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Una Historia inversa. Izquierdas y derechas en Chile entre 1965-1988 View project
Proyecto PDA-26 "Chile y América en frente a la globalización: profudndización de los estudios americanos interdisciplinarios" View project
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Autor invitado
¿Comunismo después del fin del comunismo? La política sindical
del Partido Comunista de Chile en la postdictadura chilena
(1990–2010)
José Ignacio Ponce y Rolando Álvarez Vallejos 100
Entrevista
Anita Leocadia Prestes
José Gómez Alén 116
Nuestros clásicos
Maurice Dobb
Carlos Berzosa 127
Nuestros documentos
Presentación
Víctor Manuel Santidrián Arias 142
Actividades de la Sección
Edición de E.P. Thompson: Marxismo e Historia social
Sección de Historia de la FIM 159
Lecturas
A propósito de la idea de comunismo: una síntesis crítica de la
New York Conference de 2011
Juan Andrade 162
The People: The Rise and Fall of the Working Class, de Selina Todd
Adrià Llacuna Hernando 182
Encuentros
«Italia e Spagna (1945-1975): per trent’anni così vicini e così
lontani»
Cristian Ferrer González 195
Memoria
Perfecto de Dios. Una historia recuperada
Carmen García-Rodeja 215
Nuestra Historia
rie de breves monografías publicadas por el que practique el rigor de la Historia acadé-
célebre Grupo de Historiadores del Partido mica sin las servidumbres academicistas
Comunista Británico, punto de partida de la al uso, y que no rehúya el debate y la con-
más brillante escuela historiográfica mar- troversia intelectual. En esos términos de
xista del siglo XX; pero, sobre todo, preten- discusión fraternal y confrontación leal de
de subrayar el deseo de calidez y cercanía análisis y propuestas, esperamos contribuir
comprometidas con nuestros objetos de in- modestamente, desde nuestro campo, a la
vestigación. Al fin y al cabo, lo que preten- recuperación del pensamiento crítico fren-
demos no es más que —siguiendo el peda- te al retroceso que, desgraciadamente, ha
gógico consejo de «nuestro» Gramsci a su caracterizado las últimas décadas. Nos gus-
hijo Delio— analizar a «cuantos más hom- taría rescatar, con «nuestro» Marc Bloch,
bres sea posible», a la totalidad de los seres una Historia comprometida que se interese
humanos «en tanto se unen entre ellos en por la vida y el presente, y que ayude (como
sociedad, y trabajan y luchan y mejoran». decía «nuestro» Pierre Vilar) a «pensarlo
La revista, que aspira a sostener la pe- todo históricamente». Abogamos por una
riodicidad semestral, permitirá integrar Historia particularmente sensible ante los
artículos y resultados de investigaciones, mecanismos de la desigualdad, la explota-
sueltos o agrupados en forma de dossier ción y la dominación que, como apuntaba
monográfico, a la vez que se conservan y «nuestra» Simone de Beauvoir a propósito
mejoran secciones ya existentes en el bo- de las mujeres, no son ni naturales ni bioló-
letín (reseñas y críticas de libros, informa- gicos, sino sociales y culturales; y que reco-
ciones de encuentros y congresos, etc.), ja de las luchas del pasado, como pretendía
incluidas las noticias acerca de nuestras «nuestra» Ángela Davis refiriéndose a las
actividades. Incorporamos con carácter ha- esclavas rebeldes, «un legado de tesón, de
bitual una sección de entrevistas y preten- resistencia y de insistencia en la igualdad»
demos que nunca falte la presencia de «au- que nos ilumine y sirva de base en las nue-
tores invitados», con el fin de divulgar en vas batallas por el futuro. Queremos una
nuestro país el trabajo de investigadores de Historia radical que, sin dejar de serlo, cum-
otras latitudes cuya contribución historio- pla, como quería «nuestro» Thompson, «los
gráfica consideramos relevante. Mantene- niveles más exigentes de la disciplina»; que
mos y ampliamos secciones como las dedi- supere la fingida asepsia del academicismo
cadas a «Nuestros clásicos» o «Documentos y contribuya a la deslegitimación de los mi-
de Nuestra historia», con la voluntad de di- tos, como deseaba «nuestro» Hobsbawm.
vulgar, previa presentación, textos clásicos Una Historia, en fin, que nos ayude —como
de la tradición marxista y documentos de pretende «nuestro» Fontana— «a denunciar
no fácil acceso o interpretación, potencian- la mentira de unos análisis tramposos que
do el papel de la revista como instrumento pretenden incitarnos a la resignación».
de trabajo y órgano de difusión del pensa- Propósitos tan ambiciosos no implican
miento crítico y emancipador. No podemos falta de realismo, siempre que los tomemos
olvidar, en ese mismo sentido, una sección como un horizonte de trabajo y seamos
específica dedicada a la Memoria democrá- conscientes de nuestro modesto punto de
tica. partida y de la necesidad de avanzar con
Una revista es, sobre todo, una herra- prudencia, corrigiendo errores e incorpo-
mienta. En nuestro caso, aspiramos a con- rando nuevas y cada vez más amplias, di-
vertirla en una plataforma amplia y abierta versas y plurales colaboraciones. En este
número 1, fruto del esfuerzo y el trabajo Jesús Hernández ante el VII Congreso de la
técnico de los numerosos compañeros y Internacional Comunista. En la sección de
compañeras que forman el Consejo de re- «Lecturas», Irene Abad, Juan Andrade, Víc-
dacción, se incluyen contribuciones de casi tor Santidrián, Adrià Llacuna, Pablo Mon-
una treintena de colaboradores. El dossier tes, y Carlos Martínez Shaw dan cumplida
sobre el Frente Popular, que viene a conme- cuenta de algunas de las novedades bi-
morar el 80º aniversario de la plasmación bliográficas recientes de mayor calado. Del
de esta apasionante experiencia unitaria mismo modo, Rubén Vega, Cristián Ferrer,
en nuestro país, incluye magníficos tra- Jon Gimeno, Juan Grigera, Vega Rodríguez-
bajos de Fernández Hernández, Francisco Flores Parra y Julián Sanz nos ofrecen otras
Sánchez Pérez, Sandra Souto y Julián Va- tantas crónicas de encuentros y congresos
dillo, así como un texto ya clásico —pero celebrados dentro y fuera de nuestro país.
no por ello menos actual— de Serge Wo- La sección de «Memoria» aparece también,
likow. Se dedica luego en este primer nú- en este número, con una amplia informa-
mero —y es propósito al que queremos dar ción de actividades y debates, relatados por
continuidad— especial atención a Améri- Carmen García Rodeja, Arturo Peinado, Ca-
ca Latina, con una interesante aportación siano Hernández y Santiago Vega.
de los historiadores chilenos José Ignacio No queremos concluir esta sucinta pre-
Ponce y Rolando Álvarez y una entrevis- sentación sin invitar a quienes comparten
ta en la que la compañera brasileña Anita nuestros objetivos a colaborar en las activi-
Prestes reflexiona a la vez sobre su labor dades de la revista y, muy especialmente, a
de historiadora y su trayectoria militante. manifestarnos sus opiniones, sugerencias o
La Sección «Nuestros Clásicos» incorpora, desacuerdos, sean cuales sean. Ello incluye,
introducido por Carlos Berzosa, un texto obviamente, posibles valoraciones polé-
de Maurice Dobb que, más allá de su valor micas de nuestros contenidos que puedan
intrínseco, constituye un homenaje de NH abrir debates en las páginas de la revista.
al marxista británico en el 40º aniversario Así, Nuestra Historia será también suya o,
de su fallecimiento y, al mismo tiempo, una mejor aún, ampliaremos el campo de ese
reivindicación de su figura intelectual en nosotros potencialmente expansivo que se
el campo de las Ciencias Económicas. Los niega —como decía Hobsbawm— a «aban-
«Documentos de Nuestra Historia», en sin- donar las armas» de la crítica, en un mundo
tonía con el dossier, incluyen, tras la ade- que sigue necesitando, para esa tarea co-
cuada presentación de Víctor Santidrián, lectiva, la humilde pero a la vez imprescin-
una escasamente conocida intervención de dible contribución de los historiadores.
entre Madrid y Moscú. Porque lo que ocu- de 1936 deshizo en Londres la caricatura de
rría en España o Francia no era ajeno a los una nueva marcha sobre Roma a las trin-
intereses ni del establishment británico, ni cheras de la Ciudad Universitaria, Morata
de, por supuesto, sus propias clases traba- de Tajuña y Torija, donde el nazifascismo
jadoras. El Frente Popular marcó la era de conoció sus primeros reveses en el campo
la incorporación de toda una generación de de batalla. Si la jornada de cuarenta horas
jóvenes a la acción política de masas. Una semanales, los convenios colectivos y las
juventud numerosa, radicalizada, fascinada vacaciones retribuidas esmaltaron la pa-
por el mito de Octubre como amanecer de noplia de conquistas de sus mayores, de la
un tiempo nuevo. No es de extrañar, como juventud provino el impulso de las Briga-
recoge Sandra Souto, que fuera entre las das Internacionales y el germen de la fu-
organizaciones juveniles donde arraigó an- tura resistencia contra la ocupación. Será
tes y con mayor profundidad el giro fren- de su triunfo en 1945 cuando renazcan los
tepopulista. Fueron ellas, vanguardias de la objetivos del Frente Popular bajo la forma
vanguardia, las encargadas de llevar a cabo de los primeros rudimentos del Estado del
procesos de aproximación en pos de un ob- bienestar, fundamentados durante los go-
jetivo común que desembocaron con rapi- biernos de unión nacional para la recons-
dez en algo mucho más significativo que trucción, antes de que la guerra fría trazara
un mero agrupamiento electoral o en una una nueva divisoria en el campo político.
plataforma de programa común: en una or- Pero sin que, hasta la contrarrevolución
ganización unificada de nuevo tipo. Fueron thatcheriana de la década de los ochenta,
la escuela y el altavoz mediante los que se ningún gobierno occidental se atreviera a
formó y convocó a la juventud del mundo cuestionar, y menos a retrotraer, las con-
al combate antifascista, desde la batalla ca- quistas alcanzadas en los periodos 1936–
llejera de Cable Street que el 4 de octubre 1938 y 1944–1947. Ése fue su legado.
Serge Wolikow
Resumen
Abstract
The development of the historiography on the Popular Front has focused on three main fields,
political history, social history and cultural history. However, the fragmentation of the object of
study has hindered a more global reflection on the Popular Front, as one major event which cons-
tituted both a political and cultural project and an unprecedented social and political alliance with
a broad popular movement. A fundamental event, embedded in the long life of French history, with
significant consequences for the social area of the working class, the start of a new culture of social
democracy French–style and as a reference which nourished the fights of the French Resistance as
well as its accomplishments after the Liberation.
Keywords: Popular Front (France), historical events, alliance policies, working class.
* Versión original en: Serge Wolikow, «Le Front Populaire: Quel événement? Historiographie et actualité des recherches
sur le Front Populaire», en Xavier Vigna, Jean Vigreux y Serge Wolikow, Le pain, la paix, la liberté. Expériences et territoires
du Front Populaire, Éditions Sociales, 2006, pp. 11–24. Agradecemos al autor su autorización para la traducción y publi-
cación en este número. Traducción de Fernando Hernández Sánchez.
Manifestación comunista del 1º de Mayo de 1934 en Vincennes (Foto: Agence Meurisse - Biblioteca
Nacional de Francia).
de las investigaciones de las últimas déca- donde se inscriben, en general, los temas
das, tendentes a contemplar una especie de de las investigaciones más especializadas,
balance final. Esta historiografía ha estado apoyadas en problemáticas explícitas. Sin
estrechamente relacionada con los cam- pretender realizar un inventario exhausti-
biantes contextos políticos de los últimos vo, se puede intentar un recorrido por estos
cuarenta años, habida cuenta de que fue a trabajos utilizando esta malla de lectura.
partir de los años sesenta cuando aparecie- Para atenerse a algunas grandes rúbricas,
ron los primeros estudios históricos. El de- se distinguirá esquemáticamente entre tra-
sarrollo de las investigaciones, jalonado por bajos de historia política, de historia social
las preocupaciones políticas del momento y los relativos a la historia cultural.
así como por la evolución de las corrientes Es en el campo de la historia política en
históricas, conoció, de década en década, el que se realizaron en Francia los prime-
acentos y aproximaciones focalizadas en ros trabajos de investigación a partir de los
diferentes aspectos del Frente Popular. Se años sesenta, casi en paralelo a la literatu-
pueden distinguir de esta manera grandes ra anglosajona e italiana. Los historiado-
campos temáticos en cuyo marco se inscri- res, marcados por el contexto de la época,
ben estas investigaciones, principalmente participaron sobre todo de una apreciación
los de la historia política, la historia so- positiva del episodio histórico del Frente
cial — en particular, la historia obrera—, la Popular, pero valoraron su herencia de ma-
historia de la cultura, la de sus prácticas y nera muy diferente. Es preciso decir que la
sus representaciones. Es en estas temáticas reflexión retrospectiva sobre el Frente Po-
pular derivó en un componente del debate electoral que no fue prácticamente más que
político francés bastante antes de que se una marejada. El coloquio consagrado al
desarrollara la investigación histórica. Se gobierno de León Blum, en 1966, reunió las
puede incluso considerar que la intensidad contribuciones de investigadores y de pro-
de los debates acerca de la importancia de tagonistas que tenían en común el deseo
la obra y la significación del Frente Popu- de revalorizar una experiencia guberna-
lar no favoreció el desarrollo de la reflexión mental marcada tanto por las decepciones
histórica fundada en un trabajo científico. de la izquierda, sobre todo de los comunis-
Cuando al final de la guerra fría y de las fi- tas, como por sus opositores conservadores
delidades ideológicas que la acompañaron que, siguiendo sobre todo a Alfred Sauvy,
la investigación histórica abordó el estudio no habían cesado en insistir desde la guerra
de los años treinta y, sobre todo, del Frente en el fracaso económico del Frente Popular,
Popular, no pudo remontar las líneas divi- por ejemplo, en relación con la ley de las
sorias que persistían en el análisis de las cuarenta horas de trabajo semanal.
responsabilidades de la derrota de la Repú- Desde este momento, y sobre todo en
blica, en el papel de los comunistas en la las dos décadas siguientes, la cuestión del
vida política nacional y en los orígenes de papel y del lugar de los comunistas en el
la colaboración con el ocupante alemán… Frente Popular fue la cuestión central de
Pero la historia política del Frente Popular las investigaciones en la historia política
durante los años sesenta se escribió en un del periodo. Los historiadores comunistas,
clima político marcado por el reagrupa- en estrecha simbiosis con la línea del parti-
miento o aproximación entre las familias do en esta época, abordaron el conjunto de
políticas de la izquierda y por el debate en acontecimientos a la medida del PCF, atri-
torno a una posible alianza en la perspec- buyéndole los éxitos del Frente Popular y
tiva de una próxima experiencia guberna- cargando sus fracasos en la cuenta de sus
mental. aliados. La lectura oficial, tal como expre-
Los estudios generalistas implicaron a saba el manual de historia del PCF en 1964,
historiadores cuyo compromiso militante, silenciaba lo esencial de la experiencia gu-
pasado o presente, tiñó su reflexión, cuan- bernamental y minimizaba la no participa-
do no su análisis. Es el caso de Georges Le- ción del partido. Esta cuestión, así como la
franc, antiguo sindicalista, profesor y líder del cambio de orientación adoptado por el
del movimiento sindical en el momento de partido en 1934, afectaba a las relaciones
la Liberación, que llevó a cabo un trabajo con la Internacional Comunista y a la po-
histórico pionero y documentado sobre el lítica de la URSS, temas tabú abandonados
Frente Popular en tanto que alianza de or- a los historiadores, sobre todo anglosajo-
ganizaciones, pero que, por sus fuentes y su nes, considerados como adversarios desde
propia experiencia, quedó a menudo condi- el mismo momento en que se los citaba.
cionado por sus posiciones en la época. Los En la década de 1970, la problemática de la
trabajos sobre las elecciones de 1936, con- historia política del Frente Popular quedó
ducidos por Georges Dupeux, constituyen muy ligada a la de la historia del comunis-
una aproximación metódica que suminis- mo, pero fue igualmente marcada por la
tró elementos de análisis que subrayaban cuestión más general de las potencialida-
la importancia de las fracturas, consecuen- des revolucionarias —o no— del episodio
cia de la coalición electoral de la izquierda, histórico. Fue sin duda entre los historia-
pero también la fragilidad de una victoria dores italianos entre quienes la reflexión
la URSS al final de la guerra y devueltos a histórica con otras ciencias humanas. Des-
Francia solamente en los últimos años. Su de este punto de vista, las aproximaciones
explotación científica ha permitido aco- en sociología política o histórica son esen-
meter innovadoras investigaciones sobre cialmente intentos retrospectivos que de-
la CGT, movilizaciones políticas y sociales fienden una lectura unilateral del periodo,
como la huelga del 12 de febrero de 1934 o yendo a buscar principalmente sus premi-
la Liga de Derechos del Hombre en tiempos sas o los precedentes en relación al mundo
del Frente Popular. Por tanto, es forzoso actual y privilegiando tal o cual aspecto de
constatar que la lectura histórica del Fren- la vida social y política (el paro, las fiestas,
te Popular en su conjunto no ha suscitado la huelga o la manifestación). Al contra-
reflexión específica ni incluso crítica. Es la rio que muchos historiadores, que insisten
sensación que se tiene viendo una buena en la distancia temporal y se esfuerzan en
parte de la bibliografía reciente, sobre todo restituir un contexto histórico singular del
la publicada con ocasión del septuagésimo Frente Popular, numerosos politólogos o
aniversario. Ciertas obras se contentan con practicantes de la sociología histórica están
recopilar artículos escritos durante los últi- deseando localizar modelos políticos que
mos veinte años como si los conocimientos hayan perdurado. Muy a menudo, a despe-
históricos no hubieran evolucionado. Otras cho de las diferencias de aproximación que
prefieren volver sobre contribuciones pa- están lejos de ser despreciables, tanto la
sadas para constatar que la historia obrera dimensión global del acontecimiento como
ha terminado. Las hay que reúnen aporta- su enmarque en una larga duración histó-
ciones diversas para ilustrar las prácticas rica son ampliamente eludidos. Este des-
políticas populares en las localidades obre- conocimiento tiene consecuencias porque
ras, sin tener la ambición de escribir una conduce a enclaustrar al Frente Popular
necesaria historia del Frente Popular, a lo en su especificidad, a adscribirlo a un pa-
que a ciertos historiadores se arriesgan con sado definitivamente sobrepasado. Escoger
resultados a menudo discretos en la dimen- entre la narración de los acontecimientos
sión política nacional e internacional. políticos o la aproximación fragmentada de
Salvo la excepción de una última obra lo social es una antinomia paralizante. Para
titulada de forma genérica El futuro nos evitarla, hace falta insertar los análisis his-
pertenece, que intenta una historia social tóricos en el contexto del acontecimiento.
de conjunto, lo esencial de lo publicado Volver sobre el Frente Popular en tanto que
intenta solamente actualizaciones par- acontecimiento nos parece constituir una
ciales apoyándose en trabajos de nombres dimensión necesaria para avanzar en su
famosos desde hace al menos una década. conocimiento.
¿Se puede economizar el acontecimiento
en su globalidad? ¿Cómo evitar cuestionar El Frente Popular en tanto que
o hacerse las preguntas esenciales acer- acontecimiento
ca del poder político, de los grupos socia-
les, de la transformación del imaginario? Si acontecimiento es, como su propio
Emerge así el interés de un retorno críti- nombre indica, lo que acontece, es también
co sobre el acontecimiento histórico para lo que rompe con la repetición y la repro-
aprehenderle en tanto que tal, sin dudar ducción idéntica de las formas políticas y
en recurrir, para comprenderlo y caracteri- sociales, constituye un momento histórico
zarlo, al entrecruzamiento de la disciplina de innovación en cuyo transcurso el dispo-
Manifestación convocada por el Frente Popular en París, febrero de 1936 (Foto: Agence Meurisse -
Biblioteca Nacional de Francia).
sitivo social se modifica. Todo no es acon- social! El empleo frecuente del plural para
tecimiento y este puede ser de intensidad definir un episodio histórico difícil de cali-
variable. Hablar del Frente Popular como ficar —los acontecimientos de mayo–junio
de un magno acontecimiento social y polí- de 1936 o 1968— se debe a que su sentido
tico deriva de un análisis que no solamente es objeto de interpretaciones concurrentes,
lo califica, sino que lo identifica y lo sitúa pero también a que el orden del análisis del
cronológicamente. De hecho, la investiga- discurso choca con el desorden más apa-
ción histórica consiste, en este dominio, rente, lo que es sintomático de un hecho a
no solamente en nombrar sino también menudo disimulado: el acontecimiento so-
en construir el acontecimiento. Acerca de bre el que trabaja la investigación histórica
este punto se puede tener una concepción es una construcción que debe ser explici-
amplia o, por el contrario, una restringida. tada. La construcción del acontecimiento
Por ejemplo, ¿el acontecimiento son las como hecho colectivo de rango mayor tie-
vacaciones pagadas, las huelgas y manifes- ne carácter histórico, lo que en el caso del
taciones, la movilización antifascista? Una Frente Popular no es sólo un simple censo
exposición consagrada al «acontecimien- de micro acontecimientos cuya agregación
to histórico» abordó de manera aislada el constituye el acontecimiento supremo. Ello
11 de septiembre de 2001 en los Estados implica interpretación en la medida en que
Unidos de América y la instauración de las se distinguen unas manifestaciones socia-
vacaciones pagadas en Francia en junio de les en un tiempo dado. Así, ¿en qué medida
1936, ¡asimiladas ambas a la revolución puede legítimamente o no utilizarse el tér-
toral de la izquierda, incluyendo a los co- La condición necesaria para pensar los la-
munistas, en las elecciones legislativas en zos y las relaciones es ciertamente la con-
mayo de 1936, el movimiento huelguista de textualización, teniendo en cuenta las tem-
varios millones de asalariados con la ocu- poralidades diferentes de las evoluciones
pación de empresas, la negociación nacio- en el transcurso del período, así como las
nal entre la patronal y la CGT, el voto de las interacciones entre los diferentes dominios
grandes leyes sociales, la nacionalización de la vida social y de las actividades con-
de las empresas de armamento y la consti- cernidas.
tución de una sociedad nacional de ferroca- A fin de cuentas, se trata de efectuar una
rriles. Aisladamente, estos episodios cons- revisión crítica sobre el acontecimiento en
tituyen acontecimientos por sí mismos, por su conjunto. Se trata de una revisión que se
su amplitud y su novedad. Pero, aunque se liga a la complejidad y a la diversidad de los
sitúan en planos diferentes, no se les pue- elementos constitutivos del acontecimien-
de considerar separadamente. Se hacen eco to, con el objetivo de deconstruir la unidad
unos de otros. Pero pensar sus relaciones fáctica y a menudo retrospectiva del mis-
recíprocas no puede conducir a minusvalo- mo. En sentido contrario al de un revisio-
rarlos, sino al contrario, incita a pensar su nismo alimentado por el relativismo, no se
especificidad en el cuadro de un periodo del trata de negar su existencia, sino de pen-
que formaron parte original. En consecuen- sar su naturaleza evitando los estereotipos
cia, damos la bienvenida a afrontar el Fren- simplificadores pero también la disolución
te Popular no solo simplemente como un del acontecimiento en nombre de un criti-
acontecimiento mayor, sino como uno de cismo integral. Esto corresponde, en todo
estos meta acontecimientos constituidos caso, a una diversidad sentida y reivindi-
por numerosos acontecimientos mayores, cada por los contemporáneos del aconte-
como un episodio histórico que se desplie- cimiento, incluso y sobre todo si ellos han
ga a lo largo de varios años bajo la forma de sido actores notables. Esto también remite
una secuencia de acontecimientos, como a la forma de enfrentar los procesos histó-
un acontecimiento complejo que concier- ricos o, dicho de otra manera, a la evolu-
ne al conjunto del cuerpo social. A este ción de las sociedades. Encarar así el acon-
respecto, es igualmente magno y se sitúa tecimiento en su singularidad, a escala de
a la altura de los episodios que han trans- la larga duración y su carácter compuesto,
formado la historia nacional, justo al lado permite abordar e incluso pensar fenóme-
de las conflictos militares internacionales nos que estaban vedados antiguamente por
que golpearon al conjunto de la población. miedo a tratarlos o por falta de rigor. Para
Está al nivel de las crisis políticas que han emplear un vocabulario histórico un poco
cruzado la historia nacional desde el fin del anticuado, los orígenes próximos o lejanos,
siglo XVIII. Esta caracterización del Frente las consecuencias inmediatas o duraderas,
Popular como secuencia de acontecimien- transitorias o perennes, pueden devenir
tos global, como acontecimiento complejo, objeto de investigación y de reflexión en
tiene consecuencias sobre la aproximación la medida en que la heterogeneidad y la
histórica al Frente Popular, comprendido unidad del acontecimiento sean conjunta-
en el detalle los acontecimientos particu- mente admitidas. Estas observaciones des-
lares que lo estructuran. Por tanto el trata- embocan en una interpretación del Frente
miento diferenciado no implica separación Popular como secuencia compleja de acon-
entre historia social, política o cultural, etc. tecimientos de carácter político predomi-
tales y las leyes sociales fueron adoptadas a nal es esencial para comprender el surgi-
partir del movimiento huelguista. La expe- miento del acontecimiento, notablemente
riencia gubernamental tropezó en seguida la derrota de la izquierda y de la democra-
con los obstáculos estructurales y la fragi- cia en Alemania, las decepciones revolu-
lidad de la alianza en torno a las cuestiones cionarias del comunismo, las inquietudes
económicas y diplomáticas. La composición diplomáticas de la Unión Soviética y su
gubernamental, desplazada en relación a miedo al aislamiento. Falta decir que la for-
la del movimiento social y la de la alianza ma política y la dinámica social que reviste
política —puesto que los comunistas esta- el Frente Popular se inscriben en una histo-
ban ausentes del gabinete— fue el punto de ria política nacional en la que el movimien-
partida del desequilibrio. to obrero estaba integrado en la República
Evocar estos diferentes estratos del relegado a los márgenes de una democracia
acontecimiento no es desmembrarlo ni di- que no le reservaba al proletariado más que
solverlo, bien al contrario, es encararlo en una plaza limitada. El frente popular marcó
sus temporalidades y lugares diversos que la irrupción de los obreros en una escena
aclaran las tensiones que lo atraviesan, que política que ocuparon a título igual que los
explican también una riqueza que no puede empresarios, sin querer subvertirla, pero
ser reducida a tal o cual aspecto, por emble- reclamando el lugar debido para la acción
mático que sea —por ejemplo, las vacacio- colectiva. El Partido Comunista, principal
nes pagadas— cuando se evoca el aconteci- portavoz y organizador de esta aspiración,
miento en sus conjunto. fortaleció la identidad obrera.
En la medida en que no es un simple
La inserción en la larga duración, un acontecimiento político incluso entre los
acontecimiento bisagra y regulador. mayores, más aún, el Frente Popular marcó
de manera profunda a la sociedad france-
La lectura histórica del acontecimiento sa. En este sentido, se le puede caracteri-
no supone solamente una contextualiza- zar como un acontecimiento matriz que
ción inmediata sino su inscripción en la contribuyó a dar forma a las nuevas rela-
larga duración de la historia social y polí- ciones sociales, a las prácticas perdurables
tica francesa. Desde este punto de vista, el apoyadas en dispositivos jurídicos nuevos
Frente Popular encontró eco en los deba- en el ámbito del derecho del trabajo, por
tes que atravesaron el movimiento obrero ejemplo. El nuevo lugar de la clase obrera
francés desde finales del siglo XIX, a propó- en el espacio social es una herencia que la
sito de la participación gubernamental, de revancha social no intentará arrancar des-
la alianza entre revolucionarios y reformis- de entonces. La relación entre progreso so-
tas, así como de la unión de las izquierdas. cial, las modalidades de contrato de trabajo
Los avatares del cartel de izquierdas en los y los beneficios de los convenios colectivos,
años 1920, pero también las primeras ex- abrió la vía tras la Liberación a la constitu-
periencias unitarias del PCF explican la ca- ción de grupos socioprofesionales definidos
pacidad de las diferentes fuerzas políticas por competencias reconocidas como cuali-
de izquierda para encontrarse en los años ficaciones. La acción política, asociando lu-
treinta en torno a un proyecto común por el chas reivindicativas e intervención política
hecho de circunstancias políticas excepcio- en el espacio de la representación política,
nales que incitan y autorizan la invención dibujó una nueva cultura que se podría ca-
política. El peso de la coyuntura internacio- racterizar como una democracia social a la
Abstract
The Republican period known as the Popular Front (February–July 1936) was marked in Spain
not only by a change of government but also by an extraordinary political, social and labour mo-
bilization promoted from outside the ministries, in order to exert significant pressure for the FP
program to be fulfilled as quickly as possible, rather than openly confront the executive. A subtle
change of tactics of labour organizations, but also of the government itself, which resorted less
than usual to brute force and repression as compared with what happened in previous periods of
the history of Spain. However, this situation was not exclusive to Spain but was repeated in Fran-
ce, where something similar happened between April and June 1936. But the way in which both
coalitions were created, their different political balances, the type of mobilizations, their rhythm and the
historical tradition of both countries also offered considerable differences.
Keywords: Popular Front (Spain and France), Second Republic, Labour movement, strikes, 1936.
El período republicano conocido como el amplio apoyo obrero y popular, y que había
del Frente Popular (febrero–julio de 1936) forzosamente que yugular, la han converti-
se caracterizó en España no sólo por un do mágicamente en una «revolución», o en
cambio de gobierno, con un marcado giro términos modernos más eufemísticos em-
de contenido social con respecto a lo que se pleados por algunos autores, vistas las evi-
había hecho en los más de dos años ante- dencias acumuladas en su contra, en «focos
riores. También fue clave para entenderlo de revolucionarismo», «situación prerrevo-
la extraordinaria movilización política, so- lucionaria», o fórmulas ininteligibles simila-
cial y laboral promovida desde fuera de los res, que nada explican, salvo la mentalidad
ministerios, que resulta muy llamativa, por muy conservadora del que escribe.
exótica, para la época republicana. Pues ac- Lo que nunca se ha dicho, ni siquiera entre
tuó en paralelo, presionando claramente al esta historiografía, es que esta movilización
gobierno para que cumpliese su programa fuese dirigida contra el gobierno mismo, al
con la mayor celeridad posible, en lugar de que suelen caracterizar como impotente, in-
enfrentarse abiertamente a él, cambio su- capaz y rehén de las fuerzas revolucionarias,
til de táctica de las organizaciones obreras cuando no promotor mismo de la violencia y
y del propio gobierno, que recurrió menos las persecuciones, pero nunca como enemigo
de lo habitual a la fuerza bruta y la repre- de la izquierda obrera. Existe por tanto un
sión. Esto daba la impresión de que ambas amplio consenso historiográfico en torno a
iniciativas parecían complementarse, aun- la idea que el gobierno y la izquierda obre-
que aun así los choques y tensiones se pro- ra, su aliada, funcionaban en paralelo, no
digaron en una complicada estrategia de enfrentados, aunque en ocasiones pudieran
retroalimentación entre la legitimidad que chocar, y que esta situación poco o nada tie-
suministraba el parlamento y el gobierno y ne que ver con la del primer bienio republi-
las movilizaciones de la calle. Aunque sos- cano, en particular con la abierta hostilidad
tenida desde febrero y multiforme, tuvo una entre el Gobierno Azaña y la CNT–FAI, por
faceta huelguística, desarrollada en particu- no hablar del segundo. Esta relación pecu-
lar entre mayo y julio de 1936, es decir en liar y simbiótica se va a ver aquí con algunos
la víspera inmediata de la guerra. La pu- ejemplos. Esta situación sin embargo no fue
blicística y la historiografía más conserva- exclusiva de España y los problemas españo-
dora desde la misma primavera de 1936 ha les, sino que se repitió en uno de los pocos
oscilado en caracterizar dicha movilización países europeos donde operó con éxito un
como una revolución en marcha comunista Frente Popular propio: se trata de Francia y
o simplemente obrera, un desbordamiento su Rassemblement Populaire («Coalición Po-
del gobierno, incapaz de contenerla y ha- pular»). También ganó las elecciones, ocupó
cerla frente, o una persecución sistemática el gobierno y fue curiosamente respaldado
y violenta de las pacíficas derechas, alenta- a su manera y desde fuera por una movi-
da o tolerada por el gobierno y sus aliados. lización social y laboral, sin comparación
O bien las tres cosas juntas y combinadas. posible tampoco en la propia historia de la
Opinión política ya difundida en su día por Tercera República. Todo esto ocurrió entre
Gil Robles o Calvo Sotelo, y luego convertida abril y junio de 1936, es decir casi al mis-
en teoría historiográfica. Esa sensación de mo tiempo que la experiencia española. Sin
inquietud de la opinión conservadora y los embargo la forma en que se constituyeron
poderosos ante el retorno de las odiadas re- ambas coaliciones, los distintos equilibrios
formas, ahora respaldadas en la calle con un políticos, el tipo de movilizaciones, su ritmo
Propaganda del Frente Popular ante las elecciones de febrero de 1936 (Archivo Histórico del PCE).
Ocupación de una fábrica en París durante la huelga de la metalurgia de junio de 1936 (Foto:
Agence Meurisse - Biblioteca Nacional de Francia).
establecimientos en los que trabajaban, por clima de guerra civil y caos que ya se vivía
todo el país, como si fueran su rehén, que en España, cuando en el ámbito del conflicto
sólo devolverán cuando el gobierno actúe. Y sociolaboral la situación en Francia no era ni
no será hasta entonces cuando se inicie un mucho menos grave ni inferior en volumen
repunte huelguístico en España, pero sin la o intensidad. Un medidor de la violencia que
extensión, la unanimidad ni la espontanei- se ha utilizado es el de las víctimas mortales,
dad de los paros franceses y sin recurrir de pero los datos más fehacientes aportados
forma masiva a la pernocta en los estableci- hasta la fecha apuntan en una doble direc-
mientos, rasgo característico y novedoso de ción [15]. Por un lado, que unos dos tercios de
las huelgas galas y que llamó muchísimo la las víctimas lo fueron a manos de las fuerzas
atención de sus contemporáneos. armadas y policiales y la derecha antiliberal
Lógicamente la gravedad de lo acontecido y la extrema derecha, es decir básicamente
en España se ha adobado con el tema de la pertenecían a la izquierda política (obre-
violencia político–social, que en esos meses ra básicamente) o bien formaban parte de
fue mayor que en Francia. Es un tema que las movilizaciones reivindicativas de esos
trasciende a este artículo pero que importa
en la medida que ha contribuido a ennegre- 15.–Rafael Cruz Martínez, En el nombre del pueblo. Repú-
blica, rebelión y guerra en la España de 1936, Madrid, Siglo
cer el panorama español frente al francés,
XXI, 2006; Eduardo González Calleja, Cifras cruentas. Las
como si fuese notablemente mucho más víctimas mortales de la violencia sociopolítica en la Segunda
excepcional o directamente un síntoma del República española (1931–1936), Granada, Comares, 2015.
tento directo, es decir fruta, espigas, leña o tos y todo ocurrió lejos de la disputada finca
caza), sin sustrato legal alguno pero más to- que había motivado todo el pleito [18].
leradas, trabajos al tope (en su acepción su- Pero esta movilización rural se desplega-
reña significa emplear toda la mano de obra ba en paralelo a la labor gubernamental, en
que una finca puede asumir, a la búsqueda una singular dialéctica, y buscando evitar el
de jornal), que además se podía apoyar en las choque abierto con la represión estatal y la
leyes de Laboreo Forzoso y las Comisiones legislación que se estaba desplegando. En
de Policía Rural (sobre todo si había alcal- España los gobiernos Azaña–Casares lejos
des socialistas) y ocupaciones (con intención de ser un mero revival del primer bienio ace-
de roturar y por tanto quedarse), estas últi- leraron el ritmo de aprobación de las medi-
mas necesitadas para prosperar de respaldo das y la voluntad política de llevarlas a cabo
legal, que podía dar el Instituto de Reforma sin demora y dilaciones, particularmente en
Agraria a través de la Ley de Reforma Agra- el tema de la reforma agraria, al que acudie-
ria, la intensificación de cultivos, las cláusu- ron con más rapidez y diligencia, relegando
las de «utilidad social» o el rescate de comu- a un segundo plano la reposición de los jura-
nales, que entonces pasó a discutirse en el dos mixtos. La panoplia legislativa se centró
Congreso («que lo que era del común vuelva en el asentamiento de campesinos, más que
al común», según la reivindicación secular en las expropiaciones, y en los temas urgen-
campesina). En ellas el objetivo prioritario tes, como ya sugería el programa del FP: ac-
eran las fincas susceptibles de entrar en esos tuación sobre arriendos y desahucios, situa-
supuestos [17]. Este repertorio ya existía, pero ción de gran emergencia tras lo sucedido en
se extendió con singular éxito, profundidad 1934–1935; condonación de multas preci-
y extensión. Epítome de lo antedicho sería samente a invasores de fincas y ladrones de
el incidente del 29 de mayo en Yeste, choque leña y caza, siempre que no reincidiesen en
entre campesinos y Guardia Civil y masa- el plazo de dos años; los urgentes decretos
cre que podría compararse a las del primer de yunteros, emitidos con urgencia porque
bienio. Ocurrió en Albacete, una de las pro- se acababa el nefasto invierno 1935–1936 y
vincias menos conflictivas de la República había que hacer las labores de barbechera;
hasta entonces. Significativamente fue la el Decreto de 20 de marzo (Gaceta del 28 de
consecuencia de una ocupación de una finca marzo) que permitía los asentamientos rá-
que había sido comunal en el pasado (o así pidos e inmediatos (120.000 campesinos en
al menos lo consideraban los campesinos), 600.000 hectáreas), y entre cuya aprobación
ahora en manos del cacique del pueblo. En y publicación se procedió a las famosas «in-
realidad el origen de la desavenencia fue vasiones» de Badajoz (el 25 de marzo), clá-
un desacato a los guardias civiles posterior sico ejemplo de la retroalimentación exis-
al desalojo de la finca. En cualquier caso, el tente entre legislación y movilización, y del
incidente que provoca la matanza muestra que se ha dicho que «en su lógica interna,
hasta qué punto se había avanzado en este esta acción colectiva no hacía sino cumplir
aspecto, pues fue un enfrentamiento des-
graciado justo cuando la mediación ante los
agentes de la Guardia Civil para la liberación 18.–Véase Manuel Requena Gallego, Los sucesos de Yeste
de unos jóvenes parecía haber dado sus fru- (mayo 1936), Instituto de Estudios Albacetenses, Albacete,
1983. La finca era propiedad del clan de los Alfaro, llama-
17.–Más detalles en Francisco Sánchez Pérez, «Las protes- dos por Requena «institución caciquil», p. 63. Edmundo Al-
tas del trabajo en la primavera de 1936», Mélanges de la faro fue votado por todos los electores (!!!) del municipio
Casa de Velázquez, 41(1) (2011), pp. 77–101. de Yeste en las elecciones de junio de 1931.
el programa del Frente Popular» [19], pues se los Jurados mixtos y en particular la amnis-
centraba en fincas susceptibles de expro- tía, que facilitaba la vuelta al primer plano
piación señaladas por el propio Instituto de de los cuadros dirigentes y los activistas más
Reforma Agraria, en un tira y afloja entre la significados. Los sindicatos tenían además
FETT y éste [20]; un nuevo proyecto de Ley un margen de libertad mayor que en Fran-
de Bases de la Reforma Agraria (16 de abril, cia, pues la dirección caballerista de la UGT
Gaceta de 19 abril), que garantizaba las in- estaba enfrentada con la directiva prietista
demnizaciones en todos los casos; otro de del PSOE, que se hallaba fuera del gobier-
recargo progresivo sobre la contribución te- no, no le entusiasmaba demasiado la idea
rritorial correspondiente a la riqueza rústica de mantener en el tiempo la alianza con los
(7 de mayo, Gaceta de 8 de mayo): y el de republicanos liberales, siendo más proclive
rescate y readquisición de bienes comuna- a la unidad de acción con las demás orga-
les por parte de los municipios (16 de abril, nizaciones obreras, incluida la CNT, que no
Gaceta del 19 de abril), que proponía revisar había suscrito el FP. El compromiso del PCE
los despojos sufridos por los ayuntamien- con la coalición era muy serio, pero estaba
tos desde la desamortización de Madoz de en rodaje y su influencia sobre los sindica-
1855. Este proyecto entró en comisión el 16 tos era muy limitada. Poco que ver en esto
de abril pero solo se empezó a debatir a me- con la situación francesa, donde la CGT se
diados de junio, después de los incidentes de comprometió a fondo con el FP y no planeó
Yeste, provocados precisamente por la inva- ninguna ofensiva sindical y menos con un
sión de antiguas fincas del común, y se había gobierno interino, y el PCF, interesado en
aprobado el primer artículo el 10 de julio. una alianza interclasista, tenía una mayor
influencia sobre los asalariados. Pese a todo
Gobiernos y dinámicas sindicales también había un ala izquierda en la SFIO,
más minoritaria que en España (la de Mar-
Respecto a los obreros industriales y los ceau Pivert), entusiasta con el tema de la
trabajadores de las ciudades existía una im- movilización obrera, grupúsculos trostskis-
portante tradición sindical en determinados tas, y una juventud obrera, en particular, más
sectores como el textil, el metal, la madera, radicalizada (como en España) y mucho me-
la alimentación, la construcción y entre los nos asociada. Todo esto hace más compren-
ferroviarios o los mineros, por lo que y pese sible cómo será el despliegue huelguístico
a la represión sufrida no resultaba tan com- en Francia de mayo–junio: aprovechando el
plicado resucitar las organizaciones sindi- vacío de poder (las fuerzas del FP no ocupa-
cales en las grandes ciudades y las cuencas ban el gobierno aún), festivo (celebrando la
minero–industriales (Asturias, Vizcaya). El victoria obrera), inmediato, espontáneo, re-
triunfo político de febrero de 1936 conlleva- curriendo a un método muy poco explorado
ba la reapertura de centros y prensa obrera, por los sindicatos, la huelga sur le tas, es de-
la reimplantación de la legislación laboral y cir, ocupando el centro de trabajo, extendido
a sectores poco proclives a las huelgas (cen-
19.–Sergio Riesgo Roche, La reforma agraria y los orígenes tros comerciales, trabajo femenino), y todo
de la guerra civil. Cuestión yuntera y radicalización patronal ello facilitado por un mínimo control de las
en la provincia de Cáceres (1931–1940), Madrid, Biblioteca
asociaciones obreras, demostrado en que la
Nueva, 2006, p. 303.
mayoría de las huelgas se hizo sin peticiones
20.–Francisco Espìnosa, La primavera del Frente Popular.
Los campesinos de Badajoz y el origen de la guerra civil previas redactadas por las direcciones sindi-
(marzo–julio de 1936), Madrid, Cátedra, 2007, p. 134. cales, y en muchos casos hubo que inventar-
dimientos no fueron tan novedosos ni las los 843.872, 543.088 completos, con 562.421
ocupaciones de centros de trabajo, tan ex- agrícolas y 100.887 en la construcción, cifra
tendidas, aunque hubo casos, hasta enton- mensual que es la más elevada de toda la
ces muy excepcionales y quizá influidos por historia republicana, siguiendo a la misma
las noticias que llegaban de Francia. Si bien fuente [23]. Y así fue; las prolongadas lluvias
no es menos cierto que la colaboración entre de principios de año agravaron más el pro-
sindicatos presionó notablemente a la UGT blema. Siguiendo la lógica de la restauración
y a la STV católica para adentrarse en estra- de horarios se repusieron las 44 horas sema-
tegias de reivindicación que no eran las su- nales para los metalúrgicos (5 de marzo, Ga
yas y obligó a buscar nuevas fórmulas para ceta del 7 de marzo), que habían sido apro-
solucionar los conflictos: en particular la badas por los jurados mixtos de Barcelona,
movilización de los parados, la creación de Zaragoza, Valencia y Madrid, pero que los
listas de desempleados adscritos a los sindi- gobiernos radicalcedistas habían anulado
catos y la presión obsesiva por la reducción en noviembre de 1934 (pasando de nuevo a
de jornada, con el paro rampante en el ho- las 48 horas). Pero se fue más allá porque el
rizonte de todas estas estrategias, bastante alcance de las 44 horas era ahora toda Espa-
alejadas de las típicas de las sociedades de ña. Nueva fue sin embargo la reducción de
oficio. En cualquier caso, también se exten- la jornada ordinaria de la minería del carbón
dieron los conflictos laborales a sectores de a 40 horas, con un máximo de 44 horas para
menor tradición (mano de obra femenina, labores especiales (Decreto del 18 de junio,
empresas de servicios). Gaceta del 21 de junio), que ya se hizo bajo
Y aunque no había un vacío legal como el la presión de diversas huelgas en el sector
francés, la oportunidad política era muy bue- minero con ese objetivo. El horizonte de
na para convertir la huelga en un extraor- las 40 horas, la «semana de dos domingos»,
dinario medio de presión sobre el gobierno que ya se ha visto lograron los trabajadores
Casares para que acelerase las reducciones franceses por entonces a nivel nacional, era
de jornada, la lucha contra el paro y la repo- algo que se vislumbraba como posible, como
sición de la legislación laboral. Aunque en demuestra la convocatoria para el 7 de sep-
el último apartado se demoraron en el tema tiembre de una «Conferencia para la limita-
más delicado, el de los jurados mixtos, como ción de jornada», para «estudiar las posibi-
ya he explicado, los gobiernos Azaña–Casa- lidades de la implantación de la jornada de
res sí tomaron medidas en los demás apar- cuarenta horas de trabajo semanales» (7 de
tados, que de alguna manera legitimaban las julio, Gaceta del 10 de julio). Que nunca se
peticiones sindicales manifestadas en varios celebrara dicha conferencia no quiere decir
conflictos, siguiendo la retroalimentación que el horizonte de las 40 horas no existie-
ya expuesta. Y es que el problema del paro, se y los huelguistas de mayo–julio lo sabían
que se suele decir que remitió en 1934–1935, (eso es lo que se concedió por ejemplo a los
llegó al paroxismo en vísperas de la victoria de la construcción de Madrid), aunque en-
del Frente Popular: en enero de 1936 había
748.810 parados, 457.458 completos (no tra- 23.–El propio Boletín ante las alarmantes cifras se ve obli-
bajaban ningún día de la semana), de ellos gado a incluir una nota, atribuyendo el alza «casi en su
481.738 agrícolas y 95.145 en la construc- totalidad, a aumento en el paro agrícola, lo que obedece, a
su vez, al régimen general de lluvias e inundaciones, que
ción; pero es que en febrero de 1936, últi-
ha paralizado todo trabajo en el campo», Boletín del Minis-
mo mes en el que el Boletín del Ministerio de terio de Trabajo, Sanidad y Previsión, 68, marzo de 1936, pp.
Trabajo suministra datos, las cifras alcanzan 361–362; y 69, abril de 1936, p. 512.
era más práctico doblegar a los patronos con papel importante en los años 1917–1920 [29],
una huelga unánime antes de esperar que un siempre había ocupado una posición clara-
fallo o un laudo más o menos legal hiciese a mente secundaria en el movimiento huel-
los patronos que obedecieran, algo del todo guístico frente a Barcelona. Eso cambió en
hipotético. Aunque ya se habían dado casos los años treinta cuando Madrid se puso en
y precedentes de colaboraciones UGT–CNT la cabeza del movimiento obrero del país [30],
en los años 1933 y 1934 habían sido muy rol hasta entonces muy discutido, al calor
escasos, por lo que plantear las huelgas al de las transformaciones que había tenido la
unísono no dejó de ser una novedad carac- estructura socioprofesional de la ciudad en
terística de 1936. Esta obsesión por la firma los últimos veinte años, los cambios en los
del patrono la compartían con los obreros repertorios y patrones de la protesta urbana,
franceses. La vuelta al trabajo en las huel- que habían permitido la consolidación de la
gas de la primavera gala fue muy dificultosa huelga general de industria como forma de
porque sintomáticamente la mayoría de los acción colectiva hegemónica, y las oportu-
trabajadores no querían retornar a su activi- nidades políticas que la Segunda República
dad normal si el patrón no firmaba en perso- proporcionó, con la brusca irrupción de la
na un acuerdo escrito comprometiéndose a democracia de masas y el intervencionismo
respetar los acuerdos de Matignon (de índo- del Estado en la vida social. La crisis eco-
le «política» y alcance nacional). Por eso Le nómica y el paro de los años treinta fueron
Populaire, el periódico socialista, el 8 de ju- muy importantes tanto en París como en
nio, para explicar los acuerdos a sus lectores Madrid y la visibilidad del cambio político
lo hacía en términos de solución convencio- se encarnaba en la capital mejor que en nin-
nal de una huelga: «Victoire! Victoire! Les gún otro sitio. El problema es que también
patrons ont capitulé! (…) Les patrons? Quels se visibilizaba mejor el caos y la violencia,
patrons? Tous». Es bastante dudoso por otra sobre todo con los atentados políticos que
parte que sin estas huelgas se hubiesen apro- se sucedieron en la ciudad en esos meses, de
bado las medidas de Matignon o al menos ni los que se hizo eco la prensa conservadora y
tan fácil ni tan rápidamente, y en particular la no tan conservadora, y luego multitud de
que la patronal, bastante asustada, hubiese autores posteriores, como si fuese un epíto-
firmado dichos acuerdos. Tras estas leyes y me de toda España.
con la inestimable colaboración del PCF las
huelgas pudieron disolverse en julio.
en Charles Tilly y Edward Shorter, Las huelgas en Francia,
El papel de la capital del estado en el caso
1830–1968, Madrid, Ministerio de Trabajo, 1985.
francés y el Español también fue diferen-
29.–La problemática en Madrid de esos años puede ver-
te [27]. A diferencia de París, que había ejer- se en Francisco Sánchez Pérez, La protesta de un pueblo.
cido de forma sistemática un papel domi- Acción colectiva y organización obrera. Madrid, 1901–1923,
nante durante las olas de 1906, 1919–1920 Madrid, Cinca/Fundación Francisco Largo Caballero, 2006.
o 1936 [28], Madrid aunque había tenido un 30.–Muy significativamente en el trabajo de Michael Seid-
man, Workers against work. Labor in Paris and Barcelona du-
ring the Popular Fronts, Berkeley, University of California
27.–Más sobre el particular en Francisco Sánchez Pérez, Press, 1991, la comparación con Barcelona remite a la re-
«Madrid, capital de la protesta: de agosto de 1917 a julio volución faísta tras el 18 de julio, sin una sola referencia
de 1936», Cuadernos de Historia Contemporánea, 2007, pp. a los meses anteriores. Difícilmente puede compararse
301–311; y Francisco Sánchez Pérez, «Las huelgas del 36: eso a la oleada de huelgas de junio en Francia, pero el
¿por qué Madrid?», Bulletin d’Histoire Contemporaine de autor insiste en ello, empeñado en describirnos dos re-
l’Espagne, 48 (2012), pp. 27–42. voluciones, para lo que Madrid no ofrece un buen perfil
28.–Véase el proceso y el papel centralizador de París obviamente.
cidió en el tiempo en cualquier caso con el PSOE o de la UGT lo que incide en el aumen-
despliegue de huelgas en Francia de mayo– to de huelgas agrarias. Muy al contrario, pa-
junio, si no estuvo directamente inspirada al rece que la radicalización no es la causa de
menos en parte por él, y también con el cam- los conflictos, sino la consecuencia de éstos.
bio de gobierno en mayo, una nueva horna- O que la UGT caballerista de 1936 no tuvo
da de gobernadores civiles en muchos casos por qué ser más amante de los conflictos que
y el Congreso de Zaragoza de la CNT a pri- la besteirista de antes de enero de 1934.
meros del mes con su eslogan de las 36 ho- En cualquier caso, sabemos que en aque-
ras, que está influido por el acuerdo de abril llas ciudades donde la hegemonía cenetista
de UGT y CNT para presentar nuevas bases aún era importante como Zaragoza, Barce-
de trabajo en Madrid en la construcción y no lona o incluso Sevilla, el despliegue de con-
al revés. En cualquier caso no parece un des- flictos fue comparativamente menor que
pliegue atípico respecto a lo que había ocu- en otras zonas y de mucha menor violencia
rrido en 1930–1934, destacando que el caso que en las auténticas batallas campales del
excepcional no fue éste, sino 1935. primer bienio, siguiendo la pauta que se ha
En cualquier caso los datos invocados señalado para las huelgas agrarias. El núme-
chocan con la historiografía que ha aborda- ro de huelgas en Zaragoza capital en 1936
do este tema allí donde lo ha hecho con algo fue de una (de ferroviarios) frente a más de
de profundidad, en particular la local, y que 30 todos los años en 1931, 1932 y 1933; en
matiza, cuando no contradice abiertamente, Sevilla ciudad hubo 13 huelgas, concentra-
los datos institucionales. Pues en general das en mayo y junio (frente a 67 en 1931 ó
muestra datos de huelgas inferiores a las del 27 en 1933), y 9 de ellas en conflictos muy
primer trienio y destaca en particular la au- localizados, sin una sola huelga general,
sencia de huelgas insurreccionales semejan- algo excepcional en Sevilla, donde hubo 15
tes a las de 1931–1934 que no se dan en par- huelgas generales entre 1931 y 1934 (12
te alguna y que tampoco fueron abordadas sólo entre 1932 y 1933); en Barcelona y en
por las autoridades con la misma saña: no Cataluña, pese a que siguió habiendo huel-
hay nada semejante a la rebelión de la Tele- gas, los conflictos fueron de tal cariz que se
fónica o la «semana sangrienta» sevillana de creó el contramito de la «primavera trágica»,
1931, de las huelgas generales de Zaragoza el del «oasis catalán» [42]. Por el contrario la
o la batalla campal perpetua de la Barcelo- ofensiva de la CNT en Madrid, a través de
na de 1931–1933, de las insurrecciones de la sectores menos cualificados como la hoste-
CNT–FAI de 1932–1933 o la huelga agraria lería o la construcción, aumentó su presen-
de junio de 1934, por no hablar de octubre cia de forma relevante, cuanto menos [43]. En
de ese año. No hay más que comparar cómo
fue tratada la más grave, la huelga general 42.–Jesús Ignacio Bueno Madurga, Zaragoza, 1917–1936.
de la construcción de Madrid, y eso que se De la movilización popular y obrera a la reacción conser-
vadora, Zaragoza, Inst. Fernando el Católico, 2000, p. 283;
prolongó por mes y medio. La impresión ge-
José Manuel Macarro Vera, La utopía revolucionaria. Sevilla
neral es que habían cambiado cosas muy im- en la Segunda República, Sevilla, Monte de Piedad y Caja de
portantes en el país, si se compara con todo Ahorros de Sevilla, 1985, pp. 72–79 y 91; Eduardo Gonzá-
lo anterior. Ya se han mencionado los datos lez Calleja, «Entre el seny y la rauxa. Los límites democrá-
ticos de la Esquerra», en Fernando del Rey Reguillo (dir.),
agrarios que muestran que el número de pa-
Palabras como puños. La intransigencia política en la Segun-
ros, sin ser inexistente, es inferior al del pri- da República española, Madrid, Tecnos, 2011, pp. 328–329.
mer bienio, lo que de paso erosiona la teoría 43.–Santos Juliá Díaz, Madrid, 1931–1934. de la fiesta po-
de que es la radicalización ideológica del pular a la lucha de clases, Madrid, S. XXI, 1984; Francisco
cualquier caso, la ecuación seguía siendo de los «nuevos», generalmente menos cua-
la tradicional, cuanto mayor crecimiento lificados, peor remunerados y protegidos
de la UGT frente a la CNT menos huelgas y por sindicatos católicos, más dóciles. A es-
más moderadas, por lo que la radicalización tos trabajadores se les exigía la afiliación en
sindical ugetista de 1936 es cuando menos los sindicatos dominantes y que esperasen
discutible. Por lo tanto, puede concluirse en ellos su «turno». Quizá algunos, resenti-
que la recuperación sindical fue muy rápi- dos, abrazaron el fascismo o el pistolerismo.
da a través de una militancia de aluvión, que Buscar soluciones para el paro a través del
amenazó con romper el equilibrio sindical reparto del trabajo y la reducción del hora-
en algunas zonas (no siempre en el mismo rio se convirtió en tema sindical casi prio-
sentido), y que extendió las huelgas (como ritario, en particular en el caso de la CNT,
en el campo) a sectores de la producción in- que no admitía la intervención de las insti-
éditos en su faceta reivindicativa o asociati- tuciones. La CNT además tenía buena parte
va hasta la fecha. Sectores de mano de obra de su clientela en los barrios periféricos de
femenina, como las sastras y perfumistas de las grandes ciudades, de inmigración más o
Madrid, pero también masculina, como los menos reciente y con peores condiciones de
toreros de la Plaza de las Ventas, los marinos habitabilidad, poblados de trabajadores de
de Vizcaya o los dependientes y oficinistas baja cualificación [46].
de Málaga [44]. Lo expuesto anteriormente sirve para
En buena parte de las huelgas la preocu- comprender la novedad, la virulencia y la
pación por liberar el mayor número de tra audacia de ciertas tácticas y prácticas, vis-
bajadores del drama del desempleo (y la tas incluso por veteranos dirigentes sindi-
certeza de que las instituciones eran impo- cales como maximalistas. Se hicieron sentir
tentes en este campo) se convirtió en una en particular a partir de mayo, cuando mu-
prioridad sobre cualquier otra [45]. Tradicio- chos despedidos ya habían sido readmiti-
nalmente, el desempleo no proporcionaba el dos y las organizaciones ya habían tenido
medio más adecuado para la combatividad tiempo de reorganizarse y plantear nuevas
sindical al obstaculizar las huelgas y debi- bases de trabajo y demandas salariales. Por
litar a las organi zaciones, enfrentando a ejemplo, la presión de los parados y el cie-
unos colectivos de trabajadores con otros, rre de empresas en crisis creó una movili-
sindicados o no. La competencia sobre el zación novedosa, aunque muy minoritaria,
puesto de trabajo se agravó por el retorno como la huelga de brazos caídos, nombre
de los represaliados y despedidos de octu- dado en España a las huelgas con ocupación
bre, que exigían en primer lugar el despido del centro de trabajo, que se dieron en el
metal, los astilleros de Cádiz (con encierro
Sánchez Pérez, «Un laboratorio de huelgas: el Madrid del y huelga general de solidaridad) y grandes
Frente Popular (mayo–julio de 1936)», en M. C. Chaput,
fábricas (como la de cerveza El Águila en
Fronts Populaires, pp. 155–172.
Madrid, que también arrastró a una huelga
44.— La anécdota del conflicto taurino la cuenta José Ma-
ría Gil Robles, No fue posible la paz, Barcelona, Ariel, 2006, del ramo), pero también en sectores sin una
p. 643. amplia tradición reivindicativa o societaria,
45.— Más detalles en Francisco Sánchez Pérez, «Las huel- en particular los que acogían un importante
gas durante la república española: el caso de 1936», en porcentaje de mano de obra femenina (acei-
Julien Lanes Marsall, David Marcilhacy, Muchel Ralle y
Miguel Rodríguez (eds.), De los conflictos y de sus construc- 46.–José Luis Oyón, La quiebra de la ciudad popular. Espacio
ciones. Mundos ibéricos y latinoamericanos, París, Éditions urbano, inmigración y anarquismo en la Barcelona de entre-
Hispaniques, 2013, pp. 119–129. guerras, 1914–1936, Barcelona, Ediciones del Serbal, 2008.
Pero, en cualquier caso, no existió una di- Tanto en Francia como en España y pese
rección unificada y con un mínimo de coor- a las diferencias apuntadas hubo por tan-
dinación del movimiento, en lo que sí hay un to grandes similitudes, ejerciendo el país
paralelo evidente con Francia, por lo que la galo de referente cronológico imprescindi-
virulencia de la oleada huelguística es muy ble: oportunidad política y presión sobre el
desigual, más elevada en Vizcaya y Guipúz- gobierno en materia de paro y de jornada,
coa, quizá en Asturias, donde había que re- trabajadores jóvenes, métodos novedosos,
componer el estropicio de octubre de 1934, control de las ejecutivas sindicales sólo re-
pero sobre todo en Málaga y Madrid. Pero en lativo, sin llegar en España a la esponta-
la Andalucía urbana en su conjunto es bas- neidad francesa, extensión a sectores de
tante evidente que las huelgas disminuye- escasa tradición asociativa y huelguística,
ron frente a 1931–1934, al menos en cinco centralización en la capital, con Madrid de
de las ocho provincias [51]. Y al este del sis- imagen y escaparate privilegiado de estas
tema ibérico esto es ampliable a Zaragoza y huelgas, junto a algunos de los elementos
Barcelona. Falta un estudio más sistemático más perturbadores de la violencia política,
en Murcia y el País Valenciano, por no decir y en particular del envalentonamiento y re-
del conjunto del país no ya para 1936 sino belión de los de abajo, del upside down. En
para todo el período republicano, al menos los meses de junio y julio llegaron a estar en
comparable al que se ha hecho en otros paí- huelga en Madrid cerca de 100.000 personas
ses. Rafael Cruz ha intentado hacer una ti- simultáneamente y podían verse plazas de
pología de las huelgas de la España de 1936, toros repletas de peones y albañiles, asam-
agrupándolas en cuatro categorías: las de bleas al aire libre con miles de personas en
la construcción, que tuvieron un gran peso la Ciudad Universitaria alzando su mano
en el total, junto a otros servicios urbanos para votar, grupos de sastras o perfumistas
(agua, gas y electricidad, hielo y refrescos, de Gal y Floralia levantando el puño ante los
hostelería, transportes, ocio), que les die- estupefactos viandantes, petardos y pedra-
ron una mayor visibilidad e impacto para las das en los escaparates y terrazas de bares y
clases medias y las élites urbanas, que si se restaurantes, todo salpicado con entierros
hubieran limitado a las canteras, las minas, multitudinarios de mártires con uniforma-
el metal, los puertos o el campo; los paros dos escoltándoles y realizando el saludo a
generales locales de 24 ó 48 horas, que se la romana o con el puño en alto. Esta ima-
prodigaron esos meses, generalmente para gen de un Madrid «subversivo» y su abusiva
protestar contra provocaciones y atentados proyección a toda España tuvieron un gran
frustrados o consumados por la extrema de- peso en la difusión y construcción posterior
recha, muy activa esos meses, o bien como del mito de la anarquía y la revolución que
solidaridad por otros conflictos encallados asolaban el país y significó un escenario de
o mal resueltos; las huelgas de competen- fondo que explotaría a fondo la propaganda
cia intersindical más feroz con choques en franquista y después la historiografía afín
la calle, como las de Málaga antecitadas; y el para justificar el golpe, la guerra y la dicta-
caso de Madrid, donde convergieron las tres dura subsiguiente.
categorías [52]. De esa imagen no se libró el 36 francés,
pues para los dirigentes de la Francia de Vi-
51.–Diego Caro Cancela, «Elecciones, conflictividad social
y violencia política en la Andalucía del frente popular», chy esos acontecimientos eran considerados
Trocadero, 17 (2005), pp. 57–75. el síntoma de todo aquello que rechazaban
52.–R. Cruz Martínez, En el nombre del pueblo, pp. 150–154. en su país y que había llevado a la decaden-
Resumen
Abstract
The history of anarchism in Spain is one of the most relevant chapters of the history of the
workers movement. It is very difficult to understand the history of the Spanish labour movement
if the anarchism as a political and social movement is not taken into account. With the advent of
the Republic the anarchism and its organizations became leading actors. Although not directly
involved in the formation of the Popular Front, their previous debates ensured that they had a
position regarding the electoral coalition that triumphed in February of 1936. Also, because of its
reorganization after the general strike of October 1936, the libertarian movement played a leading
role in the spring of 1936, which would make the anarchists a leading factor in the labour struggles
that developed in the months preceding the coup d’état of July 1936.
«El Borbón ha tenido que dejar el poder. claro es que para la CNT la proclamación de
Los ayuntamientos, las diputaciones, las la República fue un proceso revolucionario
oficinas de Correos y Telégrafos están en del que ellos mismos eran protagonistas.
manos del pueblo. El anarquismo había crecido al calor de la
Para afirmar estos hechos hemos de mani- oposición a la dictadura. No había partici-
festarnos en la calle. pado del Pacto de San Sebastián, pero sí de
No somos entusiastas de una República las conspiraciones contra el régimen ante-
burguesa, pero no consentiremos una nue- rior. Muchos de los movimientos, como el
va dictadura. de Jaca, tenían un sabor libertario, tenien-
El pueblo debe estar dispuesto para hacer do en cuenta que personajes como Fermín
frente a una posible reacción de las fuerzas Galán eran simpatizantes del anarquismo y
armadas. contaban con la CNT para sus movimien-
Si la República quiere, realmente, consoli- tos. Nadie negaba la tarea protagonista de
darse, tendrá que tener en cuenta la orga- los libertarios en el cambio de régimen. «A
nización de los trabajadores. Si no lo hace, esa República ‘salida del pueblo’, preferible
perecerá. a una ‘monarquía por la gracia de Dios’, y
Como primera condición exigimos la inme- a la que no pocos cenetistas habían contri-
diata libertad de todos nuestros presos. buido a traer con su voto, se le pedía mu-
Después de esto, lo más importante de chas cosas, pero sobre todo libertad» [4].
todo, pondremos otras condiciones. El congreso que la CNT realizó en mayo
La Confederación Regional del Trabajo de de 1931, con la República recién proclama-
Cataluña declara la huelga general y se da, en el Teatro del Conservatorio (actual
atendrá, en sus actos, a la marcha de los Teatro María Guerrero), también aleja la
acontecimientos. visión clásica que sobre el movimiento li-
Por la libertad de los presos. Por la Revo- bertario se tiene. Lejos de una visión que se
lución. ha querido dar de un congreso polarizado
¡Viva la Confederación Nacional del entre un sector «reformista» y un sector
Trabajo!» [2]. «faísta», enfrentados por cuestiones como
las Federaciones Nacionales de Industria
El titular de Solidaridad Obrera el 14 o el tiempo que se ha de dar a la Repúbli-
de abril no podía ser más sintomático. Un ca, la lectura de sus actas y debates se aleja
reconocimiento de la victoria republica- de esa percepción. En primer lugar, porque
na, aunque no se mostraba el entusiasmo no existió nunca un sector faísta. Cuando
de que con el cambio de régimen la situa- se estudian los sindicatos con posible in-
ción social cambiase para los trabajado- fluencia faísta, se ve que muchos de ellos
res [3]. Para los libertarios quedaba exigir a votaron a favor de las Federaciones Nacio-
la República para que contase con la clase nales de Industria. Y, por otra parte, las per-
obrera, uno de cuyos representantes era la sonalidades encasilladas dentro del faísmo
CNT. Eran los momentos de las bodas repu- no estaban encuadradas dentro de la FAI.
blicanas con los libertarios, que paulatina- Ni Durruti ni Ascaso ni García Oliver ni Fe-
mente se fueron alejando. Lo que quedaba derica Montseny eran en aquel momento
integrantes de la Federación Anarquista
2.— Adolfo Bueso, Recuerdos de un cenetista, Barcelona, 4.— Julián Casanova, De la calle al frente. El anarcosindica-
Ariel, 1976, p. 339. lismo en España (1931–1939), Barcelona, Crítica, 1997, p.
3.— Solidaridad Obrera, 14 de abril de 1931, n.º 126 14.
Ibérica. En ese congreso se aprobaron por esta concesión a la negociación del anar-
aplastante mayoría las Federaciones Na- cosindicalismo, se ratificó en los acuerdos
cionales de Industria: por 302.343 votos a del Congreso de la Comedia de 1919 a favor
favor frente a 90.676 votos en contra. Igual- del comunismo libertario. De ese congreso
mente, la CNT hizo un repaso a la situación de mayo de 1931 salió elegido secretario
del momento. Consideró la asamblea cons- general de la CNT Ángel Pestaña, director
tituyente emanada de la proclamación de la de Solidaridad Obrera. Como dice el histo-
República como un «hecho revolucionario» riador Juan Pablo Calero, «es difícil seguir
del que ellos mismos se sentían partícipes. sosteniendo la teoría de la dictadura extre-
Analizó la cuestión regional en Cataluña, mista de la FAI sobre la CNT a la vista de los
País Vasco y Galicia, donde también estaba dictámenes aprobados en el Congreso de
presente, y el modelo de relaciones labora- 1931» [5]. Apelar a las memorias de Juan Gar-
les que Largo Caballero estaba implemen- cía Oliver (El eco de los pasos) para justifi-
tando desde el Ministerio del Trabajo. Si car toda una teoría historiográfica se antoja
bien hizo una crítica a los Jurados Mixtos, un argumento débil a la vista de las nuevas
comparándolos con los Comités Paritarios, investigaciones. Además, como el propio
también dejaba la puerta abierta a estable- Julián Casanova muestra, intervenciones
cer marcos reivindicativos que fuesen asu- como la de Galo Díez en el congreso mues-
midos para unas mejores condiciones de la tran un interés de la CNT por dejar hacer
clase obrera basados en la negociación. Las
críticas iban dirigidas a la UGT y a Largo 5.— Juan Pablo Calero Delso, El gobierno de la anarquía,
Caballero, sus rivales naturales. A pesar de Madrid, Síntesis, 2011, p. 40.
a la República y, solo cuando el pueblo se enero de las cuencas mineras de Alto Llo-
desilusionase con ella, trabajar junto a esos bregat y Cardoner fracasó. En ese momen-
republicanos desilusionados por una trans- to la Regional Catalana de la CNT adopta
formación más radical de la sociedad [6]. la posición insurreccional, a lo que se unen
Sin embargo, pronto comenzaron los las duras críticas del movimiento liberta-
conflictos entre las autoridades republi- rio contra la Reforma Agraria. Esta posi-
canas y el movimiento libertario. Algunos ción de la Regional Catalana no fue bien
eran por cuestiones laborales, como la recibida por los sectores sindicalistas del
huelga de Telefónica en junio de 1931 en movimiento libertario. Es en este momen-
Madrid, que enfrentó al incipiente movi- to también cuando se produce la salida de
miento anarcosindicalista con la UGT, un los treintistas de la CNT y la formación de la
sindicato sectorial y la propia patronal. Federación Sindicalista Libertaria. El trein-
También a medida que el Gobierno republi- tismo, como corriente moderada del movi-
cano desde el Ministerio del Trabajo sacaba miento libertario, se convierte más en una
la nueva legislación. La CNT se opuso a la reacción ante lo que consideran un error de
legislación que comenzó a promulgar Lar- estrategia insurreccional que en una dife-
go Caballero y que se empezó a aplicar. La rencia sustancial en lo que eran los prin-
Ley de Términos Municipales o la Ley de Ju- cipios de los libertarios. Analizar la prensa
rados Mixtos fueron duramente criticadas y la documentación de la CNT y de la FSL
por la CNT. (que encarnó el treintismo y que se cono-
También se produjeron enfrentamientos ció como sindicatos de oposición) muestra
con las fuerzas del orden público, destacan- cómo los análisis eran idénticos pero la es-
do los sucesos del Parque de María Luisa en trategia difería. Además, el treintismo ni
Sevilla. La huelga general convocada en Se- siquiera se puede considerar una escisión.
villa en julio de 1931 acabó con el asesinato Entre la firma del manifiesto en 1931 y la
de cuatro trabajadores en ese parque tras ratificación de la salida de algunos sindica-
su detención. Los recuerdos de la Barcelo- listas de la CNT pasan casi dos años [8]. En
na de Martínez Anido se hicieron presentes algunos sitios fueron expulsados y en otros
en la prensa confederal [7] e incluso el dipu- se marcharon. Al igual que hay que distin-
tado Eduardo Barriobero, federal y afiliado guir entre la estrategia de los treintistas
a la CNT, pidió formalmente la salida de los que fundan la FSL y la estrategia política
socialistas del Gobierno. Una medida que se que adoptó Ángel Pestaña con el Partido
fue haciendo más evidente tras los sucesos Sindicalista.
de Arnedo y Castiblanco, que, aunque no En este ambiente de división en el mo-
fueran responsabilidad de los libertarios, sí vimiento libertario y de divorcio con la po-
significaron una ruptura de la luna de miel lítica republicana se producen los sucesos
entre el obrerismo y la extrema izquierda de Casas Viejas [9] de enero de 1933, que
republicana con el Gobierno republicano–
8.— J. P. Calero Delso, El gobierno de la anarquía, p. 48.
socialista.
9.— Ramón J. Sender, Viaje a la aldea del crimen, Madrid,
Sin embargo, el cambio de estrategia de Juan Pueblo, 1934; Eduardo de Guzmán, La tragedia de Ca-
los libertarios hay que fecharlo en febre- sas Viejas, 1933. Quince crónicas de guerra, 1936, Madrid,
ro de 1932, una vez que el movimiento de VOSA, 2007; Jerome R. Mintz, Los anarquistas de Casas Vie-
jas, Cádiz, Diputación de Cádiz, 2008; José Luis Gutiérrez
Molina, Casas Viejas. Del crimen a la esperanza, Córdoba,
6.— J. Casanova, De la calle al frente, p. 15 Almuzara, 2008; Tano Ramos, El caso Casas Viejas. Crónica
7.— Solidaridad Obrera. 24 de julio de 1931, nº 212. de una insidia, Barcelona, Tusquets, 2012.
siguiente: «Se extiende en consideraciones concretamente con la UGT, lo que hace que
sobre lo económico, así como la situación sus análisis vayan variando. El 7 enero de
política nacional y lo que podría suponer 1936, Tierra y Libertad, en un artículo titu-
unas elecciones si la CNT se apartara de su lado «Los anarquistas y la situación política
apoliticismo, ya que contribuiría a un es- española», habla de la abstención en térmi-
tancamiento la cuestión internacional en el nos activos. Para los anarquistas no votar
orden político político» [18]. Sin embargo, no basándose en la nada es igual de inútil que
es cierto que la CNT y el movimiento liber- votar, si no hay una propuesta firme detrás.
tario no estuviesen revisando su actividad Pero en el mismo número hace un llama-
en los tiempos pasados. Ya hemos visto los miento a acabar con la «reacción», en un ar-
análisis que hizo respecto a su actividad en tículo demoledor contra Gil Robles [20]. Las
octubre de 1934. Además, la propia estrate- críticas contra la derecha política fueron
gia del periodo 1932–1933 estaba también haciéndose más habituales. Más teniendo
siendo evaluada y llegó a ser analizada en en cuenta que en lugares como Madrid se
el congreso de Zaragoza, como veremos. denunció la utilización de las siglas CNT
Pero en muchas ocasiones el análisis por parte de la derecha para realizar una
del movimiento libertario se hace en rela- falsa campaña de abstención [21].
ción a los acuerdos de Cataluña, donde el Y es que el punto nodal sobre este asunto
anarquismo es hegemónico. En otros luga- lo tomaron la Conferencia de Sindicatos de
res del territorio, así como para otros mili- Cataluña y el Pleno Nacional de Regionales
tantes, las posiciones serían muy distintas. de la CNT que se celebró a finales de ene-
Destacaríamos, por ejemplo, a Miguel Pérez ro de 1936. El anarcosindicalismo afirmó su
Cordón, que a inicios de 1935 publicó un posición apolítica y por lo tanto su defensa
diálogo ficticio en La Tierra en el que dos del abstencionismo activo. La Regional Ca-
trabajadores conversan sobre la necesidad talana era la que más abogaba por ello, pero
de ir o no a votar. La conclusión es que lo también se hacía eco en sus diferentes sin-
menos malo eran las opciones de izquier- dicatos de que la campaña llevada en 1933
da [19]. había sido un error. Pero igualmente, la
Fue a partir de 1936 cuando la propa- opinión de los sindicatos libertarios cata-
ganda comenzó a ser distinta en prensa. Se lanes no era la de toda la confederación. El
mantuvieron las críticas al sistema, pero Pleno Nacional de Regionales abogó por no
se esboza que no va a haber una campaña llevar a cabo ninguna campaña de acción
como la de noviembre de 1933. Además, co- abstencionista. Incluso la Federación Local
menzaron a aparecer en la prensa liberta- de Zaragoza consideraba que esa campaña
ria constantes referencias a la represión en solo era una cuestión de táctica sindical [22].
Asturias y a los presos, uno de los puntos Y es que no se le escapaba a la CNT que
fundamentales en la formación del Frente los trabajadores iban a tener una presencia
Popular. Igualmente, es un momento de mayor en las urnas que en 1933. Aquí se
intensificación de debates en el seno del entiende el discurso del libertario aragonés
movimiento libertario sobre la convenien- Miguel Abós: «Caer en la torpeza de hacer
cia de ir al pacto con los socialistas o más
20.— Tierra y Libertad. 7 de enero de 1936, n.º 1
18.— Solidaridad Obrera. 19 de noviembre de 1935, n.º 21.— S. Souto Kustrín, «Y ¿Madrid? ¿Qué hace Madrid?», p.
1121 387.
19.— La Tierra. 31 de enero de 1935. 22.— P. Calero Delso, El gobierno de la anarquía, p. 74
A esto hay que añadir la importancia de la sesiones [31]. Por ello, uno de los grandes
conflictividad laboral y social, en la que los debates que se plantearon fue la alianza
libertarios estuvieron inmersos. revolucionaria con la UGT. De la insu-
Junto a los titulares de la prensa confede- rrección anarquista se pasó a la alianza
ral y a las numerosas circulares de sus orga- del proletariado como condición indis-
nismos, el congreso confederal de mayo de pensable para superar el capitalismo. La
1936 fue el fiel reflejo de la situación en la CNT emplazaba a la UGT a la celebración
que se encontraba el movimiento libertario. de un congreso que debatiese sobre estos
El Congreso de Zaragoza significó para la puntos básicos:
CNT un análisis de su situación, un repaso Firma de una alianza revolucionaria con
a lo que habían sido los años republicanos, el reconocimiento explícito del fracaso de
la plasmación de la unificación con los sin- la colaboración política y parlamentaria de
dicatos de oposición, el desarrollo de su in- la UGT.
tención de pacto revolucionario con la UGT Destrucción del régimen político y social
y el pertrecho ideológico tanto a corto plazo que regulaba España.
en reivindicaciones concretas como a largo El nuevo modelo social sería determina-
plazo en un proceso revolucionario anar- do por la libre elección de los trabajadores.
quista que llevase al comunismo libertario. Llamamiento a la unidad de acción para
Fue un congreso donde se plasmó la dimen- la defensa de la revolución frente al capita-
sión sindicalista y revolucionaria de la CNT. lismo nacional y extranjero.
Lo primero que hay que destacar del En caso de aceptación por la UGT, se ini-
congreso confederal es el análisis que los ciarían de inmediato las relaciones entre
anarcosindicalistas hicieron de su activi- ambos comités para certificar el acuerdo [32].
dad desde la proclamación de la República. Quedaba clara la postura de la CNT fren-
La conclusión a la que llegaron fue que a te a un posible hecho revolucionario fu-
pesar de haber plantado batalla al capitalis- turo. Este solo pasaba por un pacto con la
mo, la CNT no podía en las circunstancias UGT bajo determinadas condiciones.
del momento luchar en solitario. El repa- Pero antes de pasar a esta opción, el
so que se hace de los movimientos revo- anarcosindicalismo debía unificar sus fuer-
lucionarios de 1932 y 1933 no es positivo. zas, que estaban dispersas desde 1932. La
Las conclusiones que sacan es que tras las marcha de los treintistas y la formación de
insurrecciones de enero de 1932 y enero y los sindicatos de oposición en la Federación
diciembre de 1933 la CNT salió debilitada. Sindicalista Libertaria lastraron al movi-
Aunque no se considera un error la campa- miento libertario durante toda la Repúbli-
ña de abstención de 1933 debido a los fallos ca. Fue otra de las razones de su posición de
cometidos por la izquierda, sí consideraron debilidad durante el bienio republicano–
negativo que se hiciese un llamamiento a la socialista. Sin embargo, el Congreso de Za-
revolución que estuvo condenado al fraca- ragoza cerró esta división con la reintegra-
so. Y que el resultado de la huelga general ción de los sindicatos de oposición a la CNT.
de octubre de 1934, teniendo en cuenta la Según el dictamen de dicho acuerdo, todos
diversidad de actuación de los libertarios, los sindicatos de oposición retornaban a las
no fuese mucho mejor. Este análisis ocu-
pó el eje central del congreso y numerosas 31.— Congreso confederal de Zaragoza. CNT, Madrid, Zero
XYX, 197, pp. 138–213
32.— Ibidem, pp. 225–226
jetivos de reforma agraria con este cuadro querían una aplicación de la Reforma Agra-
reivindicativo: ria, pero de inmediato y con condiciones
que no contemplaba la Ley de Bases. Un
«a) Expropiación sin indemnización de las programa que muchos campesinos ya ha-
propiedades de más de 50 hectáreas de tierra. bían comenzado a aplicar con la ocupación
b) Confiscación del ganado de reserva, ape- de tierras en las semanas posteriores a la
ros de labranza, maquinarias y semillas que victoria del Frente Popular. Y que también
se hallen en poder de los terratenientes ex- sirvió de base para las futuras colectiviza-
propiados. ciones durante la Guerra Civil.
c) Revisión de los bienes comunales y entrega Por último, hay que destacar que el Con-
de los mismos a los Sindicatos de campesinos greso de Zaragoza de 1936 fue el congreso
para su cultivo y explotación en forma colec- del comunismo libertario. Históricamente
tiva. se han querido establecer aquí las bases de
d) Entrega proporcional y gratuita en usu- lo que sería la revolución de carácter liber-
fructo de dichos terrenos y efectos a los Sin- tario que se inició en parte del territorio
dicatos de Campesinos para la explotación español que permaneció leal a la Repúbli-
directa y colectiva de los mismos. ca. Sin embargo, el Dictamen del Concepto
e) Abolición de contribuciones, impuestos Confederal del Comunismo Libertario hay
territoriales, deudas y cargas hipotecarias que entenderlo como una guía de posible
que pesen sobre las propiedades, aperos de sociedad futura, pero nunca como un pro-
labranza y maquinaria que constituyen el grama cerrado de los anarquistas. De he-
medio de vida de sus dueños y cuyas tierras cho, la idea del comunismo libertario esta-
son cultivas directamente por ellos, sin inter- ba aprobada por la CNT desde el Congreso
vención continuada ni explotación de otros de la Comedia de 1919 y ratificado en el
trabajadores. Congreso del Conservatorio de 1931.
f) Supresión de la renta en dinero o en es- Lo que hizo la CNT en Zaragoza fue es-
pecie, que los pequeños arrendatarios «ra- tablecer como dictamen algo que la FAI ya
bassaires», colonos, arrendatarios forestales, había aprobado en 1933. El Concepto Con-
etc., se ven obligados actualmente a satisfa- federal del Comunismo Libertario era el
cer a los grandes terratenientes. mismo que Isaac Puente había escrito para
g) Fomento de obras hidráulicas, vías de co- la FAI tres años antes. Además, durante el
municación, ganadería y granjas avícolas, re- periodo republicano se desarrollaron diver-
población forestal y creación de escuelas de sas propuestas por parte de algunos mili-
agricultores y estaciones etnológicas. tantes sobre cómo podría ser una sociedad
h) Solución inmediata del paro obrero, reduc- futura anarquista. Al proyecto de Isaac
ción de la jornada de trabajo y nivelación de Puente se pueden unir el de Mauro Bajatie-
los sueldos con el coste de vida. rra [37] o el de Horacio Martínez Prieto [38], que
i) Toma directa por los Sindicatos de campe- llevaba incluso un prólogo de Isaac Puente.
sinos de las tierras que por insuficiente cul- De hecho, esta diversidad de visiones fue
tivo constituyen un sabotaje a la economía
nacional» [36]. 37.— Mauro Bajatierra, Hacia la República Social (Comunis-
mo Libertario). Folleto de orientación revolucionaria, Madrid,
Biblioteca Plus Ultra, s/f [Probablemente del primer bie-
Era evidente que los anarcosindicalistas nio republicano]
38.— Horacio Martínez Prieto, Anarco–sindicalismo. Cómo
36.— Ibidem, p. 223 afianzaremos la revolución, Bilbao, 1932.
cuenta a sus líderes. Además, los socialis- golpe de Estado su programa reivindicati-
tas volvían a una práctica frecuente desde vo laboral y político, con el que afrontaría
1934: no seguir los cauces legales para la la Guerra Civil, si bien en un contexto que
convocatoria de una huelga y declarar una ni ellos mismos preveían.
general por métodos de acción directa. Par- Lo que queda claro es que la imagen clá-
te de la militancia ugetista se había com- sica que se ha ofrecido sobre el anarquismo
prometido en la reducción de la jornada a no encaja con los movimientos habidos en
36 horas y el aumento salarial [50]. aquellas fechas. La CNT logró reunificarse
A pesar de los intentos de mediación, en mayo de 1936, presentar un proyecto
el acuerdo alcanzado en Sevilla ponía a la revolucionario a la UGT y dotarse de una
CNT en una posición de ventaja sobre la plataforma reivindicativa de carácter labo-
UGT a la hora de manejar los tiempos de ral y agrario que sirviese a los trabajadores,
la huelga. Por esa fuerza de la CNT se vio además presentarse ante los mismos como
apartada la UGT. La segunda acusaba a la la organización de la transformación social
primera de politización de una huelga que Igualmente, es imposible hacer una lec-
era estrictamente económica. La primera tura del anarquismo como un ente monolí-
acusaba a la segunda de no atenerse a los tico. Su disparidad geográfica y sus diversas
acuerdos adoptados en su pacto. Muchos posturas ante la realidad del momento lo
de los integrantes anarcosindicalistas que convierten en un movimiento heterogéneo.
participaban en la huelga, como el mismo En el tiempo que media entre el inicio del
Cipriano Mera, acabaron en la cárcel al no año 1936 y el golpe de Estado se plasma esa
aceptar las disposiciones gubernamentales diversidad, tanto geográfica como humana.
y continuar con el conflicto huelguístico [51]. No es lo mismo hacer una lectura del anar-
Cuando el 18 de julio de 1936 una parte quismo catalán, con enormes diferencias
del Ejército se sublevó contra la República, internas, que del anarquismo madrileño,
la huelga de la construcción de Madrid to- asturiano, andaluz o aragonés. Sin embar-
davía estaba en pleno desarrollo. go, el Congreso de Zaragoza de 1936 logró
unificar en la CNT a las distintas familias.
Colofón Ello posibilitó que cuando se produjo el
golpe de Estado la CNT fuera una organiza-
La primera mitad de 1936 fue fundamen- ción más sólida que sus rivales socialistas
tal para el desarrollo del movimiento anar- o republicanos, que vivían entonces duras
quista. Más allá de la participación de sus batallas internas. El paso de los meses hizo
militantes en el proceso electoral de febre- aflorar también esas divisiones en el inte-
ro de 1936, el movimiento libertario, que rior del movimiento libertario, que terminó
había salido erosionado del primer bienio por explotar cuando finalizó la Guerra Civil.
republicano y de la huelga general de octu- Pero eso ya es otra historia.
bre de 1934, fraguó en los meses previos al
Resumen
Entre 1935 y 1936, las derrotas del movimiento revolucionario a nivel europeo, la di-
visión de la izquierda y el ascenso del fascismo llevaron a los comunistas a defender un
acercamiento entre sindicatos y partidos obreros en el marco de los Frentes Populares
Antifascistas. En España, la adhesión al programa del Frente Popular llevó al PCE a
abandonar una posición marginal, sin capacidad alguna de influencia del sector político
de la izquierda, para ubicarse en un espacio de centralidad e iniciar el camino hacia la
constitución de una organización de masas.
Abstract
Between 1935 and 1936, the defeats of the revolutionary movement in Europe, the division of
the left and the rise of fascism led the Communists to defend a rapprochement between unions
and workers’ parties in the framework of the People’s Antifascist Fronts. In Spain, the adherence
to the Popular Front programme made the PCE abandon a marginal position with no ability to
influence the political sector of the left and place itself in a space of centrality to move towards the
establishment of a mass organization.
los clásicos e ineficaces métodos insurrec- esta fecha volvió a incurrirse de hecho en
cionales del anarquismo. En Asturias se ha- el sectarismo, a pesar de que el lenguaje
bía dado la combinación de una insurrec- se fue suavizando en la forma. Por ello, en
ción popular de masas contra el fascismo, conclusión, resultaba tan interesante para
y un intento de asalto al poder. Ello había los comunistas españoles el planteamiento
sido posible por la superación de las dife- der «Gobierno de frente único o Gobierno
rencias históricas que habían mantenido Popular antifascista» realizado por el VII
separadas entre sí a las masas socialistas y Congreso de la Komintern. Era como si, en
comunistas, lo que Hernández consideraba cierta medida, el PCE hubiera sido un ade-
un mérito exclusivo de su partido y de la lantado en la praxis política que condujo a
política de frente único, tras años de predi- su formulación. Autorizado por tales pre-
car la unidad en el desierto mientras avan- cedentes, Jesús Hernández culminó su in-
zaba imparable la reacción nazi–fascista y forme dirigiéndose públicamente «a Largo
clerical. Caballero y a sus amigos, [manifestando]
Tras la derrota de Octubre el PCE lanzó que estamos dispuestos a trabajar, junto
un llamamiento a la unidad y al agrupa- con ellos, para crear el frente único, para
miento de fuerzas al Partido Socialista, a lograr la unificación en el frente sindical,
los obreros anarquistas, a la CNT, UGT, Sin- para marchar hacia el Partido único revo-
dicatos autónomos y todas las organizacio- lucionario del proletariado, para derrocar la
nes proletarias, al tiempo que desarrollaba dominación burguesa e instaurar el Poder de
una gran actividad tendente a la creación los obreros y campesinos en España. Decla-
de un frente popular antifascista que abar- ro que tendemos fraternalmente la mano a
cara desde los sectores del republicanismo todos los obreros socialistas y anarquistas,
de izquierda, a gran parte de la intelectuali- a todas las organizaciones sindicales de la
dad antifascista. Todo ello unido al impulso clase obrera para lograr esa finalidad co-
de los Comités contra la guerra y el fascis- mún revolucionaria, y para ahorrar a nues-
mo, en los cuales se enrolaron gran número tro proletariado la sangrienta experiencia
de mujeres, y de los Comités pro–amnistía del fascismo, la vergüenza de los campos de
de los represaliados y presos de Asturias. concentración y del patíbulo. Lo mismo de-
No podía faltar, como mandaban los cimos a nuestros camaradas anarquistas».
cánones, alguna reflexión de carácter sedi- El subrayado, mío, demuestra que a Her-
centemente autocrítico. Hernández reco- nández le resultaba aún dificultoso com-
nocía que el PCE no había sabido ser lo sufi- prender la verdadera naturaleza de la po-
cientemente flexible (quizás debería haber lítica frentepopulista, de contención del
dicho menos sectario) para haber cedido en fascismo y sostenimiento de las democra-
su política de frente único en las elecciones cias burguesas frente a la amenaza expan-
de 1933, «cuando la reacción formó un blo- sionista, que habría de aplicar a instancias
que único para dar la batalla a las fuerzas de la IC. Lo que sí se llevaría a la práctica
democráticas y revolucionarias», a fin de en los meses subsiguientes serían algunas
haber posibilitado la formación de las can- de las conclusiones recogidas en el informe
didaturas comunes de socialistas y comu-
nistas como las que en Málaga llevó a las Frente Popular», en Políticas de Alianza…, pp. 31–44. Sobre
las circunstancias de la elección de Cayetano Bolívar, Luis
cortes al doctor Cayetano Bolívar [9]. Pasada
Pernía y Adoración Bolívar, Un tranvía del Bulto a Vista
Hermosa (Biografía de Cayetano Bolívar), Málaga, Edicio-
9.— Ver Encarnación Barranquero, «Orígenes y carácter del nes PCE, 2005.
Dolores Ibárruri durante un mitin de apoyo al Frente Popular. Primavera de 1936 (Foto: Archivo
Histórico del PCE).
Las semanas siguientes fueron agitadas, socialistas de izquierda, que el bloque po-
transcurriendo bajo el triple signo de la pre- pular había cumplido su misión y había que
sión popular para que el gobierno llevase a disolverlo. Los socialistas no querían ir a
cabo reformas profundas, con verosímiles las elecciones municipales con los repu-
amenazas de desbordamiento [22]; de la lu- blicanos. Bien al contrario, los comunistas
cha interna en el PSOE, en la que la facción propusieron a Caballero acordar un progra-
caballerista parecía abonarse a un radica- ma común «que contenga las reivindicacio-
lismo que podía terminar con la ruptura del nes esenciales de la revolución democráti-
bloque popular; y de los movimientos para co–burguesa» y, al mismo tiempo, reforzar
llevar a cabo la consecución de la unidad la unidad proletaria organizando juntos las
orgánica del proletariado, empezando por alianzas obreras y campesinas y discutir
la fusión de las juventudes. sobre la formación del partido único. Sobre
El PCE, según informó Codovilla a Di- este último aspecto se dieron pasos decisi-
mitrov, apostaba por el programa de la vos a últimos de marzo. En concreto, en su
revolución democrático–burguesa (al que reunión del último día del mes el CC aprobó
atribuyó, de forma sin duda exagerada, un unánimemente las razones adoptadas para
aplastante apoyo de masas) [23]. Sobre el la fusión de las juventudes comunista —que
palpitante tema de la reforma agraria, por decía contra con 35.246 miembros [24]— y so-
ejemplo, los comunistas apoyaron las ocu- cialista. Es interesante señalar que en esta
paciones de tierra de forma organizada, reunión del órgano de dirección comunista
como forma de obligar al IRA a acelerar sus tomó parte Santiago Carrillo, que «hizo una
pasos, pero limitándose «solo [a] ocupar la magnífica sugerencia política, declarar que
tierra de la exnobleza, de los terratenien- la JS se propone adherirse definitivamente
tes reaccionarios importantes, de la Iglesia, a la KIM [Internacional Juvenil Comunista]
tierras excomunales, etc. Lo mismo con los y procurar que el PS reformado junto con el
almacenes de grano». El partido hacía to- PC se adhiera a la IC» [25].
dos los esfuerzos «para consolidar las posi- En el rampante clima de tensión a que
ciones conquistadas y para apoyar, pero no estaba conduciendo la actuación de los
precipitar, luchas prematuras». grupos de pistoleros falangistas, convenía
En las circunstancias del momento re- mantener la cabeza fría y no caer en pro-
sultaba suicida creer, como lo hacían los vocaciones antes de estar preparados para
afrontar la lucha en esos términos. No se
sigue a continuación (Suprime la primera mitad, donde
trataba de responder al atentado con el
figuran los tres puntos numerados)». TNA, HW–26, 5308/
Sp., 26/2/1936. atentado, sino de impulsar el desarrollo de
22.— «La situación política es la siguiente: El gobierno organizaciones de autodefensa, como las
Azaña, bajo la presión política de las masas, está llevando
a cabo el programa del bloque popular, y va más allá (...) 24.— TNA. HW–26,5316/Sp., 4/4/1936
La situación revolucionaria se desarrolla rápidamente. La 25.— TNA. HW–26, 5631/Sp., 31/3/1936. Bolloten se hu-
solución del problema de la tierra por métodos revolu- biera transportado de conocer el hecho. Ahora bien, del
cionarios, no pasará mucho tiempo en plantearse con el contexto se deduce que Carrillo asistió a la reunión de
desarrollo de la lucha, así como el problema del poder». CC en calidad de invitado, y que en aquel momento el
TNA. HW–26, 5382/Sp., 4/3/1936. comportamiento de los representantes de la izquierda
23.— «En la manifestación del 1 de marzo en Madrid, en socialista era contradictorio: Tan pronto se mostraban
la que tomaron parte más de 500.000 personas, nuestros dispuestos a integrarse en la IC como pasaban a evitar
slogans sobre la revolución democrático–burguesa fueron la adhesión a la Komintern y apostaban llanamente por
aclamados por una inmensa mayoría de los manifestan- el ingreso en masa de los comunistas en el PSOE. TNA.
tes». TNA. HW–26, 5382/Sp., 4/3/1936. HW–26, 5808/Sp., 27/4/1936.
Manifestación del 1º de Mayo. Madrid, 1936 (Foto: Archivo Histórico del PCE).
del poder soviético no está en el orden final del paro, dos días más tarde. El PCE
del día, sino que por el momento, es so- se atribuyó, junto con la mayor parte de los
lamente cuestión de establecer un estado socialistas, el mérito del rumbo impreso a
democrático que haga posible ejercer una la movilización, de protesta contra las acti-
barrera contra el avance del fascismo y la vidades de los grupos fascistas y apoyo a las
contrarrevolución, y para fortalecer en ge- fuerzas de policía. No significaba ello que
neral las posiciones del proletariado y sus no hubiese habido en el seno del propio
aliados» [27]. partido contradicciones e incomprensiones
hacia una línea tan moderada. «En algunos
Por más que se llamase a la conten- casos, —se informó— la presión de los so-
ción, la presión popular seguía aumentan- cialistas de izquierda y los anarquistas se
do. Con motivo del desfile del 14 de abril ha hecho sentir en nuestras filas, y para no
se produjeron incidentes en el Paseo de la parecer menos «revolucionarios», se han
Castellana, durante los cuales pistoleros fa- hecho algunas concesiones». Se hizo ne-
langistas dispararon contra la presidencia, cesario, para ajustar el rumbo, discutir las
resultando muerto el alférez de la Guardia directrices de la IC en el BP con el objeto de
Civil Atanasio de los Reyes [28]. Su entierro confirmar definitivamente la línea táctica
derivó en nuevos tiroteos entre los partici- del partido en este momento, y lograr que
pantes en el cortejo —simpatizantes de la todos los miembros la entendieran [31].
extrema derecha— y miembros de las mi- La dirección comunista española estaba
licias socialistas que los hostilizaban en preocupada por la deriva tomada por la iz-
su marcha hacia el cementerio del Este [29], quierda socialista, consistente, a su juicio,
con un balance de tres víctimas mortales en incitar a las masas «contra el odiado
más y el desencadenamiento de una huelga sector militar y por lo tanto llevar a cabo
general en Madrid, de la que Codovilla dio la revolución proletaria inmediatamente».
cuenta a Manuilski. El PCE hizo todo lo po- Como muestra, una parte de los inciden-
sible por evitarla y, aunque no se atreviera tes durante el desfile del 14 de abril tuvie-
a manifestar en público su disconformidad ron lugar cuando, al paso de unidades de
con el paro, iba a instar el retorno al trabajo la Guardia Civil, sectores del público, con
en pos de evitar, a cualquier precio, que de- los puños en alto, prorrumpieron en gri-
generara en incidentes violentos en los que tos de «¡UHP!». Asturias quedaba todavía
las masas fuesen arrastradas por los anar- muy cerca. A ello se añadía el peligro de un
quistas, que pretendían convertir la huelga pustch anarquista, apoyado en la impacien-
general en indefinida [30]. La actitud comu- cia revolucionaria de esas mismas masas.
nista de firme de apoyo al gobierno se reite- Todo ello hacía sumamente necesario el
ró en el mensaje en que se daba cuenta del mantenimiento de una actitud de vigilan-
cia por parte del PC [32].
27.— TNA, HW–26, 5810/Sp., 9/4/1936 Mientras tanto, se continuó con la estra-
28.— Los sucesos están prolijamente descritos en La Van- tegia unitaria, dependiente en buena parte
guardia de los días 15 al 19 de abril. También hace refe- de las tensiones internas y del juego de ten-
rencia a ellos Manuel Tagüeña, Testimonio de dos guerras,
dencias en el PSOE. Los comunistas fijaron
Barcelona, Planeta, 2005, pp. 93–94.
la fecha de su congreso el 12 de julio, unos
29.— La prensa señaló que algunos de los disparos efec-
tuados desde las azoteas lo fueron por «individuos con
boina y camisas rojas». La Vanguardia, 17/4/1936. 31.— TNA, HW–265733/Sp. 18/4/1936.
30.— TNA, HW–26, 5743/Sp., 16/4/1936. 32.— TNA, HW–26, 5811/Sp., 26/4/1936.
días después del congreso socialista, para Popular y la estabilidad del gobierno. Con
orientarse hacia la fusión de ambas orga- la elevación de Azaña a la presidencia de
nizaciones. Entre los dirigentes comunistas la República, tras la destitución de Alcalá
locales se extendió la impresión de que los Zamora, Caballero y la UGT declararon su
socialistas de izquierda maniobraban para voluntad de separarse del FP. En vista de la
evitar la fusión y la adhesión a la IC, porque gravedad de la situación, Codovilla man-
lo que deseaban era la entrada en masas de tuvo una entrevista con Caballero, a quien
los comunistas en el partido socialista para después de alguna discusión, logró conven-
incrementar su fuerza fraccional [33]. cer de que la ruptura sería un grave error
En medio de este proceso surgió en el y le comprometió a no solo no quebrar la
horizonte el nubarrón de la actividad trots- alianza, sino fortalecerla, y a preservar el
kista. Desde Moscú, Dimitrov alertó al PCE frente unido de los partidos obreros y la
contra antiguos comunistas expulsados y UGT [36].
por aquel entonces activos en el seno de El clima de tensión no cedía en inten-
otras organizaciones de izquierda: en con- sidad. En unos casos se reactivaron viejos
creto, aludió a las posibles maniobras de episodios de violencia entre campesinos y
Bullejos en la JS y a la creciente actividad fuerza pública. El 29 de mayo de 1936, en
de Maurín en Cataluña. Este último era, Yeste (Albacete) se produjo un enfrenta-
con mucho, el más peligroso. El partido y su miento de esta naturaleza que culminó con
prensa no estaban haciendo prácticamente un balance de 18 muertos (17 vecinos y un
ninguna campaña contra el trotskismo. Era guardia civil), más de 17 heridos y un gran
imperativo concentrar todas las baterías número de detenidos [37]. Dimitrov hizo lle-
sobre él, empleando la denuncia pública gar a Díaz un cable en el que concedió «ex-
para «desenmascarar la política aventure- traordinaria importancia a los hechos que
ra de Maurín y Cia, sus relaciones con Do- han ocurrido en la provincia de Albacete
riot [34], un agente de Hitler, sus actividades (...) porque estas acciones perjudican al FP,
escisionistas, [y] su hostilidad al frente po- comprometen al gobierno y favorecen a los
pular». La unificación de las fuerzas prole- contrarrevolucionarios». Recomendó to-
tarias de Cataluña adquiría una finalidad mar las medidas necesarias para que estos
específica: «arrancar a las masas de la in- acontecimientos no volvieran a ocurrir y la
fluencia de Maurín». En esta tarea resultaba formación de una comisión parlamentaria
prioritario educar a los nuevos miembros para investigar y descubrir a los autores «de
del partido en el papel contrarrevoluciona- esta criminal provocación» [38].
rio de los trotskistas en la URSS, España y En otros casos, la violencia era resulta-
otros países [35]. do de la rivalidad entre las propias orga-
La lucha entre facciones socialistas esta- nizaciones obreras. El 10 de junio de 1936
ba poniendo en riesgo la unidad del Frente fue muerto de un disparo, durante un paro
convocado por el Sindicato de Pescadería
33.— TNA, HW–26, 5808/Sp., 27/4/1936. de la CNT, el concejal comunista de Málaga
34.— Antiguo dirigente comunista francés, expulsado del
partido en abril de 1934 por sus discrepancias frente a la 36.— TNA, HW–26, 5923/Sp., 9/5/1936.
línea, mantenida por la Komintern y por Thorez, de recha- 37.— Rosa María Sepúlveda Losa: «La primavera conflictiva
zo a la alianza con los socialistas. Experimentó un giro a de 1936 en Albacete», en Pasado y Memoria. Revista de His-
la derecha que le llevó a la creación del Partido Popular toria Contemporánea, 2 (2003), edición digital: http://publi-
Francés (PPF), de corte fascista. caciones.ua.es/filespubli/pdf/15793311RD26129438.pdf
35.— TNA, HW–26, 5828/Sp., 29/4/1936. 38.— TNA, HW–26, 6098/Sp., 2/6/1936.
Dirección del PCE. De izda. a dcha.: Antonio Mije, Jesús Hernández, Manuel Delicado, D Ibárruri,
Luis Cabo Giorla, José Díaz y Pedro Checa . Valencia, 1937 (Foto: Archivo Histórico del PCE).
programa del próximo congreso del parti- propiar las tierras que no se trabajasen para
do, cuyo orden del día, aparte de los aspec- ser distribuidas entre los campesinos, con
tos sectoriales y orgánicos, tendría como el compromiso de entrega por parte del Es-
eje principal la formación del Partido Único tado de stocks de semillas y la habilitación
del Proletariado. de créditos al consumo. Para aliviar la si-
Comenzó pasando revista a la situación tuación del campo y la de los obreros sin
del país en los convulsos meses de la prima- trabajo, el PCE proponía realizar un vasto
vera de 1936. Las elecciones, a pesar de los plan de obras públicas, de irrigación, de
condicionamientos en contra — «la derecha electrificación, construcción de caminos e
hizo campaña con el lema: «Votar al Frente higienización de los pueblos, para lo cual
Popular es votar a Dimitrof (sic), votar por era necesaria una fuerte inversión estatal,
España y contra Dimitrof»— habían sido un cuyos fondos procederían de un impuesto
triunfo de las masas antifascistas, gracias progresivo sobre la propiedad rústica y so-
fundamentalmente a la política de Frente bre la renta en general, sobre los beneficios
Popular, que el PCE no dudaba en arrogarse de los bancos, las sociedades anónimas y
como propia. Se habían percibido factores las grandes industrias. Si ello no bastaba,
decisivos, de nuevo cuño, como la partici- sería necesario un empréstito forzoso sobre
pación masiva de las mujeres y la participa- el Banco de España y los grandes capitales.
ción electoral de las bases anarcosindicalis- Mientras la coyuntura económico–so-
tas. Este desplazamiento hacia la izquierda cial se tornaba cada vez más grave, las cla-
se había acentuado incluso en aquellas pro- ses populares habían recibido del gobierno,
vincias, como Granada o Cuenca, donde se desde el mes de marzo, medidas esencial-
hizo necesario repetir el proceso electoral, y mente reparadoras de los efectos represivos
a pesar de las presiones de la reacción. del bienio negro: El decreto sobre readmi-
A la clásica cuestión ¿qué hacer?, Her- sión con indemnización (3 a 6 meses de
nández respondió que la situación obligaba salario) de los represaliados de octubre, la
al partido a plantearse la reorganización amnistía general, la reactivación del esta-
de la economía del país sobre una nueva tuto de autonomía catalán y la aprobación
base. Sorprende que el programa formu- del vasco, la revisión de desahucios de cam-
lado por el dirigente comunista tuviera pesinos (con el asentamiento por el Insti-
evocaciones casi keynesianas: En concre- tuto de Reforma Agraria de 87.000 familias
to, postuló la nacionalización de algunas y medio millón de personas), el restableci-
industrias, en primer lugar la del carbón, miento de la legislación social, el desarme
para después obligar a las industrias del y disolución de las ligas fascistas, la desmi-
transporte, ferrocarril, barcos, etc. a con- litarización de los obreros que trabajaban
sumir carbón nacional. En el campo, cuya en las industrias de guerra, una depuración
situación era explosiva [42], propuso llevar superficial de las fuerzas represivas y del
a cabo una campaña de agitación nacional ejército, y el nombramiento de una comi-
bajo el lema «Es necesario salvar al país del sión de investigación sobre la represión de
hambre», planteando la alternativa de ex- octubre. Sin embargo, para que el gobierno
avanzara en otros ámbitos se hacía preciso
42.— El estudio más exhaustivo sobre la situación en el someterle a presión: huelgas económicas,
agro meridional es el de Francisco Espinosa, La primavera
políticas, conjuntas de ocupados y parados,
del Frente Popular Los campesinos de Badajoz y el origen
de la guerra civil (marzo–julio de 1936), Barcelona, Crítica, parciales y generales, ocupación de fábri-
2008. cas e invasiones en masas de fincas…. Era
estos elementos. Tal es el caso de la deci- marchar en conjunto con la izquierda del
sión tomada contra la fracción dirigida por partido socialista para formar con nosotros
Bullejos y algunos elementos trotskistas en el partido único del proletariado».
el seno de la Juventud Socialista de Madrid»
. En lo tocante a las propias fuerzas, el PCE
Desde el punto de vista orgánico, el re- reconocía que pudo salvar a la mayoría de
sultado de la fusión iba más allá de la mera cuadros dirigentes tras la derrota de Octubre,
suma de efectivos, desencadenando efectos a excepción de Asturias, donde el partido fue
sinérgicos: si la Juventud Comunista tenía casi deshecho. Desde entonces, al calor de las
antes del 16 de febrero 14.000 miembros campañas frentepopulistas, la recuperación
y en el momento de la fusión contaba con había sido un hecho: Antes de las eleccio-
50.680; y la JS contaba con unos 65.000, nes de febrero el partido tenía alrededor de
dos o tres semanas después de la fusión la 20.000 miembros; en el mes de mayo tenía
Juventud Unificada tenía ya 140.000 miem- registrados 83.967. Era, en expresión de Her-
bros. A ellos había que añadir «decenas de nández, «el comienzo de la trasformación de
miles de pioneros, entre 40 y 50.000 muje- nuestro partido en un gran partido de masas.
res y unos 30.000 jóvenes en la Federación Como tarea nos hemos dado la de alcanzar
Deportiva Obrera». los 100.000 afiliados para la fecha de la cele-
Las relaciones con el Partido Socialista bración de nuestro V Congreso» [45]. El recluta-
fueron objeto de especial atención, particu- miento más importante procedía de las zonas
larmente con el sector que seguía a Largo agrícolas y de las ciudades de tipo semi–in-
Caballero. «Nuestros esfuerzos tienden a dustrial (Málaga, Sevilla, Jaén, Valencia, Ba-
acelerar su comprensión de los problemas dajoz, etc.), y de los centros mineros (Asturias
ya que no olvidamos que ha de ser con es- y, en menor medida, Vizcaya). La mayoría de
tas fuerzas con las cuales hemos de crear los nuevos miembros eran obreros organi-
el partido único revolucionario del prole- zados en la UGT y solo una mínima parte no
tariado en España». Los comunistas eran habían estado organizados con anterioridad.
conscientes de que el peligro de la escisión Era escaso el número de nuevos adherentes
se había acentuado considerablemente en procedentes del PSOE, «ya que el partido no
el PSOE: «En toda la prensa se habla de hace una campaña especial para lograr miem-
la posibilidad de la ruptura del PS y de la bros del ala izquierda del PS puesto que la
creación por parte de Prieto de un partido perspectiva es la de fusionar sus fuerzas y las
de tipo republicano radical socialista con nuestras» y mucho más escaso aún el de pro-
las fuerzas que él acaudilla y algunas otras cedentes del anarquismo.
fuerzas del campo republicano». El PCE se Los puntos débiles del fortalecimiento de
comprometió a emplear todos sus esfuer- la organización eran dos: la carencia de cua-
zos en impedir, en la medida de sus posibi- dros formados para educar a la avalancha de
lidades, la escisión del PS y a nuevos militantes y la escasa presencia en Ca-
taluña. Respecto al primero, se planteó como
«apoyar la labor de depuración de los ele- tema prioritario la creación de escuelas de
mentos derechistas y de la parte más podri-
da del centro procurando salvar a la masa 45.— Los acontecimientos, tal como ocurrieron, iban a des-
bordar las previsiones: A raíz del levantamiento militar, los
de obreros que siguen a los líderes centris-
afiliados pasaron a ser 118.763; casi un año más tarde, en
tas (Asturias) porque son la masa de obre- marzo de 1937, alcanzaba el cuarto de millón. Documen-
ros revolucionarios que pueden y deben tos PCE, Film XVI, 1937, AHPCE.
Resumen
El objetivo de este artículo es estudiar las posiciones que mantuvieron las diferentes
organizaciones juveniles «republicanas» —en el sentido de que formaron parte de las
fuerzas que lucharon con el gobierno legítimo de la Segunda República durante la guerra
civil— sobre la formación del Frente Popular y lo que éste implicaba. Para ello, se anali-
za la evolución de sus posiciones sobre las alianzas interclasistas y las alianzas obreras
desde la proclamación de la Segunda República. El artículo concluye con unas breves
referencias a los cambios que introdujo el conflicto bélico en estos posicionamientos.
Abstract
The aim of this paper is to study the positions held by the various «republican» youth organiza-
tions —to mean that they were part of the forces that fought with the legitimate government of the
Second Republic during the civil war— on the formation of the Popular Front and what that meant.
To do this, the evolution of their positions on the interclass alliances and workers’ partnerships sin-
ce the proclamation of the Second Republic is analyzed. The article concludes with a brief reference
to the changes made in these positions by the war.
Keywords: youth organizations, the Popular Front, Second Spanish Republic, civil war, political
alliances.
* Este trabajo ha sido posible gracias al Proyecto Intramural del CSIC, Ref: 201510I026
Las relaciones entre las organizacio- siasmo y con todas nuestras fuerzas: ¡Viva
nes juveniles cambiaron a partir de dicho la Revolución Social!». Y es que a lo largo
año influidas por la crisis económica, la de 1933 algunas de las agrupaciones de la
creciente dificultad en la aplicación de JAR, y en especial la de Madrid, «hicieron
las reformas republicanas, el auge de los gestos inequívocos en favor de la entente
movimientos de la derecha fascista y/o con los socialistas» y las reivindicaciones
autoritaria en Europa, la salida de los so- en favor de un «giro izquierdista» se acen-
cialistas del gobierno en septiembre, y los tuaron en septiembre de 1933, y especial-
resultados de las elecciones generales de mente, tras las elecciones generales, aun-
noviembre de ese año, que dieron el triun- que no habría nunca un consenso total en
fo a las organizaciones de centro–dere- torno a esta orientación izquierdista, que
cha, aumentando las dificultades en la además generó tensiones con el partido.
aplicación de las reformas del primer bie- En enero de 1934, su órgano de expresión
nio republicano. Todo esto produjo la lla- defendió que todos los jóvenes, «desde los
mada radicalización de las organizaciones republicanos de izquierda hasta los co-
socialistas, de la que la FJS se convirtió en munistas, pasando por socialistas y sindi-
la punta de lanza. Esto implicó también un calistas» fueran «de frente en frente úni-
cambio en su dirección en el congreso que co», para ser la «barrera infranqueable» al
la organización juvenil celebró en abril «porvenir fascista que se avecina» [9].
de 1934: Carlos Hernández Zancajo fue El triunfo de Hitler había convencido
nombrado presidente y Santiago Carrillo, a la FJS de que la «democracia burguesa»
secretario. era incapaz de frenar al fascismo, que em-
Ya en octubre de 1933 se formó en Ma- pezó a considerar la adopción de métodos
drid el Comité Nacional de Jóvenes contra revolucionario. La vía legal hacia la toma
la Guerra y el Fascismo, que celebró un del poder quedó cerrada definitivamente
congreso en julio de 1934, y en el que la con el fracaso electoral: Renovación plan-
UJCE consiguió que colaboraran algunos teó que «las Cortes no representaban la
militantes de las juventudes socialistas, a voluntad popular» y los trabajadores «sólo
pesar de la oposición de su dirección, y las tienen un camino [...] el de la insurrec-
organizaciones juveniles republicanas. Ya ción». La derrota del Partido Socialdemó-
el 4 de noviembre de 1933 la Juventud de crata Austríaco, junto con el alemán, mo-
Acción Republicana y la Juventud Radical delo de la socialdemocracia en la Europa
Socialista Independiente se habían queja- de entreguerras, en su tardía insurrección
do de «la labor antirrepublicana y antipa- frente al autoritarismo católico de Engel-
triótica» del gobierno y habían expresado bert Dollfuss en febrero de 1934, acentua-
su voluntad de lanzarse a la calle, «unidos ron estas posiciones [10].
a los proletarios», porque «si el dilema se
9.— Circular de la FJS reproducida en Federación de Juven-
plantea entre fascismo y revolución social,
tudes Socialistas de España, Memoria del V Congreso, pp.
nosotros gritaremos con el mayor entu- 83–84. Archivo Histórico Nacional, Audiencia Territorial
de Madrid (Criminal) (AHN, ATM [Cr.]), leg. 205/1, juzgado
nización del PCE (1920–1934)», Estudios de Historia Social, nº. 18, causa 349/33, de donde es la primera cita; y José
31 (octubre–diciembre 1984), pp. 223–312, p. 297. Sobre Galán Ortega, Francisco Pérez Carballo: Memoria y biografía,
el PCE véase Rafael Cruz, El Partido Comunista de España en Tesis doctoral inédita, Universidad Complutense de Ma-
la II República, Madrid, Alianza, 1987; y Fernando Hernández drid, 2015, la primera cita en p. 197, la segunda, tomada de
Sánchez, Guerra o Revolución. El Partido Comunista de Espa- JAR, 27/1/1934, en p. 212.
ña en la guerra civil, Barcelona, Crítica, 2010. 10.— Renovación, 9/12/1933, p. 1. Sobre la influencia aus-
mité paralelo» formado entre las organi- más votado en Madrid tras Julián Besteiro y
zaciones obreras y éste firmó el programa Luis Jiménez de Asúa. Mundo Obrero desta-
del Frente Popular en nombre de la orga- có el papel de los jóvenes en el triunfo elec-
nización juvenil. En el programa de la coa- toral. Consideraba que creaba «una deuda
lición la única referencia a la juventud es- urgente en cancelar» al Frente Popular que
taba relacionada con medidas educativas, tenía que dar respuesta a las «necesidades
fijando el compromiso de poner «en ejer- perentorias» de la juventud. Hacía una refe-
cicio los métodos necesario para asegurar rencia expresa a la concesión de «derechos
el acceso a la enseñanza media y superior políticos para los jóvenes desde los veintiún
a la juventud obrera y en general a los es- años», como había pedido la FJS desde el 1
tudiantes seleccionados por su capacidad», de mayo de 1931, y en lo que había insistido
aunque también es cierto que al haber sido tras la aprobación por las Cortes Constitu-
los jóvenes los más activos en la conflic- yentes del derecho de voto a partir de los 23
tividad política, la aplicación de medidas años, y aspiración en la que, según el perió-
como la amnistía o la reposición de los des- dico comunista, «coinciden las grandes ma-
pedidos en sus puestos de trabajo les bene- sas juveniles laboriosas de España» [41].
ficiaban muy directamente. Sin embargo, El Frente Popular no supuso, por tanto,
la relativa importancia dada a los jóvenes la formación de una Alianza Obrera ni una
se refleja en que los responsables de las ampliación de ésta a los partidos republi-
tres principales organizaciones juveniles canos de izquierda, sino la extensión de la
de los partidos que integraban el Fren- coalición electoral republicano–socialista
te Popular fueron incluidos en las listas que había gobernado en el primer bienio
electorales: Trifón Medrano, secretario de republicano a las demás organizaciones
la UJCE, fue candidato por Ciudad Real; obreras, favorecida por el fraccionamien-
Carlos Hernández Zancajo, presidente de to del PSOE que dio una mayor capacidad
la FJS, por Madrid capital; y Prudencio Sa- de actuación a los otros partidos obreros
yagués, presidente de la Juventud de Iz- y la hegemonía a los republicanos. Como
quierda Republicana, por Huelva [40]. dijo hace ya muchos años Juan Avilés Fa-
Sin embargo, y a pesar de que es difícil rré, «la presencia comunista ha hecho a
medir el voto juvenil, éste debió ser impor- menudo olvidar que el Frente Popular no
tante en el triunfo del Frente Popular dado era básicamente si no una nueva coalición
que la población española se caracterizaba republicana–socialista», lo que también
por su juventud. Carlos Hernández Zanca- parece haber olvidado en la actualidad
jo, por ejemplo, fue el candidato socialista cierta derecha mediática [42]. La gran ma-
nifestación de celebración de la victoria
40.— Pacto Electoral del Frente Popular, en María del Car-
men García Nieto y Javier Donézar, Bases Documentales de electoral que se desarrolló el 1 de marzo
la España Contemporánea, Madrid, Guadiana, 1974, vol. 9, pp. en Madrid mostró, en su organización,
359–367 (la cita, en p. 366); Mundo Obrero, periódico del las posiciones que el pacto electoral había
PCE, 15/2/1936, p. 4. Sobre el papel de los jóvenes en la
dado a las organizaciones participantes:
movilización política de estos años, véase Sandra Souto
Kustrín, «Y ¿Madrid? ¿Qué hace Madrid?». Movimiento revo- en primer lugar iban los republicanos, a
lucionario y acción colectiva (1933–1936), Madrid, Siglo XXI,
2004, pp. 255–265 y 378–380; «Octubre de 1934: histo- 41.–Boletín Oficial de la Provincia de Madrid, 18/2/1936,
ria, mito y memoria», en Julio Prada Rodríguez y Emilio F. suplemento al nº 42, p. 17; Mundo Obrero, 20/2/1936, p. 4.
Grandío Seoane, (coords.), «La Segunda República: Nuevas Renovación, 30/4/1931, p. 1 y10/10/1931, p. 1.
miradas, nuevos enfoques», Hispania Nova, 11 (2013) , pp. 42.— S. Juliá, Orígenes, p. 162; J. Avilés, La izquierda burgue-
9–11; y Paso a la juventud, pp. 54–85. sa, p. 269.
la Juventud Socialista, tras decir que se por Hitler en marzo de 1936 las alianzas
habían producido casi todas las unifica- pasaron a ser órganos de apoyo al Fren-
ciones de las secciones en la capital, in- te Popular y, aunque implicaban también
cluyó entre las tareas a realizar la defensa la idea de «dualidad de poderes», debían
de los Frentes Populares «contra todos los dar lugar a la «hegemonía del proletariado
que de una forma u otra pretenden rom- dentro del bloque antifascista y de la revo-
perlos», único caso en que la organiza- lución democrática» [50].
ción juvenil socialista se planteó expre- Y es que, desde la perspectiva de la In-
samente esta defensa en la primavera de ternacional Comunista, la política fren-
ese año. Se apoyaba también el desarrollo tepopulista no suponía la unidad obrera
de las «Alianzas Obreras y Campesinas» para realizar una revolución socialista e,
como expresión del «frente único de todo independientemente de que tuviera otros
el pueblo laborioso [48]. objetivos como la defensa de la URSS o
Pero en el mismo Comité Nacional de la potenciación de su política exterior, y
la FJS que aprobó las bases de unidad con de que su defensa de la democracia fuera
la UJCE, Santiago Carrillo rechazó la ver- instrumental, permitía un ámbito de en-
sión «centrista» del Frente popular, que cuentro con otras fuerzas políticas para
no pretende sino «colaboración inmedia- establecer una estrategia antifascista am-
ta con la burguesía», y continuó defen- plia y mantener los derechos democrá-
diendo una estratega dual, de apoyo prag- ticos, conformados conscientemente de
mático al gobierno, pero creando a la vez forma moderada: aunque no se renuncia-
«instrumentos de lucha», órganos de in- ba al objetivo último de dictadura del pro-
surrección y «poder proletario» para rea- letariado, éste era «pospuesto en el futuro
lizar la revolución socialista. El congreso previsible» [51].
de unificación de Baleares, celebrado en- En definitiva, no está claro cuándo co-
tre el cinco y seis de junio de 1936, no se menzaron a defender al Frente Popular,
planteó potenciar el Frente Popular, pero como política de alianzas interclasista, los
aprobó fomentar las Alianzas Obreras y dirigentes de la JSU procedentes de la FJS,
Campesinas [49]. pero parece que este viraje no ser produjo
Las juventudes socialistas, al igual que antes del 18 de julio de 1936.
el POUM y la JCI, continuaron defendien- El proceso de unificación se vio difi-
do durante la primavera de 1936 la crea- cultado por el comienzo de la guerra civil,
ción de Alianzas Obreras como organismos que impidió la celebración tanto de mu-
insurreccionales que preparasen la revo- chos congresos provinciales y regionales
lución. La posición comunista evolucionó, de unidad como del Congreso Nacional
aunque con contradicciones, y, especial- de Unificación previsto en las bases de
mente, a partir de la ocupación de Renania unidad. Este último fue sustituido por la
48.–Cecilio Arregui, «Llamamiento a los jóvenes de la 50.— J. A. Blanco, «El Partido Comunista de España», pp.
construcción», La Edificación, órgano de la Federación Lo- 49–50. Al igual que en 1935, las alianzas obreras fueron
cal de Obreros de la Industria de la Edificación de Madrid en 1936 más bien comités de enlace entre el PSOE y el
y sus Limítrofes (UGT), 15/4/1936, p. 2; ¡En Marcha!, Bole- PCE (R. Cruz, El Partido Comunista de España, pp. 261 y 263,
tín Interior del Comité de Madrid de la Juventud Socialista, de donde es la cita).
3ª. semana de mayo de 1936, p. 1. 51.— Tim Rees y Andrew Thorpe, «Introduction», en Id.,
49.— Renovación, 9/5/1936, citado por M. Bizcarrondo, «De- International Communism and the Communist Internation-
mocracia y revolución», p. 455. Las resoluciones del con- al, 1919–1943, Manchester y Nueva York, Manchester UP,
greso de Baleares en R. Viñas, La formación, pp. 146–155. 1998, pp. 1–14, cita en p. 6.
Mitín de las Juventudes Socialistas Unificadas en el Teatro Olympia de Barcelona, sept. 1936 (Foto:
Pérez de Rozas - Arxiu Fotogràfic de Barcelona).
ción juvenil libertaria celebró en febrero frentamiento entre la JSU y las demás or-
de 1938 se aprobó participar en el Frente ganizaciones juveniles se acrecentó con el
Popular Antifascista, con el rechazo, por avance de la guerra, tanto por sus méto-
ejemplo, de las organizaciones locales de dos y su proselitismo como por la negati-
Barcelona y Guadalajara [59]. Sin embargo, va evolución de la situación militar de la
en función de la correlación de fuerzas, la República [61].
representación de la juventud en el Fren- Solo se puede concluir que en el vira-
te Popular Antifascista fue variada: mien- je hacia la defensa del Frente Popular de
tras que parece que fue imposible lograr la antigua dirección de la FJS influyeron
una representación para la juventud, ni especialmente las características del con-
siquiera para la AJA, en su Comité Nacio- flicto civil y las políticas defendidas ante
nal, en Extremadura, por ejemplo, hasta la éste por el PCE y las diferentes corrien-
FIJL estaba representada en el Frente Po- tes del PSOE. Y la guerra también moderó
pular provincial [60]. los objetivos de otras organizaciones. Así,
Y, al igual que la política de unidad en el dirigente juvenil libertario Progreso
apoyo del Frente Popular del PCE durante Martínez concluyó un discurso pronun-
la guerra fue acompañada de «unas prác- ciado el 23 de octubre de 1938 con un «en
ticas que muchas veces» no la avalaban y el camino de la Revolución —repetimos
hasta la contradecían y llegó al final del hoy— solos o acompañados, pero en el
conflicto completamente aislado, el en- camino de la Revolución», pero este ca-
mino quedaba postergado casi indefini-
cano en septiembre de 1936 y salió de él tras los sucesos
de mayo de 1937. Desde entonces y hasta que el sindicato damente: la juventud debía comprender
confederal volvió al gobierno, el 6 de abril de 1938, las que «la República democrática no es el
críticas de la FIJL a éste fueron numerosas y muy duras. todo de sus aspiraciones» pero «es posible
Sobre la CNT durante la guerra, ver Julián Casanova, De la
que hoy tengamos que (…) reconocer que
calle al frente. El anarcosindicalismo en España (1936–1939),
Barcelona, Crítica, 1997. S. Souto, Paso a la juventud, pp. en la post–guerra (sic) no será posible ad-
179–204, sobre las juventudes libertarias, y 273–318 so- mitir ni innovar de una manera total los
bre los complejos procesos de alianzas entre las organi- estamentos jurídicos y sociales». La cru-
zaciones juveniles durante la guerra.
da realidad de la guerra influyó en unas
59.— Oficina de Propaganda del Comité Peninsular de la
organizaciones juveniles que llegarían al
F.I.J.L., II Congreso Nacional de la F.I.J.L. celebrado en Valen-
cia durante los días del 6 al 13 de febrero. 1938, Valencia, final del conflicto bélico completamen-
s.e., 1938, pp. 96–98. Se volvió a justificar la participación te consumidas y enfrentadas entre ellas,
en el gobierno y en el Frente Popular Antifascista en la pero también divididas internamente, y
reunión que la organización celebró en Valencia a media-
en unos jóvenes a los que solo les esperó
dos de abril (Federación Ibérica de Juventudes Libertarias.
Comité Peninsular, Actas del pleno nacional de Regionales ya la represión o el exilio [62].
celebrado en Valencia los días 16 y 17 de abril de 1938, Va-
lencia, Gráficas «Cultura y Libertad», 1938, sin paginar.
60.— Ver CDMH, informe presentado por la regional de Ex-
tremadura de la FIJL conservado en PS Madrid 1121, leg.
361, expte. 3, ff. 3–6; PS Barcelona 239, expte. 4, «Informe
que presenta el camarada Blanco al comité nacional de 61.— J. A. Blanco, «El Partido Comunista de España», p. 74.
JJLL de sus impresiones relativas al movimiento orgáni- S. Souto, Paso a la juventud, pp. 413–418.
co de la regional extremeña», 9/12/1937; y PS Barcelona 62.— Progreso Martínez, La juventud, factor revolucionario.
140, expte. 6, circular del Comité Peninsular de la FIJL en Conferencia pronunciada en el cine Tívoli, octubre 1938, Ma-
que se detallan las gestiones realizadas por los distintos drid, Secretaria de Propaganda y Prensa de la Federación
organismos confederales para lograr que en el Frente Po- Local de Juventudes Libertarias, 1938, la primera cita en p.
pular Antifascista hubiera representación juvenil. 21, la segunda en p. 14.
Communism after the end of communism? The trade union policy of the
Communist Party of Chile in the Chilean post–dictatorship (1990–2010)
El siguiente artículo aborda la política sindical del Partido Comunista de Chile. Se pone
en cuestión la tesis que sostiene una supuesta incapacidad de esta organización para
adaptarse a los cambios ocurridos en la posdictadura chilena. Para ello, se analiza uno de
los principales ámbitos de desarrollo de esta organización política y se concluye que los
comunistas chilenos, experimentaron una serie de lentas adaptaciones de sus prácticas en
el mundo sindical, las cuales intentaban responder a la realidad del Chile neoliberal. Esto
derivó en que, en el primer lustro del siglo XXI, elaboraran una política que incluía en su
perspectiva de cambio social a los nuevos movimientos sociales, pero sin desplazar de un
rol relevante a los trabajadores en un proceso de cambio social.
Abstract
The following paper deals with the trade union policy of the Communist Party of Chile. It calls into
question the thesis that defends a supposed inability of this organization to adapt to the changes taking
place in the Chilean post–dictatorship. One of the main areas of development of this party is thus analy-
zed and it is concluded that Chilean Communists experienced slow adaptations of their practices in the
trade union world as a response to the reality of neoliberal Chile. During the first half of the 21st century
this resulted in the devising of a policy which included the new social movements in their perspective of
social change, maintaining the relevant role of the workers in the process.
El Partido Comunista de Chile tuvo una principios de 1970. Por último, poseía me-
extensa y significativa presencia políti- dios de comunicación de masas (escritos y
co–social a lo largo del siglo XX chileno. radiales), una editorial y sedes partidarias
Su origen estuvo asociado al desarrollo del a lo largo de todo el país. De esta manera,
movimiento obrero en los centros de ex- es posible afirmar que los comunistas chi-
plotación minera, lo que le dio una carac- lenos formaron parte de la historia política,
terística impronta obrera. A pesar de verse social y cultural de Chile.
sometido a persecuciones y extensos pe- Con el inicio de la dictadura encabeza-
ríodos de clandestinidad (alrededor de 30 da por el general Pinochet, el PC enfrentó
años fuera de la ley entre 1927 y 1990), se las políticas de exterminio del régimen. En
caracterizó por su activa presencia dentro 1976, dos equipos de dirección del parti-
del sistema político chileno. De esta mane- do fueron detenidos y hechos desaparecer
ra, apoyó a gobiernos de centro–izquierda por los aparatos represivos de la dictadura.
entre fines de los años ’30 y la década si- Años más tarde, luego de un análisis críti-
guiente y luego fue pieza fundamental en co de algunas de sus posiciones durante la
la constitución de la Unidad Popular. Como Unidad Popular, se produjo un inédito vi-
se sabe, esta coalición tuvo éxito al lograr raje de la política del PC. En 1980 los co-
que su abanderado, el dirigente socialista munistas anunciaron que validaban «todas
Salvador Allende, alcanzara la presiden- las formas de lucha» para terminar con la
cia de la república el año 1970. El PC fue dictadura, incluyendo formas armadas. De
un ferviente defensor de la denominada esta manera, el PC rompía con su tradicio-
«vía chilena al socialismo», que implicaba nal gradualismo político, optando por una
la construcción de una sociedad alternati- línea más radical de cara a su tradición po-
va al capitalismo, desde dentro de la ins- lítica. Fracasada en 1986 la perspectiva in-
titucionalidad política chilena, respetando surreccional del PC, este quedó al margen
la democracia y evitando una guerra civil. del acuerdo de salida pactada de la dictadu-
Pero la presencia comunista en la sociedad ra entre ésta y la mayoría de la oposición.
chilena iba mucho más allá de tener un im- Opuesto a negociar con el régimen pino-
portante número de diputados y senadores chetista, el costo que pagó el PC por esta
en el parlamento. Por años, fue la primera posición fue quedar, a partir de 1990, como
fuerza en el movimiento sindical. También un actor muy marginal de la política chile-
tuvo una importante representación en las na.
organizaciones estudiantiles, encabezando A partir de marzo de 1990, Chile recupe-
en los años de la Unidad Popular algunas de ró la democracia, pero bajo una administra-
las principales federaciones del país. Asi- ción que le dio continuidad al régimen ju-
mismo, logró penetrar en sectores medios rídico y económico creado por la dictadura.
e intelectuales. Destacados integrantes del Aunque los aspectos más brutales de éste
mundo de la cultura chilena fueron mili- régimen desaparecieron, especialmente la
tantes del Partido Comunista, simbolizados represión, el modelo consagró un régimen
en la figura excluyente del poeta y Premio político que ha sido denominado como «de-
Nobel de Literatura Pablo Neruda. Además, mocracia semisoberana», en alusión a sus
sus militantes encabezaron las moviliza- limitaciones democráticas [1]. Además, des-
ciones campesinas por la reforma agraria
y una vivienda digna donde vivir, que tu- 1.–Carlos Huneeus, La Democracia Semisoberana. Chile
vieron su auge durante la década de 1960 y después de Pinochet, Santiago, Taurus, 2015.
Tradicional mural realizado por la Brigada Ramona Parra, ligado al Partido Comunista de Chile, en
solidaridad con los trabajadores del sector minero. Centro Cultural Gabriela Mistral, Santiago.
rica que había tenido este partido al menos veremos, le rindió rápidos frutos al PC y le
desde la década de los ´60. brindó posibilidades de salir de la situación
De todos modos, hacían un intento por defensiva en la que se encontraban.
definir a la clase obrera incorporando las En 1990, en plena crisis interna, el PC
transformaciones que el modelo neoliberal llamó a salir de la «discusión ensimisma-
había producido en el mundo del trabajo en da» y desplegar la lucha social. Es así que,
Chile, reconociendo que «en su interior se en la segunda mitad de ese año, en el XXI
han registrado sensibles modificaciones». Pleno del Comité Central, llamó a «enfren-
Así se aludía al nuevo proletariado sub- tar a empresarios y a la derecha en la calle,
contratado y temporal, que acentuaba las con movilización y el combate decidido de
diferencias de clase y que, dadas sus con- los trabajadores». También criticó a la diri-
diciones de explotación´, dificultaban su gencia demócrata cristiana de la CUT, por
organización. Por ello que era fundamen- su búsqueda de acuerdos con el gobierno
tal «desplegar una mayor iniciativa para «sin la implementación práctica de ningu-
contribuir a la formación de su conciencia na otra acción sindical» [7]. Para el PC, esto
de clase» [4]. Según la lectura comunista, ponía en juego la independencia de los tra-
los trabajadores carecían de una concien- bajadores frente al ejecutivo y al empresa-
cia y una musculatura orgánica como en riado. Esto, según los comunistas, se había
tiempos pasados, lo que se agudizaba por reflejado en las reformas laborales realiza-
la persistencia de la legislación laboral de das por el gobierno de Patricio Aylwin, que
la dictadura y los efectos de la represión en en rigor no hicieron cambios profundos a
ese período. las relaciones laborales implantadas por la
Si bien hacia 1989, el llamado del PC dictadura [8]. De allí que a principios de 1991
era el que tradicionalmente hacía, centra- declarase fracasada dicha estrategia de la
do en la principal central sindical del país CUT [9]. El problema para los comunistas,
(la Central Unitaria de Trabajadores, CUT) tal como señalaba Sergio Aguirre, uno de
y la minería [5], hubo algunos elementos los vicepresidentes de la entidad, era «si la
novedosos. Destacó la apelación a volcar CUT tiene o no una conducción clasista».
su accionar en lo que denominaban como Según él, era «evidente que sectores de la
capas medias, como los profesores. Desde derecha, la centroderecha y del propio go-
la óptica del PC, aunque la oligarquía y el bierno buscan reducir a los trabajadores a
imperialismo buscaran contraponer a estos un papel de mínima expresión, que no pue-
sectores con la clase obrera, «el desarrollo da poner en peligro el modelo económico
del capitalismo lleva(ba) inevitablemente dictatorial, modelo que hoy es asumido por
a la gran mayoría de estos sectores hacia el actual Gobierno» [10].
la proletarización y en no pocos casos a la En ese sentido, los comunistas tenían
pauperización» [6]. Así, se asumía como pre- claro que un cambio en la conducción y su-
misa que la constante polarización provo- peración de la debilidad de la CUT, pasaba
cada por el capitalismo, obligaría a los sec- por una democratización del movimiento
tores medios a aliarse con la clase obrera.
7.— El Siglo (28/8/1990 y 1/9/1990, pp. 6 y 7).
El volcamiento hacia estos sectores, como
8.— Antonio Aravena y Daniel Núñez (2011), «Los
Gobiernos de la Concertación y el Sindicalismo en Chile»,
4.— Ibídem, p.49. Revista Trabajo, 8 (2011), pp. 113–130.
5.— Ibídem, p. 51. 9.— El Siglo (30/12/1990 y 6/1/1991, p. 26).
6.— Ibídem, p. 54. 10.— El Siglo (28/4/1991 y 4/5/1991, pp. 20 y 21)
sindical. Así lo manifestaba Jorge Pavez, mayoría en las elecciones del directorio,
por entonces dirigente comunista del pro- quedando la organización encabezada por
fesorado y de la multisindical. Este, ade- el comunista Humberto Cabrera. La FE-
más de poner como desafío la recuperación NATS impulsó una serie de movilizaciones
de la autonomía de la CUT, planteaba que que fueron in crecendo desde 1991 a 1993.
«otro desafío es la participación. Un movi- Cabrera, denominado por los periódicos
miento que consiga plena participación, la oficialistas como «el duro», logró una casi
total democratización de sus componentes. permanente visibilización a nivel nacional,
Que impulse, asimismo la democratización por la alta capacidad de movilización de su
de toda la sociedad...» [11]. sector, capaz de derribar a varios ministros
Así, la apuesta de los comunistas en el de salud de las administraciones concerta-
marco de la posición defensiva que tomaba cionistas.
el movimiento sindical en la discusión de Así, un dirigente proveniente del sector
las políticas públicas, apuntaba a un posi- servicios, que no era encasillado dentro de
cionamiento más «autónomo» y «clasis- la clase obrera tradicional, le daba vigen-
ta» ante el gobierno. Sin embargo, en los cia a su partido como actor político–social.
congresos de la central realizados los años Su acción mostraba el camino para salir de
1991 y 1993, el PC no pudo revertir su po- la posición defensiva en la cual se encon-
sición de minoría al interior de ésta. Por el traban los comunistas por entonces. ¿Qué
contrario, se acentuó en la cúpula de la CUT reflexionaría el PC sobre esto durante 1994
la hegemonía concertacionista y, por ende, en su XVI Congreso, momento en iniciaba
su dependencia del gobierno [12]. El PC bus- el segundo gobierno de la Concertación?
có fórmulas para romper el predominio de
las fuerzas más moderadas en la central. La Un paso adelante: agitación social y
principal fue intentar agitar las aguas «des- sindical comunista en los ´90
de abajo», a partir de su presencia en algu-
nas importantes organizaciones sindicales. Las elecciones presidenciales y parla-
El primer foco de agitación sindical a es- mentarias de 1993 ratificaron el estanca-
cala nacional impulsado por los comunis- miento electoral del PC, que se ubicaba
tas, fue a través de la Federación Nacional alrededor del 6% del electorado. Además,
de Trabajadores de la Salud (FENATS). Esta confirmó la enorme adhesión alcanzada
organización representaba una franja im- por la Concertación y la Democracia Cris-
portante de los afiliados a la CUT [13] y una tiana, que convirtió a Eduardo Frei Ruiz–
articulación nacional en un área que tenía Tagle como Presidente de Chile hasta el
una importante repercusión en todo el país. año 2000 [14] . Y aunque en algunas zonas
En 1990, el PC había obtenido la primera alcanzaron resultados no despreciables, los
comunistas siguieron excluidos del sistema
11.— El Siglo (28/4/1991 y 4/5/1991, p. 16)
político–institucional. A su vez, en el plano
12.— Sebastián Osorio, Trayectoria y cambios en la política
del Movimiento Sindical en Chile, 1990–2010: El caso de la sindical, el PC tampoco podía doblegar la
CUT, entre la independencia política y la integración al blo- dirección de la CUT. Esto se ratificó en el
que Histórico Neoliberal, Tesis para optar al grado de Ma-
gister en Historia, Universidad de Santiago de Chile, 2014 14.— José Ponce, «Adaptación e inclusión de la Izquierda
13.— Por entonces, sumaba la no despreciable cantidad revolucionaria en las transiciones democráticas de
de 40.000 afiliados, en un marco donde la CUT ostentaba Uruguay, Chile y Argentina. Una mirada desde el
cerca de los 500.000, representando cerca de un 8% de desempeño electoral, 1983–2009», En Izquierdas, 18
la misma. (2013), pp. 17–36
Congreso Extraordinario de la central, rea- zaciones laborales, una de las más relevan-
lizado en abril de 1994. En él, los demócra- tes fue la realizada en 1994 por el profeso-
ta–cristianos impusieran la afiliación de la rado, que se prolongó durante tres semanas
multisindical a la CIOSL, entidad vinculada entre los meses de septiembre y octubre.
a los sindicatos norteamericanos. Aunque Aunque este gremio era conducido por el
los comunistas intentaron resistirse a esta demócrata–cristiano Osvaldo Verdugo, du-
medida, no pudieron impedir la decisión. rante la movilización de 1993 se consolidó
Con todo, esto generó una de las primeras el liderazgo del dirigente comunista Jorge
crisis de la CUT [15]. Pavez. Por estos años, Pavez se convirtió en
De todas maneras, si bien el PC no pudo la principal expresión de una corriente di-
instalar su línea política en la central, a su sidente de la conducción de Verdugo en el
postura crítica ante el nuevo gobierno se magisterio, siendo motejado por la prensa
sumaban otros sectores de los dirigentes de la época como parte de un sector «más
sindicales, incluyendo a los de militancia radical». Finalmente, en 1995 Pavez alcan-
concertacionista. Esto se verificó en la pro- zó la conducción del poderoso Colegio de
moción de nuevas movilizaciones y un paro Profesores, desplazando al oficialismo.
nacional el 11 de julio de 1994, que convocó Así, Pavez y Cabrera, dos dirigentes sin-
entre 15.000 y 25.000 personas en las calles dicales de espacios laborales del área de
de la capital chilena. Tras ellas, el gobierno «servicios» e históricamente vinculados
tendió puentes de diálogo con la CUT y en- a las «capas medias», se convertían en los
vió un proyecto de reforma laboral, que, al principales referentes públicos del PC. Des-
ser criticado por el empresariado, le restó de esto sectores, el PC comenzó a recuperar
urgencia a su discusión. Esto provocó que la incidencia en la conducción de la CUT. Esto
central asumiera una postura más crítica al se relacionaba con que, desde el punto de
gobierno, evidenciando un desplazamiento vista electoral, eran sectores estratégicos al
de la posición de los dirigentes sindicales interior de la central. Entre ambos tenían
hacia una más cercana a lo que planteaban cerca de un 35% de sus afiliados [17]. Así co-
los comunistas [16]. menzó a cambiar la orientación política de
Pero a contrapelo de la crisis de la CUT y la principal multisindical chilena.
sus limitaciones para imponer sus plantea- Ante este panorama, es interesante con-
mientos en la agenda pública, expresiones trastar los cambios del discurso sobre lo la-
sectoriales del movimiento de trabajadores boral y sindical de los comunistas entre sus
cobraron gran relevancia durante una olea- Congresos Nacionales de 1994 y 1998. El
da de movilizaciones ocurrida entre 1993 y XX Congreso [18] se desarrolló a lo largo de
1997. Si la FENATS había mostrado las po- 1994 y terminó a comienzos de su segun-
sibilidades de esta forma de acción durante do semestre, justo cuando las movilizacio-
el último año del gobierno de Aylwin, otros
17.— Entre ambos sectores sumaban cerca de los 115.00
actores del sector público mostraron su
afiliados (25.000 la FENATS y 90.000 el Colegio de
fuerza, tal como los trabajadores de la salud Profesores) de 325.000 que ostentaba la CUT (Osorio,
municipal y los profesores. 2014)
Dentro de una cargada agenda de movili- 18.— El XX Congreso partió siendo el número XVI, pero la
resolución de asumir como fecha fundacional 1912 (año
en que se funda el Partido Obrero Socialista) y no 1922
15.— Sebastián Osorio, Trayectoria y cambios en la política (cuando el POS se transforma en Partido Comunista de
del Movimiento Sindical en Chile, 1990–2010. Chile), suman los cuatro congresos que había realizado
16.— Ibídem. el POS.
nes de la salud y los profesores estaban en gobierno. Esto, se decía, rompía la tradicio-
pleno despliegue. Esto explica la optimista nal independencia de clase del movimiento
mirada de los comunistas sobre el supues- sindical chileno. En oposición a ello, el PC
tamente ascendente descontento social declaraba que eran «partidarios de un mo-
contra el gobierno. Según el PC, desde el vimiento sindical unitario y diverso, inde-
punto de vista de las condiciones de vida de pendiente del gobierno y de los patrones,
la población, «la situación comienza a ser su pluralismo presupone su autonomía en
crítica…» [19]. Reafirmando su mirada sobre relación a los partidos políticos, pero no el
la expansión de la proletarización del país apoliticismo, que niega y debilita su carác-
(la cual alcanzaba cerca de un 75%, según ter de organización que existe para defen-
sus cálculos), los comunistas buscaban con- der los intereses del proletariado moderno.
trarrestar aquellas miradas que pregonaban No obstante, los trabajadores siguen cons-
la desaparición de la clase obrera, como lo tituyendo la fuerza motriz determinante
señalaba cierta sociología del trabajo. para llevar adelante los cambios de fondo
De tal manera, se desprendía que, para que el país demanda. A ellos, a la elevación
los comunistas, los movimientos laborales de su organización y de su conciencia, de-
de la salud y los profesores eran parte de los bemos dedicar los mayores esfuerzos» [21]
«nuevos proletarios» del área de servicios, De esta manera, los comunistas man-
los cuales concentraban una alta franja de tenían el concepto de proletariado de una
la población laboral. De esta manera, el PC manera extensiva, que incluían a los actores
«encajaba» a estos trabajadores dentro de «modernos», incluyendo a aquellos del sec-
una categoría tradicional de su discurso, sin tor servicios, ubicándolos como el «motor»
desarrollar aún una lectura más compleja de la «revolución democrática», que plan-
sobre el neoliberalismo y los trabajadores. teaban como desafío central para el país.
Con respecto a la crisis del sindicalismo, Para el PC, «la dimensión clasista de la lucha
tema instalado en el debate público en esa por el cambio social es indiscutiblemente
época, los comunistas reiteraban que era un componente básico». Sin embargo, esto
producto de las repercusiones de la dicta- no negaba que «las transformaciones re-
dura y de su legislación. Responsabilizaba volucionarias… congregará también movi-
a los gobiernos de la Concertación, que, mientos sociales que se forman para resistir
frente a la debilidad del poder negociador las secuelas de la dominación del capital en
de los trabajadores, «privilegian al empre- otros ámbitos. El capitalismo genera nuevas
sario y consideran al trabajador como un contradicciones que abren nuevos espacios
elemento que debe someterse a las leyes de alianzas» [22]. De esta forma, aparecía en el
de una macroeconomía que sólo beneficia lenguaje del PC la categoría de movimiento
al capitalista. Esto aumenta el descontento social, como espacio de construcción con-
del asalariado y lo impulsa a romper la pa- trahegemónico al neoliberalismo. Con esto,
sividad de los últimos años» [20]. el PC diversificaba el sujeto histórico que
Por otro lado, reiteraban su crítica a la haría el cambio social, abarcando otras di-
dirección de la CUT, por considerar que se mensiones más allá del mundo del trabajo,
subordinaba a las políticas neoliberales del pero sin dejar de considerar que éste seguía
siendo el actor clave.
19.— Partido Comunista de Chile, XX Congreso del Partido
Comunista de Chile, 1994, p. 4. 21.— Ibídem, p. 12 y 13.
20.— Ibídem, p. 13. 22.— Ibídem, p. 13 y 14
Ación reivindicativa de la Confed. de Trabajdores del Cobre (CTC), uno de los sectores laborales
más movilizados en Chile desde la década de 2000. Año 2015 (Foto facilitada por los autores).
Esto ponía el control de la CUT en el eje de A fines del siglo XX, los comunistas
la política del PC. chilenos intentaban adaptarse a la nueva
Por ello, en un contexto donde distintos realidad político–social del país, particu-
pequeños grupos políticos se alejaban de la larmente en el mundo laboral. Al calor del
CUT, incluidos dirigentes ex–comunistas, activismo sindical, con triunfos y derrotas,
estos ratificaban que debían «jugársela por resemantizaron su mirada sobre los traba-
fortalecer la CUT y hacer de ella la máxima jadores e intentaron elaborar una lectura
organización de los trabajadores, pero con propia sobre los cambios que había provo-
claro contenido alternativo al modelo neo- cado el neoliberalismo en el país. El nuevo
liberal y recogiendo la histórica vocación momento político que visualizaban en el
clasista, democrática y unitaria del movi- Congreso de 1998 y el triunfo en la CUT, los
miento sindical chileno. Los trabajadores llevó a creer que el contexto era propicio
quieren ver una actitud de lucha más clara para desbordar la exclusión político–ins-
y decidida de parte de la CUT» [30]. El triun- titucional y encabezar una alternativa a la
fo que obtuvieron a fines de 1998, a pesar derecha y al oficialismo de centro–izquier-
de las limitaciones que lo rodearon, pare- da. Por ello, levantaron la candidatura pre-
cía confirmar la apuesta política del PC. De sidencial de Gladys Marín, su insigne líder.
manera típicamente optimista, el PC consi- Sin embargo, los exiguos resultados logra-
deró que el triunfo en la CUT podría marcar dos por ésta y nuevamente quedar exclui-
«un nuevo momento político» que si bien dos del parlamento [32], provocaron que el
podía traer una posible «involución demo- PC mantuviera como uno de sus ejes prin-
crática», también podría generar «mayores cipales de acción el mundo social y sindical.
posibilidades para el movimiento popular, En este ámbito, los comunistas enfren-
lo cual nos exige y nos permite pasar a una taban una serie de disyuntivas producto
etapa superior en el proceso de construc- del nuevo escenario, particularmente en
ción de la alternativa al neoliberalismo, y la CUT. Uno de estos factores fue el cam-
de una Nueva Mayoría Nacional para una bio de gobierno. Si bien en 2000 el repre-
salida democrática» [31] . sentante de la Concertación Ricardo Lagos
A diferencia de lo que ocurría en los pri- triunfó en las elecciones presidenciales,
meros años de la década de 1990, desde el cambio radicó que el eje de la coalición
1999 los comunistas estaban en el centro viró a posiciones supuestamente más a la
de la política sindical, conduciendo la CUT izquierda. Esto se expresó inicialmente en
y poderosos gremios como el de profesores una mayor voluntad de diálogo para llevar
y la salud. El camino para llegar a este pun- a cabo reformas laborales. Sin embargo,
to había dotado de nuevas experiencias y prontamente las ilusiones se acabaron y la
reflexiones a sus militantes, en función de administración Lagos se convertiría en la
intentar construir una alternativa al mode- más neoliberal del ciclo de gobiernos de la
lo neoliberal. Concertación. Por otro lado, operaba la cri-
sis de la CUT como actor sindical relevante,
La alternativa del PC en el albor del pues las marchas impulsadas durante este
nuevo siglo: el sindicalismo socio– período, demostraron la debilidad de la
político central. Las críticas se concentraron sobre
30.— Ibídem, pp. 44 y 45. 32.— Alfredo Riquelme, Rojo atardecer. El comunismo chileno
31.— Ibídem, p. 16. entre dictadura y democracia, Santiago, DIBAM, 2009.
33.— Sebastián Osorio, Trayectoria y cambios en la política 34.— Partido Comunista de Chile, XXII Congreso del Partido
del Movimiento Sindical en Chile, 1990–2010. Comunista de Chile, 2002, p. 15.
dical [35], los comunistas afirmaban que ese Pero además de esta perspectiva de ma-
era el camino a transitar. La orientación era yor politización del movimiento sindical,
que sus «dirigentes sindicales asuman un los comunistas reconocían que se volvía
rol mucho más politizador al interior de las apremiante ahondar en el conocimiento
organizaciones sindicales. Se plantea la ne- de los cambios producidos en el mundo del
cesidad de impulsar un nuevo sindicalismo, trabajo, para de esta manera «ser los prime-
más vinculado con la base, más combativo, ros actores en la tarea urgente que es elevar
rupturista y basado en la movilización.» [36]. la organización sindical» [38]. Esto explica la
Esto fue el núcleo de lo que se denominaría importancia que se le asignaba a los tra-
como el sindicalismo socio–político. bajadores «desregulados» o «eventuales»,
La pluralidad del «nuevo sujeto político entre ellos, los subcontratados: «Debemos
y social de masas», estaba compuesto por ocuparnos de la organización del 66% de
un cuadro de actores que supuestamente los trabajadores desregulados, impulsando
se oponían a la globalización capitalista con más fuerza la organización en aquellos
y al neoliberalismo salvaje. Entre ellos, se sectores económicos donde predomina este
consideraban a las organizaciones sindica- tipo de trabajadores, tales como tempore-
les, de cesantes, estudiantiles, del mundo ros de la fruta, pesqueros, salmoneros, fo-
juvenil, de mujeres, de los pueblos origina- restales y vitivinícolas». Además, se debía
rios, ecologistas, de derechos humanos, de tender a unificar los sindicatos tradicio-
la diversidad sexual, de profesionales, del nales con los trabajadores desregulados,
arte y la cultura, de la comunidad científica «para desarrollar un accionar diferente del
y los ecologistas, de pequeños y medianos actual, de confrontación con el modelo, de
empresarios, de sectores de la burguesía movilización social y de acción común con
nacional. Todos habían sido golpeados por otras organizaciones sociales y políticas
el sistema y cuyas reivindicaciones espe- que están por cambios democráticos…» [39].
cíficas comenzaban a converger, según los Así, el PC otorgó gran importancia a la
comunistas, alrededor de la exigencia de organización de los trabajadores «desregu-
una sociedad distinta. El lema «otro mundo lados» y «temporales», que crecían de ma-
es posible» simbolizó el «viraje» comunista. nera exponencial bajo el modelo chileno.
Así, el movimiento sindical se debía con- En sectores estratégicos de la economía del
vertir en el motor para politizar y dotar a país, como la minería del cobre, superaban
los movimientos sociales de una agenda de el 60%. El PC contaba con presencia entre
lucha más frontal contra el neoliberalismo. los sindicatos de los contratistas del cobre
En ese marco, se comprende la batalla, por desde el tiempo de la dictadura de Pinochet.
ejemplo, que dio el PC para mantener su in- Estos cobrarían gran relevancia a mediados
cidencia en la CUT e impulsar a través de de la década de 2000.
ella las movilizaciones por un «Chile Justo En el año 2004, la política laboral del PC
y Democrático», que tendrían resonancia estuvo marcada por el nuevo acuerdo con
en la agenda pública nacional entre el 2003 Arturo Martínez para que este condujera
y 2004 [37]. la CUT. Impulsaron la creación del «Frente
contra la exclusión», el cual asumía la ne-
35.— Sebastián Osorio, Trayectoria y cambios en la política
del Movimiento Sindical en Chile, 1990–2010. cesidad de romper con la ley electoral por
36.— Partido Comunista de Chile, XXII Congreso, p. 50.
37.— Sebastián Osorio, Trayectoria y cambios en la política 38.— Partido Comunista de Chile, XXII Congreso, p. 40.
del Movimiento Sindical en Chile, 1990–2010. 39.— Ibídem, p. 33.
medio de un pacto entre las fuerzas oficia- ra bien, esto no significó un cambio en la
listas, la izquierda extraparlamentaria y los orientación política de la colectividad, sino
movimientos sociales. Sin embargo, esto no más bien un desplazamiento coyuntural,
llegó a buen puerto. En tanto, el año 2005 pero que en el Congreso partidario de 2006
falleció la presidenta del partido, Gladys adquirió un carácter más formal.
Marín, símbolo de la línea confrontacional El Informe y las resoluciones del XXII
y de raigambre movimientista del PC. El Congreso del PC fueron amplias. En primer
cambio de conducción traería nuevamente lugar, se propuso un nuevo énfasis en la lí-
algunos desplazamientos en la acción co- nea política, centrada en «la solución a la
munista. contradicción entre neoliberalismo y de-
mocracia… [a través de] la conquista de un
De la irrupción de los subcontratados al gobierno democrático, nacional y de justi-
¿nuevo viraje? cia social, con la unidad y la lucha del pue-
blo». De tal manera, se comenzaba a diluir
Durante el segundo lustro de 2000, el la tesis de la «revolución democrática», pa-
PC participó de manera protagónica en la sando a verse como central la conquista de
activación de las movilizaciones de traba- un gobierno que debía consagrar principal-
jadores subcontratados, destacando las de mente una nueva Constitución e instalar
la minera estatal CODELCO, los forestales una Asamblea Constituyente. Sin embargo,
y los de la salmonicultura. también se planteó una «agenda corta» de
Hacia el año 2005, los comunistas habían cinco puntos, en la que se basó el apoyo a
promovido la construcción política llamada Bachelet en la segunda vuelta del año 2006.
«Juntos Podemos». Esta intentaba canalizar Cuatro de estos puntos formaban parte del
electoralmente los distintos movimientos petitorio de la CUT: «la reforma del sistema
de protestas y hacer converger a las distin- previsional, la reforma a la educación, la
tas fracciones de la izquierda extraparla- reforma al Código del Trabajo y la reforma
mentaria. Si bien su performance electoral del sistema electoral» [41]. En este escenario,
del año 2005 había mantenido la tendencia el PC enfatizó especialmente la reforma al
de los años anteriores, los votos «cautivos» sistema electoral, por lo que el Congreso
del PC lo convirtieron en un actor relevante mandató a la dirección para negociar este
para definir el triunfo de Michelle Bachelet aspecto con el gobierno.
ante Sebastián Piñera en la segunda vuelta En segundo lugar, el XXII Congreso
presidencial, realizada en enero de 2006 [40]. reinstaló la importancia para el PC de lo-
Aunque la decisión de respaldar a la candi- grar una alianza política y social de carác-
data de la Concertación le costó una crisis ter «amplio». Esto los tensionaba con sus
al interior del «Juntos Podemos», la nue- aliados del «Juntos Podemos», que critica-
va dirección partidaria, encabezada por ban fuertemente el apoyo comunista a Ba-
Guillermo Teillier, la estimó necesaria en chelet. El PC respondió que era una alianza
función de buscar los ansiados cambios de táctica y que mantenían considerando que
la institucionalidad postdictatorial. Aho- lo más importante era fortalecer la izquier-
da. En todo caso, señalaban que «estamos
40.— José Ponce, «Adaptación e inclusión de la Izquierda por avanzar con los que quieran avanzar,
revolucionaria en las transiciones democráticas de
Uruguay, Chile y Argentina. Una mirada desde el
desempeño electoral, 1983–2009», En Izquierdas, 18 41.— Partido Comunista de Chile, XXIII Congreso del Partido
(2013), pp. 17–36. Comunista de Chile, 2006, p. 8.
convencidos que un rico accionar será de- profesores. Este cuadro general generó un
terminante para lograr dicho objetivo» [42]. año de agitación laboral y de discusión de
Así, dejaban entrever la posibilidad de rom- las relaciones en el trabajo. En el contexto
per sus relaciones con quienes mantuvie- de un régimen que había naturalizado las
ran una postura distinta a su política. reglas económicas del neoliberalismo, este
La política sindical del PC durante este debate implicó una inédita reflexión públi-
periodo alcanzó importantes resultados el ca sobre la necesidad de regular las normas
2007, un año antes de las elecciones muni- del libre mercado. Este ciclo de moviliza-
cipales. Aquel año irrumpieron con fuerza ciones sufrió una curva descendente hacia
los movimientos de trabajadores subcon- mediados del año 2008 [44].
tratados forestales y cupríferos. Todos ellos El 2008, el PC continuó su política de
estuvieron encabezados por dirigentes co- acercamiento a la Concertación. Esto se
munistas, los cuales alcanzaron gran noto- expresó en la firma de un acuerdo electoral
riedad, especialmente el dirigente del cobre restringido para las elecciones municipales
Cristián Cuevas, quien se convirtió en uno de ese año. Esto le permitió al PC aumentar
de los principales dirigentes públicos del su número de alcaldes y concejales electos.
PC. La huelga protagonizada por este sec- Este acuerdo, abrió la puerta para un nuevo
tor, marcó un hito en la historia reciente del pacto, ahora en las presidenciales y parla-
movimiento sindical chileno, porque por mentarias de 2009. Gracias a este acuerdo,
primera vez, el coloso del cobre, la estatal los comunistas retornaron al parlamento
CODELCO, aceptó negociar con los trabaja- después de 37 años.
dores fuera de las reglas de las leyes labora- De tal manera, gracias a que los comu-
les. Estas, creadas en 1979 por la dictadura y nistas se mantuvieron como actores sindi-
no modificadas en democracia, aseguraban cales importantes en el país, acumularon un
el debilitamiento de los sindicatos y permi- capital político que les permitió negociar
tían el reemplazo de trabajadores en huel- reformas al modelo institucional heredado
ga. Los contratistas del cobre encabezados por la dictadura y administrado durante dos
por Cuevas, lograron revertir estas adversi- décadas por los gobiernos democráticos. La
dades y poner en el centro del debate la ur- movilización de sectores laborales estraté-
gencia de reformas a las leyes laborales [43]. gicos, la consolidación de su presencia en la
El remezón político provocado por este CUT y un caudal de votos significativo, faci-
ciclo de huelgas, también se dio en el Cole- litaron que la Concertación se abriera a ne-
gio de Profesores, gremio en el que los co- gociar con el PC hacia finales del gobierno
munistas habían desplazado a Jorge Pavez. de Bachelet. Para el PC, esto no era necesa-
Con el nuevo presidente de los docentes a riamente una ruptura total con su anterior
la cabeza, el comunista Jaime Gajardo, el política, sino más bien un desplazamiento
magisterio protagonizó los últimos meses hacia un énfasis más institucional. Así, el
del año 2007 una masiva movilización. Esta PC volvía a tener incidencia en los espa-
terminó con importantes logros para los cios políticos en los que históricamente se
había desarrollado: en la institucionalidad
42.— Ibídem, p. 6. política y el movimiento social [45].
43.— Rolando Álvarez, «¿Desde fuera o dentro de la
institucionalidad? La ‘huelga larga del salmón’ y las
nuevas estrategias sindicales en Chile (2006–2008)», en 44.–Ibídem.
Antonio Aravena y Daniel Núñez (eds.), El renacer de la 45.— Rolando Álvarez, Arriba los pobres del Mundo.
huelga obrera en Chile, Santiago, ICAL, 2009. Santiago, Lom, 2011.
Introducción
1.— Olga Benario, hija de Leo Benario, abogado del Partido Socialdemocrata Alemán y de Eugenie Gutmann de ascen-
dencia judía. Militante destacada de las JJCC en Alemania fue detenida en 1926 con Otto Braun al que liberó después
de un asalto a la cárcel en 1928 para exiliarse en Moscú. Dirigente de la juventud en la Internacional Comunista fue
enviada por el Komintern a Brasil acompañando a Prestes como responsable de su seguridad. Participó en el levan-
tamiento contra Getúlio Vargas en noviembre de 1935 y fue detenida con Prestes, al que salvo la vida, en marzo de
1936. El gobierno de Hitler reclamó su extradición y después de ser rechazado un recurso ante la Corte Suprema del
Brasil fue deportada a Alemania embarazada de siete meses. Internada en Berninstrasse donde nació su hija Anita, fue
trasladada al campo de Ravensbrück y obligada a trabajar en la industria militar antes de ser ejecutada en la cámara
de gas en 1942. La misma suerte corrió su hermano Otto en Auschwitz y también su madre que murió en un campo de
concentración en 1943, véase «Anita Leocadia Prestes. Revolucionaria sem perder a ternura», Nossa Historia, 9 , 2004 y
Ruth Werner, Olga Benario, Sâo Paulo, Alfa Omega, 1990.
Entrevista
[J. G. Alén] Antes de entrar en las cues- tida por mi abuela paterna Leocadia Prestes y
tiones relacionadas con su obra, creemos mi tía Lygia Prestes, que a falta de mi madre
necesario, plantearle algunas preguntas re- me criaron y educaron. Y siempre me enorgu
lacionadas con su trayectoria vital. La pri- llecí de la lucha de mis padres y procuré seguir
mera es sobre el cambio tan drástico en su el camino recorrido por mis familiares.
orientación profesional, desde la Química Su tía Lygia, también militante del PCB,
Industrial a la Historia Contemporánea de participó con su abuela Leocadia en la cam-
Brasil, ¿Por qué y, en qué circunstancias, se paña internacional por la libertad de su pa-
produce ese cambio hacia la Historia? dre y la suya [1]. La campaña las llevó a la
1.— La campaña por la liberación de Prestes se inició en
[A. L. Prestes] Finalicé la carrera de Quí 1936 y la extradición de Olga Benario y el nacimiento
mica en 1964, cuanto tuvo lugar en Brasil el de la hija de ambos las incluyó en la campaña. Se
golpe civil–militar que derribó al presiden formaron comités por su liberación en Estados Unidos,
América Latina, Europa, Australia y Nueva Zelanda,
te Joâo Goulart. Por eso, siendo hija de Luiz
mientras Leocadia y Lygia Prestes, su madre y su hermana,
Carlos Prestes no conseguí trabajar en la pro participaron en mítines, ruedas de prensa, reuniones
fesión y me dediqué a la actividad clandestina con sindicatos, partidos políticos, jefes de gobierno,
del PCB. Más tarde, cuando regresé del exilio, parlamentos y personalidades de numerosos países en
una campaña que duro varios años y en la que se enviaron
estudie Historia y realice mi tesis de doctora
millares de cartas al gobierno brasileño solicitando la
do sobre la Columna Prestes. libertad de Prestes y sus compañeros. Viajaron tres veces
a Berlín con una delegación internacional y a través de
¿Cuándo y cómo se produce su primer la Sociedad de Naciones y de la Cruz Roja Internacional,
lograron tener noticias de Olga y su bebe. Gracias a esta
contacto con la dramática historia de su
presión consiguieron que la Gestapo les entregase a la
madre y en qué aspectos de su vida ha in- pequeño Anita, que entonces tenía 14 meses, en enero de
fluido su historia familiar y la figura de su 1938. Finalmente y a pesar de la promesas de libertad, Olga
padre Luiz Carlos Prestes? Benario fue ejecutada en la cámara de gas en abril de1942
y su muerte se conoció por una nota que venía escondida
en el cinturón de una falda. Véase Anita Leocadia Prestes,
Desde muy pequeña tuve conocimiento de Campanha Prestes. Pela libertaçâo dos presos políticos,
la historia de mis padres, que me fue transmi 1936–1945, 2015 (nueva edición ampliada), Ed. Espressâo
Madre y hermana de L. C. Prestes en una gira por la república española para reclamar solidaridad con él y con
otros revolucionarios brasileños encarcelados tras el levantamiento de 1935 (Foto cedida por A. L. Prestes).
De pie a la derecha, Luiz C. Prestes ante el consejo de guerra que lo juzgó en 1937 (Foto cedida
por A. L. Prestes).
yo político o lo hace por la relación perso- Olga Benario acompañó a Prestes con la
nal con Prestes o que, como defienden al- tarea explícita de garantizar su seguridad.
gunos, acompañó a Prestes para evitar que Ella no tuvo ninguna participación en las
se desviase hacia posiciones trotskistas? decisiones políticas tomadas en esa ocasión.
Ella solo conoció a Prestes personalmente la
La opción por la lucha armada estaba im víspera de emprender el viaje rumbo a Brasil.
plícita en la política del PCB, que, por impo Es un absurdo pensar que la IC la había en
sición de la Internacional Comunista, acabó viado para evitar que Prestes se adhiriese al
aceptando, en agosto de 1934, el ingreso de trotskismo.
Prestes en sus filas. En aquel periodo, en Bra
sil el recurso a las armas estaba aceptado Usted vivía en Moscú cuando mu-
entre la mayoría de los integrantes y adeptos rió Stalin, ¿Qué recuerda de aquel
de la Alianza Nacional Libertadora (ANL), un acontecimiento?;¿Cómo vivió política-
amplio frente popular, cuyos objetivos eran mente Prestes el XX Congreso del PCUS y
derrotar al fascismo y al integrismo (movi como influyeron sus conclusiones en el co-
miento fascista brasileiro), al imperialismo y munismo brasileño y en Prestes?
al latifundismo. Prestes fue aclamado como
Presidente de Honor del ANL y partía de esa En la época yo tenía 16 años y vivía en
concepción predominante entre las fuerzas Moscú con mi tía Lygia. Mi padre estaba
progresistas de la época. Ciertamente hubo clandestino en Brasil. Hubo mucha confusión
un error de valoración de la situación brasi en las calles de Moscú, nosotros intentamos
leña, considerada revolucionaria por los co llegar hasta el lugar donde estaba siendo ve
munistas. lado el cuerpo de Stalin, pero no lo consegui
mos, pues la masa humana era enorme. del documento citado «Declaración de Mar
Prestes aislado en una clandestinidad ri zo», aprobado en 1958 por el Comité Central
gurosa, se enfrentó con serenidad a las con y que significó un importante viraje táctico en
clusiones del XX Congreso del PCUS y, en lo la política anterior del partido, sectaria, iz
fundamental, aceptó las tesis sobre el cami quierdista y aislacionista, rompió con el PCB
no pacífico y la coexistencia pacífica. La cri y fundó el PCdoB. El pretexto utilizado fue el
sis provocada por el XX Congreso contribuyó cambio de nombre, efectuado en el V congre
para el inicio de un proceso de revisión de la so del PCB de 1960, que tenía como objetivo
orientación política del PCB, hasta ese mo facilitar su legalización por la justicia electo
mento muy sectaria y superada por la propia ral del país. El PCdoB siempre combatió con
realidad brasileira. virulencia tanto al PCB como a su secretario
general Luiz Carlos Prestes. Sin embargo,
La estrategia política del PCB, desde últimamente para tratar de adquirir mayor
1945 a la declaración de marzo de 1958, es legitimidad intenta apropiarse de la historia
muy cambiante y fluctúa entre la insurrec- del PCB, que había repudiado siempre con ex
ción y la necesidad de un Frente Nacional trema violencia. El PCdoB actualmente es un
lo que genera debates y un enfrentamien- partido gubernamental que siguió claramente
to interno que lleva finalmente a la ruptu- por un camino de reformismo burgués y busca
ra y la escisión de 1962:¿Fue realmente la la legitimidad falsificando su propia historia.
Declaración de marzo de 1958 una ruptura
con el pasado como consecuencia del XX ¿En 1967, en plena dictadura, el PCB se
Congreso del PCUS?. ¿Qué posición mante- aleja de la lucha armada y busca la alianza
nía Prestes en aquel debate y cuáles son las con otras fuerzas y en una línea de nuevo
claves de la escisión de 1962? frentista? ¿Cuál es la posición de Prestes y
cómo veía la política de Unidad Popular de
La Declaración de Marzo de 1958 repre Chile; pensaba que la vía chilena o que la
sentó un viraje táctico en la política del PCB europea vía democrática al socialismo po-
en gran medida bajo la influencia de la crisis dían ser un camino valido para la construc-
desencadenada por el XX Congreso en el mo ción del socialismo en Brasil?
vimiento comunista internacional. El aval de
Prestes fue fundamental para su aprobación, Prestes y la mayoría de la dirección del
pero, desde el principio, el realizó acotacio PCB comprendieron que en la época no ha
nes a ese documento pues consideraba que, bía condiciones para desencadenar la lucha
aunque fuese positivo en el sentido de supe armada contra la dictadura implantada en
rar el izquierdismo y el aislamiento de los co 1964. Era necesario movilizar a los diferentes
munistas brasileños, se hacían concesiones sectores populares en el sentido de formar un
a las posiciones reformistas de derechas. El amplio movimiento para la derrota política
documento no puede ser considerado solo un de la dictadura militar. Esa táctica se mostró
maquillaje de una misma política. Hubo cam más acorde con la situación del país en aquel
bios importantes que permitirían al PCB con periodo. Además Prestes y el PCB veían con
quistar victorias políticas significativas en el simpatía la política de la Unidad Popular de
periodo que antecede al golpe civil–militar de Allende en Chile.
1964. Prestes era contrario a copiar modelos;
En 1962, un grupo minoritario de dirigen consideraba que el camino hacia la revolu
tes del PCB, disconforme con la aprobación ción brasileira tendría que ser elaborado al
¿Existe hoy en Brasil una historia global Luiz Carlos Prestes en 1959 (Foto cedida por
del comunismo o está aún por hacer?. ¿Cuál A. L. Prestes).
es la situación de la historiografía marxista
en el Brasil de hoy y qué perspectivas hay debilidad teórica:¿No existe un peligro de
en este sentido en el mundo académico de burocratización del poder en esos lideraz-
Brasil? gos?
La historia del comunismo en Brasil aun Existe ese peligro, que debe de ser comba
debe de ser muy investigada para que pue tido, como hicieron por ejemplo, Fidel Castro
da ser escrita con seriedad. El marxismo en y el Che Guevara.
Brasil siempre fue muy combatido y no tuvo
condiciones, en gran parte debido a la intensa Volviendo al tema de la memoria fami-
represión contra los comunistas, para la for liar, en el 2004 se estrenó una película so-
mación de una verdadera corriente historio bre su madre, Olga Benario que dio lugar a
gráfica de tradición marxista. En los últimos un debate que va más allá de la visión que
años, algunos estudiosos e investigadores aporta el film y el libro de Fernando Morais
tratan de trabajar apoyados en la metodolo en que está basado [3]. Un debate que tiene
gía marxista. que ver con el combate por la memoria y
Usted defiende la necesidad de lideraz- 3.–Fernando Morais, Olga, 1985. Sobre la figura de Olga y
gos fuertes en los movimientos revolucio- el film véase Tzvi Tal, Santificando a una judía comunista: la
narios, y, dada la sacralización de la mili- reacomodación de la identidad brasileña en Olga (Monjardin,
2004) en «Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía y
tancia en esos movimientos que conduce a
Política», nº 15, 2006., pp. 90–105 y Cynthia Liz Yosimoto,
la infalibilidad del jefe y con ella el culto a Olga Benario e a revoluçâo de 1935: a construçâo fílmica de
la personalidad, el seguidismo acrítico y la uma História, Universidad de Sâo Paulo, 2011.
su utilización política. Para unos se trata escaseando las referencias a Prestes en al-
de una reacomodación de Olga entre la co- gunas publicaciones sobre la historia de los
munidad judía brasileña. Y para otros se la comunistas brasileños, en algunos secto-
sacraliza descargándola de todo contenido res, dentro y fuera del comunismo, parece
político e ideológico, donde el PC desapa- emerger su figura con valoraciones dife-
rece de su vida y se construye una imagen rentes. Un ejemplo de esto fue su restitu-
adecuada al discurso neo liberal del Partido ción como senador y el homenaje oficial en
Trabalhista:¿Que hay detrás de ese debate, el 2014, acto al que usted rechazo acudir o
por qué se origina y qué sentido puede te- en Porto Alegre donde están finalizando el
ner apropiarse de la figura de Olga Benario proyecto de Memorial diseñado por Oscar
en el Brasil de comienzos del siglo XXI?. Niemeyer en 1998: ¿Por qué rechazó acudir
¿Qué imagen le trasmitieron su padre y su a ese homenaje?; ¿Es real esa recuperación
tía Lygia de Olga, piensa que esa imagen o continua existiendo el antiprestismo de-
esta recuperada en toda su dimensión? nunciado por usted en otros momentos y
qué importancia ha tenido su labor como
En el caso de Olga Benario Prestes, así historiadora en la recuperación de la me-
como en el de Luiz Carlos Prestes, existen ten moria de Luiz Carlos Prestes.
tativas tanto de sacralización como de des
calificación de sus vidas y, en particular, de Las clases dominantes en Brasil siempre
liquidar ante las nuevas generaciones la ad trataron de calumniar a Luiz Carlos Prestes
miración natural que surge cuando se traba o de mantener silenciada su persona. En los
conocimiento de su legado de lucha y dedica últimos años, después de su fallecimiento, es
ción a la causa de la revolución socialista. La tán procurando apropiarse de su historia fal
burguesía actúa en el sentido de que los jóve sificándola de acuerdo con sus objetivos y de
nes no se inspiren en ejemplos que consideran utilizar su prestigio para tratar de aparecer
peligrosos para sus intereses de clase. como progresistas o hasta incluso de «izquier
Fui educada admirando a mis padres como das». La devolución de su escaño de senador,
revolucionarios y, al mismo tiempo, como cesado en 1948, tuvo el objetivo demagógico
personas, por eso mismo extremadamente de integrar a Prestes en el sistema, de volverlo
humanas. Pienso que aún hay mucho que ha inofensivo para la burguesía transmitiendo al
cer para que esa imagen sea recuperada y mi público una imagen domesticada del Cabalei
trabajo como historiadora está orientado en ro da Esperança.
ese sentido. Mi trabajo de historiadora, así como el de
El film Olga contribuye a divulgar la his otros investigadores comprometidos con los
toria de ese trágico periodo de la historia de intereses populares, está dirigido en un sen
Brasil y del mundo y para revelar la respon tido, a trasmitir a las nuevas generaciones el
sabilidad de Getúlio Vargas en la extradición legado revolucionario de Prestes.
de Olga a Alemania y, a diferencia de lo que
en general divulgan los medios, presenta una El Gobierno brasileño de Dilma Rou-sseff
imagen agradable de los comunistas. Sin em formó una Comisión de la Verdad en el 2012
bargo el film se limita, prácticamente, a mos para determinar los crímenes de la dictadura
trar una historia de amor, según el mismo di desde noviembre de 1946 a octubre de 1988. La
rector señaló cuando presentó su obra. Comisión terminó su trabajo en diciembre del
2014 con la entrega de un informe final: ¿Piensa
En la última década, aunque continúan que lo realizado por esa Comisión es suficiente?
Anita Leocadia Prestes en el Memorial dedicado a su padre en Porto Alegre (Foto cedida por A. L. Prestes).
El trabajo de esa Comisión fue importante con el compromiso político ante su propio
para el esclarecimiento de muchos crímenes tiempo histórico.
cometidos durante el periodo dictatorial. Pero
es insuficiente, pues no permitió que los cul Considero que todo trabajo de historia
pables fuesen condenados. Los torturadores refleja determinadas concepciones ideológi
continúan libres, muriendo de muerte natural. cas de sus autores tengan estos, conciencia o
no de eso. En mi caso procuro basarme en la
Para finalizar esta entrevista y después metodología que me aporta el marxismo, que,
de una larga trayectoria como historiadora según mi forma de ver, es la que más ayuda al
y como ciudadana comprometida con la lu- historiador para elaborar una explicación ra
cha por las libertades y la revolución social cional de los acontecimientos abordados y, de
en su país y que no rehuye el debate sobre esa forma, contribuir no solo al conocimiento
el Brasil actual ¿Cómo entiende la función del pasado y del presente, sino también para
del historiador y la relación de su trabajo la elaboración de posibles vías para el futuro.
Maurice Dobb
Carlos Berzosa
Universidad Complutense de Madrid *
acontecimientos históricos, como la re- ció, La Teoría general de Keynes que supu-
volución rusa, el ascenso del fascismo y el so una revolución teórica que cuestionaba
nazismo, la Gran depresión de los treinta, principios básicos de los que habían sido
la guerra civil española, la emergencia de sus maestros.
las luchas de descolonización, la toma de Kalecki, economista polaco, se había an-
conciencia sobre el subdesarrollo, el auge ticipado a Keynes a la hora de explicar la
del capitalismo de postguerra y la amplia- crisis y hacer proposiciones de salida. En el
ción del campo socialista. Aunque no he año treinta y tres había publicado dos ar-
encontrado ninguna biografía de Dobb que tículos en polaco sobre ciclos económicos.
explique cómo llegó al marxismo, sin duda Debido al idioma en el que los publicó no
la revolución rusa influyó mucho en ello, lo fueron conocidos hasta más tarde, pero
que le condujo también a ser miembro del tuvo siempre la elegancia, como dice Joan
Partido Comunista Británico. Robinson, de no proclamar nunca que él se
La formación teórica tuvo que ser en anticipó a Keynes. La ventaja que tuvo Ka-
gran parte autodidacta, pues no se cono- lecki a decir de esta gran economista, discí-
ce que hubiera en la época en la que estu- pula de Keynes, es que no había conocido la
dió economistas marxistas que ejercieran economía neoclásica, sino que sus estudios
la enseñanza. En su tiempo de estudiante de economía se basaban en Marx y en Rosa
dominaba la economía neoclásica, lo que Luxemburgo. De esta manera no tuvo que
le permitió un gran conocimiento de los vencer las barreras mentales que Keynes
fundamentos de esta escuela. En Cambrid- tuvo que superar para cuestionar los fun-
ge estaba bajo la estela brillante de Alfred damentos económicos en los que se había
Marshall, teórico del equilibrio parcial, y formado.
cuya cátedra heredó posteriormente su Kalecki fue profesor en Cambridge y fue
discípulo Pigou. Pero fue en Cambridge, unos de los pilares junto con Robinson,
el gran templo de la economía neoclásica, Sraffa, y Kaldor, de la crítica a la economía
en donde comenzó a cuestionarse parcial- neoclásica, así como de la interpretación de
mente a estos principios en la década de los Keynes que hizo la economía convencio-
años veinte del pasado siglo. nal. El modelo keynesiano que se impuso
La competencia perfecta el modelo en la en los manuales de economía trataba de
que se basa esta escuela para su desarrollo hacer compatible a Keynes con la escuela
analítico empezaba a hacer agua como con- neoclásica, la llamada síntesis. Esta versión
secuencia de la aparición de los oligopolios. fue cuestionada por los economistas men-
Esta teoría abstracta e ideal nunca se dio en cionados, lo que dio origen y posterior de-
la realidad, ni siquiera en la época del capi- sarrollo a la corriente poskeynesiana. Cam-
talismo competitivo, pero quedaba más en bridge que fue templo de la ortodoxia se
evidencia en el siglo XX. Fue en Cambridge convirtió en uno de los principales focos de
en donde se comenzó con una contribución resistencia frente a la ortodoxia en la que el
del economista italiano Piero Sraffa a ela- modelo de la síntesis neoclásica keynesia-
borar una teoría del monopolio, que inspi- na se convirtió.
ró a Joan Robinson a formular la teoría de En este contexto teórico Dobb, sin ser
la competencia imperfecta. Sin embargo, ajeno a él, se movió como un corredor en
cuando realmente el edificio neoclásico se solitario. Fue, no obstante, colaborador es-
debilitó fue con la crisis de los treinta. En el trecho de Sraffa en la recopilación de las
año treinta seis, en plena depresión apare- obras completas de Ricardo. Este trabajo
que duró varios años les permitió a los dos y la distribución desde Adam Smith (1973),
tener un gran conocimiento sobre este clá- Teoría económica del socialismo (1955) y
sico. Este conocimiento le permitió a Sraffa Economía del bienestar y economía del so
años más tarde, en la década de los sesenta, cialismo (1969). Entre los segundos Estudios
publicar Producción de mercancías por medio sobre el desarrollo del capitalismo (1946) y
de mercancías (1960), obra que partiendo de El desarrollo de la economía soviética desde
Ricardo formulaba la formación de los pre- 1917 (1948). Los de difusión Argumentos
cios sin necesidad de acudir a los criterios sobre el socialismo (1966), Capitalismo, cre
de los neoclásicos basados en el mercado. A cimiento económico y subdesarrollo (1964) y
Dobb le sirvió para conocer en profundidad El nuevo socialismo (1973). Abordó también
el pensamiento de un autor que fue una de cuestiones sobre el crecimiento, desarrollo
las principales fuentes de Marx en su for- y planificación. Una obra mucho más ex-
mación económica. tensa que los libros mencionados, propor-
El libro de Sraffa significó, por un lado, ciona una idea de lo importante de su con-
el cuestionamiento de la teoría neoclásica, tribución, lo que a pesar de su abundancia
pero también, por otro lado, por parte de se caracteriza por el gran rigor con el que
algunos marxistas sirvió para cuestionar la trata lo diferentes temas.
teoría del valor de Marx. Tras la gran apor- Resulta muy difícil destacar unos libros
tación de Sraffa la formación de los precios sobre otros porque todos ellos tienen un
hacía innecesaria el uso de la teoría del va- gran nivel académico, tanto los de un nivel
lor y, sobre todo, las dificultades que se de- más elevado como los de divulgación, en
rivaban de la transformación de los valores los que muestra su enorme capacidad pe-
en precios. Dobb aceptó que Sraffa había dagógica pero que tras esa aparente senci-
resuelto el problema de la transformación llez están escritos a partir de un gran baga-
que tantos quebraderos ha dado, pero no je intelectual. El artículo que escribí sobre
renunció por ello a la teoría del valor para Dobb en el libro colectivo publicado por la
explicar la explotación capitalista. FIM, Los marxistas ingleses de los años trein
Dobb se convirtió dentro de Cambridge ta, realizo un análisis más detallado de casi
en un foco de heterodoxia mayor que lo que toda su obra haciendo especial hincapié en
pudo ser la economía poskeynesiana. Su las contribuciones que me parecen más re-
obra sustentada en el marxismo cuestiona- levantes.
ba tanto a la economía neoclásica como a la No obstante, me gustaría mencionar
keynesiana, aunque a Keynes le dedica muy tres de ellos que son a mi modo de ver los
pocas líneas en sus obras, lo que contras- más importantes de su obra y que no solo
ta con la gran extensión que dedica a los aguantan bien el paso del tiempo sino que
neoclásicos. Cuando se lee a Dobb impre- son de referencia obligada para conocer el
sionan sus elevados conocimientos, su gran pensamiento económico y el desenvolvi-
capacidad de trabajo y la variedad de temas miento del sistema capitalista hasta el final
que abordó. Sus publicaciones abordan de la segunda guerra mundial. Se trata de
cuestiones teóricas y estudios de realida- Economía Política y Capitalismo; Estudios
des concretas, al tiempo que supo combinar sobre desarrollo del capitalismo y Teoría del
análisis de gran nivel teórico con otros más valor y la distribución desde Adam Smith.
asequibles que facilitan su divulgación. Solamente estos tres libros son suficientes
Entre los primeros destacan Economía para que Dobb ocupe un lugar destacado
Política y Capitalismo (1937), Teoría del valor entre los economistas del siglo XX.
El primero es fundamental para conocer sino lo que fue hasta el final de la segunda
el pensamiento económico, sobre todo de guerra mundial. Es un tratado de historia
los clásicos y Marx, las causas de las crisis como pocos y los estudiantes de esta espe-
económicas y el imperialismo. El capítulo cialidad que no lo conozcan acabarán sus
que trata sobre las crisis es muy denso pero estudios con una importante mutilación.
muy valioso. Se ha editado recientemente Además generó un debate entre historia-
en la publicación digital Revista de Eco dores de gran prestigio sobre la transición
nomía Crítica (REC) nº 15, en una sección del feudalismo al capitalismo. Un debate
denominada Clásicos u olvidados. La intro- que ha continuado a lo largo del tiempo con
ducción a la teoría económica de Dobb está aportaciones renovadas.
realizada por mí. El lector que quiera cono- En suma, un autor al que hay que seguir
cer más sobre Dobb puede acudir a esta pu- leyendo y aprendiendo de él. Los estudios
blicación en la que hago una valoración de de economía e historia hoy han ido redu-
sus más importantes contribuciones. ciendo su campo de estudio limitando o
El último de la triada es a mi modo de anulando las posibilidades de comprensión
ver la gran obra de Dobb. Han pasado casi del funcionamiento de la sociedad capita-
cuarenta años desde que escribió el prime- lista tanto en el presente como en su evo-
ro que he mencionado y se nota una mayor lución. Otro tanto se puede decir a la hora
madurez, como no puede ser menos en una de aproximarse al conocimiento de lo que
persona que ha seguido estudiando e inves- fue la economía soviética y los debates que
tigando hasta el final de sus vida. Al tiempo hubo sobre la viabilidad del socialismo. Las
que incorpora debates que se desarrollaron aportaciones de Dobb resultan fundamen-
posteriormente a la segunda guerra mun- tales. Es una lástima que pensadores de
dial. A este libro le calificaría como su obra esta envergadura traten de ser olvidados.
magna y que como dijo Sweezy solo él po- La ciencia convencional huye de visones
día haberla escrito. globales capaces de ofrecer respuestas a los
Por lo que se refiere a los Estudios no so- graves problemas que padece la economía
lamente ofrece una visión del desarrollo mundial, así como el conocimiento de las
del capitalismo desde antes de sus orígenes limitaciones del capitalismo.
dades industriales avanzadas», en la cual ca, esta noción descansaba en la famosa in-
«las leyes de desarrollo de la etapa anterior vestigación de Berle y Means de los últimos
del sistema no se aplican plenamente en la años veinte sobre la propiedad y el control
nueva». [1] de las 200 mayores corporaciones no finan-
Se aducen varias razones para justificar cieras de EE.UU., con su revelación del am-
esta visión; pero tres destacan por su im- plio divorcio entre propiedad y control y la
portancia crucial. Son: (i) la llamada «Ma prevalencia en estas corporaciones gigan-
nagerial Revolution» (Revolución Directiva), tes de un control minoritario (de hecho, un
(ii) la llamada «Income Revolution» (Revo- control ejercido por personas con no más
lución de la Renta) de décadas recientes, de una pequeña fracción del capital so-
(iii) la influencia económica del estado, cial). Pero decir que hay un divorcio parcial
radicalmente cambiada, sobre todo desde entre la propiedad y el control no es decir
la Segunda Guerra Mundial. Examinemos que este divorcio esté completo (siempre
cada una de estas razones para ver si pue- ha habido una buena parte de ‘capitalismo
den constituir, juntas o o por separado, un absentista’) y hablar de ‘control de la mino-
hito histórico que separe distintos períodos ría’ no es lo mismo que decir que el control
y que explique entre otras cosas el peculiar esté en manos de no–capitalistas, y toda-
curso del ciclo económico en los últimos vía menos que los que tienen este control
doce años. pertenezcan a una clase distinta. De hecho
una reelaboración del material de Berle y
«Managerial Revolution » y «Income Means en un Memorandum de T.N.E.C. ha
Revolution» mostrado que el número de casos en los
que el control estaba en manos de perso-
De estas razones las dos primeras, en mi nas con una parte ínfima de las acciones
opinión, pueden ser descartadas bastante era considerablemente menor de lo que se
rápidamente. La «Revolución Directiva» se había supuesto; [2] y Sweezy ha demostrado
origina en un libro muy leído y muy cita- que Burnham está lejos de haber probado
do del mismo título escrito por James Bur- que sus ‘directivos’ constituyen un gru-
nham, cuyo peso radicaba en que el poder po social homogéneo, ya no digamos una
ya estaba pasando (durante el periodo de clase. Toda esta cuestión recibirá un trata-
entre–guerras) de las manos de los capi-
talistas, movidos en sus estrategias por el 2.— Temporary National Economic Committee Memo, Nº 29,
tradicional afán de lucro, a las de una nueva 56–7, 104 seq. Cf. los comentarios del autor sobre este
clase de directivos asalariados responsables punto y el estudio de Berle y Means en sus Studies in the
Development of Capitalism, pp. 350–2.R. Bellamy en un
de grandes corporaciones industriales y fi-
artículo en Marxist Quaterly, enero 1957, pp. 27–8, sugiere
nancieras —directivos que tenían una parte dudas en la interpretación de los hechos en este T.N.E.C.
insignificante, si es que tenían alguna, en la Memo., y a cambio se apoya en el argumento de que los
propiedad de las compañías cuyas políticas directivos están movidos por el mismo afán de lucro que
los capitalistas, aunque sean asalariados. Debe señalarse,
controlaban. Se decía que esta ‘revolución’
sin embargo, que incluso R. A. Gordon (citado por R.
caracterizaba a todos los países más avan- Bellamy al respecto) cita una investigación propia sobre
zados del mundo y ampliaba rápidamente ejecutivos empresariales americanos, mostrando que una
su ámbito. cuarta parte de ellos tienen acciones por valor de 1 millón
de dólares cada uno o más en sus propias compañías y
En la medida en que tenía una base fácti-
además, aparte de ellos, hay otros con participaciones
importantes (Business Leadership in the Large Corporations,
1.— John Strachey, Contemporary Capitalism, pp. 25–6. pp. 42–4).
miento completo en Marxism Today en otra buidos, que evidentemente son parte de las
ocasión; y aquí baste afirmar la convicción rentas de los capitalistas en un sentido de
de que hablar de «revolución directiva» es clase y han aumentado considerablemente
una fantasía histórica y que el susodicho desde la guerra). Además ha de tenerse en
«control minoritario» o «control directivo» cuenta que los números que muestran una
tal como se ha desarrollado, no ha alterado caída en los niveles de renta superiores es
significativamente la motivación y el fun- probable que sobrevaloren la posición real
cionamiento del capitalismo monopolista. puesto que no tienen en cuenta las plusva-
Ni tampoco es necesario que nos deten- lías ni sus gastos (sobre lo cual puso tan-
gamos mucho en la llamada «revolución to énfasis el Minority Report of the Royal
de la renta». Los hechos son ahora conoci- Commision on the Taxation of Profits del
dos y accesibles y no hace falta que pase- señor Kaidor); ni tienen en cuenta el hábito
mos tiempo analizándolos aquí en detalle. de postguerra de cargar gastos considera-
Mientras el porcentaje libre de impuestos bles en las «cuentas de gastos».
en los ingresos totales del uno y del cinco Lo que se dijo de la «revolución de la
por ciento superior de perceptores de in- renta», no solo en Gran Bretaña sino tam-
gresos [3] ha caído notablemente en Gran bién en EE.UU., se ha basado en cifras muy
Bretaña desde 1938 y en el otro extremo citadas de una caída en el porcentaje de las
de la escala de ingresos ha habido una rentas totales ingresadas por el 5 por cien-
gran reducción en el porcentaje de pobre- to más alto de la escala de perceptores de
za (previamente, en los años entreguerras, ingresos. La prueba de ello ha sido eficaz-
se mantenía alto a causa del desempleo), el mente examinada en un artículo reciente, [4]
porcentaje de salarios a cargo de la renta que no necesita ser repetido aquí, excepto
nacional ha aumentado sorprendentemen- para señalar que el autor de ese artículo
te poco si consideramos la mayor fuerza destaca (a) la importancia de la evasión de
organizativa de la clase trabajadora desde impuestos y de las cuentas de gastos como
y durante la guerra —en dos o tres puntos sólidas razones de las cifras citadas usual-
a lo sumo según las estimaciones actuales. mente, (b) el hecho de que en realidad el
(Lo que a menudo se cita erróneamente porcentaje de rentas totales de los tres dé-
para mostrar un aumento considerable es cimos del tramo inferior de los perceptores
el aumento de salarios en rentas persona americanos de rentas ha disminuido.
les; pero esto omite los beneficios no distri-
El Capitalismo Monopolista de Estado
3.— Esto es, del uno por ciento y cinco por ciento superiores
de rentas recibidas cuando las rentas individuales se
Llegamos al tercero de los cambios antes
ordenan por volumen y las rentas más altas encabezan la
lista. Según las estimaciones de Dudley Seers (en el Oxford mencionados y no puede ser descartado tan
Bulletin of Statistics, julio y agosto de 1949) el porcentaje fácilmente: una mayor influencia económi-
del uno por ciento superior (unas 200.000 familias) cayó ca del estado. Este tiene un soporte fáctico
entre 1938 y 1947 solamente del 19 al 17 por ciento antes
mucho más sólido. Claramente ha habido
de impuestos, pero pasó del 14 al 11 por ciento después
de impuestos. El porcentaje antes de impuestos del 25 por una gran ampliación del capitalismo mo-
ciento superior fue casi estable (58 por ciento en 1938 nopolista de estado desde 1939 —una evo-
y 55 por ciento en 1947) pero el porcentaje después de lución que yo personalmente considero que
impuestos cayó del 54 por ciento al 48. En lo que se
refiere a la mitad inferior de todas las rentas, apenas se
elevó antes de impuestos e incluso después de impuestos 4.— Gabriel Kolko, «The American ‘Income Revolution’»,
se elevó solo del 27 al 30 por ciento. Universities and Left Review, 2, pp.9–14.
5.— New Fabian Essays, p.39. 6.— Marxist Quaterly, enero 1957, p. 4.
«Acumulación Interna»
reservas las invertirán junto con el capital los incentivos tradicionales que rigen la
real. [9] Pero su existencia es probable que inversión, y todavía menos contra las nor-
represente una fuerte presión para invertir males tendencias de crisis inherentes a la
en reequipar y ampliar —una presión que anarquía de la producción capitalista y a la
aumenta con su tamaño. Por esta razón tendencia de la capacidad productiva para
creo que se puede tomar como cierto que superar a la demanda. Pero puede significar
tal acumulación interna engendra inversión que la política de inversiones de la indus-
(en el sentido de los economistas). Esto, si tria capitalista (por lo menos de los grandes
es cierto, tiene dos consecuencias principa- intereses) está más influenciada que antes
les. por consideraciones a largo plazo y menos
Primero, tiende a fomentar la expansión afectada por los cambios a corto plazo en
de los grandes intereses monopolistas y por las expectativas de ganancias. Así puede
lo tanto acelera el proceso de concentra- servir para «distorsionar» el curso normal
ción. En segundo lugar, puede darle al boom del ciclo de comercio y actividad producti-
un mayor impulso del que tenía, haciendo va alargando la fase del boom y por lo tanto
que se perpetúe por más tiempo ante obs- como un factor que contribuye, por lo me-
táculos menores hasta que un choque de nos, a explicar la sorprendente prolonga-
primera magnitud lo detenga (me refiero ción del boom de postguerra en el mundo
a un choque a las expectativas de ganan- capitalista (p. ej. puede ayudar a explicarlo
cias sobre las que se levantó, sea cual sea la en conjunción con otro factor que mencio-
forma que pueda adoptar). Este impulso se naré más adelante). De pasada se puede
debe a que los beneficios del boom causan percibir que si ayuda a prolongar la fase
una acumulación interna que impulsa una del boom también puede contribuir a hacer
mayor inversión, lo cual tiende a sostener- más aguda y/o más larga la fase de crisis y
lo; al mismo tiempo la existencia de tales depresión, cuando llegue; pero esa es otra
reservas significa que los grandes intereses historia.
monopolistas se han convertido en sus pro- En mi opinión es esta prolongación del
pios banqueros y sus políticas de inversión boom de la postguerra durante 12 años (in-
son inmunes a los límites financieros habi- terrumpidos solo por dos recesiones me-
tuales (estado del mercado de capital, res- nores en 1948–49 y en 1952 en este país
tricciones de créditos bancarios, etc.). —1953–54 en EE.UU.) lo que en esencia
Esto no significa que el capitalismo mo- tenemos que explicar; y por lo tanto mis
nopolista se haya así inmunizado contra observaciones en lo que queda de este ar-
tículo se centrarán en esta cuestión. Al ex-
9.— Pueden usar estas reservas para comprar los activos
plicar lo que ha ocurrido en los 12 últimos
existentes o incluso para mantener bonos estatales
con ellas (temporalmente en todo caso). Pero la clase años, el volumen del gasto gubernamen-
capitalista como un todo no puede seguir comprando los tal, incluyendo el gasto armamentístico, es
activos existentes —aunque los capitalistas monopolistas evidentemente de gran importancia. En el
pueden comprarlos a otros capitalistas, concentrando
período de la guerra de Corea fue sin duda
así la propiedad en manos de los primeros, pero en el
proceso transfiriendo los saldos monetarios a las manos la influencia dominante. También en los
de los últimos. Y cualquier compra de bonos a gran escala primeros años de postguerra la influencia
por parte de las empresas (manteniendo así sus reservas) de la demanda acumulada, resultante de la
tenderá a subir su precio y a reducir la rentabilidad de
escasez del tiempo de la guerra, de la au-
los bonos, convirtiéndolos así en una forma demasiado
costosa de retención de valores —a menos que coincida sencia de reparaciones y de la destrucción
por casualidad con grandes emisiones de bonos estatales. masiva fue importante. Sin embargo, en
11.— S. Lilley, Automation and Social Progress, p.5. 12.— Studies in the Development of Capitalism pp. 358–370.
13.— Véase especialmente p. 263 de la traducción inglesa 14.— Development of Capitalism in Russia, English edition
de la segunda edición. 1957, pp. 32, 33–4..
na con el alto nivel de gasto estatal y la acu- pletamente nuevo. Ni tampoco significa
mulación interna de fondos por las grandes que las contradicciones hayan sido supera-
empresas de la que hemos hablado, parece das —de momento simplemente han cam-
ofrecer una explicación suficiente a lo que biado de forma de expresión (hay muchas
ha estado pasando en la década actual. En contradicciones en una situación y fase
la excepcional situación tecnológica de inflacionarias, como ahora vemos —pero
mediados del siglo XX, no debería sorpren- hasta ahora quizás no les hemos dedicado
der a los marxistas (dando por hecho que suficiente atención para analizarlas). En el
su teoría está completamente desarrollada) momento de escribir esto hay signos de que
que el curso normal del ciclo esté algo dis- el auge de la inversión americana está mo-
torsionado, en el sentido de ser reempla- derándose y en Gran Bretaña parece proba-
zado por un ciclo más largo con una fase ble que las drásticas medidas deflacionarias
ascendente más prolongada, comparándolo de septiembre hayan causado el descenso
con el tipo de ciclo del siglo XIX en el cual de la inversión. Si esta bajada va a ser tem-
nuestra forma de pensar se ha basado pre- poral o permanente y acumulativa solo los
viamente. hechos de los próximos meses nos lo dirán.
Pero decir esto no es afirmar, por su- Sería erróneo deducir una respuesta de un
puesto, que la fase ascendente pueda seguir razonamiento a priori y sería engañoso ba-
indefinidamente, como a algunos neofabia- sarnos demasiado en analogías con situa-
nos les gustaría, convirtiendo una «fase» ciones anteriores —por mucho que uno se
novedosa (que yo creo que tenemos que vea tentado a ver paralelismos entre algu-
reconocer que lo es) en un escenario com- nos hechos recientes y 1929.
publicó una selección de trabajos en 2002, participó en el Plenario del Comité Ejecu-
algunos de los cuales se pueden descargar tivo de la Komintern, junto a Dolores Ibá-
de su web [2]. rruri. Dos años después, formó parte de
Sin embargo, el texto escogido para in- la delegación comunista española —en la
augurar esta sección de documentos es obra que también figuraban Dolores Ibárruri,
de otro autor, quizás hoy en día menos co- José Díaz, Vicente Uribe y Pedro Fernández
nocido para el lector no especializado, pero Checa— al VII Congreso de la IC. Intervino
no por ello menos importante. Nos referi- en el cónclave comunista el día 8 de agosto,
mos a Jesús Hernández. El documento, su con el discurso que aquí presentamos.
intervención en el VII Congreso de la IC, es El texto que reproducimos es una trans-
de importancia no solo por sus contenidos, cripción del publicado en las páginas 293
probablemente no muy distintos a otros es- a 299 de Información Internacional. Revista
critos, sino por el perfil del autor. semanal, editada por el PCE en 1935 en Va-
De Jesús Hernández (1907–1971), bio- lencia. Posteriormente, el informe de Jesús
grafiado por Fernando Hernández Sánchez Hernández al VII Congreso de la IC fue re-
en Comunistas sin partido. Jesús Hernández. producido en la Historia del Partido Comu
Ministro en la Guerra Civil, disidente en el nista de España (Madrid, Editora Nacional,
exilio (Madrid, Editorial Raíces, 2007), sabe- vol. 2 pág. 574–592), de Eduardo Comín
mos que nació en Murcia, aunque su familia Colomer, el policía y prolífico escritor fran-
emigró a Bilbao en 1907, ciudad en la que quista que tuvo acceso a tantos documen-
trabajó desde niño. Allí empezó su militan- tos del PCE, entre ellos El comunismo al día:
cia, primero en las Juventudes Socialistas y, VII Congreso de la Internacional Comunista.
posteriormente, en las Comunistas, desde Discursos íntegros, resoluciones adoptadas
donde fue cooptado por el Comité Ejecuti- (1935). Internacional Comunista. Congreso
vo del PCE. La actividad militante, de la que (7º. 1935. Moscú), editado por los hermanos
la violencia política era un rasgo cotidiano, Bergua en Madrid en 1935. Por su parte, el
le obligó a huir a la URSS en el verano de volumen que el número 76 de Cuadernos de
1931. Tras un periodo de formación en la Pasado y Presente dedicó al VII Congreso de
Escuela Leninista en el país del socialismo la Internacional Comunista solo recoge las
regresó a España. En los años republicanos intervenciones de los delegados latinoa-
fue miembro de los máximos órganos de di- mericanos, por lo que el discurso de Jesús
rección del PCE, partido al que representó Hernández no está reproducido en sus pá-
como Ministro de Instrucción Pública en el ginas [3].
gobierno de la República en guerra. Ya en Quien se adentre en este documento,
el exilio, marcado por las diferencias polí- encontrará una estructura y un lenguaje
ticas y los enfrentamientos personales, fue reconocibles en otros textos de la misma
expulsado del PCE en 1944. Contribuyó a época, así como unos análisis escasamen-
la creación de nuevas organizaciones des- te críticos con las políticas realizadas hasta
de las que denunció el estalinismo: su obra el momento por el movimiento comunista
más conocida se titula, precisamente, Yo fui internacional. En la intervención de Jesús
ministro de Stalin.
En diciembre de 1933, Jesús Hernández 3.— Pasado y Presente, 76, (1984) [en línea: http://www.
mediafire.com/view/qkjq97d4bx5o5bk/Fascismo,_
democracia_y_frente_popular._VII_congreso_de_la_
Editores Extremeños). Internacional_comunista._Mosc%C3%BA ,_25_de_
2.— (http://www.fim.org.es/media/2/2212.pdf). julio_–_20_de_agosto_de_1935_(Cuadernos_PyP_76).pdf)]
¡Camaradas!
El informe de nuestro camarada Dimi-
trof abre, ante nuestros Partidos, una pers-
pectiva de trabajo amplia, justa y bolchevi-
que. De la aplicación correcta de las tareas
que en él se trata va a depender el que en
muchos países evitemos a la clase obrera
y a todo el pueblo trabajador la sangrienta
experiencia de la dictadura fascista y que
allí donde ella existe precipitemos su hun-
dimiento.
Los hechos de la misma vida subrayan, Sesión plenaria del VII Congreso de la IC.
con una línea de fuego, cada palabra y cada
afirmación hecha en su discurso por el ca- ya por Engels en su folleto «Los bakunistas
marada Dimitrof. Y estos hechos nos de- a la obra». Pero, cuando las grandes masas
muestran que allí donde el frente único se se concentran y unen su acción en circuns-
realiza se crean todas las condiciones para tancias como la de octubre, las mismas
desencadenar rápidamente las acciones de condiciones de esta lucha plantea, con toda
masa, y que en el proceso de maduración de precisión, el problema del Poder.
la crisis política el frente único es una de las La mejor confirmación de la justeza del
condiciones fundamentales para desembo- discurso y de la tesis del camarada Dimi-
car directamente en grandiosas luchas re- trof la encontramos en los combates de oc-
volucionarias, en las que el problema del tubre en Asturias. Allí, la unidad de lucha
Poder se presenta claramente ante el pro- estaba dada: la Alianza de obreros existía,
letariado. Las palabras del camarada Dimi- y la de los obreros y campesinos se efectuó
trof están confirmadas por las grandiosas desde los primeros momentos de la lucha.
movilizaciones antifascistas realizadas por Toda la población trabajadora se enrolaba
nuestro valiente hermano de Francia y por a la lucha insurreccional. Octubre en Astu-
las batallas de octubre en España. rias fué una insurrección popular de masas
Los combates de octubre en nuestro país contra el fascismo, o por su propio Poder y
han significado, por primera vez en la his- el impulso motriz de ellas, el frente único
toria obrera de España, el desbordamiento proletario. Por eso se pudo vencer. Y este
por las masas de los tradicionales y viejos es nuestro orgullo, pues nadie más que los
putchistas del anarquismo, tan flaqueados comunistas hemos señalado siempre ese
camino como el único posible para la vic-
* Intervención publicada en: Información Internacional. Re-
vista semanal, 17, 20 de noviembre de 1935, pp. 293–299. toria. (Aplausos.)
Transcripción de Víctor M. Santidrián Arias A veces vemos también en los juicios
de los enemigos la justeza de nuestra po- socialistas con la proposición de frente úni-
lítica. He aquí, por ejemplo, la opinión que co, tomando como base la carta de la I.C. a
del frente único tiene Dollfuss español, Gil la Segunda Internacional. Como las veces
Robles. Cuando éste respondía a quienes anteriores, no obtuvimos respuesta alguna.
le acusaban de haber provocado conscien- En las elecciones de noviembre de 1933
temente las jornadas de octubre, decía: repetimos nuestro llamamiento para for-
«Cierto: yo sabía que la entrada de los mi- mar, en común, candidaturas de frente úni-
nistros de mi Partido en el Gobierno signi- co y de frente antifascista. Nuestra propo-
fica desencadenar la guerra civil; pero, no sición fué desechada.
seamos ingenuos. Esperar dos o tres meses Más tarde, con ocasión de los combates
más habría sido suicida, pues toda España de febrero en Austria, propusimos nueva-
se hubiese transformado en una inmensa mente el frente único para iniciar toda una
Asturias, y hoy tendríamos los Soviets en campaña de solidaridad internacional con
España». el heroico proletariado austríaco en ar-
En España existía, desde hace muchos mas. Esta propuesta mereció el calificativo
años, un profundo abismo que mantenía de provocación, lo cual no impidió que a
separadas entre sí a las masas socialistas nuestro llamamiento de huelga respondie-
y comunistas, pero gracias al esfuerzo in- sen más de 100.000 obreros, en su inmen-
cansable de nuestro Partido, las diferen- sa mayoría socialistas. En abril de 1934, los
cias entre los obreros socialistas y nosotros fascistas preparaban una marcha nacional
se iban acortando rápidamente y el frente sobre El Escorial. El Partido llamó a todas
único abriéndose paso. las organizaciones proletarias, dirigiéndo-
Para apreciar este proceso y desarrollar- se especialmente a la Ejecutiva del Partido
lo mencionaremos solamente los momen- Socialista, proponiéndoles marchar bajo las
tos más importantes de nuestra lucha en consignas de «Ni pan, ni tren ni agua para
pro del frente único. los fascistas». La ola formidable de frente
Ya antes de la subida al Poder de Hitler, único que iba despertando nuestra tenaz
nos dirigimos públicamente a los obreros y campaña y el deseo de lucha en las masas
organizaciones de base del Partido Socia- eran tan poderosos que los jefes socialis-
lista, de la U.G.T. y Sindicatos anarquistas tas se vieron precisados a declarar la huel-
para marchar, en común, contra las pro- ga general. Con la misma consigna, meses
vocaciones y ataques de la reacción y del más tarde, el proletariado de Asturias, en
fascismo. La toma del Poder por Hitler, que frente único, paralizó en absoluto toda vida
alentó a todas las huestes reaccionarias de la región ante el intento de otra marcha
en el mundo y que, en España, incremen- fascista sobre Covadonga (Asturias). En el
tó su insolencia en grado extraordinario, umbral de los acontecimientos de octubre,
repercutió en nuestro proletariado como los terratenientes de Cataluña y de toda Es-
un ataque de clarín para redoblar la guerra paña realizaron una concentración sobre
contra el peligro fascista interior y contra el la capital de la República. Nuestro llama-
fascismo alemán. El camarada García os ha miento de frente único no pudo dejar de
referido la grandiosidad de esta campaña ser oído, una vez más, por la dirección del
de huelgas, manifestaciones y protestas de Partido Socialista, y de nuevo se declaró en
toda clase contra la barbarie del fascismo Madrid la huelga general.
alemán. Aprovechando este ambiente, nos Se acercaba octubre. La corriente de
dirigimos nuevamente a las organizaciones frente único crecía sin cesar. Los ataques de
la reacción contra las condiciones de vida logró impedir que éstas llegasen a adquirir
de las masas despertaban una gran tem- cierta popularidad. Las masas socialistas,
pestad de protestas y luchas. El deseo de que anhelaban el frente único con los co-
unirse para dar la batalla decisiva desbor- munistas, se encuadraron en las mismas e
daba toda resistencia. Esto llevó al Partido igualmente algunos sindicatos autónomos.
Socialista a crear las Alianzas Obreras, que Por eso, el Comité Central extraordina-
tenían como objetivo en principio, frenar rio, celebrado por nuestro Partido en sep-
la corriente de sus propias masas hacia la tiembre, acordó su ingreso en las Alianzas
verdadera realización del frente único en Obreras, sin ocultar el criterio que ellas nos
las fábricas y en los campos, una forma de merecían y la labor que cordialmente pen-
cortar los pactos locales y regionales entre sábamos realizar en su interior para con-
las diversas organizaciones socialistas y co- vertirlas en verdaderos órganos del frente
munistas de la U.G.T. y la C.G.T.U. Esto se único de los obreros y campesinos. Nuestro
producía unos meses antes de octubre. contacto con aquellas masas que forma-
Por ejemplo, en Barcelona hacía más de ban las Alianzas podía decidirlo todo. Y, en
un año que existía una Alianza Obrera or- cierta medida, el resultado de octubre y el
ganizada por un renegado del comunismo, ejemplo de Asturias demostró la justeza de
Joaquín Maurín, el Doriot de España. Esta nuestra apreciación.
Alianza fué constituída como una forma de El entusiasmo que esta decisión de
lucha contra la popularidad de la consigna nuestro Partido despertó entre las masas
de frente único lanzada por nuestro Parti- fué grandioso. El frente único comenzó a
do. En ella se agruparon el Bloque Obrero y adquirir forma orgánica, adquiriendo cada
Campesino, los trotskistas y algunos sindi- vez mayor cohesión. Las Alianzas surgían
catos disidentes del anarquismo. Y el Parti- rápidamente. Las relaciones con el Partido
do Socialista tomó este modelo de organi- Socialista se estrechaban. La influencia del
zación para el resto de España. Partido aumentaba a pasos agigantados. En
Digamos de paso que en estas alianzas, los quince días que precedieron a octubre, la
en vísperas de octubre, aún no estaban re- tirada de Mundo Obrero, órgano central del
presentadas ni la C.N.T. ni la C.G.T.U., ni los Partido, se elevó de 35.000 a 55.000 ejem-
sindicatos autónomos, ni los obreros anar- plares. Pero estábamos en vísperas de oc-
quistas y comunistas, ni los campesinos, tubre cuando este proceso de organización
ni los obreros parados, ni los obreros uni- del frente único aún estaba en sus comien-
formados. En tales condiciones, estos or- zos. Esta fue una de las causas fundamenta-
ganismos pretendían ser lo que fueron los les de la derrota temporal del proletariado
Soviets en Rusia. Sus comités estaban in- de España. La burguesía quería cortar la ola
tegrados por delegados de las organizacio- favorable del frente único, bajo la cual iba
nes, y en ningún caso por delegados direc- a ahogarse. Sabía que a medida que el fren-
tamente elegidos por las masas. Tales eran, te único se organizaba, las consignas del
en su origen, las Alianzas Obreras en nues- Partido penetraban en las masas con una
tro país. Por todo esto, nuestro Partido las rapidez vertiginosa, como lo demostró el
combatió violentamente y con justeza du- grandioso mitin de frente único celebrado
rante el primer período. ¿Por qué y en qué en el estadio de Madrid, organizado por las
momento fué nuestro Partido a las Alian- Juventudes Socialistas y Comunistas que
zas? Nuestra campaña sobre el significado concentró a más de 90.000 trabajadores
de las Alianzas en el momento de nacer, no que acogían llenos de entusiasmo, las con-
signas de nuestro Partido. Igual sucedía en en la cual, tras analizar las causas del por-
toda España. Por eso Gil Robles decía que qué no había podido triunfar la revolución,
dos o tres meses más y habría sido dema- decíamos: «Unidos hemos peleado y unidos
siado tarde para ellos. seguiremos más firmes que nunca. Discutire
En la aplicación de la táctica del fren- mos cordialmente las experiencias, los acier
te único hemos cometido errores y faltas. tos y los errores de las pasadas batallas. Pero
Existen las faltas y los errores. Yo hablaré nada podrá romper la unidad de acción y de
a continuación de ellos. Pero con todo, es lucha de los obreros comunistas y socialistas
bien comprensible que el octubre en Es- y seguiremos nuestra gran tarea para atraer
paña no caía del cielo. Nuestro Partido, a los obreros anarquistas a nuestro frente». Y
ayudado eficazmente por las Juventudes más adelante, entre las consignas de orden
Comunistas, al lograr, con su tenaz cam- inmediato, decíamos: «Unidos para formar
paña, ir rompiendo el muro que separaba a un solo bloque antifascista, para organizar
las masas socialistas y comunistas, creó las las Alianzas obreras y campesinas en todo
condiciones para la gran epopeya revolu- el país». De esta forma, la bandera de las
cionaria de octubre. Alianzas y del frente popular es empuñada,
Unido a estos esfuerzos en la lucha por más poderosamente que nunca, por el Par-
el frente único proletario, debemos men- tido, después de las batallas de octubre. En
cionar la gran actividad del Partido en lo este momento nuestro Partido caracterizó
que refiere al trabajo de concentración de así a las Alianzas:
las masas populares, cuyos resultados fue- «Los Comités de la Alianza Obrera y cam
ron la creación del frente popular antifas- pesina de Asturias se convirtieron en el pro
cista que abarcaba algunos sectores del pio curso de la lucha, y por las necesidades
republicanismo de izquierda, gran parte de ésta, en los verdaderos órganos de Poder:
de la intelectualidad antifascista, etc., los en Soviets, con la participación de los delega
Comités contra la guerra y el fascismo, en dos campesinos. El ejemplo de Asturias y de
los cuales enrolábamos a gran número de algunos pueblos de Euzkadi y Cataluña han
mujeres que supieron movilizarse en mani- acreditado a las Alianzas Obreras y campe
festaciones violentas de calle, en protesta sinas como los órganos completamente aptos
contra la reacción y el fascismo. para las luchas diarias y capaces de transfor
Tal era la situación desde el punto de vis- marse, en el curso de la lucha, en órganos de
ta del frente único y de la unidad de lucha Poder (Soviets)».
cuando nuestros bravos proletarios de toda La comprobación, por las masas, de la
España se lanzaron a la huelga general, a la justeza de nuestras consignas, comproba-
lucha armada, y en Asturias, León, Euzkadi, ción hecha bajo el fuego de la metralla de
Barcelona, etc., empuñaron las armas para la lucha insurreccional; la comprobación
cerrar el paso al fascismo. de las teorías que ellos habían defendido
Aún tronaba la fusilería de los últimos hasta octubre; la heroica participación de
defensores del Poder obrero y campesino nuestro Partido en las luchas, en contras-
en Asturias contra las tropas del general de te vivo con el sabotaje realizado por el ala
la contrarrevolución, López Ochoa, cuando reaccionaria del Partido Socialista y por las
nuestro Partido lanzó una vibrante llamada vacilaciones de los jefes de izquierda, in-
al Partido Socialista, a los obreros anarquis- crementaron, en forma grandiosa, la auto-
tas, a la C.N.T., U.G.T., sindicatos autóno- ridad del Partido Comunista, no sólo entre
mos y todas las organizaciones proletarias, los obreros socialistas, sino entre todas las
ambiente de fraternidad que se crea en- les hace conservar aún cariño a sus organi-
tre socialistas y comunistas, pero, de otro, zaciones y confianza en sus dirigentes. In-
desfavorablemente, porque estas masas no negablemente, esto juega un papel en esta
plantean, con la imperiosa urgencia que se- lentitud del desplazamiento de las masas
ría necesario al interior de sus organizacio- socialdemócratas hacia las posiciones fran-
nes, el problema de la unidad y del frente camente revolucionarias y hacia nuestro
único. Ellas esperan a que el proceso de fu- Partido.
sión sea ultimado por ambos partidos. Y en Pero, en general, podríamos decir que
este caso, indudablemente, esta creencia se los obreros socialistas en nuestro país van
convierte en un freno. perdiendo rápidamente su fe en el refor-
No menos importante es señalar, por lo mismo y en sus métodos seguidos hasta
que a España concierne, la diferencia en la hoy, que buscan ávidamente algo nuevo,
conducta de los dirigentes socialistas con que se acercan, cada vez más, a los métodos
la de los jefes del austromarxismo, la dife- revolucionarios. Ellos ven en nosotros a los
rencia entre febrero en Austria y octubre en camaradas que luchan con heroísmo, con
España. abnegación sin límites, y los que tienen una
En Austria, el fascismo iba arrebatando, línea política en lo general justa. Pero junto
posición tras posición, a las masas, sin que a esto también tienen la idea de que somos
de parte de sus jefes se hiciese nada con- un Partido todavía no lo suficientemente
creto en el sentido de lanzar las masas a la grande, y vacilan en venir hacia nosotros ya
lucha por la defensa de las mismas. Las ma- que ellos están acostumbrados a sus gran-
sas veían que el fascismo las devoraba. No des organizaciones de tipo socialdemócra-
les quedaba más que las armas y también ta. Es decir, todavía no están convencidos
iban a quitárselas. Esto produjo el estalli- de que nuestro Partido es el nudo más firme
do de indignación contra la voluntad de los contra el peligro fascista. Pero en este error
jefes, salvo excepciones dignas, antes las de nuestros camaradas socialistas hemos
cuales rendimos nuestras banderas. Esto, de confesar que la parte fundamental nos
unido indudablemente a la heroica y justa corresponde a nosotros, por no haber sido
participación de nuestro Partido en la lu- capaces de convencerlos de lo contrario.
cha, abrió un mundo nuevo ante los bravos Por ejemplo, el camarada García os ha dicho
proletarios de Austria y a la luz de los he- que en casi todas partes nuestros camara-
chos vinieron al camino de la revolución, y das, en los primeros momentos de octubre
vinieron y vienen al P.C. de España, donde observaron una actitud de esperar frente a
las masas sacaban justas deducciones de la los socialistas, es decir, esperaban las ar-
experiencia alemana y austriaca, ardían en mas de manos de ellos. Hemos tenido unas
deseos de batirse, y sus jefes de izquierda, ilusiones sobre la capacidad de decisión de
tales como Largo Caballero, organizaron, la socialdemocracia para llevar a la lucha de
de una u otra forma, la lucha: están per- las masas consecuentemente hasta el fin.
seguidos, sus organizaciones clausuradas, Las masas abandonan a los jefes anarquis-
contándose por centenares sus muertos y tas y a sus organizaciones por decenas de
prisioneros. Esto hace pensar que, a pesar millares. ¿Pero adónde van estas masas? A
de que las masas vayan comprendiendo nosotros, no. Los ingresos de obreros anar-
cada día más el fracaso de toda la política quistas en nuestras filas son insignifican-
seguida por el Partido socialista, el hecho tes. En general tampoco van a las filas del
de que su Partido ha organizado la lucha, Partido Socialista. Se quedan, pues, fuera
de toda organización. ¿Por qué es posible bajo enteramente distintas a las nuestras, y
este fenómeno en obreros de cuya bravura a veces, desde los primeros momentos, les
y voluntad en la lucha no podemos dudar? damos tal serie de trabajo que le abruman,
Esta es la gran cuestión, a la cual nuestro o desbordan, creando así un ambiente en
Partido no ha sabido, en la práctica, dar la torno a nuestro Partido de que militar en él
respuesta precisa. Yo creo que ello obede- significa tener alma de héroes.
ce —aparte de los errores cometidos en el Es innegable que entre otras de las mu-
frente del trabajo sindical, por la política chas faltas que pueden explicar la lentitud
seguida acerca de las organizaciones de del paso de los obreros de los obreros so-
la C.N.T.—, creo que es debido a que hoy, cialdemócratas al comunismo es la tardan-
si bien hemos sido capaces de demostrar za con que nuestro Partido ha proveído de
a las masas que somos una organización materiales de discusión y de argumentosa
de excelentes agitadores, que emprenden todos nuestros camaradas y a las masas en
magníficas campañas que ponen en pie general para deducir las lecciones, ense-
a toda España popular, no hemos logrado ñanzas y experiencias del fracaso del mo-
demostrarles suficientemente, a través de vimiento revolucionario de octubre. Esto
las luchas diarias y en la organización y di- está, en su gran parte, aún por hacer. Y no
rección de las mismas, que somos buenos menos importante es señalar el hecho de
organizadores y los mejores dirigentes de que aún no empleamos, con toda correc-
la clase obrera. Octubre ha corregido gran ción, el lenguaje fraternal y persuasivo para
parte de este importante defecto. Todo esto convencer en la crítica y en la polémica, sin
son manifestaciones del sedimento secta- llegar a herir el sentimentalismo de las ma-
rio que aun no hemos podido extirpar en sas socialistas. E igualmente no es menos
absoluto de nuestro Partido. Y nuevamente cierto que en nuestra actitud frente a la de-
vuelve el ejemplo de nuestro Partido her- recha del Partido Socialista no hemos sa-
mano de Austria, que con orgullo nos ha bido diferenciar clara y precisamente, ante
mostrado que en su delegación a nuestro las masas, cuándo atacamos a la derecha y
VII Congreso vienen una gran cantidad de cuándo criticamos a la izquierda.
camaradas que, antes de las luchas de fe- Pero el defecto general de nuestro Par-
brero, formaban en las filas de la socialde- tido ha sido, indudablemente, el no haber
mocracia, y que hoy están en los puestos de sido lo suficientemente flexibles, con arre-
dirección de nuestro Partido hermano. glo a la situación de cada momento, en
En España no podemos ofrecer ningún nuestra táctica de frente único. Hoy vemos,
ejemplo significativo en este sentido, y con toda claridad, que en las elecciones de
esto hace que, indudablemente, los obre- 1933, cuando la reacción formó un bloque
ros socialdemócratas no vean el cariño y único para dar la batalla a las fuerzas de-
la confianza en que el Partido deposita en mocráticas y revolucionarias, nuestra tácti-
ellos. Esta política estrecha que hemos rea- ca debió ser más flexible, a fin de haber po-
lizado con los obreros socialdemócratas en sibilitado la formación de las candidaturas
España es una de las causas que explican de frente único entre socialistas y comunis-
el recelo con que todavía miran a nuestra tas y de las candidaturas antifascistas. Des-
organización. De otro lado, no se tiene su- graciadamente, la estrechez de nuestras
ficientemente en cuenta cuando viene un tácticas hizo que solamente en Málaga pu-
obrero socialdemócrata a nuestras filas, que diéramos dar un ejemplo a todo el proleta-
él está acostumbrado a unas formas de tra- riado de cómo la lucha en común significa
—a pesar del soborno, del robo de votos, del rrevolución, palmo a palmo, el terreno, que
terror reinante y de la endiablada ley elec- se pone en pie bajo la bandera empuñada
toral existente— la condición de la victoria. por el P.C. de «ni una sola ejecución capital
La candidatura antifascista integrada por y amnistía para todos los presos revoluciona
comunistas, socialistas y republicanos de rios», y que esta lucha hace rodar por tierra
izquierda triunfó en Málaga por una mayo- al Gobierno de la coalición sangrienta de
ría aplastante sobre los candidatos reaccio- octubre en el mes de marzo; este heroís-
narios. Fue el único lugar de España donde mo y voluntad de lucha no ha cesado, sino
sacamos triunfante un candidato. Después que, por el contrario, crece sin cesar como
de esta fecha, indudablemente, en nuestras lo demuestran estas palabras pronunciadas
proposiciones para el frente único ha habi- hace días por Gil Robles: «Entre las masas
do elementos de sectarismo, a pesar de que obreras se han conservado las tendencias
nuestras críticas y nuestro lenguaje se han revolucionarias que tenían antes del 6 de
suavizado notablemente en la forma. Pero octubre, así como la costumbre de saludar
es innegable que nuestra política debió ser con el puño crispado. Los inspiradores y
mucho más amplia y audaz. culpables del movimiento del 6 de octubre
Pero los comunistas no solamente con- no han renunciado a sus ideas revoluciona-
tamos la historia, sino que la vivimos. Por rias. Cada día demuestran que su posición
eso no podemos conformarnos con registrar se hace más perseverante, más obstinada.
estos hechos, sin plantearnos el problema En estos últimos tiempos, sus actividades
de cómo salir de esta situación. Yo pregun- han alcanzado proporciones tales, que nin-
to: ¿podemos esperar hasta el momento gún Gobierno que se preocupe por su au-
en que estos millares de trabajadores se toridad puede tolerarlo. Esta campaña —se
decidan a pedir el carnet de militantes del refiere a la emprendida por nuestro Partido
Partido Comunista? No, camaradas. No po- en pro de la amnistía— de los elementos
demos esperar porque el enemigo de clase extremistas y de los obreros ha ido acom-
no espera. El fascismo amenazante no nos pañada en las últimas semanas de actos de
da el tiempo que precisaríamos. Los acon- verdadero motín». Lucia, uno de los lugar-
tecimientos se desarrollan con un ritmo tenientes de Gil Robles y ministro actual-
vertiginoso. En la actualidad la situación en mente, al contestar a las preguntas de un
España está en una encrucijada y pronto va periodista que trataba de conseguir una
a decidirse hacia un lado o hacia otro. Cier- característica más precisa de la situación,
to que las batallas de octubre han impedi- manifestó lo siguiente: «¿Qué más quiere
do la consolidación de la dictadura fascista, usted que le diga? Las organizaciones revo-
pero sería un grave error creer que eso ha lucionarias prosiguen sus actividades en el
alejado el peligro. Por el contrario, cada día mismo espíritu y en las mismas proporcio-
redoblan sus esfuerzos y surgen las orga- nes que antes, como si no hubiese sucedido
nizaciones fascistas, con vistas a un asalto ninguna revolución en octubre».
brutal, para consolidar la dictadura fascis- Claro es que toda esta situación, lucha
ta. Cierto que el heroísmo de nuestra clase de masas, dificulta seriamente los propósi-
obrera, que no se ha sentido vencida ni aun tos de la contrarrevolución, como asimismo
en los días de más negro terror, que alza el agudiza el envenenamiento de sus propias
puño amenazante, que realiza, en pleno es- contradicciones interiores que se reflejan
tado de guerra, huelgas y demostraciones en la lucha de los partidos del bloque go-
de calle, que defiende y disputa a la contra- bernante por los diversos intereses eco-
existen entre nosotros y los valientes obre- y vacilaciones, y la plena unidad de acción
ros socialistas, obreros que, a cada minuto, entre socialistas y comunistas se efectuará
están dispuestos a dar su vida, como lo han en toda España. (Aplausos.)
demostrado en octubre, con tal de aplastar Autorizado por mi Partido, declaro, des-
a la reacción y al fascismo, barreras que es- de la tribuna del VII Congreso de la I.C.,
tán tambaleándose, que vacilan, partirlas dirigiéndome a Largo Caballero y a sus
en mil pedazos para que el movimiento re- amigos, que estamos dispuestos a trabajar,
volucionario se convierta en una fortaleza junto con ellos, para crear el frente único,
inexpugnable, en la que el fascismo se es- para lograr la unificación en el frente sin-
trelle y no pueda pasar. dical, para marchar hacia el Partido único
En el Partido Socialista hay un ala reac- revolucionario del proletariado, para de-
cionaria, a cuya cabeza marcha Besteiro, rrocar la dominación burguesa e instaurar
que no se recata en condenar el movimien- el Poder de los obreros y campesinos en
to de octubre, que lucha contra la izquierda España. (Aplausos.) Declaro que tendemos
y que teme y huye del frente único como el fraternalmente la mano a todos los obre-
diablo del agua bendita. Afortunadamente ros socialistas y anarquistas, a todas las or-
aun son la minoría, pero representan un ganizaciones sindicales de la clase obrera
peligro creciente, más por la pasividad de para lograr esta finalidad común revolucio-
la izquierda que por su propia fuerza. naria, y para ahorrar a nuestro proletariado
El ala izquierda acaudillada por Largo la sangrienta experiencia del fascismo, la
Caballero es la más numerosa. Podemos vergüenza de los campos de concentración
decir que, tras de Largo Caballero, se agru- y del patíbulo. Lo mismo decimos a nues-
pa lo más sano y revolucionario del Parti- tros camaradas anarquistas. Su camino es
do y de las Juventudes Socialistas. Largo el trazado por sus propios camaradas de
Caballero es un hombre que, por la misma Asturias, que en octubre no vacilaron en
fuerza del desarrollo de la lucha, ha llega- empuñar las armas y batirse, junto con sus
do a revisar ciertas conductas, concepcio- hermanos socialistas y comunistas, en las
nes y actitudes de la tradicional política de barricadas contra el peligro fascista y por el
la socialdemocracia. Pero el peso de éstas Poder de los obreros y campesinos.
todavía le hace tener dudas y reservas so- Declaramos desde aquí, apoyándonos en
bre la imperiosa necesidad de la organiza- la grandiosa autoridad de este Congreso de
ción plena del frente único, de la unidad la I.C., que estamos dispuestos a elaborar
de acción, de la unidad sindical, de desa- en común con todos los que quieran la lu-
rrollar los combates parciales, de ligar es- cha contra el fascismo en España, un pacto,
trechamente el movimiento obrero con el unas bases mínimas para la acción conjun-
movimiento campesino y nacional, como ta que debe ir desde arriba abajo, desde el
así mismo de la necesidad de abrir, sin centro hasta la última aldea, abarcando a
perder tiempo, el fuego contra la derecha todos los sectores del movimiento obrero.
en el interior de su Partido. Pero cada día Sobre la base del más amplio frente único
está más cerca de este camino. Expresamos proletario, atraer a las masas populares al
desde aquí la esperanza de que este grupo frente antifascista, encuadrando en él a to-
dirigente del ala izquierda del Partido So- dos los republicanos de izquierda. La hora
cialista interpretando el anhelo que palpita actual está cargada de responsabilidad. En-
entre la inmensa mayoría de los obreros so- tre todos, pues, debemos empuñar la palan-
cialistas, no tardará de eliminar sus dudas ca que va a elevar el movimiento de masas
ción poliédrica, esbozada por una docena especial interés en un momento en que
de autores españoles con distintos acentos empiezan a aparecer, dentro y fuera de
críticos, a la obra torrencial y apasionante nuestro país, voces discrepantes con algu-
de un historiador libre e iconoclasta, uno nas de las derivas de una historiografía que
de los mejores exponentes de la mejor His- han renunciado a lo mejor de la vieja Histo-
toria social: la que no desdeñaba la comple- ria Social y que a menudo cultivan más una
jidad ni las explicaciones globales, la que cierta dimensión estética que la búsqueda
integraba los factores culturales y no sepa- de explicaciones racionales (o que incluso
raba su actividad intelectual de la reflexión renuncian explícitamente a ellas). Al mis-
crítica y la acción sobre el presente. Cuando mo tiempo, tal como se señala en la Intro-
se define el proyecto político de Thompson ducción del libro, los tiempos que vivimos
como un «humanismo socialista», un «co- de capitalismo salvaje, creciente desigual-
munismo democrático» o incluso «un so- dad social, degradación política y crisis
cialismo orgulloso del gorro frigio», no se profunda de valores, hacen tal vez aún más
está aludiendo a facetas de su personalidad relevantes algunas reflexiones thompso-
más o menos deslindadas de su obra como nianas. Decía Gramsci que los tiempos en
historiador, sino plenamente congruentes que lo viejo no acaba de morir y lo nuevo
con ella. no termina de nacer son pródigos en ma-
Por fortuna, ni los organizadores del nifestaciones morbosas. Pero son también,
coloquio ni los ponentes que en él partici- seguramente, momentos de oportunidades
paron consideraron a Thompson como un abiertas para la reflexión y la acción. Tal vez
icono ni lo abordaron de las dos maneras —parafraseando aquellas conocidas obser-
que quizás a él personalmente le desagra- vaciones de Thompson en su rememorado
daban más: con laudatoria beatería o con libro— batallas antaño perdidas puedan ser
distanciada condescendencia. Quien fuera hoy afrontadas con mayor lucidez o posi-
quizás el más furibundo y apasionado po- bilidades; y en esa tesitura, las propuestas
lemista entre los historiadores del siglo y el espíritu rebelde de Thompson tienen
XX merece ser sometido a la inmisericor- mucho que enseñarnos.
de arma de la crítica, y así lo hacen sin va- En definitiva, con esta edición incidi-
cilar los estudios ahora publicados desde mos en uno de los objetivos centrales de la
distintas posiciones, aunque siempre con FIM en general y de su Sección de Historia
rigor y conocimiento de causa. No en vano en particular: la difusión del pensamiento
Thompson es uno de esos referentes cuyas marxista y la contribución al debate his-
preguntas siguen siendo esenciales y cuyas toriográfico y político actual. Reservamos
respuestas continúan mereciendo el más para un próximo número la reflexión sose-
completo y detallado escrutinio. gada de la reseña o el comentario crítico.
Esta lectura de Thompson desde España, Ahora pretendemos, dando razón escueta de
contextualizando su obra en su momento la aparición del libro, informar acerca de una
pero analizándola también a la luz del pre- de las que consideramos más interesantes en-
sente, posee —o al menos eso creemos— un tre nuestras actividades de los últimos años.
el de las ciencias sociales, donde el fantas- universidades extranjeras hasta que ello le
ma se prodigó con atrevimiento, quizá por obliga a cuestionarse a sí misma y tan ata-
la fuerza misma de la idea de comunismo, da todavía a lógicas culturales de la Guerra
quizá por la frescura y el tino de sus por- Fría. Más allá de nuestra hermética uni-
tavoces, quizá porque una idea, por sí sola, versidad, el interés en el debate es mayor
suele resultar inofensiva. ahora que en vísperas de las elecciones del
Sobre La idea de comunismo trata el li- 26J en España vuelve esgrimirse, a modo
bro colectivo editado por el filósofo eslove- de amenaza, la vuelta del comunismo y sus
no Slavoj Žižek y publicado en España por siete plagas.
AKAL en 2013 [1]. El libro recoge los textos El libro brinda reflexiones muy sugeren-
de las conferencias que varios pensadores, tes para el momento que vivimos, aunque
sobre todo filósofos europeos y america- también evidencia algunas limitaciones.
nos, impartieron en el Congreso que bajo Entre lo sugerente está el carácter radical
ese título se celebró en la Universidad Coo- y por fin desacomplejado de las reflexiones
per Union de Nueva York entre el 14 y el 16 en torno al comunismo, así como un bagaje
de octubre de 2011. Este congreso fue el conceptual y argumentativo muy rico y re-
colofón a otros dos, uno celebrado en Lon- finado. Entre los límites, además de cierto
dres en 2009 y otro en Berlín en 2010, don- exceso de abstracción y autorreferenciali-
de se abogó por un «nuevo comienzo para dad, cabe subrayar una relativa desvincula-
el comunismo». Lo sorprendente de estos ción no solo con lo que se ha venido pen-
eventos fue la coincidencia de tres hechos. sando y produciendo desde la economía, la
Primero, que situaran en el epígrafe y en el sociología, la ciencia política y la historia al
centro de debate, con una voluntad reivin- respecto del comunismo, sino una vincula-
dicativa a la par que crítica, la idea y el pro- ción escasa de la reflexión sobre la idea de
yecto político del comunismo. La segunda, comunismo con las luchas sociales y polí-
que los congresos se hicieran en las grandes ticas concretas, históricas, que han tenido
capitales del mundo occidental y conta- lugar antes y durante esa reflexión. Resul-
ran con varias figuras ya muy destacadas o taría necesario trazar esos vínculos para
emergentes en el ámbito del pensamiento. que la reflexión y la apuesta por la «idea de
La tercera, que la asistencia se desbordase comunismo» no termine derivando en sim-
tanto en cantidad como en entusiasmo. ple idealismo.
Avanzado el ciclo político que se abrió El primer capítulo del libro lo firma Alain
con la crisis económica de 2008, resulta Badiou, el influyente filósofo francés alre-
oportuno que en este primer número de la dedor de cuyo pensamiento giran en más
revista Nuestra Historia nos detengamos de un momento el resto de los textos de la
en lo que se ha venido pensado reciente- compilación. Así, quien abre el libro tam-
mente en torno a la idea de comunismo. El bién lo atraviesa, al menos, como punto de
detenimiento es más necesario si se tiene referencia común o, visto con cierta pers-
en cuenta el escaso eco que este debate, de pectiva, a modo de nexo, hilo argumental o
amplio alcance en universidades america- motivo de homenaje. No en vano, si el libro
nas y europeas, ha tenido en la universidad lleva por Título «La idea de comunismo» lo
de nuestro país, tan dada a mirarse en las es en referencia, consciente o inconscien-
te, al esfuerzo teórico realizado por Badiou
1.— Slavoj Žižek (ed.), La idea de comunismo. The New York a la hora de considerar el comunismo so-
Conference (2011), Madrid, Akal, 2013. bre todo como una idea. De este impulso,
y también de sus abusos, procede en cier- el pueblo ruso como un antagonismo que
ta medida el «giro idealista» del llamado afrontar mediante el terror. El terror logró
«nuevo comunismo», tal como reconocen una unidad popular muy débil, basada en el
en varios momentos del libro algunos de miedo y la pasividad de mucha gente. Sote-
los filósofos que lo suscriben y tal como se rró, por tanto, un problema destinado a re-
corrobora cuando uno avanza en la lectura. gresar. El terror no resultó ser una solución
Badiou reflexiona en este capítulo sobre al problema por ser la supresión del proble-
«La idea comunista y la cuestión del Te- ma mismo. Frente a esto Badiou recuerda
rror», entendiendo por terror el recurso a que la esencia de la política verdaderamen-
medidas políticas y judiciales excepcional- te comunista no está orientada por «la des-
mente violentas en su alcance e intensidad. trucción de un enemigo», sino por la «re-
En este sentido, el comunismo ha estado solución positiva de las contradicciones del
históricamente vinculado a cuatro formas pueblo» [4]. Aquí sin duda, tanto en la idea
de violencia: la orientada a la conquista como en la jerga, resuenan los ecos del pa-
del poder, la orientada a la destrucción de sado maoísta de Badiou. Para resolver esas
los vestigios del viejo mundo, la empleada contradicciones la acción política comunis-
para la construcción del nuevo y la violen- ta debe orientarse a la construcción de una
cia desatada en el interior del partido y el nueva configuración colectiva.
Estado obreros. Esta vinculación ha sido El recurso al terror no solo fue la res-
afrontada desde la perspectiva comunista puesta a un contexto inicialmente hos-
también de cuatro maneras distintas. El te- til que no se supo gestionar desde la idea
rror se ha considerado 1) pura propaganda comunista, sino que fue también el resul-
enemiga, 2) el precio a pagar por el triun- tado de aspirar erróneamente a competir
fo de la idea, 3) la respuesta necesaria a con el enemigo en sus mismos términos,
unas condiciones hostiles hoy por fortuna dicho en abierta alusión a la cultura pro-
en extinción o 4) una realidad histórica en ductivista, desarrollista, tecno–cientificis-
ningún caso necesariamente derivada de la ta y progresista que se apropió pronto de
idea comunista, más bien una desviación la revolución del 17 — más intensamente
errática de esta. El debate hoy, dice Badiou, en los planes quinquenales del estalinis-
debería girar alrededor de estas dos últimas mo — y no la abandonó nunca. Hacer eso
consideraciones [2]. desde el comunismo implicaba hacerlo con
En su opinión, la guerra feroz declarada terror y hacerlo al final mal, porque com-
por el enemigo blanco, la incertidumbre, la petir con el tiempo capitalista de la domi-
ignorancia y el miedo constante a la trai- nación y las urgencias implicaba necesaria-
ción produjeron durante la revolución del mente reproducirlo y reproducirlo además
17 un ambiente del que surgió en las filas en condiciones asimétricas con respecto al
del comunismo «una subjetividad política capitalismo. En consecuencia, el terror, le-
construida por un imperativo superyoico y jos de derivarse necesariamente de la idea
una ansiedad crónica» [3]. Esta subjetividad comunista vino, según Badiou, de parasitar
erró a la hora de concebir el gran proble- la lógica de su enemigo [5].
ma de las contradicciones que se daban en Badiou plantea que la acción política co-
munista debe consistir en la construcción
2.— Alain Badiou, «La idea comunista y la cuestión del
Terror», en Slavoj Žižek (ed.), pp. 8–11. 4.— A. Badiou, ibídem.
3.— A. Badiou, p. 14. 5.— A. Badiou, p. 17.
ción a una supuesta esencia del ser social. en cuya obra rendía culto estético a la de-
En lugar de eso Buc–Morss apuesta por rrota de los de abajo con un discurso me-
cambiar el enfoque, concibiendo la histo- lancólico muy adaptado a los gustos de las
ria como el «reino de la libertad humana» y clases medias progresistas de la Alemania
el acontecimiento como algo imprevisible de entreguerras. Eso es a lo que Benajamin
que posibilita «el surgimiento de lo radical- llamaba «melancolía de izquierda». Según
mente nuevo». La noción de acontecimien- Benjamin, Kästner era el prototipo de in-
to — como resulta obvio y señala la propia telectual presto a sublimar la pulsión revo-
Buc–Morss — tiene la autoria de Badiou. lucionaria en una moda intelectual, en un
Esta concepción la complementa con otro producto inofensivo destinado al mercado
enfoque pragmático inspirado en Lacan, cultural [19].
por el cual lo que quiebra el curso inercial En ese momento del libro se echa en
del pensamiento no es la verdad sino la ac- falta que la autora de un texto tan lúcido
ción social, una acción que, a su vez, revela no vuelva esa mirada crítica sobre sí mis-
como verdad la posibilidad de la libertad ma y contemple la posibilidad de que este
huma. A este doble enfoque convergente lo libro pueda convertirse en un producto de
llama Buc–Morss «pragmática de lo súbita- consumo parecido, habida cuenta de la ex-
mente posible» y en ella, dice, debe cimen- traordinaria capacidad que tiene el mer-
tarse «la ética de lo común» [16]. cado universitario a la hora de reducir el
En el acontecimiento imprevisible, nos valor de uso de los textos revolucionarios a
dice Buc–Morss, la gente rompe sus há- puro valor de cambio, a una mercancía cuyo
bitos, se eleva sobre sí misma, genera una consumo pueda estar orientado, más que a
oleada de solidaridad y se teje un nuevo subvertir el orden social, a lograr un signo
sentimiento de unidad humana no en torno de distinción dentro de él. La pregunta mu-
a lo que uno es (nación, raza), sino en torno cho más autocrítica y autocuestionadora
a lo que uno hace al objeto de promover un que Jodi Dean, y con ella el resto de los au-
cambio. En esa «capacidad para actuar en tores, podrían hacerse es si el grado de abs-
común radica verdaderamente la posibili- tracción de sus trabajos, su léxico a veces
dad de una ética de lo común» [17]. Pero para autorreferencial, su propia formalidad y los
obrar en común y levantar esa ética de lo límites de su virtualidad política, los lími-
común se necesita construir nuevos espa- tes de su proyección práctica, no pudieran
cios y nuevos tiempos. También Buc–Morss estar ayudando a ello. En cualquier caso, de
los visualizaba estos espacios en la Plaza todo los autores del libro Jodi Dean es la que
Tahrir de El Cairo y en la ocupación de Wall se más se aproxima a este auto–cuestiona-
Street. Desde ellos habría que procurar una miento, al plantear que lo que ahora abun-
ralentización del tiempo que permitiera da en la izquierda es «una multiplicidad de
hacer las cosas de otra manera [18]. prácticas y modelos que circulan dentro de
En el V Capítulo, «Deseo comunista», un proyecto teórico–académico más am-
Jodi Dean sintoniza con la incisiva crítica plio que a su vez ha quedado ya subsumido
de Walter Benjamin al poeta Erich Kästner, dentro del capitalismo comunicativo» [20].
En el resto de los trabajos del libro, tan su-
16.— Susan Buck–Morss, «Una ética de lo común (ista)», en
Slavoj Žižek, (ed.), pp. 73–81. 19.— Jodi Dean, «Deseo comunista», en Slavoj Žižek (ed.),
17.— S. Buck–Morss, p. 84. pp. 100–103.
18.— S. Buck–Morss, pp. 97 y 98. 20.— J. Dean, p. 114.
gerentes, sofisticados y críticos, se echa en carse desde la perspectiva del deseo. Ese
falta que los autores no apliquen sus inte- deseo se puede considerar un deseo comu-
resantes teorías acerca de la construcción nista cuando se expresa colectivamente y
de los productos de la conciencia al propio cuando expresa un deseo de ser colectivi-
producto que ellos nos ofrecen. dad, cuando expresa «un nosotros». Tam-
Dean analiza también las tesis freudia- bién cuando nombra y denuncia un «hia-
nas de Wendy L. Brown sobre la «melanco- to»: la existencia de una sociedad escindida
lía en la izquierda». Si el duelo es el proceso entre una mayoría expropiada y una mino-
de asimilación de la pérdida de un objeto, la ría expropiadora [23]. En su opinión, ambas
melancolía es la ansiedad por una pérdida condiciones se cumplieron en el caso de las
no asumida o ni siquiera identificada. ¿Qué ocupaciones de Wall Street, concretamente
pérdida no asumida ni identificada es esta en su eslogan somos el 99%. El eslogan afir-
en el caso de la izquierda? Para Brown la maba una colectividad que no estaba unifi-
pérdida de «la promesa de que el análisis y cada por una identidad sustancial (la raza
el compromiso de izquierdas ofrecería a sus o la nacionalidad), sino por un nosotros, el
partidarios una vía clara y segura para lo 99%, escindido de la minoría expropiadora,
bueno, lo justo y lo verdadero» [21]. Sin em- el 1%. Ese eslogan borraba las diferencias
bargo, Jodi Dean afirma que en cualquiera dentro de ese 99% y las subrayaba con res-
de sus acepciones la melancolía ha dejado pecto al 1%, permitiendo la construcción
de conformar la estructura del deseo de la de «un nosotros». Al subrayar ese hiato en
izquierda. Como ejemplo de ello señala el la sociedad el eslogan expresaba también
resurgir de los movimientos en América un deseo colectivo de igualdad y justicia [24].
Latina, en Plaza Tahrir o Wall Street y la El capítulo VI resulta el más atrevido de
masiva y entusiasta acogida de los congre- todos, por la rotundidad con que sostiene
sos sobre el comunismo [22]. El gran debate una tesis hace mucho descartada por dis-
que no se aborda abiertamente en el libro tintas tradiciones marxistas y porque ob-
por ninguno de los autores, aunque Dean viamente un artículo de veinte páginas
es la única que precisamente lo sugiera, es no resulta suficiente para rehabilitarla. Su
el de en qué medida esta reactivación de la autor es Adrian Johnston y se titula «Del
idea de comunismo en el ámbito del pen- socialismo científico a la ciencia socialis-
samiento académico es representativa de la ta: pasado y presente de la Naturdialektik».
reactivación de la idea en el pensamiento Apelando al trabajo en los ochenta de algu-
de la gente e incluso de los militantes de los nos biólogos de la universidad de Harvard,
movimientos sociales. Si la respuesta fuera a la teoría del emergentismo, a la filosofía
negativa, el debate debería girar, a mi modo de Hegel y a la lectura de varios filósofos
de ver, no tanto en torno a las supuestas políticos más recientes, Johnston reivindi-
limitaciones ideológicas del movimiento, ca una recuperación del núcleo central de
como a la de un pensamiento académico la «dialéctica de la naturaleza» de Engels
que quizá se haya alienado con respecto a como condición necesaria para una rees-
él. timación del marxismo como ciencia. Es
La tesis central de Jodi Dean es que esa decir, la idea central del artículo es que re-
reactivación del comunismo puede expli- sulta posible construir una teoría y un mé-
en beneficio de los culturales, una empatía sis, Žižek habla de los movimientos en Pla-
con los judíos que estaba aplicando mano za Tahrir, Wall Street y Grecia, los aconteci-
dura contra los islamistas. De nuevo, nos mientos históricos, como venimos viendo,
recuerda Žižek, se trata de un ejemplo a ni- a los que aluden casi todos los textos del
vel particular de la fascinación de la dere- libro. De estos movimientos destaca su po-
cha tradicionalmente antisemita de EEUU tencial emancipador. Pero para actualizar
y Europa hacia la política exterior, y sobre esa potencia, dice Žižek, son necesarias al
todo interior, del Estado de Israel. A este menos tres cosas más.
respecto Žižek subraya la tendencia suici- En primer lugar, hace falta una reconfi-
da del sionismo actual, feroz enemigo de la guración de la tétrada pueblo–movimien-
progresía multiculturalista que cuestiona to— partido–líder. Žižek subraya la fuerza
la política del Estado de Israel, por una par- de los movimientos como movimientos de
te, y bien hermanado, por otra, con una de- protestas, pero también sus limitaciones
recha europea tradicionalmente antisemita a la hora de actuar en torno a un objetivo,
que terminará por devorarlo [38]. porque ni el pueblo, ni siquiera el movi-
A propósito de los disturbios en los ba- miento, saben lo que realmente quieren.
rrios de Londres en agosto de 2011, Žižek Para eso necesitan de lo que Žižek llama,
arremete contra las lecturas dominantes provocativamente, «un amo», es decir, un
que se hicieron a derecha y a izquierda. La partido y de un líder [40]. Hasta aquí, puro
primera pedía mano dura ante lo que en- marxismo–leninismo de manual. La pecu-
tendía como intolerables actos vandálicos. liaridad de Žižek radica en concebir al par-
La segunda miraba con paternalismo los tido no como el depositario de la conciencia
acontecimientos atribuyéndolos simple- avanzada del pueblo (el partido tampoco
mente a la situación de miseria y despro- sabe lo que quiere), ni mucho menos como
tección que se vivía en los barrios. Para el portador de un saber positivo infalible o
Žižek la izquierda acomodada que pensaba generalmente acertado, sino como el mar-
sobre ello — que pensaba cómodamente co en el que desarrollar una forma de saber
desde fuera de los barrios — no se atrevió necesaria para emprender un proceso de
a ver el carácter muchas veces horizontal cambio, porque, por equivocado que pueda
de esa violencia (se quemaban coches de estar en un momento determinado— y el
la gente de los barrios) y sobre todo no se partido suele estarlo con mucha frecuen-
atrevió a ver su relación con lógicas cultu- cia — es una forma de saber vinculada a un
rales y consumistas de época. Siguiendo a sujeto político colectivo dentro del cual se
Zygmunt Bauman, para el filósofo esloveno puede rectificar. Pero además del partido,
los disturbios fueron, entre otras cosas, un dice Žižek, hay que salvar de alguna forma
acto irónico de consumismo por parte de el abismo entre el pueblo y sus formas or-
aquellos a los que se incita constantemente ganizadas y este no se salva aproximando el
a consumir y se les priva al mismo tiempo pueblo a sus organizaciones, sino mediante
de los recursos necesarios para ello, un acto la unidad que, por paradójico que resulte,
solo materializable por medio de una vio- ofrece un líder, un líder del partido que es,
lencia más reactiva que asertiva [39]. ante todo, un líder del pueblo [41].
Después de ver esas reacciones a la cri- En segundo lugar, el movimiento tiene
que hacer una reconsideración de la de- aquellos con la destreza y la capacidad para
mocracia liberal–parlamentaria, al respec- formular las preguntas cuya respuesta ya
to de la cual Žižek es un crítico contumaz. tiene el pueblo, aunque no sepa a qué pre-
Según el filósofo no solo es que no exista gunta corresponde esa respuesta. El inte-
una contradicción fuerte entre capitalismo lectual revolucionario debe obrar así como
y democracia parlamentaria, como se viene el psicoanalista que ayuda al paciente a
planteando hace tiempo desde la izquierda. saber de dónde proceden (las preguntas)
Tampoco que el capitalismo sea muchas a sus síntomas (que son las respuestas).
veces compatible con la democracia par- Žižek concluye que «solo por medio de
lamentaria, como también se ha planteado un trabajo paciente como este surgirá un
tradicionalmente desde la izquierda. Para programa» [44].
Žižek la democracia liberal es una de las Quien se acerque al libro no encontra-
mejores instituciones para garantizar las rá en él propuestas concretas de acción o
formas de explotación y dominación fun- programas de cambio, ni siquiera líneas ge-
damentales que se dan a nivel económico nerales de intervención política. Tampoco
en el capitalismo, en tanto que la demo- lo pretende. Sí encontrará mucha gasolina
cracia parlamentaria es una democracia teórica para poner esta acción política en
que, además de no intervenir en esta esfera marcha, aunque probablemente en dosis
determinante, recluye a nivel institucional tan elevadas que pueda ahogarla. Para evi-
todo intento de penetrar democráticamen- tarlo sería necesario refinarla con análisis
te en ella [42]. más concretos procedentes de otras dis-
La segunda tiene que ver con el papel ciplinas y falsar este rico marco teórico y
que los intelectuales comunistas deben conceptual con las experiencias de lucha
jugar en los movimientos de indignación concretas que se vienen dando. Así quizá la
y protesta tipo Plaza Tahrir, revueltas en filosofía sobre la idea de comunismo pue-
Grecia, 15M, Occupy Wall Street, etc. Según da ser, más ajustadamente, una filosofía de
Žižek, a estos intelectuales les corresponde la praxis. En cualquier caso, el libro pone
un «apoyo total» y una «distancia analítica, de manifiesto el interés y la posibilidad de
fría, nada paternalista» [43]. Lo interesante pensar, después de tantos años de Guerra
del planteamiento de Žižek es que concibe Fría cultural, abierta e inteligentemente
a los intelectuales no como aquellos que sobre la idea de comunismo. Que esa idea
tienen la respuesta política y programática se convierta en realidad material depende-
a las preguntas del movimiento, sino como rá también de muchas cosas más.
todo el Estado español» [1]. Algo impensa- puestos de trabajo que permitan la incor-
ble desde que en 1936 se erradicasen todos poración masiva de las mujeres al trabajo
los avances políticos, sociales y culturales productivo en condiciones de total igualdad
alcanzados por la mujer durante la II Re- salaria y profesional» y «la presencia de las
pública y se construyese un discurso falan- mujeres en los órganos de gestión, en todos
gista basado en la supeditación femenina y los niveles, para que la problemática feme-
la consideración de la mujer como un ciu- nina esté presente en la sociedad» [2]. O, por
dadano de segunda. Por tanto, muchos iban poner algún ejemplo más, con respecto a la
a ser los puntos analizados en estas Jorna- sección «mujer y educación», frente a la de-
das, desde el papel de la mujer en la socie- nuncia de que existían «asignaturas especí-
dad, como en la educación o en la familia, ficas para niñas que figuran en el programa
los barrios y el trabajo, sin olvidar tampoco de EGB [3]» se exigía «la derogación de todos
la valoración de la situación que vivían las los artículos de la Ley General de Educación
mujeres en el ámbito rural, donde se consi- en los que se establecen diferencias en ra-
deraba que las dificultades para proyectar zón del sexo» [4].
reivindicaciones feministas eran mayores En conclusión, el documento es una su-
por el aislamiento territorial que sufrían. El cesión de denuncias que tratan de dejar
análisis de todas estas cuestiones convertía atrás un pasado discriminatorio, acompa-
a este documento en una importante fuen- ñada de una larga lista de exigencias que,
te de investigación por la radiografía que por su parte, tienen como objetivo perfilar
realizaba de la realidad femenina del mo- un nuevo modelo de mujer dentro de una
mento. sociedad democrática. Pero por otro lado,
Todos los ámbitos trabajados en estas estas primeras jornadas evidenciaban la
jornadas presentaban un mismo esquema. existencia en España de una diversos mo-
Primero, planteaban las denuncias exis- vimientos de mujeres [5] que, a pesar de las
tentes en dicho campo y a éstas sucedían
las exigencias. Veamos algunas de estas 2.— Véanse las páginas 6 y 7 del mencionado documento.
denuncias y exigencias planteadas en los 3.— Siglas correspondientes a Educación General Básica,
el sistema educativo establecido por la Ley General de
distintos puntos. En el referente a «mujer
Educación de 1970 y que estuvo vigente hasta el curso
y sociedad», frente a «la falta de los más escolar 1996/97.
elementales derechos democráticos como 4.— Páginas 8 y 9 del documento.
principal obstáculo con el que se encuen- 5.— Muchas fueron las asociaciones femeninas que
tra la mujer española en el momento actual participaron en estas jornadas. Desde Alicante acudió
de la lucha por la liberación», se exige «la la Comisión femenina de amigos de la UNESCO y desde
Cataluña, la Asociación de Mujeres Universitarias de
restauración urgente de los derechos de-
Barcelona y Asociaciones de vecinos de Can Serra y
mocráticos de asociación, reunión, expre- Collblanc–Torassa, además del Centro Social de La Florida
sión, huelga y manifestación como cauce de L’Hospitalet. Desde Madrid: la Asociación Española de
esencial para la liberación de la mujer». O, Mujeres Universitarias, enlaces sindicales femeninos, el
Movimiento Apostólico Seglar, la HOAC y las Asociaciones
frente a «la relegación de la mujer al hogar
de Amas de Casa de Tetuán, Getafe, Moratalaz, Ventas,
y a la maternidad como vías únicas de rea- Chamartín y Aluche; además de la Asociación Castellana
lización, manteniéndolas así al margen del de Amas de Casa y Consumidoras. Desde Santander, acudió
proceso social», se exigía «la creación de a las jornadas la Asociación de Mujeres de Hogar de
Torrelavega y su comarca; desde Valencia, la Subcomisión
Femenina del Ateneo Mercantil y las Asociaciones de
1.— Primeras Jornadas Nacionales por la Liberación de la Vecinas de Cid y Dehesa; y desde Valladolid, lo hacía la
Mujer. Conclusiones. Madrid, diciembre 1975. Página 4. Asociación de Amas de Casa.
6.— Primeras Jornadas Nacionales por la Liberación de la 7.— Primeras Jornadas Nacionales por la Liberación de la
Mujer. Conclusiones. Madrid, diciembre 1975. Página 15. Mujer. Conclusiones. Madrid, diciembre 1975. Página 4.
8.— Informe aprobado en la I Conferencia del PCE sobre la 9.— Informe aprobado en la I Conferencia del PCE sobre la
cuestión femenina. Página 13. cuestión femenina. Página 8.
es decir, que las mujeres comunistas se y culturales y del desarrollo pleno de la de-
presentaban como infatigables animadoras mocracia, del socialismo. (…) 2.— El Partido
para incorporar grandes masas de mujeres Comunista de España debe llevar su polí-
al movimiento feminista. Y, por otro lado, tica feminista a las masas, al conjunto de
el discurso feminista aportaría a la demo- la sociedad, y comprometerse directamente
cracia un contingente de luchadoras que en la transmisión de la energía liberadora
darían una visión más amplia y real de las que contiene el feminismo. Ello implica
necesidades de la mujer. una elaboración política–ideológica pro-
El PCE se autoproclamaba como el par- pia y las iniciativas y actuaciones concre-
tido de Liberación de la Mujer, según el tas que de la misma se deriven. (…)». Y para
programa publicado en 1978, con una teo- plantear la tercera de las actividades men-
ría más que clara: acabar con la histórica cionadas se hacía alusión a la Tesis 8 del IX
discriminación de la mujer y garantizar los Congreso del PCE, según la cual hay que
derechos, la participación y la igualdad de «llevar la lucha contra la discriminación de
la misma en lo que se definió como la vía la mujer en todos los frentes, impulsando
democrática al socialismo. Y así lo plantea- su presencia en los movimientos de masas,
ba el propio documento: «Es evidente que contribuyendo al desarrollo de la lucha y de
el socialismo que liberará a la mujer tiene los movimientos feministas que abarquen
que empezar a ser conquistado aquí y aho- al conjunto de las mujeres: obreras, cam-
ra mediante las transformaciones que hay pesinas, profesionales, amas de casa, etc.
que realizar en las estructuras y valores de En esa lucha los movimientos feministas
la sociedad. Independientemente de las co- representan el nivel de conciencia más ele-
rrientes ideológicas todas las mujeres tie- vado de una vanguardia y las comunistas
nen problemas comunes que las convierten deben participar en ellos» [10].
en una fuerza política de masas. La política La teoría estaba clara. Ahora había que
feminista del Partido Comunista de Espa- llegar a la práctica, tanto a la de las leyes
ña implica la realización de tres actividades políticas como a la de la cotidianeidad, tra-
simultáneas. 1.— Hay que convencer a todo ducida esta última en cambios en las menta-
el Partido de la necesidad de la lucha de las lidades, en las actitudes y las relaciones so-
mujeres por su propia liberación, y del al- ciales, con el fin de conseguir, entre ambos
cance general de la misma como motor de ámbitos, la verdadera liberación de la mujer.
profundas transformaciones estructurales
de estar «infectado por la teoría de las eta- las mujeres no aparezcan como sujeto his-
pas», el autor reivindica a Gordon Childe tórico? ¿Acaso no ha dicho nada el mar-
—a fin de cuentas, un clásico de la prehisto- xismo sobre la explotación de las mujeres
ria marxista— y a los clásicos del marxismo. desde que Engels en escribiera en 1884 El
Coherente, por lo tanto, aunque se echan origen de la propiedad privada, la familia y
en falta algunos nombres. el estado? No basta, por otra parte, apelar a
El título del libro es una declaración la importancia de la «gente corriente» en la
ideológica pero también lo es historiográ- historia si no le da el protagonismo que la
fica. Es posible que después de tanto giro propuesta teórica le supone. No son pocos
historiográfico, después de tanta historia los apartados que son una simple relación
en migajas, después de que las grandes na- de acontecimientos políticos, sin ninguna
rraciones históricas hayan sido «denosta- referencia a la gente corriente, a los de aba-
das por los teóricos posmodernos», el lec- jo, a las clases populares, cualquiera que
tor se sorprenda ante una propuesta que se sea el significado de esas expresiones. Así
presenta como una historia del mundo, De pues, si el autor pretende contar otra his-
los neandertales a los neoliberales, desde la toria, «la de la protesta y la resistencia», no
aparición de los primeros homínidos hasta alcanza su objetivo.
la actualidad. Faulkner organiza toda esa No todos los periodos estudiados tie-
ingente información de forma cronológica, nen el mismo peso, pues los miles de años
a lo largo de quince capítulos: 1. Cazado- que en nuestra tradición historiográfica se
res–recolectores y agricultores–pastores; agrupan en Prehistoria, Historia Antigua,
2. Las primeras sociedades de clase; 3. An- Medieval y Moderna —nomenclatura que,
tiguos imperios; 4. El fin de la Antigüedad; lógicamente, no es utilizada en este libro—,
5. El mundo medieval. 6. El feudalismo eu- ocupan las 180 primeras páginas, mientras
ropeo. 7. La primera oleada de revolucio- que los doscientos y pocos años que van
nes burguesas. 8. La segunda oleada de re- desde la independencia de los EEUU has-
voluciones burguesas. 9. La expansión del ta la actualidad (lo que entendemos como
capitalismo industrial. 10. La era de sangre Historia contemporánea) se analizan en el
y hierro. 11. Imperialismo y guerra. 12. La resto del volumen. Lógico dado que lo que
oleada revolucionaria. 13. La Gran Depre- realmente interesa a Faulkner es compren-
sión y el ascenso del fascismo. 14. Guerra der (y transformar) el capitalismo.
Mundial y Guerra Fría. 15. El nuevo desor- Y como el capitalismo se inició en Eu-
den mundial. ropa, «debemos desde este momento con-
Es chocante que a alguien que sabe muy centrar una atención desproporcionada en
poco de casi todo lo que se estudia en el li- los acontecimientos sucedidos en este pe-
bro, como es el caso de quien redacta es- queño rincón del globo», es decir, Europa.
tas líneas, le resulten conocidos tanto el El problema radica en que esta historia del
relato como la estructura del volumen. Es mundo peca de eurocentrismo, porque eu-
chocante, lo que no es ni positivo ni nega- rocentrista es escribir que la fauna africana
tivo en sí mismo. Sin embargo, lo que no es exótica o que las revoluciones de 1848
parece demasiado positivo es que no se re- —europeas, claro— constituyen un «hito
cojan las aportaciones de la historiografía en la historia mundial». A estas alturas, por
de las últimas décadas. A modo de ejemplo, muy marxista que se proclame un texto —o
la presencia de las mujeres es casi testimo- precisamente por hacerlo— no resulta con-
nial. ¿Cómo es posible que a estas alturas vincente explicar el eurocentrismo del au-
tor apelando a su procedencia y formación. ña» fue invadida en el 711, comentario, por
Resulta también sorprendente, por otra cierto, que no deja de producir un cierto es-
parte, el peso que atribuye a la geografía calofrío si se tienen en mente títulos como
para explicar el desarrollo del capitalismo aquellos que hacen de la historia de España
en Europa: «La geografía determina lo que un continuo que corre desde Atapuerca al
es posible» escribe Faulkner. euro. ¿Y que decir de la guerra de Flandes
Por muy generalista que se autoprocla- del siglo XVI etiquetada como «prolongada
me un autor, no parece de recibo que una guerra popular de liberación nacional»? ¿O
historia (marxista) del mundo esté apoyada de la afirmación de que de haber triunfado
sobre una bibliografía que no llega a las 190 la revolución en la Alemania de 1918 «no
referencias. Eso explica, por ejemplo, que la habría habido Gran Depresión, ni nazismo,
Guerra Civil española se despache con ci- ni estalinismo, ni Segunda Guerra Mundial
tas de Orwell y Trotski, sin recoger ni uno ni Guerra Fría»?
de los estudios imprescindibles publicados Se preguntaba el profesor Fontana hace
en la última década. Consciente de posi- ya unos años si existía la posibilidad de
bles críticas, Faulkner justifica sus posibles construir una historia que no dejase al mar-
«errores y malentendidos» con el argumen- gen a los grupos subalternos y a las mujeres,
to de que no invalidan su tesis principal — una historia universal que escapara del «or-
el marxismo como explicación convincente den convencional» que estructura las histo-
de la historia humana—, por lo que el pro- rias «en función del punto de llegada de la
yecto del autor sigue siendo válido. Más pa- clase de presente impuesto por los pueblos
rece un acto de fe que un ejercicio de razón. europeos». Mucho nos tememos que no es
Acto de fe, por cierto, con el que se preten- el caso de De los neandertales a los neolibe
de armar a los activistas, porque se trata de rales. Una historia marxista del mundo.
un «libro para activistas». Difícilmente po- Decíamos al comienzo de estas líneas
drán cambiar el mundo si sus esquemas de que no se le pueden negar atrevimiento y
análisis parten de premisas con «errores y honradez intelectual a Neil Faulkner. Son
malentendidos». cualidades necesarias, más aún: son im-
También resulta chocante el uso que prescindibles. Pero, desgraciadamente, no
esta historia del mundo hace de ciertos son rasgos suficientes para que un libro
conceptos. No deja de ser sorprendente se convierta en obra de referencia. Quien
afirmar, por extemporáneo, que la explo- suscribe estas líneas no se siente capacita-
sión de creatividad acaecida en la Atenas do para negar el adjetivo «marxista» a esta
clásica estuviera basada en contenidos de obra pero sí que tiene la sensación de haber
«derechas», como de derechas eran los ban- leído una historia «fallida» del mundo. Qui-
didos que asesinaron a Tiberio Sempronio zás apelar a sensaciones y sentimientos no
Graco. Tampoco resulta cómodo leer el ad- encaja en las coordenadas de lo que debe
jetivo «italiano» para caracterizar al cam- ser el análisis marxista de un libro de histo-
pesinado de la Roma clásica, o que «Espa- ria, pero hay lecturas que emocionan más.
conjunto de fenómenos políticos, sociales, lítico y electoral del laborismo como parti-
culturales y económicos que mediaron en do (con el Labour Party, fundado en 1906)
el desarrollo de la clase obrera como agente ejercían una presión democratizadora que
histórico. el régimen liberal británico trataba de sor-
La fluidez narrativa entre los pasajes del tear. Ese plácido «mundo de ayer» del libe-
libro permite un recorrido continuo a lo ralismo europeo —y de los edwardian years
largo de la los momentos clave de la his- en el país, ‘una larga fiesta en el jardín, en
toria del siglo veinte en el país, a través del una tarde dorada’, p.15— tocó su fin en
cual Todd traza magistralmente el impacto 1914, para experimentar tras cuatro largos
de estos grandes fenómenos sobre las vi- años de conflicto, un punto de no retorno [3].
das corrientes de la clase obrera a lo largo Por tanto, aunque no se menciona de forma
y ancho del territorio. La variedad de los explícita en la obra, estos años de toma de
testimonios permiten componer una ima- conciencia, de crecimiento organizativo de
gen en movimiento de mujeres y hombres, la clase obrera y de la construcción de una
militantes, sirvientes domésticos, mineros, cultura e identidad articulada para trans-
obreros del textil, tenderos, obreros de la formar y subvertir el orden liberal son pro-
automoción o trabajadores white collar en ducto de la acumulación de un «largo siglo
diferentes puntos y momentos de la historia diecinueve» catalizado por el conflicto béli-
del país en el que se producen cambios muy co [4]. Este «servicio» (en el sentido burgués
significativos como: las transformaciones del sirviente doméstico, colectivo al que
en el modelo industrial y productivo, con el Todd dedica el primer capítulo de la obra
surgimiento de nuevas industrias, nuevos para ilustrar la analogía de la «domestici-
sistemas de producción (la introducción de dad» de la clase obrera) no se resquebraja
la cadena de montaje, conocido en el país súbitamente en 1939 sino que sale herido
como el Boudeauux system); las transfor- de muerte de 1918, como demuestran los
maciones de la economía doméstica de la años de la desmovilización bélica, la ele-
clase obrera con la introducción de la mujer vada conflictividad laboral y las primeras
en nuevos puestos no especializados —sub- transformaciones profundas de los dere-
virtiendo los roles de género tradicionales chos de sufragio en 1918 [5].
como la figura del male breadwinner–; o Sin embargo, el aspecto más estimulan-
el surgimiento de nuevas formas de ocio y te e ilustrativo que se deriva del análisis de
consumo propias de la clase obrera, como Todd permite seguir la evolución, contra-
los dance halls o la irrupción del cine como
fenómeno de masas —para el horror de mu- 3.— Stefan Zweig, El Mundo de Ayer: Memorias de un
chos ‘observadores’ y analistas sociales de Europeo, Barcelona, El Acantilado, 2012.
la burguesía—. 4.— Aunque formalmente la narrativa de Todd recuerde a
Estas primeras transformaciones apare- la propuesta de Eric Hobsbawm, The Ages of Extremes: A
Short History of the Twentieth Century, 1914–1991, Londres,
cen de forma clara ya en la primera parte de
Michael Joseph, 1994; su interpretación tiene mucho más
la obra («Servants: 1910–1939»), que toma sentido si se tiene en cuenta la dinámica previa de las
el año 1910 como el momento de disrup- últimas décadas del siglo anterior.
ción social y política más importante de 5.— La People Representation Act de 1918 extiende para
Gran Bretaña antes de la Gran Guerra: el las elecciones generales del mismo año el derecho a
sufragio a todos los hombres mayores de 21; y a mujeres
incremento de la movilización sindical, el
mayores de treinta propietarias. Sin embargo, el sufragio
movimiento sufragista, la reforma para la universal completo no se introduce hasta diez años
autonomía irlandesa y el primer salto po- después.
dicciones internas del instrumento político años treinta, y las condiciones impuestas
de la clase obrera, creado a partir del im- por los sucesivos gobiernos de concentra-
pulso del trade unionismo (Labour Repre- ción nacional. La crisis económica provocó
sentation Committee, 1900) y pensado para una pauperización galopante entre buena
servir a los intereses de su clase. En el libro, parte de la clase obrera del país llevando al
el Labour Party es protagonista implíci- desempleo a un número inaudito de perso-
to de las fortunas e infortunios de la clase nas hasta la fecha, que se topaban con unos
obrera británica a lo largo del siglo veinte servicios asistenciales muy precarios y con
hasta el presente. Alejado del poder en la carácter punitivo, que culpabilizaban a las
primera parte de la obra (con dos efímeros propias victimas de su situación personal [6].
gobiernos minoritarios en 1924 y 1929– De aquí surge otra de las grandes continui-
1931, respectivamente), el partido y ese as- dades de la historia reciente británica, que
censo de la clase obrera toman importan- tiene sus raíces en la decimonónica Poor
cia a partir de la Segunda Guerra Mundial Law, y que pretende trazar una línea entre
y la construcción del mundo de posguerra. aquellos ‘genuinamente buscando traba-
Sin embargo, en los años anteriores Todd jo’ (los pobres merecedores de ayuda, «the
dedica un espacio a otro de los momentos deserving poor») y aquellos ‘inútiles y hol-
clave de esta historia (esos «puntos de in- gazanes’. Esta situación, junto con la crisis
flexión» de los que habla su autora) como que el fascismo abrió en la escena interna-
es el año 1926 y la convocatoria de una cional, generó un espacio en la izquierda
Huelga General (y posterior capitulación) política totalmente inédito, entre laboris-
por parte del Consejo General del Congreso tas, socialistas, liberales y comunistas. Este
de las Trade Unions (TUC). En estos instan- Frente Popular desarrolló una cultura mi-
tes, la acción colectiva de la clase obrera de litante que, pese a no tener consecuencias
mayor envergadura de su historia reciente políticas antes de la guerra, catalizó una
traspasaba claramente las fronteras de la conciencia colectiva sobre el bienestar so-
lucha económica, y pasaba a ser un plan- cial universal que, ayudada por un esfuerzo
teamiento abiertamente político contra las de guerra soportado de forma desigual so-
carencias de la democracia británica. Fren- bre los hombros de la clase obrera (p.140),
te a esta situación la dirección del partido materializó el nacimiento de «The People»
mostró su compromiso con la moderación en 1945, cuando se produjo el triunfo elec-
institucional arraigada en la cultura po- toral aplastante del laborismo, con Clement
lítica dirigente del país: la acción sindical Attlee a la cabeza. Ese Spirit of ’45 que (des)
quedaba delimitada a la negociación sobre dibuja parcialmente Ken Loach en su cono-
condiciones laborales y económicas, mien- cido film, encuentra aquí el necesario con-
tras que ‘las demandas para cualquier cosa trapunto al incluir ese milieu antifascista en
que se encaminara hacia una mayor igual- el que participaron principalmente los co-
dad económica y social eran perseguidas munistas y la izquierda laborista. Entre es-
como «inconstitucionales»’, p.58.
6.— Conocido como el Means Test, los oficiales encargados
Otro de los grandes aciertos de The Peo de aprobar estas insuficientes ayudas al desempleo
ple… es la contextualización de su segunda inspeccionaban personalmente los bienes de los
parte (‘The People’, 1939–1968) como con- solicitantes para comprobar que no tenían otros medios
para subsistir (como la venta de objetos de algún valor) o
secuencia directa, no solo de la guerra, sino
no se gastaban el dinero de forma «irresponsable», hecho
del hervidero de nuevas transformaciones que les hacía caer en la categoría de los non–deserving
en la izquierda política del país durante los poor y les descalificaba para reclamar ayuda alguna.
tos últimos encontramos a Red Ellen Wil- síntomas de una contracción industrial en
kinson (Ministra de Educación en 1948) o Gran Bretaña que implicó: la asunción de
Nye Bevan (Ministro de Sanidad y Vivienda, la ortodoxia «menos salario y menos se-
fundador del National Health Service y del guridad» en los puestos de trabajo; y una
nuevo esquema de planificación de vivien- lógica movilización sindical atajada con las
da pública a manos de los ayuntamientos), primeras maniobras legislativas del labo-
los responsables de emprender la extensión rismo para limitar la influencia de las trade
universal de la protección social. unions. Así el balance del gobierno Wilson
Sin estar exentos de crítica por par- combinó la aceptación de la subordinación
te de Todd (por su ejecución ‘top–down’, económica y política de la clase obrera, con
p.159) estas reformas fueron víctimas de la extensión de derechos y libertades indi-
una pronta deformación por los sucesi- viduales (despenalización del aborto y la
vos gobiernos conservadores, los condi- homosexualidad, 1967), así como la pro-
cionantes de la Guerra Fría, el atlantismo moción de políticas de igualdad de género
laborista y la extensión del Plan Marshall y raza (Race Relations Act, 1965; Equal Pay
en suelo británico. En este punto, la dispu- Act 1970). Pero sin duda, después del inter-
ta por la hegemonía política y cultural en ludio conservador del Gobierno Heath, el
el país se evidencia de forma clara con la gobierno laborista de Callaghan de 1974, en
construcción de la alternativa conserva- plena eclosión de la crisis del petróleo, pro-
dora por los sucesivos gobiernos de Chur- tagonizó uno de los pasajes recurrentes de
chill, Eden o MacMillan en la década de los la historia reciente de la Europa Occiden-
50, en la que se empezó a promocionar la tal y de las contradicciones de la izquiera
idea del nacimiento de una sociedad de la política laborista o socialdemócrata: el go-
afluencia (pero socialmente dividida), en bierno Callaghan pidió ayuda económica al
la que se promociona el acceso en masa a Fondo Monetario Internacional, mientras
los bienes de consumo, la cultura merito- que su Ministro de Finanzas Denis Healey
crática (aún partiendo de una desigualdad aceptó la contracción del gasto público en
permanente) y en el que se fundamentan retorno al préstamo del organismo interna-
conocidos mitos muy resistentes: como el cional (p.311), haciendo de este episodio el
de la movilidad social y el de la extensión primer acto de «thatcherismo primitivo» y
progresiva (y tendiente a la totalidad) de la el cambio de lógica total del planteamiento
nueva clase media. No es casual que incluso de 1945.
el laborismo de 1964, puso en primera línea Esta ‘caída’ no pudo ser más acentuada
como presidenciable al arquetipo merito- tras la llegada de los largos años del con-
crático de Harold Wilson (p.262).En este servadurismo en su nueva forma, con Mar-
sentido, no resulta extraño que la autora garet Thatcher en el poder desde 1979, que
considere la tercera parte de la obra como hicieron de «TINA» su norma: «There is No
los inicios de la «caída», en un momento Alternative». Pese a que estos años tien-
tan temprano como en 1966 («The Dis- den ser considerados retrospectivamente
possessed, 1966–2010), bastante antes de como un hecho contrastado (la ausencia de
la llegada de Thatcher al poder. Esa «New alternativa política y económica), Todd se
Britain» de Wilson (pp. 275–298) impulsó encarga de rescatar esas voces del disenso
nuevas reformas en el sistema educativo colectivo: el descontento generado entre
y la extensión del parque de vivienda pú- las comunidades de la clase obrera en dis-
blica, pero también se experimentaron los tintos puntos geográficos del país; la pre-
caria consolidación de Thatcher en el poder realizaron alguna que otra notoria con-
hasta mediados de la década de los ochen- tribución [8]) son cruciales (más bien, otro
ta, solo restaurada tras el baño patriótico– punto de inflexión) en la contribución a
mediático de la Guerra de las Malvinas; o la la caída (que no desaparición) de la clase
gran movilización sindical y social derivada obrera en la escena política del país.
de la huelga de la minería en 1984–1985. Por último, es una buena noticia que en
Sin embargo, la sombra del Thatcherismo la segunda edición del libro, Todd haya in-
se evidencia larga y consistente en la re- cluido un epílogo sobre los años 2011–2015
novación neoconservadora del mito de la para analizar el «estado en el que nos en-
sociedad ociosa y dependiente de ayudas, contramos» valorando los años de la admi-
que se cebó especialmente con los la cla- nistración conservadora de Cameron, en el
se obrera más desfavorecida. Una línea que que la autora aprovecha para desmontar
se puede seguir hasta la actualidad con el varios mitos que se han ido construyen-
arquetipo del «gorrón» (scrounger) de todo do durante décadas y que perviven en la
tipo de ayudas viviendo a costa del esfuerzo actualidad como: el estado del bienestar
de los contribuyentes, habitualmente, en como el origen de la crisis y la apelación
alguna de las promociones de vivienda pú- al trabajo duro para superar la misma; el
blica subsidiada (council estate), lo que no bloqueo de oportunidades de la clase obre-
deja de ser otra cosa que una imagen demo- ra a causa de las mujeres y los inmigrantes
nizada de la clase obrera en su conjunto [7]. (una constante desde Enoch Powell has-
La primera víctima política del Thatche- ta el UKIP); el mito de la movilidad social
rismo fue el propio Labour Party, que du- como solución a la desigualdad; la ausencia
rante la década de 1980 se vio inmerso en de una alternativa se produce por la avari-
un profundo e intenso debate (incluso con cia y el egoísmo generalizado de la gente.
una escisión socio–liberal mediante) que En este último punto, se ofrece una clave
acabó arrinconando las corrientes del trade interpretativa sobre los escasos índices de
unionismo militante y del socialismo britá- participación política de la clase obrera en
nico (representado por políticos como Tony los años recientes, en la que se evidencia
Benn) y puso a Neil Kinnock al frente de que, no son fruto de tal adopción de la cul-
un Labour Party camino hacia el abando- tura del individualismo extremo y la apatía
no de su planteamiento de clase (hacia una sino que, posiblemente, su órgano de re-
«classless society»), que tomó su forma de- presentación política tradicional ha dejado
finitiva con el New Labour de Tony Blair, la de ser tal. Como nota Todd: la identidad y
conocida «Tercera Vía» y el nuevo proyecto la experiencia de clase no ha desaparecido,
de construcción nacional «alternativo» al solo ha decaído (como demuestra a lo lar-
conservadurismo. Pese a que lógicamente go de su obra) su influencia para ejercer un
Todd no puede dedicar mucho más espacio control político y económico sobre sus pro-
a esta etapa crucial de los años más recien- pias condiciones de existencia. Tal vez, los
tes de la historia británica por el ambicioso acontecimientos más recientes en el seno
objetivo global de su trabajo, los debates del Labour Party del último año, puedan
en el seno del laborismo de esta época (en ofrecer una entrega adicional de la obra en
la que historiadores como Eric Hobsbawm el futuro.
7.— Owen Jones, Chavs. The demonization of the Working 8.— Eric Hobsbawm, Politics for a Rational Left, Political
Class, Londres, Verso, 2011. Writing: 1977–1988, Londres, Verso, 1990.
llama «la cultura histórica social». Algo así cias internas, que llevaron a la IC a rectificar
sólo puede ser celebrado. Porque ejercicios su política anteriormente sectaria del «clase
como éste apuntan a un síntoma (uno de contra clase» o el «frente único» en pos de la
ellos) del grave mal que padece nuestra his- colaboración interclasista, son aquí desgra-
toriografía, a saber: que la brecha existen- nadas gracias al exhaustivo conocimiento
te entre la sociedad y la academia es justa que de la III Internacional exhibe el autor.
y merecida. Ha llegado a constituirse en lu- Así, teorías conspirativas emanadas del con-
gar común entre los historiadores españoles servadurismo más reaccionario como la del
aludir con frecuencia a la escasa incidencia complot de Moscú para instaurar una repú-
social que tiene nuestra disciplina, lo cual es blica soviética en España o su posterior ac-
muy cierto, pero esta evidencia, en los últi- tualización por medio del llamado «Caballo
mos años, ha caído a plomo sobre nosotros. de Troya», que indica que el objetivo comu-
Se ha hecho de todo punto manifiesta para nista nunca fue otro que la toma del poder,
aquel que quiera verla. El desfase, la falla son desmontadas con minuciosidad.
existente entre las interpretaciones que im- Porque como sostiene con firmeza Martín
peran en el ámbito historiográfico en torno Ramos, la estrategia frentepopulista siem-
a aspectos como el ascenso y posterior caída pre dependió de la fuerza de los PC. Ello se
de la democracia republicana, y las actuales prueba en las notables diferencias entre paí-
demandas provenientes de la ciudadanía, ses y el momento del que se tratara. Así, la
cuyos agravios pivotan precisamente en alianza electoral entre socialistas y radica-
torno a la baja intensidad democrática —o a les en la Francia de 1924 tuvo muy poco que
la fuerte incidencia del elemento oligárqui- ver con la que se alcanzaría en 1936, pero la
co— en nuestro sistema de representación, novedad no residió únicamente en el apo-
desvelan el distanciamiento. Martín Ramos yo comunista al resto de partidos, sino en el
pone todo esto en primer plano a través de cambio de estrategia. En general, la social-
la interrupción forzada de la experiencia de democracia fue reticente a adoptarla, tam-
los años treinta. De esta forma, este esfuer- bién en España. De hecho, en nuestro país
zo de combate por la historia que tenemos no han sido pocos los que han querido iden-
hoy aquí, aunque no baste, contribuye a en- tificar la propuesta del Frente Popular con
tender esto, pues constituye un ataque fron- una especie de reedición del pacto republi-
tal al funcionalismo imperante en nuestra cano-socialista, minimizando de esta forma
academia y discurso político oficial. la aportación del PCE. En Bélgica, uno de los
Centrado en el esfuerzo por concederle principales líderes del Partido Obrero Bel-
su merecido lugar en nuestra historia, se de- ga, Paul Henri Spaak, llegará a desdeñarla
dican nada menos que tres de sus seis ca- por considerarla «centrista». Y es que como
pítulos a exponer la génesis de formación expone con gran sagacidad Martín Ramos,
del Frente Popular y su implantación en en el momento en que los comunistas no
España. El capítulo i se justifica en el esca- dispusieron de la fuerza suficiente para ser
so conocimiento que «salvo excepciones», considerados imprescindibles, los socialis-
según él mismo afirma, se tiene de la rea- tas descartaron su iniciativa.
lidad del Komintern. El contexto histórico e A decir verdad, no es en absoluto común
internacional, así como su concreción a la hallar explicaciones tan completas de este
realidad política y social de España se en- intrincado período, capaces de situar la ar-
cuentran adecuadamente en esas páginas. gumentación en diversos momentos y luga-
Los debates, las discrepancias y las reticen- res. Entender la importancia crucial que los
tempos, las culturas socio-políticas así como obreras, o la idea sobre la que varios autores
las experiencias de los diferentes países ju- han insistido en los últimos años, tendente
garon en el devenir de los acontecimientos a considerar que dicha actitud intransigente
se hace esencial. Sirvan como muestra nue- colaboró de modo decisivo a que no surgiera
vamente los ejemplos de Bélgica o Francia, una opción de centro que pudiera equilibrar
en donde los altos representantes del mo- la República, también son abordadas con
vimiento obrero reaccionaron inicialmente elocuencia y gran aportación documental,
ante el fascismo proponiendo una alianza de tipo tanto micro como macro.
entre las clases medias y el proletariado in- La idea de la polarización política inun-
dustrial sobre la base de una «hegemonía de da obviamente el conjunto de la obra. Un
los valores y prejuicios de esas clases me- trabajo entonces notablemente novedoso
dias», temerosas de su proletarización y su en este sentido lo representó el de Rafael
hondo rechazo al colectivismo, lo que aca- Cruz (En el nombre del pueblo, 2006), en el
bó acercando a sus promotores al fascismo. que se contestaba esa creencia tan extendi-
Nombres como Manuel Déan, Adrien Mar- da en nuestro país en sentido arriba-abajo
quet, Henri de Man o el propio Spaak así lo según la cual un exceso de política puede
testifican. Ningún proceso histórico es está- conducir al conflicto. Otros estudios rela-
tico, mucho menos aún el de entreguerras, cionados con esta problemática, como el de
por lo que no marcar bien sus etapas puede la violencia política que testimonian nom-
comportar consecuencias irreversibles para bres como Eduardo González Calleja o José
el análisis. La meticulosidad de que hace Luis Ledesma, han venido también a romper
gala Martín Ramos le hace moverse cons- ciertos tópicos —o mejor, mitificaciones— y
tantemente en la intercalación de la lupa y son muy bien aprovechados por Martín Ra-
el telescopio, atendiendo incluso a fenóme- mos. En su capítulo iv aborda la cuestión de
nos de duración secular, al tiempo medio y la conspiración y posterior golpe contra la
el tiempo corto. Así, es capaz de llevarnos de República bajo la excusa de la ingoberna-
los despachos del Komintern en Moscú a las bilidad (inestabilidad, inseguridad, etc.) y
sedes de las organizaciones obreras de Bar- la tensión social provocada principalmente
celona, Madrid o París y, de ahí, a las peque- por la izquierda proletaria. Y pone en cru-
ñas agrupaciones locales de España. Incluso da evidencia que el levantamiento armado
se retrotrae a los inicios del Estado liberal contra la legalidad republicana no fue más
para ilustrar que la supuesta polarización que el último recurso de las derechas anti-
política, tantas veces atribuida al resultado rrepublicanas contra el reformismo, el cual
de la victoria de las izquierdas, no era un fe- aborda con cierto detalle en dicho capítulo,
nómeno ni nuevo ni característico en éstas. subrayando que todas las políticas seguidas
Sería laborioso enumerar todas las po- venían discutiéndose en las democracias
lémicas y mitificaciones que Martín Ramos parlamentarias del entorno, en ningún caso
aborda con el objetivo de desarticularlas. fueron políticas revolucionarias.
Como es natural, octubre de 1934 ocupa un Aborda asimismo, como no podía ser de
espacio importante, pero también se desa- otro modo, la victoria de las candidaturas
rrollan ampliamente otras como la supuesta de izquierdas en las elecciones de febrero,
pérdida de apoyos de las izquierdas a partir poniendo énfasis en la discusión de la mis-
de 1933 y el consiguiente viraje de la opi- ma por la publicística iniciada en el mismo
nión hacia la derecha, la oposición y radi- momento en que ésta se produjo. Merece la
calización antigubernativa de las izquierdas pena citarse, como ejemplo del nivel de mi-
nuciosidad analítica del estudio, el repaso res dominantes, que habían vivido tradicio-
que realiza a aquellos resultados electorales, nalmente en la costumbre de ver cómo no
en los que incluye las provincias en que fue eran aplicadas las leyes de carácter social,
necesaria una segunda vuelta para decidir o resultó intolerable. El golpe de Estado no
las tres en que los mismos fueron impugna- fue más que, como desgrana Martín Ramos,
dos (casos de Cáceres, Cuenca y Granada). la consumación de una elaborada conspira-
Estos últimos resultan reveladores por lo ción que no sólo afectó a los militares o a
menos en dos sentidos: que reforzaron la Falange, encargada de recibir apoyo econó-
victoria de las candidaturas de izquierdas; mico que se brindaba desde Italia, sino que
que desvelaron la deriva conspirativa de fue promovida, alentada y financiada por las
esas derechas, mostrando un acercamiento élites sociales presentes en los sectores fi-
a Falange, con la que llegaron a presentar nancieros, patronales y de la gran propiedad
por Cuenca a José Antonio Primo de Rivera agraria. Y que por supuesto recibió el apoyo
y al general Francisco Franco. de una parte importante de la clase media.
Los dos últimos capítulos vienen dedi- Bien ordenado, como es característico en
cados a la sublevación militar y a la evolu- su autor, la estructura del libro ayuda enor-
ción del frentepopulismo durante la guerra, memente al lector a seguir por los múltiples
abordando problemáticas como las de la re- entresijos de un muy complejo proceso, tan
volución y la defensa de la democracia por enmarañado posteriormente por argumen-
parte del obrerismo. Así, aparecen las fric- taciones tendentes a justificar un golpe de
ciones entre el PSOE y los republicanos en Estado contra la democracia española y
torno al Frente Popular, en cuestiones tales una larga guerra. Pero sin el menor atisbo
como la elaboración de las candidaturas de duda, la mayor virtud que aquí se ofrece
para las siguientes elecciones municipales es esencialmente una enriquecedora discu-
que, en ningún caso, llegaron a poner en sión, en su mejor y más sano sentido histo-
entredicho el pacto de gobierno. También riográfico.
en aspectos como los problemas en torno En resumen, esta obra de ensayo es, en el
al orden público. No hará falta recordar que más estricto sentido, un intento (exitoso en
aquellos meses son ricos en las polémicas nuestra opinión) de aplicación de la vi tesis
que desataron. Pero si algo sobresale en im- de la Historia de Walter Benjamin, en la que
portancia es el argumento de fondo. Presen- el filósofo marxista alemán afirmaba rotun-
te ya en varios capítulos en los que trata la do lo que con tanto afán pretendió hacer el
reacción conservadora a la labor reformista grupo de historiadores del Partido Comu-
del primer bienio, sitúa la motivación última nista Británico, que en cada época, en cada
del golpe de Estado en algo que puede decir- generación, «es preciso hacer nuevamente el
se que, aunque no sea un argumento nuevo, intento de arrancar la tradición de manos del
hoy comienza lentamente a abrirse camino conformismo». Este libro es, sensu stricto, de
entre nuestra historiografía: que el proble- esta época y este presente a pesar de lo que
ma del malestar de las derechas en la aplica- el salto generacional pueda dar a entender.
ción de las leyes —entre las que destaca la de Y es que «encender en el pasado la chispa de
Reforma Agraria—, lejos de tener su motiva- la esperanza es un don que sólo se encuentra
ción en supuestas radicalidades y excesos en aquel historiador que está compenetrado
del gobierno frentepopulista o de la acción con esto: tampoco los muertos estarán a sal-
incontrolada de las masas, fue su mero cum vo del enemigo, si éste vence».
plimiento. Esto fue lo que para unos secto-
proceso histórico, pues eso es exactamente de origen para ir a engrosar los capitalis-
lo que ocurrió en Andalucía en el siglo XIX. mos de otras regiones. Por cierto que este
Hay que señalar también que estamos análisis sobre Andalucía recuerda mucho
hablando de un libro de considerables pro- al que hizo Antonio Gramsci para explicar
porciones, con un ingente número de no- el atraso económico, social y político de su
tas a pie de página y una excelente biblio- Cerdeña natal a fines del Ochocientos.
grafía como demostración de sus sólidos Por tanto, el capitalismo extractivo es un
fundamentos. En este sentido, el libro, que fenómeno fundamental que Carlos Arenas
arranca de Carlos Marx, se ve sustentado explica como constitutivo de la evolución
en las tesis de una serie de autores que se económica y social andaluza de los siglos
encuentran entre los más influyentes del XIX y XX y cuya virtualidad confirman los
pensamiento económico de los siglos XX y acontecimientos del último siglo e incluso
XXI. Ahí están Max Weber, Joseph Schum- los de este siglo XXI. El modelo de capital-
peter, Paul Krugman o Thomas Piketty, ismo secundario, subalterno, extractivo,
de los cuales ha extraído gran parte de su se agravó a partir de la derrota de 1939, a
jugo teórico. Aunque la idea madre provie- través de una contrarreforma agraria, ba-
ne de Daron Acemoglu y James Robinson, sada en los bajos salarios, en la represión
dos autores que han enmarcado su trabajo generalizada del campesinado y en la exis-
acerca del atraso económico en una pers- tencia de un ejército de reserva (el lumpen-
pectiva política, difundida a través de una proletariado marxista), lo cual produjo una
gran cantidad de artículos pero sobre todo acumulación de capital agrario, una parte
a través de un conocido libro de gran éxito, del cual se fue hacia las regiones o los países
Why Nations fail. The origins of power, pros industriales del norte, del mismo modo que
perity and poverty («Por qué fracasan los una parte considerable de la mano de obra
países. Los orígenes del poder, la prosperi- del campo tuvo que buscar su superviven-
dad y la pobreza»). Una obra que ha inspi- cia en la emigración no sólo hacia el norte
rado a muchos y concretamente ha inspi- de España sino también hacia la Europa
rado a Carlos Arenas. Y es que lo esencial próspera e industrializada.
es pensar que una problemática tan densa La crisis financiera de 2008, que apa-
como es la del desarrollo económico y so- rece fuera de nuestras fronteras, ha sido
cial de Andalucía requiere finalmente una una crisis insólita, tanto que casi nadie se
respuesta política, que es la propuesta por dio cuenta de lo que se estaba fraguando.
los dos autores mencionados. Pero dicha crisis demostró que el capital-
Carlos Arenas trata también de captar el ismo andaluz era un capitalismo con pies
origen del atraso andaluz a partir primero de barro o, como dice el autor, «con pies
de un solo concepto, que luego se extiende de ladrillo y cemento». Por ello hay que
en miles de conceptos secundarios. Es la pensar que los responsables del desarrollo
noción de capitalismo extractivo, un modelo subalterno de este capitalismo no se deben
de capitalismo que se basa sólo en la po- buscar fuera de Andalucía, sino que, antes
tenciación de unos contados sectores de al contrario, hay que hallarlos dentro de la
bajo rendimiento, con aplicación de gran propia sociedad de la región. En gran me-
fuerza de trabajo, con ínfimos salarios, con dida, son las minorías dirigentes andalu-
escasa tecnología y con inversiones que no zas, las minorías adineradas andaluzas las
tienen la rentabilidad debida y cuyo pro- responsables de la marcha que ha seguido
ducto además se marcha fuera de la tierra este proceso histórico.
Y ello porque, en primer término, los Hace tres meses una gran personalidad
recursos de la región han sido secuestra- de la vida política europea, Yanis Varou-
dos por unos pocos. Así, Carlos Arenas nos fakis, en un encuentro celebrado en Fran-
habla del «secuestro del capital cultural». cia, pronunció una fase muy certera, que
Antes de 1936, con la persecución de las es una glosa de otra frase muy famosa que
experiencias laicas republicanas, aquel- se pronunció en 1848: Un fantasma recorre
las que buscaban una mayor socialización Europa, es el fantasma de la democracia.
del conocimiento, y después de 1939, con Entonces era el fantasma del comunismo,
la depuración de los profesionales cuando ahora es el fantasma de la democracia.
no con los asesinatos masivos de los grupos ¿Por qué? Lo dice también Carlos Arenas:
opositores que disponían de una gran parte la democracia es el enemigo de todas estas
de ese «capital intelectual». No por casu- castas sociales, de todos estos capitalismos
alidad dedica un capítulo entero al papel de extractivos, de todas estas desigualdades
la Iglesia católica, al haber sido siempre un internas, de todas estas situaciones de po-
elemento retardatorio, no sólo en España breza, porque la solución final es una solu-
sino a nivel universal, pero muy especial- ción política. Es en la política donde final-
mente en nuestro país, con sus continuas mente se desanuda todo.
reticencias hacia la cultura y hacia la ense- Es verdad que, en el momento presente,
ñanza pública. Andalucía es una de las regiones que me-
Pero no solo se menciona al capital cul- jor se han defendido de los efectos perni-
tural. También se habla del capital social ciosos de las políticas de austeridad, una de
secuestrado por las castas dominantes que las regiones que mejor han sabido conser-
han marcado la vida de la región. Un capital var algunos de sus bienes públicos. Sin ir
social desvirtuado por fenómenos como el más lejos, ha conseguido preservar su sani-
clientelismo, el favoritismo, o la utilización dad pública, su educación pública, su cul-
partidista de lo que viene a llamarse re- tura pública. Y esto ha sido posible porque
cientemente el «capital relacional». Nos ha habido una situación política que lo ha
referimos, por supuesto, a los contactos permitido, mientras que en otros lugares,
que producen el amiguismo y el nepotis- donde la situación política ha sido diferente,
mo como instrumentos para colocar en los los ataques reiterados y continuos contra la
puestos no a los mejores sino a los que pu- sanidad, contra la educación y contra la cul-
eden aprovecharse de esas relaciones. tura pública han sido mucho más apremi-
Y queda el capital laboral. Ya sabemos antes y despiadados que en Andalucía.
que en Andalucía se ha jugado con un altísi- Pero, para el autor, esto no es suficiente.
mo nivel de desempleo, con unos salarios No hay que contentarse con decir que «esta-
ínfimos y con una precariedad laboral muy mos mejor que otros» en estos campos. Hay
acusada, lo que ha producido una perman- que ir más allá, y esto es lo que nos ofrece
ente inestabilidad que ha venido pesando en el último tramo el libro de Carlos Are-
sobre la vida entera de la región durante nas. Hay que caminar hacia una soberanía
mucho tiempo. De ahí, desde el punto de alimentaria, energética y financiera en An-
vista estrictamente económico, la escasa dalucía. Es necesario algo de lo que se lla-
demanda y la escasa capacidad de ahorro, mó la «reforma agraria» porque se precisa
de inversión e incluso, lo más elemental, de de una actividad agropecuaria sostenible.
gasto, todo lo cual condiciona ese carácter Es necesario un sistema financiero que no
subalterno del capitalismo andaluz. esté al servicio de las minorías especulado-
ras, sino que realmente esté al servicio del En primer lugar, hay que conseguir una me-
conjunto de la población. Es necesario un jor redistribución de ese capital, el capital
modelo productivo en el que haya fuertes económico, social, cultural, relacional. Y, en
inversiones intensivas de capital, las cuales segundo término, hay que conseguir un de-
permitirán rebajar el paro estructural, fi- sarrollo sostenible que evite el capitalismo
jado en el 35 por ciento para una Andalucía especulativo basado en la construcción y el
en ese extremo tristemente a la cabeza de turismo. Hay que combatir esa orientación
las regiones españolas. perversa de la política económica y hay
Y, además, hay que ser conscientes, y en que conseguir el despliegue de un capital-
el libro se nos advierte, de que estamos en ismo mucho más complejo, con inversiones
un fin de ciclo, de que no solo Europa ha de- mucho más intensivas. Y sobre todo ello, se
jado de ser una unidad política o una gran impone una concienciación política, pues
entidad social para convertirse ya sólo en la política siempre decide en última instan-
un mercado común, sino que además esta cia los destinos de las sociedades.
Europa está dejando de ser una madre para En suma, nos hallamos ante un libro ex-
convertirse en una madrastra, acosándonos cepcional, ante la mejor síntesis escrita so-
continuamente a través de ukases donde se bre el capitalismo andaluz de los siglos XIX
nos exigen recortes presupuestarios, donde y XX. Sus conclusiones se imponen por los
se nos obliga a arruinar la calidad de vida de sólidos fundamentos teóricos del autor, por
las clases trabajadoras y a conculcar sus de- la amplitud de su investigación, por la clari-
rechos (conseguidos a través de una lucha dad con que expresa las ideas y porque hace
muy dura y prolongada), donde se nos im- un análisis de la realidad, no solo parcial o
ponen ajustes (es decir reducciones drásti- sectorial, sino auténticamente integral. En
cas) en gastos sociales, donde se permite el definitiva, porque practica la historia total
hundimiento de la inversión pública… que querían tanto Carlos Marx como los
Carlos Arenas da al final unas escuetas padres fundadores de la historiografía mo-
ideas de cuáles podrían ser las soluciones. derna, Lucien Febvre y Marc Bloch.
el boicot de los operarios genoveses a los lucir su conocida faceta de melómano con-
barcos españoles provenientes de Barce- jugada con su oficio de historiador— nos
lona, hasta la ausencia de un representan- habló de algo ineludible para cualquier es-
te italiano de relevancia en la ceremonia tudioso de las izquierdas en los años sesen-
de coronación de Juan Carlos como rey de ta y setenta: la música de autor. Focalizó,
España, estos episodios descansaban en la además, en un aspecto concreto: la trans-
extensa red de solidaridad que el antifran- misión a las nuevas generaciones de la me-
quismo —especialmente a través de la De- moria antifascista a través de la cançó. No
legación Exterior de Comisiones Obreras— faltó un análisis del entramado discográfi-
y el antifascismo italiano habían tejido co y de las intensas redes de intercambio,
desde largo tiempo atrás. Era una solidari- colaboraciones y guiños entre los propios
dad, nos dijo Treglia, que no se circunscri- autores. Pienso que no es una falta decir
bía únicamente al ámbito comunista o a la que fue un análisis necesariamente parcial,
izquierda italiana, sino que englobaba a los pero que fue completado y enriquecido por
amplios sectores de la Democracia Cristia- las aportaciones desde el público —bien
na de impronta antifascista. Esperemos que fuese por experiencia directa como por co-
la intervención de Treglia tenga continui- nocimientos adquiridos. Ello contribuyó a
dad debido al ingente, si bien fragmentario, la construcción colectiva de ese puzle mu-
material existente y su interés histórico. Sin sical, del que Forti presentó un sugerente
duda, un estudio pormenorizado de estas esbozo. Queda todavía mucha vía por reco-
relaciones podría fácilmente convertirse en rrer en esta materia y, de nuevo, los víncu-
una monografía, puesto que el tema resulta los hispano-italianos volvieron a mostrar-
atractivo y, por qué negarlo, su interés hace se como un fecundo campo de trabajo en
que tenga un público potencial elevado. la historia cultural de ambos países, tal y
Por su lado, Jorge Torres Santos abor- como Forti evidenció.
dó en su ponencia la potente organización Como por desgracia suele ser habitual
sindical italiana CGIL y la influencia y re- en la mayoría de congresos de historia, la
laciones internacionales que sobre aquella parte que sin duda siempre necesita mejo-
tuvieron CCOO. [6] Torres Santos focalizó en rar es la relatoría de comunicaciones. Quizá
la influencia que CCOO tuvo como sindica- debamos preguntarnos si el formato de re-
to unitario, una meta que sobrevolaba todo latoría es el más adecuado para los intere-
el espectro izquierdo de Europa en los años ses de los comunicantes; si les pareció sufi-
sesenta y setenta. [7] cientemente enriquecedor a las asistentes,
Desde otra perspectiva, Steven Forti —a en su totalidad venidas desde España, el
quien se le percibía cómodo sacando a re- viaje hasta Módena. No debe ser achacado
en exclusiva a este congreso, ni mucho me-
en: http://deportes.elpais.com/deportes/2015/11/01/
nos, sino que, por desventura, es extensible
actualidad/1446401888_926233.html
a otros encuentros de similares caracterís-
6.– Sobre las relaciones CGIL-CCOO existen algunas
aportaciones. Véase, por ejemplo, Carme Molinero, ticas. Puede que sea un problema de for-
«Nuevas formas de sindicalismo en tiempo de mato o quizá debemos cuestionarnos si la
contestación: CGIL y CCOO, 1966-1976», Historia valoración pública de trabajos iniciáticos
Social, 72 (2012), pp. 133-153.
frente a un público formado, en gran parte,
7.– Al respeto, el ponente ha publicado Jorge Torres
por los referentes que los jóvenes investi-
Santos, «Sindicatos y unidad sindical en la Italia
republicana», Historia, trabajo y sociedad, 3 (2012), pp. gadores tratan de superar —o en ocasiones
35-60. ni tan siquiera eso— es en el mejor espacio
para ello; si el comunicante encuentra ahí lencia de los comunistas españoles y cata-
un espacio de confianza y colaboración útil lanes no había sido el partido italiano, sino
a sus investigaciones en desarrollo o si sen- el francés. Este hecho influyó, a su vez, en
cillamente asiste empujado por la obsesión la percepción que los españoles tenían so-
de la academia por hacernos «hacedores de bre el PCI, mediatizada por la visión que de
papers». [8] éste había construido el PCF. Una opinión
En cualquier caso, es un asunto a re- que, en realidad, no era buena: el PCI era
flexionar y ya va siendo hora de imponer visto por el PCF —y, por extensión, por el
otras fórmulas en la que los jóvenes investi- PCE/PSUC— como un partido excesiva-
gadores reciban un feed-back que realmen- mente intelectualizado y, en cambio, valo-
te contribuya a hacer avanzar sus tesis y a raban la vertiente obrerista del comunismo
mejorar su formación como profesionales francés. No fue hasta el aplastamiento de la
de la historia. Sigue siendo nuestra asigna- Primavera de Praga en 1968, apuntó Pala,
tura pendiente. Merece la pena mencionar que el PCE/PSUC buscaron nuevos referen-
que los organizadores del VI Encuentro (In- tes en el campo del comunismo occidental
ternacional) de Jóvenes Investigadores en en los que apoyarse. Sin embargo, la con-
Historia Contemporánea, que se celebrará dena que españoles e italianos realizaron
en Zaragoza en septiembre de 2017, han de la URSS no fue equiparable: mientras
realizado una propuesta de interés al res- Enrico Berlinguer mantuvo una pulsión a-
pecto: Scriptoria, una plataforma de trabajo soviética, es decir, las críticas del PCI a la
online que pretende dejar atrás los forma- URSS se hacían desde la fraternidad y el re-
tos de presentación-relatoría de papers y conocimiento de los logros alcanzados en
que aspira a convertirse en un espacio de el país de los soviets, Santiago Carrillo cru-
trabajo e intercambio de pareceres en co- zó el Rubicón en más de una ocasión y, de
mún. Habrá que estar alerta a los resultados facto, convirtió al PCE/PSUC en un partido
que cosechen en este campo. anti-soviético. Berlinguer jamás quiso ir (ni
La última jornada del Convegno arrancó fue) tan lejos.
con la interesantísima ponencia de Matteo Pala argumentó que esas críticas no fue-
Albanese, «Neofascismo, falangismo ed es- ron las que provocaron la implosión del
trema destra in Italia e Spagna degli anni 60 PSUC y la crisis del PCE, sino que ésta fue
al 1977» en la que desgranó las relaciones posterior: los soviéticos se mantuvieron a
transnacionales de los grupos neofascistas la espera de los resultados de 1977: si el
de ambos países. Entrados en materia, Giai- PCE/PSUC eran el PCI del 34%, los sovié-
me Pala abordó de un modo magistral las ticos deberían mitigar sus críticas; pero
relaciones e influencia entre los partidos no tuvieron por qué con el 9%. A partir de
comunistas español y catalán con el italia- ahí se inició una escalada entre Carrillo, la
no. Arguyó Pala que el partido de Gramsci, URSS y el PCI que terminó por afectar a las
Togliatti y Berlinguer no estableció una re- propias bases del PCE y que fue una de las
lación de cercanía con el PCE/PSUC hasta causas de la implosión del PSUC en 1981.
la etapa Berlinguer. El referente por exce- Javier Muñoz Soro fue el último ponente
del congreso. En su intervención, «La lucha
8.– Fernando García-Quero, «Crisis y Universidad: de del franquismo por su legitimación en la
intelectuales a hacedores de ‘papers’», Eldiario.es, 30
Italia de los años 60 y 70» vino a represen-
de mayo de 2014, disponible en: http://www.eldiario.
es/zonacritica/Crisis-Universidad-intelectuales- tar la Cara B de la intervención de Treglia,
hacedores-papers_6_265683463.html en la que dibujó un régimen franquista, si
bien consolidado y con un amplio recono- Botti sacó a relucir el papel de los llamados
cimiento internacional, siempre carente de hispanistas más allá de Italia. Apuntó —tal
una plena legitimación. Y, por otra parte, y como el contenido y la continuidad de los
presentó a una República Italiana siempre encuentros de Spagna Contemporánea jus-
condicionada en sus relaciones con la Es- tifican— a la necesidad de seguir indagando
paña de Franco por sus propios movimien- en el abasto campo de estudio que contem-
tos sociales que no dejaron de reivindicarse ple la historia de España como parte inelu-
como antifascistas. Cabe mencionar que dible de la historia europea. [10] Reivindicó,
parte del contenido del congreso saldrá pu- asimismo, los fructíferos resultados que
blicado —probablemente en septiembre— esta relación está dando en los estudios de
por la editorial Comares bajo la coordina- historia política, económica, social y cultu-
ción, precisamente, de Treglia y Muñoz. [9] ral, en los que los encuentros de Módena se
En la intervención de clausura, Alfonso han erigido como un referente ineludible.
un lugar limitado a la crítica de algunas po- el comité realiza toda la planificación (fo-
siciones antes que a la posibilidad de pro- mentando así el intercambio y evitando los
poner alternativas al capitalismo. En este grupos pequeños que hacen muchos kiló-
contexto de «largas temporadas de post- metros para conversar entre ellos mismos).
marxismo» Historical Materialism se definió El congreso creció constantemente en nú-
como un proyecto modesto de construc- mero de participantes y ponencias, para
ción de puentes entre quienes aún se de- convertirse ahora en un evento importante
finieran como «marxistas sin peros» y una que reúne más de 300 ponencias y 900 per-
oportunidad para, desde el peculiar lugar sonas interesadas en una amplia variedad
internacional de una ciudad como Londres, de temas de debate de teoría marxista, evi-
entablar un diálogo con otras culturas de tando el academicismo pero con rigor inte-
izquierda y marxistas en otros idiomas que lectual.
habían existido previamente en los años El congreso de 2015, realizado en no-
1960 y 1970, pero que se han perdido por viembre, fue otro de estos encuentros exi-
razones generacionales en la década de tosos. Sería imposible dar una visión ex-
1980 y principios de 1990. Necesariamen- haustiva de sus más de 120 paneles, aunque
te, el proyecto se definía como un enfoque sí señalar algunos debates y la continuidad
no sectario para desarrollar un amplio foro de discusiones que se vienen desarrollando
de debate marxista. El grupo traía también año a año.
un quiebre generacional, en tanto estuvo La temática general del congreso inten-
compuesto desde un principio por quienes taba convocar a reflexiones sobre la crisis
habían vivido estas derrotas de la izquierda en Europa y sus respuestas políticas, así
radical como punto de partida de su mili- como fuera del viejo continente. En este
tancia y podían proponer un marxismo me- sentido el plenario del sábado reunió re-
nos defensivo de aquél que dominaba en- flexiones de académicos y referentes en
tonces. torno de la resistencia a la austeridad en
La revista comenzó a ser editada por el sur de Europa, abriendo un diálogo so-
Brill y a salir en forma trimestral a partir bre las estrategias políticas y un balance de
del número 10, y a partir de 2004 (un tan- las mismas en Grecia con Syriza, en España
to irresponsablemente) agregó a sus tareas con Podemos y en Portugal con el Bloco de
la de organizar un congreso anual, en un Esquerda. Tanto los panelistas como el de-
momento en que habían dejado de hacer- bate con el público mostraron que hay un
se otros congresos académicos marxistas sin número de problemas clásicos que se
importantes (como los de Capital & Class). plantean en un nuevo contexto a quienes
El congreso se planteó desde el comien- intentan desarrollar una política antica-
zo como un espacio político necesario y pitalista al interior de estos movimientos
vacante (al igual que la revista, que origi- hegemonizados por otras estrategias. Pro-
nalmente solo se planeó como un boletín) blemáticas similares se debatieron en otros
y por tanto no seguía las reglas de otras paneles, por ejemplo la revista Socialist Re
conferencias académicas: no incurre en gister debatió las perspectivas de Corbyn
gastos en las instalaciones, ni en los pasa- en el Partido Laborista, una mesa reunió
jes de los participantes, ni realiza gastos en trabajos sobre los problemas de la zona del
comida. Tampoco está construida a partir Euro y los desafíos para una política cla-
de «simposios descentralizados» (aunque sista, otras sobre Grecia, España e Irlanda
estos existan minoritariamente) sino que y los experimentos políticos entre la forma
partido y los movimientos sociales. En esta serie de trabajos que revisaron el impacto
línea también hubo mesas sobre el popu- y el significado de la revolución de 1905.
lismo en Grecia y América Latina y la crisis Entre otros Rory Castle y Axel Fair-Schulz
de Brasil. investigaron el impacto en la obra de Rosa
Dos temas recorrieron la conferencia Luxemburg, el primero sobre como afectó
transversalmente: por un lado (y por cuar- el concepto de honor revolucionario, sa-
to año consecutivo) un conjunto de paneles crificio y muerte y el segundo sobre la idea
que reflexionan desde distintos puntos de de democracia socialista (también sobre
vista sobre el marxismo feminista y sobre un tópico similar ver el trabajo de Ottokar
las interrelaciones entre marxismo y femi- Luban). Peter Hudis revisó el debate so-
nismo, abordando temas como la intersec- bre el lugar de los soviets post-1905, tras
cionalidad, el ecofeminismo, la sexualidad la pregunta de si estos eran una fuente de
y su política, entre otros, incluyendo un revuelta espontánea que debía absorber-
plenario sobre el problema de la reproduc- se por las organizaciones partidarias o si
ción social. El segundo fue el de la geografía constituían formas alternativas de gobier-
de la austeridad y perspectivas marxistas no en construcción que podían coexistir o
sobre el espacio que además de distintos incluso desafiar a la forma partido. Wiktor
paneles culminó con un debate sobre la Marzec volvió sobre sus trabajos de la re-
geografía y la racialización de las migracio- volución del 5 para presentar una visión
nes en el contexto Europeo que incluye a general de un evento que entiende como
los refugiados de Siria. un punto de inflexión en la lucha de clases
Entre los temas que se vienen desarro- y en la conformación de la esfera pública.
llando hace ya varios años hubo paneles so- También el panel sobre la crisis en Portu-
bre la financiación y el lugar de la mercan- gal, que se sumó a la intervención de Ma-
tilización del arte, el marxismo en el arte riana Mortágua en el plenario. Allí cuatro
y la cultura, el derecho internacional como trabajos revisaron la trayectoria de Portu-
problema y desafío a la teoría marxista gal desde la revolución de 1974 (Perez, No-
del Estado, la islamofobia, la «ola rosa» en ronha, Mortágua y Stadheim), discutiendo
América Latina, el «trabajo digital», el cam- desde las características del movimiento
bio climático como un producto del «capi- obrero, de la acumulación de capital en ese
tal fósil» y no del «antropoceno», revisiones país y los legados de la revolución desde
y revisitas a temas clásicos de la economía entonces hasta su fase neoliberal actual.
política marxista como la transformación Un panel conformado por trabajos de Jules
del valor en precio, la superexplotación o la Townsend, Renzo Llorente, Daniel Mou-
renta. También otros paneles se concentra- renza y José Sarrión Andaluz presentó el li-
ron en revisiones y reconstrucciones de la bro recientemente traducido por Historical
historia del socialismo y el comunismo. En Materialism de Manuel Sacristán, y explo-
estas ponencias se debatieron el rol de figu- ró varios aspectos de su obra mayormente
ras clásicas del marxismo (como M.N. Roy, desconocida en el mundo anglosajón, tanto
Mahdi Amel o Palmiro Togliatti) o el anti- su intento por incorporar tópicos de la eco-
imperialismo en la historia del socialismo o logía, el feminismo y el pacifismo como su
el feminismo negro. concepto de ciencia y el lugar de ésta en un
Entre estas últimas merecen una men- proyecto comunista [1].
ción (por el interés que estos temas pueden
tener para los lectores de esta revista) una 1.– Renzo Llorente, The Marxism of Manuel Sacristán: From
También podemos señalar de interés al the West came to rule de Alexander Anievas
panel que revisó el marxismo italiano de y Kerem Nisancioglu, Southern Insurgency
los ‘60, con los trabajos de Giorgio Cesara- de Immanuel Ness, Fossil capital de Andreas
le, Féliz Boggio y Andrea Cengia. Cesara- Malm, Money and Totality de Fred Moseley,
le presentó un informe sobre el congreso Crisis and contradiction editado por Jeff We-
de 1961 en el Instituto Gramsci de Roma bber y Susan Spronk.
donde los marxistas más importantes de Como se podrá apreciar, en esta apre-
la época (tales como Luporini, Della Volpe, tada mirada a cuatro días extenuantes de
Colletti, Paci, Lombardo Radice o Valenti- debates y conversaciones dentro y fuera de
ni) debatieron a Sartre y la relación entre los paneles, el congreso reúne una muy am-
Marxismo y subjetividad. Boggio retomó plia variedad de temas y perspectivas bajo
lo que identificó como tesis centrales del una agenda común de revitalizar teórica y
operaísmo italiano sobre la estrategia polí- políticamente el marxismo. Es así que un
tica, en particular la idea de que la política aspecto que se ha convertido en central de
revolucionaria pasa por forzar respuestas estos congresos (y que ha llevado a muchos
capitalistas específicas a las crisis, respues- otros a intentar organizar eventos simila-
tas que estén restringidas tanto económica res, tales como los que se realizan anual-
como políticamente hasta llegar al punto mente en New York y Toronto, o en Sydney)
en que la organización de los trabajadores es que hay un modo distintivo de discusión
sea suficientemente fuerte para desafiar la y debate dentro de la izquierda. Historical
reproducción de las relaciones capitalistas Materialism ofrece un espacio para la re-
de producción. Cengia por su parte presen- flexión teórica y el debate serio, no tolera
tó algunas ideas de Panzieri, en particular las polémicas sectarias y refuerza el respeto
la crítica a la racionalidad capitalista y a su por discusiones respetuosas y entre cama-
falta de neutralidad y como de aquí puede radas, aún cuando haya desacuerdos fuer-
derivarse la parcialidad de la tecnología y tes. Tanto el crecimiento constante desde
fundar una crítica ideológica a las condi- 2004 de estos eventos como los pedidos re-
ciones de existencia de nuestra contempo- gulares de organizar conferencias bajo este
ráneidad. nombre en otros países hablan de la buena
El Deutscher Prize tuvo su habitual recepción y la necesidad de este tipo de es-
«Lecture» que este año versó sobre la revo- pacios en el marxismo actual.
lución Taiping, por el ganador del premio el El congreso de este año tendrá un día de-
año anterior Roland Boer, al tiempo que se dicado a «los límites al capital y los límites
anunció a Tamás Krausz por Reconstructing de la naturaleza», es decir a las crecientes
Lenin como el ganador de este año. En el contradicciones entre los imperativos de
orden de los libros, también se presentaron la acumulación capitalista y el medio am-
varios: Warped: Gay normality and Queer biente. El resto de los temas estarán como
anti-capitalism de Peter Drucker, Max We siempre presentes en sus múltiples y varia-
ber: Modernisation as Passive Revolution de das formas, esperando de este modo que la
Jan Rehmann, The politics of transindividua cornucopia de problemas que conforman el
lity de Jason Read, la traducción del manus- «archipiélago de los mil marxismos» vuelva
crito original del tomo 3 de El Capital, How a expresarse en su cordialidad y en su in-
tento por seguir recreando, constituyendo
Communism to the New Social Movements, Haymarket y manteniendo un espacio público interna-
Books, London, december, 2015. cional para la teoría marxista.
Botas de Perfecto de Dios halladas durante la exhumación (Foto: Asociación por la Recuperación
de la Memoria Histórica).
su hijo muerto. Contaron que en ese trozo A las doce de la mañana se inició el acto
de terreno, rodeado por un muro cerrado, coordinado por Carmen Becerra, profesora
siempre había flores, lo veía el campanero de la Universidad de Vigo, en el que el ar-
desde lo alto cuando iba a tocar. Y mientras queólogo de la ARMH, René Pacheco, con la
avanzaba la exhumación, los que acudían música de la marcha del antiguo Reino de
se acercaban a Camilo para consolarlo. Galicia y todo el auditorio en pie, entregó la
caja mortuoria con el cuerpo de Perfecto de
«Impresionoume moito a exhumación de Dios a la familia que fue cubierto con ban-
Perfecto. Era algo que desexaba moito. Pro- deras. A continuación, la restauradora Cris-
metéralle a miña nai que faría o que puide- tina Pimentel entregó las botas de Perfec-
ra para logralo; foi pois…unha satisfacción. to de Dios y posteriormente dijeron unas
A xente que me daba o pésame parecíame palabras: el vicepresidente de la ARMH,
que me debía de dar unha aperta de alegría Marco González; amigos y camaradas como
por logralo». Xesús Alonso Montero, presidente de la
Real Academia Gallega, Manuel Peña Rey,
Durante todo ese caluroso día, Camilo Gonzalo Sueiro y la Secretaria General del
permaneció emocionado y en pie, por ver PCG, Eva Solla. Fueron leídas algunas de las
a tanta gente, por el trabajo de los técni- adhesiones: de Darío Rivas, iniciador de la
cos y voluntarios de la Memoria Histórica Querella Argentina; del alcalde de Chahe-
y por la solidaridad del sindicato de elec- rrero en nombre de los vecinos y de poetas
tricistas noruego ELOGIT que ante la falta como Marcos Ana. Por su parte Camilo de
de ayudas del Estado, proporcionó apoyo Dios reivindicó la lucha de los guerrilleros y
económico para que la ARMH pudiera rea- la memoria de su hermano y los 12 jóvenes
lizar esta exhumación [6]. Meses después, de las Juventudes Comunistas que con él se
el 25 enero pudo reunirse con ellos en un habían incorporado a la guerrilla.
encuentro realizado en Ponferrada. Allí el El acto finalizo con un emotivo discur-
grupo de sindicalistas quedaron impacta- so de Henning Solhaug, Secretario General
dos de la fortaleza de Camilo de Dios y el del sindicato ELOGIT en el que recordó la
trabajo realizado por la ARMH. figura de Perfecto «una de las innumera-
La entrega del cuerpo de Perfecto de Dios bles víctimas del terror fascista…asesinado
se realizó el día 7 de Junio de 2015, en un y arrojado a una zanja por los fascistas y
acto organizado por un grupo de personas, condenado a ser olvidado durante casi cin-
donde primó la solidaridad y, tanto los ami- cuenta años». Reivindicó los logros de la II
gos de Camilo, el técnico de la Casa de Cul- República y la lucha de los brigadistas con-
tura de Xinzo de Limia, como los jóvenes de tra el fascismo en la Guerra Civil, «nuestra
las Juventudes Comunistas, el Concejal de participación es también un reconocimien-
Cultura y los voluntarios de la ARMH hicie- to de una historia común. Poetas y autores
ron posible el solemne encuentro. noruegos fueron a la España republicana y
escribieron sobre su lucha en artículos, no-
6.–La ARMH ha recordado que desde 2011 no se han velas y poemas….Cuando era joven conocí
vuelto a convocar ayudas destinadas a las actividades a los noruegos de las Brigadas Internacio-
relacionadas con la búsqueda de las víctimas de la nales…Noruega fue ocupada por la Alema-
dictadura franquista, de ahí que sea la propia asociación
nia nazi durante cinco años y los noruegos
la que afronte este tipo de gastos con recursos propios
o con aportaciones, como en esta ocasión, del sindicato aprendimos por experiencia lo que fue el
noruego. fascismo». Criticó al gobierno del PP que
Intervención de Henning Solhaug, Secretario General del sindicato noruego ELOGIT, durante el
acto de entrega de los restos de Perfecto de Dios a sus familiares. Ponferrada, 7 de junio de 2015
(Foto: Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica).
«ni siquiera cumple con los derechos de las placer anunciar a mis amigos de la ARMH
víctimas ni con su obligación de ayudar a que nuestro congreso celebrado en marzo
encontrar a los que han desaparecido… Sus de este año dono otras 200.000 coronas a su
familias tienen derecho a saber qué pasó importante labor».
con sus seres queridos, que deberían tener Posteriormente la comitiva se dirigió,
un lugar para el duelo y la certeza de que se para la inhumación, a Sandiás donde fue
hacía justicia» para terminar mostrando su recibida por el coro «Máximo Gorki» ento-
solidaridad con las tareas de la ARMH «me nando el himno de la guerrilla y a continua-
siento honrado en nombre de los miembros ción entraron en el cementerio los restos de
de mi sindicato por haber tenido la posi- Perfecto de Dios y la familia bajo un pasi-
bilidad de dar una modesta contribución a llo improvisado de banderas. Allí el grupo
la ARMH y a la exhumación de Perfecto de de violinistas entonó la Internacional y el
Dios,… se debe apoyar la lucha por la re- himno de la Joven Guardia mientras se de-
cuperación de la historia y la exhumación positaba tierra de Chaherrero y Alfonso, el
de los más de 100.000 desaparecidos civiles sobrino nieto leía un poema, y, mientras se
hasta que el Gobierno español acepte y lle- daban los pésames, una alfombra de flores
ve a cabo su deber de acuerdo con los dere- rojas fue cubriendo la sepultura. Hoy Perfec-
chos humanos… Por tanto para mi es una to descansa con su familia y con los héroes.
Manifestación Estatal por la Memoria Histórica. Madrid, 22/11/2015 (Foto de Twitter, cuenta: @apces).
son legales las organizaciones neofascistas. des del PP, la llegada de los ayuntamientos
El Estado italiano ha impulsado políticas del cambio, fruto de las confluencias, han
de memoria democrática, se conmemoran retomado la iniciativa, pues todavía queda
oficialmente las fechas importantes de la mucho por hacer, como han reclamado ins-
lucha contra el fascismo y después contra tituciones internacionales como la ONU. El
la ocupación alemana, cuando Mussolini ya más contundente fue el informe del Rela-
había caído y Hitler acudió en su rescate. tor Especial Pablo de Greif de 2014 [2]. Entre
Por su parte, en Alemania es impensable otras críticas, exponía que «El Valle de los
que una calle, una plaza, un jardín esté de- Caídos difícilmente podrá pensarse como
dicado a las SS, la Gestapo o cualquiera de un lugar en favor de la paz y la reconcilia-
los dirigentes nazis. ción [...] mientras siga en el centro del mo-
No se puede, en ningún caso, tildar de numento la tumba con flores del dictador».
rencor, venganza o ánimo de revancha a las Denunciaba la falta de políticas globales de
propuestas de eliminar definitivamente los memoria democrática con vacíos más no-
vestigios franquistas. Aunque todavía haya tables en cuanto a la verdad y la justicia.
a quien le cueste reconocerlo, porque tu- El Relator Especial anotaba que varios re-
viera la fortuna de no ser perseguido o in- presentantes del Gobierno en las reuniones
cluso fuera beneficiado, el franquismo fue que mantuvieron enmarcaron las discusio-
una dictadura, que surgió de la victoria en nes en el siguiente esquema: «o todos con-
una guerra civil provocada por un golpe de cluimos que ya estamos totalmente recon-
estado contra la democracia representada ciliados o la única alternativa es el resurgir
por la II República. Hay que seguir insis- de odios subyacentes, lo cual implicaría un
tiendo en esa realidad histórica. Ante ella, riesgo demasiado alto».
se pueden comprender opiniones de sim- Verdad, justicia y reparación son los
patía (defensa de la «necesidad» del golpe, tres principios que establecen las Naciones
los «rojos» ya habían dado su «golpe» con Unidas para que los estados democráticos
la revolución de Asturias de 1934,…), pero resuelvan de manera saludable y de forma
no pueden negar que esa sublevación mi- definitiva los conflictos civiles y las dic-
litar, esa guerra y la dictadura fusiló a más taduras, pues obligan a que los gobiernos
de 140.000 personas, encarceló a un millón, protejan a las víctimas otorgándoles esos
expulsó de su puesto de trabajo a medio derechos. Es chocante constatar cómo los
millón y otros tantos fueron sancionados puso en práctica Franco como un auténti-
económicamente con cuantiosas multas o co adelantado a su tiempo. En primer lu-
la pérdida de sus bienes. No es por tanto, gar, estableció la Causa General, con todos
de recibo, que los causantes de este dolor los medios económicos y humanos del Es-
reciban aún el reconocimiento de un estado tado, encargando a un fiscal en cada pro-
democrático en el siglo XXI. No se puede vincia que recabara toda la información de
llamar rencor a la exigencia de supresión de los hechos violentos producidos durante la
simbología franquista, no se trata de «Volver guerra civil, pero ocurridos solo en zona re-
al pasado para recuperarlo como arma arro publicana y cuya responsabilidad era neta-
jadiza contra los enemigos del presente» [1]. mente republicana. Esa Causa General fue
Es, sin duda, higiene democrática.
2.–www.ohchr.org/EN/HRBodies/HRC/. . ./A.HRC.27.56.
Tras el parón obligado por las autorida-
Add.1_S.doc, (Consulta: 14/4/2016) Informe del Relator
Especial sobre la promoción de la verdad, la justicia, la
1.– Acabar con el Rencor, editorial de El País. reparación y las garantías de no repetición, Pablo de Greiff.
una base fundamental (aunque no la única) Al mismo tiempo eximió las responsabili-
para la represión franquista en lo que ha- dades penales de antifranquistas presos —a
bía sido zona gubernamental, pues sustan- los que liberó de la cárcel— y de los repre-
ció decenas de miles de sumarios militares sores franquistas que nunca llegó a proce-
que condenaron a muerte o prisión a otras sar, equiparando con la Ley de Amnistía a
tantas decenas de miles de ciudadanos que los luchadores por la libertad con los de-
habían defendido la legalidad democrática, fensores de la dictadura. Últimamente está
provocó la depuración de decenas de miles creciendo la presión a favor de la anulación
de empleados públicos de ayuntamientos, de esa Ley de Amnistía que, por ejemplo,
diputaciones y administración central (des- impide el procesamiento de dirigentes po-
de barrenderos de la localidad más pequeña líticos y policías reclamados por la Justicia
y recóndita hasta catedráticos de universi- argentina, único país donde, de momento
dad de Madrid o Barcelona) y respaldó la se investigan los crímenes del franquismo.
aplicación de la Ley de Responsabilidades Los ayuntamientos sensibilizados con
Políticas por la que los leales perdían sus la memoria democrática, trabajan con gran
bienes o eran sancionados con cuantiosas entusiasmo para superar su inexperiencia
multas por haber apoyado la democracia institucional, pero se han topado con la
tricolor. Estos principios deberían haberse crítica despiadada de los desalojados del
puesto en práctica en nuestro país cuando poder local y toda la prensa que los apoya.
llegó la democracia, pero la Transición ven- Si bien, eran de esperar las críticas, ha sor-
dió el «pacto de silencio» y la Amnistía de prendido la extraordinaria virulencia con la
1977 como la base fundamental de nuestra que se ha cargado contra el Ayuntamiento
convivencia pacífica, borró el pasado de- de Madrid y la Cátedra de Memoria His-
mocrático que había protagonizado España tórica a cuenta del cambio de los últimos
entre 1931 y 1936, hasta la palabra Repú- vestigios del callejero franquista en la ca-
blica sigue maldita en demasiados ámbitos. pital. Desde luego, parece lo más indicado
que la única Cátedra de Memoria Histórica asesinados en el verano de 1936. Ante esa
en todo el Estado sea la encargada de ela- realidad, la Cátedra renunció al convenio
borar un informe científico sobre el asunto. con el consistorio y días después dimitió
A partir de ahí, la oposición y los medios su directora Mirta Núñez. Han trascurrido
afines han sacado las garras más afiladas unos meses y aún no ha sido sustituida en
para enturbiar el ambiente de colaboración el cargo, lo que parece indicar que el man-
entre Ayuntamiento y Cátedra hasta conse- tenimiento de esta iniciativa —única en
guir su ruptura. España— no suscita excesivo interés en la
No han escatimado ningún mecanismo Universidad Complutense.
de crítica, alcanzando la ruindad de la crí- Por su parte, el Ayuntamiento de Madrid
tica personal absolutamente fuera de lugar, nombró a Francisca Sauquillo, veterana so-
asentada en mentiras e insidias. Los titula- cialista y excompañera de estudios de De-
res eran gruesos del tipo: «La hija de la pri- recho de Manuela Carmena, para dirigir un
mera mujer de Fidel Castro asesora a Car- Comisionado para la aplicación de la Ley de
mena para borrar el callejero franquista» [3]. Memoria Histórica. Sus seis miembros han
¿Dónde está la relación entre Mirta Núñez sido elegidos por PSOE, PP y Ciudadanos [4].
con Fidel Castro?. Era la puesta en práctica Sorprende que el partido gobernante Ahora
del «ensucia que algo queda» tan habitual Madrid no haya participado en la designa-
en ciertos ambientes (cuánto daño hicieron ción y, aún más, que no estén representan-
a los docentes las palabras de Esperanza tes de víctimas o de asociaciones memoria-
Aguirre sobre que los profesores de Madrid listas, a pesar de que, según Sauquillo «son
sólo trabajaban 18 horas a la semana). Se parte, por reclamar… la verdad, la justicia» [5].
ha echado en falta una defensa más cerra- La no presencia de las víctimas supone,
da de la Cátedra y de su directora por parte para el profesor Escudero Alday, «ignorar
de la Universidad Complutense y del propio la normativa y recomendaciones interna
Ayuntamiento de Madrid ante las críticas cionales sobre programas de reparación de
despiadadas de los medios conservadores, a víctimas de graves violaciones de derechos
los que se ha unido el otrora medio de la pro- humanos: en ella se exige la presencia ins
gresía española (El País). El diario atribuyó a titucional de las víctimas en todos aquellos
la Cátedra un informe municipal escondido foros o espacios de reparación que se creen.
en un cajón en el que había algunos erro- Y esta Comisión es —o debería ser— uno de
res de bulto que magnificaron la polémica, ellos» [6]. Escudero denuncia también la fal-
como que se cambiarían calles dedicadas a ta de juristas especialistas en cuestiones de
artistas o intelectuales como Salvador Dalí, memoria histórica, tanto en Derecho inter-
Manuel Machado o Miguel Mihura. no como internacional.
El trabajo científico de la Cátedra, que En definitiva, la decisión sobre la desapa-
no había confeccionado ningún listado (ni rición de los vestigios franquistas ya no va a
recibido dinero alguno del convenio que ser científica, sino política, y además encar-
había firmado), se vio perjudicado por la gada al partido que elaboró la controverti-
actuación desafortunada y unilateral del da ley de Memoria Histórica. Un PSOE que
Ayuntamiento retirando y volviendo a co- ha demostrado fehacientemente que rei-
locar —en el cementerio de Carabanchel—
la placa en memoria de ocho carmelitas 4.– El Norte de Castilla, 9/02/2016.
5.– El Español, 5/05/2016.
3.– ABC, 23/12/2015. 6.– La marea.com, 7/05/2016.
Julián Vadillo Muñoz. (Madrid, 1981), doctor en Historia por la Universidad Com-
plutense de Madrid, trabaja como docente universitario y en la enseñanza secun-
daria. Especializado en historia del movimiento obrero es autor de numerosas
obras sobre el tema como Aproximación a Mujeres Libres, La explosión del polvorín
en Alcalá de Henares (1947), Mauro Bajatierra. Anarquista y periodista de acción, El
hilo rojinegro de la prensa confederal. Ochenta aniversario del periódico CNT, Abrien
do brecha. Los inicios de la lucha de las mujeres por su emancipación. El ejemplo de
Soledad Gustavo e Historia del movimiento obrero en Alcalá de Henares (1868-1939).
En la actualidad trabaja sobre diversas figuras del movimiento obrero, así como el
desarrollo del anarquismo madrileño y colabora con el movimiento memorialista.