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Actitudes de las Hijas Cuidadoras Hacia el Cuidado de sus Padres con Enfermedad de
Trabajo de Grado como requisito Parcial para Optar al Grado de Magister en Ciencias Mención
Orientación de la Conducta
ACEPTACIÓN DE LA TUTORA
DE CONTENIDO
ii
CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIÁTRICAS PSICOLÓGICAS Y
SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA
INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
En mi carácter de tutora del trabajo de grado presentado por la ciudadana Marycruz Sánchez
considero que dicho trabajo reúne los requisitos y méritos suficientes para ser sometido a la
presentación pública y evaluación por parte del jurado examinador que se designe.
_____________________________
MSc. Vicglady María Pérez Gómez
C.I: 12.910.362
iii
Agradecimiento
A mi tutora de tesis Mcs Vicglady Pérez, gracias por todo su apoyo, paciencia, dedicación y
A la Fundación Alzheimer Capitulo Bolívar y a las cuidadoras participantes, ya que sin ellas
Mi enorme gratitud, ya que sin ellos este estudio no hubiera sido posible.
iv
Índice de Contenido
pp.
Lista de Tablas……………………………………………………………………… vii
Lista de Figuras……………………………………………………………………... ix
Resumen…………………………………………………………………………….. xii
Introducción……………………………………………………………………….... 1
Capítulo I. Problema 2
Planteamiento del Problema………………………………………. 2
Formulación del Problema………………………………………… 6
Objetivos de la Investigación……………………………………… 6
Objetivo General………………………………………................... 6
Objetivos Específicos………………………………………….. 6
Justificación de la Investigación…………………………………... 7
Limitaciones del Estudio…………………………………………. 8
Capítulo II. Marco Teórico 9
Antecedentes de la Investigación……………..…………………… 9
Bases Teóricas………………………...…………………………... 15
Teoría de la Conducta Planificada…………………………..……….. 16
Teoría Social del Aprendizaje o Cognitiva Social….…………….. 18
Actitudes…………………………………………………………... 19
Tipos de Actitudes…………………………………………………. 22
Enfermedad de Alzheimer ………………..……………………….. 31
Síntomas……………………………..…………………………...... 46
Criterios Diagnósticos de la Enfermedad de Alzheimer……………………... 62
El Cuidador………………………………………………………………….
Emociones en el Cuidador………………………………………………………
v
Nivel de Información de los Cuidadores Ante la Enfermedad de
Alzheimer……………………………………………………………………………
pp.
Capítulo. III 71
Marco Metodológico…………………………………………………
Tipo de Investigación……………………………………………... 71
Diseño de la Investigación……………………................................ 71
Población y Muestra………………………………………………. 72
Operacionalización de las Variables……………………………… 74
Técnicas e Instrumentos de Recolección de los Datos……………. 76
Validez y Confiabilidad del Instrumento………………….............. 77
Procedimiento……………………………………………………... 79
Capítulo IV. 82
Conclusiones, Recomendaciones……………….…………………….
Referencias……………………………………..…………………………............... 131
Anexos……………………………………………………………………………… 137
A. Instrumento para la validez de Contenido a través del Juicio de Expertos……. 138
B. Coeficiente de Confiabilidad por el método del Alfa de Cronbach……………..
C. Cuestionario ……………………………………………………………………. 152
vi
Lista de Tablas
N Título pp.
°
1 ………………… 17
2 18
3 20
4 21
5
28
6 32
7 39
8 44
72
10
74
11 75
12 75
13 76
14 76
15 78
16 82
17 83
18 84
19 85
20 86
vii
..
N Título pp.
°
47 ……………………….………………………………………………… 114
48 115
49 116
50 117
51 118
52 119
53 120
54 121
55
122
56 123
57 124
58 125
59 126
…
Lista de Figuras
N Título pp.
°
1 32
2 33
3 34
4 35
5 38
6 41
7 46
8 48
9 49
10 51
viii
11 56
….
N Título pp.
°
12 82
13 83
14 84
15 85
16 86
17 87
18 89
19 90
20 91
21
92
22 93
23 93
24 94
25 96
26 97
27 98
28 99
29 100
30 101
31 102
32 103
33 104
34 104
35 106
36 107
37 109
38 110
N Título pp.
°
39 111
40 112
41 113
42 113
ix
43 114
44 115
45 116
46 117
47 118
48 119
49 120
50 121
51
122
52 123
53 124
54 125
Actitudes de las Hijas Cuidadoras Hacia el Cuidado de sus Padres con Enfermedad de
Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar
Resumen
La enfermedad de Alzheimer es una de las patologías a nivel mundial con más incidencia en
la población adulta mayor. En este sentido el presente estudio tiene por objetivo general: Precisar
la actitud de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres con enfermedad de Alzheimer
de la Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar. El marco teórico los antecedentes nacionales e
x
internacionales relacionados con el sujeto y objeto de estudio aborda y se fundamentó en la
Teoría de la Conducta Planificada y Teoría Social del Aprendizaje o Cognitiva Social. La
metodología de estudio fue de paradigma positivista, enfoque cuantitativo, de tipo investigación
de campo, nivel descriptivo y diseño experimental transversal. La muestra censal fue de 15 hijas
cuidadoras de padres con enfermedad de Alzheimer a quienes se les aplicó un cuestionario de
preguntas politómicas con 41 ítems, validado por juicio de expertos. La confiabilidad fue de α =
0,921. Los resultados más relevantes destacan que el 100% manifiesta que definitivamente sí
reconocen que el paciente con enfermedad de Alzheimer requiere cuidado permanente y un 67%
considera que orarle a Dios le ayuda a sobrellevar la enfermedad de su padre o madre, de igual
manera un 53% refiere que sí mantienen una buena comunicación con su padre o madre y un
40% señala que probablemente no le da un trato a su padre o madre como adulto mayor, 100%
señala que si ayuda a su padre o madre en las actividades de cuidado personal en tanto un 40%
señala que no practica actividades de ocio y placer. Se recomienda propiciar en las hijas
cuidadoras actitudes para que reconozcan y proporcionen un trato adecuado como adulto mayor
a su padre o madre con enfermedad de Alzheimer de manera que se fomente la autonomía en él
enfermo, de igual manera también se recomienda practicar conductas de autocuidado a fin de
promover su bienestar biopsicosocial.
Introducción
La enfermedad de Alzheimer es una patología que afecta severamente a la población adulta
mayor que se caracteriza por ser una enfermedad degenerativa, incurable e irreversible, en la que
enfermo se incrementa, lo cual demanda que un cuidador asuma la responsabilidad del cuidado
del paciente tanto en la realización de las actividades de la vida diaria como en el mantenimiento
de entornos adecuados. En este sentido, la ayuda para con él enfermo generalmente es asumida
por una única persona, quien habitualmente pertenece al género femenino y son familiares de primer
del paciente, de la familia y en especial la del cuidador principal; ya que conlleva una gran carga
xi
física y emocional, implica tomar decisiones en medio de situaciones complejas, asumir
El cuidado continuo afecta los ámbitos biopsicosociales del cuidador principal; pues este debe
modificar desde las actividades cotidianas hasta el ritmo de sueño, provocando en muchos casos
sobrecarga; lo cual genera que sientan ansiedad, temor, sentimiento de culpa, irritabilidad,
complejas del cuidado; sin embargo también es posible que el cuidado continuo genere en el
cuidador sentimientos positivos hacia la atención ofrecido, los cuales hacen aumentar la
En este orden de ideas, el cuidado está condicionado por las actitudes; es decir por la forma
en que las percepciones y creencias condicionan las acciones y pensamientos hacia este
compromiso, una actitud positiva hacia el cuidado que brindan al paciente, reflejara un cuidado
holístico y de calidad donde abundan más los beneficios que los costes en las áreas física,
psicológica y social. En tanto que una actitud negativa afecta el bienestar biopsicosocial del
cuidador y la del enfermo generando desde problemas físicos hasta sentimientos negativos que
Por todo lo antes expuesto se considera pertinente investigar las actitudes hacia el cuidado de
las hijas cuidadoras de padres con enfermedad de Alzheimer que pertenecen a la Fundación
positiva o negativa.
xii
El capítulo I contiene el planteamiento y formulación del problema, los objetivos de la
tanto nacionales como internacionales, en lo que respecta a las bases teóricas explica la teoría de
análisis de los datos. Capítulo IV contempla el análisis e interpretación de los datos, comprende
los resultados representados en tablas y figuras con sus respectivas interpretaciones y el capítulo
xiii
Capítulo I
El Problema
Desde tiempos remotos, la salud ha sido considerada como el elemento vital más preciado
para el ser humano y en tal sentido la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1946) la define
como: “Es el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no tan solo la ausencia de
Ahora bien si la salud es el completo bienestar esta puede verse afectada por la aparición de
una enfermedad. El proceso salud-enfermedad está presente en diferentes etapas de la vida del
ser humano en todos sus aspectos. Por lo general la enfermedad implica una limitación de las
funciones y deberes normales del hombre, de sus relaciones con el medio y una reducción de las
(Cortez, 2009).
Para Velasco & Sinibaldi (2001) la enfermedad crónica: “Es considerada como un
padecimiento cuyo desarrollo se prolonga a través del tiempo, causando un continuo deterioro
físico, mental o ambos, en el individuo que la padece, llevándolo incluso a la muerte” (p.37). La
enfermedad crónica es calificada como proceso incurable, con una gran carga social tanto desde
14
cambios en la regulación del organismo; dentro de estas patologías se ubica el síndrome
demencial (Tolosa 1998). En este sentido, Ballesteros (2008) sostiene que la demencia es: “Un
síndrome demencial que tiene una causalidad múltiple y que de forma progresiva y crónica,
A nivel mundial el Alzheimer afecta a 47.5 millones de personas y se pronostica que en los
próximos 20 años la cifra aumente a 74,7 millones de personas con este tipo de demencia (OMS,
2016). En este orden de ideas, en América Latina y el Caribe se calcula que el número de
personas que sufren de la enfermedad de Alzheimer se estima en casi 7,6 millones de personas.
Por otra parte, la Fundación Alzheimer de Venezuela (2009) reportó que en el país
aproximadamente 130.000 venezolanos sufren de algún tipo de demencia, de los cuales 75.000
patología 6.547 adultos mayores, lo cual representa un 5.8% del porcentaje total.
Cabe destacar que no solo los que padecen esta enfermedad son los afectados; los miembros
de la familia también sufren las consecuencias de esta patología ya que como institución
primaria, deben procurar responder a todas las necesidades que presente a lo largo de su
enfermedad, cumpliendo así un rol determinante en la vida del paciente con Alzheimer. Cuando
en la familia se presenta una situación de cronicidad, los integrantes del núcleo familiar,
empiezan a asumir diferentes roles; sin embargo, debe haber una persona que asume la
15
principal, el cual apropiará la función de apoyo o suplencia de las actividades cotidianas, al igual
papel protagónico que presenta la mujer; tal como lo plantea, Dulcey (1997) al afirmar que: “La
función de cuidar está íntimamente relacionada con el género femenino y generalmente son de
El cuidado cuando recae en las hijas por lo general son las hijas solteras, la hija favorita, la
que tiene menos carga familiar o de trabajo, así como la hija que vive más cerca o la única
mujer entre los hermanos, o el hijo favorito, suelen ser las personas sobre las que recae la
responsabilidad del cuidado de sus padres” (p.12)
Hay quienes consideran natural que las mujeres sean las cuidadoras, se piensa que ellas están
más voluntariosa, pero se olvidan que mujeres y hombres no nacen con capacidades diferentes, la
construcción social del género la que determina las tareas que unas y otros deben realizar en cada
momento de su vida.
responsabilidades y papeles que esta desempeña tanto en su familia y en la relación con otras
personas, es así como las hijas cuidadoras se convierten en mujeres multifuncionales, no solo
tienen bajo su responsabilidad el cuidar de sus padres, sino que en muchos casos tienen otros
16
roles como esposa, trabajadora, por lo que todo este entorno conlleva a que se incremente las
responsabilidades lo que trae como consecuencia dificultades, para poder manejar los diferentes
durante el tiempo que dura su tarea como cuidador que determinan su actitud ante el cuidado. En
este sentido la actitud es definida por Morales (2000) como: “ Una predisposición aprendida, no
innata y estable aunque puede cambiar, al reaccionar de una manera valorativa, favorable o
La manera en que se desempeña el cuidado así como los múltiples factores vinculados con
este, pueden generar en el cuidador efectos perjudiciales para la salud física y mental formando
así una actitud negativa ante el cuidado, pero también se ha visto que diversos factores como el
apoyo familiar, el conocimiento que posee el cuidador, como también el uso de estrategias
adecuadas de afrontamiento, entre otros son aspectos muy importantes que conducen a mantener
Por consiguiente, la actitud del cuidador familiar del paciente con Alzheimer es un aspecto
fundamental de los cuidados, la actitud que maneje el cuidador acerca del cuidado le facilitara o
le limitara según sea el caso. En este sentido para obtener los datos empíricos relacionados a la
Alzheimer Capítulo Bolívar se optó por consultar directamente a las hijas cuidadoras, donde sus
respuestas permitieron establecer que 73% de las consultadas opina que le ha afectado el cuidar
de su padre o madre; de igual manera 100% de las cuidadoras reportaron que sentían que habían
descuidado otras responsabilidades debido al rol de cuidadoras que ejercen; igualmente 67%
17
indicaron que no contaban con el apoyo de otros miembros de la familia para cuidar de sus
padres.
Por todo lo antes expuesto se considera importante identificar las actitudes de las hijas
Bolívar para precisar si las mismas son positivas, negativas o ambivalentes. En atención a los
¿Cuál es la actitud de las hijas cuidadoras hacia al cuidado de padres con enfermedad de
1. ¿Cuáles son las características socio demográficas de las hijas cuidadoras de padres con
2. ¿Cuáles son los componentes cognitivos de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres
3. ¿Cuáles son los componentes afectivos de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres
4. ¿Cuáles son los componentes conductuales de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus
Objetivos de la Investigación
18
Objetivo General:
Precisar la actitud de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres con enfermedad
Objetivos Específicos:
1. Establecer las características socio demográficas de las hijas cuidadoras de padres con la
2. Determinar los componentes cognitivos de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus
3. Especificar los componentes afectivos de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus
Capítulo Bolívar.
4. Establecer los componentes conductuales de las hijas cuidadora hacia el cuidado de los
Capítulo Bolívar.
Justificación
UNESCO para los campos de la ciencia y tecnología en la disciplina de psicología (61) en las
(6103); así como también el campo de las ciencias médicas (32) en la disciplina de geriatría
(3201); neurología (3205 ), psiquiatría (3211), con lo cual el presente estudio ingresaría al
Precisar las actitudes de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres con enfermedad
19
tema en el país. Del mismo modo, asemejar esta realidad permite contar con elementos de juicio
basados en evidencia teórica y científica que facilitan ofrecer una orientación de la conducta a
Alzheimer puede contribuir a una salud mental y a un desarrollo biopsicosocial más operativo de
los beneficiarios directos (cuidadores). Además, el resultado del estudio puede servir como
marco de referencia para la puesta en práctica de otros estudios sobre actitudes de hijas
cuidadoras de padres con otras patologías tanto a nivel nacional como internacional.
actualizada sobre los aspectos del estudio lo cual podría favorecer al cuerpo de conocimientos
conocimientos al respecto.
Desde el punto de vista metodológico el desarrollo de este estudio generó un instrumento para
recabar información sobre actitudes hacia el cuidado en hijas cuidadoras de padres con
enfermedad de Alzheimer con validez y confiabilidad determinada, que podrán ser utilizados en
Desde el punto de vista social y práctico, este estudio estima representar un aporte; ya que
genera una importante información sobre la actitud de hijas cuidadoras hacia el cuidado de
A nivel personal constituyó un verdadero compromiso realizar esta investigación sobre este
objeto y sujeto de estudio del cual se ha hecho referencia, dado que se busca ofrecer un aporte
20
Limitaciones del Estudio
Venezuela; así como la falta de estudios previos de investigación tanto a nivel nacional como
internacional directamente relacionadas con el objeto y sujeto de estudio del presente trabajo de
Capítulo II
21
Marco Teórico
Este capítulo presenta el marco referencia de un conjunto de antecedentes nacionales e
internacionales de la investigación relacionados con las actitudes de las hijas cuidadoras hacia el
cuidado de sus padres con enfermedad de Alzheimer; así como las bases teóricas y legales, en el
Antecedentes de la Investigación
Como sustento de esta investigación la búsqueda de antecedentes sobre las actitudes de las
hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres con enfermedad de Alzheimer fueron escasas;
sin embargo para la misma se tomaron en cuenta tres investigaciones en general, las cuales
estuvieron relacionadas con el objeto y/o sujeto de estudio, siendo las mismas de mucha
Antecedente Nacional.
Díaz, Farías & Márquez (2016) realizaron un estudio en Venezuela titulado: Estudio sobre la
convivencia familiar cuando un integrante tiene Alzheimer a partir del cuidador principal, cuyos
objetivos eran: A) Analizar los cambios generados en la convivencia familiar ante la presencia de
una persona con Alzheimer desde la perspectiva del cuidador principal. B) Como identificar las
características de la persona que asume dicho rol, el grupo familiar y la Relación del cuidador
principal, el grupo familiar y la persona que tiene Alzheimer antes y durante la presencia de la
enfermedad,
Entre los resultados más relevantes destaca que existen dos tipos de cuidadores principales,
aquellos que van asumiendo los cuidados de su familiar a medida que transcurre el tiempo y van
22
demandando una serie de cuidados; o quienes asumen el rol de cuidadores una vez es otorgado el
Quienes asumen el rol de cuidador, generalmente son las mujeres. Esto se debe a una
característica propia del mundo de vida popular venezolano. El hombre venezolano se vive como
hijo, de manera que evade cualquier tipo de responsabilidad otorgada dentro del hogar. Este tipo
de tareas son asignadas culturalmente a la mujer. A partir de la convivencia con una persona con
Alzheimer, se crean nuevas prácticas de vida, signadas por los cuidados y el tiempo de
dedicación que se le otorga a las atenciones brindadas. Estas van a variar y modificarse a medida
De tal modo, se distinguió que en las primeras etapas se crean prácticas abocadas a la
búsqueda) del tratamiento, las cuales van incrementando en cuanto a tiempo de dedicación y
esfuerzo (según la etapa del Alzheimer) el cuidador relata, interpreta y vive el Alzheimer a partir
La enfermedad se vive como una pérdida por parte de quienes conforman el medio íntimo
familiar. Se crea una ruptura emocional con el familiar que la padece. Este va perdiendo su
capacidad para interactuar, relacionarse y demostrar su afecto a otros; dejando una presencia
capacidad para interactuar con los individuos que forman parte del entorno. Se gesta una forma
sentimiento de dolor de pérdida, sin que esta haya ocurrido todavía. Por tanto, no se produce por
23
Este estudio, es relevante para la presente investigación pues determina cuales son las
familia venezolana, lo cual permite establecer un marco de referencia para determinar la actitud
Antecedentes Internacionales
Córdova & Pavón (2016) realizaron en Colombia, el estudio titulado: Resiliencia y Variables
Asociadas en Cuidadores Informales de Pacientes con Alzheimer; el cual tuvo por objetivo
pertenecientes a instituciones de salud que trabajan con adultos mayores con demencias de la
ciudad de Bucaramanga.
El enfoque del estudio fue cuantitativo, de tipo transversal con alcance descriptivo-
correlacional, donde la muestra estuvo representada por ciento un (101) cuidadores evaluados
por medio de los instrumentos Escala de Resiliencia de Wagnild & Young (1993) adaptada al
español por Novella (2002), Escala de Carga del Cuidador (Zarit, 1980) adaptada por Martín et
al. (1996) posee un coeficeinte alfa de Conbrach de .91, Escala de Estrategias de Afrontamiento
Coping de Chorot & Sandín (1993) modificada por Londoño et al. (2006) tiene un coeficiente de
Alfa de Cronbach de .84, Cuestionario MOS de Apoyo Social (Sherbourne & Stewart, 1991),
validado por Espíndola, Enrique & Carmelo (2005) en su versión argentina tiene un .91 de
Spielberg, validado para Colombia por Spielberg, Buela-Casal & Agudelo-Vélez (2008) las
diferentes escalas de este instrumento tienen valores de confiabilidad según Alfa de Cronbach
24
1. Las características sociodemográficas de la muestra ratifican el perfil de cuidadores
y depresión, se encontró que los cuidadores informales de la muestra son resilientes, presenta
índices moderados e intensos de sobrecarga, y una percepción adecuada de apoyo social. Como
La importancia de este estudio para la investigación, radica en que permite comparar las
Caso. Esta investigación centro su objetivo en: aportar conocimiento compresivo sobre la
Colaizzi que incluye las siguientes etapas: describir el fenómeno de interés, recolectar la
descripción del fenómeno por los participantes, leer y releer todas las descripciones de los
frente a cada unidad de significado identificada, intentar explicar el significado de cada frase
significativa, organizar los significados formulados en categorías más amplias, escribir una
descripción exhaustiva del fenómeno develado y volver a los participantes para validar la
25
descripción.
Los resultados de este estudio evidencian que: para la cuidadora la tarea de cuidar es una
negativos como ira e impotencia, pero al mismo tiempo estas conductas hacen que la cuidadora
Aparecen en la cuidadora sentimientos de pérdida por el ser querido, debido a los cambios
que produce este padecimiento en el individuo enfermo. Se distinguió que la cuidadora puede
sentirse sobrepasadas por la situación de cuidado, lo cual está relacionado con la gran carga que
conlleva cuidar a un familiar con enfermedad de Alzheimer y esto lleva a sentir agotamiento y de
personas de la familia. Así mismo se evidencia que las necesidades al ser cuidador primario están
Este estudio guarda relación con la investigación dado que permite establecer un marco de
referencia sobre los sentimientos negativos que se generan en la cuidadora familiar de pacientes
Bases Teóricas
Esta teoría es una extensión de la Teoría de Acción Razonada desarrollada por Ajzen &
sistemáticamente la información disponible para llegar a una decisión conductual, es decir, “la
gente considera las implicaciones de sus acciones antes de decidir conducirse o no de un cierto
26
modo” (Ajzen y Fishbein, 1980).
Este postulado establece que la intención para realizar una conducta depende de la actitud
percibido. Al respecto, Restrepo (2013) añade que esta teoría postula que:
Actitud hacia el
Comportamiento
Conocimiento Intención de Comportamiento
Norma Subjetiva Conducta
Control
Conductual
Percibido
Figura 1. Modelo de la Teoría de la Conducta Planificada Ajzen (1991). Adaptado de “Gaviria, Cuadrado &
López”, 2009, p.188.
Esta teoría incorpora los componentes originales de la Teoría de la Acción Razonada, pero
también introduce la variable del Control Conductual Percibido, en este sentido Moncada (2013)
refiere que Fishbein y Ajzen definen los componentes de esta teoría como:
27
comportamiento. Refleja la influencia que el entorno inmediato al sujeto ejerce sobre la
conducta. La Norma Subjetiva podría definirse como lo que el sujeto cree que los “otros
importantes” para él creen o esperan que debe (o no debe) hacer en relación a una
determinada conducta (pp. 27-28).
En cuanto al control conductual percibido es definido por Carpi &Asencio (1997) señalan
sistemático en el que las creencias son sus determinantes indirectos y las intenciones junto con la
situación de control son sus determinantes directas. En la medida en que un individuo adopta
acto deliberado y planificado (García, Carreón, López, Hernández & Bustos, 2013).
Esta teoría es relevante para este estudio, porque permite identificar los procesos por los que
se han formado las creencias, normas subjetivas, intenciones así como el control conductual que
determinan la actitud de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres con enfermedad de
más inmediata de mantener una actitud positiva o negativa hacia el cuidado serán las intenciones
para cuidar o no cuidar. Estas intenciones (o decisiones) estarán determinadas por dos
componentes: las actitudes hacia el cuidado y por las creencias “normativas” sobre el cuidado.
De igual manera, las actitudes vienen dadas por dos elementos, las cuales son: consecuencias
(positivas, negativas) que las hijas cuidadoras esperen de asumir el cuidado de sus padres y el
valor afectivo que esas consecuencias tienen para ellas, si las hijas cuidadoras conceden más
valor a los beneficios que a los costos del cuidado, como resultado mostrará actitudes positivas
hacia él.
28
Teoría Social del Aprendizaje o Cognitiva Social
Schunk (1997) plantea que:
Esta teoría postula que las personas tienen una capacidad de aprender observando a un
modelo o recibiendo instrucciones. Esta teoría es también conocida como Teoría
Cognoscitiva Social y se basa en el modelo de reciprocidad triádica del funcionamiento
humano, el cual sostiene que el aprendizaje se produce por la determinación de tres
elementos: factores personales, ambiente y conducta. Estos tres elementos interactúan
constantemente lo que facilita el aprendizaje (p.108).
primero estaría constituido por los acontecimientos o estímulos externos, que afectarían a la
los procesos cognitivos mediacionales, que regularían la influencia del medio, determinando los
estímulos a los que se prestará atención, la percepción de los mismos y la propia influencia que
Bandura en su teoría del Aprendizaje Social afirma que los humanos aprenden la mayor
parte de su conducta a través de la observación de modelos: al observar a los demás nos
hacemos una idea de cómo se efectúan las conductas nuevas y, posteriormente, esa
información nos sirve como guía de acción. (p.5)
De igual manera, Bandura también estableció que el aprendizaje también ocurre en acto o en
modo vicario, es decir por observación, este consiste en aprender de las consecuencias de las
acciones propias las que llevan a fracasos se perfeccionan o descartan, las que dan resultados
exitosos se retienen. Así mismo, buena parte del aprendizaje humano también ocurre de manera
vicaria, es decir sin ejecución abierta del que aprende, normalmente escuchando u observando
29
Al observar a los demás, las personas adquieren conocimientos, reglas, habilidades,
estrategias, creencias y actitudes. Los individuos también aprenden la utilidad e idoneidad
de las conductas y las consecuencias de las conductas modeladas a partir de la observación
de modelos, y actúan de acuerdo con las capacidades que consideran tener y conforme a
los resultados esperados de sus acciones (p. 118).
Debe señalarse que Bandura, también hace mención a la autorregulación la cual es entendida
como la capacidad de la persona para dirigir su propia conducta y se establece a partir de tres
(Olivares 2014).
Entre las variables determinantes del aprendizaje autorregulado se encuentran las que
conciernen al ser como individuo como la motivación, los conocimientos previos o las
estrategias de aprendizaje, las referidas a la actuación, o conductuales como la auto-
observación, la autoevaluación y la autorreacción. La auto-observación, se refiere a un
análisis detallado del comportamiento del propio sujeto, la auto-valoración hace referencia
a la comparación de nuestro comportamiento y actitudes con ciertos estándares y
finalmente, los procesos de auto-reacción están relacionados con los criterios evaluativos
de las realizaciones de los demás Son respuestas comportamentales, cognitivas y afectivas
a las autoevaluaciones (p.1).
Sumado a lo expuesto, otro concepto importante de la Teoría Cognitiva Social está referido a
la autoeficacia, la cual según Pavón (2015) señala que: “Este constructo hace referencia a las
creencias que las personas poseen sobre sus capacidades percibidas para aprender o ejecutar
conductas en ciertos niveles, en base a dichas creencias, se organizan y ejecutan acciones para
30
consideran capaces de lograr y desestiman aquellas para las que creen que no cuentan con la
que permite discernir y sopesar los aspectos que utiliza el individuo para alcanzar una meta
específica, si la persona cree que puede lograr los resultados deseados a través de sus acciones,
entonces tendrá mayor motivación para actuar. De la misma forma, la percepción de autoeficacia
influye en las expectativas que se tengan de los resultados, entre más eficaz se perciba el
individuo, tendrá más confianza en que obtendrá los resultados deseados Suria (2010).
Esta teoría se relaciona con la investigación, dado que la actitud de las hijas cuidadoras hacia
el cuidado de sus padres, muestra la manera en que las creencias que poseen sobre sus propias
desafíos que asumen hacia el cuidado de sus padres, así como también está ligada porque hace
referencia a la capacidad de aprendizaje que pueden tener estas, para autorregular sus
pensamientos, conductas y sentimientos y así mismo para lograr la meta o el propósito que tienen
establecida. Cabe destacar que dentro de este proceso la autobservación también juega un
importante papel dado que a través de ella el cuidador hace una introspección de su conducta, de
sus emociones, de su actitud y puede determinar que conductas, patrones y percepciones son
autoeficacia o capacidad que tiene la hija cuidadora para organizar y ejecutar un cuidado que sea
eficaz y que permita prevenir conductas riesgosas, tanto para su salud como para la de su
éxitosamente ciertas actividades relacionadas con el cuido, pueden aprender y establecer las
31
capacidades suficientes para desempeñarse con igual éxito.
Actitudes
Las actitudes son definidas como una predisposición aprendida para responder
En este sentido, la actitud es una preferencia positiva o negativa hacia una persona, objeto o
situación específica y se concreta en lo que se conoce como la conducta. Las actitudes no son
innatas sino que se van formándose como expresiones comportamentales adquiridas mediante la
experiencia de nuestra vida individual o grupal, e implican una alta carga afectiva y emocional
Tipos de Actitud
Morales, Moya, Gaviria & Cuadrado (2009) refieren que:
Las evaluaciones o juicios generales que caracterizan la actitud pueden ser positivas,
negativas, o neutras o grado de polarización y se presenta dos formas de evaluar los juicios
que caracterizan la actitud (p. 459).
32
Tabla 1
Valencia de las Actitudes
De acuerdo a la valencia positiva o negativa De acuerdo a la indiferencia y ambivalencia:
Actitud positiva de extremosidad alta (la persona Ausencia de actitud (la persona considera la experiencia como
considera la experiencia como algo altamente algo irrelevante).
positivo).
Actitud positiva de extremosidad media (la persona Actitud neutra (la persona se siente indiferente ante la
hace una evaluación medianamente positiva d experiencia).
e la experiencia).
Actitud ambivalente (la persona experimenta simultáneamente
Actitud negativa de extremosidad alta (la persona evaluaciones tanto positivas como negativas hacia la
considera como algo totalmente negativo la experiencia.
experiencia)
Fuente: Elaboración propia basado en Morales, Moya, Gaviria & Cuadrado (2009) (p.459).
Actitud Ambivalente
La ambivalencia actitudinal es definida por Thompson, Zanna & Griffin (1995) como un
estado en el cual un individuo posee dos o más actitudes hacia una clase de estímulo con
diferente valencia. En una perspectiva similar, Armitage & Arden (2007) entienden la
ambivalencia como “un estado en el cual un individuo está inclinado a dar evaluaciones
equivalentemente fuertes, tanto positivas como negativas, hacia un objeto de actitud” (p. 1421).
De igual modo, estos autores señalan que la estructura subyacente de las actitudes puede
diferir en términos de los valores, creencias y emociones sobre las cuales están basadas,
La Enfermedad de Alzheimer.
Abizanda & Jordán (2011) la definen como:
Una enfermedad neurodegenerativa primaria, que se caracteriza en su forma típica por
una pérdida progresiva de la memoria y de una o varias capacidades mentales, con
expresión clínica tanto a nivel cognitivo como a nivel funcional. Es por tanto un proceso
primario, que cursa de forma insidiosa y subclínica durante años y suele tener una duración
media aproximada de 10 – 12 años, aunque esto puede variar (p.16).
cerebro. Con el tiempo, el cerebro se encoge dramáticamente, afectando casi todas sus funciones.
33
Esta patología, afecta preferentemente a las personas de más de sesenta años, aunque también
puede afectar a personas más jóvenes a partir de los cuarenta años. Dentro de este ámbito, cabe
destacar que quienes sufren esta enfermedad requieren desde el comienzo de la enfermedad hasta
bien debe considerarse que las mujeres tienen una esperanza de vida más larga que la de los
hombres, parecería que hay mayor vulnerabilidad por parte del varón a padecer esta enfermedad
o al menos les afecta en edades más tempranas. Así, la prevalencia e incidencia ligada a la edad
es generalmente más alta en las mujeres que en los hombres (Rocca, 1993).
Donoso (2010) señala que: “la enfermedad de Alzheimer clínicamente se expresa como una
demencia de comienzo insidioso y lentamente progresiva, que habitualmente se inicia con fallas de la
memoria reciente y termina con un paciente postrado en cama, totalmente dependiente” (p.10). Los
34
primeros síntomas de la enfermedad son los cambios sutiles de comportamiento, al respecto
Uno de los principales problemas que presenta esta enfermedad es que no se conoce
realmente el momento exacto en el que se inicia, puesto que al principio sus síntomas son
imperceptibles y de fácil confusión. No se puede pensar en el Alzheimer ante la aparición
de un solo síntoma sino cuando se detecten dos o más alteraciones. Las más frecuentes son
la pérdida de memoria, trastornos del lenguaje, dificultad para reconocer personas u
objetos y desorientación (p.7).
cada persona la enfermedad aparece y evoluciona de una manera distinta; sin embargo
Hernández & Gutiérrez (2011) añaden que generalmente comienza con dificultad para:
Tabla 2
35
de la llamada Enfermedad de Alzheimer precoz,
con un fuerte componente familiar, en la que la
enfermedad se presenta antes de los 65 años
De igual manera, se han identificado ciertos factores de riesgo que aumentan la probabilidad
de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, en este sentido Woods (1990) clasifica los factores
36
de riesgo de la siguiente manera:
1. La edad. Cuanto más avanzada sea la edad mayor será el riesgo de padecer Alzheimer.
2. Lesiones en la cabeza. Existe una fuerte conexión entre las lesiones de cabeza serias y
un riesgo de padecer Alzheimer en el futuro.
3. Antecedentes familiares: El riesgo de padecer Enfermedad de Alzheimer aumenta si
algún familiar próximo también la ha sufrido.
4. Síndrome de Down: Las personas que presentan el Síndrome de Down tienen un riesgo
mucho mayor de desarrollar la Enfermedad de Alzheimer. En estas personas, la esperanza
de vida es menor a la normal y las que consiguen alcanzar la edad de 50 años casi siempre
presentan placas y nódulos en sus cerebros, sufriendo muchas de ellas un deterioro general
de sus facultades.
5. Antecedentes familiares de Síndrome de Down: El riesgo de padecer la enfermedad de
Alzheimer aumenta cuando hay familiares con Síndrome de Down.
6. Antecedentes familiares de otras enfermedades: Si en la familia existen antecedentes de
enfermedad tiroidea, aumenta también el riesgo de Enfermedad de Alzheimer (p.11).
Entre los criterios diagnósticos de la CIE-10 la duración de la sintomatología debe ser por lo
menos de seis meses; así como también contempla dos tipos de demencia según la edad de inicio
de los síntomas: de inicio temprano (65 años) y de inicio tardío (cerca de 70 años). Además,
especifican para cada subtipo aspectos del curso clínico y ciertos déficits característicos: los
afectación cognitiva, mientras que los casos de inicio tardío deben caracterizarse por un inicio
muy lento y gradual donde predomine el deterioro de la memoria sobre otras pérdidas
intelectuales.
37
Figura 2
Criterios CIE-10
B) Enfermedad de Alzheimer de inicio tardío: demencia en la EA en donde el inicio clínicamente observable es después de
los 65 años, usualmente cerca de los 70 años o después, con una progresión lenta y usualmente con trastornos de la memoria
como rasgo principal. Los criterios diagnósticos son:
I. Los criterios para demencia en la EA deben ser cumplidos en su totalidad y la edad de inicio debe ser después de los 65
años.
II. Al menos uno de los siguientes criterios debe ser cumplido: a) Evidencia de un inicio muy lento y de una progresión
gradual (3 años o más evaluados retrospectivamente). b) Predominio del trastorno de la memoria sobre el trastorno intelectual.
C) Enfermedad de Alzheimer atípica o mixta: demencia en la EA que no cumple los criterios de las dos anteriores; se incluye
demencia mixta (Alzheimer y vascular). Se trata de demencias con importantes rasgos atípicos o que cumplen ambos criterios de
las demencias de inicio precoz y tardío.
D) Enfermedad de Alzheimer inespecífica: no hay criterios específicos definidos .
Figura 2. Criterios CIE-10 para el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer. Fuente: Guía de bolsillo de la
clasificación CIE-10. (2000). (2ª ed., Vol. 4). Madrid: Editorial Medica Panamericana.
detección de placas y ovillos en el tejido cerebral del enfermo pero para observar el tejido
cerebral se debe esperar hasta que se realice la autopsia. Por lo tanto, los médicos realizan el
(Chira, 2014).
38
Se establece que, la enfermedad de Alzheimer evoluciona por fases, etapas o estadios, aunque
cada enfermo es totalmente distinto y resulta muy difícil diferenciar claramente el final de un/a y
el inicio del/la siguiente.
Al respecto Pérez (2008) refiere que:
La fase inicial de la enfermedad puede durar unos dos años y en ella suelen aparecer fallos
en la memoria reciente, desinterés, humor deprimido, cambios en la personalidad,
episodios leves de desorientación y falta de adaptación a situaciones nuevas. Sin embargo,
en la fase intermedia puede desarrollarse durante 3-5 años. El detrimento de la memoria es
más comprometido y afecta no solo a la memoria reciente, sino también a la remota.
Emergen alteraciones del lenguaje, la escritura, la lectura, el cálculo, apraxias y agnosias.
Muestra dificultad con el aseo, el vestir o la comida. Pueden aparecer síntomas psicóticos.
Además, en esta fase el paciente tiene dificultad para mantener sus relaciones sociales y es
incapaz de mantener una discusión sobre un problema.
Mientras, en la fase terminal (demencia grave), el enfermo es incapaz de andar, se
inmoviliza, se hace incontinente y no puede ejecutar ninguna actividad de la vida diaria. El
lenguaje se hace ininteligible o presenta mutismo. A veces se produce disfagia y hay
riesgos de neumonías, deshidratación, malnutrición y úlceras por presión. Los enfermos
pueden permanecer en cama y suelen fallecer de una neumonía u otra infección (p.139).
Tabla 3
Fases de la Enfermedad de Alzheimer
Fase Esta primera etapa tiene una duración aproximada de 2 a 5 años.
I Aparecen las alteraciones de la memoria.
Dificultad para aprender cosas nuevas.
Discreta pérdida de la memoria remota, es decir, el paciente
comienza a tener problemas para recordar aquellas cosas
aprendidas hace tiempo.
Desorientación espacial: el paciente no reconoce bien el lugar
donde está.
Cambios de humor y síntomas de depresión con apatía, pérdida
de iniciativa, etc.
En esta fase, el lenguaje, las habilidades motoras y la percepción
se conservan bien.
El enfermo es capaz de mantener una conversación, comprende
bien y utiliza los aspectos sociales de la comunicación (gestos,
entonación etc.)
Fase Este estadio presenta una duración de dos a diez años y se producen
II alteraciones más importantes de la función cerebral, con la aparición
de síntomas más llamativos:
Afasia, es decir, dificultad en el lenguaje. Al paciente le cuesta
hablar.
Apraxia. El paciente tiene dificultades para llevar a cabo funciones
39
aprendidas como vestirse, utilizar los cubiertos, etc.
Agnosia. Consiste en una pérdida de la capacidad de
reconocimiento, aunque no es total, pues reconoce ambientes
familiares y conserva la orientación personal (sabe su nombre, edad,
lugar de nacimiento). Reconoce a su cónyuge y allegados.
Es descuidado en su higiene personal. Como compensación a su
falta de memoria, a veces, dice reconocer lo que realmente no
reconoce.
Las manifestaciones neurológicas en forma de debilidad muscular,
alteraciones posturales y de la marcha, así, como otros síntomas
parkinsonianos, son frecuentes en la exploración física.
Aparecen, además, signos psicóticos, como alucinaciones e
ilusiones.
La dependencia de un cuidador es cada vez mayor.
Las aficiones que tenía y las actividades sociales y de ocio que
realizaba antes han perdido su valor y se muestra aburrido,
somnoliento o realiza actos perseverativos (vagabundea, ordena la
ropa varias veces al día).
Fase Puede durar de 1 a 5 años
III Los síntomas cerebrales se agravan, se acentúa la rigidez muscular
así como la resistencia al cambio postural.
Pueden aparecer temblores y hasta crisis epilépticas.
Los pacientes se muestran profundamente apáticos, perdiendo las
capacidades automáticas adquiridas como la de lavarse, vestirse,
andar o comer.
Presentan una cierta pérdida de respuesta al dolor.
Tienen incontinencia urinaria y fecal.
Los pacientes terminan encamados, con alimentación asistida y
suelen fallecer por neumonía, infección sistémica u otra enfermedad
accidental.
40
El principal objetivo de la terapia se dirigirá a frenar el deterioro de las funciones afectadas
y preservar las funciones cognitivas existentes, todo ello para tratar de mejorar y mantener
la calidad de vida del paciente y de su entorno más inmediato, con el fin de mantener a la
persona activa durante el mayor tiempo posible, la terapia de la enfermedad de Alzheimer
consiste en la combinación de tratamiento farmacológico y no farmacológico; las medidas
no farmacológicas se dirigen a dar soporte médico, social y afectivo al paciente, a la
familia y a los cuidadores. Con ello, se intenta, en la medida de lo posible, evitar la
progresión de la enfermedad y la aparición de complicaciones. Los tratamientos
farmacológicos actuales son sólo paliativos (p. 60).
Tratamiento Farmacológico
Guideline for Alzheimer´s Disease Management, (2008, citado en Cruz et al. 2010) señala
que:
Según el National Institute of Again (NIA, 2018) plantea que: “ninguno de los medicamentos
preescritos detienen la enfermedad, y funcionan mejor para las personas que se encuentran en las
sirven para reducir algunos síntomas y ayudar a controlar algunos síntomas relacionados al
antagonista del N-metil D-aspartato (NMDA). Se utiliza para disminuir los síntomas, lo que
podría permitir a algunas personas mantener ciertas funciones diarias un poco más de lo que lo
41
harían sin el medicamento, por ejemplo, la utilización de este fármaco, puede ayudar a una
independientemente por varios meses más, un beneficio tanto para la persona con Alzheimer
Alzheimer, a lo largo del tiempo han surgido diferentes tipos de intervenciones psicosociales
técnicas diversas en cada uno de los ámbitos de intervención (cognitivo, conductual, ambiente y
Cada vez se tiene más consideración en la aplicación de las terapias llamadas "blandas"
para estos enfermos (por ejemplo, la estimulación de las capacidades cognitivas), con el fin
de enlentecer el curso evolutivo de la enfermedad y proporcionar una mejora en la calidad
de vida en estos pacientes. Se ha llegado a la idea de la capacidad de aprendizaje de los
enfermos de Alzheimer con el desarrollo de técnicas específicas que ayuden a estos
enfermos a llevar una vida mejor y más humana. Se trata de técnicas de psicoestimulación
cognitiva y otro tipo de intervenciones no farmacológicas como la músicoterapia, la
relajación, entre otros (p.54).
En este sentido, la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de personas
con Alzheimer y otras demencias (CEAFA) 2016 plantea que:
Los objetivos terapéuticos del tratamiento no farmacológico son: Estimular, mantener o
potenciar las capacidades preservadas del usuario. Evitar la desconexión con su entorno y
fortalecer las relaciones sociales. Dar seguridad e incrementar la autonomía del usuario en
las actividades de la vida diaria (AVD). Estimular la propia identidad y autoestima.
Minimizar el estrés y evitar reacciones psicológicas anómalas. Retrasar o enlentecer la
evolución de la enfermedad, mejorando el rendimiento cognitivo y funcional. Mejorar la
calidad de vida de la persona enferma y sus familiares cuidadores (p.11)
Hernández & Gutiérrez (2011) describen una serie de estrategias; las cuales si bien no van a
42
posible con herramientas psicoterapéuticas para restablecer al paciente con deterioro
cognitivo.
Terapia Individual y de grupo o familia: la psicoterapia orientada al manejo emocional
tales como ubicar al paciente en momentos placenteros tanto del presente como del pasado
(recuerdos) y el tratamiento orientado a la estimulación, incluyendo el arte y otras terapias
sociales tales como sesiones familiares o sesiones grupales. Con otros pacientes (terapias
recreativas expresivas) así como ejercicios físicos, musicoterapia, baile, etc. Pueden
resultar de gran alivio para las afecciones del humor (depresión, alteraciones, estrés,
tristeza, etc.)
La terapéutica del adulto mayor: los recursos terapéuticos que hay que darle a cualquier
persona con alguna enfermedad, independientemente de la edad que tenga, presenta tres
vertientes: la curativa, la preventiva y la rehabilitadora. De ellas, en los adultos mayores, la
preventiva y la rehabilitadora tienen una gran importancia. La terapia en la vejez ha de ser
integra, es decir, ha de extenderse por el defecto orgánico que ha establecido el proceso
patológico, por la afectación cognitiva y anímica que se ha desarrollado, por el deterioro
funcional que les sigue y por el entorno que está condicionándola. La intervención
terapéutica ha de tener presente estos cuatro factores si quiere obtener éxito (pp.33-34).
Tabla 4
Tratamiento no farmacológico del Alzheimer: Terapias Asistenciales
Tipo de intervención ¿Para qué? Impacto provocado
43
familiar cada día, el impacto es
preventivo.
Informar al enfermo Las disposiciones legales estiman Permite también una mejor
necesario compartir el diagnostico comunicación entre el enfermo, su
con el enfermo. cuidador y la familia.
Ayudar al cuidador Es necesario que el cuidador “esté Hay evidencia de que estas
cuidado”. intervenciones producen un efecto
positivo sobre la carga que soporta el
cuidador, sus ideas depresivas y la
apreciación subjetiva de su bienestar.
Fuente: Elaboración propia a partir de Antúnez, Hernández, Morera (2009).
tareas más desafiantes y desgastadoras para el cuidador, debido a que la enfermedad debilita
progresivamente las habilidades de comunicación verbal, el enfermo presenta una dificultad para
poder expresarse y para comprender; tienden a olvidar rápidamente lo que se le dice, repiten lo
mismo una y otra vez, cuentan historias que no tienen lógica, entre otras. Estas alteraciones en la
hostilidad, deambulación, agitación, etc. Todo esto complica la relación cuidador enfermo y
en muchos casos puede llevan al cuidador a presentar una conducta no asertiva hacia el individuo
enfermo que se traduce en gritos o insultos. (Bastardo & Rivas (1992) (Mejia 2018)
En este sentido, es necesario que para poder cuidar adecuadamente de una persona con
enfermedad de Alzheimer el cuidador debe ser capaz de entender las necesidades del enfermo y
proporcionar una capacidad comunicativa eficaz y empática, donde además este presente en la el
respeto, En este sentido Rufino, Blasco, Güell, Ramos & Pascual (2010) señalan que: “Una
44
comunicación basada en la empatía, la comprensión y el soporte mutuo puede facilitar la
adaptación tanto del paciente como del cuidador y reducir la desesperanza, la incertidumbre y la
Para mantener una comunicación empática y de respeto con el enfermo, es necesario que el
un trato paternalista o infantilizante; el cual es muy común en los cuidadores de pacientes con
demencia pues se tiende a sobreproteger al enfermo haciendo por el otro más de lo que necesita
con tal de evitarle esfuerzos, el cuidador cree que así se les ayuda y se les cuida más. Este tipo de
enfermo más dependiente del cuidador familiar (Soto 2007,. Montorio & Lozada (2004) Larrosa
(2011).
El Cuidador.
El cuidador/a es definido según Reyes (2001) “como aquella persona que asiste o cuida a otra
afectada por cualquier tipo de discapacidad, minusvalía o incapacidad, que le dificulta o impide
En este sentido padecer una enfermedad crónica como lo es el Alzheimer que genera una
para asi ayudar a cumplir las actividades de la vida diaria de la persona afectada (Achury,
En este orden, se distinguen dos tipos de cuidadores, cuidadores formales los cuales son las
cuidador informal el cual es referido a la persona que mantiene vínculos familiares con el
enfermo y desarrolla acciones cotidianas del ámbito doméstico, con el fin de mantener el
45
bienestar del enfermo crónico.
En tal sentido Montalvo (2008) añade que: “los cuidadores familiares comúnmente desarrollan
su rol las 24 horas del día, viven cada día los cambios que va pasando su familiar a través de su
enfermedad crónica y terminal” (p.4). En relación al perfil de los cuidadores de pacientes con
enfermedad de Alzheimer, esta tarea se le atribuye al sexo femenino, por lo general son esposas
o hijas quienes asumen esta labor, con edades el rango de 50 a 60 años, con bajo nivel de
estudios, por lo general ejercen labores de ama de casa aunque algunas trabajan u otras ya se
encuentran jubiladas, de estado civil casadas y quienes además llevan el cuidado de su familia,
existen algunas investigaciones que señalan que las hijas cuidadoras que no están casadas o en
pareja tienen más probabilidades de cuidar a sus padres y cohabitar con ellos que las que sí lo
están.
La tarea de cuidar a un paciente con enfermedad de Alzheimer implica para el cuidador que
tiene que asumir roles diferentes una gran sobrecarga, puesto que implica también satisfacer las
necesidades de su propia familia (Conyugue e hijos) y en muchos casos tienen que enfrentar
problemas conyugales, pues el cuidado continuo incide en las relaciones afectivas y sexuales con
el cónyuge.
Hay que mencionar además que dentro de los aspectos sociodemográficos el factor educativo
educativo que posea el cuidador este se convierte en un factor de defensa, dado que los
cuidadores con un nivel alto de educación derivan una mayor autoestima en el curso de dar el
cuidado que aquéllos con un nivel bajo educativo, siendo esto un factor protector para la salud
de los cuidadores debido a que tienen más recursos cognitivos para enfrentar el cuidado y
mayor acceso a la información necesaria para asumir esta labor de igual manera la educación
46
se asocia con el cuidado porque puede contribuir para la mejor comprensión de las
orientaciones entregadas al cuidador (Crespo 2008; García & Navarro, 2006; Ortigoza 2015;
Cuidar de un familiar con enfermedad de Alzheimer, puede ser una de las tareas más duras
y a la vez más gratificantes para el cuidador, esta es una de las labores con mayor entrega
donde el amor, los sentimientos de cohesión y empatía son componentes básicos para
sobrellevarlo, esta patología es una de las enfermedades que genera mayor dependencia por lo
tanto para el cuidador la mejor estrategia para garantizar un cuidado y autocuidado óptimo de
calidad con bienestar para ambos es la preparación con conocimientos, comprender y entender
Ruiz & Nava (2010) realizan una distinción de las diferentes fases de adaptación al cuidado
que son experimentadas por la mayoría de los cuidadores, estas fases permiten que el cuidador se
Tabla 5
Fases de Adaptación a la Situación de Cuidado
Fase 1: Negación o Falta de Conciencia del Problema
En los primeros momentos del proceso de enfrentarse a la enfermedad crónica de una
persona del entorno familiar es frecuente que se utilice la negación como un medio para
controlar miedos y ansiedades.
Fase 2: Búsqueda de Información y Surgimiento de Sentimientos Difíciles.
A medida que la persona que proporciona los cuidados va aceptando la realidad de la
situación de dependencia, empieza a darse cuenta de que la enfermedad de su familiar no sólo
va a influir en la vida de éste, sino que también va a alterar profundamente su propia vida y la
de las personas que le rodean. En esta fase, los cuidadores suelen comenzar a buscar
información para aprender lo máximo posible acerca del trastorno o trastornos que sufre su
familiar y sobre sus posibles causas. Buscar información es, pues, una estrategia básica de
afrontamiento.
En este momento son muy frecuentes entre los cuidadores los sentimientos de “malestar”
por la injusticia que supone el que les haya “tocado” a ellos vivir esa situación. El enfado, o,
en su versión más intensa, la ira, son respuestas humanas completamente normales en
47
situaciones de pérdida de control de la propia vida y sus circunstancias.
Fase 3: Reorganización.
En esta etapa conforme pasa el tiempo, los sentimientos de ira y enfado pueden continuar.
Sin embargo, algo de control se va ganando en esta etapa. Contando ya con la información y
recursos externos de ayuda, con la voluntad de la familia para compartir la responsabilidad y
con una idea más precisa de los problemas a los que hay que enfrentarse, la persona que cuida
dispondrá de las herramientas necesarias para afrontar adecuadamente la situación de cuidado.
Este periodo de reorganización tendrá como resultado el desarrollo de un patrón de vida más
normal. La persona que proporciona los cuidados se sentirá progresivamente con más control
sobre la situación y aceptará mejor estos cambios en su vida.
Fase 4: Resolución.
Con ese aumento del control sobre su situación y el reconocimiento de que como cuidador
será capaz de manejar y sobre llevar los cambios y desafíos que supone y supondrá la situación
de cuidado, surge un nuevo periodo de adaptación que, desgraciadamente, no es alcanzado por
todos los cuidadores. En este estadio del cuidado, los cuidadores son más capaces de manejar
con éxito las demandas de la situación, siendo más diestros en la expresión de sus emociones,
especialmente la tristeza y la pena. (pp.166,167)
Fuente: Cuidadores responsabilidades-obligaciones, Tomado de Ruiz. A., Nava. M., (2010). Pp. 166,167.
desenvuelven de manera independiente, en esta etapa es posible que aún puedan realizar
actividades básicas instrumentales de la vida diaria como por ejemplo: conducir, participar en
actividades sociales, trabajar, manejar sus finanzas y medicación. En este sentido, Ruiz (2015)
señala que:
Cabe destacar que en esta fase se evidencia un episodio de la enfermedad mucho más terrible y
desesperado tanto para los pacientes como para las familias, a medida que la memoria se reduce
drásticamente los pacientes suelen necesitar cada vez más ayuda de su familiar cuidador para
48
realizar las tareas básicas de la vida diaria, la supervisión diaria se vuelve totalmente necesaria y
En la etapa III, el paciente es totalmente dependiente de terceras personas para realizar tareas
básicas de la vida diaria, como: comer, dormir, asearse, acostarse, cualquier tarea necesitará no
etapa final, la función del cuidador se centrara en preservar la calidad de vida y la dignidad del
enfermo.
En cada etapa el cuidador del paciente con enfermedad de Alzheimer, afronta los diferentes
uno de estos presupone que el cuidador debe reajustarse a la realidad que vive el enfermo,
porque las necesidades de este varían en cada etapa de manera que pueda lograr que en cada
El cuidador debe proveer los cuidados básicos del paciente con enfermedad de Alzheimer que
implican una asistencia progresiva, dado que la cantidad y frecuencia de los cuidados aumenta conforme
Los cuidados incluyen una amplia gama de servicios entre ellos destaca : satisfacer las diferentes
tareas actividades básicas de la vida diaria (AVD) las cuales incluyen el aseo e higiene personal,
modificaciones en el hogar con el fin de preservar el bienestar del familiar enfermo, aportar
orientación temporal y espacial al familiar enfermo lo cual tiene como objetivo tratar la
enfermedad de Alzheimer (Becker et al 2017; Pinto, Exeni & Peñalosa 2007; Sánchez et al
2013).
49
De igual manera a fin de favorecer la tarea de cuidado tanto para el enfermo como para el
cuidador, la Fundación Alzheimer Venezuela (2006) refiere que a medida que la enfermedad
avanza, se deteriora la habilidad del paciente para reconocer la necesidad de defecar y empiezan
a suceder los accidentes, por lo que recomienda al cuidador que observe las señales no verbales
que indican la necesidad de ir al baño, como: halarse el cinturón, bajarse la cremallera o bajarse
los pantalones. Así mismo, el cuidador debe seguir indicaciones y administración de fármacos
Es de resaltar que en muchos casos es común que el cuidador realice algunas labores que el
paciente con Alzheimer podría realizar por sí mismo, se tiende a inducir al enfermo a depender
más de lo demás, infravalorando así las capacidades que aún mantienen, por eso es muy
importante fomentar la independencia del paciente, dejar que el enfermo ejecute todas las
actividades que puede hacer por sí mismo a fin de que se respete la autonomía del adulto mayor
Finalmente cabe destacar que en la labor de dar cuidados al enfermo con Alzheimer es
primordial que el cuidador posea las destrezas y conocimientos necesarios para que las
actividades que se realizan en pro del enfermo, impacten lo menos posible haciendo que las
actividades del cuidado sean más llevaderas y favorezcan el bienestar del cuidador.
La familia asume el cuidado del enfermo con Alzheimer, por motivos tanto individuales como
agradecimiento es decir los cuidadores familiares sienten satisfacción y alegría de poder devolver
al enfermo la atención que ellos mismos recibieron por parte de sus progenitores, manteniendo
la creencia de que el cuidado que ellos le pueden ofrecer al enfermo es el mejor en comparación
50
al que le pueda dar un tercero; de igual manera sentir esa satisfacción favorece el incremento de
un mayor sentido a sus vidas (Delicado, García, López & Martínez, 2000; López & Rodríguez,
2007).
En todas las culturas, el cuidado principal del enfermo de Alzheimer lo realiza la familia; el
papel de está es básico en el mantenimiento del paciente especialmente en las últimas fases de la
enfermedad. En la mayoría de las familias esta tarea de proveer cuidados es ejercida por las
mujeres bien sea esposas e hijas y en el hogar conviven con otros miembros del grupo familiar
La enfermedad en si genera gran impacto puesto que implica una alteración de la estructura
y dinámica familiar dado que se redefinen hábitos, rituales, pautas de comportamiento y roles,
padres enfermos pasan a ejercer rol de hijos e hijos pasan a ejercer rol de padres; en muchos
casos los hijos cuidadores deben trasladar al enfermo a sus hogares lo cual se convierte en
acontecimiento vital estresante como para la familia que lo recibe; independientemente de que
esta incorporación puede ser o no voluntaria, y aun siéndolo puede no ser unánimemente deseada
Por lo tanto de la adaptabilidad de esta familia y de cómo resuelvan esta situación, dependerá
al adulto mayor enfermo al hogar, este debe adaptarse a las reglas, pero además el antiguo
sistema debe reorganizarse para incluir al nuevo miembro y en ocasiones, modificar alguna de
sus normas.
Por lo que respecta a la decisión de qué miembro o miembros de la familia van a cuidar al
51
paciente, es aconsejable valorar la relación previa a la enfermedad entre el paciente y el
cuidador, de manera que, si esta ha sido positiva se realizará con más afecto, mientras que si ha
sido difícil, resultará arduo dedicar tanta atención al enfermo, de cualquier modo es indicado
realizar periódicas reuniones familiares para planificar la vida del enfermo (Pérez, Gutiérrez &
Sánchez, 2016).
cuidador, crea una tercera víctima: la familia del cuidador, fundamentalmente sus cónyuges y sus
hijos, quienes indirectamente resultan afectados al tener el cuidador que dedicarse en cuerpo y
alma al familiar enfermo. Esta situación añade un complejo de culpa al cuidador que siente que
el enfermo le roba todo su tiempo y que tiene abandonados a su pareja, a sus hijos y en algunos
Esto puede llegar a generar problemas en la vida del hijo cuidador y la conciliación con su
vida profesional y familiar. A menudo deberá ajustar su horario laboral a una media jornada o
restar tiempo de cuidado a su familia (su cónyuge e hijos) para poder cumplir con su nuevo papel
de cuidador. Muchas veces se suele adoptar este rol de forma temporal, aunque a menudo acaba
En este orden entonces, factores como la información que maneja el cuidador, el aprendizaje
capacidad para poder expresar las emociones, así como promover el equilibrio y el
Emociones en el cuidador
52
cambia rotundamente, tanto la familia como el cuidador, deben modificar sus responsabilidades,
reorganizar sus necesidades y deseos para colocar en primer lugar los del paciente, en este
sentido muy pocas personas están preparadas para la responsabilidad y la sobrecarga que
significa cuidar a una persona con enfermedad de Alzheimer, es así como a medida que avanza
la enfermedad son diversas las emociones a las que se va enfrentando el cuidador del paciente
con esta patología, pudiendo ser estas emociones positivas o negativas (Camacho, Hinostrosa &
Jiménez, 2010).
fluyen dos componentes: el afectivo y el moral. Sin duda que el cuidar en la familia implica un
fuerte componente afectivo, se ama a las personas para las cuales se realiza este trabajo que
además está impregnado también de un elevado contenido moral, ya que se lleva a cabo en el
(D’Argemir 1994).
Si bien es cierto que cuidar a un familiar con esta patología, requiere de un cuidado arduo y
emociones como la tristeza, la ira y culpa como respuesta a muchas decisiones dolorosas y
confusas que tienen que tomar, existe también la posibilidad de que el cuidado puede generar
consecuencias positivas, en este sentido Ponsoda (2015) señala que: “No todas las situaciones
asociadas al cuidado son negativas ni tienen un efecto perjudicial para los cuidadores” (p.51). Se
considera entonces que el cuidado puede hacer surgir en el ser humano sentimientos de
sensibilidad, amor, amabilidad y entrega (Crespo, 2007; Meuser & Marwit, 2001).
53
cuidador aborda y experimenta la situación de cuidado, haciendo que para este la labor
dependiendo de su valencia sea más adaptativa o desadaptativa, en este sentido las emociones
positivas contribuyen a hacer más resistentes a las personas frente a la adversidad, la presencia
constituyéndose así como una estrategia para cuidar con más acierto, y la conciencia de cariño
recíproco aporta un gran significado en el cuidado, por ello la transmisión de afectos ayuda a los
genera en ellos sentimientos de valía y realización personal, los cuidadores sienten así
satisfacción por ayudar a sus familiares, el hecho de ayudarles hace sentirse más próximos a
ellos, sienten que realmente disfrutan acompañar y cuidar de su familiar En este orden de ideas,
las mayores fuentes de satisfacción de los cuidadores de adultos mayores, están relacionadas con
Colantonio & Vernich 2002; Ferrer 2008; López & Rodríguez 2007; Quinn, Clare & Woods
2010).
Es indudable, que las emociones positivas en los cuidadores, conllevan a que estos mantengan
una actitud positiva ante la vida incidiendo en la eficacia del cuidado e impactando en el
bienestar tanto del cuidador como en la del enfermo a mayor satisfacción con el cuidado se
54
percibirá una menor sobrecarga, se tiene y se brinda una mejor calidad de vida y por lo tanto la
plenamente al enfermo perdiendo así el interés en atender su salud física, su salud emocional,
poco a poco van restando importancia a sus actividades sociales, de ocio y de desarrollo
enfermo, dándose así una alta implicación y dedicación por parte de los cuidadores, ya que estos
llegan a considerar que nadie puede cuidar del enfermo como ellos y por lo tanto, no son
afectivas y emocionales en la persona que cuida, ya que poco a poco el enfermo depende de un
cuidado más constante que genera en muchos casos preocupación, incertidumbre, temor, lo cual
ciertas conductas de atropello, descalificativas e insultos hacia el familiar enfermo (Bastardo &
conductas de autocuidado, tales como: contar con un tiempo de descanso, mantener y fortalecer
las relaciones sociales, contar con grupos de apoyo, involucrar a la familia en el cuidado así
55
como también hacer partícipe a esta de los sentimientos y temores que puedan estar
experimentando, buscar ayuda profesional cuando lo necesite, procurar realizar alguna actividad
física así como también se recomienda la práctica ejercicios de relajación y respiración que
ayuden a canalizar y gestionar las emociones no operativas que este pueda sentir.
del día a día con el paciente. En este aspecto Ferrer & Cibanal (2008) refieren que: “la mayoría
de los cuidadores no tienen un aprendizaje de los cuidados que deben ofrecer y cómo realizarlos
a una persona enferma de Alzheimer” (p. 162). la necesidad de información va ligada con las
la enfermedad se tiende a buscar información o preguntar para aprender todo lo que puedan
referente a esta patología, esta búsqueda de información proporcionan esperanzas para los
cuidadores y fomenta en ellos una actitud favorable ante la labor ejercida en la enfermedad ya
que a mayor manejo y conocimientos de los cuidados será menos el impacto emocional y físico
en este. Resulta claro entonces que la información es una herramienta necesaria para afrontar el
que se dan con el avance de la enfermedad, estos cambios afectan emocionalmente al cuidador y
en muchas ocasiones producen sentimientos de rabia, soledad, ira, miedo entre otras. Es allí
donde las creencias espirituales y religiosas del cuidador se convierten en una estrategia de
afrontamiento que les permite sobrellevar el cuidado y en un factor de protección ante reacciones
negativas.
56
La vida espiritual juega un papel importante ante las situaciones difíciles a las que se
enfrenta el cuidador, en este sentido para algunos cuidadores las creencias y la fe resultan
estrategias de afrontamiento muy valiosas ya que se aferran a ella para superar las crisis; las
oraciones, la iglesia y todo lo que conlleva las creencias y prácticas espirituales se convierten en
fuente de apoyo dado que contar con Dios, un poder o fuerza superior, alivia el peso de la
responsabilidad del cuidado. Por lo tanto la religión así como la espiritualidad que el cuidador
mantiene, son mecanismos de afrontamiento ante el estrés por el cuidado generado permitiendo
sobrellevar y afrontar esta situación, dándole un valor positivo a esa adversidad (Barrera, Pinto,
Sánchez, Carrillo & Chaparro 2010; Londoño 2006; Ros 2017; Roig et Al 1998; Sanchez 2004).
Muchos de los mecanismos religiosos parecen estar diseñados para ayudar a las personas en
los momentos más difíciles de su vida, por lo tanto la religión pasa a ser una parte importante
favorecen la tarea de proveer cuidados dado que otorgan al cuidador un sentimiento de mayor
Bases Legales.
Las bases legales constituyen el fundamento legal que da soporte a la investigación, por tal
Artículo 80. El Estado garantizará a los ancianos y ancianas el pleno ejercicio de sus
derechos y garantías. El Estado, con la participación solidaria de las familias y la sociedad, está
57
obligado a respetar su dignidad humana, su autonomía y les garantiza atención integral y los
beneficios de la seguridad social que eleven y aseguren su calidad de vida. Las pensiones y
salario mínimo urbano. A los ancianos y ancianas se les garantizará el derecho a un trabajo
acorde a aquellos y aquellas que manifiesten su deseo y estén en capacidad para ello.
Art. 81: Toda persona con discapacidad o necesidades especiales tiene derecho al ejercicio
formación capacitación y acceso al empleo acorde con sus condiciones de conformidad con la
ley. Se les reconoce a las personas sordas y mudas el derecho a expresarse y comunicarse a
Venezuela son relevantes para la investigación ya que hace mención al reconocimiento de las
garantías con las que cuentan los adultos mayores en condiciones invalidas o autovalidas,
reconociendo los derechos que tienen estos a ser integrados tanto en su ámbito familiar, social,
Capítulo IV
58
a) La enfermedad ocupacional o accidente de trabajo que incapacite al trabajador o
trabajadora para la prestación del servicio durante un período que no exceda de doce
meses.
trabajadora para la prestación del servicio durante un período que no exceda los doce
meses.
condenatoria.
g) El permiso para el cuidado del cónyuge o la cónyuge, ascendientes y descendientes hasta
las partes.
h) La licencia concedida al trabajador o trabajadora por el patrono o la patrona para realizar
i) Casos fortuitos o de fuerza mayor que tengan como consecuencia necesaria, inmediata y
directa, la suspensión temporal de las labores, en cuyo caso deberá solicitarse autorización
a la Inspectoría del Trabajo dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes a la ocurrencia
de los hechos que ameritan la suspensión, la cual no podrá exceder de sesenta días.
sus condiciones de trabajo, al trabajador o trabajadora afectado por ella, sin causa justificada
59
debidamente comprobada mediante el procedimiento de calificación de faltas establecido en
esta Ley. Si por necesidades del patrono o la patrona, tuviere que proveer su vacante
suspensión.
Los presentes artículos, establecido por Ley orgánica del trabajo, los trabajadores y
para las hijas cuidadoras que aún se mantienen activas en el campo laboral y deben afrontar la
protección ya que establecen el permiso de cuidado garantizando que las condiciones laborales
Definiciones
1. Adulto y adulta mayor: A la persona natural con edad igual o mayor a sesenta años de
edad.
2. Otras Categorías de Personas: A las personas naturales con edad menor de sesenta años
de edad, con ausencia de capacidad contributiva para cotizar al Sistema de Seguridad Social, se
programas.
60
que desencadena necesidades sociales previstas y tipificadas por esta Ley como merecedoras de
que le imposibilita cotizar al Sistema de Seguridad Social, o ser beneficiaria del subsidio que
Servicios Sociales.
concurrir.
los aspectos negativos de la interacción entre un individuo, con una condición de salud y sus
61
10. Atención integral: A las acciones destinadas a satisfacer las necesidades económicas,
autónoma, que impidan el desarrollo integral de las personas protegidas, hasta lograr su
integración social.
en los órdenes económico, social y político para que los individuos, familias o grupos sujetos de
protección de esta Ley, puedan reincorporarse a la vida comunitaria con pleno respeto a su
dignidad, identidad y derechos sobre la base de la igualdad y equidad de oportunidades para una
servicios sociales destinados a garantizar la atención integral a las personas protegidas por esta
Ley.
TÍTULO II
DERECHOS Y DEBERES
Capítulo I
Artículo 9. El Estado garantiza a las personas amparadas por esta Ley, los derechos
62
humanos sin discriminación, los derechos de carácter civil, su nacionalidad y ciudadanía, los
República Bolivariana de Venezuela, las leyes y, los tratados, pactos y convenciones, suscritos y
por esta Ley, mediante su incorporación efectiva a programas, servicios y acciones que faciliten,
recreativas, culturales y deportivas. Las familias tendrán derecho a recibir el apoyo de las
instituciones públicas para el cuidado y atención de las personas protegidas por esta Ley
Artículo 14. Los familiares de las personas protegidas por esta Ley, son corresponsables con
2. El apoyo a mujeres en períodos de gestación o lactancia, con especial atención a las niñas y
63
4. Cooperar en la prevención, rehabilitación, habilitación e integración a la vida productiva o
activa de personas integrantes del grupo familiar con algún tipo de discapacidad.
5. Salvaguardar los derechos fundamentales de las personas protegidas por esta Ley y
7. Cumplir con las recomendaciones y compromisos establecidos con las instituciones para la
entidades locales.
Los artículos tomados en consideración de La Ley de Servicios Sociales, son relevantes para
64
Art. 6: Son todas aquellas personas que por causas congénitas o adquiridas presenten
alguna disfunción o ausencia de sus capacidades de orden físico, mental, intelectual, sensorial o
integración a la vida familiar y social, así como el ejercicio pleno de sus derechos humanos en
Se reconocen como personas con discapacidad: Las sordas, las ciegas, las sordas ciegas,
las que tienen disfunciones visuales, auditivas, intelectuales, motoras de cualquier tipo,
alteraciones de la integración y la capacidad cognoscitiva, las de baja talla, las autistas y con
Art. 9: Ninguna persona podrá ser objeto de trato discriminatorio por razones de
aduciendo razonamientos que tengan relación con condiciones de discapacidad. Los ascendientes
vivienda, vestido, educación y procurar asistencia médica, social y comunitaria, a personas con
discapacidad que no puedan por sí mismas satisfacer las necesidades que implican las acciones
enunciadas.
65
investigación, ya que en ellos se establece la igualdad de condiciones y derechos que tienen las
personas con discapacidad en participar y ser incluidas en programas sociales tanto dentro de su
entorno familiar como fuera de ella. Donde el Estado brinda una atención integral a esta
Asimismo esta ley crea un sentido de responsabilidad para todas las personas del territorio
venezolano. En lo que respecta a el apoyo que el estado debe brindar a esta personas debería ser
permanente y con acondiciones adecuada. No hay que dejar mencionar que a pesar de que estas
leyes existen en la actualidad, aún no cumplen con su total ejecución, esto se puede evidenciar
con la población de persona con discapacidad intelectual, la cual no son atendidos de manera
integral dejándolos desamparados y fuera de todo beneficio que por derecho corresponde.
66
Operacionalización de Variables
Las variables son características o propiedades que poseen las personas, animales, objetos o
cosas, y que pueden variar de unos a otros. Para Hernández, Fernández y Baptista (2010).
Señalan que una variable es una propiedad que puede variar y cuya variación es susceptible de
Una forma de representar las variables es a través del cuadro de operacionalización con las
consiste: “en una serie de características por estudiar, definidas de manera operacional, es decir,
expresa de manera clara la forma que serán entendidas dichas variables para efectos del estudio
que se realiza, así como la manera que operacionalmente describirá su deber ser con base en los
67
Tabla 7.
Operacionalización de las variables en relación al objetivo específico N°1
Objetivo General: Precisar la actitud de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres con enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer
Capítulo Bolívar.
Objetivo 1 Variable Dimensiones Indicadores Items
Edad 1
Establecer las Características Soltera 2.1
características Sociodemográficas de
sociodemográficas de las hijas cuidadoras Casada 2.2
Estado Civil Concubina 2.3
las hijas cuidadoras hacia sus padres con
hacia sus padres con la enfermedad de Divorciada 2.4
enfermedad de Alzheimer Viuda 2.5
Alzheimer de la pertenecientes a la Primaria 3.1
Fundación Alzheimer Fundación Alzheimer Nivel Educativo aprobado Secundaria 3.2
Capítulo Bolívar Capítulo Bolívar Universitario 3.3
Post-grado 3.4
Profesión 4
Ocupación 5
Católica 6.1
Cristiana-evangélica 6.2
Práctica Religiosa Judía 6.3
Testigo de Jehová 6.4
Otra (Especifique) 6.5
Hijos 7
68
Tabla 8.
Operacionalización de las variables en relación al objetivo específico N°2
Objetivo General: Precisar la actitud de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres con enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo
Bolívar.
Objetivo Variables Definición Definición Dimensiones Subdimensiones Indicadores Items
Específico 2 Conceptual Operacional
Lógico 8,9,10, 11
Determinar los Componentes Componente Para efectos de la
componentes cognitivos de Cognitivo: presente investigación, Conocimientos Racional Manejo adecuado 12,13,14
cognitivos de las las hijas Huerta (2008) lo define su medición está de la enfermedad
hijas cuidadoras cuidadoras como: El conjunto de basada en las de Alzheimer
hacia sus padres hacia sus padres datos e información que respuestas que
con la enfermedad con enfermedad el sujeto sabe acerca del proporcionen las
de Alzheimer de de Alzheimer de objeto del cual toma su cuidadoras en los ítems Creencias Externas Religiosas 15,16,
la Fundación la Fundación actitud. Un del 8 al 20 17,18
Alzheimer Alzheimer conocimiento detallado
Capítulo Capítulo del objeto favorece la Espirituales 19,20
Bolívar Bolívar orientación al objeto.
Está formada por las
percepciones y creencias
hacia un objeto, así
como por la información
y conocimiento que se
tiene sobre un objeto
(p.10).
Enfermedad de
Alzheimer:
Abizanda (2011) la
define como: “ Una
enfermedad
neurodegenerativa
primaria, que se
caracteriza en su forma
típica por una pérdida
progresiva de la
memoria y de una o
varias capacidades
mentales, con expresión
clínica tanto a nivel
cognitivo como a nivel
funcional”( p.16)
69
Tabla 9.
Operacionalización de las variables en relación al objetivo específico N° 3
Objetivo Variables Definición Definición Dimensiones Subdimensiones Indicadores Items
Específico 3 Conceptual Operacional
Objetivo General: Precisar la actitud de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres con enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo
Bolívar.
70
Tabla 10.
Operacionalización de las variables en relación al objetivo específico N° 4
Objetivo General: Precisar la actitud de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres con enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo
Bolívar.
Objetivo Variables Definición Definición Dimensiones Subdimensiones Indicadores Items
71
Específico 4 Conceptual Operacional
Ayuda 31,32
Establecer los Componentes Componente Para efectos de la Acompañamiento 33
componentes conductuales de Conductual: Huerta presente
conductuales de las las hijas (2010) señala que: investigación, su
hijas cuidadoras hacia cuidadoras Son las intenciones, medición está Conducta Operativa Comunicación 34,35,
sus padres con la hacia sus padres disposiciones o basada en las 36,37
enfermedad de con enfermedad tendencias hacia un respuestas que Aceptación 38
Alzheimer de la de Alzheimer de objeto. El componente proporcionen las Organización 39
Fundación Alzheimer la Fundación conductual o de cuidadoras en los
Capítulo Bolívar Alzheimer tendencias a la acción ítems del 31 al 40 Ocio y tiempo libre 40
Capítulo indica la preparación
Bolívar de la persona para
responder a un objeto
(p.10).
Enfermedad de
Alzheimer:
Abizanda (2011) la
define como: “ Una
enfermedad
neurodegenerativa
primaria, que se
caracteriza en su
forma típica por una
pérdida progresiva de
la memoria y de una o
varias capacidades
mentales, con
expresión clínica tanto
a nivel cognitivo como
a nivel funcional”
(p.16)
72
Capítulo III
Marco Metodológico
estudio.
Paradigma de la Investigación
El paradigma del presente estudio es positivista, ya que según Palella & Martins (2012):
observable, objetivo y cuantificable de las actitudes de las hijas de padres con la enfermedad de
Enfoque de la Investigación
Fernández & Batista, 2014): “Usa la recolección de datos para probar hipótesis, con base en la
analizaron para concretar conclusiones referentes a las actitudes de los sujetos de estudio.
77
Tipo de Investigación
El presente estudio científico se corresponde con una investigación de campo, en este orden
denominados datos primarios que posteriormente serán objeto de análisis para dar cumplimiento
a las metas planteadas. Esta investigación es de campo puesto que, se recoge la información en
el espacio real de las hijas cuidadoras de padres con enfermedad de Alzheimer de la Fundación
Nivel de Investigación
momento de su recolección.
Diseño de la Investigación.
Esta investigación es no experimental, la cual es definida por Palella & Martins (2012) como:
78
manipuladas, lo que impide influir sobre ellas para modificarlas. (p. 80).
Asimismo, Hernández, Fernández & Baptista (2014) plantean que el diseño no experimental
cual según los autores antes mencionados lo definen como: “Recolectar datos en un solo
Población y Muestra.
Para Martins & Palella (2012) la población es definida como: “El conjunto finito o infinito de
elementos, personas o cosas, pertinentes a una investigación y que generalmente suele ser
Bolívar.
Por su parte, la muestra según Martins & Palella (2012) es: “La escogencia de una parte
En vista de que la población es pequeña se tomó toda para el estudio y esta se denomina
muestreo censal; la cual según López (1998): “Es aquella porción que representa toda la
población”. (p. 123). En tal sentido, la muestra censal de este estudio fue 15 hijas cuidadoras de
79
Técnicas e Instrumentos de Recolección de Datos.
La técnica destinada para obtener los datos de las hijas cuidadoras fue la encuesta que según
Palella & Martins (2012) “Se destina a obtener datos de varias personas cuyas opiniones
interesan al investigador. Para ello se utiliza un listado de preguntas escritas que se entregan a los
sujetos quienes; en forma anónima las responden por escrito” (p. 123).
Por su parte; el instrumento fue el cuestionario, que es definido por Hernández, Fernández &
Baptista (2014) como: “Un conjunto de preguntas respecto de una o más variables a medir. Debe
ad hoc el cuestionario “Actitudes de las Hijas Cuidadoras hacia el cuidado de sus Padres con la
indagó sobre:
80
Validez y Confiabilidad del Instrumento.
contenido de lo que se mide (p. 201); por su parte la técnica aplicada fue la de juicio de
En el caso específico de este estudio se solicitó la participación de tres (3) expertos: una
(1) psiquiatra, una (1) docente en investigación y (1) docente con postgrado en orientación de
la conducta, por medio de una comunicación escrita, para que actuasen como jueces en dicha
validación. A los mismos se les entregó una copia de los objetivos del estudio y de la
propuesto por Torres (2010) que considera la claridad de los ítems o preguntas y la
La claridad de las preguntas hace referencia a la legibilidad del discurso. Por su parte, la
problemáticas, es decir, que alude a la relación del contenido con los objetivos formulados.
Los resultados obtenidos de la validación arrojaron que de las 40 preguntas cerradas ninguna
asumieron como parametros los sigueinetes niveles de confiabilidad de Palella & Martins (2012):
81
Tabla 6.
Rango Confiabilidad
0,81-1 Muy alta
0,61-o,80 Alta
0,41-0,60 Media
0,21- 0,40 Baja
0 -0,20 Muy baja
Los resultados del cálculo del coeficiente de confiabilidad por el método de Alfa de
Cronbach (apoyado en el uso del programa estadístico SPSS versión 22) para las preguntas
politómicas fue de 0,921; por lo que la correlación fue muy alta. De acuerdo a los resultados
anteriores se concluye que el Cuestionario sobre Actitudes de las Hijas Cuidadoras hacia sus
Padres con la Enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capitulo Bolívar tiene una
Procedimiento.
Capítulo Bolívar, una vez formalizado el permiso y consentimiento para efectuar el estudio se
realizó una reunión con los directivos de la fundación donde se les informó el tema a investigar y
82
todo momento hubo interés y colaboración, por parte de las cuidadoras encuestadas.
coeficiente de Alfa de Cronbach utilizando el software SPSS versión 22. La confiabilidad del
elaborar las conclusiones relativas a cada uno de los objetivos formulados y en consecuencia las
Capítulo IV
83
aplicado: Cuestionario sobre la Actitud de las Hijas Cuidadoras hacia el cuidado de sus Padres
figuras, para proceder al análisis cuantitativo y descriptivo de los ítems, dando respuesta a los
objetivos planteados.
Cuestionario de las Actitudes de las Hijas Cuidadoras hacia el Cuidado de sus Padres
7
6
1 1
84
Los resultados de la tabla 11 y figura 3 indican que el rango de la edad cronológica que predomina en
las encuestadas es de 51 a 60 años, específicamente 46%, luego se ubica la categoría de 41 a 50 años con
40%. En tercer lugar se ubican el rango entre 30 a 40 años y finalmente el rango mayor de 60 años con
7%.
4 4
85
Figura 4: Estado Civil. Fuente: Trabajo de campo de la autora
En la tabla 12 y la figura 4 referidos al estado civil, se observa que 40% de las encuestadas
refieren estar casada; 27% manifiesta estar divorciada y soltera respectivamente; finalmente 7%
86
7
2
1
secundario 33%; posteriormente se sitúa postgrado con 13% y finalmente primaria con 7%.
Ítem 4. Profesión
Tabla 14
Profesión
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Docente 4 27
Ingeniera civil 1 7
Administradora 1 7
Odontóloga 1 7
Comunicadora Social 1 7
Medico 1 7
No profesional 6 40
Total 15 100,00
Fuente: Trabajo de campo de la autora
87
6
1 1 1 1 1
En la tabla 14 y figura 6 referido al ítem 4: profesión, se observa que en primer lugar se ubica
el grupo que manifestó no poseer una profesión con 40%, el segundo lugar lo ocupan las
docente con 27%, luego se ubica una ingeniera civil, una odontóloga, una administradora, una
Ítem 5. Ocupación
Tabla 15
Ocupación
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Ama de Casa 8 53
Odontóloga 1 7
Comunicadora Social 1 7
Medico 1 7
Jubilada 4 27
Total 15 100,00
Fuente: Trabajo de campo de la autora
88
8
1 1 1
Columna1
89
8
90
13
Sí No
Con relación a la tabla 17 y la figura 9, revelan que la mayoría de las encuestadas (86%)
denota que 40% de las encuestadas manifiestan estar casadas, y un 86% refiere tener hijos, en
cuanto al nivel educativo que prevalece, es el universitario se ubica en primer lugar con un 47%,
la profesión de la muestra 60% refiere que poseen estudios en: docencia, administración,
Estos resultados son similares a los reportados por Díaz, Farías & Márquez (2016),
Cerquera & Pavon, 2016; Crespo, 2008; Ortigoza, 2015; Moreno, 2011; Navarro & García,
2006; Dakduk, 2010; Roig et al., 1998. Quienes señalan que las características
91
sociodemográficas de la muestra ratifican en que el perfil de cuidadores informales
Quienes asumen el rol de cuidador, generalmente son mujeres, esto se debe a una
característica propia del mundo de vida popular venezolano. El hombre venezolano se vive
como hijo, de manera que evade cualquier tipo de responsabilidad otorgada dentro del hogar.
Otro aspecto a destacar es el referente al estado civil de las hijas cuidadoras dado que este es
Alzheimer, las que no están casadas o en pareja tienen más probabilidades de cuidar a sus
padres y cohabitar con ellos que las que sí lo están, sin embrago el presente estudio difiere de
lo planteado por Rivera, Rivera & Zurdo 1999; ya que los resultados demuestran que la
mayoría de las encuestadas casadas y tienen la misma probabilidad de cuidar y convivir con
en la tarea de dar cuidados, Texeira (2008) describe que el hecho de poseer un curso de
formación superior (completo o incompleto) es positivo, pues puede contribuir para la mejor
En cuanto a la religión que profesan un 66% de la muestra se inclina hacia la religión católica,
los resultados obtenidos se aproximan a lo referido por Flores, Lozano, Julio & Ortiz (2018) quienes
señalan que el 79,6% (90) de los cuidadores del estudio manifestaron pertenecer a la religión
92
Ítem 8. La Enfermedad de Alzheimer Ocasiona Pérdida de Memoria
Tabla 18
La Enfermedad de Alzheimer Ocasiona Pérdida de Memoria
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%
Figura.10 La enfermedad de Alzheimer ocasiona pérdida de memoria Fuente: Trabajo de campo de la autora.
pérdida de memoria, se observa que 100% de la muestra afirma que la enfermedad de Alzheimer
ocasiona pérdida de memoria. Este resultado denota que las hijas cuidadoras reconocen uno de
los síntomas que produce la enfermedad en el paciente, coincidiendo con lo descrito por
Abizanda & Jordán, (2011) quienes señalan que el Alzheimer es una enfermedad, se caracteriza
93
Ítem 9. La Enfermedad de Alzheimer es Degenerativa
Tabla 19
La Enfermedad de Alzheimer es Degenerativa
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%
de Alzheimer es degenerativa. Concordando con Abizanda & Jordan (2011) los cuales catalogan
94
Ítem 10. Los Pacientes con Alzheimer presentan Conductas Inadecuadas (agresividad,
caminar sin rumbo fijo)
Tabla 20
Los pacientes con Alzheimer presentan Conductas Inadecuadas
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%
Figura
12. Los pacientes con Alzheimer presentan conductas inadecuadas. Fuente: Trabajo de campo de la autora
Con respecto a la tabla 20 y figura 12, correspondiente al ítem 10: los pacientes con
Alzheimer presentan conductas inadecuadas: destaca que 100% de las hijas cuidadoras
encuestadas, reconocen que los pacientes con Alzheimer presentan conductas inadecuadas, entre
las que destacan: deambular sin rumbo, agresividad, entre otros. Sánchez, Martos & Martin
(2005) expresan que los síntomas conductuales más frecuentes y más insoportables son la
agresividad física, la deambulación errática y la inquietud ya que los mismos son molestos y
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%
Figura 13. La Enfermedad de Alzheimer es Constantemente Estudiada por usted. Fuente: Trabajo de campo de la
autora.
Alzheimer es constantemente estudiada por usted, el total de la muestra encuestada 100% afirmó
que esta patología es estudiada constantemente por ellas. Este hallazgo coincide con García,
(2017) quien refiere que los cuidadores se actualizan constantemente sobre las nuevas formas de
96
Ítem 12. El Paciente con Enfermedad de Alzheimer requiere de Cuidado Permanente
Tabla 22
El Paciente con enfermedad de Alzheimer requiere de Cuidado Permanente
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%
Fig
ura 14. El paciente con enfermedad de Alzheimer requiere de cuidado permanente. Fuente: Trabajo de campo de la
autora
enfermedad de Alzheimer requiere cuidado permanente: los resultados evidencian que 100% de
las encuestadas respondieron definitivamente sí. Esto concuerda con lo expuesto por Montalvo
(2008); Caycho (2016) quienes señalan que los cuidadores familiares comúnmente desarrollan su
rol las 24 horas del día, ya que quienes sufren esta enfermedad requieren de cuidados constantes
y especiales.
97
Ítem 13. Tengo que estar Pendiente de los Gestos de mi Padre o Madre que indican que
Quiere Ir a la Poceta
Tabla 23
Tengo que estar Pendiente de los Gestos de mi Padre o Madre que indican que Quiere Ir a la
Poceta
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 7 46
Probablemente Si 4 27
Indeciso 4 27
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora
26.7; 27%
Figur
a 15. Tengo que estar Pendiente de los Gestos de mi Padre o Madre que indican que Quiere ir a la Poceta. Fuente:
Trabajo de campo de la autora
En cuanto a la tabla 23 y figura 15, referido a tengo que estar pendiente de los gestos de mi
padre o madre que indican que quiere ir a la poceta 46% de las encuestadas contestaron que
interrogante. Es notorio que las hijas cuidadoras manifiestan que si deben estar pendiente, lo cual
concuerda con lo expresado por la Fundación Alzheimer Venezuela (2006) quien acota que a
medida que la enfermedad avanza, se deteriora la habilidad del paciente para reconocer la
98
necesidad de evacuar y empiezan a suceder los accidentes, por lo que recomienda al cuidador
que observe las señales no verbales que indican la necesidad de ir al baño, como: halarse el
Ítem 14. Conozco Cuáles son las Medicinas con sus Respectivas Indicaciones Médicas que
debo Suministrar a mi Padre o Madre
Tabla 24
Conozco Cuáles son las Medicinas con sus Respectivas Indicaciones Médicas que debo
Suministrar a mi Padre o Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%
Figura 16. Conozco cuales son las medicinas con sus respectivas indicaciones médicas que debo suministrar a mi padre o madre.
contesto definitivamente sí conocen y manejan las indicaciones médicas que deben suministrar a
su padre o madre. Este hallazgo reafirma lo planteado por la Fundación Alzheimer Venezuela
99
(2006) quien recomienda que el cuidador debe seguir indicaciones y administración de fármacos
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%
La tabla 25 y la figura 17, reflejan que 100% de las hijas cuidadoras de padre o madre con la
Florez, Lozano, Julio & Ortiz (2018) quienes destacan que un 95.6% (108) de cuidadoras de
pacientes con Alzheimer refieren mantener una relación de fe en Dios. Siguiendo lo citado por
Sanchez (2006) para algunos cuidadores de pacientes con Alzheimer contar con Dios, un poder o
100
Ítem 16. Creo que Asistir a Misa o Culto me Reconforta para Sobrellevar la Enfermedad
de mi Padre o Madre
Tabla 26
Creo que Asistir a Misa o Culto me Reconforta para Sobrellevar la Enfermedad de mi Padre o
Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 4 27
Probablemente Si 4 27
Indeciso 6 40
Probablemente No
Definitivamente No 1 7
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora
7%
27%
Definitivamente si
40% Probablemente si
Indeciso
Probablemente no
Definitivamente no
27%
Fi
gura 18. Creo que asistir a misa o culto me reconforta para sobrellevar la enfermedad de mi padre o madre. Fuente:
Trabajo de campo de la autora.
Con respecto a la tabla 26 y figura 18 referente al ítem 14: muestra que 40% de las
encuestadas responden indecisos en creer que asistir a misa o culto pueden ser un medio para
reconfortarlas y sobrellevar la enfermedad de sus padres, mientras que en segundo lugar un 27%
contesta que probablemente sí podría ser este el medio para lograr fortaleza, en tercer lugar
definitivamente no. Esto es coincidente con lo reseñado por Barrera, Pinto, Sánchez, Carrillo &
101
Chaparro (2010) que para algunos cuidadores, la iglesia es fuente de apoyo dado que los ayudan
a afrontar de mejor manera las situaciones de estrés que lleva consigo el cuidado.
Ítem 17. Mis Creencias Religiosas me Ayudan a Tener fortaleza para Lidiar con la
Enfermedad de mi Padre o Madre
Tabla 27
Mis Creencias Religiosas me Ayudan a Tener Fortaleza para Lidiar con la Enfermedad de mi
Padre o Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 10 67
Probablemente Si 5 33
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora
33%
Definitivamente si
Probablemnte si
Indeciso
Definitivamente no
67% Probablemnte no
Figura 19. Mis Creencias religiosas me ayudan a tener fortaleza para lidiar con la enfermedad de mi padre o madre.
Fuente: Trabajo de campo de la autora.
En relación a la tabla 27 y figura 19, con respecto al ítem: Mis creencias religiosas me
ayudan a tener fortaleza para lidiar con la enfermedad de mi padre o madre; se observa que el
67%, respondieron definitivamente sí, mientras que en segundo lugar un 33% contestan
probablemente sí. Este resultado concuerda con lo expuesto por Barrera, Pinto, Sánchez Carrillo
102
& Chaparro (2010) en el que afirman que las creencias religiosas son con frecuencia
consideradas un sostén para las personas que afrontan la tarea de ser cuidador y al afecto
Ítem 18. Creo que Orarle a Dios me Ayuda a Sobrellevar la Enfermedad de mi Padre o
Madre
Tabla 28
Creo que Orarle a Dios me Ayuda a Sobrellevar la Enfermedad de mi Padre o Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%
Figur
a 20. Creo que Orarle a Dios me Ayuda a Sobrellevar la Enfermedad de mi Padre o Madre. Fuente: Trabajo de
campo de la autora.
La tabla 28 y figura 20, muestran que 100%, contesto definitivamente si orarle a Dios les
ayuda a sobrellevar la enfermedad de su padre o madre. Este resultado coincide con el estudio
de Londoño et al. (2006) describen que los cuidadores acuden a la religión como una estrategia
103
el problema, o las emociones que se generan ante el cuidado, este autor afirma que el poder de la
Ítem 19. Mis Creencias Espirituales me Ayudan a Sentir Paz Interior que Permiten que
Cuide Adecuadamente de mi Padre o Madre
Tabla 29
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 9 60
Probablemente Si 6 40
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Mis Creencias Espirituales me Ayudan a Sentir Paz Interior que Permiten que Cuide
Adecuadamente de mi padre o madre
Fuente: Trabajo de campo de la autora
104
40%
Definitivamente si
Probablemente si
60% Indeciso
Probablemnete no
Definitivamente no
Figura 21. Mis creencias espirituales me ayudan a sentir paz interior que permiten que cuide adecuadamente de mi
La tabla 29 y figura 21, relativa a mis creencias espirituales me ayudan a sentir paz interior
que indican que 60% de la muestra responde definitivamente sí y finalmente 40% de las
encuestadas contestan probablemente sí. Estos resultados coinciden con Florez, Lozano, Julio &
Ortiz (2019) quienes sostienen que Las creencias religiosas como aspectos constitutivos de la
espiritualidad conforman un elemento importante para afrontar la enfermedad, estos aspectos espirituales
proveen herramientas a las personas para hacer frente a los eventos estresantes a lo largo del ciclo vital.
Ítem 20. Creo que Fortalecer mi Espíritu Contribuye a que Cuide Mejor mi Padre o Madre
Tabla 30
Creo que Fortalecer mi Espíritu Contribuye a que Cuide Mejor mi Padre o Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora
105
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%
Figura 22. Creo que fortalecer mi espíritu contribuye a que cuide mejor mi padre o madre. Fuente: Trabajo de campo
de la autora.
La tabla 30 y figura 22 con relación al ítem 18: Creo que fortalecer mi espíritu contribuye a
que cuide mejor mi padre o madre, evidencia que 100% de las encuestadas responde
Pinto & Sánchez (2010), quienes añaden que el valor espiritual es definitivo en el mantenimiento
sentido a la vida.
106
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%
Figur
a 23. Amo a mi Padre o Madre. Fuente: Trabajo de campo de la autora.
La tabla 31 y figura 23 correspondiente al ítem 19: amo a mi padre o madre; evidencian que
100% respondió definitivamente sí. Este porcentaje confirma el estudio de Ferrer (2008) refiere
que el amor es un sentimiento que está presente en la relación afectiva de los hijos hacia los padres y que
este es un valor necesario para cuidar al enfermo de Alzheimer por su fuerza y acercamiento en
la comprensión de las situaciones que viven en la relación con su familiar, rigiendo la mayoría de
107
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%
Figura 24. Siento que trato cariñosamente a mi padre o madre. Fuente: Trabajo de campo de la autora
En relación a la tabla 32 y figura 24, correspondiente al ítem 20: Siento que trato
respecto, Ferrer (2008) añade que la conciencia de cariño aporta un gran significado en el
cuidado, por ello la transmisión de afectos ayuda a los cuidadores a dar un impulso positivo a sus
vidas.
Ítem 23. Cuidar de mi Padre o Madre me Permite Agradecerle el Amor que me han
Brindado a lo Largo de mi Vida
Tabla 33
Cuidar de mi Padre o Madre me Permite Agradecerle el Amor que me han Brindado a lo Largo
de mi Vida
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora
108
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%
Figura 25. Cuidar de mi padre o madre me permite agradecerle el amor que me han brindado a lo largo de mi vida.
Fuente: Trabajo de campo de la autora
Con respecto a la tabla 33 y figura 25, correspondiente al ítem 21: Cuidar de mi padre o
madre me permite agradecerle el amor que me han brindado a lo largo de mi vida; 100% de la
muestra responden definitivamente sí. Este hallazgo coincide con López & Rodríguez (2007)
quienes señalan que en muchos cuidadores familiares hay un sentimiento de reciprocidad, es decir
sienten satisfacción y alegría de poder devolver al familiar enfermo la atención que ellos mismos
recibieron por parte de sus progenitores, manteniendo la creencia de que el cuidado que ellos le pueden
Ítem 24. Me Siento Satisfecha con la Forma con la que Cumplo mi Rol de Hija Cuidadora
Tabla 34
Me Siento Satisfecha con la Forma con la que Cumplo mi Rol de Hija Cuidadora
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 6 40
Probablemente Si 4 27
Indeciso 5 33
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora
109
33%
40%
Definitivamente si
Probablemente si
Indeciso
Probablemente no
Definitivamente no
27%
Figura 26. Me siento satisfecha con la forma con la que cumplo mi rol de hija cuidadora. Fuente: Trabajo de campo
de la autora.
La tabla 34 y figura 26, correspondiente al ítem 22: Me siento satisfecha con la forma con la
que cumplo mi rol de hija cuidadora; 40% de la muestra responde definitivamente sí, en segundo
lugar 33% contestan indecisos y en último lugar 27% indicaron probablemente sí sienten. Este
hallazgo es similar a lo reportado por López & rodríguez (2007) quien afirma que los cuidadores
sienten satisfacción por ayudar a sus familiares, el hecho de ayudar les hace sentirse más
próximos a ellos, siente que realmente disfrutan estando con el familiar, responsabilizarse de sus
familiares les ayuda a incrementar su autoestima, da un mayor sentido a sus vidas y sienten que
Ítem 25. Me Satisface Sentir que Estoy Apoyando a mi Padre o Madre durante su
Enfermedad
110
Tabla 35
Me satisface Sentir que Estoy Apoyando a mi Padre o Madre durante su Enfermedad
Opciones frecuencia simple frecuencia relativa %
Definitivamente si 10 66
Probablemente si 5 33
Indeciso
Probablemente no
Definitivamente no
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora
33%
Probablemente si
Definitivamente si
67%
Figura 27. Me satisface sentir que estoy apoyando a mi padre o madre durante su enfermedad. Fuente: Trabajo de
campo de la autora
La tabla 35 y figura 27, correspondiente al ítem 23 que se refiere a me satisface sentir que
estoy apoyando a mi padre o madre durante su enfermedad, 67% de las encuestadas responden
coincide con lo referido por Delicado, García, López & Martínez (2000) quienes señalan que los
cuidadores pueden sentirse satisfechos con su labor y el hecho de servir, de cuidar y de proteger
satisfacción.
Ítem 26. Me Complace que con mis Cuidos mi Padre o Madre Tengan una Mejor Calidad de Vida
111
Tabla 36
Me complace que con mis Cuidos mi Padre o Madre Tengan una Mejor Calidad de Vida
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%
Figura 28. Me complace que con mis cuidados mi padre o madre tengan una mejor calidad de vida. Fuente: Trabajo
de campo de la autora.
En relación a la tabla 36 y figura 28, correspondiente al ítem 24, relativo a me complace que
con mis cuidados mi padre o madre tengan una mejor calidad de vida, 100% de las encuestadas
Cohen, Colantonio & Vernich (2002) quienes encontraron que en torno al 73% de los cuidadores
no profesionales de adultos mayores refirieron que las mayores fuentes de satisfacción estuvieron
obligación
112
Ítem 27. Siento que Toda la Energía que Invierto en Cuidar a mi Padre o Madre Vale el
Esfuerzo
Tabla 37
Siento que Toda la Energía que Invierto en Cuidar a mi Padre o Madre Vale el Esfuerzo
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 7 47
Probablemente Si 5 33
Indeciso 3 20
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 10
Fuente: Trabajo de campo de la autora
20%
47% Definitivamente si
Probablemente si
Indeciso
Definitivamente no
33% Probablemente no
Figura 29. Siento que toda la energía que invierto en cuidar a mi padre o madre vale el Esfuerzo Fuente: Trabajo de
campo de la autora.
La tabla 37 y figura 29, correspondiente al ítem 25 relativo a siento que toda la energía que
invierto en cuidar a mi padre o madre vale el esfuerzo los resultados indican que 47% de muestra
respondió indecisa. Este hallazgo es coincidente con lo descrito por Quinn, Clare & Woods,
(2010) quienes afirman que los sentimientos del cuidador de otorgar el cuidado genera
sentimientos de valía y realización personal y esos sentimientos son parte de los aspectos
113
positivos del cuidado.
Ítem 28. Logro Autocontrolarme ante Situaciones Estresantes por Cuidar a mi Padre o
Madre
Tabla 38
Logro Autocontrolarme ante Situaciones Estresantes por Cuidar a mi Padre o Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 9 60
Probablemente Si 4 27
Indeciso 2 13
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora
13%
Definitivamente si
27% Problablemente si
60% Indeciso
Definitivamente no
Probablemente no
Figura 30. Logro autocontrolarme ante situaciones estresantes por cuidar a mi padre o madre. Fuente: Trabajo de
campo de la autora.
La tabla 38 y figura 30, correspondiente al ítem 26: Logro autocontrolarme ante situaciones
estresantes por cuidar a mi padre o madre, evidencian que 60% responden definitivamente si,
27% contesta probablemente sí y finalmente un 13% manifiesta indeciso. En este sentido, estos
resultados de una tendencia positiva de autocontrol de las emociones evidencia que la muestra se
114
relajación y autocontrol con el fin de que estos manejen estrategias de autorregulación emocional
frente a la enfermedad, esta competencia les proporciona a las cuidadoras las herramientas
necesarias para afrontar situaciones estresantes y les ayuda a mantenerse ecuánimes ante
situaciones críticas.
Ítem 29. Siento que Puedo Confiar el Cuido de mi Padre o Madre a otra Persona
Tabla 39
Siento que puedo Confiar el Cuido de mi Padre o Madre a otra Persona
7%
20%
Definitivamente si
Probablemente si
Indeciso
Definitivamente no
Definitivamente no
73%
Figura 31. Siento que puedo confiar el cuido de mi padre o madre a otra persona. Fuente: Trabajo de campo de la
autora.
Con respecto a la tabla 39 y figura 31 referido al ítem 27: Siento que puedo confiar el cuido de
mi padre o madre a otra persona, en primer lugar se ubica 73% de la muestra responde indecisas,
115
un 20% expreso que probablemente no y finalmente 7% manifiesta probablemente sí.
Es habitual que a consecuencia del cuidado y del desempeño del papel de cuidador principal
sobrevengan una serie de sentimientos paradójicos a nivel emocional. En este sentido, esta
manifestación coincide con lo señalado por Ferrer (2008) quien refiere que existe una alta
implicación y dedicación por parte de los cuidadores, muchos cuidadores consideran que nadie
puede cuidar del enfermo como ellos mismos y por lo tanto, no son favorables a la recepción de
ayuda
Ítem 30. Siento que Soy una Buena Hija por Como Trato a mi Padre o Madre
Tabla 40
Siento que Soy una Buena Hija por Como Trato a mi Padre o Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 8 53
Probablemente Si 6 40
Indeciso 1 7
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora
7%
Definitivamente si
40% 53% Probablemente si
Indeciso
Definitivamente no
Probablemente no
Figura 32. Siento que soy una buena hija por como trato a mi padre o madre. Fuente: Trabajo de campo de la autora.
116
manifiestan que definitivamente si al ítem siento que soy buena hija por como trato a mi padre o
madre mientras que 43% expreso que probablemente sí y finalmente 7% contesto indecisa ante
la interrogante. En este sentido, este resultado se puede contrastar con el D’Argemir (1994) en el
que refiere que el cuidar en la familia implica un fuerte componente afectivo, se ama a las
personas para las cuales se realiza este trabajo que además está impregnado también de un
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%
Figura 33. Ayudo a mi padre o madre en las actividades cotidianas. Fuente: Trabajo de campo de la autora
117
La tabla 41 y figura 33, correspondiente al ítem 31: Ayudo a mi padre o madre en las
Este hallazgo corrobora lo señalado por Achury, Casataño, Gómez & Guevara, (2011) quienes
refieren una de las consecuencias del Alzheimer es que produce un deterioro funcional por el
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%
Figura 34. Ayudo a mi padre o madre en las actividades de cuidado personal. Fuente: Trabajo de campo de la autora
La tabla 42 y figura 34, correspondiente al ítem: ayudo a mi padre o madre en las actividades
118
sentido lo expresado por la muestra coincide con Pinto, Exeni & Peñalosa (2007) al señalar que
actividad cotidiana del enfermo, por ejemplo, en el aseo personal, en el vestirse, en el comer o en
las funciones excretoras por lo tanto el cuidador provee los cuidados necesarios referentes a las
actividades cotidianas.
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%
Figura 35. Asisto a las consultas médicas con mi padre o madre. Fuente: Trabajo de campo de la autora
En relación a la tabla 43 y figura 35; se observa que 100% asiste a las consultas médicas que
requiere su padre o madre. Al respecto los resultados coinciden con Becker et al (2017) quienes
añaden que las tareas desempeñadas con mayor frecuencia por cuidadores familiares están la de
119
ofrecer transporte, acompañamiento a consultas médicas, entre otras; esto le proporciona al
7%
20%
Definitivamente si
53% Probablemente si
Indeciso
Definitivamente no
Probablemente no
20%
Figura 36. Mantengo una buena comunicación con mi padre o madre. Fuente: Trabajo de campo de la autora
Con respecto a la tabla 44 y figura 36, correspondiente al ítem: mantengo una buena
comunicación con mi padre o madre, los resultados evidencian que 53% responde
120
responde probablemente no a la interrogante. El resultado obtenido es coincidente con el estudio
de Rufino, Blasco, Güell, Ramos & Pascual (2010) quienes señalan que una comunicación
basada en la empatía, la comprensión y el soporte mutuo puede facilitar la adaptación tanto del
la situación.
121
7%
Definitivamente si
Probablemente si
Indeciso
Probablemente no
Definitivamente no
93%
Figura 37. Le hablo cordialmente a mi padre o madre. Fuente: Trabajo de campo de la autora
La tabla 45 y la figura 37, referente al ítem 36: Le hablo cordialmente a mi padre o madre,
no. En este caso el hallazgo reportado por la muestra estudiada, se puede contrastar con lo
encontrado por Bastardo & Rivas (1992) quienes señalan que muchas veces el cuidador
pero la mejor manera de cuidar a una persona con enfermedad de Alzheimer es manteniendo
una conducta asertiva, entendiendo que los actos que realiza el paciente no los hace adrede,
siendo este un ser humano que merece respeto, amor, cariño, tolerancia, paciencia y
comprensión.
122
Fuente: Trabajo de campo de la autora
33%
40%
Definitivamente si
Probablemente si
Indeciso
Definitivamente no
Probablemente no
27%
Figura 38. Trato a mi padre o madre como a un adulto mayor. Fuente: Trabajo de campo de la autora
La tabla 46 y figura 38, relacionada con el ítem 36: Trato a mi padre o madre como a un
adulto mayor, refleja que 40% de la muestra responde probablemente no a la pregunta, seguido
por 33% quienes responde probablemente sí y finalmente 27% se expresaron indecisos ante esta
pregunta.
Cabe resaltar que la mayoría de la muestra, indica que probablemente no le dan un trato como
adulto mayor a sus padres, lo cual puede asociarse a la sobreprotección del enfermo por parte de
sus hijas cuidadoras, en este sentido Montorio & Lozada (2004) señalan que es muy común en
los cuidadores de pacientes con demencia que tiendan a sobreproteger al enfermo, haciendo por
el otro más de lo que necesita, con tal de evitarle esfuerzos al enfermo. De igual manera, Larrosa
(2011) refiere que los cuidadores familiares tienden a sobreproteger a los mayores infravalorando
sus capacidades o creyendo que así se les ayuda y se les cuida más.
123
Ítem 37. Le Ofrezco Información Temporo-Espacial a mi Padre o Madre Cuando se Siente
Desorientado
Tabla 47
Le Ofrezco Información Temporo-Espacial a mi Padre o Madre Cuando se Siente Desorientado
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 8 53
Probablemente Si 7 47
Indeciso 0 0
Probablemente No 0 0
Definitivamente No 0 0
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora
47% Definitivamente si
53% Probablemente si
Indeciso
Definitivamente no
Probablemente no
Figura 39. Le ofrezco información temporo-espacial a mi padre o madre cuando se siente desorientado. Fuente:
Trabajo de campo de la autora.
espacial a mi padre o madre cuando se siente desorientado los resultados evidencian 53%
responde definitivamente sí y 47% expresaron que probablemente sí. En este sentido Sánchez
(2012) refiere que las cuidadoras que aportan orientación temporal y espacial al familiar enfermo
124
cognoscitiva parece beneficiar al paciente demente, mejorando la orientación y la memoria.
Ítem 38. Despejo las Áreas de la Casa por Donde se Desplaza mi Padre o Madre
Tabla 48
Despejo las áreas de la casa por donde se desplaza mi padre o madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%
Figura 40. Despejo las Áreas de la Casa por Donde se Desplaza mi Padre o Madre. Fuente: Trabajo de campo de la
autora.
La tabla 48 y figura 40, referente al ítem 38 muestra que 100% de las encuestadas responden
definitivamente sí. Este hallazgo se relaciona con los cuidados que se debe brindar al adulto
125
mayor con enfermedad de Alzheimer expuesto por Sanchez et al (2013) plantea que dentro las
adaptar el hogar donde vive una persona con Alzheimer, se hace necesario realizar cambios que
eviten situaciones de riesgo y faciliten el cuidado del enfermo, esto no solo ayuda a la persona
con alzhéimer sino también a su cuidador, facilitando la autonomía y haciendo su vida más
agradable. La personalización del hogar hace que la persona mantenga la realidad con el día a
fomenta la autonomía funcional el máximo tiempo posible y minimiza los riesgos asociados con
el avance de la enfermedad.
Ítem 39. Permito que mi Padre o Madre Realicen Hábitos de la Vida Diaria las Cuales
Todavía Están en Capacidad de Hacer
Tabla 49
Permito que mi Padre o Madre Realicen Hábitos de la Vida Diaria las Cuales Todavía Están en
Capacidad de Hacer
126
33% 33%
Definitivamente si
Probablemente si
Indeciso
Definitivamente no
Probablemente no
33%
Figura 41. Permito que mi padre o madre realicen hábitos de la vida diaria las cuales todavía están en capacidad de hacer.
Fuente: Trabajo de campo de la autora
La tabla 49 y figura 41, reflejan que 33% de las hijas cuidadoras de padre o madre con la
vida diaria que pudieran estar en capacidad de hacer, 33% se mantuvieron indecisas y otro 33%
127
expresaron que definitivamente si permiten que sus padres participen en este tipo de actividades.
Al respecto Montorio & Lozada (2004) señalan que suele pasar a menudo que el cuidador
realice las tareas que el enfermo de Alzheimer podría hacer por sí mismo por eso es muy
Ítem 40. Práctico Actividades de Ocio y Tiempo Libre las Cuales Favorecen en el Cuidado
de mi Padre o Madre
Tabla 50
Práctico Actividades de Ocio y Tiempo Libre las Cuales Favorecen en el Cuidado de mi Padre o
Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si
Probablemente Si 3 20
Indeciso 6 40
Probablemente No
Definitivamente No 6 40
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora
20%
40%
Definitivamente si
Probablemente si
Indeciso
Definitivamente no
Probablemente no
40%
Figura 42. Práctico actividades de ocio y tiempo libre las cuales favorecen en el cuidado de mi padre o madre.
Fuente: Trabajo de campo de la autora
En relación a la tabla 50 y figura 42, correspondiente al ítem 40, se obtuvo que 40% de la
128
muestra responde definitivamente no e indecisos respectivamente y 20% contesto
probablemente sí. Al respecto, este hallazgo se puede comparar con lo reportado por Roig
(1998) quien refiere que el cuidador se olvida de sí mismo, no tomándose el tiempo libre que
necesita para descansar; los hobbies o aficiones que tenía los abandonan, deja de comunicarse
con los amigos. Es decir, el cuidador acaba paralizando durante algunos años su proyecto de
vida.
Capítulo V
Conclusiones y Recomendaciones
Una vez realizada la investigación, se presentan las conclusiones pertinentes en función de los
a las hijas cuidadoras de padres con enfermedad de Alzheimer, sus familiares y a la Fundación
Gracias al presente estudio se logró precisar la actitud de las hijas cuidadoras hacia el cuidado
apegado a la rigurosidad metodológica, para que los resultados obtenidos sean un aporte al área
129
del conocimiento relacionada con los cuidadores de pacientes con enfermedad de Alzheimer y a
la Orientación de la Conducta.
Con respecto al objetivo específico 1: Establecer las características socio demográficas de las
Bolívar, se puede concluir que la edad predominante entre las hijas cuidadoras se ubica entre 51
a 60 años de edad (46%); de estado civil casadas (40%), nivel educativo universitario (47%), sin
profesión (60%), de ocupación amas de casa (53%), practicantes de la religión católica (66%) y
cuidadoras, se puede concluir que la mayoría de las hijas cuidadoras encuestadas respondieron lo
permanente (100%), definitivamente sí sé que tengo que estar pendiente de los gestos de mi
padre o madre que indiquen que quiere ir a la poceta (46%), definitivamente sí conocen las
medicinas con sus respectivas indicaciones médicas que les deben suministrar a sus padres
(100%), definitivamente sí tengo fe en Dios (100%), indecisas ante el ítem considero que asistir
definitivamente sí mis creencias espirituales me ayudan a tener fortaleza para lidiar con la
enfermedad de mi padre o madre (67%), definitivamente sí creo que orarle a Dios ayuda a
130
espirituales me ayudan a sentir paz interior que permite cuidar adecuadamente a mi padre o
madre (60%), definitivamente sí creo que fortalecer mi espíritu contribuye a que cuide mejor a
En cuanto al objetivo específico 3: Especificar los componentes afectivos de las hijas cuidadoras
hacia sus padres con enfermedad Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar, se
padre o madre me permite agradecerle el amor que me han brindado a lo largo de mi vida
(100%), definitivamente sí me siento satisfecha con la forma con la que cumplo mi rol de hija
cuidadora (40%), definitivamente sí me satisface sentir que estoy apoyando a mi padre o madre
durante su enfermedad (66%), definitivamente sí me complace que con mis cuidados mi padre o
madre tengan una mejor calidad de vida (100%), definitivamente sí siento que toda la energía
que invierten en cuidar a sus padres vale la pena (47%), definitivamente si logro autocontrolarse
ante situaciones estresantes por cuidar de mi padre o madre (60%); indecisa ante confiarle el
cuidado de mi padre o madre a otra persona (73%), Definitivamente si siento que soy una buena
cuidadoras hacia sus padres con enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo
definitivamente sí asisto a las consultas médicas con mi padre o madre (100%), definitivamente
sí mantengo una buena comunicación con mi padre o madre (53%), definitivamente sí le hablo
131
amistosamente a mi padre o madre (93%), Probablemente no trato a mi padre o madre como un
padre o madre cuando se siente desorientado (53%), definitivamente si despejo las áreas de la
casa por donde se desplaza mi padre o madre (100%), probablemente no permito que mi padre o
madre realicen actividades de la vida diaria las cuales están en capacidad de hacer (33%),
Indeciso y definitivamente no práctico actividades de ocio y tiempo libre las cuales favorecen el
Es así como los objetivos específicos anteriormente señalados, permiten concluir que gracias
a la teoría de la Acción Planificada y a la Teoría del Aprendizaje Social, fue logrado el objetivo
general el cual consistió en precisar la actitud de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus
Como conclusión general se destaca que los resultados obtenidos corroboran que la actitud
hacia el cuidado de padres con enfermedad de Alzheimer es ambivalente puesto que entre los
que queda demostrado en que si bien los componentes cognitivos y afectivos como las creencias
y sentimientos que manejan estas cuidadoras se orientan hacia los aspectos positivos del cuidado,
también coexisten varios aspectos conductuales y afectivos hacia el cuidado que evidencian una
connotación negativa puesto que varias de las acciones que estas realizan no favorecen el
cuidado como se denotan en los aspectos de comunicación, organización, ocio y tiempo libre.
Recomendaciones
132
Brindar a su padre o madre un trato adecuado de manera que se fomente y respete la
Bolívar.
Mantener una conducta asertiva ante situaciones estresantes derivadas del cuidado de su
familiar.
incentivar que esta población mantenga una actitud positiva hacia el cuidado como
espiritual.
Conducta.
133
Recomendación General
medios de comunicación social, los resultados de esta investigación para que sirva de
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