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Institución Educativa Marco Fidel Suarez

Nombre del estudiante: Camila Ruiz Franco

Asignatura: Lengua Castellana

Profesor: Aidé Aragón

Grado: 8°a
Un poco más allá de la poesía

“la poesía es conocimiento abandonado, poder y salvación. Formula capaz de


cambiar al mundo, la actividad poética es revolucionaria según su naturaleza; ejercicio
mental, método de desahogo y con el pasar de tiempo consume a los que se rinden a ella.
La poesía revela este mundo; construye otros… cada lector busca algo en cada verso. Y no
es insólito que lo encuentre: pues ya lo lleva dentro de su alma grabado”
(Aura Deví)

Aproximación al concepto, definición y método de la poesía

Los intentos para escribir poesía han sido muy variado a lo largo de los tiempos,
teniendo en cuenta la evolución y significado de la misma, desde Homero y Herodoto hasta
nuestros días, las diversas corrientes y estados por los que ha pasado y seguirá pasando,
debido a los cambios culturales por las que atravesará, el lenguaje y la expresión, se puede
concluir que, la poesía y su ser, son indefinibles, no así, el poema que la manifiesta
literalmente.

Mis reflexiones sobre el aspecto fundamental de la poesía actual y su manifestación


en la lengua castellana, pretender exponer, simplemente, un parecer sobre que es la poesía,
el poema y el poeta, resumir y copilar ideas que han parecido más sobresalientes y claras
sobre este tema, partiendo de algunas reflexiones de autores muy reconocidos. Trato de
exponer a modo didáctico de taller poético, mi visión de que y como ha de ser la palabra
poética, para manifestarse y hacer resonancia en los sentidos y poder alcanzar el título de
poesía con significado artístico.

¿Qué es la poesía?

Según mi persona la poesía, es su esencia, es una recreación y una revelación de lo


ya existente, por medio del lenguaje literario, tras la elaboración de la conciencia del poeta.
Pero en realidad hablando de la poesía, sino del poema, salvo que llamemos poesía a todo
lo que se escribe en poema, al igual que se llamó en otros tiempos, verificar a todo lo que se
traducía en lírica y que, a los griegos denominaron poesía a todo lo era literario bien en
verso, o prosa.
Evidentemente, la poesía es diferente al poema. Sin embargo, todo lo que se ha
dicho sobre la poesía generalmente define efectos poéticos, pero no define la poesía, porque
el concepto “poesía” es abstracto y, como tal, susceptible de ser considerado de una u otra
manera, dependiendo de la percepción individual de los fenómenos de la naturaleza y el
impacto sensible que produce “cada una, susceptibles de ser inventados en cada opinión.

Poesía en general es lo que define la expresión de:

Sentimientos; la estética o la belleza por medio de la palabra, de forma que, otro (el
lector), se transporte a un mundo sensitivo diferente y que, además signifique un bien
intangible (espiritual) imprescindible para la vida.

En definitiva hay un acuerdo concreto entre todos de que es la manifestación de


algo. Y si esto fuera así, cualquier cosa seria poesía,

Estas manifestaciones valdrían para asignarlos a cualquier manifestación artística


como es la música, la pintura, la escultura, etc. Pero más aun…

Si te fijaras un poco mejor, te darías cuenta de que pocos han explicado que es la
poesía, sino como es o para qué es. Y es lógico, la palabra “poesía” es un concepto, como
ya he dicho, abstracto, que lo tomamos como algo concreto. Es decir, analizamos siempre
las cosas por sus efectos, y no la cosa en sí, porque eso es muy difícil, y a veces, imposible.
Cuando hablamos de “bondad”, por ejemplo, nos referimos a lo particular que se manifiesta
en los actos que parecen buenos, a lo bondadoso, pero no nos referimos a la cualidad en sí y
su esencia u origen. Lo mismo pasa con el concepto de poesía.

Por lo tanto, lo que se define siempre son las cualidades que puede tener o tiene la
poesía. Hacemos definición por los rasgos que atribuimos a algo, o por su forma de estar o
de manifestarse.

Por lo tanto tendremos que distinguir entre poesía y poema.


Bécquer hizo una definición – por todos conocida- diciendo:” poesía eres tú”. Y es
una buena definición. Quería decir, que poesía es la belleza que se manifiesta a través tuya,
que está en ti, lo que tú eres, la procedencia de dónde vienes, el fin a dónde vas, la
existencia, etc…y podía haber añadido: eres tú y la naturaleza y el origen o las fuerzas que
forman el movimiento, las leyes del universo, la creación, la inteligencia, los sentimientos,
lo que es y lo que no-es.

En resume, desde mi punto de vista, la poesía es “todo lo que es y está por ser” y
sus manifestaciones naturales en lo creado. LA POESIA ES SIMPLEMENTE CREACION
y así lo llamaron los griegos poises=creación.

Partiendo de aquí y entendiendo estas bases, diremos que, por la necesidad de


nombrar las cosas (precisamente para crearlas y recrearlas) convenimos llamar “poesía” al
contenido total de todas las expresiones que hace el ser humano cuando lo hace en forma de
poema (el cual, para que sea tal, debería tener unas características especiales, utilizando
como medio elaborador, el lenguaje articulado figurado escrito o hablado)

Será por tanto, la esencia del conjunto poético que se manifiesta, engloban y
recogen, en todos los poemas escritos y manifestados por los que creen ser poetas o tener
tendencia hacia la expresión poética, aunque cada poeta es una unidad cerrada, inequívoca,
que engloba toda la poesía en sí, “una totalidad viviente hecha de elementos
irremplazables” dice O. Paz.

El poema se manifiesta por un lenguaje especial. Usa de la arbitrariedad semántica,


de las palabras, su gramática y morfología, la grafía, el significado y significante del
lenguaje científico y prosaico, trata de revelar el mundo subyacente de significados
emocionales y vivenciales que, difícilmente, pueden expresarse de otra manera.

Nunca se ha podido definir bien que fue primero, si el pensamiento o el lenguaje,


pero si está demostrado, que no hay pensamiento sin lenguaje y viceversa, y que todo
pensamiento viene precedido por una emoción.

El poema (lo poético), por lo tanto, es un lenguaje. Pero, ¿Qué clase de lenguaje?

Existen convencionalmente dos clases de lenguajes: el emotivo o evocativos y el


indicativo.
Los lenguajes indicativos son calificados de informativos, y referenciales, mientras
que los emotivos, simbólicos, no. La diferencia entre uno y otro es esencialmente la vieja
distinción entre el lenguaje literario y, por excelencia, poético.

Algunos filósofos explican que la sublimidad de la poesía actual se apoya en el


hecho de las frases poéticas son incitadoras en la forma, pero vacías de contenido. Los
poetas emplean un lenguaje sugerente que no parece “decir” nada.

Esta teoría – que a veces parece más una denuncia – tiene, a primera vista, un aire
bastante convincente: el lenguaje poético no parece describir la realidad, sino alguna otra
cosa, acaso “otra realidad”. La realidad que nace y subyace en la emoción, en los
sentimientos, en los sentimientos, en los deseos y en los deseos de todo ser humano y que
es inenarrable con el verbo común.

Si examináramos por ejemplo algún verso de algún poema sin saber quién lo
escribió, podríamos concluir con el filósofo José Ferrater Mora: en el verso, “una ausencia
de espejo ha devorado mis ojos…” ¿Qué quiere decir el poeta traducido el verso a un
lenguaje informativo? Verdaderamente algo bastante raro. Para empezar, “ha devorado mis
ojos” es un poco alarmante; ¿En qué consiste y cómo se devoran los ojos, a menos que sea
(cosa que el poeta no quiere decir) “de verdad”? Lo más probable es que sea un modo de
decir que los ojos han quedado como ciegos. Pero esto es aun tolerable. ¿Qué ocurre con la
“ausencia de espejo”? en primer lugar, ¿Qué significa hablar, como si fuese una presencia,
de una ausencia? Algunos filósofos han disertado en naufragar sobre presencias y
ausencias, pero, una vez traducidas, o interpretadas, sus digresiones, e inclusive, sus juegos
de palabras, se ha concluido que no eran más extravagantes que cualquieras en
proporciones modales, donde la ausencia puede ser entendida en términos de posibilidad.
Puede que el poeta no esté lejos de entender las cosas, o la ausencia de ellas, de este modo,
en cuanto al poeta, en convertirlo en un especialista en lógicas modales.

En segundo término, y sobre todo, ¿Cómo concebir que una ausencia de espejo
pueda devorar los ojos de nadie, incluyendo los muy reales del poeta?

¿Qué dice el poeta? De hecho, no dice nada (una vez más) nada de forma referencial
o indicativo, sin embargo, sugiere imágenes emotivas. Parece, pues que la división de los
lenguajes en científicos (en general) y en poéticos (en general) es inevitable. O el escritor
aspira a decir algo, en cuyo caso no será poético, o le tiene sin cuidado decir nada, en cuyo
caso, su lenguaje no será indicativo, o si se quiere hipotético-declarativo, en todo caso
referencial o científico.

Es posible que pudiéramos hablar de otra clasificación de los lenguajes. Es evidente


que entre el lenguaje de la poesía y el de la ciencia hay una diferencia cualitativa: el de la
ciencia depende menos del contenido que de la forma o, mejor dicho, de la estructura. Es
decir, la estructura del lenguaje científico es reversible; la del lenguaje poético, irreversible.
El científico puede, si quiere, alterar el orden de los vocablos, o de los símbolos, siempre
que cumpla con la condición de no alterar el sentido, conservar la correspondencia,
mantener la sinonimia, el principio de simplicidad y la armonía.

El poeta, sin embargo, no puede alterar la estructura de su obra a riesgo de


transformarla"

La distinción no está por lo que el lenguaje es, sino por lo que "tiende a ser"."
(Resumen de artículo o reflexiones sobre el lenguaje poético por José Ferrater Mora,
publicado en Internet)

DEFINICIONES DE LA POESÍA.-

La poesía, en suma, a diferencia de la ciencia o de la prosa, parece obedecer solo


ciertas leyes: sus propias leyes.

La poesía en suma es indefinible.

Cada poema es una unidad autónoma e independiente, dependiente del poeta. Es un


ideal perseguido o una realidad conseguida. Como en el amor, el primer impulso interior te
lleva a escribir o a enamorarte, pero luego hay que reflexionar y trabajar ese amor o esa
creación poética.

Juan de Mairena dijo: “Hemos de hablar modestamente de la poesía, sin pretender


definirla, ni mucho menos obtenerla, por vía experimental, químicamente pura”
Juan Ramón Jiménez apostilló: “La poesía, principio y fin de todo, es indefinible. Si
se definiera, el definidor sería el dueño de su secreto, el dueño de ella, el verdadero, el
único dios posible. Y el secreto de la poesía no lo ha sabido, no lo sabe, no lo sabrá nunca
nadie, ni la poesía admite dios alguno, es diosa única de dios, por fortuna para Dios y para
los poetas”

Vicente Aleixandre decía que la poesía “era conocimiento implacable”

Giacomo Leopardi: “la poesía es perderse en lo infinito”

Pedro Salinas: “la poesía es encontrar la esencia de la realidad, descubriendo el


tiempo y sus interrogantes”

Cesar Vallejo, decía: “Un poema es una entidad vital mucho más organizada que un
ser orgánico en la naturaleza. Si a un poema se le mutila un verso, una palabra, una letra, un
signo ortográfico, muere.”

Saint-John Perse la definía como “la ciencia del ser”.

Antonio Machado lo hizo “como la palabra esencial: inquietud, angustia, temor,


resignación, esperanza, impaciencia contada con signos del tiempo y revelaciones del ser en
la conciencia humana”.

Juan Ramón Jiménez afirmaba “que la poesía es el encuentro después del hallazgo”

Leopold Sedar Sénghor (poeta senegalés) “la poesía es el ritmo en la palabra que
tiene por objeto expresar la densidad de un misterio en el primer momento inefable. Es una
forma de economía y de sustitución de pudor que traduce mejor la rica profundidad de la
emoción-idea, como cuando se dice menos para decir más”

Boris Pasternack también dice: “la poesía es la musicalidad de las cosas que
discurre a ondas para recrear con la palabra imágenes visuales”
Y casi todos los poetas y estudiosos del lenguaje le han dado alguna explicación
más o menos coherente, tratando de explicar lo que en su esencia es inexplicable –valgan
estos ejemplos expuestos aquí y entresacados de muchas lecturas- pero desde mi punto de
vista el que mejor define qué es la poesía es:

CONCEPTO DE POESÍA DE OCTAVIO PAZ

Octavio Paz en su obra “La casa de la presencia” dice: “la poesía es conocimiento,
salvación, poder y abandono. Operación capaz de cambiar al mundo, la actividad poética es
revolucionaria por naturaleza; ejercicio espiritual, es un método de liberación interior. La
poesía revela este mundo; crea otro. Pan de los elegidos; alimento maldito. Aísla; une.
Invitación al viaje; regreso a la tierra natal. Inspiración, respiración, ejercicio muscular.
Plegaria al vacío, dialogo con la ausencia: el tedio, la angustia y la desesperación la
alimentan. Oración, letanía, Epifanía, presencia. Exorcismo, conjuro, magia. Sublimación,
compensación, condensación del inconsciente. Expresión histórica de razas, naciones,
clases. Niega a la historia: en su seno se resuelven todos los conflictos objetivos y el
hombre adquiere al fin conciencia de ser algo más que tránsito. Experiencia, sentimiento,
emoción, intuición, pensamiento no-dirigido. Hija de azar; fruto del cálculo.

Arte de hablar en una forma superior; lenguaje primitivo. Obediencia a las reglas;
creación de otras. Imitación de los antiguos, copia de lo real, copia de una copia de la Idea.
Locura, éxtasis, logos. Regreso a la infancia, coito, nostalgia del paraíso, del infierno, del
limbo. Juego, trabajo, actividad ascética. Confesión. Experiencia innata. Visión, música,
símbolo. Analogía: el poema es un caracol en donde resuena la música del mundo y metros
y rimas no son sino correspondencias, ecos, de la armonía universal. Enseñanza moral,
ejemplo, revelación, danza, dialogo, monólogo. Voz del pueblo, lengua de los escogidos,
palabras del solitario. Pura e impura, sagrada y maldita, popular y minoritaria, colectiva y
personal, desnuda y vestida, hablada, pintada, escrita, ostenta todos los rostros pero hay
quien afirma que no posee ninguno: el poema es una careta que oculta el vacío, ¡prueba
hermosa de la superflua grandeza de toda obra humana!”

CONCEPTO DE POESIA JORGE LUIS BORGES

“Creo que la poesía es algo íntimo, algo tan esencial, que no puede ser definido sin
diluirse, sería como tratar de definir el color amarillo, el amor o la caída de las hojas en el
otoño. Yo no sé cómo podemos definir las cosas esenciales. Se me ocurre que la única
definición posible sería la de Platón, precisamente porque no es una definición, sino porque
es un hecho poético. Cuando Platón se refiere a la poesía dice: "Esa cosa liviana, alada y
sagrada". Eso, creo, puede definir en cierta forma a la poesía, ya que no la define de un
modo rígido, sino que ofrece a la imaginación esa imagen de un ángel o de un pájaro.

Si sentimos placer, si sentimos emoción al leer un texto, ese texto es poético. Si no


lo sentimos, es inútil que nos hagan notar que las rimas son nuevas, que las metáforas han
sido inventadas por el autor o que responden a una corriente tal. Nada de eso sirve. Primero
debemos sentir la emoción después tratarnos de explicar o comprender ese texto. Si leemos
un poema como un juego verbal, la poesía fracasa; lo mismo ocurre si pensamos que la
poesía es solo un juego de palabras. Yo diría más bien que la poesía es algo cuyo
instrumento son las palabras, pero que las palabras no son la materia de la poesía. La
materia de la poesía -si es lícito que usemos esa metáfora- vendría a ser la emoción.”

Yo creo que la poesía no es un poema. Porque qué es un poema: es tal vez sólo una
serie de símbolos. La poesía es el hecho estético que se produjo en el ser de la naturaleza y
que se revela cuando el poeta lo escribió, cuando el lector lo lee, y siempre se produce de
un modo ligeramente distinto.
CONCEPTO DE POESÍA DE GONZALO ROJAS
Desconstrucción de todo sujeto, con las consecuencias que eso implica para la
desconstrucción sintagmático;
Desconstrucción de la metáfora, con las consecuencias que ello implica para la
destrucción paradigmática;
Recurrencia a los modos escriturales del habla (oralidad u oralismo, como se suele
decir):
Búsqueda de la multiplicidad de sentidos. Que va más allá de las sugerencias del
símbolo o la ambigüedad que privilegiaba el superrealismo.
Tendencia al palimpsesto, es decir, a presentar un significado político/histórico/etc.
escondido, es decir, a decir sin decir.
Iluminación de las fronteras del texto, lo cual enriquece el papel semántica de lo
que es casi su parte integrante: el título, hasta aquello que se suele ver como exterior
(dedicatorias, fechas, notas, comentarios al margen, epígrafes, indicaciones de origen, etc.).
Tendencia a valorar, como diría Carlos Bousoflo, los "planos reales" por encima de
los "evocados", es decir, tendencia a no buscar el valor de las imágenes en espacios o
sustancias que las trasciendan (a esto se le ha llamado "objetivisrno" u "objetalismo", y
hasta "neo-objetivismo"
Prosaísmo (en su primer aspecto, derivado de "prosa"), es decir, tendencia a
prescindir de los marcos de presentación y expresión musical asociados tradicionalmente al
verso o a revalorar las estructuras narrativas.
Prosaísmo (en su segundo aspecto, derivado de "prosaico"), es decir, tendencia que,
más allá de querer escandalizar al lector como ocurría en la primera vanguardia o de
sugerirle elementos demoníacos o carnavalescos como ocurría en el modernismo, desea
rescatar toda la realidad sin plantearse problemas de legitimidad moral o estética.
Apertura de los diálogos intertextuales a todos los textos, sin plantearse problemas
de legitimidad ni hacer reparto de valores, valores con los cuales antes se contaba para el
proceso de significación y que habían sido parte esencial de la llamada antipoesía.

Y DICHO ESTO, PODEMOS AÑADIR QUE:

La poesía puede o no puede contar cosas, pero nunca transmite información al modo
de la novela o la prosa poética. No es narradora de hechos, sino de emociones. Por ello se
trabaja con imágenes que generen exaltación o emociones que susciten sensaciones de todo
tipo, desde el placer al dolor.

La poesía es un metalenguaje donde lo que destaca es cómo están dichas las cosas,
al margen del tema tratado que, muchas veces o la mayoría de ellas, no es lo importante.

A través de la poesía se investiga la realidad y se comunica. Colmamos nuestras


aspiraciones estéticas, superamos las limitaciones de la vida finita, dominamos la muerte e
intentamos ingresar en la eternidad, ya que se centra en el interior de la persona y no en el
exterior. El poeta ingresa en otra dimensión distinta a la realidad para transformarla y
expresarla de distintas formas líricas.

El yo dialoga con el tú que ocupa el lugar del mundo objetivo, existiendo una íntima
correspondencia entre el yo y su desdoblamiento en el tú.
¿QUÉ ES POR TANTO EL POEMA?

Rimbeau afirmó que “el poeta es el poema” ya que la poesía es la visión instantánea
que nos hace descubrir lo desconocido, no en una lejana tierra incógnita, sino que se realiza
en el corazón mismo de lo inmediato del ser. “El poeta trabaja para volverse vidente”
Un poema es una estructura emocional “pensada sin pensar” que forma una unidad
única, cuyo fundamente sólo lo conoce el poeta, si es que es consciente de parte o del todo
de dicho poema, porque normalmente, una sola palabra es elicitadora de un tema poético, a
veces, más que por su significado objetivo, por el subjetivo que le sugirió al poeta, que le
lleva a explicar lo inexplicable.

El verso o la línea es el componente principal del poema, el cual está compuesto de


una sola palabra o de varias, cuya peculiaridad principal está en el sentido metafórico que
llega a alcanzar dicha línea o líneas, que van desarrollándose en forma estrófica o columna,
constituyéndose en un molde rítmico a través del cual el poeta plasma los modos de
expresarse, decir, ser y querer.

Con el ritmo se consigue dicha comunicación a modo de “tan-tan” o forma


primitiva y arcaica de comunicarse, y lo hace dependiendo de la posición de las palabras,
los morfemas, los lexemas, los acentos, las pausas y los espacios.

Partiendo de la espacialidad de las palabras Guillaume Apollinaire creó el llamado


“Caligrama” o poema de composición tipográfica que reproduce la forma del objeto que
motiva el tema poético. Fue el precursor del surrealismo literario, haciendo coincidir las
figuras con el texto.

El poema, por tanto, es un producto de un ámbito cerrado en el que prevalecen las


imágenes y no un argumento. Es un hecho del lenguaje en el que, si se varía la organización
léxica o verbal, varía el sentido de dicho poema.

En el poema se vislumbra todo aquello que no se ve, ya que si se viera o se tocara


dejaría de ser poesía y se convertiría en prosa narrativa o, cuanto menos, en prosa poética.

Juan Ramón Jiménez dijo. “no soy un literato, soy un poeta que realiza el sueño de
su vida a través de convertir la palabra y su significado en lo único que importa: la belleza”

Y añadía...”la comunicación de la poesía no es hacia el grupo, sino hacia el


individuo. La poesía para el poeta no es una labor del hombre sino “la labor de hombre”: es
la vida. Poesía pura no es poesía reglada ni casta, ni noble, ni química, ni aristocrática, ni
abstracta. La poesía auténtica y de calidad pura es la poesía que responde y despierta, es la
poesía “responsable”, porque el hombre poeta debe responder de los sueños del hombre
dormido. El poeta verdadero es el que consigue responder con su mitad consciente, de lo
que escribe su mitad subconsciente, oscuro o claro, absurdo o lógico, natural o
extravagante. Debe responder siempre de cualquier extremo poético para que hable, escriba
o cante manifiesta o silenciosamente. El poeta debe soñar, admirar, discrepar e inventar la
vida y el mundo en cada poema.

Mallarmé afirmó que “el verso es la línea escrita perfecta”

La palabra “verso” proviene de la palabra latina “versus” que, en su origen se


refería al movimiento de ida y vuelta ejecutado por el labrador al arar la tierra. Por eso el
recorrido de un verso a otro es lo que genera el movimiento rítmico dentro de una estrofa o
de un poema.

William Bather Yeats afirmaba: “el poema es un conjunto complejo y bien


ensamblado de imágenes, sonidos y ritmos. Es un juego de palabras que descubren la
semejanza de las cosas, sus antítesis, significados ocultos, construyendo rompecabezas
simbólicos en la mezcla de significados”

De aquí que el poema sugiera más que describa o cuente. Dice sin decir, de forma
hermética y completa, sin que esto quiera decir que tenga que rozar con el esoterismo de
Hermes, ni mucho menos, sino que debe ser una unidad comunicativa indestructible,
inatacable e inalterable a modo de esfera que encierra todo en sí misma. No es una parte de
un todo, sino que es el todo unificado, aún sin llegar a ser la unicidad que sólo ha de existir
en la cualidad del Ser Supremo. Tampoco esto quiere afirmar el oscurantismo que mucha
poesía encierra en sus palabras que no llegan a comunicar por incomprensibles o no ocupar
el justo lugar en el verso o en el poema, pues un poema no necesita de la erudición, del
tecnicismo semántico o de las imágenes rimbombantes para que sea bueno. Se puede
escribir un poema responsable y puro con palabras sencillas de léxico corriente o vulgar,
incluso con palabras inventadas. Cómo hemos dicho, el poema depende del ritmo que
producen los acentos, las pausas y la espacialidad de las palabras en el contexto poético.

Pero aún podemos ir más allá y manifestar que, cada palabra, cada verso o línea,
cada estrofa, es una unidad independiente dentro del poema, porque en cada una de esas
partes hay un fragmento del sentimiento o de la emoción que embargó al poeta mientras
creaba. El poema es el todo, o la conciencia del conocimiento completo.
Cada verso y estrofa es una síntesis del pensamiento suscitado por los sentimientos
que se elaboraron mediante procesos complejos a través de los sentidos que aprehenden las
cosas y las situaciones, convirtiéndolos en “sentires” o “sensibilidades”, por lo que el motor
del pensamiento es siempre el sentimiento y, el sentimiento, la causa del poema.
Las formas de la poesía.-

Cesar Vallejo nunca se sujetó a reglas y decía que para poetizar “había que
redistribuir la lengua común” y así utilizó sustantivos por adjetivos e inventó onomatopeyas
eliminando los nexos entre palabras o versos y también utilizaba palabras que no figuraban
en el diccionario o las inventaba.

El significado de las palabras no debe ser estático y la poesía debe ser el


movimiento de las mismas.

Cada poeta inventa su propio movimiento, eligiendo las palabras que le son afines,
configurando con ellas un dibujo singular.

Este movimiento es lo que llamamos “ritmo”

El ritmo en poesía se debe sentir como se siente en una melodía, a base de


seleccionar las palabras y disponiéndolas de forma cerrada o forma particular de colocarlas
verbalmente, alterando su espacio gramatical lógico si así conseguimos más ritmo o más
expresividad.

Lo importante es saber adaptar lo que se dice a cómo se dice.

El inicio de un poema lleva a su culminación porque te conduce a su totalidad. Este


inicio lo produce un sueño, un encuentro, un recuerdo, una visión, un deseo...

Y podemos iniciar un poema con una interrogación


Comparación
Exclamación
Negación
Afirmación
Descripción
O diálogo.

Cuando no te dejas ser lo que eres, enfermas, pues de la misma manera, cuando te
mutilan tu forma de expresión poética dejas de ser tú.

El concepto de la vida en Aura Deví, por ejemplo, se desdobla al escribir y presenta


registros poéticos distintos, y decía:

Procuro decir lo que siento


Sin pensar en lo que siento
Arrasando con las palabras hacia una idea
Procurando sentir lo que debo decir
Y aun así ser alguien,
Que le entrega su vida en versos
A un extraño que quizá en su vida
Ese extraño vuelva a leer.

En definitiva, nos da una sugerente definición de cómo hacer poesía y para qué
sirve.

El verso libre y el regular.-

El verso regular es propio de la poesía tradicional y clásica, donde el ritmo lo


impone el número fijo de sílabas, la rima y las pausas métricas.
La poesía actual tiende y se manifiesta en el verso libre, incluso se pretende que no
haya ninguna rima ni consonante, ni asonante. Se trata de determinar el ritmo del poema a
través de la emoción del poeta, de su intuición y decisión personal en cada verso.

Cada poeta debe conseguir su propio ritmo por la emoción vivida, pero para
conseguir ese ritmo hay que tener fluidez y alguna regla rítmica que no se pueden eludir en
el poema. Es necesario, por tanto, conseguirlo a través de:

Repetición de palabras
Versos que comiencen por el final del anterior
Versos cortos junto a otros largos
Tener ausencia de uniformidad
Hacer encabalgamientos (invadir el verso siguiente si lo que desea expresar es muy
largo)

Combinar versos coincidentes en la acentuación de las palabras

Buscar la espacialidad de las palabras en cada verso (el sitio justo que le
corresponden o quiere el poeta que le correspondan).

Cada poeta decía (Gustave Kahn) experimenta su emoción en forma de olas, con
una distinta inspiración y amplitud.

Navarro Tomás, define el verso libre diciendo que “el único elemento tradicional
indispensable es el ritmo. Pero no es el ritmo acentual silábico, sino el ritmo propio,
espontáneo y adecuado que se produce por la emoción íntima del poeta”

Es importante conocer la opinión sintetizada de Vicente Huidobro sobre su


concepción de poema, que se conoció como la teoría creacionista, donde dice:
Que el poema es la inauguración de un mundo independiente de la realidad, donde
“se combinan palabras e imágenes descubriendo la palabra latente que está debajo de la
propia palabra, siendo la poesía como es, “la palabra recién nacida”

Huidobro le daba mucha importancia a la no utilización de los adjetivos en los


versos y utilizar en su lugar sólo sustantivos: “evitar adjetivizar porque éste si no da vida,
mata”.

Añadía que el poeta debe alejarse para hacer poesía del lenguaje hablado, incluso
crear nuevas palabras que los demás entiendan y signifiquen:

“Que el verso sea como una llave


Que abra mil puertas
Una hoja que cae: algo pasa volando
Cuanto miren los ojos creado sea
Y el alma del oyente quede temblando”

Y pensaba que “el poeta es un pequeño dios”

La poesía en definitiva es un lenguaje con un sentido estético y coherente no con la


realidad, sino consigo mismo, cuyo estilo moderno, tiende a sugerir, crear ambiente
emocional, hacer soñar como una melodía o como una magia que invoca la existencia u
origen de las cosas, las revela, las recrea y las saca de su ocultes para que el “esotro” pueda
reconocer en su inmediatez y ver por dentro las cosas poniendo en movimiento la emoción
y los sentimientos descubriendo lo oculto de la vida, lo que no se puede explicar de otra
manera, lo innombrado, lo misterioso del ser, lejos del esoterismo y de la ciencia.

Es una forma de existencialismo o “realidad degradada” como lo titula “Zbiguiew


Herbert” diciendo que “lo más bello es aquello que no existe” porque podemos imaginarlo
como queramos, creándolo según nuestro concepto de vida y de existencia, según nuestra
peculiar manera de captación de los objetos y según nos apetezca simbolizarlo.

Se recurre a desmitificar el mito y volverlo a componer, es decir, se recurre a


desacralizar lo sagrado y mitificar lo vulgar mediante escepticismos, ironía, imágenes
fantásticas, lenguaje expresivo e ideas “dadaístas” –usar lo que no es propio de un uso
concreto o lo que no sirve- y símbolos conceptuales.

Algunos poetas usan para crear poemas modernos lenguajes cotidianos, pero
evitando estilos preconcebidos –se trata de evitar la dicción poética con el mismo cuidado
que otros ponen en adquirirla- y el éxito es sorprendente porque choca, hace pensar y
revoluciona a los super-entendidos y ortodoxos eruditos de la literatura y la lingüística.

En mi opinión, para ser un buen poeta, no es necesario –aunque convenga y sea


formativo- conocer la historia de la poesía y de sus diversas tendencias, ni tan siquiera las
obras de otros autores, porque la poesía es una abstracción del sentimiento expresado con el
lenguaje, por lo que sólo hace falta conocer los secreto del lenguaje y aplicarle recursos
idiomáticos que vulneren la prosa, la trascienda y la metaforseen en melodía pura, ritmo,
símbolo, idea, espacio, tiempo, dolor, amor, sufrimiento, alegría y cualquier otra pasión
humana revelada, nunca describiéndola sino sugiriéndola o simbolizándola.

Oler algo y tras el sentido del olfato sacar emociones que expresadas con léxico
metafórico, a veces agresivo, a veces refinado, cortante otras, atemperándolo con la ternura,
usando la paradoja, etc, sin hacer referencia a ninguna historia, ni a lo convencional que se
narra o cuenta, sacar con el poema un nuevo perfume que los demás puedan oler.

Para Vicente Aleixandre, hacer poesía es explorar la realidad para descubrir lo


subyacente, por lo tanto, es conocimiento investigador. Vislumbrar ideas a través de los
símbolos que emergen de las cosas y están ahí esperando que alguien los vea, los descubra
y los saque a la luz. Esto es hacer poesía.

Esta forma de entender la poesía nada tiene que ver con la estructura lingüística, con
la medida ni las formas estilísticas clásicas, sino que tiene que ver con la intuición y la
sensación, con la libertad de expresión y el mundo visto desde una cuarta dimensión.

Porque, indudablemente, las cosas no son como son, ni las reconocemos como son,
sino como quisiéramos que fueran. Cada poema es algo diferenciado y diferente, pues
refleja la subjetividad del individuo sobre las cosas, para transformarlo, sin fantasías
irreales, en el conocimiento de su propia vida. Ciertamente nadie escribe poesía para otros –
aunque el que escribe esté abocado y deseoso de ser leído- se escribe para sí mismo. Los
que lo leen se ven o no reflejado en ella y pueden ver o no las cosas, pero el poeta ya las
entiende y las ha visto, entendido y aceptado, aunque sea la duda eterna.
Pedro Salinas también opinaba que la poesía era la esencia de la realidad y, para
ello, él busca en sus poesía “el tiempo”, busca eternamente la esencia de la mujer, con”La
Voz a Ti Debida”, desligando tiempo de espacio, tratando de ser eterno en cualquier lugar y
en un tiempo desaparecido.

Debido a la simbología poética, las metáforas, las imágenes, la poesía nos lleva a un
“hermetismo”, a un algo misterioso de difícil comprensión. Nos lleva a lo oscuro para que
encontremos la luz. Si la poesía pudiera ser el encuentro después del hallazgo,
evidentemente, para descubrir la esencia hay que encontrar el camino, abrirlo e indicarlo en
el mapa poético. Si lo revelado es un misterio, deja de ser de interés y lleva al desánimo y
desesperación del receptor poético. La alucinación que produzca ha de ser coherente y estar
en relación con las cosas que pasan y con las cosas que se sienten –las que se pueden ver y
las que no se pueden ver- porque de otra manera, no reconoceríamos las cosas y diríamos
que el misterio es el propio poema o el poeta, y no podríamos decir que el poema descubre
el misterio: debe ser un jeroglífico o un laberinto con entrada y salida.

Por tanto, ensamblar bien las imágenes con los sonidos y los ritmos nos dará una
comprensión de lo manifestado y, en el peor de los casos, mediante antítesis,
conseguiremos que se descubran los misterios o significados ocultos de la sensibilidad, del
sentir y la emoción que le ha suscitado al poeta algo –sin importarnos que “algo” o que
objeto ha sido el que suscitó la belleza del poema aclarador de lo presentido o posibilidad
de – en la combinación de significados que sinteticen lo esencial, es decir, la simple belleza
de los pétalos de una rosa que externamente es visible y provocadora y que, sin embargo, la
serenidad de la poesía la recrea, la presenta cogida de su tallo, para que la puedan ver los
ciegos, oír los sordos y oler los sin-olfato.

A veces es necesario inventar reglas poéticas para llevar a cabo la tarea que presenta
la poesía y convertir la palabra sustantiva en adjetiva, onomatopeyizar las sensaciones,
eliminar los nexos del lenguaje y crear metáforas que no se parezcan a su homónimo en
nada.

EL LOGRO ESTÉTICO –EL INICIO DE UN POEMA

El logro estético depende de cada una de las palabras que componen el poema y del
contacto entre ellas para formar los versos. Por eso, lo más importante, es saber iniciar el
poema con la palabra adecuada, eligiendo la que mejor exprese la causa y afecto de lo que
queremos conseguir.

Realmente las posibilidades son inmensas:

Si iniciamos con interrogación, estaremos incluyendo de entrada al receptor


interpelado.

Si iniciamos con una comparación, estaremos ampliando la visión de lo que


deseamos señalar y dirigirlo hacia el terreno que queramos.

Si iniciamos con una exclamación, estaremos magnificando la fuerza del poema, ya


que exclamar es expresar algo con vehemencia.

Si iniciamos con una negación, estaremos destacando las carencias, prohibiciones,


desesperaciones que provoquen la curiosidad del lector.

Si iniciamos con una afirmación, estaremos reafirmando lo que se dirá después.

Las reiteraciones se suelen usar para expresar lo angustioso y lo abyecto.

El verso libre se caracteriza por:

Ausencia de rima

No tener regularidad silábica

No estar dentro de moldes estróficos


No tener métrica

Renunciar a toda normativa clásica y reglada

(Tiene irregularidad y ausencia de uniformidad)

Pero no puede renunciar a los artificios poéticos, a las estrategias para la


consecución del ritmo en el poema.

Sólo debe responder a “la necesidad interna del poeta”

El poeta debe darse cuenta de lo que va sintiendo en su interior, intuitiva o


intencionadamente, e ir acompasando la duración silábica, como una armonía, a ese
sentimiento que le guía en su creación. El ritmo depende de las necesidades internas del
poeta.

Lo narrativo en un poema no es propio ni posible, ya que el poema no puede


construir un mundo de referencias reales ni puede configurar un universo de acciones y
sucesos. Sólo se pueden admitir fragmentos de la realidad siempre que estén condensados,
rotando en torno a un punto clave, pero sin recrear una realidad describiéndola, sino
creando la realidad poéticamente con elementos de la narrativa sin que sea un relato, sino
una magia que sugiere, rítmicamente cantada.

EL RITMO.

La verdad es que, muchas veces, criticamos los poemas porque se nos rompe el
ritmo al leerlos y, si tenemos al poeta delante, se lo indicamos y le sugerimos buscar dicho
ritmo, pero nadie es capaz de decir o explicarle al poeta cómo conseguirlo o por qué se
rompe dicho ritmo. Es como si el ritmo adoleciese de explicación y coherencia, de norma.
Es música, pero no se atiene a las reglas de los pentagramas y de la escala musical. Es
mucho más complejo, porque no se realiza con notas musicales, sino con la conjugación y
juego de las palabras, cuyo sonido está dentro de cada fonema, de cada sílaba acentuada o
no, de su inicio y terminación, del tiempo verbal usado, etc. Es intuitivo y como dijimos
antes solo responde a la necesidad interna del poeta. Por eso, a veces, el lector no coge
dicho ritmo o lo ve arrítmico, dado que no ha penetrado en la necesidad del poeta al escribir
y su estado de ánimo. Al igual que la música moderna, donde a veces, las notas parecen
estridentes y descabaladas, así el ritmo en el verso, puede ser alterado – y de hecho se
altera- para conseguir efectos sorpresivos y de impacto emocional. Al no haber reglas
definidas, es dificilísimo concretarlo o matizar una explicación lógica del ritmo. No
obstante diremos normalmente el ritmo se puede conseguir con:

Mezclando versos muy cortos con versos muy largos, de forma que vayan
expresando los estados emocionales del poeta (los cortos indicarán tensión. Los largos
indicaran pausa acompasada y tranquila)

Usando el encabalgamiento de los versos (es decir cortándolos y pasándolos al


siguiente verso)

Haciendo coincidir versos de igual medida a lo largo del poema alternativamente

Movimientos laterales y desviaciones que segmenten los estados anímicos, los


vuelvan a unir y lleven a la melodía de un tan-tan casi ancestral. Sería parecido, por darle
una imagen concreta, al canto de una madre que intenta hacer balbucear a un niño pequeño
que se inicia en el habla.

El ritmo, por tanto, es la armonía que resulta de combinar los componentes del
poema. Para más abundamiento escucharemos en su descripción del ritmo a Maiakovski en
este poema:

Ando y gesticulo –berreo-


Acorto el paso para no entorpecer el bramido
Berreo más deprisa al compás de mis pasos
El ritmo va naciendo atravesando como un rumor
Que saca palabras aisladas.

¿De dónde procede el rumor? No se sabe, pero si observamos que esta repetición
sonora forma el ritmo, es un ruido o un balanceo, es la repetición de cada fenómeno que se
marca mediante el sonido.
Cada vez que el poeta realice un poema debería comprobar su ritmo y, la forma de
hacerlo, es probar diferentes combinaciones del lugar de cada palabra y comparar los
resultados. La mejor combinación será la que tenga mejor sonido.

El ritmo reproduce las reacciones del poeta y no puede improvisarse. Si se cambia


el ritmo deseado, cambia la significación del poema. De ahí lo difícil de conseguir un buen
poema a pesar de que el tema sea muy interesante y las imágenes muy sugestivas...sin ritmo
apropiado, no hay poesía.

La poesía no tiene por objetivo inventar una realidad similar a la que vive el autor-
lector, sino conseguir una emoción nueva sobre un mismo tema o sobre cualquier evento.
No tiene, por tanto, lógica, ni utiliza el raciocinio. Debe buscar la expresión estética con el
ritmo que palpita en el poeta. Es un despliegue lingüístico que se intenta organizar creando
efectos de sentido rítmico aunque pareciera no tener sentido real, porque se trata de
conseguir que un poema signifique algo del sentir interno y nada más.

El poema lo trastoca todo: traspasa las preguntas y las convierte en respuestas, viola
las reglas gramaticales y semánticas, quebranta las palabras y las corta usando espacios en
blanco, dice y oculta lo dicho, siente miedo y valor, abrevia el verso y lo alarga, busca el yo
en una profunda reflexión que se desliza por los versos hasta hallar lo encontrado.

LA ESPACIALIZACIÓN.

A través de la especialización se realiza el ritmo y el sentido del poema.

La especialización refleja gráficamente un ritmo que responde a necesidades


expresivas de los sentimientos, las emociones y los sentimientos, haciéndole ser una
especie de guía.

No existe ningún pensamiento o sentimiento sin representación verbal. La forma de


hacerlo es precisamente su representación. Nada termina en forma sino en idea, por eso la
forma no termina nunca.
Podemos enumerar tres formas de espacialidad:

La línea poética fluyente:

Es un poema que se construye a partir de las proyecciones del significado poético de


un verso sobre otro.

Por ejemplo en estos versos de José Gutiérrez, veremos

“siete caballos sobre siete estelas


En el templo siete
Caballos devorando al oficiante...”

La línea poética fragmentada:

Es un poema que se construye a partir de líneas poéticas rotas (dos partes separadas
en el renglón) separando conceptos antitéticos o complementos directos e indirectos del
verbo.

Ejemplo en Gerardo diego:

Alguna vez ha de ser


La muerte y la vida
Me están
Jugando al ajedrez.

La línea poética diseminada:


Es un poema que se construye a partir de líneas con amplios vacíos irregulares a los
que cada lector accederá libremente.

Esta forma de hacer poesía está basada en la imagen visual que, sin duda, atrapa al
lector, llegándose a utilizar formas insólitas, porque la imagen gráfica puede ser la forma
que adopta el poema o surgir del propio poema con orden arbitrario, tanto de dibujos, como
de fragmentos de palabras o distancias entre ellas. En este tipo de poesía no suele haber
signos de puntuación y las palabras van y vienen, por lo que el poeta ha de tener mucha
habilidad para conseguir el efecto deseado. (También había que tenerlo en la poesía clásica
para rimas y medir al mismo tiempo y conseguir así el efecto)

Con esto se consigue dirigir la mirada del lector hacia el poema.

De aquí nos nace otro concepto de poesía o abundamiento de los mismo, pudiendo
afirmar que la poesía más que ideas son cosas que entran por los sentidos a través de las
imágenes.

Cuando unimos las imágenes visuales con otras imágenes de la nueva expresión del
lenguaje, el poema se enriquece y absorta.

Un gran ejemplo de esto es Giuseppe Ungaretti: que utiliza un espacio interior vacío
para proyectar su idea nuclear “la nada”, con páginas en blanco, con fragmentaciones y
síntesis expresiva y dice:

“Aquí llega el poeta


Y a la luz vuelve luego con sus cantos
Y los dispersa
De este poema
Me queda
Aquella nada
De inagotable secreto”.
¿QUÉ DEBE PRODUCIR LA POESÍA?

La poesía debe producir un encantamiento en el lector y que se consigue


combinando significados y sonidos y, en función de esto, trasmitir un efecto emotivo y un
ritmo.

El sonido de las palabras deben trasmitir el ritmo interior que el poeta ha sentido
como una tonadilla que se repite y es producto de la impresión emocional que recibe dicho
poeta ante el objeto o situación que provoca el poema y le inspira bajo la musa, haciéndole
musitar musarañas.

El poeta juega con la musicalizad de las palabras, de las sílabas y de los fonemas
para conseguir esa tonadilla, explorando su significado potencial. Debe, por tanto, conocer
bien el vocabulario y su semántica real o crear uno inventado.

La repetición de un mismo fonema (letra) conlleva un efecto sonoro rítmico que


crea una geografía melodiosa. No hay que olvidar que la música en Grecia, Egipto y en las
primeras culturas ancestrales, se representaba por grafías o fonemas que representaban los
sonidos largos o cortos según los signos que las acompañaban, como símbolos del sonido.
Después se fue creando un idioma musical que es lo que hoy conocemos por solfeo.

¿QUÉ ES LA POESÍA -TRASMITIDA EN POEMAS- ENTONCES?

Es una forma de conocimiento que no explica nada, sólo insinúa. Desarrolla un


tema que es apercibido desde distintos pareceres.

Se trata de entrar a recuperar los sonidos de la infancia y revalorarlos, descubriendo


su sentido y rescatando el valor del juego como factor clave para escribir.

Es un rastrear por nuestro interior tratando de encontrar el material primigenio de


las resonancias, balbuceos, exclamaciones y palabras con fonemas cambiados. Con todo
este material aprovechar los efectos de los sonidos en la composición de un ritmo poético.
En la infancia el lenguaje es pura cadencia de la que nos enamoramos al escuchar a
un infante y sentimos ternura.

La vía hacía la escritura de un poema es percibir la sonoridad de aquellas


resonancias primogénitas y componer un armazón fónico ineludible para cada poema, cuyo
sentido no es lo que se dice, sino cómo se dice y cuál es su ritmo que nos penetra el tuétano
y nos obliga a emocionarnos, rememorar, hilar y construir un mundo nuevo de sentimientos
e ideas.

Nos lleva al ritmo la acentuación prosódica y la etimológica, repitiéndose en los


versos para que se convierta en canción. El poema es un canto... “a lo que sea”.

La vocación de poeta o la poesía, surge de:

De una conciencia conducida


Por una cadena sonora
Con distintas formas de manifestarse
Según la acentuación de las palabras
Que marcan el ritmo interior del poeta
Y lo expresa mediante grafías idiomáticas
Con sentido o no
Que se diferencia ostensiblemente de la prosa
Y la narrativa
Y va a florando como el agua de una cascada
Hasta que llega a la mar donde culmina el gozo
El sentido y la naturaleza del ser.

El poeta crea esquemas o itinerarios de sonidos (con las palabras), más o menos
intensos y, a partir de ahí, va creando el poema. El modo o significado de las palabras no
tiene mayor importancia, sí el lugar que ocupan para la escala musical, de la cual, nace el
sentido del poema, el sentido poético que te hace vibrar y pareciera rayar con la belleza que
emociona, pero toda la secuencia sonora y del sentir, debe llevar una lógica o traducción al
lenguaje inteligible para que el poema trasmita y evoque.

Pero no se puede escribir un verso sin volcar el alma entera: inteligencia y pasión.
(No sólo en los poemas de tema amoroso que parece más fácil hacerlo, sino también en
cualquier tema por muy abrupto que sea, incluso revolucionario socialmente)

EXISTEN MUCHOS “TRUCOS” PARA ESCRIBIR UN BUEN POEMA Y


MENCIONAREMOS LOS MÁS IMPORTANTES A MI CONTEXTO

La palabra.- Es la materia del poema. El elemento con el que evocamos y


producimos asociaciones, recordamos, revivimos hechos pasados y deseos futuros.
Es el elemento de unión de todo el poema dentro del conjunto de léxico.
Por tanto, la palabra, es el instrumento imprescindible de la poesía y cada palabra
debe ser elegida junto con el lugar que ha de ocupar según nuestros deseos o impulsos más
internos.

El tema depende de la palabra y viceversa, son consustanciales. Su buena relación y


unidad debe parecerse al acto amoroso para encajar y satisfacerse y lograr el gozo tras el
poema.
Como en el amor es un enfrentamiento de interioridades entre el poeta y el mundo.
Del choque debe surgir l tema en forma expresiva.
Un tema puede ser en sí mismo una unidad o ser el símbolo que sugiere la vida de
otro tema.

Como el que hurga en las partes más íntimas, un giro o un rodeo es una búsqueda de
la expresión directa. Cuando se nombra algo por primera vez lo hace suyo y siente
pertenencia sobre la cosa/persona y ya nada es igual antes y después de nombrarlo. Se ha
incorporado un elemento nuevo a nuestra vida que reconocemos y aumenta nuestro entorno
intelectual y/o afectivo.

El léxico.- Seleccionar el léxico puede ser el primer paso para confeccionar un


poema, pero podemos avanzar por un itinerario de palabras que sean el hilo conductor del
poema.
El léxico es el conjunto de palabras, locuciones, modismos y giros de una lengua o
idioma. El léxico que usemos determinará el poema. A mayor léxico o conocimiento de la
lengua, más posibilidades tendremos para expresar nuestras emociones e ideas y, en
definitiva, crear un mejor poema.

La poesía no requiere un lenguaje o léxico especial. El llamado lenguaje poético no


existe, lo que existe es la forma poética. No se excluye ninguna palabra ni ningún giro cuyo
uso dependerá del contexto en el que escribamos.
Lo importante es la situación, dentro del conjunto del poema, de cada palabra y de
cada verso.

El significado belleza no es sinónimo de poesía. Puede existir una cosa bella y no


ser poética al no guardar las características de lo que hablamos, aunque pueda encuadrarse
en el campo del arte plástico o de cualquier otra disciplina que contenga belleza.

No tiene por qué existir palabras excluidas de la poesía, ya que todas tienen un
significado que engloba nuestras más íntimas vivencias. El vocabulario corriente puede
tener significados insospechados para cada persona, convirtiéndose en polos magnéticos
productores del poema si el poeta así lo siente, expresándolo mediante sus palabras clave.

En cada expresión y cada palabra tiene un sentido propio y se inserta de forma única
e inequívoca en el terreno del poema. La misma palabra puede significar distintas
emociones para cada poeta o para cada persona y puede encararse desde distintas
perspectivas. Todas las palabras valen.

Rubén Darío decía: “Las palabras nacen justamente con la idea y coexisten con ella,
pues no podemos darnos cuenta de las unas sin las otras. En el principio está la palabra
como única representación, pero no es más que un signo o una combinación de signos,
después esos signos lo van conteniendo todo por su actitud demiúrgica”

La palabra clave.- Es una palabra simbólica de lo que no se puede expresar


directamente y que gracias a su poder, casi mágico de su simbología, consigue potenciar el
poema –hacerle posible- y sobre la que el poeta insiste y vuelve y revuelve.
La palabra clave desencadena una catarata de ideas y con ella se motiva la
elaboración de un poema esencial.

Esta palabra sirve de nexo a todo el poema.

Alain Bosquet identifica el acto de escribir poemas con hacer la vida y dice: “...es
una necesidad lejana de la metafísica que califico de corporal. Los sentidos, y la ilusión de
liberarme de mi piel, participan de esto. Los alimento con imágenes y conceptos, con ideas
trasmisibles que me parecen enigmas por nacer de la voluntad de combatir la voluntad, con
el placer de invertirse con el poder exterior a sí mismo...”

Es decir, tratamos de reconocernos a nosotros mismos y el sentido de la vida propia


en un acto profundo de introspección mediante la poesía.

Las palabras claves son las que provocan placer, las que esconden nuestros íntimos
secretos, las que contienen el mundo para mí.

Las frases que escuchamos al pasar, los letreros públicos, lo que se dice, lo que se
hace, lo que se lee...sólo basta respetar el lenguaje cotidiano y configurarle un ritmo interior
apropiado en el que todo parezca una enumeración desordenada aparentemente con
palabras clave.

Todo ser humano cuenta con una o más palabras clave que concentran y sintetizan
su historia, moviliza sus emociones, su sensación, sus recuerdos, sus sueños, sus miedos,
sus deseos. Buscar dentro de nosotros esas palabras es el objetivo de la poesía, recuperarlas
y manifestarlas a la conquista de un poema.

El poema será el resultado de un conjunto de palabras que parten de una que


llamamos “clave”, a modo de llave que abre nuestro interior, sometidas a una distribución
especial y a un ritmo, en donde se encuentre una lucha perpetua e incitadora entre el
escritor y el lector.

La palabra clave, por tanto, surge de la nada –a nivel subconsciente- y de cuyo


significado, más allá del mismo, surge el poema. A veces elegimos o buscamos la palabra
clave y otras veces es ella quién nos elige a nosotros para poetizar.
La palabra inicial y la palabra final de cada verso, deben estar relacionados desde lo
concreto a lo abstracto o viceversa relacionados con el hilo conductor de la palabra clave.

La mayor parte de la veces nos viene dada por la captación sensible de lo que habita
en la emoción y se dice que nos la da la “musa” o la “inspiración” y puede ser casi cierto,
aunque es más cierto que naciendo de una impresión recibida surge cuando nos sentamos
en el silencio a trabajar ante un papel que empezamos a rasgar con una pluma garabateando
palabras en busca de la palabra clave que nos lleva al poema.

Sólo cuando se siente la necesidad imperiosa de arrojar el contenido de nuestro ser


para poder llenarlo nuevamente, es cuando este fenómeno puede suceder. Convertirlo en
poesía, es cosa de poetas.

El Tema.- El tema puede sugerirnos las palabras o las palabras pueden sugerirnos el
tema.

A medida que el poeta va escribiendo surgen la palabra o conjunto de ellas que van
construyendo el poema. La atmósfera concreta que queramos crear depende del léxico
empleado y la elección de dichas palabras, sobre todo, de la palabra clave.

El poema emotivo deberá apelar a palabras que indiquen emotividad, procurando


que sean sustantivos y no los adjetivos los que prevalezcan. El poema sensorial apelará al
léxico referido a los sentidos y el erótico al eros. Sin embargo, cualquiera de estas
manifestaciones anímicas pueden desencadenarse sin palabras o léxicos concretos que
apelen directamente al objeto concreto, simplemente evocándolos o construyendo un
mundo léxico con palabras, casi inaceptables en el contexto, que provoquen en el lector la
sensación “de” y que antes hayan sido provocadoras en el autor.

Filtra el azul
Amasa y harina el poema
Con la magia de la palabra
Fundamento de la raíz, el tallo y la flor
Vida que se amanceba palatina
En un mundo de lujosas contradicciones. (Luis Vargas)

El poema se puede concebir como un manifiesto que va, desde la palabra, al


sentimiento y a la idea, sin interferencia alguna.

El punto de partida puede ser muy diverso: el individuo –hacia dentro o hacia fuera-
, la sociedad, la tierra natal, la familia, los amigos, el choque amoroso, el erotismo, la
muerte, la vida, y la propia poesía en sí misma.

Hay un poema de Carlos Drumón que a mí me provoca todo esto:

No rimaré la palabra sueño


Con la inoportuna palabra otoño.
Rimaré con la palabra carne
O cualquier otra: todas me convienen.

Las palabras no nacen amarradas,


Ellas saltan, se besan, se disuelven;
En el cielo libre a veces un boceto
Son puras, largas, auténticas eternas.

Una piedra en medio del camino


A penas un rastro, no importa.
Estos poetas son míos. Con todo orgullo,
Con toda precisión se incorporaron
A mi fatal lado izquierdo. Hurto a Venicios
Su más límpida alegría. Bebo de Marilo
Que Neruda me otorgue su corbata
Flamante. Me pierdo en Apollinaire. Adiós Maiakovski.
Todos son hermanos míos, no son periódicos
Ni se deslizan en lanchas entre camelias;
Son la vida que arriesgué.

El tema que puede ser muy concreto o muy abstracto, en poesía, debe ser siempre
sugerente e incitador, estimulante, desarrollando perspectivas particulares.

La manera de abordar el tema hace brotar con mayor o menor fuerza los estímulos
del lector (y es dependiente de cada lector, de su metafísica, experiencias personales y
modos de entender los significados de la conducta humana y de su esencia)

Según como se viva el tema el poeta lo tratará en línea filosófica y metafórica triste
a alegre, nostálgico o de futuro, con humor, con escepticismo, con esperanza, con amor,
con rebeldía social, con romanticismo o hiperrealistamente.

Pero lo que no cabe duda es que el poeta es un filósofo que busca en sus temas una
verdad determinada. Manifiesta una pregunta siempre, duda y trata de responderse o de que
le respondan. Busca claridad desde lo oscuro o penetra en la oscuridad desde la claridad,
busca el orden desde el caos, el origen y el fin de los hechos más insignificantes y de los
fundamentales y generales de la esencia humana.

De esta forma, el tema, puede no plantearlo el poeta, sino el lector, como resultado
del proceso mismo de la escritura que lo compone.

El poema es, por tanto, un ámbito cerrado y completo, cargado de significado que
nos remite a un tema o a varios. Y en esta diversidad estará la dependencia de la
comunicación del yo/yo, yo/tú, yo/nosotros, vosotros/yo.

Paul Valery dijo “el poema se hace con palabras con ideas” y esta concepción es
sorprendente, porque así es que, al poner palabras, hay ideas, hay cosas y hay emociones.
Finalmente diremos que la experiencia de la poesía es lo contrario a la poesía de la
experiencia. Hay emociones que no lo son del todo hasta no recibir la fuerza lírica de la
palabra exacta.

La palabra, como la música, resucita las realidades, las valora, las exalta,
elevándolas a una dimensión distinta a los vocablos de “todos”, sacándola del sueño del
inexacto y del concepto que dormía porque el lenguaje usual no actúa como barrena
rescatadita y la poesía sí.

El mensaje en la poesía no está en el significado habitual de las palabras, sino en el


modo en que las distribuimos en el poema. La poesía no es el artilugio que pone la bomba
en funcionamiento, ni el detonante, sino la explosión misma y sus consecuencias.

EL POETA Y LA REALIDAD.-

La realidad es la forma que adopta lo objetivo y que no puede ser de otra manera.
Lo abstracto es la realidad modificada por el subjetivismo y su concreción es difusa y
confusa. Las matemáticas y la geometría pueden ser objetivas al igual que los paradigmas
demostrados de la ciencia, pero casi todas las demás cosas se nos muestran subjetivamente
aunque tengan apariencia de objetividad, puesto que lo objetivo lleva implícita la cualidad
de lo subjetivo.

¿Qué puede hacer el poeta frente a este fenómeno metafísico? Como todo ser
mortal, aceptar lo que convencionalmente es real o rebelarse contra ello, sabiendo que la
experiencia trasciende siempre lo subjetivo.

La actitud del poeta, como la poesía, es indefinible, tampoco se puede definir ni


etiquetar al poema y nadie puede enseñar a otro el “arte poético”, sólo mostrarle su
experiencia poética, las formas que usa para escribir y cómo y cuándo las usa consciente o
inconscientemente, pero nunca puede explicar, más que con sus poemas, qué es la poesía,
pues esta está sumergida y subyace en el sustrato de la vida y sus manifestaciones.

Pero sí podemos mencionar algunos puntos clave que comparten los poetas:
La subjetividad y el poema como producto del mundo privado de cada poeta.
La incorporación de todo lo existente en el poema.
La forma o modo en que encara y trasforma la aparente realidad –objetiva o
subjetiva- para recrearla.

Rilke decía: que la poesía el poema “no son sentimientos sino experiencias”

De la experiencia, más o menos rica de la personalidad, debe nacer el recuerdo


olvidado y de ahí la palabra poética, con la cual se inicia el verso.

El poeta sufre de tanto sentir las cosas, de vivirlas y no poder cerrar los ojos ante
fantasmas, deseos e ilusiones, y lucha entonces para que cada uno encuentre su lugar.

El poeta revisa y analiza la realidad para aprobarla, la interroga, la acepta o la


destruye.

Pero fundamentalmente, el poeta, trata de librarse de la vida terrena o social de la


que está desilusionado y opta por sublimarla o distorsionarla hasta fundirla con otra materia
y otra forma, construyendo un mundo nuevo para sí.

A la realidad suele pedirle ambiciosamente las cosas imposibles de alcanzar en su


vida y la toma, verso a verso, las hace suyas como es el amor perfecto, la hermosura, la
gloria, la virtud, etc.

El poeta y la poesía es siempre un ente social, porque en general, trata de sacar el


mayor partido de la palabra como arma certera y convincente para dominar lo que no le
gusta, lo que le gusta, lo que hiere su conciencia y lo que su conciencia aprueba, junto a los
ritmos sociales.

Toda la poesía tiene la finalidad de explicar y trasformar el mundo, recrear y revelar


lo inabordable. El poeta es el que tiene que preocuparse de ver “aquello que uno no puede
dejar de ver: la conciencia del mundo”

Camila Ruiz Franco


(Aura Deví)
Nota: (Este estudio reflexivo ha sido sacado con mi poca experiencia y de otros que
escribieron y escriben poesía y sobre la poesía)

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