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LA CORONA

DE ADVIENTO
Primer domingo
Todos hacen la Señal de la Cruz.

Ambientación:
No dejemos que los acontecimientos que padece el mundo y la
crisis que vive nuestro país nos hagan adormecer y perder con-
ciencia de lo que sucede. Jesús viene a nuestro encuentro y nos
dice: ¡permanezcan despiertos!

Oración inicial:
“Señor Jesús, queremos hoy armar la Corona de Adviento y en-
cender la primer vela morada, para reconocerte como la luz del
mundo que ha triunfado sobre las tinieblas y la muerte. Amén”.
Entonamos una estrofa de algún canto de Adviento

Bendición de la corona:
“Señor, te pedimos que derrames tu bendición sobre esta corona,
para que nos recuerde domingo a domingo que debemos estar
despiertos esperando a Cristo que nos trae la salvación. No dejes
que los males que nos rodean nos impidan comprometernos con
la realidad para cambiarla. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor.
Amén.”

Oración frente a la corona:


Algún integrante de la familia enciende la primera vela morada
“Encendemos Señor esta luz, como aquel que enciende su lám-
para para salir en la noche al encuentro del amigo que ya viene.
En esta primera semana de Adviento queremos levantarnos para
esperarte preparados, para recibirte con alegría. Muchas sombras
nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen. Queremos estar
despiertos y vigilantes, porque tú nos traes la luz más clara, la paz
más profunda y la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús. Ven,
Señor Jesús!”
Entonamos el canto de la Corona de Adviento
Lectura del Evangelio:
Lucas 21, 25-36.
Guía: Palabra de Dios
Todos: Te alabamos, Señor

Meditación:
Se puede hacer un momento de silencio para meditar la Palabra
de Dios y dialogar en familia con esta pregunta: ¿Qué propósito
nos puede ayudar a tener un corazón mejor dispuesto para recibir
a Jesús en esta Navidad?

Peticiones:
A cada petición respondemos: ¡Ven, Señor, te esperamos!
-Para que tu luz nos haga salir de la oscuridad.
-Para que tu presencia nos quite los temores.
-Para que tus enseñanzas orienten nuestra vida.
Se pueden agregar otras peticiones/intenciones de la familia.
Rezamos juntos 1 Padrenuestro y 1 Avemaría.

Oración final:
“Querida Madre, se te ha encomendado la misión de estar siem-
pre despierta para atender a todas nuestras necesidades, particu-
larmente cuando el peso de las responsabilidades nos agobian.
Camina junto a nosotros en este Adviento. Amén”.
Segundo domingo
Todos hacen la Señal de la Cruz.

Ambientación:
Al iniciar este segundo domingo de Adviento nos hemos reunido
alrededor de la corona para dejarnos iluminar por la Palabra de
Dios y rezar en familia, esperando con alegría que Jesús nazca en
nuestro corazón.

Oración inicial:
“Señor Jesús, estamos cerca de vivir un gran acontecimiento:
tu nacimiento en medio de nosotros. Juan el Bautista anunció tu
llegada pidiendo a los hombres que se arrepintieran de corazón.
Hoy, nosotros, arrepentidos, te pedimos perdón a Ti, que vives y
reinas por los siglos de los siglos. Amén”.
Entonamos una estrofa de algún canto de Adviento

Oración frente a la corona


Algún integrante de la familia enciende la segunda vela morada,
además de la semana anterior
“Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. No-
sotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas. El viejo
tronco está rebrotando, florece el desierto. La humildad entera se
estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne. Que
cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para
que florezcas, para que nazcas y mantengas en nuestro corazón
encendida la esperanza. ¡Ven pronto, Señor. Ven, Salvador!”
Entonamos el canto de la Corona de Adviento

Lectura del Evangelio:


Lucas 3, 1-6.
Guía: Palabra de Dios
Todos: Te alabamos, Señor
Meditación:
Meditamos en silencio las palabras de Juan el Bautista y dialoga-
mos en familia con esta pregunta: ¿Qué piedras encontramos en
el camino a nuestro corazón que le impiden llegar a Jesús? ¿Por
qué es necesaria la conversión para el perdón de los pecados?

Peticiones:
A cada petición respondemos: ¡Señor, cambia nuestro corazón!
-Porque somos egoístas y orgullosos.
-Porque nos cuesta perdonar las ofensas.
-Porque somos envidiosos y celosos.
Se pueden agregar otras peticiones/intenciones de la familia.
Rezamos juntos 1 Padrenuestro y 1 Avemaría.

Oración final:
“Querida Virgen María, Tú sabes que nuestro camino al corazón
está lleno de piedras, que no dejan que tu Hijo Jesús pueda venir
a nosotros. Te pedimos tu ayuda para sacar estos obstáculos del
camino y permitir que El pueda nacer en nosotros esta Navidad.
Amén”.
Tercer domingo
Todos hacen la Señal de la Cruz.

Ambientación:
La razón más grande de nuestra alegría es Jesús que ya está en-
tre nosotros y esperamos su segunda venida. Este domingo nos
recuerda que la Navidad que festejamos todos los años nos trae a
la memoria, que Jesús vino al mundo a través de María.

Oración inicial:
“Señor Jesús, no dejes que la alegría de tu presencia se borre de
nuestro corazón, a pesar de los acontecimientos dolorosos que
estamos viviendo en nuestra patria. Que la razón de nuestra ale-
gría sea siempre el sentirnos amados por Ti. Tú, que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amén”.
Entonamos una estrofa de algún canto de Adviento

Oración:
“Señor Jesús, nosotros queremos ser portadores de alegría, lle-
vando en nosotros mismos una profunda alegría, una alegría que
tenga su fuente en la fe y en el amor que nos tiene el Padre Celes-
tial. Oscuridades e inseguridades no nos pueden quitar la alegría.
Señor, te pedimos que seas la causa de nuestra alegría. Tú, que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.”

Oración frente a la corona:


Algún integrante de la familia enciende la vela rosa, además de
las que ya se encendieron los otros dos domingos
“En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una
voz. Se anuncia la buena noticia: el Señor va a llegar. Preparad
sus caminos, porque ya se acerca. Adornad vuestra alma como
una novia se engalana el día de su boda. Ya llega el mensajero.
Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz. Cuando
encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser an-
torcha tuya para que brilles, llama para que calientes. ¡Ven, Señor,
a salvarnos, envuélvenos en tu luz, caliéntanos en tu amor”.
Entonamos el canto de la Corona de Adviento

Lectura del Evangelio:


Lucas 3, 10-18.
Guía: Palabra de Dios
Todos: Te alabamos, Señor

Meditación:
Meditar en silencio las palabras de Juan el Bautista y dialogamos
en familia con esta pregunta ¿Qué actitudes y gestos son las que
alegran nuestro corazón?

Peticiones:
A cada petición respondemos: ¡Señor, que no perdamos la alegría!
-Cuando el dolor nos golpea y nos cuesta levantarnos.
-Cuando sentimos que somos despreciados y maltratados.
-Cuando nos falta el trabajo y el pan de cada día.
Se pueden agregar otras peticiones/intenciones de la familia.
Rezamos juntos 1 Padrenuestro y 1 Avemaría.

Oración final:
“Querida Madre de Dios, que viviste con alegría los nueve meses
de tu Adviento llevando al Niño Dios en tu seno, ayúdanos con tu
oración para que no se borre nunca de nuestro corazón la alegría
que nos trae Jesús. Amén”.
Cuarto domingo
Todos hacen la Señal de la Cruz.

Ambientación:
En el cuarto domingo de Adviento nuestros ojos miran a María, ya
que se aproxima el momento en que dará a luz al Hijo de Dios. Por
eso al lado de la corona vamos a poner una imagen de la Virgen
con una vela encendida (que no sea ninguna de las velas de la
corona).

Oración inicial:
“Señor Jesús, hoy la liturgia nos invita a mirar a María embarazada,
que te ha llevado en su seno durante nueve meses y que pronto
te dará a luz. Ayúdanos a vivir con fe este misterio llamado “Encar-
nación”. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén”.
Entonamos una estrofa de algún canto de Adviento

Oración:
“Señor Jesús, nuestros corazones y también nuestro hogar te
abren las puertas, para que así como entraste en el seno de María,
puedas entrar en nuestra vida personal y familiar. Tú, que vives y
reinas por los siglos de los siglos. Amén”.
Oración frente a la corona:
Algún integrante de la familia enciende las cuatro velas de la coro-
na tomando luz de la vela que está delante de la Virgen.
“Al encender estas cuatro velas, en el último domingo de Adviento,
pensamos en ella, la Virgen, tu madre y nuestra madre. Nadie te
esperó con más ansia, con más ternura, con más amor. Nadie te
recibió con más alegría. Te sembraste en ella como el grano de
trigo se siembra en el surco. En sus brazos encontraste la cuna
más hermosa. También nosotros queremos prepararnos así: en la
fe, en el amor y en el trabajo de cada día. ¡Ven pronto, Señor. Ven
a salvarnos!”
Entonamos el canto de la Corona de Adviento
Lectura del Evangelio:
Lucas 1, 39-45.
Guía: Palabra de Dios
Todos: Te alabamos, Señor

Meditación:
Meditamos en silencio y dialogamos en familia con esta pregunta:
¿Cuáles son los motivos por los que Isabel se alegra ante la visita
de María?

Peticiones:
A cada petición respondemos: ¡Virgen María, danos a Jesús!
-En este momento de dolor y angustia que vive nuestra patria.
-En esta Navidad que hemos venido preparando en familia.
-En los momentos en que sentimos la tentación de abandonar
todo.
Se pueden agregar otras peticiones/intenciones de la familia.
Rezamos juntos 1 Padrenuestro y 1 Avemaría.

Oración final:
“Querida Madre de Dios, te pedimos que nos hagas sentir aquella
misma alegría y gozo que sentiste al dar la vida humana a Jesús.
Nuestra familia quiere llevar esta felicidad a todas las personas
que más sufren. Amén”.
Celebración para la
Noche de Navidad
Antes de comenzar a cenar y brindar

Todos hacen la Señal de la Cruz.

Ambientación:
Esta Navidad queremos aprovecharla como un tiempo de gracia,
para sentir que Dios quiere habitar en este hogar y nacer en cada
uno de nuestros corazones.

Oración inicial:
“Concede, Señor todopoderoso, que hoy brille para nosotros y
todas las familias del mundo, la luz de tu Palabra. Amén”.
Entonamos una estrofa de algún canto de Navidad

Encendemos la Corona de Adviento y una vela blanca:


Encendemos las cuatro velas de la Corona de Adviento
y una vela blanca que ponemos al lado de la
imagen de la Virgen (en el pesebre).

Colocación del niño en el nacimiento:


Entonamos algún alegre villancico mientras nos disponemos a
agregar al Niño Dios en el pesebre. Cuando ponemos al niño,
todos aplaudimos.

Lectura del Evangelio:


Lucas 2,1-14.
Guía: Palabra de Dios
Todos: Te alabamos, Señor

Meditación:
Leer pausadamente la siguiente meditación.
“Esperábamos la gloria deslumbrante del Señor y tú nos mandas-
te un tierno niño, en el silencio de la noche. Esperábamos un gue-
rrero y tú nos has enviado un príncipe de la paz. Esperábamos al
Dios fuerte y omnipotente, y tú nos has dado un manso cordero.
Teníamos mucho miedo y tú nos has dado el amor, la paz y la
vida. Esperábamos recibir mucho de ti y tú has superado nuestra
capacidad y deseo, tú mismo te nos has dado, todo entero y para
siempre”

Peticiones:
Mientras el Niño Dios pasa de mano en mano, la persona que le
toca tenerlo, hace una petición y todos responden: ¡Hoy nos ha
nacido el Mesías, el Señor!
Rezamos juntos 1 Padrenuestro y 1 Avemaría.

Oración final:
“Hoy la Virgen da a luz al Trascendente. Y la tierra ofrece una cue-
va al inaccesible. Los ángeles y los pastores le alaban. Los magos
caminan con la estrella; porque ha nacido por nosotros, niño pe-
queñito, el Dios de antes de los siglos. Amén”
Terminamos con un canto mientras disponemos en el centro de la
mesa familiar la Corona de Adviento con sus cuatro velas encen-
didas (más la quinta vela blanca también encendida cerca de la
Virgen y el Niño Jesús, en el pesebre).
Celebración para la
Noche de Año Nuevo
Antes de comenzar a cenar y brindar

Todos hacen la Señal de la Cruz.

Ambientación:
Antes de que comiencen los festejos dando la señal que un año
más ha finalizado y comienza uno nuevo, vale la pena, iluminados
por la luz del Señor, hacer un sencillo balance de lo que ha signi-
ficado para cada uno de nosotros el año viejo y lo que esperamos
para el año nuevo.

Oración inicial:
“Señor, te damos gracias por el año que termina, porque a pesar
de tantas dificultades y tropiezos en todos los casos hemos man-
tenido la fidelidad y la fe. Te pedimos al comenzar este nuevo año
que nos bendigas en abundancia. Te lo pedimos por Cristo Nues-
tro Señor. Amén”.
Encendemos la Corona de Adviento y marcamos en las velas la
cifra del año: Colocamos la Corona de Adviento en la mesa fami-
liar y a cada vela le ponemos un número correspondiente al año
nuevo que va a comenzar en pocos días. Encendemos las cuatro
velas de la corona. Poco antes de las doce de la noche, encen-
demos la quinta vela de color blanco (que está junto al pesebre
desde Navidad o que hemos colocado en el centro de la corona).

Lectura: del libro del Eclesiastés 3,18


Guía: Palabra de Dios
Todos: Te alabamos, Señor

Meditación:
Después de meditar en silencio la lectura, invitamos a todos a sentar-
se alrededor de la Corona de Adviento y que cada uno exprese “lo
que ha significado el año viejo y lo que espera para este nuevo año”.
Peticiones:
Damos gracias a Dios por todo lo que hemos recibido en este año
que termina. Respondemos: ¡Te damos gracias, Señor!
-Por los momentos de dolor que nos ayudaste a superar. Oremos.
-Por los alimentos que siempre estuvieron presentes en nuestra
mesa. Oremos.
Se agregan otras peticiones/intenciones de la familia.
Rezamos juntos 1 Padrenuestro y 1 Avemaría.

Nos damos la paz y el perdón:


El primer día del año, la Iglesia celebra la “Jornada Mundial de
la Paz”, por eso es apropiado que en este momento nos demos
mutuamente la paz y nos pidamos perdón por las veces que nos
hemos ofendido.

Oración final:
“Señor, Creador del Universo, al comenzar este nuevo año, que-
remos ser en tus manos instrumentos de tu paz: para que donde
haya odio, sembremos amor; donde haya ofensa, perdón; donde
haya duda, fe; donde haya desaliento, esperanza; donde haya tris-
teza, alegría. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.”
Terminamos con un canto

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