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PROVINCIA DE BUENOS AIRES

PODER JUDICIAL
LEGUIZAMON RAUL ALBERTO C/
SERVICIOS HOSPITALARIOS SAN JUSTO
(CLINICA SOLIS) S/ DAÑOS Y PERJUICIOS.
CAUSA NRO: 5420/1
JUZ CIV. NRO. 3
RSD: 65 /20
FOLIO NRO.: 1030
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A los 14 días del mes de mayo de dos mil veinte, encontrándose los
Sres. Jueces de la Excelentísima Cámara de Apelación en lo Civil,
Comercial y de Familia del Departamento Judicial de la Matanza - Sala
Primera incluidos dentro de las previsiones de la Res. de Presidencia
SCBA Nº 165/2020 (Secretaría de Personal), atento a lo que surge de las
Resoluciones de Presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Provincia de Buenos Aires, (Nº 10/20 (art. 1º apartado 1b - b.1.1) y Nº
14/2020 (art. 7) - (Secretaría de Planificación) y Nº 2135/18) - (Secretaría
de Servicios Jurisdiccionales), celebran Acuerdo Ordinario Telemático
para dictar pronunciamiento en los autos caratulados “LEGUIZAMON
RAUL ALBERTO C/ SERVICIOS HOSPITALARIOS SAN JUSTO
(CLINICA SOLIS) S/ DAÑOS Y PERJUICIOS” (5420/1), habiéndose
practicado el sorteo pertinente -art.168 de la Constitución de la Provincia
de Buenos Aires-, resultó que debía ser observado el siguiente orden
de votación: Dr. Taraborrelli – Dr. Posca- Dr. Pérez Catella-
resolviéndose plantear y votar las siguientes:

CUESTIONES

1° cuestión: ¿Es justa la sentencia apelada?

2° cuestión: ¿qué pronunciamiento corresponde dictar?

VOTACION

A-1
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A LA PRIMERA CUESTION EL SEÑOR JUEZ DOCTOR JOSE
NICOLAS TARABORRELLI, dijo:

I.- Antecedentes del caso


Con fecha 11 de marzo de 2019 la Sra. Juez de la instancia de grado
resolvió rechazar la demanda promovida por Raúl Alberto Leguizamón contra
Servicios Hospitalarios San Justo SA por resarcimiento de los daños y
perjuicios. Impuso las costas a la parte actora que resulta vencida y regulo
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honorarios de los profesionales intervinientes.

Contra tal forma de decidir, con fecha 29 de marzo de 2019 se concedió


libremente el recurso de apelación interpuesto oportunamente por la parte
actora.

Así las cosas, se elevaron las presentes actuaciones ante esta Alzada,
siendo radicadas ante esta Sala Primera con fecha 01/10/2019. Una vez en
condiciones, se pusieron los autos en secretaria para que exprese agravios el
apelante –véase proveído de fs. 17/10/2019-, habiendo cumplido con dicha
carga procesal el accionante mediante presentación electrónica de fecha
8/10/2019 –véase proveído de fecha 17/10/2019- y soporte papel de fs. 481/484

Con fecha 11/11/2019 - pto. II- se corrió el pertinente traslado de ley, el


cual no recibiera réplica por la accionada –véase proveído de 28/11/2019-.

Finalmente, pasaron los autos para sentencia (28/11/2019 pto. II),


practicándose el sorteo de vocalía a fs. 574.

II.- Fundamentación de los agravios de la parte actora Leguizamón Raúl

De la atenta lectura de la fundamentación del recurso, se infiere que la


parte actora se agravia –en lo medular- por el rechazo de la acción. Destaca
que la sentencia de grado adolece de arbitrariedad y exceso ritual manifiesto.
Que la misma ha sido resuelta bajo un sustento normativo inadecuado y ajeno a
las constancias de autos. Que nada tienen que ver con el reclamo formalizado
por esta parte y este expediente, la homologación del acuerdo alcanzado en el

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juzgado Nacional Laboral de Primera Instancia nro. 20, en tanto aquella tuvo por
objeto arribar a una conciliación y dar por concluido el conflicto originado,
cancelando mutuamente obligaciones propias de las relaciones “genuinamente”
laborales, sin que se incluyera un su ámbito y alcance el reclamo de naturaleza
civil por responsabilidad objetiva originada en el riesgo objetivo de las cosas.
Que los objetos de ambos procesos son diferentes. Que SS le ha otorgado al
acuerdo arribado y homologado en sede laboral nacional una extensión que no
le corresponde, incurriendo en un error de derecho y ajeno a las constancias de
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la causa, toda vez que en la instancia laboral se instó un reclamo por


enfermedad de accidente fundado en la ley de riesgo 24457 y su cobertura
indemnizatoria, planteando a su vez la inconstitucionalidad del art. 39 de la ley
citada con su sistema de derecho común incluyendo todos los daños y
perjuicios originados por el evento lastimador. Que el suscripto denuncio el
hecho nuevo admitido por la juzgadora consistente en el agravamiento de su
lesión y daño originado justamente en la circunstancias de que por cuenta de la
demandada persistió la ejecución de las mismas tareas sin variación alguna,
viéndose obligado a acatar tales directivas, a lo que debe añadirse el hecho de
que la clínica aun sabiendo su estado, le dio el alta médica, derivándolo a la
atención de su obra social. Manifiesta que por cuenta de dicha entidad le
practicaron una resonancia magnética en la cual se evidencio una cronicidad de
la patología, lo cual –entiende- puso al descubierto que la lesión persistía, la
falta de exámenes apropiados y el aprovechamiento por la prestadora y
demandada de la situación. Cita doctrina y jurisprudencia que entiende
respaldatoria. Asimismo, mantiene la impugnación de la pericia médica.
Respecto a las costas, destaca que cuenta con beneficio de litigar sin gastos y
que respecto al hecho nuevo deben imponerlas costas a la parte demandada.
Finalmente, apela los honorarios de sus letrados por bajo, solicitando su
elevación.

LA SOLUCION

Centrados los agravios marco de esta instancia recursiva y que


constituyen la materia de conocimiento de esta jurisdicción en la Alzada, me

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adentraré al tratamiento de los mismos. Asimismo, debo destacar que, salvo
disposición legal en contrario, los Jueces han de formar convicción respecto de
la prueba haciendo mérito de las reglas de la sana crítica. No tendrán obligación
de valorar expresamente en la sentencia cada medio de prueba producido, sino
únicamente aquellos que fueron esenciales y decisivos para el fallo de la causa.
(Art. 384 CPCC).

III.- El Instituto de la Cosa Juzgada


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Que adentrándonos al tratamiento de los agravios de la parte actora,


importa resolver, en primer término, si en la especie ha operado el instituto de la
autoridad de cosa juzgada, ello atento a lo acordado por el actor en los autos
caratulados “Leguizamón Raúl, c/ La Caja ART SA s/ acción accidente común
Expte. Nro.: 2725/10 Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo Nro. 21
de La Capital Federal”, conforme lo resolviera la Sra. Juez de la Instancia de
grado.

Ahora bien, importa traer a la memoria que el principio de autoridad de la


cosa juzgada responde a la necesidad de que el orden y la paz imperen en la
sociedad, poniendo fin a los litigios y evitando que los debates entre partes se
renueven indefinidamente.

Una sentencia tiene la condición de cosa juzgada y produce el efecto de


tal cuando ya no es susceptible de recurso alguno. Es una cualidad de la
sentencia, porque es algo más que se suma a la decisión para concederle una
estabilidad jurídica de la que no estaba dotada al pronunciarla el magistrado.
Asimismo, es doctrina receptada por nuestros tribunales que “el respeto a la
cosa juzgada es uno de los pilares fundamentales sobre los que se asienta
nuestro régimen constitucional, y por ello no es susceptible de alteración ni aún
por vía de la invocación de leyes de orden público, toda vez que la estabilidad
de las sentencias, en la medida en que constituyen un presupuesto ineludible de
la seguridad jurídica, es también exigencia del orden público con jerarquía
superior” (CSJN, 18/6/98, ED, 180-78, en el mismo sentido, SCBA, 22/8/95,

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DJBA, 149-5783). Reiteradamente se ha pronunciado que la cosa juzgada es
exigencia de orden público y posee jerarquía constitucional”. El derecho
reconocido por la sentencia firme constituye un bien incorporado al patrimonio
del justiciable y de ser negado, en un ejemplo, por otra sentencia posterior,
implicaría violar el art. 17 de la Const. Nacional (Código Procesal Civil y
Comercial de la Provincia de Buenos Aires. Art. 163. Pág. 215/216. Comentado
anotado y concordado. Ed. Astrea).

Por su parte, la jurisprudencia ha sentenciado que: “En ese sentido, es


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oportuno señalar que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha sostenido en


reiteradas oportunidades que “La estabilidad de la sentencia, en la medida que
constituye un presupuesto ineludible de la seguridad jurídica –que prevalece
aún ante la evidencia de un error- es exigencia de orden público y tiene
jerarquía constitucional…” (Conf.. Fallos 314:1353, entre otros). También ha
expresado el Superior Tribunal que “…la cosa juzgada, de inequívoca raigambre
constitucional, busca amparar, más que el texto formal del fallo, la solución
prevista en él…” (v. fallos 315: 1836), y que Poder Judicial de la Nación “…el
carácter intangible de los pronunciamientos judiciales firmes no es ajeno a la
inviolabilidad de la defensa en juicio de la persona y de los derechos (art. 18 de
la Constitución Nacional) pues la sentencia dictada de modo regular integra el
debido proceso que dicha cláusula asegura -mediante las ventajas permanentes
de la seguridad jurídica- a todos los habitantes del país (Fallos 315: 1930)....
(Plata, 31 de marzo de 2009. R.S. 2 T 181 f* 125/127 autos n° 12.128/05,
caratulados: “Román, Marcelo J. c/ PEN s/ acción de amparo”, proveniente del
Juzgado Federal de Primera Instancia de Junín Justicia Federal La Plata).
Del mismo modo, nuestro Superior Provincial ha sentenciado que: “No
resulta ocioso recordar también que tiene dicho esta Suprema Corte que, ante
la necesidad de establecer cuáles son los elementos que permiten determinar
si, efectivamente, en un caso se pretende volver sobre algo ya resuelto por la
jurisdicción o si se trata en verdad de una controversia distinta conforme a la
teoría de la identidad de cuestión, el juez no se encuentra atado a fórmulas
legales que definan los requisitos de la cosa juzgada; sino que previo examen

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integral de las dos contiendas debe estar facultado para determinar si por
tratarse del mismo asunto o si, por existir conexión, continencia, accesoriedad o
subsidiaridad, la jurisdicción no debe correr el riesgo de ser inducida a
contradicción: no hay cosa juzgada si ambas contiendas pudieran coexistir; la
hay, en caso contrario (conf. causas L. 36.385, "Zotarelli de 5Almendariz", sent.
del 28-VII-1987; L. 44.159, "Martínez vda. de Pereyra", sent. del 13-XI-1990; L.
66.992, "Arriondo", sent. del 20-IV-1999; L. 83.992, "Coria", sent. del 5-IV-2006).
(C. 117.198, "Rodríguez, Dardo J. contra La Pampa Cooperativa Agrícola
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Ganadera de Colonización y Consumo Limitada. Indemnización por daños y


perjuicios". 01/07/2015).
Así las cosas, compulsado los autos principales, a fs.18/24 vta. se
presenta el Sr. Raúl Alberto Leguizamón, iniciando demanda de daños y
perjuicios contra Servicios Hospitalarios San Justo SA (Clínica Solis) por mala
praxis.
En el capítulo destinado al relato de los hechos, destacó que la
acción que ahora intentaba guarda inmediata e íntima relación con el reclamo
formulado en su oportunidad a la “Aseguradora de Riesgos de Trabajo La Caja
ART SA”, en razón de los daños ocasionados por una enfermedad accidente
ocurrida por causa exclusiva y en ocasión de realizar su trabajo habitual, en
relación de dependencia con su empleadora Rubén Antonio SRL y desde el año
2002, luego de haber ingresado sin afecciones que le impidieran la realización
de las tareas a ejecutar.
Del mismo modo, manifiesta que realiza tareas de esfuerzo constante
como estibador de cajas y bolsas de frutas y verduras en el Mercado Central de
Buenos Aires. Que el trabajo de estibador de bultos de por si es un trabajo de
esfuerzo superior a lo normal, que consiste en levantar del piso los cajones y
bolsas con productos agrícolas, una vez bajadas de los camiones que traen
mercadería, descargándolas y luego ingresándolas al local de su empleador.
Aclara que el peso de las bolsas o cajones es de 50 o 60 kg, lo cual ha ido
minando su físico hasta comenzar a padecer de fuertes dolores en la columna
vertebral, hasta que a fines del año 2005 y ante la negativa de la ART a

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continuar atendiéndolo de la lumbalgia atribuyéndole el carácter de patología
inculpable, prosiguió atendiéndose en su Obra Social.
Continuó su relato, argumentando que le practicaron una Resonancia
Magnética en el Sanatorio Güemes de Ciudad de Buenos Aires, el cual arrojó
como resultado “una degeneración fibrosa de disco intervertebral L5 S1 con
franca profusión discal, medial y lateral derecha, según informe del 27/12/05”, lo
que a raíz de ello motivara su denuncia a La Caja ART bajo siniestro 24633.
Que a raíz de las patologías lumbares que comenzaron a afectarle, y
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luego de la formulación de denuncia de siniestro, era derivado por su ART a su


prestador médico en la jurisdicción “Servicios Hospitalarios San Justo SA
Clínica Solís”, quienes han tratado su patología como “Lumbalgia Post
esfuerzo”.
Que el día 24/10/2005 formuló nueva denuncia por siniestro a la
Aseguradora, quien contestó que había sido aceptada la patología aguda
(lumbalgia aguda), por lo que su ART estaba brindando las prestaciones
correspondientes, como así también que se había detectado una patología
crónica y de carácter inculpable (L5-S1) Signos de deshidratación discal con
presencia de hernia posteromedial derecha con radiculopatia crónica, la cual no
guardaba relación causal con el accidente denunciado, derivándolo a su obra
social. Que sin perjuicio de no habérsele otorgado tratamiento alguno y
persistiendo efectos negativos, formulo nueva denuncia de accidente el
3/11/2006, el cual mereció igual respuesta el día 30/11/2006.
Que en consecuencia, y tal como resultara de las constancias, inició un
expediente por resarcimiento de daños y perjuicios con invocación del derecho
común contra “La Aseguradora de Riesgo de Trabajo La Caja ART”, quien
habría persistido en la postura de patología inculpable. Es así, que en los autos
caratulados: Leguizamón Raúl, c/ La Caja ART SA s/ acción accidente común
Expte. Nro.: 2725/10 Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo Nro. 21
de La Capital Federal, fue sometido a examen médico previo por parte de la
Aseguradora y ante el ofrecimiento puntual de reconocimiento y tasación de
daño indemnizatorio, fue transado el reclamo en el suma de $35.000.

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Finalmente, destaca que en dicha transacción se le ha reconocido solo el
15% de incapacidad de la total obrera, por lo cual habiendo reclamado
inicialmente una incapacidad del 25%, entiende que el resarcimiento percibido
no cumple con los principios de reparación integral.
En suma, luego de relato pormenorizado de los hechos, precisó que la
presente demanda de daños y perjuicios dirigida contra Servicios Hospitalarios
San Justo SA Clínica Solis, resulta por ser la responsable del agravamiento de
la patología de la que padece por no haberle brindado el tratamiento adecuado.
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Refiere que fue tratado y diagnosticado por el profesional con ligereza sin
analizar o pedir los estudios complementarios de imágenes, dándole no más de
uno o dos días de reposo, ni se le ordenaron la ejecución de prácticas de
rehabilitación. Asimismo, que tampoco se le habría prescripto la ejecución de
tareas livianas en forma definitiva, lo cual habría impedido –entiende- que se
agravara el cuadro de lumbalgia aguda post esfuerzo.
Por otra parte, tengo ante mi vista los autos caratulados “Leguizamón
Raúl Alberto c/ La Caja ART SA s/ accidente acción civil (2725/2010), en los
cuales a fs. 5/16 obra glosada la demanda, exponiendo el accionante que inicia
la misma contra la Caja ART SA por reconocimiento y pago de la indemnización
que le correspondía en concepto de enfermedad accidente, ley 24557. Continúo
su relato manifestando que la acción la ejercía con invocación de las normas del
derecho común, tratándose de una actividad riesgosa la que desempeña y
cubierta por la aseguradora de riesgo de trabajo, ya denunciada como
demandada, que conforme a las disposiciones de la ley 24557 cubre los
accidentes y enfermedades accidentes ocurridos.
Asimismo, expuso que “reclama a la Aseguradora de riesgo de trabajo el
resarcimiento de los daños ocasionados, todo ello en razón de que la omisión
voluntaria de la Caja ART SA, de su obligación de control, verificación y
exigencia a la empleadora de las medidas de seguridad adecuadas al riesgo
corrido por el personal”.
Corrido el pertinente traslado de ley, a fs. 30/47 vta. contestó demanda la
Caja Aseguradora de Riesgo de Trabajo, quien en lo medular, refirió que
conforme el contrato de afiliación celebrado con el demandado, la Caja ART se

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obligara únicamente a brindar solo las prestaciones establecidas por el régimen-
y siempre que las partes se sometieran a los procesos previstos en ella-, pero
de ninguna manera extendería la cobertura a los daños derivados de la
responsabilidad emergente de la responsabilidad objetiva y subjetiva de los arts.
1109 y/o 1113 CC. Planteo falta de legitimación pasiva, por resultar una
patología inculpable, opuso excepción de prescripción y subsidiariamente
contestó demanda, manifestando que habría cumplido con todas las
obligaciones a su cargo, brindando en tiempo y forma todas las prestaciones
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médicas apropiadas y ha hecho frente a las demás obligaciones según las


resultas del procedimiento dispuesto en la LRT.
Sin perjuicio de ello, a fs. 72/72 vta. las partes formularon un acuerdo
transaccional y solicitaron su homologación. En dicho acuerdo expusieron que
la demandada había constatado que Raúl Alberto Leguizamón presentaba una
patología de carácter laboral comprobada, consistente en lumbociatalgia,
Lasegue positivo derecho, disminución de fuerza homolateral, dificultad en la
marcha, la cual le ocasionaba una incapacidad laboral del 15 % de la T.O,
según baremo decreto 659/96 y de acuerdo con el certificado médico adjunto
con ese convenio. Que, al solo efecto conciliatorio, sin reconocer hechos ni
derechos, la aseguradora ofrecía abonar la suma de treinta y cinco mil pesos ($
35000) y que por su parte, la actora expresaba que aceptaba de plena
conformidad el ofrecimiento de pago formulado por “La Caja Aseguradora de
Riesgos del Trabajo S.A.” como suma imputable a la enfermedad accidente
denunciada y que desistía de los demás rubros reclamados en las presentes
actuaciones. Que, asimismo el actor manifestaba que una vez hecho efectivo el
pago del importe mencionado, nada más iba a reclamar la aseguradora por
ningún motivo, rubro o concepto emergente o vinculado con el accidente
denunciado y que fuera objeto del presente juicio y que desistía de cualquier
acción y o derecho que pudiera corresponderle ( véase fs. 72 y fs.73/76 informe
de evaluación de incapacidad física de la lumbociatalgía, Lasegue positivo
derecho, disminución de la fuerza homolateral y dificultad en la marcha). Dicho
acuerdo resulto homologado a fs. 78 y a fs. 80 se adjuntó la boleta de depósito

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por la suma de $ 35000, constando a fs. 80 vta que el 2 de noviembre de 2010,
Raúl Alberto Leguizamón retiró el cheque Nro. 2494248-9 por ese importe.
Ahora bien, del relato de los hechos considero que en las presentes
actuaciones, no se encuentra configurado el instituto de la cosa juzgada, toda
vez que –a ver de este sentenciante- no correspondía en la especie analizar los
alcances de la sentencia homologatoria dictada en el fuero laboral y dar por
juzgada determinadas cuestiones que ni siquiera habían sido puestas a
consideración de dicho sentenciante.
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No comparto el criterio de otorgar el valor de cosa juzgada a


cuestiones que se han definido en dicho ámbito laboral (en el marco de su
legislación), y de tal forma cerrar el debate y definición de los presupuestos
propios de la responsabilidad civil por mala praxis médica.

El objeto reclamado en uno y otro caso son sustancialmente distintos,


pues tal como lo he destacado en el relato de los hechos en el proceso laboral
se ha reclamado a la Caja ART por: “el resarcimiento de los daños ocasionados,
todo ello en razón de que la omisión voluntaria de la Caja ART SA, de su
obligación de control, verificación y exigencia a la empleadora de las medidas
de seguridad adecuadas al riesgo corrido por el personal”, mientras que en las
presentes actuaciones, se ha demandado a “Servicios Hospitalarios San Justo
SA Clínica Solis”, por supuesta mala praxis durante el tratamiento practicado al
actor, como así también por la falta de recomendación de tareas livianas, cuya
omisión entiende el accionante, fue la causa directa del agravamiento de su
patología.

Asimismo son diferentes los presupuestos fácticos indispensables


para configurar la responsabilidad de los demandados en relación a cada una
de las referidas pretensiones; en el caso bajo estudio, si bien la responsabilidad
de la Clínica Solis demandada –de comprobarse- seria directa y objetiva, previa
acreditación de la culpa del galeno, para quedar dinamizado el funcionamiento
del deber de garantía y seguridad de la accionada, lo cierto es que debe
acreditarse –en principio- los rostros de la culpa, es decir: la negligencia, la
imprudencia y la impericia.

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Por otra parte, si bien es cierto que la existencia de la patología, su
agravamiento, como la incapacidad que afecta al actor, fueron resarcidas en
sede laboral, previo acuerdo conciliatorio, encuadrado –por S. S.- en el
concepto de "cosa juzgada", es cierto también que, como venimos viendo, la
acción civil dirigida contra Servicios Hospitalarios San Justo SA “Clínica Solís”
ofrece particularidades propias que la llevan a erigirse en una acción autónoma
para cuya viabilidad deberán tenerse en cuenta los presupuestos básicos de
toda responsabilidad de la misma especie: esto es autoría, relación de
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causalidad entre el hecho y el daño y factor de atribución, que llevan o no, en su


caso, a la condena de la demandada. Todos tópicos que no fueron evaluados
en sede laboral, máxime cuando en dicha instancia laboral la demandada de
autos no ha participado en dicho proceso y los dos juicios laborales por
enfermedad accidente finalizaron con sendos acuerdos conciliatorios
homologados judicialmente, según constan en los mismos, sin que finalizaran
normalmente mediante una sentencia dictada por un tercero imparcial e
independiente, que es la figura del juez. De este modo, no han sido valorados
los hechos ni las pruebas ofrecidas por las partes en esos dos juicios, ni el
derecho aplicable por el juez de la causa. Es más, en dichos acuerdos los
demandados manifestaron expresamente que concilian, sin reconocer hechos ni
derecho alguno.

En suma, considero que importa una errónea interpretación de los


alcances que brinda el juzgador civil a los acuerdos homologatorios dictados en
sede laboral; por lo cual la acción de autos, dirigida en los términos expuestos
por el actor, y las defensas oportunamente opuestas por la demandada,
conducía inexorablemente a la evaluación y elucidación de los extremos que, en
su caso, concluyeran o no en la condena de la accionada.

Del mismo modo, la causa petendi, aún condicionada por


circunstancias invariables, es distinta en uno y otro proceso, por lo cual –reitero-
que en la instancia de grado debieron haberse evaluado los presupuestos
propios de la responsabilidad civil comprometida, y no desplazarse el
entendimiento de tal materia con el argumento de mediar cosa juzgada sobre la

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misma. Además, no habría tampoco identidad de sujetos ni de objeto para
quedar configurada la cosa juzgada.

Por dichas consideraciones, corresponde en la especie dar tratamiento a


la pretensión del actor en su escrito de inicio contra la parte demandada, a los
fines de verificar si se encuentra acreditada la responsabilidad de la accionada
por mala praxis y revocar la sentencia de primera instancia que aplica
improcedentemente el instituto de la cosa juzgada.

IV.- ¿Habría Responsabilidad civil de Servicios Hospitalarios San


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Justo SA.?. El contrato o estipulación a favor de tercero. Su encuadre


jurídico

Dispone el art. 504 de Cód. Civ., que si en la obligación se hubiere


estipulado alguna ventaja a favor de un tercero, éste podrá exigir el
cumplimiento de la obligación., si lo hubiese aceptado y hécholo saber al
obligado antes de ser revocada
Es un contrato o convenio en virtud del cual uno de los intervinientes -en
nuestro caso- Servicios Hospitalarios San Justo S. A. se compromete con el
otro: La Caja de Ahorro y Seguros A.R:T:, a satisfacer una prestación a favor
de un tercero (este último como beneficiario de la asistencia y prestación
médica).
Se denomina promitente a quien queda obligado al pago de lo prometido
(la parte demandada), estipulante a quien conviene con aquél la promesa; y
beneficiario al tercero a cuyo favor el primero queda obligado. El beneficiario (el
actor) es el acreedor de la obligación respectiva, pese a no ser parte en el
contrato que constituye la causa de su creadito contra el deudor o promitente.
También en el mismo sentido, habría otro contrato a favor de terceros,
que tiene su origen o causa fuente en la relación jurídica contractual entre la
demandada y el profesional de la salud (medico) contratado por ello ya sea en
relación de dependencia o en forma autónoma, que presta asistencia y/o
servicios médicos a favor de un tercero, que en este caso sería el actor (art. 504
del Cód. Civ.).

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Como punto de partida debemos recordar que en torno a la
responsabilidad de las clínicas –dice Bueres- que es objetiva, pues revelada la
culpa del médico, dicha responsabilidad se torna inexcusable o irrefragable
(queda de manifiesto la violación del crédito de seguridad, el establecimiento
sanitario no puede probar su no culpa en la elección o en la vigilancia). Agrega,
asimismo que está permitido a las clínicas probar la ausencia de culpa del
facultativo, cuando estén en juego obligaciones de medios, puesto que aunque
ese factor de imputación (la culpa) no hubiere de proyectarse reflejamente sobre
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la entidad, su prueba en sentido negativo impedirá el nacimiento de la


obligación de seguridad por falta de una exigencia: la culpa del médico. Sin
embargo, podrá la clínica tanto en los supuestos de obligaciones de medio
como de resultado, hacer patente que el daño no es imputable a la culpa del
galeno, sino que el daño proviene de un caso fortuito, con lo cual quedará
destruida la relación de causa a efecto (Bueres Alberto J., Responsabilidad civil
de los médicos, Tº I, Ed. Hammurabi, Bs. As., año 1.994, ps. 385/390).
Por su parte, la obligación que asume el médico no es de resultado o
determinada de curar al enfermo, sino solamente una obligación de medios, es
decir que se compromete a atender al paciente con la debida prudencia y
diligencia, actuando con cuidado y previsión. Por ello se ha declarado que:
“cualquiera fuere la fuente de su obligación, contractual o aquiliana, el médico
nunca puede prometer la conservación de la vida del paciente ni la extirpación
de la dolencia; basta que actúe en la conducción de sus actos profesionales con
la diligencia común a todo ser humano” (Cám. Nac. Civ. Sala c, 12/VI/1964, El
Derecho Tº 8, p. 268, fallo 4428). Agregando Bustamante Alsina que debe poner
en la ejecución de sus obligaciones todo el cuidado y la atención exigibles a su
calidad profesional (Bustamante Alsina Jorge, Teoría General de la
responsabilidad civil, pág. 456).
Se considera ejercicio de la medicina “anunciar, prescribir, indicar o
aplicar cualquier procedimiento directo o indirecto de uso en el diagnóstico,
pronostico y/o tratamiento de las enfermedades de las personas o a la
recuperación, conservación y preservación de la salud de las mismas y el

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asesoramiento público o privado y las pericias que practiquen los médicos,
cirujanos o doctores en medicina.
En la actualidad se entiende que la responsabilidad médica, está sujeta a
las reglas generales y el factor de atribución de responsabilidad correspondiente
es la culpa, a menos que se trate de un caso particular en el que rija la
atribución de responsabilidad objetiva.
El contrato de servicios médicos no es normalmente un contrato de obra,
sino de servicios. En este sentido se pronuncia la jurisprudencia española, como
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también la francesa y la italiana, que parte de que la prestación del médico,


dirigida a la curación del enfermo, es de actividad o de medios y no de resultado
(Cabanillas Sánchez Antonio, Las obligaciones de actividad y de resultado, Ed.
José María Bosch Editor S. A., España, Barcelona, año 1993, pág. 99).
Philippe Le Tourneau opina que cada vez que la obligación sea de
medios no basta al acreedor probar la ausencia de resultado para ser
indemnizado, puesto que el deudor no había prometido ese resultado. El
acreedor debe positivamente establecer que la inejecución de la obligación
convenida obedece al hecho de que el deudor no se ha comportado con toda la
diligencia necesaria, es decir, escrutar y apreciar su comportamiento (Le
Tourneau Philippe, La Responsabilidad civil profesional, traducción Javier
Tamayo Jaramillo, République Francaise, Ed. Dalloz, año 2.005, Legis Editores,
A. a. Bagota, Colombia, año 2.006, p. 28).

V.- La Historia clínica y la pericia médica. Valor y fuerza probatoria de las


mismas
La historia clínica es un instrumento médico legal imprescindible tanto
para los profesionales de la salud y sus auxiliares, como también para el propio
paciente, sus familiares y de relevancia jurídica a la hora de fallar en los
supuestos de mala o buena praxis médica. Como dicen los doctores Ricardo
Juan Boccacci y Daniel Adrián Crescenti, peritos médicos oficiales integrantes
del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, es el
documento de identidad de la salud de una persona, ya que recoge todos los
informes escritos, estudios de laboratorio y de imágenes, tratamientos, y

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controles que se le han realizado. La Historia Clínica refleja todos los datos
sobre la salud de esa persona: sus antecedentes familiares, sus antecedentes
personales (tabaco, alcohol, actividad laboral, etc.), enfermedades, etc. En ella
queda recopilada la información sobre todos los momentos en que recibió
atención médica. Agrega Alfredo Achával que la misma debe acreditar los
medios, tanto para el diagnóstico como para el tratamiento, incluyendo en él las
pautas de régimen de vida ambiental y acumulando elementos necesarios para
el pronóstico y tratamiento. Con el enfermo el trabajo del médico es, en
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resumen, obtener el diagnóstico, el pronóstico y realizar el tratamiento, que no


sólo es de medicaciones, como erróneamente se cree y aun se enseña, sino
que es también de evolución, vigilancia o seguridad, seguimiento y cuidados.
Se trata sin dudas de una prueba documental, de naturaleza médico-
legal-administrativa y que desde la óptica puramente jurídica, es una prueba
instrumental de suma importancia y relevancia a la hora de juzgar sobre la
buena o mala praxis médica.
Una correcta Historia Clínica que avale la buena práctica de la
medicina, es de vital importancia para eximir de responsabilidad al galeno. Así
se sentenció en la causa "V. de F. R. c. Rosa, J., LA LEY, 1993-A, 155, E. D.-
8247-I, cit. por Juan M. Castellanos, en Buena y Mala Practica Médica, Ed.
Alcotan S.A., Año 1996, pág. 42/43. Ello así, por cuanto, la historia clínica, si
bien constituye un instrumento unilateral, da cuenta de las secuencias médicas
acaecidas y resulta decisiva para esclarecer hechos como el juzgado en el
caso; por lo tanto, y con mayor razón cuando se encuentra avalada y
corroborada con la prueba pericial médica, que no enerva su contenido obligan
a tener por cierto lo expresado en ella.
Según nuestra opinión los caracteres jurídicos de la historia clínica
como documento o prueba instrumental serían los siguientes:

a) Personal: Ello significa que esa información por escrito de todo el proceso
médico del paciente tiene que ser realizada, en forma y modo personalizado,
por el profesional galeno interviniente en el acto médico, de su puño y letra con
su firma y sello aclaratorio, ya sea el médico de cabecera o el que actuare. En

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suma, es un documento que debe llevar personalmente el médico tratante.

b) Fidedigno: Pues constituye una información que emana por escrito del
propio médico actuante, sea o no parte en el contrato. Significa aquella
información que es digna de fe y de crédito, presumiéndose su buena fe, salvo
prueba en contrario, sea directa o indirecta, esta última constituida por los
indicios, graves, precisos y concordantes.

c) De tracto sucesivo: Ello significa que los actos médicos deben guardar un
orden cronológico, pues todas las anotaciones o registraciones en la
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documentación deben complementarse con la fecha, hora y minutos si


correspondiere, asimismo cada acto médico asentado debe relacionarse con el
anterior y así sucesivamente, guardando coherencia entre los mismos al jugar
un papel trascendente como en los casos de asistencia médica o traslado de
pacientes por necesidad de mayor complejidad, cuestiones en los que pudiese
responsabilizarse al médico por una mala atención en la demora o según su
caso por la falta de congruencia, concatenación, enlace o conexión entre los
actos médicos.

d) Confidencial: Significa que debe garantizarse la preservación del secreto


médico, pues este último constituye un deber y una obligación del galeno, toda
vez que la historia clínica no debe ser expuesta a quienes tengan otros
intereses que no sean los puramente profesionales. El interés público, la
seguridad de los enfermos, la honra de la familia, la responsabilidad del
profesional exige el secreto. Revelarlo sin justa causa, causando o pudiendo
causar un daño a terceros, es un delito previsto por el art. 156 del Código Penal.
El secreto médico obliga a todos los que concurren a la atención del enfermo.

e) Completo: Este carácter importa que la misma debe contener la mayor


cantidad de datos posibles ya sea en sus aspectos de forma y de fondo,
relacionados con cuestiones administrativas y médicas a la vez. En cuanto a su
estructura, sus partes administrativas, demográficas, médicas, sociales, sus
consentimientos, intervención de terceros, etc., debe ser lo más detallado
posible para reflejar en sus asientos la verdad de lo acontecido y que haya una

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verdadera coincidencia entre lo sucedido durante el acto médico y su registro.

f) Confiable: La información debe ser lo más verosímil posible y los


procedimientos deben ser cronológicos de los acontecimientos médicos. Como
también la documentación debe reflejar su acumulación en el proceso y no una
deliberada elaboración posterior. Ergo, obsérvese que en los casos de los
centros médicos de renombre presentan documentación más confiable por los
propios mecanismos de auditoria y de control informático generalmente en
combinación.
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g) Contemporáneo: Ello significa que los asientos médicos que se registran


deben necesariamente realizarse en la oportunidad en que se realice la práctica
o acto médico y no después de un tiempo.

La historia clínica es un instrumento privado médico-legal-


administrativo (art. 1.012 del Cód. Civ.), que obligatoriamente debe confeccionar
y llenar el médico tratante del enfermo o el establecimiento sanitario privado o
público, llámense clínicas u hospitales y excepcionalmente en algún fallo
jurisprudencial se la ha considerado como un instrumento público (art. 979 inc.
2° del Cód. Civ.) cuando emana de un médico-funcionario público perteneciente
a un hospital público.

Es un documento Médico-legal, pues: a) Se trata de un instrumento


cuyo derecho al acceso es limitado. b) Puede considerarse como un documento
de cuidados asistenciales. c) Es un elemento de prueba en los casos de
responsabilidad médica profesional. Tiene un extraordinario valor jurídico en los
casos de responsabilidad médica profesional, al convertirse por orden judicial en
la prueba material principal de todos los juicios de responsabilidad médica,
constituyendo un documento médico-legal fundamental y esencial de primer
orden. En tales circunstancias la historia clínica, permite la evaluación de la
calidad asistencial tanto para la apreciación judicial de la conducta del médico
como para verificar si cumplió con el deber de informar, de realizar la historia
clínica de forma adecuada y eficaz para su finalidad asistencial, puesto que el
incumplimiento de tales deberes también constituye causa de responsabilidad

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profesional. d) Resulta ser un testimonio escrito "documental" de veracidad de
declaraciones sobre actos médicos-clínicos y la conducta profesional. e)
Instrumento sobre el cual se realizará durante la etapa probatoria el dictamen
pericial médico, toda vez que resulta ser un elemento clave en la elaboración de
los informes médico-legales practicados por los expertos —como verdaderos
juicios de hecho— que será apreciado judicialmente por el Juez con el objeto de
determinar la responsabilidad médica profesional. El objeto de estudio de todo
informe pericial sobre responsabilidad médica profesional es la historia clínica, a
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través de la cual se valoran los siguientes aspectos: enumeración de todos los


documentos que la integran, reconstrucción de la historia clínica, análisis
individualizado de los actos médicos realizados en el paciente, personas que
intervinieron durante el proceso asistencial, etc.

Es un documento administrativo: La historia clínica es un elemento


fundamental desde su aspecto netamente administrativo para el control y
gestión de la calidad de los servicios médicos prestados por sus profesionales,
colaboradores o auxiliares de las instituciones sanitarias ya sean públicas o
privadas.

Ahora bien, pasando revista a la H. C. (Clínica Solís – La Caja de


Ahorro y Seguro A.R.T) acompañada en autos como elemento probatorio, de su
lectura y estudio llego a la conclusión que la misma tiene validez probatoria,
corroborada debidamente con la pericia médica a la cual más abajo me referiré,
de conformidad con la aplicación de las reglas de la “sana critica” (art. 384 del
Cód. Proc.), sobre la base de las siguiente fundamentación, a saber: a)
Constan cronológica y sucesivamente las fecha de atención médica; b) el
diagnostico; c) tratamientos aconsejados; d) radiografías tomadas al paciente;
e) evaluación f) sesiones de kinesiología; g) Estudios de R.M.N.; H) Se realiza
E.M.G.; i) Informes de kinesiología; J) en fecha 6/7/2.006 consta alta en la
fecha. Paciente firma en conformidad. K) Consta agregada en autos la orden de
autorización de prestaciones.
Se ha glosado en autos, la H. C. de la Obra Social del actor, que
avalaría la asistencia médica del mismo brindada por la accionada.

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Con el oficio librado al Sanatorio Güemes, que fue respondido en
fecha 2/3/17, según recepción del Juzgado, se informa que el actor presenta
ingreso por consultorios de resonancia nuclear el 27/12/05, expidiéndose copia
de telex de turno.
Las historias clínicas mencionadas “ut supra” y que fueron objeto de
consideración, se encuentran corroboradas por la pericia médica realizada, las
explicaciones vertidas por el experto tanto por escrito como verbalmente en una
audiencia celebrada a esos efectos por S. S.-
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Así las cosas, el médico legista presentó su informe a fs. 355/364 y


sometiendo a estudio y consideración el dictamen principal y las explicaciones
vertidas por el mismo, llego a la conclusión de que dicha experticia en su
conjunto gozan de valor y fuerza probatoria, en virtud de las siguientes razones
jurídicas, a saber: 1.- Consta de un preámbulo o introducción en donde se
consignan los datos de identidad del peritado y los antecedentes de autos. Me
remito al Punto IV.- 2.- Examen -anátomo- clínico-funcional. Inspección de la
columna. Palpación. Percusión. La fuerza. Con exposición en la cual se
mencionan todos los datos, que recoge en el examen. Sus antecedentes, el
estado actual, los resultados de los estudios previos de radiografías, los
resultados de los medios auxiliares de diagnósticos etc.- 3.- En el ítems IV.-
Consideraciones médico-legales, adecuando los conocimientos médicos y las
normas jurídicas, sobre la base de los elementos de autos, examen –anátomo-
clínico-funcional, estudios previos complementarios, con descripción de su
patología, con desarrollo de sus fundamentos técnicos-científicos. Discusión en
la que se elaboran las razones de un diagnóstico. 4.- Conclusiones. Respuestas
a los puntos periciales de la actora y de la demandada, que por honor a la
brevedad me remito a la experticia.
En efecto, con referencia a dicha historia clínica, que considero fue
llevada correctamente se vislumbra que:
02/04/2005: Paciente ficha: 1/21.671.066 Leguizamón Raúl Alberto,
comenzando su atención el día 02/04/2005 habiéndose dejado constancia de:
“Lumbialgia post-esfuerzo, sin contractura paravertebral, movilidad disminuida,

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lasegue bilateral negativa. RX lumbosacra (FyP) N°2950, discopatia L5-S1,
escoliosis leve”
21/09/2005: lumbalgia post esfuerzo, maniobra de lasegue (+), sin
contractura muscular, Dra. Figueroa. RX Lumbosacra (fyp) N° 88421, se solicita
EMG con velocidad de conducción. Diclegesic 75 mg COMP.
23/09/2005: control, lumbalgia Dr. Zgajnar: se realiza EMG informe
de estudio- Dr. Schuts el trazo EMG es compatible con lo normal. La Presencia
de Pum Im Rico sugiere contractura muscular lumbosacra, a predominio L5, al
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examen no presenta contractura muscular, movilidad conservada. Lasegue


negativo. Alta en la fecha.
25/10/2005 Lumbalgia post esfuerzo, 2° episodio en 20 días, se
solicita RMN de raquis lumbosacra, se indica 10 sesiones de FKT Diclogesic 75
Comp. Informe inicial de kinesiología: Lic Tavalla: lumbalgia post esfuerzo,
sesiones prescriptas 10. Tratamiento: IR, e analgesia, magnetoterapia,
laserterapia, kinesioterapia, movilidad activa: raquis lumbar, flexión 50°. Resto
conservado. Lasegue (-) bilateral. Contracturas lumbares derechas. Movilidad
pasiva: completa…cito el 27/10/05 para FKT, control médico el 8/11/05
27/10/2005 realizo sesión de kinesiología, cito el 28/10/2005.
28/10/2005 realizo sesión de kinesiología, control lumbalgia, se
realiza EMG, el trazado es compatible con lesión neurogena reciente sin
denervación actual en L4-L-S1 de grado moderado en L 4 y leve en el resto.
Asimismo, consta sesión de kinesiología 31/10/2005, 01/11/2005,
02/11/2005, 04/11/2005, 07/11/2005, 08/11/2005 fecha en cual se expresa que
existió asistencia completa, colaboración buena movilidad activa raquis lumbar,
mejoraron contracturas, persiste dolor. Paciente firma en conformidad con
tratamiento kinésico recibido. Control lumbalgia, informe de RMN de columna
lumbosacra: correcta alineación vertebral, cono medular de morfología y señal
normal L5 S1: signos de deshidratación discal con presencia de hernia
posteriomedial derecho que borra la grasa epidural del sector anterior del canal
y toma contacto con saco tecal y la raíz S1 derecha.
“9/11/2005 se realizó sesión de kinesiología, se indicó 5 sesiones de
kinesiología: 10/11/2005, control 16/11/2005, sesión 11/11/2005, 14/11/2005,

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15/11/2005, informe: asistencia completa, colaboración buena, mejoraron
contracturas, continúa dolor paravertebral, se le indicaron nuevas 5 sesiones de
kinesiología, nuevo control 23/11/2005. Control por auditor medico: Dr Greco,
paciente refiere continuar con dolor, realiza 15 sesiones de FKT, repetir hasta el
18/11/2005”. Constancia de sesiones de kinesiología: 22/11/2005, 23/11/2005,
24/11/2005, 25/11/2005, se indicó 5 sesiones más de kinesiología.
28/11/2005 informes final de kinesiología, y diagnósticos del
paciente. En el cual se dejó constancia que el actor habría tenido buena
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evolución, con movilidad conservada, dándose el alta.


El 27/06/2006 consta un nuevo ingreso del paciente lumbociatalgia
por discopatia degenerativa y deshidratación de disco L5 S1 (hernia de disco
posteromedial derecha), solicitándose RMN de columna lumbosacra y EMG.
Al 30/06/2006 tuvo un control lumbociatalgia se realiza EMG, informe
de estudio: el trazado EMG es compatible con lesión neurogena crónica, sin
denervación actual, en L4 L5, S1 de grado moderado en L4-L5 derechos y de
grado leve en el resto, se solicita RMN Lumbosacra, cito el 06/07/2006. (lesión,
incluso denunciado por el actor como hecho nuevo y admitido por SS a fs.
216/217)
Por otra parte, si bien consta que por decisión de ART el rechazo de
siniestro a la fecha 06/07/2006, el día 03/11/2006 reingresó por lumbalgia post
esfuerzo, discopatia hernia de disco L5 S1, otorgando 10 sesiones de
kinesiología y reposo.
Al 9/11/2006 se informó un tratamiento de infrarrojo, electroanalgesia,
kinesioterapia antalgica, constando sesiones de kinesiología de fecha
13/11/2006, 14/11/2006, 15/11/2006 destacándose que el paciente continua
tratamiento según protocolo de rehabilitación y efectuándose nuevas sesiones
los días 17/11/2006, 20/11/2006, 21/11/2006.
Finalmente, con fecha 22/11/2006 se informó que el paciente recibió
en conformidad la atención kinésica recibida, que resulta un paciente con
patología de base, discopatia L5S1, alta en la fecha, con derivación a Obra
social. Paciente firma en conformidad.

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Por otra parte, a fs. 40, 42, 43, 44, 45 obran constancias de sesiones
kinesiología, a fs. 51 informe electro neurofisiológico y a fs. 52 informe de
resonancia magnética. Por otra parte, a fs. 53/58 se encuentra adunado el
registro de rehabilitación del actor.
Asimismo, además de dicha historia clínica, a 355/363 vta. –como
adelanté- obra la pericia médica referida “ut supra”, presentada por el perito
médico Ricardo Hermida, traumatólogo y legista laboral, quien luego del
examen practicado a la persona del actor, concluyó que: “Examen físico de
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columna lumbar: Inspección: la columna vertebral se encuentra en eje y


aplomada. Sin desviaciones patológicas. La lordosis lumbar esta rectificada. No
se aprecia escoliosis. La piel del dorso presenta una coloración normal y no se
observan cicatrices. Cuando realiza la maniobra de Adams (flexión máxima de
columna lumbar) se verifica una columna lumbar semirígida y dolorosa
(comprobada por la expresión facial y la miosis refleja en ambos ojos).
Palpación: las masas musculares paravertebrales lumbares se revelan
contracturas y espasmódicas. La presión digital sobre la apófisis espinosa L5 y
S1 refiere dolor. Al realizar presión sobre los agujeros de conjunción lumbares,
el actor refiere dolor irradiado hacia miembros inferiores. No se detectan
edemas ni infiltraciones del tejido subcutáneo. Percusión: las apófisis espinosas,
especialmente L5 y S1, despiertan dolor a la percusión efectuada suave y
moderadamente con el martillo de Traube. Motilidad activa y pasiva de la
columna lumbosacra: presenta limitación funcional en la flexión activa 70º
(V.N.90º) y cuando se intenta finalizarlo en forma pasiva el actor refiere dolor
lumbar, para la extensión activa es de 10º (V.N.30º) y sucede lo mismo que en
el movimiento anterior, para las rotaciones derecha e izquierda son de 40º
(V.N.60º) y lateralidades derecha e izquierda son de 40º (V.N.60º). La fuerza: la
potencia de contracción activa se halla conservada y normal. En los miembros
inferiores, los signos Lasegue y Wasermann bilaterales son negativos.
Hipoestesia en territorio L5-S1 en pierna y pie derecho. En los reflejos
osteotendinosos: hiporreflexia aquileana derecha. Normotonía del extensor
largo propio del ambos hallux. Examen de la marcha: deambula sin
claudicación, puede realizar la marcha en puntas de pies y sobre talones. IV.-

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Consideraciones médico-legales: De todos los elementos obrantes en autos,
del examen anatómo-clínico funcional y de los exámenes complementarios
llevados a cabo en la persona del actor, se demostró que actualmente
presenta lumbalgia crónica por hernia discal lumbar con repercusión
funcional.”
Asimismo, el perito continuo su experticia destacando que:
“Lesiones de discos intervertebrales lumbares: el síndrome de la rotura de
disco intervertebral en la región lumbar, y desde entonces esta lesión vino a
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reconocerse como la causa más común de lumbago y ciática, tanto que


ocasiona estos síntomas con mayor frecuencia que todas las otras lesiones
juntas. En efecto, es probable que la mayoría de los seres humanos tengan
síntomas de rotura de disco intervertebral en algún momento de su vida, pero
esto es raro antes de los 15 años e infrecuente después de los 60. En el 95%
de los casos el problema está en el disco lumbar cuarto o quinto, o bien en
ambos, y en la mayoría del 5% restante en el tercero. Tal como señala la rotura
de un disco intervertebral lumbar casi siempre es traumática, adoptando este
término en su sentido más amplio. La rotura obedece a toda un vida de abuso
constante, stress y esfuerzo de este elemento. Si bien muchos pacientes
refieren el antecedente de un episodio traumático justo antes de que
apareciesen los síntomas, es improbable que el anillo intacto se pueda romper a
raíz de un traumatismo que no sea muy violento. En otras palabras, el disco roto
usual es consecuencia de un empeoramiento de una anormalidad preexistente
en el anillo. En particular, el tratamiento conservador está indicado: 1) en
pacientes que sufren un primer episodio, sea leve o grave; 2) en los que sufren
episodios a repetición con poca frecuencia, y 3) en aquellos cuyos síntomas son
molestos pero no incapacitantes. Si con el tratamiento conservador la
sintomatología no cede o si hay manifestaciones de creciente déficit neurológico
aunque el dolor se alivie, está indicada la cirugía. Otros factores que se deben
tener en cuenta son la disposición del paciente a seguir haciendo el tratamiento
conservador y su aptitud para soportar el dolor y la incapacitación, aparte de
que también debe estar en condiciones de sufragar el tratamiento conservador.
”....Contestación a los puntos periciales de la parte actora: “si tal dolencia

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requirió de intervención quirúrgica y a que efectos, indicando fue el resultado
“c.- No”. Si el diagnóstico y tratamiento realizado en su oportunidad por la
Clínica Solis, Servicios Hospitalarios San Justo SA, en su carácter de
prestadora la “La Caja ART SA” incluyo tratamiento de kinesiología, fisiatría,
ejercicios de rehabilitación, reposo, cambio de tareas pesadas a livianas” “e.- Se
le realizó kinesiología, fisiatría y ejercicios de rehabilitación y reposo temporario.
No consta cambio de tarea”. Si fueron realizados radiografías de la zona
afectada… f.- Si, consta Rx. De columna lumbosacra en fecha 2/4/05. “si la
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continuación plena de las labores de estibador de bolsas y cajones conteniendo


frutas, verduras y productos de la actividad agrícola, me permitía y permite
efectuarlas sin daño a mi salud” i.- No consta tarea realizada ni informe de
riesgo. “si la lumbalgia aguda de la cual padezco –originada en la hernia de
disco ya consignada y la compresión de una raíz (en este caso por las tareas de
esfuerzo y actitudes posturales de rotación y otras a las que estoy obligado)
puede tener origen en las mismas, y si estoy en condiciones de continuar
realizándolas” j.- Se encuentra contestada ut supra. (…) Contestación a los
puntos periciales de la parte demandada: 3) informe que estudios por imágenes
se le debe realizar a un paciente con diagnóstico de lumbalgia post esfuerzo
como el caso del Sr. Leguizamón y los estudios realizados en Servicios
Hospitalarios San Justo SA, cumplen con los que se consideran adecuados y
necesarios: 3) Rx. De columna lumbosacra, EMG y VCM de miembros inferiores
y/o RMN. Informe si el tratamiento de la lumbalgia post esfuerzo es
primariamente conservador y en caso de responder en forma afirmativa informe
en que debe consistir ese tratamiento: 4) Si. FKT (…) informe si el tratamiento
que debía implementarse era del tipo conservador: 5) Si. “6) informe en que
casos una lumbalgia es de tratamiento quirúrgico y si era el caso del Sr.
Leguizamón” “6) No”. 7) si a su entender el tratamiento recibido por el paciente
en Servicios Hospitalarios San Justo SA fue el adecuado…7) Si.”- 8) “si la
patología de columna lumbar presentada por el señor Leguizamón pudo
agravarse como consecuencia de la atención medica recibida en Servicios
Hospitalarios San Justo SA” 8) No” 9) “….especifique en el caso de que
presente incapacidad, si la misma se debe a su enfermedad de base o a

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una mala atención recibida por el mismo en Servicios Hospitalarios San
Justo SA”. 9) …Se debe a su enfermedad de base”. Dicha pericia resultó
impugnada por la parte actora a fs. 375/377. Sin perjuicio de ello, a fs. 464 se
celebró una audiencia con el perito médico en fecha 25/10/2018 en virtud de las
facultades ordenatorias e instructorias de los magistrados, quien refirió en lo
medular que el agravamiento de la lesión se debería a diferentes causas,
como la enfermedad de base del actor, la edad, su peso, las tareas que
realiza, (que fue debidamente indemnizado conforme expuse “ut supra”,
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de acuerdo a la conciliación homologada celebrada en sede laboral), y


además agregó que: “En este caso no hubo mala praxis con respecto al
tratamiento instaurado, lo que si no consta que al actor le hubieran
indicado cambio de tarea”.

Por todo lo expuesto, estimo que la pericia se ajusta a las prescripciones


legales de los arts. 472 y 474 del Cód. Proc., por cuanto cuentan, con los
aspectos preparatorios, estudios previos, análisis de los puntos de pericia y los
fundamentos y su conclusión, constituye un dictamen con fuerza probatoria
teniendo en consideración la competencia del perito, los principios científicos en
que se funda y la concordancia de su aplicación con las reglas de la sana crítica
y demás pruebas y elementos de convicción que la causa ofrece, entre ellas la
historia clínica acompañada por Servicios Hospitalarios Clínica Solís a fs. 35/63,
66, 77/78, 79/80, 94/102 referenciada oportunamente, estudios
complementarios de fs. 268/269, Historia Clínica de la Obra social de fs.
407/412 y constancias acompañadas por Sanatorio Güemes a fs. 419/420,
destacando que el paciente ingresó a dichos consultorios por resonancia
magnética nuclear de fecha 27/12/05.

En suma, habiendo sentado la normativa, el encuadre jurídico y


doctrina que entiendo aplicable al caso bajo juzgamiento, habiendo considerado
la naturaleza jurídica de la historia clínica, las características que ésta debe
reunir, como así también su valor probatorio y considerando que no encuentro
mérito para apartarme de la pericia medica obrante en autos, corresponde
ahora determine si en la especia se encuentra configurada la responsabilidad

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por mala praxis médica en cabeza de la demandada “Servicios Hospitalarios
San Justo SA Clínica Solis”.

VI.- Extremos legales para que prospere una demanda por mala praxis
médica

El ilustre jurista francés Jean Domat, que inspiró a los autores del Código
Civil Napoleónico, fundamento la estructura jurídica de la responsabilidad civil,
sobre la base de dos principios jurídicos –que hoy mantienen su vigencia- y son:
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1.- “No hay responsabilidad sin culpa”, 2.- No hay responsabilidad sin daño”.
Estos dos principios fueron tomados como fuente del derecho francés por
nuestro codificador don Dalmasio Vélez Sarsfield e incorporados al Código Civil
y que mantienen su vigencia en materia de responsabilidad subjetiva en el
nuevo Código Civil y Comercial..

Resulta necesario recordar que deberá probarse, los cuatro extremos


o requisitos legales de la responsabilidad contractual subjetiva, que deben
reunirse y acreditarse con los medios probatorios idóneos al efecto, siendo ellos
los que dinamizan y ponen en funcionamiento el deber de seguridad y garantía
que asumiría la Clínica demandada –como presupuestos- la responsabilidad
directa y objetiva de ella, sin perjuicio de que previamente hay que acreditar
debidamente la culpa del médico y el daño; a saber: a) La relación de
causalidad adecuada existente, entre el incumplimiento contractual o legal por
parte del profesional médico que asiste al paciente, dependiente de Servicios
Hospitalarios San Justo SA Clínica Solís, prestadora del servicio de salud o
deficiente cumplimiento del mismo y el resultado dañoso que ello produce como
consecuencia (“causa-efecto”). b) Que el daño fue una consecuencia imputable
o atribuible (a título de culpa) a la deficiente prestación del servicio de salud en
cabeza del cuerpo médico de la demandada; c) La antijuridicidad: es decir, que
el incumplimiento asistencial-médico-legal-, viole el principio denominado.
“alterum non laedere”: “no dañar al prójimo”, que tiene su raíz constitucional en
el art. 19 de la Constitución Nacional o la violación del ordenamiento legal. d) el

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factor de atribución e imputación que es subjetivo. En tal sentido, para
establecer la causa de un daño es necesario hacer un juicio de probabilidad -
dice Orgaz Alfredo (en El Daño Resarcible, Editora Córdoba, año 1992, p. 43).
La pregunta a contestar es la siguiente: El incumplimiento contractual o legal del
presunto responsable, ¿era por sí mismo capaz de ocasionar normalmente
según el curso natural y ordinario de las cosas (art. 901 del Cód. Civ.) este
daño?. Si se responde afirmativamente, conforme a la experiencia de la vida o
las máximas de la experiencia del Juez, se declara que el incumplimiento era
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adecuado o idóneo (art. 906 del Cód. Civ. que enuncia el nexo adecuado de
causalidad o el “nexo entre la causa y el efecto“) para producir ese daño o
resultado, y entonces éste es objetivamente imputable al agente incumplidor; si
se contesta que no, falta la conexión causal, aunque considerando el caso en
concreto tenga que reconocerse que esa conducta fue también condición “sine
qua non” del daño: pero éste se considera solamente casual (“casus”) o fortuito.
El Juez realiza un juicio de probabilidad y en la teoría de la causalidad
adecuada, debe mentalmente retroceder hasta el momento de la acción o del
incumplimiento a fin de establecer si ésta era o no idóneo para producir el daño
(pronóstico póstumo). Se señala que la adecuación o idoneidad o aptitud no
debe buscarse solamente entre la acción u omisión del presunto responsable y
el daño, sino también entre los diversos anillos o eslabones intermedios de la
cadena causal que unen aquella con éste: todo el proceso causal deber ser
adecuado. De este modo, el sistema jurídico de la relación de causalidad
adecuada (art. 901 y 906 del Cód. Civ.), tiene los siguientes caracteres jurídicos,
a saber: a) Es abstracto; b) Es empírico; c) Es probabilístico; y d) resulta ser “ex-
post-facto”.

Así las cosas, atento a lo expresado al tratar el instituto de la cosa


juzgada, -y sin perjuicio de resultar reiteratorio- observo que a fs.18/24 vta. se
presentó el Sr. Raúl Alberto Leguizamón, iniciando demanda de daños y
perjuicios contra “Servicios Hospitalarios San Justo SA” (Clínica Solís),
manifestando que la acción que ahora intentaba guarda inmediata e íntima
relación con el reclamo formulado en su oportunidad a la Aseguradora de

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Riesgos de Trabajo La Caja ART SA, en razón de los daños ocasionados por
una enfermedad accidente ocurrida por causa exclusiva y en ocasión de realizar
su trabajo habitual, en relación de dependencia con su empleadora Rubén
Antonio SRL y desde el año 2002, luego de haber ingresado sin afecciones que
le impidieran la realización de las tareas a ejecutar. También he resaltado que el
actor manifestó que realizaba tareas de esfuerzo constante como estibador de
cajas y bolsas de frutas y verduras en el Mercado Central de Buenos Aires.
Explicó que el trabajo de estibador de bultos de por si es un trabajo de esfuerzo
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superior a lo normal que consiste en levantar del piso los cajones y bolsas con
productos agrícolas, lo cual ha ido minando su físico hasta comenzar a padecer
de fuertes dolores en la columna vertebral, hasta que a fines del año 2005 y
ante la negativa de la ART a continuar atendiéndolo de la lumbalgia
atribuyéndole el carácter de patología inculpable, prosiguió atendiéndose en su
Obra Social.
Continuó su relato, manifestando que le practicaron una Resonancia
Magnética en el Sanatorio Güemes de Ciudad de Buenos Aires, el cual arrojó
como resultado “una degeneración fibrosa de disco intervertebral L5 S1 con
franca profusión discal, medial y lateral derecha, según informe del 27/12/05”, lo
que a raíz de ello motivara su denuncia a La Caja ART bajo siniestro 24633.
Que a raíz de las patologías lumbares que comenzaron a afectarle, y
luego de la formulación de denuncia de siniestro, era derivado por su ART a su
prestador médico en la jurisdicción “Servicios Hospitalarios San Justo SA
Clínica Solís”, quienes han tratado su patología como una simple lumbalgia,
prescribiendo reposo de no más de dos o tres horas, para luego retomar a su
trabajo habitual sin indicación de prescripción de tareas de menor esfuerzo,
diagnosticándose “Lumbalgia Post esfuerzo”.
Que asimismo refirió que se había detectado una patología crónica y
de carácter inculpable (L5-S1) Signos de deshidratación discal con presencia
de hernia posteromedial derecha con radiculopatia crónica.
Que en consecuencia, y tal como resultara de las constancias laborales
“ut supra” que he destacado al inicio, ante el rechazo de la denuncia por dicha
patología inició el referido expediente laboral contra La Aseguradora de Riesgo

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de Trabajo La Caja ART, (Leguizamón Raúl, c/ La Caja ART SA s/ acción
accidente común Expte. Nro.: 2725/10 Juzgado Nacional de Primera Instancia
del Trabajo Nro. 21 de La Capital Federal), en donde fue sometido a examen
médico y llegar a un acuerdo por el 15% de incapacidad que fuera
posteriormente homologado.
Por lo cual, luego del relato pormenorizado de los hechos, preciso
que la presente demanda de daños y perjuicios, dirigida contra Servicios
Hospitalarios San Justo SA Clínica Solis, resulta por ser la responsable del
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agravamiento de la patología que padece. Sin embargo, adelanto que el


agravamiento de la dolencia se lo indemnizó Prevención A.R.T. S. A., según
acuerdo homologado en sede laboral que luce a fs. 93/95, autos caratulados:
“Leguizamón Alberto c/ Prevención A.R.T. S. A. s/ daños y perjuicios”, que
tengo ante mí vista, venidos “ad effectun videndi et probandi”).
Continuando con el relato, refirió que fue tratado y diagnosticado por el
profesional con ligereza sin analizar o pedir los estudios complementarios de
imágenes, dándole no más de uno o dos días de reposo, ni se le ordenaron la
ejecución de prácticas de rehabilitación. Asimismo, que tampoco se le habría
prescripto la ejecución de tareas livianas en forma definitiva, lo cual habría
impedido –entiende- que se agravara el cuadro de lumbalgia aguda post
esfuerzo.
Corrido el pertinente traslado de demanda, a fs. 103/118 vta.
contestó “Servicios Hospitalarios San Justo SA”, quien admitió que el actor fue
atendido por su poderdante a partir del 2 de abril del 2005 por un cuadro de
lumbalgia post esfuerzo.
Destaca que según constancia de la historia clínica, el señor Raúl
Alberto Leguizamón de 41 años, fue atendido por un cuadro de lumbalgia post
esfuerzo sin contractura paravertebral y signo de Lasegue bilateral negativo el
2 de abril de 2005. Dice que el actor era estibador y que se le realizaron
radiografías de columna lumbosacra de frente y perfil, la que informó una
discopatía L5-S1 y escoliosis leve. Por lo cual, como primer defensa, advierte
que resulta falaz que a su ingreso no se le realizaron estudios por imágenes

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Que ante un nuevo ingreso, el actor fue atendido el 21 de septiembre
de 2005 por el mismo cuadro con maniobra de Lasegue (+), efectuándole
nuevamente radiografías de columna lumbar e electromiograma, el cual fuera
informado como normal. En dicha oportunidad se le medicó con Diclofenac 75
mg.

Agrega que el 25 de octubre de 2005, Leguizamón fue derivado por


su ART (La Caja) por un cuadro de lumbalgia post- esfuerzo, 2do episodio en
20 días y que en esa ocasión se le requirió una resonancia magnética nuclear
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de columna lumbosacra (RNM), la cual denotó la presencia de deshidratación


discal a nivel de L5-S1 con hernia posteromedial derecha que borra la grasa
epidural del sector anterior de la grasa espinal y toma contacto con el saco
tecal y la raíz S1 derecha. Que se le indicaron 10 sesiones de kinesiología y
analgésicos. Destaca que tampoco es cierto que al paciente no se le indicara
rehabilitación.
Continúa narrando que el 28 de octubre de 2005, se le realizó al actor
un electromiograma (EMG), el cual informó lesión compatible con lesión
neurógena reciente sin denervación actual en L4-L5-S1 de grado moderado en
L4 y leve en el resto.
Que el paciente recibió un total de 23 sesiones de kinesiología hasta el
día 28/11/2005, constándose buena evolución del cuadro pero con leve
persistencia del dolor a la flexión forzada del raquis.
Que asimismo, ante un nuevo reingreso el día 27/06/2006 por discopatia
degenerativa y deshidratación de disco L5 S1, se le solicitó una nueva RNM que
informó discopatía hernia de disco L5 S1 y un nuevo EMG, el cual determinó
lesión neurogena crónica sin denervación actual.
En consecuencia, se le indicaron 10 sesiones de kinesiología,
continuando tratamiento hasta el día 22/11/06, momento en el que fue dado de
alta por su ART, por considerar que el padecimiento se debía a la patología de
base del actor y fue derivado a la obra social para continuar el tratamiento.
Finaliza su defensa, manifestando que de haberse agotado las instancias
de tratamiento conservador, aun quedaba la opción de tratamiento quirúrgico, el

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que no pudo implementarse por decisión expresa de la Caja ART, como así
también, que no se encuentran configurados los presupuestos de la
responsabilidad y que en el caso bajo estudio, la obligación del médico se la
clasifica como una obligación de medios.
Asimismo, tal como valoré “ut supra” Servicios Hospitalarios San Justo
SA, acompañó la copia de la historia clínica del actor obrante a fs. 35/102,
mientras que el perito médico designado en autos, presentó su experticia a fs.
355/364, elementos probatorios que ya he destacado y dado fuerza probatoria,
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remitiéndome a lo expuesto en el capítulo V, de esta sentencia.


En consecuencia, de las constancias de autos y pruebas destacadas,
se observa que a ver de este sentenciante no se ha logrado acreditar que la
atención recibida en la clínica demandada, haya efectivamente agravado su
patología de base. Criterio que sostengo aun con la admisión del hecho nuevo
denunciado por el actor, tipificado como finalización de la incapacidad laboral
temporaria que consta en el formulario de Prevención de la ART y acompañado
por éste, toda vez que esta incapacidad laboral–a mi juicio- carece de
relevancia e importancia jurídica, a los efectos de imputarle mala praxis médica
a la accionada.

Se ha probado que el tratamiento conservador recibido a través de


rehabilitación, sesiones de kinesiología, estudios médicos (placas radiográficas,
EMG, etc) y demás consultas efectuadas en el nosocomio han sido acordes con
los protocolos médicos habituales. Un tratamiento médico no siempre puede
lograr el resultado esperado por el enfermo, toda vez que su éxito depende de
muchos factores, como por ejemplo su idiosincrasia, resistencia a dicho
tratamiento, etcétera.

Si bien, ciertas cuestiones han devenido firma a esta instancia, como es


la patología del actor y su grado de incapacidad, lo cierto es que dicha situación
no es suficiente para tener por acreditada la responsabilidad médica en los
términos planteados por el actor.

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No se encuentra acreditado tampoco que la falta de recomendación de
nuevas tareas haya causado efectivamente el agravamiento de la enfermedad.
Estimo que el actor asumió la carga de la prueba de dicha recomendación o
sugerencia, mediante prueba idónea al efecto, y no cumplió con dicha carga
procesal, pues dispone el art. 375 del Cód. Proc., que incumbirá la carga de la
prueba a la parte que afirmare la existencia de un hecho controvertido, toda vez
que cada una de las partes debe probar el presupuesto de hecho de la norma o
normas que invocare como fundamento de su pretensión.
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El accionante no logró acreditar que fue la negligencia o culpa médica la


que ocasionó las consecuencias negativas para su salud física. Surge a todas
luces, que no hubo mala praxis médica con respecto al tratamiento instaurado
por el facultativo de la demandada.

Además el experto agregó que el agravamiento de la enfermedad


accidente se debería a diferentes causas, como ser la enfermedad base del
actor, la edad, su peso y las tareas que realizaba, cuyo agravamiento de la
lesión fue resarcido por la A.R. T. Seguros Caja de Ahorro.

Asimismo, la impugnación a la pericia formulada por la actora fue


desestimada por S. S. según auto de fecha 31/3/2.016; sin embargo, recibe
aprobación judicial en esta instancia recursiva (arts. 472 y 474 del Cód. Proc.),
quien ni siquiera logró desvirtuar con una contra pericia al efecto.

Respecto a la prueba testimonial rendida a fs. 403/404, prestada por el


Sr. Carlos Alberto Migliavacca, tampoco es por si idónea para acreditar la
responsabilidad de la demandada, toda vez que es un testimonio único y aislado
que debe ser analizado con sumo rigor y estrictez, pues no se encuentra
corroborado por ningún otro medio probatorio que lo avale como tal, y que el
juez aprecia según las reglas de la sana critica, las circunstancias y motivos que
hacen disminuir su fuerza probatoria (art. 456 del Cód. Proc.). Finalmente, el
relato del testigo no tiene entidad suficiente para contrarrestar el resto de la
prueba valorada “ut supra”.

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La parte actora no acreditó con medios probatorios idóneos al efecto, que
el facultativo profesional de la Clínica demandada haya omitido las diligencias
que exigiere la naturaleza de la obligación, y que correspondiesen a las
circunstancias de las personas, del tiempo y del lugar (arts. 512 del C. C. y art.
375 del Cód. Proc.).

Por lo cual, analizados todos los medios probatorios producidos,


considero que no se ha acreditado la relación causal, es decir, no se probó el
nexo-causal, ni la imputación o atribución de responsabilidad, el deficiente
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servicio de salud en cabeza de la clínica demandada. Por lo tanto, el servicio de


salud prestado por “Servicios Hospitalarios San Justo Clínica Solis SA”, no
constituye un obrar antijurídico, ni un incumplimiento asistencial-medico-legal
(no hay acto ilícito que se pueda imputar objetivamente).

En definitiva, el apelante no probó la culpa médica, ni que la


asistencia del profesional de la salud le haya producido algún menoscabo o
daño a su salud, toda vez que para que el daño sea resarcible, debe ser: a)
personal, b) presente o futuro; c) cierto, d) y actual.

En síntesis, no encuentro como responsable al nosocomio


demandado. Por todas estas consideraciones legales, propongo a mis
distinguidos Colegas de Sala confirmar el rechazo de demanda por estos
argumentos.

VII.- Las costas de Primera y Segunda Instancia

Atento al modo en cómo se resuelve la presente contienda judicial,


estimo que las costas generadas tanto en primera como en esta Instancia
recursiva, deben ser impuestas a la parte actora que resulta vencida. Ello, por
estricta aplicación del principio objetivo de la derrota. (art. 68 del C.P.C.C.).

En cuanto a la incidencia del hecho nuevo, toda vez las costas han
sido impuestas a la parte demandada, lo cual devino firme a esta instancia,
nada corresponde resolver al respecto.

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Por las consideraciones legales, doctrinarias y jurisprudenciales
expuestas, VOTO PARCIALMENTEN POR LA AFIRMATIVA.

Por análogos fundamentos el Doctor Posca y Pérez Catella


también VOTAN PARCIALMENTE POR LA AFIRMATIVA.

A LA SEGUNDA CUESTIÓN EL SEÑOR JUEZ DOCTOR JOSÉ


NICOLÁS TARABORRELLI dijo:

Visto el Acuerdo que antecede, propongo a mis distinguidos


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colegas que: 1°) SE HAGA LUGAR PARCIALMENTE a los agravios expuestos


por la parte actora, y en su consecuencia: a) SE REVOQUE la sentencia
apelada, solo en cuanto resuelve que en la especie ha operado el instituto de la
cosa Juzgada; b) SE RECHACE la demanda instaurada por Leguizamón Raúl
contra Servicios Hospitalarios San Justo SA (“Clínica Solis”) por mala praxis
médica por los argumentos expuestos. 2°) SE IMPONGAN las costas
generadas en ambas instancias a la parte actora que resulta vencida (arts. 68 y
274 del C.P.C.C.).3°) SE DIFIERA la regulación de los honorarios de los
profesionales intervinientes para su oportunidad ASI LO VOTO.

Por análogos fundamentos, el Dr. Posca y el Dr. Pérez Catella adhieren y


VOTAN EN IGUAL SENTIDO.

Con lo que terminó el acuerdo que antecede, dictándose la siguiente:

S E N T E N C I A.

AUTOS Y VISTOS: CONSIDERANDO: Conforme la votación que instruye el


Acuerdo que antecede este Tribunal RESUELVE: 1º) HACER LUGAR
PARCIALMENTE a los agravios expuestos por la parte actora, y en su
consecuencia: a) REVOCAR la sentencia apelada, solo en cuanto resuelve que
en la especie ha operado el instituto de la cosa Juzgada; b) RECHAZAR la
demanda instaurada por Leguizamón Raúl contra Servicios Hospitalarios San
Justo SA (“Clínica Solis”) por mala praxis médica por los argumentos expuestos.
2°) IMPONER las costas generadas en ambas instancias a la parte actora que

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resulta vencida (arts. 68 y 274 del C.P.C.C.).3°) DIFERIR la regulación de los
honorarios de los profesionales intervinientes para su oportunidad.
REGISTRESE. NOTIFIQUESE. Fecho pasen los autos a despacho para el
tratamiento de los honorarios y téngase presente para resolver en su
oportunidad la aplicación de la ley Nacional nro. 24.432.

REFERENCIAS:
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Funcionario Firmante: 14/05/2020 11:25:06 - TARABORRELLI José Nicolás


(jose.taraborrelli@pjba.gov.ar) -

Funcionario Firmante: 14/05/2020 11:38:26 - POSCA Ramón Domingo


(ramon.posca@pjba.gov.ar) -

Funcionario Firmante: 14/05/2020 13:44:43 - PEREZ CATELLA Héctor Roberto


(hector.perezcatella@pjba.gov.ar) -

Funcionario Firmante: 14/05/2020 14:10:01 - MAROT Gabriel Enrique


(gabriel.marot@pjba.gov.ar) -

248701420016779824

CAMARA DE APELACION EN LO CIVIL Y COMERCIAL SALA I - LA


MATANZA

NO CONTIENE ARCHIVOS ADJUNTOS

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