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Apuntes de Kingdom Triangle.

Referencia en APA (paginas 201):


Moreland, J. P. (2007) Kingdom Triangle: recover the Christian mind, renovate the soul,
restore the spirit’s power. Grand Rapids, Michigan: Zondervan.

Capítulo 1: El hambre de drama en un mundo diluido.


Tenemos hambre de drama, porque Dios nos hizo para tener una vida dramática.
De hecho, muchas veces obtenemos drama de forma vicaria: emocionándonos
por un deporte, una novela, una película, una serie, etc. y sentimos que ese algo
que percibimos en esas actividades, le falta a la vida común y corriente. Por ello
es que nos volvemos adictos a estos pasatiempos y por ello estamos
excesivamente preocupados por la felicidad, porque son un substituto para el
drama que deseamos para nuestra vida. Esto nos dice dos cosas: fuimos hechos
para la grandeza, pero hay algo en nuestra cultura que interfiere en la adquisición
y comprensión de tal cosa.
Nota personal: De hecho, me ha pasado que me siento “aburrido”, es decir, que a
la vida le falta “algo”. Por eso me gustan las historias de fantasía y por eso a veces
desearía vivir en un mundo de fantasía medieval: por el drama.
El sociólogo de Harvard Pitirim A. Sorokin, en The Crisis of Our Age, divide las
culturas en dos grandes tipos: sensible e ideática. La primera es empírica y
considera que solo existe la realidad física. La segunda acepta que hay un mundo
sensible, pero propone la existencia de una realidad inmaterial. Sorokin piensa
que las culturas sensibles eventualmente se desintegran porque carecen de los
recursos intelectuales necesarios para nutrir una vida publica y privada que guíen
al florecimiento humano, individual y socialmente: ¿cómo tener una guía solida
para tener una vida de sabiduría y carácter, si no hay Dios, valores, vida después
de la muerte, etc.? nosotros vivimos en esa clase de cultura.
Actualmente, hay un enfrentamiento de tres cosmovisiones en nuestra cultura:
monoteísmo ético, posmodernismo y naturalismo científico. El naturalismo
científico propone que solo existe la realidad física (espacio-tiempo y materia) y
que el único conocimiento legítimo, o por lo menos el más valido y confiable, es el
científico. El posmodernismo dice que los valores, deberes, el propósito y el
conocimiento, son relativos a cada cultura, construcciones lingüísticas, y no tienen
un valor de verdad independiente. Debido a estas cosmovisiones, la gente no cree
que haya un propósito en la vida, y por ello, viven buscando la felicidad; la buena
vida es una vida de placer y nada más. La felicidad es buena, pero sobre
enfatizarla, nos lleva a depresión, perdida de propósito y una profunda sensación
de fragmentación. Si la vida se trata de ser feliz, entonces, cosas como el sacrificio
y la disciplina son inmorales, o no tienen sentido. Además, buscar constantemente
la felicidad a través del placer, paradójicamente, nos hace sentir infelices. Hay
consecuencias de vivir de esta forma: los padres ven a los hijos como vehículos
para su propia felicidad, las parejas se ven entre sí como vehículos para aumentar
sus experiencias placenteras, el trabajo solo es satisfactorio si me hace feliz, e
incluso Dios existe solo con el propósito de hacerme feliz; el universo entero debe
girar alrededor de la persona y su placer interno.
Lejos de darnos placer y felicidad, la estrategia de vivir por uno mismo, en lugar de
vivir por una causa mayor (familia, país, Dios, etc.), ha traído descontento y
depresión.
Nota personal: Esto se parece a mi idea de las personas “egocéntricas” y “ego
excéntricas”.
Hay dos modelos del mundo: uno denso y otro diluido. Un mundo diluido, es uno
sin valor objetivo, sin propósito, sin significado. Uno denso, lo contrario. En un
mundo diluido, nada es suficientemente importante para erigirse por encima del
nivel de una costumbre. Sin valor, significado o propósito objetivo, no puede haber
un drama real, y por eso la gente vive consumiendo formas vicarias de obtener
ese drama, un drama falso, que no llena, y por eso, se vuelve adictivo (adicción a
series, al deporte, al football, a celebridades, etc.). En un mundo diluido, no hay
diferencia objetiva entre un Mahatma Gandhi y un prostituto profesional.
((Defensores de la eutanasia se fijan en esto y señalan que no tenemos
significado intrínseco, sino extrínseco: tenemos valor en tanto tengamos una vida
biográfica.))
Un mundo diluido, ofrecido por el naturalismo y el posmodernismo, no pueden
nutrirnos del drama que necesitamos. Como resultado, los centros culturales de
poder no tienen los recursos necesarios para diagnosticar y resolver
apropiadamente los problemas sociales, espirituales, económicos, políticos y
morales de nuestro tiempo.
El cristianismo es un mundo denso, que posee los recursos para satisfacer
nuestra hambre por drama, y hacernos verdaderamente felices.

Capitulo 2: La historia naturalista.


Nuestra cultura tiene una deuda con la cosmovisión judeo-cristiana, y es
importante conocerla y como cristianos, reclamarla. Es muy normal ver que en
nuestra cultura se celebran actos, pensamientos y palabras que no tienen sentido
en cosmovisiones diluidas como el naturalismo y el posmodernismo, pero sí en
cosmovisiones densas como el cristianismo.
El naturalismo científico incluye tres elementos primordiales: una teoría de la
naturaleza y limites del conocimiento, una historia del origen de la realidad física y
de la vida en términos científicos, y una visión fiscalista de la realidad, donde todo
lo que existe es espacio, tiempo y materia, o si existe algo más, es dependiente de
lo físico. La tesis naturalista de conocimiento justifica la tesis naturalista del origen,
que, en consecuencia, justifica la tesis naturalista de lo que es real.
En la teoría naturalista del conocimiento, se propone que el conocimiento científico
es uno de dos: el único tipo de conocimiento que existe o entre los tipos de
conocimiento que hay, el más seguro. El conocimiento filosófico, ético o teológico,
por dar ejemplos, se vuelve un asunto subjetivo, y en momentos de necesidad, un
apoyo emocional o un estorbo.
(Nota personal: ¿podría ser posible que parte del problema sea la falta de
preparación? En especial entre los religiosos. Que realmente no puedan aportar
conocimiento porque han descuidado ese apartado).
Esta teoría causa que los cristianos se pregunten si la ciencia ha desacreditado de
algún modo las creencias cristianas.
En la teoría naturalista de los orígenes, partículas o energía son el origen del
universo o multiverso. Las partículas se configuran de formas complejas para
formar todo lo que existe, entre ello, la vida. La vida, a través de la adaptación al
entorno, que determina que organismos se reproducen más y cuales mueren más,
ha evolucionado por mutación y presión ambiental hasta nuestros días. Además,
es una teoría determinista, pues el estado del universo en un tiempo particular y
las leyes de la naturaleza, determinan los estados futuros del universo. Por otro
lado, las características y comportamientos de objetos normales, como personas,
arboles, rocas, planetas, etc. están determinadas por el estado de su partes
atómicas y subatómicas. La mayoría de naturalistas cree en esta teoría, porque es
la única que se alega, tiene respaldo científico (presuponen la teoría naturalista del
conocimiento). Es por eso que desacreditar la tesis del Diseño Inteligente como
religión es tan efectivo: si es religión no importan sus argumentos, no es
conocimiento real.
En la visión fiscalista de la realidad, se considera que solo existe espacio, tiempo y
materia. Eso implica que todo lo que existe, puede reducirse a componentes
físicos o debe ser eliminado (decir que no existe). Desafortunadamente para el
naturalismo científico, hay elementos en el mundo que no pueden reducirse o
eliminarse. Ejemplos: La consciencia en primera persona, cualidades secundarias
como colores, olores, gusto, sonidos y textura (qualia), propiedades normativas,
como la belleza, la ética y la deontología racional, y, las condiciones iniciales de la
misma realidad física.
Debido a que es un mundo diluido, es difícil vivir con las implicaciones de el
naturalismo. Ante esto, los naturalistas: 1) pretenden aceptar ese mundo vacío sin
que les afecte, 2) sí se ven afectados, pero viven pretendiendo que no, 3) se
suicidan, e 4) intentan reparar el problema introduciendo elementos de un mundo
denso a su visión diluida, obteniendo una visión del mundo contradictoria, que no
funciona.
El naturalismo es incapaz de darnos una visión nutritiva del mundo que de cuenta
de los siguientes factores indispensables.
1. Libre albedrio que fundamente la responsabilidad, creatividad, elogio y
culpa.
2. Verdaderos valores intrínsecos que se pueden conocer y vivir.
3. La habilidad de reconocer la existencia de la maldad, dando cuenta de su
origen, y ofreciendo esperanza de que habrá redención y esta será
eliminada.
4. Todos los seres humanos deben tener el mismo valor intrínseco, por serlo.
5. Debe haber un propósito en el cosmos relevante a la vida humana.
6. Debe haber una respuesta para los deberes morales.
(Nota personal: agregaría que el naturalismo no puede dar respuestas a la
naturaleza contingente de la realidad física, al hecho de que tuvo un inicio, a las
condiciones finamente ajustadas de sus leyes y a la comprensibilidad matemática
del universo)

Capitulo 3: La historia posmoderna.


Debido a que el conocimiento está limitado a las ciencias empíricas, todo lo que se
salga de ello, no puede conocerse. Por lo tanto, debe triunfar el pluralismo y la
tolerancia; debates sobre religión, ética, y política, se ganan con presión social, no
con razonamientos justificados. La corrección política, es una apelación al poder
por medio de presión social, no a la verdad. En un mundo naturalista, la voluntad
de poder es todo lo que hay. En una circunstancia así, la gente puede ser
manipulada por lideres poderosos, pues no hay conocimiento moral y religioso que
pueda levantarse objetivamente en su contra.
Como las universidades han abandonado la cosmovisión judeo-cristiana, están
graduando a barbaros (gente sin moral) altamente habilidosos (llenos de
conocimiento técnico y teórico sobre el mundo natural). Solo introduciendo una
perspectiva cristiana, que argumente la posibilidad del conocimiento no-empírico y
la objetividad de la razón, la moral y el propósito, es que podemos cambiar esto.
Quien domina la universidad, domina la cultura.
El posmodernismo propone 2 cosas peligrosas.
Primero, que no hay objetividad racional, debido que no hay un punto de vista
neutral: todos comenzamos con presuposiciones. Sin embargo, hay que distinguir
entre objetividad racional y psicológica. La segunda, existe cuando a alguien no le
interesa en lo más mínimo un tema, y eso no es necesariamente algo bueno. De
hecho, no tiene sentido pedir que no se esté sesgado en un tema cuando tienes
datos en la mano y el bienestar de alguien esta en juego. Sin embargo, la
ausencia de objetividad psicología no implica la ausencia de objetividad racional, y
es la ultima la que importa al momento de evaluar un argumento, no la primera. La
ausencia de objetividad psicológica no impide que nuestras facultades racionales
funcionen suficientemente bien. De ser así, el posmodernismo sería
autorreferencialmente incoherente, pues tampoco inicia desde una posición
neutral, y sus propuestas estarían racionalmente en duda.
Segundo, que no hay verdades objetivas. Según el posmodernismo, nuestras
descripciones del mundo no son verdaderas o aproximadamente verdaderas.
Eso significa que niegan la teoría de la correspondencia de la verdad, que implica
que las proposiciones (contenido semántico de las afirmaciones, con valor de
verdad cierto o falso) son “poseedoras de verdad” y los hechos (estado de la
realidad), cuando la proposición encaja con ellos, son “hacedores de verdad” (esta
teoría de la verdad, dice que las teorías alternativas de la verdad, presuponen esta
teoría). Además, es una teoría metafísica, no epistémica, porque dice que P es
verdad si P corresponde con la realidad. En ningún punto la teoría nos habla de la
certidumbre del sujeto sobre P. Pero para el posmodernista, el conocimiento
objetivo esta enraizado en una ansiedad cartesiana, producto de la duda
metódica, es decir, proponen una tesis epistemológica de la verdad fundamentada
en la certeza del sujeto. Además, los posmodernos creen que los poseedores de
verdad, son las “sentencias/afirmaciones”, es decir, la sintaxis (por eso insisten
que la verdad es una construcción del lenguaje), cuando en realidad, son las
proposiciones las que tiene un valor de verdad.
Los cristianos a veces caen en el posmodernismo (cuando dicen que es verdad
para ellos, y que la ciencia y el cristianismo son compatibles porque cada quien
tiene su visión de la verdad), y deben evitarlo. Cualquier ventaja, puede ser
encontrada fuera del posmodernismo, y las desventajas, son muy costosas, pues
el cristianismo clama conocimiento y verdad objetiva, no un juego de lenguaje o un
sentimiento privado.

Capitulo 4: Del drama a la muerte en cinco pasos.


Hay 5 cambios paradigmáticos en nuestra cultura que han herido el alma de todos
nosotros.
Primer cambio: De conocimiento, a fe injustificada.
Las afirmaciones religiosas no son de naturaleza fáctica, ni están sujetas a una
evaluación racional según nuestra cultura. La religión no es un campo de hechos y
conocimiento, por lo tanto, no hay expertos. Por lo tanto, la opinión de cualquiera
en ese tema, es tan valida como la de las demás: es un asunto privado, de
sentimientos. La fe es una decisión bruta de la voluntad, sin que dicha decisión
esté fundamentada con razón o conocimiento.
Los cristianos debemos expresar nuestra posición como pensamientos,
razonamientos, conocimientos, no como opiniones personales o sentimientos.
Segundo cambio: Del florecimiento humano a la satisfacción del deseo.
En el pasado, se creía que la buena vida era el florecimiento de la vida humana,
constituida por la virtud moral e intelectual: funcionamiento humano ideal de
acuerdo con la naturaleza que Dios nos dio. La felicidad se entendía como una
vida virtuosa. Esto implica que la felicidad era compatible con el sufrimiento, la
resiliencia y la paciencia, porque estos eran medios importantes para convertirse
en una buena persona que vive la buena vida. En la actualidad, la felicidad implica
una sensación de satisfacción placentera. Por eso la gente vive tan concentrada
en ella misma en esta sociedad, y no en los demás: porque buscan una felicidad
fundamentada en sus sentimientos, no fundamentada en virtud.
Tercer cambio: Del deber y la virtud a una ética minimalista.
Una vez se dictamina que no hay conocimiento moral, llegas a una visión de la
vida donde la virtud y el deber no son centrales en la vida de una persona. Si lo
fueran, entonces, debería haber conocimiento moral disponible, para saber que
deberes y virtudes son correctas y como es que podemos ser personas virtuosas
que viven correctamente. Pero el posmodernismo y el naturalismo que permean
nuestra cultura niegan tal conocimiento moral. Esto nos ha dejado con una ética
minimalista que consta de un solo axioma moral: Uno puede actuar moralmente de
la manera que quiera, siempre que no haga daño a terceros. Por ello, en la
actualidad se aprecia la trascendencia del individuo sobre la comunidad, la
importancia de tolerar todos los puntos de vista morales, la autonomía del
individuo como el más alto bien humano, y el consentimiento voluntario e
informado como el modelo adecuado de relación humana.
Cuarto cambio: De la libertad clásica a la libertad contemporánea.
De manera clásica, la libertad significa el poder de hacer lo que uno debe hacer.
Por tanto, uno es libre de tocar el piano si tiene las habilidades, entrenamiento y
conocimiento necesario para tocarlo. Uno es libre en la vida si tiene el poder de
vivir de la manera en que debe vivir. Pero como actualmente se cree que no hay
conocimiento moral, la libertad ha venido a entenderse como el derecho de hacer
lo que uno quiera hacer. Mientras la libertad de sexualidad, en el sentido clásico,
implica el poder de elegir no satisfacer nuestros impulsos como si fuéramos meros
animales, sino controlarlos en pro de la virtud moral, en el sentido contemporáneo,
donde se cree que no hay conocimiento moral, la libertad sexual significa el
derecho de satisfacer los deseos sexuales de la manera en que uno lo desee,
siempre que no se dañe a terceros.
(Nota personal: esto me recuerda el ejemplo de incesto homosexual entre adultos
que consienten tener sexo, que he usado en debates sobre la homosexualidad)
Quinto cambio: De la tolerancia clásica a la tolerancia contemporánea.
Hay dos sentidos de tolerancia, uno es compatible con una noción de moral
objetiva, y el otro, con una noción de moral subjetiva. La moral subjetiva implica
que las proposiciones morales no son simplemente verdaderas o falsas. Más bien,
el valor de verdad de los principios morales es relativo a las creencias de una
cultura o un individuo. Hay por lo menos, cuatro razones por las cuales el
subjetivismo moral es irracional y falso.
 Es difícil discernir lo que es una sociedad o especificar en cada conflicto
moral la perspectiva de cual cultura vamos seguir.
 El relativismo moral implica que las luchas sociales son siempre inmorales.
 Es una verdad nítida que algunas proposiciones como “violar
innecesariamente a un recién nacido hasta la muerte está mal” son ciertas
independientemente de las convenciones de cualquier cultura.
 Es difícil ver como es que una sociedad, entonces, podría culpar a otra
sociedad.
En el sentido clásico, la tolerancia implica pensar que la propia visión moral es
correcta y la de los oponentes, falsas, sin embargo, se respeta a los oponentes
como personas, y también el derecho a defender sus posturas. Esta postura es
compatible con la objetividad moral, pues declara que alguna postura es verdad y
otras no. En el sentido contemporáneo, la tolerancia implica que no se debe juzgar
el punto de vista moral de otras personas como equivocado. Este se sostiene
porque la gente piensa que la moral es subjetiva, y, por tanto, nada es
verdaderamente cierto o falso. Sin embargo, este principio de tolerancia no tiene
fundamento: si el subjetivismo moral es cierto, uno solo será tolerante, si ese
principio de tolerancia, se encuentra en el código ético de su cultura, o si uno
desea seguir dicho principio. Mientras el principio de tolerancia clásico encuentra
su fundamento en que las personas, objetivamente, tenemos dignidad, y por ello,
merecemos ser respetadas, incluso si sostenemos ideas erradas.

Capitulo 5: La recuperación del conocimiento.


Debemos mirar el ejemplo de nuestros hermanos en la iglesia de los primeros 4
siglos. Tres factores fueron centrales para que la iglesia tuviera un éxito rotundo
en estas centurias: La habilidad de la iglesia para abordar intelectualmente a sus
críticos y ser más listos que ellos, la compasión bíblica y el carácter
transformado de los creyentes y el poder palpable del reino de Dios a través del
espíritu, visible en sanidades, exorcismos y habilidades proféticas, claramente de
otra dimensión.
La iglesia debe recuperar confianza en que posee conocimiento espiritual y ético,
enraizado en las santas escrituras y en la historia de sus pensamientos.
Para ello, primero, debemos conocer la naturaleza del conocimiento. El
conocimiento es la habilidad de representar las cosas tal y como con, con base en
pensamientos y experiencias apropiadas. En el cristianismo, el conocimiento es
vital, como claramente declara Oseas 4:6.
Hay tres tipos de conocimiento: conocimiento por experiencia directa,
conocimiento proposicional (creencias verdaderas justificadas) y conocimiento
practico. El primer tipo de conocimiento lo tenemos cuando somos guiados por el
espíritu santo, cuando estamos en comunión con Dios y sentimos su presencia.
Por supuesto, también con la experiencia que tenemos del mundo exterior. El
segundo tipo de conocimiento lo obtenemos al creer una idea, que sabemos
justificadamente que es cierta, porque tenemos datos apropiados que la
fundamentan. Por ejemplo, sabemos que Dios existe porque hay abundante
evidencia de ello y experimentamos su presencia. Sabemos que ciertos actos son
buenos y malos porque así lo percibimos y porque lo establece la ley de Dios. El
tercer tipo de conocimiento implica saber como actuar al relacionarnos con
objetos, o con otras personas, de manera virtuosa, aplicando con habilidad y razón
las leyes de Dios.
El conocimiento no requiere certeza deductiva: la ciencia y nuestra experiencia
empírica diaria, es conocimiento por probabilidad y plausibilidad. Es importante
trasladar esto al cristianismo y entender que es correcto afirmar que sabemos
cosas sobre Dios y la cosmovisión cristiana sin que eso implique certeza absoluta.
Uno puede tener conocimiento, sin saber que lo tiene, por ejemplo, puedes
saberte todas las respuestas correctas de un examen que contestaras pronto, y
dudar que las tienes, además de no saber que las tienes. Muchas personas tienen
conocimientos con base en el cristianismo, pero no lo saben o no lo creen, debido
al ambiente cultural que nos dice que en la religión no hay conocimiento alguno.
La confianza se gana sabiendo que de hecho se tiene el conocimiento. Por último,
puedes saber algo sin saber cómo lo sabes. Por ejemplo, un niño es capaz de
obtener conocimiento sin entender los procesos implicados en la adquisición de
este, o incluso sin saber lo que es el conocimiento.
Para entender la fe en orden de cultivar su crecimiento en nuestro espíritu, es
importarte entender aspectos de una creencia: su contenido, que determina su
importancia, la fuerza de la creencia, determinada por el tipo de razonamiento que
la sostenga y la centralidad de la creencia, que implica lo crucial que es esa
creencia al momento de fundamentar otras creencias. Debemos entender que
aquello que creemos en realidad, moldea nuestras palabras, pensamientos y
conductas, y aquello que no creemos en realidad, aunque digamos que sí lo hace,
no nos impacta realmente. Gran parte de los problemas de los cristianos a nivel
moral y espiritual, tienen que ver con esto: realmente no creen con convicción lo
que dicen creer con convicción, y esto, en mucho tiene que ver, con todo lo que
hemos hablado sobre el conocimiento y como en esta cultura nos dicen que en los
temas de religión no existe el conocimiento, solo opiniones.
Hay tres formas en que podemos crecer en nuestro conocimiento y confianza en
Dios y su verdad. Primero, ser brutalmente honesto al evaluar la naturaleza
precisa y la fuerza de lo que en realidad se cree y desarrollar un plan especifico
para mejorar en esas áreas. Segundo, tomar riesgos apropiados cada año, de
modo que podamos extender nuestra fe, esto implica ponernos en situaciones en
las que Dios debe mostrar su poder, esperar y ver qué sucede, y aprender de
nuestra experiencia (preguntémonos ¿Qué tanto de mi vida y ministerio requirió de
la existencia del Dios cristiano el año pasado para explicarla? ¿Qué tanto hubiera
pasado si Dios no existiera?). Estos riesgos deben tomarse con gentileza y
sabiduría. Tercero, leer libros y compartir historias sobre los actos milagrosos de
Dios en las vidas de otras personas como una forma de fortalecer nuestra fe.
Capitulo 6: Renovación del espíritu.
Debido al impacto en la cultura que ha tenido el naturalismo científico y el
posmodernismo, las personas se han vuelto vacías, en constante búsqueda de
experiencias placenteras, compañeros románticos, causas políticas, terapistas
empáticas, sabores, productos que consumir y más. Las personas experimentan
una ausencia significativa de comunidad, tradición y propósito compartido; una
carencia de convicción y valor personal, que se materializa en un hambre
emocional crónico, que aparentemente nada puede saciar.
Este fenómeno también ha golpeado a la iglesia y los cristianos, por tanto,
debemos estar atentos e identificar hasta que punto la cultura anticristiana nos ha
tocado. Hay cuatro características de este vacío personal que socava una
autentica formación y crecimiento espiritual:
 Las personas vacías son excesivamente individualistas.
 Las personas vacías son infantiles.
 Las personas vacías son narcisistas.
 Las personas vacías son pasivas.
Hay tres aspectos que necesitan ser traídos al centro de nuestros esfuerzos si es
que vamos a tener una oportunidad de convertirnos en personas capacitas para
ser usadas por nuestro Dios.
Crecer en el arte negarse a uno mismo. Jesús nos invita a rechazar la idea de
vivir dependiendo de que circunstancias externas vayan bien (ejemplo: apariencia
física, éxito laboral, popularidad, etc.). Esto se debe a que dichas circunstancias
son inestables y varían con el tiempo. En su lugar, es mejor vivir una vida de virtud
y carácter, una vida que manifiesta sabiduría, bondad y compasión, una vida que
fluye desde el interior de la persona conforme desarrolla un carácter formado a
través de ser un discípulo de Jesús, un discípulo que cada día es más como él. Es
una vida que tiene su raíz en una causa mayor: la causa del reino de los cielos.
Todos tenemos hambre de eso, lo sepamos o no, y no hay algo o alguien que
pueda saciar esa hambre de drama, de propósito, de una causa, que no sea Dios.
Cuando Jesús nos dice “lleva tu cruz cada día”, nos está diciendo que formemos
cada día el habito de vivir con una actitud especifica. Es decir, uno debe formar
una pasión por la practica diaria de rechazar el fallido proyecto humano de vivir
por uno mismo, y en su lugar, vivir hora tras hora por el imperecedero y divino
reino de Dios.
Uno podría decir que es difícil ser un discípulo dedicado porque requiere
sacrificarse y comprometerse e ir en contra de la sociedad. Eso es cierto en un
sentido y falso en otro. Es cierto en el sentido de que aprender a ser bueno en
algo es difícil en las primeras etapas del desarrollo: si se es un novato
aprendiendo inglés, box, escritura, o a negarte a ti mismo, se está en la difícil
posición de aprender a formar hábitos nuevos que remplacen los hábitos viejos
que, en el presente, tienen una inercia natural. Pero es falso en el sentido de que,
una vida de negarse a si mismo, es mas sencilla que una vida centrada en uno
mismo, siempre preocupado por uno mismo, ser el foco de atención, ser incapaz
de perdonar por ser tan aprensivo, siempre buscando como satisfacer una
necesidad de placer y diversión que jamás termina de satisfacerse. Una vida de
negarse a uno mismo implica permitir que sea Dios quien llene el vacío y nos
conduzca a vivir llenos de propósito, con una estabilidad interna fundamentada en
el espíritu santo y una convicción solida de vida: servir al rey Jesús y expandir los
dominios de su reino en la tierra.
Una simple sugerencia en esta área: en la mañana, empezar alabando a Dios y
dándole gracias por las cosas que honestamente apreciamos de él y sus tratos
con nosotros. Después, entrega todas tus cargas a él hasta sentir un descanso en
el Señor. Después, dile que, entre ahora, y, por ejemplo, la hora de almorzar, con
su ayuda tu vas a orientar tu mañana a enfocarte en las otras personas y en
entregarte a ti mismo por su bien. Al medio día, nuevamente entrégale tus cargas
a Jesús y enfócate en tus necesidad, miedos y problemas. Una vez hecho esto,
reoriéntate a ti mismo a entregarte a las demás personas por amor a Jesús hasta
la media tarde. Repite el ciclo tres o cinco veces cada día, y eventualmente,
habrás formado un habito que te mantiene orientado diariamente a extender la
verdad, la bondad y la belleza a otros en el nombre de Jesús. Las disciplinas
espirituales están íntimamente relacionadas a la negación de uno mismo.
Fomentar las disciplinas espirituales en nosotros mismos. Una disciplina
espiritual cristiana es una practica corporal repetida, realizada una y otra vez, en
dependencia del espíritu santo y bajo la dirección de Jesús y otros hermanos
experimentados en estos caminos. Algunas disciplinas clásicas:
Disciplinas de abstinencia: soledad, silencio, ayuno, castidad, frugalidad, secreto y
sacrificio.
Disciplinas de compromiso: estudio, adoración, celebración, servicio, oración,
compañerismo, confesión y sumisión.
Las disciplinas espirituales son hábitos que deben formarse.
Cultivar una sensibilidad emocional al movimiento en nuestros espíritus. Las
emociones son maestras terribles, pero son maravillosas sirvientes y parte
esencial de ser un humano. Es necesario cultivar la habilidad de discernir los
componentes divinos, satánicos y psicológicos de nuestra emotividad.
Necesitamos aprender cuando estamos usando mecanismos defensivos para
reprimir o de alguna otra manera rechazar enfrentar emociones negativas de
miedo, ansiedad, ira y odio. Necesitamos aprender a cultivar un tono de fondo
emocional, de amor, paz y alegría que tenga confianza en Dios y que facilite a las
personas aprender que no tienen que tener el control de las cosas para estar a
salvo.
Hay tres cosas que podemos hacer para progresar en esta área de la vida
cristiana.
Primero, debemos estudiar importantes escritos de formación espiritual, discutirlos
y los insights conseguidos, implementarlos.
Segundo, debemos traer al escenario a dos tipos de individuos entrenados que
pueden ayudarnos en esta área: terapistas/consejeros cristianos y directores
espirituales (ejemplo: ministerio Renovare).
Tercero, debemos ganar habilidad en la meditación afectiva en nuestros
corazones.
El autor recomienda una practica en dos pasos: 1) meditar poniendo el foco de
atención en el musculo físico del corazón. 2) traer una memoria a la consciencia,
de un momento en que hayamos sentido compasión, perdón, aprecio y aceptación
de parte de Dios o de otra persona, o cuando nosotros hayamos sentido amor o
gratitud por Dios. Solo concentrarse en un sentimiento, y meditar en el corazón en
este (sentirlo, dejar que la sensación inunde). El punto es formar el habito de
modo que podamos meditar en nuestro corazón, sobre Dios, su amor y bondad, y
centrarnos en estas emociones durante el día.

Capítulo 7: Restauración del milagroso poder del Reino.


La vida está hecha básicamente de una serie de cosas pequeñas, y nuestro Señor
Jesús camina con nosotros en todas las cosas, grandes y pequeñas. A nuestro
Dios compasivo de verdad le importan las pequeñas cosas de la vida, de modo
que podemos esperar su presencia en ellas: pidamos sin vergüenza o miedo su
guía, dirección y muy importante, su intervención.
La explosión de cristianismo en el tercer mundo tiene un fundamento importante:
“la idea critica de que Dios interviene diariamente en la vida común”. Una
intervención que es una expresión del poder del reino de Dios. Las iglesias del
tercer mundo están “bastante en casa con las nociones bíblicas de lo supernatural,
con ideas como los sueños, las profecías, las sanidades y las liberaciones
demoniacas”.
El evangelio del reino es la idea de que el gobierno directo de Dios esta disponible
a todos en y a través de Jesucristo, y que uno puede vivir de el poder de ese
gobierno, en la dimensión del reino de Dios. Entre otras cosas, el concepto del
reino trae al centro del escenario el poder supernatural de Dios sobre las
enfermedades, la muerte y el reino de las sombras. Estas manifestaciones
milagrosas fueron centrales durante el ministerio de Jesús y de los apóstoles, de
modo que son parte vital del evangelio: predicar el evangelio implica que el poder
de Dios se manifestará en ocasiones, y uno como hijo de Dios no debe cerrar a
esa posibilidad, sino buscarla sin cesar.
Jesús es la prueba viviente de como aquellos que son sus seguidores pueden
exceder sus limitaciones humanas de manera que ellos, como él, puedan llevar a
termino contra todas las probabilidades la misión de vida que Dios les dio por
medio del Espíritu Santo. Guiados y usados por el Espíritu Santo, podemos
establecer el poder de Dios en la tierra. Sí, debemos ser precavidos, pero no
debemos cerrarnos a la majestuosidad de nuestro Dios: parte de la fe, es creer en
él y esperar.
Los académicos cristianos están abandonando el cesacionismo (la posición de
que los milagros cesaron al morir los apóstoles). Actualmente, es una posición
marginal entre teólogos y filósofos cristianos, eso debería hacer que los
cesacionistas que son legos, reconsideren y piensen en porque, lo más
informados entre nosotros, están dejando de lado esa postura.
El autor critica a los cesacionistas de rígidos, escépticos y poco mansos en su
posición, y los exhorta a abrirse a los milagros a través de lecturas donde se dan
testimonios de milagros, a través de exhortar a sus miembros a hablar de
oraciones contestadas o milagros que hayan experimentado, y a través de buscar
el poder de Dios en la alabanza, oración y ayuno, tomando riesgos, orando
pidiendo intervención. También critica a los pentecostales/carismáticos por sus
excesos en cuanto a la emoción, el desorden en los cultos y la facilidad para
adjudicar la naturaleza de milagro a cualquier cosa que suceda, y los exhorta a ser
más cautelosos, más ordenados y practicar las disciplinas cristianas que han
abandonado, además de comenzar a revitalizar el intelecto en sus iglesias, las
cuales, parecen estar en estado de muerte cerebral.
El autor recomienda llevar una libreta donde anotemos las oraciones que Dios
responde. Recomienda tomar riesgos y orar pidiendo intervención: sanidad,
profecía, sueños, lenguas, exorcismo, pero todo de acuerdo a su voluntad, cuando
el lo desee y solo si el lo desea y sirve para su gloria. Recomienda que, si una
oración no es contestada, analicemos que paso y busquemos aprender de la
experiencia: la voluntad de Dios siempre esta en todo lo que sucede, de modo
que, si una oración o intervención no es contestada, hay una enseñanza sobre su
voluntad en el fondo, que debemos rescatar, absorber y hacer parte de nuestra
vida.

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