Para financiar a su movimiento, Carranza resolvió que era justo distribuir los
gastos de la revolución entre los habitantes de los territorios que iban
ocupando mediante la emisión de billetes de circulación forzosa, apoyados en la creación de una deuda interna; así no se corrían riesgos ni contraían compromisos con particulares nacionales o extranjeros. Un primer decreto de 26 de abril de 1913 autorizó la deuda y emisión por la cantidad de $ 5,000,000, al que seguirán otros según las necesidades de la guerra. Los generales Salvador Alvarado, Pablo González, Villa, Obregón y Diéguez, entre otros, fueron autorizados a hacer lo mismo. Se estima que estas emisiones diversas, irregulares, sin respaldo metálico y de rápida devaluación, llegaron a representar entre cuatro y diez mil millones de pesos. Para tratar de poner fin al caos resultante, por decreto de 14 de diciembre de 1916, Carranza incautará todo el sistema bancario, cuya operación pasará al gobierno provisional, y ya como presidente constitucional, intentará crear un banco único de emisión. (Bátiz Vázquez José Antonio. El sustento económico de las revoluciones en México). Además, en 1918 suspenderá todo pago de la deuda gubernamental y en noviembre del mismo año restablecerá legalmente el patrón oro.
En contraste con los zapatistas y villistas que trataban de alterar las
estructuras económicas de las regiones que dominaban, los carrancistas no subvertían la economía regional ni interrumpían su funcionamiento, sólo imponían sus billetes "bilimbiques" y sacaban provecho para el financiamiento y abasto de sus tropas mediante el control de las dependencias gubernamentales recaudadoras. Con la Primera Guerra Mundial aumentaron los precios de muchos productos de exportación, lo que trajo auge temporal en la producción de petróleo en Veracruz y Tamaulipas, de henequén en Yucatán, de algodón en La Laguna, de café en Chiapas, de cobre en Baja California, de granos en Sonora y Sinaloa. "En gran medida, la capacidad de las tropas carrancistas de aprovechar los ingresos que estos sectores generaban fue lo que les dio el triunfo.” (Gómez Galvarriato Aurora. Modernización económica y cambio institucional: del porfiriato a la segunda guerra mundial). También los carrancistas hacían “requisas” de ganado y de otros bienes propiedad de los que consideraban enemigos, obtenían préstamos forzosos de los más ricos; y negociaban préstamos con las instituciones bancarias de las localidades ocupadas. Los frecuentes abusos y saqueos de algunos generales carrancistas, particularmente de Pablo González, hicieron que la palabra “carrancear” fuera sinónimo de robar.
La Agenda 2030 Al Descubierto 2021-2050: Crisis Económica e Hiperinflación, Escasez de Combustible y Alimentos, Guerras Mundiales y Ciberataques (El Gran Reset y el Futuro Tecno-Fascista Explicado)