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Grado: 8°a
Un poco más allá de la poesía
Los intentos para escribir poesía han sido muy variado a lo largo de los tiempos,
teniendo en cuenta la evolución y significado de la misma, desde Homero y Herodoto hasta
nuestros días, las diversas corrientes y estados por los que ha pasado y seguirá pasando,
debido a los cambios culturales por las que atravesará, el lenguaje y la expresión, se puede
concluir que, la poesía y su ser, son indefinibles, no así, el poema que la manifiesta
literalmente.
¿Qué es la poesía?
Sentimientos; la estética o la belleza por medio de la palabra, de forma que, otro (el
lector), se transporte a un mundo sensitivo diferente y que, además signifique un bien
intangible (espiritual) imprescindible para la vida.
Si te fijaras un poco mejor, te darías cuenta de que pocos han explicado que es la
poesía, sino como es o para qué es. Y es lógico, la palabra “poesía” es un concepto, como
ya he dicho, abstracto, que lo tomamos como algo concreto. Es decir, analizamos siempre
las cosas por sus efectos, y no la cosa en sí, porque eso es muy difícil, y a veces, imposible.
Cuando hablamos de “bondad”, por ejemplo, nos referimos a lo particular que se manifiesta
en los actos que parecen buenos, a lo bondadoso, pero no nos referimos a la cualidad en sí y
su esencia u origen. Lo mismo pasa con el concepto de poesía.
Por lo tanto, lo que se define siempre son las cualidades que puede tener o tiene la
poesía. Hacemos definición por los rasgos que atribuimos a algo, o por su forma de estar o
de manifestarse.
En resume, desde mi punto de vista, la poesía es “todo lo que es y está por ser” y
sus manifestaciones naturales en lo creado. LA POESIA ES SIMPLEMENTE CREACION
y así lo llamaron los griegos poises=creación.
Será por tanto, la esencia del conjunto poético que se manifiesta, engloban y
recogen, en todos los poemas escritos y manifestados por los que creen ser poetas o tener
tendencia hacia la expresión poética, aunque cada poeta es una unidad cerrada, inequívoca,
que engloba toda la poesía en sí, “una totalidad viviente hecha de elementos
irremplazables” dice O. Paz.
El poema (lo poético), por lo tanto, es un lenguaje. Pero, ¿Qué clase de lenguaje?
Esta teoría – que a veces parece más una denuncia – tiene, a primera vista, un aire
bastante convincente: el lenguaje poético no parece describir la realidad, sino alguna otra
cosa, acaso “otra realidad”. La realidad que nace y subyace en la emoción, en los
sentimientos, en los sentimientos, en los deseos y en los deseos de todo ser humano y que
es inenarrable con el verbo común.
Si examináramos por ejemplo algún verso de algún poema sin saber quién lo
escribió, podríamos concluir con el filósofo José Ferrater Mora: en el verso, “una ausencia
de espejo ha devorado mis ojos…” ¿Qué quiere decir el poeta traducido el verso a un
lenguaje informativo? Verdaderamente algo bastante raro. Para empezar, “ha devorado mis
ojos” es un poco alarmante; ¿En qué consiste y cómo se devoran los ojos, a menos que sea
(cosa que el poeta no quiere decir) “de verdad”? Lo más probable es que sea un modo de
decir que los ojos han quedado como ciegos. Pero esto es aun tolerable. ¿Qué ocurre con la
“ausencia de espejo”? en primer lugar, ¿Qué significa hablar, como si fuese una presencia,
de una ausencia? Algunos filósofos han disertado en naufragar sobre presencias y
ausencias, pero, una vez traducidas, o interpretadas, sus digresiones, e inclusive, sus juegos
de palabras, se ha concluido que no eran más extravagantes que cualquieras en
proporciones modales, donde la ausencia puede ser entendida en términos de posibilidad.
Puede que el poeta no esté lejos de entender las cosas, o la ausencia de ellas, de este modo,
en cuanto al poeta, en convertirlo en un especialista en lógicas modales.
En segundo término, y sobre todo, ¿Cómo concebir que una ausencia de espejo
pueda devorar los ojos de nadie, incluyendo los muy reales del poeta?
¿Qué dice el poeta? De hecho, no dice nada (una vez más) nada de forma referencial
o indicativo, sin embargo, sugiere imágenes emotivas. Parece, pues que la división de los
lenguajes en científicos (en general) y en poéticos (en general) es inevitable. O el escritor
aspira a decir algo, en cuyo caso no será poético, o le tiene sin cuidado decir nada, en cuyo
caso, su lenguaje no será indicativo, o si se quiere hipotético-declarativo, en todo caso
referencial o científico.
La distinción no está por lo que el lenguaje es, sino por lo que "tiende a ser"."
(Resumen de artículo o reflexiones sobre el lenguaje poético por José Ferrater Mora,
publicado en Internet)
DEFINICIONES DE LA POESÍA.-
Cesar Vallejo, decía: “Un poema es una entidad vital mucho más organizada que un
ser orgánico en la naturaleza. Si a un poema se le mutila un verso, una palabra, una letra, un
signo ortográfico, muere.”
Juan Ramón Jiménez afirmaba “que la poesía es el encuentro después del hallazgo”
Leopold Sedar Sénghor (poeta senegalés) “la poesía es el ritmo en la palabra que
tiene por objeto expresar la densidad de un misterio en el primer momento inefable. Es una
forma de economía y de sustitución de pudor que traduce mejor la rica profundidad de la
emoción-idea, como cuando se dice menos para decir más”
Boris Pasternack también dice: “la poesía es la musicalidad de las cosas que
discurre a ondas para recrear con la palabra imágenes visuales”
Y casi todos los poetas y estudiosos del lenguaje le han dado alguna explicación
más o menos coherente, tratando de explicar lo que en su esencia es inexplicable –valgan
estos ejemplos expuestos aquí y entresacados de muchas lecturas- pero desde mi punto de
vista el que mejor define qué es la poesía es:
Octavio Paz en su obra “La casa de la presencia” dice: “la poesía es conocimiento,
salvación, poder y abandono. Operación capaz de cambiar al mundo, la actividad poética es
revolucionaria por naturaleza; ejercicio espiritual, es un método de liberación interior. La
poesía revela este mundo; crea otro. Pan de los elegidos; alimento maldito. Aísla; une.
Invitación al viaje; regreso a la tierra natal. Inspiración, respiración, ejercicio muscular.
Plegaria al vacío, dialogo con la ausencia: el tedio, la angustia y la desesperación la
alimentan. Oración, letanía, Epifanía, presencia. Exorcismo, conjuro, magia. Sublimación,
compensación, condensación del inconsciente. Expresión histórica de razas, naciones,
clases. Niega a la historia: en su seno se resuelven todos los conflictos objetivos y el
hombre adquiere al fin conciencia de ser algo más que tránsito. Experiencia, sentimiento,
emoción, intuición, pensamiento no-dirigido. Hija de azar; fruto del cálculo.
Arte de hablar en una forma superior; lenguaje primitivo. Obediencia a las reglas;
creación de otras. Imitación de los antiguos, copia de lo real, copia de una copia de la Idea.
Locura, éxtasis, logos. Regreso a la infancia, coito, nostalgia del paraíso, del infierno, del
limbo. Juego, trabajo, actividad ascética. Confesión. Experiencia innata. Visión, música,
símbolo. Analogía: el poema es un caracol en donde resuena la música del mundo y metros
y rimas no son sino correspondencias, ecos, de la armonía universal. Enseñanza moral,
ejemplo, revelación, danza, dialogo, monólogo. Voz del pueblo, lengua de los escogidos,
palabras del solitario. Pura e impura, sagrada y maldita, popular y minoritaria, colectiva y
personal, desnuda y vestida, hablada, pintada, escrita, ostenta todos los rostros pero hay
quien afirma que no posee ninguno: el poema es una careta que oculta el vacío, ¡prueba
hermosa de la superflua grandeza de toda obra humana!”
“Creo que la poesía es algo íntimo, algo tan esencial, que no puede ser definido sin
diluirse, sería como tratar de definir el color amarillo, el amor o la caída de las hojas en el
otoño. Yo no sé cómo podemos definir las cosas esenciales. Se me ocurre que la única
definición posible sería la de Platón, precisamente porque no es una definición, sino porque
es un hecho poético. Cuando Platón se refiere a la poesía dice: "Esa cosa liviana, alada y
sagrada". Eso, creo, puede definir en cierta forma a la poesía, ya que no la define de un
modo rígido, sino que ofrece a la imaginación esa imagen de un ángel o de un pájaro.
Yo creo que la poesía no es un poema. Porque qué es un poema: es tal vez sólo una
serie de símbolos. La poesía es el hecho estético que se produjo en el ser de la naturaleza y
que se revela cuando el poeta lo escribió, cuando el lector lo lee, y siempre se produce de
un modo ligeramente distinto.
CONCEPTO DE POESÍA DE GONZALO ROJAS
Desconstrucción de todo sujeto, con las consecuencias que eso implica para la
desconstrucción sintagmático;
Desconstrucción de la metáfora, con las consecuencias que ello implica para la
destrucción paradigmática;
Recurrencia a los modos escriturales del habla (oralidad u oralismo, como se suele
decir):
Búsqueda de la multiplicidad de sentidos. Que va más allá de las sugerencias del
símbolo o la ambigüedad que privilegiaba el superrealismo.
Tendencia al palimpsesto, es decir, a presentar un significado político/histórico/etc.
escondido, es decir, a decir sin decir.
Iluminación de las fronteras del texto, lo cual enriquece el papel semántica de lo
que es casi su parte integrante: el título, hasta aquello que se suele ver como exterior
(dedicatorias, fechas, notas, comentarios al margen, epígrafes, indicaciones de origen, etc.).
Tendencia a valorar, como diría Carlos Bousoflo, los "planos reales" por encima de
los "evocados", es decir, tendencia a no buscar el valor de las imágenes en espacios o
sustancias que las trasciendan (a esto se le ha llamado "objetivisrno" u "objetalismo", y
hasta "neo-objetivismo"
Prosaísmo (en su primer aspecto, derivado de "prosa"), es decir, tendencia a
prescindir de los marcos de presentación y expresión musical asociados tradicionalmente al
verso o a revalorar las estructuras narrativas.
Prosaísmo (en su segundo aspecto, derivado de "prosaico"), es decir, tendencia que,
más allá de querer escandalizar al lector como ocurría en la primera vanguardia o de
sugerirle elementos demoníacos o carnavalescos como ocurría en el modernismo, desea
rescatar toda la realidad sin plantearse problemas de legitimidad moral o estética.
Apertura de los diálogos intertextuales a todos los textos, sin plantearse problemas
de legitimidad ni hacer reparto de valores, valores con los cuales antes se contaba para el
proceso de significación y que habían sido parte esencial de la llamada antipoesía.
La poesía puede o no puede contar cosas, pero nunca transmite información al modo
de la novela o la prosa poética. No es narradora de hechos, sino de emociones. Por ello se
trabaja con imágenes que generen exaltación o emociones que susciten sensaciones de todo
tipo, desde el placer al dolor.
La poesía es un metalenguaje donde lo que destaca es cómo están dichas las cosas,
al margen del tema tratado que, muchas veces o la mayoría de ellas, no es lo importante.
El yo dialoga con el tú que ocupa el lugar del mundo objetivo, existiendo una íntima
correspondencia entre el yo y su desdoblamiento en el tú.
¿QUÉ ES POR TANTO EL POEMA?
Rimbeau afirmó que “el poeta es el poema” ya que la poesía es la visión instantánea
que nos hace descubrir lo desconocido, no en una lejana tierra incógnita, sino que se realiza
en el corazón mismo de lo inmediato del ser. “El poeta trabaja para volverse vidente”
Un poema es una estructura emocional “pensada sin pensar” que forma una unidad
única, cuyo fundamente sólo lo conoce el poeta, si es que es consciente de parte o del todo
de dicho poema, porque normalmente, una sola palabra es elicitadora de un tema poético, a
veces, más que por su significado objetivo, por el subjetivo que le sugirió al poeta, que le
lleva a explicar lo inexplicable.
Juan Ramón Jiménez dijo. “no soy un literato, soy un poeta que realiza el sueño de
su vida a través de convertir la palabra y su significado en lo único que importa: la belleza”
De aquí que el poema sugiera más que describa o cuente. Dice sin decir, de forma
hermética y completa, sin que esto quiera decir que tenga que rozar con el esoterismo de
Hermes, ni mucho menos, sino que debe ser una unidad comunicativa indestructible,
inatacable e inalterable a modo de esfera que encierra todo en sí misma. No es una parte de
un todo, sino que es el todo unificado, aún sin llegar a ser la unicidad que sólo ha de existir
en la cualidad del Ser Supremo. Tampoco esto quiere afirmar el oscurantismo que mucha
poesía encierra en sus palabras que no llegan a comunicar por incomprensibles o no ocupar
el justo lugar en el verso o en el poema, pues un poema no necesita de la erudición, del
tecnicismo semántico o de las imágenes rimbombantes para que sea bueno. Se puede
escribir un poema responsable y puro con palabras sencillas de léxico corriente o vulgar,
incluso con palabras inventadas. Cómo hemos dicho, el poema depende del ritmo que
producen los acentos, las pausas y la espacialidad de las palabras en el contexto poético.
Pero aún podemos ir más allá y manifestar que, cada palabra, cada verso o línea,
cada estrofa, es una unidad independiente dentro del poema, porque en cada una de esas
partes hay un fragmento del sentimiento o de la emoción que embargó al poeta mientras
creaba. El poema es el todo, o la conciencia del conocimiento completo.
Cada verso y estrofa es una síntesis del pensamiento suscitado por los sentimientos
que se elaboraron mediante procesos complejos a través de los sentidos que aprehenden las
cosas y las situaciones, convirtiéndolos en “sentires” o “sensibilidades”, por lo que el motor
del pensamiento es siempre el sentimiento y, el sentimiento, la causa del poema.
Las formas de la poesía.-
Cesar Vallejo nunca se sujetó a reglas y decía que para poetizar “había que
redistribuir la lengua común” y así utilizó sustantivos por adjetivos e inventó onomatopeyas
eliminando los nexos entre palabras o versos y también utilizaba palabras que no figuraban
en el diccionario o las inventaba.
Cada poeta inventa su propio movimiento, eligiendo las palabras que le son afines,
configurando con ellas un dibujo singular.
Cuando no te dejas ser lo que eres, enfermas, pues de la misma manera, cuando te
mutilan tu forma de expresión poética dejas de ser tú.
En definitiva, nos da una sugerente definición de cómo hacer poesía y para qué
sirve.
Cada poeta debe conseguir su propio ritmo por la emoción vivida, pero para
conseguir ese ritmo hay que tener fluidez y alguna regla rítmica que no se pueden eludir en
el poema. Es necesario, por tanto, conseguirlo a través de:
Repetición de palabras
Versos que comiencen por el final del anterior
Versos cortos junto a otros largos
Tener ausencia de uniformidad
Hacer encabalgamientos (invadir el verso siguiente si lo que desea expresar es muy
largo)
Buscar la espacialidad de las palabras en cada verso (el sitio justo que le
corresponden o quiere el poeta que le correspondan).
Cada poeta decía (Gustave Kahn) experimenta su emoción en forma de olas, con
una distinta inspiración y amplitud.
Navarro Tomás, define el verso libre diciendo que “el único elemento tradicional
indispensable es el ritmo. Pero no es el ritmo acentual silábico, sino el ritmo propio,
espontáneo y adecuado que se produce por la emoción íntima del poeta”
Añadía que el poeta debe alejarse para hacer poesía del lenguaje hablado, incluso
crear nuevas palabras que los demás entiendan y signifiquen:
Algunos poetas usan para crear poemas modernos lenguajes cotidianos, pero
evitando estilos preconcebidos –se trata de evitar la dicción poética con el mismo cuidado
que otros ponen en adquirirla- y el éxito es sorprendente porque choca, hace pensar y
revoluciona a los super-entendidos y ortodoxos eruditos de la literatura y la lingüística.
Oler algo y tras el sentido del olfato sacar emociones que expresadas con léxico
metafórico, a veces agresivo, a veces refinado, cortante otras, atemperándolo con la ternura,
usando la paradoja, etc, sin hacer referencia a ninguna historia, ni a lo convencional que se
narra o cuenta, sacar con el poema un nuevo perfume que los demás puedan oler.
Esta forma de entender la poesía nada tiene que ver con la estructura lingüística, con
la medida ni las formas estilísticas clásicas, sino que tiene que ver con la intuición y la
sensación, con la libertad de expresión y el mundo visto desde una cuarta dimensión.
Porque, indudablemente, las cosas no son como son, ni las reconocemos como son,
sino como quisiéramos que fueran. Cada poema es algo diferenciado y diferente, pues
refleja la subjetividad del individuo sobre las cosas, para transformarlo, sin fantasías
irreales, en el conocimiento de su propia vida. Ciertamente nadie escribe poesía para otros –
aunque el que escribe esté abocado y deseoso de ser leído- se escribe para sí mismo. Los
que lo leen se ven o no reflejado en ella y pueden ver o no las cosas, pero el poeta ya las
entiende y las ha visto, entendido y aceptado, aunque sea la duda eterna.
Pedro Salinas también opinaba que la poesía era la esencia de la realidad y, para
ello, él busca en sus poesía “el tiempo”, busca eternamente la esencia de la mujer, con”La
Voz a Ti Debida”, desligando tiempo de espacio, tratando de ser eterno en cualquier lugar y
en un tiempo desaparecido.
Debido a la simbología poética, las metáforas, las imágenes, la poesía nos lleva a un
“hermetismo”, a un algo misterioso de difícil comprensión. Nos lleva a lo oscuro para que
encontremos la luz. Si la poesía pudiera ser el encuentro después del hallazgo,
evidentemente, para descubrir la esencia hay que encontrar el camino, abrirlo e indicarlo en
el mapa poético. Si lo revelado es un misterio, deja de ser de interés y lleva al desánimo y
desesperación del receptor poético. La alucinación que produzca ha de ser coherente y estar
en relación con las cosas que pasan y con las cosas que se sienten –las que se pueden ver y
las que no se pueden ver- porque de otra manera, no reconoceríamos las cosas y diríamos
que el misterio es el propio poema o el poeta, y no podríamos decir que el poema descubre
el misterio: debe ser un jeroglífico o un laberinto con entrada y salida.
Por tanto, ensamblar bien las imágenes con los sonidos y los ritmos nos dará una
comprensión de lo manifestado y, en el peor de los casos, mediante antítesis,
conseguiremos que se descubran los misterios o significados ocultos de la sensibilidad, del
sentir y la emoción que le ha suscitado al poeta algo –sin importarnos que “algo” o que
objeto ha sido el que suscitó la belleza del poema aclarador de lo presentido o posibilidad
de – en la combinación de significados que sinteticen lo esencial, es decir, la simple belleza
de los pétalos de una rosa que externamente es visible y provocadora y que, sin embargo, la
serenidad de la poesía la recrea, la presenta cogida de su tallo, para que la puedan ver los
ciegos, oír los sordos y oler los sin-olfato.
A veces es necesario inventar reglas poéticas para llevar a cabo la tarea que presenta
la poesía y convertir la palabra sustantiva en adjetiva, onomatopeyizar las sensaciones,
eliminar los nexos del lenguaje y crear metáforas que no se parezcan a su homónimo en
nada.
El logro estético depende de cada una de las palabras que componen el poema y del
contacto entre ellas para formar los versos. Por eso, lo más importante, es saber iniciar el
poema con la palabra adecuada, eligiendo la que mejor exprese la causa y afecto de lo que
queremos conseguir.
Ausencia de rima
EL RITMO.
La verdad es que, muchas veces, criticamos los poemas porque se nos rompe el
ritmo al leerlos y, si tenemos al poeta delante, se lo indicamos y le sugerimos buscar dicho
ritmo, pero nadie es capaz de decir o explicarle al poeta cómo conseguirlo o por qué se
rompe dicho ritmo. Es como si el ritmo adoleciese de explicación y coherencia, de norma.
Es música, pero no se atiene a las reglas de los pentagramas y de la escala musical. Es
mucho más complejo, porque no se realiza con notas musicales, sino con la conjugación y
juego de las palabras, cuyo sonido está dentro de cada fonema, de cada sílaba acentuada o
no, de su inicio y terminación, del tiempo verbal usado, etc. Es intuitivo y como dijimos
antes solo responde a la necesidad interna del poeta. Por eso, a veces, el lector no coge
dicho ritmo o lo ve arrítmico, dado que no ha penetrado en la necesidad del poeta al escribir
y su estado de ánimo. Al igual que la música moderna, donde a veces, las notas parecen
estridentes y descabaladas, así el ritmo en el verso, puede ser alterado – y de hecho se
altera- para conseguir efectos sorpresivos y de impacto emocional. Al no haber reglas
definidas, es dificilísimo concretarlo o matizar una explicación lógica del ritmo. No
obstante diremos normalmente el ritmo se puede conseguir con:
Mezclando versos muy cortos con versos muy largos, de forma que vayan
expresando los estados emocionales del poeta (los cortos indicarán tensión. Los largos
indicaran pausa acompasada y tranquila)
El ritmo, por tanto, es la armonía que resulta de combinar los componentes del
poema. Para más abundamiento escucharemos en su descripción del ritmo a Maiakovski en
este poema:
¿De dónde procede el rumor? No se sabe, pero si observamos que esta repetición
sonora forma el ritmo, es un ruido o un balanceo, es la repetición de cada fenómeno que se
marca mediante el sonido.
Cada vez que el poeta realice un poema debería comprobar su ritmo y, la forma de
hacerlo, es probar diferentes combinaciones del lugar de cada palabra y comparar los
resultados. La mejor combinación será la que tenga mejor sonido.
La poesía no tiene por objetivo inventar una realidad similar a la que vive el autor-
lector, sino conseguir una emoción nueva sobre un mismo tema o sobre cualquier evento.
No tiene, por tanto, lógica, ni utiliza el raciocinio. Debe buscar la expresión estética con el
ritmo que palpita en el poeta. Es un despliegue lingüístico que se intenta organizar creando
efectos de sentido rítmico aunque pareciera no tener sentido real, porque se trata de
conseguir que un poema signifique algo del sentir interno y nada más.
El poema lo trastoca todo: traspasa las preguntas y las convierte en respuestas, viola
las reglas gramaticales y semánticas, quebranta las palabras y las corta usando espacios en
blanco, dice y oculta lo dicho, siente miedo y valor, abrevia el verso y lo alarga, busca el yo
en una profunda reflexión que se desliza por los versos hasta hallar lo encontrado.
LA ESPACIALIZACIÓN.
Es un poema que se construye a partir de líneas poéticas rotas (dos partes separadas
en el renglón) separando conceptos antitéticos o complementos directos e indirectos del
verbo.
Esta forma de hacer poesía está basada en la imagen visual que, sin duda, atrapa al
lector, llegándose a utilizar formas insólitas, porque la imagen gráfica puede ser la forma
que adopta el poema o surgir del propio poema con orden arbitrario, tanto de dibujos, como
de fragmentos de palabras o distancias entre ellas. En este tipo de poesía no suele haber
signos de puntuación y las palabras van y vienen, por lo que el poeta ha de tener mucha
habilidad para conseguir el efecto deseado. (También había que tenerlo en la poesía clásica
para rimas y medir al mismo tiempo y conseguir así el efecto)
De aquí nos nace otro concepto de poesía o abundamiento de los mismo, pudiendo
afirmar que la poesía más que ideas son cosas que entran por los sentidos a través de las
imágenes.
Cuando unimos las imágenes visuales con otras imágenes de la nueva expresión del
lenguaje, el poema se enriquece y absorta.
Un gran ejemplo de esto es Giuseppe Ungaretti: que utiliza un espacio interior vacío
para proyectar su idea nuclear “la nada”, con páginas en blanco, con fragmentaciones y
síntesis expresiva y dice:
El sonido de las palabras deben trasmitir el ritmo interior que el poeta ha sentido
como una tonadilla que se repite y es producto de la impresión emocional que recibe dicho
poeta ante el objeto o situación que provoca el poema y le inspira bajo la musa, haciéndole
musitar musarañas.
El poeta juega con la musicalizad de las palabras, de las sílabas y de los fonemas
para conseguir esa tonadilla, explorando su significado potencial. Debe, por tanto, conocer
bien el vocabulario y su semántica real o crear uno inventado.
El poeta crea esquemas o itinerarios de sonidos (con las palabras), más o menos
intensos y, a partir de ahí, va creando el poema. El modo o significado de las palabras no
tiene mayor importancia, sí el lugar que ocupan para la escala musical, de la cual, nace el
sentido del poema, el sentido poético que te hace vibrar y pareciera rayar con la belleza que
emociona, pero toda la secuencia sonora y del sentir, debe llevar una lógica o traducción al
lenguaje inteligible para que el poema trasmita y evoque.
Pero no se puede escribir un verso sin volcar el alma entera: inteligencia y pasión.
(No sólo en los poemas de tema amoroso que parece más fácil hacerlo, sino también en
cualquier tema por muy abrupto que sea, incluso revolucionario socialmente)
Como el que hurga en las partes más íntimas, un giro o un rodeo es una búsqueda de
la expresión directa. Cuando se nombra algo por primera vez lo hace suyo y siente
pertenencia sobre la cosa/persona y ya nada es igual antes y después de nombrarlo. Se ha
incorporado un elemento nuevo a nuestra vida que reconocemos y aumenta nuestro entorno
intelectual y/o afectivo.
No tiene por qué existir palabras excluidas de la poesía, ya que todas tienen un
significado que engloba nuestras más íntimas vivencias. El vocabulario corriente puede
tener significados insospechados para cada persona, convirtiéndose en polos magnéticos
productores del poema si el poeta así lo siente, expresándolo mediante sus palabras clave.
En cada expresión y cada palabra tiene un sentido propio y se inserta de forma única
e inequívoca en el terreno del poema. La misma palabra puede significar distintas
emociones para cada poeta o para cada persona y puede encararse desde distintas
perspectivas. Todas las palabras valen.
Rubén Darío decía: “Las palabras nacen justamente con la idea y coexisten con ella,
pues no podemos darnos cuenta de las unas sin las otras. En el principio está la palabra
como única representación, pero no es más que un signo o una combinación de signos,
después esos signos lo van conteniendo todo por su actitud demiúrgica”
Alain Bosquet identifica el acto de escribir poemas con hacer la vida y dice: “...es
una necesidad lejana de la metafísica que califico de corporal. Los sentidos, y la ilusión de
liberarme de mi piel, participan de esto. Los alimento con imágenes y conceptos, con ideas
trasmisibles que me parecen enigmas por nacer de la voluntad de combatir la voluntad, con
el placer de invertirse con el poder exterior a sí mismo...”
Las palabras claves son las que provocan placer, las que esconden nuestros íntimos
secretos, las que contienen el mundo para mí.
Las frases que escuchamos al pasar, los letreros públicos, lo que se dice, lo que se
hace, lo que se lee...sólo basta respetar el lenguaje cotidiano y configurarle un ritmo interior
apropiado en el que todo parezca una enumeración desordenada aparentemente con
palabras clave.
Todo ser humano cuenta con una o más palabras clave que concentran y sintetizan
su historia, moviliza sus emociones, su sensación, sus recuerdos, sus sueños, sus miedos,
sus deseos. Buscar dentro de nosotros esas palabras es el objetivo de la poesía, recuperarlas
y manifestarlas a la conquista de un poema.
La mayor parte de la veces nos viene dada por la captación sensible de lo que habita
en la emoción y se dice que nos la da la “musa” o la “inspiración” y puede ser casi cierto,
aunque es más cierto que naciendo de una impresión recibida surge cuando nos sentamos
en el silencio a trabajar ante un papel que empezamos a rasgar con una pluma garabateando
palabras en busca de la palabra clave que nos lleva al poema.
El Tema.- El tema puede sugerirnos las palabras o las palabras pueden sugerirnos el
tema.
A medida que el poeta va escribiendo surgen la palabra o conjunto de ellas que van
construyendo el poema. La atmósfera concreta que queramos crear depende del léxico
empleado y la elección de dichas palabras, sobre todo, de la palabra clave.
Filtra el azul
Amasa y harina el poema
Con la magia de la palabra
Fundamento de la raíz, el tallo y la flor
Vida que se amanceba palatina
En un mundo de lujosas contradicciones. (Luis Vargas)
El punto de partida puede ser muy diverso: el individuo –hacia dentro o hacia fuera-
, la sociedad, la tierra natal, la familia, los amigos, el choque amoroso, el erotismo, la
muerte, la vida, y la propia poesía en sí misma.
El tema que puede ser muy concreto o muy abstracto, en poesía, debe ser siempre
sugerente e incitador, estimulante, desarrollando perspectivas particulares.
La manera de abordar el tema hace brotar con mayor o menor fuerza los estímulos
del lector (y es dependiente de cada lector, de su metafísica, experiencias personales y
modos de entender los significados de la conducta humana y de su esencia)
Según como se viva el tema el poeta lo tratará en línea filosófica y metafórica triste
a alegre, nostálgico o de futuro, con humor, con escepticismo, con esperanza, con amor,
con rebeldía social, con romanticismo o hiperrealistamente.
Pero lo que no cabe duda es que el poeta es un filósofo que busca en sus temas una
verdad determinada. Manifiesta una pregunta siempre, duda y trata de responderse o de que
le respondan. Busca claridad desde lo oscuro o penetra en la oscuridad desde la claridad,
busca el orden desde el caos, el origen y el fin de los hechos más insignificantes y de los
fundamentales y generales de la esencia humana.
De esta forma, el tema, puede no plantearlo el poeta, sino el lector, como resultado
del proceso mismo de la escritura que lo compone.
El poema es, por tanto, un ámbito cerrado y completo, cargado de significado que
nos remite a un tema o a varios. Y en esta diversidad estará la dependencia de la
comunicación del yo/yo, yo/tú, yo/nosotros, vosotros/yo.
Paul Valery dijo “el poema se hace con palabras con ideas” y esta concepción es
sorprendente, porque así es que, al poner palabras, hay ideas, hay cosas y hay emociones.
Finalmente diremos que la experiencia de la poesía es lo contrario a la poesía de la
experiencia. Hay emociones que no lo son del todo hasta no recibir la fuerza lírica de la
palabra exacta.
La palabra, como la música, resucita las realidades, las valora, las exalta,
elevándolas a una dimensión distinta a los vocablos de “todos”, sacándola del sueño del
inexacto y del concepto que dormía porque el lenguaje usual no actúa como barrena
rescatadita y la poesía sí.
EL POETA Y LA REALIDAD.-
La realidad es la forma que adopta lo objetivo y que no puede ser de otra manera.
Lo abstracto es la realidad modificada por el subjetivismo y su concreción es difusa y
confusa. Las matemáticas y la geometría pueden ser objetivas al igual que los paradigmas
demostrados de la ciencia, pero casi todas las demás cosas se nos muestran subjetivamente
aunque tengan apariencia de objetividad, puesto que lo objetivo lleva implícita la cualidad
de lo subjetivo.
¿Qué puede hacer el poeta frente a este fenómeno metafísico? Como todo ser
mortal, aceptar lo que convencionalmente es real o rebelarse contra ello, sabiendo que la
experiencia trasciende siempre lo subjetivo.
Pero sí podemos mencionar algunos puntos clave que comparten los poetas:
La subjetividad y el poema como producto del mundo privado de cada poeta.
La incorporación de todo lo existente en el poema.
La forma o modo en que encara y trasforma la aparente realidad –objetiva o
subjetiva- para recrearla.
Rilke decía: que la poesía el poema “no son sentimientos sino experiencias”
El poeta sufre de tanto sentir las cosas, de vivirlas y no poder cerrar los ojos ante
fantasmas, deseos e ilusiones, y lucha entonces para que cada uno encuentre su lugar.