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Sentencia Penal Nº 1345/2005, Tribunal

Supremo, Sala de lo Penal, Sección 1, Rec


371/2004 de 14 de Octubre de 2005
1


Orden: Penal
Fecha: 14 de Octubre de 2005
Tribunal: Tribunal Supremo
Ponente: Gimenez Garcia, Joaquin
Núm. Sentencia: 1345/2005
Núm. Recurso: 371/2004
Núm. Cendoj: 28079120012005101364
Resumen:
Existe un delito de falsificación en documento mercantil, cometido por
particular relativo a la confección de una serie de facturas destinadas a
amparar unas inexistentes ventas de semillas. Art. 303 en relación con el art.
302-4º y art. 69 bis. CP 1973. Ninguna de estas facturas respondía a negocio
jurídico alguno. Se está en presencia de documentos en el que las partes
contratantes existen y como tal es documento genuino, pero que por
responder a ninguna relación jurídica alguna carece de toda autenticidad
objetiva. Se está en presencia de un delito del art. 303 en relación con el art.
302-4º y art. 69 bis., del CP 1973.

Encabezamiento
SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a catorce de Octubre de dos mil cinco.
En los recursos de casación por Infracción de Ley que ante Nos penden,
interpuestos por la representación de la Asociación Profesional de Empresas
Productoras de Semillas Selectas (Aprose), el Ministerio Fiscal y el Abogado
del Estado, contra la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de
Córdoba, Sección III, por delitos de falsedad y estafa, los componentes de la
Sala Segunda del Tribunal Supremo que arriba se expresan, se han
constituido para la Votación y Fallo bajo la Presidencia del primero de los
indicados y Ponencia del Excmo. Sr. D. JOAQUÍN GIMÉNEZ GARCÍA,
estando representada la Asociación Profesional de Empresas Productoras de
Semillas Selectas por el Procurador Sr. Cereceda Fernández Oruña; siendo
parte recurrida Cesar, Juan Miguel, Carlos Jesús, Pablo, Ismael, Daniel,
Victor Manuel, Luis Manuel, Sergio, Luis y S.C.A. de Cereales y otros de
Fernán Núñez, representados por el Procurador Sr. Calleja García; Isidro,
representado por el Procurador Sr. Pinilla Romero; Evaristo, representado
por la Procuradora Sra. Martínez Tripiana; Carlos, representado por el
Procurador Sr. Rodríguez Muñoz; Alberto, representado por la Procuradora
Sra. Montes Agusti y Juan Pablo y "Galvez Romero S.A.", representados por
el Procurador Sr. Moreno Rodríguez.
Antecedentes
Primero.- El Juzgado de Instrucción nº 2 de Montilla, incoó Procedimiento
Abreviado nº 50/2003, seguido por delitos de falsedad y estafa, contra Cesar,
Carlos, Juan Pablo, Isidro, Alberto, Luis, Evaristo, y una vez concluso lo
remitió a la Audiencia Provincial de Córdoba, Sección III, que con fecha 11 de
Noviembre de 2003 dictó sentencia que contiene los siguientes HECHOS
PROBADOS:
"Este Tribunal considera como probados los siguientes hechos: La Orden del
Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación de 12 de mayo de 1994,
publicada en el Boletín Oficial del Estado de 17 de mayo siguiente, y que
entró en vigor este mismo día, dispuso que a partir de la campaña de
comercialización del trigo duro 1995/1996, correspondiente a la campaña de
siembras anterior, esto es, a la 1994/1995, el suplemento de pago
compensatorio para las superficies sembradas con este cereal, previsto en el
artículo 4.3 del Reglamento (CEE) 1765/92 del Consejo, únicamente podría
percibirse si la superficie objeto de ayuda había sido sembrada con semillas
certificadas y etiquetadas oficialmente de acuerdo con lo exigido por la
normativa vigente.- Esta exigencia, instaurada opcionalmente como novedad
en España (también lo fue en Italia) por la Orden citada, sobre la base de la
posibilidad que el Reglamento ofrecía a los Estado miembros de la Unión
Europea, obedecía al cumplimiento de ciertos objetivos de política agraria
que perseguía la mejora en la calidad de la producción agraria de cereales. A
tal efecto, y para conseguir una aplicación gradual y menos traumática de tan
novedosa reglamentación, se fijó para la campaña de siembra 1994/1995
una dosis mínima de semilla a justificar, es decir, certificada, de 130 kgs. por
hectárea, pudiendo el agricultor completar la dosis con semillas no
certificadas hasta un total de 200 ó 230 kgs., que es la cantidad de simiente
que se suele esparcir en esa unidad de superficie.- El sistema de
certificación de semillas de cereales exige, entre otros requisitos, que la
producción de las mismas sólo se realice por personas físicas y jurídicas
legalmente autorizadas para ello y que los campos donde se obtienen se
declaren ante el órgano competente de la Comunidad Autónoma
correspondiente, en este caso la Andaluza, Administración encargada de la
gestión y control de las ayudas a los agricultores (artículo 12 del citado
Reglamento General). La declaración de cultivo del productor multiplicador
permitirá realizar los "partes de campo", que informan de la parcela donde se
va a realizar la multiplicación, a partir de los cuales puede realizarse una
estimación o aforo del rendimiento medio de producción de kilogramos por
hectárea, estimación que en teoría efectúan los funcionarios inspectores al
servicio de la Conserjería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía,
tras visitar los campos, si bien, ante la escasez de personal, las visitas son
sustituidas en la práctica por la presentación por parte de los titulares de
esos campos de una documentación suplementaria, la que, en definitiva, les
permite la concesión de la certificación de la semilla.- Así las cosas, al
agricultor que utilice semilla certifica en la explotación de sus fincas, la UE le
concede una ayuda en forma de suplemento compensatorio a la producción
de trigo duro, para lo cual ha de canalizar su solicitud a través de la Dirección
General de Información y Gestión de Ayuda de la Junta de Andalucía,
mediante la presentación de la correspondiente factura de adquisición de la
semilla, estando obligado a guardar durante cierto tiempo las etiquetas
oficiales, que deberían haber estado cosidas a los sacos que contenían la
expresada semilla certificada, por si eran reclamadas por la Administración.-
En este contexto, y dentro del ámbito del sector de los cereales y semillas se
desarrollan los siguientes hechos: A) Mediante Resolución de 11 de abril de
1994 de la Dirección General de Producción Agraria de la Consejería de
Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía (BOE de 21 de abril de 1994),
se concedió con carácter provisional a la "SOCIEDAD COOPERATIVA
ANDALUZA DE CREALES Y OTROS DE FERNÁN NÚÑEZ" el título de
"productor- multiplicador" de semillas, título que tenía interesado mediante la
correspondiente solicitud de fecha 28 de julio de 1992. En vista de ese
retraso, de la nueva normativa y de que la expresada Cooperativa había
sembrado en 1993 semilla adquirida en noviembre de este año de Fercampo,
distribuidora de SEMILLAS BATLLE S.A. para la multiplicación de semillas de
la variedad "Vitrón R1", la cooperativa, a través del presidente de su Junta
Rectora, a la sazón, el acusado Cesar, realiza intensas gestiones ante la
mencionada Dirección General, respaldado en sus continuas visitas a Sevilla
por Joaquín, técnico designado por la Federación de cooperativas
(FECOAGA), a fin de que resultase posible, una vez cosechada, certificar la
semilla obtenida. En escrito de dicho organismo de 29 de julio de 1994, éste
comunica al mencionado acusado que se estudiaba la posibilidad, aunque se
precisaba que se necesitaba licencia por parte de BATLLE para la expresada
semilla "Vitrón".- En ese tiempo, concretamente el 24 de septiembre de 1994,
toma posesión como Director General de Producción Agraria de la
Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, Iván, quien tras
una reunión en su despacho oficial en Sevilla con Bernardo, que se celebra a
los pocos días de ocupar el cargo, sin recabar asesoramiento, ni tener en
cuenta el requisito de la previa declaración de cultivo, de forma un tanto
extraordinaria y claramente irregular, dio instrucciones directas verbalmente
al Jefe de Negociado José, hoy fallecido, para que fuese autorizada la
certificación. A tal efecto, BATLLE, no sin mostrar reticencias a las
indicaciones del Sr. José, accedió finalmente, en 31 de octubre de 1994, a
autorizar la licencia, cerrando con el presidente del Consejo Rector de la
Cooperativa el oportuno acuerdo, el cual fue comunicado por la cedente al
Instituto Nacional de Semillas y Plantas de Vivero a los pocos días,
rechazando, no obstante, el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación, la
toma de razón de la licencia concedida al haberse recibido terminada la
campaña.- Así las cosas, el día 2 de noviembre de 1994, el Sr. José llevó a la
Cooperativa 24.000 etiquetas, con numeraciones comprendidas entre la K
6531001 y la K 6555000, para ser pegadas o cosidas a cada uno de los
sacos, de aproximadamente 50 kgs. por unidad, en los que se iba a envasar
la semilla. En días posteriores, concretamente entre el 11 de noviembre y el
16 de diciembre siguientes, se extienden las correspondientes actas de
precinto sobre impresos oficiales de la Junta de Andalucía, y en las que se
hace constar, entre otros datos, el número de lote, la variedad de la semilla y
número de etiquetas, firmándose referidas actas, de un lado, por Cesar y por
el también acusado Isidro, a la sazón empleado y encargado de las labores
de oficina en la cooperativa, estampando en ellas el sello de dicha entidad, y,
de otro, por el inspector de campo asignado en la zona de Córdoba por la
Junta de Andalucía, Jose Antonio, quien igualmente estampa el sello oficial
de la Administración. De tal manera que se precintaron así 1.124.200
kilogramos.- Culminada la labor de precintado, Isidro, por indicación de su
superior, Cesar, presentó al Órgano Administrativo competente para ser
incorporado al oportuno expediente sendos listados de agricultores, que
habían sembrado las semillas para multiplicarlas y obtener otras de la
cualidad R-2, y de los campos donde se había efectuado la siembra,
declarándose así un total de 16 agricultores y 231,3 hectáreas, sin que al
final quede la debida constancia acerca de si el monto total de los kilogramos
antes indicados es producto de la siembra de parte de los 34.000 kgs. de
Vitrón" procedentes de SEMILLAS BATLLE S.A. y adquiridos de Fercampo
por la Cooperativa, en 1993, dada la ausencia casi absoluta de control
administrativo sobre el mercado de las semillas y las deficiencias d los
análisis precontrol y poscontrol que en esa época se hicieron de las muestras
obtenidas del pinchado" de los sacos, los cuales ya tenían colocadas las
etiquetas debidamente rellenas y en las que, entre otras cosas, se hacía
constar la variedad de la semilla y el grado de germinación de la misma.- La
Cooperativa vendió las semillas que contenían los sacos a múltiples
agricultores, en su mayor parte socios de la misma, sin que ninguno se haya
quejado de la mala calidad del producto, de cosechas deficientes, o haya
tenido perjuicio alguno. La semilla de trigo así certificada fue sembrada por
los agricultores, quienes en base a la misma obtuvieron el suplemento y
pago compensatorio.- Ninguna Administración, ni europea, ni estatal, ni
autonómica, ha pedido a los agricultores o a otra Administración la
devolución de las cantidades supuestamente entregadas en concepto de
suplemento al pago compensatorio del trigo duro, ni consta la apertura de
expedientes al efecto, no existiendo reclamación alguna, ni perjuicio real y
actual derivado de las ayudas supuestamente indebidas percibidas por los
agricultores.- B) En noviembre de 1995, el acusado Cesar contacta con Luis
Pablo, hoy fallecido, experto y conocido en el sector semillista, al objeto de
darle salida a una gran cantidad de semilla de la variedad "Simeto" que la
Cooperativa tenía en sus almacenes. A tal fin, Luis Pablo se entrevista con el
súbdito italiano acusado Evaristo, que en alguna ocasión se había ofrecido a
facilitar etiquetas y con el cual concertó la copra de una partida de ellas.- El
día 20 de noviembre el fallecido Luis Pablo, acompañado de su amigo, el
también acusado Carlos, a quien había puesto al corriente de la operación,
se entrevistaron en Sevilla con Evaristo, el cual les hizo entrega de unas
etiquetas rojas expedidas por el organismo italiano Ente Nazionale de
Semente Elette (ENSE), que contenían impresos en los que, entre otros
caracteres y datos, figuraba el de la empresa "Comagri" y el de la variedad
de semilla "Simeto", no constando acreditada la falsedad de mentadas
etiquetas.- Con las etiquetas en su poder, el infortunado Luis Pablo y Carlos
se dirigieron a la sede de la Cooperativa, en Fernán Núñez, en donde le
entregaron a Cesar las mismas, en concreto, un total de 6.938 -menos de la
cantidad inicialmente acordada-, por las que éste les pagó en metálico, y sin
recibo, la cantidad de 3.469.100 ptas., no sin antes ser aquéllas contadas en
las instalaciones de la mencionada cooperativa por Isidro y por el también
acusado, secretario del Consejo Rector de la misma y empleado en la oficina
para la llevanza de la contabilidad, Luis, quienes lo hacían cumpliendo las
indicaciones de Cesar. Como quiera que se habían sacado de una entidad
bancaria 5.000.000 de ptas. para la operación, hubo de reintegrarse a la
misma la cifra sobrante destinada para pagar el resto de etiquetas que
faltaban. Terminado el recuento, Luis Pablo comunicó a Cesar que otro día
les traerían las etiquetas que faltaban y se le facilitaría una factura para
amparar la inexistente venta de semilla, volviendo aquél junto con Carlos
hasta el lugar donde les aguardaba Evaristo, que quería permanecer oculto
en la operación ante los ojos del presidente y gerente de la Cooperativa por
su contrastada enemistad, repartiéndose aquéllos lo cobrado en la forma que
ya previamente habían convenido, esto es, 2.775.200 ptas. para Evaristo,
693.800 ptas. para Luis Pablo y 60.000 ptas. para Carlos.- Como se había
concertado la entrega de más etiquetas, a primeros de diciembre siguiente,
Luis Pablo vuelve a Fernán Nuñez con 3.078 etiquetas, de las mismas
características que las anteriores, y cuya falsedad tampoco consta,
recibiendo por esta partida el metálico de 1.539.000 ptas., las cuales fueron
igualmente contadas, siguiendo instrucciones de Cesar, por los empleados
de la Cooperativa, Luis y Isidro. Con ello quedó completada la cifra de 10.016
etiquetas, en virtud de las cuales, y distribuidas cada una por sacos de 50
kgs., la Cooperativa pudo darle salida a la semilla de la variedad "Simeto"
que tenia sin certificar en sus instalaciones en una cantidad aproximada de
500.800 kgs. De esta forma la referida semilla, con las etiquetas cosidas a
los sacos o facilitadas por la Cooperativa a los propios agricultores al tiempo
de ser retirados, fue vendida a éstos, en su mayor parte socios de ella, que la
adquirieron a un precio aproximado de 60 ptas./kgr., los cuales la sembraron
en sus campos, y les sirvió a su vez a muchos de ellos para solicitar la
correspondiente ayuda de suplemento al pago compensatorio de la UE por la
siembre de trigo certificado. Ningún agricultor se ha quejado de la mala
calidad de la semilla o de deficiencias en las cosechas, ni se ha sentido
perjudicado. Asimismo, a ningún agricultor se le ha abierto expediente para la
devolución de la ayuda percibida, ni ningún perjuicio real y actual se le ha
ocasionado a las Administraciones públicas, ni a la europea, ni a la estatal, ni
a la autonómica, ni éstas se han reclamado entre sí cantidad alguna por
ayudas indebidamente concedidas.- Finalmente, como quedó ultimado, el 21
de diciembre de 1995, Carlos le llevó a Cesar la esperada factura nº 089, de
fecha 19 de diciembre de 1995, que acreditaba la venta por parte de
CEREALES VILLAFRANCA, S.L. a la Cooperativa de Fernán Núñez de
487.300 kgs. de semilla certificada "Simeto R2", por importe de 30.241.838
ptas. IVA incluido, ascendente éste a la suma de 1.978.438 ptas., que cobró
del gerente en metálico y sin recibo. Esta factura, que no obedecía a negocio
alguno de venta de semilla, fue anotada por el acusado Luis, a indicación de
Cesar, en los libros de contabilidad de la Cooperativa, consignándose un
pago parcial y a cuenta de la factura de 6.978.438 ptas., equivalente a la
suma de lo pagado por las etiquetas más el IVA, el cual fue deducido en la
declaración de este impuesto en el cuarto trimestre de 1995.- La indicada
factura fue expedida a instancia de Evaristo, y a favor de Cesar, por el
también acusado Alberto, administrador único de Cereales Villafranca, S.L.,
pues la enemistad entre los dos primeros impedía a Evaristo facturar
directamente. A tal objeto, a instancia de este último se confeccionan,
consignándose en ella una fecha anterior, esto es, la de 11 de diciembre de
1995, la factura nº 10/95, según la cual, la entidad OLITE ANDALUZA, S.L.,
respecto de la que Evaristo tenía poderes de Consejero Delegado, vendía a
Cereales Villafranca 487.000 kgs. de semilla certificada "Simeto R-2"
procedente de Italia por importe de 27.897.925 ptas. más IVA de 1.952.855
ptas. Esta factura fue entregada por Evaristo a Alberto en el domicilio social
de Cereales Villafranca, en los Palacios (Sevilla), y éste le entregó a aquél la
factura 89/95 antes indicada, que confeccionó en el acto. Una vez en su
poder, Evaristo se la hizo llegar a Luis Pablo y a Carlos para que éstos, como
ya quedó relatado, se la diesen, finalmente, a Cesar.- Días más tarde,
Evaristo entregó a Alberto -que no consta estuviese al corriente de la
operación- por su colaboración en la emisión de la factura, la cantidad de
391.058 ptas., y a fin de justificar los asientos contables elaboraron varios
recibos de distintas fechas y cantidades que acreditarían los pagos y cobros
entre las tres entidades y justificaban las entradas y salidas de numerario.-
La entidad OLITE ANDALUZA, S.L., con código de identificación fiscal
A-41682220, no tuvo actividad comercial declarada durante 1995.- C) En
septiembre de 1995, el acusado Cesar cerró con el también acusado Juan
Pablo, administrador solidario de GÁLVEZ ROMERO, S.A., un traspaso de
aforo, como era habitual en el sector semillista, sin traslado físico de semilla
alguno, correspondiente a 25.000 kgs., y por un importe de 668.750 ptas.,
según factura emitida al efecto, de 19 de setiembre de 1995, de la variedad
"Yávaros C79 Resolución de TEAC, 00/9977/1998, 17-12-1999", traspaso
que la citada entidad comunicó a la Junta de Andalucía mediante escrito de
10 de septiembre de 1995, y que fue aceptado por ésta, dando lugar al acta
de precintado nº AN-035150, vendiéndose a los agricultores 25.000 kgs. de
semilla de esa variedad que la Cooperativa tenía en sus instalaciones, los
cuales la sembraron en sus campos y obtuvieron la correspondiente ayuda
complementaria al pago compensatorio de trigo duro, sin que ninguno de
ellos se haya quejado de la mala calidad de la semilla o de deficiencias en
las cosechas. Igualmente no se ha abierto ningún expediente para la
reclamación de ayudas indebidamente recibidas". (sic)
Segundo.- La Audiencia de instancia dictó el siguiente pronunciamiento:
"FALLAMOS: Que debemos absolver y absolvemos libremente, con todos los
pronunciamientos favorables a los acusados Cesar, Isidro, Luis, Evaristo,
Carlos, Alberto Y Juan Pablo de los delitos de estafa y falsedad que les
imputaban el Ministerio Fiscal, la Abogacía del Estado y la Acusación
Popular, con declaración de oficio de las costas, a excepción de las
ocasionadas por los nueve acusados ya mencionados respecto de los cuales
fue declarado nulo el escrito de acusación y de las causadas por el indicado
Juan Pablo, pues en ambos casos se imponen a la referida Acusación
Popular sostenida por la entidad APROSE". (sic)
Tercero.- Notificada la sentencia a las partes, se prepararon recursos de
casación por la representación de Asociación Profesional de Empresas
Productoras de Semillas Selectas (Aprose), el Ministerio Fiscal y el Abogado
del Estado, que se tuvo por anunciado remitiéndose a esta Sala Segunda del
Tribunal Supremo las certificaciones necesarias para su sustanciación y
resolución, formándose el correspondiente rollo y formalizándose los
recursos.
Cuarto.- Formado en este Tribunal el correspondiente rollo, el Ministerio
Fiscal basó su recurso de casación en base a los siguientes MOTIVOS:
PRIMERO: Al amparo del art. 849.2º de la LECriminal.
SEGUNDO: Al amparo del art. 849.1º LECriminal por inaplicación de los arts.
303, 302.2, 9 y 69 bis del C.P. de 1973. TERCERO: Por Infracción de Ley al
amparo del art. 849.1º LECriminal por inaplicación de los arts. 303, 302.9 y
69 bis del C.P. de 1973. CUARTO: Al amparo del art. 849.1º LECriminal por
inaplicación de los arts. 528, 529.7º o bien por inaplicación del art. 528 y 69
bis del C.P. de 1973. El Abogado del Estado basó su recurso de casación en
los siguientes MOTIVOS:
PRIMERO: Al amparo de lo dispuesto por el art. 849.1º LECriminal.
SEGUNDO: Por Infracción igualmente de Ley al amparo de lo dispuesto por
el art. 849.1º del LECriminal.
TERCERO: Por Infracción de Ley igualmente y al amparo del art. 849.1º
LECriminal.
CUARTO: Se articula como los anteriores al amparo del art. 849.1º
LECriminal.
QUINTO: Por Infracción igualmente de Ley, art. 849.1º LECriminal.
La representación de la Asociación Profesional de Empresas Productoras de
Semillas Selectas (APROSE), formalizó el recurso alegando los siguientes
MOTIVOS DE CASACION:
PRIMERO: Al amparo del art. 849-2º de la LECriminal por error en la
apreciación de la prueba.
SEGUNDO: Se formula igualmente por el cauce del nº 2 del art. 849 de la
LECriminal.
TERCERO: Se formula por el mismo cauce que los anteriores 849.2 de la
LECriminal.
CUARTO: Se formula igualmente por el cauce del nº 2 del art. 849 de la
LECriminal.
QUINTO: Se formula por la vía del art. 849, número 1 de la Ley de Ritos.
SEXTO: Se formula por idéntica vía que el anterior, la del art. 849.1 de la Ley
de Ritos.
SEPTIMO: Se formula por la vía del art. 849.1 de la Ley de Ritos.
OCTAVO: Se formula por la vía del art. 849.1 de la Ley de Ritos, por
Infracción de Ley.
NOVENO: Se formula por la vía del art. 849.1 de la Ley de Ritos, por
Infracción de Ley.
Quinto.- Instruidas las partes de los recursos interpuestos, la Sala admitió los
mismos, quedando conclusos los autos para señalamiento de Fallo cuando
por turno correspondiera.
Sexto.- Hecho el señalamiento para Fallo, se celebró la votación el día 9 de
Marzo de 2005. Por la complejidad del tema objeto de estudio, con fecha 22
de Marzo de 2005 se dictó auto de prórroga del término para dictar sentencia
por sesenta días hábiles. Con fecha 14 de Junio de 2005 se dictó nuevo auto
de prórroga del término para dictar sentencia por treinta días hábiles más.
Con fecha 22 de Julio de 2005 se dictó nuevo auto de prórroga del término
para dictar sentencia por treinta días hábiles más. Con fecha 5 de Octubre de
2005 se dictó nuevo auto de prórroga del término para dictar sentencia por
treinta días hábiles más.
Fundamentos
Primero.- La sentencia de 11 de Noviembre de 2003 de la Sección III de la
Audiencia Provincial de Córdoba absolvió a todos los imputados en la causa
instruida por el Juzgado nº 2 de Montilla -- Procedimiento Abreviado 50/200--
de los delitos de falsedad y estafa de los que eran acusados por el Ministerio
Fiscal, Abogacía del Estado y Acusación Particular.
Los hechos se refieren a que con motivo de la campaña de comercialización
de trigo duro de 1995/1996 correspondiente a las siembras de la campaña
anterior, 1994/1995, se estableció por la Orden correspondiente del
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de 12 de Mayo de 1994 que
sólo podría percibirse el suplemento de pago para las superficies sembradas
de dicho cereal si la siembra se hubiera efectuado con semillas certificadas y
etiquetadas.
Para acreditar que la siembra se había efectuado con dichas semillas
certificadas se exigía que sólo personas físicas o jurídicas pudieran producir
tales semillas certificadas y en terrenos previamente declarados ante el
organismo competente de la Comunidad Autónoma respectiva.
El agricultor que utilizara dichas semillas certificadas para explotar sus
fincas, recibía una compensación económica de la Unión Europea previa
solicitud y previa la oportuna presentación de las facturas acreditativas de
haber efectuado la siembra con tales semillas certificadas así como de los
precintos cosidos a los sacos de semillas, precintos que tenían el carácter de
etiquetas oficiales.
En este escenario, los hechos probados se refieren a tres secuencias
distintas e independientes: A) el 11 de Abril de 1994, el organismo
correspondiente de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía,
concedió de forma provisional a la Sociedad Cooperativa Andaluza de
Cereales y Otros de Fernán Núñez --en adelante S. Coop. Andaluza F.
Núñez--, el título de "productor- multiplicador" de semillas que ya tenía
interesado desde Julio de 1992. Como quiera que tal concesión se había
retrasado, y que dicha Cooperativa había recibido en 1993 semillas de la
variedad Vitron R1, que distribuía Semillas Batlle S.A., el Presidente de la S.
Coop. Andaluza F. Núñez, el acusado Cesar realizó gestiones para que dicha
semilla plantada pudiera ser certificada, una vez cosechada pero se le
advirtió que para ello era precisa la licencia por parte de Semillas Batlle S.A.
en relación a la semilla ya plantada Vitron R1.
En esta situación, el 24 de Septiembre se produce un cambio en la Dirección
General de Producción Agraria de la indicada Consejería, y el nuevo Director
General, Iván tras una reunión con Cesar "....de forma un tanto extraordinaria
y claramente irregular dio instrucciones directas verbalmente al Jefe de
Negociado, José, hoy fallecido, para que fuese autorizada la certificación....".
También accedió Batlle S.A. a autorizar la licencia de la semilla. El Ministerio
de Agricultura rechazó la cesión de la licencia por haberse terminado la
campaña.
El 2 de Noviembre, José llevó a la citada Cooperativa 24.000 etiquetas para
ser cosidas en los sacos de 50 kilos en los que se iba a envasar la semilla, e
igualmente se estampan las actas de precinto sobre impresos oficiales de la
Junta de Andalucía firmándose los correspondientes documentos tanto por el
Presidente de la Cooperativa, Cesar, como por el empleado y administrativo
de la misma Isidro, así como por el Inspector del campo de la zona de
Córdoba, Jose Antonio.
Culminadas estas labores, se presentó ante la Administración el listado de
agricultores que habían sembrado sus campos con las semillas certificadas,
y así obtener otros de la calidad R-2. Se sembraron 231'3 hectáreas
pertenecientes a 16 agricultores. No queda constancia si los 34.000 kilos de
semillas Vitron Resolución de TEAC, 00/9977/1998, 17-12-1999 procedentes
de Semillas Batlle S.A. fueron efectivamente los sembrados por los
agricultores dado el descontrol existente, aunque es cierto que ninguno de
los agricultores que compraron los sacos se hayan quejado de la mala
calidad del producto. Los agricultores obtuvieron el pago del suplemento
previsto por sembrar con semillas certificadas. Ninguna administración, ni
europea, estatal ni autonómica ha pedido a los agricultores la devolución de
las cantidades por aquellos percibidas, no existiendo reclamación alguna.
La segunda secuencia narrada en el factum --B)-- se refiere a que en
Noviembre de 1995, Cesar --Presidente de la S. Coop. Andaluza F. Núñez--,
se entrevistó con Luis Pablo, actualmente fallecido, y experto semillista para
dar salida a semilla variedad "Simeto" que tenía la Cooperativa en gran
cantidad, en sus almacenes. Luis Pablo contacta con el ciudadano italiano
Evaristo que en ocasiones anteriores ya había facilitado etiquetas, con
intención en comprar una partida de ellas.
El 20 de Noviembre, Luis Pablo acompañado de Carlos, que estaba al
corriente de la operación se entrevista con Evaristo y éste les entregó 6.938
etiquetas rojas expedidas por el Ente Nazionale de Semente Elette "....no
constando acreditada la falsedad de mentadas etiquetas....".
Cuando tuvieron Luis Pablo y Carlos las etiquetas, se las entregaron a Cesar
y éste les entregó, sin recibo 3.469.100 ptas., quedando aquellos en que
posteriormente le entregaría más etiquetas hasta completar el pago de
5.000.000 ptas., conviniendo asimismo Carlos en facilitarles una factura por
la venta de las semillas, lo que era inexistente.
El dinero percibido, se repartió entre Evaristo --que no había estado en la
reunión antes descrita--, y a quien le correspondió 2.775.200 ptas., a Luis
Pablo 693.800 y a Carlos 60.000 ptas.
A primeros de Diciembre Luis Pablo lleva a la Cooperativa y le entrega a
Cesar otras 3.078 etiquetas iguales a las anteriores, recibiendo a cambio
1.539.000 ptas. con lo que quedó completada la compra de las 10.016
etiquetas inicialmente previstas. De este modo la Cooperativa pudo dar
salida a la semilla variedad "Simeto" que tenía sin certificar y por una
cantidad de 500.800 kilos. Esta simiente fue vendida a los agricultores y
ninguno se ha quejado por al mala calidad ni ha existido reclamación por la
Administración por el percibo de ayudas indebidamente recibidas.
El 21 de Diciembre de 1995 Carlos le llevó a Cesar la aludida factura 089
fechada el 19 Diciembre 1995 acreditativas de la venta efectuada por
Cereales Villafranca S.A. a la S. Coop. Andaluza de Cereales insinuada, de
487.300 kilos de semillas certificadas Simeto R-2 por importe de 30.241.838
ptas. más 1.978.438 de IVA.
Esta factura no obedecía a negocio de venta alguno, consignándose un pago
parcial de 6.978.438 ptas. por tal "compra", y que era equivalente al importe
de lo pagado por la compra de las etiquetas italianas.
La factura fue expedida a favor de Cesar por el administrador de Cereales
Villafranca S.A., Alberto.
Previamente, con fecha 11 de Diciembre de 1995 se confeccionó otra factura
según la cual la entidad "Olite Andaluza" de la que Evaristo tenía poderes de
Consejero Delegado, vendía a Cereales Villafranca cuyo administrador único
era Alberto, 487.000 kilos de semilla Simeto R-2 procedente de Italia.
Seguidamente se confeccionó la factura 089/95 antes citada por la que
Cereales Villafranca vendía la semilla a la Cooperativa Andaluza de
Cereales. Se utilizó esta aparente y sucesiva de venta de semillas, por la
enemistad existente entre Evaristo y Cesar.
Evaristo entregó a Alberto por su colaboración en la confección de la factura
391.058 para ajustar los asientos contables y justificar pagos y cobros entre
las tres entidades citadas.
La entidad Olite Andaluza S.L., no tuvo actividad comercial declarada durante
el año 1995.
Como tercera secuencia, se narra en el factum --C)-- que en Septiembre de
1995 Cesar, cerró con el también acusado, Juan Pablo, administrador
solidario de "Galvez Romero S.A." un traspaso de aforo sin traslado físico de
semilla por 25.000 kilos y por importe de 668.750 patas.
Este traspaso se comunicó a la Junta de Andalucía y fue aceptado por ésta.
La semilla adquirida fue vendida a los agricultores quienes percibieron las
ayudas complementarias correspondientes sin haber existido quejas de los
agricultores ni apertura de expediente por parte dela Administración.
Como ya hemos dicho, la sentencia concluyó con sentencia absolutoria para
todos los imputados.
Contra dicha resolución se han formalizado tres recursos autónomos, si bien
abordan cuestiones coincidentes.
Analizaremos los recursos de forma individualizada sin perjuicio de que las
cuestiones o denuncias comunes se aborden con la extensión necesaria la
primera vez que se estudien lo que posibilitará efectuar las oportunas
remisiones cuando se estudien los otros recursos.
Segundo.- Recurso del Ministerio Fiscal.
Su recurso está formalizado a través de cuatro motivos, todos ellos referidos
a la secuencia B) de los hechos probados a los que en forma resumida ya
nos hemos referido en el F.J. anterior.
Los cuatro motivos abordan las siguientes cuestiones:
a) Se discrepa de la afirmación del factum de que las etiquetas del Ente
Nazionale de Semente Elette no constan que fuesen falsas.
b) En consecuencia se postula la correspondiente rectificación del factum,
con la consecuencia de estar en presencia de un delito de falsedad de
documentos oficiales.
c) Asimismo se estima que se está en presencia de un delito de falsedad de
documentos mercantiles en relación a todas facturas de las ventas simuladas
--al no corresponder a negocio jurídico alguno-- que aparecen descritas en el
apartado B) del factum, rechazándose la pretendida tesis de la
despenalización de la falsedad ideológica que acoge la sentencia en su
motivación.
d) Finalmente se estima que se está en presencia de un delito de estafa muy
cualificado de naturaleza continuado por estimar acreditado el perjuicio,
siendo cuestión distinta que no se reclame perjuicio alguno.
Pasamos al estudio de los cuatro motivos.
El motivo primero, por la vía del error facti del art. 849-2º LECriminal. Como
documento casacional acreditativo del error en el que se dice incurrió el
Tribunal sentenciador se designa la certificación emitida por el Ente
Nazionale de Semente Elette --ENSE-- obrante al folio 5.659 de las
actuaciones, y cuya traducción oficial se encuentra en el folio 5.872 --tomos
15 y 16 de las actuaciones-- que acreditarían, a juicio del Ministerio Fiscal
dicho error judicial, pues tal documento declara con claridad que tales
etiquetas son falsas a simple vista.
Frente a ello, la sentencia, en el relato de hechos probados identificado por la
letra B) --el único que cuestiona el Ministerio Fiscal como ya se ha dicho-- se
dice que "....no constando acreditada la falsedad de mentadas etiquetas...." --
folio 22--, y lo mismo en referencia a la segunda entrega de etiquetas. La
primera entrega se refería a 6.938 etiquetas y en la segunda entrega 3.078
"....de las mismas características que las anteriores....".
Un examen de las actuaciones acredita la total solvencia de la denuncia
efectuada, y, por ello, se declara la realidad del error en el que incurrió el
Tribunal sentenciador. La Audiencia dedica al hecho B), que ahora
analizamos, el F.J. tercero y cuarto --páginas 34 a 38--. En relación al
Informe del ENSE y a su traducción oficial del italiano en relación a las
etiquetas italianas cuestionadas, comprobamos que el argumento que utiliza
el Tribunal para no considerar falsas tales etiquetas es doble. Por un lado se
remite a la contestación --en italiano-- dada por el Director General del Ente
Nazionale de Semente Ellete, a una previa carta remitida desde España por
el Subdirector General del Instituto Nacional de Semillas y Plantas, del
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en la que le contaba la
aparición en España de bolsas de fraude en el comercio de semillas
certificadas de trigo duro que estaban siendo investigadas por el Instituto, y a
tal efecto le adjuntaba unas etiquetas sospechosas. La carta fue enviada el 6
de Febrero de 1996 y la contestación es de 19 de Marzo siguiente --folios
193 y 194, tomo I--.
Pues bien, en el escrito de contestación, se dice por el Director General del
ENSE que en relación a las etiquetas "....e sicuramente un cartellino falso....".
El Tribunal sentenciador, tradujo por sí mismo el término "sicuramente" por
seguramente, y de allí extrajo que no existía juicio de certeza sobre la
falsedad. Textualmente se dice en la sentencia: "....a lo más que se llega es a
utilizar la expresión sicuramente un cartellino falso.... en el certificado que
remite dicho organismo y que figura en el folio 194 del tomo I, siendo
evidente que no es lo mismo "seguro" que "seguramente" -- fin de la cita de
la sentencia--. Por otro lado se añade como segundo argumento que no
compareció el autor de la "certificación" al Plenario para someterlo a
contradicción.
En modo alguno pueden admitirse ambas argumentaciones.
De entrada hay que decir que la pretendida certificación del folio 194 no es
tal. Se trata, como ya se ha dicho, de la contestación a una carta enviada al
director del ENSE por su colega español en solicitud de una información
pedida extramuros del proceso penal, por tanto tal carta/documento carece
de toda condición de prueba, ni de cargo ni de descargo, porque sólo es
prueba aquella practicada a presencia judicial, y lo mismo debe predicarse
de un nuevo escrito de 17 de Julio dirigido al ENSE y de la contestación dada
por éste --folios 197 y 199--, en la que, por cierto se dice en relación a las
etiquetas nuevamente enviadas "....Risultata essere falso per i seguenti
motivi....", documentos, también obtenidos extramuros del proceso y que han
sido silenciados en la sentencia.
Pero lo realmente relevante es que para nada se haga referencia a la única
prueba ajustada al procedimiento penal practicada en la causa.
Nos referimos a la Comisiones Rogatorias de 14 de Marzo de 1997 y 6 de
Noviembre de 1997, enviadas por el Sr. Juez Instructor del Juzgado de
Montilla nº 2 dirigida a Italia en solicitud, entre otros extremos de verificar la
autenticidad o no de las etiquetas que se acompañaban al despacho --folio
5.626 y siguientes--. El resultado de la misma se encuentra en el folio 5.659 y
siguientes en texto italiano, encontrándose su traducción oficial en el folio
5.872 al 5.886 --tomo 16 de las actuaciones--. Su contenido no deja lugar a
dudas.
Textualmente "....las etiquetas que me son mostradas no son originales.
Desde el año 1996 hemos denunciado en la Fiscalía de la República la
existencia de cartelillos falsificados, especificando los elementos en los que
se basaba nuestra opinión de falsedad. Aclaro que también los cartelillos
enviados por la Autoridad Jurídica Española y que me han sido mostrados,
son falsos a simple vista, en lo referente a que la numeración que ponemos
sobre las etiquetas carece de puntos...." --folio 5872--, en idéntico sentido,
folio 5876--.
Se trata de Comisión Rogatoria practicada de conformidad con la legislación
aplicable, acordada por el Juez-Instructor de la causa y cumplimentado por el
Juez correspondiente de la Circunscripción de Milán y Bari, ante el que se
practicó la misma bajo la fe pública judicial. En definitiva se está en presencia
de un caso de libre circulación de pruebas en el proceso penal, en el espacio
de Libertad, Seguridad y Justicia que es la Unión Europea en el marco del
Convenio Europeo de Asistencia judicial en materia penal.
Sorprende el silencio que guarda la sentencia de esta diligencia capital para
el esclarecimiento de los hechos y sobre cuya validez resulta claramente
ocioso polemizar, y saliendo al paso de la ausencia de los autores del
informe en el Plenario, sólo hay que recordar que cuando la Comisión
Rogatoria fue acordada, este dato fue conocido por todos los personados en
la causa y nadie solicitó ni adición de extremos a las diligencias solicitadas
por el Sr. Juez ni tampoco se interesó la presencia de estas en el momento
de su práctica. Tampoco se solicitó dicha presencia en el escrito de
conclusiones de las defensas, y es obvio que en esta situación ninguna tacha
puede ponerse a la valoración de dicha prueba, y así, ad exemplum puede
comprobarse con los escritos de conclusiones provisionales de los
recurrentes: Carlos al folio 6047 del tomo 17, Evaristo al folio 6049, Isidro al
folio 6156, Cesar al folio 6161, Luis al folio 6141. Se trata de una prueba
preconstituida efectuada ante la autoridad judicial competente del país
requerido por el Sr. Juez instructor, practicada de acuerdo con todas las
formalidades legales.
En definitiva resulta patente el error en que incurrió el Tribunal sentenciador,
acreditado de forma fehaciente con la documental ya citada por lo que, sin
mayores argumentaciones, procede la estimación del motivo con la
consiguiente rectificación del factum como se dirá en la segunda sentencia,
en el sentido de que las aludidas etiquetas cosidas a los sacos de trigo en
número de 6.938 --primera entrega--, más 3.078 etiquetas --segunda
entrega--, simulaban a las auténticas, no siéndolo.
Procede la estimación del motivo.
El segundo motivo, por la vía del error iuris del art. 849-1º LECriminal
denuncia la inaplicación indebida de los artículos sobre falsedad de
documentos oficiales cometida por particular de los arts. 303 en relación con
el 302-2º y 9º en la modalidad de delitos continuados y por tanto con
aplicación del art. 69, todos ellos del Cpenal de 1973 por ser más beneficioso
que el actual, y ser el que estaba en vigor al tiempo de la ocurrencia de los
hechos.
La estimación del motivo es simple consecuencia del éxito del anterior
motivo. Declarada la falsedad de las etiquetas facilitadas por Evaristo y otros
en la forma descrita en el factum, es claro que procede la aplicación de los
artículos solicitados por el Ministerio Fiscal.
En la medida que tales etiquetas, garantizaban la calidad de la simiente de
trigo duro y permitían el cobro de las subvenciones por parte de los
agricultores que las compraban, estando tales etiquetas sujetas a la
normativa legal que regulaba la producción de simiente de trigo, con un total
control de la Administración, es clara la naturaleza de documento oficial de
las mismas desde la perspectiva jurídico penal de acuerdo con el art. 26 del
Código Penal. Es sabido que en nuestro derecho no existe una definición de
documento oficial, pero la jurisprudencia ha asignado tal concepto,
practicando a todo documento cuyo origen se encuentra en la Administración
Pública, ya territorial o institucional, y que está referido o relacionado con sus
respectivos fines. En tal sentido se han considerado como documentos
oficiales las autorizaciones temporales de conducir, nóminas y recibos de la
Seguridad Social, visados de los Colegios Profesionales, certificados de
matriculación de vehículos, recetas médicas de la Seguridad Social y de las
distintas Mutualidades, libros parroquiales, boletines de multas expedidos por
cualquier clase de policías..... no cabe duda que las etiquetas aludidas
quedan incluidas en dicho concepto, al corresponder su existencia a decisión
de la Administración Pública y para cumplir los fines de ésta en lo relativo a la
posesión de simiente de trigo duro certificada en cuanto al caso enjuiciado.
Por otra parte, del hecho que el actual artículo 26 antes citado no tuviese
precedentes en el Cpenal 1973 no se deriva ninguna consecuencia relevante
que impida la condición de documento que asignamos a dichas etiquetas.
En el caso presente, se ha producido una alteración por particulares de un
documento oficial, alteración que se concreta en el nº 2 del art. 302, porque
se ha supuesto una intervención de la Administración que ha sido inexistente
y, asimismo, se ha inducido a error sobre la autenticidad -- nº 9 del art. 302--,
mutaciones que se han efectuado por particular --art. 303-- y de forma
continuada, por lo que la aplicación del art. 69 bis. es, igualmente,
procedente.
Procede la estimación del motivo.
El motivo tercero, por igual cauce que el anterior, pero desde la propia
fidelidad al texto definido como hecho probado, estima que se ha inaplicado
indebidamente los artículos 303, 302-9º y 69 bis. en relación a diversos
documentos mercantiles citados en el factum, concretamente unas facturas
que no respondían a negocio jurídico alguno, y que sólo tenían la finalidad de
maquillar y dar la apariencia de negocios jurídicos que no existían, y así se
declara expresamente en el factum en términos inequívocos, por lo que se
estima que ha existido también un delito continuado de falsedad en
documentos mercantiles.
"....se le facilitaría una factura para amparar la inexistente venta de
semillas....".
"....esta factura que no obedecía a negocio alguno de venta de semilla, fue
anotada....".
"....a fin de justificar los asientos contables elaboraron varios recibos de
distintas fechas y cantidades que acreditarían pagos y cobros entre las tres
entidades y, justificaban las entradas y salidas de numerario....".
La sentencia, aborda esta cuestión en el F.J. sexto --páginas 41 a 48-- en el
que después de la cita de diversas sentencias de esta Sala en las que se
patentizan las oscilaciones alrededor de la penalización o no de la falsedad
ideológica, que persisten incluso después del Pleno de Sala de 26 de
Febrero de 1999, se inclina con la cita de la STS de 2 de Abril de 2003 en la
persistencia de la impunidad de la falsedad ideológica, y finalmente
absuelve. La decisión no deja de ser llamativa porque en la propia motivación
de la sentencia --F.J. primero, página 26-- censura en términos claros la
despenalización de la falsedad ideológica "....la discutible penalización para
el particular de la llamada falsedad ideológica en una especie de
consagración de la mentira....".
Pues bien, un estudio de la jurisprudencia de esta Sala lleva, precisamente a
declarar lo contrario como se acreditará seguidamente, por más que exista
alguna sentencia en sentido contrario a la que precisamente se cita en la
sentencia para declarar tal despenalización.
De entrada, hay que partir como referente necesario que el Pleno no
Jurisdiccional de Sala citado, acordó por una mayoría, exigua si se quiere,
pero en definitiva mayoría de la Sala que no se había producido en el Nuevo
Código la pretendida despenalización de la falsedad ideológica, es decir,
aquella en la que todo lo que se narra: fecha, intervinientes, son ciertos pero
las operaciones en ellos narradas no corresponden a actividad negocial
alguna. Se estaría ante un documento genuino por sus intervinientes pero
inauténtico por su contenido, por lo que se estaría ante simulación de un
documento "....que induzca a error sobre su autenticidad....", previsto en el
art. 390.1.2º del Cpenal de 1995, equivalente al art. 302-9º del Cpenal de
1973. Con la STS 1954/2002 de 29 de Enero ya citada, podemos decir "....En
términos generales un documento es verdadero cuando su contenido
concuerda con la realidad que materializa. Es genuino cuando procede
íntegramente de la persona que figura como autor. Pero no debe confundirse
el documento genuino con el documento auténtico, pues el término
autenticidad tiene en nuestro lenguaje un significado más amplio y profundo
que el mero dato de la procedencia o autoría moral. Un documento simulado
no es considerado en el lenguaje ordinario ni en el ámbito jurídico como
auténtico por el hecho de que la persona que aparece suscribiéndolo
coincide con el autor material....".
Esta, se insiste, es la postura mayoritaria de la Sala en aquel Pleno, y a él ha
de estarse como manifestación de esa labor de "policía jurídica" que le
corresponde a esta Sala como último garante de la legalidad penal ordinaria
dando seguridad e igualdad jurídicas en la práctica jurisdiccional.
Por ello con independencia de que alguna sentencia aislada se haya
apartado de este criterio, es lo cierto que la opinión de la Sala es la expuesta
de estimar punible la falsedad ideológica, aspecto en el que el vigente
Cpenal no habría provocado ningún cambio.
En tal sentido, y sin ánimo de exhaustividad se pueden citar las SSTS de 2
de Octubre de 2000, 34/2002 de 18 de Enero, 2017/2002 de 3 de Febrero de
2003, incluido el voto particular que también mantiene la postura oficial,
1954/2002 de 29 de Enero de 2003, 598/2003 de 22 de Abril, así como la
más reciente nº 1256/2004 de 25 de Octubre. En definitiva, como ya se dijo
en la STS nº 1302/2002 de 11 de Julio de 2002, "....tras la celebración del
Pleno citado --26 de Febrero de 1999--, la confección completa de un
documento mendaz que induzca a error sobre su autenticidad e incorpore
toda una secuencia simulada e inveraz de afirmaciones con trascendencia
jurídica, a modo de completa simulación del documento, que no tiene ni
puede tener sustrato alguno en la realidad, elaborado con dolo falsario, debe
ser considerado la falsedad que se disciplina en el art. 390.1.2º del Cpenal
de 1995, en correspondencia con lo dispuesto en el art. 302-9º del Cpenal
1973....".
Procede la estimación del motivo.
El motivo cuarto, también por la vía del error iuris denuncia como
indebidamente inaplicados los artículos 528 y 529.7º, estafa muy cualificada,
según el Cpenal 1973, o bien el art. 529 en relación con la continuidad
delictiva del art. 69 bis. del mismo texto legal, que estaba en vigor al ocurrir
los hechos y es más favorable a los inculpados que el actual.
La sentencia aborda la inexistencia del delito de estafa en las páginas 29 y
30 --F.J. segundo-- con carácter de generalidad aplicable a los tres hechos
en los que se articula el factum. Se dice como argumento exculpatorio --
después de analizar en sede teórica los elementos del delito de estafa--, que
falta el perjuicio económico acreditado tanto para las administraciones estatal
y comunitaria como para los agricultores, y que en definitiva ninguna
reclamación se ha efectuado al respecto.
Tampoco estos argumentos son aceptables.
De entrada hay que recordar que como esta Sala ha dicho en varias
ocasiones --SSTS 32/2002 de 14 de Enero, 1899/2002 de 15 de Noviembre y
Auto de Inadmisión 862/2002, entre otros--, si bien en la estafa suele
coincidir en la misma persona la condición de sujeto pasivo del engaño y
víctima económica del mismo, en ocasiones pueden aparecer situadas en
personas distintas lo que le dota a la estafa de una estructura triangular:
sujeto activo, sujeto pasivo y perjudicado.
Esto es lo que ocurre en este caso en el que los engañados/sujetos pasivos
son los agricultores que creen cualquier semilla certificada de trigo duro,
pagando el correspondiente sobreprecio, que se les reembolsó a través de
las posteriores bonificaciones que recibieron de los correspondientes fondos
comunitarios. Como se afirma en el factum --página 19-- "....así las cosas, el
agricultor que utiliza semillas certificadas en la explotación de sus fincas, la
Unión Europea le concede una ayuda en forma de suplemento
compensatorio a la producción del trigo duro, para lo cual se ha de canalizar
su solicitud a través de la Dirección....", y no hay que olvidar que esta
estructura triangular tiene su apoyo en la propia definición del delito de
estafa, que tanto en el Cpenal de 1973 como en el actual, se hace referencia
a la realización de un acto de disposición "en perjuicio de sí mismo o de
tercero" --Cpenal 1973--, "en perjuicio propio o ajeno" --Cpenal 1995--.
El hecho de que los agricultores no hubieran efectuado reclamación alguna
por la distinta calidad de la semilla utilizada, no altera el hecho de que ellos
creían sembrar con semilla certificada y no fue así, habiendo sido engañados
--engaño bastante-- por la utilización de etiquetas falsas, semejantes a las
auténticas utilizadas por el ENSE italiano. En todo caso, una explicación
plausible de la ausencia de reclamación efectuada, tal vez pudiera
encontrarse en que ellos percibieron el pago compensatorio procedente de
los fondos comunitarios, y por eso, ellos fueron engañados pero no
perjudicados. El perjuicio lo fue para un tercero.
¿Quién fue el perjudicado?.
El factum con machacona insistencia repite en tres ocasiones --una por cada
hecho de los tres que integran el relato de hechos probados--, que no se ha
causado ningún perjuicio real y actual a ninguna Administración, "ni europea,
ni estatal, ni autonómica", ni existe expediente de reclamación alguna por las
cantidades indebidamente percibidas por los agricultores.
Sorprende esta afirmación cuando la presente causa se inició, precisamente
en virtud de expediente abierto por la Delegación Provisional en Córdoba de
la Consejería de Agricultura y Pesca, y ante la decisión de la Instructora del
expediente de remitir los hechos al Ministerio Fiscal "....considerando que
pueden existir indicios constitutivos de un delito de estafa....".
Vale la pena reproducir íntegramente: a) el informe de la Sra. Instructora del
expediente administrativo y b) el acuerdo del Delegado Provincial, obrantes a
los folios 3 y 4 del Tomo I y folio 2 del mismo tomo de instrucción.
A) "....En esta Delegación Provincial ha tenido entrada oficio del Director
General de Producción Agraria de la Consejería de Agricultura y Pesca, junto
con el informe elaborado y documentación anexa, referente a las posibles
infracciones cometidas por la entidad "Sociedad Cooperativa Andaluza de
Cereales y Otros de Fernan-Núñez con domicilio en Crta. de La Rambla, km
1 de Fernan-Nuñez, en materia de Semillas, para que por este Organismo se
procediera a la incoación de expediente sancionador y nombramiento de
instructor.
Dando cumplimiento a la petición efectuada fueron dictados los
correspondientes acuerdos de nombramiento de instructor e iniciación de
expediente sancionador contra la referida entidad, el 18- 10-96 (expte
42/96).- La infracción objeto del expediente podría haber consistido en
comercializar diversas partidas de trigo duro que no se corresponde en
calidad, variedad y prestaciones con las características que aparecen en el
etiquetado, actividad calificada como Acto Fraudulento en el Art. 20.4.a del
Reglamento General sobre Producción de Semillas y plantas de vivero
aprobado por Decreto 3767/72 de 23 de diciembre.
Del contenido de los documentos aportados parece desprenderse que la
Sociedad Cooperativa distribuía la variedad de trigo SIMETO con etiquetas
falsas cuya autenticidad se está comprobando en el Instituto Nacional de
Semillas y Plantas de Vivero, y para cuya comercialización no estaba
autorizada.
En el informe elaborado por el Director General de Producción Agraria se
dice que no se ha podido aclarar el origen de la semilla, pudiéndose tratar de
una posible importación no sujeta al control de esta Comunidad Autónoma.
Tras las comprobaciones realizadas por los inspectores de Campos y
Cosechas, y considerando que pueden existir indicios constitutivos de un
delito de estafa, tipificado en el Art. 248 y siguientes del Código Penal, se
considera procedente pasar el tanto de culpa a la jurisdicción competente,
mediante la remisión del expediente al Ministerio Fiscal....".
B) "....Adjunto le envío Acuerdo adoptado por el Instructor de expedientes
sancionadores por el que resuelve remitir al Ministerio Fiscal el expediente
que se acompaña, al considerar que los hechos pudieran constituir un delito
de estafa tipificado en el Art. 248 y siguientes del Código Penal.
Asimismo, pongo en su conocimiento que hasta tanto no se dicte por la
autoridad judicial sentencia firme sobre los hechos relatados o se ponga fin al
procedimiento por otra causa, esta Delegación se abstiene de seguir
tramitando el referido expediente.
Le acompaño toda la documentación que sobre el expediente ha tenido
entrada en este Organismo, así como las actuaciones practicadas por esta
Delegación, solicitándole testimonios sobre las que se practiquen respecto a
esta comunicación....".
No es cierto que la Administración Estatal no haya efectuado reclamación
económica alguna. Basta con leer el escrito de conclusiones definitivas del
Sr. Abogado del Estado y del propio Ministerio Fiscal, recogidos en los
antecedentes cuarto y quinto de la propia sentencia de la Audiencia para
afirmar lo contrario. Ambas partes acusadoras cuantifican y designan el
perjudicado económico: el Estado.
En la formalización del recurso de casación es cierto que el Ministerio Fiscal
para nada se refirió ni solicitó pronunciamiento civil, pero el Sr Abogado del
Estado lo solicitó expresa y concretamente como se acredita con la lectura
de los folios 6 y 8 de su recurso.
En efecto, se puede afirmar que el perjudicado fue la Administración, quien
fue la que detectó en primer lugar el fraude, y estimando la posible existencia
de un delito, correctamente envió todo lo actuado al sistema judicial, único
competente para depurar las responsabilidades a que hubiese lugar, y
personado el Abogado en la causa, solicitó el correspondiente
pronunciamiento que reprodujo en esta sede casacional como acabamos de
consignar.
Y este perjuicio, no sólo es de naturaleza económica cuya cuantificación
queda para la ejecución de sentencia como luego se razonará sino también
tiene un valor inmaterial pero no por ello menos real. No se puede dudar del
perjuicio que ha tenido la Administración al verse sorprendida por estos
fraudes en la propia credibilidad y transparencia de su actuación, como
garante de los intereses públicos en el concreto aspecto de la mejora de las
siembras de trigo duro, y no estará de más recordar la creciente importancia
que está adquiriendo en todo sistema penal de una sociedad democrática
avanzada como la nuestra, la protección de bienes jurídicos difusos cuya
titularidad es la propia Sociedad que sufre el perjuicio, víctima sin rostro pero
no por ello menos objetiva lo que es de especial aplicación cuando las
acciones enjuiciadas inciden en última instancia en fondos públicos --en este
caso comunitarios pero gestionados por las autoridades estatales o
regionales correspondientes--.
Resulta llamativo que la propia sentencia absolutoria sometida al presente
control casacional no ahorre críticas en su fundamentación a la actuación de
los imputados que ofrece "....sobrados tintes de inmoralidad merecedora de
ocupar un sitio en lo mejor de nuestra picaresca...." --página 26 de la
sentencia--, o censurando que "....la lista de acusados no se hubiese
engrosado con algún que otro responsable público del ámbito de la
Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, como órgano
encargado con exclusividad de la gestión de las ayudas....", o, la referencia
crítica a la falsedad ideológica cuando ella misma se aparta de la opinión de
esta propia Sala.
Toda verdad judicial es casi por definición, una verdad fragmentaria de la
total secuencia real acaecida, pero ello no debe ser obstáculo para depurar
las responsabilidades penales de aquellos imputados a los que se les
acreditó la realización de ilícitos penales, y en el presente caso, en relación
al hecho B del factum es patente que hubo falsedad de documentos oficiales
en relación a las etiquetas, falsedad en documentos mercantiles en la
realización de todo un maquillaje de facturas de inexistentes ventas que no
precisan de ningún levantamiento del "velo" porque éste es transparente,
como en más de una ocasión ya ha declarado esta Sala en casos
semejantes. SSTS 1308/2003 de 7 de Enero de 2004 y 789/2004 de 18 de
Junio.
En realidad se está en presencia de un fraude cometido en relación al
comercio de semillas certificadas de trigo duro en las que por las personas
que luego se dirán de la S. Coop. Andaluza F. Núñez, se ha vendido a los
cooperativistas como semillas certificadas las que no tenían esa condición
valiéndose de etiquetas falsas italianas, dando salida, de este lucrativo modo
a la gran cantidad de semillas que tenía la indicada Cooperativa, lo que de
un lado ha supuesto el pago de un sobreprecio por parte de los agricultores a
la Cooperativa que se ha beneficiado de ello y el posterior percibo de
complementos o subvenciones por parte de los agricultores con cargo a
fondos comunitarios, con evidente perjuicio para los caudales públicos.
En este aspecto de la responsabilidad civil ex delicto, ciertamente el
Ministerio Fiscal en sus conclusiones elevadas a definitivas, y en relación al
hecho B) del factum, único que en esta sede casacional se ha verificado que
tiene naturaleza penal, lo señaló y solicitó su correspondiente
pronunciamiento en los términos recogidos en el antecedente cuarto, página
15 de dicha sentencia.
No obstante, en el escrito de formalización del recurso de casación no se
contiene concreta petición de fijación de responsabilidad civil, por cuya razón
no procede entrar en esta materia, dentro del estudio del presente recurso.
El motivo debe ser estimado.
Tercero.- Recurso del Sr. Abogado del Estado.
Su recurso aparece formalizado a través de cinco motivos.
El motivo primero, por la vía del art. 849-1º LECriminal denuncia como
indebidamente inaplicados los artículos 528 y 529-7º y 8º, o bien el delito
masa del art. 528 con aplicación del art. 69 bis. todos del Cpenal 1973, todo
ello en relación al hecho A) de los descritos en el factum.
En la argumentación se dice que se adquirieron por la S. Coop. Andaluza de
F. Núñez, de Semillas Batlle, 34.000 kilos de semilla Vitron, que no tenían la
condición de semilla certificada, y que se vendieron como semillas
certificadas por aquélla.
No es esto lo que se deriva del factum, a cuya obediencia hay que estar
dado el cauce casacional empleado.
Lo que se dice en él es que de forma extraordinaria e irregular, y siguiendo
expresas instrucciones del entonces Director General de Producción Agraria
de la Consejería Iván "fue autorizada la certificación" lo que se comunicó a
"Semillas Batlle", quien no sin reticencias accedió a autorizar la licencia y a
consecuencia de ello, la S. Coop. Andaluza F. Núñez adquirió 34.000 kilos de
semillas, variedad Vitrón, siendo esa la que se vendió a los agricultores sin
que tampoco conste si lo sembrado se correspondió con las 34.000 citadas o
no, habida cuenta del descontrol existente. En todo caso se colocaron en los
sacos que contenían la simiente las etiquetas sin que tampoco se haya
cuestionado su autenticidad ni consta objeción o tacha alguna en el factum.
La sentencia aborda esta cuestión en la página 33 resolviéndolo con
corrección en este caso.
En esta situación tan claro como que hubo una negligencia o descontrol
como que no se describe ningún hecho que puede dar lugar a un ilícito
penal, y en cuanto a Iván, la sola referencia de que no fue imputado es
bastante para su rechazo.
El motivo debe ser desestimado.
El motivo segundo, por la misma vía del anterior denuncia la indebida
aplicación de los artículos referentes al delito de estafa del Cpenal de 1973
en relación al hecho B) del factum.
Se trata de idéntica cuestión a la alegada y estimada por esta Sala en el
recurso del Ministerio Fiscal, motivo cuarto.
A lo dicho en el citado motivo nos remitimos.
La única nota discordante es que en el recurso del Sr. Abogado del Estado sí
que existe una concreta petición de responsabilidad civil derivada de los
delitos del hecho B. Textualmente "....con la exigencia de las
responsabilidades civiles pertinentes, como han sido establecidas por esta
representación teniendo en cuenta el informe de la Dirección General de
Información y Gestión de Ayuda de la Junta de Andalucía...." --folio 8 de su
recurso-- y folios 5718 y siguientes del tomo 16. Tales cantidades son las
reflejadas en el antecedente quinto de la sentencia casada --folio 2--,
exclusivamente relacionados con el hecho B) del factum, --venta de trigo
variedad Simeto-- en el que se fija el perjuicio en 155.133.130 ptas.
equivalentes a 932.368'89 euros más intereses legales, de conformidad con
el informe antes indicado obrante al folio 5718 y siguientes de las
actuaciones. Se solicita que de dicha cantidad respondan solidariamente
Cesar, Isidro, Luis y Evaristo, conjunta y solidariamente, así como Carlos de
conformidad con el art. 107, estimado cómplice, su responsabilidad civil sería
en los términos del art. 107 Cpenal 1973.
Al respecto, hay que decir que no procede en este momento acceder a
cuantificar la responsabilidad civil en la medida que la sentencia absolutoria
de la instancia ha impedido todo debate contradictorio, por lo que ahora no
procede sino reservar esta cuestión para la ejecución de sentencia, con
intervención de los condenados penalmente, y, eso sí, fijando las bases para
su cuantificación, de conformidad con las exigencias previstasen el art. 115
Cpenal 1995, lo que se efectuará en la segunda sentencia.
El motivo debe ser estimado.
El motivo tercero, también por el mismo cauce que los anteriores denuncia
como indebidamente inaplicado el delito de falsedad de documentos
mercantiles en relación al supuesto de falsedad ideológica.
El motivo es coincidente con el tercero del recurso del Ministerio Fiscal.
A lo allí dicho nos remitimos.
Procede la estimación del motivo.
El motivo cuarto, por idéntico cauce que los anteriores denuncia la
inaplicación del delito de estafa en cuanto a la doble e inexistente venta de
semillas que se materializó en unas facturas que no respondían a negocio
alguno, primera de Olite Andaluza S.L. --en la que Evaristo tenía poderes de
Consejero Delegado-- a Cereales Villafranca, y, posteriormente de ésta a la
S. Coop. Andaluza F. Núñez.
El tema es coincidente con el alegado en el motivo tercero, siendo una
secuencia del mismo fraude engañoso.
El motivo quinto, denuncia como inaplicados indebidamente los artículos de
falsedad en documento mercantil pero en relación al hecho C) de los
narrados en el factum.
El motivo no puede prosperar.
En el factum sólo se dice que Cesar (Presidente de la S. Coop. Andaluza F.
Núñez) concertó con el administrador solidario de Gálvez Romero S.A. "....un
traspaso de aforo, como era habitual en el sector semillista, sin traslado físico
de semilla alguno....". El traspaso de aforo fue de 25.000 kilos por el que se
pagó 668.750, con emisión de factura y comunicación a la Junta de
Andalucía, que lo aceptó. Sin embargo a los agricultores-cooperativistas se
les vendió 25.000 kilos de la misma variedad a la que se refería el traspaso
de aforo.
No se dice si la Cooperativa adquirente dispuso efectivamente o no del
traspaso de aforo, en todo caso lo que se vendió a los agricultores coincidía
en la misma calidad que se había adquirido.
La sentencia aborda esta cuestión en el F.J. séptimo al que hay que estar
dados los hechos probado, dado el cauce casacional empleado.
Procede la desestimación del motivo.
Cuarto.- Recurso de la Asociación Profesional de Empresas Productoras de
Semillas Selectas (APROSE).
Su recurso se desarrolla a lo largo de nueve motivos que vienen a coincidir
con los ya estudiados precedentemente.
El motivo primero, por la vía del error facti en relación a los 34.000 kilos de
semilla Vitrón procedentes de Semilla Batlle S.A. En la sentencia se afirma
que no queda constancia ni el total del 1.124.200 kilos de trigo recolectado
procedían de los 34.000 kilos de semillas adquiridas a Batlle S.A. Se trata del
hecho A) del factum.
En el motivo se trata de acreditar que en un porcentaje muy alto, el trigo
recolectado no procedía de dichas semillas.
Como documentos acreditativos del error cita los siguientes:
a) Folio 792, Informe de la Subdirección General de Semillas y Plantas de
Vivero.
b) Folio 2396, Informe de la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de
Andalucía.
c) Folio 4619, Informe de la Policía Judicial de Montilla.
Un examen de las citadas documentales pone de manifiesto que ninguno de
ellos acreditan clara y diáfanamente por sí mismos el error que se denuncia.
El primer informe afirma que de 37 muestras de trigo duro Vitron de la
campaña 94/95, 28 fueron rechazadas por "incumplir las exigencias
reglamentarias", pero nada se dice en qué consistió tal incumplimiento y lo
mismo puede decirse respecto de las muestras referentes a la campaña
95/96.
El segundo informe se refiere al resultado del examen de la comercialización
de semillas de la Cooperativa tantas veces citada, y en él, sin la debida
concreción se dice que se ha efectuado un agrupamiento por lotes de semilla
de trigo duro en las categorías siguientes: a) lotes que superan los baremos
reglamentarios, b) lotes que se rechazan por deficiencias graves o muy
graves y c) lotes precintados para la incoación de expediente, y en relación a
la S. Coop. Andaluza de Cereales F. Núñez consta al folio 2397 que se
precintaron 22 lotes, y al folio 2427, no se sabe si de forma coincidente o no
se dice que en relación a la citada Cooperativa, de un total de 37 lotes, 18
estaban mal o muy mal.
El tercer informe, no es un informe en sentido estricto sino un oficio de la
Policía Judicial que tras hablar con varios agricultores plasma sus opiniones
en el mismo. Se trata de declaraciones --no pruebas documentales o
informes strictu sensu--.
Ya hemos dicho que en relación a este cauce no basta con citar in genere los
documentos o informes acreditativos del error que se denuncia, es obligación
del proponente además de individualizar el motivo, precisar los concretos
extremos del mismo que acrediten el error, no correspondiendo a esta Sala la
labor propia de zahorí, y como tal, de adivinar de la sola cita efectuada donde
se encuentre el dato acreditativo del error --SSTS 65/2005 y 24 de Abril de
2005 por lo que se refiere a este año--.
Procede la desestimación del motivo.
El segundo motivo, por igual cauce denuncia el error de no considerar falsas
las etiquetas italianas aludidas en el hecho B) del factum.
El motivo coincide con el primero del recurso del Ministerio Fiscal y a lo allí
dicho nos remitimos.
Procede la estimación del motivo.
Los motivos tercero y cuarto, también por el mismo cauce denuncian
determinados errores en cuanto a la existencia de semillas de la variedad
Simeto que existía en la Cooperativa - hecho B) y asimismo sobre la
inexistencia de reclamación efectuada por los particulares o la Administración
en relación al hecho A).
Ambos motivos son coincidentes con cuestiones abordadas en el recurso del
Abogado del Estado. En aquel ya hemos declarado la inexistencia de ilicitud
penal en relación al hecho A) y al C), y en lo referente al hecho B) nos
reiteramos en su estimación.
En concreto, y por lo que se refiere al Informe del folio 3866 y siguientes que
se trata de un informe del Subdirector General de Semillas y Plantas de
vivero del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de fecha 20 de
Mayo de 1997, se está en la misma situación que la reflejada en el primer
motivo de este recurso por lo que procede el rechazo en lo referente al hecho
A).
El motivo quinto, por la vía del error iuris denuncia como indebidamente
inaplicados los delitos de estafa en relación al hecho A).
El rechazo del motivo es consecuencia del rechazo de los precedentes
motivos primero y cuarto del mantenimiento del factum.
El motivo sexto es idéntico al anterior pero en relación al hecho B).
Es coincidente con el motivo cuarto del recurso del Ministerio Fiscal y a lo allí
dicho nos remitimos.
Procede la estimación del motivo.
El motivo séptimo, lo mismo ocurre con el presente motivo que es
equivalente al segundo del recurso del Ministerio Fiscal, y a lo allí dicho nos
remitimos.
Procede la estimación del motivo.
El motivo octavo, es también coincidente con el motivo tercero del recurso
del Ministerio Fiscal y a lo allí dicho nos remitimos.
Procede la estimación del motivo.
El motivo noveno, se refiere a las costas impuestas en la sentencia de
instancia a la Acusación Particular, APROSE, respecto de los nueve
acusados de los que se declaró nulo el escrito de acusación en su día así
como de las causadas a Juan Pablo.
En la argumentación se postula la eliminación de dicha condena en costas
por no existir temeridad ni mala fe en la actuación de la recurrente, en contra
del parecer de la sentencia recurrida, que aborda la cuestión en el F.J.
octavo.
El Ministerio Fiscal apoya parcialmente este motivo, en su informe del folio
352 del Rollo de Casación.
El motivo debe ser parcialmente estimado en cuanto a la imposición de las
costas de la instancia del condenado absuelto Juan Pablo --Hecho C) del
factum--, que debe ser eliminado.
La absolución de dicho imputado se va a mantener en esta sentencia
casacional, pero no se estima temeraria la acusación contra él dirigida en la
instancia por la Acusación Particular, que también la asumió el Ministerio
Fiscal como se puede comprobar con la lectura del folio 5911 -- tomo 16--
que contiene el escrito de calificación provisional.
Procede la estimación parcial.
Quinto.- La estimación de alguno de los motivos de los recursos formalizados
por el Sr. Abogado del Estado y por APROSE, como acusación particular, así
como la íntegra estimación del recurso del Ministerio Fiscal tiene por
consecuencia la declaración de oficio de las costas causadas por los
recurrentes y la devolución del depósito que hubiese formalizado la
acusación particular.
III. FALLO
Que debemos declarar y declaramos HABER LUGAR íntegramente al
recurso de casación formalizado por el Ministerio Fiscal contra la sentencia
de 11 de Noviembre de 2003 de la Sección III de la Audiencia Provincial de
Córdoba, y asimismo haber lugar parcialmente y en los partes coincidentes
con aquél a los recursos formalizados por el Sr. Abogado del Estado y por la
Acusación Particular ejercitada por la Asociación Profesional de Empresas
Productoras de Semillas Selectas --APROSE-- contra la indicada sentencia,
la que casamos y anulamos siendo sustituida por la que seguida y
separadamente se va a pronunciar.
Se declaran de oficio las costas derivadas de los recursos formalizados y se
acuerda la devolución del depósito constituido por la Acusación Particular.
Notifíquese esta resolución y la que seguidamente se va a dictar a las partes,
y póngase en conocimiento de la Audiencia Provincial de Córdoba, Sección
III, con devolución de la causa a esta última e interesando acuse de recibo.
Así por esta nuestra sentencia, que se publicará en la Colección Legislativa
lo pronunciamos, mandamos y firmamos Carlos Granados Pérez Joaquín
Giménez García Diego Ramos Gancedo
SEGUNDA SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a catorce de Octubre de dos mil cinco.
En la causa incoada por el Juzgado de Instrucción nº 2 de Montilla,
Procedimiento Abreviado nº 50/2003, seguida por delitos de falsedad y
estafa, contra Cesar, con D.N.I. número NUM000, con domicilio en
CALLE000, NUM001-NUM002 de Fernán Núñez (Córdoba); contra Carlos,
DNI, nº NUM003, con domicilio en DIRECCION000, NUM004- NUM005 de
Sevilla; contra Juan Pablo, DNI NUM006, con domicilio en PLAZA000,
NUM007-NUM005 de Aldea Santa Cruz (Córdoba); contra Isidro, DNI
NUM008, con domicilio en CALLE001, NUM009-NUM009-NUM010, de
Fernán Núñez (Córdoba); contra Alberto, DNI NUM011, con domicilio en
AVENIDA000, NUM012 de Los Palacios de Villafranca (Sevilla), contra Luis,
DNI NUM013, con domicilio CALLE002, NUM014, de Fernán Núñez
(Córdoba) y contra Evaristo, DNI NUM015, con domicilio en CALLE003,
NUM016, Huertas bloque NUM017-NUM010 de Sevilla, todos ellos sin
antecedentes penales, cuya solvencia consta y en libertad provisional por
esta causa; se ha dictado sentencia que HA SIDO CASADA Y ANULADA por
la pronunciada en el día de hoy por esta Sala Segunda del Tribunal
Supremo, integrada por los Excmos. Sres. anotados al margen, bajo la
Presidencia del primero de los indicados y Ponencia del Excmo. Sr. D.
JOAQUÍN GIMÉNEZ GARCÍA, se hace constar lo siguiente:
I. ANTECEDENTES
Primero.- Se mantienen los de la sentencia recurrida pero en relación a los
hechos probados identificados con la letra B) la frase "....se entrevistaron en
Sevilla con Evaristo, el cual les hizo entrega de unas etiquetas rojas
expedidas por el organismo italiano Ente Nazionale de Semente Elette...... no
constando acreditada la falsedad de las mentadas etiquetas....". Queda
sustituida por la siguiente:
"....se entrevistaron en Sevilla con Evaristo el cual les hizo entrega de unas
etiquetas rojas inauténticas, pero semejantes a las utilizadas por el
organismo italiano Ente Nazionale de Semente Elette, lo que era conocido
por todos los implicados en la operación....".
Asimismo en relación a la segunda entrega de etiquetas se sustituye la frase
"....Luis Pablo vuelve a Fernán Nuñez con 3.078 etiquetas de las mismas
características que las anteriores y cuya falsedad tampoco consta....", por la
siguiente:
"....Luis Pablo vuelve a Fernán Núñez con 3.078 etiquetas de las mismas
características de las anteriores e igualmente inauténticas....".
Igualmente se elimina del factum la triple referencia existente a que no ha
existido reclamación de la Administración.
También se elimina del factum la referencia a que Alberto no estaba al
corriente de la operación.
II. FUNDAMENTOS DE DERECHO
Primero.- Por los razonamientos incluidos en el F.J. segundo de la sentencia
casacional en el que estimaron los cuatro motivos formalizados por el
Ministerio Fiscal, los nuevos hechos declarados probados en lo referente al
apartado B) del factum de la sentencia de instancia, con la modificación
efectuada, constituye una triple infracción, en primer lugar existe un delito de
falsedad en documento oficial de los artículos 303 en relación con el art.
302-2º y 9º cometido por particular en la modalidad de continuado y por tanto
con aplicación del art. 69, todos del Cpenal 1973 que era el que estaba en
vigor al tiempo de la ocurrencia de los hechos y que es más beneficioso que
el actual, todo ello en relación a la falsedad de las etiquetas.
Existe, en segundo lugar un delito de falsificación en documento mercantil,
cometido por particular relativo a la confección de una serie de facturas
destinadas a amparar unas inexistentes ventas de semillas. Art. 303 en
relación con el art. 302-4º y art. 69 bis. Cpenal 1973.
Tales facturas fueron las de 19 de Diciembre de 1995 por la que Cereales
Villafranca S.L. vendía a la S. Coop. Andaluza F. Núñez 487.300 kilos de
semilla certificada y otra factura, anterior en el tiempo, de 11 de Diciembre de
1995 según la cual, Olite Andaluza S.L. vendía a Cereales Villafranca los
487.300 kilos de semilla certificada que ésta, después, simuló vender a la S.
Coop. Andaluza F. Núñez.
Ninguna de estas facturas respondía a negocio jurídico alguno. Se está en
presencia de documentos en el que las partes contratantes existen y como
tal es documento genuino, pero que por responder a ninguna relación jurídica
alguna carece de toda autenticidad objetiva. Se está en presencia de un
delito del art. 303 en relación con el art. 302-4º y art. 69 bis., del Cpenal
1973.
Finalmente, y en tercer lugar se está en presencia de un delito de estafa del
art. 528, también en la modalidad de estafa continuada y por tanto con
aplicación del art. 69 bis. Cpenal 1973. No cuantificado el perjuicio que tuvo
la Administración, como ya se ha razonado en la primera sentencia, no
procede hacer uso del subtipo agravado 7º --especial gravedad de lo
defraudado-- del art. 529 del Código Penal. En todo caso, dada la
continuidad delictiva podrá adecuarse la pena a la realidad del perjuicio
causado dadas las posibilidades de intensificación penal que permite la
continuidad delictiva.
Los delitos de falsedad en documento oficial continuado --las etiquetas
falsas--, así como el delito de falsedad en documento mercantil --las facturas
falsas-- se encuentran en relación al delito de estafa en concurso ideal pues
para obtener de los agricultores el beneficio del sobreprecio pagado por la
creencia de adquirir semillas certificadas se instrumentalizó toda la estrategia
de colocar falsas etiquetas en los sacos que vendía la Cooperativa y
aparentar que contenían semillas de trigo certificadas, cerrándose la
"operación" con las facturas falsas necesarias para hacer opaca la
estrategia.
Ahora bien, teniendo encuentra la limitación penológica contenida en el art.
71-2º, último inciso del Cpenal 1973, resulta más favorable para los autores
la punición por separado del delito de estafa por un lado, y por otro de los
delitos de falsedad en documento oficial y mercantil, tal y como se efectuó
por el Ministerio Fiscal en su escrito de conclusiones definitivas a cuyo
criterio se sumó el Sr. Abogado del Estado. Por esa razón no se admite la
punición propuesta en la instancia por la Acusación Particular.
De acuerdo con lo expuesto, procederemos separadamente a indicar los
autores de cada delito y a fijar penas a los responsables de los delitos de
estafa, y de forma conjunta por los delitos de falsedad en documento oficial y
mercantil, con las particularidades a que luego se hará referencia.
Autores del delito de estafa son Evaristo que facilitó las etiquetas falsas y
Cesar, Presidente de la Cooperativa. Ambos están en el núcleo duro del
diseño de toda la operación. También debe ser considerado autor en la
medida que estaba al corriente y prestó su colaboración relevante para
llevarla a cabo Luis que, a la sazón, era el Secretario de la indicada
Cooperativa, encargado de una tarea tan importante como la llevanza de la
contabilidad, aspecto que le confiere una relevante importancia para el éxito
de la "operación". Por el contrario, Isidro, que sólo se limitó a contar
siguiendo las instrucciones de Cesar, las dos entregas de las etiquetas
suministradas por Evaristo debe situarse en la complicidad pues se trató de
una colaboración meramente accesoria. También debe ser estimado
cómplice Carlos para quien tanto el Ministerio Fiscal como el Sr. Abogado del
Estado, únicos que dirigen acusación contra él, le asignan tal condición que
debe ser respetada de acuerdo con el principio acusatorio.
En relación al absuelto en la instancia Juan Pablo, en la medida que el
pronunciamiento absolutorio dictado en la instancia no ha sido cuestionado
en esta sede casacional, debe ser mantenido.
Por lo que se refiere a las penas a imponer por el delito de estafa continuada,
aunque no está cuantificado el perjuicio, es claro que alcanzó importancia
relevante, al menos como para justificar el uso de la facultad del art. 69 bis.
de imponer la pena en el grado superior al correspondiente al delito tipo --
arresto mayor--, y por lo tanto operar con la pena de prisión menor. Al
respecto basta recordar que en la valoración que se efectúa por el Sr.
Abogado del Estado en su escrito de formalización del recurso que se remite
a su escrito de conclusiones definitivas, la fijó en 932.368'89 euros. En
consecuencia, teniendo en cuenta el probable valor definitivo de la
defraudación acordamos imponer la pena operando con la prisión menor
individualizando en la extensión de dos años de prisión menor --grado
mínimo-- en relación a Cesar y Evaristo; a Luis, como cooperador necesario,
le imponemos la pena de un año y dos meses de prisión menor.
Isidro y Carlos, ambos estimados cómplices les imponemos la pena inferior
en un grado, fijándola en la extensión de seis meses de arresto mayor de
acuerdo con la facultad que concreta el art. 69 bis. de imponer la pena en
cualquiera de sus grados.
Segundo.- En relación al delito de falsedad en documento oficial y del delito
de falsedad en documento mercantil, ambos en la modalidad de continuados,
aparecen como autores materiales de ambos Cesar y Evaristo. La pena
prevista al delito tipo -- art. 303-- de prisión menor y multa de 100.000 a
1.000.000 ptas. En atención a la continuidad delictiva, se puede imponer la
pena en cualquiera de sus grados, e incluso imponer la pena superior hasta
el grado medio.
Tanto el Ministerio Fiscal como el Sr. Abogado del Estado, solicitaron en la
instancia la pena de dos años y cuatro meses de prisión menor y multa de
800.000 ptas. a cada uno, con ochenta días de arresto sustitutorio en caso
de impago por insolvencia. Tal extensión de la pena parece proporcionado a
la gravedad de los hechos y por tanto acordamos la imposición de ambas
penas en la extensión expresada, con las penas accesorias
correspondientes.
También aparece como responsable de estos delitos pero en grado de
cómplice el ya referido Carlos que así fue considerado por las únicas partes
acusadoras que dirigieron acusación contra él. En tal concepto procede
imponerle la pena inferior en un grado, individualizándola en la extensión de
cinco meses de arresto mayor y multa de 70.000 ptas. con arresto
sustitutorio de siete días en caso de impago por insolvencia con las penas
accesorias correspondientes. Esta persona fue quien le llevó a Cesar la
factura acreditativa de la supuesta venta de semilla de Cereales Villafranca a
la S. Coop. Andaluza.
En relación a Luis, Secretario de la Cooperativa, aparece exclusivamente
como autor de un delito de falsedad en documentos oficiales continuado, en
referencia la falsificación de las etiquetas, delito que recordamos no es de
propia mano, por el contrario, no tuvo ninguna relación en el delito de
falsificación de documentos mercantiles --las dos facturas de las ventas de
trigo inexistentes--, por ello procede imponerle la pena de un año y dos
meses de prisión y multa de 300.000 ptas. con arresto sustitutorio de treinta
días en caso de impago por insolvencia.
De manera inversa, Alberto es autor exclusivamente de un delito de falsedad
en documento mercantil. Era administrador único de Cereales Villafranca y
sólo participó en la emisión de la factura en virtud de la cual Cereales
Villafranca S.L. "vendía" a la S. Coop. Andaluza de F. Núñez los 487.300
kilos de semilla certificada que previamente había "adquirido" de Olite
Andaluza S.L. En realidad la venta era inexistente y, además, Olite Andaluza
S.L. respecto de la que Evaristo tenía poderes de Consejero Delegado, no
tuvo actividad comercial durante el año 1995. En esta situación es patente la
connivencia y la intención de Alberto en intervenir en esta inexistente venta y
documentarlo en la oportuna factura en su condición de administrador único
lo que acredita, más allá de toda duda razonable su implicación en esta
operación. Más aún, llegó a cobrar por su colaboración la cantidad nada
despreciable de 391.058 ptas. según se reconoce en el factum, por cuya
razón se ha modificado el factum en el extremo en el que se hacía constar
que la indicada persona no estaba al corriente de la operación, lo que incluso
integraba una contradicción con el cobro de la cantidad citada por su
colaboración.
Le imponemos la pena de un año de prisión y multa de 200.000 ptas. con
arresto sustitutorio de veinte días en caso de impago por insolvencia más las
penas accesorias correspondientes. La diferente extensión de la pena
impuesta en relación al anterior condenado Luis, se justifica porque allá se
trata de un delito de falsedad en documento público continuado en tanto que
en Alberto no existe continuidad.
La extensión de las penas impuestas es coincidente por las solicitadas en la
instancia por la Acusación Particular y el Sr. Abogado del Estado.
Ciertamente la Acusación Pública solicitaba penas ligeramente superiores,
pero por las razones que se expresan en el siguiente fundamento, nos
hemos mantenido dentro de aquellas peticiones acusadoras.
Cuarto.- Aunque no ha sido una cuestión suscitada por las partes, el Tribunal
debe plantearse ante la admisión parcial de los recursos formalizados --
admisión que ha sido total respecto del recurso del Ministerio Fiscal--, si en la
presente sentencia condenatoria puede tener incidencia el derecho a un
juicio sin dilaciones indebidas pues se trata de hechos ocurridos en el año
1995.
De entrada hay que reconocer la complejidad de la instrucción judicial tanto
por la naturaleza de los hechos investigados como por la pluralidad de
personas implicadas. Al respecto basta recordar que los hechos se iniciaron
en virtud de remisión del correspondiente expediente administrativo al
Ministerio Fiscal, lo que llevó a cabo en fecha 4 de Diciembre de 1996.
A partir de ahí se inició la encuesta judicial que concluyó con el auto de
transformación a Procedimiento Abreviado dictado el día 24 de Noviembre de
1998 con un volumen de 6.211 folios repartidos en diecisiete tomos.
La sentencia se dictó el día 11 de Noviembre de 2003. Formalizado el
recurso de casación, la deliberación tuvo lugar el día 9 de Marzo de 2005 y
tras las correspondientes prórrogas ante la complejidad de la causa, la
sentencia casando la recurrida es ahora cuando se dicta.
Realmente no han existido "tiempos muertos" de tramitación y como tal no se
verifica la existencia de datos fácticos que justifiquen una atenuación penal
por razón de dilaciones, siendo por otra parte notable la actividad
impugnatoria de los inculpados durante la tramitación de la causa, lo que
incidió en la duración de la misma. En todo caso, se declara expresamente
que en la individualización de las penas antes efectuada, ya se ha tenido en
cuenta que, en cualquier caso, se están juzgando hechos ocurridos hace 10
años, hecho objetivo que requiere su valoración en la individualización de la
pena que, repetimos, ya se ha tenido en cuenta en la fijación de las penas
pues se ha hecho un uso muy moderado de las facultades de exacerbación
penal que permitía la continuidad delictiva de acuerdo con el art. 69 bis.
Cpenal 1973, en sintonía con las peticiones que ya en su día efectuó el
Ministerio Fiscal y el Sr. Abogado del Estado.
Quinto.- En relación a la declaración y cuantificación de la responsabilidad
civil ex delicto, derivado del delito de estafa tal y como ya hemos adelantado
en el estudio del motivo 2º del recurso formalizado por el Sr. Abogado del
Estado --folio 34 de esta resolución-- no procede su cuantificación en este
momento y sí sólo su declaración.
En consecuencia se declara la responsabilidad civil conjunta y solidaria de
Cesar, Evaristo y Luis, y de conformidad con el art. 107 Cpenal 1973, la de
Carlos y Isidro en su condición de cómplices. Asimismo se declara la
responsabilidad civil subsidiaria de la S. Coop. Andaluza de Cereales y otros
de Fernán Núñez, en atención a la condición de Presidente y Secretario de la
misma de los condenados antes citados.
Como bases para la cuantificación de dicha responsabilidad civil, indicamos
de conformidad con el art. 115 Cpenal 1995, el informe de los folios 5718 y
siguientes --tomo 16-- emitido por el Sr. Director General de Información y
Gestión de Ayudas. En todo caso el importe máximo de la indemnización no
podrá exceder de la cantidad de 155.133.130 ptas., equivalentes a
932.368'89 euros más los intereses legales desde su concreta fijación,
momento en el que será líquida y exigible la deuda.
Se declara perjudicado y por tanto titular para el percibo de la indemnización
que en su día se indique de acuerdo con las bases indicadas al Estado a
través de su organismo el Fondo Europeo de Garantía Agraria --FEGA--, con
domicilio en Madrid, c/ Beneficiencia nº 8.
Sexto.- En relación a las costas de la primer instancia se imponen a los
condenados en proporción a los delitos que fueron objeto de acusación y
condena a cada uno de ellos, declarando de oficio la parte proporcional a los
delitos de que han sido absueltos así como de las personas absueltas.
En relación a la condena en costas efectuada en la sentencia casada a la
acusación particular, de las correspondientes por Juan Pablo, eliminamos
dicho pronunciamiento por las razones ya explicitadas en el F.J. quinto de la
sentencia casacional.
Fallo
Que debemos condenar y condenamos:
1- Como autores de un delito de estafa continuada a Cesar y Evaristo con la
pena de dos años de prisión menor con las accesorias correspondientes a
cada uno.
2- Como cooperador necesario en dicho delito, a Luis, a la pena de un año y
dos meses de prisión menor con las accesorias correspondientes.
3- Como cómplices del indicado delito a Isidro y a Carlos, a la pena de seis
meses de arresto mayor con las accesorias correspondientes a cada uno de
ellos.
4- Como autor de un delito de falsedad en documento oficial y otro de
falsedad en documento mercantil, ambos continuados, a Cesar y Evaristo a
las penas de dos años y cuatro meses de prisión menor y multa de 800.000
ptas. con arresto sustitutorio de ochenta días en caso de impago por
insolvencia, a cada uno y penas accesorias correspondientes.
5- Como cómplice de los indicados delitos, a Carlos, a la pena de cinco
meses de arresto mayor y multa de 70.000 ptas. con siete días de arresto
sustitutorio en caso de impago por insolvencia y penas accesorias
correspondientes.
6- Como autor de un único delito continuado de falsedad en documento
oficial a Luis a las penas de un año y dos meses de prisión y multa de
300.000 ptas. con arresto sustitutorio de treinta días en caso de impago por
insolvencia y penas accesorias correspondientes.
7- Como autor de un único delito de falsedad en documento mercantil a
Alberto a la pena de un año de prisión y multa de 200.000 ptas. con veinte
días de arresto sustitutorio en caso de impago por insolvencia y a las penas
accesorias correspondientes.
En vía de responsabilidad civil, Cesar, Evaristo y Luis, indemnizarán conjunta
y solidariamente al Estado en su organismo Fondo Europeo de Garantía
Agraria --FEGA-- en la cantidad que se fije definitivamente en ejecución de
sentencia con el máximo de 155.133.130 ptas. equivalentes a 932.368'89
euros y con las bases a las que se ha hecho referencia en el F.J. quinto.
Se declara asimismo la responsabilidad civil subsidiaria respecto de los
autores, en las personas de los cómplices Carlos y Isidro los que
responderán entre ellos de forma solidaria.
Asimismo se declara la responsabilidad civil subsidiaria de la S. Cooperativa
Andaluza de Cereales y Otros de Fernán Núñez.
Asimismo les imponemos a todos los condenados la parte proporcional de
las costas de la primera instancia en proporción a los delitos de que fueron
objeto de acusación y de condena, declarando de oficio la parte proporcional
a aquellos delitos de los que fueron objeto de acusación en la instancia y de
los que quedan absueltos.
Se deja sin efecto la condena efectuada a la Acusación Particular de las
costas correspondientes al imputado absuelto Juan Pablo.
Notifíquese esta sentencia en los mismos términos que la anterior.
Así por esta nuestra sentencia, que se publicará en la Colección Legislativa
lo pronunciamos, mandamos y firmamos Carlos Granados Pérez Joaquín
Giménez García Diego Ramos Gancedo
PUBLICACIÓN.- Leidas y publicadas han sido las anteriores sentencias por
el Magistrado Ponente Excmo. Sr. D. Joaquín Giménez García, mientras se
celebraba audiencia pública en el día de su fecha la Sala Segunda del
Tribunal Supremo, de lo que como Secretario certifico.

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