Está en la página 1de 13

Ideas acerca de la música

estructural

La denominación "historia estructural" es una expresión


de moda. Desde hace algunas décadas,los historiadores tienden
a describir o analizar estructuras históricas -"estadosv, como
se las llamaba en el siglo m- en lugar de relatar acontecimien-
tos o encadenamientosde sucesos. Algunos de los motivos son de
índole extracientífica(de acuerdo con Thomas Kuhn, se trata de
un "cambio de paradigmas" científicos). Por una parte está el
prestigio de las ciencias exactas, "nomotéticas", que quita el
sueño a más de un historiador y lo impulsa a suplantar o, por lo
menos, a complementar el estilo épico de la historia tradicional
-un estilo que permitía sentir la proximidad entre la historia
verdadera y la inventada-, por un estilo analítico y discursivo.
(Sin ser necesariamente conscientes de ello, se vuelven a un
público que prefiere ubicarse en una situación histórica colec-
tivamente soportada en vez de identificarse con figuras indivi-
duales que se destacan como héroes en su entorno.) Por otra
pq-te, en la sociedad moderna - e n el "mundo administrado",
como lo llamaba despectivamente Adorno- se suman expe-
riencias de anonimato, despersonalización e imposición de
sistemas, que hacen dudar de que el concepto de individualidad,
como categoría histórica fundamental, tenga aún la vigencia
que le atribuía el historicismo. Por otra parte, esas experiencias
dan motivo suficientepara investigar las (semiocultas)relacio-
nes funcionales de siglosanteriores y conferirlesuna acentuación
más marcada que a los sucesos y acciones individuales. (En los
estructuralistas más extremos, los sucesos concretos palidecen
hasta conve*rse en epifenómenos de las estructuras, que
deben reconstruirse y desenterrarse para hacerlos conscientes
y darlos a conocer en su realidad.)
Johan Huizinga ya hablaba, en 1942, de un "cambio de la existencia y cohesión interna de los sistemas, no son los más
forma de la historia" - d e las res gestae, no de la historia rerum apropiados para describir y explicar su resquebrajamiento y
gestarum- a partir de la revolución industrial. Pero en la desintegración.
medida en que las "estructuras7'predominen sobre los "aconte- El principio hacia el cual apunta el término "historia
cimientos" como característica de la historia contemporánea estructural" -la idea de que las acciones de personas o grupos
d e la "cuarta edad", después de la Antigüedad, el Medioveo y siempre están sometidas a las condiciones de un sistema supe-
la Edad Moderna-, el historiador consciente del carácte. rior de relaciones que, por su importancia fundamental, repre-
reflexivo de su disciplina debería ser cauto al aplicar el principio senta el principal objeto de la historiografía-, no es tan nuevo
o modelo de la historia estructural a épocas anteriores, prein como lo sugiere el término, que ha aprovechado el atractivo del
dustriales. Debe tener conciencia de que un concepto historio concepto de estructura. La historiografía de la música siempre
gráfico de la cultura de la época en la que vive puede ser, a SI. abarcó una parte de la historia estructural, tanto en la descrip-
vez, objeto de reflexión histórica. (Por supuesto, de ninguna ción de instituciones y roles sociales, como en la determinación
manera se excluye que sólo en la Era Industrial se hayt de normas estilísticas e ideas estéticas predominantes.
producido un descubrimiento metodológico, cuyo alcance de, Por otra parte, no se puede negar que en general la
muestre ser universal. Lo que es válido para la historia en historiografía de la música se ha concebido, en primer lugar,
general -que ningún historiador puede renunciar a admitir la como historia de los compositores, de las formas o géneros y de
existencia de la historia más allá de la formación de une las nacionalidades. (La idea de una disputa de nacionalidades
conciencia histórica- podría ser válido para la historia es. en torno a la hegemonía musical figura entre las ideas funda-
tructural que, de acuerdo con eso, constituiría una forma dc mentales de la historiografía de la música.) Los historiadores de
pensar pero no un producto de la Era Industrial.) la música partían, como si se tratara de la cosa más natural, de
Por otra parte, todos hemos experimentado que en la máximas notoriamente divergentes. En primer lugar, de que
confusión del presente, de la historia vivida, los sucesos y los compositores destacados "hacen la historia de la música" (la
acciones espectaculares pasan a primer plano, mientras que las historia de la música de los siglos XVIII y XIX se estilizó hasta
estructuras y relaciones de funciones que sirven de fondo (en convertirse en historia de héroes). En segundo lugar, de la
tanto modelos) a los sucesos captables,sólo se distinguen más máxima de que la evolución de un género musical se asemeja a
tarde, retrospectivamente. De modo que las líneas de la historia la vida de un organismo (como si la historia de la música fuera
estructural, percibidas con mayor claridad a partir de la revo- un trozo de historia natural). En tercer lugar, de que en la
lución industrial que en épocas anteriores, pueden volver a ser historia de la música de una nación se plasma y se hace realidad
confusas en la historia inmediata y cotidiana. Hasta se puede el "espíritu del pueblo" (como si la Alemania del Norte y la
concebir que ese primer plano ocupado por los acontecimientos, Alemania del Sur tuvieran una historia musical en común).
y no por las estructuras no sea sólo una impresión casual de los La afinidad entre historia estructural y cultural, por una
contemporáneos provocada por la falta de distancia. Es posible parte, y entre historia de los sucesos e historia política, por otra
que justamente en las últimas décadas -y en contra de la - e s decir, en ambos casos, entre un método y un ámbito
tendencia esbozada según la cual los sistemas anónimos y objetivo-, explica por qué algunos historiadores de la música
latentes, "hacen la historia" en lugar de las personas o los del siglom - c o r n o August Wilhelm Ambros, Wilhelm Heinrich
grupos visibles-, el curso de la historia se caracterice por Riehl, Adolf Bernhad Marx- prefirieron captar el pasado
conmociones que quizá requieran más una historia narrada, musical o la historia contemporánea a través de las descripcio-
que una historia analítica y discursiva (sin que esto signifique nes de estados, y no por reconstrucciones de las cadenas de
hablar en pro de la historia de héroes). Es evidente que los sucesos. Pero si se supone (y esta suposición se impone a las
métodos de la historia estructural, desarrolladospara describir claras a cualquier persona formada en teoría de la historia) que
160 161
la historia de la música, como parte de la historia de la cultura, y nacionalidades, es decir la forma en que se presenta la historia
exige "en realidad" un procedimiento de historia estructural de la música, no es historia de acontecimientos, aunque se le
-sea cual fuere el nombre que se le dé-, resulta entonces asemeje en el aspecto metodológico. La estética, que desde el
sorprendente la influencia ejercida por el método de la historia siglo XVIII evoluciona simultáneamente y en interacción con la
de los sucesos. (Desde el punto de vista de la historia de las historiografía musical concibe a la música como poiesis -para
ideas y de la historia de las ideologías, éste se basa en el expresarlo en términos aristotélicos- y no como praxis. La
predominio de la historia política sobre la historia social.) Esto concibe como producción de composiciones, no como acción en
queda demostrado, en primer lugar, por la importancia conce- un mundo social común. Por eso, la categoría fundamental es
dida a un armazón cronológico construido con datos acerca de distinta que en la historia política; no es el concepto de aconte-
la aparición de las obras musicales, como si lo históricamente cimiento sino el de obra. Esbocemos la diferencia de categorías,
decisivo sólo fuera el momento de la aparición de una obra y no aunque sólo sea a grandes rasgos: los acontecimientos son el
el lapso de su existencia dentro de una cultura musical. En producto de un entrelazamiento de acciones, resultante de
segundo lugar, por la tendencia a construir la historia de la motivos, apreciaciones y metas diferentes y a veces opuestos; y
música con biografías de compositores y procesos musicales la importancia de los acontecimientos no surge tanto de ellos
decisivos, a semejanza de lo que sucede con la historia política, mismos como de las consecuencias que acarrean. (Un "aconte-
que se expone como una sucesión de hazañas de héroes. En cimiento" político sin consecuencias no es un acontecimiento.)
tercer lugar, en la ya mencionada idea de que las "naciones Una obra, en cambio -por lo menos una obra de "tipo ideal"-
musicales" se fueron sucediendo en el dominio sobre Europa. es la realización de la idea de un individuo: el caso paradigmático
En cuarto lugar, en la premisa de que la historia de la música es la realización de la intención y no - c o m o en la historia
está constituida, primordialmente, por las novedades en mate política- su derivación; y el sentido de una obra se encuentra,
ria de composición, que se pueden exponer como un encadena- ante todo, en su existencia estética y no en los efectos históricos
miento de sucesos, a semejanza de los procesos políticos. que emanan de ella.
(Aunque la suposición de que las obras más tardías surgieron Pero eso no quiere decir que no haya acontecimientos
como "reacción" a las anteriores debería fundamentarse en musicales: una ejecución en la que coincidan una determinada
detalle, en lugar de darla por sentada como la implicación partitura, un estilo de interpretación, las condiciones institu-
oculta de un método guiado por la historia política de los cionales, la expectativa del público y una situación sociopolítica
acontecimientos, y aunque la reducción del pasado musical a puede ser calificada de acontecimiento, de intersección de
una sucesión de novedades -reducción en la cual la idea de acciones y estructuras. Pero nunca se ha intentado escribir la
originalidad de la estética clásico-romántica se confunde cu- historia de la música como historia de acontecimientos, aunque
riosamente con una dependencia inconsciente respecto del se describan -y excepcionalmente se analicen- acontecimien-
modelo de la historiografía política- abrevia la realidad histó- tos aislados. Los textos, abstraídos de la realización tonal y de
rica en tal medida, que el equipamiento justificado desde el la situación social, las instituciones que impulsan aconteci-
punto de vista metodológico casi se convierte en una distorsión mientos musicales y, por último, las categorías que sirven de
técnica.) base a la recepción de la música, constituyen los hechos sobre
Según esto, la historia de acontecimientos, que en la los cuales se apoya la historiografía de la música y en los cuales
investigación histórica, en general -y eso significa principal- procura reconocer "modelos" que permiten una exposición cohe-
mente en la política-, se opone a la historia estructural, ha rente. Desde un punto de vista teórico se puede opinar que el
tenido indirectamente gran importancia para la historiografía acontecimiento, entendido como proceso sonoro en un contexto
musical, como ejemplo de efecto semiconsciente. Pero la in- social, es la verdadera realidad musical (y no la obra reducida
fluencia directa fue escasa: la historia de compositores, género al texto); pero por el momento, no se entrevé cómo podría
163
concebirse, en la práctica cie~~tífica,la historia de la música otros enfoques complementarios: quien quiera enterarse de
como historia de acontecimientos. algo acerca de la materia -dice Emst Bloch- debe leer fi-
Podría ocurrir que, justamente una acentuación de la lósofos idealistas, en cuyos sistemas la materia es un problema
historia estructural estimulara el concepto de historia de acon- y no una premisa.)
tecimientos en la música y no el de una historia de los compo- El hecho de que la historia de acontecimientosy la historia
sitores y de las nacionalidades,según el modelo de la historia de estructural estén relacionadas (o deban estarlo), no quiere
los acontecimientospolíticos. Porque la historia estructural y la decir, por cierto, que pasan fluidamente la una a la otra. El
historia de acontecimientos, tampoco se excluyen en la historia factor azar o la arbitrariedad - e l azar en el encuentro de
política y social, sino que funcionan, más bien, en forma comple- acciones que avanzan en direcciones opuestas, y la arbitrarie-
mentaria, aunque no sea posible suprimir todo vestigio de dad de las decisiones individuales- no desaparece jamás por
desacuerdo. La estructuras constituyen el fundamento que completo, aun en la descripción más diferenciada de relaciones
sustenta los acontecimientos y, a la vez, se realizan y se ma- funcionales.
nifiestan en ellos. El hecho de que sucesos musicales como el Por otra parte se advierte, como ya se señaló, que los
estreno de Los maestros cantores, en 1868, y el de Un requiem acontecimientos musicales, como el estreno de Robert le diable
alemán se hayan convertido en acontecimientos históricos, en de Meyerbeer o de Los maestros cantores de Wagner, se vincu-
lugar de hundirse en el olvido, presuponía una determinada lan más claramente con estructuras que con obras que se
configuración de condiciones sociales y estéticas, que pueden transforman en acontecimientos. En un intento por aclarar por
explicarse como relaciones funcionales y que no tienen por qué qué una ópera tuvo un efecto espectacular y por qué produjo
ser descriptas como una simple acumulación de hechos. (Cuan- efectos de gran alcance, es evidente que conviene más recurrir
do un acontecimientomusical, como la primera presentación de a estructuras de la historia social y cultural que esforzarse por
Robert le diable, puede revolucionar las ideas del público acerca entender el ser estético de una obra, un ser que reclama o
de la esencia de la ópera, las condiciones para el cambio de estimula una interpretación como texto y no un análisis como
actitud - e n tanto estructura con la que luego coincide el acontecimiento.En otras palabras, en la medida en que se capta
acontecimiento- tienen que haber estado dadas y, para formu- la historia de la música como historia estructural, aumenta la
larlo de manera paradójica, al historiador le corresponde bus- posibilidad de analizar con acierto procesos musicales en tanto
car las causas por las cuales un acontecimiento se pudo conver- acontecimientos, en el sentido enfático del término. (Y una
tir en causa decisiva.) Según los "intereses del conocimiento", historia social de la música que procura emanciparse del ele-
se puede partir de los acontecimientos para investigar las mento estrictamente biográfico, situado bajo el signo de una
estructuras que sirven de base, o bien establecer una relación asfixiante teoría del entorno, deberá concebirse como sociología
entre un cierto número de estructuras, para hacer entender un de la historia de la función y no como historia del surgimiento
determinado acontecimiento. Para formularlo con más preci- de las obras musicales.)
sión: quien pretenda explicar un acontecimiento, en lugar de La expresión "historia estructural" - c u y o sentido no debe
relatar los sucesos externos y suponer ciertos motivos subjeti- agotarse en la descripción de estructuras pertenecientes al
vos, debe reconstruir las estructuras que incluye. Y quien pasado- puede despertar la sospecha de ser contradictoria en
pretenda hacer entender el cambio de una estructura y no se sí misma. Dicho de otra manera, puede crear la desconfianza de
limite a mostrarla en su estado de funcionamiento, estará que un estado deba pensarse en forma independiente de los
obligado a buscar acontecimientos que hayan afectado la es- cambios históricos,en la medida en que sea representable como
tructura desde fuera o desde dentro. (Desde el punto de vista de estructura, y de que, a la inversa, sólo sea pasible de una
la práctica científica, para descubrir algo nuevo que correspon- descripción histórica cuando se disuelven o, por lo menos, se
da a nuestros intereses, casi siempre vale la pena recurrir a aflojan las relaciones funcionales que lo hacen aparecer como
164
sistema. Y esta objeción de que la historia estructural corre el espacio para la descripción de procesos que se desvían del
peligro de sacrificar el verdadero conocimiento histórico l a sistema, que se salen de él o que presionan para modificarlo e
exposición y explicación de procesos históricos- a la idea incluso destruirlo.
obsesiva de sistema (un afán de construcción derivado de la A pesar de su gran semejanza, las estructuras que la
sociología funcionalista) está estrechamente ligada al escepti- historia estructural produra reconstruir, no son iguales a los
cismo de la lógica científica respecto del concepto de estructura estados de los que hablaba la historiografía del siglo XIX. Las
debido a la ambivalencia de su estatus teórico. En efecto, no se estructuras son, al menos por su tendencia, relaciones de
sabe a ciencia cierta en qué medida las estructuras, tal como las funciones cerradas; los estados, en cambio, representan una
pretende abarcar la historia estructural, pueden entenderse en acumulación de hechos débilmente ensamblados. Por otra par-
el sentido que les atribuye Max Weber. Es decir, si tanto los te, las estructuras empíricamente perceptibles son simples
elementos por los que están integradas, como las relaciones estructuras parciales -la constitución de la esencia del con-
funcionales existentes entre ellos, tienen que estar presentes cierto, de las categorías estéticas de la recepción, del aparato de
en la realidad histórica. O si, desde el punto de vista metodoló- reglas de composición- que están entrelazadas, pero acerca de
gico, está permitido completar mentalmente una realidad com- las cuales no se sabe si constituyen una relación que representa
parable con un torso y esbozar la imagen de un fragmento del un "sistema de sistemas" o una simple y confusa yuxtaposición
pasado, sobre la base de datos dispersos y correlaciones frag- de estructuras. La descripción de un estado -según el sentido
mentarias, aunque notables, que son coherentes pero no sufi- que se le daba al término en la historiografía del siglo XIX- no
cientemente controlables desde el punto de vista empírico. Esa pretende abarcar ni explicar una estructura general cerrada
imagen de un fragmento de realidad pasada no sería una sobre sí misma. Deja un amplio margen para los desacuerdos,
descripción sino más bien una construcción, cuya función es la las divergenciasy, sobre todo, para las casualidades que inter-
de tornar visible una realidad fragmentada, de manera tal que vienen desde afuera en una relación de funciones. (El hecho de
sólo las desviaciones respecto del tipo ideal requieran una que el "sistema continentalmhaya acarreado efectos catastrófi-
explicación específica que penetre en circunstancias imprevis- cos para la cultura musical londinense de comienzos del siglo XXI
tas; mientras que el sentido de los fragmentos de realidad que no guarda relación con las condiciones internas del sistema.)
se ajustan al modelo está garantizado por el carácter sistemá- Además el concepto de estado parece recordarnos que los
tico de éste. sistemas siempre son escalas de un proceso de evolución, cuyos
La objeción de que una historiografía que hace detener el estadios previos y posteriores (que no se aclaran mediante un
tiempo no está de acuerdo con la esencia de la realidad histórica, análisis funcional, sino mediante una investigación histórica)
no afectó solamente a la moderna historia estructural sino deben tomarse en cuenta si se desea lograr una amplia com-
también a la investigación cultural del siglo XIX, cuyo paradig- prensión. Por eso, no está de más recuperar el concepto -algo
ma es La cultura del Renacimiento en Italia, de Burckhardt. olvidado y anticuado- de estado, que puede servir para recti-
Burckhardt presenta el Renacimiento como un estado y no ficar las unilateralidades de procedimiento de la historia es-
como un proceso. Pero en la medida en que la descripción de una tructural. No se trata de sacrificar el ambicioso proyecto de la
estructura se conciba como esbozo de un tipo ideal y el tipo ideal, historia estructural de hacer visibles las relaciones funcionales
como instrumento -y no como resultado- de investigaciones - e n lugar de ordenar simplemente los hechos para brindar un
históricas, disminuye el peligro de que la idea de estructura se panorama- y volver a los métodos más modestos de la descrip-
vaya solidificandoy el carácter procesual de la historia caiga en ción de estados. Pero la conciencia de los límites contra los
el olvido. Si el tipo ideal cumple, ante todo, una función heurís- cuales choca el afán sistemático puede mantenerse viva me-
tica -es decir, si sirve para separar lo que ilumina a partir del diante un cierto reconocimiento de las ventajas de la historio-
sistema de lo que debe entenderse en forma individual- queda grafía tradicional.
167
Por un lado, el concepto de historia estructural de la no es, en general, otra cosa que un fragmento de historia social,
música se destaca - d e s d e el punto de vista de la historia una superestructura ideológica de una base económico-social.
científica- de la historia de compositores, géneros y nacionali- Una historia estructural de la música va más allá de las
dades, a la que ya hicimos referencia. Pero, por otro lado, se limitacionesde la historia social si, además de las instituciones
aparta de una teoría y estética de la música que se presenta en y de los roles sociales, incluye las normas técnicas de la com-
forma de sistemas, cuya historicidad se negó en gran parte posición y las ideas estéticas entre los elementos que constitu-
durante el siglo m o se desplazó a los márgenes de la concien- yen la estructura de la historia musical. (Aunque es indudable
cia. De modo que una historia sin fundamentación sistemática que existe, no puede acentuarse en exceso el contraste entre la
se enfrenta con una historia sistemática sin fundamentación historia estructural y la historia del espíritu. Si bien los funda-
histórica. Y el proyecto de una historia estructural de la música dores del método histórico estructural -los historiadores que
representa un intento de mediación: una nivelación entre la se aglutinaron desde 1929 en torno a la revista Annales-
descripción de situaciones históricas, cuyos fundamentos siste- subrayaron la importancia de los estados y procesos de la
máticos deben ser reconstruidos, y la elaboración de sistemas historia de la economía y de la historia social, no por eso
teórico-estéticos, cuyo carácter histórico y cuyas limitaciones renunciaron al interés por la historia de las ideas, como se
sería preciso demostrar. advierte cuando se ocupan, por ejemplo, de la "estructura de la
Por añadidura, la historia estructural se esfuerza por mentalidad" feudal.) El enfoque estructuralista de la historia
evitar una falta de coherenciay una desproporción tan habitua- se diferencia del programa marxista de la historia de la música
les en la historiografía, que apenas si llaman la atención. Me como parte de la historia social, sobre todo por su renuncia a los
refiero a la discrepancia entre la extrema pulcritud con que avances en materia de filosofía de la historia. El historiador de
ciertos científicos recopilan y examinan hechos aislados y la música que busca estructuras observa y reconstruye relacio-
relaciones entre hechos, y los vagos lugares comunes que se nes o correspondencias entre hechos o series de hechos de índole
admiten en las determinacionesde categoríastan amplias coma económica, social, psicológica, estética o vinculados con la
"Neorromanticismo" o "Romanticismo tardío", sin que por ello técnica de la composición, sin saber apriori-antes de abocarse
el historiador caiga en el descrédito como le ocurriría en caso de al conocimiento de detalles históricos- qué elementos del
dar cifras erróneas o relacionara los hechos de una manera contexto en el cual reconoce el armazón de una cultura musical
absurda. Una historia estructural en la que el concepto de del pasado deben considerarse como fundadores y cuáles como
"Neorromanticismo" sea la etiqueta de un "sistema de siste- fundados. Cuenta con la probabilidad de que exista una jerar-
mas" está obligada a lograr -mediante determinaciones de quía (y no deja librado al arbitrio del "interés cognoscitivo" el
función y de correlación- una precisión en la descripción de agrupamiento de los hechos en esencialesy no esenciales);pero
relaciones, que -si bien es de otra naturaleza que la exactitud se niega a determinar cómo está constituida esa jerarquía,
en la comprobación de los hechos- cumpla con las exigencias antes de abordar el aspecto empírico. El que la tesis marxista
de la ciencia histórica, tanto en la exposición como en la sea adecuada en algunas épocas -sobre todo en el siglo m- es
investigación. La historia estructural se distingue de la historia posible y hasta probable, pero no es segura. Los historiadores
social musical - q u e se presenta bajo formas cambiantes: estructuralistas modernos comparten con los marxistas la
cautamente empírica, o amplia y ambiciosa cuando su enfoque desconfianza hacia las categorías del espíritu sustancializadas
es el de la filosofia de la historia- por el ámbito que abarca o por por el historicismo. Pero, a diferencia de los marxistas, no
los principios metodológicos en que se basa. La historia social se atribuyen otro contenido a la verdadera sustancia de la historia
presenta como disciplina descriptiva inocua, limitada a la (la base económica)y, por consiguiente, no invierten el concepto
descripción de instituciones y roles sociales, o bien en suversión de la historia del espíritu para convertirlo en lo contrario; se
marxista, partiendo del axioma de que la historia de la música limitan a tomar de él un aspecto formal -renunciando a la
169
sustancialización-: la función de denominar y concentrar en inclina hacia el error opuesto: el de funcionalizar lo estético, el
un concepto la totalidad de las relaciones y acciones recíprocas de confundir piezas artísticas con instrumentos. Y una historia
que existen entre los elementos y factores de un estado históri- estructural que procura mediar entre la historia de la cultura
co. Dicho con otras palabras: tanto la categoría de estructura y la historia social no tiene por qué temer que se la tilde de
como la de espíritu cumplen una función, si se las considera ecléctica. Puede muy bien argumentar que sólo las cambiantes
desde un punto de vista metodológico abstracto. Por un lado, mezclas y acentuaciones de enfoques metodológicos son capaces
evitan la descomposición de la realidad histórica en sectores ,' de adaptarse a una realidad histórica en la que la música puede
aislados entre sí. Por otro lado, reeemplazan las explicaciones '

ser y ha sido tanto proceso (elemento de la interacción) como


causales, a las que tiende la historia social ingenua, por expli- obra (objeto de contemplación).
caciones funcionales. La historia social de la música se desacreditó desde sus
Entre las disciplinas lindantes con la historia de la cultura comienzos, porque pretendió hacer comprensible y transparen-
- e n t r e la historia de la cultura, tal como se la concibió en los te la música - c o m o fragmento de ideología- a partir de la base
siglos XVIII y m, y la historia social, que pasó a primer plano económica, y de ese modo demostrar que recurría a los acervos
durante l a s últimas décadas- existe u n a diferencia tradicionales de una estética de contenidos y un enfoque biográ-
metodológica que puede advertirse con especial claridad en lo fico anticuado para reinterpretarlos desde el punto de vista
referente al problema de cómo escribir historia de la música sociológico. Es decir que descifraba las formas musicales por el
para que ésta sea a la vez historia de la música e historia de la contenido, los contenidos por la biografía y las biografías por la
música. La historia de la cultura tiende, involuntariamiente, a sociología, en lugar de recorrer el único camino transitable:
describir un museo imaginario. Es decir, a contemplar la dejar que la historia de la música comenzara por decantarse y
herencia del pasado tal como se presenta al mirársela desde el probar la eficacia del enfoque sociológico en una historia de las
presente: como una colección de testimonios y composiciones funciones de la música. En otras palabras: deberían abandonar-
que, separados de sus contextos funcionales, están destinados se, de una vez por todas, esas fatigantes controversias, en las
a la contemplación estética. También un instrumento o un . cuales las frases idealistas se "ponen patas arriba" y se vuelven
utensilio se transforman, inadvertidamente, en un artefacto. materialistas - c o n lo cual no dejan de ser meras frases- y
No es que se niegue la totalidad cultural de la que provienen las consagrar esos esfuerzos a problemas que son interesantes y
piezas de museo. Pero la reconstrucción del contexto del arte del . solucionables por medios empíricos. (Acerca del entorno en el
pasado es el objetivo explícito de las "imágenes del pasado" que vivió Beethoven como compositor y que constituía la situa-
(para citar uno de los libros característicos de Gustav Freytag) ción ante la cual reaccionaba su música, las biografías aportan
que constituyen la historia de la cultura. Pero lo funcional se elementos anecdóticos y algunos hechos rescatables, pero muy
"estetiza" y se incorpora al museo imaginario. La historia social pocos datos que permitan comprender las estructuras, como por
moderna, en cambio, intenta lo contrario: colocar las composi- ejemplo la cultura de la nobleza austríaca alrededor de 1800.
ciones musicales -convertidas en arte autónomo al extinguirse También ignoramos cómo era el público para el cual componía
su entorno primitivo- dentro de los contextos funcionales de Beethoven, incluso cuando se resistía a las expectativas o las
las sociedades de las que surgieron. El modelo del cual parte no burlaba. Y no sólo valdría la pena investigar cuál era su
es una música que, como objeto estético, invita a una contem- composición social, sino también qué esperaba de la música en
plación aislada del mundo. El modelo sería -como diría general, qué función cumplía o debía cumplir. También esta-
Besseler- una música "corriente" que, como elemento de inte- mos mal informados acerca del estado de la formación musical,
racción humana, representa un proceso social. Por eso, si la es decir, acerca de cómo se constituía -sobre la base de
historia de la cultura corre el riesgo de estetizar lo funcional - , habilidades prácticas, ideas estéticas y actitudes sociales- lo
de ver instrumentos como piezas de arte-, la historia social se que se denominaba público conocedor o nobles diletantes. Y en
170 171
lo que respecta al papel social del compositor, se ignora -a verá, la idea de un "verdadero" lapso de vida es objeto de con-
pesar de Beethoven- en qué medida se le atribuía en el 1800 troversias.)
el sentido que hoy le adjudicamos. La posición de Beethoven fue Segundo: un sistema de correspondencias, descubierto o
excepcional y ese estatus se ha convertido casi en una regla. Sin construido por un historiador como armazón de una época en la
embargo, queda por investigar cómo podría determinarse so- historia de la música, puede entenderse como un tipo ideal en
ciológicamente la regla vigente alrededor de 1800.) el sentido de Max Weber. No como simple retrato de lo que
El concepto de correspondencia -de subordinación o puede comprobarse en forma empírica, sino como bosquejo en el
complementariedad-, categoría básica de la historia estruc- cual se toleran algunas inexactitudes temporales y espaciales
tural, no deja de ser combatido. No es raro que los fenómenos en el ordenamiento de las partes del sistema. Porque las
entre los cuales el historiador en busca de estructuras estable- ventajas de la inteligibilidad de las relaciones compensan con
ce una correlación -por ejemplo los conciertos burgueses del creces las lagunas en el aspecto empírico. Pero en la práctica
siglo XLY y el principio de autonomía estética-, estén crono- científica pueden producirse enfrentamientos con motivo de los
lógicamente desfasados entre sí. No es la regla sino la excep criterios empleados para decidir si existe o no una justa medida
ción que surjan y desaparezcan en forma simultánea o el de empirismo. Además, un historiador debe estar dispuesto a
inmediata sucesión temporal. Las determinaciones cronológi- descubrir no sólo correspondencias sino también discrepancias
cas son vagas y aproximadas. Y aunque parezca que adquiere] dentro de una época. Y, en ocasiones, se trata de discrepan-
sentido sólo a través de su mutua relación, por lo general los cias incomprensibles. El afán de representar la cultura musical
factores parciales de un sistema no han aparecido simultánea- de una época -en su totalidad y sin cabos sueltos- como
mente sino que han surgido paulatinamente de orígenes dis estructura o como estructura de estructuras sería un error y
persos. Por eso, el escéptico que desconfía del concepto dt una sobreestimación. Además de los hechos que se ensamblan
estructura podrá demostrar fácilmente que uno de los elemen, en un sistema, siempre existen, sin duda, hechos aislados que
tos de una correspondencia, que aparece como una correlaciór representan dificultades. Y la tendencia natural del historiador
comprensible de adentro hacia afuera, precede históricamente (heredada de los narradores) a explicar un fragmento del
al otro o lo sobrevive. (Las instituciones del concierto burgués pasado integrando situaciones aparentemente divergentes en
son más antiguas que el predominio del principio estético de un contexto sin lagunas, no debe hacer olvidar que -aparte de
autonomía.) Pero la prueba a la que se somete a la historia las situaciones vinculadas- también existen las situaciones
estructural, con argumentos cronológicos, para hacerla fraca- sin relación entre sí. (Schumann y Donizetti o Liszt y Offenbach
sar, es tan rigurosa que apenas si alguno de los principios no admiten comparación, a pesar de su simultaneidad.)
basados en la exposición de relaciones históricas sería capaz de El más complejo de los problemas de la historia estructural
soportarla. Es absurdo que una disciplina que no construye -un problema que puede llegar a ser paralizante- es la muy
modelos, sino que se limita a esbozar tipos y esquematizacio- mentada falta de simultaneidad de lo simultáneo, acerca de la
nes, postule dependencias exactas. En primer lugar, la falta de cual ni siquiera se conoce, hasta ahora, su significado desde el
simultaneidad en los orígenes no excluye una correspondencia punto de vista metodológico:qué consecuenciashistoriográficas
en niveles posteriores. Porque, por una parte, un fenómeno permite extraer y qué consecuencias impone. Las estructliras
puede adaptarse a un contexto modificado, mediante la muta- -las instituciones, modos de pensar y formas de comporta-
ción o el cambio de función (sin por eso perder su identidad). Por miento- que, en un momento cualquiera, coexisten y constitu-
otra parte, es posible establecer una distinción entre el lapso yen o determinan un estado de la historia, debido a su recíproca
durante el cual una cosa existe, y la época a la que "realmente" influencia, no sólo se distinguen por su antigüedad, por las
pertenece, sin incurrir en especulaciones filosóficas que no se profundidades del tiempo desde las que emergen y por la
pueden comprobar por medios empíricos. (Aunque como se duración que se les atribuye. También se diferencian por la
172 173
medida del tiempo en el cual se transforman. (Fernand Braudel, "antes" o "después" relativo de otros fenómenos "no simultá-
quien pertenece al círculo de la revista Annales, ha hablado de neos"? (¿Los hechos históricos son "no simultáneos" en una
la diferencia en los "ritmos temporales" de estructuras relación recíproca que carece de un centro de gravedad? ¿O es
coexistentes: desde las condiciones geográficas de una cultura, que algunos de ellos representan lo que "está en el tiempo",
hasta los estilos artísticos.) Y, para decirlo con metáf'oras mientras que otros se apartan por "falta de simultaneidad"?)El
musicales, hasta se puede dudar de que los tempi superpuestos modelo del organismo del cual parte la historia de los géneros y
se vinculen con una medida común que represente una medida- estilos musicales sugiere la idea de que la Edad Media en la vida
patrón. (De acuerdo con Wilhelm Pinder, la sucesión de las de un género, de un estilo o de una generación -la edad en la
generaciones constituye, hasta cierto punto, el "ritmo natural" cual, para decirlo en términos de la filosofía de la historia del
de la historia del arte.) Estrictamente hablando, si partimos de siglo XVIII, se alcanza unpoint de laperfection- es la que más se
la determinación aristotélica del tiempo como medida del movi- aproxima al "espíritu de la época", mientras que, simultánea-
miento, no existe "el tiempo" (en singular), como medio homo- mente, hay una generación anterior o un estilo más antiguo que
géneo que contiene fenómenos de diferente duración y veloci- "aún" perdura (pero que, en realidad, ya no "está a tiempo") y
dad de cambio. Sólo existen "tiempos" (en plural): los tiempos de una generación posterior o un estilo más nuevo, que "ya" está
las estructuras superpuestas cuyos ritmos difieren. actuando o se está anunciando (pero aún no ha alcanzado la ver-
La heterogeneidad de los "ritmos temporales" -de la cual dadera "actualidad"). Sin embargo, en algunas épocas -como
hablaba Braudel refiriéndose a condicionesgeográficas,estruc- el Sturm und Drang, el Romanticismo y el Expresionismo-
turas sociales, constituciones políticas y modos de vestirse- se parecería que el "espíritu de la época" hubiera sido usurpado
observa incluso dentro de un ámbito tan reducido como el de la por los más jóvenes, de modo que la idea de orientar la historio-
historia de la música. Porque los "ritmos temporales" de algu- grafía según el modelo de las generaciones se torna confusa. Y
nos de los elementos esenciales de la música del siglo xx -10s si no se cede al poder de atracción de los esquemas de la filosofía
progresos técnicos que han entrado a formar parte de la cultura de la historia, que le dan una prioridad, metafísicamente
musical, como la radio, los discos y las cintas magnetofónicas; fundamentada, a una etapa cualquiera de la evolución, podría
las instituciones musicales como la ópera y el concierto; los considerarse preferible renunciar a la suposición o hipóstasis
cambios en la técnica de composición y en el concepto de de un "espíritu de la época". Porque desde el punto de vista
música- no sólo son muy diferentes, sino que no guardan empírico sólo se puede comprobar una superposición de estruc-
relación entre sí. Se puede describir lo que resulta de la turas sometidas a "ritmos temporales" divergentes, que no
superposición en un determinado momento, pero no se dispone pueden reducirse el uno al otro. Por añadidura, esas estructu-
de un argumento concluyente para explicar por qué una ras han alcanzado diversos estadios de su evolución interna, sin
periodización de la historia de la música del siglo xx tiene como que uno de los estadios sea "más sustancial" que los otros. (Lo
base un "ritmo temporal" y no otro. que se afirma acerca del espíritu de la época, también es válido
Además de la dificultad, hasta cierto punto "formal", de en lo que se refiere a la estructura económico-social, como el
justificar por qué se ha declarado a uno de los "ritmos tempora- espíritu de la época "patas arriba".)
les" en competencia como la verdadera medida de la evolución, Como es natural, en la controversia acerca de las conse-
fundamental para el curso "de la" historia, la falta de simul- cuencias metodológicas de la falta de simultaneidad de lo
taneidad de lo simultáneo plantea un problema de "contenido". simultáneo, reaparece la discusión sobre la jerarquía de los
¿Cómo se puede decidir, sin caer en la arbitrariedad, cuál de los factores económicos, sociales, psicológicos, estéticos y los refe-
fenómenos y estructuras que coexisten en determinado momen- ridos a la técnica de la composición que afectan a la música,
to es realmente adecuado al "espíritu de la época" y por eso se aunque ahora reaparezca con una formulacióndiferente. Según
puede emplear como señal de orientación para determinar el se atribuya a la base económico-socialuna importancia princi-
175
pal o casual y -si se la considera como última instancia- se
de entender ese estado histórico como algo ordenado, es decir,
cree útil o no recurrir indefectiblemente a la última instancia y hasta cierto punto, como estructura de estructuras.
disolver la historia de la música en la totalidad de la historia El punto de partida para esbozar el armazón de categorías
social (en lugar de convertir la relativa autonomía en principio
de una cultura de la música -por ejemplo, la centroeuropea del
de la historiografía); es decir, según la decisión que se adopte,
siglo m, excluyendo la ópera- puede escogerse al arbitrio.
en materia de teoría de la historia y de práctica científica, en la
Siempre que cada punto del sistema pueda ser alcanzado por
controversia sobre la relativa autonomía de la historia de la
todos los otros. Y siempre que la descripción de relaciones y
música, variará el juicio acerca del "espíritu de la época". En
correspondencias no afirme nada, en un principio, sobre las
una palabra: se considera si tiene o no sentido hablar de un
relaciones fundacionales, sobre una jerarquía de los factores
"espíritu de la época" -una cronología sustancial- y dónde
parciales. El hecho de que se parta del principio estético de
convendría fijarlo en caso de que existiera. autonomía -la pretensión de la música artificial de ser escu-
En principio, la escala de los significados que se pueden chada por sí misma, en lugar de desempeñar una función en un
atribuir a la simultaneidad de los fenómenos históricos oscila
proceso extramusical- no debería interpretarse, pues, como
entre dos extremos. Uno de ellos es la absoluta falta de relación una decisión previa de carácter "idealista", ni observarse con
(como ocurre en las culturas entre las cuales no existe ninguna
desconfianza.
interacción, de modo que el hecho de una simultaneidad crono- La relación interna del principio de autonomía con la
lógica abstracta carecería de toda importancia desde el punto de estética del genio y con la idea de la originalidad, por un lado,
vista historiográfico). El otro extremo es la presencia evidente
y - e n curioso contraste- con el carácter de mercancía de las
de un espíritu de la época, que penetra por igual en todos los obras musicales, por otro, es demasiado evidente como para
ámbitos de una cultura. En un polo, la cronología carece de
describirla en detalle. La correspondencia concreta es, a la vez,
sustancia; en el otro, los sucesos adquieren su verdadero conte-
cronológica: el cambio decisivo se produce a fines del siglo XWII.
nido a partir del momento en el que se producen. Pero ningún
Pero la acentuaciónapropiada es difícil. La tesis de la importan-
historiador está obligado a adoptar, a priori, una decisión
cia fundacional del factor económico -de la cual están conven-
extrema. En la actividad científica cotidiana en la cual la
cidos hasta los no marxistas, en lo referente al siglo mx- puede
conciencia de los problemas de la filosofía de la historia es más
ser esclarecedora en tanto esbozo general de interpretación,
esencial que la decisión por una de las posibles soluciones,basta
pero tropieza con dificultades en la aglomeración de detalles
con tener presentes ciertos hechos. Por una parte, que el históricos. En primer lugar, el poder del carácter de mercancía
supuesto de una sustancialidad siempre dada de la mera
sobre la idea de las obras es dudoso, por cuanto en el siglo mx
simultaneidad sería un paso metafísico injustificado. Y por otra
la composición representaba una parte insignificante de los
parte, que nada se opone al intento de descubrir un patrón
ingresos del compositor. Ni siquiera los tradicionales puestos
inteligible en los diferentes "ritmos temporales" o "edades' de
en la corte habían desaparecido en la "era burguesa". Pero la
las estructuras, que se reúnen en un fragmento del pasado, en dependencia económico-socialque esto generaba prácticamen-
lugar de resignarse al caos de las series de hechos que se
te no influía sobre las obras compuestas, a diferencia de lo que
entrecruzan. Siempre partiendo de la premisa de que se trata
ocurría en los siglos XVII o xvr11. (Las composlciones por encargo
de sistemas ligados -y no de sistemas que coexisten sin la
descendieron a la categoría de ornamentos musicales.) En
menor relación entre sí, como la cultura europea y la china
segundo lugar, la ley a la cual está sometida la música en tanto
antes del siglo m ~ - , el hecho de que se pueda describir como mercancía -la obligación de ser original para llamar la aten-
estado histórico al encuentro e interacción de instituciones, ción y la de copiarse luego a sí misma para aprovechar el éxi-
ideas y normas de conducta implica, en principio, la posibilidad
to- sólo se cumplió parcialmente en la música artificial. Con-
176 177
vertirse en epígono de sí mismo estaba mal visto, pues signifi- de formas (el descubrimiento de que la tonalidad puede dar
caba violar la idea de la originalidad, que -junto con la coherencia por medios puramente musicales al desarrollo for-
exigencia de componer "de dentro hacia fuera"- representaba mal sin el apoyo de un texto o de un programa) así como el
el postulado de la novedad. No se trata de que los argumentos método del trabajo el temático y motívico o de la "variación
esbozados permitan deducir un predominio del principio de evolutiva" (Arnold Schonberg). La música que pretende existir
autonomía respecto de la realidad social, es decir un predominio por sí misma se presenta como discurso, "discurso sonoro"
de la idea respecto del interés. Sin embargo, bastan para (Johann Mattheson), como exposición sonora de una lógica
demostrar que el tramado de las dependencias es más complejo efectiva, tanto desde el punto de vista de la estructura tonal
de lo que admite la doctrina del marxismo ortodoxo. como desde el de las relaciones temáticas y motívicas. (El
La correspondencia institucional con el principio de auto- término "lógica musical", que parece deberse a Johann Nicolaus
nomía está representada por los conciertos burgueses. A partir Forkel, figura entre los conceptos básicos de la época.) La músi-
de sus comienzos en el siglo XVII, el concierto se establece ca justifica, pues, a través de la lógica tonal y motívica -es-
firmemente en la época de la Restauración, desde 1815, y trechamente vinculadas entre sí- la aspiración implícita en el
alcanza su forma de "tipo ideal" a mediados de siglo, al adoptar principio de autonomía y la osadía estética (considerada así por
una alambicada, y a veces hermética, música de cámara en los muchos detractores) de la emancipación de la música instru-
conciertos públicos y excluir los elementos "triviales" de los mental desde mediados del siglo XVIII. Lo que hoy se ve como al-
programas de conciertos sinfónicos. Puesto que el sentido y la go natural, el derecho a la existencia de una música que no
pretensión de la música artificial es el ser escuchada por sí expresa un texto ni un programa y que no sirve para bailar ni
misma - c o m o objetivación del "espíritu en material espiritual" produce asombro por el virtuosismo, era una paradoja alrede-
(Eduard Hanslickh, la contemplación estética, lúcidamente dor de 1800. (Es característica la tendencia a negar lo descon-
descripta por Schopenhauer que se impuso de manera paulati- certante de una "música instrumental pura" - c o m o la llamaba
na como norma de conducta en el concierto (y más tarde, incluso F. T. A. Hoffmann- por medio de la hermenéutica o de la ficción
en la ópera), parece ser la única forma de recepción acorde con de programas secretos.)
la obra autónoma. No es preciso negar las características de De ninguna manera puede equipararse la autonomía esté-
entretenimiento mundano y de representación propias del tica, tal como la entendía la burguesía del siglo m, con el
concierto, ni el placer de la exhibición de virtuosismo o el afán principio de l'art pour l'art, que era un lema de una bohBme
de la burguesía por afirmar su prestigio social, para afirmar que opositora y no de la bourgeoisie establecida. No significaba un
la idea de autonomía estética fue la tendencia decisiva que se aislamiento de la música sino, justamente, su participación en
impuso en el siglo m,sin un motivo económico discernible. Bajo la idea de la formación cultural, una de las principales tenden-
el signo de esta tendencia, la estricta exigencia artística se cias de la época. Si la formación cultural, en el sentido que le dan
constituyó en norma de los repertorios de sinfonía hacia media- Fichte y Wilhelm von Humboldt, presupone o produce un
dos de siglo. (Es característico el cambio de concierto de solista distanciamiento interno respecto de lo cotidianamente prove-
a "concierto sinfónico".)

La técnica de la composición respondió a las exigencias 1


a:
estéticas implícitas en el principio de autonomía con un conjunto 1
choso, una libertad espiritual de cara al "reino de la necesidad",
la música como "mundo cerrado en sí mismo" (Ludwig Tieck)
puede convertirse en objeto de contemplación estética, en vehí-
culo de emancipación de las presiones de la vida económica y
de pautas entre cuyas características figuran la independencia ' social de todos los días. Justamente como "arte libre", repre-
de la música instrumental (la emancipación respecto de objeti- senta la instancia opuesta a la "alienación", de la que Hum-
vos extramusicales, como las simples funciones de introducción boldt habló medio siglo antes que Marx. (En su función de
e intervalo), la importancia de la armonía tonal en la gestaci b

mundo opuesto al "reino de la necesidad", el "arte libre" burgués


178
se hizo cargo de la herencia del "ars liberalis" de la Antigüedad la época, aunque no por sí sola, sino en relación con el respeto
clásica, surgida -como contemplación filosófica- del ocio al genio, con la tesis de que la obra del genio está por encima de
aristocrático, de la distancia respecto del ámbito del oikos.) la historia. El concepto de obra clásica sólo se impuso en la
Como ya se mencionó, el principio de autonomía estaba estética musical alrededor de 1800,es decir, siglos después que
estrechamente vinculado con la estética del genio y con la idea en la teoría literaria. A partir de este concepto surgió -junto
de la originalidad, un legado de fines del siglo XVIII. La música con el aumento de las dificultades de interpretación- un
autónoma que se justificaba en el aspecto estético formal a repertorio fijo de conciertos, cuya columna vertebral estaba
través de la lógica musical, recibía, por añadidura, una legi- constituida por las sinfonías de Beethoven. La consolidación de
timación filosófica -una "necesidad de existir", para decirlo los repertorios significa una instancia contraria y un obstáculo
con palabras de Novalis- como obra del genio. Y la doble para el postulado de la novedad. Pero, por otro lado, puede
exigencia impuesta al oyente de música artificial de que, por un constituir un sostén, algo que los detractores del "museo musi-
lado, siga y entienda la lógica sonora y, por otro, capte la cal" se niegan a reconocer. Es preciso establecer una distinción
individualidad y originalidad del compositor por empatía- se entre la novedad cualitativa, exigida en el sigloxrx, y la novedad
ha resumido en el concepto de "entender" de música, que oscila simplemente cronológica, considerada lógica y natural en el
entre el seguimiento racional y la afinidad empática. Esta siglo XVIII. Dado que, como ocurría en el siglo XVIII, una obra
categoría del siglo XIX pudo haber constituido el centro de una debía captarse en la primera audición, porque la probabilidad
estética de la recepción de la época que no fue escrita por nadie de volver a escucharla era casi nula, no podía ser cualitativa-
en ese momento. (El hecho de que se pueda entender la "música mente nueva y radical, a menos que el compositor estuviera
instrumental pura" en lugar de sentirla como algo simplemente dispuesto a pagar la novedad con un fracaso. Sólo cuando existe
agradable, se ha convertido en un lugar común; pero alrededor la posibilidad de que una obra sea repetida -porque no se
de 1800 constituía, más bien, una paradoja.) quiere descartar la posibilidad de que lo que no se entendió en
Según la opinión dominante en el siglo m , la originalidad un primer momento se revele como testimonio de genialidad y,
radical constituye la esencia del genio. Eso significa que el por consiguiente, forme parte del repertorio futuro-, tiene
compositor se exprese a sí mismo en una obra musical, siempre sentido atreverse a presentar obras profundamente innovadoras
que ésta sea "poética"y no "prosaica". En la estética de Schumann y desafiantes. La progresividad radical se frena -y eso se
ello implica pertenecer a la esfera del arte y no apartarse de ella advierte con absoluta claridad en Wagner- con la expectativa
por frivolidad o trivialidad académica. (La consecuencia de una de un clasicismo futuro.
versión vulgar del principio de expresión -una equiparación La constitución de repertorios basada en la idea de la obra
del yo estético con el yo cotidiano- fue la interpretación de las clásica, de la obra que se destacaba en la historia, tuvo como
obras musicales como fragmentos de una biografía sonora.)Por consecuencia que al compositor del siglo m el pasado musical
otra parte, el principio de originalidad significa que un compo- -aun el más remoto-le saliera al encuentro en forma de obras
sitor debe decir algo nuevo si quiere ser escuchado en los individuales y no de normas generales que, si bien aprendía, ya
círculos cuyo juicio es decisivo. Desde fines del siglo XVIII, la no consideraba decisivas. (Por supuesto que también en el siglo
estética postula (aunque, en ocasiones, contra la tenaz resisten- XVII un adepto a la composición estudiaba piezas antiguas, pero
cia de ciertos sectores del público), que el arte debe ser nuevo las concebía como testimonios ejemplares de una norma, no
para ser auténtico. Y en la exigencia estética de la novedad como individuos irrepetibles. Los fragmentos de ofertorios
puede reconocerse -sin mayor esfuerzo desde el punto de vista contenidos en las misas de Palestrina, que Christoph Bernhard
de la filosofía de la historia- la idea del progreso que impulsaba incluye en su tratado de la composición, cumplían - e n princi-
la era industrial en sus albores. pio, como exempla classica- una función distinta de la de la
La idea del progreso determinó el pensamiento estético de Novena Sinfonía de Beethoven que Wagner copió para enrique-
181
cer su formación como compositor.) El arte, tal como lo enten- postulado de la novedad y con la idea del progreso-, el respeto
día el Romanticismo, no era tanto una artesanía basada en a una originalidad que es preciso emular pero no imitar, la
reglas, cuyo ejemplo se encontraba en las obras maestras, sino, amenaza que se cierne sobre las tradiciones de los géneros
más bien, una esfera en la cual participaba un compositor (o de musicales y, por último, la acentuación de lo "poético" y la
la que quedaba excluido): la esfera de lo "poético", en donde las desvalorización de lo "mecánico" (algo que se daba por sentado
obras maestras -que integraban el repertorio o, por lo menos, y sobre lo que no se hacía hincapié), aparecieron en el siglo
el repertorio ideal- proporcionaban una idea que no podía ser como factores parciales distintos, complementarios y separa-
imitada. bles del mismo estado histórico; es decir, como características
La pérdida de prestigio de las reglas de la artesanía trajo, de una cultura musical que admite ser descripta como estruc-
entre otras consecuencias, la desvalorización de las tradiciones tura de estructuras, con algunas licencias desde el punto de
de los géneros musicales. En la música más antigua, un género vista cronológico, permitidas en las construcciones basadas en
se constituía como resultado de la relación entre una función el tipo ideal.
social y una norma de composición; entre una finalidad
extramusical, que debía ser cumplida, y los medios musicales
de que se disponía y que se consideraban apropiados. (Lo que
era admisible en el madrigal, podía ser rechazado en el motete.)
Y el complejo de función social externa y técnica musical
interna era el legado que permitía a un futuro compositor
adquirir una idea cabal de su métier. En el siglo XIX, en cambio,
la funcionalidad de la música fue suprimida o desplazada al
subsuelo musical por el principio estético de autonomía; ade-
más, la presencia estética de las obras individuales relegó a
segundo plano la obligatoriedad de las normas generales de
composición. No se trata de que el género al cual pertenecía una
composición resultara indiferente (eso sólo ocurrió en el siglo
xx); pero se convirtió en una característica secundaria de la obra
de arte concebida, en primer lugar, como individuo y no como
ejemplar.
La estética del genio, en tanto instancia contraria a la
poética normativa musical; el principio de autonomía, que
desplazaba o desvalorizaba la funcionalidad de la música; la
idea de la formación cultural como complemento de la autono-
mía estética; la categoría de la comprensión de la música como
penetración en la lógica musical y como empatía con la indivi-
dualidad y originalidad del compositor; el concierto burgués
como institucionalización de la idea de autonomía, y al mismo
tiempo y en marcado contraste con esto, como consecuencia del
carácter de mercancía de la música, la emancipación de la
música instrumental, la presencia de obras clásicas al margen
de la historia -que constituyen un repertorio fijo, reñido con el
182

También podría gustarte