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Segundo parcial.

Ética
Modalidad 1.

Octubre 2020
Florencia Bentaberry
5.226.387-4
3A Filosofía
Profesora: Carolina Pallas.
Stuart Mill:
Parte A:

1- Explique la concepción hedonista de Mill a partir de la siguiente afirmación:


“Es mejor ser un ser humano insatisfecho que un cerdo satisfecho; mejor ser
un Sócrates insatisfecho que un necio satisfecho. Y si el necio o el cerdo
opinan de un modo distinto es a causa de que ellos sólo conocen una cara de
la cuestión. El otro miembro de la comparación conoce ambas caras.”: El
Utilitarismo, Cap. II.

John Stuart Mill, fue un filósofo, economista y político inglés, de origen escocés.
En el ámbito de la ética, sostuvo el criterio utilitarista.

El utilitarismo de Mill es consecuencialista, porque se miden los resultados de las


acciones, y utilitarista porque también se mide la utilidad de estas en términos de
placer.

El utilitarismo sostiene que una acción es correcta en la medida en que logra la


mayor felicidad para el mayor número de individuos. La felicidad incluye tanto la
búsqueda de placeres como la ausencia de dolor. Encontramos allí una doble
exigencia, buscar la mayor felicidad y hacerlo para el mayor número de personas.
La única prueba con la que contamos para asegurar que la felicidad es deseable, es
que los hombres la desean y por lo tanto debe ser deseable.

“El credo que acepta como fundamento de la moral la Utilidad, o el Principio de la


mayor Felicidad, mantiene que las acciones son correctas en la medida en que
tienden a promover la felicidad, incorrectas en cuanto tienden a producir lo
contrario.” (Mill, pág. 50).

Pero, ¿qué es la mayor felicidad? Al contrario que Bentham, Mill no apela a la


cantidad, no cree que el placer pueda ser cuantificable. Pero bien, si no apelamos a
los placeres en cantidad, ¿cómo los diferenciamos?, en función de sus cualidades.
Según nuestro autor hay placeres superiores (espirituales e intelectuales) e
inferiores (sensuales y físicos).
Desde la teoría utilitarista se considera lo mental por encima de lo corporal, por lo
tanto, se tiene preferencia por los placeres intelectuales y morales, ante los
sensibles, ya que los coloca en un plano más elevado al que solo podrá acceder la
especie humana.

Así es que entendemos la felicidad como felicidad moral, difiere del resto de los
animales, ya que solo los seres humanos poseemos un sentido de dignidad en
mayor o menor grado. El hombre tiene una felicidad peculiar, propia de un ser
desarrollado, intelectual, ya que sus facultades son distintas que las del resto de los
animales.
Entonces es preferible adquirir un placer superior, aunque sea en menor cantidad
que un placer inferior, debido a que, conocidos alguna vez placeres superiores,
ninguna persona en su sano juicio los cambiará por placeres inferiores.

Es importante entender que, según Stuart Mill, hay una distinción que será
importante, entre “felicidad” y “contento”. Por un lado, la felicidad implica un goce
solidario, experimentado por personas auto desarrolladas y autónomas mientras que
por el otro “contento” refiere a la aceptación y comodidad. Entonces no podemos
decir que, por ejemplo, un gato está feliz, más bien debemos decir que está
contento.

Pero, ¿cómo evaluar cuáles placeres son preferibles, en cuanto a superioridad o


calidad? A través de los “jueces competentes”, hombres ilustres y sensatos, los
calificados que ya han experimentado ambos tipos de placeres, eligen los
intelectuales. Y su juicio es inapelable. Así es que lo deseable será lo que los
hombres moralmente desarrollados desean.

Parte B: Para esta segunda parte, y dado el contexto que estamos viviendo decidí
realizar un recurso digital, sobre todo pensando en la práctica donde hasta hace
muy poco tenía el grupo separado a la mitad, con este recurso se podría avanzar y
todos estar enterados de lo trabajado en clase.
Pensando en los conceptos centrales de la pregunta anterior, decidí centrarme en la
diferencia de los placeres, y la distinción entre felicidad y contento. También
teniendo en cuenta la concepción hedonista de Mill.

https://sites.google.com/view/parcialiieticautilitarismo/p%C3%A1gina-principal

Hume:
2- Explique por qué son las pasiones y no la razón lo que motiva la acción
moral.
Parafraseando a Hume, quien se propone demostrar que la razón no puede ser
nunca motivo de una acción de la voluntad, ya que su tarea es servir y obedecer a
las pasiones, y además que la razón no puede oponerse nunca a la pasión, en lo
que concierne a la dirección de la voluntad. Su ética es de carácter emotivista.
Evidenciando en su análisis un claro alejamiento de las posturas racionalistas,
donde se considera que es la razón la causante de las acciones humanas.

La razón para Hume es incapaz de motivar una acción, es inactiva por lo tanto de
ella no puede surgir nada activo.
Si entendemos que las únicas funciones del entendimiento son, por un lado juzgar
sobre relaciones de ideas (demostrativas), y por otro inferir con probabilidad acerca
de relaciones entre objetos de la experiencia, resulta imposible que el mismo pueda
promover alguna de nuestras acciones. Su labor es producir proposiciones,
verdaderas o falsas.
La razón es capaz de descubrir la relación entre objetos, pero la inclinación a ellos
surge desde el dolor o el placer, es decir que son los objetos mismos quienes nos
afectan.
El placer y el dolor serán la base de nuestra voluntad, y las pasiones serán las
únicas que motivan la acción. La voluntad es una impresión interna, sentida y
consciente.
Un ejemplo podría ser cuando, no quiero estudiar, la razón me indicará que voy a
perder el parcial, pero si eso me produce placer lo haré igual por la voluntad.

“Una pasión es una existencia original o, si se quiere, una modificación de


existencia, y no contiene ninguna cualidad representativa que la haga copia de otra
existencia o modificación.” (Hume: 618)

Es realmente difícil describir a la pasión con palabras, como existencia original


carece de cualidad representativa, podemos entenderla como una experiencia
vivencial, una afección psicológica.

Razón y pasión tienen relación, tal como dice Hume “La razón es, y sólo debe ser,
esclava de las pasiones, y no puede pretender otro oficio que el de servirlas y
obedecerlas.” (Hume: 617). La razón opera como asesora de las pasiones, no
influye sobre los fines, pero si tiene la tarea de informar de las conexiones causales
en las que está involucrado el objeto de una pasión y con ello, de los probables
medios para su cumplir su deseo, así como de los efectos de su logro.

7- Explique el argumento por el cual se descarta que el vicio y la virtud no se


distinguen ni por las ideas de la razón ni por la percepción de los hechos. ¿De
dónde surgen las distinciones morales?
Hume, nos explica de manera clara que solo existen dos operaciones del
entendimiento, la razón se propone descubrir la verdad o falsedad de las
proposiciones, por lo tanto su uso se encuentra limitado.
Entonces, si decimos que la razón es la fuente de las distinciones morales, tales
distinciones deberían obtenerse mediante alguna de las operaciones del
entendimiento (el conocimiento de los hechos y el conocimiento de las relaciones
de ideas). Pero no ocurre así, ninguno de ellos nos permite obtener la menor noción
de lo bueno y lo malo, lo virtuoso y lo vicioso.

Podríamos reconstruir el argumento de la siguiente manera:


Premisa 1: Si la razón descubriera, o determinará lo justo y lo injusto, la virtud y el
vicio, estas “relaciones” serían:
a) Entre ideas.
b) Entre objetos o hechos.
Premisa 2: Si fuera (a), las ideas podrían ser inmorales, lo que llevaría a un claro
absurdo. La idea de rojo, por ejemplo, podría ser virtuosa.

Premisa 3: Si fuera (b) llamaríamos virtuosos o viciosos a objetos o hechos. Por


ejemplo, llamaríamos viciosa a la lluvia. Al describir los hechos, seguramente
aparezcan las propiedades o cualidades de los objetos que intervienen en la acción,
pero sería absurdo describirlos como virtuosos o viciosos.

Si x (a y b) La razón no determina ni descubre la virtud y el vicio.


No a Surgen de acciones internas y objetos externos.
No b
_________ Concluimos entonces, que algo es justo o injusto, vicioso o
No x vicioso, bueno o malo, no porque la razón sea capaz de
captar
alguna cualidad, sino por el sentimiento de agrado
desagrado, que se produce en nosotros. Las valoraciones morales no dependen de
un juicio de la razón.

Para demostrar esto acude a un ejemplo práctico, conocido como el “asesinato


intencional”, que todos coincidiremos en llamarlo vicioso. “Examinadlo desde todos
los puntos de vista posibles, a ver si podéis encontrar esa cuestión de hecho o
existencia a qué llamáis vicio. Desde cualquier punto que lo miréis, lo único que
encontraréis serán ciertas pasiones, motivos, voliciones y pensamientos. No existe
ninguna otra cuestión de hecho incluida en esta acción. Mientras os dediquéis a
considerar el objeto, el vicio se os escapará completamente. Nunca podréis
descubrirlo hasta el momento en que dirijáis la reflexión a vuestro propio pecho y
encontréis allí un sentimiento de desaprobación que en vosotros se levanta contra
esa acción. He aquí una cuestión de hecho: pero es objeto del sentimiento, no de la
razón.” (Hume: 689)

Una cosa es por ejemplo el hecho, y otra distinta la aceptación o el rechazo del
mismo.

9- Explique la siguiente afirmación: “la moralidad es más propiamente sentida


que juzgada”.

Ha quedado claro que las acciones no son movidas por la razón, está es incapaz de
mover al hombre, incapaz de motivar la acción. La razón nos ayuda a encontrar los
medios para lograr aquello que deseamos.

La fuerza de actuar, se encuentra en la pasión (elemento originario y propio de la


naturaleza humana). La moral no es asunto que se pueda solventar mediante el uso
de la razón, el criterio sobre lo virtuoso y viciosos viene dado por el sentimiento de
aprobación o reprobación que experimentamos frente a ciertos actos.

Pensemos en ejemplos similares a los propuestos por Hume, por ejemplo cruzar la
calle, y un parricidio, es claro que estamos frente a dos situaciones completamente
diferentes. Al escuchar la narración u observar el primer hecho, quedamos
indiferentes; pero al escuchar u observar el segundo hecho algo en nosotros nos
llevará naturalmente a condenarlo.
Eso que nos lleva a condenar la acción no es otra cosa que un sentimiento,
responde de manera espontánea ante los hechos. Este sentimiento va acompañado
de un “juicio moral”, el cual se origina por las acciones humanas, estos juicios no
son verdaderos ni falsos, sino elogiables o censurables.
La razón no ocupa lugar en la dirección de estos sentimientos, la acción moral será
definida por las impresiones, estas son de placer o dolor, y producen en nosotros
agrado o disgusto.

De manera natural, sentimos frente a un asesinato un claro desagrado dictando que


dicha acción es viciosa. Frente al otro ejemplo, el cruzar la calle, no produce nada
en nosotros declarando lo amoral del hecho.

Es por esto que Hume llega a la conclusión de que la moralidad es más sentida que
juzgada.

Parte 3:
Emotivismo:

a) ¿Qué funciones reconoce Stevenson en un juicio moral como “es malo


robar”?
Stevenson sostiene que la función más importante de los juicios éticos, es crear
influencia mediante el lenguaje. Esta influencia expresa ciertas emociones, y no
podemos decir de ellas que sean verdaderas o falsas.

No niega la posibilidad de que estos puedan cumplir también la función de


informarnos o de describir de alguna forma el hecho, pero eso no es lo más
relevante ni lo que ocurre siempre.

Es así que presenta el ejemplo: “Cuando usted le dice a un individuo que no debe
robar, su propósito no es simplemente hacerle saber que la gente desaprueba el
robo. Más bien está usted intentando conseguir que él lo desapruebe.”

“Es malo robar” no describe ningún hecho, es la expresión de un hablante que


considera que robar es malo, y lo expresa con el fin de persuadir en las decisiones y
acciones de los demás. Más que enunciar que él desaprueba el robo, busca
recomendar el interés acerca de que el robo es malo, las razones que acompañan
este juicio serán tan solo un medio para lograr la influencia.

“Es malo robar” es como decir “¡Robar!”, con un tono de horror. “Malo” no agrega
ninguna información: sólo manifiesta un sentimiento de desaprobación, del mismo
modo que “¡Ay!” no es una afirmación acerca de un dolor que se siente, sino la
expresión de ese dolor. Al no ser afirmaciones, estos juicios no son ni verdaderos ni
falsos.

b) Presenta las razones por las cuales se sostiene que el emotivismo es


una superación del subjetivismo humeano.
Podemos considerar al emotivismo una versión mejorada del subjetivismo humeano.
Ya que este incorpora una concepción del lenguaje más sofisticada y elaborada.
Stevenson propone que el lenguaje se utiliza de diversas maneras, y según el
emotivismo el lenguaje moral no es un lenguaje que enuncia hechos, sino que
busca influir en la conducta de las personas.

Para el subjetivismo un juicio ético expresa sentimientos y además describe que


aprobamos o desaprobamos, por lo tanto, si yo asumo que x es bueno estoy
diciendo que apruebo x.

Siguiendo esta teoría sería imposible explicar los cambios en los juicios éticos, ya
que el subjetivismo simple asume que somos infalibles, no hay error sino tan sólo
expresión del sentimiento. Pero no es así, ninguno de nosotros es infalible, todos
cometemos errores y podemos querer cambiar cuando asumimos que nos
equivocamos. El emotivismo en cambio no será vulnerable frente a dicha dificultad,
ya que no interpreta los juicios morales como enunciados acerca de sentimientos, ni
como verdaderos ni falsos, es así como el problema de la infalibilidad queda
anulado.

Otra objeción que se presenta al subjetivismo es que no explica el desacuerdo


moral, ya que si una persona aprueba moralmente a “x” y otra no lo aprueba, no hay
un desacuerdo, pues ambos juicios son válidos en tanto reflejan sus sentimientos.
El emotivismo logra explicar el desacuerdo moral, ya que no enunciamos actitudes,
sino que no acordamos sobre lo que queremos o deseamos, y sabemos que no todo
puede suceder a la vez, desacuerdo de actitudes. Las personas pueden estar en
desacuerdo en varios sentidos, Stevenson plantea dos ejemplos:

“Si yo creo que Lee Harvey Oswald actuó solo en el asesinato de John Kennedy, y
tú crees que hubo una conspiración, se trata de un desacuerdo sobre hechos -yo
creo que es verdad algo que tú consideras falso. Pero pensemos en un tipo de
desacuerdo diferente. Supongamos que yo prefiero una legislación estricta sobre el
control de armas, y tú te opones a ella. Aquí discrepamos, pero en un sentido
diferente. Lo que chocan no son nuestras creencias sino nuestros deseos (tú y yo
podemos estar de acuerdo sobre todos los hechos que rodean a la controversia
sobre el control de armas, y sin embargo adoptar una posición diferente sobre lo
que deseamos que suceda).” (Compendio de ética. Wong)

c) ¿Qué debilidades y atractivos encuentras en el emotivismo?

Ya he hablado sobre algunas ventajas del emotivismo al lograr responder a ciertas


objeciones del subjetivismo simple.

Así que comenzaré con una de sus principales debilidades, el emotivismo no logra
explicar el lugar de la razón en la ética. Recordemos que para los emotivistas un
juicio moral tiene la principal función el intentar influir en las acciones y actitudes de
los sujetos, bien, ¿cualquier hecho puede valer como razón para cualquier juicio?
para Stevenson si, “todo vale” como razón en los juicios, pero es claro que eso no
es posible, el hecho debe tener relevancia frente al juicio. El emotivismo deja un
espacio sin llenar respecto a la relación entre moral y razón.

El uso de una argumentación del tipo emotivista, no suele cerrar en lo que llamamos
una conclusión racional, la justificación se transforma en una manifestación
personal. Las discusiones morales se ven reducidas al intento de cambiar la
preferencia o intereses del otro, y cualquier razón es válida para lograr el objetivo.

Considero que una ventaja podría ser el lugar que le otorga al lenguaje, un valor que
no se otorga en otras teorías. No importa en la sociedad o cultura que nos hallemos,
las palabras tienen un gran poder de influir en las opciones y acciones de los
demás. Tal como dice Ayer: “Las personas se alaban entre sí para estimular ciertas
inclinaciones, y se censuran para desalentar otras.” (Ayer; Pág: 275)
Esto trae consigo también un problema, las personas que tengan mayor influencia a
nivel social tendrán más poder para influir en las actitudes de los otros, y podrán de
alguna manera imponerse.
Bibliografía:
● Ayer, A. J. “El positivismo lógico”. (1981). FCE, México.
● Hume, David. “Investigaciones sobre los principios de la moral”. (2014)
Alianza Editorial. Madrid, España.
● Hume, David. “Tratado sobre la naturaleza humana”. (1981). Ediciones Orbis,
S.A. Madrid, España.
● Mill, J. Stuart. “El Utilitarismo”. (2007). Alianza Editorial. Madrid, España.
● Williams, Bernard. “Introducción a la ética”. (1998). Ediciones Cátedra.
Madrid, España.
● Wong, David. “El Relativismo”. En Peter Singer.“Compendio de Ética”. (1995)
Alianza Editorial. Madrid, España.

También hice referencia a varios de los materiales realizados por la profesora para
el curso.

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