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MÓDULO 1 >> Origen, fundamentos y metodología del Proceso de


Coaching.

1.6 HABILIDADES NECESARIAS PARA SER UN


COACH DE 10
A continuación vamos a recoger las 10 habilidades básicas que todo
Coach debe poseer y desarrollar para llevar a cabo un buen ejercicio
profesional. Las diferentes asociaciones de Coaching presentan diversos
modelos competenciales. Del análisis de todos ellos hemos extraído las
que consideramos las competencias tótem o fundamentales de todo
Coach, que son las que recogemos a continuación:

1. Auto-conocimiento:

Para poder ayudar a otras personas a conocerse, primero uno ha de


conocerse bien…Antes de ayudar a “ordenar la casa” de los demás,
empecemos por la nuestra…es la única manera de saber si funciona bien
esa manera de “ordenar” ;)

Un Coach de 10 ha de ser consciente de sí mismo. Ha de poder


observarse y ser capaz de detectar cuáles son sus fortalezas y mejorables.
Ha de aceptar que tiene limitaciones, miedos, juicios…como todo el
mundo, para poder ser capaz sobre todo, de dejarlos a un lado durante el
proceso de Coaching.

Sólo si somos conscientes, podemos gestionar nuestros propios recursos,


por eso es tan importante saber “de qué estamos hechos”, para poder
poner nuestro potencial a nuestro servicio y el de los demás…

El objetivo principal del auto-conocimiento en este sentido, es que no


proyectemos de manera inconsciente, creencias, juicios, deseos propios

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en el Coachee para que nada de lo que podamos compartir, afecte a sus


metas u objetivos.

El Coachee ha de alcanzar su desarrollo a su ritmo, en función de sus


propios recursos, modo, estilo, o las circunstancias de su entorno y es
responsabilidad del Coach, adaptarse a ese ritmo y conocer cuáles son sus
necesidades reales (las del coachee), dejando a un lado las propias.

2. Compromiso:

El Coach ha de estar comprometido 100% con su labor, con su misión.

En este sentido, para que el proceso tenga éxito, no valen las medias
tintas, ni estar a medio gas…Si no es el día adecuado o el momento de
llevar a cabo un proceso, ha de ser honesto con el Coachee para
proponer diferentes fechas u otras opciones de desarrollo y evolución
acordes a las necesidades.

Ha de saber que no hay éxito sin perseverancia y preparación.

El coach ha de creer en la mejora de su cliente y ha de dar lo mejor de sí


mismo para conseguir que las personas con quien trabaja saquen lo mejor
de ellos mismos, se atrevan y se superen.

Ha de sentirse apasionado por su trabajo y estar comprometido con su


propio desarrollo y el de los demás.

Se ha de comprometer con el seguimiento de los resultados de los


coachees. En cada sesión, es importante que evalúe dónde ha llegado el
coachee para valorar los resultados conseguidos y/o lo que se puede
mejorar para seguir conquistando éxitos.

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Por lo que también es muy importante tener un compromiso de 100%, es


porque el coach compromete al coachee en el proceso de cambio y para
eso es necesario empezar, como en el punto anterior, por uno mismo…

¿Cómo podemos saber si estamos comprometidos al 100%?

Hazte honestamente la pregunta a ti mismo: “¿Cuál es mi nivel de


compromiso con este proceso?”, si es de menos de 10 (o de 15, jeje), no
es compromiso real (piensa que cuando realmente está comprometido
con algo, ni lo dudas, cuando algo lo quieres de verdad, pones toda la
carne en el asador para conseguirlo) y entonces te ayudará preguntarte
“¿qué es lo que me falta para que mi compromiso sea de 10?”

Esta misma pregunta puedes usarla, para que el Caochee te comparta


cuál es su nivel de compromiso. Si su compromiso para cambiar y
conseguir los objetivos o metas diseñadas, no es de 10, puedes
preguntarle o acompañarle en el descubrimiento de “qué necesita para
que sea de 10”.

3. Habilidad para crear un entorno de confianza y apertura hacia el


otro:

Para trabajar ayudando en el desarrollo de los demás es importante crear


un clima de confianza y de respeto mutuo.

El coach tiene que ponerse en el lugar del otro y “abandonarse” para


entender las necesidades, lo que conocemos como empatía.

Es importante diferenciar la empatía de la simpatía.

Empatía es la habilidad de ponerme en los zapatos de la otra persona,


de entender cómo se siente, para qué se siente así…cuál es su manera de
percibir la realidad que le hace sentir de esa manera. Es la capacidad de
conectar con los demás.

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Cuando empatizas, comprendes a la persona hasta tal punto de saber


ponerte en su piel, independientemente de si compartes o no su forma de
ver las cosas. Eso es empatía.

Esta capacidad de ponerse en el lugar del otro (empatía) se aprende.


No se nace sabiendo hacerlo; a medida que nos vamos relacionando con
las personas, la vamos construyendo y mejorando.

La simpatía, por el contrario, nace espontáneamente, sin necesidad de


aprendizaje.

Alguien te cae bien. Te da buena espina y te sientes cercano


afectivamente a su forma de sentir o de pensar, sin importar que la
comprendas del todo. Eso es simpatía.

Son diferentes. Cuando te relacionas con otras personas, puedes sentir


empatía, simpatía, ambas cosas a la vez o ninguna de ellas. Lo importante
es que sepas la diferencia y la importancia de empatizar con el Coachee.

Es muy importante que a través de la empatía, el Coach sepa crear


“rapport” (entorno de confianza) y sintonizar con la otra persona para
facilitarle hablar.

En este sentido, algo que ayuda y que es importante también, es la


postura corporal del Coach. Ha de adaptarla a la del coachee, así como el
ritmo al hablar, la velocidad, entonación, lenguaje. Esto facilitará que el
Coachee confíe en nosotros y se abra…que se sienta “como en casa” es
el objetivo.

4. Habilidades de comunicación eficaz y escucha activa:

“No tiene sentido escuchar a otra persona si ya creemos que lo


sabemos todo”. No se trata de convencer en este punto, sino entender…

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La actitud del Coach en este caso, consiste en un trabajo de espejo.

Muy importante es no juzgar, no dar consejos, herramientas o soluciones


directas, el objetivo es acompañar al Coachee a que encuentre la manera
que a él le ayude, no la que nos ayuda a nosotros, ni la que ayudó a otro
cliente…

Escuchar activamente no es oír, ni escuchar sin más. Es interpretar tanto el


lenguaje verbal como no verbal.

Escuchar activamente es ayudar al otro a expresarse gracias a la relación


de confianza que establecemos y la sintonía que intentamos crear con el
anterior punto.

El coach escucha con el cuerpo, el lenguaje y la emoción. Hemos de


mostrar interés real por el otro y tener la precaución de no desviar
nuestros pensamientos o no “estar en babia”.

¿Cómo hacemos esto? Hemos de tener una actitud no verbal


participativa. Animar al Coachee a expresarse mediante asentimientos con
la cabeza, clarificaciones, reformulaciones…

La presencia ha de ser “activa y receptiva”. Hemos de tener la atención


centrada en el Coachee y mantener el contacto ocular con él.

El uso del silencio es importante y del todo recomendable también. Se


puede usar para hacer reflexionar al coachee. El silencio en las relaciones
de ayuda es una herramienta poderosa, siempre que se utilice de manera
adecuada.

También es muy útil parafrasear. Consiste en repetir las mismas frases o


palabras que acaba de decir el coachee: es otra señal de que el coach
está escuchando y centrado en la comunicación. Al coach, le permite

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clarificar lo que cree haber entendido y lo utiliza para animar al coachee a


seguir expresándose.

Como el silencio, es útil para que el coachee reflexione sobre lo que


acaba de decir o para que siga hablando de un tema importante y/o
concreto.

5. Habilidad para hacer preguntas poderosas:

La herramienta fundamental de trabajo para el Coach, es la habilidad


o el arte de hacer Preguntas Poderosas.

Estas preguntas meticulosamente elegidas por parte del Coach ayudarán


al Coachee a reflexionar, ya sea sobre posibles soluciones, momentos de
su vida, desafíos…

Estas preguntas no son para interrogar (lanzar preguntas sin más), el


objetivo es que el Coachee descubra por si mismo el mayor número de
alternativas para la situación que esta viviendo y así poder resolverla o
mejorarla.

También ayudan al Coach a profundizar en el proceso de pensamiento de


su Coachee y así poder conocerle mejor, detectando mapas mentales,
creencias, miedos, o temas a tratar en la futura sesión…

Una pregunta poderosa refleja una escucha activa y un entendimiento de


las perspectivas del Coachee y lo lleva a descubrir, profundizar,
comprometerse, tomar acción, ganar claridad, abrir posibilidades o
aprender cosas nuevas.

Es importante que estas preguntas estén más orientadas a los objetivos


que a los problemas. Se pueden enfocar las preguntas al logro y al éxito:
¿Qué es lo que más te gusta de tu vida ¿Qué quieres conseguir? ¿A

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dónde quieres llegar? Por eso, es importante saber preguntar: qué


preguntar y cómo preguntarlo.

“Las preguntas de coaching, te hacen prestar atención para poder


responder, a concentrarse para ser preciso y a crear un circuito de
feedback. Con las órdenes, no se consigue nada de esto”…

En general, se harán preguntas abiertas, porque permiten reflexionar más.


Las preguntas tienen que ser breves, claras, centradas sobre un tema
concreto, pertinentes, neutrales, y constructivas.

La Calidad de tu vida y decisiones puede depender de las preguntas


que te hagas…

6- Congruencia:

Otra de las habilidades requeridas en el coach, es su consistencia entre lo


que piensa, dice y hace. El coach no puede exigir al coachee algo que él
mismo no estaría dispuesto a cumplir.

Una clara muestra de buen Coaching en ese sentido, la tenemos en los


deportes, con entrenadores que antes practicaron el deporte que
enseñan.

Un buen proceso de Coaching corresponde a un control congruente en el


coach. Los valores del coach son la estructura de su congruencia.

7. Flexibilidad:

La flexibilidad en el Coach, se refiere más concretamente a la variedad de


herramientas por un lado: a los múltiples recursos; a los diferentes ángulos
de percibir un problema y sus posibles soluciones…

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y por otro, a estar preparado para cambiar el método y/o la estrategia, en


un momento determinado, si la que estamos siguiendo no están
funcionando.

A re-encuadrar los resultados que se van consiguiendo si estos


desmotivan al Coachee (transformarlos en aprendizaje y experiencia), a la
redefinición de sí mismo y la relación con el Coachee, a las técnicas
variadas para el desarrollo; a resurgir con nuevas fuerzas después de un
fracaso y detectar, asimilar, confrontar y resolver el cambio en el momento
adecuado…

Ser flexibles nada tiene que ver con ser pasivos, resignados o débiles.

Un Coach flexible tiene una mayor capacidad de “estirase” mental,


emocional y físicamente sin hacerse daño y sin dañar a otros.
Desarrollar nuestra habilidad de flexibilidad nos llevara a otro nivel de
madurez, de humildad y de expansión de nuestra visión.

8. Habilidad para ser un “optimista inteligente”:

Está claro que lo que pensamos, en general, determina lo que hacemos o


decimos, por lo tanto, si de lo que se trata es de conseguir resultados de
éxito, lo más eficaz es pensar y ayudar a pensar en positivo y con
optimismo, diciéndonos que todo saldrá bien y que conseguiremos los
objetivos a pesar y gracias a las dificultades…¿no?

El matiz por el que quisiera hacer hincapié en el concepto que da nombre


a este punto, “optimismo inteligente”, es que, en ocasiones nos
quedamos ahí, en el “pensamiento positivo”, sin embargo, eso no sirve…

Le llamamos inteligente por que el Coach con esta habilidad no se


queda en el pensamiento, ayuda a convertir ese pensamiento en
acción. No basta con pensar en positivo, hemos de pasar al hecho, por
eso es importante ser optimista, porque todo lo que nos sucede lo

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podemos usar para avanzar, pero no hemos de quedarnos en el


pensamiento. Hemos de actuar y ayudar a que el Coachee se convierta en
optimista inteligente de la misma manera.

Por otro lado, en este sentido, también es importante incluir en este


concepto, la actitud mental positiva y el uso de lenguaje positivo,
enfocando las acciones y las palabras en el sentido constructivo. No es lo
mismo decir, “no te preocupes, dejarás de sentirte así de mal” que “Esto
será pasajero, seguro que pronto te sentirás mejor…”, es lo mismo, con
palabras distintas y que sin duda, dará como resultado una predisposición
y logros diferentes.

“Optimistas y pesimistas viviremos lo mismo, sin embargo será muy


diferente la manera y experiencia que obtengamos de la vida”

Seamos y ayudemos a ser optimistas inteligentes.

9. Habilidad pro-activa y orientación a la acción:

Es muy importante estar orientados a la acción como Coaches, a


conseguir resultados, logros y tener en cuenta y transmitir la importancia
de que actuar es la única manera de conseguir resultados reales y de que
siempre siempre se logran cosas. “Siempre hay aprendizaje para el ojo
entrenado”.

Es imposible no lograr, incluso cuando no logramos “nada” en


apariencia, estamos logrando algo, aprender.

Pro-actividad en Coaching es: anticiparse mas que reaccionar a las


necesidades del cliente; buscar soluciones al problema antes que
explicaciones; enfocarse en los resultados mas que en lo no conseguido a
tiempo, además de cumplir la agenda y el plan…

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Es entender en todos los sentidos de que no hay fracasos, sólo


experiencia y aprendizaje…”Unas veces se gana y otras se aprende”.

10. Creatividad:

El Coaching no sólo es conversación, hay que hacerlo vivencial, hacer que


la persona experimente cada momento del proceso en sus propias carnes,
con ejemplos y contextos adaptados a sus necesidades.

El coach tiene que ser creativo. Ha de ser capaz de generar opciones


y soluciones diferentes e innovadoras. Puede utilizar distintas pruebas,
cuestionarios, encuestas o “teatrillos”...Todo vale si la manera ayuda a
avanzar en los objetivos.

A veces, puede ser incluso útil un cambio de lugar físico para fomentar el
cambio de perspectiva del Coachee. Algún sitio diferente puede permitir
desconectar y reconectar con la esencia de las cosas: la naturaleza por
ejemplo puede mejorar la energía, la inspiración, la creatividad…

Pon en marcha tu imaginación...

11. “Hacer lo que hay que hacer” (Disciplina):

La única seguridad que tiene el coachee para lograr sus metas, es la


propia disciplina.

Es muy importante ser capaz de llevar una estructura organizada del


proceso y de cumplir con todos los compromisos que se van
adquiriendo.

Para hacer cumplir las tareas, el coach puede diseñar una red y una
estructura acordada de esa disciplina, de esta manera ayudará al Coachee
a cumplir los compromisos también.

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Esto ayuda a priorizar, enfocarse en la actividad principal, eliminando los


elementos distractores.

Disciplina en este caso, es: Hacer lo que hay que hacer hacer, cuando se
ha de hacer, “guste” o no. Tanto el coach como el Coachee.

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