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5¿Qué es la temeridad o mala fe procesal y como se sanciona en la Ley Procesal del Trabajo?

La pregunta en comentario trata de precisar los alcances de la temeridad procesal o mala fe.
Los estándares jurídicos de que enuncian permiten al juez determinar hasta donde se extiende
el límite de la conducta ilícita de las partes y dónde comienza la riña con el deber de lealtad y
probidad.

La temeridad consiste en la conducta de la parte que deduce pretensiones o defensas cuya


injusticia o falta de fundamento no puede ignorar de acuerdo con una mínima pauta de
razonabilidad.

Podemos citar como temeridad el interponer un medio impugnatorio, sustentado en


situaciones fácticas ajenas a los hechos del proceso, construyendo sobre la base de falacias,
supuestos errores y agravios, que reparar en la sentencia.

La mala fe procesal, es la conducta que se manifiesta mediante la formulación de peticiones


exclusivamente destinadas a obstruir el normal desenvolvimiento del proceso o a retardar su
decisión. Debemos tener en cuenta como ejemplo a los procesos simulados. Aquí el proceso es
utilizado como un instrumento para materializar el fraude procesal en perjuicio de un tercero.
Los actos procesales que forman parte del proceso son perfectos por donde se los mire, pero,
lo que encierra el ilícito es el fin hacia el que se dirige. Se utiliza un proceso para fines
claramente ilegales o con propósito doloso o fraudulento.

En resumen, mientras la temeridad se vincula al contenido de las peticiones comprendidas en


la pretensión o en la oposición; La mala fe se halla referida al comportamiento observado en la
ejecución material de los actos procesales.

¿Y dónde podemos encontrar la temeridad o mala fe procesal?

Pues el artículo 112 del C.P.C señala expresamente:

Se considera que ha existido temeridad o mala fe en los siguientes casos:

1.- Cuando sea manifiesta la carencia de fundamento jurídico de la demanda, contestación o


medio impugnatorio;

2.- Cuando a sabiendas se aleguen hechos contrarios a la realidad;

3.- Cuando se sustrae, mutile o inutilice alguna parte del expediente;

4.- Cuando se utilice el proceso o acto procesal para fines claramente ilegales o con propósitos
dolosos o fraudulentos;

5.- Cuando se obstruya la actuación de medios probatorios; y

6.- Cuando por cualquier medio se entorpezca reiteradamente el desarrollo normal del
proceso;

7. Cuando por razones injustificadas las partes no asisten a la audiencia generando dilación.
En la Nueva Ley Procesal Del Trabajo, la encontramos en el término referido a temeridad o
mala fe en el artículo 15 que trata sobre las multas, el cual nos cuenta que en los casos de
temeridad o mala fe procesal el juez tiene el deber de imponer a las partes, sus representantes
y los abogados una multa no menor de media (1/2) ni mayor de cincuenta (50) Unidades de
Referencia Procesal (URP).

Además también señala que la multa por temeridad o mala fe es independiente de aquella
otra que se pueda imponer por infracción a las reglas de conducta a ser observadas en las
audiencias. La multa por infracción a las reglas de conducta en las audiencias es no menor de
media (1/2) ni mayor de cinco (5) Unidades de Referencia Procesal (URP).

También el artículo en referencia nos dice que adicionalmente a las multas impuestas, el juez
debe remitir copias de las actuaciones respectivas a la presidencia de la corte superior, al
Ministerio Público y al Colegio de Abogados correspondiente, para las sanciones a que pudiera
haber lugar.

Existe la responsabilidad solidaria entre las partes, sus representantes y sus abogados por las
multas impuestas a cualquiera de ellos. No se extiende la responsabilidad solidaria al prestador
de servicios.

Y que el juez sólo puede exonerar de la multa por temeridad o mala fe si el proceso concluye
por conciliación judicial antes de la sentencia de segunda instancia, en resolución motivada.

El juez puede imponer multa a los testigos o peritos, no menor de media (1/2) ni mayor de
cinco (5) Unidades de Referencia Procesal (URP) cuando éstos, habiendo sido notificados
excepcionalmente por el juzgado, inasisten sin justificación a la audiencia ordenada de oficio
por el juez.

3.-Cómo ha evolucionado la Notificación electrónica en la legislación nacional?

Respecto al tema de la notificación el pasarlas por alto, es un factor que dilata de manera seria
el desarrollo de los procesos judiciales: es la notificación física de las resoluciones. En el
proceso regulado por la ley 26636, toda notificación de los actos procesales eran escritas,
pasaban por una central de notificaciones y como consecuencia podían demorar, en el mejor
de los casos, 30 días hábiles, lo que implica que a través de un sistema lento e ineficiente se
dirija una cedula al domicilio que ha fijado por el demandante o el demandado, siendo
necesaria esperar el retorno de los cargos, para tener certeza de que la notificación se produjo.
Hay ocasiones en las que la cédula acompañada de la resolución, se dirige a un domicilio
distinto del fijado, lo que determina la necesidad de notificar nuevamente.

En el nuevo proceso laboral, la etapa de cognición del proceso, lo único que se notifica por
cédula, de manera tradicional, es la demanda.

El juzgado recibe la demanda, esta califica y la resolución se notifica a la parte demandada, la


cual acude a la audiencia de conciliación y, si se concilia, concluye el proceso. Si no se logra
conciliar, en ese momento la parte demandada presenta su escrito de contestación de
demanda, el que es revisado por el juez, quien lo califica y se lo entrega al demandante, por lo
que ya no hay necesidad de notificarle por escrito esa contestación.

Asimismo el juez indica directamente a las partes la fecha y hora en que se producirá la
audiencia del juzgamiento, por lo que ya no resulta necesario la emisión de ninguna cédula.
Ahora terminada la etapa probatoria en la audiencia de juzgamiento, el juez comunica su
decisión en forma verbal a las partes e indica en que ocasión, dentro de 5 días, se expedirá la
sentencia por escrito, y esto es un mérito del nuevo esquema laboral.

En febrero del 2001 se promulgo la ley 27419, ley sobre notificación por correo electrónico ,
que facultaba a las autoridades judiciales a emitir las resoluciones del proceso judicial por
correo electrónico, siete años después, el consejo ejecutivo del poder judicial, mediante
resolución administrativa 214-2008-CE, dispuso la implementación progresiva a nivel nacional,
de notificaciones electrónicas, las que pueden como aquellas comunicaciones que emiten la
administración pública y la privada usando medios electrónicos y telemáticos. En el campo de
la administración de justicia son la alternativa inmediata para lograr mayor economía procesal,
mayor celeridad y mayor seguridad en el proceso laboral. Las casillas electrónicas reducen el
tiempo en la tramitación de los procesos y su aplicación en el país ha tenido buena acogida
desde su nacimiento en el 2001.

COSTAS Y COSTOS DEL PROCESO LABORAL


En la mayoría de sentencias en donde se resuelven materias laborales, observo que los
magistrados exoneran a los trabajadores o ex trabajadores (en calidad de demandantes) del
pago de las costas y costos del proceso.
Es necesario señalar, que el Título XV del Código Procesal Civil (CPC) peruano regula las
costas y costos del proceso y, específicamente, el artículo 412° del CPC establece: “La
imposición de la condena en costas y costos no requiere ser demandada y es de cargo de la
parte vencida, salvo declaración judicial expresa y motivada de la exoneración. (…)” Queda
claro que existe la posibilidad de que no se condene el pago de las costas y costos a una de
las partes, siempre que exista un pronunciamiento judicial expreso y motivado, salvo los
supuestos establecidos en el artículo 413° del CPC, que regula a las personas a las que
alcanza la exención y exoneración de costas y costos.
En tal sentido, la Ley 29497 Nueva Ley Procesal del Trabajo en el artículo 14° señala lo
siguiente: “La condena en costas y costos se regula conforme a la norma procesal civil. El
juez exonera al prestador de servicios de costas y costos si las pretensiones reclamadas no
superan las setenta (70) Unidades de Referencia Procesal (URP), salvo que la parte hubiese
obrado con temeridad o mala fe. También hay exoneración si, en cualquier tipo de
pretensión, el juez determina que hubo motivos razonables para demandar.” De acuerdo a la
citada norma, solamente se permite la exoneración al trabajador (prestador de servicio) en el
supuesto que la pretensión no supere las 70 URPs, salvo las excepciones. Con lo cual se
entiende que este supuesto de exoneración no aplica a los ex trabajadores, tal como se
establecía en el artículo 49° de la Ley 26636 Ley Procesal de Trabajo que señala: "Los
trabajadores están exentos de la condena en costos y costas." Asimismo, el juez puede
exonerar la condena de costas y costos siempre que haya determinado que hubo motivos
razonables para demandar, lo que implica que debe sustentar su decisión debidamente y
conforme a ley.
Toda persona que inicia un proceso judicial, se cree poseedor de un derecho que desea que
el órgano jurisdiccional se lo otorgue o reconozca, sin embargo, una vez concluido el
proceso existirá un vencedor y un vencido, siendo lo más justo y razonable que la parte
vencida asuma todos los gastos incurridos por la parta vencedora, estos son las costas y
costos del proceso, ya sea empleador, trabajador, ex trabajador o terceros (AFP, etc.).
Al no condenarse a una de las partes el pago de las costas y costos del proceso, fomenta la
proliferación de procesos judiciales, motivados e inmotivados, en el ámbito laboral,
generándose la recarga de nuestro sistema judicial. Por tanto, considero necesario corregir
esta situación y exigir que los fallos cumplan con las disposiciones legales vigentes y se
emitan dentro del marco de la legalidad e igualdad a las partes.

Prgunta del trabajo 6

3.-Cómo se liquidan los derechos individuales?

Las acciones judiciales que colectivamente se iniciaron con resultados que liquidaron derechos
individuales no solamente podrán ejecutarse en la dirección jurisdiccional inicialmente
empleada, muchas veces con sentencias declarativas, sino que cada trabajador concernido o
grupo de ellos, demostrando la acreencia patrimonial consignada en la sentencia donde figura
su nombre y su acreencia, podrá emplazar a su deudor para que proceda en vía de acción a
responder por dicha deuda. Es, pues, la sentencia que adopto la calidad de cosa juzgada que
sirve de soporte y de único medio probatorio para entablar esa acción que deberá ser
acompañada en copia certificada.

La demanda de liquidación de derecho reconocido se interpone en la vía correspondiente


dependiendo de la cuantía. Por lo tanto, no es imperativo hacer esta acción en la misma
entidad jurisdiccional donde se inició, ya que en la mayoría de casos se trata de acciones
interpuestas como acciones de amparo, acciones de cumplimiento, contencioso-
administrativo, etc. Instante el que el juez natural dejó a salvo el derecho para que los de
naturaleza patrimonial se reclamen en la instancia correspondiente. La reclamada puede
tratarse de una pretensión principal o accesoria; solo es imperativo que exista de por medio el
reconocimiento del derecho patrimonial individual de quien pretende impulsar este tipo de
acción, por acordarle la tutela respectiva.

Condiciones para su tramitación:

 El trabajador deberá haber participado de manera directa en la acción colectiva de


cuyos resultados pretende entablar una demanda como la acotada aquí, sea que se
trate de un afiliado de la entidad que demando –participación indirecta- o participo
directamente en la demanda grupal. Probablemente, el tema crucial a discernir en
estos procedimientos se encuentre en esta demostración, ya que existen muchas
hipótesis que se manejan a este nivel: la organización no preciso los nombres a favor
de quienes estaba litigando o los precisa de manera incompleta, la fecha de afiliación
al sindicato se produjo con posterioridad a la data de presentación de la demanda o no
se cumplieron las condiciones al momento de iniciar la acción que no se acataron o se
hicieron de manera parcial.
 El proceso primitivo debe haber concluido en un sentencia declarativa, o sea, aquella
que no podrá ejecutarse por sí misma, propias de las sentencias de condenas, puesto
que requerirá incoar otra demanda para hacerlo
 La sentencia declarativa debe haberla dictado en última instancia el tribunal
constitucional o la corte suprema y haber quedado en calidad de cosa juzgada
 Acompañar la copia certificada de la sentencia que ha quedado en calidad de cosa
juzgada
 La demanda deberá precisar la vocación que el accionante tiene para empelar este
procedimiento, acatando al mismo tiempo los requisitos formales exigidos para
emplazar al obligado

El tramite a seguir:
Presentada la demanda y el recaudo único exigido en esta acción, así como el respeto por
los presupuestos de hecho y de derecho para incoar, el juez la tramitará como un proceso
especial.

Los mecanismos de defensa del demandado son escasos por obvias razones. En este
estadio no es procedente volver a analizar lo resuelto por la máxima jurisdicción, ya que
ello implicaría revisar el proceso hecho que, como se sabe, está prohibido por el art. 139
inc. 13 de la carta magna. Por este motivo, tratándose de la existencia de una sentencia
cuyos efectos deberán ser acatados y de ser el caso, ejecutados, no ameritan negar el
hecho ya declarado lesivo en la sentencia.

Ingresamos a un trámite de puro derecho donde el juez solo verificara si los efectos del
fallo fueron honrados parcial o totalmente por el demandado.

Por eso la defensa solo versará en acreditar que el reclamante no se encuentra en el


ámbito fáctico recogido en la sentencia. Vale decir, acreditar que el trabajador no formo
parte de la organización si acaso en la demanda no se precisó su nombre, que no era
servidor de la empresa cuando el conflicto económico se produjo porque renunció o aún
no había sido reclutado como dependiente a dicha data, es trabajador de un tercero o
tenia suscrito un convenio formativo, etc.

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