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UNIDAD VI

TEMA 1: LA NARRACIÓN
1. Investiga en diferentes fuentes y responde a las siguientes preguntas:
1. Explica que es un texto es narrativo.
Un texto narrativo es un relato en el que se cuenta una historia real o ficticia que ocurre
en un lugar y tiempo concretos.
2. Señala las partes de los textos narrativos.

Las partes de un texto narrativo se dividen en dos grandes categorías:


Estructura externa
Se refiere a la forma en cómo será presentado el texto: tomos, secciones, capítulos,
partes, actos, etc.
Estructura interna
Tiene que con la manera en la que se organiza la narración y las acciones ejecutadas
por los personajes. Tiene tres partes:
Introducción
Aquí se presenta el lugar, tiempo y personajes de la narración.
Por ejemplo: “Una tarde de otoño en Buenos Aires, descubrí que había cambiado para
siempre”.
Nudo o clímax
Es la presentación del problema o los obstáculos que deben enfrentar los personajes.
Por ejemplo: “Ya en el aeropuerto, y con todo listo para comenzar una nueva vida, se
dio cuenta que habían robado su identidad. Ahora su rostro le pertenecía a otra
persona. Tenía que recuperarlo sin ser detectada por los agentes”.
Desenlace
Es la conclusión de la historia. Por ejemplo: “Y entonces, despertó. Todo había sido un
extraño sueño”.
3. Menciona los elementos que contiene un texto narrativo y define cada uno.

La figura del narrador: en una narración hay alguien que "narra" los hechos que se
cuentan y este narrador puede tener diferentes voces. Existen diferentes tipos de
narradores como, por ejemplo, el de primera persona, el de segunda persona o el de
tercera persona también conocido como omnisciente.
Existencia de acción: ya lo hemos dicho en el apartado 2 pero lo volvemos a repetir.
Para poder hablar de un texto narrativo es esencial que en la historia ocurra algo, que
haya una acción principal que genere un cambio o un conflicto en los personajes. Si
esto no existe, no estamos ante una narración sino ante otro tipo de texto.
Personajes: también es esencial que haya personajes dentro de una narración ya que
son los agentes principales que protagonizan la trama que se está contando. Los
personajes se suelen diferenciar entre principales y secundarios dependiendo del grado
de protagonismo que tengan en la historia. También puede existir un antagonista que
sería el personaje contrario al personaje principal y que, en muchas ocasiones, es uno
de los agentes del cambio.
El espacio y el tiempo de la narración: es el contexto que sitúa la historia. Se tiene
que definir bien dónde ocurre la trama y cuándo está teniendo lugar. El tiempo también
se emplea para describir el ritmo de la exposición y es cuando nos encontramos con
tiempo que puede ser lineal (que siga la estructura de inicio-nudo-desenlace) o no
lineal (que invierta esta estructura con motivos literarios o dramáticos).
4. Clasificación de los textos narrativos. Explica cada uno.

Cuento: narración breve, con pocos personajes y desenlace rápido.


Leyenda: narraciones que mezclan hechos reales y sobrenaturales.
Mito: historia de corte fantástico que explica el origen de un lugar o un suceso.
Novela: narración real o ficticia, mucho más extensa y compleja que un cuento.
Poesía épica: narración de hechos legendarios reales o ficticios.
Crónica: texto que sigue un orden temporal de los hechos para contar una historia.
Noticia: género periodístico que narra brevemente un suceso actual.
Reportaje: investigación periodística extensa sobre una persona o hecho.
Biografía: narración sobre la vida de una persona y sus momentos más resaltantes.
5. Traer un ejemplo de un texto narrativo y señala sus elementos, además de las
partes que lo componen.

2. Lee con atención este cuento de Abelardo Castillo que se titula: “El hacha
pequeña de los indios”
Después, ella hizo un alocado paso de baile y una reverencia y agregó que por eso ésta era una
noche especial, mientras él, incrédulo, la miraba con los ojos llenos de perplejidad (o de algo
parecido a la perplejidad, que también se parecía un poco a la locura), pero la muchacha sólo
reparó en su asombro porque él había sonreído de inmediato y cuando ella le preguntó qué era lo
que había estado a punto de decirle, el hombre alcanzó a murmurar nada amor mío, nada, y se
rió, y siguió riéndose como si aquello ya no tuviese importancia puesto que estaba loco de
alegría, como si realmente se hubiera vuelto loco de alegría. Por eso, cuando ella fue hacia el
dormitorio y agregó no tardes, el hombre dijo que no. Voy en seguida, dijo. Pero se quedó
mirando el hacha que colgaba junto al aparador de cedro, nueva todavía, sin usar, porque esas
cosas son en realidad adornos o poco menos que se regalan en los casamientos pero que nadie
utiliza y quedan colgadas ahí, como ésta, en el mismo sitio desde hace un año, haciéndole
recordar cada vez que la miraba (de un lado el filo; del otro, una especie de maza, con puntas,
para macerar carne) viejas historias de indios cuando él era Ojo de Halcón y mataba al traidor o
al lobo empuñando un hacha parecida a ésta. Sólo que aquélla era de palo y ésa estaba ahí, de
metal brillante, frente al hombre que ahora, al levantarse y cruzar la habitación, evocó la primera
noche que cruzó esta habitación igual que ahora, el día que se casaron pese al gesto ambiguo de
los amigos, pese a las palabras del médico, la noche un poco casual en que se encontraron
casados y mirándose con sorpresa, riéndose de sus propias caras, después de aquel noviazgo o
juego junto al mar en el que hasta hubo una gitana y fuegos artificiales y un viejo napolitano que
cantaba romanzas, fin de semana o sueño que él recordaba desde el fondo de un país de agua
como una sola y larga madrugada verde, como estar desnudo y algo ebrio sobre una arena lunar,
de tan limpia, como un gusto a ola o a piel mojada pero sobre todo como un jirón de música de
acordeón y la voz del viejito napolitano en alguna cantina junto a los malecones, vértigo que se
consumó en dos días porque la muchacha era hermosa –linda como una estampa de la Virgen,
dijo mamá al verla, te hará feliz, y también lo había dicho la gitana, que sin embargo bajó los
ojos y no aceptó el dinero, y de pronto estaban riéndose y casados, pese al gesto cortado de algún
amigo al saludarla, pese a que ella quería tener un hijo y a la gitana que decía la buenaventura
entre los fuegos artificiales, pese al espermograma y al dictamen médico y a que cada vez que la
veía mirar a un chico, cada vez que la veía acariciarles la cabeza y jugar atolondradamente con
ellos como una pequeña hermana mayor de ojos alocados y manos como pájaros, pensaba estoy
haciendo una porquería y sentía vergüenza, y asco, un asco parecido al que lo mareaba ahora, en
el momento de descolgar el hacha pequeña, mientras la sopesaba lo mismo que sopesó durante
un año entero la idea de contárselo todo, de contarle que al casarse con ella él le había matado de
algún modo y para siempre un muchachito rubio, un chiquilín tropezante que jamás podría andar
cayéndose, levantándose, dejando sus juguetes por la casa: hasta que al fin esta misma tarde él
decidió contárselo todo porque supo secretamente que ella, la muchacha de ojos alocados y
manos como pájaros, la perra, entendería. Y llegó a la casa pensando en el tono con que
pronunciaría sus primeras palabras esa noche (tengo que decirte algo), el tono intrascendente o
ingenuo que tienen siempre las grandes revelaciones. Por eso el hombre estaba cruzando ahora la
habitación y empuñaba el hacha pequeña de los indios que le recordaba historias de matar al
cacique o al lobo, o a la grandísima perra que esta noche, antes de que él hablara, dijo que tenía
algo que decirle: algo que ella había dicho con el tono intrascendente e ingenuo de las grandes
revelaciones. “Vamos a tener un hijo”, había dicho. Simplemente. Después, hizo un paso de baile
y una reverencia. (Castillo, 1997 P. 239-240)
En los siguientes recuadros delimita el inicio, desarrollo, clímax y final del cuento
Inicio
El hombre decide contar su problema médico, pero su mujer se adelanta con la noticia
de que está embarazada, lo que le causa una alegría de locos.

Desarrollo

Clímax
El marido evoca a las luchas de los indios y las condiciones de su matrimonio, las
reacciones de los amigos, la opinión del médico, la gitana, el haber guardado durante
tanto tiempo su secreto, su impotencia de fertilizar a la mujer.

Cierre
El esposo cruza la habitación empuñando el hacha.
3. Inventa una historia a partir de la siguiente idea:

Carla, Marie y Luisy se fueron para Ocoa a visitar a un familiar de Carla, al salir de sus
casas se montaron en un taxi que las trasladaría a la parada, donde tomarían la
guagua que las llevaría a su destino, pero resulta que no fue así.

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