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Revista de Investigación
ISSN: 1405-2253
alhe@mora.edu.mx
Instituto de Investigaciones Dr. José
María Luis Mora
México
Palabras clave: Bolsa de México; intervención del Estado; deuda pública; crisis monetaria.
Abstract. This paper holds that the Mexican Stock Exchange was merely a contribution
to business financing from its opening to the beginning of the Revolution. Mining
investors, bankers, and industrial found financing sources in it. Since then, particularly
since the implementation of the Carranza policy in 1916, the Stock Market became
a mere financing tool for the State, serving almost exclusively for the subscription of
foreign debt. To prove this hypothesis quantitative unprecedented series are presented
measuring the impact of the stock market activity on the country’s economical
development, apart from the specific financial aspects.
Key words: Mexican Stock Exchange; State intervention; public debt; currency crisis.
* Este trabajo se realizó con el respaldo financiero del Ministerio de Economía y Competiti-
vidad del gobierno de España, contemplado en el proyecto de investigación HAR2013-41121-P.
Am. Lat. Hist. Econ., ene.-abr., 2017, pp. 98-139 | doi: 10.18232/alhe.v24i1.729
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Introducción
E
l papel que desempeñó la Bolsa en el crecimiento económico de
México, en los primeros años de la globalización, ha sido subestima-
do por la historiografía estadunidense, a pesar del interés que le con-
fiere la revolución y sus postulados económicos. De hecho América Latina
se ha tenido poco en cuenta en la reconstrucción de la historia financiera
desde la primera globalización (Dimson, Marsh y Staunton, 2009). No obs-
tante, el agravio con México es mayor. A diferencia de la contribución del
sistema bancario a la industrialización del país, de lo sucedido en la Bolsa
en los años que van desde la llegada al poder de Porfirio Díaz en 1876,
al fin de la revolución, poco sabemos. Su debilitamiento posterior no es
excusa, justamente porque ha de ser explicado. Resulta difícil encontrar
trabajos que le hayan prestado una mínima atención. Haber (1997) y Mau-
rer (2002) se refieren a ella de soslayo y sin citarla expresamente en sus
estudios sobre el mercado de capitales. Sólo Ángel (2002) y Cárdenas y
Ángel (2011) le han prestado la atención debida. En suma, contamos con
una historia financiera sobre México amputada por la inexplicable omi-
sión de la Bolsa en algunos de los sesudos estudios mencionados, que sus
aparatosos contrastes estadísticos no disculpan.
Este trabajo examina el papel atribuido a la Bolsa en el periodo de
integración y liberalización de la economía mexicana y el que tuvo tras el
abandono de ambos principios, inmediatamente después del inicio de la
revolución, para abrazar los de la estatalización y la protección. Fue mucho
más eficaz en la financiación empresarial en el primero de los periodos. En
1913 la Bolsa se convirtió en un mero intermediario financiero al servicio
del Estado, en lugar de ser un agente que coadyuvase a la industrialización
del país tal y como fue concebida en sus orígenes.
Por último, se demuestra que el elevado endeudamiento del sector
público causó las recurrentes crisis bursátiles. La insolvencia crónica de
México y su deuda externa provocaron turbulencias periódicas en el mer-
cado interno de capitales de extrema virulencia.
En síntesis, el Estado desde el inicio de la revolución entorpeció la
labor de la Bolsa por dos medios: el endeudamiento y la intervención.
Demostrar esta hipótesis es el objetivo prioritario de este trabajo.
Pero, al mismo tiempo, la intención es dejar por escrito algunas re-
flexiones de índole metodológica que puedan servir para el desarrollo de
la historia bursátil de América Latina, lastrada por los prejuicios acerca de
su debilidad formulados por la historiografía estadunidense. Hay una rea-
lidad por dar a conocer, la del mercado de bonos y acciones en estas tie-
rras, de la que poco sabemos. Pasar por alto lo sucedido ahí invita a verter
interpretaciones sobre el atraso económico de América Latina desde una
100 Javier Moreno Lázaro
Fuentes: El Economista Mexicano (1888-1915); Excélsior (1916-1934); Gómez-Galvarriato y Musacchio (2000); Lagunilla-Iñarritu (1973); Noriega y
Rodríguez-Pérez (2011); Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (2009).
Gráfica 2. Índices sectoriales de la Bolsa de México, 1888-1934
(en números índices base 1910 y en términos nominales)
Fuentes: El Economista Mexicano (1888-1915); Excélsior (1916-1934); Gómez-Galvarriato y Musacchio (2000); Lagunilla-Iñarritu (1973); Noriega y
Rodríguez-Pérez (2011); Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (2009).
Gráfica 3. Índice de las cotizaciones de los títulos de renta fija
en la Bolsa de la Ciudad de México 1888-1934 (en números índices base 1900)
1
Lagunilla, responsable del Servicio de Estudios de Banamex durante años, ya no es el
autor sólo de las primeras monografías de historia económica mundial y de México escritas en
español, sino de la primera sobre la historia financiera de ese país y de la propia Bolsa. Lagunilla
fue uno de los especialistas en mercado de valores más reputado de América Latina. Sin embargo,
su obra ha sido menospreciada a tal punto que Maurer (2002) no la emplea en su estudio sobre el
sistema financiero entre 1876 y 1932, lo que obviamente se deja ver en los resultados de su trabajo.
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Fuentes: El Boletín Financiero y Minero (1916-1934); El Economista Mexicano (1888-1914); Lagunilla-Iñarritu (1973, pp. 245-271).
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entre 1890 y 1893 para costear la construcción del ferrocarril. Para tal fin,
emitió deuda externa garantizada con 25% de los impuestos que gravaban
la exportación de plata, a un tipo de interés de 6%, muy moderado en
relación con los países vecinos (en La Habana se emitían bonos a 8%) y
rentabilidad de 9% (Corporation of Foreign Bondholders [cfb], 1895, pp.
212-213).
Así pues, convivían en un mercado de capitales ajeno a lo que estaba
sucediendo en el resto del mundo (sobre todo tras la crisis de la Bolsa de
Nueva York en mayo de 1893), acciones sobrevaluadas y bonos que deven-
gaban rendimientos altísimos. La burbuja acabó por estallar a comienzos
de 1894, tras la reducción del capital de las compañías mineras, consecuen-
te con la evolución del precio de la plata (véase gráfica 6). Estas operaciones
de split provocaron el desplome de la cotización de las acciones (véanse
gráficas 1 y 2). La evidente imposibilidad del Estado de atender obligacio-
nes contraídas en el exterior acrecentó el temor de los inversores, que se
desprendieron apresuradamente de sus títulos (véase gráfica 3).
A pesar de darse por segura y ser anticipada esta situación por los
mercados, México no se declaró finalmente en suspensión de pagos gra-
cias a la pericia del responsable de su política fiscal. A lo largo de 1895 el
secretario de Hacienda Limantour, nombrado dos años atrás, acabó con el
desorden financiero y la insolvencia que comprometían la estabilidad eco-
nómica del país. En primer lugar, a finales de ese año decretó una conver-
sión forzosa de toda la deuda externa a un título único al 5%, conversión
muy bien recibida por los acreedores (véanse gráficas 3 y 4).
En segundo lugar, acometió una profunda renovación del mercado de
valores. La existencia de cinco instituciones donde intercambiar acciones
no era operativa ni viable porque provocaba distorsiones en la difusión de
información. Convenía la unificación en una Bolsa cuyo funcionamiento
fuera regido por la ley. En suma, había llegado el momento de mejorar
la definición de unos derechos de propiedad en materia financiera, hasta
entonces difusos y permisivos con la especulación (Haber, Maurer y Razo,
2003).
En octubre de 1895 se constituyó a tal fin la Bolsa Mercantil de Mé-
xico, con un capital de 60 000 pesos (Solís, 1997, p. 94). En ella concurrió
medio centenar de corredores que percibían comisiones de entre 1 y 2.5%
(Lagunilla-Iñarritu, 1973, pp. 3-11).
Gracias a la modernización institucional y a la repentina apreciación
de la plata, la euforia financiera volvió a la Bolsa (véanse gráficas 1 y 6).
Pero las reformas de Limantour atenuaron, en parte, la presión de la de-
manda de los valores mineros. Ahora resultaba también atractiva y más
segura la inversión en títulos de renta fija, dentro y fuera del país (véanse
gráficas 3 y 4). Las empresas mineras culparon al secretario de Hacienda
Gráfica 6. Producción y precio de la plata en México, 1882-1910
(en toneladas y pesos corrientes)
Fuentes: véase gráfica 2; Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (2009); Kuntz (2007, pp. 72-73).
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La crisis de 1907, por más efímera y fugaz que fuera, constituyó el preludio
financiero de la revolución, cuyas consecuencias adversas en el mercado
de capitales pervivieron durante décadas (Cárdenas y Manns, 1989; Cava-
zos, 1976, pp. 59-63; Haber, Maurer y Razo, 2003, pp. 93-123; Paz, 2006)
(véanse gráficas 1, 6 y 10). La comparación con la Bolsa de Nueva York
y sus registros es, de nuevo, pertinente y esclarecedora (véase gráfica 5).
A comienzos de 1910 la situación económica dio ciertas muestras de
mejoría, después de tres años de estancamiento. Tanto es así que Liman-
tour no encontró dificultades para contratar en París un empréstito por un
valor de 560 500 000 francos para aliviar las premuras de la Hacienda,
muy resentida por el descenso de los impuestos que devengaba la exporta-
ción, particularmente de henequén. Gracias a ello pudo mantener el pro-
grama de obras públicas regulado en la Ley de 1899 (Lagunilla-Iñarritu,
1981, pp. 72-73).
No obstante, el estallido de la revolución el 20 de noviembre de 1910
abortó la recuperación. Su líder, Francisco Madero, un moderado con una
excelente formación académica, suscitó la confianza de los inversores ex-
tranjeros, como demuestra la cotización de la deuda exterior en París y
Londres (Méndez, 1996) (véase gráfica 4). Incluso recibió ayuda financiera
de Speyer & Co. (The New York Times, 26 de julio de 1906). De hecho, a
comienzos de 1911, Madero redimió parte de la deuda externa emitida en
1899 justamente para ganarse la confianza de los bonistas europeos (cfb,
1911, p. 252). Por el contrario, la actitud de los empresarios mexicanos
con el nuevo gobierno fue mucho más beligerante, de ahí la caída de las
cotizaciones bursátiles (véanse gráficas 1 y 2).
Los levantamientos contra el gobierno, unidos a las huelgas y a la
supresión del tráfico ferroviario, frustraron sus planes de modernización
económica y de regeneración política. Para costear simultáneamente sus
inversiones en infraestructuras y los gastos militares, la Hacienda emitió
deuda por un valor de 18 000 000 de dólares cuya colocación en el merca-
do interno tuvo un efecto de expulsión inmediato (cfb, 1913, p. 218).
La situación empeoró tras el golpe de Estado del 9 de febrero de 1913,
cuando se inició la denominada “decena trágica” con el sangriento final
del ajusticiamiento de Madero. La gestión económica del nuevo manda-
tario, el dictador Victoriano Huerta, apoyado al principio por algunos
sectores empresariales, no merece más adjetivo que el de desastrosa. De
entrada, tuvo que emitir en mayo de ese año un empréstito de 20 000 000
de dólares para atender los servicios de la deuda y liquidar los compromi-
sos con Speyer & Co. A pesar de que la emisión sólo estaba garantizada
en 20% de los impuestos a la exportación y no en 39%, como se compro-
Gráfica 10. Volumen negociado en la Bolsa de la Ciudad de México, 1909-1934
(en miles de pesos corrientes y escala semilogarítmica)
Año Empresas
1895 111
1900 92
1910 117
1914 43
1920 45
1930 23
Conclusiones
1910 1930
Indicador Argentina México Argentina México
Fuentes: Base de datos de Historia Económica de América Latina Montevideo-Oxford (Moxlad); Ferreres (2010); Moreno-Lázaro (2015).
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Anexos
1888 – 22.2 –
1889 – 30.0 –
1890 40.5 29.6 –
1891 133.3 22.2 –
1892 228.6 16.4 –
1893 200.0 21.6 –
1894 457.9 18.4 –
1895 389.3 21.1 –
1896 142.6 23.3 116.3
1897 286.9 28.0 125.6
1898 145.9 32.2 96.9
1899 137.5 42.0 182.6
1900 120.4 54.9 100.0
1901 94.4 65.6 64.9
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1888 – 114.3
1889 60.0 116.4
1890 98.6 123.4
1891 88.6 128.9
1892 60.0 125.5
1893 74.3 113.8
1894 57.1 105.3
1895 55.7 111.7
1896 55.7 114.9
1897 69.3 123.9
1898 68.6 126.6
1899 107.1 135.3
1900 128.6 144.7
1901 117.1 157.4
1902 116.4 145.7
1903 107.1 128.9
1904 118.6 147.4
1905 143.3 179.6
136 Javier Moreno Lázaro
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Otras fuentes
Hemerografía
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