Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Bioelementosdocumento PDF
Bioelementosdocumento PDF
BIOELEMENTOS
La bioquímica estudia la composición química de los seres vivos, la base química que hace
posible el soporte de la vida; es decir, las moléculas que componen las células y los tejidos,
y que, con sus reacciones, catalizan el metabolismo celular permitiendo funciones
fundamentales como la digestión, la fotosíntesis, la inmunidad, la protección, la reparación,
etc. En fin, es estudio de biomoléculas y biosistemas.
El entendido de que todo ser vivo contiene carbono es base conceptual y existencial para
la bioquímica dado que es su campo de ejercicio y estudio. Significa que hay una química
de la vida, que existen moléculas y composiciones que imprescindiblemente forman parte
estructural de cualquier especie de vida conocida. Véase:
Según su origen, los hay también sintéticos, obtenidos mediante procesos artificiales, como
la úrea sintetizada por Wöhler.
De entre los compuestos naturales, biosintetizados, la bioquímica se centra especialmente
en los siguientes tres grupos: carbohidratos, lípidos y proteínas, sobremanera sobre éste
último. Las proteínas, muchas de ellas enzimas, históricamente han acaparado la atención
del estudio bioquímico, de modo intenso en tanto el metabolismo celular y el enigma vital
han sido los cometidos científicos de mayor vigor investigativo: Proyecto Genoma Humano,
ADN, ARN, membrana celular, ciclos energéticos.
Para ello, como ser vivo, se aboca a convertir permanentemente energía de una forma a
otra para subsistir, comprendiéndose esto emblemáticamente en la observación del
proceso de nutrición. Algunos alimentos, algunos químicos o cuotas de energía son
generados de modo autónomo, así como otros no y deben ser tomados del medio.
El siguiente es un extracto de un trabajo on line que ilustra una minúscula porción de lo que
ocurre en el plano metabólico celular cuando, en virtud de procesos físico-químico
(bioquímica), acaece el trabajo generador o tratante tanto de la materia como de la energía
para sus propios requerimientos:
Los polisacáridos y las proteínas se sintetizan por la reacción de síntesis por deshidratación.
Mediante la hidrólisis, se degradan las moléculas grandes que se encuentran en las células
vivas. Los hidratos de carbono, los lípidos y las proteínas se degradan por hidrólisis en
moléculas más pequeñas y útiles. (4)
En el ínterin de esta fenomenología de la vida, eminentemente bioquímica y física, donde
“la materia es una forma de energía que posee substancia y masa, y ocupa espacio”, y los
compuestos orgánicos tienen el rol estelar (hablamos de bioquímica y presencia de
carbono, básicamente), ocurre multitud de procesos energéticos que no tan solo se
conforman con tales biomoléculas o bioelementos ya mencionados, es decir, con
carbohidratos, lípidos y proteínas, con carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno,
respectivamente.
Otros factores, como los minerales y las vitaminas, coadyuvan al sostenimiento exitoso del
hecho vida. Los minerales, substancias naturales inorgánicas, son esenciales en muchos
procesos vitales y las vitaminas, más gravemente, son compuestos heterogéneos nutritivos
imprescindibles. En general entrambos actúan como catalizadores de todos los procesos
fisiológicos, directa o indirectamente.
Minerales y vitaminas
Los bioelementos primarios son indispensables para formar las biomoléculas o compuestos
orgánicos ya mencionados, primordialmente carbohidratos, lípidos y proteínas. Moléculas
de carbono (biomoléculas) que, por su protagonismo vital, constituyen el campo de enfoque
de la bioquímica como disciplina científica.
Pero también son bioelementos, y por ende objeto de enfoque de la bioquímica, aquellos
secundarios mencionados que, si es cierto que no son estrictamente necesarios para la
configuración molecular de la vida, realizan un trabajo imprescindible para su conservación
y perpetuación. Ilustrando su importancia en el ámbito de la vida animal, véase lo que dice
Harold A. Harper:
El organismo animal requiere 7 minerales principales que son: calcio, magnesio, sodio,
potasio, fósforo, azufre y cloro [bioelementos secundarios indispensables, como se lleva
dicho]. Estos minerales constituyen del 60 al 80% de todo el material inorgánico del cuerpo.
Además, por lo menos otros 7 minerales son utilizados por el organismo en cantidades
sumamente pequeñas; ellos son: hierro, cobre, yodo, manganeso, cobalto, zinc y
molibdeno.
Aunque forman un pequeño porcentaje de la constitución total de los tejidos animales, los
minerales son esenciales en cantidad de procesos vitales. Más ampliamente, el sodio,
potasio, magnesio y calcio están presentes en todos los seres vivos. El magnesio, por
ejemplo, es un componente de la clorofila y de muchas enzimas. En el ámbito celular:
Los iones sodio, potasio y cloruro intervienen en el mantenimiento del grado de salinidad
del medio interno y en el equilibrio de cargas a ambos lados de la membrana . Los iones
sodio y potasio son fundamentales en la transmisión del impulso nervioso (7)
· Junto con el fósforo, en una relación apropiada, interviene en la normal osificación de los
organismos
· El sodio y el potasio son importantes en el proceso osmótico del metabolismo del agua
Otros elementos, como el flúor (resistencia dental ante bacterias), el aluminio (se sabe que
interfiere en la absorción de fosfatos), el boro (metabolismo del calcio, cobre y magnesio, y
crecimiento en las plantas), el selenio (antioxidante, micronutriente, respiración tisular), el
cadmio (elemento muy tóxico, con función en los sistemas biológicos) y el cromo (al parecer
participa en el metabolismo de los lípidos e hidratos de carbono) están presentes en los
tejidos orgánicos, pero con función incierta o, dígase, de menor preponderancia.
Del mismo modo, las vitaminas, que son sustancias orgánicas complejas (poseen carbono)
no biosintetizables en el organismo o producidas en insignificantes cantidades, deben
incorporarse a través de la ingesta alimentaria. Pero a diferencia de los minerales, que
constituyen estructuras en los tejidos y poseen importancia en los procesos metabólicos,
las vitaminas son nutrientes esenciales imprescindibles en tales procesos, esto es,
imprescindibles para la vida.
Refiere Harper lo que sigue que “Cuando los animales de experimentación son alimentados
con una dieta químicamente definida que contiene sólo proteínas, carbohidratos y grasas
purificados, así como los minerales necesarios, los animales mueren.”
Las vitaminas son sustancias orgánicas […] imprescindibles en los procesos metabólicos
que tienen lugar en la nutrición de los seres vivos. No aportan energía, son acalóricas,
puesto que no se utilizan como combustible, pero sin ellas el organismo no sería capaz de
aprovechar los elementos constructivos y energéticos suministrados por la alimentación,
por esta razón, también se las considera nutrientes (9)
Pero ya este punto escapa a la cobertura de las presentes líneas, cuyo propósito final ha
sido contextualizar, bioquímicamente, el tema que sigue sobre los minerales: los
oligoelementos.
En efecto, los oligoelementos son minerales que se requieren en muy baja cantidad para el
correcto funcionamiento de casi todos los procesos fisiológicos que mantienen la salud y
energía en los seres vivos. Son sustancias imprescindibles para la vida que no se sintetizan
en el organismo y que deben incorporarse a través de la alimentación. Regulan e
intervienen en funciones respiratorias, digestivas, neurovegetativas y musculares, y tienen
incidencia en las defensas inmunitarias del organismo. Trabajan estrechamente ligados a
enzimas (proteínas biocatalizadoras elaboradas por el organismo) para, químicamente,
eventualizar el metabolismo celular: formar estructuras, regular las respuestas fisiológicas,
la transmisión nerviosa, la asimilación alimentaria y la eliminación de desechos.
Por poner un ejemplo para destacar la importancia de tales minerales (oligoelementos o no)
sobre el hecho vital, considérese el efecto perjudicial de los radicales libres sobre la salud
celular y la posibilidad que tiene el organismo de combatirlos a través de un trabajo
enzimático que incorpora cobre, manganeso, zinc o selenio, por un lado, y vitamina C y E
por el otro.
Así también (para seguir con los ejemplos) una deficiencia de magnesio (que no es
propiamente un oligoelemento, sino un macroelemento) podría acarrear descalcificación,
calambres, nerviosismo, falta de apetito, convulsiones, arritmias cardíacas y enfermedades
degenerativas.
los oligoelementos son minerales que se requieren en muy baja cantidad para el correcto
funcionamiento de casi todos los procesos fisiológicos que mantienen la salud y energía en
los seres vivos. Son sustancias imprescindibles para la vida que no se sintetizan en el
organismo y que deben incorporarse a través de la alimentación. Regulan e intervienen en
funciones respiratorias, digestivas, neurovegetativas y musculares, y tienen incidencia en
las defensas inmunitarias del organismo. Trabajan estrechamente ligados a enzimas
(proteínas biocatalizadoras elaboradas por el organismo) para, químicamente, eventualizar
el metabolismo celular: formar estructuras, regular las respuestas fisiológicas, la
transmisión nerviosa, la asimilación alimentaria y la eliminación de desechos.
Por poner un ejemplo para destacar la importancia de tales minerales (oligoelementos o no)
sobre el hecho vital, considérese el efecto perjudicial de los radicales libres sobre la salud
celular y la posibilidad que tiene el organismo de combatirlos a través de un trabajo
enzimático que incorpora cobre, manganeso, zinc o selenio, por un lado, y vitamina C y E
por el otro.
Así también (para seguir con los ejemplos) una deficiencia de magnesio (que no es
propiamente un oligoelemento, sino un macroelemento) podría acarrear descalcificación,
calambres, nerviosismo, falta de apetito, convulsiones, arritmias cardíacas y enfermedades
degenerativas.
Clasificación
◦Su ingesta insuficiente produce deficiencias funcionales, que pueden revertirse cuando el
elemento recupera su nivel fisiológico óptimo.
◦El organismo no puede crecer ni completar su ciclo vital sin ese elemento
◦El elemento debe poseer una influencia directa sobre el organismo y estar involucrado en
sus procesos metabólicos
◦El efecto de un elemento esencial no puede ser logrado totalmente por ningún otro
elemento. (1)
Entre los dos últimos grupos, a saber, entre los elementos de traza y de esencialidad
discutida, se ubican los oligoelementos, esas sustancias protagonistas en ínfimas
cantidades dentro del metabolismo de los seres vivos, varias de ellas (con excepción de los
de “Esencialidad discutida”) con fundamentales funciones de sostén vital . Tales son: hierro
(Fe), yodo (I), zinc (Zn), cobre (Cu), manganeso (Mn), flúor (F), silicio (Si), cromo (Cr),
cobalto (Co), vanadio (V), molibdeno (Mo), níquel (Ni) y arsénico (As), todos ellos
respondiendo al criterio clasificatorio de que son requeridos en el organismo en cantidades
menores a 100 mg. (Se incluye el selenio [Se], un oligoelemento que no está reseñado
como esencial, pero que, no por ello, deja de cumplir un rol importantísimo como regulador
hormonal y antioxidante celular).
Elemento
expresión en mg
expresión en mcg
Hierro
18
18000
Zinc
15
15000
Manganeso
9000
Flúor
4000
Cobre
3000
Molibdeno
0.25
250
Cromo
0.2
200
Yodo
0.15
150
Níquel
0.15
150
Selenio
0.07
70
Silicio
0.02
20
Venadio
0.02
20
Arsénico
0.015
15
Cobalto
0.0022
A golpe de vista resaltan dos grupos de elementos, el primero mejormente expresable en
mg: hierro, zinc, manganeso, flúor y cobre; y el segundo, mejormente expresable en mcg:
molibdeno, cromo, yodo, níquel, selenio, silicio vanadio, arsénico y cobalto. Nótese que la
diferencia entre un grupo y otro es realmente tajante, precisamente en el corte entre el cobre
y el molibdeno.
De tal modo que, para no seguir incurriendo en errores frecuentes en la literatura, que toma
lo chico como grande y viceversa, y llega al grado de tratar al cobalto como microelemento
(expresándolo en mg), para el presente trabajo se asumen como oligoelementos los
mencionados en el segundo grupo: molibdeno, cromo, yodo, níquel, selenio, silicio vanadio,
arsénico y cobalto, elementos minerales que realmente son requeridos por el organismo en
las cantidades más ínfimas y a la vez comportan la condición de esenciales.
Como se dijo, se incluye el selenio, que no está identificado como esencial en la tabla, pero
que tiene una importancia significativa en procesos metabólicos; se excluye el wolframio,
elemento esencial para algunos microorganismos, pero de incidencia no determinada en el
humano; también se excluyen el litio, el boro y el cadmio, en discusión el primero y
esenciales los segundos, pero sin determinación aun de sus niveles de participación
bioquímica. De todos modos, se reseñan en la lista del apéndice (“Macro, micro y
oligoelementos”). El estaño, tampoco listado como esencial (como selenio, pero con escasa
información), se reseña en el apéndice.
Molibdeno
Carencia: desconocida
Fuentes: lácteos y derivados; agua de mar, germen de trigo, legumbres, cereales integrales
y vegetales de hoja oscura, leguminosas.
Cromo
Fuentes: carnes, hígado, riñones, algas, lácteos, pescados; aceites vegetales, cebolla,
levadura de cerveza, lechuga, batata, berro, cereales integrales, aceitunas, cítricos,
Dosis necesaria: 50-200 mcg/día; lactantes: 10-60 mcg/día.
Yodo
Carencia: bocio
Exceso: yodismo
Fuentes: pescados, moluscos, mariscos, sal marina, algas y frutos del mar, carne magra,
huevos, leche; ajo, cebolla, limón, naranja, piña, hortalizas de hojas verdes
Níquel
Selenio
Silicio
Carencia:
Vanadio
Arsénico
Carencia:
Exceso: cancerígeno.
Cobalto
Fuentes: carnes, hígados, pescados, sardina, arenque, , huevo, queso, ostras, crustáceos,
productos lácteos, yogurt; lentejas, cebolla, higo, rábano, cebolla, coliflor, hongos,
legumbres, cereales integrales, cáscaras de arroz, ajo, ajonjolí (sésamo), ginseng, alfalfa.
Por razones obvias, por ser gases, no se listan como bioelementos minerales el oxígeno,
el nitrógeno e hidrógeno. Como se dijo, la importancia de estos otros bioelementos es
fundamental en la materia orgánica, estando presentes en 96% en las formas de vida
conocidas.
Oligoelementos esenciales
Hierro
Zinc
Fuentes: crustáceos, ostras, mariscos, hígado de pato, carnes, pollo, lácteos, huevos,
quesos; levadura de cerveza, germen de trigo, legumbres secas, frijoles, nueces, pan
integral, verduras, semillas de auyama,
Magnesio
Fuentes: carnes, leche; cacao, frutos secos, soya, avena, maíz, ciertas verduras, nueces,
almendras, maní.
Cobre
Fuentes: carne, conejo, hígado, pollo, pescado, moluscos, crustáceos, mejillones, vísceras,
queso parmesano; cacao, cereales integrales, legumbres, pimienta, frijoles, frutas,
vegetales verdes, guisantes, lentejas, levadura de cerveza, melaza, brócoli, avena,
aguacate, cebada, albaricoque seco, arroz integral, germen de trigo, arvejas, alfalfa, coco,
aceituna, higo, jugo de manzana.
Manganeso
Carencia: crecimiento lento de las uñas y del cabello, deficiente formación ósea,
intolerancia a la glucosa, alteración del metabolismo de la insulina. Hígado graso. Ataxia
(incapacidad de coordinación muscular) Pérdida de peso, dermatitis, náuseas.
Fuentes: pescado, caracol, yema de huevo, carne, leche y derivados, crustáceos; cereales
integrales, legumbres, verduras de hojas verdes, almendras, soya, hortalizas, frutos secos,
avena, avellana, castaña, aguacate, alfalfa, arveja, frijol, cebada, maní, hojas de nabo,
coco, bulbo y hojas de remolacha, pan de centeno, arroz integral, piña, perejil, espinaca,
lechuga, casabe (tapioca).
Azufre
Fuentes: pescado, mejillón, salmón, arenque, queso, yema de huevos, queso parmesano,
carnes, bacalao, hígado de cerdo; legumbres, coles, espárragos, puerro, ajo, cebolla, maíz
tostado, duraznos secos, avena, avellana, perejil, albaricoque, nuez, brócoli, lentejas, arroz
integral.
Flúor
Fuentes: pescado, mariscos; agua, té, verduras, hortalizas, cereales integrales, cebolla,
legumbres.
Cloro
Comportamiento: mineral presente en forma iónica. Junto al sodio y el potasio son los
electrolitos orgánicos más abundantes, y ayudan a mantener el equilibrio ácido-base.
Apoya al hígado en su trabajo desintoxicante. Interviene de modo esencial en el
mantenimiento del balance hídrico (equilibrio acuoso y regulación osmótica). Necesario en
la producción del ácido clorhídrico gástrico, de modo que favorece la digestión. Baja la
tensión arterial. Con el calcio, magnesio y potasio colabora en la transmisión del impulso
nervioso.
Fuentes: sal común, algas, leche; aceitunas, melaza, higo, perejil, coco.
Oligoelementos en estudio
Estaño
Exceso:
Fuente:
Cadmio
Carencia:
Exceso: por vía oral (agua o alimentos contaminados) y por inhalación (humo de los
cigarrillos. Una vez presente, tiene una vida biológica de 13 a 40 años. Irrita pulmones y
estómago, generando vómito y diarrea. Riesgo de cáncer pulmonar. Daño en los riñones
(cálculos), hígado, testículos, sistema inmunológico y nervioso, sangre. Problemas óseos
(dolor y debilidad). Cáncer de mama. Daño al ADN. Desórdenes psicológicos. La vitamina
E aliada al selenio lo elimina del organismo.
Boro
Carencia: no determinada
Litio
Comportamiento: ión fundamental para la regulación del sistema nervioso central. Inhibe
la liberación de noradrenalina y serotonina. Se eliminan del organismo por vía renal. .
Regula el ciclo del sueño. Alteraciones cardíacas. Incrementa la permeabilidad celular y
actúa sobre los neurotransmisores, de allí su importancia para el tratamiento de la fase
maníaca de la enfermedad bipolar y los estados de ánimo.
Carencia:
Oligoelementos tóxicos
Wolframio
Comportamiento: es esencial para algunos microorganismos. Es el elemento más pesado
utilizado por cualquier ser vivo y el de mayor punto de fusión conocido.
Carencia:
Exceso: tóxico letal: por encima de 500 mg/kg genera insuficiencia renal con necrosis
aguda. Convulsiones.
Fuente: metal escaso en la naturaleza y que nunca está libre, sino en forma de sales
combinadas con wolframita y la sheelita.
Fósforo
Fuentes: carnes, carne de paloma, pulpa roja, quesos, queso de año, yema de huevo,
pescados, sardina en lata, lácteos; frutos secos, legumbres, cereales, levadura de cerveza,
germen de trigo, soya, caraota negra, blanca y roja, almendra, maní tostado, levadura de
pan, avena, cebada, nuez, lenteja, avellana, habas
Dosis necesaria: 800 mg/día; embarazo y vejez: 1500 mg/día; lactancia: 300-500 mg/día.
Sodio
Fuentes: conservas, embutidos, quesos, jamón, margarina, suero de leche, pescado, atún,
mariscos, salmón en lata, langosta, riñón, leche; sal, aceitunas, pan, harina de trigo, salsa
de tomate, galleta de soda, pan de trigo integral, pan de centeno, acelga, apio.
Calcio
Comportamiento: el mineral más abundante del cuerpo y representa un 2% del peso total;
es, también, el cuarto componente del organismo después del agua, las proteínas y las
grasas. Está en los huesos, dientes, sangre y en la materia extracelular. En los huesos y
dientes realiza un trabajo de sostén; en el plasma, regula la coagulación y permeabilidad
de la membrana celular. Favorece la secreción y absorción intestinal y participa en la
liberación hormonal. Su relación con el fósforo es proporcional: sin uno falta, falta el otro.
El calcio tiene gran importancia en la coagulación sanguínea, en el funcionamiento del
corazón, de los músculos y de los nervios y en la permeabilidad de la membrana celular.
En los huesos está unido al magnesio y fósforo a través del manganeso. Previene la
osteoporosis. Participa en la coagulación sanguínea, la contracción muscular, en la
transmisión nerviosa.
Fuentes: leche y productos lácteos, leche de cabra, queso, queso de año, queso de mano,
queso de cabra, cuajada, pescado, roncador, sardina enlatada, salmón, arenque; nueces,
semillas, vegetales, aguas duras, brócoli, verduras, avena, avellana, almendra, soya,
perejil, berro, higo, caraota, garbanzo, quinchoncho.
Dosis necesaria: 800-1200 mg/día; embarazo y vejez: 1500 mg/día; lactantes: 400-600
mg/día.
Potasio
Comportamiento: junto con el sodio y el cloro son los electrolitos más importantes del
organismo. 97% del potasio se localiza intracelularmente. Regula el balance hídrico (junto
con el sodio) y participa en la contracción del músculo cardíaco. Junto al sodio regula el
ATP. El eliminado por el sudor. Mantiene el equilibrio ácido-básico y la permeabilidad de
las membranas (presión osmótica). Tiene función nerviosa, neuromuscular. Es el principal
catión intracelular
Fuentes: carnes, leche; frutas, verduras, batatas, legumbres, tomates, plátano, zanahoria,
espinaca, cereales, levadura de cerveza, leguminosas, avena, perejil, uva,