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TRES DÍAS EN LONDRES

ELABORADO POR:

MIGUEL ÁNGEL ÁLVAREZ URIBE


MIGUEL ÁNGEL VARGAS VALENCIA
DAVID LONDOÑO ARBOLEDA
WILDER ROMÁN MARTÍNEZ

POLITÉCNICO COLOMBIANO JAIME ISAZA CADAVID

FACULTAD DE INGENIERÍAS

TÉCNICO PROFESIONAL EN PROGRAMACIÓN DE SISTEMAS DE INFORMACIÓN

MEDELLÍN
2020
Era un invierno del año 93, hacía mucho frío, nos encontrábamos Vargas, Álvarez, Londoño
y yo en la ciudad de Londres celebrando nuestra reciente graduación del Instituto, éramos
totalmente nuevos en este ambiente, ya que provenimos de una ciudad como Medellín situada
en Colombia en la que nunca caía ni un copo de nieve.
En el paquete turístico que habíamos comprado, cada día asistíamos a un evento diferente,
durante dos días. La primera noche fuimos a una fiesta en uno de los bares más reconocidos
en el centro de la ciudad. Al llegar a aquel bar nos llamaron la atención cuatro hermosas
chicas que se encontraban en la mesa del fondo bebiendo unas cervezas frías. Después de un
par de canciones y unas cuantas miradas cruzadas, las chicas hablaban entre ellas y se reían,
en ese preciso momento sonó nuestra canción favorita para bailar, era el momento perfecto
para acercarnos e invitarlas. En aquel instante teníamos las huevas en el cuello, cuatro
colombianos en frente de semejantes obras de arte, no teníamos ni la más mínima esperanza
de que nos fueran a aceptar la salida a la pista de baile, éramos unos turistas preocupados
pero con un alma arriesgada como lo paisa que éramos; yo tomé la iniciativa y detrás mío
venían los demás. A pesar de las bajas esperanzas; las hermosas chicas nos aceptaron la
invitación.
Cada uno de nosotros comenzó a hablar con la chica que sacó y al culminar la canción,
terminamos todos sentados en una misma mesa, luego de conocernos un poco nos dimos
cuenta que ellas también al igual que nosotros eran turistas, provenientes de la ciudad de
Madrid, España. La noche terminó muy bien, al final nos dieron sus números y conseguimos
la compañía de ellas para el evento del día siguiente.
En la mañana siguiente, el evento que se tenía planeado era la visita al Big Ben, quedamos de
recoger a las chicas en el hotel donde se hospedaban. Vargas y Álvarez alquilaron un coche al
igual que Londoño y yo; los dos coches llegamos al hotel y partimos hacia nuestro destino.
Éramos ocho turistas en dos coches. Después de la visita al Big Ben, decidimos recorrer la
ciudad a nuestro gusto, en la noche nos pareció buena idea buscar un lugar donde pasar un
rato agradable todos juntos, al final, escogimos una zona un poco alejada de la ciudad.
Después de un par de horas apareció un policía advirtiendonos que esta zona estaba prohibida
y debíamos salir de allí inmediatamente, por lo que decidimos regresar a los hoteles, al iniciar
la marcha. notamos que los coches tenían poca gasolina. la cual no parecía suficiente para
llegar a nuestros destinos pero igualmente hicimos caso omiso. Recorrimos unos pocos
kilómetros y ambos coches se detuvieron simultáneamente, en la cartera de los coches
contábamos con un mapa general de Londres para nosotros los turistas, observamos el mapa
y no pudimos encontrar ninguna indicación debido a que no había suficiente luz. Todos
estábamos preocupados porque no sabíamos qué hacer ni a dónde ir, unos minutos después
se escucharon unos ruidos extraños los cuales provenían del bosque; parecían sonidos de un
venado agresivo, las chicas al verlo acercarse dieron un grito y nosotros nos asustamos
mucho. Inmediatamente nos adentramos al interior del coche y cerramos todo con llave, a
pesar del susto, fue una noche muy interesante porque pudimos conocernos aún más a
profundidad con las chicas, y todos juntos nos fuimos sintiendo cada vez mejor, a la espera
del amanecer a que alguien pudiera ayudarnos.
Al pasar las horas y llegar el amanecer, un policía iba pasando en su coche, la única chica que
estaba despierta y logró verlo, bajó inmediatamente del coche y haciendo señas tratando que
el policía pudiera detenerse. El policía se detuvo y ella le informó lo que había sucedido, al
escuchar a la chica solicitó a través de su teléfono una grúa, la cual nos pudiese ayudar.
Después de un rato esperando en esa fría mañana, la grúa llega al lugar para llevarnos a la
ciudad y acabar con esta larga travesía; una vez en esta, nos despedimos de las chicas para
dirigirnos a nuestros respectivos hoteles a descansar, después de aquella noche “trágica”.

Al haber descansado, nos reunimos con las chicas por última vez ya que este era nuestro
último día por la ciudad de Londres, formamos una gran amistad, que a pesar de la distancia
en la cual nos encontremos, jamás olvidaremos lo que vivimos y los tres días magníficos que
pasamos.

Fin.

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