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Género y medios de comunicación 1

En el mundo actual los medios de comunicación detentan un poder enorme. Son industrias
mediáticas que actúan en un mercado cada vez más y más monopolístico y globalizado.
Además, los medios de comunicación entran diariamente en nuestros hogares, condicionando
profundamente nuestra manera de ver el mundo. Tanto las personas adultas como la infancia
y la juventud pasamos muchas horas al día mirando la televisión, transformando esta actividad
en una más en el conjunto de las actividades diarias. Aun más potente resulta la revolución en
curso si pensamos en ell desarrollo que ha tenido y sigue teniendo un instrumento de
comunicación como internet.

Es irrefutable, en una situación como la actual, que los medios de comunicación tienen una
gran relevancia en la construcción de la imagen del mundo que elabora cada persona y que se
elabora a nivel de imaginario colectivo. Pero ¿qué imagen nos dan los medios de comunicación
de las mujeres?, y no solo eso, sino ¿de qué manera se representan las relaciones de género?

Una atenta mirada a los datos desvela que las mujeres siguen siendo representadas (en la
mayoría de los casos) como amas de casa, como objeto del placer masculino, como seres
pasivos cuyo valor se mide por el aspecto físico. También los hombres, en general, son
representados siguiendo estereotipos como la fuerza, la dominación, la acción y la incapacidad
de ocuparse del cuidado familiar.

Los medios de comunicación son simultáneamente reproductores y creadores de los modelos


femeninos y masculinos, es decir de lo que social y culturalmente es considerado adecuado del
ser mujer y del ser hombre. Las personas constituyen su propia identidad de género, femenina
o masculina, asumiendo las normas, los valores y las actitudes de la identidad
correspondiente. De esta manera cada persona interioriza las que son las pautas necesarias
para satisfacer las expectativas establecidas en su identidad de género. Así que, la
representación estereotipada afecta al conjunto de la sociedad, tanto a mujeres como a
hombres, al transmitir una imagen limitada que encasilla en pautas de feminidad y
masculinidad rígidas y establecidas.

A nivel internacional en la Plataforma de Acción, aprobada por la Cuarta Conferencia


Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing en 1995, 189 Estados miembros de la ONU

                                                            
1
Estas páginas son un extracto de un Informa que Indera está elaborando para la publicación en el ámbito de la
campaña Muévete por la Igualdad. Es de Justicia. promovida por las ONG Ayuda en Acción, Intered y
Entreculturas.

Elaborado por Amanda Alexanian (a.alexanian@indera.es) – Consultora Junior de INDERA Consultoría de


Género, un espacio que impulsa procesos de cambios estructurales hacia la equidad de género, considerando el
concepto género como elemento estructural, como categoría de análisis y como punto de partida para la acción
política. www.indera.es
 

 
 

reconocieron el papel importante que juegan los medios de comunicación en la representación


de las mujeres. Entre las doce áreas de preocupación que la Plataforma identifica como
centrales para el adelanto de las mujeres, encontramos el punto J titulado “La mujer y los
medios de comunicación”. A partir de este fundamental documento internacional, el ámbito de
la comunicación adquiere estrategicamente el mismo nivel de importancia otorgado a la
economía, la participación política, la violencia o la salud de las mujeres.

La Plataforma de Acción pone luz en la ausencia de las mujeres de los medios, sobre todo en
los cargos directivos. Además, pone en evidencia cómo los medios de comunicación siguen
trasmitiendo una imagen muy degradante de las mujeres. De hecho, en Beijing se dejó claro
que las mujeres no son ni protagonistas ni sujetos de los medios y, cuando se les representa,
se hace con una mirada profundamente sexista.

El reconocimiento de la centralidad de los medios de comunicación en la reproducción de


estereotipos de género ha perdido énfasis en las sucesivas revisiones de la Plataforma de
Acción de 1995. De hecho, la delegación de Estados Unidos manifestó en la primera revisión
de la Plataforma en el 2000 (Beijing +5), que no aceptaba ninguna obligación en tema de
comunicación y en la segunda revisión en 2005 (Beijing +10) el apartado J se quedó
totalmente fuera de los ámbitos de discusión.

Ya en su momento la incorporación del tema de la comunicación en el texto de la Plataforma


de Acción había sido producto de un intensa actividad por parte de las organizaciones de la
sociedad civil contra la reticiencia de los gobiernos en posicionarse en un ámbito tan
controvertido. De hecho, en la elaboración de la Plataforma, en el apartado en que se
recomienda a los medios de comunicación la adopción de mecanismos reglamentarios,
directrices profesionales o códigos de conducta, se incluyó la frase “en la medida en que ello
no atente contra la libertad de expresión”.

La resistencia originaria no ha disminuido con el tiempo. En cambio, el desarrollo de políticas


económicas neoliberales representa un obstáculo para el desarrollo de cualquier forma de
reglamentación de los medios de comunicación. Las televisiones públicas, así como las
privadas, responden a las leyes del mercado en la búsqueda de audiencia y ganancia
económica. Y las grandes industrias mediáticas, que tienen cada vez más monopolizado el
mercado audiovisual, no están dispuestas a ceder parte de su autonomía comprometiéndose
hacia una comunicación con perspectiva de género.

Los gobiernos no han dado seguimiento a los compromisos políticos asumidos en la


Conferencia de Beijing pero, en cambio, a nivel internacional la sociedad civil ha creado
iniciativas para continuar trabajando y profundizando el tema.

La Plataforma de Acción de Beijing destacaba la importancia de crear redes de comunicación


de mujeres y fomentar las que ya existían. En esta dirección se han creado numerosos
espacios abiertos en que las periodistas pueden participar de manera individual o a través de
asociaciones para promover un periodismo sensible al género. Entre estas iniciativas
señalamos la experiencia de la Red Internacional de Mujeres Periodistas con Visión de

 
 

Género (RIPVG) como ejemplo de la voluntad de las profesionales del sector de trabajar en
red a nivel internacional para promover los derechos de las mujeres. En la actualidad
participan en la red una docena de asociación a nivel estatal y seis a nivel catalán. 2

Otra iniciativa importante de la sociedad civil a escala internacional es la del monitoreo


mundial, en que se examinan durante un día la presencia de mujeres y hombres en los
informativos de prensa, radio y TV. Los resultados del primer monitoreo fueron presentados
en la Conferencia de Beijing y, a partir de ahí, le siguieron otros dos, el último en el febrero
2005 en el que participaron 76 países. 3

Pasando a la situación en Catalunya, ¿a qué punto estamos? Si dirigimos una atenta mirada a
los datos a disposición, nos aparece un sistema de representación que invisibiliza, refuerza los
estereotipos y sigue siendo claramente androcéntrico.

El marzo pasado fue publicado por el Consell de l’Audiovisual de Catalunya (CAC) un


estudio cuantitativo que analiza los telediarios de seis televisiones durante un periodo de
tres meses. 4 La presencia de las mujeres resulta ser de un 27,5% contra un 72,5% de
presencia masculina. De hecho resulta que más de la mitad de la unidad informativa se refiere
exclusivamente a los hombres, el 39,5% hace referencia a mujeres y hombres indistintamente
y un 8,7% sólo menciona a las mujeres. El informe profundiza estos datos y demuestra que el
promedio de tiempo de palabra de las mujeres es de 28 segundos versus 44 segundos de los
hombres. El 13% del tiempo de palabra de las mujeres está protagonizado por mujeres cuyo
nombre y apellido no se mencionan, versus un 4% de hombres en la misma posición de
anonimato.

Los datos dan luz, en primer lugar, sobre la ausencia de las mujeres en los ámbitos
informativos de las televisiones. Aunque representen más o menos la mitad de la población,
tienen una presencia en las noticias cotidiana de menos de un 30%.

Pero, los números revelan algo más que la ausencia. El androcentrismo que estructura la
sociedad acostumbra a todos y a todas a considerar lo masculino como el universal, como el
termino representativo del “todo”. Esto comporta que cuando se hable de los asuntos que
conciernen al conjunto de la sociedad, parece normal que sean hombres los que protagonizan
la noticia, en representación también de las mujeres. Las mujeres, en cambio, son adecuadas
para transmitir mensajes que tienen que ver con los “asuntos de mujeres”, porque las mujeres
simbólicamente sólo representan al “grupo mujeres” y no al grupo universal. Los datos del CAC
confirman la presencia de esta mirada androcentrica en los informativos catalanes.

                                                            
2
ADPC (Associació de Dones Periodistes de Catalunya) CIBERDONA (Dones que gestionen el casal cardener /Gràcia
/Barcelona) Secretaria de Dones (Sindicat de periodistes de Catalunya,) DONES EN XARXA (grup de Dones de
Mujeres en Red de Catalunya) Moncomunicacio/dones (Agència de premsa i promoció. Serveis, premsa, campanyes i
diferents seccions informatives) RADIO PACA (proyecto profesional, participativo, feminista).
3
El monitoreo es coordinado entre la ONG canadiense Media Watch y la Asociación Mundial para la Comunicación
Cristiana (WACC). En España los datos del último monitoreo del 2005 fueron recogidos por la Asociació de dones
periodistes de Catalunya con la colaboración de la Red Española de Periodistas.
4
Es un estudio cuantitativo de los informativos de seis televisiones catalanas (V3, 3/24, TVE en Cataluña, 8tv,
Barcelona TV y Badalona TV) llevado a cabo entre el 1 de octubre y el 31 de diciembre de 2008.

 
 

Continuando con los informativos, los datos muestran que las mujeres, cuando aparecen en la
TV, lo hacen en determinados sectores mientras que hay otros que les resultan practicamente
inaccesibles. Los datos demuestran claramente que la política y la economía, marcadamente
públicas, son reservadas a los hombres mientras que a las mujeres les competen la
enseñanza, la salud y los temas sociales.

Respecto a las noticias políticas, analizando los datos del Informe del CAC, resulta que las
mujeres obtienen un tiempo de palabra del 15,5% versus el 84,5% del tiempo de los hombres.
Comparando este dato con la presencia real de las mujeres en las instituciones políticas, el
CAC concluye que no hay una representación adecuada de la realidad. El 15% de tiempo de
palabra no corresponde a la cantidad de mujeres políticas en Catalunya que oscilan entre el
29,3% de alcaldesas y regidoras y el 55% de funcionarias del Ayuntamiento de Barcelona.

Los sectores considerados más importantes en nuestra sociedad son también los que gozan de
un mayor prestigio en la cultura periodística. Las noticias consideradas “duras” son las noticias
de economía, de política y del sector internacional mientras que las noticias “blandas” son las
de cultura y sociedad. Por lo tanto, los medios de comunicación reproducen el sistema de
género: la invisibilidad social, política y cultural de las mujeres se refleja y se refuerza a través
de la invisibilidad en las noticias.

Los análisis cualitativos de la representación de las mujeres descubren otros elementos. El


cuerpo, el aspecto, el vestuario son factores centrales a la hora de representar a una mujer
política, mientras que este tipo de calificación, basada en la apariencia, no se suele realizar
respecto a los políticos hombres. Además los medios de comunicación, en particular la prensa,
revelan una tendencia a referirse a menudo a las políticas sin apellido y cortándoles el nombre,
cosa que no se hace en general con los hombres. Esto denota una familiaridad y un
menosprecio en el trato no adecuados al contexto.

Así que en la representación del espacio público por excelencia, la arena política, se unen los
diferentes componentes que ya se han descrito. La atención al aspecto físico, la familiaridad en
el trato, son todos elementos de una representación asimétrica. La menor legitimidad que las
mujeres sufren en un espacio que no se les atribuye como “natural” hace que su presencia se
valore a través de elementos ajenos a su proceder político, lo cual se queda en un segundo
plano, invisibilizando las actuaciones a favor de las apariencias.

Si se aplica la regla de la inversión este tipo de práctica sexista sale a la luz. Cada vez que se
concibe una pieza periodística se tendría que pensar si la referencia al aspecto físico o la
indumentaria se estaría haciendo en el caso que el protagonista de la noticia fuese hombre. En
la mayoría de los casos resultaría muy raro hacer estos tipos de comentarios describiendo a un
hombre, aún más si tiene la autoridad de un cargo político.

El lenguaje es otro elemento central a la hora de analizar los medios desde una perspectiva
de género. Las palabras que se utilizan para describir un acontecimiento, junto con las
imágenes, son los instrumentos centrales en definir la realidad y en nombrar las cosas. El

 
 

lenguaje es una cuestión de poder y, de hecho, la capacidad de nombrar la realidad siempre


ha estado presente en las reivindicaciones del feminismo y de los movimientos de mujeres.

En el lenguaje se utiliza el masculino refiriéndose a un sujeto universal que comprende tanto


los hombres como las mujeres, identificando el varón con la humanidad. De hecho el lenguaje,
así como la mirada, es androcéntrico. Además, al androcentrismo gramatical se une al sexismo
lexical que minusvalora y discrimina explícitamente a las mujeres. El tema del lenguaje no
sexista ha sido objeto de mucha atención y se han publicado numerosos manuales que tratan
el tema y dan pautas y sugerencias alternativas. 5 De hecho, la cuestión del lenguaje no es, ni
mucho menos, exclusivamente una cuestión de añadir el articulo femenino. Es la idea de
cambiar la mirada androcentrica hacia la sociedad modificando, en consecuencia, el lenguaje
utilizado.

Por otro lado, uno de los objetivos generales del Pla de politiques de dones del govern de la
Generalitat de Catalunya 2008-2011 elaborado por el Institut Català de les Dones prescribe
la reducción del sexismo y del androcentrismo en los medios de comunicación. La manera de
representar las relaciones de género de los medios se reconoce en este documento de
planificación política como uno de los ejes centrales, junto con la cultura y la coeducación, para
impulsar cambios trasformadores de las estructuras y de los modelos patriarcales. También la
Ley 22/2005 que regula el sector del audiovisual en su conjunto precisa, entre las misiones
específica del servicio público audiovisual de la Generalitat, la necesidad de “La promoción
activa de la igualdad entre hombres y mujeres, que incluye la igualdad de trato y de
oportunidades, el respeto a la diversidad y a la diferencia, la integración de la perspectiva de
género, el fomento de acciones positivas y el uso de un lenguaje no sexista.”(artículo
26(3)(h))

No obstante estas normativas, la cultura periodistica no parece haber asumido las famosas
gafas violetas necesarias para ver el androcentrismo y el sexismo de los medios de
comunicación. Por lo general los profesionales y las profesionales del sector opinan respecto a
la representación de género en los medios, que estos últimos sólo tienen la función de reflejar
la sociedad. 6 Así que, según ellos y ellas, si la sociedad es estructurada en relaciones de poder
de género, los medios no podrán hacer nada más que representarla. Los números del Informe
CAC nos demuestran lo contrario. No hay el mismo porcentaje de políticas en los medios que
en el Parlamento de Catalunya, y esta infrarrepresentación ocurre en muchos otros ámbitos.

En definitiva, por un lado es verdad que los medios de comunicación muestran una parte de lo
que ven: una sociedad estructurada sobre la base de muchas injusticias, entre ellas la de
género. Pero, también es verdad que los medios de comunicación siguen invisibilizando los
logros (a esta altura ya más que consolidados) de las mujeres, siguen dando una imagen muy
                                                            
5
A nivel internacional hay textos como “ABC de un periodismo no sexista” (2005) de FEMMPRESS o, a nivel de
Catalunya el manual del Institut Català de les Dones “Marcar les diferències: la representació de dones i homes a la
llengua”.
6
Estas conclusiones se basan sobre el contenido de entrevistas llevadas a cabo en mayo 2009 con periodistas de
diferentes medios.

 
 

estereotipada tanto de lo femenino como de lo masculino y, así mismo, renfuerzan roles de


género. La resistencia hacia un cambio de mirada es muy fuerte por parte de los medios: ¿por
qué, por ejemplo, se ha asumido en la mayoría de los casos, que no se puede hablar de
“inmigrante ilegal”, porque no nadie puede ser definido así, mientras que resulta tan dificil que
se hable de infancia, de juventud, de personas en vez de niños, de jóvenes y de hombres?

Falta mucho por hacer para que los medios se comprometan hacia un cambio de mirada,
también porque esta misma mirada no está presente en la sociedad. Así que seguir
presionando a los medios para un cambio, y crear alternativas en el campo de la comunicación
es fundamental. Como estableció la Plataforma de Beijing de hace quince años, una relación
estratégica para el avance hacia una sociedad más justa y menos desigual pasa por incorporar
la perspectiva de género en los medios de comunicación.

Material:

Plataforma de Beijing para la Acción: http://www.un.org/womenwatch/daw/beijing/index.html

Informe Beijing+5: http://www.un.org/womenwatch/daw/followup/beijing+5.htm

Informe Beijing+10: http://www.un.org/womenwatch/daw/Review/english/49sess.htm

Consell de l’Audiovisual de Catalunya, Informe sectorial trimestral: la prèsencia de les dones


en la informació, octubre-desenbre 2008, marzo 2009

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