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Carta a los Jóvenes sobre el Aborto

Querido Amigo y Amiga:

Queremos llegar a vos para compartir una inquietud.


Hay mucha violencia en nuestras calles. Hay inseguridad, robos y violaciones. Da
pena los ultrajes a un anciano que apenas ha cobrado su mínima jubilación. Esto,
como personas y cristianos, nos indigna.

Pero también nos indigna cuándo el maltratado u ofendido es una criatura que
apenas comienza a recorrer la aventura de vivir. ¿Nos animamos a decirlo con
todas la letras?: el aborto es un mal.

Y pensar que somos hijos del Amor. Dios Padre nos ha pensado desde siempre y
para siempre. Y nos pide que vivamos nuestra vida bajo el signo del amor. Jesús,
con su entrega total, nos enseña a amar.

Hay varias formas de cometer ese pecado. Uno es el aborto quirúrgico. Otra forma
es recurrir a la píldora del día después. No dejes que te engañen. El principio activo
de esa píldora es el Levonorgestrel, y un laboratorio que lo hace lo presenta así:
…”podría bloquear la ovulación impidiendo la fecundación, si la relación sexual tuvo
lugar en las horas o días anteriores a la ovulación, es decir, en el período donde el
riesgo de fecundación es más elevado. Podría, igualmente, impedir la implantación.
En contraste es ineficaz desde el momento en que el proceso de la implantación ha
comenzado”. Dicho de otro modo, estamos frente a una píldora que impide la
anidación en el útero materno, de un ser humano ya concebido.

Además, ya en la intención del acto de ingerir unas pastillas de esta naturaleza


resulta evidente que contempla la posibilidad de producir una interrupción del
desarrollo del embrión humano. Hay una intencionalidad abortiva por tanto.

Algunos plantean la idea que esta píldora puede ser prescripta para casos dificiles
como es la agresión sexual, con el objetivo de que de tal delito no resulte una
fecundación. Pero la verdad es otra: persigue evitar el embarazo a toda costa y a
cualquier precio, aún el caro precio de la vida del embrión humano. Además, una
violencia no se arregla con otra violencia.

¿Qué mensaje les deja a los jóvenes la publicidad respecto de la sexualidad? Una
concepción equivocada, reductora de ese gran regalo de Dios. Sexo “sin riesgo”,
mal llamado seguro, pero también frívolo, sin responsabilidad, sin estabilidad
matrimonial. Tantas veces sin amor. Una cultura individualista y hedonista se
asoma a pasos agigantados, en la que la sexualidad es un elemento asociado sólo
al placer pero disociado de la comunión entre personas y la procreación.

Muy queridos Jóvenes: vivamos la vida responsablemente. Vivamos el amor y la


amistad, sin que sean contaminados por el egoísmo o el despojo del otro.
¿Asumimos el desafío?

Instituto de Bioética
San Juan, 2007

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