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Capítulo 1: Samanta

Vengo de una gran familia, una numerosa familia.

O al menos lo parecía, porque desde que mamá murió no hay persona que llene el vacío. No hay
número que reemplace su perdida y se siente. Se nota, cada día en cada rostro cuando alguien
menciona su nombre. Fue un duro golpe para todos.

Mamá salió a cenar con mi hermano menor Andy y más tarde el teléfono sonó anunciando un
accidente de auto, la desgracia cayó sobre la familia. Días más tarde papá y yo solo pudimos
recoger a Andy del hospital. Andy solo tenía 9 años, nunca se recuperó del accidente. De eso ya
casi 7 años y aun así aún tengo pesadillas de vez en vez en las que el teléfono suena y la grabadora
reproduce cierto mensaje…

Lo dije antes, mi familia es grande y se nota, mi madre tenía 4 hermanos, dos mayores y dos
menores que ella, y por su parte tengo 14 primos hermanos.
Papá es arquitecto y mamá era diseñadora, y papá siempre cuenta que fue lo único que no dejo a
discusión en el diseño de la casa.

- Quiero un comedor para al menos 30 personas- había dicho y eso fue todo, no había manera de
hacerle cambiar de opinión.- Quiero que la familia siempre tenga un lugar en donde reunirse- se
sustentó y papá por supuesto estaba de acuerdo.

El jamás había sido tan unido con su único hermano y estaba maravillado por la relación tan
estrecha entre todos los miembros de la familia de mi madre, Elisa Clark.

"Quiero que la familia siempre tenga un lugar donde reunirse"


Bajo ese pensamiento papá realiza una vez a la semana un almuerzo que ningún Clark se pierde, en
nuestro gran comedor. Mamá tenía razón, era necesario el espacio.

Aunque en este último almuerzo no ha sido necesario, papá organizo una barbacoa que por suerte el
tío Michael le ayuda a preparar, papá no es muy bueno en la cocina… o con fuego.
El tío Michael es el hermano mayor de mi madre y tiene 5 hijos, dos mujeres y tres hombres. Etan
de 22 es el mayor del grupo y a él le sigue Sara de 18, Brandon de 17, Danny de 16 y Tommy de
14.
En este momento Etan revolotea conmigo de un lado a otro llevando platos y cubiertos a los
mayores. Y sé que está tramando algo porque sonríe mucho y manda mensajes de texto cuando cree
que no lo ven.
Etan es apuesto, tiene el cabello castaño cuidadosamente desordenado, facciones masculinas
marcadas, ojos amables y de tonos caramelo y marrón, y una sonrisa deslumbrante, que otras chicas
dicen es sensual; en el campus universitario las chicas siempre se giran a mirarlo y él lo sabe,
camina erguido y seguro de sí.

- Romperás algo- emite Carmen dedicándole una mirada severa a Etan que ha sido pillado
sacando el celular y llevando jarras con limonada al patio. Sé que no romperá nada, a Etan
normalmente todo le sale bien.
- Tranquila tía, todo está bajo control- le guiña un ojo y guarda el celular en un bolsillo
delantero de su jean caro.

Me rió, rodando los ojos sin poder evitarlo, Etan y su buena suerte. Carmen es la esposa de Tomas
uno de los hermanos menores de mi madre. Y aunque es buena persona suele ser bastante exigente.
Tiene tres hijos Aneli de 11, Adriano de 10, y Vivian de 8.

Adriano y Vivian se encuentran jugando en los columpios con Elisa y Tommy quien los vigila de
cerca. Elisa es hija de Isabel la única hermana mujer de mamá, Elisa tiene 7, mama la hubiera
conocido si solo hubiera vivido dos meses más.
Elisa tiene dos hermanos mayores de 15 y 19, Annie y Zac, Zac se ha escabullido fuera de casa para
hablar por teléfono. Los únicos dos niños que faltan son Annie y mi hermano e imagino están
viendo televisión en alguna habitación.

Annie tiene 15 y desde hace varios años se la pasa tras Andy irritándolo enormemente,
normalmente me rió de él cuando se enfada pero noto que desde lo que paso con mamá, Andy
quiere estar siempre solo y eso me preocupa y entristece en iguales cantidades. Creo que Annie
también está preocupada.

- Vas a lavar ese plato todo el día- susurra una voz conocida a mi espalda y al darme vuelta
veo a Alissa, aun esta con el abrigo puesto, por lo que sé que no hace mucho ha llegado.
Corro y la abrazo y ella me devuelve el abrazo con mucha fuerza. Alissa había estado de
viaje por una semana con unos chicos del club de cine al que pertenece.

Sonríe y no puedo más que imitarla tiene una sonrisa contagiosa y deslumbrante, corro hacia ella
con las manos húmedas de haber estado lavando platos y la abrazo sin importarme mojar su abrigo
rojo y sin que a ella le importe en absoluto, me abraza fuertemente estrechándome contra ella, es
casi 10 cm más alta que yo y sé que parezco una niña cada vez que estoy a su lado. Finalmente nos
separamos después de lo que parece una vida y ella me estudia atentamente con sus ojazos verdes.

- Te ves diferente-murmura.
- No más flequillo- le contesto sonriendo, el error más terrible de mi último mes fue hacerme
uno y eso hace notar que no he salido mucho el último mes.
- Ya era hora- emitió exageradamente- el cabello te tarda años en crecer- dramatizo, sé que
bromea pero igual su comentario me golpea embargándome con un sensación de
inferioridad que incrementa cuando veo su hermoso cabello negro lacio hasta la cintura.
Tuerzo el gesto y aparto el sentimiento antes de cambiar de tema.
- ¿Dónde está George y Marina?-preguntó buscando a sus padres con la mirada, ella se
encoje de hombros y contesta desinteresada.
- Chocaron su coche de camino al aeropuerto…-sonríe, sé que hará un chiste sobre el asunto
pero mi mente no lo procesa, paro de caminar y Alisa me recorre con la mirada y enseguida
se arrepiente de la ligereza con la que ha contestado, porque estoy helada y asustada y no
puedo moverme atrapada en el recuerdo de esas misma palabras que escuche hace muchos
años.
- Samanta- me sacude- Sam, ellos están bien, se quedaron para llamar al seguro, fue solo una
ralladura de nada, en serio…

Claro que están bien, pienso, Alissa no estaría tranquila de no ser así. Aguanto las lágrimas que
intentan inundarme, soy una idiota, pienso. Pero no puedo evitarlo aun ahora se me corta la
respiración recordando que un accidente me puede arrebatar a cualquier persona que amo, en
cualquier momento, como a mamá…

¡Sam!- el grito me despierta, es la voz de mi padre y más que asustada muestra comprensión, lo
miró y él sonríe- no pasa nada- susurra acariciando mis hombros tensos y me alegro de poder
comprobar que solo Alissa está en el pasadizo con nosotros. No quiero que nadie me mire con
preocupación otra vez y al menos Alissa puede disimularlo bastante. Ella finge una sonrisa y
palmea la espalda de papá relevándolo a mi lado.
Está bien- murmura- Sam y yo hablábamos del viaje desde el aeropuerto.
Lo sé, George llamó- emite papá y tras darle una asentimiento me abandona con Alissa de nuevo.
Lo siento- emite ella aferrándose a mi brazo y antes de que niegue con la cabeza vemos a Etan salir
de la cocina y caminar hacia el pasadizo que dirige a la entrada con dos jarras enormes de limonada
equilibrándose peligrosamente en una bandeja sobre su única mano libre mientras con la otra intenta
enviar un mensaje de texto con solo el pulgar. Es demasiado, sé que romperá algo.
Heee atontado- le grita la voz conocida de su hermana Sara detrás de nosotros, entonces Etan se
sobresalta y la jarra cae a un lado a punto de hacerse añicos.

Alissa suelta un gritito y yo me abalanzo hacia delante a pesar de saber que no lograre atraparlo… y
tampoco tengo que hacerlo. Aun lado de Etan la puerta de entrada se ha abierto y aunque solo veo
las manos bronceadas y rápidas que han agarrado la jarra en el aire mojando solo un poco el piso, sé
de inmediato a quien le pertenecen.

Sean- susurró sorprendida sin poder evitarlo y casi como si lo invocaran el resto de su cuerpo
aparece en el pasadizo con su típica sonrisa de medio lado, sus ojos grises arrolladores mirando el
celular en su mano.
¿Dónde es la fiesta?- le dice a Etan en cuanto sube la mirada y él se ríe tomando la jarra de sus
manos.
Primero: Gracias y segundo: es secreto- emite guiñando un ojo- Sean rueda los ojos y se gira hacia
nosotras paralizadas viendo su musculoso cuerpo invadir la estancia.

Sus ojos se posan primero en mí y en su rostro se instala una sonrisa voraz, al mirar a Alissa en
cambio sus ojos se expande con sorpresa y acelera el paso manteniendo sus ojos en ella.
Celos.

¿Cuándo llegaste?- emite como saludo Sean y le da un corto abrazo a Alissa, sacudo la cabeza
intentando apartar de nuevo el sentimiento de celos y culpa y Sean se ríe de mí al verme sacudir mi
cabeza como una tonta. Se agacha a mi altura y me besa la mejilla lentamente manteniendo sus ojos
en los míos cuando se aparta.
Pequeña Sam- me dice haciéndome sentir una niña a pesar de que soy solo dos años menor que él.
Sean no es primo de Alissa, ni Camille, ni Sara, ni ninguna de mis otras primas. Ellas pueden
desearlo en secreto, yo no puedo permitirme ese lujo.
Sean es el único hijo, del único hermano de papá.

Capítulo 2: Sara
Sean a salvado el pellejo de Etan otra vez y como siempre nadie lo ha regañado. Etan siempre,
SIEMPRE se sale con la suya.
Escucho a Sean preguntarle ¿Dónde es la fiesta?, mientras traspasa la puerta y me prometo que esta
vez Etan no me arruinara la noche.

Sean mira hacia mi dirección pero no me ve a mí, mira a Sam, de esa forma extraña en que siempre
la está viendo y luego ve a Alissa y por primera vez yo también la veo el viaje le ha asentado de
maravilla su piel ya no se ve tan pálida y su cabello está más brillante. Tras de Sean, Etan también
la ve y no puede evitar sonreír y caminar directo a ella. La abraza igual que Sean pero el cuerpo de
Alissa no se pone tenso con el de Etan. Yo quizás sea la única chica Clark que no está enamorada
del primo hermano de Sam.

Te he hecho la mejor fiesta de bienvenida- anuncia Etan separándose de Alissa, Alissa que conoce
de sobra a Etan sonríe sin parecer impresionada y no duda en bufar y responderle con una ceja
alzada.
¿Quieres decir que encontraste una gran fiesta y llegue justo a tiempo?- emite con una sonrisa.
Auch- suelta Etan, tocándose el pecho fingiendo estar herido. Sean se ríe.
¿A quién crees que engañas?- comenta aun riéndose y yo no puedo evitar interrumpir.
Y ¿Dónde es la fiesta?- pregunto con una sonrisa cómplice que Etan arruina.
Tu no vas- sentencia- pedirán identificación, así que olvídalo- me despide- miro a cada uno de mis
primos rogándoles con la mirada, incluso miro a Sean que gira su mirada hacia Sam y recuerdo.
Sam tampoco tiene identificación- rujo sabiendo que Etan está engañándome otra vez. Todos se ríen
e Etan está apunto de contradecirme pero Sam solo se ríe y lo interrumpe.
Basta de esto, ya dinos ¿dónde demonios será la dichosa fiesta?- amo el carácter fuerte de Sam y la
mirada que le da a Etan callándolo. Etan rueda los ojos molesto porque Sam le ha arruinado la
oportunidad de seguir torturándome.
Ok- baja la voz en un susurro- es en una fábrica abandonada a las afueras de la ciudad- termina con
una sonrisa peligrosa de medio lado.
Diablos- emite Alissa con entusiasmo y por su mirada excitada sé que será una locura. Sam me mira
y yo aparto la mirada porque sé que está reconsiderando si llevarme o no. Y es ridículo porque solo
tiene un año más que yo.

En ese momento se abre la puerta nuevamente y Marina ingresa seguida de Camille y Simón.

Tía Marina- corro hacia a ella huyendo a la vez de la mirada de Sam- ¿y mi tío?- pregunto mientras
saludo a Camille y Simón.

Camille y Simón son los mellizos del grupo, atractivos como su hermana Alissa y con el mismo
glamour que ella.
Llegará en un rato- contesta Marina caminando a la cocina y saludando a Etan y Sean y mis primas
en el pasadizo.
Un idiota se les atravesó de regreso al aeropuerto- me dice Simón y se encoje de hombros cuando
ve a Camille acelerar el paso hasta Sean.
Ya me acostumbre a eso- murmura mientras observa a su melliza alborotarse su cabello corto y
negro saludando en orden a cada uno de sus primos y deteniéndose más de lo debido en Sean.
Sean- escucho que emite a mi espalda y me giro a tiempo para ver a Camille dar su mirada de “me
gusta lo que veo”.
Y ¿yo estoy pintado?- interrumpe Etan antes de que Sean pueda devolver el saludo. Camille suelta
un bufido.
Tú no eres guapo- le susurra con una sonrisa de medio lado- ¿Dónde iremos hoy?- cambia de tema
mientras mira con disimulo al pasillo que da a la cocina por donde ha desaparecido hace minutos
Marina.

...

El almuerzo pasa lento y la tarde se alarga mientras conversamos en familia y algunos juegan cartas
y repiten el almuerzo. Pero finalmente a las 9 ya todos se han ido yo me he quedado en la casa de
Sam evitando pasar tiempo a solas con Etan antes de la fiesta. Sé que puede encontrar formas más
creativas de no dejarme ir a la fiesta si me quedo en la misma casa que él.
Solo para poner un ejemplo una vez le puso tinta azul a mi shampoo y el resultado en mi cabello fue
un verde asqueroso con el que no pude poner un pie en la calle por casi tres días.

Puedes bañarte en el cuarto de invitados- me dice Sam y mientras se mete en el baño de su


habitación con una toalla y me deja sola sentada en su cama.

Los chicos vendrán a las 11, tendrán que manejar una hora hasta el lugar de la fiesta, así que debo
alistarme ya, o es probable que Etan use de excusa que no estoy lista para dejarme atrás.

Sinceramente no tengo ni idea de dónde saca estas fiestas Etan, pero siempre surgen el mismo día y
todas son en lugares misteriosos y excitantes. Etan dice un tal Zero organiza las fiestas pero nunca
he visto ni oído nada más del tal Zero.

Salí de la ducha en unos 15 minutos y Sam ya esperaba en su cuarto con un jean pegado, un polo
ancho y unas convers blancas; me ve entrar a su cuarto por el reflejo del espejo y hace una mueca
mirándose al espejo.

Creo que no está mal- murmura esperando que diga algo al respecto pero realmente no me gusta su
atuendo, bueno al menos no para una fiesta, porque de otro modo me encantaría, va con ella y su
actitud relajada.
Estabas mejor vestida en el almuerzo de hoy- digo y sé que suena mal pero es la pura verdad
llevaba una vestido corto medias negras y botas bajas- ¿por qué te estas ocultando bajo esa ropa?-
emito yendo de frente a su armario y sacando de él, un vestido corto negro, con encaje del mismo
color en el pecho y algo de transparencia en la cintura, es mi favorito y se lo lanzo a través de la
cama para que lo alcance, ella lo atrapa y frunce el ceño. Suspirando.
Pero es en una fábrica- murmura quitándose la ropa y quedando en lencería negra- no creo que allá
calefacción. Y creo que más que ocultarme muestro como soy- se ríe, tomando el vestido.
Ponte ese vestido- ordenó- y siempre hay calefacción- le dijo, pero ruego por dentro que no me
equivoque y empiezo a secarme el pelo con la secadora.
Ok- dice poniéndose el vestido- pero te matare si no lo hay.
Me giro para ver cómo le queda el vestido, se pega a la piel en los lugares correctos y le queda de
ancho exacto pero de largo…

Suelto una carcajada y ella me enseña el dedo medio en respuesta. Sam es pequeña, la más baja del
grupo pero tiene unas curvas perfectas y no le saca nada de provecho.

Creo que te has encogido- le dijo en broma y le paso otros 3 vestidos de su armario.
Le preguntare a Alissa que se pondrá- murmura con una nota de pánico en su voz mientras envía un
mensaje desde su celular. Me rio y entonces entro en la cuenta de que no tengo nada que ponerme.
¿Sam?- le doy una mirada de perrito- ¿puedes prestarme algo?- continuo mirándola con ruego. Esta
vez ella se ríe.
Ponte este vestido, sé que te encanta- dice quitándose el vestido negro y ya que soy más alta que
ella sé que me quedara bien.
Graciaaas- emito metiéndome en el vestido. Y entonces el móvil de Sam suena.
Mmm Alissa usara una falda negra de cuero y aún no sabe que blusa ponerse, y dice que Adam
llevara a un amigo- y mi corazón se encoje cuando oigo el nombre de Adam y a partir de ese
momento hasta que nos recogen no puedo evitar pensar si estoy lo suficientemente arreglada.

A las 11 y 10 minutos tocan el timbre y ya que Sam aún está maquillándose yo bajo y le abro la
puerta a Sean. Le digo que pase pero el mira su reloj y niega.
Iremos en dos grupos ya que Sean tiene una camioneta iremos por Camille y Simon y Alissa y Etan
irán aparte en el deportivo de Etan. Zac seguramente ira con sus amigos y entre ellos estará Adam…

¿A qué hora debíamos pasar por los mellizos?- pregunto intentando darle tiempo a Sam.
En este momento- dice con una sonrisa lacónica y al verlo sonreír se me ocurre que debo
agradecerle lo de la tarde.
Por cierto gracias- digo sonriendo sinceramente pero él me mira sin entender y me paso la
vergüenza de explicarlo- por señalarme a Sam con la mirada cuando Etan hablaba de la
identificaciones para la fiesta- Sean se ríe divertido.
No te la señale- emite una vez deja de reírse- solo me gusta mirarla cuando ella no me ve- murmura
con voz misteriosa y no estoy segura de sí bromea o no- y creo que seguiré haciéndolo ahora-
continua pasando a mi lado a través de la puerta para encontrar a Sam en las escaleras.
Estas enfermo- le grito a su espalda, pero no se hace al enterado y toma la mano de Sam cuando
está a punto de llegar al primer escalón. La mira directo a los ojos por solo un segundo y después
aparta la mirada tirando de la mano de Sam.
Vamos tarde preciosa- le dice a modo de saludo y la apura hasta que salimos de su casa. Sean
siempre la trata así, con esa familiaridad y cariño obvios que le hace sentir celos a Alissa. Aunque
no lo admita.

Es relajante estar con Sean y Sam en un mismo auto, Sam y Sean conversan de todo y nada y Sam
cuida siempre de incluirme en la conversación o explicarme algún comentario o indirecta que Sean
le manda para molestarla. Nos reímos bastante pero cuando Camille y Simon entran al auto el
ambiente se torna distinto. Camille coquetea todo el tiempo con Sean y este a preferido concentrarse
en el camino. Me doy cuenta que no puede evitarlo, Camille siempre ha sido así cuando le gustaba
alguien. Ella no espera por lo que quiere, sabe que es guapa, tiene 20 años, el cabello negro corto
hasta el cuello y un rostro hermoso que hace que tan atrevido corte se le vea de maravilla, posee una
figura estilizada y delicada y lleva botas y medias negras y un vestido azul pegado al cuerpo con
una cazadora de cuero negro con tachas plateadas.

Simon por otro lado es igual de atractivo, mucho, es muy alto más que Etan y fornido tiene los ojos
verdes exactamente del tono de Camille, las pestañas pobladas y oscuras y la capacidad de burlarse
de cualquier cosa, oración o mueca que otra persona haga. Sé que se burlaría de mí si estuviera
actuando como Camille con Sean, pero tiene debilidad por su melliza.
Cuando se junta con Adam y Etan son imparables a la hora de molestar a otros.

¿Bailaras conmigo hoy, Sean?- suelta Camille inclinándose hacia delante al asiento del conductor-
¿no es así?- completa la frase y me doy cuenta que he imaginado que la frase de “Bailaras conmigo
hoy” era pregunta, porque preguntar no es el estilo de Camille.

Simon rueda los ojos y veo como Sam se gira desde el asiento del copiloto y me mira con una clara
expresión de “mátame”. Sean no contesta, sé que finge no haberla escuchado, él puede ser
insensible y huraño a veces. Pero quien podría culparlo, las chicas Clark están detrás de él todo el
tiempo, quizás Alissa no sea tan obvia como Camille pero él también se ha dado cuenta. No es que
las culpe, somos 14 primos hermanos y 7 de nosotros de edades parecidas, siempre hemos andado
juntos y andar con Etan y Simon no hace que los chicos se nos acerquen todo el tiempo.
Adam y Mark eran los únicos chicos del grupo que no eran primos nuestros y todas suspiramos por
ellos a su tiempo y luego cuando tenía 12 apareció Sean y todas las miradas giraron hacia esa
dirección.

Un bocinazo suena a mi lado y me doy cuenta de que me he dormido cuando me siento ahogar un
grito. Ya hemos salido de nuestra pequeña ciudad y corremos a toda velocidad por una carretera
desierta de solo dos carriles. Suena de nuevo un bocinazo. Casi desierta.

Me alzo sobre mi rodilla girándome por completo para llegar a ver el auto plateado que ruje tras
nosotros. Mi corazón se acelera, las luces del auto son altas y no puedo ver al conductor, pero
reconozco el auto y sé que le pertenece a Adam.

El carril de regreso a la ciudad esta desierto así que veo como el auto de Adam se desliza hacia
nuestra izquierda, justo a mi lado, acelerando hasta ponerse a nuestra altura.

Mierda ahí esta Adam- oigo decir a Sam y siento la preocupación en su voz- no nos vallas a matar-
le dice a Sean y escucho la risa de Sean bailar en el aire mientras bajo mi luna a toda velocidad.

Camille protesta agarrando su cabello corto que se balancea a todos lados por la velocidad del
viento que entra a la camioneta. Debemos ir a unos 90 km y sé que ha Adam le gusta correr más
rápido. El parabrisas del asiento del copiloto de Adam también se baja y puedo sentir como el nudo
en mi estómago se estrecha cuando veo a una bonita castaña agarrándose el cabello largo para no
despeinarse. Tiene los ojos cerrados y vocifera que baje la velocidad. Siento ganas de arrojarles
algo y entonces la sonrisa de dientes perfectos de Adam me atrapa y olvido mi enojo temporalmente
mientras escucho que intercambia palabras con Sean y su motor ruje acelerando. Al mismo tiempo
siento mi espalda estrellarse contra Simon a mi lado, cuando Sean acelera manteniéndose al lado de
Adam todo el tiempo.

Cierra esa maldita ventana- gruñe Simon agarrándome de los hombros hasta recuperar el equilibrio.
Sara, la ventana- grita Sam desde el asiento del copiloto haciéndose oír sobre el ruido del viento y
sé que el velocímetro ya debe andar por los 110 km y subiendo.
Mierda- murmuro apretando el interruptor que sube el parabrisas.
Ponte el cinturón- me ordena Sam girándose para mirarme intensamente.

Obedezco viendo de reojo como Simon tira del cinturón de su melliza y se lo coloca mientras ella lo
mira de mala gana. Luego se pone el suyo y me estudia un segundo solo para inclinarse sobre mí y
ajustar mi cinturón.
Adam nos adelanta posicionando el auto frente a nosotros, imagino que la chica que va a su lado
debe estar enloqueciendo para este momento. Sonrió pero la sonrisa me dura poco porque Sean
mueve el auto hacia la derecha al carril contrario, incapaz de dejarse vencer y cuando está en medio
de la carretera un auto pasa a su lado, tiene un luz baja y la otra rota y Sean solo lo ve cuando está a
punto de chocar. Gira el timón bruscamente hacia la izquierda sacándonos un poco del camino y
sacudiéndonos terriblemente por largos segundos en los que el auto gira de derecha a izquierda
maniobrado frenéticamente por Sean. Y está a punto de salirse por completo del camino pero por
algún milagro logra controlar el auto, derrapa ruidosamente y logra aparcarse de un frenazo a un
lado de la carretera.

Sam se baja de inmediato y Sean se baja del auto tras de ella, persiguiéndola y gritando su nombre
todo el tiempo. El resto esta inmóvil, estupefacto. Nunca habíamos sentido el peligro tan cerca.
Unos segundos después Simon se gira hacia Camille y ella solo asiente entendiéndose a la
perfección con su mellizo.

¿Estás bien?- me pregunta enseguida a mí y yo asiento de la misma manera que Camille. Suspira. –
bajemos del auto.

Obedezco y enseguida el aire frio me golpea obligándome a abrazarme a mí misma con mis manos.
Simon sale detrás de mí y entonces vemos que Adam se ha estacionado solo a unos metros más
adelante. Adam se baja y corre hacia nosotros.

¿Están todos bien?- nos estudia preocupados y entonces empieza a buscar al resto con la mirada-
¿dónde está Sam?- grita por encima del ruido de un auto que pasa a nuestro lado- ¿Y Sean? –
señalo la zona de hierba seca al lado de la carretera hacia donde Sam se internó con Sean. Adam
mira hacia su dirección achicando los ojos intentando ver más allá de la parte de hierba crecida que
las luces de los autos alumbran, pero es imposible está totalmente oscuro y ninguno de los dos está
a la vista. Me muerdo los labios con preocupación.
Están bien- murmuro auto convenciéndome de esto y veo como Zac corre hacia nosotros y las dos
chicas que iban con ellos lo siguen tomadas de las manos.
Demonios, eso fue un asco. ¿Algún herido?- emite abrazándose a sí mismo, está en camiseta y los
vellos rubios de sus brazos están erizados.
¿todos bien?- grita la chica castaña acercándose y la miro de mala gana porque ya estoy harta de la
pregunta.- eso fue una idiotez- grita mirando con odio a Adam y él se encoje de hombros.
Nadie salió herido- murmura en respuesta y ella le da la espalda encarando a su amiga.
Son unos idiotas, vámonos por favor- ruega y ahora es más que obvio que no tiene ningún interés en
Adam así que aunque parezca infantil dado las circunstancias, me relajo.
Hey, aún podemos salvar la noche- dice Zac abrazando a la amiga de la castaña por la cintura.
Mery por favor- gime la rubia que es abrazada por Zac y la tal Mery da una patada en el piso
frustrada.
Hay espacio para una más ahí- señala la camioneta y no me controlo cuando hablo.
Podemos cambiar de lugar- digo rápidamente y la chica me estudia mirándome como si fuera una
estúpida. Sé que una camioneta es más segura que un auto, y quiero agregar algo pero una mano en
mi hombro me detiene.
Tú te quedas con nosotros- dice Sam tras de mí y con solo darle una rápida mirada a su cara sé que
ha llorado y solo por eso no digo nada más- también puedes venir con nosotros- le dice a la tal
Mery- nos acomodaremos- dice y se da la vuelta y pasa al lado de Sean sin mirarlo.
No hay nada más que agregar después de eso. Todos subimos a los autos y la tal Mery ahora se
aplasta contra mí en la camioneta. Refunfuña amargamente y no habla con nadie. Aunque en
realidad nadie habla…

Sean maneja a menos de 60 y le dirige miradas arrepentidas a Sam que solo mira al frente y no dice
nada más.
La chica a mi lado se revuelve y veo que busca algo en su abrigo, segundos después saca unos
lentes de medida rosados y los estudia en sus manos. Suspira aliviada al comprobarlo intactos y al
toparse con mi mirada agrega.

Perdí mis lentillas cuando el idiota de cabello negro abrió la ventana.


Hablas de Adam- le digo seria- y es un gran conductor, nada les hubiera pasado- agrego sin poder
evitarlo y cuando siento la tensión proveniente de Sean me arrepiento de haber dicho algo. Porque
Sean también es un gran conductor pero los accidentes pasan…

El resto del camino trascurre en silencio, Camille duerme sobre el hombro de Simon, Sam sigue en
silencio vigilando el camino, Sean está concentrado en conducir, la chica a mi lado se recuesta en la
puerta sin hablar y yo imito a Sam y solo veo el camino.

Entonces llegamos.
Hay una entrada amplia llena de autos y chicos con botellas en las manos, la fábrica es grande, de
cuatro o cinco pisos e imponente como solo algunos edificios antiguos logran serlo.

Woow- aúlla Simon y siento que el ambiente se relaja de inmediato ante el asombro general.

Etan ya ha llegado he visto su deportivo rojo en la segunda hilera de autos. Nos estacionamos al
lado de Adam que ha llegado antes incluso manejando a 80 que adivino es lento para él. Adam está
esperando en el estacionamiento apoyado sobre el capo de su auto plata junto a la rubia y Zac que
no deja de devorarla.

Búsquense un cuarto- emite Alissa llegando junto a Etan con una cerveza en la mano cada uno.
Me robaste la frase- emito saludándola con la mano.
Adentro es una locura- suelta Alissa con emoción y ella mira mi ropa con aprobación y yo sonrió
olvidándome por completo del fiasco de la carretera. Pero…
¿Qué paso?- pregunta aturdido Etan recorriendo a Sam y Sean con la mirada y notando la tensión
entre ellos.
Tuvimos un…- intenta explicar Sean pero Alissa interrumpe.
Diablos ¿Que te paso Sam…?

Capítulo 3: Sam
Diablos ¿Qué te paso Sam?- la pregunta me aturde y solo entonces me doy cuenta que tengo el
vestido rasgado a un lado, un pequeño rastro de sangre y arañones en la piernas por la hierba seca a
un lado de la carretera que atravesé sin detenerme a tener cuidado.
No, no, no- suelta Sean asustado y asustándome más a mi cuando se arrodilla frente a mí y empieza
a estudiar las sangre en mi rodilla con sus manos calientes y varoniles- lo siento Sam- Su tacto me
toma por sorpresa y no puedo evitar soltar un gritito.- ¿te duele?- suelta preocupado, mientras oigo a
penas como Simon le explica a Etan lo que paso en la carretera. Y de nuevo soy el centro de
atención. Odio eso. Incluso Zac se ha separado de la rubia y la tal Mery me mira.
El estómago se me revuelve cuando todas las miradas se giran hacia mí y sé que me están
estudiando por completo y recuerdo que solté varias lágrimas cuando estuve en el pastizal y Sean
me abrazo, mi maquillaje debe ser un desastre… súbitamente me aparto de Sean y retrocedo hasta
la camioneta sin poder evitarlo.
Quizás deba buscar como volver…- balbuceo.
No Sam, no es para tanto- canturrea Etan- no te vallas.
Vamos Sam, quédate- emite Adam- te olvidaras de esto en cuanto pruebes algo de “veneno”-
canturrea juguetonamente y me pasa un vaso de plástico con un líquido aparentemente parecido a la
Coca Cola. Estoy a punto de tomarlo cuando Sean me detiene tomando mi mano en su lugar.
Tengo un botiquín, te curare y si quieres irte después, te llevare a casa- asiento, no puedo hacer
nada más, me ha mirado con esa intensidad a la que no podría negarme- adelántense- dice Sean
antes de llevarme de vuelta a la camioneta.

Los chicos se alejan puedo ver como Alissa arrastra a Simon y Camille y como Etan golpea a Zac
para que se mueva. Adam sin embargo no se marcha sin dedicarme una última mirada.
Sean abre la puerta del copiloto y yo entro nuevamente, después lo espero mientras saca el botiquín
de la maletera.
Y se inclina sobre mi pierna con la botella de alcohol en la mano. Aprieto las piernas recordando
que llevo vestido y me revuelvo controlando el impulso de patear la botella de alcohol y huir de ahí.

Solo ardera un poco- dice Sean leyendo mi mirada y pone una mano sobre mi pantorrilla
levantándome la pierna un poco. Entonces empieza a voltear la botella…
Espera – lo detengo con un grito, me va vaciar la botella en la pierna así como así- ¿no hay algodón
en ese botiquín?- pregunto.
Aaa- emite recordando y suelta mi pierna suavemente mientras lo busca- nunca he hecho esto-
emite encogiéndose de hombros y empezando a humedecer el algodón con el alcohol.
Puedo notarlo- susurro con una risita relajada y el me da una sonrisa que desaparece rápidamente.
Realmente lo siento, pequeña Sam- emite mirándome arrepentido y sé que es injusto callar porque
él se siente responsable de mi estado, pero no tiene que ver con él. Simon, Camille y Sara se
recuperaron enseguida, yo soy la única que no deja de pensar que así debía sentirse mamá cuando
tuvo ese accidente.

El algodón toca mi piel y el ardor empuja el recuerdo de la autopista lejos, me retuerzo y el aferra
su mano a mi muslo y limpia mi herida sistemáticamente, tocando mi piel desnuda, con su mano
tibia en mi pantorrilla deslizándose sobre mi piel dejándola ardiente, ya no siento el ardor, ya no
siento el algodón, solo su mano sobre mi pierna. Y culpa.
Siempre hay culpa cuando se trata de Sean.

Listo- emite alejando el algodón, la herida que sangraba era tan pequeña que ya no puedo verla y
los arañones son insignificantes y están desinfectado por completo. Saca un curita y cubre mi rodilla
y luego me da una sonrisa adorable y yo aparto la mirada. Sean se levanta y su mano me acaricia el
rostro con ternura deslizándose hacia mi mandíbula y guiando mi cara hacia él. Quiere que lo mire.
- ¿Aun quieres irte?- inclino mi rostro hacia un lado apretándome a sus manos cálidas.
No

Diez minutos después estoy lista para entrar a la fiesta he subido mi vestido uno o dos centímetro
para que no se vea el rasgón pero aun no llega a ser vulgar, y he retocado mi maquillaje y ya me veo
mejor.
La fábrica es gigantesca y aun así está repleta, la zona de baile frente al DJ esta atestada y mientras
nos internamos hacia la barra de madera, Sean toma mi mano. No se siente bien. Mejor dicho, no
debería sentirse así, pero lo hace.
El calor que me transmite con su mano se expande por mi cuerpo y es agradable y reconfortante.
Pero no debería sentirse así…

Esquivo una multitud de personas siguiendo a Sean y para cuando estoy frente a los otros ya estoy
sudando. Suspiro de alivio al llegar y sin querer noto como Adam desliza su mirada por mi vestido
y mis brazos hasta detenerse en mis manos aun unidas con las de Sean. Sé que me sonrojo pero
espero que el calor del lugar sea suficiente excusa y me deshago rápidamente de la mano de Sean.

Esto esta atestado, casi me perdí un par de veces de camino- murmuró sin poder evitar explicarme.
Los chicos asienten y Adam me sonríe.
Aun así bailaras conmigo- me dice y me rio asintiendo sin perder la sonrisa.
Solo después de que me invites un trago- canturreo y Adam me dedica una sonrisa coqueta
susurrando.
Lo que quieras…

Los chicos se han dispersado en la pista de baile y mientras yo bebo mi cuarta margarita con Adam,
sé que está coqueteando conmigo… y no me molesta.
Es una distracción bienvenida y hubo un tiempo en que también me volvían loca sus ojos azules.
¿Por qué no?, pienso cada vez que me susurra al oído con la excusa de que la música está
demasiado alta para oírlo de otro modo. Sé hacia dónde conduce todo eso.
¿Por qué no? No hay culpa, ni remordimiento, ni emociones contradictorias.

Adam es el mejor amigo de Etan desde la primaria, es un buen chico a pesar de que no lo parezca y
no es que sea la primera vez que coqueteamos tan abiertamente, después de todo es bastante
atractivo y siempre nos llevamos bien y por sobre todo no compartimos ningún vínculo de sangre.

¡¿Por qué no?¡

Son pasadas la una de la mañana y para este entonces Etan debe estar besándose con alguien por
alguna esquina y lo más seguro es que Sean también… ¿Por qué no?

Adam vuelve a acercarse y yo giro mi rostro hacia él con la excusa de que no puedo escucharlo y
nuestros ojos se conectan un segundo y Adam baja la mirada a mis labios y sé que va a besarme y
por un segundo más me permito sentir duda antes de que acorte la distancia entre nuestras bocas.

Hora de bailar con tu primo favorito- escucho a mi espalda y al tener los labios de Adam tan cerca,
mi mente no procesas esas palabras hasta que siento como unas manos fuertes tiran de mi hombros
hacia tras, hasta alejarme de Adam y mi asiento.
¿Qué demonios te pasa?- le grito a Etan que no me mira a mi sino a Adam y la mirada que
intercambian me deja sin palabras. Etan me conduce hasta la pista de baile repleta y en el camino
nos topamos con Alissa que baila sensualmente con un chico alto y apuesto. Etan hace una mueca y
empuja al chico al pasar a su lado.

Ruedo los ojos. Lo está volviendo a hacer, siempre pasa lo mismo, los chicos parecen ponerse de
acuerdo para intimidar a cualquiera que se nos acerque.
Le dedico una mirada colérica a Etan y él se encoje de hombros.

No tengo nada en contra de Adam- me dice bailando a mi alrededor distraídamente.


¿y entonces?- pregunto también moviéndome siguiendo el ritmo de la música.
Que si quiere algo contigo debe hacerlo correctamente- dice simplemente y entiendo que se
preocupe por mí, pero no puedo evitar sentirme furiosa de lo hipócrita que es que precisamente esas
palabras vengan de alguien que besa al menos 4 chicas en la misma fiesta. Me quedo inmóvil.
Realmente no tengo ganas de bailar- murmuró mordiéndome la lengua para no empezar a insultarlo
y me alejo de él dejándolo solo en la pista de baile.

Estoy caminando hasta lo que creo que son los lavabos, pero no es más que una salida de
emergencia no señalada. No hay ninguna señalización y por un momento me empiezo a preocupar,
si hubiera una emergencia sería una locura lograr salir.

Aparto el pensamiento ya hemos tenido demasiada mala suerte para un día. Miro a mi alrededor, la
furia se ha disipado en mi búsqueda del baño y ahora me siento un poco desorientada, de alguna
manera no logro ver a ninguno de mis primos cerca. Lo que es toda una sorpresa. Una agradable
sorpresa.

Me permito bailar con el primer chico que se ha acercado a sacarme, es delgado y tiene una sonrisa
simpática. No tengo los estándares de Alissa que ahora parece estar bailando con un modelo. El
chico se mantiene a una distancia prudente a pesar de lo avanzada de la fiesta y sé que algo va mal,
normalmente soy yo la que tengo que poner las distancia. Le coqueteo solo para comprobar mi
teoría y el me sostiene la mirada solo unos segundos mordiéndose los labios, su mirada está perdida
más allá de mí y no puedo evitar sorprenderme cuando se disculpa y me abandona en la pista de
baile.

¿Qué?- suelto confundida y sin querer me estudio a mí misma disimuladamente.


Estas perfecta- susurra entonces alguien tras de mí. Y entiendo todo y a decir verdad me provoca un
escalofrió de satisfacción sentir sus manos deslizándose por mis caderas apretándome a su cuerpo
tras de mí.
¿Tú también intimidaras a todos los chicos que se me acerquen?- susurro girándome solo un poco
para toparme con sus ojos azules.
Solo para aclarar Etan no me intimida y quizás si lo haga solo para continuar donde lo dejamos-
emite antes de besarme y yo me estremezco devolviéndole el beso a Adam. Sin ningún primo a la
vista podemos besarnos por largo rato, hasta que Adam tira de mí a un lado y chocamos con una
pared. Estoy a punto de reírme pero Adam me chista con un gesto y me señala el lugar donde antes
estábamos.

Y ahí esta Alissa abriéndose paso con una clara expresión de rabia, Etan la sigue así que adivino lo
que ha pasado rápidamente.

Estoy harta- le grita, cuando Etan la agarra por la muñeca.


Estoy cuidándote nada mas- se defiende él y Alissa aprieta los puños y se zafa de su agarre- ese tipo
se ha besado con 2 chicas antes que tú.
Es una fiesta Etan, ¡demonios¡- grita- ¿qué más da?, ¿acaso crees que quería casarme con él o algo?
¿así que quieres ser una más?- le encara Etan y veo a Alissa acercársele con los ojos centelleando y
una clara expresión de “Basta”.
Esta doble moral tuya me ha terminado de hartar- sentencia y se aleja de Etan.
Tiene carácter- me susurra Adam en el oído y yo sonrió a medias, porque me ha llegado a preocupar
la expresión de Alissa.
Ayúdame a encontrar el baño.
Capítulo 4: Sean

Hace algunos años, aun saltaba de estado a estado como si de vecindario se tratara, aun vivíamos
como nómadas, buscando algo que nos llenara y nos hiciera desear realmente quedarnos quietos.
Aun observaba a mí padre pasearse desesperado por la casa, intentando recuperarse de su dichosa
enfermedad. ¿Qué enfermedad te obliga a mantenerte viajando?, papá jamás había contestado esa
pregunta y yo había dejado de preguntarla.

Con la música resonando en mis oídos y mis manos recorriendo el cuerpo de la rubia delante de mí,
ya no pienso en el pasado. Ya no pienso en los interminables viajes que acabaron cuando tocamos la
puerta de Sam y llegamos a un funeral. No puedo negarlo, el vacío que cargaba de estado a estado
hasta que nos instalamos finalmente, no está cubierto, pero gran parte de ese sentimiento se ha ido.

Detente- aparto a la rubia que ha empezado a besarme el cuello. Sé que Sam y sus primas siguen
por ahí… y no quiero que vean lo que le hare a esa chica- sigamos en otro lado- le doy una sonrisa
sugestiva y la rubia asiente contoneándose hacia donde supongo estarán los baños.

Su ropa interior desaparece rápido y la cinta que sujeta su vestido cae a un lado mostrando su pecho
desnudo. La beso rápidamente sin perder tiempo y mis labios resbalan a su cuello desnudo haciendo
ondas con mi lengua hasta su oreja y acariciándola mientras busco el preservativo en mi bolsillo
trasero. Todas estas fiestas son iguales.

Veinte minutos después empiezan a golpear la puerta, pero no hay nada que me importe menos. Sin
embargo después de lo que parece 20 minutos más los golpes empiezan a ser insistentes y las voces
que logran filtrarse dentro suenan molestas. Frunzo el ceño, viendo a la rubia recoger su ropa
interior y parece que no necesitare ningún otro preservativo. Me pongo mi camiseta y salgo con la
rubia que juguetea con las manos en mi brazo. Espero que Etan este cuidando a las chicas.

Váyanse a un hotel maldita sea- grita una chica mientras se interna a la carrera en los servicios.
Muy tarde- emite la rubia a mi lado mientras se ríe de su pequeño chiste. Le doy una sonrisa
traviesa pero la sonrisa se me congela cuando la veo.
Sean- su voz me llega lejana como si fuera el recuerdo de un sueño. Que mala suerte, pienso
mientras recorro la figura pequeña y ardiente de Sam.
Yo…-no sé qué decir, siento la necesidad de explicarme pero no me salen las palabras, así que en su
lugar me muestro indiferente y cínico.
¿tu novia?- pregunta la rubia sin soltarme el brazo y Sam me da la espalda y solo ahí me doy cuenta
que no está sola.
Espérame- le dice a Adam y el asiente con una sonrisa coqueta. Qué asco, pienso y sin darme
cuenta la furia y un sentimiento de amargura me recorre sin control. Me zafó de la rubia y la hecho
de ahí con una pocas palabras.
¿Qué haces?-emite Adam cuando me acerco a él con puños apretados y tengo que clavarme las uñas
en las palmas de la manos para despertar a mi cordura y controlarme. Me apoyo en la pared al lado
de la puerta de los servicios por la que Sam ha desaparecido.- estoy muy seguro de que fue a mí a
quien dijo que lo espere- finge una sonrisa pero esta alerta.
¿te parece que eso me importa?- le doy una mirada amenazante y el evada mi mirada y sonríe.
Siempre nos hemos llevado bien, pero no se siente raro amenazarlo, como siempre la furia sale
natural de mi, lo respiro con cada poro de mi cuerpo aunque lo contenga día a día.
Etan es más sutil con estas cosas- comenta- sí te digo que Sam me gusta de veras ¿Dejaras esto?
Estoy siendo serio- me tenso. No quiero. No puedo evitarlo.
No me importa si tienes intenciones de casarte con ella…
¿Qué está pasando?- Es Sam y su voz vuelve a despertarme, estoy a centímetros de Adam y sé que
si Sam no hubiera aparecido quizás lo hubiera golpeado.- ¿Qué haces Sean?
Hablemos- le suelto rápidamente alejándome de Adam que nos mira sin saber qué hacer. Sé cómo
debe verse y no me importa. Incluso sé que hago el ridículo con Sam pero eso tampoco llega a
despertarme.
No quiero- me rechaza igual de rápido y la decepción se arrastra por mi estómago como ponzoña-
ya tuve “la charla”, Sean. Se cuidarme- gruñe y pasa a mi lado dirigiéndose a Adam.
Espera- la detengo con una mano. No me controlo, solo hablo y siento el escalofrió que recorre el
cuerpo de Sam al oír la amenaza en su oído- te juro que lo golpeare si te toca.
No te me acerques- contesta y se aleja de mí, perdiéndose en la multitud con Adam.

No lo entiendo. No sé porque soy así. Tengo problemas para controlar mi ira, hace dos años pasó
por primera vez. Destroce mi habitación completa, la cama, el televisor, los muebles, todo. Parecía
poseído, desesperado por deshacerme de esta amargura con cada golpe.
Y con Sam, la culpa y el miedo me carcomen cuando pienso en ella. Me odio por ser como soy,
pero no puedo dejar que se la lleve alguien. Ojala se hubiera quedado de 10 para siempre.

Por favor dime que sabes donde esta Zac- la voz de Etan a mi espalda me sobresalta, me giro
negando y aguanto la risa, cuando lo veo abrazar de la cintura a la castaña que había llegado con
Adam y Zac, está completamente mareada y se sostiene a si misma a duras penas ayudada por Etan.
¿Qué le diste a esa chica?- Etan se encoje de hombros.
Te juro que solo tomo 4 vasos- esta vez sí me rio y decido ayudarlo a buscar a Zac para distraer mi
mente.

Capítulo 5: Sam
- Bieeen… eso fue intenso- soltó Adam y sabía que intentaba sonar relajado aunque para
nada lo estaba, y como podría si Sean nos había dejado los nervios de punta a ambos.
- Está loco- gruñí y al igual que Adam intentaba ocultar en mi enojo con otra emoción. Si
buscaban la frase “Puedo ser la cosa más dulce del cielo o más cruel del infierno” esta
estaba firmada por Sean. Y esa bipolaridad era desesperante.
- No pasa nada Sam, no nos arruinara la noche- emitió abrazándome sobre los hombros,
envolviéndome en su calor y verdaderamente relajándome. Sonreí aunque Sean ya me había
arruinado la noche.
- Claro que no- conteste y en ese momento Etan apareció a nuestro lado, me tense esperando
que nos hostigara de nuevo para que nos separáramos pero ni siquiera parecía notar el brazo
de Adam rodeándome.
- ¿Han visto a Zac?- soltó viéndose mortificado y solo pude encogerme de hombros.
- ¿Ha pasado algo?- pregunte inquieta, mirando con preocupación a Etan que no pudo
contestar antes que Alissa, que apareció justo detrás de él.
- Emborracho a una chica- emitió con la voz cargada de ironía.
- Espera, no emborrache a nadie- se defendió Etan- y estoy cansado de repetirlo, ¡SOLO
TOMO 4 VASOS!
- Sí, aja, la gente se desploma con 4 vasos- se burló Alissa, Etan quiso rebatir pero Alissa lo
callo con una mano- mejor llévala directo a casa- sentencio alargando una mano hacia él y
dándole en una nota garabateada a toda prisa.
- Alissa- la detuve casi sin proponérmelo y ella se giró a hacia mí con una mirada salvaje en
su rostro.
- Zac se está escapando con la chica esa que trajo, en un taxi y esa supuesta amiga me
garabateo este folleto cuando los detuve a gritos para que no se vallan- Alissa se veía
indignada y yo compartía por completo ese sentimiento- Etan deberías darte prisa la chica
estaba a punto de desmayarse sobre Sean…
- ¿Sean?- pregunto Adam viéndose confundido y como no hace solo unos minutos nos
arruinaba la noche y ahora ya estaba sobre otra chica. Apreté los puños.
- Probablemente la rubia no le fue suficiente- susurre intentando no parecer enfadado y
fallando rotundamente al respecto. Etan nos dio una mirada de confuncion.
- ¿Con quién te iras tú?- Etan llamo la atención de Alissa.
- En el auto de Sean o… Adam podría llevarme- lo miró como para confírmalo y Adam
asintió.
- Sí ella quiere la llevo- contesto Adam mirando a Etan pero echándome unas miradas de
reojo. Quizás esperaba que estemos solos.
- Ok entonces me voy, has que lleguen seguras, te hare responsable por eso- le advirtió a
Adam y antes de perderse en la multitud que aún no decrecía nos gritó- y quita las manos de
mi prima- rodé los ojos sacándole el dedo medio a Etan sin que a él le llegue a importar.
- Por fin se fue- murmuró Alissa en cuanto Etan desapareció- guárdenme el secreto-
murmuro girándose hacia nosotros y al ver que todo el enojo de antes había desaparecido
supe que Alissa actuaba desde el principio- Sara esta que no se para en un pie. Necesitamos
que llegue a casa antes que Etan, ya saben cómo es el. Nunca más permitirá que vuelva a
salir.
- ¿Dónde está ahora?- solté media divertida, media preocupada. Mientras Adam soltaba una
carcajada.
- Siempre es divertido salir con las chicas Clark- murmuró Adam guiñándome un ojo.
- Esta con Camille y Simón- respondió- así que tortolitos les traigo una oportunidad de oro, si
la llevan a casa ya no tendrán a Sean para molestarlos.
- Me gusta la idea- contesto Adam por mí.

Media hora más tarde ya me encontraba en el carro rumbo a mi casa, fruncí el ceño. No en el auto
que esperaba.

- Deja de hacerme muecas- soltó Sean.

Por supuesto que él no se iba a quedar tranquilo y luego de pillarnos en plena fuga me había
amenaza de todas la formas para no irme con Adam, yo lo había amenazado con matarlo lentamente
si seguía molestándome pero nada había resultado y cuando estaba empezando a ponerme realmente
difícil, solo me había cargado en el hombro y me había metido en su camioneta. Adam y Alissa se
habían encogido de hombros sin poder hacer nada contra Sean, al menos nada de lo que después
pudieran arrepentirse.
Luego Alissa se había subido con Sara en el auto de Adam y Simon había dicho que ya que vivían
en la misma casa aprovecharían para irse con Alissa y así se habían invertido los papeles y había
terminado como quería a solas en un auto de camino a casa pero con la persona equivocada. O con
la correcta.
- No me hables
- Es una hora de camino, hora y media manejando a esta velocidad ¿esperas que cante para
no dormirme?.
- Espero que me dejes en paz.
- Ok, pequeña Sam- canturreo y yo me estremecí de rabia, sabía que todo esto de haberme
arruinado la noche con Adam le había divertido.
- Odio que me llames así- murmuré con rabia.
- No es verdad- negó convencido y quizás no del todo equivocado. Desde hacía un tiempo
me molestaba bastante lo de “pequeña”, quizás porque realmente todos mis primos y
amigos habían crecido y yo era la única pequeña en el grupo, lo que era molesto. O quizás
porque sentía que la diferencia entre Sean y yo crecía aún más cuando me miraba de esa
manera particular en que lo hacía y acariciaba mi cabello como si fuera una niña. Sentía que
él seguía viendo a esa niña pequeña, delgaducha, sin ninguna curva a la vista, sin
atractivo…
- Llegamos- soltó con un suspiro mezclado con bostezo y solo pude revolverme en mi asiento
con verdadera flojera, había estado a punto de dormirme varias veces durante el laaargo
camino, pero justamente en eso momento el carro saltaba o giraba bruscamente.
¿Casualidad?. Lo miré asesinamente.

Junte mi cartera y me baje del carro sin decir una palabra, realmente estaba enfadada con Sean,
enfadada como muy pocas veces lo había estado.

- Sam- me detuvo Sean siguiéndome y al ver sus ojos de cachorrito sabía que preparaba una
disculpa.
- No quiero oírlo- lo calle, siempre era igual, hacia algo y creía que poniendo cara de tonto y
soltando palabras bonitas lo perdonaría. Busque mis llaves tanteando en mi cartera.
- Sé que has crecido, ¿ok?- emitió entonces y esas palabras por alguna razón me detuvieron-
sé que ya no eres una niña y que quieres… salir con chicos- soltó con verdadero esfuerzo y
eso me ablando me gire hacia él, no me miraba, hablaba atropelladamente y se veía sincero-
lo entiendo, no me gusta, pero no quiero pelear más por lo mismo. Seré razonable la
próxima vez, me comportare lo juro…

“Lo juro”, mi boca formo una sonrisa, había sonado sincero y se veía sincero. Pero lo conocía
demasiado bien para creerle.

- Mientes- dije fríamente y él sonrió traviesamente ante mis palabras.


- Claro que miento, no dejare que nadie más te ponga las manos encima.

Capítulo 6: Mery
La noche ha sido un fiasco.

¿¿Por qué me habré dejado convencer por Isabel??


Es un chico guapísimo, había dicho. Y tú necesitas un cambio en tu rutina de películas del sábado.

En eso último le daba la razón, ya me había acabado mi reserva de series de fin de semana, había
terminado todas las tareas de la próxima semana y aún estaba atorada en esa parte de la historia que
escribía en línea. Quizás necesitaba una experiencia de adolescente normal como una fiesta
desenfrenada. Quizás, había pensado y había cedido y caído directo a las manos de Isabel, que me
obligo a dejar mis lentes y a ponerme lentillas y que me había alisado el cabello dejándome casi
irreconocible.

Pero todo había sido un fiasco desde el inicio.

Los chicos pasaron por nosotras e Isabel me insto a sentarse de copiloto junto a un tipo a todas luces
engreído y subido de humos, mientras Isa se había empezado a besar con el rubio después de solo
dos minutos de subirse al auto.

El conductor se había encogido de hombros cuando me había pillado mirando a Isabel con la boca
abierta cuando el rubio se sacó su abrigo y fue tirando hacia abajo el de Isa.

- Mejor ni mires- había dicho y en realidad estaba dispuesta a arrancarme los ojos antes de
mirar.

Lo siguiente había sido aún peor, habíamos alcanzado una camioneta negra y el neandertal a mi
lado había casi aullado mientras le tocaba el claxon excitado. Zac e Isa ni siquiera se habían
despegado y yo estaba a punto de tirarme del coche y regresar caminando.
Entonces se había salido de nuestro carril y había entrado al carril contrario.

- ¡Hey¡- le había gritado- ¿no te sabes las reglas de transito?- había soltado, pero él me había
ignorado y había bajado la luna de mi lado con los interruptores que tenía a su lado
izquierdo. Entonces había empezado a vociferar como loco y para mi sorpresa los de la
camioneta del lado le respondieron con el mismo entusiasmo, ahí recordé que irían los
primos del famoso Zac y que el supuesto enganche de Isa había sido que todos ellos eran
atractivos como el mismo Zac.- cierra la ventana- había gritado cuando sentí que perdía una
lentillas por el aire helado que entraba y me golpeaba justo en la cara alborotando mi
cabello recién alisado.
- Tranquila, tranquila- había murmurado cerrando la luna- les daremos una paliza- había
dicho entre dientes después cuando acelero el vehículo subiendo a más de 120 en un
segundo.

Y supe que habría un accidente… y casi lo hubo.

Que estúpidos niños eran, había pensado y le había rogado a Isa que nos fuéramos ahora que
estábamos intactas. Pero… con solo ver su mirada en el tal Zac y la forma en que se mordía el labio
con indecisión sabía que no la convencería de marcharnos.

Que mala suerte había tenido.


Aunque un rayo de esperanza había surgido justo antes de entrar a la fiesta, Sam se había lastimado
y dudaba sobre regresarse a casa, en ese momento abandonar a Isa pareció más que tentador y me
hubiera ido con gusto con ella, si no fuera que también cambio de opinión.

El tipo de cabello negro le ofreció “veneno” y yo lo mire como si estuviera loco antes de
comprender que se refería a una bebida, pero eso no la hizo cambiar de opinión, la chica era la
única que me parecía al menos racional y también había cambiado de opinión cuando cierto chico le
hablo.
Un chico caliente como el infierno pero qué más da.
- Creí que él tenía novia- le dije a una de las primas de Zac, dejándome caer a su lado en la
barra y señalando al sexy chico, Sean. Sara levanto la vista hacia mí y siguió el curso de mi
mirada. Sean bailaba más que sugestivamente con una chica rubia que prácticamente
llevaba la palabra “fácil” tatuada en la frente.
- Él es primo de Sam- me contesta pidiendo 5 shots de tequila. Había adivinado enseguida
que me refería a la chica castaña, por lo que supuse que los confundían a menudo con
novios. Sonreí.
- Eso explica porque Sam se está besando con el tipo de cabello negro- comente y para mi
sorpresa la chica apretó los puños y golpeo un lado de la barra con rabia.
- Se llama Adam- emite con cólera y se toma de un trago el primer shot de tequila.
- Ok- contesto con vacilación y pido una Coca-cola. Y a eso le sigue un largo silencio
mientras la chica se toma el segundo y tercer shot.
- Que absurdo- la oigo murmurar con una sonrisa triste en los labios. Y me debato
mentalmente si preguntar o no, mientras la chica toma su cuarto shot. Lo pienso por mucho
tiempo y al final digo lo peor que puedo decir.
- ¿Ella sabe que te gusta Adam?- digo, incluso he recordado usar su nombre y ella se levanta
y me tira su ultimo shot en la cara.
- Jamás vuelvas a decir eso en voz alta- rugue con pánico, ira y demás sentimientos con los
que no estoy familiarizada.

No era para tanto, pienso limpiándome el rostro sin que la ira me golpee. Ella sale huyendo
rompiendo el vaso en su huida y me deja en la barra con el cabello y el rostro mojado y pagando su
cuenta por el vaso.
Ha sido una noche del asco. Al menos hasta ahora…

- ¡Diablos¡- emiten a mi lado- ¿estás bien?- me pregunta pasándome unas servilletas y al


verlo me parece familiar.- esa fue mi hermana siendo una idiota- me dice sonriendo de una
manera radiante que me hace devolverle la sonrisa sin pensarlo.
- ¿tu hermana?- pregunto entonces y todo cae en la cuenta. Otro primito de Zac, pienso
irritada- ya entendí- murmuro y empiezo a alejarme. El shot de tequila que termino en mi
cara es lo último que quiero tener que ver con esa familia.
- Espera- me alcanza el chico- ni siquiera nos presentaron, soy Etan- me dice deteniéndome y
mi educación me obliga a contestar.
- Mery- digo simplemente. Y el vuelve a sonreír.
- Ok Mery, déjame pagarte el mal trago- quiero negarme pero antes de pensar que decir ya
estoy riéndome de su ocurrencia y el aprovecha este descuido para conducirme de regreso a
la barra. Y por primera vez en la noche olvido que no tolero el alcohol y pido un vaso de
vocka y jugo de naranja.

Media hora después o eso creo. Un trago se ha convertido en 3 y ahora me encuentro mucho más
que animada. Etan sigue sonriendo y riendo y sé que no tengo ni la más mínima oportunidad con él.
Sin embargo el parece interesado y es un alivio porque creo que me está volviendo loca el alcohol y
lo único que podría desgraciar a un más la noche es que terminara yéndome con algún idiota. Al
menos él es inalcanzable para mí y estoy segura de que me dejara en los brazos de Isa si empiezo a
ponerle de los nervios.

- Entonces me arrastro aquí- suelto con una risa- es la primera fiesta a la que voy en la
universidad y la he pasado del asco- continuo y a pesar de mis palabras sigo riendo por
alguna razón. El también ríe, pero su risa no se ve contaminada por el alcohol.
- Pero ahora la pasas mejor ¿no?- susurra sin perder la sonrisa y no siento petulancia en su
voz, asi que asiento como idiota y al mover la cabeza de esa forma me invaden náuseas y sé
que he perdido la batalla con el alcohol.- ¿estás bien?- pregunta y empujo lejos las ganas de
vomitar para contestarle.
- Creo que hoy moriré- contesto totalmente seria. Y el parece a punto de atragantarse con la
bebida por la risa hechizante que suelta a continuación.
- ¿Qué te hace pensar eso?- emite con una sonrisa paseándose en sus sensuales labios ámbar.
No respondo unos segundos y cuando abro la boca a punto de soltar una idiotez, una dosis
de realidad me golpea y tomo su muñeca con brusquedad.
- ¿Son las 5 am?.- grito con pánico y veo como Etan se pone de pie y dice algo.

¿Qué dice?, ese pensamiento acompañando a un dolor de cabeza intolerable me golpean cuando me
levanto lo que parece una semana después.
¿Son las 5 am?, no puedo recordar que paso después, mis recuerdos son un montón de imágenes
borrosas, sin sentido. Mitad sueño, mitad realidad.

Me levanto de la cama, afortunadamente de la mía, considerando que parece que tome a morir y que
como se dice “borre casete”
Llevo el mismo vestido negro de anoche, un solo arete y el cabello como si alguna alimaña hubiera
decidido instalarse ahí.
Me duele todo. Y hablo de todo, desde la punta de mis pies hasta el último de mis cabellos.

- ¿Isa?- emito con voz pastosa y me aclaro la garganta intentando ser más clara- ¿isabel?.

No hay respuesta. Menos que eso, no hay ni un ruido, me paseo como una zombi por el
departamento y este esta desierto. Me fijo en el reloj de mi mesa de noche y son las 2 de la tarde,
LAS DOS DE LA TARDE. Me tomo mi tiempo para recuperarme de la impresión, quizás es la vez
en que más tarde me he levantado incluyendo las veces en que he enfermado.

- ¿Isa?- grito con más urgencia y aun ahora no se escucha ningún sonido en respuesta.

La busco en su cuarto y no hay rastro de que haya pasado la noche ahí, un escalofrió me recorre y
empiezo a buscar mi cartera negra y la encuentro después de unos minutos cerca a la puerta. Estoy
aterrada, ahora que mi cerebro se encuentra despertado noto por primera vez que el apartamento
parece una escena del crimen, mi cartera está casi en la puerta de entrada, las pulseras y cosas que
Isa me obligo a usar están entre la puerta y mi cuarto como un rastro de migajas, las cosas que
habían en la mesa y el único estante en el pasillo están todos en el piso y si tuviera que descifrar
esta escena del crimen diría que rebote de una pared a otra intentado llegar a mi cama y que me
arrastre el último tramo.

No hay ningún celular en mi cartera y aunque lo busco en el mueble, entre los cojines, en el suelo y
en mi cuarto no lo encuentro. Lo doy por perdido e intento ser razonable y encontrar otro medio
para contactar con Isa. No puedo recordar su número y no puedo evitar aceptar que soy dependiente
de mi celular, porque cada cosa que se me ocurre tiene que ver con mi celular. Me siento frente a la
mesa de comedor y tengo la cabeza entre las manos intentado pensar en algo. ¿Dónde paso la
noche? ¿Le paso algo? ¿Pudo volver de la fiesta?, los recuerdos de la fiesta estaban entretejiéndose
de manera desordenada en mi mente, pero todas llegaban al mismo camino… ZAC.

¿Cómo se lo ocultaría a sus padres…? SUS PADRES, el pensamiento me detuvo y mi mirada fue
directo al calendario en la pared. Hoy Isa debía reunirse con ellos. ¿Cómo mentirles? ¿Cómo?
Maldito Zac. Debía haberse ido con él, pero ¿estaría bien?, no conocía de nada a Zac, con lo que a
ella respecta el tal Zac bien podría ser un psicópata o un sádico sexual, quizás Isa estaba esposada a
una cama en este momento…

- ¿Estás bien?- la voz, por más suave que allá sido me hizo asustar hasta la muerte, me
sobresalte hasta ponerme de pie mirando en los ojos grises de Isa sin entender que hacia
frente a mí.
- Creí que estarías esposada en una cama- balbucee y al oir la risa de Isa me sonroje de ira y
vergüenza en iguales cantidades- ¿Dónde diablos estabas? Son las 3- grite recorriéndola con
la mirada, llevaba su mismo vestido negro y sobre él una camisa de jean varonil.
- Tranquila- susurro instándome a sentarme- no llegamos a tanto- emitió con una sonrisa
nerviosa- te lo explicare todo- emitió sentándose en la silla a mi lado- es algo complicado…
- Dormiste con el- solté sin creérmelo ni yo misma y deseando que Isa se riera y negara
pero…
- Bien… creo que no era tan complicado… ahora veamos a mis padres.

Capítulo 7: Sam
Mi celular ha sonado 5 o 6 veces o millón de veces, al menos así me parece cuando por primera vez
me digno a sacar el celular de debajo de todas las almohadas con las cuales he intentado menguar el
sonido de una canción que antes amaba y ahora me parece la cosa más irritante del mundo.

- ¿Qué?- gruño sin mirar si quiera de quien se trata. Y la contestación ruidosa no me termina
de despertar los sentidos.
- Prometiste que vendrías por mí- dicen al otro lado de la línea y la voz suena irritada y
demasiado conocida y estridente para mí.
- ¿Qué?- Me siento desorientada y demasiado lenta para mi interlocutor y se nota cuando
repito la pregunta sin entender y al otro lado de la línea se escucha un sonido de
impaciencia. Un sonido demasiado conocido- ¿Dónde estás, Andy?- digo al fin y Andy
suelta un suspiro aun enfadado.
- Donde Danny y Tommy- chilló y en mi cabeza empiezan a volver los recuerdos en los que
me veía a mí misma prometiéndole a papá el recoger a Andy de la casa del tío Michael a las
2pm y llevarlo a sus clases de natación. Miro el reloj de mi mesa de noche, son casi las 3.
- ¿Puedes aguantar media hora más, bebe?- le suelto cuidadosamente poniéndome de pie
apresuradamente mientras le hablo.
- Date prisa- dice y cuelga sin esperar respuesta. Suspiro y camino a toda prisa a mi
guardarropa. No tengo arcadas, ni nada parecido y tengo que agradecer a Dios bendito que
no soy de las que se levantan aguantando el vómito en la garganta después de una noche de
alcohol desmedido.

Saco la ropa interior rápidamente y escojo un atuendo cualquiera que Sara calificaría como típico de
Sam. Jean, un polo básico blanco, convers negras de plataforma y una casaca de cuero con varios
cierres plateados.

En 20 minutos estoy frente a la casa del tío Michael y al contrario de ver a Andy, la primera
persona que detecto es a Etan sacando medio cuerpo desnudo por una ventana del segundo piso.
Arqueo una ceja y le saludo con la mano señalando inmediatamente mi reloj con el índice, dándole
a entender que estoy apurada, el asiente y me hace una señal con los dedos que quiere decir que me
llamara después, asiento y la conversación tacita termina cuando Andy abre la puerta principal justo
a la vez que Etan cierra la ventana.

Puedo ver su mirada desanimada cuando chequea su reloj de pulsera deportivo y yo le doy una
mirada arrepentida.

- Es muy tarde- me dice y le hago un puchero de disculpa por que tiene toda la razón. No soy
irresponsable, no puedo serlo, sobre todo con Andy. Mamá nunca le fallaba.
- Súbete, le diré a tu entrenador que ha sido culpa mía…

Y eso hago en cuanto llego al club y arrastro a Andy en una carrera por llegar lo más temprano
posible hasta el entrenador, que me mira de arriba abajo desaprobatoriamente.
He admitido que ha sido culpa mía y Andy ha sido perdonado y enviado con sus compañeros a
calentar antes de lanzarse a la piscina. Suspiro de alivio pero el entrenador no ha terminado de
regañarme, al parecer Andy tiene una competencia importante, decisiva, según el entrenador. Yo
estoy muda, me disculpo una y otra vez y hago promesas de que no volverá a pasar porque
sinceramente no sé qué más decir, Andy nunca habla de sus cosas en casa y yo no tenía idea de que
siquiera estuviera en el equipo principal del club.

- Volveré por ti – formo las palabras con mis labios silenciosamente mirando fijamente a
Andy y el niega y me contesta de la misma manera que se ira con un compañero. Asiento y
le digo que no deje de llamar. Luego de eso no hay más que decir me despido con la mano
y me rio sola de nuestra pequeña conversación silenciosa. Al menos de alguna forma aun
nos entendemos.

Una vez en mi volvo, me doy el lujo de acelerar a mi gusto. Sé que parece raro, he conducido
prudentemente todo el camino con Andy a pesar del apuro y la mirada de frustración de Andy en
cada semáforo. Pero estando a solas…
No es la velocidad lo que me asusta.
Lo que me causa ese terror capaz de irregularizar mi respiración y llevarme lentamente a esos
ataques de pánico en que no puedo lograr que el oxígeno llegue a mis pulmones; es perder a un ser
querido, a despertar como Andy, solo en el hospital. Estoy bastante segura que si papá, Andy y yo
sufriéramos un accidente mi mayor terror seria ser yo la que sobreviva sin ellos.

Después de varios minutos me estaciono en el centro comercial y le devuelvo la llamada a Etan. Ha


llamado casi apenas salí de la piscina del club de natación pero lo he ignorado por que mi
imprudencia no llega tan lejos como para contestar el teléfono mientras manejo.

Por fin- suelta Etan exageradamente alargando la última palabra interminablemente cuando le
devuelvo la llamada.
¿Cuál es la emergencia?- contesto burlonamente y escucho las risas a sus espaldas.
La emergencia es que Alissa quiere empezar una guerra en la piscina y Sean se niega a participar
sin ti- Las risas vuelven a sonar y esta vez reconozco la risa de Alissa y una risa mucho más infantil.
¿Bromeas? ¿Por qué n0 me dijiste que también irían todos al club? Acabo de estar allá, Etan.-
Intento no sonar tan ofendida como me siento de ser la última invitada pero es demasiado tarde para
disimular.
Lo sé- dice él- nos cruzamos en el estacionamiento y yo te llame por teléfono, toque la bocina y
hasta grite tu nombre ¿desde cuando tienes problemas de audición, Sam?
Oh calla- susurro ya ablandada por su explicación- Sean tendrá que competir sin mí, estaré allá en
una hora.
¿Una hora? ¿En dónde estás?- me rio macabramente lo dejare con la intriga como venganza ya que
no pienso desperdiciar el hecho de estar frente al único centro comercial de esta terriblemente
pequeña ciudad.
Es secreto-susurro y cuelgo inmediatamente sin darle tiempo a refutar.

Llevo media hora paseando en tiendas de ropa a las que nunca he entrado, sostengo una blusa
morada entre mis manos y aunque odio el modelo anticuado estoy enamorada de su textura sedosa.
No suelo usar ropa de sastre, pero he pensado que es hora de tener una blusa de vestir a la mano,
sobre todo si me decido a hacer algo que llevo posponiendo por mucho tiempo. En los siguientes 15
minutos he encontrado la blusa ideal, no es del todo anticuada es blanca con pliegues en la parte del
frente y con una cinta de terciopelo delgada y negra alrededor del cuello. Y al final he comprado la
blusa, un par de bikinis y unas hawaianas con el precio super rebajado ya que no es temporada, lo
que es perfecto ya que así no tendré que volver a casa a tomar mi ropa de baño.

Al final he vuelto al club en menos de una hora y puedo ver a los chicos que aún siguen
desperdigados en la piscina temperada y sus alrededores. Alissa flota boca arriba con los ojos
cerrados sobre un flotador celeste en medio de la piscina e Etan, Danny, Tommy, Elisa y Annie
juegan en la piscina, los saludo con la mano y me rio viendo a Elisa trepar en el cuello de Etan, al
lado de todos el parece un padre muy joven. La piscina está bastante concurrida por ser vacaciones,
pero puedo encontrar rápidamente a la tía Isabel en el lado de las mesas, está bajo una sombrilla al
lado de la piscina, se ve enfadada y regaña a Zac mientras sostiene con dos dedos un libro
totalmente empapado.
Brandon está a su lado chorreando igual que el libro y luce incomodo mientras trata de calmar a la
tía.

Hola tia ¿Qué hiciste ahora Zac? – digo como saludo.


Hola linda, este tonto empujo a Brandon a la piscina con todo y su libro.
Mmm- murmuro mientras saludo a Brandon y dejo mi bolso al lado del taburete con colchoneta en
la que Sara descansa con oscuras gafas de sol. Sé que está dormida y por como termino el día de
ayer no me sorprende y no quiero despertarla.
¿Dime que hago con él?- se queja en voz alta Isabel, negando con la cabeza y poniendo el libro al
sol sin saber que más hacer.
Prohíbele las chicas- susurro mirando intensamente a Zac, aún no lo perdono por abandonarnos
ayer, Zac me devuelve la mirada pero en sus ojos no hay ni una pizca de arrepentimiento.
Mejor mátame Sam- contesta y decido no agregar nada y caminar directo a los vestuarios con la
bolsa que contiene mi ropa nueva.

Es un traje bastante sencillo pero tiene un diseño de colores naranjas y amarrillos como de un
atardecer en la playa que realmente me gusta y es justo mi talla así que arranco la etiqueta y me
pongo el traje de baño y las hawaianas metiendo toda la ropa que antes tenía puesta en la bolsa del
bikini. Apenas y entra y solo deformando la bosa horrorosamente como si estuviera a punto de
explotar. Fue un error dejar mi bolso, pero ya no hay nada que hacer así que camino con la bolsa
hinchada con mis cosas.

Noto que los chicos alrededor de la piscina me miran y eso me pone nerviosa, no soy super
voluptuosa pero tengo una delantera bastante aceptable y unas caderas que siempre atraen miradas.
Sus miradas me ponen nerviosa y el camino de solo 5 metros hasta Sara y mis cosas, parece de 20
m. Acelero el paso y doy un traspiés justo antes de que un chico alto empiece a caminar a mi lado.
Me sonríe y es muy muy apuesto.

¿Te ayudo con eso?- me dice señalando mi bolsa con la mirada. Le doy una sonrisa de medio lado.
Puedo con mis cosas- susurro con una mirada misteriosa y por un momento me preocupo de querer
coquetear con alguien tan cerca de mis primos pequeños.
Eso me gusta- responde y no se aparta de mi camino. – Me llamo Taylor- me detengo.
Soy Sam- digo y empiezo a caminar nuevamente aunque mucho más despacio.
Y ¿has venido sola, Sam?- pregunta con voz sedosa. Niego con la cabeza.
¿Ves a todos esos chicos rubios y al chico alto que juega con ellos? – los señaló con un dedo y el
chico mueve su cabeza afirmativamente- esos son solo una parte de mis primos- me rio de la cara
que pone mientras lo piensa, he visto ese rostro en varios chicos cuando les enseño a todos mis
primos. Es más fácil decir que tengo muchos primos a enseñarles a todos juntos.
Woow son muchos eh- vuelve a sonreír- estoy sentando por allá con unos amigos- señala un lugar
alrededor de la piscina no tan lejos de donde está la tía Isabel- si te apetece puedes ir en cualquier
momento, prometo invitarte algo delicioso- me sonrojo ante sus últimas palabras y él me guiña un
ojo, como despedida y no pasa un minuto completo antes de que alguien me levante de la cintura y
me arrastre hasta el borde de la piscina.

Grito al sentir la manos húmedas, frías y fuertes de Sean en mi piel desnuda y pataleo y me retuerzo
todo lo que puedo para liberarme, pero es inútil.

Te matare si me lanzas a la piscina- rujo con ira y escucho la risa de Etan y los chicos en la piscina,
que lo alientan a que lo haga. Y me topo con la mirada de Taylor mientras Sean me sacude con
facilidad y mis sandalias se deslizan de mis pies hasta el piso, suelto la bolsa de mis cosas y siento
el cuerpo de Sean pegado a mi espalda, mientras se gira y se deja caer en la piscina abrazándome
por detrás. Ahogo el grito…

Me hundo en el agua aguantando la respiración como puedo y manoteando bajo el agua para que
Sean me suelte, las risas se pierden bajo el agua, los sonidos rutinarios desaparecen y solo algo
parecido a una risa me llega lento y deformada, siento cada musculo de su abdomen pegado a mi
espalda y un escalofrió, un no sé qué, me tensa los músculos del vientre dolorosamente. Puedo ver
la sonrisa blanca de Sean cuando por fin me suelta y yo lo pateo justo antes de nadar hacia la
superficie y sacar la cabeza del agua en busca de una buena bocanada de aire.

- Maldito- le digo recuperando el aliento mientras la cabeza de Sean aparece a mi lado en la


piscina.- Siempre tienes que hacer lo mismo- le grito ahora sonrojada.
- Lo siento, Sam, es que parecías algo… acalorada- dice con burla y como había imaginado
Sean me ha hecho hacer el ridículo apropósito frente al chico guapo. Le doy una sonrisa
torcida que claramente significa peligro y Sean la interpreta correctamente y huye de mí.
Mis primos sigue riendo Elisa empieza a nadar hacia mí y me veo obligada a cambiar mi
semblante enseguida.
- Hola muñeca- le digo como saludo, es una niña hermosa pero no se parece a mama en nada
excepto en el nombre, algo en la forma de sus ojos y en como sonríe- me ayudas a hundir a
ese tipo malo- emito señalando a Sean, que me saca la lengua al otro lado de la piscina.

En cuanto llego a la barra del club me encuentro Sara tomando algo que no parece en absoluto
refresco.

- No es muy temprano para seguir con la fiesta- digo como saludo y en vez de que Sara se ría
como yo esperaba, su cuerpo se tensa cuando me siento a su lado - ¿Estas bien?- susurro
con cautela y ella se gira a verme con algo parecido a ira refulgiendo en sus ojos.
- Nunca he estado mejor, Sam- me contesta y finge una sonrisa que no puedo creer- es esta
resaca- emite como disculpa agarradonse su cabellera rubia con desesperación.
- Tengo suerte de no sufrir de eso- me río restándole importancia y pidiendo una coca- cola.
- Tienes suerte de muchas cosas- contesta y detengo en el acto el camino de mi coca- cola
hacia mi boca. Mi mirada es una pregunta y cuando ella no contesta y evita mi mirada, me
disculpo y levanto llevándome mi coca- cola hasta algún lugar donde pueda tomarla sin
reproches que no tienen explcacion.

Ahí es que la veo, pasa a mi lado pero mi cerebro no la reconoce hasta despues de que ya ha pasado.
Me detengo y me giro hacia ella para detenerla, pero ella ya se ha detenido y se gira a verme y es un
alivio porque no recuerdo su nombre y no sabia como pasarle la voz. Le sonrio y me hacerco.

- Casi no te reconozco- digo sonriendo y ella me mira incomoda y se que me he equivocado


en la elección de palabras. Se ve tan diferente, tiene el cabello rizado imposible de dominar
y eso le cambia por completo el look – ¿Llegaste bien a casa?- pregunto y otra vez mis
palabras parecen chocarle.
- Mm- tartamudea- no estoy segura- se ríe nerviosamente. La miro y primero no se a que se
refiere cuando la propia experiencia me da la idea. No recuerda.
- Etan te llevo a casa- la tranquilizo- Etan es el chico más confiable que conozco así que no
tienes de que preocuparte.- Ella sonríe.
- Es un alivio- contesta. Sonrió cómplice.
- Bueno, claramente al final si te divertiste- le digo con una sonrisa cómplice y la chica frente
a mí se muestra afectada por mis palabras, veo la preocupación en su rostro y me apuro
agregar- me refiero a que charlando con Etan uno no la puede pasar mal.
- Ah si- asiente y parece solo un poco más tranquila.
- El y Zac están aquí sí…- me detiene y acomodándose el pelo inútilmente, su cabello es
demasiado rizado para quedarse en un solo sitio.
- No se lo digas a Isabel, sería capaz de correr hacia ellos- mira hacia otro lado y parece que
la incomodo así que intento disculparme rápidamente.
- Ok, no te preocupes, no se lo diré, yo… …- empiezo a alejarme y la chica me mira con las
disculpas brillando en sus ojos tras esos lentes de montura rosada tan pasados de moda.
Pero no llego a irme.

Me detengo al ver a Zac salir de la cafetería. Y la chica también se gira hacia él y se congela al ver a
Zac de la mano de una morena.

Capítulo 9: Mery

Hay algunas cosas que todos esperamos que nuestra mejor amiga nos diga. Y aun así sé que esto es
demasiado para ser dicho y que esto podría destruir a Isa.

Una vez que Isa llega a casa y sus palabras por fin despiertan la ira en mí, prefiero callar y dejar la
discusión, que por supuesto vendrá, para después.
No tenemos mucho tiempo para prepararnos, los padres de Isa son bastante quisquillosos con la
puntualidad. Entre otras cosas.
Isa y yo nos encerramos en nuestras respectivas habitaciones y empezamos con el ritual que
acostumbramos hacer cada vez que veremos a los padres de Isa. Saco el traje
Capítulo 15: Sean

Etan no me quita la mirada de encima, es inquietante. Pero entiendo el punto, no soy el mejor tipo y
Alissa ha estado bailando muy cerca de mí por ya bastantes canciones. Sé lo que pretende. Etan
también lo sabe y comprendo que el preferiría ver a sus primas con cualquier chico que no fuera yo.
Mi mano se mantiene en la cadera de Alissa y voy solo un poco más lejos de lo que normalmente
iría con Alissa solo porque Sam también está mirando. Alissa se inclina hacia mí, al mismo tiempo
que Adam se inclina hacia Sam, pero Adam puede besarla y yo no puedo llegar tan lejos con Alissa
me disculpo con ella y le invito un trago en la barra. Estoy muy enfadado, hoy no estoy humor para
líos de una noche.
Hoy ni siquiera tengo ganas de seguir a Sam y Adam y mantenerme cerca por sí me necesita.
Hoy me quedo en la barra con Etan y Alissa y bebo con ellos, hablando de la universidad y todas
estas fiestas que parecen una sola e interminable noche. Hoy río y tonteo con Alissa hasta que el
alcohol la traiciona y tengo que ser rápido para girarme justo a tiempo para que no llegue a besarme
en los labios al despedirse. Alissa se ríe y es consciente de que ha tomado la mejor decisión
diciéndole a Etan que la lleve a casa. Etan la sostiene disimuladamente del brazo y se despide de mi
rodando los ojos en dirección a Alissa.

- ¿Puedes comprobar si Adam llevara a casa a Sam antes de irte?- asiento y me tomo un trago
más antes de ir a buscarla.

El local sigue en pleno apogeo y no me es fácil encontrarla, voy casi 15 minutos dando vueltas
buscándola y por fin la encuentro bailando demasiado cerca de Adam.
Estoy a punto de marcharme cuando me doy cuenta de que no es Adam, veo alrededor y no hay
rastro de Adam ¿Qué demonios pasa aquí?.

Detengo a la pareja y efectivamente es Sam y me siento enfurecido de comprobar que esta ebria.
El tipo me empuja y yo lo hago con más fuerza, armare una pelea tan grande que…
Sam se pega a mi pecho y no sé si es que ha perdido el equilibrio o le pasa algo, pero no puedo
armar ninguna pelea cerca de ella ahora.

- Largate ahora antes de que te destroce la cara- Abrazo a Sam posesivamente y hay tanta ira
en mis palabras que el tipo se va. Lo veo alejarse y cuando está bastante lejos le grito a
Sam- ¿Dónde está Adam?- no me contesta- ese maldito ¿Te dejo sola? ¿Sam? ¡SAM!
¡¡¡SAM!!!- la sacudo.
- Estoy bien- dice entrecortadamente.
- Que desastre- emito tirando de su mano para sacarla de ahí, pero ella tira de mi al lado
contrario y frunce el ceño.
- Estoy bien- repite- quiero bailar.
- Y ¿Crees que puedas?- le digo burlonamente y mi enfado es notorio tras mis palabras.
- Me encanta esta canción- emite saltando y empezando a cantar una canción totalmente
distinta.
- No me lo creo- susurró para mí misma, nunca he visto a Sam tan mal- ¿Me dirás que paso?-
le pregunto pero ella me ignora o no me oye y sigue bailando sola.

Me muevo a su lado solo para evitar que se caiga de nuevo, la dejo bailar por que espero que así
queme el alcohol que ha consumido y supongo que surge algo de efecto porque después de un rato
empieza a seguir el ritmo y tambalearse menos.
- ¿Te sientes mejor?- pregunto y ella se sobresalta sorprendida, estoy a punto de reir
¿Pensaba que bailaba sola?.
- Sean- susurra y no deja de mirarme mientras se acerca a mí, aun baila pero es algo
completamente distinto. Va a besarme. Y con todo lo rápido que he sido para esquivar a
Alissa me demoro mucho más de lo que debería en detener a Sam.
- Sam- la detengo y ella se ve sorprendida de que lo haga- estas mal- le digo y ella se separa
de mí con pasos tambaleantes. La miro a la espectaticva mientras ella señala su propio
pecho y se va de espaldas al hacerlo.
- ¿Lo estoy?- emite riéndose y yo la sostengo como puedo acercándola a mi cuerpo mientras
lo hago. Que error. Asi de cerca me es difícil convencerme de que debo esquivar sus labios
cuando vuelve a acercarse a mí. No me muevo y ella no me besa.
Se abraza a mi cuerpo y se ríe y creo que ya es tiempo de sacarla de ahí.

La saco como puedo y ella no parece ni notarlo hasta que empieza a temblar y hasta los dientes le
castañean y como no estamos como a 10° grados y ella lleva un short y una blusa delgada ¿Dónde
abra dejado su abrigo? Estoy pensando en regresar y buscar su abrigo pero ¿Qué haría con Sam?.

- Bien pequeña Sam, creo que perdiste un abrigo hoy- me rio y ella no parece escucharme. La
he seprado de mi y ella tiembla y me mira como si me lo reprochara a mí.
- Tengo frio- lloriquea y no puedo evitar bromear porque sé que esta ebria.
- Necesitabas enfriarte- bromeo, dudando de que me entienda pero lo hace y la mirada que
me paraliza. Se ve peligrosa y decidida y mientras se acerca sonrió de medio lado
esperando a que haga su movimiento. Pero…
- Sé que quieres besarme- suelta de forma descarada y sus palabras ¡¡¡son terribles!!! Se
sienten como una bofetada, porque son algo que nunca me he atrevido ni a pensar y sin
embargo sé que es verdad y que ella lo sabe. Y estoy horrorizado ante la idea. Escondo el
rostro, no quiero que vea como me está torturando con esto.
- Tienes que dejar de hacer esto- ruego, suplico y no sé sí ella se da cuenta de que realmente
debería hacerme caso. 
Ella me mira frunciendo el ceño infantilmente y creo que se ha calmado cuando sin previo
aviso empieza a gritar.
- QUIERES BESARME, QUIRES BESA...- me lanzo hacia ella tapando su boca con mis
manos y una expresión de terror que ha ella le parece graciosa. ¡¡No lo es!!. Alguien podría
oírla. Miro a mi alrededor y no hay nadie cerca y Sam sigue riéndose y sorprendentemente
la situación me parece hilarante. Me río con ganas ¿Como llegamos a esto?.
- ¿Que voy a hacer contigo?- susurro sin esperar que me entienda. ¿Por que ha tenido que
usar un short tan corto justo hoy?... Ella sonríe. Esta feliz por alguna razón, quizás le
parezca divertido jugar con mi cabeza.
- Debería llevarte a casa- me digo a mi mismo, sin esperar que conteste, solo intentando
convencerme de que es lo mejor.
- Deberias llevarme a TU casa- contesta y el asombro me dura lo que tardo en recordar que
no esta en 5 sentidos. Ni siquiera creo que en 3 sentidos. Me río.
- No sabes lo que dices pequeña Sam- le digo cariñosamente, pero ella luce enfadada y herida
y en ese momento me da la espalda y empieza alejarse rápidamente. Lo que es sorprendente
considerando su estado de ebriedad. - A ¿Donde crees que vas?- la alzo en el aire
sosteniendola de las cintura y ella patelea y me golpea débilmente.  
- Quiero irme- grita, sacudiéndose.
- Maldicion Sam- me quejo intentando sostenerla de donde puedo- eres una pésima
borracha.- susurro y ella me golpea una ultima vez, sin que yo realmente lo sienta. Es
gracioso siempre imagine que Sam podría golpear más fuerte. La suelto porque por fin se
ha quedado quieta e ironicamente compruebo que sí que puede golpear fuerte.

Se pone frente y mi levanta su rodilla con fuerza golpeándome  justo en la gloria. Me doblo en dos
del dolor y suelto varias maldiciones antes de darme cuenta de que Sam ya no esta frente a mi.  
Me levanto y la veo correr como una loca por él estacionamiento.  
Esta será una noche muuy larga, me digo.

No sé qué clase de demonio se despierta cuando me da esa mirada lasciva, porque Sam nunca se ha
atrevido a mirarme así y me siento excitado y complacido al instante y pienso "Solo una vez". Solo
una vez quiero sacar esto que ha estado enterrado tan dentro de mí por tanto tiempo.  
Y todo pasa en un segundo, no domino mi cuerpo, me lanzó sobre ella y la beso con furia, con una
intensidad que la hace retroceder alarmada aun en el sopor del alcohol. Muerdo sus labios con la
desesperación que he acumulado por mucho tiempo.
Debería parar pero no puedo, ella no sabe la puerta que ha abierto con sus acciones, porque mi
cuerpo vibra y arde y quisiera arrancarle la ropa y hacerla mía ahí mismo... Pero no puedo. No
debo. No debí y no sé qué hacer.
La misma desesperación me invade otra vez pero trayendo consigo un sentimiento diferente, la
pasión se convierte en miedo, y estoy a punto de disculparme cuando ella me devuelve el beso.

Y es algo que no he sentido antes y sé que no volveré a sentir.

No hay culpa. Después de tanto tiempo.

La alzo en mis brazos y la llevo hasta mi camioneta sin dejar de besarla y sin que ella me lo
permita. Nos metemos al auto y empiezo a besarla más lento, porque en un lugar privado no podría
contenerme después de un beso más apasionado. Y ella sigue mi ritmo abrazándome con sus brazos
delgados y fuertes, no puedo evitar sonreír y palabras que nunca creí que querría decir se acumulan
en mi garganta queriendo salir.  
Pero no digo nada, porque es una calma prestada, lo tengo tan claro que duele.  

En algún momento sé que el alcohol empieza a liberarla y noto su pánico y su arrepentimiento y veo
como se aleja de mi tapándose la boca.

- Qué he hecho- murmura y sus ojos se llenan de lágrimas y me siento peor de lo que me he
sentido en toda mi vida.
 
Empiezo a decir que es culpa mía pero al darle otra mirada se que la lucidez se fue y entiendo que el
alcohol no se ha ido del todo.  
Me decido a arrancar el auto y dejarla de una vez por todas en su casa tan intacta como puedo y
mientras aun puedo controlarme. Prendo la radio y Sam empieza a saltar y cantar una canción
conocida a todo pulmón. 
Sigo conduciendo ya sin prestarle atencion y me concentro en la en la conducción intentando
menguar el pánico que surgue de cada poro. Tengo miedo de lo que sera mañana...
Deseo con tanta fuerza que ella olvide lo que paso, de la misma forma en que deseo que no lo haga.
Al fin al llegar a su casa y darle una mirada a Sam, la encuentro dormida, profundamente dormida...
Aguanto el deseo de volver a besarla y la muevo primero despacio y luego con mas ahinco.
Y ella se agita y gruñe frunciendo el ceño.  
- Dejame Ada...- murmura y la cautela se vuelve ira al comprender que quería decir Adam.
La muevo hasta que abre lo ojos con un esfuerzo desmesurado. Me mira o eso creo por un largo
minuto y luego se inclina hasta mi hombro y apoyando su cabeza en mi.
-Estoy muy cansada... Llevame a tu casa, Sean.- dice y un segundo después se que se ha vuelto a
dormir, vuelvo a encender el autoy conduzco y conduzco...
Manejo hacia la dirección contraria a mi casa porque si pasará por ahí sentiría la tentación de
llevarme a Sam conmigo.
-Maldita sea Sam- le digo aun sabiendo que no me oye- hoy no luzcas como una oveja delante del
lobo, porque hoy el lobo esta muy cansado de portase bien.
*****
Ese dia me dije a mi mismo que seria solo una vez, esa fue la excusa para dejarme llevar por el
deseo. Una vez. Una vez y luego podría superar esta obsesion.  
Quería que ella olvidara todo y se que no lo ha hecho.
Ella me mintió al decir que no recordaba nada y esa era una respuesta clara de lo que siente.  
"Fue un error", ese fue el mensaje.  

*****
Me tendió la mano y al ver su rostro con una sonrisa cautelosa y lleno de dudas supe enseguida
porque me había traído tan lejos.
- Por eso le trajiste fuera de la ciudad - emito sin poder evitar sonreir. Le doy la mano y el se acerca
a mi si dejar de mirarme.
- Pensé en lo que dijiste Sam, nunca podríamos caminar de la mano en nuestra ciudad. Pero esto
vale la pena. Djame pobrarte que es así. Te llevare muy lejos o me cambiare el nombre pero tu... - y
lo bese, no tenia ninguna otra respuesta para lo que oía.

Sé que quizás tengo un problema… pero me resistí con todo lo que tenía a aceptar ayuda
psicológica y ahora me parecía aún más difícil aceptarla.

Eran casi las 4 cuando llegue a la universidad, si no me hubiera demorado casi media hora lavando
y desenredando mi cabello hubiera llegado antes pero finalmente ya estaba en la U.
Sabia de Zac dos cosas estudiaba

Familia Clark
Michael George Elisa isab
isa

Etan 22 Alissa 21 Samanta (19) Za

sara 18 Camile 20 An
Andy (16)
E
Brandon 17 Simon20

Danny 16

tommy 14
Y en la nebulosa oscuridad de su habitación Sean vio un rostro frente al suyo mirándolo fijamente.
Se sobresaltó y soltó una maldición que no se oyó y en ese momento se da cuenta que una mano en
su boca impide que hable. Y la sorpresa y la adrenalina del peligro lo obligan a despertarse del todo.

Shuu- susurró la silueta al lado de su cama acercándose peligrosamente hasta que un rayo de luna
proveniente de la ventana tras de él le ilumina el rostro.
¿Samanta?- articulo Sean pero al tener la boca aun tapado ella no le entendió. Volvió a llevarse el
índice a los labios indicándole que no hiciera ruido y su otra mano libero la boca de Sean- Sam-
murmuró entonces él con sorpresa recorriéndola con una mirada alterada. Sam vestía un vestido
ceñido, unas medias oscuras y había dejado al lado de su cama unas botas oscuras que debía haberse
quitado para no hacer ruido al entrar. Se veía sexy y en ese momento recordó que ella estaba en su
habitación con la puerta cerrada y la oscuridad cubriéndolos y entonces se sonrojo furiosamente sin
poder evitarlo sobresaltándose deshaciéndose de sus colchas intentando ponerse de pie. Entonces
Sam ve el pecho desnudo de Sean al deslizarse las sabanas y la imagen es abrumadora- ¿Qué haces
aquí?- susurra Sean cubriéndose el pecho. Sam parpadea varias veces intentando recordar a que
había ido.
Yo…- suelta sentándose a un lado de su cama-mm- se esfuerza en recordar que hace ahí, pero la
neblina del alcohol no se ha esfumado. Siente frio así que se mete en la cama de Sean sin pensarlo,
cubriéndose con sus colchas.
Pero ¿Qué diablos haces?- emite desesperado Sean que aun no entiende nada.
No sé- admite Samanta en respuesta y al estar más cerca percibe un olor conocido.
Espera- dice mientras acorta la distancia de su rostro y deteniéndose a centímetros de su rostro, con
los ojos cerrados, concentrándose, Samanta solo puede pensar que ha olvidado como respirar y al
soltar un suspira de terror y nervios, Sean se aleja lo suficientemente para mirarla a los ojos con
rabia y la conclusión que lo explicaba todo- esta ebria- emite fríamente y la mente de Samanta
empieza a iluminarse.

Sean la abandona en su cama y camina de un lado a otro con furia mientras busca una camiseta con
lo que cubrirse. Samanta observa sus abdominales marcados y su piel bronceada desaparecer bajo la
camiseta gris que Sean se pone y luego ve la mirada de desaprobación de Sean y solo tiembla
haciéndose pequeña ante su mirada.

¿Con quién diablos te emborrachaste hoy?- ruge y Sam obliga a su mente retroceder varias horas.
Tuve una cita- murmura entonces, lo que enfada más a Sean.
Y ¿él te emborracho?- pregunta sarcástico, pero Samanta no responde y el pánico lo golpea de
pronto- ¡¿te emborracho?!- la agarra de los hombros.
Eso creo…- contesta.
Sam ¿te hizo algo ese sujeto? Lo matare lo juro…- la sacudió apurando su respuesta sin poder
controlarse.
No se dijo que ya habíamos bebido mucho, pero no fue así... y me llevo a su auto y condujo… y
creo que me dormí porque cuando me desperté él se estaba estacionando- Sam le da una mirada de
miedo- pero no estaba en casa y nos besamos- dice tocando sus propios labios y dejando que su
mirada vague sin rumbo mientras recuerda- y fue bajando- toca su cuello y desliza su mano por su
hombro y baja hasta la parte de sus pechos que su sujetador deja a la vista y el corazón de Sean se
detiene y traga saliva mientras la mirada de Sam regresa a sus ojos- entonces me baje de su auto y
corrí calle abajo- Sean soltó un suspiro y se dio cuenta que había aguantado la respiración durante
todo su relato- no estaba a más de dos calles y vine directo aquí… lo siento Sean.
No- gruñe- estuvo bien que vinieras, ¡Demonios! ¿Cómo se llama el tipo?- exige.
No hagas nada Sean- ruega pero sus ruegos no causan ningún efecto y Sean solo sigue maldiciendo
y murmurando todo lo que le hará al tipo cuando pongan sus manos sobre él.- ¿Sean?- susurra
aguantando el llanto y Sean le devuelve la mirada y se detiene por fin frente a ella.
Puedes dormir en mi cama- emite después de un rato y Sam examina todos los rincones sin
encontrar otro sillón.
Y ¿tu?- pregunta mordiéndose los labios con preocupación. Sean sonríe, con esa sonrisa de medio
lado que hace que se le ericen los vellos.
En mi cama ¿me crees lo suficientemente caballero para dejarte mi cama para ti sola?- no espera
respuesta y se mete a la cama con ella.
Pero…- protesta pero es interrumpida cuando las manos calientes de Sean se posicionan en su
cintura bajo las colchas- ¿sean?- suelta en un susurro que pierde fuerza a medida que siente como
esas misma manos tiran de ella acercándola a ese cuerpo fornido que tiene prohibido.
Mi pequeña Sam- susurra Sean en su oído, demasiado cerca, demasiado caliente, Sam tiembla entre
sus brazos como una oveja ante el lobo.- mi pequeña Sam ya tiene citas- completa la oración Sean y
hay en su voz una marcada nota de ira- te lo digo ahora, no dejare que nadie más ponga sus manos
sobre ti.

Sam no responde porque que podría responder a eso, esta confundida y demasiado alterada y
mareada para pensar al respecto y con tanto sueño y el calor del cuerpo de Sean se duerme
enseguida.

¿Qué haces?- grita histérica Sam, Sean está tocando su cintura bajo la colchas.
Estas en mi cama- gruñe adormilado

Y tu papa?
Ya se ha ido a trabajar
Que? Y no me vio?
Te vio me dijo que te haga elcdesayuno
Como y por que me dejo seguir durmiendo contigo
Por qué debería inquietarse somos familia
Aun si lo somo…
Que?
No importa
Se lo que quisiste decir, a pesar de ser familia, somos hombre y mujer y aun así tú te metiste a mi
cama anoche Sam. ¿debería castigarte?.
Suéltame sean, deja estos juegos.
No juego sam, dime porque saliste con este perdedor- emite y le muestra una foto de Mark en el
teléfono, Sam se sobresalta arrebatándoselo.
Como lo suspiste?- exclama y lo mira entrando en pánico.
Hice algunas investigaciones anoche, de todos modos no iba a poder dormir contigo aquí…
Que haras con el?- sus ojos se oscurecen.
Le enseñare

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