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Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así
como Cristo resucitó por el poder del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva
(Romanos 6:4) NVI.
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo
para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo (Hch 2:38).
Uno de los ejemplos de personas fueron Bautizadas registradas en la Biblia, fue un Etíope
eunuco funcionario de la reina Candace de Etiopia en Hechos 8:26-40, el cual después que le
fue anunciado el evangelio por Felipe, creyó en Jesús y recibió su palabra.
Otro punto muy importante, es que las personas que reciben el Bautismo en Cristo, pasan a
ser parte de la Familia de Dios en la tierra y miembros del cuerpo de Cristo (Ga 3:27-28).
Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron
abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una
voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia (Mateo
3:16).
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo (Mateo 28:19). Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el
nombre del Señor Jesús (Hch 19:5).
Por otro lado, tiene que quedar muy claro que el Bautismo en Cristo no tiene nada que ver
con los ídolos, ni con las prácticas paganas de la iglesia romana. Debido que este ritual
pagano proviene del antiguo Imperio Babilónico, donde los que practicaban este ritual
entregaban a sus hijos a los ídolos como Moloc, pasándolos por fuego a cambio de riquezas
(Lev 18:21; De 12:31, 18:10; 2 Re 21:6; Sal 106:37-38).
No profanarás el nombre de tu Dios, entregando a tus hijos para que sean quemados como
sacrificio a Moloc. Yo soy el SEÑOR (Lev 18:21).
Aconteció en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan
en el Jordán. Y luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como
paloma que descendía sobre él. Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo
amado; en ti tengo complacencia (Mr 1:911).
Otras referencias del Bautismo de Jesucristo por Juan en Mateo 3:13-17 y Lucas 3:21-22.
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