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1. Steve Jobs:
I.-Carismático:
II.-Perfeccionista:
Realmente dedicaba muchísimo tiempo a los pequeños detalles de sus productos,
antes de lanzar el iPod, sus compañeros dedicaron toda la noche al reemplazo de la
toma para el auricular ya que consideraba que no hacía el ruido exacto al
introducirlo en el dispositivo.
III.-Mente fría:
Jobs descartó algunos de los productos que creó porque no les veía futuro. Aun así,
no se arrepentía de las decisiones que tomaba. Por ejemplo, canceló la creación del
clon del Palm Pilot porque visualizó que los teléfonos con internet móvil se
impondrían a las computadoras de bolsillo.
3. Warren Buffett
I.- Paciencia:
Los mejores inversionistas saben que toma tiempo construir una fortuna y que la
ruta más rápida del punto A al punto B no es siempre una linea recta.
II.- Humildad: Cuando se trata de invertir, la frase de tres palabras más saludable es
“No lo sé”. La definición de sabiduría es el darte cuenta de que no los sabes todo.
III.- Simplicidad: El consejo de Warren Buffett aquí es que: “Sólo tienes que hacer
muy pocas cosas bien en la vida, siempre y cuando no hagas demasiadas cosas
mal.” El Sr. Buffett sin duda estaría de acuerdo en que el mejor tipo de inversión
simple es con los fondos de inversión (fondos mutuos).
4. Howard Schultz
I.- Motivador:
II.- Perseverante:
III.- Estrategico:
5. Bob Iger,
I.- Optimismo:
Para Iger, esto es clave. “Si caminas de un lado a otro del pasillo constantemente
diciéndole a la gente ‘El cielo se está cayendo’, una sensación de fatalidad y tristeza, con el
tiempo, impregnará la compañía. No puedes comunicar el pesimismo a las personas que te
rodean. Es ruinoso para la moral", dice. Nadie busca seguir a un pesimista. Demostrar
optimismo muestra confianza y levanta el ánimo de una empresa u organización.
II.- Coraje: Es la base para cualquier negocio exitoso. Los que solo optan por seguir la
corriente de los demás generalmente fallan o no perduran en el tiempo. Tener coraje a
optar por un cambio puede ser lo mejor, aunque parezca poco seguro.
III.- Curiosidad: La curiosidad también ayuda a los líderes a obtener conciencia y una
comprensión del mercado y su dinámica cambiante. “El camino hacia la innovación
comienza con curiosidad”, dice Iger