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Ensayo Final 2006
Ensayo Final 2006
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capaces, lo cual quedó demostrado con las elecciones de 1997. Los
consejeros seguían siendo un elemento crítico porque en cierta manera
eran los árbitros durante el proceso de la elección. Estos deberían ser
consejeros ciudadanos sin ningún nexo con los partidos políticos.
Lamentablemente, en esta ocasión prevaleció en su elección no solo el
interés partidista sino en forma directa los partidos mismos. Y lo que se
dio fue una arrebatiña en donde el PRD se inconformó con el PRI y se
retiró –error craso—, dejando la elección de los nuevos consejeros por la
Cámara de Diputados, en las manos del PRI y del PAN, quienes de
común acuerdo, el 3 de noviembre de 2003, se repartieron la
designación del nuevo consejo; el PRI de Elba Esther Gordillo se llevó la
presidencia y la mayor parte de los consejeros, mientras que el PAN se
conformó con 3 de ellos (en cierta forma esto lo tenía sin cuidado por su
alianza con la lideresa) y el PRD como se había “lavado las manos”, con
su actitud pueril quedó totalmente marginado y sus puestos en el
consejo se los repartieron el PRI y el PAN. En estas condiciones, lo que
se estaba propiciando era la contaminación perniciosa del IFE, con el
interés partidista y en este caso bipartidista, que a la hora de la elección
presidencial resultaría crítico y cuestionable por el estrecho margen que
se obtuvo en los resultados. En este caso, los consejeros del IFE
siguieron siendo ciudadanos, (no podía ser de otra manera) pero ahora
cuestionados como consejeros ligados al interés partidista y designados
por los dos partidos mencionados, contando ahora con la oposición
sistemática del PRD. Esto era una verdadera aberración dado el estatus
de árbitros que tienen durante el proceso electoral. Más adelante se
haría palpable la incompatibilidad del origen partidista y sectario de
estos, ya que una de las primeras acciones trascendentes de los nuevos
consejeros del IFE, para las elecciones del 2006, fue la aprobación de
un partido que, en términos prácticos, era propiedad de Elba Esther
Gordillo. En esta forma, un año después de constituido el nuevo
Consejo del IFE, nacía el Partido Nueva Alianza (PANAL) como el
séptimo partido nacional. Éste sería utilizado como instrumento
operativo para tratar de manipular las elecciones del 2006 a través de
los especialistas en transas electorales, del gremio de maestros del
SNTE, con técnicas altamente sofisticadas en estos menesteres.
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condiciones menos favorables, dándole un albazo a su partido, ahora
con el presupuesto y el aparato burocrático federal en general y en
particular el de la Presidencia de la República a su favor, “no habría
quién los parara”. No se detuvo a pensar en las posibles consecuencias
de sus acciones, soslayando y subestimando la posibilidad de que con
esto se afectaría más la ya de por sí precaria marcha del País en
perjuicio de todos sus habitantes, o de casi todos. Sin embargo, para
ellos éste no era el problema, porque para los propósitos de la Pareja
presidencial solo existían dos problemas: uno de carácter interno,
dentro de su partido, con doble faceta; y el otro, con la oposición
representada por el PRD y el potencial candidato más peligroso, Andrés
Manuel López Obrador, Jefe de Gobierno del Distrito Federal. Aunque
éste desde un principio y con relación a la sucesión presidencial, como
recordaremos, había dicho “que me den por muerto”, dando a entender
mentirosamente que no le interesaba, la verdad es que no solamente le
interesaba, sino que, como lo veremos más adelante, ya lo tenía todo
preparado. Las encuestas de popularidad ya ubicaban a López Obrador
con un alto grado de posibilidades, (más del 50%), por lo que de hecho
estaba convertido en un candidato potencial de dimensiones tales, que
no podía dejarse pasar por alto.
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fuerte del PRD a la Presidencia de la República y de aquí en adelante no
desperdiciaría ni un solo día, ni un solo momento, ni un solo centavo
del erario para lograr su propósito. Cada una de sus acciones de
gobierno tendría en primer lugar esa mira. Desde la Administración
pasada en el GDF, a cargo de la perredista Rosario Robles, se había
utilizado indebidamente una cantidad enorme de recursos del erario
público en publicidad para el GDF, pero el verdadero propósito de ésta
campaña era la proyección de la imagen personal de la Jefa de Gobierno
a nivel nacional. Para Andrés Manuel esto le venía como “anillo al
dedo” por lo que continuó y reforzó con creces este precedente falto de
ética política, exactamente con la misma intención, indebida de su
antecesora que ahora le quedaba perfecto dentro de sus planes
electorales. La razón por la que se decidió por el proyecto de los
segundos pisos en Viaducto y Periférico, además que le permitirían
manejar una enorme cantidad de recursos económicos en una obra
nueva sin precedentes, fue principalmente, porque le resultaba
electoralmente conveniente. Por un lado tradicionalmente este tipo de
obras dejan un importante porcentaje (10-15%), vía corrupción a las
autoridades responsables y ya la anterior jefa de Gobierno en sus
relaciones con el contratista Carlos Ahumada había dejado evidencia de
estas posibilidades. Por el otro lado, a pesar de que éstos segundos
pisos beneficiarían principalmente a los usuarios de vehículos
particulares, que representaban no más del 20% de la población
capitalina, en lugar de ampliar y reforzar las líneas del metro y del
transporte colectivo, que son utilizadas por el 80% de la población y que
podrían ayudar a descongestionar las actuales vialidades, aunque esto
resulte paradójico por el porcentaje de gente beneficiada en un proyecto
y en otro; los segundos pisos tendrían mayor impacto en su popularidad
porque serían la obra monumental de Andrés Manuel. Esto sí que
contaría en la conciencia de la mayor parte del electorado fácilmente
impresionable. En cambio, el metro ya estaba; no era ni podía ser su
obra. El GDF es la única entidad de gobierno cuyos costos de educación
corren a cargo de la Federación, y aunque siempre es bueno tener más
planteles e infraestructura educativa, esto no era una prioridad, ¡ah,
pero hacer preparatorias para jóvenes en edad de votar, electoralmente
eso sí resultaría muy rentable! ¿Quién no tiene un adulto mayor en la
familia? Casi todo el mundo, y aunque es muy justo y merecido que la
gente que ya pasó toda su vida trabajando, tenga en sus últimos años
una ayuda que les haga más llevadera la vejez, sobre todo a los más
necesitados que no tienen esa posibilidad, Andrés Manuel pensionó a
todos, incluso a los que no lo necesitaban pero tenían la edad. Estas
acciones aunque puedan tener un fin aparentemente justo, en este caso
solo pueden entenderse si miramos su trasfondo electoral. Y así
podríamos pasar juntos analizando cada una de todas las acciones de
Gobierno, y es rara la que no haya tenido como prioridad su promoción
electoral.
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En 2004 se desataron una serie de “video-escándalos” con
filmaciones que obtuvieron gentes del Gobierno Federal. En algunos de
ellos, aparecía en varias ocasiones Gustavo Ponce, Tesorero del GDF,
en un casino del Hotel Bellagio, en Las Vegas, derrochando en apuestas.
En otros videos aparecía René Bejarano, destacado líder popular del
PRD, coordinador de la bancada de ese partido en la Asamblea
Legislativa del D.F. y ex-Secretario Particular de AMLO, así como otros
funcionarios del Gobierno de la ciudad ligados con el PRD, filmados,
cada uno por separado, llenando maleta y bolsillos con miles de dólares
en efectivo que les proporcionaba Carlos Ahumada, contratista del GDF
consentido de Rosario Robles, con quien tenía muy buenas relaciones.
Al ser dados a conocer estos videos a la opinión pública por un diputado
del PAN a través de Televisa, seguramente los asesores y consejeros de
la Pareja presidencial – aunque según algunas evidencias ellos ya los
conocían—, exclamaron entusiasmados, ¡Eureka!, por el impacto que
los videos tuvieron y porque esto era lo que necesitaban. Ahora sí,
pensaban ellos que podrían montar una estrategia para sacar de la
carrera electoral por la Presidencia al Jefe de Gobierno del D.F.,
supuestamente desprestigiado y de capa caída por la evidente e
innegable corrupción de su gente. Esta información a su favor les daba
la oportunidad, según ellos, de darle el golpe de gracia para librarse de
él en forma definitiva. Para esto ya estaban preparados; habría que
someterlo a juicio por el incumplimiento de una orden judicial por parte
del GDF. Esta orden había sido emitida como resultado de un juicio de
amparo para detener la construcción de una vía de acceso a un hospital
a través de unos terrenos en disputa. Aunque la obra se había detenido,
pero no en el tiempo legal y aunque no necesariamente tenía que ser el
Jefe de Gobierno el responsable directo –en un Gobierno tan grande y
con tantas obras y tantos funcionarios con responsabilidad legal como
lo es el del de la Ciudad de México—, y aunque situaciones judiciales
por incumplimiento de este tipo se dieran en forma común y
constantemente en todos los niveles de gobierno en toda la República,
esto no importaba; lo verdaderamente importante era tener una causa
para su propósito y demostrar que en México “existe un Estado de
derecho y que ninguna autoridad puede estar al margen o por encima
de la ley”. Una vez siendo enjuiciado y condenado, Andrés Manuel ya no
podría contender para las elecciones presidenciales. Así de fácil.
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pero sí para eliminar a un enemigo político común, lo que hacían ambos
partidos con profundo sentido “ético” y “democrático”. Naturalmente, en
estas condiciones, el desafuero procedió y todo les hubiera salido muy
bien si no fuera porque la medida era tan burda, tan grotescamente y
antidemocrática que prendió la indignación en gran parte de la
sociedad. Se dio casi en forma espontánea un gran movimiento
nacional, no solo dentro del PRD, sino mayoritariamente en la sociedad
misma: la Ciudad de México, desde el Paseo de la Reforma hasta el
Zócalo, se inundó de manifestantes como nunca se había visto,
enarbolando una contundente y enérgica protesta. Ante la magnitud de
lo que habían provocado, Vicente Fox, sus consejeros, el PAN y el PRI
tuvieron que dar marcha atrás y comprometerse a no continuar con la
terminación del proceso legal que lo inhabilitaría como candidato.
Entonces el muerto verdaderamente resucitó y ahora si venía
quitándose los vendajes del embalsamamiento del desafuero con mucha
más fuerza, el precandidato en potencia ahora creció
considerablemente. De esta manera, la estrategia salió totalmente
contraproducente y Andrés Manuel López Obrador contraatacó
afirmando que “todo había sido un complot” en su contra, para hacerlo
a un lado, en lo cual no le faltaba razón. Aunque bien pudiéramos estar,
totalmente de acuerdo con él en esto, toda vez que era más que
evidente, sin embargo los funcionarios del GDF exhibidos en los video-
escándalos no habían sido ficticios ni obligados para hacer lo que quedó
grabado; fueron reales y nunca pudieron negar lo que también era más
que evidente. Sin embargo, después de que el Gobierno Federal se
desistió de lograr su inhabilitación, él se salió por la tangente y nunca
enfrentó el hecho no solo bochornoso, sino inaceptable por exhibir
semejante grado de corrupción entre sus allegados y sin haber dado
nunca ninguna explicación al respecto. Y es que esto lo dejaba entre la
espada y la pared, porque si ya lo sabía, podría por lo menos acusársele
de complicidad y exigírsele enérgicamente una explicación, incluso su
destitución, y si no lo sabía, malo también, porque denotaría cuando
menos falta de capacidad para cumplir con su presente responsabilidad
pública y pondría en serio cuestionamiento su capacidad para la
aspiración presidencial.
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posible dinastía, y sobre todo, y de manera muy importante, la
impunidad para la pareja y para toda la familia. Por lo tanto, ahora
volviendo a la cruda realidad, paradójicamente deberían apoyar con
todo, a la candidatura de Santiago Creel, quien ya como Presidente
sería su protector y “tapadera”. De no ser así, quedarían totalmente
desprotegidos una vez llegado el término de su mandato, ya que incluso
la Cámara de Diputados se encontraba investigando la riqueza
“inexplicable” de los hijos de Marta Sahagún. Aunque no se encontraran
pruebas jurídicas en su contra, válidas cuando menos en su
Administración, nada garantizaba que éste y otros muchos más asuntos
pendientes de la Pareja presidencial no se pudieran complicar una vez
habiendo dejado el poder.
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deshonesto como este, que favorece al crimen organizado, naturalmente
tuvo efectos contrarios para el ex-Secretario de Gobernación en la
sociedad mexicana y por ende en la elección interna de su partido,
favoreciendo a Calderón que era considerado como miembro distinguido
del ala tradicionalista y conservadora del PAN. Y ante el desprestigio de
Creel, finalmente ganó la candidatura de su partido.
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el tráfico de drogas al menudeo, por supuesto sin identificarse. Estos
despertaron de inmediato la sospecha de la gente, que atemorizada por
la posible existencia de secuestradores de niños, incontenibles
arremetieron en contra de ellos golpeándolos despiadada y
salvajemente. Resulta muy sospechoso que hubo tiempo suficiente para
que llegaran las cámaras de televisión y se filmaran y transmitieran los
actos de barbarie con profusión de detalles, pero la PFP, a la cual
también se le solicitó de inmediato ayuda para auxiliar a sus
compañeros, por órdenes superiores no se movió y solo fue hasta el
último momento en que 10 policías judiciales rescataron al único
superviviente de la turbamulta enardecida, ya preparada con
combustible para quemarlos. Sería absolutamente irresponsable,
criminal e imperdonable si esto fuese parte de un plan predeterminado
para aprovechar situaciones como ésta y dejarlas crecer, como el caso
de Oaxaca, para crearle problemas al GDF y fabricar culpables útiles
con fines electorales.
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candidatura del ex-presidente de su partido, organizándose para que,
mediante “sesudos” sondeos de opinión, pudieran seleccionar al mejor
de ellos para enfrentar a Madrazo. Aquí le dieron “machetazo a caballo
de espadas” porque o no se dieron cuenta, o subestimaron el hecho de
que ganaría el que dispusiera de mayores recursos para su promoción
personal. En estas condiciones, no sin haberse dado algunas
escaramuzas y roces internos entre los mismos; seleccionaron como el
mejor de todos, por supuesto, al Gobernador del Estado de México,
Arturo Montiel, quien había gastado una cuantiosa suma en
propaganda supuestamente para su Estado, aunque en realidad la
utilizó para su promoción personal a nivel nacional y en los principales
medios, también por cuenta del erario. Tan efectiva había sido la
propaganda que hasta sus propios contrincantes y compañeros se la
creyeron. En ese momento, se inició en realidad la contienda interna
entre Roberto Madrazo y Arturo Montiel por la candidatura del PRI.
Madrazo, que ya sabía que Montiel era el “mejor”, se había abocado a
recabar información personal de su posible contrincante, la cual hizo
pública, exhibiendo, lo que se ha dado en llamar, la riqueza inexplicable
del Gobernador del Estado de México. Debe estar mal el nombre, porque
si nos fijamos bien, este tipo de riqueza resulta muy explicable, tan
comprensible como el origen de la fortuna escondida en la cueva de Alí
Babá. Lo que pasa es que no es justificable si nos atenemos a las
percepciones recibidas por los puestos burocráticos que han
desempeñado. Entonces no se justificaba que, por ejemplo, Arturo
Montiel tuviera –según se publicó— apartamentos en París, casas
palaciegas en Acapulco y en España, y que en su misma declaración de
bienes se asentara que había llegado con 2 millones en propiedades a la
Gubernatura y terminara con 111 millones, como publicaron algunos
periódicos. Esto sí que era injustificable y tan inaceptable le pareció a la
opinión pública, que tuvo que renunciar a sus aspiraciones y a la
Gubernatura para que se llevara a cabo una investigación “a fondo,
hasta las últimas consecuencias”, ¡no faltaba más!, “caiga quien caiga”.
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Así quedaban definidos los partidos contendientes para las
elecciones presidenciales del 2006 y sus candidatos: al PRD se sumaron
el Partido del Trabajo y el Partido Convergencia, formando la “Coalición
por el Bien de Todos” con Andrés Manuel López Obrador como su
candidato; al PRI se sumó el Verde Ecologista, quedando como la
“Alianza por México” con Carlos Madrazo Pintado, mientras que por el
PAN se postuló a Felipe Calderón Hinojosa. A estas coaliciones y
partidos se agregaron dos más: el Partido Alternativa Socialdemócrata y
Campesina, que postuló a Patricia Mercado, y el Partido Nueva Alianza,
el de la “maestra”, que lanzó como candidato a Roberto Campa Cifrián.
¡Muchos partidos! Si todos los partidos realizaran una labor por el bien
de México en primera instancia, y tuvieran un interés político legítimo,
fueran congruentes con sus principios ideológicos y además tuvieran
una auténtica representatividad en grupos sociales con intereses
legítimos, con verdadero peso específico, y si no resultaran tan onerosos
como lo son, yo no pensaría como lo pienso: que la mayoría de ellos son
una carga excesiva no solamente inútil, sino dañina en muchos casos, y
que los mexicanos no deberían soportar ese exceso. El Gobierno de
Vicente Fox anunció que dedicaría al IFE, para las elecciones del
2006, una cantidad que se estimó extraoficialmente en alrededor de los
490 millones de dólares. Yo no he tenido manera de comprobar si
efectivamente se dio esto, pero era una cifra sin precedentes que
significaba una cantidad desproporcionada, sobre todo para un país con
tantas carencias, en donde la mayoría se encuentra en la pobreza.
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podría ganar el que contara con más recursos económicos y humanos
para manipular y manosear las elecciones en contra de la democracia.
Bajo esta panorámica, gran parte del confundido electorado hubo de
llegar a la conclusión de que la votación no iba a poder ser por la mejor
opción (candidato y partido), sino por el menos malo.
Con relación a la guerra sucia, ésta fue muy efectiva a través de los
muy bien pagados medios de comunicación. Yo no estoy en contra de
que se den a conocer todos los aspectos negativos de los candidatos
pero todo depende de cómo se haga, porque en México
desgraciadamente hay gente, incluso con preparación académica, que
todavía cree en “el Chupacabras”, y que sucumbió ante los efectos de
una campaña de guerra del miedo, por televisión, radio e Internet,
diseñada por técnicos extranjeros especialistas en la materia y traídos
ex professo. Como era su propósito, fácilmente se contagió el miedo
entre la comunidad, que en forma pueril, pero entendible, reaccionó
asustándose con el petate del muerto que significaba el comunismo
populista y la amenaza de convertir a México en uno de aquellos países
del área de influencia de la Unión Soviética, que ahora son cosa del
pasado, pero que permanecen en las mentes de los mexicanos como
algo indeseable. Aunque hay que reconocer que algunos personajes que
rodeaban al candidato del PRD y muchos de los desplantes soberbios de
Andrés Manuel por sí solos inspiraban al menos miedo, la situación en
los otros partidos no era muy distinta. Desgraciadamente, la evidencia
que aquí y en esta forma se dio, es patética, porque demuestra que en
México todavía existen multitudes susceptibles de ser manipuladas
electoralmente mediante el miedo, la presión o la dadiva como quedó
demostrado. Remataban en el mensaje diciendo: “López Obrador es un
peligro para México”. Por su parte, el Consejo del IFE, que como árbitro
no se distinguía mucho de cualquier otro espectador y que solo actuó ya
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demasiado tarde, no evitó a tiempo que el candidato del PRD siguiera
siendo atacado con artimañas cuestionables.
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resultaba verdaderamente crítico porque sería vital contar con todas las
actas después de la elección, validadas con las firmas de sus
representantes, para cualquier inconformidad o aclaración
postelectoral.
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35.31%. Para Roberto Madrazo Pintado, 9, 301,441 votos, equivalentes
al 22.26%. Para Patricia Mercado Castro, 1,128,850 votos, equivalentes
al 2.70%. Para Roberto Campa Cifrián, 401,804 votos, equivalentes al
0.96%. 904,604 votos fueron anulados, mientras que los 297,989
restantes se emitieron a favor de candidatos no registrados. El
presidente del IFE, después de proporcionar la información oficial
anterior, incurrió en una falta grave, muy grave al declarar ante la
nación que “la regla de oro de la democracia establece que gana el
candidato que tenga más votos. “Han sido los ciudadanos, y solo ellos,
quienes han decidido el resultado final” dando de hecho como ganador a
Felipe Calderón. Pasó por alto que el resultado final lo determina el
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación al calificar la
elección, como es su exclusiva responsabilidad, después de haber
atendido todas las inconformidades y declarar o no presidente electo. Lo
que así fue más tarde. En una entrevista de televisión en el programa
Punto de Partida con Denise Maerker; Felipe Calderón aseguró “si gano
será, como dicen en mi tierra, ¡haiga sido como haiga sido¡ expresión
muy poco afortunada.
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dudas sobre el resultado independientemente de cómo se haya obtenido
y además para no tener que guardar los votos, o después quemarlos,
como sucedió con el fraude de 1988. Calificó de “espurio” a Calderón y
amenazó con no permitir el rendimiento de la protesta de ley en el
Congreso de la Unión.
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