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Elba Mellado Díaz

Psicopedagoga / Facilitadora Módulos Transversales


Capacitación en Oficios

Sexo y Género

Identidad

¿Quién aparecen su cédula de identidad?

¡Exacto! Usted solo o sola… por lo tanto, es importante tener clara su identidad…

La identidad comienza a tejerse desde el momento en que los


padres, y posiblemente la familia en general, conocen el sexo del
bebé y comienzan a imaginar cómo será, proyectando en eso
todas sus expectativas, conocimientos, vivencias y esperanzas,
pero también posibles limitaciones cuando hay conceptos
erróneos. Con base en esto, podemos afirmar que la primera
parte en la construcción de nuestra identidad es influenciada y/o
condicionada por la familia, ya que al conocer el sexo del niño
o niña que va a nacer muchas cosas quedan establecidas de
acuerdo al rol asociado al género y los estereotipos.

Todo lo que se vive después de que se sabe el sexo del bebé es género,
es la construcción de la identidad que se va formando por la cultura y la
sociedad: el color rosa o azul, la muñeca o el autito, etc.; o sea, cuando
crecemos y recién comenzamos a plantearnos nuestra identidad: si nos
sentimos o no hombres o mujeres, si nos gusta o no el rol que tenemos
en la familia y la sociedad, si podemos o queremos cumplir con las
expectativas de los demás, si consideramos correcto como se nos trata el
sexo que poseemos, etc., una posibilidad es darnos cuenta de la gran
carga que llevamos, con una identidad que nos construyeron otros. Y aún
más grande es la carga cuando no queremos aceptar lo socialmente establecido en base al
género que tenemos y elegimos vivir diferente.

Otras características que forman parte de nuestra identidad son la etnia, país de origen, color
de piel, estado civil, edad, religión, ser o no madres o padres, tener o no una pareja del mismo
sexo, etc. Algunas de estas características pueden cambiar con el tiempo, en la medida que
crecemos, conocemos, experimentamos y tenemos mayor conciencia de que somos seres
individuales nuestra verdadera identidad va luchando por salir.

Una construcción de identidad sana, permite a las personas no apegarse a esta construcción
social de los “estereotipos de género”, que dictan el comportamiento específico a seguir,
como: “los hombres no lloran” o “las mujeres lloran por todo”, entre muchas otros. Muy por
el contrario, la consecuente construcción de identidad permite al individuo adecuarse a
situaciones sociales, buscar el equilibrio (entre lo que la sociedad dice y su convicción
personal, sus sentimientos y emociones), o ser agente de cambio frente a lo socialmente
establecido y que no le representa.
Elba Mellado Díaz
Psicopedagoga / Facilitadora Módulos Transversales
Capacitación en Oficios

Considerando que la identidad es la forma como la persona se


representa ante sí misma y ante los demás, y si la identidad de
género está compuesta fundamentalmente por conceptos
culturales, políticos, sociales y psicológicos entre otros, la
identidad, por tanto, es la construcción de su entorno. La
representación que los “otros” tengan del género, es lo que
construye la identidad social, ya sea en la aprobación de la
persona o en su rechazo. De ahí se desprenden los miedos, las decepciones y la inequidad y
con ello, la enorme necesidad de un cambio social.

Es de suma importancia, que a medida que las personas crecen,


maduran, se educan, experimentan y trabajan en su
autoconocimiento, vayan evaluando si se sienten representadas
por las pautas de comportamiento establecidas por la sociedad en
cuanto a género se refiere, y si no es así, tener la libertad de
manifestarlo y opciones para romper dichas pautas, siempre desde
la autenticidad y la consideración a quienes les rodean.
Claramente, la construcción personal de la identidad puede chocar
con la identidad social, o sea, el cómo queremos ser, comportarnos y vivir pude ser
completamente opuesto a lo que el entorno espera de nosotros en cuanto a: orientación sexual,
maternidad-paternidad, identidad de género, elección laboral-profesional, estilo personal
(peinado, ropa, tatuajes, aros-piercings, etc.), percepción de lo que es correcto-incorrecto,
etc., pero cada persona tiene el derecho de generar el autodescubrimiento que le permita una
elección consciente del estilo de vida que quiere llevar, y la sociedad debe generar la empatía
y tolerancia necesarias para aceptarlo.

Igualdad

La igualdad es la condición o circunstancia de tener una misma naturaleza, cantidad, calidad,


valor o forma, o de compartir alguna cualidad o característica. Si lo enfocamos a la
perspectiva de género sería que hombres y mujeres poseamos el mismo espacio en la
sociedad, los mismos derechos, responsabilidades y oportunidades.

Si bien es cierto que, la Constitución Política Chilena es muy cuestionada hoy en día y está
a las puertas de generar cambios positivos y muy importantes para nuestro país, esta se refiere
al concepto de igualdad: “Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos”, “La
Constitución asegura a todas las personas: La igualdad ante la ley. En Chile no hay persona
ni grupo privilegiados. Hombres y mujeres son iguales ante la ley. Ni la ley ni autoridad
alguna podrán establecer diferencias arbitrarias;”.

¿En realidad mujeres y hombres son tratados en condiciones de igualdad? Por sí misma,
la igualdad jurídica no genera igualdad social.

Según www.diarioconcepcion.cl, en una publicación realizada en marzo del presente año,


expone que “Chile ocupa el 5° lugar en el mundo entre las naciones con mayor diferencia de
sueldos entre géneros. Por otro lado, otro dato injusto dice relación con los mayores intereses
que les cobra la banca por un mismo crédito: pagan un 12% más.”

En Chile hoy viven 8.972.014 mujeres. De ellas, 89.720 viven en hogares que ganan en
promedio $6.452.000 pesos al mes (nivel socioeconómico ABC1a) y hay 1.166.231 en
hogares que ganan en promedio $324.000 pesos al mes (nivel socioeconómico E).
“Claramente, la desigualdad en Chile tiene cara de mujer”, afirma el gerente general de GfK
Adimark, Max Purcell, referente a un reciente estudio que publicaron en ocasión al 8M 2020.
Elba Mellado Díaz
Psicopedagoga / Facilitadora Módulos Transversales
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Los datos de la última Casen muestran que el 49% de las mujeres chilenas hoy trabaja
remuneradamente (lo que representa un aumento de 16 puntos en 27 años, pero la
participación laboral femenina sigue estando 22 puntos por debajo de la masculina). Sin
embargo, este mayor número de mujeres que hoy sale al mundo del trabajo no vuelve a su a
casa precisamente a descansar. Al preguntarles por el encargo de realizar las actividades
domésticas en sus hogares, la distribución sigue siendo desigual. Tareas como cocinar, lavar
la ropa, cuidar a los niños o hacer el aseo recaen en las mujeres en más del 80% de los casos.

Asimismo, las mujeres aún tienen menor acceso a bienes financieros que los hombres (el
95% de las mujeres no tiene cuenta corriente) y son más pesimistas que ellos frente a las
expectativas económicas del país.

Brecha salarial: La brecha salarial entre hombres y mujeres en Chile actualmente es de 200
mil pesos. Chile ocupa el quinto lugar en el mundo entre las naciones con mayor diferencia
de sueldos entre géneros, según un informe Ocde.

De acuerdo a datos de la Superintendencia de Pensiones nos muestran que actualmente


las mujeres ganan un 12,4% menos que los hombres.

Dentro de las causas, destacó la secretaria de Estudios de Programas Advance de la Facultad


de Economía y Negocios de la USS, Daniela Catalán, está el factor cultural, que ha perdurado
a través de la historia, de creer que el hombre es el jefe de hogar proveedor, mientras que la
remuneración obtenida por la mujer es sólo un complemento en el ingreso familiar. Por otro
lado, el creer que rol de la mujer se reduce a estar al cuidado de los hijos y del hogar, es un
factor que ha jugado un rol importante, para explicar y entender la gran desigualdad existente,
sostuvo.

Sostén del hogar: El peso que tiene la mujer como sostenedora del núcleo familiar lo indagó
un reciente estudio realizado por la Universidad de Playa Ancha de Valparaíso y el grupo
Defensa, y que reveló que el 73% de las mujeres son el sostén económico del hogar.

La investigación también arrojó que el 47% de las encuestadas gana el sueldo mínimo y un
porcentaje similar califica su situación financiera como regular (48%), mientras que un 34%
reconoce que es derechamente mala.

La mayoría de las mujeres que son sostenedoras de hogar se encuentran en los tramos más
bajos de los ingresos económicos: El 24% recibe menos de $ 562.000.

Banca las discrimina: Si bien las brechas de género en los sueldos se han acortado
lentamente, todavía se mantienen en el cobro de mayores intereses a las mujeres en
comparación a los hombres en Chile, pese a los constantes llamados a la igualdad de
condiciones.

De este modo, un estudio elaborado por Chiledeudas.cl, reveló que a las mujeres se les cobra
una tasa de interés promedio de 12,4%, mientras que a los hombres se les cobra un promedio
de 11,1%, por lo tanto, el género femenino está pagando un monto casi 12% mayor (1,3
puntos porcentuales).
Elba Mellado Díaz
Psicopedagoga / Facilitadora Módulos Transversales
Capacitación en Oficios
Elba Mellado Díaz
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Aun cuando las leyes dictan normas de igualdad entre mujeres y hombres, las sociedades
forjadas en estereotipos de género provocan la desigualdad. Por lo que hay que comenzar a
generar cambios desde la base de la sociedad que es la familia y la educación, pero también
es de suma importancia que nuestros gobernantes impulsen la igualdad de género y que
verifiquen con dedicación el cumplimiento de las leyes al respecto.

La igualdad y su contraparte la “desigualdad”, surgen en forma multidimensional desde su


construcción, donde existen tres elementos en relación:

Elementos existentes en igualdad y desigualdad

Factores individuales Factores relacionales Factores estructurales

Género Inferioridad / superioridad Jerarquías sociales

Características étnicas Inclusión / exclusión Jerarquías laborales

Estatus social Desigualdad categorial Estatus social

Visto desde la perspectiva de género, la lucha por la igualdad ha pasado por muchos
obstáculos socialmente construidos y el material que construye estos obstáculos es el poder.
Entendiendo al poder como la necesidad de posicionarse por encima de otras y otros, es la
más pura representación de la dominación y sometimiento, generando como consecuencia la
pérdida de espacios de libertad, sumisión o rebeldía, desacuerdo o frustración, proposición o
imposición.

Para que una persona ejerza poder sobre otra(s), requiere tener recursos, ya sean materiales
o emocionales, pero además que esta(s) sea(n) susceptibles a través de su posesión y que
sirvan al sometimiento de la contraparte.

Históricamente las relaciones de poder entre géneros han estado presentes, se filtran e
invaden los espacios cotidianos convirtiéndolos en “campos de batalla” generando tensión,
injusticia y abuso.

La lucha por la equidad de género es (paradójicamente) la búsqueda de una tregua que


permita mejores espacios de desarrollo, ambientes más saludables en lo físico y en lo mental
para las generaciones venideras.
Elba Mellado Díaz
Psicopedagoga / Facilitadora Módulos Transversales
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Fuentes: https://dle.rae.es/; Manual de sensibilización en perspectiva de género (adecuación personal


enfocada a contexto de país y curso de capacitación); www.diarioconcepcion.cl
(https://www.diarioconcepcion.cl/economia/2020/03/08/cifras-y-estudios-que-avalan-la-
desigualdad-hacia-la-mujer.html).
Elba Mellado Díaz
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Sexo y Género

Equidad

La palabra Equidad consiste en dar a cada uno lo que se


merece en función de sus méritos o condiciones, sin
perjudicar a otro u otra en este acto. Sin embargo, la
aplicación de este concepto es mucho mayor, la equidad nos
habla de un principio de igualdad social basado en normas
y valores universales de justicia, equilibrio aplicado a las
personas en derecho y plenitud.

La diferencia entre los conceptos de igualdad y equidad, es que esta última significa que cada
uno recibe lo que le corresponde o lo que merece, en cambio la igualdad, implica recibir el
mismo trato sin considerar las diferencias.

La equidad de género busca la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres para que
participen en todos los ámbitos de la vida en igualdad de condiciones, con el fin de que se
redistribuyan no sólo los ingresos sino también el poder. Es eliminar con acciones afirmativas
y con políticas públicas las barreras para igualar las
oportunidades en salud, educación, no violencia, trabajo y
fomento productivo, derechos humanos, familia,
participación política, medio ambiente, etc.; de tal manera
que todas las personas, sin importar género, etnia, sexo,
condición social o edad, puedan disfrutar en condiciones
de igualdad y equidad de estas oportunidades y beneficios.

Las acciones afirmativas son medidas destinadas a corregir las diferencias de trato social
entre mujeres y hombres, pretenden que ninguna de las partes sea favorecida de manera
injusta en perjuicio de otra; con estas acciones se avanza hacia una cultura de la equidad.

Se deben eliminar las barreras que hacen más difícil a algunas personas obtener
oportunidades en nuestra sociedad: salud, educación, servicios básicos, trabajo, etc., lograr
equidad, entonces, implica que todas y todos participemos en los procesos de desarrollo y en
la aplicación del enfoque de género en todas las actividades.

Cuando se habla de equidad de género se está hablando de:

 Democratizar los roles entre mujeres y hombres. Que ninguna persona se vea obligada
o limitada a hacer cosas o a asumir determinadas conductas en razón de ser hombre
o mujer.

 Permitir y brindar oportunidades para que cada persona desempeñe diferentes tareas
sin importar su sexo.
Elba Mellado Díaz
Psicopedagoga / Facilitadora Módulos Transversales
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 Que las mujeres y los hombres tengan las mismas posibilidades de acceder a todos
los recursos de desarrollo.

 Que, en todos los espacios públicos y privados, ya sea educativo, recreativo, etc., el
acceso y oportunidad sea mixta.

 Que mujeres y hombres tengan participación en la toma de decisiones, no sólo al


interior de sus hogares, sino también en sus comunidades, a nivel social y político en
general.

 Que las oportunidades laborales sean logradas en base a las capacidades personales,
no al género.

 Que se establezcan relaciones de respeto e igualdad entre mujeres y hombres.

 Que todas las personas sean valoradas en su dignidad de igual manera, sin importar
su sexo, etnia, clase social o edad.

Pero ¿por qué las mujeres salen a marchar, reclaman, presionan y están a la defensiva?

Porque a meses de terminar el 2020…

 Aún existen sectores de nuestra sociedad que ponen a la mujer en un plano inferior
que los hombres,

 Las calles, los espacios públicos son lugares de riesgo para las mujeres, manifestado
en el acoso callejero y la violencia sexual (contacto físico no consentido, violencia
verbal y física).

 La mujer sufre violencia sexual incluso dentro de su casa (matrimonio, convivencia


o pololeo).

 Existe un juicio público ante una víctima de femicidio, violación o abuso sexual,
cuestionando el lugar y la hora dónde estaba, la ropa que llevaba o incluso su vida
sexual o social.

 Existe y se normaliza el acoso sexual dentro de los lugares de trabajo.

 Existen diferencias en la remuneración de hombres y mujeres por el mismo trabajo


realizado,

 Los planes de salud en una Isapre son más costosos para las mujeres,

 No se reconoce y valora, completamente, el trabajo no remunerado, que tantas


mujeres llevan a cabo día a día, por años, en sus hogares.

 Las mujeres son tachadas de: locas, histéricas, “feminazis”, etc., por exigir sus
derechos.

En base a esto, y muchos otros aspectos… los cambios deben continuar.


Elba Mellado Díaz
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Educación en Respeto a la Diversidad

Las reglas y normas sociales son las que direccionan y proporcionan a las personas sus
atribuciones o estereotipos de género en relación a la identidad y rol. Esta construcción se
establece a partir de las diferencias biológicas de sexo.

La diversidad sexual corresponde a la elección


libre o determinada de una variación en la
construcción social de género y su
representación en la elección de una pareja.

La sociedad espera en la elaboración de la identidad y rol de género, los estereotipos de sí


mismo, de tal manera que aspira a que el hombre se comporte como todos los hombres lo
hacen, y las mujeres como todas las mujeres lo hacen, tan sólo porque el sexo biológicamente
obtenido sea femenino o masculino.

Sin embargo, en la construcción social del género, se pueden


dar estereotipos que impliquen una serie de variantes, tanto en
el proceso cultural como en el conductual y hasta en el
psicológico, que impriman nuevas creencias, comportamientos
y atribuciones en el desempeño de los roles sociales.

Cuando la población mayoritaria socialmente rige los estereotipos y la construcción social,


la aparición de comportamientos diferentes se asume como transgresión. Con estas
diferencias, no ha sido extraño que surja la violencia hacia los grupos diferentes, ante la
limitación social de la aceptación a la diversidad.

Los apegos a los estereotipos de género se ven expresados


en las relaciones interpersonales en forma de violencia y
discriminación, ya sea por la presencia de homofobia,
lesbofobia o transfobia, o por la anulación completa de la
existencia de una persona, convirtiéndola en invisible a
través del mecanismo de la negación.

La implementación de los diferentes abordajes en los estudios sociales conlleva la


significación del ser y el acompañamiento en la búsqueda del mismo, de la mano con su
bienestar y construcción de espacios que le permitan mejorar su calidad de vida.

En Chile, existen leyes que abordan la discriminación, promueven la igualdad de


oportunidades, trato igualitario y la dignidad de las personas. En lo que permanece muy al
debe, es en la valoración de nuestros pueblos originarios y en el resguardo de nuestra cultura
ancestral.

Socialmente en Chile, ha habido grandes y significativos cambios (más grandes,


significativos y rápidos que los políticos/legislativos), grandes grupos de personas se han
abierto a la diversidad (en todas sus formas), luchan en contra de los estereotipos de género,
desigualdad social, discriminación hacia las personas en situación de discapacidad, pobreza
extrema y se han volcado hacia nuestros orígenes con respeto, dándoles el lugar que merecen.

Fuentes: https://dle.rae.es/; Manual de sensibilización en perspectiva de género (adecuación personal


enfocada a contexto de país y curso de capacitación); www.diarioconcepcion.cl
(https://www.diarioconcepcion.cl/economia/2020/03/08/cifras-y-estudios-que-avalan-la-
desigualdad-hacia-la-mujer.html); www.crececontigo.gob.cl/tema/derechos-laborales

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