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Artes decorativas

son las artes que además de belleza


buscan funcionalidad, propósito, status a
través de creaciones únicas o muy
originales, destacándose:cerámica,
mobiliario, orfebrería, metalistería, textiles
decorados o bordados, etc.

Se denomina artes decorativas a todas


aquellas actividades relacionadas con el
arte o la artesanía destinadas a producir
objetos con una finalidad a la vez utilitaria
y ornamental. Son por lo general obras
realizadas con una elaboración industrial o
artesanal pero persiguiendo una cierta
finalidad estética. El concepto es sinónimo
de las llamadas artes aplicadas o artes
industriales, también llamadas a veces
artes menores en contraposición a las
artes mayores o bellas artes. En cierto
sentido, las artes decorativas es un
término aplicado preferentemente a las
artes industriales, así como a la pintura y
la escultura, cuando su objetivo no es el
de generar una obra única y diferenciada,
sino que buscan una finalidad decorativa y
ornamental, con una producción
generalmente seriada.[1]
Ebanistería: Bureau
du Roi, escritorio de
Luis XV de Francia
(1760), de Jean-
François Oeben y
Jean-Henri
Riesener

Mosaico: Pastoral
celeste (c. 400-
450), mausoleo de
Gala Placidia,
Rávena
Rávena

Vidriera: Moisés en
el monte Sinaí y
Moisés ante el
faraón (siglo  ),
catedral de Colonia

Cerámica: plato
mudéjar del
siglo  , Burrell
Collection, Glasgow
Orfebrería: máscara
funeraria de
Agamenón
(siglo   a. C.),
Museo
Arqueológico
Nacional de Atenas

Forja: Reja de
entrada a los
pabellones Güell
(1883-1887), de
Antoni Gaudí
Tapiz: El oráculo de
Decio Mus (c.
1650), tapiz de
Jean Raes sobre un
cartón de Peter
Paul Rubens,
Rubenshuis,
Amberes

Las artes decorativas incluyen


procedimientos y técnicas como la
cerámica, el mosaico, la ebanistería, la
orfebrería, la glíptica, el esmalte, la
taracea, la metalistería, el textil, la
tapicería, la corioplastia o la vidriería.
También a menudo engloba las artes
gráficas (grabado) y la miniatura, así como
algunas obras de arquitectura, pintura y
escultura destinadas a la ornamentación y
concebidas en serie, no como obras
individuales.[2]

Las artes decorativas han estado


presentes en mayor o menor medida en
todos los períodos de la historia del arte
en general, bien por solitario o bien en
conjunción con otras artes, especialmente
la arquitectura. En muchos casos han
marcado de forma determinante algún
período histórico, como el arte bizantino,
el islámico o el gótico, de tal forma que no
sería posible valorarlo adecuadamente sin
la presencia de este tipo de realizaciones.
En otros casos, especialmente el de
culturas nómadas, es el único tipo de
realización artística llevado a cabo por
estos pueblos, como es el caso de los
escitas o de los pueblos germánicos que
invadieron el Imperio romano. En muchas
culturas las artes decorativas han tenido
un estatus similar al resto de las artes,
como es el caso de la cerámica griega o la
laca china. Cabe también valorar la
estrecha relación entre las artes
decorativas y la cultura popular, que a
menudo ha tenido en este medio su
principal vía de expresión.[3]
Concepto

Interior de estilo modernista de la casa Vicens


(Barcelona, 1883-1888), de Antoni Gaudí

Este tipo de técnicas entra dentro del


concepto de arte (del latín ars, artis, y este
del griego τέχνη téchnē)[4] , una
manifestación creativa del ser humano
entendida generalmente como cualquier
actividad o producto realizado con una
finalidad estética y comunicativa,
mediante la cual se expresan ideas,
emociones o, en general, una visión del
mundo, a través de diversos recursos y
materiales. El arte es un componente de la
cultura, que refleja en su concepción los
sustratos económicos y sociales, así
como la transmisión de ideas y valores
inherentes a cualquier cultura humana a lo
largo del espacio y el tiempo.[5]

La clasificación del arte ha tenido una


evolución paralela al concepto mismo de
arte: durante la antigüedad clásica se
consideraba arte todo tipo de habilidad
manual y destreza, de tipo racional y
sujeta a reglas, por lo que entraban en esa
denominación tanto las actuales bellas
artes como la artesanía y las ciencias.[6]
En el siglo  Galeno dividió el arte en artes
liberales y artes vulgares, según si tenían
un origen intelectual o manual. En el
Renacimiento empezó a considerarse que
la arquitectura, la pintura y la escultura
eran actividades que requerían no solo
oficio y destreza, sino también un tipo de
concepción intelectual que las hacían
superiores a otros tipos de
manualidades.[7] En 1746, Charles Batteux
estableció en Las bellas artes reducidas a
un único principio la concepción actual de
bellas artes, donde incluyó la pintura, la
escultura, la música, la poesía y la danza,
mientras que mantuvo el término «artes
mecánicas» para el resto de actividades
artísticas, y señaló como actividades entre
ambas categorías la arquitectura. Con el
tiempo esta lista sufrió variaciones y, a
fecha de hoy, no está del todo cerrada,
pero en general sentó una base
comúnmente aceptada.[8]

Los términos «artes decorativas», «artes


aplicadas», «artes industriales» o «artes
menores» surgieron por oposición a las
«bellas artes» o «artes mayores», aunque a
menudo la frontera no está del todo
clara.[9] En general, dentro de las artes
plásticas la función decorativa se
considera secundaria: así, si la pintura
tiene por sí sola una autonomía como obra
de arte, en su aplicación a un objeto pierde
esa singularidad para cumplir una función
subordinada, la de embellecer ese objeto.
Si la pintura puede representar una visión
del mundo en la libertad conceptual del
artista, la pintura decorativa se moverá en
un círculo cerrado de temas y motivos.[10]

Cama con forma de carro triunfal a la romana (c.


1804 1830) caoba chapa de palma de caoba
1804-1830), caoba, chapa de palma de caoba,
limonero de Ceilán, pino, roble y madera dorada y
pintada, Museo del Diseño de Barcelona

Probablemente la separación entre artes


mayores y menores vino de la distinción
por parte de la crítica de arte de lo «bello»
y lo «útil»: a lo primero se le concedió una
categoría más elevada, pues parecía
dirigirse más directamente al intelecto y/o
el espíritu, mientras que lo segundo tenía
una finalidad más práctica y mundana.
Esta distinción no dejaba de ser subjetiva,
puesto que una actividad como la
arquitectura, englobada en las artes
mayores, es ciertamente útil, mientras que
muchas artes menores, aun siendo útiles,
pueden ser bellas.[11]

Aunque las artes decorativas eran


consideradas como un arte menor, desde
el siglo  adquirieron cierta autonomía
y, desde entonces, se empezó a valorar
más su aspecto estético frente al utilitario
y numerosas de sus producciones fueron
valoradas como obras de arte con una
singularidad propia.[10] Sin embargo, las
artes decorativas aplicadas a la industria
—más propiamente llamadas hoy día
«artes industriales»— se fueron separando
de este concepto, por cuanto en este tipo
de objetos la decoración es por lo general
algo secundario; así, la estética
funcionalista tendió a valorar más los
objetos por su utilidad, rechazando una
decoración a menudo sobreañadida.[10]

El término «artes decorativas» se forjó en


el tercer tercio del siglo  , principalmente
como sustitución del término «artes
menores», que resultaba peyorativo.[12] En
la génesis de las artes decorativas o
industriales están indefectiblemente
unidos la practicidad y la estética. Así, la
producción de objetos englobados en este
término debe tener en cuenta la finalidad
del producto (enseres, vestidos, utensilios,
mobiliario) tanto como su aspecto formal.
Así, no entrarían en esta categoría un
objeto utilitario que sea posteriormente
decorado o, por el contrario, otro de
aspecto artístico que no cumpla una
función práctica.[13] Pese a todo, a
menudo se han considerado artes
decorativas productos con una simple
función ornamental, pero producidos en
serie, con lo que se alejarían del concepto
de obra única del arte con mayúsculas.[14]

Un factor decisivo en la nueva


concienciación de las artes decorativas
fue la publicación entre 1860 y 1863 del
libro Der Stil in den technischen und
tectonischen künsten der praktische
Aestetik, de Gottfried Semper, donde
prestaba una especial atención a las artes
decorativas dentro de la historia del arte.
Esta obra influyó en el historiador
formalista Alois Riegl, quien en sus
análisis de la historia del arte en función
del estilo incluyó igualmente las artes
decorativas. Para Riegl, quien fue
conservador del Museo de Artes
Decorativas de Viena, las técnicas usadas
en la producción artística marcaban la
evolución de las formas artísticas.[15]

Terminología …
El ángel de la Resurrección (1904), vidriera de Louis
Comfort Tiffany, First Presbyterian Church,
Indianápolis

A las artes relacionadas con la decoración


se les ha aplicado a lo largo de la historia
numerosos términos más o menos
sinónimos, que si bien pueden tener
algunas diferencias de matiz en general
expresan el mismo concepto:

Artes decorativas: el término incide en


la finalidad decorativa de este tipo de
artes, por cuanto su finalidad es la de
ornamentar un espacio determinado,
motivo este por el que se las considera
especialmente ligadas a la arquitectura.
En general se considera el término más
adecuado y que otorga una mayor
dignidad, prueba de ello es que la
mayoría de museos dedicados a este
tipo de obras suelen denominarse
Museos de Artes Decorativas.[16]
Artes menores: surgió en confrontación
con la idea de artes mayores o bellas
artes (arquitectura, escultura y pintura),
si bien resulta peyorativo y marca unas
fronteras que no son reales, ya que la
pintura y la escultura pueden ser
consideradas en ciertos casos como
artes decorativas.[17]
Artes útiles o utilitarias: este término
pone énfasis en el aspecto práctico de
este tipo de realizaciones, lo que
minusvalora su componente estético, al
tiempo que cabría discutir si la utilidad
de algunas bellas artes como la
arquitectura las rebajaría a este
nivel.[18]
Artes funcionales: de forma análoga al
anterior, se incide en el aspecto
funcional de estas obras, lo que origina
un debate similar, al que se puede
añadir si las artes mayores no tienen
también una función.[19]
Artes aplicadas: este término proviene
de la relación entre este tipo de
disciplinas artísticas y su producción de
tipo artesanal o industrial, ya que por lo
general son creadas mediante diversas
técnicas y procedimientos
especializados que necesitan una
formación profesional o
semiprofesional. Así, la mayoría de
escuelas donde se aprenden estos
oficios suelen denominarse Escuelas de
Artes Aplicadas (o de Oficios
Artísticos).[20]
Artes auxiliares: se incide aquí en el
aspecto secundario de este tipo de
disciplinas por cuanto sus producciones
están destinadas a decorar las obras
«mayores», preferentemente espacios
arquitectónicos. Nuevamente es un
término peyorativo y que no engloba
todas estas realizaciones, que en
muchos casos pueden tener una
autonomía por sí mismas.[16]
Artesanía, oficios artísticos: en esta
acepción se incide en el aspecto
productivo de estas obras en cuanto a la
profesionalidad de sus artífices, en la
consideración de ser objetos hechos a
mano, sin un proceso de fabricación
mecánico. Buena parte de este
concepto viene del movimiento Arts and
Crafts (Artes y Oficios), surgido en el
Reino Unido en el siglo  .[21]
Artes manuales: término poco
empleado en general, incide en la
manualidad de este tipo de obras, lo que
excluye su producción mecánica en
muchos casos.[21]
Artes industriales: en contraposición al
anterior, se expresa aquí el proceso de
mecanización y de producción fabril de
muchas de estas obras, especialmente
desde la Revolución Industrial. Cabría
discutir aquí si este tipo de fabricación
se hace en menoscabo del proceso
creador del artista o es simplemente
una herramienta que ayuda en su
realización. Quizá propiamente solo sea
aplicable a aquellas obras producidas
en serie.[22]
Artes suntuarias: el término suntuario
significa «perteneciente o relativo al
lujo»,[23] por lo que se aplica
preferentemente a aquellas artes
decorativas realizadas con materiales
preciosos (oro, plata, joyas).

Factores determinantes …

Huevo de la Coronación imperial (1897), de Peter Carl


Fabergé, Museo Fabergé, San Petersburgo
g , g , g

En la génesis de las obras de arte


decorativas intervienen diversos factores.
El primero a tener en cuenta es su artífice
y la consideración del mismo como
artesano o como artista. Dejando aparte el
hecho de que muchos artistas (pintores,
escultores) han realizado este tipo de
obras como complemento a su actividad
principal, la mayoría de artífices que
trabajan en este terreno lo hacen como
oficio, tras unos años de aprendizaje en un
taller, gremio o escuela. Así, por lo general,
se les considera artesanos, aunque hay
que tener en cuenta diversos matices:
decía Horst Waldemar Janson que un
artista es un «creador» y un artesano un
«hacedor»;[24] sin embargo, muchos
hacedores ejercen también de creadores
cuando realizan sus propios diseños o
introducen novedades técnicas o
estilísticas en sus obras. De igual forma,
muchos artistas realizan sus obras
partiendo de técnicas o estilos
introducidos por otros anteriormente, sin
un ejercicio de innovación, tan solo de
imitación —como se ha reprochado a
menudo al arte academicista—.[25] Aun
así, por regla general el artífice de artes
decorativas está encorsetado por las
reglas, técnicas y materiales de su oficio,
dentro del cual puede moverse con
restricciones.[26] Ello conlleva, según Dino
Formaggio, que las obras de arte
decorativas expresen cierta
«impersonalidad», por cuanto la impronta
del que las realiza no es perceptible en la
mayoría de casos, al tiempo que son fruto
de una determinada «sociabilidad», al ser
productos provenientes del trabajo
colectivo derivado de la tradición y el
oficio.[27]

De entre estos artífices se suelen


considerar tres tipos (según René
Huyghe): «artesanos de tradición», que
ejercen su oficio con unos conocimientos
transmitidos por generaciones —
generalmente dentro de una misma
familia—, con innovaciones y aportaciones
individuales pero dentro de una misma
línea (aquí se engloban la mayoría de
artífices hasta el siglo  ); «artesanos de
arte», los que no proceden de una
tradición sino que ejercen esta actividad
de forma voluntaria y con una formación
propia (generalmente ya en el siglo  ); y
«artesanos ejecutantes», que designaría a
aquellos operarios que se limitan a ejercer
su oficio, sin mediar ningún acto
creador.[28]
Plato de porcelana de Vincennes (1749-1753), Museo
de las Artes Decorativas de París

Otros elementos a tener en cuenta son:

Tipo de obras: un primer factor a tener


en cuenta es la función y destino de la
obra, si es religiosa o laica, culta o
popular, si es para un domicilio, una
empresa, un palacio o cualquier otra
finalidad.[29]
Técnicas y materiales: cada disciplina
artística cuenta con unas determinadas
técnicas y materiales de confección, los
cuales deben ser considerados para el
resultado final en función del objeto que
se desee crear. Muchos de estos
elementos son determinantes de una
época o estilo determinados, por lo que
ayudan a su estudio y clasificación.[30]
Forma: la forma marca el ritmo de
volúmenes y proporciones de un
determinado espacio, especialmente en
piezas exentas. Por otro lado, la forma
expresa la función del objeto y sus
características temporales, por lo que
es un reflejo del estilo y el marco
histórico y social en el que ha sido
creado.[31]
Sistema decorativo: establece el tipo de
motivo ornamental de una pieza y la
forma en que ese motivo encaja dentro
de la composición de la misma. Los tres
principales motivos ornamentales son:
geométrico, epigráfico y naturalista
(vegetal, animal, humano o paisajístico),
que pueden presentarse tanto aislados
como combinados entre ellos. En
función de su composición se generan
diversos lenguajes expresivos, como el
naturalista, si se inspira en la realidad de
la naturaleza visible; o el estilizado, si
hace una reinterpretación subjetiva de la
realidad. También dentro de la
composición debe tenerse en cuenta si
la ornamentación se ciñe a un
determinado espacio de la obra o la
cubre por completo (el llamado horror
vacui). Dentro de este espacio los
motivos ornamentales pueden hacerse
por repetición, por alternancia, en forma
simétrica o por inversión.[32]
Motivos geométricos: entre los
principales se encuentran el punto,
la línea, el zigzag, la banda
quebrada, la lacería, el meandro, el
cuadrado, el losange, el ajedrezado,
el triángulo, el hexágono, el
octógono, la sinusoide, la espiral, el
círculo y semicírculo, la elipse,
etc.[33]
Motivos arquitectónicos: cordón,
listel, toro, bocel, escocia, gallón,
cartela, etc.[34]
Motivos naturalistas: proceden
sobre todo de la flora, la fauna, el
ser humano, los seres fantásticos y
mitológicos, los elementos
astronómicos, el paisaje y objetos
de todo tipo.[35]
Motivos complejos: son
básicamente la escritura y los
símbolos, así como los motivos
heráldicos.[36]
Carro solar de Trundholm (c. 1300 a. C.), de bronce y
oro, Museo Nacional de Dinamarca, Copenhague

Color y luz: en el aspecto estético y


formal de la obra de arte decorativa son
determinantes el color y la luz, que
influyen en la forma del objeto, en el
material y en diversas cualidades como
la solidez, la refracción, la transparencia
u opacidad, el reflejo, la textura, el
relieve o los juegos de luces y sombras.
También, aparte de sus cualidades
físicas, pueden expresar un
determinado simbolismo, ya que a
menudo los colores se asocian a
determinados conceptos religiosos o
culturales, mientras que la luz se asocia
a menudo con la divinidad y la
revelación. [37]
Ritmo y equilibrio: las artes decorativas
tienen como finalidad la ornamentación
de un espacio, lo que generalmente se
consigue con la conjunción de diversos
elementos. Por ello, un factor a tener en
cuenta es la armonía entre todas las
piezas de un determinado espacio, el
equilibrio de conjunto y el ritmo espacial
en que se circunscriben. Esta
armonización de elementos expresa por
otro lado conceptos inherentes a una
determinada época, como la moda o el
estilo, las costumbres o el pensamiento
de una sociedad.[38]
Relación espacial: la mayoría de obras
de arte decorativas (menos las exentas)
están pensadas para un determinado
espacio, lo que influye en su concepción
y realización. En la valoración de este
tipo de obras debe considerarse si se
encuentran en su emplazamiento
original o no; una de estas obras
expuesta en un museo puede ser
valorada por sus cualidades intrínsecas,
pero al perder su función original
pierden parte de su significado.[39]
Economía, sociedad y moda: toda obra
de arte es reflejo de un momento
histórico y social determinado, lo que
supone un condicionante en su génesis
productiva. En la elaboración de estos
objetos pueden ser determinantes los
factores económicos que marquen su
productividad, los condicionantes
sociales que determinen su función o
los aspectos de moda y estilo que
condicionen su forma y aspecto. Estos
condicionantes externos se unen a
otros internos, como la técnica, para
determinar el proceso productivo de
estas realizaciones.[40]
Influencias entre las artes: las distintas
modalidades artísticas —tanto mayores
como menores— se influyen entre sí, al
igual que los artistas. Estas influencias
se transmiten igualmente en el tiempo,
lo que se denota en la sucesión de
períodos de marcado acento clasicista
con otros de gusto barroco.
Generalmente se ha percibido más el
influjo de las artes mayores sobre las
menores, pero en ocasiones también ha
sucedido al contrario, como la influencia
de las artes decorativas islámicas en la
escultura románica española, del
grabado en la pintura del Barroco o de la
decoración rococó en la arquitectura del
siglo  en Francia y Alemania.[41]

Clasificación y técnicas

La caza del ciervo, mosaico de la casa del Rapto de


Helena (Pella, Macedonia), siglo   a. C.

Como sistema de revestimiento


arquitectónico

Mosaico y taracea: el mosaico es la


técnica de confeccionar imágenes
mediante el embutido de piedras duras,
bien en el suelo o bien en la pared.
Cuando está colocado a modo de
pavimento recibe el término griego de
lithóstroton: el revestimiento es aplicado
sobre cal, arena u otros materiales
como piedras, guijarros, losas de
mármol, etc. Existen varios tipos: opus
lapilli, pequeños guijarros de colores
naturales, que por sí mismos componen
el dibujo; opus tessellatum, formado por
teselas, piezas de forma cuadrada de
dos centímetros, con las que se elabora
la composición, generalmente de tipo
geométrico; opus vermiculatum,
igualmente elaborado con teselas, pero
de diferentes contornos, pudiendo
formar así diversos trazados; opus
sectile, formado por losas de mármol de
forma irregular. El mosaico propiamente
dicho, también llamado opus musivum,
es la misma técnica pero aplicada a la
decoración mural: se realiza con teselas
de pasta vítrea, aplicadas sobre la pared
preparada con varias capas de mortero,
elaborando figuras y dibujos. La taracea
es una técnica similar a las anteriores,
puede ser pavimental o parietal, o
incluso se puede aplicar a muebles u
otros objetos. Consiste en incrustar
sobre una superficie compacta finas
losas de piedra y mármol de color,
cortadas y encajadas formando
imágenes o composiciones diversas.
También puede realizarse en madera
(intarsia), siendo una técnica frecuente
en ebanistería. En Carpi, en el siglo  ,
surgió también una taracea en escayola.
Otra variante es el embutido de piedras
duras.[42]
Vidriería: se realiza sobre cristales
engarzados en madera, yeso, oro o
plomo, los cuales se van encajando con
láminas de plomo, estañándolos, con
una capa de masilla (blanco pintor con
aceite de linaza). Las vidrieras antiguas
tienen grisallas, óxido férrico líquido,
aplicado para dibujar con precisión
detalles pequeños; hacia 1340 se
sustituyó por el óxido de plata y, a partir
de aquí, ya no se hacen cristales de
colores, sino que se colorea sobre
cristal blanco. El proceso de fabricación
es por fases: elaboración de un boceto
en cartón, corte de los vidrios, pintura de
los mismos, cocción y unión por
emplomado.[43]
Azulejería: el azulejo es una baldosa de
cerámica vidriada que se usa como
revestimiento de suelos y paredes. Al
igual que los ladrillos esmaltados, tiene
su origen en el Oriente Próximo. En
España, en el siglo  , surgió la variante
del alicatado, con tres tipos: cuerda
seca, cuenca o arista. Ese mismo siglo,
en Italia, se inició la producción de losas
de mayólica, sobre todo en Nápoles y
Faenza, cuyas composiciones pictóricas
tuvieron luego gran éxito en España y
Portugal, así como México y Perú.[44]
Estuco y yesería: el estuco se elabora
con pasta de cal (o yeso blanco), polvo
de mármol, arena lavada y caseína, en
distintas proporciones según la época y
el lugar. Sus dos principales
aplicaciones son como revestimiento o
como decoración, con distintos
grosores, generalmente más compactos
para el primer caso y más finos y
maleables para el segundo. Por su
parte, el yeso es un sulfato de cal
hidratado, que mezclado con agua
forma una pasta de color blanco, que
puede usarse tanto para la construcción
como para escultura y relieves. La
principal diferencia entre ambos es que
el yeso, al no tener polvo de mármol, es
más frágil y de menor calidad, aunque
su valor decorativo es similar.[45]

Como revestimiento polivalente y


elemento de compartimentación …

espacial
Gabinete de madera de nogal, marco de roble, chapa
de ébano, marquetería de concha, latón y estaño, y

bronce dorado, obra de André-Charles Boulle (c. 1690-


1710), Museo del Louvre, París

Carpintería y ebanistería: las artes de la


madera se utilizan tanto como
revestimiento dentro de la arquitectura
(artesonados, puertas, ventanas,
balcones, balaustres) —incluyendo
arquitecturas provisionales como
capelardentes y retablos— como en
elementos transportables (mobiliario).
Las dos principales técnicas son el
tallado y el torneado: el primero se
realiza con instrumentos punzantes
como el buril —en alto, medio, bajo o
huecorrelieve—, o bien en
ornamentación incisa; el segundo
supone un proceso de manipulación
mecánica más elaborado. En cuanto a la
ornamentación, existen diversos
procedimientos: intarsia, similar a la
taracea pero en madera; incrustación (o
marquetería), un tipo igualmente de
taracea pero más superficial, hecho con
cola (en estos casos las piezas
añadidas pueden ser de otro tipo de
madera u otros materiales,
predominantemente marfil, hueso, nácar
o metal); chapado, consistente en usar
una base de madera basta y
superponerle otra más fina de mayor
calidad; lacado, aplicación de la técnica
de la laca a la madera; policromado,
superposición de maderas de distintos
colores para crear efectos cromáticos;
dorado, combinación de madera y pan
de oro; esgrafiado, combinación de
dorado y policromado; pirograbado,
consistente en quemar la madera con
un metal incandescente; encorado,
madera forrada de cuero; y ensayalado,
madera forrada de tela.[46]
Metalistería: el metal (hierro, cobre,
bronce) se puede usar en solitario o
chapado sobre madera, generalmente
en elementos de cierre como puertas,
rejas y verjas. El bronce se suele fundir y
verter en moldes. El trabajo con hierro
(limonita, pirita o magnetita) se
denomina forja: se reduce con calor, del
que sale una pasta al rojo con la que se
hacen lingotes. Hay tres clases: hierro
colado, con mucho carbono, sílice,
azufre y manganeso, no sirve para forjar,
solo para fundir en molde; hierro dulce o
forjado, con menos carbono, es más
maleable y dúctil, se puede forjar, pero
es blando y desafilable; y acero, con
manganeso, tungsteno, cobalto y
wolframio, es más duro, para
instrumentos cortantes. El modelado se
realiza sin añadir ni quitar material, sino
que existen diversas técnicas
alternativas: estirar, ensanchar, hendir,
curvar, recalcar, etc. También se le
pueden dar efectos de dorado y
policromado.[47]

La Batalla de Hastings (c. 1066-1082), escena del


tapiz de Bayeux, Museo del Tapiz de Bayeux, Bayeux,
Francia
Francia

Artes textiles: se manifiestan


principalmente en tejidos y bordados.
Un tejido es una obra de telar
compuesta por varios hilos dispuestos
en trama y urdimbre. Los telares pueden
ser móviles (o «de cintura») o fijos
(vertical u horizontal). Según la
multiplicidad o el entrelazamiento de los
hilos se obtienen distintos tipos de
tejidos, como el tafetán, sarga, satén,
seda, terciopelo, etc. Estas telas pueden
ser naturales o estampadas, aplicando
tintes sobre el tejido. En cuanto a
tipologías, las más usadas en artes
decorativas son las alfombras y los
tapices y, en menor medida, los encajes.
Los bordados son labores en relieve
realizados con aguja sobre tejidos ya
confeccionados.[48]
Corioplastia: el trabajo del cuero tiene
dos modalidades principales: el
cordobán, cuero de cabra o macho
cabrío curtido, aparecido en Córdoba en
época andalusí, utilizado como
complemento para el mobiliario; y el
guadamecí, piel de carnero curtida y
labrada, y posteriormente policromada,
dorada o plateada, usada como
ornamento de retablos, doseles y altares
o como revestimiento de muros,
cortinas o muebles, a veces incluso
como alfombras. Hay diversas técnicas
para el trabajo del cuero: grabado,
repujado, rebajado, cincelado, tallado,
estampado, ferreteado, recortado, etc.
Sobre el cuero se pueden añadir
bordados, láminas de oro, plata o
estaño, o aplicaciones de herrajes o
clavos, y se puede policromar con
productos minerales (potasa) o
químicos (anilinas), o bien con pintura al
óleo o al temple.[49] Otras modalidades
son el tafilete, piel de cabra bruñida más
fina que el cordobán, empleada
preferentemente en encuadernación; y
el marroquí, piel de oveja usada sobre
todo en tapicería de muebles.[50]

Artes decorativas exentas …

Melancolía I (1514), grabado de Alberto Durero,


Galería Nacional de Arte de Karlsruhe

Miniatura: es un tipo de pintura de


pequeñas dimensiones realizada sobre
papel, pergamino o vitela, aunque puede
ser sobre otros soportes. La técnica
más corriente es la aguada, pigmentos
disueltos en agua de goma u otros
aglutinantes (goma arábiga, clara de
huevo, miel). Su soporte más habitual es
en libros, por lo general ilustraciones
que acompañan al texto escrito.[51]
Grabado: es una estampa obtenida
mediante una plancha o matriz. Hay
distintas técnicas:
Calcografía: grabado sobre cobre
realizado en hueco, en diversas
técnicas: aguafuerte, técnica de
grabado consistente en tratar las
partes de la plancha de metal no
protegidas por un barniz con «agua
fuerte» (ácido nítrico diluido en
agua); aguatinta, técnica
proveniente de una plancha de
metal cubierta con resina, que una
vez calentada se adhiere a la
superficie de la plancha, dibujando
posteriormente sobre esta
superficie con un tipo de tinta
especial, llamada aguatinta;
grabado a buril, se realiza sobre
plancha de cobre, con un buril, con
el que se perfila el dibujo,
rellenando los surcos con tinta;
grabado a punta seca, en esta
técnica la plancha se trabaja
directamente con una punta de
acero, diamante o rubí, sin recurrir a
barnices ni ácidos, con lo que se
obtiene unas líneas ásperas
llamadas «rebabas», diferentes
según la presión y el ángulo de
incisión, que a diferencia del buril
no corta el metal, sino que lo araña;
grabado a media tinta (mezzotinto),
se trabaja la plancha con un
rascador de varias puntas (rocker o
berceau), obteniendo un graneado
uniforme por entrecruzamiento de
líneas, con lo que se distinguen
tonos claros y oscuros.
Xilografía: grabado en madera
(generalmente cerezo o boj),
realizado sobre un boceto calcado
sobre la plancha de madera y
tallado con cuchillo, gubia, formón
o buril, vaciando de madera los
blancos y dejando en relieve los
negros; a continuación, se entinta
con un rodillo y se estampa, bien a
mano o bien con el tórculo.
Linograbado: técnica de grabado en
relieve similar a la xilografía, pero
utilizando linóleo en vez de madera.
Litografía: es un grabado sobre
piedra caliza, que se hace tratando
la superficie con un lápiz de materia
grasa para delimitar el dibujo y
realizando el grabado según dos
procedimientos: bañando con
ácido, para corroer la parte no
engrasada y dejar el dibujo en
relieve; o aplicando dos clases de
tinta acuosa y grasa, fijándose la
primera en el fondo y cubriendo la
segunda las líneas dibujadas a
lápiz. Fue inventado por Aloys
Senefelder en 1796.
Serigrafía: técnica por la cual se
obtienen impresiones filtrando los
colores por una trama de seda —o,
actualmente, nailon—, recubriendo
con cola las partes que no deben
filtrarse para impermeabilizarlas.
Fue inventado en China.[52]
Pala de oro (976), uno de los mejores exponentes de
la orfebrería bizantina, Basílica de San Marcos de
Venecia

Orfebrería: es el arte de confeccionar


objetos decorativos con metales nobles
o piedras preciosas, como el oro, plata,
diamante, perla, ámbar, coral, etc. Hay
diversas técnicas y modalidades:
Camafeo: es el tallado de figuras en
relieve sobre piedras duras
estratificadas, como el ágata, la
sardónica, el coral y la concha, que
por lo general poseen capas de
diversos colores, lo que
proporciona unos intensos
contrastes cromáticos.
Cincelado: consiste en trabajar el
metal precioso con un cincel,
realizando decoraciones ahuecadas
o trabajos de acabado, con cinceles
de distintas formas y grosores.
Damasquinado (o ataujía): sobre un
soporte metálico se traza el dibujo
con punta fina, luego se hace una
incisión con buriles y escalpelos y,
por último, se aplica una filigrana de
metales de diverso color.
Filigrana: se practica con hilos de
metal precioso, con los que se
elabora la pieza trenzando o
enroscando los hilos, hasta obtener
la forma deseada.
Fusión: son los trabajos ejecutados
a molde, elaborados de dos formas:
«fusión permanente», realizada con
un molde bivalvo, con la forma ya
trabajada, de piedra o terracota; «a
la cera perdida», donde se modela
el objeto en cera, al que se aplica un
embudo con respiraderos,
cubriéndose de creta, que una vez
seca se calienta hasta que expulse
la cera, llenándose luego del metal
fundido.
Granulado: es un procedimiento por
el que se obtienen minúsculas
esferas de oro con las que se
elaboran dibujos o decoraciones
geométricas.
Nielado: consiste en grabar un
dibujo sobre una lámina de metal —
generalmente plata—, rellenando
los surcos con el nielado, una
aleación de plata, cobre y plomo,
con azufre y bórax, que produce
una mezcla negra y brillante.
Opus interrasile: técnica de origen
romano que consiste en realizar
pequeñas incisiones en las láminas
de metal precioso, realizando una
función de calado que da a la obra
un aspecto de encaje.
Repujado: es la decoración en
relieve realizada sobre planchas de
oro, plata o cobre, trabajando el
revés de la plancha con martillo y
cincel.[53]
Vidrio y esmalte: existen diversos tipos
de vidrio: «vidrio sódico» (el más básico,
a partir de sílice), cristal (sílice y óxido
de plomo o potasio), «vidrio calcedonio»
(sílice y óxidos metálicos) y «vidrio
lácteo» (sílice, bióxido de manganeso y
óxido de estaño). La principal técnica
para trabajarlo es el soplado, donde se
le puede dar cualquier forma y espesor.
En cuanto a la decoración, puede ser
pintada, esgrafiada, tallada, con pinzas,
en filigrana, etc. El esmalte es una pasta
de vidrio (sílice, cal, potasa, plomo y
minio), sobre soporte de metal,
trabajado según diversas técnicas:
cloisonné, pequeños filamentos de oro o
cobre, con los que se dibuja la figura
sobre el soporte, para separar el
esmalte en tabiques; champlevé, que se
hace rebajando el soporte en alvéolos y
ahuecando el material en concavidades,
rellenadas con el esmalte; ajouré,
superficie de oro donde se recortan las
formas con sierras o limas, rellenando
con esmalte la parte eliminada.[54]

Porcelana de Sèvres: Vaso Clodion, ofrecido por


Luis XVIII a su hermano, futuro Carlos X (1817)
Cerámica: se realiza con arcilla, en
cuatro clases: barro cocido poroso rojo-
amarillento (alfarería, terracota,
bizcocho); barro cocido poroso blanco
(loza); barro cocido no poroso gris,
pardo o marrón (gres); barro cocido
compacto no poroso blanco medio
transparente (porcelana). Otras
variantes son la mayólica y la fayenza,
ambas de loza estannífera: el primer
término se emplea sobre todo en Italia y
el segundo en el resto de Europa. Se
puede elaborar de forma manual o
mecánica —con torno—, después se
cuece en el horno —a temperaturas
entre 400 °C y 1300 °C, según el tipo—, y
se decora con esmalte o pintura.[55] La
decoración puede ser: excisa,
aplicaciones en relieve hechas con
barro; incisa, un dibujo trazado sobre el
barro aún tierno; con moldes, aplicados
sobre la superficie blanda del barro;
pulimentación, efectuada sobre el barro
cocido; esgrafiado, aplicación de varios
colores que luego son rasgados según
el efecto deseado; y jaspeado, mezcla
de varios colorantes con una grasa,
creando vetas en la cerámica.[56]
Laca: es un barniz brillante, espeso y
sólido, que se extrae de resinas
minerales o vegetales y procedente del
Lejano Oriente. Este barniz se aplica
sobre objetos de diversos materiales:
madera, metal, cerámica, papel o cuero.
La técnica del lacado se inicia con una
primera aplicación de laca basta, que se
va cubriendo de varias capas de laca
fina, la última de las cuales será de la
tonalidad deseada; a continuación se
hace la decoración, que puede ser de
pintura con pincel, por tallado o incisión,
con incrustación de otros materiales, o
pulverizando oro o plata; por último, se
hace un lacado final con varias capas de
laca traslúcida.[57]
Olifante de Saint-Arnoul de Metz, tallado en marfil del
siglo  del sur de Italia

Eboraria: es el trabajo del marfil, que se


obtiene de los cuernos de elefante. Se
puede aplicar en taracea y, como obra
individual, en marfiles tallados, calados
y pintados. La talla comienza con el
corte del colmillo en piezas o «botes»,
con los que se da forma al objeto y
posteriormente se decora y, a veces, se
policroma. El calado es similar al
anterior, con una técnica más depurada
que imita la talla calada de la madera.
Los pintados solían ser placas de marfil
sobre un armazón de madera, sobre la
que se aplicaban pigmentos con
pincel.[58]
Azabachería: el azabache es una
sustancia fósil, una variedad del lignito,
de color negro y superficie brillante.
Generalmente son piezas pequeñas, que
se trabajan con lima y torno, en relieve o
tallado, con una fase final de
pulimentado. A menudo van unidas a
otras obras de escultura u orfebrería,
siendo bastante frecuente en artes
suntuarias.[59]
Plumería: las plumas son estructuras
queratinosas de la piel de las aves. Por
lo general, se unen a otros soportes —
generalmente tejidos— cosiéndolas,
pegándolas o ensamblándolas. Su
principal uso se dio en la América
precolombina.[60]
Cestería: una de las artesanías más
antiguas del mundo es la de recipientes
de fibras vegetales trabadas entre sí. La
técnica más antigua es la cestería en
espiral, elaborada con juncos, pajas o
fibras retorcidas en forma de cuerda y
arrolladas en espiral dándoles la forma
deseada, generalmente esférica u
ovoidal. Otra técnica es la del trenzado,
que se hace enrollando pleitas largas
cosidas con fibras. En tercer lugar, el
entretejido se consigue entretejiendo las
fibras sobre una armazón de
mimbres.[61]
Abanico: este instrumento para darse
aire ha sido frecuentemente objeto de
decoración y, en ocasiones, ha sido
colocado en interiores de casas como
objeto decorativo. Pueden ser rígidos,
pero la mayoría son plegables. Por lo
general se componen de una superficie
desplegable (país) de tela, papel, gasa,
encaje o cabritilla, con unas varillas
(guías) de madera, marfil, nácar, laca o
concha; las dos varillas de los extremos
se llaman palas. La parte descubierta de
las varillas (fuentes) puede decorarse
con calados, doraduras u otras
técnicas.[62]
Glíptica: es el arte de tallar piedras
preciosas o semipreciosas para la
confección de sellos, monedas o
medallas. Generalmente se hace en
camafeo o en entalle, y en ocasiones en
bulto redondo, por lo general en piezas
de pequeño tamaño. El trabajo de estas
piezas se realiza con abrasivos y
muelas de cabeza roma o afilada.[63]
Encuadernación: las cubiertas de un
libro tienen la función principal de
conservar su contenido de agentes
externos, si bien a menudo han sido
objeto de ornamentación. La unión de
los pliegues se puede hacer con
costura, encolado u otros
procedimientos. Las cubiertas pueden
ser de papiro, madera, piel, cuero
(dorado, cincelado o gofrado), cartón
piedra u otros materiales, a veces con
aplicaciones de esmalte, orfebrería o
eboraria.[64]
Relojería: este instrumento para medir el
tiempo ha sido a menudo objeto de
ornamentación y, con el tiempo, ha ido
evolucionando tanto en tecnología
como estilísticamente. Existen
numerosos tipos de relojes: de sol, de
agua (clepsidra), de arena, anular,
bracket, cartel, de abuelo, de banjo, de
caja alta, de carroza, de globo, de
linterna, de pedestal, esqueleto,
parlamentario, regulador, etc.[65]
Juguetería: los juguetes cumplen en
primer lugar la función práctica para la
que son creados, los juegos infantiles,
pero en ocasión han sido utilizados
como objetos ornamentales en la
decoración interior. Construidos en
numerosas tipologías y materiales, su
función utilitaria ha sido un
inconveniente en muchas ocasiones
para su conservación, motivo por el cual
es también difícil establecer una
evolución histórica. Algunas de las
modalidades más usadas en decoración
han sido las muñecas y casas de
muñecas, los autómatas, los títeres y
marionetas, los soldaditos de plomo, los
caballos de balancín, las cometas, las
reproducciones de armas, trenes y
automóviles, etc.[66]

Historia

Vaso campaniforme de Ciempozuelos, de arcilla


negra pulimentada con una capa de barro fino y
g y
decorada con motivos geométricos incisos rellenos
de pasta blanca, Museo Arqueológico Nacional,
Madrid

Prehistoria …

El arte prehistórico es el desarrollado por


el ser humano primitivo desde la Edad de
Piedra (Paleolítico superior, Mesolítico y
Neolítico) hasta la Edad de los Metales,
períodos donde surgieron las primeras
manifestaciones que se pueden
considerar como artísticas por parte del
ser humano.[67] En el neolítico comenzó la
producción de piezas de artesanía, ya que
las obras manufacturadas solían tener una
incipiente decoración, si bien no había una
conciencia plena de elaboración de
productos artísticos. Las primeras
manifestaciones que se podrían
considerar artes decorativas serían
algunas incipientes decoraciones
arquitectónicas y las primeras obras de
cerámica, así como el arte textil. Destacó
la llamada cerámica cardial, decorada con
impresiones de conchas (cardium),
presente en diversos puntos de Europa
occidental y oriental.[68]

El neolítico dio paso a la Edad de los


Metales, pues la utilización de elementos
como el cobre, el bronce y el hierro supuso
una gran transformación material para
estas antiguas sociedades. La metalurgia
del bronce apareció en Anatolia, desde
donde pasó a Chipre y Creta y,
posteriormente, el resto de Europa. La
mayoría de sus realizaciones eran de arte
mobiliar, preferentemente joyas y armas,
decoradas con motivos geométricos
abstractos.[69] En cerámica surgieron los
vasos campaniformes.[70] En la Edad del
Hierro destacaron las culturas de Hallstatt
(Austria) y La Tène (Suiza), vinculadas a
los pueblos celtas.[71]

Arte antiguo …
Cerámica esmaltada de la puerta de Istar, que
representa un animal fantástico con cabeza de
serpiente y patas de león y águila, Museo de Pérgamo,
Berlín

Puede llamarse así a las creaciones


artísticas de la primera etapa de la
historia, iniciadas con la invención de la
escritura, en las que destacan las grandes
civilizaciones del Próximo Oriente: Egipto y
Mesopotamia. También englobaría las
primeras manifestaciones artísticas de la
mayoría de pueblos y civilizaciones de
todos los continentes. En esta época
aparecieron las primeras grandes
ciudades, principalmente en cuatro zonas
delimitadas por grandes ríos: el Nilo, el
Tigris y el Éufrates, el Indo y el río Amarillo.

Mesopotamia …

El arte mesopotámico se desarrolló en la


zona comprendida entre los ríos Tigris y
Éufrates (actuales Siria e Irak), donde
desde el milenio IV a. C. se sucedieron
diversas culturas como los sumerios,
acadios, amorritas, asirios, caldeos, etc.
En Mesopotamia la carencia de piedra
llevó a la construcción con ladrillo y adobe,
materiales pobres que requerían un
revestimiento si se quería construir un
edificio más o menos estético, lo que se
lograba con apliques cerámicos que
decoraban templos y palacios.[72] Aquí se
inventaron las primeras herramientas de
alfarería, como el torno y el horno de dos
cámaras, cerca del 3400  a.C.[73] También
destacaron en orfebrería (tesoros de las
tumbas reales de Ur),[74] glíptica y metal
(puertas de Balawat).[75]

Egipto …
Máscara funeraria de Tutankamón (c. 1354-
1340 a. C.), Museo Egipcio de El Cairo

En Egipto surgió una de las primeras


grandes civilizaciones, con obras de arte
elaboradas y complejas que suponen ya
una especialización profesional por parte
del artista/artesano. Con un sistema
político fuertemente centralizado y
jerarquizado, su arte era intensamente
religioso y simbólico. Iniciado alrededor
del 3000 a. C., el arte egipcio perduró
hasta la conquista de Alejandro Magno, si
bien su influencia persistió en el arte
copto y bizantino.[76]

Una de sus mayores manifestaciones


dentro del marco arquitectónico fue la
pintura y el relieve policromado, que
decoraba tanto interiores como exteriores
de edificios, como se percibe en el palacio
de Tell el-Amarna (dinastía XVIII).[77] Los
egipcios lograron grandes avances
técnicos, especialmente en orfebrería,
como en el batido del oro, el cincelado, el
grabado a buril, el granulado y la
incrustación.[78] Destacan especialmente
las joyas encontradas en la tumba de
Tutankamón (dinastía XVIII), como su
máscara funeraria, de oro batido con
incrustaciones de pasta de vidrio y
lapislázuli, cuarzo y feldespato.[79] La
ebanistería era de maderas importadas
(ébano, cedro y ciprés), recubiertas a
menudo de oro o marfil.[80] En piedra
destacan las paletas de esquisto con
formas de animales o los vasos de caliza,
basalto o alabastro.[81] La cerámica se dio
en dos vertientes: alfarería, realizada con
torno desde el 3200 a. C. y loza fina,
empleada como revestimiento
arquitectónico.[82] La metalurgia egipcia
se centró en el cobre y el bronce, ya que el
hierro no se usó hasta época
grecorromana.[83] El tejido se centró en el
lino, tanto en el vestido como en tapices y
alfombras.[84]

Arte clásico …

Heracles en reposo, ánfora del pintor de Andócides, c.


520 a. C., Staatliche Antikensammlung de Múnich

Se denomina arte clásico al arte


desarrollado en las antiguas Grecia y
Roma, cuyos adelantos tanto científicos
como materiales y de orden estético
aportaron a la historia del arte un estilo
basado en la naturaleza y en el ser
humano, donde preponderaba la armonía y
el equilibrio, la racionalidad de las formas
y los volúmenes, y un sentido de imitación
(mímesis) de la naturaleza que sentaron
las bases del arte occidental, de tal forma
que la recurrencia a las formas clásicas ha
sido constante a lo largo de la historia en
la civilización occidental.[85]

Grecia …
En Grecia se desarrollaron las principales
manifestaciones artísticas que han
marcado la evolución del arte occidental.
Tras unos inicios donde destacaron las
culturas minoica y micénica, el arte griego
se desarrolló en tres periodos: arcaico,
clásico y helenístico.[86] Las artes
decorativas adquirieron por primera vez
una autonomía propia, desvinculada del
marco arquitectónico que condicionaba
las realizaciones egipcias o
mesopotámicas.[87]

En el arte minoico cabe destacar la


cerámica, en dos etapas: la de Kamarés
(siglos -  a. C.) y la «cerámica de los
segundos palacios» (c. 1500 a. C.).[88] En
el arte micénico se produjeron obras de
orfebrería de gran valor artístico, como los
vasos y las máscaras funerarias de oro
hallados en los círculos de tumbas de
Micenas.[86]

Del arte griego propiamente dicho destaca


la cerámica decorada con imágenes
pictóricas, generalmente alusivas a la
mitología griega pero también a escenas
históricas o incluso de la vida diaria, de la
que hay dos variantes principales: de
figuras negras sobre fondo rojo y de
figuras rojas sobre fondo negro.[89] Menos
usada fue la técnica de fondo blanco,
aparecida en Atenas en el siglo   a. C.[90]
Los griegos destacaron también en
orfebrería, vidrio y mosaico, con
innovaciones técnicas como el camafeo,
aparecido en Alejandría en el siglo   a. C.,
o el vidrio soplado, que surgió en la misma
ciudad en el siglo   a. C.[91]

Roma …

Mosaico de la Batalla de Isos (c. siglo   a. C.), Museo


Arqueológico Nacional de Nápoles
Con un claro precedente en el arte etrusco,
el arte romano recibió una gran influencia
del arte griego. Gracias a la expansión del
Imperio romano, el arte clásico
grecorromano llegó a casi todos los
rincones de Europa, norte de África y
Próximo Oriente, y sentó la base evolutiva
del futuro arte desarrollado en estas
zonas.[92]

Entre las artes decorativas romanas


destaca el mosaico, elaborado
generalmente en opus sectile, opus
vermiculatum u opus tessellatum.[93]
También destacó la terra sigillata, un tipo
de cerámica roja decorada con
estampación o mediante relieves hechos a
molde.[94] En el seno de la arquitectura
tuvo también gran importancia la pintura
ornamental, como se evidenció tras el
hallazgo de los restos de Pompeya.[95]
También fue corriente el uso del estuco,
una técnica en la que se consiguió un alto
grado de refinamiento en el modelado de
figuras y enmarques.[96] En el vidrio se
generalizó la técnica del soplado, con
variantes como el soplado en moldes, y se
obtuvo el vidrio transparente. Uno de los
mejores exponentes es el vaso Portland
(siglo  ).[97] La orfebrería destacó por su
suntuosidad, con gusto por los contrastes
cromáticos, en piezas de gran valor y
pericia técnica destinadas solo a las élites
con gran poder adquisitivo.[98] En
mobiliario destaca el triclinium —de origen
etrusco—, lecho donde los romanos se
recostaban a comer. Los muebles más
usados eran: sillas de respaldo inclinado
(cathedra), escabeles de sección redonda
con patas de tijera (sella) y armarios con
estantes interiores cerrados por dos
batientes.[99] En el textil destacó el uso de
la seda, importada de China, que a
menudo se decoraba con dibujos de hilos
de oro (aurum phrygium).[100]

Arte medieval …
Cátedra de Maximiano (c. 547), Museo Arzobispal de
Rávena

La caída del Imperio romano de Occidente


marcó el inicio en Europa de la Edad
Media, etapa de cierta decadencia política
y social, pues la fragmentación del imperio
en pequeños estados y la dominación
social de la nueva aristocracia militar
supuso la feudalización de todos los
territorios anteriormente administrados
por la burocracia imperial. Las nuevas
culturas dominantes —de origen
germánico— reinterpretaron el arte
clásico, mientras que la nueva religión, el
cristianismo, impregnó la mayor parte de
la producción artística medieval.[101]

Arte paleocristiano …

Es el arte de los primeros tiempos del


cristianismo, surgido en el seno del
Imperio romano, primero en la
clandestinidad y posteriormente de forma
oficial, tras la adopción del cristianismo
por el emperador Constantino I el año 313.
Se desarrolló notablemente el mosaico,
como el de la Pastoral celeste en el
Mausoleo de Gala Placidia (siglo  ).[102]
También destacó la miniatura, de la que se
distinguen dos escuelas: la helenístico-
alejandrina (Rollo de Josué, Biblioteca
Vaticana) y la siria (Evangeliario de Rábula,
Florencia).[103] Del resto de artes
aplicadas destacó la eboraria (cátedra de
Maximiano, Rávena),[104] el vidrio, el
bronce y el tejido, especialmente este
último en el arte copto.[105]

Arte bizantino …

Justiniano y su séquito, mosaico de San Vital de


á ( i l )
Rávena (siglo  )

Pese a la caída del Imperio romano de


Occidente, en Oriente perduró —conocido
como Imperio bizantino— hasta la
conquista de Constantinopla en 1453 por
los turcos otomanos. Heredero del arte
helenístico, el arte bizantino recogió las
principales tradiciones artísticas
orientales, de las que fue puerta de
entrada en Europa, donde el arte bizantino
influyó en el arte prerrománico y
románico.[106]

El arte bizantino heredó del paleocristiano


sus dos tradiciones musivarias, la
helenística y la siria: destacan los
mosaicos de San Demetrio de Salónica,
los de Santa Sofía de Constantinopla y los
de San Vital de Rávena.[107] Del resto de
artes aplicadas sobresalieron las textiles
—de inspiración sasánida— y la orfebrería,
en la que destaca el empleo del oro en
abundancia y del esmalte tabicado o
alveolado, con realizaciones como la Pala
de oro de San Marcos de Venecia o el
tesoro del Monte Athos.[108] El mobiliario
era más lujoso que en Occidente, con
incrustaciones de oro, plata y nácar, y
revestimientos con paños y cojines.[99]

Arte germánico …
Corona de Hierro de la reina Teodolinda (c. 590-600,
catedral de Monza), realizada según la tradición con
el hierro de uno de los clavos de la crucifixión de
Cristo

Los pueblos germánicos se asentaron en


el antiguo Imperio romano de Occidente
tras su caída en el año 476, fecha en que
se crearon numerosos reinos regidos por
diversas tribus, como los ostrogodos en
Italia, los visigodos en España o los
francos en Francia, cada uno con su
propia cultura y diversidad de estilos
artísticos.[109] Las principales
realizaciones de estos pueblos eran de
arte mobiliar, generalmente de carácter
suntuoso (fíbulas, armas, espuelas,
broches de cinturón) y con motivos
ornamentales alejados del naturalismo,
por lo general formas geométricas y de
entrelazo.[110]

En la península ibérica, el arte visigodo


destacó en orfebrería, sobre todo en
fíbulas, coronas y cruces, como los
hallados en los tesoros de Guarrazar
(Museo Arqueológico Nacional) y
Torredonjimeno (Museos Arqueológicos
de Madrid, Barcelona y Córdoba), de
influencia bizantina.[111]

Arte prerrománico …

Altar de San Ambrosio de Milán (c. 850), de Vuolvinus

Se denomina así a los múltiples estilos


desarrollados en Europa desde la
coronación de Carlomagno (año 800)
hasta alrededor del año 1000, donde la
aparición del románico supondrá la
divulgación de un mismo estilo unitario a
lo largo de todo el continente europeo.
Esta acepción es simplemente una forma
de englobar una serie de estilos
independientes y con pocos o ningún
factor común, con el único aglutinante de
ser predecesores de la
internacionalización del románico.[101]

Arte carolingio: es el desarrollado en el


Sacro Imperio Romano-Germánico
desde la coronación de Carlomagno el
año 800. Se desarrolló notablemente la
miniatura, en la que se distinguen varias
escuelas: la palatina, la de Tours, la de
Reims y la de Saint-Denis.[112] También
destacó la orfebrería, con cierta
influencia bizantina (altar de San
Ambrosio de Milán, obra de
Vuolvinus).[113]
Arte otoniano: se denomina así al
desarrollado en el Sacro Imperio
Romano-Germánico durante el reinado
de la dinastía otoniana (siglos - ). La
miniatura fue heredera de la carolingia,
especialmente de la escuela de Reims,
de nuevo con influencia bizantina. En
orfebrería continuó la tradición del
esmalte, con obras como el altar de
Basilea (Museo de Cluny), la cruz de la
abadesa Matilde (Essen) y la corona de
Conrado II (Viena).[114]
Arte celta: desarrollado en las islas
británicas, se desarrolló una escuela de
miniatura de influencia carolingia, con
un principal centro de producción en
Winchester (Pontifical de San
Aethelwold, British Museum). En
orfebrería merecen destacarse la
llamada joya del Rey Alfredo
(Ashmolean Museum, Oxford) y el
estuche de la campana de san Patricio
(Museo de Dublín).[115]
Arte vikingo: los pueblos de
Escandinavia elaboraron principalmente
arte mobiliar, por lo general armas,
fíbulas y cinturones, de los que
destacan las fíbulas con largas agujas y
las espadas con botón terminal y anillos
en la empuñadura, decorados en
damasquinado, tabicado y filigrana.[116]
Arte asturiano: con la invasión
musulmana de la península ibérica (711-
726) los cristianos se vieron reducidos a
la región de Asturias. El arte asturiano
se dio en el siglo  , en tres etapas:
prerramirense, ramirense y
posramirense, en función del reinado de
Ramiro I (842-850). Sobresale
igualmente la orfebrería, donde se
denota la influencia carolingia (cruz de
los Ángeles, cruz de la Victoria y caja de
las Ágatas de la Cámara Santa de la
Catedral de San Salvador de
Oviedo).[117]
Arte mozárabe: se denomina mozárabes
a los cristianos que vivían bajo la
dominación islámica y que, al pasar de
nuevo a territorio reconquistado por los
cristianos, practicaban un tipo de arte
de gran influencia islámica. Se
desarrolló sobre todo en el siglo  ,
principalmente al norte del Duero, en el
alto Ebro, sur de Galicia, Cantabria y
Pirineos. Cabe destacar en miniatura los
beatos, ilustraciones del Comentario al
Apocalipsis del Beato de Liébana, así
como las obras de orfebrería (cruz de
Santiago de Peñalba, Museo
Arqueológico de León; campana del
abad Sansón, Museo de Córdoba; cáliz
de Santo Domingo de Silos).[118]
Arte románico …

Tapiz de la Creación (siglo  ), Museo Catedralicio de


la Catedral de Gerona

El arte románico representa el primer


estilo de carácter internacional de la
cultura europea occidental, con una
identidad plenamente consolidada tras el
paso del latín a las lenguas vernáculas. De
carácter eminentemente religioso, casi
todo el arte románico estaba dirigido a la
exaltación y divulgación del cristianismo.
Surgido a mediados del siglo  , se
desarrolló fundamentalmente durante el
siglo  , a finales del cual empezó a
coexistir con el incipiente gótico.[119]

Dentro del marco arquitectónico tuvo una


gran relevancia la escultura ornamental,
especialmente la de los tímpanos de
fachadas de iglesias y la de los capiteles
de columnas.[120] El mosaico continuó
utilizándose especialmente en
pavimentos, como el de la Ascensión de
Alejandro de la catedral de Orvieto (1163-
1166) o los signos del zodíaco de la
basílica de San Miniato al Monte
(Florencia, 1207).[121] En la miniatura
predominaron dos escuelas: la italiana, de
influencia bizantina; y la inglesa, donde
descuella la escuela de Winchester.[122]

En esta época sobresalió la orfebrería, con


empleo abundante de oro y piedras
preciosas, como en el Relicario de los Tres
Reyes Magos (catedral de Colonia), obra
de Nicolás de Verdún, y el Cáliz de doña
Urraca (San Isidoro de León). También
tuvieron relevancia las labores textiles,
especialmente los bordados, como el
Tapiz de Bayeux (siglo  ) o el Tapiz de la
Creación de la catedral de Gerona
(siglo  ).[123] La vidriería se desarrolló
como cerramiento de vanos entre finales
del e inicios del , cuando fue objeto
igualmente de soporte para la plasmación
de programas iconográficos relacionados
con el cristianismo.[124] En metalistería
predominó el uso del bronce, como en las
puertas de la iglesia de San Miguel de
Hildesheim,[125] o de la catedral de
Verona.[126] El hierro se dio principalmente
en las rejas para coros.[127] En ebanistería
predominó la simplicidad y la severidad,
como correspondía a la religión
preponderante, el cristianismo, que
propugnaba la pobreza y la austeridad.
Proliferaron los arcones, que servían para
guardar ropa y, a la vez, como asiento.[128]

Arte gótico …

Custodia de la catedral de Toledo (1517-1524), de


Enrique de Arfe
El arte gótico[nota 1] se desarrolló entre los
siglos y , época de gran desarrollo
económico y cultural. El fin de la época
feudal supuso el afianzamiento de los
estados centralizados, con mayor
predominio de las ciudades sobre el
campo, al tiempo que un sector cada vez
mayor de la sociedad tenía acceso a la
cultura, que dejó de ser patrimonio
exclusivo de la Iglesia. El auge de las
universidades comportó un aumento de
los estudios científicos, filosóficos y
literarios, y sentó las bases de la cultura
moderna. Las artes decorativas tuvieron
gran relevancia durante el gótico,
favorecidas por las nuevas clases urbanas
de mercaderes y artesanos.[130]

Una de las principales especialidades del


gótico fue la vidriera, que a su función
iluminadora unió un aspecto simbólico de
trascendencia divina. La evolución de la
arquitectura gótica permitió la apertura de
amplios ventanales que colmaron de luz el
interior, que ganó en transparencia y
luminosidad.[131] Algunos exponentes
fueron los vitrales de las catedrales de
Chartres, Reims, Amiens o la Sainte-
Chapelle de París.[132]
La miniatura gótica se desarrolló
especialmente en Francia, con miniaturas
de rico cromatismo, empleo abundante del
oro y orlas de tipo vegetal (Salterio de la
reina Blanca de Castilla, Biblioteca del
Arsenal, París).[133] En la orfebrería
destacaron especialmente las custodias y
los relicarios, donde sobresale el nombre
de Enrique de Arfe (custodia de la catedral
de Córdoba, 1518; custodia procesional de
la catedral de Toledo, 1517-1524).[134] La
cerámica destacó en Faenza y Manises, y
el vidrio en Venecia y Cataluña.[134] En
metalistería destacó el taller de Dinant
(Bélgica). También cabe citar como obra
destacada las puertas de bronce del
baptisterio de Florencia, de Andrea
Pisano.[125] Se desarrolló notablemente la
rejería, sobre todo en España, como en las
obras del toledano Juan Francés.[135]

En esta época se desarrolló notablemente


el tapiz, con dos principales talleres en
París y Arrás. Una de las mejores
producciones es el Tapiz del Apocalipsis
(castillo de Angers, 1375-1379). Desde
finales del siglo  descollaron los talleres
flamencos.[136] En la ebanistería gótica se
puso de moda una decoración inspirada
en la arquitectura de las catedrales, con
ojivas, rosetas y ventanillas
polilobuladas.[137] El mueble más usado
fue el arcón, que servía tanto de armario
como de banco o mesa, confeccionados
generalmente en roble y armados con
herrajes.[138] De esta época proceden los
primeros grabados en Europa, realizados
con xilografía: el primero conservado es el
San Cristóbal del Museo Germánico de
Núremberg, de 1423. En la década de
1430 apareció la calcografía. El grabado
contribuyó a la popularización y
abaratamiento del arte, y permitió al
artista un nuevo medio de expresión.[139]

Arte de la Edad Moderna …


Salero de Francisco I de Francia (1539-1543), de
Benvenuto Cellini, Kunsthistorisches Museum, Viena

El arte de la Edad Moderna —no confundir


con arte moderno, que se suele emplear
como sinónimo de arte contemporáneo
—[nota 2] se desarrolló entre los siglos y
. La Edad Moderna supuso cambios
radicales a nivel político, económico,
social y cultural: la consolidación de los
estados centralizados supuso la
instauración del absolutismo; los nuevos
descubrimientos geográficos —
especialmente el continente americano—
abrieron una época de expansión territorial
y comercial, y supusieron el inicio del
colonialismo; la invención de la imprenta
conllevó una mayor difusión de la cultura,
que se abrió a todo tipo de público; la
religión perdió la preponderancia que tenía
en la época medieval, a lo que coadyuvó el
surgimiento del protestantismo; a la vez, el
humanismo surgió como nueva tendencia
cultural, dando paso a una concepción
más científica del hombre y del
universo.[141]

Renacimiento …
La nef Burghley (1527-1528), de Pierre Le Flamand,
nautilus con montura de plata semidorada, Victoria &
Albert Museum, Londres

El Renacimiento fue un estilo surgido en


Italia en el siglo  (Quattrocento), que se
expandió por el resto de Europa desde
finales de ese siglo e inicios del siglo 
(Cinquecento). Los artistas se inspiraron
en el arte clásico grecorromano, por lo que
se habló de «renacimiento» artístico tras el
oscurantismo medieval. Estilo inspirado
en la naturaleza, surgieron nuevos
modelos de representación, como el uso
de la perspectiva. Sin renunciar a la
temática religiosa, cobró mayor relevancia
la representación del ser humano y su
entorno.[141]

Las artes decorativas tuvieron un gran


auge debido al gusto por el lujo de las
nuevas clases adineradas. Muchos
artífices de «artes mayores» realizaron
obras de las consideradas decorativas:
diversos pintores hacen dibujos para
grabados, como Durero, Tiziano o Gentile
Bellini; Benvenuto Cellini o Hans Holbein
hacen diseños de orfebrería; Rafael
confecciona cartones para tapices.[142] La
tapicería destacó en Flandes, con obras
basadas en bocetos desarrollados por
pintores como Quentin Metsys o Bernard
van Orley.[143] El vidrio continuó con cotas
de gran calidad en Venecia (Murano). La
cerámica destacó en Italia (Gubbio,
Faenza, Urbino), Francia (Bernard Palissy)
y España (Talavera de la Reina,
Manises,[144] Cataluña).[145]

La orfebrería fue cultivada por escultores


como Lorenzo Ghiberti, Andrea del
Verrocchio o Benvenuto Cellini (salero de
Francisco I de Francia).[146] En España, la
familia Arfe (Antonio, hijo de Enrique, y su
hijo Juan) continuaron la confección de
custodias, ahora en estilo plateresco.[147]
En metalistería continuó el trabajo en
bronce especialmente en puertas
decoradas con relieves escultóricos, como
las segundas y terceras puertas del
baptisterio de Florencia, obra de Lorenzo
Ghiberti, o las puertas de los pies de la
catedral de Pisa, de Giambologna.[125] La
rejería continuó en España con motivos
platerescos, como en la obra de fray
Francisco de Salamanca y Cristóbal de
Andino, o puristas, como la obra de
Francisco de Villalpando.[148] La
ebanistería incorporó materiales preciosos
como el marfil y la madreperla, apliques en
hueso, pinturas al temple con motivos
heráldicos o alegóricos, o relieves con
panes dorados y plateados. En esta época
se introdujo el uso de bocetos para el
diseño del mueble (Francesco Salviati). En
esta época continuaron las mismas
tipologías que en el periodo medieval, pero
con una decoración de estilo clásico.[149]

En esta época se desarrollaron


notablemente las artes gráficas,
especialmente gracias a la invención de la
imprenta. Aparecieron o se perfeccionaron
la mayoría de las técnicas de grabado:
calcografía (aguafuerte, aguatinta,
grabado al buril, grabado a media tinta o
grabado a punta seca), linograbado,
xilografía, etc. En Alemania destacó la
obra de Durero, especialista en la técnica
del buril, aunque también realizó
xilografías. En Francia, el grabado fue
practicado por la escuela de
Fontainebleau. En Flandes surgieron
notables grabadores en la ciudad de
Amberes, como los hermanos Wierix o
Hieronymus Cock.[150]

Barroco …
Victoria de la Eucaristía sobre el Paganismo, tapiz
sobre un cartón de Peter Paul Rubens, monasterio de

las Descalzas Reales (Madrid)

El Barroco[nota 3] se desarrolló entre el


siglo  y principios del . Fue una
época de grandes disputas en el terreno
político y religioso, en la que surgió una
división entre los países católicos
contrarreformistas, donde se afianzó el
estado absolutista, y los países
protestantes, de signo más parlamentario.
El arte se volvió más refinado y
ornamentado, con pervivencia de un cierto
racionalismo clasicista pero con formas
más dinámicas y efectistas, con gusto por
lo sorprendente y anecdótico, por las
ilusiones ópticas y los golpes de
efecto.[152]

En general, las artes decorativas barrocas


destacan por su recargamiento,
suntuosidad y carácter pomposo, con
predominio de la línea curva frente a la
recta, gusto por los contrastes lumínicos y
los efectos ilusionistas, un cierto carácter
escenográfico y de apariencia,
minuciosidad del detalle, uso de
materiales diversos y mixtificación de
técnicas, y un gusto por lo exótico que se
pone de manifiesto en la importación de
productos del Lejano Oriente y,
posteriormente, en su imitación
(chinoiseries y japonesairies).[153] En
algunos países surgieron variedades
estilísticas concretas, como los estilos
Luis XIV y Regencia en Francia o los
estilos jacobino, Restauración, Guillermo y
María y Reina Ana en Inglaterra.
Diseños de mobiliario de André-Charles Boulle

Las artes decorativas tuvieron una gran


expansión en el siglo  , debido
principalmente al carácter decorativo y
ornamental del arte barroco. En Francia, el
lujoso proyecto del palacio de Versalles
conllevó la creación de la Manufacture
Royale des Gobelins —dirigida por el pintor
del rey, Charles Le Brun—, donde se
manufacturaban todo tipo de objetos de
decoración, principalmente mobiliario,
tapicería y orfebrería. La confección de
tapices tuvo un significativo incremento en
su producción y se encaminó a la
imitación de la pintura, con la colaboración
en numerosos casos de pintores de
renombre que elaboraban cartones para
tapices, como Simon Vouet, el propio Le
Brun o Rubens en Flandes.[154] La
orfebrería también alcanzó niveles de
elevada producción, especialmente en
plata y piedras preciosas. La cerámica y el
vidrio continuaron generalmente con las
mismas técnicas de elaboración que en el
período renacentista: destacaron la
cerámica blanca y azul de Delft (Holanda)
y el vidrio pulido y tallado de Bohemia.[155]
En metalistería destacaron los trabajos de
forja franceses, especialmente rejas y
barandillas, como en los palacios de
Versalles, Saint-Cloud y Chantilly. En
bronce destacan el baldaquino de San
Pedro y la cátedra de San Pedro, ambos de
Gian Lorenzo Bernini.[156]

En esta época destacó especialmente la


ebanistería, que se caracterizó por las
superficies onduladas (cóncavas y
convexas), con volutas y diversos motivos
como cartelas y conchas. En España
surgió el bargueño, cofre rectangular con
asas, con numerosos cajones y
compartimentos, así como el sillón
llamado frailero (o misional en
Hispanoamérica). A finales del siglo 
se desarrolló en los Países Bajos la
técnica de la marquetería. La edad de oro
de la ebanistería se produjo en la Francia
de los Luises, donde se alcanzaron altos
niveles de calidad y refinamiento, sobre
todo gracias a la obra de André-Charles
Boulle.[157] Las artes gráficas tuvieron una
gran difusión durante el Barroco,
continuando el auge que este sector tuvo
durante el Renacimiento. Las técnicas
más empleadas fueron el aguafuerte y el
grabado a punta seca,[158] En el siglo 
en las que destacaron Guido Reni, Claude
Lorrain, Abraham Bosse, Jacques
Bellange, Jacques Callot, Peter Paul
Rubens, Lucas Vorsterman I, Anton van
Dyck, José de Ribera, Francisco Ribalta,
Francisco Herrera el Viejo y,
especialmente, Rembrandt.[158]

Rococó …

Gabinete de Porcelana del Palacio Real de Aranjuez,


de Giuseppe Gricci (1765)

El rococó[nota 4] se desarrolló en el
siglo  —en convivencia a principios de
siglo con el Barroco y, a finales, con el
neoclasicismo—, y supuso la pervivencia
de las principales manifestaciones
artísticas del Barroco, con un sentido más
enfatizado de la decoración y el gusto
ornamental, que son llevados a un
paroxismo de riqueza, sofisticación y
elegancia.[160] Estilísticamente, en Francia
se dieron los estilos Luis XV y Luis XVI. En
1766 se fundó en Francia la École
Nationale Supérieure des Arts Décoratifs,
el primer centro de formación en artes
decorativas de renombre.

Las artes decorativas tuvieron especial


relevancia, ya que el rococó fue un arte de
aire burgués dedicado a la ostentación y el
lujo.[161] Se desarrolló notablemente el
interiorismo, con especial énfasis en el
mobiliario, los espejos, las sedas, los
tapices y los objetos de porcelana. Esta
última tuvo una gran difusión, sobre todo
la de Meissen y la de Sèvres, con
delicados motivos ornamentales,
preferentemente de estilo oriental.[162] En
España continuó la producción de
cerámica en Talavera, Alcora y Manises,
donde se puso de moda un tipo de zócalo
de azulejos con escenas de caza o
paisajes.[163]
Pareja de bustos de porcelana de Alcora (c. 1750), de
Julián López, Museo del Diseño de Barcelona

El vidrio tuvo igualmente un gran auge, con


Venecia todavía al frente de la producción,
así como Bohemia, donde se consiguió un
vidrio transparente e incoloro que
sustituyó al cristal de roca usado desde el
Renacimiento. El tapiz tuvo un gran centro
de producción en Lyon, donde se pusieron
de moda los motivos orientales y exóticos
(chinescos, indianos, turquescos).[164] En
España adquirieron notoriedad los tapices
de la Real Fábrica de Tapices de Santa
Bárbara (creada en 1720), algunos de ellos
diseñados por Goya.[165] La orfebrería
tuvo igualmente un centro difusor en
Francia, donde destaca la obra de Juste-
Aurèle Meissonnier.[166] En metalistería
destacan las rejas de hierro para la plaza
Stanislas de Nancy, obra de Jean Lamour
(1750-1758).[167]

En ebanistería, el estilo Luis XV francés


fue una etapa de transición entre Barroco
y rococó, de carácter más íntimo y
reservado, con proliferación de saloncitos
y tocadores con mobiliario de líneas
suaves y tamaño más reducido, decorados
con bronce y palisandro y marqueterías de
formas geométricas de color claro sobre
fondo oscuro; uno de sus mejores
exponentes fue Jean-Henri Riesener.[168]
En el Reino Unido destacó la obra de
Thomas Chippendale, quien dio origen al
llamado «estilo Chippendale» (segunda
mitad del siglo  ), caracterizado por el
eclecticismo, con mezcla de elementos
góticos, rococó, palladianos y
chinescos.[169] En esta época apareció la
litografía, nueva modalidad de grabado
sobre piedra caliza, inventada por Aloys
Senefelder en 1796. Fue usada por
pintores como Goya, Gainsborough o
Géricault.[170]
Neoclasicismo …

Trono de Napoleón en el Senado francés (1804,


François-Honoré-Georges Jacob-Desmalter),
exponente del estilo Imperio

El auge de la burguesía tras la Revolución


francesa favoreció el resurgimiento de las
formas clásicas, más puras y austeras, en
contraposición a los excesos
ornamentales del Barroco y rococó,
identificados con la aristocracia. A este
ambiente de valoración del legado clásico
grecorromano influyó el hallazgo
arqueológico de Pompeya y Herculano,
junto a la difusión de un ideario de
perfección de las formas clásicas
efectuado por Johann Joachim
Winckelmann, quien postuló que en la
antigua Grecia se dio la belleza perfecta, lo
que generó un mito sobre la perfección de
la belleza clásica que aún condiciona la
percepción del arte hoy día.[171] En
Francia se dieron los estilos Directorio e
Imperio, mientras que en el Reino Unido se
desarrolló el estilo georgiano —llamado
así por los reinados de Jorge I, Jorge II y
Jorge III—, seguido por el estilo Regencia.
Su equivalente en Estados Unidos fue el
estilo federal. Las artes decorativas
vuelven a los temas clásicos (laurel,
guirnaldas, esfinges) y al colorido austero,
muchas veces monocromo, con
volúmenes compactos y formas
sencillas.[172]

En cerámica destaca la obra de Josiah


Wedgwood, que creó un tipo de loza de
color crema que tuvo gran éxito
internacional. Continuó también la
porcelana de Sèvres, esta vez imitando
temas antiguos.[173] En vidrio, la francesa
Vidriería Real de San Luis elaboró piezas
de cristal potasa a imitación de la
cristalería bohemia (façon de Bohême),
mientras que en la propia Bohemia
continuó con éxito su producción de
cristalería de gran calidad, con un estilo
más sobrio que en la época rococó.
También prosperó el vidrio veneciano,
especialmente con unas opalinas blancas
que imitaban la porcelana.[174] La
orfebrería evolucionó como el resto de las
artes a formas más austeras y temáticas
de inspiración clásica.[175] En las artes del
metal cabe destacar la reja del Palacio de
Justicia de París (1783-1785) y la reja del
coro de Notre-Dame de París (1809).[176]
La ebanistería retornó a formas más
clásicas, representada principalmente en
el Reino Unido por Robert Adam, George
Hepplewhite y Thomas Sheraton.[177] En
Francia, con el llamado estilo Directorio
(1795-1805) se volvió a un tipo de mueble
más sobrio, con preponderancia de lo
constructivo sobre lo decorativo y el uso
de los colores puros de la madera frente a
los tonos pastel del rococó. El estilo
Imperio se desarrolló en la Francia
napoleónica, de donde pasó al resto de
Europa, sustituyendo la sobriedad por la
ostentación y el lujo, con un estilo
suntuoso, con preferencia por temas
exóticos y orientales, preferentemente
egipcios (égyptiennerie), debido a la
campaña napoleónica en Egipto (1798-
1801).[178]

Arte contemporáneo …

Habitación egipcia, del libro Household Furniture &


Interior Decoration, de Thomas Hope, Londres (1807).
En esta obra Hope acuñó el término «decoración de
interiores», dando inicio al interiorismo[179]
Entre finales del siglo  y principios del
se sentaron las bases de la sociedad
contemporánea, marcada en el terreno
político por el fin del absolutismo y la
instauración de gobiernos democráticos —
impulso iniciado con la Revolución
francesa— y, en lo económico, por la
Revolución Industrial y el afianzamiento
del capitalismo, que tendría respuesta en
el marxismo y la lucha de clases. En el
terreno del arte, comienza una dinámica
evolutiva de estilos que se suceden
cronológicamente cada vez con mayor
celeridad, que culminará en el siglo  con
una atomización de estilos y corrientes
que conviven y se contraponen, se influyen
y se enfrentan.

En esta época se inicia en el terreno de las


artes decorativas el diseño moderno. La
nueva era industrial había puesto al
alcance de la población multitud de
objetos que antes eran manufacturados,
construidos en serie sin un especial
interés en su ornamentación. En reacción
a ello, movimientos como el Arts & Crafts y
el modernismo revalorizaron de nuevo el
objeto como obra singular e iniciaron una
nueva forma de elaboración de los
mismos basada en un diseño previo, lo
que les confería, pese a su posterior
fabricación industrial en muchos casos, un
nuevo valor de origen intelectual. Uno de
los factores que propiciaron la rápida
difusión del diseño fue el gran aumento de
los medios de comunicación de masas,
junto a la celebración de eventos
especiales como las exposiciones
universales. Estos factores, unidos al
incremento de un número cada vez mayor
de público capaz de adquirir obras de arte
y artesanía, propició un ambiente cada vez
más dinámico e interrelacionado que
comportó un aspecto de popularización
del gusto, propiciando las corrientes de
moda que tanta importancia tendrían en el
siglo  .[180]
Siglo XIX …

Romanticismo E…

Salón estilo Biedermeier (c. 1825), de Leopold Zielcke,


Berlín

El romanticismo fue un movimiento de


profunda renovación en todos los campos
artísticos, con una especial valoración de
la cultura popular, lo exótico y el retorno a
formas artísticas menospreciadas del
pasado, especialmente las medievales. En
Francia coincidió con el estilo
Restauración y el Luis Felipe, en el Reino
Unido con el primer victoriano, en
Alemania el Biedermeier y en España con
el fernandino y primer isabelino.

El estilo Restauración (1815-1830)


sucedió al estilo Imperio, con el que
mantuvo una cierta línea de continuidad.
Su principal rasgo estilístico continuó
siendo el clasicismo, aunque de líneas
más pesadas y toscas.[181] Le sucedió el
estilo Luis Felipe (1830-1848), que heredó
sus premisas pero con un aire más
pesado y ostentoso, más declaradamente
burgués, con un mobiliario de inspiración
gótica y renacentista.[182] El estilo
victoriano evolucionó estilísticamente del
romanticismo al neogótico y Arts & Crafts,
con tendencia a una ornamentación
compleja y recargada y, en mobiliario,
predilección por la curva y las superficies
mullidas.[183] En Alemania y Austria surgió
el estilo Biedermeier (1820-1840),[nota 5]
inspirado en estilos anteriores como el
gótico, el Renacimiento, el rococó, el
pompeyano y el Luis XVI.[185] En España,
los estilos fernandino e isabelino se dieron
sobre todo en mobiliario: el primero
recibió la influencia del Restauración
francés y el Regencia inglés, aunque más
pesado y con mayor énfasis por la
practicidad, y gusto por las formas
rectangulares;[186] el segundo se inspiró
en el Biedermeier, con gusto por el lujo y la
ostentación, aunque sin renunciar al
confort y la funcionalidad.[187]

Historicismo E…

Indiscret estilo Segundo Imperio, Museo del Louvre,


París
La arquitectura historicista se basó en el
eclecticismo y en el revival de estilos
anteriores reinterpretados según
conceptos modernos, lo que produjo
movimientos como el neorrománico, el
neogótico, el neobarroco, etc. La
inspiración en estos estilos del pasado
llevó a una mayor preocupación por la
exactitud histórica, por imitar a la máxima
perfección todos los detalles del estilo
replicado. Para ello se acudió con
asiduidad tanto a referencias
bibliográficas como a exponentes
museísticos de esos estilos. En 1857 se
fundó el Victoria & Albert Museum de
Londres con el objetivo de establecer los
parámetros fundamentales para definir las
premisas fundamentales del diseño
contemporáneo.[188]

Una de las mayores fuentes de inspiración


fue el pasado medieval, como se denota
en la decoración del castillo de
Neuschwanstein, promovido por el rey Luis
II de Baviera.[188] El neogótico surgió en
Reino Unido ya a mediados del siglo  ,
pero se desarrolló especialmente en el ,
con variedades locales como el estilo
Troubadour y Segundo Imperio en Francia
y el isabelino en España. Se dio
especialmente en el mobiliario, pero
también en otros detalles ornamentales
aplicados a la arquitectura. El neogótico
influyó en el modernismo de finales de
siglo, especialmente en Cataluña.[189] Uno
de los mayores teóricos de este
movimiento fue Eugène Emmanuel Viollet-
le-Duc, mientras que como diseñador
destacó el arquitecto Augustus Welby
Northmore Pugin, quien diseñó muebles,
joyas y platería basados estrictamente en
precedentes medievales.[189] En Reino
Unido hubo a mediados de siglo un revival
del estilo Reina Ana, que consistió en la
elaboración de reproducciones —
especialmente mobiliario y platería— de
aquel período, como se denota en las
sillas y mesas de patas cabriolé.[190] Uno
de sus máximos exponentes fue Edward
William Godwin, arquitecto y diseñador
vinculado al movimiento esteticista, muy
influido por el arte japonés, hasta el punto
que diseñó un tipo de mobiliario llamado
«anglo-japonés».[191]

Arts & Crafts E…

Silla de Arthur Heygate Mackmurdo (1883), Museo de


Arte del Condado de Los Ángeles
En el último tercio del siglo  tuvo
especial relevancia el movimiento
británico Arts & Crafts (Artes y Oficios),
promovido por John Ruskin y William
Morris. Esta corriente defendía una
revalorización del trabajo artesanal y
propugnaba el retorno a las formas
tradicionales de fabricación, estipulando
que el arte debe ser tan útil como
bello.[192] Tras los planteamientos de
Ruskin y Morris, Charles Robert Ashbee
fue el principal organizador del
movimiento. En 1888 fundó la Guild and
School of Handicraft en Toynbee Hall
(Londres), donde diseñó mobiliario,
platería y metalistería en un estilo cercano
al modernismo.[193]

En la órbita de Morris trabajó Arthur


Heygate Mackmurdo, fundador del taller
Century Guild de decoración de interiores,
donde elaboró muebles que destacaron
por las líneas y ángulos rectos, como su
famosa silla de 1881.[194] En Estados
Unidos, este movimiento —llamado allí
American Craftsman— estuvo
representado por Gustav Stickley,
diseñador de un tipo de mobiliario sencillo
y funcional, sin adornos, que empezó a
construir en serie, con vistas a una mayor
comercialización de sus productos.[195]
En general, estos artistas abandonaron el
neogótico por un estilo más sencillo, ligero
y elegante, inspirado en parte en el estilo
Reina Ana. En la década de 1890 se
recibió la influencia modernista, pero poco
después Philip Webb retornó a un estilo
más rústico y austero. Hacia 1900 el
movimiento se fue diluyendo,
principalmente por la contradicción
generada por el hecho de que su
producción artesanal encarecía el
producto y solo podían vender a clientela
selecta, lo que chocaba con su ideario
cercano al socialismo utópico, mientras
que para llegar a las masas habrían tenido
que recurrir a la fabricación seriada, lo que
contravenía su defensa de la artesanía
manual.[196]

Modernismo E…

Alegoría de la III Exposición de Bellas Artes e


Industrias Artísticas de Barcelona (1890-1903), de
Antoni Rigalt, vidrio emplomado con pintura de
grisalla y esmalte, Museo del Diseño de Barcelona

El modernismo fue un movimiento


arquitectónico que surgió hacia 1880 en
varios países, en función del cual recibió
distintos nombres: Art Nouveau en Francia,
Modern Style en Reino Unido, Jugendstil en
Alemania, Sezession en Austria, Liberty en
Italia y modernismo en España, país en el
que destacó el modernismo catalán.
Perduró hasta el inicio de la Primera
Guerra Mundial.[9] Este estilo, por su
carácter ornamental, supuso una gran
revitalización de las artes decorativas, con
una nueva concepción más enfocada en el
acto creador y en la equiparación con el
resto de artes plásticas, hasta el punto de
que sus artífices plantearon por primera
vez la «unidad de las artes». El diseño
modernista planteaba en general la
revalorización de las propiedades
intrínsecas de cada material, con unas
formas de tipo organicista inspiradas en la
naturaleza.[197] Aunque teóricamente se
oponía al historicismo, se inspiraron en
numerosos estilos del pasado,
especialmente el arte medieval, el celta, el
oriental y el rococó. Por otro lado, algunos
diseños de Hector Guimard apuntaban al
arte abstracto, mientras que Henry Van de
Velde, iniciado en el modernismo, supone
la transición entre el modernismo y el
diseño industrial.[198]
Dragón de trencadís del parque Güell (1900-1903), de
Antoni Gaudí

Un claro exponente de arquitecto


preocupado por el interiorismo fue Antoni
Gaudí, que diseñó muchos de los muebles
para sus obras, tanto civiles como
religiosas, realizó diseños de forja (como
su famoso dragón de los pabellones
Güell), e innovó en el terreno del mosaico
con su técnica del trencadís, un tipo de
aplacados de cerámica hecha con piezas
de desecho que disponía en
combinaciones originales y fantasiosas,
como su banco ondulante del parque
Güell.[199] Otros arquitectos que realizaron
diseños ornamentales fueron Victor Horta,
Hector Guimard (creador de la reja para
las estaciones de metro de París, que se
convirtió en uno de los iconos visuales del
Art Nouveau),[200] Charles Rennie
Mackintosh, Josef Hoffmann y Joseph
Maria Olbrich. También hubo referentes en
la pintura y la ilustración, como Alfons
Mucha, Koloman Moser y Émile-Victor
Prouvé.

En vidrio, Émile Gallé realizó piezas con


incrustaciones de hojas de oro o plata,
placas de mica y fibras de asbesto,
inspiradas en la naturaleza.[201] Louis
Comfort Tiffany recibió la influencia de
Gallé, desde la que innovó técnica y
estilísticamente, como en su Favrile Glass,
una técnica de vidrio soplado y
posteriormente irisado por exposición a
humos de metal fundido.[202] René
Lalique, orfebre y vidriero, elaboró obras
más sencillas, lejos de las formas
sinuosas de moda hasta entonces,
generalmente con una producción
seriada.[202] En orfebrería destacó
también Peter Carl Fabergé, creador de
piezas de gran fantasía entre las cuales
destacan sus «huevos de Pascua», que
confeccionaba para la familia real
rusa.[203] El mobiliario destacó por su
diseño armonioso y proporcionado, con
predominio de las formas ondulantes.
Algunos de sus mejores exponentes
fueron: Arthur Liberty, Henry Van de Velde,
Émile Gallé, Louis Majorelle, Carlo Bugatti
y Gaspar Homar.[204] En cerámica destacó
Auguste Delaherche, autor de porcelana y
jarrones de gres decorados con
barnices.[205] En tapicería, Hermann Obrist
diseñó bordados de formas vegetales que
tuvieron gran éxito, especialmente el
conocido como El látigo.[206]

Siglo XX …
Póster de la Prima Esposizione Internazionale d'Arte
Decorativa Moderna (Turín, 1902)

En el siglo  las artes decorativas


tuvieron una rápida evolución, marcada
por el uso de nuevos materiales y
tecnologías más avanzadas. Con una clara
apuesta por el diseño como base
creadora, en esta centuria se remarcó el
aspecto intelectual de estas creaciones
frente a la mera realización material
otorgada tradicionalmente a la artesanía.
Sin embargo, la producción en serie de los
objetos ornamentales llevó a afirmar a
expertos como Gérald Gassiot-Talabot que
«las artes decorativas han muerto»,
circunstancia que sitúa en los años 1930,
con movimientos como la Bauhaus y los
primeros diseños industriales.[207] Un
elemento coadyuvante sería el factor
moda resultante del consumismo como
motor de cambio y evolución del nuevo
diseño industrial, que resultaría en el
nuevo concepto del styling —representado
fundamentalmente por Raymond Loewy—,
que incide en el aspecto comercial del
producto.[208]
Técnicas tradicionales E…

Silla roja y azul, de Gerrit Thomas Rietveld (1923)

Las artes decorativas tradicionales


continuaron en más o menos medida,
aunque a menudo relegadas al concepto
de artesanía frente al nuevo diseño
industrial. El mosaico tuvo un nuevo
renacer en Italia gracias a la obra del
escultor Gino Severini, quien fundó un
taller en París en 1951 que posteriormente
se convertiría en la Escuela de Bellas
Artes Gino Severini.[209] En cerámica
también se exploraron nuevas técnicas y
materiales. Como en otros campos, se
vinculó con artistas de reconocido
prestigio, como Georges Rouault, Raoul
Dufy, Pablo Picasso y Joan Miró. Este
último, en colaboración con el ceramista
Josep Llorens i Artigas, realizó grandes
murales cerámicos como los de la sede de
la Unesco en París, la Universidad de
Harvard, la Fundación Maeght y el
aeropuerto de Barcelona.[210]
La vidriera siguió dos vías: la tradicional y
la que utiliza nuevas técnicas y materiales,
como el cemento armado en vez del
emplomado y el plástico o el poliéster en
vez del vidrio.[211] En cuanto a cristalería,
perduró el vidrio de Murano (Venecia), así
como el de Bohemia, que hizo un esfuerzo
de renovación a través del vidrio tallado.
En Finlandia, Tapio Wirkkala fabricó vidrios
con burbujas y, en Suecia, se elaboró vidrio
con decoración grabada figurativa o
abstracta.[212] En la orfebrería el material
más utilizado fue el diamante, así como
las piedras preciosas.[213]
El mobiliario siguió un diseño más
funcional, con utilización de nuevos
materiales como el acero, el aluminio y el
plástico. Algunos exponentes, como la
silla cantilever de Mart Stam, el sillón de
acero tubular de Marcel Breuer o la silla-
corola de plástico diseñada por Eero
Saarinen, iniciaron el diseño industrial en
mobiliario. Un claro exponente del nuevo
mobiliario de diseño innovador fue la
famosa silla roja y azul de Gerrit Thomas
Rietveld (1923), de formas geométricas y
colores primarios. La madera fue
nuevamente revalorizada en los países
nórdicos, con artífices como Alvar Aalto,
Kaare Klint y Børge Mogensen, así como
en Estados Unidos con Charles
Eames.[214] La tapicería se acercó
notablemente a la pintura, ya que muchas
obras de pintores como Georges Rouault,
Pablo Picasso, Georges Braque, Raoul
Dufy, Henri Matisse, Fernand Léger o Joan
Miró fueron llevadas al telar. En cambio,
Jean Lurçat renovó el tapiz y lo devolvió a
su concepto inicial, ligado a la arquitectura
—que es su marco original— y alejado de
la pintura.[215]

El grabado fue practicado por numerosos


pintores, como Pierre Bonnard, Maurice
Denis, André Derain, Max Slevogt, Henri
Matisse, Marc Chagall, Vasili Kandinski,
Paul Klee, Pablo Picasso, Joan Miró,
Salvador Dalí, Willem de Kooning, Jackson
Pollock, Andy Warhol, Roy Lichtenstein,
Eduardo Chillida y Antoni Tàpies. Los
métodos más empleados fueron la
xilografía, la litografía y el aguafuerte, y se
desarrollaron nuevas técnicas como el
aguatinta al color y la serigrafía, así como
la impresión offset.[216]

Art déco E…
Diseño de objetos de uso art déco Pal-Bell, de
Maurice Ascalon

En 1925 se celebró en París la Exposition


Internationale des Arts Décoratifs et
Industriels Modernes, que supuso el punto
de arranque del art déco.[nota 6] En
realidad, la exposición de 1925 fue la
oficialización de un movimiento que se
llevaba gestando hacía unos años —desde
el fin de la Primera Guerra Mundial— como
estilo sucesor del modernismo: en 1919
Louis Süe y André Mare crearon la
Compagnie des Arts Français,
caracterizada por un mobiliario de
inspiración tradicional pero exuberante
decoración. Este estilo, que perduró hasta
el inicio de la Segunda Guerra Mundial,
supuso una revolución para el interiorismo
y las artes gráficas e industriales. Se
caracterizó por la predilección por la línea
curva y el floreado simétrico en artes
gráficas, y las formas cuadradas y
geométricas en mobiliario y decoración
interior. Dirigido principalmente a un
público burgués, destacó por la
ostentación y el lujo, y se desarrolló
notablemente en ilustración publicitaria
(Erté) y cartelismo (Cassandre).[218] Sin
embargo, el aspecto kitsch de muchas de
sus producciones provocó que fuese
denostado por las corrientes de
vanguardia y no fue hasta los años 1960
cuando fue revalorizado por movimientos
como el pop art, que buscó inspiración en
algunas de sus obras.[219]

Uno de los terrenos donde más floreció


este estilo fue el mobiliario, donde
destacó Jacques Émile Ruhlmann,
decorador y diseñador de muebles de gran
sentido comercial, siempre atento en
captar lo último en tendencias de
moda.[220] En orfebrería destacan algunas
producciones del modernista René Lalique
realizadas en esta época, mientras que
otro nombre destacable fue Jean
Puiforcat, que realizó piezas de platería de
gran calidad, de aspecto austero pero
lujoso.[221] En metalistería cabe citar a
Jean Dunand, autor de piezas de metal y
laca, con un diseño geométrico,
generalmente jarrones incrustados de oro,
plata, esmalte u otros materiales.[222] En
vidrio, Maurice Marinot realizó
preferentemente cuencos y frascos de
concepción más ornamental que práctica,
con formas escultóricas de aspecto
macizo, con o sin color, a veces
esmaltados y, en ocasiones, con dibujos
realizados al aguafuerte.[223]

Bauhaus E…
 

La silla Wassily, de acero cromado, diseñada por


Marcel Breuer en 1925

Uno de los movimientos más innovadores


en el terreno del diseño fue la Escuela de
la Bauhaus[nota 7] que, frente a la excesiva
ornamentación del art déco, introdujo un
concepto de diseño más racional y
funcional, más adaptado a las
necesidades reales de la gente. Esta
escuela pretendía romper las barreras
entre arte y artesanía, con una clara
apuesta por la producción industrial.
Nació en 1919, cuando el arquitecto
Walter Gropius asumió la dirección de la
Escuela de Artes y Oficios de Weimar, que
rebautizó como Das Staatliche Bauhaus
Weimar. Su objetivo era «la obra de arte
colectiva, el Edificio, dentro de la cual no
haya barreras que separen las artes
estructurales de las artes
decorativas».[225] Los estudiantes de la
escuela aprendían teorías de la forma y
del diseño, así como talleres de piedra,
madera, metal, barro, vidrio, tejido y
pintura. Gropius rechazaba la producción
industrial, con una postura cercana al
movimiento Arts & Crafts, y defendía el
trabajo cooperativo, así como la
responsabilidad social del diseñador. La
Bauhaus se trasladó a Dessau en 1925 y a
Berlín en 1932. A Gropius sucedió en la
dirección Hannes Meyer en 1928 y, a este,
Ludwig Mies van der Rohe en 1930. La
escuela fue cerrada por los nazis en
1933.[225]

Su diseño se basaba en la simplicidad, la


abstracción geométrica y el uso de
colores primarios y de nuevas tecnologías,
como se hizo patente en el mobiliario de
acero tubular creado por Marcel Breuer, la
silla Barcelona de Ludwig Mies van der
Rohe, los muebles de conglomerado de
Alvar Aalto, o las lámparas diseñadas por
Marianne Brandt. En esta escuela
destacaron creadores como László
Moholy-Nagy, Oskar Schlemmer,
Johannes Itten, Paul Klee, Josef Albers,
Vasili Kandinski, Lilly Reich, Gerhard
Marcks o Wilhelm Wagenfeld.[226]

Diseño industrial E…

Sillón Eames Lounge, de Charles y Ray Eames (1955)


En el siglo  el diseño industrial llevó al
interiorismo a la vía de la creación
intelectual y el diseño funcional, con un
progresivo aumento de la experimentación
con nuevos materiales (plástico, fibra de
vidrio) y una mayor atención a las
necesidades de mercado.[227] Aunque no
hay una definición unánimemente
aceptada, por lo general se considera el
diseño industrial como el diseño de
productos concebidos para ser fabricados
en serie mediante procesos mecánicos
(cadenas de montaje). De forma
intrínseca, un diseño industrial debe ser
planificado en su totalidad antes de entrar
en el proceso de fabricación, sin
posteriores manipulaciones.[228]

En Alemania, arquitectos y diseñadores


como Peter Behrens, Richard
Riemerschmid y Bruno Paul, y talleres y
asociaciones como Deutsche Werkstätten
y Deutsche Werkbund, sentaron las bases
del diseño industrial en una primera fase.
Tomó el relevo la Bauhaus, donde el
diseño industrial pasó al ámbito
académico, y sus postulados fueron
igualmente adoptados por la arquitectura
racionalista (o Estilo Internacional). Tras la
clausura de la Bauhaus por los nazis en
1933 la mayoría de sus componentes se
trasladó a Reino Unido o Estados Unidos,
países que recogieron el testigo del diseño
industrial. Tras la Segunda Guerra Mundial,
los ideales de la Bauhaus fueron
retomados en Alemania por Max Bill,
fundador de la Hochschule für Gestaltung
en Ulm (1951).[229] En Francia el pionero
fue el arquitecto Le Corbusier, quien
proclamó la «absoluta autonomía
expresiva de los objetos producidos
industrialmente» y señaló como aspectos
básicos del nuevo diseño la pureza de
líneas, la funcionalidad de los materiales y
la luminosidad de las superficies.[230] En
Estados Unidos fue pionero Frank Lloyd
Wright, hasta la eclosión del diseño en los
años 1930 con figuras como Henry
Dreyfuss, Raymond Loewy y Walter Dorwin
Teague. En esa década se establecieron
también algunos maestros de la Bauhaus
como Ludwig Mies van der Rohe, Walter
Gropius y László Moholy-Nagy, quienes
enseñaron a una nueva generación de
diseñadores. Posteriormente destacaron
Charles Eames, George Nelson y Harry
Bertoia.[231]

Posteriormente, en Europa el diseño


industrial tuvo dos corrientes principales:
la escandinava y la italiana. La primera,
representada por Arne Jacobsen, Alvar
Aalto, Eero Saarinen y Poul Kjærholm,
tenía sus raíces en el arte popular y se
basaba en la naturalidad y sencillez de las
formas como premisa fundamental del
diseño. Por su parte, el diseño italiano era
más audaz y extravagante, con
predilección por el colorido vivo, uso de
materiales artificiales como la resina, el
plástico y el conglomerado, así como el
acero y materiales más «nobles» como el
mármol. Fue representado principalmente
por Ettore Sottsass, Joe Colombo y Gae
Aulenti.[232]

Nuevas tendencias E…
 

Silla diseñada por Verner Panton (1960)

Desde la Segunda Guerra Mundial las


artes decorativas tradicionales y el diseño
industrial han convivido con nuevas
corrientes de la vanguardia artística que,
ocasionalmente, han hecho incursiones en
el campo del diseño. Uno de los estilos
artísticos que se internaron en este
terreno fue el pop art, surgido en Reino
Unido y Estados Unidos en torno a 1955
como movimiento de rechazo al
expresionismo abstracto, con un marcado
componente de inspiración popular.
Destaca el mobiliario diseñado por Verner
Panton o el del equipo italiano formado
por Jonathan de Pas, Donato d'Urbino y
Paolo Lomazzi, creadores de la silla
inflable Blow (1967) y el Sofá de Joe
(1971).[233] Otro movimiento interesado
por el diseño fue el arte abstracto
orgánico, que se caracteriza por la
utilización de formas redondeadas
inspiradas en la naturaleza. Uno de sus
principales representantes fue Isamu
Noguchi, autor de muebles, lámparas y
otros objetos elaborados con una
concepción escultórica, como su famosa
mesa de café con base madera y tablero
de cristal (1947).[234]

Entre las décadas de 1950 y 1960 se dio el


Italia el estilo llamado Neoliberty, con
predominio de las líneas curvas,
representado por Gae Aulenti, Franco
Albini, Vittorio Gregotti y Carlo
Mollino.[235] También en esas fechas se
dio en Italia el llamado techno-chic, un
estilo lujoso y brillante aplicado sobre todo
al mobiliario y la iluminación, con empleo
de materiales como el cuero, el cromo y el
plástico.[236] Entre los años 1960 y 1970
hubo una tendencia en la arquitectura y el
diseño conocida como «antidiseño»
(también «contradiseño» o «diseño
radical»), representada por el estudio
británico Archigram y los italianos
Archizoom y Superstudio. Una de sus
mejores realizaciones fue la silla Mies de
Archizoom (1969).[237]

Desde 1975 predominó el arte


posmoderno, llamado así por oposición al
arte moderno, ya que se asume el fracaso
de los movimientos de vanguardia como
el fracaso del proyecto moderno. Este
movimiento supone el retorno a las
formas y estilos tradicionales del arte que,
sin embargo, son reinterpretados y
mezclados de forma libre y arbitraria.
Destacaron diseñadores como Ettore
Sottsass, Alessandro Mendini, Michele de
Lucchi y Philippe Starck, así como en las
artes gráficas Wolfgang Weingart, Neville
Brody y Javier Mariscal.[238]

Siglo XXI …

Silla Clover (2006), de Ron Arad, Indianapolis Museum


of Art
El nuevo milenio se inició con un hilo de
continuidad con la centuria anterior, tanto
en la pervivencia de las técnicas
tradicionales, cada vez más relegadas a la
consideración de artesanía, como en la
evolución del diseño industrial.
Estilísticamente, al inicio del siglo
continuó predominando el arte
posmoderno, aunque también se notó la
influencia de movimientos arquitectónicos
como el high-tech y el deconstructivismo.
Un fenómeno social de la transición de
siglo fue el nuevo concepto de mobiliario
automontable y venta de productos de
diseño por catálogo o en grandes
almacenes, que tuvo su paradigma en la
empresa sueca Ikea, fundada en 1943 por
Ingvar Kamprad. En general, la tendencia
del nuevo milenio ha sido la del
eclecticismo, la mezcla de estilos, así
como la búsqueda de la sencillez y el
confort. En el interiorismo se denotó
asimismo una mayor preocupación por la
sostenibilidad medioambiental y un gran
auge del uso de nuevas tecnologías. Entre
los diseñadores más destacados de la
transición de siglo cabe citar a Ron Arad,
cercano al deconstructivismo, quien
elabora obras de materiales reciclados
con una apariencia escultórica; y Andrée
Putman, diseñadora de estilo ecléctico
que mezcla elementos rococó, high-tech y
posmodernos.[239]

Arte no occidental …

África …

Cabeza moldeada en bronce (siglo  ), obra del


pueblo yoruba, Ife, Nigeria

El arte africano ha tenido siempre un


marcado carácter mágico-religioso,
destinado más a ritos y ceremonias de las
diversas creencias animistas y politeístas
africanas que no a fines estéticos, aunque
también hay producciones de signo
ornamental. La mayoría de producciones
en el terreno de las artes decorativas se
han dado en cerámica, joyería y tejidos, así
como objetos de metalurgia.[240]

En la región sudanesa (desde la sabana de


la costa hasta el Chad) destacan las urnas
funerarias, vasos de terracota y joyas de
bronce (pendientes, pectorales, brazaletes
y anillos). El arte de la madera fue
practicado por los dogon de Malí, los bobo
de Burkina Faso y los senufo,
especialmente unos taburetes con patas
con forma de figuras humanas.[241] En la
región guineana (Costa de Marfil, Ghana,
Benín, Nigeria y Camerún) se han
producido interesantes obras de cerámica,
especialmente en Benín, con vasijas
modeladas a mano y cocidas de forma
precaria, de color rojo o blanqueadas con
cal y decoración lineal. También destaca
en esta región la orfebrería, especialmente
en las tribus ashanti. También elaboraban
objetos de hierro, cobre, bronce y latón. En
cuanto a la madera, fue practicada en todo
tipo de objetos y mobiliario, especialmente
los tronos y asientos rituales de Camerún
y Benín. Otros artes practicados en la
región fueron la eboraria, el tejido y la
cestería.[242] En el área congoleña
(República Centroafricana, Congo,
República Democrática del Congo y
Angola) se practicó la metalistería, en la
que destacan los jarros mangbetu (Congo
central) de forma globular y cuello en
forma de cabeza humana femenina.
Destacó también el trabajo de la madera,
presente en máscaras, tambores,
cabeceras, asientos, copas, peines, cofres,
cubiletes y otros objetos. En el tejido Kuba
destaca el llamado «terciopelo de Kasai»
practicado por los bakuba, elaborado con
palma y decorado con cuadrados, rombos
y triángulos. En cestería son remarcables
las canastillas para plátanos de los
bakwele del Congo.[243]

Oceanía …

Hei tiki de Nueva Zelanda

El arte oceánico está marcado por la


multiplicidad de territorios insulares que
jalonan el océano Pacífico, donde
destacan las islas de Australia y Nueva
Zelanda, así como tres principales áreas
de islas y archipiélagos: Polinesia,
Melanesia y Micronesia. La primera
cultura desarrollada en la zona fue la
lapita (1500-500 a. C.), originada en Nueva
Caledonia y extendida por Nueva Guinea y
Polinesia occidental (islas Salomón,
Vanuatu, Fiyi, Tonga y Samoa,
principalmente). Se caracteriza por su
cerámica decorada con motivos dentados
hechos con peines o púas, así como
objetos de obsidiana y conchas. Entre el
500 a. C. y el 500 d. C. continuó la
colonización hacia Micronesia, Melanesia
y Polinesia oriental (islas Sociedad,
Marquesas, isla de Pascua, Hawái),
aunque en estas primeras fases no se han
hallado numerosos vestigios, excepto
algunos utensilios y abalorios,
principalmente de conchas.[244]

Con posterioridad, cada área regional


desarrolló distintas formas de arte: en
Nueva Guinea se producía un tipo de
cerámica decorada con espirales incisas,
así como muebles de madera, mosaicos
de plumas de ave, cajas de bambú y
calabazas pirograbadas; en las islas
Salomón se han encontrado pendientes de
concha con incrustaciones de nácar,
maderas talladas usadas como adorno en
piraguas y vasos de madera con dibujos
grabados; en Nueva Zelanda era
característico en los objetos ornamentales
el uso de espirales y el horror vacui,
encontrados en maderas talladas usadas
en piraguas, cajas y bajorrelieves de las
casas, así como los pendientes de jade
llamados hei tiki; en las islas Samoa
destaca la producción de tejidos de
corteza vegetal (tapa) decorados con
dibujos, generalmente losanges o
ajedrezados; en las islas Hawái se
confeccionaban cuencos y platos de
madera sostenidos por cariátides, así
como vestidos y cascos adornados con
plumas, como el manto del rey
Kamehameha, de 3,50 m de largo por
2,50 m de ancho.[245]

Arte precolombino …

Cerámica escultórica con motivos eróticos de la


cultura moche, Museo Larco Herrera, Lima, Perú

Se denomina arte precolombino al


producido en el continente americano
antes del descubrimiento de América por
Cristóbal Colón en 1492. Aquí florecieron a
lo largo del tiempo diversas culturas, entre
las que destacan los mayas y aztecas en
México y los incas en Perú.[246]

Colgante tairona de tumbaga (aleación de oro y


cobre), Museo del Oro, Bogotá

Una de sus principales manifestaciones


fue la cerámica, realizada sin torno, en
modelado o vaciado. En México se han
hallado urnas funerarias y vasos con
cabeza de forma caricaturizada entre los
toltecas, vasos mixtecas, vasos y trípodes
mayas o las máscaras de terracota
totonacas. Pero las mejores realizaciones
son del Perú, con unos primeros
exponentes en la cultura de Chavín, en la
de los mochicas, los chimús y en Nazca,
hasta desembocar en los mayas, entre los
que destacan las ánforas puntiagudas con
dos asas, con decoración pintada de tipo
geométrico.[247] La orfebrería tuvo gran
relevancia en las culturas precolombinas,
especialmente en Perú, donde está
constatado el trabajo del oro desde el
siglo   a. C. y la plata desde el
siglo   a. C.[248] En México destaca el
tesoro hallado en la tumba 7 de Monte
Albán, donde se halló un pectoral de oro
que representa al dios de los muertos
Mictlantecuhtli. En Colombia, donde se
halla una buena muestra en el Museo del
Oro de Bogotá, destacan los pectorales
antropomorfos de la cultura quimbaya, así
como las piezas de tumbaga, una aleación
de oro y cobre. En Ecuador se trabajó por
primera vez el platino.[249] En Perú surgió
una notable industria textil, quizá la
primera del mundo —hay vestigios del
siglo   a. C.—, hilada con telar con hilos
de casi doscientos colores distintos.[250]
Se elaboraban tapices, gasas y brocados,
con motivos ornamentales tanto
figurativos como abstractos y
geométricos.[251]
En América del Norte vivieron diversas
tribus adaptadas a los múltiples hábitats
de este continente, tales como regiones
árticas, selvas, desiertos, bosques y
praderas. Aunque cada una de ellas tenía
su propia idiosincrasia artística, en general
practicaban un arte mobiliar
confeccionado con materiales como
pieles, fibras vegetales, plumas, piedra,
madera, cobre, mica, conchas, púas de
puerco espín, etc. Las principales técnicas
practicadas eran la cerámica, el textil y la
cestería. Uno de los elementos típicos de
las tribus nómadas eran los tipis, unas
tiendas realizadas generalmente de piel de
búfalo y dibujadas con emblemas tribales
y familiares. La cerámica se desarrolló
especialmente en el suroeste americano,
con piezas notables entre la tribu de los
mimbres, autores de unos cuencos
decorados con pinturas de pájaros,
animales y seres humanos.[252]

Asia …

Vasija china de porcelana de la dinastía Qing (1723-


1735), British Museum, Londres
China E…

El arte chino ha tenido una evolución más


uniforme que el occidental, con un
trasfondo cultural y estético común a las
sucesivas etapas artísticas, marcadas por
sus dinastías reinantes. Como la mayoría
del arte oriental tiene una importante
carga religiosa (principalmente taoísmo,
confucianismo y budismo) y de comunión
con la naturaleza. Al contrario que en
Occidente, los chinos valoraban por igual
la caligrafía, la cerámica, la seda o la
porcelana, que la arquitectura, la pintura o
la escultura, a la vez que el arte está
plenamente integrado en su filosofía y
cultura.[253] El arte en China se suele
periodificar según sus dinastías
gobernantes: Shang (1600-1046 a. C.),
Zhou (1045-256 a. C.), Qin (221-206 a. C.),
Han (206 a. C.-220 d. C.), período de las
Seis dinastías (220-618), Tang (618-907),
Song (960-1279), Yuan (1280-1368), Ming
(1368-1644) y Qing (1644-1911).

Placa de cinturón de jade con dragón, dinastía Yuan


(siglo  )
Una de las principales expresiones de las
artes decortivas chinas es la cerámica: los
primeros vestigios son de época neolítica,
alrededor del 2500 a. C. En época Shang
se hacían vasijas de arcilla fina decorada
por incisión, y durante la dinastía Zhou
apareció una protoporcelana de gres
vidriado con feldespato y un caolín
impuro. En época Han se dio un tipo de
cerámica esmaltada con un barniz
plomífero. Durante la dinastía Ming se dio
un tipo de porcelana blanca translúcida de
gran perfeccionamiento técnico. Por
último, en época Qing se elaboraron
piezas tanto monocromas como
policromas, con una predilección temática
por las escenas pintorescas.[254] También
destacó el jade, que se trabaja en China
desde el milenio III a. C., usado como
objeto ritual, ornamento, joya, amuleto,
adorno de espadas o hebilla de
cinturones.[255]

Incensario de cloisonné con forma de qilin, dinastía


Qing

La orfebrería es escasa, debido a la


pobreza del territorio chino en oro y plata.
La mayor producción fue durante la
dinastía Tang, sobre todo collares,
pendientes y brazaletes con abundancia
de perlas. De época Song destacó el uso
de la filigrana, y los Yuan destacaron en
platería. La dinastía Qing mantuvo los
estilos anteriores, en piezas de gran
suntuosidad con abundancia de perlas,
jade, coral y otros materiales
preciosos.[256] En el trabajo del metal
sobresalen las obras en bronce, del que se
crearon notables realizaciones ya desde el
1700 a. C. Además de vasos, se
elaboraban cascos y armas, campanas,
calderos-trípode (jue), espejos, cuchillos y
cubiertos. En época Zhou proliferó el vaso
hu, de grandes dimensiones. En época
Han el bronce se volvió más suntuoso, con
incrustaciones de materiales preciosos.
Durante la dinastía Ming comenzó la
decoración de vasijas de bronce en
esmalte cloisonné.[257]

El mobiliario presenta dos tipologías


principales: el cofre o caja y el bastidor,
generalmente con un diseño de corte
arquitectónico y estructura rectangular, de
formas simples y austeras. Los Tang
tenían un mobiliario más lujoso, con
incrustaciones de oro, plata, nácar o
marfil, en ocasiones lacados.[258] Otro
gran exponente de las artes decorativas
chinas es la laca, que se elabora desde el
siglo   a. C. El apogeo de la laca fue
durante la dinastía Han, período en el que
se perfeccionó la técnica, a veces con oro,
plata o incrustaciones de nácar.[259] En
cuanto al arte textil destaca la seda,
descubierta en China en el milenio III a. C.
Floreció especialmente desde la dinastía
Han, período en el que comenzó a
exportarse a través de la ruta de la
seda.[260]

Japón E…
 

Porcelana de Imari (siglo  )

El arte japonés ha estado marcado por su


insularidad, aunque a intervalos ha ido
recibiendo la influencia de las
civilizaciones continentales, sobre todo de
China y Corea. Gran parte del arte
producido en Japón ha sido de tipo
religioso: a la religión sintoísta, la más
típicamente japonesa, formada alrededor
del siglo  , se añadió el budismo en torno
al siglo  , forjando un sincretismo
religioso que aún hoy perdura. Como el
arte chino, el japonés está imbuido de un
profundo amor a la naturaleza, lo que se
ha traducido en ocasiones en algunos
objetos artísticos en una austeridad
decorativa motivada por su imitación de
los objetos naturales.[261] El arte japonés
se divide en períodos históricos: Jōmon
(5000-200 a. C.), Yayoi
(200 a. C.-200 d. C.), Kofun (200-600),
Asuka (552-646), Nara (646-794), Heian
(794-1185), Kamakura (1185-1392),
Muromachi (1333-1573), Momoyama
(1573-1615), Edo (1615-1868) y Meiji
(1865-1911).
 

Biombo de seis paneles del siglo 

En Japón, durante el período Jōmon, se


produjo la cerámica más antigua
producida por el ser humano (7000 a. C.),
hecha a mano y decorada con incisiones o
impresiones de cuerda.[262] En época
Kofun (hacia el siglo  ) aparece el trabajo
en torno, probablemente por influencia
coreana. Durante el período Kamakura se
inició la producción de la que sería la
cerámica más típicamente japonesa, con
un centro productor de gran relevancia, el
taller Seto en Owari. En época Muromachi
la influencia del budismo zen comportó la
creación de la ceremonia del té, que
motivó un gran auge de la cerámica. En el
período Momoyama la cerámica alcanzó
un momento de gran apogeo, con Seto
como uno de los primeros centros de
producción. En el período Edo la cerámica
tuvo uno de sus mayores centros de
producción en Kioto, con influencia del
arte chino y coreano, y se produjeron las
primeras porcelanas, con un primer centro
productor en Arita.[263]

En metalistería destacaron notablemente


en el trabajo del bronce, empleado desde
la época Yayoi en la elaboración de
campanas, armas, espejos y otros objetos
litúrgicos y utilitarios,[264] mientras que el
hierro se dio principalmente en armaduras
y espadas (katana).[265] La madera se usó
escasamente para muebles, ya que la
tradición japonesa es sentarse o estirarse
en esteras de paja de arroz, aunque se dan
mesas de escasa altura, cofres,
estanterías, escritorios y otras
modalidades menores.[266] Un elemento
relevante es el biombo, una mampara
movible de armazón de madera y paneles
de tapicería, papel, cuero, laca u otros
materiales.[267] Como en China, el arte
japonés destacó en la laca, en la que se
solían elaborar armarios, relicarios,
biombos, cajas y cofres, máscaras,
instrumentos musicales, etc. Como
autores, en época Momoyama destaca el
nombre de Honami Kōetsu y, en el período
Edo, Ōgata Kōrin.[268] En arte textil
destaca el trabajo de la seda, cuya
principal tipología es el kimono.[269]

India E…

Olla y bandeja con estampado de flores, cristal de


roca, oro y gemas (c. 1800), Museo Walters, Baltimore
El arte indio tiene un carácter
principalmente religioso, que sirve como
vehículo de transmisión de las distintas
religiones que han jalonado la India:
hinduismo, budismo, islamismo y
cristianismo, principalmente. El
subcontinente indio no ha dado una
producción tan copiosa en artes
decorativas como las vecinas China o
Japón, por un lado por su historia de
división en pequeños reinos, a menudo
con ocupaciones extranjeras, así como el
hecho de que la mayoría de la población
no podía permitirse la posesión de
productos suntuosos, reservados a una
élite aristocrática; y, por otro lado, por el
carácter perecedero de muchas de sus
producciones, especialmente madera y
tejido, en unas condiciones climatológicas
no muy favorables, debido a los
monzones.[270]

La cerámica es de escasa relevancia,


principalmente utensilios de barro de
carácter utilitario. Lo más renombrable
son los vasos pintados de la cultura del
Indo (Harappa, Mohenjo-Daro). En época
Gupta se dieron relieves y baldosas de
terracota para decorar templos. Ya en
época mogol se introdujo la porcelana de
tipo islámico.[271] Destacó más la
orfebrería: en la cultura del Indo se hallan
collares y brazaletes de oro y perlas. En
Gandhāra se han encontrado joyas de
influencia helenística, realizadas por
incisión, repujado, alveolado, incrustación
o filigrana. En la India también hubo una
gran producción de jade que, a diferencia
del chino, suele llevar incrustaciones de
esmalte o piedras preciosas con una
montura de oro.[272] El bronce fue
trabajado desde la época de la cultura del
Indo: en Mohenjo-Daro se halló una
estatuilla de bailarina de bronce vestida de
joyas. Desde el siglo   a. C. se trabajó
también el acero, principalmente en
armas, a veces damasquinadas de oro y
plata.[273]

La madera se empleó poco en mobiliario,


ya que eran más habituales las esteras o
los asientos de caña o bambú. La
presencia del mueble se dio más en el
ámbito religioso, especialmente mesas y
cofres, donde se denota una cierta
influencia del Oriente Próximo. En época
colonial se dio un tipo de mobiliario de
estilo indoportugués, caracterizado por el
empleo de maderas oscuras con
incrustaciones de oro o marfil, así como el
indoholandés, de ébano y maderas claras
lacadas.[274] En cuanto al tejido, se trabajó
la lana y el algodón para vestidos y
tapices, mientras que la seda se
importaba de China.[275] Cabe destacar
también de época mogol la miniatura, que
se desarrolló en libros lujosamente
decorados, que eran considerados objetos
de gran valor. Uno de los mejores
miniaturistas fue Basawan, creador del
estilo clásico de la miniatura mogol, de
corte narrativo. [276]

Arte islámico …
 

Bote de Zamora (964), píxide de marfil omeya, Museo


Arqueológico Nacional, Madrid

Con la Hégira de Mahoma en el año 622


surgió una nueva religión, el islamismo,
que tuvo una rápida difusión desde el
Próximo Oriente por el norte de África
hasta la península ibérica, así como por la
zona de los Balcanes tras la caída del
Imperio bizantino en 1453. Con el tiempo,
la nueva religión aglutinó a una gran
diversidad de pueblos y culturas, por lo
que su arte fue el reflejo de esta
disparidad, lo que produjo numerosas
manifestaciones y variantes estilísticas
según la región donde se produjese.[277]
En el arte islámico tuvieron un gran
desarrollo las artes decorativas, debido
principalmente a la prohibición de la
representación de seres vivos, que restó
uno de los motivos principales de la
pintura y la escultura. A ello se añade la
consideración de la arquitectura como un
mero oficio, no como un arte, por lo que
las artes decorativas se convirtieron en la
principal manifestación artística
islámica.[278] Los principales períodos
históricos y artísticos dentro del Islam
fueron el omeya, abásida, selyúcida,
timúrida, safávida y otomano en Próximo
Oriente; tuluní, fatimí, ayubí y mameluco
en Egipto; y omeya, almorávide, almohade
y nazarí en Al-Andalus.[279]

Arqueta de Hišām II (976), de madera recubierta de


plata repujada, nielada y dorada, catedral de Gerona

En arquitectura se empleó mucho el


estuco, que llegó a cotas de gran
perfección técnica, especialmente en la
época abásida y en el norte de África, así
como en la España musulmana, donde se
encuentra en la Aljafería de Zaragoza y en
la Alhambra de Granada, y donde influyó
en el arte mudéjar.[280] La cerámica fue
heredera del ladrillo esmaltado del
Próximo Oriente, al tiempo que también
denota la influencia china. Destaca
también la azulejería, empleada
profusamente en las mezquitas de
Estambul. En Al-Andalus se dio una
cerámica de reflejo metálico, con una
especial calidad en los talleres de Málaga,
Paterna y Manises.[281]
El vidrio islámico fue de mucha mayor
calidad que el elaborado coetáneamente
en la Europa medieval, al ser heredero de
los talleres de soplado de Egipto y Siria, de
tradición helenística.[282] La orfebrería fue
escasa, principalmente sortijas y
pendientes, de influencia irania.[283] La
metalistería se dio principalmente en
cobre y bronce, en menor medida en
hierro.[284] El mobiliario ha sido escaso en
el ámbito musulmán, debido a su
predilección por la alfombra. La mayoría
de muebles eran para el ámbito religioso,
como mesas, pupitres para la lectura del
Corán y púlpitos (almimbares). También se
practicó la eboraria, especialmente en
cofres y urnas, como el llamado bote de
Zamora (964, Museo Arqueológico
Nacional, Madrid).[285]

Otra de las artes de relevancia en el


mundo islámico fue la textil, heredera del
arte bizantino y sasánida. Desarrollaron y
perfeccionaron numerosas técnicas, como
el damasco, el tiraz, el terciopelo y la
muselina, en vestidos, alfombras, tapices,
telas estampadas y otros tejidos.[286] Otro
terreno de relevancia fue la corioplastia,
especialmente en Córdoba, donde se creó
la técnica del cordobán, que junto al
guadamecí fueron las principales
modalidades producidas en la España
musulmana y exportadas a toda
Europa.[287]

Véase también
Portal:Arte. Contenido relacionado
con Arte.
Arte
Historia del arte
Teoría del arte
Artesanía
Museos de Artes Decorativas
Artes decorativas del Museo del Prado
Artes aplicadas

Notas
1. La denominación «gótico» fue
introducida por los artistas italianos
del Renacimiento, en sentido
despectivo, pues lo veían como algo
bárbaro y atrasado, como las
realizaciones de los «godos» que
acabaron con el Imperio romano.[129]
2. El término arte moderno proviene del
concepto de modernidad, una teoría
filosófico-cultural que postula la actual
vigencia de un período histórico
marcado en lo cultural por la
Ilustración, en lo político por la
Revolución Francesa y en lo
económico por la Revolución
Industrial, y que supondría la raíz
social propia de la Edad
Contemporánea. El proyecto moderno
se caracteriza por el fin del
determinismo y de la supremacía de la
religión, sustituidos por la razón y la
ciencia, el objetivismo y el
individualismo, la confianza en la
tecnología y el progreso, en las
propias capacidades del ser humano.
Esta «era moderna» habría llegado
hasta la actualidad y estaría
plenamente vigente según unos
expertos, mientras que otros
defienden que es actualmente una
fase superada en la evolución de la
humanidad y postulan una
posmodernidad como período sucesor
de este proyecto moderno.[140]
3. El término «barroco» proviene de un
vocablo de origen portugués, donde a
las perlas que tenían alguna
deformidad se las denominaba perlas
barruecas, siendo en origen una
palabra despectiva que designaba un
tipo de arte caprichoso,
grandilocuente, excesivamente
recargado.[151]
4. El término rococó se formó con la
conjunción del italiano barocco y
rocaille, elemento decorativo parecido
a una concha, muy usado en la
ornamentación durante este
período.[159]
5. El nombre proviene de un personaje de
ficción llamado Gottlob Biedermeier,
inventado por los escritores Ludwig
Eichrodt y Adolf Kussmaul en algunas
poesías satíricas publicadas por un
diario de Múnich en 1855.[184]
. Diminutivo de arts décoratifs, «artes
decorativas» en francés. De hecho, el
término art déco no empezó a usarse
hasta los años 1960, cuando fue
revalorizado por el pop art;
contemporáneamente era conocido
como style moderne o estilo París
1925.[217]
7. Literalmente, «casa de construcción»,
aunque en alemán bau puede querer
decir también crecimiento o
educación.[224]

Referencias
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