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Cesión de derechos
"Habrá cesión de derechos cuando el acreedor transfiere a otro los derechos que tenga
contra su deudor". Esta definición caracteriza la transmisión modernade las obligaciones
por un cambio en e! sujeto activo o acreedor.
I.-En principio todos los derechos de crédito pueden ser objeto de una cesión, pues sólo
deben exceptuarse aquellos que por su naturaleza misma van unidos en forma indisoluble
a la persona del acreedor o la ley prohiba expresamente la transmisión. El artículo 2030
del Código Civil vigente señala tres límites a la posibilidad de ceder: a) que la ley la
prohiba; b) que no lo permita la naturaleza del derecho que deba ser objeto de
transferencia y c) que
haya convenio entre las partes (acreedor y deudor) para que el crédito no pueda ser
cedido. Estatuye el mencionado precepto que: "El acreedor puede ceder su derecho a un
tercero sin el consentimiento del deudor, a menos que la cesión esté prohibida por la ley,
se haya convenido en no hacerla o no la permita la naturaleza del derecho. El deudor no
puede alegar contra el tercero que el derecho no podía cederse porque así se había
convenido, cuando ese convenio no conste en el título constitutivo del derecho". La
naturaleza misma de un crédito, cuando el mismo ha sido constituido en algunos
contratos intuitu personae, impide la posibilidad jurídica de ceder o transmitir el crédito,
toda vez que el acto que lo originó ha creado vínculos estrictamente personales, de tal
manera que el derecho a la prestación se concede en consideración a la persona misma
del acreedor y es inseparable de algunas obligaciones que correlativamente se le
imponen.
Por mandato expreso de la ley puede un crédito ser también intransferible, como ocurre
en los derechos del arrendatario, al estatuir el artículo 2480 que: "El arrendatario no
puede subarrendar la cosa arrendada en todo, ni en parte, ni ceder sus derechos sin
consentimiento del arrendador; si lo hiciere, responderá solidariamente con el
subarrendatario de los daños y perjuicios". Generalmente la naturaleza patrimonial del
derecho de crédito permite la cesión del mismo, pues por tratarse de un interés
económico,
éste puede ser materia de transmisión, dada su posibilidad de que sea disfrutado no sólo
por. el acreedor, sino también por un tercero; pero en aquellos créditos que sólo implican
un interés personalísimo del acreedor, como la facultad de exigirle a su médico o a su
enfermera que cumplan el contrato concertado para procurarle el servicio prometido, es
evidente que no puede haber transferencia alguna, ante la imposibilidad de que la
prestación pueda satisfacer algún interés de tercera persona.
Existe una última forma reconocida por el artículo 2030 para impedir la cesión, consistente
en el convenio entre acreedor y deudor que así lo estipule, pero siempre y cuando el
mismo se haga constar en el título constitutivo del crédito, ya que de lo contrario el deudor
no podrá
alegar que el derecho no podía cederse, según indica la parte final del precepto invocado.
La razón de ser de tal disposición deriva de las circunstancias de cada caso, pues en
función de ellas alguien puede consentir en ser deudor sólo frente a un acreedor
determinado, por razones de mutua confianza, honorabilidad, condecendencia, etc. En
consecuencia, dado ese origen del crédito, éste puede nacer con la modalidad de ser
intransmisible.
La novación extingue las garantías del crédito novado .(hipotecas, fianzas, etc.); el nuevo
crédito nace desnudo, a menos que expresamente se le hayan transmitido aquéllas, en
las condiciones en que lo permite la ley (artículos 1278, 1280, 1281). En cambio, la cesión
de derechos conserva estas garantías, y las transmite de pleno derecho al cesionario".
Extensión de la cesión.-Como ésta implica una verdadera transmisión del crédito, trae
consigo también la transferencia de los derechos accesorios. Por consiguiente, en los
créditos garantizados con hipoteca, prenda o fianza, el cesionario conserva esas
garantías.
La cesión de derechos se refiere tanto a los personales como a los reales. Es decir,
comprende toda clase de derechos patrimoniales. Aunque el Código Civil en el capítulo
respectivo trata principalmente de la cesión de derechos personales, es evidente que sus
reglas pueden aplicarse a la de derechos reales. El mismo Código se refiere a la cesión
de la hipoteca o prenda como derechos reales, que siguen la suerte del derecho de
crédito principal que garantizan.
En cuanto a las excepciones que el deudor puede oponer al cesionario y que conforme al
artículo 2035 son las mismas que podría haber opuesto al cedente en el momento en que
se hizo la cesión, cabe distinguir aquellas que tienen por objeto demostrar que el crédito
cedido no llegó a nacer, o habiendo nacido adolece de nulidad, de las que reconociendo
su existencia y validez, sólo tienen por objeto como probar que llegó a extinguirse en un
momento posterior por pago, compensación, novación, remisión, confusión, etc.
En realidad, no era necesario hacer la distinción a que se refiere el artículo 2035 para los
títulos a la orden, pues la doctrina moderna distingue en forma absoluta la cesión de
derechos de la transmisión por endoso, y ya está totalmente rechazada la tesis que en un
principio se invocó, sobre todo en la doctrina francesa, para explicar la transferencia por
endoso, recurriendo a la cesión. Estos diferentes artículos que hacen una excepción
expresa para los títulos a la orden o al portador (2033-34-35 y 2043) vienen a confirmar
también la tesis que hemos sustentado en el sentido de que continúan en vigor los Arts.
1873 al 1881 del Código vigente, según los cuales puede el deudor obligarse otorgando
documentos civiles pagaderos a la orden o al portador, y que estos documentos
engendran
obligaciones de carácter netamente civil, nacidas de una declaración unilateral de
voluntad del emitente, por lo que se distinguen de los títulos de crédito, que suponen
obligaciones mercantiles y actos de comercio
El Código vigente modifica el precepto relativo del ordenamiento anterior, supuesto que
sólo estima necesaria la presentación del título justificativo del crédito, para los efectos de
hacer la notificación al deudor; pero no para que se opere la cesión entre cedente y
cesionario.
Cuando el deudor se encuentre presente en el acto de cesión y no se oponga a ella, o
estando ausente la acepte, se tendrá por hecha la notificación, cuyos efectos serán de
acuerdo con los artículos 2040 y 2041 en que una vez hecha, el deudor no se libera sino
pagando al cesionario y mientras no se efectúe, se liberará pagando al acreedor primitivo.
Finalmente, conforme al artículo 2039, otro efecto de la notificación consiste en dar
preferencia al cesionario que primero hubiere notificado al deudor, si el crédito hubiere
sido objeto de varias cesiones, exceptuándose lo dispuesto para los títulos que amparen
créditos
registrables, pues en esta hipótesis la preferencia deberá determinarse por la fecha de la
inscripción en el Registro Público de la Propiedad.
13.-Diversidad de efectos en la cesión de créditos. -En nuestro sistema deben distinguirse
los efectos de la cesión entre las partes, respecto al deudor y con relación a los terceros
en general. Los efectos entre las partes se cumplen por el contrato mismo de cesión, con
las formalidades que ya indicamos. Los efectos respecto al deudor quedan consumados
por la notificación de la cesión misma y en los términos que acabamos de precisar.
Finalmente, los efectos en cuanto a los terceros en general se determinan por el artículo
2034, en los siguientes términos: "La cesión de créditos que no sean a la orden o al
portador, no produce efectos contra terceros sino desde que su fecha debe tenerse por
cierta, conforme a las reglas siguientes:
l.-Si tiene por objeto un crédito que deba inscribirse, desde la fecha de su inscripción en el
Registro Público de la Propiedad.
II.-Si se trata de un documento privado, desde el día en que se incorpore o inscriba en un
Registro Público; desde la muerte de cualquiera de los que lo firmaren, o desde la fecha
en que se entregue a un funcionario público por razón de su oficio".
CESIÓN DE DEUDAS
3.-Derecho moderno.-La cesión de deudas es una institución del derecho moderno, que
se origina propiamente en la jurisprudencia y legislación alemanas. Fueron necesidades
de orden práctico las que en un principio introdujeron el uso de la cesión de deudas en el
derecho alemán. Posteriormente, en la jurisprudencia y legislación de ese país, se
reglamentó la institución. Se admite en forma la transferencia de la obligación por cambio
de deudor, requiriendo siempre Consentimiento expreso o tácito del acreedor para que el
obligado sea sustituido por un tercero. Del derecho alemán pasa esta institución al suizo,
tomando el nuestro de esas legislaciones los datos principales para reglamentar esta
forma de transmisión de las obligaciones en los artículos 2051 al 2057 del Código en
vigor.
Los artículos 414 y 415 del Código Civil alemán, dicen así: "Una deuda puede ser
asumida por un tercero por vía de contrato celebrado con el acreedor, de tal manera que
el tercero entre en el lugar y puesto del precedente del deudor". "Cuando la asunci6n de
deuda ha sido objeto de un convenio celebrado por el tercero con el deudor. su eficacia
depende de la aprobación del acreedor. Esta aprobación no puede intervenir sino cuando
el deudor o el tercero han comunicado la asunción de deuda al acreedor. Hasta la
aprobación las partes pueden modificar o suprimir el contrato. Si la aprobación es
rehusada, la asunción de deuda se considera como no habiendo tenido lugar". También
en el Código de las Obligaciones de Polonia y en el Código Civil de China, se aceptó la
idea germánica de la cesión de deudas.
"De acuerdo con la tradición indicada, en vista de que el Código Napoleón establece que
la novación se opera cuando un nuevo deudor substituye al antiguo, que es liberado por el
acreedor (art. 1271) y de que no consagra en manera alguna la trasmisión de la deuda a
título particular, hay autores que consideran inadmisible la cesión de deuda o se muestran
desfavorables a ella. Entre estos autores podemos citar a Laurent (t. XXV, n. 211).
Bonnecase (Précis, t. Jl, n. 525 et 526) y Hémard (t. Il, n. 1736 et 1737).
1a.-El deudor sustituto queda obligado en los términos en que lo estaba e! primitivo; esta
consecuencia es un efecto natural de la transmisión de la relación jurídica, que continúa
subsistente sin afectarse en lo principal.
2a.-Una vez operada la cesión, el acreedor no puede repetir contra e! deudor primitivo, si
el substituto se encuentra insolvente, salvo pacto en contrario. La simple cesión de
deudas implica la substitución del deudor primitivo y, por consiguiente, la exoneración de
éste, aun cuando el substituto resulte insolvente. Es decir, no está en la naturaleza de la
cesión aumentar un nuevo deudor a efecto de que el primitivo y el substituto respondan
de la deuda. Por el contrario, es consecuencia jurídica inmediata la de liberar a aquél. Sin
embargo, puede alterarse por un pacto expreso esta consecuencia ordinaria de la cesión
de deudas, y estipular que el deudor primitivo quedará respondiendo con el substituto,
bien sea solidariamente, o en forma subsidiaria para el caso de insolvencia.
3a.-"El deudor substituto puede oponer al acreedor las excepciones que se originen de la
naturaleza de la deuda, y las que le sean personales, pero no puede oponer las que sean
personales del deudor primitivo". (Art. 2056). Al efecto se nota que así como en la cesión
de créditos el deudor puede oponer al cesionario las mismas excepciones que podría
oponer al cedente en el momento en. que se hace la cesión, de igual suerte, por tratarse
también de una transmisión de la relación jurídica, en la hipótesis de cambio de deudor, el
substituto puede oponer las excepciones que se originen de la naturaleza misma de la
obligación, pero no puede oponer aquellas que sean exclusivamente personales del
deudor primitivo.
4'.-"Cuando se declara nula la sustitución de deudor, la antigua deuda renace con todos
sus accesorios, pero con la reserva de derechos que pertenecen a tercero de buena fe".
(Art. 2057). Esta consecuencia se presenta también en la novación, ya que conforme al
Art. 2219 del Código Civil "si la novación fuere nula, subsistirá la antigua obligación". No
obstante, la explicación jurídica en uno y en otros casos es diferente; en la cesión de
deudas, cuando se declara nula la substitución de deudor debe subsistir la misma relación
jurídica con el sujeto pasivo primitivo, en virtud de que si no llegó a operarse la
transmisión y, por consiguiente, el cambio de deudor, es de toda necesidad que continúe
el mismo vínculo jurídico.
En cambio, cuando la novación es nula, dice el Art. 2219, subsiste la antigua obligación
debido a que siendo el objeto de esta figura jurídica extinguir una deuda para dar
nacimiento a otra, es evidente que si esta última no puede nacer para reemplazar a la
primera, subsistirá la antigua.
Planiol ilustra este caso comparando también la cesión de deudas con la de créditos. En
el mismo ejemplo se comprueba la utilidad de la cesión de créditos para dejar subsistente
una relación jurídica y extinguir la otra, sólo que el funcionamiento es distinto en ambas
instituciones jurídicas.
SUBROGACIÓN
l.-Posición del Código anterior y del vigente.-La subrogación es otra de las formas de
transmisión de las obligaciones. En el Código anterior indebidamente se clasificaba el
pago con subrogación, dentro de las formas de extinción de las mismas. El vigente estima
que la subrogación sólo implica una transmisión del vínculo, operándose como en la
cesión de créditos, un cambio de acreedor, pero con las diferencia de que es forzoso en la
subrogación legal. Por esto los romanos la consideraron como una cesión obligada de
acciones. En el Código de 1884, como al pago se le daba un efecto extintivo de carácter
inrnediato, el pago con subrogación también se clasificó dentro de las formas de extinción
de las obligaciones. Sin embargo, aunque es cierto que el pago trae consigo una extinción
de la relación jurídica, en el Código vigente Se parte del principio que en la subrogación
ese pago se efectúa no con el fin de extinguir el crédito, sino simplemente para substituir
al acreedor.
5.-Subrogación convencional comen/ida por el acreedor.-En ésta, por virtud del contrato
entre acreedor y tercero, se opera en la transmisión del crédito. En la definición que
hemos propuesto únicamente comprendemos esta forma, en virtud de que el Código
vigente, al tratar de la subrogación por ministerio de ley, comprende la tradicionalmente
reconocida en Francia y en el Código Napoleón, como subrogación consentida por el
deudor, que pasó a nuestros Códigos de 1870 y 1884, pero que fue modificada en el
actual para reputarla como un caso de subrogación legal.
En esta subrogación consentida por el deudor, existe más que un acto jurídico bilateral
por acuerdo entre tercero y deudor, un reconocimiento que hace la ley para que de pleno
derecho se transmita el crédito al tercero, independientemente de la voluntad del
acreedor. En rigor, no es exacto, como se decía tradicionalmente, que el deudor obligue al
acreedor a traspasar el crédito, cuando un tercero le ha facilitado el importe del mismo, y
así se 'hace constar en el momento del pago. Propiamente existe una subrogación legal, y
por esto el Código Civil así lo ha declarado en su Art. 2059 que dice: "Cuando la deuda
fuere pagada por el deudor con dinero que un tercero le prestare con ese: objeto, el
prestamista quedará subrogado por ministerio de la ley en los derechos del acreedor,' si el
préstamo constare en título autéotico en que se declare que el dinero fue prestado para el
pago de la misma deuda. Por falta de esta circunstancia, el que prestó s610 tendrá los
derechos que exprese su respectivo contrato".
Se observa, con relación al Art. 2059 del Código en vigor, que el de 1884 no decía que el
prestamista quedaba subrogado por ministerio de la ley en los derechos del acreedor.
Simple ante el Art. 1953 del citado Código disponía que el prestamista quedaba
subrogado en los derechos del acreedor, sin advertir que fuera por ministerio de ley.
"Origen histórico. Como en el antiguo derecho estaba prohibido el mutuo con interés, los
capitalistas colocaban su dinero por medio de rentas. Durante las guerras de religión se
había fijado el tipo de las rentas en un doceavo, es decir, el interés anual era la décima
segunda parte del capital, o sea un 83% (Edicto en 1576). Durante el reinado de Enrique
IV, con la paz vino la prosperidad y disminuyó el tipo de rentas; el Edicto de 1601 fijó este
tipo en un dieciseisavo (6 %). Entonces los deudores que habían contratado cuando
estaba vigente el edicto de 1576 trataron de obtener otro préstamo, al nuevo tipo, para
pagar a sus antiguos acreedores y hacer menos onerosas sus obligaciones. La diferencia
era sensible; un poco más de 2%. Pero los capitalistas a quienes solicitaban el nuevo
préstamo exigían garantías, y la mayoría de los deudores, cargados de deudas y
gravados con hipotecas sucesivas no podían ofrecer ninguna garantía nueva y eficaz; era
necesario transmitir a los nuevos acreedores las hipotecas de los antiguos, que por su
anterioridad se encontraban en lugar privilegiado. Empero los primeros acreedores, que
conocían esta situación y que querían conservar su renta al tipo pactado, se negaban a
consentir en la subrogación porque, una vez pagados, ya no les era posible encontrar una
nueva inversión sino al tipo reducido del edicto de 1601. Gran número de deudores, y los
más interesados, se encontraban, pues, por la mala voluntad de sus acreedores,
imposibilitados para aprovecharse de la mejora acaecida en las condiciones económicas
del país.
En el Art. 2058 de! Código vigente, lo mismo que en nuestros Códigos anteriores, se
consideró como un caso especial dentro de las formas de la subrogación legal, aquel en
que el tercero pagaba cuando tenía interés jurídico en el cumplimiento de la obligación, y
se aceptaron como formas distintas las que hemos enunciado en primero, segundo
y tercer lugar.
A mayor abundamiento, el Art. 2072 del Código vigente confirma esta tesis al estatuir que
"el acreedor está obligado a aceptar el pago hecho por un tercero; pero no está obligado a
subrogarle en sus derechos, fuera de los casos previstos en los artículos 2058 y 2059". Es
decir, la ley declara en qué casos el acreedor está obligado a subrogar al tercero que
paga; pero esto no quiere decir que fuera de ellos, le prohiba que por convenio traspase
sus derechos al acreedor.
9;-Diferencia entre el pago con subrogación y los casos en que un tercero paga.-En los
Arts. 2065 al 2074 del Código vigente, se reglamentan los casos en que un tercero paga
con consentimiento del deudor, sin su conocimiento y aun .contra su voluntad. Estos
casos son
distintos de los relativos a la subrogación legal. En efecto, cuando el tercero paga con
consentimiento del acreedor, se observan, por disposición del Art. 2069, las reglas del
mandato, es decir, el tercero se considera como un mandatario del deudor y tiene derecho
al reembolso de la cantidad pagada y al de sus intereses, pero no se subroga en el
crédito.
Cuando un tercero paga ignorándolo el deudor, según el Art. 2070 sólo tendrá derecho a
reclamar la cantidad que hubiere pagado, de tal manera que si cubre una cantidad menor
con consentimiento del acreedor, soló podrá reclamar ésta. Además, no tiene derecho a
exigir intereses.
Cuando un tercero paga contra la voluntad del deudor, sólo tendrá derecho a cobrar
aquello en que le hubiere sido útil el pago. En el Código anterior no se concedía ninguna
acción al tercero en este caso pero el vigente, respetando e! principio del enriquecimiento
sin causa,
reconoce en el Art. 2071 e! derecho de reclamar la cantidad en que fue útil el pago. Todos
estos casos se distinguen de la subrogación legal por que en ésta el tercero tiene interés
jurídico en el cumplimiento de la obligación. Por lo tanto, no es un mandatario del deudor,
que obre con su consentimiento expreso o presunto, y dado ese interés se subroga en
todos los derechos, privilegios y garantías sin limitar sus acciones a prestaciones
inferiores como sucede cuando el tercero paga sin consentimiento del deudor,
ignorándolo éste o contra su voluntad.
Estas diferencias se deben a que en e! pago con subrogación, dicen los tratadistas que el
tercero interviene con una función de amistad en favor de! deudor; es decir, hace un pago
únicamente para favorecer al deudor y substituirse en lugar del acreedor, pero si éste
acepta una cantidad inferior, al tercero subrogado no puede exigir la totalidad de la deuda,
porque su función no es la de comprar un crédito para reclamar después el pago total.
Además, se distingue la subrogación de la cesión de créditos, en que, en la primera no
existen las formalidades de la segunda, ya que la ley no requiere la notificación al deudor
que debe existir en todo caso de cesión de créditos, para que surta efectos con relación
al mismo y a terceros. Basta en la subrogación con que se esté en los casos previstos por
la ley, sin necesidad de notificación al deudor, para que se opere la transmisión del crédito
con respecto a éste y a terceros.
En relación con este problema también disponía el Art. 1597 del citado Código de 1884:
"El pago de los subrogados en diversas porciones del mismo crédito, no bastando éste
para cubrirlas todas, se hará según la prioridad de la subrogación". El vigente consagra,
en
el Art. 2061, un principio opuesto, ya que tampoco admite, cuando existen diversas
subrogaciones parciales, una preferencia en los subrogatarios según las fechas y
prioridades de las subrogaciones. Por el contrario, declara que en ese caso todos los
subrogatarios de distintas porciones del crédito, cuando no bastan los bienes del deudor,
se pagarán a prorrata. Dice así el citado precepto: "El pago de los subrogados en diversas
porciones del mismo crédito, cuando no basten los bienes del deudor para cubrirlos todos,
se hará a prorrata".
NOVACIÓN
1.-Novación.-Según el Art. 2213 del Código vigente: "Hay novación de contrato cuando las
partes en él interesadas lo alteran substancialmente sustituyendo una obligación nueva a
la antigua". De acuerdo con este precepto, los elementos de la novación son: 1'-Que una
obligación nueva sustituya a una antigua. 2'-Que haya una modificación substancial entre
ambas obligaciones. 3'-Que exista la intención de novar y 4'-Que haya capacidad en las
partes para verificar la novación.
2.-Que una obligación nueva sustituya a una antigua.-Es requisito indispensable que
exista la obligación primitiva, de tal suerte que si la misma es inexistente o está afectada
de nulidad absoluta, la novación no producirá efectos, según los arts. 2217 y 2218 del
Código vigente que al efecto estatuyen: "Si la primera obligación se hubiere extinguido al
tiempo en que se contrajere la segunda, quedará la novación sin efecto". "La novación es
nula si lo fuere también la obligación primitiva, salvo que la causa de nulidad solamente
pueda ser invocada
por el deudor, o que la ratificación convalide los actos nulos en su origen".
En cuanto a los sujetos, la novación puede ser por cambio de acreedor o por cambio de
deudor, llamada en la doctrina novación subjetiva. Esta sí implica una diferencia esencial
entre la obligación primitiva y la nueva, en virtud de que los sujetos son elementos
esenciales de la relación jurídica y, por lo tanto, todo cambio en el acreedor o en el deudor
con la intención de novar (tercer requisito) altera substancialmente el vínculo, de tal
manera que extingue la primera obligación para dar nacimiento a una nueva. La novación
objetiva, o sea por cambio de objeto, se presenta cuando se substituye la prestación de
dar, hacer o no hacer por otra distinta. Igualmente, como la novación subjetiva, el cambio
de objeto en la relación jurídica es esencial y, por lo tanto, hay una extinción del primer
vínculo para dar nacimiento a uno nuevo. Supone, naturalmente, el cambio de objeto, un
consentimiento de las partes para substituir por otra la prestación inicial. Lo propio debe
decirse para la novación subjetiva, en donde además se requiere el consentimiento del
nuevo sujeto que interviene en la relación jurídica por crearse. Es decir, cuando hay
cambio de acreedor, el deudor y el tercero que substituye a aquél, convienen entre todos
ellos en extinguir la relación jurídica primitiva para dar nacimiento a una nueva. Cuando
hay cambio de deudor, éste, su acreedor y el tercero que substituye al sujeto pasivo,
convienen en extinguir la primera relación para dar nacimiento a una nueva.
Por lo que toca a las modalidades, uniformemente la doctrina acepta que sólo la condición
es una modalidad susceptible de cambiar la obligación primitiva para dar nacimiento a una
nueva; 9ue en cuanto al término, como sólo afecta la exigibilidad de la propia obligación,
no es de tal naturaleza esencial 9ue altere la existencia misma de la relación jurídica. Es
decir, una obligación pura y simple, cuando se sujeta a una condición suspensiva o
resolutoria, experimenta un verdadero cambio sustancial y, por consiguiente, se extingue
la primera relación jurídica que daba nacimiento a derechos definitivos, para dar lugar a
una nueva relación hipotética, cuyos derechos dependerán, en cuanto a su nacimiento o
extinción, de un acontecimiento futuro e incierto. En cambio, por lo que se refiere al
término, como esta modalidad no afecta la existencia misma de la obligación y sólo aplaza
su exigibilídad, es evidente que la obligación pura y simple 9ue se convierte en obligación
a plazo o viceversa, no sufre un cambio sustancial.
4.-Que exista la intención de novar.-A este respecto, el Código dispone que la novación
nunca se presume, sino que debe ser expresa, de donde se deduce que el
consentimiento nunca debe manifestarse tácitamente en los casos de novación, Y 9ue
además debe ser escrito o verbal, pero en forma expresa. En este sentido el Art. 2215
dice: "La novación nunca se presume, debe constar expresamente". En el Código de 1884
el Art. 1611 consagraba el mismo principio, pero además el 1606 decía que había
novación cuando las partes en alguna forma demostraran la intención de cambiar la
obligación primitiva por otra nueva. Este precepto dio lugar a distintas interpretaciones, en
el sentido de que podía aceptarse la novación tácita, toda vez que cualquier forma en que
las partes manifestaran su intención de cambiar por otra la obligación primitiva, originaría
la novación. Sin embargo, la doctrina y la jurisprudencia lo interpretaron uniformemente en
el sentido de que sólo cuando la modificación era expresa y de carácter substancial en
cuanto a los sujetos, objetos o condiciones existía la novación.
5.-Que haya capacidad en las partes para verificar la novación. El último elemento de la
novación consiste en la capacidad para novar. Como la novación implica una extinción de
la primera obligación y la 'creación de una nueva, es evidente que las partes deben tener
capacidad general para contratar y especial para enajenar, cuando se ejecuten actos de
dominio, al crear la nueva relación jurídica. "Capacidad exigida.-Para la novación no basta
que el acreedor tenga capacidad para recibir el pago, y el deudor para pagar. La ley exige
la capacidad de contratar (artículo 1272), lo que significa que el deudor debe ser capaz de
obligarse, puesto que contrae una nueva obligación, y que el acreedor debe ser capaz de
disponer de su crédito ya que renuncia a su primitivo derecho".
DACIÓN EN PAGO
l.-Collcepto.-La elación en pago es otra forma de extinguir las obligaciones. y se presenta
cuando el deudor, con el consentimiento del acreedor, le entrega a éste una cosa distinta
de la debida, quien la acepta con todos los efectos legales del pago. Así definida la
mencionada forma de extinción de las obligaciones, en rigor se presenta como una
excepción al principio de la exactitud en la substancia de los pagos que hemos analizado.
En efecto, según dicho principio, el deudor sólo puede entregar exactamente la cosa o
prestación debida, y para el caso de que no se hubiere determinado con precisión, deberá
entregar una de mediana calidad. Ahora bien, en la dación en pago, por convenio de las
partes, el deudor entrega una cosa distinta de la debida, y el acreedor consiente en que
con dicha entrega quede extinguida la obligación.
El Código vigente no acepta que la dación en pago sea una novación, sino al contrario,
sigue la doctrina tradicional y estima que es sólo una excepción convencional al principio
de exactitud en la substancia en los pagos. Por ese motivo la reglamenta en el capítulo
referente al pago mismo, y el Art. 2095 dice: "La obligaci6n queda extinguida cuando el
acreedor recibe en pago una cosa distinta en lugar de la debida".
Consecuente con este principio, el Art. 2096 Del mismo Código dispone que cuando el
acreedor sufre evicci6n de la cosa que recibió en pago, renace la obligación primitiva,
quedando sin efecto la dación. Esto demuestra que no hubo novación, puesto que si
existiera, el acreedor sólo tendría derecho al saneamiento para el caso de evicción, sin
que pudiera renacer la obligación primitiva que por la novación había quedado extinguida.
Sin embargo, hay impropiedad en los términos, porque al decir el Art. 2096 que renace la
obligaci6n primitiva, veladamente da a entender que hubo por lo menos un principio de
extinción, ya que gramaticalmente para que una cosa renazca se supone que se extinguir.
Independientemente de esta cuestión gramatical, el problema jurídico en cuando al fondo
debe resolverse en el sentido de que la dación en pago no implica novación en nuestro
derecho.
COMPENSACIÓN
l.-Definición.-Según el Art. 2185 del Código vigente: "Tiene lugar la compensación cuando
dos personas reúnen la calidad de deudores y acreedores recíprocamente y por su propio
derecho". Este precepto contiene los elementos fundamentales de la definición, toda vez
que supone que en la compensación dos sujetos reúnen recíprocamente la calidad de
acreedor y deudor por su propio derecho, tal como se exigía en la doctrina y desde el
derecho romano.
En el Código Napoleón (Art. 1291) se habla de cosas fungibies. En el italiano (Art. 1287)
se requiere que las obligaciones tengan por objeto una suma de dinero o una determinada
cantidad de cosas de la misma especie, que puedan en los pagos substituirse unas por
otras. Nuestro Código vigente dice en su Art. 2187: "La compensación no procede sino
cuando ambas deudas consisten en una cantidad de dinero, o cuando siendo fungibles
las cosas debidas, son de la misma especie y calidad, siempre que se hayan designado al
celebrarse el contrato". Relacionando este precepto con el artículo 763, ("Los bienes
muebles son fungibles o no fungibles. Pertenecen a la primera clase los que pueden ser
reemplazados por otros de la misma especie, calidad y cantidad. Los no fungibles son los
que no pueden ser sustituidos por otros de la misma especie, calidad y cantidad") se
desprende que la fungibilidad de los bienes supone necesariamente la homogeneidad
entre los mismos y, por consiguiente, la posibilidad de que puedan ser reemplazados los
unos por los otros.
3'-Los créditos deben ser líquidos. Es necesario, además, que los créditos compensables
sean líquidos, y jurídicamente esto significa que tengan un importe determinado o que
pueda determinarse dentro del plazo de nueve días. Al efecto dice el Art. 2189: "Se llama
deuda líquida aquella cuya cuantía se haya determinado o puede determinarse dentro del
plazo de nueve días". Para significar este requisito en el derecho romano se decía que el
crédito debe ser cierto en la cuantía.
4'-Exigibilidad.-Además, los créditos deben ser exigibles, según el Art, 2190 del Código
vigente: "Se llama exigible aquella deuda cuyo pago no puede rehusarse conforme a
derecho". Es decir, los créditos sujetos a condición, a término, o afectados de nulidad o
inexistencia no son exigibles conforme a derecho. Aun cuando este precepto, al definir lo
que se entiende por deuda exigible, sólo se refiere a la posibilidad de requerir su pago, se
sobrentiende que el crédito exigible debe ser existente y válido, de tal suerte que cuando
la obligación está afectada de inexistencia O de nulidad, no opera la compensación, pues
no puede decirse en estricto derecho que la prestación sea exigible.
En relación con la compensación convencional previene el Art. 2188 del Código: "Para
que haya lugar a la compensación se requiere que las deudas sean igualmente líquidas y
exigibles. Las que no lo fueren, sólo podrán compensarse por consentimiento expreso de
los interesados". Como se ve, en su última parte reconoce la compensación convencional,
al permitir que por consentimiento expreso de los interesados puedan compensarse dos
créditos que no sean líquidos y exigibles.
9.-Efectos de la compemación.-Según el Art. 2186: "El efecto de la compensación es
extinguir por ministerio de la ley las dos deudas, hasta la cantidad que importe la menor".
Cuando las deudas compensables son de la misma cantidad, quedan extinguidas
automáticamente; cuando una es mayor que otra, es evidente que se extingue la deuda
mayor hasta el importe de la menor. Aquí se nota el efecto principal de la compensación,
pues es un medio de extinción doble por manto que termina al mismo tiempo dos
relaciones jurídicas. Esto mismo comprueba su gran utilidad en la práctica.
Según el Art. 2194: "La compensación, desde el momento en que es hecha legalmente,
produce sus efectos, de pleno derecho y extingue todas las obligaciones correlativas".
Conforme a este precepto, en nuestro derecho se acepta que la compensación opera ipso
iure, pero si una controversia se presenta entre las partes, el juez debe declararla. Ahora
bien, como la compensación opera de pleno derecho, cumplidos los requisitos legales es
evidente que el momento en que se extinguieron, las obligaciones es aquel en que los dos
créditos reunieron los requisitos que hemos mencionado para que la compensación
funcione por ministerio de la ley.
De esta suerte, si una controversia surge entre las partes, aunque el juez tenga que
declarar la compensación, su sentencia tendrá efectos retroactivos para reconocer que
desde el momento en que se cumplieron los requisitos legales se extinguieron los créditos
hasta la concurrencia del menor; es decir, el fallo no viene a establecer la extinción para
que ésta produzca sus efectos en el momento en que cause ejecutoria. Desde este punto
de vista es indiscutible el carácter de la compensación operando de pleno derecho.
Sin embargo, existe controversia desde el punto de vista procesal, para saber si la
compensación, como todas las demás excepciones, debe invocarse por el demandado o
bien, si el juez de oficio deba reconocerla al dictar sentencia. Dado nuestro sistema
procesal, conforme al Art. 260 del Código de Procedimientos Civiles: "El demandado
forrnulará la contestación a la demanda en los siguientes términos:
1O.-Casos en que no tiene Jugar la compensación.-De acuerdo con el Art. 2192: "La
compensación no tendrá lugar: l.-Si una de las partes la hubiere renunciado; II.-Si una de
las deudas toma su origen de fallo condenatorio por causa de despojo; pues entonces el
que obtuvo aquél a su favor deberá ser pagado, aunque el despojante le oponga la
compensación; III.-Si una de las deudas fuere por alimentos; IV.-Si una de las deudas
toma su origen de una renta vitalicia; .V.-Si una de las deudas procede de salario mínimo;
VI.-Si la deuda fuere de cosa que no puede ser compensada, ya sea por disposición de la
ley o por el título de que procede, a no ser que ambas deudas fueren igualmente
privilegiadas; VII.-Si la deuda fuere de cosa puesta en depósito; VIII.-Si las deudas fueren
fiscales, excepto en los casos en que la ley lo autorice". Como se ve, este precepto impide
la compensación sobre todo cuando se trata de créditos preferentes, como los de
alimentos, o privilegiados como los fiscales, considerando que en estos casos existe un
verdadero interés público en que dichos créditos sean exigibles independientemente de
que el deudor tenga a su vez un crédito contra su acreedor.
CONFUSIÓN
1.-Definición.-Según el Art. 2206 del Código Civil, existe confusión cuando las calidades
de acreedor y de deudor se reúnen en una misma persona. "La obligación se extingue por
confusión cuando las calidades de acreedor y deudor se reúnen en una misma persona.
La obligación renace si la confusión cesa", Dada la naturaleza de la relación jurídica
obligatoria, es evidente que para su existencia requiere el sujeto activo y el pasivo; en
consecuencia,
si las calidades de acreedor y de deudor se reúnen en la misma persona, hay una
imposibilidad lógica de que subsista el vínculo obligatorio. Por la misma razón dispone el
Art. 2206 que la obligación renace si la confusión cesa.
"Como la obligación no necesita ser una relación jurídica entre dos personas, sino que
puede darse también como vínculo jurídico entre las masas patrirnoniales pertenecientes
a la misma persona, no se verifica confusión aunque coincidan en una de las personas del
deudor y el acreedor cuando dentro del patrimonio del sujeto exista un conjunto de bienes
con existencia autónoma, del que forme parte el crédito o la deuda. De aquí que no se dé
confusión entre los créditos pertenecientes al patrimonio hereditario y al heredero, ni
mientras la herencia, esté sujeta a litigación judicial, forma un patrimonio aparte".
b) .-Por sucesión a título particular. Toda transmisión a título particular en la que el deudor
adquiera el crédito que existe en su contra, bien sea en forma onerosa O gratuita, implica,
como es evidente, la extinción de la obligación.
II.-En los casos de obligaciones solidarias, la confusión que se realiza entre uno de los
codeudores y el acreedor, no extingue en su totalidad la obligación, sino sólo en la parte
alícuota que corresponda al acreedor o deudor de que se trata. Como en la solidaridad
activa, es decir, cuando existen diversos acreedores que puedan exigir la totalidad de la
deuda a un solo deudor, las relaciones jurídicas internas entre los primeros implican una
división por partes alícuotas del crédito, para definir los derechos de cada acreedor, es
evidente que si la confusión se opera entre un acreedor y el deudor, subsistirá la relación
jurídica, excepto en la parte cuya confusión se ha realizado. El mismo razonamiento debe
aplicarse en los casos de solidaridad pasiva, es decir, cuando varios deudores responden
totalmente de la prestación en favor de un acreedor, ya que las relaciones jurídicas
internas
de los distintos deudores para definir su responsabilidad, suponen la división de la deuda
en partes alícuotas o proporcionales. Dice al efecto el artículo 2207: "La confusión que se
verifica en la persona del acreedor o deudor solidario, sólo produce sus efectos en la
parte
proporcional de su crédito o deuda".
REMISIÓN
En el mismo sentido prescribe el Art. 397 del Código Civil alemán, conforme al cual: "La
relación de obligación se extingue cuando el acreedor, por contrato, remite la deuda al
deudor. Asimismo, cuando el acreedor, por contrato celebrado con el deudor, reconoce
que la relación de obligación no existe".
l.-Concepto General-"En su forma más simple la delegación es una orden dada por una
persona a otra para que esta última realice una prestación o haga una promesa a un
tercero, en forma a que la prestación o la promesa se sobrentiende hecha por cuenta de
la primera.
Por tanto, son siempre necesarias en la relación tres personas: un delegante que da la
orden de pagar o prometer, un delegado que es la persona a quien se da la orden y un
delegatario a quien se hace la prestación o la promesa. Si la orden es de pagar, se tiene
la delegación de pago,si es de prometer, se produce la figura de delegación de crédito
entre ambas especies no media diferencia substancial alguna".
Esta es la razón por la cual la delegación de pago debe estudiarse dentro de las formas
de extinción de las obligaciones. De acuerdo con lo expuesto el delegante (en la
delegación de pago) es siempre el deudor de una persona y el acreedor de otra; el
delegatario es el acreedor del delegante y el delegado es el deudor del mismo delegante.
Lógicamente la institución funciona cuando el delegante ordena al delegado que pague al
delegatario. En el caso más simple, cuando las prestaciones son iguales, resulta natural
que si B debe a A cien pesos, y a su vez C debe a B igual suma, B ordenará a en que
pague esa cantidad a su acreedor A, quedando en consecuencia solventadas las dos
obligaciones con un solo pago.