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(hasta resumen números romanos) introducción arabicos

República Bolivariana De Venezuela

Centro de Investigaciones Psiquiátricas, Psicológicas y

Sexológicas de Venezuela

Instituto de Investigación y Postgrado

Actitudes de las Hijas Cuidadoras Hacia el Cuidado de sus Padres con Enfermedad de

Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar

Trabajo de Grado como requisito Parcial para Optar al Grado de Magister en Ciencias Mención

Orientación de la Conducta

Autora: Marycruz Sánchez Rodríguez

Tutora de Contenido: MSc. Vicglady María Pérez Gómez

Puerto Ordaz, 2019


CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIATRICAS,
PSICOLÓGICAS Y SEXOLOGICAS DE VENEZUELA
CARACAS VENEZUELA

ACEPTACIÓN DE LA TUTORA
DE CONTENIDO

Yo, Vicglady María Pérez Gómez portadora del Documento de identidad Nº V-


12.910.362; por medio de la presente, hago constar que he leído el anteproyecto de
trabajo especial de Grado presentado por la participante Marycruz Sánchez
Rodríguez, portadora del Documento de Identidad Nº V- 15.445.489; como requisito
para optar al grado de Magister en Ciencias mención Orientación de la Conducta
titulado: “Actitudes de las Hijas Cuidadoras Hacia el Cuidado de sus Padres con
Enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar” el cual
acepto asesorar en calidad de Tutora de Contenido, durante la etapa de desarrollo del
Trabajo de Grado, hasta su presentación y evaluación.

En la ciudad de Caracas, a los 15 días del mes de septiembre de 2017

MSc. Vicglady Pérez Gómez


Vicglady@gmail.com
0412 5908235/ 0414 2753501

ii
CENTRO DE INVESTIGACIONES PSIQUIÁTRICAS PSICOLÓGICAS Y
SEXOLÓGICAS DE VENEZUELA
INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO

APROBACIÓN DE LA TUTORA DE CONTENIDO

En mi carácter de tutora del trabajo de grado presentado por la ciudadana Marycruz Sánchez

Rodríguez, para optar al grado de Magíster en Ciencias, Mención Orientación de la Conducta,

considero que dicho trabajo reúne los requisitos y méritos suficientes para ser sometido a la

presentación pública y evaluación por parte del jurado examinador que se designe.

En la ciudad de xx a los días xx del mes de xx de 2019.

_____________________________
MSc. Vicglady María Pérez Gómez

C.I: 12.910.362

iii
Agradecimiento

A mi tutora de tesis Mcs Vicglady Pérez, gracias por todo su apoyo, paciencia, dedicación y

esfuerzo, para usted mi agradecimiento.

A la Fundación Alzheimer Capitulo Bolívar y a las cuidadoras participantes, ya que sin ellas

no hubiera sido posible llevar a cabo la presente investigación.

Mi enorme gratitud, ya que sin ellos este estudio no hubiera sido posible.

iv
Índice de Contenido

pp.
Lista de Tablas……………………………………………………………………… vii
Lista de Figuras……………………………………………………………………... ix
Resumen…………………………………………………………………………….. xii
Introducción……………………………………………………………………….... 1
Capítulo I. Problema 2
Planteamiento del Problema………………………………………. 2
Formulación del Problema………………………………………… 6
Objetivos de la Investigación……………………………………… 6
Objetivo General………………………………………................... 6
Objetivos Específicos………………………………………….. 6
Justificación de la Investigación…………………………………... 7
Limitaciones del Estudio…………………………………………. 8
Capítulo II. Marco Teórico 9
Antecedentes de la Investigación……………..…………………… 9
Bases Teóricas………………………...…………………………... 15
Teoría de la Conducta Planificada…………………………..……….. 16
Teoría Social del Aprendizaje o Cognitiva Social….…………….. 18
Actitudes…………………………………………………………... 19
Tipos de Actitudes…………………………………………………. 22
Enfermedad de Alzheimer ………………..……………………….. 31
Síntomas……………………………..…………………………...... 46
Criterios Diagnósticos de la Enfermedad de Alzheimer……………………... 62

Estadios de la Enfermedad de Alzheimer…………………………………..

Tratamientos del Paciente con Enfermedad de Alzheimer…………………..

La Comunicación en la Enfermedad de Alzheimer…………………………

El Cuidador………………………………………………………………….

Fase de Adaptación a la Situación de Cuidado……………………………….

Función del Cuidador Según la Fase de Enfermedad de Alzheimer………….

Cuidados básicos en el Paciente con Enfermedad de Alzheimer………………

La Familia Cuidadora de Pacientes con Enfermedad de Alzheimer……………

Emociones en el Cuidador………………………………………………………

Sobrecarga en el Cuidador del Paciente con Alzheimer…………………………

v
Nivel de Información de los Cuidadores Ante la Enfermedad de

Alzheimer……………………………………………………………………………

El Bienestar Espiritual y Creencias Religiosas del Cuidador…………………..

Enfoques Doctrinarios de la Escuela Bianco…………………………………….

Bases Legales. ……………………………………………….…….


Constitución de la República Bolivariana de Venezuela……………………. 62
Ley de Servicios Sociales ………………………………………………

Ley para Personas con Discapacidad…………………………………….


Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y Trabajadoras…. ………….... 67

pp.
Capítulo. III 71

Marco Metodológico…………………………………………………
Tipo de Investigación……………………………………………... 71
Diseño de la Investigación……………………................................ 71
Población y Muestra………………………………………………. 72
Operacionalización de las Variables……………………………… 74
Técnicas e Instrumentos de Recolección de los Datos……………. 76
Validez y Confiabilidad del Instrumento………………….............. 77
Procedimiento……………………………………………………... 79
Capítulo IV. 82

Análisis de los Resultados……………………………………………


Capítulo V. 128

Conclusiones, Recomendaciones……………….…………………….
Referencias……………………………………..…………………………............... 131
Anexos……………………………………………………………………………… 137
A. Instrumento para la validez de Contenido a través del Juicio de Expertos……. 138
B. Coeficiente de Confiabilidad por el método del Alfa de Cronbach……………..
C. Cuestionario ……………………………………………………………………. 152

vi
Lista de Tablas

N Título pp.

°
1 ………………… 17
2 18
3 20
4 21
5

28
6 32

7 39

8 44

72
10

74
11 75

12 75

13 76

14 76

15 78

16 82

17 83

18 84

19 85
20 86

vii
..

N Título pp.

°
47 ……………………….………………………………………………… 114
48 115
49 116
50 117
51 118
52 119
53 120
54 121
55

122
56 123

57 124
58 125
59 126

Lista de Figuras

N Título pp.

°
1 32
2 33
3 34
4 35
5 38
6 41
7 46
8 48
9 49
10 51

viii
11 56
….

N Título pp.

°
12 82
13 83
14 84
15 85
16 86
17 87
18 89
19 90
20 91
21

92
22 93
23 93
24 94
25 96
26 97
27 98
28 99
29 100
30 101
31 102
32 103
33 104
34 104
35 106
36 107
37 109
38 110

N Título pp.

°
39 111
40 112
41 113
42 113

ix
43 114
44 115
45 116
46 117
47 118
48 119
49 120
50 121
51

122
52 123
53 124
54 125

República Bolivariana de Venezuela


Centro de Investigaciones Psiquiátricas Psicológicas y
Sexológicas de Venezuela
Instituto de Investigación Postgrado
Maestría En Orientación de la Conducta

Actitudes de las Hijas Cuidadoras Hacia el Cuidado de sus Padres con Enfermedad de
Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar

Autora: Marycruz Sanchez Rodríguez


Tutora: Vicglady Pérez Gómez
Fecha: Mayo, 2019

Resumen
La enfermedad de Alzheimer es una de las patologías a nivel mundial con más incidencia en
la población adulta mayor. En este sentido el presente estudio tiene por objetivo general: Precisar
la actitud de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres con enfermedad de Alzheimer
de la Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar. El marco teórico los antecedentes nacionales e

x
internacionales relacionados con el sujeto y objeto de estudio aborda y se fundamentó en la
Teoría de la Conducta Planificada y Teoría Social del Aprendizaje o Cognitiva Social. La
metodología de estudio fue de paradigma positivista, enfoque cuantitativo, de tipo investigación
de campo, nivel descriptivo y diseño experimental transversal. La muestra censal fue de 15 hijas
cuidadoras de padres con enfermedad de Alzheimer a quienes se les aplicó un cuestionario de
preguntas politómicas con 41 ítems, validado por juicio de expertos. La confiabilidad fue de α =
0,921. Los resultados más relevantes destacan que el 100% manifiesta que definitivamente sí
reconocen que el paciente con enfermedad de Alzheimer requiere cuidado permanente y un 67%
considera que orarle a Dios le ayuda a sobrellevar la enfermedad de su padre o madre, de igual
manera un 53% refiere que sí mantienen una buena comunicación con su padre o madre y un
40% señala que probablemente no le da un trato a su padre o madre como adulto mayor, 100%
señala que si ayuda a su padre o madre en las actividades de cuidado personal en tanto un 40%
señala que no practica actividades de ocio y placer. Se recomienda propiciar en las hijas
cuidadoras actitudes para que reconozcan y proporcionen un trato adecuado como adulto mayor
a su padre o madre con enfermedad de Alzheimer de manera que se fomente la autonomía en él
enfermo, de igual manera también se recomienda practicar conductas de autocuidado a fin de
promover su bienestar biopsicosocial.

Palabras claves: Actitud, Alzheimer, cuidadoras, cuidado, padres

Introducción
La enfermedad de Alzheimer es una patología que afecta severamente a la población adulta

mayor que se caracteriza por ser una enfermedad degenerativa, incurable e irreversible, en la que

se ve afectada gradualmente el pensamiento, la memoria, la conducta y el lenguaje del individuo.

Durante la evolución de la enfermedad se puede observar que el grado de dependencia en el

enfermo se incrementa, lo cual demanda que un cuidador asuma la responsabilidad del cuidado

del paciente tanto en la realización de las actividades de la vida diaria como en el mantenimiento

de entornos adecuados. En este sentido, la ayuda para con él enfermo generalmente es asumida

por una única persona, quien habitualmente pertenece al género femenino y son familiares de primer

grado como esposa o hijas.

La aparición de la enfermedad de Alzheimer en un individuo sin lugar a duda cambia la vida

del paciente, de la familia y en especial la del cuidador principal; ya que conlleva una gran carga

xi
física y emocional, implica tomar decisiones en medio de situaciones complejas, asumir

responsabilidades, realizar tareas de cuidado físico, social, psicológico y religioso en pro de

satisfacer las necesidades de atención de la persona cuidada.

El cuidado continuo afecta los ámbitos biopsicosociales del cuidador principal; pues este debe

modificar desde las actividades cotidianas hasta el ritmo de sueño, provocando en muchos casos

sobrecarga; lo cual genera que sientan ansiedad, temor, sentimiento de culpa, irritabilidad,

tristeza, alteraciones a la salud y sensación de impotencia al enfrentarse a las situaciones

complejas del cuidado; sin embargo también es posible que el cuidado continuo genere en el

cuidador sentimientos positivos hacia la atención ofrecido, los cuales hacen aumentar la

habilidad del cuidado.

En este orden de ideas, el cuidado está condicionado por las actitudes; es decir por la forma

en que las percepciones y creencias condicionan las acciones y pensamientos hacia este

compromiso, una actitud positiva hacia el cuidado que brindan al paciente, reflejara un cuidado

holístico y de calidad donde abundan más los beneficios que los costes en las áreas física,

psicológica y social. En tanto que una actitud negativa afecta el bienestar biopsicosocial del

cuidador y la del enfermo generando desde problemas físicos hasta sentimientos negativos que

inciden en la manera de cómo se afronta y desarrolla el cuidado.

Por todo lo antes expuesto se considera pertinente investigar las actitudes hacia el cuidado de

las hijas cuidadoras de padres con enfermedad de Alzheimer que pertenecen a la Fundación

Alzheimer Capítulo Bolívar, con la finalidad de precisar si su actitud hacia el cuidado es

positiva o negativa.

Este trabajo está estructurado en cinco capítulos, que se describen a continuación:

xii
El capítulo I contiene el planteamiento y formulación del problema, los objetivos de la

investigación, la justificación y la limitación del estudio. El capítulo II aborda los antecedentes

tanto nacionales como internacionales, en lo que respecta a las bases teóricas explica la teoría de

la acción planificada y teoría cognitiva social, igualmente desarrolla la enfermedad de

Alzheimer, el cuidador, bases legales y la operacionalización de variables. El capítulo III marco

metodológico; en donde se explica el diseño, tipo y nivel de la investigación, muestra censal

técnicas de recolección de datos, validación y confiabilidad del instrumento y las técnicas de

análisis de los datos. Capítulo IV contempla el análisis e interpretación de los datos, comprende

los resultados representados en tablas y figuras con sus respectivas interpretaciones y el capítulo

V aborda las conclusiones y recomendaciones del trabajo de investigación y para culminar se

agregan las referencias y los anexos.

xiii
Capítulo I

El Problema

Planteamiento del Problema.

Desde tiempos remotos, la salud ha sido considerada como el elemento vital más preciado

para el ser humano y en tal sentido la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1946) la define

como: “Es el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no tan solo la ausencia de

enfermedad o afección” (p.100).

Ahora bien si la salud es el completo bienestar esta puede verse afectada por la aparición de

una enfermedad. El proceso salud-enfermedad está presente en diferentes etapas de la vida del

ser humano en todos sus aspectos. Por lo general la enfermedad implica una limitación de las

funciones y deberes normales del hombre, de sus relaciones con el medio y una reducción de las

manifestaciones de la personalidad. La enfermedad es una entidad opuesta a la salud, cuyo efecto

negativo es consecuencia de una alteración o desarmonización física o mental de un individuo

(Cortez, 2009).

Para Velasco & Sinibaldi (2001) la enfermedad crónica: “Es considerada como un

padecimiento cuyo desarrollo se prolonga a través del tiempo, causando un continuo deterioro

físico, mental o ambos, en el individuo que la padece, llevándolo incluso a la muerte” (p.37). La

enfermedad crónica es calificada como proceso incurable, con una gran carga social tanto desde

el punto de vista económico como desde la perspectiva de dependencia social e incapacitación;

estás se caracterizan por su larga duración, su progresividad e incurabilidad, pudiendo requerir

tratamiento y control por un número extenso e indeterminado de años.

Dentro de estas patologías crónicas se encuentran las enfermedades neurodegenerativas que

afectan al sistema nervioso central y provocan desórdenes cognitivos, alteraciones de conducta y

14
cambios en la regulación del organismo; dentro de estas patologías se ubica el síndrome

demencial (Tolosa 1998). En este sentido, Ballesteros (2008) sostiene que la demencia es: “Un

síndrome demencial que tiene una causalidad múltiple y que de forma progresiva y crónica,

provoca la disminución de las funciones globales cognitivas y funcionales” (p. 699).

Dentro de los síndromes demenciales se encuentra la enfermedad de Alzheimer la cual es

definida por la Fundación de Alzheimer de Venezuela (2010) como:

Una enfermedad neurodegenerativa, que se manifiesta como deterioro cognitivo de


trastornos conductuales y se caracteriza por la pérdida de la memoria progresiva, así como
de otras capacidades mentales, a medida que las células nerviosas (neuronas) mueren y
diferentes zonas del cerebro se atrofian (p.3).

A nivel mundial el Alzheimer afecta a 47.5 millones de personas y se pronostica que en los

próximos 20 años la cifra aumente a 74,7 millones de personas con este tipo de demencia (OMS,

2016). En este orden de ideas, en América Latina y el Caribe se calcula que el número de

personas que sufren de la enfermedad de Alzheimer se estima en casi 7,6 millones de personas.

Por otra parte, la Fundación Alzheimer de Venezuela (2009) reportó que en el país

aproximadamente 130.000 venezolanos sufren de algún tipo de demencia, de los cuales 75.000

se deben a la demencia tipo Alzheimer y específicamente en el estado Bolívar padecen esta

patología 6.547 adultos mayores, lo cual representa un 5.8% del porcentaje total.

Cabe destacar que no solo los que padecen esta enfermedad son los afectados; los miembros

de la familia también sufren las consecuencias de esta patología ya que como institución

primaria, deben procurar responder a todas las necesidades que presente a lo largo de su

enfermedad, cumpliendo así un rol determinante en la vida del paciente con Alzheimer. Cuando

en la familia se presenta una situación de cronicidad, los integrantes del núcleo familiar,

empiezan a asumir diferentes roles; sin embargo, debe haber una persona que asume la

responsabilidad de cuidar al adulto mayor dependiente, convirtiéndose así en el cuidador

15
principal, el cual apropiará la función de apoyo o suplencia de las actividades cotidianas, al igual

que las circunstancias que se presenten en el transcurso de la enfermedad.

La enfermedad de Alzheimer no solo repercute en el enfermo, impacta también en la familia y

en el cuidador, Bastardo (2012) señala:

Que enfrentar la realidad de la enfermedad de Alzheimer, es uno de los retos


psicológicos más importante y que causan mayor impacto en la familia, pues tienen ante sí
una difícil tarea que enfrentar y requieren una preparación integral, para el bienestar del
paciente y la salud física y emocional del que va a asumir la mayor responsabilidad (p.1).

En base a investigaciones realizadas acerca de los cuidadores, los resultados confirman el

papel protagónico que presenta la mujer; tal como lo plantea, Dulcey (1997) al afirmar que: “La

función de cuidar está íntimamente relacionada con el género femenino y generalmente son de

mediana edad o mayores, cumpliendo diferentes roles” (p.62).

Al respecto Rojas (2006) refiere que:

El cuidado cuando recae en las hijas por lo general son las hijas solteras, la hija favorita, la
que tiene menos carga familiar o de trabajo, así como la hija que vive más cerca o la única
mujer entre los hermanos, o el hijo favorito, suelen ser las personas sobre las que recae la
responsabilidad del cuidado de sus padres” (p.12)

Hay quienes consideran natural que las mujeres sean las cuidadoras, se piensa que ellas están

más preparadas biológicamente, ya que tiene más capacidad de abnegación, de sufrimiento y es

más voluntariosa, pero se olvidan que mujeres y hombres no nacen con capacidades diferentes, la

construcción social del género la que determina las tareas que unas y otros deben realizar en cada

momento de su vida.

Ser cuidadora de una persona dependiente produce un cambio dramático en las

responsabilidades y papeles que esta desempeña tanto en su familia y en la relación con otras

personas, es así como las hijas cuidadoras se convierten en mujeres multifuncionales, no solo

tienen bajo su responsabilidad el cuidar de sus padres, sino que en muchos casos tienen otros

16
roles como esposa, trabajadora, por lo que todo este entorno conlleva a que se incremente las

responsabilidades lo que trae como consecuencia dificultades, para poder manejar los diferentes

roles que tiene que asumir.

El cuidador de un enfermo con la patología de Alzheimer experimenta numerosas emociones,

durante el tiempo que dura su tarea como cuidador que determinan su actitud ante el cuidado. En

este sentido la actitud es definida por Morales (2000) como: “ Una predisposición aprendida, no

innata y estable aunque puede cambiar, al reaccionar de una manera valorativa, favorable o

desfavorable ante un objeto individuo, grupo, situaciones, etc.” (p. 24).

La manera en que se desempeña el cuidado así como los múltiples factores vinculados con

este, pueden generar en el cuidador efectos perjudiciales para la salud física y mental formando

así una actitud negativa ante el cuidado, pero también se ha visto que diversos factores como el

apoyo familiar, el conocimiento que posee el cuidador, como también el uso de estrategias

adecuadas de afrontamiento, entre otros son aspectos muy importantes que conducen a mantener

una actitud positiva ante el cuidado del enfermo con Alzheimer.

Por consiguiente, la actitud del cuidador familiar del paciente con Alzheimer es un aspecto

fundamental de los cuidados, la actitud que maneje el cuidador acerca del cuidado le facilitara o

le limitara según sea el caso. En este sentido para obtener los datos empíricos relacionados a la

actitud de las hijas cuidadoras de padres con enfermedad de Alzheimer de la Fundación

Alzheimer Capítulo Bolívar se optó por consultar directamente a las hijas cuidadoras, donde sus

respuestas permitieron establecer que 73% de las consultadas opina que le ha afectado el cuidar

de su padre o madre; de igual manera 100% de las cuidadoras reportaron que sentían que habían

descuidado otras responsabilidades debido al rol de cuidadoras que ejercen; igualmente 67%

17
indicaron que no contaban con el apoyo de otros miembros de la familia para cuidar de sus

padres.

Por todo lo antes expuesto se considera importante identificar las actitudes de las hijas

cuidadoras de padres con enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo

Bolívar para precisar si las mismas son positivas, negativas o ambivalentes. En atención a los

aspectos referidos se formula a continuación el problema.

Formulación del Problema

Se plantea como problema central del presente estudio:

¿Cuál es la actitud de las hijas cuidadoras hacia al cuidado de padres con enfermedad de

Alzheimer de la fundación Alzheimer capítulo Bolívar?

Los sub problemas de la investigación fueron:

1. ¿Cuáles son las características socio demográficas de las hijas cuidadoras de padres con

enfermedad de Alzheimer pertenecientes a la Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar?

2. ¿Cuáles son los componentes cognitivos de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres

con enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer capítulo Bolívar?

3. ¿Cuáles son los componentes afectivos de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres

con enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar?

4. ¿Cuáles son los componentes conductuales de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus

padres con enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar?

Objetivos de la Investigación

18
Objetivo General:

Precisar la actitud de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres con enfermedad

de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar.

Objetivos Específicos:

1. Establecer las características socio demográficas de las hijas cuidadoras de padres con la

enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar.

2. Determinar los componentes cognitivos de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus

padres con la enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar.

3. Especificar los componentes afectivos de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus

padres con la enfermedad de Alzheimer pertenecientes a la Fundación Alzheimer

Capítulo Bolívar.

4. Establecer los componentes conductuales de las hijas cuidadora hacia el cuidado de los

padres con la enfermedad de Alzheimer pertenecientes a la Fundación Alzheimer

Capítulo Bolívar.

Justificación

Este trabajo de investigación se ubica dentro de la Nomenclatura Internacional de la

UNESCO para los campos de la ciencia y tecnología en la disciplina de psicología (61) en las

disciplinas de: Patología (6101), Psicología de la vejez (6102) y Asesoramiento y Orientación

(6103); así como también el campo de las ciencias médicas (32) en la disciplina de geriatría

(3201); neurología (3205 ), psiquiatría (3211), con lo cual el presente estudio ingresaría al

sistema de clasificación del conocimiento usado a nivel mundial.

Precisar las actitudes de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres con enfermedad

de Alzheimer, se justifica en Venezuela dada las escasas investigaciones correspondidas a este

19
tema en el país. Del mismo modo, asemejar esta realidad permite contar con elementos de juicio

basados en evidencia teórica y científica que facilitan ofrecer una orientación de la conducta a

esta población y a sus allegados, más acorde a sus necesidades.

 Este trabajo de investigación destinado a hijas cuidadoras de padres con enfermedad de

Alzheimer puede contribuir a una salud mental y a un desarrollo biopsicosocial más operativo de

los beneficiarios directos (cuidadores). Además, el resultado del estudio puede servir como

marco de referencia para la puesta en práctica de otros estudios sobre actitudes de hijas

cuidadoras de padres con otras patologías tanto a nivel nacional como internacional.

Esta investigación proporcionó un aporte teórico al recopilar información veraz, pertinente y

actualizada sobre los aspectos del estudio lo cual podría favorecer al cuerpo de conocimientos

en el área y a su vez ofrecer la posibilidad de revisar, apoyar y de crear nuevas teorías y

conocimientos al respecto.

Desde el punto de vista metodológico el desarrollo de este estudio generó un instrumento para

recabar información sobre actitudes hacia el cuidado en hijas cuidadoras de padres con

enfermedad de Alzheimer con validez y confiabilidad determinada, que podrán ser utilizados en

estudios posteriores o como referencia para estudios similares.

Desde el punto de vista social y práctico, este estudio estima representar un aporte; ya que

genera una importante información sobre la actitud de hijas cuidadoras hacia el cuidado de

padres con enfermedad de Alzheimer.

A nivel personal constituyó un verdadero compromiso realizar esta investigación sobre este

objeto y sujeto de estudio del cual se ha hecho referencia, dado que se busca ofrecer un aporte

tanto el campo de la orientación de la conducta como al de la gerontología en Venezuela, debido

a la escasez de estudios y aportes científicos que aborden este tema en el país.

20
Limitaciones del Estudio

En el presente estudio, se encontraron obstáculos como la carencia de datos estadísticos

confiables y actualizados sobre el número de pacientes con enfermedad de Alzheimer en

Venezuela; así como la falta de estudios previos de investigación tanto a nivel nacional como

internacional directamente relacionadas con el objeto y sujeto de estudio del presente trabajo de

grado, constituyendo así las limitaciones del estudio.

Capítulo II
21
Marco Teórico
Este capítulo presenta el marco referencia de un conjunto de antecedentes nacionales e

internacionales de la investigación relacionados con las actitudes de las hijas cuidadoras hacia el

cuidado de sus padres con enfermedad de Alzheimer; así como las bases teóricas y legales, en el

cual se apoya el estudio, para la resolución del problema.

Antecedentes de la Investigación
Como sustento de esta investigación la búsqueda de antecedentes sobre las actitudes de las

hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres con enfermedad de Alzheimer fueron escasas;

sin embargo para la misma se tomaron en cuenta tres investigaciones en general, las cuales

estuvieron relacionadas con el objeto y/o sujeto de estudio, siendo las mismas de mucha

importancia ya que respaldaron la información, como a continuación se presenta:

Antecedente Nacional.
Díaz, Farías & Márquez (2016) realizaron un estudio en Venezuela titulado: Estudio sobre la

convivencia familiar cuando un integrante tiene Alzheimer a partir del cuidador principal, cuyos

objetivos eran: A) Analizar los cambios generados en la convivencia familiar ante la presencia de

una persona con Alzheimer desde la perspectiva del cuidador principal. B) Como identificar las

características de la persona que asume dicho rol, el grupo familiar y la Relación del cuidador

principal, el grupo familiar y la persona que tiene Alzheimer antes y durante la presencia de la

enfermedad,

El enfoque del estudio fue cualitativo, tipo de investigación exploratorio y de diseño

biográfico, donde la muestra fue de 7 cuidadores de pacientes con enfermedad de Alzheimer. La

técnica de recolección de datos fue el relato de vida.

Entre los resultados más relevantes destaca que existen dos tipos de cuidadores principales,

aquellos que van asumiendo los cuidados de su familiar a medida que transcurre el tiempo y van

22
demandando una serie de cuidados; o quienes asumen el rol de cuidadores una vez es otorgado el

diagnóstico de la enfermedad, o se manifiestan los primeros síntomas.

Quienes asumen el rol de cuidador, generalmente son las mujeres. Esto se debe a una

característica propia del mundo de vida popular venezolano. El hombre venezolano se vive como

hijo, de manera que evade cualquier tipo de responsabilidad otorgada dentro del hogar. Este tipo

de tareas son asignadas culturalmente a la mujer. A partir de la convivencia con una persona con

Alzheimer, se crean nuevas prácticas de vida, signadas por los cuidados y el tiempo de

dedicación que se le otorga a las atenciones brindadas. Estas van a variar y modificarse a medida

que avanza la patología, y la dependencia es mayor.

De tal modo, se distinguió que en las primeras etapas se crean prácticas abocadas a la

disminución del avance de la enfermedad y el desarrollo de actividades de ocio y tiempo libre.

Posteriormente, se van creando hábitos respecto al aseo, la alimentación y el suministro (y

búsqueda) del tratamiento, las cuales van incrementando en cuanto a tiempo de dedicación y

esfuerzo (según la etapa del Alzheimer) el cuidador relata, interpreta y vive el Alzheimer a partir

de la relación y su influencia en esta.

La enfermedad se vive como una pérdida por parte de quienes conforman el medio íntimo

familiar. Se crea una ruptura emocional con el familiar que la padece. Este va perdiendo su

capacidad para interactuar, relacionarse y demostrar su afecto a otros; dejando una presencia

meramente física. La ausencia se va a dar, en la medida en que la persona va perdiendo su

capacidad para interactuar con los individuos que forman parte del entorno. Se gesta una forma

de duelo “anticipatorio” que alude a un proceso donde ha empezado a manifestarse un

sentimiento de dolor de pérdida, sin que esta haya ocurrido todavía. Por tanto, no se produce por

una pérdida física, sino por la inexistencia de comunicación e intercambio afectivo.

23
Este estudio, es relevante para la presente investigación pues determina cuales son las

características y cómo se vive el cuidado de un familiar con enfermedad de Alzheimer en la

familia venezolana, lo cual permite establecer un marco de referencia para determinar la actitud

de las hijas cuidadoras de padres con enfermedad de Alzheimer.

Antecedentes Internacionales
Córdova & Pavón (2016) realizaron en Colombia, el estudio titulado: Resiliencia y Variables

Asociadas en Cuidadores Informales de Pacientes con Alzheimer; el cual tuvo por objetivo

general: Identificar la relación entre la resiliencia y la sobrecarga, la depresión, la percepción de

apoyo social y estrategias de afrontamiento en cuidadores de pacientes con Alzheimer

pertenecientes a instituciones de salud que trabajan con adultos mayores con demencias de la

ciudad de Bucaramanga.

El enfoque del estudio fue cuantitativo, de tipo transversal con alcance descriptivo-

correlacional, donde la muestra estuvo representada por ciento un (101) cuidadores evaluados

por medio de los instrumentos Escala de Resiliencia de Wagnild & Young (1993) adaptada al

español por Novella (2002), Escala de Carga del Cuidador (Zarit, 1980) adaptada por Martín et

al. (1996) posee un coeficeinte alfa de Conbrach de .91, Escala de Estrategias de Afrontamiento

Coping de Chorot & Sandín (1993) modificada por Londoño et al. (2006) tiene un coeficiente de

Alfa de Cronbach de .84, Cuestionario MOS de Apoyo Social (Sherbourne & Stewart, 1991),

validado por Espíndola, Enrique & Carmelo (2005) en su versión argentina tiene un .91 de

consistencia interna según Alfa de Cronbach, Inventario de Depresión Estado-Rasgo (IDER) de

Spielberg, validado para Colombia por Spielberg, Buela-Casal & Agudelo-Vélez (2008) las

diferentes escalas de este instrumento tienen valores de confiabilidad según Alfa de Cronbach

oscilan entre .7 y .9.

Las conclusiones más resaltantes de este estudio indican que:

24
1. Las características sociodemográficas de la muestra ratifican el perfil de cuidadores

informales correspondientes a mujeres en edades comprendidas entre 50 y 71 años, amas de casa,

hijas o esposas del paciente.

2. En cuanto a las variables resiliencia, sobrecarga, apoyo social, estrategias de afrontamiento

y depresión, se encontró que los cuidadores informales de la muestra son resilientes, presenta

índices moderados e intensos de sobrecarga, y una percepción adecuada de apoyo social. Como

estrategias de afrontamiento, se encontró que la religión es la más utilizada.

La importancia de este estudio para la investigación, radica en que permite comparar las

características sociodemográficas de la muestra, el apoyo social y las estrategias de

afrontamiento de los sujetos de estudio

Rubio (2014) realizó en Chile un estudio titulado: Comprendiendo la Experiencia y las

Necesidades al ser Cuidador Primario de un Familiar con Enfermedad de Alzheimer. Estudio de

Caso. Esta investigación centro su objetivo en: aportar conocimiento compresivo sobre la

experiencia de ser cuidador de un familiar con Enfermedad de Alzheimer. El enfoque del

estudio fue cualitativo, de aproximación fenomenológica; Paradigma Interpretativo, donde la

unidad de análisis estuvo representada por un cuidador, para la recolección de la información se

utilizó la entrevista en profundidad y para el análisis de la información se utilizó el método

Colaizzi que incluye las siguientes etapas: describir el fenómeno de interés, recolectar la

descripción del fenómeno por los participantes, leer y releer todas las descripciones de los

participantes sobre el fenómeno, volver a la transcripción original y extraer frases significativas

frente a cada unidad de significado identificada, intentar explicar el significado de cada frase

significativa, organizar los significados formulados en categorías más amplias, escribir una

descripción exhaustiva del fenómeno develado y volver a los participantes para validar la

25
descripción.

Los resultados de este estudio evidencian que: para la cuidadora la tarea de cuidar es una

experiencia fuerte cargada de sentimientos debido al vínculo afectivo.Las alteraciones en el

comportamiento del enfermo hacen que aparezcan sentimientos contradictorios y sentimientos

negativos como ira e impotencia, pero al mismo tiempo estas conductas hacen que la cuidadora

se sienta culpable e incómoda.

Aparecen en la cuidadora sentimientos de pérdida por el ser querido, debido a los cambios

que produce este padecimiento en el individuo enfermo. Se distinguió que la cuidadora puede

sentirse sobrepasadas por la situación de cuidado, lo cual está relacionado con la gran carga que

conlleva cuidar a un familiar con enfermedad de Alzheimer y esto lleva a sentir agotamiento y de

forma compensatoria a reaccionar de manera negativa o inadecuada con el enfermo u otras

personas de la familia. Así mismo se evidencia que las necesidades al ser cuidador primario están

referidas a la necesidad de información con respecto a la evolución de la enfermedad,

tratamiento y sobre el cuidado y la necesidad de apoyo psicológico.

Este estudio guarda relación con la investigación dado que permite establecer un marco de

referencia sobre los sentimientos negativos que se generan en la cuidadora familiar de pacientes

con la enfermedad de Alzheimer.

Bases Teóricas

Teoría de la Conducta Planificada

Esta teoría es una extensión de la Teoría de Acción Razonada desarrollada por Ajzen &

Fishbein; la cual se fundamenta en que las personas racionalmente utilizan y procesan

sistemáticamente la información disponible para llegar a una decisión conductual, es decir, “la

gente considera las implicaciones de sus acciones antes de decidir conducirse o no de un cierto

26
modo” (Ajzen y Fishbein, 1980).

Este postulado establece que la intención para realizar una conducta depende de la actitud

hacia la conducta, de la norma subjetiva relativa a la conducta y del control conductual

percibido. Al respecto, Restrepo (2013) añade que esta teoría postula que:

“La intención conductual está estrechamente asociada a la conducta, dicha intención es


la función de dos determinantes básicos; uno de naturaleza personal y el otro tiene que ver
con la influencia social. El factor personal es la evaluación positiva o negativa acerca de
ejecutar una conducta, esto es llamado “actitud”, la cual está ligada a aquellos resultados o
consecuencias que puede esperar un individuo a partir de la ejecución de la conducta. El
factor social está referido a la percepción de la presión social de cada individuo en tanto a
llevar o no llevar a cabo un comportamiento determinado, dicho factor es denominado
“norma subjetiva”, que se liga a las creencias de personas significativas. Entonces,
generalmente hablando, cuando una persona evalúa positivamente y cuando cree que es
importante para otros el llevar a cabo determinado comportamiento, debería hacerlo”(p.
22).

Actitud hacia el
Comportamiento
Conocimiento Intención de Comportamiento
Norma Subjetiva Conducta

Control
Conductual
Percibido

Figura 1. Modelo de la Teoría de la Conducta Planificada Ajzen (1991). Adaptado de “Gaviria, Cuadrado &
López”, 2009, p.188.

Esta teoría incorpora los componentes originales de la Teoría de la Acción Razonada, pero

también introduce la variable del Control Conductual Percibido, en este sentido Moncada (2013)

refiere que Fishbein y Ajzen definen los componentes de esta teoría como:

Intención conductual: Es referida a la probabilidad percibida de llevar a cabo un


comportamiento determinado.
Actitudes y Creencias: La actitud se refiere a una evaluación favorable o desfavorable de la
persona hacia un objeto. Las creencias representan la información que esta persona tiene
acerca del objeto.
Normas Subjetivas: Se refiere a la presión social percibida para realizar o no el

27
comportamiento. Refleja la influencia que el entorno inmediato al sujeto ejerce sobre la
conducta. La Norma Subjetiva podría definirse como lo que el sujeto cree que los “otros
importantes” para él creen o esperan que debe (o no debe) hacer en relación a una
determinada conducta (pp. 27-28).

En cuanto al control conductual percibido es definido por Carpi &Asencio (1997) señalan

que:” El control conductual percibido hace referencia a la facilidad o dificultad derivada de

poner en marcha dicho comportamiento y la actitud a la predisposición positiva o negativa a

llevar a cabo la actividad” (p, 1).

En síntesis, la conducta planificada hace referencia a un comportamiento deliberadamente

sistemático en el que las creencias son sus determinantes indirectos y las intenciones junto con la

situación de control son sus determinantes directas. En la medida en que un individuo adopta

creencias relativas a un objeto, proceso o persona incrementa sus probabilidades de ejecutar un

acto deliberado y planificado (García, Carreón, López, Hernández & Bustos, 2013).

Esta teoría es relevante para este estudio, porque permite identificar los procesos por los que

se han formado las creencias, normas subjetivas, intenciones así como el control conductual que

determinan la actitud de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres con enfermedad de

Alzheimer. En concreto, la Teoría de la conducta Planificada comienza planteando que la causa

más inmediata de mantener una actitud positiva o negativa hacia el cuidado serán las intenciones

para cuidar o no cuidar. Estas intenciones (o decisiones) estarán determinadas por dos

componentes: las actitudes hacia el cuidado y por las creencias “normativas” sobre el cuidado.

De igual manera, las actitudes vienen dadas por dos elementos, las cuales son: consecuencias

(positivas, negativas) que las hijas cuidadoras esperen de asumir el cuidado de sus padres y el

valor afectivo que esas consecuencias tienen para ellas, si las hijas cuidadoras conceden más

valor a los beneficios que a los costos del cuidado, como resultado mostrará actitudes positivas

hacia él.

28
Teoría Social del Aprendizaje o Cognitiva Social
Schunk (1997) plantea que:

Esta teoría postula que las personas tienen una capacidad de aprender observando a un
modelo o recibiendo instrucciones. Esta teoría es también conocida como Teoría
Cognoscitiva Social y se basa en el modelo de reciprocidad triádica del funcionamiento
humano, el cual sostiene que el aprendizaje se produce por la determinación de tres
elementos: factores personales, ambiente y conducta. Estos tres elementos interactúan
constantemente lo que facilita el aprendizaje (p.108).

Bandura propone la existencia de tres sistemas implicados en la regulación de la conducta: el

primero estaría constituido por los acontecimientos o estímulos externos, que afectarían a la

conducta principalmente a través de los procesos de condicionamiento clásico; el segundo serían

las consecuencias de la conducta en forma de refuerzos externos, y que ejercerían su influencia a

través de los procesos de condicionamiento operante o instrumental; y el tercero lo constituirían

los procesos cognitivos mediacionales, que regularían la influencia del medio, determinando los

estímulos a los que se prestará atención, la percepción de los mismos y la propia influencia que

éstos ejercerán sobre la conducta futura (Villarreal, 2009).

En este orden de ideas, Suria (2010) añade que:

Bandura en su teoría del Aprendizaje Social afirma que los humanos aprenden la mayor
parte de su conducta a través de la observación de modelos: al observar a los demás nos
hacemos una idea de cómo se efectúan las conductas nuevas y, posteriormente, esa
información nos sirve como guía de acción. (p.5)

De igual manera, Bandura también estableció que el aprendizaje también ocurre en acto o en

modo vicario, es decir por observación, este consiste en aprender de las consecuencias de las

acciones propias las que llevan a fracasos se perfeccionan o descartan, las que dan resultados

exitosos se retienen. Así mismo, buena parte del aprendizaje humano también ocurre de manera

vicaria, es decir sin ejecución abierta del que aprende, normalmente escuchando u observando

modelos presentes en televisión, revistas, libros, entre otros (Sánchez, 2008).

Cabe destacar lo expuesto por (Schunk, 2012) quien refiere que:

29
Al observar a los demás, las personas adquieren conocimientos, reglas, habilidades,
estrategias, creencias y actitudes. Los individuos también aprenden la utilidad e idoneidad
de las conductas y las consecuencias de las conductas modeladas a partir de la observación
de modelos, y actúan de acuerdo con las capacidades que consideran tener y conforme a
los resultados esperados de sus acciones (p. 118).

En este sentido, Schunk, (2012) menciona que en torno al comportamiento humano:

La teoría cognoscitiva social presenta una perspectiva de libertad de acción del


comportamiento humano, ya que las personas pueden aprender a establecer metas y a
autorregular sus cogniciones, emociones, conductas y entornos en formas que les faciliten
lograr esas metas. Algunos procesos clave que explica esta teoría son el de autorregulación,
la autoobservación, autoevaluación y reacción personal. Estos procesos ocurren antes,
durante y después de participar en las tareas (p. 116).

Debe señalarse que Bandura, también hace mención a la autorregulación la cual es entendida

como la capacidad de la persona para dirigir su propia conducta y se establece a partir de tres

procesos sociocognitivos los cuales son: auto-observación, auto-valoración y auto-reacción

(Olivares 2014).

En este sentido, Pereira (2005) señala que:

Entre las variables determinantes del aprendizaje autorregulado se encuentran las que
conciernen al ser como individuo como la motivación, los conocimientos previos o las
estrategias de aprendizaje, las referidas a la actuación, o conductuales como la auto-
observación, la autoevaluación y la autorreacción. La auto-observación, se refiere a un
análisis detallado del comportamiento del propio sujeto, la auto-valoración hace referencia
a la comparación de nuestro comportamiento y actitudes con ciertos estándares y
finalmente, los procesos de auto-reacción están relacionados con los criterios evaluativos
de las realizaciones de los demás Son respuestas comportamentales, cognitivas y afectivas
a las autoevaluaciones (p.1).

Sumado a lo expuesto, otro concepto importante de la Teoría Cognitiva Social está referido a

la autoeficacia, la cual según Pavón (2015) señala que: “Este constructo hace referencia a las

creencias que las personas poseen sobre sus capacidades percibidas para aprender o ejecutar

conductas en ciertos niveles, en base a dichas creencias, se organizan y ejecutan acciones para

poder alcanzar el rendimiento deseado” (p.105).

Generalmente las personas tienden a desarrollar y permanecer en actividades que se

30
consideran capaces de lograr y desestiman aquellas para las que creen que no cuentan con la

habilidad necesaria y no es igual saber, qué hacer (Sánchez, 2008).

La percepción de la autoeficacia establece un papel fundamental en la conducta humana ya

que permite discernir y sopesar los aspectos que utiliza el individuo para alcanzar una meta

específica, si la persona cree que puede lograr los resultados deseados a través de sus acciones,

entonces tendrá mayor motivación para actuar. De la misma forma, la percepción de autoeficacia

influye en las expectativas que se tengan de los resultados, entre más eficaz se perciba el

individuo, tendrá más confianza en que obtendrá los resultados deseados Suria (2010).

Esta teoría se relaciona con la investigación, dado que la actitud de las hijas cuidadoras hacia

el cuidado de sus padres, muestra la manera en que las creencias que poseen sobre sus propias

capacidades juegan un importante papel, condicionando el modo en que se comportan y los

desafíos que asumen hacia el cuidado de sus padres, así como también está ligada porque hace

referencia a la capacidad de aprendizaje que pueden tener estas, para autorregular sus

pensamientos, conductas y sentimientos y así mismo para lograr la meta o el propósito que tienen

establecida. Cabe destacar que dentro de este proceso la autobservación también juega un

importante papel dado que a través de ella el cuidador hace una introspección de su conducta, de

sus emociones, de su actitud y puede determinar que conductas, patrones y percepciones son

negativas y modificarlos por otros más operativos para

De igual manera, otros aspectos que esta teoría aporta a la investigación es el de la

autoeficacia o capacidad que tiene la hija cuidadora para organizar y ejecutar un cuidado que sea

eficaz y que permita prevenir conductas riesgosas, tanto para su salud como para la de su

familiar y la del modelado ya que la cuidadora al ver (o imaginar) a otras personas ejecutar

éxitosamente ciertas actividades relacionadas con el cuido, pueden aprender y establecer las

31
capacidades suficientes para desempeñarse con igual éxito.

Actitudes
Las actitudes son definidas como una predisposición aprendida para responder

consistentemente de un modo favorable o desfavorable con respecto a un objeto (Fishbein &

Ajzen, 1975 p.).

En este sentido, la actitud es una preferencia positiva o negativa hacia una persona, objeto o

situación específica y se concreta en lo que se conoce como la conducta. Las actitudes no son

innatas sino que se van formándose como expresiones comportamentales adquiridas mediante la

experiencia de nuestra vida individual o grupal, e implican una alta carga afectiva y emocional

que refleja los deseos, voluntad y sentimientos (Ferreira, 2009).

Para Huerta (2008) la actitud está conformada por tres componentes:


Componente cognitivo: Es el conjunto de datos e información que el sujeto sabe acerca del
objeto del cual toma su actitud. Un conocimiento detallado del objeto favorece la
orientación al objeto. Está formada por las percepciones y creencias hacia un objeto, así
como por la información y conocimiento que se tiene sobre un objeto.
Componente afectivo: Son las sensaciones y sentimientos que dicho objeto produce en el
sujeto. El sujeto puede experimentar distintas experiencias con el objeto, éstas pueden ser
positivas o negativas. Por lo general el componente afectivo, se le considera como
respuesta emocional que va asociada con una categoría cognoscitiva a un objeto de la
actitud.
Componente de conducta: Son las intenciones, disposiciones o tendencias hacia un objeto.
El componente conductual o de tendencias a la acción indica la preparación de la persona
para responder a un objeto (p.10).

Tipos de Actitud
Morales, Moya, Gaviria & Cuadrado (2009) refieren que:

Las evaluaciones o juicios generales que caracterizan la actitud pueden ser positivas,
negativas, o neutras o grado de polarización y se presenta dos formas de evaluar los juicios
que caracterizan la actitud (p. 459).

A continuación se explica en la siguiente tabla:

32
Tabla 1
Valencia de las Actitudes
De acuerdo a la valencia positiva o negativa De acuerdo a la indiferencia y ambivalencia:

Actitud positiva de extremosidad alta (la persona Ausencia de actitud (la persona considera la experiencia como
considera la experiencia como algo altamente algo irrelevante).
positivo).

Actitud positiva de extremosidad media (la persona Actitud neutra (la persona se siente indiferente ante la
hace una evaluación medianamente positiva d experiencia).
e la experiencia).
Actitud ambivalente (la persona experimenta simultáneamente
Actitud negativa de extremosidad alta (la persona evaluaciones tanto positivas como negativas hacia la
considera como algo totalmente negativo la experiencia.
experiencia)
Fuente: Elaboración propia basado en Morales, Moya, Gaviria & Cuadrado (2009) (p.459).

Actitud Ambivalente
La ambivalencia actitudinal es definida por Thompson, Zanna & Griffin (1995) como un

estado en el cual un individuo posee dos o más actitudes hacia una clase de estímulo con

diferente valencia. En una perspectiva similar, Armitage & Arden (2007) entienden la

ambivalencia como “un estado en el cual un individuo está inclinado a dar evaluaciones

equivalentemente fuertes, tanto positivas como negativas, hacia un objeto de actitud” (p. 1421).

De igual modo, estos autores señalan que la estructura subyacente de las actitudes puede

diferir en términos de los valores, creencias y emociones sobre las cuales están basadas,

representando diferentes perspectivas en relación al mismo objeto de actitud.

La Enfermedad de Alzheimer.
Abizanda & Jordán (2011) la definen como:
Una enfermedad neurodegenerativa primaria, que se caracteriza en su forma típica por
una pérdida progresiva de la memoria y de una o varias capacidades mentales, con
expresión clínica tanto a nivel cognitivo como a nivel funcional. Es por tanto un proceso
primario, que cursa de forma insidiosa y subclínica durante años y suele tener una duración
media aproximada de 10 – 12 años, aunque esto puede variar (p.16).

La enfermedad de Alzheimer causa la muerte de neuronas y la pérdida de tejido en todo el

cerebro. Con el tiempo, el cerebro se encoge dramáticamente, afectando casi todas sus funciones.

33
Esta patología, afecta preferentemente a las personas de más de sesenta años, aunque también

puede afectar a personas más jóvenes a partir de los cuarenta años. Dentro de este ámbito, cabe

destacar que quienes sufren esta enfermedad requieren desde el comienzo de la enfermedad hasta

el final de cuidados constantes y especiales, ya que la disminución progresiva de capacidades

interfieren con actividades comunes Caycho (2016).

Algunos estudios epidemiológicos muestran que su incidencia es igual en ambos sexos, si

bien debe considerarse que las mujeres tienen una esperanza de vida más larga que la de los

hombres, parecería que hay mayor vulnerabilidad por parte del varón a padecer esta enfermedad

o al menos les afecta en edades más tempranas. Así, la prevalencia e incidencia ligada a la edad

es generalmente más alta en las mujeres que en los hombres (Rocca, 1993).

Figura 2. Cerebros con y sin Alzheimer. Fuente: Alzheimer’a Association, (2015).

Síntomas de la Enfermedad de Alzheimer

Donoso (2010) señala que: “la enfermedad de Alzheimer clínicamente se expresa como una

demencia de comienzo insidioso y lentamente progresiva, que habitualmente se inicia con fallas de la

memoria reciente y termina con un paciente postrado en cama, totalmente dependiente” (p.10). Los

34
primeros síntomas de la enfermedad son los cambios sutiles de comportamiento, al respecto

Castellano (2014) sugiere que:

Uno de los principales problemas que presenta esta enfermedad es que no se conoce
realmente el momento exacto en el que se inicia, puesto que al principio sus síntomas son
imperceptibles y de fácil confusión. No se puede pensar en el Alzheimer ante la aparición
de un solo síntoma sino cuando se detecten dos o más alteraciones. Las más frecuentes son
la pérdida de memoria, trastornos del lenguaje, dificultad para reconocer personas u
objetos y desorientación (p.7).

Los síntomas iniciales van apareciendo progresivamente aumentando en frecuencia e

intensidad, añadiéndosele nuevas alteraciones o dificultades en otras áreas y capacidades. En

cada persona la enfermedad aparece y evoluciona de una manera distinta; sin embargo

Hernández & Gutiérrez (2011) añaden que generalmente comienza con dificultad para:

 Recordar hechos recientes, por lo q suelen preguntar varias veces lo mismo.


 Aprender cosas nuevas.
 Adaptarse a nuevas situaciones.
 Expresar sus emociones o sentimientos.
 Mantener una conversación, para utilizar las palabras correctamente o dificultad
para encontrarlas por lo que utilizan con frecuencia los determinantes “esto”, “eso”,
“aquello” como sustitutivo.
 Manejar dinero; éste va perdiendo su “valor”.
 Toma decisiones.

Etiología de la Enfermedad de Alzheimer.


Aunque aún no se conoce la etiología de la Enfermedad de Alzheimer, en su aparición
parecen intervenir tanto factores genéticos como ambientales.
En este sentido, Arismendi (2012) refiere que:
Se han estudiado gran cantidad de aspectos que posiblemente inciden en la aparición de la
enfermedad e igualmente existen varias investigaciones intentando relacionar posibles
factores de riesgo con la aparición de la enfermedad. Sin embargo, aparte de la edad y la
predisposición genética, los resultados de tales estudios no han reportado evidencias
contundentes sobre otros posibles factores predisponentes para dicha enfermedad (p.5).

Tabla 2

Etiología de la Enfermedad de Alzheimer


Factores genéticos: Este factor ha sido ampliamente estudiado y se ha
establecido relación principalmente en los casos

35
de la llamada Enfermedad de Alzheimer precoz,
con un fuerte componente familiar, en la que la
enfermedad se presenta antes de los 65 años

Factores Neurotóxicos Se ha encontrado alta concentración cerebral de


metales considerados tóxicos ambientales como
aluminio, hierro, plomo, mercurio, manganeso y
cobre en el cerebro de pacientes con Alzheimer,
por lo que se ha estudiado la exposición a los
mismos como factor de riesgo de la enfermedad

Factores Metabólicos En ciertas regiones del cerebro de pacientes con


Alzheimer, el metabolismo cerebral de glucosa
está marcadamente disminuido con reducción del
flujo cerebral y un claro desbalance entre oxígeno
y glucosa.

Factores Neuroinmunes Hay estudios que involucran aspectos


neuroinmunes con la etiopatogenia de la
enfermedad, dado que el proceso de
envejecimiento está asociado a un deterioro de la
función inmune y a un incremento de las
enfermedades autoinmunes.

Neurotransmisores Se ha demostrado un marcado deterioro de varios


sistemas de neurotransmisión, en especial el
colinérgico lo que ha dado lugar a la teoría
colinérgica del manejo del Alzheimer, y este
aspecto constituye la base de la actual terapia
farmacológica de la enfermedad.

Fuente: Elaboración propia basado en Arismendi (2012).

De igual manera, se han identificado ciertos factores de riesgo que aumentan la probabilidad
de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, en este sentido Woods (1990) clasifica los factores

36
de riesgo de la siguiente manera:
1. La edad. Cuanto más avanzada sea la edad mayor será el riesgo de padecer Alzheimer.
2. Lesiones en la cabeza. Existe una fuerte conexión entre las lesiones de cabeza serias y
un riesgo de padecer Alzheimer en el futuro.
3. Antecedentes familiares: El riesgo de padecer Enfermedad de Alzheimer aumenta si
algún familiar próximo también la ha sufrido.
4. Síndrome de Down: Las personas que presentan el Síndrome de Down tienen un riesgo
mucho mayor de desarrollar la Enfermedad de Alzheimer. En estas personas, la esperanza
de vida es menor a la normal y las que consiguen alcanzar la edad de 50 años casi siempre
presentan placas y nódulos en sus cerebros, sufriendo muchas de ellas un deterioro general
de sus facultades.
5. Antecedentes familiares de Síndrome de Down: El riesgo de padecer la enfermedad de
Alzheimer aumenta cuando hay familiares con Síndrome de Down.
6. Antecedentes familiares de otras enfermedades: Si en la familia existen antecedentes de
enfermedad tiroidea, aumenta también el riesgo de Enfermedad de Alzheimer (p.11).

Diagnóstico Clínico de la Enfermedad de Alzheimer.


Existen diferentes criterios diagnósticos para incluir o excluir a un paciente en la categoría

demencial, aunque el más utilizado por los psiquiatras en Venezuela consultados es la

Clasificación Internacional de Enfermedades, decima versión (CIE-10). Es de resaltar que (El

CIE -11 ya fue publicado, pero espera por aprobación de la OMS).

Entre los criterios diagnósticos de la CIE-10 la duración de la sintomatología debe ser por lo

menos de seis meses; así como también contempla dos tipos de demencia según la edad de inicio

de los síntomas: de inicio temprano (65 años) y de inicio tardío (cerca de 70 años). Además,

especifican para cada subtipo aspectos del curso clínico y ciertos déficits característicos: los

casos de inicio temprano tienen un inicio y evolución rápida y un tipo característico de

afectación cognitiva, mientras que los casos de inicio tardío deben caracterizarse por un inicio

muy lento y gradual donde predomine el deterioro de la memoria sobre otras pérdidas

intelectuales.

37
Figura 2

Criterios CIE-10

Criterios CIE-10 para el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer


A) Enfermedad de Alzheimer de inicio precoz: demencia en la EA que se inicia antes de los 65 años. Se asocia a un deterioro
relativamente rápido y a un marcado trastorno de todas las funciones corticales superiores (afasia, agrafia, apraxia y alexia) que
se presentan de forma relativamente precoz en el curso de la demencia en la mayoría de los casos. Los antecedentes familiares de
EA contribuyen al diagnóstico pero no son un factor necesario para el mismo, como lo son los antecedentes familiares de
Síndrome de Down o de linfoma. Los criterios diagnósticos son:
I. Los criterios para demencia en la EA deben ser cumplidos en su totalidad y la edad de inicio debe ser antes de los 65 años.
II. Al menos uno de los siguientes criterios debe ser cumplido:
a) Evidencia de un inicio y progresión relativamente rápida.
b) Además del trastorno de memoria, hay afasia, agrafia, alexia, acalculia o apraxia (indicando la presencia de compromiso
de los lóbulos temporal, parietal y/o frontal).

B) Enfermedad de Alzheimer de inicio tardío: demencia en la EA en donde el inicio clínicamente observable es después de
los 65 años, usualmente cerca de los 70 años o después, con una progresión lenta y usualmente con trastornos de la memoria
como rasgo principal. Los criterios diagnósticos son:
I. Los criterios para demencia en la EA deben ser cumplidos en su totalidad y la edad de inicio debe ser después de los 65
años.
II. Al menos uno de los siguientes criterios debe ser cumplido: a) Evidencia de un inicio muy lento y de una progresión
gradual (3 años o más evaluados retrospectivamente). b) Predominio del trastorno de la memoria sobre el trastorno intelectual.
C) Enfermedad de Alzheimer atípica o mixta: demencia en la EA que no cumple los criterios de las dos anteriores; se incluye
demencia mixta (Alzheimer y vascular). Se trata de demencias con importantes rasgos atípicos o que cumplen ambos criterios de
las demencias de inicio precoz y tardío.
D) Enfermedad de Alzheimer inespecífica: no hay criterios específicos definidos .

Figura 2. Criterios CIE-10 para el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer. Fuente: Guía de bolsillo de la
clasificación CIE-10. (2000). (2ª ed., Vol. 4). Madrid: Editorial Medica Panamericana.

En este orden de ideas, el diagnóstico de esta patología es clínico, no existen test de

laboratorio que confirme la presencia de la enfermedad, excepto post-mortem mediante la

detección de placas y ovillos en el tejido cerebral del enfermo pero para observar el tejido

cerebral se debe esperar hasta que se realice la autopsia. Por lo tanto, los médicos realizan el

diagnóstico de "posible" o "probable" enfermedad de Alzheimer en vida de la persona afectada

(Chira, 2014).

Evolución y Sintomatología la Enfermedad de Alzheimer.

38
Se establece que, la enfermedad de Alzheimer evoluciona por fases, etapas o estadios, aunque
cada enfermo es totalmente distinto y resulta muy difícil diferenciar claramente el final de un/a y
el inicio del/la siguiente.
Al respecto Pérez (2008) refiere que:

La fase inicial de la enfermedad puede durar unos dos años y en ella suelen aparecer fallos
en la memoria reciente, desinterés, humor deprimido, cambios en la personalidad,
episodios leves de desorientación y falta de adaptación a situaciones nuevas. Sin embargo,
en la fase intermedia puede desarrollarse durante 3-5 años. El detrimento de la memoria es
más comprometido y afecta no solo a la memoria reciente, sino también a la remota.
Emergen alteraciones del lenguaje, la escritura, la lectura, el cálculo, apraxias y agnosias.
Muestra dificultad con el aseo, el vestir o la comida. Pueden aparecer síntomas psicóticos.
Además, en esta fase el paciente tiene dificultad para mantener sus relaciones sociales y es
incapaz de mantener una discusión sobre un problema.
Mientras, en la fase terminal (demencia grave), el enfermo es incapaz de andar, se
inmoviliza, se hace incontinente y no puede ejecutar ninguna actividad de la vida diaria. El
lenguaje se hace ininteligible o presenta mutismo. A veces se produce disfagia y hay
riesgos de neumonías, deshidratación, malnutrición y úlceras por presión. Los enfermos
pueden permanecer en cama y suelen fallecer de una neumonía u otra infección (p.139).

Tabla 3
Fases de la Enfermedad de Alzheimer
Fase  Esta primera etapa tiene una duración aproximada de 2 a 5 años.
I  Aparecen las alteraciones de la memoria.
 Dificultad para aprender cosas nuevas.
 Discreta pérdida de la memoria remota, es decir, el paciente
comienza a tener problemas para recordar aquellas cosas
aprendidas hace tiempo.
 Desorientación espacial: el paciente no reconoce bien el lugar
donde está.
 Cambios de humor y síntomas de depresión con apatía, pérdida
de iniciativa, etc.
 En esta fase, el lenguaje, las habilidades motoras y la percepción
se conservan bien.
 El enfermo es capaz de mantener una conversación, comprende
bien y utiliza los aspectos sociales de la comunicación (gestos,
entonación etc.)

Fase  Este estadio presenta una duración de dos a diez años y se producen
II alteraciones más importantes de la función cerebral, con la aparición
de síntomas más llamativos:
 Afasia, es decir, dificultad en el lenguaje. Al paciente le cuesta
hablar.
 Apraxia. El paciente tiene dificultades para llevar a cabo funciones

39
aprendidas como vestirse, utilizar los cubiertos, etc.
 Agnosia. Consiste en una pérdida de la capacidad de
reconocimiento, aunque no es total, pues reconoce ambientes
familiares y conserva la orientación personal (sabe su nombre, edad,
lugar de nacimiento). Reconoce a su cónyuge y allegados.
 Es descuidado en su higiene personal. Como compensación a su
falta de memoria, a veces, dice reconocer lo que realmente no
reconoce.
 Las manifestaciones neurológicas en forma de debilidad muscular,
alteraciones posturales y de la marcha, así, como otros síntomas
parkinsonianos, son frecuentes en la exploración física.
 Aparecen, además, signos psicóticos, como alucinaciones e
ilusiones.
 La dependencia de un cuidador es cada vez mayor.
 Las aficiones que tenía y las actividades sociales y de ocio que
realizaba antes han perdido su valor y se muestra aburrido,
somnoliento o realiza actos perseverativos (vagabundea, ordena la
ropa varias veces al día).
Fase Puede durar de 1 a 5 años
III  Los síntomas cerebrales se agravan, se acentúa la rigidez muscular
así como la resistencia al cambio postural.
 Pueden aparecer temblores y hasta crisis epilépticas.
 Los pacientes se muestran profundamente apáticos, perdiendo las
capacidades automáticas adquiridas como la de lavarse, vestirse,
andar o comer.
 Presentan una cierta pérdida de respuesta al dolor.
 Tienen incontinencia urinaria y fecal.
 Los pacientes terminan encamados, con alimentación asistida y
suelen fallecer por neumonía, infección sistémica u otra enfermedad
accidental.

Fuente: Elaboración propia a partir de Castellanos (2014).

Tratamientos del Paciente con Enfermedad de Alzheimer


En la actualidad no existe una prevención eficaz, ni un tratamiento que ofrezca una cura
específica o detenga la enfermedad; pero se cuentan con tratamientos tanto farmacológicos como
no farmacológicos, que sirven para mejorar la cognición y las alteraciones conductuales más
frecuentes y más insoportables como lo son la agresividad física, la deambulación errática y la
inquietud ya que los mismos son molestos y gravosos para los familiares y dificultan mucho la
convivencia con la finalidad de mantener la función (Sánchez, Martos & Martin, 2005).
En este sentido, López, Giménez & Mora (2015) refieren que:

40
El principal objetivo de la terapia se dirigirá a frenar el deterioro de las funciones afectadas
y preservar las funciones cognitivas existentes, todo ello para tratar de mejorar y mantener
la calidad de vida del paciente y de su entorno más inmediato, con el fin de mantener a la
persona activa durante el mayor tiempo posible, la terapia de la enfermedad de Alzheimer
consiste en la combinación de tratamiento farmacológico y no farmacológico; las medidas
no farmacológicas se dirigen a dar soporte médico, social y afectivo al paciente, a la
familia y a los cuidadores. Con ello, se intenta, en la medida de lo posible, evitar la
progresión de la enfermedad y la aparición de complicaciones. Los tratamientos
farmacológicos actuales son sólo paliativos (p. 60).

Tratamiento Farmacológico

Guideline for Alzheimer´s Disease Management, (2008, citado en Cruz et al. 2010) señala

que:

El tratamiento farmacológico de la demencia Alzheimer tiene como objetivo principal


disminuir la progresión de la enfermedad en la que se incluye: preservar la cognición, la
capacidad funcional de actividades básicas de la vida diaria e instrumentales del enfermo;
así como también minimizar las alteraciones de la conducta y evitar el colapso del cuidador
y el riesgo de institucionalización (p.10)

Según el National Institute of Again (NIA, 2018) plantea que: “ninguno de los medicamentos

preescritos detienen la enfermedad, y funcionan mejor para las personas que se encuentran en las

fases iniciales o intermedias de la enfermedad de Alzheimer” (p.1).

Tratamiento de los Síntomas de grado Inicial a Intermedia

Los medicamentos llamados inhibidores de colinesterasa se utilizan para el tratamiento de los

síntomas de grado inicial a intermedia de la enfermedad de Alzheimer. Estos medicamentos

sirven para reducir algunos síntomas y ayudar a controlar algunos síntomas relacionados al

comportamiento. Los medicamentos son: galantamina, rivastigmina) y donepezilo.

Tratamiento de los síntomas de grado Intermedio a Avanzada

En estas fases se receta un medicamento conocido como (memantina), el cual es un

antagonista del N-metil D-aspartato (NMDA). Se utiliza para disminuir los síntomas, lo que

podría permitir a algunas personas mantener ciertas funciones diarias un poco más de lo que lo

41
harían sin el medicamento, por ejemplo, la utilización de este fármaco, puede ayudar a una

persona en las etapas avanzadas de la enfermedad a mantener su capacidad de ir al baño

independientemente por varios meses más, un beneficio tanto para la persona con Alzheimer

como para las personas encargadas de atenderlos.

Tratamientos no Farmacológicos que se pueden Utilizar con los Pacientes con


Enfermedad de Alzheimer.

En cuanto a los tratamientos no farmacológicos utilizados para tratar la enfermedad de

Alzheimer, a lo largo del tiempo han surgido diferentes tipos de intervenciones psicosociales

dirigidas a mejorar la función del enfermo y apoyar a la familia en su cuidado, se emplean

técnicas diversas en cada uno de los ámbitos de intervención (cognitivo, conductual, ambiente y

familiar), en este sentido Sdomenech (2004) sostiene que:

Cada vez se tiene más consideración en la aplicación de las terapias llamadas "blandas"
para estos enfermos (por ejemplo, la estimulación de las capacidades cognitivas), con el fin
de enlentecer el curso evolutivo de la enfermedad y proporcionar una mejora en la calidad
de vida en estos pacientes. Se ha llegado a la idea de la capacidad de aprendizaje de los
enfermos de Alzheimer con el desarrollo de técnicas específicas que ayuden a estos
enfermos a llevar una vida mejor y más humana. Se trata de técnicas de psicoestimulación
cognitiva y otro tipo de intervenciones no farmacológicas como la músicoterapia, la
relajación, entre otros (p.54).
En este sentido, la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de personas
con Alzheimer y otras demencias (CEAFA) 2016 plantea que:
Los objetivos terapéuticos del tratamiento no farmacológico son: Estimular, mantener o
potenciar las capacidades preservadas del usuario. Evitar la desconexión con su entorno y
fortalecer las relaciones sociales. Dar seguridad e incrementar la autonomía del usuario en
las actividades de la vida diaria (AVD). Estimular la propia identidad y autoestima.
Minimizar el estrés y evitar reacciones psicológicas anómalas. Retrasar o enlentecer la
evolución de la enfermedad, mejorando el rendimiento cognitivo y funcional. Mejorar la
calidad de vida de la persona enferma y sus familiares cuidadores (p.11)
Hernández & Gutiérrez (2011) describen una serie de estrategias; las cuales si bien no van a

eliminar ni revertir los síntomas del Alzheimer, los pueden aminorar:

Estimulantes cognitivos: consiste en ejercicios que reeducan la memoria en la medida

42
posible con herramientas psicoterapéuticas para restablecer al paciente con deterioro
cognitivo.
Terapia Individual y de grupo o familia: la psicoterapia orientada al manejo emocional
tales como ubicar al paciente en momentos placenteros tanto del presente como del pasado
(recuerdos) y el tratamiento orientado a la estimulación, incluyendo el arte y otras terapias
sociales tales como sesiones familiares o sesiones grupales. Con otros pacientes (terapias
recreativas expresivas) así como ejercicios físicos, musicoterapia, baile, etc. Pueden
resultar de gran alivio para las afecciones del humor (depresión, alteraciones, estrés,
tristeza, etc.)
La terapéutica del adulto mayor: los recursos terapéuticos que hay que darle a cualquier
persona con alguna enfermedad, independientemente de la edad que tenga, presenta tres
vertientes: la curativa, la preventiva y la rehabilitadora. De ellas, en los adultos mayores, la
preventiva y la rehabilitadora tienen una gran importancia. La terapia en la vejez ha de ser
integra, es decir, ha de extenderse por el defecto orgánico que ha establecido el proceso
patológico, por la afectación cognitiva y anímica que se ha desarrollado, por el deterioro
funcional que les sigue y por el entorno que está condicionándola. La intervención
terapéutica ha de tener presente estos cuatro factores si quiere obtener éxito (pp.33-34).

Tabla 4
Tratamiento no farmacológico del Alzheimer: Terapias Asistenciales
Tipo de intervención ¿Para qué? Impacto provocado

Estimulación cognitiva Proporcionar ayudas a la Impacto positivo de las


memorización frente a problemas estimulaciones intelectuales,
concretos que se identificaron con la afectivas o sociales sobre los
ayuda del enfermo y de su cuidador. síntomas y los trastornos del
comportamiento. Retrasan su
aparición o disminuyen su intensidad.

Reeducación del lenguaje con: - Los grupos de conversación bajo la


Gestión de los trastornos del lenguaje Técnicas habituales contemplando el coordinación de un logopeda, las
y de la comunicación análisis de las perturbaciones y de las estrategias de reminiscencia ofrecen
capacidades lingüísticas que todavía la posibilidad de revalorización y de
existen. preservación del contacto social.
- Técnicas globales que intentan Estas técnicas estimulan los sentidos
restablecer las posibilidades de y las emociones del enfermo.
comunicación no verbal.

Gestión de la Gnosis Porque a menudo el enfermo se


olvida del nombre de los objetos. Hay talleres que se dedican al
reconocimiento visual, a las
actividades gestuales y a la
Porque puede ocurrir que el enfermo orientación en el tiempo y en el
Gestión de la Praxis reconozca un objeto pero haya espacio.
olvidado utilizarlo.

Para ayudar a personas con trastornos Manualidades, jardinería… Puede


Ergoterapia corporales, cognitivos y psíquicos. realizarse en centros de día, en
residencias y en casa con la ayuda y
bajo la vigilancia del cuidador.
Kinesiterapia Usada de forma preventiva puede El especialista puede construir el
evitar la aparición o la agravación de programa de ejercicios físicos que
pérdida de equilibrio. permitirá al cuidador trabajar con su

43
familiar cada día, el impacto es
preventivo.

Ayudas Psicológicas Comportamentales Porque puede Impacto: aprender a reducir las


o Psicoterapias ocurrir que el enfermo reconozca un generalizaciones y las reacciones
objeto pero haya olvidado utilizarlo. catastróficas delante de los fracasos.

Necesitan una adaptación de la


De inspiración técnica por los déficits del enfermo:
pérdidas de memoria y frustración.

Informar al enfermo Las disposiciones legales estiman Permite también una mejor
necesario compartir el diagnostico comunicación entre el enfermo, su
con el enfermo. cuidador y la familia.

Ayudar al cuidador Es necesario que el cuidador “esté Hay evidencia de que estas
cuidado”. intervenciones producen un efecto
positivo sobre la carga que soporta el
cuidador, sus ideas depresivas y la
apreciación subjetiva de su bienestar.
Fuente: Elaboración propia a partir de Antúnez, Hernández, Morera (2009).

La Comunicación en la Enfermedad de Alzheimer.


La comunicación con una persona que padece la enfermedad de Alzheimer es una de las

tareas más desafiantes y desgastadoras para el cuidador, debido a que la enfermedad debilita

progresivamente las habilidades de comunicación verbal, el enfermo presenta una dificultad para

poder expresarse y para comprender; tienden a olvidar rápidamente lo que se le dice, repiten lo

mismo una y otra vez, cuentan historias que no tienen lógica, entre otras. Estas alteraciones en la

comunicación suelen ir acompañadas por trastornos de conducta, tales como irritabilidad,

hostilidad, deambulación, agitación, etc. Todo esto complica la relación cuidador enfermo y

cuidado, produciendo en el cuidador sentimientos de inseguridad, impotencia desesperanza, que

en muchos casos puede llevan al cuidador a presentar una conducta no asertiva hacia el individuo

enfermo que se traduce en gritos o insultos. (Bastardo & Rivas (1992) (Mejia 2018)

En este sentido, es necesario que para poder cuidar adecuadamente de una persona con

enfermedad de Alzheimer el cuidador debe ser capaz de entender las necesidades del enfermo y

proporcionar una capacidad comunicativa eficaz y empática, donde además este presente en la el

respeto, En este sentido Rufino, Blasco, Güell, Ramos & Pascual (2010) señalan que: “Una

44
comunicación basada en la empatía, la comprensión y el soporte mutuo puede facilitar la

adaptación tanto del paciente como del cuidador y reducir la desesperanza, la incertidumbre y la

ansiedad inherente a la situación” (p.101).

Para mantener una comunicación empática y de respeto con el enfermo, es necesario que el

cuidador se sepa dirigir a la persona afectada y no caiga en el error de otorgar inconscientemente

un trato paternalista o infantilizante; el cual es muy común en los cuidadores de pacientes con

demencia pues se tiende a sobreproteger al enfermo haciendo por el otro más de lo que necesita

con tal de evitarle esfuerzos, el cuidador cree que así se les ayuda y se les cuida más. Este tipo de

comunicación edadista no favorece al cuidado pues induce a la aparición de conductas de

evitación y retraimiento en el enfermo, lo cual termina restándole autonomía y volviendo al

enfermo más dependiente del cuidador familiar (Soto 2007,. Montorio & Lozada (2004) Larrosa

(2011).

El Cuidador.
El cuidador/a es definido según Reyes (2001) “como aquella persona que asiste o cuida a otra

afectada por cualquier tipo de discapacidad, minusvalía o incapacidad, que le dificulta o impide

el desarrollo normal de sus actividades vitales o de sus relaciones sociales” (p.51).

En este sentido padecer una enfermedad crónica como lo es el Alzheimer que genera una

dependencia total o parcial en el paciente se hace indispensablemente la figura del cuidador

para asi ayudar a cumplir las actividades de la vida diaria de la persona afectada (Achury,

Casataño, Gómez & Guevera, 2011).

En este orden, se distinguen dos tipos de cuidadores, cuidadores formales los cuales son las

personas capacitadas que ofrecen servicios de cuidado, recibiendo una remuneración y el

cuidador informal el cual es referido a la persona que mantiene vínculos familiares con el

enfermo y desarrolla acciones cotidianas del ámbito doméstico, con el fin de mantener el

45
bienestar del enfermo crónico.

En tal sentido Montalvo (2008) añade que: “los cuidadores familiares comúnmente desarrollan

su rol las 24 horas del día, viven cada día los cambios que va pasando su familiar a través de su

enfermedad crónica y terminal” (p.4). En relación al perfil de los cuidadores de pacientes con

enfermedad de Alzheimer, esta tarea se le atribuye al sexo femenino, por lo general son esposas

o hijas quienes asumen esta labor, con edades el rango de 50 a 60 años, con bajo nivel de

estudios, por lo general ejercen labores de ama de casa aunque algunas trabajan u otras ya se

encuentran jubiladas, de estado civil casadas y quienes además llevan el cuidado de su familia,

existen algunas investigaciones que señalan que las hijas cuidadoras que no están casadas o en

pareja tienen más probabilidades de cuidar a sus padres y cohabitar con ellos que las que sí lo

están.

La tarea de cuidar a un paciente con enfermedad de Alzheimer implica para el cuidador que

tiene que asumir roles diferentes una gran sobrecarga, puesto que implica también satisfacer las

necesidades de su propia familia (Conyugue e hijos) y en muchos casos tienen que enfrentar

problemas conyugales, pues el cuidado continuo incide en las relaciones afectivas y sexuales con

el cónyuge.

Hay que mencionar además que dentro de los aspectos sociodemográficos el factor educativo

juega un papel preponderante en el cuidado otorgado pues dependiendo del grado de

educativo que posea el cuidador este se convierte en un factor de defensa, dado que los

cuidadores con un nivel alto de educación derivan una mayor autoestima en el curso de dar el

cuidado que aquéllos con un nivel bajo educativo, siendo esto un factor protector para la salud

de los cuidadores debido a que tienen más recursos cognitivos para enfrentar el cuidado y

mayor acceso a la información necesaria para asumir esta labor de igual manera la educación

46
se asocia con el cuidado porque puede contribuir para la mejor comprensión de las

orientaciones entregadas al cuidador (Crespo 2008; García & Navarro, 2006; Ortigoza 2015;

Rivera, Rivera & Zurdo, 1999).

Cuidar de un familiar con enfermedad de Alzheimer, puede ser una de las tareas más duras

y a la vez más gratificantes para el cuidador, esta es una de las labores con mayor entrega

donde el amor, los sentimientos de cohesión y empatía son componentes básicos para

sobrellevarlo, esta patología es una de las enfermedades que genera mayor dependencia por lo

tanto para el cuidador la mejor estrategia para garantizar un cuidado y autocuidado óptimo de

calidad con bienestar para ambos es la preparación con conocimientos, comprender y entender

sus sentimientos y necesidades así como las del enfermo.

Fases de Adaptación a la Situación de Cuidado.

Ruiz & Nava (2010) realizan una distinción de las diferentes fases de adaptación al cuidado

que son experimentadas por la mayoría de los cuidadores, estas fases permiten que el cuidador se

adapte a su nuevo rol.

Tabla 5
Fases de Adaptación a la Situación de Cuidado
Fase 1: Negación o Falta de Conciencia del Problema
En los primeros momentos del proceso de enfrentarse a la enfermedad crónica de una
persona del entorno familiar es frecuente que se utilice la negación como un medio para
controlar miedos y ansiedades.
Fase 2: Búsqueda de Información y Surgimiento de Sentimientos Difíciles.
A medida que la persona que proporciona los cuidados va aceptando la realidad de la
situación de dependencia, empieza a darse cuenta de que la enfermedad de su familiar no sólo
va a influir en la vida de éste, sino que también va a alterar profundamente su propia vida y la
de las personas que le rodean. En esta fase, los cuidadores suelen comenzar a buscar
información para aprender lo máximo posible acerca del trastorno o trastornos que sufre su
familiar y sobre sus posibles causas. Buscar información es, pues, una estrategia básica de
afrontamiento.
En este momento son muy frecuentes entre los cuidadores los sentimientos de “malestar”
por la injusticia que supone el que les haya “tocado” a ellos vivir esa situación. El enfado, o,
en su versión más intensa, la ira, son respuestas humanas completamente normales en

47
situaciones de pérdida de control de la propia vida y sus circunstancias.
Fase 3: Reorganización.
En esta etapa conforme pasa el tiempo, los sentimientos de ira y enfado pueden continuar.
Sin embargo, algo de control se va ganando en esta etapa. Contando ya con la información y
recursos externos de ayuda, con la voluntad de la familia para compartir la responsabilidad y
con una idea más precisa de los problemas a los que hay que enfrentarse, la persona que cuida
dispondrá de las herramientas necesarias para afrontar adecuadamente la situación de cuidado.
Este periodo de reorganización tendrá como resultado el desarrollo de un patrón de vida más
normal. La persona que proporciona los cuidados se sentirá progresivamente con más control
sobre la situación y aceptará mejor estos cambios en su vida.
Fase 4: Resolución.
Con ese aumento del control sobre su situación y el reconocimiento de que como cuidador
será capaz de manejar y sobre llevar los cambios y desafíos que supone y supondrá la situación
de cuidado, surge un nuevo periodo de adaptación que, desgraciadamente, no es alcanzado por
todos los cuidadores. En este estadio del cuidado, los cuidadores son más capaces de manejar
con éxito las demandas de la situación, siendo más diestros en la expresión de sus emociones,
especialmente la tristeza y la pena. (pp.166,167)
Fuente: Cuidadores responsabilidades-obligaciones, Tomado de Ruiz. A., Nava. M., (2010). Pp. 166,167.

Función del cuidador según la fase de la Enfermedad de Alzheimer.

En la etapa temprana de la enfermedad de Alzheimer, la mayoría de los enfermos se

desenvuelven de manera independiente, en esta etapa es posible que aún puedan realizar

actividades básicas instrumentales de la vida diaria como por ejemplo: conducir, participar en

actividades sociales, trabajar, manejar sus finanzas y medicación. En este sentido, Ruiz (2015)

señala que:

La función del cuidador en esta etapa es la de acompañante ya que es posible que el


enfermo en esta etapa no necesita demasiada asistencia; es importante en esta etapa brindar
apoyo, compañía, planificar el futuro, buscar información y recursos; ya que más cuanto
más información se reúna sobre la enfermedad, más confiado y preparado se sentirá el
cuidador con respecto al futuro y de su capacidad para resolver problemas a medida que
avanza la enfermedad (p.18).

En la etapa intermedia, los pacientes pueden presentar agresividad, miedos o alucinaciones.

Cabe destacar que en esta fase se evidencia un episodio de la enfermedad mucho más terrible y

desesperado tanto para los pacientes como para las familias, a medida que la memoria se reduce

drásticamente los pacientes suelen necesitar cada vez más ayuda de su familiar cuidador para

48
realizar las tareas básicas de la vida diaria, la supervisión diaria se vuelve totalmente necesaria y

se muestran asiduamente confusos y dependientes.

En la etapa III, el paciente es totalmente dependiente de terceras personas para realizar tareas

básicas de la vida diaria, como: comer, dormir, asearse, acostarse, cualquier tarea necesitará no

de apoyo puntual, si no constante. La Alzheimer's Association (2017) refiere que durante la

etapa final, la función del cuidador se centrara en preservar la calidad de vida y la dignidad del

enfermo.

En cada etapa el cuidador del paciente con enfermedad de Alzheimer, afronta los diferentes

cambios que debido a la evolución de la enfermedad en el familiar se van produciendo y cada

uno de estos presupone que el cuidador debe reajustarse a la realidad que vive el enfermo,

porque las necesidades de este varían en cada etapa de manera que pueda lograr que en cada

período el enfermo la transite con calidad de vida y bienestar.

El cuidador debe proveer los cuidados básicos del paciente con enfermedad de Alzheimer que

implican una asistencia progresiva, dado que la cantidad y frecuencia de los cuidados aumenta conforme

se incrementa el grado de dependencia de la persona receptora de la asistencia.

Los cuidados incluyen una amplia gama de servicios entre ellos destaca : satisfacer las diferentes

tareas actividades básicas de la vida diaria (AVD) las cuales incluyen el aseo e higiene personal,

la alimentación, el vestido, Ofrecer transporte, acompañamiento a consultas médicas, realizar

modificaciones en el hogar con el fin de preservar el bienestar del familiar enfermo, aportar

orientación temporal y espacial al familiar enfermo lo cual tiene como objetivo tratar la

alteración de la orientación espaciotemporal y de la persona a través de estímulos y repetidas

informaciones visuales, escritas, verbales, a manera de relentecer el proceso de deterioro de la

enfermedad de Alzheimer (Becker et al 2017; Pinto, Exeni & Peñalosa 2007; Sánchez et al

2013).

49
De igual manera a fin de favorecer la tarea de cuidado tanto para el enfermo como para el

cuidador, la Fundación Alzheimer Venezuela (2006) refiere que a medida que la enfermedad

avanza, se deteriora la habilidad del paciente para reconocer la necesidad de defecar y empiezan

a suceder los accidentes, por lo que recomienda al cuidador que observe las señales no verbales

que indican la necesidad de ir al baño, como: halarse el cinturón, bajarse la cremallera o bajarse

los pantalones. Así mismo, el cuidador debe seguir indicaciones y administración de fármacos

según las pautas del médico tratante.

Es de resaltar que en muchos casos es común que el cuidador realice algunas labores que el

paciente con Alzheimer podría realizar por sí mismo, se tiende a inducir al enfermo a depender

más de lo demás, infravalorando así las capacidades que aún mantienen, por eso es muy

importante fomentar la independencia del paciente, dejar que el enfermo ejecute todas las

actividades que puede hacer por sí mismo a fin de que se respete la autonomía del adulto mayor

enfermo (Larrosa, 2011; Mercado, 2015 y Montorio, 1999).

Finalmente cabe destacar que en la labor de dar cuidados al enfermo con Alzheimer es

primordial que el cuidador posea las destrezas y conocimientos necesarios para que las

actividades que se realizan en pro del enfermo, impacten lo menos posible haciendo que las

actividades del cuidado sean más llevaderas y favorezcan el bienestar del cuidador.

La Familia: los cuidadores principales.

La familia asume el cuidado del enfermo con Alzheimer, por motivos tanto individuales como

sociales en muchos cuidadores familiares hay un sentimiento de reciprocidad, de gratitud,

agradecimiento es decir los cuidadores familiares sienten satisfacción y alegría de poder devolver

al enfermo la atención que ellos mismos recibieron por parte de sus progenitores, manteniendo

la creencia de que el cuidado que ellos le pueden ofrecer al enfermo es el mejor en comparación

50
al que le pueda dar un tercero; de igual manera sentir esa satisfacción favorece el incremento de

su autoestima, les otorga un sentimiento de valía, un sentimiento de utilidad, lo cual proporciona

un mayor sentido a sus vidas (Delicado, García, López & Martínez, 2000; López & Rodríguez,

2007).

En todas las culturas, el cuidado principal del enfermo de Alzheimer lo realiza la familia; el

papel de está es básico en el mantenimiento del paciente especialmente en las últimas fases de la

enfermedad. En la mayoría de las familias esta tarea de proveer cuidados es ejercida por las

mujeres bien sea esposas e hijas y en el hogar conviven con otros miembros del grupo familiar

como yernos, nietos, hijos, entre otros.

La enfermedad en si genera gran impacto puesto que implica una alteración de la estructura

y dinámica familiar dado que se redefinen hábitos, rituales, pautas de comportamiento y roles,

padres enfermos pasan a ejercer rol de hijos e hijos pasan a ejercer rol de padres; en muchos

casos los hijos cuidadores deben trasladar al enfermo a sus hogares lo cual se convierte en

acontecimiento vital estresante como para la familia que lo recibe; independientemente de que

esta incorporación puede ser o no voluntaria, y aun siéndolo puede no ser unánimemente deseada

por todos los miembros del grupo.

Por lo tanto de la adaptabilidad de esta familia y de cómo resuelvan esta situación, dependerá

que la nueva incorporación contribuya a su crecimiento y el de sus componentes o genere una

inadaptación que desemboque en conflictos y hasta enfermedades. En este sentido, al incorporar

al adulto mayor enfermo al hogar, este debe adaptarse a las reglas, pero además el antiguo

sistema debe reorganizarse para incluir al nuevo miembro y en ocasiones, modificar alguna de

sus normas.

Por lo que respecta a la decisión de qué miembro o miembros de la familia van a cuidar al

51
paciente, es aconsejable valorar la relación previa a la enfermedad entre el paciente y el

cuidador, de manera que, si esta ha sido positiva se realizará con más afecto, mientras que si ha

sido difícil, resultará arduo dedicar tanta atención al enfermo, de cualquier modo es indicado

realizar periódicas reuniones familiares para planificar la vida del enfermo (Pérez, Gutiérrez &

Sánchez, 2016).

Cabe destacar que la enfermedad de Alzheimer aparte de la alteración en la familia y el

cuidador, crea una tercera víctima: la familia del cuidador, fundamentalmente sus cónyuges y sus

hijos, quienes indirectamente resultan afectados al tener el cuidador que dedicarse en cuerpo y

alma al familiar enfermo. Esta situación añade un complejo de culpa al cuidador que siente que

el enfermo le roba todo su tiempo y que tiene abandonados a su pareja, a sus hijos y en algunos

casos a sus propios padres.

Esto puede llegar a generar problemas en la vida del hijo cuidador y la conciliación con su

vida profesional y familiar. A menudo deberá ajustar su horario laboral a una media jornada o

restar tiempo de cuidado a su familia (su cónyuge e hijos) para poder cumplir con su nuevo papel

de cuidador. Muchas veces se suele adoptar este rol de forma temporal, aunque a menudo acaba

evolucionando en una situación mucho más duradera.

En este orden entonces, factores como la información que maneja el cuidador, el aprendizaje

de habilidades para afrontar las crisis, el aumento de las competencias comunicacionales, la

capacidad para poder expresar las emociones, así como promover el equilibrio y el

bienestar familiar son factores importantes en la adaptación de la familia a la enfermedad de

Alzheimer y que deben tenerse en cuenta.

Emociones en el cuidador

Al asumir el cuidado de un familiar con enfermedad de Alzheimer la dinámica familiar

52
cambia rotundamente, tanto la familia como el cuidador, deben modificar sus responsabilidades,

reorganizar sus necesidades y deseos para colocar en primer lugar los del paciente, en este

sentido muy pocas personas están preparadas para la responsabilidad y la sobrecarga que

significa cuidar a una persona con enfermedad de Alzheimer, es así como a medida que avanza

la enfermedad son diversas las emociones a las que se va enfrentando el cuidador del paciente

con esta patología, pudiendo ser estas emociones positivas o negativas (Camacho, Hinostrosa &

Jiménez, 2010).

La situación de cuidar de los progenitores enfermos tiene connotaciones especiales donde

fluyen dos componentes: el afectivo y el moral. Sin duda que el cuidar en la familia implica un

fuerte componente afectivo, se ama a las personas para las cuales se realiza este trabajo que

además está impregnado también de un elevado contenido moral, ya que se lleva a cabo en el

marco de un conjunto de obligaciones y deberes derivados de los lazos del parentesco

(D’Argemir 1994).

Si bien es cierto que cuidar a un familiar con esta patología, requiere de un cuidado arduo y

constante, el cual puede generar problemas psicológicos, dolor emocional y el aparecimiento de

emociones como la tristeza, la ira y culpa como respuesta a muchas decisiones dolorosas y

confusas que tienen que tomar, existe también la posibilidad de que el cuidado puede generar

consecuencias positivas, en este sentido Ponsoda (2015) señala que: “No todas las situaciones

asociadas al cuidado son negativas ni tienen un efecto perjudicial para los cuidadores” (p.51). Se

considera entonces que el cuidado puede hacer surgir en el ser humano sentimientos de

sensibilidad, amor, amabilidad y entrega (Crespo, 2007; Meuser & Marwit, 2001).

Los aspectos positivos o negativos asociados al cuidado influyen en la manera en que el

53
cuidador aborda y experimenta la situación de cuidado, haciendo que para este la labor

dependiendo de su valencia sea más adaptativa o desadaptativa, en este sentido las emociones

positivas contribuyen a hacer más resistentes a las personas frente a la adversidad, la presencia

de emociones positivas también contribuye a incrementar los recursos psicológicos de

afrontamiento, un estado favorecido por la experiencia de emociones positivas, lleva a que el

cuidador experimente pensamientos abiertos y flexibles que facilitan el afrontamiento eficaz de

la adversidad, evidentemente el amor es un sentimiento necesario para cuidar al enfermo de

Alzheimer por su fuerza y acercamiento en la comprensión de las situaciones que viven en la

relación con su familiar, rigiendo la mayoría de las acciones en el cuidado al familiar,

constituyéndose así como una estrategia para cuidar con más acierto, y la conciencia de cariño

recíproco aporta un gran significado en el cuidado, por ello la transmisión de afectos ayuda a los

cuidadores a dar un impulso positivo a sus vidas.

Los sentimientos positivos que surgen en el cuidador de otorgar el cuidado indudablemente

genera en ellos sentimientos de valía y realización personal, los cuidadores sienten así

satisfacción por ayudar a sus familiares, el hecho de ayudarles hace sentirse más próximos a

ellos, sienten que realmente disfrutan acompañar y cuidar de su familiar En este orden de ideas,

las mayores fuentes de satisfacción de los cuidadores de adultos mayores, están relacionadas con

la sensación de compañía, de utilidad y de estar cumpliendo con su deber u obligación (Cohen,

Colantonio & Vernich 2002; Ferrer 2008; López & Rodríguez 2007; Quinn, Clare & Woods

2010).

Es indudable, que las emociones positivas en los cuidadores, conllevan a que estos mantengan

una actitud positiva ante la vida incidiendo en la eficacia del cuidado e impactando en el

bienestar tanto del cuidador como en la del enfermo a mayor satisfacción con el cuidado se

54
percibirá una menor sobrecarga, se tiene y se brinda una mejor calidad de vida y por lo tanto la

tarea resulta positiva.

Sobrecarga en el Cuidador del paciente con Alzheimer.


Abizanda y Jordán (2011) afirman que:

La sobrecarga del cuidador es el conjunto de los problemas físicos, psicológicos o


emocionales, sociales y financieros que se le plantean a los miembros de una familia que
debe cuidar a un familiar que sufre Alzheimer y se caracteriza por un estrés prolongado
que sufre la persona como consecuencia del cansancio, fatiga psíquica o tensión emocional
fruto de la atención permanente y continua que precisan los enfermos, agravado por la
carga emocional de ver cómo ese ser querido no es capaz de razonar y, a menudo, maltrata
física y/o verbalmente a la persona que le atiende (p.145).

Los cuidadores familiares o primarios tienden a olvidarse de sí mismo, atendiendo

plenamente al enfermo perdiendo así el interés en atender su salud física, su salud emocional,

poco a poco van restando importancia a sus actividades sociales, de ocio y de desarrollo

personal, los cuidadores tienden a desarrollar pensamientos y conductas de apego hacia el

enfermo, dándose así una alta implicación y dedicación por parte de los cuidadores, ya que estos

llegan a considerar que nadie puede cuidar del enfermo como ellos y por lo tanto, no son

favorables a la recepción de ayuda.

Indiscutiblemente el proceso de la enfermedad de Alzheimer genera profundas reacciones

afectivas y emocionales en la persona que cuida, ya que poco a poco el enfermo depende de un

cuidado más constante que genera en muchos casos preocupación, incertidumbre, temor, lo cual

conlleva a que se produzca en el cuidador un malestar emocional dando paso a la aparición de

ciertas conductas de atropello, descalificativas e insultos hacia el familiar enfermo (Bastardo &

Rivas 1992; Ferrer 2008; Moret 2013; Roig 2008).

La mejor manera de tratar la sobrecarga en el cuidador es que este practiqué y cumpla

conductas de autocuidado, tales como: contar con un tiempo de descanso, mantener y fortalecer

las relaciones sociales, contar con grupos de apoyo, involucrar a la familia en el cuidado así

55
como también hacer partícipe a esta de los sentimientos y temores que puedan estar

experimentando, buscar ayuda profesional cuando lo necesite, procurar realizar alguna actividad

física así como también se recomienda la práctica ejercicios de relajación y respiración que

ayuden a canalizar y gestionar las emociones no operativas que este pueda sentir.

Nivel de Información de los Cuidadores Ante la Enfermedad.


Muchos cuidadores se inician en el cuidado de manera sorpresiva y sin poseer las

herramientas necesarias, comienzan el aprendizaje y manejo de la enfermedad sobre la práctica

del día a día con el paciente. En este aspecto Ferrer & Cibanal (2008) refieren que: “la mayoría

de los cuidadores no tienen un aprendizaje de los cuidados que deben ofrecer y cómo realizarlos

a una persona enferma de Alzheimer” (p. 162). la necesidad de información va ligada con las

fases de adaptación a la situación de cuidados ya que conforme el cuidador va haciendo frente a

la enfermedad se tiende a buscar información o preguntar para aprender todo lo que puedan

referente a esta patología, esta búsqueda de información proporcionan esperanzas para los

cuidadores y fomenta en ellos una actitud favorable ante la labor ejercida en la enfermedad ya

que a mayor manejo y conocimientos de los cuidados será menos el impacto emocional y físico

en este. Resulta claro entonces que la información es una herramienta necesaria para afrontar el

curso de esta enfermedad (García 2017; Gómez 2007; González 2010).

El Bienestar espiritual y creencias religiosas del Cuidador.


Cuidar a un enfermo con Alzheimer es un gran desafío, debido a la complejidad de cambios

que se dan con el avance de la enfermedad, estos cambios afectan emocionalmente al cuidador y

en muchas ocasiones producen sentimientos de rabia, soledad, ira, miedo entre otras. Es allí

donde las creencias espirituales y religiosas del cuidador se convierten en una estrategia de

afrontamiento que les permite sobrellevar el cuidado y en un factor de protección ante reacciones

negativas.

56
La vida espiritual juega un papel importante ante las situaciones difíciles a las que se

enfrenta el cuidador, en este sentido para algunos cuidadores las creencias y la fe resultan

estrategias de afrontamiento muy valiosas ya que se aferran a ella para superar las crisis; las

oraciones, la iglesia y todo lo que conlleva las creencias y prácticas espirituales se convierten en

fuente de apoyo dado que contar con Dios, un poder o fuerza superior, alivia el peso de la

responsabilidad del cuidado. Por lo tanto la religión así como la espiritualidad que el cuidador

mantiene, son mecanismos de afrontamiento ante el estrés por el cuidado generado permitiendo

sobrellevar y afrontar esta situación, dándole un valor positivo a esa adversidad (Barrera, Pinto,

Sánchez, Carrillo & Chaparro 2010; Londoño 2006; Ros 2017; Roig et Al 1998; Sanchez 2004).

Muchos de los mecanismos religiosos parecen estar diseñados para ayudar a las personas en

los momentos más difíciles de su vida, por lo tanto la religión pasa a ser una parte importante

pues facilita estrategias de afrontamiento en situaciones de estrés, en general estas prácticas

favorecen la tarea de proveer cuidados dado que otorgan al cuidador un sentimiento de mayor

confianza y seguridad y contribuyen significativamente al ajuste psicosocial de estos.

Bases Legales.

Las bases legales constituyen el fundamento legal que da soporte a la investigación, por tal

motivo este estudio se sustentó en los siguientes instrumentos legales: Constitución de la

República Bolivariana de Venezuela, Ley Orgánica del Trabajo, Trabajadores y Trabajadoras,

Ley de Servicios Sociales y Ley para las Personas con Discapacidad

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) establece:

Artículo 80. El Estado garantizará a los ancianos y ancianas el pleno ejercicio de sus

derechos y garantías. El Estado, con la participación solidaria de las familias y la sociedad, está

57
obligado a respetar su dignidad humana, su autonomía y les garantiza atención integral y los

beneficios de la seguridad social que eleven y aseguren su calidad de vida. Las pensiones y

jubilaciones otorgadas mediante el sistema de Seguridad Social no podrán ser inferiores al

salario mínimo urbano. A los ancianos y ancianas se les garantizará el derecho a un trabajo

acorde a aquellos y aquellas que manifiesten su deseo y estén en capacidad para ello.

Art. 81: Toda persona con discapacidad o necesidades especiales tiene derecho al ejercicio

pleno y autónomo de sus capacidades y a su integración familiar y comunitaria. El estado, con la

participación solidaria de las familias y de la sociedad les garantizara el respeto a su dignidad

humana, la equiparación de oportunidades, condiciones laborales satisfactorias y promueve su

formación capacitación y acceso al empleo acorde con sus condiciones de conformidad con la

ley. Se les reconoce a las personas sordas y mudas el derecho a expresarse y comunicarse a

través de la lengua de señas.

Los artículos antes mencionado y contemplado por la Constitución Bolivariana de

Venezuela son relevantes para la investigación ya que hace mención al reconocimiento de las

garantías con las que cuentan los adultos mayores en condiciones invalidas o autovalidas,

reconociendo los derechos que tienen estos a ser integrados tanto en su ámbito familiar, social,

laboral, en donde se le garantiza el respeto a su dignidad humana.

Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y Trabajadoras LOTTT.

Capítulo IV

De la Suspensión de la Relación de Trabajo

Artículo 72. Supuestos de la suspensión de la relación de trabajo

58
a) La enfermedad ocupacional o accidente de trabajo que incapacite al trabajador o

trabajadora para la prestación del servicio durante un período que no exceda de doce

meses.

b)  La enfermedad o accidente común no ocupacional que incapacite al trabajador o

trabajadora para la prestación del servicio durante un período que no exceda los doce

meses.

c)  Licencia o permiso por maternidad o paternidad.

d) El cumplimiento del deber constitucional de prestar servicio civil o militar.

e)  El conflicto colectivo declarado de conformidad con esta Ley.

f)  La privación de libertad en el proceso penal, siempre y cuando no resulte en sentencia

condenatoria.

g)  El permiso para el cuidado del cónyuge o la cónyuge, ascendientes y descendientes hasta

el primer grado de consanguinidad, en caso de necesidad y por el tiempo acordado entre

las partes.

h)  La licencia concedida al trabajador o trabajadora por el patrono o la patrona para realizar

estudios o para otras finalidades de su interés.

i)  Casos fortuitos o de fuerza mayor que tengan como consecuencia necesaria, inmediata y

directa, la suspensión temporal de las labores, en cuyo caso deberá solicitarse autorización

a la Inspectoría del Trabajo dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes a la ocurrencia

de los hechos que ameritan la suspensión, la cual no podrá exceder de sesenta días.

Artículo 74. Protección durante la suspensión

Durante la suspensión, el patrono o patrona no podrá despedir, trasladar ni desmejorar en

sus condiciones de trabajo, al trabajador o trabajadora afectado por ella, sin causa justificada

59
debidamente comprobada mediante el procedimiento de calificación de faltas establecido en

esta Ley. Si por necesidades del patrono o la patrona, tuviere que proveer su vacante

temporalmente, el trabajador o trabajadora será reintegrado a su puesto de trabajo al cesar la

suspensión.

Los presentes artículos, establecido por Ley orgánica del trabajo, los trabajadores y

trabajadoras, son inherentes a la investigación en virtud de la importancia que estos representan

para las hijas cuidadoras que aún se mantienen activas en el campo laboral y deben afrontar la

situación de cuidado de sus progenitores enfermos, estos artículos ofrecen un amparo y

protección ya que establecen el permiso de cuidado garantizando que las condiciones laborales

para las cuidadoras se mantengan.

Ley de Servicios Sociales

Capitulo II, Deberes de Coordinación y Cooperación de Organismos Públicos y Privados, en

la atención Integral a la salud, consagra los siguientes:

Definiciones

Artículo 7. A los efectos de la aplicación de esta Ley, se entiende por:

1. Adulto y adulta mayor: A la persona natural con edad igual o mayor a sesenta años de

edad.

2. Otras Categorías de Personas: A las personas naturales con edad menor de sesenta años

de edad, con ausencia de capacidad contributiva para cotizar al Sistema de Seguridad Social, se

encuentren en estado de necesidad y, no estar amparadas por otras leyes, instituciones y

programas.

3. Estado de necesidad: A la situación de desprotección económica, personal, familiar o social,

60
que desencadena necesidades sociales previstas y tipificadas por esta Ley como merecedoras de

protección temporal o permanente. Constituye el dispositivo que acciona la dinámica protectora

y determina si hay lugar o no a la protección.

 4. Ausencia de capacidad contributiva: A la falta de recursos económicos de una persona,

que le imposibilita cotizar al Sistema de Seguridad Social, o ser beneficiaria del subsidio que

otorga el estado, para completar el monto de la cotización, debidamente registrada en el Sistema

de Información del Sistema de Seguridad Social y certificada por el Instituto Nacional de

Servicios Sociales.

5. Abandono: A la resistencia voluntaria de la familia a contribuir para la satisfacción de las

necesidades básicas de aquellos miembros a cuyo sostén deben legalmente y socialmente

concurrir.

6. Orfandad: A la ausencia de figuras parentales en niños, niñas y adolescentes menores de

dieciocho años de edad.

7. Discapacidad: Al déficit físico, mental, sensorial, intelectual o visceral que cause

alteración fisiológica, a las limitaciones en la actividad, y restricciones en la participación. Indica

los aspectos negativos de la interacción entre un individuo, con una condición de salud y sus

factores contextuales, ambientales y personales, ya sea de naturaleza permanente o temporal.

8. Situación de dependencia: A la condición en la que se encuentra una persona que requiere

de la asistencia permanente de otra persona para satisfacer sus necesidades básicas.

9. Servicio social: A la intervención interdisciplinaria, metódica y científica, orientada a la

atención general y especializada, institucionalizada, interna o ambulatoria, a domicilio, de

rehabilitación y habilitación física, mental, sensorial, intelectual o social y de asistencia en

general, para las personas protegidas por esta Ley.

61
10. Atención integral: A las acciones destinadas a satisfacer las necesidades económicas,

físicas, materiales, emocionales, sociales, laborales, culturales, educativas, recreativas,

productivas y espirituales de las personas protegidas por esta Ley.

11. Asignación económica: A la prestación dineraria, temporal o permanente que recibirán

las personas en estado de necesidad, protegidas por esta Ley.

12. Prestaciones asistenciales en servicios y en especies: A los servicios sociales no

dinerarios, dirigidos a mejorar las circunstancias de carácter social, no superables en forma

autónoma, que impidan el desarrollo integral de las personas protegidas, hasta lograr su

integración social.

13. Integración social: Al proceso de desarrollo de capacidades y creación de oportunidades

en los órdenes económico, social y político para que los individuos, familias o grupos sujetos de

protección de esta Ley, puedan reincorporarse a la vida comunitaria con pleno respeto a su

dignidad, identidad y derechos sobre la base de la igualdad y equidad de oportunidades para una

vida activa y productiva.

14. Instituto Gestor: A la institución encargada en el ámbito nacional de la gestión de los

servicios sociales destinados a garantizar la atención integral a las personas protegidas por esta

Ley.

TÍTULO II

DERECHOS Y DEBERES

Capítulo I

Derechos y deberes de las personas protegidas por esta Ley

Derechos de las personas protegidas por esta Ley

Artículo 9. El Estado garantiza a las personas amparadas por esta Ley, los derechos

62
humanos sin discriminación, los derechos de carácter civil, su nacionalidad y ciudadanía, los

derechos políticos, sociales, de la familia, culturales, educativos, económicos, ambientales y de

los pueblos indígenas, en los términos y condiciones establecidos en la Constitución de la

República Bolivariana de Venezuela, las leyes y, los tratados, pactos y convenciones, suscritos y

ratificados por la República. El Estado, la familia y la sociedad, se integrarán

corresponsablemente para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas protegidos

por esta Ley, mediante su incorporación efectiva a programas, servicios y acciones que faciliten,

de acuerdo a sus condiciones, el acceso a la educación, el trabajo de calidad, la salud integral, la

vivienda y hábitat dignos, la participación y el control social, la asistencia social, las

asignaciones económicas según sea el caso, la asistencia jurídica y la participación en actividades

recreativas, culturales y deportivas. Las familias tendrán derecho a recibir el apoyo de las

instituciones públicas para el cuidado y atención de las personas protegidas por esta Ley

Deber de la corresponsabilidad familiar

Artículo 14. Los familiares de las personas protegidas por esta Ley, son corresponsables con

los organismos públicos y privados pertinentes, en la atención y aprovechamiento de los

programas de servicios sociales y contribuirán con:

1. La promoción del desarrollo, el mejoramiento y la integración familiar.

2. El apoyo a mujeres en períodos de gestación o lactancia, con especial atención a las niñas y

adolescentes en situación de vulnerabilidad.

3. Participar en los programas de prevención al desamparo o abandono y la protección a los

miembros de la familia que lo padecen.

63
4. Cooperar en la prevención, rehabilitación, habilitación e integración a la vida productiva o

activa de personas integrantes del grupo familiar con algún tipo de discapacidad.

5. Salvaguardar los derechos fundamentales de las personas protegidas por esta Ley y

asistirles mientras estos no puedan hacerlo por sí mismos.

6. Promover acciones y participación social para el mejoramiento comunitario.

7. Cumplir con las recomendaciones y compromisos establecidos con las instituciones para la

efectiva integración del miembro de la familia en estado de necesidad.

8. Cooperar en el cumplimiento de las disposiciones, normativas y requisitos exigidos por las

instituciones para el ingreso a los programas y servicios, su mantenimiento y su egreso, cuando

las condiciones lo ameriten o frente al deceso del usuario principal.

9. Conformar redes de apoyo comunitario para la realización del control social en la

coordinación, operación, control y evaluación de los programas de servicios sociales en las

entidades locales.

Los artículos tomados en consideración de La Ley de Servicios Sociales, son relevantes para

para sustentar la investigación ya que en ellos se establece la atención, relevancia y

corresponsabilidad que debería brindar y garantizar tanto el estado como la familia a la

población adulta mayor en condiciones de vulnerabilidad, garantizando los derechos humanos

universales para estos.

Ley de Personas con Discapacidad

Título I, Disposiciones Generales, Definición de Personas con Discapacidad, contempla:

64
Art. 6: Son todas aquellas personas que por causas congénitas o adquiridas presenten

alguna disfunción o ausencia de sus capacidades de orden físico, mental, intelectual, sensorial o

combinaciones de ellas; de carácter temporal, permanente o intermitente, que al interactuar con

diversas barreras le impliquen desventajas que dificultan o impidan su participación, inclusión e

integración a la vida familiar y social, así como el ejercicio pleno de sus derechos humanos en

igualdad de condiciones con los demás.

Se reconocen como personas con discapacidad: Las sordas, las ciegas, las sordas ciegas,

las que tienen disfunciones visuales, auditivas, intelectuales, motoras de cualquier tipo,

alteraciones de la integración y la capacidad cognoscitiva, las de baja talla, las autistas y con

cualesquiera combinaciones de algunas de las disfunciones o ausencias mencionadas, y quienes

padezcan alguna enfermedad o trastorno discapacitante; científica, técnica y profesionalmente

calificadas, de acuerdo con la Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y

la Salud de la Organización Mundial de la Salud.

Art. 9: Ninguna persona podrá ser objeto de trato discriminatorio por razones de

discapacidad, o desatendida, abandonada o desprotegida por sus familiares o parientes,

aduciendo razonamientos que tengan relación con condiciones de discapacidad. Los ascendientes

y descendientes hasta el segundo grado de consanguinidad, y los parientes colaterales hasta el

tercer grado de consanguinidad, están en la obligación de proteger, cuidar, alimentar, proveer

vivienda, vestido, educación y procurar asistencia médica, social y comunitaria, a personas con

discapacidad que no puedan por sí mismas satisfacer las necesidades que implican las acciones

enunciadas.

Los artículos contemplados La ley de Persona con Discapacidad, son relevantes en la

65
investigación, ya que en ellos se establece la igualdad de condiciones y derechos que tienen las

personas con discapacidad en participar y ser incluidas en programas sociales tanto dentro de su

entorno familiar como fuera de ella. Donde el Estado brinda una atención integral a esta

población vulnerable, garantizando la dignidad humana y la protección familiar.

Asimismo esta ley crea un sentido de responsabilidad para todas las personas del territorio

venezolano. En lo que respecta a el apoyo que el estado debe brindar a esta personas debería ser

permanente y con acondiciones adecuada. No hay que dejar mencionar que a pesar de que estas

leyes existen en la actualidad, aún no cumplen con su total ejecución, esto se puede evidenciar

con la población de persona con discapacidad intelectual, la cual no son atendidos de manera

integral dejándolos desamparados y fuera de todo beneficio que por derecho corresponde.

66
Operacionalización de Variables

Las variables son características o propiedades que poseen las personas, animales, objetos o

cosas, y que pueden variar de unos a otros. Para Hernández, Fernández y Baptista (2010).

Señalan que una variable es una propiedad que puede variar y cuya variación es susceptible de

medirse u observarse (p.143).

Una forma de representar las variables es a través del cuadro de operacionalización con las

respectivas secciones siguientes: objetivos, Variable nominal, Definición Operacional de las

Variables, Dimensión, Indicadores, Ítems. Según Álvarez (2008) un sistema de variables

consiste: “en una serie de características por estudiar, definidas de manera operacional, es decir,

en función de sus indicadores o unidades de medida”. (p.59).

Un sistema de variables es un esquema representativo de las variables en estudio, en el que se

expresa de manera clara la forma que serán entendidas dichas variables para efectos del estudio

que se realiza, así como la manera que operacionalmente describirá su deber ser con base en los

indicadores observables que reflejarán los cambios medibles esperados.

67
Tabla 7.
Operacionalización de las variables en relación al objetivo específico N°1

Objetivo General: Precisar la actitud de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres con enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer
Capítulo Bolívar.
Objetivo 1 Variable Dimensiones Indicadores Items
Edad 1
Establecer las Características Soltera 2.1
características Sociodemográficas de
sociodemográficas de las hijas cuidadoras Casada 2.2
Estado Civil Concubina 2.3
las hijas cuidadoras hacia sus padres con
hacia sus padres con la enfermedad de Divorciada 2.4
enfermedad de Alzheimer Viuda 2.5
Alzheimer de la pertenecientes a la Primaria 3.1
Fundación Alzheimer Fundación Alzheimer Nivel Educativo aprobado Secundaria 3.2
Capítulo Bolívar Capítulo Bolívar Universitario 3.3
Post-grado 3.4
Profesión 4
Ocupación 5
Católica 6.1
Cristiana-evangélica 6.2
Práctica Religiosa Judía 6.3
Testigo de Jehová 6.4
Otra (Especifique) 6.5
Hijos 7

68
Tabla 8.
Operacionalización de las variables en relación al objetivo específico N°2

Objetivo General: Precisar la actitud de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres con enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo
Bolívar.
Objetivo Variables Definición Definición Dimensiones Subdimensiones Indicadores Items
Específico 2 Conceptual Operacional
Lógico 8,9,10, 11
Determinar los Componentes Componente Para efectos de la
componentes cognitivos de Cognitivo: presente investigación, Conocimientos Racional Manejo adecuado 12,13,14
cognitivos de las las hijas Huerta (2008) lo define su medición está de la enfermedad
hijas cuidadoras cuidadoras como: El conjunto de basada en las de Alzheimer
hacia sus padres hacia sus padres datos e información que respuestas que
con la enfermedad con enfermedad el sujeto sabe acerca del proporcionen las
de Alzheimer de de Alzheimer de objeto del cual toma su cuidadoras en los ítems Creencias Externas Religiosas 15,16,
la Fundación la Fundación actitud. Un del 8 al 20 17,18
Alzheimer Alzheimer conocimiento detallado
Capítulo Capítulo del objeto favorece la Espirituales 19,20
Bolívar Bolívar orientación al objeto.
Está formada por las
percepciones y creencias
hacia un objeto, así
como por la información
y conocimiento que se
tiene sobre un objeto
(p.10).

Enfermedad de
Alzheimer:
Abizanda (2011) la
define como: “ Una
enfermedad
neurodegenerativa
primaria, que se
caracteriza en su forma
típica por una pérdida
progresiva de la
memoria y de una o
varias capacidades
mentales, con expresión
clínica tanto a nivel
cognitivo como a nivel
funcional”( p.16)

69
Tabla 9.
Operacionalización de las variables en relación al objetivo específico N° 3
Objetivo Variables Definición Definición Dimensiones Subdimensiones Indicadores Items
Específico 3 Conceptual Operacional

Especificar los Componentes Componente Para efectos de la Amor 21,22


componentes afectivos de las Afectivo: Huerta presente Gratitud 23
afectivos de las hijas hijas cuidadoras (2010) refiere que: investigación, Su
cuidadoras hacia sus hacia sus padres Son las sensaciones y medición está Satisfacción 24,25,
padres con la con enfermedad sentimientos que dicho basada en las Sentimientos Positivos 26
enfermedad de Alzheimer de objeto produce en el respuestas que Optimismo 27
Alzheimer de la la Fundación sujeto. El sujeto puede proporcionen las
Fundación Alzheimer experimentar distintas cuidadoras en ítems Autocontrol 28
Alzheimer Capítulo experiencias con el del 21 al 30 Confianza 29
Capítulo Bolívar Bolívar objeto, éstas pueden
ser positivas o Auto aprobación 30
negativas. Por lo
general el componente
afectivo, se le
considera como
respuesta emocional
que va asociada con
una categoría
cognoscitiva a un
objeto de la actitud
(p.10).
Enfermedad de
Alzheimer:
Abizanda (2011) la
define como: “ Una
enfermedad
neurodegenerativa
primaria, que se
caracteriza en su
forma típica por una
pérdida progresiva de
la memoria y de una o
varias capacidades
mentales, con
expresión clínica tanto
a nivel cognitivo como
a nivel funcional”
(p.16)

Objetivo General: Precisar la actitud de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres con enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo
Bolívar.

70
Tabla 10.
Operacionalización de las variables en relación al objetivo específico N° 4

Objetivo General: Precisar la actitud de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus padres con enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo
Bolívar.
Objetivo Variables Definición Definición Dimensiones Subdimensiones Indicadores Items

71
Específico 4 Conceptual Operacional
Ayuda 31,32
Establecer los Componentes Componente Para efectos de la Acompañamiento 33
componentes conductuales de Conductual: Huerta presente
conductuales de las las hijas (2010) señala que: investigación, su
hijas cuidadoras hacia cuidadoras Son las intenciones, medición está Conducta Operativa Comunicación 34,35,
sus padres con la hacia sus padres disposiciones o basada en las 36,37
enfermedad de con enfermedad tendencias hacia un respuestas que Aceptación 38
Alzheimer de la de Alzheimer de objeto. El componente proporcionen las Organización 39
Fundación Alzheimer la Fundación conductual o de cuidadoras en los
Capítulo Bolívar Alzheimer tendencias a la acción ítems del 31 al 40 Ocio y tiempo libre 40
Capítulo indica la preparación
Bolívar de la persona para
responder a un objeto
(p.10).
Enfermedad de
Alzheimer:
Abizanda (2011) la
define como: “ Una
enfermedad
neurodegenerativa
primaria, que se
caracteriza en su
forma típica por una
pérdida progresiva de
la memoria y de una o
varias capacidades
mentales, con
expresión clínica tanto
a nivel cognitivo como
a nivel funcional”
(p.16)

72
Capítulo III
Marco Metodológico

En este capítulo se presenta el paradigma, enfoque, tipo, nivel y diseño de la investigación, la

población y muestra de estudio, la técnica e instrumento de recolección de datos con su

respectiva validez y confiabilidad e igualmente se explica el procedimiento realizado durante el

estudio.

Paradigma de la Investigación

El paradigma del presente estudio es positivista, ya que según Palella & Martins (2012):

“Perciben la uniformidad de los fenómenos, aplica la concepción hipotética-deductiva como una

forma de acotación y predica que la materialización del dato es el resultado de procesos

derivados de la experiencia”. (p.40)

Esta investigación responde a un paradigma positivista debido a que busca el conocimiento

observable, objetivo y cuantificable de las actitudes de las hijas de padres con la enfermedad de

Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar.

Enfoque de la Investigación

El estudio propuesto estuvo sustentado en el enfoque cuantitativo que según (Hernández

Fernández & Batista, 2014): “Usa la recolección de datos para probar hipótesis, con base en la

medición numérica y el análisis estadístico, para establecer patrones de comportamiento y probar

teorías si es que no se tienen hipótesis” (p.4).

Esta investigación es cuantitativa porque se elaboró y aplicó un instrumento con validez y

confiabilidad para la recolección de datos que posteriormente se codificaron, tabularon y

analizaron para concretar conclusiones referentes a las actitudes de los sujetos de estudio.

77
Tipo de Investigación

El presente estudio científico se corresponde con una investigación de campo, en este orden

Palella & Martins (2014) refieren que:

La investigación de campo consiste en la recolección de datos directamente de la realidad


donde ocurren los hechos, sin manipular o controlar las variables. Estudia los fenómenos
sociales en su ambiente natural, el investigador no manipula variables debido a que esto
hace perder el ambiente de naturalidad en el cual se manifiesta (p.88).

Los datos obtenidos a partir de la aplicación en la investigación de un diseño de campo, son

denominados datos primarios que posteriormente serán objeto de análisis para dar cumplimiento

a las metas planteadas. Esta investigación es de campo puesto que, se recoge la información en

el espacio real de las hijas cuidadoras de padres con enfermedad de Alzheimer de la Fundación

Alzheimer Capítulo Bolívar, en lo relación a las actitudes de las mismas.

Nivel de Investigación

El nivel de investigación es descriptiva, la cual según Hernández, Fernández & Baptista

(2014): “Busca especificar propiedades, características y rasgos importantes de cualquier

fenómeno que se analice. Describe tendencias de un grupo o población” (p.92).

La presente investigación es descriptiva porque la recolección de información sobre las

actitudes de las hijas cuidadoras de padres con la enfermedad de Alzheimer de la Fundación

Alzheimer Capítulo Bolívar, se presentaron en su estado real tal y como se tomaron en el

momento de su recolección.

Diseño de la Investigación.

Esta investigación es no experimental, la cual es definida por Palella & Martins (2012) como:

Es el que se realiza sin manipular en forma deliberada ninguna variable. El investigador


no sustituye intencionalmente las variables independientes. Se observan los hechos tal y
como se presentan en su contexto real en un tiempo determinado o no, para luego
analizarlos. Por lo tanto, en este diseño no se construye una situación específica si no que
se observan las que existen. Las variables independientes ya han ocurrido y no pueden ser

78
manipuladas, lo que impide influir sobre ellas para modificarlas. (p. 80).

Asimismo, Hernández, Fernández & Baptista (2014) plantean que el diseño no experimental

se clasifica en trasversal o longitudinal. En el caso específico de este estudio fue transversal, el

cual según los autores antes mencionados lo definen como: “Recolectar datos en un solo

momento, en un tiempo único. Su propósito es describir variables y analizar su incidencia e

interrelación en un momento dado” (p. 151).

En esta investigación se indagó de manera sincrónica, en el aquí y el ahora, sobre las

propiedades, características y rasgos importantes de las la actitudes de las hijas cuidadoras de

padres con la enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar.

Población y Muestra.

Para Martins & Palella (2012) la población es definida como: “El conjunto finito o infinito de

elementos, personas o cosas, pertinentes a una investigación y que generalmente suele ser

inaccesible” (p.105). En esta investigación la población estuvo conformada por 15 hijas

cuidadoras de padres con la enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo

Bolívar.

Por su parte, la muestra según Martins & Palella (2012) es: “La escogencia de una parte

representativa de una población, cuyas características reproduce de la manera más exacta

posible. (p. 105).

En vista de que la población es pequeña se tomó toda para el estudio y esta se denomina

muestreo censal; la cual según López (1998): “Es aquella porción que representa toda la

población”. (p. 123). En tal sentido, la muestra censal de este estudio fue 15 hijas cuidadoras de

padres con la enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar.

79
Técnicas e Instrumentos de Recolección de Datos.

La técnica destinada para obtener los datos de las hijas cuidadoras fue la encuesta que según

Palella & Martins (2012) “Se destina a obtener datos de varias personas cuyas opiniones

interesan al investigador. Para ello se utiliza un listado de preguntas escritas que se entregan a los

sujetos quienes; en forma anónima las responden por escrito” (p. 123).

Por su parte; el instrumento fue el cuestionario, que es definido por Hernández, Fernández &

Baptista (2014) como: “Un conjunto de preguntas respecto de una o más variables a medir. Debe

ser congruente con el planeamiento del problema e hipótesis” (p. 217).

Para los fines de satisfacer los Objetivos Específicos 1, 2, 3 y 4 de la investigación, se diseñó

ad hoc el cuestionario “Actitudes de las Hijas Cuidadoras hacia el cuidado de sus Padres con la

Enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar” con preguntas cerradas

y de escala opinática, auto administrado y aplicado de manera colectiva y voluntaria en el cual se

indagó sobre:

 Datos Sociodemográficos donde se explora: a) edad, b) estado civil, c) nivel educativo

aprobado, d) profesión, e) ocupación, f) práctica religiosa, g) cantidad de hijos.

 Componentes Cognitivos: a) lógico, b) manejo adecuado de la información de

Alzheimer, c) religiosas, d) espirituales.

 Componentes Afectivos: a) amor; b) gratitud, c) satisfacción, d) optimismo, e)

autocontrol, f) confianza y e) auto aprobación.

 Componentes Conductuales: a) ayuda, b) acompañamiento, c) comunicación, d)

aceptación, e) organización, f) ocio y tiempo libre. (Ver el Cuestionario en el Anexo A )

80
Validez y Confiabilidad del Instrumento.

Al cuestionario se le determinó la validez de contenido que según Hernández, Fernández &

Baptista (2014) se refiere al grado en que un instrumento refleja un dominio específico de

contenido de lo que se mide (p. 201); por su parte la técnica aplicada fue la de juicio de

expertos que según Palella & Martins (2012):

“Consiste en entregarle a 3, 5 o 7 expertos en la materia objeto de estudio y en


metodología un ejemplar del instrumento con su respectiva matriz de respuesta
acompañada de los objetivos de la investigación, la operacionalización de variables y una
serie de criterios para calificar las preguntas (p.161).

En el caso específico de este estudio se solicitó la participación de tres (3) expertos: una

(1) psiquiatra, una (1) docente en investigación y (1) docente con postgrado en orientación de

la conducta, por medio de una comunicación escrita, para que actuasen como jueces en dicha

validación. A los mismos se les entregó una copia de los objetivos del estudio y de la

operacionalización de las variables, además de un instrumento de validación de contenido

propuesto por Torres (2010) que considera la claridad de los ítems o preguntas y la

congruencia, aspectos que se definen a continuación. (Ver anexo B).

La claridad de las preguntas hace referencia a la legibilidad del discurso. Por su parte, la

congruencia, trata de la relación de las preguntas con el contenido a evaluar, el

reconocimiento de los conceptos involucrados, su comprensión y aplicación en situaciones

problemáticas, es decir, que alude a la relación del contenido con los objetivos formulados.

Los resultados obtenidos de la validación arrojaron que de las 40 preguntas cerradas ninguna

fue objeto de modificación por lo que el mismo posee validez de contenido.

La Confiabilidad se estableció por consistencia interna a través del método de Alfa de

Cronbach para los ítemes politómicos (selección múltiple). Atendiendo a la propuesta se

asumieron como parametros los sigueinetes niveles de confiabilidad de Palella & Martins (2012):

81
Tabla 6.

Criterios de decisión para la confiabilidad de un Instrumento.

Rango Confiabilidad
0,81-1 Muy alta

0,61-o,80 Alta
0,41-0,60 Media
0,21- 0,40 Baja
0 -0,20 Muy baja

Nota: Tomado de Palella & Martins (2014). Metodología de la Investigación Cuantitativa.


Caracas: FEDUPEL.

Los resultados del cálculo del coeficiente de confiabilidad por el método de Alfa de

Cronbach (apoyado en el uso del programa estadístico SPSS versión 22) para las preguntas

politómicas fue de 0,921; por lo que la correlación fue muy alta. De acuerdo a los resultados

anteriores se concluye que el Cuestionario sobre Actitudes de las Hijas Cuidadoras hacia sus

Padres con la Enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capitulo Bolívar tiene una

confiabilidad muy alta.

Procedimiento.

La investigadora procedió al acceso formal del trabajo de campo de la investigación

al solicitar la autorización para realizar el estudio a la presidenta de la Fundación Alzheimer

Capítulo Bolívar, una vez formalizado el permiso y consentimiento para efectuar el estudio se

realizó una reunión con los directivos de la fundación donde se les informó el tema a investigar y

se les solicitó su colaboración para la realización del mismo.

Se obtuvo la data de hijas cuidadoras de padres con la enfermedad de Alzheimer de la

Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar y se procedió a hacerle la entrega de los cuestionarios

explicándoles la forma de utilizarlo, el mismo tuvo un tiempo de aplicación de 15 minutos y en

82
todo momento hubo interés y colaboración, por parte de las cuidadoras encuestadas.

Posteriormente, se procedió a calcular la confiabilidad de los instrumentos mediante el

coeficiente de Alfa de Cronbach utilizando el software SPSS versión 22. La confiabilidad del

instrumento fue muy alta.

El análisis de los resultados de los instrumentos aplicados se realizó a través de la estadística

descriptiva, mediante la determinación de frecuencias y porcentajes de los datos cuantitativos;

las cuales se presentan en tablas y gráficos circulares. Finalizado el estudio se procedió a

elaborar las conclusiones relativas a cada uno de los objetivos formulados y en consecuencia las

recomendaciones derivadas de la investigación.

Capítulo IV

Análisis y Discusión de los Resultados


En este capítulo se reseña el análisis y discusión de los resultados en función del instrumento

83
aplicado: Cuestionario sobre la Actitud de las Hijas Cuidadoras hacia el cuidado de sus Padres

con enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar; la data obtenida a

través de la administración de esta técnica de recolección de datos, fue codificada en tablas y

figuras, para proceder al análisis cuantitativo y descriptivo de los ítems, dando respuesta a los

objetivos planteados.

Cuestionario de las Actitudes de las Hijas Cuidadoras hacia el Cuidado de sus Padres

con enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar.

Ítem 1: Edad Cronológica


Tabla 11
Edad Cronológica
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Entre 30 a 40 años 1 7
Entre 41 a 50 años 6 40
Entre 51 a 60 años 7 46
Mayor a 61 años 1 7
Total 15 100,00
Fuente: Trabajo de campo de la autora

7
6

1 1

Entre 30 a 40 años Entre 41 a 50 años Entre 51 a 60 años Mayor a 61 años

Figura 3. Edad Cronológica Fuente: Trabajo de campo de la autora

84
Los resultados de la tabla 11 y figura 3 indican que el rango de la edad cronológica que predomina en

las encuestadas es de 51 a 60 años, específicamente 46%, luego se ubica la categoría de 41 a 50 años con

40%. En tercer lugar se ubican el rango entre 30 a 40 años y finalmente el rango mayor de 60 años con

7%.

Ítem 2. Estado Civil


Tabla 12
Estado Civil
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Soltera 1 27
Casada 6 40
Concubina 0 0
Viuda 4 27
Divorciada 1 7
Total 15 100,00
Fuente: Trabajo de campo de la autora

4 4

Soltera Casada Divorciada Viuda

85
Figura 4: Estado Civil. Fuente: Trabajo de campo de la autora

En la tabla 12 y la figura 4 referidos al estado civil, se observa que 40% de las encuestadas

refieren estar casada; 27% manifiesta estar divorciada y soltera respectivamente; finalmente 7%

reporta estar viuda.

Ítem 3. Nivel Educativo


Tabla 13
Nivel Educativo
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Primaria 1 7
Secundaria 5 33
Universitaria 7 47
Postgrado 2 13
Total 15 100,00
Fuente: Trabajo de campo de la autora

86
7

2
1

Primaria Secundaria Universitaria Postgrado

Figura 5. Nivel educativo. Fuente: Trabajo de campo de la autora

La tabla 13 y la figura 5 correspondiente al ítem 3, muestran que el nivel educativo

predominante en la muestra es universitario con 47%; en segundo lugar se ubica el nivel

secundario 33%; posteriormente se sitúa postgrado con 13% y finalmente primaria con 7%.

Ítem 4. Profesión
Tabla 14
Profesión
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Docente 4 27
Ingeniera civil 1 7
Administradora 1 7
Odontóloga 1 7
Comunicadora Social 1 7
Medico 1 7
No profesional 6 40
Total 15 100,00
Fuente: Trabajo de campo de la autora

87
6

1 1 1 1 1

Docente Ingeniera civil Administradora Odontóloga Comunicadora Medico No profesional


social

Figura 6. Profesión. Fuente: Trabajo de campo de la autora

En la tabla 14 y figura 6 referido al ítem 4: profesión, se observa que en primer lugar se ubica

el grupo que manifestó no poseer una profesión con 40%, el segundo lugar lo ocupan las

docente con 27%, luego se ubica una ingeniera civil, una odontóloga, una administradora, una

médica y una comunicadora social con 7% respectivamente.

Ítem 5. Ocupación
Tabla 15
Ocupación
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Ama de Casa 8 53
Odontóloga 1 7
Comunicadora Social 1 7
Medico 1 7
Jubilada 4 27
Total 15 100,00
Fuente: Trabajo de campo de la autora

88
8

1 1 1

Ama de casa Odontóloga Comunicadora social Medico Jubilada

Columna1

Figura 7. Ocupación. Fuente: Trabajo de campo de la autora

Con relación a la tabla 15 y el figura 7, correspondiente al ítem 5: Ocupación se evidencio que


en primer lugar 53% se dedica a ama de casa, segundo lugar se ubica la jubilada con un 27%,
seguidamente se sitúa la odontóloga y medica con 7% respectivamente y finalmente la
comunicadora social con un 7%.

Ítem 6. Práctica Religiosa


Tabla 16
Práctica Religiosa
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Católica 10 66
Cristiana/Evangélica 4 27
Ninguna 1 7
Total 15 100,00
Fuente: Trabajo de campo de la autora

89
8

Católica Cristiana/Evángelica Ninguna

Figura 8. Prácticas Religiosas. Fuente: Trabajo de campo de la autora

La tabla 16 y la figura 8, correspondiente al ítem 6, revela que el 66% de la muestra práctica

la religión católica. En segundo lugar lo ocupa la religión cristiana/evangélica con 27% y

finalmente 7% de las encuestadas no practica ninguna religión.

Ítem 7. Tiene Hijos


Tabla 17
Tiene Hijos
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Si 13 86
No 2 14
Total 15 100,00
Fuente: Trabajo de campo de la autora

90
13

Sí No

Figura 9. Tiene Hijos. Fuente: Trabajo de campo de la autora

Con relación a la tabla 17 y la figura 9, revelan que la mayoría de las encuestadas (86%)

tienen hijos y solo 14% niegan tenerlos.

Análisis de los Datos Sociodemográficos


Los resultados de la muestra indican que el rango de edad cronológica que predomina en las

encuestadas es de 51 a 60 años específicamente 46%, en cuanto al estado civil predominante se

denota que 40% de las encuestadas manifiestan estar casadas, y un 86% refiere tener hijos, en

cuanto al nivel educativo que prevalece, es el universitario se ubica en primer lugar con un 47%,

la profesión de la muestra 60% refiere que poseen estudios en: docencia, administración,

ingeniería civil, odontología, medicina y comunicación social. En relación a la ocupación 53%

refirió dedicarse a oficios del hogar.

Estos resultados son similares a los reportados por Díaz, Farías & Márquez (2016),

Cerquera & Pavon, 2016; Crespo, 2008; Ortigoza, 2015; Moreno, 2011; Navarro & García,

2006; Dakduk, 2010; Roig et al., 1998. Quienes señalan que las características

91
sociodemográficas de la muestra ratifican en que el perfil de cuidadores informales

correspondientes a mujeres en edades se sitúa entre 50 y 71 años, de estado civil casadas,

con hijos y por lo general se dedican a oficios de amas de casa.

Quienes asumen el rol de cuidador, generalmente son mujeres, esto se debe a una

característica propia del mundo de vida popular venezolano. El hombre venezolano se vive

como hijo, de manera que evade cualquier tipo de responsabilidad otorgada dentro del hogar.

Otro aspecto a destacar es el referente al estado civil de las hijas cuidadoras dado que este es

determinante en su participación para el cuidado informal de padres con enfermedad de

Alzheimer, las que no están casadas o en pareja tienen más probabilidades de cuidar a sus

padres y cohabitar con ellos que las que sí lo están, sin embrago el presente estudio difiere de

lo planteado por Rivera, Rivera & Zurdo 1999; ya que los resultados demuestran que la

mayoría de las encuestadas casadas y tienen la misma probabilidad de cuidar y convivir con

sus padres enfermos.

En relación al grado de instrucción de las hijas cuidadoras refleja que un porcentaje

importante de la muestra estudiada, completo estudios universitarios lo cual es un factor positivo

en la tarea de dar cuidados, Texeira (2008) describe que el hecho de poseer un curso de

formación superior (completo o incompleto) es positivo, pues puede contribuir para la mejor

comprensión de las orientaciones entregadas.

En cuanto a la religión que profesan un 66% de la muestra se inclina hacia la religión católica,

los resultados obtenidos se aproximan a lo referido por Flores, Lozano, Julio & Ortiz (2018) quienes

señalan que el 79,6% (90) de los cuidadores del estudio manifestaron pertenecer a la religión

católica y el 15% (17) a la evangélica.

92
Ítem 8. La Enfermedad de Alzheimer Ocasiona Pérdida de Memoria
Tabla 18
La Enfermedad de Alzheimer Ocasiona Pérdida de Memoria
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no

100%

Figura.10 La enfermedad de Alzheimer ocasiona pérdida de memoria Fuente: Trabajo de campo de la autora.

En la tabla 18 y figura 10 correspondientes al ítem 8: la enfermedad de Alzheimer ocasiona

pérdida de memoria, se observa que 100% de la muestra afirma que la enfermedad de Alzheimer

ocasiona pérdida de memoria. Este resultado denota que las hijas cuidadoras reconocen uno de

los síntomas que produce la enfermedad en el paciente, coincidiendo con lo descrito por

Abizanda & Jordán, (2011) quienes señalan que el Alzheimer es una enfermedad, se caracteriza

en su forma típica por una pérdida progresiva de la memoria.

93
Ítem 9. La Enfermedad de Alzheimer es Degenerativa
Tabla 19
La Enfermedad de Alzheimer es Degenerativa
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%

Figura 11. La enfermedad de Alzheimer es degenerativa. Fuente: Trabajo de campo de la autora

En relación a la tabla 19 y la figura 11, correspondiente al ítem 9: la enfermedad de

Alzheimer es degenerativa. El 100% de la muestra respondió definitivamente sí; la enfermedad

de Alzheimer es degenerativa. Concordando con Abizanda & Jordan (2011) los cuales catalogan

la enfermedad de Alzheimer como una enfermedad neurodegenerativa.

94
Ítem 10. Los Pacientes con Alzheimer presentan Conductas Inadecuadas (agresividad,
caminar sin rumbo fijo)
Tabla 20
Los pacientes con Alzheimer presentan Conductas Inadecuadas
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100

Fuente: Trabajo de campo de la autora

Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%

Figura
12. Los pacientes con Alzheimer presentan conductas inadecuadas. Fuente: Trabajo de campo de la autora

Con respecto a la tabla 20 y figura 12, correspondiente al ítem 10: los pacientes con

Alzheimer presentan conductas inadecuadas: destaca que 100% de las hijas cuidadoras

encuestadas, reconocen que los pacientes con Alzheimer presentan conductas inadecuadas, entre

las que destacan: deambular sin rumbo, agresividad, entre otros. Sánchez, Martos & Martin

(2005) expresan que los síntomas conductuales más frecuentes y más insoportables son la

agresividad física, la deambulación errática y la inquietud ya que los mismos son molestos y

gravosos para los familiares y dificultan mucho la convivencia.


95
Ítem 11. La Enfermedad de Alzheimer es Constantemente Estudiada por Usted
Tabla 21
La Enfermedad de Alzheimer es Constantemente Estudiada por Usted
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%

Figura 13. La Enfermedad de Alzheimer es Constantemente Estudiada por usted. Fuente: Trabajo de campo de la

autora.

En relación a la tabla 21 y figura 13, respecto al ítem 11: referido a si la enfermedad de

Alzheimer es constantemente estudiada por usted, el total de la muestra encuestada 100% afirmó

que esta patología es estudiada constantemente por ellas. Este hallazgo coincide con García,

(2017) quien refiere que los cuidadores se actualizan constantemente sobre las nuevas formas de

predecir el Alzheimer, la experimentación de nuevos medicamentos e investigaciones, lo cual

proporcionan esperanzas para los cuidadores.

96
Ítem 12. El Paciente con Enfermedad de Alzheimer requiere de Cuidado Permanente
Tabla 22
El Paciente con enfermedad de Alzheimer requiere de Cuidado Permanente
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%

Fig
ura 14. El paciente con enfermedad de Alzheimer requiere de cuidado permanente. Fuente: Trabajo de campo de la
autora

En relación a la tabla 22 y figura14 respecto al ítem 10 referido a si el paciente con

enfermedad de Alzheimer requiere cuidado permanente: los resultados evidencian que 100% de

las encuestadas respondieron definitivamente sí. Esto concuerda con lo expuesto por Montalvo

(2008); Caycho (2016) quienes señalan que los cuidadores familiares comúnmente desarrollan su

rol las 24 horas del día, ya que quienes sufren esta enfermedad requieren de cuidados constantes

y especiales.

97
Ítem 13. Tengo que estar Pendiente de los Gestos de mi Padre o Madre que indican que
Quiere Ir a la Poceta
Tabla 23
Tengo que estar Pendiente de los Gestos de mi Padre o Madre que indican que Quiere Ir a la
Poceta
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 7 46
Probablemente Si 4 27
Indeciso 4 27
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

26.7; 27% Indeciso


46.6; 47% Probablemente si
Definitivamente si

26.7; 27%

Figur
a 15. Tengo que estar Pendiente de los Gestos de mi Padre o Madre que indican que Quiere ir a la Poceta. Fuente:
Trabajo de campo de la autora

En cuanto a la tabla 23 y figura 15, referido a tengo que estar pendiente de los gestos de mi

padre o madre que indican que quiere ir a la poceta 46% de las encuestadas contestaron que

definitivamente si 27% contestan probablemente sí y 27% respondieron indecisos a la

interrogante. Es notorio que las hijas cuidadoras manifiestan que si deben estar pendiente, lo cual

concuerda con lo expresado por la Fundación Alzheimer Venezuela (2006) quien acota que a

medida que la enfermedad avanza, se deteriora la habilidad del paciente para reconocer la

98
necesidad de evacuar y empiezan a suceder los accidentes, por lo que recomienda al cuidador

que observe las señales no verbales que indican la necesidad de ir al baño, como: halarse el

cinturón, bajarse la cremallera o bajarse los pantalones.

Ítem 14. Conozco Cuáles son las Medicinas con sus Respectivas Indicaciones Médicas que
debo Suministrar a mi Padre o Madre
Tabla 24
Conozco Cuáles son las Medicinas con sus Respectivas Indicaciones Médicas que debo
Suministrar a mi Padre o Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%

Figura 16. Conozco cuales son las medicinas con sus respectivas indicaciones médicas que debo suministrar a mi padre o madre.

Fuente: Trabajo de campo de la autora

En relación a la tabla 24 y figura 16, correspondiente al ítem 12, 100% de la muestra

contesto definitivamente sí conocen y manejan las indicaciones médicas que deben suministrar a

su padre o madre. Este hallazgo reafirma lo planteado por la Fundación Alzheimer Venezuela

99
(2006) quien recomienda que el cuidador debe seguir indicaciones y administración de fármacos

según las pautas del médico tratante.

Ítem 15. Tengo Fe en Dios


Tabla 25
Tengo Fe en Dios
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%

Figura 17. Tengo fe en Dios. Fuente: Trabajo de campo de la autora

La tabla 25 y la figura 17, reflejan que 100% de las hijas cuidadoras de padre o madre con la

enfermedad de Alzheimer, profesan la fe en Dios de manera definitiva. El resultado contrasta con

Florez, Lozano, Julio & Ortiz (2018) quienes destacan que un 95.6% (108) de cuidadoras de

pacientes con Alzheimer refieren mantener una relación de fe en Dios. Siguiendo lo citado por

Sanchez (2006) para algunos cuidadores de pacientes con Alzheimer contar con Dios, un poder o

fuerza superior, alivia el peso de la responsabilidad del cuidado.

100
Ítem 16. Creo que Asistir a Misa o Culto me Reconforta para Sobrellevar la Enfermedad
de mi Padre o Madre
Tabla 26
Creo que Asistir a Misa o Culto me Reconforta para Sobrellevar la Enfermedad de mi Padre o
Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 4 27
Probablemente Si 4 27
Indeciso 6 40
Probablemente No
Definitivamente No 1 7

Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

7%
27%

Definitivamente si
40% Probablemente si
Indeciso
Probablemente no
Definitivamente no
27%

Fi
gura 18. Creo que asistir a misa o culto me reconforta para sobrellevar la enfermedad de mi padre o madre. Fuente:
Trabajo de campo de la autora.

Con respecto a la tabla 26 y figura 18 referente al ítem 14: muestra que 40% de las

encuestadas responden indecisos en creer que asistir a misa o culto pueden ser un medio para

reconfortarlas y sobrellevar la enfermedad de sus padres, mientras que en segundo lugar un 27%

contesta que probablemente sí podría ser este el medio para lograr fortaleza, en tercer lugar

27% responde definitivamente si están de acuerdo y en último lugar un 7% manifiesta

definitivamente no. Esto es coincidente con lo reseñado por Barrera, Pinto, Sánchez, Carrillo &

101
Chaparro (2010) que para algunos cuidadores, la iglesia es fuente de apoyo dado que los ayudan

a afrontar de mejor manera las situaciones de estrés que lleva consigo el cuidado.

Ítem 17. Mis Creencias Religiosas me Ayudan a Tener fortaleza para Lidiar con la
Enfermedad de mi Padre o Madre

Tabla 27
Mis Creencias Religiosas me Ayudan a Tener Fortaleza para Lidiar con la Enfermedad de mi
Padre o Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 10 67
Probablemente Si 5 33
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

33%
Definitivamente si
Probablemnte si
Indeciso
Definitivamente no
67% Probablemnte no

Figura 19. Mis Creencias religiosas me ayudan a tener fortaleza para lidiar con la enfermedad de mi padre o madre.
Fuente: Trabajo de campo de la autora.

En relación a la tabla 27 y figura 19, con respecto al ítem: Mis creencias religiosas me

ayudan a tener fortaleza para lidiar con la enfermedad de mi padre o madre; se observa que el

67%, respondieron definitivamente sí, mientras que en segundo lugar un 33% contestan

probablemente sí. Este resultado concuerda con lo expuesto por Barrera, Pinto, Sánchez Carrillo

102
& Chaparro (2010) en el que afirman que las creencias religiosas son con frecuencia

consideradas un sostén para las personas que afrontan la tarea de ser cuidador y al afecto

positivo que está asociado al optimismo.

Ítem 18. Creo que Orarle a Dios me Ayuda a Sobrellevar la Enfermedad de mi Padre o
Madre
Tabla 28
Creo que Orarle a Dios me Ayuda a Sobrellevar la Enfermedad de mi Padre o Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%

Figur
a 20. Creo que Orarle a Dios me Ayuda a Sobrellevar la Enfermedad de mi Padre o Madre. Fuente: Trabajo de
campo de la autora.

La tabla 28 y figura 20, muestran que 100%, contesto definitivamente si orarle a Dios les

ayuda a sobrellevar la enfermedad de su padre o madre. Este resultado coincide con el estudio

de Londoño et al. (2006) describen que los cuidadores acuden a la religión como una estrategia

cognitivo-comportamental expresada a través del rezo y la oración dirigida a tolerar o solucionar

103
el problema, o las emociones que se generan ante el cuidado, este autor afirma que el poder de la

oración puede producir un gran alivio en el cuidador.

Ítem 19. Mis Creencias Espirituales me Ayudan a Sentir Paz Interior que Permiten que
Cuide Adecuadamente de mi Padre o Madre
Tabla 29
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 9 60
Probablemente Si 6 40
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Mis Creencias Espirituales me Ayudan a Sentir Paz Interior que Permiten que Cuide
Adecuadamente de mi padre o madre
Fuente: Trabajo de campo de la autora

104
40%
Definitivamente si
Probablemente si
60% Indeciso
Probablemnete no
Definitivamente no

Figura 21. Mis creencias espirituales me ayudan a sentir paz interior que permiten que cuide adecuadamente de mi

padre o madre. Fuente: Trabajo de campo de la autora.

La tabla 29 y figura 21, relativa a mis creencias espirituales me ayudan a sentir paz interior

que indican que 60% de la muestra responde definitivamente sí y finalmente 40% de las

encuestadas contestan probablemente sí. Estos resultados coinciden con Florez, Lozano, Julio &

Ortiz (2019) quienes sostienen que Las creencias religiosas como aspectos constitutivos de la

espiritualidad conforman un elemento importante para afrontar la enfermedad, estos aspectos espirituales

proveen herramientas a las personas para hacer frente a los eventos estresantes a lo largo del ciclo vital.

Ítem 20. Creo que Fortalecer mi Espíritu Contribuye a que Cuide Mejor mi Padre o Madre
Tabla 30
Creo que Fortalecer mi Espíritu Contribuye a que Cuide Mejor mi Padre o Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

105
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%

Figura 22. Creo que fortalecer mi espíritu contribuye a que cuide mejor mi padre o madre. Fuente: Trabajo de campo
de la autora.
La tabla 30 y figura 22 con relación al ítem 18: Creo que fortalecer mi espíritu contribuye a

que cuide mejor mi padre o madre, evidencia que 100% de las encuestadas responde

definitivamente si a la interrogante. Esta manifestación concuerda con lo descrito por Barrera,

Pinto & Sánchez (2010), quienes añaden que el valor espiritual es definitivo en el mantenimiento

y soporte de situaciones difíciles; este valor es el que proporciona resistencia, orienta y da

sentido a la vida.

Ítem 21. Amo a mi Padre o Madre


Tabla 31.
Amo a mi Padre o Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100,0
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100,0

Fuente: Trabajo de campo de la autora

106
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%

Figur
a 23. Amo a mi Padre o Madre. Fuente: Trabajo de campo de la autora.

La tabla 31 y figura 23 correspondiente al ítem 19: amo a mi padre o madre; evidencian que

100% respondió definitivamente sí. Este porcentaje confirma el estudio de Ferrer (2008) refiere

que el amor es un sentimiento que está presente en la relación afectiva de los hijos hacia los padres y que

este es un valor necesario para cuidar al enfermo de Alzheimer por su fuerza y acercamiento en

la comprensión de las situaciones que viven en la relación con su familiar, rigiendo la mayoría de

las acciones en el cuidado al familiar

Ítem 22. Siento que Trato Cariñosamente a mi Padre o Madre


Tabla 32
Siento que Trato Cariñosamente a mi Padre o Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

107
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%

Figura 24. Siento que trato cariñosamente a mi padre o madre. Fuente: Trabajo de campo de la autora

En relación a la tabla 32 y figura 24, correspondiente al ítem 20: Siento que trato

cariñosamente a mi padre o madre: 100% de la muestra respondió definitivamente sí. Al

respecto, Ferrer (2008) añade que la conciencia de cariño aporta un gran significado en el

cuidado, por ello la transmisión de afectos ayuda a los cuidadores a dar un impulso positivo a sus

vidas.

Ítem 23. Cuidar de mi Padre o Madre me Permite Agradecerle el Amor que me han
Brindado a lo Largo de mi Vida
Tabla 33
Cuidar de mi Padre o Madre me Permite Agradecerle el Amor que me han Brindado a lo Largo
de mi Vida
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

108
Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%

Figura 25. Cuidar de mi padre o madre me permite agradecerle el amor que me han brindado a lo largo de mi vida.
Fuente: Trabajo de campo de la autora

Con respecto a la tabla 33 y figura 25, correspondiente al ítem 21: Cuidar de mi padre o

madre me permite agradecerle el amor que me han brindado a lo largo de mi vida; 100% de la

muestra responden definitivamente sí. Este hallazgo coincide con López & Rodríguez (2007)

quienes señalan que en muchos cuidadores familiares hay un sentimiento de reciprocidad, es decir

sienten satisfacción y alegría de poder devolver al familiar enfermo la atención que ellos mismos

recibieron por parte de sus progenitores, manteniendo la creencia de que el cuidado que ellos le pueden

ofrecer al enfermo es el mejor en comparación al que le pueda dar un tercero

Ítem 24. Me Siento Satisfecha con la Forma con la que Cumplo mi Rol de Hija Cuidadora
Tabla 34
Me Siento Satisfecha con la Forma con la que Cumplo mi Rol de Hija Cuidadora
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 6 40
Probablemente Si 4 27
Indeciso 5 33
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

109
33%
40%

Definitivamente si
Probablemente si
Indeciso
Probablemente no
Definitivamente no
27%

Figura 26. Me siento satisfecha con la forma con la que cumplo mi rol de hija cuidadora. Fuente: Trabajo de campo
de la autora.

La tabla 34 y figura 26, correspondiente al ítem 22: Me siento satisfecha con la forma con la

que cumplo mi rol de hija cuidadora; 40% de la muestra responde definitivamente sí, en segundo

lugar 33% contestan indecisos y en último lugar 27% indicaron probablemente sí sienten. Este

hallazgo es similar a lo reportado por López & rodríguez (2007) quien afirma que los cuidadores

sienten satisfacción por ayudar a sus familiares, el hecho de ayudar les hace sentirse más

próximos a ellos, siente que realmente disfrutan estando con el familiar, responsabilizarse de sus

familiares les ayuda a incrementar su autoestima, da un mayor sentido a sus vidas y sienten que

los momentos placenteros de su familiar les producen satisfacción también a ellos.

Ítem 25. Me Satisface Sentir que Estoy Apoyando a mi Padre o Madre durante su
Enfermedad

110
Tabla 35
Me satisface Sentir que Estoy Apoyando a mi Padre o Madre durante su Enfermedad
Opciones frecuencia simple frecuencia relativa %
Definitivamente si 10 66
Probablemente si 5 33
Indeciso
Probablemente no
Definitivamente no
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

33%

Probablemente si
Definitivamente si
67%

Figura 27. Me satisface sentir que estoy apoyando a mi padre o madre durante su enfermedad. Fuente: Trabajo de
campo de la autora

La tabla 35 y figura 27, correspondiente al ítem 23 que se refiere a me satisface sentir que

estoy apoyando a mi padre o madre durante su enfermedad, 67% de las encuestadas responden

definitivamente sí y 33% contestaron probablemente sí sienten satisfacción. Este hallazgo

coincide con lo referido por Delicado, García, López & Martínez (2000) quienes señalan que los

cuidadores pueden sentirse satisfechos con su labor y el hecho de servir, de cuidar y de proteger

a su ser querido enfermo les otorga una sensación de valía, un sentimiento de utilidad, de

satisfacción.

Ítem 26. Me Complace que con mis Cuidos mi Padre o Madre Tengan una Mejor Calidad de Vida

111
Tabla 36
Me complace que con mis Cuidos mi Padre o Madre Tengan una Mejor Calidad de Vida
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%

Figura 28. Me complace que con mis cuidados mi padre o madre tengan una mejor calidad de vida. Fuente: Trabajo
de campo de la autora.

En relación a la tabla 36 y figura 28, correspondiente al ítem 24, relativo a me complace que

con mis cuidados mi padre o madre tengan una mejor calidad de vida, 100% de las encuestadas

responde definitivamente si a la interrogante, este resultados se relacionan con lo planteado por

Cohen, Colantonio & Vernich (2002) quienes encontraron que en torno al 73% de los cuidadores

no profesionales de adultos mayores refirieron que las mayores fuentes de satisfacción estuvieron

relacionadas con la sensación de compañía, de utilidad y de estar cumpliendo con su deber u

obligación

112
Ítem 27. Siento que Toda la Energía que Invierto en Cuidar a mi Padre o Madre Vale el
Esfuerzo
Tabla 37
Siento que Toda la Energía que Invierto en Cuidar a mi Padre o Madre Vale el Esfuerzo
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 7 47
Probablemente Si 5 33
Indeciso 3 20
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 10
Fuente: Trabajo de campo de la autora

20%

47% Definitivamente si
Probablemente si
Indeciso
Definitivamente no
33% Probablemente no

Figura 29. Siento que toda la energía que invierto en cuidar a mi padre o madre vale el Esfuerzo Fuente: Trabajo de
campo de la autora.

La tabla 37 y figura 29, correspondiente al ítem 25 relativo a siento que toda la energía que

invierto en cuidar a mi padre o madre vale el esfuerzo los resultados indican que 47% de muestra

encuestada contestan definitivamente sí, 33% probablemente sí y finalmente 20% de la muestra

respondió indecisa. Este hallazgo es coincidente con lo descrito por Quinn, Clare & Woods,

(2010) quienes afirman que los sentimientos del cuidador de otorgar el cuidado genera

sentimientos de valía y realización personal y esos sentimientos son parte de los aspectos

113
positivos del cuidado.

Ítem 28. Logro Autocontrolarme ante Situaciones Estresantes por Cuidar a mi Padre o
Madre
Tabla 38
Logro Autocontrolarme ante Situaciones Estresantes por Cuidar a mi Padre o Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 9 60
Probablemente Si 4 27
Indeciso 2 13
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

13%

Definitivamente si
27% Problablemente si
60% Indeciso
Definitivamente no
Probablemente no

Figura 30. Logro autocontrolarme ante situaciones estresantes por cuidar a mi padre o madre. Fuente: Trabajo de
campo de la autora.

La tabla 38 y figura 30, correspondiente al ítem 26: Logro autocontrolarme ante situaciones

estresantes por cuidar a mi padre o madre, evidencian que 60% responden definitivamente si,

27% contesta probablemente sí y finalmente un 13% manifiesta indeciso. En este sentido, estos

resultados de una tendencia positiva de autocontrol de las emociones evidencia que la muestra se

ha beneficiado de los cursos de atención al cuidador que imparte la Fundación Alzheimer

Capitulo Bolívar, referentes al taller de cuidado del cuidador y el aprendizaje de técnicas de

114
relajación y autocontrol con el fin de que estos manejen estrategias de autorregulación emocional

frente a la enfermedad, esta competencia les proporciona a las cuidadoras las herramientas

necesarias para afrontar situaciones estresantes y les ayuda a mantenerse ecuánimes ante

situaciones críticas.

Ítem 29. Siento que Puedo Confiar el Cuido de mi Padre o Madre a otra Persona
Tabla 39
Siento que puedo Confiar el Cuido de mi Padre o Madre a otra Persona

Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %


Definitivamente Si
Probablemente Si 1 7
Indeciso 11 73
Probablemente No 3 20
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

7%
20%

Definitivamente si
Probablemente si
Indeciso
Definitivamente no
Definitivamente no

73%

Figura 31. Siento que puedo confiar el cuido de mi padre o madre a otra persona. Fuente: Trabajo de campo de la
autora.

Con respecto a la tabla 39 y figura 31 referido al ítem 27: Siento que puedo confiar el cuido de

mi padre o madre a otra persona, en primer lugar se ubica 73% de la muestra responde indecisas,

115
un 20% expreso que probablemente no y finalmente 7% manifiesta probablemente sí.

Es habitual que a consecuencia del cuidado y del desempeño del papel de cuidador principal

sobrevengan una serie de sentimientos paradójicos a nivel emocional. En este sentido, esta

manifestación coincide con lo señalado por Ferrer (2008) quien refiere que existe una alta

implicación y dedicación por parte de los cuidadores, muchos cuidadores consideran que nadie

puede cuidar del enfermo como ellos mismos y por lo tanto, no son favorables a la recepción de

ayuda

Ítem 30. Siento que Soy una Buena Hija por Como Trato a mi Padre o Madre
Tabla 40
Siento que Soy una Buena Hija por Como Trato a mi Padre o Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 8 53
Probablemente Si 6 40
Indeciso 1 7
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

7%

Definitivamente si
40% 53% Probablemente si
Indeciso
Definitivamente no
Probablemente no

Figura 32. Siento que soy una buena hija por como trato a mi padre o madre. Fuente: Trabajo de campo de la autora.

En cuanto a los resultados de la tabla 40 y figura 32 se observa, que 53% de la muestra

116
manifiestan que definitivamente si al ítem siento que soy buena hija por como trato a mi padre o

madre mientras que 43% expreso que probablemente sí y finalmente 7% contesto indecisa ante

la interrogante. En este sentido, este resultado se puede contrastar con el D’Argemir (1994) en el

que refiere que el cuidar en la familia implica un fuerte componente afectivo, se ama a las

personas para las cuales se realiza este trabajo que además está impregnado también de un

elevado contenido moral, ya que se lleva a cabo en el marco de un conjunto de obligaciones y

deberes derivados de los lazos del parentesco.

Ítem 31. Ayudo a mi Padre o Madre en las Actividades Cotidianas


Tabla 41
Ayudo a mi Padre o Madre en las Actividades Cotidianas
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%

Figura 33. Ayudo a mi padre o madre en las actividades cotidianas. Fuente: Trabajo de campo de la autora

117
La tabla 41 y figura 33, correspondiente al ítem 31: Ayudo a mi padre o madre en las

actividades cotidianas, evidencia que 100% respondieron definitivamente si a la interrogante

Este hallazgo corrobora lo señalado por Achury, Casataño, Gómez & Guevara, (2011) quienes

refieren una de las consecuencias del Alzheimer es que produce un deterioro funcional por el

que la persona afectada va perdiendo progresivamente la capacidad de llevar a cabo actividades

cotidianas de manera autónoma, en consecuencia, se necesita indispensablemente un cuidador

para ayudar a cumplir con las actividades cotidianas.

Ítem 32. Ayudo a mi Padre o Madre en las Actividades de Cuidado Personal


Tabla 42
Ayudo a mi Padre o Madre en las Actividades de Cuidado Personal
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100

Fuente: Trabajo de campo de la autora

Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%

Figura 34. Ayudo a mi padre o madre en las actividades de cuidado personal. Fuente: Trabajo de campo de la autora
La tabla 42 y figura 34, correspondiente al ítem: ayudo a mi padre o madre en las actividades

de cuidado personal, refiere que 100% de encuestadas responden afirmativamente. En este

118
sentido lo expresado por la muestra coincide con Pinto, Exeni & Peñalosa (2007) al señalar que

la enfermedad de Alzheimer produce un deterioro intelectual apreciable que repercute en la

actividad cotidiana del enfermo, por ejemplo, en el aseo personal, en el vestirse, en el comer o en

las funciones excretoras por lo tanto el cuidador provee los cuidados necesarios referentes a las

actividades cotidianas.

Ítem 33. Asisto a las Consultas Médicas con mi Padre o Madre


Tabla 43
Asisto a las Consultas Médicas con mi Padre o Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%

Figura 35. Asisto a las consultas médicas con mi padre o madre. Fuente: Trabajo de campo de la autora

En relación a la tabla 43 y figura 35; se observa que 100% asiste a las consultas médicas que

requiere su padre o madre. Al respecto los resultados coinciden con Becker et al (2017) quienes

añaden que las tareas desempeñadas con mayor frecuencia por cuidadores familiares están la de

119
ofrecer transporte, acompañamiento a consultas médicas, entre otras; esto le proporciona al

enfermo el apoyo emocional que necesita.

Ítem 34. Mantengo una Buena Comunicación con mi Padre o Madre


Tabla 44
Mantengo una Buena Comunicación con mi Padre o Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 8 53
Probablemente Si 3 20
Indeciso 3 20
Probablemente No 1 7
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

7%

20%

Definitivamente si
53% Probablemente si
Indeciso
Definitivamente no
Probablemente no
20%

Figura 36. Mantengo una buena comunicación con mi padre o madre. Fuente: Trabajo de campo de la autora

Con respecto a la tabla 44 y figura 36, correspondiente al ítem: mantengo una buena

comunicación con mi padre o madre, los resultados evidencian que 53% responde

definitivamente sí; 20% probablemente sí, 20% se manifiesta indecisas y finalmente 7%

120
responde probablemente no a la interrogante. El resultado obtenido es coincidente con el estudio

de Rufino, Blasco, Güell, Ramos & Pascual (2010) quienes señalan que una comunicación

basada en la empatía, la comprensión y el soporte mutuo puede facilitar la adaptación tanto del

paciente como del cuidador y reducir la desesperanza, la incertidumbre y la ansiedad inherente a

la situación.

Ítem 35. Le hablo Cordialmente a mi Padre o Madre


Tabla 45
Le Hablo Cordialmente a mi Padre o Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 14 93
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No 1 7
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

121
7%

Definitivamente si
Probablemente si
Indeciso
Probablemente no
Definitivamente no

93%

Figura 37. Le hablo cordialmente a mi padre o madre. Fuente: Trabajo de campo de la autora

La tabla 45 y la figura 37, referente al ítem 36: Le hablo cordialmente a mi padre o madre,

muestra que 93% contesta definitivamente si a la interrogante y 7% contesta probablemente

no. En este caso el hallazgo reportado por la muestra estudiada, se puede contrastar con lo

encontrado por Bastardo & Rivas (1992) quienes señalan que muchas veces el cuidador

presenta una conducta no asertiva hacia el paciente, gritándolo, golpeándolo, insultándolo,

pero la mejor manera de cuidar a una persona con enfermedad de Alzheimer es manteniendo

una conducta asertiva, entendiendo que los actos que realiza el paciente no los hace adrede,

siendo este un ser humano que merece respeto, amor, cariño, tolerancia, paciencia y

comprensión.

Ítem 36. Trato a mi Padre o Madre Como a un Adulto Mayor


Tabla 46
Trato a mi Padre o Madre Como a un Adulto Mayor
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si
Probablemente Si 5 33
Indeciso 4 27
Probablemente No 6 40
Definitivamente No
Total 15 100

122
Fuente: Trabajo de campo de la autora

33%
40%
Definitivamente si
Probablemente si
Indeciso
Definitivamente no
Probablemente no

27%

Figura 38. Trato a mi padre o madre como a un adulto mayor. Fuente: Trabajo de campo de la autora

La tabla 46 y figura 38, relacionada con el ítem 36: Trato a mi padre o madre como a un

adulto mayor, refleja que 40% de la muestra responde probablemente no a la pregunta, seguido

por 33% quienes responde probablemente sí y finalmente 27% se expresaron indecisos ante esta

pregunta.

Cabe resaltar que la mayoría de la muestra, indica que probablemente no le dan un trato como

adulto mayor a sus padres, lo cual puede asociarse a la sobreprotección del enfermo por parte de

sus hijas cuidadoras, en este sentido Montorio & Lozada (2004) señalan que es muy común en

los cuidadores de pacientes con demencia que tiendan a sobreproteger al enfermo, haciendo por

el otro más de lo que necesita, con tal de evitarle esfuerzos al enfermo. De igual manera, Larrosa

(2011) refiere que los cuidadores familiares tienden a sobreproteger a los mayores infravalorando

sus capacidades o creyendo que así se les ayuda y se les cuida más.

123
Ítem 37. Le Ofrezco Información Temporo-Espacial a mi Padre o Madre Cuando se Siente
Desorientado
Tabla 47
Le Ofrezco Información Temporo-Espacial a mi Padre o Madre Cuando se Siente Desorientado
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 8 53
Probablemente Si 7 47
Indeciso 0 0
Probablemente No 0 0
Definitivamente No 0 0
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

47% Definitivamente si
53% Probablemente si
Indeciso
Definitivamente no
Probablemente no

Figura 39. Le ofrezco información temporo-espacial a mi padre o madre cuando se siente desorientado. Fuente:
Trabajo de campo de la autora.

En relación a la tabla 47 y figura 39, correspondiente al ítem: le ofrezco información temporo-

espacial a mi padre o madre cuando se siente desorientado los resultados evidencian 53%

responde definitivamente sí y 47% expresaron que probablemente sí. En este sentido Sánchez

(2012) refiere que las cuidadoras que aportan orientación temporal y espacial al familiar enfermo

tienen como objetivo tratar la alteración de la orientación espaciotemporal y de la persona a

través de estímulos y repetidas informaciones visuales, escritas, verbales, a manera de relentecer

el proceso de deterioro de la enfermedad de Alzheimer  Dicho proceso de intervención

124
cognoscitiva parece beneficiar al paciente demente, mejorando la orientación y la memoria.

Ítem 38. Despejo las Áreas de la Casa por Donde se Desplaza mi Padre o Madre
Tabla 48
Despejo las áreas de la casa por donde se desplaza mi padre o madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si 15 100
Probablemente Si
Indeciso
Probablemente No
Definitivamente No
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

Definitivamente si
Probablemte si
Indeciso
Probablemte no
Definitivamente no
100%

Figura 40. Despejo las Áreas de la Casa por Donde se Desplaza mi Padre o Madre. Fuente: Trabajo de campo de la
autora.

La tabla 48 y figura 40, referente al ítem 38 muestra que 100% de las encuestadas responden

definitivamente sí. Este hallazgo se relaciona con los cuidados que se debe brindar al adulto

125
mayor con enfermedad de Alzheimer expuesto por Sanchez et al (2013) plantea que dentro las

medidas que toman las cuidadoras conforme la enfermedad de Alzheimer progresa, es la de

adaptar el hogar donde vive una persona con Alzheimer, se hace necesario realizar cambios que

eviten situaciones de riesgo y faciliten el cuidado del enfermo, esto no solo ayuda a la persona

con alzhéimer sino también a su cuidador, facilitando la autonomía y haciendo su vida más

agradable. La personalización del hogar hace que la persona mantenga la realidad con el día a

día, favoreciendo la orientación, lenguaje y memoria, asimismo un hogar seguro y accesible

fomenta la autonomía funcional el máximo tiempo posible y minimiza los riesgos asociados con

el avance de la enfermedad.

Ítem 39. Permito que mi Padre o Madre Realicen Hábitos de la Vida Diaria las Cuales
Todavía Están en Capacidad de Hacer

Tabla 49
Permito que mi Padre o Madre Realicen Hábitos de la Vida Diaria las Cuales Todavía Están en
Capacidad de Hacer

Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %


Definitivamente Si 5 33
Probablemente Si
Indeciso 4 27
Probablemente No 6 40
Definitivamente No
Total 15 100,0%
Fuente: Trabajo de campo de la autora

126
33% 33%

Definitivamente si
Probablemente si
Indeciso
Definitivamente no
Probablemente no

33%

Figura 41. Permito que mi padre o madre realicen hábitos de la vida diaria las cuales todavía están en capacidad de hacer.
Fuente: Trabajo de campo de la autora

La tabla 49 y figura 41, reflejan que 33% de las hijas cuidadoras de padre o madre con la

enfermedad de Alzheimer probablemente no permiten que sus padres ejecuten actividades de la

vida diaria que pudieran estar en capacidad de hacer, 33% se mantuvieron indecisas y otro 33%

127
expresaron que definitivamente si permiten que sus padres participen en este tipo de actividades.

Al respecto Montorio & Lozada (2004) señalan que suele pasar a menudo que el cuidador

realice las tareas que el enfermo de Alzheimer podría hacer por sí mismo por eso es muy

importante fomentar la independencia del paciente, dejar que el enfermo de Alzheimer mantenga

todas las actividades que puede hacer por sí mismo.

Ítem 40. Práctico Actividades de Ocio y Tiempo Libre las Cuales Favorecen en el Cuidado
de mi Padre o Madre
Tabla 50
Práctico Actividades de Ocio y Tiempo Libre las Cuales Favorecen en el Cuidado de mi Padre o
Madre
Opciones Frecuencia Simple Frecuencia Relativa %
Definitivamente Si
Probablemente Si 3 20
Indeciso 6 40
Probablemente No
Definitivamente No 6 40
Total 15 100
Fuente: Trabajo de campo de la autora

20%

40%
Definitivamente si
Probablemente si
Indeciso
Definitivamente no
Probablemente no
40%

Figura 42. Práctico actividades de ocio y tiempo libre las cuales favorecen en el cuidado de mi padre o madre.
Fuente: Trabajo de campo de la autora

En relación a la tabla 50 y figura 42, correspondiente al ítem 40, se obtuvo que 40% de la

128
muestra responde definitivamente no e indecisos respectivamente y 20% contesto

probablemente sí. Al respecto, este hallazgo se puede comparar con lo reportado por Roig

(1998) quien refiere que el cuidador se olvida de sí mismo, no tomándose el tiempo libre que

necesita para descansar; los hobbies o aficiones que tenía los abandonan, deja de comunicarse

con los amigos. Es decir, el cuidador acaba paralizando durante algunos años su proyecto de

vida.

Capítulo V

Conclusiones y Recomendaciones

Una vez realizada la investigación, se presentan las conclusiones pertinentes en función de los

objetivos que se generaron en el estudio. Igualmente se realizaron las recomendaciones dirigidas

a las hijas cuidadoras de padres con enfermedad de Alzheimer, sus familiares y a la Fundación

Alzheimer Capítulo Bolívar.

Gracias al presente estudio se logró precisar la actitud de las hijas cuidadoras hacia el cuidado

de sus padres con enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capitulo Bolívar;

apegado a la rigurosidad metodológica, para que los resultados obtenidos sean un aporte al área

129
del conocimiento relacionada con los cuidadores de pacientes con enfermedad de Alzheimer y a

la Orientación de la Conducta. 

Con respecto al objetivo específico 1: Establecer las características socio demográficas de las

hijas cuidadoras de padres con enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo

Bolívar, se puede concluir que la edad predominante entre las hijas cuidadoras se ubica entre 51

a 60 años de edad (46%); de estado civil casadas (40%), nivel educativo universitario (47%), sin

profesión (60%), de ocupación amas de casa (53%), practicantes de la religión católica (66%) y

con hijos (86%).

En referencia al objetivo específico 2: Determinar los componentes cognitivos de las hijas

cuidadoras, se puede concluir que la mayoría de las hijas cuidadoras encuestadas respondieron lo

siguiente: Definitivamente sí reconocen que la enfermedad de Alzheimer ocasiona pérdida de

memoria (100%), definitivamente sí la enfermedad de Alzheimer es degenerativa (100%),

definitivamente sí los pacientes con enfermedad de Alzheimer presentan conductas inadecuadas

(100%), definitivamente sí la enfermedad de Alzheimer es constantemente estudiada por usted

(100%), definitivamente sí el paciente con enfermedad de Alzheimer requiere cuidado

permanente (100%), definitivamente sí sé que tengo que estar pendiente de los gestos de mi

padre o madre que indiquen que quiere ir a la poceta (46%), definitivamente sí conocen las

medicinas con sus respectivas indicaciones médicas que les deben suministrar a sus padres

(100%), definitivamente sí tengo fe en Dios (100%), indecisas ante el ítem considero que asistir

a misa o al culto me reconforta para sobrellevar la enfermedad de mi padre o madre (54%),

definitivamente sí mis creencias espirituales me ayudan a tener fortaleza para lidiar con la

enfermedad de mi padre o madre (67%), definitivamente sí creo que orarle a Dios ayuda a

sobrellevar la enfermedad de mi padre o madre (100%), definitivamente sí mis creencias

130
espirituales me ayudan a sentir paz interior que permite cuidar adecuadamente a mi padre o

madre (60%), definitivamente sí creo que fortalecer mi espíritu contribuye a que cuide mejor a

mi padre o madre (100%).

En cuanto al objetivo específico 3: Especificar los componentes afectivos de las hijas cuidadoras

hacia sus padres con enfermedad Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo Bolívar, se

concluye lo siguiente: Definitivamente sí amo a mi padre o madre (100%), definitivamente sí

siento que trato cariñosamente a mi padre o su madre (100%), definitivamente sí cuidar de mi

padre o madre me permite agradecerle el amor que me han brindado a lo largo de mi vida

(100%), definitivamente sí me siento satisfecha con la forma con la que cumplo mi rol de hija

cuidadora (40%), definitivamente sí me satisface sentir que estoy apoyando a mi padre o madre

durante su enfermedad (66%), definitivamente sí me complace que con mis cuidados mi padre o

madre tengan una mejor calidad de vida (100%), definitivamente sí siento que toda la energía

que invierten en cuidar a sus padres vale la pena (47%), definitivamente si logro autocontrolarse

ante situaciones estresantes por cuidar de mi padre o madre (60%); indecisa ante confiarle el

cuidado de mi padre o madre a otra persona (73%), Definitivamente si siento que soy una buena

hija por como trato a mi padre o madre (53%).

En cuanto al Objetivo específico 4: Establecer los componentes conductuales de las hijas

cuidadoras hacia sus padres con enfermedad de Alzheimer de la Fundación Alzheimer Capítulo

Bolívar, se concluye que la mayoría de las encuestadas respondieron lo siguiente:

definitivamente sí ayudo a mi padre o madre en las actividades cotidianas (100%),

definitivamente sí ayudo a mi padre o madre en las actividades de cuidado personal (100%).

definitivamente sí asisto a las consultas médicas con mi padre o madre (100%), definitivamente

sí mantengo una buena comunicación con mi padre o madre (53%), definitivamente sí le hablo

131
amistosamente a mi padre o madre (93%), Probablemente no trato a mi padre o madre como un

adulto mayor (40%). definitivamente sí (53%) le ofrezco información temporo-espacial a mi

padre o madre cuando se siente desorientado (53%), definitivamente si despejo las áreas de la

casa por donde se desplaza mi padre o madre (100%), probablemente no permito que mi padre o

madre realicen actividades de la vida diaria las cuales están en capacidad de hacer (33%),

Indeciso y definitivamente no práctico actividades de ocio y tiempo libre las cuales favorecen el

cuidado de mi padre o madre (40%).

Es así como los objetivos específicos anteriormente señalados, permiten concluir que gracias

a la teoría de la Acción Planificada y a la Teoría del Aprendizaje Social, fue logrado el objetivo

general el cual consistió en precisar la actitud de las hijas cuidadoras hacia el cuidado de sus

padres con enfermedad de Alzheimer.

Como conclusión general se destaca que los resultados obtenidos corroboran que la actitud

hacia el cuidado de padres con enfermedad de Alzheimer es ambivalente puesto que entre los

aspectos cognitivos, afectivos y conductuales convergen valencias positivas y negativas, hecho

que queda demostrado en que si bien los componentes cognitivos y afectivos como las creencias

y sentimientos que manejan estas cuidadoras se orientan hacia los aspectos positivos del cuidado,

también coexisten varios aspectos conductuales y afectivos hacia el cuidado que evidencian una

connotación negativa puesto que varias de las acciones que estas realizan no favorecen el

cuidado como se denotan en los aspectos de comunicación, organización, ocio y tiempo libre.

Recomendaciones

A las hijas cuidadoras de padres con enfermedad de Alzheimer:  

 Incentivar a otros miembros de la familia para que colaboren con el cuidado.

132
 Brindar a su padre o madre un trato adecuado de manera que se fomente y respete la

comunicación y autonomía en él enfermo.

 Practicar actividades de ocio y tiempo libre.

 Seguir participando en las actividades que programe la fundación Alzheimer Capitulo

Bolívar.

 Mantener una conducta asertiva ante situaciones estresantes derivadas del cuidado de su

familiar.

 Se recomienda buscar orientación con un profesional de la conducta que le enseñe

técnicas de respiración y relajación (Jacobson, visualización, etc.) con la finalidad de que

aprenda a reconocer y a manejar conductas de ansiedad o estres.

A la Fundación Alzheimer Capitulo Bolívar

 Seguir realizando cursos, talleres y conversatorios sobre cuidados y manejo del

paciente con enfermedad de Alzheimer y Autocuidado del cuidador con la finalidad de

incentivar que esta población mantenga una actitud positiva hacia el cuidado como

estrategia para contribuir a que las cuidadoras mantengan su bienestar biposicosocial

espiritual.

  Fomentar técnicas y estrategias para aumentar el autocuidado y apoyo social al

cuidador de padres con enfermedad de Alzheimer.

Al Centro de Investigaciones Psiquiátricas, Psicológicas y Sexológicas de Venezuela

(CIPPSV) y Otras Instituciones Relacionadas con la Investigación en Orientación de la

Conducta.

 Crear líneas de investigación en las que se pueda: a) relacionada con enfermedades

neurodegenerativas enfocadas hacia la orientación de la conducta.

133
 

Recomendación General

 Publicar esta investigación en revistas arbitradas y divulgar en eventos científicos de

índole nacional e internacional, así como también en actividades informativas y

medios de comunicación social, los resultados de esta investigación para que sirva de

referencia a la comunidad científica.

134

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