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A muchos habitantes de esta Argentina nuestra puede haberles extrañado la polémica

pública entablada entre integrantes y partidarios del actual gobierno con el Grupo
Clarín. Con una historia de prohibiciones, deformaciones, censura y represión como la
que tenemos, la “pelea” entre un gobierno surgido de la voluntad popular hace escasos
cinco meses y Clarín, TIENE que hacerle ruido a cualquier ciudadano medianamente
informado. Eso: medianamente informado. Porque si está bien y rigurosamente
informado, no debería extrañarle en absoluto.

Un poco de historia

En 1930, ya abogado, Roberto Noble es elegido diputado por la Capital Federal por el
PSI (Partido Socialista Independiente), la escisión decididamente anti-yrigoyenista del
tradicional Partido Socialista: con apenas 27 años, es el diputado más joven de la
Cámara.
Un año después, ya derrocado Irigoyen y proscripto el radicalismo, vuelve a ser
diputado por la “Concordancia” (una alianza integrada también por el Partido
Democrático Nacional –o sea, los conservadores- y el radicalismo antiyrigoyenista),
siendo partícipe así del inicio de la Década Infame y su persistente fraude electoral.
Como militante del PSI, le encomiendan la dirección del diario partidario “Libertad”.
Por este medio y por sus contactos en la Concordancia, entra en permanente relación
con Alberto Barceló, uno de los caudillos más poderosos que ha tenido la provincia de
Buenos Aires, famoso por ser algo así como “el dueño de Avellaneda” y dominar y
controlar con el mismo celo las cuestiones políticas, el juego clandestino y los
prostíbulos provinciales. Será Barceló quien en 1935 propulsará al conservador Manuel
Fresco como gobernador, imponiendo al joven Noble como su ministro de Gobierno en
la Provincia de Buenos Aires. Noble será forzado a renunciar a este ministerio en 1939
después de un escándalo por haber fomentado comicios llamativamente fraudulentos y
con acusaciones de turbio manejo de los fondos públicos. Pasará sus tres años de
ostracismo político en la estancia -3000 lujosas hectáreas equipadas con las maquinarias
más modernas del momento- que había adquirido en el Partido de Lincoln durante su
gestión ministerial. Poca tierra para tanta modernidad: no alcanza para amortizar tanta
tecnología. Su etapa como patrón de estancia no es lo más destacable de su vida.
Seducido por las políticas de Hitler y Mussolini –de un nacionalismo y una apelación al
socialismo muy similar a la que caracterizaba a los viejos caudillos conservadores como
Barceló y Fresco-, retorna a la vida pública en 1942, abrazando la causa de la
“neutralidad” respecto al conflicto europeo. A tal fin pone una oficina en Buenos Aires
para colectar adhesiones, sin que el éxito lo acompañe. Un año después, su antiguo jefe,
Manuel Fresco intenta refutar las críticas a su fraudulenta gestión editando un libro:
Conversando con el pueblo, donde explicaba que “el voto secreto es una cobardía
impropia de los argentinos”, y que “el ciudadano que aprovecha la impunidad del
cuarto oscuro (…), se hace fraude a sí mismo”. Fresco decía también cosas como “el
fraude será considerado como patriótico en tanto impide el regreso de las masas
entregadas a la demagogia y al poderío indiscriminado del número”. En la página 18
de ese libro puede encontrarse un capítulo titulado “Solución argentina a los
problemas argentinos en el gobierno de Bs. Aires. Lucha agobiadora”. Un
pensamiento ciertamente inspirador para Roberto Noble.
Si en Fresco vemos realmente a un fresco, resulta difícil ver noble a don Noble.
El 28 de agosto de 1945 Noble -luego de vender su estancia de Lincoln, la “Santa
María” en el equivalente actual a 9,5 millones de dólares-, funda el diario Clarín “Un
toque de atención para la solución argentina de los problemas argentinos”. Para
competir en el mercado periodístico del momento copió, sin embargo, al diario inglés
The Mirror en su formato tabloide, diferenciándose del resto de los diarios porteños
que manejaban el estilo sábana. Y para poder competir, Clarín se vendía al público a 5
centavos, la mitad de lo que costaban los demás diarios.
Políticamente, su diario era levísimamente crítico del gobierno de Juan Perón.
El periódico más exitoso del momento era La Prensa, que había conseguido liderar el
mercado concentrando la mayor parte de los avisos clasificados de búsqueda de empleo.
La estrategia comercial de Noble, como cuenta Julio Ramos en su libro “Los cerrojos a
la prensa”, fue igual de leal que su precio: tenía contratado a un velocísimo ciclista,
“Manzanita”, que se ocupaba de conseguir las “pruebas de página” de los avisos
clasificados de La Prensa antes de que salieran a la calle. Rápidamente se los llevaba a
Noble, que los imprimía gratuitamente en Clarín. Pero más grandes.
Luego, se visitaba a cada dirección para que en el futuro los publicaran en su diario.
Aquella tibia oposición del diario de Noble hacia Perón cesó en 1951, cuando La
Prensa fue expropiado por el gobierno nacional.
Clarín se concentró en el mercado vacante: los clasificados. De ese modo, redoblando
la apuesta, Noble logró casi una identificación entre los avisos de oferta de trabajo y su
periódico, colocándose así en los primeros puestos de venta.
Esperará hasta mayo del ´56 para hacer un descargo público. En un extenso editorial –
que luego repartiría también en folletos- habla del “insaciable monopolio periodístico”
con el que el “todopoderoso” efectuaba su “tiranía”. Incluso afirmaría más adelante que
el duro editorial con el que fustigó a los integrantes de la Marina que bombardearon la
Plaza de Mayo en julio del ´55 –tragedia asesina de más de trescientos ciudadanos-, le
había “sido impuesto”.
Durante la década del ´50, entonces, posiciona definitivamente a su periódico. Será
durante ella que conocerá a las hermanitas Herrera, (Ernestina) Laura y Carmen,
dos jóvenes bailaoras de flamenco de bar El Tronío, cerca del Bajo, a las que les
consigue trabajo: a (Ernestina) Laura como cajera de los clasificados del Diario, a
Carmen como inspectora de juegos infantiles en las plazas de la Ciudad.
Y será casi al final de esa década que trabará una íntima relación –como aquella de los
´30 con Barceló- con Arturo Frondizi y con Rogelio Frigerio, que lo deslumbrarán
con su ideario desarrollista: a mitad de camino entre el liberalismo oligárquico y el
desarrollo productivo de las fuerzas nacionales, era el brebaje exacto que la alquimia del
despropósito nacional podía inventar para seducir al Noble con sueños de inmortalidad.

Los sesenta

La década siguiente lo encontrará profundizando esa relación con el Desarrollismo. Más


allá del rápido derrocamiento del ex radical que no pronunciaba las erres, Noble se
nutrirá de su pensamiento político y de sus relaciones con el poder militar.
En 1965 Clarín se convierte en el diario de mayor tirada del país.
En 1966 deciden crear una Fundación. Su objetivo explícito era promover el rol de los
medios en la educación y cultura, lo que le permitrá, además, acceder a mayores y
diversificadas fuentes de financiamiento, tanto nacionales como internacionales.
En el ´67 es el primer medio en sacar una revista dominical junto al diario. Y será ese
mismo año que el mismísimo Frigerio lo apure a legalizar su relación con (Ernestina)
Laura Herrera, la ex bailaora, ex cajera de clasificados, secretaria privada y, para
entonces, enfermera de los últimos días de quien sería su marido. Como narra Pablo
Llonto en su libro “La Noble Ernestina”, ese fue el modo en el que el Desarrollismo
pudo perpetuar su influencia en Clarín. Atrás habían quedado aquel rarísimo
casamiento vía México –y en ausencia- con la veinteañera Guadalupe Zapata y el fruto
de ésta –compartido o no-, la pequeña Lupita. Tan atrás que casi nada recibirán como
herencia, cuando Roberto Noble sucumba definitivamente a la enfermedad cerebro-
vascular que lo tenía postrado, un año y medio después del casamiento.
Una boda a la que asistieron las personalidades del momento: el Dr.Camilión, el Dr.
Frondizi, Roberto Frigerio, el entonces Presidente de la Nación, General Juan Carlos
Onganía y el General Pedro Eugenio Aramburu.
En esa época, como resultado de la recomendación de integrantes del MID, ingresará a
la empresa el joven contador Héctor Magnetto, quien en breve convocará a sus
compañeros de estudios en La Plata: José Aranda y Lucio Pagliaro.
Hoy, el Grupo Clarín todo es manejado por la viuda de Noble, Magnetto, Aranda y
Pagliaro.
Por esa época, también, los principales diarios le arrancan al gobierno de Onganía la
decisión de construir una planta de Papel Prensa. Era el modo de dejar de depender de
los insumos extranjeros para poder publicar diarios o revistas.
Crean entonces el Fondo para el Desarrollo de la Producción de Papel y Celulosa
(decreto ley 18.312 de agosto de 1969) y fija una “tasa de contribución” del 10% a la
importación de papel hasta que la fábrica de papel argentina se pusiera en marcha.
Todos los diarios del país pagarán, durante diez años, el 10% de sus importaciones para
montar una planta.

Los setenta

El 31 de marzo de 1971 la dictadura de Lanusse dispuso que la fábrica de papel debía


tener un 51% de capital nacional y que el Estado aportaría el resto. Se llamó a licitación
el 19 de abril de ese año, pero nadie cumplió con los requisitos. César Civita, de
Editorial Abril, editora de Claudia, Panorama y Siete Días, entre otras revistas,
presentó una oferta superadora… DESPUÉS de la apertura de los sobres. Cuando en
mayo del ´72 Lanusse declara desierto el concurso, se firma una adjudicación directa
para Civita, Doretti y Rey. A fines de 1973 Rey ya había comprado el ochenta por
ciento de las acciones. Allí es cuando aparece el grupo Graiver, un pequeño imperio
multinacional –del que al parecer Rey era testaferro-, liderado por David Graiver: un
financista tan escrupuloso como un financista. Por la misma época y de algún modo, el
mismo Graiver se vincula con la organización Montoneros.

Pasada la primavera Camporista y durante el interinato de Lastiri, una fracción


escindida del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), secuestra al apoderado
legal de Clarín, Bernardo Sofovich. Para liberar al tío de Hugo y Gerardo, el ERP
22 de agosto exige la publicación de tres solicitadas donde declaran su divergencia
con el ERP primigenio y su apoyo a Héctor Cámpora, al Frejuli y a Perón,
fustigando a Lastiri y a su esposa Norma, la hija de López Rega. Aterrados, la
Viuda, sus asesores desarrollistas y la plana mayor del diario acceden a la
publicación. Sofovich no era un elemento menor: estaba al tanto de todos los
secretos de la contabilidad que moldeaba los balances de Clarín. El respeto por el
Código Penal y su artículo 212 que sancionaba la difusión de comunicados de
organizaciones guerrilleras sí era, evidentemente, un acontecimiento menor. Pero
no lo fue tanto. Mientras Sofovich daba una conferencia de prensa contando las
alternativas de su secuestro y reciente liberación, un grupo que se autoproclamó
como perteneciente a las filas del lider de la UOM Lorenzo Miguel, se apersonó en
la redacción a las tres de la tarde, a fuego de metralla y lanzando bombas
incendiarias, al grito de “diario de zurdos”. Con parte del diario en llamas, el
personal –solidarizándose con el diario- se comprometió a sacar la edición del día
siguiente. Pero un acontecimiento internacional opacó la noticia del atentado: en
Chile había caído Salvador Allende. Toda esta situación colmó la capacidad de
comprensión de la Viuda, que recién estaba intentando aprender a escribir por sí
misma los editoriales: a partir de allí no habría ninguna posibilidad de acuerdo
con Perón o el peronismo.

Cuando el 24 de marzo de 1976 llegó el final que les venía anunciando el nuevo Jefe de
Redacción, Marcos Cytrynblum -el golpe de Estado-, el título de tapa, en tipografía
desusadamente grande fue simple y revelador: NUEVO GOBIERNO, gritaba. “El
Estado está en crisis, la moral está en crisis, la economía y la cultura están en crisis”,
sentenciaba, aclaraba, publicitaban el Desarrollismo y Clarín.
Según lo cuenta Pablo Llonto (op. cit.), el interlocutor con la Junta sería Magnetto, que
poco olía a Desarrollista. Fue Héctor Magnetto quien se ocupó de la maniobra con Papel
Prensa.
El 9 de setiembre de 1976 fallece David Graiver. El financista, en un vuelo privado que
lo llevaba de Nueva York hacia Acapulco, termina con sus días en un accidente aun no
aclarado. Cuarenta días después se hizo el traspaso a los diarios de las acciones de Papel
Prensa a un precio tres veces menor sin haberse resuelto la cuestión hereditaria de
Graiver. “Lidia, la viuda, fue convencida para firmar el preboleto de venta sin chistar.
Reunió a Juan (el padre de David) y a Isidoro (su hermano). Mordiéndose de rabia, les
pidió que la acompañaran al solemne acto, celebrado en La Nación, en Florida entre
Corrientes y Sarmiento, en el despacho del Dr. Bartolomé Mitre, a quien acompañaban
Patricio Peralta Ramos de La Razón y Héctor Magnetto de Clarín, encontrándose
también como invitado Máximo Gainza Castro de La Prensa”. Así lo cuenta Juan
Gasparini en su libro “David Graiver, banquero de los Montoneros”. El traspaso a los
tres diarios se firmó el 18 de enero de 1977. Luego, el mismísimo Camps se encargaría
de detener a la familia e intervenir todos sus bienes. Como es de esperar, los Graiver ni
siquiera cobraron la cesión de las acciones. ¿y de dónde salió ese dinero que nunca llegó
a la familia del financista misteriosamente fallecido? Parece que los diarios en cuestión
lograron dos créditos: del Banco Español del Río de la Plata y del Banco Holandés
Unido sucursal Ginebra, por 7.200.000 dólares, A SOLA FIRMA Y SIN AVALES.
De ese modo Papel Prensa quedó constituido de forma cuatripartita: sus acciones se
repartirían en forma equivalente entre los tres diarios -Clarín, La Nación y La Razón- y
el Estado.
Es decir: tres empresas del rubro periodístico se quedaron, a un precio irrisorio –y tal
vez nunca pagado efectivamente- con la Planta que el resto de los diarios argentinos
habían pagado para fundar.
Los Desarrollistas, aun le harían un muy importante favor a Ernestina Laura
Herrera, viuda de Noble. Tal vez en una jugada para “pasarla a retiro” o tal vez
por auténticos deseos de favorecerla consiguen a dos bebés, una nena y un varón
sin padre o madre a la vista, para que la Viuda los adopte y les dé el apellido de su
marido muerto siete años antes. Esto fue en 1976, también.

Con Marcos Cytrymblum como Secretario General de Redacción, y en plena represión


estatal y paraestatal, el diario volvió a sacarse de encima a todos los empleados
conflictivos, a todos los “agitadores gremiales”, a todos los “asambleístas rojos”: el
mismo Cytrynblum tecleaba desesperadamente, solo en la redacción, cuando se
planteaba una medida de fuerza.
El mundial ´78 fue otro momento cumbre para el diario: gracias a sus aceitados
contactos y a su política comunicacional, que alternaba la obsecuencia absoluta y el
silencio más criminal con ciertos amagues de leve crítica económica o la campaña de
Clemente para que se tiren papelitos, Clarín se convirtió, prácticamente, en el diario del
Mundial.

Los ochenta
El comienzo de esta década marcó el final del Desarrollismo en Clarín y el ascenso
absoluto de Magnetto, Aranda y Pagliaro. Junto a Cytrynblum y la Viuda serían las
cinco patas de la mesa chica.
A diferencia del resto de los Medios que, luego de la derrota de Malvinas, corrió
apresuradamente a vestirse de demócrata, Clarín consideró, según Llonto, que aun había
cosas que negociar con Bignone. El botín eran las acciones del Estado de Papel Prensa,
y el último general de la dictadura mandó evaluar si la oferta era viable y redactar el
decreto de venta por seis millones de dólares.
La derrota de Malvinas, que puso a la mayoría de los medios de comunicación en
fuga hacia una democratización tan violenta como hipócrita, no desesperó al
pentacordio mayor: aun había cosas que negociar con Bignone. El botín eran las
acciones del estado de Papel Prensa, y el último general de la dictadura mandó
evaluar si la oferta era viable y redactar el decreto de venta por seis millones de
dólares.
Para cuando el gobierno de Alfonsín anuló este último acuerdo (se estimaba que la parte
del Estado en Papel Prensa valía por lo menos 25 millones), Clarín ya tenía
participación accionaria –además de en Papel Prensa- en la agencia Diarios y Noticias,
controlaba la impresión de libros y revistas desde Artes Gráficas Rioplatense S.A.,
tenía intereses comerciales en el Banco Mariva y vinculaciones con la empresa de
medicina prepaga Medicus.
“Decio S.A., Agro Inmobiliaria Atlantique S.A., Aranlu S.A., Luaran S.A., Cinco
Ambientes S.A. eran algunas de las financieras o pequeñas oficinas cáscara que servían
de pantalla para la filtración de fondos que iban a parar vaya uno a saber a qué
destinos.”; cuenta Pablo Llonto (op.cit.)
Durante el gobierno de Alfonsín, muchas presiones hubo para lograr la derogación del
artículo 45 de la ley de radiodifusión de la dictadura, que impedía a los dueños de
diarios obtener también una emisora de radio o de televisión. Pero nadie lograba, en el
Congreso, juntar las manos suficientes.
En la segunda mitad de los ochenta, la inflación desbocada y las varias decisiones
desacertadas en lo político (intento de reformar la ley sindical, titubeos ante alzamientos
militares, sanción de leyes de Punto Final y Obediencia Debida, etc.) contribuyeron a la
pérdida de credibilidad del gobierno, con la subsecuente crisis económica y financiera.
En este panorama, el Diario La Razón, Radio Mitre y el Diario La Nación, vieron
tambalear su estructura, producto de inversiones y deudas en dólares que la inflación
agigantaba.
En el caso de Radio Mitre, cuenta Julio Ramos en Los cerrojos a la prensa, pertenecía
a una sociedad formada por Pablo Gowland, Joaquín Oteiza, Julio Moyano y Víctor
Dápiche. Moyano era también el responsable artístico de la radio. Ante la debacle
económica y la abultada deuda que la sociedad tenía con el Banco Mariva, Julio
Moyano vende sus acciones a fines de 1985. Sus socios, al desaparecer el principal
operador de la emisora, deciden transferir sus acciones a Clarín. Entre fines del ´85 y
comienzos del ´86, el directorio de Mitre cambió su composición e ingresaron dos
nuevos integrantes, provenientes del Banco Mariva. Abel Maloney, redactor de Clarín,
fue la cabecera de playa para definir “quiénes quedarían en la emisora y a quienes se
despediría” (Llonto, op.cit) entrando como gerente general en la emisora. Igual que un
tal Santos, que fue transferido desde Clarín al nuevo medio en comisión. Todos sabían
ya que la 790 había empezado a pertenecer a Clarín y todos sabían que esto ocurría en
violenta infracción al citado artículo 45, pero nadie hizo nada al respecto.

Y respecto de Papel Prensa: vuelto al Estado el porcentaje correspondiente, quedaban


dos empresas periodísticas más como propietarias de las acciones. Una (Diario La
Razón), durante su quiebra en la década de los ´80, le vendió todas sus acciones a la
Empresa de la Viuda. Pero el paquete accionario, en vez de costar 20 millones de
dólares como aseguran los expertos, le costó al Grupo sólo 6 millones de la verde
moneda. Más tarde, en los ´90, la Cámara de Apelaciones iniciaría juicio político al juez
Foiguel López por haber autorizado la venta de las acciones “a precio vil”, pero todo
quedaría en la nada. El otro socio –e histórico competidor-, el diario La Nación, sufre
durante esa década una crisis similar que, sin llevarlo a la quiebra, deja a la empresa de
los Mitre bastante maltrecha.
Sobre el final anticipado de su gobierno, Alfonsín pide un poco de piedad a los
perros que siente ya despedazar sus carnes y envía al congreso el famoso proyecto
para derogar el artículo 45.

Los noventa

Las normas instrumentadas durante la administración Ménem permitieron e impulsaron


el proceso de concentración económica. El primer caso, previo a las telefónicas o
aerolíneas fue la venta por parte del Estado de canal 13. Esta operación iba a convertirse
en el símbolo de una estrecha relación entre el grupo y el modelo rentistico impulsado
por la administraron central.
El grupo que resultó ganador del canal fue Artear S.A.
¿Cómo estaba compuesto el capital de Artear?
En Los cerrojos a la prensa figura el dato:
Accionista: Ernestina Herrera de Noble (Presidenta de Clarín). Capital suscripto en
millones de australes: 640. Porcentaje en la sociedad: 32%.
Accionista: Héctor Horacio Magnetto (vicepresidente de Clarín y gerente de Arte
Gráfico Editorial Argentina S.A.). Capital suscripto en millones de australes: 500.
Porcentaje en la sociedad: 25%.
Accionista: Arte Gráfico Editorial Argentina S.A. Capital suscripto en millones de
australes: 60. Porcentaje en la sociedad: 3%.
Accionista: Invarar S.A. Capital suscripto en millones de australes: 800. Porcentaje en
la sociedad: 40%.
Los principales accionista de Invarar son: Accionista: Ernestina Herrera de Noble
(Presidenta de Clarín). Capital suscripto en millones de australes: 120. Porcentaje en la
sociedad: 15%. Accionista: Héctor Horacio Magnetto (vicepresidente de Clarín y
gerente de Arte Gráfico Editorial Argentina S.A.). Capital suscripto en millones de
australes: 248. Porcentaje en la sociedad: 31%. Accionista: José Antonio Aranda
(director y gerente de Finanzas de Clarín.). Capital suscripto en millones de australes:
184. Porcentaje en la sociedad: 23%. Accionista: Lucio Rafael Pagliaro (miembro de
la Comisión Fiscalizadora de Arte Gráfico Editorial Argentina S.A.). Capital suscripto
en millones de australes: 184. Porcentaje en la sociedad: 23%.
Y siete nombres más que se reparten el 8% restante.
Es de destacar que, como apunta Pablo Llonto, antes de que se concretara la operación
ya había un periodista del Grupo trabajando en canal 13: el señor Abel Maloney.
Consecuencia de ello, el consorcio liderado por Ernestina Herrera de Noble logró
conquistar una inusitada porción del mercado de radiodifusión e incursionar en el sector
de las telecomunicaciones. En 1992, Clarín dio un impulso cualitativo gracias a una
serie de adquisiciones, que lo ubicarían en una posición dominante en el mercado
comunicacional. El holding se asoció con la estadounidense GTE en la explotación de
la firma "Compañía de Teléfonos del Interior" (CTI), y ganó -a través de CTI y CTI
Norte- el concurso para la adjudicación de licencias para la explotación del servicio de
telefonía móvil de las dos áreas en que se dividió el interior del país.
En los inicios de la década, la televisión paga era un negocio minúsculo en la Argentina.
Pero Magnetto, según cuenta Pablo Llonto, sabía de la magnitud que había tomado en
los Estados Unidos y, antes de que les pudieran ganar de mano, convenció a la Viuda de
gastarse unos mil millones de dólares y salir a cazar los pequeños emprendimientos que
había a lo largo del país. Se crea Multicanal.
En 1991 Ávila aparece con los derechos de televisación del fútbol argentino, cedidos
por la Asociación de Fútbol Argentino por cinco años. Previo pago de derechos, la
AFA debía autorizar que cada viernes se enfrentara un equipo grande contra uno chico,
para poder vender esos partidos en el interior.
Magnetto y Pagliaro hacen el negocio. Al poco tiempo nacen dos empresas: Televisión
Satelital Codificada (TSC) y Telered Imagen S.A. (TRISA) y, en cuestión de
semanas, era Clarín quien tomaba las decisiones en la AFA. La creación de un canal de
cable deportivo (TyC) fue la natural evolución de este proceso.
Según refieren Albornoz, Mastrini, Hernández y Postolski, en su libro “Al fin solos”
(La Crujia, 2000) ese mismo año, adquirió el sistema de cable Video Cable Privado
(VCP), con 1.600 abonados y un cableado de 700 manzanas, que más tarde pasó a ser
Multicanal. A lo largo de la década -con la incorporación de Telefónica Internacional y
el CEI Citicorp Holding- Multicanal aumentó el número de abonados a 85.000 y se
extendió hasta obtener 4.000 manzanas cableadas. Las transferencias en este segmento
fueron ventajosas para Clarín. En una operación que totalizó alrededor de 360 millones
de dólares, en octubre de 1997 obtuvo el control del 50% de Fintelco-Video Cable
Comunicación (VCC). El otro 50% fue transferido a Cablevisión. La empresa
Multicanal logró, al término de cinco años, facturar anualmente cerca de 250 millones
de dólares, y hasta el año 2000 fue la principal operadora de cable en la Argentina y en
América latina, con un millón de abonados.
En esos primeros años de la década, junto con el sorprendente menemismo había
aparecido un nuevo diario que fue asentándose en las capas medias de la Capital. Con
un tono zumbón e ingenioso, Página 12 le disputa una pequeña, pequeñísima franja al
Gran Diario Argentino. A mediados de la década, con Ménem presidente por segunda
vez, comienzan a caer sus ventas.
Magnetto no duda y mediante un pase de manos, siete millones de dólares cambian de
propietario. El control del diario “progresista” ya no era una idea.
Enterado de dos proyectos en marcha –uno de Gerardo Sofovich y otro de Editorial
Atlántida- para sacar un diario enteramene dedicado al deporte, otra vez Magnetto el
Magnífico hace su aparición. La aparición de Olé fue casi una revolución: tenía permiso
para perder –si no había más remedio- un millón de dólares en su primer año de vida.
Algo similar ocurrió con Pablo Colazo, dice Pablo Llonto y el proyecto de Billiken de
sacar una revista llamada Mega. Clarín lanzó Genios, que a las pocas semanas
anunciaba ventas de 250 mil ejemplares, ubicándose así a la cabeza de todas las revistas
argentinas. Su director y dibujante era, claro, Pablo Colazo. Y los originales de tapa
coincidían punto por punto.
Pero sus apetencias por Papel Prensa no habían parado. En los ’90 las acciones del
diario La Nación, estaban mayoritariamente en poder de la familia fundadora (los
Mitre) y el resto en varias manos. En 1992, otra viuda, Matilde de Saguier (de Julio
César Saguier, ex intendente de la Ciudad de Buenos Aires y dirigente de la UCR) aún
conservaba un porcentaje mínimo de acciones. Pero en 1994, sus hijos - particularmente
Julio- lograron gestionar en Estados Unidos un préstamo de aproximadamente 40
millones de dólares de un banco de financiamiento internacional. Con ello, los Saguier
comenzaron a comprar acción por acción a los Mitre. Sólo Bartolomé "Bartolo" Mitre
decidió no vender. Así habría controlado al diario la familia Saguier. El hecho es
conocido en el ambiente de los empresarios periodísticos.
Un dato: Matilde de Saguier es la sobrina directa del fallecido Roberto Noble.
(ESTO TAMBIÉN SE PUEDE SACAR, SÍ)

En esta década

Desde el año 2000, el 18% del Grupo Clarín es controlado por Banco de Inversión
GOLDMAN SACHS & CO, uno de los grupos de inversión más grandes del mundo.
Fundado en 1869 tiene su sede principal en el Bajo Manhattan en Nueva York, 85
Broad Street.
Recientemente ha tenido lugar una etapa algo turbia: Goldman Sachs fue uno de los
encargados, en Diciembre de 2006, de colocar la empresa Vueling Airlines en bolsa a
un precio de 30 euros por acción. En Junio de 2007 colocó la participación de Apax
Partners a un precio medio de 31 euros. Poco después, se mostraba neutral en 12 euros.
Y en Octubre, diez meses después de la colocación, le dice a todo el mundo que no, que
la acción de la compañía vale 2,5 euros. Pero esto no termina aquí, ya que tres semanas
después, la valora en 13 euros.
Un viraje tan abismal abre, cuando menos, bastantes dudas sobre el papel de los bancos
de inversión cuando ponen precio a una compañía a la hora de salir a bolsa.
Sin ir más lejos, recordemos, fue Goldman Sachs el Banco intermediario –después de
la compra del 18$ de Clarín pero en el mismo año 2000-, del famoso Canje de Deuda
que realizara el gobierno de De la Rúa. Un canje que debía significar una notable
reducción en el monto de la deuda externa pero que resultó, según la denuncia del
Diputado Nacional Mario Cafiero hizo ante la Auditoria de la Nación, en una ínfima
disminución de la Deuda Pública neta a valores contables de U$ 62,7 millones, y
deparó en realidad los siguientes resultados redondeados: U$ 540 millones de
aumento neto de la deuda pública a valores de mercado. U$ 2,350 millones de
aumento nominal neto de la deuda pública. U$ 1,960 millones de aumento de los
compromisos de pago futuros. U$ 650 millones de pérdida a valor presente neto. U$
28,630 millones de aumento de la deuda, si se proyecta dicha pérdida a 30 años con
la tasa de interés con que Argentina refinancia su deuda a largo plazo.
Y U$ 72,450 millones de aumento de la deuda, si se proyecta la pérdida a 30 años,
con la tasa implícita de interés resultante del canje, del 17% anual.

Últimamente, hubo más novedades con Papel Prensa: Hasta hace poco, la composición
de la firma era la siguiente: Clarín tenía el 39,49%, La Nación el 22,49%, el Estado
26,2% y CIMECO (donde hasta hace dos semanas participaban Clarín y La Nación),
el 12%. En septiembre de 2007, La Nación había transferido parte de sus acciones a
CIMECO.
Cimeco es propietaria, entre otras cosas, del 80 por ciento del diario Los Andes, de la
provincia de Mendoza, y del 81 por ciento del diario La Voz del Interior, en la
provincia de Córdoba, así como del 12 por ciento de la papepera Papel Prensa.
El grupo español de medios de comunicación Vocento VOC.MC había vendido por
partes iguales a Clarín y La Nación el tercio que poseía de Cimeco en julio del 2007 por
36,5 millones de dólares.

Pero el 4 de abril de ese año, la agencia Reuters informó que Clarín le compró a La
Nación la totalidad de las acciones que éste tenía en CIMECO, por lo que ese 12%
ahora debe computársele a Clarín.
Es decir, que la composición accionaria, ahora quedó de esta manera: Clarín 51,49%
(el anterior 39,49 más el 12 de CIMECO), La Nación 22,49% y el Estado 26,2%.

Recordemos: desde la caída de Juan Domingo Perón había regido el Decreto 4161, que
prohibía la mención siquiera del “tirano prófugo”. En 1958 asumiría Frondizi con el
peronismo proscripto. Poco tiempo después será derrocado por el ejército, que permitirá
la breve presidencia de Guido. En 1963 la nuevas elecciones llevan a la primera
magistratura al Dr. Illia, con el peronismo aun proscripto. En 1966 Onganía derroca al
médico cordobés, proponiendo un gobierno fundacional para el país, sin límite de
tiempo en el poder. En 1970 será reemplazado por Levingston, que en nueve meses dará
paso a Lanusse. En 1973 se producirán las primeras elecciones sin proscripción de
partidos desde el derrocamiento de Perón. Asume Héctor J. Cámpora, que renunciará 50
días más tarde. Lastiri, Perón, Isabel, Videla, Viola, Galtieri, Bignone, etc. serán
sucesivamente Presidentes de la Nación. Miles de argentinos serán exonerados,
encarcelados, fusilados, secuestrados, torturados, desaparecidos, exiliados. Miles de
empresarios presentarán la quiebra, cerrarán fábricas, industrias de todo tipo. El país
cambiará su estructura económica, su capital, se endeudará hasta el paroxismo,
cambiará su Constitución, declarará la cesación de pagos, pero nada de todo esto podrá
con Clarín.
La Empresa, durante todo ese tiempo, no sólo seguirá medrando y subsistirá. No. La
Empresa crecerá. Y crecerá horizontal y verticalmente, hasta abarcar casi todas y cada
una de las actividades de los argentinos. En especial las de aquellos de mayor poder
adquisitivo. Esos, los que sí le interesan a Ibope. Puede parecer raro que prácticamente
la única Empresa que logró crecer hasta límites insospechables sea la fundada por aquel
ex joven socialista y furibundo antiyrigoyenista. Y está bien: ES raro.
Es raro, es turbio, es poco comprensible, es sospechoso. Pero no por sus resultados: por
cómo lo hizo.

Hoy Grupo Clarin "controla" ADEPA, la Asociación de Entidades Periodísticas de


Argentina que agrupa a los diarios de papel (Diario Clarín, diario Olé; diario La Voz
del Interior, de Córdoba; Los Andes de Mendoza, etc); ATA, La Asociación de
Teledifusoras Argentinas que agrupa a los "Canales de TV de aire como el suyo canal
13 y otros como TE LE FE, América; Canal 9; etc)"; agrupa a ATVC La Asociacion de
Televison por Cable (El Grupo tiene a Multicanal, desde hace poco "controla"
Cablevision en todo el país y se dice que habría comprado TeleCentro de Alberto
Pierri); ARPA, la Asociacion de Radios Privadas de Argentina, (Tiene Radio Mitre y
otras). Ahora ha avanzado sobre las Empresas Productoras de papel para imprimir
diarios, que se agrupa en la Asociación de Fabricantes de Celulosa y papel cuyos
miembros son Alto Paraná S.A; Ansabo S.C.A; Cartocor S.A; Celulosa Argentina S.A;
Celulosa Campana S.A; Celulosa de la Mesopotamia S.A; Celulosa Moldeada S.A;
Celulosa San Pedro S.A; Cifive S.A; KCK Tissue S.A.; Ledesma S.A.; Massuh S.A.;
Moldeados Argentinos S.A.; Norpapel S.A.I.C.; Papel Misionero S.A; Papel Prensa
S.A; Papelera Berazategui S.A; Papelera Del Noa S.A; Papelera del Plata S.A; Papelera
Don Torcuato S.A; Papeleras del Sur division Cartulinas de Interpack S.A; Papelera
Entre Rios S.A; Papeles PM S.A; Rainap S.A; Smurfit Argentina S.A; Witcel S.A. y
Zucamor S.A; la actividad de Internet con Ciudad Internet, Datamarkets; Fullzero;
Ubbi; PRIMA; etc. Y su desembarco sobre la producción de contenidos, con el 30% en
Patagonik Films; el 30% de Pol-K y el 30% en Ideas del Sur.

GUSTAVO E. GORDILLO

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