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¿Comunismo después del fin del comunismo? La política sindical del Partido


Comunista de Chile en la postdictadura chilena (1990–2010)

Article · January 2019

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Rolando Álvarez Vallejos


University of Santiago, Chile
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Revista de Historia de la FIM Núm. 1, 1er semestre de 2016

La primavera del Frente Popular


de febrero a julio de 1936
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Nuestra Historia: Revista de Historia de la FIM

Edita: Fundación de Investigaciones Marxistas • Equipo coordinador: Manuel Bueno Lluch,


Francisco Erice Sebares, José Gómez Alén y Julián Sanz Hoya • Diseño de portada: Francisco
Gálvez (fjglvz@gmail.com) • Consejo de Redacción: Irene Abad Buil, Juan Andrade Blanco,
Manuel Bueno Lluch, Claudia Cabrero Blanco, Francisco Erice Sebares, Juan Carlos García-
Funes, José Gómez Alén, Fernando Hernández Sánchez, José Hinojosa Durán, David Ginard i
Féron, Adrià Llacuna Hernando, Mirta Núñez Díaz-Balart, Victoria Ramos Bello, Julián Sanz
Hoya, Víctor Santidrián Arias, Juan Trías Vejarano, Julián Vadillo Muñoz, Santiago Vega Som-
bría • Envío de colaboraciones: historiapce@fim.org.es • Administración: c/ Olimpo 35,
28043, Madrid. Tfno: 913004969. Correo-e: administracion@fim.org.es • web: www.fim.org.es
• Foto de portada: Archivo Histórico del PCE • ISSN: 2529-9808.
Índice
Editorial
Nuestra Historia
Consejo de Redacción 5

Dossier: La primavera del Frente Popular


Introducción
Fernando Hernández Sánchez 8

El Frente Popular: ¿Qué clase de acontecimiento? Historiografía


y actualidad de las investigaciones sobre el Frente Popular
Serge Wolikow  11

Movilización sociolaboral y oportunidades políticas en España y


Francia durante la primavera de 1936
Francisco Sánchez Pérez  24

Entre el pacto y la revolución: El movimiento libertario en la


primavera de 1936
Julián Vadillo Muñoz 48

Arrancar la victoria de las fauces de la derrota. El Partido


Comunista de España y el Frente Popular, de octubre de
1934 a julio de 1936
Fernando Hernández Sánchez​65

Las organizaciones juveniles de la República frentepopulista:


entre el rechazo total y la adhesión incondicional
Sandra Souto Kustrín 82

Autor invitado
¿Comunismo después del fin del comunismo? La política sindical
del Partido Comunista de Chile en la postdictadura chilena
(1990–2010)
José Ignacio Ponce y Rolando Álvarez Vallejos 100

Entrevista
Anita Leocadia Prestes
José Gómez Alén 116

2 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808


Índice

Nuestros clásicos
Maurice Dobb
Carlos Berzosa 127

Cambios en el capitalismo desde la Segunda Guerra Mundial


Maurice Dobb  131

Nuestros documentos
Presentación
Víctor Manuel Santidrián Arias 142

Intervención de Jesús Hernández en el VII Congreso de la


Internacional Comunista
Jesús Hernández 145

Actividades de la Sección
Edición de E.P. Thompson: Marxismo e Historia social
Sección de Historia de la FIM 159

Lecturas
A propósito de la idea de comunismo: una síntesis crítica de la
New York Conference de 2011
Juan Andrade 162

Biblioteca de Maruja Cazcarra: Cuando la «cuestión femenina»


comenzó a hacerse política
Irene Abad Buil 174

De los neandertales a los neoliberales. Una historia marxista del


mundo, de Neil Faulkner
Víctor Manuel Santidrián Arias 179

The People: The Rise and Fall of the Working Class, de Selina Todd
Adrià Llacuna Hernando 182

El Frente Popular: Victoria y derrota de la democracia en España,


de José Luis Martín Ramos
Pablo Montes Gómez 187

Poder, economía y sociedad en el sur. Historia e instituciones del


capitalismo andaluz, de Carlos Arenas Posadas
Carlos Martínez Shaw 191

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808 3


Índice

Encuentros
«Italia e Spagna (1945-1975): per trent’anni così vicini e così
lontani»
Cristian Ferrer González 195

«80 años de la Guerra Civil Española: IX Encuentro de


Investigadores del Franquismo»
Julián Sanz Hoya 200

Historical Materialism, 12º Congreso Anual en Londres


Juan Grigera 202

Primera Conferencia de la Red Europea de Historia del Trabajo


Rubén Vega García 206

«Ara que fa 40 anys. Abans i després del 20-N»


Vega Rodríguez-Flores Parra 208

«L’esquerra a la transició espanyola»


Joan Gimeno Igual 210

Memoria
Perfecto de Dios. Una historia recuperada
Carmen García-Rodeja 215

Encuentro Estatal de Colectivos de la Memoria Histórica y de


Víctimas del franquismo
Arturo Peinado Cano 220

La Memoria Histórica como arma arrojadiza. De cátedras y


ayuntamientos
Santiago Vega Sombría 227

Manuel De Cos Borbolla, eterno comunista


Casiano Hernández 233

Autores (dossier y autor invitado) 236

4 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808


Editorial

Nuestra Historia

H ace algo más de dos años, en la Sec-


ción de Historia de la FIM, decidi-
mos iniciar la publicación de un boletín se-
mestral con una doble finalidad: dar cuenta
de nuestras actividades e informar acerca
de las publicaciones, proyectos de trabajo,
reuniones científicas, etc. que considerá-
ramos de interés para quienes comparten
con nosotros y nosotras una visión política
y socialmente comprometida de la investi-
gación histórica. La iniciativa tuvo, desde el
principio, una benévola acogida, que se fue
confirmando y afianzando en números su-
cesivos, a medida que se introducían nue-
vos y más diversos contenidos y se amplia-
ba el espectro de colaboradores.
Paralelamente, continuando un trabajo
ya iniciado con anterioridad, hemos veni-
do realizando un persistente esfuerzo —
siempre limitado por nuestras posibilida-
des y el alcance de nuestros instrumentos
de expresión— en favor de la extensión del
pensamiento marxista y crítico en el campo cada vez más extensas, de un colectivo que,
historiográfico, a través de jornadas de de- por fortuna, va creciendo y consolidándose,
bate, encuentros y otras formas de difusión. y de una comunidad científica en la que se
Nuestra práctica y las reflexiones realizadas detectan signos crecientes de interés por
sobre la misma nos han llevado a la convic- recuperar y desarrollar debates e incluso
ción de que existe un espacio creciente para posiciones y propuestas que la avalancha
el desarrollo de estas perspectivas, pero postmoderna e idealista habían ido injus-
que se necesitan foros y plataformas ade- tamente enterrando o soslayando.
cuados que permitan superar la dispersión El primer resultado tangible de la deci-
y el aislamiento de cuantos las comparten. sión tomada es este número 1 de la nueva
Por esta razón, partiendo de la experien- revista, bajo el título, colectivamente deba-
cia del citado boletín, nos planteamos hoy tido y decidido, de Nuestra Historia. Revis­
dar el salto, arriesgado pero esperanzador, ta de Historia de la FIM. Tal denominación
hacia su reconversión en una revista que, contiene, obviamente, un guiño de compli-
manteniendo las funciones de la antigua cidad y cierto sentido de homenaje a Our
publicación, responda a las necesidades, History, título que daba nombre a una se-

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 5-7. 5


Editorial

rie de breves monografías publicadas por el que practique el rigor de la Historia acadé-
célebre Grupo de Historiadores del Partido mica sin las servidumbres academicistas
Comunista Británico, punto de partida de la al uso, y que no rehúya el debate y la con-
más brillante escuela historiográfica mar- troversia intelectual. En esos términos de
xista del siglo XX; pero, sobre todo, preten- discusión fraternal y confrontación leal de
de subrayar el deseo de calidez y cercanía análisis y propuestas, esperamos contribuir
comprometidas con nuestros objetos de in- modestamente, desde nuestro campo, a la
vestigación. Al fin y al cabo, lo que preten- recuperación del pensamiento crítico fren-
demos no es más que —siguiendo el peda- te al retroceso que, desgraciadamente, ha
gógico consejo de «nuestro» Gramsci a su caracterizado las últimas décadas. Nos gus-
hijo Delio— analizar a «cuantos más hom- taría rescatar, con «nuestro» Marc Bloch,
bres sea posible», a la totalidad de los seres una Historia comprometida que se interese
humanos «en tanto se unen entre ellos en por la vida y el presente, y que ayude (como
sociedad, y trabajan y luchan y mejoran». decía «nuestro» Pierre Vilar) a «pensarlo
La revista, que aspira a sostener la pe- todo históricamente». Abogamos por una
riodicidad semestral, permitirá integrar Historia particularmente sensible ante los
artículos y resultados de investigaciones, mecanismos de la desigualdad, la explota-
sueltos o agrupados en forma de dossier ción y la dominación que, como apuntaba
monográfico, a la vez que se conservan y «nuestra» Simone de Beauvoir a propósito
mejoran secciones ya existentes en el bo- de las mujeres, no son ni naturales ni bioló-
letín (reseñas y críticas de libros, informa- gicos, sino sociales y culturales; y que reco-
ciones de encuentros y congresos, etc.), ja de las luchas del pasado, como pretendía
incluidas las noticias acerca de nuestras «nuestra» Ángela Davis refiriéndose a las
actividades. Incorporamos con carácter ha- esclavas rebeldes, «un legado de tesón, de
bitual una sección de entrevistas y preten- resistencia y de insistencia en la igualdad»
demos que nunca falte la presencia de «au- que nos ilumine y sirva de base en las nue-
tores invitados», con el fin de divulgar en vas batallas por el futuro. Queremos una
nuestro país el trabajo de investigadores de Historia radical que, sin dejar de serlo, cum-
otras latitudes cuya contribución historio- pla, como quería «nuestro» Thompson, «los
gráfica consideramos relevante. Mantene- niveles más exigentes de la disciplina»; que
mos y ampliamos secciones como las dedi- supere la fingida asepsia del academicismo
cadas a «Nuestros clásicos» o «Documentos y contribuya a la deslegitimación de los mi-
de Nuestra historia», con la voluntad de di- tos, como deseaba «nuestro» Hobsbawm.
vulgar, previa presentación, textos clásicos Una Historia, en fin, que nos ayude —como
de la tradición marxista y documentos de pretende «nuestro» Fontana— «a denunciar
no fácil acceso o interpretación, potencian- la mentira de unos análisis tramposos que
do el papel de la revista como instrumento pretenden incitarnos a la resignación».
de trabajo y órgano de difusión del pensa- Propósitos tan ambiciosos no implican
miento crítico y emancipador. No podemos falta de realismo, siempre que los tomemos
olvidar, en ese mismo sentido, una sección como un horizonte de trabajo y seamos
específica dedicada a la Memoria democrá- conscientes de nuestro modesto punto de
tica. partida y de la necesidad de avanzar con
Una revista es, sobre todo, una herra- prudencia, corrigiendo errores e incorpo-
mienta. En nuestro caso, aspiramos a con- rando nuevas y cada vez más amplias, di-
vertirla en una plataforma amplia y abierta versas y plurales colaboraciones. En este

6 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 5-7


Editorial

número 1, fruto del esfuerzo y el trabajo Jesús Hernández ante el VII Congreso de la
técnico de los numerosos compañeros y Internacional Comunista. En la sección de
compañeras que forman el Consejo de re- «Lecturas», Irene Abad, Juan Andrade, Víc-
dacción, se incluyen contribuciones de casi tor Santidrián, Adrià Llacuna, Pablo Mon-
una treintena de colaboradores. El dossier tes, y Carlos Martínez Shaw dan cumplida
sobre el Frente Popular, que viene a conme- cuenta de algunas de las novedades bi-
morar el 80º aniversario de la plasmación bliográficas recientes de mayor calado. Del
de esta apasionante experiencia unitaria mismo modo, Rubén Vega, Cristián Ferrer,
en nuestro país, incluye magníficos tra- Jon Gimeno, Juan Grigera, Vega Rodríguez-
bajos de Fernández Hernández, Francisco Flores Parra y Julián Sanz nos ofrecen otras
Sánchez Pérez, Sandra Souto y Julián Va- tantas crónicas de encuentros y congresos
dillo, así como un texto ya clásico —pero celebrados dentro y fuera de nuestro país.
no por ello menos actual— de Serge Wo- La sección de «Memoria» aparece también,
likow. Se dedica luego en este primer nú- en este número, con una amplia informa-
mero —y es propósito al que queremos dar ción de actividades y debates, relatados por
continuidad— especial atención a Améri- Carmen García Rodeja, Arturo Peinado, Ca-
ca Latina, con una interesante aportación siano Hernández y Santiago Vega.
de los historiadores chilenos José Ignacio No queremos concluir esta sucinta pre-
Ponce y Rolando Álvarez y una entrevis- sentación sin invitar a quienes comparten
ta en la que la compañera brasileña Anita nuestros objetivos a colaborar en las activi-
Prestes reflexiona a la vez sobre su labor dades de la revista y, muy especialmente, a
de historiadora y su trayectoria militante. manifestarnos sus opiniones, sugerencias o
La Sección «Nuestros Clásicos» incorpora, desacuerdos, sean cuales sean. Ello incluye,
introducido por Carlos Berzosa, un texto obviamente, posibles valoraciones polé-
de Maurice Dobb que, más allá de su valor micas de nuestros contenidos que puedan
intrínseco, constituye un homenaje de NH abrir debates en las páginas de la revista.
al marxista británico en el 40º aniversario Así, Nuestra Historia será también suya o,
de su fallecimiento y, al mismo tiempo, una mejor aún, ampliaremos el campo de ese
reivindicación de su figura intelectual en nosotros potencialmente expansivo que se
el campo de las Ciencias Económicas. Los niega —como decía Hobsbawm— a «aban-
«Documentos de Nuestra Historia», en sin- donar las armas» de la crítica, en un mundo
tonía con el dossier, incluyen, tras la ade- que sigue necesitando, para esa tarea co-
cuada presentación de Víctor Santidrián, lectiva, la humilde pero a la vez imprescin-
una escasamente conocida intervención de dible contribución de los historiadores.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 5-7 7


Dossier

Presentación: La primavera del Frente


Popular
Fernando Hernández Sánchez
Coordinador del dossier

1936 es un año clave en el transcurso del


siglo XX. En sí mismo, contiene todos los
elementos que configuran a esos precipi-
tados de la Historia que conocemos como
grandes acontecimientos o fechas emble-
máticas. Es punto de llegada, giro y parti-
da al mismo tiempo. A 1936 se arriba con
la mochila plena de experiencias —las que
arrancan de aquel octubre de 1917 cargado
de presagios y esperanzas pronto limita-
das—, de frustraciones —el avance aparen-
temente imparable del tsunami pardinegro
que recorría Europa de este a oeste, ane-
gando libertades y conquistas paciente y
penosamente consolidadas por los trabaja-
dores— y de balances: entre ellos, el que lle-
vó a la Internacional Comunista o Komin-
tern a formular un giro copernicano en su
línea estratégica en pos de la construcción
de una amplia alianza antifascista. De 1936
nace una nueva etapa, la que rinde prota-
gonismo a una clase trabajadora industrial Trabajadores de la construcción en huelga en
el solar de la Exposición de 1937. París, 1936.
que remonta sobre un campesinado en re- (Foto: Agence Meurisse — Biblioteca Nacional
troceso y reivindica un lugar propio en la de Francia).
representación política de las democracias
de masas. Una clase que había irrumpido interlocución en las fábricas. Todo ello, en
como sujeto político con voz propia en el medio de una de las más agudas recesiones
periodo de entresiglos con la extensión del experimentadas por un sistema económico
sufragio universal, pero que solo a partir de cuyas vías de agua no podían ya ser tapo-
la Gran Guerra y sus consecuencias adqui- nadas por el libre juego del mercado y la
rirá conciencia de su fuerza, visibilidad en retracción de los poderes públicos.
la calle y en los parlamentos y capacidad de La forma que adquirió aquella reunión

8 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 8-10


Presentación Fernando Hernández Sánchez

de las organizaciones de la izquierda —tan- miento represivo o una revolución social


to obrera como burguesa— tan radicalmen- imprevista, dependiendo de la repartición
te escindidas por la lectura de la primera geográfica del semifracasado golpe militar,
megamasacre mundial pero tan urgente- en Francia, la imagen de las familias obre-
mente interpeladas por la expansión ram- ras tomando el sol en las playas antes aco-
pante de la reacción en todas sus variantes, tadas por la burguesía durante aquel me-
fue el Frente Popular. Como señala en su morable verano de las vacaciones pagadas
contribución Serge Wolikow, fue el aconte- es una poderosa metáfora visual de lo que
cimiento fundador de la izquierda no solo supuso el refuerzo de los instrumentos de
de entreguerras, sino de una buena parte negociación sindical, estimulados por las
del siglo XX. Dotado de una capacidad mo- herramientas de las huelgas de afinidad y la
vilizadora solo superada por el entusiasmo ocupación de fábricas, combinados, por lo
revolucionario de la inmediata primera demás, con una mayoría institucional favo-
postguerra mundial, el Frente Popular fue rable a la concesión de mejoras sustancia-
mucho más que una mera consigna tácti- les en las condiciones laborales.
ca de los comunistas para salir de su aisla- No es de extrañar que la expresión
miento o una estratagema de la geopolítica «Frente Popular» suscite temores atávicos
defensiva de una Unión Soviética temerosa en el imaginario neoliberal y en el elec-
del cerco internacional. El Frente Popular torado conservador. Fue una breve, pero
concitó el entusiasmo de amplios sectores intensa y fructífera experiencia de hege-
de trabajadores industriales, nacidos de la monía obrera que, aunque pronto presa
generalización del fordismo, que fueron de contradicciones derivadas del contexto
capaces de aprovechar su concentración internacional y de las tensiones sociales
en las grandes unidades de producción —el internas, dejó huella imperecedera en la
universo de Billancourt o Manchester, la ga- memoria de dos generaciones. Una oleada
laxia minera del Pas de Calais o de Asturias, de cambio que no solo concernió a las or-
los cinturones metalúrgicos de Vizcaya o el ganizaciones de matriz socialista marxista,
Sarre y las vías de irradiación del ferrocarril sino que envolvió en su atmósfera a quie-
en todas direcciones— para intercambiar nes, como los anarcosindicalistas españo-
experiencias, acumular fuerzas e imponer les, contemplaban horizontes más radica-
avances sectoriales que trascendieron rápi- les a corto plazo. El trabajo de Julián Vadillo
damente de lo cuantitativo a lo cualitativo, ayuda a comprender esa relación dialécti-
otorgando por primera vez en la historia ca entre aquellas dos ramas familiares del
reciente una victoria global paradigmática movimiento obrero, divergentes en lo pro-
a la totalidad de una clase. gramático pero condenadas a entenderse
El texto de Francisco Sánchez Pérez saca inmediatamente en lo táctico al albur de la
a la luz las manifestaciones de este tipo apuesta violenta de la reacción por la res-
en la primavera española de 1936 que, si titución del orden tradicional amenazado.
bien no consumadas por el estallido de la La contribución de Fernando Hernández
sublevación militar de julio, sí estaban en Sánchez arroja luz sobre la génesis y el de-
concordancia con lo que ocurría coetánea- sarrollo del Frente Popular en España bajo
mente en entornos próximos y con una el prisma, hasta ahora poco conocido, del
etiología similar. Mientras en España, la seguimiento de los servicios de inteligen-
evolución de los acontecimientos condu- cia del Reino Unido mediante la decodifi-
jo a su resolución mediante el estrangula- cación de los mensajes en clave cruzados

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 8-10 9


Dossier: La primavera del Frente Popular

entre Madrid y Moscú. Porque lo que ocu- de 1936 deshizo en Londres la caricatura de
rría en España o Francia no era ajeno a los una nueva marcha sobre Roma a las trin-
intereses ni del establishment británico, ni cheras de la Ciudad Universitaria, Morata
de, por supuesto, sus propias clases traba- de Tajuña y Torija, donde el nazifascismo
jadoras. El Frente Popular marcó la era de conoció sus primeros reveses en el campo
la incorporación de toda una generación de de batalla. Si la jornada de cuarenta horas
jóvenes a la acción política de masas. Una semanales, los convenios colectivos y las
juventud numerosa, radicalizada, fascinada vacaciones retribuidas esmaltaron la pa-
por el mito de Octubre como amanecer de noplia de conquistas de sus mayores, de la
un tiempo nuevo. No es de extrañar, como juventud provino el impulso de las Briga-
recoge Sandra Souto, que fuera entre las das Internacionales y el germen de la fu-
organizaciones juveniles donde arraigó an- tura resistencia contra la ocupación. Será
tes y con mayor profundidad el giro fren- de su triunfo en 1945 cuando renazcan los
tepopulista. Fueron ellas, vanguardias de la objetivos del Frente Popular bajo la forma
vanguardia, las encargadas de llevar a cabo de los primeros rudimentos del Estado del
procesos de aproximación en pos de un ob- bienestar, fundamentados durante los go-
jetivo común que desembocaron con rapi- biernos de unión nacional para la recons-
dez en algo mucho más significativo que trucción, antes de que la guerra fría trazara
un mero agrupamiento electoral o en una una nueva divisoria en el campo político.
plataforma de programa común: en una or- Pero sin que, hasta la contrarrevolución
ganización unificada de nuevo tipo. Fueron thatcheriana de la década de los ochenta,
la escuela y el altavoz mediante los que se ningún gobierno occidental se atreviera a
formó y convocó a la juventud del mundo cuestionar, y menos a retrotraer, las con-
al combate antifascista, desde la batalla ca- quistas alcanzadas en los periodos 1936–
llejera de Cable Street que el 4 de octubre 1938 y 1944–1947. Ése fue su legado.

10 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 8-10


El Frente Popular: ¿Qué clase de
acontecimiento? Historiografía y
actualidad de las investigaciones
sobre el Frente Popular*
The Popular Front: What kind of event? Historiography and present
research on the Popular Front

Serge Wolikow

Resumen

El desarrollo de la historiografía sobre el Frente Popular se ha centrado en tres campos


principales: la historia política, la historia social y la historia cultural. Con todo, la frag-
mentación del objeto de estudio ha dificultado una mayor reflexión global sobre el Frente
Popular como un acontecimiento mayor que constituyó un proyecto político y cultural al
tiempo que una alianza política y social inédita, con un vasto movimiento popular. Un
acontecimiento matriz, inserto en la larga duración de la historia francesa, con notables
consecuencias para el lugar social de la clase obrera, el arranque de una nueva cultura
de democracia social a la francesa, y como referencia que nutrió los combates de la Re-
sistencia y sus realizaciones tras la Liberación.

Palabras clave: Frente Popular (Francia), acontecimientos históricos, políticas de alian-


zas, clase obrera.

Abstract

The development of the historiography on the Popular Front has focused on three main fields,
political history, social history and cultural history. However, the fragmentation of the object of
study has hindered a more global reflection on the Popular Front, as one major event which cons-
tituted both a political and cultural project and an unprecedented social and political alliance with
a broad popular movement. A fundamental event, embedded in the long life of French history, with
significant consequences for the social area of the working class, the start of a new culture of social
democracy French–style and as a reference which nourished the fights of the French Resistance as
well as its accomplishments after the Liberation.

Keywords: Popular Front (France), historical events, alliance policies, working class.

* Versión original en: Serge Wolikow, «Le Front Populaire: Quel événement? Historiographie et actualité des recherches
sur le Front Populaire», en Xavier Vigna, Jean Vigreux y Serge Wolikow, Le pain, la paix, la liberté. Expériences et territoires
du Front Populaire, Éditions Sociales, 2006,  pp. 11–24. Agradecemos al autor su autorización para la traducción y publi-
cación en este número. Traducción de Fernando Hernández Sánchez.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 11-23 11


Dossier: La primavera del Frente Popular

El título un tanto enigmático de esta in- lizaciones sociales y políticas contemporá-


tervención preliminar merece una explica- neas.
ción. El aparente oxímoron puede parecer El interés que mantiene el Frente Popu-
gratuito: ¿por qué asociar historiografía lar responde a que se trata de un episodio
y actualidad? Por una parte, el distancia- histórico cuya amplitud y complejidad me-
miento desde el ángulo de la reflexión crí- recen nuevas indagaciones a la altura de su
tica sobre el saber histórico; por otro, la importancia en la historia francesa. Desde
inmediatez de las representaciones ligadas luego, se trata de sacar a la luz los resul-
a la actualidad de los cuestionamientos. De tados de la investigación así como también
hecho, subrayar el contraste, cuando no la promover enfoques relativos a renovadas
contradicción entre las dos dimensiones, hipótesis interpretativas acerca del Frente
remite a la especificidad y al lugar que ocu- Popular.
pa el Frente Popular tanto en los estudios La historiografía cuestiona no solamen-
históricos como en la sociedad francesa, te las investigaciones pasadas, sino tam-
una plaza innegable, pero cuya definición bién sus posibles desarrollos en relación
permanece incierta, un episodio históri- con nuevas aproximaciones al aconteci-
co que desde hace mucho tiempo ha sido miento histórico, contemplándolo en todo
objeto de análisis interpretativos en el su espesor y su complejidad e insertándo-
propio ámbito político. A este respecto, la le en la larga duración histórica. Estudiar
construcción memorial del Frente Popular la historiografía de un episodio histórico
comenzó incluso cuando aún no había con- como el Frente Popular invita a pasar revis-
cluido y bastante antes de que se empren- ta al conjunto de las investigaciones y es-
dieran investigaciones históricas sólidas. tudios que han tratado sobre él. Los aspec-
No puede negarse que las representaciones tos generales de la historiografía del Frente
conmemorativas forman parte de la histo- Popular marcan claramente sus límites y la
riografía. La historiografía, igualmente, se selección de los temas estudiados de mane-
interesa por la memoria en tanto que esta ra sucesiva o conjunta o, la mayor parte del
delimita los contornos del episodio, e in- tiempo, yuxtapuestos.
cluso su misma naturaleza, a partir de los Sin duda, la historiografía entendida
trabajos históricos y teniendo en cuenta los como el conjunto de las investigaciones
contextos socioculturales de la actividad históricas contribuye a la construcción de
científica. la memoria colectiva. Esta, a su vez, marca
Ahora bien, si hay un acontecimiento de también el curso de los estudios históricos.
la historia política y social de la Francia del El hecho es que es absolutamente necesa-
siglo XX que haya sido ya objeto de nume- rio reconocer la investigación histórica en
rosos estudios, tanto en la propia Francia la medida en que se apoya en una metodo-
como en el extranjero, ese es el Frente Po- logía, en hipótesis y en corpus documenta-
pular. ¿Por qué, entonces, volver sobre él? les para producir resultados y proponer in-
¿Hay que someterse al dictado de las con- terpretaciones. En este sentido, la memoria
memoraciones? ¿Son sus límites los de las histórica colectiva debe distinguirse de la
investigaciones anteriores? Para empezar, historiografía y aplicarse principalmente al
se puede responder negativamente a estas dominio de las representaciones del mundo
últimas preguntas a la vista de la densidad y de uno mismo.
de esas investigaciones junto a las difusas Las publicaciones recientes representan,
referencias al Frente Popular en las movi- en todo caso, una revisión muy interesante

12 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp.11-23


El Frente Popular: ¿Qué clase de acontecimiento? Historiografía y... Serge Wolikow

Manifestación comunista del 1º de Mayo de 1934 en Vincennes (Foto: Agence Meurisse - Biblioteca
Nacional de Francia).

de las investigaciones de las últimas déca- donde se inscriben, en general, los temas
das, tendentes a contemplar una especie de de las investigaciones más especializadas,
balance final. Esta historiografía ha estado apoyadas en problemáticas explícitas. Sin
estrechamente relacionada con los cam- pretender realizar un inventario exhausti-
biantes contextos políticos de los últimos vo, se puede intentar un recorrido por estos
cuarenta años, habida cuenta de que fue a trabajos utilizando esta malla de lectura.
partir de los años sesenta cuando aparecie- Para atenerse a algunas grandes rúbricas,
ron los primeros estudios históricos. El de- se distinguirá esquemáticamente entre tra-
sarrollo de las investigaciones, jalonado por bajos de historia política, de historia social
las preocupaciones políticas del momento y los relativos a la historia cultural.
así como por la evolución de las corrientes Es en el campo de la historia política en
históricas, conoció, de década en década, el que se realizaron en Francia los prime-
acentos y aproximaciones focalizadas en ros trabajos de investigación a partir de los
diferentes aspectos del Frente Popular. Se años sesenta, casi en paralelo a la literatu-
pueden distinguir de esta manera grandes ra anglosajona e italiana. Los historiado-
campos temáticos en cuyo marco se inscri- res, marcados por el contexto de la época,
ben estas investigaciones, principalmente participaron sobre todo de una apreciación
los de la historia política, la historia so- positiva del episodio histórico del Frente
cial — en particular, la historia obrera—, la Popular, pero valoraron su herencia de ma-
historia de la cultura, la de sus prácticas y nera muy diferente. Es preciso decir que la
sus representaciones. Es en estas temáticas reflexión retrospectiva sobre el Frente Po-

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 11-23 13


Dossier: La primavera del Frente Popular

pular derivó en un componente del debate electoral que no fue prácticamente más que
político francés bastante antes de que se una marejada. El coloquio consagrado al
desarrollara la investigación histórica. Se gobierno de León Blum, en 1966, reunió las
puede incluso considerar que la intensidad contribuciones de investigadores y de pro-
de los debates acerca de la importancia de tagonistas que tenían en común el deseo
la obra y la significación del Frente Popu- de revalorizar una experiencia guberna-
lar no favoreció el desarrollo de la reflexión mental marcada tanto por las decepciones
histórica fundada en un trabajo científico. de la izquierda, sobre todo de los comunis-
Cuando al final de la guerra fría y de las fi- tas, como por sus opositores conservadores
delidades ideológicas que la acompañaron que, siguiendo sobre todo a Alfred Sauvy,
la investigación histórica abordó el estudio no habían cesado en insistir desde la guerra
de los años treinta y, sobre todo, del Frente en el fracaso económico del Frente Popular,
Popular, no pudo remontar las líneas divi- por ejemplo, en relación con la ley de las
sorias que persistían en el análisis de las cuarenta horas de trabajo semanal.
responsabilidades de la derrota de la Repú- Desde este momento, y sobre todo en
blica, en el papel de los comunistas en la las dos décadas siguientes, la cuestión del
vida política nacional y en los orígenes de papel y del lugar de los comunistas en el
la colaboración con el ocupante alemán… Frente Popular fue la cuestión central de
Pero la historia política del Frente Popular las investigaciones en la historia política
durante los años sesenta se escribió en un del periodo. Los historiadores comunistas,
clima político marcado por el reagrupa- en estrecha simbiosis con la línea del parti-
miento o aproximación entre las familias do en esta época, abordaron el conjunto de
políticas de la izquierda y por el debate en acontecimientos a la medida del PCF, atri-
torno a una posible alianza en la perspec- buyéndole los éxitos del Frente Popular y
tiva de una próxima experiencia guberna- cargando sus fracasos en la cuenta de sus
mental. aliados. La lectura oficial, tal como expre-
Los estudios generalistas implicaron a saba el manual de historia del PCF en 1964,
historiadores cuyo compromiso militante, silenciaba lo esencial de la experiencia gu-
pasado o presente, tiñó su reflexión, cuan- bernamental y minimizaba la no participa-
do no su análisis. Es el caso de Georges Le- ción del partido. Esta cuestión, así como la
franc, antiguo sindicalista, profesor y líder del cambio de orientación adoptado por el
del movimiento sindical en el momento de partido en 1934, afectaba a las relaciones
la Liberación, que llevó a cabo un trabajo con la Internacional Comunista y a la po-
histórico pionero y documentado sobre el lítica de la URSS, temas tabú abandonados
Frente Popular en tanto que alianza de or- a los historiadores, sobre todo anglosajo-
ganizaciones, pero que, por sus fuentes y su nes, considerados como adversarios desde
propia experiencia, quedó a menudo condi- el mismo momento en que se los citaba.
cionado por sus posiciones en la época. Los En la década de 1970, la problemática de la
trabajos sobre las elecciones de 1936, con- historia política del Frente Popular quedó
ducidos por Georges Dupeux, constituyen muy ligada a la de la historia del comunis-
una aproximación metódica que suminis- mo, pero fue igualmente marcada por la
tró elementos de análisis que subrayaban cuestión más general de las potencialida-
la importancia de las fracturas, consecuen- des revolucionarias —o no— del episodio
cia de la coalición electoral de la izquierda, histórico. Fue sin duda entre los historia-
pero también la fragilidad de una victoria dores italianos entre quienes la reflexión

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y el análisis de los cambios estratégicos de la década de 1970, insistiendo en la idea


del movimiento comunista en 1936 y 1937 del Frente Popular como revolución fraca-
fueron abordados con más asiduidad, pero sada, cuando no traicionada de hecho, por
también hubo algunos trabajos debidos a la política seguida por el PCF en 1936.
soviéticos y franceses. Desde este punto Aunque el impacto de las nuevas orien-
de vista, la posibilidad de acceder a los ar- taciones del PCF en el periodo merece ser
chivos de los partidos comunistas permitió estudiado atentamente, de cara sobre todo
al fin llevar a cabo un trabajo histórico do- a la movilización política y social del mun-
cumentado sobre las cuestiones que afec- do obrero, lo cierto es que hace mucho
taban al funcionamiento interno de la In- tiempo que el campo de análisis derivó a
ternacional Comunista. Los giros tácticos la esfera de las organizaciones. La atención
de los partidos comunistas, sobre todo en prestada al movimiento huelguista, al mi-
Francia, así como sus apuestas políticas en litantismo y al movimiento social ha cons-
1934 y 1936, comenzaron a ser mejor ana- tituido una segunda línea de investigación
lizados. Es cierto que el clima internacio- que comenzó en el curso de la década de
nal, caracterizado a mediados de los años 1970, antes de florecer durante la siguien-
setenta por la consolidación del eurocomu- te. Estos trabajos de historia social se ins-
nismo y la distensión derivada de los acuer- criben, sobre todo, en la prolongación de
dos de Helsinki, estimuló investigaciones e los consagrados al mundo obrero de finales
interrogantes sobre el giro democrático del del siglo XIX, a los estudios centrados en
compromiso comunista, su perdurabilidad la acción colectiva y el compromiso mili-
y sus límites en tiempos del Frente Popu- tante. Los trabajos sobre los efectivos de la
lar. El contexto internacional asociado al CGT, las monografías locales consagradas
antifascismo suscitó análisis comparados al movimiento huelguista, las biografías
y puso las bases para el desarrollo de futu- de militantes implicados en estos movi-
ras investigaciones históricas en los países mientos, constituyeron un primer tiempo
donde el Frente Popular había sido, más que de estas investigaciones de historia social,
una consigna, una realidad política y social a menudo comprometidas del lado de la
tangible. Diversos encuentros nacionales y historia obrera en la medida en que venían
un coloquio internacional en 1986 llevaron a completar, cuando no a aclarar, la de las
a una reflexión que puso en valor la dimen- organizaciones. Los trabajos sobre la vida
sión fundadora de la experiencia del Frente obrera en la fábrica o en los barrios de las
Popular para los partidos comunistas, en ciudades, el estudio de las movilizaciones
un momento en que la mayor parte de ellos sociales a través de las manifestaciones, las
conocía ya un declive acentuado que les lle- fiestas, el uso de las vacaciones pagadas y
vaba a distanciarse de esta herencia reivin- las prácticas culturales han ensanchado el
dicada desde hacía tanto tiempo. Aunque la campo de esta historia social dedicada des-
historiografía del comunismo en el marco de entonces a aprehender tanto las repre-
del Frente Popular es particularmente rica, sentaciones como la implicación política
a menudo contribuyó paradójicamente a propiamente dicha de estas nuevas prácti-
reducir el campo de análisis político del cas. En 1986, un coloquio permitió reunir
Frente Popular, asimilándolo meramente a diversos trabajos e inscribirlos en la proble-
un giro táctico del movimiento comunista. mática del movimiento social y de la «Fran-
La crítica de extrema izquierda reforzó esta cia en movimiento», haciendo aparecer al
tendencia interpretativa en el transcurso Frente Popular como un momento esencial

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de la modernización de la sociedad france- como a las preocupaciones culturales del


sa. El hecho es que tanto las dificultades de presente transpuestas retrospectivamente.
acceso a los archivos de las organizaciones Tal fue el caso de la historia obrera y sobre
como los frenos largamente opuestos a la todo de la de las huelgas a comienzos de los
consulta de los archivos del Estado concer- años 1960 y 1970.
nientes al movimiento obrero contribuye- La diversidad de investigaciones histó-
ron a marginar las investigaciones sistemá- ricas, después de una cuarentena de años,
ticas sobre las formas originales y masivas se desarrolló según estratos sucesivos que
de movilización política y sindical, de las han permitido un avance del conocimiento
huelgas y la constitución de organizacio- pero, paradójicamente, una disolución del
nes locales antifascistas. Sobre este punto, acontecimiento. Nuestra hipótesis, antes
los trabajos pioneros acerca del ejercicio de examinar estos trabajos más en deta-
de la manifestación jugaron un papel de lle, es que la fragmentación acumulada de
incitación que produjo sus frutos gracias a conocimientos tiende no solamente a las
la accesibilidad de los archivos indispen- especialización de los saberes implicados,
sables para ello a comienzos de los años sino igualmente al olvido compartido por
1990. Una serie de estudios recientes han la mayor parte de los estudios de aquellos
permitido enlazar con los trabajos antiguos problemas inducidos por las temporalida-
concernientes al sindicalismo y las huelgas des diferenciales de los procesos históricos,
y movilizaciones de 1934. Las investigacio- por su disposición en el momento histórico
nes realizadas sobre los intelectuales, su específico y la forma de los acontecimien-
implicación y su actitud han sido llevadas tos, que no pueden cobrar sentido más que
a cabo a menudo en el marco de una his- a través de su inserción en la evolución más
toria social para la que la época del Frente lenta de la larga duración. De alguna ma-
Popular constituye bien un eslabón en una nera, la fragmentación, fase necesaria del
evolución, bien una estructura de larga du- trabajo de investigación, se ha manifestado
ración. Otros trabajos han insistido sobre la en dos direcciones: en el espacio social y en
política cultural de los gobiernos del Fren- la cronología, lo que ha suscitado una seg-
te Popular y las nuevas prácticas iniciadas mentación del momento histórico en bene-
por organizaciones y asociaciones. El Fren- ficio de los objetos específicos. Por ejemplo,
te Popular es un momento ineludible para se distingue entre la política de las organi-
todas las investigaciones de historia social, zaciones obreras, la actividad gubernamen-
política, cultural, incluso si la mayor parte tal, los movimientos sociales, los modos de
de las veces abordan estas temáticas desde vida, las representaciones. Incluso la pe-
un punto de vista incidental o parcial. riodización que estructura el relato recom-
En resumidas cuentas, se han ido acu- pone el acontecimiento en torno al verano
mulando a propósito del Frente Popular es- de 1936, con un prólogo 1934— 1936, y un
tudios sobre los movimientos sociales, las epílogo 1936— 1938. Esta tendencia a la
huelgas, las estrategias políticas o sindica- fragmentación no ha sido superada por el
les, el antifascismo, el compromiso de los desarrollo de las investigaciones históri-
intelectuales, los exiliados, los emigrados, cas suscitadas por el acceso y la explota-
las políticas gubernamentales, así como ción de los fondos de archivos largo tiem-
las nuevas prácticas recreativas o el mun- po inaccesibles, tales como los archivos de
do obrero. Esta fragmentación obedeció a Moscú, los de la Internacional Comunista
la lógica de los campos disciplinares, así o los «archivos especiales» depositados en

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la URSS al final de la guerra y devueltos a histórica con otras ciencias humanas. Des-
Francia solamente en los últimos años. Su de este punto de vista, las aproximaciones
explotación científica ha permitido aco- en sociología política o histórica son esen-
meter innovadoras investigaciones sobre cialmente intentos retrospectivos que de-
la CGT, movilizaciones políticas y sociales fienden una lectura unilateral del periodo,
como la huelga del 12 de febrero de 1934 o yendo a buscar principalmente sus premi-
la Liga de Derechos del Hombre en tiempos sas o los precedentes en relación al mundo
del Frente Popular. Por tanto, es forzoso actual y privilegiando tal o cual aspecto de
constatar que la lectura histórica del Fren- la vida social y política (el paro, las fiestas,
te Popular en su conjunto no ha suscitado la huelga o la manifestación). Al contra-
reflexión específica ni incluso crítica. Es la rio que muchos historiadores, que insisten
sensación que se tiene viendo una buena en la distancia temporal y se esfuerzan en
parte de la bibliografía reciente, sobre todo restituir un contexto histórico singular del
la publicada con ocasión del septuagésimo Frente Popular, numerosos politólogos o
aniversario. Ciertas obras se contentan con practicantes de la sociología histórica están
recopilar artículos escritos durante los últi- deseando localizar modelos políticos que
mos veinte años como si los conocimientos hayan perdurado. Muy a menudo, a despe-
históricos no hubieran evolucionado. Otras cho de las diferencias de aproximación que
prefieren volver sobre contribuciones pa- están lejos de ser despreciables, tanto la
sadas para constatar que la historia obrera dimensión global del acontecimiento como
ha terminado. Las hay que reúnen aporta- su enmarque en una larga duración histó-
ciones diversas para ilustrar las prácticas rica son ampliamente eludidos. Este des-
políticas populares en las localidades obre- conocimiento tiene consecuencias porque
ras, sin tener la ambición de escribir una conduce a enclaustrar al Frente Popular
necesaria historia del Frente Popular, a lo en su especificidad, a adscribirlo a un pa-
que a ciertos historiadores se arriesgan con sado definitivamente sobrepasado. Escoger
resultados a menudo discretos en la dimen- entre la narración de los acontecimientos
sión política nacional e internacional. políticos o la aproximación fragmentada de
Salvo la excepción de una última obra lo social es una antinomia paralizante. Para
titulada de forma genérica El futuro nos evitarla, hace falta insertar los análisis his-
pertenece, que intenta una historia social tóricos en el contexto del acontecimiento.
de conjunto, lo esencial de lo publicado Volver sobre el Frente Popular en tanto que
intenta solamente actualizaciones par- acontecimiento nos parece constituir una
ciales apoyándose en trabajos de nombres dimensión necesaria para avanzar en su
famosos desde hace al menos una década. conocimiento.
¿Se puede economizar el acontecimiento
en su globalidad? ¿Cómo evitar cuestionar El Frente Popular en tanto que
o hacerse las preguntas esenciales acer- acontecimiento
ca del poder político, de los grupos socia-
les, de la transformación del imaginario? Si acontecimiento es, como su propio
Emerge así el interés de un retorno críti- nombre indica, lo que acontece, es también
co sobre el acontecimiento histórico para lo que rompe con la repetición y la repro-
aprehenderle en tanto que tal, sin dudar ducción idéntica de las formas políticas y
en recurrir, para comprenderlo y caracteri- sociales, constituye un momento histórico
zarlo, al entrecruzamiento de la disciplina de innovación en cuyo transcurso el dispo-

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Manifestación convocada por el Frente Popular en París, febrero de 1936 (Foto: Agence Meurisse -
Biblioteca Nacional de Francia).

sitivo social se modifica. Todo no es acon- social! El empleo frecuente del plural para
tecimiento y este puede ser de intensidad definir un episodio histórico difícil de cali-
variable. Hablar del Frente Popular como ficar —los acontecimientos de mayo–junio
de un magno acontecimiento social y polí- de 1936 o 1968— se debe a que su sentido
tico deriva de un análisis que no solamente es objeto de interpretaciones concurrentes,
lo califica, sino que lo identifica y lo sitúa pero también a que el orden del análisis del
cronológicamente. De hecho, la investiga- discurso choca con el desorden más apa-
ción histórica consiste, en este dominio, rente, lo que es sintomático de un hecho a
no solamente en nombrar sino también menudo disimulado: el acontecimiento so-
en construir el acontecimiento. Acerca de bre el que trabaja la investigación histórica
este punto se puede tener una concepción es una construcción que debe ser explici-
amplia o, por el contrario, una restringida. tada. La construcción del acontecimiento
Por ejemplo, ¿el acontecimiento son las como hecho colectivo de rango mayor tie-
vacaciones pagadas, las huelgas y manifes- ne carácter histórico, lo que en el caso del
taciones, la movilización antifascista? Una Frente Popular no es sólo un simple censo
exposición consagrada al «acontecimien- de micro acontecimientos cuya agregación
to histórico» abordó de manera aislada el constituye el acontecimiento supremo. Ello
11 de septiembre de 2001 en los Estados implica interpretación en la medida en que
Unidos de América y la instauración de las se distinguen unas manifestaciones socia-
vacaciones pagadas en Francia en junio de les en un tiempo dado. Así, ¿en qué medida
1936, ¡asimiladas ambas a la revolución puede legítimamente o no utilizarse el tér-

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mino Frente Popular para caracterizar un un periodo de varios años, comprendidos


período de la historia de la sociedad fran- aquellos en los que el término estaba lejos
cesa que atraviesa varios años? ¿No es re- de ser aceptado por todos los que enseguida
tomar imprudentemente una terminología lo reclamaron, esto implica igualmente no
política marcada por un uso cuya ambición encerrar la noción del acontecimiento en
sería servir a una caracterización objetiva? el muy corto término y en una sola dimen-
En 1935 la SFIO rechazó el término «fren- sión social. Una aproximación multiescala
te popular» en el mismo momento en que subyace a la manera de abordar el aconte-
se negociaban los acuerdos con vistas a la cimiento: este puede tomar un sentido en
manifestación del 14 de julio, que expresó el corto plazo histórico, en una coyuntura
los sentimientos antifascistas y republica- sensible a los actores contemporáneos, en
nos contra el gobierno Laval y las ligas de el horizonte de su percepción e incluso en
extrema derecha. El término de «rassem­ un mes y año concretos. Pero puede, sobre
blement populaire» fue entonces el elegido todo para el historiador aunque también
para designar al comité de organización de para la población, tomar un valor genérico,
estas manifestaciones y luego, para la cam- cuando no global, al menos a escala de la
paña de las elecciones legislativas, com- década: es el caso de ciertos magnos acon-
portando principalmente la adopción de tecimientos que trascienden a la evolución
un programa común. Pero fue la apelación histórica de la colectividad nacional, de un
al Frente Popular, imaginada y formulada grupo social y marcan masivamente a la
por los comunistas en el otoño de 1934, la mayoría de la población: por ejemplo, la
que se impuso en la conciencia social. De Primera Guerra Mundial o la crisis econó-
hecho, la denuncia por los partidos de de- mica. Estos son periodos que en tanto tales
recha y los medios conservadores respecto son identificables como acontecimientos,
al término «Frente Popular» a fin de estig- pero engloban varios años y numerosos mi-
matizar la conjunción como «moscutera» croacontecimientos militares y sociales que
y, sobre todo, la irrupción del movimiento constituyen su materia. Es cierto que la in-
huelguista tras las elecciones vinieron a tensidad de las manifestaciones sociales y
consolidar la consigna del Frente Popular políticas inéditas es tal que muchas de ellas
asociada a la defensa de las libertades y a merecen ser calificadas de acontecimientos
la movilización en torno a reivindicacio- históricos mayores. Pueden ser considera-
nes sociales. La formación de un gobierno das así la jornada del 6 de febrero, la huelga
sin los comunistas contribuyó enseguida a general del 12 de febrero, la firma del pac-
identificar el Frente Popular con la acción to de unidad de acción entre comunistas y
legislativa de las asambleas, en las que la socialistas de julio de 1934, la elaboración
mayoría del Frente Popular era predomi- y el lanzamiento de la consigna de Frente
nantemente socialista, y hacerle perder su Popular por Thorez y Cachin en octubre de
connotación exclusivamente comunista. 1934, la realización del agrupamiento po-
De ahí en adelante, el término no fue so- pular concretado en las manifestaciones
lamente aceptado, sino reivindicado por del 14 de julio de 1935, la firma de un pro-
León Blum. Por tanto, el análisis históri- grama electoral común a los partidos de la
co implica una reflexión metódica sobre izquierda y reafirmado por un centenar de
la dimensión y la naturaleza del aconteci- asociaciones en enero de 1936, la reunifi-
miento. Si parece pertinente el empleo del cación sindical con la creación de una CGT
término Frente Popular para caracterizar única en marzo de 1936, la victoria elec-

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toral de la izquierda, incluyendo a los co- La condición necesaria para pensar los la-
munistas, en las elecciones legislativas en zos y las relaciones es ciertamente la con-
mayo de 1936, el movimiento huelguista de textualización, teniendo en cuenta las tem-
varios millones de asalariados con la ocu- poralidades diferentes de las evoluciones
pación de empresas, la negociación nacio- en el transcurso del período, así como las
nal entre la patronal y la CGT, el voto de las interacciones entre los diferentes dominios
grandes leyes sociales, la nacionalización de la vida social y de las actividades con-
de las empresas de armamento y la consti- cernidas.
tución de una sociedad nacional de ferroca- A fin de cuentas, se trata de efectuar una
rriles. Aisladamente, estos episodios cons- revisión crítica sobre el acontecimiento en
tituyen acontecimientos por sí mismos, por su conjunto. Se trata de una revisión que se
su amplitud y su novedad. Pero, aunque se liga a la complejidad y a la diversidad de los
sitúan en planos diferentes, no se les pue- elementos constitutivos del acontecimien-
de considerar separadamente. Se hacen eco to, con el objetivo de deconstruir la unidad
unos de otros. Pero pensar sus relaciones fáctica y a menudo retrospectiva del mis-
recíprocas no puede conducir a minusvalo- mo. En sentido contrario al de un revisio-
rarlos, sino al contrario, incita a pensar su nismo alimentado por el relativismo, no se
especificidad en el cuadro de un periodo del trata de negar su existencia, sino de pen-
que formaron parte original. En consecuen- sar su naturaleza evitando los estereotipos
cia, damos la bienvenida a afrontar el Fren- simplificadores pero también la disolución
te Popular no solo simplemente como un del acontecimiento en nombre de un criti-
acontecimiento mayor, sino como uno de cismo integral. Esto corresponde, en todo
estos meta acontecimientos constituidos caso, a una diversidad sentida y reivindi-
por numerosos acontecimientos mayores, cada por los contemporáneos del aconte-
como un episodio histórico que se desplie- cimiento, incluso y sobre todo si ellos han
ga a lo largo de varios años bajo la forma de sido actores notables. Esto también remite
una secuencia de acontecimientos, como a la forma de enfrentar los procesos histó-
un acontecimiento complejo que concier- ricos o, dicho de otra manera, a la evolu-
ne al conjunto del cuerpo social. A este ción de las sociedades. Encarar así el acon-
respecto, es igualmente magno y se sitúa tecimiento en su singularidad, a escala de
a la altura de los episodios que han trans- la larga duración y su carácter compuesto,
formado la historia nacional, justo al lado permite abordar e incluso pensar fenóme-
de las conflictos militares internacionales nos que estaban vedados antiguamente por
que golpearon al conjunto de la población. miedo a tratarlos o por falta de rigor. Para
Está al nivel de las crisis políticas que han emplear un vocabulario histórico un poco
cruzado la historia nacional desde el fin del anticuado, los orígenes próximos o lejanos,
siglo XVIII. Esta caracterización del Frente las consecuencias inmediatas o duraderas,
Popular como secuencia de acontecimien- transitorias o perennes, pueden devenir
tos global, como acontecimiento complejo, objeto de investigación y de reflexión en
tiene consecuencias sobre la aproximación la medida en que la heterogeneidad y la
histórica al Frente Popular, comprendido unidad del acontecimiento sean conjunta-
en el detalle los acontecimientos particu- mente admitidas. Estas observaciones des-
lares que lo estructuran. Por tanto el trata- embocan en una interpretación del Frente
miento diferenciado no implica separación Popular como secuencia compleja de acon-
entre historia social, política o cultural, etc. tecimientos de carácter político predomi-

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nante y estructurado de acuerdo a cuatro La originalidad de este proyecto, susci-


experiencias sociales, incluyendo prácticas tado por un movimiento popular de llama-
y representaciones que se constituyen su- miento a la unidad, fue la de favorecer como
cesivamente a lo largo de la secuencia pero respuesta un vasto movimiento social ca-
se entremezclan enseguida. racterizado por la movilización y la organi-
Es en primer lugar, en 1934, un proyecto zación de miles de asalariados urbanos con
político y cultural, una anticipación, pero una dimensión nacional y no solamente
también una esperanza que tiene que ver parisina. Se desarrolló en dos tiempos, los
con el movimiento de las ideas revolucio- de las manifestaciones callejeras y locales
narias, el marxismo, el antifascismo, la pro- en 1934 o 1936, un alza de demostracio-
paganda, las acciones culturales, republica- nes —y después de movimiento huelguís-
nas, revolucionarias. Después de la Primera tico— sin parangón hasta entonces y cuya
Guerra Mundial, los movimientos en torno extensión desembocó en un reforzamiento
a la paz, contra la represión del movimien- excepcional de las organizaciones obreras.
to obrero, el peligro de la guerra, contra el Las huelgas, cuyo florecimiento se inscribió
fascismo, no cesaron de movilizar energías en el nuevo contexto político creado por el
militantes, a menudo en el movimiento triunfo electoral del Frente Popular, tuvie-
de los partidos, pero también de manera ron una dimensión indisolublemente social
distinta y a menudo variada. La ambición y política. Se insertaron en un movimien-
revolucionaria, si bien reafirmada a largo to general, pero arraigaron en las empre-
plazo, fue dejada a un lado por el Partido sas. La dialéctica de la espontaneidad y de
Comunista, impulsor de una consigna que la organización caracterizó a unas huelgas
puso como prioridad sobre todo un proyec- que desbordaron ampliamente a la orga-
to político de defensa democrática y social. nización sindical, pero que contribuyeron
La apelación al pueblo significaba igual- también ampliamente a su refuerzo, otor-
mente el ensanchamiento de la base social gándole al menos durante algunos años un
de esta política, si bien el mundo obrero era carácter de masas. El Partido Comunista,
el primer concernido por esta articulación que impulsó e inspiró ampliamente este
entre reivindicaciones sociales y defensa movimiento, fue el primer beneficiario en
democrática. los medios obreros y urbanos, donde am-
Fue al mismo tiempo una alianza polí- plió duraderamente su arraigo. Por su par-
tica y social inédita por su objeto y sus so- te, a falta de participar en la experiencia
cios, puesto que tenía una dimensión par- gubernamental, dejó al Partido Socialista
lamentaria combinando la alianza de las encarnar la nueva legislación social.
izquierdas y la unión específica de las orga- La experiencia parlamentaria y guber-
nizaciones obreras. Habiéndose ampliado a namental del Frente Popular fue el fruto
los sindicatos y a las asociaciones, suscitó no solamente de la victoria electoral sino
negociaciones unitarias y un proceso pro- también del movimiento huelguista sin
gramático apoyado sobre la realización de precedentes que sostuvo y promovió una
manifestaciones comunes. La politización experiencia gubernamental imprevista por
que se operó en torno al Frente Popular su- los principales protagonistas del Frente Po-
peró la mera escena parlamentaria e inte- pular: los socialistas no habían vislumbra-
resó al mundo obrero afectado por las cues- do encontrarse a la cabeza de la izquierda,
tiones del empleo como asunto central de los comunistas no esperaban tal progresión
la reunificación sindical. parlamentaria, las iniciativas gubernamen-

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tales y las leyes sociales fueron adoptadas a nal es esencial para comprender el surgi-
partir del movimiento huelguista. La expe- miento del acontecimiento, notablemente
riencia gubernamental tropezó en seguida la derrota de la izquierda y de la democra-
con los obstáculos estructurales y la fragi- cia en Alemania, las decepciones revolu-
lidad de la alianza en torno a las cuestiones cionarias del comunismo, las inquietudes
económicas y diplomáticas. La composición diplomáticas de la Unión Soviética y su
gubernamental, desplazada en relación a miedo al aislamiento. Falta decir que la for-
la del movimiento social y la de la alianza ma política y la dinámica social que reviste
política —puesto que los comunistas esta- el Frente Popular se inscriben en una histo-
ban ausentes del gabinete— fue el punto de ria política nacional en la que el movimien-
partida del desequilibrio. to obrero estaba integrado en la República
Evocar estos diferentes estratos del relegado a los márgenes de una democracia
acontecimiento no es desmembrarlo ni di- que no le reservaba al proletariado más que
solverlo, bien al contrario, es encararlo en una plaza limitada. El frente popular marcó
sus temporalidades y lugares diversos que la irrupción de los obreros en una escena
aclaran las tensiones que lo atraviesan, que política que ocuparon a título igual que los
explican también una riqueza que no puede empresarios, sin querer subvertirla, pero
ser reducida a tal o cual aspecto, por emble- reclamando el lugar debido para la acción
mático que sea —por ejemplo, las vacacio- colectiva. El Partido Comunista, principal
nes pagadas— cuando se evoca el aconteci- portavoz y organizador de esta aspiración,
miento en sus conjunto. fortaleció la identidad obrera.
En la medida en que no es un simple
La inserción en la larga duración, un acontecimiento político incluso entre los
acontecimiento bisagra y regulador. mayores, más aún, el Frente Popular marcó
de manera profunda a la sociedad france-
La lectura histórica del acontecimiento sa. En este sentido, se le puede caracteri-
no supone solamente una contextualiza- zar como un acontecimiento matriz que
ción inmediata sino su inscripción en la contribuyó a dar forma a las nuevas rela-
larga duración de la historia social y polí- ciones sociales, a las prácticas perdurables
tica francesa. Desde este punto de vista, el apoyadas en dispositivos jurídicos nuevos
Frente Popular encontró eco en los deba- en el ámbito del derecho del trabajo, por
tes que atravesaron el movimiento obrero ejemplo. El nuevo lugar de la clase obrera
francés desde finales del siglo XIX, a propó- en el espacio social es una herencia que la
sito de la participación gubernamental, de revancha social no intentará arrancar des-
la alianza entre revolucionarios y reformis- de entonces. La relación entre progreso so-
tas, así como de la unión de las izquierdas. cial, las modalidades de contrato de trabajo
Los avatares del cartel de izquierdas en los y los beneficios de los convenios colectivos,
años 1920, pero también las primeras ex- abrió la vía tras la Liberación a la constitu-
periencias unitarias del PCF explican la ca- ción de grupos socioprofesionales definidos
pacidad de las diferentes fuerzas políticas por competencias reconocidas como cuali-
de izquierda para encontrarse en los años ficaciones. La acción política, asociando lu-
treinta en torno a un proyecto común por el chas reivindicativas e intervención política
hecho de circunstancias políticas excepcio- en el espacio de la representación política,
nales que incitan y autorizan la invención dibujó una nueva cultura que se podría ca-
política. El peso de la coyuntura internacio- racterizar como una democracia social a la

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El Frente Popular: ¿Qué clase de acontecimiento? Historiografía y... Serge Wolikow

francesa, en la medida en que la parte de y el gobierno tripartito para encontrar su


la negociación social quedó limitada y pasó eco profundo como iniciativa histórica que
a ocupar un lugar secundario tras la inter- marca y que ha sido patrimonio común de
vención pública y las movilizaciones huel- una buena parte de los resistentes. Bajo la
guísticas. Fue una cultura política que arti- obra de la Liberación emparejada con la
culó combate sindical y político en la que experiencia del Frente Popular se encuen-
ciertas escisiones tradicionales del movi- tra la huella de este en la historia política
miento obrero fueron desplazadas incluso y social de la Francia contemporánea. En
aunque se reactivaran desde 1938. Pero por este sentido, la actualidad del Frente Popu-
encima del corto plazo que marca el declive lar reside sin duda más en su arraigo cul-
del Frente Popular, el acontecimiento re- tural profundo que en su analogía con las
suena en la memoria social como referencia reivindicaciones sociales de setenta años
y experiencia que nutrirá los combates de después. Así, las manifestaciones de la ju-
la resistencia, su programa y sus realizacio- ventud estudiante en la primavera de 2006
nes tras la Liberación. La huella del Frente contra la precariedad social y la generali-
Popular es, sin duda, más profunda que su zación de los contratos individualizados
memoria visible y explícita. Hay que buscar de trabajo se apoyan en la defensa de los
en las nacionalizaciones de la Liberación, convenios colectivos que se generalizaron
la puesta en marcha de la Seguridad Social ¡precisamente durante el Frente Popular!

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Movilización sociolaboral y
oportunidades políticas en España y
Francia durante la primavera de 1936

Mobilization and political opportunities in Spain and France


in the spring of 1936
Francisco Sánchez Pérez
Universidad Carlos III de Madrid
Resumen

El período republicano conocido como el del Frente Popular (febrero–julio de 1936) se


caracterizó en España no sólo por un cambio de gobierno sino también por una extraor-
dinaria movilización política, social y laboral promovida desde fuera de los ministerios,
encaminada a ejercer una importante presión para que se cumpliese el programa del FP
con la mayor celeridad posible, en lugar de enfrentarse abiertamente al ejecutivo. Cambio
sutil de táctica de las organizaciones obreras, pero también del propio gobierno, que recu-
rrió menos de lo habitual a la fuerza bruta y la represión, si se compara con lo sucedido en
períodos anteriores de la historia de España. Esta situación sin embargo no fue exclusiva
de España sino que se repitió en Francia, donde sucedió algo similar entre abril y junio de
1936. Pero la forma en que se constituyeron ambas coaliciones, los distintos equilibrios
políticos, el tipo de movilizaciones, su ritmo y la tradición histórica de ambos países tam-
bién arrojaron notables diferencias.

Palabras claves: Frente Popular (España), Segunda República, Movimiento obrero,


Frente Popular (Francia), huelgas, 1936

Abstract

The Republican period known as the Popular Front (February–July 1936) was marked in Spain
not only by a change of government but also by an extraordinary political, social and labour mo-
bilization promoted from outside the ministries, in order to exert significant pressure for the FP
program to be fulfilled as quickly as possible, rather than openly confront the executive. A subtle
change of tactics of labour organizations, but also of the government itself, which resorted less
than usual to brute force and repression as compared with what happened in previous periods of
the history of Spain. However, this situation was not exclusive to Spain but was repeated in Fran-
ce, where something similar happened between April and June 1936. But the way in which both
coalitions were created, their different political balances, the type of mobilizations, their rhythm and the
historical tradition of both countries also offered considerable differences.

Keywords: Popular Front (Spain and France), Second Republic, Labour movement, strikes, 1936.

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Movilización sociolaboral y oportunidades políticas en España y Francia... Francisco Sánchez Pérez

El período republicano conocido como el amplio apoyo obrero y popular, y que había
del Frente Popular (febrero–julio de 1936) forzosamente que yugular, la han converti-
se caracterizó en España no sólo por un do mágicamente en una «revolución», o en
cambio de gobierno, con un marcado giro términos modernos más eufemísticos em-
de contenido social con respecto a lo que se pleados por algunos autores, vistas las evi-
había hecho en los más de dos años ante- dencias acumuladas en su contra, en «focos
riores. También fue clave para entenderlo de revolucionarismo», «situación prerrevo-
la extraordinaria movilización política, so- lucionaria», o fórmulas ininteligibles simila-
cial y laboral promovida desde fuera de los res, que nada explican, salvo la mentalidad
ministerios, que resulta muy llamativa, por muy conservadora del que escribe.
exótica, para la época republicana. Pues ac- Lo que nunca se ha dicho, ni siquiera entre
tuó en paralelo, presionando claramente al esta historiografía, es que esta movilización
gobierno para que cumpliese su programa fuese dirigida contra el gobierno mismo, al
con la mayor celeridad posible, en lugar de que suelen caracterizar como impotente, in-
enfrentarse abiertamente a él, cambio su- capaz y rehén de las fuerzas revolucionarias,
til de táctica de las organizaciones obreras cuando no promotor mismo de la violencia y
y del propio gobierno, que recurrió menos las persecuciones, pero nunca como enemigo
de lo habitual a la fuerza bruta y la repre- de la izquierda obrera. Existe por tanto un
sión. Esto daba la impresión de que ambas amplio consenso historiográfico en torno a
iniciativas parecían complementarse, aun- la idea que el gobierno y la izquierda obre-
que aun así los choques y tensiones se pro- ra, su aliada, funcionaban en paralelo, no
digaron en una complicada estrategia de enfrentados, aunque en ocasiones pudieran
retroalimentación entre la legitimidad que chocar, y que esta situación poco o nada tie-
suministraba el parlamento y el gobierno y ne que ver con la del primer bienio republi-
las movilizaciones de la calle. Aunque sos- cano, en particular con la abierta hostilidad
tenida desde febrero y multiforme, tuvo una entre el Gobierno Azaña y la CNT–FAI, por
faceta huelguística, desarrollada en particu- no hablar del segundo. Esta relación pecu-
lar entre mayo y julio de 1936, es decir en liar y simbiótica se va a ver aquí con algunos
la víspera inmediata de la guerra. La pu- ejemplos. Esta situación sin embargo no fue
blicística y la historiografía más conserva- exclusiva de España y los problemas españo-
dora desde la misma primavera de 1936 ha les, sino que se repitió en uno de los pocos
oscilado en caracterizar dicha movilización países europeos donde operó con éxito un
como una revolución en marcha comunista Frente Popular propio: se trata de Francia y
o simplemente obrera, un desbordamiento su Rassemblement Populaire («Coalición Po-
del gobierno, incapaz de contenerla y ha- pular»). También ganó las elecciones, ocupó
cerla frente, o una persecución sistemática el gobierno y fue curiosamente respaldado
y violenta de las pacíficas derechas, alenta- a su manera y desde fuera por una movi-
da o tolerada por el gobierno y sus aliados. lización social y laboral, sin comparación
O bien las tres cosas juntas y combinadas. posible tampoco en la propia historia de la
Opinión política ya difundida en su día por Tercera República. Todo esto ocurrió entre
Gil Robles o Calvo Sotelo, y luego convertida abril y junio de 1936, es decir casi al mis-
en teoría historiográfica. Esa sensación de mo tiempo que la experiencia española. Sin
inquietud de la opinión conservadora y los embargo la forma en que se constituyeron
poderosos ante el retorno de las odiadas re- ambas coaliciones, los distintos equilibrios
formas, ahora respaldadas en la calle con un políticos, el tipo de movilizaciones, su ritmo

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Dossier: La primavera del Frente Popular

y la tradición histórica de ambos países tam- no exactamente una repetición electoral),


bién arrojan notables diferencias, que aquí el aislado Alcalá–Zamora (que sin embargo
también se van a comentar. votó al FP en cierta manera, si hay que creer
a sus Memorias [2]), y los conservadores de
Las elecciones, el programa y el Frente Miguel Maura, que se había mantenido fue-
ra (no contaminado por tanto) de los gobier-
Como es muy sabido, la coalición que nos radical–cedistas. Por no hablar del PNV,
se acordó en España en enero de 1936, que que no se mostró hostil y luego lo apoyaría
pronto pasó a denominarse «Frente Popu- en guerra. Del significado e implicaciones
lar» (FP), fue promovida por el centro liberal del pacto y según la fuerza política sobre la
republicano compuesto por azañistas, exra- que pongamos el foco existían diversas in-
dical–socialistas y exradicales, que atrajo terpretaciones, y en alguna fuerza (los so-
a diversos partidos y formaciones de la iz- cialistas) más de una, pero en cualquier caso
quierda obrera, sin desearlo en principio, se hacían eco de los tres niveles que el pac-
pues sólo estaba interesado por el apoyo del to del FP recogía a la vez. En primer lugar
PSOE. Hay que decir sobre esto que pese a era un acuerdo electoral ad hoc para ganar
las reticencias de las llamadas izquierdas los comicios del 16 de febrero (en primera
socialistas, entonces encarnadas por las Ju- vuelta). En segundo lugar era un acuerdo
ventudes, un amplio sector del PSOE y la programático de gobierno, destinado a per-
dirección caballerista de la UGT, poco en- durar necesariamente al menos mientras se
tusiastas en general con la perspectiva de desarrollase dicho programa. Por último, era
reeditar la coalición con los republicanos, una estrategia internacional, fomentada por
esto es, con la burguesía, sin su concurso y el giro de la Internacional Comunista en el
presión habría sido imposible que el pacto verano de 1935, que fomentaba las alianzas
se hubiese extendido al resto de la izquier- estratégicas entre la izquierda obrera, y en
da obrera, es decir que hubiese existido el particular la de estricta obediencia a Mos-
FP, por muy entusiastas que fueran los muy cú, y los partidos burgueses progresistas en
minoritarios comunistas al respecto. El FP defensa de la democracia liberal frente a la
tuvo su correspondiente variante en Ca- amenaza fascista, o simplemente autorita-
taluña, organizada en torno a la Esquerra, ria. Y aunque no tenían la misma importan-
partido dominante allí. Del centro derecha cia ni rango para los firmantes del pacto, no
liberal sólo quedaron fuera los lerrouxistas, puede decirse que no fuese una combina-
muy desorientados y en gran parte desacre- ción de estos tres niveles, aunque algunos
ditados por los escándalos, el recién nacido autores han hecho mucho o todo el hincapié
«portelismo», que se formó tarde para po- sólo en uno o algunos de ellos [3]. Y los tres
der interferir o sumarse a dicha coalición [1],
con la que sin embargo tendió puentes en 2.–Niceto Alcalá Zamora, Asalto a la República. Enero–Abril
de 1936, Madrid, La Esfera de los Libros, 2011, pp. 156–
las elecciones en muchos lugares, como en
158.
Lugo o en la segunda vuelta en Cuenca ce-
3.–Reducido a una reedición de la conjunción de 1931
lebrada en mayo (pues eso es lo que fue y aparece en Santos Juliá Díaz, Orígenes del Frente Popu-
lar en España (1934–1936), Madrid, S. XXI, 1979, p. 162, o
1.–Pilar Mera Costas, «Diseño y construcción de un pro- como inexistente antes de la guerra en Santos Juliá Díaz,
ceso electoral. Manuel Portela Valladares y las eleccio- «The origins and nature of the Spanish Popular Front», en
nes de 1936», Hispania Nova. Revista de Historia Contem- Martin S. Alexander y Helen Graham (eds.), The French and
poránea, 11 (2013), http://hispanianova.rediris.es/11/ Spanish Popular Fronts. Comparative Perspectives, Cambrid-
dossier/11d011.pdf, pp. 18–19. ge University Press, 1989, pp. 24–37.

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Movilización sociolaboral y oportunidades políticas en España y Francia... Francisco Sánchez Pérez

Propaganda del Frente Popular ante las elecciones de febrero de 1936 (Archivo Histórico del PCE).

están imbricados. como se ha dicho los socialistas cedieron,


El nivel electoral se reducía a vencer en los republicanos se impusieron y los comu-
los comicios y cambiar la orientación del nistas se resignaron, en una proporción de
gobierno. Incluso los más reticentes a re- un 56% para los republicanos, un 36 % para
novar el pacto con la burguesía (la izquierda los socialistas y menos del 10% para el resto
socialista) o los que se quedaron fuera por de fuerzas obreras [4]. Como eran listas abier-
ser un artilugio político, pero que eran libres tas, donde los candidatos más al centro casi
de votarlo (los cenetistas), lo consideraban siempre quedaban los más votados, el re-
un buen acuerdo o expediente para traer la sultado prometía decantar la balanza, como
ansiada amnistía legal y laboral. Como del así sería. Los resultados lo demuestran: de
gobierno se iban a responsabilizar los repu- un total de 267 diputados que ganó el FP en
blicanos liberales en exclusiva, por consen- marzo de 1936 (286 en mayo con las impug-
so general, pero con apoyo de la izquierda naciones y repeticiones, sobre una mayoría
obrera desde fuera, esto condicionó el repar- absoluta de 237) los republicanos progresis-
to de puestos para el parlamento. Por ello, la tas junto a los nacionalistas de izquierda su-
mayoría parlamentaria no descansaría sobre maron 153 en marzo (160 en mayo), el 57%
los socialistas sino sobre los republicanos, de los conseguidos. Mientras que toda la
mucho más unidos que antaño, en apenas izquierda obrera en su conjunto ni siquiera
dos formaciones (Izquierda Republicana y alcanzaba el número de diputados que había
Unión Republicana más los nacionalistas,
4.–La confección de candidaturas y el modus operandi en
capitaneados por la Esquerra). Y así se ne-
José Luis Martín Ramos, El Frente Popular. Victoria y derrota
goció en los puestos elegibles para las listas de la democracia en España, Barcelona, Pasado & Presente,
provinciales, donde como norma general y 2015, pp. 133–134

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Dossier: La primavera del Frente Popular

tenido el PSOE en el primer bienio: en mar- to de partida de los acuerdos subsiguientes


zo 114 (sumando los 7 diputados de organi- y el renacer del movimiento obrero (y la re-
zaciones catalanas como la Unió Socialista, cuperación de la calle frente a las ligas na-
el Partit Proletari y la Unió de Rabassaires) cionalistas) y así lo ha recogido la historio-
frente a los 120 que obtuvo el PSOE sólo en grafía francesa clásica [7]. El francés nació por
octubre de 1931. Aunque con las impugna- tanto de un acercamiento entre el PCF, mu-
ciones y repeticiones superaría ligeramente cho más potente y con una mayor presencia
esa cifra en mayo, hasta 128, y se debió a que entre los trabajadores que el español, que en
en la repetición de Granada la coalición fue comparación era un grupúsculo, y la SFIO en
al copo. Y al PSOE precisamente y para com- el famoso pacto de unidad de acción del 27
pensarle le dejaron presentar el doble de di- de julio de 1934. A este entendimiento pre-
putados (9) que republicanos y comunistas vio se incorporaron los radicales (el centro
juntos (4). Esto no había sido la norma ha- izquierda liberal) en el pacto solemne del
bitual en febrero–marzo, como se ha visto [5]. 14 de julio de 1935 (fiesta nacional del país
Esta situación difiere bastante de la fran- y de resonancia mundial) que selló la lla-
cesa. La iniciativa de un pacto en Francia no mada «Coalición Popular» (Rassemblement
parte como en España de un diálogo entre Populaire), más antigua por tanto que la es-
republicanos (Azaña) y socialistas (Prieto) pañola. Tampoco la postura de la izquierda
sino de la unidad de acción de los socialistas republicana fue equivalente en Francia y en
(SFIO) y los comunistas (PCF). El punto de España. En Francia los radicales (la izquier-
partida no era la amnistía por un movimien- da republicana allí, que no en España) estu-
to abortado como el de octubre de 1934 sino vieron en el gobierno de forma constante a
la respuesta de la izquierda obrera a lo que lo largo de los años treinta, con y sin apoyo
se consideraba un intento de putsch o «Mar- socialista, y de hecho tuvieron permanente-
cha sobre París» el 6 de febrero: la huelga mente ministros entre 1934 y hasta enero de
general del 12 de febrero de 1934, convocada 1936, cuando todos los ministros radicales
por la CGT y secundada por la SFIO, pero a dimitieron en bloque. Por ello puede afir-
la que se sumaron las organizaciones comu- marse que la izquierda burguesa en Francia
nistas, y las manifestaciones separadas de la es la que derriba un período para comenzar
SFIO y el PCF del mismo día, que termina- otro, cambiando de aliados, en algunos ca-
ron convergiendo al grito de Unité!. Aunque sos abandonando sus pactos con la derecha
en realidad el resultado de los disturbios del en la misma campaña electoral. El peso de la
6 fueron un giro a la derecha del gobierno izquierda obrera era mucho mayor en Fran-
francés y la caída de Édouard Daladier [6], cia, lo que se demuestra en diputados: en el
para la mitología frentepopulista fue el pun- parlamento antes de las elecciones ya había
mayoría de izquierda (o si se prefiere de los
5.–Los resultados electorales comparados los he mostra- partidos que integrarían luego el FP), unos
do en Eduardo González Calleja, Francisco Cobo Romero,
322 sobre 615. Tras mayo de 1936, esa ma-
Ana Martínez Rus y Francisco Sánchez Pérez,, La Segunda
República española, Barcelona, Pasado y Presente, 2015, pp. yoría se amplió (a 370 sobre 618) pero sobre
814–816. todo se reequilibró a favor de la SFIO (de 132
6.— Sobre la trascendencia del suceso: «C’était la premiè- a 146, porque, aunque a veces se habla de
re fois dans l’histoire de la République qu’un ministère 97, estos eran los escaños después de la es-
fuyait devant une émeute de la rue» [«Era la primera vez
en la historia de la República que un ministerio huía ante
un motín callejero»], Dominique Borne y Henri Dubieff, La 7.–Georges Lefranc, Histoire du Front Populaire, París, Payot
crise des années 30, 1929–1938, París, Seuil, 1989, p. 112. (Sec. edit.), 1974.

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Movilización sociolaboral y oportunidades políticas en España y Francia... Francisco Sánchez Pérez

cisión de los neo–socialistas en 1935) y del radas, aunque probablemente relacionadas


PCF (de 11 a 72), con un amplio retroceso con exigencias a las organizaciones obreras
radical (de 156 a 106), partido que quedó por que estas no podían asumir por escrito, más
detrás del socialista [8]. Más de la mitad de los que a que vetase la presencia del PCE, como
diputados del FP francés eran de la izquier- siempre se ha dicho [9]. Y aunque se trataba
da obrera; nada que ver con la situación es- básicamente de una reedición, o reactiva-
pañola. Esto se reflejó en el gobierno: nada ción si se prefiere de las políticas del primer
de un gobierno republicano monocolor. Su bienio, basadas en la colaboración republi-
presidente León Blum, y la mayoría de los canosocialista, y no era en absoluto un pro-
ministros, serán socialistas. A diferencia grama revolucionario bajo ningún punto
además del pacto español incluyó al sindica- de vista, añadía algunos matices importan-
to independiente, la CGT de Jouhaux, lo que tes. Sutiles deslizamientos temáticos, que
refrendaba un apoyo sindical que en el caso muestran a las claras el duro aprendizaje y
español quedó relegado a la UGT, con la CNT la experiencia acumulada después de cinco
desligado de él. También se ha dicho que los años de república y conformaban un pro-
partidos que lo formaban ya tenían mayoría grama progresista pero no falto de realismo.
en la cámara, aunque el reparto de escaños Entre las reformas que se reasumían se en-
inclinó la balanza hacia la izquierda (a fa- contraba en un lugar preferente la agraria,
vor de socialistas y comunistas). Tampoco pero ahora no se hablaba de una nueva ley
se sabía quién ni cómo formaría gobierno, ni de reforma agraria o de las expropiaciones,
estaba pactada semejante cosa. En España que ya no parecían el tema estrella, sino de
sin embargo se combinó un vuelco mucho la revisión de los desahucios practicados,
más radical con la situación anterior, dada una nueva ley de arrendamientos que ase-
la debilidad de la izquierda republicana en gurase «el acceso a la propiedad de la tie-
los comicios de 1933 y los algo más de 60 di- rra que se viniera cultivando durante cier-
putados de la izquierda obrera de entonces, to tiempo», «una política de asentamientos
con una coalición de contenidos más mode- de familias campesinas» y «normas para el
rados, por el peso político de las distintas rescate de los bienes comunales», nuevos
fuerzas, pero como veremos a continuación objetivos, probablemente más realistas. Se
también programáticos y en la práctica. Y daba especial énfasis a una política más ac-
todos sabían que sería republicano y lo pre- tiva de obras públicas, entre otros motivos,
sidiría Azaña. para atajar el paro, otra lección aprendida
El programa de gobierno también reflejó de los años anteriores. Para financiarla se
ese diferente equilibrio político en los dos anunciaba una «reforma fiscal». También se
países. El español del 15 de enero y pese prometía «restablecer la legislación social»,
a las sugerencias de la izquierda obrera se pero reorganizando la polémica jurisdicción
mantuvo ampliamente en los términos im- de trabajo «en condiciones de independen-
puestos por los republicanos liberales, pese cia», «salarios mínimos» agrarios, una re-
a que sorprendentemente se descolgó de su forma para unificar la asistencia sanitaria
firma en el último momento (el 14 de enero) «bajo la dirección del Estado» y el impulso
el virtual autor de parte de él, Felipe Sán- a la creación de escuelas de primera ense-
chez Román, por razones no del todo acla- ñanza. No se decía ni una palabra de la Igle-
9.–Juan Avilés Farré, La izquierda burguesa y la tragedia de
8.–Los datos electorales franceses en D. Borne y H. Dubieff, la II República, Comunidad de Madrid, 2006, pp. 383–384;
La crise des années 30, pp. 141–146. S. Juliá Díaz, Orígenes del Frente Popular, pp. 142–143.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

sia ni de restablecer plenamente la Ley de agosto de 1935 y el Informe Dimitrov impul-


Congregaciones ni eliminar los subsidios al só a los partidos comunistas que sobrevivían
clero ni nada semejante [10]. La ambigüedad a la imparable ola autoritaria y fascista, que
sobre la reposición de los jurados mixtos del en Europa ya empezaban a ser pocos, y a los
primer bienio demuestra que no eran tam- clandestinos y exiliados, que cada vez eran
poco un problema considerado prioritario más, a aliarse con la socialdemocracia y las
o de los más urgentes (frente al agrario por formaciones democráticas y burguesas para
ejemplo), y esto se notará de hecho en el hacerla frente. Este cambio encontraba eco
despliegue en la práctica de la labor de go- en la experiencia, vista como un suicidio, de
bierno. Error de cálculo que alimentaría una la izquierda obrera en Austria, pero sobre
importante ofensiva sindical, por otra parte todo en Alemania, donde el enfrentamien-
inevitable tras las deprimentes experiencias to entre socialdemocracia y comunismo
de 1934–1935, y complicada de atajar sin había supuesto una importante contribu-
unos jurados bien lubricados. ción al ascenso de Hitler al poder. Por ello
En Francia el programa, que se publicó en realidad lo que hizo el Congreso de la IC
unos días antes que el español, también era es dar luz verde a iniciativas ya existentes
moderado pero no partía de reeditar una ex- (un nihil obstat), un contenido ideológico
periencia de gobierno conjunta republica- más elaborado y un esbozo de programa a
nosocialista, que nunca había existido allí. estas políticas que daban sus primeros pasos
La oposición a incluir en particular nacio- o balbuceos con carácter oficial, y animar a
nalizaciones (que llegarán en 1945–1946), otros partidos a que siguieran sus pasos. Un
que sí pedían la CGT y la SFIO, no sólo pro- contenido y un programa no siempre bien
cedía en este caso de los republicanos sino entendido por organizaciones abonadas en
del PCF, con un peso mucho mayor que en ocasiones al maximalismo revolucionario
España y que no deseaba de ningún modo tanto por tradición (las comunistas) como
asustar a la clase media. Era poco detallado por mimetismo o conversión (las socialde-
en lo social y económico, pero sí que recogía mócratas). Pero como en tantos casos en la
la rectificación de las políticas deflacionistas historia, los cambios en los patrones de ac-
de Pierre Laval, la reducción de la jornada ción colectiva vinieron primero y los cam-
y la promoción de obras públicas, medidas bios en las organizaciones, tácticas e ideolo-
básicas en la lucha contra el paro. Tampo- gías les siguieron después. Por ello tanto en
co apostaba abiertamente por candidaturas el caso francés como en el español los Fren-
conjuntas en las elecciones, particularmen- tes Populares no fueron simplemente una
te en la primera vuelta y de hecho los comu- mera idea de la IC que había que seguir a
nistas mejoraron su representación a costa pie juntillas sino que existían dinámicas do-
de los radicales. mésticas propias que favorecían estas con-
Como estrategia global el frentepopu- vergencias. En Francia el clima unitario an-
lismo fue un fenómeno internacional y en tifascista empezó a cuajar en la oposición al
absoluto producto exclusivo de las circuns- putsch ultranacionalista de febrero de 1934
tancias españolas. El giro que impuso la In- y en España el acercamiento comenzó en las
ternacional Comunista en el VII Congreso Alianzas Obreras preparatorias de lo que se-
de la IC en Moscú del 25 de julio al 21 de ría la insurrección de octubre y se fortaleció
con la represión, las campañas por la am-
10.–Las citas y expresiones entresacadas del «Texto del
manifiesto del bloque de izquierdas», La Vanguardia, 16– nistía y los comités de solidaridad y ayuda
02–1936, p. 23. a los presos subsiguientes. Así como en los

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Movilización sociolaboral y oportunidades políticas en España y Francia... Francisco Sánchez Pérez

procesos unitarios posteriores a 1934 con la de la izquierda obrera y el centro liberal [13].


entrada en la UGT de los sindicatos comu- Aunque hoy se clasifique el austrofascismo
nistas, la fusión de todo el marxismo catalán y el salazarismo como ideologías «autorita-
(PSUC), con la excepción de los comunis- rias», mucho más extendidas en Europa que
tas contrarios a la IC, que se unieron por su el fascismo más radical (que según Michael
cuenta (POUM) y la creación de las Juventu- Mann sólo creó regímenes propios en Ita-
des unitarias social–comunistas (JSU). lia, Alemania, Austria, Hungría y Rumania,
Y es que hay que recalcar que en toda Eu- y en estos tres últimos países brevemen-
ropa se estaban produciendo importantes te), se trata de una discusión meramente
acercamientos entre organizaciones social- académica que encubre que las similitudes
demócratas y comunistas, favorecidas por son mucho mayores que las diferencias en
el ascenso nazi y de otros estados autorita- lo que le importaba a la izquierda obrera y
rios, la clandestinidad forzada y la represión al centro liberal en la época: el antilibera-
compartida que ya estaban sufriendo en lismo, la represión del movimiento obrero,
numerosos países, y la admiración muy ge- el ultranacionalismo y el militarismo. A lo
neralizada hacia la URSS [11]. El surgimiento que en el caso español o el austríaco se po-
de alas o sectores de «izquierda socialista» dría añadir el ultraclericalismo. Por lo que el
o de juventudes socialistas propensas a fu- componente antifascista estuvo claramente
siones con los comunistas se dieron en toda presente en octubre de 1934 y volverá a es-
la Europa de los años treinta con mayor o tarlo en febrero de 1936, con independencia
mejor fortuna, con ejemplos británicos, ale- del grado de implantación real que tuvieran
manes, italianos y belgas, al igual que en los auténticos fascistas en esos años. Fascis-
Francia y en España [12]. Entendían, al igual tas que en cualquier caso desencadenaron
que muchos comunistas, que la situación no una nutrida oleada de atentados en la pri-
era para seguir con las políticas de antaño, mavera de 1936, que sembraron el terror y el
vistas ahora como suicidas. Y desde luego, desasosiego en las organizaciones del FP y
no se trataba de un endemismo hispano ni la sociedad española en general.
tiene nada que ver con que el PSOE perdiese
tres ministerios en 1933. En España el fas- Distintos ritmos, iguales oportunidades
cismo doméstico lo encarnaba el «vaticanis-
mo» de la CEDA y las Juventudes de Acción En cualquier caso los respectivos Fren-
Popular (JAP), que aunque no se confundían tes Populares ganaron las elecciones, que
en los años treinta con Hitler sí que se aso- en ambos países eran a dos vueltas: en Es-
ciaban a Dollfuss y a su sucesor Schuschnigg paña esto ocurrió primero (16 de febrero y
en Austria o al salazarismo portugués (en 4 de marzo) y en Francia más tarde (26 de
particular desde 1933), de lo que hay nume- abril y 3 de mayo). En España sin embargo
rosas pruebas en la prensa y la publicística el cambio de gobierno fue fulminante y se
produjo entre la primera y la segunda vuel-
11.–David Priestland, Bandera roja. Historia política y cul- ta, mientras que en Francia no se formó el
tural del comunismo, Barcelona, Crítica, 2010, pp. 191–238. Gobierno Blum hasta el 4 de junio. Para el
12.–Sandra Souto Kustrín, «La política frentepopulista y caso español lo acostumbrado ha sido decir
su concreción en Europa: un balance», en Marie–Claude
Chaput (ed.), Fronts populaires: Espagne, France, Chili, París, 13.–Sandra Souto Kustrín, «Octubre de 1934; historia,
Université Paris Ouest Nanterre–La Défense, 2007, pp. mito y memoria», Hispania Nova. Revista de Historia Con-
23–38.; Helen Graham y Paul Preston (eds.), The Popular temporánea, 11 (2013), en http://hispanianova.rediris.
Front in Europe, Londres, Macmillan, 1987. es/11/dossier/11d013.pdf

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Dossier: La primavera del Frente Popular

que Manuel Portela abandonó a causa de los se equivocó totalmente.


disturbios populares, al negarse a proclamar Aquí radica una de las claras diferencias
el estado de guerra. Hoy sabemos, más ma- entre el caso español y el francés, influido por
tizadamente, que otra razón de peso para todo lo anteriormente expuesto. Aunque en
el abandono fue negarse a proclamar dicho España hubo incidentes y una movilización
estado de guerra como le exigían políticos importante desde el principio, acompañada
de la derecha antiliberal, el jefe del Estado por el júbilo de la victoria frentepopulista,
Mayor, es decir el general Franco, que ya se mucho menos esperada y anuncio de un giro
había adelantado en varias provincias y aho- mucho más radical de políticas que en Fran-
ra quería el respaldo de Portela, e incluso el cia, no puede decirse que hubiera una ofen-
presidente de la República, que no parecía siva sociolaboral en forma de huelgas para
verlo con malos ojos o que al menos le cargó presionar al nuevo gobierno hasta al menos
con la responsabilidad [14]. En cualquier caso, mayo de 1936, con todas las salvedades que
para poder entender este hecho no bastan se quieran poner al global de las estadísti-
las explicaciones psicológicas sobre el ca- cas oficiales y a los casos regionales, de los
rácter de Portela: la abrumadora derrota gu- que tenemos bastantes datos. En Francia sin
bernamental y el cambio que suponía en un embargo empezó a la semana de conocerse
país donde semejante hecho apenas tenía la victoria del FP en la segunda vuelta (el 11
precedentes son el contexto adecuado para de mayo en Le Havre, el 14 de mayo en la
entenderlo (que no justificarlo, algo que no región parisina): es decir, cuando no había
todos los autores y cronistas distinguen). En aún nuevo gobierno. Este problema de las
Francia el cambio de equilibrios en la cáma- fechas y el diferente ritmo es clave porque
ra no era tan radical, como ya se ha referido, gracias a estas circunstancias, y pese a que
sino más bien un trasvase de poder entre los las elecciones en España fueron dos meses
miembros de la coalición, y los radicales con antes, las huelgas no sólo coincidieron en
Albert Sarraut de presidente ya estaban en el tiempo sino que las francesas claramen-
el gobierno saliente (y algunos como Jean te precedieron al grueso de las españolas de
Zay seguirían en el entrante). Además, los junio–julio y, es más, probablemente las in-
resultados de la primera vuelta no fueron fluyeron. El caso de Madrid es meridiano al
tan determinantes como en España donde respecto.
sólo hubo segunda vuelta en seis provin- Por lo tanto el aprovechamiento de las
cias (unas de ellas Cuenca en mayo); es de- oportunidades políticas en ambos países fue
cir donde la victoria del FP quedó muy clara diferente: mientras en España los trabaja-
desde el primer momento. Blum se negó a dores organizados salieron a festejarlo des-
hacerse con el gobierno antes de lo estipu- de febrero con manifestaciones, mítines, ce-
lado, para no dar la apariencia de ilegalidad, lebraciones masivas, actos multitudinarios
y esto bien podría haber a su vez mediati- e intimidaciones variadas hacia la derecha
zado por el antecedente español y evitar en política y católica, pidiendo la amnistía, la
la medida de lo posible incidentes un tanto reposición de las leyes laborales, la readmi-
incómodos o una presión de las masas antes sión de los despedidos y un nuevo impulso
de tiempo. Si este era el propósito de Blum para la reforma agraria, ocupando la calle y el
campo (con invasiones de fincas), en Francia
14.–La crisis, bastante pormenorizada, en Eduardo Gon-
los trabajadores, no tan organizados, lo van
zález Calleja, Contrarrevolucionarios. Radicalización violenta
de las derechas durante la Segunda República 1931–1936, a festejar apoderándose en mayo de las fá-
Madrid, Alianza, 2011, pp. 300–305. bricas, las minas y los comercios, los mismos

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Movilización sociolaboral y oportunidades políticas en España y Francia... Francisco Sánchez Pérez

Ocupación de una fábrica en París durante la huelga de la metalurgia de junio de 1936 (Foto:
Agence Meurisse - Biblioteca Nacional de Francia).

establecimientos en los que trabajaban, por clima de guerra civil y caos que ya se vivía
todo el país, como si fueran su rehén, que en España, cuando en el ámbito del conflicto
sólo devolverán cuando el gobierno actúe. Y sociolaboral la situación en Francia no era ni
no será hasta entonces cuando se inicie un mucho menos grave ni inferior en volumen
repunte huelguístico en España, pero sin la o intensidad. Un medidor de la violencia que
extensión, la unanimidad ni la espontanei- se ha utilizado es el de las víctimas mortales,
dad de los paros franceses y sin recurrir de pero los datos más fehacientes aportados
forma masiva a la pernocta en los estableci- hasta la fecha apuntan en una doble direc-
mientos, rasgo característico y novedoso de ción [15]. Por un lado, que unos dos tercios de
las huelgas galas y que llamó muchísimo la las víctimas lo fueron a manos de las fuerzas
atención de sus contemporáneos. armadas y policiales y la derecha antiliberal
Lógicamente la gravedad de lo acontecido y la extrema derecha, es decir básicamente
en España se ha adobado con el tema de la pertenecían a la izquierda política (obre-
violencia político–social, que en esos meses ra básicamente) o bien formaban parte de
fue mayor que en Francia. Es un tema que las movilizaciones reivindicativas de esos
trasciende a este artículo pero que importa
en la medida que ha contribuido a ennegre- 15.–Rafael Cruz Martínez, En el nombre del pueblo. Repú-
blica, rebelión y guerra en la España de 1936, Madrid, Siglo
cer el panorama español frente al francés,
XXI, 2006; Eduardo González Calleja, Cifras cruentas. Las
como si fuese notablemente mucho más víctimas mortales de la violencia sociopolítica en la Segunda
excepcional o directamente un síntoma del República española (1931–1936), Granada, Comares, 2015.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

meses, que eran reprimidas con dureza. Es menos reivindicativa, particularmente en el


decir, que hubo una notable violencia pro- campo. En el caso francés no hubo oleada
cedente de los cuerpos armados. Diferencia huelguística en el ámbito campesino donde
notable con Francia, donde para empezar no el problema de las relaciones laborales y los
se los usó para desalojar a los huelguistas de jornaleros sin tierra no alcanzaba las dimen-
los establecimientos ocupados, lo que ha- siones del español. En España en cualquier
bría elevado mucho el número de víctimas. caso el modus operandi de la protesta cam-
Tampoco hubo en Francia un despliegue le- pesina cambió en la primavera de 1936. Casi
tal de la extrema derecha comparable, con todas las fuentes documentales disponibles
toda probabilidad porque no había un golpe y monografías sobre las huelgas agrarias
militar en marcha que necesitase legitimar- muestran un panorama de una frecuencia
se con ninguna «estrategia de la tensión» a y una intensidad menores de éstas respecto
base de atentados selectivos. Por otro lado, no a 1935, lógicamente, sino a 1932–1933 [16].
el otro dato sustancial es que el número de Eso no quiere decir que no hubiese conflic-
muertos disminuyó en España drásticamen- tividad, pero se canalizó preferentemente
te a partir de mayo, precisamente cuando hacia las entradas, a veces masivas, en tierra
las huelgas urbanas comienzan a desplegar- ajena. En las condiciones citadas era para los
se en el paisaje urbano e industrial, lo que sindicatos menos costoso y complicado refi-
rompe la relación entre los muertos y los nar ciertas prácticas seculares/tradicionales
paros. Lo que sí es evidente es que el des- de jornaleros y yunteros, es decir, laborar en
pliegue postelectoral del FP español fue ca- fincas que no eran de su propiedad, que or-
llejero y rural (el 77% de las víctimas ocurrió ganizar un paro. De hecho la restauración en
en pequeñas localidades y agrociudades), buena medida en 1935 del orden tradicional
tendente al choque abierto en esos ámbitos, en el campo y la desaparición de las huelgas
mientras que el francés se centró más en con­llevó la proliferación de las prácticas en-
el ámbito fabril y urbano, con la ocupación démicas de la protesta social tradicional en
de la empresa y el taller, invisibilizando al el campo español, como los delitos y robos
contendiente (la policía, el empresario), en en las fincas, que al parecer se incrementa-
lugar de buscarlo, y «paralizando» el tiem- ron notablemente en la mayoría de los casos
po. Esto, sumado al distinto uso de la fuerza bien estudiados. Estas incursiones en pro-
pública en ambos países, arroja algunas cla- piedad ajena yo las he clasificado de forma
ves del distinto grado de letalidad de ambos simplificada en invasiones (a la busca de sus-
procesos.
16.–Mario López Martínez, Orden público y luchas agrarias
en Andalucía. Granada, 1931–1936, Madrid, Ediciones Li-
La dinámica agraria bertarias, 1995, p. 156; Manuel Pérez Yruela, La conflicti-
vidad campesina en la provincia de Córdoba (1931–1936),
En España además se partía de una situa- Madrid, Servicio de Publicaciones Agrarias, 1979, pp. 277–
ción de virtual excepción y de represión de 282; Francisco Cobo Romero, Conflicto rural y violencia po-
lítica. El largo camino hacia la dictadura. Jaén, 1917–1950,
las organizaciones obreras, desde junio de
Jaén, Universidad de Jaén, 1998, p. 252; Fernando Pascual
1934 en el campo y desde octubre de 1934 en Ceballos, Luchas agrarias en Sevilla durante la Segunda
las ciudades, con la carga de revancha añadi- República, Sevilla, Diputación de Sevilla, 1983; Carlos Gil
da. En particular sobre los trabajadores que Andrés, Echarse a la calle. Amotinados, huelguistas y revo-
lucionarios (La Rioja, 1890–1936), Zaragoza, Prensas Uni-
habían sustituido a los represaliados. Orga-
versitarias de Zaragoza, 2000, p. 256; Julián Casanova, De
nizaciones que tenían ahora que rearmarse la calle al frente. El anarcosindicalismo en España (1931–
para lanzarse a una ofensiva sindical más o 1939), Barcelona, Crítica, 1997, p. 149.

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Movilización sociolaboral y oportunidades políticas en España y Francia... Francisco Sánchez Pérez

tento directo, es decir fruta, espigas, leña o tos y todo ocurrió lejos de la disputada finca
caza), sin sustrato legal alguno pero más to- que había motivado todo el pleito [18].
leradas, trabajos al tope (en su acepción su- Pero esta movilización rural se desplega-
reña significa emplear toda la mano de obra ba en paralelo a la labor gubernamental, en
que una finca puede asumir, a la búsqueda una singular dialéctica, y buscando evitar el
de jornal), que además se podía apoyar en las choque abierto con la represión estatal y la
leyes de Laboreo Forzoso y las Comisiones legislación que se estaba desplegando. En
de Policía Rural (sobre todo si había alcal- España los gobiernos Azaña–Casares lejos
des socialistas) y ocupaciones (con intención de ser un mero revival del primer bienio ace-
de roturar y por tanto quedarse), estas últi- leraron el ritmo de aprobación de las medi-
mas necesitadas para prosperar de respaldo das y la voluntad política de llevarlas a cabo
legal, que podía dar el Instituto de Reforma sin demora y dilaciones, particularmente en
Agraria a través de la Ley de Reforma Agra- el tema de la reforma agraria, al que acudie-
ria, la intensificación de cultivos, las cláusu- ron con más rapidez y diligencia, relegando
las de «utilidad social» o el rescate de comu- a un segundo plano la reposición de los jura-
nales, que entonces pasó a discutirse en el dos mixtos. La panoplia legislativa se centró
Congreso («que lo que era del común vuelva en el asentamiento de campesinos, más que
al común», según la reivindicación secular en las expropiaciones, y en los temas urgen-
campesina). En ellas el objetivo prioritario tes, como ya sugería el programa del FP: ac-
eran las fincas susceptibles de entrar en esos tuación sobre arriendos y desahucios, situa-
supuestos [17]. Este repertorio ya existía, pero ción de gran emergencia tras lo sucedido en
se extendió con singular éxito, profundidad 1934–1935; condonación de multas preci-
y extensión. Epítome de lo antedicho sería samente a invasores de fincas y ladrones de
el incidente del 29 de mayo en Yeste, choque leña y caza, siempre que no reincidiesen en
entre campesinos y Guardia Civil y masa- el plazo de dos años; los urgentes decretos
cre que podría compararse a las del primer de yunteros, emitidos con urgencia porque
bienio. Ocurrió en Albacete, una de las pro- se acababa el nefasto invierno 1935–1936 y
vincias menos conflictivas de la República había que hacer las labores de barbechera;
hasta entonces. Significativamente fue la el Decreto de 20 de marzo (Gaceta del 28 de
consecuencia de una ocupación de una finca marzo) que permitía los asentamientos rá-
que había sido comunal en el pasado (o así pidos e inmediatos (120.000 campesinos en
al menos lo consideraban los campesinos), 600.000 hectáreas), y entre cuya aprobación
ahora en manos del cacique del pueblo. En y publicación se procedió a las famosas «in-
realidad el origen de la desavenencia fue vasiones» de Badajoz (el 25 de marzo), clá-
un desacato a los guardias civiles posterior sico ejemplo de la retroalimentación exis-
al desalojo de la finca. En cualquier caso, el tente entre legislación y movilización, y del
incidente que provoca la matanza muestra que se ha dicho que «en su lógica interna,
hasta qué punto se había avanzado en este esta acción colectiva no hacía sino cumplir
aspecto, pues fue un enfrentamiento des-
graciado justo cuando la mediación ante los
agentes de la Guardia Civil para la liberación 18.–Véase Manuel Requena Gallego, Los sucesos de Yeste
de unos jóvenes parecía haber dado sus fru- (mayo 1936), Instituto de Estudios Albacetenses, Albacete,
1983. La finca era propiedad del clan de los Alfaro, llama-
17.–Más detalles en Francisco Sánchez Pérez, «Las protes- dos por Requena «institución caciquil», p. 63. Edmundo Al-
tas del trabajo en la primavera de 1936», Mélanges de la faro fue votado por todos los electores (!!!) del municipio
Casa de Velázquez, 41(1) (2011), pp. 77–101. de Yeste en las elecciones de junio de 1931.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

el programa del Frente Popular» [19], pues se los Jurados mixtos y en particular la amnis-
centraba en fincas susceptibles de expro- tía, que facilitaba la vuelta al primer plano
piación señaladas por el propio Instituto de de los cuadros dirigentes y los activistas más
Reforma Agraria, en un tira y afloja entre la significados. Los sindicatos tenían además
FETT y éste [20]; un nuevo proyecto de Ley un margen de libertad mayor que en Fran-
de Bases de la Reforma Agraria (16 de abril, cia, pues la dirección caballerista de la UGT
Gaceta de 19 abril), que garantizaba las in- estaba enfrentada con la directiva prietista
demnizaciones en todos los casos; otro de del PSOE, que se hallaba fuera del gobier-
recargo progresivo sobre la contribución te- no, no le entusiasmaba demasiado la idea
rritorial correspondiente a la riqueza rústica de mantener en el tiempo la alianza con los
(7 de mayo, Gaceta de 8 de mayo): y el de republicanos liberales, siendo más proclive
rescate y readquisición de bienes comuna- a la unidad de acción con las demás orga-
les por parte de los municipios (16 de abril, nizaciones obreras, incluida la CNT, que no
Gaceta del 19 de abril), que proponía revisar había suscrito el FP. El compromiso del PCE
los despojos sufridos por los ayuntamien- con la coalición era muy serio, pero estaba
tos desde la desamortización de Madoz de en rodaje y su influencia sobre los sindica-
1855. Este proyecto entró en comisión el 16 tos era muy limitada. Poco que ver en esto
de abril pero solo se empezó a debatir a me- con la situación francesa, donde la CGT se
diados de junio, después de los incidentes de comprometió a fondo con el FP y no planeó
Yeste, provocados precisamente por la inva- ninguna ofensiva sindical y menos con un
sión de antiguas fincas del común, y se había gobierno interino, y el PCF, interesado en
aprobado el primer artículo el 10 de julio. una alianza interclasista, tenía una mayor
influencia sobre los asalariados. Pese a todo
Gobiernos y dinámicas sindicales también había un ala izquierda en la SFIO,
más minoritaria que en España (la de Mar-
Respecto a los obreros industriales y los ceau Pivert), entusiasta con el tema de la
trabajadores de las ciudades existía una im- movilización obrera, grupúsculos trostskis-
portante tradición sindical en determinados tas, y una juventud obrera, en particular, más
sectores como el textil, el metal, la madera, radicalizada (como en España) y mucho me-
la alimentación, la construcción y entre los nos asociada. Todo esto hace más compren-
ferroviarios o los mineros, por lo que y pese sible cómo será el despliegue huelguístico
a la represión sufrida no resultaba tan com- en Francia de mayo–junio: aprovechando el
plicado resucitar las organizaciones sindi- vacío de poder (las fuerzas del FP no ocupa-
cales en las grandes ciudades y las cuencas ban el gobierno aún), festivo (celebrando la
minero–industriales (Asturias, Vizcaya). El victoria obrera), inmediato, espontáneo, re-
triunfo político de febrero de 1936 conlleva- curriendo a un método muy poco explorado
ba la reapertura de centros y prensa obrera, por los sindicatos, la huelga sur le tas, es de-
la reimplantación de la legislación laboral y cir, ocupando el centro de trabajo, extendido
a sectores poco proclives a las huelgas (cen-
19.–Sergio Riesgo Roche, La reforma agraria y los orígenes tros comerciales, trabajo femenino), y todo
de la guerra civil. Cuestión yuntera y radicalización patronal ello facilitado por un mínimo control de las
en la provincia de Cáceres (1931–1940), Madrid, Biblioteca
asociaciones obreras, demostrado en que la
Nueva, 2006, p. 303.
mayoría de las huelgas se hizo sin peticiones
20.–Francisco Espìnosa, La primavera del Frente Popular.
Los campesinos de Badajoz y el origen de la guerra civil previas redactadas por las direcciones sindi-
(marzo–julio de 1936), Madrid, Cátedra, 2007, p. 134. cales, y en muchos casos hubo que inventar-

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Movilización sociolaboral y oportunidades políticas en España y Francia... Francisco Sánchez Pérez

se unas bases ad hoc. El resultado inmediato marcha, particularmente en Madrid: el de la


de las huelgas fue un aumento vertiginoso construcción (a partir de 15 de junio, Gaceta
de la afiliación a la CGT y una presión ex- del 16 de junio), el de la madera (30 de junio,
traordinaria sobre el futuro gobierno para Gaceta del 11 de julio) o el de la hostelería
que tomase alguna medida global, en lugar (15 de junio, Gaceta del 20 de junio), aunque
de ir sector por sector. La medida global fue- éste ya se había terminado por entonces. Un
ron los acuerdos de Matignon del 7 de junio, tercer vector lo abrió la necesidad de apro-
sólo tres días después de la toma de pose- bar nuevas bases de trabajo a nivel nacional
sión de Blum, y la aprobación de un paquete para gremios como la banca (convocatoria
de leyes sociales (desde el 11 de junio): con- de conferencia del 12 de junio) o la «gran in-
tratos colectivos, libre sindicación, aumen- dustria química» (convocatoria de conferen-
tos salariales de entre el 7 y el 15%, quince cia del 3 de julio que funcionaría como ju-
días de vacaciones pagadas y semana de 40 rado mixto circunstancial) [21]. Las elecciones
horas (la semana de «dos domingos»). para jurados mixtos en muchas provincias
Por el contrario, las huelgas españolas nunca se llegaron a celebrar, al menos antes
se mantuvieron bajo el control de las aso- del 18 de julio, como ilustra el muy estudia-
ciaciones y su principal originalidad fue la do caso de Albacete [22]. El resultado es que la
colaboración inter–sindical posterior a la mayoría de ellos no se habían repuesto aún
readmisión de despedidos. A ello colaboró cuando estalla la guerra. Y esto cuando ya
el excesivo retraso del gobierno en la repo- había varias huelgas en marcha, empezando
sición de los Jurados mixtos conforme a la por la de la construcción en Madrid, que pre-
legislación del primer bienio. Enrique Ra- cisamente buscaban la aprobación de nue-
mos y Ramos, el ministro de Trabajo (de IR), vas bases de trabajo.
volvió a convocar a plenos, cesó y nombró La búsqueda sin embargo de un lugar en el
a numerosos presidentes y vicepresidentes sol por los sindicatos, en un momento de in-
de jurados mixtos y abrió el plazo para nue- tensa afiliación y reafiliación, también con-
vas inscripciones en el censo electoral so- citó rivalidades y violencia, particularmente
cial, pero sin reponer la legislación anterior. en las ciudades donde las fuerzas parecían
Hubo que esperar a su sustitución por Joan equilibrarse o reequilibrarse entre la UGT y
Lluhí, que procedía del ala más socialdemó- la CNT, como en Málaga y Madrid en junio
crata de la Esquerra el 13 de mayo, y nada y julio. Por ello las huelgas industriales es-
menos que al 30 de mayo para que se deci- pañolas tardaron en general tres meses en
diera el gobierno a derogar la ley de 1935 y comenzar, no fueron tan masivas, los sindi-
poner en vigor la de noviembre de 1931, lo catos las intentaron ligar a bases de trabajo
que suponía el cese inmediato de los fun- negociables, aún cuando la CNT elevase el
cionarios judiciales y fiscales que los pre- listón en algunas de ellas (las de la cons-
sidían (Gaceta del 2 de junio). Aún así, esto trucción y las de la hostelería), y los proce-
no solucionaba todo y a partir del 7 de junio
21.–El despliegue de medidas laborales en Francisco Sán-
se fueron abriendo los plazos para la elec- chez Pérez, «Las reformas de la primavera del 36 (en la
ción de vocales en jurados mixtos de toda Gaceta y en la calle)» en Francisco Sánchez Pérez (coord.),
España (empezando, como puede verse en Los mitos del 18 de julio, Barcelona, Crítica, 2013, pp. 291–
312.
la Gaceta, por orden alfabético con las pro-
22.–Pedro Oliver Olmo, Control y negociación: los jurados
vincias que empezaban por A, B, C, etc.) y
mixtos de trabajo en las relaciones laborales republicanas de
nombrando jurados mixtos circunstanciales la provincia de Albacete (1931–1936), Albacete, Instituto de
para intentar resolver los conflictos ya en Estudios Albacetenses, 1996, pp. 111–112.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

dimientos no fueron tan novedosos ni las los 843.872, 543.088 completos, con 562.421
ocupaciones de centros de trabajo, tan ex- agrícolas y 100.887 en la construcción, cifra
tendidas, aunque hubo casos, hasta enton- mensual que es la más elevada de toda la
ces muy excepcionales y quizá influidos por historia republicana, siguiendo a la misma
las noticias que llegaban de Francia. Si bien fuente [23]. Y así fue; las prolongadas lluvias
no es menos cierto que la colaboración entre de principios de año agravaron más el pro-
sindicatos presionó notablemente a la UGT blema. Siguiendo la lógica de la restauración
y a la STV católica para adentrarse en estra- de horarios se repusieron las 44 horas sema-
tegias de reivindicación que no eran las su- nales para los metalúrgicos (5 de marzo, Ga­
yas y obligó a buscar nuevas fórmulas para ceta del 7 de marzo), que habían sido apro-
solucionar los conflictos: en particular la badas por los jurados mixtos de Barcelona,
movilización de los parados, la creación de Zaragoza, Valencia y Madrid, pero que los
listas de desempleados adscritos a los sindi- gobiernos radicalcedistas habían anulado
catos y la presión obsesiva por la reducción en noviembre de 1934 (pasando de nuevo a
de jornada, con el paro rampante en el ho- las 48 horas). Pero se fue más allá porque el
rizonte de todas estas estrategias, bastante alcance de las 44 horas era ahora toda Espa-
alejadas de las típicas de las sociedades de ña. Nueva fue sin embargo la reducción de
oficio. En cualquier caso, también se exten- la jornada ordinaria de la minería del carbón
dieron los conflictos laborales a sectores de a 40 horas, con un máximo de 44 horas para
menor tradición (mano de obra femenina, labores especiales (Decreto del 18 de junio,
empresas de servicios). Gaceta del 21 de junio), que ya se hizo bajo
Y aunque no había un vacío legal como el la presión de diversas huelgas en el sector
francés, la oportunidad política era muy bue- minero con ese objetivo. El horizonte de
na para convertir la huelga en un extraor- las 40 horas, la «semana de dos domingos»,
dinario medio de presión sobre el gobierno que ya se ha visto lograron los trabajadores
Casares para que acelerase las reducciones franceses por entonces a nivel nacional, era
de jornada, la lucha contra el paro y la repo- algo que se vislumbraba como posible, como
sición de la legislación laboral. Aunque en demuestra la convocatoria para el 7 de sep-
el último apartado se demoraron en el tema tiembre de una «Conferencia para la limita-
más delicado, el de los jurados mixtos, como ción de jornada», para «estudiar las posibi-
ya he explicado, los gobiernos Azaña–Casa- lidades de la implantación de la jornada de
res sí tomaron medidas en los demás apar- cuarenta horas de trabajo semanales» (7 de
tados, que de alguna manera legitimaban las julio, Gaceta del 10 de julio). Que nunca se
peticiones sindicales manifestadas en varios celebrara dicha conferencia no quiere decir
conflictos, siguiendo la retroalimentación que el horizonte de las 40 horas no existie-
ya expuesta. Y es que el problema del paro, se y los huelguistas de mayo–julio lo sabían
que se suele decir que remitió en 1934–1935, (eso es lo que se concedió por ejemplo a los
llegó al paroxismo en vísperas de la victoria de la construcción de Madrid), aunque en-
del Frente Popular: en enero de 1936 había
748.810 parados, 457.458 completos (no tra- 23.–El propio Boletín ante las alarmantes cifras se ve obli-
bajaban ningún día de la semana), de ellos gado a incluir una nota, atribuyendo el alza «casi en su
481.738 agrícolas y 95.145 en la construc- totalidad, a aumento en el paro agrícola, lo que obedece, a
su vez, al régimen general de lluvias e inundaciones, que
ción; pero es que en febrero de 1936, últi-
ha paralizado todo trabajo en el campo», Boletín del Minis-
mo mes en el que el Boletín del Ministerio de terio de Trabajo, Sanidad y Previsión, 68, marzo de 1936, pp.
Trabajo suministra datos, las cifras alcanzan 361–362; y 69, abril de 1936, p. 512.

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Movilización sociolaboral y oportunidades políticas en España y Francia... Francisco Sánchez Pérez

tre los peones y albañiles de la construc- tácticas y estrategias de la UGT tradicional


ción y los jornaleros del campo abundaba la debieron alterarse indudablemente en las
reivindicación de las 36 horas. Que el tema ciudades ante tal crecimiento de la afiliación
de la jornada se ligaba al asunto del paro, y en flecha, que amenazaba con romper todas
no solo entre los sindicatos, lo demuestra las costuras del sindicato. El crecimiento
el preámbulo de dicho decreto: «a conse- ugetista es muy detectable incluso en los
cuencia (…) de la grave crisis económica que propios feudos de la CNT, como Sevilla (po-
atraviesa el mundo entero, se ha producido dría hablarse de sorpasso) o Cataluña, allí di-
e incrementado el paro obrero involuntario rigida por comunistas ex–cenetistas [25]. Esto
en extensión y duración jamás conocidas coincide con lo que sabemos de la CNT, bas-
(…). La reducción de la jornada de trabajo en tante más pragmática que cinco o tres años
España disminuiría seguramente la cifra de antes, en franco retroceso no sólo en Sevi-
los parados forzosos». También se promovió lla y Barcelona, sino también en Valencia, y
un ambicioso proyecto de ley de obras en el un tanto descolocada tras octubre de 1934 y
Extrarradio de Madrid (4 de mayo, Gaceta de ante los puños en alto que se levantaban por
6 de mayo), que se convirtió finalmente en doquier [26]. El resultado en términos de dis-
ley el 18 de junio (Gaceta del 19 de junio), minución de la conflictividad será evidente,
pero ya con la presión de la huelga general como se verá en los grandes centros confe-
de la construcción madrileña encima. derales.
Esta agitación huelguística fue criticada En este sentido, la mayoría de los traba-
por las organizaciones del FP tanto en Es- jadores industriales de mayor tradición, por
paña como en Francia. En España el sector muy influidos que estuvieran por los «polí-
prietista del PSOE, pero también el PCE lo ticos», estaban convencidos de que la fuerza
interpretaron como un desbordamiento de de las organizaciones y sus movilizaciones
las bases, una pérdida de identidad de la eran las que creaban la legalidad laboral y no
Unión a favor de la CNT y una estrategia de- las decisiones del parlamento o los débiles
liberada de radicalización pueril que deses- gobiernos, volubles, cuando no impotentes,
tabilizaba al gobierno [24]. Teoría política que como ya se había visto en el primer bienio
como tantas otras luego ha sido convertida (con la creciente resistencia patronal) y en
en explicación historiográfica. En cualquier el segundo (cuando la legislación había sido
caso, parece evidente que la UGT durante la mutilada o desvirtuada con simples reto-
primavera de 1936 y en casi todas las provin- ques o excusas legales). Por lo tanto parece
cias sufrió un auténtico aluvión no solo de bastante comprensible que algunas huelgas
afiliación sino de «reafiliación» (trabajado- convocadas por UGT–CNT desconfiaran o
res que habían abandonado temporalmente prescindieran de los Jurados mixtos, enton-
el sindi­cato en el bienio anterior pero que ces poco operativos, o en cualquier caso, que
retornaban ahora) y de absorciones (no sólo
25.–Para Sevilla, José Manuel Macarro vera, La utopía re-
de la CGTU, el sindicato comunista, sino
volucionaria. Sevilla en la Segunda República, Sevilla, Monte
también de sindicatos autónomos y de cue- de Piedad y Caja de Ahorros de Sevilla, 1985, pp. 49–56.
llo blanco, por ejemplo en Cataluña). Este Para Cataluña, David Ballester, Marginalidades y hegemo-
dato es fundamental para entender cómo las nías: la UGT de Cataluña (1898–1936). De la fundación a
la II República, Barcelona, Ediciones del Bronce, 1996, pp.
24.–El punto de vista de Prieto más divulgado sobre esta 209–210.
cuestión es el del mitin de Cuenca del 1 de mayo, en In- 26.–J. Casanova, De la calle al frente, p. 139: «indicios de
dalecio Prieto, Siento a España: discurso, Ediciones «La Mo- la parálisis de la organización anarcosindicalista en 1935
torizada», 1938. hay muchos».

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Dossier: La primavera del Frente Popular

era más práctico doblegar a los patronos con papel importante en los años 1917–1920 [29],
una huelga unánime antes de esperar que un siempre había ocupado una posición clara-
fallo o un laudo más o menos legal hiciese a mente secundaria en el movimiento huel-
los patronos que obedecieran, algo del todo guístico frente a Barcelona. Eso cambió en
hipotético. Aunque ya se habían dado casos los años treinta cuando Madrid se puso en
y precedentes de colaboraciones UGT–CNT la cabeza del movimiento obrero del país [30],
en los años 1933 y 1934 habían sido muy rol hasta entonces muy discutido, al calor
escasos, por lo que plantear las huelgas al de las transformaciones que había tenido la
unísono no dejó de ser una novedad carac- estructura socioprofesional de la ciudad en
terística de 1936. Esta obsesión por la firma los últimos veinte años, los cambios en los
del patrono la compartían con los obreros repertorios y patrones de la protesta urbana,
franceses. La vuelta al trabajo en las huel- que habían permitido la consolidación de la
gas de la primavera gala fue muy dificultosa huelga general de industria como forma de
porque sintomáticamente la mayoría de los acción colectiva hegemónica, y las oportu-
trabajadores no querían retornar a su activi- nidades políticas que la Segunda República
dad normal si el patrón no firmaba en perso- proporcionó, con la brusca irrupción de la
na un acuerdo escrito comprometiéndose a democracia de masas y el intervencionismo
respetar los acuerdos de Matignon (de índo- del Estado en la vida social. La crisis eco-
le «política» y alcance nacional). Por eso Le nómica y el paro de los años treinta fueron
Populaire, el periódico socialista, el 8 de ju- muy importantes tanto en París como en
nio, para explicar los acuerdos a sus lectores Madrid y la visibilidad del cambio político
lo hacía en términos de solución convencio- se encarnaba en la capital mejor que en nin-
nal de una huelga: «Victoire! Victoire! Les gún otro sitio. El problema es que también
patrons ont capitulé! (…) Les patrons? Quels se visibilizaba mejor el caos y la violencia,
patrons? Tous». Es bastante dudoso por otra sobre todo con los atentados políticos que
parte que sin estas huelgas se hubiesen apro- se sucedieron en la ciudad en esos meses, de
bado las medidas de Matignon o al menos ni los que se hizo eco la prensa conservadora y
tan fácil ni tan rápidamente, y en particular la no tan conservadora, y luego multitud de
que la patronal, bastante asustada, hubiese autores posteriores, como si fuese un epíto-
firmado dichos acuerdos. Tras estas leyes y me de toda España.
con la inestimable colaboración del PCF las
huelgas pudieron disolverse en julio.
en Charles Tilly y Edward Shorter, Las huelgas en Francia,
El papel de la capital del estado en el caso
1830–1968, Madrid, Ministerio de Trabajo, 1985.
francés y el Español también fue diferen-
29.–La problemática en Madrid de esos años puede ver-
te [27]. A diferencia de París, que había ejer- se en Francisco Sánchez Pérez, La protesta de un pueblo.
cido de forma sistemática un papel domi- Acción colectiva y organización obrera. Madrid, 1901–1923,
nante durante las olas de 1906, 1919–1920 Madrid, Cinca/Fundación Francisco Largo Caballero, 2006.
o 1936 [28], Madrid aunque había tenido un 30.–Muy significativamente en el trabajo de Michael Seid-
man, Workers against work. Labor in Paris and Barcelona du-
ring the Popular Fronts, Berkeley, University of California
27.–Más sobre el particular en Francisco Sánchez Pérez, Press, 1991, la comparación con Barcelona remite a la re-
«Madrid, capital de la protesta: de agosto de 1917 a julio volución faísta tras el 18 de julio, sin una sola referencia
de 1936», Cuadernos de Historia Contemporánea, 2007, pp. a los meses anteriores. Difícilmente puede compararse
301–311; y Francisco Sánchez Pérez, «Las huelgas del 36: eso a la oleada de huelgas de junio en Francia, pero el
¿por qué Madrid?», Bulletin d’Histoire Contemporaine de autor insiste en ello, empeñado en describirnos dos re-
l’Espagne, 48 (2012), pp. 27–42. voluciones, para lo que Madrid no ofrece un buen perfil
28.–Véase el proceso y el papel centralizador de París obviamente.

40 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 24-47


Movilización sociolaboral y oportunidades políticas en España y Francia... Francisco Sánchez Pérez

El despliegue del conflicto y dos millones y medio de huelguistas). La


oleada, independientemente de la actitud de
Con respecto al despliegue huelguístico algunos militantes comunistas o sindicalis-
concreto, en Francia se ha hablado de «ex- tas aislados que hicieron de cabecillas o agi-
plosión social» [31]. El origen de las primeras tadores [33], no fue organizada ni planeada,
huelgas (el 11 de mayo en la fábrica de avio- tanto en el modus operandi, inédito como se
nes Bréguet en Le Havre y el 13 en otra de ha dicho, como en el esfuerzo que hicieron
Toulouse) fueron las típicas represalias pa- particularmente la CGT y el PCF porque la
tronales y despidos que se habían adoptado mancha no se extendiese, y tras los acuer-
tras el paro del Primero de mayo preceden- dos de Matignon porque el frenesí remitiese,
te (fiesta o reivindicación que los patronos como ya se ha mencionado. También tuvo un
consideraban una huelga ilegal). Ya en ellas alto porcentaje festivo con viejos rituales de
se produjo la característica más llamativa de inversión de autoridad, extraídos del carna-
esta oleada: la ocupación de las fábricas por val y el charivari («ahora–nosotros–somos–
los huelguistas (huelga de brazos caídos o los–amos») [34], y el nuevo ritual del puño
sur le tas, pero pernoctando dentro si se daba alzado o levantado, el poing dressé o poing
el caso), que de alguna forma impide el uso levé, procedente de la contracultura comu-
de esquiroles y la ruptura de la unidad de los nista de la Alemania de Weimar [35] y se ha
operarios fuera de la fábrica (en un contexto comentado reiteradamente el alto porcen-
de trabajadores jóvenes, poco cualificados y taje de obreros e incluso empresas enteras
de escasa tradición asociativa). Este méto- de cultura sindical escasa que participaron,
do, surgido de forma espontánea, no tenía llegándose al extremo tras las jornadas de
ninguna tradición en las protestas obreras Matignon de sumarse sectores sin presen-
francesas [32] y muy pronto se extendió a la cia sindical alguna como los empleados de
banlieu de París (a partir del 14 de mayo), en grandes almacenes, con abundante mano de
particular en las empresas metalúrgicas, con
algunas grandes fábricas como Renault a la 33.–Antoine Prost, «Les Grèves de juin 1936, essai d’inter-
cabeza. De allí saltó a provincias y práctica- prétation», en René Rémond y Pierre Renouvin (eds.), Léon
Blum. Chef de gouvernement, 1936–1937, Paris, FNSP (Sec.
mente llegó a cada rincón de Francia hasta
Edit.), 1981, pp. 69–87. También en Raymond Hainsworth,
unos niveles que superaban las oleadas de «Les grèves du Front Populaire de mai et juin 1936. Une
épocas anteriores (más de 17.000 conflictos analyse fondée sur l’étude de ces grèves dans le bassin
houiller du Nord et du Pas–de–Calais», Le Mouvement
31.–Expresión usada en francés en Georges Lefranc, Juin Social, 96 (1976), pp. 3–30.
36. L’explosion sociale du Front Populaire, Paris, Gallimard, 34.–«La «grève sur le tas», c’est un pique–nique prolon-
1966, y en inglés en Julian Jackson, The Popular Front in gé», reportaje de Bertrand de Jouvenel para Marianne (17
France: defending democracy, 1934–38, Cambridge Univer- junio 1936), citado en Louis Bodin y Jean Touchard, Front
sity Press, 1988, p. 85. Populaire 1936, Paris, Armand Colin, 1985, p. 100. La fiesta
32.–M. Seidman, Workers against work, p. 216, insiste en y el ritual han propiciado nuevos enfoques del año 1936,
que estas huelgas no sólo eran habituales, sino que los clave de bóveda del movimiento obrero francés, revisados
trabajadores llevaban mucho tiempo haciéndolas, pero por la antropología política y social. Véase Danielle Tarta-
los ejemplos que pone son casuales (no sistemáticos) y no kowski, Le Front Populaire. La vie est à nous, Paris, Gallimard,
implican pasar días dentro de la fábrica o establecimien- 1996.
to. Julian Jackson, The Popular Front in France, p. 101, cita 35.–Gilles Vergnon, «Le «poing levé», du rite soldatique au
casos en Francia de obreros polacos (mineros) que habían rite de masse. Jalons pour l’histoire d’un rite politique», Le
practicado estas huelgas (con poco éxito y escasa solida- Mouvement social, 212 (2005), pp. 77–91. Este ritual cam-
ridad de los compañeros indígenas). Por el contrario, los bia de sentido y de minoritario pasa a masivo tanto en
testimonios contemporáneos de que eran procedimientos España como en Francia simbolizando la adhesión a la
originales y poco difundidos son innumerables. lucha antifascista.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

obra femenina [36]. Los principales protago- trabajadores semicualificados de las nuevas


nistas fueron los grandes establecimientos industrias, basadas en la cadena de montaje
industriales de más de quinientos trabaja- por un lado y en profesiones administrativas
dores y los empleados administrativos. Fue del comercio y los seguros por otro.
muy habitual que las huelgas comenzasen y En el caso español, la actividad huelguís-
las reivindicaciones se redactasen después. tica durante la primavera de 1936 es eviden-
Sectores muy sindicados pero vinculados a te que aumentó notablemente frente a 1935
los servicios públicos como los ferroviarios, pero no llegó ni a aproximarse a las dimen-
los maestros o los carteros no participaron siones de lo que pasó en Francia. Hay serias
tan ampliamente. La vuelta al trabajo fue dudas sobre su amplitud, muy irregular. En
muy dificultosa porque sintomáticamente cualquier caso se concentran en un solo
la mayoría de los trabajadores no querían trimestre: 911 entre mayo y julio de 1936,
retornar a su actividad normal si el patrón habiendo más huelgas en cada uno de estos
no firmaba en persona un acuerdo escrito meses que en cualquiera de todo el período
comprometiéndose a respetar los acuerdos republicano y solo en un trimestre más que
de Matignon. «Por primera vez sin duda en en el resto de años completos (salvo quizá
la historia de Francia» el nuevo gobierno no 1933), lo que no deja de ser sorprendente.
envió policía ni soldados para desalojar las Esto se debe a los problemas de las estadís-
fábricas ocupadas [37] y a la inversa la victo- ticas que aportaba el Boletín del Ministerio
ria colectiva que supusieron estos acuer- de Trabajo y que hemos criticado a fondo en
dos permitió que la huelga se ganase en los otro lugar [39], porque se computaban todos
despachos gubernamentales y no en el tajo. los conflictos posibles, es decir los plantea­
Otra de las consecuencias del éxito fue el au- dos, donde había demandas que podían aca-
mento brusco y desbordante de la afiliación bar en un conflicto, pero no los realmente
sindical (en la Renault por ejemplo la CGT declarados, que más tarde se depuraban a la
pasó de 700 a 25.000 afiliados) [38]. Por tanto baja, sobredimensionándolos sistemática-
esta oleada fue un acto de presión política mente desde noviembre de 1933. El proble-
masiva sobre el nuevo gobierno y un acto de ma es que para 1935 y 1936 nunca se hizo
impaciencia porque éste no se constituía, tal depuración ni tenemos constancia de su
era difícilmente resoluble conflicto a con- existencia. Un indicio de que esa es la cla-
flicto y no tenía mucho que ver con la cultu- ve lo aporta la aparición en el Boletín en su
ra sindical tradicional, pues se centró en los lista de junio de una huelga de «obreros de
la construcción» en Sevilla por presentación
36.–Véase por ejemplo el testimonio de Madeleine Col-
liette, trabajadora a la sazón de Magasins Réunis Étoile en de «nuevas bases de trabajo» [40], huelga que
Georges Lefranc, Histoire du Front Populaire, pp. 489–493. como sabemos nunca se llegó a producir
En dichos almacenes apenas hay una cajera sindicada que pues se firmó un acuerdo sin paro [41]. Coin-
esboza una mínima estrategia entre 500 empleados, las
reivindicaciones se hacen la misma noche (toda en vela) 39.–E. González Calleja, F. Cobo Romero, A. Martínez Rus y
que la huelga comienza y en el mismo establecimiento, F. Sánchez Pérez, La Segunda República española, pp. 754–
para después solicitar el apoyo de sindicalistas externos 762 y 111–1112.
(mayoritariamente masculinos). 40.–Boletín del Ministerio de Trabajo, Sanidad y Previsión,
37.–D. Borne y H. Dubieff, La crise des années 30, p. 153. 72, julio de 1936, p. 47.
38.–Las cifras de Renault son de Bertrand Badie, «Les 41.–Antonio Miguel Bernal, José Luis Gutiérrez y Manuel
grèves du Front Populaire aux usines Renault», Le Mou- Ramón Alarcón, La jornada de seis horas, 1936: movimiento
vement Social, 81 (1972), pp. 69–109. La CGT pasó de obrero y reducción de la jornada de trabajo en el ramo de la
750.000 afiliados a principios de 1936 a casi 4.000.000 construcción de Sevilla, Córdoba, Centro Andaluz del Libro,
un año después. 2001, pp. 16–17.

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Movilización sociolaboral y oportunidades políticas en España y Francia... Francisco Sánchez Pérez

cidió en el tiempo en cualquier caso con el PSOE o de la UGT lo que incide en el aumen-
despliegue de huelgas en Francia de mayo– to de huelgas agrarias. Muy al contrario, pa-
junio, si no estuvo directamente inspirada al rece que la radicalización no es la causa de
menos en parte por él, y también con el cam- los conflictos, sino la consecuencia de éstos.
bio de gobierno en mayo, una nueva horna- O que la UGT caballerista de 1936 no tuvo
da de gobernadores civiles en muchos casos por qué ser más amante de los conflictos que
y el Congreso de Zaragoza de la CNT a pri- la besteirista de antes de enero de 1934.
meros del mes con su eslogan de las 36 ho- En cualquier caso, sabemos que en aque-
ras, que está influido por el acuerdo de abril llas ciudades donde la hegemonía cenetista
de UGT y CNT para presentar nuevas bases aún era importante como Zaragoza, Barce-
de trabajo en Madrid en la construcción y no lona o incluso Sevilla, el despliegue de con-
al revés. En cualquier caso no parece un des- flictos fue com­parativamente menor que
pliegue atípico respecto a lo que había ocu- en otras zonas y de mucha menor violencia
rrido en 1930–1934, destacando que el caso que en las auténticas batallas campales del
excepcional no fue éste, sino 1935. primer bienio, siguiendo la pauta que se ha
En cualquier caso los datos invocados señalado para las huelgas agrarias. El núme-
chocan con la historiografía que ha aborda- ro de huelgas en Zaragoza capital en 1936
do este tema allí donde lo ha hecho con algo fue de una (de ferroviarios) frente a más de
de profundidad, en particular la local, y que 30 todos los años en 1931, 1932 y 1933; en
matiza, cuando no contradice abiertamente, Sevilla ciudad hubo 13 huelgas, concentra-
los datos institucionales. Pues en general das en mayo y junio (frente a 67 en 1931 ó
muestra datos de huelgas inferiores a las del 27 en 1933), y 9 de ellas en conflictos muy
primer trienio y destaca en particular la au- loca­lizados, sin una sola huelga general,
sencia de huelgas insurreccionales semejan- algo excepcional en Sevilla, donde hubo 15
tes a las de 1931–1934 que no se dan en par- huelgas generales entre 1931 y 1934 (12
te alguna y que tampoco fueron abordadas sólo entre 1932 y 1933); en Barcelona y en
por las autoridades con la misma saña: no Cataluña, pese a que siguió habiendo huel-
hay nada semejante a la rebelión de la Tele- gas, los conflictos fueron de tal cariz que se
fónica o la «semana sangrienta» sevillana de creó el contramito de la «primavera trágica»,
1931, de las huelgas generales de Zaragoza el del «oasis catalán» [42]. Por el contrario la
o la batalla campal perpetua de la Barcelo- ofensiva de la CNT en Madrid, a través de
na de 1931–1933, de las insurrecciones de la sectores menos cualificados como la hoste-
CNT–FAI de 1932–1933 o la huelga agraria lería o la construcción, aumentó su presen-
de junio de 1934, por no hablar de octubre cia de forma relevante, cuanto menos [43]. En
de ese año. No hay más que comparar cómo
fue tratada la más grave, la huelga general 42.–Jesús Ignacio Bueno Madurga, Zaragoza, 1917–1936.
de la construcción de Madrid, y eso que se De la movilización popular y obrera a la reacción conser-
vadora, Zaragoza, Inst. Fernando el Católico, 2000, p. 283;
prolongó por mes y medio. La impresión ge-
José Manuel Macarro Vera, La utopía revolucionaria. Sevilla
neral es que habían cambiado cosas muy im- en la Segunda República, Sevilla, Monte de Piedad y Caja de
portantes en el país, si se compara con todo Ahorros de Sevilla, 1985, pp. 72–79 y 91; Eduardo Gonzá-
lo anterior. Ya se han mencionado los datos lez Calleja, «Entre el seny y la rauxa. Los límites democrá-
ticos de la Esquerra», en Fernando del Rey Reguillo (dir.),
agrarios que muestran que el número de pa-
Palabras como puños. La intransigencia política en la Segun-
ros, sin ser inexistente, es inferior al del pri- da República española, Madrid, Tecnos, 2011, pp. 328–329.
mer bienio, lo que de paso erosiona la teoría 43.–Santos Juliá Díaz, Madrid, 1931–1934. de la fiesta po-
de que es la radicalización ideológica del pular a la lucha de clases, Madrid, S. XXI, 1984; Francisco

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Dossier: La primavera del Frente Popular

cualquier caso, la ecuación seguía siendo de los «nuevos», generalmente menos cua-
la tradicional, cuanto mayor crecimiento lificados, peor remunerados y protegidos
de la UGT frente a la CNT menos huelgas y por sindicatos católicos, más dóciles. A es-
más moderadas, por lo que la radicalización tos trabajadores se les exigía la afiliación en
sindical ugetista de 1936 es cuando menos los sindicatos dominantes y que esperasen
discutible. Por lo tanto, puede concluirse en ellos su «turno». Quizá algunos, resenti-
que la recuperación sindical fue muy rápi- dos, abrazaron el fascismo o el pistolerismo.
da a través de una militancia de aluvión, que Buscar soluciones para el paro a través del
amenazó con romper el equilibrio sindical reparto del trabajo y la reducción del hora-
en algunas zonas (no siempre en el mismo rio se convirtió en tema sindical casi prio-
sentido), y que extendió las huelgas (como ritario, en particular en el caso de la CNT,
en el campo) a sec­tores de la producción in- que no admitía la intervención de las insti-
éditos en su faceta reivindicativa o asociati- tuciones. La CNT además tenía buena parte
va hasta la fecha. Sectores de mano de obra de su clientela en los barrios periféricos de
femenina, como las sastras y perfumistas de las grandes ciudades, de inmigración más o
Madrid, pero también masculina, como los menos reciente y con peores condiciones de
toreros de la Plaza de las Ventas, los marinos habitabilidad, poblados de trabajadores de
de Vizcaya o los dependientes y oficinistas baja cualificación [46].
de Málaga [44]. Lo expuesto anteriormente sirve para
En buena parte de las huelgas la preocu- comprender la novedad, la virulencia y la
pación por liberar el mayor número de tra­ audacia de ciertas tácticas y prácticas, vis-
bajadores del drama del desempleo (y la tas incluso por veteranos dirigentes sindi-
certeza de que las instituciones eran impo- cales como maximalistas. Se hicieron sentir
tentes en este campo) se convirtió en una en particular a partir de mayo, cuando mu-
prioridad sobre cualquier otra [45]. Tradicio- chos despedidos ya habían sido readmiti-
nalmente, el desempleo no proporcionaba el dos y las organizaciones ya habían tenido
medio más adecuado para la combatividad tiempo de reorganizarse y plantear nue­vas
sindical al obstaculizar las huelgas y debi- bases de trabajo y demandas salariales. Por
litar a las organi­ zaciones, enfrentando a ejemplo, la presión de los parados y el cie-
unos colectivos de trabajadores con otros, rre de empresas en crisis creó una movili-
sindicados o no. La competencia sobre el zación novedosa, aunque muy minoritaria,
puesto de trabajo se agravó por el retorno como la huelga de brazos caídos, nombre
de los represaliados y despedidos de octu- dado en España a las huelgas con ocupación
bre, que exigían en primer lugar el des­pido del centro de trabajo, que se dieron en el
metal, los astilleros de Cádiz (con encierro
Sánchez Pérez, «Un laboratorio de huelgas: el Madrid del y huelga general de solidaridad) y grandes
Frente Popular (mayo–julio de 1936)», en M. C. Chaput,
fábricas (como la de cerveza El Águila en
Fronts Populaires, pp. 155–172.
Madrid, que también arrastró a una huelga
44.— La anécdota del conflicto taurino la cuenta José Ma-
ría Gil Robles, No fue posible la paz, Barcelona, Ariel, 2006, del ramo), pero también en sectores sin una
p. 643. amplia tradición reivindicativa o societaria,
45.— Más detalles en Francisco Sánchez Pérez, «Las huel- en particular los que acogían un importante
gas durante la república española: el caso de 1936», en porcentaje de mano de obra femenina (acei-
Julien Lanes Marsall, David Marcilhacy, Muchel Ralle y
Miguel Rodríguez (eds.), De los conflictos y de sus construc- 46.–José Luis Oyón, La quiebra de la ciudad popular. Espacio
ciones. Mundos ibéricos y latinoamericanos, París, Éditions urbano, inmigración y anarquismo en la Barcelona de entre-
Hispaniques, 2013, pp. 119–129. guerras, 1914–1936, Barcelona, Ediciones del Serbal, 2008.

44 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 24-47


Movilización sociolaboral y oportunidades políticas en España y Francia... Francisco Sánchez Pérez

tuneras de la Casa Peter en Sevilla). Estos jadores de Madrid y alrededores) y larguísi-


sectores también eran propensos a extender ma huelga, comenzada el 1 de junio y aún
la huelga y convertirla en un problema de or- sin solucionar del todo el 18 de julio [49]; y en
den público en la calle y formaron parte del Sevilla (en junio), donde pudie­ron aprobarse
paisaje icónico de los meses anteriores a la sin conflicto.
guerra: en Madrid las sastras y perfumistas En este contexto altamente competitivo
(de Gal y Floralia) levantaban el puño y per- entre sindicatos por captar militancia las di-
seguían esquiroles por las calles; los pesca- mensiones del despliegue huel­guístico y la
dores en Guipúzcoa iban a la huelga general. aparición de la violencia en el transcurso de
Ninguno de estos sectores había organizado las huelgas dependió sobre todo de ese com-
huelga alguna hasta la fecha al menos en los plicado equilibrio de fuerzas entre sindica-
años treinta [47]. Es comprensible que el ver a tos, la capacidad de colabo­ración y/o compe-
mujeres y a sectores de conflictividad has- tencia entre ellos, el grado de desconfianza
ta entonces inédita paseando amenazado- en los jurados mixtos (lo que favorecía la
ramente las calles (haciendo piquetes como acción directa y el acercamiento a la CNT)
se diría hoy, visitas como se decía entonces) y la virulenta presión de los desempleados.
les pareciese a los más conservadores que se Los casos más graves de pugna intersindical
habían pasado todas las líneas rojas [48]. Los se dieron en Madrid, pero sobre todo en Má-
sindicatos más afectados por el paro y más laga. En Madrid se derivó del desenlace de la
radicalizados presionaban en torno al tema huelga de la construcción, cerrada en falso
de las 36 horas, que ligaban indefectible- por la oposición del sindicato cenetista local
mente al reparto del trabajo. Esta jornada, a aceptar la decisión del jurado mixto crea-
que ya formaba parte de las reivindicaciones do ad hoc (es decir «circunstancial») y un
agrarias, se convirtió en un objetivo de la laudo ministerial que concedía, entre otras
construcción, antes incluso de recibir el pla­ cosas, las 40 horas (procedimiento que sí ha-
cet del Congreso cenetista de Zaragoza en bía aceptado, aún en otro contexto, con un
mayo de 1936. En dos huelgas en particu­lar gobierno radical en febrero de 1934). Esto
las 36 horas fueron el meollo de sus peticio- separó a los dos sindicatos, mientras los tra-
nes: en Madrid donde ya formaba parte de bajadores dirimían sus diferencias a tiros (al
las nuevas bases de trabajo en abril, y que igual que en la huelga del mismo sector en
encalló en una colosal (unos 80.000 traba- septiembre de 1933), como había sucedido
también a su vez en la huelga de camareros
47.–En realidad sí hubo huelga de sastras en Madrid antes de mayo–junio. Pero nada comparable a lo
de 1923 como expliqué en F. Sánchez Pérez, La protesta de
de junio en Málaga, donde los asesinatos de
un pueblo, pp. 238–345.
sindicalistas ugetistas y cenetistas se hacían
48.–Sobre el particular tenemos la anécdota, muy carac-
terística de esta mentalidad, José María Gil Robles, No fue en los propios domicilios, teniendo como te-
posible la paz, pp. 642–644, donde para ilustrarnos del lón de fondo el control de la distribución del
caos que se vivía en España se refiere a una huelga de pescado en la ciudad [50].
toreros y a otra de operadores que suspendió la proyec-
ción de una película «en uno de los principales cines de
Madrid». Como puede verse el fenómeno huelguístico lle- 49.— F. Sánchez Pérez, «Un laboratorio de huelgas»; San-
gaba incluso a los reductos más queridos por la opinión tos Juliá Díaz, «¿Feudo de la UGT o capital confederal?
pública conservadora, hasta entonces protegidos de ese La última huelga de la construcción en el Madrid de la
virus. Pese a todo es significativo que solo le dedique a República», Historia Contemporánea, 6 (1991), pp. 207–220.
las huelgas urbanas cuatro páginas en un libro de más de 50.–José Velasco Gómez, Luchas políticas y sociales durante
800 que intenta demostrar que la guerra fue inevitable. la IIª República en Málaga, 1931–1936, Málaga, Diputación
No sería inevitable por tanto por esa razón. Provincial, 2005.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

Pero, en cualquier caso, no existió una di- Tanto en Francia como en España y pese
rección unificada y con un mínimo de coor- a las diferencias apuntadas hubo por tan-
dinación del movimiento, en lo que sí hay un to grandes similitudes, ejerciendo el país
paralelo evidente con Francia, por lo que la galo de referente cronológico imprescindi-
virulencia de la oleada huel­guística es muy ble: oportunidad política y presión sobre el
desigual, más elevada en Vizcaya y Guipúz- gobierno en materia de paro y de jornada,
coa, quizá en Asturias, donde había que re- trabajadores jóvenes, métodos novedosos,
componer el estropicio de octubre de 1934, control de las ejecutivas sindicales sólo re-
pero sobre todo en Málaga y Madrid. Pero en lativo, sin llegar en España a la esponta-
la Andalucía urbana en su conjunto es bas- neidad francesa, extensión a sectores de
tante evidente que las huelgas disminuye- escasa tradición asociativa y huelguística,
ron frente a 1931–1934, al menos en cinco centralización en la capital, con Madrid de
de las ocho provincias [51]. Y al este del sis- imagen y escaparate privilegiado de estas
tema ibérico esto es ampliable a Zaragoza y huelgas, junto a algunos de los elementos
Barcelona. Falta un estudio más sistemático más perturbadores de la violencia política,
en Murcia y el País Valenciano, por no decir y en particular del envalentonamiento y re-
del conjunto del país no ya para 1936 sino belión de los de abajo, del upside down. En
para todo el período republicano, al menos los meses de junio y julio llegaron a estar en
comparable al que se ha hecho en otros paí- huelga en Madrid cerca de 100.000 personas
ses. Rafael Cruz ha intentado hacer una ti- simultáneamente y podían verse plazas de
pología de las huelgas de la España de 1936, toros repletas de peones y albañi­les, asam-
agrupándolas en cuatro categorías: las de bleas al aire libre con miles de personas en
la construcción, que tuvieron un gran peso la Ciudad Universitaria alzando su mano
en el total, junto a otros servicios urbanos para votar, grupos de sastras o perfumistas
(agua, gas y electricidad, hielo y refrescos, de Gal y Floralia levantando el puño ante los
hostelería, transportes, ocio), que les die- estupefactos viandantes, petardos y pedra-
ron una mayor visibilidad e impacto para las das en los escaparates y terrazas de bares y
clases medias y las élites urbanas, que si se restaurantes, todo salpicado con entierros
hubieran limitado a las canteras, las minas, multitudinarios de már­tires con uniforma-
el metal, los puertos o el campo; los paros dos escoltándoles y realizando el saludo a
generales locales de 24 ó 48 horas, que se la romana o con el puño en alto. Esta ima-
prodigaron esos meses, generalmente para gen de un Madrid «subversivo» y su abusiva
protestar contra provocaciones y atentados proyección a toda España tuvieron un gran
frustrados o consumados por la extrema de- peso en la difusión y construcción posterior
recha, muy activa esos meses, o bien como del mito de la anarquía y la revolución que
solidaridad por otros conflictos encallados asolaban el país y significó un escenario de
o mal resueltos; las huelgas de competen- fondo que explotaría a fondo la propaganda
cia intersindical más feroz con choques en franquista y después la historiografía afín
la calle, como las de Málaga antecitadas; y el para justificar el golpe, la guerra y la dicta-
caso de Madrid, donde convergieron las tres dura subsiguiente.
categorías [52]. De esa imagen no se libró el 36 francés,
pues para los dirigentes de la Francia de Vi-
51.–Diego Caro Cancela, «Elecciones, conflictividad social
y violencia política en la Andalucía del frente popular», chy esos acontecimientos eran considerados
Trocadero, 17 (2005), pp. 57–75. el síntoma de todo aquello que rechazaban
52.–R. Cruz Martínez, En el nombre del pueblo, pp. 150–154. en su país y que había llevado a la decaden-

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Movilización sociolaboral y oportunidades políticas en España y Francia... Francisco Sánchez Pérez

cia nacional y a la «extraña derrota». Pero en


la Francia democrática tras 1945 esos meses
se consideraron un precedente de la coali-
ción vencedora en la guerra contra nazis y
colaboracionistas y se terminaron recalcan-
do más sus aspectos festivos, simbólicos y
épicos que cualesquiera otros. Muy al con-
trario la imagen tenebrosa y ennegrecida
ha seguido siendo la dominante en España
prácticamente hasta hoy. Y aunque recien-
temente acaba de aparecer una obra que
hace un enfoque francamente positivo de
los planteamientos y logros del FP de 1936 y
el legado de ese tiempo, algo realmente muy
complicado de encontrar hace tan sólo vein-
te años, quizá menos [53], sigue abundando
la publicística que repite invariablemente
la cantinela del llanto y el crujir de dientes
y que la primavera de 1936 fue la causa de
la guerra civil. Relato legendario y mito que
poco o nada tiene que ver con las ciencias
Reparto de diarios durante la huega de
sociales, pero que en cualquier caso hay que
vendedores de periódicos. Barcelona, mayo
tener mucha desfachatez para presentarlo de 1936 (Foto: C. Pérez de Rozas - Arxiu
como un relato original y novedoso, cuando Fotogràfic de Barcelona).
es el mismo que la dictadura franquista ex-
plicó a los españoles durante cuarenta años
y que algunos siguen sosteniendo hasta el
día de hoy, más allá de cualquier evidencia [54].

53.— J. L. Martín Ramos, El Frente Popular.


54.— Stanley G. Payne, El camino al 18 de julio. La erosión de
la democracia en España (diciembre de 1935–julio de 1936,
Madrid, Espasa, 2016.

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Entre el pacto y la revolución.
El movimiento libertario en la
primavera de 1936

Between pact and revolution. The libertarian movement in the


spring of 1936

Julián Vadillo Muñoz


Doctor en Historia por la Universidad Complutense de Madrid

Resumen

La historia del anarquismo en España es una de las partes más importantes de la


historia del movimiento obrero. Es muy difícil entender la historia del obrerismo español
si no se tiene en cuenta al anarquismo como movimiento político y social. Con la llegada
de la República el anarquismo y sus organizaciones serán actores protagonistas. Aunque
los anarquismos no participaron directamente de la formación del Frente Popular, sus de-
bates precedentes sirvieron para que ellos mismo tuvieran una posición ante la coalición
electoral que triunfó en febrero de 1936. Igualmente, debido a la reorganización del mismo
tras la huelga general de octubre de 1936, el movimiento libertario tuvo un papel protago-
nista en la primavera de 1936, que pondría a los anarquistas como un factor protagonista
en las luchas obreras que se desarrollaron en los meses que precedieron al golpe de
Estado de julio de 1936.

Palabras clave: Anarquismo, alianza revolucionaria, CNT, FAI, abstencionismo, pacto


revolucionario.

Abstract

The history of anarchism in Spain is one of the most relevant chapters of the history of the
workers movement. It is very difficult to understand the history of the Spanish labour movement
if the anarchism as a political and social movement is not taken into account. With the advent of
the Republic the anarchism and its organizations became leading actors. Although not directly
involved in the formation of the Popular Front, their previous debates ensured that they had a
position regarding the electoral coalition that triumphed in February of 1936. Also, because of its
reorganization after the general strike of October 1936, the libertarian movement played a leading
role in the spring of 1936, which would make the anarchists a leading factor in the labour struggles
that developed in the months preceding the coup d’état of July 1936.

Keywords: Anarchism, revolutionary alliance, CNT, FAI, abstentionism, revolutionary pact

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Entre el pacto y la revolución. El movimiento libertario en la primavera... Julián Vadillo Muñoz

Introducción y, particularmente, durante la primavera de


1936, fueron determinantes para entender
Una de las peculiaridades que ha tenido la posición de la CNT y la FAI ante el esta-
España ha sido la importancia del anar- llido de la Guerra Civil.
quismo en el seno del movimiento obrero
y en la historia política de la edad contem- República y anarquismo. Una relación
poránea. Una influencia que incluso se ex- de amor/odio. De la proclamación de la
tendió a los años de plomo de la dictadura República a 1935
franquista.
Desde la introducción de la Internacio- Lejos del lugar común de considerar al
nal en España, las ideas libertarias fueron anarquismo como un opositor enconado de
protagonistas en el desarrollo del movi- la República, las relaciones entre el movi-
miento y de las luchas políticas y socia- miento libertario y los republicanos pasa-
les. A diferencia de otros países donde el ron, a lo largo de la historia, por diferen-
anarquismo comenzó a decaer en la déca- tes etapas de rivalidad o colaboración. Y la
da de 1910, en España su fuerza, con flujos proclamación de la República no se podría
y reflujos, se mantuvo en el tiempo, y los entender sin la actividad que los libertarios
anarquistas fueron rivales de los socialistas tuvieron en la oposición a la dictadura de
por el control del movimiento obrero. Otra Primo de Rivera.
peculiaridad es que, en países como Fran- De facto, cuando se proclamó la Repú-
cia, Argentina o Rusia, la irrupción del mo- blica en España en abril de 1931, solo dos
vimiento comunista rompe las estructuras movimientos políticos mostraron su oposi-
de socialistas y libertarios. Sin embargo, en ción a la misma. Por una parte los monár-
España el estallido de la Revolución rusa y quicos alfonsinos, por razones obvias, y por
los debates posteriores que tanto socialistas otra los comunistas, que vieron en el régi-
como anarquistas tuvieron no significaron men republicano un Estado burgués que lo
una pérdida de su influencia ni un avance alejaba de las posiciones del Estado obrero
de las posiciones comunistas emanadas de soviético que defendían [1].
sus organismos internacionales. Italia fue Sin embargo, el movimiento libertario,
también un centro de batalla entre las co- que desde 1923 estaba proscrito por la dic-
rrientes del obrerismo, pero la llegada del tadura, que desde el exilio había organiza-
fascismo al poder en la temprana fecha de do varias intentonas de derrocar el régimen
1922 proscribió cualquier debate y condenó en España y cuya organización miró en su
al conjunto del movimiento obrero al exilio amplia mayoría con buenos ojos la colabo-
o al confinamiento. ración con otras fuerzas políticas para tum-
En España, sin embargo, a pesar de bar la monarquía en España, recibió como
la dictadura de Primo de Rivera, el obreris- si fuera suya, como si fuera un proceso re-
mo libertario se recompuso y se presentó volucionario propio, la proclamación de la
de la mejor manera con la proclamación de República. Así lo expresaba:
la República. Durante este periodo rivalizó
con los socialistas y solo llegada la Guerra «Ha sido proclamada la República en España.
Civil le disputó ese control del movimien-
1.— Fernando Hernández Sánchez, Guerra o revolución. El
to obrero el Partido Comunista. Es por ello
Partido Comunista de España en la Guerra Civil, Barcelona,
que la actividad, desarrollo y debates de los Crítica, 2010, p. 54. Ver también Joan Estruch, Historia del
libertarios durante el periodo republicano PCE (I) (1920–1939) Barcelona, El Viejo Topo, 1978, p. 65.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

«El Borbón ha tenido que dejar el poder. claro es que para la CNT la proclamación de
Los ayuntamientos, las diputaciones, las la República fue un proceso revolucionario
oficinas de Correos y Telégrafos están en del que ellos mismos eran protagonistas.
manos del pueblo. El anarquismo había crecido al calor de la
Para afirmar estos hechos hemos de mani- oposición a la dictadura. No había partici-
festarnos en la calle. pado del Pacto de San Sebastián, pero sí de
No somos entusiastas de una República las conspiraciones contra el régimen ante-
burguesa, pero no consentiremos una nue- rior. Muchos de los movimientos, como el
va dictadura. de Jaca, tenían un sabor libertario, tenien-
El pueblo debe estar dispuesto para hacer do en cuenta que personajes como Fermín
frente a una posible reacción de las fuerzas Galán eran simpatizantes del anarquismo y
armadas. contaban con la CNT para sus movimien-
Si la República quiere, realmente, consoli- tos. Nadie negaba la tarea protagonista de
darse, tendrá que tener en cuenta la orga- los libertarios en el cambio de régimen. «A
nización de los trabajadores. Si no lo hace, esa República ‘salida del pueblo’, preferible
perecerá. a una ‘monarquía por la gracia de Dios’, y
Como primera condición exigimos la inme- a la que no pocos cenetistas habían contri-
diata libertad de todos nuestros presos. buido a traer con su voto, se le pedía mu-
Después de esto, lo más importante de chas cosas, pero sobre todo libertad» [4].
todo, pondremos otras condiciones. El congreso que la CNT realizó en mayo
La Confederación Regional del Trabajo de de 1931, con la República recién proclama-
Cataluña declara la huelga general y se da, en el Teatro del Conservatorio (actual
atendrá, en sus actos, a la marcha de los Teatro María Guerrero), también aleja la
acontecimientos. visión clásica que sobre el movimiento li-
Por la libertad de los presos. Por la Revo- bertario se tiene. Lejos de una visión que se
lución. ha querido dar de un congreso polarizado
¡Viva la Confederación Nacional del entre un sector «reformista» y un sector
Trabajo!» [2]. «faísta», enfrentados por cuestiones como
las Federaciones Nacionales de Industria
El titular de Solidaridad Obrera el 14 o el tiempo que se ha de dar a la Repúbli-
de abril no podía ser más sintomático. Un ca, la lectura de sus actas y debates se aleja
reconocimiento de la victoria republica- de esa percepción. En primer lugar, porque
na, aunque no se mostraba el entusiasmo no existió nunca un sector faísta. Cuando
de que con el cambio de régimen la situa- se estudian los sindicatos con posible in-
ción social cambiase para los trabajado- fluencia faísta, se ve que muchos de ellos
res [3]. Para los libertarios quedaba exigir a votaron a favor de las Federaciones Nacio-
la República para que contase con la clase nales de Industria. Y, por otra parte, las per-
obrera, uno de cuyos representantes era la sonalidades encasilladas dentro del faísmo
CNT. Eran los momentos de las bodas repu- no estaban encuadradas dentro de la FAI.
blicanas con los libertarios, que paulatina- Ni Durruti ni Ascaso ni García Oliver ni Fe-
mente se fueron alejando. Lo que quedaba derica Montseny eran en aquel momento
integrantes de la Federación Anarquista
2.— Adolfo Bueso, Recuerdos de un cenetista, Barcelona, 4.— Julián Casanova, De la calle al frente. El anarcosindica-
Ariel, 1976, p. 339. lismo en España (1931–1939), Barcelona, Crítica, 1997, p.
3.— Solidaridad Obrera, 14 de abril de 1931, n.º 126 14.

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Entre el pacto y la revolución. El movimiento libertario en la primavera... Julián Vadillo Muñoz

Federica Montseny en un mitin de la CNT en la Monumental de Barcelona el 19 de julio de 1936


(Foto Marco: Arxiu Fotogràfic de Barcelona).

Ibérica. En ese congreso se aprobaron por esta concesión a la negociación del anar-
aplastante mayoría las Federaciones Na- cosindicalismo, se ratificó en los acuerdos
cionales de Industria: por 302.343 votos a del Congreso de la Comedia de 1919 a favor
favor frente a 90.676 votos en contra. Igual- del comunismo libertario. De ese congreso
mente, la CNT hizo un repaso a la situación de mayo de 1931 salió elegido secretario
del momento. Consideró la asamblea cons- general de la CNT Ángel Pestaña, director
tituyente emanada de la proclamación de la de Solidaridad Obrera. Como dice el histo-
República como un «hecho revolucionario» riador Juan Pablo Calero, «es difícil seguir
del que ellos mismos se sentían partícipes. sosteniendo la teoría de la dictadura extre-
Analizó la cuestión regional en Cataluña, mista de la FAI sobre la CNT a la vista de los
País Vasco y Galicia, donde también estaba dictámenes aprobados en el Congreso de
presente, y el modelo de relaciones labora- 1931» [5]. Apelar a las memorias de Juan Gar-
les que Largo Caballero estaba implemen- cía Oliver (El eco de los pasos) para justifi-
tando desde el Ministerio del Trabajo. Si car toda una teoría historiográfica se antoja
bien hizo una crítica a los Jurados Mixtos, un argumento débil a la vista de las nuevas
comparándolos con los Comités Paritarios, investigaciones. Además, como el propio
también dejaba la puerta abierta a estable- Julián Casanova muestra, intervenciones
cer marcos reivindicativos que fuesen asu- como la de Galo Díez en el congreso mues-
midos para unas mejores condiciones de la tran un interés de la CNT por dejar hacer
clase obrera basados en la negociación. Las
críticas iban dirigidas a la UGT y a Largo 5.— Juan Pablo Calero Delso, El gobierno de la anarquía,
Caballero, sus rivales naturales. A pesar de Madrid, Síntesis, 2011, p. 40.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

a la República y, solo cuando el pueblo se enero de las cuencas mineras de Alto Llo-
desilusionase con ella, trabajar junto a esos bregat y Cardoner fracasó. En ese momen-
republicanos desilusionados por una trans- to la Regional Catalana de la CNT adopta
formación más radical de la sociedad [6]. la posición insurreccional, a lo que se unen
Sin embargo, pronto comenzaron los las duras críticas del movimiento liberta-
conflictos entre las autoridades republi- rio contra la Reforma Agraria. Esta posi-
canas y el movimiento libertario. Algunos ción de la Regional Catalana no fue bien
eran por cuestiones laborales, como la recibida por los sectores sindicalistas del
huelga de Telefónica en junio de 1931 en movimiento libertario. Es en este momen-
Madrid, que enfrentó al incipiente movi- to también cuando se produce la salida de
miento anarcosindicalista con la UGT, un los treintistas de la CNT y la formación de la
sindicato sectorial y la propia patronal. Federación Sindicalista Libertaria. El trein-
También a medida que el Gobierno republi- tismo, como corriente moderada del movi-
cano desde el Ministerio del Trabajo sacaba miento libertario, se convierte más en una
la nueva legislación. La CNT se opuso a la reacción ante lo que consideran un error de
legislación que comenzó a promulgar Lar- estrategia insurreccional que en una dife-
go Caballero y que se empezó a aplicar. La rencia sustancial en lo que eran los prin-
Ley de Términos Municipales o la Ley de Ju- cipios de los libertarios. Analizar la prensa
rados Mixtos fueron duramente criticadas y la documentación de la CNT y de la FSL
por la CNT. (que encarnó el treintismo y que se cono-
También se produjeron enfrentamientos ció como sindicatos de oposición) muestra
con las fuerzas del orden público, destacan- cómo los análisis eran idénticos pero la es-
do los sucesos del Parque de María Luisa en trategia difería. Además, el treintismo ni
Sevilla. La huelga general convocada en Se- siquiera se puede considerar una escisión.
villa en julio de 1931 acabó con el asesinato Entre la firma del manifiesto en 1931 y la
de cuatro trabajadores en ese parque tras ratificación de la salida de algunos sindica-
su detención. Los recuerdos de la Barcelo- listas de la CNT pasan casi dos años [8]. En
na de Martínez Anido se hicieron presentes algunos sitios fueron expulsados y en otros
en la prensa confederal [7] e incluso el dipu- se marcharon. Al igual que hay que distin-
tado Eduardo Barriobero, federal y afiliado guir entre la estrategia de los treintistas
a la CNT, pidió formalmente la salida de los que fundan la FSL y la estrategia política
socialistas del Gobierno. Una medida que se que adoptó Ángel Pestaña con el Partido
fue haciendo más evidente tras los sucesos Sindicalista.
de Arnedo y Castiblanco, que, aunque no En este ambiente de división en el mo-
fueran responsabilidad de los libertarios, sí vimiento libertario y de divorcio con la po-
significaron una ruptura de la luna de miel lítica republicana se producen los sucesos
entre el obrerismo y la extrema izquierda de Casas Viejas [9] de enero de 1933, que
republicana con el Gobierno republicano–
8.— J. P. Calero Delso, El gobierno de la anarquía, p. 48.
socialista.
9.— Ramón J. Sender, Viaje a la aldea del crimen, Madrid,
Sin embargo, el cambio de estrategia de Juan Pueblo, 1934; Eduardo de Guzmán, La tragedia de Ca-
los libertarios hay que fecharlo en febre- sas Viejas, 1933. Quince crónicas de guerra, 1936, Madrid,
ro de 1932, una vez que el movimiento de VOSA, 2007; Jerome R. Mintz, Los anarquistas de Casas Vie-
jas, Cádiz, Diputación de Cádiz, 2008; José Luis Gutiérrez
Molina, Casas Viejas. Del crimen a la esperanza, Córdoba,
6.— J. Casanova, De la calle al frente, p. 15 Almuzara, 2008; Tano Ramos, El caso Casas Viejas. Crónica
7.— Solidaridad Obrera. 24 de julio de 1931, nº 212. de una insidia, Barcelona, Tusquets, 2012.

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Entre el pacto y la revolución. El movimiento libertario en la primavera... Julián Vadillo Muñoz

marcan un antes y un después en la propia pleno desarrollo se comienza a convertir en


coalición republicano–socialista, que se ve un agente protagonista. Igualmente, a par-
erosionada hasta su ruptura definitiva en tir de ese 1934, los debates de los liberta-
septiembre del mismo año. rios giran, básicamente, en torno a dos ejes:
Todos estos sucesos provocaron que en a) El avance del fascismo en Europa se
la convocatoria electoral de noviembre de podía plasmar en España y era necesario
1933 los libertarios hiciesen una fuerte atajarlo.
propaganda abstencionista. «¡Trabajador, b) De producirse un proceso revolucio-
abstente! El trabajador no vota, se abstie- nario, este debería ir acompañado de una
ne de acudir a la farsa de las elecciones; alianza de las fuerzas revolucionarias, so-
pero que la burguesía y los políticos se fi- bre todo de los socialistas.
jen bien en la manera de votar que tendrá Además, a nivel sindical la victoria de la
el proletariado» [10]. Si bien la derrota de la derecha había provocado un divorcio entre
izquierda no se puede vincular a la absten- la UGT y los organismos oficiales como los
ción anarquista, sino a la disgregación de la Jurados Mixtos. Muchas huelgas, como en
misma, lo cierto fue que en los feudos liber- Madrid, se comienzan a resolver a través
tarios la abstención tuvo un alto porcenta- de la acción directa propia del anarcosin-
je. Esa abstención vino acompañada en el dicalismo. Un ejemplo es la huelga de la
movimiento libertario de una insurrección construcción en Madrid en febrero de 1934,
en diciembre de 1933 que se tornó en es- donde para Santos Juliá «la acción unida de
trepitoso fracaso y que marcó el inicio del los dos sindicatos madrileños habrá produ-
cambio de estrategia de los libertarios. La cido, pues, una clara victoria de los trabaja-
«gimnasia revolucionaria» de la que García dores sobre los patronos que no deja al go-
Oliver se haría eco años después había sido bierno más alternativa que su puro y simple
un fracaso, aunque las necesidades de los refrendo» [12].
campesinos, base de esa estrategia, seguía En ese ambiente de conflictividad labo-
siendo la misma. ral y también de rifirrafes entre grupos de la
A partir de 1934 comienzan a surgir en extrema derecha y militantes obreros esta-
el seno del movimiento libertario debates lla la huelga general de octubre de 1934. Se
en torno a la necesidad de ir a un entendi- trata de un momento clave porque la estra-
miento con los socialistas. Es la FAI madri- tegia de alianza revolucionaria se puso en
leña la que comienza esos debates a fina- práctica. En algunos lugares, como Barcelo-
les de 1933 [11], lo que marcará el curso de la na, fue inexistente. En otros, como Madrid,
historia del movimiento libertario hasta el un fracaso [13]. Y en otros, como Asturias,
estallido de la huelga general de octubre de una derrota para el movimiento obrero [14].
1934. Hay que destacar que a partir de este El saldo de octubre de 1934 fue negativo
momento el movimiento libertario tiene para el movimiento libertario. Sus locales
una doble lectura. En los lugares donde era fueron clausurados, muchos de sus mili-
hegemónico se produce un reflujo, mien-
tras que en aquellos sitios donde estaba en 12.— Santos Juliá, Madrid, 1931–1934. De la fiesta popular a
la lucha de clases, Madrid, Siglo XXI, 1984. p. 366
10.— CNT, 28 de noviembre de 1933. 13.— Sandra Souto Kustrin, «Y ¿Madrid? ¿Qué hace Ma-
11.— «Proyecto de dictamen sobre la conveniencia de ir drid?». Movimiento revolucionario y acción colectiva (1933–
a una inteligencia con los elementos socialistas a fin de 1936), Madrid, Siglo XXI, 2004.
garantizar el triunfo de la futura revolución», Paquete 35. 14.— David Ruiz, Insurrección defensiva y revolución obrera.
Caja 149, Archivo del Comité Peninsular de la FAI (ACPFAI). El octubre español de 1934, Barcelona, Labor, 1988.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

tantes encarcelados, la alianza revolucio- cuenta todos los acontecimientos desarro-


naria fue una estrategia fallida y se produjo llados durante el primer bienio.
en una situación de fuerza complicada. El Sin embargo, las elecciones de febrero de
análisis que realizaron en enero de 1935 no 1936 se tornaban distintas a las anteriores.
podía ser más sintomático: «Este Comité Y como tal se las tomó el movimiento liber-
Revolucionario estima que la CNT ni hizo tario. Y es que alrededor de dichas eleccio-
lo que debiera nacionalmente, por la actua- nes se ha fraguado uno de los lugares co-
ción de determinados militantes de impor- munes de la investigación del anarquismo,
tantes organismos confederales, y propone al considerar que los libertarios aconseja-
se haga una investigación para averiguar lo ron votar a sus militantes y que por ellos
que haya de cierto en gravísimas acusacio- se produce la aplastante victoria del Frente
nes que este Comité Revolucionario conoce Popular. Ni es cierta esta afirmación tan ta-
y de las que informará a las organizaciones jante ni lo es que realizasen una virulenta
tan pronto como exija» [15]. campaña de abstención.
En ese momento de reflujo, en el anar- El anarquismo mantuvo su posición de
quismo se produjo una división entre alian- crítica a las instituciones políticas y a la
cistas y antialiancista que llevó incluso a participación electoral. Pero hay que dis-
rupturas formales en lugares como Madrid. tinguir entre la propaganda realizada por la
Unas rupturas que quedaron subsanadas prensa, los acuerdos emanados de sus ór-
en enero de 1936 [16], cuando ya la campaña ganos decisorios y el comportamiento elec-
electoral se veía en el horizonte. toral de sus militantes. Estas tres variables
fueron las que determinaron la posición de
El anatema electoral. El movimiento los libertarios antes las elecciones de 1936.
libertario, la formación del Frente Desde finales de 1935, cuando la cita
Popular y las elecciones de febrero de electoral se intuía, periódicos como Solida­
1936 ridad Obrera o Tierra y Libertad ejercieron
una fuerte crítica a las instituciones, a las
La historia de los anarquistas con las elecciones y las políticas emanadas de la
elecciones durante la Segunda República es Segunda República. Un artículo el 1 de no-
el fiel reflejo del pragmatismo y del análisis viembre de 1935 se hacía eco del alto cos-
del momento que los libertarios hicieron te económico de unas elecciones [17]. Esta
durante ese periodo. Si es evidente que en crítica electoral fue común en Solidaridad
las elecciones de abril de 1931 la participa- Obrera, donde se hacían críticas constantes
ción de los libertarios fue fundamental para tanto a la izquierda como a la derecha po-
la victoria de la coalición republicano–so- lítica. En el mitin celebrado en Valencia el
cialista, entendiendo ese proceso como 18 de noviembre de 1935 y en el que inter-
unas elecciones plebiscitarias, su posición vinieron Pablo Manllor, Tomás Cano Ruiz,
frente a las elecciones de junio de 1931 y José Villaverde y Francisco Ascaso, José
las de noviembre de 1933 fue la de la abs- Villarverde dijo que eran los políticos quie-
tención. Bien es cierto que en las segundas nes tenían que rectificar sus tácticas y no
la campaña fue más fuerte, teniendo en la CNT. Igualmente, en un mitin en Cuenca
en la misma fecha, Manuel Gascón dijo lo
15.— ACPFAI. Paquete 35. Caja 149. Circular del 15 de ene-
ro de 1935.
16.— Ibidem. «Acta del pleno local de Grupos anarquistas 17.— «El carnet electoral», en Solidaridad Obrera. 1 de no-
de Madrid afectos a la FAI». 12 de enero de 1936. viembre de 1935, nº 1106

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Entre el pacto y la revolución. El movimiento libertario en la primavera... Julián Vadillo Muñoz

siguiente: «Se extiende en consideraciones concretamente con la UGT, lo que hace que
sobre lo económico, así como la situación sus análisis vayan variando. El 7 enero de
política nacional y lo que podría suponer 1936, Tierra y Libertad, en un artículo titu-
unas elecciones si la CNT se apartara de su lado «Los anarquistas y la situación política
apoliticismo, ya que contribuiría a un es- española», habla de la abstención en térmi-
tancamiento la cuestión internacional en el nos activos. Para los anarquistas no votar
orden político político» [18]. Sin embargo, no basándose en la nada es igual de inútil que
es cierto que la CNT y el movimiento liber- votar, si no hay una propuesta firme detrás.
tario no estuviesen revisando su actividad Pero en el mismo número hace un llama-
en los tiempos pasados. Ya hemos visto los miento a acabar con la «reacción», en un ar-
análisis que hizo respecto a su actividad en tículo demoledor contra Gil Robles [20]. Las
octubre de 1934. Además, la propia estrate- críticas contra la derecha política fueron
gia del periodo 1932–1933 estaba también haciéndose más habituales. Más teniendo
siendo evaluada y llegó a ser analizada en en cuenta que en lugares como Madrid se
el congreso de Zaragoza, como veremos. denunció la utilización de las siglas CNT
Pero en muchas ocasiones el análisis por parte de la derecha para realizar una
del movimiento libertario se hace en rela- falsa campaña de abstención [21].
ción a los acuerdos de Cataluña, donde el Y es que el punto nodal sobre este asunto
anarquismo es hegemónico. En otros luga- lo tomaron la Conferencia de Sindicatos de
res del territorio, así como para otros mili- Cataluña y el Pleno Nacional de Regionales
tantes, las posiciones serían muy distintas. de la CNT que se celebró a finales de ene-
Destacaríamos, por ejemplo, a Miguel Pérez ro de 1936. El anarcosindicalismo afirmó su
Cordón, que a inicios de 1935 publicó un posición apolítica y por lo tanto su defensa
diálogo ficticio en La Tierra en el que dos del abstencionismo activo. La Regional Ca-
trabajadores conversan sobre la necesidad talana era la que más abogaba por ello, pero
de ir o no a votar. La conclusión es que lo también se hacía eco en sus diferentes sin-
menos malo eran las opciones de izquier- dicatos de que la campaña llevada en 1933
da [19]. había sido un error. Pero igualmente, la
Fue a partir de 1936 cuando la propa- opinión de los sindicatos libertarios cata-
ganda comenzó a ser distinta en prensa. Se lanes no era la de toda la confederación. El
mantuvieron las críticas al sistema, pero Pleno Nacional de Regionales abogó por no
se esboza que no va a haber una campaña llevar a cabo ninguna campaña de acción
como la de noviembre de 1933. Además, co- abstencionista. Incluso la Federación Local
menzaron a aparecer en la prensa liberta- de Zaragoza consideraba que esa campaña
ria constantes referencias a la represión en solo era una cuestión de táctica sindical [22].
Asturias y a los presos, uno de los puntos Y es que no se le escapaba a la CNT que
fundamentales en la formación del Frente los trabajadores iban a tener una presencia
Popular. Igualmente, es un momento de mayor en las urnas que en 1933. Aquí se
intensificación de debates en el seno del entiende el discurso del libertario aragonés
movimiento libertario sobre la convenien- Miguel Abós: «Caer en la torpeza de hacer
cia de ir al pacto con los socialistas o más
20.— Tierra y Libertad. 7 de enero de 1936, n.º 1
18.— Solidaridad Obrera. 19 de noviembre de 1935, n.º 21.— S. Souto Kustrín, «Y ¿Madrid? ¿Qué hace Madrid?», p.
1121 387.
19.— La Tierra. 31 de enero de 1935. 22.— P. Calero Delso, El gobierno de la anarquía, p. 74

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Dossier: La primavera del Frente Popular

campaña abstencionista equivale a fomen- ción en las elecciones. Mariano Rodríguez


tar un triunfo de las derechas. Y todos sabe- Vázquez así lo dejaba caer afirmando que la
mos por amarga experiencia en dos años de victoria de la izquierda tendría que llevar a
persecución lo que las derechas quieren ha- la liberación de los presos, si bien nada más
cer. Si el triunfo de la derecha se diera yo os se podía esperar de ellos [26]: «Pero lo cierto
aseguro que aquella feroz represión a que es que muchos militantes de la CNT acu-
sometieron a Asturias se extendería a toda dieron a los colegios electorales y se sintie-
España» [23]. Una posición en consonancia, ron satisfechos con el triunfo de la izquier-
por ejemplo, con algunos sindicatos del da, que permitía desplazar del gobierno a
campo andaluz. La Sociedad de Viticultores la derecha y sacar a sus compañeros de las
de Jerez, afecta a la CNT, emitía esta pro- cárceles» [27]. Una visión que corroborarán
puesta: «Aconsejar en estos momentos la también los titulares de la prensa libertaria.
abstención es una inconsecuencia y un ab- El mismo día de las elecciones, Solidaridad
surdo. Sería ofrendar la victoria a la pluto- Obrera hacía un llamamiento ante un peli-
cracia y a la aristocracia. Sería retrotraer al gro de golpe militar, en clara alusión a un
movimiento obrero a las épocas más funes- posible triunfo de las izquierdas del Frente
tas; entregar a la clase proletaria al azote Popular [28]. El número del 18 de febrero fue
vil de las más inicuas explotaciones. Sería más sintomático todavía. Con una portada
un error de consecuencias graves» [24]. censurada, en las páginas siguientes hay
Era evidente que la propaganda de pren- titulares como el que sigue: «El Frente Po-
sa tenía una posición que difería de los de- pular ha conseguido un triunfo aplastante»,
bates internos. La CNT y la FAI no tenían «Ante el triunfo electoral republicano–so-
una posición unánime al respecto y depen- cialista, las fuerzas fascistizantes no renun-
diendo de la zona de influencia existían po- cian al golpe de Estado» [29]. Es evidente el
siciones más favorables a la abstención o a entusiasmo de las fuerzas anarcosindica-
dejar hacer a conveniencia. listas por la victoria del Frente Popular, al
La cuestión es que el Frente Popular que van a exigir. Una situación similar a la
ganó las elecciones, con 1.500.000 votos generada a la de abril de 1931, solo que el
más que en las elecciones de 1933. ¿Por crédito ahora sería menor y las estrategias
el apoyo anarquista? No necesariamente. estaban por definir.
Bien es cierto que la abstención bajó. En La participación en las urnas de los anar-
noviembre de 1933 la abstención se situó quistas la confirma Durruti en el mitin que
en el 32,54% por el 24% que algunos estu- se celebró el 4 de marzo de 1936 en el Pri-
dios otorgan en 1936 [25] (aunque otros la ce de Barcelona. Dijo Durruti: «No venimos
sitúan en el 27,10%). Pero también es ver- aquí a celebrar festejos por la llegada de
dad que en feudos libertarios como Cádiz, unos señores. Venimos a decir a los hom-
Sevilla o incluso Málaga la abstención fue bres de izquierda que fuimos nosotros los
muy alta. Aunque la presencia del tema de que determinamos su triunfo y que man-
los presos en distintos mítines anarquistas tenemos dos conflictos que deben ser so-
era una invitación velada a una participa- lucionados de manera inmediata. Nuestra

23.— Ibidem. 26.— Solidaridad Obrera. 5 de febrero de 1936. N.º 1188


24.— Ráfagas. 10 de febrero de 1936. 27.— P. Calero Delso, El gobierno de la anarquía, p. 76
25.— José Luis Martín Ramos, «La sublevación de julio de 28.— Solidaridad Obrera. 16 de febrero de 1936, n.º 1199
1936», en Víctor Hurtado, La sublevación, pp. 4–7. 29.— Solidaridad Obrera, 18 de febrero de 1936, nº 1200.

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Entre el pacto y la revolución. El movimiento libertario en la primavera... Julián Vadillo Muñoz

Manifestación de trabajadores de la UGT y de la CNT previa a un mitin conjunto. Barcelona,


octubre de 1936 (Foto: Pérez de Rozas. Arxiu Fotogràfic de Barcelona).

generosidad determinó la reconquista del nes con la decisión y opiniones de algu-


14 de abril. La CNT, los anarquistas, recien- nos destacados militantes anarquistas, así
te el triunfo electoral, estábamos en la ca- como con el comportamiento electoral de
lle —los hombres de la Esquerra lo saben— los mismos en sus respectivas zonas de in-
para impedir que los funcionarios que no fluencia.
querían aceptar el resultado de la volun-
tad popular se sublevaran. Mientras ellos Hacia el pacto revolucionario. El
ocupaban los Ministerios y sus puestos de Congreso de Zaragoza de mayo de
mando, la CNT hacía presencia en la calle 1936. Reformulación y reforzamiento
para impedir el triunfo de un régimen que libertario
todos repudiamos» [30].
Es evidente, a la vista de la documen- Conseguida, en parte, la liberación de los
tación trabajada, que el papel de los anar- presos tras la victoria del Frente Popular,
quistas en las elecciones de febrero de 1936 dos temas circularon en los debates de los
y la victoria del Frente Popular es complejo libertarios. Por una parte, el constante lla-
y que no se puede analizar como un todo. mamiento de alerta ante un posible golpe
La propaganda de prensa choca en ocasio- de Estado, ante el que los anarquistas pe-
dían unidad y decisión. Por otra, la necesi-
30.— Solidaridad Obrera, 6 de marzo de 1936, nº 1216. dad de un pacto revolucionario con la UGT.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

A esto hay que añadir la importancia de la sesiones [31]. Por ello, uno de los grandes
conflictividad laboral y social, en la que los debates que se plantearon fue la alianza
libertarios estuvieron inmersos. revolucionaria con la UGT. De la insu-
Junto a los titulares de la prensa confede- rrección anarquista se pasó a la alianza
ral y a las numerosas circulares de sus orga- del proletariado como condición indis-
nismos, el congreso confederal de mayo de pensable para superar el capitalismo. La
1936 fue el fiel reflejo de la situación en la CNT emplazaba a la UGT a la celebración
que se encontraba el movimiento libertario. de un congreso que debatiese sobre estos
El Congreso de Zaragoza significó para la puntos básicos:
CNT un análisis de su situación, un repaso Firma de una alianza revolucionaria con
a lo que habían sido los años republicanos, el reconocimiento explícito del fracaso de
la plasmación de la unificación con los sin- la colaboración política y parlamentaria de
dicatos de oposición, el desarrollo de su in- la UGT.
tención de pacto revolucionario con la UGT Destrucción del régimen político y social
y el pertrecho ideológico tanto a corto plazo que regulaba España.
en reivindicaciones concretas como a largo El nuevo modelo social sería determina-
plazo en un proceso revolucionario anar- do por la libre elección de los trabajadores.
quista que llevase al comunismo libertario. Llamamiento a la unidad de acción para
Fue un congreso donde se plasmó la dimen- la defensa de la revolución frente al capita-
sión sindicalista y revolucionaria de la CNT. lismo nacional y extranjero.
Lo primero que hay que destacar del En caso de aceptación por la UGT, se ini-
congreso confederal es el análisis que los ciarían de inmediato las relaciones entre
anarcosindicalistas hicieron de su activi- ambos comités para certificar el acuerdo [32].
dad desde la proclamación de la República. Quedaba clara la postura de la CNT fren-
La conclusión a la que llegaron fue que a te a un posible hecho revolucionario fu-
pesar de haber plantado batalla al capitalis- turo. Este solo pasaba por un pacto con la
mo, la CNT no podía en las circunstancias UGT bajo determinadas condiciones.
del momento luchar en solitario. El repa- Pero antes de pasar a esta opción, el
so que se hace de los movimientos revo- anarcosindicalismo debía unificar sus fuer-
lucionarios de 1932 y 1933 no es positivo. zas, que estaban dispersas desde 1932. La
Las conclusiones que sacan es que tras las marcha de los treintistas y la formación de
insurrecciones de enero de 1932 y enero y los sindicatos de oposición en la Federación
diciembre de 1933 la CNT salió debilitada. Sindicalista Libertaria lastraron al movi-
Aunque no se considera un error la campa- miento libertario durante toda la Repúbli-
ña de abstención de 1933 debido a los fallos ca. Fue otra de las razones de su posición de
cometidos por la izquierda, sí consideraron debilidad durante el bienio republicano–
negativo que se hiciese un llamamiento a la socialista. Sin embargo, el Congreso de Za-
revolución que estuvo condenado al fraca- ragoza cerró esta división con la reintegra-
so. Y que el resultado de la huelga general ción de los sindicatos de oposición a la CNT.
de octubre de 1934, teniendo en cuenta la Según el dictamen de dicho acuerdo, todos
diversidad de actuación de los libertarios, los sindicatos de oposición retornaban a las
no fuese mucho mejor. Este análisis ocu-
pó el eje central del congreso y numerosas 31.— Congreso confederal de Zaragoza. CNT, Madrid, Zero
XYX, 197, pp. 138–213
32.— Ibidem, pp. 225–226

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Entre el pacto y la revolución. El movimiento libertario en la primavera... Julián Vadillo Muñoz

normas de los congresos anarcosindicalis-


tas, con la realización de congresos regio- «1º Jornada de 36 horas semanales sin dis-
nales para certificar dicha reunificación y minución de sueldos y aumento de la ocu-
donde todos los órganos de prensa de los pación de brazos en proporción a la dismi-
sindicatos de oposición pasaban a ser au- nución de la jornada.
tomáticamente de la CNT [33]. Las interven- 2º No consentir el cierre de fábricas, incau-
ciones de los sindicatos de oposición en el tándose los sindicatos de las que se cierren
congreso fueron numerosas. De hecho, a para explotarlas en común.
este congreso de la CNT se le conoció como 3º Abolición de la duplicidad de empleos y
el «congreso de reunificación». Tan solo profesiones fijas y eventuales.
quedaron fuera los integrantes del Partido 4º Abolición del trabajo a destajo, primas y
Sindicalista de Pestaña, que ni siquiera ha- horas extraordinarias.
bían seguido la senda marcada por los sin- 5º Constitución de las bolsas de trabajo
dicatos de oposición. dentro de los sindicatos.
El peligro que los libertarios mostra- 6º Reclamar del Estado, Municipios y Di-
ban ante un golpe de Estado y el fascismo putaciones la intensificación de obras de
también estuvo presente en el congreso. La carácter nacional, municipal y provincial,
CNT reclamó al Gobierno una amnistía ma- como puentes, puertos, canalización de
yor que llegase a los presos sociales y co- ríos, repoblación de montes, urbanización
munes. Su compromiso contra el fascismo de las ciudades, higienización de las vivien-
quedaba plasmado de la siguiente manera: das y de todas aquellas obras productivas
«Que la organización confederal interven- con salarios de tipo sindical a cargo de los
ga de una manera directa y decidida contra presupuestos ordinarios y extraordinarios
el fascismo, impidiendo su desarrollo y la de estas instituciones.
acción fascistizante en fábricas, talleres y 7º Retiro obligatorio a los 60 años para los
demás lugar de trabajo» [34]. hombres y a los 40 para las mujeres con el
Sin embargo, podría dar la impresión de 70% del salario». [35]
que el congreso de la CNT solo se centró en
posiciones finalistas y de transformación. Se comprueba un plan de reivindicación
Lejos de ello, los anarcosindicalistas saca- laboral que conlleva reducción de jornadas,
ron del congreso una idea clara de cómo mejoras salariales, reivindicaciones ante
tenían que ser sus reivindicaciones a cor- las Administraciones públicas y planes de
to plazo. Cuál tenía que ser su programa subsidios y seguros sociales. Una posición
de acción y mejora de las condiciones de muy cercana al sindicalismo revolucionario
la clase obrera en el campo y la ciudad. Por francés de la época encabezado por Pierre
ello se pertrechó de una serie de medidas Besnard.
que pusieron en práctica en los meses si- Pero la CNT no se quedó solo en el pla-
guientes hasta el golpe de Estado de julio no laboral urbano. También abordó el gran
de 1936 y el inicio de la Guerra Civil. En lo problema que atenazaba a los trabajadores
que se refería a los obreros industriales, la españoles: la Reforma Agraria. Teniendo en
CNT proponía la consecución de la siguien- cuenta que era una reivindicación históri-
te tabla reivindicativa: ca y que la República no había obtenido los
resultados esperados, la CNT fijó unos ob-
33.— Ibidem, p. 108.
34.— Ibidem, p. 220. 35.— Ibidem., p. 217.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

jetivos de reforma agraria con este cuadro querían una aplicación de la Reforma Agra-
reivindicativo: ria, pero de inmediato y con condiciones
que no contemplaba la Ley de Bases. Un
«a) Expropiación sin indemnización de las programa que muchos campesinos ya ha-
propiedades de más de 50 hectáreas de tierra. bían comenzado a aplicar con la ocupación
b) Confiscación del ganado de reserva, ape- de tierras en las semanas posteriores a la
ros de labranza, maquinarias y semillas que victoria del Frente Popular. Y que también
se hallen en poder de los terratenientes ex- sirvió de base para las futuras colectiviza-
propiados. ciones durante la Guerra Civil.
c) Revisión de los bienes comunales y entrega Por último, hay que destacar que el Con-
de los mismos a los Sindicatos de campesinos greso de Zaragoza de 1936 fue el congreso
para su cultivo y explotación en forma colec- del comunismo libertario. Históricamente
tiva. se han querido establecer aquí las bases de
d) Entrega proporcional y gratuita en usu- lo que sería la revolución de carácter liber-
fructo de dichos terrenos y efectos a los Sin- tario que se inició en parte del territorio
dicatos de Campesinos para la explotación español que permaneció leal a la Repúbli-
directa y colectiva de los mismos. ca. Sin embargo, el Dictamen del Concepto
e) Abolición de contribuciones, impuestos Confederal del Comunismo Libertario hay
territoriales, deudas y cargas hipotecarias que entenderlo como una guía de posible
que pesen sobre las propiedades, aperos de sociedad futura, pero nunca como un pro-
labranza y maquinaria que constituyen el grama cerrado de los anarquistas. De he-
medio de vida de sus dueños y cuyas tierras cho, la idea del comunismo libertario esta-
son cultivas directamente por ellos, sin inter- ba aprobada por la CNT desde el Congreso
vención continuada ni explotación de otros de la Comedia de 1919 y ratificado en el
trabajadores. Congreso del Conservatorio de 1931.
f) Supresión de la renta en dinero o en es- Lo que hizo la CNT en Zaragoza fue es-
pecie, que los pequeños arrendatarios «ra- tablecer como dictamen algo que la FAI ya
bassaires», colonos, arrendatarios forestales, había aprobado en 1933. El Concepto Con-
etc., se ven obligados actualmente a satisfa- federal del Comunismo Libertario era el
cer a los grandes terratenientes. mismo que Isaac Puente había escrito para
g) Fomento de obras hidráulicas, vías de co- la FAI tres años antes. Además, durante el
municación, ganadería y granjas avícolas, re- periodo republicano se desarrollaron diver-
población forestal y creación de escuelas de sas propuestas por parte de algunos mili-
agricultores y estaciones etnológicas. tantes sobre cómo podría ser una sociedad
h) Solución inmediata del paro obrero, reduc- futura anarquista. Al proyecto de Isaac
ción de la jornada de trabajo y nivelación de Puente se pueden unir el de Mauro Bajatie-
los sueldos con el coste de vida. rra [37] o el de Horacio Martínez Prieto [38], que
i) Toma directa por los Sindicatos de campe- llevaba incluso un prólogo de Isaac Puente.
sinos de las tierras que por insuficiente cul- De hecho, esta diversidad de visiones fue
tivo constituyen un sabotaje a la economía
nacional» [36]. 37.— Mauro Bajatierra, Hacia la República Social (Comunis-
mo Libertario). Folleto de orientación revolucionaria, Madrid,
Biblioteca Plus Ultra, s/f [Probablemente del primer bie-
Era evidente que los anarcosindicalistas nio republicano]
38.— Horacio Martínez Prieto, Anarco–sindicalismo. Cómo
36.— Ibidem, p. 223 afianzaremos la revolución, Bilbao, 1932.

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Entre el pacto y la revolución. El movimiento libertario en la primavera... Julián Vadillo Muñoz

lo que posibilitó la diversidad de medios de Zaragoza presentaban esta reivindica-


de explotación en las colectividades que se ción [39].
desarrollaron en la retaguardia republica- En Sevilla, el Sindicato Único de la Cons-
na. Se trataba del ejercicio de creatividad y trucción de la CNT consiguió tras una in-
visión de futuro de los libertarios. A partir tensa huelga en junio de 1936 alcanzar un
de julio de 1936 todo se precipitó. acuerdo con la patronal para la aprobación
El Congreso de Zaragoza de 1936 mar- de unas bases de trabajo que establecían la
có algunas cuestiones importantes para la jornada laboral semanal de los trabajado-
CNT. La organización estaba reunificada y res de la construcción en 36 horas. Sevilla
se pertrechó de un importante cuerpo rei- había sido uno de los focos del movimiento
vindicativo e ideológico con el que se pre- libertario. Ya en 1931 se habían alcanza-
sentó cuando se produjo el golpe de Estado do unas bases laborales tras movimientos
contra la República. huelguísticos, que tras el triunfo de la de-
recha fueron suspendidas. La represión a la
La conflictividad laboral. La huelga de que fue sometida la CNT sevillana diezmó
la construcción de Sevilla y Madrid. sus fuerzas. Solo tras la victoria del Frente
Popular y la reorganización efectiva de la
Una vez realizado el congreso confede- central anarcosindicalista, los trabajadores
ral, y unificadas las fuerzas del anarcosin- adscritos a la CNT retomaron la preemi-
dicalismo, con la propuesta encima de la nencia en el movimiento obrero, y tras el
mesa de pacto revolucionario con la UGT, espaldarazo del Congreso de Zaragoza co-
los libertarios se lanzaron a la consecución menzaron a redactar unas bases laborales
de sus objetivos laborales. Y esas reivindi- con el fin de poner en práctica los acuer-
caciones que habían quedado aprobadas en dos confederales, que eran básicamente los
mayo de 1936 se comenzaron a poner en suyos desde antes del mismo congreso: «El
circulación entre los medios obreros. día 16 de junio la patronal recibió las bases
De entre todas las movilizaciones obre- con un plazo de once días para contestar
ras que se dieron en aquel momento, habría afirmativamente. En caso contrario el sec-
que destacar dos por la participación de los tor iría a la huelga general indefinida» [40].
libertarios: las movilizaciones de la cons- Las bases laborales establecían la dura-
trucción de Sevilla y Madrid de junio de ción de la jornada laboral, el aumento de
1936. La primera con una aceptación de las salarios, la eliminación de las horas extra
bases reivindicativas de la CNT. La segunda y los destajos, el control sindical, los segu-
con un transfondo más social y político, y ros sociales en enfermedades y bajas, las
no solo laboral. vacaciones pagadas, etc. Eran unos acuer-
El Congreso de Zaragoza había oficiali- dos basados en el control sindical sobre la
zado lo que ya era un hecho entre muchos base laboral y la desaparición de los Jura-
sindicatos confederales: la lucha por las 36
horas de trabajo, algo que en el campo era 39.— Francisco Sánchez Pérez, «Las protestas del trabajo
evidente y que querían trasladar al ámbito en la primavera de 1936», en Mélanges de la Casa Veláz-
urbano. Y en un sector laboral, el de la cons- quez, 41–1 (2011), p. 95.
trucción, donde los anarcosindicalistas es- 40.— Antonio María Bernal, M. R. Alarcón y José Luis Gutié-
rrez, La jornada de seis horas. Movimiento obrero y reducción
taban cosechando éxitos y avances frente a
de la jornada de trabajo en el ramo de la construcción de Se-
su rival UGT. Muchas bases del trabajo que villa, Sevilla, Centro Andaluz del Libro–Libre Pensamiento,
se presentaron incluso antes del Congreso 2001, p. 69.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

dos Mixtos en la intervención de la nego- La prensa confederal tuvo un tono triun-


ciación. Estaba claro que la reducción de la falista. Solidaridad Obrera titulaba así el 27
jornada laboral significaba para la CNT un de junio: «Los obreros del ramo de la cons-
mayor número de trabajadores en sus pues- trucción de Sevilla han conseguido la jor-
tos de trabajo, acompañado por un aumen- nada de seis horas» [42]. Además, en el mis-
to de los salarios, así como la centralidad de mo número se hace una disertación sobre
la CNT para el control efectivo de las con- la utilidad de las huelgas. Asimismo, los
trataciones y reivindicaciones laborales. anarcosindicalistas se ven en disposición
Además, se introducían seguros sociales de ser la organización referencia del prole-
que aseguraban un mayor bienestar a los tariado español, debido a sus actividades y
trabajadores del sector. conquistas: «¡Ha sonado la hora del prole-
Este envite de la CNT demostraba dos tariado! Frente a ’nuestra‘ burguesía, avara,
cosas fundamentales para romper la visión despótica, con reminiscencias feudales, se
clásica que se tiene del anarcosindicalismo: alza potente, lleno de vitalidad, el proleta-
Un sindicato como el de Sevilla, histó- riado, que ha de crear un nuevo mundo y
ricamente clasificado como «faísta» en esa una misma vida» [43].
división artificial, potenciaba su Federa- La consecución de esta reivindicación,
ción Nacional de Industria de la Construc- adoptada unas semanas antes en Zaragoza,
ción, establecida desde 1931. No casa, pues, animó a los libertarios, que en esas fechas
con la hipótesis de que los sindicatos «faís- tenían conflictos similares en distintos sec-
tas» eran contrarios a las Federaciones de tores, incluida la construcción, en Girona,
Industria. Lleida o Madrid.
La política sindical de acción directa, Sin embargo, la aplicación de las medi-
modelo sindical de la CNT, se había im- das no fue fácil. En los días sucesivos, los
puesto sobre la política laboral de conci- sindicatos sevillanos se lanzaron a conflic-
liación de los Jurados Mixtos, por la que la tos sectoriales para exigir el cumplimien-
UGT apostó al inicio de la República. Una to de la medida [44]. Igualmente la patronal
tendencia que desde inicios de 1934 se fue cedió porque, como algunos investigadores
plasmando, pero que se confirmó en algu- afirman, la inminencia de un golpe de Esta-
nos sectores en vísperas de la Guerra Civil. do hacía que dicho acuerdo tuviese poco re-
Cuando había pasado casi el plazo mar- corrido. «Otra ciudad donde se presentaron
cado por el Sindicato Único de la Cons- las 36 horas, pero en este caso siguiendo las
trucción de la CNT, los anarcosindicalistas directrices de Zaragoza, fue Sevilla (en ju-
decidieron comenzar la huelga general. A nio), donde pudieron aprobarse sin conflic-
pesar de que hubo algunos enfrentamien- to, algo que demostraba el conformismo,
tos, la patronal comenzó las negociaciones o quizá el escepticismo patronal sobre las
el 25 de junio, unas negociaciones que cul- posibilidades reales de que se aplicase» [45].
minaron tras diez horas, el 26 de junio, y Algunos de los empresarios que firmaron
por las que se plasmó una nueva ley de ba- el acuerdo en la propia sede de la CNT se
ses que aprobaba las medidas presentadas mostraron partidarios sin dilación del gol-
por la CNT y que se hacía extensiva a ramos
como el de la madera y la metalurgia [41]. 42.— Solidaridad Obrera, 27 de junio de 1936, nº 1312
43.— Solidaridad Obrera, 28 de junio de 1936, n.º 1313
41.— Boletín del Ministerio del Trabajo, Sanidad y Previsión, 44.— A. M. Bernal y otros, La jornada de seis hora, p. 73.
nº 72, julio de 1936. 45.— F. Sánchez Pérez, «Las protestas del trabajo», p. 95.

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Entre el pacto y la revolución. El movimiento libertario en la primavera... Julián Vadillo Muñoz

pe de Estado de julio de 1936. de junio y, como titulaba Solidaridad Obre­


Aun así, unos días antes era evidente que ra, los libertarios la consideraban como
la CNT se encontraba en una disposición de una de las «grandes batallas del trabajo» [47].
triunfo entre la clase obrera, ya que la fuer- Para la CNT madrileña y su Sindicato Úni-
za de su sindicato en Sevilla le había lleva- co de la Construcción, que había mostrado
do a conquistar una medida laboral histó- un avance importante con la figura de Ci-
rica sin apenas plantear la huelga. Para el priano Mera desde 1934, significaba no solo
conflicto de Madrid era un buen puntal. poner en marcha lo adoptado en Zaragoza,
que era parte de su tabla reivindicativa des-
La huelga de la construcción de Madrid de mucho antes, sino la posibilidad de lle-
gar a acuerdos con la UGT, plasmando así
Madrid había sido siempre la tarea pen- la posibilidad de avanzar en el pacto revo-
diente de los libertarios. Si bien su fuerza lucionario, aprobado también en Zaragoza.
fue importante en zonas como Cataluña, La huelga implicó a 80.000 trabajadores de
Levante, Aragón y parte de Andalucía, el la construcción tanto en la capital como en
centro de la Península se resistió siempre los pueblos limítrofes [48].
a los libertarios. La proclamación de la Re- Sin embargo, a diferencia de lo sucedido
pública significó un giro definitivo a esta en Sevilla, donde la patronal cedió, en Ma-
tendencia. Y a partir de 1934 en la capital drid fueron las instituciones las que inten-
de España la CNT comenzó a avanzar en taron mediar en el conflicto con un Jurado
sectores, como la construcción y la gastro- Mixto y un laudo ministerial que aprobaba
nomía, que habían sido feudos de la UGT. las 40 horas semanales. Mientras algunos
La pugna y competitividad entre sindicatos integrantes la Federación Local de Edifi-
hizo que los anarcosindicalistas avanzasen cación de la UGT veían con buenos ojos el
posiciones en Madrid. acuerdo, el Sindicato Único de la Construc-
Entre las numerosas huelgas que se pro- ción de la CNT lo veía insuficiente, lo que
dujeron, la de la construcción en junio y ju- llevó a un enfrentamiento físico e incluso
lio de 1936 destacó por encima de cualquier armado entre los integrantes de ambas en-
otra, ya que cuando se produjo el golpe de tidades sindicales [49].
Estado de 1936 aún no estaba resuelta. Y Además, el conflicto reflejó una quiebra
fue una huelga que se extendió por otros en el interior de la UGT madrileña. Duran-
puntos de la geografía madrileña, como fue te el congreso de la Federación Nacional de
el caso de Alcalá de Henares [46]. Igualmente Edificación de la UGT celebrado el 24 de ju-
esa huelga significó un enfrentamiento en- nio de 1936 se plasmó la división existente
tre los propios sindicatos y entre la militan- entre las bases y los dirigentes. Los inte-
cia y la dirección de la UGT. grantes de la construcción madrileña eran
La base de la reivindicación de los tra- conscientes del avance de la CNT y habían
bajadores de la construcción madrileños adoptado algunas disposiciones durante
estuvo en la reducción de las horas de tra- la huelga de la construcción sin tener en
bajo, muy en consonancia con los acuerdos
47.— Solidaridad Obrera, 2 de junio de 1936, nº 1290.
adoptados por la CNT en Zaragoza en mayo
48.— Eduardo González Calleja, Francisco Cobo Romero,
de ese mismo año. La huelga comenzó el 1
Ana Martínez Rus y Francisco Sánchez Pérez, La Segunda
46.— Julián Vadillo Muñoz, El movimiento obrero en Alca- República española, Barcelona, Pasado & Presente, 2015,
lá de Henares, Guadalajara, Silente Académica, 2013, pp. p. 1119.
305–306 49.— F. Sánchez Pérez, «Las protestas del trabajo», p. 95.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

cuenta a sus líderes. Además, los socialis- golpe de Estado su programa reivindicati-
tas volvían a una práctica frecuente desde vo laboral y político, con el que afrontaría
1934: no seguir los cauces legales para la la Guerra Civil, si bien en un contexto que
convocatoria de una huelga y declarar una ni ellos mismos preveían.
general por métodos de acción directa. Par- Lo que queda claro es que la imagen clá-
te de la militancia ugetista se había com- sica que se ha ofrecido sobre el anarquismo
prometido en la reducción de la jornada a no encaja con los movimientos habidos en
36 horas y el aumento salarial [50]. aquellas fechas. La CNT logró reunificarse
A pesar de los intentos de mediación, en mayo de 1936, presentar un proyecto
el acuerdo alcanzado en Sevilla ponía a la revolucionario a la UGT y dotarse de una
CNT en una posición de ventaja sobre la plataforma reivindicativa de carácter labo-
UGT a la hora de manejar los tiempos de ral y agrario que sirviese a los trabajadores,
la huelga. Por esa fuerza de la CNT se vio además presentarse ante los mismos como
apartada la UGT. La segunda acusaba a la la organización de la transformación social
primera de politización de una huelga que Igualmente, es imposible hacer una lec-
era estrictamente económica. La primera tura del anarquismo como un ente monolí-
acusaba a la segunda de no atenerse a los tico. Su disparidad geográfica y sus diversas
acuerdos adoptados en su pacto. Muchos posturas ante la realidad del momento lo
de los integrantes anarcosindicalistas que convierten en un movimiento heterogéneo.
participaban en la huelga, como el mismo En el tiempo que media entre el inicio del
Cipriano Mera, acabaron en la cárcel al no año 1936 y el golpe de Estado se plasma esa
aceptar las disposiciones gubernamentales diversidad, tanto geográfica como humana.
y continuar con el conflicto huelguístico [51]. No es lo mismo hacer una lectura del anar-
Cuando el 18 de julio de 1936 una parte quismo catalán, con enormes diferencias
del Ejército se sublevó contra la República, internas, que del anarquismo madrileño,
la huelga de la construcción de Madrid to- asturiano, andaluz o aragonés. Sin embar-
davía estaba en pleno desarrollo. go, el Congreso de Zaragoza de 1936 logró
unificar en la CNT a las distintas familias.
Colofón Ello posibilitó que cuando se produjo el
golpe de Estado la CNT fuera una organiza-
La primera mitad de 1936 fue fundamen- ción más sólida que sus rivales socialistas
tal para el desarrollo del movimiento anar- o republicanos, que vivían entonces duras
quista. Más allá de la participación de sus batallas internas. El paso de los meses hizo
militantes en el proceso electoral de febre- aflorar también esas divisiones en el inte-
ro de 1936, el movimiento libertario, que rior del movimiento libertario, que terminó
había salido erosionado del primer bienio por explotar cuando finalizó la Guerra Civil.
republicano y de la huelga general de octu- Pero eso ya es otra historia.
bre de 1934, fraguó en los meses previos al

50.— «Acta de la sesión celebrada por el Congreso de la


Federación Nacional de la Edificación el día 24 de junio
de 1936». Centro Documental de la Memoria histórica,
PS–Madrid, Carpeta 2174
51.— Cipriano Mera, Guerra, cárcel y exilio de un anarcosin-
dicalista, Madrid, LaMalatesta editorial y otros, 2006. p. 30.

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Arrancar la victoria de las fauces de
la derrota. El Partido Comunista de
España y el Frente Popular, de octubre
de 1934 a julio de 1936

Snatching victory from the jaws of defeat. The Communist Party of


Spain and the Popular Front, from October 1934 to July 1936

Fernando Hernández Sánchez


Universidad Autónoma de Madrid

Resumen

Entre 1935 y 1936, las derrotas del movimiento revolucionario a nivel europeo, la di-
visión de la izquierda y el ascenso del fascismo llevaron a los comunistas a defender un
acercamiento entre sindicatos y partidos obreros en el marco de los Frentes Populares
Antifascistas. En España, la adhesión al programa del Frente Popular llevó al PCE a
abandonar una posición marginal, sin capacidad alguna de influencia del sector político
de la izquierda, para ubicarse en un espacio de centralidad e iniciar el camino hacia la
constitución de una organización de masas.

Palabras clave: Comunismo, Frente Popular, Segunda República, Komintern, Gobierno.

Abstract

Between 1935 and 1936, the defeats of the revolutionary movement in Europe, the division of
the left and the rise of fascism led the Communists to defend a rapprochement between unions
and workers’ parties in the framework of the People’s Antifascist Fronts. In Spain, the adherence
to the Popular Front programme made the PCE abandon a marginal position with no ability to
influence the political sector of the left and place itself in a space of centrality to move towards the
establishment of a mass organization.

Keywords: Communism, the Popular Front, Second Republic, Komintern, Government.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

Como es conocido, el resultado de las nidad de que convirtiera las sesiones de su


jornadas de octubre de 1934 fue una derro- proceso en un acta de acusación contra el
ta sin paliativos para la izquierda española tribunal y el gobierno radical–cedista, al
que, salvo en Asturias —donde se llegaron estilo de lo que había hecho Dimitrov en
a crear verdaderos órganos de poder revo- Leipzig. El líder socialista, amparándose
lucionario— mostró un elevado grado de en un sometimiento a la voluntad de su
imprevisión en el planeamiento, vacilación organización, persistió en negar toda par-
en la ejecución e incapacidad para arrastrar ticipación personal y toda responsabilidad
al movimiento a la mayor parte de la clase en el movimiento. Uribe piafaba ante esta
trabajadora organizada [1]. Una buena parte respuesta: «Con esto se llegaba a la pere-
de la cúpula dirigente de los sindicatos y de grina situación de que el máximo responsa-
los partidos de la izquierda ingresó en pri- ble del movimiento aparecía ente las masas
sión, y la prensa —entre ella, Mundo Obre- como una inocente paloma que no conocía
ro— fue clausurada. En la confusión de la nada ni se había enterado de nada. Muchos
derrota se llegó a especular con la muerte obreros fueron a la huelga impulsados por
de Pasionaria mientras cubría la retirada de Caballero; en ella dejaron la vida unos y
los revolucionarios de Oviedo [2]. perdieron la libertad otros, pero a la hora
Octubre trajo consigo consecuencias de asumir la responsabilidad la rehusaron
que trascendieron al fracaso y a la repre- poco elegantemente» [3].
sión subsiguiente. Vicente Uribe, miembro Con menos que perder, el PCE reivin-
del Buró Político del Partido Comunista dicó abiertamente la responsabilidad del
de España (PCE), se entrevistó en la cárcel movimiento insurreccional, cobrando
con Francisco Largo Caballero, por inter- una presencia política en el terreno que
mediación de Julio Álvarez del Vayo, para les dejó expedito la retracción de los diri-
plantearle, entre otros asuntos, la oportu- gentes socialistas. A pesar de la represión
policial y de la posibilidad de incurrir en
1.— Como afirma un nada radical Santos Juliá en un impla-
cable diagnóstico: «Una revolución a fecha fija, pendiente la última pena para sus máximos dirigen-
de una provocación que el adversario podía administrar tes, los comunistas desarrollaron una am-
a su gusto y desligada de la anterior movilización obrera plia campaña de propaganda en el interior
y campesina, basada en una deplorable organización ar-
y en el extranjero [4]. Fracasó el intento de
mada, sin objetivos políticos precisos, con la abstención
de un numeroso sector de la clase obrera sindicalmen-
te organizada, proyectada como mezcla de conspiración 3.— Vicente Uribe, Memorias (Manuscrito depositado en el
de militares presuntamente adictos y del huelga general Archivo Histórico del PCE, en adelante: AHPCE).
del gran día, frente a un estado que mantenía intacta su 4.— TNA, HW 17/26, 3428/Sp. 9/1/1935. «Parece que la po-
capacidad de respuesta, no tenía ninguna posibilidad de licía cuenta con algunos medios para obtener información
triunfar». Santos Juliá, «Preparados para cuando la ocasión sobre el Partido Comunista. Hace ocho o diez días Bravo
se presente»: Los socialistas y la revolución’, en Violencia fue detenido por las autoridades como secretario del [So-
política en la España del siglo XX. Taurus, Madrid (2000), p. corro Rojo] y poco después fue puesto en libertad. Bravo,
184. Un testimonio de primera mano sobre los hechos de que ha permanecido en el PC desde su fundación, se ha
octubre sigue siendo la obra clásica de Amaro del Rosal, convertido probablemente en un informador. Se le supone
1934: El movimiento revolucionario de Octubre, Madrid, Akal la entrega de dos fugitivos de la policía que ha dado a
1984. ésta una gran cantidad de información de otros. Después
2.–Los servicios de inteligencia británicos interceptaron de esto huyó a Portugal (...) La última noche cinco poli-
los mensajes de la Komintern entre Madrid y Moscú has- cías preguntaron por Hernández por su propio nombre en
ta vísperas de la batalla de Madrid, en octubre de 1936. su nuevo domicilio ilegal, en el que solo ha estado dos
Los cables decodificados se encuentran en los archivos de días y donde, una hora antes, había tenido una entrevista
Londres. The National Archives (TNA), HW 17/26,1770/Sp., con él. El peligro de que Manso y Díaz sean ejecutados es
27/10/1934. muy grande. Manso mantiene una actitud muy firme, ha

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Arrancar la victoria de las fauces de la derrota. El Partido Comunista... Fernando Hernández Sánchez

que Caballero capitalizara la vindicación El giro hacia el Frente Popular


de Octubre, pero se abrieron cauces de in-
terlocución entre socialistas y comunistas En agosto de 1935 se celebró en Moscú
que apuntaban a un nuevo tipo de relación el VII Congreso de la Internacional Comu-
entre ambas fuerzas. Es probable que Bur- nista. Jesús Hernández figuraba como se-
nett Bolloten, autor del famoso constructo gundo responsable oficial de la delegación
sobre la absorción comunista mediante la española tras José Díaz. Fue en esta ocasión
técnica del camuflaje de sus intenciones, cuando utilizó por primera vez el pseudóni-
hubiera entrado en éxtasis de saber que la mo «Juan Ventura», con el que firmaría pos-
dirección española solicitó de Moscú que teriormente sus artículos periodísticos. El
André Marty colaborara con Vayo y Marga- discurso de Hernández (8 de agosto) aportó
rita Nelken (¡dos de sus demonios familia- la visión española del frentepopulismo a la
res!) en la elaboración del programa de una luz de las enseñanzas de los acontecimien-
plataforma de la oposición caballerista den- tos asturianos de octubre de 1934 [7]. Her-
tro del PSOE [5]. Lástima que por entonces nández intervino en la sesión celebrada la
Largo estuviese pensando más en términos mañana del 8 de agosto.
de servirse de los comunistas para derrotar Comenzó haciéndose eco del informe
a sus oponentes en su propio partido que presentado por Dimitrov, en el que se había
en servir a aquellos en su labor de fagocito- planteado el giro hacia la política de frentes
sis del espectro político de la izquierda. Si populares antifascistas. Hernández lo con-
por entonces alguien pensaba en absorber sideraba plenamente ajustado a la situación
a alguien, no era precisamente el sector del planteada por las experiencias francesa —el
PSOE que lideraba Caballero quien tuviera intento de asalto a la Asamblea Nacional de
previsto convertirse en presa. las Ligas Fascistas y de Excombatientes— y
En todo caso, las enseñanzas del episo- española del año anterior [8]. Pasó después
dio, junto a las extraídas de otras recientes a analizar los hechos de Asturias como la
experiencias europeas —el aplastamiento expresión de la línea de conformación del
de la insurrección de Viena, la amenaza de frente único y la superación histórica, por
las Ligas de extrema derecha en Francia—, parte del movimiento obrero español, de
abrieron el camino a la formulación de una
nueva estrategia unitaria, materializada en que debéis traer la cuestión de la unificación local de los
el abandono de la línea del «tercer periodo», sindicatos revolucionarios con los reformistas y aquellos
sindicatos anarquistas que han tomado parte en la lucha.
en los procesos de acercamiento de sindi-
Podéis traer ante la Comisión de Coordinación la cuestión
catos y partidos obreros y en la postulación de la unificación de todos los sindicatos y la creación de
de los Frentes Populares Antifascistas [6]. un sindicato único». TNA, HW 17/26, 1773/Sp., 9/11/1934:
«El 12 de noviembre tendrá lugar una manifestación por
asumido la responsabilidad de toda la iniciativa (...) Por el Frente Unido en París, en conexión con el mitin de la
favor, debéis organizar de manera urgente una campaña Segunda Internacional. Enviad (...) uno de vuestros repre-
internacional. Desafortunadamente L´Humanité no ha di- sentantes».
cho nada durante las últimas semanas. Rosado ha sido 7.— Eduardo Comín Colomer, Historia del Partido Comunista
puesto en libertad provisional» de España, Madrid, Editora Nacional, 1967, Tomo II, pp. 514
5.— TNA, HW 17/26, 3422/sp., 3/1/1935. «Por favor, pre- y siguientes.
guntad a Marty si puede proponer a Vayo, que está en 8.— Sobre el contexto internacional que coadyuvó a la for-
Francia, antes de la llegada de Medina, si puede preparar mulación de la política unitaria de la izquierda, Pere Ga-
junto con Nelken y otros la plataforma de oposición del briel: «Contexto internacional y Frente Popular», en Políti-
Partido Socialista sobre la que hemos hablado» cas de alianza y estrategias unitarias en la historia del PCE,
6.— TNA, HW 17/26, 1774/Sp., 12/11/1934: «Os avisamos Papeles de la FIM, Madrid, nº 24, 2ª época, 2006, pp. 19–30.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

los clásicos e ineficaces métodos insurrec- esta fecha volvió a incurrirse de hecho en
cionales del anarquismo. En Asturias se ha- el sectarismo, a pesar de que el lenguaje
bía dado la combinación de una insurrec- se fue suavizando en la forma. Por ello, en
ción popular de masas contra el fascismo, conclusión, resultaba tan interesante para
y un intento de asalto al poder. Ello había los comunistas españoles el planteamiento
sido posible por la superación de las dife- der «Gobierno de frente único o Gobierno
rencias históricas que habían mantenido Popular antifascista» realizado por el VII
separadas entre sí a las masas socialistas y Congreso de la Komintern. Era como si, en
comunistas, lo que Hernández consideraba cierta medida, el PCE hubiera sido un ade-
un mérito exclusivo de su partido y de la lantado en la praxis política que condujo a
política de frente único, tras años de predi- su formulación. Autorizado por tales pre-
car la unidad en el desierto mientras avan- cedentes, Jesús Hernández culminó su in-
zaba imparable la reacción nazi–fascista y forme dirigiéndose públicamente «a Largo
clerical. Caballero y a sus amigos, [manifestando]
Tras la derrota de Octubre el PCE lanzó que estamos dispuestos a trabajar, junto
un llamamiento a la unidad y al agrupa- con ellos, para crear el frente único, para
miento de fuerzas al Partido Socialista, a lograr la unificación en el frente sindical,
los obreros anarquistas, a la CNT, UGT, Sin- para marchar hacia el Partido único revo-
dicatos autónomos y todas las organizacio- lucionario del proletariado, para derrocar la
nes proletarias, al tiempo que desarrollaba dominación burguesa e instaurar el Poder de
una gran actividad tendente a la creación los obreros y campesinos en España. Decla-
de un frente popular antifascista que abar- ro que tendemos fraternalmente la mano a
cara desde los sectores del republicanismo todos los obreros socialistas y anarquistas,
de izquierda, a gran parte de la intelectuali- a todas las organizaciones sindicales de la
dad antifascista. Todo ello unido al impulso clase obrera para lograr esa finalidad co-
de los Comités contra la guerra y el fascis- mún revolucionaria, y para ahorrar a nues-
mo, en los cuales se enrolaron gran número tro proletariado la sangrienta experiencia
de mujeres, y de los Comités pro–amnistía del fascismo, la vergüenza de los campos de
de los represaliados y presos de Asturias. concentración y del patíbulo. Lo mismo de-
No podía faltar, como mandaban los cimos a nuestros camaradas anarquistas».
cánones, alguna reflexión de carácter sedi- El subrayado, mío, demuestra que a Her-
centemente autocrítico. Hernández reco- nández le resultaba aún dificultoso com-
nocía que el PCE no había sabido ser lo sufi- prender la verdadera naturaleza de la po-
cientemente flexible (quizás debería haber lítica frentepopulista, de contención del
dicho menos sectario) para haber cedido en fascismo y sostenimiento de las democra-
su política de frente único en las elecciones cias burguesas frente a la amenaza expan-
de 1933, «cuando la reacción formó un blo- sionista, que habría de aplicar a instancias
que único para dar la batalla a las fuerzas de la IC. Lo que sí se llevaría a la práctica
democráticas y revolucionarias», a fin de en los meses subsiguientes serían algunas
haber posibilitado la formación de las can- de las conclusiones recogidas en el informe
didaturas comunes de socialistas y comu-
nistas como las que en Málaga llevó a las Frente Popular», en Políticas de Alianza…, pp. 31–44. Sobre
las circunstancias de la elección de Cayetano Bolívar, Luis
cortes al doctor Cayetano Bolívar [9]. Pasada
Pernía y Adoración Bolívar, Un tranvía del Bulto a Vista
Hermosa (Biografía de Cayetano Bolívar), Málaga, Edicio-
9.— Ver Encarnación Barranquero, «Orígenes y carácter del nes PCE, 2005.

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Arrancar la victoria de las fauces de la derrota. El Partido Comunista... Fernando Hernández Sánchez

ante el plenario de la Komintern: de Asturias— iba a situar la conformación


de un programa común y una alternativa
«Realizar sobre la base de este frente único electoral unitaria en el centro del debate.
proletario la unidad de todos los antifascis- Y aunque su diseño y contenidos no fuera
tas, creando y reforzando el Frente Popular plenamente coincidente con lo que los co-
Antifascista, que, apoyado en los objetivos munistas habían pensado que debía ser un
comunes a todos, pueda ser la base de la Frente Popular, llegaron para acomodarse
formación del Gobierno popular antifas- lo mejor posible a la nueva situación. Mu-
cista (…) En el terreno sindical, marchar cho más que impulsar la nueva estrategia,
audazmente —venciendo el sectarismo— se puede afirmar que fue esta la que llegó al
hacia la fusión de los Sindicatos paralelos encuentro de los comunistas. Que su capa-
en cada localidad, hacia la creación de un cidad para aprovechar la oportunidad devi-
solo Sindicato por industria y una sola cen- niera, a la postre, en la obtención de ven-
tral sindical de lucha de clases (…) Al mis- tajas organizativas y políticas tuvo que ver
mo tiempo, colocar en lugar preeminente el con su capacidad de adecuación y respues-
problema de la creación de un solo Partido ta a las nuevas y dramáticas circunstancias
revolucionario del proletariado, vencien- que cabalgaban a lomos de la esperanza y la
do los últimos escrúpulos de los valientes crispación durante los meses que precedie-
obreros socialistas y de los luchadores de ron a la sublevación militar.
octubre, yendo hacia la unidad orgánica
con aquellas indispensables y mínimas ga- Victoria y auge (febrero–julio de 1936)
rantías de los principios revolucionarios. Y
en lo que concierne a nuestras Juventudes A comienzos de 1936 Mundo Obrero
y a las Juventudes Socialistas, debemos ca- pudo reabrir tras la prohibición guberna-
minar con paso de gigante para fundirlas en mental posterior a la insurrección de Astu-
una organización que abarque en su seno a rias de octubre de 1934. La dirección comu-
toda la juventud antifascista. Tal debe ser nista entró en un estado de agitación febril
nuestra perspectiva actual en España». preparando las elecciones. La formulación
de una amplia coalición para la recupera-
En el momento en que Hernández enun- ción de la República por parte de Azaña y
ció estos objetivos, su consecución parecía los socialistas de Prieto, y la aproximación
condenada a seguir el camino recorrido por táctica de un Caballero sumido en la lucha
las distintas formulaciones de los frentes por el control del socialismo [10], en plena
únicos, ya fuera por la base o por la cúpu- batalla interna contra sus adversarios, mar-
la: el que terminaba en la esterilidad que có el proceso de génesis del Frente Popular.
caracteriza a las posiciones políticas de- El 19 de diciembre el partido español
fendidas por organizaciones testimoniales. comunicó a Moscú la aceptación crítica
Sin embargo, los movimientos estratégicos de un bloque electoral de izquierdas, pero
que en aquel contexto estaban desarrollan- declarando su disposición a «luchar junto
do republicanos de izquierda y socialistas, con la izquierda por un frente unido prole-
junto con las demandas generadas en un tario, por las alianzas obreras» [11]. Dos días
amplio espectro de la izquierda social–des-
10.— TNA, HW–26, 5995/Sp., 30/11/1935. «Caballero ha
de los que se proponían recuperar la «Re- sido absuelto y nos ha informado de que va a cumplir su
pública del 14 de abril» a los que se movili- promesa».
zaban en pos de la amnistía para los presos 11.— TNA, HW–26, 5994/Sp. 19/12/1935.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

después, Codovilla refirió a Manuilski una paramilitares, y la expropiación sin in-


entrevista con Caballero para acordar po- demnización de las tierras de los grandes
siciones. El argentino llegó a la conclusión terratenientes y su entrega gratuita a los
de que, aun estando de acuerdo con la pro- obreros agrícolas y campesinos trabajado-
puesta unitaria, Caballero —que acababa de res. Los socialistas eran, sin embargo, par-
cesar en sus cargos en el partido— y los so- tidarios de la socialización de la tierra, lo
cialistas de izquierda, inmersos en las dis- que para el futuro ministro comunista del
putas internas con los centristas de Prieto ramo —«siendo benévolos en el juicio»—
minusvaloraban el asunto central. Por su era una clara incomprensión por parte de
parte, la organización del PSOE había invi- los socialistas del papel que estaban lla-
tado ya a dos delegados del PC para decidir mados a jugar los campesinos en la lucha
sobre el frente popular y las próximas elec- por las transformaciones democráticas del
ciones [12]. país. El manifiesto contenía cuestiones que
Durante las semanas previas a los comi- iban más allá del programa electoral, como
cios conocemos principalmente las comu- el rápido establecimiento de relaciones con
nicaciones que Codovilla remitió a Moscú. la URSS. Para Codovilla, la impresión gene-
De ellas se deducen tanto los meandros ral era buena y se estaba trabajando ya en la
del proceso de conformación del programa cuestión de los candidatos [14].
y las candidaturas como las maniobras de Los negociadores socialistas, encabeza-
Caballero para utilizar el FP en apoyo de dos por Juan Simeón Vidarte, plantearon la
su lucha partidaria. «Caballero habló en un incorporación de candidatos comunistas en
mitin y enfatizó la necesidad de unificar las las listas comunes en términos de lograr un
organizaciones sindicales y políticas del número de diputados «no menor que el ne-
proletariado. Su discurso, a pesar de que cesario para tener derecho a constituir mi-
suele ser bastante oscuro, favorece la pre- noría y participar en las comisiones, es decir
sente política del PC» [13]. 10. Con esto, ellos los socialistas, tendrían
Las negociaciones del pacto del Frente un apoyo en las comisiones que es donde se
Popular no resultaron fáciles. Los republi- elaboraban los proyectos». Hubo tira y aflo-
canos no querían que los comunistas par- ja en algunas circunscripciones, como Tole-
ticiparan en las discusiones. Uno de sus do, Alicante y Sevilla, donde a pesar de los
representantes, Sánchez Román, llegó a esfuerzos del PCE no se pudo incluir a nin-
retirarse. Caballero no presionó en abso- guno de sus candidatos. Para Toledo, donde
luto para que las deliberaciones se efec- se descontaba un triunfo claro del Frente
tuasen entre todos los representantes de Popular, los comunistas propusieron a Pe-
las fuerzas políticas participantes. Según dro Martínez Cartón. A este le sentó muy
Uribe, «asomaba ya la oreja de su singular mal no verse incluido por dicha provincia,
concepción del PC; nos consideraba única- y se le acabó presentando, aunque de mala
mente como una fuerza de apoyo para el PS gana por su parte, en la lista de Badajoz, en
y especialmente para él, para sus planes». lugar de un trotskista de Llerena —donde
Entre las propuestas programáticas que el POUM poseía una importante organi-
propuso el PCE figuraban que el gobierno zación local— propuesto por Vidarte y que
disolviera los partidos con formaciones había sido enérgicamente rechazado por el

12.— TNA, HW–26, 5985/Sp. 21/12/1935.


13.— TNA, HW–26, 5891/Sp. 15/1/1936. 14.— TNA, HW–26, 5901/Sp., 16/1/1936.

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Arrancar la victoria de las fauces de la derrota. El Partido Comunista... Fernando Hernández Sánchez

Dolores Ibárruri durante un mitin de apoyo al Frente Popular. Primavera de 1936 (Foto: Archivo
Histórico del PCE).

PCE [15]. Paradójicamente, Cartón salió ele- vimientos de rivalidad interna. En Madrid,


gido diputado por la provincia extremeña, dada su trascendencia, figuraban las figuras
lo que no habría ocurrido en el caso de por- máximas de los partidos, y por consiguien-
fiar en figurar por Toledo. En Alicante, la te debía presentarse por esta circunscrip-
retirada por el propio PC de la candidatura ción su secretario general, José Díaz. A esto
de Francisco Galán —en compensación por se opuso Pablo Yagüe, a la sazón secretario
la retirada del PSOE a favor de candidatos del Comité Provincial de Madrid, diciendo
republicanos— fue muy mal comprendida que Díaz debía ir por Sevilla que era su tie-
por la bases. rra. Como «todos nuestros razonamientos
Si bien Uribe atribuyó, de forma despec- fueron inútiles ante las cabezonadas de
tiva, al «cretinismo» parlamentario de los Yagüe», la cuestión fue zanjada imponien-
socialistas estas discusiones, no es menos do la autoridad del Buró Político, «y Pepe
cierto que en las filas del propio PCE la po- fue nuestro candidato y luego diputado por
sibilidad, por primera vez en su historia, de Madrid». En Vizcaya, el aparato propuso a
alcanzar grupo parlamentario suscitó mo- Vicente Carro, veterano militante del mo-
vimiento obrero regional. El secretario ge-
15.— Codovilla llegó a transmitir a Manuilski que esto
neral del PC en Euskadi, Astigarrabía, iría
obedecía a alguna maniobra oculta del aparato socialista
controlado por Prieto: «El comité ejecutivo del PS ha ma- por Guipuzcoa, circunscripción práctica-
niobrado para remover candidatos de la izquierda socia- mente hegemonizada por el nacionalismo
lista y comunistas, usando a los candidatos trotskistas en vasco. Ante la previsión de no salir elegido,
las provincias con intención de forzar a nuestro partido
Astigarrabía trató de sustituir a Carro, sa-
a romper con el bloque. Nuestro partido ha [¿denuncia-
do?] la maniobra pero no ha roto. TNA. HW–26, 5232/Sp. cando a colación algunas de sus insuficien-
4/2/1936. cias políticas. Como en Madrid, fue preci-

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Dossier: La primavera del Frente Popular

so un cornetazo del BP, pero Astigarrabía de tensión creciente que se completaría en


no se plegó y se negó a ir en las listas por los meses siguientes.
Guipuzcoa, siendo sustituido por Jesús La-
rrañaga. El colmo de las tensiones, esta vez Con pies de plomo
de campanario, se alcanzó en Pontevedra,
donde tras lograr obtener un puesto en la Desde febrero, a la grave situación eco-
candidatura del FP por esta provincia las nómica que afectaba al bajo nivel de vida
rivalidades entre las organizaciones comu- de la clase trabajadora había que sumar
nistas de Vigo y Pontevedra impidieron un la crisis artificial creada tras el triunfo del
acuerdo y llegaron a la conclusión de que el Frente Popular. Previendo la aplicación de
BP designase al candidato, de forma que no la reforma agraria y las expropiaciones sin
fuera ni de Vigo ni de Pontevedra, e incluso indemnización, los grandes terratenientes
que no fuera gallego. Esta fue la razón por decidieron abandonar las faenas agrícolas
la que Adriano Romero fue incluido en la para la siguiente temporada. Se detectaban
candidatura del FP de Pontevedra. fugas de capitales, retirada de fondos ban-
A menos de quince días de la cele- carios, torpedeo contra el valor de la pese-
bración de los comicios Madrid informó a ta, y en el aire planeaba la amenaza de un
Moscú de que habían logrado colocarse 21 cierre patronal si el gobierno obligaba a las
candidatos del partido, de los que se espera- empresas a pagar las indemnizaciones de-
ba que al menos la mitad fueran elegidos [16]. bidas a los represaliados de Octubre del 34.
También refirió que la intensificación de la La constitución del nuevo gobierno Aza-
campaña y el entusiasmo desatado estaban ña fue objeto de valoraciones confusas por
llevando a un incremento considerable del parte de la Komintern. Si en primera ins-
número de afiliaciones [17]. No contenía da- tancia se consideró no como un gobierno
tos, pero algo más un mes después, en un de Frente Popular, sino como un gobierno
Pleno del CC con delegados de 47 provin- burgués de izquierda [20], Moscú consideró
cias se informó que el partido contaba con sin embargo que debía ser apoyado contra
50.348 miembros y estaba en rápido creci- los ataques y el posible golpe de estado de
miento. La mayoría de los nuevos miem- los reaccionarios, para garantizar que pu-
bros procedían de las regiones agrícolas, diera llevar a cabo el programa electoral del
y más de la tercera parte eran mujeres. La frente popular, sin perjuicio de que el PCE
Juventud Comunista tenía en ese momento mantuviese una acción independiente y se
32.600 miembros [18]. reservase el derecho a criticar y a recurrir a
El 16 de febrero de 1936 los comunistas la acción cuando las medidas gubernamen-
recogieron el 3,5% de los votos y obtuvie- tales fueran dirigidas contra los intereses
ron 17 diputados [19]. La suma de las nuevas de las clases trabajadoras [21].
expectativas que se abrían para las clases
20.— TNA, HW–26, 5300/Sp., 26/2/1936. La argumenta-
populares y del temor suscitado entre los
ción se basaba en que: «1. Las organizaciones de los tra-
sectores conservadores bosquejó el cuadro bajadores no están representadas en este gobierno, solo
el partido republicano (sic). 2. Este gobierno no ha entre-
gado tierra de los propietarios, el estado y la iglesia a los
16.— TNA. H.W, 26. 5232/Sp. 4/2/1936.
campesinos. 3. Necesariamente vacilará».
17.— TNA, HW–26, 5232/Sp., 4/2/1936.
21.— Para no dejar lugar a dudas, en la misma fecha que se
18.— TNA, HW–26 5631/Sp., 31/3/1936. dio la directriz anterior se remitió un segundo cable que
19.— Archivo del Congreso de los Diputados (ACD), Docu- suprimía las consideraciones negativas sobre el gobierno:
mentación electoral, 141, nº 16. «Cancelad [el anterior mensaje]. Sustituidlo por este que

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Arrancar la victoria de las fauces de la derrota. El Partido Comunista... Fernando Hernández Sánchez

Las semanas siguientes fueron agitadas, socialistas de izquierda, que el bloque po-
transcurriendo bajo el triple signo de la pre- pular había cumplido su misión y había que
sión popular para que el gobierno llevase a disolverlo. Los socialistas no querían ir a
cabo reformas profundas, con verosímiles las elecciones municipales con los repu-
amenazas de desbordamiento [22]; de la lu- blicanos. Bien al contrario, los comunistas
cha interna en el PSOE, en la que la facción propusieron a Caballero acordar un progra-
caballerista parecía abonarse a un radica- ma común «que contenga las reivindicacio-
lismo que podía terminar con la ruptura del nes esenciales de la revolución democráti-
bloque popular; y de los movimientos para co–burguesa» y, al mismo tiempo, reforzar
llevar a cabo la consecución de la unidad la unidad proletaria organizando juntos las
orgánica del proletariado, empezando por alianzas obreras y campesinas y discutir
la fusión de las juventudes. sobre la formación del partido único. Sobre
El PCE, según informó Codovilla a Di- este último aspecto se dieron pasos decisi-
mitrov, apostaba por el programa de la vos a últimos de marzo. En concreto, en su
revolución democrático–burguesa (al que reunión del último día del mes el CC aprobó
atribuyó, de forma sin duda exagerada, un unánimemente las razones adoptadas para
aplastante apoyo de masas) [23]. Sobre el la fusión de las juventudes comunista —que
palpitante tema de la reforma agraria, por decía contra con 35.246 miembros [24]— y so-
ejemplo, los comunistas apoyaron las ocu- cialista. Es interesante señalar que en esta
paciones de tierra de forma organizada, reunión del órgano de dirección comunista
como forma de obligar al IRA a acelerar sus tomó parte Santiago Carrillo, que «hizo una
pasos, pero limitándose «solo [a] ocupar la magnífica sugerencia política, declarar que
tierra de la exnobleza, de los terratenien- la JS se propone adherirse definitivamente
tes reaccionarios importantes, de la Iglesia, a la KIM [Internacional Juvenil Comunista]
tierras excomunales, etc. Lo mismo con los y procurar que el PS reformado junto con el
almacenes de grano». El partido hacía to- PC se adhiera a la IC» [25].
dos los esfuerzos «para consolidar las posi- En el rampante clima de tensión a que
ciones conquistadas y para apoyar, pero no estaba conduciendo la actuación de los
precipitar, luchas prematuras». grupos de pistoleros falangistas, convenía
En las circunstancias del momento re- mantener la cabeza fría y no caer en pro-
sultaba suicida creer, como lo hacían los vocaciones antes de estar preparados para
afrontar la lucha en esos términos. No se
sigue a continuación (Suprime la primera mitad, donde
trataba de responder al atentado con el
figuran los tres puntos numerados)». TNA, HW–26, 5308/
Sp., 26/2/1936. atentado, sino de impulsar el desarrollo de
22.— «La situación política es la siguiente: El gobierno organizaciones de autodefensa, como las
Azaña, bajo la presión política de las masas, está llevando
a cabo el programa del bloque popular, y va más allá (...) 24.— TNA. HW–26,5316/Sp., 4/4/1936
La situación revolucionaria se desarrolla rápidamente. La 25.— TNA. HW–26, 5631/Sp., 31/3/1936. Bolloten se hu-
solución del problema de la tierra por métodos revolu- biera transportado de conocer el hecho. Ahora bien, del
cionarios, no pasará mucho tiempo en plantearse con el contexto se deduce que Carrillo asistió a la reunión de
desarrollo de la lucha, así como el problema del poder». CC en calidad de invitado, y que en aquel momento el
TNA. HW–26, 5382/Sp., 4/3/1936. comportamiento de los representantes de la izquierda
23.— «En la manifestación del 1 de marzo en Madrid, en socialista era contradictorio: Tan pronto se mostraban
la que tomaron parte más de 500.000 personas, nuestros dispuestos a integrarse en la IC como pasaban a evitar
slogans sobre la revolución democrático–burguesa fueron la adhesión a la Komintern y apostaban llanamente por
aclamados por una inmensa mayoría de los manifestan- el ingreso en masa de los comunistas en el PSOE. TNA.
tes». TNA. HW–26, 5382/Sp., 4/3/1936. HW–26, 5808/Sp., 27/4/1936.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

Manifestación del 1º de Mayo. Madrid, 1936 (Foto: Archivo Histórico del PCE).

Milicias Antifascistas Obreras y Campesi- gerados intentos de incautación de propie-


nas (MAOC), que dotadas de armas cortas dades». La colusión de ambas fuerzas no
y con una rudimentaria instrucción militar podría dejar de tener fatales consecuencias
cumplían misiones de protección en mani- para la unidad del frente popular en el par-
festaciones y actos de masas [26]. lamento.
A principios de abril, la Komintern, por La IC realizó un llamamiento dramático
boca de Dimitrov y Mauilski, comunicó su a su sección española para que no cayera
alarma por los acontecimientos que no du- en ninguna provocación, ya que «sería per-
daba en atribuir a los «contrarrevoluciona- judicial a la revolución en este momento y
rios». En ellos estaban implicados dos vec- podría solo favorecer el triunfo de loa an-
tores: los socialistas de izquierda — junto tirrevolucionarios». Había que impedir que
con los inevitables «trotskistas»—, con sus se produjera una ruptura con los republica-
intentos de destruir el frente popular; y los nos burgueses de Azaña, ni siquiera darles
anarquistas, de los que se temía un putsch, el pretexto para que se apoyasen en ele-
y cuyas actividades habían derivado en la mentos reaccionarios. Se debían emplear
proliferación de choques entre las masas y todos los medios para acelerar la realiza-
las fuerzas de orden público y en «los exa- ción del programa del FP, particularmente
la cuestión agraria. La directriz terminaba
26.— Sandra Souto Kustrín, Y ¿Madrid? ¿qué hace Madrid?: haciendo hincapié en la necesidad de apar-
movimiento revolucionario y acción colectiva (1933–1936), tar el espantajo del peligro rojo:
Madrid, Siglo XXI, 2004, p. 182. El propio PCE reconocía
que el desarrollo de las MAOC se había hecho «con gran
negligencia», al menos hasta 1934, y es probable que su «En todas las actividades del partido que
organización estuviese territorialmente muy limitada. realicéis se debe resaltar que la creación

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Arrancar la victoria de las fauces de la derrota. El Partido Comunista... Fernando Hernández Sánchez

del poder soviético no está en el orden final del paro, dos días más tarde. El PCE
del día, sino que por el momento, es so- se atribuyó, junto con la mayor parte de los
lamente cuestión de establecer un estado socialistas, el mérito del rumbo impreso a
democrático que haga posible ejercer una la movilización, de protesta contra las acti-
barrera contra el avance del fascismo y la vidades de los grupos fascistas y apoyo a las
contrarrevolución, y para fortalecer en ge- fuerzas de policía. No significaba ello que
neral las posiciones del proletariado y sus no hubiese habido en el seno del propio
aliados» [27]. partido contradicciones e incomprensiones
hacia una línea tan moderada. «En algunos
Por más que se llamase a la conten- casos, —se informó— la presión de los so-
ción, la presión popular seguía aumentan- cialistas de izquierda y los anarquistas se
do. Con motivo del desfile del 14 de abril ha hecho sentir en nuestras filas, y para no
se produjeron incidentes en el Paseo de la parecer menos «revolucionarios», se han
Castellana, durante los cuales pistoleros fa- hecho algunas concesiones». Se hizo ne-
langistas dispararon contra la presidencia, cesario, para ajustar el rumbo, discutir las
resultando muerto el alférez de la Guardia directrices de la IC en el BP con el objeto de
Civil Atanasio de los Reyes [28]. Su entierro confirmar definitivamente la línea táctica
derivó en nuevos tiroteos entre los partici- del partido en este momento, y lograr que
pantes en el cortejo —simpatizantes de la todos los miembros la entendieran [31].
extrema derecha— y miembros de las mi- La dirección comunista española estaba
licias socialistas que los hostilizaban en preocupada por la deriva tomada por la iz-
su marcha hacia el cementerio del Este [29], quierda socialista, consistente, a su juicio,
con un balance de tres víctimas mortales en incitar a las masas «contra el odiado
más y el desencadenamiento de una huelga sector militar y por lo tanto llevar a cabo
general en Madrid, de la que Codovilla dio la revolución proletaria inmediatamente».
cuenta a Manuilski. El PCE hizo todo lo po- Como muestra, una parte de los inciden-
sible por evitarla y, aunque no se atreviera tes durante el desfile del 14 de abril tuvie-
a manifestar en público su disconformidad ron lugar cuando, al paso de unidades de
con el paro, iba a instar el retorno al trabajo la Guardia Civil, sectores del público, con
en pos de evitar, a cualquier precio, que de- los puños en alto, prorrumpieron en gri-
generara en incidentes violentos en los que tos de «¡UHP!». Asturias quedaba todavía
las masas fuesen arrastradas por los anar- muy cerca. A ello se añadía el peligro de un
quistas, que pretendían convertir la huelga pustch anarquista, apoyado en la impacien-
general en indefinida [30]. La actitud comu- cia revolucionaria de esas mismas masas.
nista de firme de apoyo al gobierno se reite- Todo ello hacía sumamente necesario el
ró en el mensaje en que se daba cuenta del mantenimiento de una actitud de vigilan-
cia por parte del PC [32].
27.— TNA, HW–26, 5810/Sp., 9/4/1936 Mientras tanto, se continuó con la estra-
28.— Los sucesos están prolijamente descritos en La Van- tegia unitaria, dependiente en buena parte
guardia de los días 15 al 19 de abril. También hace refe- de las tensiones internas y del juego de ten-
rencia a ellos Manuel Tagüeña, Testimonio de dos guerras,
dencias en el PSOE. Los comunistas fijaron
Barcelona, Planeta, 2005, pp. 93–94.
la fecha de su congreso el 12 de julio, unos
29.— La prensa señaló que algunos de los disparos efec-
tuados desde las azoteas lo fueron por «individuos con
boina y camisas rojas». La Vanguardia, 17/4/1936. 31.— TNA, HW–265733/Sp. 18/4/1936.
30.— TNA, HW–26, 5743/Sp., 16/4/1936. 32.— TNA, HW–26, 5811/Sp., 26/4/1936.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

días después del congreso socialista, para Popular y la estabilidad del gobierno. Con
orientarse hacia la fusión de ambas orga- la elevación de Azaña a la presidencia de
nizaciones. Entre los dirigentes comunistas la República, tras la destitución de Alcalá
locales se extendió la impresión de que los Zamora, Caballero y la UGT declararon su
socialistas de izquierda maniobraban para voluntad de separarse del FP. En vista de la
evitar la fusión y la adhesión a la IC, porque gravedad de la situación, Codovilla man-
lo que deseaban era la entrada en masas de tuvo una entrevista con Caballero, a quien
los comunistas en el partido socialista para después de alguna discusión, logró conven-
incrementar su fuerza fraccional [33]. cer de que la ruptura sería un grave error
En medio de este proceso surgió en el y le comprometió a no solo no quebrar la
horizonte el nubarrón de la actividad trots- alianza, sino fortalecerla, y a preservar el
kista. Desde Moscú, Dimitrov alertó al PCE frente unido de los partidos obreros y la
contra antiguos comunistas expulsados y UGT [36].
por aquel entonces activos en el seno de El clima de tensión no cedía en inten-
otras organizaciones de izquierda: en con- sidad. En unos casos se reactivaron viejos
creto, aludió a las posibles maniobras de episodios de violencia entre campesinos y
Bullejos en la JS y a la creciente actividad fuerza pública. El 29 de mayo de 1936, en
de Maurín en Cataluña. Este último era, Yeste (Albacete) se produjo un enfrenta-
con mucho, el más peligroso. El partido y su miento de esta naturaleza que culminó con
prensa no estaban haciendo prácticamente un balance de 18 muertos (17 vecinos y un
ninguna campaña contra el trotskismo. Era guardia civil), más de 17 heridos y un gran
imperativo concentrar todas las baterías número de detenidos [37]. Dimitrov hizo lle-
sobre él, empleando la denuncia pública gar a Díaz un cable en el que concedió «ex-
para «desenmascarar la política aventure- traordinaria importancia a los hechos que
ra de Maurín y Cia, sus relaciones con Do- han ocurrido en la provincia de Albacete
riot [34], un agente de Hitler, sus actividades (...) porque estas acciones perjudican al FP,
escisionistas, [y] su hostilidad al frente po- comprometen al gobierno y favorecen a los
pular». La unificación de las fuerzas prole- contrarrevolucionarios». Recomendó to-
tarias de Cataluña adquiría una finalidad mar las medidas necesarias para que estos
específica: «arrancar a las masas de la in- acontecimientos no volvieran a ocurrir y la
fluencia de Maurín». En esta tarea resultaba formación de una comisión parlamentaria
prioritario educar a los nuevos miembros para investigar y descubrir a los autores «de
del partido en el papel contrarrevoluciona- esta criminal provocación» [38].
rio de los trotskistas en la URSS, España y En otros casos, la violencia era resulta-
otros países [35]. do de la rivalidad entre las propias orga-
La lucha entre facciones socialistas esta- nizaciones obreras. El 10 de junio de 1936
ba poniendo en riesgo la unidad del Frente fue muerto de un disparo, durante un paro
convocado por el Sindicato de Pescadería
33.— TNA, HW–26, 5808/Sp., 27/4/1936. de la CNT, el concejal comunista de Málaga
34.— Antiguo dirigente comunista francés, expulsado del
partido en abril de 1934 por sus discrepancias frente a la 36.— TNA, HW–26, 5923/Sp., 9/5/1936.
línea, mantenida por la Komintern y por Thorez, de recha- 37.— Rosa María Sepúlveda Losa: «La primavera conflictiva
zo a la alianza con los socialistas. Experimentó un giro a de 1936 en Albacete», en Pasado y Memoria. Revista de His-
la derecha que le llevó a la creación del Partido Popular toria Contemporánea, 2 (2003), edición digital: http://publi-
Francés (PPF), de corte fascista. caciones.ua.es/filespubli/pdf/15793311RD26129438.pdf
35.— TNA, HW–26, 5828/Sp., 29/4/1936. 38.— TNA, HW–26, 6098/Sp., 2/6/1936.

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Arrancar la victoria de las fauces de la derrota. El Partido Comunista... Fernando Hernández Sánchez

Dirección del PCE. De izda. a dcha.: Antonio Mije, Jesús Hernández, Manuel Delicado, D Ibárruri,
Luis Cabo Giorla, José Díaz y Pedro Checa . Valencia, 1937 (Foto: Archivo Histórico del PCE).

Andrés Rodríguez, opuesto a las reivindica- Mañana es hoy


ciones de los huelguistas. Al día siguiente,
cuando salía de su domicilio para asistir al La agudización de las tensiones socia-
sepelio, fue también asesinado el Presiden- les y políticas en España tras el triunfo del
te de la Diputación Provincial, el socialista Frente Popular y la preparación del V Con-
Antonio Román Reina [39]. El Secretariado de greso que el PCE debería celebrar a partir
la IC instó nuevamente, para rebajar ten- del 12 de julio hizo que Moscú convocara
siones, a la apertura de una comisión de a los dirigentes del partido al Presidium
investigación y al diálogo al máximo nivel del Comité Ejecutivo de la IC, en la sesión
entre las dos centrales obreras para acabar del 22 de mayo de 1936 [41]. En esta reunión,
con las hostilidades [40]. Hernández presentó a la Internacional el
39.— Sergio José Brenes Cobos, «Andrés Rodríguez, conce- proposición en nombre de la UGT al comité nacional de
jal comunista de Málaga (1931–1936)», en Revista Jabega, CNT con el objeto de abrir una comisión parlamentaria de
nº 88, Centro de ediciones de la Diputación de Málaga investigación y conciliación con el fin de liquidar las hos-
(2001). Edición digital: http://www.cedma.com/archivo/ tilidades entre los partidarios de las dos organizaciones
jabega_pdf/jabega88_71–81.pdf en Málaga». TNA, HW–26, 6199/Sp., 21/6/1936.
40.— «Díaz, Luís. Estamos enormemente perturbados por 41.— TNA, HW–26, 5834/Sp., 1/5/1936. «Díaz, Luís. Luís
la feroz lucha desatada entre trabajadores de la UGT y la debe venir inmediatamente con información de la situa-
CNT que ha tenido lugar en Málaga y en otras provincias. ción. Sería bueno que viniera con él uno de los miembros
Os invitamos a hablar con Caballero para que eleve una del BP, si no hay dificultad. Dios».

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Dossier: La primavera del Frente Popular

programa del próximo congreso del parti- propiar las tierras que no se trabajasen para
do, cuyo orden del día, aparte de los aspec- ser distribuidas entre los campesinos, con
tos sectoriales y orgánicos, tendría como el compromiso de entrega por parte del Es-
eje principal la formación del Partido Único tado de stocks de semillas y la habilitación
del Proletariado. de créditos al consumo. Para aliviar la si-
Comenzó pasando revista a la situación tuación del campo y la de los obreros sin
del país en los convulsos meses de la prima- trabajo, el PCE proponía realizar un vasto
vera de 1936. Las elecciones, a pesar de los plan de obras públicas, de irrigación, de
condicionamientos en contra — «la derecha electrificación, construcción de caminos e
hizo campaña con el lema: «Votar al Frente higienización de los pueblos, para lo cual
Popular es votar a Dimitrof (sic), votar por era necesaria una fuerte inversión estatal,
España y contra Dimitrof»— habían sido un cuyos fondos procederían de un impuesto
triunfo de las masas antifascistas, gracias progresivo sobre la propiedad rústica y so-
fundamentalmente a la política de Frente bre la renta en general, sobre los beneficios
Popular, que el PCE no dudaba en arrogarse de los bancos, las sociedades anónimas y
como propia. Se habían percibido factores las grandes industrias. Si ello no bastaba,
decisivos, de nuevo cuño, como la partici- sería necesario un empréstito forzoso sobre
pación masiva de las mujeres y la participa- el Banco de España y los grandes capitales.
ción electoral de las bases anarcosindicalis- Mientras la coyuntura económico–so-
tas. Este desplazamiento hacia la izquierda cial se tornaba cada vez más grave, las cla-
se había acentuado incluso en aquellas pro- ses populares habían recibido del gobierno,
vincias, como Granada o Cuenca, donde se desde el mes de marzo, medidas esencial-
hizo necesario repetir el proceso electoral, y mente reparadoras de los efectos represivos
a pesar de las presiones de la reacción. del bienio negro: El decreto sobre readmi-
A la clásica cuestión ¿qué hacer?, Her- sión con indemnización (3 a 6 meses de
nández respondió que la situación obligaba salario) de los represaliados de octubre, la
al partido a plantearse la reorganización amnistía general, la reactivación del esta-
de la economía del país sobre una nueva tuto de autonomía catalán y la aprobación
base. Sorprende que el programa formu- del vasco, la revisión de desahucios de cam-
lado por el dirigente comunista tuviera pesinos (con el asentamiento por el Insti-
evocaciones casi keynesianas: En concre- tuto de Reforma Agraria de 87.000 familias
to, postuló la nacionalización de algunas y medio millón de personas), el restableci-
industrias, en primer lugar la del carbón, miento de la legislación social, el desarme
para después obligar a las industrias del y disolución de las ligas fascistas, la desmi-
transporte, ferrocarril, barcos, etc. a con- litarización de los obreros que trabajaban
sumir carbón nacional. En el campo, cuya en las industrias de guerra, una depuración
situación era explosiva [42], propuso llevar superficial de las fuerzas represivas y del
a cabo una campaña de agitación nacional ejército, y el nombramiento de una comi-
bajo el lema «Es necesario salvar al país del sión de investigación sobre la represión de
hambre», planteando la alternativa de ex- octubre. Sin embargo, para que el gobierno
avanzara en otros ámbitos se hacía preciso
42.— El estudio más exhaustivo sobre la situación en el someterle a presión: huelgas económicas,
agro meridional es el de Francisco Espinosa, La primavera
políticas, conjuntas de ocupados y parados,
del Frente Popular Los campesinos de Badajoz y el origen
de la guerra civil (marzo–julio de 1936), Barcelona, Crítica, parciales y generales, ocupación de fábri-
2008. cas e invasiones en masas de fincas…. Era

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Arrancar la victoria de las fauces de la derrota. El Partido Comunista... Fernando Hernández Sánchez

en estas circunstancias cuando el Estado se solamente dan facilidades para la defensa


veía obligado a intervenir a través de sus de nuestros camaradas sino que de común
delegados de trabajo, y en general su dicta- acuerdo con ellos estudian las formas más
men era favorable a los obreros. convenientes» [43].
Respecto a la inquietud que generaban
en el extranjero incidentes como el incen- La conclusión a la que llegó fue que, sin
dio de establecimientos religiosos, Hernán- olvidar que el gobierno no era más que un
dez procuró alejar a los comunistas de la gobierno republicano de izquierda, o sea,
responsabilidad sobre ello, si bien explica- burgués, «podemos seguir un gran trecho
ba que en algunos casos los asaltos se de- del camino en común, para mejorar las
bieron a encontrarse en su interior «depó- condiciones de vida, de trabajo, de cultura y
sitos de armas fascistas o que desde ellas bienestar de las masas laboriosas de nues-
se ha hecho fuego contra manifestaciones tro país y asestar golpes serios a las fuerzas
populares». El PCE, contrario a este tipo de de la reacción y el fascismo». El giro hacia
prácticas, se propuso como tarea aún no la política de Frente Popular en la acepción
resuelta educar a las masas en el correcto canónica de Dimitrov había llegado a su
enfoque del problema religioso, rechazan- conclusión.
do el anticlericalismo visceral. Al calor del antifascismo crecían las di-
Adecuándose rápidamente a la nueva námicas unitarias entre las organizaciones
estrategia, el PCE iba ganando acelerada- marxistas de la clase trabajadora española.
mente espacios de respetabilidad, incluso Tras la fusión de la comunista Confedera-
entre las fuerzas republicanas que detenta- ción General del Trabajo Unitaria (CGTU)
ban el gobierno. Hernández proporcionaba con la UGT, esta central sindical conta-
un ejemplo: ba con 745.000 obreros industriales, unos
253.000 campesinos y más de 200.000
«Debido a las provocaciones de reacciona- obreros en trance de afiliación. La CNT, que
rios y fascistas y también a la negativa de declaraba 559.000 adherentes, también se
dar cumplimiento a las disposiciones del reforzaba aunque no al ritmo impetuoso de
gobierno sobre la admisión de los obreros la UGT. El gran éxito unitario lo constituyó
represaliados se producían y producen infi- la creación de la Juventud Socialista Unifi-
nidad de movimientos de protesta en todos cada (JSU) [44]. El primer logro había sido la
los pueblos de España. Los gobernadores homogeneización ideológica:
delegan su autoridad en unos funciona-
rios llamados delegados gubernativos que «la eliminación de toda una serie de con-
acuden a estos pueblos a tratar de dar una cepciones que reflejaban influencias de tipo
solución al conflicto existente. Pues bien, trotskista y de vanguardismo entre ellos
en casi todas las provincias de España he- [los jóvenes socialistas] (…) Ya se han pro-
mos tenido delegados gubernativos en las nunciado abiertamente contra el trotskis-
personas de comunistas (en funciones gu- mo como corriente contrarrevolucionaria y
bernativas)… Hay otros casos como la ac- lucha dentro de sus filas por la expulsión de
tividad desplegada por el gobierno y altos
43.— Hay una cruz sobre todo este texto con la expresión:
funcionarios de la policía para que nuestros
Esto no es publicable.
camaradas estén alerta frente a los inten-
44.— Para este proceso, ver Ricard Vinyes, La formación de
tos de asesinatos preparados por los fas- las Juventudes Socialistas Unificadas (1934–1936), Madrid,
cistas contra ellos. En estas ocasiones no Siglo XXI, 1978.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

estos elementos. Tal es el caso de la deci- marchar en conjunto con la izquierda del
sión tomada contra la fracción dirigida por partido socialista para formar con nosotros
Bullejos y algunos elementos trotskistas en el partido único del proletariado».
el seno de la Juventud Socialista de Madrid»
. En lo tocante a las propias fuerzas, el PCE
Desde el punto de vista orgánico, el re- reconocía que pudo salvar a la mayoría de
sultado de la fusión iba más allá de la mera cuadros dirigentes tras la derrota de Octubre,
suma de efectivos, desencadenando efectos a excepción de Asturias, donde el partido fue
sinérgicos: si la Juventud Comunista tenía casi deshecho. Desde entonces, al calor de las
antes del 16 de febrero 14.000 miembros campañas frentepopulistas, la recuperación
y en el momento de la fusión contaba con había sido un hecho: Antes de las eleccio-
50.680; y la JS contaba con unos 65.000, nes de febrero el partido tenía alrededor de
dos o tres semanas después de la fusión la 20.000 miembros; en el mes de mayo tenía
Juventud Unificada tenía ya 140.000 miem- registrados 83.967. Era, en expresión de Her-
bros. A ellos había que añadir «decenas de nández, «el comienzo de la trasformación de
miles de pioneros, entre 40 y 50.000 muje- nuestro partido en un gran partido de masas.
res y unos 30.000 jóvenes en la Federación Como tarea nos hemos dado la de alcanzar
Deportiva Obrera». los 100.000 afiliados para la fecha de la cele-
Las relaciones con el Partido Socialista bración de nuestro V Congreso» [45]. El recluta-
fueron objeto de especial atención, particu- miento más importante procedía de las zonas
larmente con el sector que seguía a Largo agrícolas y de las ciudades de tipo semi–in-
Caballero. «Nuestros esfuerzos tienden a dustrial (Málaga, Sevilla, Jaén, Valencia, Ba-
acelerar su comprensión de los problemas dajoz, etc.), y de los centros mineros (Asturias
ya que no olvidamos que ha de ser con es- y, en menor medida, Vizcaya). La mayoría de
tas fuerzas con las cuales hemos de crear los nuevos miembros eran obreros organi-
el partido único revolucionario del prole- zados en la UGT y solo una mínima parte no
tariado en España». Los comunistas eran habían estado organizados con anterioridad.
conscientes de que el peligro de la escisión Era escaso el número de nuevos adherentes
se había acentuado considerablemente en procedentes del PSOE, «ya que el partido no
el PSOE: «En toda la prensa se habla de hace una campaña especial para lograr miem-
la posibilidad de la ruptura del PS y de la bros del ala izquierda del PS puesto que la
creación por parte de Prieto de un partido perspectiva es la de fusionar sus fuerzas y las
de tipo republicano radical socialista con nuestras» y mucho más escaso aún el de pro-
las fuerzas que él acaudilla y algunas otras cedentes del anarquismo.
fuerzas del campo republicano». El PCE se Los puntos débiles del fortalecimiento de
comprometió a emplear todos sus esfuer- la organización eran dos: la carencia de cua-
zos en impedir, en la medida de sus posibi- dros formados para educar a la avalancha de
lidades, la escisión del PS y a nuevos militantes y la escasa presencia en Ca-
taluña. Respecto al primero, se planteó como
«apoyar la labor de depuración de los ele- tema prioritario la creación de escuelas de
mentos derechistas y de la parte más podri-
da del centro procurando salvar a la masa 45.— Los acontecimientos, tal como ocurrieron, iban a des-
bordar las previsiones: A raíz del levantamiento militar, los
de obreros que siguen a los líderes centris-
afiliados pasaron a ser 118.763; casi un año más tarde, en
tas (Asturias) porque son la masa de obre- marzo de 1937, alcanzaba el cuarto de millón. Documen-
ros revolucionarios que pueden y deben tos PCE, Film XVI, 1937, AHPCE.

80 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp 65-81


Arrancar la victoria de las fauces de la derrota. El Partido Comunista... Fernando Hernández Sánchez

formación, teniendo en cuenta que la mayor consideraba que


parte de los nuevos miembros provenían de
centrales sindicales o grupos cuya forma de «la lucha actual está planteada entre fascismo
trabajo era ajena al centralismo democrático y antifascismo, entre revolución y contrarre-
propio de las organizaciones comunistas. En volución, lucha que aún no está terminada ni
buena lógica leninista, había que fortalecer decidida. El Partido se desarrolla rápidamen-
la cadena de responsabilidad entre la cúspide te, pero la dirección no olvida que los éxitos
y las bases «para garantizar que las instruc- logrados no están aún consolidados definiti-
ciones que se trasmiten a las células se cum- vamente. Justamente porque la lucha tiene
plen». este carácter todavía en nuestro país es por
En lo tocante a Cataluña, el partido apenas lo cual nosotros no planteamos como pers-
sobrepasaba los 2.000 adherentes en aquel te- pectiva inmediata la instauración del poder
rritorio a causa de la gran fragmentación de soviético sino la lucha por la consolidación
organizaciones (PCC, Partí Catalá Proletari, de la República democrática, es decir, que to-
Unió Socialista…); la hegemonía anarcosin- mamos la orientación de la terminación de
dicalista (en Cataluña había 50.000 miembros la Revolución democrático burguesa, punto
de UGT por 90.000 de CNT); y la inadecuada en el cual discrepamos de los socialistas que
comprensión del problema nacional catalán, estiman aún en su inmensa mayoría que el
lo que unido a la histórica lucha fraccional su- problema actual es la lucha directa por la dic-
frida por el comunismo pasó factura en forma tadura del proletariado y por el socialismo».
de debilidad del sector ortodoxo ante la fuer-
za encabezada por el disidente Joaquín Mau- Con este conjunto analítico el PCE consoli-
rín, el Bloque Obrero y Campesino. El primer dó una trasformación fundamental. En menos
paso hacia la lucha por la hegemonía —que de una década —si se considera en un tiempo
tantos conflictos iba a generar en la Cataluña «largo»— o de un lustro, mirándolo a corto
en guerra— se estaba comenzando a dar con plazo, el partido comunista había pasado de
la aproximación de las fuerzas simpatizantes ocupar un lugar marginal, alojado en el extre-
de la IC para la formación del Partido Socia- mo radical, violento y sin capacidad alguna de
lista Unificado de Cataluña (PSUC). influencia del sector político de la izquierda,
El análisis de Hernández sobre los peligros limitado a un puñado de activistas con una
que se cernían a corto y medio plazo sobre el estereotipada, escasa e ineficaz percepción
gobierno combinaba a partes iguales preocu- de la realidad, a ubicarse en un espacio de
pación, apreciaciones clamorosamente erró- centralidad, al calor del movimiento unitario
neas y declaraciones de profundización en la desplegado por la oposición a la extensión del
línea frentepopulista. En cuanto al problema fascismo en la segunda mitad de los años 30.
del peso de los sectores reaccionarios en el Todos, —o casi todos— los temas que agita-
ejército y a su capacidad para desencadenar rían la relación entre las fuerzas de la izquier-
un levantamiento lo consideraba preocupan- da, la pugna por la hegemonía y la filosofía de
te, si bien se dejaba llevar por lo que juzgaba la naturaleza del proceso que se abriría con
«un cierto desplazamiento de la oficialidad la guerra civil se encontraban ya en el arse-
hacia el Frente Popular como asimismo hacia nal estratégico del PCE antes de iniciarse el
nuestro partido» [46]. Con respecto al futuro, conflicto.
46.— En el entierro del capitán Faraudo, instructor de mi- militares ni del ejército, ni queremos destruir la disciplina
licias asesinado por falangistas, Hernández puso de ma- sino simplemente depurarlos de todos los elementos fas-
nifiesto que los comunistas «no somos enemigos de los cistas».

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Las organizaciones juveniles de
la República frentepopulista: entre
el rechazo total y la adhesión
incondicional *

Youth organizations of the popular–frontist Republic: between total


rejection and unconditional support

Sandra Souto Kustrín


Instituto de Historia (Consejo Superior de Investigaciones Científicas)

Resumen

El objetivo de este artículo es estudiar las posiciones que mantuvieron las diferentes
organizaciones juveniles «republicanas» —en el sentido de que formaron parte de las
fuerzas que lucharon con el gobierno legítimo de la Segunda República durante la guerra
civil— sobre la formación del Frente Popular y lo que éste implicaba. Para ello, se anali-
za la evolución de sus posiciones sobre las alianzas interclasistas y las alianzas obreras
desde la proclamación de la Segunda República. El artículo concluye con unas breves
referencias a los cambios que introdujo el conflicto bélico en estos posicionamientos.

Palabras clave: organizaciones juveniles, Frente Popular, Segunda República Españo-


la, guerra civil, alianzas políticas

Abstract

The aim of this paper is to study the positions held by the various «republican» youth organiza-
tions —to mean that they were part of the forces that fought with the legitimate government of the
Second Republic during the civil war— on the formation of the Popular Front and what that meant.
To do this, the evolution of their positions on the interclass alliances and workers’ partnerships sin-
ce the proclamation of the Second Republic is analyzed. The article concludes with a brief reference
to the changes made in these positions by the war.

Keywords: youth organizations, the Popular Front, Second Spanish Republic, civil war, political
alliances.

* Este trabajo ha sido posible gracias al Proyecto Intramural del CSIC, Ref: 201510I026

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Las organizaciones juveniles de la República frentepopulista... Sandra Souto Kustrín

Introducción (POUM), los pequeños grupos juveniles del


comunismo heterodoxo [1] —las Juventudes
La Segunda República, con su correlato de la Izquierda Comunista de España (ICE)
de democratización y modernización polí- y la Juventud Comunista Ibérica (JCI) del
tica, dio lugar a un gran crecimiento de las Bloc Obrer y Camperol (BOC)— se unifica-
organizaciones juveniles obreras y de su ron manteniendo el nombre de esta última.
autonomía, a la vez que surgieron y/o se Todas estas organizaciones, de una
desarrollaron nuevas organizaciones que forma u otra, participaron en y/o se rela-
se pueden englobar en el amplio campo de cionaron con la conformación del Frente
la izquierda obrera y republicana. Dejan- Popular y su evolución posterior, tanto
do aparte las organizaciones juveniles de antes como después del golpe de Estado
los nacionalismos periféricos y centrán- del 18 de julio de 1936 que provocó la gue-
donos sólo en las que tenían, o buscaban rra civil. Pero también todas mantuvieron
tener, un carácter estatal, la Federación diferentes tácticas y estrategias políticas
de Juventudes Socialistas de España (FJS), y tuvieron distintos objetivos y posiciones
la organización juvenil del Partido Socia- en cuanto a las políticas de alianzas y a lo
lista Obrero Español (PSOE), multiplicó que suponía el mismo Frente Popular y su
su número de militantes, siendo la mayor gobierno.
organización juvenil obrera. Durante la No cabe duda de que la política de la
República fue cuando la Unión de Juven- Juventud Socialista Unificada (JSU) —
tudes Comunistas (UJCE), del Partido Co- producto de la unificación de la FJS y la
munista de España (PCE), comenzó verda- UJCE— fue, durante la guerra civil, el ma-
deramente a adquirir cierta importancia. yor ejemplo de la política frentepopulista
Por su parte, desde el anarcosindicalismo establecida en el VII Congreso de la In-
se creó la Federación Ibérica de Juven- ternacional Comunista. Fue también una
tudes Libertarias (FIJL) en 1932, aunque gran defensora del mantenimiento de un
todo parece indicar una preponderancia gobierno de Frente Popular en la España
de la juventud en el movimiento anarco- republicana. Esta defensa de un gobierno
sindicalista, al menos desde el surgimiento interclasista fue casi una seña de identidad
de la Confederación Nacional del Trabajo de las juventudes republicanas, mientras
(CNT) en 1910. También en 1932 se formó que la posición de la Federación Ibérica
la Juventud de Acción Republicana (JAR), de Juventudes Libertarias oscilaría a lo
vinculado al partido dirigido por Manuel largo del conflicto bélico y la JCI mantuvo
Azaña. Al formarse Izquierda Republicana hasta el final un rechazo total. Este artí-
en abril de 1934, sus juventudes (las JIR) culo se centrará en el proceso por el que
unificaron a los jóvenes de Acción Republi-
cana con los radical–socialistas escindidos 1.— Se utiliza esta expresión para referirse a las organiza-
del «republicanismo histórico» del Partido ciones marxistas–bolcheviques que habían mostrado su
oposición a la política de Stalin y habían roto con la III
Radical de Alejandro Lerroux. Ese mismo
Internacional o Internacional Comunista (IC), en contra-
año, se conformó otro partido escindido posición al comunismo «ortodoxo», representado por el
del radicalismo, Unión Republicana, que Partido Comunista de España, que aplicaba las doctrinas
también creó su organización juvenil (la y consignas de la IC. Aunque desde el PCE se acusó a es-
tas organizaciones de «trotskistas» durante todo el pe-
JUR), probablemente casi testimonial en
riodo republicano, incluida la guerra civil, sus relaciones
esos momentos. Ya en 1935, al formarse con Trotsky fueron complejas y no estuvieron exentas de
el Partido Obrero de Unificación Marxista conflictos.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 82-99 83


Dossier: La primavera del Frente Popular

se desarrollaron estas posiciones en las otros procedimientos que no quisiéramos


diferentes organizaciones juveniles. Este emplear, pero que no desdeñamos» [3].
proceso no se puede entender sin tener en También comenzó enseguida en el ór-
cuenta sus planteamientos al proclamarse gano de prensa juvenil el debate sobre la
la Segunda República en abril de 1931 y participación socialista en el gobierno,
la evolución de las relaciones entre ellas que fue rechazada por José Castro (pre-
y del contexto nacional e internacional sidente de la FJS) y Mariano Rojo (secre-
pero tampoco sin los drásticos cambios tario), frente a Carlos Hernández Zancajo
que provocaron el golpe de Estado de julio y Santiago Carrillo (en ese momento vo-
y las características y evolución tanto de cal y secretario de actas de la ejecutiva
la situación política en la zona controla- juvenil, respectivamente). Estos últimos
da por el gobierno legítimo de la Segunda destacaron pronto como defensores de la
República como del mismo conflicto bé- posición del dirigente de la izquierda so-
lico. cialista y ministro de Trabajo en el primer
bienio republicano, Francisco Largo Ca-
Conjunción republicano–socialista y/o ballero. Pero en ese momento esta posi-
frente único (1931–1935) ción no divergía, al menos en cuanto a la
participación en el gobierno, de la de In-
La proclamación de la Segunda Repú- dalecio Prieto, la figura más destacada del
blica fue vista por la juventud socialista, «centrismo» socialista. Solo el sector re-
al igual que por gran parte del movimien- formista, representado por Julián Besteiro
to socialista español, como un primer y con escasa fuerza en el socialismo espa-
paso hacia una evolución gradual y pací- ñol, se oponía entonces a la participación
fica hacia el socialismo [2]. Pero pronto se en el gobierno [4].
planteó un debate sobre los medios para En su Cuarto Congreso, en febrero de
conseguir las reformas: «Somos los jóve- 1932, la FJS aprobó que el PSOE aban-
nes los que tenemos la mayor obligación donara el gobierno, no inmediatamen-
de salir a la defensa del parlamento. De- te como planteaban Castro o Rojo, sino
bemos educar a nuestra generación en el cuando se disolviesen las Cortes Constitu-
sentido de que los problemas pueden ser yentes, «asumiendo únicamente el poder
resueltos de manera pacífica», pero «de no si el Partido dispusiere de aquellos medios
encontrar el paso franco a nuestras justas precisos que garanticen la realización de
reivindicaciones, por la cerrilidad de la un programa afín con nuestros principios»
clase burguesa», precisarían «recurrir a y, si encuentran resistencia, «se vaya di-
rectamente a la conquista del Poder por la
2.— Sobre el socialismo durante la república y la guerra
civil, se pueden ver, entre una numerosa bibliografía, Mar- acción revolucionaria de las masas» [5].
ta Bizcarrondo, «Democracia y revolución en la estrategia
socialista de la Segunda República», Estudios de Historia
3.– Renovación, órgano de la FJS, 31/7/1931, p. 2 y
Social, 16–17 (enero–junio 1981), pp. 227–461; Pere Ga-
20/11/1931, p. 3.
briel, Un sindicalismo de guerra, Madrid, Siglo XXI, 2011;
Helen Graham, El PSOE en la Guerra Civil. Poder, crisis y 4.— Renovación, 20/9/1931, pp. 2 y 3; 30/9/1931, p. 2;
derrota, Barcelona, Debate–Random House Mondadori, 31/12/1931, p. 1; y 10/1/1932, p. 3. Sobre los miembros
2005; Santos Juliá, 1931–1939, en Manuel Tuñón de Lara de las ejecutivas de la FJS, ver Renovación, 20/5/1929, p.
(dir.), Historia del Socialismo Español, Barcelona, Conjunto 2 y Juventudes Socialistas de España, IV congreso Nacio-
Editorial, 1989, vol. 3; y los capítulos relativos a la repú- nal (convocatoria y orden del día), Madrid, Gráfica Socialista,
blica y la guerra civil de Julio Aróstegui, Largo Caballero. El 1932, p. 1.
tesón y la quimera, Madrid, Debate, 2013. 5.– Renovación, 31/7/1931, p. 2 y 20/11/1931, p. 3

84 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 82-99


Las organizaciones juveniles de la República frentepopulista... Sandra Souto Kustrín

Militantes de las JSU en 1936 (Foto: Archivo Histórico del PCE).

En mayo de 1932, Carrillo escribió que su organización juvenil: los ataques a la


«la colaboración ministerial no me inte- política republicana y la defensa de una
resa», pero sostuvo lo que llamó «aban- revolución de tipo soviético aislaron en
donismo oportunista», destacando la ne- 1931 a los comunistas españoles, y el re-
cesidad de consolidar antes las reformas chazo a las reformas del primer bienio re-
sociales. Ya en julio, defendió la «demo- publicano, frente a la participación activa
cracia burguesa» porque «su pérdida sería en su establecimiento del PSOE, el man-
una regresión» y planteó que en España tenimiento de la política de clase contra
no se daban las condiciones que había clase establecida en el VI Congreso de
en Rusia en 1917 [6]. Por el contrario, en el la Internacional Comunista (1928), y los
Congreso del PSOE, en octubre de 1932, conflictos con la anarcosindicalista CNT
Mariano Rojo apoyó la postura de dejar el les enfrentaron con las otras fuerzas obre-
gobierno, que fue rechazada por la mayo- ras. La expulsión del PCE del grupo de Bu-
ría de los delegados [7]. llejos en 1932 implicó también un cambio
La política comunista, por su parte, no en la dirección de la UJCE, que dijo contar
favoreció un avance en las posiciones de con algo más de 11.000 militantes en ju-
nio de 1933 [8].
6.— Renovación, 21/5/1932, p. 4; 14/5/1932, p. 2, que remi-
te a 1/5/1932; y 9/7/1932, p. 4. 8.— Los datos, procedentes de la UJCE, se conservan en In-
7.— Federación Nacional de Juventudes Socialistas de Es- forme sobre la situación orgánica, Documentos PCE, Film
paña, Memoria del V Congreso, Madrid, Gráfica Socialista, VI (97), Archivo Histórico del Partido Comunista de España
1934, pp. 33–35. (AHPCE). Se pueden ver también en Rafael Cruz, «La orga-

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Dossier: La primavera del Frente Popular

Las relaciones entre las organizacio- siasmo y con todas nuestras fuerzas: ¡Viva
nes juveniles cambiaron a partir de dicho la Revolución Social!». Y es que a lo largo
año influidas por la crisis económica, la de 1933 algunas de las agrupaciones de la
creciente dificultad en la aplicación de JAR, y en especial la de Madrid, «hicieron
las reformas republicanas, el auge de los gestos inequívocos en favor de la entente
movimientos de la derecha fascista y/o con los socialistas» y las reivindicaciones
autoritaria en Europa, la salida de los so- en favor de un «giro izquierdista» se acen-
cialistas del gobierno en septiembre, y los tuaron en septiembre de 1933, y especial-
resultados de las elecciones generales de mente, tras las elecciones generales, aun-
noviembre de ese año, que dieron el triun- que no habría nunca un consenso total en
fo a las organizaciones de centro–dere- torno a esta orientación izquierdista, que
cha, aumentando las dificultades en la además generó tensiones con el partido.
aplicación de las reformas del primer bie- En enero de 1934, su órgano de expresión
nio republicano. Todo esto produjo la lla- defendió que todos los jóvenes, «desde los
mada radicalización de las organizaciones republicanos de izquierda hasta los co-
socialistas, de la que la FJS se convirtió en munistas, pasando por socialistas y sindi-
la punta de lanza. Esto implicó también un calistas» fueran «de frente en frente úni-
cambio en su dirección en el congreso que co», para ser la «barrera infranqueable» al
la organización juvenil celebró en abril «porvenir fascista que se avecina» [9].
de 1934: Carlos Hernández Zancajo fue El triunfo de Hitler había convencido
nombrado presidente y Santiago Carrillo, a la FJS de que la «democracia burguesa»
secretario. era incapaz de frenar al fascismo, que em-
Ya en octubre de 1933 se formó en Ma- pezó a considerar la adopción de métodos
drid el Comité Nacional de Jóvenes contra revolucionario. La vía legal hacia la toma
la Guerra y el Fascismo, que celebró un del poder quedó cerrada definitivamente
congreso en julio de 1934, y en el que la con el fracaso electoral: Renovación plan-
UJCE consiguió que colaboraran algunos teó que «las Cortes no representaban la
militantes de las juventudes socialistas, a voluntad popular» y los trabajadores «sólo
pesar de la oposición de su dirección, y las tienen un camino [...] el de la insurrec-
organizaciones juveniles republicanas. Ya ción». La derrota del Partido Socialdemó-
el 4 de noviembre de 1933 la Juventud de crata Austríaco, junto con el alemán, mo-
Acción Republicana y la Juventud Radical delo de la socialdemocracia en la Europa
Socialista Independiente se habían queja- de entreguerras, en su tardía insurrección
do de «la labor antirrepublicana y antipa- frente al autoritarismo católico de Engel-
triótica» del gobierno y habían expresado bert Dollfuss en febrero de 1934, acentua-
su voluntad de lanzarse a la calle, «unidos ron estas posiciones [10].
a los proletarios», porque «si el dilema se
9.— Circular de la FJS reproducida en Federación de Juven-
plantea entre fascismo y revolución social,
tudes Socialistas de España, Memoria del V Congreso, pp.
nosotros gritaremos con el mayor entu- 83–84. Archivo Histórico Nacional, Audiencia Territorial
de Madrid (Criminal) (AHN, ATM [Cr.]), leg. 205/1, juzgado
nización del PCE (1920–1934)», Estudios de Historia Social, nº. 18, causa 349/33, de donde es la primera cita; y José
31 (octubre–diciembre 1984), pp. 223–312, p. 297. Sobre Galán Ortega, Francisco Pérez Carballo: Memoria y biografía,
el PCE véase Rafael Cruz, El Partido Comunista de España en Tesis doctoral inédita, Universidad Complutense de Ma-
la II República, Madrid, Alianza, 1987; y Fernando Hernández drid, 2015, la primera cita en p. 197, la segunda, tomada de
Sánchez, Guerra o Revolución. El Partido Comunista de Espa- JAR, 27/1/1934, en p. 212.
ña en la guerra civil, Barcelona, Crítica, 2010. 10.— Renovación, 9/12/1933, p. 1. Sobre la influencia aus-

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Las organizaciones juveniles de la República frentepopulista... Sandra Souto Kustrín

En la creciente división interna del «para hacer triunfante la revolución» [12].


PSOE, la FJS tomó enseguida una posi- Sin embargo, en dicha reunión se refle-
ción clara de apoyo al sector izquierdista jaron más diferencias entre las organiza-
dirigido por Largo Caballero y atacó a las ciones juveniles socialista y comunista:
corrientes representadas por Besteiro y en la composición que debía tener este
Prieto. En el Quinto Congreso de la FJS, frente único juvenil (la UJCE defendía la
en abril de 1934, se defendió «la dictadu- participación de las juventudes republica-
ra del proletariado» y la vía insurreccional nas y rechazaba que estuvieran las orga-
armada para adueñarse del poder político, nizaciones juveniles del comunismo hete-
frente a la idea de una movilización para rodoxo, a las que consideraba trotskistas);
volver al «reformismo del 14 de abril» de en el papel de las luchas parciales (que
Prieto y el centrismo socialista [11]. los comunistas defendían como medio de
A lo largo del primer semestre de 1934 concienciar a las masas y los socialistas
se produjeron diferentes propuestas de consideraban un desgaste de fuerzas); o
alianzas juveniles, vinculadas a las posicio- en cual debía ser el órgano dirigente de
nes de los diferentes partidos, y el contex- una futura revolución (los soviets, para la
to socio–económico y político facilitó las UJCE, en un simple traslado mecánico de
primeras movilizaciones unitarias, aunque la experiencia rusa; las Alianzas Obreras,
estas últimas no son objeto de este traba- para la organización juvenil socialista) [13].
jo. Frente a la posición de la UJCE de un La FJS siguió manteniendo unas rela-
frente único desde abajo entre ella, las ju- ciones bastante cordiales con las juventu-
ventudes socialistas, las libertarias y las re- des del BOC y de la ICE, y hasta se reunió,
publicanas, las juventudes socialistas y la también en ese verano de 1934, con las
juventud de la ICE defendieron un frente juventudes libertarias, lo que muestra la
juvenil organizado desde las direcciones y falta de una política de alianzas definida o
formado solo por las organizaciones obre- una línea de relaciones prioritaria. Lo úni-
ras. Pero la juventud comunista hetero- co que mantenía de forma explícita era el
doxa consideraba que sus objetivos tenían rechazo a colaborar con las organizacio-
que ser defender las conquistas logradas nes juveniles republicanas, en lo que no
y frenar a las organizaciones «fascistas». solo influirían planteamientos teóricos o
Estos objetivos eran, también, los que de- estratégicos, sino la concepción de «trai-
fendía la UJCE, como se reflejó en las reu- ción republicana» con la que desde ciertos
niones que mantuvo con la FJS los días 26 sectores socialistas se vio la ruptura de la
y 30 de julio de 1934, mientras que para
12.— Santiago Carrillo, «Frente Único», Renovación,
la FJS, ya radicalizada, aquellos eran limi- 27/1/1934, p. 4; Renovación, 27/1/1934, p. 4; y 3/3/1934,
tados: el frente único había que realizarlo p. 3.
13.— Las actas de la reunión se pueden ver en Renova-
tríaca en la evolución y en la estrategia de la juventud ción, 28/7/1934, p. 3 y 4; 4/8/1934, p. 3 y 4; 11/8/1934,
socialista, véase Sandra Souto Kustrín, «’Las revoluciones p. 3; y 18/8/1934, p. 2. Las Alianzas Obreras, como órga-
no se hacen con hachas y hoces’: Estrategias del octubre nos coordinadores de las diferentes organizaciones obreras,
madrileño», en José Luis Martín y Alejandro Andreassi fueron propuestas por el BOC en 1933. Ya en diciembre de
(coords.), De un octubre a otro: Revolución y fascismo en el ese año se creó la de Cataluña, pero su extensión tropezó
periodo de entreguerras, 1917–1934, Mataró, El Viejo Topo, con la oposición de la CNT, que solo participó en la alianza
2010, pp. 251–280, especialmente pp. 261–274. asturiana, y del PCE, que no se incorporó hasta septiembre
11.— Federación de Juventudes Socialistas de Espa- de 1934, y con las escasas funciones que les daban las direc-
ña, Memoria del V Congreso, pp. 97 y 110; y El Socialista, ciones socialistas, que no estaban dispuestas a renunciar a
21/4/1934, p. 4. la independencia y al protagonismo de sus organizaciones.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 82-99 87


Dossier: La primavera del Frente Popular

conjunción con los primeros [14]. Mientras tanto, el enfrentamiento


La movilización obrera de octubre de entre las distintas tendencias del PSOE
1934 contó, además de con las organiza- continuó y la FJS mantuvo una oposición
ciones socialistas, con la participación de radical al centrismo y al reformismo so-
las diversas organizaciones comunistas, cialista. Ya en marzo de 1935, elaboró un
mientras que la CNT y las Juventudes Li- manifiesto en que ratificaba «su fervien-
bertarias sólo actuaron en algunos lugares te deseo de seguir luchando por el triun-
de España, especialmente en Asturias, y fo de la dictadura proletaria, llevando su
las organizaciones republicanas rechaza- combatividad hasta aniquilar la fracción
ron todo tipo de acción violenta. Hay que reformista dentro de las Juventudes y del
destacar que hacia el 18 de octubre, cuan- Partido», en lo que insistió la dirección de
do se dio por finalizada la acción insurrec- la FJS en un folleto que, bajo el título Oc­
cional en el conjunto del Estado, el mayor tubre: Segunda Etapa, se publicó también
acercamiento se había producido entre la en la primavera de 1935. En cuanto a la
organización juvenil socialista y la comu- política de alianzas, se seguía rechazando
nista «ortodoxa», que pronto formaron un cualquier posible acuerdo electoral con
comité de enlace entre ambas [15]. los republicanos y se defendía el mante-
Una representación de la FJS y otra de nimiento de las Alianzas Obreras, como
la UJCE se reunieron en Madrid el 1 de no- «organismos que preparasen la insurrec-
viembre de 1934. En esta reunión, la FJS ción» que llevara a una dictadura del pro-
informó de un manifiesto que había apro- letariado [17].
bado su ejecutiva tras octubre, en el que Aunque no están claras las razones, en
se hacía un llamamiento a unificar a las enero de 1935 se inició la ruptura entre la
organizaciones juveniles españolas a tra- FJS y los grupos juveniles de la ICE, tras
vés del ingreso en masa de las juventudes un intercambio de cartas muy duras entre
del PCE, de la ICE y del BOC —es decir, to- sus ejecutivas. En febrero de 1935, la FJS
das las organizaciones obreras políticas— y la UJCE se reunieron con una represen-
en la FJS, justificándolo porque su organi- tación de la FIJL, a la que propusieron la
zación se hallaba «en mejores condiciones realización conjunta de una amplia cam-
que cualquier otra fuerza para realizar la paña contra la pena de muerte y por la
unidad». En esta reunión se aprobó po- amnistía. La dirección de las juventudes
tenciar las Alianzas Obreras, reorgani- libertarias defendió participar, pero se en-
zando sus direcciones, y crear una Alianza contró con la oposición de gran parte de
Obrera Nacional que presentase candida- sus secciones regionales [18].
tos a unas futuras elecciones generales
(posición que en ese momento era la de la 2, «Hacia una única organización juvenil revolucio-
izquierda socialista) [16]. naria».
17.— Octubre, Portavoz de los Jóvenes Socialistas de España,
marzo de 1935, nº 5, p. 1; Octubre. Segunda Etapa, está re-
14.— Ver, por ejemplo, Renovación, 1/9/1934, p. 1; y producido en Marta Bizcarrondo, Octubre 1934. Reflexiones
22/9/1934, p. 4. sobre una revolución, Ayuso, Madrid, 1977, pp. 83–156.
15.— Octavilla de la JCM en Documentos PCE, Film VIII 18.— Boletín Interior de la JCE–ICE, 25/4/1935. AHN, ATM
(115), AHPCE; y Monografías, 26/1, AHPCE. Álvarez, Segis, (Cr.), leg. 230/1, nº. 6, 274/35, ff. 11–16, documentación de
La Juventud Socialista Unificada de España. Sus orígenes y las juventudes libertarias incautada a un detenido. Joven
actividades, Moscú, 1962 (texto mecanografiado), p. 71. Guardia, 10/11/1934, p. 3, había llamado a la FIJL a partici-
16.— Fundación Pablo Iglesias (FPI), Archivos varios par en los comités de enlace («Para los jóvenes libertarios
(AA.VV.), CV–18, 18 pp. Joven Guardia, 10/11/1934, p. y «Revolución Social»).

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Las organizaciones juveniles de la República frentepopulista... Sandra Souto Kustrín

El Comité Nacional de Enlace entre la ¿Para qué el Frente Popular?


UJCE y la FJS aprobó un programa para
atraer a las juventudes libertarias que in- En este contexto, del 25 de julio al 21 de
cluía la lucha por la amnistía y contra la agosto de 1935 se celebró el VII Congreso
pena de muerte, la defensa de los sindi­ de la Internacional Comunista y, entre fi-
catos de clase y el restablecimiento de la nales de septiembre y principios de octu-
libertad de prensa y la de reunión. La eje- bre, el VI de su Internacional Juvenil, que
cutiva juvenil socialista informó de este establecieron la política frentepopulista.
programa en una circular a sus secciones En el congreso juvenil se insistió en que
de julio de 1935, insistiendo en que se de- las organizaciones juveniles no debían ser
bía buscar atraer a los jóvenes libertarios «partidos de la juventud», y se propuso la
y que el trabajo común debía limitarse a creación de «una organización de masas
las organizaciones obreras, «sin que de- única de los jóvenes trabajadores, al mar-
báis establecer relaciones con los jóvenes gen de los partidos» y abierta a todos los
republicanos» [19]. jóvenes antifascistas, que debía iniciarse
El Bloc Obrer y Camperol, por su parte, con la unión de las juventudes comunis-
«prestó» su órgano de expresión, La Bata­ tas y socialistas [21].
lla, para que los dirigentes de la FJS res- La política de Frente Popular atrajo a
pondieran a las críticas que Prieto había muchas organizaciones juveniles socia-
hecho a las posiciones juveniles socialis- listas europeas, influidas también por la
tas, y el principal dirigente del BOC, Joa- inacción de la Internacional Obrera So-
quín Maurín, polemizó con Santiago Ca- cialista [22]. Pero no parece que este fuera
rrillo sobre la «unidad del proletariado» el caso de las juventudes socialistas es-
en el momento en que se estaba creando pañolas: para la FJS fue más importante
el POUM. Pero en este debate Carrillo no el «paso previo» para la formulación de
mantuvo una línea distinta a la de antes dicha política, es decir, la limitación de
de octubre: insistió en que ambas orga- la subordinación de los partidos naciona-
nizaciones «heterodoxas» ingresaran en les, a los que se dejó cierta libertad —si-
el PSOE para contribuir a su bolcheviza- quiera formal­–; la definitiva aceptación
ción, y, aunque Maurín y él compartían el de un «frente único» desde arriba y el fin
rechazo a una coalición con los republi- de la definición de los socialistas como
canos y defendían la creación de alianzas
1935, p. 3; y 19–VII–1935, contraportada, «Declaraciones
obreras, Carrillo consideraba, al igual que
de Carlos Hernández y Santiago Carrillo»; 4–VII–1935,
antes de octubre, que éstas no debían li- pp. 1 y 4; 2–VIII–1935 y 9–VIII–1935, artículos de Ca-
mitar la independencia socialista [20]. rrillo, y 16–VIII–1935, contraportada, y 30–VIII–1935, p.
1, 13–IX–1935 y 20–IX–1935, contraportada, respuestas
19.— Centro Documental de la Memoria Histórica (CDMH), de Maurín.
Político Social (PS) Gijón F 92. Es difícil, por tanto, que la 21.— Michael Wolf, «Unamos las fuerzas de la nueva genera-
FIJL participase en «los actos unitarios por la consecución ción», Informe presentado al VI Congreso de la Internacional
de la amnistía de los presos de octubre», como dice Ricard Juvenil Comunista, Bilbao, Editorial Joven Guardia, s.f., pp.
Viñas, La formación de las Juventudes Socialistas Unificadas 20–21 y 31.
(1934–1936), Siglo XXI, Madrid, 1978, p. 56. 22.— Sandra Souto Kustrín, «Democracia, antifascismo y
20.— La Batalla, 28–VI–1935. Hernández, Carlos, «Noso- revolución. Las juventudes obreras en la Europa de entre-
tros, Los jóvenes socialistas» y Carrillo, Santiago, «Habla guerras», en Aurora Bosch, Teresa Carnero y Sergio Valero
el secretario de las Juventudes Socialistas. La bolcheviza- (eds.), Entre la reforma y la revolución. La construcción de la
ción del Partido Socialista», artículos de Carlos Hernández democracia desde la izquierda, Granada, Comares, 2013, pp.
en los números de 4–VII–1935, contraportada, y 12–VII– 69–87, especialmente pp. 79–82.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 82-99 89


Dossier: La primavera del Frente Popular

«socialfascistas», como se insistió desde En noviembre de 1935 un boletín interno


la organización juvenil en varios artícu- elaborado por la Juventud Socialista Ma-
los publicados en Claridad, el órgano de drileña —la organización juvenil socialis-
prensa oficioso de la izquierda socialista, ta de la capital de la República— defendió
en agosto de 1935 [23]. José Laín Entral- incorporarse a la Internacional Comunis-
go (vicesecretario de la FJS) elogió en el ta, entre otras causas, por «nuestra total
mismo periódico los acuerdos del congre- identificación con las resoluciones de su
so comunista, pero sin hacer referencia a VII congreso en relación con el problema
la política de frentes populares, sino que de la unidad» —no de las alianzas inter-
destacaba estos aspectos. En primer lugar, clasistas, sino de la unidad obrera–; y «por
la libertad que se daba a las secciones na- nuestra aceptación plena de la organiza-
cionales: «implícitamente la IC ha reco- ción de la conquista del Estado, sobre las
nocido (…) sectarismo, espíritu estrecho, bases de la Revolución Rusa» —la dictadu-
aplicación mecánica de las consignas, ais- ra del proletariado [26].
lamiento de las masas (…) Se encarga a las A finales de noviembre de 1935, San-
secciones resuelvan por sí mismas, dentro tiago Carrillo escribió a la dirigente socia-
de la línea de la Internacional (…) Y si esto lista Margarita Nelken que el discurso de
se lleva a la práctica, ¡adiós a la dictadu- Jorge Dimitrov en el congreso de la Inter-
ra moscovita!». En segundo lugar, hablaba nacional Comunista le parecía «magnífi-
de la propuesta de unidad hecha a la so- co», pero que había cosas con las que no
cialdemocracia, que —según Laín— debía estaba de acuerdo, «sobre todo en lo que
basarse en «rompimiento total con la bur- se refiere al modo de llegar al Frente Po-
guesía, previa unidad de acción, reconoci- pular en España, para el que no considera
miento por parte del partido unificado y tramite obligado el frente previo de la cla-
de todos sus miembros de la necesidad del se obrera», lo que rechazaba: sin el frente
derrumbamiento violento de la burguesía, obrero, no podía «haber una alianza con la
y de la dictadura del proletariado, ejercida burguesía» [27]. Esto no era muy diferente a
a través de los Soviets» [24]. lo que planteaba Joaquín Maurín, que de-
En septiembre de 1935 un congreso fendía un acuerdo electoral entre PSOE,
provincial de las Juventudes Socialistas PCE y POUM que, una vez concluido, ofre-
de Valencia defendió la unidad con la or- ciera su ampliación a las organizaciones
ganización juvenil comunista y que las republicanas [28].
organizaciones socialistas se acercasen En todo caso, la división existente en
a su internacional, pero expresó también el Partido Socialista se daba también en
su adhesión a las posiciones expresadas
en el folleto Octubre. Segunda Etapa, que 26.— AHN, Causa General, 679/2. Boletín Interno de la Ju-
ventud Socialista Madrileña, 20/11/1935, nº. 1, sin paginar.
estaban lejos de los frentes populares [25].
27.— Carta de Santiago Carrillo desde la cárcel modelo
de Madrid de 22 de noviembre de 1935, 5 pp., Dirigentes,
23.— Claridad, Semanario socialista de crítica e informa- 3/1.2, AHPCE. La cita, en p. 1.
ción, 24/8/1935, p. 3, y Claridad, 31/8/35, p. 1, bajo el título:
28.— Antoni Monreal, El pensamiento político de Joaquín
«Polémica y Orientación. El congreso de la III Internacio-
Maurín, Barcelona, Península, 1984, p. 189. Sobre la cues-
nal. Posición de los jóvenes socialistas».
tión del Frente Popular en general, ver pp. 183–199. La
24.— José Laín, «Desde Moscú, al comienzo de una nueva juventud socialista madrileña defendió la unidad políti-
época», Claridad, 19/10/35, p. 8. ca entre el PSOE, el PCE y el POUM (AHN, Causa General,
25.— Claridad, 14/9/1935, p. 5, «El IV congreso provincial 679/2. Boletín Interno de la Juventud Socialista Madrileña,
de las Juventudes Socialistas de Valencia». 20/11/1935, nº. 1, sin paginar).

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Las organizaciones juveniles de la República frentepopulista... Sandra Souto Kustrín

su organización juvenil y, aunque la di- mostraron en contra de una alianza con


rección de la FJS y gran parte de sus or- los republicanos, aunque Carrillo dijo es-
ganizaciones apoyaron a Largo Caballero, perar que la organización juvenil la apro-
hubo algunas organizaciones provinciales bara. La FJS aceptó públicamente la coali-
y locales y cuadros intermedios que apo- ción en diciembre de 1935, justificándola
yaron al centrismo representado por Prie- por la «obligación» de superar las conse-
to, como muestra una carta enviada por cuencias de la represión de los sucesos de
los jóvenes socialistas presos en la cárcel octubre de 1934, pero especificando tam-
de Oviedo a la ejecutiva nacional en la que bién que no renunciaba a sus entonces
se criticaba su propuesta de bolchevizar el objetivos máximos de «revolución y dic-
PSOE y se pedía una alianza electoral con tadura del proletariado». También hubo
los partidos republicanos de izquierda [29]. continuas referencias a la amnistía en la
Las posiciones de la ejecutiva juvenil «explicación oficial» de la dirección juve-
socialista explican la diferente postura nil socialista [31]. El mismo Largo Caballero,
adoptada por las organizaciones juveni- en un acto organizado por las juventudes
les socialista y comunista ante la forma- socialistas en Madrid el 12 de enero, de-
ción del Frente Popular en España. Como fendió el pacto con los republicanos por
hizo el PCE, la UJCE cambió su posición la necesidad de lograr la amnistía, reco-
tras el VII Congreso de la Internacional nociendo que el programa no era el de su
Comunista. Pero al mismo PCE le costó partido y sin renunciar a establecer una
entender qué significaba exactamente la república socialista: para el ala izquierda
política de FP y mantuvo en sus inicios del PSOE el Frente Popular era un simple
una posición contradictoria y dubitativa, acuerdo electoral que no comprometía su
aunque ya con el discurso de José Díaz del actuación posterior [32].
2 de junio sobre «Bloque Popular Antifas- Aunque el proceso de unidad orgánica
cista» la política de frente único se amplió entre la FJS y la UJCE ya estaba en mar-
«en una línea frentepopulista centrada cha, como reconocieron públicamente
en la defensa de la democracia frente al los dirigentes juveniles en diciembre de
fascismo» [30]. 1935, Carrillo también había escrito a
Por el contrario, a la ejecutiva de la FJS Margarita Nelken unos días antes que es-
le costó más apoyar la constitución del peraba que los jóvenes comunistas «no
Frente Popular por su rechazo a cualquier insistan mucho en su posición de quitar
alianza con los republicanos. En una reu- carácter político a la organización juve-
nión conjunta celebrada por miembros de
las direcciones de las tres organizaciones 31.— Acta de la reunión de 16/11/1935 en FPI, Archivo
socialistas, en noviembre de 1935, dos de Francisco Largo Caballero, 197–23; Largo Caballero, Fran-
los tres representantes de la FJS —Leon- cisco, Escritos de la República. Notas históricas de la guerra
de España (1917–1940), (edición, estudio preliminar y notas
cio Pérez y Carlos Hernández Zancajo— se
de Santos Juliá), Madrid, Fundación Pablo Iglesias, 1985, pp.
255–259; FPI, AH, 26–11, carta al PSOE de 9/11/1935, ff.
29.— FPI, Archivo Histórico (AH), 26–11, correspondencia 10–11. Renovación, 1/2/1936, p. 1, «Por qué hemos firma-
PSOE–CE, JSE–CE. do. La Federación de Juventudes Socialistas y el progra-
30.— Juan Andrés Blanco, «El Partido Comunista de España ma del Frente Popular» (conservado en Documentos PCE,
y el Frente Popular», Papeles de la FIM, nº. 24 (2006), pp. Film XIV 187, AHPCE). Leoncio Pérez era uno de los vocales
45–82, ver p. 46. Las organizaciones comunistas españo- de la ejecutiva juvenil.
les tendieron a hablar más de «bloque popular» que de 32.–El Socialista, órgano central del PSOE, 10/1/1936, p. 1,
«frente popular». El Sol y El Socialista, 14/1/1936, pp. 3 y 4.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

nil y que comprendan la necesidad» de munismo oficial». La dirección de las Ju-


continuar trabajando en el PSOE para ventudes Libertarias de Cataluña, por su
«bolchevizarlo» [33]. parte, rechazó una propuesta de acciones
Y es que durante todo el año de 1935 conjunta de la Juventud Comunista por-
las propuestas y posiciones de la FJS ha- que consideraba que la organización ju-
bían estado más relacionadas con las de venil libertaria no debía ser «instrumento
los referentes internacionales comunistas de sus consignas», entre las que incluía
que con las del PSOE o la Internacional el «frente popular con todos los partidos
Obrera Socialista, pero en ciertos aspec- políticos de la democracia burguesa», «te-
tos —como en el rechazo a la colaboración niendo en cuenta la actitud adoptada por
con los republicanos o su continua defen- la III Internacional» [34].
sa de una «revolución obrera» y de la lu- Incluso un día antes de las elecciones
cha por una «dictadura del proletariado» que dieron el triunfo al Frente Popular, los
como objetivos inmediatos—, defendía las jóvenes socialistas exiliados en la URSS,
posiciones que la Internacional Comunis- siguiendo la línea trazada por Laín en el
ta abandonó en 1935 al establecer la po- artículo que publicó en Claridad en 1935,
lítica frentepopulista. Esta última, por su defendían extender las Alianzas Obre-
parte, hacía que en 1936 las organizacio- ras como «alianzas obreras y campesinas
nes comunistas estuvieran más cerca del hasta un plano nacional como órganos de
centrismo socialista que del izquierdismo lucha y futuro instrumento de poder». El
caballerista en cuestiones como el go- mismo Santiago Carrillo escribió en sus
bierno a formar tras el triunfo del Frente memorias que, en abril de 1936, cuando
Popular o la acción que debía desarrollar por primera vez se reunió con la dirección
este último. del PCE, «advirtió» que «eran mucho me-
De las diferencias políticas con las nos sectarios en sus juicios sobre Indale-
nuevas posturas de la Internacional Co- cio Prieto y los republicanos de lo que éra-
munista parece que no fue consciente la mos en la izquierda socialista» [35].
dirección juvenil socialista, pero sí las El POUM firmó el pacto de Frente Popu-
otras organizaciones juveniles obreras: lar con tres objetivos: derrotar a las dere-
ya el 9 de septiembre de 1935, Wilebaldo chas, conseguir la amnistía y restablecer el
Solano, que durante la guerra civil sería Estatuto de Cataluña, suspendido tras los
el secretario general de la Juventud Co- sucesos de octubre. No se comprometió a
munista Ibérica, dijo que no podía creer nada más que a apoyar la formación de un
que los jóvenes socialistas pudieran es- gobierno de izquierda en el parlamento,
tar de acuerdo con la nueva política de la tras lo que continuaría su propia política
Internacional Comunista porque «si así de lucha por la revolución. Mantenien-
fuese, no tendrían motivos para combatir do la «ortodoxia comunista» de los años
al centrismo y al reformismo que mantie-
nen los mismos puntos de vista que el co- 34.— La Batalla, 13/9/1935, p. 3, Wilebaldo Solano, «Tribu-
na juvenil. Después del VII Congreso de la I.C. ¿Adónde
33.— Sobre el proceso de unificación, Sandra Souto Kus- van los jóvenes socialistas?»; Circular del Comité Regio-
trín, Paso a la juventud. Movilización democrática, estali- nal de las JJ.LL. de Cataluña, 1935, CDMH, PS Barcelona
nismo y revolución en la República Española, Valencia, Pu- 239, expte. 2.
blicacions Universitat de València (PUV)–Cañada Blanch 35.— «A ‘Renovación’ órgano de las Juventudes Socialistas
Centre, 2013, pp. 95–123. Carta de Santiago Carrillo desde de España», 15/2/1936, CDMH, PS Madrid 2371. Santiago
la Cárcel Modelo, p. 2, Dirigentes 3/1.2, AHPCE. Carrillo, Memorias, Barcelona, Planeta, 1993, p. 166.

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Las organizaciones juveniles de la República frentepopulista... Sandra Souto Kustrín

veinte, se rechazaba la «fase democrática» explícitamente las ponencias que pedían


que, cuanto menos, implicaba la política una campaña antielectoral, hablando en
frentepopulista de la Internacional Comu- su lugar de abstencionismo: «En sus dis-
nista. Para Wilebaldo Solano, al igual que cursos y en sus intervenciones privadas,
para Maurín, el Frente Popular suponía la los dirigentes cenetistas no sólo no hicie-
«alianza permanente con los partidos de ron propaganda en contra del voto, sino
la pequeña burguesía» [36]. que en algunos casos invitaron a deposi-
Para las organizaciones juveniles repu- tarlo», influidos por el amplio movimien-
blicanas, el Frente Popular representaba to popular en torno a la candidatura de
lo que había sido la conjunción republi- izquierda y, sobre todo, por las promesas
cano–socialista de 1931: una coalición de amnistía, pero también, aunque no se
electoral y la formación de un gobierno reconociera abiertamente, por la concien-
que no rebasara el programa reformista cia de que un gobierno de las derechas
de 1931. Se puede decir que el republi- sería peor para ellos. [38] Y esta sería tam-
canismo de izquierdas empezó a fraguar bién la postura de su organización juvenil,
esta renovación de la coalición en abril de a la que las otras organizaciones juveni-
1935, cuando se produjeron los primeros les obreras buscaron atraer a votar, como
contactos de dirigentes republicanos y muestran los constantes llamamientos
del sector centrista del PSOE. También a publicados en Vanguardia. Igualmente
lo largo de ese año se moderó la actitud clara era una pancarta que unos jóvenes
de rechazo que los dirigentes de los par- intentaron colocar en la calle Guzmán el
tidos republicanos mantenían hacia los Bueno de Madrid el 6 de enero de 1936,
comunistas. En el ámbito juvenil, por su en la cual, bajo la consigna «ayudadnos
parte, la JIR colaboró con la Concentra- camaradas anarquistas = Votad al bloque
ción Popular Antifascista, surgida en julio popular», se veían dos individuos tirando
de 1935 y, en agosto, tanto la JUR y la JIR de unas rejas [39].
como las casi testimoniales organizacio- La participación de las organizaciones
nes de la Izquierda Federal y la Izquierda juveniles en el proceso de formación del
Radical Socialista acordaron con la UJCE Frente Popular fue escasa. Ni siquiera la
una plataforma común, a la que no se FJS tuvo representación propia en los co-
sumó la FJS. [37] mités que discutieron su programa y ela-
La CNT, por su parte, celebró un pleno boraron sus candidaturas, aunque la FJS
en enero de 1936 en el que se rechazaron tuvo un representante en el llamado «co-
38.— Santos Juliá, La izquierda del PSOE (1935–1936), Ma-
36.— R. Cruz, El Partido Comunista de España, pp. 266–267. La drid, Siglo XXI, 1977, p. 131. Víctor Alba, «El movimiento
Batalla, 13/9/1935, p. 3, Wilebaldo Solano, «Tribuna juve- obrero no parlamentario en la Segunda República», Studia
nil. Después del VII Congreso de la I.C. ¿Adónde van los jó- Histórica. Época Contemporánea, vol. 1, 4 (1983), pp. 105–125,
venes socialistas?». Consideraba que el congreso se había concretamente p. 123.
celebrado «bajo el signo del Frente Popular, del pacifismo 39.— Vanguardia. Portavoz Juvenil Marxista, 11/1/1936, p. 1,
pequeño burgués y de la liquidación del internacionalis- «A los camaradas de la CNT», 18/1/1936, p. 1, «A los jóve-
mo proletario». Para Maurín, la propuesta de la IC supo- nes libertarios»; 1/2/1936, p. 1, «Toda la juventud obrera
nía la subordinación del movimiento obrero y era ineficaz y antifascista debe apoyar al Bloque Popular»; 14/2/1936,
para frenar al fascismo (A. Monreal, El pensamiento político, p. 1, «A la CNT. Nuestro último llamamiento», en el que se
pp. 184 y 195). especificaba que no se quería decir «que en todos los mo-
37.— José Galán Ortega, José, Francisco Pérez Carballo, p. mentos sea perjudicial su actitud» abstencionista. La pan-
22; Juan Avilés Farré, La izquierda burguesa en la Segunda carta, en AHN, ATM (Cr.), leg. 296/2, nº. 7, 72/36, publicación
República, Madrid, Espasa Calpe, 1985, p. 258. clandestina, por la que fue detenido un joven de 24 años.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

mité paralelo» formado entre las organi- más votado en Madrid tras Julián Besteiro y
zaciones obreras y éste firmó el programa Luis Jiménez de Asúa. Mundo Obrero desta-
del Frente Popular en nombre de la orga- có el papel de los jóvenes en el triunfo elec-
nización juvenil. En el programa de la coa- toral. Consideraba que creaba «una deuda
lición la única referencia a la juventud es- urgente en cancelar» al Frente Popular que
taba relacionada con medidas educativas, tenía que dar respuesta a las «necesidades
fijando el compromiso de poner «en ejer- perentorias» de la juventud. Hacía una refe-
cicio los métodos necesario para asegurar rencia expresa a la concesión de «derechos
el acceso a la enseñanza media y superior políticos para los jóvenes desde los veintiún
a la juventud obrera y en general a los es- años», como había pedido la FJS desde el 1
tudiantes seleccionados por su capacidad», de mayo de 1931, y en lo que había insistido
aunque también es cierto que al haber sido tras la aprobación por las Cortes Constitu-
los jóvenes los más activos en la conflic- yentes del derecho de voto a partir de los 23
tividad política, la aplicación de medidas años, y aspiración en la que, según el perió-
como la amnistía o la reposición de los des- dico comunista, «coinciden las grandes ma-
pedidos en sus puestos de trabajo les bene- sas juveniles laboriosas de España»  [41].
ficiaban muy directamente. Sin embargo, El Frente Popular no supuso, por tanto,
la relativa importancia dada a los jóvenes la formación de una Alianza Obrera ni una
se refleja en que los responsables de las ampliación de ésta a los partidos republi-
tres principales organizaciones juveniles canos de izquierda, sino la extensión de la
de los partidos que integraban el Fren- coalición electoral republicano–socialista
te Popular fueron incluidos en las listas que había gobernado en el primer bienio
electorales: Trifón Medrano, secretario de republicano a las demás organizaciones
la UJCE, fue candidato por Ciudad Real; obreras, favorecida por el fraccionamien-
Carlos Hernández Zancajo, presidente de to del PSOE que dio una mayor capacidad
la FJS, por Madrid capital; y Prudencio Sa- de actuación a los otros partidos obreros
yagués, presidente de la Juventud de Iz- y la hegemonía a los republicanos. Como
quierda Republicana, por Huelva [40]. dijo hace ya muchos años Juan Avilés Fa-
Sin embargo, y a pesar de que es difícil rré, «la presencia comunista ha hecho a
medir el voto juvenil, éste debió ser impor- menudo olvidar que el Frente Popular no
tante en el triunfo del Frente Popular dado era básicamente si no una nueva coalición
que la población española se caracterizaba republicana–socialista», lo que también
por su juventud. Carlos Hernández Zanca- parece haber olvidado en la actualidad
jo, por ejemplo, fue el candidato socialista cierta derecha mediática [42]. La gran ma-
nifestación de celebración de la victoria
40.— Pacto Electoral del Frente Popular, en María del Car-
men García Nieto y Javier Donézar, Bases Documentales de electoral que se desarrolló el 1 de marzo
la España Contemporánea, Madrid, Guadiana, 1974, vol. 9, pp. en Madrid mostró, en su organización,
359–367 (la cita, en p. 366); Mundo Obrero, periódico del las posiciones que el pacto electoral había
PCE, 15/2/1936, p. 4. Sobre el papel de los jóvenes en la
dado a las organizaciones participantes:
movilización política de estos años, véase Sandra Souto
Kustrín, «Y ¿Madrid? ¿Qué hace Madrid?». Movimiento revo- en primer lugar iban los republicanos, a
lucionario y acción colectiva (1933–1936), Madrid, Siglo XXI,
2004, pp. 255–265 y 378–380; «Octubre de 1934: histo- 41.–Boletín Oficial de la Provincia de Madrid, 18/2/1936,
ria, mito y memoria», en Julio Prada Rodríguez y Emilio F. suplemento al nº 42, p. 17; Mundo Obrero, 20/2/1936, p. 4.
Grandío Seoane, (coords.), «La Segunda República: Nuevas Renovación, 30/4/1931, p. 1 y10/10/1931, p. 1.
miradas, nuevos enfoques», Hispania Nova, 11 (2013) , pp. 42.— S. Juliá, Orígenes, p. 162; J. Avilés, La izquierda burgue-
9–11; y Paso a la juventud, pp. 54–85. sa, p. 269.

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Las organizaciones juveniles de la República frentepopulista... Sandra Souto Kustrín

los que seguían el PSOE, sus juventudes de ésta, aceptaron la «organización de


y las organizaciones de la Casa del Pue- nuevo tipo», mientras que parece que los
blo de Madrid, a continuación iban los comunistas no hicieron de la defensa de
comunistas y, por último, sindicatos au- la política de Frente Popular un casus belli
tónomos y organizaciones de la CNT que de cara a la unidad. En privado, sí que se
participaron en la manifestación. Cerran- reconocerían las diferencias: por ejemplo,
do la marcha, casi con toda seguridad para desde Valencia, los jóvenes comunistas se
mantener el orden, iban miembros de las quejaron a la Comisión Nacional de Uni-
juventudes socialistas y comunistas [43]. ficación de que la Juventud Socialista Va-
Y, tras el triunfo del 16 de febrero de lenciana mantenía las posiciones «de la
1936, el Frente Popular como espacio de izquierda socialista», atacaba al gobierno
puesta en común de posiciones y proyec- republicano y rechazaba el mantenimien-
tos políticos, prácticamente desapareció: to del Frente Popular [46].
«Solo el PCE quería dar una estabilidad Así, antes de que comenzase la guerra
al pacto electoral que garantizara su con- civil, las referencias públicas a la política
tinuidad». Este partido, trabajó por la ex- frentepopulista y su defensa serían más
tensión, mantenimiento y consolidación que escasas desde lo que posteriormente
de comités del Frente Popular, aunque con sería la JSU. El mismo mes de febrero de
escaso éxito, hasta el comienzo de la gue- 1936, desde Renovación se llamó a los mili-
rra civil y se llegó a la sublevación militar tantes a «levantar con brío el doble poder
de julio con el Frente Popular en una si- frente al cual saltará en pedazos el Esta-
tuación de extrema debilidad [44]. do de la burguesía»; y una publicación de
la Juventud Socialista Madrileña, llegaba
Epílogo: la primavera de 1936 y el a decir explícitamente que el gobierno
impacto de la guerra del Frente Popular «ha de transformarse
inevitablemente en adversario nuestro en
Las bases de unificación entre las ju- plazo no muy lejano» [47]. El responsable
ventudes socialistas y comunistas fueron provincial de Madrid de la organización
aprobadas por sus ejecutivas en marzo de juvenil socialista llamó, en abril de 1936,
1936 y refrendadas por sus comités nacio- a los «jóvenes socialistas, comunistas y li-
nales en mayo. En ellas no hay ninguna bertarios» a «constituir las Alianzas Obre-
referencia al Frente Popular ni a la polí- ras en los lugares de trabajo». A mediados
tica frentepopulista en general [45]. La de- de mayo de 1936, el Comité de Madrid de
fensa de la izquierda largocaballerista se
convirtió en el objetivo fundamental para 46.— CDMH, PS Barcelona 769, expte. 21. Aparecen ya los
la dirección juvenil socialista y, a cambio nombres de los dirigentes juveniles socialistas que se
posicionarían claramente en contra de la dirección y la
política de la JSU y a favor de Largo Caballero durante la
43.— El orden, en El Socialista, 3/3/1936, p. 3, «La república guerra. Sobre el carácter largocaballerista del socialismo
y el pueblo». Sobre el papel de las organizaciones juveni- valenciano, véase Sergio Valero, Republicanos con la mo-
les véase ABC, 3/3/1936, p. 22, «La manifestación del do- narquía. Socialistas con la República. La Federación Socialis-
mingo»; y The National Archives, Sección Foreign Office, ta Valenciana (1931–1939), Valencia, PUV, 2015.
Political Correspondance Spain, 371/20520, informe de 3
47.— Reproducido en Vanguardia, 19/2/1936, p. 1, «Forta-
de marzo, folio 89.
lecimiento y desarrollo de las Alianzas Obreras»; Juven-
44.— J. A. Blanco, «El Partido Comunista de España»; la cita tud Socialista Madrileña, El momento político y las tareas
en p. 47; y R. Cruz, El Partido Comunista de España, p. 261. del proletariado, Madrid, Ed. Rehyma, febrero de 1936, pp.
45.— Reproducidas en R. Viñas, La formación, pp. 145–146. 22–23.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

la Juventud Socialista, tras decir que se por Hitler en marzo de 1936 las alianzas
habían producido casi todas las unifica- pasaron a ser órganos de apoyo al Fren-
ciones de las secciones en la capital, in- te Popular y, aunque implicaban también
cluyó entre las tareas a realizar la defensa la idea de «dualidad de poderes», debían
de los Frentes Populares «contra todos los dar lugar a la «hegemonía del proletariado
que de una forma u otra pretenden rom- dentro del bloque antifascista y de la revo-
perlos», único caso en que la organiza- lución democrática» [50].
ción juvenil socialista se planteó expre- Y es que, desde la perspectiva de la In-
samente esta defensa en la primavera de ternacional Comunista, la política fren-
ese año. Se apoyaba también el desarrollo tepopulista no suponía la unidad obrera
de las «Alianzas Obreras y Campesinas» para realizar una revolución socialista e,
como expresión del «frente único de todo independientemente de que tuviera otros
el pueblo laborioso [48]. objetivos como la defensa de la URSS o
Pero en el mismo Comité Nacional de la potenciación de su política exterior, y
la FJS que aprobó las bases de unidad con de que su defensa de la democracia fuera
la UJCE, Santiago Carrillo rechazó la ver- instrumental, permitía un ámbito de en-
sión «centrista» del Frente popular, que cuentro con otras fuerzas políticas para
no pretende sino «colaboración inmedia- establecer una estrategia antifascista am-
ta con la burguesía», y continuó defen- plia y mantener los derechos democrá-
diendo una estratega dual, de apoyo prag- ticos, conformados conscientemente de
mático al gobierno, pero creando a la vez forma moderada: aunque no se renuncia-
«instrumentos de lucha», órganos de in- ba al objetivo último de dictadura del pro-
surrección y «poder proletario» para rea- letariado, éste era «pospuesto en el futuro
lizar la revolución socialista. El congreso previsible» [51].
de unificación de Baleares, celebrado en- En definitiva, no está claro cuándo co-
tre el cinco y seis de junio de 1936, no se menzaron a defender al Frente Popular,
planteó potenciar el Frente Popular, pero como política de alianzas interclasista, los
aprobó fomentar las Alianzas Obreras y dirigentes de la JSU procedentes de la FJS,
Campesinas [49]. pero parece que este viraje no ser produjo
Las juventudes socialistas, al igual que antes del 18 de julio de 1936.
el POUM y la JCI, continuaron defendien- El proceso de unificación se vio difi-
do durante la primavera de 1936 la crea- cultado por el comienzo de la guerra civil,
ción de Alianzas Obreras como organismos que impidió la celebración tanto de mu-
insurreccionales que preparasen la revo- chos congresos provinciales y regionales
lución. La posición comunista evolucionó, de unidad como del Congreso Nacional
aunque con contradicciones, y, especial- de Unificación previsto en las bases de
mente, a partir de la ocupación de Renania unidad. Este último fue sustituido por la
48.–Cecilio Arregui, «Llamamiento a los jóvenes de la 50.— J. A. Blanco, «El Partido Comunista de España», pp.
construcción», La Edificación, órgano de la Federación Lo- 49–50. Al igual que en 1935, las alianzas obreras fueron
cal de Obreros de la Industria de la Edificación de Madrid en 1936 más bien comités de enlace entre el PSOE y el
y sus Limítrofes (UGT), 15/4/1936, p. 2; ¡En Marcha!, Bole- PCE (R. Cruz, El Partido Comunista de España, pp. 261 y 263,
tín Interior del Comité de Madrid de la Juventud Socialista, de donde es la cita).
3ª. semana de mayo de 1936, p. 1. 51.— Tim Rees y Andrew Thorpe, «Introduction», en Id.,
49.— Renovación, 9/5/1936, citado por M. Bizcarrondo, «De- International Communism and the Communist Internation-
mocracia y revolución», p. 455. Las resoluciones del con- al, 1919–1943, Manchester y Nueva York, Manchester UP,
greso de Baleares en R. Viñas, La formación, pp. 146–155. 1998, pp. 1–14, cita en p. 6.

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Las organizaciones juveniles de la República frentepopulista... Sandra Souto Kustrín

Mitín de las Juventudes Socialistas Unificadas en el Teatro Olympia de Barcelona, sept. 1936 (Foto:
Pérez de Rozas - Arxiu Fotogràfic de Barcelona).

«Conferencia Nacional de la Juventud», su apoyo a un gobierno del Frente Popular


celebrado en Valencia los días 15, 16 y 17 durante toda la guerra y, especialmente,
de enero de 1937, que fijó la política y for- en los momentos clave del enfrentamien-
mas de organización que, con escasas va- to bélico o de los conflictos internos en
riaciones, la JSU mantendría durante toda el bando republicano: «La revolución se
la guerra. Fue entonces cuando se aprobó hace en estos momentos acatando la au-
oficialmente la política frentepopulista toridad única del gobierno del Frente Po-
que ya se había empezado a desarrollar: pular»; «los que combaten al gobierno del
«Luchamos por la República democráti- Frente Popular son nuestros enemigos»;
ca» dijo Santiago Carrillo, ya secretario «para la juventud no hay más que una po-
general de la organización, en su discurso lítica: la que sigue el gobierno del Frente
ante la conferencia [52]. La JSU insistió en Popular» [53].
Esto provocó tensiones, tanto internas
52.— Santiago Carrillo, En marcha hacia la victoria, Valen-
como con otras organizaciones juveniles.
cia, s.e., 1937, p. 10. Las posiciones fijadas en la conferen-
cia se habían planteado ya en Santiago Carrillo, Salud a la Especialmente tras la conferencia de Va-
heroica juventud española», Texto taquigráfico del discurso lencia, los sectores largocaballeristas de la
pronunciado el 16 de diciembre de 1936 en el teatro Apo- JSU acusaron a la ejecutiva juvenil de aca-
lo de Valencia. Toda la juventud unida en la defensa de la
Patria, s.l., JSU de Asturias (1937); y en el «Manifiesto de
la Comisión Ejecutiva de la Juventud Socialista Unifica- 1/1/1937, pp. 1 y 16).
da ante el año 1937» (Ahora. Diario de la Juventud (JSU), 53.— Ahora, 9/2/1937, p. 2, 20/5/1937, p. 3; 23/6/1937, p. 3.

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Dossier: La primavera del Frente Popular

bar con el «espíritu marxista» y el carácter juventudes libertarias hablaron de «tácti-


obrero de la organización y de incumplir ca de halago y dobleces ante la pequeña
el programa que alguno de los miembros burguesía» y de «improcedente» consigna
de ésta, como dirigentes de la FJS, habían de república democrática; y la JCI definió
establecido tras octubre de 1934 en el fo- a la JSU como «amasijo caótico y sin pro-
lleto Octubre. Segunda Etapa. Carlos Her- grama definido, expresión fiel y exacta del
nández Zancajo recordó una de las pro- Frente Popular llevado a su último extre-
puestas de ese folleto —«por la derrota de mo», que había soltado «las amarras» con
la burguesía y el triunfo de la revolución la revolución y emprendido «la más loca
bajo la forma de la dictadura proletaria»— carrera por la senda del oportunismo»,
considerando que la JSU, tras la Confe- posición que la juventud comunista hete-
rencia de Valencia, «deja de ser marxista, rodoxa no abandonó en toda la guerra [56].
deja de ser revolucionaria, deja de luchar La postura de la JSU favoreció las rela-
contra la burguesía y deja arrinconada la ciones con las juventudes republicanas.
dictadura del proletariado». Mostrando Según dijo en agosto de 1937 la Juventud
los límites de la aceptación del Frente Po- de Izquierda Republicana, «obedeciendo
pular por la antigua FJS en la primavera de a sus sentimientos de españoles las orga-
1936, el ex presidente de la organización nizaciones juveniles marxistas declararon
juvenil también dijo que éste no contenía defender la república democrática y la
«una visión exacta de aquellos instantes» independencia nacional» y, por tanto, la
y «no es más que la significación de la de- JIR no se había «movido de su sitio» para
bilidad de los partidos obreros» [54]. «sentirse más cerca de esas juventudes» [57].
Las reacciones ante esta posición de la Esto facilitó la creación de organismos
JSU de las demás organizaciones juveniles unitarios entre estas organizaciones juve-
de la República en guerra fueron variadas. niles, primero en el Frente de la Juventud
En la misma Conferencia de Valencia, Pru- y después en la Alianza Juvenil Antifas-
dencio Sayagués, en nombre de la Juven- cista (AJA), formada en agosto de 1937 y
tud de Izquierda Republicana, dijo que si a la que sí que se incorporó la FIJL. Y es
la JSU defendía una república democrática que las posiciones de la organización ju-
«no hay discrepancias, ni de táctica ni de venil anarcosindicalista durante la guerra
fondo con las juventudes republicanas». estuvieron influidas por la competencia
Como se dio en el órgano de expresión de con la JSU por el control de la juventud,
la JIR, «el deseo manifestado de implantar la participación o no de la CNT en el go-
y consolidar una República democrática y bierno, y el mismo avance de la guerra y
parlamentaria abre los caminos a una sin- tampoco evolucionaron sin tensiones,
cera inteligencia» [55]. Por el contrario, las especialmente con su organización cata-
lana [58]. En el congreso que la organiza-
54.— Carlos Hernández Zancajo, Tercera Etapa de Octubre,
Valencia, Editorial Meabe, 1937, p. 14; y 1917–1937, 20
años de revolución. Discurso pronunciado el día 13 de mayo 56.–Juventud Consciente, órgano de la Federación Provin-
de 1937, en el Sindicato Provincial de Agua, Gas y Electrici- cial de Juventudes Libertarias de Almería, 1/5/1937, p. 3.
dad de Valencia (U.G.T.), Madrid, Agrupación Socialista Ma- La juventud obrera asturiana en las luchas revoluciona-
drileña, Sección de Propaganda, 1938, pp. 18–19. rias, Barcelona, Imprenta Especial (JCI), 1937, p. 22.
55.— CDMH, PS Extremadura 3, expte. 7, Conferencia Na- 57.— CDMH, PS Madrid 934, leg. 3176, Notas de Radio
cional de la Juventud, de la cuarta a la sexta sesión, quin- (Unión Radio), agosto de 1937, nota política de la JIR, ra-
ta sesión, pp. 10–15, intervención de Sayagués, Creación, diada la tarde del 21/8/1937.
6/2/1937, p. 1, «Unificación». 58.— La CNT entró por primera vez en el gobierno republi-

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Las organizaciones juveniles de la República frentepopulista... Sandra Souto Kustrín

ción juvenil libertaria celebró en febrero frentamiento entre la JSU y las demás or-
de 1938 se aprobó participar en el Frente ganizaciones juveniles se acrecentó con el
Popular Antifascista, con el rechazo, por avance de la guerra, tanto por sus méto-
ejemplo, de las organizaciones locales de dos y su proselitismo como por la negati-
Barcelona y Guadalajara [59]. Sin embargo, va evolución de la situación militar de la
en función de la correlación de fuerzas, la República [61].
representación de la juventud en el Fren- Solo se puede concluir que en el vira-
te Popular Antifascista fue variada: mien- je hacia la defensa del Frente Popular de
tras que parece que fue imposible lograr la antigua dirección de la FJS influyeron
una representación para la juventud, ni especialmente las características del con-
siquiera para la AJA, en su Comité Nacio- flicto civil y las políticas defendidas ante
nal, en Extremadura, por ejemplo, hasta la éste por el PCE y las diferentes corrien-
FIJL estaba representada en el Frente Po- tes del PSOE. Y la guerra también moderó
pular provincial [60]. los objetivos de otras organizaciones. Así,
Y, al igual que la política de unidad en el dirigente juvenil libertario Progreso
apoyo del Frente Popular del PCE durante Martínez concluyó un discurso pronun-
la guerra fue acompañada de «unas prác- ciado el 23 de octubre de 1938 con un «en
ticas que muchas veces» no la avalaban y el camino de la Revolución —repetimos
hasta la contradecían y llegó al final del hoy— solos o acompañados, pero en el
conflicto completamente aislado, el en- camino de la Revolución», pero este ca-
mino quedaba postergado casi indefini-
cano en septiembre de 1936 y salió de él tras los sucesos
de mayo de 1937. Desde entonces y hasta que el sindicato damente: la juventud debía comprender
confederal volvió al gobierno, el 6 de abril de 1938, las que «la República democrática no es el
críticas de la FIJL a éste fueron numerosas y muy duras. todo de sus aspiraciones» pero «es posible
Sobre la CNT durante la guerra, ver Julián Casanova, De la
que hoy tengamos que (…) reconocer que
calle al frente. El anarcosindicalismo en España (1936–1939),
Barcelona, Crítica, 1997. S. Souto, Paso a la juventud, pp. en la post–guerra (sic) no será posible ad-
179–204, sobre las juventudes libertarias, y 273–318 so- mitir ni innovar de una manera total los
bre los complejos procesos de alianzas entre las organi- estamentos jurídicos y sociales». La cru-
zaciones juveniles durante la guerra.
da realidad de la guerra influyó en unas
59.— Oficina de Propaganda del Comité Peninsular de la
organizaciones juveniles que llegarían al
F.I.J.L., II Congreso Nacional de la F.I.J.L. celebrado en Valen-
cia durante los días del 6 al 13 de febrero. 1938, Valencia, final del conflicto bélico completamen-
s.e., 1938, pp. 96–98. Se volvió a justificar la participación te consumidas y enfrentadas entre ellas,
en el gobierno y en el Frente Popular Antifascista en la pero también divididas internamente, y
reunión que la organización celebró en Valencia a media-
en unos jóvenes a los que solo les esperó
dos de abril (Federación Ibérica de Juventudes Libertarias.
Comité Peninsular, Actas del pleno nacional de Regionales ya la represión o el exilio [62].
celebrado en Valencia los días 16 y 17 de abril de 1938, Va-
lencia, Gráficas «Cultura y Libertad», 1938, sin paginar.
60.— Ver CDMH, informe presentado por la regional de Ex-
tremadura de la FIJL conservado en PS Madrid 1121, leg.
361, expte. 3, ff. 3–6; PS Barcelona 239, expte. 4, «Informe
que presenta el camarada Blanco al comité nacional de 61.— J. A. Blanco, «El Partido Comunista de España», p. 74.
JJLL de sus impresiones relativas al movimiento orgáni- S. Souto, Paso a la juventud, pp. 413–418.
co de la regional extremeña», 9/12/1937; y PS Barcelona 62.— Progreso Martínez, La juventud, factor revolucionario.
140, expte. 6, circular del Comité Peninsular de la FIJL en Conferencia pronunciada en el cine Tívoli, octubre 1938, Ma-
que se detallan las gestiones realizadas por los distintos drid, Secretaria de Propaganda y Prensa de la Federación
organismos confederales para lograr que en el Frente Po- Local de Juventudes Libertarias, 1938, la primera cita en p.
pular Antifascista hubiera representación juvenil. 21, la segunda en p. 14.

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Autor Invitado

¿Comunismo después del fin del comunismo?


La política sindical del Partido Comunista de
Chile en la postdictadura chilena (1990–2010)*

Communism after the end of communism? The trade union policy of the
Communist Party of Chile in the Chilean post–dictatorship (1990–2010)

José Ignacio Ponce


Doctorando en Historia en la Universidad de Santiago de Chile
Rolando Álvarez Vallejos
Universidad de Santiago de Chile
Resumen

El siguiente artículo aborda la política sindical del Partido Comunista de Chile. Se pone
en cuestión la tesis que sostiene una supuesta incapacidad de esta organización para
adaptarse a los cambios ocurridos en la posdictadura chilena. Para ello, se analiza uno de
los principales ámbitos de desarrollo de esta organización política y se concluye que los
comunistas chilenos, experimentaron una serie de lentas adaptaciones de sus prácticas en
el mundo sindical, las cuales intentaban responder a la realidad del Chile neoliberal. Esto
derivó en que, en el primer lustro del siglo XXI, elaboraran una política que incluía en su
perspectiva de cambio social a los nuevos movimientos sociales, pero sin desplazar de un
rol relevante a los trabajadores en un proceso de cambio social.

Palabras claves: Comunismo, Chile, posdictadura, Movimiento Sindical.

Abstract

The following paper deals with the trade union policy of the Communist Party of Chile. It calls into
question the thesis that defends a supposed inability of this organization to adapt to the changes taking
place in the Chilean post–dictatorship. One of the main areas of development of this party is thus analy-
zed and it is concluded that Chilean Communists experienced slow adaptations of their practices in the
trade union world as a response to the reality of neoliberal Chile. During the first half of the 21st century
this resulted in the devising of a policy which included the new social movements in their perspective of
social change, maintaining the relevant role of the workers in the process.

Keywords: Chile, communism, post–dictatorship, trade union movement


* Este articulo forma parte del proyecto Fondecyt nº 1150583

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¿Comunismo después del comunismo? La política sindical del... José I. Conde y Rolando Álvarez

El Partido Comunista de Chile tuvo una principios de 1970. Por último, poseía me-
extensa y significativa presencia políti- dios de comunicación de masas (escritos y
co–social a lo largo del siglo XX chileno. radiales), una editorial y sedes partidarias
Su origen estuvo asociado al desarrollo del a lo largo de todo el país. De esta manera,
movimiento obrero en los centros de ex- es posible afirmar que los comunistas chi-
plotación minera, lo que le dio una carac- lenos formaron parte de la historia política,
terística impronta obrera. A pesar de verse social y cultural de Chile.
sometido a persecuciones y extensos pe- Con el inicio de la dictadura encabeza-
ríodos de clandestinidad (alrededor de 30 da por el general Pinochet, el PC enfrentó
años fuera de la ley entre 1927 y 1990), se las políticas de exterminio del régimen. En
caracterizó por su activa presencia dentro 1976, dos equipos de dirección del parti-
del sistema político chileno. De esta mane- do fueron detenidos y hechos desaparecer
ra, apoyó a gobiernos de centro–izquierda por los aparatos represivos de la dictadura.
entre fines de los años ’30 y la década si- Años más tarde, luego de un análisis críti-
guiente y luego fue pieza fundamental en co de algunas de sus posiciones durante la
la constitución de la Unidad Popular. Como Unidad Popular, se produjo un inédito vi-
se sabe, esta coalición tuvo éxito al lograr raje de la política del PC. En 1980 los co-
que su abanderado, el dirigente socialista munistas anunciaron que validaban «todas
Salvador Allende, alcanzara la presiden- las formas de lucha» para terminar con la
cia de la república el año 1970. El PC fue dictadura, incluyendo formas armadas. De
un ferviente defensor de la denominada esta manera, el PC rompía con su tradicio-
«vía chilena al socialismo», que implicaba nal gradualismo político, optando por una
la construcción de una sociedad alternati- línea más radical de cara a su tradición po-
va al capitalismo, desde dentro de la ins- lítica. Fracasada en 1986 la perspectiva in-
titucionalidad política chilena, respetando surreccional del PC, este quedó al margen
la democracia y evitando una guerra civil. del acuerdo de salida pactada de la dictadu-
Pero la presencia comunista en la sociedad ra entre ésta y la mayoría de la oposición.
chilena iba mucho más allá de tener un im- Opuesto a negociar con el régimen pino-
portante número de diputados y senadores chetista, el costo que pagó el PC por esta
en el parlamento. Por años, fue la primera posición fue quedar, a partir de 1990, como
fuerza en el movimiento sindical. También un actor muy marginal de la política chile-
tuvo una importante representación en las na.
organizaciones estudiantiles, encabezando A partir de marzo de 1990, Chile recupe-
en los años de la Unidad Popular algunas de ró la democracia, pero bajo una administra-
las principales federaciones del país. Asi- ción que le dio continuidad al régimen ju-
mismo, logró penetrar en sectores medios rídico y económico creado por la dictadura.
e intelectuales. Destacados integrantes del Aunque los aspectos más brutales de éste
mundo de la cultura chilena fueron mili- régimen desaparecieron, especialmente la
tantes del Partido Comunista, simbolizados represión, el modelo consagró un régimen
en la figura excluyente del poeta y Premio político que ha sido denominado como «de-
Nobel de Literatura Pablo Neruda. Además, mocracia semisoberana», en alusión a sus
sus militantes encabezaron las moviliza- limitaciones democráticas [1]. Además, des-
ciones campesinas por la reforma agraria
y una vivienda digna donde vivir, que tu- 1.–Carlos Huneeus, La Democracia Semisoberana. Chile
vieron su auge durante la década de 1960 y después de Pinochet, Santiago, Taurus, 2015.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 100-115 101


Autor Invitado

Tradicional mural realizado por la Brigada Ramona Parra, ligado al Partido Comunista de Chile, en
solidaridad con los trabajadores del sector minero. Centro Cultural Gabriela Mistral, Santiago.

de el punto de vista económico, mantuvo la la dictadura, el comunismo chileno sorteó


orientación económica neoliberal. Ante ese «el fin del comunismo», atrincherado en el
escenario, desde 1991 el PC prefirió man- movimiento sindical.
tenerse al margen de la nueva coalición de Este artículo pretende intervenir en el
gobierno y construir un espacio de oposi- debate sobre la supuesta incapacidad del PC
ción de izquierda. chileno para adaptarse a la nueva realidad
Durante la década de 1990, predominó política del país durante el período postd-
en Chile la visión que el PC, producto de su ictatorial. Esto lo analizaremos a la luz de
opción por la lucha armada contra la dic- la política sindical que desplegó el Partido
tadura y convertirse en opositor a los go- Comunista durante los 20 años de gobier-
biernos democráticos, habría descapitali- nos de la Concertación. En particular, nos
zado de tal forma su acervo histórico, que centraremos en dos aspectos. Primero, en
su destino parecía ser la desaparición como describir cuales fueron sus principales ejes
colectividad política (Riquelme, 2009). Ha- de acción y, segundo, en los elementos de
bría predominado la ortodoxia, el arcaísmo continuidad y cambio de las tradiciones po-
ideológico y la incapacidad de entender el líticas del PC durante el período que com-
nuevo escenario político chileno. Sin em- prende el texto.
bargo, a pesar de los agoreros, el PC logró La hipótesis que atraviesa a este artícu-
recuperar parte de su antiguo poderío, es- lo cuestiona lo que han señalado otras in-
pecialmente a través de su presencia en el vestigaciones respecto a la supuesta inca-
mundo sindical. Fuera del parlamento por pacidad del PC para adecuarse al contexto
efecto del sistema electoral heredado por histórico–social postdictatorial. En efecto,

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al analizar la acción comunista en el mun- doble derrota: por un lado, el derrumbe de


do sindical, planteamos que esta distó de los regímenes del socialismo real, que como
la supuesta «ortodoxia» en la cual ha sido en el resto del mundo, habían sido el refe-
encasillada la política comunista durante rente político de los comunistas chilenos.
estos años. Consideramos que, en la com- Por otro, el inicio de la transición pactada
pleja tensión entre continuidad y cambio, entre la dictadura de Pinochet y la oposi-
el PC intentó desplegar una política que in- ción moderada que constituiría la Concer-
tentaba dar cuenta de las transformaciones tación de Partidos por la Democracia. El PC
que operaban en el mundo del trabajo y en optó por mantenerse fuera de esta salida,
la política chilena. Aunque manteniendo situación que lo condenó a convertirse en
un horizonte transformador del orden ca- un actor político marginal desde el punto
pitalista, buscó desarrollar su acción entre de vista de la política institucional (el par-
trabajadores donde antes no había tenido lamento). La combinación entre la crisis in-
mayor presencia y/o contribuir a la organi- ternacional del socialismo y la posición crí-
zación de trabajadores en nuevas condicio- tica al nuevo gobierno democrático, abrió
nes laborales precarias. Así, el PC se adaptó entre 1989 y 1991 una profunda crisis en el
lentamente a los cambios operados bajo partido chileno, que, para muchos, era se-
el modelo neoliberal en el mundo laboral ñal del fin del comunismo en Chile [2].
y desarrolló una resemantización de algu- Empero, esto no quiso decir que los co-
nos de sus conceptos claves, entre ellos, el munistas quedaran paralogizados. Al con-
de la «clase trabajadora». Esto último, a su trario, el PC intentó capear la tormenta
vez, le permitió desplegar nuevas formas de refugiándose en algunas de sus certezas y
acción en el mundo sindical. Así, apuntó a prácticas históricas. El carácter gradual de
nuevos actores y nuevas demandas labora- la «renovación revolucionaria» que propo-
les, en vista a la articulación de un «movi- nían apuntaba a no abandonar el horizon-
miento de movimientos» generado desde te socialista y tampoco desplazar a la clase
el mundo sindical. A este último le termi- obrera de su «rol histórico». Aunque dado
nó asignando un carácter socio–político, a el carácter pactado de la salida a la dicta-
través del cual se construiría una agenda dura, para los comunistas la democrati-
alternativa al neoliberalismo. Así, duran- zación del país seguía siendo un desafío a
te gran parte del período, el PC se despla- conseguir, de allí que plantearan que «en
zó hacia una perspectiva «movimientista» la lucha por la democracia, la clase obrera
para construir una alternativa al neolibe- debe conquistar la hegemonía, asegurando
ralismo. Sin embargo, hacia el final de esta de este modo la continuidad y profundiza-
fase, esto lo matizó para volver a darle én- ción y el paso a la revolución antiimperia-
fasis a la acción institucional–electoral, en lista y antioligárquica con una perspectiva
el marco de una ventana de oportunidades socialista» [3]. En general, si bien los comu-
políticas para reingresar al sistema del cual nistas mantenían una lectura ampliada del
era excluido. actor que podía llevar los cambios sociales
en el país, se circunscribía a la óptica histó-
Un paso atrás, refugio en las certezas: 2.— Rolando Álvarez, Gremios empresariales, política y
sobreviviendo en la clase obrera neoliberalismo. Los casos de Chile y Perú (1986–2010),
Santiago, Lom, 2015.
En el caso de los comunistas chilenos, el 3.— Partido Comunista de Chile, XV Congreso del Partido
inicio de la década de los ´90 combinó una Comunista de Chile, 1989, p. 16.

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rica que había tenido este partido al menos veremos, le rindió rápidos frutos al PC y le
desde la década de los ´60. brindó posibilidades de salir de la situación
De todos modos, hacían un intento por defensiva en la que se encontraban.
definir a la clase obrera incorporando las En 1990, en plena crisis interna, el PC
transformaciones que el modelo neoliberal llamó a salir de la «discusión ensimisma-
había producido en el mundo del trabajo en da» y desplegar la lucha social. Es así que,
Chile, reconociendo que «en su interior se en la segunda mitad de ese año, en el XXI
han registrado sensibles modificaciones». Pleno del Comité Central, llamó a «enfren-
Así se aludía al nuevo proletariado sub- tar a empresarios y a la derecha en la calle,
contratado y temporal, que acentuaba las con movilización y el combate decidido de
diferencias de clase y que, dadas sus con- los trabajadores». También criticó a la diri-
diciones de explotación´, dificultaban su gencia demócrata cristiana de la CUT, por
organización. Por ello que era fundamen- su búsqueda de acuerdos con el gobierno
tal «desplegar una mayor iniciativa para «sin la implementación práctica de ningu-
contribuir a la formación de su conciencia na otra acción sindical»  [7]. Para el PC, esto
de clase» [4]. Según la lectura comunista, ponía en juego la independencia de los tra-
los trabajadores carecían de una concien- bajadores frente al ejecutivo y al empresa-
cia y una musculatura orgánica como en riado. Esto, según los comunistas, se había
tiempos pasados, lo que se agudizaba por reflejado en las reformas laborales realiza-
la persistencia de la legislación laboral de das por el gobierno de Patricio Aylwin, que
la dictadura y los efectos de la represión en en rigor no hicieron cambios profundos a
ese período. las relaciones laborales implantadas por la
Si bien hacia 1989, el llamado del PC dictadura [8]. De allí que a principios de 1991
era el que tradicionalmente hacía, centra- declarase fracasada dicha estrategia de la
do en la principal central sindical del país CUT [9]. El problema para los comunistas,
(la Central Unitaria de Trabajadores, CUT) tal como señalaba Sergio Aguirre, uno de
y la minería [5], hubo algunos elementos los vicepresidentes de la entidad, era «si la
novedosos. Destacó la apelación a volcar CUT tiene o no una conducción clasista».
su accionar en lo que denominaban como Según él, era «evidente que sectores de la
capas medias, como los profesores. Desde derecha, la centroderecha y del propio go-
la óptica del PC, aunque la oligarquía y el bierno buscan reducir a los trabajadores a
imperialismo buscaran contraponer a estos un papel de mínima expresión, que no pue-
sectores con la clase obrera, «el desarrollo da poner en peligro el modelo económico
del capitalismo lleva(ba) inevitablemente dictatorial, modelo que hoy es asumido por
a la gran mayoría de estos sectores hacia el actual Gobierno» [10].
la proletarización y en no pocos casos a la En ese sentido, los comunistas tenían
pauperización» [6]. Así, se asumía como pre- claro que un cambio en la conducción y su-
misa que la constante polarización provo- peración de la debilidad de la CUT, pasaba
cada por el capitalismo, obligaría a los sec- por una democratización del movimiento
tores medios a aliarse con la clase obrera.
7.— El Siglo (28/8/1990 y 1/9/1990, pp. 6 y 7).
El volcamiento hacia estos sectores, como
8.— Antonio Aravena y Daniel Núñez (2011), «Los
Gobiernos de la Concertación y el Sindicalismo en Chile»,
4.— Ibídem, p.49. Revista Trabajo, 8 (2011), pp. 113–130.
5.— Ibídem, p. 51. 9.— El Siglo (30/12/1990 y 6/1/1991, p. 26).
6.— Ibídem, p. 54. 10.— El Siglo (28/4/1991 y 4/5/1991, pp. 20 y 21)

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sindical. Así lo manifestaba Jorge Pavez, mayoría en las elecciones del directorio,
por entonces dirigente comunista del pro- quedando la organización encabezada por
fesorado y de la multisindical. Este, ade- el comunista Humberto Cabrera. La FE-
más de poner como desafío la recuperación NATS impulsó una serie de movilizaciones
de la autonomía de la CUT, planteaba que que fueron in crecendo desde 1991 a 1993.
«otro desafío es la participación. Un movi- Cabrera, denominado por los periódicos
miento que consiga plena participación, la oficialistas como «el duro», logró una casi
total democratización de sus componentes. permanente visibilización a nivel nacional,
Que impulse, asimismo la democratización por la alta capacidad de movilización de su
de toda la sociedad...» [11]. sector, capaz de derribar a varios ministros
Así, la apuesta de los comunistas en el de salud de las administraciones concerta-
marco de la posición defensiva que tomaba cionistas.
el movimiento sindical en la discusión de Así, un dirigente proveniente del sector
las políticas públicas, apuntaba a un posi- servicios, que no era encasillado dentro de
cionamiento más «autónomo» y «clasis- la clase obrera tradicional, le daba vigen-
ta» ante el gobierno. Sin embargo, en los cia a su partido como actor político–social.
congresos de la central realizados los años Su acción mostraba el camino para salir de
1991 y 1993, el PC no pudo revertir su po- la posición defensiva en la cual se encon-
sición de minoría al interior de ésta. Por el traban los comunistas por entonces. ¿Qué
contrario, se acentuó en la cúpula de la CUT reflexionaría el PC sobre esto durante 1994
la hegemonía concertacionista y, por ende, en su XVI Congreso, momento en iniciaba
su dependencia del gobierno [12]. El PC bus- el segundo gobierno de la Concertación?
có fórmulas para romper el predominio de
las fuerzas más moderadas en la central. La Un paso adelante: agitación social y
principal fue intentar agitar las aguas «des- sindical comunista en los ´90
de abajo», a partir de su presencia en algu-
nas importantes organizaciones sindicales. Las elecciones presidenciales y parla-
El primer foco de agitación sindical a es- mentarias de 1993 ratificaron el estanca-
cala nacional impulsado por los comunis- miento electoral del PC, que se ubicaba
tas, fue a través de la Federación Nacional alrededor del 6% del electorado. Además,
de Trabajadores de la Salud (FENATS). Esta confirmó la enorme adhesión alcanzada
organización representaba una franja im- por la Concertación y la Democracia Cris-
portante de los afiliados a la CUT [13] y una tiana, que convirtió a Eduardo Frei Ruiz–
articulación nacional en un área que tenía Tagle como Presidente de Chile hasta el
una importante repercusión en todo el país. año 2000 [14] . Y aunque en algunas zonas
En 1990, el PC había obtenido la primera alcanzaron resultados no despreciables, los
comunistas siguieron excluidos del sistema
11.— El Siglo (28/4/1991 y 4/5/1991, p. 16)
político–institucional. A su vez, en el plano
12.— Sebastián Osorio, Trayectoria y cambios en la política
del Movimiento Sindical en Chile, 1990–2010: El caso de la sindical, el PC tampoco podía doblegar la
CUT, entre la independencia política y la integración al blo- dirección de la CUT. Esto se ratificó en el
que Histórico Neoliberal, Tesis para optar al grado de Ma-
gister en Historia, Universidad de Santiago de Chile, 2014 14.— José Ponce, «Adaptación e inclusión de la Izquierda
13.— Por entonces, sumaba la no despreciable cantidad revolucionaria en las transiciones democráticas de
de 40.000 afiliados, en un marco donde la CUT ostentaba Uruguay, Chile y Argentina. Una mirada desde el
cerca de los 500.000, representando cerca de un 8% de desempeño electoral, 1983–2009», En Izquierdas, 18
la misma. (2013), pp. 17–36

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Congreso Extraordinario de la central, rea- zaciones laborales, una de las más relevan-
lizado en abril de 1994. En él, los demócra- tes fue la realizada en 1994 por el profeso-
ta–cristianos impusieran la afiliación de la rado, que se prolongó durante tres semanas
multisindical a la CIOSL, entidad vinculada entre los meses de septiembre y octubre.
a los sindicatos norteamericanos. Aunque Aunque este gremio era conducido por el
los comunistas intentaron resistirse a esta demócrata–cristiano Osvaldo Verdugo, du-
medida, no pudieron impedir la decisión. rante la movilización de 1993 se consolidó
Con todo, esto generó una de las primeras el liderazgo del dirigente comunista Jorge
crisis de la CUT [15]. Pavez. Por estos años, Pavez se convirtió en
De todas maneras, si bien el PC no pudo la principal expresión de una corriente di-
instalar su línea política en la central, a su sidente de la conducción de Verdugo en el
postura crítica ante el nuevo gobierno se magisterio, siendo motejado por la prensa
sumaban otros sectores de los dirigentes de la época como parte de un sector «más
sindicales, incluyendo a los de militancia radical». Finalmente, en 1995 Pavez alcan-
concertacionista. Esto se verificó en la pro- zó la conducción del poderoso Colegio de
moción de nuevas movilizaciones y un paro Profesores, desplazando al oficialismo.
nacional el 11 de julio de 1994, que convocó Así, Pavez y Cabrera, dos dirigentes sin-
entre 15.000 y 25.000 personas en las calles dicales de espacios laborales del área de
de la capital chilena. Tras ellas, el gobierno «servicios» e históricamente vinculados
tendió puentes de diálogo con la CUT y en- a las «capas medias», se convertían en los
vió un proyecto de reforma laboral, que, al principales referentes públicos del PC. Des-
ser criticado por el empresariado, le restó de esto sectores, el PC comenzó a recuperar
urgencia a su discusión. Esto provocó que la incidencia en la conducción de la CUT. Esto
central asumiera una postura más crítica al se relacionaba con que, desde el punto de
gobierno, evidenciando un desplazamiento vista electoral, eran sectores estratégicos al
de la posición de los dirigentes sindicales interior de la central. Entre ambos tenían
hacia una más cercana a lo que planteaban cerca de un 35% de sus afiliados [17]. Así co-
los comunistas [16]. menzó a cambiar la orientación política de
Pero a contrapelo de la crisis de la CUT y la principal multisindical chilena.
sus limitaciones para imponer sus plantea- Ante este panorama, es interesante con-
mientos en la agenda pública, expresiones trastar los cambios del discurso sobre lo la-
sectoriales del movimiento de trabajadores boral y sindical de los comunistas entre sus
cobraron gran relevancia durante una olea- Congresos Nacionales de 1994 y 1998. El
da de movilizaciones ocurrida entre 1993 y XX Congreso [18] se desarrolló a lo largo de
1997. Si la FENATS había mostrado las po- 1994 y terminó a comienzos de su segun-
sibilidades de esta forma de acción durante do semestre, justo cuando las movilizacio-
el último año del gobierno de Aylwin, otros
17.— Entre ambos sectores sumaban cerca de los 115.00
actores del sector público mostraron su
afiliados (25.000 la FENATS y 90.000 el Colegio de
fuerza, tal como los trabajadores de la salud Profesores) de 325.000 que ostentaba la CUT (Osorio,
municipal y los profesores. 2014)
Dentro de una cargada agenda de movili- 18.— El XX Congreso partió siendo el número XVI, pero la
resolución de asumir como fecha fundacional 1912 (año
en que se funda el Partido Obrero Socialista) y no 1922
15.— Sebastián Osorio, Trayectoria y cambios en la política (cuando el POS se transforma en Partido Comunista de
del Movimiento Sindical en Chile, 1990–2010. Chile), suman los cuatro congresos que había realizado
16.— Ibídem. el POS.

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nes de la salud y los profesores estaban en gobierno. Esto, se decía, rompía la tradicio-
pleno despliegue. Esto explica la optimista nal independencia de clase del movimiento
mirada de los comunistas sobre el supues- sindical chileno. En oposición a ello, el PC
tamente ascendente descontento social declaraba que eran «partidarios de un mo-
contra el gobierno. Según el PC, desde el vimiento sindical unitario y diverso, inde-
punto de vista de las condiciones de vida de pendiente del gobierno y de los patrones,
la población, «la situación comienza a ser su pluralismo presupone su autonomía en
crítica…» [19]. Reafirmando su mirada sobre relación a los partidos políticos, pero no el
la expansión de la proletarización del país apoliticismo, que niega y debilita su carác-
(la cual alcanzaba cerca de un 75%, según ter de organización que existe para defen-
sus cálculos), los comunistas buscaban con- der los intereses del proletariado moderno.
trarrestar aquellas miradas que pregonaban No obstante, los trabajadores siguen cons-
la desaparición de la clase obrera, como lo tituyendo la fuerza motriz determinante
señalaba cierta sociología del trabajo. para llevar adelante los cambios de fondo
De tal manera, se desprendía que, para que el país demanda. A ellos, a la elevación
los comunistas, los movimientos laborales de su organización y de su conciencia, de-
de la salud y los profesores eran parte de los bemos dedicar los mayores esfuerzos» [21]
«nuevos proletarios» del área de servicios, De esta manera, los comunistas man-
los cuales concentraban una alta franja de tenían el concepto de proletariado de una
la población laboral. De esta manera, el PC manera extensiva, que incluían a los actores
«encajaba» a estos trabajadores dentro de «modernos», incluyendo a aquellos del sec-
una categoría tradicional de su discurso, sin tor servicios, ubicándolos como el «motor»
desarrollar aún una lectura más compleja de la «revolución democrática», que plan-
sobre el neoliberalismo y los trabajadores. teaban como desafío central para el país.
Con respecto a la crisis del sindicalismo, Para el PC, «la dimensión clasista de la lucha
tema instalado en el debate público en esa por el cambio social es indiscutiblemente
época, los comunistas reiteraban que era un componente básico». Sin embargo, esto
producto de las repercusiones de la dicta- no negaba que «las transformaciones re-
dura y de su legislación. Responsabilizaba volucionarias… congregará también movi-
a los gobiernos de la Concertación, que, mientos sociales que se forman para resistir
frente a la debilidad del poder negociador las secuelas de la dominación del capital en
de los trabajadores, «privilegian al empre- otros ámbitos. El capitalismo genera nuevas
sario y consideran al trabajador como un contradicciones que abren nuevos espacios
elemento que debe someterse a las leyes de alianzas» [22]. De esta forma, aparecía en el
de una macroeconomía que sólo beneficia lenguaje del PC la categoría de movimiento
al capitalista. Esto aumenta el descontento social, como espacio de construcción con-
del asalariado y lo impulsa a romper la pa- trahegemónico al neoliberalismo. Con esto,
sividad de los últimos años» [20]. el PC diversificaba el sujeto histórico que
Por otro lado, reiteraban su crítica a la haría el cambio social, abarcando otras di-
dirección de la CUT, por considerar que se mensiones más allá del mundo del trabajo,
subordinaba a las políticas neoliberales del pero sin dejar de considerar que éste seguía
siendo el actor clave.
19.— Partido Comunista de Chile, XX Congreso del Partido
Comunista de Chile, 1994, p. 4. 21.— Ibídem, p. 12 y 13.
20.— Ibídem, p. 13. 22.— Ibídem, p. 13 y 14

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Ación reivindicativa de la Confed. de Trabajdores del Cobre (CTC), uno de los sectores laborales
más movilizados en Chile desde la década de 2000. Año 2015 (Foto facilitada por los autores).

La política sindical del PC obtuvo impor- los yacimientos de la estatal ENACAR [24]. El


tantes resultados el año 1996, cuando los movimiento que resistió a esta medida, es-
comunistas lograron una mayoría relativa tuvo conducido por militantes comunistas,
en la CUT. Con Pavez a la cabeza del Cole- que tenían una histórica influencia en la
gio de Profesores y Cabrera en la FENATS, llamada «zona roja» del carbón. La movili-
junto con la incidencia en otros sectores la- zación, que tuvo alto impacto mediático y
borales, como el forestal, el cuprífero y la que estremeció el debate nacional, instaló
construcción, entre otros, los comunistas la discusión sobre la muerte de la cultura
alcanzaron un 28% de los votos. Si bien no obrera, la cual se conjugaba con la crisis
era la mayoría, le permitió romper la he- que vivía la CUT y la baja tasa de afiliación
gemonía de los demócrata–cristianos, que sindical a nivel nacional. Esto lo aprovechó
obtuvieron solo un 25,8% de los votos. En el influyente periódico derechista El Mercu­
este marco, el PC apoyó al dirigente socia- rio para editorializar sobre el tema. La pre-
lista Roberto Alarcón para presidir por dos sidenta del PC, Gladys Marín, respondió de
años la multisindical, desplazando a la can- la siguiente manera frente a la supuesta de-
didata de la Democracia Cristiana [23]. función de la cultura obrera en Chile: «No
Los años 1996 y 1997 fueron años com- lo creo así, ya que felizmente esos valores
plejos para el movimiento sindical. Un anti-
24.— Carlos Sandoval, De Subterra a Subsole: El fin de un
guo y tradicional sector obrero, los trabaja-
ciclo, Santiago, Quimantú, 2011; Cristina Moyano, «El
dores del carbón, sufrieron en esos años una Partido Comunista y las representaciones de la crisis
derrota definitiva, que derivó en el cierre de del carbón: La segunda renovación», Tiempo Histórico, 2
(2011), pp. 27–42; José Ponce, Acción sindical durante los
gobiernos de la Concertación. Los casos de las movilizaciones
de Lota (1994–1997) y de Codelco (2005–2008), Tesis para
23.— Sebastián Osorio, Trayectoria y cambios en la política optar al grado de Magister en Historia, Universidad de
del Movimiento Sindical en Chile, 1990–2010. Santiago de Chile, 2015

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se han proyectado y enraizado en corrien- yecto político alternativo al «modelo neo-


tes políticas, sociales, que se enfrentan al liberal». Retomar la senda de la identidad
modelo capitalista neoliberal que pretende combativa y autónoma, como hemos visto,
eliminar toda cultura transformadora. Y la se convirtió en uno de los ejes que promo-
cultura obrera, transformadora, provenien- vieron los comunistas durante la década de
te del movimiento obrero, se han traspa- 1990. Pero no se hizo como un ejercicio de-
sado a otros sectores de la sociedad, como liberado de «renovación ideológica» desde
valores humanistas y costumbres de una un grupo intelectual, sino más bien como
verdadera civilización» [25]. una adaptación necesaria producto de la
Con todo, desde nuestro punto de vista, crisis de las expresiones tradicionales de
los cambios que vivía el movimiento sindi- «la clase obrera» y la aparición de nuevos
cal, obligó a los comunistas a profundizar sujetos laborales que encabezaban las lu-
su reflexión sobre la tradición de lucha de chas más directas contra el modelo neoli-
los trabajadores. Así comenzó una transfor- beral.
mación conceptual que casi diluyó el tér-
mino de «clase obrera», que prácticamente ¿Un segundo paso adelante?: el camino
desapareció en el XX Congreso del partido. hacia un sindicalismo anti–neoliberal
Se mantenía el concepto de «proletariado», del PC (1998–2002)
pero se ampliaba hacia sujetos que antes se
concebían propios de la clase media, que El año 1998 marcó uno de los momen-
ahora se les consideraba asalariados. Esto tos de mayor avance de la política sindical
explica que se comenzara a utilizar los tér- del PC en esa década. En diciembre, luego
minos de clase trabajadora y trabajadores. de 28 años, un comunista volvía a ganar la
Además, esta resemantización dejaba de presidencia de la CUT, personificado en el
lado el eje analítico en torno al papel en la entonces desconocido dirigente cuprífero
producción, para enfocarse en una concep- Etiel Moraga. Esto lo lograban al alcanzar
tualización más basada en la tradición de una amplia mayoría relativa, que se volvió
la cultura obrera. Esta, como lo señalaba en absoluta al mantener la alianza con el
Gladys Marín, se habría trasladado a otros sector socialista de Roberto Alarcón, justo
sectores laborales y sociales que asumían cuando la incidencia demócrata–cristiana
una posición más combativa respecto al se derrumbaba al interior de la multisin-
neoliberalismo. Entre ellos, se incluirían dical [27]. Sin embargo, la conducción co-
los profesores, los trabajadores de la salud munista de la CUT enfrentó una serie de
y los estudiantes, entre otros. condicionantes. Por un lado, el descenso de
Esta noción cultural del concepto de cla- la afiliación sindical a un 11,5%; por otro,
se permitió abordar a los trabajadores como profundas tensiones políticas internas en
un actor excluido [26] y permitía conectarlos la central, dejando a Moraga y al PC como
con otros actores que estaban bajo esa mis- los principales responsables para resol-
ma condición. Para el PC, la resolución de ver la crisis del sindicalismo en Chile. Este
sus problemas debería ser través de un pro- complejo escenario se agudizó con las re-
percusiones de la «crisis asiática» del año
25.— El Siglo (26/7/1996, p.3) 1999. Los comunistas enfrentaron la nueva
26.— Cristina Moyano, «El Partido Comunista y las
representaciones de la crisis del carbón», pp. 27–42.
27.— Sebastián Osorio, Trayectoria y cambios en la política
del Movimiento Sindical en Chile, 1990–2010.

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situación política y sindical —en gran par- res, medioambientalistas» [28].


te— con las reflexiones que realizaron en su Las movilizaciones de los últimos años,
XXI Congreso llevado a cabo el año 1998. decía el PC, habían hecho emerger nuevas
El avance en el mundo social y un leve demandas, dentro de las cuales los comu-
aumento en las elecciones parlamentarias nistas destacaban las luchas por la esta-
de 1997 (superaron por primera vez el 7%), bilidad laboral, la defensa de la salud y la
permitieron ratificar la línea política del educación pública, de los recursos natura-
PC, basada en la tesis de la «revolución de- les y el medio ambiente, el rechazo a las
mocrática». Asimismo, el contexto latino- privatizaciones y el reconocimiento de los
americano acicateaba al PC. Primero había pueblos originarios. Desde su óptica, «pro-
sido el movimiento zapatista y luego, el ducto de todas estas luchas, el movimiento
avance del proyecto bolivariano de Hugo social ha ido madurando, obteniendo la iz-
Chávez. Por ello, los comunistas comenza- quierda y el PC una importante presencia
ron a visualizar que el descontento social en su conducción, tanto en las federaciones
podía configurar un proyecto alternativo al universitarias y de enseñanza media, como
neoliberalismo. Tal como había ocurrido en en federaciones sindicales y en la CUT. El
otras latitudes, la movilización social podía reciente y contundente éxito en el Colegio
incubar las proyecciones de una alternativa de Profesores así lo confirma» [29]. En este
al «modelo». sentido, consideramos que los comunistas,
En todo caso, la construcción de esta si bien reafirmaban varias de sus tesis del
alternativa el PC no significó hacer tabula XX Congreso, complejizaron su visión de la
rasa ante sus tradiciones y lecturas histó- acción político–social. En efecto, la pers-
ricas. Por ello que el desafío de la «revolu- pectiva que incorporaba a diversos actores
ción democrática», debía llevarla adelante como factor de cambio, aproximó al PC a
un movimiento social amplio y plural, pero una dimensión «movimientista» de la lucha
que de todas maneras tenía a los trabaja- social.
dores como eje articulador. En su Congreso Sin embargo, ya decíamos que los traba-
de 1998 afirmaban que las alternativas a la jadores seguían estando en el centro de la
derecha y a la Concertación, se «expresan estrategia del PC. Por tanto, el llamado era
en primer lugar en el desarrollo del movi- doblegar los esfuerzos, pues tal como ha-
miento social». En esta perspectiva, soste- bían constatado, «a pesar de todas las trabas
nían que «la izquierda y el protagonismo legales e institucionales del sistema, se han
del movimiento social son la base en la que desarrollado importantes movimientos de
se sustenta la construcción de un movi- los trabajadores, y avances en la democra-
miento nacional democrático y rupturista». tización y carácter clasista del movimiento
Para los comunistas, los sectores y fuerzas sindical». Pero esto era insuficiente, porque
sociales que constituían el sustento de la más allá de las dificultades legales y es-
«nueva mayoría nacional» eran los trabaja- tructurales que enfrentaba el movimiento
dores, pero también «los estudiantes, aca- sindical, el gran problema era que éste «no
démicos universitarios, profesionales, in- asume el rol transformador que, a través de
telectuales y trabajadores de la cultura; los su acción, le corresponde en la sociedad».
medianos, pequeños y microempresarios;
los trabajadores independientes; los pe- 28.— Partido Comunista de Chile, XXI Congreso del Partido
queños propietarios rurales; los mapuches; Comunista de Chile, 1998, p. 16.
los pobladores, dueñas de casa, consumido- 29.— Ibídem, p. 15.

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¿Comunismo después del comunismo? La política sindical del... José I. Conde y Rolando Álvarez

Esto ponía el control de la CUT en el eje de A fines del siglo XX, los comunistas
la política del PC. chilenos intentaban adaptarse a la nueva
Por ello, en un contexto donde distintos realidad político–social del país, particu-
pequeños grupos políticos se alejaban de la larmente en el mundo laboral. Al calor del
CUT, incluidos dirigentes ex–comunistas, activismo sindical, con triunfos y derrotas,
estos ratificaban que debían «jugársela por resemantizaron su mirada sobre los traba-
fortalecer la CUT y hacer de ella la máxima jadores e intentaron elaborar una lectura
organización de los trabajadores, pero con propia sobre los cambios que había provo-
claro contenido alternativo al modelo neo- cado el neoliberalismo en el país. El nuevo
liberal y recogiendo la histórica vocación momento político que visualizaban en el
clasista, democrática y unitaria del movi- Congreso de 1998 y el triunfo en la CUT, los
miento sindical chileno. Los trabajadores llevó a creer que el contexto era propicio
quieren ver una actitud de lucha más clara para desbordar la exclusión político–ins-
y decidida de parte de la CUT» [30]. El triun- titucional y encabezar una alternativa a la
fo que obtuvieron a fines de 1998, a pesar derecha y al oficialismo de centro–izquier-
de las limitaciones que lo rodearon, pare- da. Por ello, levantaron la candidatura pre-
cía confirmar la apuesta política del PC. De sidencial de Gladys Marín, su insigne líder.
manera típicamente optimista, el PC consi- Sin embargo, los exiguos resultados logra-
deró que el triunfo en la CUT podría marcar dos por ésta y nuevamente quedar exclui-
«un nuevo momento político» que si bien dos del parlamento [32], provocaron que el
podía traer una posible «involución demo- PC mantuviera como uno de sus ejes prin-
crática», también podría generar «mayores cipales de acción el mundo social y sindical.
posibilidades para el movimiento popular, En este ámbito, los comunistas enfren-
lo cual nos exige y nos permite pasar a una taban una serie de disyuntivas producto
etapa superior en el proceso de construc- del nuevo escenario, particularmente en
ción de la alternativa al neoliberalismo, y la CUT. Uno de estos factores fue el cam-
de una Nueva Mayoría Nacional para una bio de gobierno. Si bien en 2000 el repre-
salida democrática» [31] . sentante de la Concertación Ricardo Lagos
A diferencia de lo que ocurría en los pri- triunfó en las elecciones presidenciales,
meros años de la década de 1990, desde el cambio radicó que el eje de la coalición
1999 los comunistas estaban en el centro viró a posiciones supuestamente más a la
de la política sindical, conduciendo la CUT izquierda. Esto se expresó inicialmente en
y poderosos gremios como el de profesores una mayor voluntad de diálogo para llevar
y la salud. El camino para llegar a este pun- a cabo reformas laborales. Sin embargo,
to había dotado de nuevas experiencias y prontamente las ilusiones se acabaron y la
reflexiones a sus militantes, en función de administración Lagos se convertiría en la
intentar construir una alternativa al mode- más neoliberal del ciclo de gobiernos de la
lo neoliberal. Concertación. Por otro lado, operaba la cri-
sis de la CUT como actor sindical relevante,
La alternativa del PC en el albor del pues las marchas impulsadas durante este
nuevo siglo: el sindicalismo socio– período, demostraron la debilidad de la
político central. Las críticas se concentraron sobre

30.— Ibídem, pp. 44 y 45. 32.— Alfredo Riquelme, Rojo atardecer. El comunismo chileno
31.— Ibídem, p. 16. entre dictadura y democracia, Santiago, DIBAM, 2009.

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Autor Invitado

la incapacidad de la conducción de Moraga «cambios en nuestra elaboración y práctica


para revertir esta situación [33]. Así, de cara a política, debemos concluir que es indispen-
las elecciones internas de la CUT en 2000, sable un viraje, un desplazamiento de to-
los comunistas resultaron derrotados. dos nuestros esfuerzos hacia la base social,
El PC obtuvo solo un 24,7%, mientras hacia los trabajadores, para construir en
la lista del ex militante socialista Arturo todos los sectores movimientos de masas
Martínez obtuvo un 26%. Las dos listas de resueltos a intensificar sus luchas por sus
la Concertación sumaban 47,6%. Ante ello, derechos y aspiraciones enfrentando de mil
los comunistas optaron por apoyar a la lista formas al sistema. Esto nos demanda ac-
de Martínez. Este había obtenido la prime- tuar hacia afuera, hacia el pueblo, cotidia-
ra mayoría individual y se había perfilado na y activamente y no sólo en los períodos
con posturas independientes y críticas al electorales, como nos ha ocurrido en gran
gobierno de Ricardo Lagos. Aunque las lis- medida durante estos años» [34].
tas de la Concertación presionaron para Por tanto, ante un escenario político y
revertir esta situación, Martínez asumió sindical complejo, los comunistas tomaron
la presidencia de la CUT, repartiéndose los el camino de enfatizar un «viraje», que en
principales cargos de la multisindical con realidad era la consolidación de la dimen-
los comunistas. De toda forma, a pesar del sión «movimientista» de su política, que
traspié electoral del PC en la CUT, la colec- encontró en el XXII Congreso su máxima
tividad lograba consolidar su posición rele- elaboración. El «viraje» ratificaba la tesis de
vante en la central. Bloqueó el retorno de un nuevo «sujeto histórico», donde los tra-
la Democracia Cristiana a la presidencia, bajadores ocupaban un papel articulador
dejando la conducción en manos de un di- dentro de varios actores, lo cual se basaba
rigente que, al menos en teoría, se posicio- en las propias contradicciones generadas
naba en el eje izquierdista de los sectores por la globalización capitalista neoliberal.
de gobierno. Así, desde la óptica del PC, los trabajadores
Pero el PC también debió enfrentar otros tenían un papel imprescindible, estable-
obstáculos, como por ejemplo la salida de un ciendo alianzas con sectores que, por dis-
grupo importante de dirigentes comunistas tintas razones, compartían objetivos comu-
en el Colegio de Profesores, entre ellos Jor- nes. En ese marco, los trabajadores, por su
ge Pavez, su principal referente. Con esto, condición de clase y papel estratégico en el
los comunistas perdían momentáneamente funcionamiento del sistema, serían el nú-
la conducción de la principal organización cleo que garantizaría el sello transforma-
gremial del país. Ante este panorama, el PC dor del movimiento social.
debió optar entre una «moderación» como Bajo este supuesto, la CUT pasaba a ju-
exigían dirigentes sociales y políticos, o la gar un papel fundamental en el «viraje» de
profundización de su línea de confronta- la política comunista, pues debía ponerse a
ción al «modelo». En dicho escenario, el PC la cabeza de lo que el PC denominó como
partió de la premisa que, dentro de la insti- un «movimiento de movimientos». Por eso
tucionalidad chilena, no era posible la real que, a contrapelo de las críticas de los diri-
democratización del país. Por ello, se hacía gentes concertacionistas contra la politiza-
necesario, decían los comunistas, imponer ción que promovía el PC en el mundo sin-

33.— Sebastián Osorio, Trayectoria y cambios en la política 34.— Partido Comunista de Chile, XXII Congreso del Partido
del Movimiento Sindical en Chile, 1990–2010. Comunista de Chile, 2002, p. 15.

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¿Comunismo después del comunismo? La política sindical del... José I. Conde y Rolando Álvarez

dical [35], los comunistas afirmaban que ese Pero además de esta perspectiva de ma-
era el camino a transitar. La orientación era yor politización del movimiento sindical,
que sus «dirigentes sindicales asuman un los comunistas reconocían que se volvía
rol mucho más politizador al interior de las apremiante ahondar en el conocimiento
organizaciones sindicales. Se plantea la ne- de los cambios producidos en el mundo del
cesidad de impulsar un nuevo sindicalismo, trabajo, para de esta manera «ser los prime-
más vinculado con la base, más combativo, ros actores en la tarea urgente que es elevar
rupturista y basado en la movilización.» [36]. la organización sindical» [38]. Esto explica la
Esto fue el núcleo de lo que se denominaría importancia que se le asignaba a los tra-
como el sindicalismo socio–político. bajadores «desregulados» o «eventuales»,
La pluralidad del «nuevo sujeto político entre ellos, los subcontratados: «Debemos
y social de masas», estaba compuesto por ocuparnos de la organización del 66% de
un cuadro de actores que supuestamente los trabajadores desregulados, impulsando
se oponían a la globalización capitalista con más fuerza la organización en aquellos
y al neoliberalismo salvaje. Entre ellos, se sectores económicos donde predomina este
consideraban a las organizaciones sindica- tipo de trabajadores, tales como tempore-
les, de cesantes, estudiantiles, del mundo ros de la fruta, pesqueros, salmoneros, fo-
juvenil, de mujeres, de los pueblos origina- restales y vitivinícolas». Además, se debía
rios, ecologistas, de derechos humanos, de tender a unificar los sindicatos tradicio-
la diversidad sexual, de profesionales, del nales con los trabajadores desregulados,
arte y la cultura, de la comunidad científica «para desarrollar un accionar diferente del
y los ecologistas, de pequeños y medianos actual, de confrontación con el modelo, de
empresarios, de sectores de la burguesía movilización social y de acción común con
nacional. Todos habían sido golpeados por otras organizaciones sociales y políticas
el sistema y cuyas reivindicaciones espe- que están por cambios democráticos…» [39].
cíficas comenzaban a converger, según los Así, el PC otorgó gran importancia a la
comunistas, alrededor de la exigencia de organización de los trabajadores «desregu-
una sociedad distinta. El lema «otro mundo lados» y «temporales», que crecían de ma-
es posible» simbolizó el «viraje» comunista. nera exponencial bajo el modelo chileno.
Así, el movimiento sindical se debía con- En sectores estratégicos de la economía del
vertir en el motor para politizar y dotar a país, como la minería del cobre, superaban
los movimientos sociales de una agenda de el 60%. El PC contaba con presencia entre
lucha más frontal contra el neoliberalismo. los sindicatos de los contratistas del cobre
En ese marco, se comprende la batalla, por desde el tiempo de la dictadura de Pinochet.
ejemplo, que dio el PC para mantener su in- Estos cobrarían gran relevancia a mediados
cidencia en la CUT e impulsar a través de de la década de 2000.
ella las movilizaciones por un «Chile Justo En el año 2004, la política laboral del PC
y Democrático», que tendrían resonancia estuvo marcada por el nuevo acuerdo con
en la agenda pública nacional entre el 2003 Arturo Martínez para que este condujera
y 2004 [37]. la CUT. Impulsaron la creación del «Frente
contra la exclusión», el cual asumía la ne-
35.— Sebastián Osorio, Trayectoria y cambios en la política
del Movimiento Sindical en Chile, 1990–2010. cesidad de romper con la ley electoral por
36.— Partido Comunista de Chile, XXII Congreso, p. 50.
37.— Sebastián Osorio, Trayectoria y cambios en la política 38.— Partido Comunista de Chile, XXII Congreso, p. 40.
del Movimiento Sindical en Chile, 1990–2010. 39.— Ibídem, p. 33.

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medio de un pacto entre las fuerzas oficia- ra bien, esto no significó un cambio en la
listas, la izquierda extraparlamentaria y los orientación política de la colectividad, sino
movimientos sociales. Sin embargo, esto no más bien un desplazamiento coyuntural,
llegó a buen puerto. En tanto, el año 2005 pero que en el Congreso partidario de 2006
falleció la presidenta del partido, Gladys adquirió un carácter más formal.
Marín, símbolo de la línea confrontacional El Informe y las resoluciones del XXII
y de raigambre movimientista del PC. El Congreso del PC fueron amplias. En primer
cambio de conducción traería nuevamente lugar, se propuso un nuevo énfasis en la lí-
algunos desplazamientos en la acción co- nea política, centrada en «la solución a la
munista. contradicción entre neoliberalismo y de-
mocracia… [a través de] la conquista de un
De la irrupción de los subcontratados al gobierno democrático, nacional y de justi-
¿nuevo viraje? cia social, con la unidad y la lucha del pue-
blo». De tal manera, se comenzaba a diluir
Durante el segundo lustro de 2000, el la tesis de la «revolución democrática», pa-
PC participó de manera protagónica en la sando a verse como central la conquista de
activación de las movilizaciones de traba- un gobierno que debía consagrar principal-
jadores subcontratados, destacando las de mente una nueva Constitución e instalar
la minera estatal CODELCO, los forestales una Asamblea Constituyente. Sin embargo,
y los de la salmonicultura. también se planteó una «agenda corta» de
Hacia el año 2005, los comunistas habían cinco puntos, en la que se basó el apoyo a
promovido la construcción política llamada Bachelet en la segunda vuelta del año 2006.
«Juntos Podemos». Esta intentaba canalizar Cuatro de estos puntos formaban parte del
electoralmente los distintos movimientos petitorio de la CUT: «la reforma del sistema
de protestas y hacer converger a las distin- previsional, la reforma a la educación, la
tas fracciones de la izquierda extraparla- reforma al Código del Trabajo y la reforma
mentaria. Si bien su performance electoral del sistema electoral» [41]. En este escenario,
del año 2005 había mantenido la tendencia el PC enfatizó especialmente la reforma al
de los años anteriores, los votos «cautivos» sistema electoral, por lo que el Congreso
del PC lo convirtieron en un actor relevante mandató a la dirección para negociar este
para definir el triunfo de Michelle Bachelet aspecto con el gobierno.
ante Sebastián Piñera en la segunda vuelta En segundo lugar, el XXII Congreso
presidencial, realizada en enero de 2006 [40]. reinstaló la importancia para el PC de lo-
Aunque la decisión de respaldar a la candi- grar una alianza política y social de carác-
data de la Concertación le costó una crisis ter «amplio». Esto los tensionaba con sus
al interior del «Juntos Podemos», la nue- aliados del «Juntos Podemos», que critica-
va dirección partidaria, encabezada por ban fuertemente el apoyo comunista a Ba-
Guillermo Teillier, la estimó necesaria en chelet. El PC respondió que era una alianza
función de buscar los ansiados cambios de táctica y que mantenían considerando que
la institucionalidad postdictatorial. Aho- lo más importante era fortalecer la izquier-
da. En todo caso, señalaban que «estamos
40.— José Ponce, «Adaptación e inclusión de la Izquierda por avanzar con los que quieran avanzar,
revolucionaria en las transiciones democráticas de
Uruguay, Chile y Argentina. Una mirada desde el
desempeño electoral, 1983–2009», En Izquierdas, 18 41.— Partido Comunista de Chile, XXIII Congreso del Partido
(2013), pp. 17–36. Comunista de Chile, 2006, p. 8.

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¿Comunismo después del comunismo? La política sindical del... José I. Conde y Rolando Álvarez

convencidos que un rico accionar será de- profesores. Este cuadro general generó un
terminante para lograr dicho objetivo» [42]. año de agitación laboral y de discusión de
Así, dejaban entrever la posibilidad de rom- las relaciones en el trabajo. En el contexto
per sus relaciones con quienes mantuvie- de un régimen que había naturalizado las
ran una postura distinta a su política. reglas económicas del neoliberalismo, este
La política sindical del PC durante este debate implicó una inédita reflexión públi-
periodo alcanzó importantes resultados el ca sobre la necesidad de regular las normas
2007, un año antes de las elecciones muni- del libre mercado. Este ciclo de moviliza-
cipales. Aquel año irrumpieron con fuerza ciones sufrió una curva descendente hacia
los movimientos de trabajadores subcon- mediados del año 2008 [44].
tratados forestales y cupríferos. Todos ellos El 2008, el PC continuó su política de
estuvieron encabezados por dirigentes co- acercamiento a la Concertación. Esto se
munistas, los cuales alcanzaron gran noto- expresó en la firma de un acuerdo electoral
riedad, especialmente el dirigente del cobre restringido para las elecciones municipales
Cristián Cuevas, quien se convirtió en uno de ese año. Esto le permitió al PC aumentar
de los principales dirigentes públicos del su número de alcaldes y concejales electos.
PC. La huelga protagonizada por este sec- Este acuerdo, abrió la puerta para un nuevo
tor, marcó un hito en la historia reciente del pacto, ahora en las presidenciales y parla-
movimiento sindical chileno, porque por mentarias de 2009. Gracias a este acuerdo,
primera vez, el coloso del cobre, la estatal los comunistas retornaron al parlamento
CODELCO, aceptó negociar con los trabaja- después de 37 años.
dores fuera de las reglas de las leyes labora- De tal manera, gracias a que los comu-
les. Estas, creadas en 1979 por la dictadura y nistas se mantuvieron como actores sindi-
no modificadas en democracia, aseguraban cales importantes en el país, acumularon un
el debilitamiento de los sindicatos y permi- capital político que les permitió negociar
tían el reemplazo de trabajadores en huel- reformas al modelo institucional heredado
ga. Los contratistas del cobre encabezados por la dictadura y administrado durante dos
por Cuevas, lograron revertir estas adversi- décadas por los gobiernos democráticos. La
dades y poner en el centro del debate la ur- movilización de sectores laborales estraté-
gencia de reformas a las leyes laborales [43]. gicos, la consolidación de su presencia en la
El remezón político provocado por este CUT y un caudal de votos significativo, faci-
ciclo de huelgas, también se dio en el Cole- litaron que la Concertación se abriera a ne-
gio de Profesores, gremio en el que los co- gociar con el PC hacia finales del gobierno
munistas habían desplazado a Jorge Pavez. de Bachelet. Para el PC, esto no era necesa-
Con el nuevo presidente de los docentes a riamente una ruptura total con su anterior
la cabeza, el comunista Jaime Gajardo, el política, sino más bien un desplazamiento
magisterio protagonizó los últimos meses hacia un énfasis más institucional. Así, el
del año 2007 una masiva movilización. Esta PC volvía a tener incidencia en los espa-
terminó con importantes logros para los cios políticos en los que históricamente se
había desarrollado: en la institucionalidad
42.— Ibídem, p. 6. política y el movimiento social [45].
43.— Rolando Álvarez, «¿Desde fuera o dentro de la
institucionalidad? La ‘huelga larga del salmón’ y las
nuevas estrategias sindicales en Chile (2006–2008)», en 44.–Ibídem.
Antonio Aravena y Daniel Núñez (eds.), El renacer de la 45.— Rolando Álvarez, Arriba los pobres del Mundo.
huelga obrera en Chile, Santiago, ICAL, 2009. Santiago, Lom, 2011.

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Entrevista

Anita Leocadia Prestes


Entrevista, traducción, introducción y notas a cargo de José G. Alén
Sección de Historia de la FIM

Introducción

Anita Leocadia Prestes, profesora en la Uni-


versidad Federal de Rio de Janeiro e hija del
histórico dirigente comunista Luiz Carlos Pres-
tes y de Olga Benario Prestes [1], nació en 1936
en la prisión nazi de Barnimstrasse, (Berlín) de
donde fue liberada tras una campaña interna-
cional dirigida por su abuela paterna Leocadia
Prestes, antes de que su madre fuese ejecutada
en la cámara de gas del campo de exterminio de
Bernburg en 1942.
Estudió Química Industrial. Militante del
PCB, en 1973 fue juzgada en rebeldía y conde-
nada a cuatro años de cárcel. Se exilió en Moscú
donde se doctoró en Economía. Con la amnistía
de 1979 regresó a Brasil y, poco después, dimi-
tió del Comité Central del PCB y abandonó el
partido. En ese nuevo periodo en Brasil, decidió
estudiar Historia, se doctoró en la Universidad
Federal Fluminense y ganó una plaza de profe-
sora adjunta de Historia en la Universidad Fe-
deral de Rio de Janeiro. Anita Leocadia Prestes en octubre de
Es autora de numerosos trabajos, libros y ar- 2015 (Foto de Daniel Rocha).
tículos sobre la Historia del siglo XX de Brasil

1.— Olga Benario, hija de Leo Benario, abogado del Partido Socialdemocrata Alemán y de Eugenie Gutmann de ascen-
dencia judía. Militante destacada de las JJCC en Alemania fue detenida en 1926 con Otto Braun al que liberó después
de un asalto a la cárcel en 1928 para exiliarse en Moscú. Dirigente de la juventud en la Internacional Comunista fue
enviada por el Komintern a Brasil acompañando a Prestes como responsable de su seguridad. Participó en el levan-
tamiento contra Getúlio Vargas en noviembre de 1935 y fue detenida con Prestes, al que salvo la vida, en marzo de
1936. El gobierno de Hitler reclamó su extradición y después de ser rechazado un recurso ante la Corte Suprema del
Brasil fue deportada a Alemania embarazada de siete meses. Internada en Berninstrasse donde nació su hija Anita, fue
trasladada al campo de Ravensbrück y obligada a trabajar en la industria militar antes de ser ejecutada en la cámara
de gas en 1942. La misma suerte corrió su hermano Otto en Auschwitz y también su madre que murió en un campo de
concentración en 1943, véase «Anita Leocadia Prestes. Revolucionaria sem perder a ternura», Nossa Historia, 9 , 2004 y
Ruth Werner, Olga Benario, Sâo Paulo, Alfa Omega, 1990.

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Anita Leocadia Prestes José Gómez Alén

orientados hacia la historia del Partido Comunista Brasileiro; la biografía de Prestes y


algunos acontecimientos como el movimiento tenentista y la llamada Columna Prestes.
Actualmente jubilada, imparte cursos de posgrado en la Universidad y no rehúye las po-
lémicas en torno a los temas de sus investigaciones y otros aspectos relacionados con el
cambio social en la historia y su relación con la actualidad política del Brasil.
Entre sus libros podemos destacar: A Coluna Prestes (1997); Tenentismo pós–
30:continuidade ou ruptura?(1999); Da insurreção armada (1935) à União Nacional (1938–
1945): a virada táctica na política do PCB (2001); Luiz Carlos Prestes: patriota, revolucio­
nario, comunista(2006); Luiz Carlos Prestes e a Aliança Nacional Libertadora (2008); Uma
epopeia brasileira: A Coluna Prestes (2009); Os comunistas brasileiros (1945–1956/58). Luiz
Carlos Prestes e a política do PCB (2010); Campanha Prestes pela libertação dos presos políti­
cos, 1936–1945 (2013) y su último libro Luiz Carlos Prestes: un comunista brasileiro (2015).

Entrevista
[J. G. Alén] Antes de entrar en las cues- tida por mi abuela paterna Leocadia Prestes y
tiones relacionadas con su obra, creemos mi tía Lygia Prestes, que a falta de mi madre
necesario, plantearle algunas preguntas re- me criaron y educaron. Y siempre me enorgu­
lacionadas con su trayectoria vital. La pri- llecí de la lucha de mis padres y procuré seguir
mera es sobre el cambio tan drástico en su el camino recorrido por mis familiares.
orientación profesional, desde la Química Su tía Lygia, también militante del PCB,
Industrial a la Historia Contemporánea de participó con su abuela Leocadia en la cam-
Brasil, ¿Por qué y, en qué circunstancias, se paña internacional por la libertad de su pa-
produce ese cambio hacia la Historia? dre y la suya [1]. La campaña las llevó a la
1.— La campaña por la liberación de Prestes se inició en
[A. L. Prestes] Finalicé la carrera de Quí­ 1936 y la extradición de Olga Benario y el nacimiento
mica en 1964, cuanto tuvo lugar en Brasil el de la hija de ambos las incluyó en la campaña. Se
golpe civil–militar que derribó al presiden­ formaron comités por su liberación en Estados Unidos,
América Latina, Europa, Australia y Nueva Zelanda,
te Joâo Goulart. Por eso, siendo hija de Luiz
mientras Leocadia y Lygia Prestes, su madre y su hermana,
Carlos Prestes no conseguí trabajar en la pro­ participaron en mítines, ruedas de prensa, reuniones
fesión y me dediqué a la actividad clandestina con sindicatos, partidos políticos, jefes de gobierno,
del PCB. Más tarde, cuando regresé del exilio, parlamentos y personalidades de numerosos países en
una campaña que duro varios años y en la que se enviaron
estudie Historia y realice mi tesis de doctora­
millares de cartas al gobierno brasileño solicitando la
do sobre la Columna Prestes. libertad de Prestes y sus compañeros. Viajaron tres veces
a Berlín con una delegación internacional y a través de
¿Cuándo y cómo se produce su primer la Sociedad de Naciones y de la Cruz Roja Internacional,
lograron tener noticias de Olga y su bebe. Gracias a esta
contacto con la dramática historia de su
presión consiguieron que la Gestapo les entregase a la
madre y en qué aspectos de su vida ha in- pequeño Anita, que entonces tenía 14 meses, en enero de
fluido su historia familiar y la figura de su 1938. Finalmente y a pesar de la promesas de libertad, Olga
padre Luiz Carlos Prestes? Benario fue ejecutada en la cámara de gas en abril de1942
y su muerte se conoció por una nota que venía escondida
en el cinturón de una falda. Véase Anita Leocadia Prestes,
Desde muy pequeña tuve conocimiento de Campanha Prestes. Pela libertaçâo dos presos políticos,
la historia de mis padres, que me fue transmi­ 1936–1945, 2015 (nueva edición ampliada), Ed. Espressâo

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Entrevista

Madre y hermana de L. C. Prestes en una gira por la república española para reclamar solidaridad con él y con
otros revolucionarios brasileños encarcelados tras el levantamiento de 1935 (Foto cedida por A. L. Prestes).

España republicana para participaren actos jóvenes brasileños participasen en la Guerra


en Oviedo y Bilbao ¿Que recuerdos tenía Civil española.
su tía de aquella España?, ¿Podía, la expe-
riencia del Frente Popular, ser válida para De la lectura de sus libros y artículos, ob-
el Brasil de los años treinta y que eco tuvo servamos que sus líneas de investigación se
entre los sectores progresistas brasileños? centran en acontecimientos históricos re-
lacionados con la personalidad política de
Mi tía Lygia recordaba siempre los días vi­ su padre, a pesar de los riesgos evidentes
vidos durante la Campaña Prestes en España, que esa línea comporta:¿Qué es lo que de-
días de intensa vibración y solidaridad desa­ terminó su interés por acercarse, de mane-
rrolladas por el pueblo español. Para ella y ra tan intensa, a la historia de Prestes y a la
para mi abuela Leocadia fueron días inolvi­ etapa en la que fue dirigente del PCB y qué
dables, de gran emoción. Últimamente publi­ criticas historiográficas tuvo?
qué, aquí en Brasil, un libro, que ya está en la
segunda edición sobre esa memorable cam­ Mi padre tenía una excelente memoria,
paña que adquirió proyección internacional. pero se negaba a escribir sus memorias. Esta
Ciertamente, la situación en el Brasil de fue una motivación importante para que yo,
la época era muy diferente a la española y la a partir de los años de 1980, me dedicase a
experiencia del Frente Popular en España, no esa tarea, movida por el deseo de legar a los
podría ser reproducida en Brasil. Sin duda los jóvenes de hoy y del futuro, una historia com­
acontecimientos en España apasionaron a prometida (sobre las vivencias) de Prestes y
las fuerzas progresistas en el mundo entero, de los comunistas brasileños. Pienso que con­
inclusive en el Brasil, y contribuirían para que seguí mantener la objetividad sin caer ni en
una postura hagiográfica ni en un excesivo
Popular, Sâo Paulo y Lygia Prestes, Leocadia Prestes. Mâe
coragen, 2006 en www.ilcp.org.br distanciamiento. Algo que fue reconocido, en
su momento, por la comisión examinadora de

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Anita Leocadia Prestes José Gómez Alén

mi tesis doctoral. nar los graves problemas nacionales con que


Luiz Carlos Prestes siempre fue y continua se encontró al trabar conocimiento con la mi­
siendo muy combatido por los adversarios de seria de los trabajadores rurales brasileños.
los comunistas y sus actitudes siempre fueron En ese proceso, ya en el exilio, se adhirió al
y continúan siendo calumniadas o silencia­ marxismo y se aproximó al movimiento co­
das. Sin duda también soy combatida por mis munista.
posiciones políticas, más por otro lado cuento
con el reconocimiento de aquellos que man­ Últimamente se ha abierto un debate en
tienen una líneas de seriedad y de objetividad torno a la violencia ejercida por la Colum-
en lo que se refiere a la escritura histórica. na Prestes sobre la población civil:¿Es real
esa violencia o hasta qué punto es una jus-
Desde su primer trabajo de investiga- tificación para devaluar la importancia de
ción, el movimiento tenentista y la Colum- la Columna, y ponerla en primer plano para
na Prestes han merecido su atención histo- minimizar la violencia del Estado dictato-
riográfica a lo largo de estos años [2]:¿Cuáles rial contra los revolucionarios?
son los orígenes de ese movimiento y que
objetivos perseguía?; ¿Y hasta qué punto La Columna Prestes se destacó por sus ac­
aquella experiencia influyó en los plan- titudes de respecto en relación a las pobla­
teamientos y en la línea estrategia política ciones de los lugares por donde pasó. Aunque
mantenida posteriormente por Prestes? tuviesen que recaudar provisiones, caballos y
armas, lo hacían de manera organizada en­
La Columna Prestes fue un episodio culmi­ tregando una requisitoria firmada por los co­
nante del movimiento liderado por la juven­ mandantes de la Marcha a las personas per­
tud militar durante los años de 1920, que fue judicadas, con el compromiso de que serían
conocido como «tenentismo». Fue un movi­ indemnizadas cuando se produjera la victoria
miento progresista que en la época contribuyó de los rebeldes. Aunque, fue imposible, prin­
en la creación de un clima político favorable cipalmente en el inicio de esa marcha, evitar
al derrocamiento de la república oligárquica episodios de violencia contra la población ci­
de 1930. Los «tenientes» profesaban ideales vil, los cuales fueron siempre castigados, in­
liberales y pretendían derrocar al entonces cluso con la pena de fusilamiento. Los actua­
presidente de Brasil. La marcha de la Colum­ les críticos de la Columna Prestes tratan de
na por el interior del Brasil llevó a Luiz Carlos exagerar los casos de violencia con el objetivo
Prestes a buscar otros caminos para solucio­ de denigrar el movimiento.

2.— El levantamiento tenentista se produjo en Rio Grande


La insurrección armada de 1935 contra
del Sur en 1924 y hasta 1927 Prestes y sus compañeros
tenientes, con los cerca de 1500 hombres que formaban la Getúlio Vargas y la posterior Unión Nacio-
Columna, recorrieron 25.000 kilómetros luchando contra nal (1938–1945), fueron dos momentos cla-
el gobierno por las reformas sociales. Durante la marcha ves en la biografía de su padre. En ese mo-
tuvieron numerosos enfrentamientos militares, quemaron
mento en la IC estaba vigente la estrategia
las listas para el cobro de impuestos y liberaban a los
presos. Finalmente, sin ser derrotados, pero también sin de los frentes populares, pero Prestes opta
conseguir derrocar a Arthur Bernardes ni a su sucesor en principio por la insurrección armada:
Washington Luis, se exiliaron en Bolivia. Anita Prestes ha ¿Era viable en el Brasil de los años trein-
publicado varios libros sobre diversos aspectos de aquella
ta aquella estrategia y cómo se entiende
marcha histórica. Su últimos trabajos sobre el tema son
Uma epopeia brasileira. A Coluna Prestes, 2009 y La Columna el apoyo de una dirigente fiel a la IC como
Prestes, 2011, Casa de las Américas, Cuba. Olga Benario a esa estrategia?; ¿Es un apo-

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 116-126 119


Entrevista

De pie a la derecha, Luiz C. Prestes ante el consejo de guerra que lo juzgó en 1937 (Foto cedida
por A. L. Prestes).

yo político o lo hace por la relación perso- Olga Benario acompañó a Prestes con la
nal con Prestes o que, como defienden al- tarea explícita de garantizar su seguridad.
gunos, acompañó a Prestes para evitar que Ella no tuvo ninguna participación en las
se desviase hacia posiciones trotskistas? decisiones políticas tomadas en esa ocasión.
Ella solo conoció a Prestes personalmente la
La opción por la lucha armada estaba im­ víspera de emprender el viaje rumbo a Brasil.
plícita en la política del PCB, que, por impo­ Es un absurdo pensar que la IC la había en­
sición de la Internacional Comunista, acabó viado para evitar que Prestes se adhiriese al
aceptando, en agosto de 1934, el ingreso de trotskismo.
Prestes en sus filas. En aquel periodo, en Bra­
sil el recurso a las armas estaba aceptado Usted vivía en Moscú cuando mu-
entre la mayoría de los integrantes y adeptos rió Stalin, ¿Qué recuerda de aquel
de la Alianza Nacional Libertadora (ANL), un acontecimiento?;¿Cómo vivió política-
amplio frente popular, cuyos objetivos eran mente Prestes el XX Congreso del PCUS y
derrotar al fascismo y al integrismo (movi­ como influyeron sus conclusiones en el co-
miento fascista brasileiro), al imperialismo y munismo brasileño y en Prestes?
al latifundismo. Prestes fue aclamado como
Presidente de Honor del ANL y partía de esa En la época yo tenía 16 años y vivía en
concepción predominante entre las fuerzas Moscú con mi tía Lygia. Mi padre estaba
progresistas de la época. Ciertamente hubo clandestino en Brasil. Hubo mucha confusión
un error de valoración de la situación brasi­ en las calles de Moscú, nosotros intentamos
leña, considerada revolucionaria por los co­ llegar hasta el lugar donde estaba siendo ve­
munistas. lado el cuerpo de Stalin, pero no lo consegui­

120 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 116-126


Anita Leocadia Prestes José Gómez Alén

mos, pues la masa humana era enorme. del documento citado «Declaración de Mar­
Prestes aislado en una clandestinidad ri­ zo», aprobado en 1958 por el Comité Central
gurosa, se enfrentó con serenidad a las con­ y que significó un importante viraje táctico en
clusiones del XX Congreso del PCUS y, en lo la política anterior del partido, sectaria, iz­
fundamental, aceptó las tesis sobre el cami­ quierdista y aislacionista, rompió con el PCB
no pacífico y la coexistencia pacífica. La cri­ y fundó el PCdoB. El pretexto utilizado fue el
sis provocada por el XX Congreso contribuyó cambio de nombre, efectuado en el V congre­
para el inicio de un proceso de revisión de la so del PCB de 1960, que tenía como objetivo
orientación política del PCB, hasta ese mo­ facilitar su legalización por la justicia electo­
mento muy sectaria y superada por la propia ral del país. El PCdoB siempre combatió con
realidad brasileira. virulencia tanto al PCB como a su secretario
general Luiz Carlos Prestes. Sin embargo,
La estrategia política del PCB, desde últimamente para tratar de adquirir mayor
1945 a la declaración de marzo de 1958, es legitimidad intenta apropiarse de la historia
muy cambiante y fluctúa entre la insurrec- del PCB, que había repudiado siempre con ex­
ción y la necesidad de un Frente Nacional trema violencia. El PCdoB actualmente es un
lo que genera debates y un enfrentamien- partido gubernamental que siguió claramente
to interno que lleva finalmente a la ruptu- por un camino de reformismo burgués y busca
ra y la escisión de 1962:¿Fue realmente la la legitimidad falsificando su propia historia.
Declaración de marzo de 1958 una ruptura
con el pasado como consecuencia del XX ¿En 1967, en plena dictadura, el PCB se
Congreso del PCUS?. ¿Qué posición mante- aleja de la lucha armada y busca la alianza
nía Prestes en aquel debate y cuáles son las con otras fuerzas y en una línea de nuevo
claves de la escisión de 1962? frentista? ¿Cuál es la posición de Prestes y
cómo veía la política de Unidad Popular de
La Declaración de Marzo de 1958 repre­ Chile; pensaba que la vía chilena o que la
sentó un viraje táctico en la política del PCB europea vía democrática al socialismo po-
en gran medida bajo la influencia de la crisis dían ser un camino valido para la construc-
desencadenada por el XX Congreso en el mo­ ción del socialismo en Brasil?
vimiento comunista internacional. El aval de
Prestes fue fundamental para su aprobación, Prestes y la mayoría de la dirección del
pero, desde el principio, el realizó acotacio­ PCB comprendieron que en la época no ha­
nes a ese documento pues consideraba que, bía condiciones para desencadenar la lucha
aunque fuese positivo en el sentido de supe­ armada contra la dictadura implantada en
rar el izquierdismo y el aislamiento de los co­ 1964. Era necesario movilizar a los diferentes
munistas brasileños, se hacían concesiones sectores populares en el sentido de formar un
a las posiciones reformistas de derechas. El amplio movimiento para la derrota política
documento no puede ser considerado solo un de la dictadura militar. Esa táctica se mostró
maquillaje de una misma política. Hubo cam­ más acorde con la situación del país en aquel
bios importantes que permitirían al PCB con­ periodo. Además Prestes y el PCB veían con
quistar victorias políticas significativas en el simpatía la política de la Unidad Popular de
periodo que antecede al golpe civil–militar de Allende en Chile.
1964. Prestes era contrario a copiar modelos;
En 1962, un grupo minoritario de dirigen­ consideraba que el camino hacia la revolu­
tes del PCB, disconforme con la aprobación ción brasileira tendría que ser elaborado al

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 116-126 121


Entrevista

calor de la lucha de clases en las condiciones


de nuestro país. En sus tesis, Prestes nunca
descartó la posibilidad de un camino pacífico
al socialismo, pero reconocía las dificultades
para ello, principalmente la feroz resistencia
de las clases dominantes y, en particular, del
imperialismo, dispuesto a no tolerar la pér­
dida de sus privilegios. El ejemplo actual de
Venezuela nos lo está demostrando.

¿Por qué abandono Prestes el Partido en


1979 y qué proponía en la Carta a los comu-
nistas de 1980?.¿Tenía sentido en el esce-
nario político de 1980 volver al debate en-
tre reformismo o revolución o solo hay una
vía posible, la revolución entendida como
asalto al poder en sentido clásico?

Una vez derrotadas las tendencias izquier­


distas en el PCB, en su VI Congreso, realizado
en 1967, pasaron a predominar las posiciones
reformistas de derecha. Prestes entabló un
combate de varios años contra esas posicio­
nes en la dirección del PCB, incluso durante Postal de la campaña internacional para salvar a
Olga Benario y su hija Anita, nacida en el campo
su exilio europeo de los años setenta. Por fin
nazi de Berninstrasse. Anita logró salvar la vida
fue evidente que la mayoría del Comité Cen­ pero su madre fue exterminada en la cámara de
tral del PCB, no quería volver a la política gas en 1942 (Imagen cedida por A. L. P).
consagrada en el VI Congreso y para Prestes,
la única salida fue la ruptura con esa direc­ mero realizar una revolución democrático
ción, que se sustanció en la Carta a los comu­ burguesa para que se pudieran crear las con­
nistas de marzo. diciones para el desarrollo de un capitalismo
Para Prestes, era necesario entablar el autónomo en Brasil y se pensara en la eta­
combate contra el reformismo y encontrar pa socialista de la revolución. Según Prestes,
las vías de transición revolucionaria al so­ Brasil ya era un país capitalista, bajo la do­
cialismo. El escribió a ese respecto en varias minación de los monopolios extranjeros; na­
ocasiones, sin considerar jamás la revolución cionales y del latifundismo. La estrategia de
obligatoriamente como un asalto al poder. la revolución brasileña debería ser, por tan­
Llegó a citar muchas veces a Dimitrov y Lenin to, socialista. También discrepaba del Comité
con relación a las posibles vías de transición Central en lo tocante al tipo de democracia por
a un poder revolucionario. la que los comunistas deberían luchar, consi­
En disconformidad radical con la mayoría derando que no podrían limitarse a la defensa
del Comité Central del PCB, Prestes defendía de la democracia burguesa. Decía también que
el abandono de la estrategia de la revolución los graves errores respecto a la organización
brasileña adoptada por el partido, o sea, del del PCB se derivaban de una falsa política del
etapismo, según la cual sería necesario pri­ carácter liberador nacional y no socialista.

122 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 116-126


Anita Leocadia Prestes José Gómez Alén

Eric Hobsbawm menciona la estrecha del «socialismo» soviético, contribuiría a


relación de Prestes con Moscú y, usted que formalizar una teoría eurocomunista que
estudió la evolución del PCB y su estrate- incidió en la estrategia política de esos par-
gia política, incide en la dependencia teó- tidos ¿Cómo se recibió aquella renovación
rica del PCB respecto de la IC, sobre todo teórico estratégica en el seno de los parti-
en lo que se refiere al análisis de la realidad dos que se reclamaban comunistas?; ¿Con-
brasileña. Usted señala que en el exterior se sidera que podía ser un camino viable para
tenía una visión errada sobre la pervivencia la transformación social en Brasil?
de rasgos semifeudales y coloniales y que
existía una incapacidad para entender el El eurocomunismo fue una de las manifes­
grado de desarrollo del capitalismo en Bra- taciones del reformismo burgués en el movi­
sil y por lo tanto sus contradicciones, lo que miento obrero y comunista. Prestes no tenía
explicaría, en su opinión, la debilidad del duda en combatirlo.
comunismo brasileño y el origen de algunos
de sus errores en el diseño de la estrategia En la actualidad, después del fracaso
de lucha política: ¿Cómo influyó esa rela- del modelo soviético en Europa y en un
ción y las directrices políticas del exterior mundo donde perviven, quizás más agu-
en la estrategia del PCB y en la dificultad dizadas que nunca, las contradicciones del
para conquistar un cambio revolucionario?. capitalismo:¿Tiene sentido hablar de revo-
Y, ¿hasta qué punto es responsabilidad del lución en sentido clásico?; ¿Tiene vigencia
mismo Prestes la pervivencia de esa visión un partido comunista al uso o requiere tam-
errónea sobre el capitalismo brasileño, o no bién una renovación organizativa y teórica
era consciente de ese desfase estratégico? desde el marxismo? ¿Cómo lo ve desde el
caso concreto brasileño?
Ciertamente, el PCB de la misma manera
que todo el movimiento comunista interna­ Pienso que la transformación revolucio­
cional sufría la fuerte influencia del PCUS, lo naria de las sociedades capitalistas es una
que por otra parte no invalida la existencia de necesidad histórica conforme lo demostraron
una autonomía relativa, bastante acentuada los clásicos del marxismo. Ciertamente ante
en los partidos comunistas e, incluso, del PCB los cambios ocurridos en el mundo es necesa­
según trato de mostrar en mis trabajos. rio encontrar nuevas formas y caminos para
Prestes reconocía en el atraso cultural que el proceso de transición revolucionaria
brasileño una de las causas más importan­ al socialismo pueda acontecer. Para ello, son
tes para el desconocimiento de la realidad del necesarios partidos comprometidos con eses
país y la consecuente importación de modelos objetivos.
de otros países. El mismo fue víctima de esa
comprensión falsa del capitalismo brasileiro En su texto «¿A qué heranças os comu-
y trato de revertir esas posiciones durante los nistas devem renunciar?» analiza la política
años 1970–1980, cuando ya había una canti­ de la Izquierda, polemiza sobre el PC Bra-
dad razonable de investigaciones innovado­ sileiro e incide en el desconocimiento que
ras sobre la economía y la sociedad brasileña. existe de la historia del PCB y que la visio-
nes superficiales sobre ella facilitan la ma-
En los años setenta la corriente crítica nipulación de esa historia: ¿En qué sentido
que existía en algunos partidos comunistas se manipula y con qué objetivo?; ¿Es posible
de la Europa Occidental sobre el modelo una vía democrática hacia el socialismo?

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 116-126 123


Entrevista

De momento, la manipulación más evi­


dente de la historia del PCB está realizada
por el Partido Comunista del Brasil (PCdoB),
—una escisión del PCB ocurrida en 1962—,
que intenta constantemente apropiarse de
la trayectoria de luchas de este partido y, en
particular, de la historia, de la vida de Luiz
Carlos Prestes y Olga Benario, con el objetivo
de proyectarse hacia los jóvenes y los movi­
mientos populares.
La denominación de «vía democrática» al
socialismo está asociada a una posición re­
formista del proceso revolucionario, que, en la
práctica, se reveló destinada al fracaso, como
es el caso del «estado del bienestar social» en
Europa. En mi artículo citado, pretendía mos­
trar la necesidad de revisar la concepción es­
tratégica de la revolución en dos etapas, que
el PCB fortaleció durante décadas.

¿Existe hoy en Brasil una historia global Luiz Carlos Prestes en 1959 (Foto cedida por
del comunismo o está aún por hacer?. ¿Cuál A. L. Prestes).
es la situación de la historiografía marxista
en el Brasil de hoy y qué perspectivas hay debilidad teórica:¿No existe un peligro de
en este sentido en el mundo académico de burocratización del poder en esos lideraz-
Brasil? gos?

La historia del comunismo en Brasil aun Existe ese peligro, que debe de ser comba­
debe de ser muy investigada para que pue­ tido, como hicieron por ejemplo, Fidel Castro
da ser escrita con seriedad. El marxismo en y el Che Guevara.
Brasil siempre fue muy combatido y no tuvo
condiciones, en gran parte debido a la intensa Volviendo al tema de la memoria fami-
represión contra los comunistas, para la for­ liar, en el 2004 se estrenó una película so-
mación de una verdadera corriente historio­ bre su madre, Olga Benario que dio lugar a
gráfica de tradición marxista. En los últimos un debate que va más allá de la visión que
años, algunos estudiosos e investigadores aporta el film y el libro de Fernando Morais
tratan de trabajar apoyados en la metodolo­ en que está basado [3]. Un debate que tiene
gía marxista. que ver con el combate por la memoria y

Usted defiende la necesidad de lideraz- 3.–Fernando Morais, Olga, 1985. Sobre la figura de Olga y
gos fuertes en los movimientos revolucio- el film véase Tzvi Tal, Santificando a una judía comunista: la
narios, y, dada la sacralización de la mili- reacomodación de la identidad brasileña en Olga (Monjardin,
2004) en «Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía y
tancia en esos movimientos que conduce a
Política», nº 15, 2006., pp. 90–105 y Cynthia Liz Yosimoto,
la infalibilidad del jefe y con ella el culto a Olga Benario e a revoluçâo de 1935: a construçâo fílmica de
la personalidad, el seguidismo acrítico y la uma História, Universidad de Sâo Paulo, 2011.

124 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 116-126


Anita Leocadia Prestes José Gómez Alén

su utilización política. Para unos se trata escaseando las referencias a Prestes en al-
de una reacomodación de Olga entre la co- gunas publicaciones sobre la historia de los
munidad judía brasileña. Y para otros se la comunistas brasileños, en algunos secto-
sacraliza descargándola de todo contenido res, dentro y fuera del comunismo, parece
político e ideológico, donde el PC desapa- emerger su figura con valoraciones dife-
rece de su vida y se construye una imagen rentes. Un ejemplo de esto fue su restitu-
adecuada al discurso neo liberal del Partido ción como senador y el homenaje oficial en
Trabalhista:¿Que hay detrás de ese debate, el 2014, acto al que usted rechazo acudir o
por qué se origina y qué sentido puede te- en Porto Alegre donde están finalizando el
ner apropiarse de la figura de Olga Benario proyecto de Memorial diseñado por Oscar
en el Brasil de comienzos del siglo XXI?. Niemeyer en 1998: ¿Por qué rechazó acudir
¿Qué imagen le trasmitieron su padre y su a ese homenaje?; ¿Es real esa recuperación
tía Lygia de Olga, piensa que esa imagen o continua existiendo el antiprestismo de-
esta recuperada en toda su dimensión? nunciado por usted en otros momentos y
qué importancia ha tenido su labor como
En el caso de Olga Benario Prestes, así historiadora en la recuperación de la me-
como en el de Luiz Carlos Prestes, existen ten­ moria de Luiz Carlos Prestes.
tativas tanto de sacralización como de des­
calificación de sus vidas y, en particular, de Las clases dominantes en Brasil siempre
liquidar ante las nuevas generaciones la ad­ trataron de calumniar a Luiz Carlos Prestes
miración natural que surge cuando se traba o de mantener silenciada su persona. En los
conocimiento de su legado de lucha y dedica­ últimos años, después de su fallecimiento, es­
ción a la causa de la revolución socialista. La tán procurando apropiarse de su historia fal­
burguesía actúa en el sentido de que los jóve­ sificándola de acuerdo con sus objetivos y de
nes no se inspiren en ejemplos que consideran utilizar su prestigio para tratar de aparecer
peligrosos para sus intereses de clase. como progresistas o hasta incluso de «izquier­
Fui educada admirando a mis padres como das». La devolución de su escaño de senador,
revolucionarios y, al mismo tiempo, como cesado en 1948, tuvo el objetivo demagógico
personas, por eso mismo extremadamente de integrar a Prestes en el sistema, de volverlo
humanas. Pienso que aún hay mucho que ha­ inofensivo para la burguesía transmitiendo al
cer para que esa imagen sea recuperada y mi público una imagen domesticada del Cabalei­
trabajo como historiadora está orientado en ro da Esperança.
ese sentido. Mi trabajo de historiadora, así como el de
El film Olga contribuye a divulgar la his­ otros investigadores comprometidos con los
toria de ese trágico periodo de la historia de intereses populares, está dirigido en un sen­
Brasil y del mundo y para revelar la respon­ tido, a trasmitir a las nuevas generaciones el
sabilidad de Getúlio Vargas en la extradición legado revolucionario de Prestes.
de Olga a Alemania y, a diferencia de lo que
en general divulgan los medios, presenta una El Gobierno brasileño de Dilma Rou-sseff
imagen agradable de los comunistas. Sin em­ formó una Comisión de la Verdad en el 2012
bargo el film se limita, prácticamente, a mos­ para determinar los crímenes de la dictadura
trar una historia de amor, según el mismo di­ desde noviembre de 1946 a octubre de 1988. La
rector señaló cuando presentó su obra. Comisión terminó su trabajo en diciembre del
2014 con la entrega de un informe final: ¿Piensa
En la última década, aunque continúan que lo realizado por esa Comisión es suficiente?

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 116-126 125


Entrevista

Anita Leocadia Prestes en el Memorial dedicado a su padre en Porto Alegre (Foto cedida por A. L. Prestes).

El trabajo de esa Comisión fue importante con el compromiso político ante su propio
para el esclarecimiento de muchos crímenes tiempo histórico.
cometidos durante el periodo dictatorial. Pero
es insuficiente, pues no permitió que los cul­ Considero que todo trabajo de historia
pables fuesen condenados. Los torturadores refleja determinadas concepciones ideológi­
continúan libres, muriendo de muerte natural. cas de sus autores tengan estos, conciencia o
no de eso. En mi caso procuro basarme en la
Para finalizar esta entrevista y después metodología que me aporta el marxismo, que,
de una larga trayectoria como historiadora según mi forma de ver, es la que más ayuda al
y como ciudadana comprometida con la lu- historiador para elaborar una explicación ra­
cha por las libertades y la revolución social cional de los acontecimientos abordados y, de
en su país y que no rehuye el debate sobre esa forma, contribuir no solo al conocimiento
el Brasil actual ¿Cómo entiende la función del pasado y del presente, sino también para
del historiador y la relación de su trabajo la elaboración de posibles vías para el futuro.

[Rio de Janeiro, marzo de 2016]

126 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 116-126


Nuestros clásicos

Maurice Dobb
Carlos Berzosa
Universidad Complutense de Madrid *

Hay que agradecer a la Fundación de In-


vestigaciones Marxistas (FIM) el publicar
este artículo de Dobb, pues con ello recupe-
ra la memoria del que fue unos de los eco-
nomistas marxistas más prominentes del
siglo XX. De Dobb apenas se habla ya en los
medios académicos y las nuevas generacio-
nes, incluso los más críticos y progresistas,
desconocen su obra. La enseñanza de la
economía convencional trata de desterrar
no solo todo lo que se refiere al marxismo,
sino a otras corrientes de pensamiento di-
sidentes con la ortodoxia dominante.
Se vive un retroceso en la enseñanza e
investigación en las ciencias sociales y el
paradigma dominante basado en el funda-
mentalismo de mercado se erige en la única
teoría y en el único modelo. A la vez se eli- Maurice Dobb en 1961.
minan de las enseñanzas o se les margina
a las disciplinas de historia económica o como los problemas económicos a los que
del pensamiento. No solamente Dobb sufre se enfrentaban los países que pretendieron
este olvido sino también otros economistas construir una sociedad alternativa al capi-
relevantes, pero cuyas ideas no son coin- talismo. De toda la brillante generación de
cidentes con el pensamiento ortodoxo del marxistas que hubo en la época de Dobb fue
momento. el que más lejos llegó en el rango académi-
El conocimiento de la obra de Dobb, sin co. La docencia e investigación la desarro-
embargo, sigue siendo fundamental para lló en la Universidad de Cambridge, una de
conocer la historia del capitalismo, del so- las más prestigiosas del mundo. Allí fue
cialismo, y las grandes corrientes del pen- compañero de Keynes, Kalecki, Robinson y
samiento económico desde el siglo XVIII Sraffa, por mencionar a los más grandes de
hasta los años setenta del siglo XX, así la profesión. Una época caracterizada por el
debate, la controversia y la libertad acadé-
* Catedrático de Economía Aplicada, fue decano de la Fa-
cultad de Económicas y Rector de la UCM entre 2003 y mica.
2011. Colaborador habitual de Nueva Tribuna y El Siglo y Nació en 1900 y falleció en 1976. Le co-
director de la revista Economía Crítica rrespondió vivir y ser testigo de grandes

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 127-130 127


Nuestros clásicos

acontecimientos históricos, como la re- ció, La Teoría general de Keynes que supu-
volución rusa, el ascenso del fascismo y el so una revolución teórica que cuestionaba
nazismo, la Gran depresión de los treinta, principios básicos de los que habían sido
la guerra civil española, la emergencia de sus maestros.
las luchas de descolonización, la toma de Kalecki, economista polaco, se había an-
conciencia sobre el subdesarrollo, el auge ticipado a Keynes a la hora de explicar la
del capitalismo de postguerra y la amplia- crisis y hacer proposiciones de salida. En el
ción del campo socialista. Aunque no he año treinta y tres había publicado dos ar-
encontrado ninguna biografía de Dobb que tículos en polaco sobre ciclos económicos.
explique cómo llegó al marxismo, sin duda Debido al idioma en el que los publicó no
la revolución rusa influyó mucho en ello, lo fueron conocidos hasta más tarde, pero
que le condujo también a ser miembro del tuvo siempre la elegancia, como dice Joan
Partido Comunista Británico. Robinson, de no proclamar nunca que él se
La formación teórica tuvo que ser en anticipó a Keynes. La ventaja que tuvo Ka-
gran parte autodidacta, pues no se cono- lecki a decir de esta gran economista, discí-
ce que hubiera en la época en la que estu- pula de Keynes, es que no había conocido la
dió economistas marxistas que ejercieran economía neoclásica, sino que sus estudios
la enseñanza. En su tiempo de estudiante de economía se basaban en Marx y en Rosa
dominaba la economía neoclásica, lo que Luxemburgo. De esta manera no tuvo que
le permitió un gran conocimiento de los vencer las barreras mentales que Keynes
fundamentos de esta escuela. En Cambrid- tuvo que superar para cuestionar los fun-
ge estaba bajo la estela brillante de Alfred damentos económicos en los que se había
Marshall, teórico del equilibrio parcial, y formado.
cuya cátedra heredó posteriormente su Kalecki fue profesor en Cambridge y fue
discípulo Pigou. Pero fue en Cambridge, unos de los pilares junto con Robinson,
el gran templo de la economía neoclásica, Sraffa, y Kaldor, de la crítica a la economía
en donde comenzó a cuestionarse parcial- neoclásica, así como de la interpretación de
mente a estos principios en la década de los Keynes que hizo la economía convencio-
años veinte del pasado siglo. nal. El modelo keynesiano que se impuso
La competencia perfecta el modelo en la en los manuales de economía trataba de
que se basa esta escuela para su desarrollo hacer compatible a Keynes con la escuela
analítico empezaba a hacer agua como con- neoclásica, la llamada síntesis. Esta versión
secuencia de la aparición de los oligopolios. fue cuestionada por los economistas men-
Esta teoría abstracta e ideal nunca se dio en cionados, lo que dio origen y posterior de-
la realidad, ni siquiera en la época del capi- sarrollo a la corriente poskeynesiana. Cam-
talismo competitivo, pero quedaba más en bridge que fue templo de la ortodoxia se
evidencia en el siglo XX. Fue en Cambridge convirtió en uno de los principales focos de
en donde se comenzó con una contribución resistencia frente a la ortodoxia en la que el
del economista italiano Piero Sraffa a ela- modelo de la síntesis neoclásica keynesia-
borar una teoría del monopolio, que inspi- na se convirtió.
ró a Joan Robinson a formular la teoría de En este contexto teórico Dobb, sin ser
la competencia imperfecta. Sin embargo, ajeno a él, se movió como un corredor en
cuando realmente el edificio neoclásico se solitario. Fue, no obstante, colaborador es-
debilitó fue con la crisis de los treinta. En el trecho de Sraffa en la recopilación de las
año treinta seis, en plena depresión apare- obras completas de Ricardo. Este trabajo

128 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 127-130


Maurice Dobb Carlos Berzosa

que duró varios años les permitió a los dos y la distribución desde Adam Smith (1973),
tener un gran conocimiento sobre este clá- Teoría económica del socialismo (1955) y
sico. Este conocimiento le permitió a Sraffa Economía del bienestar y economía del so­
años más tarde, en la década de los sesenta, cialismo (1969). Entre los segundos Estudios
publicar Producción de mercancías por medio sobre el desarrollo del capitalismo (1946) y
de mercancías (1960), obra que partiendo de El desarrollo de la economía soviética desde
Ricardo formulaba la formación de los pre- 1917 (1948). Los de difusión Argumentos
cios sin necesidad de acudir a los criterios sobre el socialismo (1966), Capitalismo, cre­
de los neoclásicos basados en el mercado. A cimiento económico y subdesarrollo (1964) y
Dobb le sirvió para conocer en profundidad El nuevo socialismo (1973). Abordó también
el pensamiento de un autor que fue una de cuestiones sobre el crecimiento, desarrollo
las principales fuentes de Marx en su for- y planificación. Una obra mucho más ex-
mación económica. tensa que los libros mencionados, propor-
El libro de Sraffa significó, por un lado, ciona una idea de lo importante de su con-
el cuestionamiento de la teoría neoclásica, tribución, lo que a pesar de su abundancia
pero también, por otro lado, por parte de se caracteriza por el gran rigor con el que
algunos marxistas sirvió para cuestionar la trata lo diferentes temas.
teoría del valor de Marx. Tras la gran apor- Resulta muy difícil destacar unos libros
tación de Sraffa la formación de los precios sobre otros porque todos ellos tienen un
hacía innecesaria el uso de la teoría del va- gran nivel académico, tanto los de un nivel
lor y, sobre todo, las dificultades que se de- más elevado como los de divulgación, en
rivaban de la transformación de los valores los que muestra su enorme capacidad pe-
en precios. Dobb aceptó que Sraffa había dagógica pero que tras esa aparente senci-
resuelto el problema de la transformación llez están escritos a partir de un gran baga-
que tantos quebraderos ha dado, pero no je intelectual. El artículo que escribí sobre
renunció por ello a la teoría del valor para Dobb en el libro colectivo publicado por la
explicar la explotación capitalista. FIM, Los marxistas ingleses de los años trein­
Dobb se convirtió dentro de Cambridge ta, realizo un análisis más detallado de casi
en un foco de heterodoxia mayor que lo que toda su obra haciendo especial hincapié en
pudo ser la economía poskeynesiana. Su las contribuciones que me parecen más re-
obra sustentada en el marxismo cuestiona- levantes.
ba tanto a la economía neoclásica como a la No obstante, me gustaría mencionar
keynesiana, aunque a Keynes le dedica muy tres de ellos que son a mi modo de ver los
pocas líneas en sus obras, lo que contras- más importantes de su obra y que no solo
ta con la gran extensión que dedica a los aguantan bien el paso del tiempo sino que
neoclásicos. Cuando se lee a Dobb impre- son de referencia obligada para conocer el
sionan sus elevados conocimientos, su gran pensamiento económico y el desenvolvi-
capacidad de trabajo y la variedad de temas miento del sistema capitalista hasta el final
que abordó. Sus publicaciones abordan de la segunda guerra mundial. Se trata de
cuestiones teóricas y estudios de realida- Economía Política y Capitalismo; Estudios
des concretas, al tiempo que supo combinar sobre desarrollo del capitalismo y Teoría del
análisis de gran nivel teórico con otros más valor y la distribución desde Adam Smith.
asequibles que facilitan su divulgación. Solamente estos tres libros son suficientes
Entre los primeros destacan Economía para que Dobb ocupe un lugar destacado
Política y Capitalismo (1937), Teoría del valor entre los economistas del siglo XX.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 127-130 129


Nuestros clásicos

El primero es fundamental para conocer sino lo que fue hasta el final de la segunda
el pensamiento económico, sobre todo de guerra mundial. Es un tratado de historia
los clásicos y Marx, las causas de las crisis como pocos y los estudiantes de esta espe-
económicas y el imperialismo. El capítulo cialidad que no lo conozcan acabarán sus
que trata sobre las crisis es muy denso pero estudios con una importante mutilación.
muy valioso. Se ha editado recientemente Además generó un debate entre historia-
en la publicación digital Revista de Eco­ dores de gran prestigio sobre la transición
nomía Crítica (REC) nº 15, en una sección del feudalismo al capitalismo. Un debate
denominada Clásicos u olvidados. La intro- que ha continuado a lo largo del tiempo con
ducción a la teoría económica de Dobb está aportaciones renovadas.
realizada por mí. El lector que quiera cono- En suma, un autor al que hay que seguir
cer más sobre Dobb puede acudir a esta pu- leyendo y aprendiendo de él. Los estudios
blicación en la que hago una valoración de de economía e historia hoy han ido redu-
sus más importantes contribuciones. ciendo su campo de estudio limitando o
El último de la triada es a mi modo de anulando las posibilidades de comprensión
ver la gran obra de Dobb. Han pasado casi del funcionamiento de la sociedad capita-
cuarenta años desde que escribió el prime- lista tanto en el presente como en su evo-
ro que he mencionado y se nota una mayor lución. Otro tanto se puede decir a la hora
madurez, como no puede ser menos en una de aproximarse al conocimiento de lo que
persona que ha seguido estudiando e inves- fue la economía soviética y los debates que
tigando hasta el final de sus vida. Al tiempo hubo sobre la viabilidad del socialismo. Las
que incorpora debates que se desarrollaron aportaciones de Dobb resultan fundamen-
posteriormente a la segunda guerra mun- tales. Es una lástima que pensadores de
dial. A este libro le calificaría como su obra esta envergadura traten de ser olvidados.
magna y que como dijo Sweezy solo él po- La ciencia convencional huye de visones
día haberla escrito. globales capaces de ofrecer respuestas a los
Por lo que se refiere a los Estudios no so- graves problemas que padece la economía
lamente ofrece una visión del desarrollo mundial, así como el conocimiento de las
del capitalismo desde antes de sus orígenes limitaciones del capitalismo.

130 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 127-130


Cambios en el Capitalismo desde la
Segunda Guerra Mundial*
Maurice Dobb

Este ha sido un tema que ha suscitado


mucho debate en el movimiento obrero
y en círculos más amplios durante años;
sin embargo hasta hace poco (creo que es
cierto decirlo) los marxistas apenas han
contribuido a la discusión, si es que lo han
hecho. Quizá se debiera a un cierto ‘per-
feccionismo’ —la impresión de que no es
deseable pronunciarse sobre los cambios
históricos hasta que se tenga ni más ni me-
nos la respuesta definitiva; quizá hubiera
alguna otra razón. Lo que sigue es un in-
tento de contribuir al debate sin creer que
uno ha encontrado la respuesta completa
y sin pretensión alguna de abarcar todo el
campo. (Por ejemplo, excepto por un vista-
zo ocasional, el aspecto internacional, y en
concreto las contradicciones imperialistas
del capitalismo contemporáneo son deli-
beradamente ignorados). El tratamiento de
las cuestiones es rigurosamente selectivo,
Portada de Marxism Today en la que se
con la intención de centrar la discusión en publicó el original (1957).
aspectos del tema a los cuales los marxistas
(y también otros) parecen haber prestado en los New Fabian Essays dice: «Está ahora
relativamente poca atención hasta ahora. claro que el capitalismo está sufriendo una
Los lectores de Marxism Today puede metamorfosis hacia un sistema diferente y
que no necesiten que se les recuerde que que esto hace que la mayor parte del aná-
los escritores neofabianos han afirmado lisis socialista tradicional se convierta en
que o bien el capitalismo ha entrado en una académico» (p. 35). La Socialist Union en
etapa nueva y reformada que difiere radi- su declaración de políticas titulada Twen­
calmente del capitalismo del siglo XIX, o tieth Century Socialism dice que «el Estado
incluso ha dejado de ser capitalismo y se del Bienestar, que no es ni capitalismo ni
está ya transformando en otra cosa. El se- socialismo, ha sido creado» (p. 15). El señor
gundo postulado es del señor Crosland, que Strachey es bastante más cauto y afirma
simplemente que «una etapa nueva y dife-
* Maurice Dobb, «Changes in Capitalism since the Second
World War», Marxism Today, 3, (December, 1957). Traduc- rente de nuestro sistema económico actual,
ción de Antonia Tato Fontaiña. el capitalismo, existe ahora en las comuni-

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Nuestros clásicos

dades industriales avanzadas», en la cual ca, esta noción descansaba en la famosa in-
«las leyes de desarrollo de la etapa anterior vestigación de Berle y Means de los últimos
del sistema no se aplican plenamente en la años veinte sobre la propiedad y el control
nueva». [1] de las 200 mayores corporaciones no finan-
Se aducen varias razones para justificar cieras de EE.UU., con su revelación del am-
esta visión; pero tres destacan por su im- plio divorcio entre propiedad y control y la
portancia crucial. Son: (i) la llamada «Ma­ prevalencia en estas corporaciones gigan-
nagerial Revolution» (Revolución Directiva), tes de un control minoritario (de hecho, un
(ii) la llamada «Income Revolution» (Revo- control ejercido por personas con no más
lución de la Renta) de décadas recientes, de una pequeña fracción del capital so-
(iii) la influencia económica del estado, cial). Pero decir que hay un divorcio parcial
radicalmente cambiada, sobre todo desde entre la propiedad y el control no es decir
la Segunda Guerra Mundial. Examinemos que este divorcio esté completo (siempre
cada una de estas razones para ver si pue- ha habido una buena parte de ‘capitalismo
den constituir, juntas o o por separado, un absentista’) y hablar de ‘control de la mino-
hito histórico que separe distintos períodos ría’ no es lo mismo que decir que el control
y que explique entre otras cosas el peculiar esté en manos de no–capitalistas, y toda-
curso del ciclo económico en los últimos vía menos que los que tienen este control
doce años. pertenezcan a una clase distinta. De hecho
una reelaboración del material de Berle y
«Managerial Revolution » y «Income Means en un Memorandum de T.N.E.C. ha
Revolution» mostrado que el número de casos en los
que el control estaba en manos de perso-
De estas razones las dos primeras, en mi nas con una parte ínfima de las acciones
opinión, pueden ser descartadas bastante era considerablemente menor de lo que se
rápidamente. La «Revolución Directiva» se había supuesto; [2] y Sweezy ha demostrado
origina en un libro muy leído y muy cita- que Burnham está lejos de haber probado
do del mismo título escrito por James Bur- que sus ‘directivos’ constituyen un gru-
nham, cuyo peso radicaba en que el poder po social homogéneo, ya no digamos una
ya estaba pasando (durante el periodo de clase. Toda esta cuestión recibirá un trata-
entre–guerras) de las manos de los capi-
talistas, movidos en sus estrategias por el 2.— Temporary National Economic Committee Memo, Nº 29,
tradicional afán de lucro, a las de una nueva 56–7, 104 seq. Cf. los comentarios del autor sobre este
clase de directivos asalariados responsables punto y el estudio de Berle y Means en sus Studies in the
Development of Capitalism, pp. 350–2.R. Bellamy en un
de grandes corporaciones industriales y fi-
artículo en Marxist Quaterly, enero 1957, pp. 27–8, sugiere
nancieras —directivos que tenían una parte dudas en la interpretación de los hechos en este T.N.E.C.
insignificante, si es que tenían alguna, en la Memo., y a cambio se apoya en el argumento de que los
propiedad de las compañías cuyas políticas directivos están movidos por el mismo afán de lucro que
los capitalistas, aunque sean asalariados. Debe señalarse,
controlaban. Se decía que esta ‘revolución’
sin embargo, que incluso R. A. Gordon (citado por R.
caracterizaba a todos los países más avan- Bellamy al respecto) cita una investigación propia sobre
zados del mundo y ampliaba rápidamente ejecutivos empresariales americanos, mostrando que una
su ámbito. cuarta parte de ellos tienen acciones por valor de 1 millón
de dólares cada uno o más en sus propias compañías y
En la medida en que tenía una base fácti-
además, aparte de ellos, hay otros con participaciones
importantes (Business Leadership in the Large Corporations,
1.— John Strachey, Contemporary Capitalism, pp. 25–6. pp. 42–4).

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Cambios en el Capitalismo desde la Segunda Guerra Mundial Maurice Dobb

miento completo en Marxism Today en otra buidos, que evidentemente son parte de las
ocasión; y aquí baste afirmar la convicción rentas de los capitalistas en un sentido de
de que hablar de «revolución directiva» es clase y han aumentado considerablemente
una fantasía histórica y que el susodicho desde la guerra). Además ha de tenerse en
«control minoritario» o «control directivo» cuenta que los números que muestran una
tal como se ha desarrollado, no ha alterado caída en los niveles de renta superiores es
significativamente la motivación y el fun- probable que sobrevaloren la posición real
cionamiento del capitalismo monopolista. puesto que no tienen en cuenta las plusva-
Ni tampoco es necesario que nos deten- lías ni sus gastos (sobre lo cual puso tan-
gamos mucho en la llamada «revolución to énfasis el Minority Report of the Royal
de la renta». Los hechos son ahora conoci- Commision on the Taxation of Profits del
dos y accesibles y no hace falta que pase- señor Kaidor); ni tienen en cuenta el hábito
mos tiempo analizándolos aquí en detalle. de postguerra de cargar gastos considera-
Mientras el porcentaje libre de impuestos bles en las «cuentas de gastos».
en los ingresos totales del uno y del cinco Lo que se dijo de la «revolución de la
por ciento superior de perceptores de in- renta», no solo en Gran Bretaña sino tam-
gresos [3] ha caído notablemente en Gran bién en EE.UU., se ha basado en cifras muy
Bretaña desde 1938 y en el otro extremo citadas de una caída en el porcentaje de las
de la escala de ingresos ha habido una rentas totales ingresadas por el 5 por cien-
gran reducción en el porcentaje de pobre- to más alto de la escala de perceptores de
za (previamente, en los años entreguerras, ingresos. La prueba de ello ha sido eficaz-
se mantenía alto a causa del desempleo), el mente examinada en un artículo reciente, [4]
porcentaje de salarios a cargo de la renta que no necesita ser repetido aquí, excepto
nacional ha aumentado sorprendentemen- para señalar que el autor de ese artículo
te poco si consideramos la mayor fuerza destaca (a) la importancia de la evasión de
organizativa de la clase trabajadora desde impuestos y de las cuentas de gastos como
y durante la guerra —en dos o tres puntos sólidas razones de las cifras citadas usual-
a lo sumo según las estimaciones actuales. mente, (b) el hecho de que en realidad el
(Lo que a menudo se cita erróneamente porcentaje de rentas totales de los tres dé-
para mostrar un aumento considerable es cimos del tramo inferior de los perceptores
el aumento de salarios en rentas persona­ americanos de rentas ha disminuido.
les; pero esto omite los beneficios no distri-
El Capitalismo Monopolista de Estado
3.— Esto es, del uno por ciento y cinco por ciento superiores
de rentas recibidas cuando las rentas individuales se
Llegamos al tercero de los cambios antes
ordenan por volumen y las rentas más altas encabezan la
lista. Según las estimaciones de Dudley Seers (en el Oxford mencionados y no puede ser descartado tan
Bulletin of Statistics, julio y agosto de 1949) el porcentaje fácilmente: una mayor influencia económi-
del uno por ciento superior (unas 200.000 familias) cayó ca del estado. Este tiene un soporte fáctico
entre 1938 y 1947 solamente del 19 al 17 por ciento antes
mucho más sólido. Claramente ha habido
de impuestos, pero pasó del 14 al 11 por ciento después
de impuestos. El porcentaje antes de impuestos del 25 por una gran ampliación del capitalismo mo-
ciento superior fue casi estable (58 por ciento en 1938 nopolista de estado desde 1939 —una evo-
y 55 por ciento en 1947) pero el porcentaje después de lución que yo personalmente considero que
impuestos cayó del 54 por ciento al 48. En lo que se
refiere a la mitad inferior de todas las rentas, apenas se
elevó antes de impuestos e incluso después de impuestos 4.— Gabriel Kolko, «The American ‘Income Revolution’»,
se elevó solo del 27 al 30 por ciento. Universities and Left Review, 2, pp.9–14.

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Nuestros clásicos

constituye un cambio cualitativo crucial en el gasto armamentístico (que representa


lo que a tendencias (que en absoluto son aproximadamente el 10 por ciento de la
únicamente producto de las dos últimas renta nacional). Evidentemente tales gas-
décadas) hacia el capitalismo monopolista tos han jugado un papel importante en el
de estado se refiere. Aquí, una vez más, de- alto nivel de productividad industrial y de
bemos evitar caer en la exageración de esta empleo que han sido característicos de los
evolución —exageración a la que el enfoque últimos doce años. Como ya he dicho en
neofabiano de esta cuestión es propenso; una ocasión anterior [6]: «Pienso que tene-
como por ejemplo la absurda alegación en mos que afrontar que estas tendencias del
el ensayo del señor Crosland de que el esta- capitalismo de estado le han asegurado al
do «es ahora un poder intermedio indepen- capitalismo un cierto grado de estabilidad
diente, que domina la vida económica del que no tenía en el período de entreguerras…
país… [y] este cambio en sí mismo justifica- Se puede admitir esto sin tragarse fantasías
ría la afirmación de que la economía capi- neofabianas sobre ‘el milagro americano’ y
talista ha pasado a la historia». [5] En lo que sobre un capitalismo renovado libre de cri-
respecta al control directo sobre la produc- sis.»
ción, hay relativamente poco (y menos en Las raíces históricas de este desarro-
EE.UU. y Alemania Occidental que en Gran llo del capitalismo monopolista de estado
Bretaña); el sector nacionalizado abarca son complejas y no voy a tratar de discu-
no más de un quinto de la producción to- tirlas aquí. En gran parte consisten en los
tal, habiendo sido eliminados los controles grandes conflictos internacionales del im-
directos de la guerra en los años cincuenta perialismo. Es significativo que las prime-
(con una o dos excepciones tales como las ras desviaciones de las nociones liberales
atribuciones modestas para influir en los (o laissez–faire) del siglo XIX acerca de la
emplazamientos industriales de la Deve- función del estado fueron provocadas por
lopment Areas Act). En el plano financiero, consideraciones de rivalidad imperialista
sin embargo, la influencia del estado en la y que el mayor desarrollo del capitalismo
actividad económica es considerablemente monopolista de estado tuvo lugar durante
mayor, en forma de gasto público, que des- las dos guerras mundiales. Gran parte de la
de antes de la guerra ha crecido de forma preocupación de la política económica del
desproporcionada a la propiedad estatal o Gobierno desde 1945 se ha debido al em-
al control de los medios de producción. La puje de la exportación y al control del va-
influencia del estado sobre la actividad in- lor de cambio de la libra y el movimiento
versora y por tanto la demanda de bienes de de capital en el extranjero; y es discutible
capital es lo bastante grande como para ser que la continuación en tiempo de paz de
un factor importante aquí (no solo negati- un grado tan alto de intervención estatal y
vamente a través del Capital Issues Com- un nivel tan alto de gasto estatal esté su-
mittee, sino también positivamente debido jeto a la guerra fría y la «militarización de
al tamaño del gasto en inversiones del sec- la economía». Al mismo tiempo no puedo
tor nacionalizado y del gobierno central y evitar pensar que esta evolución tiene tam-
local, que en los cincuenta representa casi bién que ser tratada como una reacción a
la mitad de la inversión bruta, si se incluye las contradicciones internas del sistema
la vivienda). A esto se le tiene que añadir que explotó tan sorprendentemente (y para

5.— New Fabian Essays, p.39. 6.— Marxist Quaterly, enero 1957, p. 4.

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Cambios en el Capitalismo desde la Segunda Guerra Mundial Maurice Dobb

la estabilidad del sistema, tan peligrosa-


mente) en la crisis de los años 30. Lo que
de todas maneras parece claro es que un
sector considerable de la clase capitalista, a
pesar de lo mucho que les gustaría algo de
desempleo «para mantener a los sindicatos
amansados», tiene un miedo mortal a que
el capitalismo no sobreviva a una repeti-
ción de 1929. (Que tengan o no el poder de
evitarlo, por mucho que recurran a «esta-
bilizadores keynesianos», es muy distinto).

«Acumulación Interna»

Hay otro rasgo del capitalismo de post-


guerra que merece ser mencionado, ya que
tiene una importancia potencial conside-
rable en el proceso de acumulación de ca-
pital: aunque no es en absoluto suficiente
para justificar que se hable de que el ca- Una alegoría del capitalismo.
pitalismo ha llegado a «una nueva etapa».
La importancia considerablemente mayor mental, en la actividad inversora de la in-
de las reservas acumuladas de las grandes dustria privada (como se señaló en el In­
corporaciones (acumulación corporativa dustry and Society del Partido Laborista), y
interna) hace posible la «financiación in- el crecimiento en varias veces su tamaño de
terna» de una gran proporción del gasto en las reservas acumuladas por las compañías
inversiones, sin recurrir a los bancos ni al privadas ha sido un rasgo sorprendente de
mercado de capital. Como cabría esperar, la la situación financiera de postguerra. Por
tendencia es más acusada en EE.UU.; y una ejemplo, en años recientes los beneficios
estimación, hecha por los economistas del sin distribuir después de impuestos han
National City Bank, es que, de los 150,000 representado aproximadamente la mitad
millones de inversión para modernizar y de los beneficios brutos de las compañías
ampliar planta y equipo en EE.UU, de 1946 operativas en el Reino Unido y ascendieron
a 1953 inclusive, un 64 por ciento procedía a una suma mayor que la «inversión nacio-
de fuentes internas — de «ingresos de las nal fija» más «el incremento del valor de la
empresas que se habían acumulado y no existencias». [8]
se habían distribuido como dividendos». [7] De esto no se desprende en absoluto
Aunque menos desarrollado en Gran Bre- que la inversión originada en todas esas
taña que en América, se ha convertido en reservas acumuladas sea una iniciativa pa-
un factor importante, si es que no funda- trocinada por la gestión empresarial sin
influencia del afán de lucro capitalista. Ni
7.— Adolf A. Berle Jnr., The Twentieth–Century Capitalist necesariamente se deduce que porque las
Revolution, pp. 25–26. Del restante 36 por ciento del total,
grandes empresas hayan acumulado estas
la mitad fue obtenida de préstamo, principalmente de los
bancos, y la otra mitad (no más del 18 por ciento del total)
por emisión de bonos o acciones en el mercado de capital. 8.— Economic Survey 1957 (H.M.S.O.), P. 24.

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Nuestros clásicos

reservas las invertirán junto con el capital los incentivos tradicionales que rigen la
real. [9] Pero su existencia es probable que inversión, y todavía menos contra las nor-
represente una fuerte presión para invertir males tendencias de crisis inherentes a la
en reequipar y ampliar —una presión que anarquía de la producción capitalista y a la
aumenta con su tamaño. Por esta razón tendencia de la capacidad productiva para
creo que se puede tomar como cierto que superar a la demanda. Pero puede significar
tal acumulación interna engendra inversión que la política de inversiones de la indus-
(en el sentido de los economistas). Esto, si tria capitalista (por lo menos de los grandes
es cierto, tiene dos consecuencias principa- intereses) está más influenciada que antes
les. por consideraciones a largo plazo y menos
Primero, tiende a fomentar la expansión afectada por los cambios a corto plazo en
de los grandes intereses monopolistas y por las expectativas de ganancias. Así puede
lo tanto acelera el proceso de concentra- servir para «distorsionar» el curso normal
ción. En segundo lugar, puede darle al boom del ciclo de comercio y actividad producti-
un mayor impulso del que tenía, haciendo va alargando la fase del boom y por lo tanto
que se perpetúe por más tiempo ante obs- como un factor que contribuye, por lo me-
táculos menores hasta que un choque de nos, a explicar la sorprendente prolonga-
primera magnitud lo detenga (me refiero ción del boom de postguerra en el mundo
a un choque a las expectativas de ganan- capitalista (p. ej. puede ayudar a explicarlo
cias sobre las que se levantó, sea cual sea la en conjunción con otro factor que mencio-
forma que pueda adoptar). Este impulso se naré más adelante). De pasada se puede
debe a que los beneficios del boom causan percibir que si ayuda a prolongar la fase
una acumulación interna que impulsa una del boom también puede contribuir a hacer
mayor inversión, lo cual tiende a sostener- más aguda y/o más larga la fase de crisis y
lo; al mismo tiempo la existencia de tales depresión, cuando llegue; pero esa es otra
reservas significa que los grandes intereses historia.
monopolistas se han convertido en sus pro- En mi opinión es esta prolongación del
pios banqueros y sus políticas de inversión boom de la postguerra durante 12 años (in-
son inmunes a los límites financieros habi- terrumpidos solo por dos recesiones me-
tuales (estado del mercado de capital, res- nores en 1948–49 y en 1952 en este país
tricciones de créditos bancarios, etc.). —1953–54 en EE.UU.) lo que en esencia
Esto no significa que el capitalismo mo- tenemos que explicar; y por lo tanto mis
nopolista se haya así inmunizado contra observaciones en lo que queda de este ar-
tículo se centrarán en esta cuestión. Al ex-
9.— Pueden usar estas reservas para comprar los activos
plicar lo que ha ocurrido en los 12 últimos
existentes o incluso para mantener bonos estatales
con ellas (temporalmente en todo caso). Pero la clase años, el volumen del gasto gubernamen-
capitalista como un todo no puede seguir comprando los tal, incluyendo el gasto armamentístico, es
activos existentes —aunque los capitalistas monopolistas evidentemente de gran importancia. En el
pueden comprarlos a otros capitalistas, concentrando
período de la guerra de Corea fue sin duda
así la propiedad en manos de los primeros, pero en el
proceso transfiriendo los saldos monetarios a las manos la influencia dominante. También en los
de los últimos. Y cualquier compra de bonos a gran escala primeros años de postguerra la influencia
por parte de las empresas (manteniendo así sus reservas) de la demanda acumulada, resultante de la
tenderá a subir su precio y a reducir la rentabilidad de
escasez del tiempo de la guerra, de la au-
los bonos, convirtiéndolos así en una forma demasiado
costosa de retención de valores —a menos que coincida sencia de reparaciones y de la destrucción
por casualidad con grandes emisiones de bonos estatales. masiva fue importante. Sin embargo, en

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Cambios en el Capitalismo desde la Segunda Guerra Mundial Maurice Dobb

el artículo ya mencionado sugerí razones referencia al problema señalado al final del


para pensar que el nivel del gasto guber- párrafo anterior.
namental no podía explicarlo todo (quizás En la época de la Primera Guerra Mun-
ni siquiera la mayor parte). En cuanto a la dial ocurrieron una serie de cambios en las
llamada demanda acumulada que nace de técnicas productivas que se han etiquetado
las condiciones y devastación del tiempo de libremente como de «producción en masa».
la guerra, debe haber jugado un papel, que En tales cambios la industria americana, a
disminuyó rápido, en la actividad industrial la sazón en fase de expansión, llevaba la voz
en el curso de los años cincuenta. Lo que cantante; después de la guerra y en el cur-
necesita una explicación, especialmente so de los años veinte la industria británica
en los tres o cuatro últimos años (desde la (al menos algunas ramas) siguió sus pasos
recuperación de la recesión americana de de forma bastante lenta e inadecuada. Con
1953–54) es el persistente auge de la in- estos cambios estaban evidentemente co-
versión privada (la inversión de la industria nectados los grandes aumentos en produc-
privada en modernización y ampliación de tividad laboral que fueron característicos
capacidad) en Gran Bretaña al igual que en de la industria americana en los años vein-
Alemania Occidental y en Norteamérica te (que originaron todo lo que actualmente
ante la disminución del gasto en armamen- se denomina «desempleo tecnológico») y
to, antes ascendente, ante la subida de los también los aumentos más pequeños, pero
tipos de interés y ante el endurecimiento de no menos importantes, de la productividad
los créditos. Este es el hecho más notable y británica a mediados y a finales de la dé-
es el que demanda una mayor explicación, cada de los veinte y (curiosamente) en los
puesto que todo lo que hemos aprendido años treinta. La «producción en masa» se
tanto de la teoría como de la práctica en el asociaba con el creciente uso de la electri-
período de entreguerras nos lleva a esperar cidad como energía motriz y estaba conec-
del capitalismo monopolista, cuanto más tada (por lo menos indirectamente) con el
se desarrolla, un grado creciente de exce- aumento de las nuevas industrias del perío-
so de capacidad en plantas y equipo y una do de entreguerras, tales como la ingenie-
tendencia al estancamiento en inversión y ría eléctrica, los plásticos, los motores y la
ritmo de crecimiento. [10] aeronáutica y con el fundamental desarro-
llo de la industria química.
Período de Renovación Tecnológica Creo que los historiadores económicos
del futuro pueden considerar todo esto
Cualquier análisis marxista estaría in- como el umbral de la «automatización» de
completo sin un examen de los cambios en los años cincuenta. Originándose (parece)
la técnica y en las fuerzas productivas. En en el movimiento hacia una creciente es-
realidad, se podría decir que este debería tandarización tanto de equipo productivo
ser el punto de partida de cualquier análi- como de productos, se transformó en una
sis, puesto que las fuerzas productivas son serialización de máquinas y procesos para
(en la muy conocida frase de Stalin) «el ele- reducir al mínimo la manipulación por la
mento más móvil» del modo de producción. mano del hombre y para que sucesivas fa-
Por tanto quiero pasar a esto, con especial ses de la producción se realizaran en una
cadena de montaje o en una cinta transpor-
10.— Véase por ejemplo, J. Steindl, Maturity and Stagnation tadora. Pero aunque el manejo manual se
in American Capitalism. redujo al mínimo, el trabajador seguía ejer-

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Nuestros clásicos

ciendo un control minucioso y haciendo la ta en términos de valor). En un trabajo mío


mayoría de las operaciones productivas (p. publicado justo después de la guerra [12] hice
ej. en la cadena de montaje de un automó- un intento (sin duda inadecuado) de ana-
vil). Era lógico pero revolucionario que el lizar algunos de los efectos potenciales de
siguiente paso hacia la automatización fue- los nuevos métodos técnicos de la fase de
se transferir a la máquina incluso el control innovación anterior a la pre–automatiza-
minucioso de las operaciones productivas, ción, dos de los cuales podrían tener algu-
utilizando modernos avances en electróni- na relevancia en nuestro contexto actual:
ca (algunos de ellos productos de la guerra) su tendencia a provocar rigidez productiva
para proporcionar complejos mecanismos ante los cambios de la demanda, y a causar
de realimentación. que la innovación técnica tome la forma
Cito la autoridad del Dr. Liley: de «saltos» revolucionarios (ocasionando,
como tiende a hacer cada vez con más fre-
«Es solo en el período de postguerra —y en cuencia, desguaces y desmantelamientos a
gran medida como resultado de avances gran escala y la reconstrucción de unidades
técnicos iniciados durante la guerra— que industriales complejas), en lugar del proce-
ha sido posible aplicar la automatización a so de innovación gradual, paso a paso, del
procesos técnicos en general. Y así, a pesar capitalismo del siglo XIX. Lo que yo creo
de una prehistoria que se remonta a una que no se puede negar es que vivimos un
generación o más, la automatización como período de cambios técnicos completa-
algo de sólida importancia general perte- mente revolucionario, en el cual las fuerzas
nece a los últimos cinco o diez años — y productivas han sufrido una transforma-
todavía más al futuro. Sus efectos son más ción importante o un ‘salto’ cualitativo. Si
perceptibles en dos campos fundamentales esto es así, difícilmente puede serlo sin que
que antes de 1945 apenas estaban afecta- haya efectos profundos en las relaciones de
dos— en la producción de ingeniería y en el producción y en el funcionamiento general
trabajo administrativo.» [11] del capitalismo. Quizás no sería incorrecto
conectar (aunque sea indirectamente) estos
No es este el lugar para entrar en un de- cambios en las fuerzas productivas con las
bate a fondo sobre los probables efectos aceleradas tendencias del capitalismo mo-
económicos de la automatización —p. ej. nopolista de estado del que hemos hablado.
los efectos en los diferentes estratos de la Hasta el momento, al tratar la automati-
clase trabajadora (la posible reducción de zación, hemos tendido a centrar la atención
la esfera del operador de máquina semi- en su efecto de desplazamiento del trabajo
cualificado o de la del viejo tipo de artesa- —su posible tendencia a engrosar una vez
no cualificado, favoreciendo al personal de más el ejército de reserva industrial, en un
mantenimiento, ajustadores de maquina- mayor grado que el «desempleo tecnológi-
ria, técnicos, supervisores de máquinas y co» del que tanto se habló en los años vein-
similares); en los sistemas salariales (vuel- te. Este será sin duda un rasgo importante
ta a tarifas por medidas de tiempo); en el de estos cambios en la perspectiva a largo
trabajo en múltiples turnos durante las 24 plazo; igual que los grandes aumentos de
horas del día y en la ratio de los costes sala- la capacidad productiva serán el resultado
riales (la «composición del capital» marxis- final del auge de la inversión en años re-

11.— S. Lilley, Automation and Social Progress, p.5. 12.— Studies in the Development of Capitalism pp. 358–370.

138 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 131-141


Cambios en el Capitalismo desde la Segunda Guerra Mundial Maurice Dobb

cientes. Lo que, sin embargo, hemos tendi-


do a pasar por alto, al centrar la atención en
los efectos a largo plazo, es que un efecto
inmediato importante de la innovación tec-
nológica puede ser el de darle un impulso a
la inversión, y de ahí mantener el nivel de
actividad en marcha (con sus presiones in-
flacionarias y empleo total) al incrementar
la demanda de bienes de equipo de todas
clases, materiales de construcción, acero,
etc. (productos de la Sección I de Marx).
Lo que sugiero es que las posibilidades de
inversión permitidas por esta revolución
técnica pueden proporcionar la explicación
que estamos buscando para la persistencia
sorprendente del auge de la inversión des-
de el fin de la guerra de Corea.

Cambio Técnico y Boom de la Inversión

Puede que haya dos razones para que


esta explicación bastante obvia no haya
sido aceptada antes y para que algunos se
inclinen todavía por rechazarla. En primer Obra clasica de Dobb publicada en 1948. No
lugar, generalmente asociamos al capita- fue editada en España hasta 1976.
lismo monopolista con las restricciones
en producción e incluso con el sabotaje nuestra proposición anterior es cierta, que
del progreso técnico y parece ir a contra- la existencia de grandes reservas acumula-
corriente sugerir que la mera existencia de das ejerce presión para encontrar salidas a
posibilidades técnicas de innovación puede la inversión, puede que no sea sorprenden-
ser una razón para que la susodicha inno- te en absoluto que un período de descubri-
vación entre en vigor. «El miedo a la capa- mientos técnicos sea un período de inver-
cidad productiva» es una inquietud siempre sión relativamente alta.
presente del capitalismo monopolista y los La segunda razón posible es más teórica.
monopolios han demostrado que tienen Hasta el momento hemos tendido (como
poder para obstaculizar y retardar el de- señaló John Eaton en el último número)
sarrollo. Lo que tenemos que recordar, sin a darle a la teoría de crisis un giro de bajo
embargo, es que (como Lenin insistía) el consumo un poco tosco; y al hablar de la
monopolio no sustituye ni evita la compe- tendencia de la capacidad productiva de
tencia entre monopolios, si no que cambia superar el poder del consumo, de identi-
su forma; y esta rivalidad puede que fuer- ficar el poder de consumo con el consu-
ce a las empresas a acometer innovacio- mo personal (V + la parte consumida de S,
nes, aunque sea de forma anárquica y des- en la nota de Marx). Lamentablemente el
igual, una vez que haya quedado claro que mismo sesgo va a aparecer en la sección
alguien empezará a marcar el ritmo. Y si de la teoría de crisis en el nuevo Political

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 131-141 139


Nuestros clásicos

Economy Textbook soviético. [13] Esto es para versión) es «independiente» del consumo


concentrar la atención exclusivamente en personal, aunque esta sea una forma limi-
el mercado de la Sección II (producción de tada de «independencia». Si bien esta «in-
bienes de consumo) e ignorar el hecho de dependencia» no debe exagerarse, significa
que la inversión mientras se produce crea un que la inversión y de ahí la actividad pro-
mercado para los productos de la Sección ductiva de la Sección I no están limitadas
l (bienes de equipo —máquinas, materiales por el consumo personal (V+ parte consu-
de construcción, etc.) y que aumentar el mida de S) en el sentido de tener que llevar
empleo y los beneficios de este sector pue- el mismo ritmo: realmente, recalca Lenin,
de también tener el efecto de aumentar el es una característica básica del capitalismo
mercado de la Sección II. Es cierto que los que la Sección I tiende a crecer más rápido
productos de la Sección I que esta inversión que la Sección II.
está provocando, a menos que todos ellos
estén dedicados a la expansión de la Sec- «Así el crecimiento del mercado nacional
ción I en sí misma, tienen que acabar en para el capitalismo es, hasta cierto punto,
una ampliación de la capacidad productiva ‘independiente’ del crecimiento del consu-
de las industrias de bienes de consumo y mo personal y tiene lugar en mayor medida
en un problema de sobreproducción en ese debido al consumo productivo… El desarro-
sector, a menos que el consumo personal llo de la producción principalmente a causa
(V + parte consumida de S) aumente de for- de los medios de producción parece para-
ma equivalente. Pero ese es un problema a dójico y sin duda constituye una contradic-
largo plazo y aquí hablamos del efecto más ción. Es ‘la producción por la producción
inmediato, a corto plazo, de la inversión en sí misma’ —la expansión de la produc-
mientras esta se produce. ción sin la correspondiente expansión del
consumo. Pero es una contradicción, no de
Lenin acerca del «Consumo Productivo» doctrina sino de vida… [y] responde a la na-
turaleza misma del capitalismo» [14]..
A este respecto vale la pena citar el ar-
gumento de Lenin contra los narodniks en La misma idea, cabe señalar, la expresa
el primer capítulo de su Desarrollo del Capi­ incluso más perspicazmente en su publi-
talismo en Rusia, disponible ahora en inglés cación A Characterisation of Economic Ro­
por primera vez. Lenin subraya aquí que la manticism (pp. 62–4) en el pasaje citado por
demanda de bienes no debe ser identificada John Eaton en el último número de Marxism
con consumo personal: que también hay lo Today.
que se denomina consumo productivo, que Resumiendo: lo que yo sugiero es que
representa la demanda de bienes de equi- un período de anormal innovación tecno-
po, productos de la Sección I, que surgen lógica, al abrir un nuevo ámbito de inver-
del gasto de las empresas capitalistas en sión para el capital acumulado (durante un
maquinaria, construcción, materias pri- tiempo) y por tanto una demanda creciente
mas, piezas, etc. Además, el último puede de productos de la Sección l, puede consti-
aumentar más rápido que el primero; y en tuir una expansión del ‘mercado nacional»
este sentido el consumo productivo (= in- como la citada por Lenin. Cuando se combi-

13.— Véase especialmente p. 263 de la traducción inglesa 14.— Development of Capitalism in Russia, English edition
de la segunda edición. 1957, pp. 32, 33–4..

140 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 131-141


Cambios en el Capitalismo desde la Segunda Guerra Mundial Maurice Dobb

na con el alto nivel de gasto estatal y la acu- pletamente nuevo. Ni tampoco significa
mulación interna de fondos por las grandes que las contradicciones hayan sido supera-
empresas de la que hemos hablado, parece das —de momento simplemente han cam-
ofrecer una explicación suficiente a lo que biado de forma de expresión (hay muchas
ha estado pasando en la década actual. En contradicciones en una situación y fase
la excepcional situación tecnológica de inflacionarias, como ahora vemos —pero
mediados del siglo XX, no debería sorpren- hasta ahora quizás no les hemos dedicado
der a los marxistas (dando por hecho que suficiente atención para analizarlas). En el
su teoría está completamente desarrollada) momento de escribir esto hay signos de que
que el curso normal del ciclo esté algo dis- el auge de la inversión americana está mo-
torsionado, en el sentido de ser reempla- derándose y en Gran Bretaña parece proba-
zado por un ciclo más largo con una fase ble que las drásticas medidas deflacionarias
ascendente más prolongada, comparándolo de septiembre hayan causado el descenso
con el tipo de ciclo del siglo XIX en el cual de la inversión. Si esta bajada va a ser tem-
nuestra forma de pensar se ha basado pre- poral o permanente y acumulativa solo los
viamente. hechos de los próximos meses nos lo dirán.
Pero decir esto no es afirmar, por su- Sería erróneo deducir una respuesta de un
puesto, que la fase ascendente pueda seguir razonamiento a priori y sería engañoso ba-
indefinidamente, como a algunos neofabia- sarnos demasiado en analogías con situa-
nos les gustaría, convirtiendo una «fase» ciones anteriores —por mucho que uno se
novedosa (que yo creo que tenemos que vea tentado a ver paralelismos entre algu-
reconocer que lo es) en un escenario com- nos hechos recientes y 1929.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 131-141 141


Nuestros Documentos

Jesús Hernández en el VII Congreso


de la Internacional Comunista
Víctor Manuel Santidrián Arias
IES do Milladoiro
El VII Congreso de la Internacional Co-
munista (IC), celebrado en Moscú en el ve-
rano de 1935, impulsó un cambio radical
en la política del partido de la revolución
mundial. Se trata de uno de los tantos «vi-
rajes» efectuados por la organización co-
munista desde su nacimiento en 1919. Pero
no se trata de un viraje más porque, a dife-
rencia de los anteriores, supuso la adopción
de una política que tuvo, por fin, resultados
exitosos: el antifascismo y la política de los
frentes populares. Después de tantos años
de enfrentamiento y sectarismos en sus re-
laciones con el mundo socialista, la IC, de
la mano del húngaro Giorgi Dimitrof, su
secretario general, optó por la unidad; uni-
dad de clase, lo que se habría de traducir en
unificación de los partidos socialista y co-
munista así como de sus respectivas orga-
Jesús Hernández durante el periodo republi-
nizaciones sindicales; y unidad interclasis-
cano (Foto: Archivo Histórico del PCE).
ta: de las clases medias que se mantuvieran
fieles a la democracia con las clases popu- frentes populares son conocidos los discur-
lares. El VII Congreso impulsó, por lo tanto, sos y escritos de José Díaz. Presentado en
procesos unitarios dentro de una «táctica numerosas ocasiones como un apasionado
defensiva que había nacido de la necesidad de la unidad, los textos del que fuera secre-
de hacer frente al fascismo, y del fracaso tario general del PCE desde 1932 hasta su
de las respuestas dadas antes de 1933», en muerte en 1942, fueron publicados en vida
palabras de José Luis Martín Ramos en su del autor en varios medios. Años después,
magnífico ensayo sobre El Frente Popular. la Colección Ebro de París los recogió en
Victoria y derrota de la democracia en Espa­ Tres años de lucha [1]. Por su parte, la FIM
ña (Barcelona, Pasado & Presente, 2015).
1.— Libro en línea (https://www.marxists.org/espanol/
Sobre la recepción en España de las re- diaz/1930s/tadl/02.htm) que fue reimpreso en 2005 en
soluciones del VII Congreso y la política de una edición todavía localizable en librerías (Muñoz Moya

142 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 142-144


Jesús Hernández en el VII Congreso de la Internacional Comunista Víctor M. Santidrián Arias

publicó una selección de trabajos en 2002, participó en el Plenario del Comité Ejecu-
algunos de los cuales se pueden descargar tivo de la Komintern, junto a Dolores Ibá-
de su web [2]. rruri. Dos años después, formó parte de
Sin embargo, el texto escogido para in- la delegación comunista española —en la
augurar esta sección de documentos es obra que también figuraban Dolores Ibárruri,
de otro autor, quizás hoy en día menos co- José Díaz, Vicente Uribe y Pedro Fernández
nocido para el lector no especializado, pero Checa— al VII Congreso de la IC. Intervino
no por ello menos importante. Nos referi- en el cónclave comunista el día 8 de agosto,
mos a Jesús Hernández. El documento, su con el discurso que aquí presentamos.
intervención en el VII Congreso de la IC, es El texto que reproducimos es una trans-
de importancia no solo por sus contenidos, cripción del publicado en las páginas 293
probablemente no muy distintos a otros es- a 299 de Información Internacional. Revista
critos, sino por el perfil del autor. semanal, editada por el PCE en 1935 en Va-
De Jesús Hernández (1907–1971), bio- lencia. Posteriormente, el informe de Jesús
grafiado por Fernando Hernández Sánchez Hernández al VII Congreso de la IC fue re-
en Comunistas sin partido. Jesús Hernández. producido en la Historia del Partido Comu­
Ministro en la Guerra Civil, disidente en el nista de España (Madrid, Editora Nacional,
exilio (Madrid, Editorial Raíces, 2007), sabe- vol. 2 pág. 574–592), de Eduardo Comín
mos que nació en Murcia, aunque su familia Colomer, el policía y prolífico escritor fran-
emigró a Bilbao en 1907, ciudad en la que quista que tuvo acceso a tantos documen-
trabajó desde niño. Allí empezó su militan- tos del PCE, entre ellos El comunismo al día:
cia, primero en las Juventudes Socialistas y, VII Congreso de la Internacional Comunista.
posteriormente, en las Comunistas, desde Discursos íntegros, resoluciones adoptadas
donde fue cooptado por el Comité Ejecuti- (1935). Internacional Comunista. Congreso
vo del PCE. La actividad militante, de la que (7º. 1935. Moscú), editado por los hermanos
la violencia política era un rasgo cotidiano, Bergua en Madrid en 1935. Por su parte, el
le obligó a huir a la URSS en el verano de volumen que el número 76 de Cuadernos de
1931. Tras un periodo de formación en la Pasado y Presente dedicó al VII Congreso de
Escuela Leninista en el país del socialismo la Internacional Comunista solo recoge las
regresó a España. En los años republicanos intervenciones de los delegados latinoa-
fue miembro de los máximos órganos de di- mericanos, por lo que el discurso de Jesús
rección del PCE, partido al que representó Hernández no está reproducido en sus pá-
como Ministro de Instrucción Pública en el ginas [3].
gobierno de la República en guerra. Ya en Quien se adentre en este documento,
el exilio, marcado por las diferencias polí- encontrará una estructura y un lenguaje
ticas y los enfrentamientos personales, fue reconocibles en otros textos de la misma
expulsado del PCE en 1944. Contribuyó a época, así como unos análisis escasamen-
la creación de nuevas organizaciones des- te críticos con las políticas realizadas hasta
de las que denunció el estalinismo: su obra el momento por el movimiento comunista
más conocida se titula, precisamente, Yo fui internacional. En la intervención de Jesús
ministro de Stalin.
En diciembre de 1933, Jesús Hernández 3.— Pasado y Presente, 76, (1984) [en línea: http://www.
mediafire.com/view/qkjq97d4bx5o5bk/Fascismo,_
democracia_y_frente_popular._VII_congreso_de_la_
Editores Extremeños). Internacional_comunista._Mosc%C3%BA ,_25_de_
2.— (http://www.fim.org.es/media/2/2212.pdf). julio_–_20_de_agosto_de_1935_(Cuadernos_PyP_76).pdf)]

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 142-144 143


Nuestros documentos

Hernández encontraremos citas a Dimitrof el PCE en las elecciones de noviembre de


y Stalin, al ascenso de Hitler al poder y a la 1933, cuando los comunistas malagueños
Austria de Dollfus, a las elecciones de no- se presentaron dentro de una candidatu-
viembre de 1933, a Gil Robles considerado ra unitaria. Quizás por ello, Antonio Elor-
como representante del fascismo en Espa- za afirma que la repercusión central del VII
ña, a Largo Caballero y a Julián Besteiro, a Congreso de la IC en España consistió en la
las Alianzas Obreras y a la Revolución de convergencia entre socialistas y comunis-
Octubre de 1934, al PSOE, la UGT y a la tas, traducida en la unificación de la UGT y
CNT… la CGTU (más bien absorción de la segun-
En definitiva, el discurso de Jesús Her- da central por la primera), y en la creación
nández asume para España las propuestas de las Juventudes Socialistas Unificadas y
de Georgi Dimitrof. El PCE formará parte de del Partit Socialista Unificat de Catalunya
la coalición electoral que triunfó en los co- (PSUC).
micios de febrero de 1936: el Frente Popu- Es ya hora de dar la palabra a Jesús Her-
lar. De alguna manera, la confluencia elec- nández.
toral ya había sido ya puesta en práctica por

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Intervención de Jesús Hernández*

Vígesima quinta sesión (8 de agosto. Mañana).


Camarada HERNANDEZ (España)

¡Camaradas!
El informe de nuestro camarada Dimi-
trof abre, ante nuestros Partidos, una pers-
pectiva de trabajo amplia, justa y bolchevi-
que. De la aplicación correcta de las tareas
que en él se trata va a depender el que en
muchos países evitemos a la clase obrera
y a todo el pueblo trabajador la sangrienta
experiencia de la dictadura fascista y que
allí donde ella existe precipitemos su hun-
dimiento.
Los hechos de la misma vida subrayan, Sesión plenaria del VII Congreso de la IC.
con una línea de fuego, cada palabra y cada
afirmación hecha en su discurso por el ca- ya por Engels en su folleto «Los bakunistas
marada Dimitrof. Y estos hechos nos de- a la obra». Pero, cuando las grandes masas
muestran que allí donde el frente único se se concentran y unen su acción en circuns-
realiza se crean todas las condiciones para tancias como la de octubre, las mismas
desencadenar rápidamente las acciones de condiciones de esta lucha plantea, con toda
masa, y que en el proceso de maduración de precisión, el problema del Poder.
la crisis política el frente único es una de las La mejor confirmación de la justeza del
condiciones fundamentales para desembo- discurso y de la tesis del camarada Dimi-
car directamente en grandiosas luchas re- trof la encontramos en los combates de oc-
volucionarias, en las que el problema del tubre en Asturias. Allí, la unidad de lucha
Poder se presenta claramente ante el pro- estaba dada: la Alianza de obreros existía,
letariado. Las palabras del camarada Dimi- y la de los obreros y campesinos se efectuó
trof están confirmadas por las grandiosas desde los primeros momentos de la lucha.
movilizaciones antifascistas realizadas por Toda la población trabajadora se enrolaba
nuestro valiente hermano de Francia y por a la lucha insurreccional. Octubre en Astu-
las batallas de octubre en España. rias fué una insurrección popular de masas
Los combates de octubre en nuestro país contra el fascismo, o por su propio Poder y
han significado, por primera vez en la his- el impulso motriz de ellas, el frente único
toria obrera de España, el desbordamiento proletario. Por eso se pudo vencer. Y este
por las masas de los tradicionales y viejos es nuestro orgullo, pues nadie más que los
putchistas del anarquismo, tan flaqueados comunistas hemos señalado siempre ese
camino como el único posible para la vic-
* Intervención publicada en: Información Internacional. Re-
vista semanal, 17, 20 de noviembre de 1935, pp. 293–299. toria. (Aplausos.)
Transcripción de Víctor M. Santidrián Arias A veces vemos también en los juicios

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 145-158 145


Nuestros documentos

de los enemigos la justeza de nuestra po- socialistas con la proposición de frente úni-
lítica. He aquí, por ejemplo, la opinión que co, tomando como base la carta de la I.C. a
del frente único tiene Dollfuss español, Gil la Segunda Internacional. Como las veces
Robles. Cuando éste respondía a quienes anteriores, no obtuvimos respuesta alguna.
le acusaban de haber provocado conscien- En las elecciones de noviembre de 1933
temente las jornadas de octubre, decía: repetimos nuestro llamamiento para for-
«Cierto: yo sabía que la entrada de los mi- mar, en común, candidaturas de frente úni-
nistros de mi Partido en el Gobierno signi- co y de frente antifascista. Nuestra propo-
fica desencadenar la guerra civil; pero, no sición fué desechada.
seamos ingenuos. Esperar dos o tres meses Más tarde, con ocasión de los combates
más habría sido suicida, pues toda España de febrero en Austria, propusimos nueva-
se hubiese transformado en una inmensa mente el frente único para iniciar toda una
Asturias, y hoy tendríamos los Soviets en campaña de solidaridad internacional con
España». el heroico proletariado austríaco en ar-
En España existía, desde hace muchos mas. Esta propuesta mereció el calificativo
años, un profundo abismo que mantenía de provocación, lo cual no impidió que a
separadas entre sí a las masas socialistas nuestro llamamiento de huelga respondie-
y comunistas, pero gracias al esfuerzo in- sen más de 100.000 obreros, en su inmen-
cansable de nuestro Partido, las diferen- sa mayoría socialistas. En abril de 1934, los
cias entre los obreros socialistas y nosotros fascistas preparaban una marcha nacional
se iban acortando rápidamente y el frente sobre El Escorial. El Partido llamó a todas
único abriéndose paso. las organizaciones proletarias, dirigiéndo-
Para apreciar este proceso y desarrollar- se especialmente a la Ejecutiva del Partido
lo mencionaremos solamente los momen- Socialista, proponiéndoles marchar bajo las
tos más importantes de nuestra lucha en consignas de «Ni pan, ni tren ni agua para
pro del frente único. los fascistas». La ola formidable de frente
Ya antes de la subida al Poder de Hitler, único que iba despertando nuestra tenaz
nos dirigimos públicamente a los obreros y campaña y el deseo de lucha en las masas
organizaciones de base del Partido Socia- eran tan poderosos que los jefes socialis-
lista, de la U.G.T. y Sindicatos anarquistas tas se vieron precisados a declarar la huel-
para marchar, en común, contra las pro- ga general. Con la misma consigna, meses
vocaciones y ataques de la reacción y del más tarde, el proletariado de Asturias, en
fascismo. La toma del Poder por Hitler, que frente único, paralizó en absoluto toda vida
alentó a todas las huestes reaccionarias de la región ante el intento de otra marcha
en el mundo y que, en España, incremen- fascista sobre Covadonga (Asturias). En el
tó su insolencia en grado extraordinario, umbral de los acontecimientos de octubre,
repercutió en nuestro proletariado como los terratenientes de Cataluña y de toda Es-
un ataque de clarín para redoblar la guerra paña realizaron una concentración sobre
contra el peligro fascista interior y contra el la capital de la República. Nuestro llama-
fascismo alemán. El camarada García os ha miento de frente único no pudo dejar de
referido la grandiosidad de esta campaña ser oído, una vez más, por la dirección del
de huelgas, manifestaciones y protestas de Partido Socialista, y de nuevo se declaró en
toda clase contra la barbarie del fascismo Madrid la huelga general.
alemán. Aprovechando este ambiente, nos Se acercaba octubre. La corriente de
dirigimos nuevamente a las organizaciones frente único crecía sin cesar. Los ataques de

146 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 145-148


Intervención en el VII Congreso de la Internacional Comunista Jesús Hernández

la reacción contra las condiciones de vida logró impedir que éstas llegasen a adquirir
de las masas despertaban una gran tem- cierta popularidad. Las masas socialistas,
pestad de protestas y luchas. El deseo de que anhelaban el frente único con los co-
unirse para dar la batalla decisiva desbor- munistas, se encuadraron en las mismas e
daba toda resistencia. Esto llevó al Partido igualmente algunos sindicatos autónomos.
Socialista a crear las Alianzas Obreras, que Por eso, el Comité Central extraordina-
tenían como objetivo en principio, frenar rio, celebrado por nuestro Partido en sep-
la corriente de sus propias masas hacia la tiembre, acordó su ingreso en las Alianzas
verdadera realización del frente único en Obreras, sin ocultar el criterio que ellas nos
las fábricas y en los campos, una forma de merecían y la labor que cordialmente pen-
cortar los pactos locales y regionales entre sábamos realizar en su interior para con-
las diversas organizaciones socialistas y co- vertirlas en verdaderos órganos del frente
munistas de la U.G.T. y la C.G.T.U. Esto se único de los obreros y campesinos. Nuestro
producía unos meses antes de octubre. contacto con aquellas masas que forma-
Por ejemplo, en Barcelona hacía más de ban las Alianzas podía decidirlo todo. Y, en
un año que existía una Alianza Obrera or- cierta medida, el resultado de octubre y el
ganizada por un renegado del comunismo, ejemplo de Asturias demostró la justeza de
Joaquín Maurín, el Doriot de España. Esta nuestra apreciación.
Alianza fué constituída como una forma de El entusiasmo que esta decisión de
lucha contra la popularidad de la consigna nuestro Partido despertó entre las masas
de frente único lanzada por nuestro Parti- fué grandioso. El frente único comenzó a
do. En ella se agruparon el Bloque Obrero y adquirir forma orgánica, adquiriendo cada
Campesino, los trotskistas y algunos sindi- vez mayor cohesión. Las Alianzas surgían
catos disidentes del anarquismo. Y el Parti- rápidamente. Las relaciones con el Partido
do Socialista tomó este modelo de organi- Socialista se estrechaban. La influencia del
zación para el resto de España. Partido aumentaba a pasos agigantados. En
Digamos de paso que en estas alianzas, los quince días que precedieron a octubre, la
en vísperas de octubre, aún no estaban re- tirada de Mundo Obrero, órgano central del
presentadas ni la C.N.T. ni la C.G.T.U., ni los Partido, se elevó de 35.000 a 55.000 ejem-
sindicatos autónomos, ni los obreros anar- plares. Pero estábamos en vísperas de oc-
quistas y comunistas, ni los campesinos, tubre cuando este proceso de organización
ni los obreros parados, ni los obreros uni- del frente único aún estaba en sus comien-
formados. En tales condiciones, estos or- zos. Esta fue una de las causas fundamenta-
ganismos pretendían ser lo que fueron los les de la derrota temporal del proletariado
Soviets en Rusia. Sus comités estaban in- de España. La burguesía quería cortar la ola
tegrados por delegados de las organizacio- favorable del frente único, bajo la cual iba
nes, y en ningún caso por delegados direc- a ahogarse. Sabía que a medida que el fren-
tamente elegidos por las masas. Tales eran, te único se organizaba, las consignas del
en su origen, las Alianzas Obreras en nues- Partido penetraban en las masas con una
tro país. Por todo esto, nuestro Partido las rapidez vertiginosa, como lo demostró el
combatió violentamente y con justeza du- grandioso mitin de frente único celebrado
rante el primer período. ¿Por qué y en qué en el estadio de Madrid, organizado por las
momento fué nuestro Partido a las Alian- Juventudes Socialistas y Comunistas que
zas? Nuestra campaña sobre el significado concentró a más de 90.000 trabajadores
de las Alianzas en el momento de nacer, no que acogían llenos de entusiasmo, las con-

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 145-158 147


Nuestros documentos

signas de nuestro Partido. Igual sucedía en en la cual, tras analizar las causas del por-
toda España. Por eso Gil Robles decía que qué no había podido triunfar la revolución,
dos o tres meses más y habría sido dema- decíamos: «Unidos hemos peleado y unidos
siado tarde para ellos. seguiremos más firmes que nunca. Discutire­
En la aplicación de la táctica del fren- mos cordialmente las experiencias, los acier­
te único hemos cometido errores y faltas. tos y los errores de las pasadas batallas. Pero
Existen las faltas y los errores. Yo hablaré nada podrá romper la unidad de acción y de
a continuación de ellos. Pero con todo, es lucha de los obreros comunistas y socialistas
bien comprensible que el octubre en Es- y seguiremos nuestra gran tarea para atraer
paña no caía del cielo. Nuestro Partido, a los obreros anarquistas a nuestro frente». Y
ayudado eficazmente por las Juventudes más adelante, entre las consignas de orden
Comunistas, al lograr, con su tenaz cam- inmediato, decíamos: «Unidos para formar
paña, ir rompiendo el muro que separaba a un solo bloque antifascista, para organizar
las masas socialistas y comunistas, creó las las Alianzas obreras y campesinas en todo
condiciones para la gran epopeya revolu- el país». De esta forma, la bandera de las
cionaria de octubre. Alianzas y del frente popular es empuñada,
Unido a estos esfuerzos en la lucha por más poderosamente que nunca, por el Par-
el frente único proletario, debemos men- tido, después de las batallas de octubre. En
cionar la gran actividad del Partido en lo este momento nuestro Partido caracterizó
que refiere al trabajo de concentración de así a las Alianzas:
las masas populares, cuyos resultados fue- «Los Comités de la Alianza Obrera y cam­
ron la creación del frente popular antifas- pesina de Asturias se convirtieron en el pro­
cista que abarcaba algunos sectores del pio curso de la lucha, y por las necesidades
republicanismo de izquierda, gran parte de ésta, en los verdaderos órganos de Poder:
de la intelectualidad antifascista, etc., los en Soviets, con la participación de los delega­
Comités contra la guerra y el fascismo, en dos campesinos. El ejemplo de Asturias y de
los cuales enrolábamos a gran número de algunos pueblos de Euzkadi y Cataluña han
mujeres que supieron movilizarse en mani- acreditado a las Alianzas Obreras y campe­
festaciones violentas de calle, en protesta sinas como los órganos completamente aptos
contra la reacción y el fascismo. para las luchas diarias y capaces de transfor­
Tal era la situación desde el punto de vis- marse, en el curso de la lucha, en órganos de
ta del frente único y de la unidad de lucha Poder (Soviets)».
cuando nuestros bravos proletarios de toda La comprobación, por las masas, de la
España se lanzaron a la huelga general, a la justeza de nuestras consignas, comproba-
lucha armada, y en Asturias, León, Euzkadi, ción hecha bajo el fuego de la metralla de
Barcelona, etc., empuñaron las armas para la lucha insurreccional; la comprobación
cerrar el paso al fascismo. de las teorías que ellos habían defendido
Aún tronaba la fusilería de los últimos hasta octubre; la heroica participación de
defensores del Poder obrero y campesino nuestro Partido en las luchas, en contras-
en Asturias contra las tropas del general de te vivo con el sabotaje realizado por el ala
la contrarrevolución, López Ochoa, cuando reaccionaria del Partido Socialista y por las
nuestro Partido lanzó una vibrante llamada vacilaciones de los jefes de izquierda, in-
al Partido Socialista, a los obreros anarquis- crementaron, en forma grandiosa, la auto-
tas, a la C.N.T., U.G.T., sindicatos autóno- ridad del Partido Comunista, no sólo entre
mos y todas las organizaciones proletarias, los obreros socialistas, sino entre todas las

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masas populares de España. para el logro de lo establecido en nuestro


Pero tenemos presente el retraso del plan común. Tenían la concepción de que
crecimiento de nuestra influencia. Hemos toda acción política y de sus masas podía
oído aquí el balance que presenta nuestro incrementar los golpes represivos del ene-
valiente Partido hermano de Austria, y al migo. Por idénticas causas no alcanzaban a
contrastarlo con el nuestro, hemos sentido ver la necesidad de lanzar, en común, ma-
todo el retraso de nuestro trabajo. nifiestos con las firmas de las organizacio-
Vosotros tenéis todo el derecho de pre- nes que componíamos el Comité de Enlace.
guntarnos las causas que motivan esta si- Esto ha sido posible realizarlo nueve meses
tuación. Procuraré dar algunos elementos después de octubre, cuando hemos logra-
de juicio para ayudar a comprender tal he- do convencer a los camaradas socialistas
cho. de la necesidad de firmar un manifiesto en
A nuestro llamamiento, después de oc- común dando instrucciones para la cam-
tubre, responde la Comisión Ejecutiva del paña contra la pena de muerte. En lo que
Partido Socialista y de la U.G.T., aceptando concierne a la organización de las Alianzas
la constitución de un Comité de enlace en- Obreras, a pesar de que en todas las reunio-
tre sus organizaciones nacionales y las de nes donde este problema ha sido planteado
nuestro Partido y la C.G.T.U.. Este Comité los compañeros socialistas se han mostra-
hace suya la siguiente plataforma de lucha do de acuerdo para organizarlas en escala
en común: local y provincial, se oponen a organizarlas
1º Ayuda económica y política a los pre- en escala nacional. Las instrucciones da-
sos y perseguidos de octubre. das en sus organizaciones de base, por no
2º Campaña por su liberación y por la ser suficientemente precisas, motivan re-
amnistía. sistencias y vacilaciones que retrasan no-
3º Lucha por la apertura de las Casas del tablemente la organización de éstas. Pero
Pueblo y de todos los Centros Obreros clau- con todo, gracias al incansable esfuerzo
surados. de nuestro Partido y al ánimo de lucha de
4º Lucha por la reconquista de las liber- las masas socialistas, hemos logrado cons-
tades democráticas del pueblo trabajador. tituir, de octubre a la fecha, más de 200
5º Lucha por la disolución de los sindi- Alianzas en todo el país, con lo que hemos
catos y organizaciones fascistas. abierto una perspectiva formidable para
El plan, en su conjunto, no era malo; todo el desarrollo ulterior del frente único
prometía grandes resultados, tanto desde proletario. Algunas Alianzas ya dirigen lu-
el punto de vista de la ampliación del frente chas políticas y económicas y han tomado
único como del resultado político de la lu- acuerdos, que se han puesto en práctica, de
cha de las masas por el logro de dichas rei- crear secciones de Alianza Obrera en todos
vindicaciones. Pero los impedimentos sur- los lugares de trabajo.
gen cuando este plan, para su realización, Después de octubre se hizo muy general
debe poner en movilización a las masas. en las masas, no solamente del Partido So-
Los camaradas socialistas no compren- cialista, sino también en las sin partido, la
dían la necesidad de poner en movimiento impresión de que los comunistas y socialis-
a las masas por las reivindicaciones eco- tas marchaban de común acuerdo, y que, en
nómicas de carácter inmediato que sufrían breve tiempo, se fusionarían ambos parti-
una embestida brutal por parte de la pa- dos. Esta creencia repercute de la siguiente
tronal fascista y reaccionaria, y tampoco forma: de un lado favorablemente, por el

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ambiente de fraternidad que se crea en- les hace conservar aún cariño a sus organi-
tre socialistas y comunistas, pero, de otro, zaciones y confianza en sus dirigentes. In-
desfavorablemente, porque estas masas no negablemente, esto juega un papel en esta
plantean, con la imperiosa urgencia que se- lentitud del desplazamiento de las masas
ría necesario al interior de sus organizacio- socialdemócratas hacia las posiciones fran-
nes, el problema de la unidad y del frente camente revolucionarias y hacia nuestro
único. Ellas esperan a que el proceso de fu- Partido.
sión sea ultimado por ambos partidos. Y en Pero, en general, podríamos decir que
este caso, indudablemente, esta creencia se los obreros socialistas en nuestro país van
convierte en un freno. perdiendo rápidamente su fe en el refor-
No menos importante es señalar, por lo mismo y en sus métodos seguidos hasta
que a España concierne, la diferencia en la hoy, que buscan ávidamente algo nuevo,
conducta de los dirigentes socialistas con que se acercan, cada vez más, a los métodos
la de los jefes del austromarxismo, la dife- revolucionarios. Ellos ven en nosotros a los
rencia entre febrero en Austria y octubre en camaradas que luchan con heroísmo, con
España. abnegación sin límites, y los que tienen una
En Austria, el fascismo iba arrebatando, línea política en lo general justa. Pero junto
posición tras posición, a las masas, sin que a esto también tienen la idea de que somos
de parte de sus jefes se hiciese nada con- un Partido todavía no lo suficientemente
creto en el sentido de lanzar las masas a la grande, y vacilan en venir hacia nosotros ya
lucha por la defensa de las mismas. Las ma- que ellos están acostumbrados a sus gran-
sas veían que el fascismo las devoraba. No des organizaciones de tipo socialdemócra-
les quedaba más que las armas y también ta. Es decir, todavía no están convencidos
iban a quitárselas. Esto produjo el estalli- de que nuestro Partido es el nudo más firme
do de indignación contra la voluntad de los contra el peligro fascista. Pero en este error
jefes, salvo excepciones dignas, antes las de nuestros camaradas socialistas hemos
cuales rendimos nuestras banderas. Esto, de confesar que la parte fundamental nos
unido indudablemente a la heroica y justa corresponde a nosotros, por no haber sido
participación de nuestro Partido en la lu- capaces de convencerlos de lo contrario.
cha, abrió un mundo nuevo ante los bravos Por ejemplo, el camarada García os ha dicho
proletarios de Austria y a la luz de los he- que en casi todas partes nuestros camara-
chos vinieron al camino de la revolución, y das, en los primeros momentos de octubre
vinieron y vienen al P.C. de España, donde observaron una actitud de esperar frente a
las masas sacaban justas deducciones de la los socialistas, es decir, esperaban las ar-
experiencia alemana y austriaca, ardían en mas de manos de ellos. Hemos tenido unas
deseos de batirse, y sus jefes de izquierda, ilusiones sobre la capacidad de decisión de
tales como Largo Caballero, organizaron, la socialdemocracia para llevar a la lucha de
de una u otra forma, la lucha: están per- las masas consecuentemente hasta el fin.
seguidos, sus organizaciones clausuradas, Las masas abandonan a los jefes anarquis-
contándose por centenares sus muertos y tas y a sus organizaciones por decenas de
prisioneros. Esto hace pensar que, a pesar millares. ¿Pero adónde van estas masas? A
de que las masas vayan comprendiendo nosotros, no. Los ingresos de obreros anar-
cada día más el fracaso de toda la política quistas en nuestras filas son insignifican-
seguida por el Partido socialista, el hecho tes. En general tampoco van a las filas del
de que su Partido ha organizado la lucha, Partido Socialista. Se quedan, pues, fuera

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de toda organización. ¿Por qué es posible bajo enteramente distintas a las nuestras, y
este fenómeno en obreros de cuya bravura a veces, desde los primeros momentos, les
y voluntad en la lucha no podemos dudar? damos tal serie de trabajo que le abruman,
Esta es la gran cuestión, a la cual nuestro o desbordan, creando así un ambiente en
Partido no ha sabido, en la práctica, dar la torno a nuestro Partido de que militar en él
respuesta precisa. Yo creo que ello obede- significa tener alma de héroes.
ce —aparte de los errores cometidos en el Es innegable que entre otras de las mu-
frente del trabajo sindical, por la política chas faltas que pueden explicar la lentitud
seguida acerca de las organizaciones de del paso de los obreros de los obreros so-
la C.N.T.—, creo que es debido a que hoy, cialdemócratas al comunismo es la tardan-
si bien hemos sido capaces de demostrar za con que nuestro Partido ha proveído de
a las masas que somos una organización materiales de discusión y de argumentosa
de excelentes agitadores, que emprenden todos nuestros camaradas y a las masas en
magníficas campañas que ponen en pie general para deducir las lecciones, ense-
a toda España popular, no hemos logrado ñanzas y experiencias del fracaso del mo-
demostrarles suficientemente, a través de vimiento revolucionario de octubre. Esto
las luchas diarias y en la organización y di- está, en su gran parte, aún por hacer. Y no
rección de las mismas, que somos buenos menos importante es señalar el hecho de
organizadores y los mejores dirigentes de que aún no empleamos, con toda correc-
la clase obrera. Octubre ha corregido gran ción, el lenguaje fraternal y persuasivo para
parte de este importante defecto. Todo esto convencer en la crítica y en la polémica, sin
son manifestaciones del sedimento secta- llegar a herir el sentimentalismo de las ma-
rio que aun no hemos podido extirpar en sas socialistas. E igualmente no es menos
absoluto de nuestro Partido. Y nuevamente cierto que en nuestra actitud frente a la de-
vuelve el ejemplo de nuestro Partido her- recha del Partido Socialista no hemos sa-
mano de Austria, que con orgullo nos ha bido diferenciar clara y precisamente, ante
mostrado que en su delegación a nuestro las masas, cuándo atacamos a la derecha y
VII Congreso vienen una gran cantidad de cuándo criticamos a la izquierda.
camaradas que, antes de las luchas de fe- Pero el defecto general de nuestro Par-
brero, formaban en las filas de la socialde- tido ha sido, indudablemente, el no haber
mocracia, y que hoy están en los puestos de sido lo suficientemente flexibles, con arre-
dirección de nuestro Partido hermano. glo a la situación de cada momento, en
En España no podemos ofrecer ningún nuestra táctica de frente único. Hoy vemos,
ejemplo significativo en este sentido, y con toda claridad, que en las elecciones de
esto hace que, indudablemente, los obre- 1933, cuando la reacción formó un bloque
ros socialdemócratas no vean el cariño y único para dar la batalla a las fuerzas de-
la confianza en que el Partido deposita en mocráticas y revolucionarias, nuestra tácti-
ellos. Esta política estrecha que hemos rea- ca debió ser más flexible, a fin de haber po-
lizado con los obreros socialdemócratas en sibilitado la formación de las candidaturas
España es una de las causas que explican de frente único entre socialistas y comunis-
el recelo con que todavía miran a nuestra tas y de las candidaturas antifascistas. Des-
organización. De otro lado, no se tiene su- graciadamente, la estrechez de nuestras
ficientemente en cuenta cuando viene un tácticas hizo que solamente en Málaga pu-
obrero socialdemócrata a nuestras filas, que diéramos dar un ejemplo a todo el proleta-
él está acostumbrado a unas formas de tra- riado de cómo la lucha en común significa

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—a pesar del soborno, del robo de votos, del rrevolución, palmo a palmo, el terreno, que
terror reinante y de la endiablada ley elec- se pone en pie bajo la bandera empuñada
toral existente— la condición de la victoria. por el P.C. de «ni una sola ejecución capital
La candidatura antifascista integrada por y amnistía para todos los presos revoluciona­
comunistas, socialistas y republicanos de rios», y que esta lucha hace rodar por tierra
izquierda triunfó en Málaga por una mayo- al Gobierno de la coalición sangrienta de
ría aplastante sobre los candidatos reaccio- octubre en el mes de marzo; este heroís-
narios. Fue el único lugar de España donde mo y voluntad de lucha no ha cesado, sino
sacamos triunfante un candidato. Después que, por el contrario, crece sin cesar como
de esta fecha, indudablemente, en nuestras lo demuestran estas palabras pronunciadas
proposiciones para el frente único ha habi- hace días por Gil Robles: «Entre las masas
do elementos de sectarismo, a pesar de que obreras se han conservado las tendencias
nuestras críticas y nuestro lenguaje se han revolucionarias que tenían antes del 6 de
suavizado notablemente en la forma. Pero octubre, así como la costumbre de saludar
es innegable que nuestra política debió ser con el puño crispado. Los inspiradores y
mucho más amplia y audaz. culpables del movimiento del 6 de octubre
Pero los comunistas no solamente con- no han renunciado a sus ideas revoluciona-
tamos la historia, sino que la vivimos. Por rias. Cada día demuestran que su posición
eso no podemos conformarnos con registrar se hace más perseverante, más obstinada.
estos hechos, sin plantearnos el problema En estos últimos tiempos, sus actividades
de cómo salir de esta situación. Yo pregun- han alcanzado proporciones tales, que nin-
to: ¿podemos esperar hasta el momento gún Gobierno que se preocupe por su au-
en que estos millares de trabajadores se toridad puede tolerarlo. Esta campaña —se
decidan a pedir el carnet de militantes del refiere a la emprendida por nuestro Partido
Partido Comunista? No, camaradas. No po- en pro de la amnistía— de los elementos
demos esperar porque el enemigo de clase extremistas y de los obreros ha ido acom-
no espera. El fascismo amenazante no nos pañada en las últimas semanas de actos de
da el tiempo que precisaríamos. Los acon- verdadero motín». Lucia, uno de los lugar-
tecimientos se desarrollan con un ritmo tenientes de Gil Robles y ministro actual-
vertiginoso. En la actualidad la situación en mente, al contestar a las preguntas de un
España está en una encrucijada y pronto va periodista que trataba de conseguir una
a decidirse hacia un lado o hacia otro. Cier- característica más precisa de la situación,
to que las batallas de octubre han impedi- manifestó lo siguiente: «¿Qué más quiere
do la consolidación de la dictadura fascista, usted que le diga? Las organizaciones revo-
pero sería un grave error creer que eso ha lucionarias prosiguen sus actividades en el
alejado el peligro. Por el contrario, cada día mismo espíritu y en las mismas proporcio-
redoblan sus esfuerzos y surgen las orga- nes que antes, como si no hubiese sucedido
nizaciones fascistas, con vistas a un asalto ninguna revolución en octubre».
brutal, para consolidar la dictadura fascis- Claro es que toda esta situación, lucha
ta. Cierto que el heroísmo de nuestra clase de masas, dificulta seriamente los propósi-
obrera, que no se ha sentido vencida ni aun tos de la contrarrevolución, como asimismo
en los días de más negro terror, que alza el agudiza el envenenamiento de sus propias
puño amenazante, que realiza, en pleno es- contradicciones interiores que se reflejan
tado de guerra, huelgas y demostraciones en la lucha de los partidos del bloque go-
de calle, que defiende y disputa a la contra- bernante por los diversos intereses eco-

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nómicos que representa cada uno de ellos. diametralmente opuesto.


Estas contradicciones internas en el campo Los Partidos que forman la actual coali-
de la contrarrevolución existen en España ción gubernamental representan cada uno
como en todos los países capitalistas. Pero un sector de estos intereses, y a veces, aun
en nuestro país adquieren una forma espe- dentro de cada de estos Partidos, se mani-
cial por el hecho de ser España un país don- fiestan diversas tendencias por sus intere-
de predomina el carácter agrario sobre una ses económicos. El Partido de Gil Robles,
industria poco desarrollada y atrasada. Esto que es el más poderoso, es el que represen-
determina que los vestigios feudales dejen ta más fielmente a los grandes propietarios
sentir su influencia sobre toda la vida eco- de la tierra, y es este Partido el que aspira
nómica y política del país. La burguesía, ni a ejercer la dictadura fascista. De aquí que
aun en los momentos más favorables para dentro del campo de la misma contrarrevo-
ella, se ha atrevido a liquidar esta situación, lución se hacen voces sobre todo entre la
pues ello implica en sí un cambio funda- burguesía industrial, en contra de la ins-
mental en las relaciones de propiedad de la tauración de una dictadura fascista de tipo
tierra, es decir, una reforma agraria, audaz, personal. Esta situación se agrava constan-
a fondo, que expropie a los grandes propie- temente por la creciente crisis económica
tarios latifundistas, y satisfaga el hambre que atraviesa España.
de tierra que hay en los esclavos del agro. El La balanza de exportación cae en senti-
miedo a desencadenar la revolución agraria do vertical, y la guerra de tarifas entablada
les ha frenado y estancado en la situación actualmente con Francia significa un golpe
actual. Los Gobiernos republicanosocialis- terrible para la economía agraria que tie-
tas tampoco efectuaron esta obra. Su refor- ne en Francia uno de sus más importantes
ma agraria era un simple balbuceo que ni mercados. Todo esto motiva que los gran-
siquiera puede decirse que fue puesta en des terratenientes busquen la compensa-
vigor, y que hoy han barrido en absoluto las ción reforzando, de una forma brutal, la
fuerzas de la reacción gobernante. explotación de las masas trabajadoras del
Esta situación agudiza los antagonismos campo y acentúen la ruina y la miseria de
y choques en el campo de los terratenien- los pequeños campesinos. De aquí que el
tes y de la burguesía industrial y financiera, incendio revolucionario en las capas ham-
que en España se encuentran enclavadas brientas del campo no pueda ser contenido
fundamentalmente estas últimas dentro de ni apagado, y de aquí que toda la demago-
los límites de Cataluña y Euzkadi, es decir, gia del Partido de Gil Robles para ganarse
en las nacionalidades oprimidas. Los inte- a las masas campesinas para la causa del
reses económicos de cada uno de estos gru- fascismo, a pesar de encontrar un terreno
pos se mezclan en España, pues, con el pro- abonado, ya que estas masas depositaron
blema nacional. Otras regiones de España toda su confianza en los Gobiernos republi-
están en iguales contradicciones de intere- canosocialistas, sin obtener ningún resul-
ses entre sí. Esto hace que cada grupo tra- tado práctico, no ha penetrado con mucha
te de resolver sus propios problemas, aun fuerza debido a que los grandes terrate-
a costa de lesionar el de los demás. Unos nientes defienden desde el Poder, con uñas
propugnan por una política especial con y dientes, sus privilegios de tipo feudal. Por
los países de tipo industrial, para abrir paso eso el problema de la tierra en España es
a los productos agrícolas de España, mien- el problema central de la revolución en la
tras que los otros la propugnan en sentido etapa actual.

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Idénticas características encontramos asociaciones obreras como para la Prensa,


en la industria. La inmensa mayoría traba- etc.; en tanto que en la política exterior, el
ja a menos de la mitad de su rendimiento Gobierno pretende dar la sensación de que
y con jornadas de trabajo reducidas. Gran la presencia de una mayoría de ministros
número de empresas cierran sus puertas, fascistas en el Gobierno actual no implica
lanzando a la miseria constantemente a grandes cambios en la situación.
nuevos millares de proletarios, los cuales A base de este breve análisis podríamos
en España no perciben ninguna clase de hacer la siguiente caracterización de la dis-
subsidio. Toda esta situación repercute, posición de las fuerzas en España. De una
violentamente, en los intereses de la pe- parte, las clases dominantes, chocando en-
queña burguesía que se ve arruinada de día tre sí con sus intereses económicos y con
en día y agobiada bajo el peso de los im- grandes divergencias en la táctica a seguir
puestos, lo que produce en ella una gran ra- para el aplastamiento de la revolución y la
dicalización, como reflejan sus órganos de consolidación de la dictadura fascista: los
expresión «El Heraldo», «La Libertad», «La monárquicos y fascistas declarados pro-
Humanitat», de Barcelona, y otros, como lo pugnan por un golpe de fuerza directo, y
demuestra su participación en el Frente Po- los otros, que son la tendencia de Gil Ro-
pular Antifascista, en los Comités de ayu- bles, que temen la respuesta de las masas,
da a los niños de Asturias, en los Comités propugnan la realización del «camino ale-
pro amnistía y en la lucha de la Izquierda mán» para la llegada del fascismo al Poder.
Catalana y de otros Partidos de esta signi- Estas divergencias y la lucha de las masas
ficación contra el Poder central. Pero con les ha impedido hasta hoy formar un Parti-
todo, repito, que esto frena, pero no dis- do de tipo totalitario con vistas a la dicta-
minuye, el peligro fascista. Las capas más dura fascista. Pero sería un error grave no
reaccionarias de la burguesía y de los terra- ver los esfuerzos que en estas capas reac-
tenientes, con su poderosa aliada la Iglesia, cionarias se hace para llegar a concentra-
todas ellas girando en torno del Partido del se y organizar sus fuerzas rápidamente. De
fascismo vaticanista que acaudilla Gil Ro- otra parte, un proletariado templado en el
bles, el actual ministro de la Guerra y que fuego de cinco años de revolución, rico en
cuenta con cinco carteras en el Gobierno, experiencias revolucionarias, aleccionado
preparan, de forma febril, el golpe fascis- por las más diferentes formas de la lucha de
ta, para alejar así, por algún tiempo, el es- clases, desde el Parlamento hasta la huelga
pectro de la revolución obrera y campesi- general, desde los combates parciales has-
na. La fascización de todo el Ejército y del ta la insurrección armada, pero que todavía
aparato estatal se lleva a marchas forzadas. está dividido y escindido. Esta es la llaga
Abiertamente han comenzado a formarse fundamental de la revolución en España y
las secciones de asalto del fascismo, bajo la la fuente donde cobra energías el fascis-
máscara de un ejército de voluntarios. En mo. El problema, pues, se centra actualmente
los puestos de mando del ejército son pues- en España en una cuestión de rapidez para
tos los elementos más representativos de ver quién va a unificar antes sus fuerzas: la
la reacción monárquico–clerical–fascista. burguesía y los terratenientes, o los obreros y
Y los elementos demócratas y republicanos campesinos. «El tiempo lo decide todo», de-
son relegados o pasados a la reserva. Desde cía nuestro camarada Stalin al comenzar el
los otros Ministerios se elaboran leyes de primer plan quinquenal. También para Es-
descarada médula fascista, tanto para las paña podemos decir ahora lo mismo. El rit-

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mo va a decidirlo todo, va a decidir la suerte nuestro Partido en el mes de mayo últi-


del pueblo trabajador de España para todo mo, para la formación de un frente popular
un período próximo e inmediato. Y es, pre- antifascista, como igualmente la de diso-
cisamente, por esto, por lo que no podemos lución de las Cortes de la contrarrevolu-
esperar a que las masas vengan a nosotros, ción y formación de un Gobierno Popular
a que se convenzan de la necesidad de ser Revolucionario. Este Gobierno debe cum-
comunistas, para hacerlas marchar por la plir, apoyándose en las Alianzas Obreras
vía revolucionaria. Sobre nosotros pesa y en el Frente Popular, algunas de las ta-
una enorme responsabilidad. Cada sema- reas más inmediatas que tiene planteadas
na, cada día, cada minuto que perdemos sin nuestra revolución, fundamentalmente el
formar el frente único es un regalo inesti- problema de la tierra. Desgraciadamente
mable que hacemos al fascismo. De aquí la la posición negativa del Partido Socialista
necesidad de mirar bien la perspectiva que ha dificultado hasta hoy la formación am-
nos ofrece el momento histórico que vivi- plia de este bloque, pero no dudamos que
mos. Perfilar nuestra táctica con audacia lograremos convencer a los camaradas so-
bolchevique, luchar contra todas las des- cialistas de la imperiosa necesidad de llevar
viaciones de derecha y golpear sin piedad a cabo esta concentración antifascista. De
el sectarismo como impedimento principal la aceptación de esta propuesta da una idea
que atenaza nuestras manos y nuestros pies el hecho de que inmediatamente se comen-
en los momentos decisivos. Para ello, ele- zaron a organizar en toda España mítines
mentos sobrados nos proporcionan las de- entre republicanos, socialistas y comunis-
cisiones de nuestro VII Congreso de la I.C., tas, mítines que ha cortado la represión del
las cuales encajan completamente para la Gobierno de la contrarrevolución, así como
situación de España, donde, sin menospre- la resistencia de los dirigentes socialistas.
ciar el peligro fascista, tenemos dados to- En Cataluña, por ejemplo, el Partido pudo
dos los materiales precisos para lograr la ligarse inmediatamente con todos los par-
victoria del frente antifascista. tidos de tipo republicano de izquierda, y or-
Esto nos plantea de lleno el problema ganizaciones proletarias y lograr firmas de
del Gobierno de frente único o Gobierno algunos de éstos para un llamamiento en
Popular antifascista, tal como lo ha trazado común en pro de las libertades democráti-
nuestro camarada Dimitrof. Es bien com- cas del pueblo catalán. Y no es casual que
prensible que en España las masas, después inmediatamente después de este llama-
de la experiencia ya sufrida con cinco años miento revolucionario se convierta en una
de República, no van a querer quedarse en fortaleza inexpugnable, hecho por nuestro
ningún nuevo 14 de abril. Y esto no lo ig- Partido, todos estos partidos de tipo demo-
nora nadie, ni aún los dirigentes socialistas crático se incorporasen en los Comité Pro
y republicanos. Las masas llenan los míti- Amnistía (Aplausos).
nes de los republicanos pero saludan a es- Pero no olvidemos que una de las con-
tos oradores con el puño en alto gritando: diciones fundamentales para cumplir esta
«¡Viva Asturias! ¡Viva Peña, Manso y Lar- tarea es la de realizar el frente único pro-
go Caballero!» (Aplausos). Y la influencia letario. Nuestro frente fundamental —sin
de esta situación se refleja en la posición ignorar a los anarquistas— son los obreros
de grandes sectores de republicanismo de socialistas encuadrados en el ala izquierda
izquierda, que, en principio, han aceptado, del Partido Socialista. Nuestra labor pri-
con gran simpatía, la consigna lanzada por mordial ha de ser que las barreras que aun

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existen entre nosotros y los valientes obre- y vacilaciones, y la plena unidad de acción
ros socialistas, obreros que, a cada minuto, entre socialistas y comunistas se efectuará
están dispuestos a dar su vida, como lo han en toda España. (Aplausos.)
demostrado en octubre, con tal de aplastar Autorizado por mi Partido, declaro, des-
a la reacción y al fascismo, barreras que es- de la tribuna del VII Congreso de la I.C.,
tán tambaleándose, que vacilan, partirlas dirigiéndome a Largo Caballero y a sus
en mil pedazos para que el movimiento re- amigos, que estamos dispuestos a trabajar,
volucionario se convierta en una fortaleza junto con ellos, para crear el frente único,
inexpugnable, en la que el fascismo se es- para lograr la unificación en el frente sin-
trelle y no pueda pasar. dical, para marchar hacia el Partido único
En el Partido Socialista hay un ala reac- revolucionario del proletariado, para de-
cionaria, a cuya cabeza marcha Besteiro, rrocar la dominación burguesa e instaurar
que no se recata en condenar el movimien- el Poder de los obreros y campesinos en
to de octubre, que lucha contra la izquierda España. (Aplausos.) Declaro que tendemos
y que teme y huye del frente único como el fraternalmente la mano a todos los obre-
diablo del agua bendita. Afortunadamente ros socialistas y anarquistas, a todas las or-
aun son la minoría, pero representan un ganizaciones sindicales de la clase obrera
peligro creciente, más por la pasividad de para lograr esta finalidad común revolucio-
la izquierda que por su propia fuerza. naria, y para ahorrar a nuestro proletariado
El ala izquierda acaudillada por Largo la sangrienta experiencia del fascismo, la
Caballero es la más numerosa. Podemos vergüenza de los campos de concentración
decir que, tras de Largo Caballero, se agru- y del patíbulo. Lo mismo decimos a nues-
pa lo más sano y revolucionario del Parti- tros camaradas anarquistas. Su camino es
do y de las Juventudes Socialistas. Largo el trazado por sus propios camaradas de
Caballero es un hombre que, por la misma Asturias, que en octubre no vacilaron en
fuerza del desarrollo de la lucha, ha llega- empuñar las armas y batirse, junto con sus
do a revisar ciertas conductas, concepcio- hermanos socialistas y comunistas, en las
nes y actitudes de la tradicional política de barricadas contra el peligro fascista y por el
la socialdemocracia. Pero el peso de éstas Poder de los obreros y campesinos.
todavía le hace tener dudas y reservas so- Declaramos desde aquí, apoyándonos en
bre la imperiosa necesidad de la organiza- la grandiosa autoridad de este Congreso de
ción plena del frente único, de la unidad la I.C., que estamos dispuestos a elaborar
de acción, de la unidad sindical, de desa- en común con todos los que quieran la lu-
rrollar los combates parciales, de ligar es- cha contra el fascismo en España, un pacto,
trechamente el movimiento obrero con el unas bases mínimas para la acción conjun-
movimiento campesino y nacional, como ta que debe ir desde arriba abajo, desde el
así mismo de la necesidad de abrir, sin centro hasta la última aldea, abarcando a
perder tiempo, el fuego contra la derecha todos los sectores del movimiento obrero.
en el interior de su Partido. Pero cada día Sobre la base del más amplio frente único
está más cerca de este camino. Expresamos proletario, atraer a las masas populares al
desde aquí la esperanza de que este grupo frente antifascista, encuadrando en él a to-
dirigente del ala izquierda del Partido So- dos los republicanos de izquierda. La hora
cialista interpretando el anhelo que palpita actual está cargada de responsabilidad. En-
entre la inmensa mayoría de los obreros so- tre todos, pues, debemos empuñar la palan-
cialistas, no tardará de eliminar sus dudas ca que va a elevar el movimiento de masas

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y va a lanzar a todo el pueblo laborioso a frente único de los obreros y campesinos,


la lucha contra el fascismo, y esa palanca de las amplias masas explotadas y atraer
no puede ser otra que la del Frente Popu- a ellas a nuestros camaradas anarquistas,
lar Antifascista. Las masas de la peque- convertirlas en órganos vivos de lucha.
ña burguesía urbana y rural, las masas de (Aplausos.)
empleados, pueden y deben marchar bajo Realizar sobre la base de este frente úni-
las banderas antifascistas junto al proleta- co proletario la unidad de todos los anti-
riado y bajo la hegemonía de éste. La gran fascistas, creando y reforzando el Frente
experiencia del triunfo del Frente Popular Popular Antifascista, que, apoyado en los
Antifascista, en Francia, con su formida- objetivos comunes a todos, pueda ser la
ble repercusión en todas las capas laborio- base de la formación del Gobierno popu-
sas de nuestro país, nos indica el camino. lar antifascista. Este Gobierno, al apoyarse
No hay otra salida. Volver la espalda a es- sobre las Alianzas Obreras y Campesinas,
tas masas sería un error funesto. La con- quebrará la resistencia del fascismo y los
trarrevolución más negra realiza, en estos ataques del capital, despejando así la pers-
momentos, esfuerzos supremos para ins- pectiva para el desarrollo ulterior de la re-
taurar la dictadura fascista y para quebrar volución.
la marcha de la revolución democrática y En el terreno sindical, marchar audaz-
de su transformación en revolución socia- mente —venciendo el sectarismo— hacia la
lista. Por eso debemos convertirnos en los fusión de los Sindicatos paralelos en cada
mejores campeones de la defensa de todos localidad, hacia la creación de un solo Sin-
y los más mínimos problemas de la revolu- dicato por industria y una sola central sin-
ción democrática. Luchar por ellos es hoy, dical de lucha de clases, y a convertir, como
más que nunca, abrir nuevos cauces para el justamente indicaba el camarada Dimitrof,
triunfo de la revolución socialista. Reforzar nuestras O.S.R. en verdaderas alas de iz-
nuestros lazos con las amplias masas cam- quierda dentro de las organizaciones sindi-
pesinas; colocar el problema de la tierra cales reformistas.
en el centro de las tareas de la revolución, Al mismo tiempo, colocar en lugar
así como el problema nacional; ampliar el preeminente el problema de la creación de
frente revolucionario con todos los que es- un solo Partido revolucionario del prole-
tén dispuestos a la lucha contra el fascismo, tariado, venciendo los últimos escrúpulos
sembrar España entera de Alianzas Obreras de los valientes obreros socialistas y de los
y Campesinas, son las tareas fundamenta- luchadores de octubre, yendo hacia la uni-
les para el momento actual en España. Por dad orgánica con aquellas indispensables y
eso nuestras conclusiones de este Congreso mínimas garantías de los principios revolu-
y del discurso del camarada Dimitrof, que cionarios. Y en lo que concierne a nuestras
declaramos corresponden en absoluto a Juventudes y a las Juventudes Socialistas,
las exigencias y necesidades de la lucha en debemos caminar con paso de gigante para
nuestro país, son las siguientes: fundirlas en una organización que abarque
Hacer de la organización de las Alianzas en su seno a toda la juventud antifascista.
Obreras y Campesinas el eje de toda la ac- Tal debe ser nuestra perspectiva actual
tividad política de nuestro Partido. Dotar a en España.
estas alianzas de un programa revoluciona- Y termino. Pero en mis últimas pala-
rio de lucha, y convertirlas de hecho en los bras quiero referirme a la grandiosa signi-
nervios vitales de todo el movimiento de ficación del VII Congreso de la I.C., que en

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 145-158 157


Nuestros documentos

sus deliberaciones nos traza la perspectiva do el fascismo en España. Actualmente, la


clara y precisa para el desarrollo de todo el contrarrevolución se ha levantado, tratan-
movimiento revolucionario mundial, y que do de recuperar lo perdido; pero de nuevo
particularmente para España es de valor el proletariado de España y de nuestro Par-
incalculable. Ellas nos muestran luminosa- tido, que sabrá corregir sus errores sobre la
mente el camino del frente único y la gran base de la rica experiencia y enseñanza de
perspectiva de los soviets, de la victoria de este Congreso, hundirán definitivamente al
la revolución. Saludamos jubilosamente el fascismo, derrocaremos el Poder burgués–
que en el ambiente de nuestro Congreso terrateniente y haremos triunfar la Revolu-
floten, desde el principio hasta el fin, las ción obrera y campesina. (Aplausos.)
célebres palabras del camarada Stalin, de Firmes en esta convicción, saludamos
que: «La idea del asalto al Poder madura los grandiosos triunfos del socialismo en la
en la conciencia de las masas». Nosotros, Unión Soviética, y con las banderas de Le-
comunistas de España, cobramos nuevas nin y de Stalin, más altas que nunca, mar-
energías ante el hecho de que nuestra Re- chamos hacia la victoria de los soviets en
volución haya mostrado, por primera vez España.
en la historia, cómo se derrumba una dic- ¡Viva el VII Congreso de la I.C.! ¡Viva
tadura fascista como la de Primo de Rivera. el jefe del proletariado mundial, camarada
Es decir, la Revolución española en el año Stalin! ¡Viva la Revolución obrera y campe-
1930 y 1931, cuando la relativa estabiliza- sina de España! (Clamorosos aplausos.)
ción capitalista tocaba a su fin, ha derroca-

158 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 145-148


Nuestras Actividades

Edición de E. P. Thompson. Marxismo e


Historia social *
Sección de Historia de la FIM

En junio de 2013, la Sección de Historia


de la FIM, junto con la Fundación Primero
de Mayo, organizó en Madrid unas jornadas
de debate conmemorativas del quincuagé-
simo aniversario de la aparición de un clá-
sico entre los clásicos de la Historia social,
La formación de la clase obrera en Inglate­
rra, de Edward Palmer Thompson. No nos
resultó extraño comprobar entonces, dadas
las tendencias historiográfica e ideológica-
mente dominantes, que la rememoración
de la gran obra thompsoniana tuviera esca-
so eco en nuestro país (sólo la reedición del
citado libro y un número especial de una
revista, salvo mejor información), y sí algo
más, aunque lejos también de lo que la rele-
vancia del texto requería, en Gran Bretaña y
en América Latina. En todo caso, las jorna-
das resultaron un éxito tanto por la riqueza
de las aportaciones y de los debates gene-
rados, como por el seguimiento de público,
bien presencial, bien a través de internet.
Este interés nos reafirmó en nuestra idea
inicial de editar una obra fundada en las
ponencias del coloquio, convenientemente comprensión de los autores se vean de al-
completadas y enriquecidas, si bien la sali- gún modo compensadas con la cuidada edi-
da del libro, lamentablemente, ha resultado ción que hoy, por fin, sale a la luz.
ser menos rápida de lo esperado, en buena E. P. Thompson. Marxismo e Historia so­
medida por los problemas económicos que cial es el oportuno título que lleva el libro,
cada vez traban más la práctica editorial. publicado en una editorial del prestigio de
Esperamos que la exquisita paciencia y la Siglo XXI de España, en coedición con la
Fundación de Investigaciones Marxistas y
* Julián Sanz, José Babiano y Francisco Erice (eds.), E. P.
Thompson. Marxismo e Historia social, Madrid, Siglo XXI, con el apoyo del Partido de la Izquierda Eu-
2016. ropea. La obra es, sin duda, una aproxima-

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 159-161 159


Nuestras actividades

ción poliédrica, esbozada por una docena especial interés en un momento en que
de autores españoles con distintos acentos empiezan a aparecer, dentro y fuera de
críticos, a la obra torrencial y apasionante nuestro país, voces discrepantes con algu-
de un historiador libre e iconoclasta, uno nas de las derivas de una historiografía que
de los mejores exponentes de la mejor His- han renunciado a lo mejor de la vieja Histo-
toria social: la que no desdeñaba la comple- ria Social y que a menudo cultivan más una
jidad ni las explicaciones globales, la que cierta dimensión estética que la búsqueda
integraba los factores culturales y no sepa- de explicaciones racionales (o que incluso
raba su actividad intelectual de la reflexión renuncian explícitamente a ellas). Al mis-
crítica y la acción sobre el presente. Cuando mo tiempo, tal como se señala en la Intro-
se define el proyecto político de Thompson ducción del libro, los tiempos que vivimos
como un «humanismo socialista», un «co- de capitalismo salvaje, creciente desigual-
munismo democrático» o incluso «un so- dad social, degradación política y crisis
cialismo orgulloso del gorro frigio», no se profunda de valores, hacen tal vez aún más
está aludiendo a facetas de su personalidad relevantes algunas reflexiones thompso-
más o menos deslindadas de su obra como nianas. Decía Gramsci que los tiempos en
historiador, sino plenamente congruentes que lo viejo no acaba de morir y lo nuevo
con ella. no termina de nacer son pródigos en ma-
Por fortuna, ni los organizadores del nifestaciones morbosas. Pero son también,
coloquio ni los ponentes que en él partici- seguramente, momentos de oportunidades
paron consideraron a Thompson como un abiertas para la reflexión y la acción. Tal vez
icono ni lo abordaron de las dos maneras —parafraseando aquellas conocidas obser-
que quizás a él personalmente le desagra- vaciones de Thompson en su rememorado
daban más: con laudatoria beatería o con libro— batallas antaño perdidas puedan ser
distanciada condescendencia. Quien fuera hoy afrontadas con mayor lucidez o posi-
quizás el más furibundo y apasionado po- bilidades; y en esa tesitura, las propuestas
lemista entre los historiadores del siglo y el espíritu rebelde de Thompson tienen
XX merece ser sometido a la inmisericor- mucho que enseñarnos.
de arma de la crítica, y así lo hacen sin va- En definitiva, con esta edición incidi-
cilar los estudios ahora publicados desde mos en uno de los objetivos centrales de la
distintas posiciones, aunque siempre con FIM en general y de su Sección de Historia
rigor y conocimiento de causa. No en vano en particular: la difusión del pensamiento
Thompson es uno de esos referentes cuyas marxista y la contribución al debate his-
preguntas siguen siendo esenciales y cuyas toriográfico y político actual. Reservamos
respuestas continúan mereciendo el más para un próximo número la reflexión sose-
completo y detallado escrutinio. gada de la reseña o el comentario crítico.
Esta lectura de Thompson desde España, Ahora pretendemos, dando razón escueta de
contextualizando su obra en su momento la aparición del libro, informar acerca de una
pero analizándola también a la luz del pre- de las que consideramos más interesantes en-
sente, posee —o al menos eso creemos— un tre nuestras actividades de los últimos años.

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de la publicación

160 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 159-161


Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. XXX-XXX 161
Lecturas

A propósito de la idea de comunismo:


Una síntesis crítica de la New York
Conference de 2011
Juan Andrade
Universidad de Extremadura

En los últimos siete años el fantasma del


comunismo ha vuelto a recorrer Europa y el
mundo. Algunos lo vieron moverse, como
un espectro sinuoso de pronto rejuvene-
cido, entre los manifestantes de la Plaza
Tahrir en El Cairo, en las revueltas griegas
que llevaron a Syriza al gobierno, en el mo-
vimiento Occupy Wall Street de New York o
entre los acampados del 15M en las plazas
de España. Con más descaro ya había salido
a escena en los gobiernos postneoliberales
de América Latina o en algunas regiones
de la India y Nepal. Para algunos represen-
taba el retorno del espíritu emancipador,
«la vuelta de la idea sobre sí misma» esta
vez depurada de las desviaciones de su ex-
periencia real en el pasado siglo XX. Para
otros se trataba de un invitado incómodo,
que no sabían cómo se había colado en la
fiesta de la nueva democracia. En las filas
del poder saltaron las alarmas. Los hechi-
ceros más refinados de la tribu desplegaron
sus consabidos rituales para exorcizar al
espectro que había abducido a gente com-
prensiblemente indignada por la crisis. Los Con mayor comodidad el fantasma tam-
jefes apelaron al miedo de la mayoría para bién recorrió universidades, ocupó salones
arrumbarlos en los márgenes. Los alguaci- académicos, se abrió hueco (muchas veces
les desplegaron viejos y nuevos repertorios a codazos) en algunas facultades y hasta
punitivos sobre el movimiento mismo de la fue invitado a intervenir en doctas tribu-
protesta, con la esperanza de que muerto el nas. Fue sobre todo en el campo de la Filo-
perro se acabase la rabia. sofía y los estudios culturales, más que en

162 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 162-173


A propósito de la idea de comunismo: una síntesis crítica de la New... Juan Andrade Blanco

el de las ciencias sociales, donde el fantas- universidades extranjeras hasta que ello le
ma se prodigó con atrevimiento, quizá por obliga a cuestionarse a sí misma y tan ata-
la fuerza misma de la idea de comunismo, da todavía a lógicas culturales de la Guerra
quizá por la frescura y el tino de sus por- Fría. Más allá de nuestra hermética uni-
tavoces, quizá porque una idea, por sí sola, versidad, el interés en el debate es mayor
suele resultar inofensiva. ahora que en vísperas de las elecciones del
Sobre La idea de comunismo trata el li- 26J en España vuelve esgrimirse, a modo
bro colectivo editado por el filósofo eslove- de amenaza, la vuelta del comunismo y sus
no Slavoj Žižek y publicado en España por siete plagas.
AKAL en 2013 [1]. El libro recoge los textos El libro brinda reflexiones muy sugeren-
de las conferencias que varios pensadores, tes para el momento que vivimos, aunque
sobre todo filósofos europeos y america- también evidencia algunas limitaciones.
nos, impartieron en el Congreso que bajo Entre lo sugerente está el carácter radical
ese título se celebró en la Universidad Coo- y por fin desacomplejado de las reflexiones
per Union de Nueva York entre el 14 y el 16 en torno al comunismo, así como un bagaje
de octubre de 2011. Este congreso fue el conceptual y argumentativo muy rico y re-
colofón a otros dos, uno celebrado en Lon- finado. Entre los límites, además de cierto
dres en 2009 y otro en Berlín en 2010, don- exceso de abstracción y autorreferenciali-
de se abogó por un «nuevo comienzo para dad, cabe subrayar una relativa desvincula-
el comunismo». Lo sorprendente de estos ción no solo con lo que se ha venido pen-
eventos fue la coincidencia de tres hechos. sando y produciendo desde la economía, la
Primero, que situaran en el epígrafe y en el sociología, la ciencia política y la historia al
centro de debate, con una voluntad reivin- respecto del comunismo, sino una vincula-
dicativa a la par que crítica, la idea y el pro- ción escasa de la reflexión sobre la idea de
yecto político del comunismo. La segunda, comunismo con las luchas sociales y polí-
que los congresos se hicieran en las grandes ticas concretas, históricas, que han tenido
capitales del mundo occidental y conta- lugar antes y durante esa reflexión. Resul-
ran con varias figuras ya muy destacadas o taría necesario trazar esos vínculos para
emergentes en el ámbito del pensamiento. que la reflexión y la apuesta por la «idea de
La tercera, que la asistencia se desbordase comunismo» no termine derivando en sim-
tanto en cantidad como en entusiasmo. ple idealismo.
Avanzado el ciclo político que se abrió El primer capítulo del libro lo firma Alain
con la crisis económica de 2008, resulta Badiou, el influyente filósofo francés alre-
oportuno que en este primer número de la dedor de cuyo pensamiento giran en más
revista Nuestra Historia nos detengamos de un momento el resto de los textos de la
en lo que se ha venido pensado reciente- compilación. Así, quien abre el libro tam-
mente en torno a la idea de comunismo. El bién lo atraviesa, al menos, como punto de
detenimiento es más necesario si se tiene referencia común o, visto con cierta pers-
en cuenta el escaso eco que este debate, de pectiva, a modo de nexo, hilo argumental o
amplio alcance en universidades america- motivo de homenaje. No en vano, si el libro
nas y europeas, ha tenido en la universidad lleva por Título «La idea de comunismo» lo
de nuestro país, tan dada a mirarse en las es en referencia, consciente o inconscien-
te, al esfuerzo teórico realizado por Badiou
1.— Slavoj Žižek (ed.), La idea de comunismo. The New York a la hora de considerar el comunismo so-
Conference (2011), Madrid, Akal, 2013. bre todo como una idea. De este impulso,

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 162-173 163


Lecturas

y también de sus abusos, procede en cier- el pueblo ruso como un antagonismo que
ta medida el «giro idealista» del llamado afrontar mediante el terror. El terror logró
«nuevo comunismo», tal como reconocen una unidad popular muy débil, basada en el
en varios momentos del libro algunos de miedo y la pasividad de mucha gente. Sote-
los filósofos que lo suscriben y tal como se rró, por tanto, un problema destinado a re-
corrobora cuando uno avanza en la lectura. gresar. El terror no resultó ser una solución
Badiou reflexiona en este capítulo sobre al problema por ser la supresión del proble-
«La idea comunista y la cuestión del Te- ma mismo. Frente a esto Badiou recuerda
rror», entendiendo por terror el recurso a que la esencia de la política verdaderamen-
medidas políticas y judiciales excepcional- te comunista no está orientada por «la des-
mente violentas en su alcance e intensidad. trucción de un enemigo», sino por la «re-
En este sentido, el comunismo ha estado solución positiva de las contradicciones del
históricamente vinculado a cuatro formas pueblo» [4]. Aquí sin duda, tanto en la idea
de violencia: la orientada a la conquista como en la jerga, resuenan los ecos del pa-
del poder, la orientada a la destrucción de sado maoísta de Badiou. Para resolver esas
los vestigios del viejo mundo, la empleada contradicciones la acción política comunis-
para la construcción del nuevo y la violen- ta debe orientarse a la construcción de una
cia desatada en el interior del partido y el nueva configuración colectiva.
Estado obreros. Esta vinculación ha sido El recurso al terror no solo fue la res-
afrontada desde la perspectiva comunista puesta a un contexto inicialmente hos-
también de cuatro maneras distintas. El te- til que no se supo gestionar desde la idea
rror se ha considerado 1) pura propaganda comunista, sino que fue también el resul-
enemiga, 2) el precio a pagar por el triun- tado de aspirar erróneamente a competir
fo de la idea, 3) la respuesta necesaria a con el enemigo en sus mismos términos,
unas condiciones hostiles hoy por fortuna dicho en abierta alusión a la cultura pro-
en extinción o 4) una realidad histórica en ductivista, desarrollista, tecno–cientificis-
ningún caso necesariamente derivada de la ta y progresista que se apropió pronto de
idea comunista, más bien una desviación la revolución del 17 — más intensamente
errática de esta. El debate hoy, dice Badiou, en los planes quinquenales del estalinis-
debería girar alrededor de estas dos últimas mo — y no la abandonó nunca. Hacer eso
consideraciones [2]. desde el comunismo implicaba hacerlo con
En su opinión, la guerra feroz declarada terror y hacerlo al final mal, porque com-
por el enemigo blanco, la incertidumbre, la petir con el tiempo capitalista de la domi-
ignorancia y el miedo constante a la trai- nación y las urgencias implicaba necesaria-
ción produjeron durante la revolución del mente reproducirlo y reproducirlo además
17 un ambiente del que surgió en las filas en condiciones asimétricas con respecto al
del comunismo «una subjetividad política capitalismo. En consecuencia, el terror, le-
construida por un imperativo superyoico y jos de derivarse necesariamente de la idea
una ansiedad crónica» [3]. Esta subjetividad comunista vino, según Badiou, de parasitar
erró a la hora de concebir el gran proble- la lógica de su enemigo [5].
ma de las contradicciones que se daban en Badiou plantea que la acción política co-
munista debe consistir en la construcción
2.— Alain Badiou, «La idea comunista y la cuestión del
Terror», en Slavoj Žižek (ed.), pp. 8–11. 4.— A. Badiou, ibídem.
3.— A. Badiou, p. 14. 5.— A. Badiou, p. 17.

164 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 162-173


A propósito de la idea de comunismo: una síntesis crítica de la New... Juan Andrade Blanco

de un nuevo orden colectivo «bajo el signo imaginaria [9]», como la nación o la raza.


del poder de la idea». Esa politización del Llegado a este punto Balibar reflexiona
pueblo no se puede hacer con terror, sino sobre la posibilidad de la construcción de
por medio de un movimiento de toma u un «nosotros» frente a ese individualismo
ocupación del poder que levante «sus pro- y esas comunidades imaginarias. Para Bali-
pios lugares y su tiempo propio». ¿Dón- bar la construcción de ese «nosotros comu-
de están esos lugares y cómo discurre ese nista» debe moverse entre las coordenadas
tiempo? Desde su idea de comunismo Ba- de una forma de pensar y obrar específicas.
diou evocaba el Mayo del 68 e invocaba los El rasgo más específico de este pensar es la
movimientos la Plaza Tahrir y Occupy Wall anticipación del futuro en el presente, es
Street [6]. decir, un intento por «proyectar la imagi-
El segundo texto es de Étienne Balibar, nación política en el ejercicio racional del
discípulo y mano derecha de Louis Althus- entendimiento» [10].
ser y uno de sus albaceas testamentarios A propósito de este concepto de antici-
que mejor ha sabido reciclarse. Lleva por pación o imaginación política, Balibar re-
título «El comunismo como compromiso, flexiona sobre dos líneas de pensamiento
imaginación y política». Balibar arranca de- muy polarizadas en «el nuevo comunismo»,
nunciando la idea de comunismo sin suje- la de Slavoj Žižek y la de Toni Negri. Para
to como una contradicción performativa y el primero esta «imaginación» comunista
cifrando la existencia del sujeto comunista debe proyectarse en un acto político subli-
en su compromiso con una idea que tam- me y decisionista basado en la pérdida del
bién es un ideal [7]. La especificidad de esta miedo a las consecuencias de una apuesta
idea e ideal comunistas radica en la volun- radical por la posibilidad de igualdad y jus-
tad de cambiar el mundo social para cam- ticia, un acto que necesitará de la transgre-
biar al hombre. Según Balibar, esta aspi- sión de la democracia realmente existente,
ración necesita de un sujeto autónomo, es tanto de su idea como de su forma jurídico–
decir, de una reflexión y autointerpelación constitucional. Para Negri esa anticipación
del sujeto, pues para cambiar el mundo y ya se está dando por empuje de unas fuer-
cambiar con ello al hombre el sujeto comu- zas productivas que rompen con las formas
nista debe emanciparse previamente de las vigentes de propiedad y control, abriendo
determinaciones del mundo que habita [8]. espacios autónomos de producción coope-
Este compromiso con la idea comunis- rativa que anticipan ya la futura sociedad
ta solo puede levantarse en común, desde de los comunes. Se trata de un debate que
una comunidad que se talla contra el indi- evoca el largo debate en la tradición mar-
vidualismo extremo del capitalismo, donde xista entre la primacía dada a la acción po-
la desprotección del individuo frente a la lítica subjetiva o las esperanzas cifradas en
competitividad y la soledad se compensa el desarrollo de las contradicciones objeti-
con la inclusión precaria en el consumo y vas de la esfera de la producción, pero que
la pertenencia a una poderosa «comunidad no se agota en él. Balibar lo glosa mostran-
do, a su entender, las limitaciones de am-

6.— A. Badiou, pp. 19 y 20.


7.— Étienne Balibar, «El comunismo como compromiso, 9.— No confundir con el concepto «Comunidades
imaginación y política», en Slavoj Žižek (ed), p. 24. imaginadas» de Benedic Anderson.
8.— E. Balibar, pp. 27 y 28. 10.— E. Balibar, p. 33.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 162-173 165


Lecturas

bos planteamientos [11]. religioso» que constata en pensadores ra-


El texto termina con una reflexión acer- dicales situados a derecha e izquierda. En
ca de la especificidad de la práctica comu- el caso de la izquierda saca a colación las
nista, acerca de la especificidad del «com- frecuentes reivindicaciones de la figura de
promiso» de los comunistas. En su opinión, San Pablo por parte de Badiou y Žižek, o de
este debe huir de cualquier actitud quie- San Francisco por parte de Negri, en ambos
tista y buscar el «ángulo» desde el que «in- casos como ejemplos militantes resignifi-
tensificar las contradicciones» que se van cables desde el comunismo. Más allá de es-
abriendo entre los distintos movimientos tos ejemplos metafóricos Bostell considera
emancipadores, al objeto de servir de nexo contraproducente la propuesta de Žižek
entre ellos en una perspectiva radicaliza- — pese a sus simpatías hacia el autor — de
dora. Par ello, los comunistas, lejos em- recuperar la pulsión revolucionaria y profé-
peñarse en crear sus organizaciones espe- tica del cristianismo previa inversión mate-
cíficas, deberían caracterizarse por ser, en rialista [13]. La línea argumental de Bosteels
términos de Fredric Jameson, «mediadores pivota sobre la idea que Marx desarrolló en
evanescentes», militantes cuya eficacia de- La cuestión judía, según la cual «la política
pende muchas veces de su propia invisibili- moderna encarnada en el denominado Es-
dad dentro de las organizaciones en las que tado secular racional sigue cimentada en
participan [12]. la permanencia de una forma de subjetivi-
El texto de Balibar es realmente fres- dad que es profundamente cristiana» [14] y,
co, pero al final del mismo se echa en fal- huelga decir, opresiva. A este planteamien-
ta remitir este filosofar sobre la práctica y to marxiano Bosteels suma la archiconoci-
el pensamiento de la práctica comunistas da tesis de Weber sobre el protestantismo
a todo un caudal histórico de experiencias como ideología funcional al despliegue del
militantes concretas, como «el entrismo», capitalismo y la más reciente de León Ro-
«las corrientes de opinión», «la interven- zitchner, el psicoanalista argentino, para
ción de cuadros políticos en organizacio- quien esa funcionalidad radica no ya en el
nes de masas», etc., o bien a teorizaciones protestantismo, sino en su mismo núcleo
hechas hace mucho, tales como la noción cristiano, concretamente en su forma de
gramsciana de construcción del «parti- conjugar el terror y la gracia (la guerra y la
do orgánico». Con mayor o menor éxito la paz) en una misma subjetividad reprimida.
práctica que propugna Balibar ya se ha pen- Para Bosteels la función de la filosofía debe
sado o realizado en algún momento. Quizá consistir, precisamente, en disolver los es-
esta anticipación del futuro en el presente pacios de pensamiento donde esa matriz
en la que insiste Balibar debería considerar cristiana se asienta [15].
para su mayor consistencia parte de las ex- Susan Buc–Morss escribe en el capítulo
periencias políticas, de las experiencias po- IV «Una ética de lo comun[ista]». Plantea
líticas concretas, de la tradición histórica que la política comunista no es una onto-
del movimiento real. logía y que, por tanto, la ética de lo común
«Sobre la cuestión cristiana» reflexiona no puede concebirse a partir de su adecua-
en el capítulo III Bruno Bosteels. Lo hace
desde una actitud preventiva hacia «el giro 13.— Bruno Boostels, «Sobre la cuestión cristiana», en
Slavoj Žižek (ed.), pp. 61 y 62.
11.— E. Balibar, pp. 34–45. 14.— B. Boostels, p. 58.
12.— E. Balibar, pp. 46–48. 15.— B. Boostels, p. 70.

166 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 162-173


A propósito de la idea de comunismo: una síntesis crítica de la New... Juan Andrade Blanco

ción a una supuesta esencia del ser social. en cuya obra rendía culto estético a la de-
En lugar de eso Buc–Morss apuesta por rrota de los de abajo con un discurso me-
cambiar el enfoque, concibiendo la histo- lancólico muy adaptado a los gustos de las
ria como el «reino de la libertad humana» y clases medias progresistas de la Alemania
el acontecimiento como algo imprevisible de entreguerras. Eso es a lo que Benajamin
que posibilita «el surgimiento de lo radical- llamaba «melancolía de izquierda». Según
mente nuevo». La noción de acontecimien- Benjamin, Kästner era el prototipo de in-
to — como resulta obvio y señala la propia telectual presto a sublimar la pulsión revo-
Buc–Morss — tiene la autoria de Badiou. lucionaria en una moda intelectual, en un
Esta concepción la complementa con otro producto inofensivo destinado al mercado
enfoque pragmático inspirado en Lacan, cultural [19].
por el cual lo que quiebra el curso inercial En ese momento del libro se echa en
del pensamiento no es la verdad sino la ac- falta que la autora de un texto tan lúcido
ción social, una acción que, a su vez, revela no vuelva esa mirada crítica sobre sí mis-
como verdad la posibilidad de la libertad ma y contemple la posibilidad de que este
huma. A este doble enfoque convergente lo libro pueda convertirse en un producto de
llama Buc–Morss «pragmática de lo súbita- consumo parecido, habida cuenta de la ex-
mente posible» y en ella, dice, debe cimen- traordinaria capacidad que tiene el mer-
tarse «la ética de lo común» [16]. cado universitario a la hora de reducir el
En el acontecimiento imprevisible, nos valor de uso de los textos revolucionarios a
dice Buc–Morss, la gente rompe sus há- puro valor de cambio, a una mercancía cuyo
bitos, se eleva sobre sí misma, genera una consumo pueda estar orientado, más que a
oleada de solidaridad y se teje un nuevo subvertir el orden social, a lograr un signo
sentimiento de unidad humana no en torno de distinción dentro de él. La pregunta mu-
a lo que uno es (nación, raza), sino en torno cho más autocrítica y autocuestionadora
a lo que uno hace al objeto de promover un que Jodi Dean, y con ella el resto de los au-
cambio. En esa «capacidad para actuar en tores, podrían hacerse es si el grado de abs-
común radica verdaderamente la posibili- tracción de sus trabajos, su léxico a veces
dad de una ética de lo común» [17]. Pero para autorreferencial, su propia formalidad y los
obrar en común y levantar esa ética de lo límites de su virtualidad política, los lími-
común se necesita construir nuevos espa- tes de su proyección práctica, no pudieran
cios y nuevos tiempos. También Buc–Morss estar ayudando a ello. En cualquier caso, de
los visualizaba estos espacios en la Plaza todo los autores del libro Jodi Dean es la que
Tahrir de El Cairo y en la ocupación de Wall se más se aproxima a este auto–cuestiona-
Street. Desde ellos habría que procurar una miento, al plantear que lo que ahora abun-
ralentización del tiempo que permitiera da en la izquierda es «una multiplicidad de
hacer las cosas de otra manera [18]. prácticas y modelos que circulan dentro de
En el V Capítulo, «Deseo comunista», un proyecto teórico–académico más am-
Jodi Dean sintoniza con la incisiva crítica plio que a su vez ha quedado ya subsumido
de Walter Benjamin al poeta Erich Kästner, dentro del capitalismo comunicativo» [20].
En el resto de los trabajos del libro, tan su-
16.— Susan Buck–Morss, «Una ética de lo común (ista)», en
Slavoj Žižek, (ed.), pp. 73–81. 19.— Jodi Dean, «Deseo comunista», en Slavoj Žižek (ed.),
17.— S. Buck–Morss, p. 84. pp. 100–103.
18.— S. Buck–Morss, pp. 97 y 98. 20.— J. Dean, p. 114.

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Lecturas

gerentes, sofisticados y críticos, se echa en carse desde la perspectiva del deseo. Ese
falta que los autores no apliquen sus inte- deseo se puede considerar un deseo comu-
resantes teorías acerca de la construcción nista cuando se expresa colectivamente y
de los productos de la conciencia al propio cuando expresa un deseo de ser colectivi-
producto que ellos nos ofrecen. dad, cuando expresa «un nosotros». Tam-
Dean analiza también las tesis freudia- bién cuando nombra y denuncia un «hia-
nas de Wendy L. Brown sobre la «melanco- to»: la existencia de una sociedad escindida
lía en la izquierda». Si el duelo es el proceso entre una mayoría expropiada y una mino-
de asimilación de la pérdida de un objeto, la ría expropiadora [23]. En su opinión, ambas
melancolía es la ansiedad por una pérdida condiciones se cumplieron en el caso de las
no asumida o ni siquiera identificada. ¿Qué ocupaciones de Wall Street, concretamente
pérdida no asumida ni identificada es esta en su eslogan somos el 99%. El eslogan afir-
en el caso de la izquierda? Para Brown la maba una colectividad que no estaba unifi-
pérdida de «la promesa de que el análisis y cada por una identidad sustancial (la raza
el compromiso de izquierdas ofrecería a sus o la nacionalidad), sino por un nosotros, el
partidarios una vía clara y segura para lo 99%, escindido de la minoría expropiadora,
bueno, lo justo y lo verdadero» [21]. Sin em- el 1%. Ese eslogan borraba las diferencias
bargo, Jodi Dean afirma que en cualquiera dentro de ese 99% y las subrayaba con res-
de sus acepciones la melancolía ha dejado pecto al 1%, permitiendo la construcción
de conformar la estructura del deseo de la de «un nosotros». Al subrayar ese hiato en
izquierda. Como ejemplo de ello señala el la sociedad el eslogan expresaba también
resurgir de los movimientos en América un deseo colectivo de igualdad y justicia [24].
Latina, en Plaza Tahrir o Wall Street y la El capítulo VI resulta el más atrevido de
masiva y entusiasta acogida de los congre- todos, por la rotundidad con que sostiene
sos sobre el comunismo [22]. El gran debate una tesis hace mucho descartada por dis-
que no se aborda abiertamente en el libro tintas tradiciones marxistas y porque ob-
por ninguno de los autores, aunque Dean viamente un artículo de veinte páginas
es la única que precisamente lo sugiera, es no resulta suficiente para rehabilitarla. Su
el de en qué medida esta reactivación de la autor es Adrian Johnston y se titula «Del
idea de comunismo en el ámbito del pen- socialismo científico a la ciencia socialis-
samiento académico es representativa de la ta: pasado y presente de la Naturdialektik».
reactivación de la idea en el pensamiento Apelando al trabajo en los ochenta de algu-
de la gente e incluso de los militantes de los nos biólogos de la universidad de Harvard,
movimientos sociales. Si la respuesta fuera a la teoría del emergentismo, a la filosofía
negativa, el debate debería girar, a mi modo de Hegel y a la lectura de varios filósofos
de ver, no tanto en torno a las supuestas políticos más recientes, Johnston reivindi-
limitaciones ideológicas del movimiento, ca una recuperación del núcleo central de
como a la de un pensamiento académico la «dialéctica de la naturaleza» de Engels
que quizá se haya alienado con respecto a como condición necesaria para una rees-
él. timación del marxismo como ciencia. Es
La tesis central de Jodi Dean es que esa decir, la idea central del artículo es que re-
reactivación del comunismo puede expli- sulta posible construir una teoría y un mé-

21.— J. Dean, p. 107 y 108. 23.— J. Dean, p. 125.


22.— J. Dean, p. 115. 24.— J. Dean, p. 128.

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A propósito de la idea de comunismo: una síntesis crítica de la New... Juan Andrade Blanco

todo dialécticos para la explicación de los diferencia de la gente [28].


fenómenos de la naturaleza similar y pa- Con el concepto «anamnesis metacríti-
ralelo a la teoría y el método construidos ca» Ruda se refiere a la necesidad de realizar
para explicar los comportamientos sociales un profundo esfuerzo filosófico que tome
y que de ello va a depender el rearme po- del idealismo, bajo condiciones materialis-
lítico del marxismo para hacer frente tam- tas, la idea de «verdades» [29]. Esa tarea filo-
bién a la ideología científico–tecnocrática sófica no es idealista sin más, nos dice, en
dominante [25]. El texto es interesante en el la medida que, al afirmarse a sí misma, afir-
sentido que incita a pensar en tesis hace ma las verdades por las que está condicio-
mucho (y por muchos) descartadas. El ries- nada, verdades históricamente específicas
go — aunque de ello también pueda surgir procedentes de prácticas extra–filosóficas,
un aprendizaje — es que las pensemos de de prácticas, la mayor parte de las veces,
nuevo para tener que volver a descartarlas. políticas. Ese filosofar afirma una libertad
El capítulo VII lleva por título «Recordar anatural y la posibilidad de vivir bajo una
lo imposible: para una anamnesis metacrí- idea que afirma la «posibilidad imposible
tica del comunismo». Su autor, Frank Ruda, de la existencia de la política, es decir, del
parte de la consideración del comunismo comunismo» [30].La verdad es que cuando
como «un imposible» dentro del pensa- una termina de leer el texto de Ruda tiene
miento y el sentido común dominantes y, la sensación de haber asistido a un ejercicio
por tanto, de la consideración de la cate- argumentativo sugerente, pero demasiado
goría de «lo posible» como un instrumento formal, hermético, autorreferencial y al fi-
de opresión en la actualidad [26]. A partir de nal tautológico.
reflexiones muy formales, deduce que la or- El capítulo VIII es el más claro, directo,
ganización de la idea comunista no puede breve y propositivo de todos. Parece dis-
concebirse como una ampliación gradual puesto en ese orden a propósito, para ali-
de lo posible. En su artículo Ruda acuña dos viar la densidad acumulada en el capítulo
conceptos muy sugerentes: «el humanismo anterior, para coger aire antes de llegar al
animal» y la «anamnesis metacrítica». Con último. Más allá de su claridad, su valor no
el primer concepto se refiera a la forma de radica tanto en la novedad de las propues-
vida que produce el capitalismo: una «vida tas como en la síntesis útil que ofrece de
subjetivamente empobrecida» aun cuando propuestas e interrogantes que la izquierda
pueda ser una vida «objetivamente acomo- venía planteando con anterioridad a esta
dada», en última instancia, «una vida sin reactivación de la idea de comunismo. El
una idea», «una vida sin pensamiento» [27]. capítulo lo escribe Emmanuel Terray y lleva
El autor lo atribuye sobre todo a la ex- por título «El comunismo en el presente».
traordinaria capacidad del capitalismo y la Terray arranca subrayando una contra-
democracia parlamentaria para producir, dicción manifiesta — fruto de su carácter
organizar y administrar a gran escala la in- dialéctico — de la propuesta comunista: la
contradicción abierta entre el mundo que
25.— Adrian Johnston, «Del socialismo científico a la se persigue, una sociedad sin clases y en
ciencia socialista: pasado y presente de la Naturdialektik»,
consecuencia sin necesidad de Estado, y el
en Slavoj Žižek (ed.), 133–176.
26.— Frank Ruda, «Recordar lo imposible: para una
anamnesis metacrítica del comunismo», en Slavoj Žižek 28.— F. Ruda, p. 191.
(ed.), pp. 177–181. 29.— F. Ruda, 216.
27.— F. Ruda, pp. 186–188. 30.— F. Ruda, 217.

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Lecturas

medio empleado para construirla, el Esta- maría la participación de profesionales y


do. Ante la constatación a su entender his- usuarios en su gestión. Frente a los riesgos
tórica de que no hay ninguna institución de la tecnocracia y la burocratización en el
que luche por su propia desaparición, Te- socialismo, reivindica una «descentraliza-
rray advierte, habida cuenta de la experien- ción máxima» y una mejora e incremento
cia del socialismo real, de los peligros que del «principio de subsidiaridad», en virtud
en la construcción del socialismo entraña del cual nada de lo que se decida en los ni-
la expansión del Estado [31]. Precisamente, veles superiores no pueda decidirse en los
es a partir de su valoración de esta expe- inferiores [33]. Junto a eso plantea toda una
riencia que Terray va lanzado una serie de batería de medidas políticas: garantías para
interrogantes y propuestas generales, que, la independencia de los principales medios
en su opinión, se deberían tener en cuenta de comunicación, fortalecimiento de las li-
a la hora de construir un socialismo nue- bertades individuales o independencia de
vo. Así, habla de la necesidad de conjugar la autoridad judicial.
la propiedad estatal con otras formas de Terray no se engaña y reconoce que el
propiedad municipal o cooperativa. Tam- intento de poner en marcha estas medidas
bién se interroga sobre qué parte de la ac- se hará en un entorno realmente hostil, que
tividad económica debería dejarse a la pla- reavivará los debates entre la revolución
nificación y qué otra a la competitividad y mundial y el socialismo en un solo país.
el mercado. Se pregunta qué parte de los Sorprende al respecto que el pensador no
beneficios debería destinarse al consumo y sea capaz de pensar futuros problemas más
qué parte ahorrarse o invertirse. O en qué allá de categorías tan remotas. En cualquier
medida el Estado debe conjugar en la pla- caso, nos dice, por muchos avances que
nificación económica las decisiones vincu- puedan darse, la nueva sociedad en cons-
lantes con el despliegue de incentivos [32]. trucción no será una sociedad en armonía,
Una idea central del texto es, como no sino una sociedad conflictiva «entre los
podría ser de otro modo, la de expandir la partidarios del orden y los partidarios del
democracia al ámbito del trabajo, propues- movimiento» [34]. Incluso la sociedad comu-
ta que Terray remite sin más precisión a las nista no será una sociedad con ausencia de
ideas clásicas de la autogestión y forma- conflicto, se trataría, incluso, una sociedad
ción de consejos obreros. Contempla tam- con derecha e izquierda. Lo que del comu-
bién la necesidad de debatir los criterios y nismo cabe esperar, nos dice Terray, no es
los límites que se deberían tener en cuenta la supresión de los conflictos, sino el sur-
a la hora de aceptar en esta sociedad so- gimiento de «una sociedad capaz de decidir
cialista variaciones salariales, con lo cual libre y conscientemente su destino» [35].
viene a sugerir que se darían o que en su El libro se cierra con un texto, como
opinión deberían darse. Terray propone lle- siempre provocador y muy fresco, de Slavoj
var a cabo una enorme tarea imaginativa de Žižek, promotor del encuentro y editor de la
cara a expandir la democracia a todos los compilación. Lleva por título «Respuestas
ámbitos de la vida: la familia, la escuela, la sin preguntas». De todos los trabajos com-
salud, los servicios públicos, lo que recla- pilados, el de Žižek es el que más páginas

31.— Emmanuel Terray, «El comunismo en el presente», en 33.— E. Terray, p. 224.


Slavoj Žižek (ed.), p. 221. 34.— E. Terray, p. 226.
32.— E. Terray, pp. 222 y 223. 35.— E. Terray, Ibídem.

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A propósito de la idea de comunismo: una síntesis crítica de la New... Juan Andrade Blanco

destina a analizar de forma concreta acon-


tecimientos concretos de los últimos años.
De ahí que su propuesta política final sea
también la más leninista de todas. Es una
tendencia recurrente que los filósofos con-
solidados se sientan más sueltos y seguros
a la hora de referirse a la cotidianidad y a la
hora de referirse a ella con un lenguaje más
natural o metafórico, mientras que quienes
siguen su rastro traten de rehuirla hacien-
do uso de un pensamiento más críptico y
formalizado. Algo de eso puede percibirse
también en el libro, dicho sea en beneficio
sobre todo Žižek.
El filósofo esloveno arranca el texto re-
flexionando sobre tres acontecimientos de
distintas naturaleza y significados políticos
El filósofo esloveno Slajov Žižek, coordinador
contrarios o antagónicos: el atentado te-
de la obra.
rrorista en Noruega contra una convención
de jóvenes socialdemócratas que en julio similitudes formales, como la de atribuir
de 2011 perpetró el ultraderechista Anders al enemigo rasgos que se excluyen mutua-
Breivik, los disturbios que tuvieron lugar en mente: «la conspiración bolchevique–plu-
agosto de ese año en las barriadas más de- tocrática–judía», en el caso de los nazis; «el
pauperadas de Londres y los movimientos marxismo–multiculturalismo–islamismo»,
de protesta en Plaza Tahrir, Grecia y Wall en el caso de Breivik y la extrema derecha
Street. La respuesta racista a la crisis del actual [36]. El atentado de Breivik llevaba
modelo capitalista europeo, la reacción na- hasta sus últimas consecuencias el discurso
tural y nihilista de los sectores más casti- no solo de la extrema derecha radical, sino
gados y la respuesta potencialmente eman- de la derecha conservadora, según el cual la
cipadora. El interés de los análisis de Žižek crisis de Europa es resultado del desprecio
radica en ver estos acontecimientos desde a su propia identidad, pero sobre todo de
un punto de vista distinto a como habitual- la tolerancia hacia otras identidades inva-
mente se ven, no ya desde la derecha, sino sivas. Efectivamente, las víctimas de aquel
también desde las distintas izquierdas. ataque no fueron ni la comunidad islámica,
El atentado de Breivik en Noruega venía ni un grupo de inmigrantes, ni siquiera una
a ser, nos dice Žižek, la expresión extrema organización revolucionaria de la izquierda
de toda una tendencia al alza en Europa, radical. Fueron jóvenes socialdemócratas
consistente en atribuir la crisis del conti- blancos comprensivos con el enemigo, y,
nente a la amenaza del multiculturalismo y por tanto, aún más peligrosos [37]. En el dis-
la emigración. Ello pasaba por construir «un curso de Breivik también se daba un apa-
mapa cognitivo» tan simple y eficaz como rente alivio de los componentes raciales
aquel que construyeron los nazis a la hora
convertir a los judíos en el chivo expiatorio 36.— Slavoj Žižek, «Respuestas sin preguntas», en Slavoj
de la crisis de su tiempo. Entre ambos ma- Žižek (ed.), pp. 228 y 229.
pas cognitivos, cuenta Žižek, se aprecian 37.— S. Žižek, pp. 229–231.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 162-173 171


Lecturas

en beneficio de los culturales, una empatía sis, Žižek habla de los movimientos en Pla-
con los judíos que estaba aplicando mano za Tahrir, Wall Street y Grecia, los aconteci-
dura contra los islamistas. De nuevo, nos mientos históricos, como venimos viendo,
recuerda Žižek, se trata de un ejemplo a ni- a los que aluden casi todos los textos del
vel particular de la fascinación de la dere- libro. De estos movimientos destaca su po-
cha tradicionalmente antisemita de EEUU tencial emancipador. Pero para actualizar
y Europa hacia la política exterior, y sobre esa potencia, dice Žižek, son necesarias al
todo interior, del Estado de Israel. A este menos tres cosas más.
respecto Žižek subraya la tendencia suici- En primer lugar, hace falta una reconfi-
da del sionismo actual, feroz enemigo de la guración de la tétrada pueblo–movimien-
progresía multiculturalista que cuestiona to— partido–líder. Žižek subraya la fuerza
la política del Estado de Israel, por una par- de los movimientos como movimientos de
te, y bien hermanado, por otra, con una de- protestas, pero también sus limitaciones
recha europea tradicionalmente antisemita a la hora de actuar en torno a un objetivo,
que terminará por devorarlo [38]. porque ni el pueblo, ni siquiera el movi-
A propósito de los disturbios en los ba- miento, saben lo que realmente quieren.
rrios de Londres en agosto de 2011, Žižek Para eso necesitan de lo que Žižek llama,
arremete contra las lecturas dominantes provocativamente, «un amo», es decir, un
que se hicieron a derecha y a izquierda. La partido y de un líder [40]. Hasta aquí, puro
primera pedía mano dura ante lo que en- marxismo–leninismo de manual. La pecu-
tendía como intolerables actos vandálicos. liaridad de Žižek radica en concebir al par-
La segunda miraba con paternalismo los tido no como el depositario de la conciencia
acontecimientos atribuyéndolos simple- avanzada del pueblo (el partido tampoco
mente a la situación de miseria y despro- sabe lo que quiere), ni mucho menos como
tección que se vivía en los barrios. Para el portador de un saber positivo infalible o
Žižek la izquierda acomodada que pensaba generalmente acertado, sino como el mar-
sobre ello — que pensaba cómodamente co en el que desarrollar una forma de saber
desde fuera de los barrios — no se atrevió necesaria para emprender un proceso de
a ver el carácter muchas veces horizontal cambio, porque, por equivocado que pueda
de esa violencia (se quemaban coches de estar en un momento determinado— y el
la gente de los barrios) y sobre todo no se partido suele estarlo con mucha frecuen-
atrevió a ver su relación con lógicas cultu- cia — es una forma de saber vinculada a un
rales y consumistas de época. Siguiendo a sujeto político colectivo dentro del cual se
Zygmunt Bauman, para el filósofo esloveno puede rectificar. Pero además del partido,
los disturbios fueron, entre otras cosas, un dice Žižek, hay que salvar de alguna forma
acto irónico de consumismo por parte de el abismo entre el pueblo y sus formas or-
aquellos a los que se incita constantemente ganizadas y este no se salva aproximando el
a consumir y se les priva al mismo tiempo pueblo a sus organizaciones, sino mediante
de los recursos necesarios para ello, un acto la unidad que, por paradójico que resulte,
solo materializable por medio de una vio- ofrece un líder, un líder del partido que es,
lencia más reactiva que asertiva [39]. ante todo, un líder del pueblo [41].
Después de ver esas reacciones a la cri- En segundo lugar, el movimiento tiene

38.— S. Žižek, p. 232. 40.— S. Žižek, p. 244.


39.— S. Žižek, pp. 238 y 239. 41.— S. Žižek, p. 244 y 245.

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A propósito de la idea de comunismo: una síntesis crítica de la New... Juan Andrade Blanco

que hacer una reconsideración de la de- aquellos con la destreza y la capacidad para
mocracia liberal–parlamentaria, al respec- formular las preguntas cuya respuesta ya
to de la cual Žižek es un crítico contumaz. tiene el pueblo, aunque no sepa a qué pre-
Según el filósofo no solo es que no exista gunta corresponde esa respuesta. El inte-
una contradicción fuerte entre capitalismo lectual revolucionario debe obrar así como
y democracia parlamentaria, como se viene el psicoanalista que ayuda al paciente a
planteando hace tiempo desde la izquierda. saber de dónde proceden (las preguntas)
Tampoco que el capitalismo sea muchas a sus síntomas (que son las respuestas).
veces compatible con la democracia par- Žižek concluye que «solo por medio de
lamentaria, como también se ha planteado un trabajo paciente como este surgirá un
tradicionalmente desde la izquierda. Para programa» [44].
Žižek la democracia liberal es una de las Quien se acerque al libro no encontra-
mejores instituciones para garantizar las rá en él propuestas concretas de acción o
formas de explotación y dominación fun- programas de cambio, ni siquiera líneas ge-
damentales que se dan a nivel económico nerales de intervención política. Tampoco
en el capitalismo, en tanto que la demo- lo pretende. Sí encontrará mucha gasolina
cracia parlamentaria es una democracia teórica para poner esta acción política en
que, además de no intervenir en esta esfera marcha, aunque probablemente en dosis
determinante, recluye a nivel institucional tan elevadas que pueda ahogarla. Para evi-
todo intento de penetrar democráticamen- tarlo sería necesario refinarla con análisis
te en ella [42]. más concretos procedentes de otras dis-
La segunda tiene que ver con el papel ciplinas y falsar este rico marco teórico y
que los intelectuales comunistas deben conceptual con las experiencias de lucha
jugar en los movimientos de indignación concretas que se vienen dando. Así quizá la
y protesta tipo Plaza Tahrir, revueltas en filosofía sobre la idea de comunismo pue-
Grecia, 15M, Occupy Wall Street, etc. Según da ser, más ajustadamente, una filosofía de
Žižek, a estos intelectuales les corresponde la praxis. En cualquier caso, el libro pone
un «apoyo total» y una «distancia analítica, de manifiesto el interés y la posibilidad de
fría, nada paternalista» [43]. Lo interesante pensar, después de tantos años de Guerra
del planteamiento de Žižek es que concibe Fría cultural, abierta e inteligentemente
a los intelectuales no como aquellos que sobre la idea de comunismo. Que esa idea
tienen la respuesta política y programática se convierta en realidad material depende-
a las preguntas del movimiento, sino como rá también de muchas cosas más.

42.— S. Žižek, pp. 257–260.


43.— S. Žižek, p. 261. 44.— S. Žižek, p. 263.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 162-173 173


Biblioteca de Maruja Cazcarra: Cuando
la «cuestión femenina» comenzó a
hacerse política
Irene Abad Buil
Doctora en Historia por la Univ. de Zaragoza

En el presente artículo no se va a hablar


específicamente de uno de los numerosos
libros que componen la colección Maruja
Cazcarra, sino de tres boletines directa-
mente relacionados entre sí. En primer lu-
gar, el que recopila las conclusiones de las
Primeras Jornadas Nacionales por la Libe-
ración de la Mujer, de 1975; en segundo lu-
gar, el informe aprobado en la I Conferencia
del PCE sobre la Cuestión Femenina «Hacia
la liberación de la Mujer», de 1976; y, por
último, el proyecto de programa del PCE
sobre «la liberación de la mujer», de 1978.
Tres documentos que permiten trazar no
solamente la evolución de las máximas rei-
vindicaciones del feminismo, sino también
aportan pistas de cómo el PCE reinventó su
discurso para adaptarse a una nueva reali-
dad política donde la «cuestión femenina»
había ido ganando mucho espacio.
Para comprender dichos documentos
deberíamos lanzarnos algunas preguntas: Informe del PCE aprobado en octubre de 1976
¿cuál era la situación que experimentaba (Archivo Histórico de CCOO Andalucía).
la mujer en 1975?, ¿cuáles habían sido las
conquistas femeninas logradas hasta la fe- de las Naciones Unidas (ONU) lo declaraba
cha?, ¿por qué 1975 es un año clave de cara el Año Internacional de la Mujer como la
a vislumbrar la definitiva liberación de la manera de manifestar su posición contraria
mujer?, ¿en qué pilares se apoyó el nuevo a la discriminación femenina. Se daban dos
discurso feminista del PCE? elementos favorables para que en Madrid,
1975. Un año clave para muchas cosas. en diciembre de ese mismo año, se celebra-
En noviembre había muerto Franco y se sen las Primeras Jornadas Nacionales por la
abría una incertidumbre política que pedía Liberación de la Mujer. Era la primera vez
a gritos ser resuelta con la esperada demo- en 39 años que se realizaba un «congreso
cracia. Al mismo tiempo, la Organización feminista abierto y democrático a nivel de

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Biblioteca de Maruja Cazcarra: cuando la «cuestión femenina»... Irene Abad Buil

todo el Estado español» [1]. Algo impensa- puestos de trabajo que permitan la incor-
ble desde que en 1936 se erradicasen todos poración masiva de las mujeres al trabajo
los avances políticos, sociales y culturales productivo en condiciones de total igualdad
alcanzados por la mujer durante la II Re- salaria y profesional» y «la presencia de las
pública y se construyese un discurso falan- mujeres en los órganos de gestión, en todos
gista basado en la supeditación femenina y los niveles, para que la problemática feme-
la consideración de la mujer como un ciu- nina esté presente en la sociedad» [2]. O, por
dadano de segunda. Por tanto, muchos iban poner algún ejemplo más, con respecto a la
a ser los puntos analizados en estas Jorna- sección «mujer y educación», frente a la de-
das, desde el papel de la mujer en la socie- nuncia de que existían «asignaturas especí-
dad, como en la educación o en la familia, ficas para niñas que figuran en el programa
los barrios y el trabajo, sin olvidar tampoco de EGB [3]» se exigía «la derogación de todos
la valoración de la situación que vivían las los artículos de la Ley General de Educación
mujeres en el ámbito rural, donde se consi- en los que se establecen diferencias en ra-
deraba que las dificultades para proyectar zón del sexo» [4].
reivindicaciones feministas eran mayores En conclusión, el documento es una su-
por el aislamiento territorial que sufrían. El cesión de denuncias que tratan de dejar
análisis de todas estas cuestiones convertía atrás un pasado discriminatorio, acompa-
a este documento en una importante fuen- ñada de una larga lista de exigencias que,
te de investigación por la radiografía que por su parte, tienen como objetivo perfilar
realizaba de la realidad femenina del mo- un nuevo modelo de mujer dentro de una
mento. sociedad democrática. Pero por otro lado,
Todos los ámbitos trabajados en estas estas primeras jornadas evidenciaban la
jornadas presentaban un mismo esquema. existencia en España de una diversos mo-
Primero, planteaban las denuncias exis- vimientos de mujeres [5] que, a pesar de las
tentes en dicho campo y a éstas sucedían
las exigencias. Veamos algunas de estas 2.— Véanse las páginas 6 y 7 del mencionado documento.
denuncias y exigencias planteadas en los 3.— Siglas correspondientes a Educación General Básica,
el sistema educativo establecido por la Ley General de
distintos puntos. En el referente a «mujer
Educación de 1970 y que estuvo vigente hasta el curso
y sociedad», frente a «la falta de los más escolar 1996/97.
elementales derechos democráticos como 4.— Páginas 8 y 9 del documento.
principal obstáculo con el que se encuen- 5.— Muchas fueron las asociaciones femeninas que
tra la mujer española en el momento actual participaron en estas jornadas. Desde Alicante acudió
de la lucha por la liberación», se exige «la la Comisión femenina de amigos de la UNESCO y desde
Cataluña, la Asociación de Mujeres Universitarias de
restauración urgente de los derechos de-
Barcelona y Asociaciones de vecinos de Can Serra y
mocráticos de asociación, reunión, expre- Collblanc–Torassa, además del Centro Social de La Florida
sión, huelga y manifestación como cauce de L’Hospitalet. Desde Madrid: la Asociación Española de
esencial para la liberación de la mujer». O, Mujeres Universitarias, enlaces sindicales femeninos, el
Movimiento Apostólico Seglar, la HOAC y las Asociaciones
frente a «la relegación de la mujer al hogar
de Amas de Casa de Tetuán, Getafe, Moratalaz, Ventas,
y a la maternidad como vías únicas de rea- Chamartín y Aluche; además de la Asociación Castellana
lización, manteniéndolas así al margen del de Amas de Casa y Consumidoras. Desde Santander, acudió
proceso social», se exigía «la creación de a las jornadas la Asociación de Mujeres de Hogar de
Torrelavega y su comarca; desde Valencia, la Subcomisión
Femenina del Ateneo Mercantil y las Asociaciones de
1.— Primeras Jornadas Nacionales por la Liberación de la Vecinas de Cid y Dehesa; y desde Valladolid, lo hacía la
Mujer. Conclusiones. Madrid, diciembre 1975. Página 4. Asociación de Amas de Casa.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 178 175


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enormes dificultades impuestas por el ré- franquismo, y no iban a escatimar esfuer-


gimen franquista, se habían ido abriendo zos en seguir intentándolo hasta lograrlo.
camino de múltiples formas con una única «Conscientes las mujeres del Estado espa-
finalidad: la liberación de la mujer. Ahora ñol de que ningún ser tiene derecho a rea-
se trataba de que entre todas, a pesar de las lizarse a costa de otro, y de que la falta de
numerosas tendencias representadas, se libertades ha supuesto su marginación de
tomasen acuerdos. Y, aunque la discusión la vida social en todos sus niveles, afirman
fue polémica, varios fueron los pactos to- que para que la mujer pueda mayoritaria-
mados: En primer lugar, «la necesidad de mente adquirir una conciencia clara de sus
un Movimiento Feminista de masas, plura- problemas específicos, y como ser humano,
lista, independiente de los partidos políti- debe participar activamente en la consecu-
cos, del Estado y de las organizaciones sec- ción de las libertades democráticas, por la
toriales. El segundo acuerdo tomado fue «la amnistía, por el derecho de reunión, de aso-
necesidad de lograr las libertades democrá- ciación y expresión y por la constitución de
ticas para que dicho movimiento pueda de- un Gobierno elegido democráticamente» [7].
sarrollarse y cumplir el papel que está lla- Además de la amnistía, otra de las reivin-
mado a jugar». Y en tercer y último lugar, se dicaciones de las Jornadas fue la creación
acordó que «la liberación de la mujer sólo de un Movimiento Feminista «revolucio-
sería posible con un cambio total de las es- nario y autónomo» encargado de velar por
tructuras jurídicas, ideológicas, políticas y las numerosas necesidades legales, labo-
económicas que actualmente la oprimen y rales, familiares o sexuales que a la mujer
discriminan» [6]. le pudiera surgir en cualquier momento. Y,
Consideraban que en unas circunstan- por último, se dejaba constancia de la poca
cias en las que todos los sectores sociales envergadura política que tenía la situación
españoles se agrupaban para definir la pos- de la mujer. En definitiva, estas primeras
tura que mejor defendiera sus intereses, las jornadas nacionales por la liberación de la
mujeres también debían reivindicar su de- mujer tenían como objetivo facilitar la in-
recho a participar activamente no solamen- corporación de la mujer al mercado de tra-
te en la defensa de los suyos propios, sino bajo, potenciar la presencia femenina en
también en los de la población española en órganos de gestión, restaurar los derechos
general. Exigían, por tanto, participación democráticos y potenciar la educación y la
política en la construcción de un nuevo familia como motores erradicadores de la
modelo político en el que las mujeres ad- discriminación de género existente.
quiriesen ciudadanía plena. Pero para que Al margen del ritmo de consecución de
la democracia pudiera triunfar había que las numerosas reivindicaciones lanzadas,
acabar con legados franquistas todavía vi- estas jornadas consiguieron algo muy sig-
gentes y la falta de libertad era uno de ellos. nificativo: hacer pública la «cuestión fe-
Desde la década de los años sesenta, y es- menina» y comenzar a convertirla en un
pecialmente desde 1965 con la creación del claro reto político que organizaciones po-
Movimiento Democrático de Mujeres, ellas líticas como el PCE no dejarían pasar por
habían sido las que abanderaron la lucha alto. Y así se manifestó en el informe apro-
por la amnistía de los presos políticos del bado en la I Conferencia del PCE sobre la

6.— Primeras Jornadas Nacionales por la Liberación de la 7.— Primeras Jornadas Nacionales por la Liberación de la
Mujer. Conclusiones. Madrid, diciembre 1975. Página 15. Mujer. Conclusiones. Madrid, diciembre 1975. Página 4.

176 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 174-178


Biblioteca de Maruja Cazcarra: cuando la «cuestión femenina»... Irene Abad Buil

cuestión femenina celebrada en octubre de


1976 bajo el título «Hacia la liberación de
la mujer», donde se declaró que si bien en
otros momentos históricos los esfuerzos
del partido se habían decantado hacia mo-
vimientos en dificultades como el obrero,
ahora esas necesidades habían cambiado
y se trataba de destinar fuerzas hacia otro
movimiento pendiente de ser redefinido:
el feminista [8]. Por tanto, el PCE no quería
perder la oportunidad de alzar la bandera
del feminismo para readaptarlo a su propio
discurso político. Mientras que en la década
de los años 60, el PCE había considerado al
feminismo como un claro competidor a la
hora de incorporar a las mujeres a las filas
del partido, la Transición democrática y la
nuevas necesidades sociales hacían variar
su planteamiento hacia la necesidad de in-
corporar el feminismo dentro del discurso
comunista, con la finalidad de no perder ni
afiliadas ni presencia política.
Proyecto de programa elaborado por la Comisión
Para ello el propio partido lanzó la pro-
de la Mujer del PCE en 1978 (Archivo Histórico
puesta de crear un movimiento feminista de CCOO de Andalucía).
de masas, pluralista, reivindicativo y socio–
político. «Que sea un movimiento de ma- tivo no basta en la actual etapa histórica
sas. Cualquier grupo feminista que se plan- para lograr la total liberación de la mujer.
tee la lucha contra la discriminación de la Todas las reivindicaciones se inscriben en
mujer y olvide que para que esta lucha sea un marco de transformaciones políticas
efectiva tiene que ser asumida por las ma- que son las que, a su vez, van permitiendo
sas femeninas, puede adelantar aproxima- alcanzar cotas más elevadas de equipara-
ciones teóricas sobre el feminismo, pero no ción. Es por ello que un movimiento femi-
podrá incidir de hecho en las transforma- nista debe pronunciarse e incidir en el cam-
ciones sociales que permitan avanzar hacia po de la política» [9].
la liberación de la mujer. Que sea pluralista. Habían definido el modelo feminista
Porque si no la lucha de la mujer, lejos de que querían. Ahora se planteaba una nueva
ser un objetivo será un campo de intereses preocupación: cómo asumir los problemas
partidarios. (…) Que sea reivindicativo. So- femeninos una vez se inaugurara la demo-
lamente a partir de reivindicaciones con- cracia. Desde este planteamiento se perfi-
cretas es posible caminar hacia la igualdad laban dos contribuciones que caminarían
de la mujer. (…) Que sea socio–político. Un de la mano. La participación del Partido
planteamiento exclusivamente reivindica- Comunista se centraría en la politización,

8.— Informe aprobado en la I Conferencia del PCE sobre la 9.— Informe aprobado en la I Conferencia del PCE sobre la
cuestión femenina. Página 13. cuestión femenina. Página 8.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 178 177


Lecturas

es decir, que las mujeres comunistas se y culturales y del desarrollo pleno de la de-
presentaban como infatigables animadoras mocracia, del socialismo. (…) 2.— El Partido
para incorporar grandes masas de mujeres Comunista de España debe llevar su polí-
al movimiento feminista. Y, por otro lado, tica feminista a las masas, al conjunto de
el discurso feminista aportaría a la demo- la sociedad, y comprometerse directamente
cracia un contingente de luchadoras que en la transmisión de la energía liberadora
darían una visión más amplia y real de las que contiene el feminismo. Ello implica
necesidades de la mujer. una elaboración política–ideológica pro-
El PCE se autoproclamaba como el par- pia y las iniciativas y actuaciones concre-
tido de Liberación de la Mujer, según el tas que de la misma se deriven. (…)». Y para
programa publicado en 1978, con una teo- plantear la tercera de las actividades men-
ría más que clara: acabar con la histórica cionadas se hacía alusión a la Tesis 8 del IX
discriminación de la mujer y garantizar los Congreso del PCE, según la cual hay que
derechos, la participación y la igualdad de «llevar la lucha contra la discriminación de
la misma en lo que se definió como la vía la mujer en todos los frentes, impulsando
democrática al socialismo. Y así lo plantea- su presencia en los movimientos de masas,
ba el propio documento: «Es evidente que contribuyendo al desarrollo de la lucha y de
el socialismo que liberará a la mujer tiene los movimientos feministas que abarquen
que empezar a ser conquistado aquí y aho- al conjunto de las mujeres: obreras, cam-
ra mediante las transformaciones que hay pesinas, profesionales, amas de casa, etc.
que realizar en las estructuras y valores de En esa lucha los movimientos feministas
la sociedad. Independientemente de las co- representan el nivel de conciencia más ele-
rrientes ideológicas todas las mujeres tie- vado de una vanguardia y las comunistas
nen problemas comunes que las convierten deben participar en ellos» [10].
en una fuerza política de masas. La política La teoría estaba clara. Ahora había que
feminista del Partido Comunista de Espa- llegar a la práctica, tanto a la de las leyes
ña implica la realización de tres actividades políticas como a la de la cotidianeidad, tra-
simultáneas. 1.— Hay que convencer a todo ducida esta última en cambios en las menta-
el Partido de la necesidad de la lucha de las lidades, en las actitudes y las relaciones so-
mujeres por su propia liberación, y del al- ciales, con el fin de conseguir, entre ambos
cance general de la misma como motor de ámbitos, la verdadera liberación de la mujer.
profundas transformaciones estructurales

10.— La liberación de la mujer. Proyecto de programa del


PCE. Comisión de la mujer del Comité Central. Página 28.

ȘȘ Descarga aqui el informe «Hacia la


liberación de la mujer» (PCE; 1976)

178 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 174-178


De los neandertales a los neoliberales.
Una historia marxista del mundo, de
Neil Faulkner *
Víctor Manuel Santidrián Arias
IES do Milladoiro

Con un optimista «El futuro es nuestro


si así lo decidimos» arranca De los nean­
dertales a los neoliberales. Una historia mar­
xista del mundo, un libro de Neil Faulkner,
arquéologo y activista británico (militante
del Socialist Workers Party y del Labour
Party) a quien no se puede negar ni atrevi-
miento ni honradez intelectual. Desde las
primeras páginas —desde el mismo título,
en verdad— Faulkner deja bien claro que
«La historia es un arma» y que es «políti-
ca y objeto de disputa». El autor nos ofrece
un libro de historia que quiere persuadir a
la gente para que se ponga en movimiento
con el objetivo de «liberar al mundo de la
pobreza y la violencia, sustituir la prepo-
tencia policial por la democracia y salvar
al planeta de la catástrofe medioambien-
tal», es decir, para «poner fin al dominio del
capital financiero». Toda una declaración
ideológica coherente con el adjetivo «mar-
xista» que luce la portada de esta historia
del mundo, lo que desde que se decretó el
fin de la Historia es sí mismo es también un
acto de atrevimiento, coherencia y valentía. poderosos por la riqueza y el poder o la téc-
Aunque De los neandertales a los neolibe­ nica. El autor denuncia los enfoques mar-
rales no es un libro de marxismo Faulkner xistas deterministas —aunque su «Cómo
desperdiga comentarios teóricos sobre la funciona la historia» suena demasiado
lucha de clases, motor del proceso históri- contundente—, sobre todo la teoría de las
co junto a la competencia entre los grupos etapas, la evolución necesaria de los modos
de producción, en especial el «desespera-
* Neil Faulkner, De los neandertales a los neoliberales. Una damente defectuoso» modo de producción
historia marxista del mundo, Barcelona, Pasado & Presente, esclavista y que Faulkner sustituye por el
2015, 535 páginas
de «imperialismo militar antiguo». A pesar

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 179-181 179


Lecturas

de estar «infectado por la teoría de las eta- las mujeres no aparezcan como sujeto his-
pas», el autor reivindica a Gordon Childe tórico? ¿Acaso no ha dicho nada el mar-
—a fin de cuentas, un clásico de la prehisto- xismo sobre la explotación de las mujeres
ria marxista— y a los clásicos del marxismo. desde que Engels en escribiera en 1884 El
Coherente, por lo tanto, aunque se echan origen de la propiedad privada, la familia y
en falta algunos nombres. el estado? No basta, por otra parte, apelar a
El título del libro es una declaración la importancia de la «gente corriente» en la
ideológica pero también lo es historiográ- historia si no le da el protagonismo que la
fica. Es posible que después de tanto giro propuesta teórica le supone. No son pocos
historiográfico, después de tanta historia los apartados que son una simple relación
en migajas, después de que las grandes na- de acontecimientos políticos, sin ninguna
rraciones históricas hayan sido «denosta- referencia a la gente corriente, a los de aba-
das por los teóricos posmodernos», el lec- jo, a las clases populares, cualquiera que
tor se sorprenda ante una propuesta que se sea el significado de esas expresiones. Así
presenta como una historia del mundo, De pues, si el autor pretende contar otra his-
los neandertales a los neoliberales, desde la toria, «la de la protesta y la resistencia», no
aparición de los primeros homínidos hasta alcanza su objetivo.
la actualidad. Faulkner organiza toda esa No todos los periodos estudiados tie-
ingente información de forma cronológica, nen el mismo peso, pues los miles de años
a lo largo de quince capítulos: 1. Cazado- que en nuestra tradición historiográfica se
res–recolectores y agricultores–pastores; agrupan en Prehistoria, Historia Antigua,
2. Las primeras sociedades de clase; 3. An- Medieval y Moderna —nomenclatura que,
tiguos imperios; 4. El fin de la Antigüedad; lógicamente, no es utilizada en este libro—,
5. El mundo medieval. 6. El feudalismo eu- ocupan las 180 primeras páginas, mientras
ropeo. 7. La primera oleada de revolucio- que los doscientos y pocos años que van
nes burguesas. 8. La segunda oleada de re- desde la independencia de los EEUU has-
voluciones burguesas. 9. La expansión del ta la actualidad (lo que entendemos como
capitalismo industrial. 10. La era de sangre Historia contemporánea) se analizan en el
y hierro. 11. Imperialismo y guerra. 12. La resto del volumen. Lógico dado que lo que
oleada revolucionaria. 13. La Gran Depre- realmente interesa a Faulkner es compren-
sión y el ascenso del fascismo. 14. Guerra der (y transformar) el capitalismo.
Mundial y Guerra Fría. 15. El nuevo desor- Y como el capitalismo se inició en Eu-
den mundial. ropa, «debemos desde este momento con-
Es chocante que a alguien que sabe muy centrar una atención desproporcionada en
poco de casi todo lo que se estudia en el li- los acontecimientos sucedidos en este pe-
bro, como es el caso de quien redacta es- queño rincón del globo», es decir, Europa.
tas líneas, le resulten conocidos tanto el El problema radica en que esta historia del
relato como la estructura del volumen. Es mundo peca de eurocentrismo, porque eu-
chocante, lo que no es ni positivo ni nega- rocentrista es escribir que la fauna africana
tivo en sí mismo. Sin embargo, lo que no es exótica o que las revoluciones de 1848
parece demasiado positivo es que no se re- —europeas, claro— constituyen un «hito
cojan las aportaciones de la historiografía en la historia mundial». A estas alturas, por
de las últimas décadas. A modo de ejemplo, muy marxista que se proclame un texto —o
la presencia de las mujeres es casi testimo- precisamente por hacerlo— no resulta con-
nial. ¿Cómo es posible que a estas alturas vincente explicar el eurocentrismo del au-

180 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 179-181


Neil Faulkner, De los Neardentales a los neoliberales... Víctor M. Santidrián Arias

tor apelando a su procedencia y formación. ña» fue invadida en el 711, comentario, por
Resulta también sorprendente, por otra cierto, que no deja de producir un cierto es-
parte, el peso que atribuye a la geografía calofrío si se tienen en mente títulos como
para explicar el desarrollo del capitalismo aquellos que hacen de la historia de España
en Europa: «La geografía determina lo que un continuo que corre desde Atapuerca al
es posible» escribe Faulkner. euro. ¿Y que decir de la guerra de Flandes
Por muy generalista que se autoprocla- del siglo XVI etiquetada como «prolongada
me un autor, no parece de recibo que una guerra popular de liberación nacional»? ¿O
historia (marxista) del mundo esté apoyada de la afirmación de que de haber triunfado
sobre una bibliografía que no llega a las 190 la revolución en la Alemania de 1918 «no
referencias. Eso explica, por ejemplo, que la habría habido Gran Depresión, ni nazismo,
Guerra Civil española se despache con ci- ni estalinismo, ni Segunda Guerra Mundial
tas de Orwell y Trotski, sin recoger ni uno ni Guerra Fría»?
de los estudios imprescindibles publicados Se preguntaba el profesor Fontana hace
en la última década. Consciente de posi- ya unos años si existía la posibilidad de
bles críticas, Faulkner justifica sus posibles construir una historia que no dejase al mar-
«errores y malentendidos» con el argumen- gen a los grupos subalternos y a las mujeres,
to de que no invalidan su tesis principal — una historia universal que escapara del «or-
el marxismo como explicación convincente den convencional» que estructura las histo-
de la historia humana—, por lo que el pro- rias «en función del punto de llegada de la
yecto del autor sigue siendo válido. Más pa- clase de presente impuesto por los pueblos
rece un acto de fe que un ejercicio de razón. europeos». Mucho nos tememos que no es
Acto de fe, por cierto, con el que se preten- el caso de De los neandertales a los neolibe­
de armar a los activistas, porque se trata de rales. Una historia marxista del mundo.
un «libro para activistas». Difícilmente po- Decíamos al comienzo de estas líneas
drán cambiar el mundo si sus esquemas de que no se le pueden negar atrevimiento y
análisis parten de premisas con «errores y honradez intelectual a Neil Faulkner. Son
malentendidos». cualidades necesarias, más aún: son im-
También resulta chocante el uso que prescindibles. Pero, desgraciadamente, no
esta historia del mundo hace de ciertos son rasgos suficientes para que un libro
conceptos. No deja de ser sorprendente se convierta en obra de referencia. Quien
afirmar, por extemporáneo, que la explo- suscribe estas líneas no se siente capacita-
sión de creatividad acaecida en la Atenas do para negar el adjetivo «marxista» a esta
clásica estuviera basada en contenidos de obra pero sí que tiene la sensación de haber
«derechas», como de derechas eran los ban- leído una historia «fallida» del mundo. Qui-
didos que asesinaron a Tiberio Sempronio zás apelar a sensaciones y sentimientos no
Graco. Tampoco resulta cómodo leer el ad- encaja en las coordenadas de lo que debe
jetivo «italiano» para caracterizar al cam- ser el análisis marxista de un libro de histo-
pesinado de la Roma clásica, o que «Espa- ria, pero hay lecturas que emocionan más.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 179-181 181


The People: The Rise and Fall of the
Working Class, de Selina Todd*
Adrià Llacuna Hernando
Universitat Autònoma de Barcelona

«El siglo de la clase obrera» (p.1). Con-


tar su historia y analizar su desarrollo es el
objetivo último de Selina Todd en su The
People…, pensado además como un claro
homenaje thompsoniano a modo de conti-
nuación de su «formación» (esto es, el auge
y caída de la clase obrera), en el contexto
del cincuentenario de The Making of the
English Working Class [1]. Pese a que su es-
tudio de caso se ocupa de la historia social
y cultural de la clase obrera, en éste se in-
cluye, obviamente, el marco de poder ins-
titucional (estatal) en el que está inserta
determina el ámbito de su narrativa. Lo que
es un acierto pero, a su vez, una inagotable
fuente de debates sobre la identidad nacio-
nal [2]. No obstante, la propuesta de Todd es
clara y contundente: el siglo veinte es un
periodo en el que la clase obrera experi-
menta un intenso proceso de transforma-
ción política y social que se puede reseguir
a través de la consecución de espacios de
poder político que tratarán de otorgar un En la propuesta de contenidos de su li-
control sobre sus propias condiciones de bro: ese «ascenso» se produce a partir de
vida y de trabajo. uno de los dos puntos de inflexión de la
historia reciente británica representado
* Selina Todd, The People: The Rise and Fall of the Wor- por la Segunda Guerra Mundial y sus in-
king Class, 1910–2010, Londres, John Murray, 2015, ISBN: mediatas consecuencias en 1945; mientras
9781848548824; 512pp.
que la caída queda personificada en el otro
1.— E.P. Thomspon, The Making of the English Working Class,
gran punto de inflexión de la narrativa, con
Londres, Victor Gollancz, 1963.
la victoria de Margaret Thatcher en 1979.
2.— Aunque Irlanda del Norte (e Irlanda antes de ésta)
permaneciese durante buena parte del siglo bajo control Este marco interpretativo —por su simpli-
del ejecutivo de Westminster (S. XIX — 1921; 1972–1998), ficación— es efectivo, ya que posibilita la
las particularidades del desarrollo de la clase obrera en identificación de un hilo conductor a par-
el territorio son escasamente mencionadas y no aportan
tir del cual se reseña la historia reciente de
los enriquecedores contrapuntos de la gran narrativa de
la obra, que es mucho más evidente en la isla de Gran Gran Bretaña. Por otro lado, la autora no le
Bretaña. resta complejidad, al sumar en el mismo un

182 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 182-186


Selina Todd, The People: The Rise and Fall of the Working Class. Adrià Llacuna Hernando

conjunto de fenómenos políticos, sociales, lítico y electoral del laborismo como parti-
culturales y económicos que mediaron en do (con el Labour Party, fundado en 1906)
el desarrollo de la clase obrera como agente ejercían una presión democratizadora que
histórico. el régimen liberal británico trataba de sor-
La fluidez narrativa entre los pasajes del tear. Ese plácido «mundo de ayer» del libe-
libro permite un recorrido continuo a lo ralismo europeo —y de los edwardian years
largo de la los momentos clave de la his- en el país, ‘una larga fiesta en el jardín, en
toria del siglo veinte en el país, a través del una tarde dorada’, p.15— tocó su fin en
cual Todd traza magistralmente el impacto 1914, para experimentar tras cuatro largos
de estos grandes fenómenos sobre las vi- años de conflicto, un punto de no retorno [3].
das corrientes de la clase obrera a lo largo Por tanto, aunque no se menciona de forma
y ancho del territorio. La variedad de los explícita en la obra, estos años de toma de
testimonios permiten componer una ima- conciencia, de crecimiento organizativo de
gen en movimiento de mujeres y hombres, la clase obrera y de la construcción de una
militantes, sirvientes domésticos, mineros, cultura e identidad articulada para trans-
obreros del textil, tenderos, obreros de la formar y subvertir el orden liberal son pro-
automoción o trabajadores white collar en ducto de la acumulación de un «largo siglo
diferentes puntos y momentos de la historia diecinueve» catalizado por el conflicto béli-
del país en el que se producen cambios muy co [4]. Este «servicio» (en el sentido burgués
significativos como: las transformaciones del sirviente doméstico, colectivo al que
en el modelo industrial y productivo, con el Todd dedica el primer capítulo de la obra
surgimiento de nuevas industrias, nuevos para ilustrar la analogía de la «domestici-
sistemas de producción (la introducción de dad» de la clase obrera) no se resquebraja
la cadena de montaje, conocido en el país súbitamente en 1939 sino que sale herido
como el Boudeauux system); las transfor- de muerte de 1918, como demuestran los
maciones de la economía doméstica de la años de la desmovilización bélica, la ele-
clase obrera con la introducción de la mujer vada conflictividad laboral y las primeras
en nuevos puestos no especializados —sub- transformaciones profundas de los dere-
virtiendo los roles de género tradicionales chos de sufragio en 1918 [5].
como la figura del male breadwinner–; o Sin embargo, el aspecto más estimulan-
el surgimiento de nuevas formas de ocio y te e ilustrativo que se deriva del análisis de
consumo propias de la clase obrera, como Todd permite seguir la evolución, contra-
los dance halls o la irrupción del cine como
fenómeno de masas —para el horror de mu- 3.— Stefan Zweig, El Mundo de Ayer: Memorias de un
chos ‘observadores’ y analistas sociales de Europeo, Barcelona, El Acantilado, 2012.
la burguesía—. 4.— Aunque formalmente la narrativa de Todd recuerde a
Estas primeras transformaciones apare- la propuesta de Eric Hobsbawm, The Ages of Extremes: A
Short History of the Twentieth Century, 1914–1991, Londres,
cen de forma clara ya en la primera parte de
Michael Joseph, 1994; su interpretación tiene mucho más
la obra («Servants: 1910–1939»), que toma sentido si se tiene en cuenta la dinámica previa de las
el año 1910 como el momento de disrup- últimas décadas del siglo anterior.
ción social y política más importante de 5.— La People Representation Act de 1918 extiende para
Gran Bretaña antes de la Gran Guerra: el las elecciones generales del mismo año el derecho a
sufragio a todos los hombres mayores de 21; y a mujeres
incremento de la movilización sindical, el
mayores de treinta propietarias. Sin embargo, el sufragio
movimiento sufragista, la reforma para la universal completo no se introduce hasta diez años
autonomía irlandesa y el primer salto po- después.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 182-186 183


Lecturas

dicciones internas del instrumento político años treinta, y las condiciones impuestas
de la clase obrera, creado a partir del im- por los sucesivos gobiernos de concentra-
pulso del trade unionismo (Labour Repre- ción nacional. La crisis económica provocó
sentation Committee, 1900) y pensado para una pauperización galopante entre buena
servir a los intereses de su clase. En el libro, parte de la clase obrera del país llevando al
el Labour Party es protagonista implíci- desempleo a un número inaudito de perso-
to de las fortunas e infortunios de la clase nas hasta la fecha, que se topaban con unos
obrera británica a lo largo del siglo veinte servicios asistenciales muy precarios y con
hasta el presente. Alejado del poder en la carácter punitivo, que culpabilizaban a las
primera parte de la obra (con dos efímeros propias victimas de su situación personal [6].
gobiernos minoritarios en 1924 y 1929– De aquí surge otra de las grandes continui-
1931, respectivamente), el partido y ese as- dades de la historia reciente británica, que
censo de la clase obrera toman importan- tiene sus raíces en la decimonónica Poor
cia a partir de la Segunda Guerra Mundial Law, y que pretende trazar una línea entre
y la construcción del mundo de posguerra. aquellos ‘genuinamente buscando traba-
Sin embargo, en los años anteriores Todd jo’ (los pobres merecedores de ayuda, «the
dedica un espacio a otro de los momentos deserving poor») y aquellos ‘inútiles y hol-
clave de esta historia (esos «puntos de in- gazanes’. Esta situación, junto con la crisis
flexión» de los que habla su autora) como que el fascismo abrió en la escena interna-
es el año 1926 y la convocatoria de una cional, generó un espacio en la izquierda
Huelga General (y posterior capitulación) política totalmente inédito, entre laboris-
por parte del Consejo General del Congreso tas, socialistas, liberales y comunistas. Este
de las Trade Unions (TUC). En estos instan- Frente Popular desarrolló una cultura mi-
tes, la acción colectiva de la clase obrera de litante que, pese a no tener consecuencias
mayor envergadura de su historia reciente políticas antes de la guerra, catalizó una
traspasaba claramente las fronteras de la conciencia colectiva sobre el bienestar so-
lucha económica, y pasaba a ser un plan- cial universal que, ayudada por un esfuerzo
teamiento abiertamente político contra las de guerra soportado de forma desigual so-
carencias de la democracia británica. Fren- bre los hombros de la clase obrera (p.140),
te a esta situación la dirección del partido materializó el nacimiento de «The People»
mostró su compromiso con la moderación en 1945, cuando se produjo el triunfo elec-
institucional arraigada en la cultura po- toral aplastante del laborismo, con Clement
lítica dirigente del país: la acción sindical Attlee a la cabeza. Ese Spirit of ’45 que (des)
quedaba delimitada a la negociación sobre dibuja parcialmente Ken Loach en su cono-
condiciones laborales y económicas, mien- cido film, encuentra aquí el necesario con-
tras que ‘las demandas para cualquier cosa trapunto al incluir ese milieu antifascista en
que se encaminara hacia una mayor igual- el que participaron principalmente los co-
dad económica y social eran perseguidas munistas y la izquierda laborista. Entre es-
como «inconstitucionales»’, p.58.
6.— Conocido como el Means Test, los oficiales encargados
Otro de los grandes aciertos de The Peo­ de aprobar estas insuficientes ayudas al desempleo
ple… es la contextualización de su segunda inspeccionaban personalmente los bienes de los
parte (‘The People’, 1939–1968) como con- solicitantes para comprobar que no tenían otros medios
para subsistir (como la venta de objetos de algún valor) o
secuencia directa, no solo de la guerra, sino
no se gastaban el dinero de forma «irresponsable», hecho
del hervidero de nuevas transformaciones que les hacía caer en la categoría de los non–deserving
en la izquierda política del país durante los poor y les descalificaba para reclamar ayuda alguna.

184 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 182-186


Selina Todd, The People: The Rise and Fall of the Working Class. Adrià Llacuna Hernando

tos últimos encontramos a Red Ellen Wil- síntomas de una contracción industrial en
kinson (Ministra de Educación en 1948) o Gran Bretaña que implicó: la asunción de
Nye Bevan (Ministro de Sanidad y Vivienda, la ortodoxia «menos salario y menos se-
fundador del National Health Service y del guridad» en los puestos de trabajo; y una
nuevo esquema de planificación de vivien- lógica movilización sindical atajada con las
da pública a manos de los ayuntamientos), primeras maniobras legislativas del labo-
los responsables de emprender la extensión rismo para limitar la influencia de las trade
universal de la protección social. unions. Así el balance del gobierno Wilson
Sin estar exentos de crítica por par- combinó la aceptación de la subordinación
te de Todd (por su ejecución ‘top–down’, económica y política de la clase obrera, con
p.159) estas reformas fueron víctimas de la extensión de derechos y libertades indi-
una pronta deformación por los sucesi- viduales (despenalización del aborto y la
vos gobiernos conservadores, los condi- homosexualidad, 1967), así como la pro-
cionantes de la Guerra Fría, el atlantismo moción de políticas de igualdad de género
laborista y la extensión del Plan Marshall y raza (Race Relations Act, 1965; Equal Pay
en suelo británico. En este punto, la dispu- Act 1970). Pero sin duda, después del inter-
ta por la hegemonía política y cultural en ludio conservador del Gobierno Heath, el
el país se evidencia de forma clara con la gobierno laborista de Callaghan de 1974, en
construcción de la alternativa conserva- plena eclosión de la crisis del petróleo, pro-
dora por los sucesivos gobiernos de Chur- tagonizó uno de los pasajes recurrentes de
chill, Eden o MacMillan en la década de los la historia reciente de la Europa Occiden-
50, en la que se empezó a promocionar la tal y de las contradicciones de la izquiera
idea del nacimiento de una sociedad de la política laborista o socialdemócrata: el go-
afluencia (pero socialmente dividida), en bierno Callaghan pidió ayuda económica al
la que se promociona el acceso en masa a Fondo Monetario Internacional, mientras
los bienes de consumo, la cultura merito- que su Ministro de Finanzas Denis Healey
crática (aún partiendo de una desigualdad aceptó la contracción del gasto público en
permanente) y en el que se fundamentan retorno al préstamo del organismo interna-
conocidos mitos muy resistentes: como el cional (p.311), haciendo de este episodio el
de la movilidad social y el de la extensión primer acto de «thatcherismo primitivo» y
progresiva (y tendiente a la totalidad) de la el cambio de lógica total del planteamiento
nueva clase media. No es casual que incluso de 1945.
el laborismo de 1964, puso en primera línea Esta ‘caída’ no pudo ser más acentuada
como presidenciable al arquetipo merito- tras la llegada de los largos años del con-
crático de Harold Wilson (p.262).En este servadurismo en su nueva forma, con Mar-
sentido, no resulta extraño que la autora garet Thatcher en el poder desde 1979, que
considere la tercera parte de la obra como hicieron de «TINA» su norma: «There is No
los inicios de la «caída», en un momento Alternative». Pese a que estos años tien-
tan temprano como en 1966 («The Dis- den ser considerados retrospectivamente
possessed, 1966–2010), bastante antes de como un hecho contrastado (la ausencia de
la llegada de Thatcher al poder. Esa «New alternativa política y económica), Todd se
Britain» de Wilson (pp. 275–298) impulsó encarga de rescatar esas voces del disenso
nuevas reformas en el sistema educativo colectivo: el descontento generado entre
y la extensión del parque de vivienda pú- las comunidades de la clase obrera en dis-
blica, pero también se experimentaron los tintos puntos geográficos del país; la pre-

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Lecturas

caria consolidación de Thatcher en el poder realizaron alguna que otra notoria con-
hasta mediados de la década de los ochen- tribución [8]) son cruciales (más bien, otro
ta, solo restaurada tras el baño patriótico– punto de inflexión) en la contribución a
mediático de la Guerra de las Malvinas; o la la caída (que no desaparición) de la clase
gran movilización sindical y social derivada obrera en la escena política del país.
de la huelga de la minería en 1984–1985. Por último, es una buena noticia que en
Sin embargo, la sombra del Thatcherismo la segunda edición del libro, Todd haya in-
se evidencia larga y consistente en la re- cluido un epílogo sobre los años 2011–2015
novación neoconservadora del mito de la para analizar el «estado en el que nos en-
sociedad ociosa y dependiente de ayudas, contramos» valorando los años de la admi-
que se cebó especialmente con los la cla- nistración conservadora de Cameron, en el
se obrera más desfavorecida. Una línea que que la autora aprovecha para desmontar
se puede seguir hasta la actualidad con el varios mitos que se han ido construyen-
arquetipo del «gorrón» (scrounger) de todo do durante décadas y que perviven en la
tipo de ayudas viviendo a costa del esfuerzo actualidad como: el estado del bienestar
de los contribuyentes, habitualmente, en como el origen de la crisis y la apelación
alguna de las promociones de vivienda pú- al trabajo duro para superar la misma; el
blica subsidiada (council estate), lo que no bloqueo de oportunidades de la clase obre-
deja de ser otra cosa que una imagen demo- ra a causa de las mujeres y los inmigrantes
nizada de la clase obrera en su conjunto [7]. (una constante desde Enoch Powell has-
La primera víctima política del Thatche- ta el UKIP); el mito de la movilidad social
rismo fue el propio Labour Party, que du- como solución a la desigualdad; la ausencia
rante la década de 1980 se vio inmerso en de una alternativa se produce por la avari-
un profundo e intenso debate (incluso con cia y el egoísmo generalizado de la gente.
una escisión socio–liberal mediante) que En este último punto, se ofrece una clave
acabó arrinconando las corrientes del trade interpretativa sobre los escasos índices de
unionismo militante y del socialismo britá- participación política de la clase obrera en
nico (representado por políticos como Tony los años recientes, en la que se evidencia
Benn) y puso a Neil Kinnock al frente de que, no son fruto de tal adopción de la cul-
un Labour Party camino hacia el abando- tura del individualismo extremo y la apatía
no de su planteamiento de clase (hacia una sino que, posiblemente, su órgano de re-
«classless society»), que tomó su forma de- presentación política tradicional ha dejado
finitiva con el New Labour de Tony Blair, la de ser tal. Como nota Todd: la identidad y
conocida «Tercera Vía» y el nuevo proyecto la experiencia de clase no ha desaparecido,
de construcción nacional «alternativo» al solo ha decaído (como demuestra a lo lar-
conservadurismo. Pese a que lógicamente go de su obra) su influencia para ejercer un
Todd no puede dedicar mucho más espacio control político y económico sobre sus pro-
a esta etapa crucial de los años más recien- pias condiciones de existencia. Tal vez, los
tes de la historia británica por el ambicioso acontecimientos más recientes en el seno
objetivo global de su trabajo, los debates del Labour Party del último año, puedan
en el seno del laborismo de esta época (en ofrecer una entrega adicional de la obra en
la que historiadores como Eric Hobsbawm el futuro.

7.— Owen Jones, Chavs. The demonization of the Working 8.— Eric Hobsbawm, Politics for a Rational Left, Political
Class, Londres, Verso, 2011. Writing: 1977–1988, Londres, Verso, 1990.

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El Frente Popular: Victoria y derrota
de la democracia en España, de J.L.
Martín Ramos*
Pablo Montes Gómez
Doctorando por la Universidad de Oviedo

No era un pensamiento original suyo —al


menos ya lo había enunciado anteriormen-
te Walter Benjamin—, pero Christopher Hill
tenía razón en afirmar que cada generación
debe escribir su propia historia. Extraños
son los libros que, como el que tenemos en-
tre nuestras manos, puedan aspirar a cons-
tituirse en nexo intergeneracional. Y es que
pocas veces el trabajo de un historiador tan
veterano y experimentado como José Luis
Martín Ramos posee, juntamente a un vas-
to conocimiento de la materia que aborda,
la virtud de ser fresco e innovador. El méri-
to es seguramente mayor al tratarse de un
libro de ensayo, que supone una auténtica
consagración a toda una vida como historia-
dor dedicada a «la victoria y la derrota de la
democracia» en nuestro país.
Al lector, aun no compartiendo todo o ni
tan siquiera el grueso de lo que el autor plan-
tea, forzoso le resultará reconocerle su rigor
y honestidad. De lo primero se deja constan-
cia desde el primer capítulo; de lo segundo
un reconocimiento explícito en el preámbu-
lo: «Lo que yo ofrezco es una interpretación Ciertamente, otros muchos autores en otras
beligerante, que defiende el valor histórico obras no nos tienen acostumbrados a tan-
y ético de la Segunda República». Conside- ta transparencia, siendo moneda de cambio
rando, con Gramsci, que la indiferencia es habitual en nuestro país —y no sólo en él—
el peso muerto de la historia, uno no puede encontrar trabajos no menos combativos
por menos que agradecer una declaración que sin embargo buscan colarse en el tejido
de intenciones tal, tan sana y creativa in- social colgándose la etiqueta de «neutros».
telectualmente hablando. Y tan inhabitual. Estamos, pues, ante un libro valiente que
* José L. Martín Ramos, El Frente Popular: Victoria y derrota sale al paso de las interpretaciones que, se-
de la democracia en España, Barcelona, Pasado y Presente, gún afirma el autor, aún dominan en los ám-
2016 bitos académicos y de divulgación, lo que él

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Lecturas

llama «la cultura histórica social». Algo así cias internas, que llevaron a la IC a rectificar
sólo puede ser celebrado. Porque ejercicios su política anteriormente sectaria del «clase
como éste apuntan a un síntoma (uno de contra clase» o el «frente único» en pos de la
ellos) del grave mal que padece nuestra his- colaboración interclasista, son aquí desgra-
toriografía, a saber: que la brecha existen- nadas gracias al exhaustivo conocimiento
te entre la sociedad y la academia es justa que de la III Internacional exhibe el autor.
y merecida. Ha llegado a constituirse en lu- Así, teorías conspirativas emanadas del con-
gar común entre los historiadores españoles servadurismo más reaccionario como la del
aludir con frecuencia a la escasa incidencia complot de Moscú para instaurar una repú-
social que tiene nuestra disciplina, lo cual es blica soviética en España o su posterior ac-
muy cierto, pero esta evidencia, en los últi- tualización por medio del llamado «Caballo
mos años, ha caído a plomo sobre nosotros. de Troya», que indica que el objetivo comu-
Se ha hecho de todo punto manifiesta para nista nunca fue otro que la toma del poder,
aquel que quiera verla. El desfase, la falla son desmontadas con minuciosidad.
existente entre las interpretaciones que im- Porque como sostiene con firmeza Martín
peran en el ámbito historiográfico en torno Ramos, la estrategia frentepopulista siem-
a aspectos como el ascenso y posterior caída pre dependió de la fuerza de los PC. Ello se
de la democracia republicana, y las actuales prueba en las notables diferencias entre paí-
demandas provenientes de la ciudadanía, ses y el momento del que se tratara. Así, la
cuyos agravios pivotan precisamente en alianza electoral entre socialistas y radica-
torno a la baja intensidad democrática —o a les en la Francia de 1924 tuvo muy poco que
la fuerte incidencia del elemento oligárqui- ver con la que se alcanzaría en 1936, pero la
co— en nuestro sistema de representación, novedad no residió únicamente en el apo-
desvelan el distanciamiento. Martín Ramos yo comunista al resto de partidos, sino en el
pone todo esto en primer plano a través de cambio de estrategia. En general, la social-
la interrupción forzada de la experiencia de democracia fue reticente a adoptarla, tam-
los años treinta. De esta forma, este esfuer- bién en España. De hecho, en nuestro país
zo de combate por la historia que tenemos no han sido pocos los que han querido iden-
hoy aquí, aunque no baste, contribuye a en- tificar la propuesta del Frente Popular con
tender esto, pues constituye un ataque fron- una especie de reedición del pacto republi-
tal al funcionalismo imperante en nuestra cano-socialista, minimizando de esta forma
academia y discurso político oficial. la aportación del PCE. En Bélgica, uno de los
Centrado en el esfuerzo por concederle principales líderes del Partido Obrero Bel-
su merecido lugar en nuestra historia, se de- ga, Paul Henri Spaak, llegará a desdeñarla
dican nada menos que tres de sus seis ca- por considerarla «centrista». Y es que como
pítulos a exponer la génesis de formación expone con gran sagacidad Martín Ramos,
del Frente Popular y su implantación en en el momento en que los comunistas no
España. El capítulo i se justifica en el esca- dispusieron de la fuerza suficiente para ser
so conocimiento que «salvo excepciones», considerados imprescindibles, los socialis-
según él mismo afirma, se tiene de la rea- tas descartaron su iniciativa.
lidad del Komintern. El contexto histórico e A decir verdad, no es en absoluto común
internacional, así como su concreción a la hallar explicaciones tan completas de este
realidad política y social de España se en- intrincado período, capaces de situar la ar-
cuentran adecuadamente en esas páginas. gumentación en diversos momentos y luga-
Los debates, las discrepancias y las reticen- res. Entender la importancia crucial que los

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José L. Martín Ramos, El Frente Popular: victoria y derrota de la... Pablo Montes Gómez

tempos, las culturas socio-políticas así como obreras, o la idea sobre la que varios autores
las experiencias de los diferentes países ju- han insistido en los últimos años, tendente
garon en el devenir de los acontecimientos a considerar que dicha actitud intransigente
se hace esencial. Sirvan como muestra nue- colaboró de modo decisivo a que no surgiera
vamente los ejemplos de Bélgica o Francia, una opción de centro que pudiera equilibrar
en donde los altos representantes del mo- la República, también son abordadas con
vimiento obrero reaccionaron inicialmente elocuencia y gran aportación documental,
ante el fascismo proponiendo una alianza de tipo tanto micro como macro.
entre las clases medias y el proletariado in- La idea de la polarización política inun-
dustrial sobre la base de una «hegemonía de da obviamente el conjunto de la obra. Un
los valores y prejuicios de esas clases me- trabajo entonces notablemente novedoso
dias», temerosas de su proletarización y su en este sentido lo representó el de Rafael
hondo rechazo al colectivismo, lo que aca- Cruz (En el nombre del pueblo, 2006), en el
bó acercando a sus promotores al fascismo. que se contestaba esa creencia tan extendi-
Nombres como Manuel Déan, Adrien Mar- da en nuestro país en sentido arriba-abajo
quet, Henri de Man o el propio Spaak así lo según la cual un exceso de política puede
testifican. Ningún proceso histórico es está- conducir al conflicto. Otros estudios rela-
tico, mucho menos aún el de entreguerras, cionados con esta problemática, como el de
por lo que no marcar bien sus etapas puede la violencia política que testimonian nom-
comportar consecuencias irreversibles para bres como Eduardo González Calleja o José
el análisis. La meticulosidad de que hace Luis Ledesma, han venido también a romper
gala Martín Ramos le hace moverse cons- ciertos tópicos —o mejor, mitificaciones— y
tantemente en la intercalación de la lupa y son muy bien aprovechados por Martín Ra-
el telescopio, atendiendo incluso a fenóme- mos. En su capítulo iv aborda la cuestión de
nos de duración secular, al tiempo medio y la conspiración y posterior golpe contra la
el tiempo corto. Así, es capaz de llevarnos de República bajo la excusa de la ingoberna-
los despachos del Komintern en Moscú a las bilidad (inestabilidad, inseguridad, etc.) y
sedes de las organizaciones obreras de Bar- la tensión social provocada principalmente
celona, Madrid o París y, de ahí, a las peque- por la izquierda proletaria. Y pone en cru-
ñas agrupaciones locales de España. Incluso da evidencia que el levantamiento armado
se retrotrae a los inicios del Estado liberal contra la legalidad republicana no fue más
para ilustrar que la supuesta polarización que el último recurso de las derechas anti-
política, tantas veces atribuida al resultado rrepublicanas contra el reformismo, el cual
de la victoria de las izquierdas, no era un fe- aborda con cierto detalle en dicho capítulo,
nómeno ni nuevo ni característico en éstas. subrayando que todas las políticas seguidas
Sería laborioso enumerar todas las po- venían discutiéndose en las democracias
lémicas y mitificaciones que Martín Ramos parlamentarias del entorno, en ningún caso
aborda con el objetivo de desarticularlas. fueron políticas revolucionarias.
Como es natural, octubre de 1934 ocupa un Aborda asimismo, como no podía ser de
espacio importante, pero también se desa- otro modo, la victoria de las candidaturas
rrollan ampliamente otras como la supuesta de izquierdas en las elecciones de febrero,
pérdida de apoyos de las izquierdas a partir poniendo énfasis en la discusión de la mis-
de 1933 y el consiguiente viraje de la opi- ma por la publicística iniciada en el mismo
nión hacia la derecha, la oposición y radi- momento en que ésta se produjo. Merece la
calización antigubernativa de las izquierdas pena citarse, como ejemplo del nivel de mi-

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Lecturas

nuciosidad analítica del estudio, el repaso res dominantes, que habían vivido tradicio-
que realiza a aquellos resultados electorales, nalmente en la costumbre de ver cómo no
en los que incluye las provincias en que fue eran aplicadas las leyes de carácter social,
necesaria una segunda vuelta para decidir o resultó intolerable. El golpe de Estado no
las tres en que los mismos fueron impugna- fue más que, como desgrana Martín Ramos,
dos (casos de Cáceres, Cuenca y Granada). la consumación de una elaborada conspira-
Estos últimos resultan reveladores por lo ción que no sólo afectó a los militares o a
menos en dos sentidos: que reforzaron la Falange, encargada de recibir apoyo econó-
victoria de las candidaturas de izquierdas; mico que se brindaba desde Italia, sino que
que desvelaron la deriva conspirativa de fue promovida, alentada y financiada por las
esas derechas, mostrando un acercamiento élites sociales presentes en los sectores fi-
a Falange, con la que llegaron a presentar nancieros, patronales y de la gran propiedad
por Cuenca a José Antonio Primo de Rivera agraria. Y que por supuesto recibió el apoyo
y al general Francisco Franco. de una parte importante de la clase media.
Los dos últimos capítulos vienen dedi- Bien ordenado, como es característico en
cados a la sublevación militar y a la evolu- su autor, la estructura del libro ayuda enor-
ción del frentepopulismo durante la guerra, memente al lector a seguir por los múltiples
abordando problemáticas como las de la re- entresijos de un muy complejo proceso, tan
volución y la defensa de la democracia por enmarañado posteriormente por argumen-
parte del obrerismo. Así, aparecen las fric- taciones tendentes a justificar un golpe de
ciones entre el PSOE y los republicanos en Estado contra la democracia española y
torno al Frente Popular, en cuestiones tales una larga guerra. Pero sin el menor atisbo
como la elaboración de las candidaturas de duda, la mayor virtud que aquí se ofrece
para las siguientes elecciones municipales es esencialmente una enriquecedora discu-
que, en ningún caso, llegaron a poner en sión, en su mejor y más sano sentido histo-
entredicho el pacto de gobierno. También riográfico.
en aspectos como los problemas en torno En resumen, esta obra de ensayo es, en el
al orden público. No hará falta recordar que más estricto sentido, un intento (exitoso en
aquellos meses son ricos en las polémicas nuestra opinión) de aplicación de la vi tesis
que desataron. Pero si algo sobresale en im- de la Historia de Walter Benjamin, en la que
portancia es el argumento de fondo. Presen- el filósofo marxista alemán afirmaba rotun-
te ya en varios capítulos en los que trata la do lo que con tanto afán pretendió hacer el
reacción conservadora a la labor reformista grupo de historiadores del Partido Comu-
del primer bienio, sitúa la motivación última nista Británico, que en cada época, en cada
del golpe de Estado en algo que puede decir- generación, «es preciso hacer nuevamente el
se que, aunque no sea un argumento nuevo, intento de arrancar la tradición de manos del
hoy comienza lentamente a abrirse camino conformismo». Este libro es, sensu stricto, de
entre nuestra historiografía: que el proble- esta época y este presente a pesar de lo que
ma del malestar de las derechas en la aplica- el salto generacional pueda dar a entender.
ción de las leyes —entre las que destaca la de Y es que «encender en el pasado la chispa de
Reforma Agraria—, lejos de tener su motiva- la esperanza es un don que sólo se encuentra
ción en supuestas radicalidades y excesos en aquel historiador que está compenetrado
del gobierno frentepopulista o de la acción con esto: tampoco los muertos estarán a sal-
incontrolada de las masas, fue su mero cum­ vo del enemigo, si éste vence».
plimiento. Esto fue lo que para unos secto-

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Poder, economía y sociedad en el sur.
Historia e instituciones del capitalismo
andaluz, de Carlos Arenas Posadas*
Carlos Martínez Shaw
Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)

Nos hallamos, para decirlo ya de entra-


da, ante un libro básico, un libro necesario.
Hay que señalar que para ello su autor se
ha beneficiado de una dilatada experien-
cia docente e investigadora como profesor
de historia económica de la Universidad
de Sevilla, donde ha desarrollado también
una larga labor de gestión, principalmente
como decano de la Facultad de Ciencias del
Trabajo hasta su reciente jubilación. Puede
presentar además una abundante biblio-
grafía, compuesta por más de cincuenta
trabajos, esenciales algunos de los referidos
a la Sevilla contemporánea, esencialmente
a la Sevilla de los perdedores. También es
un historiador de la empresa, con dos es-
pléndidas monografías: Empresa, merca­
dos, mina y mineros: Ríotinto (1873-1939),
publicación de 1999 dedicada a uno de los
grandes centros del capitalismo industrial
andaluz, y La Cartuja de Pickman: la prime­ preocupación por Andalucía y además sabe
ra fábrica de cerámica artística y loza de Es­ transmitir con facilidad sus investigaciones
paña, 1899-1936, publicada en 2007. gracias a su óptima capacidad comunicati-
El libro de Carlos Arenas, dicho muy bre- va, la obra, en consecuencia, aparece ple-
vemente, habla con conocimiento de causa tórica de ideas, abundante en sugerencias,
del capitalismo andaluz, pero también del con multiplicidad de lecturas, que motivan
capitalismo español, de las bases frágiles e incitan a reflexionar acerca de los asuntos
sobre las que se ha construido este capita- tratados. Las ideas son sintetizadas además
lismo español y las más frágiles aún sobre con frases de extraordinario acierto que re-
las que se ha levantado el capitalismo anda- sumen muy bien lo que se quiere transmi-
luz. Como el autor combina una excelente tir, todo lo cual tiene que ver con fenóme-
formación historiográfica con una sentida nos históricos muy complejos. Un ejemplo
es el capítulo que se titula De señores a se­
* Carlos Arenas Posadas, Poder, economía y sociedad en el
sur. Historia e instituciones del capitalismo andaluz, Sevilla, ñoritos: es muy difícil encontrarse con una
Centro de Estudios Andaluces, 2015,. expresión más lograda para identificar un

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 191-194 191


Lecturas

proceso histórico, pues eso es exactamente de origen para ir a engrosar los capitalis-
lo que ocurrió en Andalucía en el siglo XIX. mos de otras regiones. Por cierto que este
Hay que señalar también que estamos análisis sobre Andalucía recuerda mucho
hablando de un libro de considerables pro- al que hizo Antonio Gramsci para explicar
porciones, con un ingente número de no- el atraso económico, social y político de su
tas a pie de página y una excelente biblio- Cerdeña natal a fines del Ochocientos.
grafía como demostración de sus sólidos Por tanto, el capitalismo extractivo es un
fundamentos. En este sentido, el libro, que fenómeno fundamental que Carlos Arenas
arranca de Carlos Marx, se ve sustentado explica como constitutivo de la evolución
en las tesis de una serie de autores que se económica y social andaluza de los siglos
encuentran entre los más influyentes del XIX y XX y cuya virtualidad confirman los
pensamiento económico de los siglos XX y acontecimientos del último siglo e incluso
XXI. Ahí están Max Weber, Joseph Schum- los de este siglo XXI. El modelo de capital-
peter, Paul Krugman o Thomas Piketty, ismo secundario, subalterno, extractivo,
de los cuales ha extraído gran parte de su se agravó a partir de la derrota de 1939, a
jugo teórico. Aunque la idea madre provie- través de una contrarreforma agraria, ba-
ne de Daron Acemoglu y James Robinson, sada en los bajos salarios, en la represión
dos autores que han enmarcado su trabajo generalizada del campesinado y en la exis-
acerca del atraso económico en una pers- tencia de un ejército de reserva (el lumpen-
pectiva política, difundida a través de una proletariado marxista), lo cual produjo una
gran cantidad de artículos pero sobre todo acumulación de capital agrario, una parte
a través de un conocido libro de gran éxito, del cual se fue hacia las regiones o los países
Why Nations fail. The origins of power, pros­ industriales del norte, del mismo modo que
perity and poverty («Por qué fracasan los una parte considerable de la mano de obra
países. Los orígenes del poder, la prosperi- del campo tuvo que buscar su superviven-
dad y la pobreza»). Una obra que ha inspi- cia en la emigración no sólo hacia el norte
rado a muchos y concretamente ha inspi- de España sino también hacia la Europa
rado a Carlos Arenas. Y es que lo esencial próspera e industrializada.
es pensar que una problemática tan densa La crisis financiera de 2008, que apa-
como es la del desarrollo económico y so- rece fuera de nuestras fronteras, ha sido
cial de Andalucía requiere finalmente una una crisis insólita, tanto que casi nadie se
respuesta política, que es la propuesta por dio cuenta de lo que se estaba fraguando.
los dos autores mencionados. Pero dicha crisis demostró que el capital-
Carlos Arenas trata también de captar el ismo andaluz era un capitalismo con pies
origen del atraso andaluz a partir primero de barro o, como dice el autor, «con pies
de un solo concepto, que luego se extiende de ladrillo y cemento». Por ello hay que
en miles de conceptos secundarios. Es la pensar que los responsables del desarrollo
noción de capitalismo extractivo, un modelo subalterno de este capitalismo no se deben
de capitalismo que se basa sólo en la po- buscar fuera de Andalucía, sino que, antes
tenciación de unos contados sectores de al contrario, hay que hallarlos dentro de la
bajo rendimiento, con aplicación de gran propia sociedad de la región. En gran me-
fuerza de trabajo, con ínfimos salarios, con dida, son las minorías dirigentes andalu-
escasa tecnología y con inversiones que no zas, las minorías adineradas andaluzas las
tienen la rentabilidad debida y cuyo pro- responsables de la marcha que ha seguido
ducto además se marcha fuera de la tierra este proceso histórico.

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Carlos Arenas Posadas, Poder, economía y sociedad en el sur... Carlos Martínez Shaw

Y ello porque, en primer término, los Hace tres meses una gran personalidad
recursos de la región han sido secuestra- de la vida política europea, Yanis Varou-
dos por unos pocos. Así, Carlos Arenas nos fakis, en un encuentro celebrado en Fran-
habla del «secuestro del capital cultural». cia, pronunció una fase muy certera, que
Antes de 1936, con la persecución de las es una glosa de otra frase muy famosa que
experiencias laicas republicanas, aquel- se pronunció en 1848: Un fantasma recorre
las que buscaban una mayor socialización Europa, es el fantasma de la democracia.
del conocimiento, y después de 1939, con Entonces era el fantasma del comunismo,
la depuración de los profesionales cuando ahora es el fantasma de la democracia.
no con los asesinatos masivos de los grupos ¿Por qué? Lo dice también Carlos Arenas:
opositores que disponían de una gran parte la democracia es el enemigo de todas estas
de ese «capital intelectual». No por casu- castas sociales, de todos estos capitalismos
alidad dedica un capítulo entero al papel de extractivos, de todas estas desigualdades
la Iglesia católica, al haber sido siempre un internas, de todas estas situaciones de po-
elemento retardatorio, no sólo en España breza, porque la solución final es una solu-
sino a nivel universal, pero muy especial- ción política. Es en la política donde final-
mente en nuestro país, con sus continuas mente se desanuda todo.
reticencias hacia la cultura y hacia la ense- Es verdad que, en el momento presente,
ñanza pública. Andalucía es una de las regiones que me-
Pero no solo se menciona al capital cul- jor se han defendido de los efectos perni-
tural. También se habla del capital social ciosos de las políticas de austeridad, una de
secuestrado por las castas dominantes que las regiones que mejor han sabido conser-
han marcado la vida de la región. Un capital var algunos de sus bienes públicos. Sin ir
social desvirtuado por fenómenos como el más lejos, ha conseguido preservar su sani-
clientelismo, el favoritismo, o la utilización dad pública, su educación pública, su cul-
partidista de lo que viene a llamarse re- tura pública. Y esto ha sido posible porque
cientemente el «capital relacional». Nos ha habido una situación política que lo ha
referimos, por supuesto, a los contactos permitido, mientras que en otros lugares,
que producen el amiguismo y el nepotis- donde la situación política ha sido diferente,
mo como instrumentos para colocar en los los ataques reiterados y continuos contra la
puestos no a los mejores sino a los que pu- sanidad, contra la educación y contra la cul-
eden aprovecharse de esas relaciones. tura pública han sido mucho más apremi-
Y queda el capital laboral. Ya sabemos antes y despiadados que en Andalucía.
que en Andalucía se ha jugado con un altísi- Pero, para el autor, esto no es suficiente.
mo nivel de desempleo, con unos salarios No hay que contentarse con decir que «esta-
ínfimos y con una precariedad laboral muy mos mejor que otros» en estos campos. Hay
acusada, lo que ha producido una perman- que ir más allá, y esto es lo que nos ofrece
ente inestabilidad que ha venido pesando en el último tramo el libro de Carlos Are-
sobre la vida entera de la región durante nas. Hay que caminar hacia una soberanía
mucho tiempo. De ahí, desde el punto de alimentaria, energética y financiera en An-
vista estrictamente económico, la escasa dalucía. Es necesario algo de lo que se lla-
demanda y la escasa capacidad de ahorro, mó la «reforma agraria» porque se precisa
de inversión e incluso, lo más elemental, de de una actividad agropecuaria sostenible.
gasto, todo lo cual condiciona ese carácter Es necesario un sistema financiero que no
subalterno del capitalismo andaluz. esté al servicio de las minorías especulado-

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 191-194 193


Lecturas

ras, sino que realmente esté al servicio del En primer lugar, hay que conseguir una me-
conjunto de la población. Es necesario un jor redistribución de ese capital, el capital
modelo productivo en el que haya fuertes económico, social, cultural, relacional. Y, en
inversiones intensivas de capital, las cuales segundo término, hay que conseguir un de-
permitirán rebajar el paro estructural, fi- sarrollo sostenible que evite el capitalismo
jado en el 35 por ciento para una Andalucía especulativo basado en la construcción y el
en ese extremo tristemente a la cabeza de turismo. Hay que combatir esa orientación
las regiones españolas. perversa de la política económica y hay
Y, además, hay que ser conscientes, y en que conseguir el despliegue de un capital-
el libro se nos advierte, de que estamos en ismo mucho más complejo, con inversiones
un fin de ciclo, de que no solo Europa ha de- mucho más intensivas. Y sobre todo ello, se
jado de ser una unidad política o una gran impone una concienciación política, pues
entidad social para convertirse ya sólo en la política siempre decide en última instan-
un mercado común, sino que además esta cia los destinos de las sociedades.
Europa está dejando de ser una madre para En suma, nos hallamos ante un libro ex-
convertirse en una madrastra, acosándonos cepcional, ante la mejor síntesis escrita so-
continuamente a través de ukases donde se bre el capitalismo andaluz de los siglos XIX
nos exigen recortes presupuestarios, donde y XX. Sus conclusiones se imponen por los
se nos obliga a arruinar la calidad de vida de sólidos fundamentos teóricos del autor, por
las clases trabajadoras y a conculcar sus de- la amplitud de su investigación, por la clari-
rechos (conseguidos a través de una lucha dad con que expresa las ideas y porque hace
muy dura y prolongada), donde se nos im- un análisis de la realidad, no solo parcial o
ponen ajustes (es decir reducciones drásti- sectorial, sino auténticamente integral. En
cas) en gastos sociales, donde se permite el definitiva, porque practica la historia total
hundimiento de la inversión pública… que querían tanto Carlos Marx como los
Carlos Arenas da al final unas escuetas padres fundadores de la historiografía mo-
ideas de cuáles podrían ser las soluciones. derna, Lucien Febvre y Marc Bloch.

194 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 191-194


Encuentros

«Italia e Spagna (1945-1975): per


trent’anni così vicini e così lontani»*
Cristian Ferrer González
Universitat Autònoma de Barcelona

España e Italia: ya sea por lengua, cul-


tura o incluso religión, las relaciones entre
estos dos países mediterráneos han sido
siempre estrechas, aún durante el tiempo
en que cuyos modelos políticos diferían
notablemente. Con ese marco de fondo se
desarrolló el XIV Congreso Internacional
de Estudios Históricos que bianualmente
organiza Spagna Contemporanea en la ciu-
dad emiliana de Módena. El profesor Al-
fonso Botti actuó como mecenas cultural
del congreso, materializando nuevamente Hierro, español residente en Maastricht, y
aquella voluntad con la que nació la revista la de la italiana afincada en Madrid, Lau-
Spagna Contemporanea hace prácticamente ra Branciforte. Estas dos primeras ponen-
un cuarto de siglo: actuar (y él así lo hizo) cias versaron sobre las relaciones políticas
como puente entre las investigaciones de- y diplomáticas hispano-italianas durante
sarrolladas en y sobre España e Italia. un período clave para ambos países como
Ismael Saz fue el encargado de realizar lo fue el de la Segunda Guerra Mundial y
la conferencia inaugural en la imponente su postguerra, época en el que una aislada
Aula Magna de la Università di Modena e España franquista requería reconocimien-
Reggio Emilia. Con una ponencia titulada to internacional tras evidenciarse que el
«Nacionalismo y fascismo en España e Ita- Eje Roma-Berlín saldría con toda seguridad
lia», la intervención de Saz no dejó indife- derrotado de la contienda. Los ponentes
rente y suscitó un debate tan interesante arguyeron la fluidez diplomática entre am-
como de actualidad sobre las «continui- bos países a pesar de sus antitéticas carac-
dades fascistas» en el post-fascismo. A la terísticas políticas: una República Italiana
charla inaugural de Saz, y dentro de este surgida del antifascismo, por un lado, y
primer bloque con el que abrió el congre- la España de Franco nacida de una guerra
so, le siguieron las ponencias de Pablo del fascista, por otro. Relaciones que, sin em-
bargo, fueron más allá de lo estrictamente
* XIV Convengo Internazionale di studi storici di Spag-
na Contemporanea:, «Italia e Spagna (1945-1975): per económico y sobre las que todavía tenemos
trent’anni così vicini e così lontani», Modena, 2-4 de di- un conocimiento parcial, pese a la biografía
ciembre de 2015

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 195-199 195


Encuentros

existente. [1] Istituto Storico della Resistenza, estancia


La primera jornada de congreso la clau- que acogió el resto del encuentro. Marco
suró el español cuasi sardo Gabriel Andrés, Cipolloni, Giulia Quaggio, Michelangela Di
con la exposición de su interesante investi- Giacomo, Mireno Berretini, Giuliana Las-
gación sobre las traducciones al castellano chi y Rosa Pardo fueron los ponentes que
de novelas italianas durante las décadas de intervinieron. El húmedo frío emiliano fue
1940 y 1950. En concreto, en su ponencia suplido por el calor del debate que se de-
nos habló sobre la política de censura apli- sarrolló a raíz de sus intervenciones. Por la
cada a las novelas, lo que Andrés definió tarde, cuando aparentemente el ambiente
como una auténtica «batalla del libro». [2] no podía ser ya más acogedor, irrumpió un
Sin duda, una interesante aproximación elemento que ocuparía el resto del congre-
cultural al franquismo y las relaciones his- so y que aportaría un extra de vigor al mis-
pano-italianas de enorme e inexplorado re- mo: la política. Abordaron las relaciones de
corrido, a pesar de las honrosas aproxima- tipo político entre España e Italia Emanue-
ciones a la temática existentes. [3] le Treglia, Jorge Torres Santos y Steven For-
Las transformaciones socioeconómicas, ti. Voy a detenerme en la intervención del
los intercambios culturales y las relaciones primero —a la sazón miembro del Comité
diplomáticas bilaterales que ambos países Científico del congreso, junto a Cipolloni
experimentaron a lo largo las década de y Pardo— por el interés que el tema puede
1950 a 1970 —tales como el consumismo, tener para los lectores de esta revista: la so-
las migraciones desde el mezzogiorno, el ca- lidaridad antifranquista en Italia. [4]
tolicismo (pre)conciliar o el mismo proce- Pese a lo que uno pudiera presuponer
so de integración europea— fueron objeto antes de escuchar su intervención, esta no
de la sesión celebrada al día siguiente en el se refirió a las manifestaciones de protesta
que esporádicamente se producían en Italia
1.– A este respecto, disponemos de investigaciones de
los propios ponentes, como el dossier coordinado por como consecuencia de la política represiva
Laura Branciforte «La República italiana y la dictadura desarrollada en España contra la oposición
franquista. Relaciones política y culturales», en Historia y cuyo impacto en Italia no logró ser más
del Presente, 21 (2013), o la monografía de Pablo del Hierro,
que un aliento simbólico para el antifran-
Spanish-Italian relations and the influence of the Major
Powers, 1943-1957, Londres, Palgrave MacMillan, 2015. quismo. Contrariamente, Treglia sacó a la
2.– Gabriel Andrés, La Batalla del libro en el primer luz y sistematizó las numerosas acciones
franquismo. Política del libro, censura y traducciones colectivas que a menudo pusieron en un
italianas, Madrid, Huerga & Fierro, 2012. aprieto a las autoridades de ambos países y
3.– Seguramente la más reciente de ellas sea la de cuyo impacto político fue notorio. [5] Desde
Fernando Larraz, Letricidio español. Censura y novela
durante el franquismo, Gijón, Trea, 2014. Existen
también algunas obras colectivas que han abordado 4.– El ponente publicó en 2013 una articulo de autoría
aspectos concretos de la censura literaria como el de compartida con otro de los organizadores del congreso
Georgina Cisquella, et. ali. (coord.), La represión cultural sobre la solidaridad antifranquista en Italia, aunque en
en el franquismo. Diez años de censura de libros durante la Módena reconoció haber podido indagar mucho más
Ley de Prensa, 1966-1976, Barcelona, Anagrama, 2002; en la temática: Javier Muñoz Soro y Emanuele Treglia,
Eduardo Ruiz Bautista (coord.), Tiempo de censura. La «La política de la fuerza o la fuerza de la solidaridad:
represión editorial durante el franquismo, Gijón, Trea, franquismo y antifranquismo en la Italia de los años
2008, así como otras aproximaciones a la censura desde sesenta», Historia del Presente, 21 (2013), pp. 81-98.
un punto de vista cultural determinado, como el de la 5.– Poco antes del encuentro, la prensa española dedicó
música: Xavier Valiña, Veneno en dosis camufladas. La un artículo a un episodio del que se cumplían 40 años:
censura en los discos de pop-rock durante el franquismo, Alfredo Relaño, «El Barça, ‘non grato’ en Roma por culpa
Barcelona, Milenio, 2012. de Franco», La Vanguardia, 1/11/ 2015, disponible online

196 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 195-199


Italia e Spagna (1945-1975): per trent’anni così vicini e così lontani Cristian Ferrer González

el boicot de los operarios genoveses a los lucir su conocida faceta de melómano con-
barcos españoles provenientes de Barce- jugada con su oficio de historiador— nos
lona, hasta la ausencia de un representan- habló de algo ineludible para cualquier es-
te italiano de relevancia en la ceremonia tudioso de las izquierdas en los años sesen-
de coronación de Juan Carlos como rey de ta y setenta: la música de autor. Focalizó,
España, estos episodios descansaban en la además, en un aspecto concreto: la trans-
extensa red de solidaridad que el antifran- misión a las nuevas generaciones de la me-
quismo —especialmente a través de la De- moria antifascista a través de la cançó. No
legación Exterior de Comisiones Obreras— faltó un análisis del entramado discográfi-
y el antifascismo italiano habían tejido co y de las intensas redes de intercambio,
desde largo tiempo atrás. Era una solidari- colaboraciones y guiños entre los propios
dad, nos dijo Treglia, que no se circunscri- autores. Pienso que no es una falta decir
bía únicamente al ámbito comunista o a la que fue un análisis necesariamente parcial,
izquierda italiana, sino que englobaba a los pero que fue completado y enriquecido por
amplios sectores de la Democracia Cristia- las aportaciones desde el público —bien
na de impronta antifascista. Esperemos que fuese por experiencia directa como por co-
la intervención de Treglia tenga continui- nocimientos adquiridos. Ello contribuyó a
dad debido al ingente, si bien fragmentario, la construcción colectiva de ese puzle mu-
material existente y su interés histórico. Sin sical, del que Forti presentó un sugerente
duda, un estudio pormenorizado de estas esbozo. Queda todavía mucha vía por reco-
relaciones podría fácilmente convertirse en rrer en esta materia y, de nuevo, los víncu-
una monografía, puesto que el tema resulta los hispano-italianos volvieron a mostrar-
atractivo y, por qué negarlo, su interés hace se como un fecundo campo de trabajo en
que tenga un público potencial elevado. la historia cultural de ambos países, tal y
Por su lado, Jorge Torres Santos abor- como Forti evidenció.
dó en su ponencia la potente organización Como por desgracia suele ser habitual
sindical italiana CGIL y la influencia y re- en la mayoría de congresos de historia, la
laciones internacionales que sobre aquella parte que sin duda siempre necesita mejo-
tuvieron CCOO. [6] Torres Santos focalizó en rar es la relatoría de comunicaciones. Quizá
la influencia que CCOO tuvo como sindica- debamos preguntarnos si el formato de re-
to unitario, una meta que sobrevolaba todo latoría es el más adecuado para los intere-
el espectro izquierdo de Europa en los años ses de los comunicantes; si les pareció sufi-
sesenta y setenta. [7] cientemente enriquecedor a las asistentes,
Desde otra perspectiva, Steven Forti —a en su totalidad venidas desde España, el
quien se le percibía cómodo sacando a re- viaje hasta Módena. No debe ser achacado
en exclusiva a este congreso, ni mucho me-
en: http://deportes.elpais.com/deportes/2015/11/01/
nos, sino que, por desventura, es extensible
actualidad/1446401888_926233.html
a otros encuentros de similares caracterís-
6.– Sobre las relaciones CGIL-CCOO existen algunas
aportaciones. Véase, por ejemplo, Carme Molinero, ticas. Puede que sea un problema de for-
«Nuevas formas de sindicalismo en tiempo de mato o quizá debemos cuestionarnos si la
contestación: CGIL y CCOO, 1966-1976», Historia valoración pública de trabajos iniciáticos
Social, 72 (2012), pp. 133-153.
frente a un público formado, en gran parte,
7.– Al respeto, el ponente ha publicado Jorge Torres
por los referentes que los jóvenes investi-
Santos, «Sindicatos y unidad sindical en la Italia
republicana», Historia, trabajo y sociedad, 3 (2012), pp. gadores tratan de superar —o en ocasiones
35-60. ni tan siquiera eso— es en el mejor espacio

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 195-199 197


Encuentros

para ello; si el comunicante encuentra ahí lencia de los comunistas españoles y cata-
un espacio de confianza y colaboración útil lanes no había sido el partido italiano, sino
a sus investigaciones en desarrollo o si sen- el francés. Este hecho influyó, a su vez, en
cillamente asiste empujado por la obsesión la percepción que los españoles tenían so-
de la academia por hacernos «hacedores de bre el PCI, mediatizada por la visión que de
papers». [8] éste había construido el PCF. Una opinión
En cualquier caso, es un asunto a re- que, en realidad, no era buena: el PCI era
flexionar y ya va siendo hora de imponer visto por el PCF —y, por extensión, por el
otras fórmulas en la que los jóvenes investi- PCE/PSUC— como un partido excesiva-
gadores reciban un feed-back que realmen- mente intelectualizado y, en cambio, valo-
te contribuya a hacer avanzar sus tesis y a raban la vertiente obrerista del comunismo
mejorar su formación como profesionales francés. No fue hasta el aplastamiento de la
de la historia. Sigue siendo nuestra asigna- Primavera de Praga en 1968, apuntó Pala,
tura pendiente. Merece la pena mencionar que el PCE/PSUC buscaron nuevos referen-
que los organizadores del VI Encuentro (In- tes en el campo del comunismo occidental
ternacional) de Jóvenes Investigadores en en los que apoyarse. Sin embargo, la con-
Historia Contemporánea, que se celebrará dena que españoles e italianos realizaron
en Zaragoza en septiembre de 2017, han de la URSS no fue equiparable: mientras
realizado una propuesta de interés al res- Enrico Berlinguer mantuvo una pulsión a-
pecto: Scriptoria, una plataforma de trabajo soviética, es decir, las críticas del PCI a la
online que pretende dejar atrás los forma- URSS se hacían desde la fraternidad y el re-
tos de presentación-relatoría de papers y conocimiento de los logros alcanzados en
que aspira a convertirse en un espacio de el país de los soviets, Santiago Carrillo cru-
trabajo e intercambio de pareceres en co- zó el Rubicón en más de una ocasión y, de
mún. Habrá que estar alerta a los resultados facto, convirtió al PCE/PSUC en un partido
que cosechen en este campo. anti-soviético. Berlinguer jamás quiso ir (ni
La última jornada del Convegno arrancó fue) tan lejos.
con la interesantísima ponencia de Matteo Pala argumentó que esas críticas no fue-
Albanese, «Neofascismo, falangismo ed es- ron las que provocaron la implosión del
trema destra in Italia e Spagna degli anni 60 PSUC y la crisis del PCE, sino que ésta fue
al 1977» en la que desgranó las relaciones posterior: los soviéticos se mantuvieron a
transnacionales de los grupos neofascistas la espera de los resultados de 1977: si el
de ambos países. Entrados en materia, Giai- PCE/PSUC eran el PCI del 34%, los sovié-
me Pala abordó de un modo magistral las ticos deberían mitigar sus críticas; pero
relaciones e influencia entre los partidos no tuvieron por qué con el 9%. A partir de
comunistas español y catalán con el italia- ahí se inició una escalada entre Carrillo, la
no. Arguyó Pala que el partido de Gramsci, URSS y el PCI que terminó por afectar a las
Togliatti y Berlinguer no estableció una re- propias bases del PCE y que fue una de las
lación de cercanía con el PCE/PSUC hasta causas de la implosión del PSUC en 1981.
la etapa Berlinguer. El referente por exce- Javier Muñoz Soro fue el último ponente
del congreso. En su intervención, «La lucha
8.– Fernando García-Quero, «Crisis y Universidad: de del franquismo por su legitimación en la
intelectuales a hacedores de ‘papers’», Eldiario.es, 30
Italia de los años 60 y 70» vino a represen-
de mayo de 2014, disponible en: http://www.eldiario.
es/zonacritica/Crisis-Universidad-intelectuales- tar la Cara B de la intervención de Treglia,
hacedores-papers_6_265683463.html en la que dibujó un régimen franquista, si

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Italia e Spagna (1945-1975): per trent’anni così vicini e così lontani Cristian Ferrer González

bien consolidado y con un amplio recono- Botti sacó a relucir el papel de los llamados
cimiento internacional, siempre carente de hispanistas más allá de Italia. Apuntó —tal
una plena legitimación. Y, por otra parte, y como el contenido y la continuidad de los
presentó a una República Italiana siempre encuentros de Spagna Contemporánea jus-
condicionada en sus relaciones con la Es- tifican— a la necesidad de seguir indagando
paña de Franco por sus propios movimien- en el abasto campo de estudio que contem-
tos sociales que no dejaron de reivindicarse ple la historia de España como parte inelu-
como antifascistas. Cabe mencionar que dible de la historia europea. [10] Reivindicó,
parte del contenido del congreso saldrá pu- asimismo, los fructíferos resultados que
blicado —probablemente en septiembre— esta relación está dando en los estudios de
por la editorial Comares bajo la coordina- historia política, económica, social y cultu-
ción, precisamente, de Treglia y Muñoz. [9] ral, en los que los encuentros de Módena se
En la intervención de clausura, Alfonso han erigido como un referente ineludible.

10.– Hace un par de años se publicó una obra colectiva


bajo su coordinación que puede considerarse el primer
intento por sistematizar el hispanismo italiano:
9.– Emanuele Treglia y Javier Muñoz (coords.), Alfonso Botti, Marco Cipolloni y Vittorio Scotti Douglas
Dictadura y democracia en la Europa de la Guerra Fría. (coords.), Ispanismo internazionale e circolazione delle
(Des)encuentros entre la República Italiana y la España storiografie negli anni della democrazia spagnola (1978-
franquista, Granada, Comares, 2016. 2008), Soveria Mannelli, Rubbettino Editore, 2014.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 195-199 199


«80 años de la Guerra Civil Española»*
Julián Sanz Hoya
Universitat de València

La serie de encuentros de investigadores


de la época franquista organizados regular-
mente por la Red de Archivos Históricos de
Comisiones Obreras en colaboración con di-
versas universidades, se constituyó ya des-
de aquel primero celebrado en Barcelona
en 1992, y se ha consolidado después, como
un referente fundamental para el debate, la
reflexión y la difusión de las nuevas inves-
tigaciones relacionadas con aquellas cuatro
largas décadas. En este caso el congreso se
llevó a cabo en Granada, gracias al compro-
miso del pequeño pero prestigioso núcleo
de investigación que impulsan en aquella
universidad Francisco Cobo, Teresa Ortega o
Miguel Ángel del Arco.
El encuentro se abrió con una conferen-
cia inaugural a cargo de Walther Bernecker, lismos y las identidades bajo el franquismo
quien se ocupó de Memoria histórica y su­ (mesa coordinada por Ismael Saz), la oposi-
peración del pasado: similitudes y diferencias ción (Javier Tébar), los nuevos movimientos
entre Alemania y España, una sugerente y sociales (Julio Pérez Serrano), los orígenes
reflexiva exposición que generó una primera del franquismo en la guerra civil (Carlos Gil
ronda de intervenciones que puso de mani- Andrés), los medios audiovisuales y la pro-
fiesto el ambiente de intercambio colectivo paganda (Marta García Carrión), memoria e
y libre debate que caracterizó a las jornadas historia (Jesús Izquierdo), el franquismo y la
granadinas en su conjunto. A partir de ese transición en perspectiva comparada (An-
momento los trabajos y aportaciones se es- tonio Míguez), las fuentes y la metodología
tructuraron en catorce mesas, en forma de (Encarnación Barranquero), el arte, la pro-
dos mesas paralelas en cada sesión, un mé- paganda y la cultura (Mª Isabel Cabrera), las
todo casi inevitable para poder dar cabida a relaciones internacionales (Francisco Javier
tantas temáticas y comunicaciones de inte- Rodríguez), el mundo rural (Manuel Ortiz
rés, pero que deja siempre al asistente con la Heras y Miguel Ángel del Arco), la religión
frustración de tener que optar con frecuencia y la política (Mónica Moreno), las actitudes
entre mesas de su interés. Los temas aborda- sociales y la opinión popular (Oscar Rodrí-
dos incluyeron la cuestión de los naciona- guez Barreira), así como la ciencia, la univer-
* IX Encuentro Internacional de Investigadores del Fran-
sidad y el pensamiento (Francisco Morente).
quismo. 80 años de la Guerra Civil Española (Granada, 10 Por tanto, un extenso y necesario conjunto
y 11 de marzo de 2016) de áreas de trabajo que, además del periodo
de la dictadura franquista, avanzaban crono-

200 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 200-201


80 años de la Guerra Civil Española Julián Sanz

lógicamente hacia el estudio de la transición. o sobre la cuestión agraria y la situación de


En las mesas se presentaron un total de los arrendamientos en la posguerra, desta-
117 comunicaciones, en su mayoría obra de cando por su calidad las aportaciones y las
investigadores jóvenes. Esto último es una reflexiones desarrolladas en las mesas sobre
constante habitual de esta serie de encuen- el mundo rural y sobre las actitudes sociales.
tros y, de hecho, creo que constituye una En el debe conviene señalar la escasez
de sus señas de identidad más evidentes y o la falta de comunicaciones sobre algunas
positivas, permitiendo una plataforma de cuestiones de especial relevancia. Así, no se
presentación y puesta en común de investi- presentaron apenas aportaciones sobre el
gaciones tanto en sus primeros pasos como partido único, sobre la cultura o culturas po-
más consolidadas. Con todo, fue de lamentar líticas de la dictadura, sobre los cuadros polí-
la ausencia de muchas de las personas que ticos del régimen en su segunda mitad, sobre
habían presentado comunicaciones y que no la historia económica, sobre la vida cotidia-
pudieron acudir a las sesiones, así como la na o sobre las migraciones. Por otro lado, la
falta de buen número de investigadores ya opción de no centrar una mesa específica en
consolidados, incluyendo a habituales de los la historia de las mujeres o la perspectiva de
encuentros anteriores. Posiblemente la cau- género no se tradujo en una menor presen-
sa de esto último está en la continua reali- cia de tales cuestiones, sino en una inclusión
zación de seminarios, jornadas, congresos e más transversal de las mismas —ya recla-
iniciativas que hoy en día inunda la lista de mada en encuentros previos— en diferentes
correos y la agenda de cualquier especialista, mesas; persistió, eso sí, la escasa aplicación
pero el resultado limita un tanto el impac- de los análisis de género a la construcción
to y el nivel de debate que debería continuar de la(s) masculinidad(es). Los nuevos intere-
manteniendo esta serie de encuentros. ses y agendas investigadoras se pusieron de
No entraré a detallar el contenido de las manifiesto en la saludable atención a formas
aportaciones y los debates en cada mesa, de disenso y a organizaciones políticas (MC,
dado que excedería el espacio de esta reseña, prosoviéticos, OIC) o frentes sindicales (el
optando por tanto por exponer una valora- sindicalismo jornalero y campesino) relati-
ción general y algunas reflexiones específi- vamente menos tratadas hasta ahora, pero
cas sobre determinados temas. Comenzaré debe señalarse que la contrapartida parece
por el problema que me ha parecido más no- ser el descuido de los grandes actores clási-
table: la desproporción en la calidad de las cos del antifranquismo: la clase obrera, las
aportaciones presentadas así como en los huelgas, las comisiones obreras, así como el
debates, donde pudimos presenciar algunas PCE y el PSUC.
muestras de ignorancia —tanto sobre el pe- El balance de este encuentro, una vez de-
riodo como sobre la historiografía— y situa- jada constancia de que me parece imprescin-
ciones un tanto surrealistas que no parecen dible la asistencia para quienes estudiamos
propias del ámbito científico. o nos interesamos por el estudio de aquel
En todo caso, cabe reseñar el interés de los periodo de larga sombra, resulta por tanto
debates en torno a cuestiones como la defi- ambivalente por lo que hace a sus resultados.
nición de la «izquierda revolucionaria» o «ra- Lo mejor, sin duda, el empuje y el buen hacer
dical» en el tardofranquismo y la transición, de una nueva generación de investigadoras
sobre las dificultades para valorar la adhe- e investigadoras que vienen trabajando con
sión y las actitudes políticas de la población rigor, con entusiasmo y con compromiso cí-
bajo un régimen de aspiraciones totalitarias, vico.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 200-201 201


Historical Materialism, 12º Congreso
Anual en Londres*
Juan Grigera
Univ. de Quilmes (Argentina) y Consejo Editorial Historical Materialism

Después de unas décadas de desierto


neoliberal estamos viendo el resurgir de
una amplia gama de resistencias y frentes
políticos que ofrecen alternativas a las pro-
puestas de «austeridad sin fin». A su vez, ese
espacio de lucha heterogéneo ha presenta-
do diversos desafíos a la izquierda antica-
pitalista tradicional, al punto que esta ha
llegado a desdibujarse. Su reconstrucción
es una tarea que implica esfuerzos en dis-
tintos frentes en el que necesariamente se
incluyen el del debate de ideas y el trabajo
teórico. Los congresos anuales de Histori­
cal Materialism en SOAS (School of Oriental
and African Studies) en la ciudad de Lon-
dres (que se han convertido en un evento
internacional de grandes proporciones) son
otra forma en que este colectivo intenta
contribuir a un debate sobre la austeridad
y la resistencia y sobre como revitalizar la
praxis y la crítica de izquierdas. Como una
primer presentación a los lectores de Nues­
tra Historia, quisiera presentar brevemente libros, y organiza anualmente conferencias
a la revista y luego dar una idea somera de en Londres, además de un evento en Amé-
los temas tratados en el congreso anual de rica del Norte (un año en Nueva York y el
noviembre pasado. siguiente en Toronto). La revista se inició
Historical Materialism es hoy uno de los en 1997 como reacción a las tendencias
espacios principales del marxismo con- crecientemente socialdemócratas de parte
temporáneo. Desde su nacimiento en 1997 de los clásicos lugares institucionales de
como una revista, este ha crecido enor- la izquierda inglesa (como la New Left Re­
memente, sosteniendo no tan solo la pu- view) y la creciente marginalidad de otros.
blicación de la revista (con artículos y nú- Estas tendencias (a veces identificadas en
meros de referencia) sino que también ha Marxism Today) entendían que la derrota
publicado más de cien obras (originales y del movimiento obrero ante el thatcheris-
traducciones al inglés) en su colección de mo y el cambio político y cultural de la so-
ciedad británica, sumado a la derrota de los
* Londres, 5-8 de noviembre de 2015. «socialismos reales» dejaban a la izquierda

202 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 202-205


Historical Materialism, 12º Congreso anual en Londres Juan Grigera

un lugar limitado a la crítica de algunas po- el comité realiza toda la planificación (fo-
siciones antes que a la posibilidad de pro- mentando así el intercambio y evitando los
poner alternativas al capitalismo. En este grupos pequeños que hacen muchos kiló-
contexto de «largas temporadas de post- metros para conversar entre ellos mismos).
marxismo» Historical Materialism se definió El congreso creció constantemente en nú-
como un proyecto modesto de construc- mero de participantes y ponencias, para
ción de puentes entre quienes aún se de- convertirse ahora en un evento importante
finieran como «marxistas sin peros» y una que reúne más de 300 ponencias y 900 per-
oportunidad para, desde el peculiar lugar sonas interesadas en una amplia variedad
internacional de una ciudad como Londres, de temas de debate de teoría marxista, evi-
entablar un diálogo con otras culturas de tando el academicismo pero con rigor inte-
izquierda y marxistas en otros idiomas que lectual.
habían existido previamente en los años El congreso de 2015, realizado en no-
1960 y 1970, pero que se han perdido por viembre, fue otro de estos encuentros exi-
razones generacionales en la década de tosos. Sería imposible dar una visión ex-
1980 y principios de 1990. Necesariamen- haustiva de sus más de 120 paneles, aunque
te, el proyecto se definía como un enfoque sí señalar algunos debates y la continuidad
no sectario para desarrollar un amplio foro de discusiones que se vienen desarrollando
de debate marxista. El grupo traía también año a año.
un quiebre generacional, en tanto estuvo La temática general del congreso inten-
compuesto desde un principio por quienes taba convocar a reflexiones sobre la crisis
habían vivido estas derrotas de la izquierda en Europa y sus respuestas políticas, así
radical como punto de partida de su mili- como fuera del viejo continente. En este
tancia y podían proponer un marxismo me- sentido el plenario del sábado reunió re-
nos defensivo de aquél que dominaba en- flexiones de académicos y referentes en
tonces. torno de la resistencia a la austeridad en
La revista comenzó a ser editada por el sur de Europa, abriendo un diálogo so-
Brill y a salir en forma trimestral a partir bre las estrategias políticas y un balance de
del número 10, y a partir de 2004 (un tan- las mismas en Grecia con Syriza, en España
to irresponsablemente) agregó a sus tareas con Podemos y en Portugal con el Bloco de
la de organizar un congreso anual, en un Esquerda. Tanto los panelistas como el de-
momento en que habían dejado de hacer- bate con el público mostraron que hay un
se otros congresos académicos marxistas sin número de problemas clásicos que se
importantes (como los de Capital & Class). plantean en un nuevo contexto a quienes
El congreso se planteó desde el comien- intentan desarrollar una política antica-
zo como un espacio político necesario y pitalista al interior de estos movimientos
vacante (al igual que la revista, que origi- hegemonizados por otras estrategias. Pro-
nalmente solo se planeó como un boletín) blemáticas similares se debatieron en otros
y por tanto no seguía las reglas de otras paneles, por ejemplo la revista Socialist Re­
conferencias académicas: no incurre en gister debatió las perspectivas de Corbyn
gastos en las instalaciones, ni en los pasa- en el Partido Laborista, una mesa reunió
jes de los participantes, ni realiza gastos en trabajos sobre los problemas de la zona del
comida. Tampoco está construida a partir Euro y los desafíos para una política cla-
de «simposios descentralizados» (aunque sista, otras sobre Grecia, España e Irlanda
estos existan minoritariamente) sino que y los experimentos políticos entre la forma

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 202-205 203


Encuentros

partido y los movimientos sociales. En esta serie de trabajos que revisaron el impacto
línea también hubo mesas sobre el popu- y el significado de la revolución de 1905.
lismo en Grecia y América Latina y la crisis Entre otros Rory Castle y Axel Fair-Schulz
de Brasil. investigaron el impacto en la obra de Rosa
Dos temas recorrieron la conferencia Luxemburg, el primero sobre como afectó
transversalmente: por un lado (y por cuar- el concepto de honor revolucionario, sa-
to año consecutivo) un conjunto de paneles crificio y muerte y el segundo sobre la idea
que reflexionan desde distintos puntos de de democracia socialista (también sobre
vista sobre el marxismo feminista y sobre un tópico similar ver el trabajo de Ottokar
las interrelaciones entre marxismo y femi- Luban). Peter Hudis revisó el debate so-
nismo, abordando temas como la intersec- bre el lugar de los soviets post-1905, tras
cionalidad, el ecofeminismo, la sexualidad la pregunta de si estos eran una fuente de
y su política, entre otros, incluyendo un revuelta espontánea que debía absorber-
plenario sobre el problema de la reproduc- se por las organizaciones partidarias o si
ción social. El segundo fue el de la geografía constituían formas alternativas de gobier-
de la austeridad y perspectivas marxistas no en construcción que podían coexistir o
sobre el espacio que además de distintos incluso desafiar a la forma partido. Wiktor
paneles culminó con un debate sobre la Marzec volvió sobre sus trabajos de la re-
geografía y la racialización de las migracio- volución del 5 para presentar una visión
nes en el contexto Europeo que incluye a general de un evento que entiende como
los refugiados de Siria. un punto de inflexión en la lucha de clases
Entre los temas que se vienen desarro- y en la conformación de la esfera pública.
llando hace ya varios años hubo paneles so- También el panel sobre la crisis en Portu-
bre la financiación y el lugar de la mercan- gal, que se sumó a la intervención de Ma-
tilización del arte, el marxismo en el arte riana Mortágua en el plenario. Allí cuatro
y la cultura, el derecho internacional como trabajos revisaron la trayectoria de Portu-
problema y desafío a la teoría marxista gal desde la revolución de 1974 (Perez, No-
del Estado, la islamofobia, la «ola rosa» en ronha, Mortágua y Stadheim), discutiendo
América Latina, el «trabajo digital», el cam- desde las características del movimiento
bio climático como un producto del «capi- obrero, de la acumulación de capital en ese
tal fósil» y no del «antropoceno», revisiones país y los legados de la revolución desde
y revisitas a temas clásicos de la economía entonces hasta su fase neoliberal actual.
política marxista como la transformación Un panel conformado por trabajos de Jules
del valor en precio, la superexplotación o la Townsend, Renzo Llorente, Daniel Mou-
renta. También otros paneles se concentra- renza y José Sarrión Andaluz presentó el li-
ron en revisiones y reconstrucciones de la bro recientemente traducido por Historical
historia del socialismo y el comunismo. En Materialism de Manuel Sacristán, y explo-
estas ponencias se debatieron el rol de figu- ró varios aspectos de su obra mayormente
ras clásicas del marxismo (como M.N. Roy, desconocida en el mundo anglosajón, tanto
Mahdi Amel o Palmiro Togliatti) o el anti- su intento por incorporar tópicos de la eco-
imperialismo en la historia del socialismo o logía, el feminismo y el pacifismo como su
el feminismo negro. concepto de ciencia y el lugar de ésta en un
Entre estas últimas merecen una men- proyecto comunista [1].
ción (por el interés que estos temas pueden
tener para los lectores de esta revista) una 1.– Renzo Llorente, The Marxism of Manuel Sacristán: From

204 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 202-205


Historical Materialism, 12º Congreso anual en Londres Juan Grigera

También podemos señalar de interés al the West came to rule de Alexander Anievas
panel que revisó el marxismo italiano de y Kerem Nisancioglu, Southern Insurgency
los ‘60, con los trabajos de Giorgio Cesara- de Immanuel Ness, Fossil capital de Andreas
le, Féliz Boggio y Andrea Cengia. Cesara- Malm, Money and Totality de Fred Moseley,
le presentó un informe sobre el congreso Crisis and contradiction editado por Jeff We-
de 1961 en el Instituto Gramsci de Roma bber y Susan Spronk.
donde los marxistas más importantes de Como se podrá apreciar, en esta apre-
la época (tales como Luporini, Della Volpe, tada mirada a cuatro días extenuantes de
Colletti, Paci, Lombardo Radice o Valenti- debates y conversaciones dentro y fuera de
ni) debatieron a Sartre y la relación entre los paneles, el congreso reúne una muy am-
Marxismo y subjetividad. Boggio retomó plia variedad de temas y perspectivas bajo
lo que identificó como tesis centrales del una agenda común de revitalizar teórica y
operaísmo italiano sobre la estrategia polí- políticamente el marxismo. Es así que un
tica, en particular la idea de que la política aspecto que se ha convertido en central de
revolucionaria pasa por forzar respuestas estos congresos (y que ha llevado a muchos
capitalistas específicas a las crisis, respues- otros a intentar organizar eventos simila-
tas que estén restringidas tanto económica res, tales como los que se realizan anual-
como políticamente hasta llegar al punto mente en New York y Toronto, o en Sydney)
en que la organización de los trabajadores es que hay un modo distintivo de discusión
sea suficientemente fuerte para desafiar la y debate dentro de la izquierda. Historical
reproducción de las relaciones capitalistas Materialism ofrece un espacio para la re-
de producción. Cengia por su parte presen- flexión teórica y el debate serio, no tolera
tó algunas ideas de Panzieri, en particular las polémicas sectarias y refuerza el respeto
la crítica a la racionalidad capitalista y a su por discusiones respetuosas y entre cama-
falta de neutralidad y como de aquí puede radas, aún cuando haya desacuerdos fuer-
derivarse la parcialidad de la tecnología y tes. Tanto el crecimiento constante desde
fundar una crítica ideológica a las condi- 2004 de estos eventos como los pedidos re-
ciones de existencia de nuestra contempo- gulares de organizar conferencias bajo este
ráneidad. nombre en otros países hablan de la buena
El Deutscher Prize tuvo su habitual recepción y la necesidad de este tipo de es-
«Lecture» que este año versó sobre la revo- pacios en el marxismo actual.
lución Taiping, por el ganador del premio el El congreso de este año tendrá un día de-
año anterior Roland Boer, al tiempo que se dicado a «los límites al capital y los límites
anunció a Tamás Krausz por Reconstructing de la naturaleza», es decir a las crecientes
Lenin como el ganador de este año. En el contradicciones entre los imperativos de
orden de los libros, también se presentaron la acumulación capitalista y el medio am-
varios: Warped: Gay normality and Queer biente. El resto de los temas estarán como
anti-capitalism de Peter Drucker, Max We­ siempre presentes en sus múltiples y varia-
ber: Modernisation as Passive Revolution de das formas, esperando de este modo que la
Jan Rehmann, The politics of transindividua­ cornucopia de problemas que conforman el
lity de Jason Read, la traducción del manus- «archipiélago de los mil marxismos» vuelva
crito original del tomo 3 de El Capital, How a expresarse en su cordialidad y en su in-
tento por seguir recreando, constituyendo
Communism to the New Social Movements, Haymarket y manteniendo un espacio público interna-
Books, London, december, 2015. cional para la teoría marxista.

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Primera conferencia de la Red Europea
de Historia del Trabajo*
Rubén Vega García
Universidad de Oviedo

Organizado por la Società Italiana di tigación conjuntos.


Storia del Lavoro y el Istituto per la Memo- En función del propósito de reunir a es-
ria e la Cultura del Lavoro, dell’Impresa e pecialistas en torno a cada uno de los temas,
dei Diritti Sociali, con la colaboración del el congreso fue estructurado no sólo en tor-
International Institute of Social History no a mesas simultáneas que contaban con
(Amsterdam) y la International Conferen- grupos previamente configurados pero se
ce of Labour and Social History (Viena), el desarrollaban de forma abierta de tal modo
congreso fue convocado con el propósito que cualquiera podía sumarse o circular por
de dar el espaldarazo a la iniciativa de crear las sesiones que fueran de su interés sino
una red de historiadores del trabajo. Aun- también como espacios de maduración en
que no figurara entre los promotores, el los que el contacto personal directo habría
Instituto de Movimientos Sociales de Bo- de servir para perfilar los grupos de trabajo
chum tuvo también una presencia signifi- y que cada uno de ellos definiera de forma
cativa en las sesiones y mesas del congreso. autónoma su agenda futura en cuanto a in-
La idea había nacido en octubre de 2013 en vestigaciones, proyectos o captación de re-
el marco de un encuentro celebrado en el cursos.
Instituto de Historia Social de Amsterdam y En la medida en que el congreso tuvo
se planteaba articular de forma flexible una éxito al reunir a varios centenares de in-
marco de colaboración que reuniera a es- vestigadores de una veintena de países
pecialistas con muy diverso respaldo insti- europeos, además de Estados Unidos, Ca-
tucional (institutos, archivos, asociaciones, nadá y Australia, la propia composición de
revistas, grupos de estudio e investigadores las mesas permite ofrecer una perspectiva
individuales) con el denominador común de las temáticas actualmente en boga. Los
del trabajo como tema de investigación. vientos son propicios para la investigación
La conferencia de Turín fue concebi- desde una perspectiva de género y para los
da con el ánimo de poner en contacto a estudios sobre migraciones, que en ambos
quienes vienen trabajando en estos temas, casos dieron pie a varias sesiones, pero
intercambiar experiencias y configurar gru- queda espacio también para salarios, con-
pos de trabajo específicos sobre temáticas diciones de trabajo, estudios a nivel micro
concretas. Las 19 temáticas representadas y macro, trabajo compulsivo, culturas sec-
en otras tantas mesas que sostenían sesio- toriales, procesos de desindustrialización y
nes paralelas estaban planteadas para dar escrituras o memorias de trabajadores.
como fruto grupos de investigadores co- Las dimensiones del congreso son en
nectados entre sí y generar planes de tra- sí mismas reveladoras de que el trabajo,
bajo de cara al futuro y proyectos de inves- enfocado desde el punto de vista social y
no desde el de la gestión de recursos hu-
* Turín, 14-16 de diciembre de 2015 manos, no es un tema marginal o demodé.

206 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 206-207


Primera Conferencia de la Red Europea de Historia del Trabajo Rubén Vega García

están siendo llevadas a cabo actualmente:


ȘȘ  Free and Unfree Labour
ȘȘ  Gender, Labour and Modern History:
What’s new in Europe
ȘȘ  Military Labour between XV and XX
Century
ȘȘ  New Directions in Imperial Labour His­
tory
ȘȘ  Historical Cultures of Labour under
Conditions of De-industrialisation
ȘȘ  Maritime Labour History
ȘȘ  Labour in European Transport before
Una de las sesiones del encuentro (Foto: the Coming of the Railways
http://www.storialavoro.it/).
ȘȘ  Women and Gender Relations in the La­
bour Force: The Case of Mining, 1500-
Más todavía si se tiene en cuenta que exis- 2000
te también otra convocatoria que va por su ȘȘ  Wage Equality, Pay Equity and Equal
tercera edición y tiene por tema las huel- Pay
gas y consiguientemente los conflictos y ȘȘ  Occupational Health and Safety: Collec­
las relaciones laborales. En contraste con el tive Conflicts and Individual Litigations
primer congreso sobre huelgas, donde una ȘȘ  Worker’s Writing in Europe (19th-20th
abundante afluencia de historiadores bra- Centuries)
sileños aportaba un espacio amplio para la ȘȘ  Italian Migration and Labour Move­
lucha de clases y la teorización marxista, en ment in Switzerland
el de Turín apenas ha habido presencia de ȘȘ  History and Historiography of Remu­
estos enfoques. neration in the Long-term
Aunque la mera ausencia en esta convo- ȘȘ  Women Work in Rural Areas: A Long-
catoria no basta para ser concluyente, lla- term Perspective (XII-XXI Centuries)
ma la atención la escasa representación de ȘȘ  Rural Migrations: Labour, Environment
la Europa del Este. No parece que el postco- and Society
munismo haya dejado especial interés por ȘȘ  Women and Trade Unions in Europe
las investigaciones en torno al trabajo y los ȘȘ  Factory Level Analysis: A Methodologi­
trabajadores. cal Exploration
La relación de mesas incluidas en el pro- ȘȘ  The Problem of Worker Consent to Ex­
grama permite ofrecer una idea del panorama treme-right Regimes and Movements
de las investigaciones en torno al trabajo que ȘȘ  Internal Migrations and Labour History

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 206-207 207


«Ara que fa 40 anys.
Abans i després del 20-N»*
Vega Rodríguez-Flores Parra
Universitat de València

Organizada por la Càtedra Alfons Cucó y


el Departament d’Història Contemporània
de la Universitat de València, esta jornada
estuvo guiada por la voluntad de reflexio-
nar sobre el período del tardofranquismo
y de la transición democrática en España.
Se prestó atención a las dinámicas socia-
les, políticas y culturales más presentes en
aquellos momentos, incluyendo el análisis
de los movimientos sociales, las culturas
políticas antifranquistas y la cuestión na-
cional.
Alfonso Botti fue el encargado de abrir el
congreso con Ante el fin de la dictadura, una lluita per la democracia, el debate sobre
reflexión sobre el panorama que se abría, las implicaciones que para la memoria del
desde diferentes sectores, ante la posibi- Franquismo, tuvo y tiene todavía hoy, la
lidad de cambios a la muerte del dictador. política de consenso llevada a cabo durante
A continuación, el debate giró en torno a la Transición.
la articulación de la oposición al Franquis- También fue abordada la importancia de
mo, sobre la que hablaría Emanuele Treglia, la etapa que se abrió a partir de la muerte
quien destacó el papel del comunismo es- de Franco para la evolución de los proce-
pañol con su intervención El PCE, el parti­ sos autonómicos. Se puso de relieve una
do del antifranquismo. Por otra parte, Pau evolución dispar a partir de dos modelos
Casanellas planteó una perspectiva que re- muy distintos de territorios con identida-
valorizaba la importancia del papel de los des diferenciadas. Leyre Arrieta, explicó el
movimientos sociales que se enfrentaron caso vasco a través de la política de Partido
a la dictadura durante esta etapa, ya que a Nacionalista Vasco, con Pacto y autogobier­
través de Finals de partida: la repressió i el no. PNV y cuestión vasca; y Ferran Archilés,
control social, demostró cómo estos no pue- analizó por medio de Inèrcies i esperances. El
den ser infravalorados a juzgar por el recru- País Valencià en canvi, la peculiar situación
decimiento de la represión que llevó a cabo de un territorio como el País Valenciano y
el Régimen durante su última etapa, ejerci- cómo razones endógenas y coyunturales
da también tras la muerte del dictador. frustraron muchas de las expectativas que
Por otra parte, Ismael Saz, se ocupó de se habían generado a inicios de la Transi-
poner de relieve, con No només èlits. La ción. Por otro lado, Vega Rodríguez-Flores,
con ¿Estaba preparado el PSOE en 1975 para
* Gandía, 20 de noviembre de 2015 pensar la nación? intervino señalando des-

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Ára que fa 40 anys. Abns y després del 20-N Vega Rodríguez-Flores Parra

de una perspectiva estatal, cómo se pensó miento feminista y el modelo de género en


España desde un partido decisivo en el mo- la izquierda de Irene Abad, que por proble-
delo de Estado y nación que se construyó mas de última hora no pudo estar presente.
en el proceso democrático. Así pues, este encuentro, dirigido por
Por último, José Carlos Rueda, ofreció Ferran Archilés y Julián Sanz, utilizó el
con Televisar el 20-N. Representación y rup­ aniversario del acontecimiento que sirvió
tura, una sugerente visión en la que hacía de pistoletazo de salida de la Transición,
referencia a la manera en que se represen- para ofrecer una mirada plural sobre aquel
tó el 20-N a través de la televisión, como período. Intentando reflejar la multitud de
un medio privilegiado en la difusión de implicaciones que para la sociedad españo-
las prácticas culturales antes y después de la tuvo este momento divisorio, se trató el
aquella fecha. antes y el después de algunos de los aspec-
Cabe señalar que estaba también previs- tos más relevantes en relación con el poste-
to abordar el lugar de la mujer y su trans- rior proceso de cambio de la dictadura a la
formación en el marco de los años setenta, democracia en España.
a través de la aportación sobre el movi-

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«L’esquerra a la transició espanyola»*
Joan Gimeno Igual
Universitat Autònoma de Barcelona

Durante los días 26 y 27 de noviem-


bre tuvo lugar el Seminario Internacional
L’esquerra a la transició espanyola, organi-
zado por el Grup de Recerca sobre l’Època
Franquista y el Centre d’Estudis sobre l’Època
Franquista y Democràtica (GREF-CEFID)
en la Universitat Autònoma de Barcelona
(UAB). Dicho seminario —que se enmarca
dentro del proyecto financiado por el Mi-
neco HAR2012-31431— abordó desde una
perspectiva transnacional la izquierda en
aquellos años decisivos de cambio político
en España. Años antesala, a su vez, de una
larga crisis de las izquierdas que transcur-
rió en paralelo a la instauración de la he-
gemonía conservadora, desplegada a partir
de los años ochenta. Una crisis en la que,
siguiendo a Vázquez Montalbán, los parti-
dos socialistas parecían «convocados para
resolver la crisis del capitalismo», mientras
que los comunistas dudaban «entre llevar Si bien en las últimas dos décadas ha
a sus últimas consecuencias la pérdida de habido un incremento notable de la pro-
raíces leninistas o recuperar sus esencias ducción historiográfica sobre la izquierda
asumiendo el modelo soviético, no total- política en los años a caballo entre los se-
mente, pero sí como punto de referencia» [1]. tenta y ochenta, todavía quedan parcelas
Es decir, el inicio de la larga marcha por por explorar a pesar de las crecientes po-
parte de la socialdemocracia europea en sibilidades de acceso documental. En este
la asunción de sendas agendas neolibera- sentido, y a modo de ejemplo, seguimos sin
les por una lado; mientras, por el otro, las contar con una monografía sobre el PCE
graves crisis de los partidos comunistas por para el período referido a pesar de los vali-
lo que respecta a su identidad, proyecto y osos pasos dados en el proceso de su «nor-
peso electoral menguante y que pondría en malización historiográfica» [3]. Asimismo,
peligro su propia supervivencia y obligaría
a cambios y adaptaciones [2]. West European Communist and Post-Communist Parties,
Barcelona, Institut de Ciències Polítiques i Socials-UAB,
* Seminari internacional «L’esquerra a la transició espan- 2003.
yola», Barcelona, GREF-CEFID, 26-27 nov., 2015.
3.– Manuel Bueno y Sergio Gálvez, «Un paso más en el
1.– «La crisis de la izquierda», El País, 6-V-1984, pp. 12-13. proceso de «normalización historiográfica» del PCE»,
2.– Véase: Joan Botella y Luís Ramiro (eds.), The Crisis en Cuadernos de Historia Contemporánea, Vol. 27, 2005,
of Communism and Party Change. The Evolution of p. 317-322. Aunque en el último lustro han aparecido

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L’esquerra a la transició espanyola» Joan Gimeno Igual

no se ha profundizado lo suficiente en es- Máxime, y a pesar de que dicho relato goza


tudios comparativos de las distintas opcio- de un relativo consenso en la historiografía,
nes políticas socialistas y comunistas de la cuando socialmente parece en retroceso en
Europa meridional. También resultaría de la últimas décadas, aparentemente conso-
interés profundizar en el análisis entre par- lidándose así la narrativa de la «democracia
tidos y movimientos sociales [4]; sobre todo otorgada» [8]. Dicho esfuerzo se hace más ur-
el movimiento obrero y sindical, en el que gente ante el proyecto de la Casa de la His-
las distintas opciones tuvieron su base de toria Europea. Este proyecto, que pretende
masas y cuyo declive ayuda a comprender y construir una suerte de «memoria nacional
explicar el ocaso de la izquierda política. En europea», amenaza con instaurar un relato
otro orden, y casi tres décadas después del sincrético y canónico único con importan-
llamamiento de H. Heine [5], el campo de las tes consecuencias tanto políticas como his-
opciones políticas a la izquierda del PCE- toriográficas. Puesto que el relato asociado
PSUC y su contribución a la conquista de al comunismo en los países del occidente
la democracia continúan siendo un terreno europeo basado en el «fracaso de la utopía»
yermo de investigaciones, salvo honrosa —cuando no en el «triunfo del antifascis-
excepciones [6]. mo» o la «conquista de la democracia»—
El seminario abordó directamente al- podría ser fagocitado por el del «fracaso del
guno de estos déficits, realizando diferen- totalitarismo» predominante en los estados
tes propuestas para su tratamiento. El re- miembros del Este [9].
sultado de las mismas, en todo caso, serán El seminario se desarrolló en cuatro se-
publicadas en forma de libro colectivo por siones. La primera de ellas, situó el foco en
Publicacions de la Universitat de València, las organizaciones de la izquierda política
previsiblemente hacia la primavera del pre- de nuestro entorno geográfico más inmedi-
sente año. Enfoques como éste, que con- ato y que, de una o otra manera, más in-
tribuyen a forjar una narrativa, sobre todo fluencia ejercieron en la izquierda españo-
para el caso español, basada en la contri- la. La segunda, en cambio, se centró en la
bución de las izquierdas a la instauración izquierda política española, abordando así
de la democracia resultan fundamentales [7]. los casos del PCE, el PSOE y el conglomera-
do de partidos de la izquierda radical o re-
excelentes aportaciones que, por cuestiones de espacio, volucionaria. La tercera consistió en sendas
no reseñaremos aquí.
aproximaciones a la izquierda vasca, los
4.– En la línea del excelente trabajo Emanuele Treglia,
Fuera de las catacumbas. La política del PCE y el Movimiento intelectuales de la izquierda catalana y al
obrero, Madrid, Eneida, 2012.
5.– Harmut Heine, «La contribución de la «Nueva Europa.
Izquierda» al resurgir de la democracia española, 1975- 8.– Véase al respecto CIS, 25 años después, Estudio
1976», en Josep Fontana (ed.), España bajo el franquismo, nº 2401, diciembre del 2000. Quizás con la notable
Barcelona, Crítica, 2000 (1986), pp. 142-159. excepción de Catalunya, donde la acción de la izquierda
6.– Solamente citar, a corte de ejemplo, la recientemente política y social continúa siendo percibida como un vector
publicada obra de Gonzalo Wilhelmi, Romper el consenso. democratizador fundamental, CIS, Memorias de la Guerra
La izquierda radical en la Transición española, Madrid, Siglo Civil y el Franquismo (Catalunya), Estudio nº2760, abril del
XXI, 2016. 2008.
7.– Como, por ejemplo, el que podemos encontrar en Geoff 9.–Ricard Vinyes, «Europa, el moment memòria»,
Eley, Forging democracy: the history of the Left in Europe, (conferencia presentada en el seminario «El franquisme a
1850-2000, New York / Oxford, Oxford University Press, Catalunya. Quinze anys de recerques (2000-2015): balanç
2002. Quizás significativamente traducido al castellano i perspectives», Universitat Autònoma de Barcelona, 4 de
con el título más prosaico de Historia de la izquierda en septiembre del 2015.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 210-214 211


Encuentros

sindicalismo de clase. Finalmente, la cuarta como una «comunidad autoreferrencial». A


sesión tuvo por objeto la izquierda en la Di- pesar del dudoso resultado de estos banda-
putación de Barcelona y una aproximación zos estratégicos, los comunistas italianos
al binomio movilización-represión durante consiguieron poner en primer plano la «cues-
al transición. tión comunista», así como salvar la demo-
La primera conferencia corrió a cargo de cracia italiana en un contexto marcado por
Serge Buj (Université de Rouen) y se tituló los intentos desestabilizadores.
El gran ocaso: el PCF, de partido tribunicio a La tercera y última intervención de la
partido de gobierno. En su intervención Buj primera sesión, titulada Radicalización, re­
realizó un esbozo de la evolución de uno volución, reflujo: las izquierdas portuguesas
de los partidos comunistas más importan- en los años 70, corrió a cargo de Manuel Loff
tes de la Europa occidental, ahondando en (Universidade do Porto). En ella se abordó
las causas de su crisis. Su «omnipresencia» principalmente el papel del Partido Comu-
se vería cuestionada no sólo a partir de los nista portugués y su competición con los
cambios culturales y estructurales de la so- socialistas en la coyuntura revolucionaria
ciedad francesa de finales de los sesenta y abierta en 1974. La cerrazón de los comu-
setenta, sino también por causas endógenas nistas ante las opciones a su izquierda y las
como su carácter de «organización cerrada», crecientes acusaciones desde el PS — con
tanto en lo que respecta a su lógica orgáni- ayuda estadounidense— de encarnar un
ca, como a su constitución identitaria. proyecto totalitario contribuyeron a su ais-
También trató la lucha por la hegemonía, lamiento. En este sentido, en las elecciones
que se saldó con la victoria de los socialis- constituyentes en abril de 1975 M. Soares
tas, dentro del marco del Programa Común triplicó en votos la candidatura encabeza-
y que motivó un retorno a cierto esencialis- da por A. Cunhal. Este hito marcó el triun-
mo doctrinario del PCF causante, a su vez, fo de la «legitimidad electoral» frente a la
de cierto «desencanto» y la aceleración de «legitimidad revolucionaria» de la que el
su ocaso. PCP había hecho gala en su lucha contra la
Alfonso Botti (Università di Modena dictadura.
e Reggio Emilia), bajo el título El PCI y la José María Marín (UNED), bajo el título
izquierda en la Italia de los setenta abordó La «alternativa de poder». El PSOE frente a
los avatares del partido comunista más UCD, analizó el proceso en el que, una vez
grande de Europa occidental. A pesar de la finalizada la «época del consenso» de los
implantación de los comunistas italianos, primeros años de la transición, el PSOE ori-
el contexto internacional y una suerte de entó todos los esfuerzos a debilitar el gobi-
«techo de cristal» impidieron al partido go- erno de Suárez; culminando dicho proceso
bernar más allá de importantes ciudades. con su triunfo electoral en las elecciones
Esta situación, sumada a la «estrategia de la de octubre de 1982. En este sentido, por un
tensión», motivaron la adopción del «com- lado aumentó su presión sobre el ejecutivo
promiso histórico» priorizando así la alian- en manos de la UCD mientras, por el otro,
za —para unos táctica, para otros estratégi- emprendió un acelerado viraje político-
ca— con la derecha italiana. La certificación ideológico hacia posiciones más pragmáti-
del fracaso de esta opción ya en 1979 moti- cas y moderadas abandonando el radica-
varon el giro de la «alternativa democráti- lismo verbal exacerbado expresado hasta
ca». Sin embargo, el PCI fue incapaz de arti- entonces. Este proceso, que tendrá en el
cular alianzas a su izquierda y permaneció XXVIII uno de sus hitos fundamentales, fue

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L’esquerra a la transició espanyola Joan Gimeno Igual

acompañado por sendos pactos sociales, a alcanzó determinadas instituciones prove-


través de la UGT, con la CEOE. En defini- nientes del franquismo como, por ejemplo,
tiva, de lo que se trató era de constituir el el aparato coercitivo o el judicial.
PSOE en una suerte de «lugar vacío», capaz La primera conferencia de la tercera se-
de interpelar a numerosos sujetos sociales, sión corrió a cargo de José Antonio Pérez
tranquilizar a los poderes fácticos y recupe- (Universidad del País Vasco). Titulada La
rar así una iniciativa política que lo acaba- izquierda vasca en la compleja transición
ría llevando al gobierno. hacia la democracia abordó la izquierda
Carme Molinero y Pere Ysàs (UAB), bajo vasca durante una transición de «desarro-
el título El PCE i la democràcia, trataron llo anómalo» marcada por la violencia po-
de combatir el tópico según el cual los co- lítica. Exceptuando el PSE y el EPK (con
munistas luchaban contra el franquismo, un humilde peso en la sociedad vasca), el
pero no por la democracia. Señalando, en resto de opciones de la izquierda vasca no
este sentido, la contribución fundamental reivindicaron la instauración de un sistema
del PCE a la instauración del régimen de- democrático como objetivo prioritario, di-
mocrático, con el que demostró un claro luido en la mayoría de casos entre otros de
compromiso ya desde 1956 así como a lo diversa índole. Además, ETA se constituyó
largo de toda la transición y cuyos límites, como un referente simbólico alrededor del
defraudando algunas expectativas, produjo cual se articuló una izquierda abertzale que
cierto «desencanto comunista». Así el re- impugnó la legitimidad del nuevo régimen
sultado de octubre del 82 cabría entender- democrático.
lo como efecto y no como causa de la crisis Bajo el título Democratització i transició
que afectó a los comunistas y de la cual no política a través dels sindicalismes de classe
conseguirían reponerse. A pesar de todo a Espanya: herències, projectes i transforma­
ello, el PCE-PSUC consiguió dejar vías abi- cions, Javier Tébar (UAB) nos acercó al pro-
ertas en el articulado constitucional para ceso de «transición sindical» que finalizaría
cambios ulteriores en sentido progresista. en 1986 con la Ley Orgánica de Libertad
Ricard Martínez (UAB) abordó el papel Sindical. Analizó, por lo tanto, el proceso
de las opciones a la izquierda del PCE- de constitución del modelo sindical es-
PSUC durante el proceso de transición bajo pañol marcado por un difícil contexto. Y es
el título Antifranquisme i anticapitalisme. que a la crisis económica y los cambios so-
L’esquerra revolucionària en temps de can­ ciales que terminaron por ahondar la frag-
vi polític. Expresión de una importante di- mentación de la clase obrera, hay que aña-
mensión anticapitalista asociada a sectores dir la creciente competencia entre CC.OO y
del antifranquismo y imbuida de un opti- UGT y las resistencias de una patronal que
mismo voluntarista ante la percepción de se había visto favorecida por el modelo de
que la revolución estaba a la orden del día, relaciones laborales franquista. Estos fac-
la acción de los grupos de la izquierda radi- tores ayudarían, en definitiva, a compren-
cal fue importante para certificar la muerte der la constitución de un modelo sindical
del franquismo y, por lo tanto, contribuye- que llegó a destiempo para incorporarse al
ron a la instauración de la democracia al modelo de la Europa de los años dorados.
tiempo que testimoniaron los límites del La propuesta de Francesc Vilanova (UAB)
proceso de cambio político. El nuevo régi- se tituló Taula de Canvi i l’esquerra catala­
men no colmó las expectativas de amplios na. En ella llevó a cabo un acercamiento a
sectores de la sociedad, al tiempo que no la revista Taula de Canvi editada entre 1976

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 210-214 213


Encuentros

y 1980. De temática transversal e íntegra- resto de provincias catalanas. Además, la


mente en catalán, en sus páginas se dieron Diputación constituyó un espacio de cola-
encuentro algunas de las plumas más des- boración entre las izquierdas catalanas al
tacadas de la izquierda catalana durante menos hasta 1983, cuando el PSC inició su
el proceso de transición. En este sentido, distanciamiento de los comunistas catala-
constituye una atalaya privilegiada para nes y a pensar en otras alianzas posibles al
acercarnos a los debates que tuvieron lu- margen de un PSUC en crisis y cuyo terreno
gar entre los intelectuales más destacados político y bases sociales quería disputar.
de las distintas opciones de las izquierdas La última conferencia fue la de David
catalanas y es, asimismo, un interesante Ballester (UAB). «Corre, democràcia, corre».
testimonio del malestar entre la intelligent­ Mobilització i repressió a la Catalunya de la
sia de izquierdas en un contexto de crisis Transició versó sobre las movilizaciones
de la hegemonía que éstas había detentado producidas durante la transición en Cata-
durante el tardofranquismo y los primeros lunya. Un completo estudio empírico ori-
años de la transición hasta el triunfo elec- entado a certificar que, efectivamente, la
toral de CiU en 1980. democracia fue conquistada en la calle. A
La primera conferencia de la última se- pesar de la dificultad de cuantificar de for-
sión fue realizada por Martí Marín (UAB) y ma exhaustiva las movilizaciones produci-
se tituló L’esquerra a les institucions locals: das, la aproximación no dejó lugar a dudas:
la Diputació de Barcelona. Abordó el papel el franquismo tuvo que enfrentarse a una
de las izquierdas en una institución cuya amplia movilización opositora que, desde
desaparición habían defendido: la Dipu- la muerte del dictador hasta 1980, se tradu-
tación de Barcelona. A partir de 1981 las jo en un total 874 manifestaciones. Si bien
izquierdas catalanas contribuyeron a la la mayoría tuvieron como motivo causas
completa transformación de una institu- laborales, el porcentaje de las originadas
ción que había permanecido bajo el con- por cuestiones políticas no fue nada des-
trol del Movimiento y que tenía asignado, deñable. Sin embargo, la movilización ob-
a su vez, un importante presupuesto. Ins- tuvo por respuesta la represión, obligando
tituyendo así el modelo que más tarde, ya a cuestionarse el carácter eminentemente
bajo el gobierno de CiU, se extendería al pacífico del cambio político.

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Memoria

Perfecto de Dios. Una historia recuperada


Carmen García-Rodeja
Profesora de Geografía e Historia, ARMH

Por llanuras y montañas El día 19 julio de 2015 mientras se ento-


guerrilleros libres van naba el himno guerrillero el joven Perfecto
los mejores luchadores de Dios fue enterrado con todos los hono-
del campo y de la ciudad. res en su tierra natal Sandías (Ourense) en
la sepultura en la que también están su pa-
La bandera de combate dres, rodeado de amigos, vecinos y cama-
como manto cubrirá radas.
a los bravos guerrilleros Perfecto de Dios Fernández había nacido
que en la lucha caerán. en el año 1931. Su padre, Jesús de Dios de
Dios, fundador del Partido Comunista en
Ni el dolor ni la miseria Ourense, debió huir a Portugal al iniciar-
nos harán desfallecer se el golpe de Estado de 1936. Mientras, su
seguiremos adelante madre Carmen Fernández Seguín, también
sin jamás retroceder. perseguida, tuvo que esconderse y mal vi-
vir junto a sus hijos puesto que les habían
Nuestros jefes nos ordenan requisado todas sus pertenencias. El padre
atacar para vencer; volvió ya muy enfermo a fallecer en su tie-
abnegado gerrillero rra. La madre y los hermanos de Perfecto
tu lema es obedecer. siguieron sufriendo la represión.
Camilo de Dios describe a su hermano:
Nuestros padres
Nuestras madres «Como irmán era perfecto (como o seu
Nuestras hermanas nome). Sabía que a min gustábame a festa
y novias e xogar cos rapaces. Poñer uns pantalóns
esperan de nuestas armas novos e saír a divertirme se había algo de
el final de la victoria festa —e a el non lle interesaba— e se tiña
unha peseta dábama a min. El non gastaba
Vencedores del fascismo os cartos, nunca se viu nunha taberna.
a la batalla final. Empezou coa gramática, cunha enciclope-
españoles muera Franco ¡muera!, dia. Gustáballe moito estudiar. Era un su-
Viva nuestra libertad  [1]. perdotado sobre todo para as matemáticas,
era un rapaz que eiquí pois inda viu unha
maestra dando clases, e dicía que ela non lle
1.–«Himno Gerrillero», 1946, AHPCE. Citado por: Fernanda
Romeu, Más allá de la Utopía: Agrupación Guerrillera de Le- daba matemáticas que non lle daba ensina-
vante, Cuenca, UCLM, 2002, p. 69-70

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 215-219 215


Memoria

Botas de Perfecto de Dios halladas durante la exhumación (Foto: Asociación por la Recuperación
de la Memoria Histórica).

do nada: búscate outro sitio ou non veñas á estaba en el estado mayor.


escol, que vas perder o tempo –dixéralle.» El cuartel general estaba en Edreira, en
un lugar que llamaban «El balneario», en
Perfecto, un joven muy preocupado por donde estaba regularmente su madre que
la cultura, marcha con catorce años a estu- también se había echado al monte y parti-
diar a Orense en donde se hace de las JSU cipaba en labores de propaganda. Durante
—ya en el año 1946—, realiza numerosas ese tiempo, a pesar de la terrible presión de
acciones de propaganda y de trabajo políti- la guardia civil, se realizan notables actos
co y comenzó a colaborar con la Resistencia de fuerza con la colaboración de muchos
como enlace; en pocos meses pasó a for- vecinos que eran puntos de apoyo, incluido
mar parte de la II Agrupación del Ejército el intento fallido de liberar a los líderes Ga-
Guerrillero de Galicia junto a su hermano yoso e Seoane de la cárcel de Coruña.
Camilo. Ingresa en el Destacamento «San- En el año 1949 empiezan a caer nume-
tiago Carrillo», de la II Agrupación Guerri- rosos guerrilleros, entre ellos Camilo que,
llera de Orense, Camilo junto a Ángel, Raúl apresado en Ourense y torturado junto a un
o José María Graña estaban integrados en compañero durante cincuenta y seis días,
la guerrilla de choque [2] cuyo jefe era Juan es condenado a pena de muerte y conmu-
Sorga, mientras que su hermano Perfecto tada por ser menor de edad. Fue conducido
al penal de A Coruña para seguir preso du-
2.–Era un grupo de no más de cinco o seis y su cometido
rante diez años en numerosas cárceles de
era ser ambulantes, proteger a la guerrilla de estado
mayor o realizar acciones que requiriesen más agilidad España.
de movimientos. El 16 de mayo de 1950, el joven Perfecto

216 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 215-219


Perfecto de Dios, una historia recuperada Carmen García-Rodeja

con su madre y los compañeros Juan Ro-


dríguez Sorga y Manuel González inten-
tan huir a Francia y, vestidos de segadores,
intentaron pasar desapercibidos; pero al
llegar a Chaherrero (Ávila) se vieron im-
plicados en un tiroteo con la Guardia Civil.
Perfecto cayó muerto y su madre se quedó
junto al cuerpo de su hijo agonizante entre
sus brazos [3]. Perfecto de Dios fue enterrado
en el lateral de la iglesia [4]. La frialdad de la
autopsia nos cuenta que tenía Cuerpo de Perfecto de Dios hallado durante
la exhumación (Foto: Asociación por la
«Pelo castaño ensortijado, nariz regular, Recuperación de la Memoria Histórica)
boca pequeña, ojos claros, sin ninguna otra
señal o cicatriz antigua, encontrándolo ves- Julio de 2014, la ARMH [5] realizó la exhu-
tido con un mono azul, cazadora del mismo mación de los restos del joven Perfecto. Allí
color, calcetines grises y botas negras de acudieron los técnicos de la ARMH, junto
piel de becerro. (..) se aprecian orificios de con los voluntarios de la Asociación, perio-
entrada y salida de bala, al parecer produci- distas, investigadores, estudiantes, fotó-
da por arma de fuego larga, en el dorso de la grafos, un grupo de antropólogos argenti-
nariz y en la región inframentoniana; otro nos dirigido por el doctor Luis Fondebrider
orificio de entrada en la región escapular y Camilo de Dios, el hermano que había he-
del lado derecho con salida en cara ante- cho la reclamación a la Asociación, acom-
rior del tórax del mismo lado al nivel de la pañado de amigos y camaradas.
tercera costilla y otro orificio de entrada de La exhumación realizada bajo el sol de
región abdominal, linea media con orificio Castilla, sorprendía a Camilo por la cali-
de salida en zona renal lado derecho» dad de los trabajos de apuntalamiento del
muro; la minuciosidad del proceso de esca-
Setenta y cinco años después, el 19 de vación; el detalle en la recogida de los res-
tos…Y poco a poco empezaron a llegar los
3.–Carmen Fernández Seguín fue detenida y condenada,
estuvo trece años en la cárcel. Manuel Rodríguez fue vecinos del pueblo, primero con reticencia,
apresado algo más tarde y ejecutado cuatro meses después con afecto —entre ellos la familia
después a garrote vil en Ourense, mientras Juan Rodríguez de la niña que aquel día había sido herida
Sorga, pudo escapar y se le pierde la pista en Francia.
en un pierna en la refriega—. Todos acom-
4.– «(…)se constituyó en el cementerio civil donde se
pañaron a Camilo de Dios, que hablaba de
encuentra depositado el cadáver reseñado al margen, el
cual fue trasladado a la sepultura en él construida al efecto su hermano y cuánto había sido el dolor
procediéndose seguidamente a la inhumación, siendo de la madre y de la familia por la pérdida.
las veinte horas quince minutos ( ..) Dicho Cementerio También recordaba con precisión cuando,
se encuentra situado a la parte Oeste del Cementerio
estando en la cárcel, le anunciaron la muer-
Católico y junto al mismo; la fosa en que ha sido enterrado
el cadáver se identifica por ser la única que existe en el te. Mientras los vecinos describían lo suce-
mismo; tiene la misma una longitud de dos metros de dido ese día con todo lujo de detalles: la re-
longitud, un metro de ancho y uno y treinta centímetros friega, los tiros, la huida y la madre junto a
de profundidad, habiendo quedado enterrado el cadáver
en posición Sur-Norte». Diligencia de inhumación del
cadáver de Perfecto de Dios Fernández, causa 201/50 de 5.– A.R.M.H. ( Asociación para la Recuperación de la
Ourense. Memoria Histórica) http://memoriahistorica.org.es/

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 215-219 217


Memoria

su hijo muerto. Contaron que en ese trozo A las doce de la mañana se inició el acto
de terreno, rodeado por un muro cerrado, coordinado por Carmen Becerra, profesora
siempre había flores, lo veía el campanero de la Universidad de Vigo, en el que el ar-
desde lo alto cuando iba a tocar. Y mientras queólogo de la ARMH, René Pacheco, con la
avanzaba la exhumación, los que acudían música de la marcha del antiguo Reino de
se acercaban a Camilo para consolarlo. Galicia y todo el auditorio en pie, entregó la
caja mortuoria con el cuerpo de Perfecto de
«Impresionoume moito a exhumación de Dios a la familia que fue cubierto con ban-
Perfecto. Era algo que desexaba moito. Pro- deras. A continuación, la restauradora Cris-
metéralle a miña nai que faría o que puide- tina Pimentel entregó las botas de Perfec-
ra para logralo; foi pois…unha satisfacción. to de Dios y posteriormente dijeron unas
A xente que me daba o pésame parecíame palabras: el vicepresidente de la ARMH,
que me debía de dar unha aperta de alegría Marco González; amigos y camaradas como
por logralo». Xesús Alonso Montero, presidente de la
Real Academia Gallega, Manuel Peña Rey,
Durante todo ese caluroso día, Camilo Gonzalo Sueiro y la Secretaria General del
permaneció emocionado y en pie, por ver PCG, Eva Solla. Fueron leídas algunas de las
a tanta gente, por el trabajo de los técni- adhesiones: de Darío Rivas, iniciador de la
cos y voluntarios de la Memoria Histórica Querella Argentina; del alcalde de Chahe-
y por la solidaridad del sindicato de elec- rrero en nombre de los vecinos y de poetas
tricistas noruego ELOGIT que ante la falta como Marcos Ana. Por su parte Camilo de
de ayudas del Estado, proporcionó apoyo Dios reivindicó la lucha de los guerrilleros y
económico para que la ARMH pudiera rea- la memoria de su hermano y los 12 jóvenes
lizar esta exhumación [6]. Meses después, de las Juventudes Comunistas que con él se
el 25 enero pudo reunirse con ellos en un habían incorporado a la guerrilla.
encuentro realizado en Ponferrada. Allí el El acto finalizo con un emotivo discur-
grupo de sindicalistas quedaron impacta- so de Henning Solhaug, Secretario General
dos de la fortaleza de Camilo de Dios y el del sindicato ELOGIT en el que recordó la
trabajo realizado por la ARMH. figura de Perfecto «una de las innumera-
La entrega del cuerpo de Perfecto de Dios bles víctimas del terror fascista…asesinado
se realizó el día 7 de Junio de 2015, en un y arrojado a una zanja por los fascistas y
acto organizado por un grupo de personas, condenado a ser olvidado durante casi cin-
donde primó la solidaridad y, tanto los ami- cuenta años». Reivindicó los logros de la II
gos de Camilo, el técnico de la Casa de Cul- República y la lucha de los brigadistas con-
tura de Xinzo de Limia, como los jóvenes de tra el fascismo en la Guerra Civil, «nuestra
las Juventudes Comunistas, el Concejal de participación es también un reconocimien-
Cultura y los voluntarios de la ARMH hicie- to de una historia común. Poetas y autores
ron posible el solemne encuentro. noruegos fueron a la España republicana y
escribieron sobre su lucha en artículos, no-
6.–La ARMH ha recordado que desde 2011 no se han velas y poemas….Cuando era joven conocí
vuelto a convocar ayudas destinadas a las actividades a los noruegos de las Brigadas Internacio-
relacionadas con la búsqueda de las víctimas de la nales…Noruega fue ocupada por la Alema-
dictadura franquista, de ahí que sea la propia asociación
nia nazi durante cinco años y los noruegos
la que afronte este tipo de gastos con recursos propios
o con aportaciones, como en esta ocasión, del sindicato aprendimos por experiencia lo que fue el
noruego. fascismo». Criticó al gobierno del PP que

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Perfecto de Dios, una historia recuperada Carmen García-Rodeja

Intervención de Henning Solhaug, Secretario General del sindicato noruego ELOGIT, durante el
acto de entrega de los restos de Perfecto de Dios a sus familiares. Ponferrada, 7 de junio de 2015
(Foto: Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica).

«ni siquiera cumple con los derechos de las placer anunciar a mis amigos de la ARMH
víctimas ni con su obligación de ayudar a que nuestro congreso celebrado en marzo
encontrar a los que han desaparecido… Sus de este año dono otras 200.000 coronas a su
familias tienen derecho a saber qué pasó importante labor».
con sus seres queridos, que deberían tener Posteriormente la comitiva se dirigió,
un lugar para el duelo y la certeza de que se para la inhumación, a Sandiás donde fue
hacía justicia» para terminar mostrando su recibida por el coro «Máximo Gorki» ento-
solidaridad con las tareas de la ARMH «me nando el himno de la guerrilla y a continua-
siento honrado en nombre de los miembros ción entraron en el cementerio los restos de
de mi sindicato por haber tenido la posi- Perfecto de Dios y la familia bajo un pasi-
bilidad de dar una modesta contribución a llo improvisado de banderas. Allí el grupo
la ARMH y a la exhumación de Perfecto de de violinistas entonó la Internacional y el
Dios,… se debe apoyar la lucha por la re- himno de la Joven Guardia mientras se de-
cuperación de la historia y la exhumación positaba tierra de Chaherrero y Alfonso, el
de los más de 100.000 desaparecidos civiles sobrino nieto leía un poema, y, mientras se
hasta que el Gobierno español acepte y lle- daban los pésames, una alfombra de flores
ve a cabo su deber de acuerdo con los dere- rojas fue cubriendo la sepultura. Hoy Perfec-
chos humanos… Por tanto para mi es una to descansa con su familia y con los héroes.

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Encuentro Estatal de Colectivos
de la Memoria Histórica y de
Víctimas del franquismo*
Arturo Peinado Cano
Presidente de la Federación Estatal de Foros por la Memoria

Encuentro para las víctimas del franquismo. La cons-


tatación de la situación también explica la
El 17 de octubre de 2015 tuvo lugar en generosidad del conjunto de las asociacio-
Vicálvaro (Madrid) el «Encuentro Estatal nes participantes en los debates y el con-
de Colectivos de la Memoria Histórica y senso finalmente alcanzado.
de Víctimas del franquismo», que reunió a Como primera valoración del Encuentro
delegaciones de 70 colectivos venidos de destacamos que, por primera vez, 70 orga-
todos los territorios del Estado, y del exilio nizaciones se reunieron y elaboraron un do-
español. En el referido Encuentro se aprobó cumento común, lo que constituye un éxito
una Carta que recoge las principales reivin- de todas y todos los participantes. El Mo-
dicaciones de este movimiento social, y que vimiento Social por la Recuperación de la
constituye un mandato dirigido a ser toma- Memoria (MSRM) se compone de múltiples
do en consideración por las instituciones organizaciones de implantación estatal, au-
del Estado español [1]. tonómica, comarcal o local; asociaciones de
Con el lema «Convencidos de que sin víctimas con problemática específica; co-
Justicia no hay democracia, y de que sin lectivos vinculados a un lugar de memoria
Memoria no hay cambio», partía de la valo- o a un hecho histórico concreto; y además,
ración unánime por los colectivos convoca- cada uno de ellos con muy diverso origen
dos de encontrarnos en una situación, si no ideológico e histórico, y algunos con cierto
de cambio de régimen, sí de crisis del sis- nivel de vinculación con fuerzas políticas y
tema político. El presumible final del siste- sociales. Por tanto, que un movimiento tan
ma bipartidista que parecía iba a plasmarse extenso y plural busque organizarse para
en las elecciones del 20 de diciembre, fue poner en común unas propuestas consen-
interpretado por el conjunto de las asocia- suadas, es una cuestión de gran dificultad,
ciones como la apertura de una coyuntura y a su vez una muestra de generosidad al
favorable para los intereses de las víctimas pretender poner por delante lo común y lo
y sus asociaciones. Una coyuntura decisiva esencial, por encima de los intereses y los
de oportunidad y de riesgo, quizás la última posicionamientos de cada colectivo. Consi-
deremos que la pluralidad del movimiento,
* Vicálvaro (Madrid,) octubre de 2015
1.– «Carta aprobada en el Encuentro Estatal de Colectivos si bien es un síntoma de debilidad también
de Memoria Histórica y de Víctimas del Franquismo». lo es de fortaleza, porque históricamente
Federación Estatal de Foros por la Memoria, 17 de Octubre ha dificultado la instrumentalización por
de 2015, http://www.foroporlamemoria.info/2015/10/
parte de las instituciones.
carta-aprobada-en-el-encuentro-estatal-de-colectivos-
de-memoria-historica-y-de-victimas-del-franquismo/ La inminencia de las elecciones, coinci-
(Consulta: 2/3/2016). diendo con un momento en que el MSRM

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Encuentro Estatal de Colectivos de la Memoiria Histórica y de víctimas... Arturo Peinado Cano

Manifestación Estatal por la Memoria Histórica. Madrid, 22/11/2015 (Foto de Twitter, cuenta: @apces).

percibía que el tema de la memoria histó- tema de la memoria histórica en el debate


rica pretendía ser apartado del debate po- electoral. Los líderes políticos tuvieron que
lítico, y el convencimiento de que cuatro pronunciarse al respecto con mayor o me-
años más de gobiernos de la derecha signi- nor claridad, e incluso matizar y rectificar
ficarían el definitivo triunfo del modelo de públicamente declaraciones críticas con la
impunidad, y el final del movimiento me- lucha y las reivindicaciones del movimien-
morialista y de la causa de las víctimas del to memorialista. Asimismo, en los progra-
franquismo, ha posibilitado la confluencia mas electorales de los partidos del ámbito
de organizaciones muy diversas. El objeti- de la izquierda, se recogieron propuestas
vo central del Encuentro era impedir que del movimiento y del Encuentro de asocia-
el tema de la memoria histórica y los de- ciones, con diferentes grados de concreción
rechos de las víctimas quedasen fuera de la y de compromiso.
agenda política en la coyuntura electoral,
construyendo una estrategia para influir en El Documento
los debates y en los programas electorales.
Esta estrategia consistió en el envío a insti- El Documento aprobado en Vicálvaro
tuciones y a fuerzas políticas del Documen- parte de la exigencia del reconocimien-
to aprobado en el Encuentro; la celebración to jurídico de las víctimas del franquismo,
de reuniones bilaterales con los partidos; y para que posteriormente se garantice la
por fin, la manifestación celebrada en Ma- aplicación de los derechos a la Verdad, a la
drid el 22 de noviembre. Justicia y a la Reparación material y simbó-
Podemos decir que el objetivo inicial se lica, tal y como se definen por la ONU, con-
alcanzó: el MSRM consiguió introducir el forme al Derecho Penal Internacional de

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 220-226 221


Memoria

los Derechos Humanos. La impunidad del que pudieran adherirse posteriormente, se


franquismo vigente en el Estado español ha optó como método de trabajo dejar fuera
seguido persistiendo hasta el día de hoy, lo todo lo que no contara con un respalda-
que ha implicado el no reconocimiento ju- do unánime. Se consideró conveniente, en
rídico y político de las víctimas, y en conse- consecuencia, partir del «mínimo común
cuencia, la negación a todos los efectos de denominador» y redactar algunos puntos
sus derechos. con una ambigüedad calculada (como el
Por tanto, la Carta contempla la elimi- tratamiento de la Ley de Amnistía de 1977;
nación de las trabas jurídicas que impiden o la consideración de las exhumaciones de
el reconocimiento de los derechos de las fosas comunes, es decir, por quién y cómo
víctimas; por un lado, la Ley de Amnistía deberían llevarse a cabo). Temas contro-
de 1977, que viene siendo utilizada por los vertidos fueron así apartados de inicio de
tribunales para garantizar la impunidad de los debates, y para otros se buscó una re-
los crímenes franquistas, y por otro, los ele- dacción ambigua, que pudiera satisfacer a
mentos contrarios al derecho internacional todas las organizaciones.
que existen en la Ley de Memoria de 2007, Dentro del MSRM resulta especialmente
la cual explícitamente niega el reconoci- controvertido desde hace años la viabilidad
miento jurídico a las víctimas del franquis- de una Comisión de la Verdad (CdeV), dado
mo y su derecho a la justicia, y que además que diversas organizaciones plantean que
atribuye única y exclusivamente al ámbi- esta iniciativa proporcionaría una «verdad
to administrativo las reclamaciones de las oficial» que generaría consecuencias fa-
víctimas. vorables a hacer efectivos los derechos de
Las propuestas programáticas que con- las víctimas. Por el contrario, para otras
tiene este documento encuentran su fun- asociaciones la CdeV es un elemento de la
damento y apoyo en los informes presen- justicia transicional y ésta, obviamente, no
tados en septiembre de 2014 en el Consejo es la situación en la que nos encontramos.
de Derechos Humanos de Naciones Unidas De una CdeV oficial (constituida por man-
celebrado en Ginebra [2]. dato parlamentario) sólo podría salir una
verdad oficial legitimadora del régimen de
Los debates la transición, y por tanto de la impunidad
del franquismo y de los pactos más o menos
Para alcanzar un consenso que pudiera explícitos de silencio y olvido [3].
vincular a todas las asociaciones presentes Ante la divergencia irreconciliable de
en el Encuentro de Vicálvaro, así como las ambas posiciones, éste fue uno de los te-
mas que se optó por dejar apartado desde
2.– Naciones Unidas- Consejo de Derechos Humanos.
«Informe sobre España del Grupo de Trabajo sobre un principio, puesto que las recomenda-
las Desapariciones Forzadas o Involuntarias», 2 de ciones de los informes de la ONU tampoco
Julio de 2014. https://documents-dds-ny.un.org/doc/ concretan qué tipo de políticas debe desa-
UNDOC/GEN/G14/072/73/PDF/G1407273.pdf (Consulta:
rrollar el Estado español para hacer efecti-
2 de marzo de 2016). Naciones Unidas -Consejo de
Derechos Humanos, «Informe sobre España del Relator vo el Derecho a la Verdad de las víctimas del
Especial sobre la promoción de la verdad, la justicia,
la reparación y las garantías de no repetición, Pablo 3.– http://comisionverdadfranquismo.com/. Federación
de Greiff», Federación Estatal de Foros por la Memoria, Estatal de Foros por la Memoria, «Comisión de la Verdad
22 de Julio de 2014. http://www.foroporlamemoria. versus Justicia», 14 de octubre de 2012 http://www.
info/wp-content/uploads/2014/08/ONU-agosto-2014- foroporlamemoria.info/2012/10/comision-de-la-verdad-
InformeRelatorPablodeGreiff.pdf (Consulta 2/11/2016) versus-justicia/ (Consulta 2/3/2016).

222 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 220-226


Encuentro Estatal de Colectivos de la Memoiria Histórica y de víctimas... Arturo Peinado Cano

franquismo. instituciones políticas y judiciales [4].


Si bien existe entre las organizaciones La redacción consensuada definitiva
del MSRM un consenso generalizado sobre quedó así: «Que el Estado español, en tanto
el papel negativo de la Ley de Amnistía de continúe haciendo una manifiesta dejación
1977, se dan notables diferencias en cuan- de su obligación de investigar y perseguir
to a cómo ha de solventarse este problema: los crímenes del franquismo, en virtud del
Algunas organizaciones interpretan la Ley principio de jurisdicción universal, dé cum-
de Amnistía como un éxito de la oposi- plimiento a las órdenes de detención y ex-
ción antifranquista, y rechazan las críticas tradición de criminales franquistas y demás
a la misma, por cuanto supone para ellos requerimientos y diligencias de coopera-
el cuestionamiento de parte de su biogra- ción cursadas por los tribunales extranjeros
fía personal y de organizaciones políticas que decidan investigar estos delitos. Este es
o sindicales en las que militan. Otras, en el caso de la Causa 4591/2010 abierta ante
cambio, definen la Ley como pilar central la Justicia Argentina, o cualquier otra que se
de sistema de impunidad, y la cuestionan inicie en el extranjero.»
utilizando argumentos de entidades inter- Otro debate importante que se dio en el
nacionales de derechos humanos, que la Encuentro es definir qué tipo de iniciati-
asimilan a las leyes de punto final de las va institucional habría que promover para
dictaduras latinoamericanas de los años 70 conseguir la plasmación política y legal de
y 80 del siglo XX. las propuestas del documento: la exigencia
En cuanto al tratamiento que habría que de una ley específica de víctimas del fran-
dar a dicha Ley, el MSRM se divide entre las quismo confrontó con otra propuesta, que
propuestas de derogación (dejar de tener consideraba que era más conveniente la
vigencia a partir del momento en que se de- reforma de la Ley llamada de Memoria His-
roga legalmente), y de anulación (deja sin tórica de 2007. En aras del consenso no se
efecto todas las sentencias y resoluciones optó por ninguna solución concreta, aun-
judiciales que se han sustentado en la apli- que el debate ha quedado abierto porque
cación de esa Ley). La redacción final acor- es absolutamente ineludible. En nuestra
dada fue: «Anulación de la Ley de Amnistía opinión sólo una Ley de Víctimas del fran-
de 1977 en los apartados que permiten la quismo vendría a solventar definitivamen-
impunidad de los crímenes franquistas». te el agravio comparativo que se ha venido
Para varias de las organizaciones parti- produciendo con respecto a otros colecti-
cipantes en el Encuentro, la llamada Que- vos de víctimas que sí han tenido un reco-
rella Argentina que se presentó en 2010 en nocimiento legal, una consideración justa
el Juzgado Nacional Nº 1 de Buenos Aires, y cuya problemática ha sido atendida am-
tendrá unas consecuencias decisivas y defi- pliamente por parte del Estado español [5].
nitivas en el desmantelamiento del sistema
de impunidad. Otras asociaciones, si bien
no niegan el papel que la Justicia Inter- 4.– http://www.ceaqua.org/querella-argentina/ (Consulta
nacional puede tener en la resolución del 2 de marzo de 2016).
«caso español», creen que ésta tiene unos 5.– Federación Estatal de Foros por la Memoria,
límites, y que en todo caso, las reivindi- «Propuesta para una Ley de reconocimiento y protección
integral de las víctimas del franquismo», 1 de septiembre
caciones que se recogen en el documento
de 2015, http://www.foroporlamemoria.info/wp-content/
deben ir dirigidas al Estado español y a sus uploads/2015/09/Propuesta-LVF-FEFM-sept-2015-
1.0.pdf (Consulta 2/3/2016).

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 220-226 223


Memoria

Retos de futuro de la iniciativa.


El principal reto político, que ya he-
El Encuentro no debería convertirse en mos enunciado antes, es cómo convertir
una mera coordinadora de asociaciones las exigencias recogidas en el Documento,
para llevar a cabo iniciativas comunes y en leyes y medidas concretas. En debates y
respaldar las actividades particulares de reuniones mantenidos con las fuerzas po-
cada una de ellas. El único futuro viable del líticas antes de las pasadas elecciones ge-
Encuentro es que llegue a convertirse en un nerales para promover la inclusión en los
mecanismo unitario de acción política en programas electorales de las propuestas del
torno al Documento. Si hubiera una nueva Documento, se planteó la posibilidad o la
campaña electoral, para que de nuevo se necesidad de un Pacto de Estado para so-
presente a las fuerzas contendientes como lucionar el «problema» de las víctimas del
propuesta programática con la exigencia franquismo, dado que los diferentes docu-
de que sea asumido; si finalmente se con- mentos y del Consejo de Derechos Huma-
forma gobierno y la legislatura echa andar, nos de Naciones Unidas sobre el caso es-
para que sea una propuesta de acción polí- pañol, han tenido una repercusión interna
tica, un plan de acción que se discuta y se e internacional indudable, aunque hayan
plasme en leyes y medidas concretas. sido obviados por el Estado español.
Para ello hace falta una modificación Deducimos que el tema de las fosas co-
organizativa y de funcionamiento, consti- munes ha llegado a ser percibido por las
tuyendo una dirección más dinámica y re- fuerzas políticas como un problema de Es-
presentativa que abarque a organizaciones tado, al que debería darse una solución de-
no madrileñas, superando a la actual comi- finitiva en un plazo no demasiado largo, y
sión promotora. Esto implicaría estabilizar que podría contar con un amplio consenso.
el Encuentro con una estructura coordina- Todo ello ha supuesto una indudable con-
dora mínima de ámbito estatal, legitimada quista del MSRM gracias a años de perma-
en sucesivas reuniones y que garantice su nente denuncia y reivindicación, y conse-
continuidad. cuentemente, a las impactantes imágenes
Tenemos que asegurar que no se reabran de las exhumaciones e historias personales
debates (sí adaptarse a las nuevas realida- que han sido conocidas por la opinión pú-
des que vayan apareciendo para dar res- blica.
puesta a nuevos problemas), y que no se La actividad de parte de las organiza-
cuestionen los consensos conseguidos con ciones que formamos parte del MSRM, así
gran esfuerzo en Vicálvaro. como la distorsión intencionada por parte
Otro elemento de importancia funda- de los medios, han hecho calar en la opi-
mental es ampliar el Encuentro y lo que nión pública la idea de que nuestro único
representa a la parte del MSRM que, por objetivo es la exhumación de restos cada-
diversas causas, no se sumó a la iniciativa véricos para entregarlos a sus familias, sin
del mes de octubre. Si se analiza la lista de importar cómo, por qué ni para qué. Este
asociaciones participantes en el encuentro tipo de medidas han venido siendo avala-
y signatarias del documento, se observa das hasta ahora por buena parte del MSRM,
que no hay representación específica de zo- también participante de la dinámica de la
nas geográficas tan amplias e importantes exhumación por sí misma, justificada en el
como Andalucía o Galicia, lo que supone un humanitarismo y en la urgencia de la edad
hándicap para las expectativas del futuro de las víctimas y sus hijos.

224 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 220-226


Encuentro Estatal de Colectivos de la Memoiria Histórica y de víctimas... Arturo Peinado Cano

Creemos que es probable que en la


próxima legislatura, se pretenda dar al
«problema» de las fosas comunes del fran-
quismo una solución como la que se ha ve-
nido aportando hasta ahora, en línea con
lo recogido por la Ley de Memoria de 2007,
es decir, utilizando mecanismos ajenos a la
justicia, mediante el sistema de privatiza-
ción y servicios funerarios externalizados,
con la diferencia de que ahora se le pro-
porcionaría una suficiente dotación econó- Manifestación Estatal por la Memoria Histórica,
mica, frente a lo que ha hecho el gobierno Madrid, 22/11/2015 (Foto:Fernanda Moral).
del Partido Popular en los últimos cuatro
años. En esa línea de continuismo con los judicial competente, la Sala de lo Militar
gobiernos de Rodríguez Zapatero se mue- del Supremo, pueda revisar las sentencias
ve el acuerdo de gobierno firmado el 23 de de manera individualizada [6].
febrero entre PSOE y Cs, consistente en re- A nuestro parecer esto sería un camino
vitalizar la Ley de Memoria de 2007 «incor- erróneo hacia la solución del problema, por
porando la dotación presupuestaria que en cuanto implicaría el reconocimiento de la
su caso sea necesaria». legalidad del conjunto de la legislación re-
Esta es una salida inaceptable. Las fosas presiva franquista y sus sentencias, y ade-
comunes del franquismo no son sólo un más porque centenares de miles de ellas
asunto familiar, sino pruebas materiales de quedarían sin revisar, puesto que muchos
crímenes de lesa humanidad (el tipo penal de los represaliados carecen de familias o
aplicable sería la desaparición forzada, por estas pueden no tener interés alguno en
tanto, delito permanente e imprescripti- iniciar el procedimiento. El único camino
ble), y como tal deben ser tratadas, es decir, justo, por tanto, es la anulación por el par-
que todas y cada una de las exhumaciones lamento de todas las sentencias franquis-
deben ser judicializadas. Todo lo que no se tas, tal y como se hizo, por ejemplo, con las
haga en ese sentido es apuntalar la impu- sentencias nacionalsocialistas por la Repú-
nidad, favorecer el silencio y la injusticia, blica Federal Alemana en 1998 y 2002 [7].
y a la postre, certificar el triunfo final del Como base para una verdadera política
franquismo sobre sus víctimas y sobre la integral de Derechos Humanos y de Memo-
sociedad. ria democrática, el Estado español «senci-
El tema de las sentencias franquistas, llamente» tendría que cumplir con las obli-
que siguen siendo firmes y legales, es otro gaciones que ha ido adquiriendo en materia
elemento que difícilmente podrá incluirse de derechos humanos, garantizando que se
en un Pacto de Estado con consecuencias
satisfactorias. Con la reciente reforma de 6.– Ángel García Fontanet, «Una vía de rehabilitación», El
la Ley de Enjuiciamiento Criminal (Le- País, 27 de noviembre de 2015.
crim), algunos juristas interpretan que se 7.– Equipo Nizkor, «Texto de la carta-informe enviada
abre una puerta para dar una solución a la a cada uno de los diputados de todos los grupos
parlamentarios acerca de la nulidad de las leyes y
vigencia de las sentencias represivas del
sentencias nacionalsocialistas en Alemania», Febrero
franquismo. Según estos juristas se han es- de 2010. http://www.derechos.org/nizkor/espana/doc/
tablecido mecanismos para que el órgano nulidad1.html (Consulta: 2/3/2016).

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 220-226 225


Memoria

incorpore la normativa internacional a la en caso de prosperar la iniciativa y una vez


legislación española (lo cual es un mandato puesta en marcha, perderíamos comple-
constitucional que no siempre se respeta), y tamente su control y puede acabar siendo
debería actuar sin subterfugios, por ejemplo, utilizada para alcanzar consecuencias no
ratificando ya, la «Convención sobre la im- deseadas e incluso opuestas a las reivin-
prescriptibilidad de los crímenes de guerra dicaciones del Documento, en la línea del
y de los crímenes de lesa humanidad», otra presumible Pacto de Estado que rechaza-
exigencia recogida en la Carta de las asocia- mos explícitamente.
ciones. En conclusión, no debería hacer falta
un pacto de Estado para que un gobierno
Conclusión democrático respete el derecho internacio-
nal, ni para que cumpla la hoja de ruta que
Nos produce recelo un Pacto de Esta- Naciones Unidas ha establecido para el tra-
do, porque éste podría ser utilizado por las tamiento de los crímenes del franquismo.
fuerzas políticas para alcanzar un acuerdo Tampoco para que una oposición democrá-
inevitablemente a la baja, un subterfugio tica respalde una política de Estado en ese
mediante el cual el Estado español pueda sentido. Para todo ello sólo hace falta vo-
seguir incumpliendo sus obligaciones. luntad democrática y compromiso con los
En la última asamblea de la Federación derechos humanos, es decir, lo que no ha
Estatal de Foros por la Memoria, los servi- habido hasta ahora. De ahí la importancia
cios jurídicos analizaron que el marco idó- de la propuesta colectiva recogida en el Do-
neo para promover el desarrollo de legis- cumento consensuado en Vicálvaro. Pero si
lación sobre Víctimas del franquismo sería algo hemos aprendido en los años de his-
una ponencia en la Comisión de Justicia del toria del MSRM, es que nada se consigue
Congreso de los Diputados. Esta ponencia sin trabajo, sin movilización y sin acciones
debería ser promovida simultáneamente reivindicativas de cara a la opinión pública.
por varios grupos parlamentarios; con su Quizás la Carta de las más de 70 asocia-
correspondiente fase de redacción, compa- ciones no sea el mejor documento colectivo
recencias, consultas y dictámenes…; y las de la historia del movimiento memorialis-
conclusiones finales se trasladarían al ple- ta, pero ningún otro con un carácter pro-
no del Congreso como propuestas legisla- gramático tan extenso ha contado con tal
tivas. grado de apoyo. Y sin lugar a dudas, será en
Ésta podría ser una estrategia asumi- el futuro el documento de referencia a la
ble por las organizaciones en el marco del hora de presentar las propuestas del con-
Encuentro, sirviéndonos del Documen- junto del MSRM, en busca de soluciones
to colectivo como propuesta a las fuerzas políticas y legales al problema de las vícti-
políticas. Debemos ser conscientes de que, mas del franquismo.

226 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 220-226


La memoria histórica como arma
arrojadiza. De cátedras y ayuntamientos
Santiago Vega Sombría
Profesor de Historia de Enseñanza Secundaria, Sección de Historia de la FIM

Parece mentira, pero todavía en 2016, no


hemos superado la guerra civil ni la dicta-
dura franquista en nuestro país. La resis-
tencia que encuentran los «ayuntamientos
del cambio» para aplicar la denominada
Ley de Memoria Histórica de 2007, así lo
ponen de relieve. Después de años de rei-
vindicaciones por parte de las asociaciones
memorialistas, se elaboró una ley que, si
bien fue criticada por tenue e incomple-
ta desde algunos sectores del movimiento
memorialista, al menos exigía a las insti-
tuciones españolas unas condiciones míni-
mas de aplicación de políticas de memoria
democrática equiparables a las practicadas
por los países con los que nos acostum-
bran a comparar nuestros gobernantes. Las
discusiones durante la elaboración parla-
mentaria ya mostraron entonces la falta de
madurez democrática del centro derecha
español, quienes, con sus comportamien-
tos, dan la sensación de sentirse orgullosos Cartel de la concentración «Fuera golpistas y
de ser herederos del franquismo. De otra asesinos del callejero madrileño», 8 de abril
manera no se entiende su empeño en no de 2016.
condenar la dictadura franquista. Su última
visibilización ha sido en marzo de 2016, en tada por la II República frente al golpe de
el pleno de la Junta General del Principa- estado del 18 de julio, que el PP no condena
do de Asturias donde Foro Asturias se ha con la contundencia que se merece. ¿Cómo
opuesto y el PP se ha abstenido. Qué dife- se puede calificar su negativa a condenar el
rencia con sus homólogos de centro dere- golpe de estado que provocó la guerra civil?
cha nacionalistas vascos o catalanes o del No es momento éste para profundizar
resto del continente europeo, claramente en las responsabilidades de quienes, por
de tradición antifascista. El todavía partido acción u omisión, no han puesto en prác-
del gobierno alega que la izquierda espa- tica las políticas de memoria democrática.
ñola es guerracivilista porque reivindica la La realidad es que a partir del nacimiento
memoria democrática de los que defendie- del movimiento memorialista, en los albo-
ron la legalidad constitucional represen- res del siglo XXI, las instituciones públicas

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 227-232 227


Memoria

se vieron obligadas a dar respaldo oficial crática.


a las iniciativas de familiares de represa- Es digno de análisis observar cómo la ex-
liados encaminadas a diferentes frentes: trema sensibilidad que ha mostrado siem-
principalmente, la recuperación de los pre el Partido Popular con las víctimas de
restos óseos de los ejecutados, la rehabili- ETA, ni siquiera es la misma con las vícti-
tación de la memoria de los represaliados mas del terrorismo yihadista del 11M, por
y la retirada de simbología franquista. In- lo que algún malpensado podrá indicar que
cluso las Universidades públicas se vieron se utiliza políticamente cierto terrorismo.
empujadas a participar en esta demanda Las víctimas de la violencia de ETA no pa-
de la sociedad civil. Organizaron multitud decen en el paseo por las calles y plazas
de congresos, encuentros, seminarios, pro- de sus ciudades el insulto de contemplar
yectos de investigación y en la Universidad nombres vinculados a los terroristas que
Complutense de Madrid, con el impulso provocaron su sufrimiento. Parece lógico
principal del Profesor Julio Aróstegui, se preservar del callejero a personajes e insti-
creó la única —hasta el momento— Cátedra tuciones que hayan protagonizado, susten-
de Memoria Histórica. tado o permitido actos de violencia contra
En ese marco de sensibilización social, el la ciudadanía. En la misma medida, puede
Congreso de los Diputados elaboró la deno- parecer lógico que las centenares de miles
minada Ley de Memoria Histórica que entre de víctimas de la dictadura franquista, tras
otros cometidos, instaba a las instituciones cuarenta años de democracia, no tengan
locales a retirar los innumerables lugares que seguir padeciendo (después de las cua-
de exaltación a los golpistas del 18 de julio tro décadas de dictadura) la humillación de
y la dictadura que provocaron. A la altura ver ensalzados en el callejero a los prota-
de 2006 (inicio de la tramitación parlamen- gonistas de su sufrimiento. Esa sensibilidad
taria, 31 años después de la muerte del dic- falta absolutamente con las víctimas del te-
tador) aún quedaban demasiados símbolos rrorismo franquista, ¿no fue acaso una dic-
franquistas. Un fenómeno insólito en los tadura basada en el terror?
países democráticos que han padecido re- A estas alturas de 2016 ya está suficien-
gímenes autoritarios. temente estudiado de forma científica, con
La sensibilidad de las instituciones va- datos contrastados y perfectamente identi-
riaba fundamentalmente, aunque no siem- ficados con nombres y apellidos los cientos
pre, en función del color político de sus de miles de represaliados por el franquismo
dirigentes: más sensibilizados cuanto más en sus distintas formas de violencia: asesi-
a la izquierda, acentuado con el compo- nados, presos en sus variantes carcelarias
nente nacionalista, en el caso de Esquerra (campos de concentración, prisiones habi-
Republicana, Bloque Nacionalista Galego y litadas, colonias penitenciarias, batallones
Amaiur, con especial cercanía hacia la me- de trabajadores), expulsados de su puesto
moria. Fue muy difícil encontrar colabo- de trabajo y sancionados con multas o la
ración de instituciones gobernadas por el expropiación de sus bienes. Esta violencia
Partido Popular. Esa primera fase de con- con la que el régimen franquista castigó a
quistas fruto de la movilización memoria- los defensores de la legalidad democrática
lista se truncó bruscamente con el cambio fue más extensa e intensa, por ejemplo, que
de gobierno en 2011. El PP del rodillo abso- la dictadura de Mussolini. En Italia no hay
luto cortó por completo todas las medidas ni una sola placa de homenaje o de enalteci-
sociales, incluidas las de memoria demo- miento del dictador fascista, a pesar de que

228 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 227-232


La memoria histórica como arma arrojadiza. De cátedras... Santiago Vega Sombría

son legales las organizaciones neofascistas. des del PP, la llegada de los ayuntamientos
El Estado italiano ha impulsado políticas del cambio, fruto de las confluencias, han
de memoria democrática, se conmemoran retomado la iniciativa, pues todavía queda
oficialmente las fechas importantes de la mucho por hacer, como han reclamado ins-
lucha contra el fascismo y después contra tituciones internacionales como la ONU. El
la ocupación alemana, cuando Mussolini ya más contundente fue el informe del Rela-
había caído y Hitler acudió en su rescate. tor Especial Pablo de Greif de 2014 [2]. Entre
Por su parte, en Alemania es impensable otras críticas, exponía que «El Valle de los
que una calle, una plaza, un jardín esté de- Caídos difícilmente podrá pensarse como
dicado a las SS, la Gestapo o cualquiera de un lugar en favor de la paz y la reconcilia-
los dirigentes nazis. ción [...] mientras siga en el centro del mo-
No se puede, en ningún caso, tildar de numento la tumba con flores del dictador».
rencor, venganza o ánimo de revancha a las Denunciaba la falta de políticas globales de
propuestas de eliminar definitivamente los memoria democrática con vacíos más no-
vestigios franquistas. Aunque todavía haya tables en cuanto a la verdad y la justicia.
a quien le cueste reconocerlo, porque tu- El Relator Especial anotaba que varios re-
viera la fortuna de no ser perseguido o in- presentantes del Gobierno en las reuniones
cluso fuera beneficiado, el franquismo fue que mantuvieron enmarcaron las discusio-
una dictadura, que surgió de la victoria en nes en el siguiente esquema: «o todos con-
una guerra civil provocada por un golpe de cluimos que ya estamos totalmente recon-
estado contra la democracia representada ciliados o la única alternativa es el resurgir
por la II República. Hay que seguir insis- de odios subyacentes, lo cual implicaría un
tiendo en esa realidad histórica. Ante ella, riesgo demasiado alto».
se pueden comprender opiniones de sim- Verdad, justicia y reparación son los
patía (defensa de la «necesidad» del golpe, tres principios que establecen las Naciones
los «rojos» ya habían dado su «golpe» con Unidas para que los estados democráticos
la revolución de Asturias de 1934,…), pero resuelvan de manera saludable y de forma
no pueden negar que esa sublevación mi- definitiva los conflictos civiles y las dic-
litar, esa guerra y la dictadura fusiló a más taduras, pues obligan a que los gobiernos
de 140.000 personas, encarceló a un millón, protejan a las víctimas otorgándoles esos
expulsó de su puesto de trabajo a medio derechos. Es chocante constatar cómo los
millón y otros tantos fueron sancionados puso en práctica Franco como un auténti-
económicamente con cuantiosas multas o co adelantado a su tiempo. En primer lu-
la pérdida de sus bienes. No es por tanto, gar, estableció la Causa General, con todos
de recibo, que los causantes de este dolor los medios económicos y humanos del Es-
reciban aún el reconocimiento de un estado tado, encargando a un fiscal en cada pro-
democrático en el siglo XXI. No se puede vincia que recabara toda la información de
llamar rencor a la exigencia de supresión de los hechos violentos producidos durante la
simbología franquista, no se trata de «Volver guerra civil, pero ocurridos solo en zona re-
al pasado para recuperarlo como arma arro­ publicana y cuya responsabilidad era neta-
jadiza contra los enemigos del presente» [1]. mente republicana. Esa Causa General fue
Es, sin duda, higiene democrática.
2.–www.ohchr.org/EN/HRBodies/HRC/. . ./A.HRC.27.56.
Tras el parón obligado por las autorida-
Add.1_S.doc, (Consulta: 14/4/2016) Informe del Relator
Especial sobre la promoción de la  verdad, la justicia, la
1.– Acabar con el Rencor, editorial de El País. reparación y las garantías de no repetición, Pablo de Greiff.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 227-232 229


Memoria

Titular de la edición digital del diario La Vanguardia.

una base fundamental (aunque no la única) Al mismo tiempo eximió las responsabili-
para la represión franquista en lo que ha- dades penales de antifranquistas presos —a
bía sido zona gubernamental, pues sustan- los que liberó de la cárcel— y de los repre-
ció decenas de miles de sumarios militares sores franquistas que nunca llegó a proce-
que condenaron a muerte o prisión a otras sar, equiparando con la Ley de Amnistía a
tantas decenas de miles de ciudadanos que los luchadores por la libertad con los de-
habían defendido la legalidad democrática, fensores de la dictadura. Últimamente está
provocó la depuración de decenas de miles creciendo la presión a favor de la anulación
de empleados públicos de ayuntamientos, de esa Ley de Amnistía que, por ejemplo,
diputaciones y administración central (des- impide el procesamiento de dirigentes po-
de barrenderos de la localidad más pequeña líticos y policías reclamados por la Justicia
y recóndita hasta catedráticos de universi- argentina, único país donde, de momento
dad de Madrid o Barcelona) y respaldó la se investigan los crímenes del franquismo.
aplicación de la Ley de Responsabilidades Los ayuntamientos sensibilizados con
Políticas por la que los leales perdían sus la memoria democrática, trabajan con gran
bienes o eran sancionados con cuantiosas entusiasmo para superar su inexperiencia
multas por haber apoyado la democracia institucional, pero se han topado con la
tricolor. Estos principios deberían haberse crítica despiadada de los desalojados del
puesto en práctica en nuestro país cuando poder local y toda la prensa que los apoya.
llegó la democracia, pero la Transición ven- Si bien, eran de esperar las críticas, ha sor-
dió el «pacto de silencio» y la Amnistía de prendido la extraordinaria virulencia con la
1977 como la base fundamental de nuestra que se ha cargado contra el Ayuntamiento
convivencia pacífica, borró el pasado de- de Madrid y la Cátedra de Memoria His-
mocrático que había protagonizado España tórica a cuenta del cambio de los últimos
entre 1931 y 1936, hasta la palabra Repú- vestigios del callejero franquista en la ca-
blica sigue maldita en demasiados ámbitos. pital. Desde luego, parece lo más indicado

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La memoria histórica como arma arrojadiza. De cátedras... Santiago Vega Sombría

que la única Cátedra de Memoria Histórica asesinados en el verano de 1936. Ante esa
en todo el Estado sea la encargada de ela- realidad, la Cátedra renunció al convenio
borar un informe científico sobre el asunto. con el consistorio y días después dimitió
A partir de ahí, la oposición y los medios su directora Mirta Núñez. Han trascurrido
afines han sacado las garras más afiladas unos meses y aún no ha sido sustituida en
para enturbiar el ambiente de colaboración el cargo, lo que parece indicar que el man-
entre Ayuntamiento y Cátedra hasta conse- tenimiento de esta iniciativa —única en
guir su ruptura. España— no suscita excesivo interés en la
No han escatimado ningún mecanismo Universidad Complutense.
de crítica, alcanzando la ruindad de la crí- Por su parte, el Ayuntamiento de Madrid
tica personal absolutamente fuera de lugar, nombró a Francisca Sauquillo, veterana so-
asentada en mentiras e insidias. Los titula- cialista y excompañera de estudios de De-
res eran gruesos del tipo: «La hija de la pri- recho de Manuela Carmena, para dirigir un
mera mujer de Fidel Castro asesora a Car- Comisionado para la aplicación de la Ley de
mena para borrar el callejero franquista»  [3]. Memoria Histórica. Sus seis miembros han
¿Dónde está la relación entre Mirta Núñez sido elegidos por PSOE, PP y Ciudadanos [4].
con Fidel Castro?. Era la puesta en práctica Sorprende que el partido gobernante Ahora
del «ensucia que algo queda» tan habitual Madrid no haya participado en la designa-
en ciertos ambientes (cuánto daño hicieron ción y, aún más, que no estén representan-
a los docentes las palabras de Esperanza tes de víctimas o de asociaciones memoria-
Aguirre sobre que los profesores de Madrid listas, a pesar de que, según Sauquillo «son
sólo trabajaban 18 horas a la semana). Se parte, por reclamar… la verdad, la justicia» [5].
ha echado en falta una defensa más cerra- La no presencia de las víctimas supone,
da de la Cátedra y de su directora por parte para el profesor Escudero Alday, «ignorar
de la Universidad Complutense y del propio la normativa y recomendaciones interna­
Ayuntamiento de Madrid ante las críticas cionales sobre programas de reparación de
despiadadas de los medios conservadores, a víctimas de graves violaciones de derechos
los que se ha unido el otrora medio de la pro- humanos: en ella se exige la presencia ins­
gresía española (El País). El diario atribuyó a titucional de las víctimas en todos aquellos
la Cátedra un informe municipal escondido foros o espacios de reparación que se creen.
en un cajón en el que había algunos erro- Y esta Comisión es —o debería ser— uno de
res de bulto que magnificaron la polémica, ellos» [6]. Escudero denuncia también la fal-
como que se cambiarían calles dedicadas a ta de juristas especialistas en cuestiones de
artistas o intelectuales como Salvador Dalí, memoria histórica, tanto en Derecho inter-
Manuel Machado o Miguel Mihura. no como internacional.
El trabajo científico de la Cátedra, que En definitiva, la decisión sobre la desapa-
no había confeccionado ningún listado (ni rición de los vestigios franquistas ya no va a
recibido dinero alguno del convenio que ser científica, sino política, y además encar-
había firmado), se vio perjudicado por la gada al partido que elaboró la controverti-
actuación desafortunada y unilateral del da ley de Memoria Histórica. Un PSOE que
Ayuntamiento retirando y volviendo a co- ha demostrado fehacientemente que rei-
locar —en el cementerio de Carabanchel—
la placa en memoria de ocho carmelitas 4.– El Norte de Castilla, 9/02/2016.
5.– El Español, 5/05/2016.
3.– ABC, 23/12/2015. 6.– La marea.com, 7/05/2016.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 227-232 231


Memoria

vindica y actúa de forma más comprome- de la ciudadanía la criminalización de la II


tida cuando está en la oposición que cuan- República establecida por quienes acabaron
do ejerce labores de gobierno, sea central, con ella en 1936. De esa percepción distor-
autonómico o municipal. Sirva como ejem- sionada de nuestra historia es responsable
plo la actuación del alcalde de la localidad la clase dirigente de la modélica transición
segoviana de Cantalejo, una de las muchas que permitió la permanencia de esa visión
localidades que han mantenido el calleje- durante la democracia. Es mucha la peda-
ro franquista hasta 2016. Recientemente, gogía que todavía debemos desarrollar para
con la orden del cambio de denominación, que la ciudadanía distinga entre golpe de
el edil manifestó ante la prensa «no quisi- estado y guerra civil y entre democracia y
mos entrar en discusión ni pretendemos dictadura. En esa tarea están llamados a
ofender la memoria de nadie, y tampoco colaborar las administraciones públicas,
discutir los fundamentos de la norma, pero universidades, historiadores, docentes,
está claro que no hay que enaltecer el fran- periodistas, políticos y el movimiento me-
quismo, como tampoco la segunda repúbli- morialista. Una democracia solo puede ser
ca o el terrorismo» [7]. Estas desafortunadas verdadera cuando sus referentes históricos
declaraciones han servido para comprobar son periodos democráticos y son condena-
que, a cuarenta años de la muerte del dicta- dos pública y oficialmente los momentos
dor, aún queda vigente en amplios sectores que no lo fueron.

7.– El escritor Andrés Trapiello, los historiadores José


Álvarez Junco y Octavio Ruiz-Manjón, la urbanista Teresa
Arenillas, la catedrática de Ética y feminista Amelia
Valcárcel y el sacerdote Santos Urías.

232 Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 227-232


Una vida en busca de la justicia. Manuel
De Cos Borbolla, eterno comunista*
Casiano Hernández,
Concejal del PCE en Becerri (Madrid)

En 1920 en el mes de abril nacía en Rá-


bago, Ayuntamiento de Herrerías en San
Vicente de la Barquera, Cantabria, Manuel
de Cos Borbolla. Uno de los ocho hijos de
María Borbolla y Donato De Cos, Tenien-
te de Alcalde de Puente Nansa, miembro
de la Federación Socialista Montañesa, la
UGT y presidente del Frente Popular local,
asesinado en el campo de exterminio de
Mauthausen, probablemente en las escale-
ras de la cantera de granito del campo cen-
Manuel De Cos (Foto de José Camo:
tral. Unas escaleras de ciento ochenta y seis www.josecamo.com).
huellas y contrahuellas de unos cinco me-
tros de ancho, hechas por los propios de- representado en una orfandad que venía
portados republicanos —como el resto del llamada desde sus entrañas a algo más que
campo— que, a fuer de agotar las ochocien- un cierre de duelo, no se hubiera empeñado
tas calorías diarias disponibles, terminaban en pasar el testigo trascendiendo el ámbi-
las jornadas de sol a sol ascendiendo en co- to familiar. Manuel de Cos es uno de estos
lumnas los pesados sillares esculpidos a las huérfanos en eterna labor autoimpuesta de
rocas durante el día y que finalmente ter- enlace, aún hoy a sus noventa y cinco años,
minarían en los pie de obra de las faraóni- no ya entre guerrilleros alzados en armas
cas construcciones del Berlín nazi-fascista sino entre generaciones de naturales con
de los primeros cuarenta del pasado siglo [1]. una historia común cercenada y enterrada
Cuan atrás quedaría al vencido soberano como sus gloriosas víctimas.
español todo esto si el hilo rojo familiar, Si a día de hoy políticos, jueces, histo-
riadores y maestros, periodistas y activistas
*Manuel De Cos es fotógrafo honorífico de Mundo Obrero.
sabemos algo de nuestro pasado y hemos
1.– «La extracción de granito era uno de los motivos por los
que se creó un campo de concentración en Mauthausen. podido reconstruir una memoria colecti-
Debido al boom de la construcción a finales de los años va más amplia, lo debemos a estos impre-
30, había escasez de materiales para la construcción. Aquí scindibles y particulares sujetos históricos.
las SS vieron la posibilidad de ampliar sus actividades
A ellos agradecer la Causa Argentina, la
económicas con el sistema de campos de concentración.
Por este motivo, la empresa de las SS DEST (Deutsche recopilación de ciento cuarenta y cuatro
Erd-Und Steinwerke GmbH) compró en 1938 la cantera mil víctimas extraoficiales publicitada por
de ‘Wiener Graben’ en Mauthausen. Los presos del campo el juez Garzón y tantas, tantísimas recopi-
de concentración debían explotarse como mano de obra».
laciones y estudios aunque fuera tardía-
AAVV, Catálogo de la exposición internacional, «Fotografías
del campo de concentración de Mauthausen, imágenes y mente, de importancia trascendental para
memoria», Viena, Amical de Mauthausen, 2005, p. 62. nuestra salud mental colectiva y la revigo-

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Memoria

rización de la lucha de clases se diga del internamiento, será su primera experiencia


precariado o como se quiera convenir hoy de crecimiento humano; de rebeldía ante
en llamar frente a un Estado cooptado por la injusticia, de la que escapa de la mano
los vencedores que dificulta el acceso a la de sindicalistas organizados en torno a la
libre investigación de la verdad objetiva y Casa del Pueblo, ascendido a la categoría
mantiene en una infame ignorancia, a ge- de pionero y consiguiendo su primer trabajo
neración tras generación de trabajadores, digno acogido por una familia de albañiles.
en aras del mantenimiento de la ideología La escuela de la vida se generaliza en el
más beneficiosa a sus intereses de clase ex- segundo paso, con un De Cos adolescente
plotadora. atravesando la península de sur a norte en
Fruto de esta constante pugna son las el último tren que ya en mil novecientos
trabas militares para desclasificar los archi- treinta y seis hace esa travesía de tres días.
vos y así por ejemplo hasta dentro de nueve La guerra ha comenzado y en año y me-
años, pasados ochenta del fin de la Segunda dio poco más o menos termina de guía del
Guerra Mundial, los investigadores no po- Batallón vasco-comunista número 119 en
drán acceder a los archivos de la República su retirada de la caída de Bilbao, refugián-
de Francia para conocer el número exacto dose en Cangas de Onís, en casa de una tía,
de víctimas republicanas españolas del tras atravesar de este a oeste los Picos de
campo de Mauthausen, establecidas en sie- Europa. Allí queda hasta que es llamado a fi-
te mil en su momento [2]. las, donde una —tan habitual por la época—
En lo interno, las trabas tienen que ver denuncia falangista, lo envía a la cárcel de
además con el saqueo y la redistribución Escolapios junto a otros veinte mil presos,
patrimonial desde los vencedores a los de donde no saldrá hasta mil novecientos
vencidos, incluida descendencia y ahí nos treinta y nueve tras ser absuelto in extremis
topamos hasta con Roma. La rebeldía de de una condena a muerte por falsos cargos
nuestros vencidos tiene pues tres tiempos a la edad de diecinueve años [4]. Pocos me-
centrándonos en el caso de Manuel De Cos, ses dura la dádiva del Tribunal Militar pues,
pero generalizables, en preguerra, guerra y apresado nuevamente por falangistas, re-
resistencia. torna a Cádiz vía del campo de concen-
El primero viene dado por una infancia tración de Miranda de Ebro y del también
marcada por las charlas que le da su pa- campo improvisado en el colegio Miguel
dre a lo que habría que añadir el paso, si de Unamuno de Madrid para terminar en el
bien breve, por el sistema de escuelas or- Castillo de Santa Catalina, donde ya total-
ganizado por la Segunda República y su mente conformado el Batallón 91 de presos
convivencia durante cuarenta días con un políticos penados, zarpa hacia Tenerife [5].
revolucionario asturiano escondido en un
pajar familiar en huída tras la represión 4.– Tras la traición de Santoña el 28 de agosto de 1937,
Larrañaga y Errandonea prosiguen campaña hasta
del treinta y cuatro [3]. Su adolescencia en
Asturias participando heroicamente en la defensa del
el convulso Cádiz del treinta y cinco donde Mazuco con la 6º Brigada compuesta de cuatro batallones.
trabaja de ayudante-esclavo en régimen de Entendemos que Manuel De Cos sirvió de guía de
alguna de las unidades de estos batallones compuestos
2.– Entrevista a Mariano Constante, Montpellier, 2004. principalmente por comunistas vascos y que tendría esa
Archivo personal del autor.. numeración.
3.– Entre otros, véase el documental: Guillermo Carnero 5.– Luana Studer, Aarón León, Guacimara Ramos y Victorio
y Casiano Hernández, Retrato, (2014,) En línea:  https:// Heredero: «Esclavos de Franco en Tenerife. El Batallón
vimeo.com/guillermocarnerorosell/retrato. disciplinario de soldados trabajadores penados 91», en

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Una vida en busca de la justicia. Manuel De Cos Borbolla... Casiano Hernández

Por negligencia o acción clandestina se le de Donato en Mauthausen monta en


licencia en algo más de un año de trabajo Madrid un taller de bisutería «La novia del
de pico y pala haciendo carreteras de alta mar» que rápidamente se convierte en coo-
montaña y durmiendo al raso, por lo que perativa autogestionada por los asalariados
tiene la suerte de escapar a la segunda eta- de un antiempresario, que no obstante es-
pa de la historia de este batallón, que ter- tar organizado en su correspondiente sec-
minó trabajando en las obras del Valle de tor comunista clandestino, se convierte en
los Caídos. interlocutor oficial de este incipiente sec-
Es por esta época, en que fallece su pa- tor productivo localizado principalmente
dre sin él tener noticia alguna, cuando le en el centro de Madrid.
incorporan al eterno servicio militar de la Ya en los sesenta monta el primer her-
época y donde al final de un periplo de anti- bolario de Madrid, siempre relacionado con
soldado, después de haber estado lo mismo círculos de naturalistas —precursores del
de ordenanza de Estado Mayor en Santander, actual ecologismo— y organiza la primera
que de «carcelero» de sus propios camara- ayuda de solidaridad con Cuba, al tiempo
das ideológicos termina este bachillerato que desempeña cortos trabajos en Picos
empuñando una ametralladora frente a los de Europa que aprovecha para descubrir
guerrilleros de Tovar, en el Valle de Arán, importantes cuevas de índole rupestre y
dispuesto en todo momento a «cambiar la geológica, hoy patrimonios nacionales y
dirección de tiro hacia sus propias filas», comienza su labor ecologista de denuncia
aunque no llegó a entrar en combate. de de las talas de bosques centenarios de su
El tercer paso comienza con la clandes- Cantabria natal.
tinidad militante comunista. Compatibi- A partir de esta década no suelta las
liza aquí su trabajo de comercial, tras un cámaras fotográficas, obsesión que se am-
breve tiempo en que trabaja como pocero plía al video y que no es sólo su faceta más
en Madrid, con la realización de sabotajes; reconocida, sino el testimonio gráfico de su
destacando el derribo de las torres de alta singular y universalizado camino por la his-
tensión que dejan Santander sin luz, los toria popular española de todos estos años.
trabajos propios de enlace con la guerrilla Unida pues su vida a los movimientos
cántabro-leonesa y la labor en el aparato de de protesta y rebeldía vía de la militancia y
mugas para pasar a más de una treintena de la acción directa personal con la fotografía
guerrilleros a Francia, su propio hermano como medio de fijar la memoria colectiva,
Jesús De Cos (comandante Pablo, de la par­ es sin duda su aportación más importante
tida de Juanín) entre ellos, en los últimos la dedicación constante al mantenimiento
cuarenta y primeros cincuenta. del Club de Amigos de la Unesco de Ma-
Terminados los rescoldos de la resisten- drid (Caum), verdadero sostén de la lucha
cia armada y gracias en parte a la indemni- política y social popular en Madrid entre
zación de guerra alemana por el asesinato 1961 y 1975 [6].

6.– Recomendamos la lectura del libro sobre la historia


Aarón León (coord.), La represión franquista en Canarias: del Caum: Antonio Gómez, Tantas vidas, tantas luchas, Ma-
contribuciones para su estudio, Santa Cruz de Tenerife, Le drid, Caum, 2012, editado con motivo de su 50 aniversario
Canarien Ediciones, 2015, pp. 293-322. y del que Manolo De Cos es miembro fundador.

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Autores

Autores de las secciones Dossier y Autor invitado:

Rolando Álvarez Vallejos. Doctor en historia contemporánea y académico de la


Universidad de Santiago de Chile. Especialista en la historia política de Chile y en
sus actores sociales, centrándose en la Historia del Partido Comunista chileno. Es
miembro del Instituto de Estudios Avanzados de esa universidad y autor de nume-
rosos capítulos de libros y artículos en revistas especializadas. Entre sus libros se
encuentran, Desde las sombras. Una historia de la clandestinidad comunista (1973-
1980). (2003) y Arriba los pobres del mundo. Cultura e identidad política del Partido
Comunista de Chile entre democracia y dictadura, 1965-1990 (2011) y Gremios em­
presariales, política y neoliberalismo, (2015). Actualmente coordina un proyecto de
investigación sobre el PC desde 1990.

Fernando Hernández Sánchez. Profesor de Didáctica de las Ciencias Sociales de


la Facultad de Educación de la Universidad Autónoma de Madrid. Doctor en His-
toria Contemporánea y miembro de la Asociación de Historiadores del Presente.
Es autor de Comunistas sin partido: Jesús Hernández, ministro en la Guerra Civil,
disidente en el exilio (2007); Guerra o revolución: el PCE en la guerra civil (2010); Los
años de plomo. La reconstrucción del PCE bajo el primer franquismo (2015); y El bull­
dozer negro del general Franco (2016). Ha colaborado en obras colectivas como En el
combate por la Historia (2012) y Los mitos del 18 de Julio (2013). Además, es autor de
numerosos artículos de investigación sobre Historia contemporánea y del tiempo
presente, así como sobre didáctica de las Ciencias Sociales.

José Ignacio Ponce López. Profesor de Historia y Ciencias Sociales, es magister


en historia y doctorando en la Universidad de Santiago de Chile e integrante del
Taller de Historia Política. Su línea de investigación se orienta hacia la historia y
la historiografía política de Chile y América Latina desde una perspectiva de iz-
quierdas y el movimiento sindical. Ha publicado trabajos sobre el PC chileno en la
transición a la democracia y la política actual en América Latina en revistas como
Polis y Revista Divergencias.

Francisco Sánchez Pérez. (Madrid, 1963). Profesor titular de Historia Contempo-


ránea en la Universidad Carlos III de Madrid. Entre las obras recientes de las que es
autor o en las que ha colaborado se pueden reseñar La Segunda República española
(Barcelona, 2015), La España del siglo XX. Síntesis y materiales para su estudio (como
coautor y coordinador, Madrid, 2015), Los mitos del 18 de julio (como coautor y
coordinador, Barcelona, 2013), Le printemps 1936 en Espagne/La primavera de 1936
en España (Aix-en-Provence, 2013) y La España del Frente Popular/L’Espagne du
Front Populaire (Madrid, 2011).

Sandra Souto Kustrín es doctora en Historia por la Universidad Complutense de


Madrid y científica titular en el Instituto de Historia del Consejo Superior de Inves-
tigaciones Científicas (CSIC). Es autora de las monografías Y ¿Madrid? ¿Qué hace

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Autores del Dossier y Autor Invitado

Madrid?, Movimiento revolucionario y acción colectiva (1933-1936), Siglo XXI, 2004;


y Paso a la juventud. Movilización democrática, estalinismo y revolución en la Repú­
blica Española, Publicacions Universitat de València (PUV), 2013. Cuenta, además,
con numerosas contribuciones en revistas y editoriales de prestigio nacionales e
internacionales, como Ayer, Memoria e Ricerca, European History Quarterly, Coma-
res, Fondo de Cultura Económica o Palgrave.

Julián Vadillo Muñoz. (Madrid, 1981), doctor en Historia por la Universidad Com-
plutense de Madrid, trabaja como docente universitario y en la enseñanza secun-
daria. Especializado en historia del movimiento obrero es autor de numerosas
obras sobre el tema como Aproximación a Mujeres Libres, La explosión del polvorín
en Alcalá de Henares (1947), Mauro Bajatierra. Anarquista y periodista de acción, El
hilo rojinegro de la prensa confederal. Ochenta aniversario del periódico CNT, Abrien­
do brecha. Los inicios de la lucha de las mujeres por su emancipación. El ejemplo de
Soledad Gustavo e Historia del movimiento obrero en Alcalá de Henares (1868-1939).
En la actualidad trabaja sobre diversas figuras del movimiento obrero, así como el
desarrollo del anarquismo madrileño y colabora con el movimiento memorialista.

Serge Wolikow. Doctor en Historia y profesor en la Universidad de Borgoña, se ha


centrado en la historia política e historia del movimiento obrero, prestando una
especial atención a las organizaciones políticas socialistas y comunistas y a las
organizaciones sindicales y su militancia. Entre sus numerosas obras destacan, Le
Front populaire en France( 1999), Les Combats de la mémoire : La FNDIRP de 1945 à
nos jours (2006) o L’Internationale communiste (1919-1943). Le Komintern ou le rêve
déchu du parti mondial de la Révolution (2010). Ha dirigido importantes obras, como
Le Siècle des communismes (2000), Les Syndicalismes en Europe (2002) o Cultures
communistes au XXe siècle (2003). Director de la Maison des Sciences de l’homme
(MSH) de Dijon, presidió la red nacional de MSH. En 2011 fue condecorado con la
Legión de Honor.

Nuestra Historia ,1 (2016), ISSN 2529-9808, pp. 236-237 237


www.fim.org.es

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