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Materiales de Construcción. Últimos avances. Vol.

7, nº 81
Mayo, junio de 1957

refractarios para hornos rotativos de cemento


JOSE M.° BALAGUER DE PALLEJA
de la Cía. Gral. de Asfaltos y Portland ASLAND

Amablemente invitado por el I. T. C. C. a ensayado, en sustitución de las piezas refrac-


tratar sobre refractarios, cumplo gustoso esta tarias normales, piezas hechas con clinker, que
misión, si bien creo que mi actuación no será han dado ciertos buenos resultados quimico-
tan interesante como debiera ser, pues el mu- térmicos, pero deficientes mecánicamente.
cho trabajo y, por tanto, el tiempo requerido
para la puesta en marcha de unas nuevas Esta parte intermedia, es decir, el refracta-
instalaciones, no me ha permitido emplearme rio en si, es nuestro caballo de batalla, y acer-
a fondo en este tema, como hubiese sido mi ca de él surge la pregunta: "¿Qué condiciones
deseo. debe reunir?"

Seguro que opinarán que no les digo nada Ante todo, digamos que un refractario está
nuevo, ya que el problema de los refractarios siempre en desequilibrio químico con respecto
lo considero parecido al de los "anillos", en al crudo que, en definitiva, produciría la cos-
que cada uno juzga según su propia experien- tra de revestimiento y protección; pues, sin
cia y, por lo tanto, hay casi tantas opiniones ésta, el refractario se destruye al poco tiempo.
como experimentadores; pero, de todas mane- Esto nos lleva de la mano a la primera condi-
ras, trataré de encauzar el problema y, como ción exigible a un refractario, y que, aunque
de la discusión nace la luz, de entre todos parezca peregrino, es "un buen hornero".
saldrá tal vez alguna conclusión interesante.
Esta primera condición la consideramos in-
No creo que el refractario constituye por dispensable, pero no suficiente ni mucho me-
si sólo un problema; creo, más bien, que el nos. Volveremos más adelante sobre el asunto
problema es el horno en sí, es decir, el con- del hornero y veamos ahora qué le ocurre a
junto de materias que lo forman y lo hacen un refractario al ser calentado por la llama.
resistente, térmica, química y mecánicamente,
y así podemos considerar que las paredes de
un horno rotatorio están formadas, de aden-
tro a fuera, por el revestido, el refractario, un
aislante o no, según los casos (v. g.: sil-o-cel), En las cámaras de combustión se observa
y la chapa, que es la que proporciona rigidez que, después de un cierto tiempo, los refrac-
suficiente al conjunto. tarios adquieren un cierto aspecto almohadi-
llado con bordes redondeados; algo así como
un viejo sillón "capitonné". Este mismo as-
Considerado de esta manera, el refractario pecto tienen los refractarios de un horno de
no es más que el intermediario entre el reves- cemento en su zona de preparación, donde no
tido, que en definitiva es el que debe soportar se ha formado el revestido.
directamente el fuego, y la chapa; tanto es
asi, que si se pudiera formar un revestido di-
rectamente sobre la chapa, no haría falta el • Ponencia presentada en los II Coloquios de Directores
refractario, y prueba de ello es que se han y Técnicos de Fábricas de Cemento. I. T. C. C , marzo
de 1957.

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Estudiemos este fenómeno: calentó el horno durante diez días, haciendo
unos braseros en su interior a todo lo largo
Las piezas refractarias están unidas entre de él; y cuando, al parecer, estaba bien seco,
si mediante un cemento más o menos apro- se encendió con carbón. El resultado fué que
piado, pero que siempre, una vez colocado, re- se oyó un tableteo como de ametralladora y
sulta de menor compacidad que aquéllas y, empezaron a salir por la enfriadora lajas de
normalmente, tampoco su composición quími- refractario que cubrían casi toda la parrilla
ca es igual; por lo tanto, a elevadas tempera- (se trataba de un enfriador Fuller). Decidió
turas tienden a reaccionar. Esta reacción se continuar y procurar revestir el horno, lo que
complementa con la de las cenizas del carbón, consiguió, empezando a funcionar normalmen-
normalmente de naturaleza más acida, las te a las pocas horas. El refractario en cuestión
cuales penetran en las juntas, dada la mayor era demasiado compacto y como vidriado, y
porosidad de éstas, dando lugar a compuestos de resultas, no aguantó, a pesar de tener una
cristalinos, aumentando su volumen, rompien- composición química correcta. Al mes hubo
do las aristas de la pieza refractaria y produ- que cambiarlo.
ciendo ese aspecto almohadillado de que ha-
blábamos. Pero no acabó aquí la cosa; el cambio pre-
maturo de refractarios le cogió de improviso,
Si la junta hubiera sido prácticamente in- pues se había retrasado el envío de los refrac-
existente, y el cemento suficientemente com- tarios de recambio y no tenía los adecuados
pacto, las cenizas no hubieran ejercido esa para la zona de calcinación. Había que volver
acción y el refractario hubiese quedado sano, a poner el horno en marcha cuanto antes (los
como ocurre a su superficie. De ello, se deduce Directores de fábrica comprenderán), y se de-
que la "compacidad" tiene un valor importan- cidió a poner refractarios de zona de prepa-
tísimo en la calidad de un refractario. ración, de menor espesor y teóricamente de
peor calidad; pero no estaban vidriados. A los
Pero todo tiene sus pros y contras; no pode- dos días la chapa se puso al rojo; se conven-
mos aumentar la compacidad por encima de ció al hornero de que unos días en las cante-
ciertos limites; pues, aunque aumente su re- ras no le vendrían mal (se actuó sobre el pri-
sistencia química, el refractario resulta vidrio- mer factor apuntado), se revistió bien el hor-
so, frágil y estalla a cualquier cambio algo no y no puedo decirles más, pues hace ya más
brusco de temperatura, haciéndolo en forma de tres meses de esto y, según mis noticias, el
de lajas. Por eso, a veces, se ven a la calida refractario todavía dura.
de las enfriadoras piezas refractarias casi de
la misma superficie que las colocadas en el Todo esto nos lleva a considerar que la com-
horno, pero de espesor mucho menor. Natu- posición química de un refractario no es un
ralmente, este fenómeno se repite, y a las po- factor único determinante de su calidad; que
cas veces que ello sucede, el horno se queda su estructura física y, mejor aún, mineralógi-
sin el suficiente refractario, la chapa se pone ca, tienen tanta iûiportancia como la química,
al rojo y sobrevienen las dificultades que to- aunque dependen de ella, y que la compacidad
dos conocemos.
o porosidad también es un factor que hay que
tener muy en cuenta.
Tanto es así, que un amigo mío me contó
un caso que le había ocurrido: Se trataba de
encender un horno, al cual se le había cam- Influye en todo esto el proceso de fabrica-
biado el refractario. Pensó el calentarlo sola- ción del refractario, su granulometría y grado
mente con leña, hasta que estuviera bien seco, de cocción, las materias primas, la mayor o
y así se hizo poniendo de momento una pe- menor proporción de sílice libre, los percen-
queña cantidad de leña. Se prendió fuego, y a tajes de óxidos férrico y calcico, etc. Estos dos
las pocas horas se comprobó que había des- últimos óxidos tienen importancia, pues el pri-
aparecido ya un centímetro de refractario mero aumenta la fusibilidad del refractario, y
aproximadamente, por haber estallado super- el segundo, si bien la disminuye, hace que la
ficialmente, a pesar del poco calor que había fase fundida sea más espesa, aunque menos
sufrido. En vista de este primer resultado se viscosa. 33

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Con todo esto parece que se podría redactar Tuve ocasión de comprobar y experimentar
un Pliego de Condiciones para los refractarios este extremo durante una temporada, en la
de hornos de cemento, pero no debe ser tan que trabajé con dicho horno. Por lo tanto, las
fácil, ya que no tengo conocimiento de que consideraciones generales sobre las escorias
exista en ninguna nación. Las normas DIN no pueden valer también, a mi entender, para los
lo incluyen y los refractarios normalizados, que revestidos de los hornos, por lo menos como
pudiéramos considerar más parecidos, soil los una buena orientación.
destinados a los altos hornos, siendo sus con-
diciones las siguientes: La fluidez de una escoria depende directa-
mente de la relación entre la sílice más la alú-
Porosidad t o t a l < 2 7 % . mina, y la cal; es decir:

Resistencia a la compresión en frío SÍO2 + ALOs


>20Q kg/cm^ CaO
La A. S. T. M., por lo menos en las edicio- Este tipo de expresión (índices) se había uti-
nes que conozco, tampoco habla de refracta- lizado antiguamente para caracterizar un ce-
rios para hornos de cemento, asi que no po- mento Portland, considerando éste como una
demos basarnos más que en nuestra propia escoria, y fué abandonado por su inverso (mó-
experiencia. dulos).
Creo que todos estaremos de acuerdo en qu<? Cuando el índice citado adquiere un valor
un refractario con menos del 40 % de alúmina de 1, aproximadamente, las escorias, al en-
no parece apropiado para una zona de calci- friarse, pasan rápidamente de líquido a sólido,
nación de un horno rotatorio. Pero desde ese tomando forma pétrea con fractura terrosa.
40 % al 65 %, que es el tipo normal más aHo Al aumentar el % de CaO, las escorias se
en alúmina (se puede pasar de este tanto por vuelven espesas, pero no "filantes", y se auto-
ciento, pero se trata ya de refractarios de pulverizan al enfriarse. Las escorias muy es-
tipo especial), hay una gama de composUio- pesas se pegan a las paredes, y las muy fluidas
nes donde escoger. destruyen los refractarios. La viscosidad de
una escofia aumenta con su contenido de
Ya hemos dicho que, en definitiva, es el ma- alúmina y disminuye con su contenido de
terial crudo el que resiste al fuego, al formar óxido férrico y magnésico.
la costra protectora por su reacción con el re-
fractario, tomando también parte en ella las En atmósfera reductora, el óxido férrico, que
cenii^as del carbón y, en casos, las partículas pasa a ferroso, forma con la sílice compuestos
de carbón que pueden caer en él crudo antes de punto de fusión muy bajo, incluso inferior
de ser quemadas, como es fácil que ocurra en a 1.000° C.
un momento de molturaeion defectuosa del
carbón, máxime si es de poco contenido en Todos estos datos nos permiten reflexionar
materias volátiles. sobre los fenómenos del revestido, que tiene
como límites, a mi entender, desde la destruc-
Esto nos lleva a hacer algunas consideracio- ción del refractario por falta de revestido, has-
nes sobre el revestido de los hornos. ta el taponamiento del horno por formación
de anillo, pasando por un exceso de revesti-
miento.
El revestido de un horno puede considerarse
como una escoria de "alto horno" de tipo in-
fusible, por su riqueza en óxido calcico. Tanto Hemos hablado de los compuestos que for-
es así que, con la escoria resultante de un le- man la sílice y el óxido férrico en atmósfera
cho de fusión previamente calculado, se ob- reductora, los cuales funden a relativamente
tiene fundición gris, como sucede en el daso baja temperatura, y, desde luego, muy inferior
del horno "Basset", en que la escoria tiene la a la de clinkerización; la fase líquida formada
composición del clinker de cemento Portland. es muy poco viscosa y, pudiéramos decir, lu-

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brica ai refractario, con lo que el crudo, ya a pre he comprobado que, cuando esto ocurre,
medio cocer, resbala y no voltea, corroyendo falta el óxido calcico suficiente para actuar
el refractario rápidamente. Como es compren- como estabilizador del silicato bicálcico.
sible, el hornero tiene la máxima influencia
en este fenómeno; pues, si conduce bien la Volviendo a los refractarios, creo que, con
combustión y suprime las atmósferas reducto- todo lo que acabo de exponer, lo único que ha-
ras, ha dado ya un gran paso en la conserva- brá conseguido es desorientar, más que otra
ción del refractario. Por la misma causa tiene cosa, y es que difícilmente puede predecirse el
una influencia nociva la pulverización defec- comportamiento de un refractario por ensayos
tuosa del carbón, ya que las partículas grue- previos y que puedan realizarse en un labo-
sas caen antes de su combustión completa y ratorio de fábrica.
forman núcleos reductores en la masa del cru-
do. Un carbón con bajo contenido de volátiles
tiene tendencia a agravar el fenómeno y, por
eso, debe ser molido mucho más fino. Los ensayos que he venido practicando son
ios siguientes: análisis químico; determinacio-
nes de: peso específico real, peso específico
aparente, absorción de agua, % de poros abier-
Estos compuestos, fácilmente fusibles, pue- tos, % de poros cerrados, porosidad total.
den producir dos fenómenos totalmente con-
trarios, pero siempre perjudiciales. Primero, la Adeníás de esto, se procede a hacer una
corrosión del refractario, de tal manera, que prueba muy empírica y poco científica, pero
he podido comprobar en una ocasión el paso que suele dar bastante orientación. Es la prue-
de la alúmina del refractario al clinker pro- ba del soplete: con un soplete de soldadura
ducido, disminuyendo su módulo silícico: de autógena y boquilla núm. 7 (el número de la
dos hornos paralelos, trabajando con el mismo boquilla es arbitrario, pero conviene utilizar
crudo, el mismo carbón molido en un molino siempre la misma) se ataca el refractario en
común a ambos y, por lo tanto, a la misma un punto durante un minuto, y se observa lo
finura, y absorbiendo el crudo en ellos el mis- que pasa. Hay refractarios que tienen partícu-
mo % de cenizas, uno tenía tendencia a for- las que se ponen al rojo blanco y funden muy
mar un revestido grueso, y en el otro se co- poco, esparciéndose la fase fundida en forma
rroían los refractarios de manera alarmante. radial (suelen ser buenos, si no se agrietan).
El clinker obtenido en el segundo tenía siem- En otros, al fundir, se acumula la fase fundida
pre un módulo silícico menor. ¿De dónde pro- formando un reborde que sobresale de la hue-
cedía la alúmina? Del refractario. Se resolvió lla dejada por el soplete (suelen ser acepta-
la cuestión poniendo a punto el tiro de los bles). Otros funden francamente con despren-
hornos y modificando ligeramente el crudo. dimiento de gases; la fase fundida da la
sensación de hervir (suelen ser de inferior ca-
Si en un momento determinado se produce lidad).
el fenómeno que acabo de señalar, en un horno
bien revestido el revestimiento aumenta, y, si Una vez fríos, se mide la profundidad de
por las condiciones de la combustión el fenó- la huella obtenida, lo que da una indicación
meno se localiza en una zona determinada, se de lo que se puede esperar. Así, si la huella
formará anillo. Creo que ésta es una de las penetra menos de 8 mm, el refractario es re-
causas, posiblemente no la única, de la for- sistente; para penetraciones de 8 a 10 mm, el
mación de esos anillos tan molestos, y de los refractarlo es suficientemente bueno; penetra-
cuales nos habló maglstralmente en los ante- ciones entre 10 y 12 mm, las considero un lí-
riores Coloquios mi buen amigo Manuel de los mite aceptable. Hay refractarios qué llegan a
Santos. los 15 mm de profundidad de huella y los con-
sidero inaceptables.
Estos revestidos gruesos y los anillos, nor-
malmente se autopulverizan al enfriarse. Lo El cuadro que exponga presenta algunos re-
considero debido a la retrogradación del sili- sultados de esta prueba, en relación con los
cato bicálcico, de la forma /? a la y, pues siem- ensayos de laboratorio. m

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ANÁLISIS DE REFEACTARIOS
Núm. 1 Núm. 2 Núm. 3 Núm. 4 Núm. 5

SÍO2. 29,40 % 48,32 % 52,13 % 55,46 % 39,16 %


AhOa. 58,93 »/ft 43,58 •/# 40,90 »/o 36,93 »/« .55,08 •/«
F2O3. 7,80 •/« 2,41 "/o 3,98 "/o 4,54 »/o 1,98 »/«
CaO. 1,69 % 1,20 % 1,59 % 1,14 % 1,29 %
MgO. 0,48 % 0,59 % 0,52 % 0,52 % 0,75 yo

Peso específico. 2,97 ?,61 2,56 2,57 2,82


Peso específico aparente. 2,00 2,07 2,05 2,07 , 1,97
Absorción de agua. 16,50 % 10,30 »/o 9,60 Vo 9,30 «/o 14.50 %
Poros abiertos. 33,00% 20,70 % 19,70 % 19.00 ¥0 29,00 %
Poros cerrados. 0,00 % 0,30 «/o 0,30 »/o 1,00 »/«.
Porosidad total. 33,00 »/o 21,00 «A 20,00 «/e 19,00 »/o 30,00 "/e

Prueba al soplete:
Profundidad de la huella. 13,2 mm 10,6 m m 10,2 mm 5,0 m m

Observando los datos contenidos en él, se ve Como ya hemos dicho, esta prueba no da
que la porosidad tiene una gran influencia eii más que una orientación; pero, de todas ma-
el comportamiento del refractario a la prueba neras, no creo sea,despreciable.
del soplete, y así tenemos que el núm. 1, con
un % de AI2O3 del 58,93 y una porosidad del Y con e^Bto, señores, termino; no he llegado
33 %, da una huella de 14,6 mm de profundi- a ninguna conclusión de tipo definitivo, pero
dad, y el núm. 5, de composición análoga, pero espero haber sentado algunos principios sobre
con mucho menor % de Fe^Os, también da tina los cuales se pueda trabajar y, posiblemente,
huella del mismo orden; en cambio, otros con llegar a poder redactar unas condiciones mini-
menor % de ALOa, pero más compactos, dan mas a cumplir por los refractarios, lo que re-
huellas menores. dundaría en beneficio de todos.

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