La paz armada: Triple Alianza y Triple Entente – Capítulo 21
Las consecuencias de la caída de Bismarck en las relaciones internacionales europeas y las nuevas políticas de los nuevos dirigentes alemanes provocaron una serie de cambios en la situación internacional que tiende a la formación y consolidaciones de los bloques de Estado. La Triple Alianza resulta de la herencia directa de Bismarck, conformada por Alemania, Austria-Hungría e Italia. A su vez se va a ir consolidando otro bloque de Estados opuestos a este, la Tiple Entente, conformado por Francia y Rusia, anexionándose luego Gran Bretaña. Los antagonismo y rivalidades entre ambos bloques y sus respectivos sistemas de alianzas se centran en el período de Paz Armada (1905-1914) y provocan una serie de sucesivos enfrentamientos, las pruebas de fuerza, que llevarían directamente al estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914. La situación internacional entre fines del s. XIX y comienzos del s. XX Entre 1871 y 1914, Europa vive una situación general de paz, pero inestable y amenazada, salpicada de crisis internacionales, antagonismos nacionales, rivalidades económicas y fricciones coloniales; es por ello que los países tienden a establecer sistemas de alianzas con otros Estados con el fin de proteger sus propios intereses e intereses comunes. Estos bloques conformados se encuentran en permanente riesgo de enfrentamiento y lanzados en una carrera armamentista en busca de lograr obtener una mejor posición frente al bloque rival. Se llega a vivir un estado continuo de paz armada. Hasta aproximadamente 1905, Europa vive el apogeo de su expansión colonial, mediante las conquistas e incorporaciones territoriales y por la redistribución colonial. Mantienen las potencias su plenitud de poder mundial, siendo las industrializadas el centro económico y político del mundo. Dos hechos importantes: Guerra de Cuba en 1898 (Estados Unidos vence a España) y la Guerra de Extremo Oriente en 1905 (Japón vence a Rusia). Luego de 1905, el centro de poder mundial se va desplazando de Europa hacia América del Norte y Extremo Oriente, aunque las potencias europeas continúan manteniendo el alto nivel de su desarrollo, capacidad y expansión mundial, están surgiendo fuera de Europa dos poderosos Estados: Estados Unidos y Japón. Económicamente hablando es una época de prosperidad material, de revolución científica y técnica (proliferación de Congresos Técnicos), de incremento de comercio exterior y de inversiones de capitales; con las nuevas fuentes de energía, la electricidad y el petróleo, se produce una nueva revolución industrial y de los transportes. Además, el desarrollo de los negocios unido a la organización de los bancos y finanzas hace que se logre un alto nivel de desarrollo de la economía capitalista. Respecto a la demografía se produce un incremento de la población mundial ya que se evidencia una mejora en la calidad de la alimentación y por ende en las condiciones de vida de las personas. Existen grandes movimientos migratorios entre países e incluso entre continentes unido a un proceso de creciente urbanización. Se configura una sociedad de masas en la que se imponen los fenómenos de índole publica y colectiva, se forma la opinión pública y se desarrolla la prensa periódica. La fase de plenitud del capitalismo, se encuentra en su etapa imperialista, con lo que implica la totalización de la expansión, las rivalidades y los repartos coloniales llevan a la completa distribución de los territorios de Asia y África. El imperialismo impone férreas relaciones de dependencia por parte de las potencias desarrolladas sobre los países “atrasados”; consagra la existencia de relaciones desiguales entre los pueblos y los Estados (Girault). La carrera de armamentos es un factor fundamental en este momento, unido al fenómeno de la superproducción industrial, y en especial de la industria pesada en la que se mantiene la preponderancia europea, y en la que le cientifismo aposta sus descubrimientos en pos de progresos en cuanto a la producción de guerra. En contraste con lo anterior se produce un reforzamiento del pacifismo, gracias a la multiplicación de los encuentros y reuniones internacionales: se crea la Unión Interparlamentaria, una Oficina internacional por la Paz y se arman proyectos para crear los Estados Unidos de Europa y las discusiones para el desarme general. Igualmente es una época de crisis espiritual, en la que se establece una nueva concepción acerca del universo, una crisis de incertidumbre, valores y creencias. Se va imponiendo la filosofía del vitalismo, como expresión de la violencia y la fuerza, favorecedora del ya citado clima de exaltación de lo bélico y lo agresivo. La inseguridad y los antagonismos internacionales Resumen El desarrollo de los antagonismos europeos se desarrolla en tres etapas: la primera entre 1893 y 1901, es de indecisión sobre la orientación de las relaciones internacionales entre las grandes potencias en el momento de máxima expansión. La segunda entre 1901 y 1907, conformándose aquí los dos sistemas de alianza. La tercera entre 1908 y 1913 donde se producen las pruebas de fuerza entre los grupos rivales. La conclusión y la extensión de los acuerdos entre estos grandes Estados es lo que contribuyó a agravar la tensión internacional. El esfuerzo de expansión durante estos años de las grandes potencias a expensas de los Estados débiles o atrasados, se manifestó a un ritmo acelerado produciéndose el enfrentamiento de intereses rivales, tanto políticos como económicos. En África occidental y central, Francia e Inglaterra rivalizaron por extender su poder e influencia (alto Nilo, Sudán). En África del Sur, existía un fuerte intereses por los diamantes de Transvaal y Orange. La cuestión de extremo Oriente, que adquirió nuevos aspectos; el centro de interés era la crisis china. En el imperio Turco y en Oriente Medio debido a la creciente debilidad y decadencia del Sultanato Otomano, agravada en 1894 por los levantamientos nacionales. En África del Norte fue la cuestión marroquí la que representó un mayor peligro para la paz: Francia que ya ocupaba Túnez y Argelia deseaba extender su dominio sobre el Maghreb. A estas rivalidades y enfrentamientos hay que añadir la cuestión del Caribe y América Central, donde los Estados Unidos realizan su expansión imperialista con la guerra con España. La construcción del Canal de Panamá como paso interoceánico y la cuestión de los Balcanes, las rivalidades austro-rusas, agitaron la región y llevaron al desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial. El sistema de bloques de Estados: Triple Alianza y Triple Entente La Triple Alianza estaba formada por los Imperios de Alemania y Austria-Hungría, la firme alianza austro-alemana constituía su centro y era un punto fijo en la política internacional. La cuestión primordial era hasta qué punto apoyaba Alemania en los Balcanes, la política austro-húngara. El Imperio Alemán estuvo regido entre 188 y 1918, por el emperador Guillermo II, que orientó su política a reforzar la influencia alemana en los Balcanes y en el Imperio Turco, a acentuar la expansión colonial y el poder de su ejército, con la construcción de una fuerte marina de guerra. Guillermo II encarna la nueva generación imperialista alemana que quiere asegurara la hegemonía europea y mundial del Imperio. Austria-Hungría sigue preocupada e interesada por los problemas de las nacionalidades balcánicas, tiende a consolidad su presencia y se enfrenta con Rusia. Por último, Italia, el más débil de los países de la alianza, condicionado por las políticas de expansión que lo enfrentaban con Francia e Inglaterra, a pesar de las rivalidades políticas con Austria se inclina por este sistema de alianza. La Triple Entente dos hechos influyen en la situación internacional: el resurgimiento del nacionalismo francés y las discrepancias entre Alemania y Rusia por el apoyo prestado de los primeros a Austria en los Balcanes. Lo que hace coincidir los intereses rusos y franceses contra los países de la Triple Alianza. Luego a esta primera alianza se sumaría Inglaterra. Formándose una colaboración de facto por su común preocupación por Alemania. Las pruebas de fuerza Desde 1905, los antagonismos aumentan entre las potencias europeas. A partir de este año, estallan las crisis, las llamadas “pruebas de fuerza” constituidas por un lado por las cuestiones de Marruecos ante las rivalidades franco-alemanas en África del Norte y por otro lado, por las cuestiones de los Balcanes motivadas por las rivalidades austro-rusas en esa región; de cualquiera de estas crisis podría derivarse la guerra entre los dos bloques, que al fin estalló en 1914. Las pruebas de fuerza, cronológicamente son: 1) Primera crisis marroquí en 1905: Francia había creído haber resuelto a su favor este problema, pero ha de enfrentarse a las pretensiones alemanas por este territorio. Se celebró la conferencia de Algeciras con lo que las pretensiones alemanas fracasaron. Marruecos se independizó y Francia controlaría sus puertos. 2) La crisis de Bosnia-Herzegovina en 1908: la subida al trono de Servia de Pedro I Karageorgevitch da el impulso a Servia de unir a los eslavos del Sur en una futura Yugoslavia. Austria se opone con el fin de aumentar su poder en la región e incorpora las provincias turcas de Bosnia y Herzegovina. Servia protesta frente a ello, pero ha de terminar cediendo. Resumen 3) La crisis de Agadir o segunda crisis marroquí en 1911: con motivo de una crisis interna en Marruecos, Francia penetra en el país en ayuda del Sultán, por este motivo reclama Alemania alegando el incumplimiento del acta de Algeciras y envía un buque de guerra. Entran en negociaciones estos dos países y Alemania a cambio de otros territorios, termina reconociendo la influencia francesa en Marruecos. Francia impone el protectorado sobre Marruecos incorporándose todo el reino. 4) La crisis general balcánica en 1912-1913: la debilidad turca era inminente. Italia se quedó con Libia y esto incitó a los Estados Balcánicos a intentar la conquista de las regiones europeas del Imperio Turco. En 1912 Bulgaria, Servia, Montenegro y Grecia formaron la Liga Balcánica que atacó y derrotó a Turquía firmándose el Tratado de Londres por el que Turquía cede a la Liga los territorios de Macedonia y Tracia, creándose Albania. En 1913, la Segunda Guerra Balcánica se desata cuando Bulgaria ataca a Servia, oponiéndose también a los rumanos y griegos. Derrotada Bulgaria, se establece que Macedonia sería repartida entre Grecia y Servia, mientras que Turquía conservaría Andrinópolis y Rumania se queda con el sur de Drobudja. Las consecuencias de esta crisis son: el éxito para la Triple Entente a través de Servia y el fracaso de la Triple Alianza que apoyaba a la derrotada Bulgaria, y el fortalecimiento de una gran Servia que a través del movimiento panservio tiende a unir a todos los eslavos del sur lo que representa una amenaza para Austria en la región. 5) La crisis de Sarajevo en 1914: ante el prestigio creciente y el protagonismo que desempeña Servia en los Balcanes, Austria busca la forma de dominar y abatir a los servios; el 28 de junio de 1914 el archiduque Francisco Fernando, heredero del trono de Austria-Hungría es asesinado en Sarajevo, Bosnia, por un atentado del que se responsabiliza a Servia. Austria aprovecha la ocasión para imponerse y eliminar políticamente a Servia, y le envía un ultimátum, el 23 de julio, conteniendo duras condiciones, pero el sistema de alianzas y el juego de los intereses internacionales trasforman esta crisis balcánica en un conflicto mundial: cuando Austria, con la alianza de Alemania e Italia, declara la guerra a Servia el 28 de julio de 1914, que tiene el apoyo de Rusia, Inglaterra y Francia, se inicia la Primera Guerra Mundial. La Primera Guerra Mundial – Capítulo 22 La Primera Guerra Mundial, entre 1914 y 1918, puede considerarse como la señal del auténtico comienzo de la crisis de Europa. Además del enfrentamiento entre Servia y Austria por la cuestión de los Balcanes y el atentado de Sarajevo, existen causas y fuerzas profundas que llevaron a la guerra: el progreso económico capitalista, el nacionalismo, las rivalidades y conflictos por la política internacional, los sistemas de alianza que llevaron un problema localizado y concreto a una guerra general consecuencia de los tratados vigentes. Planteamiento y orígenes del conflicto Causas y responsabilidades de la guerra: El problema de las responsabilidades es una cuestión moral y de carácter político, al tratar de fijar la culpa de gobiernos dirigentes, es algo que predomina durante los años posteriores a la guerra. Por un lado, se encuentra el establecimiento de la tesis francesa sobre la responsabilidad alemana y por otro, el establecimiento de la tesis alemana sobre la responsabilidad de Rusia y el espíritu de revancha francés. Existe quienes ven en tales responsabilidades y motivaciones unas causas esencialmente políticas y pláticas, y los que se encuentran con explicaciones de carácter económico social. Puede concluirse que la responsabilidad Total no corresponde a ninguno de los dos bloques, sino que ha intervenido un mecanismo más poderoso en cuyo funcionamiento y desenlace fatal sí hubo responsabilidades parciales. Por ejemplo, las interpretaciones marxistas sobre los orígenes de la guerra sostienen que el desigual desarrollo y las contradicciones de la economía capitalista, la lucha por los mercados, y el despliegue de las políticas imperialistas son las causales. La iniciación del conflicto y las implicaicones diplomáticas La crisis internacional que va a llevar al desencadenamiento de la fuera europea se abre unos quince días después del asesinato en Sarajevo. El asesinato a manos de un integrante de la organización revolucionaria panservia, “Joven Bosnia”, se responsabiliza a Servia y Austria desea aplicarle un castigo ejemplar. El gobierno austriaco acusa al gobierno servio de complicidad indirecta y dirige a Servia, tras asegurarse el apoyo de Alemania, un ultimátum por el que exige la participación de policías austríacos en la investigación puesta en Resumen marcha por Belgrado para encontrar a los responsables del atentado. El gobierno servio acepta la mayoría de las condiciones, pero rechaza esto último y el 28 de julio, Austria declara la guerra a Servia. La guerra austro-servia provoca un conflicto austro-ruso: Rusia que había declarado que no permitiría la destrucción de Servia, decreta una movilización el 29 de julio dirigida contra Austria-Hungría, pero Alemania, aliada de ésta, decreta a su vez una movilización general, envía un ultimátum a Rusia y también a Francia. Como consecuencia del sistema de alianzas, el conflicto austro-ruso se transforma en una guerra general europea. El 1 de agosto Francia moviliza también, y Alemania declara la guerra a Rusia; el 3 de agosto Alemania declara, igualmente, la guerra a Francia y viola la neutralidad belga, interviniendo también Gran Bretaña que entra en el conflicto del lado de Francia y Rusia, mientras que Italia declara su neutralidad, actitud en la que permanecen, igualmente los países escandinavos, España, Suiza y Holanda. Las causas que han llevado a esta situación tienen una gran complejidad y son, las fuertes manifestaciones del sentimiento nacional, los movimientos protestatarios de las minorías nacionales, los nacionalismos expansionistas de los grandes Estados y por otra parte, la rivalidad de los intereses económicos y financieros. La situación diplomática fue renovada en 1912, constituida especialmente por la Dúplice Alianza, entre Alemania y Austria-Hungría, e Italia que se mantuvo neutral, pero a la que se unieron Turquía en 1914 y Bulgaria en 1915; por otro lado se encontraba la Entente que estaba formada por varios Tratados, el más importante el franco-ruso renovado en 1912 con la alianza de Gran Bretaña y a la que se fueron uniendo Servia, Bélgica y Japón en 1914, Italia en 1915, Rumania y Portugal en 1916 y EEUU y Grecia en 1917. Las políticas nacionales e internacionales Austria-Hungría quiso aprovechar la ocasión que le ofrecía el atentado de Sarajevo para destruir, por las armas, el movimiento nacionalista servio, ya que veía en las aspiraciones nacionales de los eslavos del sur una amenaza para su existencia misma también. Firmemente decididos a declarar la guerra a Servia aun cuando tal guerra ocasione un conflicto con Rusia que, debido al juego de alianzas, se extendiera a todos los grandes Estados del continente. Rusia se oponía decididamente a la destrucción de Servia, ya que Austria-Hungría había adquirido una situación preponderante en el área balcánica. Era el escenario de una lucha entre los dos imperios. Rusia por sus intereses en la región balcánica no podía quedarse neutral ante esta situación, ni tampoco podía verse envuelto en otra humillación luego de la de 1909. Ninguno de estos dos imperios nombrados con anterioridad podrían haberse lanzado a la guerra sin haber obtenido el consentimiento de sus aliados, tanto Alemania como Francia decidieron que el mantenimiento de sus alianzas era indispensable. Alemania prometió a su aliado un total apoyo, animando a Austria a que declarase la guerra a Servia y anunciando a Rusia que no toleraría las medidas de movilización dirigidas contra Austria-Hungría. Francia, más reservada, había prometido a Rusia apoyarla en las armas en caso de intervención alemana, pero recomendó al gobierno ruso que evitase cualquier iniciativa de guerra. Pero la realidad es que no podía dejar que Alemania aplastase a Rusia porque en ese caso Francia se encontraría en situación de no poder resistir un ataque alemán. Gran Bretaña se encontró al principio vacilante ante la inminencia de una guerra entre las grandes potencias y había procurado evitar con una acción mediadora el conflicto europeo, pero cuando la guerra continental era segura decidió entrar en el conflicto, no podía correr el riesgo de una victoria alemana, es decir, una hegemonía continental que amenazara la seguridad de las Islas Británicas. Al final de esta crisis de Julio de 1914, ni los movimientos han empujado a los gobiernos hacia la guerra; han sido las preocupaciones de seguridad, de poder y prestigio, los factores decisivos. Algunos de estos gobiernos no habían previsto una guerra general, pero Austria y Alemania habían establecido un plan de acción de fuerza que, en una Europa inquieta, conllevaba el riesgo de un gran conflicto; son ellos quienes han rechazado todo tipo de arreglo diplomático y los que también cuando se afirmó la resistencia de Rusia, han preferido la guerra general al abandono de su plan. El proceso bélico Se pueden identificar diferentes frentes y una serie de fases. Los frentes son: FRENTE OCCIDENTAL: Francia y Alemania FRENTE ORIENTAL: Alemania con Austria-Hungría y Rusia. FRENTE BALCÁNICO: Servia y Grecia Resumen FRENTE MEDITERRÁNEO: Italia FRENTE NORTEAFRICANO-ÁRABE: Egipto y Siria contra Turquía. FRENTE COLONIAL: especialmente en África subsahariana. La guerra de movimientos y fronteras en 1914 la guerra se inicia con el fracaso del plan guerra alemán, el Plan Schelieffen, que preveía la derrota completa de Francia por una gran ofensiva a través de Bélgica en el frente occidental, para volverse después al oriental contra Rusia. En el frente occidental, Alemania invade Bélgica en su marcha sobre Francia, pero son detenidos en el Marne por la contraofensiva francesa; los alemanes no consiguen apoderarse de Flandes en su carrera hacia el mar por lo que su plan no se cumple. El norte de Francia queda libre de la invasión; a finales de año el frente occidental está estabilizado. En el frente oriental el ejército alemán vence al ruso en Prusia oriental, pero los austriacos han invadido Servia tienen que retirarse ante el ataque ruso-servio; Turquía entra en la guerra junto a los Imperios centrales cerrando los Estrechos y atacando a los rusos. A fines de 1914 el fracaso del plan alemán de guerra rápida, ha impuesto una realidad de tener que afrontar una guerra larga. La guerra de posiciones y desgaste 1915-1916 durante el comienzo de 1915 la lucha militar toma nuevas formas que desbordan las previsiones de los Estados Mayores y paralizan en gran parte las concepciones estratégicas. Los frentes se estabilizan y son defendidos por sistemas de trincheras que, al exigir una mayor acumulación de material bélico, compromete en el esfuerzo a todos los recursos de los países. En el frente occidental varias ofensivas aliadas fracasan. En el frente oriental, los alemanes y austríacos ocupan Polonia y fracasa una ofensiva franco-británica en su intento por reforzar los Dardanelos. Italia, que hasta entonces se había mantenido neutral, entra en la guerra, pero en contra de sus antiguos aliados, ahora estaría con la Entente. En la campaña de 1916, el trazo dominante es la estrategia de desgaste especialmente en el frente francés. A fines de este año, nada ha cambiado sustancialmente en los frentes militares, la guerra continúa con el riesgo de prolongarse largo tiempo y el futuro es inquietante para todos. En Francia la “Unión Sagrada” se debilita y el gobierno Briand se encuentra con dificultades políticas y sindicales. En Alemania Hindenburg recurre a la movilización total; en Austria muere Francisco José sucediéndole Carlos I; Lenin anima el movimiento revolucionario no sólo en Rusia y a nivel europeo actúa el socialismo internacional que se reúne en septiembre de 1915 planteándose el tema de la paz y el futuro. En los últimos meses de 1916, con la celebración de la Conferencia interaliada de Chantilly, las fuerzas aliadas deberán emprender ofensivas de conjunto en febrero de 1917, para evitar toda iniciativa alemana, mientras que las potencias centrales emplean una nueva forma de guerra, en la que la fuerza submarina juega el papel esencial. El año crítico y conflictivo, 1917 las previsiones establecidas fueron profundamente alteradas por dos sucesos. Por un lado la revolución rusa y la caída del régimen zarista, va llevar a Rusia a firmar la paz con Alemania y Austria-Hungría. La revolución rusa se desarrolla en dos etapas, primero en marzo de 1917 cae el régimen zarista con la abdicación del zar Nicolás II y con la formación de un gobierno provisional de predominio liberal presidido por Kerensky; en segundo lugar, en noviembre se produce la revolución bolchevique dirigida por Lenin y Trotsky que al triunfar organiza el régimen soviético, que propugna la paz para salvar la revolución. En marzo de 1918, Rusia firma la paz por la que abandona la guerra definitivamente y deja los territorios de Finlandia, Polonia y los Países Bálticos. Alemania de esta forma se libra del frente oriental, abriendo nuevas posibilidades al conflicto. El otro hecho decisivo fue la incorporación de EEUU a esta Gran Guerra. Esta intervención aporta a los países de la Entente un apoyo que será decisivo. Ante la intensificación de la guerra submarina por Alemania, ya que esto perjudica el comercio exterior entre Inglaterra y Estados Unidos. Decidiendo el Congreso la ruptura con Alemania en abril de 1917 y con Austria en diciembre, el 8 de enero de 1918 Wilson realiza su declaración con el programa de los “Catorce Puntos”. En el frente occidental la ofensiva franco-británica en marzo y abril tropieza con una fuerte resistencia alemana de Hindenburg que resiste en Reims. Las tentativas de paz son principalmente cuatro: la del emperador Resumen de Austria-Hungría Carlos I; la del gobierno alemán a través del movimiento socialista y de personalidades belgas; la del Papa Benedicto XV. Pero en los últimos meses de 1917 las perspectivas de paz se habían alejado. El año decisivo y el final de conflicto, 1918 el creciente reforzamiento de los aliados occidentales, beneficiados por la intervención americana, y por otro, el sentimiento entre alemanes y austríacos de la imposibilidad de ganar la guerra. En los países de la Entente los gobiernos acentúan el esfuerzo militar e industrial que les da una superioridad creciente sobre Alemania. La entente en este momento tiene cuatro ventajas fundamentales: naval, por la participación de su marina; económica, por las medidas puestas en vigor; financiera por los créditos facilitados; y moral, por su significado e influencia. Alemania hace un último esfuerzo bélico, pero queda descartada toda eventualidad de negociación y con crecientes problemas interiores, se tiene conciencia de que la guerra está perdida. Las ultimas ofensivas alemanas, intentan una acción definitiva ante la intervención americana luego de la desaparición del frente oriental, poniendo en marcha la ofensiva de primavera (Bombardeos en París, ataques a Soissons-Marne). Las ofensivas aliadas se inician con el contraataque, ante el ataque alemán a Reims. En Grecia ataque franco-servio sobre Bulgaria. Italia vence a Austria en Vittorio-Venetto, las tropas centrales son derrotadas en todos los frentes, entrando estos países a fines de septiembre en una grave crisis militar. Las consecuencias de la derrota militar se manifiestan inmediatamente en las peticiones de armisticio y mediante el restablecimiento de la paz. Bulgaria firma el armisticio el 29 de septiembre y Turquía el 31 de octubre. Austria-Hungría conoce una doble crisis: ante la derrota las nacionalidades se rebelan y provocan la disgregación del Imperio, cuando checos, yugoslavos, rumanos y húngaros proclaman o anuncian su independencia. El 3 de noviembre se firma el armisticio de Villa Giusti. Alemania también vive una doble crisis, negocia el armisticio y se inicia un movimiento revolucionario y el 9 de noviembre se proclama en Berlín una República, abdicando y exiliándose el emperador al día siguiente. Europa al final de la guerra La guerra llega así a su término a finales de 1918 y sus consecuencias se registran en una serie de cambios circunstanciales no sólo en Europa sino también en la situación internacional. El hundimiento de los grandes imperios: el final de la guerra y por otro lado las agitaciones e intentos revolucionarios en la zona central y oriental produce el hundimiento de los grandes imperios centrales europeos. El imperio Austria-Hungría deja de existir en noviembre 1918 con la sucesiva formación de Estados independientes. El Imperio Alemán también desaparece como consecuencia de la revolución que proclama la República el 9 de noviembre y sufre amputaciones territoriales por obligadas concesiones a los países vencedores: Alsacia y Lorena a Francia, Posnania y Alta Silesia a Polonia, Schleswing a Dinamarca, Eupen y Malmedy a Bélgica. El Imperio Ruso experimenta transformaciones. La revolución bolchevique ha acabado con la monarquía imperial y el zar y su familia fueron eliminados, estableciéndose la república soviética. Territorialmente abandona países europeos que forman los nuevos Estados de Polonia, Finlandia, Estonia, Letonia y Lituania. Para Europa y a nivel mundial, los resultados de la guerra son la decadencia de la Europa occidental y central y el ascenso de Estados Unidos y Japón como nuevas potencias mundiales. El papel internacional esencia que había representado hasta entonces Gran Bretaña y Francia principalmente, junto con Alemania, en el desarrollo económico y la hegemonía política en el mundo, queda debilitado durante la guerra, por pérdida de mercados, necesaria reordenación de la industria, cese de inversiones de capitales y nuevas inquietudes y movimientos en los hasta entonces sumisos imperios coloniales. Por el contrario, Estados Unidos ha acelerado su ritmo de desarrollo económico y de hegemonía como Japón que sea extendido por Asia continental y el pacífico, generando un imperialismo nacionalista de Extremo Oriente, se han aprovechado del conflicto afirmándose como potencias mundiales, como centros del poder mundial, sobre los estados europeos. Las pérdidas de vidas humanas se estiman entre ocho millones y medio de personas, de las cuales en su gran mayoría personas activas económicamente hablando. Rusia, Alemania y Francia son los países más dañados. Los daños económicos se reflejan en las destrucciones materiales, en el desgaste de las máquinas que no han sido renovadas, crisis en la producción, falta de materias primas, desorganización de los transportes y Resumen escasez de mano de obra. Endeudamiento de los países europeos por los empréstitos de guerra y los prestamos americanos que sitúan a EEUU en una situación favorable. Políticamente hablando se evidencia una serie de transformaciones internas de los Estados y las modificaciones territoriales. El nuevo trazado de fronteras que configuran una nueva Europa central y Oriental. En el ámbito social, se evidencia una crisis moral por el final del mito del progreso en que se creía hasta entonces, y la civilización europea y occidental, tecnificada y progresista. La sociedad acusa también la influencia del nuevo orden social defendido por la revolución soviética. Los pueblos colonizados afro-asiáticos afirman sus valores propios y su derecho a la autonomía ofreciendo la imagen reveladora de nuevas sociedades y civilizaciones que surgen y se enfrentan al modelo de sociedad occidental hasta entonces dominante e indiscutible. Francisco José de Habsburgo Nadie como Francisco José supo encarnar el espíritu del imperio al punto de que confundían su persona con la institución. La identificación era tal que la pervivencia de la Monarquía Dual coincide con el reinado de Francisco José, la existencia de ambos parece ser una sola, que lo fusilan en México a su esposa Sissi la asesina un anarquista italiano, su heredero Francisco Fernando cae en el atentado de Sarajevo que desencadena la Gran Guerra. Solamente cuando llega el derrumbamiento del Imperio muere Francisco. El día de su muerte se levanta como siempre y sigue su rutina: oye misa y luego despacha los asuntos oficiales. Solamente tras cumplir sus obligaciones cotidianas cierra los ojos y deja la vida tranquilamente, ahorrándose el final de Kakania. Francisco I, el último emperador con el título del Sacro Imperio Romano Germánico. Luego de una serie de problemas por los descendientes de Francisco I todos apostaban al recién nacido Francisco José: su abuelo el Emperador, el maquiavélico príncipe de Metternich y la madre de la criatura, se llegaría a decir que era la única de la familia imperial que llevaba pantalones (Sofía Baviera). Despreciaba al padre de la criatura, a quien solo utilizaba por la transmisión de la legitimidad dinástica a su hijo. Desde niño fue educado para emperador e ingresó al regimiento de infantería más destacado. Tuvo como profesores eminencias de su tiempo que le enseñaron lo necesario para la formación de emperador. Con las revoluciones liberales, los tronos más consolidados se habían hundido. En Viena los estudiantes asaltaron el palacio imperial y forzaron el cese del Canciller Metternich, el viejo enemigo de la revolución. Esto ofreció la ocasión para que Sofía diera un golpe de Estado. Hizo abdicar a Fernando I, y saltándose las leyes dinásticas hizo que asumiera, no su marido, sino su hijo Francisco José. En 1853, Sofía y su hermana Ludovica habían acordado el matrimonio de sus hijos, Franzi y Nené. Tía Ludovica fue a visitarles a Ischi, lugar de veraneo Imperial, pero además también llevó a su hija Sissi. En el banquete en que se debía formalizar el noviazgo, Sissi dio prueba de su falta de educación llegando tarde. A sus 15 años y hasta los 61 de su muerte Francisco plantó cara y rechazó a Nené y se casó con Siss. Pero esta no resistió las exigencias de Sofía. A Sissi la invadieron la anorexia y la melancolía. Se dedicó a peregrinar por medio mundo huyendo de la familia y de Viena. Cuando un anarquista la apuñaló en 1898. Francisco José fue un reaccionario ultracatólico que reinó de forma absolutista, aunque a veces con concesiones a liberales y nacionalistas. No solamente creía reinar por derecho divino, sino que ignoraba la derrota que había sufrido su abuelo Francisco I ante Napoleón en Austerlizt o la suya propia ante Napoleón III por el que perdió Italia; él seguía considerándose emperador romano-germánico como lo fuera Carlomagno. El empeño en considerarse emperador chocaría con los alemanes ya que tuvo que aceptar el patronato del emperador alemán. Entre las derrotas sufridas ante los franceses, alemanes e italianos, Francisco José logra un pequeño éxito en la política exterior, cuando el Congreso de Berlín le otorgó Bosnia-Herzegovina recién dejada del Imperio Otomano. Sería un regalo envenenado porque los nacionalistas serbios no apoyaban a Kakania y detrás de Serbia se vería Rusia, resentida porque Francisco José no apoyó a este país en la Guerra de Crimea contra el Imperio Otomano. Lo sacrificó todo al sentido del deber y el honor. Luego de la muerte de Sissi su amante pasó a ser Katharina Schratt, una dama de la escena casada con un noble. Sarajevo, 28 de junio de 1914 El Duque Francisco Fernando de Habsburgo y su mujer la Duquesa Sofía de Hohenberg, efectuaron una visita oficial a la ciudad, capital de la provincia austrohúngara, Bosnia-Herzegovina. Fue el momento escogido por los miembros de la joven Bosnia, organización terrorista, para atentar contra el heredero de la corona Resumen austro-húngara. Un estudiante de 19 años se situó cerca de un estrecho puente y cuando el vehículo pasó por allí efectuó los disparos sobre los esposos que fallecieron minutos después. Su sucesor, Pedro I, pertenecía a la familia rival y se consideraba un firme partidario de la expansión territorial y del acercamiento a Rusia. Las Guerras Balcánicas en 1912-1913 supusieron un fuerte revés diplomático para Austria-Hungría, que vio cómo crees Y aún más la influencia rusa en los Balcanes y, sobre todo, el interior de una Serbia que había duplicado su territorio y mostrado una capacidad militar preocupante. Aun así, el único Triunfo de Viena, la creación de un reino de Albania como virtual protectorado austríaco, privaba a Serbia de su única posible salida al mar. A principios de 1914, los gobiernos de Serbia y Montenegro anunciaron su intención de estudiar una unión aduanera y la coordinación de su política exterior y de defensa. Viena vetó enérgicamente el proyecto y en este ambiente crispado se produjo el asesinato en Sarajevo. La reacción de la Corte austriaca fue fulminante en la denuncia de Serbia como inductora del crimen. Los autores de este crimen eran bosnios de religión ortodoxa y se identificaban como serbios. Estaba muy influido por la sociedad secreta ultranacionalista unificación o muerte más conocida como mano Negra, tras la que estaban ciertos círculos políticos y militares de Belgrado. Austria le envía un ultimátum a serbia mediante el cual pretendía imponer la participación de policías austrohúngaros en la comisión de encuesta sobre el atentado que había puesto en marcha el gobierno serbio. Belgrado tenía un plazo de cuarenta y ocho horas para aceptar las condiciones del documento, pero éstas eran humillantes, en Viena no cabía duda de que serían rechazadas. Tras el ultimátum, la tensión internación subió bruscamente. Ni San Petersburgo quería ceder en su apoyo a Serbia, consciente de que se jugaba su prestigio en los Balcanes, ni Viene deseaba dejar escapar la oportunidad de ajustar cuentas con su vecino meridional. Serbia respondió que aceptaba todas las condiciones menos a dejar entrar policías austriacos a su territorio y en su lugar proponía una investigación del Tribunal de La Haya. Era lo último que deseaba Viena, una respuesta tan razonable. Contestó el día 28 con una declaración de guerra. Pocas horas después la artillería austro-húngara comenzó a bombardear Belgrado. La guerra llegó a Europa para nada volver a ser como había sido antes. Rusia decretó la inmediata movilización de sus Fuerzas Armadas. Alemania respondió con sendos ultimátum a San Petersburgo y París, para que se abstuvieran de intervenir. Al no obtener respuesta declaró la guerra a Rusia el 1 de agosto y a Francia el 3. Este último día las tropas alemanas invadieron Bélgica tratando de sorprender a los franceses. Pero esto supuso la entrada a la guerra del Reino Unido 24hs después. Para entonces, del Báltico al Adriático el continente se había convertido en un inmenso campo de batalla. Guillermo II Guillermo II era minusválido, tenía el brazo izquierdo atrofiado. El viril prototipo de solado alemán, el junker prusiano, el caballero teutónico, el que llamaban Gran Señor de las Batallas, no habría sido admitido en ningún ejército del mundo. La minusvalía debió generar una fuerte frustración en alguien que, por su formación y ambiente, por el peso de la historia prusiana y la tradición familiar, por lo general aspiración expansiva de la nación alemana. Era un militarista de modo que hizo todo lo posible por ocultarlo. Existía un verdadero culto a su imagen por todo lo que representaba. Tenía a sus órdenes el ejército más formidable del mundo, lo que implicaba un serio peligro si decidía comenzar una guerra. Lo que sucedió en el verano de 1914. Nació en Prusia, su enérgico abuelo, Guillermo I había logrado, bajo la dirección del canciller Bismarck la unidad del II Reich (el primero fue el Sacro Imperio Romano Germánico). No tuvo mucho contacto con su padre. Su educación fue encargada a un calvinista y general, pero Guillermo se vio muy influenciado por su madre, la princesa Victoria, hija de la reina Victoria de Inglaterra. La cual se empeñó en hacer de su hijo un gentleman inglés, que se sintiera atraído por todo lo británico, lo que chocaba con la mentalidad del pueblo alemán ya que ellos estaban decididos a tener una monarquía autoritaria que los lleve a la gloria y al poderío mundial. Guillermo I murió efectivamente a los 90 años, en 1888, pero Federico solamente reinó durante noventa y nueve días. Fue una gran decepción para toda la opinión liberal alemana que esperó tanto años a que el viejo Guillermo pasara a mejor vida y llegara su hijo Federico, un hombre de progreso que habría sometido el gobierno al régimen parlamentario. Pero al acceder al trono, Federico estaba ya gravemente enfermo de cáncer y no llegó a hacer nada, salvo sufrir una larga agonía. Resumen Guillermo se convirtió en emperador de Alemania y rey de Prusia con sólo 29 años. Mantuvo la Constitución autoritaria de 1871, según la cual era el soberano y no el Parlamento quien nombraba y cesaba al Gobierno, y el ejército y la marina no eran responsables ante el gobierno, sino que ante el emperador. Era un país extenso, muy poblado, perfectamente organizado y disciplinado, con fuerte industria, riqueza y el mejor ejército terrestre del mundo. Sin embargo, su posición en el concierto mundial no se correspondía con esta importancia. Su tiempo de unificación había llegado cuando los sectores coloniales ya habían sido repartidos. Es lógicamente entendible que el emperador haya puesto en marcha un programa de construcción naval para lograr una marina de guerra como la británica. Cuando se lanzara esa meta que el Káiser señalaba, nadie en el mundo podría parar a Alemania. Guillermo II sabía lo suficiente de ciencia militar para entender que enfrentarse contra Rusia y Francia a la vez no lo podría hacer de otra forma que saliendo perdedor. Cuando vio que las potencias de la Entente estaban dispuestas a seguir a Rusia en la defensa de Serbia, intentó detener el efecto dominó, planteando incluso la devolución de Alsacia y Lorena a Francia. El día anterior a comenzar las hostilidades le ordenó a parte de su ejército que invadiera Bélgica en pocas horas. Frente a Von Moltke había perdido la autoridad, relatos cuentan que le dijo “haga usted lo que mejor le parezca”. Cerca del final de la Primera Guerra le tocó a Guillermo pagar la factura del desastre con su propia Corona. A pesar de que hacía bastante tiempo había dejado de llevar la batuta, parece que desde 1908, había tenido inconvenientes y dejó desde entonces a los ministros responsables de los gobiernos la gestión de la mayor parte de los asuntos, sin siquiera dejar oír su voz. En octubre de 1918, fracasada la gran ofensiva de Hindenburg, pérdidas las esperanzas de ganar la guerra y el ejército se desmoralizó. Se resistió todo lo que pudo a abdicar, intentando quedarse al menos como rey de Prusia, pero cuando Hindenburg le dijo que era la única solución para evitar la anarquía firmó el juramento y buscó asilo en Holanda. En 1940 volvió a disponer de una Guardia militar alemana, pero esta no obedecía a sus órdenes, sino a las del nuevo Gran Señor de las batallas de Alemania, Adolf Hitler. Cuando murió, en junio de 1941, Hitler quiso hacer en Berlín El entierro del último Kaiser del segundo Reich, presidido por el führer del Tercer Reich, pero Guillermo había dejado instrucciones prohibiendo que en sus exequias hubiera esvásticas. La Batalla de Marne Las condiciones en las que se inició la I Guerra Mundial no constituyen una sorpresa para los Estados mayores de los contendientes. Para los imperios centrales, Alemania y Austria-Hungría, la ventaja era la compactación territorial, que permitiría el rápido envío de tropas y armas donde fuera necesario. Y los inconvenientes, la necesidad de atender simultáneamente varios frentes y la previsible rápida pérdida de las colonias y de la navegación colonial. A diferencia, Rusia y Francia deberían combatir por separado en frentes a miles de kilómetros de distancia. Los británicos básicamente se reservaron el control de las rutas marítimas. Consiente de estas circunstancias, los alemanes idearon el Plan Shlieffen que otorgaba prioridad a la ofensiva en el frente occidental mientras que los rusos deberían ser contenidos. El ejército por esto comenzó atacando dos países neutrales. El día 2 de agosto, cuando aún no existía un estado oficial de guerra entre Alemania y Francia, las tropas del káiser ocuparon Luxemburgo, dos días después, cuatro ejércitos germanos penetraron Bélgica. El ejército belga se dispersó, pero el grueso de este ejército se hizo fuerte en Amberes. Donde soportó durísimos ataques hasta que logró escapar hasta las líneas francesas. La llamada “batalla de las fronteras” fue breve. Los franceses previendo la violación de la neutralidad belga, habían instalado dos ejércitos en las proximidades de las Ardenas, pero no concedió atención a la frontera septentrional, por donde los alemanes tenían previsto atacar. Fracasaron cuantas veces se lanzaron al ataque contra las fortificaciones alemanas y acabaron retrocediendo hasta Nancy. A las 12 semanas del inicio de los combates, el plan francés era un costosísimo fracaso. Los alemanes entraron en Francia en persecución de los franco-británicos, que retrocedían sin ofrecer apenas resistencia. Sin embargo, a estas alturas, el Plan Shlieffen comenzaba a no cumplirse. El enemigo había extendido sus líneas, lo que evitó su destrucción y aunque retrocedía, conservaba su capacidad de maniobra. Pero la capital estaba amenazada y el gobierno se retiró a Burdeos. Tras un mes de rápido avance sin parar de combatir, las tropas alemanas estaban agotadas. Los franceses, aprovecharon esto al máximo, implementando Resumen nuevos medios logísticos. El transporte de las tropas hasta el no muy lejano frente se hizo recurriendo a todos los medios disponibles en París, incluidos los míticos “taxis de Marne”. Fue allí donde ocurrió “el milagro de Marne”, junto con un uso adecuado de ferrocarriles, les permitió a los franceses desencadenar una ofensiva general sobre el río Marne. Los franceses lograban por fin detener los ataques alemanes y Von Moltke, jefe del Estado Mayor Alemán, ordenó el repliegue general a la línea del rio Aisne, poniendo fin así al avance sobre París. Moltke fue sustituido. En el Marne se mostró un nuevo tipo de guerra: las batallas de desgaste. Se acabaron los avances fulminantes. Las municiones de la artillería se agotaron repetidas veces y las pérdidas en hombres acabaron siendo un factor determinante en la retirada alemana. Tras la batalla, comenzó a tomar forma la guerra de posiciones, que llenaría de trincheras los inmóviles frentes europeos. La que se denominó “carrera hacia el mar” consistió en una serie de breves y sangrientas batallas. De haberlo conseguido, París se hubiera visto amenazada de nuevo. Pero, tras el fracaso de Ypres, el Alto Mando ordenó parar la ofensiva, cuyos sucesivos ataques habían sido eficazmente derrotados por las tropas franco- británicas-belgas. Simultáneamente a su ofensiva en Francia, los alemanes tenían que atender, con sus aliados austrohúngaros, a la guerra con Rusia. Para ambos, el frente ruso no era prioritario en la primera fase de la guerra. Dada la inmensidad del imperio zarista, los imperios centrales contaban con la lentitud de su movilidad. Pero el duque Nicolás anticipó la prevista ofensiva general a mediados de agosto. En el norte ruso se lanzaron a una ofensiva sobre Prusia oriental. El ataque sorprendió a los alemanes que no contaban con una acción tan rápida y sólo tenían la mitad de los efectivos rusos. Los rusos calculaban tardar 2 meses, pero lo hicieron más rápidamente. Los alemanes tuvieron que resistir y retrocedieron. Tras la aparición de Hindenburg, los rusos deben abandonar Prusia. Aunque derrotados dos veces, los rusos conservan gran parte de su poder. Con fin de obligar a los rusos a dividir sus fuerzas, los austrohúngaros atacan Polonia rusa. Derrotan al ejército zarista y lo hacen retroceder. El ejército ruso responde con una contraofensiva y se enfrentan cerca de la capital. Los austro-húngaros vencidos, retroceden y algunos son tomados prisioneros. La victoria frente a los austríacos animó a los rusos a un contraataque en Polonia. Los ejércitos rusos se lanzan en dirección a Cracovia. Pero para evitar un desastre un ejército alemán interviene y también ataca Polonia. Alemanes vencen y se detienen durante el invierno las operaciones en Polonia. Los austríacos se lanzan a la guerra con Serbia pensando que sería rápida y que lograrían reforzar su hegemonía en los Balcanes. Pero fueron derrotados en la Batalla del Cer. Los serbios contraatacaron y ocuparon algunas localidades del norte de Bosnia. Los austrohúngaros tuvieron tiempo de consolidar sus defensas y forzaron al enemigo a repasar la frontera. A comienzos de octubre de 1914, los contendientes habían vuelto a sus posiciones de partida y Viena intentaba salvar la cara alegando que su ofensiva había sido una siempre “expedición de castigo”. Belgrado sometida a un bombardeo artillero desde el comienzo de la guerra, fue evacuada por el Gobierno y cayó en poder del enemigo el 2 de diciembre. El día 3, los serbios pasaron al contraataque y obligaron a retroceder a los invasores. El 14 recuperaron Belgrado. Los franceses en Lorena, los alemanes en el norte de Francia, los rusos en Prusia oriental, los austrohúngaros en Serbia. En poco más de un trimestre, las fulminantes ofensivas con que se iniciara la Gran Guerra habían sido detenidas, sin alcanzar sus objetivos y con un altísimo precio en vidas humanas. A la lenta guerra de posiciones propia de la I Guerra Mundial. Con ello, buena parte de Europa se cubriría de trincheras durante los siguientes cuatro años, a la espera de un desenlace bélico que cada uno de los contendientes esperaba fuese victorioso para sus intereses. Nicolás II El propósito de Guillermo II era sustraer al Zar de la Entente Cordial y convertirlo en su aliado. Tenía una notable capacidad de seducción. Le decía que Francia era una república atea y que Inglaterra se había aliado con Japón en la guerra ruso-japonesa. Resumen Rusia y Alemania firman un acuerdo defensivo en 1905. Los ministros rusos rechazan enfáticamente este tratado porque estaban en contra del expansionismo alemán, al igual que los franceses. El tratado quedó sin efecto a las 24hs. Nicolás era absolutista y ultraconservador al igual que su padre Alejandro II. Ya que a su abuelo Alejandro II por ser liberal lo habían asesinado. Nicolás dijo que no estaba preparado para ser zar ya que su padre muere repentinamente. Se casa con Alicia, nieta también de la reina Victoria. Le pasó a decir Sunny porque le parecía resplandeciente como el sol. Su carácter era sombrío y atormentado, no quería a nadie, sólo a su esposo y sus hijos, sobre todo a su pequeño Alexei, el zarévich, que padecía hemofilia. Era peligrosa su religiosidad, se entregó ciegamente a manos de un farsante que prometía curar al zarévich. El intento de expandirse por la costa del Pacífico, le llevó a una guerra con el Japón, que le provocó una derrota, aún más humillante porque desde hacía siglos ninguna nación europea. Esa derrota convencería al Káiser de que el ejército ruso era despreciable ya que ninguna nación europea había sido derrotada nunca por un país “exótico”. La guerra ruso japonés también fue el germen de la revolución que estalló en 1905: huelgas, manifestaciones militares tuvieron lugar en esta época, pero fueron duramente reprimidas. La primera reacción del zar fue dejar de residir en el Palacio de Invierno y trasladarse a otra corte. Pero sabía que esto por ejemplo a Luis XVI no le había servido de nada. Debió tomar decisiones como colocar como Primer Ministro a Sergei Witte, un liberal que había impulsado la industrialización y la creación de ferrocarriles. Pero cuando este propuso un sistema constitucional el zar se deshizo de él. Recurrió entonces a Stolynpin que impulsó una reforma agraria otorgando tierras a siervos. Pero este era mirado con recelo por Alejandra. Cuando estalló la guerra los consejeros le recomendaron que no se pusiera a la cabeza de las tropas para no asociarse con el previsible fiasco militar. Esta vez Nicolás resistió las presiones de Alejandra y nombró al duque Nicolás. Luego de que este perdiera, se puso él al mando del ejército. Pero Nicolás era el menos indicado para arreglar la situación. Alejandra queda al mando. Pero en 1917 estalla la revolución. Cuando el zar quiso volver a San Petersburgo todo estaba perdido. Solamente pudo abdicar en su hermano Miguel que en menos de 24hs soltó también el cetro como si estuviera al rojo vivo y traspasó el poder al Gobierno provisional de Kerensky. Nicolás se retiró a una vida alejado de lo político como de lo militar. Pero luego de medio año comenzó el calvario de la familia imperial. Los asesinaron. La iglesia ortodoxa los canonizaría en 1981. En 1914 las convicciones de que una guerra defensiva y de desgaste era, por el momento, la mejor respuesta al mantenimiento de la presión enemiga. Surgió la guerra de trincheras, donde eran posible las ofensivas parciales con objetos temporal y espacialmente limitados, cobrados a un altísimo precio en vidas y destrucciones. Fracasada la ofensiva sobre Francia, el Estado Mayor germano volvió su atención al frente oriental y cobró fuerza la vieja doctrina de que una rápida derrota en batallas masivas obligaría a ellos rusos a pedir rápidamente la paz, permitiendo luego a los imperios centrales volcar todo su potencial en Europa occidental. En Berlín, por tanto, la prioridad de 1915 fue aplastar a Rusia, mientras sus tropas se mantenían a la defensiva en Francia. Tres Grandes ofensivas Batalla de Artois, Batalla de Ypes y de nuevo en Artois. Joffre insistía en su táctica a pesar de la eficaz resistencia del VI ejército alemán. La idea era una vez roto el frente alemán hacerlos retroceder. En la tercera batalla de Artois, los aliados ya carecían prácticamente de artillería pesada se vieron obligados a atacar a pecho descubierto. Pese al empleo de refuerzos y a la utilización de gas venenoso en el ataque, que el viento los hizo volver en contra, la batalla fracasó y los franceses fracasaron rotundamente. Los planes de Joffre se habían convertido en un fiasco monumental. Los austríacos habían perdido en su casi totalidad la enorme región de Galitzia-Lodomeria. La entrada de Italia en la guerra obligó a los austriacos a desviar sus fuerzas a dos frentes. En 1915, los rusos se habían recuperado de las perdidas y formado un nuevo ejército, pero Hindenburg anticipó esto y lanzó una ofensiva inesperada. Los rusos retrocedieron ordenadamente hasta su propio territorio. Resumen Durante la primavera, los Estados mayores alemán y austrohúngaro planificaron y desarrollaron una ofensiva conjunta en toda la extensa línea del frente. La iniciaron, simultáneamente, el 2 de mayo. Italia indirectamente hizo frenar la ofensiva a Rusia entrando en la guerra. Plan en tenaza de Alemania, atacar por el norte y por el centro la capital polaca rusa. La mayor parte de la Polonia Rusa cayó en manos de Hindenburg y el día 23, al rendirse la fortaleza, quedó desarticulado el dispositivo central ruso. Alemania invade países bálticos y rusa se repliega. En 5 meses profundizan la línea 500km hasta 1917. Entraron en la guerra tres nuevos Estados: el Imperio Otomano, Italia y Bulgaria. Los turcos atacan el protectorado de Egipto a manos de los británicos. Gran Bretaña se defiende para no perder esta importante ruta marítima, pero son vencidos y tuvieron que renunciar. Bulgaria a lo largo de un año recibió ofertas de los países contendientes. Finalmente, tanto el rey Fernando I como el ejecutivo búlgaro se decantaron a favor de las potencias centrales a cambio de cederle Macedonia. Toman Belgrado y el ferrocarril. Trágica evacuación de Serbia por mar. Superpusieron la retirada con la gente civil. Atravesaron Montenegro y Albania para llegar al mar. Los austriacos, aunque en clara inferioridad numérica, estaban fogueados por un año de guerra y habían mejorado muy notablemente su organización militar desde las desastrosas campañas de verano en 1914. Al concluir el año 1915, los escenarios de la Gran Guerra se habían ampliado con tres beligerantes más. Nuevas armas y estrategias de desgaste incrementaban la espantosa matanza en que se había convertido el conflicto. Y, salvo en los Balcanes, ninguno de los contendientes había hecho progresos territoriales significativos. Jorge V Hijo de Eduardo VII de Inglaterra, nieto de la Reina Victoria. Llegó al trono accidentalmente a los 45 años. Fue mandado a la marina por ser el segundón donde recibió una educación disciplinada, austera y esclava del deber. El real muchacho destinado a ser monarca padecía retraso mental y por ser homosexual era tildado de “marica”. A pesar de verse envuelto en un escándalo en un bar para hombres homosexuales, su familia concertó matrimonio para él con una princesa germánica: María de Terck. Luego de la muerte de su hermano, Jorge debió ocupar el puesto de él. Para cumplir con las obligaciones dinásticas tuvo 6 hijos. Fallecido Eduardo VII se monta un funeral donde los máximos representantes de cada Estado asisten. Al final, a modo de humillación el presidente Roosevelt y el de la República Francesa. Al llegar al trono se encontró con una crisis constitucional. La cámara de Lores había rechazado el presupuesto del partido liberal, este último no tuvo más remedio que solicitarle al monarca que colocara en la cámara 400 o 500 pares afines al partido liberal. Aunque Jorge V sintiera querencia por esto, no dejó influenciarse por sus intereses personales por miedo a perder el trono. Convenció a los Lores para que aprobaran el presupuesto y se mantuvo la calma. Jorge V se sentía marino, no militar. Tal es así que cuando estalló la guerra no experimentó la necesidad ni la pulsión de ponerse al frente de sus tropas como sí lo hicieron el Zar o los reyes de Bélgica, Italia o Serbia. El mayor quebranto que le trajo a Jorge V la Gran Guerra no fue, sin embargo, físico, sino moral pues cometió dos traiciones. En 1917, cuando la caída del zarismo le permitió a Alemania concentrar todas sus fuerzas en el Oeste, el odio hacia todo lo alemán que despertaba la cotidiana lista de baja de los diarios comenzó a tomar altamente importancia. Asique cediendo a los prejuicios de la opinión pública, el soberano renegó de su estirpe borrando su apellido. Pero peor fue la otra traición que le hizo a su primo y aliado Nicolás II de Rusia. Cuando el gobierno del Zar Nicolás II fue depuesto por el gobierno de Kerensky, Jorge V se dejó dominar por el pánico. Muchos daban por hecho el asilo al Zar en Inglaterra por su parentesco, pero Jorge veía las fuerzas desatadas del proletariado como una verdadera amenaza para su corona y decidió evitar cualquier cosa que las irritara. Incluido el traicionero abandono de su primo y amigo. Esto fue, para la familia del zar, una sentencia de muerte segura. En 1924, por primera vez en la historia, el Rey encargó formar parte del gobierno al líder del partido laborista, cuyo principal afán fue demostrar que los laboristas eran capaces de gobernar responsablemente y mantener el orden. Resumen Resulta una paradoja histórica que, por su condición de conservador, Jorge V haya sido quien amparó institucionalmente los cambios más revolucionarios como, por ejemplo: la independencia de Irlanda, el voto femenino, reconocimiento de los mismos derechos para los católicos o la llegada de los socialistas al poder. Jorge V no tuvo hijos que considerara aptos para el trono. El heredero natural, David, que gobernaría como Eduardo VIII era anoréxico y temía volverse loco. Renegaría de sus obligaciones y abdicaría. El segundo, Bertie, padecía una timidez patológica que le hacía tartamudear y le incapacitaba para los actos públicos. Como buen segundón fue a la marina como su padre. Asumiría el trono como Jorge VI, pero fallecería tempranamente de cáncer de pulmón. Jorge V enfermó gravemente y su muerte fue la despedida del Imperio Británico en su esplendor, pues la inminente II Guerra Mundial iba a arrebatarle a Inglaterra la categoría de primera potencia mundial. Los representantes de Gran Bretaña, Francia, Italia y Rusia acordaron mantener activo el frente de Salónica y aliviar la presión germana sobre Rusia organizando, para la primavera del año siguiente, una serie de ofensivas en los diferentes frentes que, sin esperar resultados espectaculares en cada una de ellas, en su conjunto obligasen al enemigo a emplear todas sus reservas en taponar varias brechas a la vez. Fieles a esta estrategia en 1916, los Aliados desencadenaron grandes batallas de desgaste en los frentes francés y ruso. El resultado de este esfuerzo combinado debía ser la derrota total de los Imperios centrales. El jefe del Estado Mayor alemán proyectaba una ofensiva limitada en un sector vulnerable del frente, que obligase a su colega francés, Joffre, a concentrar grandes efectivos en ese punto. El objetivo elegido fue la ciudad-fortaleza de Verdún, que formaba un recodo en las líneas francesas, entre Champaña y Lorena, y estaba defendida por el III Cuerpo del Ejército Francés. El Alto Mando alemán daba por sentada la victoria. Pero para los franceses Verdún era un mito nacional francés. Durante cuatro meses era un infierno de fuego y fango, enfrentados a novedades como los lanzallamas, las bombas de mano y un nuevo gas mortífero, el fosgeno, los franceses resistieron en sus posiciones. Durante el verano se equilibró la balanza con ataques y contraataques locales, hasta el punto de que le pueblo de Thiaumont cambió de manos 16 veces. Fracasados los alemanes, aparece Hindenburg en la jefatura del Estado Mayor Alemán. La batalla de Somme comenzó cuando la infantería aliada a pecho descubierto se encontró con las ametralladoras alemanas. El día 20 franceses y británicos reemprendieron el ataque a toda la línea, pero al finalizar el mes no se encontraron con que habían profundizado más de 4km. Los aliados en la Batalla de Somme demostraron una gran superioridad armamentística ya que introdujeron por primera vez tanques, abriendo paso a una futura revolución en la forma de hacer la guerra. Cómodamente instalados en su atrincheramiento tras meses de inactividad, los austro-alemanes fueron machacados por el bombardeo de miles de pieza de artillería. La ofensiva Brusilov permitió que el enemigo retrocediera y ofreciera escasa resistencia. En un mes, las tropas zaristas avanzaron, destrozando al ejército austrohúngaro. La ofensiva saldó con muchísimas pérdidas humanas. La operación, pese a sus escasos logros territoriales, detuvo las ofensivas austro-alemanas en Francia e Italia. Obligó a las potencias centrales a adoptar una actitud defensiva en el frente ruso y dilatarlo hasta que Rumania entró a la guerra animada por la ofensiva. El enorme coste humano de la ofensiva desprestigió al zar y fortalecieron las actitudes críticas contra el zar. A comienzos del verano de 1916, cualquier observador imparcial podía estimar que la guerra evolucionaba favorablemente para la Entente. Rumania entonces le declaró la guerra a Austria. Pero rápidamente los austríacos desplazaron sus ejércitos para prevenir una ofensiva por parte de estos. Los rumanos empezaron a ceder en todos los frentes, la capital cayó poco después de que el gobierno se trasladara. Diezmado el ejército rumano pudo escapar. Dos tercios de Rumania, con su importante producción de petróleo y trigo, se encontraba ahora en mano de las potencias centrales. Wilson No aprendió a leer hasta los nueve años, creció en un país de esclavos. Fue docente, estudiante de abogacía, pero le aficionaba la política. Se daba a conocer al extranjero con artículos sobre ello. Tras 12 años como profesor fue el rector de la universidad de Princeton. Tenía un sentimiento democrático radical y a la vez era autoritario en la defensa de la igualdad, motivo que le costó el cargo como regente. El partido demócrata le ofreció la candidatura a gobernador de New Jersey, la cual aceptó y ganó. Tras dos años de gobernador lo nominaron candidato a presidente. Asumiendo el cargo en 1913. Resumen Se ganó el apoyo de los congresistas y fue así que arremetió contra la industria estadounidense para despojarla de la cómoda armadura del proteccionismo arancelario y alanceó a las clases altas con un impuesto sobre la renta a los empresarios con una legislación que protegía los derechos laborales de los trabajadores. La Gran Guerra le daría la oportunidad de imponer una política mundial idealista basada en la justicia y la compasión, que renunciará al uso de la fuerza y el revanchismo. Simpatizaba con Inglaterra, pero era un pacifista convencido que los conflictos se resolvieran por acuerdos y por ello se dedicó a mantener la neutralidad de Estados Unidos. Alemania se encargaría de ponerles las cosas difíciles a los pacifistas con su campaña de guerra submarina. El hundimiento del Lusitania en 1915, causó la muerte de 128 norteamericanos. Pero Wilson no decidió declarar la guerra. Allí es cuando se presenta a relección y gana. El 31 de enero de 1917, Berlín avisó a Washington que desde el día siguiente sus submarinos hundirían sin previo aviso cualquier barco que navegara por una inmensa zona de exclusión. Era prácticamente un ultimátum. A su vez, Alemania le ofreció a México una alianza prometiendo Arizona, Texas y Nuevo México. La opinión norteamericana cambió radicalmente a favor de las hostilidades y Wilson solicitó y obtuvo del Congreso la declaración de guerra el 2 de abril. Wilson imaginaba una salida lo más pacífico posible al conflicto, pero las potencias aliadas no estaban dispuestas a que el idealismo del norteamericano les impidiera resarcirse a placer y le prepararon una trampa. Wilson se instaló en Europa más de medio año para ejercer de mediador. El tratado de Versalles se resume en todo lo contrario a las pretensiones de Wilson. Cuando Wilson proponía un trato generoso para Alemania, el tigre Clemenceau exigía que Alemania pagase, si era preciso con su alma, todo lo que había destruido en tierra francesa. Italia, por cambiarse de bando, exigía el puerto Trieste. Sólo les interesó de Wilson el punto 14 de los “catorce puntos”. La conformación de la liga de naciones. París y Londres pensaban que podían utilizar la Sociedad de Naciones a su favor y según sus intereses. Después de tantos años de tensión su organismo no resistiría ya que una apoplejía lo dejó semiparalizado, dejando a su esposa, Edith, tomando las decisiones en la Casa Blanca. No logró vencer en las siguientes elecciones y se retiraría de la vida política. Fue premiado con el Premio Nobel de la Paz. A la llegada del invierno de 1916-1917, ningún país tenía ventaja sobre otro. A mediados de noviembre de 1916, los representantes de la Entente volvieron a reunirse en Chantilly para planificar sus estrategias. El ejército ruso no estaba en condiciones de realizar un esfuerzo parecido al del año anterior y la Revolución de Febrero, que provocó la caída del zarismo, postergó cualquier iniciativa en este sentido. Joffre fue sustituido por Neville. Este preveía una operación en zonas de un amplio frente situado entre Arras y Reims. Los alemanes habían sufrido enormes pérdidas en Verdún y en el Somme, por lo que durante el año 1917 se mantuvieron a la defensiva en el frente occidental, fiando la victoria a un colapso militar de Rusia y al éxito de la acción de los submarinos en el corte de suministros a la Entente. Cuando tras un mes de combate la Batalla de Arras se dio por terminada, los británicos habían tenido modestos avances. Simultáneamente al ataque británico, en Artois, y sin tener en cuenta el radical cambio que suponía la Operación Alberico de repliegue alemán, Nivelle puso en marcha la gran ofensiva del Ejército francés con el río Aisne como central. La segunda batalla del rio Aisne, comenzó con el objetivo de conquistar las alturas que dominaban el Camino de Damas, pero el ejército alemán proporcionó una eficiente resistencia. Los efectos del fracaso de la Ofensiva Neville fueron importantes. En la opinión pública francesa, y, sobre todo, entre las castigadas tropas del frente, se había extendido la ilusión de que el nuevo comandante en jefe traería una victoria rápida que pondría fin a la guerra. Aparece en sustitución de Neville, Petain. La entrada de los Estados Unidos a la guerra supondría un refuerzo de hombres y armamento. Londres consideraba inmediata la necesidad de expulsar a los Alemanes del Canal de la Mancha ya que las bases submarinas situadas en la costa belga eran una amenaza muy seria para la navegación británica. Se planificó la tercera batalla de Ypres; recurrieron a una vieja táctica, volar las defensas con explosivos colocados en el subsuelo, mediante túneles excavados por los zapadores. El brutal estallido de las minas sumió a la defensa alemana en el caos y en tan solo unas semanas las siete divisiones británicas tomaron el lugar. Por primera vez se podía hablar de un triunfo rotundo y la opinión pública se vio entusiasmada. Resumen Ahora concluida la guerra con Rusia, los alemanes y austríacos podrían volcar todo su esfuerzo bélico contra Europa occidental. Pero la llegada masiva de los refuerzos de los norteamericanos aportaría lo necesario para la Entente y los planes para terminar con los países centrales. Lenin Ni el mil veces ensayado Plan Shlieffen con el que comenzaron la guerra, ni le brutal empeño en Verdún, ni la gigantesca última ofensiva de Hindenburg, lograron lo que la operación secreta del traslado de Lenin: hacer salir de la guerra a uno de los enemigos mayores y eliminar el frente oriental. En el Alto Mando de Berlín festejaron cuando los bolcheviques tomaron el Palacio de Invierno. ¿Pero quién era este hombre? Proveniente de familia burguesa, su padre siempre quiso que sus hijos fueran intelectuales. Estudió letras y fue siempre revolucionario, al punto de que su hermano fue asesinado por esa causa. Fue a la universidad de Kazán en la cual duró un cuatrimestre antes de que la represión cayera sobre él. Fue expulsado a una granja en la cual se convirtió definitivamente al marxismo. Estuvo preso 15 años y fue deportado a Siberia. Se casó con Nadia Krupskaya. Escribió un libro “¿Qué hacer?” donde fijaba la línea de actuación de un nuevo tipo de partido: la vanguardia del proletariado. Era el único capaz de lograr una revolución socialista. Su partido comenzó a denominarse como los mayoritarios, identificados como bolcheviques. Este se opondría con la minoría, los mencheviques. Desde el exilio en Suiza escribe su obra El imperialismo, fase final del capitalismo. Cuando llega la noticia de la caída del zarismo, a Lenin no le queda otra que salir por Alemania ya que los aliados tenían una lista con los nombres de los antibelicistas. Lenin llega a Finlandia, que era parte de Rusia aún. El líder comunista no sabía lo que le esperaba, una multitud de seguidores y partidarios. Se dirige a la multitud y anuncia que ha comenzado la Revolución verdadera, la obrera, en oposición a la burguesa y vincula la caída del imperialismo con la guerra. Ha logrado el apoyo de Francia e Inglaterra por declarar que continuaría con las hostilidades, pero Lenin logra el apoyo del pueblo predicando justo lo contrario, la salida inmediata de la guerra, que era lo que esperaba el alto mando alemán. Logra librarse de la guerra, pero no de una guerra civil. Partidarios zaristas con la ayuda de Inglaterra, Francia y Estados Unidos mandan tropas a Rusia para una contrarrevolución. Blancos contra rojos, pero triunfan los segundos y consolidan el primer estado marxista leninista de la historia. En 1922, luego de una operación para extraerle una bala, recibida en un atentado, entra en una crisis que le paraliza parcialmente y le deja sin voz. Antes de su muerte recomienda sacar del cargo de la Secretaria General de Partido a Stalin porque había acumulado mucho poder, pero este se haría con el poder definitivamente. Frente italiano: había sido muy secundario, allí se da la Batalla de Isonzo. Los austriacos fortificados en las cadenas alpinas podían iniciar en cualquier momento una ofensiva en tenaza en dirección a Venecia, de consecuencias desastrosas para el dispositivo militar italiano. Hindenburg Bajo su mando político el Estado Alemán se entregaría a un atrabiliario personaje en su vocación de artista, Adolf Hitler. Paul nació en el seno de una vieja familia junker, nobleza terrateniente y militar prusiana. La veneración con la que habla de sus antepasados nos revela el sólido conservadurismo del personaje y su amor por la tradición y las glorias militares Relatos de su abuelo sobre cómo debían ir a rogarle a Napoleón para que eximiera de pagar a la comarca impuestos, plantó en él, el germen de la humillación y sumisión de Prusia a la cual no quería someterse nunca más. En la guerra franco-prusiana su regimiento perdió la mitad de sus efectivos lo que le removería en él el odio hacia Francia. Hindenburg ascendió todos los grados hasta el generalato, se graduó en la prestigiosa Escuela de Guerra, llegó a mandar un Cuerpo de Ejército, pero en 1911 alcanzó la edad del retiro un inusitado período de paz de cuarenta años. La frustración se convirtió en amargura en 1914 cuando vio que pese a la gigantesca movilización para la guerra nadie se acordaba de él. Fue necesaria la amenaza rusa sobre Prusia Oriental para que regresara. Ludendorff por ser joven fue descartado y se tomó, como segunda opción, a Hindenburg como candidato para el Resumen Alto Mando. Entonces forjaron una relación, Hindenburg ponía la cara y Ludernoff la cabeza, asumiendo que las glorias se las llevara su jefe. La simbiosis entre estos dos personajes fue tan perfecta, que los ingleses crearon una cifra para nombrar a aquel monstruo de dos cabezas: HL. La repercusión pública fue: han puesto al mando a un anciano. Pero HL había superado a un enemigo que lo superaba en tres a uno y derrotado a la fuerza rusa. Fue tan milagroso el cambio de situación que enseguida surgió una leyenda para explicarlo: había sido nombrado con anterioridad en una batalla en esa región. Se convertía en la nueva referencia paternal que inspiraba confianza, el ejemplo de fortaleza y sabiduría para el pueblo alemán, el hombre designado por Dios para dirigir la patria. El káiser fue dejado de lado en la conducción del conflicto y el destino de Alemania pasó a manos de HL. De HL serían los triunfos y las derrotas de 1916. Fueron quienes tomaron la iniciativa de la guerra submarina que haría que entre Estados Unidos a la guerra. Fueron quienes colocaron a Lenin en Rusia y se volcaron en un millonario ataque antes de que llegara EEUU. La gran ofensiva, el mayor ataque de la historia, la mayor concentración de artillería, un millón de hombres, fracasó pese a tremendo esfuerzo. Mientras que los aliados recibían sangre fresca de Estados Unidos. Cuando quiebran la línea de defensa alemana, ya no había reservas para seguir subsistiendo. El káiser cayó y HL se deshizo. El cerebro de Ludendorff buscó refugio en Suiza, pero Hindenburg y todo lo que significaba su imagen no pudo esconderse. En 1919, se retiró. En las elecciones de 1932, la derecha abandonó a Hindenburg, pero como el opositor era Hitler, el mariscal fue reelegido con el apoyo del centro y la izquierda. Pero ya cada vez más senil, se rodeó de gente incapacitada, no lograba diferenciar a Hitler del Káiser. La entrada en la Guerra de los Estados Unidos, en marzo de 1917, había supuesto un inmediato refuerzo de la economía de guerra aliada y contribuyó a la creciente ineficacia de la caza submarina alemana. La estrategia de Berlín debía ser, pues, lanzar una serie de ofensivas, masivas y bien coordinadas, qué mermasen drásticamente la capacidad del ejército y la hicieron retroceder todo lo que fuera posible antes de que las divisiones norteamericanas entraron en combate. Ya se utilizaría el método de Hutier, que tan buenos resultados había dado. Consistía en: Una brutal preparación artillera, seguida de una primera oleada de Infantería destinada a romper las líneas enemigas y de una segunda, más masiva, dedicada a profundizar el avance. En resumen, las cinco ofensivas alemanas de la primavera-verano de 1918 fueron éxitos tácticos relativos, pero desde un punto de vista estratégico resultaron contraproducentes, ya que no lograron quebrar la resistencia de los aliados y agotaron, la ventaja inicial del potencial alemán. A finales de mayo habían llegado a Francia e Italia más de medio millón de soldados norteamericanos, para mediados de Julio eran un millón y en el otoño superarían los dos millones. y, el 8 de agosto, día negro del ejército alemán, británicos y franceses pasaron al ataque entre el Somme y el Oise, en la batalla de Amiens, una operación con una masa de casi 500 tanques, que pillo por sorpresa al enemigo. La ofensiva logró unos objetivos territoriales muy limitados, pero causó enormes daños a los alemanes, de combate y dejaron el poder de los atacantes más de 20,000 prisioneros. Los alemanes ya no estaban en condiciones de detener la ofensiva enemiga. Tal Y cómo iban las cosas, parecía posible expulsar a las tropas del káiser del suelo francés en semanas y derrotar a Alemania. Pero lo sucedido en otros escenarios bélicos iba acelerar el hundimiento de las potencias centrales en cuestión de días. Austria y Hungría, se veían enfrentadas al caos. En Hungría, mientras la agitación social se extendía, el gobierno fue sustituido por un comité nacional, y se proclamó la ruptura de La Unión con Austria y la recuperación de la plena soberanía del Estado bajo un sistema democrático. El 3 de noviembre, con el Imperio prácticamente desecho, Viena firmó el armisticio que ponía fin a su intervención en la guerra. En Alemania, la situación no era tan caótica, pero se encaminaba hacia una revolución. La rebelión se extendió rápidamente y en muchas ciudades comenzaron a constituirse consejos de obreros y soldados, que recordaban a la revolución de octubre rusa. El gobierno pidió el armisticio a los aliados. La respuesta llegó el día 8, con la exigencia de retirada total de los territorios ocupados y de establecimiento un régimen democrático. Al día siguiente, el socialdemócrata Friedrich Ebert asumió la jefatura de gobierno y el Káiser Guillermo abdicó, dando paso a la república. Con ello, la gran guerra y, también, la Europa de la Belle époque. Resumen Clemenceau Se gana el apodo de el Tigre, se batía en duelo rápidamente, era contundente durante sus discursos. Antiguo clerical, antimilitarista, antiimperialista, antisocialista y, por supuesto, antimonárquico. El más puro ejemplar del republicano radical, quizás el más gran político que ha tenido Francia. Tenía una gran afición por recurrir a las armas para resolver disputas. Su padre lo llevó a la militancia política. Visitó la cárcel por pertenecer a una organización estudiantil. Las libertades políticas norteamericanas les fascinaron y proclamó a los Estados Unidos, recién salidos de la Guerra de Sucesión, la Gran República de la modernidad. Se enamoró de una alumna, Mary Plummer y tuvo tres hijos, pero se separarían a los 7 años. Se convirtió en el jefe natural de los republicanos radicales. Era anticolonialista al punto de que hizo caer a un político por tener acciones imperialistas. Se ganó muchísimos enemigos en la asamblea, que cuando hubo un motivo por donde atacarlo todos cayeron sobre él. La ocasión la dio el sonado escándalo de corrupción de la III república, la quiebra del Compañía del Canal de Panamá ya que tenía relación con los principales implicados y eso fue suficiente. “Su nombre está en boca de todos vuestros labios, pero ninguno se atreverá a decirlo, porque posee tres cosas que nos asustan: su espada, su pistola y su lengua. El tigre salió herido políticamente cuando también se lo acusó de ser un agente a sueldo de Inglaterra y por eso se había opuesto a la política colonial de Francia. Pero al poco tiempo se desencadenó una conmoción nacional que haría olvidar lo de Panamá. Francia se partió en dos en un clima tan apasionado que alguien con el carisma del Tigre no podía desaprovechar. Fue elegido senador por Var en 1903. En 1906 hizo lo que tantas veces había rechazado, entrar en un gobierno y lo hizo ocupando un ministerio nada fácil, el del Interior. Impulsó la entente con Inglaterra para aislar a Alemania. No llegó a cumplir los tres años como jefe de Gobierno, le hicieron caer y puso saborear el veneno que él tantas veces había administrado. Volvería en el momento álgido de la guerra. En 1917, cuando el triunfo de la revolución en Rusia lo dejaba a Francia sin aliado del Este, el presidente de Francia, que detestaba a Clemenceau lo llamó y le ofreció la presidencia del consejo. Consciente de que hacía falta un depredador al frente del ejecutivo. Era un tigre viejo, tenía 76 años, pero parecía guardar más fuerzas que nadie en Francia. A la enorme cantidad de bajas humanas y las destrucciones materiales se sumó, el desajuste unas economías volcadas en el esfuerzo bélico durante años y que ahora tendrían que reconvertir las Industrias, reconstruir los sistemas comerciales y hacer frente a enormes deudas Y al problema social que traería consigo la desmovilización inmediata de millones de soldados. Eric Hobsbawn definió esto como la era de los extremos. Los aliados, vencedores, se creían legitimados para modelar el mundo A su antojo. No admitirían ninguna parte de culpa en el estallido del conflicto que adjudicaron en exclusiva a los vencidos. Las orientaciones y el arbitraje final de cada uno de los tratados correspondiente especie de directorio mundial, los llamados cuatro grandes: Clemenceau, el británico Llyod George, el norteamericano Wilson y el italiano Orlando. En este primaban los intereses nacionales tanto de los grandes europeos como los de sus aliados menores. Así sucedió en 1919 con Alemania firmándose el tratado de Versalles el 28 de junio. Con Austria el de Saint Germain el 10 de septiembre y en 1920 Hungría el Tratado de Trianon. Los tratados siguieron unas líneas bastante similares. Se incluían en el reparto de los territorios los imperios coloniales de Alemania y del imperio otomano. En segundo lugar, se obligó a los vencidos a pagar enormes reparaciones de guerra, por los daños sufridos por los vencedores. Con gravosos y prolongados pagos anuales, y ahora los gobiernos amigos ya empréstitos que les endeudaron aún más, eso suponía la ruina de las finanzas estatales. Y, como parte de los pagos, serían en alimentos y materias primas, estaba garantizada una gramática escasez de subsistencia para la mayoría de la población durante unos cuantos años. El tercer paquete de medidas era impedir a los vencidos recuperar su capacidad militar y que pudiesen plantear una amenaza al nuevo orden internacional en Europa. Incluido el desmantelamiento de las Resumen fortificaciones fronterizas la reducción de las filas militares y la prohibición de adquirir o fabricar armamento pesado y químico. El tratado de Versalles representó para Alemania mutilaciones mucho menores que las sufridas por Austria, Hungría o Turquía. Pero se trataba de territorios que una gran parte de la población del Rey consideraba alemanes y cuyo espejo abrió profundas heridas, que luego supo explotar el nazismo. De Austria y Hungría se desprenderían varios estados: Eslovaquia, Checoslovaquia y Chequia. Los tratados que jalonaron la liquidación de la gran guerra contenían serios errores de planteamiento y repartieron con notable injusticia culpas y disculpas. ¿cómo explicar, sino, la Segunda Guerra Mundial? Nacionalismo, militarismo y proteccionismo económico volvieron a ser las tendencias dominantes en un mundo sacudido por la crisis de 1929 y por el fracaso de la democracia parlamentaria en aquellos países que no lo habían conocido antes del 1918 y cuyas sociedades optaron, por encomendar la solución de sus problemas y el cumplimiento de sus anhelos a decenas de dictadores, militares y civiles.