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Legislación Ambiental

Legislación ambiental o derecho ambiental es un complejo conjunto de tratados,


convenios, estatutos, y reglamentos que de manera muy amplia, funcionan para regular
la interacción de la humanidad y el resto de los componentes biofísicos o el medio
ambiente natural, con el fin de reducir los impactos de la actividad humana, tanto en el
medio natural y en la humanidad misma.

El derecho ambiental se nutre de la influencia de los principios del


ambientalismo, ecología, conservación, administración, responsabilidad y
sostenibilidad. Respecto al control de la contaminación en general, las leyes tienen por
objeto proteger y preservar el ambiente natural y la salud humana. La conservación de
los recursos y las leyes de equilibrio general de gestión tienen como beneficios la
conservación y la explotación económica de los recursos.

En Venezuela, como en casi todo el mundo, el derecho ambiental surge como la


respuesta a los problemas ambientales que son inherentes al desarrollo de las
sociedades, dado que el crecimiento de las poblaciones continuamente ha intentado
dominar la naturaleza, pocas son las culturas que en su desarrollo prefirieron convivir
con la naturaleza. De manera que la misma sociedad en su afán regulatorio, tiene que
establecer reglas que moderen el comportamiento de sus ciudadanos a efecto que
moderen su comportamiento con el fin de proteger la naturaleza. Prácticamente hasta el
último siglo, en el desarrollo de Venezuela se consideraba como primordial el cuidado y
protección del medio ambiente, ya que está entre las 20 naciones con mayor
biodiversidad. Por otro lado, la gran mayoría de actividades económicas generan
intensas presiones sobre los recursos naturales y el ambiente, provocando altos niveles
de contaminación, sobre todo en las áreas de concentración urbana y sitios de alta
biodiversidad.

Al ir creciendo la población y mejorando y aumentando la tecnología, aparecieron


problemas más significativos y generalizados. El rápido avance tecnológico producido
tras la edad media culminó en la Revolución Industrial, que trajo consigo
el descubrimiento, uso y explotación de los combustibles fósiles, así como la
explotación intensiva de los recursos minerales de la Tierra. Fue con la Revolución
Industrial cuando los seres humanos empezaron realmente a cambiar la faz del planeta,
la naturaleza de su atmósfera y la calidad de sus aguas y suelos. Hoy, la demanda sin
precedentes a la que el rápido crecimiento de la población humana y el desarrollo
tecnológico someten al medio ambiente está produciendo un declive cada vez más
acelerado en la calidad de éste y en su capacidad para sustentar la vida.

Uno de los principales recursos del país es el petróleo. Los vertidos ocasionales de


petróleo han provocado la muerte de peces y el cierre de algunas urbanizaciones
costeras en el lago de Maracaibo. La contaminación industrial  también afecta a
la costa del mar Caribe, donde vive la mayor parte de la población. La falta de
instalaciones para el tratamiento de aguas residuales también ha contribuido a la
contaminación de la costa del mar Caribe. En las zonas urbanas, sólo el 71% de la
población tiene acceso a instalaciones sanitarias adecuadas; en las áreas rurales, la cifra
baja al 48%.

Kimerling. J. (1993) afirma que: “La actividad petrolera es una de las industrias que
más impactos ambientales genera a nivel local y global. Las distintas fases de la
explotación petrolera generan destrucción de la biodiversidad y del ambiente en
general. Por otro lado, la quema de combustibles fósiles constituye la principal
causante del calentamiento global”.

Los impactos en las poblaciones locales que viven alrededor de la infraestructura


petrolera, se evidencian aun antes de que se inicie cualquier operación. Cientos de
comunidades han sido desplazadas alrededor del país para dar paso a la industria
petrolera, y cuando la gente tiene que convivir con esta industria, enfrenta serios
problemas de salud, de pérdida cultural y de violencia.

Así mismo, la necesidad de materia prima como fuente energética, dió un considerable
impulso a la minería, trayendo como resultado mayor extracción de algunos materiales
en la tierra. Se desarrolla así una interminable búsqueda de materiales como oro, plata,
cobre, estaño, hierro, bauxita (aluminio), entre otros, y de combustibles como el carbón
y el petróleo. La extracción de minerales, requiere la deforestación de las áreas donde se
encuentra el mineral, la necesidad creciente de energía ha hecho que se deforesten
extensas zonas trayendo graves consecuencias al medio ambiente.

Entre las consecuencias más graves tenemos la contaminación del aire, aguas y el suelo
por las máquinas y técnicas empleadas para la extracción. La minería contribuye a la
contaminación del aire mediante los gases tóxicos generados por las máquinas
excavadoras. Otros gases nocivos surgen por las explosiones que rompen las rocas,
generando enfermedades respiratorias en los trabajadores y pobladores cercanos a la
zona de excavación y perjudicando a plantas y animales.

Los suelos no escapan al fenómeno de la contaminación, los residuos explosivos que se


dispersan los empobrecen, perjudicando así, el desarrollo de la vida. Las partículas
diseminadas por las explosiones también ocasionan la contaminación del agua al
depositarse en mares, ríos y lagos. Aunado a esto, el mercurio utilizado para extraer el
oro, envenena los ríos. Los derrames de sustancias como el petróleo causan daños muy
serios al ambiente. En general, las actividades mineras en sus diferentes facetas pueden
originar problemas muy graves de tipo social, económico, político y ambiental.

El propósito de la Legislación Ambiental es dotar a la población de los conocimientos y


fundamentos jurídicos del Derecho ambiental como sistema teórico y de los sistemas
normativos que regulan conservación, defensa, mejoramiento, aprovechamiento, manejo
y restauración del ambiente, que garanticen el desarrollo sustentable.

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