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de Nikolai Erdman
traducción de Damián Gini
Personajes
Sanfoneiro
Hombre del tambor
Padre
Narkiz, fotógrafo
PRIMER ACTO
NADEZDA: Mentiras tuyas, Pavel. "¡Creo, Señor, creo!" dice cosas muchos más
profundas.
PAVEL: Si es por las cosas que dice, fijate atrás (da una mirada atrás) del "Atardecer en
Copenague"
NADEZDA: (mirando al otro lado del cuadro) Vírgen Santa, ¿quién es esa figura?
NADEZDA: ¡Karl Marx! ¡Claro que este no es ruso! ¿Qué idea es esta, hijo?
PAVEL: Por ejemplo: viene un representante del poder a casa. Tenemos ahí en la pared
el "¡Creo, Señor, creo!"... de reprente, él mira hacia el cuadro... mira hacia nosotros... y
pregunta: "Digame, compañer (camarada) Nadezda Petrovna, ¿qué hacía su bisabuelo?
PAVEL: Ah, muy bien... una tintorería... "¿Y si yo - continúa él - por ese antecedente
burgués los denunciase?"
NADEZDA: Qué situación terrible, Pavel... ¿No hay otra manera de encarar esa
revolución?
PAVEL: ¿Para qué?... Tocan la campanita... ¿quién será? Nosotros miramos por el
agujerito, vemos quién es y hasta la intención de la persona... Hacéde cuenta que se
trata de un militantedel partido o, no sé, un comisario de la policía...
PAVEL: Olvidate de esa virgencita, mamá... si vemos por el agujero a un tipo de estos,
invertimos rápidamente el cuadro y después lo invitamos a pasar.
NADEZDA: ¿Y después?
NADEZDA: Todo bien, hijo... solo que esa imagen no combina con nuestras decoración,
¿no te parece?
NADEZDA: Pues andá sabiendo, hijo, que el sañor Semtanic va a venir a vernos de
verdad, él lo prometió.
NADEZDA: Él dijo: "Iré a ver cómo está su hijo y cómo están viviendo en estos
tiempos..."
PAVEL: ¿Por qué no me dijiste antes? Vamos rápido a colgar el "¡Creo, Señor, creo!"
NADEZDA: Y no sabés lo mejor: ¡el señor Smetanic pretende dar a nuestra Varvara
como esposa a su hijo!
NADEZDA: ¡Sí!
NADEZDA: Exactamente.
PAVEL: No lo puedo creer, mamá... debés estar delirando... ¿Cómo es posible que él
tenga pedida a a Varvara para su hijo si él nunca la vió?
PAVEL: No sé... Hasta me parece que si él la viera, sería mucho peor... Aún así, no se
puede creer...
PAVEL: ¡Quién lo diría! ¿Quiere decir que vamos a ser parientes del señor Smetanic?
PAVEL: ¿Dote? ¿Qué dote? La señora sabe muy bien que estamos completamente en
la ruina.
NADEZDA: Él no quiere plata...
NADEZDA: Nada.
PAVEL: ¿Eh?
PAVEL: ¿Y de qué manera, madrecita, vamos a dar como dote un miembo del partido?
PAVEL: La señora debe estar con alguna tara mental. ¡Nosotros somos ortodoxos
practicantes! ¡En nuestra casa los comunistas no entran!
PAVEL: (Le pega a la pared, con rabia. La pared cae. Se escucha ruido de loza que
cae, del otro lado de la pared.) Um golpe de martelo!
Iván entra por el agujero de la pared, gritando, con una olla clavada en la cabeza,
enchastrado de arroz con leche.
PAVEL: ¿Pero con qué derecho invade usted la casa de los otros?
IVÁN: ¿Y cómo no gritar, cuando intentar ahogar a un hombre con una olla de arroz con
leche?
PAVEL: Si me permite...
Entra Varvara.
IVÁN: Cuántas vaces ya le he dicho, Nadezda, que soy un hombre que trabaja. Y
ustedes siguen ahí, batendo prego contra mi pared.
IVÁN: Soy soltero, no tengo esposa, me viro solo con mi fogareiro a querosén, pero
tengo derecho de comer como todo el mundo, cierto?
NADEZDA: Espero que no haya venido a nuestra casa a ventilar su vida íntima, por
favor le pido. Tenemos una niña en la familia.
IVÁN: Solo tenía este arroz con leche para comer y ustedes derrumban todo sobre mi
cabeza. ¿Y yo encima me tengo que quedar tranquilo? ¡No, jamás!
IVÁN: ¡Claro que no, Nadezda! Pero derrumbar la pared sobre mi cabeza ustedes
pueden, ¿no? ¿Y si el arroz con leche me hubiese sofocado y me hubiese muerto, ¿eh?
¡Díganme!, ¿quién respondería por eso?
IVÁN: ¡Nunca! No me saco nada, si me lo saco cómo voy a probar que la olla se me
cayó de verdad en la cabeza.
IVÁN: Eso es lo que ustedes quieren, ¿no? Pero yo no soy ningún burro, no... voy con
el compañero comisario y le digo: "Aquí está, señor comisario, esta es la prueba
ineludible e inconfundible de que fue perturbado el orden público. Para ustedes es solo
una olla, ¿verdad? Pues para mí es la prueba del delito."
VARVARA: Va a ser bien pintoresco usted con el cuerpo del dleito en la cabeza.
Todos, comenzando por Pavel, se espantan. Iván, con miedo, se dirige hacia la puerta y
sale.