La Block en Parte y Desparte

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Cadena de bloques

Guía básica para entender


de una vez qué es eso del
‘blockchain’
Por 
Guillermo Vega
 
 Olivia López Bueno (Vídeo)
¿Harto de escuchar que el 'blockchain' va a suponer una
revolución? Te explicamos por qué puede ser clave en el futuro
Madrid 21 JUL 2017 - 16:31 CEST
 

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Internet nos ha cambiado la vida. Pero en la red, al igual que en


nuestra vida offline, seguimos teniendo el mismo problema: no
nos fiamos los unos de los otros. Por eso necesitamos una tercera
parte que verifique quiénes somos. La forma más frecuente es el
DNI o el certificado digital. Esto es aun más grave cuando de lo
que se trata es de transferir dinero. Hasta ahora, los intermediarios
financieros como la banca o Paypal, entre otros, han sido
imprescindibles.

Los intermediarios que certifican que somos quienes somos, claro


está, se quedan con tus datos y comercian con ellos. Y restringen
tu privacidad. Y sin privacidad no hay libertad.
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¿Qué podríamos hacer para que no hagan falta esos


intermediarios? Muchos ingenieros, informáticos y consultores
proponen que para que solucionemos eso, todos tengamos la
misma información. Esto es básicamente blockchain, o cadena de
bloques en castellano: una base de datos, un libro de contabilidad,
del que todos los que participan en la red guardan una copia. La
clave de esta tecnología es el consenso: si todos tenemos la misma
información, esa información es verdad. Y punto.

¿Cuándo puede suceder, si es que termina


por suceder?
Desde luego no a corto plazo. Aún quedan muchos retos a los que hacer frente.
La tecnología tiene visos de ser muy potente pero está en una fase muy
temprana y cuenta con muchas barreras, tanto desde el plano tecnológico como
operativo o desde el punto de vista de la regulación.

En EL PAÍS RETINA te hemos hablado muchas veces y de


muchas maneras de blockchain. Nos han preguntado alguna vez
más en qué consiste y para eso hemos elaborado esta guía con los
básicos.
Para empezar digamos que no existe una única blockchain. Hay
muchas cadenas de bloques. Tantas como queramos. Pueden estar
interconectadas entre sí. Y pueden usarse para muchas cosas
distintas. Para cualquier transacción, en realidad. Las hay de dos
tipos: públicas y privadas (bueno, en realidad también las hay
híbridas). Las públicas son, por ejemplo, sobre las que
trabajan bitcoin (que fue la primera blockchain que hubo)
o ethereum. Aquí puede entrar quien quiera. En las privadas solo
pueden entrar quienes digan los propietarios. Y tienen usos
concretos.
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Una breve pincelada técnica. Recordemos: una blockchain es una


inmensa base de datos que se distribuye entre varios participantes.
Es decir, es un libro de registro (ledger en inglés) inmutable que
contiene la historia completa de todas las transacciones que se han
ejecutado en la red. A cada participante se le llama nodo, que en
realidad viene a ser un ordenador más o menos potente. Estos
nodos se conectan en una red descentralizada, sin un ordenador
principal. Son redes llamadas P2P que hablan entre sí usando el
mismo lenguaje (protocolo).
Getty Images

Al mensaje que transmiten se le llama token. Un token (en inglés


significa símbolo, señal o ficha) no es más que una representación
de la información que aloja la red. Esta información puede
representar cualquier tipo de activo, bien o servicio, como por
ejemplo dinero en forma de bitcoins, un alquiler de un chalet o
una compra de energía. Lo que se quiera (siempre que lo permita
la ley). La información viaja encriptada, gracias a lo cual puede
estar distribuida sin que se revele su contenido.

Las transferencias de tokens se agrupan en bloques que se van


generando cada cierto tiempo. Las nuevas transferencias que no
han cabido en un bloque se han de agrupar en el siguiente, el cual
va indisolublemente enlazado al anterior. Y así sucesivamente. De
ahí el nombre cadena de bloques.
 ¿Para qué podría servir una red 'blockchain'?

En su origen, blockchain se inventó para sustentar una moneda


digital: bitcoin. Fue la primera criptodivisa descentralizada no
emitida por un banco central. Aquí, los que compran y pagan con
bitcoins lo hacen en una red pública, y todos los nodos guardan
una copia de cada transacción.
El primer uso que se le ha dado a la cadena de bloques ha sido en
el sector financiero, y la banca ha sido el primer ejemplo de una
actividad que, según parece, puede ser desintermediada, al menos
en parte. “Estamos en un momento de transición”, reflexionaba la
directora de Innovación de Banco Sabadell, Montserrat Guardia,
durante una conferencia sobre blockchain que organizó EL PAÍS
RETINA. “Pronto mucha gente podrá actuar como agente
bancario: las fintech se presentan como agentes con los que
colaborar o competir”.

Pero los especialistas aseguran que la cosa va más allá y que la


gracia de blockchain está en que, unida a otras tecnologías como
el internet de las cosas, puede aplicarse a cualquier transacción
que requiera de una verificación. Mientras exista la necesidad de
realizar transferencias de valor entre dos o más partes en un
entorno de desconfianza y medios inseguros, el blockchain tendrá
cabida, pues promete transacciones seguras entre personas en todo
el mundo sin necesidad de intermediarios: elecciones, seguros,
telecomunicaciones, energía, medios de
comunicación, asociaciones…

Esto es lo que dicen los que están a favor de la implantación de


esta tecnología y ven en ella nuestro futuro. Los hay más
escépticos. Te lo contamos hace poco en este artículo. Hay quien
dice que con esta innovación muchos lo que han hecho es "en vez
de poner problemas sobre la mesa y reflexionar sobre si la
tecnología en la que se basa blockchain puede ayudar, ponerla
sobre la 

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