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TEXTOS DEL ENCIERRO,

La fragilidad de lo humano se ha visto reflejada por un suceso que históricamente


es “normal” las pandemias han sido parte del ciclo de la humanidad en más de
una ocasión, quizá es esta soberbia y las ganas de poseerlo todo o de adueñarse
de lo que no es nuestro lo que nos lleva como especie a esto y a veces pareciera
a través de estos documentos históricos que retratan las catástrofes sería
imposible vivir algo así, sin embargo aquí estamos rodeándonos de miedo, muerte
y dolores que no pueden ser controlados.

ABRIL 2020

La construcción social inmediata es la forma de expresión artística más sublime,


humana y noble que existe como reacción a la pandemia porque en esta
inmediatez virtual de nosotros y ellos es donde existe la comunión, la
comunicación, la vida que prevalece y la armonía; es donde nace la fe en un futuro
donde podamos “volver”.

JUNIO 2020
El mejor amigo del hombre ha tomado un nueva dimensión en estas condiciones,
si antes no imaginaba mi vida sin mi perro ahora no concibo mi día sin su
compañía, y es que en este aislamiento, en la soledad obligada con la compañía
que no sabemos es el único ser que acompaña cada suspiro y cada pensamiento,
“el perro” su calor, su juego, sus necesidades que te impulsan a dar algo de ti
cuando ya no quieres, su ignorancia de la circunstancia, su placer de estar aquí,
en la orilla de la cama mirando el escritorio o en pies con una almohada,
implacable guardián de esta cuarentena, consejero de ojos compresivos y tiernos
“el perro”, ¿Habrá sido pro condiciones como esta que se le llame el mejor amigo
del hombre?, sabrán ellos que salvan vidas, que otorgan ganas al alma con solo
exigir cariño y su alimento.
CLONAZEPAM

10%
de mi sangre
lo que no hirvió
lo que no salió
la que solo
cambio de color.

Muestra representativa
del fenómeno de mi dolor

Sala de espera
entre mi pecho y el corazón

La ciencia me diagnostico
las circunstancias de un encierro
lo empeoraron todo
y ahora tomo 15 gotas

(Clonazepam)

10% de mi sangre
la que sí salió
la que grito
la que me condenó

Muestra que dejo


a la vista mi condición
Ahora camino de nuevo
pero es notorio
que lo que me duele es el corazón.
Tenemos más de 40 días
mirándonos las caras
(Que ya no veía)
reconociendo las voces
(que ya no conocía)

Estando aquí

Tan juntos

Se me rompió “lo nuestro”

A los 40 días.

La jaula de oro se abrió


mis más puras sensaciones
HUYERON.

Ahora aquí estoy


abriendo y cerrando las rejas

A ver si el sonido
sirve de llamado
y aquello
vuelve a mi razón.

Mientras tanto
el rechinido
se confunde
con el canto de un pájaro
y entonces no estamos solos.
YO TAMBIEN
me siento agredida
me siento culpable
me siento perdida
me siento el verdugo
me siento asustado
me siento sin ganas
me siento el héroe
me siento roto
me siento

TODOS TENEMOS MIEDO


de hablar
de mirar
de pensar
de sonreír
de seguir
de salir
de detenernos
de estancarnos
de morirnos
de no morirnos
de enfermarnos
de no enfermarnos
de respirar
de trabajar
de estar desempleados
de no estar acompañados
de mirar lo mismo en la ventana
de no poder mirar más nada
de escuchar
de gritar
de pelear
de comer
de comprar
de llegar

CAMBIOS DE GRAN MAGNITUD

Extraño el olor de mi gente,


la calle estruendosa, el pan de carrito, el café chiapaneco, los pasillos de un
instituto que parece de tan frío que esta muerto, incluso ahora extraño caminar
con miedo y paranoia, extraño los mercados, la merced sobre todo, extraño el
centro y su ambulantaje
Echo de menos mi camino, esas horas que no son horas en el metro (complice
silencioso y eterno de todos en esta ciudad), los desconocidos en el vagón que a
miradas nos entendemos, el trafico, av. Revolución a las 5am, circuito interior a las
10 de la noche,
extraño el olor de mi gente, sus risas, sus gestos, abrazar mi camino en sus
historias y quejas.

Hoy nos presentamos a la nueva normalidad, un anuncio que al principio


reconforta y poco a poco diluye la posibilidad de esa realidad que era nuestra.
Todos los lunes a la misma hora fotografío mi cara, quiero saber quien soy y quien
muestro durante este proceso, el desgaste, el miedo, no es sencillo mirar a los
tuyos perder gente en esto y por otro lado mirar a otros no creyendo, y después de
tantas semanas ya no me miro, ya no me encuentro. (Llevamos tres meses y una
semana encerrados.

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