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EL MANDATO

de Nikolai Erdman
traducción de Damián Gini

Personajes

Nadezda Petrovna, ​la madre

Pavel Sergueiévich, ​el hijo

Varvara Sergueiévich, ​la hija

Ivan Ivanovich, ​el operario

Nastja, ​la empleada

Tamara Leopoldovna, ​amiga de la madre

Olimpic Valerianovich, ​padre de Valerian

Valerian, ​pretendiente de Varvara

Sanfoneiro
Hombre del tambor

Mujer del papagayo

Avtonon, ​exmilitar, cuñado de Olimpic

Agafangel, ​empleado de Avtonon, exsoldado

Stephan, ​amigo de Avtonon

Filitsata, ​esposa de Stephan

Padre

Narkiz, ​fotógrafo

LO QUE FALTA BUSCAR PARA TRADUCIR

LO QUE PUEDE TENER OTRA OPCIÓN

PRIMER ACTO

Sala de un apartamento. Pavel cuelga cuadro, ayudado por Nadezda, su madre. En el


suelo, cuadros ​emoldurados).

PAVEL: Y ahora, mamá, dame el "Atardecer en Copenague".

NADEZDA: Yo prefiero el "¡Creo, Señor, creo!"

PAVEL: El "Atardecer en Copenague" va a quedar mucho mejor.

NADEZDA: ​Mentiras ​tuyas, Pavel. "¡Creo, Señor, creo!" dice cosas muchos más
profundas.

PAVEL: Si es por las cosas que dice, fijate atrás (da una mirada atrás) del "Atardecer en
Copenague"

NADEZDA: (​mirando al otro lado del cuadro​) Vírgen Santa, ¿quién es esa figura?

PAVEL: Qué importa, mamá. Los tiempos cambiaron.


NADEZDA: Pero, ¿quién pegó esto acá atrás?

PAVEL: No sé, mamá, leé lo que está escrito ahí.

NADEZDA: ¡Karl Marx! ¡Claro que este no es ruso! ¿Qué idea es esta, hijo?

PAVEL: Un cuadro, mamá, es esencialmente un arma de propaganda.

NADEZDA: ¿Un arma? ¿Pero cómo?

PAVEL: Por ejemplo: viene un representante del poder a casa. Tenemos ahí en la pared
el "¡Creo, Señor, creo!"... de reprente, él mira hacia el cuadro... mira hacia nosotros... y
pregunta: "Digame, compañer (camarada) Nadezda Petrovna, ¿qué hacía su bisabuelo?

NADEZDA: Mi bisabuelo, en verdad, no hacía nada. Simplemente, nada... era dueño de


una tintorería.

PAVEL: Ah, muy bien... una tintorería... "¿Y si yo - continúa él - por ese antecedente
burgués los denunciase?"

NADEZDA: ¡Vírgen María, Santa Madre de Dios!

PAVEL: Esso, madrecita mía: "¡Vírgen Santísima!"

NADEZDA: Qué situación terrible, Pavel... ¿No hay otra manera de ​encarar​ esa
revolución?

PAVEL: ¡Sí! Por del agujero.

NADEZDA: ¿Por el agujero? Pero, ¿qué agujero?

PAVEL: Shhh... hablá bajo... es sigiloso... hice un agujerito en la puerta de entrada.

NADEZDA: Agujerito, ¿para qué?

PAVEL: ¿Para qué?... Tocan la campanita... ¿quién será? Nosotros miramos por el
agujerito, vemos quién es y hasta la intención de la persona... Hacéde cuenta que se
trata de un militantedel partido o, no sé, un comisario de la policía...

NADEZDA: ¡Oh, Vírgen María!

PAVEL: Olvidate de esa virgencita, mamá... si vemos por el agujero a un tipo de estos,
invertimos rápidamente el cuadro y después lo invitamos a pasar.

NADEZDA: ¿Y después?

PAVEL: Simple... el comisario se quedaría por un momento, después se iría, sin


problema.
NADEZDA: Ah, ¿sí?

PAVEL: ¡Claro! Ese Karl Marx es lo máximo para ellos.

NADEZDA: Todo bien, hijo... solo que esa imagen no combina con nuestras decoración,
¿no te parece?

PAVEL: Madre, si vinieran personas de cierto nivel social, se invierte el cuadro


nuevamente. Así no parecemos vulgares revolucionarios, si no más intelectuales... El
Smetanic, por ejemplo, si por acaso viniera hasta aquí, ​julgaria​ así...

NADEZDA: Pues andá sabiendo, hijo, que el sañor Semtanic va a venir a vernos de
verdad, él lo prometió.

PAVEL: ¿Lo prometió?

NADEZDA: Él dijo: "Iré a ver cómo está su hijo y cómo están viviendo en estos
tiempos..."

PAVEL: ¿Por qué no me dijiste antes? Vamos rápido a colgar el "¡Creo, Señor, creo!"

NADEZDA: Y no sabés lo mejor: ¡el señor Smetanic pretende dar a nuestra Varvara
como esposa a su hijo!

PAVEL: ¿Como esposa?

NADEZDA: ¡Sí!

PAVEL: ¿A nuestra Varvara al hijo de él?

NADEZDA: Exactamente.

PAVEL: No lo puedo creer, mamá... debés estar delirando... ¿Cómo es posible que él
tenga pedida a a Varvara para su hijo si él nunca la vió?

NADEZDA: ¿Y cuál es el pecado?

PAVEL: No sé... Hasta me parece que si él la viera, sería mucho peor... Aún así, no se
puede creer...

NADEZDA: Si soy yo que te lo estoy diciendo, tenés que creerlo.

PAVEL: ¡Quién lo diría! ¿Quiere decir que vamos a ser parientes del señor Smetanic?

NADEZDA: ​Devagar com o andor,​ piensa primero en la dote!

PAVEL: ¿Dote? ¿Qué dote? La señora sabe muy bien que estamos completamente en
la ruina.
NADEZDA: Él no quiere plata...

PAVEL: ¿No? ¿Y qué quiere entonces?

NADEZDA: Nada.

PAVEL: ¿Eh?

NADEZDA: Todo lo que él pide como dote es un comunista.

PAVEL: ¿El qué? ¿Un comunista?

NADEZDA: Nada más que eso.

PAVEL: ¿Y de qué manera, madrecita, vamos a dar como dote un miembo del partido?

NADEZDA: Conseguir uno en la calle, realmente, no es posible... Si tan solo fuera


alguien de la familia...

PAVEL: La señora debe estar con alguna tara mental. ¡Nosotros somos ortodoxos
practicantes! ¡En nuestra casa los comunistas no entran!

NADEZDA: Calma, Pavel, nadie se va a enterar de tu pecado.

PAVEL: ¿Qué pecado?

NADEZDA. Vas a ir a inscribirte al partido inmediatamente.

PAVEL: ¿Eh? ¿En el partido?

NADEZDA: Tú mismo, mi hijo.

PAVEL: ¿Qué locura es esta, mamá?

NADEZDA: Es necesario, Pavel... Para que le consigamos un marido a Varvara. Y yo


voy a ir a vivir con los Smetanic y voy a tenr nietos ​desenvolvidos.

PAVEL: (​Le pega a la pared, con rabia. La pared cae. Se escucha ruido de loza que
cae, del otro lado de la pared.​) ​Um golpe de martelo!

NADEZDA: ¡Ay, Dios mío! ¡Destruimos la ​louca​ del vecino!

Iván entra por el agujero de la pared, gritando, con una olla clavada en la cabeza,
enchastrado de arroz con leche.

IVÁN: ¡Socorro, socorro! ¡Me estoy muriendo!

PAVEL: ¿Qué es lo que pasó?


IVÁN: ¡Ah!, ¿entonces fueron ustedes? Ustedes van a terner que responder por esto.
Esta no se las voy a dejar pasar... ¡Los voy a denunciar!

PAVEL: ¿Pero con qué derecho invade usted la casa de los otros?

IVÁN: ¿Y cómo no gritar, cuando intentar ahogar a un hombre con una olla de arroz con
leche?

PAVEL: Si me permite...

IVÁN: ¡No le permito nada! ¡No le permito nada!

Entra Varvara.

VARVARA: ¿Qué está pasando acá?

NADEZDA: ¿Cómo se siente, Iván? ¿Le quedó doliendo?

IVÁN: Cuántas vaces ya le he dicho, Nadezda, que soy un hombre que trabaja. Y
ustedes siguen ahí, ​batendo prego ​ contra mi pared.

PAVEL: ¿Su pared?

IVÁN: Soy soltero, no tengo esposa, me ​viro​ solo con mi ​fogareiro​ a querosén, pero
tengo derecho de comer como todo el mundo, cierto?

NADEZDA: Espero que no haya venido a nuestra casa a ventilar su vida íntima, por
favor le pido. Tenemos una niña en la familia.

VARVARA: ¿Quién es, mamá? ¡No exageres!

IVÁN: Solo tenía este arroz con leche para comer y ustedes ​derrumban​ todo sobre mi
cabeza. ¿Y yo encima me tengo que quedar tranquilo? ¡No, jamás!

NADEZDA: No irá a pretender que también nos procupemos de su ​leitinho

IVÁN: ¡Claro que no, Nadezda! Pero derrumbar la pared sobre mi cabeza ustedes
pueden, ¿no? ¿Y si el arroz con leche me hubiese sofocado y me hubiese muerto, ¿eh?
¡Díganme!, ¿quién respondería por eso?

NADEZDA: Imagínese si un ​marmanjo​ de ese tamaño se ahogaría en arroz con leche.

IVÁN: Imgínese a la policía preocupada en distinguir si un hombre puede morir o no


ahogado en arroz con leche. No, este aunto no termina acá, se puede aprontar. ¡Los
voy a denunciar!

NADEZDA: ¿Será preciso llegar a tanto, Iván?


VARVARA: ¡Sáquese eso de la cabeza, no sea ridículo!

IVÁN: ¡Nunca! No me saco nada, si me lo saco cómo voy a probar que la olla se me
cayó de verdad en la cabeza.

PAVEL: (​aparte​) ¿Mijaíl?

IVÁN: Eso es lo que ustedes quieren, ¿no? Pero yo no soy ningún burro, no... voy con
el compañero comisario y le digo: "Aquí está, señor comisario, esta es la prueba
ineludible e inconfundible de que fue perturbado el orden público. Para ustedes es solo
una olla, ¿verdad? Pues para mí es la prueba del delito."

VARVARA: Va a ser bien ​pintoresco ​ usted con el cuerpo del dleito en la cabeza.

IVÁN: Pero voy a ir si.

NADEZDA: Pavel, por favor, hacé algo.

PAVEL: Mamá, ¿no ves que no tiene​ berco?

NADEZDA: Dale una buena trompada, Pavel.

PAVEL: "Hay que endurecer pero no perder la ternura jamás"

IVÁN: No se preocupe, Nadezda. No le tengo miedo a su hijo. Yo, Nadezda, no le temo


a nadie en el mundo. Yo, Nadezda...

PAVEL: ¡Pero cállese la boca! ¡Yo soy del partido!

Todos, comenzando por Pavel, se espantan. Iván, con miedo, se dirige hacia la puerta y
sale.

PAVEL: Mamá, yo me voy a la Siberia.

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