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A veces la ayuda que necesitas la puedes encontrar en otras especies

Si bien no me consideraría una persona con una enfermedad mental, he de reconocer que
tengo mis problemas, y hay días en los que esos pequeños problemas se ven tan grandes
que superarlos parece necesitar más energía y determinación de la que me veo capaz de
invocar, en días como estos es en los que me doy cuenta del efecto positivo que tienen mis
dos pequeños perros, Haku y Coco, en mi vida. Aún cuando tus problemas lucen gigantes al
lado de tus ganas de abandonar tu habitación no es posible negarse a levantarse servirle de
comer a tus mascotas y aun cuando estás odiando el contacto físico no se puede negarle la
caricia a un perro; son pequeños pasos que te ayudan a dar esas pequeñas criaturas para
salir adelante.
La zooterapia o terapia asistida con animales (TAA), se refiere a la terapia realizada con
animales, comúnmente perros, como un complemento o ayuda en el proceso de terapia,
usando con este fin diversos animales entrenados y certificados para esto, ya sea que el
animal sea entrenado por una empresa o institución dedicada a ello o por la propia persona
con ayuda de un profesional. Un animal de terapia puede intervenir en diversos tipos de
pacientes, como personas mayores de edad, personas con discapacidades físicas y mentales,
personas con enfermedades graves o, incluso, ex soldados que hayan desarrollado PTSD.
Esta terapia no es algo nuevo en el mundo, de hecho, el primer reporte de este tipo de
terapia se dio a finales del siglo XVIII, en Inglaterra.
Como se menciona en el artículo “Terapia asistida con animales: aproximación conceptual
a los beneficios del vínculo humano – animal” (Nathalie Pulgarin Tavera y Jose Absalon
Orozco Sena, 2016), el vínculo entre un humano y un animal, en específico con un perro,
según un estudio realizado por Takefumi Kikusui, causa una liberación de oxitocina y
serotonina en ambas de las partes involucradas. La oxitocina, conocida como la hormona
del amor, causa muchos efectos positivos en grandes cantidades en el ser humanos, pues
tiene la capacidad de reducir el estrés y la ansiedad o de bajar la presión arterial y la
serotonina, que es la hormona que se encarga de regular el estado de ánimo.
Según un estudio realizado en Anthrozoös el junio de 2013 mencionado en el artículo “Talk
to the animals” (Harvard Men's Health Watch, 2016), personas que sufrían de demencia y
recibieron durante 11 semanas terapias complementadas por perros de asistencia mejoraron
más que las personas que habían recibido terapias son la presencia de los perros. De igual
manera, según un reporte en el Journal of Community and Supportive Oncology en enero
del 2015, las visitas de perros de terapia habían ayudado mucho a los pacientes que sufrían
de cáncer con el estrés y el miedo que les provocaba la quimioterapia y la terapia de
radiación.
Como se ha demostrado anteriormente, los animales de apoyo, a pesar de no ser parte de las
terapias comúnmente, tienen mucho valor en el área de salud mental o como animal de
compañía, ayudando en la recuperación de personas con enfermedades mentales o física y
en victimas de otros tipos, por lo que, en mi opinión, las terapias asistidas por animales
se deberían comenzar a dar de manera más frecuente. A pesar de que la TAA solo debe
considerarse algo complementario, la compañía de un animal de terapia logra llegar a las
personas de una manera rápida y efectiva que la mayor parte de los terapeutas o psicólogos
no pueden, pues no se suelen poner las mismas reservas con un animal que con un humano.
Aunque también se debe reconocer que este tipo de terapias no siempre funcionan, de
hecho, a veces los cambios en la salud mental de los pacientes pueden ser tan pequeño que
se podrían considerar inexistentes y, si bien a algunas personas pueden haberle agradado los
animales, en realidad no se presenta ninguna mejora en sus condiciones. Tampoco que una
terapia que puedan preferir las personas a las que no le gusten o le tengan fobias los
animales, a pesar de que en la TAA se presentan diferentes tipos de animales, no hay que
negar que el animal más común y que típicamente se ve es el perro, por lo que este tipo de
terapia puede no ser una opción para aquellos que les tienen fobias o, por un motivo u otro,
les desagraden.
También es un hecho que aquí, en Colombia, es extremadamente difícil adoptar a un animal
de asistencia, aún si lo que quieres es un perro de asistencia psiquiatra, que es el más
común de todos, pues este tipo de terapia es muy poco conocida en nuestro país y, si
decides entrenar a tu propio perro de asistencia, lo mejor es que recibas ayuda en un
profesional, que tampoco son fáciles de encontrar, y el entrenamiento durará, como
máximo, dos años que, junto con el entrenamiento extra y los cuidados especiales que va a
necesitar desde allí en adelante, puede resultar frustrante o abrumador para las personas.
Teniendo en cuenta todo lo que he dicho en este ensayo, pienso que la terapia asistida por
animales es algo que las personas deberían probar, incluso hablando como alguien
promedio que no presenta problemas de salud ni física ni mentales, puedo asegurar que
incluso un animal sin entrenamiento tiene efectos positivos en la salud de uno con cosas
sencillas en el día a día, por lo que creo que las personas que si tienen problemas se verán
beneficiadas por estas terapias que, a pesar de no ser muy populares, han probado su valía
ayudando a muchas personas alrededor del mundo.
Bibliografía
 Nathalie Pulgarin Tavera y Jose Absalon Orozco Sena, (2016). Terapia asistida con
animales: aproximación conceptual a los beneficios del vínculo humano – animal.
http://web.a.ebscohost.com.bd.univalle.edu.co/ehost/viewarticle/render?
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 Forero Sanchez, D. (2015). La química detrás del amor entre humanos y perros.
Retrieved June 11, 2015, from http://www.orbicanes.com/articulos/los-perros-en-el-
mundo/839-laquimica-detras-del-amor-entre-humanosy- perros?
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 Harvard Men's Health Watch, (2016).
http://web.a.ebscohost.com.bd.univalle.edu.co/ehost/pdfviewer/pdfviewer?
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