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El Socialismo Según Juan Pablo II
El Socialismo Según Juan Pablo II
En este numeral resumiré lo que el Papa Juan Pablo II, en la encíclica Centesimus
annus, nn. 12-15, enseña sobre la crítica del socialismo hecha por el Papa León XIII en
la encíclica Rerum novarum.
León XIII previó de un modo sorprendentemente justo las consecuencias negativas del
ordenamiento social propuesto por el socialismo. La estatización de los medios de
producción reduciría al ciudadano a una pieza en el engranaje de la máquina estatal. El
remedio vendría a ser peor que el mal, perjudicando a quienes se proponía ayudar.
De la raíz atea del socialismo brota la elección de la lucha de clases como medio de
acción. Se debe reconocer el papel positivo del conflicto cuando se configura como
lucha por la justicia social. Lo condenable en la doctrina de la lucha de clases es su
carácter de guerra total, de conflicto no limitado por consideraciones éticas ni jurídicas.
La lucha de clases en sentido marxista y el militarismo tienen las mismas raíces: el
desprecio de la persona humana, que hace prevalecer la fuerza sobre la razón y el
derecho.
2. El año 1989
En este numeral resumiré el Capítulo III de la carta encíclica Centesimus annus de Juan
Pablo II (nn. 22-29), titulado “El año 1989”, es decir el año de la caída del muro de
Berlín y la “cortina de hierro”.
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del trabajador. Son las muchedumbres de los trabajadores las que desautorizan la
ideología que pretende ser su voz.
Cuando los hombres se creen en posesión del secreto de una organización social
perfecta, que haga imposible el mal, la política se convierte en una “religión
secular”, que cree ilusoriamente que puede construir el paraíso en este mundo (1).
Para algunos países de Europa comienza ahora (1991), en cierto sentido, la verdadera
postguerra. Es justo que en las presentes dificultades los países ex comunistas sean
ayudados por el esfuerzo solidario de otras naciones. Esta exigencia, sin embargo, no
debe inducir a frenar los esfuerzos para prestar ayuda a los países del Tercer Mundo,
que sufren a veces condiciones de pobreza bastante más graves. Pueden hacerse
disponibles ingentes recursos con el desarme de los enormes aparatos militares
creados para el conflicto entre Este y Oeste.
Nota:
1) Para reforzar esta enseñanza del Papa Juan Pablo II, cito un texto del Card. Joseph
Ratzinger sobre las utopías intrahistóricas:
2
“Si la fe cristiana no conoce utopías intrahistóricas, sí conoce una promesa: la
resurrección de los muertos, el juicio y el Reino de Dios. Es verdad que todo esto le
suena al hombre actual como algo mitológico, pero es mucho más razonable que la
mezcla de política y escatología que se produce en una utopía intrahistórica. Es más
lógica y apropiada una separación entre las dos dimensiones en una tarea histórica;
esta tarea, por su parte, asume, a la luz de la fe, nuevas dimensiones y posibilidades en
orden a un mundo nuevo que será obra del mismo Dios. Ninguna revolución puede
crear un hombre nuevo; el intentarlo supone violencia y coacción. Dios es quien lo
puede crear partiendo de la propia interioridad humana. La esperanza de ese futuro
confiere al comportamiento intrahistórico una nueva esperanza.
Por eso la fe en la resurrección de los muertos es el punto a partir del cual se puede
pensar en una justicia para la historia y puede llegar a ser razonable una lucha por
la justicia. Solamente si existe una resurrección de los muertos tiene sentido una lucha
por la justicia. Porque sólo entonces la justicia es algo superior al poder; sólo entonces
la justicia es una realidad; de lo contrario, no sería más que un concepto vacío.
http://www.infocatolica.com/blog/razones.php/1201261103-el-socialismo-segun-juan-
pabl