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PAPER PRÁCTICO

VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES, ADOLESCENTES Y NIÑAS (VCMAN)

I. Presentación
El documento que se presenta a continuación es un material de apoyo teórico para el módulo de
Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas (VCMAN). En él se consideran las definiciones
actuales respecto de la VCMAN y los diversos enfoques con los que se relaciona, particularmente el
enfoque de Derechos Humanos y el enfoque de género; para finalizar con cifras actualizadas sobre la
situación del país en la VCMAN. Además, se pretende difundir tales contenidos para prevenir aquellas
situaciones que ponen en riesgo a mujeres y niñas cotidianamente.

II. Conceptualización de la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas (VCMAN)


Para definir la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas, se considera un marco referencial
amplio que incluye: normativas nacionales e internacionales, enfoques transversales (género, derechos
humanos, interculturalidad e interseccionalidad) y una agenda de género específica.

a) Definición de Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas (VCMAN)


La ONU (2004) define la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas como: “Todo
acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño
físico, sexual, psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de la
libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada” .

De esta manera se pone el acento en cómo, en la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes
y Niñas, existe lo que llamamos, una direccionalidad de género, donde las mujeres y las
niñas, por el solo hecho de serlo, son más vulnerables de padecerla.

b) Cambio de paradigma
La ampliación en su conceptualización, ha implicado un giro desde el paradigma de la
violencia intrafamiliar, hacia la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas. Este
actuar, en contexto de pareja se trata de una forma de violencia específica, que desde
el paradigma anterior, se mezclaba con otros modos de ella, que ocurren dentro de la
familia, como el maltrato infantil y la violencia contra personas mayores, en situación de
discapacidad o dependientes en general, que se viven dentro del espacio privado y del
contexto doméstico.

Para comprender las diferencias y similitudes entre la Violencia Contra las Mujeres,
Adolescentes y Niñas y la Violencia Intrafamiliar adecuadamente, se debe considerar la
importancia de:
• Transitar del enfoque de Violencia Intrafamiliar (VIF) al de Violencia Contra las
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Mujeres, Adolescentes y Niñas (VCMAN).
• Visibilizar y problematizar la diversidad de tipos y manifestaciones de violencia, de
los contextos y espacios en que se ejerce, y la diversidad de mujeres que la viven.

c) Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas (VCMAN) y diversidad


La Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas ocurre en todos los espacios (público
y privado), en todos los contextos (de pareja, intrafamiliar, laboral, educacional, callejero,
virtual); afecta a todas las mujeres en su diversidad; (sin importar la edad, la identidad
de género, la orientación sexual, nacionalidad, nivel socioeconómico, entre otros); adopta
diferentes manifestaciones; (amenazas, insultos, hostigamiento, acoso, abuso, trata de
personas, parto deshumanizado, secuestro, tortura, mutilaciones, femicidios); y tiene
distintos tipos de expresión (violencia física, sexual, psicológica y económica o patrimonial).

El concepto de violencia basada en el género permite enfatizar que esta violencia ocurre
debido a desigualdades estructurales, que ubican a las mujeres en el lugar de subordinadas,
aunque también bajo este término, cabrían aquellas violencias que afectan a los hombres
situados también en posiciones de subordinación o inferioridad, por razones de género,
como se explicita en los contenidos del módulo.

Dado que la sociedad chilena se ha constituido en torno a la dominación masculina, el


patriarcado y la heteronormatividad (es decir, lo heterosexual como norma) la mayor parte
de la violencia de género es ejercida por hombres hacia mujeres, por lo que este concepto
se entiende como sinónimo de Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas.

La VCMAN impide que estas gocen de sus derechos humanos y libertades, nos dice Naciones
Unidas, afectando uno fundamental, que es el derecho a una vida libre de violencias.

d) Datos básicos, ONU Mujeres, 2015


En todo el mundo, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual, principalmente
por parte de un compañero sentimental.
En 2012, en uno de cada dos casos de mujeres asesinadas, el autor era su compañero
sentimental o un miembro de su familia. En el caso de los hombres, estas circunstancias
únicamente se dieron en uno, de cada 20 hombres asesinados.

III. Enfoque de Derechos Humanos


Algunos de los derechos humanos de las mujeres que son vulnerados, producto de la violencia son: el
derecho a la vida, a la libertad y la seguridad personal, a verse libre de toda forma de discriminación,
a no ser sometida a tortura, ni a tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes, y el derecho al más
alto nivel posible de salud física y mental.
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A partir del posicionamiento de la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas, como una
violación de los derechos humanos, se han ido perfeccionado los marcos normativos internacionales
y regionales.

Dentro de estos, la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación en Contra de
la Mujer (CEDAW)1 es considerada como la Carta Magna de los Derechos Humanos de la Mujer.

Si bien esta Convención no menciona explícitamente la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes
y Niñas, obliga a los estados parte, a proteger a la mujer contra cualquier tipo de violencia que se
produzca en la familia, en el trabajo o en cualquier otro ámbito de la vida social, al reconocer la
violencia como acto de discriminación.

A partir de ello, se habla entonces de un Sistema de Protección de los Derechos Humanos de las
Mujeres, que determina la aplicación de un estándar internacional en Violencia Contra las Mujeres,
Adolescentes y Niñas.

Ello implica que los estados parte, junto con condenar todas las formas de Violencia Contra las Mujeres,
Adolescentes y Niñas, convienen en adoptar políticas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar dicha
violencia y actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la
mujer” (Art. 7, CEDAW), lo que compromete, además, el correcto operar de todas y todos los funcionarios
públicos para el cumplimiento de esta normativa.

Junto con la CEDAW, se debe mencionar la “Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar
y Erradicar la Violencia contra la Mujer”22 (de Belém do Pará, 1994), también suscrita por el Estado
de Chile, que define la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas, como: “cualquier acción o
conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la
mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”.

En base a la Convención de Belem do Pará, existe un acuerdo internacional de incluir en todas las
definiciones de Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas y las niñas, los tipos de violencia.

• La violencia física: es aquella dirigida contra el cuerpo de la mujer y que vulnera,


perturba o amenaza su integridad física o su derecho a la vida, que en los casos más
extremos puede llegar al femicidio.

• La violencia psicológica/emocional: se refiere a la conducta u omisión, que tiene


1 The Convention on the Elimination of All Forms of Discrimination against Women (CEDAW). Disponible en http://ddhh.
minjusticia.gob.cl/media/2016/12/CEDAW-Chile-2012-ESP.pdf
2 Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer “Convencion de Belem do
Para", disponible en https://www.oas.org/dil/esp/convencion_belem_do_para.pdf
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por objeto causar temor e intimidación buscando ejercer control, atentando contra
su autonomía, integridad y bienestar psíquico.
• La violencia sexual: consiste en la acción de imponer o forzar actos de connotación
sexual, ya sea por medio de amenazas, intimidación o coacción, afectando el derecho
a la libertad sexual y reproductiva o el derecho de las niñas a la indemnidad sexual.
• La violencia económica/patrimonial: se refiere a la acción u omisión, ejercida en
el contexto de relaciones afectivas o familiares, que tenga como efecto directo la
vulneración de la autonomía económica, con afán de ejercer un control de la mujer, a
través del menoscabo en sus recursos económicos o patrimoniales, o el de sus hijas
o hijos.

Desde la Convención de Belém do Pará, se explicita que la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes
y Niñas ocurre al menos en tres grandes contextos:

a. Dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal.


b. En la comunidad y sea perpetrada por cualquier persona.
c. Que sea tolerada por el Estado o sus agentes, donde quiera que ocurra.

En base a estos escenarios hoy es posible visibilizar y definir los siguientes contextos en que se
manifiesta la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas:

• Doméstico o intrafamiliar: se refiere a toda relación de abuso entre integrantes de


una familia, que incluye la violencia en un contexto de pareja o expareja; el maltrato
infantil; y la violencia hacia personas mayores.
• Laboral: cuando la mujer sufre violencia física, sexual, psicológica o económica en
el lugar de trabajo, o en el marco de actividades laborales, perjudicando la situación
laboral o afectando las oportunidades de empleo. Incluye el acoso sexual laboral, y el
acoso laboral (o mobbing) por razones de género.
• Educativo: ejercida contra una niña o mujer en una relación educativa, incluyendo el
acoso sexual.
• Virtual/digital o ciberviolencias: se produce cuando una persona o grupo provoca
o realiza daños físicos, sexuales, psicológicos o económicos/patrimoniales a niñas o
mujeres, a través de Internet y/o redes sociales.
• Institucionales: cuando una funcionaria o funcionario público, obstaculiza o impide
el ejercicio de derechos por parte de las mujeres en general, y el derecho a vivir libre
de violencia en específico. Por ejemplo, poniendo en duda su calidad de víctima de
violencia, o actúa sin la debida diligencia en la prevención, atención, investigación,
sanción y/o reparación de la violencia.

Asimismo, se reconoce:
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• Violencia de Estado: cuando es tolerada o incluso perpetrada por agentes del
Estado. Un ejemplo es la violencia ejercida en contra de mujeres privadas de libertad
o el uso desmedido de la fuerza policial, en contextos de marchas o manifestaciones
sociales.
• Violencia mediática: cuando los medios de comunicación y la publicidad, a través de
sus mensajes e imágenes, pone a la mujer en lugares de subordinación o dependencia,
o en roles estereotipados o cosificando su cuerpo.
• Violencia gíneco-obstétrica: ejercida por el personal de salud que evalúa
ginecológicamente o bien, en la asistencia durante el parto, y que se expresa en
un trato deshumanizado, abuso de medicación y patologización innecesaria de los
procesos naturales.

IV. Modelo ecológico feminista


En este apartado, se hace referencia al modelo ecológico feminista, que corresponde a una actualización
propuesta desde organismos de la ONU.

Este modelo ha sido utilizado en informes y estudios realizados por las entidades del sistema de
las Naciones Unidas y de la OEA. Utiliza cuatro niveles o esferas de análisis que se relacionan con
los que incorpora el modelo ecológico, para el análisis de la violencia, utilizado por la Organización
Panamericana de la Salud.

Este modelo organiza de manera articulada la realidad social, familiar y cultural, como subsistemas
que se interrelacionan, integrando elementos de análisis desde los diferentes niveles, que aportan
elementos para su comprensión y abordaje.

Permite observar, distintos niveles dentro del entramado social, que influyen y sostienen, un sistema
relacional abusivo.

Así, los estereotipos de género vienen a operar como causas o estructuras de soporte, que sustentan
la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas, permeando a nivel institucional y comunitario.
Dichos estereotipos de género, así como los de clase y de raza, se encarnan en las personas y en sus
relaciones interpersonales.

Este entramado social, permite que la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas sea
naturalizada.

V. Problema: Naturalización de la VCMAN


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¿A qué nos referimos con naturalización de la violencia?
• Se normaliza. Es considerada como parte de la experiencia cotidiana.
• Se minimiza. Su importancia se reduce junto a su magnitud o gravedad y el impacto
que provoca.
• Se justifica. A través de factores externos a la voluntad del agresor, o dependientes
de la víctima, culpabilizando a las mujeres.
• Se considera como esencial. Es decir como comportamiento intrínseco a la
naturaleza humana, no modificable.
• Se frivoliza. Se trata de manera irónica, se hacen chistes, y se banalizan los casos de
violencia.

> Modelo de abordaje integral de la VCMAN


Para avanzar hacia un modelo de abordaje Integral de la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y
Niñas en el país, se torna indispensable que las políticas, planes y programas en la materia conformen
un continuo que incluya acciones de prevención, atención, protección y reparación.

1. Desde el ámbito de la prevención, se requiere instalar en el discurso público, el


reconocimiento de que la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas se
encuentra naturalizada en el mundo y en Chile; que se produce tanto en el espacio
privado como público; que sus tipos y manifestaciones son diversas y que afectan a
diferentes mujeres sin distinción.
Este trabajo preventivo debe dirigirse tanto a mujeres como a hombres, buscando de
manera permanente el cuestionamiento y eliminación de los estereotipos de género,
que en definitiva posibilita el cambio sociocultural.
2. Desde la atención, se requieren espacios de atención integral centrados en las
víctimas y sobrevivientes a la violencia de género; programas de empleo y vivienda
asistida; garantizar el acceso a servicios de atención inicial, crisis o de emergencia
oportunos, protocolos de atención multisectoriales; dar atención integral a hijos
e hijas de víctimas y sobrevivientes; y constituir redes de apoyo institucionales y
comunitarias.
3. Desde el ámbito de la protección, cuando las atenciones inmediatas arrojan
evaluaciones de riesgo y violencia de carácter grave, se requieren actuaciones
jurídicas y policiales eficaces, y disposición de los servicios necesarios para detener
y responder a las formas más extremas de violencia, que ponen en peligro la vida
de las mujeres, actuando según los estándares de debida diligencia en los procesos
jurídicos, policiales e investigativos.
4. Desde el ámbito de la reparación, se requieren metodologías y equipos
especializados y tratamientos de largo aliento, para alcanzar la recuperación de la
autonomía física de las mujeres -en un primer orden- y del fortalecimiento de las
autonomías económica y social-política, -en un segundo orden-.
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Este modelo de abordaje, no es ni será posible, sin una coordinación y articulación
interinstitucional eficaz, entre los distintos ministerios, servicios y organismos que
forman parte de este continuo trabajo y que, en definitiva, conforman el sistema de
respuesta del Estado.
Es decir, la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas es expresión y resultado
de la discriminación de género, por lo que se entiende como una violencia de género
o una violencia basada en género.

VI. Enfoque de género en la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas


Dado que la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas tiene un origen sociocultural, existen
dos elementos a su base: las relaciones desiguales de género y el abuso de poder, por lo tanto, para
comprenderla y abordarla es imprescindible adoptar el enfoque de género.

La perspectiva o enfoque de género es una forma de acercarse a la realidad que implica considerar las
diferencias entre las condiciones, situaciones y necesidades de las mujeres y también de los hombres.

Se trata de una herramienta de análisis que surge en los años 80, que cuestiona las relaciones de
poder desiguales entre hombres y mujeres, que posicionan a las mujeres y lo femenino, en un lugar de
subordinación respecto de los hombres y lo masculino, con el propósito de transformarlas, mostrando
que estas desigualdades, se fundamentan en patrones sociales, culturales e históricos sobre los que se
organiza el orden social del que formamos parte.

Desde la perspectiva de género se busca entonces, evidenciar los estereotipos y discriminaciones


que se esconden en la aparente “normalidad” o “naturalidad” de mensajes y modelos rígidos que se
transmiten y que se aprenden, acerca de lo que se supone ser mujer y ser hombre.

Es importante explicitar que tradicionalmente se han diferenciado las nociones de sexo y género, con
el fin de dar una aproximación básica al concepto de género, que como veremos se encuentra en
permanente resignificación.

Es así como tradicionalmente se entiende el sexo, como las características biológicas innatas y
naturales de hombres y mujeres, mientras que género se entiende como una construcción cultural e
histórica, a partir de la que se asignan roles y características a hombres y mujeres por el solo hecho de
pertenecer a uno u otro sexo. Así, el género, puede entenderse como el significado cultural del cuerpo
sexuado, dentro de un grupo social determinado.

El surgimiento del concepto de género ha permitido cuestionar cómo, a partir de las diferencias
biológicas no es posible justificar la desigualdad y discriminación a la base de las relaciones sociales
entre hombres y mujeres. Por el contrario, evidencia que, a través de los procesos de socialización, se
enseña a los hombres y a las mujeres a serlo.
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Así, las diferencias sexuales en sí mismas no son la causa de las desigualdades. Lo que ocasiona
las desigualdades es que a partir de estas diferencias se asignan roles y conductas diferenciadas a
hombres y mujeres, que tienen distintas valoraciones. En general, los roles asignados a las mujeres
son menos valorados socialmente, lo que implica menores niveles de reconocimiento social, poder,
libertad y capacidad de acceso a los recursos.

Ahora bien, las investigaciones actuales, han ido transitando desde estas primeras conceptualizaciones
que diferenciaban tajantemente sexo de género, considerando la diversidad en la expresión de deseos
y comportamientos de hombres y mujeres, así como el hecho de que la diferenciación sexual entre
macho y hembra en la especie humana no es taxativa.

De esta manera, hoy es importante incluir en la comprensión de las relaciones sociales de género, la
experiencia humana que desafía un orden binario donde solo existan como puntos de referencia dos
extremos: femenino y masculino.

1. Persona y género
Lo anterior es fundamental, desde la perspectiva de los derechos humanos y la garantía al respeto
de todas las personas sin distinción, por lo que el sistema internacional de derechos humanos ha
distinguido la identidad de género, de las categorías de orientación sexual y expresión de género,
con el fin de proteger los derechos de todas las personas, incluyendo las personas lesbianas,
gays, bisexuales, transexuales, intersexuales y queer.

La identidad de género se refiere al tipo de este, con el que las personas pueden sentirse
identificadas.
La expresión de género se refiere a los aspectos de la apariencia que permiten expresar una
identidad de género particular, habitualmente a través de la apariencia y el comportamiento.

El sexo asignado al nacer se refiere a la identidad de género asignada en base a las características
sexuales al nacimiento.

La orientación sexual se refiere a la atracción física y afectiva por personas de uno u otro género
en relación al propio.

2. Estereotipo
La Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas tiene un origen cultural, basado en la
desigual distribución del poder y a las relaciones asimétricas que se establecen entre varones y
mujeres en la sociedad, con base en la transmisión de roles, estereotipos y prejuicios de género
que legitiman el uso del poder y del control de los hombres respecto de las mujeres, a partir del
ejercicio de la violencia.
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El orden social de género es una estructura simbólica que tiene efectos prácticos sobre la vida
de las mujeres y sus oportunidades de desarrollo en condiciones de igualdad, pero no es menos
cierto que limita y desgasta a los hombres también.

La palabra estereotipo viene de del griego, [stereo] sólido y [týpos] imagen, huella. Es una
generalización distorsionada, inexacta, exagerada, simplista o falsa sobre un grupo social.

La transmisión cultural e histórica de los estereotipos, prejuicios y roles de género se realiza a


través de procesos de socialización, donde intervienen diversos agentes, donde encontramos a
la familia, la escuela, iglesia, medios de comunicación y grupo de pares, entre los más relevantes.

Entendiendo que la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas afecta a todas las mujeres
en su diversidad, se hace necesario incluir otros enfoques que entreguen elementos para
comprenderla y abordarla integralmente, en su complejidad, considerando que la discriminación
por motivos de género afecta en formas diferentes a las mujeres según otros factores que se
cruzan con el género, como la raza, origen social y étnico, religión y creencias, edad, clase,
orientación sexual e identidad de género, entre otros muchos elementos que combinan formas
de discriminación, amplificando su impacto negativo sobre las mujeres.

El enfoque de interseccionalidad es el análisis de cómo interactúan en una persona o colectivo,


diferentes categorías de privilegio y discriminación. Esta perspectiva sirve de herramienta de
análisis para comprender las desigualdades, sus causas y consecuencias.

Al enfoque de interseccionalidad, se vincula el enfoque de interculturalidad que implica


considerar elementos de diversidad cultural relacionada con las costumbres, prácticas, normas
y procedimientos de las personas o grupos, adecuando nuestros procedimientos a la cultura a
la cual pertenezcan. La interculturalidad no es la simple coexistencia de grupos culturales (o
multiculturalidad) sino una apuesta por la convivencia entre ellos, basada en el respeto y el
intercambio en un plano de igualdad e inclusión.

Así entonces, la violencia que viven las mujeres indígenas debe considerar también otras que se
entrecruzan con la violencia basada en el género, como la institucional y simbólica contra los
sistemas de creencias y cosmovisiones, el racismo y la discriminación étnica, la violencia política
y la violencia medioambiental que oprime a las mujeres afectando su bienestar y desarrollo
afectando su acceso a los recursos naturales que forman parte de su sistema de vida (usos,
costumbres y economía).

3. Roles de género
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Los roles de género por su parte se refieren a como se asignan funciones diferentes en base a la
diferencia sexual, asignándoles cada sociedad, cultura y época a cada uno roles específicos. En
las sociedades occidentales actuales existe una clara separación entre el ámbito privado (que
asocia familia/mujer) y el espacio público (que vincula sociedad/hombre).

Así, a la mujer se le asignan las tareas del hogar o el trabajo doméstico, que no es remunerado ni
validado socialmente como un trabajo en sí mismo, versus las tareas asignadas al hombre, que
cuentan con la valoración social del trabajo remunerado que da poder y prestigio.

Los roles y estereotipos de género modelan las experiencias desde que la mujer nace, e inclusive
antes de que ello ocurra. La acompañan a lo largo de la vida y tienen consecuencias concretas.

Las desigualdades no solo se expresan en las oportunidades y obstáculos al desarrollo de las


mujeres a lo largo de sus vidas en lo personal. Las afectan como conjunto, a partir de los mitos
y prejuicios que inducen a generalizaciones acerca de lo femenino y lo masculino, teniendo un
papel relevante también sobre la mantención y legitimación de la Violencia Contra las Mujeres,
Adolescentes y Niñas.

4. Algunas cifras:
Según la ONU, la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas a nivel mundial:
• Es el crimen más común, pero menos denunciado.
• Es la vulneración más extendida de los derechos humanos.
• Una de cada tres mujeres ha sido víctima de algún tipo de violencia a lo largo de su vida.
• Una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual por parte de una pareja o
expareja.

Los efectos de la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas son multidimensionales,
siendo la más grave consecuencia, la muerte de mujeres. Pese a la falta de datos estadísticos,
que revelen su verdadera magnitud, y que los estudios indican que su incidencia es superior a lo
señalado por los registros oficiales, se infiere su carácter epidemiológico.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la región hay casi dos veces más asesinatos
de mujeres que el promedio mundial, 2,3 casos por cada 100.000 mujeres.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que un 38% de los asesinatos de mujeres que
se producen en el mundo, son cometidos por su pareja masculina.

En Chile, la violencia en contexto de pareja es la más recurrente, llegando a un 90% del total de
víctimas de violencia de género.
Según la Tercera Encuesta Nacional de Violencia Intrafamiliar contra la mujer y delitos sexuales
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(2017) del Ministerio del Interior, 38% de las mujeres de entre 15 y 65 años, señaló haber sufrido
algún tipo de violencia, en algún momento de su vida. De estas, el 36% sufrió alguna vez en la
vida, violencia psicológica, 16% violencia física y 7% violencia sexual.

Respecto a las violencias física y sicológica, en el 65,6% de los casos el agresor correspondió a la
pareja o expareja, siendo el tipo de violencia más denunciada la física (37%) psicológica y sexual
(23%).

Por otro lado, la Encuesta de Acoso Sexual Callejero (OCAC, 2014) destaca el índice de
vulnerabilidad en las mujeres y en el grupo más joven de 18 a 34 años. De las mujeres de este
tramo etario, 97% declaró haber sufrido acoso callejero por lo menos una vez al año, cuatro de
cinco una vez al mes, la mitad una vez a la semana y dos de 10 con frecuencia diaria.

Respecto de los femicidios, al 9 de agosto de 2019 se suman 66 frustrados y 27 consumados.


(SernamEG, 2019).

El daño psicosocial producto de la violencia de pareja y la violencia sexual, incluye graves


problemas de salud física, mental, sexual y reproductiva, generando un alto costo social y
económico, tanto público como privado en los ámbitos del trabajo, la salud y seguridad, entre
otros que comprometen las oportunidades de desarrollo y bienestar.

Por otra parte, la encuesta IMAGES-Chile (2011) señala que:


• Un 54,4% de hombres y un 50,1% de mujeres opinan que: “El rol más importante de la
mujer es cuidar de su hogar y cocinar para su familia”.
• Un 59% de hombres y un 59,8% de mujeres afirman que: “Me desagrada ver a un hombre
comportarse como una mujer”.

Respecto a la violencia, una parte de hombres y mujeres la naturalizan y justifican:
• Un 10% de hombres y un 7,6% de mujeres sostienen que: “Hay ocasiones en que las
mujeres merecen ser golpeadas”.
• Un 8,5% de hombres y un 7,3% de mujeres opinan que: “Una mujer debe tolerar si su
pareja la golpea para mantener a su familia unida”.

El orden sociocultural que establece el poder de un género por sobre el otro es insuficiente
para explicar la relación entre los sexos. Los roles,estereotipos y prejuicios asociados a la
cultura machista de las sociedades limitan el desarrollo de mujeres y también de hombres, pues
establecen condiciones para “ser hombre” y para “ser mujer” que hoy no son suficientes para
ninguno de los dos.

VII. Consideraciones finales


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Una vez concluido el módulo, las y los participantes podrán ampliar y/o afirmar su conocimiento sobre
las causas y consecuencias de la VCMAN e identificar situaciones donde se presenta en la sociedad, así
como también tendrán herramientas para prevenir la violencia y reeducar a sus cercanos y cercanas,
debido a que corresponden a temáticas que la totalidad de la sociedad se encuentra expuesta, pero
que no visibiliza de la forma correspondiente.

VIII. Referencias
• Unidad en Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas, SERNAMEG. (s.f). La Violencia Contra
las Mujeres, Adolescentes y Niñas: Definiciones, Modelos de Abordaje y Magnitud. Enfoques para su
comprensión. En Programa de Atención, Protección y Reparación en VCM Programa de Prevención en
VCM(1-12). Manuscrito no publicado. Santiago de Chile: SERNAMEG.
• Unidad de Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas, SERNAMEG. (s.f). Violencia Contra las
Mujeres, Adolescentes y Niñas y Enfoques para su Comprensión. En Programa de Atención, Protección
y Reparación VCM Programa de Prevención en VCM(1-8). Manuscrito no publicado. Santiago de Chile:
SERNAMEG.

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