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Paper - Violencia Contra Las Mujeres, Adolescentes y Niñas (VCMAN) PDF
Paper - Violencia Contra Las Mujeres, Adolescentes y Niñas (VCMAN) PDF
I. Presentación
El documento que se presenta a continuación es un material de apoyo teórico para el módulo de
Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas (VCMAN). En él se consideran las definiciones
actuales respecto de la VCMAN y los diversos enfoques con los que se relaciona, particularmente el
enfoque de Derechos Humanos y el enfoque de género; para finalizar con cifras actualizadas sobre la
situación del país en la VCMAN. Además, se pretende difundir tales contenidos para prevenir aquellas
situaciones que ponen en riesgo a mujeres y niñas cotidianamente.
De esta manera se pone el acento en cómo, en la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes
y Niñas, existe lo que llamamos, una direccionalidad de género, donde las mujeres y las
niñas, por el solo hecho de serlo, son más vulnerables de padecerla.
b) Cambio de paradigma
La ampliación en su conceptualización, ha implicado un giro desde el paradigma de la
violencia intrafamiliar, hacia la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas. Este
actuar, en contexto de pareja se trata de una forma de violencia específica, que desde
el paradigma anterior, se mezclaba con otros modos de ella, que ocurren dentro de la
familia, como el maltrato infantil y la violencia contra personas mayores, en situación de
discapacidad o dependientes en general, que se viven dentro del espacio privado y del
contexto doméstico.
Para comprender las diferencias y similitudes entre la Violencia Contra las Mujeres,
Adolescentes y Niñas y la Violencia Intrafamiliar adecuadamente, se debe considerar la
importancia de:
• Transitar del enfoque de Violencia Intrafamiliar (VIF) al de Violencia Contra las
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El concepto de violencia basada en el género permite enfatizar que esta violencia ocurre
debido a desigualdades estructurales, que ubican a las mujeres en el lugar de subordinadas,
aunque también bajo este término, cabrían aquellas violencias que afectan a los hombres
situados también en posiciones de subordinación o inferioridad, por razones de género,
como se explicita en los contenidos del módulo.
La VCMAN impide que estas gocen de sus derechos humanos y libertades, nos dice Naciones
Unidas, afectando uno fundamental, que es el derecho a una vida libre de violencias.
Dentro de estos, la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación en Contra de
la Mujer (CEDAW)1 es considerada como la Carta Magna de los Derechos Humanos de la Mujer.
Si bien esta Convención no menciona explícitamente la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes
y Niñas, obliga a los estados parte, a proteger a la mujer contra cualquier tipo de violencia que se
produzca en la familia, en el trabajo o en cualquier otro ámbito de la vida social, al reconocer la
violencia como acto de discriminación.
A partir de ello, se habla entonces de un Sistema de Protección de los Derechos Humanos de las
Mujeres, que determina la aplicación de un estándar internacional en Violencia Contra las Mujeres,
Adolescentes y Niñas.
Ello implica que los estados parte, junto con condenar todas las formas de Violencia Contra las Mujeres,
Adolescentes y Niñas, convienen en adoptar políticas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar dicha
violencia y actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la
mujer” (Art. 7, CEDAW), lo que compromete, además, el correcto operar de todas y todos los funcionarios
públicos para el cumplimiento de esta normativa.
Junto con la CEDAW, se debe mencionar la “Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar
y Erradicar la Violencia contra la Mujer”22 (de Belém do Pará, 1994), también suscrita por el Estado
de Chile, que define la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas, como: “cualquier acción o
conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la
mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”.
En base a la Convención de Belem do Pará, existe un acuerdo internacional de incluir en todas las
definiciones de Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas y las niñas, los tipos de violencia.
Desde la Convención de Belém do Pará, se explicita que la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes
y Niñas ocurre al menos en tres grandes contextos:
En base a estos escenarios hoy es posible visibilizar y definir los siguientes contextos en que se
manifiesta la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas:
Asimismo, se reconoce:
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Este modelo ha sido utilizado en informes y estudios realizados por las entidades del sistema de
las Naciones Unidas y de la OEA. Utiliza cuatro niveles o esferas de análisis que se relacionan con
los que incorpora el modelo ecológico, para el análisis de la violencia, utilizado por la Organización
Panamericana de la Salud.
Este modelo organiza de manera articulada la realidad social, familiar y cultural, como subsistemas
que se interrelacionan, integrando elementos de análisis desde los diferentes niveles, que aportan
elementos para su comprensión y abordaje.
Permite observar, distintos niveles dentro del entramado social, que influyen y sostienen, un sistema
relacional abusivo.
Así, los estereotipos de género vienen a operar como causas o estructuras de soporte, que sustentan
la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas, permeando a nivel institucional y comunitario.
Dichos estereotipos de género, así como los de clase y de raza, se encarnan en las personas y en sus
relaciones interpersonales.
Este entramado social, permite que la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas sea
naturalizada.
La perspectiva o enfoque de género es una forma de acercarse a la realidad que implica considerar las
diferencias entre las condiciones, situaciones y necesidades de las mujeres y también de los hombres.
Se trata de una herramienta de análisis que surge en los años 80, que cuestiona las relaciones de
poder desiguales entre hombres y mujeres, que posicionan a las mujeres y lo femenino, en un lugar de
subordinación respecto de los hombres y lo masculino, con el propósito de transformarlas, mostrando
que estas desigualdades, se fundamentan en patrones sociales, culturales e históricos sobre los que se
organiza el orden social del que formamos parte.
Es importante explicitar que tradicionalmente se han diferenciado las nociones de sexo y género, con
el fin de dar una aproximación básica al concepto de género, que como veremos se encuentra en
permanente resignificación.
Es así como tradicionalmente se entiende el sexo, como las características biológicas innatas y
naturales de hombres y mujeres, mientras que género se entiende como una construcción cultural e
histórica, a partir de la que se asignan roles y características a hombres y mujeres por el solo hecho de
pertenecer a uno u otro sexo. Así, el género, puede entenderse como el significado cultural del cuerpo
sexuado, dentro de un grupo social determinado.
El surgimiento del concepto de género ha permitido cuestionar cómo, a partir de las diferencias
biológicas no es posible justificar la desigualdad y discriminación a la base de las relaciones sociales
entre hombres y mujeres. Por el contrario, evidencia que, a través de los procesos de socialización, se
enseña a los hombres y a las mujeres a serlo.
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Ahora bien, las investigaciones actuales, han ido transitando desde estas primeras conceptualizaciones
que diferenciaban tajantemente sexo de género, considerando la diversidad en la expresión de deseos
y comportamientos de hombres y mujeres, así como el hecho de que la diferenciación sexual entre
macho y hembra en la especie humana no es taxativa.
De esta manera, hoy es importante incluir en la comprensión de las relaciones sociales de género, la
experiencia humana que desafía un orden binario donde solo existan como puntos de referencia dos
extremos: femenino y masculino.
1. Persona y género
Lo anterior es fundamental, desde la perspectiva de los derechos humanos y la garantía al respeto
de todas las personas sin distinción, por lo que el sistema internacional de derechos humanos ha
distinguido la identidad de género, de las categorías de orientación sexual y expresión de género,
con el fin de proteger los derechos de todas las personas, incluyendo las personas lesbianas,
gays, bisexuales, transexuales, intersexuales y queer.
La identidad de género se refiere al tipo de este, con el que las personas pueden sentirse
identificadas.
La expresión de género se refiere a los aspectos de la apariencia que permiten expresar una
identidad de género particular, habitualmente a través de la apariencia y el comportamiento.
El sexo asignado al nacer se refiere a la identidad de género asignada en base a las características
sexuales al nacimiento.
La orientación sexual se refiere a la atracción física y afectiva por personas de uno u otro género
en relación al propio.
2. Estereotipo
La Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas tiene un origen cultural, basado en la
desigual distribución del poder y a las relaciones asimétricas que se establecen entre varones y
mujeres en la sociedad, con base en la transmisión de roles, estereotipos y prejuicios de género
que legitiman el uso del poder y del control de los hombres respecto de las mujeres, a partir del
ejercicio de la violencia.
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La palabra estereotipo viene de del griego, [stereo] sólido y [týpos] imagen, huella. Es una
generalización distorsionada, inexacta, exagerada, simplista o falsa sobre un grupo social.
Entendiendo que la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas afecta a todas las mujeres
en su diversidad, se hace necesario incluir otros enfoques que entreguen elementos para
comprenderla y abordarla integralmente, en su complejidad, considerando que la discriminación
por motivos de género afecta en formas diferentes a las mujeres según otros factores que se
cruzan con el género, como la raza, origen social y étnico, religión y creencias, edad, clase,
orientación sexual e identidad de género, entre otros muchos elementos que combinan formas
de discriminación, amplificando su impacto negativo sobre las mujeres.
Así entonces, la violencia que viven las mujeres indígenas debe considerar también otras que se
entrecruzan con la violencia basada en el género, como la institucional y simbólica contra los
sistemas de creencias y cosmovisiones, el racismo y la discriminación étnica, la violencia política
y la violencia medioambiental que oprime a las mujeres afectando su bienestar y desarrollo
afectando su acceso a los recursos naturales que forman parte de su sistema de vida (usos,
costumbres y economía).
3. Roles de género
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Así, a la mujer se le asignan las tareas del hogar o el trabajo doméstico, que no es remunerado ni
validado socialmente como un trabajo en sí mismo, versus las tareas asignadas al hombre, que
cuentan con la valoración social del trabajo remunerado que da poder y prestigio.
Los roles y estereotipos de género modelan las experiencias desde que la mujer nace, e inclusive
antes de que ello ocurra. La acompañan a lo largo de la vida y tienen consecuencias concretas.
4. Algunas cifras:
Según la ONU, la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas a nivel mundial:
• Es el crimen más común, pero menos denunciado.
• Es la vulneración más extendida de los derechos humanos.
• Una de cada tres mujeres ha sido víctima de algún tipo de violencia a lo largo de su vida.
• Una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual por parte de una pareja o
expareja.
Los efectos de la Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas son multidimensionales,
siendo la más grave consecuencia, la muerte de mujeres. Pese a la falta de datos estadísticos,
que revelen su verdadera magnitud, y que los estudios indican que su incidencia es superior a lo
señalado por los registros oficiales, se infiere su carácter epidemiológico.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la región hay casi dos veces más asesinatos
de mujeres que el promedio mundial, 2,3 casos por cada 100.000 mujeres.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que un 38% de los asesinatos de mujeres que
se producen en el mundo, son cometidos por su pareja masculina.
En Chile, la violencia en contexto de pareja es la más recurrente, llegando a un 90% del total de
víctimas de violencia de género.
Según la Tercera Encuesta Nacional de Violencia Intrafamiliar contra la mujer y delitos sexuales
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Respecto a las violencias física y sicológica, en el 65,6% de los casos el agresor correspondió a la
pareja o expareja, siendo el tipo de violencia más denunciada la física (37%) psicológica y sexual
(23%).
Por otro lado, la Encuesta de Acoso Sexual Callejero (OCAC, 2014) destaca el índice de
vulnerabilidad en las mujeres y en el grupo más joven de 18 a 34 años. De las mujeres de este
tramo etario, 97% declaró haber sufrido acoso callejero por lo menos una vez al año, cuatro de
cinco una vez al mes, la mitad una vez a la semana y dos de 10 con frecuencia diaria.
El orden sociocultural que establece el poder de un género por sobre el otro es insuficiente
para explicar la relación entre los sexos. Los roles,estereotipos y prejuicios asociados a la
cultura machista de las sociedades limitan el desarrollo de mujeres y también de hombres, pues
establecen condiciones para “ser hombre” y para “ser mujer” que hoy no son suficientes para
ninguno de los dos.
VIII. Referencias
• Unidad en Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas, SERNAMEG. (s.f). La Violencia Contra
las Mujeres, Adolescentes y Niñas: Definiciones, Modelos de Abordaje y Magnitud. Enfoques para su
comprensión. En Programa de Atención, Protección y Reparación en VCM Programa de Prevención en
VCM(1-12). Manuscrito no publicado. Santiago de Chile: SERNAMEG.
• Unidad de Violencia Contra las Mujeres, Adolescentes y Niñas, SERNAMEG. (s.f). Violencia Contra las
Mujeres, Adolescentes y Niñas y Enfoques para su Comprensión. En Programa de Atención, Protección
y Reparación VCM Programa de Prevención en VCM(1-8). Manuscrito no publicado. Santiago de Chile:
SERNAMEG.
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