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A partir de la entrada en vigencia en nuestro país del Decreto 1500 de 2007 y el Decreto

2270 de 2012 (que lo modifica), realizado el pasado 9 de agosto de 2016, se han tejido
muchos comentarios. En estos decretos se determina el reglamento técnico en el país, a
través del cual se crea el Sistema Oficial de Inspección, Vigilancia y Control a lo largo de
la cadena cárnica (bovinos y bufalinos, porcinos, zoocrías, ovinos y caprinos) y de ahí su
importancia[1].

Así mismo, el Decreto 1500 también establece los requisitos sanitarios y de inocuidad que
deben cumplir la carne, productos cárnicos comestibles y derivados cárnicos, destinados
para el consumo humano; en su producción primaria, beneficio, desposte, desprese,
procesamiento, almacenamiento, transporte, comercialización, expendio, importación o
exportación[2]. El Sistema está basado en el análisis de riesgos y tiene por finalidad
proteger la vida, la salud humana y el ambiente, y prevenir las prácticas que puedan inducir
a error, confusión o engaño a los consumidores. Esto como una medida necesaria para
garantizar la calidad de los productos alimenticios cárnicos.

¿Cuál es la importancia de la implementación de esta normatividad en el país?

Teniendo en cuenta que, según el Decreto 3075 de 1997, la carne, los productos cárnicos y
sus demás productos preparados se encuentran dentro de los alimentos considerados de
mayor riesgo en salud pública y que era necesario elevar el estatus sanitario del país para
acceder a mercados más exigentes; después de 6 prórrogas previas a la entrada en vigencia
de esta normatividad (Decreto 1500), el director general del Invima, Javier Humberto
Guzmán, manifestó que el decreto empezaría a regir a partir del 9 de agosto de 2016.

En cuanto a la importancia de la implementación de esta normatividad para el comercio


internacional, se espera que facilite la equivalencia del sistema sanitario nacional con el
sistema de otros países, propiciando oportunidades de mercados en otras latitudes y dando
un verdadero impulso para el renglón productivo de nuestro país.

El artículo “Entra en vigencia el Decreto 1500, el más esperado por el sector cárnico”, del
portal Contexto ganadero, afirma que con la expedición de la norma se pretende que las
plantas de sacrificio del país se modernicen en aras de que la carne resultante del proceso
de beneficio y desposte cumpla en materia de inocuidad, cadena de frío y calidad[3].

De acuerdo con el Ministerio de Agricultura Nacional, la importancia de la normatividad


establecida en los decretos 1500 de 2007 y 2270 de 2012 está relacionada con una
necesidad de salud pública para mejorar las condiciones sanitarias y de inocuidad de la
carne, con ello evitar que la carne tenga residuos químicos veterinarios y evitar el
desarrollo de la mayoría de los microorganismos o bacterias que afectan a los humanos,
como es el caso E. coli sp y la Salmonella sp[4].

¿Quién se encarga de hacer cumplir el Decreto 1500 en Colombia?

El Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) es la autoridad


sanitaria encargada a nivel nacional de la inspección, vigilancia y control de la etapa de
transformación de la cadena productiva de la carne, en plantas de beneficio, desposte,
desprese y de derivados cárnicos. De esta forma las plantas de beneficio se encuentran
dentro del Sistema Oficial de Inspección, Vigilancia y Control y, por lo tanto, reciben la
asignación de la inspección oficial permanente por parte del Invima.

En el caso de los establecimientos dedicados al almacenamiento o expendio de carne,


productos cárnicos comestibles y derivados cárnicos, la entidad territorial de salud será la
responsable de evaluar en forma integral las condiciones sanitarias y de buenas prácticas de
manufactura de los mismos.

Algunos aspectos a tener en cuenta con la entrada en vigencia del Decreto 1500

Los establecimientos dedicados al beneficio de animales, desposte, desprese y


procesamiento de derivados cárnicos deberán estar inscritos ante el Instituto Nacional de
Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima). Además deben presentar el Plan
Gradual de Cumplimiento (PGC) que será evaluado mediante una visita del Invima.

Paralelamente estos establecimientos deben crear un Sistema de Aseguramiento de la


Inocuidad que esté conformado por los siguientes requisitos:

1. Prerrequisitos HACCP.

     1.1 Estándares de ejecución sanitaria

     1.2 Programas complementarios

     1.3 Procedimientos Operativos Estandarizados de Saneamiento (POES)

2. Sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP).


     2.1 Plan de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control APPCC-HACCP

     2.2 Documentación y registros.

Las plantas de beneficio que no hayan presentado el Plan Gradual de Cumplimiento (PGC)
o que no hayan quedado contempladas dentro de los Planes de Racionalización de Plantas
de Beneficio Animal (PRPBA), presentados por las gobernaciones, tendrán un período
máximo de 2 años para el cumplimiento del Decreto (aproximadamente a finales de 2018),
período durante el cual podrán funcionar las plantas de beneficio que hayan solicitado al
Invima la Autorización Sanitaria Provisional (ASP), siempre y cuando cumplan con los
requisitos técnicos de avance en los PGC.

Según el Decreto 1282 del 8 de agosto de 2016[5], vencida la Autorización Sanitaria


Provisional o de su prórroga, emitida por el Invima, la planta de beneficio, desposte y
desprese que no haya cumplido con la totalidad de los requisitos exigidos en el Decreto
1500 de 2007 y sus modificaciones y la reglamentación aplicable a la especie
correspondiente, será objeto de cierre definitivo por parte de esa entidad y de medidas
sanitarias de seguridad previstas en el artículo 576 de la Ley 9 de 1979 y de los respectivos
procesos sancionatorios

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