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Día 7: ¡Que mi corazón refleje la gloria de Dios en mi vida!

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Así como el rostro se refleja en el agua, el corazón refleja a la persona tal como es.1
(Proverbios 27:19, NTV)

Es imposible pasar delante de un espejo y no echar un vistazo para vernos. Al parecer lo


primero que buscamos en el espejo es nuestro rostro y poco a poco reparamos el resto. El
reflejo de espejo dependerá de la calidad de este; así mismo podemos decir del reflejo del
agua, el cual dependerá de su pureza. El proverbista en este versículo puede estar sugiriendo
varias cosas en acordé con las Palabras de Jesús en Mateo 15:18-20. Primero, si queremos
sabe cómo es una persona, necesitaremos saber cómo es esa persona en su corazón, pues el
corazón refleja lo verdadero de ella. Los sentimientos y los pensamientos que provienen de
nuestro corazón nos delatan en la medida que el reflejo en el agua refleja nuestro rostro.
Conoceremos a una persona poco a poco que la escuchemos y veamos su accionar. Eso refleja
en esencia lo que es ella.

Las preguntas de reflexión aquí serian: ¿Qué palabras y acciones están revelando lo que
realmente soy? ¿Cuándo los demás me escuchan y ven, tienen una revelación coherente de
lo que soy como cristiano que predico?

Oración:
Mientras lees y meditas Proverbios 27:19-22 y Mateo 15:18-20, pídele al Señor que te ayude
a responder esas preguntas de reflexión. ¿Qué te mostró? Escríbelas en tu diario. Muy
probablemente hay cosas que vas a tener que trabajar en tu corazón respecto a lo que él está
reflejando a los demás. Pide ayuda el Espíritu Santo para que te ayude a trabajar en esas áreas
en los próximos días. Dale gracias a Dios y cierra en adoración hacia Él.

1
Nueva Traducción Viviente (Carol Stream, IL: Tyndale House Publishers, Inc., 2009), Pr
27.19.

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