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En su libro, “Instrumentos en las manos del Redentor”, Paul Tripp nos ayuda a tratar a
nivel mas personal con el problema fundamental que todos poseemos. La Biblia dice que
nuestra condición pecaminosa es la raíz para los conflictos y traumas de nuestro pasado con los
reconozcamos esa realidad, podremos encontrar la verdadera esperanza para nuestras vidas.
Esa esperanza se basa en la persona de Cristo Jesús y su obra redentora en la Cruz del Calvario.
La consejería Bíblica procura tratar con los problemas y conflictos desde su raíz. Por tal
razón es de singular importancia que el consejero esté debidamente alineado con las Sagradas
Escrituras. Ante lo dicho, Pablo advierte en su carta a los Colosenses acerca del peligro de
El autor, a su vez expone el efecto que el pecado produce en las personas. Lo primero
que el pecado produce es la rebelión. El pecado también produce necedad en nosotros, la cual
presupone que no hay ningún otro punto de vista, teoría, o “verdad” más confiable que la
nuestra. Más aún, el pecado nos hace moralmente cuadripléjicos e intrínsecamente incapaces
de hacer lo correcto. Por último, el pecado nos hace incapaces de hacer lo que Dios ha
dispuesto que hagamos. Nos imposibilita a hacer lo que estimemos mejor para nuestras vidas,
Ante esta realidad, Dios utiliza varias formas para tratar con las vidas de una manera
más individual. La primera herramienta que Dios usa es el ministerio de la Palabra, a través del
cual somos portavoces de la esperanza redentora en Cristo Jesús. Nosotros por nuestra propia
iniciativa y esfuerzo no podemos cambiar a nadie. Pero el poder eficaz de la Palabra y el Espíritu
que mora en cada uno de nosotros puede transformar las vidas a quienes estamos
En Efesios 4:11-16, el apóstol Pablo especifica quienes son esos instrumentos que Dios
utiliza para ejercer el ministerio de la Palabra de una manera personal. Notemos que dice: “Y él
mismo constituyó”, lo cual quiere decir que tales instrumentos no fueron nombrados
caprichosa o unilateralmente por carne ni sangre, sino por Dios mismo. Seguido de esto, el
pasaje delinea a quienes Dios nombró: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. A
ellos se les encomendó la misión de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio de
declarar las verdades profundas de Dios, amén de rescatar el corazón rebelde, cansado,
cargado y desolado por el pecado y conllevarlos a una vida transformada y plena en Cristo
Jesús.
La segunda herramienta que Dios utiliza con ese fin transformador es la comunión en el
Cuerpo de Cristo. Dios une coyunturas entre los miembros de su Cuerpo con el fin de crear un
Ese cambio transformador que Dios opera por medio del ministerio de la Palabra y la
somos hijos de Dios por medio de Jesucristo; y segundo, al compartir la Palabra de Dios los unos
con los otros, nos convertimos en señales que apuntan a Su gloria. De manera que somos
mensajeros de la esperanza transformadora del reino de Dios penetrando en las raíces de los
Dios desea tratar con los problemas de raíz. Una de las cosas que el autor enfatiza en el
libro es que en consejería se pudiera tratar los diferentes temas superficialmente desde el
problemas que el individuo posee. No se puede entender al ser humano sin entender donde
verdaderamente radican todos sus problemas y conflictos. La verdadera raíz de los problemas
persona en su ser interior. En otras palabras, el corazón es lo que dice quien es la persona en
realidad. Con razón encontramos en Proverbios 4:23: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu
corazón; Porque de él mana la vida.”. Nuestra manera de actuar y de expresarnos refleja lo que
está en nuestro corazón. Con esto en mente, el ministerio de consejería debe tener el corazón
Ante esta relación, el autor argumenta que el cambio del fruto, o el comportamiento, es el
resultado de un cambio de raíz, o más bien en el corazón. Entonces, concluye que la idolatría en
sí es la esencia del problema que radica en el corazón del hombre, lo cual nos lleva al pecado
original en Génesis 3:5-6. El pecado es mucho más que hacer lo incorrecto. Es simplemente
amar, adorar, desear y servir a las cosas incorrectas. Los ídolos son más que las imágenes
externas en otras religiones para ser adoradas. La idolatría sencillamente estriba en buscar un
sustituto de Dios en el corazón. Se manifiesta de varias formas: la necesidad de aprobación por
resentimiento con las demás personas. De manera que los problemas son una manifestación
externa de lo que verdaderamente ocurre cuando los deseos de adoración causados por la
hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? Pero él da mayor gracia. Esta arma
poderosa, y a la vez esperanzadora, nos da el poder para no ir tras los deseos del corazón
pecaminoso. Por otra parte, el autor expande este tema en Gálatas reafirmando la promesa de
la gracia y el perdón para los que se humillan delante de Dios renunciando a los deseos de la
carne. En otras palabras, la gracia de Dios extendida a cada uno de nosotros nos permite decirle
En una forma práctica, el autor presenta cuatro formas que nos sirven de modelo de un
embajador de Cristo en las demás personas. Las cuatro formas son: Amar, Conocer, Hablar y
consiste en declarar la verdad de la Palabra de Dios en una forma que la persona pueda
descubrir su propio corazón. Finalmente, el hacer es aplicar a la vida diario los conocimientos
para formular preguntas al aconsejado. La primera estrategia es localizar las fortalezas, o ese
lugar en el corazón de la persona que ha sido preparado contra un ataque. A veces la persona
que está recibiendo consejería puede reaccionar enojada o a la defensiva, o puede auto
son comportamientos que el consejero debe tener presente a la hora de hacer preguntas. La
segunda estrategia es exponer y derribar las pretensiones o aquellas cosas que parecen ciertas
pero que en realidad son falsedades. Esto es clave ya que la mentira puede llevar al aconsejado
a distorsionar su visión sobre sí mismo, su visión sobre Dios y su visión sobre su situación. Para
el consejero es muy importante observar la respuesta emocional de la persona que está siendo
aconsejada. Por último, el consejero va a ayudar a la persona a llevar todo pensamiento cautivo
a Cristo. El autor ofrece unas catorce soluciones claves para ayudar al aconsejado a tomar
a los demás. Al mismo tiempo he visto como mucho de ellos tienen un fundamento teológico
Como punto final, debemos considerar que Dios nos ha llamado a ser sus embajadores
en medio de un mundo lleno de tinieblas. Siendo esta la realidad del mundo caído, no podemos
la batalla espiritual que se está librando contra Satanás. La Palabra de Dios es eficaz para
revelar las intenciones de nuestro corazón y llevarnos hacia el trono de la gracia de Dios, por
medio de Jesucristo, a fin de alcanzar la misericordia que nos rescata a tiempo de las garras del
enemigo.