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ACEPTACION Y RENUNCIA DE LA HERENCIA DE LOS LEGADOS

1. DEFINICIÓN:
El término “aceptación” figura “acción y efecto de aceptar”. El diccionario de la
Real Academia
Española define el verbo “aceptar” como “recibir voluntariamente o sin oposición
lo que se da, ofrece o encarga. Aprobar, dar por bueno, acceder a algo.”

En sentido jurídico, cuando una persona es declarada muerta, en cualquiera de sus


modalidades, adquiere el apostrofe de “causante”, en razón que su fenecimiento
dejará bienes, derechos y obligaciones, materia de transferencia para con
sus familiares o terceros favorecidos por él, a los cuales se les denomina
causahabientes. Distinguimos aquí que los bienes, derechos y obligaciones a
transferir constituyen la “masa hereditaria”, para lo cual, los causahabientes
cuando son familiares se les denomina “herederos” y a los terceros “legatarios”.

En razón de ello, siendo que el Causante transmite la masa hereditaria al momento


de su muerte a los Causahabientes, la aceptación de la herencia es el acto expreso
o tácito por el cual el heredero o legatario asume dicha calidad, recibiendo los
bienes, derechos y cargas de la herencia, es decir, tomando la masa hereditaria
materia de transmisión del causante sin oposición alguna. Igualmente, la
aceptación constituye la manifestación expresa o tácita que hace el heredero, de
tomar para sí la herencia de su causante, con todas las consecuencias jurídicas
correspondientes.
2. PLAZOS PARA RENUNCIRAR:
Es determinado por el artículo 673º del Código Civil, por el cual se otorga el plazo
de tres meses si el heredero está en la República y de seis meses si está en el
extranjero, sin interrumpirse su transcurso por causa alguna. Se entiende que se
computa desde la apertura de la sucesión, es decir, desde el fallecimiento del
causante, aunque el Código omita su expresión.
Es del caso mencionar que el Código Civil derogado refería el plazo solo a la
renuncia, mientras el actual lo legislación la presenta en función de la aceptación,
expresando en su artículo 673º que ésta se presume cuando ha trascurrido el plazo
para renunciar.

3. CARACTERES COMUNES
 Son actos jurídicos: Porque son manifestaciones de voluntad, destinadas a
crear relaciones jurídicas, por tanto, le son aplicables las normas contenidas
en los artículos. 672º al 680º del Código Civil y aquellas que se refieren a los
actos jurídicos.
 Son voluntarios. Porque no existe obligación de aceptar o de renunciar una
herencia o un legado; sin embargo, los acreedores pueden subrogarse en
los derechos de los sucesores, reclamando su crédito, si éstos no han
aceptado aún. Asimismo los acreedores, pueden exigir que se declare la
ineficiencia de la renuncia a la herencia o los legados, a efecto de cobrar su
crédito, de conformidad con el artículo 676 del Código Civil, modificado por
el Código Procesal Civil, que prescribe lo siguiente:
“Si la renuncia causa perjuicio a los acreedores del renunciante, estos
pueden impugnarla dentro de los tres meses de tener conocimiento de ella,
para que sea declarada sin efecto en la parte en que perjudica sus
derechos. La resolución que declare fundada la demanda dispondrá, según
la naturaleza de los bienes, su administración judicial o su venta en pública
subasta, para el pago de las deudas del renunciante. El remanente, si lo
hubiera, se trasmite a los herederos a quienes favorezca la renuncia.
La demanda de impugnación se tramita como proceso sumarísimo”

 Son Totales: El artículo 667º del Código Civil, establece que tanto la
aceptación como la renuncia de la herencia, no pueden ser parciales,
condicionales ni a término; prohibiendo, consecuentemente, la aceptación
de una parte de la herencia, renunciando a la otra.
 Son incondicionales: Cuando decimos que la aceptación o la renuncia son
incondicionales, queremos expresar que el heredero o legatario, no pueden
poner condiciones, así lo dispone el artículo 667º ante citado, que prohíbe
la aceptación y la renuncia condicional o a término.
 Son irrevocables: Se puede renunciar a la herencia o a un legado hasta el
momento en que se produzca la aceptación.
Una vez aceptada, ya no se puede revocar. Asimismo, producida la
renuncia, ésta es irrevocable, de conformidad con la última parte del
artículo 667º del Código Civil, que prescribe lo siguiente:
“Ambas son irrevocables y sus efectos se retrotraen al momento de la
apertura de la sucesión”
 Debe referirse a una herencia producida: Debe quedar claramente
establecido, que no es válida ni la aceptación ni la renuncia futura, así lo
dispone el artículo 678º del Código Civil, en virtud del cual no hay
aceptación ni renuncia de herencia futura. Lo contrario, sería consagrar la
sucesión contractual, que está prohibida en nuestro ordenamiento jurídico
y sancionado con la nulidad del acto, en el artículo 1405º del Código
acotado, que preceptúa: “Es nulo todo contrato sobre el derecho de
suceder en los bienes de una persona que no ha muerto o cuya muerte se
ignora”.
4. ¿QUIENES PUEDEN ACEPTAR O RENUNCIAR LA HERENCIA?

En principio, pueden aceptar o repudiar la herencia todas las personas con


capacidad suficiente para disponer de sus bienes libremente.

Pero también debe prestarse atención a las siguientes situaciones:

 El menor emancipado: Por sí mismo sólo puede aceptar la herencia a beneficio


de inventario para que sus propios bienes no queden vinculados a las posibles
deudas de la herencia que acepta. Sin embargo, para aceptar la herencia
simplemente o repudiarla necesitará el consentimiento de sus padres, tutor o
defensor judicial.

 El menor no emancipado: La aceptación de la herencia debe ser realizada en


su nombre por sus padres o aquellas personas que ostenten la patria potestad.
Los padres o tutores necesitarán una autorización judicial para repudiar la
herencia instituida a favor del hijo o tutelado.

 Los incapacitados: Dependerá de los límites de su incapacidad que será


definidos por la sentencia correspondiente pero, en principio, el tutor (o el
“curador” si la incapacidad es parcial) necesitará autorización judicial para
aceptar la herencia simplemente o para repudiarla, no así para aceptarla a
beneficio de inventario.

 El quebrado o concursado: Podrá aceptar por sí mismo la herencia a


beneficio de inventario pero necesitará la autorización de los síndicos para
aceptar libremente o repudiar la herencia.

 Si la herencia es dejada a los pobres: La aceptación deberá ser realizada por


las personas encargas de la distribución de los bienes y se entenderá hecha a
beneficio de inventario.

 Si la herencia se instituye a favor de una persona jurídica (por ejemplo, una


fundación, asociación, empresa, etc.), la aceptación se realiza por sus
representantes legales, quienes para repudiarla necesitarán autorización
judicial.

5. CAPACIDAD PARA ACEPTAR:
Toda persona que puede heredar puede aceptar la herencia, o sea, todos los que
tienen capacidad de goce.
Los incapaces lo hacen por intermedio de sus representantes legales.
El artículo 03º del Código Civil, expresa que toda persona tiene capacidad de goce
de los derechos civiles, salvo las excepciones establecidas por Ley. Carlos
Fernández Sessarego señala que el artículo 03º es lógica derivación del hecho de
reconocerse normativamente a la persona humana como “sujeto de derecho” –
bajo la especifica designación de “persona natural” – ya que tal calidad supone la
plena capacidad de goce de todos los derechos civiles que el ordenamiento jurídico
concede a la persona. El precepto consagra formalmente el que por el simple
hecho de ser persona se es capaz de gozar de derechos civiles, salvo las
excepciones expresamente establecida por la Ley.
Es por la capacidad de goce de los derechos civiles que toda persona puede optar
por aceptar la herencia, siempre y cuando no haya un impedimento de Ley, como
por el ejemplo la desheredación por indignidad. Esta capacidad de goce no es
limitativa en cuanto a los incapaces refiere, puesto que ellos pueden hacer
prevalecer sus derechos civiles a través de sus representantes, razón por la cual,
también son capaces de heredar a través de la representación.
6. CARACTERISTICAS DE LA ACEPTACION
Dentro de las características tenemos las siguientes:

 1)  Es voluntaria. Pues nadie esta ser obligado a aceptar una herencia que no
desea.

 2)  Irrevocable. La aceptación pura y simple importa la renuncia irrevocable de la


facultad de repudiar la herencia, o de aceptarla con beneficio de inventario. Sin
perjuicio del derecho de otros herederos a reclamar la revocación de una
aceptación fraudulenta.

3) indivisible. No se puede aceptar solo una parte de una herencia, tiene que
aceptarse en su totalidad, esto es por su carácter de indivisibilidad.

4) Es de efecto retroactivo. La aceptación se retrotrae al día de la apertura de la


sucesión.
5) Es lisa y llana. Es decir que no se la puede hacer bajo ningún término ni
condición.
Pues se va a tener por aceptada desde el momento en que se fórmula la
manifestación de voluntad.

7. CAPACIDAD PARA RENUNCIAR


C.C Articulo674º.- Pueden renunciar herencias y legados quienes tienen la libre
disposición de sus bienes.”

En aplicación del artículo 674º, pueden renunciar a la herencia y legado quienes


tengan la libre disposición de sus bienes. El Jurista Augusto Ferrero Costa critica la
forma de proponer la redacción del citado artículo, pues según refiere, “induce a
error al común de los abogados, pudiéndose pensar que el concepto de norma esta
ligado al de la legitima y la porción disponible, en el sentido que sólo podría
renunciar a la herencia quien no tenga herederos forzosos.”
Sin embargo, el sentido de esta norma data de la prohibición al tercero para
efectuar la renuncia del llamado, sin haber sido autorizado.

Como indicó León Barandiarán, en su obra Derecho de Sucesiones (versión


taquigráfica del curso dictado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos),
para renunciar se requiere capacidad especial. El maestro señalaba: "El Código dice
libre disposición de sus bienes porque no basta la capacidad en general, sino
libertad para disponer de ellos; por lo tanto, rigen las reglas pertinentes para ver
quién tiene esa libre disposición".

En ese sentido, cuando el artículo en cita indica la frase “libre disposición de sus
bienes” refiere la intervención del llamado respecto a renunciar por su propio
interés a la herencia. Por ende, las personas capaces pueden renunciar
personalmente o por intermedio de sus apoderados; los incapaces necesariamente
a través de sus representantes, mediante autorización judicial, puesto que en ellos
no hay libre disposición de bienes inmediata, de conformidad con lo dispuesto en
los artículos 448, inciso 4; 532 Y 668, trátese de patria potestad, tutela o cúratela,
respectivamente.

Concurre una restricción respecto a la renuncia de la herencia o legado por parte


de los cónyuges, puesto que, por el artículo 304º, uno de los cónyuges no puede
renunciar a la herencia sin el asentimiento del otro. Si bien los bienes que se
adquieren por herencia tienen el carácter de bienes propios, los frutos y productos
que se generen de ellos son considerados bienes comunes (artículo 310º), por lo
que es una vulneración de derechos disponer de los bienes del prójimo, siendo
este el fundamento del artículo 304º para la presentación de la referida limitativa.

8. CARACTERÍSTICAS DE LA RENUNCIA A UNA HERENCIA


Al renunciar a una herencia, el heredero pierde todos sus derechos sobre ella, a la
vez que queda desvinculado de las cargas o gravámenes que tuviera la misma.

El acto de renuncia tiene las siguientes particularidades:


 La repudiación de una herencia es un acto libre. Según la ley, todas las
personas que tienen la libre disposición de sus bienes pueden rechazar una
herencia.
 Una vez realizada, la renuncia es irrevocable. La decisión de renunciar a una
herencia es definitiva y no tiene vuelta atrás, excepto si se han producido
errores o anormalidades que la hacen nula (vicios en el consentimiento) o
cuando aparece un testamento desconocido.
 Es un acto que no puede ser parcial. Esto significa que no se puede aceptar
o rechazar solo una parte de la herencia y negarse a recibir otra, ni se
pueden imponer condiciones o plazos para aceptarla o repudiarla.
 No se puede requerir a un beneficiario para que acepte o rechace una
herencia hasta que hayan pasado nueve días hábiles desde
el fallecimiento del causante.
 La renuncia no se puede llevar a cabo si ha ocurrido algún acto o hecho que
signifique la aceptación tácita de la herencia.
 La renuncia ha de hacerse mediante escritura notarial o a través de un
documento presentado en el juzgado competente. No es válida la realizada
en documento privado o por actos no expresos.
 No puede rechazarse una herencia cuando ello suponga un perjuicio para
un tercero. Si el herederorepudia la herencia y con ello causa un perjuicio a
sus acreedores, estos podrán solicitar al juez que les autorice para aceptarla
en su nombre.
 A los acreedores se les atribuye la cantidad correspondiente hasta cubrir el
importe de sus créditos y, si sobra parte de la porción hereditaria de quien
rechazó la herencia, esta se reparte entre el resto de los herederos.
 Si la herencia lleva aparejadas deudas o hay acreedores por parte del
difunto, cualquier heredero es libre de negarse a recibir lo que le ha dejado
el causante.
 La renuncia a la condición de heredero no implica tener que rechazar los
legados de la herencia, ni impide la aceptación de la mejora.
 En el derecho común (artículo 1.280 del Código Civil), no es posible
renunciar a la herencia de una persona viva.

9. ¿EXISTE ALGUNA LIMITACIÓN PARA RENUNCIAR?


Las limitaciones que la ley impone se relacionan con la capacidad de obrar de la
persona que va a renunciar. En particular, sólo podrán renunciar a la herencia
quienes tengan la libre disposición de sus bienes. Por esa razón, los menores de
edad y las personas incapacitadas no pueden renunciar a la herencia si no media
autorización judicial. La fundamentación radica en que, por norma general, la
herencia beneficia a los herederos, por lo que en caso de un menor de edad o
incapaz no podrá renunciarse sin autorización judicial solicitada por los tutores, ya
sean los padres o el tutor o curador designado judicialmente.
10. FORMAS DE LA ACEPTACIÓN
“C.C. Artículo 672º.- La aceptación expresa puede constar en instrumento público o
privado. Hay aceptación tácita si el heredero entra en posesión de la herencia o
practica otros actos que demuestren de manera indubitable su voluntad de
aceptar.”
Por el artículo citado precedentemente, podemos denotar dos clases de
aceptación: La aceptación expresa y la aceptación tácita.
La aceptación expresa es aquella por la cual el llamado declara positivamente la
aceptación de la herencia ó asume directa ó inequívocamente el carácter de
heredero del causante. La persona convocada a ser heredero enuncia su voluntad
de adquirir dicho título o carácter, para lo que se otorga la posibilidad de
declararse mediante instrumento público o privado, repitiéndose así, la fórmula
consignada en el artículo 475º del Código Civil italiano. Ante ello, el Jurista Italiano
Luigi Ferri, citado por Augusto Ferrero Costa, señala que:”la aceptación expresa es
un acto formal, para el cual la ley prescribe una forma determinada: debe revestir
necesariamente la forma escrita”.

Sin embargo, nuestro ordenamiento Civil nos permite obtener una aceptación
expresa del modo verbal, puesto que el artículo 144º del Código Civil expone que
cuando la ley acusa una forma y no sanciona con nulidad su inobservancia,
constituye solo un medio de prueba de la existencia del acto[5]. Esto debido a la
denominada Forma ad probationem del acto, que tiene como finalidad probar
únicamente la existencia del acto jurídico pero sin ser consustancial a el, siendo así
que el acto y el documento, cuando la forma es ad probationem, son dos entidades
jurídicas distintas, separables, y que el acto puede existir independientemente del
documento, pues si el documento se deteriora y se pierde la prueba de la
existencia del acto puede hacerse utilizando cualquier otro medio probatorio.
De otro lado, cabe mencionar que la forma ad solemnitatem, también tiene por
única finalidad el comprobar la existencia del acto, sin embargo, a diferencia de la
forma ad probationem, esta si es consustancial al acto, por lo que ambos forman
una sola entidad jurídica, inseparable, pues el acto no puede existir sin el
documento y si este se deteriora y se pierde, el acto jurídico se extingue y no
puede ser probada su existencia por otro medio probatorio. La prueba exclusiva de
la existencia del acto jurídico está determinada únicamente por el documento
prescrito por la ley como arma ad solemnitatem.
Es así que, al no ser sancionable la inobservancia de la forma escrita para la
aceptación de la herencia, nos encontramos frente a un caso de forma ad
probationem del acto, por lo que la ausencia de la formalidad escrita para la
aceptación no constituye materia de nulidad, pudiendo ser comprobado mediante
cualquier otro medio, razón por la cual también puede darse la aceptación expresa
verbal.
La aceptación legal o presunta es aquella que se genera por el silencio del
causahabiente, no aceptando la herencia explícitamente, ni comportándose como
heredero, por lo que no incurre en aceptación expresa ni tacita, únicamente debe
dejar transcurrir el plazo al que se refiere el artículo antes descrito para que sea
considerado conjeturablemente como heredero. Se entiende que el plazo se
computa desde la apertura de la sucesión, o sea al momento del fallecimiento del
causante, aunque el Código no lo indica.

Por la aceptación legal o presunta, nos encontramos ante el caso del silencio como
manifestación de la voluntad cuando la Ley le atribuye ese significado, tal como lo
señala el artículo 142º del Código Civil: “El silencio importa manifestación de
voluntad cuando la ley o el convenio le atribuyen ese significado”.
Este tipo de aceptación obligatoria proviene de la Responsabilidad ultra vires
hereditatis, estipulada en el artículo 662º del Código Civil, el cual nos indica que el
heredero pierde el beneficio que otorga el artículo 661º sobre la responsabilidad
intra vires hereditatis (responder de las deudas y cargas de la herencia solo hasta
donde alcancen los bienes de esta) cuando el heredero oculta dolosamente bienes
hereditarios, simula deudas o dispone de los bienes dejados por el causante en
perjuicio de los derechos de los acreedores de la sucesión. Efectivamente, al
perder los beneficios que otorga el artículo 661º por las circunstancias indicadas en
el 662º, es de obviedad que toma el carácter de heredero, puesto que para poder
responder por las deudas y cargas de la herencia por la falta cometida, este deba
ejercer la función de beneficiario hereditario.

11. DERECHO DE LOS ACREEDORES


“Articulo 676º.- Impugnación de la renuncia por el acreedor: Si la renuncia causa
perjuicio a los acreedores del renunciante, estos pueden impugnarla dentro de los
tres meses de tener conocimiento de ella, para que sea declarada sin efecto en la
parte en que perjudica sus derechos. La resolución que declare fundada la
demanda dispondrá, según la naturaleza de los bienes, su administración judicial o
su venta en pública subasta, para el pago de las deudas del renunciante.
El remanente, si lo hubiera, se trasmite a los herederos a quienes favorezca la
renuncia.
La demanda de impugnación se tramita como proceso sumarisimo.”
El precepto regula la pretensión, denominada de impugnación de renuncia, que
pueden ejercer los acreedores del sucesor renunciante, a quienes la renuncia
perjudique sus derechos de cobro, esto con a finalidad de impedir que la
recuperación de los créditos sea burlada.

El legislador faculta a los acreedores de los herederos para que reclamen la parte
de sus créditos cuando los herederos renuncien a la herencia. Por tanto, si un
llamado tiene una deuda con un banco, y esta renuncia a una herencia mediante la
cual puede cubrir el adeudo, el banco, como acreedor del renunciante, puede
impugnar la renuncia a fin que sea aceptada y se proceda a la cancelación de la
obligación.
12. FORMALIDAD DE LA RENUNCIA
C.C. Artículo 675º. La renuncia debe ser hecha en escritura pública o en acta
otorgada ante el juez al que corresponda conocer de la sucesión, bajo sanción de
nulidad. El acta será obligatoriamente protocolizada.”

El citado artículo nos presenta la forma ad solemnitatem por la que se debe


celebrar la renuncia de la herencia. Es de observarse que la renuncia debe revestir
obligatoriamente en documento público que lo ampare, estableciendo dos
modalidades: o por escritura pública, ante notario o quien haga sus veces, o por
acta ante el juez competente para conocer la sucesión, siendo la inobservancia de
este requisito, sancionable con la nulidad del acto.

Hay que tener presente que la aceptación y renuncia de la herencia son,


conceptualmente, actos jurídicos, por tratarse de manifestación de voluntades
destinadas a crear y extinguir relaciones jurídicas. Así vemos que se distinguen dos
tipos de invalidez del acto jurídico: la nulidad y la anulabilidad.

En razón de la nulidad, las causales se encuentran especificadas en el artículo 219º,


y son 8:
▪ Falta de manifestación de voluntad del agente.
▪ Incapacidad absoluta.
▪ Objeto físico o jurídicamente posible.
▪ Fin Ilícito.
▪ Simulación absoluta.
▪ Ausencia de formalidad prescrita bajo sanción de nulidad.
▪ Nulidad expresa.
▪ Nulidad virtual.
Sobre las citadas causales de nulidad es de merito discutir dos:
Sobre la ausencia de formalidad prescrita bajo sanción de nulidad:
Es la causal especificada en el inciso 6 del artículo 219º, referido a la nulidad del
negocio jurídico que no concurra en la forma solemne plasmada por Ley o con
formalidad Ad solemnitatem.

Todo negocio jurídico tiene dos elementos típicos: La declaración de voluntad y la


causa. Sin embargo, es de apreciar que existen varios negocios jurídicos que
requieren para su formación del cumplimiento de una formalidad que impone la
Ley, bajo sanción de nulidad. La deserción de dicha formalidad, producirá la
nulidad del negocio jurídico, por lo que no originará ningún efecto jurídico. Estos
negocios jurídicos que revisten una formalidad, como lo indica el tratadista Lizardo
Taboada Córdova, generalmente son negocios jurídicos de derecho familiar o
negocios jurídicos patrimoniales a título gratuito. Así, por ejemplo, en el
reconocimiento de los hijos extramatrimoniales, la adopción, el reconocimiento de
los hijos extramatrimoniales, el testamento, la donación de bienes muebles en
algunos casos, la donación de bienes inmuebles, el mutuo entre cónyuges, el
suministro a título gratuito, el secuestro, la fianza, el compromiso arbitral, la renta
vitalicia, entre otros.

Sobre la nulidad expresa:


Es la causal especificada en el inciso 7) del artículo 219º, el cual menciona que el
acto jurídico será nulo cuando la Ley lo declare así.

En la doctrina es conocido dos tipos de nulidades: Nulidad expresa y Nulidad tácita


o virtual. Las expresas son aquellas que vienen a dispuestas manifiestamente de un
texto legal, mientras que las nulidades virtuales son aquellas que se producen
cuando un determinado negocio jurídico contraviene una norma imperativa, así,
por ejemplo, el matrimonio entre dos personas del mismo sexo es nulo
tácitamente por contravenir lo dispuesto en el artículo 234º del Código Civil. Casos
de nulidades expresas en nuestro Código Civil son, por ejemplo, el artículo 274º
para el matrimonio, el artículo 865º, para la partición hecha con preterición de
algún heredero.

Estas dos clases de nulidades antes descritas, por ausencia de formalidad prescrita
por Ley y por nulidad expresa, se presentan para el caso de la renuncia a la
herencia, puesto que en el artículo 675º, prescribe la forma solemne en la que
deba realizarse este acto bajo sanción de nulidad, evidenciando la forma ad
solemnitatem que debe cumplir el acto jurídico, y al mismo tiempo, irrogando una
nulidad expresa, puesto que la propia norma lo indica en la frase “bajo sanción de
nulidad”.

En cambio la renuncia a la herencia necesariamente tiene que ser por escrito o


mejor tiene que ser necesariamente expresa tal como lo dispone el art. 675 al
respecto, si no hay conflicto de intereses de por medio de naturaleza sucesoria y el
heredero desea renunciar a la herencia por múltiples razones entonces no hará
sino otorgar escritura publica (minuta), si es que hay conflicto de interés en 
materia sucesoria entonces procede a renunciar a la herencia mediante acta por
ante el juez que conoce la causa así por Ej. En un proceso de partición hereditaria
uno de los herederos puede renunciar a la herencia y lo hace ante el juez mediante
un escrito.
La razón de ser de la renuncia de la herencia es la de no responder por las
obligaciones hereditarias.

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