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Las querellas del siglo XVI: el clasicismo y el escándalo de la

historia.
La primera mitad del siglo XVI produjo el debate más vigoroso y prolongado sobre
los modos y objetivos propios de la imitación jamás presenciado en el continente
europeo. El tema se convirtió

Notas:

 El debate al cual nos referiremos fue vigoroso y turbulento por la cantidad


de puntos que subsumió, estos son: sobre las consideraciones que se
tenían para con los autores antiguos y modernos; sobre cuestiones de la
lengua (questione della lingua, como se conoció en Italia); sobre la
psicología de la creación literaria; sobre el uso apropiado de las reglas de la
composición literaria; sobre el valor de un solo clásico en vez de muchos;
sobre la relación entre los clásicos y la naturaleza como objeto de esfuerzo
imitativo; y por último, sobre la utilidad de los ejercicios imitativos como un
método pedagógico.
 Por otro lado, esta turbulencia se avivo más con la cuestión de la imitación,
cuestiones tales como: la adopción del vocabulario de un autor, su sintaxis
y particularidades estilísticas; la adopción de sus temas y sentencias, su
estilo moral, etc.
 Pero sobre todo me interesa ver el rol que cumplió en la discusión el poder
que tuvo la tradición literaria sobre la originalidad artística.
 Ahora bien, mientras que la discusión larga y muchas veces acalorada
entre los ciceronianos y anticiceronianos se centraba en el uso del latín
merced a los modelos establecidos del buen decir, Joachim du Bellay se
diferenciará en esto debido a que tomará como base de la discusión a la
lengua francesa.
 Este autor rechazará la mayoría de la tradición nativa de Francia (de
escritores, se entiende). Además, rechaza la traducción vernácula de los
clásicos. La imitación para Du Bellay es un acto de una vasta labor y alto
genio; de hecho es una especie de milagro.
 La Defensa fue escrita como respuesta a un panfleto publicado en 1548
que sostenía la igualdad entre la poesía francesa popular con el verso
latino. Du Bellay y sus colegas adoptaron una postura algo diferente: ellos
desearon defender y justificar el uso de la lengua francesa vernácula, pero
con la condición de que se elevara de sus formas populares, basándola en
una nueva poética que pudiera igualar la gravedad y el decoro de los dos
lenguas clásicas por antonomasia: griego y latín.
 Lo importante, pues, es ver esto: la lengua francesa es capaz de buenas
letras y erudición, ya que las lenguas en sí mismas no poseen la semilla de
la excelencia (hoy podríamos decir: su estructura gramatical no es mejor
que otra para el buen decir). Más bien, las lenguas son ricas porque los
mortales inciden en ellas.
 Si la lengua francesa actualmente se encuentra empobrecida, no es porque
en sí misma, su estructura o modos particulares de expresión, guarde
defectos, sino más bien debido a que sus ancestros se han dedicado a
cultivar nobles pasiones antes que palabras. Los griegos y los romanos
fueron más diligentes a la hora de cultivar sus lenguas.
 Para solucionar esto la imitación antes que la traducción.

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