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Que tienen de común Las estrategias

Una estrategia es la trayectoria hacia un "blanco" es el diseño del plan que permitirá lograr los
objetivos particulares de la empresa. Su objeto es identificar las diferentes maneras como los
administradores pueden alcanzar las metas y seleccionar las más adecuadas.

La estrategia, por lo general, se compone de elementos externos e internos. Los elementos


externos se refieren a los medios para hacer que la empresa sea efectiva y competitiva en el
mercado; qué tipo de ventaja competitiva perseguir, qué necesidades satisfacer o a qué grupos
o segmentos de clientes, cómo compararnos y distinguirnos con y de la competencia, qué
productos o servicios enfatizar para lograr atraer a la clientela, cómo defenderse de
movimientos competitivos de los rivales, qué acciones tomar en función de las tendencias de
la industria, cambios en la economía, y movimientos políticos y sociales.

Los elementos internos se refieren a cómo las diferentes piezas que componen la empresa
(personas, departamentos, actividades), habrán de organizarse para lograr y mantener esa
ventaja competitiva. Es decir, qué tipo de cualidad distintiva desarrollar; este término de
cualidad distintiva se refiere a aquellas cualidades (factores internos como recursos,
estructura, habilidades) que tiene la empresa y que la hacen particularmente "mejor" que sus
competidores. Ser verdaderamente "buenos" en algún aspecto importante en la creación,
producción o comercialización del producto o servicio, por lo general, se convierten en el
vehículo para la obtención de la ventaja competitiva.

En que cuestiones se Basó El Nacimiento del Pensamiento Estratégico

El desarrollo del pensamiento estratégico, según Morrisey (1997), conlleva a la creación de un


equipo directivo con una visión compartida de futuro y de un sentimiento profundo de
autoridad y paternidad por parte de todas las personas claves de la organización.

Lo anterior requiere una clase especial de pensamiento, de razonamiento, que se denomina


pensamiento estratégico, y este se define como un proceso de razonamiento acerca de
problemas complejos o de sistemas para lograr una meta (Castañeda, 2001).

Vivas (2000) define el pensamiento estratégico como un estado de conciencia, como una
actitud y una cultura orientada a ser proactivos, que se adelanta al futuro para alcanzar una
comprensión y un conocimiento de la empresa y el negocio de una forma más global. Este es
un mecanismo que facilita la transformación y adecuación de una empresa a su entorno
competitivo.

Todo lo antes expuesto conduce a ubicar el pensamiento estratégico como un proceso


analítico e intuitivo, más humano que técnico. Quien lo aplica debe tener mayor sentido
común basado en la experiencia; aunado a ello, debe prepararse para diversos escenarios que
puedan surgir en el entorno, determinar el rumbo que seguirá la organización en el futuro y
promover el avance de la empresa mediante la unión, así como la gestión intergrupal e
intragrupal, partiendo de las habilidades individuales. En sí, debe tener visión futurística
organizativa con decisión estratégica y utilizar el elemento proactividad.
Para Jatar (2000), el pensamiento estratégico es un hábito que permite observar la realidad
desde una perspectiva distinta, y el entorno debe ser visto como parte de un sistema
complejo.

Asimismo, Morrisey (1997) define el pensamiento estratégico como la coordinación de méritos


creativos dentro de una perspectiva común que permite a un negocio u organización avanzar
hacia el futuro de manera satisfactoria. El mismo autor señala la gran importancia del
pensamiento estratégico, el cual se puede resumir en:

a) Para ser efectivo, el juicio colectivo depende de que quienes toman las decisiones
importantes tengan una visión clara y consistente, lo cual va a ser la futura administración de
la empresa.

b) El plan estratégico incorpora valores, misión, visión y estrategias.

c) El pensamiento estratégico es la base para la toma de decisiones estratégicas.

Según esta perspectiva, es importante resaltar la puesta en práctica del pensamiento


estratégico cuando los gerentes directivos identifican, analizan y evalúan los elementos claves
para el éxito de la organización, provenientes del entorno y de las condiciones intrínsecas, así
como cuando diseñan y revisan el sistema de valores, la misión y la visión de la organización.

También es importante considerar en las organizaciones nuevos elementos basados en


cambios de procesos, integración de transacciones, integración de componentes, nueva
información, nueva estructura, entre otros, para reducir el nivel de riesgo de sus negocios
(Slywotzky y Wise, 2003).

En este mismo orden de ideas, Mintzberg et ál. (1997) afirman que pensar estratégicamente
significa la forma en que los gerentes, directores y demás miembros de una organización usan
el idioma, las ideas y los conceptos cuando tratan de entender e interpretar el campo de
objetivos y circunstancias que giran en torno a la empresa.

En definitiva, el pensamiento estratégico exige el desarrollo de una actitud gerencial


estratégica para actuar en forma preactiva, adelantándose a los acontecimientos, en vez de
reactiva, tratando de dar respuestas a hechos pasados, donde en situaciones normales
predomina lo urgente sobre lo importante.

Max Weber, tal vez el pensador más lúcido y que primero sistematizó el fenómeno de la
organización, la concibió a partir de algunos rasgos comunes que lo llevaron a denominar un
“tipo ideal”. Esos rasgos comunes son:

Weber se orienta en la teoría del conocimiento neokantiana: considerando la realidad como


una realidad infinita, la tarea del conocimiento sería ordenarla. El concepto de tipo ideal sería
pues un instrumento para unificar partes de esa realidad, elegidas contingentemente desde la
base del interés particular del investigador establecido sobre una valoración subjetiva del
aspecto determinado, ordenándolas mediante la selección de lo que desde tal perspectiva se
considere como esencial para los fines de la investigación, sin que por ello los mismos rasgos
sean en sí esenciales; para otro punto de vista serían irrelevantes. Así pues, el contenido del
tipo ideal depende, como no podía ser de otro modo en la metodología weberiana, de cómo se
posicione, de qué posición vital, qué cosmovisión, qué cultura, que ideas guarde el sujeto
frente al fenómeno.

Es importante resaltar que en un mundo real, es difícil encontrar un tipo ideal puro. Esto no
supone un problema ya que el valor principal del concepto es su capacidad heurística ,es decir,
su capacidad de generar nuevas ideas.

¿Cuáles son las preguntas claves que deben responder las decisiones estratégicas

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