los años anteriores. Sin embargo, este enfoque ambiva­
Este proceso se apreció en la inclina­ lente ante el movimiento obrero se
ción cada vez más grave del gobierno tornó abiertamente represivo durante
nacional hacia la derecha entre 1938 y el año de 1945. Al llegar ese año, que­
1946. El proceso condujo primero a la daron claros los términos del sistema
suspensión de la reforma y luego a la capitalista internacional de la posgue­
reversión misma de las leyes agrarias y rra, fundados en el sindicalismo «apo­
laborales de principios y mediados de lítico» cuidadosamente controlado y la
la década de los 30. exportación renovada de capital de los
Así, mientras que la famosa ley de países desarrollados a los países peri­
reforma agraria (Ley 200 de 1936) dic­ féricos (gran parte de él hacia la in­
tada durante el apogeo del gobierno dustria manufacturera bajo los auspi­
reformista de Alfonso López buscaba cios de las corporaciones multinacio­
apaciguar a los trabajadores rurales nales). Siguiendo un patrón típico de
insurgentes a través de la legalización todas las sociedades capitalistas de la
del status quo en el campo y prome­ posguerra, el gobierno colombiano
tiendo una importante redistribución lanzó una importante ofensiva contra
310 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

los sindicatos militantes y la izquierda hacia finales de los años 40 ya no exis­


política en 1945. Tras una lucha amar­ tía tal amenaza. Había sido erradicada
ga y prolongada, en ese año el gobier­ lentamente durante los años 30 y prin­
no de Alberto Lleras destrozó a la co­ cipios de los 40 por la victoria de los
lumna vertebral del sector comunista trabajadores cafeteros en su lucha por
del movimiento laboral, el sindicato el control de la tierra. En lugar de una
de los trabajadores del transporte flu­ lucha de clases en el campo, la com­
vial (FEDENAL). Posteriormente, la petencia por la tierra en las zonas ca­
confusión dentro del partido comunis­ feteras había degenerado en una lucha
ta y el movimiento laboral con respec­ individual cada vez más violenta y de­
to a la viabilidad de continuar con su sesperada por evitar la proletariza-
alianza de diez años con el partido li­ ción. Esta lucha fue sancionada, y su
beral, contribuyeron a la candidatura contenido social disimulado, por la
del disidente liberal Gaitán, la cual di­ política tradicional de los dos princi­
vidió tanto al partido liberal como al pales partidos.
movimiento laboral en 1946. El resul­ Aún queda mucho por estudiar
tado fue la victoria del partido conser­ acerca de este período, pero tal parece
vador, el cual, durante los años que si­ que esta lucha se agravó debido a una
guieron, aprovechó el control que serie de factores económicos que con­
ejercía sobre el ejecutivo y el apoyo vergieron al final de la guerra mun­
con que contaba en el seno de la Igle­ dial. Ante todo, los precios del café,
sia, para restringir aún más la auto­ frenados por los acuerdos suscritos
nomía de los trabajadores organiza­ con los Estados Unidos durante la
dos. Con el apoyo del gobierno de los guerra, iniciaron un ascenso precipi­
Estados Unidos y de los sindicatos tado con posterioridad a 1946. El alza
conservadores de ese país, estos go­ de precios hizo que la producción de
biernos conservadores promovieron el café a gran escala fuese rentable nue­
sindicalismo «apolítico» y economísti- vamente, y estimuló un proceso infla­
co que se convirtió en el distintivo de cionario generalizado que afectó con
la mayoría de los sindicatos del flore­ especial dureza a los pequeños cafi-
ciente sector manufacturero colombia­ cultores. Éstos, antes ampliamente
no. Estos sindicatos se unieron, con el autosuficientes, habían llegado a de­
tiempo, para formar la Unión de Tra­ pender cada vez más del mercado para
bajadores Colombianos (UTC), que satisfacer muchas de sus necesidades
sigue siendo la más grande central la­ en los decenios posteriores a 1930. El
boral del país. crecimiento de la industria, fomenta­
do por la depresión mundial y por las
El movimiento laboral políticas oficiales favorables a la in­
dustria y los consumidores urbanos,
y la Violencia contribuyó a agobiar a los productores
Esta ofensiva de la posguerra en con­ rurales, especialmente a los pequeños
tra de la izquierda y de los sindicatos terratenientes que no calificaban para
ha llevado a algunos observadores a recibir créditos del gobierno. Su lucha
ver en la Violencia, desencadenada desesperada se fue convirtiendo en ese
tras el asesinato de Gaitán el 9 de abril fenómeno complejo de la Violencia a
de 1948, un proceso premeditado di­ causa de la lucha política por el con­
señado por la clase gobernante. Según trol local desencadenada por la tras-
esta interpretación, la oligarquía bus­ ferencia del poder en 1946.
caba complementar su política laboral La Violencia, definida como el pe­
urbana destruyendo la amenaza de la ríodo de conmoción civil que perturbó
acción independiente de naturaleza a la sociedad nacional entre 1946 y
clasista de los trabajadores rurales. 1966, no fue un fenómeno social único
Uno de los muchos problemas con y uniforme. Fue un proceso multifa-
esta interpretación es el hecho de que
cético cuyas características sociales y
Capítulo 12 311

Cuadro 5
Muertes atribuidas a la Violencia en Colombia (1946-1957),
y producción de café (en toneladas) por departamentos (1955)
Muertes atribuidas
Departamento a la Violencia Departamento Producción cafetera
1946-1957 (toneladas) 1955

Antiguo Caldas 44.255 Caldas 117.202


Tolima 30.912 Tolima 56.075
Antioquia 26.115 Antioquia 59.600
Norte de Santander 20.885 Norte de Santander 10.484
Santander 19.424 Santander 9.582
Valle 13.106 Valle 50.042
Meta 5.842 Huila 15.498
Boyacá 5.359 Cundinamarca 28.547
Huila 4.111 Cauca 9.464
Cundinamarca 4.037
(Bogotá) 2.585
Cauca 2.236
Todos los demás
departamentos
y unidades
administrativas Todos los demás
menores 2.386 departamentos 12.719
Fuentes: Paul Oquist, Violencia y conflicto político en Colombia (Bogotá, 1978),
cuadro Vl-2, pág. 322.
CEPAL/FAO, El café, cuadro II, pág. 25.

políticas y cuyo foco geográfico cam­ tres departamentos cafeteros más im­
biaban a medida que evolucionaba a portantes en 1955, antiguo Caldas,
lo largo de dos decenios. Sin embargo, Tolima y Antioquia, ocupan el pri­
la complejidad de la Violencia no mero, segundo y tercer lugar con res­
debe ocultar su unidad esencial. La pecto al número de muertes. Claro
Violencia, más que cualquier otra está que se trata de un argumento ba­
cosa, parece haber sido la máxima ex­ sado en una correlación y sería nece­
presión política de la lucha continua sario un análisis minucioso para de­
por la tierra y la movilidad social en mostrar las relaciones causales. No
las zonas cafeteras que ha sido descrita obstante, dentro del contexto de la te­
en este ensayo. Esto fue especialmen­ sis desarrollada en este ensayo, resulta
te cierto durante la primera fase, la útil señalar que fue en estos tres depar­
más violenta y más «tradicional», en­ tamentos, especialmente en el primero,
tre 1947 y 1957. Ésa, por lo menos, es el antiguo Caldas, donde fue mayor el
la conclusión más lógica que podemos desarrollo de las pequeñas fincas cafe­
derivar del cuadro 5, que señala una teras viables de propiedad familiar.
estrecha correlación entre la intensi­
dad de la producción cafetera por de­ Conclusión
partamentos (en 1955) y la intensidad
de la Violencia, medida por el número Los acontecimientos políticos de 1930
de muertes que se le atribuyen en cada y 1946, los años que marcan la crucial
departamento durante el periodo trasferencia de poder entre los dos
comprendido entre 1946 y 1957. Los partidos tradicionales y definen el sur-
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
312

gimiento y la caída de la República Li­ dida en que fueron los trabajadores


beral, no fueron la simple consecuen­ quienes forjaron su propia historia.
cia de las acciones de la élite política. Los trabajadores cafeteros influyeron
Tampoco se puede atribuir el progreso profundamente en la historia laboral y
de la reforma social y la reacción du­ nacional durante los años treinta y
rante estos años principalmente a la cuarenta, a través de su lucha por con­
visión de algunos dirigentes y las trai­ quistar las libertades elementales del
ciones y conspiraciones de otros. La ser humano, libertades hasta ahora al­
lógica interna de todo el período, y su canzadas en forma muy imperfecta en
trágica culminación en la Violencia, se cualquier sociedad contemporánea,
torna verdaderamente comprensible a bien sea capitalista o la denominada
la luz de la lucha democrática y en socialista. Buscaron la libertad para
gran medida victoriosa que llevaron a concebir y ejecutar un trabajo produc­
cabo los trabajadores cafeteros por el tivo y para disfrutar el fruto de ese traba­
control de la tierra. Es allí donde yace jo. Es cierto que su lucha fue canaliza­
la terrible ironía histórica de este pe­ da hacia la pesadilla destructiva de la
ríodo central de la vida nacional. Violencia. Pero en la comprensión de
Pero las implicaciones políticas de cómo la promesa democrática de su
esta forma de ver el período 1930-1946 lucha fue distorsionada, transformada
no tienen por qué ser pesimistas. A di­ y, en última instancia, ignorada, yace
ferencia de las interpretaciones tradi­ la esperanza de su realización en el
cionales, que contribuyen a realzar el futuro.
poder, no de los trabajadores, sino de
sus opresores de clase, la explicación Traducción:
que ofrecemos aquí demuestra la me­ Adriana Arias de Hassan

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Capítulo 13 313

Historia de la industria
colombiana. 1886-1930
Alberto Mayor Mora

La promesa (1886-1902)
uando la Ferrería de La Pradera,
C en Cundinamarca, fabricó el 21
de agosto de 1884 el primer riel de hie­
rro en Colombia para los ferrocarriles,
la noticia produjo por doquier un in­
descriptible sentimiento de patriotis­
mo, pues parecía que se daban los pri­
meros pasos hacia la independencia
económica. A los pocos días, el his­
tórico riel, llevado en carroza y cu­
bierto con la bandera nacional, fue pa­
seado apoteósicamente por las calles
de Bogotá en medio de una entusiasta
multitud, compuesta de liberales y
conservadores, banqueros y artesa­
nos, comerciantes y campesinos, ha­
cendados y obreros. Se llegó a pensar
en grande, y el ingeniero inglés Won-
rall, director técnico de La Pradera,
aseguró «sin riesgo de error, que no tiva para el país la revolución indus­ Desfile con el primer
solamente podrán producirse, en la trial europea del siglo XVIII caracteri­ riel para ferrocarriles
Ferrería de La Pradera, rieles y otros zada, precisamente, por sustituir la producido en Colombia,
por la Ferrería de
artículos de análoga naturaleza, sino madera por el hierro y el acero para la La Pradera, el 21 de
también locomotoras, máquinas de construcción de máquinas y por reem­ agosto de 1884
vapor, etc.». Fabricar hierro, una de plazar el agua por el vapor para mo­ (Grabado de Ricardo
las metas del gobierno de Rafael Nú- verlas. Leyes como la 36 de 1880 a fa­ Moros en "Colombia
ñez, significaba tomar como perspec- vor de la Ferrería de Samacá, en Bo- Ilustrada").
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
314

yacá; la 38 de 1881 y la 52 de 1884 para ser el único dueño, mientras que en la


la Ferrería de La Pradera, mostraban de Pacho, la más antigua de todas, los
la decidida voluntad de Núñez de apo­ embrollos jurídicos entre sus propie­
yar, mediante subsidios en dineros, tarios la llevarían al cierre definitivo
exenciones y contratos especiales, la en 1889. Para alimentar el fuego de los
aclimatación en el suelo nacional de la altos hornos, La Pradera adoptó como
fabricación del hierro. combustible la leña, en tanto que
Pero entre 1880 y 1900 las cuatro fe- Amagá, cuyos depósitos carboníferos
rrerías que producían hierro, más que no servían como coque, hubo de com­
abrir una nueva época, daban la im­ prarlo de mala calidad a productores
presión de estar cerrando otra. El con­ individuales, lo cual casi la lleva a la
junto de las ferrerías de La Pradera, ruina en 1877. Los altos hornos usados
Samacá, Pacho, en el centro del país, no eran siempre los más avanzados. El
y Amagá, en Antioquia, correspon­ de Samacá hizo su primera fundición
día, como equipo, producción y mano de ciento veinte toneladas en 1882,
de obra, al de un mediano taller sin pero quedó tan averiado que se le re­
perspectivas de éxito. Condiciones ne­ tiró el auxilio nacional y la empresa
cesarias para fabricar hierro eran la cerró en 1884. El de Amagá, un viejo
presencia de yacimientos de hierro y y pequeño modelo inglés, requería de
de carbón así como la disponibilidad treinta horas para el proceso de re­
de corrientes fluviales o motores de ducción del mineral de hierro, que de­
vapor para la fuerza motriz. Minas y bía cumplirse en dieciocho. Mejor
altos hornos formaron casi siempre suerte parecían tener los dos altos hor­
una sola y misma empresa en los casos nos de La Pradera, el primero de los
de La Pradera y Amagá, cuyos dueños cuales alcanzaba ya, en 1882, de cua­
instalaron los hornos en sus propias tro a cinco toneladas diarias, y el se­
haciendas, ricas en depósitos de mi­ gundo, adaptado desde 1890 para em­
nerales de hierro. En la de Samacá, plear carbón mineral, lograba hierro
cuyos yacimientos resultaron de baja de mejor calidad. Pero este último
calidad, el estado de Boyacá llegó a horno se desplomó en 1896, con pér­
dida de vidas. Para convertir la fun­
dición en hierro maleable, La Pradera
Estado actual disponía, hacia 1885, de laminadores
de las viejas accionados por una máquina de vapor,
instalaciones
de la Ferrería
mientras que Amagá usaba un obso­
de La Pradera, leto martinete del siglo anterior con el
Cundinamarca, cual era imposible producir hierro ma­
que recibió todo leable a costos convenientes. Altos
el estímulo del hornos, laminadores y demás equipos
presidente Rafael
Núñez, una de cuyas eran manejados por operarios nacio­
metas de gobierno nales, como en La Pradera, con seten­
era la fabricación ta y tres en 1886, dirigidos por inge­
de hierro. nieros ingleses o por técnicos nacio­
Así, por la ley 52
de 1884, se dieron
nales empíricos, como en Amagá. En
a La Pradera 1885 se presentaron dificultades finan­
subsidios cieras que condujeron casi a la liqui­
y exenciones. dación de Amagá, y guerras civiles
que interrumpieron los subsidios a La
Pradera. De las dos ferrerías sobrevi­
vientes a fines del siglo, la de Amagá
nunca pudo obtener hierro maleable
de buena calidad, y La Pradera, cuan­
do lo produjo, se lanzó a una política
ambiciosa de fabricación de hierro la-
Capítulo 13 315

minado y máquinas complejas que la que, la iraca o el cuero se transfor­


desestabilizaron económicamente y la maban a base de herramientas como el
condujeron al cierre en 1897. Al do­ martillo, el mazo, cuchillos o tijeras,
blar el siglo, Amagá sobrevivía porque que eran simple prolongación de la
había tomado el camino más realista: mano del hombre; o mediante apara­
reparado el viejo horno, producía hie­ tos como el telar de madera, la rueca
rro colado para piezas toscas de tra­ o la hiladora rudimentaria, cuya direc­
piches, pisones de las minas, parrillas, ción y movimiento dependían del tra­
fogones, baterías de cocina, e impor­ bajador. La fabricación predominante
taba hierro maleable de superior cali­ era el batán: costalería y cordelería,
dad para fabricar despulpadoras, tri­ alpargatería, artefactos de cuero, te­
lladoras, ruedas Pelton y otros equi­ jidos ordinarios de lana y de algodón.
pos. Pero ya Amagá no tenía el as­ Solamente en Santander había, en
pecto de una ferrería moderna, sino el 1892, cerca de 5.000 tallercitos de te­
de un establecimiento en parte ferre- jidos del fique y 1.300 de sombreros
ría, en parte antigua forja de cacha­ de jipijapa. En las zonas rurales de Antio-
rros, en parte taller de fundición que, quia también abundaba la elaboración
como los ya existentes hacia 1900 en de artículos del fique o la cabuya,
Girardota, La Estrella, Caldas, Ma- como costales, cuerdas y lazos, alpar­
nizales, Medellín, Bucaramanga o Cú- gatas y mochilas. En fin, en áreas
cuta, importaban su hierro maleable y montañosas y poblados se fabricaban
fusionaban metales para fabricar los monturas y zurriagos de cuero. Casi
aparatos y herramientas de la produc­ todas las producciones anteriores las
ción cafetera y minera. efectuaba el artesano en su hogar, con
No era aún, pues, el momento del instrumentos de trabajo de su propie­
anunciado reinado del hierro, porque, dad y con el empleo de la mano de
entre otras cosas, tampoco había co­ obra de algunos miembros de la fa­
menzado en Colombia el reinado de milia. Una típica producción artesanal
las máquinas ni el de las fábricas. En era la de sombreros de iraca o jipija­
Europa, el hierro y el acero hicieron pa, los llamados sombreros «pana­
posible la construcción de máquinas má», muy extendida en los pueblos de
cuya generalización dio origen al mo­ Santander y de Antioquia. Un obser­
numento característico de la gran in­ vador de 1884 describe cuán rudimen­
dustria moderna: la fábrica, instala­ taria era su técnica de fabricación. Las
ción donde se disponía un sistema de hojas de iraca, que crecían silvestres
máquinas vigiladas por obreros y ac­ en zonas templadas, se cortaban y con
cionadas por una fuerza motriz cen­ la mano se desprendían algunas fibras.
tral. Manifestaciones inequívocas de Mientras en Antioquia se cortaban las
la revolución industrial iniciada en el hojas en tiras muy delgadas con una
siglo XVIII eran, por tanto, el dominio herramienta metálica sencilla parecida
de la máquina sobre otros instrumen­ a un peine, en Santander se cortaban
tos de trabajo; de la fábrica sobre ta­ con un cuchillo de madera y se ras­
lleres artesanales e industrias domés­ paban con un ripiador de hueso. Las
ticas; y de la ciudad sobre el campo. tiras se secaban y empezaba propia­
En Colombia, lo que a mediados de la mente el tejido de los sombreros. En
década de 1880 podía llamarse en sen­ Santander, el aparato de tejer era el
tido técnico industria, es decir, trans­ tronco de un árbol, pulido y cortado
formación de materias primas, era la en forma de trípode, sobre el cual des­
producción manual adelantada en mi­ cansaba la horma que era una piedra
les de tallercitos artesanales, que no se plana y pesada. En 1892, se exporta­
habían liberado de las trabas orgánicas ron a países como Estados Unidos,
del trabajo humano: ritmos irregula­ Cuba e Inglaterra cerca de 320.000
res, rutina, imprecisión. Allí, materias sombreros «panamá», la mitad de los
primas como el algodón, la lana, el fi­ cuales provenía de Antioquia. La im-
316 Nueva Historia de Colombia. Vol, V

portancia de esta industria y el gran operaciones necesarias para su fabri­


número de mano de obra que absor­ cación, se tratara de muebles finos o
bía, sobre todo mujeres, llevó a fun­ baratos, piezas de madera o vestidos.
dar algunas escuelas para difundir el Por lo demás, en estos talleres no ha­
arte de tejer sombreros, aunque en bía diferencias sociales muy marcadas
ellas se tendía a reforzar los antiguos entre dueños y obreros, predominan­
métodos en lugar de enseñar nuevas do las relaciones cara a cara relativa­
técnicas productivas. Herramientas y mente cálidas. Martillo, cepillo, serru­
aparatos de madera, piedra, hueso y cho y escoplo: eran las herramientas
algún metal: el país no había llegado, típicas del carpintero o del ebanista,
ciertamente, a la edad de hierro. En seguramente importadas, pero ya no
un nivel técnico no superior se encon­ tan sencillas como las del fabricante de
traba la industria doméstica de tejidos sombreros de iraca. Había artesanos
ordinarios de lana y algodón, la se­ urbanos finos como los relojeros, ce­
gunda en importancia después de la rrajeros y fabricantes de pianos, cuyo
del fique. Muy extendida en los po­ aprendizaje distaba del de la fabrica­
blados de Cundinamarca, Boyacá y ción de sombreros, que un niño de sie­
Santander, hacia 1893 se calculaba en te años podía dominar en seis meses.
más de 30.000 las personas dedicadas Pero la base técnica era igual a la del
a esa producción en los (los últimos batán: simples o complejas, las ope­
departamentos. En Santander se con­ raciones de esos artesanos urbanos de­
taron, en 1892, cerca de 1.640 peque­ pendían de la fuerza, destreza, rapidez
ños talleres donde las mujeres, ope­ y seguridad del operario individual en
rando primitivos telares manuales de el manejo de su herramienta. De ahí
madera, elaboraban bayeta, frazadas, que la queja más común contra ellos,
lienzo crudo, mantas, ruanas, sobreca­ en el siglo pasado, era la impuntuali­
mas y hamacas. A pesar del aislamiento dad. Sin embargo, empezaba a adver­
geográfico, a fines del siglo produccio­ tirse en algunas ciudades la figura de
nes domésticas como las de tejidos or­ un artesano más evolucionado y más
dinarios jugaban un papel importante especializado. En Medellín, en la dé­
en los intercambios internos. cada de 1880, el mecánico más cono­
En contraste con la artesanía do­ cido no sólo sabía construir molinos de
méstica del batán, esparcida en zonas pisones, arrastres y bombas para las
rurales y semirrurales, el artesanado minas, sino que también ofrecía sus
urbano presentaba características es­ servicios para fabricar trapiches de
peciales. Medellín tenía, en 1880, al­ hierro y demás accesorios, incluyendo
rededor de 119 talleres artesanales; los edificios. Sin duda, este tipo de ar­
Bogotá 371 en 1881, y Barranquilla tesanos operaba ya con un utillaje más
apenas unos 25 en 1888, constituyendo sofisticado que el del carpintero o za­
los carpinteros, ebanistas, cerrajeros, patero, e incluso en instalaciones dis­
zapateros, sastres y herreros los ofi­ tintas a su domicilio. En efecto, aun­
cios más numerosos. Precisamente, le­ que no pasaban de seis o siete en el
yes de la Regeneración, como la 40 de país, estaban surgiendo en las últimas
1880, habrían de proteger actividades dos décadas del siglo talleres artesa­
como la zapatería, la fabricación de nales especializados donde empeza­
muebles y la talabartería mediante la ban a emplearse, ocasionalmente, al­
elevación de los derechos de aduana a gunas máquinas importadas. Así, la
productos extranjeros similares. Por Fundición de Girardota, en Antio-
lo general, estos artesanos reunían quia, fundada en 1888 por un pequeño
tres o cuatro individuos en su propio capitalista y un hábil mecánico, aten­
taller, comúnmente sus hijos y un día el mercado local de trapiches de
aprendiz ajeno a la familia, con quie­ bronce y de equipo minero empleando
nes obtenían el producto en su totali­ máquinas como el torno de metales,
dad ejecutando cada uno todas las importado de los Estados Unidos. O
Captado13 317

la fundición La Estrella, fundada cer­ de la revolución industrial: los inven­


ca de Medellín en 1896, que utilizaba tos, fabriquillas como las que Indale­
maquinaria alemana y norteamericana cio Uribe había establecido, entre
accionada por la fuerza hidráulica de 1880 y 1882, en cercanías de Medellín
una rueda Pelton. Las máquinas de la y en Bogotá, constaban por lo común
fundición de la Escuela de Artes y Ofi­ de cardadoras, hiladoras y telares, con
cios y la Casa de Moneda de Medellín estructura y piezas de madera de des­
usaban el vapor para el movimiento. gaste rápido y movimientos desigua­
Se insinuaba ya el establecimiento fa­ les, inventadas por él mismo a base de
bril moderno; pero para el tránsito del pura ingeniosidad mecánica. No exis­
taller artesanal a la especialización y tía la asociación entre ciencia y técnica
agrupación para él trabajo en locales como fundamento de esas invencio­
distintos al domicilio obrero había nes, pero ya era un adelanto que Lo­
sido requisito indispensable la existen­ renzo Márquez, dentista, relojero y
cia de un mercado seguro y de una am­ orfebre, llevara sus inventos de una
plitud mínima. Éste lo ofreció la pro­ máquina de coser y de otra para cortar
ducción cafetera, la minería y la agri­ cuero a la fundición de la Escuela de
cultura, que requirieron trilladoras y Artes y Oficios de Medellín; o que Vi­ Molino de cacao
despulpadoras, molinos y ruedas Pel- cente de la Roche hiciera copias exac­ en la fábrica de
ton, prensas y trapiches, arados y aza­ tas de máquinas devanadoras y tela­ chocolates
dones. res, importados de Francia, en la fun­ Chaves & Equitativa,
dición de Girardota. La figura del em­ hacia 1924.
Una evolución similar se dio en Un ejemplo de
aquellas fabricaciones de alimentos presario-inventor de la revolución pequeña fábrica
que, iniciadas a escala mediana en las industrial de Europa se reproducía que se beneficia
ultimas décadas del siglo, como Cho­ aquí, deformada por el atraso, sin con­ del adelanto
colate Chaves y La Equitativa, en Bo­ tinuidad, pero había casos todavía más técnico y de la
gotá, sin instalaciones costosas y con nítidos como el del inventor, en Ma- asociación de
nizales, en 1899, de una máquina des- capitales,
mínimo equipo, como Cervecería Ta- fenómeno que se
mayo, Molinos de Carlos C. Amador armable para hacer velas de cebo, inicia en los
y Chocolates La Antioqueña, en Me- que era, al mismo tiempo, propietario últimos veinte años
dellín, comenzaron a trasladarse al de una ferrería. Más evolucionada que del siglo XIX.
ámbito de la pequeña fábrica en la me­ las fabriquitas de Indalecio Uribe es­
dida en que la asociación de capitales taba la empresa de hilados y tejidos de
y adelantos técnicos, como molinos Samacá, creada en 1886 a partir de los
mecánicos para el cacao y el trigo o equipos e instalaciones aprovechables
embotellamiento a presión de la cer­ de la fracasada ferrería del mismo
veza, hicieron competitivo el pequeño nombre. En 1890 tenía ya cien obreros
establecimiento semifabril en el mer­ y algunos técnicos extranjeros, pero
cado. El paso hacia la concentración sobrevivía, más que por sus ventas, a
de trabajadores se efectuó también en base de las subvenciones dadas por el
fabricación de cigarros y cigarrillos y gobierno regional. Justamente artícu­
en locerías como la de Caldas, que los como el 185 de la Constitución de
contaba con maquinaria y técnicos ale­ 1886 ordenaban a las Asambleas De­
manes, y la de Santuario que, iniciada partamentales «dirigir y fomentar, por
en 1880 con un pequeño horno y un medio de ordenanzas y con los recur­
molino movido por un buey, pudo ha­ sos propios del Departamento [...], las
cia 1888 ampliarse con dos molinos y industrias establecidas y la introduc­
un horno más y treinta obreros. ción de otras nuevas». A pesar de lo
que se hizo, tales medidas no alcan­
En la industria textil no se pasaba zaban para que el montaje de fábricas
del nivel artesanal; pero en Antioquia dejara de ser un riesgo; de ahí que mu­
se instalaron en la década de los chas de ellas fundadas durante el pe­
ochenta pequeñísimas fábricas donde ríodo terminaran en fracaso, aun antes
fue perceptible, en pequeña escala, de empezar operaciones.
una de las manifestaciones esenciales
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
318

La empresa que contrasta en el dé­ mostró una meta a los empresarios na­
bil entable industrial del país es Ba- cionales. Los balbuceos de la indus­
varia, fundada en Bogotá en 1889 por trialización en grande eran evidentes.
un grupo de industriales alemanes. Pero todo este débil impulso habría de
Desde su puesta en marcha, dos años sufrir un nuevo retroceso, añadido ala
después, concentró en un mismo es­ ya estructural falta de mercados: la
tablecimiento la fabricación de cerve­ guerra de los Mil Días que, entre 1899
za en gran escala, los ochenta obreros y 1902, con su reclutamiento forzado
y la maquinaria moderna alemana, te­ de obreros y fundición de las máqui­
nida en ese entonces por extraor­ nas, no sólo postergó el montaje de fá­
dinariamente avanzada. Condición bricas en grande, como la textil de Be­
esencial para la producción era el alto llo, en Antioquia; o suspendió opera­
Leo Sigfried Kopp grado de especialización técnica alcan­ ciones de vidrierías como Fenicia, per­
(1858-1927), zada con la incorporación, desde los teneciente a Bavaria; sino que incluso
fundador de la inicios, de maestros y técnicos cerve­ llegó a averiar las instalaciones de
empresa Bavaria ceros alemanes, expertos no sólo en el
en 1899, institución
otras más como la textil de Samacá y
que contrasta con el
«arte» de la fabricación de la cerveza la ferrería La Pradera, que intentaba
débil entable y de la malta, sino también especialis­ reactivarse. Al comenzar el siglo, el
industrial del país, tas en el montaje de ollas de cocción, dominio del tallercito artesanal, es de­
en su época. cavas de fermentación y maduración, cir, de la madera, piedra, hueso y de
"Desde su puesta en calderas de vapor para la fuerza mo­
marcha dos años la energía humana, continuaba. Lo su­
después, concentró
triz y sistemas de enfriamiento, pro­ cedido en La Pradera en 1884 había
en un mismo cesos todos que relevaban, por lo de­ sido un espejismo.
establecimiento más, una compleja división del traba­
la fabricación de jo. Expresión del sentido capitalista
cerveza en gran escala, con el que se creó Bavaria fueron no El primer impulso (1902-1909)
los ochenta obreros sólo el estímulo a las siembras de ce­
y la maquinaria La inauguración oficial de Coltejer, el
moderna alemana... bada, la adquisición y explotación de
Condición esencial las minas de carbón de Zipacón para 19 de septiembre de 1908, por el pre­
para la producción alimentar sus calderas, sino también el sidente Reyes, tuvo las dimensiones
era el alto grado de montaje, en 1896, de la fábrica de vi­ de un prodigio. Sin necesidad de ir a
especialización drios Fenicia, para autoabastecerse de Medellín, el general Reyes oprimió a
técnica alcanzada cientos de kilómetros de distancia un
desde los inicios envase. Fábrica, maquinaria, utillaje,
por maestros y materias primas y fuentes de energía, botón eléctrico que puso en movi­
técnicos cerveceros concentrados en posesión del empre­ miento todas las máquinas, milagroso
alemanes..." sario alemán Leo S. Kopp y socios ex­ suceso que el cronista de la Familia
tranjeros, empezaron a figurar tam­ Cristiana registró así: «Ha llegado el
bién desde un principio en términos de momento sensacional, señores, acer­
su valor monetario, en términos de ca­ caos a observar el fenómeno. El ge­
pital fijo, en el asiento de su contabi­ neral Reyes tiene en sus manos un bo­
lidad: «Señor Juez de este Circuito: tón eléctrico..., se pasan dos minu­
Yo, Leo Siefried Kopp, de esta vecin­ tos..., de repente un electroimán ac­
dad y comercio, presento a Usted los tivo por la corriente que viene de Bo­
libros en que va a llevarse la contabi­ gotá por los hilos telegráficos atrae
lidad de la fábrica de cerveza alemana una palanca, ésta deja libre un peso
llamada Bavaria Kopp's Deutsche que al caer cierra el switch que da en­
Bierbraverei... Bogotá, abril 20 de trada a la electricidad proveniente de
1891.» (Archivo de Bavaria). Como la instalación medellinesa, lo cual po­
empresa lucrativa, Bavaria se preo­ niendo en ejercicio los dinamos cuyos
cupaba, pues, por controlar su renta­ ejes están en conexión con los de la
bilidad en el orden administrativo. maquinaria, produce vertiginoso mo­
vimiento.» Asombrado, el periodista
Aunque Bavaria era una excepción, empleaba, sin comprenderlos, los sím­
al concentrar en sí misma todos los bolos más expresivos del cambio de
rasgos típicos de la empresa moderna situación; botón eléctrico, electroimán,
Capítulo 13 319

hilos telegráficos, switch, electricidad,


dinamos. Pero el gobierno de Reyes
buscaba justamente eso: que la curiosi­
dad se convirtiera en asombro.
Quizá más que en el período ante­
rior, las decisiones de la política eco­
nómica de Reyes contribuían al fo­
mento de la industrialización del país,
llevando al plano de la eficacia el sis­
tema proteccionista apenas iniciado
por Núñez. Pero entre las medidas
económicas del Quinquenio, las del
fomento a las grandes empresas in­
dustriales y agrícolas tenían como ob­
jetivo central y deliberado atenuar las
pugnas políticas del inmediato pasado.
Atraída la imaginación popular por la
ordenada disposición de las máquinas, ingenios azucareros Central Colombia, Instalaciones de la
por la multitud de piezas que las com­ en la costa atlántica, y San Joaquín, fábrica Bavaria,
ponían, por sistemas de ejes y trans­ ventajas y exenciones iguales. El sos­ Cervecería Alemana
misiones accionados por la energía tenimiento de una clase social política­ de Kopp, en las
eléctrica, por la rapidez y perfección mente necesaria aunque poco numero­ cercanías de la
del funcionamiento de la maquinaria, recoleta de San Diego,
sa: la de los empresarios industriales, se en Bogotá,
se procuraba colocar en un plano dis­ hacía a costa de las otras clases. Así, los hacia 1899.
tinto las luchas políticas a la vez que artesanos rurales y urbanos, a pesar de "Expresión del sentido
suscitar el interés por las empresas de venir disminuyendo de 305.824 en 1870 capitalista con el que
largo aliento. La cuestión primordial a 190.301 en 1910, continuaban siendo se creó Bavaria
del impulso dado por Reyes a la in­ fueron no sólo el
la industria numéricamente más impor­ estímulo a las
dustrialización era, pues, la paz. Por tante; pero no recibía ningún apoyo ofi­ siembras de cebada,
ello, decretos legislativos como el 15, cial. Por el contrario, la competencia la adquisición
el 27 y el 46 de 1905 elevaron tarifas extranjera los deterioraba aún más. y explotación de las
de aduanas para productos extranje­ minas de carbón de
ros o concedieron subsidios directos El hecho técnico nuevo que entraba Zipacón para alimentar
en dinero, toma de acciones, primas a distinguir a las fábricas que se esta­ sus calderas, sino
de exportaciones y garantías de ren­ ban fundando en el período 1902-1909 también el montaje,
era el uso generalizado de la energía en 1896, de la
dimiento de capital, para fomentar fa­ fábrica de vidrios
bricaciones de tejidos, bebidas, tabaco eléctrica. El país, sin haber acabado Fenicia, para
y azúcar. Decretos como el 1.143 de de asimilar plenamente el impacto de autoabastecerse
1908 autorizaron la exención de de­ la primera revolución industrial, em­ de envase."
rechos aduaneros para maquinaria y pezaba a sufrir las consecuencias de
materias primas no producidas en el una nueva revolución técnica a la que
país, siempre que se tratara de im­ la industria de los países avanzados se
plantar nuevas industrias. Varias em­ había visto arrastrada durante el últi­
presas grandes se instalaron o se reac­ mo cuarto del siglo XIX. Por ejemplo,
tivaron con las medidas: la Fábrica el ingenio La Manuelita apenas estaba
Textil de Bello, con un empréstito por cambiando en 1901 sus ruedas hidráu­
cada huso y cada telar en funciona­ licas por motores a vapor para mover
miento; las fábricas textiles La Esprie- los trapiches. Como la primera, la
11a, en Cartagena, y de Samacá, con nueva revolución modificaba esencial­
subvenciones en dinero; la pequeña mente las fuentes de energía para la
fábrica de Fósforos Olano, con exen­ producción y los transportes: petróleo
ciones por dos años para importar ma­ y electricidad comenzaban a sustituir
quinaria y materias primas, además de al carbón y al vapor para mover rue­
medidas para evitar la competencia; ios das y máquinas. Por tanto, desde fines
del siglo el motor de explosión y el
320 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

motor eléctrico empezaban a relegar a de locales adecuados para aprovechar


un segundo plano a los motores pri­ la energía hidráulica y la instalación de
marios, movidos a vapor. En las pri­ motores eléctricos no eran problemas
meras fábricas del país este impacto técnicos que se pudieran dejar ya en
fue desigual y casi siempre los nuevos manos de artesanos hábiles. El cálculo
motores entraron a funcionar al lado del caudal por segundo de los riachue­
de los antiguos. Pero ya había con­ los; el de la pendiente de las caídas de
fianza en los empresarios nacionales agua; el de la dilatación por calor de
para colocar sus capitales en plantas las tuberías; la fijación de la altura de
eléctricas, inicialmente para la ilumi­ la fábrica y la colocación de las vigas
nación pública de ciudades como Bo­ para adecuarlas a los sistemas de ejes
gotá, Barranquilla, Medellín o Carta­ y poleas; en fin, la instalación eléctrica
gena; luego, para usos industriales. In­ de generadores, dinamos y transfor­
cluso hubo concejos municipales, madores; todo esto requería de cono­
como el de Medellín en 1890, que los cimientos científicos aplicados de in­
apoyaron mediante derechos especia­ genieros o de especialistas extranje­
les en el empleo de las aguas. No fue ros. En regiones como Antioquia, la
casual, entonces, que los mismos ca­ existencia de núcleos reducidos, pero
pitalistas que montaron las primeras calificados, de ingenieros facilitó tanto
compañías de electricidad empezaran, el diseño de locales como el montaje
casi de inmediato, a agitar la idea de hidroeléctrico de fábricas, pequeños
construir fábricas. Así, quienes fun­ talleres e incluso trilladoras de café.
daron en 1909 la primera fábrica de Si el símbolo industrial de Núñez
cemento del país, Cemento Samper, fue el hierro, el de Reyes pareció ser
habían creado cinco años antes la la electricidad. Poca atención recibió,
Compañía de Energía Eléctrica de Bo­ en efecto, la siderurgia y, más bien, la
gotá, la cual, mediante concesiones de ferrería de La Pradera, que intentaba
la Asamblea de Cundinamarca y del recuperarse de los efectos de la gue­
Concejo de Bogotá, utilizó el río Bo­ rra, tuvo que cerrarse definitivamente
gotá para montar la planta hidroeléc­ en 1905 ante la exigencia del gobierno
trica de El Charquito, con 400 kilo- del reintegro de los auxilios dados. La
watios. En la costa atlántica, Evaristo de Amagá, fundada de nuevo en 1905
Obregón, promotor de la empresa de y estimulada por la expansión cafetera
Energía Eléctrica de Barranquilla, de 1906, tuvo que pasar, sin embargo,
fundó después, en 1910, la empresa a nuevos propietarios en 1908. Se lan­
Tejidos Obregón. En fin, entre los zó a la producción de hierro gris para
fundadores y propietarios de la Com­ competir con el importado, para lo
pañía Antioqueña de Instalaciones cual compró un potente ventilador
Eléctricas de Medellín, dueña de la Root que obtenía un viento uniforme
planta de Santa Elena, estuvieron los y de buena presión para el horno; y
posteriores fundadores de la Fábrica aumentó la fuerza del motor hidráu­
Textil de Bello, de la Cervecería Antio- lico a 100 caballos de fuerza. El hierro
queña y de Coltejer. gris no fue de igual calidad que el ex­
Fue visible, pues, desde esta época tranjero, en tanto que el hierro blanco
la tendencia entre las fábricas privadas se usaba para piezas de rápido desgas­
a atender por sí mismas la provisión de te. El problema seguía siendo, pues, la
su energía motriz, usando instalacio­ falta de mercado para sus productos.
nes eléctricas de mediana escala y cos­ Mejor suerte tenían los talleres de fun­
to. De otra parte, el aprovechamiento dición, algunos de los cuales contri­
de la fuerza hidráulica determinó cier­ buyeron en Antioquia a la construc­
to tipo de localización inicial de la in­ ción de piezas y al mantenimiento de
dustria fabril colombiana al lado de las maquinarias textiles. Pero un he­
pequeños riachuelos, en las cercanías cho fue evidente desde entonces: la
de las ciudades. Pero la construcción maquinaria moderna había que bus-
Capítulo 13 321

carla en el exterior. De ahí se entiende El resto de fábricas de importancia


que las empresas textiles que comen­ que se levantaron durante el período
zaron a fundarse a comienzos del siglo de Reyes no contaron con previsión ni COMPAÑIA <1. njll’t »>
XX no tuvieran ninguna vinculación niveles técnicos semejantes a los de DE ROSELLON
con la antigua artesanía textil de San­ Bavaria o la Fábrica de Bello, sino que
tander o Boyacá, ni tampoco con los en­ recurrieron en algunos casos a la sim­
sayos manufactureros de Bogotá o Me- ple imitación. Coltejer, fundada por
dellín de la segunda mitad del siglo XIX. comerciantes en café, empezó en pe­
Importar maquinaria extranjera fue queña escala en 1907 con unos pocos
precisamente lo que hicieron los fun­ aparatos; telares y máquinas manuales
dadores de la Fábrica Textil de Bello, de tejido de punto; pronto pudo ser
algunos de ellos comerciantes, cafe­ construida en un tamaño mayor a base LAS MEJORES TELAS
teros o ganaderos, con la cual se inició de una copia exacta de los planos y I.OS MEJORES PRECIOS
propiamente en Antioquia la gran in­ dispositivo técnico de la Fábrica de
dustria moderna, es decir, la transfor­ Bello. Del mismo modo, la fábrica de
mación de materias primas mediante Fósforos Olano, fundada mediante
el uso generalizado de máquinas. Por privilegios especiales del gobierno de Instalaciones de la
las provisiones que se tomaron para su Compañía de Tejidos
Reyes, se construyó a partir de la vi­ Rosellón, en un aviso
organización y el montaje de su dis­ sita que su fundador hizo a la Fábrica del "Álbum de
positivo mecánico, esta empresa fue el Nacional de Fósforos de Marsella, en Medellín", de 1925.
punto obligado de referencia para las Francia, donde copió a escondidas las Inició actividades
demás fábricas textiles que se funda­ fórmulas químicas, tipo de máquinas y en 1914, con cien
ron en la región hasta 1920. El pro­ procesos de fabricación. Con maqui­ telares mecánicos.
yecto fue elaborado por un ingeniero naria importada sin impuestos y con la
antioqueño, antiguo subdirector de asesoría de un técnico extranjero, Fós­
una fábrica textil francesa; otro inge­ foros Olano inició operaciones en Me-
niero y posterior presidente de la Re­ dellín en 1909 con fuerza motriz un
pública, Pedro Nel Ospina, estudió y tanto tradicional: una rueda de carpin­
seleccionó en Inglaterra la maquina­ tería movida a mano y un pequeño
ria, desde donde fue importada libre motor americano de vapor accionado
de impuestos. El edificio de la fábrica, por una caldera de vapor. La expe­
las instalaciones hidráulicas, los mo­ riencia de esta fosforería sirvió, a su
tores eléctricos y los 2.640 husos y 102 vez, para la fundación de dos empre­
telares fueron montados por ingenie­ sas fosforeras más en Medellín, pues
ros y técnicos ingleses de acuerdo a los el mecánico que trabajó en su montaje
planos enviados por la Dobson & Bar- violó el compromiso de no revelar los
low. Como parte de la maquinaria se secretos de fabricación. Lo mismo su­
averió durante el viaje, la Fundición y cedió con Bavaria, donde, a pesar de
Talleres de Robledo reconstruyó e in­ los contratos de exclusividad que im­
cluso fabricó piezas nuevas, revelán­ posibilitaban a los técnicos cerveceros
dose asi la habilidad y conocimiento alemanes para trabajar dependiente o
técnicos de los mecánicos nacionales. independientemente en el ramo de la
El empleo de maquinaria moderna, cerveza, en un radio de 200 kilómetros
que pronto ascendió a los 5.000 husos a la redonda de Bogotá, uno de ellos,
y 200 telares, determinó que las dos Rudolf Kohn, instaló en 1905 su pro­
operaciones básicas, hilatura y tejido, pia empresa, Germania.
no requirieran demasiada destreza ni
mano segura ni fuerte: 150 trabaja­ Fue común en las empresas fabriles
dores, en su mayoría mujeres y algu­ que comenzaron en este período co­
nos niños. A pesar del número, las locar en ellas todos los recursos hu­
antiguas costumbres de convivencia en manos y físicos de una misma familia,
términos relativamente íntimos y per­ generalmente con vastos intereses co­
sonales entre patrón y obreros se man­ merciales, mineros o cafeteros, como
tenían en estas primeras fábricas. en las fábricas textiles antioqueñas
aunque no exclusivo de éstas. En Bo-
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
322

Muestras de
baldosas y tubos
de Cementos Samper,
en la visita de
miembros del
gobierno a la
Exposición Nacional
de agosto de 1919,
organizada en el
Hospital San José,
de Bogotá.
La empresa Samper
inició actividades
en 1909, con una
producción inicial
de 60 000 sacos
de 50 kilos al año.

gotá, la misma familia de comercian­ Santa Ana, iniciada cerca de Zipaqui-


tes que había fundado la primera com­ rá en 1908, y la de San José de Suaita,
pañía de energía eléctrica de la ciudad en Santander, la cual fue fundada en
también levantó la primera fábrica de asociación con capitales franceses en
cemento del país, Cemento Samper. 1908; y las dos fábricas de tejidos de
Ésta inició actividades en 1909 en una punto establecidas en Cartagena, La
pequeña planta situada en el centro de Espriella y Visbal, en 1909, subvencio­
Bogotá, dispuesta con un horno ver­ nada la primera con dinero en efectivo
tical, tipo «de botella», que produjo al por el gobierno de Reyes durante tres
comienzo cerca de 60.000 sacos de 50 años. También recibió privilegio ex­
kilos al año. Otros capitales se asocia­ clusivo para su montaje la refinería de
ron para reactivar empresas fabriles petróleo Cartagena Oil Refining Com-
que se habían arruinado o cerrado de­ pany en 1905. En fin, en Bogotá se ha­
bido a crisis como la de 1904, produ­ bían fundado La Industria Harinera,
cida por la inestabilidad monetaria. en 1908, y la Compañía de Chocolates
Tales fueron, en Medellín, Gaseosas Chaves y Equitativa, fruto de la fusión
Posada Tobón y la Cervecería Antio- de las dos empresas en 1905. Las pe­
queña, la última de las cuales resurgió queñas artesanías textiles, por su par­
con modernos equipos con capacidad te, se sostenían difícilmente debido a
de embotellar trece mil hectolitros la competencia extranjera, cuyos pro­
diarios, con un administrador alemán ductos eran preferidos en algunos sec­
y con producción propia de vidrio, tores sociales por su mayor duración,
desde 1909, para solucionar la escasez en tanto que las industrias más toscas
de botellas, como había sucedido en del batán resistían su desaparición de­
Bavaria. Por todo el país se notaba, bido a su importancia en los comercios
pues, un agitado interés por fundar fá­ regionales. Incluso, hacia 1906, un in­
bricas, aun de pequeño tamaño, como geniero antioqueño inventó, quizá tar­
las textiles Ponce de León, creada en díamente, una máquina, la Desfibra-
Bogotá en 1905, y la de Jericó, en dora Antioqueña, para solucionar
Antioquia, en 1909, que operaban con ciertos problemas técnicos en la des­
equipos sencillos para producir tejidos fibrada del fique. Al igual que estas
de algodón, lana e incluso fique. De pequeñas industrias, el establecimien­
tamaño un poco mayor fueron la de to de empresas fabriles de tamaño téc-
Capítulo 13 323

nicamente más rentable seguía limi­ dora que dividía el tabaco en rama en
tado por la desarticulación de los mer­ partículas invariablemente exactas;
cados y por la competencia de los pro­ luego observó otra que tomaba el pa­
ductos extranjeros, no obstante los es­ pel de un cilindro, lo desenvolvía y lo
fuerzos de Reyes de impulsar la cortaba a la vez que distribuía auto­
construcción de ferrocarriles y carre­ máticamente la picadura, liaba los ci­
teras que facilitaran el tránsito de las garrillos, los engomaba y marcaba; ¡en
mercancías. Pero 900 kilómetros de un minuto hizo 320 cigarrillos! Por úl­
vías férreas no podían constituir aún la timo, terminó por maravillarse ante
base de un mercado interior. otra de hacer cigarrillos que, «con
El experimento proteccionista del uñas suaves de dama pulida y delica­
general Reyes concluye parcialmente da», doblaba la punta de cada uno ha­
con la caída de su régimen en 1909, ciendo los pliegues, siempre iguales,
cuando empiezan a desmontarse pri­ perfectos, sin que la mano humana to­
vilegios y concesiones. El gobierno ha­ cara el producto. A E.A. Gaviria le
bía corrido con los riesgos iniciales de pareció, entonces, que no sólo la
muchas empresas industriales, varias mano sino incluso el cerebro humano
de las cuales subsisten aún hoy como estaban siendo sustituidos por las má­
prueba del impulso dado. Los objeti­ quinas: «todas dan la impresión de ce­
vos políticos de pacificación parecían rebros metálicos superiormente orga­
también estarse consiguiendo, pues la nizados que piensan y obran con una
curiosidad por las «fábricas» fue tan eficiente matemática que el cerebro
grande que, por ejemplo, en Antio- humano no alcanza». Al salir de la fá­
quia, el propietario de la Fábrica Tex­ brica, no pudo evitar elevar una ora­
til de Bello vendía a la gente boletos ción «a la divinidad del trabajo que
de entrada a cincuenta centavos cada salva y redime a los pueblos y a los
uno para visitarla los sábados. hombres». Parecía, pues, que el ins­
tinto religioso heredado disputaba en
E. A. Gaviria la expresión natural del
En búsqueda hombre ante la perfección silenciosa
de terreno firme (1909-1920) de las máquinas.
E. A. Gaviria, desprevenido ciuda­ En Colombia, la fabricación de ci­
dano de Medellín, visitó un día la fá­ garrillos había sido desde el siglo XIX,
brica de la Compañía Industrial Unida y aún lo era, un laboreo enteramente
de Cigarrillos y quedó tan conmovido manual, donde el cierre de las puntas
de lo que vio que no pudo menos que de los cigarrillos con «uñas de lata», su
escribir una crónica sobre sus impre­ empaque y la pegadura de las cajeti­
siones personales en el periódico El llas los efectuaban cientos de hábiles
Correo Liberal, el 18 de junio de 1916. artesanos en decenas de domicilios y
Encontró lo que iba siendo ya normal pequeños establecimientos. De un día
en las primeras fábricas grandes de la para otro, en medio de la rutina de las
época: un edificio de vastas proporcio­ ciudades de comienzos de siglo, al­
nes, amplios depósitos de olorosa pi­ guien notaba el contraste. E. A. Ga-
cadura cubana y nacional, 250 obreras viria experimentaba, pues, el sobre­
y 80 obreros divididos ordenadamente salto de aquella gente que veía con­
en los salones de trabajo bajo la atenta frontados en forma abrupta los anti­
dirección del administrador y super­ guos métodos de trabajo con la técnica
visores y, en fin, una elevada produc­ aparentemente perfecta, que le era
ción de diez millones de cigarrillos y ajena. A pesar de todo, la industria­
un millón de cigarros mensuales. Pero lización avanzaba en el país sólo va-
su sorpresa aumentó cuando en el sa­ cilantemente, circunscrita a determi­
lón de máquinas pudo examinar más nadas regiones y localidades como
de cerca algunas de las 18 ahí dispues­ Medellín o Bogotá. En ese mismo año
tas. Primero vio una máquina corta­ de 1916, el ministro de Hacienda hizo
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
324

el predominio de las empresas textiles.


Por eso, tal como había sucedido en la
revolución industrial europea, en Co­
lombia la primera llegada a la meca­
nización tuvo como símbolo el telar.
Pero el telar mecánico, accionado por
electricidad. En las diez principales fá­
bricas de textiles del país había en
1916 un total de 923 telares mecáni­
cos; en unos pocos establecimientos
semifabriles se continuaban usando,
como auxiliares de los telares mecá­
nicos, unos 44 telares manuales de ma­
dera, último vestigio de la inventiva de
Indalecio Liévano. Pero ya era evi­
dente para los fabricantes colombia­
nos que el moderno telar empleaba
una exacta radiografía de 123 de las in­ menos de la mitad de tiempo y quizá
Talleres de la
Compañía Colombiana dustrias que había en Colombia. Du­ muchísimo menos para hacer la misma
de Tabaco, Medellín, rante el siglo XVIII, en Europa, el tér­ tarea que el tejedor manual. Así, en
hacia 1922. mino fábrica había llegado a ser sinó­ 1917, un ingeniero calculó la velocidad
Esta empresa se del tipo de telares mecánicos usados
originó en la nimo de máquina. En el país, a un lo­
Compañía Industrial cal con 4 obreros que laboraban 12 ho­ en Samacá en 200 pasadas por minuto
Unida de Cigarrillos, ras diarias y en el que se habían y el tiempo de fabricación de una yar­
que inició producción invertido 1.000 pesos oro, su dueño lo da de telas en ocho minutos. Si el te­
con cuantioso llamaba ampulosamente Fábrica de jedor nacional podía alcanzar, al fren­
capital, maquinaria te de los telares mecánicos, rendi­
eléctrica y obreros Bebidas Gaseosas de Támesis, Antio-
especializados; quia, y lo mismo sucedía con la ma­ mientos que superaban dos y más ve­
en 1919 absorbió yoría de esos 123 establecimientos que ces al antiguo tejedor manual, no fue
varias plantas no pasaban de ser meros talleres ar­ extraño que entre 1909 y 1920 se fun­
cigarrilleras tesanales, donde operaban tres o cua­ daran cerca de 10 nuevas fábricas tex­
del país y tomó tiles en el país, casi todas con equipos
el nombre de
tro obreros a base de herramientas; o
Coltabaco. simples manufacturas, que organiza­ modernos. A esto no fue ajeno el nue­
ban sus fabricaciones de velas, cho­ vo gobierno, porque si bien con la caí­
colates, zapatos o fósforos mediante da de Reyes se eliminaron muchos pri­
una división cuidadosa de las opera­ vilegios, leyes como la 117 de 1913
ciones, sin empleo de máquinas; o, a confirmaron las tarifas aduaneras an­
lo máximo, industrias semifabriles con teriores que facilitaban a las fábricas
uso simultáneo de aparatos y máqui­ textiles la importación de hilazas ex­
nas. Los términos no correspondían a tranjeras. Política económica favora­
las realidades, pero el equívoco era la ble y maquinaria moderna estimula­
mejor expresión del tránsito que ex­ ron la creación de una empresa como
perimentaba la industria nacional. Tejidos Obregón de Barranquilla, en
Sólo unas 36 empresas eran verdade­ 1910, cuya organización y montaje en
ras fábricas como la de la Compañía grande fueron precedidos de una aten­
Industrial Unida de Cigarrillos, es de­ ta observación de fábricas similares de
cir, sus propietarios habían invertido Inglaterra y de una cuidadosa selec­
cuantiosos capitales en maquinaria ción de la maquinaria más avanzada.
moderna accionada por electricidad y En 1913, tenía en operación 200 tela­
sus numerosos obreros cumplían dis­ res mecánicos ingleses, con capacidad
ciplinadamente tareas especializadas. para producir 10.000 yardas diarias de
Ese número no bastaba para afir­ tela; tres años después había llegado a
mar que la nación se había industria­ los 300 telares y a los 450 obreros.
lizado ya; pero lo más significativo era Otra nueva empresa antioqueña fue la
Capítulo 13 325

Compañía de Tejidos de Rosellón, Sol, en Bogotá, y La Colombiana, en


que inició actividades en 1914 con 100 Cartagena, que tuvieron que recurrir
telares mecánicos, pero sin departa­ a la utilización de materias primas na­
mento de hilados. La coyuntura de la cionales como la madera, ante la im­
primera guerra mundial pareció ade­ posibilidad de importarla. Fue carac­
más favorecer la aparición, en Bogotá, terístico también el surgimiento de
de dos empresas de tejidos de lana, La verdaderas fábricas allí donde había
Magdalena con 70 obreros, y Paños predominado el taller artesanal o la
Colombia, dotada de 100 husos y 90 manufactura. Así, medidas proteccio­
telares. En 1915, la pequeña fábrica nistas como la rebaja a la importación
La Garantía, instalada apenas con 15 de cueros o altos impuestos al calzado
telares para tejidos de punto, inició extranjero posibilitaron la aparición
prácticamente en Cali la producción de la fábrica La Corona, en Bogotá,
de tipo fabril. A menor escala produc­ en 1912, equipada con maquinaria
tiva y casi con características de taller moderna y con más de 120 obreros
artesanal o, a lo sumo, de instalación que elaboraban, en 1916, cerca de
semifabril, se crearon antes de 1920 6.000 pares mensuales de zapatos; en
otras empresas, como Tejidos Unión, Barranquilla, la Fábrica Nacional de
Fábrica de Tejidos Hernández, Teji­ Calzado, con 40 operarios que pro­
dos Montoya Hermanos, Tejidos ducían 1.500 pares a la semana; y en
Arango y Tejidos Montoya y Com­ Envigado, Antioquia, la Compañía
pañía, todas ellas en Antioquia. De­ Industrial de Calzado, fundada en
dicarse a la tejida de hilazas importa­ 1915, donde operaban 60 trabajadores
das, es decir, de materias primas se- al frente de 80 máquinas, bajo la di­
mielaboradas en el extranjero fue el rección de dos técnicos extranjeros, en
gran negocio de la década de 1910. tareas parciales, exactas y desmenu­
Por haberse dedicado exclusivamente zadas que insinuaban ya la producción
al tejido sin efectuar el proceso com­ en serie. Aunque no se amenazaba la
pleto a partir de la hilada del algodón, posición del zapatero manual, se em­
la industria textil fue llamada «artifi­ pezaba a producir calzado ciertamente
cial». Cuando la ley 93 de 1920 efectuó más barato y en mayor número. De
un alza más fuerte a las hilazas impor­ otro lado, la producción de dulces y
tadas, prácticamente todas las princi­ galletas en escala fabril no fue cono­
pales fábricas textiles estaban equipa­ cida en el país sino hasta 1913, cuando
das ya con sus hilanderías; lo único se fundó en Medellín la empresa Noel.
que se continuaba importando era Antiguas empresas como Cemento
gran parte del algodón, aunque algu­ Samper y la Vidriería de Caldas hicie­
nas empresas por cuenta propia esta­ ron ensanches que les permitieron
ban estimulando su cultivo nacional. duplicar la producción. Durante la
Hacia 1920, pues, las dos operaciones década de 1910 se inició el proceso
básicas, hilado y tejido, se efectuaban de concentración financiera, es decir, de
ya en el país, lo cual atenuaba un poco la posesión por una misma empresa
el carácter artificial de esta industria. de varias fábricas simadas en distintas
El cierre de importaciones de pro­ ciudades del país, sin necesidad de
ductos extranjeros durante la guerra concentrar la producción en una sola
europea de 1914-1918 favoreció, glo­ fábrica de gran tamaño. Así, Gaseosas
balmente, a la industria del país, si se Posada Tobón tenía hacia 1920 cuatro
toma como punto de referencia el año o cinco fábricas en diferentes ciuda­
de 1910: de 289 fábricas, manufactu­ des; Chocolates Chaves y Equitativa
ras y establecimientos semifabriles se también controlaba varias pequeñas
pasó a 442, diez años después. Algu­ plantas en el país. A lo largo de la mis­
nas de las nuevas empresas eran ver­ ma década, gran parte de las empresas
daderas manufacturas, como en el fabriles antioqueñas, que eran por lo
caso de los fabricantes de fósforos El común sociedades de carácter fami-
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
326

liar, empezaron a transformarse en so­ de trabajo libre, es decir, de obreros


ciedades anónimas con el fin de captar que libremente establecían un contra­
el ahorro de accionistas privados. La to de trabajo con sus patrones, aunque
que inició esta modalidad fue Fósforos la reglamentación de ciertos aspectos
Olano, en 1914; luego Coltejer en laborales no estaba aún muy definida;
1914; Posada Tobón en 1917, y Ro- por ejemplo, la jornada de trabajo en
sellón, en 1919. Las artesanías tradi­ las fábricas del país fluctuaba, en
cionales tuvieron suerte desigual du­ 1916, entre 9 y 12 e incluso 13 horas
rante la guerra mundial, pues mientras diarias. Además, en el caso de la in­
la fabricación de sacos de cabuya se fa­ dustria textil, las obreras ganaban un
voreció con el crecimiento de las ex­ salario apenas la mitad que el de los
portaciones de café, la producción de hombres. La disciplina del trabajo de
sombreros de jipijapa decayó al per­ las primeras huestes del obrerismo fa­
der varios mercados internacionales. bril se obtenía mediante los métodos
Concentradas ciertas industrias en convencionales aparecidos en otros
determinadas ciudades, como la textil países: multas y campanas, vigilancia
en Medellín o la tabacalera en Buca- y estímulos en metálico, suspensiones
ramanga, la fuerza de trabajo empezó y expulsiones. Con la aparición de las
a especializarse. Así, en Medellín el primeras fábricas en las ciudades, sur­
oficio del tejedor era cada vez más gieron al mismo tiempo instituciones
predominante, aunque ciertos oficios como la Caja de Ahorros del Círculo
preindustriales como el de obrera de de Obreros de Bogotá, en 1905, y el
trilladoras de café continuara siendo Patronato de Obreras de Medellín, en
numéricamente mayor. La tejeduría 1912, donde mediante la hábil com­
era un oficio básicamente femenino y, binación de estímulos religiosos con
como en la revolución industrial del si­ incentivos temporales la Iglesia cató­
glo XVIII, la primera manifestación de lica alentó obras como las escuelas do­
la aplicación lucrativa de la maquina­ minicales, la lucha contra el alcoholis­
ria en la industria fabril colombiana mo y el control del tiempo libre, a fin
fue el trabajo femenino e infantil: en de preservar las energías del trabajo.
1916, de los 630 obreros de las dos fá­ Mano de obra barata, energía eléc­
bricas textiles más grandes de Mede- trica a bajos costos, maquinaria efi­
llín, 500 eran mujeres y el resto hom­ ciente y apoyo oficial para importar
bres y niños. En ese mismo año, de las materias primas: todo esto favoreció,
2.056 obreras empleadas en fábricas y a pesar de la fragmentación de los
talleres de Medellín, 200 eran niñas mercados, un rápido enriquecimiento
menores de 15 años y algunos niños de de los primeros empresarios fabriles.
5 años de edad. Al lado de la tejedu­ Pero a ello se agregó un rasgo todavía
ría, cuyas tareas principales en el telar más significativo. Núcleos importantes
mecánico eran el reemplazar las bo­ de empresarios comprendían ya que la
binas vacías o empatar revientes, otras «artificialidad» de la industria colom­
especialidades nuevas eran el mante­ biana no consistía sólo en que estuvie­
nimiento y reparación de maquinaria ra demasiado protegida, sino más bien
y de equipos eléctricos como dinamos, en que la técnica importada no daba
generadores, transformadores y redes, en el país los mismos rendimientos ni
aunque fue normal que los primeros producía tan barato como en el exte­
dueños de las fábricas o sus adminis­ rior. Por ello, en ciudades como Me-
tradores hicieran las veces de técnicos dellín, grupos de industriales se con­
mecánicos y electricistas. Un caso elo­ centraron alrededor de periódicos
cuente fue el de Eduardo Echavarría, como La Organización, que, como lo
quien durante treinta y dos años fue indica su nombre, divulgó entre 1903
administrador y técnico de Coltejer. y 1913 métodos modernos para alcan­
De otra parte, iba siendo normal que zar una producción más eficiente. El
las empresas fabriles operaran a base paso siguiente fue el estudio de las
Capítulo 13 327

obras de los organizadores de las in­ a las principales fábricas antioqueñas,


dustrias americana y francesa, los la primera de las cuales fue la mencio­
Principios de la Administración Cien­ nada Compañía Industrial Unida de
tífica de F. W. Taylor y la Administra­ Cigarrillos que desde 1919 absorbió
ción General e Industrial de H. Fayol. varias plantas del país y tomó el nom­
Era sólo el comienzo. Pero resultaba bre de Compañía Colombiana de Ta­
paradójico que en una época en que baco. Una cosa era ya clara para sus
apenas empezaba a consolidarse en dueños y directivos: no bastaba con te­
Colombia la fábrica, se comenzara si­ ner la maquinaria más moderna para
multáneamente a entender que la me­ producir cigarrillos o las materias pri­
dida del trabajo y costo por unidad de mas extranjeras de mejor calidad o las
producto, más que la introducción de instalaciones más cómodas, sino que
la fábrica como tal, eran los que otor­ era necesario disponerlas unas y otras
gaban a la industria moderna su sig­ de tal manera que se asegurara que
nificado distintivo como medio de el trabajador colombiano resultase
vida. Era de nuevo el problema de los lo más productivo posible. Ésta fue la
países que sin terminar las tareas de la clave del éxito de Coltabaco desde
anterior revolución industrial sufrían el momento mismo de su nacimiento.
el impacto de las exigencias de la si­ El período termina con la crisis eco­
guiente. De todas maneras, las ideas nómica del año de 1920, que tuvo gra­
de medir lo que el obrero producía por ves repercusiones sobre toda la eco­
hora, por día o por mes frente a un nomía del país y, en particular, sobre
equipo dado y la de mejorar sus mé­ empresas fabriles que, como Fabríca­
todos de trabajo fueron aplicadas por lo, fundada ese mismo año, debió
los ingenieros antioqueños durante la aplazar su comienzo hasta 1923; o
coyuntura de la guerra europea de como Rosellón que, habiendo com­
1914 a 1918 en empresas no fabriles prado en 1919 las dos pequeñas fábricas
como el Ferrocarril de Antioquia y en Tejidos Hernández y Compañía de Te­
la compañía minera El Zancudo. De jidos y Encauchados, debió cerrar sus
ahí, esa experiencia organizativa pasó tres plantas debido a las bajas ventas.

Fábrica de tejidos
de los Hernández,
en Medellín,
fotografía de
Benjamín de la Calle.
Adquirida por
Tejidos Rosellón
en 1919, esta planta
debió ser cerrada
por falta de ventas
en la crisis
económica del
año siguiente.
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
328

El arranque definitivo (1920-1930) do en los Estados Unidos también,


antiguo gerente de la Ferrería de
El 1 de abril de 1924, apenas ocho me­ Amagá y de la Cervecería Antioqueña
ses después de haber empezado acti­ e impulsor de la Fábrica Textil de Be­
vidades Fabricato, su administrador y llo, se proponía ahora desde la presi­
copropietario Jorge Echavarría escri­ dencia reorganizar a Colombia en los
bía en su Diario personal: «He tenido órdenes económico y administrativo,
una gran sorpresa con el récord de monetario y fiscal, empezando por
yardas de producción de este mes: uno que estaba en la raíz de los demás:
148.392 7/8 yardas, y 5.915.3 kilogra­ el desarrollo de las vías de comunica­
mos de peso. De acuerdo con los ca­ ción, fáciles y baratas, para romper las
tálogos de la Draper, estamos produ­ economías cerradas de los diversos
Transformador ciendo con una eficiencia del 91.7 %». centros de producción. El programa
de 500 kw, en la Un año más tarde, el 21 de octubre de de obras públicas del general Ospina,
planta de El Charquito, 1925, volvía a anotar en su agenda ín­ que aumentó en cerca de 629 kilóme­
de la Empresa de tima: «Hoy saqué producción en el día tros las líneas ferroviarias, departa­
Energía de Bogotá. de 12 telas, y diome un resultado del mentales y nacionales, y en 392 las ca-
La adición de una
planta termoeléctrica 95 % que es una verdadera maravilla. rreteables, sentaría así las bases de
a este complejo Mi sorpresa fue gratísima, pues no creí una industrialización más firme al fa­
fue un índice del pasarnos del average: 90.%.» ¿Qué es­ cilitar el movimiento rápido, a través
auge industrial taba sucediendo en Fabricato como de largas distancias, de los productos
de los años veinte. para que se estuvieran superando los industriales fabricados en el país, a la
rendimientos establecidos por las ca­ vez que permitía el transporte, sin de­
sas vendedoras de máquinas? Jorge terioro, de la maquinaria pesada para
Echavarría, nacido en Medellín en la industrial nacional.
1889, era el típico representante de la Con esta cobertura, la base indus­
segunda generación de empresarios trial del país se va ampliando durante
fabriles antioqueños que comprendía la década de 1920, sobre todo entre
que para asumir riesgos y tener éxito 1925 y 1930, período considerado
en los negocios era necesario trabajar como uno de los de más rápido creci­
con la técnica más avanzada y llevar miento económico en toda la historia
las cuentas claras. La brújula de los nacional. Otro de los pilares fue la
negocios señalaba hacia el norte, hacia energía eléctrica, cuyo abastecimiento
los Estados Unidos, país al que de jo­ se incrementó al pasar el número de
ven había sido enviado a estudiar por plantas eléctricas de 252 en 1925 a 409
sus padres, negociantes cafeteros, y al en 1928, con una generación de 42.327
que en 1922 había regresado para caballos de fuerza. Medellín, ciudad
comprar la maquinaria textil más que se situaba en la avanzada del pro­
avanzada: hiladoras y telares auto­ ceso, pudo convertir sus 750 kilowa-
máticos de la casa Saco Lowell Shop. tios de 1920 en más 4.220 en 1929,
El telar mecánico inglés parecía un merced a sucesivas ampliaciones y a la
tanto atrasado ya. Jorge Echavarría nueva planta de Piedras Blancas ade­
actuaba, pues, convencido de que lle­ lantadas por sus ya oficiales Empresas
vando cuidadosos controles, diarios y Públicas. A pesar de ello, el servicio
mensuales, de eficiencia y costos, de electricidad estaba copado y se em­
aquella técnica moderna podía alcan­ pezó la hidroeléctrica de Guadalupe,
zar en Colombia los mismos e incluso razón por la cual una empresa como
superiores resultados que en su patria Fabricato, que no podía permitir el
capitalista de origen. paro de sus costosas máquinas, apro­
El caso de Fabricato era expresión vechó una caída de agua vecina y em­
de aquel clima de reordenamiento ge­ pezó con una planta hidráulica propia
neral que se respiraba en el país desde de 200 kilowatios, a la cual agregó en
1922, cuando un individuo como Pe­ 1925 otra unidad generadora gemela.
dro Nel Ospina, antioqueño y educa­ En Bogotá, la Empresa de Energía
Capítulo 13 329

Fábrica de Hilados y
Tejidos Samacá,
fundada el 23 de
diciembre de 1905,
durante el gobierno
de Rafael Reyes.
Allí se efectuó una
de las primeras
huelgas en la historia
industrial del país,
en 1921, ya en plena
recuperación de
la crisis económica
de 1920.

adicionó también una planta termoe­ manual. El tiempo para producir una
léctrica a la de El Charquito, y se yarda de tela se había disminuido sen­
estaba pensando ya en el proyecto siblemente en el país: quizá a seis mi­
Salto I. nutos. Esto, traducido a rendimientos,
La base técnica de ramas industria­ era lo que causaba la sorpresa de Jor­
les como la textil comienza a experi­ ge Echavarría. Las demás empresas
mentar una transformación sin ante­ textiles tenían que seguir el ejemplo
cedentes debido a la introducción de de Fabricato o verse irremediable­
equipos automáticos. Fabricato, como mente atrasadas. El paso de de 1.600
se vio, inicia esta innovación desde telares existentes en Colombia en 1923
1923 con la compra y montaje, con a 3.583 en 1930, de los cuales 1.140
técnicos extranjeros, de 100 telares eran ya automáticos, fue la mejor se­
Draper, 4 Crompton y 2 Jiggers, todos ñal de que empresas como Coltejer,
automáticos, con sus equipos de hila­ La Espriella y Tejidos Obregón ha­
dos técnicamente equivalentes. En un bían tomado también el camino de la
momento en que la mayoría de las em­ producción a bajos costos y con mejor
presas textiles nacionales mantenía sus calidad.
viejos equipos, algunos con más de Las consecuencias de la crisis de
veinte años, introducir en el país el te­ 1920 fueron, por fortuna, de corta du­
lar automático significaba una peque­ ración; de ahí que ya desde 1922 se no­
ña revolución técnica: dos operaciones taran en casi todos los sectores indus­
que en el telar mecánico estaban en triales signos de reactivación. Inclusi­
manos de la tejedora, a saber, el cam­ ve la primera serie de huelgas en la
bio de bobinas y la detención de la má­ historia industrial del país no desani­
quina, pasaban a ser efectuadas en mó a los empresarios: en 1920, las
adelante automáticamente por el nue­ huelgas en la Fábrica Textil de Bello
vo telar. La tejedora colombiana de y en Tejidos Obregón; en 1921, en Te­
1923 pasó por primera vez del manejo jidos Samacá; en 1923, un conato de
simultáneo de uno a dos telares me­ huelga en Fabricato; y en 1924, en La
cánicos al control de 20 telares auto­ Garantía y en San José de Suaita. A
máticos, quedando en capacidad de pesar de ello, nuevas fábricas apare­
producir tal vez diez veces más que la cieron, como la Compañía de Hilados
tejedora mecánica y una cifra incal­ y Tejidos de Caldas S. A., en Mani-
culablemente superior que la tejedora zales, en 1924, y la fábrica de paños
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
330

Construcción de
obras y tanques de
la nueva planta de
Barrancabermeja,
según fotografía
tomada en octubre
de 1929. El oleoducto
Barrancabermeja -
Mamona!, con sus
537 km., inicia en
el país el típico
fenómeno contemporáneo
del gigantismo en
proyectos industriales.

Santa Fe, en Medellín, en 1928. A través de 537 kilómetros, integró de­


tono con la recuperación económica, finitivamente con el exterior el petró­
se crearon empresas como la Cerve­ leo colombiano explotado por la Tro­
cería La Libertad, en Medellín, en pical Oil Company. De esta manera,
1924, en tanto que Bavaria, que seguía a través de la industria se manifestaba
siendo la principal empresa cervecera en el país un típico fenómeno contem­
nacional, se preparaba para nuevos poráneo: el gigantismo. Aunque tam­
ensanches para lo cual incorporó entre bién fue visible en los transportes con
1920 y 1930, desde Alemania, veinte la construcción en 1929 del túnel de La
nuevos maestros cerveceros, técnicos Quiebra, en el ferrocarril de Antio-
de planta y técnicos de montaje de quia. Un sector industrial que debía
equipos, todos ellos altamente adies­ haber estado a la base de estas expan­
trados en fábricas y escuelas de cer­ siones, el siderúrgico, no sólo no lo­
vecería de ese país. Ingenios como La graba superar el nivel del taller arte­
Manuelita transformaron sustancial­ sanal especializado sino que, por el
mente sus procesos productivos al pa­ contrario, vio cerrar definitivamente
sar, entre 1927 y 1929, de la energía en 1927 la última de las ferrerías mon­
térmica a la eléctrica para accionar sus tadas desde el siglo XIX, la de Amagá.
trapiches. El ingenio azucarero elec­ En el ramo del hierro y del acero, el
trificado fue en adelante la norma téc­ país seguía dependiendo del exterior.
nica para los nuevos fundados en Si geográficamente Antioquia se
1928, Providencia y Riopaila, también consolida en el primer puesto de la in­
en el Valle. La industria del cemento, dustria textil, también lo logra en la
estimulada por el crecimiento urbano, del tabaco. En efecto, a pesar de que
vio aparecer una nueva fábrica en en Santander se concentraba la ela­
Cundinamarca en 1927, Cementos boración de cigarros y cigarrillos, con
Diamante, a la vez que Cemento Sam- 58 fábricas medianas y 512 fabriquillas
per garantizó su abastecimiento de de cigarrillos así como 4 fábricas de ci­
materias primas mediante la construc­ garros en 1927, era Coltabaco la que,
ción de un cable aéreo de diez kiló­ absorbiendo una serie de plantas en
metros que transportaba la piedra des­ todo el país, colocó a la industria ta­
de las minas hasta Usaquén, primera
obra de tal magnitud para fines indus­ bacalera de Antioquia a la cabeza de
triales. Obra similar pero de mayor todo el mercado colombiano en forma
extensión fue en 1927 el oleoducto tan completa como la industria textil.
de Barrancabermeja-Mamonal que, a Este movimiento hacia la concentra­
ción financiera se consolida a fines de
Capítulo 13 331

la década en otras empresas como la fácilmente controlables por el propio


Compañía Fosforera Colombiana, que patrón y unos pocos empleados. Hubo
controlaba el 75 % de la producción huelgas que apenas duraron uno o dos
nacional; Posada Tobón, con más de días, como la de las obreras de Rose-
20 plantas en el país; y lo mismo Ba- llón, en junio de 1929, donde por lo
varia y la Compañía Nacional de Cho­ demás se notaba en las relaciones in­
colates. Las mayores dimensiones pro­ dustriales la ambigüedad de las situa­
ductivas alcanzadas por estas empre­ ciones de transición, ya que el admi­
sas no sólo determinaban ya el tipo, nistrador fue acusado de atrasar el re­
calidad, volumen e incluso distribu­ loj para prolongar la jornada de tra­
ción de cultivos como el algodón, la bajo, mezquina estratagema muy co­
cebada, el tabaco o el trigo, sino que mún en las fábricas europeas de
también amplias zonas del campo, comienzos del siglo XIX. Coltejer, en
como la costa atlántica, iban siendo cambio, dispuso a mediados de la dé­
transformadas en función de las deci­ cada de un moderno reloj London Na-
siones tomadas en las ciudades. En al­ tional, en el que cada obrero marcaba
gunos casos, sin embargo, el lento de­ sus horas de entrada y salida. En po­
sarrollo vial hacía más barato importar cas empresas, quizá Bavaria y Colta-
materias primas extranjeras. baco, se advertía ya la necesidad de
Con el crecimiento de la base in­ trasladar las tareas de administración,
dustrial, la fuerza de trabajo urbana estadística y contabilidad de costos a
seguía en aumento. Medellín y sus zo­ sitios específicos y bajo la responsa­
nas aledañas concentraban en 1929 bilidad de especialistas. La oficina
unos 6.000 trabajadores, en su mayo­ empezaba, así, a diferenciarse de los
ría mujeres. Con todo, globalmente el salones de trabajo de la fábrica y a
número de obreros fabriles nacionales concentrar ejecutivos con una mayor
era aún reducido en relación con los calificación, quienes, situados entre
197.000 artesanos de 1925, incremen­ patronos y obreros, sustituían ya las
tados de nuevo por una rápida expan­ antiguas relaciones personales y pa­
sión de las manufacturas después de la triarcales de los talleres. La industria
primera guerra mundial. La fisonomía del país podía para entonces confiar
de las principales ciudades comenzó a en ese grupo calificado de empresarios
modificarse desde estos años con la y ejecutivos, a pesar de que el sistema
aparición de los típicos barrios obre­ bancario, recientemente reformado
ros, alrededor de las fábricas, que em­ por Ospina, no se especializaba aún en
presas como Coltabaco o Fabricato y operaciones industriales o de que las
organizaciones como el Círculo de deformaciones de los mercados obli­
Obreros de Bogotá se encargaron de gaban a las empresas a tener excesivos
fomentar. Esta política orientada a inventarios y a asumir la distribución
arraigar al obrero y evitar que emigra­ de sus productos. Empresarios como
ra con facilidad fue complementada Jorge Echavarría, que sabían vincular
con las primeras escuelas nocturnas el espíritu de empresa con la contabi­
gratuitas, destinadas a elevar la edu­ lidad, comprendían también que, con
cación de los trabajadores; pero tam­ el apoyo de la política económica del
bién los talleres de los ferrocarriles na­ gobierno, montar una fábrica no era
cionales, las escuelas de artes y oficios ya una aventura sino un negocio. Por
y los colegios técnicos salesianos em­ eso, cuando sobrevino la crisis eco­
pezaban a preparar las primeras capas nómica mundial de 1929, la industria
de obreros calificados, como electri­ nacional había alcanzado el grado de
cistas, mecánicos o torneros. El nú­ solidez indispensable que le permitió
mero de trabajadores por fábrica se convertir los nefastos efectos de la de­
mantenía tan bajo, 220 en promedio presión en otras tantas fuerzas positi­
en las diez principales factorías de Me- vas para dar un salto adelante en su
dellín, en 1923, que los conflictos eran desarrollo.
332 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

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333
Capítulo 14

Historia de la industria
colombiana. 1930 -1968
Ingeniero Luis Peláez
Alberto Mayor Mora Res trepo, fundador
en 1933, con Luis
Palacio, de la fábrica
de calcetines Pepal,
La década decisiva que daría origen en
de la industrialización (1930-1939) ¡936 a la firma
Pepalfa S.A.

E l peor año para Colombia de la


crisis financiera y comercial mun­
dial fue 1932. Se reduce la producción
"Ingenieros tejiendo
medias: era el símbolo
de la crisis de
comienzos de 1930..."
industrial nacional, se cierran varias
empresas y aumenta el desempleo. En
Medellín, dos jóvenes ingenieros, re­
cién egresados y sin perspectivas de
encontrar trabajo en la empresa pri­
vada o en las obras públicas, también
deprimidas, deciden acometer el es­
tablecimiento de una industria para teniendo como primer producto la me­
sobrevivir. Cobijados por las medidas dia «Pepal», sigla que se armó con las
proteccionistas del gobierno de Olaya cinco primeras letras de los apellidos
Herrera, optaron por crear una fabri- de los dos ingenieros, Peláez y Pala­
quita de medias para hombre, para lo cio. Cuando la calcetería se amplió,
cual compran ese año 1932 una má­ fue denominada Tejidos Pepal, S. A.;
quina Scott & Williams, una máquina y en 1936, al fusionarse con otra pe­
remalladora y una horma para plan­ queña empresa similar, Alfa, S. A., se
char. Instalaron esos equipos en casa denominó Calcetería Pepalfa, S. A.
de familia y catálogo en mano estudia­ Ingenieros tejiendo medias: era el
ron los mecanismos hasta que logra­ mejor símbolo de la crisis de comien­
ron tejer personalmente trozos de me­ zos de 1930. Surgida Pepalfa de una
dia, lo que les alentó para solicitar crisis, lejos estaban sus fundadores,
otras diez máquinas tejedoras al ex­ ingenieros Luis Peláez R. y Luis Pa­
terior. En 1933, empezaron a operar lacio Cock, de pensar que exactamen­
la fabriquita con nueve obreras, ob- te cincuenta años después el latigazo
334 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Santiago Samper Cemento Samper adelantaba en esos


Brush, uno de los años la construcción de su nueva plan­
fundadores de ta en La Siberia, y estaban llegando a
Cemento Samper, puertos colombianos los pedidos de
que inició
actividades en
maquinaria hechos desde 1927 y 1928.
1909, con una Ante la paralización de los créditos, la
pequeña planta empresa no pudo otorgar financia-
en el centro de mientos adicionales y hubo de «flotan-
Bogotá. Fue él tizarse», es decir, contar con capitales
quien adelantó
gestiones para nuevos distintos a los de la familia
adquirir la mina Samper. Pero a pesar del apoyo de
caliza de La Calera, empresarios bogotanos y antioqueños,
por la cual se la empresa se vio forzada a suspender
pagó, en ese año,
diez mil libras
la construcción de La Siberia en 1930.
esterlinas a Igual situación de apremio vivieron los
Arcadio Céspedes ingenios azucareros. La caída de los
(Oleo de Inés precios del azúcar fue muy fuerte, ge­
Acevedo Biester nerándose una competencia muy agu­
en la colección
de la Cruz Roja da entre los ingenios del Valle del Cau­
Colombiana). ca y los de la costa atlántica. Ingenios
como La Manuelita superaron sus di­
ficultades no sólo gracias a la expe­
de otra convulsión económica borraría riencia acumulada por más de sesenta
definitivamente su obra. Sin embargo,
durante medio siglo dicha empresa ha­ años, sino también por la política pru­
bría de dar empleo no sólo a sus fun­ dente sobre distribución de utilidades.
dadores sino a multitud de obreros y En este panorama poco esperanza-
colaboradores que pasaron por sus dor se inició el gobierno de Olaya He­
instalaciones. rrera, el cual de inmediato adoptó
El 29 de octubre de 1929 se había drásticas medidas restrictivas como el
presentado, en efecto, en Nueva York cierre de bancos, el control de cam­
la famosa catástrofe bursátil conocida bios, la moratoria a los pagos al ex­
como el «martes negro», que precipitó terior y dentro del país, y la expedi­
la gran crisis financiera y comercial ción de un nuevo arancel aduanero
mundial. El profundo receso que si­ abiertamente proteccionista para la
guió en toda la economía internacio­ naciente industria del país. Con la Ley
nal llegó hasta Colombia y toda Lati­ 62, de mayo de 1931, los aranceles de
noamérica. Para varias textileras co­ las telas crudas de lana subieron un
lombianas, la crisis no sólo paralizó su 6 % y los de los paños de lana un
expansión sino también obligó a su 43 %. Los decretos 1.706 y 2.194 de
cierre parcial. Así, la fábrica de Sa- ese mismo año incrementaron nueva­
macá se vio constreñida a recortar su mente dichos aranceles, en tanto que
jornada semanal de trabajo a tres días, los textiles de seda quedaron con un
en tanto que la fábrica de paños Santa recargo del 129 %. A la sombra de estas
Fe, en Medellín, suspendió operacio­ medidas proteccionistas habrían de
nes en 1931. Al tiempo, la crisis sig­ germinar, precisamente, empresas
nificó el fin de la prosperidad de las como Pepalfa, Indulana, en 1933, y
primeras textileras: Bello, Obregón o Paños Vicuña, en 1935, en Medellín,
Samacá, y el reordenamiento en favor al tiempo que se reactivaba en 1934
del liderazgo de las antioqueñas: Fa- Paños Santa Fe. Posteriormente, ha­
bricato y Coltejer. Bavaria, por su brían de surgir industrias de medias de
parte, licenció trabajadores, e incluso seda como Cotenal, en Bogotá, y Se-
rebajó salarios en 1931. deco, en Medellín en 1937. En el caso
En el sector del cemento, los pre­ dé la industria cervecera, sus impor­
cios cayeron de manera dramática. taciones quedaron prohibidas tempo-
Capítulo 14 335

ralmente en 1931, mientras que en el pacto fue sobre una industria en for­
cemento se estableció un arancel de 1 mación y no sobre una industria ya
centavo por kilogramo importado. Las consolidada. Por lo demás, sectores ya
medidas proteccionistas iban, pues, relativamente desarrollados, como el
reservándole a la naciente industria un cervecero, adoptaron medidas como
importante mercado en expansión. En la fusión entre empresas para hacer
1938, la Junta de Control de Cambios frente a la crisis: tal fue el caso de Ba-
y Exportaciones emitió dos resolucio­ varia, que se organizó en 1930 como
nes de restricción a las importaciones consorcio aglutinando numerosas plan­
extranjeras y de defensa de la indus­ tas de cerveza que operaban en todo el
tria nacional, lográndose en el caso de país; o el de Cervecería Unión, que re­
la industria textil reducir las importa­ sultó de la fusión de las cervecerías La
ciones en cerca de 41 millones de me­ Antioqueña y Libertad en 1930.
tros de tela. El país asistió, pues, casi desde los
Considerada América Latina de mismos años de la crisis a una extraor­
modo global, el impacto que tuvo la dinaria recuperación industrial sin an­
gran depresión mundial de 1929 fue, tecedentes en su historia. En el caso
sin embargo, mínimo sobre los países de la industria textil, las inversiones y
del área, comparados con los países el cambio técnico fueron dos de los
capitalistas avanzados. Por ello, los factores que determinaron su creci­
hechos más notorios en la historia de miento. Las compras de maquinaria y
la industria colombiana fueron la ra­ de equipo textil crecieron en forma
pidísima recuperación acaecida entre marcada a partir de 1930 y 1931. Fa-
1931 y 1934 y el notable crecimiento bricato prácticamente duplicó su stock
industrial iniciado desde 1932, el cual de maquinaria entre 1928 y 1932. Algo
fue uno de los más altos en América similar sucedió en Coltejer, que co­
Latina y tal vez el más elevado de la menzó en 1932 su ensanche de hilados
historia del país. Por ejemplo, el di­ y tejidos y adquirió en Checoslovaquia
namismo del sector textil fue tal que la primera maquinaria de estampación
dobló el conjunto de la industria co­ de telas que se conoció en el país. En
lombiana. Las razones de este fenó­ 1933, Rosellón también dispuso el de­
meno radicaron en un aspecto esen­ sarrollo de un segundo plan de ensan­
cial: la crisis mundial alcanzó a Co­ ches. La inversión textil se elevó con
lombia en el momento mismo de su la fundación de Tejicóndor, creada
despegue industrial, es decir, el im­ por el empresario Jesús Mora en 1934,
Planta de Cementos
Samper en La Siberia
(La Calera,
Cundinamarca), cuya
construcción hubo
de ser suspendida
temporalmente
a raíz de la crisis
mundial de los
años 1929 y 30.
Pero ya en 1933
se reiniciaron las
obras y, bajo la
dirección del ingeniero
Hermann Bohlen se montó
el primer molino de
tipo horizontal,
marca Polysius, con
capacidad de 200
toneladas/día, que
empezó producción
en abril de 1934.
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
336

Equipo del ingeniero


alemán Hermann Bohlen,
ante el primer horno
Polysius instalado por
él en Cementos Samper,
abril de 1934.

empresa que operó en gran escala des­ ducciones en los costos que en Colte-
de sus inicios. jer, en 1935, 30 yardas de determinada
Pero la inversión no se limitó a las tela cuya fabricación costaba 0.481 pe­
empresas antioqueñas, sino que texti- sos en un telar mecánico, salía a cua­
leras como La Espriella y Obregón re­ tro veces menos, es decir, en 0.1122
novaron sus plantas. La Garantía de pesos en un telar automático. La pro­
Cali se aprestaba, en 1938, a abrir una ductividad del obrero textil también se
nueva fábrica en Pereira. El exceso de incrementó notablemente, pasando el
inversiones en las empresas antioque- quantum de tela producida anualmen­
ñas las obligó a un acuerdo, en 1933, te por trabajador de 4.496 metros en
según el cual cada una de ellas se com­ 1926 a 14.055 metros en 1942. Es de­
prometía a no importar más maqui­ cir, se triplicó la productividad del tra­
naria en el lapso de dos años. Entre bajo textil. Paralelamente, hubo licen-
1933 y 1943, las ocho principales fac­ ciamiento de mano de obra, como en
torías textiles nacionales triplicaron Rosellón, donde en 1932 la supresión
sus equipos, alcanzando la cifra de de 116 telares mecánicos significó el
4.840 telares. despido de 86 obreros. Se dieron me­
Sin embargo, el aspecto fundamen­ didas «racionalizadoras» complemen­
tal del liderazgo textil lo constituyó el tarias como la refundición de empleos,
salto técnico que significaba la gene­ la creación de jornadas extras de tra­
ralización del telar automático que im­ bajo, premios por asistencia y rendi­
ponía sustanciales reducciones en los miento. Se presentaron tres movi­
costos. A nivel internacional, durante mientos huelguísticos: en Coltejer, en
el período comprendido entre las dos 1935, en Rosellón y otra vez en Col-
guerras mundiales, la industria textil tejer, en 1936, en gran parte motiva­
experimentó pocas innovaciones téc­ dos por una fuerte resistencia a la dis­
nicas importantes. En Colombia, por ciplina industrial que se buscaba ins­
el contrario, el cambio del telar me­ taurar. Los sindicatos querían la su­
cánico al automático permitió tales re­ presión de los contadores mecánicos
Capítulo 14 337

acondicionados a los equipos textiles.


Otro contratiempo que tuvo la indus­
tria textil fue la escasez de agua, que
no permitía operar a plenitud las sec­
ciones de hilados; en tanto que la irre­
gularidad del servicio de energía eléc­
trica, restringida por la asignación de
cuotas máximas de consumo, obligó a
empresas como Fabricato y Coltejer a
invertir en sus propias plantas.
La expansión textil desbordó la
oferta nacional del algodón en rama,
debiendo cubrir la diferencia las im­
portaciones de algodón extranjero. A mayor apoyo a la empresa. En la crea­ Julián Cock Arango,
lo cual se agregaba que la fibra pro­ ción de Argos confluyeron también el Jorge Arango
ducida en Colombia presentaba baja talento investigativo, la mentalidad Carrasquilla
uniformidad. De otra parte, entre experimental y la capacidad empresa­ y Carlos Sevillano G.,
fundadores de
1936 y 1943, el número de obreros rial de un grupo de ingenieros antio- Cementos Argos.
ocupados en la industria textil se tri­ queños de la Escuela Nacional de Mi­ Cock también fue
plicó. Ya en 1939 había 13.173 traba­ nas de Medellín, a la cabeza de los -fundador de Simesa
jadores textiles. Un hecho significati­ cuales estuvieron Jorge Arango Ca- de Cementos El Cairo.
vo era la paulatina disminución de la
fuerza de trabajo femenino No era
casual, entonces, que el trabajador
masculino empezara a ser asociado
con los movimientos huelguísticos
cada vez más numerosos.
La industria del cemento también
conoció una importante expansión.
Cemento Samper reinició en 1933 los
trabajos de su nueva planta debido a
la vinculación de una compañía ale­
mana que, ante las medidas oficiales
de imposibilidad de repatriar utilida­
des, invirtió en Cemento Samper y así
la empresa obtuvo la financiación ne­
cesaria para continuar las obras. Bajo
la dirección del ingeniero mecánico
alemán Hermann Bohlen, un equipo
de técnicos alemanes y de ingenieros
colombianos organizó el montaje del
primer molino de tipo horizontal,
marca Polysius, con capacidad de 200
toneladas diarias, el cual empezó a
producir clinker el 1 de abril de 1934.
Al lado de los técnicos alemanes, los
trabajadores colombianos iban adqui­
riendo nuevos hábitos de trabajo
como el de verificar cada mañana lo Fábrica de Cementos
Argos, en Medellín,
que habían hecho el día anterior. Una fundada en 1934 por
empresa cementera nueva fue Argos, ingenieros formados
fundada en Medellín en 1934 y cuyo en la Escuela Nacional
nombre resultó de la contracción del de Minas, de esa
nombre Arangos, familia que dio el ciudad.
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
338

alemanes Schmidt y Jacobs. Por su


parte, la industria azucarera se expan­
dió no sólo con la fundación de los in­
genios Berástegui, en el actual depar­
tamento de Córdoba, en 1932, y Pa­
jonales, en el Tolima, hacia 1939, sino
con la instalación de modernos pro­
cesos de fabricación en La Manuelita,
los cuales, unidos a la aplicación de la
técnica agronómica, le permitieron
elevar su producción anual de 200.000
a 300.000 quintales, cifra que repre­
sentaba la mitad de la producción total
del valle del Cauca. Como en el caso
textil, se produjo también un reorde­
namiento definitivo del liderazgo azu­
carero en favor de los ingenios de esa
región.
A partir de la crisis del 29, emergie­
ron sectores industriales nuevos como
el del caucho, con empresas como
Cauchosol, en 1935, y Croydon, en
1937, ambas en Bogotá, y con Grulla,
Ingenio de Providencia, rrasquilla, Carlos Sevillano y Julián en 1939, en Medellín. El país vio apa­
de la Central Azucarera Cock Arango, no por casualidad apo­ recer, por fin, en pequeña escala la
del Valle S.A., yados por el químico alemán Wokit- producción siderúrgica con la funda­
Palmira, 1945. tel, quien realizó varios estudios geo­ ción de Simesa, S. A., o sea, la Side­
lógicos previos. Aparte de la previsión rúrgica de Medellín, fruto de la inicia­
y cálculo tomados para erigir esta em­ tiva, organización y puesta en marcha
presa, fue decisiva la participación del del ingeniero antioqueño Julián Cock
municipio de Medellín y del Ferroca­ A., quien había descubierto importan­
rril de Antioquia, quienes no sólo to­ tes reservas de mineral de hierro en el
maron acciones en la compañía, sino valle de Medellín. Con todo, la em­
que también establecieron tarifas di­ presa empezó a operar en 1939 con un
ferenciales para el transporte férreo horno de arco marca Brown Boveri,
de materias primas y en el costo de la de 1.000 kilogramos, que fundía cha­
energía eléctrica. tarra para obtener hierro y acero.
En la cerveza, el Consorcio Bavaria Bajo la dirección técnica del propio in­
se expandió en base a la capacidad ins­ geniero Cock, comenzaron a fundir
talada desde la década anterior, pero desperdicios de hierro y acero 32 obre­
desde 1937 invirtió en maquinaria y ros, y se obtuvo acero estructural en
trajo más técnicos alemanes. En el forma de varillas y pequeños perfiles.
campo laboral, Bavaria dio un paso También empezó Imusa en Medellín,
pionero al institucionalizar la acción en 1934, con la fabricación de artículos
sindical, estimulada por las reformas domésticos de aluminio.
de la República Liberal de López Pu- Los sectores artesanales continua­
marejo, en el marco del control y es­ ban, aunque sin desaparecer, en su lu­
trategia global de la empresa. Tam­ cha con las mercancías extranjeras.
bién en el sector cervecero y en plena Así, en 1931, la Federación Nacional
crisis, surgió el después llamado grupo de Zapateros comunicaba que «más
Santodomingo al comprar, en 1932, la de 80.000 familias que derivan su sub­
Cervecería Barranquilla y la Cerve­ sistencia diaria de la industria de fa­
cería Bolívar, en Cartagena, organi­ bricación de calzado... yacen en la
zándose con los técnicos igualmente más absoluta miseria, debido a la rui­
Capítulo 14 339

na [..] ocasionada por [...] los trust durante el conflicto bélico. Con sólo
más poderosos de Europa». Esto era tres fábricas en 1939, durante la gue­
parcialmente cierto, pues el empobre­ rra fundaron otras tres más: Cementos
cimiento crónico que experimenta­ del Valle, Nare y Diamante, en Bu-
ban los artesanos colombianos se debía, caramanga, con las cuales no sólo
en última instancia, a la mayor produc­ atendieron la demanda nacional sino
tividad con que operaban tanto las fá­ que incluso pudieron exportar volú­
bricas nacionales como extranjeras. menes significativos a países vecinos.
Con excepción de Argentina, todos
La prosperidad de la guerra los demás países latinoamericanos so­
licitaban a los fabricantes colombianos
(1939-1945) el envío de cemento, sin discutir el
El hombre de negocios caldense Fer­ precio. Internamente, en ciudades
nando Mazuera Villegas narra en sus como Medellín, se construía el hotel
memorias, tituladas Cuento mi vida, la Nutibara y 15 edificios similares más; en
manera como durante los años de la Bogotá, numerosos edificios comercia­
guerra logró enriquecerse mediante la les en la avenida Jiménez y en la carrera
especulación con materias primas tex­ 7.a; en Cali y Barranquilla, numerosos
tiles que debido al cierre de los mer­ barrios residenciales. La demanda in­
cados internacionales escaseaban en el terna se satisfizo igualmente.
país: «Dominábamos el mercado y, En la industria textil, la llegada de
por consiguiente, imponíamos los pre­ la segunda guerra mundial quebró de­
cios a nuestro libre albedrío. Estando finitivamente el abastecimiento me­
yo en Nueva York, recibí un día una diante telas importadas. Ganancias
llamada de uno de los corredores de extraordinarias percibieron las empre­
Philadelphia, quien me ofreció, muy a sas líderes del sector textil, pues de un
finales de la guerra, unas libras de hi­ momento a otro se cerró la oferta ex­
laza de nylon de segunda. Como yo sa­ terna y las fábricas se encontraron en
bía que el gerente de una importante capacidad de abastecer la creciente
fábrica colombiana estaba sumamente demanda. En principio, la guerra sig­
necesitado de un producto parecido y nificó dificultades para conseguir ma­
se hallaba en ese momento en el hotel quinaria textil, pues las fábricas ex­
San Francis de San Francisco, Califor­ tranjeras se orientaron a la producción
nia, lo llamé por teléfono, le vendí de material de guerra. Por ejemplo,
esas hilazas y en 20 minutos que gasté Fabricato, que no pudo importar un
en tres conversaciones, me gané la en­ solo telar durante el conflicto. Otras,
tonces y hoy también maravillosa como Coltejer, llegaron a acuerdos
suma de 74.000 dólares. No tuve más con el gobierno norteamericano y, a
que presentarme en downtown, donde cambio de producir uniformes para su
los agentes de esta empresa antioque- ejército, pudieron adquirir equipos en
ña y recibir mi cheque. Los años de la ese país. Así, Coltejer introdujo
guerra nos dieron frutos en ese nego­ 20.000 husos, 120 telares, otras dos es­
cio extraordinario, y ya cuando venía tampadoras y modernos equipos de
la decadencia, a la llegada de la paz... tintorería, mercerización y blanqui­
vendimos la fábrica en valor muy ha­ mento. Las utilidades de empresas
lagüeño a la firma Pepalfa de Mede- como Coltejer y Fabricato durante la
llín.» Surgida de los negocios de la guerra fueron elevadísimas, ganancias
guerra, la nueva clase social de nego­ que constituyeron la principal fuente
ciantes como Mazuera Villegas se ca­ de financiación en una época en que
racterizaba por la audacia más desen­ los créditos de fomento aún no exis­
fadada y por su capacidad para la es­ tían. La emisión y venta popular de
peculación financiera. acciones fueron considerables, llegan­
do Coltejer a pasar de 65.000 acciones
Industriales como los del cemento en 1937 a más de tres millones en
obtuvieron también pingües ganancias
340 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

1945. En este crecimiento, la absor­ En 1940 se inició en el país la con­


ción de otras empresas, más rezagadas fección de vestidos «en serie» con la
técnicamente y con dificultades de fundación de Everfit, que inició ope­
aprovisionamiento de materias pri­ raciones con 30 obreros bajo el mando
mas, fue determinante: Fabricato de un técnico norteamericano, y con
compró en 1939 la antigua Fábrica de una producción inicial diaria de 30 tra­
Bello y, en 1942, Paños Santa Fe; por jes. La producción de vestidos en serie
su parte, Coltejer adquirió en 1942 implicó no sólo introducir en el país
Rosellón, fábrica de tamaño similar al formas de trabajo nuevas, desmenu­
suyo, y en 1944 Sedeco, empresa de zadas, simples y en cadencias rápidas,
tejidos de fibras de rayón. Hacia 1945, sino también la mayor opresión eco­
Fabricato creó la empresa Confeccio­ nómica de artesanos urbanos como los
nes Fabricato, S. A., dedicada a teji­ sastres, quienes no podían competir
dos de punto y confecciones. Como en con los bajos costos de la fabricación
el caso del sector cemento, la industria en serie. Por lo demás, industrias
textil nacional llegó a exportar duran­ como Everfit, que al finalizar la guerra
te los años de la guerra cerca de 12 mi­ abastecía 35 almacenes del país, entra­
llones de metros de tela. Al comenzar ron a modificar los hábitos de consu­
la conflagración mundial, Fabricato mo del colombiano medio al acostum­
era la mayor textilera del país; al fi­ brarlo a adquirir los trajes en mejores
nalizar, lo era Coltejer. La acumula­ condiciones de precio y de crédito.
ción extraordinaria de capital que al­ La guerra mundial afectó de modo
canzó Coltejer le permitió, incluso, di­ diferente a otras empresas del país. A
versificarse tempranamente al fundar partir de la entrada de los Estados
en 1945, en colaboración con empre­ Unidos en el conflicto, el compromiso
sarios privados, el Banco Industrial Co­ del país con los aliados permitió con­
lombiano y Suramericana de Seguros. trolar, bien en manos de nacionales
Una de las palancas del éxito indus­ bien bajo la influencia de los mono­
trial de empresas textiles como Col- polios norteamericanos, sectores
tejer, durante la guerra, fue la alta como el químico, el de aviación o el
productividad alcanzada por su «obre­ cervecero, donde dominaba el capital
ro colectivo», el cual no sólo aumentó alemán. La Handel, propietaria de la
pasando de 1.217 obreros en 1939 a mayoría de acciones del Consorcio
5.880 en 1945, sino que se caracterizó Bavaria, fue puesta bajo administra­
por su capacidad inventiva y creativa. ción fiduciaria. Correlativamente, em­
Ante la escasez de repuestos, se ins­ pezó en 1943 la sangría de técnicos
talaron «buzones de sugerencias» que alemanes que desde la fundación de la
posibilitaron que obreros como Her­ compañía habían sido su columna ver­
nando Grisales inventara esmaltes fo­ tebral. De 40 técnicos alemanes que
tográficos imposibles de importar des­ había en las 7 plantas al comenzar la
de Alemania; un procedimiento me­ guerra, sólo quedaron 4 al finalizar.
diante el cual las lanzaderas de los te­ Cada salida le significó al país la pér­
lares, escasas en el país, podían utili­ dida irreparable de un experto. Sin
zarse por ambos lados, con lo que se embargo, de modo paralelo, la empre­
duplicó su vida útil, inventado por un sa atendió a la formación de la que
supervisor de la empresa. El aumento quizá es la primera generación de cer­
de obreros, sobre todo migrantes, de­ veceros colombianos. Bajo la direc­
terminó la aparición de especialistas ción de uno de los técnicos alemanes
en el control de la vida fuera de la fá­ que quedaban, Wilhelm Schmitt, se
brica del trabajador; surgieron, así, las formaron en el arte ingenieros civiles,
primeras visitadoras sociales que, bajo pero también químicos e ingenieros
el mando de los capellanes, ayudaban químicos que el sistema universitario
a adaptar al obrero recién llegado del nacional había empezado a educar
campo al medio urbano. desde comienzos de la década de 1940.
Capítulo 14 341

La guerra significó, por otra parte,


la entrada mucho más decidida del ca­
pital extranjero en la industria del
país. Eternit Colombia empezó, en
1943, la fabricación de productos de
asbesto y cemento impulsada por la
iniciativa de un ingeniero colombiano
y el aporte de capital suizo. El proceso
de mezcla y prensado de artículos pla­
nos de asbesto-cemento determinó
una localización especial de este tipo
de plantas al lado de abundantes fuen­
tes de agua requerida por el proceso
mismo. Ello explica la localización de
Eternit en las afueras de Bogotá, en la
zona del Muña. Similar situación ex­
perimentó Cartón de Colombia, fun­
dada en Medellín en 1944, y trasla­
dada poco después a la zona de Yum-
bo, en las afueras de Cali, al lado del
río Cauca. Cartón de Colombia fue nes, ante la debilidad de la acumula­ Planta de Cicolac
fruto de empresarios nacionales como ción de capital en Colombia, fundan (Compañía Colombiana
el antioqueño Eduardo Uribe Botero en 1940 el Instituto de Fomento In­ de Alimentos Lácteos
y el vallecaucano Manuel Carvajal Si- dustrial, IFI. Hierro, llantas y produc­ S.A.) filial del
nisterra; pero también del norteame­ grupo suizo Nestlé,
tos químicos que, entre otras cosas, Bugalagrande, Cauca,
ricano Frank Carder, representante de eran los productos que las potencias hacia 1945.
la Container Corporation of America, mundiales estaban racionando a me­ Un ejemplo del
una de las principales compañías del dida que avanzaba el conflicto, fueron incremento de la
ramo en los Estados Unidos. Cicolac las áreas prioritarias del IFI. Así, la Si­ industrialización
fue fundada como subsidiaria del gru­ derúrgica de Medellín recibió el apoyo en Colombia,
después de la
po suizo Nestlé en la zona rural del económico del instituto, en tanto que primera Guerra Mundial,
Valle del Cauca, municipio de Buga- en Bogotá, también bajo su iniciativa,
lagrande. También entraron al país se fundó la primera fábrica de llantas
Maizena, de la Corn Products Cor- del país, Icollantas, creada en 1942.
poration, y Colgate-Palmolive, ambas En el sector químico, se impulsó la
en 1943. En Cali, inició actividades primera planta de cloro electrolítico
Goodyear de Colombia, S. A., en en Bogotá, en 1943: la Industria Na­
1945, con tres prensas de vulcaniza­ cional de Cloro. Pero la mejor expre­
ción y con una producción de 45 llan­ sión de los esfuerzos mancomunados
tas diarias. En la industria textil, Te- del Estado y de los industriales pri­
jicóndor se asoció en 1940 con la firma vados colombianos fue también la pro­
norteamericana Grace, en tanto que moción de la primera fábrica de ácido
en 1944 Fabricato, en asociación con sulfúrico, Sulfácidos, creada en 1941,
la también estadounidense Burlington apoyada por el IFI, pero resultado de
Mills Corporation, fundó Pantex, cada la iniciativa del ingeniero Luis Santia­
firma con el 50 % de las acciones. go Botero O., quien con clara men­
Los grandes negocios de la guerra talidad empresarial había presentado
como tesis de grado en la Escuela de
implicaron, sin embargo, no sólo el lu­ Minas de Medellín un proyecto para
cro de los capitalistas nacionales y de una fábrica de ácido sulfúrico.
los extranjeros, sino también el for­
talecimiento del capitalismo de Esta­ La creación del IFI indicaba, por
do, desplegado bajo la dirección po­ tanto, que los industriales colombia­
lítica de Eduardo Santos y de su mi­ nos sabían ya que podían utilizar al
nistro Carlos Lleras Restrepo, quie- Estado para la consecución de sus fi-
342 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

tores como el de la madera o el eléc­


trico, si bien empezaron en pequeña
escala, fueron progresivamente con­
solidándose. Como pequeño taller de
reparación de artículos eléctricos que
instaló en 1941 en Medellín José Ma­
ría Acebedo inició operaciones Ha-
ceb. La entrada paulatina al negocio
en 1943 y 1953 de los hermanos del
fundador originó precisamente la sigla
de la empresa, Haceb, Hermanos
Acebedo. También como una peque­
ña sociedad familiar, Camacho Rol-
dán comenzó la que con el tiempo lle­
garía a ser la principal fábrica de mue­
bles del país, Artecto, fundada en Bo­
gotá en 1941. Cuando terminó la se­
gunda guerra mundial, el país había
cambiado drásticamente su panorama
industrial. El censo industrial de 1945
Vista panorámica nes particulares. Justamente la unifi­ encontró que existían en Colombia
del complejo cación de intereses y la conciencia de cerca de 7.849 establecimientos indus­
industrial de su poder como clase social se manifes­ triales de pequeño, mediano y gran ta­
Coltejer, en maño, que empleaban unos 135.400
Medellín, a fínales taron con la fundación, no por casua­
de los años 50. lidad en Medellín, de la Asociación trabajadores. Una parte muy impor­
En este momento, Nacional de Industriales, Andi, el 11 tante de éstos, más de 30.000, se en­
las empresas de septiembre de 1944. Era la culmi­ contraban en las fábricas de Antio-
industriales alcanzan nación lógica no sólo del enriqueci­ quia. En los años de la guerra, sin em­
altísimo desarrollo
como sociedades miento y poder económico que les ha­ bargo, una nueva relación de domi­
anónimas abiertas: bían deparado los negocios de la gue­ nación se había consolidado: el do­
pronto las utilidades rra, sino también de la confluencia de minio de la fábrica sobre la ciudad. En
llegarán a superar intereses por parte de los distintos gru­ 1943, Coltejer tenía ya 4.500 obreros,
el 100 % del capital. pos de industriales colombianos, que de cada uno de los cuales dependían
antes de 1944 carecían de criterios uni­ en promedio 6 personas. Por tanto,
ficados y permanecían relativamente sólo de Coltejer derivaban su subsis­
aislados en asociaciones regionales tencia 27.000 personas, o sea, más del
como la Industria Nacional en Mede- 16 % de la población de Medellín.
llín o la Asociación de Productores y
Fabricantes en Cali. Había que pre­
pararse, entonces, de manera profe­ La edad de oro
sional, para asumir y dirigir los nego­ de la sociedad anónima (1945-1953)
cios. Y así como Medellín contó du­
rante mucho tiempo con la Escuela de Alberto Galindo, periodista y político
Minas para proveerse de sus cuadros liberal, no cesó de hostigar desde las
ejecutivos y empresariales, Bogotá páginas editoriales de El Liberal, de
empezó a hacer lo mismo con la fun­ Bogotá, al gobierno de Mariano Os-
dación, en 1943, de la Escuela de Ad­ pina Pérez, acusándolo de estar ínte­
ministración Industrial y Comercial gramente en manos de los altos poten­
del Gimnasio Moderno, cuyo primer tados de la Andi. En un editorial de
director fue, tampoco por casualidad, abril de 1949, afirmaba: «Ahora son
Carlos Lleras Restrepo. únicamente los personeros del gran
capital y de la industria protegida, los
La iniciativa empresarial colombia­ que tienen acceso a los consejos pri­
na llegó a sectores donde antes había vados, los que estudian la política eco­
predominado el taller artesanal. Sec­ nómica del gobierno y negocian los
Capítulo 14 343

tratados de comercio, y señalan las aparato estatal a las mismas. Con esta
orientaciones que se hayan de seguir carta abierta del Estado y fortalecida
en las conferencias aduaneras, y son con los negocios de la guerra, durante
los llamados a declarar como voceros la cual había acumulado 180 millones
del punto de vista oficial en las comi­ de dólares como reserva, debido a los
siones legislativas o a señalar las con­ buenos precios internacionales del
diciones en que el capital extranjero café, la clase social de los industriales
puede venir a competir con ellos mis­ colombianos se aprestó a gastar esa
mos. Hace cinco años representantes suma en el ensanche de las fábricas ya
de la CTC y de los gremios de em­ existentes y en el montaje de otras
pleados se sentaban en las juntas eco­ nuevas. Los industriales conocieron,
nómicas integradas por el presidente en la posguerra, una segunda edad de
López, al lado de los delegados de la oro.
Andi, de las cámaras de comercio y de La emisión popular de acciones se
las sociedades agrícolas. Ahora los de­ había constituido en uno de los prin­
legados obreros y de la clase media no cipales mecanismos de financiación de
asisten.» la industria nacional, ciertamente.
Tenía razón el periodista Galindo. Hubo emisión y venta indiscriminada
El gobierno de Ospina Pérez había de acciones y era normal en regiones
sido el gobierno de los industriales. Él como Antioquia que viudas, obreros,
se había rodeado de sus pares, pues el huérfanos, sirvientas y campesinos es­
mismo presidente venía de las filas de tuvieran pendientes de la cotización Convencionistas
la capa empresarial más dinámica en de sus acciones y del reparto de divi­ liberales reunidos
esas décadas, la antioqueña. Era ape­ dendos. En verdad, en ninguna otra en Apulo,
nas natural, entonces, que el gobierno parte del país las empresas industriales Cundinamarca,
alcanzaron tal desarrollo en socieda­ visitan las
elegido desde 1946 estuviera al tanto instalaciones de
de las principales oportunidades eco­ des anónimas abiertas. Empresas Cementos Diamante,
nómicas de la posguerra y adecuara el como Coltejer operaban de la siguien- en julio de 1931.
344 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

te manera: primero, se traía la ma­ extranjero. Esta penetración del ca­


quinaria con crédito otorgado parte en pital foráneo en suelo antioqueño, tra­
Colombia y parte por los fabricantes dicionalmente renuente a su entrada
extranjeros. Una vez que entraba a no era sino un síntoma de lo que es­
trabajar la maquinaria se emitían ac­ taba sucediendo en todo el país. En
ciones, y la utilidad que producía la Antioquia continuaba la modalidad de
nueva maquinaria podía atender a los empresas mixtas, como en el caso de
dividendos de las viejas acciones, a las Peldar. Fundada en 1939 por los her­
nuevas y aun aumentarlos para ambas. manos Pedro Luis y Darío Restrepo,
De esta manera, se alcanzaron enor­ de cuyos nombres tomó su razón so­
mes ganancias. Hubo empresas indus­ cial: Pedro Luis y Darío, se asoció en
triales que durante la posguerra logra­ 1949 con la gigantesca empresa nor­
ron utilidades que llegaban a más del teamericana Owens-Illinois, de las
ciento por ciento de su capital. Cinco mayores del mundo en fabricación de
empresas, a saber, Coltejer, Fabrica- vidrio. Se iniciaba, así, el proceso de
to, Compañía Colombiana de Tabaco, absorción por parte del capital extran­
Cemento Diamante y Azucarera del jero de industrias gestadas por la ini­
Valle, con un capital de 54 millones de ciativa nacional.
pesos, obtuvieron en el corto lapso de En la zona central del país, su em­
1947 a 1949 utilidades de 123 millones, presa bandera, Bavaria, no sólo se ex­
o sea, del 226 % sobre el capital pro­ pandió mediante la creación de diez
pio. En casos particulares, Coltabaco nuevas plantas sino que también se
logró un porcentaje de utilidades de modernizó sustituyendo los gerentes
360 %, Fabricato de 289 % y Coltejer empíricos por ingenieros, introducien­
de 178 %. Las acciones de estas tres do campañas de seguridad industrial y
empresas valían, conjuntamente, 290 seleccionando su personal con psicó­
millones de pesos en 1949. logos del Instituto de Psicología de la
En la zona antioqueña se produje­ Universidad Nacional. Por lo demás,
ron grandes ensanches de las fábricas las medidas gubernamentales de Os-
textiles y se inició la producción de fi­ pina Pérez de prohibir la fabricación
bras artificiales con la fundación de de bebidas artesanales, como la chi­
Colterayón, filial de Coltejer, en 1947. cha, puso a disposición de Bavaria
La imposibilidad de obtener rayón de mercados como los de Cundinamarca
buena calidad y un presunto engaño y Boyacá, de cien millones de litros
de los proveedores de la maquinaria anuales de consumo de bebidas fer­
llevaron al cierre de la fábrica en 1954, mentadas. Era una carambola de va­
y sus equipos fueron cambiados por rias bandas, pues al Estado le era más
acciones con la compañía Indurayón, cómodo también cobrar impuestos a
de mejor éxito, fundada en Barran- una sola empresa que a cientos de pe­
quilla en 1940. queños establecimientos. Además, se
El grupo de industriales vinculado a inducía al pueblo a adquirir hábitos de
Simesa emprendió la fabricación de bebida más higiénicos.
refractarios sílico-aluminosos para ob­ La posguerra presenció la irrupción
tener una integración mayor con la a la vida industrial de una ciudad que
producción siderúrgica; para lo cual no parecía tener mayor vocación para
fundaron Erecos en 1946. Cementos ella: Cali. Sus pocas fábricas, manu­
Argos fundó otras subsidiarias como facturas o artesanías habían sido pro­
Cementos Caribe, en Barranquilla en movidas por extraños a la región, antio-
1949, y se asoció un año después con queños y judíos, italianos y españoles,
Cementos El Cairo, constituyéndose libaneses y turcos. Estos antecedentes
en el grupo cementero más poderoso quizá expliquen el verdadero trans­
del país. En 1949 fue creada en Me- plante de capital norteamericano y eu­
dellín la empresa de empaques de ropeo que se dio en Cali durante la
plástico y papel Shellmar, con capital posguerra, empezando con Eternit Pa-
Capítulo 14 345

cífíco y Goodyear, en 1945; Croydon dos se iniciaron con la creación, por


del Pacífico, en 1946; Cartón de Co­ iniciativa del IFI, de la Planta de Soda
lombia y Unión Carbide, en 1947; Ce- de Zipaquirá, cuyas operaciones em­
lanese, en 1950; Chiclets Adams, en pezaron en 1953 utilizando el proceso
1953; Facomec, en 1954; además de de amoníaco Solvay que, además de
numerosos laboratorios e industrias soda cáustica, producía carbonato y
químicas europeos y americanos como bicarbonato de sodio. La creación de
Abbot, Squibb y Hoechst, entre otros. la siderurgia de Paz del Río, con la
En otros casos la penetración del ca­ que se entraba definitivamente a la
pital foráneo contó con la imprevisión edad del acero, pareció ser fruto de
de los empresarios de la región, como una de las primeras decisiones de ra­
en el caso de Cartón de Colombia, zón de Estado que conoció el país.
empresa constituida inicialmente con Proyectada para redimir una de las re­
50 % de capital nacional y 50 % ex­ giones más deprimidas industrialmen­
tranjero. La introducción, en 1950, de te, el oriente colombiano, pronto dejó
los equipos Foudrinier, los más avan­ de ser un símbolo regional para cons­
zados para producir cartón y papel tituirse en una bandera nacionalista
kraft, llevó a la empresa casi al cierre enarbolada contra las misiones y ban­
debido a la estrechez del mercado co­ cos internacionales opuestos a su ins­
lombiano y a la caída de los precios in­ talación. Todos los estudios prelimi­
ternacionales. La única salida fue ven­ nares confirmaban las magníficas con­
der parte de las acciones al socio nor­ diciones, casi únicas en el mundo, en
teamericano, que quedó finalmente cuanto a los costos de acopio, es decir,
con el 66 % de ellas. los costos de extracción de materias
más los de su transporte. Existía, en
El caso de Cali expresaba un fenó­ efecto, abundante disponibilidad en
meno crucial que empezaba a acon­ Boyacá de carbón, caliza, mineral de
tecer en el país. El acelerado proceso hierro y agua. En 1948 se dictó la Ley
industrial en Colombia a partir de la 45 de 15 de diciembre creándose la
posguerra se estaba haciendo en estre­ Empresa Siderúrgica Nacional de Paz
cha relación con las multinacionales del Río, en la cual el gobierno subs­
norteamericanas y en conformidad cribió el 51 % de las acciones y el resto
con la política exterior de los Estados el IFI y particulares. En 1949, se adop­
Unidos. Durante la segunda guerra y tó el novedoso sistema de eximir par­
la inmediata posguerra, los Estados cialmente del pago de impuestos de
Unidos venían siendo el centro prin­ renta y patrimonio a los contribuyen­
cipal de una nueva revolución indus­ tes que subscribieran acciones de la
trial, la revolución científico-técnica, y empresa siderúrgica.
comenzaban a ejercer el monopolio
casi absoluto de las nuevas tecnologías Sin embargo, el concepto adverso
que, aplicadas a la industria, empe­ a Paz del Río presentado en 1950 por
zaban a cambiar por completo las ba­ la misión Currie, que en vez de una
ses de la producción mundial. Lo que siderúrgica integrada recomendaba
acontecía en ciudades como Cali, en la plantas medianas a base de hornos
posguerra, era las primeras avanzadas eléctricos, pareció detener la empresa.
de las empresas norteamericanas que, La sensibilidad de la opinión pública
beneficiarías de las enormes inversio­ nacional, que venía siendo preparada
nes del Estado para la investigación, por la prensa para la realización de la
empezaban a ejercer su dominación obra, se sintió herida en lo más hondo.
económica sobre los países pequeños. La controversia sobre Paz del Río se
El período de la posguerra señaló convirtió entonces en un problema na­
también la primera gran experiencia cional, y el país en general entró a res­
del Estado colombiano como empre­ paldar la empresa como símbolo de
sario. Áreas químicas prioritarias soberanía económica y del derecho a
como la producción de soda y deriva­ la industrialización. La conmoción po­
346 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

lítica suscitada recordaba, aunque en campo, donde el fenómeno de la Vio­


escala más ampliada, la exaltación pú­ lencia a la par que la mecanización de
blica producida a raíz de la fabricación la agricultura estaban dejando, entre
del primer riel durante el gobierno de 1945 y 1955, sin tierra y sin oportuni­
Núñez. Se desistió del capital nortea­ dades de trabajo a enormes capas de
mericano y se acudió al francés. Las población campesina. Las grandes in­
fuerzas políticas nacionalistas se ha­ dustrias que se ensancharon o las nue­
bían constituido, de este modo, en la vas fábricas que se crearon durante la
partera de la nueva sociedad que daba posguerra absorbieron débilmente
su tránsito hacia la edad del acero. esos contingentes de migrantes, debi­
No menor debate causó la tercera do a que operaban con técnicas de alta
experiencia empresarial estatal, la or­ productividad. Pero el fenómeno del
ganización de Ecopetrol. En 1920, ha­ dualismo industrial, es decir, la persis­
bía sido entregada por el gobierno de tencia en distintas ramas productivas
Colombia la Concesión de Mares a la de empresas modernas y de pequeños
Tropical Oil Company para ser explo­ establecimientos con técnicas muy pri­
tada por treinta años, al cabo de los mitivas o artesanales, fenómeno que
cuales el campo petrolero y todas las se acentuó a partir de 1945, permitió
instalaciones debían revertir al Estado asimilar gran parte de los migrantes
colombiano. Establecida con este fin del campo. El desarrollo de pequeñas
en 1950 la Empresa Colombiana de y medianas industrias, con técnicas
Petróleos, Ecopetrol, los contratos de atrasadas y alto volumen de mano de
asesoría técnica que suscribió con la obra, se empezó a dar preferencial-
Standard Oil Company para explora­ mente en actividades complementa­
ción y refinación fueron vistos por al­ rias a la gran industria, de la cual se
gunos sectores de la opinión pública convertían en verdaderos satélites.
—como el aguerrido sindicato de Eco- Las grandes empresas continuaron
petrol y la USO— como astutas ma­ con sus programas de bienestar para el
niobras de las multinacionales petro­ trabajador en vivienda, salud, presta­
leras para perpetuarse en el dominio ciones, bonificaciones y ahorro, pero
de la empresa. Con todo, los primeros desde 1951, con la creación del Insti­
años de funcionamiento independien­ tuto Colombiano de Seguros Sociales,
te de la empresa arrojaron excelentes el Estado asumió las responsabilida­
resultados productivos si se toma des de salud y prestaciones obreras.
como indicador el hecho de que Co­ La mano de obra vinculada de tiempo
lombia continuaba siendo el octavo atrás a las empresas industriales y ca­
productor mundial de petróleo. A pe­ racterizada por una gran tradición de
sar de lo cual, ciertos fenómenos ad­ lucha sindical fue sometida a mayores
ministrativos internos indicaban que la controles. Aparecieron en empresas
modernización del Estado colombiano como Bavaria los departamentos de
no iba a la par con la de la industria: relaciones industriales mediante los
en Ecopetrol, cargos administrativos cuales se observaba al trabajador, se
principales e incluso puestos técnicos conocían sus necesidades y aspiracio­
de alta responsabilidad empezaban a nes, y se escuchaban sus quejas, todo
ser adjudicados con criterio de pre­ lo cual permitía integrarlo mejor a la
benda política. empresa y obtener de este modo ma­
La ampliación del sistema industrial yor armonía y paz industriales. La in­
durante la posguerra se reflejó en el troducción de técnicas modernas
censo de 1953, cuando se detectaron como la del «color en la industria»
11.243 establecimientos industriales, procuró también controlar el compor­
incluyendo algunos de carácter arte­ tamiento del obrero y del empleado
sanal, con cerca de 200.000 trabaja­ cambiando los estímulos ambientales
dores. Esos nuevos contingentes del de acuerdo a la psicología del instinto,
obrerismo provenían sin duda del muy en boga en esos años.
Capítulo 14 347

En este contexto, se fundó en 1946


la Unión de Trabajadores de Colom­
bia, UTC, cuyo crecimiento se hizo en
gran medida a expensas de la comba­
tiva pero ya decadente CTC. La ma­
yor complejidad de las relaciones in­
dustriales se manifestó con la promul­
gación, en 1950, del Código Sustanti­
vo del Trabajo, que estatuía la contra­
tación colectiva, el salario mínimo y
que, en general, entraba a regular de
una manera más moderna las relacio­
nes obrero-patronales recogiendo en
sí misma toda la legislación laboral an­
terior. Hacia 1951 se produjo una
fuerte recesión mundial que fue apro­
vechada por las empresas del país para
racionalizar sus costos de producción.
El capital criollo había aprendido la
lección de saber utilizar aun las cir­
cunstancias más difíciles como con­
diciones favorables para su repro­ de cal a sus alrededores. ¡Esto era el El presidente
ducción. prodigio! Consulté mis libros de estu­ Mariano Ospina Pérez
dio varias veces, para constatar que no visita las
era una ilusión, y quise llorar porque instalaciones
E1 salto brusco a la revolución siderúrgicas
industrial (1953-1960) me di cuenta de la magnitud de la he­ de Paz del Río,
rencia, de este inmenso caudal que proyecto que fue
Según la tradición oral boyacense, fue dejo a Colombia.» puesto en marcha
el ingeniero Olimpo Gallo, un indivi­ La célebre observación de que los durante su gobierno
duo muy pobre que, por lo mismo, ha­ y que significó
países atrasados y pobres están pobla­ la entrada del país
bía tenido que estudiar su carrera por dos de masas de ignorantes subidos so­ a etapas más avanzadas
correspondencia, quien descubrió en bre montañas de oro parecía corro­ de la revolución
la década de 1930 los yacimientos mi­ borarse una vez más. El arribo a las industrial.
nerales de Paz del Río. Él mismo gus­ etapas más avanzadas de la revolución
taba de repetir la historia: «Se me industrial se producía, por tanto, de
nombró para construir el puente Ola­ una manera casual, por azar. Los go­
ya Herrera donde es hoy Paz del Río. biernos de Ospina Pérez, Laureano
Allí trabajaba y estudiaba con ahín­ Gómez y Rojas Pinilla se encargaron
co... cuando de pronto advertí que de embarcar al país en una aventura
una piedra se resistía a los golpes de tecnológica sin precedentes, inaugu­
la almadana y al cincel acerado. Di al­ rando el último de ellos la planta si­
gunas órdenes sobre cómo continuar derúrgica de Belencito el 13 de octu­
los trabajos; y, podría decir, me lancé bre de 1954. De un solo golpe, sin
en compañía de un peón por esos transiciones, se colocaban en manos
montes, a investigar y analizar el te­ de técnicos y obreros colombianos
rreno; subí a la loma y más era mi toda suerte de innovaciones técnicas
asombro. Desde ese miércoles por la avanzadas: un mezclador de 500 to­
tarde y durante nueve días seguidos neladas para recibir el arrabio líquido,
anduve recorriendo el terreno, toman­ tres convertidores Thomas, un horno
do datos y haciendo planos. Dieciocho para cocer los fondos de los converti­
kilómetros de extensión por sesenta dores, un horno eléctrico, una planta
metros de alto. La montaña de hierro de calcinación de dolomita y otra de
de más alta calidad obtuve como re­ preparación de escoria Thomas. La si­
sultado. Además, veneros de carbón y derúrgica de Paz del Río se convirtió
348 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

en una pequeña Babel, donde acudie­ quier forma, que educar pueblos para
ron inicialmente más de 6.000 obre­ el uso ordenado y prudente de su pro­
ros, técnicos, ingenieros y administra­ ducción. Todo lo demás, si no es un
dores de todo el país y de muchas na­ riesgo, es cuando menos un gran des­
cionalidades. Había ingenieros y téc­ pilfarro, una auténtica orgía de mate­
nicos franceses, mexicanos, america­ riales costosos, condenados a la des­
nos y alemanes. En 1956, Paz del Río trucción.» En efecto, el papel que
contaba ya con 6.463 trabajadores, la tuvo la mano de obra en esa operación
mayoría de Boyacá, y 576 empleados deficiente de Paz del Río pareció ser
administrativos y técnicos. No faltaron determinante. La experiencia prein­
a la cita con el acero los mineros del dustrial de los primeros contingentes
Chocó, llevados equivocadamente por obreros de la siderúrgica no superaba,
un ingeniero alemán, quien había oído en verdad, el laboreo de la tierra con
hablar de la gran capacidad minera del bueyes y con arados de madera, la
negro de esa región. Nadie le aclaró confección doméstica de tejidos, y las
que lo eran, ciertamente, pero de río. actividades mineras a pico y pala. Esa
Este último error no fue, empero, el poca adaptación al trabajo industrial
más grave de los cometidos inicial­ se reflejó en la alta accidentalidad,
mente. La operación de la planta fue, que en algunos meses de 1954 y 1955
en efecto, durante sus primeros diez llegó a 30 muertos mensuales. La ines­
años, una verdadera calamidad. Lo tabilidad era enorme, pasando por la
cual demostraba que el país no podía planta los tres primeros años más de
dar el salto a la revolución industrial 14.000 trabajadores. Otros obreros se
abreviando etapas tecnológicas me­ retiraban, volvían a sus faenas agrí­
diante decretos oficiales. Iniciadas las colas y retornaban un tiempo después
operaciones en 1954, un año después a la siderúrgica.
la planta no había alcanzado siquiera A pesar de todo, el impacto regio­
la mitad de su capacidad nominal de nal y nacional de la creación de la si­
100.000 toneladas, pues sólo había derúrgica de Paz del Río fue conside­
producido 35.175 toneladas de acero. rable, sobre todo en lo que se refiere
En marzo de 1956, se presentó un tro­ a la diversificación en la producción de
piezo en el funcionamiento del alto artículos metálicos, mecánicos y aun
horno que significó una disminución químicos. Después de 1954, empiezan
del 50 % en la cantidad de arrabio a aparecer un sinnúmero de fábricas
producido durante dos meses. A fi­ medianas y pequeñas de muebles me­
nales de ese mismo año, debido a tálicos, herramientas agrícolas y ar­
errores de diseño, la planta lavadora tículos domésticos. Cuando en 1959 se
de carbón presentaba deficiencias en desató otra ola emocional en favor de
su rendimiento. Lo mismo sucedía, en la compra de un equipo de lamina­
1957, con el horno eléctrico. En 1958, ción, se adujo que 1.500 industrias de­
uno de los generadores de la central pendían de esa adquisición. Lo cierto
de fuerza sufrió un grave daño en tan­ es que una empresa como Carboquí-
to que el revestimiento del alto horno mica empezó operaciones en Bogotá,
se desgastó antes del término calcula­ en 1956, aprovechando un subproduc­
do. Desde su sitio de aislamiento im­ to de la cockería de Paz del Río para
puesto por la dictadura militar, Alber­ fabricar benzol, toluol, xilol y naftali­
to Lleras Camargo, como un eco de na; o Metalúrgicas Boyacá, que entró
las advertencias de la misión Currie, a funcionar en 1963 con materias pri­
afirmaba en 1957: «Los directores de mas ciento por ciento suministradas
la revolución industrial de los países por Paz del Río.
infradesarrollados tienen responsabi­ La entrada en la edad del acero
lidades morales mucho más pesadas y coincidió con la puesta al día del país
complejas... Su misión no termina en en otras etapas tecnológicas cuyas
producir. Tienen, también, en cual­ consecuencias aún no repercutían en
Capítulo 14 349

Colombia. Así, también en la década centralizada, implicaba la prohibición


de 1950 irrumpieron por primera vez de toda sugerencia, enmienda o co­
en gran escala los métodos que, a co­ rrección suscitadas por el trabajador.
mienzos del siglo XX, habían revolu­ Buzones de sugerencias y taylorismo
cionado la organización del trabajo al tiempo en una misma fábrica era un
humano. Los tres elementos básicos contrasentido. Pero aun así, se alcan­
del sistema taylorista, llamado así por zaron récords de eficiencia extraordi­
su inventor, el ingeniero norteameri­ narios como los de los obreros colte-
cano Taylor, empezaron a ser aplica­ jerianos Jaime David o Bernardo Ce-
dos masivamente en la industria textil, ballos que llegaron a trabajar 120 uni­
la del caucho y la siderúrgica: obser­ dades, es decir, que estaban en capa­
vación cuidadosa, análisis y toma del cidad de hacer en sesenta minutos el
tiempo de los movimientos de cada equivalente de un trabajo de dos ho­
trabajador; medida precisa del costo ras. A otros se les aumentaron las car­
de cada operación y, por último, es­ gas de trabajo, pasando del manejo si­
tablecimiento de standards basados en multáneo de 10 telares al de 40.
estos cálculos. En Medellín, textileras En general, la industria textil co­
como Coltejer, Fabricato, Tejicóndor, lombiana obtuvo enormes ahorros de
Sedeco y Vicuña contrataron una costos, de tiempo y de trabajadores,
compañía norteamericana, la Ameri- con la aplicación de la ingeniería in­
can Associated Consultants, para apli­ dustrial. Coltejer prescindió de nu­
car los métodos de la ingeniería in­
dustrial que se empezaron a utilizar merosos trabajadores, que pudieron
desde 1955 sobre una población obre­ haber sido más si no hubiera inaugu­
ra fabril de cerca de 15.000 trabaja­ rado en 1957 tres nuevas plantas,
dores antioqueños. Hubo fábricas Doña María, Coltehilos y Planta de
como la de Sedeco, subsidiaria de Col- Acabados, que absorbieron parcial­
tejer, donde se alcanzaron verdaderos mente el personal cesante. Por lo de­
Planta de fundición
récords de eficiencia y de productivi­ más, esas nuevas plantas indicaban un de accesorios en
dad. En 1955, antes de implantarse el mayor proceso de diversificación y Simesa, Siderúrgica
sistema, Sedeco era una planta con centralización de capitales. La reac- de Medellín.
450 telares y 18.000 husos, operados
por 1.400 trabajadores. Luego de tres
años de racionalización del trabajo,
Sedeco aumentó sus telares a 1.000,
duplicándolos, y elevó el número de
husos a 25.000, pero ya tan sólo con
1.250 obreros. En Fabricato, salones
de producción de 100 operarios, 3 su­
pervisores y un jefe pudieron ser ope­
rados, después de aplicarse la ingenie­
ría industrial, con sólo 60 trabajado­
res. Incluso los obreros y supervisores,
en este último caso, llegaron a sugerir
no menos de 20 iniciativas para me­
jorar las condiciones de trabajo. Aquí
se daban los evidentes contrastes del
atraso. Pues el taylorismo se basaba
en la norma de que el obrero no es­
taba pagado para pensar sino para
operar y ejecutar las directrices ema­
nadas del centro de planeación de la
empresa, que piensa por el obrero. La
concepción taylorista, autoritaria y
350 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

ción de los trabajadores frente al tay­ la conservación preventiva de los equi­


lorismo se expresó en una serie de pos. Otra medida complementaria fue
huelgas presentadas en 1958. Las exi­ la instauración de una oficina de psi­
gencias extremas del Sindicato Único cología dedicada al enganche, selec­
de Trabajadores de Coltejer, en su ción y promoción de personal. Ésta
pliego de peticiones de febrero de era una medida vital, pues Paz del Río
1958, iban más bien contra el carácter en sus seis primeros años de operación
autoritario del sistema que contra el tuvo un promedio de un 40 % de anal­
sistema mismo: «Se solicita a la Com­ fabetos a su servicio. Como en los ca­
pañía que, debido a los pésimos re­ sos anteriores, la creación de comités
sultados que la Ingeniería Standard ha de evaluación paritarios fue una de las
dado por medio de su sistema de tra­ medidas provisionales para amorti­
bajo, la Empresa se abstenga de hacer guar los conflictos suscitados. Por lo
uso de tales métodos [...] Y para efec­ demás, el sindicato de Paz del Río
tos de carga de trabajo o precio de los mostró mucha iniciativa en estas ne­
oficios, etc., se deberá negociar entre gociaciones alrededor de la ingeniería
el Sindicato y la Empresa.» En mayo industrial, pues no sólo envió a sus de­
de ese mismo año, los 1.800 trabaja­ legados a los Estados Unidos a cono­
dores de Tejicóndor, mucho más de­ cer el sistema, sino que también entró
cididos que los de Coltejer, se lanza­ en contactos con sindicatos internacio­
ron a una huelga contra la ingeniería nales del acero, como el de United
industrial que duró varios meses. El 13 Steelworkers of America, quienes les
de ese mismo mes de mayo estalló en suministraron los manuales de incen­
Cali la huelga de los 1.563 trabajado­ tivos, curvas de salarios y métodos de
res de Croydon del Pacífico, también negociación del obrero siderúrgico
contra el taylorismo. A partir de estos norteamericano.
conflictos primeros contra el sistema En este complicado panorama tec­
Taylor, se crearon los comités parita­ nológico no faltaron iniciativas mucho
rios de obreros y delegados de la em­ más avanzadas para solucionar los
presa para el estudio y aceptación de problemas de rendimiento económico
los incentivos y cargas de trabajo. De de empresas como Paz del Río. En
todas maneras, a largo plazo, los con­ efecto, se sugirió desde 1958 emplear
flictos generados en esta década nunca la programación lineal mediante la
se solucionaron del todo y emergieron aplicación de modelos matemáticos a
una y otra vez. la producción, pero aún era temprano
Para otras empresas, como Paz del para que rindiera frutos. Se carecía de
Río, la aplicación de la ingeniería in­ especialistas para su aplicación. Más
dustrial fue cuestión de vida o muerte. inmediata para el sistema industrial
Como se ha visto, el manejo y el man­ colombiano, al que se estaban incor­
tenimiento de la planta no eran los porando cerca de 150.000 trabajado­
más eficientes. Hacia 1957, el Banco res al año, según la prensa, era la ne­
Mundial y el Export-Import Bank, cesidad de preparar 15.000 dirigentes,
con los que se gestionaban nuevos repartidos en posiciones de media y
préstamos para la ampliación de la alta gerencia. No fue casual, entonces,
Acería, condicionaron su apoyo al me­ que se fundaran a finales de los años
joramiento de la eficiencia administra­ cincuenta otras escuelas de adminis­
tiva y operativa para aumentar así la tración y negocios como la Eafit y la
capacidad de pago de la empresa. La Facultad de Ingeniería Administrativa
firma norteamericana International en Medellín, en 1959; la facultad de
Business Colsultants emprendió una Ingeniería Industrial en la Universi­
gigantesca tarea de racionalización del dad Industrial de Santander; la Escue­
trabajo, colocando como áreas prio­ la de Administración Pública, Esap,
ritarias la supresión de personal su- en Bogotá, y otras más. La creación
perfluo, la capacitación del personal y del Servicio Nacional de Aprendizaje,
Capítulo 14 351

Sena, por su parte, se encargó desde peciales para los equipos. Fabricato,
esa misma época en preparar y califi­ entre tanto, parecía dudar. En junio
car el personal obrero requerido por la de 1960 salió desde Nueva York en
industria. barco con destino a Cartagena el «Ce­
Mientras tanto, el capital extranjero rebro Electrónico» IBM 650 para Col-
continuaba su penetración en el país tejer. Y, efectivamente, el 29 de agos­
mediante la creación de nuevas firmas to de ese mismo año se pusieron en
como Sherwin Williams, en 1955; Al- funcionamiento en Coltejer los nuevos
kon Collins, en 1956; Bourroghs de y maravillosos equipos electrónicos,
Colombia, en 1954; Kapitol, en 1958, compuestos por las máquinas calcula­
entre otras. Pero tanto las empresas doras 650 y 655, dos impresoras 407 y
multinacionales como las nativas iban la 533 como fuente de entrada y salida
produciendo en función de sus nece­ de datos. Fabricato, que parecía haber
sidades una verdadera transformación perdido la carrera, continuó en su em­
de la geografía nacional, en especial peño, pero para aventajar a su rival
por sus exigencias de energía eléctrica. decidió solicitar, ya no la 650, sino
Así, en 1949, se inauguraba la central otro equipo más avanzado. Y, en efec­
Guadalupe II y en 1952 la de Ríogran- to, un año después que su competidor,
de, ambas en Antioquia. En el Valle en septiembre de 1961, instaló su «ce­
del Cauca, se daba al servicio la de rebro», totalmente transistorizado,
Anchicayá, en 1955, en tanto que en dotado de una unidad de sistematiza­
este mismo año se creaba la Corpo­ ción 1401, una unidad lectora-perfo-
ración Autónoma Regional del valle radora de tarjetas 1402, una impresora
del Cauca, CVC, para generar y trans­ 1403 y la unidad de almacenamiento
mitir energía eléctrica, regular aguas, en cinta magnética 729. De este modo,
desecar e irrigar tierras en el valle del si bien Coltejer instaló primero sus
río Cauca. En la zona central del país, equipos electrónicos, Fabricato instaló
se dieron ampliaciones en 1955 en la los más modernos.
planta hidroeléctrica de Sueva II. Al De una manera quizá un tanto apa­
mismo tiempo, empresas como Col- ratosa, la industria del país entraba en
tejer y Fabricato instalaban o amplia­ la era de la automatización y de la
ban sus unidades térmicas obteniendo computación. Otra empresa, Bavaria,
energía eléctrica a partir del carbón por esos mismos años también, había
quemado en sus calderas. En 1955, la dado el paso a la moderna computa­
primera de esas dos empresas produ­ ción. Poder calcular rápidamente los
cía y consumía más energía eléctrica costos y mejorar los balances era la ra­
industrial que cualquier ciudad de Co­ zón de esa carrera, pero había algo
lombia, con la excepción de Bogotá, más no tan evidente: más que entrar
Barranquilla y Medellín. al ámbito de la tercera revolución in­
dustrial, esa carrera no hacía sino co­
Hacia la concentración industrial rroborar la dependencia cada vez ma­
(1960-1968) yor de la industria del país respecto a
las innovaciones tecnológicas de las
Los primeros años de la década de los multinacionales norteamericanas que,
sesenta presencian el fin de una ver­ como en el caso de la IBM, vinculaban
tiginosa carrera emprendida, desde estrechamente la investigación cientí­
1956, por dos importantes empresas, fica pura a las aplicaciones comercia­
Coltejer y Fabricato, por la adquisi­ les. Automatización del proceso pro­
ción del primer equipo de computa­ ductivo y utilización de una nueva
ción electrónica. Parecía una cuestión fuente de energía, la nuclear, eran dos
de prestigio. El proveedor era el mis­ de las manifestaciones claves de la
mo, la IBM. Coltejer pareció tomar la nueva revolución científica y técnica.
delantera cuando anunció que empe­ El trabajo humano era eliminado en el
zaba a construir las instalaciones es­ ciclo completo del proceso producti­
352 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

vo, empezando por la sustitución en 1960, que estimuló, mediante exencio­


las oficinas del trabajo intelectual de nes tributarias y arancelarias y apoyo
empleados, contadores y verificado­ crediticio y cambiario, el desarrollo de
res, mediante los computadores, tal sectores específicos, como el metal-
como comenzaba a suceder en Fabri- mecánico o el del papel. A su calor
cato, Coltejer y Bavaria. Habría que surgieron empresas como Incolma, en
esperar a la década del setenta para Manizales; Vanylon, en Barranquilla;
aplicaciones más radicales de la com­ Papeles Nacionales, en Pereira; He-
putación en la industria colombiana, rragro, en Manizales; Laminaco, en
que implicaran la sustitución de mano Medellín, o Propal, en Cali. En el im­
de obra. Otro aspecto clave que reveló pulso a este último sector, el del papel
la carrera mencionada fue que sólo y cartón, el IFI tendría una destacada
podían tener acceso a las innovaciones participación, pues suscribió con Car­
técnicas de la tercera revolución in­ tón de Colombia y la Container Cor-
dustrial las compañías nacionales que poration of America un capital de 20
estuvieran económicamente bien con­ millones de dólares, en partes iguales,
solidadas, con suficiente respaldo fi­ para fundar Pulpapel, fábrica desti­
nanciero y dispuestas a diversificarse nada a la producción de pulpa a base
productivamente. de maderas tropicales. Además, el go­
Justamente, durante la década del bierno le entregó una concesión de
sesenta, la economía del país se inter­ 15.000 hectáreas de bosques en la cos­
nó cada vez más profundamente en el ta del Pacífico para utilizar las made­
proceso de industrialización adoptan­ ras nativas. La supermoderna planta
do el camino de la diversificación, que de Pulpapel, que inició operaciones en
modificó la estructura productiva tan­ 1963 en la zona industrial de Yumbo,
to en ramas tradicionales como ali­ requirió para su manejo de trabaja­
mentos, textiles, editoriales y aun con­ dores de elevada cultura técnica, ya no
fecciones, lo mismo que en sectores estrechamente especializados, capaces
relativamente nuevos como papel, de moverse de un plano a otro de la
maquinaria, equipos de transporte, producción. Era la avanzada, en Co­
química y productos metálicos. El lombia, de un nuevo tipo de obrero re­
contraste entre una empresa que se di­ sultante de la tercera revolución in­
versificaba y otra que no lo hacía lo dustrial. Esos obreros, con elevados
daban Everfit y Manhattan: mientras salarios, no irían a vivir ya en barria­
la primera confeccionaba trajes de das suburbanas sino en edificios mul-
precio mediano, sin gran diferencia­ tifamiliares, dispondrían de vehículo
ción del producto, la segunda se de­ propio e incluso asistirían a universi­
dicó a trajes de precios elevados para dades nocturnas.
un mercado de altos ingresos, presen­ Como en el caso de Pulpapel, otra
tando una amplia gama de productos empresa moderna que se fundó en
y una rápida introducción de artículos 1960 fue Propal, que empezó la pro­
nuevos que desplazaban a los ya exis­ ducción de pulpa de celulosa y papel
tentes. La diversificación fue uno de a partir del abundante bagazo de caña
los principales mecanismos de expan­ que facilitaba la industria azucarera de
sión de las antiguas ramas industriales. la región vallecaucana. La creación de
Por el contrario, en nuevas indus­ Pulpapel y Propal no sólo reveló fe­
trias que empezaron la fabricación de nómenos de virtual monopolio que en­
empaques, productos químicos o equi­ traban a ejercer pocas empresas en de­
pos industriales básicos, partes y pie­ terminadas ramas, sino también pro­
zas, la protección del Estado fue vital, cesos de desnacionalización de la in­
pues afrontaban el problema de la re­ dustria colombiana. En efecto, entre
ducida dimensión de sus mercados. 1958 y 1968, los mayores ritmos de
Así se promulgaron medidas como la crecimiento industrial se efectuaron
Ley 81 de Reforma Tributaria de en aquellas firmas donde el capital ex­
Capítulo 14 353

tranjero era dominante, lo cual lleva­ enfrentó la industria nacional parecen


ba a la pérdida del control nacional de haber inducido a que la gran capaci­
decisión en actividades básicas como dad interna en mantenimiento, con­
el caucho, petroquímica, productos servación y reconstrucción de equipos,
farmacéuticos, refinación de petróleo, en germen desde la segunda guerra, se
electrónica, papel y vidrio. En algunos transformara en algo cualitativamente
casos, las deficiencias de la iniciativa diferente: en empresas metalmecáni-
nacional facilitaron la intervención del cas completamente autónomas. Así
capital foráneo, como en la industria sucedió en Bavaria, Fabricato, Peldar
automotriz, donde dos firmas, Col- y Coltejer, en la última de las cuales
motores y Leonidas Lara e Hijos, in­ los antiguos Talleres Centrales dieron
cumplieron los contratos suscritos con origen a Futec, en 1963. En esta di­
el gobierno en 1956 y 1960, respecti­ versificación hacia sectores muy dis­
vamente, de montar plantas de ensam­ tintos jugaron papel fundamental la
blaje de gran capacidad. Lo cual dio capacidad financiera de las empresas
paso a la empresa norteamericana mencionadas, así como la decidida
Chrysler para que adquiriera el 60 % orientación a concentrar en núcleos
de las acciones de Colmotores y em­ reducidos de control un buen número
pezara a ensamblar, desde 1965, au­ de empresas.
tomóviles Dodge. Alrededor de la in­ Durante la década de 1960, las ra­
dustria automotriz surgieron una gran mas industriales ya consolidadas antes
cantidad de pequeñas y medianas em­ de 1950 dedicaron gran parte de su in­
presas satélites complementarias, un versión en la reposición de equipo de­
ejemplo de las cuales fue Kapitol, fun­ preciado, modernizando las viejas ins­
dada en Bogotá en 1958 para fabricar talaciones. Así, la industria textil que
radiadores. Entre las pequeñas em­ mantuvo durante esos años sesenta un
presas y las grandes se empezaban a ritmo sostenido de exportaciones mer­
configurar relaciones de alianza, su­ ced a que era competitiva internacio­
bordinación y dominación. nalmente, introdujo entre otras inno­
Un fenómeno crucial para la indus­ vaciones técnicas el telar sin lanzade­
tria en la década de 1960 fue la escasez ra, que aumentaba extraordinaria­
de divisas, lo cual ponía en evidencia mente la productividad del trabaja­
que el proceso de industrialización co­ dor. Dicho telar, fabricado por la casa
lombiano, surgido de un volumen de Draper y de los cuales Coltejer im­
divisas cada vez mayor para la impor­ portó 100 en 1960, tenía un 40 % me­
tación de maquinaria y materias pri­ nos de piezas, más duración para la
mas, se caracterizaba ciertamente por máquina por menor cantidad de mo­
el dominio creciente de la industria so­ vimientos, menos puntos de desgaste
bre la agricultura, pero, simultánea­ y funcionamiento más suave de sus
mente, por la subordinación de la in­ piezas. Todo lo cual se traducía, pro­
dustria a la agricultura de exportación. ductivamente, en que en 24 horas el
Ante todo, la del café, aunque las ex­ telar sin lanzadera fabricaba 150 yar­
portaciones de azúcar conocieron un das de popelina mientras el telar au­
auge inusitado a lo largo de la década. tomático producía sólo 112. El sector
Ante esta situación, decretos oficiales siderúrgico se modernizó también no
como el 444 de 1967, durante el go­ sólo con la creación de la Siderúrgica
bierno de Carlos Lleras Restrepo, es­ del Pacífico, Sidelpa, en Cali, y Forjas
tablecieron un severo pero racional de Colombia, en Bucaramanga, am­
control de las divisas, mejorando el bas en 1961, sino también mediante
manejo de las exportaciones e impor­ ensanches y nuevos procesos produc­
taciones mediante Proexpo y el Cat, y tivos en Simesa, que desarrolló un
regulando las inversiones extranjeras proceso autóctono de fundición de
mediante un régimen selectivo. La es­ hierro nodular, y en Paz del Río, que
casez de divisas y otros problemas que pareció vivir tiempos mejores. Las
354 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

ampliaciones comenzadas desde 1964, fabricación de papel y cartón, dos


que comprendieron laminadoras, plan­ compañías, Cartón de Colombia y
ta de trituración, hornos de foso y de Propal, realizaban el 86.5 % de la pro­
recocido y una línea de galvanización, ducción. La alta concentración indus­
aumentaron enormemente la produc­ trial no impedía, sin embargo, la exis­
tividad del trabajador siderúrgico de tencia de una multitud de pequeñas y
Paz del Río, la cual pasó de 18.5 to­ medianas empresas satélites, con las
neladas anuales de lingote per cápita cuales la gran industria concentrada
en 1962 a 30 toneladas en 1967; y en establecía un amplio mercado de sub­
aceros terminados ascendió de 17.5 to­ contratación. La alta concentración
neladas anuales en 1962 a 23.5 en industrial tenía que llevar, por fuerza
1967. El sector del cemento se diver­ de necesidad, a que el control de las
sificó con la creación en 1961 de Car­ firmas industriales estuviera cada vez
buro de Colombia y de una planta de más en un número menor de propie­
polivinilo en Cajicá, Cundinamarca, tarios, es decir, a la centralización del
por parte de las empresas Argos, Ca­ capital, cuya manifestación más clara
ribe, Nare y El Cairo. El panorama de a finales de los sesenta fue el surgi­
la industria química fue igualmente de miento de los llamados «conglomera­
expansión, continuándose la tenden­ dos». Hacia 1968, Coltejer, Bavaria,
cia a dominar allí el capital foráneo. Grasco, Intercol, Nestlé, Celanese,
Sin embargo, el acontecimiento más Philips y Grace eran ya típicos conglo­
importante en esta rama fue la crea­ merados, es decir, un conjunto de uni­
ción de la ciudadela industrial de Ma- dades de producción y de distribución,
monal, donde empezaron a concen­ organizado en varias empresas, bajo
trarse desde la década del sesenta em­ nombres diferentes, pero obedeciendo
presas como la Petroquímica Colom­ a un centro de decisión único. Coltejer
biana, Abocol, Dow Colombiana, Ca- inició temprano su centralización me­
bot, Polimer S. A., Daniel Lemaitre y diante la absorción de Rosellón y Se-
Compañía, y la Planta de Soda. En la deco: en 1959 absorbió Fatesa y la
industria editorial el hecho más nota­ convirtió en Coltehilos; en 1961 fundó
ble fue la transformación en grandes Furesa, que comenzó a fabricar tela­
empresas de compañías que habían res, y en 1965 Futec; en 1963 creó Del-
sido fundadas en pequeña escala, sien­ maíz y en 1965 Industrial de Yuca; fi­
do el caso principal el de Carvajal, en nalmente, organizó Polímeros Colom­
Cali. Fundada en 1904, adquirió en 1960 bianos, en 1964, y Textiles Rionegro,
rotativas offset, y en 1962 componedoras en 1969. Bavaria, en la que cada vez
fotográficas, las primeras en Latinoamé­ era más importante el dominio del
rica; fabricó formas continuas para equi­ grupo Santo Domingo de la costa at­
pos de computación y aplicó, en 1966, la lántica, había llegado al campo inmo­
investigación de operaciones para opti­ biliario con Edificadora San Martín, y
mizar el corte de rollos. al metalmecánico con Unial.
El fenómeno productivo más im­ A través de estos grupos y conglo­
portante de la década de 1960 fue, sin merados fue más estrecha la vincula­
embargo, la tendencia hacia la con­ ción entre el capital financiero y el in­
centración de la producción industrial dustrial. Al modificarse el sistema
en unas pocas firmas. Los casos más bancario tradicional colombiano, se
elocuentes eran la producción cerve­ facilitó la organización de grupos fi­
cera realizada por cinco firmas en 23 nancieros diversificados que, apoya­
plantas; una sola firma, Bavaria, con dos en un banco, entraban en toda
16 plantas realizaba el 68.2 % de la suerte de actividades comerciales, fi­
producción bruta nacional; la indus­ nancieras e industriales. Los bancos
tria de cigarrillos tenía una firma, Col- empezaron a comprar empresas indus­
tabaco, que con 7 plantas originaba el triales, pero también estas últimas en­
88.3 % de la producción; en fin, en la traron a dominar y a apoderarse de
Capítulo 14 355

bancos. Por ejemplo, desde 1963, Ce­


mento Samper, agobiado por los cos­
tos laborales y con dificultades finan­
cieras para renovar sus equipos, deci­
dió entrar en la actividad financiera
aumentando su participación en el
Banco de Colombia y comprando ac­
ciones en Seguros Bolívar. Poco des­
pués, ante el éxito alcanzado, compró
acciones en el Banco de Bogotá, ven­
diendo las del Banco de Colombia. El
país presenciaba, paralelamente, la
aparición de un nuevo tipo de ejecu­
tivo y de empresario, con una visión y
arrojo más rapaces, que con un hábil
movimiento de acciones era capaz de
apoderarse no sólo de empresas com­ trial no había acabado con la artesa­ Máquina de tejer
petidoras sino también de las compa­ nía. Todo lo contrario, su expansión Sulzer, sin lanzadera,
ñías símbolo de alguna región. Una se daba no en las regiones pobres sino instalada en
nueva moral de los negocios aparecía, en los departamentos de más rápido Fabricato, de Medellín,
entonces. La figura del pionero indus­ 1976.
desarrollo. Relaciones de complemen-
trial estaba ya relegada a la pequeña y tariedad y no de competencia parecían
mediana industria. Con todo, en al­ darse, aunque también la existencia de
gunas regiones que habían llegado tar­ mercados cautivos sobre todo allí don­
de a la industrialización, como el Valle de la población no tenía medios sufi­
del Cauca, el esfuerzo de sus líderes cientes para comprar los productos de
para educar los cuadros ejecutivos y la gran industria.
empresariales llevó, por ejemplo, a Fuertes conflictos laborales se pre­
que Manuel Carvajal Sinisterra trajera sentaron a lo largo de la década de los
a figuras mundiales como Peter F. sesenta, constituyéndose la región de
Drucker, que inició la formación ad­ Valle del Cauca en uno de los centros
ministrativa de la primera generación principales. Hubo varias medidas para
de aquellos cuadros de la comarca. apaciguar y controlar la animosidad de
El patrón de industrialización co­ los trabajadores de este último depar­
lombiano durante la década de 1960, tamento, la principal de las cuales fue
caracterizado por el montaje de plan­ la inauguración, a comienzos de la dé­
tas altamente tecnificadas y por la in­ cada, de los Juegos Industriales del
corporación de técnicas elevadamente Valle de Cauca, en los cuales partici­
ahorradoras de mano de obra, deter­ paban trabajadores de casi todas las
minó una baja absorción de trabaja­ factorías. El deporte se constituía, así,
dores. Efectivamente, durante el pe­ en uno de los mecanismos más efec­
ríodo 1958-1968, la industria fabril co­ tivos de control social, tanto por sus
lombiana sólo creó 66.000 empleos, es efectos sobre la recuperación psicofí-
decir, aumentó en un 29 %. El desem­ sica del obrero, como por su versati­
pleo empezaba ya a constituirse en lidad para la manipulación masiva de
uno de los grandes problemas nacio­ la población. El trabajador colombia­
nales. La pequeña y mediana indus­ no, en general, empezaba a experi­
tria, pero sobre todo las actividades mentar, de este modo, las consecuen­
artesanales, con su alta asimilación de cias de la cultura de masas: televisión,
mano de obra, amortiguaron parcial­ deporte, novelas en serie de mala ca­
mente el problema. Se calculaba que lidad, literatura y cine pornográficos,
en 1964 existían en el país 372.120 ar­ revistas amarillas de gran tiraje, que
tesanos urbanos y rurales. La irrup­ tendían a ocupar una fracción cada vez
ción en Colombia del sistema indus- más importante de su tiempo libre.
356 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

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Colombia, Bogotá, 1971.
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POVEDA RAMOS, GABRIEL. Políticas económicas, desarrollo industrial y tecnología en Colombia,
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Capítulo 15 357

Historia de la población de
Colombia: 1880 -2000
Anfiteatro del Hospital
José Olinto Rueda Plata San Juan de Dios,
en Bogotá, grabado por
Ricardo Moros Urbina
La población colombiana publicado en el
"Papel Periódico
a fines del siglo XIX. Ilustrado". Los largos
La decadencia demográfica períodos de guerras
civiles hacen que entre
l finalizar el siglo XIX, la pobla­
A ción colombiana reflejaba el im­
pacto de los largos períodos de guerras
civiles, inestabilidad política y estan­
1870 y 1905 el país
alcance el crecimiento
de población más bajo
de su historia: sólo
del 13 por mil.
camiento económico atenuado sólo
por fugaces períodos de bonanzas eco­
nómicas y frágiles intentos de recon­
ciliación política. Entre 1870 y 1905 el
país alcanza el ritmo de crecimiento
demográfico más bajo de su historia,
igual al de 1851-70, con un incremento
anual promedio de trece personas por
cada mil habitantes. Cien años antes,
a finales de la Colonia, el crecimiento
de la Nueva Granada era sensiblemen­
te superior. Superadas las luchas de la
conquista, se inicia durante los siglos
XVII y XVIII una fase de rápida expan­ Este cuadro de acelerada recupera­
sión demográfica, mestizaje y pobla- ción demográfica durante la Colonia
miento progresivos. Hacia 1778 la po­ varía, en cuanto a su intensidad, con
blación del país ascendía a cerca de el inicio de las luchas de la indepen­
ochocientos mil habitantes, y dos años dencia y se acentúa con el prolongado
antes del grito de independencia se es­ período de guerras civiles que sucedie­
timaba, quizá con exageración, en un ron a las gestas emancipadoras. Los
millón trescientas mil personas. censos levantados durante la Repúbli-
358 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

ca, pese a sus comprensibles deficien­ población, contribuyeron a la persis­


cias, ilustran con claridad el desaliento tencia y aun agudización de elevados
demográfico característico del siglo patrones de mortalidad.
XIX (cuadros 1 y 2). Los viajeros extranjeros que ocasio­
¿De qué manera la situación eco­ nalmente nos visitaban y los observa­
nómica, política y social proyectaba su dores más perspicaces de nuestra rea­
influencia sobre la dinámica demográ­ lidad nos dejaron ilustrativas descrip­
fica? Aunque de modo diferencial, los ciones del estado de pobreza y atraso
parámetros demográficos determinan­ de nuestras poblaciones.
tes del crecimiento de la población (la Hacia 1867, publicó Miguel Samper
fecundidad, la mortalidad y las migra­ La miseria en Bogotá, un escrito en el
ciones internacionales) se vieron afec­ que daba cuenta de la situación social
tados en su comportamiento a conse­ de la capital de la República. Decía
cuencia de la situación social imperan­ Samper: «...Los mendigos llenan ca­
te. La mortalidad originada en las ac­ lles y plazas [...] Pero no todos los
ciones de guerra, unida al desamparo mendigos se exhiben en las calles. El
en que quedaban los hogares por la mayor número de los pobres de la ciu­
ausencia forzosa de los varones adul­ dad, que conocemos con el nombre de
tos, la falta de fuentes de empleo, la vergonzantes, ocultan su miseria, se
escasez de alimentos, el atraso edu­ encierran con sus hijos en habitacio­
cativo, la miseria extendida y las epi­ nes desmanteladas y sufren en ellas los
demias y enfermedades, agravadas horrores del hambre y la desnudez
por la incapacidad del Estado para [...] Las calles y plazas de la ciudad es­
atender las necesidades básicas de la tán infestadas por rateros, ebrios, la-

Población de Colombia, según Estados (1825-1898) Cuadro 1


(en miles de habitantes)
Estado 18251 18351 18431 18511 18641 18701 18872 1898

Bolívar 122 178 192 206 217 242 336 375

Magdalena 56 61 62 68 89 89 115 132

Santander 201 262 306 360 378 433 565 640


Boyacá 209 289 332 380 456 498 615 685
Cundinamarca 189 256 279 317 393 414 550 630
Tolima 98 157 183 208 220 231 330 380
Antioquia 104 158 190 243 303 366 520 620
Cauca 150 210 269 324 386 435 635 800

Total 1.129 1.571 1.813 2.106 2.442 2.708 4.262


3.666
Fuentes: 1. Censos de Población. Varias publicaciones.
2. Vergara y Velasco, J. F. Nueva Geografía de Colombia, Bogotá, Imprenta de Vapor, 1901, pág. 841.
Capítulo 15 359

zarinos, holgazanes y aun locos [...] El


obrero no halla constante ocupación, Cuadro 2
ni el jefe de taller expendio para su
obra; el propietario no recibe arrien­ Tasas de crecimiento (en miles) de la población
dos ni alquileres; el tendero no vende, colombiana según secciones del país (1825-1870)
ni compra, ni paga, ni le pagan; el im­
portador ve dormir sus mercancías en Secciones 1825- 1835- 1843- 1851-
el almacén y sus pagarés en la cartera; 1835 1843 1851 1870
el capitalista no recibe intereses, ni el
empleado sueldo; los carros y las mu-
las andan vacíos; los edificios se que­ Panamá 14.0 4.3 21.2 20.8
dan sin concluir; los cultivadores ven­ Bolívar 26.9 10.7 4.9 17.1
den a vil precio sus papas, trigo, miel
y demás productos; los ganados y ca­ Magdalena 17.6 7.8 12.4 10.6
ballos están escasos y a la vez baratos; Santander 30.7 21.1 18.3 8.8
no hay numerario, o a lo menos es­
casea el legítimo; el crédito ha desa­ Boyacá 33.9 12.7 19.3 14.4
parecido porque no hay confianza y Cundinamarca 30.7 13.0 24.9 8.7
los pocos capitales que pudieran cir­
cular, se ocultan...». Cuadro cierta­ Tolima 46.6 14.6 15.3 12.3
mente revelador, aunque incompleto, Antioquia 41.8 22.4 36.5 21.2
del estado de postración en que se en­
contraba el país en esos años. Cauca 34.3 32.3 28.0 14.4
Pero la crisis social no sólo se pro­
yectó en la agudización de las condi­ Total 33.2 17.8 21.4 13.3
ciones de mortalidad. Es bien proba­
ble que el renuevo generacional se hu­ Fuente: Cuadro 1.
biera visto igualmente afectado. El re­
clutamiento forzoso de varones de to­
das las edades, la desintegración cuadruplicó en la centuria pasando de
familiar ocasionada por la Violencia, cerca de un millón de habitantes en
las separaciones conyugales prolon­ 1800 a más de cuatro millones a co­
gadas, el destierro y la migración obli­ mienzos del siglo XX.
gados, la viudez y la inestabilidad con­
yugal propias de épocas convulsiona­ La ubicación espacial
das debieron incidir en una reducción
significativa de las pautas de natalidad de la población
de los hogares. La baja proporción de Durante la República, el poblamiento
niños registrada en el censo de 1870 del territorio continuó operando en lo
revela de modo indirecto el descenso fundamental sobre las bases de la co­
de la natalidad en este período. lonización española. La accesibilidad
Al lento crecimiento natural gene­ a las comunicaciones internas y con el
rado por los elevados índices de mor­ exterior, los recursos mineros, la exis­
talidad y a una natalidad deprimida, se tencia de climas benignos y de mer­
sumó el efecto negativo de las migra­ cados locales y sobre todo la disponi­
ciones a los países limítrofes, cuando bilidad de una importante fuerza de
las persecuciones políticas amenaza­ trabajo aborigen imprimieron en gran
ban la libertad o la vida de los contra­ medida el carácter de nuestro desarro­
rios en desgracia. El efecto combinado llo económico y favorecieron los pro­
de estos factores da cuenta de la pro­ cesos de poblamiento, mestizaje y
gresiva decadencia demográfica nacio­ transculturación.
nal a lo largo del siglo XIX. A pesar de La Amazonia, la Orinoquia, las lla­
las condiciones adversas al desenvol­ nuras de la costa pacífica y las sabanas
vimiento demográfico, la población se de la costa atlántica, así como los va-
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
360

Cuartel de peones lles interandinos permanecían prácti­ finalizar el siglo XVIII, en el oriente del
en una hacienda camente despoblados a mediados del país se concentraba el 53 % de la po­
antioqueña, siglo pasado. Los puertos de Carta­ blación; en el sur-occidente sólo el
a comienzos de siglo. gena y Santa Marta, las poblaciones ri­ 22 %; en la costa atlántica cerca del
En ese momento,
como en las últimas bereñas del Magdalena; las zonas mi­ 16 % y en el centro el 9 %. Se observa
décadas del siglo neras y las vertientes y altiplanicies an­ cómo, a lo largo del siglo XIX, la costa
pasado, existe una dinas concentraban más del 90 % de atlántica va perdiendo importancia re­
extraordinaria la población nacional. Hacia 1870, la lativa, al igual que el oriente, en favor
movilidad de la mitad de la población residía en el del occidente del país. Este crecimien­
población,
prácticamente en oriente colombiano (Santanderes, Bo- to diverso obedeció básicamente al
todo el territorio yacá y Cundinamarca); el 30 % en el efecto de la mortalidad diferencial de
nacional. Se destaca, sur-occidente, en lo que hoy son los las regiones, en gran medida deter­
sobre todo, la departamentos de Antioquia, antiguo minada por las condiciones desiguales
colonización Caldas, Valle, Cauca, Chocó y Nari- y cambiantes del desarrollo regional.
antioqueña en el
Gran Caldas y norte ño; el 8 % en el centro (Tolima y Hui- No debe concluirse de lo anterior
del Valle y Tolima. la) y el 12 % en la costa atlántica. que las migraciones internas fueran de
Pese al notorio grado de concentra­ poca importancia. Por el contrario, lo
ción en el oriente colombiano, se evi­ que caracteriza al siglo XIX, y sobre
denciaba una redefinición de los pa­ todo a las décadas finales, es la ex­
trones de asentamiento que habían traordinaria movilidad de la población
predominado durante la Colonia. Al prácticamente en todo el territorio na­
Capítulo 15 361

cional. Sin embargo, dichos éxodos tu­ más densamente poblados como Cun-
vieron un carácter marcadamente in- dinamarca, Boyacá, Santander y Antio-
trarregional, y en algunos casos inter­ quia. De esta suerte, los cambios en la
nacional. En Cundinamarca el auge de economía nacional fueron sentando las
la economía tabacalera de mediados bases de un desarrollo regional más
de siglo abrió nuevas fuentes a la in­ equilibrado.
versión nacional, desplazando capita­ En síntesis, las últimas décadas del si­
les e importantes contingentes de fuer­ glo XIX se caracterizaron por importan­
za de trabajo hacia la vertiente occi­ tes y generalizados desplazamientos de
dental de la cordillera oriental y al va­ poblaciones campesinas y aun urbanas
lle del Magdalena. En Los trabajado­ hacia las zonas rurales de las vertientes
res de tierra caliente, Medardo Rivas de las grandes cordilleras, predominan­
nos dejó una penetrante descripción temente en las tierras de climas medios,
del proceso de colonización del occi­ asiento de la economía agraria de la
dente de Cundinamarca. Miguel Sam- época.
per, Camacho Roldán y Eugenio La apertura de caminos, la construc­
Díaz, vinculados a estos acontecimien­ ción de ferrocarriles, el desarrollo por­
tos, produjeron, entre otros, una sig­ tuario y de la navegación fluvial, fueron
nificativa documentación acerca de la interconectando poblaciones, merca­
conquista de la vertiente occidental. dos, capitales y culturas, en medio de
De no menor intensidad fueron los convulsiones políticas, bajo crecimiento
desplazamientos originados en la ex­ demográfico e intermitentes crisis y bo­
plotación de la quina y posteriormente nanzas económicas.
del café, sobre todo en Norte de San­
tander, donde la vigorosa expansión
del cultivo arrastró a miles de cam­
pesinos del sur de Santander hacia Cuadro 3
este departamento y Venezuela. En el
sur de Colombia se registran igual­
mente corrientes migratorias hacia el Población de las principales ciudades* en el siglo XIX
Ecuador y en la costa atlántica no fue
menor el desplazamiento de población
hacia el departamento de Panamá, 18431 r%o 18511 r%o 18701
asiento de una intensa actividad co­
mercial durante este período. Dentro
de este panorama sobresale ese for­ Bogotá 40.086 -37.7 29.649 16.9 40.883
midable éxodo colectivo que consti­
tuyó el poblamiento del Quindío, co­ Medellín 9.118 51.4 13.755 40.6 29.765
nocido como «la colonización antio-
queña», en lo que hoy es el sur de Cali 10.376 16.6 11.848 3.8 12.743
Antioquia, el gran Caldas, y el norte
de los departamentos del Valle del 9.896 7.4 8.603
Cauca y Tolima. La numerosa funda­ Cartagena 10.145 -3.1
ción de pueblos durante las últimas
décadas del siglo XIX revela la inten­ Barranquilla 5.651 9.8 6.114 33.7 11.598
sidad, carácter y sentido de los nuevos
asentamientos poblacionales. Socorro 10.657 42.9 15.015 3.5 16.048
Con la extensión de la economía ca­
fetera en todo el territorio andino se Subtotal 86.033 0.4 86.277 17.2 119.640
crean fuentes alternativas de empleo
para los desocupados del campo, ca­ Fuente: 1. Melo, Jorge Orlando, «La Evolución Económica de Co­
nalizando a través de flujos migrato­ lombia, 1830-1900» en Manual de Historia de Colombia, tomo
II, Bogotá, Instituto Colombiano de Cultura, 1978/79.
rios internos la presión demográfica, * Comprende tanto la cabecera municipal como su área rural.
especialmente en los departamentos
362 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

El crecimiento urbano Durante los últimos años del siglo


XIX, se aprecian ya una cierta dinámica
No fueron favorables en aquellas dé­ de las actividades urbanas y un inci­
cadas las condiciones para el desarro­ piente proceso de urbanización en al­
llo urbano. A lo largo del siglo XIX, las gunas capitales de departamento como
llamadas «ciudades» eran poco más Medellín, Cali, Barranquilla y Bucara-
que villorrios. La capital del país, el manga. Sin embargo, hacia 1898, sólo
centro más importante, hacia media­ Bogotá superaba los 50.000 habitantes,
dos de siglo escasamente llegaba a los y las cuatro localidades que le seguían
30.000 habitantes; y El Socorro, la se­ en orden de importancia oscilaban en­
gunda ciudad, no contaba con más de tre 20 y 30 mil habitantes (cuadro 4). El
15.000 personas. En 1870, Bogotá ha­ hecho de que estos centros registraran
bía alcanzado los 40.000 habitantes; tasas de crecimiento dos veces supe­
Medellín se constituía en la segunda riores a las del promedio del país de­
ciudad del país con cerca de 30.000 re­ nota la canalización de flujos migra­
sidentes, y emergían como centros de torios internos y la definición de un
relativa importancia Cali y Barranqui- conjunto de núcleos que en el presen­
11a (cuadro 3). te siglo constituirían nuestras princi­
pales ciudades, advirtiéndose ya la
configuración de una malla urbana de
gran equilibrio regional.
Cuadro 4
La expansión demográfica
Poblaciones más notables en (1900-1960)
1898
En contraste con el languidecimiento
demográfico del siglo XIX, la presente
Bogotá 78.000 centuria se inicia con una vigorosa ex­
pansión favorecida por las nuevas con­
Medellín 30.000 diciones políticas económicas y socia­
Barranquilla 25.000 les que empezaba a registrar el país a
partir de la administración del general
Bucaramanga 20.000 Rafael Reyes. A lo largo de las pri­
Pasto 20.000 meras seis décadas de este siglo, el
crecimiento demográfico se irá hacien­
Cali 18.000 do cada vez más acelerado, llegando a
mediados de siglo al máximo ritmo de
Palmira 14.000 la historia demográfica nacional. En
Cartagena 12.000 este lapso la población se cuadruplica,
pasando de 4.3 millones en 1905 a 17.5
Cúcuta 12.000 millones en 1964. La población que a
San Gil 10.000 comienzos de siglo se incrementaba
anualmente en 13 personas por cada
Sogamoso 10.000 mil habitantes, llegaba a mediados de
la década del cincuenta a 32 por mil.
El Socorro 10.000 A diferencia de lo que ocurría a fi­
Ocaña 10.000 nes del siglo cuando se necesitaban
cincuenta años para que la población
Sabanalarga 10.000 se duplicara, hacia los años sesenta
cada duplicación tomaba sólo veinti­
Fuente: Vergara y Velasco, J. F.: Nueva dós años (gráfico 1).
Geografía de Colombia, Imprenta ¿Qué factores demográficos estaban
de Vapor, 1901, págs. 862 y 863. incidiendo para tan formidable expan­
sión? Como se sabe, el crecimiento de
Capítulo 15 363

una población es el resultado del com­ Hace parte ya del folclore nacional
portamiento de la natalidad y de la la idea extendida de la excepcional ca­
mortalidad, cuando no se presentan pacidad procreadora del pueblo anti-
movimientos migratorios de importan­ oqueño. Ciertamente llegaron a ser
cia. El ritmo de crecimiento demográ­ ejemplares en esta región las familias
fico aumenta cuando las diferencias de copiosa descendencia, y en épocas
entre las tasas de natalidad y mortali­ de expansionismo demográfico este
dad se hacen mayores, y disminuye fenómeno llegó a convertirse en mo­
cuando éstas se acortan. tivo de orgullo familiar y regional y, a
veces, en ejemplo de virtudes ciuda­
danas. Sin embargo, fuera de la ten­
Una natalidad elevada y constante dencia a matrimonios muy tempranos,
A pesar de no contar con estadísticas no existe evidencia de que los niveles
exactas sobre nacimientos y defuncio­ de fecundidad fueran superiores en
nes para este período, se estima que Antioquia a los del promedio del país.
en el país existía un régimen de ele­ Muy seguramente las pautas de orga­
vada natalidad estimulado por las nización de la propiedad y del trabajo,
creencias religiosas, las prácticas de la predominancia de climas benignos,
nupcialidad temprana, la ideología na- ingresos más elevados, y la existencia
talista del Estado, las necesidades de de hábitos alimenticios e higiénicos fa­
expansión de la economía, los altos ín­ vorables a la prevención y conserva­
dices de mortalidad infantil y, desde ción de la salud determinaron una ma­
luego, la práctica muy reducida de mé­ yor sobrevivencia de la progenie y la
todos de control natal. No es de ex­ formación de familias numerosas.
trañar entonces que las tasas de nata­ Las desiguales condiciones del de­
lidad alcanzaran niveles entre 45 y 50 sarrollo socio-económico regional, la
nacimientos por cada mil habitantes, rica heterogeneidad cultural del país,
equivalentes a un promedio de siete u las variadas formas de organización fa­
ocho hijos nacidos vivos por mujer. miliar y la disimilitud correspondiente
364 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

de condiciones de mortalidad infantil, mayoría carecían de los servicios pú­


dieron lugar a familias de tamaños di­ blicos básicos: agua potable, alcanta­
ferentes a nivel de las regiones y aun rillado, energía eléctrica, mataderos
entre localidades de un mismo depar­ públicos, plazas de mercado y servi­
tamento. Las estadísticas de la época cios asistenciales. Los bajos ingresos,
revelan ligeras diferencias de natali­ el pobre nivel educativo, los hábitos
dad entre regiones, lo que conduce a alimentarios y de higiene, las ende­
concluir que más que la existencia de mias y las enfermedades infecciosas y
regímenes distintos de fecundidad, lo parasitarias, entre otras patologías,
que determinó el diverso y cambiante daban cuenta de los elevados índices
crecimiento demográfico regional fue­ de mortalidad general e infantil de la
ron el influjo de las corrientes migra­ época. Hacia 1900 un colombiano vi­
torias y la vigencia de patrones diferen­ vía en promedio 28 años y anualmen­
ciales de mortalidad infantil y adulta. te, de mil nacidos vivos, no menos de
250 morían antes del primer año de
La lucha contra la enfermedad vida; ello explica por qué más del
60 % de las defunciones totales co­
y la muerte rrespondía a niños menores de cinco
Al empezar el presente siglo, las con­ años de edad.
diciones de vida y de salud eran su­ Con la recuperación observada en
mamente precarias para la inmensa todos los órdenes de la vida nacional
mayoría de los habitantes del país. No se inicia en el presente siglo la gran ba­
menos del 90 % de la población resi­ talla contra la mortalidad. En el trans­
día en el campo o en pequeñas loca­ curso de las primeras tres décadas, la
lidades, en donde los servicios de sa­ esperanza de vida se incrementa en 8
lud gubernamentales eran práctica­ años, llegando en 1930 a 36 años en
mente inexistentes. Aun los centros promedio. La mortalidad infantil des­
urbanos de alguna importancia en su ciende a 200 defunciones por cada mil
nacimientos y la mortalidad general a
27 defunciones por cada mil habitan­
tes (cuadro 5). Pese a estos signifi­
Cuadro 5 cativos avances, las condiciones de
mortalidad eran aún singularmente
Principales indicadores de la mortalidad adversas. Las principales causas de en­
(1900-1960) fermedad y muerte continuaban sien­
do las inmunoprevenibles: el paludis­
Esperanza de Tasa de Tasa bruta de mo, la anemia tropical, las enferme­
vida mortalidad mortalidad dades diarreicas, las respiratorias, la
Años viruela, el sarampión, la difteria y la
al nacer1 infantil (miles)2 (miles)2
(años) fiebre amarilla.
En 1920, en Cundinamarca, «el
1900 28.5 250 39 78 % de la población estaba afectada
1910 30.5 240. de uncinariasis, llegando al 95 % en el
35 municipio de La Mesa». Eran frecuen­
1920 33.0 215 32 tes todavía las epidemias, como la de
1930 36.1 201 27 «gripa» que azotó a Bogotá a fines de
1940 40.2 175 22 octubre de 1918, que en una semana
arrojó centenares de muertes. Un cro­
1950 48.9 122 17 nista de la época anotaba: «... Todavía
1960 58.2 78 11 en las farmacias hay porciúncula y
amanecen las esquinas empapeladas
Fuente: 1. Arriaga, Eduardo. América Latina: El descenso de la mor­ de carteles fúnebres e ingresan apes­
talidad y sus efectos demográficos, Bogotá, ACEP. 1974.
2. Cálculos del autor. tados a los hospitales que improvisó
la benemérita junta de socorros [...]
Capítulo 15 365

Pero ya es mucho que se hayan redu­ de 22 a 11 defunciones por cada mil


cido los enfermos a treinta mil, que habitantes. En este lapso la esperanza
traten de reorganizarse varias activi­ de vida se incrementa en un año apro­
dades ciudadanas y que vuelvan a fun­ ximadamente por cada año calenda­
cionar algunas instituciones tan cala­ rio, ascendiendo de 40 a 58 años en
mitosas como beneméritas...». promedio (cuadro 5). La mortalidad
A medida que la población se fue infantil igualmente se redujo a la mi­
urbanizando, a la par que mejoraba el tad, descendiendo de 175 a 78 defun­
nivel educativo y el Estado disponía ciones de menores de un año por cada
de recursos para programas de sanea­ mil nacimientos anuales.
miento ambiental e inmunización, los Este drástico descenso de la mor­
avances en la salud se fueron haciendo talidad en condiciones de una elevada
cada vez más notorios. Los adelantos y constante fecundidad ocasionó en el
en las ciencias de la salud, la intro­ país una verdadera revolución demo­
ducción del DDT y posteriormente de gráfica. A fines de la década de los
los antibióticos, y el progreso en las años cincuenta el crecimiento demo­
actividades preventivas fueron logran­ gráfico nacional parecía incontenible y
do un mayor control de las principales sus secuelas sobre el desarrollo del
causas de muerte, así como una re­ país conducían a un replanteamiento
ducción sustancial en los niveles de de las actitudes y de las acciones hasta
mortalidad. Entre 1940 y 1960 la mor­ entonces favorables al expansionismo
talidad se reduce en un 50 %, pasando demográfico.
366 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

vas e introduciendo disposiciones le­


Cuadro 6 gales ventajosas para la población ex­
tranjera, fueron siempre infructuosos.
Población según secciones del país (1905-1938) A finales de la década del veinte se
(miles de habitantes) emprendieron nuevos intentos para
1905 1912 1918 1938 atraer contingentes extranjeros a cier­
Secciones tas regiones del país. Se fundó en 1927
Antioquia 666 741 814 1.189 una colonia en las estribaciones de la
Atlántico 105 115 136 268 Sierra Nevada de Santa Marta para es­
Bogotá, D.E. 110 133 157 356 tablecer 1.600 inmigrantes extranjeros
Bolívar 121 182 207 341 en una extensión de 50.000 hectáreas.
494 560 627 706 En 1928 se creó la Compañía Colom­
Boyacá biana de Inmigraciones y Coloniza­
Caldas 155 216 256 402 ción, cuyo propósito consistía en de­
Cauca 222 212 239 356 sarrollar en el país las condiciones y
Cesar 14 37 49 77 mecanismos que aseguraran la canali­
Córdoba 80 118 122 249 zación regular de poblaciones deseo­
Cundinamarca 523 585 657 819 sas de establecerse en el país. Con
Chocó 46 73 91 111 idéntico propósito se celebró en el
Huila 155 158 182 217 mismo año un contrato con un súbdito
Guajira 102 78 51 94 del gobierno japonés para radicar ciu­
Magdalena 82 87 129 225 dadanos de ese país en la intendencia
Meta 7 28 34 52 del Meta. Todos estos esfuerzos, a la
251 292 337 466 postre, resultaron fallidos.
Nariño
Norte de Santander 166 205 239 346 Nunca la proporción de extranjeros
Quindío 29 51 66 165 ha revestido importancia dentro del
Risaralda 56 74 106 203 volumen de la población del país. Si
Santander 388 403 439 616 bien su contribución al desarrollo na­
cional ha sido muy valiosa, su aporte
Sucre 82 117 130 175 al crecimiento demográfico es prácti­
Tolima 210 282 325 548 camente irrelevante. En 1912 el censo
Valle 201 217 272 613 de población registraba 9.755 extran­
Subtotal 4.268 4.965 5.663 8.593 jeros, la mayoría de los cuales residía
Territorios Nacionales 50 108 192 109 en Cúcuta y Cartagena. En 1938 su
Total país 4.319 5.073 5.855 8.702 número había ascendido a 56.500 y en
1973 no superaba los 83.000 inmigran­
Fuente: Censos de Población. Varias publicaciones. tes, cuando la población nacional se
aproximaba a los 23 millones de ha­
bitantes.
Un país sin inmigrantes
Hacia el rejuvenecimiento
A diferencia de la mayoría de los paí­ de la población
ses latinoamericanos, Colombia ha
sido una nación prácticamente cerrada Una de las implicaciones demográficas
a la inmigración extranjera, pese al in­ más importantes de este régimen de
terés de diferentes gobiernos desde el fecundidad elevada y mortalidad en
siglo pasado por estimular el pobla- descenso fue el progresivo rejuvene­
miento del vasto territorio nacional e cimiento de la población. En 1912, de
incorporar fuerza laboral capacitada, cada 100 colombianos, 22 eran me­
recursos y tecnologías nuevas al de­ nores de 15 años; en 1964 habían as­
sarrollo del país. Los esfuerzos que en cendido a 47. Merced a esta particular
diversas oportunidades se adelanta­ dinámica, Colombia, en el transcurso
ron, creando estímulos, ofreciendo de seis décadas, se había convertido
posibilidades supuestamente atracti­ en un país de niños.
Capítulo 15 367

Distribución relativa de la población Cuadro 7


según departamentos y regiones (1905-1938)

1905 1912 1918 1938

Costa Atlántica 13.6 14.4 14.0 16.5


Atlántico 2.4 2.3 2.3 3.1
Bolívar 2.8 3.6 3.5 3.9
Cesar 0.3 0.7 0.8 0.9
Córdoba 1.9 2.3 2.1 2.9
Guajira 2.4 1.5 0.9 1.1
Magdalena 1.9 1.7 2.2 2.6
Sucre 1.9 2.3 2.2 2.0
Bogotá D.E. 2.5 2.6 2.7 4.1
Oriente 36.5 35.0 34.1 29.2
Boyacá 11.4 11.0 10.7 8.1
Cundinamarca 12.1 11.5 11.2 9.4
Norte de Santander 3.8 4.0 4.1 4.0
Santander 9.0 0.6 0.6 0.6
Meta 0.2 0.6 0.6 0.6
Sur 14.5 13.0 13.0 12.0
Cauca 5.1 4.2 4.1 4.1
Nariño 5.8 5.7 5.8 5.4
Huila 3.6 3.1 3.1 2.5
Centro occidente 31.6 32.7 33.0 37.1
Antioquia 15.4 14.6 13.9 13.7
Caldas 3.6 4.2 4.4 4.6
Chocó 1.1 1.4 1.6 1.3
Quindío 0.7 1.0 1.1 1.9
Risaralda 1.3 1.6 1.8 2.3
Tolima 4.9 5.6 5.6 6.3
Valle 4.6 4.3 4.6 7.0
Subtotal departamentos 98.7 97.7 96.8 98.9
Territorios nacionales 1.3 2.3 3.2 1.1
Total país 100.0 100.0 100.0 100.0
Fuente: Cuadro 6.

Una cambiante distribución meras décadas del presente siglo, el


desarrollo de la economía del café de­
territorial de la población fine y profundiza las tendencias que ya
Concomitantemente con las transfor­ se observaban en las décadas finales
maciones económicas que venían ope­ del siglo pasado.
rando desde finales del siglo pasado y Los departamentos del occidente
con la expansión de la base demográ­ (Caldas, Quindío, Risaralda y Valle)
fica, la ubicación de la población se al­ acusan un extraordinario crecimiento.
tera significativamente, tanto en la Por el contrario, los Santanderes, Bo-
distribución regional como en la con­ yacá y Cundinamarca, si bien obser­
centración urbana. Durante las pri­ van una sensible recuperación de sus
368 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Antioquia, pese a su empuje económico,


Cuadro 8 presenta un incremento inferior al
del promedio del país (cuadros 6 y 7).
Población según secciones del país (1951-1973) Estas grandes tendencias de nuestro
(miles de habitantes) desarrollo demográfico configuran en
la primera mitad del presente siglo dos
Secciones 1951 1964 1973 grandes regiones de importancia de­
mográfica creciente: el norte y el cen­
Antioquia 1.570 2.447 3.177 tro-occidente; y dos áreas de menor
Atlántico 428 717 1.029 crecimiento relativo: el oriente y el sur
Bogotá, D.E. 715 1.697 2.862 del país. Ya desde finales del siglo XIX
se advertía que el eje del desarrollo
Bolívar 440 694 981 nacional se desplazaba del oriente ha­
Boyacá 771 992 1.040 cia las zonas recientemente incorpo­
Caldas 530 713 744 radas a la economía del café: Antio-
Cauca 443 607 717 quia, el gran Caldas, el Valle del Cau­
113 470 ca y Tolima.
Cesar 261
Córdoba 326 586 744 Dentro de estas líneas generales de
nuestro desenvolvimiento demográfi­
Cundinamarca 909 1.122 1.176 co deben distinguirse dos fases clara­
Chocó 131 182 251 mente diferenciadas. La primera, que
Guajira 102 147 250 cubre las cinco décadas iniciales del si­
Huila 294 416 487 glo, de notable expansión del centro-
occidente, y la segunda, que se extien­
Magdalena 295 528 721 de hasta el presente, en la que se ob­
Meta 67 166 262 serva una fuerte desaceleración del
Nariño 547 706 882 crecimiento de esta región y el auge de
Norte de Santander 387 534 758 regiones tradicionalmente rezagadas,
Quindío 230 306 354 así como el empuje de los centros in­
dustriales. El afianzamiento de la eco­
Risaralda 308 437 499 nomía urbana y la pérdida de la im­
Santander 748 1.001 1.233 portancia relativa del café como ele­
Sucre 225 313 412 mento determinante del desarrollo re­
Tolima 712 841 957 gional, explican en buena medida las
Valle 1.107 1.733 2.393 modificaciones en el ritmo de creci­
miento de las zonas que en las pri­
Subtotal 11.401 17.174 22.398 meras décadas observaron el más vi­
Territorios Nacionales 147 310 464 goroso avance demográfico. En lo su­
Total país 11.548 17.484 22.862* cesivo, las regiones de mayor desarro­
llo industrial (Antioquia, Valle del
Fuente: Censos de Población. Varias publicaciones. Cauca, Bogotá y Atlántico) y las áreas
* No incluye FF.AA. de expansión de la agricultura comer­
cial diferente del café (Meta, Cesar,
Córdoba, Sucre y los Territorios Na­
tasas de crecimiento, continúan cons­ cionales) adquieren el liderazgo en
tituyendo las áreas de más bajo desa­ la dinámica demográfica nacional
rrollo dentro del conjunto del país. (cuadros 8 y 9).
Los departamentos del sur (Nariño,
Cauca y Huila) aquejan en promedio Campesinos y desarrollo urbano
un retraso demográfico, en tanto que
los de la costa atlántica inician una re­ Puede afirmarse que nuestro proceso
cuperación sostenida, ganando duran­ de urbanización sólo se inicia a co­
te todo el siglo una importancia cre­ mienzos del presente siglo. Como se
ciente dentro del conjunto nacional. recordará, hasta finales del siglo pa­
Capítulo 15 369

sado el país no había conformado una ceras partes del notable incremento
red urbana de importancia. Salvo Bo­ demográfico nacional fue absorbido
gotá, que no sobrepasaba los 80.000 por el campo. Merced a la existencia
habitantes, el resto de lo que hoy son de un producto de explotación esta­
las principales ciudades no pasaban de ble, de alta rentabilidad y cultivable
ser a lo sumo pueblos grandes. en la mayoría de los departamentos, la
El crecimiento rural proseguía so­ presión demográfica sobre las ciuda­
bre las bases de la expansión cafetera. des se contuvo en gran medida. Mas
Durante las cuatro primeras décadas esta dinámica económica simultánea­
del presente siglo, más de las dos ter­ mente iba generando las condiciones

Cuadro 9
Distribución relativa de la población según departamentos y regiones
(1951-1973)
1951 1964 1973 1985 2000
Costa Atlántica 16.7 18.7 20.3 18.7 19.2
Atlántico 3.7 4.1 4.5 5.1 5.7
Bolívar 3.8 4.0 4.3 3.9 3.9
Cesar 1.0 1.5 2.1 2.1 2.4
Córdoba 2.8 3.4 3.3 3.1 2.9
Guajira • 9 9 1.1 0.9 1.3
Magdalena 2.6 3.0 3.2 2.2 1.7
Sucre 1.9 1.8 1.8 1.4 1.3
Bogotá D.E. 6.2 9.7 12.5 15.6 17.8
Oriente 25.0 21.8 19.4 18.1 16.5
Boyacá 6.7 5.7 4.5 3.9 3.1
Cundinamarca 7.9 6.4 5.1 4.6 3.8
Norte de Santander 3.3 3.1 3.3 3.2 3.4
Santander 6.5 5.7 5.4 4.9 4.5
Meta 6 9 1.1 1.5 1.7
Sur 11.0 9.9 9.2 8.3 7.1
Cauca 3.8 3.5 3.2 3.0 2.4
Nariño 4.7 4.0 3.9 3.5 3.3
Huila 2.5 2.4 2.1 1.8 1.4
Centro occidente 39.8 38.1 36.6 36.6 35.4
Antioquia 13.6 14.0 13.9 14.9 14.6
Caldas 4.6 4.1 3.2 2.8 2.7
Chocó 1.1 1.0 1.1 0.9 0.9
Quindío 2.0 1.8 1.5 1.2 1.0
Risaralda 2.7 2.5 2.2 2.3 2.1
Tolima 6.2 4.8 4.2 4.1 3.9
Valle 9.6 9.9 10.5 10.4 10.2
Territorios Nacionales 1.3 1.8 2.0 2.7 4.0
Total país 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Fuente: Cuadro 8.
370 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

sobre las que se afianzaría el desarro­ terminaron un incremento sustantivo de


llo industrial del país. La demanda por la demanda interna, creando de esta
fuerza de trabajo en el campo para las suerte las condiciones para la produc­
nuevas, crecientes y extendidas explo­ ción de manufacturas, las cuales, de
taciones; el alza real de los salarios; la otra parte, se habían visto favorecidas
expansión de actividades anexas al por las medidas proteccionistas ensa­
café, como la construcción de vías; el yadas a fines del siglo XIX e impulsadas
desarrollo bancario; el estímulo al co­ desde comienzos del presente siglo.
mercio; el auge del transporte y de las La formación de este extenso cam­
actividades portuarias, entre otras, de­ pesinado no ocurrió con igual dina-

Campesinos de Chitagá,
Norte de Santander.
El crecimiento de la
población campesina
proseguía sobre las
bases de la expansión
cafetera. Durante las
cuatro primeras
décadas del siglo XX,
más de las dos terceras
partes del notable
incremento demográfico
nacional fue
absorbido por el campo.
La formación de este
extenso campesinado
ocurrió sobre todo en
los Santanderes,
Boyacá, Cundinamarca
y Tolima, departamentos
minifundistas y de
alta concentración
poblacional.
Capítulo 15 371

Cuadro 10

Población de las capitales de departamento* (1905-1938)

Municipio 1905 1912 1918 1938

Bogotá 100.000 121.257 143.994 330.312


Medellín 53.936 71.004 79.146 168.266
Barranquilla 40.115 48.907 64.543 152.348
Cali 30.740 27.747 45.525 101.883
Cartagena 24.520 36.632 51.382 84.937
Manizales 24.700 34.720 43.203 86.027
Bucaramanga 20.314 19.735 24.919 51.283
Cúcuta 2.163 20.364 29.460 57.248
Pereira 19.036 18.428 31.790 60.492
Ibagué 24.566 24.693 30.255 61.447
Armenia 9.632 13.720 17.405 50.838
Pasto 30.835 27.760 29.035 49.644
Montería 14.671 21.521 23.268 64.192
Neiva 18.333 21.852 25.185 34.294
Santa Marta 9.568 8.348 18.340 33.245
Quibdó 14.218 17.681 24.722 30.122
Popayán 28.448 18.724 20.235 30.038
Villavicencio 3.958 4.774 4.733 24.315
Valledupar 4.932 7.301 10.627 15.801
Tunja 8.407 8.971 10.680 22.849
Riohacha 9.426 9.426 10.001 14.150
Sincelejo 9.633 14.021 14.722 19.521
Total 502.151 597.586 753.170 1.543.252
Fuente: Censo de población. Varias publicaciones.

mismo en todo el territorio nacional. hicieron más crítica la vertiginosa ex­


Diversas regiones del país como los pansión demográfica que experimen­
Santanderes, Boyacá, Cundinamarca, taban sus áreas rurales, estimulando
Cauca y buena parte del Tolima, todas procesos muy tempranos de expulsión
ellas departamentos minifundistas y poblacional. Es precisamente de estas
de alta concentración poblacional, se secciones de donde se nutre buena
vieron sacudidas por intensos conflic­ parte del crecimiento de poblaciones
tos agrarios, episodios de violencia ex­ como Bogotá, Bucaramanga, Cúcuta,
trema, además de depresión de sala­ Ibagué, Cali y las ciudades del Anti­
rios y desempleo, circunstancias que guo Caldas, en este período.
372 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Cuadro 11

Tasas de crecimiento de la población de las capitales de departamento


(miles) (1905-1938)

Municipio 1905-12 1912-18 1918-38

Bogotá 28.7 26.0 42.3


Medellín 40.9 16.4 38.4
Barranquilla 29.5 42.0 43.7
Cali -15.2 74.9 41.0
Cartagena 59.7 51.2 25.6
Manizales 50.7 33.1 35.1
Bucaramanga - 4.3 35.2 36.7
Pereira -4.8 82.5 32.8
Cúcuta 333.7 55.9 33.8
Ibagué .8 30.7 36.1
Armenia 52.6 36.0 54.6
Pasto -15.6 6.8 27.3
Montería 57.0 11.8 51.7
Neiva 26.1 21.5 15.7
Santa Marta -20.3 119.1 30.3
Quibdó 32.4 50.7 10.1
Popayán -62.2 18.2 20.3
Villavicencio 27.9 -1.3 83.3
Valledupar 58.4 56.8 20.2
Tunja 16.3 22.8 28.3
Riohacha — 9.0 17.7
Sincelejo 55.9 7.4 14.4
Total 24.5 39.8 37.0
Fuente: Cuadro 10.

Si bien la economía cafetera creó las de su reducido tamaño al comienzo


condiciones para nuestro desarrollo del proceso, requerirían varias déca­
industrial y urbano, no debe perderse das para convertirse en centros de al­
de vista que su vigorosa expansión de guna importancia demográfica (cua­
las primeras cuatro décadas de este si­ dros 10 y 11). Todavía en 1938 el
glo retardó en cierta medida nuestro 70 % de la población del país residía
proceso de urbanización, al generar en en el campo y escasamente el 15 % en
el campo condiciones favorables para conglomerados de más de 10.000 ha­
la absorción de los nuevos contingen­ bitantes. Bogotá registraba 325.000
tes aportados por el desarrollo demo­ personas y sólo dos ciudades (Barran-
gráfico. quilla y Medellín) sobrepasaban los
Es así como el proceso de urbani­ 100.000 habitantes. Cali, Cartagena y
zación transcurre lentamente en las Manizales superaban los 50.000, si­
primeras décadas del siglo. Cierta­ guiéndoles diez capitales con pobla­
mente, las localidades que hoy cons­ ciones entre veinte y cuarenta mil ha­
tituyen nuestras principales ciudades bitantes (cuadro 12). Desarrollo bas­
experimentan en estos años iniciales tante precario si se compara con el
un notorio crecimiento. Mas en razón crecimiento urbano contemporáneo o
Capítulo 15 373

con los niveles de urbanización de va­ ción en un conjunto de núcleos dise­


rios países de América Latina en ese minados equilibradamente en la geo­
período. grafía nacional. La expansión de la
Empero, este moderado proceso de economía cafetera se constituyó en el
urbanización había ya adquirido una motor de este nuevo proceso econó­
dinámica, una dirección y unas carac­ mico y sociodemográfico. Los pueblos
terísticas tan definidas que habrían de mayores, que a fines del siglo pasado
determinar en lo sucesivo el carácter cumplían funciones económicas res­
del desarrollo urbano nacional. Para tringidas, se vieron de pronto anima­
entonces las principales ciudades del dos por el auge comercial, la demanda
país habían consolidado su primacía y, de servicios, la provisión de insumos
salvo ligeras variaciones, las hoy lla­ agropecuarios, el establecimiento de
madas ciudades intermedias les se­ agroindustrias relacionadas con el be­
guían en orden de importancia. neficio del café, convirtiéndose igual­
Es fácil advertir la orientación del mente en centros de mercado de bie­
desarrollo urbano hacia la concentra­ nes manufacturados para una deman-

Cuadro 12

Población de las capitales de departamento y tasas intercensales de crecimiento (en miles)


(1951-1973)
Población (miles de habitantes) Tasas de crecimiento

Capitales 1951 1964 1973 1938-51 1951-64 1964-73

Bogotá D.E. 660 1.662 2.845 52.1 70.0 58.0


Medellín 328 718 1.122 62.6 59.4 48.2
Cali 241 618 972 76.2 71.4 48.9
Barranquilla 276 493 702 46.1 44.0 38.1
Bucaramanga 103 217 318 68.5 56.6 41.2
Cartagena 111 218 312 31.8 51.0 38.7
Manizales 89 190 208 42.1 57.6 9.8
Pereira 76 147 187 68.9 50.0 26.0
Cúcuta 70 140 234 43.1 56.0 55.4
Ibagué 54 125 203 51.8 63.3 52.3
Armenia 57 125 149 49.7 59.5 18.9
Pasto 49 83 130 43.4 39.8 48.4
Santa Marta 37 89 110 29.4 66.7 22.9
Neiva 33 76 109 59.4 63.1 38.9
Montería 24 71 104 46.7 82.8 41.2
Valledupar 9 44 99 75.3 119.5 87.5
Popayán 32 59 78 42.1 46.1 30.1
Villavicencio 17 45 88 78.6 73.8 72.3
Sincelejo 22 44 72 51.2 53.9 53.1
Tunja 23 40 55 25.6 42.7 34.4
Quibdó 9 20 29 40.6 60.4 40.1
Riohacha 6 12 23 4.0 51.3 70.2
Subtotal 2.326 5.236 8.149 54.4 61.6 47.7

Fuente: Censos de población, varias publicaciones.


374 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

da en permanente crecimiento. Desde tivamente en las décadas subsiguientes


Pasto hasta Barranquilla, de Cali a el carácter de nuestro desarrollo eco­
Cúcuta o de Medellín a Bogotá se de­ nómico.
sarrolló un conjunto de actividades ur­ A tenor de las modificaciones sec­
banas complementarias y conexas con toriales de la economía se abren paso
la economía del café, configurando las las transformaciones espaciales de la
bases de un mercado nacional y el sur­ fuerza de trabajo. En la década del
gimiento de actividades económicas, treinta ya era evidente en el país la
nuevas y diversas, cambiando defini­ emergencia de un proletariado urba-

Cuadro 13

Población rural de los departamentos (1938-1973)

1938 1951 1964 1973

Antioquia 831.224 938.408 1.154.613 1.205.226


Atlántico 37.799 51.982 64.976 73.989
Bogotá D.E. 23.328 54.970 35.376 16.552
Bolívar 162.610 199.547 292.232 423.570
Boyacá* 614.323 651.354 752.446 718.518
Caldas 280.099 342.219 355.596 334.579
Cauca 301.499 363.106 466.485 521.998
Cesar 57.826 84.414 163.441 263.604
Córdoba 197.596 245.970 405.871 474.736
Cundinamarca 666.542 719.740 798.485 750.646
Chocó 101.153 110.950 139.282 186.640
Huila 152.878 200.378 236.810 245.450
Guajira 78.989 81.341 103.128 162.035
Magdalena 130.912 170.793 294.182 432.910
Meta 45.414 42.433 87.752 113.301
Nariño 360.854 474.373 491.432 560.523
Norte de Santander 245.824 241.926 271.335 373.858
Quindío 107.086 128.320 97.142 105.004
Risaralda 142.254 190.894 205.348 177.307
Santander 470.820 505.010 561.272 582.485
Sucre 121.139 150.820 184.550 220.266
Tolima 422.602 515.234 487.213 465.542
Valle 362.205 556.369 513.216 579.149

Total departamentos 5.914.976 6.960.551 8.162.183 8.987.888*


Territorios Nacionales 94.723 119.184 229.231 326.047
Total rural 6.009.699 7.079.735 8.391.414 9.313.935**

* No incluye Casan are.


** No incluye 53.111 miembros de las Fuerzas Armadas.
Fuente: Censos de población, varias publicaciones.
Capítulo 15 375

no. El surgimiento de la organización


sindical, la irrupción de huelgas y con­ Cuadro 14
flictos laborales, la creación de nuevos
partidos y movimientos políticos re­ Tasas intercensales de crecimiento de la población
presentativos de la clase trabajadora rural según secciones (1938-1973)
urbana daban cuenta de un cambio
importante en nuestra organización (miles)
productiva. En las novelas de Osorio Secciones 1938-51 1951-64 1964-73
Lizarazo y en los murales y lienzos de Antioquia 9.4 15.7 4.6
Pedro Nel Gómez se recoge el nuevo Atlántico 24.6 16.9 14.0
universo del trabajo, y de la vida de Bogotá D.E. 66.3 -33.4 -81.9
los asalariados urbanos. Bolívar 15.8 28.9 40.0
Con todo, era aún incipiente el pro­ Boyacá 4.5 10.9 -5.0
ceso de transformación social y eco­ Caldas 15.5 2.9 -6.6
nómica señalado. A finales de la dé­ Cauca 14.4 19.0 12.1
cada del treinta todavía el 75 % de la Cesar 29.3 50.1 51.6
fuerza laboral se dedicaba a las acti­ Córdoba 16.9 38.0 16.9
Cundinamarca 5.9 7.7 -6.4
vidades agropecuarias y extractivas; Chocó 7.1 17.3 31.6
menos del 12 % correspondía al sector Guajira 2.3 18.0 48.7
manufacturero, incluida la artesanía; Huila 20.9 12.7 3.9
el 8 % se ocupaba en el comercio, Magdalena 20.6 41.3 41.7
transporte y servicios y el 5 % restante Meta -5.3 55.1 27.6
en otras ocupaciones. Nariño 10.7 12.9 14.2
Norte de Santander -1.2 8.7 34.6
Quindío 14.0 -21.1 8.4
La «explosión demográfica» Risaralda 22.7 5.5 -15.8
y la urbanización acelerada Santander 5.4 8.0 4.0
Sucre 16.9 15.3 19.1
Es a partir de los años cuarenta cuan­ Tolima 15.3 - 4.2 -4.9
do se profundizan los procesos de re­ Valle 33.2 -6.1 13.0
distribución espacial de la población. Subtotal 12.6 12.1 10.4
Las áreas rurales aquejan un visible
retroceso en su dinámica respecto de Territorios Nacionales 17.8 49.6 38.0
las décadas inmediatamente anterio­ País. 12.7 12.9 11.5
res. Sus tasas de crecimiento se redu­
cen aproximadamente a la mitad de Fuente: Cuadro 13.
las registradas en los primeros cuaren­
ta años del siglo. La población urbana,
por el contrario, duplica su crecimien­ cimiento sumamente bajas o aun ne­
to, pasando de un incremento anual gativas, como es el caso de Boyacá,
promedio de 20 a 40 personas por cada Caldas, Cundinamarca, Norte de San­
mil habitantes en el lapso comprendi­ tander, Quindío, Risaralda, Santan­
do entre 1938 y 1951. Para el último der, Tolima y Valle, estos dos últimos
período intercensal (1951-1964) estas afectados severamente a partir de
tasas ascienden a cincuenta y cuatro 1950, cuando registran tasas negativas
por mil, el máximo nivel jamás regis­ de crecimiento. Un segundo grupo in­
trado en la historia demográfica del tegrado por departamentos con nive­
país. les de crecimiento similares a los del
Desde luego, no todas las áreas ru­ promedio rural (Cauca, Chocó, Nari-
rales se vieron afectadas por la depre­ ño, Sucre y Antioquia) y, por último,
sión demográfica. En este período se un conjunto de notable crecimiento,
observan tres tipos de situaciones cla­ compuesto por los departamentos de
ramente diferenciadas. En primer lu­ Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba,
gar, departamentos donde la crisis es Guajira, Magdalena, Meta y los Te­
singularmente aguda con tasas de cre- rritorios Nacionales (cuadros 13 y 14).
376 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

¿Qué fenómenos revelaban estas ci­ de factores orgánicamente articula­


fras? En primer lugar, la crisis de la dos: de una parte, la existencia de ex­
economía campesina asentada primor­ tremas condiciones de expulsión po-
dialmente en las mesetas y vertientes blacional en las áreas de economía
andinas, comprendiendo no sólo los campesina de la región andina y, de
departamentos tradicionalmente afec­ otra parte, crecientes condiciones de
tados por el atraso económico, como atracción en las zonas urbanas, parti­
los del oriente y el sur del país, sino cularmente en las grandes ciudades
igualmente, y quizá de modo más se­ del país.
vero, a los departamentos de Antio- Como se ha mencionado anterior­
quia, Antiguo Caldas, Valle y Tolima, mente, el extraordinario éxodo de la
cuya notable prosperidad económica población campesina y de las peque­
derivada del auge cafetero parecía en ñas localidades urbanas se originó en
los años cincuenta llegar a su término, líneas generales en la concurrencia de
y donde los centros urbanos como Me- tres órdenes de factores íntimamente
dellín, Cali, Manizales, Pereira y Ar­ asociados: la profundización de la cri­
menia absorben el incremento de po­ sis agraria, la agudización de la pre­
blación. sión demográfica en las áreas mini-
Una situación bien diferente se ob­ fundistas como consecuencia del ace­
servaba en las áreas rurales de la costa lerado crecimiento demográfico del
atlántica, en el departamento del período y, por último, el recrudeci­
Meta y en los llamados Territorios Na­ miento de la violencia política, excep­
cionales, donde el crecimiento demo­ cionalmente intensa en estas áreas en
gráfico resultaba impresionante mer­ las décadas de los años cuarenta y cin­
ced al aporte de vigorosas corrientes cuenta.
migratorias provenientes de todas las La inexistencia de información cen­
regiones del país. sal respecto de la migración rural-ur-
La presión demográfica del mini­ bana no permite establecer el volumen
fundio andino que no se canaliza hacia de la población migrante hacia los cen­
los centros urbanos se proyecta enton­ tros urbanos entre 1938 y 1951. Utili­
ces hacia las tierras cálidas que por si­ zando métodos indirectos se estima
glos habían permanecido al margen que no menos de ochocientos cincuen­
del desarrollo nacional. Concomitan- ta mil campesinos se desplazaron ha­
temente con estos procesos avanza la cia las cabeceras municipales en este
transición de la economía agraria ha­ período. En la década de los años cin­
cia nuevas formas de organización cuenta, cuando el país alcanza el cre­
productiva. La vinculación de grandes cimiento más elevado de su historia, la
capitales a la producción de materias presión demográfica en las zonas ru­
primas demandadas por la industria rales más densamente pobladas se
nacional y la apertura de importantes hace prácticamente insostenible. En
mercados externos de productos de la los trece años transcurridos entre 1951
agricultura tropical originan una cre­ y 1964 abandonan el campo cerca de
ciente incorporación de tierras a la ex­ 2.2 millones de campesinos cuyo des­
plotación económica, la generación de tino preferencial serían las grandes
empleo y el poblamiento de vastos te­ ciudades del país.
rritorios hasta entonces virtualmente La vertiginosa decadencia demográ­
deshabitados. fica de la población rural se refleja en
En los capítulos correspondientes al la continua pérdida de su importancia
desarrollo rural y a la colonización se relativa dentro del conjunto de la
ofrece un análisis detenido de estos población nacional; de 1938 a 1964
procesos. Baste señalar simplemente su proporción desciende del 70 %
que en la determinación de los fenó­ al 48 % y su crecimiento representa
menos de redistribución espacial de la sólo el 27 % del total del período
población intervinieron dos órdenes (cuadro 15).
Capítulo 15 377

Cuadro 15

Distribución de la población según zona urbana y rural.


Tasas intercensales de crecimiento (miles) (1938-1964)

Tasa de
Zona 1938 1951 1964 crecimiento
Población % Población % Población % 1938-51 1951-64
Total 8.701.8 100.0 11.548.2 100.0 17.484.5 100.0 21.9 31.4
Urbana 2.692.1 30.9 4.468.4 38.7 9.093.1 52.0 29.2 53.9
Rural 6.009.7 69.1 7.079.8 61.3 8.391.4 48.0 12.7 12.9
Fuente: Censos de población.

Mientras se profundizaba la des­ 16). Naturalmente, este vertiginoso


composición del campesinado, el pro­ crecimiento no se dio con similar in­
ceso de industrialización proseguía su tensidad en todas las áreas urbanas del
avance, gracias a las medidas protec­ país. Las capitales de departamento y
cionistas, la política de sustitución de las ciudades de cierta importancia re­
importaciones, el crecimiento del mer­ lativa canalizaron más del 80 % del in­
cado interno por bienes manufactura­ cremento urbano total. En contraste,
dos y el mejoramiento paulatino de las las localidades de menos de 5.000 ha­
condiciones de vida urbana. De esta bitantes acusan en este período un de­
suerte se crean y amplían en el medio caimiento demográfico similar al de
urbano factores de atracción que ha­ las áreas rurales en promedio.
brían de canalizar los contingentes de Al cabo de dos décadas se había
desalojados del campo. cumplido en lo fundamental el cambio
La urbanización que había venido de una sociedad agraria a otra de ca­
operando a ritmos moderados en las racterísticas definidamente urbanas.
primeras cuatro décadas, experimenta Sin embargo, hace veinte años, sólo la
en los dos decenios siguientes una pro­ capital de la República sobrepasaba el
gresiva aceleración. De un crecimien­ millón de habitantes. Medellín y Cali
to promedio de veinticinco por mil ha­ eran las dos únicas ciudades con más
cia 1940, asciende a cincuenta y cuatro de quinientos mil, seguidas por un
a comienzos de los años sesenta. En grupo de diez centros con poblaciones
dicho lapso, las zonas urbanas absor­ entre cien mil y cuatrocientos mil ha­
ben el 73 % del crecimiento demográ­ bitantes.
fico nacional. Las localidades con más
de 20.000 habitantes sextuplican su El fin de la explosión demográfica
población y las capitales de departa­
mento alcanzan el ritmo de urbaniza­ A comienzos de la década de los años
ción más elevado de su historia. Las sesenta el crecimiento demográfico de
corrientes migratorias hacia las gran­ Colombia parecía incontenible. El
des urbes se hacen cada vez más in­ censo de población de 1964 revelaba
tensas. En 1964 prácticamente todas que entre 1951 y dicho año se había
las ciudades importantes estaban ha­ operado una sensible aceleración en el
bitadas mayoritariamente por inmi­ ritmo de crecimiento poblacional. El
grantes. En un lapso de veintiséis años incremento anual que en el período in­
la población urbana pasó de 2.7 a 9.1 mediatamente anterior se aproximaba
millones de habitantes (cuadros 15 y a veintidós personas por cada mil ha-
378 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Cuadro 16

Distribución de la población por zona de residencia y tamaño de los


conglomerados urbanos (1938-1973)

Tamaño de los
conglomerados 1938 1951 1964 1973

+500.000 660.280 2.998.015 5.418.377


100.000-500.000 620.005 1.060.028 1.769.221 2.160.662
50.000-100.000 212.158 401.268 896.880 1.138.773
20.000- 50.000 287.773 479.278 734.129 1.120.001

Subtotal 1.119.936 2.660.854 6.298.245 9.837.813

10.000-20.000 204.028 341.770 833.270 1.006.935


1.500-10.000 1.209.722 1.465.813 1.861.579 2.703.435

Subtotal 1.413.750 1.807.583 2.694.849 3.710.370

Total urbana 2.692.117 4.468.437 9.093.094 13.548.183


Total rural 6.009.699 7.079.735 8.391.414 9.313.935
Total país 8.701.816 11.548.172 17.484.508 22.862.118*

No incluye 53.111 miembros de la Fuerzas Armadas.


Fuente: Censos de población, varias publicaciones.

bitantes, había ascendido a treinta y A consecuencia de la progresiva re­


dos por mil. ¿Qué significaban estas ducción de la mortalidad infantil y de
cifras? Entre otros fenómenos, la du­ un creciente número de nacimientos,
plicación de la población en períodos la población avanzaba en un perma­
cada vez más breves de tiempo. Según nente rejuvenecimiento. Los menores
los datos censales, la población se es­ de 15 años ascendían del 22 % a co­
taba duplicando cada 22 años; en el mienzos de siglo al 47 %, y razonable­
período inmediatamente anterior se mente se preveían aún mayores incre­
requerían 26 y a comienzos de siglo, mentos, de continuar las tendencias
alrededor de 40. De acuerdo con esas observadas. Por supuesto, la pobla­
tendencias el país llegaría a contar con ción en edad de trabajar, aquella com­
35 millones de habitantes en 1985 y prendida entre los 15 y los 64 años de
con cerca de 56 a finales de siglo. Las edad, iba perdiendo importancia re­
perspectivas de una mortalidad en lativa. Así, el número de personas eco­
continuo descenso y unos niveles de nómicamente dependientes aumentaba
fecundidad invariables a lo largo del sin cesar, agravando los ya críticos pro­
siglo conducían a esperar incrementos blemas sociales y familiares que plan­
aún sustanciales en las tasas de creci­ teaba el lento desarrollo económico y el
miento demográfico. acelerado avance demográfico.
Capítulo 15 379

Con todo, la preocupación mayor se en el desbordamiento demográfico y


centraba en el vertiginoso proceso de en la situación de atraso y miseria de
urbanización. Al elevado y progresivo las masas campesinas cuya única alter­
crecimiento vegetativo de las ciudades nativa consistía en la búsqueda de
se sumaban las masivas corrientes mi­ nuevas oportunidades en los grandes
gratorias de las áreas rurales y pueblos núcleos urbanos.
pequeños. La mayoría de las ciudades Era necesario entonces crear en el
vieron duplicar su población en los campo condiciones sociales y econó­
trece años comprendidos entre 1951 y micas que permitieran, de una parte,
1964 y algunas como Bogotá, Cali, absorber su crecimiento demográfico
Medellín, Bucaramanga y Manizales y retener la población dentro de sus lí­
en un lapso de diez años doblaron su mites y, de otra, animar el desarrollo
tamaño. La mitad de este incremento industrial incrementando en el campo
de la población urbana correspondía la demanda por bienes manufactura­
al aporte migratorio. En los últimos dos a través de la generación de em­
trece años del período, los grandes pleo y el mejoramiento del ingreso. Se
centros urbanos acogieron alrededor implantó con este propósito la Refor­
de dos millones de migrantes, com­ ma Agraria y se idearon toda suerte de
puestos en su mayoría por personas en mecanismos para evitar los éxodos ru­
edad de trabajar, con bajos niveles rales. Se llegó en esos momentos a ex­
educativos y sin mayor calificación tremos ingenuos de establecer retenes
para el desempeño de ocupaciones a las entradas de las ciudades para im­
propias del medio urbano. pedir el acceso de los campesinos, y
La demanda de empleo, vivienda y hasta hubo autoridades bien intencio­
servicios aumentaba a la velocidad del nadas que regresaban en trenes y ca­
miones a los inmigrantes llegados a las
crecimiento urbano en condiciones en estaciones de transporte. Todas estas
que el ritmo de desarrollo industrial medidas resultaron por supuesto ino­
acusaba síntomas de decaimiento perantes. La llamada en su momento
comparado con el impulso registrado «explosión demográfica» elevaba al
en las dos décadas anteriores. La de­ primer plano de la discusión nacional
manda interna se había vuelto insufi­ el tema del incontrolado auge pobla-
ciente para mantener un nivel de cre­ cional como el gran problema del de­
cimiento adecuado a las exigencias sarrollo del país. De acuerdo con los
que planteaba la dinámica demográ­ niveles de crecimiento de la economía
fica. De otra parte, la modernización y su incapacidad de absorción de la
de la industria conducía a una progre­ creciente oferta laboral y frente a una
siva disminución de su capacidad de reconocida imposibilidad por parte del
absorción de fuerza de trabajo con lo Estado para atender las postergadas y
que los problemas de empleo llegaron acuciantes necesidades sociales, se
a convertirse en la preocupación do­ proponía como la más visible y eficaz
minante de la década del sesenta. En alternativa para evitar una catástrofe
las grandes ciudades el desempleo social la aplicación de todos los recur­
abierto llegaba al 13 % en 1967, y el sos y energías nacionales al propósito
subempleo al 18 % con tendencias al de contener el desbordado crecimien­
aumento. to demográfico.
El desorden social en los centros ur­
banos era visible. La llamada margi- Planteamientos similares habían al­
nalidad se extendía en todas las ciu­ canzado una gran difusión en América
dades del país y el clima de inconfor­ Latina, cuyos países en su mayoría
midad iba en aumento, cuestionando atravesaban una situación semejante a
políticamente las formas de organiza­ la de Colombia. Dentro del marco de
ción social y económica dominantes. la Alianza para el Progreso, en la Con­
Se consideraba en ese momento que la ferencia de Punta del Este en 1962 se
raíz de estos problemas se encontraba proponía a los países latinoamerica-
380 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

nos, como parte de las estrategias para demográfica, con miras a desarrollar
elevar los niveles de desarrollo, la la información y el conocimiento re­
adopción de políticas de reforma agra­ queridos para la formulación de pla­
ria y la implantación de la planifica­ nes y programas en estos campos.
ción familiar. Con la cooperación técnica y finan­
Era fácil advertir el origen malthu- ciera de gobiernos, fundaciones y
siano de estas interpretaciones eco­ agencias extranjeras se despliega una
nómicas y demográficas, promovidas, ofensiva en todos los campos relacio­
por lo demás, por los países industria­ nados con la planificación poblacio-
lizados de occidente cuya preocupa­ nal. Se abocan de esta manera aspec­
ción e interés por el problema los ha­ tos concernientes a la investigación y
bían conducido a aplicar todos sus re­ la información, la formación de recur­
cursos políticos, económicos, científi­ sos humanos, el desarrollo institucio­
cos y tecnológicos al objetivo de con­ nal, la creación de la infraestructura
trolar la expansión demográfica y sus de servicios, la educación y difusión de
efectos adversos. conocimientos sobre métodos y técni­
El debate demográfico se había cas de planificación familiar, así como
abierto en Colombia con particular vi­ la distribución subsidiada y aun gra­
rulencia, tanto por parte de los sec­ tuita de anticonceptivos modernos.
tores liberales como por los grupos El gobierno, por su parte, además
conservadores más tradicionales, así de los programas oficiales, favorecía
como por los voceros de la izquierda con su apoyo las actividades del sector
radical que veían en las formulaciones privado y estimulaba la canalización
neomalthusianas la mano interesada de recursos para los diversos progra­
Carteles del Centro del imperialismo para impedir los mas y servicios. Dentro de la Reforma
de Planificación cambios sociales que el crecimiento Constitucional de 1968, oficializa la
Familiar, demográfico contribuía a acelerar. En planificación poblacional, otorgándole
de Profamilia, en 1965, medio de ardorosas controversias al Departamento Nacional de Planea-
año en que esta
institución inicia
ideológicas se fue abriendo paso la ción la facultad de formular políticas
en el país la idea de la legitimidad del Estado de demográficas y canalizar recursos de
política de extender su función planificadora del inversión al desarrollo de las mismas.
contención demográfica. desarrollo a la esfera del comporta­ Dentro del Plan de Desarrollo de la
miento demográfico. administración Lleras Restrepo se in­
Fueron los médicos, a través de la cluye por primera vez en el país una
Asociación Colombiana de Facultades política de población, cuyos objetivos
de Medicina, quienes se convirtieron principales apuntaban a la reducción
en los abanderados más conspicuos del crecimiento demográfico y a la
del cambio demográfico, seguramente reorientación de los flujos migratorios
en razón de que sobre ellos recaía di­ hacia las ciudades intermedias. Para­
rectamente la responsabilidad de la lelamente se crea el Consejo Nacional
prestación de los servicios de anticon­ de Población, órgano asesor del go­
cepción. Oficialmente se inician las ac­ bierno en estas materias, en el cual se
tividades en 1962 en los hospitales uni­ hallaban representados el Estado, el
versitarios. En 1965, PROFAMILIA sector público, la Iglesia católica y las
comienza sus programas y en 1967 el universidades.
Ministerio de Salud incorpora las ac­ En 1969 se realiza la primera en­
ciones de Planificación Familiar a sus cuesta nacional de fecundidad. Sus re­
programas de salud materno-infantil. sultados indicaban que a mediados de
Ya desde comienzos de la década del la década del sesenta se había iniciado
sesenta, ASCOFAME había adelan­ en Colombia un cambio de extraordi­
tado los primeros estudios sobre fe­ naria importancia en nuestro desarro­
cundidad, planificación familiar, mi­ llo demográfico. En efecto, los datos
graciones internas y relaciones entre el registraban un sorprendente descenso
desarrollo económico y la dinámica de la fecundidad. Se había iniciado en-
Capítulo 15 381

tonces la «transición demográfica». A


partir de este momento la dinámica
poblacional entraría en una fase dia­
metralmente opuesta a la que había
caracterizado las seis primeras déca­
das del siglo.
Iniciado el descenso de la fecundi­
dad, su evolución adquiere un curso
inesperadamente intenso especial­
mente en la década comprendida en­
tre 1965 y 1975, cuando sus niveles
descienden en un 40 %, pasando de 7
a 4.2 hijos por mujer. La última en­
cuesta nacional efectuada en 1980 con­
firmaba la continuación de las tenden­
cias observadas, aunque con menor in­
tensidad de la registrada al comienzo
del proceso. Para entonces, la dismi­
nución alcanzada era cercana al 50 %,
toda vez que cada colombiana tenía en
promedio 3.6 hijos.
El cambio demográfico irrumpe de
manera generalizada en todo el terri­
torio nacional, abarcando tanto a las
grandes ciudades como a las pequeñas
aldeas, a las regiones de mayor desa­
rrollo relativo al igual que las más
atrasadas, a los sectores campesinos,
así como al proletariado urbano. Na­
turalmente, las pautas reproductivas
no se modifican con similar intensidad
entre las diferentes poblaciones. En
las ciudades mayores, como era de es­
perarse, las reducciones ocurren con jeran matrimonio una vez llegadas a la
excepcional celeridad, en tanto que en pubertad. Las prácticas de nupcialidad
las áreas rurales el proceso se inicia temprana unidas a la precaria dispo­
lentamente para adquirir luego un nibilidad e ineficacia de la planifica­
acentuado ritmo de declinación. En ción familiar favorecían una sucesión
las zonas urbanas el promedio de hijos de embarazos que sólo concluía con el
por mujer desciende de 5 a 3, en tanto término del ciclo fértil femenino.
que en las áreas rurales la disminución Con la difusión y adopción de la
parece haber sido más significativa pa­ anticoncepción moderna no sólo se re­
sando de 9 a 5 nacimientos hacia 1980. dujo el número de hijos en las fami­
Un régimen de siete hijos por mu­ lias, sino la vida reproductiva de las
jer, como el que imperó a la fase de la mujeres. Declinó la proporción de
expansión acelerada, suponía una ma­ madres muy jóvenes al igual que las de
ternidad prolongada casi hasta la cul­ edad madura y, lo que es más intere­
minación de la vida fértil de la mujer. sante aún, la tendencia se orientó ha­
En Colombia siempre fue costumbre cia la concentración de la maternidad
que tanto hombres como mujeres ini­ entre los veinte y los treinta años de
ciaran precozmente la vida conyugal. edad.
En una sociedad que no ofrecía ma­ En un lapso de tres lustros había
yores oportunidades sociales para la ocurrido en el país una de las trans­
mujer, lo usual era que estas contra- formaciones demográficas más drásti-
382 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

Como se recordará, el acelerado


crecimiento demográfico había llega­
do a convertirse al comienzo de la dé­
cada de los sesenta quizá en el proble­
ma más crítico que afrontaba el desa­
rrollo nacional, no sólo por su inci­
dencia inmediata en el agravamiento
de la situación social y económica,
sino en cuanto a sus alarmantes reper­
cusiones futuras. Esta amenaza que se
cernía sobre el porvenir del país con­
dujo a la decisión política de aplicar
los instrumentos, recursos y mecanis­
mos de que disponía el Estado para in­
troducir un efectivo control natal. El
gobierno, el sector privado, las orga­
nizaciones internacionales, la comu­
nidad científica y los medios de co­
municación, en una campaña sin pre­
cedentes, se dedicaron febrilmente a
informar, motivar, educar y crear con­
ciencia respecto de la conveniencia in­
dividual, familiar y social de limitar el
número de hijos y conformar familias
menos numerosas. Simultáneamente
se fue ampliando la infraestructura de
servicios de planificación familiar, co­
bijando no sólo las grandes ciudades
sino todas las regiones, centros pobla­
dos, áreas rurales y zonas apartadas
del país.
¿Cuál era el contexto social dentro
del que se inscribían las nuevas polí­
cas de que se tenga conocimiento en ticas, planes y programas? Durante las
la historia contemporánea. Salvo dos últimas décadas el país había venido
o tres sociedades con experiencias si­ experimentando marcados cambios en
milares, Colombia se convertía en pa­ su estructura económica y en su de­
radigma de cambios demográficos ace­ sarrollo social. El proceso de migra­
lerados dentro de un marco de plani­ ciones y urbanización había conducido
ficación familiar no coercitiva. a una radical redistribución espacial
¿Qué modificaciones habían ocurri­ de la población, proceso que avanzaba
do en la sociedad colombiana para que ininterrumpidamente hacia una mayor
se produjera semejante transforma­ concentración en las grandes ciuda­
ción? Hasta el presente no se dispone des. Se estaba produciendo al mismo
de una interpretación comprehensiva, tiempo un avance notable en el campo
documentada y satisfactoria acerca de de la educación, sobre todo en la mu­
los procesos que determinaron el gran jer, cuyas diferencias con los varones
cambio demográfico nacional. Sin em­ en los niveles de enseñanza primaria y
bargo, es posible identificar un con­ secundaria se habían eliminado por
junto de fenómenos coincidentes en la completo; la participación femenina
década de los sesenta, estrechamente en las actividades productivas aumen­
asociados con las pautas procreativas taba rápidamente y se ampliaba de
que pueden arrojar luz sobre este pro­ modo progresivo su radio de partici­
blema. pación social.
Capítulo 15 383

De otra parte, las condiciones de


vida tanto en las áreas urbanas como Cuadro 17
en el medio rural resultaban cada vez
más adversas a la conformación de fa­ Población y tasas de crecimiento
milias numerosas en razón de la es­
casez y la precariedad de viviendas, el (miles) (1500-2000)
desempleo creciente, los bajos ingre­
sos, el costo de la subsistencia, las ne­ Fecha Población Tasas de
cesidades sociales de salud, educación crecimiento
y servicios básicos, entre otros. A esta 1500 3.000.0
situación se unía el surgimiento de 1780 768.8 -4.7
nuevas necesidades sociales, las ex­ 1825 1.129.2 8.2
pectativas de ascenso social, consumo, 1851 2.105.6 25.0
bienestar material y confort que el 1870 2.708.0 13.3
modelo de desarrollo incentivaba en 1905 4.319.0 22.5
lo que irónicamente se conoció como 1912 5.072.6 20.0
«la revolución de las expectativas». 1918 5.855.1 21.2
Si las condiciones económicas y so­ 1938 8.701.8 21.9
ciales habían venido evolucionando en 1951 11.548.2 31.4
una dirección favorable al descenso de 1964 17.484.5 29.2
la natalidad, ¿cómo explicar entonces 1973 22.915.2 18.5
la permanencia durante todo el siglo 1985 28.610.0 18.0
de unas pautas de elevada fecundidad 1990 31.301.0 16.3
y su súbita y radical transformación en 1995 33.959.0 13.7
los inicios de los años sesenta? Como 2000 36.359.0

Gráfico 5A
Composición de la población por edad y sexo (1964)

HOMBRES MUJERES
384 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

positivos intrauterinos, los métodos


quirúrgicos y los físicoquímicos estu­
vieron al alcance económico y cultural
de casi toda la población.
Ciertamente la existencia de anti­
conceptivos no era desconocida en el
país. Los preservativos, los esperma-
ticidas, los diafragmas y otros métodos
de barrera, al igual que los llamados
métodos folclóricos y el aborto, eran
utilizados desde antes por algunos sec­
tores de la población. No obstante, su
utilización demandaba una alta moti­
vación, un mayor nivel educativo, ac­
cesibilidad económica y una aplicación
cuidadosa en razón del limitado nivel
de protección que ofrecían. De esta
suerte la planificación familiar consti­
tuía un recurso asequible sólo a las cla­
ses altas y medias de los sectores ur­
banos, cuyas familias históricamente
siempre fueron menos prolíficas que
las de las clases populares. Por tratar­
se de una minoría, el control natal
ejercido por estos sectores no lograba
afectar los promedios de fecundidad
nacionales, con lo que los niveles per­
manecieron virtualmente constantes a
lo largo del tiempo.
Queda aún por establecer si los sec­
tores populares urbanos, cuya situa­
ción económica y social era decidida­
mente adversa a la permanencia de
se observaba anteriormente, todavía una elevada natalidad, estuvieron cul­
no se dispone de una explicación sa­ turalmente movilizados hacia la pla­
tisfactoria que aclare lo ocurrido. Con nificación familiar antes que se em­
un carácter aún conjetural puede plan­ prendieran las campañas masivas en
tearse que en el caso colombiano ocu­ este campo.
rrieron dos fenómenos que hasta el En síntesis, la modificación de las
momento no se habían dado juntos. pautas de fecundidad en Colombia
De una parte, las transformaciones pudo obedecer a la concurrencia en
económicas, políticas y sociodemográ- los inicios de la década de los sesenta
ficas ya señaladas, propicias al control de dos órdenes de factores íntimamen­
demográfico, y de otra, la disponibi­ te relacionados. De una parte, un
lidad de servicios, métodos y técnicas cambio en las actitudes respecto del
anticonceptivos de gran eficacia y bajo número ideal de hijos propiciado por
costo hasta entonces inexistentes en el la transformación de las condiciones
país. objetivas de vida de las parejas y, de
Coincidían estas condiciones favo­ otra, la accesibilidad a los servicios de
rables con los avances científicos en el planificación familiar de bajo costo y
control de la fisiología de la reproduc­ alta eficacia facilitados por el Estado
ción humana. Los anticonceptivos mo­ y el sector privado.
dernos recientemente lanzados al mer­ ¿Qué implicaciones acarreaba para
cado, tales como las píldoras, los dis­ el país este sustancial descenso de la
Capítulo 15 385

fecundidad? Sin duda, el más impor­ La reducción de la mortalidad con­


tante y esperado de los efectos consis­ tinúa avanzando todavía con progre­
tió en la reversión de las tendencias sos significativos. Recuérdese que ha­
históricas de crecimiento. A partir de cia 1960 fallecían anualmente once
mediados de la década de los sesenta personas por cada mil habitantes; en
las tasas de crecimiento, por primera el transcurso de los últimos veinticinco
vez en el siglo, empezaron a declinar. años, se estima que haya descendido a
De 314 personas por cada mil habi­ siete en promedio. Avances similares
tantes en el período intercensal in­ registra la mortalidad infantil. En la
mediatamente anterior, descienden a actualidad el número anual de defun­
29.2 en el lapso comprendido entre ciones de menores de un año por cada
1964 y 1973. A medida que el proceso mil nacimientos es de cincuenta y cin­
de cambio en las pautas reproductivas co, cuando hace cinco lustros ascendía
fue profundizándose, los niveles de a setenta y ocho, aproximadamente.
crecimiento se hicieron cada vez me­ Pese a estas importantes mejoras, los
nores. Diversos analistas demográfi­ índices de mortalidad de este grupo de
cos coinciden en estimar que el ritmo población son aún demasiado eleva­
de crecimiento poblacional se ha re­ dos para los niveles de desarrollo que
ducido en las dos últimas décadas en ha alcanzado el país.
un 40 % aproximadamente, llegando Los importantes logros obtenidos
en la actualidad a una tasa de dieci­ en la lucha contra la mortalidad han
nueve por mil. De acuerdo con estas
tendencias, la población que venía du­
plicándose cada 22 años, lo hace ahora
cada 45. Merced a la transición de­
mográfica, el país contaba en 1985 con
cerca de veintiocho millones de habi­
tantes, cuando podía haber alcanzado
un total de treinta y cinco, de haber
continuado el comportamiento obser­
vado hace veinte años.
Una de las consecuencias más sig­
nificativas de la reducción de la nata­
lidad ha sido la radical transformación
de la estructura de edad de la pobla­
ción. La proporción de menores de
quince años, que en 1964 representaba
el 47 % de la población, abarcaba en
1985 sólo el 36 %, en tanto que la po­
blación comprendida entre los quin­
ce y los sesenta y cuatro años de edad
ha venido incrementando su importan­
cia relativa; hace veinte años, cons­
tituía el 50 % y en el año 1985 cerca
del 60 %. Otro tanto puede afirmar­
se de los mayores de sesenta y cinco
años, cuya proporción ha ascendido
del 3 al 4 por ciento. De esta suerte,
la población del país, que venía en
un proceso de continuo rejuveneci­
miento, ha entrado en una fase de
envejecimiento progresivo (ver pirá­
mides de población, gráficos 5A, 5B
y 5C).
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
386

permitido que los colombianos vivan caída de la fecundidad en las áreas ur­
hoy en promedio cinco años más que banas y, en segundo término, el des­
a comienzos de la década de los sesen­ censo de las tasas de inmigración a es­
ta; en ese momento la esperanza de tos centros, cuyo desarrollo demográ­
vida llegaba a 58 años para ascender a fico se venía nutriendo casi en un
63 en el presente. Restan aún avances 50 % del aporte de las corrientes mi­
importantes para que nuestra expec­ gratorias. Los estudios de población
tativa de vida se equipare a la de los realizados por el DANE entre 1982 y
países desarrollados, en los cuales ha 1984 en más de cincuenta ciudades
ascendido a 75 años. han permitido establecer que la decli­
El mejoramiento observado en las nación del crecimiento urbano es un
condiciones de mortalidad ha obede­ fenómeno que se profundiza en todo
cido fundamentalmente a la reducción el territorio nacional a medida que
de las enfermedades inmunopreveni- avanza la transición demográfica.
bles, las infecciosas y las respiratorias, Si bien ha menguado la intensidad
cuya prevalencia causaba las mayores del desarrollo urbano, no por ello se
víctimas dentro de la población infan­ han modificado las tendencias hacia la
til. Con los avances señalados y mer­ progresiva urbanización del país.
ced a la modificación de la estructura Cada vez son mayores el número y
de edad de la población, el cuadro de proporción de personas residentes en
la mortalidad ha variado consecuen­ áreas urbanas. En 1973 el 60 % de la
temente. A la par que se reducen las población vivía en localidades de más
causas de muerte de carácter externo de 1.500 habitantes. Proyecciones del
que afectan preponderantemente a los Departamento Nacional de Planea-
menores de edad, se incrementan las ción estiman que esta proporción ha
de orden endógeno propias de las per­ llegado al 70 % en la actualidad. El
sonas de edad avanzada: tumores ma­ crecimiento urbano reciente ha sido
lignos, enfermedades arterioscleróti- de tal magnitud, que el 83 % del in­
cas y degenerativas del corazón y las cremento demográfico nacional obte­
lesiones vasculares, entre otras. nido entre 1964 y 1973 se concentró en
Con la transición demográfica, el las zonas urbanas. Su dinámica per­
proceso de urbanización acelerada pa­ mite esperar la absorción de casi todo
rece haber llegado a su término. el crecimiento futuro en dichas zonas.
Como se recordará, hace veinte años Con el avance de la urbanización, se
las tasas de crecimiento urbano regis­ profundiza la concentración en los
traban los máximos niveles del presen­ centros principales. En 1973 las ciu­
te siglo con tasas de cincuenta y cuatro dades de más de 100.000 habitantes al­
por mil, el cuádruplo de las corres­ bergaban el 33 % de la población del
pondientes al área rural. Todo parecía país, proporción que en el presente ha
indicar en ese momento que su ritmo ascendido al 50 por ciento.
se incrementaría en el futuro inmedia­ La desaceleración del ritmo de cre­
to. Sin embargo, no ocurrió así. Por el cimiento demográfico ha cubierto por
contrario, las cifras censales de 1973 igual a las diversas secciones del país,
revelaban una reducción importante, pero con características diferenciales,
alcanzando una tasa de cuarenta y tres consolidando las nuevas tendencias de
por mil. De igual manera las princi­ redistribución espacial de la población
pales ciudades del país, salvo contadas que se advertían desde mediados de si­
excepciones, vieron reducir inespera­ glo. Es así como los departamentos de
damente su ritmo de crecimiento (cua­ la costa atlántica, el Meta, el Valle de
dro 12). Cauca y los Territorios Nacionales
Dos fenómenos habían contribuido prosiguen su vigorosa expansión de las
a este comportamiento. En primer lu­ décadas precedentes, en tanto que el
gar, la disminución del crecimiento resto de los departamentos, ubicados
natural como resultado de la drástica en su totalidad en la región andina,
Capítulo 15 __________________________ 387

acusan o bien un estancamiento, una


decadencia leve o un incipiente des­ Cuadro 8
poblamiento. El oriente del país acen­
túa su crónica depresión, seguido por Población por departamentos,
el sur y el centro-occidente, de cuyo intendencias y comisarias (1985)
grupo sólo se exceptúa el Valle del
Cauca que, como ya se mencionó, Habitantes
conserva aún cierto dinamismo.
La anemia demográfica de estas sec­ Departamentos Antioquia 3.888.067
ciones es fiel trasunto de la crisis de Atlántico 1.428.601
sus áreas rurales que, en departamen­ Bogotá, D.E. 3.982.941
tos como Boyacá, Cundinamarca, Cal­ Bolívar 1.197.623
das, Risaralda y Tolima, sufren una Boyacá 1.097.618
pérdida neta de población en los años Caldas 838.094
recientes. Condiciones similares, aun­ Caquetá 214.473
que menos severas, observan depar­ Cauca 795.838
tamentos como Antioquia, Santander, Cesar 584.631
Quindío y Huila, cuyo crecimiento de­ Córdoba 913.636
mográfico rural prácticamente se ha Cundinamarca 1.382.360
estancado. En el sur del país el decai­ Chocó 242.768
miento es evidente con niveles seme­ Huila 647.756
jantes a los de las áreas rurales en con­ Guajira 255.310
junto. Magdalena 769.141
Contrasta este panorama con el que Meta 412.312
ofrecen los departamentos de la costa Nariño 1.019.098
atlántica, el Chocó, el Meta, Norte de Norte de
Santander y los Territorios Naciona­ Santander 883.884
les, cuyos niveles de crecimiento en la Quindío 377.860
mayoría de los casos son extraordina­ Risaralda 625.451
rios, como por ejemplo en Cesar, Santander 1.438.226
Guajira, Magdalena, Bolívar y los Te­ Sucre 529.059
rritorios Nacionales, en donde el cre­ Tolima 1.051.852
cimiento rural sobrepasa aun el de las Valle 2.847.087
grandes ciudades. Muestra de esta ex­
cepcional dinámica es el hecho de que
estas secciones absorbieran el 98 % Intendencias Arauca 70.085
del crecimiento rural observado entre Casanare 110.253
1964 y 1973. La gravedad del proble­ Putumayo 119.815
ma demográfico de las áreas rurales S. Andrés y
andinas se revela en el éxodo en este Providencia 35.936
período de nueve años de cerca de dos
millones de campesinos hacia los cen­
tros urbanos y áreas de colonización Comisarías Amazonas 30.327
y de expansión de la agricultura co­ Guainia 9.214
mercial. Guaviare 35.305
Estos fenómenos ponen de mani­ Vaupés 18.935
fiesto la profundización del proceso de Vichada 13.770
descomposición del campesinado an­
dino, la crisis de la economía agraria Total
en la mayoría de los departamentos y nacional* 27.867.326
la dirección que ha tomado el desarro­
llo rural en el país. No es de extrañar * Incluye población de Armero (29.394
entonces que se prevea en el futuro in­ habitantes).
Fuente: DANE, Censo 85.
mediato no sólo el estancamiento de-
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
388

Cuadro 9

Las 50 ciudades con mayor población en el casco urbano (1985)


Ciudad Departamentos Población
urbana
l Bogotá Bogotá, D.E. 3.974.813
2 Medellín Antioquia 1.418.554
3 Cali Valle 1.323.944
4 Barranquilla Atlántico 896.649
5 Cartagena Bolívar 491.368
6 Cúcuta Norte de Santander 357.026
7 Bucaramanga Santander 341.513
8 Manizales Caldas 275.067
9 Ibagué Tolima 269.495
10 Pereira Risaralda 233.271
11 Bello Antioquia 206.297
12 Pasto Nariño 197.407
13 Armenia Quindío 180.221
14 Neiva Huila 178.130
15 Santa Marta Magdalena 177.922
16 Palmira Valle 175.186
17 Soledad Atlántico 164.494
18 Villavicencio Meta 161.166
19 Buenaventura Valle 160.342
20 Montería Córdoba 157.466
21 Valledupar Cesar 142.771
22 Popayán Cauca 141.964
23 Floridablanca Santander 137.975
24 Barrancabermeja Santander 137.406
25 Itagüí Antioquia 135.797
26 Sincelejo Sucre 120.537
27 Tuluá Valle 99.721
28 Soacha Cundinamarca 99.353
29 Dos Quebradas Risaralda 93.558
30 Cartago Valle 92.524
31 Tunja Boyacá 87.851
32 Envigado Antioquia 85.539
33 Buga Valle 82.992
34 Florencia Caquetá 66.430
35 Girardot Cundinamarca 66.385
36 Sogamoso Boyacá 64.437
37 Villa del Rosario Norte de Santander 59.616
38 Ciénaga Magdalena 56.860
39 Duitama Boyacá 56.390
40 Ocaña Norte de Santander 51.443
41 Magangué Bolívar 49.160
42 Malambo Atlántico 48.984
43 La Dorada Caldas 48.572
44 Quibdó Chocó 47.950
45 Riohacha Guajira 46.667
46 Maicao Guajira 46.033
47 Zipaquirá Cundinamarca 45.676
48 Tumaco Nariño 45.456
49 Ipiales Nariño 45.419
50 Facatativa Cundinamarca 44.331
Fuente: DANE, Censo 85.
Capítulo 15 389

Panorámica de la
ciudad de Medellín
a finales de los
años 70, una muestra
del acelerado
proceso de
urbanización
y concentración
poblacional
en las grandes
ciudades del país.

mográfico rural, sino el inicio de de los cincuenta un fenómeno relati­


su despoblamiento a fines del presente vamente novedoso dentro de la evo­
siglo. lución demográfica nacional: el éxodo
El recrudecimiento reciente de la de colombianos al exterior. Empuja­
violencia política y económica espe­ dos por la violencia, el desempleo, los
cialmente en el Magdalena medio, en bajos ingresos y la restricción de opor­
el Valle del Cauca y en el Urabá antio- tunidades, miles de compatriotas em­
queño puede convertirse en elemento pezaron a abandonar el país para ra­
nuevo de agudización de la explosiva dicarse en los países vecinos, especial­
situación agraria y factor desencade­ mente en Venezuela y Ecuador, y en
nante de renovados éxodos migrato­ los Estados Unidos y Europa.
rios con lo que el inminente despobla­ Con la expansión económica de los
miento rural puede encontrar en estos años setenta los estímulos a la migra­
fenómenos un adicional estímulo. ción se hicieron cada vez más pode­
En síntesis, la redistribución espa­ rosos, generando un formidable éxodo
cial de la población, a partir de la se­ hacia los países que presentaban en
gunda mitad de este siglo, se ha ca­ ese momento escasez de mano de obra
racterizado por el agravamiento de la con diferentes niveles de calificación.
crisis de las áreas rurales andinas; Por el carácter predominantemente
la expulsión entre 1951 y 1973 de más clandestino de este fenómeno no ha
de cuatro millones de campesinos de sido posible establecer el número de
estas zonas, la orientación del po- colombianos residentes en el exterior.
blamiento hacia las grandes llanuras Cálculos conservadores estiman que
de la costa atlántica, la Orinoquia y la en la década comprendida entre 1963
Amazonia, y, por último, el acelera­ y 1973 cerca de quinientos cincuenta
do proceso de urbanización y concen­ mil colombianos emigraron en su ma­
tración en las grandes ciudades del yoría hacia Venezuela, Ecuador y los
país. Estados Unidos. De acuerdo con estas
Dentro de este marco de singular cifras, en la década del setenta anual­
movilidad espacial, ocupacional y cul­ mente dos de cada mil habitantes
tural surge en los inicios de la década abandonaban el país de modo definí-
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
390

Pirámide de población por edad Gráfico 6


HOMBRES 1985 MUJERES
13777.700 TOTAL 14060.232

> / / 7 , 7 7 / / 7 7 / 7 . 7 rJ 4
EDAD ¿

1’8
1’7
1’6-
1’5-
1’4
1’3
1’2-
1’1
\ 1’0-
\ 9 -
8
/ 7'
) 6
5 -
4
3
2
x 1 -

TOTAL NACIONAL

27837.932

tivo. Esta notable migración contri­ Hacia una población estacionaria


buyó, entre otros factores, a reducir el
ritmo de crecimiento demográfico na­ Pocos fenómenos han suscitado un con­
cional, a aliviar la presión migratoria senso tan amplio como el del futuro de­
en las grandes ciudades y por ende a senvolvimiento demográfico nacional.
atenuar la oferta laboral y favorecer la Organismos internacionales como las
reducción de los niveles de desempleo Naciones Unidas, el Banco Mundial y
en el período. el Centro Latinoamericano de Demo­
Con la recesión de la economía grafía, al igual que instituciones nacio­
mundial en los últimos cinco años, han nales como la Universidad de los An­
cesado los estímulos que operaron en des, la Corporación Centro Regional de
las décadas pasadas dejando de cana­ Población, FEDESARROLLO, el Instituto
lizar no sólo tan importantes corrien­ de Estudios Colombianos, el Departa­
tes, sino favoreciendo el retorno de mento Nacional de Planeación o el
compatriotas cuya situación socio-la­ DANE, coinciden en señalar que el país
boral en el exterior se ha vuelto en ex­ se enrumba definitivamente hacia una
tremo desventajosa. Estos nuevos progresiva desaceleración de su diná­
eventos han revertido en el agrava­ mica demográfica.
miento de la ya complicada situación Acogiéndonos a esta unanimidad,
interna. hemos seleccionado las proyecciones
Capítulo 15 391

del Departamento Nacional de Pla- su ritmo habrá disminuido notable­


neación para concluir este recuento de mente. Las áreas urbanas en su con­
la historia demográfica nacional en los junto, al igual que las grandes urbes,
últimos 150 años, presentando una su­ crecerán cada vez más pausadamente.
cinta relación de lo que razonable­ Este lento crecimiento unido al sin­
mente cabe esperar de nuestra evolu­ gular equilibrio regional de la malla
ción demográfica en los quince años urbana evitará la ocurrencia de fenó­
finales de siglo. menos de primacía urbana, comunes
Al iniciar el siglo XXI la población en muchos países latinoamericanos.
del país habrá llegado a un total de 36 La conformación de una amplia red de
a 38 millones de habitantes, de los ciudades de regular tamaño hará muy
cuales el 75 % estará residiendo en las improbable que en el país se presenten
zonas urbanas, preferencialmente en situaciones de gigantismo urbano. La
las principales ciudades del país donde capital del país albergará de 6 a 7 mi­
se concentrará el 60 % de los colom­ llones de habitantes en lugar de los 12
bianos. Para esta fecha la población que se estimaban a fines de la década
rural habrá dejado de crecer en tér­ del sesenta. Medellín y Cali, incluidas
minos absolutos, no siendo improba­ sus áreas metropolitanas, tendrán al­
ble que su volumen empiece a decre­ rededor de 3.5 y 2.0 millones respec­
cer. Si bien avanzará la urbanización, tivamente. Barranquilla cerca de 1.7
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
392

millones. Bucaramanga aproximada­ lidad a 2.5 a fines de siglo. La mor­


mente ochocientos mil habitantes y talidad infantil alcanzará niveles infe­
Cartagena no menos de seiscientos riores a cuarenta por mil y la esperan­
mil. Pereira y Cúcuta se acercarán al za de vida de los colombianos aumen­
medio millón, siguiéndoles un conjun­ tará en cinco años, llegando a 67 años
to de 20 ciudades cuyas poblaciones hacia el año 2000.
oscilarán entre los cien mil y los qui­ El proceso de envejecimiento de la
nientos mil habitantes. población habrá avanzado significati­
La Costa Atlántica, la Amazonia y vamente. Los menores de 15 años
la Orinoquia continuarán su avance constituirán sólo el 30 % de la pobla­
demográfico en detrimento del orien­ ción total del país; en tanto que la po­
te, el sur y el centrooccidente, cuya blación en edad de trabajar (15-64
crisis, sobre todo en el sector rural, se años) ascenderá al 65 % y las personas
hará cada vez más ostensible. en la tercera edad comprenderán el 5
La planificación familiar se habrá por ciento.
extendido a las capas de población que El curso tomado por la dinámica de­
aún no se han incorporado a este pro­ mográfica nacional ciertamente ha
ceso provocando una reducción en el contribuido a la solución de muchos
número de hijos por mujer, cuyo pro­ de los agudos problemas que afronta­
medio descenderá de 3.5 en la actua­ ba el desarrollo económico y social del
Capítulo 15 393

país hace apenas dos décadas. Las Estas alentadoras perspectivas acer­
perspectivas permiten esperar la crea­ ca de la evolución demográfica no de­
ción de condiciones de vida más fa­ jan sin embargo de suscitar algunos in­
vorables para la inmensa mayoría de terrogantes, como el progresivo en­
la población. La reducción del creci­ vejecimiento de la población, sin la
miento demográfico, la disminución adecuada infraestructura económica y
del tamaño de las familias, la promo­ social para responder apropiadamente
ción social de la mujer, el descenso de a sus inminentes demandas.
las tasas de dependencia demográfica, No resulta extemporáneo tampoco
el incremento de la esperanza de vida, interrogarse sobre la conveniencia de
la baja de la mortalidad infantil, la re­ un estancamiento demográfico en un
distribución espacial de la población y futuro no lejano en un país como el
la desaceleración del ritmo de urba­ nuestro, cuyo territorio se encuen­
nización constituyen en conjunto fac­ tra en su mayoría virtualmente des­
tores particularmente propicios para poblado.
alcanzar en el futuro inmediato niveles Irreversiblemente nos adentramos
de crecimiento mayores y una más en la fase de lento crecimiento, y se­
amplia apertura de oportunidades guramente el país encontrará en su
para los sectores tradicionalmente momento los ajustes que este proceso
rezagados. demande.
Nueva Historia de Colombia. Vol. V
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Capítulo 15 395
396 Nueva Historia de Colombia. Vol. V

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GLOSARIO DE ECONOMÍA el gobierno por bienes de capital (in­


versión); c) demanda de otros países
Balanza de pagos: Es una tabulación por exportaciones o del país por im­
de ingresos y egresos resultantes de las portaciones.
transacciones realizadas en moneda La demanda agregada suele repre­
extranjera (divisas) entre un país y sentarse entonces por la ecuación:
otros países e instituciones internacio­ V+C+I+X-M
nales. Estas transacciones se dividen Donde C = Consumo
en dos grandes rubros: cuenta corrien­ I = Inversión
te y cuenta de capital. La cuenta co­ X = Exportaciones
mente se refiere al comercio de bienes M = Importaciones
(exportación, reexportación e impor­
tación de mercancías y a las operacio­ Déficit: Un exceso de la corriente de
nes comerciales invisibles (ingresos y gastos u obligaciones por sobre la co­
gastos por servicios, operaciones fi­ rriente de ingresos o recursos de un
nancieras, seguros, turismo y viajes, fondo. Así, existe un déficit de tesorería
etc.). La cuenta de capital se refiere a del gobierno dado por la diferencia
las operaciones financieras que no tie­ entre disponibilidad de recursos y las
nen una contrapartida en bienes o ser­ exigibilidades de gastos en un período
vicios, tales como inversiones extran­ dado, un déficit presupuestal como la
jeras, préstamos externos y subvencio­ diferencia entre ingresos corrientes y
nes y ayudas. gastos autorizados y un déficit fiscal
como la acumulación de los déficits
presupuestales de vigencias anterio­
Balanza comercial: Es la balanza de res. Igual ocurre con el déficit de la ba­
pagos en cuenta corriente. lanza de pagos, como la diferencia en­
tre ingresos y egresos de divisas, el dé­
Cuenta especial de cambios (CEC): ficit en cuenta corriente o el déficit en la
Mecanismo diseñado en Colombia a cuenta de capital (ver definiciones an­
fines de los años sesenta (como un teriores).
fondo de estabilización) para arbitrar
recursos fiscales con los cuales com­ Exportaciones menores: Las expor­
pensar las pérdidas que en épocas de taciones distintas al café, básicamente
dificultades cambiarías ocasiona el las manufacturas.
manejo de las reservas internacionales
y la compra-venta de divisas. Las pér­ Índice físico de calidad de la vida:
didas por este último concepto obe­ Se construye promediando aritméti­
decen a los subsidios que reciben los camente tres indicadores: la esperanza
usuarios de las divisas cuando éstas de vida al nacer, la tasa de mortalidad
son adquiridas a precios inferiores a infantil y la tasa de alfabetismo. La
los del mercado. Los ingresos de la ventaja de este índice es que las varia­
CEC se derivan de impuestos (al café bles seleccionadas, por su naturaleza
y a las remesas) y de las utilidades en afectan a toda la población y son por
el manejo de las reservas y en la com­ lo tanto un reflejo del desarrollo social
pra-venta de divisas y los egresos de de un país.
las pérdidas que resulten de estos dos
últimos conceptos. Inversión: En sentido macroeconó-
mico, la inversión es la parte del in­
Demanda agregada: Es la demanda greso nacional no gastada en bienes de
global por bienes o servicios de la eco­ consumo directo, sino en la adquisi­
nomía. Convencionalmente se divide ción de factores productivos con los
en: a) demanda de las familias y del cuales producen menos bienes. Suelen
gobierno por bienes y servicios (con­ distinguirse la inversión bruta y la in­
sumo); b) demanda de las empresas y versión neta. La inversión bruta son los
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gastos en inversiones en capital real cias de recursos en oro y/o monedas


(fábricas, equipos, etc.) incluyendo extranjeras que mantiene un país para
los gastos de reposición de equipo es­ financiar sus compromisos externos
tropeado u obsoleto (depreciación); tales como importaciones o pagos por
cuando se deduce la depreciación, se concepto de deuda externa.
tiene la inversión neta, que representa
una medida del aumento en el Capital Términos de intercambio: Represen­
Social disponible en un país. tan el beneficio o la pérdida que un
país ha tenido en sus relaciones co­
Producto Interno Bruto (PIB): Es merciales con otros países, en un pe­
una medida del flujo total de bienes y ríodo determinado. Se calcula relacio­
servicios producidos por la economía nando el índice de precios de las ex­
de un país durante determinado perío­ portaciones con el índice de precios de
do, generalmente un año; se excluye las importaciones, de modo que si el
el valor de los bienes intermedios, el índice de aquéllas crece más rápido
cual aparece incluido en el valor de los que el de éstas, hay una ganancia para
bienes finales. La palabra «bruto» sig­ el país, y si ocurre lo contrario, se ha­
nifica que no se han deducido los va­ blaría de un deterioro en los términos
lores correspondientes al uso y des­ de intercambio.
gaste de los bienes de capital. Es «in­
terno» porque no se incluyen los in­ Valor agregado: Es la diferencia en­
gresos provenientes de inversiones o tre el ingreso total de una empresa y
patrimonios de nacionales en el ex­ el costo de adquisición de materias
tranjero, ni los egresos que hagan in­ primas, servicios y otros componentes
versionistas extranjeros radicados en del producto. Se mide así el «valor»
el país. Cuando esta última operación que una empresa ha «agregado» a esos
se realiza, tenemos el producto nacio­ materiales y componentes en el pro­
nal bruto (PNB); el PIB y/o el PNB son ceso de producción. En el sentido ma-
indicadores adecuados del crecimiento croeconómico, es la suma de las re­
económico de un país. muneraciones a los factores de la pro­
ducción en la forma de salarios, be­
Reservas internacionales: Existen­ neficios y rentas.

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